AÑO 11 - N° 20
BUENOS
AIRES
MAYO 1935
REVIST~i\ GEOGRAFICA AMERICANA SAN JUAN 738 U, T, 23-0487
y
MACHU-PICHU MITO DE PACARI-TAMPU
EL
Una ciudad prehistórica que no mencionaron los cronistas que guarda vestigios admirables de la vida indígena
y
por el Dr.
J.
IMBELLONI
En 1911 fué descubierta en el oalle de La Convención (Perú) una ciudad prehistárica de La que ni los Cronistas ni los indígena.r conservaban memoria alauna. Verdadera "Pompeya" de los rlndes, ella nos ha guardado lo« vestiqios de Lagente nativa librer de contaminaciones extrañas, Su.r murallas y ternplos forlalezas y gradería.r de culiioo nos LLenan de asombro, mientras en nuestro espiritu. .rurge espontáneo el problema de La cronoloqia, ¿E.r Jtlachu-Pichuuna población de los comienzos de La civilización incaica, o, en cambio, es el refugio que abrigó a los últimos creuenies en los dioses del Cuzco? tEn sus p iedras vemos reflejada La Luz de los albores de La nación de Lengua quechua, o el último resplandor de La decadencia? Este es el problema que encara en estas p áqlnas nuestro colaborador, el elegido material fotográfico que acompaña el articulo facilitará al lector La compren.rión y oaluacián. de los principales elementos de juicio, i
S
dos puntos fundamentales descansa el renom bre de las ruinas de Machu-Pichu. Primero: la circunstancia excepcional de que esta ciudad del antiguo Perú quedara absolutamente fuera del radio de acción de los Conquistadores, y nos fuera entregada 'en tiempos muy recientes - .exactamente 24 años atrás en un estado de abandono que habla directamente a nuestra imaginación y procura a nuestro raciocinio el deleite de redescubrir indicios y formas de la vida y las industrias del pueblo peruano, milagrosamente preservados de la contaminación con el bla'nco y de la expoliación de los fanáticos evangelizadores del siglo XVI y siguientes, Segundo: la serie de hipótesis e interpretaciones, relativas al pueblo que la edificara, a su civilización, y a la época de su florecimiento, que han germinado en la literatura arqueológica de NorteOBRE
américa y del Perú desde el día en que Hiram Bingham anunció su descubrimiento; interpretaciones que representan puntos de vista muy diversos, a menudo contradictorios y no pocas veces fantásticos, pero cuya sucesión es un reflejo del intenso trabajo de reconstrucción crítica que los últimos 20 años han aportado al entendimiento de la prehistoria de América y a su tan zarandeada cronología, Cuando, en 1911, la expedición de la Universidad de Yale presidida por Hiram Bingham, dió el primer anuncio del descubrimiento, la ciudad de MachuPichu apenas mostraba una pequeña parte de su edificación libertada de la vegetación que durante varios siglos había llegado a aprisionarla y sumergirla, Las operaciones de desbosque y excavación fueron continuadas por la segunda expedición enviada en el lugar por dicha Universidad y la Sociedad
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GEOGRAFICA
HUAVNA
AMERICANA
PtCHU
El pico de Machu-Pichu visto desde la ciudad. (Dibujo del marqués de Wavrin)
Nacional de Geografía de Washington. Al primer esbozo descriptivo de Bingham, en el "Na.tional Geographic Magazine" (1913) siguieron un nuevo artículo en la misma revista (1915) y luego un trabajo' de mayor aliento (1930). en que la doctrina de Hiram Bingham debe considerarse llegada a su expresión definitiva. El arqueólogo de la Universidad de Yale pudo estar satisfecho con los resultados obtenidos en su doble campaña y 'el monto de los materiales de arquitectura y cerámica, etnográficos y osteológicos recuperados para el _conocimiento de la América precolombiana : dé" todas- partes del mundo el descubrimiento de Machu-Pichu le procuró manifestaciones' de gratitud y admiración. En cambio, si se trata de justipreciar las interpretaciones dadas, por Bingham a tan precioso material, y sus ideas históricas y cronológicas, se hace necesario entonar otra canción. . La verdad es que' - sea cualquiera el grado de preparación propio del autor de un hallazgo de cierta importancia su psiquis se ve pronto dominada por la mentalidad- del gran público, de aquel grueso público que,careciendo de base
para valorar el peso intrínseco del hallazgo, tan sólo es sensible a las revelaciones de carácter sensacional. De ello procede que la enunciación de los más importantes descubrimientos ha ido emparejada con amplificaciones, interpretaciones fantásticas o prematuras y absurdidades que revelan la falta de todo sentido crítico. Sin remontarnos a Colón, que en el cuarto viaje, olvidando lo del Chipango, afirmó haber tocado las tierras del Edén, es suficiente mencionar a Schliemann, que murió en la creencia de haber desenterrado los muros de la Troya de Priamo, mientras la verdadera ciudadela epopéyica, la VI capa de Hissarlik, esperaba todavía bajo tierra la pala de Dorpfeld. En proporciones más modestas, el venezolano Requena, quien acaba de exhumar con habilidad y fortuna del lago de Valencia una cerámica' indígena emparentada a occidente con la alfarería Chibcha y a oriente con la de la Guyana y de Marajó, ,en lugar de valorar este carácter de miuing link, preciosísimo para in-tegrar la historia cultural de la América caribe, prefiere asombrar al profano asegurándole que esa industria perteneció a los náufragos de la Atlántida,
MACHU-PICHU
y EL MITO
DE PACARI-TAMPU
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UBICACJON
DE LAS
RUINAS DE MACHUPICCHU (p E R U) !$CAIA
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10.000.000.
EL PERÚ
Con la indicación
de las principales
CENTRAL
Y MERIDIONAL
localidades arqueológicas. de Pacaritambo
Entre nosotros, y en los días que corren, no faltan diaruchos y revistuelas que presentan la notable alfarería pintada descubierta en el Chaco de Santiago del Estero (el más abundante y novedoso .hallazgo argentino después de los yacimientos de la Ciénaga estudiados por Debenedetti) como prueba de la existencia· de un "imperio santiagueño", de una civilización "misteriosa" madre de todas las sudamericanas, de una antigüedad más remota del neolítico europeo, y otras pa trañas del mismo calibre, cuando, es realidad de verdad, los hermanos Enrique y Duncan Wagner han tenido el mérito preclaro y la suerte de desenterrar los materiales arqueológicos de un "anillo perdido" indispensable para reconstruir la cade.na de las antiguas industrias del territorio argentino, y su hallazgo es tan interesante en sus conexiones con la
Está
también
indicado
el sitio
documentación de los Cronistas y el panorama protohistórico, que todo sensacionalismo y megalomanía interpretativa tendrán necesariamente por efecto el de reducir seriedad e importancia al enunciado. Una de las exigencias del espíritu sensacionalista es la de deformar las fechas hasta lo inverosímil, pues los lectores y el periodismo prefieren los cómputos abundantes, con una generosa distribución de ceros: no hay quien no recuerde los 13.000 años de Tiahuanaco, cuya sombra ha proyectado tanta obscuridad y confusión en la mente de los diletlanti. Volviendo a Machu-Pichu, Hiram Bingham no se mantiene corto al enunciar la fecha; según él Machu-Pichu es otra ciudad milenaria. Más exactamente, su época se remonta a 2.000 años atrás. Consecuencia directa de tal
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tencia histórica y documental, y sus comienzos, en el XII siglo de la era cristiana, están asociados al nombre del Capac Manco, epónimo dela fundación del Cuzco). Siempre según Bingham, el puebloincaico permaneció' varios siglos en ese escondrijo del valle del Urubamba y creció allí en vigor y civilización, hasta que un día se sintió con suficiente Úlóle Suspendido poder para salir de Machu-Pichu y volver al Cuzco, donde fundó el Nuevo Imperio. Naturalmente, en esta clase de exposiciones hipotéticas, lo que más importa es el conjunto de pruebas en que descansa el edificio. Para reforzar su interpretación Bingham invoca la conocida leyenda por cuyo medio los indígenas peruanos del siglo XVI relataron a los CroPlano esquemático que muestra la orientación de Machunistas la salida del clan de Pichu y de la roca del Huayna Pichu con su espigón hacia lengua quechua para el valle el norte, y el camino seguido por el marqués de Wavrin desde cuzqueño, y que resumiremos . elTecho del Vilcanota hasta la sumidad_del pico siguiendo a Sarmiento de cronología son las demás afirmaciones Gamboa en su Hi.Jloria del Inca (1572). de Hiram Bingham. Antes de edificar el Cuzco los Incas En 'primer lugar, como es muy sabido vivían en la localidad de Pacari-Tampu que la ocupación militar de los distritos (6 "morada de las cavernas"), que dista unos 25 kilómetros del Cuzco, hacia el de Vitcos y Vilcapampa fué realizada por el inca Pachacutéc, al que se asigna sur, y abunda en cavernas excavadas un reinado entre el año 1400 y el 1448, en la roca. De una de tales cavernas, se le hizo necesario, para justificar la _llamada Tampu-Toco salieron los diez edad bimilenaria de la ciudad, llenar la clanes o ayLLu que lograrían poblar el laguna de l.pOO años que media entre valle del Huatanav, bajo la guía de la supuesta fecha de su edificación y la cuatro jefes. Manco Capac, Ayar Auca, efectiva, incorporación de la comarca Ayar Cachi y Avar Uchu fueron sus al estado del Cuzco. La ihtricada madejefes o Ayares, y Mama Ocllo, Mama ja dinástica de Montesinos, a pesar del Huaco, Mama Cura y Mama Raua sus 'repudio unánime de la crítica, le ha hermanas y compañeras. Las cuatro ofrecido.a Hiram Bingham la base traparejas, con los 'clancs respectivos, dicional que conven;a al 'caso. Según salieron de la cueva de Tampu-Toco este autor, Machu-Pichu fué la obra de (que significa "albergue o morada de un soberano del pueblo incaico 'del siglo 1 las ventanas"), así llamada porque antes de J. C. El sitio fué elegido como retenía' tres aberturas o salidas, la prifugio durante el 'ocaso turbulento de uno mera lI1ara.J Joco, la tercera Sutre Toco de los fantásticos imperios que la recopi- ,y la del medio CapacToco ("ventana lación cronológica de Montesinos ubica espléndida" o principal; Capac, palabra en las épocas anteriores al Imperió que puede traducirse sólo con aproxiNue, o (éste es el único que tiene consis- mación, quiere decir espléndido, res-
PAISAJE
QUE
RODEA
LAS
RUINAS
Es de los más atormentados y salvajes: cadenas que se sobreponen a cadenas, montañas aserradas, picos que agujerean las nubes; de trecho en trecho grietas angostas cubiertas por una vegetación que todo lo obscurece. En el fondo del abismo, a una profundidad de 1.000 metros, serpentea el lecho angosto y encajonado delrio Vilcanota, hilito cándido sepultado por la selva
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plandeciente, poderoso y principal); precisamente la del medio dió salida a los clanes que partieron en busca del valle ,cúzqueño. Muchas son las variantes del mito de Pacari-Tampu (Tampu-Toco) en la narración de los demás Cronistas (Cieza, Betanzos, Coba y Garcilaso) y su diversidad relativa depende o de tradiciones originalmente diferentes, o del temperamento más o menos serio y crítico del Cronista. Es evidente sin embargo que las oenianas del mito, en la mentalidad de los indios que lo narraban, representan las aberturas -de la cueva, o caverna natural excavada en la roca. El muy escéptico Padre Coba, el que junto con Cieza y Morúa merece el nombre de "príncipe de los Cronistas" obsequiado a Garcilaso por generaciones que carecieron de aptitudes críticas, nos' dice llanamente que los últimos Incas construyeron en Pacari-Tampu un templo, en rememoración de la salida ~e los Ayares, cuya arquitectura mostraba una gran ventana de piedra (nótela bien el lector, una "única" ventana) que el· padre Coba afirma haber visto. Ahora bien, puesto que entre los edificios de Machu-Pichu existe uno que H. Bingham llama "templo de las Tres Ventanas", en esto consiste la prueba de que esta ciudad y Tampu-Toco son una sola y misma cosa, y que 'de allí salieron los Ayares. El abandono de la doctrina sustentadapor el ilustre arqueó lago de la Yale University fué determinado por la crítica demoledora de los dos mayores especialistas en. antigüedades sudamericanas de los últimos tiempos, el barón Erland Nordenskiold, sueco, y el Prof. Max Uhle, alemán, ambos - veteranos en la exploración y análisis de los yacimientos de la América andina. Noro'denskiüld opuso, casi de inmediato, el hecho indiscutible que todos los fragmentas de cerámica extraídos de las ruinas de Machu-f>ichu p~relmismo Bingham son de naturaleza claramente cuzqueña. Aún más, por ser correspondientes al tipo que abunda en las islas del' Titicaca, cuya fechase ubica en el último período inmediatamente ante~ior a la, in-
AMERICANA
-fluencia española, pertenecen necesariamente al período final del estado incaico. A raíz de la presencia de dos aparejos murarios distintos en la edificación de Machu-Pichu, el primero definido como megalítico _y el segundo constituido por sillares de piedras de cantería (hay un edificio en que las dos construcciones se sobreponen), opinó Bingham que el primero es un residuo de la edificación 'del "Imperio Antiguo" y el segundo del "Imperio Moderno". (Por lo que respecta al complicado problema de 'los estilos murarios empleados por los Incas, será oportuno tratarlo por separado en otro artículo, puesto que nos llevaría muy lejos de Machu-Pichu). Bástenos decir, en este lugar que en las casas particulares de Machu-Pichu aparecen los siguientes tipos de aparejo: I 0, sillares -de piedra rectangulares de canto tosco; 2°, sillares de piedra rectangulares finamente canteadas a) conyunturas verticales coincidentes y b) con yunturas contrariadas) y 3°, muros de guijarros con mortero de fango y arcilla (pirca). En los edificios públicos, además de los nombrados, también el empleo de piedras de gran tamaño, canteadas, que aún recordando por momentos la técnica poligonal, representan una técnica muy próxima a la de sillares rectangulares del estilo más perfecto y reciente. Falta en Machu-Pichu el aparejo de piedras poligonales de escaso -tamaño juntadas a guisa de mosaico, que en el Cuzco se observa en las más antiguas construcciones privadas del barrio de Hanan Cuzco, es decir, del núcleo primitivo de la ciudad. Después de Hiram Bingham, varios exploradores y viajeros han recorrido -las angostas calles de Machu-Pichu y subido por las estrechas graderías que llevan de uno a otro plano de las ruinas, y hoy día un viaje a l\1achu-Pichu ya no presenta las dificultades de otros tiempos, gracias. al cuidado de las instituciones oficiales d-earqueología y turis'rno organizadas por el estado peruano. El paisaje que rodea las ruinas es de los más atormentados y rebeldes: cadenas que se sobreponen a cadenas, montañas aserradas, picos' que agujerean
LA ROCA DE MACHU-PICHU
En medio de esta naturaleza tan áspera surge la gibosa roca de Machu-Pichu, en forma de espigón proyectado hacia 'el norte; en una breve ladera expuesta al sur se encuentra el perímetro de la ciudad, En medio de ambas e eleva la punta del Huayna-Pichu, como un diente abrupto. Su color obscuro (la roca es una anfibolita) ensombrece el marco de la ciudad con sus tonos grises y negros
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CASAS
DE
HABITACIÓN
Y ANDENES
DE
CULTIVO
El campo arqueológico urbano comprende varios sectores. En primer lugar los andenes, o chacras de cultivo; están dispuestas, como en todo el Altiplano, a guisa de gr'ader-ia, cuyos muros de contención lo forman por lo común paredes de p irca, sin excluir el empleo ocasional de grandes lojas sin labrar. De estas . , chacras los habitantes exhalan el alimento
LAS
Siguen los vanos grupos de casas de habitación, -
CASAS
DE
HABITACIÓN
dispuestos, a ná logarne nte, en planos sucesivos, escalonados, según lo requiere el terreno, y unidos , , -----'~ -'_ I.~ _o,..~I •.""s v las t. de Hrssa rlik II y VIII. La cuchilla que se ve
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DOS
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PUERTAS
DE
AMERICANA
DISTINTO
PERFIL
Ambas en edificios de sillares paralelepípedos de cantería grosera. Generalmente la caja de las puertas de toda construcción es de materiales y técnica más esmerada, y así también las esquinás de las casas y los nichos y ventanas, tanto en Machu-Pichu como en el Cuzco. En la puerta de la derecha (2) obsérvese el anillo arriba del arquitrave : sirve para atar la techumbre de paja. Los dos huecos excavados, en cada lado de la puerta han sido interpretados por algunos como prueba del culto a las víboras, que son en la región abundantísimas; en realidad estaban en conexión con un ingenioso sistema de cerrar las puertas .
las nubes; de trecho en trecho grietas angostas y abismos insondables, cubiertos en sus laderas profundas por una vegetación que todo lo obscurece: En medio de esta naturaleza áspera y salvaje surge la gibosa roca de Machu-Pichu en forma de espigón proyectado hacia el Norte; en una breve ladera expuesta al Sur se encuentra el perímetro de la ciudad. En medio de ambas se eleva la punta del Huayna Pichu, como un diente abrupto. En el fondo del abismo, a una profundidad de 1.000 metros, rodeando por tres costados el peñasco, serpentea el lecho angosto y encajonado del río Vilcanota, hilito cándido sepul-tado por la selva. La roca que constituye el Huayna Pichu es una anfibolita, de tintes obscuros, que ensombrecen el marco de la ciudad con sus tonos grises y negros. En la sumidad del pico se distinguen no sin asombro, los meandros de un
sendero. El marqués de Wavrin acaba de descubrir allá encima - tras penosa ascensión - algunos pozos, un observatorio militar, varios trabajos de piedra que parecen ser destinados al culto, y además una serie de andenes de cultivo. El mismo Wavrin encontró a mitad de camino desde el fondo del Vilcanota (véase el croquis que indica su itinerario) gran número de cavernas naturales alistadas para habitaciones funerarias y más abajo - lo que tiene aún mayor interés - una vasta obra" de defensa militar constituída por cuatro líneas paralelas de murallas en" zig-zag, cuyo trazo es idéntico al del Sacsahuaman del Cuzco. "El campo arqueológico estrictamente urbano comprende varios sectores. Por un lado los andenes, o chacras de cultivo de donde los "habitantes extraían su alimen to , están dispuestas, como en todo el resto del altiplano, a guisa
MACHU-PIC
U Y EL MITO
ASPECTOS
DE
LAS
DE PACARI-TAMPU
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RUINAS
En Machu-Pichu ,como e~ todos los campos arqueológicos del Perú, no queda casa alguna cubierta aún parcialmente por el techo. Aún cuando desentechada es una bella ciudad en tan buen estado deconservación' que el visitante llega a sentir como los viej os ' conquistadores españoles en los env.idiables tiempos en que todavía quedaban ciudades por descubrir. La impresión que despierta Machu-Pichu no es de seguro la de un campo de ru inas+ de+época (., excesivamente remota .
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DETALLES
DE
LA
AMERICANA
CONSTRUCCIÓN
Una puerta y un nicho de piedras .bien canteadas y otras irregulares, cuyos sillares denotan un estilo de transición, o más bien el descuido del constructor de casas particulares. Nótese los dos cilindros de piedra que sobresalen de la pared en la parte alta; su funcién es la de sujetar las ataduras del techo (a veces son substituidos por anillos)
de gradería, cuyos muros de contención saban sobre una armadura de vigas, y están ·formados por lo común por pasu conservación reclamaba suma atenredes de pirca, sin excluir el empleo ción y el cambio periódico de la materia ocasional de grandes lajas sin labrar. vegetal. Todos estos cobertizos se desSiguen los grupos de casas de habitaplomaron ·apenas quedaron abandonadas ción, dispuestos; análogamente, en valas viviendas. No hay persona que no rios planos escalonados, como lo requiere . advierta el contraste capital en el arte el terreno, y unidos por medio de graconstructivo de los Peruanos: no obstanderías angostas, cuyo aspecto trae .el te haber llegado al sumo de la perfección recuerdo de alguna escalera de Hisen la talla de las piedras y en la técnica muraria, la arquitectura incaica nunca sarlik. . Las casas privadas son de planta· contó con un sistema de techumbre 'que rectangular; de los edificios públicos superara el de los pueblos primitivos, solamente uno es circular. Los techos es decir la cobertura de hierbas. ' son de media agua y de dos aguas, con A pesar de esto, la impresión que pendiente más bien pronunciada. En despierta Machu-Pichu no es la de un Machu-Pichu, como en todos los cam- campo de ruinas de época excesivamente pos arqueológicos del Perú antiguo, remota. "Aún cuando desentechadano queda casa alguna cubierta, aunque así se ~xpresa H. A. Frank - es una parcialmente, por el techo. La razón bella ciudad en tan buen estado de cones muy sencilla: el techo estaba constiservación que el espectador llega a sentuído por capas de paja que descan-. ti(..como los viejos conquistadores espa-
MACHU-PICHU
OTROS
y EL MITO DE PACARI-TAMPU
DETALLES
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CONSTRUCTIVOS·
Arriba un edificio en sillares rectangulares de comisura: alternada, que por regularidad de perfiles, talla esmerada y té¿nica muraria puede estar al lado de los más modernos de Cuzco. En cuanto a las piedras de mayor tamaño que el lector dicierne en la zona inferior (hay alguna de corte poligonal) es evidente que los dos estilos coexisten y se compenetran sin que ello sea prueba de la edificación en dos épocas. Abajo unos escalones excavados directamente en Ía. roca, cuyo aspecto es típico de algunos bien conocidos lugares de culto
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DETALLES
DE
LA
AMERICANA
CONSTRUCCIÓN
Tenemos un baño; es visible la canaleta que traía el agua y la cuenca excavada en la roca de base; la talla de la piedra muestra haber alcanzado un grado sorprendente
ñoles en los envidiables días en que aún había mundos para descubrir". "MachuPichu se ha salvado de la suerte que le ha cabido a las demás ruinas preco10mbianas de los Andes, conservándose intacta como Pompeya y tan original como cuando la abandonaron sus habitantes". "CO'IllO muros no hay ninguno que los supere". "Aquí se aprovecharon cuantos pedregones y lajas se hallaron a la mano, siendo a veces difícil para el ojo determinar dónde termina la obra de la naturaleza y comienza la del hombre". En cuanto a los edificios públicos, militares y religiosos, además del observatorio, ubicado en sitio elevado, Machu-Pichu cuenta con varios templos, cuya función y significado, junto con el nombre con que se los distingue, depende mucho de la interpretación de visitantes y descriptores. Entre estos edificios se destaca uno a forma de torre circu lar, admirablemente construido de
sillares de piedra rectangular canteada, cuya forma coincide con la análoga construcción circular de Pisac, y. es con toda probabilidad un lugar destinado al culto del Sol. Tampoco es posible la duda sobre la destinación de un gran bloque de roca tallado cuidadosamente, con un mojón central que con su' sombra señala la posición del sol: es una piedra de intihuatana o reloj solar, del' tipo claramente determinado por Max Uhle. Existe otro edificio llamado "casa de los sacerdotes", contiguo ·al "templo del Sol". . De mayor notoriedad sin. duda alguna - goza otro edificio; llamado el "Templo de las Tres Ventanas", así bautizado por Hiram Bingham por ser - como lo dijimos arriba - la principal pieza justificativa de sus apreciacion s histórico-cronológicas. Los lectores podrán formarse una idea suficientemente exacta de esta construcción por las nítidas fotografías que ilustran
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DOS
y EL MITO
CONSTRUCCIONES
DE
DE PACARI-TAMPU
CARÁCTER
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RELIGIOSO
Arriba construcción semi-circular en forma de torre, con ventanas, pedos algo mayores en la zona inferior, en que aparecen algunos parecida en Pisac. Abajo reloj solar o Intihuatana, formado de un se proyecta sobre una plataforma de roca tallada. Los hay
de aparejo de sillares paralelepíperfiles trapezoidales. Hay otra mojón de piedra cuya sombra idénticos en todo el Perú
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GEOGRAFICA
este escrito. Se trata de un edificio de -planta rectangular, cuyas tres paredes están bien conservadas, más perfectamente la posterior (la que lleva las ventanas) y la del lado izquierdo; de esta última es fácil deducir que el techo era de dos aguas, de vertiente muy empinada, y las vigas oblicuas se emplazaban directamente sobre el' arquitrave 'de las ventanas. Con muy oportuna ironía el Sr. Frank, aludiendo a la interpretación de H. Bingham, dice que "Ciertamente, si ésta es la primitiva Tampu-Toco de la cual procedieron los fundadores del imperio, poco fué lo que estos últimos avanzaron en el arte de construir en los largos años transcurridos entre Marchu-Pichuy la fundación del Cuzco". En resumen, el apelativo de "Pompeya del Altiplano" consagrado por H. J. Frank, resulta apropiado, si .deseamos destacar que Machu-Pichu nos conserva inalterado el testimonio de la vida, industria y artes de un pueblo montañés provisto de los elementos culturales del período cuzqueño coI rrespondientes al último período de su desenvolvimiento autónomo. La impresión que Machu-Pichu produce en todos los visitantes - y en esto el mismo relato interpreta.tivo de H. Bingham es coincidente - es que la ciudad fué esencialmente una población de refugio, un asilo de gente que se siente perseguida y se retira en lugar recóndito. Esta impresión se encuentra reforzada por la prueba. documental en este caso negativa - de que en ningún relato o crónica o tradición del tiempo de la conquista o posterior asoma la menor mención de su existencia. Lo han explicado algunos pensando que un pequeño grupo de .indigenas, huyendo ante el terror de la conquista, se atrincherara en medio de las rocas y las selvas de Machu-Pichu; por consiguiente la ciudad habría florecido hacia la segunda mitad del siglo XVI, último baluarte de un pueblo altanero, incapaz de adaptarse a las imposiciones tiránicas del conJuistador, a su religión y costumbres. .Mi opinión es que no hay necesida de recurrir a un rejuvenecimiento'
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(Fotos
Morsín
AMERICANA
tan exagerado de las fechas; por otra parte, ningún trozo de hierro o de arma o instrumento europeo fué hallado en las ruinas. Los primeros treinta años del siglo XVI nos ofrecen un escenario suficientemente apto para ubicar la deserción de un puñado de hombres. La rivalidad dinástica, la guerra intestina, el desorden instituciona] del estado, el cisma de las facciones, justifican plenamente la avulsión de unos cuantos núcleos, anarquizados por el ejemplo que venía de lo alto. Bajo este punto de vista, no se engañan los escritores peruanos cuando aseguran que en su tierra quedan ,aún por descubrir una docena, quizás,' ~e Machu-Pichu; es muy verosímil qué-, la construcción y efímera duración de' una colmena de Orejones con los ayl!u respectivos, aislada y oculta entre las sierras, a imagen de Machu-Pichu, no fué un caso único en aquel intenso drama de civilizaciones cuyo acto preparatorio se abrió con los últimos años de Huayna Capac. Naturalmente, no hay que excluir la existencia de dos épocas de Machu-Pichu: la primera, contemporánea de la ocupación del valle del Urubamba por parte de Pachacutec, y consistente en' obras militares, de fortificación defensiva y ofensiva, observatorios y pozos en lo alto del Huayna Pichu, con unos cuantos andenes de cultivo, senderos y habitaciones para el uso de un diminuto presidio militar permanente; la segunda, representada por la ciudad propiamente dicha, al llegar los clanes fugitivos. De todas maneras, un abismo infranqueable nos separa de las concepciones fantásticas de H. Bingham, a pesar de la existencia del famoso "templo de las Tres Ventanas". Ya se han pasado en reseña las razones substanciales por las que Machu-Pichu no puede ser confundida con Tampu-Toco. Nos queda ahora mencionar otra nueva, realmente aplastadora. A Hiram Bingham le fué necesario alterar el número de las ventanas, para ponerse de acuerdo con el mito. Todo lector puede observar que las ventanas eran cinco, aunque dos de ellas fueran condenadas por una pared levantada posteriormente, F. Chambi,
Cuzco)
MACHU-PICHU
EL
LLAMADO
y EL MITO DE PACARI-TAMPU
"TEMPLO
DE
LAS
TRES
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VENTANAS"
Arriba vense las tres venfanas abiertas sobre el horizonte. A su pie fueron encontrados montones de desperdicios con numerosos fragmentos de cerámica, lo que demuestra que por esas ventanas la basura del templo la arrojaba. Abajo es fácil observar que las ventanas no eran tres sino cinco. También son visibles los detalles del muro posterior del templo y de los dos laterales, y las características del techo, de dos aguas y muy empinado