Por Elena Pietrini y María José de Tal
Por todo aquello que aun no sabemos y lo que nos falta por preguntar.
Ilustraciones de Elena Pietrini.
Historia de María José de Tal.
Timoteo nació en 2009, en México, D.F. Todos los derechos reservados.
Timoteo teme a todo. A las pelusas de las piyamas
A las ara単as de pies torcidos
A las espinas de los chayotes
Pero lo más terrible, horrorífico, petrificador para Timoteo, lo que más lo asusta
Si escucha una pregunta a menos
de cien metros de distancia,
m谩s l
no a j e
o
贸 c n i huye pronto hasta el r
n
d贸nde vas A m o i te T
ni tant
a o d n a r e esp
n ta
ito ,
to, no se i c te e i queda qu
mueve
Ahí se
la e qu
u g e r p
se vaya .
Pero aquel día sucedió lo contrario, en lugar de que la pregunta se fuera
esa pregunta solita ยกexplotรณ como dinamita! ยกMillones de preguntas cayeron sobre Timoteo!
ยกEstaban a punto de ahogarlo! ยกllegaban hasta su nariz!
Timoteo pataleaba, se hundĂa, luchaba por salir a flote.
Logr贸 remar hasta la costa.
Y corri贸, chorreando preguntas, hasta lograr dejarlas atr谩s.
Ya lejos, muy lejos, agotado por tanta huidera, Timoteo se tiró a las raíces de un árbol a descansar.
Pasaron las horas en el silencio del sue単o.
Hasta que
! S A ยกZ
del รกrbol cayรณ un Cuatito.
il, g á tan imo a r E ís t n e li a v tan
A la mitad de una acrobacia
que Timoteo no podía cerrar la boca.
-PรกJ a R S E p Ec
O
E Ci
Nt oS dE
los rodearon
aZuLES
agitando montones de alas mojadas.
ยกSe llevaron al Cuatito hasta las nubes!
ú, yt s irá
a Ti dónde mot eo
¡O h
eva pregunta! u n a n U ¡ ! no
隆Necesitaba encontrar d贸nde esconderse!
铆a,
ent贸 t n I
ac v ta a l a n u n e
Sentía que en cualquier lugar las temibles preguntas lo podrían encontrar.
rot o,
en un
ho
o... r e u ig m r
en
un o v e u casc arón de h
Con el coraz贸n en un hilo, Timoteo pensaba c贸mo ponerse a salvo.
Pensaba y pensaba y pensaba, aĂşn pensaba un poco mĂĄs.
Tal vez pens贸 demasiado.
De repente, 隆OUCH!, se pic贸 con algo.
¡Eran las agujas que el Cuatito le había dejado! ¡Con ellas podría tejer el escondite perfecto!
Al principio no era ningĂşn experto.
Pudo tejer un escondite algo inc贸modo.
Hasta teji贸 un paraguas
Descubri贸 que pod铆a tejer cualquier cosa que pudiera imaginar.
y un viento lo hizo flotar por los aires.
Varias preguntas se le cruzaron en el camino.
Timoteo se puso algo nervioso
pero supo esquivarlas a todas.
At err iz贸 en med io de lo de sconocido
. o s o l l i v a y mar
uri
a ir
dec idi 贸
隆U nr s
Timo teo, c
o, os
m-ritmo u t m u t broso! a es ba a on
r. a r o l p ex
¡¡L a tri bu h! ! Aboton-Ah-Da
Caminó hasta encontrar
Su re-tum-tum-ritmo
ilar! a n l é o i b b puso a ¡tam
La pasó tan bien que...
decidi贸 quedarse.
Con el tiempo aprendi贸 a cultivar botones,
como los demĂĄs.
Se sentĂa en casa.
Le
h-Dah A n o t o n a b a b A migo ta u i s b i i s v de la tr o su pasado. L e r b o s p r n e s a gunta cĂ a h
¡N
Timoteo descubrió que podía contestar.
oh abía
nada de temible en las preguntas!
Coment贸 con la luna la cosecha de botones
Una noche tibia, Timoteo sali贸 a caminar.
y después escuchó a la luna preguntar
A dónde irás aho r a mo t eo i T Timoteo abrazó la pregunta con una nueva actitud.
Con la pregunta entre manos, volvi贸 al valle donde vio al Cuatito volar.
Al despuntar el primer rayo de sol Timoteo liberó la pregunta y vio cómo ésta se transformaba ¡en cientos de peces-pájaro azules! ¡con más cientos aún de alas mojadas!
Timoteo se acercó a uno de ellos. Susurró algo en su oído. El pez-pájaro azul asintió.
Cientos de aletas mojadas comenzaron a ser agitadas. Timoteo agit贸 los brazos y
(no sin esfuerzo y un poco de miedo)
Rodeado de un mont贸n de preguntas aladas, Timoteo se atrevi贸 a volar.
Su carrete permanece en el suelo por si un dĂa decide regresar.
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