I OCTUBRE 1~33
BUENOS AIRES
Al~O 1 - N° 1
REVISTA GEOGRAFICA · AMERICANA JOSE
ANESI
SAN JUAN 738 U. T. 23-0487
Director
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«.: .n.
AUNQUE
está cayendo en desuso el saludo de las nuevas publi-
caciones a los coleqas y aL público, La AMERICANA
REVISTA
GEOGRÁFICA
no podrá prescindir de esa para alaunos simple
f6rmuLa y para nosotros expresion de un sentimiento
sincero.
La
coriesia u un prejuicio de que todaoia no hemos podido desprendernos .. Sea, pues, nuestra primer palabra una respetuosa y cordial salutacián. a La prensa argentina, a las revistas análoqas de todo el mundo, a las instituciones que
fomentan
o practican el culiioo de La
ciencia geográjica, el estudio de LM U,fM y costumbres, los viajes y el turismo - de todo aquello, en suma, que hace comprender aL hombre que no u un ser casual y aislado en su. clan o su. pais - y a todos nuestros lectores presentes, y futuros,
a LM cuales trataremos incan-
sablemente de satisfacer y aqradar, Tiempo hace que acariciábamos el proyecto, cuya realizaciáa en principio entraña La aparici6n de esta reoista, de dotar a La Argentina. de un "magazine"
semejante a LM que en Europa y Norfe América
vienen dedicándose con tanta autoridad como éxito a La noble tarea de difundir
en el llamado gran público el gU,fto y La ,fimpaf[a por LM
cuestiones geográjicaJ', .1J que pudiera resistir el cotejo con ellos a La vez que ser una honra para este pais y .nc titulo de naci6n culta. circunstancias
aplazaban
siempre
La ejccucián de ese proyecto, mas
ahora nos hemos decidido, y teniendo confianza nuestra buena estrella, iniciamos La marcha.
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Las
en el público y en
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LAS MISIONES FRANCISCANAS EN EL CHACO BOREAL Una obra civilizadora y altruista que la guerra entre dos pueblos hermanos ha interrumpido y puesto en peligro.
por VINCENZO
SPINELLI
uÉ h~rán n~estros indios a~~ra? ¿Que harán nuestros niños? y en la voz del monje tiembla una emoción verdadera. Es un hombre todavía joven, rebosante de vitalidad y fuerza contenida: la cogulla del franciscano parece que está por romperse y dejar asomar los músculos del atleta. Cerca de la ventana dos hermanas clarisas, delicadas, blancas, casi diáfanas, parecen figuras de otra vida: una está sentada, correosi un cansancio y una pena extraña la aquejaran; apoya la cabeza en los brazos de la otra, que la sostiene con ademán casi materno. Vienen del Chaco, donde más ruge la guerra, y abandonaron sus escuelas, sus iglesias, sus indios, sus niños. Las escuelas se transformaron en hospitales de sangre; los niños fueron dispersándose con sus familias; los indios, vistieron unos el uniforme militar, otros quedaron con los suyos quién sabe donde.
Q
Los Franciscanos en el Chaco Los misioneros franciscanos cumplían una obra muy civilizadora en el Chaco; y paralelamente a esa obra, las hermanas clarisas, misioneras del Sacramento, llevaban a aquellos lugares apartados y salvajes la fuerza de su fe. Desde Cuevo dirige las misiones un Vicario apostólico y hay seminarios en Tarica y Potosí; Villa Monte es lugar de concentración de los misioneros, quienes de allí se dividen para llevar la luz de nuestra civilización hasta los más obscuros lugares de aquellos pa.rajes difíciles, malsanos y casi desiertos. , -¡Nuestra iglesia de Cuevo! - Añora la monjita que está de pie, dirigiendo una mirada llena de lágrimas hacia una lejanía de ensueño. - Iban chicos de
UN
"NOTABLE
"CHIRIGUANO
Además de cacique, tienen los chiriguanos sus "notables" que suelen ser los hombres ancianos de más prestigio en la tribu, a cuyo consejo se recurre en los casos delicados. Como se ve, se trata de una costumbre universal en todos los pueblos-y-tiempos.
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REVISTA
UNA
GEOGRAFICA
CHACRA-MODELO
AMERICANA
EN
SANTA
ROSA
Hasta una chacra-modelo en que se realizan los cultivos con tendencias a una especialización y superación de la producción han logrado formar en Santa Rosa los misioneros franciscanos, haciendo construir por los indios caminos y acequias para defender los cultivos.
todas partes, y mujeres y hombres. Fíjense en ese enjambre de chicuelas que aprenden las más variadas labores. ¡Cómo están serias, con qué aplicación estudian, miran, escuchan! -y fíjense en nuestra banda de música de Santa Rosa! - esta vez es el fraile que habla -. No crea que se trata de comparsas con instrumentos que no tocan. Los músicos tocan de verdad, y soplan y hacen un ruido terrible que asusta a todos los pájaros de los montes; quienes seguramente no estaban acostumbrados a la música de los clarinetes y de las trompas. El fraile busca las imágenes risueñas; pero se ve que no está contento y que, a pesar de volver a su país, le cuesta abandonar el fruto de tantos sacrificios y de tanta pasión.
Indios y misioneros Ha sido la guerra que, cual huracán que destroza el grano ya maduro, ya
lleno de espigas ricas de trigo, ha dispersado la labor- de los misioneros; pero la buena simiente no fué seguramente echada en vano. Cuando termine la guerra, se enlazarán los hilos rotos de la tela, y se reanudará el trabajo; volverán los misioneros, las tribus continuarán su vida monótona y triste. Pregun tamos: -¿Cómo se llevan los indios con ustedes? ¿Cómo viven? Al fraile se le enciende el rostro con el recuerdo. -Son buena gente - dice - pero ya corre en sus venas una sangre cansada. Si no temiese decir una herejía, diría que son como las alimañas cuando ya el invierno está a la puerta. Se mueven torpes como si millares de voces de' toda la tierra les llamaran al dulce, pesado sueño del invierno. Su inteligencia está llena de neblina neblina del sueño - y la voluntad es flaca e inconstante. Además, la ve-
LAS MISIONES
FRANCISCANAS
LA
IGLESITA
EN EL CHACO BOREAL
DE
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CUEVO
En el costado occidental del Chaco boreal, al pie de la serrania de Misiones, se levanta la población de Cueva, sede de las misiones franciscanas de la región, bajo la dirección general de un yicaria apostólico. Es el centro de oración, pero también de instrucción y de redención económica de los indios que se agrupan en torno a ella como en la era de las misiones jesuiticas.
UNA
CLASE
DE
TEJIDOS
INDÍGENAS
En la "Escuela de Mujeres", anexa también a la iglesia, enseñan los franciscanos a las niñitas indias, 'a las cuales se unen también algunas mujeres crecidas, a tejer las mantas y alfombras con motivos aborigenes que les dan a la vez provecho material y sa tisfacción a sus instintos artísticos.
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REVISTA
GEOGRAFICA
AMERICANA
• I
LA
BANDA
DE
MÚSICA
DE
LOS
INDIOS
En Santa Rosa han formado los indios, bajo la dirección artística y moral de los religiosos, una nutrida banda de música que ameniza las fiestas populares y que es motivo de orgullo para la poblaci6n. Aquí también como en las misiones jesuiticas, la música resulta un gran medio de dar interés y colorido a la vida opaca de esos pobres seres, laboriosos y resignados, que la civilización rechaza.
cindad con los blancos les ha quitado la fortuna más grande de los pueblos y de los individuos: la confianza en sí mismos, el concepto de valer algo, la esperanza. Ya sienten que son una raza acabada y no resisten más desesperadamente contra la civilización, sino que la aceptan resignados como un don de la misma fatalidad. Sólo los niños toman parte en la nueva vida y en las nuevas enseñanzas. N o es esta una novedad: en todas partes, en todo clima, en toda raza, el porvenir siempre lo llevaron en sus manecitas los niños.
Poblando el desierto -Parece imposible - sigue el fraile - que exista una vida tan pobre,tan míseracomo la de los indios del Chaco. Están reunidos en tribus, y se combaten entre ellos peor todavía que los famosos gallos de Renzo, Y sin embargo, esa es tal vez su más notable
señal de vida! Todo lo que necesita el hombre - y necesitan tan poco! - lo esperan de la naturaleza o de los blancos, a los que sirven o venden los produdas de los montes. Disciplinar la producción, sembrar, he aquí algo que debe hacerles el efecto de un sacrilegio, y es precisamente lo que nosotros les hemos enseñado antes, junto con el concepto de fraternidad cristiana que los haga reconocer a todos, cualquiera sea la tribu a que pertenezcan, como hermanos. Cuando miro esta fotografía de la primera siembra hecha en terrenos nunca cultivados hasta entonces, no puedo contener mi emoción. -¡Pobres hombres! ¡Son tan buenos, y se dejan guiar tan mansamente! - dice la hermana más pálida, como despertándose. -Es verdad confirma el misionero - cuando el alcohol no los hace completamente irrazonables; especial-
LAS MISIO
ES FRANCISCANAS
EN EL CHACO BOREAL
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LA LABOR DE LOS CAMPOS
A costa de grandes esfuerzos y de una paciente tarea de persuasión, consiguen los misioneros convencer a los indios de que dirigir y apresurar la obra productora de la naturaleza no es un sacrilegio, como parece que creyeran, tal es su resistencia a sembrar y cosechar en un principio.
mente los de raza chiriguana, que se distinguen por un pequeño escudo que llaman "tambeta" y que llevan encastado en el labio inferior desde chiquititos. Aquí pueden ver al gran cacique Mandeponay, el que está sentado, y a este otro notable de la tribu. Nos despedimos de los misioneros, pues parece que el cansancio de la pequeña hermana marca en su rostro delicado las huellas de un verdadero sufrimiento. -Está muy enferma - dice el monje en voz baja - y quién sabe si llegará viva a Italia, pues el clima es muy duro, allí, las enfermedades son muchas, y el organismo se gasta pronto. Cerró enseguida la puerta. Nos pareció notar en su voz la angustia del llanto que se reprime por largo tiempo. EL GRAN CACIQUE MANDEPONAY
Muestra bajo el labio inferior el pequeño escudo llamado iambela que distingue a los indios de raza chiriguana y que se les inserta a los hijos varones a poco de nacer El manto y la vincha son los principales distintivos de su rango. (Fotos especiales para R. G. A.)