Memoria Laboratorio Audiovisual Experimental con tecnologías de realidad vitual UMSA

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UNIVERSIDAD DEL MUSEO SOCIAL ARGENTINO

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Laboratorio de audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual MEMORIA

2019 - 2021



UMSA

UNIVERSIDAD DEL MUSEO SOCIAL ARGENTINO FACULTAD DE ARTES DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN “Laboratorio de audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual” Director: Ricardo Pons Co-directora: Mariana Lombard Investigadora: Mariela Beker MEMORIA 2019 - 2021 Edición digital a cargo del equipo de investigación. Compilación y corrección de textos: Mariela Beker y Ricardo Pons. Diseño gráfico y maquetación: Mariana Lombard. Agosto 2021




Indice de contenidos


SOBRE EL PROYECTO. Por Ricardo Pons y Mariana Lombard.

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TEXTOS PRODUCIDOS DURANTE LA INVESTIGACIÓN. Análisis histórico. Por Ricardo Pons.

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Reflexiones. Por Mariela Beker. Cómo se construye una casa. Sobre el desierto. Sobre los cuerpos que estaban. Sobre el uso de archivos en la investigación artística multimedia.

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Por Ricardo Pons, Mariana Lombard y Mariela Beker.

CATÁLOGO DE PRODUCCIONES VISUALES Serie de Dibujos. Cuidado con lo deseás. Por Mariela Beker. Desmonumentalizar el territorio. Por Mariela Beker. Estudios sobre el Monumento Recordatorio de la Conquista del

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Desierto (1879). Concurso de Maquettes. Por Mariana Lombard. Modelos 3D. Casa Rosada, Pirámide de Mayo, Plaza de Mayo, aviones

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involucrados en el Bombardeo del 16 de junio de 1955. Por Ricardo Pons. Monumento del vivac del ejército expedicionario al desierto.

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Por Mariana Lombard con asistencia de Laura Palavecino. Audiovisual experimental y entornos virtuales. Cómo se construye una casa. Por Mariela Beker y Mariana Lombard. Bombardeo a Plaza de Mayo, 16 de junio de 1955. Por Ricardo

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Pons con asistencia de Rodrigo Noya. Monumento del vivac del ejército expedicionario al desierto.

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Por Ricardo Pons con asistencia de Rodrigo Noya.

BIOGRAFÍAS DE LXS AUTORXS

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CRÉDITOS

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Sobre el proyecto

Por: Ricardo Pons y Mariana Lombard


LABORATORIO DE AUDIOVISUAL EXPERIMENTAL CON TECNOLOGÍAS DE REALIDAD VIRTUAL https://laboratorio3dumsa.wordpress.com/ Enlace teaser del proyecto

Introducción “Laboratorio de audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual” es un proyecto presentado en el marco de una convocatoria del Instituto de Investigación de la Universidad del Museo Social Argentino para su realización entre 2019 y 2021. El proyecto se basa en una investigación de carácter histórico y documental para la elaboración de piezas audiovisuales con tecnología 3D. Nos propusimos inicialmente abordar dos episodios particulares acontecidos en Argentina: la campaña militar denominada “Conquista al Desierto”, durante los años 1879 a 1883 y el “Bombardeo a Plaza de Mayo” en 1955. Mediante el acercamiento minucioso al material de archivo -tanto textual como fotográfico y audiovisual- y relevamientos territoriales de los espacios en la actualidad, recolectamos el material necesario para la reconstrucción virtual de algunas escenas de ambos episodios de nuestra historia. Este proyecto incluye también una investigación teórica y documental sobre ambos acontecimientos de relevancia histórica, política y social para nuestro país, el estudio y empleo de tecnologías aplicadas al campo de las artes audiovisuales y la creación de piezas artísticas que conjugan los aspectos anteriores de manera reflexiva.

Hipótesis El género documental permite, a quienes lo analizan críticamente, formular una serie de preguntas acerca de la verosimilitud y su permanente tensión con lo apócrifo. Dentro del ambiente de lxs productorxs audiovisuales de este género es común la utilización de material lo suficientemente verosímil para complementar la porción (a veces menor respecto del todo) de material específico, muchas veces de ardua obtención y calidad insuficiente. Esta situación desde una perspectiva artística contemporánea ha dado lugar a una variedad de obras que, a veces irónica y otras crudamente, dialogan con material de archivo histórico, lo intervienen o re-contextualizan, todas operaciones que amplían potencialmente su significado. De este modo este tipo de piezas formulan preguntas o cuestiones para la reflexión tanto hacia lxs artistas productorxs, curadorxs, investigadorxs y el público que las consume.

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Listamos a continuación algunas de las preguntas que nos movilizaron a realizar este proyecto: ¿Qué es lo real? ¿Qué es lo virtual? ¿A qué denominamos realidad virtual? ¿Cómo se define la categoría de lo real en una narrativa documental? ¿Cómo se conjuga/modifica la categoría de lo real en un documental realizado con tecnologías 3D o realidad virtual? ¿Qué emerge del encuentro de la Historia y la Memoria en la realidad virtual? A partir del uso de la realidad virtual en la creación de narrativas audiovisuales documentales ¿Lo real desaparece? ¿Lo virtual es otra instancia de lo real o se trata de una realidad otra, de un simulacro? ¿Qué nuevas experiencias proporciona a lxs espectadorxs la incorporación de tecnologías de realidad virtual o aumentada en la construcción de narrativas audiovisuales documentales? ¿Qué nuevas subjetividades pueden conjugarse a partir de la participación en estas realidades virtuales? ¿Qué reflexiones podrían despertarse a partir de la navegación virtual de sucesos históricos de nuestro país? ¿Qué le sucede a lxs espectadorxs al incorporarse dentro de un suceso que es parte de la memoria colectiva del país? ¿Cómo articular de manera crítica/reflexiva el uso de este tipo de tecnologías en la creación artística?

Estado de la cuestión El empleo de tecnologías de realidad virtual y modelización digital en el medio artístico no es reciente y cuenta con muchos antecedentes en la historia de los nuevos medios, el arte electrónico o las artes tecnológicas. Podemos enumerar una larga lista de piezas artísticas que hacen uso de la modelización digital en instalaciones virtuales inmersivas, videojuegos, obras audiovisuales, aplicaciones para dispositivos móviles y tablets, impresión 3D, etc. Artistas reconocidos por ser pioneros en estos campos como Jeffrey Shaw, Simon Penny, Scott Snibbe, David Rokeby o Klaus Obermaier son oriundos de países centrales y, por su mayor posibilidad de acceso a las tecnologías disponibles en ese momento, pudieron producir obras y textos críticos que, aún hoy, son de referencia dentro de este campo disciplinar. Sin embargo, con la democratización de las tecnologías digitales, el uso masivo de las computadoras personales y la llegada de nuevas herramientas de mayor importancia tecnológica a Universidades, Centros de Estudios y Media-Labs en Latinoamérica, surgieron variadas propuestas desde estas latitudes que, en mayor o menor medida, apuntaron a un uso más crítico, contextualizado e integrado al entorno sociocultural de los países en cuestión. Obras con temáticas vinculadas a la Memoria, la Historia, las situaciones socioeconómicas, los Pueblos Originarios, las fronteras, la migración, entre otras, suelen ponerse en escena con mayor frecuencia entre las propuestas de lxs artistas latinoamericanxs. Pareciera que, en estos casos, la tecnología comienza a cobrar otros sentidos, ni una herramienta más, ni contenido puro en sí mismo. Paralelamente a la expansión de los nuevos medios antes descritos, el cine y los medios audiovisuales también se fueron transformando. La sala de cine tradicional convive ahora con nuevos modos de ver, crear e interactuar con contenidos audiovisuales. Videos 360, narrativas transmedia y realidad virtual son algunas de las nuevas alternativas que se han incorporado con más fuerza para contar historias y que han modificado profundamente la experiencia perceptiva tanto individual como colectiva. Con estas tecnologías, lxs espectadorxs no solo pueden visualizar de otro modo el contenido (por medio de dispositivos o lentes especiales) 10


sino que también tienen acceso a un tipo de experiencia más inmersiva, interactiva y sensorial que evoluciona los paradigmas perceptuales conocidos. Asimismo, las oportunidades que aportan los avances tecnológicos para sobrepasar las fronteras entre la realidad y lo virtual, despiertan un interés que poco a poco, a la par de la consolidación de la industria, el abaratamiento del costo de los dispositivos y la producción de contenido de calidad, se va expandiendo mundialmente. La no ficción ha abierto un camino más sólido en este sentido. La posibilidad de que lxs espectadorxs se sientan en primera persona dentro de contextos, situaciones o tiempos de los cuales no han podido participar, ha permitido un mayor acercamiento y aceptación de este tipo de tecnologías dentro del género documental. Es aquí donde confluye nuestro interés en particular, dado que es nuestro objetivo abocarnos al estudio y empleo de este medio tecnológico en la creación de piezas audiovisuales con un fuerte sustrato documental. Merece destacarse que unx de lxs dos docentes participantes del proyecto, el artista investigador Ricardo Pons, ya ha desarrollado anteriormente modelos de simulación virtual con el objetivo de poner en funcionamiento utopías o proyectos del pasado en un ambiente digital, en una operación de arte contemporáneo que busca resignificarlos en el presente (“Proyecto Pulqui 2” que obtuvo el Subsidio de la Fundación Antorchas, Categoría Arte Multimedial, Año 2004 y “Ciudad Anarquista Digital”, Premio Limbo Telefónica-MAMBA, Año 2005). En ambos casos mencionados, eligió un formato contenedor en forma de libro multimedia (objeto libro físico en papel más discos CD-DVD ópticos) permitiendo disponibilizar los modelos propiamente dichos, textos especialmente producidos, materiales de investigación, piezas de videoarte y documentales de factura experimental orientados a un espectador-lector accediendo tanto desde su computadora o por fuera de ella. “Proyecto Pulqui 2” se gestó durante la crisis de 2001-2002, a partir de la pregunta subyacente en aquellos años sobre la factibilidad real de nuestro país en tanto proyecto colectivo. Desde ese disparador, Pons desarrolla un relevamiento y producción de cuatro años utilizando diferentes medios (la programación de un simulador de vuelo, la edición de piezas de videoarte, de documentales experimentales y la recopilación del material recabado durante el proceso) cuyo resultado, más allá de su lanzamiento en la Fundación Telefónica, fue expuesto en numerosas ocasiones de distintas maneras y en diferentes espacios (CCGSM, Fundación OSDE, Fundación Telefónica, etc.) y diera lugar a una reinterpretación a través de una proyección robótica en el año 2011 en la CNB, conferencias en UNTREF y artículos de investigación (p.ej. “Video Experimental Argentino Contemporáneo” de Clara Garavelli, EDUNTREF, 2014, “Historia Crítica del Video Argentino”, Mariela Yeregui -compilador Jorge La Ferla- Fundación Telefónica, 2008). “Ciudad Anarquista Digital” en cambio, fue producto de una investigación entre los años 2005 y 2008 sobre el libro “Ciudad Anarquista Americana” escrito en 1914 en formato de novela histórica de anticipación por el anarquista Pierre Quiroule y hallado fortuitamente por el profesor Ricardo Pons quien se encontraba investigando el género utópico. Este casi desconocido autor de principios del Siglo XX imaginó en este libro una forma posible de organización de la sociedad en avanzadas ciudades ecológicas luego del triunfo de la revolución socialista. Es a partir de este texto recuperado digitalmente, que Pons desarrolló un modelo arquitectónico digital 3D, permitiendo a lxs lectorxs-navegantes recorrer dicha ciudad imaginaria en una 11


vinculación de ida y vuelta con las palabras originales del autor. Pierre Quiroule dejó profusas descripciones en parte ambiguas y un plano en planta que fuera interpretado y reconstruido vectorialmente mediante la herramienta 3D Studio con la supervisión de la arquitecta Celia Guevara. Todo esto se complementó con piezas de videoarte a partir de metraje documental intervenido, un texto de investigación, renders de diez recorridos por el modelo virtual y la recopilación de otros textos de investigación. Como en el “Proyecto Pulqui 2” esta investigación dio como resultado un formato contenedor de libro multimedia (en este caso de edición limitada) con un fascículo-libro con páginas impresas y un disco óptico DVD para ser accedido desde el lector de una computadora. Fue expuesto por primera vez en Dresden, Alemania en la muestra “Zelle05: Kreuzungen” como work in progress y luego de su lanzamiento como libro en la Biblioteca Nacional en diversas oportunidades (Fundación Telefónica, Fundación OSDE, Galería ArtexArte, etc.) siendo analizado también en artículos publicados (entre otros “Zelle05”, de Volkmar Billig para Kulturfôrdervereins KlosterBezirk, Nossen, 2005, “El Futuro ya no es lo que era” de Rodrigo Alonso para Fundación OSDE, 2009, “Intersecciones, Tecnología, Naturaleza, Subjetividad” de Jorge Zuzulich para Fundación Alfonso y Luz Castillo, 2009).

Fundamentación teórica Sin ánimo de responder ni agotar las preguntas que motivan nuestra investigación, reconocemos que el tema propuesto puede abordarse desde diversas perspectivas teóricas: tanto estéticas, filosóficas, históricas, literarias como tecnológicas. En esta fundamentación expondremos algunas de estas perspectivas, con el objetivo de delinear nuestro camino de ingreso al tema que luego se verá, seguramente, enriquecido por nuevas lecturas, intercambios y la puesta en práctica del desarrollo artístico. Comenzando por la pregunta por lo real y lo virtual y su implicancia dentro del terreno de la práctica documental, ya hemos mencionado el problema que surge al introducir categorías tales como “verdad” y “verosimilitud”. El formato documental suele nutrirse con frecuencia de elementos denominados “documentos”, registros escritos, sonoros, fotográficos y audiovisuales que permiten dar cuenta materialmente de vestigios de esa realidad a la cual se pretende narrar. Sabemos que esos documentos siempre son registros parciales, que es imposible impresionar todo aquello que percibimos y que ciertos sentidos (como la vista y el oído, por ejemplo) suelen presentar mayor preponderancia a la hora de generar memoria. Sin embargo, muchas veces estos documentos toman o son forzados a ocupar la categoría de “verdad” y se elaboran relatos que se constituyen como “verdades históricas”, sucesos que pertenecen a la memoria colectiva de un determinado modo. Aquí es cuando podemos recurrir al terreno arte, que articulado con la investigación, ayuda a emerger otras memorias mediante la participación de la “verosimilitud” y la puesta en escena de preguntas que abren nuevos sentidos sobre los sucesos que son parte de nuestra memoria. De una manera cada vez más notoria, a partir de la preeminencia de los medios de difusión e intercambio de información promoviendo la “mundialización” de la comunicación entre las distintas comunidades e individuos, la noción de verdad se desdibuja aceleradamente en manos de los intereses políticos y económicos de lxs productorxs de noticias, lxs intérpretes y revisionistas de la Historia a su beneficio, y última y lamentablemente, en las de lxs generadores de fake news. 12


Por otro lado, ya en el Manifiesto de Cine-Ojo de Dziga Vertov, o como también planteaban en sus textos lxs realizadorxs de la Nouvelle Vague, el punto de vista y la cámara misma se constituyen como elementos cuya sola presencia modifica la realidad, sin siquiera tomar en cuenta el terrible poder del montaje de secuencias que termina eliminando cualquier vestigio de objetividad que se pretenda. Como planteaban lxs físicxs atómicxs de principio del Siglo XX, la simple observación modifica la materia. Ahora bien, ¿de qué manera la verosimilitud cobra importancia en propuestas artísticas que incorporan tecnologías virtuales? Como ya mencionamos, en la práctica artística contemporánea, la modelización digital es una herramienta que permite generar espacios metafóricos de gran profundidad, por ejemplo, a través de la representación de escenarios ubicados en el pasado o en un futuro imaginario, que pueden ponerse en juego en la interacción de artistas y público, tanto de una manera contemplativa como inmersiva y participativa. Entre las diversas definiciones de lo “virtual”, podemos encontrar dos (aportadas por diversxs autorxs) que creemos pueden ayudar a revelar algunos aspectos de la pregunta anterior. Según Jean Baudrillard y Paul Virilio, lo virtual podría entenderse dentro de lo que denominan “Estética del Simulacro”, donde se opone la virtualidad a la naturaleza y lo real directamente desaparece. Si lo real desaparece, si estamos directamente frente a la presencia de una simulación de un suceso, tal como nosotros proponemos en este proyecto, podríamos arriesgar que se vuelve posible confrontar a esa “verdad histórica” que forma parte del inconsciente colectivo y transitar -dentro de las limitaciones que la propia simulación facilita- nuestra experiencia en ese contexto de inmersión. Si bien la narrativa se halla prefijada dentro del programa elaborado, lo vivenciado por lxs espectadorxs será en cada caso diverso, pues el diálogo con la simulación estará dado también por aquellos elementos que constituyen la propia memoria -aprendida, estudiada, transmitida, autopercibida- del/la espectador/a que interactúa con la obra. De esta forma, en el proyecto, pondremos en acto la pregunta por el encuentro entre la Historia y la Memoria dentro de los espacios virtuales inmersivos. Otra de las definiciones que nos parece pertinente para dar ingreso al tema, es la que elabora Gilles Deleuze al considerar lo virtual como un agenciamiento entre el arte, la ciencia y la tecnología que posibilita el surgimiento de nuevas subjetividades. En este sentido nos propusimos, como parte de la realización de este proyecto, estar atentxs y observar de manera práctica los modos en que este tipo de experiencias abren a lxs espectadores a nuevos paradigmas, modificando o no, aspectos de su subjetividad.

Metodología Como metodología de desarrollo de la investigación propusimos inicialmente (atento a las reglas determinadas por la Universidad) la realización a la vez de trabajo presencial de coordinación y producción en las instalaciones de la Sede de la Facultad de Artes de UMSA y trabajo remoto apoyado en herramientas de comunicación y trabajo en grupo virtuales. Lxs docentes a cargo definimos un cronograma detallado de proyecto cuyos avances fueron comunicados regularmente a las autoridades de la Universidad e integramos las producciones del equipo de trabajo, monitoreando el proceso de investigación y aprendizaje, apuntando a la concreción de productos plasmados como objetos artísticos factibles de ser 13


mostrados ya sea como work in progress o con un grado de concreción suficiente. En la primera parte de la investigación realizamos investigaciones de campo y búsqueda de fuentes de información, lectura y análisis de la bibliografía propuesta, recopilación, clasificación de material y análisis crítico del mismo en paralelo a la instalación de la plataforma y herramientas básicas para el desarrollo de los modelos y objetos 3D. Durante la segunda parte, abocada fundamentalmente al proceso de realización, estudiamos los conceptos generales y la técnica de realización 3D con las herramientas utilizadas, produjimos las propuestas de storyboard que fueron discutidas en el equipo, los bocetos del escenario, la intervención de material fotográfico utilizado para la construcción del mismo, la generación de los objetos definitivos con el software correspondiente teniendo en cuenta las peculiaridades históricas, la integración de los mismos en el sistema, definición de comportamientos, menús u opciones de navegación generales del modelo. En la última fase analizamos la estrategia para la presentación en público de los proyectos, haciendo hincapié en la elección de los dispositivos de exhibición más adecuados para las ideas desarrolladas, las tecnologías necesarias, el proceso mismo del diseño de la interacción y la presentación formal a la Facultad de Artes, que actúa como sala de exposición (sin dejar de lado otros lugares posibles). Para finalizar consideramos importante mencionar que el cruce disciplinar necesario para llevar a la práctica este proyecto fue un territorio fértil para la formación profesional de lxs diversxs estudiantes que se sumaron a nuestro equipo de investigación en sus diversas etapas. Más allá de sus formaciones en las especialidades de la carrera (sea Pintura, Grabado, Nuevos Medios o Escultura) este proyecto lxs invitó a sumarse a un proceso de aprendizaje compuesto tanto por actividades de investigación teórica como práctica, con la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas a su campo de acción específico y a la elaboración de un pensamiento crítico sobre aspectos directamente vinculados a nuestra Memoria e Historia.

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Análisis histórico Por: Ricardo Pons


Una placa radiográfica de la Argentina A partir de nuestra reflexión sobre el ensayo “Radiografía de la Pampa” de Ezequiel Martínez Estrada1, proponemos asociar nuestra historia con dos conceptos: amalgama y entropía. Si bien el autor no los menciona y seguramente hubiera estado lejos de su intención hacerlo, nos parecen adecuados para resumir algunas de las ideas que plantea, y de alguna manera nos permiten unir metafóricamente ambos sucesos históricos planteados en la investigación. El primero de ellos remite a un concepto fisicoquímico, y el segundo, a una noción basada en la Termodinámica, pero que pueden no muy forzadamente ser aplicados metafóricamente a los procesos sociales o comportamientos individuales. La Filosofía y las Ciencias Sociales utilizan profusamente conceptos traídos de otras disciplinas como por ejemplo la resiliencia, que fuera acuñado en la Física y el Electromagnetismo, muy citado en nuestros días aplicado al temperamento de las personas u organizaciones. Profundizaremos en cada uno de ellos para luego avanzar en el desarrollo de la vinculación conceptual propuesta.

Amalgama Sin abandonar nuestro escepticismo respecto a la responsabilidad que aún hoy se sigue otorgando a la Real Academia Española en tanto legitimadora del lenguaje, recurrimos con cierto recelo a su diccionario, donde encontramos dos acepciones de la palabra amalgama: la primera, “la unión o mezcla de cosas de naturaleza contraria o distinta”, y la segunda, desde la Química, “la aleación de Mercurio con otro u otros metales, como oro, plata, etcétera, generalmente sólidos o casi líquidos”. Esta última remite al material que se utilizaba hasta no hace mucho para las reparaciones u obturaciones odontológicas, que requieren de una masa maleable y con una cierta estabilidad para rellenar los huecos producidos al retirar esmalte dental dañado por las bacterias responsables de las caries. Estas amalgamas de Mercurio están siendo reemplazadas actualmente por otros compuestos de menor toxicidad. Si bien puede ser contraintuitivo para quien no sea especialista en Física, Química o Metalurgia, los metales comunes están constituidos por estructuras cristalinas. En estado sólido, sus moléculas se ordenan como manzanas en una canasta o ladrillos en una pared. Esta organización interna, que entre otras cosas explica el modo en que pueden transmitir energía, se comprueba fácilmente observando a través de un microscopio una pieza metálica convenientemente preparada. Lxs metalurgistas trabajan a partir de esta naturaleza 17


constitutiva para lograr nuevos materiales o mejorar las propiedades de los existentes. La aleación es un procedimiento utilizado por la Humanidad desde el Neolítico, que consiste en fundir dos o más metales en un recipiente para luego solidificarlos. La nueva estructura interna obtenida a través de este procedimiento puede simplemente sumar las propiedades de los materiales componentes, o incluso provocar la aparición de características nuevas no presentes en cada uno de ellos por separado, como una manifestación sinérgica. Fue así como el Bronce se creó a partir de la fusión del Cobre y el Estaño, o luego y más recientemente, el Acero a partir de la combinación del Hierro y el Carbono. Cada átomo pasa a formar parte de un nuevo entramado, encolumnándose ordenadamente. En la amalgama, que como decíamos es otro modo de combinación de metales, la presencia decisiva del Mercurio determina un resultado diferente. El material resultante es altamente maleable y se acomoda al recipiente aún en estado sólido, rellenando los bordes de su continente. Se resigna tenacidad y resistencia en pos de la adaptabilidad. No podría pensarse una pieza rígida realizada con una amalgama de Mercurio; ésta sería definitivamente dependiente de un molde contenedor.

Entropía En el mismo diccionario que mencionamos encontramos dos acepciones de entropía, ambas provenientes de la Física o más precisamente de la Termodinámica. Con su raíz en el griego, entropé, que significa cambio o giro, esta palabra fue adoptada posteriormente por el idioma alemán como Entropie. La primera acepción remite a “la magnitud termodinámica que mide la parte de la energía (invertida) no utilizada (no aprovechada) para realizar trabajo y que se expresa como el cociente entre el calor cedido por un cuerpo y su temperatura absoluta”. La segunda, más afín a nuestro texto, es “la medida del desorden de un sistema. Una masa de una sustancia con sus moléculas regularmente ordenadas, formando un cristal, tiene entropía mucho menor que la misma sustancia en forma de gas con sus moléculas libres y en pleno desorden”. En definitiva, y quizás como corolario o interpretación alternativa, mientras mayor entropía tenga un sistema, más cuesta realizar en él cambios que produzcan efectos permanentes, máxime si estos van en contra de su naturaleza constitutiva. El astrofísico Brian Cox explicó claramente con un ejemplo el concepto de entropía en un capítulo de la serie documental “Wonders of the Universe” producida en 2011 por la BBC: Kolmanskop, un pueblo alemán construido a principios del Siglo XIX para la explotación de diamantes en una zona desértica de Namibia, África, había sido diseñado como una reproducción exacta de una villa germana, con edificios de tres pisos, sus ventanas características, etc. Todo un ejemplo de la voluntad de lxs ingenierxs alemanxs, en un ambiente que les era totalmente ajeno, modificando el entorno y materializando imágenes mentales, construcciones sociales y, en definitiva, parte de su tradición cultural. El negocio de esta compañía un día terminó, y las cámaras del documental, décadas después, registraron un pueblo fantasma en medio de una reserva natural, con montañas de arena hasta la altura de las ventanas del primer piso, techos vencidos por la intemperie, objetos metálicos convertidos en masas de óxido que recordaban sólo en parte la fisonomía original. 18


De no mediar la acción constante y persistente del ser humano con sus periódicos actos de restauración y mantenimiento incremental, la naturaleza de la materia termina imponiéndose y lo que conocemos como entropía, se expresa inexorablemente. Todos los sistemas tienden naturalmente en mayor o menor medida al caos y la desorganización. Si movemos una pila de arena, se requiere realizar un cierto esfuerzo para evitar que los granos ocupen rápidamente una posición de mayor caos, y por ende de menor energía y mayor entropía. Esta tendencia natural al decaimiento, al envilecimiento, es contra lo que confronta la especie humana en esta fase del Universo; un pecado original de la Física, que a partir de lxs bíblicxs Adán, Eva, Caín y Abel, nos obliga a no desfallecer, a tener la certeza plena de que nuestra pereza resultará indefectiblemente en un devenir caótico.

El Granero del Mundo Como decíamos, Ezequiel Martínez Estrada en “Radiografía de la Pampa”, presenta una descripción exageradamente minuciosa, quizás injustamente interpretada como “sólo pesimista” por algunxs analistas, de la constitución de Argentina en tanto Estado-Nación. Podemos afirmar que él también plantea un “pecado original” de la patria que nos legaran los sarmientos, alberdis y mitres en un relato a modo de letanía, con mil giros distintos, donde insiste y vuelve a insistir sobre el tema: todo se intenta construir sobre la negación de lo previo. Agregamos nosotros, no sólo sobre la negación de la Conquista de América por lxs criollxs organizadores de la República, sino también sobre la omisión de la sangre vertida por lxs poseedorxs y herederxs naturales de la tierra, invisibilizadxs bajo un silencio atronador. Si bien el relato de “Radiografía de la Pampa” no está planteado desde la óptica de los pueblos originarios, sino más bien desde la mirada de cierta intelectualidad criolla a la que pertenecía y con la cual debatía el autor, describe a las claras esa vacuidad presente en los cimientos de la construcción colectiva de lxs patriotas vernáculxs. No es nuestra intención simplificar la compleja mirada de Martínez Estrada cuando decimos que lo vinculamos con “cierta intelectualidad criolla”, sino que queremos destacar que claramente no pertenece a la línea de pensamiento planteada desde la mirada de lxs ancestrxs americanxs, como por ejemplo la de Rodolfo Kusch y otrxs. Lxs españolxs, poseedores por sangriento despojo de grandes extensiones donde erigieron sus haciendas de latifundio, no encontraron en nuestra geografía el oro y la plata que sí hallaron en el Perú, sino la obligación de lidiar con un entorno entrópico: sólo bastaba alejarse por un tiempo de la tierra trabajada para que lo agreste se impusiera. “Otra vez la llanura era el mar, sin caminos. América no era América; tenía que forjársela y superponérsele la realidad del ensueño en bruto. Sobre una tierra inmensa, que era la realidad imposible de modificar, se alzarían las otras penurias de los hombres. De una a otra expedición se hallaban escombros y de nuevo la realidad del suelo cubriendo la realidad de la utopía. Nada de lo que se había edificado, implantado, hecho y fundado tenía la segura existencia de la tierra.” 2

A partir de una economía centrada en la extracción de metales preciosos para ser enviados a Europa, los territorios del Sur cumplieron solamente un objetivo logístico y a su vez estratégico como freno al competidor portugués. Las enormes extensiones que a la vista se presentaban sin límites, resultaron una trampa infinita en la que no tardaron en caer lxs colonxs y lxs criollxs que los sucedieron. 19


Martínez Estrada recurre a una metáfora que asociamos con los simuladores 3D o los juegos interactivos, en donde el escenario se va generando y desapareciendo a medida que avanza el punto de vista del observador. Como una linterna que va iluminando el camino en una caverna oscura, lo que tenemos por delante se va construyendo a medida que caminamos y lo que dejamos por detrás se va diluyendo, subordinando utilitariamente la representación del universo a la experiencia. “La amplitud del horizonte, que parece siempre el mismo cuando avanzamos, o el desplazamiento de toda la llanura acompañándonos, da la impresión de algo ilusorio en esta ruda realidad del campo. Aquí el campo es extensión y la extensión no parece ser otra cosa que el desdoblamiento de un infinito interior, el coloquio con Dios del viajero. Sólo la conciencia de que se anda, la fatiga y el deseo de llegar, dan la idea de esta latitud que parece no tenerla. Es la Pampa; es la tierra en que el hombre está solo como un ser abstracto que hubiera de recomenzar la historia de la especie (o de concluirla)” 3

Por carácter transitivo, pensando a lxs españolxs como primeros usurpadorxs, las generaciones posteriores ya nacidas en América no podían mostrar títulos de propiedad genuinos, o siquiera un aval similar al que la Corona Española daba a sus hacendadxs por el derecho adquirido a través de la imposición de la fuerza. Sería menester formalizar la organización nacional mediante una Constitución, la cual una vez redactada, ignoraría los derechos preexistentes de los pueblos originarios. En materia “indígena” el artículo 67 inciso 15 de la Carta Magna de 1853, establecía que el Congreso Nacional debía “proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo”. El trato “pacífico” se convertiría en letra hueca si los pueblos originarios no permitían mansamente que los negocios de lxs criollxs transcurran sin contratiempos. Recién un siglo y medio después y con la férrea oposición de los sectores más reaccionarios, la Constitución Argentina incorporó en la enmienda del 11 de agosto de 1994 el Artículo 75 Inc. 17 que en una clara posición intermedia reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos”, garantizando “el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural” y reconociendo “la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan”. Esto en definitiva, representó un avance, pero todavía queda mucho camino por recorrer. La descripción de Ezequiel Martínez Estrada sobre lxs conquistadorxs, su relación con los territorios y lxs habitantxs preexistentes es lapidaria, dando cuenta de la apropiación criminal: “Había tomado posesión de todas las tierras; era el Conquistador un héroe sobre un país vencido, donde sólo tenía que pedir a su capricho. No había venido a poblar, ni a quedarse, ni a esperar; vino a exigir, a llevar, a que lo obedecieran. Así perdió toda idea de medida, de orden, de tiempo. Lo enorme, lo inconmensurable, lo eterno en lo presente, llenar la imaginación. Millares de leguas, centenares de miles de vacas. El monarca repartió el continente en varios trozos: a Pizarro 270 leguas al sur del río Santiago, a Almagro 200 leguas del país, a Mendoza 200 leguas a partir de la concesión de Almagro, a Alcazaba 200 leguas de las más cercanas a los límites de la gobernación encomendada a Mendoza. Azara calculó que habría en estos campos alrededor de 40 millones de cabezas de ganado.” 4

La relación de España con el Virreinato del Río de la Plata fue muy distinta a la establecida con Lima y México, signadas estas por una mayor dependencia económica. En el extremo sur, sólo encontraron enormes extensiones donde había que poblar, invertir en infraestructura, dominar la Naturaleza y mantener bajo control a los pueblos originarios; todo por hacer y pocas motivaciones para hacerlo. 20


Debido a que la producción manufacturera europea se fue concentrando en Inglaterra, Francia y Holanda, la economía española se volvió cada vez más dependiente de los metales preciosos que obtenía de sus colonias americanas del Perú. Pero estos se encontraban muy lejos del puerto de Buenos Aires. La Corona había impuesto a lxs criollxs restricciones totales de comercio directo con otros países; por tanto, España ostentaba el monopolio del comercio, con el agregado de pesados impuestos sobre las mercaderías de origen europeo. Esa situación terminó fomentando el contrabando y el descontento de lxs colonxs con las imposiciones de la corona española, lo que fue una de las más importantes causas de las luchas por la Independencia. “También era poderío, pero de un orden subalterno. El conquistador que no conquistó nada, avanzando al sur desde las mesetas norteñas perdía de vista las vetas de las minas” … “Conquistaba extensión y la extensión era poder; dominaba millares de leguas cruzadas de salvajes fugitivos y contaba la cantidad de baldíos como onzas. Tantos miles de kilómetros cuadrados desde el océano hasta los puntos más altos de los Andes, en el Virreinato del Río de la Plata, que no poseía ese metal. Pero no contaba onzas, sino sus propios dedos. Ese dominio era el dominio de su orgullo sobre su propia ignorancia. Estaba vencido. No tenía que conquistar, sino que poblar; no tenía que recoger, sino que sembrar; no iba a entrar al gobierno de su ínsula sino a trabajar y padecer” … 5 “El indio no había sido extirpado, ni vencido siquiera. El perseguidor optaría por emplear únicamente las fuerzas inferiores, y el nativo acabaría por vencer, pues aún muerto supervivía en la táctica que impuso para morir …” “… El padre pertenecía a los invasores, se iría; la madre a los vencidos, moriría; pero él era el pueblo que iba a quedar. Nada pudo inclinarle al respeto del pasado, del hogar, de la familia, de las costumbres y las fórmulas legales o eclesiásticas, con un apellido que no significaba nada para su sangre. Corriendo la suerte de la miseria y el desprecio, reconocido o no, estaba más cerca de la naturaleza que de la civilización, y siempre habrá de abominar el pasado y de abalanzarse al futuro, derrumbándolo todo, para vengarse del estigma de su origen.” 6

Es importante rescatar de entre sus líneas la articulación entre el conquistador y lxs colonxs, a la sazón antecesores directos de la sociedad tradicional argentina, lo cual nos interesa vincular especialmente con los conflictos que luego sobrevendrían y son parte del núcleo del presente texto. “Venían a conseguir dinero como los otros territorio, títulos y fama; a trabajar como los otros a palear; o a colectar y partir, como los otros. Este hijo bastardo tampoco se fijó. Anduvo errante de un lugar a otro, porque al principio lo arrastra de aquí para allá el ganado cimarrón y la posesión del suelo, tan movedizo como las patas de aquél. Lo que alcanzaba, lo asía sin soltar: era su botín. Se hizo cruel con el mestizo, si llegó a prevalecer sobre él, y lo mismo sobre cualquier otro ser u objeto que se le sometiera. En vez de amar, poseía. Se encarnizó con la posesión, más bien que disfrutándola, con ese encono glandular con que se engendra un hijo con la mujer aborrecida” … 7

Aquellxs criollxs cuyos descendientes llegan hasta nuestros días, rendían pleitesía a la corona de ultramar, al mismo tiempo que por la puerta trasera negociaban con mercaderes y contrabandistas que les ofrecían a menor costo productos manufacturados de orígenes vedados. Posteriormente, se asociaron comercialmente con destacadas familias europeas inmigrantes y se auto percibieron como parte de una élite americana, aunque luego experimentaron con sorpresa que al visitar el Viejo Continente no eran recibidxs con el rango al cual aspiraban, evidenciando una inocultable obsesión compulsiva por el “cómo nos ven” desde Europa. A partir de la independencia de las colonias españolas, muchxs criollxs aspiraban a 21


obtener grandes ganancias a partir de la explotación de la Pampa, para luego insertarse en las clases altas europeas, pero en la práctica, sólo unxs pocxs pudieron concretarlo. “La leyenda atrajo al conquistador ignorante; la mitología de la grandeza, de la libertad y de la facilidad del éxito atrajo al colono ignorante” …” Ese agricultor que la urgió, obtuvo a lo más el goce del estupro. Se hizo rico, pero no enriqueció al país, ni a los que no se enriquecían; no legó nada de su haber, tan cerradamente individual. Esa fortuna no fue noble, provechosa, en sus manos, porque no se había elaborado lentamente y al ritmo de la riqueza común. Poseía 40 leguas de tierra y cuatro mil hombres no tenían dónde descansar. Para que una zona prosperaba era menester que otra empobreciera; para que algunos enriquecieran mucho, era muestra que la pobreza fuera inmensa en torno; el haber conseguido no circulaba, sino que se cristalizaba en las manos que lo poseían. Toda esa riqueza, que por muchos años ilusionó a nuestros gobiernos, nacidos de esa inclinación a lo absurdo, hijos de esos soñadores analfabetos, ansiosos de una ficción que se nutría de latifundios y libras esterlinas, mantuvo en hipertensión a la República durante más de medio siglo. Se vivió anticipando el porvenir, como se gustaba decir en tiempos de Rivadavia, y la hipoteca de la libertad económica contraída para alzar y adornar edificios públicos, para mantener seis universidades, para todo el aparato externo del progreso, olvidaba que quedaba en catorce provincias agónicas y diez territorios muertos …” “ … No tienen ya ni tuvieron; conservaban los títulos de tan ingente propiedad, pero la riqueza, como parte de la riqueza nacional, en lo que tenía de argentina y no de suya, era parte de una vasta ilusión …” “ … Sus bienes estaban hipotecados de antemano, eran parte de una hipoteca general …” “… Prueba de que era mal habida o mal consolidada, que no obedecían a un plan orgánico, es que cayó. Era un premio individual a su capacidad o a su audacia. En mano de sus hijos, estos bienes, en vez de lucir, se convirtieron en humo, y les quedó, a lo más, un diploma, una ficción de otro orden. Hubo quien, para renegar del padre que amasó su dinero con su carne, se fue al extranjero, sin abandonar sus posesiones aquí. Las mujeres quisieron emparentar con la nobleza, y cada vez que se alzaba un nuevo edificio público o que cundía el oro de los empréstitos, el brillo de un apellido antiguo deslumbraba. Volvían a la tierra paterna como voces desesperadas del padre que quería reingresar al seno de una vida renegada y no olvidada. Lo que se iba a buscar y a gastar lejos, socavaba el cimiento de lo que se poseía aquí. Pecuniaria y moralmente se trasegaba el rudo trabajo en las cubiertas de los transatlánticos de lujo. Así volvía el oro a Europa. Y cuando esta propiedad de aquí quedaba entró a funcionar con el hombre reintegrado al seno de una sociedad que cotizaba otros bienes, todo se desvaneció, como un sueño al amanecer …” 8

La idea de una economía argentina post organización nacional, calificada por Martínez Estrada como “extractivista”, volcada exclusivamente a la exportación agropecuaria producto de las potencialidades naturales de nuestra geografía que garantizan importantes producciones a bajo costo y, años más adelante, al negocio de la mega minería, no puede escindirse, como contraparte, de la necesidad cíclica de rescates financieros externos para balancear las cuentas de una macroeconomía desequilibrada. Pese al relativamente fácil acceso al agua dulce, nuestro clima variado y las grandes extensiones de humus fértil, cada sequía periódica, la evolución oscilante de los precios internacionales de los commodities, la necesidad de divisas para la importación de bienes de consumo de alto valor agregado no producidos en el país y algún negocio espurio propiciado por especulaciones políticas o personales, desataron la necesidad de “empréstitos”. Éstos fueron conocidos años después como “créditos internacionales”, o detrás de una cínica cortina de humo de marketing, reconvertidos en imaginativos “blindajes” que derivaron en el flagelo reincidente de la “Deuda Externa”. Estas obligaciones que tempranamente comenzó a asumir la República con bancos europeos, 22


llegaron a requerir pagos que comprometieron el esfuerzo de nuestro país por generaciones y avales o garantías que pusieron en jaque nuestra soberanía. Con un modelo económico de extracción de recursos naturales, renovables o no, y producción primaria, Argentina podría asegurar el bienestar sólo a una parte de su población, y con un esquema de distribución necesariamente muy desigual. Aún hoy, el flujo de divisas resulta positivo solamente en situaciones excepcionales de precios internacionales altos, lo que sólo se da cíclicamente de tanto en tanto. Ni bien lo obtenido se utiliza para importaciones, algunas de ellas necesarias para mover el aparato productivo, ese saldo positivo se desvanece. Desde algunas tribunas se responsabiliza de ese desequilibrio al gasto o inversión del Estado, aunque ha quedado demostrado que esa Argentina “posible” encuentra antes su límite en la inevitable dependencia de los precios internacionales de los commodities, que desde siempre han tenido un componente especulativo, y el fluctuante rinde que puede obtenerse producto de las sequías que de tanto en tanto afectan a nuestro edén agropecuario. “… La marea del ganado vino a indicar los límites de la posesión terrestre. El anca de la vaquillona señalaba en las veinte mil leguas que Rosas le arrebató al homo pampeaens el área de sus estancias, y advertía de la prohibición de que nadie se estableciera por ahí. El animal arrastraba a la tierra. Si la tierra había dejado de ser un hallazgo para el descubridor, el ganado seguía siéndolo, con el aliciente de que implicaba la guerra contra su dueño adventicio, y la victoria … El animal transitaba en libertad por la llanura, y el dominio sobre él ya no era hipotético y en cada caso objetable ...” 9 ”… El ganado quedó equiparado a la extracción de los metales, pudiendo llamarse industrias extractivas a la ganadería y la agricultura” … “El cuchillo fue la herramienta de esa industria; pero más bien, como la espada que como el pico y la llana” 10

A pesar de despertar controversias, pocos personajes han influido como Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi en la transformación económica y social argentina del Siglo XIX. El primero desde la política y la gestión pública y el segundo desde las leyes y fundamentalmente desde la Constitución que compiló a partir de traducciones de la homóloga de Estados Unidos de Norteamérica. Ambos avizoraron un país que debía ser necesariamente más “europeo”. Hijos de la sociedad criolla y con el humo de los cañones de las contiendas internas aún sin disiparse, imaginaron la necesidad de incorporar millones de brazos desde ultramar. El criollo, el gaucho, eran para ellos seres de menor valía, sin importar el verdadero origen o formación de lxs europexs. Teníamos la tierra y las condiciones climáticas necesarias, pero necesitábamos esos brazos – ese trabajo – para vencer la entropía de la Pampa. “Esta fertilidad era, según Alberdi, la causa de nuestro atraso … aunque también fue esa fecundidad … el único incentivo para la inmigración de los brazos y del capital.” 11

Esta amalgama social de criollxs e inmigrantes, lejos de transformar positivamente el entramado anterior, profundizó los problemas que dificultan la viabilidad de la economía extractivista. Como decíamos al inicio, con una amalgama no se puede lograr una estructura autosustentable, sino que esta unión semifluida depende de un recipiente contenedor, con el que se relaciona adecuándose a su forma. Desde los primeros pasos de la implementación del ambicioso plan de inmigración se evidenciaron falencias organizativas. “La tierra fue el problema y el escándalo. El Congreso de 1826, que necesita consolidar su crédito externo, sanciona la Ley de Enfiteusis; desde 1822, se veía que sólo la tierra podía ofrecer inequívoca garantía para

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los préstamos en libras esterlinas. La proclamación de la Constitución Nacional exige que la Nación sea digna de ella. En 1853 el gobierno contrata con Brougnes el transporte de 40.000 trabajadores, que habían de introducirse en el término de seis años, y en 1854 desembarcan las primeras familias, reclutadas en Burdeos. En combinación con las firmas Vanderest y Cía. de Dunkerque, Textor de Fráncfort, y Beck y Herzog de Basilea, Aaron Castellanos va a sistematizar la colonización de Corrientes. Llegaron centenares de familias que no encontraron forma de trabajar, y Urquiza tuvo que ceder una parte de su latifundio, porque no había dónde ubicarlas” …” La colonización regular, inteligente, fracasó. A Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba se pensaba encaminar una inmigración de decenas de millares de colonos sobre decenas de millares de hectáreas. Se formaron grandes compañías que especulaban con la contratación de brazos y cuyo único móvil era la obtención de enormes extensiones de tierras y el flete de la carga humana. Esto ocurrió hasta fines del siglo pasado (N. B.: “S.XIX”) con idénticos caracteres. Una vez desembarcadas en el puerto y llevadas a los campos, esas familias eran abandonadas sin que los empresarios tuvieran solvencia para resarcir de sus inconcebibles perjuicios a los colonos, ni el gobierno recursos para ampararlos. El colono quería libertad para establecerse, de residir o de partir, de aplicarse a lo más provechoso, de tentar suerte como hombre y no como labrador. Mucho después que Aaron Castellanos llevara a cabo su plan en Santa Fe con agricultores y Tandil con ganaderos, los indios irrumpían hasta Azul, pasaban a cuchillo y saqueaban los pueblos de La Carlota y Río Cuarto. No tenía el gobierno qué dar a los pobladores expuestos a tan horribles peligros, pero en cincuenta años gastó cien millones de pesos fuertes para defender las fronteras. No había nada preparado para recibir a los trabajadores, que acababan empuñando las armas y dándose al abigeato. Se alambraron los campos y se establecieron comunicaciones frecuentes. De Azul se exportó el primer ganado en 1871; el primer cereal sale al año siguiente. Quedó establecido el intercambio de productos y de brazos; el trabajador tenía que improvisarse su trabajo, cómo afilaba su herramienta y cómo levantaba su rancho. Lo único que tenía forma era la Constitución que lo amparaba. El campo no tenía forma, el gobierno y la nación tampoco, la vida tenía esa misma inconsistencia.” 12

Ese no fue el único pecado original de la nación agroexportadora. El diseño “en estrella” o “radial”, con todos los caminos y vías férreas convergiendo en Buenos Aires como “centro”, se impuso al entramado de red de nodos, que hubiera sido lo indicado ya que es una morfología probada que permitió el desarrollo equilibrado de países prósperos, más homogéneos y balanceados. Por ejemplo, Alemania y Estados Unidos poseen ciudades con importancia y peso económico equivalente distribuidas por todo su territorio y unidas por una red de infraestructura logística que las vincula ágilmente. Esto fue derivando naturalmente en un desarrollo homogéneo con economías regionales independientes y coordinación federal. Se construyeron caminos y vías férreas con un trazado que exclusivamente debía dar soporte a los flujos de extracción productiva y su posterior comercialización en el exterior. Estas líneas convergentes también tuvieron un efecto definitivo sobre el desarrollo desigual de las distintas regiones. En los pueblos o estaciones intermedias, distribuidos según un patrón regular determinado por la autonomía de las máquinas ferroviarias que necesitaban reabastecerse en su camino desde y hacia el puerto, los paisanos veían rodar los convoyes sin que la carga transportada derramara algo de prosperidad a su paso. Lxs verdaderxs dueñxs de la riqueza esperaban en Buenos Aires la llegada de los productos que se convertirían en divisas. Sólo una parte de ellas reingresarían al país. No se fomentó consistentemente el 24


intercambio directo entre las ciudades del interior, lo que en un país tan extenso y diverso hubiera contribuido al desarrollo de las economías regionales. La gran mayoría de las rutas nacionales, salvo la notable 40 y otras pocas de menor extensión, tienen su origen en la ciudad capital. Hasta las distancias se miden tomando como referencia un monolito ubicado en Plaza Moreno, cerca del Palacio del Congreso, remarcando simbólicamente el valor de estar más o menos cerca del centro de poder. Tiempo después se repetiría llamativamente ese mismo diseño con el transporte aéreo, el cual ni siquiera está atado a la existencia de rutas físicas o rieles, lo que hubiera permitido una concepción más federal. Sigue siendo necesario aún hoy pasar por los aeropuertos de Buenos Aires para unir la mayoría de las provincias argentinas por el aire. “Cuando en Facundo se define a nuestros campesinos de hábitos semejantes a los del tártaro y del árabe, se atribuyen a la llanura; y era la llanura, pero a través del caballo y de la vaca, que siempre está con su hocico en la tierra y andando como quieta. El caballo está en el humo y en el gaucho, como la llanura en el casco del solípedo. Hubo que difundirse, pues, y de alejarse, el hombre. El indio y el ganado lo habían obligado a fijarse en los puntos donde aún está. Vendría después el ferrocarril a consagrar la desunión, a fijar los pueblos y los caminos, a eternizar el error, a dar estructura férrea a la fuga del indio. El ferrocarril hacia el Norte marca el itinerario inverso del buscador de tesoros; al Sur y al Oeste al perseguidor de salvajes y del cazador de ganados, que eran uno. No bastó que nuestra república estuviera mal hecha y en el confín del planeta, hubo que poblársela mal para que subsistiera. Mal hecha y mal poblada, sirve maravillosamente al capital extranjero y puede prosperar surtiendo a los capitales remotos” 13

Posteriormente a “Radiografía de la Pampa”, Ezequiel Martínez Estrada escribió “La Cabeza de Goliat” (1940) en donde profundizó su postura anti céntrica, atribuyendo desde su particular visión todos los males de Argentina al despropósito megalómano que según él era Buenos Aires.

El vivac de Choele Choel Julio Argentino Roca, nacido en Tucumán, generacionalmente posterior a Sarmiento y Alberdi, fue dueño de una gran habilidad para la construcción de imagen política y consecuentemente, de poder. Aunque nos encontremos en las antípodas de su ideario, debemos aceptar que la minuciosa organización de la Conquista del Desierto y los meditados gestos simbólicos que se diseñaron para articular un relato potente, tuvieron como resultado un tremendo impacto. La llamativa cantidad de monumentos en memoria de Julio Argentino Roca a pocos años de su fallecimiento, es resultado por un lado de sus “méritos” políticos y por el otro del aprovechamiento que hicieran lxs ideólogxs nacionalistas, ávidxs de solidificar un entramado simbólico, sumando un personaje más a su galería de próceres “fundadorxs” de la argentinidad. En este texto no nos detendremos en el accionar de Roca como Ministro y luego como Presidente de la República, su alineamiento con los intereses del Imperio Británico y sus negocios en la Argentina, ni tampoco en su pasado militar y político, sino que nos concentramos en uno de los dos hechos que elegimos en esta investigación y que lo tiene como principal protagonista. La llegada del Teniente General Roca al vivac organizado en Pampa de los Molinos, en las cercanías de Choele Choel, provincia de Río Negro el 24 de mayo de 1879, fue sin lugar a dudas la puesta en escena simbólica fundacional de la “Argentina Moderna”, según el ideario de, entre otrxs, la que luego se conocería como “Generación del 80”. Cumpliendo con el espíritu de la ley N.º 215 del 23 de agosto de 1867 sancionada durante 25


la presidencia de Bartolomé Mitre y refrendada por la ley N.º 947 del 4 de octubre de 1878, el Ejército Argentino se dio a la tarea de desalojar por la fuerza, y ante cualquier resistencia, actuar decididamente sobre lxs integrantes de las “tribus nómadas” que frenen su avance. Se buscaba la incorporación de la Patagonia a la estructura productiva del país, y de paso, se decidiría el destino de las enormes extensiones de tierra “conquistada”. Además de lograr su objetivo primario, estas acciones sirvieron de espaldarazo para el posterior acceso de Roca a su primer período presidencial (12 de octubre de 1880 al 12 de octubre de 1886). Durante las administraciones conservadoras de 1932 a 1943, años después de la muerte de Roca ocurrida en 1914, la construcción de monumentos evocativos al expresidente pasó a ser una cuestión de Estado, y distintos hitos de sus campañas se declararon lugares “históricos”. La Comisión Nacional que se creó especialmente y las múltiples subcomisiones provinciales inauguraron cinco monumentos durante los primeros años de la década de mil novecientos cuarenta, uno en su ciudad natal, otro en la zona céntrica de la Ciudad de Buenos Aires y tres en el Sur del país; uno de ellos ubicado especialmente en el lugar donde según mencionamos comenzó su avanzada final sobre los territorios del norte de la Patagonia. Llamativamente, si bien la construcción del monumento de Pampa de los Molinos fue comenzada durante la presidencia de facto del General Pedro Pablo Ramírez, éste fue inaugurado al inicio de la primera presidencia de Juan Domingo Perón. “El complejo monumental a cargo de los ganadores del concurso, los arquitectos Eduardo Lanús, Enrique Lanús y Federico Woodgate, y del escultor Alfredo Bigatti (quien poco después realizaría las figuras del Monumento a la Bandera en Rosario), consistió en un monolito de treinta metros de altura construido con hormigón armado, revestido con ladrillos a la vista y en cuya cima se montó un “semáforo” rotativo con luz roja (señalización que, dada su altura, estaba destinada a la navegación náutica y aérea). En su exterior contaba con tres figuras talladas en piedra colocadas en cada uno de sus laterales: una cariátide inserta en el pináculo del lateral sudoeste (con el escudo nacional en la parte inferior) y, en cada uno de sus laterales, dos altorrelieves de cuatro metros de altura que representaban a “Los colonizadores” y a “Los aborígenes”… “el monolito pretendía señalizar un “lugar histórico” pero también era la obra del hombre que dominaba el desierto, la civilización que avanzaba sobre la naturaleza bárbara, la nación que observaba, o vigilaba, el sur aún por poblar.”…”En primer lugar, nótese que aquí ni el Ejército ni Roca ocupan un lugar protagónico; aparece, en cambio, una lectura de la Conquista en clave de progreso económico, es decir, la incorporación de tierras para su explotación. Esto se representaba tanto en la figura de los “colonizadores” como en la inscripción de uno de sus laterales: “El pueblo argentino al general Julio A. Roca, al Ejército y Marina expedicionarios - Incorporaron la Patagonia a la actividad de la Nación”. Por otro lado, era en el segundo altorrelieve donde aparecía el elemento disruptivo pensando ya no solo en esta serie de monumentos sino en toda la agenda celebratoria desplegada por la comisión: se trataba de dos “aborígenes” de pie junto a sus caballos (de iguales dimensiones y musculatura que los “colonizadores”), que más que al indio cautivo del cuadro de Blanes o al indio guerrero de La vuelta del malón, recordaban al indio vencido. ¿Un homenaje de Bigatti a los indígenas derrotados del sur patagónico? Posiblemente; o quizá solo influencias de nuevas corrientes estéticas.” 14

Este monumento, concebido como un faro ubicado en una zona alta desde donde se puede auscultar el horizonte mirando hacia el Sur, fue en alguna ocasión vandalizado y continúa siendo un elemento incómodo para las autoridades locales. 26


Sarmiento y la plebe ultramarina Domingo Faustino Sarmiento ha sido sin lugar a duda una pieza fundamental en el proceso que, comenzando en la segunda mitad del S. XIX y culminando a principios del S. XX, cambió la fisonomía del país, instalando un nuevo “equilibrio” de fuerzas que eclosionaron con la promulgación de la Ley Sáenz Peña en 1912. Controvertido, ensalzado y criticado, no puede negarse que Sarmiento concibió una visión geopolítica de Argentina, coincidamos o no con ella, desarrollada en varios de los escritos que nos legó, de entre los que destacamos especialmente “Argirópolis o la capital de los estados confederados del Río de la Plata”, como reza su título original, escrito en 1850 y publicado por primera vez en Santiago de Chile sin reconocimiento de autoría, lo que ocurriría años más tarde. Allí, el político sanjuanino planteó la constitución de una confederación de estados, tal como lo hiciera Estados Unidos de Norteamérica, reuniendo lo que entonces era Argentina, Paraguay y Uruguay, con su capital en la isla Martín García, instando a la intervención de Francia como garante de dicha iniciativa. La descripción de una ciudad utópica (Argirópolis) ubicada en esa isla de base rocosa sobre el río de color león, remite a una concepción proto europea y estadounidense sobre lo que debía ser nuestro país. Hugo Mancuso en su texto “Diferendo textual entre anarquistas y nacionalistas en torno del primer Centenario”15 analiza las distintas revisiones que se hicieran al principio del S.XX sobre la figura de Sarmiento y su visión transformadora de la “Nueva Argentina” fundada en el último cuarto del S.XIX. Varixs intelectuales de los sectores más tradicionales como Lugones y Rojas escribieron acerca de él, asignándole un rol específico en la galería de prohombres que fue diseñada a principios del S. XX, en cierta forma simplificado, de educador padre del aula, tal como reza el himno que le tocó en suerte. Curiosamente, el personaje real fue lo suficientemente controversial como para ser disputado luego como propio por algunos sectores más progresistas. “Un buen ejemplo de encadenamientos textuales, donde cada obra pretende refutar o por lo menos responder o complotar a la anterior, lo ofrecen los numerosos ensayos referidos directa o indirectamente a Domingo Faustino Sarmiento. Tómese por ejemplo la serie que inicia en “Bibliografía de Sarmiento” de Ricardo Rojas (1911); “Historia de Sarmiento” de Leopoldo Lugones (1911); y numerosos capítulos dedicados en la “Historia de la Literatura Argentina” también de Ricardo Rojas (1917-1922); “Vida de Sarmiento” de Manuel Gálvez (1922); “La vejez de Sarmiento” (1927) y “Sarmiento, constructor de la nueva Argentina” (1938) de Aníbal Ponce; “Radiografía de Sarmiento” de Caledonio Galván Moreno (1938); “Sarmiento” de Bernardo González Arrili (1946); y nuevamente de Rojas, “El pensamiento vivo de Sarmiento” (1941) y “El profeta de la Pampa” (1945). En esta serie, donde se alternan en la lectura e interpretación de Sarmiento (de su obra y de su política) socialistas, libertarios, radicales, comunistas y nacionalistas, se disputa no sólo la correcta interpretación de Sarmiento intelectual y estadista sino la propiedad, en sentido lato del mismo. No deja de ser significativo que Manuel Gálvez, quien en 1910 escribe el extremo “Diario de Gabriel Quiroga”, en cuyas líneas cita, disputa y refuta “El crepúsculo de los gauchos” de Félix Basterra (1903), en 1945 – contemporáneamente al advenimiento del peronismo (al cual saludó el 18 de octubre con un curioso artículo publicado en La Prensa) – concluye su monumental biografía de Sarmiento con una frase significativa: Las ocultaciones se refieren a dos aspectos de su vida: su autoritarismo y sus sentimientos religiosos. El objeto ha sido presentarle como demoliberal

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y desprovisto de creencias. Hoy los izquierdistas lo hacen suyo ¡y no hubo que fuese más hombre de orden, más conservador! De haber vivido ahora (N. B. 1945) la demagogia no habría tenido mayor enemigo (1922 [1945]: 803). Así Gálvez, el hidalgo, queda como garante de la propiedad y de la correcta lectura del prócer, que busca la verdadera identidad nacional, cerrada, estable, y formula una clara reivindicación de clase. Parecería afirmar que todavía en 1945 – y en clara alusión a la lectura de Aníbal Ponce principalmente – “Sarmiento es nuestro, no de los izquierdistas, no de la plebe ultramarina. Si va a ser criticado o elogiado, es a nosotros a quien corresponde hacerlo” 15

Esa inmensa masa, mayoritariamente europea, que llegó en los barcos no fue aséptica: algunxs de ellxs plantaron la semilla de pensamientos socialistas y anarquistas en las conciencias de sus pares, aunque por otro lado se está lejos de poder afirmar que la totalidad de esa masa llegó a estar políticamente esclarecida y menos aún proclive a las tendencias revolucionarias. Sin embargo, poco más tarde, lxs políticxs socialistas ayudaron a formar un corpus de derechos que fueron fuertemente resistidos por los sectores relacionados con el poder económico. La auto percepción como corpus trabajador, exacerbada por la concentración en espacios urbanos, nos recuerda metafóricamente a lo que en Física Atómica se conoce como masa crítica, es decir, la densidad límite de un elemento radiactivo, que, al ser sobrepasada, resulta en una multiplicación descontrolada de las reacciones termonucleares de fisión que liberan cantidades enormes de energía que derivan indefectiblemente en una explosión. Fue en esos centros urbanos donde la acumulación de mano de obra en condiciones desfavorables produjo los mayores conflictos, que fueron contrarrestados mediante una brutal represión. “Si bien Gabriel Quiroga concluirá su Diario llamando a quemar las imprentas anarquistas, a las que consideraba causantes del desastre, y, si fuese posible, a expulsar a los inmigrantes por sus efectos disgregadores, sin embargo, omitirá observar que los vaciadores del dinero público son sus criollos mitificados. Esta contradicción propia del nacionalismo criollista-elitista tradicionalista (de Gálvez, Güiraldes, Lugones y en parte de Rojas) será afrontada por las corrientes nacionalistas posteriores con resultados absolutamente novedosos e inesperados y no ajenos a las soluciones europeas. Así, esta primera formulación del nacionalismo criollista se nos aparece, simultáneamente, como una reacción cultural (sea contra el cosmopolitismo de la elite gobernante – predominantemente pampeana, agroexportadora o asociada a ella –, sea contra la influencia política – cultural de los inmigrantes) y una reacción política contra sus programas de desarrollo económico, basado en la explotación agropecuaria (y potencialmente agroindustrial) en íntima sociedad con los intereses británicos.”

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La irrupción de nuevos elementos foráneos conmovió el statu quo criollo, provocando como respuesta de la intelectualidad del establishment la exacerbación de una cierta identidad nacional construida para la ocasión, elevando al otrora denostado gaucho a una nueva categoría épica. Como ejemplo tenemos el poema nacional “El Gaucho Martín Fierro” y otras obras similares. A la par, se escribieron biografías de nuestrxs próceres “hacedorxs de la Patria” remarcando sus facetas más encomiables, ocultando las que pudieran ser reprochables y presentándolxs como figuras ejemplares. Las fechas de sus muertes fueron instauradas como feriados conmemorativos en el calendario oficial, y sus últimas palabras, o por lo menos una versión incomprobable de las mismas, fueron incluidas en las biografías de los manuales escolares, junto con anécdotas sensibles de sus infancias con las cuales lxs alumnxs podían identificarse. No todxs lxs integrantes de la enorme masa de inmigrantes simpatizaban con el Anarquismo, el Socialismo o los gremios rebeldes, ya que dentro de ese corpus heterogéneo hubo múltiples 28


posiciones políticas e inclusive quienes renegaron del ideario progresista. Pero la existencia de este último en ciertos individuos provocó fuertes reacciones, para nada simbólicas, en el terreno de la praxis. La agremiación temprana e incipiente, más las huelgas y medidas de fuerza obreras, entonces novedosas para estas latitudes, encendieron todas las luces de alerta. Los sectores más reaccionarios exigieron al gobierno que actuara en consecuencia, y éste, luego de implementar una serie de medidas intimidatorias, terminó desatando una represión violenta. La ley N.º 4.144 de Residencia de Extranjeros o Ley Cané de 1902, recién derogada en 1958, permitía al Poder Ejecutivo devolver individuos sospechosxs a su país de origen para que allí fueran juzgadxs sin intervención alguna del Poder Judicial. Esto no hubiera sido posible sin un acuerdo previo con los gobiernos de ultramar. En este marco se desarrollaron los sucesos de la Semana Trágica, donde muchxs obrerxs y sus familias fueron duramente reprimidxs generando un vergonzoso baño de sangre. Espontáneamente, la “Liga Patriótica” que era un grupo parapolicial violento formado por “niños bien” con la complacencia del régimen imperante, se unió a los operativos, saliendo impunemente a “cazar” socialistas. Todas estas situaciones se daban en un marco xenófobo y discriminatorio enraizado en gran parte de la sociedad tradicional, pero por otro lado, afortunadamente y producto de ese “crisol de razas”, el habla y la cultura popular se enriquecieron por la incorporación de distintos acentos y experiencias. Lamentablemente, estas tensiones perduraron durante mucho tiempo y se exacerbaron con el agregado de la posterior inmigración desde los países limítrofes. “En el marco de este estado de cosas, el fenómeno inmigratorio acentuará grandemente la sensibilidad de las dos tendencias que claramente se disputaban el poder desde el ascenso de Avellaneda (1874), quien llegó a la presidencia en gran medida como resultado de los grupos hegemónicos modernizadores moderados de Buenos Aires y los grupos hegemónicos tradicionalistas del interior, desplazando así, mediante este pacto, del campo de decisión político cultural, al ala “izquierdista” (progresista e incluso socializante) representada o inspirada en Sarmiento – moderando algunos efectos centrales de su obra de gobierno – y, en gran medida desplazando también a los federales autonomistas auténticos y/o extremos. El pacto o acuerdo (representado en la presidencia de Avellaneda) se prolongará y se acentuará en las presidencias de Roca (desde 1880) y, a partir de la asonada revolucionaria del 13 de abril de 1890, si bien las diferencias entre algunas de las tendencias de la oligarquía argentina se acentuarán en algunos aspectos, pero en algunos puntos centrales y programáticos – concretamente la problemática planteada por la inmigración y antídotos a emplear con ella – confluirán en sus opiniones y disminuirán por ende sus diferencias con el objetivo prioritario de tratar de conservar lo más posible, el poder.”…”Dicha tendencia moderadamente reformista – que en gran manera fue la que se impuso con la presidencia de Roque Sáenz Peña – concluirá su obra con la modificación del sistema electoral argentino” …”y sobre todo con la imposición de la reforma electoral (1912), permanecerá en parte marginada del poder político, buscando reafirmar y reconquistar su poder perdido, trabajando, con gran conciencia semiótica, a nivel sígnico, elaborando una conciencia colectiva mistificada que confirmará su hegemonía cultural, su capital lingüísticocultural ampliamente superior – desde su propia perspectiva, claro – al de los inmigrantes. Con tal proceder se ratificaba la inferioridad cultural de éstos (y la consecuente necesidad de adoptar dichos valores de manera excluyente), quitándole en consecuencia todo derecho de producción

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semiótica propia.”…”El aluvión migratorio, reducido y condenado a una “plebe ultramarina”, carecía obviamente de un arraigo tradicional (del que por otra parte también carecían muchos integrantes de los grupos burgueses en formación, que habían renegado de su patrimonio cultural mimetizándose de hecho o ficticiamente con la clase dominante, transformándose en adalides absolutamente pasivos y mistificadores de la “reacción tradicionalista”). Dicho arraigo “más profundo” en vísperas, o incluso en el inicio de la democratización de la sociedad argentina, fue utilizado como modo de reafirmar una hegemonía que, como hemos visto, era simultáneamente lingüística, económica y política. Por ello, uno de los modos de sometimiento (más que la de incorporación igualitaria y democrática, respetando además las pluralidades culturales, garantizada por la misma Constitución y que de una u otra manera contemplaban los proyectos originales de Alberdi y Sarmiento) fue, repetimos, la mitificación de la identidad o esencial nacional, realizada ésta con una gran conciencia sociológica, sociolingüística, y en general semiótica.” 17

Algunxs pocxs inmigrantes lograron incorporarse a la élite dominante. Si bien la mayoría de ellxs no podía aspirar a un lugar en el Jockey Club o estudiar en los colegios privados de mayor renombre, hubo algunas excepciones que confirman la regla. “Un converso siempre fue mucho mejor aceptado que el que permaneció fiel a su creencia originaria, cualquiera que ella fuese: “no importa quien fuiste, sino quién eres y quién aspiras a ser” se decía entonces. Todo ejemplo en contrario, más que modificar la creencia, era una honrosa excepción (la familia Pellegrini con un hijo Presidente de la Nación) o un caballero inglés (por borracho que estuviese)” 18

El ensalzamiento de la figura gauchesca no fue monopolio de los hernández y los lugones, ni terminó en las primeras dos décadas del Siglo XX, sino que posteriormente continuó de la mano de Jorge Luis Borges y Ricardo Güiraldes, entre otrxs. Borges, quien regresó a Argentina durante la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen luego de pasar algunos años formándose en Europa, encontró su ciudad natal con una población mayormente inmigrante, lo que de alguna manera produjo en él un cierto rechazo. Durante esos años escribió algunas obras poetizando el arrabal y exaltando la figura del compadrito, reproduciendo en sus textos el modo de hablar de lxs porteñxs. Pero en lo ideológico, Borges rechazó lo extranjero y exaltó el coraje individual de varixs personajes elegidxs de entre la historia nacional y sus propios antepasados familiares. “Ya la República se nos extranjeriza, se nos pierde. Fracasa el criollo”, escribe en su ensayo “Queja de todo criollo” publicado en 1925. “No es casual que uno de los modos de reafirmar y re-legitimar la hegemonía de la clase dominante haya sido, muy especialmente en el período considerado (N.B. Aproximadamente desde 1870 hasta 1930), la capitalización de los elementos básicos: a) la explicitación de un “etno-criollo” de raigambre colonial (a veces olímpicamente inventada y en la cual insistieron – no casualmente – Borges y Mujica Láinez con un cierto dejo paródico) y b) el dominio lingüístico. Ambos serán los puntos de partida de la institucionalización y legitimación del dominio de la hegemonía, cuestionados a veces gravemente por el inmigrante transformado en clase media ascendente, sin los oropeles nacionales supuestamente heredados desde la Colonia, pero con mayor seguridad constituidos, al menos como clase, en el siglo pasado (N.B. Siglo XIX) durante las luchas de la Independencia.” 19

La producción de material artístico inspirado en la vida cotidiana y el habla de las clases populares tuvo una de sus mayores expresiones en los sainetes criollos, obras humorísticas y costumbristas de un solo acto, que, basadas en sus homólogos españoles, retratan los entretelones de la intimidad en los conventillos, donde cada habitación era ocupada por una 30


familia completa de una dada nacionalidad, vecina de otras con las que muchas veces no compartían el mismo idioma, pero sí seguramente el hacinamiento y las vicisitudes políticas de la época. “La cultura de los inmigrantes, así como también la de los demás grupos socio culturales no hegemónicos (incluidos los indígenas o el proletariado rural) estaban condenados a desaparecer a menos que fuesen debidamente mitificadas – sobre todo la subcultura o contracultura autóctona, por ser menos “subversiva” al haberse sometido a un fuerte sistema para feudal de clientela servil; evitando así el riesgo de que se transformasen en hegemonías alternativas ...” 20

Esa plebe ultramarina y su concentración en los centros urbanos ya no cuadraba con el esquema de producción agropecuaria latifundista y extensiva que requería sólo algunos reseros y peones mal pagos con movilidad social nula. La ausencia de un plan articulado para implementar un modelo de pequeños emprendimientos productivos, por incapacidad de ejecución o por no poder vencer la oposición que generó en ciertos actores del poder económico, terminó derrumbando el andamiaje originario. “El proyecto de reforma y transformación agraria de Sarmiento, tan relacionado con la inmigración, fue impedido por el poder “de las vacas que dirigen la política argentina”, por el poder de los señores feudales que no necesitaban ni de brazos “libres” (“cosmopolitas” para Rojas, i.e. sin una tradición que convalide los consuetudinarios privilegios de los poderosos) para cultivar trigo en vez de criar vacas – lo que molestaba tanto al autor de “La restauración nacionalista” – (N.B.: Ricardo Rojas) ni de tamberos para producir leche, sino tan solo de unos pocos reseros de ganado cimarrón, dispuestos a luchar en sus milicias de ser necesario: proletariado rural que constituía la fuente de un irrestricto apoyo propio de una clientela feudal, merced a la cual conservaron por décadas un poder incólume e ilimitado, llegando incluso a anular la legalidad y el estado de derecho cuantas veces fuese necesario a lo largo del siglo con el pretexto de salvaguardar “el ser nacional” (tradicional, fundamentalista y consuetudinario)”. 21

Lugones expresó arquetípicamente la reacción de la sociedad tradicional argentina a las ideas libertarias de lxs inmigrantes europexs, que venían a cuestionar la desigualdad implícita en el modelo económico de la época. Sus palabras premonitorias fueron expuestas desembozadamente en el diario La Nación en 1925, poco tiempo después de la Semana Trágica y poco antes de la Revolución de 1930 encabezada por el Teniente General José Félix Uriburu. No pudiendo obtener el control del gobierno a través del fraude patriótico, que fuera desarticulado por la Ley Sáenz Peña, se inauguró una nueva fórmula de acceso al poder que fuera repetida tristemente en 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976. “… Ha sonado otra vez para bien del mundo, la hora de la espada … Pacifismo, colectivismo, democracia, son sinónimos de la vacante que el destino ofrece al jefe predestinado, es decir, por el nombre que manda por su derecho de mejor, con o sin la ley, porque ésta, como expresión de potencia, confúndese con su voluntad. El pacifismo no es más que el culto al miedo … El ejército es la última aristocracia, vale decir la última oportunidad de organización jerárquica que nos resta entre la disolución demagógica” 22

La aparición imprevista del peronismo Casi en paralelo con la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, Ezequiel Martínez Estrada enfermó de neurodermatitis melánica, una enfermedad de la piel de origen psicosomático que lo mantuvo casi aislado. Sólo pudo superarla en 1955, luego del derrocamiento por la fuerza del 31


gobierno peronista, mediante tratamientos de sueño inducido. Irónicamente, el escritor habría experimentado un “problema de piel” durante el gobierno populista. Más allá de aventuradas interpretaciones psicologistas que pudiéramos hacer sin el necesario conocimiento del caso, es sabido que Ezequiel Martínez Estrada formaba parte de la intelectualidad argentina que no comulgaba con el peronismo. No creemos que esta posible interpretación haya sido pasada por alto por el escritor, que no desconocía las teorías de Freud, aunque, teniendo en cuenta la dificultad humana de escindirse de la problemática personal, a veces el análisis propio resulta más arduo que la especulación sobre situaciones ajenas. Martínez Estrada mantuvo una sólida amistad con Victoria Ocampo, colaborando asiduamente con la reconocida revista Sur, donde también publicaron entre otrxs Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares y Héctor Murena, un importante discípulo de Martínez Estrada. Fue ella quien lo visitó regularmente durante la convalecencia en su casa de Bahía Blanca. Luego del derrocamiento y proscripción del peronismo, Martínez Estrada escribió “¿Qué es esto? Catilinaria”23 donde desplegó un pensamiento alternativo a la corriente antiperonista sin cuartel de sus pares. Sin eludir su profundo descontento y rechazo por los fundamentos y la praxis del peronismo, planteó anticipatoriamente que la Revolución Libertadora no iba a poder terminar definitivamente con él, y que, por otro lado, ese movimiento no fue espontáneo, sino consecuencia de las políticas que lo precedieron, de las que responsabilizó a lxs mismxs actores que exigieron su proscripción. “Aun conteniendo estos elementos genuinamente nacionales, el peronismo es también un producto extranjero, inmigratorio. Por eso, no nos extrañemos, genuinamente argentino, lo que también quiere decir, para gusto del gringo. Una población flotante puede ser arrastrada a cualquier exceso y tropelía. Para Simone Weil el gran mal de la época, de Francia, es el desarraigo. Desarraigo es falta de amor. Por eso juzga que la prostituta es la persona desarraigada por excelencia. Nuestro pueblo es un pueblo desarraigado por excelencia. Nuestro pueblo es un pueblo desarraigado de su tierra natal, que no ha echado raíces aquí. Un pueblo boyante, de advenedizos en grande y en pequeña escala. No porque sí he dicho en otra oportunidad “Patriotismo sin Patria”. Buenos Aires sobre todo es el territorio de los desarraigados. Buenos Aires es una ciudad embrutecida. Óigase lo que van hablando los transeúntes, véaseles las caras, obsérvese lo que hacen, cómo se comportan: grosería, egoísmo, se me ne frega donde antes todo era après vous y please. Solamente las ciudades inficionadas por los mismos vinos de intereses que Buenos Aires han sido peronistas como ella. El interior tiene sus propias endemias, lo sé, pero no son esa. El peronismo es metropolitano, suburbano, del suburbio inmigratorio, donde dice Sánchez Viamonte que se incubó y se desarrolló el yrigoyenismo ... (N.B. Luego de varias descalificaciones del peronismo) … Pero también es cierto que, con esa materia prima, inerte y pasiva, hizo algo. Encontró un pueblo postrado y lo dejó en pie. ¿Andando hacia dónde? ¿Hacia el abismo, hacia la cárcel, hacia el Paraíso? Andando. Todavía es pronto para hacer un inventario total de existencias, y un balance de saldos. Después veremos. La historia es de trote largo.” 24

Desde la Revolución Libertadora de 1955 en adelante sobrevino una alternancia de gobiernos de facto y democráticos que desde el punto de vista económico pasaron de dar rienda suelta a los designios del Mercado a depositar la iniciativa y el control sólo en el Estado. En la montaña rusa de nuestra economía se sucedieron períodos de superávit primario y otros de déficit crónico, de aperturas indiscriminadas y otros de férreos controles del comercio exterior, períodos de ortodoxia aséptica, eclecticismo o pragmatismo brutal. Repetidas veces, pareciera que se vuelve a un punto del pasado sin haber avanzado en ninguna 32


dirección, navegando en círculos. Esta falta de coherencia no puede achacarse en particular a un signo político, si bien, a excepción de algunas singularidades que confirman la regla, los gobiernos de facto fueron el mecanismo más aceitado para detener los avances populares e imponer programas neoliberales. Sólo el peronismo, desde la legalidad o la proscripción, mantuvo constante su gravitación política y social constituyendo el ideario de muchxs, se esté a favor o totalmente en contra, asignándole la culpa de todos los males. “Perón aprovechó ese desorden político y económico agravado en la segunda presidencia de Irigoyen y fomentado por los pescadores de río revuelto que lo derrocaron y sucedieron. Acaudilló como jefe una secta secreta que salvaría al país, las desorganizadas huestes de los caudillos de 1820, hablándoles un lenguaje más conveniente, si no más flamígero que el de Bustos y Quiroga. Si Ricardo Cavallero aseveró que la revolución de 1890 la hicieron “los vencidos de Caseros”, la de Perón la hicieron los sobrevivientes de esa batalla no dirimida con “los sumergidos”, o sea los vencidos de todos los días.” 25

La ilusión de construir un país para el beneficio de una élite, sin incluir a todxs, o más bien, desentendiendose de una parte considerable de sus habitantes que también requieren acceso al trabajo, la educación y la salud, parece propio de una visión corta, o bien el resultado de un credo discriminatorio que se exhibe sin pudor. Gran parte de la intelectualidad de la época, e inclusive los mismos medios periodísticos, recibieron con sorpresa la movilización del 17 de octubre de 1945; sus integrantes no figuraban en ningún manual escolar escrito por los preclaros nacionalistas, no frecuentaban los mismos espacios, ni habían aparecido antes en las noticias. La sociedad porteña conocía a la sociedad tradicional, los militares, la Iglesia, lxs políticxs, lxs inmigrantes que habían bajado de los barcos, pero esta nueva masa proveniente de migraciones internas en busca de trabajo, estaba inerme a la espera de un líder, de un propósito, de una posibilidad. “Habíamos hablado mucho de nuestro pueblo. Ya en el Himno se lo menciona, pero no lo conocíamos. Perón nos reveló, no al pueblo sino a una zona del pueblo que, efectivamente, nos parecía extraño y extranjero. El 17 de octubre, Perón volcó a las calles céntricas de Buenos Aires un sedimento social que nadie había reconocido. Parecía una invasión de gente de otro país, hablando otro idioma, vistiendo trajes exóticos, y sin embargo eran parte del pueblo argentino, del pueblo del Himno. Porque había ocurrido pues hasta entonces, habíamos vivido extraños aparte de la familia que integraba ese pueblo. Lo habían desplazado u olvidado aún los políticos demagogos, y Perón tuvo más que la bondad y la inteligencia, la habilidad de sacarlo a la superficie y de exhibirlo sin avergonzarse de él, no en su calidad de pueblo sino en la calidad de una fuerza tremenda y agresiva que hacía peligrar los cimientos mismos de una sociedad constituida con sólo una parte del elemento humano.”

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“Ese pueblo, el que por primera vez vimos el 17 de octubre,

lo seguía, lo respetó, lo elevó sobre sus hombros y lo adoró. Hizo todo esto precisamente porque era un gran pueblo, un pueblo de gran corazón, agradecido, desamparado, humillado. El pueblo al que él y ella se allegaron poniéndole la mano sobre el hombro y llamándolo amigo y compañero. Estas palabras no habían sonado nunca en sus oídos y por lo tanto no sabían pronunciarlas.” 27

Décadas más tarde circuló en el relato el concepto de “empoderamiento”, traducción literal del vocablo inglés “empowerment”, el cual podría haberse aplicado atinadamente al surgimiento del peronismo. Grandes masas que al principio no se auto percibían como colectivo social, que la izquierda sobreviviente de las primeras décadas del Siglo XX no había llegado efectivamente a consolidar y guiar, emergieron encolumnadas detrás de las 33


organizaciones gremiales que fueron uno de los pilares fundamentales del peronismo. “Concurrió también, como ya sabemos, la cooperación de su mujer (N.B.: Eva Duarte de Perón), que visitaba a los enfermos en los hospitales y en los tugurios, acariciaba al huérfano y dejaba juguetes muy caros, como los pobres chicos sabían que los Reyes Magos hacían con los niños ricos. También, es cierto, les dio a los pobres mejores jornales, más cómodas viviendas, asistencia social, tratamiento respetuoso, haciéndolo semejante de sus semejantes, descanso, fuerza para pedir y para exigir, y además la promesa de transferirle los bienes ajenos, convirtiéndolos en tiranos de los que los tiranizaban, en explotadores de los expoliadores.” 28

El texto de Ezequiel Martínez Estrada no es, en lo absoluto, una oda a la acción social del peronismo, ni tampoco luego de leerlo en su totalidad se visualiza revalorización alguna, pero podemos rescatar la visión anticipatoria de que se estaba frente a una organización perenne, con capacidad de transmutación debido a su flexibilidad en materia política y sobre todo económica, exigiendo a sus miembros sólo alinearse a partir de la relación entre el líder y el “pueblo” que con una definición borrosa de fronteras permitía la inclusión de simpatizantes cercanxs. Esto le costó al autor recibir duras críticas de quienes esperaban un reporte lapidario, al estilo de sus ensayos anteriores, para una experiencia que según ellxs debería haber encontrado su fin con la Revolución Libertadora y la persecución, muerte y proscripción de sus elementos leales. A partir de allí, cualquier acto eleccionario o campaña política estuvo signada por la presencia o no de una fórmula peronista fruto de la proscripción o la falta momentánea de algún liderazgo unificador. No es acertado interpretarlo como un partido político tradicional ni tampoco como una corriente ideológica; su creador lo concibió como “movimiento”, que fue experimentando distintas metamorfosis conformando “frentes” electorales.

El bombardeo de la Plaza de Mayo Como denominador común, tanto la llegada del General Roca al vivac de Choele Choel como el bombardeo de 1955 fueron atravesados por tensiones derivadas del intento de imposición de un nuevo orden que intentaba suprimir el anterior. Tal como venimos postulando en este texto, lxs responsables de ambos, ostentando una visión propia sesgada de cómo debiera ser nuestro país, los llevaron adelante sin importar los luctuosos costos implicados. Estas tensiones no fueron liberadas, sino finalmente incrementadas, y habiendo transcurrido una parte importante del Siglo XXI, los conflictos subyacentes han venido emergiendo una y otra vez de diversas formas. Al tratar de explicar causas, desarrollo y consecuencias de esta insólita acción bélica interna ocurrida el 16 de junio de 1955, resulta difícil encontrar racionalidad en el grado de violencia alcanzado, más allá de que los sucesos transcurrieron en un clima de hostilidad creciente imperante al promediar el segundo período presidencial justicialista. No se trató de un hecho aislado, porque pocos meses después, luego de otros acontecimientos desgraciados también cargados de cruda violencia, finalmente Perón es obligado a renunciar y comenzar un exilio de poco más de diecisiete años. No es objetivo del presente texto realizar un racconto minucioso de los hechos, que pueden conocerse en profundidad a través de la lectura de distintos textos que lo abordan desde posiciones opuestas, como por ejemplo “Ataque a Casa Rosada” de Antonio Rivara 29 y “Bombardeo 34


del 16 de junio de 1955” del Archivo Nacional de la Memoria

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, ambos publicados en 2015

en ocasión de cumplirse sesenta años del fatídico hecho, pero podemos decir que venía produciéndose una escalada de enfrentamientos entre el gobierno peronista y determinados factores de poder (lxs “contreras”). De un lado, la oposición política conformada por dirigentes conservadores, de la Unión Cívica Radical y parte del Socialismo, algunos grupos del establishment económico con eco en las embajadas de Estados Unidos e Inglaterra y sectores de la Iglesia enfrentados con el peronismo por los avances laicos impulsados en la legislación. La intelectualidad más tradicional era mayoritariamente antiperonista, así como también la Marina de Guerra, una parte de la recientemente creada Fuerza Aérea y algunos sectores del Ejército. Este conflicto creciente ubicaba a todos estos grupos en la vereda de enfrente de Perón y sus aliadxs: los sectores leales del Ejército y la Policía y las organizaciones gremiales, que eran la base firme e incondicional de su entramado político. Esta antinomia es descrita teóricamente por algunxs historiadorxs como el proceso de polarización social sobre el eje oligarquía-pueblo. “… Los días anteriores al 16 de junio de 1955 habían sido de mucha tensión a causa del creciente enfrentamiento entre el Gobierno y la Iglesia Católica. Con ella había hecho frente común la totalidad de la oposición, incluidos sus sectores más anticlericales e, incluso, ateos. La tradicional procesión de Corpus Christi, que debía haberse celebrado el jueves 9 de junio, fue postergada hasta el sábado 11 para permitir una mayor afluencia de público. Con gran éxito, ya que constituyó una multitudinaria manifestación que, arrancando desde la Catedral, se disolvió al llegar al Congreso. Allí, en oscuras circunstancias (N.B.: ambos bandos le atribuyen al otro la autoría del hecho) se arrió la bandera nacional, antes de prenderle fuego. Y se izó en su reemplazo la enseña amarilla y blanca del Vaticano. Para el día 16, el Gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional, ultrajada en la procesión. El ministro de Aeronáutica, brigadier mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimoniara su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevolara la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. “A las doce una formación de aviones Gloster Meteor de las unidades caza-interceptoras de la Fuerza Aérea volarán sobre la Catedral”, informaba un comunicado oficial” ...” Se iba acercando el público a la plaza durante el mediodía de ese jueves frío y nublado para verlos mejor. Era un acto cívico-militar en solidaridad con el Gobierno frente a los embates de la oposición. Parece haber sido precisamente aquel anuncio el factor que decidió al jefe del putsch, el contralmirante de la Infantería de Marina, Samuel Toranzo Calderón, a fijar la fecha del golpe. Y lo hizo apenas dos días antes, urgido al saberse observado de cerca por el Servicio de Informaciones de la Aeronáutica (SIA) …” 31

El presidente Perón no dudaba de la participación de la Marina de Guerra en el levantamiento y también de sectores del Ejército que sabía no le eran leales, pero según las crónicas de la época, se vio sorprendido ingratamente por la participación activa de oficiales pilotos de los jets interceptores Gloster Meteor de la novísima Fuerza Aérea. Esta arma había sido creada en 1945 e inmediatamente después, en 1947, equipada mediante importantes compras de material financiadas como compensación de parte de la frondosa deuda contraída por Inglaterra, que recibió ingentes cantidades de materias primas argentinas durante la Segunda Guerra Mundial y no pagó. Según datos oficiales, en ese momento se incorporaron al menos cien cazas interceptores a reacción y cincuenta bombarderos tácticos Avro Lancaster y Lincoln, lo que convirtió a la Fuerza Aérea Argentina en la primera 35


de Latinoamérica operando aviones jets y una de las más importantes en el hemisferio. Sin embargo, la adhesión a la insurrección de los pilotos de este arma no fue total como sí lo fue en el caso de la aviación de la Marina de Guerra. El primer derribo realizado por un jet en el Cono Sur en el primer combate de la Fuerza Aérea, fue llevado a cabo por el Gloster Meteor matrícula I-063 comandado por el teniente Ernesto Adradas, que derribó un AT-6 piloteado por el guardiamarina Arnaldo Román, quien salvó su vida arrojándose en paracaídas, mientras que el primer teniente Osvaldo Rosito, a bordo del I-090, atacó al aparato del teniente de marina Máximo Rivero Kelly, que pudo huir milagrosamente. Al regresar a la pista de la VII Brigada Aérea de Morón, ambos jets se encontraron con la base bajo control de los rebeldes. A partir de ese momento, y a pesar de los intentos de sabotaje y acciones directas de los suboficiales que eran leales al gobierno, las máquinas que levantaron vuelo lo hicieron formando parte de las fuerzas de la revolución. Las condiciones meteorológicas del 16 de junio de 1955 no eran para nada propicias para las actividades aéreas: un espeso manto nuboso cubría toda el área metropolitana y el techo útil de vuelo era muy bajo, habida cuenta que en aquella época los pilotos navegaban de manera principalmente visual, es decir, sin instrumentos de apoyo más allá de la brújula y cálculos a partir del tiempo, la velocidad y el viento. Pero, debido seguramente a que los organizadores tenían la presunción de que su plan había sido descubierto y que eso haría peligrar su éxito, se apresuraron a desatar las acciones de cualquier manera, ya que por su característica y gravedad no podían ser interrumpidas una vez comenzadas. La Flota de Mar, que fuera decisiva en la asonada revolucionaria posterior que terminó con la renuncia y exilio de Perón, no llegó a tomar parte activa en esta ocasión. El objetivo principal aglutinante era dar muerte a Perón, a quien percibían como un tirano, y se presume que de esa manera buscaban generar un golpe de efecto que desarticule cualquier tipo de resistencia de sus seguidorxs. Este grupo rebelde se había consolidado exclusivamente con ese fin, sin haber acordado alternativa política o plan de gobierno alguno. Ya vendrían luego los factores de poder real para restaurar el “orden anterior” y retrotraer cuanto avance logrado por la clase trabajadora sea posible, porque se consideraba que eran un obstáculo para los negocios e inversiones privadas. La pesadilla recurrente descrita por Ezequiel Martínez Estrada en el texto que citamos previamente, debía terminar. Si bien existían opciones más simples para lograr el objetivo de atentar contra la vida de Perón por lo previsible de sus metódicas rutinas diarias, los insurrectos veían necesario adicionarle al golpe un grado de espectacularidad importante y sobre todo no dejar dudas de que no tenían límites a la hora de la ejecución. Las secuencias fílmicas más pregnantes e icónicas del bombardeo a la Plaza de Mayo son seguramente las de los Gloster Meteor disparando en vuelo rasante sobre la Casa de Gobierno, pero esto es seguramente porque las cámaras registraron mayormente las acciones de la segunda ola de ataque, que se realizó por la tarde. Los cuatro cañones Hispano Suiza de 20 milímetros de estos jets estaban diseñados para interceptar a las bombas alemanas V1 u otros aviones y tenían sólo poder destructivo para producir daños superficiales no estructurales en edificios. Las primeras andanadas que provocaron los mayores destrozos provinieron exclusivamente de la Aviación de la Marina, empleando bombarderos livianos de distinto tipo. Las tres primeras bombas arrojadas cobraron vidas inocentes al impactar una de ellas de lleno en un transporte público. Hubo también combates terrestres, al principio repelidos por 36


el cuerpo de Granaderos a Caballo, quien entonces y aún hoy tiene a su cargo la custodia presidencial. Luego, durante el desarrollo posterior de los acontecimientos entraron en juego distintas fuerzas blindadas. Algo que en el análisis superficial que suele hacerse de los hechos no se menciona, es que el único objetivo no fue la Casa de Gobierno. Si bien se constituyó en el blanco principal por su peso simbólico, también fue bombardeada la residencia presidencial del Palacio Unzué ubicada en la zona donde hoy está el edificio de la Biblioteca Nacional y atacados el Departamento Central de Policía, el Edificio Libertador del Comando en Jefe del Ejército y las columnas de tropas leales que avanzaban hacia la ciudad de Buenos Aires. Los pilotos involucrados y las principales cabezas organizadoras huyeron a Uruguay para retornar a Argentina meses después, luego de instaurado el régimen de la autodenominada Revolución Libertadora. Algunos de los que no pudieron escapar enfrentaron juzgamiento militar por sedición, permitiéndo a los cabecillas disponer de su vida para evitar la condena. Los aviones rebeldes de la Fuerza Aérea llevaban pintado improvisadamente el símbolo revolucionario “Cristo Vence” (una “V” con una cruz en la parte superior) y las siglas “MR” correspondientes a “Movimiento Revolucionario” junto a sus matrículas habituales. El escritor y periodista Horacio Verbitsky en el libro “Cristo Vence (Tomo I) de Roca a Perón”32 describió minuciosamente la influencia ejercida por la Iglesia Católica en distintos momentos de la Historia Argentina y su ascendencia sobre los poderes de turno. El Cardenal Santiago Luis Copello, cabeza visible de la Iglesia en el país entonces, había actuado en las elecciones de 1946 influenciando abiertamente a lxs fieles, pidiéndoles que no apoyaran partidos cuya plataforma atente contra los pilares católicos: la separación de la Iglesia y el Estado, la enseñanza católica en las escuelas públicas y la promulgación de una ley de divorcio. Eso constituyó un apoyo implícito a la candidatura de Juan Domingo Perón en las elecciones de 1946, pero los hechos que se fueron desarrollando durante las dos presidencias justicialistas terminaron radicalizando posiciones hasta la ruptura total. Una vez desatado el enfrentamiento, ya no había posibilidad de dar marcha atrás, y varios templos fueron saqueados o incendiados por simpatizantes peronistas. La conducta violenta de los sectores revolucionarios tampoco tuvo límite. Hubo fusilamientos, persecución y proscripción de quienes hubieran estado involucradxs o siquiera simpatizaran con el gobierno depuesto. Con sólo echar un vistazo a las producciones periodísticas post revolucionarias durante la autoproclamada Revolución Libertadora, se puede ver un preocupante parecido con las notas publicadas en los medios masivos en estos últimos años. Más allá de los desparejos avances en términos de lo que puede o no decirse o denunciarse públicamente y de los mecanismos de defensa que afortunadamente hoy despierta en la sociedad una aseveración misógina o reivindicatoria del terrorismo de estado, el paralelismo de los métodos es inocultable.

Placas tectónicas divergentes Durante la crisis de 2001, los medios locales se hicieron eco de un debate internacional sobre la viabilidad de Argentina en tanto país económica y políticamente independiente, cobrando fuerza el concepto genérico de “Estados frustrados” que deberían ceder el control total a técnicos de organismos internacionales para poder ser recuperados. Se establecía 37


como corolario, que la democracia no podía producir en estas tierras gobiernos capaces de autoadministrarse, todo esto basado en la absurda afirmación de que la economía “reina” por sobre todas las otras políticas de estado. Sin embargo, nuestro país ya había sido objeto de constantes monitoreos de técnicos del Fondo Monetario Internacional que no habían logrado evitar el colapso de la economía, a pesar de haber exigido e impuesto a fuerza de pura presión medidas técnicamente “correctas” a nuestros obedientes gabinetes económicos y políticos, lo que daba por tierra con los fundamentos de esa teoría. Esa presunción de “infancia” política, escondía inventivamente una nueva manera de imponer desembozadamente las mismas recetas, ya sin la necesaria legitimación mediante el sistema político y de la voluntad popular expresada en el ámbito y modos correspondientes. Esto configuraba sin duda un intento de acceso directo de control de las entidades financieras sin intermediarios. ¿La “mala praxis” que llevó al país a esa situación límite, fue resultado de un derrotero casual, o una preparación planificada? No sabremos a ciencia cierta el grado de responsabilidad o irresponsabilidad de quienes tomaron las decisiones, cada vez más condicionadas en un estrecho andarivel entre precipicios. Al momento de escribir este texto, Argentina se encuentra nuevamente, veinte años después, con las consecuencias de otro proceso de endeudamiento irresponsable, ocurrido extrañamente luego de la aplicación de medidas de mercado que se explicaron orientadas a “sincerar” los precios internos, a “abrir” la economía al Mundo y a generar condiciones de “credibilidad” para la llegada de inversiones extranjeras. Lamentablemente, este derrotero derivó en la profundización de los niveles de pobreza estructural, con amplios sectores de la población a los que se viene postergando desde hace ya muchos años y que no tuvieron una oportunidad continua de ascenso social, familias enteras donde varias generaciones siguen experimentando la falta de futuro. Nuevamente, excediendo lo dialéctico, han recrudecido los enfrentamientos: una y otra vez se insiste en instalar una nueva versión negando lo preexistente, la diversidad, la riqueza del disenso; capa sobre capa ocultando a quien se le niega otredad. Elegimos para esta investigación como decíamos, dos momentos paradigmáticos en la historia Argentina, lo suficientemente lejos en el tiempo como para no que no despierten en nosotrxs una reacción irreflexiva, pero lo suficientemente enfrentados a nuestras convicciones como para que sean materia de análisis crítico. En otro texto, desarrollamos los detalles técnicos de la operación conceptual. La recreación y simulación 3D, como hemos experimentado y comprobado en otras ocasiones, nos permitió recrear estos eventos y parte del universo-escenario en donde tuvieron lugar, mediante un procedimiento de deconstrucción-construcción que nos ayudó en lo representativo a tomar perspectiva virtual, y en lo intelectual a formularnos preguntas para intentar desentrañar estos extraños procesos en los que se viene desarrollando nuestro devenir histórico y social. Buenos Aires, octubre de 2021

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Referencias 0 Equipo de proyecto “Laboratorio de audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual”: director: Ing. Ricardo Pons, codirectora: Prof. Superior Mariana Lombard, (ex)alumnas investigadoras: Lic. Mariela Beker, Lic. Agustina Scliar (parcial) y Lic. Luciana Pedro (parcial) 1 “Radiografía de la Pampa” de Ezequiel Martínez Estrada (Buenos Aires, 1942), 7ma Edición, Ed. Losada, Colección “Cristal del Tiempo”, Buenos Aires, 1974 2 Ibid.: Trapalanda, los rumbos de la brújula, Pág. 10 3 Ibid.: Los señores de la nada, Pág. 12 4 Ibid.: El engaño como estímulo, Pág. 14 5 Ibid.: El engaño como estímulo, Pág. 15 6 Ibid.: La época del cuero – La primera siembra. Pág. 27 7 Ibid.: El engaño como estímulo, Pág. 20 8 Ibid.: Las rutas – El sendero de la noria. Pág. 53 9 Ibid.: Los nuevos valores. Pág. 42 10 Ibid.: Hacia una aceptación condicional de la realidad. Pág. 47 11 Ibid.: Las rutas – El sendero de la noria. Pág. 56 12 Ibid.: Las rutas – El sendero de la noria. Pág. 57 13 Ibid.: Las rutas – El sendero de la noria. Pág. 61 14 “Julio A. Roca y la “Conquista del desierto”: monumentalización, patrimonio y usos del pasado durante las décadas de 1930 y 1940”, de Facundo Cersósimo y Maíne Barbosa Lopes, Revista Quinto Sol, vol. 23, no 1, enero-abril 2019, ISSN 1851-2879, pp. 1-19 15 “Diferendo textual entre anarquistas y nacionalistas en torno al primer Centenario” de Hugo Mancuso (FFyL-UBAConicet), Revista Ad Versus VIII, 21 de diciembre de 2011, 13-62, ISSN 1669-7588, Págs. 14-15 16 Ibid.: Pág. 23 17 “Entre el fuego y la rosa. Pensamiento social italiano en la Argentina. Utopía, anarquistas y programas socialistas (1870-1920)” de Hugo Mancuso y Armando Minguzzi, Ediciones de la Biblioteca Nacional, 1999, Pág. 19 18 Ibid.: Pág. 22 19 Ibid.: Pág. 23 20 Ibid.: Pág. 29 21 Ibid.: Pág. 31 22 Leopoldo Lugones, Diario La Nación, Buenos Aires, 13 de enero de 1925 (también citado por Minguzzi y Mancuso, Ibidem) 23 ¿Qué es esto? Catilinaria, de Ezequiel Martínez Estrada, Ediciones Colihue-Biblioteca Nacional, 2005 (Edición Original, Ed. Lautaro, Buenos Aires, 1956) 24 Ibid.: Pág. 46 25 Ibid.: Pág. 53 26 Ibid.: Pág. 55 27 Ibid.: Pág. 65 28 Ibid.: Pág. 66 29 “Ataque a Casa Rosada. La verdadera historia de los bombardeos del 16 de junio de 1955” de Horacio Rivara, Editorial Sudamericana, 1era Edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015. ISBN 978-950-07-5246-6 30 “Bombardeo del 16 de junio de 1955: edición revisada” del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Secretaría de Derechos Humanos. Archivo Nacional de la Memoria. Coordinado por Rosa Elsa Portugheis, 1era Edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015. ISBN 978-987-1407-88-0 31 Ibid.: Pág. 27 32 “Cristo Vence (Tomo I) de Roca a Perón” de Horacio Verbitsky, Editorial Sudamericana, 1era Edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2007. ISBN 978-950-07-3432-5

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Reflexiones Por: Mariela Beker.


CÓMO SE CONSTRUYE UNA CASA ¿Cómo se construye una casa? Se arma con partes sueltas, a veces con muchos intentos y retrocesos La casa no siempre es hogar Pero ¿De dónde surgen las ganas de destruirla? Siempre existen restos y fragmentos sueltos como ideas o en capas superpuestas amontonadas y a veces ocultan un interior Pienso en la idea de palimpsesto en las marcas que tapan otras marcas o las encierran Pienso en los estudios estratigráficos en la escritura que deja el paso del tiempo ¿Cómo se arma una cartografía desde el presente sin dejar afuera la inmensa variedad de capas con revestimientos que cubren tapan y borran huellas? ¿Cómo se recuperan relatos antiguos historias no dichas ni escritas por la gran Historia del relato nacional? 41


SOBRE EL DESIERTO Me pregunto cómo es el desierto desconfío de lo que nos enseñaron sobre él concebido como ese espacio monótono deshabitado vacío yermo y desolado Desierto como la nada atemporal e invariable una nada sobre la que se puede crear pura posibilidad para imponer lo propio desconociendo su propia identidad Desierto como espacio de resonancia barrido de contenido nacido para la experimentación o como objetivo de contemplación definido siempre desde el exterior ¿Quiénes son los que nombran el desierto? ¿Cómo se proclama y se define si quienes lo habitan no tienen réplica de su voz? ¿Necesita el desierto una prédica implantada desde el afuera discurso extranjero con potencia expansiva con ánimo de conquista y cuerpo colonizador? 42


Me pregunto si es posible ubicar el desierto en nuestro propio cuerpo como espacio dispuesto a ser conquistado existente sólo a partir de la presencia de otro cuerpo desde una mirada uniformadora normalizadora que se impone sobre territorio ajeno ¿Podremos imaginar el desierto como punto de encuentro? ¿El desierto como paisaje de una posible intimidad exterior? ¿Habitando la idea de desierto desde la diferencia dando cuenta de sus matices convirtiendo en potencia su fragilidad?

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SOBRE LOS CUERPOS QUE ESTABAN Sobre los cuerpos que estaban habitando la tierra y quienes llegaron a invadir callando las voces otras ocupando un supuesto vacío conquistando un “desierto” que se encontraba repleto Pensar en nuevos límites ocupar la tierra invadirla conquistarla Quien nombra quien designa impone salvaje - indio - indígena - aborigen - originario siempre el otrx nombradx por fuera de sí Volver a pensar el origen desde el presente preguntándose desde dónde

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Sobre el uso de archivos en la investigación artística multimedia* Por: Ricardo Pons, Mariana Lombard y Mariela Beker

* Este texto fue escrito para Conceptos, Boletín de la Universidad del Museo Social Argentino, Edición especial “Archivos Entusiastas”, Instituto de Investigación, Facultad de Artes, Año 95, número 510, Diciembre 2020. Edición impresa y digital.


Proceso de investigación y creación Durante las distintas etapas del proyecto de investigación “Laboratorio de audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual” transitamos una de las metodologías habituales de nuestra praxis de producción artística audiovisual: el acercamiento a las distintas problemáticas a partir de la indagación reflexiva en archivos de distinta naturaleza, a menudo complementando con exploraciones in situ, para luego utilizar directa o indirectamente el material obtenido y las reflexiones emergentes como materia prima para producir obras. Recurrentemente revisitamos, apropiamos, editamos e intervenimos artísticamente los textos, imágenes o metrajes encontrados, buscando enriquecer su contenido implícito a través de metáforas o alegorías que luego fueron volcadas a la línea de tiempo de nuestras ediciones. El archivo es abordado generalmente por lxs investigadorxs como una fuente absoluta que debe ser citada o reproducida fielmente. En nuestro caso, analizamos y transmutamos los elementos para que formaran parte de una obra artística, incluso recurrimos a la reinterpretación digital en una operación de deconstrucción-construcción, para luego manipularla. En tal sentido, como experiencias previas podemos mencionar el Proyecto Pulqui 2 y la Ciudad anarquista digital del director de la investigación, en las cuales, a partir de investigaciones en archivos e in situ, desarrolló modelos virtuales que permitieron, en el primer caso, revivir la construcción de un avión de los cincuenta a través de un simulador de vuelo y, en el segundo, plasmar digitalmente el imaginario utópico urbano de un pensador anarquista de principios del siglo XX, vinculando la navegación del modelo de una ciudad imaginaria con el texto que la concebía y viceversa. Ambas operaciones conceptuales fueron más allá de una mera investigaciónrepresentación; el proceso de modelización digital permitió al autor desmenuzar y vivenciar estos hechos de una manera ampliada, vehiculizando y profundizando la reflexión. Las tecnologías digitales de virtualización permiten no solo modelizar objetos existentes con herramientas de dibujo 3D y luego modificarlos, sino inclusive crear elementos imaginarios o utópicos, despojándose de la necesidad de copiar fielmente un elemento real. Estas técnicas amplían infinitamente las posibilidades de investigación y creación artística. Para su posterior exhibición o consulta, el producto de estas experiencias puede formar parte de un video monocanal tradicional, de instalaciones interactivas presenciales u online o, más recientemente, de escenarios de realidad virtual o aumentada, donde lxs espectadorxs o visitantes pueden vivir una experiencia ampliada. Una de las motivaciones iniciales de nuestro proyecto fue desentrañar qué tecnología sería necesario investigar para producir material documental inmersivo, imaginando que

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lxs visitantes de la obra pudieran convertirse en espectadorxs privilegiadxs reviviendo un determinado hecho histórico a través de una experiencia inmersiva con dispositivos de realidad virtual o aumentada. El nivel de interactividad deseado también era una pregunta, ya que podría permitirse a lxs visitantes reales o virtuales elegir sólo la posición desde donde visualizar los acontecimientos o, inclusive, como ocurre en los videogames, permitirle influir de alguna manera en el desarrollo de la acción. Desconocemos a priori qué producto podría realizarse concretamente dentro del rango formal y presupuesto de la investigación, ya que este tipo de desarrollos normalmente requieren de una inversión económica no menor y de la participación de un equipo rentado de programadorxs especializadxs. En cambio, consideramos más importante comenzar a andar el camino y focalizarnos en la comprensión del proceso y las tecnologías implicadas.

La representación virtual 3D. Simuladores de espacio-tiempo Los simuladores de espacio virtual, a través de la disponibilidad de un territorio recorrible dentro de un universo virtual, permiten crear una ilusión de infinito explorable dentro de un caparazón adimensional e isodireccional. Se han desarrollado múltiples simuladores sobre la base común de algún software capaz de traducir dinámicamente, desde un modelo de espacio tridimensional a la perspectiva plana de la pantalla o desde dispositivos que permiten la inmersión, permitiendo auscultar, navegar, explorar, renderizar dichos universos. Citamos aquí, como fuente ineludible, las investigaciones del teórico y artista ruso Lev Manovich quien, además de teorizar sobre la simulación 3D, postuló hace más de 20 años la posibilidad de acceder a la información de archivos en un entorno virtual que remede nuestra experiencia física frente a anaqueles o estanterías. Tanto los simuladores de vuelo para el juego o entrenamiento, como los de carreras automovilísticas sobre el terreno, por citar algunos ejemplos, comparten varios aspectos comunes. La primera idea es la de campo visual, que puede entenderse fácilmente por su analogía con la experiencia real. Llevado al espacio virtual puede ser representado por una esfera en la que cada navegante se ubica en el centro y cuyo radio es el rango o profundidad de campo. Luego tenemos la representación del escenario, por ejemplo, el terreno por sobre el cual nos desplazamos y los objetos que en él se encuentran. La intersección entre la esfera formada por nuestro campo visual y el escenario sería el equivalente al horizonte. Como en un lugar oscuro donde vamos avanzando con una lámpara, en los simuladores de realidad virtual, nuestro universo visible y, por lo tanto, perceptible es armado y desarmado conforme nos desplazamos. Mientras navegamos, lo que tenemos por delante se compone considerando como límite nuestro campo visual, permitiendo experimentar libremente los distintos ángulos de visión, mientras que lo que dejamos atrás tiende a desvanecerse, liberando los recursos del hardware empleado; una vez que dejamos atrás un lugar, desde el punto de vista de la percepción sensorial, no tiene sentido conservar información desactualizada en nuestro simulador. Más allá de la gran pregnancia de las experiencias virtuales a las que actualmente tenemos acceso, su inmaterialidad o ausencia de masa, la diferencia de nuestra relación con el material gráfico tradicional y nuestra vieja manera de concebir el mundo generan distancias a la hora de 48


vivenciar la experiencia de manera completamente inmersiva. No desconocemos la existencia de desarrollos de interfaces que, desde hace décadas, permiten experimentar sensaciones de movimiento real, olores o la fuerza reactiva de distintos controles, pero recién será totalmente fiel cuando se implemente una conexión directa con nuestros centros de percepción cerebrales, tecnología incipiente en la actualidad. Sin dispositivos físicos especiales, nuestro “puesto de navegación low tech” no nos transmitirá los efectos que provocaría la presencia de masa: la aceleración, la desaceleración, los giros bruscos, la meteorología, el choque contra un elemento del escenario. A diferencia de los desplazamientos reales, donde es imposible eludir el transcurrir lineal unidireccional del tiempo, el desplazamiento virtual nos permite plantear esta variable como independiente. En nuestra experiencia real, concebimos el viaje como una combinación de tiempo y espacio, pero en el mundo virtual podemos desligarnos de tales condiciones y eventualmente realizar desplazamientos a voluntad en la línea de tiempo. Esto incorpora posibilidades lúdicas o la chance de remitirse a escenarios del pasado para reproducir situaciones pretéritas, o bien posicionarse en el futuro para predecir comportamientos de los sistemas simulados. Ambas habilidades agregan a los simuladores una potencialidad didáctica que puede ser utilizada para cualquier fin, ya sea para entrenar a unx pilotx de ambulancia o a unx terrorista suicida. Esta maleabilidad temporal, junto a la capacidad de representación, por sobre todo interactiva, conforma un interesante territorio de trabajo e investigación.

Sobre el proceso de investigación y creación Vivac Choele Choel Una de las temáticas históricas transversales a nuestra investigación es el suceso comúnmente denominado Conquista del Desierto; campaña militar ofensiva sobre los territorios y los pueblos originarios de la actual Patagonia comandada por el teniente general Julio Argentino Roca a partir del año 1879, quien en ese entonces se desempeñaba como Ministro de Guerra en la Presidencia del Dr. Nicolás Avellaneda. Como primer paso, decidimos acotar nuestra investigación a un sitio geográfico en particular que se presenta en algunos documentos de la época y en registros periodísticos contemporáneos como la “llave del desierto”, es decir, la puerta de entrada a un objetivo geopolítico-militar del cual hubo intentos y recomendaciones de ocupación desde la época virreinal. Este sitio, conocido como La isla Grande de Choele Choel o simplemente Choele Choel, tuvo relevancia desde tempranas épocas por varios factores. El primero es, sin duda, su ubicación y características geográficas. Se trata de una isla fluvial de gran tamaño que, junto con otros pequeños islotes naturales formados a partir de la separación en dos brazos del río Negro se ubican a la altura del paralelo 39º meridiano 65º; islas que se hallan favorecidas por la presencia de agua dulce, abundante vegetación en medio de un paisaje extenso de meseta y bardas. Es mencionada tempranamente en crónicas de viaje y cartografías elaboradas por viajerxs que, desde la época colonial, intentaron remontar el río Negro hasta sus nacientes buscando caminos alternativos de acceso al océano Pacífico. Otro de los factores es que constituyó un sitio de asentamiento importante de pueblos originarios. En diversas oportunidades, se lo menciona como un lugar de encuentro para el intercambio de productos entre diversas tribus y también como un punto de paso obligado en una ruta comercial 49


frecuente que conectaba Buenos Aires con localidades ubicadas del otro lado de la cordillera de los Andes. Sin detenernos en el detalle de todos estos antecedentes, con ellos nos interesa dar cuenta brevemente de la relevancia de este sitio previo a la campaña del general Roca, lo cual justifica en parte su elección como escenario histórico y simbólico donde asentar el relato oficial del Estado nación moderno con la consiguiente incorporación de estos territorios y sus habitantes a la República, a la “civilización” y al “progreso”. Finalmente, tenemos que mencionar un último aspecto: la ubicación en dicha localidad de uno de los cinco monumentos recordatorios al general Julio A. Roca y la Conquista del Desierto que se erigieron entre las décadas de los treinta y los cuarenta. Si bien la campaña emprendida por el general Julio A. Roca logró concretar un proyecto que ya se había puesto de manifiesto con anterioridad (con cualidades más o menos ofensivas), consideramos que reúne una serie de características particulares tanto a nivel económico, ideológico, político y, sobre todo, responde a los intereses de nuestra investigación, simbólicos y estratégicos en el uso de dispositivos técnicos/científicos para la construcción de un escenario y de un relato histórico. No es casual que la campaña no solo estuviera integrada por militares, sino que también estuvo compuesta por topógrafxs, científicxs, fotógrafxs y miembros eclesiásticos. Asimismo, se contó tanto con la asignación de recursos financieros como con recursos tecnológicos concretos para lograr el cometido (extensión de las redes ferroviarias, de la línea de telégrafos, el empleo de armas de fuego, etc.). Una maquinaria completa puesta en marcha con un objetivo doble: someter, expulsar, reducir, exterminar a lxs indígenas nómades que no quisieran integrarse a las nuevas reglas del Estado nacional y, fundamentalmente, extender la frontera productiva y extractiva de recursos económicos. De este modo, se pone en marcha un plan que opera sobre los cuerpos y sobre la tierra por igual: borrando, renombrando y explotando lo preexistente. La construcción de este escenario de operaciones tiene a Choele Choel como espacio geográfico protagónico: allí llegó una de las divisiones que, encabezada por Roca, se encontró en la Isla con el vapor El Triunfo que remontaba simultáneamente el río Negro. Encuentro que no sucedió un día cualquiera, sino que, nuevamente (porque no fue la primera vez que en este sitio se celebraba la conmemoración de la fecha patria) acontece un 24 de mayo para afirmar así, en el amanecer del 25, la supuesta continuidad entre las luchas por la Independencia de la Corona de España de 1810 con la ocupación de los territorios del sur en 1879. Todo esto quedó registrado en el dispositivo documental por excelencia: la cámara fotográfica. No obstante, la pintura La ocupación militar del Río Negro - 1879 realizada por el uruguayo Juan Manuel de Blanes en 1896 tuvo más eficacia inmortalizando la llegada a Choele Choel en el imaginario colectivo. ¿Qué marcas de estos episodios aún subsisten en el presente en Choele Choel? Muchas, en la memoria de lxs sobrevivientes del genocidio y sus familiares; otras tantas, en la tierra y su transformación productiva. Las marcas sobreviven a los silencios y las omisiones, a la superposición de los relatos de lxs que llegaron después y armaron una vida sobre los restos. De todas estas marcas, sin embargo, elegimos para trabajar una que es muy visible y conmemora, una vez más, la construcción simbólica de ese escenario y de ese relato. Se trata del monumento histórico nacional, bien de interés histórico nacional y bien de interés artístico nacional declarado por Decreto N.º 769/2019, Monumento del vivac del ejército expedicionario al desierto, de Alfredo Bigatti (escultor) y Eduardo María Lanús, Federico 50


Woodgate y Enrique E. Lanús (arquitectos), ubicado a 600 m del Km 1001.56 de la Ruta Nacional N.º 22, en Choele Choel, Río Negro, en el predio correspondiente a un sitio declarado histórico nacional, el Vivac del Ejército Expedicionario al Desierto en Pampa de los Molinos, según lo dispuesto por el Decreto N.º 17.265/43 del Poder Ejecutivo Nacional. Dicho monumento es uno de los cinco que se realizaron durante los gobiernos conservadores de la Concordancia (1932-1943), para homenajear a la figura de Julio A. Roca y la Conquista del Desierto de manera conjunta con la declaración de diversos sitios como históricos al estar vinculados de, manera directa, a la mencionada campaña. La puesta en marcha de estos monumentos corrió a cargo de la Comisión Nacional Monumento al Teniente General Roca que, a su vez, contó con subcomisiones a nivel provincial mientras que las declaraciones de sitios y lugares históricos fueron emprendidas por la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos. De todos los monumentos, el ubicado en Choele Choel es, sin embargo, el único que se ubica en el territorio concreto de la campaña que no tiene al general Roca como figura principal. Construido en 1943 e inaugurado el 9 de Julio de 1944 es un monolito construido en hormigón armado, revestido con ladrillo a la vista y que contaba en su extremo superior con un semáforo rotativo de luz roja a modo de guía o señal. En la parte exterior exhibe varias figuras simbólicas en piedra: en el frente, el escudo nacional y una cariátide representando la Patria junto a la leyenda en bajorrelieve: “El pueblo argentino al general Julio A. Roca, al Ejército y Marina Expedicionarios, incorporaron a la Patagonia a la actividad de la Nación. 30 de noviembre de 1878 - 24 de mayo de 1879”; mientras que en los laterales se ubican dos altorrelieves de cuatro metros de altura que representan respectivamente a Los colonizadores y a Los aborígenes. Dada la concentración de contenidos simbólicos que detectamos en el monumento en particular, agrupamos nuestras producciones en torno a él. Trabajamos tomando como base distintas fuentes documentales y también consultando de manera directa al Museo Histórico Regional Choele Choel.

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Desmonumentalizar el territorio. Serie de 6 dibujos. Microfibra sobre acetato a partir de fotos históricas. Mariela Beker.

Estudios sobre el Monumento Recordatorio de la Conquista del Desierto (1879). Concurso de Maquettes. Serie de 5 dibujos. Sangre sobre papel de acuarela. Mariana Lombard. 52


Entre las preguntas que emergieron aparecieron algunas, en particular, sobre la materialidad en concreto del monumento, con el origen de los recursos que se emplearon para realizarlo por quienes fueron sus constructores. A raíz de estas preguntas y con el fin de reflexionar también sobre la verdadera desigualdad de derecho sobre la tierra en función de las filiaciones de sangre (“ser de sangre de pueblos originarios” o “ser de sangre inmigrante”) que impera en la Patagonia luego de la Conquista del Desierto, surgió esta serie de estudios sobre los diversos proyectos presentados al Concurso de Maquettes propuesto por la Comisión Nacional Monumento al Teniente General Julio A. Roca en el año 1938. Los dibujos, realizados con sangre menstrual, buscan recrear, de una manera muy directa, la materialidad subyacente del monumento. Luego de relevar y estudiar las medidas indicadas en croquis, planos originales y reseñas del proyecto arquitectónico, se arribó a un modelo en 3D en escala del monumento. El proceso de modelización digital lo desarrollamos mediante el software Blender®.

V 0.8 mt

PE 14 mt ME 13 mt VT 5 mt

V 1.3 mt

R 0.25mt

CARIÁTIDE

V 1.3 mt

R 2.25 mt

ME 5.8 mt

V 1.3 mt DV 2.7 mt V 1.3 mt

MF 0.2 mt

CF 1 mt

P2 0.5 mt

MF 1.7 mt

DV 2.7 mt

CM 5 mt

P1 5 mt

CF y MF 2.5 mt

CM y P2 4 mt P1 y MF 5 mt DV 6.3 mt

P 2.2 mt

PE 10 mt

DV 2.7 mt

VT 2.3 mt

ME 0.5mt

ESCUDO NACIONAL

P 1.6 mt

Modelización del monumento con herramientas de dibujo 3D. Mariana Lombard con la asistencia y colaboración de Laura Palavecino.

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Sobre el proceso de investigación-creación “Bombardeo de Plaza de Mayo” Básicamente, el ataque fue ejecutado por la Infantería de Marina, algunas unidades aéreas navales y un grupo de pilotos de caza de la novísima Fuerza Aérea, con la participación en la organización de políticos de la oposición y algunxs ideólogxs civiles. Los objetivos elegidos fueron la propia Casa de Gobierno, la residencia presidencial (la Quinta o Palacio Unzué), el Departamento Central de Policía y el Ministerio de Guerra, lugares donde se pensaba que podía estar alojado o escondido el Presidente. Desde temprano y durante todo ese día, las condiciones climáticas fueron para nada favorables para llevar adelante un ataque aéreo. Ya las primeras tres bombas no dieron en el blanco, y produjeron la muerte de civiles que inocentemente estaban trasladándose a sus trabajos y a menores en camino a la escuela. Luego de este ataque, siguieron muchos otros con variable precisión y similares consecuencias en vidas humanas, dejando a las claras que lxs agresorxs no iban a deponer ni menos aligerar las acciones; una vez iniciado el ataque, no había posibilidad de volver atrás. Las escaramuzas incluyeron un par de combates aéreos, los primeros de la historia argentina. Además de la bibliografía mencionada, tomamos como fuente para el proyecto archivos fotográficos de los destrozos en Casa de Gobierno, material fílmico de algunos noticieros de la época y del documental Perón, sinfonía del sentimiento de Leonardo Favio, donde se recopiló casi todo el material audiovisual disponible.

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Cuidado con lo que deseás. Serie de 6 dibujos. Microfibra sobre acetato a partir de fotografías que registraron los daños ocasionados en el interior de la Casa Rosada, como consecuencia del Bombardeo de 1955. El álbum original posee fotografías tomadas por integrantes de Casa Militar y forma parte de la Colección del Museo Casa Rosada. Mariela Beker.

Otras fuentes adicionales fueron documentaciones técnicas de los aviones involucrados, planos y fotografías de la Pirámide de Mayo y de la Casa de Gobierno obtenidos de archivos públicos e inclusive con relevamiento in situ. El proceso de modelización digital lo desarrollamos mediante el software Blender®.

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Modelos 3D de la Pirámide de Mayo, Casa de Gobierno y aviones involucrados en el Bombardeo de Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955. Ricardo Pons. Este material generado digitalmente permite renderizar secuencias de videos para ser combinadas luego con otras fuentes en una edición lineal tradicional, o bien integrado directamente por una plataforma tipo Unity® o similar, para generar ambientes de realidad virtual o aumentada. En este último caso, las situaciones ideadas pueden ser interactivas respondiendo a los movimientos o respuestas de lxs espectadores o simplemente pasivas. Las posibilidades expresivas son muchísimas, aunque para su desarrollo requieren de un esfuerzo no menor de programación realizada por personal capacitado, lo que excedería ampliamente el presupuesto asignado a la investigación.

Conclusiones El resultado de este proyecto habría sido distinto si no hubiera incluido una profunda investigación de estos sucesos históricos, lo que nos permitió elegir elementos con una importante carga simbólica, evitando recurrir a imágenes impuestas por relatos superficiales o repetir algunas imprecisiones que suelen deslizarse en la divulgación de estos. En el desarrollo artístico se intentó también ser fieles a nuestra posición crítica sobre la monumentalización del territorio, la invisibilización del padecimiento de los pueblos originarios, la intolerancia política y estigmatización. Durante el proceso, también generamos textos que reflejaran nuestras opiniones y los datos que las cimientan. Un elemento casual que apareció al indagar sobre los hechos elegidos fue la emergencia de ecos de experiencias familiares concretas que profundizaron la relevancia personal de esta investigación para lxs miembros del equipo, reflejándose en las producciones. Un carné de funcionario público, fotos encontradas en un álbum del lugar de trabajo que documentan los efectos del bombardeo, imágenes de un familiar fallecido al que no se llegó a conocer que fuera parte del Ejército y de otro que supo ser integrante de la Iglesia, recuerdos del lugar de origen, todo esto junto con otros elementos más que confirmaron la existencia de una ligazón especial con la historia de lxs argentinxs. Como este proyecto en el que estuvimos embarcadxs es parte de un proceso más amplio de investigación y creación artística, preferimos no concluir que arribamos a un puerto de destino, sino a una parada intermedia necesaria para reflexionar sobre lo hecho hasta el momento y decidir cómo seguir camino. 56


Referencias bibliográficas Cersósimo, Facundo. 2019. “Julio A. Roca y la “Conquista del desierto”: monumentalización, patrimonio y usos del pasado durante las décadas de 1930 y 1940”. Revista Quinto Sol, 23(1). https://doi.org/10.19137/qs.v23i1.2510 Comisión Nacional Monumento al Teniente General Julio A. Roca. 1938. “Monumento recordatorio de la Conquista del Desierto (1879). Antecedentes. «Concurso de Maquettes»”. Buenos Aires. Comisión Provincial de homenaje al centenario de la campaña al desierto. 1979. 100 años de la campaña al desierto. Crónica documental de la campaña al desierto en Río Negro. Viedma: Talleres Gráficos de la Dirección del Boletín Oficial de la Provincia de Río Negro. Farocki, Harun. 2013. Desconfiar de las imágenes. Buenos Aires: Caja Negra Editora. Manovich, Lev. 2001. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Barcelona: Editorial Paidós. Min. Justicia y Derechos Humanos de la Nación. 2015. Bombardeo del 16 de junio de 1955: edición revisada. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Archivo Nacional de la Memoria. Monumento recordatorio de la Campaña del Desierto en Choele Choel, Revista de Arquitectura. 1941, junio, páginas 265-269. Pons, Ricardo. 2003-2004. Proyecto Pulqui 2. Buenos Aires: Edición del autor. Pons, Ricardo. 2009. Ciudad Anarquista Digital. Buenos Aires: Edición del autor. Rivara, Horacio. 2015. Ataque a Casa Rosada. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Viñas, David. 1983. Indios, ejército y frontera. Buenos Aires: Siglo XXI editores. Walther, Juan Carlos. 1964. La Conquista del Desierto. Buenos Aires: Círculo Militar Ediciones.

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Catálogo de producciones visuales


Cuidado con lo que deseás. Mariela Beker (2020). Serie de 6 dibujos. Microfibra sobre acetato a partir de fotografías que registraron los daños ocasionados en el interior de la Casa Rosada, como consecuencia del Bombardeo de 1955. El álbum original posee fotografías tomadas por integrantes de Casa Militar y forma parte de la Colección del Museo Casa Rosada. Dimensiones variables.

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Desmonumentalizar el territorio. Mariela Beker (2020). Serie de 6 dibujos. Microfibra sobre acetato a partir de fotografías históricas. Dimensiones variables.

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Estudios sobre el Monumento Recordatorio de la Conquista del Desierto (1879). Concurso de Maquettes. Mariana Lombard (2020). Serie de 5 dibujos. Sangre sobre papel de acuarela. 35 x 50 cm cada dibujo.

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Casa Rosada, Pirámide de Mayo, Plaza de Mayo, automóviles de época, aviones involucrados en el Bombardeo del 16 de junio de 1955. Ricardo Pons (2019 - 2021). Enlace Visualización. Modelos realizados en Blender® (2020 - 2021). Enlace visualización. Modelo programado en Flight Simulator® (2019).

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Monumento del vivac del ejército expedicionario al desierto (2020 - 2021). Mariana Lombard con asistencia de Laura Palavecino. Modelos 3D realizados con el software Blender®.

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V 0.8 mt

PE 14 mt ME 13 mt VT 5 mt

V 1.3 mt

R 0.25mt

CARIÁTIDE

V 1.3 mt

R 2.25 mt MF 1.7 mt

DV 2.7 mt V 1.3 mt

MF 0.2 mt

CF 1 mt

P2 0.5 mt

V 1.3 mt

CF y MF 2.5 mt

CM y P2 4 mt P1 y MF 5 mt DV 6.3 mt

P 2.2 mt

ME 5.8 mt

DV 2.7 mt

P1 5 mt

CM 5 mt

PE 10 mt

DV 2.7 mt

VT 2.3 mt

ME 0.5mt

ESCUDO NACIONAL

P 1.6 mt

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Cómo se construye una casa. Mariela Beker y Mariana Lombard (2021). Video monocanal Full HD. 11 minutos. Enlace visualización.

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Bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. Ricardo Pons con asistencia de Rodrigo Noya (2021). Entorno virtual desarrollado con el software Unity®. Enlace visualización.

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Monumento del vivac ejército expedicionario al desierto. Ricardo Pons con asistencia de Rodrigo Noya (2021). Entorno virtual desarrollado con el software Unity®. Enlace visualización.

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Biografías


RICARDO PONS Director (Buenos Aires, 1960). Se formó como músico e ingeniero especializándose luego en informática. Como músico, fue líder o formó parte de varios proyectos de jazz moderno, tango y música electrónica. Compuso y ejecutó música para cine y realizaciones audiovisuales. Su primera experiencia en la realización audiovisual fue como parte del grupo de cine independiente “Cinetroupe” participando en festivales de Argentina, Yugoslavia, España y Hungría. En 1992 comenzó la realización en forma individual de videoarte, video instalaciones, video performances y simulaciones 3D. Sus trabajos han sido exhibidos o realizados en Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia, Perú, Chile, Cuba, Estados Unidos, Canadá, España, Austria, Inglaterra, Alemania y Francia. No obstante, utiliza fundamentalmente los nuevos soportes digitales y

procedimientos del arte contemporáneo, sus trabajos denotan influencias

del montaje cinematográfico, el cine de animación experimental y documental. Los ejes de su obra son la Utopía, la relación del Hombre con la tecnología y la Historia Argentina reciente. Ha recibido premios y reconocimientos, entre ellos el Primer Premio en el Salón Nacional de Artes Plásticas año 2001 (Sección Instalaciones), la Beca-Subsidio a la Creación Artística de la Fundación Antorchas año 2004 (Categoría Multimedia) y el segundo premio en el concurso de Arte y Nuevas Tecnologías de MAMbA-Telefónica año 2005 (proyecto Multimedia). Realizó proyectos de intercambio con artistas argentinos y alemanes como Cimarrón, Drei Ufer incluyendo acciones, instalaciones y performances en ambos países, también con artistas uruguayos tanto en Argentina como en Uruguay y participó en Alemania en Zelle05-Kreuzungen junto con Jana Milev (Alemania), Susan Hefuna (Egipto) y Vadim Zakharov (Rusia). Ha producido documentales, registros de obra y performances de artistas visuales (León Ferrari para la Universidad de Essex, Ana Eckell para el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, y entre otros Marcela Cabutti, Esteban Álvarez y Tamara Stuby, Gabriela Larrañaga, Diego Perrotta y Eduardo Molinari). Produjo una serie de cortos basados en performances ideadas y realizadas por León Ferrari en las que se desempeñó como co-realizador, participando en diferentes muestras, entre varias, “Memórias Inapagaveis / Uneraseable memories” de VideoBrasil que itineró por San Pablo, Buenos Aires y Vigo en 2015, “La bondadosa crueldad” en Museo Reina Sofía, Madrid, España, 2021. Es profesor titular desde 2017 de la cátedra de Nuevos Medios I en la Facultad de Artes de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) y director del proyecto de Investigación “Laboratorio audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual” entre 2019-2021. Como autor, 89


ha escrito dos libros, desarrollados en el ámbito del multimedia: Proyecto Pulqui II (libro, CD y DVD) y La Ciudad Anarquista Digital, reeditando el trabajo utópico de Pierre Quiroule (1914) que incluye el desarrollo de un modelo 3D (en el que colaboró la Arquitecta Celia Guevara). Ha escrito numerosos textos para revistas y publicaciones varias, entre ellas, para la revista Dang Dai entre los años 2018 a 2021. En el ámbito académico, el capítulo “Libertad y realidad virtual. Tiempo objetivo y subjetivo en la edición audiovisual” del Libro Conceptos 2018 de UMSA y el capítulo “Utilización de archivos en la investigación artística multimedia” en coautoría con las participantes de la Investigación “Laboratorio audiovisual experimental con tecnologías de realidad virtual”. Se ha escrito sobre sus obras en distintos textos de arte, entre otros, “Poéticas Contemporáneas” (FNA, Buenos Aires), “Diez Años de Video en Buenos Aires (ICI)”, “Siglo XX Argentino – Arte y Cultura (CCR, Buenos Aires), “Quer Feld Über – Verlag für moderne Kunst Nürnberg”, “Zelle 05: Kreuzungen”, “Historia Crítica del Video Argentino” de Jorge La Ferla y “Video Experimental Argentino Contemporáneo” de Clara Garavelli. Participa en la asociación civil “AREA - Asociación de Realizadores Experimentales Audiovisuales” desde su fundación en 2019, realizando varias actividades, como por ejemplo las “Jornadas sobre lo Experimental” donde han realizado transmisiones experimentales en vivo. Vive y trabaja en Buenos Aires.

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MARIANA LOMBARD Co-directora (Choele Choel, Río Negro, Argentina, 1986). Artista visual, investigadora y docente. Es Profesora Superior en Artes Visuales con orientación en pintura por el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA). Actualmente desarrolla su tesis de maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) bajo la Dirección de Gabriela Golder. Es Profesora titular de la cátedra “Fotografía” en la Licenciatura en Artes Visuales con orientación en Nuevos Medios de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA). También se desempeñó como Profesora interina en la cátedra “Geometría aplicada a las artes visuales III” en la ESEA Manuel Belgrano y como Ayudante de cátedra de “Historia social del diseño gráfico” en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Desde el 2018 es responsable del área de comunicación y diseño dentro de la Maestría en Artes Electrónicas (UNTREF). Trabaja de manera independiente como asistente de proyectos y exposiciones artísticas, como diseñadora gráfica y como asistente de dirección en obras audiovisuales. Como investigadora integró los proyectos “Base Video” (UNTREF), “Laboratorio de Geopoéticas Subaternas” (UNTREF) y “Enseñanza y Praxis transdisciplinares en las artes electrónicas” (UNTREF). En 2016 integró el equipo que realizó las entrevistas a todxs lxs artistas y curadorxs invitadxs a la tercera Bienal de la Imagen en Movimiento (BIM, Continente, UNTREF). Ha realizado dos curadurías de manera colaborativa: “Maquinal” con Fabiana Gallegos (exposición del artista Leonardo Gracés en el Centro Cultural Recoleta, 2018) y “Las furias” con Elvira Rilova (curaduría de videos para las V Jornadas de Videoarte El Escorial, Madrid, España, 2019). Como artista ha recibido becas de creación y formación, entre las más recientes: “Beca de investigación y creación” (École Nationale Supérieure d’Art de Bourges, Francia – Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2020); “Beca a la creación” (Fondo Nacional de las Artes, 2018), “Residencia Fase” (Centro Cultural Recoleta, 2017) y “Beca Fundación Cazadores” (2016). Sus trabajos artísticos se han presentado en diversos espacios culturales y museos de la Argentina tales como Museo Nacional de Bellas Artes y Sala de Arte SOSSUNC (Neuquén); MMBA Juan Sánchez y Museo Estación Cultural Lucinda Larrosa (Río Negro); Galería ArtexArte, Club Cultural Matienzo, Panal 361 y Centro Cultura Recoleta (Buenos Aires). Algunos de sus trabajos fueron incluidos en el catálogo “Redes de energía. Arte Argentino Contemporáneo” curado por la Dra. Jazmín Adler. Sus videos han formado parte de festivales y programaciones en Argentina, España, México, Brasil, Cuba y Estados Unidos. Es integrante de AREA (Asociación de realizadorxs audiovisuales experimentales). Vive y trabaja en Buenos Aires. 91


MARIELA BEKER Investigadora (Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 1980). Artista plástica y Licenciada en Artes Visuales. Cursó la Carrera de Artes, orientación Plástica en la UBA. Realizó la Licenciatura en Artes Visuales, orientación Escultura en la UMSA. En su tesis de grado desarrolló una aproximación desde la teoría y la práctica sobre diferentes abordajes de la noción de cuerpo, a partir de lo sensible. Sus reflexiones giran en torno al modo en que la experiencia corporal cotidiana es atravesada por la incomodidad y la contradicción del devenir. En 2006 realizó el curso anual de Guía de Arte (CCR). En 2019 fue seleccionada para participar en “Brote”, residencia de creación artística en danza, organizada por el Centro Cultural Paco Urondo, UBA. En marzo de 2020 presentó junto a Proyecto Petra -colectivo de artistas con base latinoamericana- un video que forma parte de la exposición “Para todes, tode. Políticas del deseo”, curada por Kekena Corvalán en el Centro Cultural Kirchner. En 2020 fue becaria en la primera edición de “Escuchar la fotografía”, Programa de Residencias para Artistas de ArtexArte, coordinado por Jorge Zuzulich y Quio Binetti. En agosto de 2020 participó del taller en línea “Desertificación Cultural” organizado por MAL, plataforma enfocada en proyectos de investigación que vincula contextos locales y problemáticas globales. Entre marzo y junio de 2021 participó de la exposición colectiva Cerca del suelo, con curaduría de José Iglesias Gª-Arenal en la Sala Guirigai en colaboración con la plataforma curatorial MAL, en Los Santos de Maimona, Extremadura, España. Participó de las ediciones 2017, 2018 y 2019 de La Noche de los Museos en la Universidad del Museo Social Argentino, Sede Artes, con proyectos colectivos e individuales. Desde 2010 trabaja en curaduría y gestión de colecciones en la Dirección de Programas Culturales y Museo Casa Rosada, Presidencia de la Nación. Entre 2015 y 2016 cursó la Diplomatura en Museología y Marketing de Museos e Instituciones Culturales (UMSA). En 2019 realizó la Diplomatura en Gestión de Museos (UNDAV). En 2020 cursó la Diplomatura en Gestión en Organizaciones Culturales con orientación en Producción Ejecutiva (UNSAM) y el Seminario de Posgrado “Sin cuerpo no tenemos nada” (IAMK - UNSAM). Vive y trabaja en Buenos Aires.

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CRÉDITOS

Colaboraron con el proyecto: Rodrigo Noya, Laura Pallavecino, Leandro Yabkowski, Agustina Scliar, Mercedes Lozano y Luciana Pedro. Compilación y revisión de textos: Mariela Beker y Ricardo Pons. Diseño gráfico y maquetación: Mariana Lombard. Imágenes tapa, páginas 4, 5, 94 y 95: Mariela Beker.

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