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AUTOCONCIENCIA: ser consciente de tus impulsos Conoce tus fortalezas y limitaciones -
Si demoras en alistarte, levántate más temprano. Si lo tuyo no son los números, pide apoyo a alguien experto en el tema. Si te distraes fácilmente al estudiar, busca un ambiente tranquilo y elimina cualquier distracción. Si olvidas con facilidad, anota todo en una agenda. Asigna tiempos a tus tareas, y procura optimizarlos poco a poco. Pon límites a las horas de trabajo. Busca actividades que te ayuden a relajarte.
Tú eres dueño de tu vida, responsable de ésta, no busques culpar a otros por algo que pudiste evitar tú.
Abarca: - La capacidad para retrasar la gratificación. Sacrificar un bien menor a corto plazo, por obtener uno mayor a largo plazo. - Equilibrar tus necesidades con las de los demás, para tomar la iniciativa y reprimir la impulsividad. - Lidiar con el cambio y de mantener un compromiso. ¿Cómo actuar bajo presión? 1.- Si te sientes enojado con alguien: RESPIRA PROFUNDAMENTE *Nunca contestes ni tomes decisiones.
2.- Si te sientes nervioso o ansioso: PON AGUA FRÍA EN TU CARA Y BUSCA AIRE FRESCO *Evita las bebidas con cafeína. *Cuando hables en público, piensa en el objetivo de lo que vas a decir. La finalidad es que capten el mensaje, no lo tomes como una oportunidad para juzgarte.
3.- Si te sientes temeroso, deprimido o desanimado: INTENTA HACER EJERCICIOS Y AERÓBICOS *“Movimiento dicta emoción”. Al experimentar la vitalidad en nuestro cuerpo, nuestra confianza también crecerá. 4.- Si te sientes abrumado, confundido o sin inspiración: SAL AL AIRE LIBRE Y DESPEJA TU MENTE *Camina, respira profundamente, vacía tu mente y seguramente volverás con una nueva perspectiva. EX – PRE – SA tus sentimientos sean positivos o negativos. No los reprimas, busca una forma de canalizarlos.
Ser inteligente emocionalmente, no significa ser experto manejando tus emociones, sino conocer tus reacciones y actuar para evitar aquellas que puedan perjudicar a los demás y a ti mismo.
La motivación está íntimamente relacionada con tus emociones. Mantener una ACTITUD OPTIMISTA te permitirá definir claramente las mejores estrategias para resolver tus dificultades.
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Cambia la palabra “problema”, por “reto”. Usa el humor y el juego ante desafíos. Designa una meta final a cada acción, así dejas de molestarte por cosas pequeñas.
Tómate tu tiempo para reflexionar el verdadero “porqué” por el cual realizas toda acción cotidiana. En la medida que ésta sea trascendente – más allá de ti mismo – conseguirás automotivarte cada vez que lo necesites al recordarla.
¿Cómo “ponerme en los zapatos” del otro?
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1. FOMENTA TU CURIOSIDAD Conoce personas con gustos e intereses distintos a los tuyos. Escucha debates en TV o radio. Al oír noticias, toma en cuenta ambos lados del argumento. 2. DESARROLLA TU PACIENCIA Trabaja como voluntario atendiendo a niños o ancianos. Enseña. Recuerda que no todos tuvieron las mismas oportunidades que tú Acércate a ese compañero que no te agrada y conócelo más. “Nadie es completamente bueno ni malo” 3. APRENDE A ESCUCHAR Escucha para atender, no para contestar. Escucha lo que no dice. Fíjate en sus expresiones. Si una persona no reacciona al igual que tú, reflexiona sobre la causa y ve la situación desde su punto de vista.
1. Llevarse bien con los demás - Sé humilde. Recuerda que eres el resultado de muchas personas a lo largo de tu vida. - Un “me equivoqué” y un “no sé” son muestras de inteligencia. - Cumple lo que prometes, o no prometas. 2. Comunicación asertiva - Nunca uses las palabras “todo”, “nada”,” nunca”, “siempre”. - Reemplaza el “eres” por el “estás actuando”. - Al brindar un feedback usa la técnica del “sándwich”: felicita – corrige – felicita. 3. Manejo de conflictos - No te lo tomes personal. Las críticas por lo general son hacia tus acciones, no hacia tu persona. - Busca llegar a un consenso. No impongas. - Busca el bien común.