Brasilia

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Brasilia- la isla de la fantasía moderna El proyecto de Brasilia fue encargado por el presidente Juscelino Kubitschek quien aprobó en 1956 la fundación de una nueva capital administrativa y política en el centro del país: Brasilia. Esto con el objetivo de situar a Brasil a la cabeza de la modernidad latinoamericana. Niemeyer es nombrado asesor técnico del proyecto y responsable de la organización del concurso para el plan urbanístico de la ciudad, donde elige a Lucio Costa, con quien había trabajado recientemente en el diseñó del pabellón brasileño para la Feria Mundial de 1939 en Nueva York además de ser su maestro en la Universidad. El proyecto de Brasilia se diferenciaba del resto de ciudades existentes en Brasil pues se trataba de una organización mas objetiva, científica y lineal. A diferencia del caos de Río de Janeiro con su organización serpenteante a lo largo de la costa y el insustancial montañoso organización de Sao Paulo. Al tratarse de la capital se quería que fuese un proyecto que congregara las entidades económicas y políticas del país en una misma ciudad, una ciudad organizada. Para esto se crea el Plan Piloto, un plan que estructuraría la ciudad a partir de dos eje principales; de Este-Oeste y de Norte-Sur. El proyecto de Brasilia fue un experimento de la arquitectura de la modernidad en Brasil. Además de ser un plan urbanístico cuenta con una serie de edificios modernos en los que se ve la influencia directa del maestro de la Modernidad, Le Corbusier sin embargo se puede apreciar la apropiación de los conceptos modernos para crear una arquitectura vernácula propia de Brasil. En el plan urbanístico el plan piloto fue el concepto de organización para el diseño de Brasilia, organizado a partir de los dos ejes previamente mencionados, de Este-Oeste y de Norte-Sur. El eje que va de Este-Oeste es el eje monumental donde se encuentran los edificios más importantes de instituciones políticas y gubernamentales. El eje que va de Norte-Sur es donde se encuentran las zonas habitacionales y en la intersección de los dos ejes se encuentra la terminal de buses que funciona como eje visual de los principales edificios estatales. Junto a la terminal esta el sector cultural, el teatro y entes económicos. En la parte Oeste esta la torre de televisión, el área comercial, de recreación, deportiva, hotelera, militar y la estación de tren. El eje residencial esta dividido en súpercuadras, 16 hacia el Norte y 16 hacia el Sur con once unidades habitacionales cada uno, además de algunas áreas comerciales, escuelas y templos. Estas supercuadras fueron diseñadas como parques debajo de las áreas residenciales, no existe flujo vehicular pues es redireccionado para dar mayor seguridad a sus habitantes.


La agrupación de los edificios residenciales en pequeños grupos resulta en la formación de comunidades dentro de la ciudad. Estos edificios son construidos sobre pilotes para generar mas espacio libre debajo de ellos, como si fuese un parque para que los niños jueguen juegos, o practiquen deportes además de posibilitan la continuidad visual generando el conjunto vivienda-ocio. “Si bien la estación terminal del ómnibus sigue constituyendo el espacio mas vital y popular de la ciudad no se ha logrado superar el aislamiento y la carencia de ámbitos públicos para la vida social, que resulta pobre y restringida. Brasilia no es la ciudad de los encuentros , de los descubrimientos personales, de la dinámica de grupo”. En la cita anterior, vemos como Roberto Segre habla de la falta del evento ciudad. Muchos arquitectos se refieren a Brasilia como una ciudad “para el vehiculo” y eso es uno de los tantos problema del diseño de la ciudad; el vehiculo privado no solo restringe esa dinámica colectiva sino que no hay interacción con otras personas, cosa que propicia el transportes publico. El automóvil no se presta para conocer nuevas rutas ni personas sino que permanece en una rutina continua donde no sucede nada inesperado. En Brasilia existe la dependencia del automóvil determinada por la sectorización monofuncional y las grandes dimensiones- este es el caso de las “súper cuadras”. Se trata de una ciudad que no es para el peatón, ósea que no es cambiable y no existe un plan de transporte publico que funcione efectivamente. La estructura vial le da prioridad al flujo vehicular en las avenidas que atraviesan la ciudad en el sentido norte-sur, estas son las zonas habitacionales, sin embargo no hay un flujo por el resto del plan, por la zona de servicios y comercio. Otra problemática que surge debido a la falta de planificación vial es el de las zonas comerciales el cual no fue organizado de manera que se pueda accesar las tiendas desde las supercuadras sino que el acceso publico se da directamente desde los tramos de conexión de este-oeste lo que genera un caos vial. Los comercios locales empiezan a especializarse presentando una mezcla que genera un mayor volumen de personas en la zona. Dado los problemas de planificación vial y de uso se modificaron los programas para volverlos mas flexibles y permitir el uso mixto, esto significa que los habitantes se comienzan a apropiar mas de la ciudad, haciendo modificaciones para una mejor vivencia y aprovechamiento de los espacios. La plataforma central tiene un intenso uso diurno pero no de noche, no se puede concretizar la intención inicial de localizar allí el principal centro de diversión y esparcimiento de la ciudad. Además que esta no es accesible al peatón, las supercuadras mas cercanas se encuentran a mas de 2 Km.


Se ha dicho de Brasilia siempre que es la imagen del arquitecto-urbanista <demiurgo>, diseñador de la totalidad del plano hasta en sus últimos detalles. El gobierno les otorgo poder absoluto sobre el diseño de la ciudad, en una obra en la cual no existe campo a la intervención del usuario. Según Roberto Segre hoy en día se puede percibir con mayor intensidad la invención de los usuarios que las concepciones formales de los arquitectos. Esto debido a que los habitantes de la ciudad han alterado la estructura visual del proyecto original dentro del Plan Piloto. Como parte de la problemática la separación de Brasilia por estratos sociales como resultado de la organización espacial, han surgido las ciudades satélite, que son ciudades dependientes d una ciudad mas grande- en este caso Brasilia. Estas contienen una variada topología de fantasías kitsch realizadas por el usuario con el objetivo de individualizar su espacio y se encuentran distribuidas en la periferia de Brasilia. Lo que esto quiere decir es que de 1,8 millones de personas solo 400 mil viven en Brasilia donde un sector del ala norte se encuentra desocupado, mientras que en la periferia vive el restante 1, 4 de población de la zona el cual depende de Brasilia por los servicios etc. Es así como la ciudad que mas bien iba a emanar confianza se convierte así en la isla de la fantasía, aislando de esta manera el poder político del resto de su población. Se dice entonces que existen 2 Brasillas- una restringida diseñada por los arquitectos y urbanistas y la paralela o marginal, que es la que esta conformada por la voluntad del usuario popular, en otras palabras es la que se vive, de lo que se pudo apropiar la cultura.

12) [©SmcArq; elaboración propia] Distrito Federal de Brasilia; las Zonas Urbanas Consolidadas han traspasado los límites político-administrativos del aludido Distritohttp://smcarq.blogspot.com/2011/08/analisisterritorial-de-brasilia-actual.html


En conclusión a pesar de que se trata de una ciudad que no es agradable al turista por las razones expuestas previamente y que además no tiene una vivencia urbana, no podemos dejar a un lado los grandes aciertos que se lograron. Estos aciertos son la conexión de puntos visuales por medio del eje monumental, las supercuadras que a pesar de su longitud funcionan como parques grandes debajo de los edificios residenciales proporcionando espacios libres y de recreación en la planta libre además de una buena continuidad visual. Además de que los edificios gubernamentales diseñados para la ciudad son edificios que marcaron la arquitectura moderna en Brasil además de que fueron grandes propulsores de la arquitectura contemporánea. Habiendo dicho todo esto talvez Brasilia fue considerada un fracaso por las fuertes criticas pues se basaron en la idea de que iba a solucionar todos los problemas de un pueblo subdesarrollado y esto fue lo que se propusieron Oscar Niemeyer y Lucio Costa con su equipo de urbanistas, sin embargo se fueron al otro extremo del caótico Río de Janeiro y ese fue su error. El único problema de Brasilia es que los diseñadores no encontraron este punto de articulación entre la acción profesional y la acción espontánea- el evento ciudad por parte del usuario. Porque resulta imposible diseñar una ciudad donde todos sus componentes arquitectónicos se encuentren definidos, cada detalle sin fragmento de libertad para los usuarios. Además de que su ideal de “ciudad perfecta” sistematizo tanto el programa que no dejo campo para el “evento” urbano. Me parece que su cultura tan alegre nunca logro una apropiación de la ciudad, sus calles, el hecho que ni siquiera es caminable, los que logran acostumbrarse es porque nacieron ahí y es lo que conocen. Este es el problema que debe afrontarse en nuestra realidad latinoamericana para enfrentar el desafío del siglo XXI: el vinculo entre diseñadores y usuarios, entre el ‘saber” profesional y el “saber” popular. Aquí es donde entra la simbología, la cual se encarga de despertar la creatividad del usuario en su inconsciencia la cual pasa a su consciente. El uso de símbolos por parte del arquitecto es fundamental al tratar de lograr ese vinculo entre espacio y usuario es una manera sensible para activar una conexión ya existente entre ambos.


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