Three, Two, One (321) by J.A. Huss

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Esta traducción fue realizada sin fines de lucro, por lo cual no tiene costo alguno. Es una traducción hecha por fans para fans. Si el libro logra llegar a tu país, te animamos a adquirirlo. No olvides que también puedes apoyar a la autora siguiéndola en sus redes sociales, recomendándola a tus amigos, promocionando sus libros e incluso haciendo una reseña en tu blog o foro. Esperamos disfruten la historia.

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Sinopsis

Capítulo 21 - Ark

Capítulo 1 - Ark

Capítulo 22 - Blue

Capítulo 2 - La Chica

Capítulo 23 - Ark

Capítulo 3 - Ark

Capítulo 24 - Blue

Capítulo 4 - Ark

Capítulo 25 - Ark

Capítulo 5 - Ark

Capítulo 26 - Blue

Capítulo 6 - Ark

Capítulo 27 - Ark

Capítulo 7 - Blue

Capítulo 28 - Blue

Capítulo 8 - Ark

Capítulo 29 - Ark

Capítulo 9 - Ark

Capítulo 30 - Blue

Capítulo 10 - Blue

Capítulo 31 - Ark

Capítulo 11 - Blue

Capítulo 32 - Ark

Capítulo 12 - Ark

Capítulo 33 - Blue

Capítulo 13 - Blue

Capítulo 34 - Ark

Capítulo 14 - Ark

Capítulo 35 - Blue

Capítulo 15 - Ark

Capítulo 36 - Ark

Capítulo 16 - Blue

Capítulo 37 - Blue

Capítulo 17 - Ark

Capítulo 38 - Ark

Capítulo 18 - Blue

Capítulo 39 - Blue

Capítulo 19 - Ark

Capítulo 40 - Ark

Capítulo 20 - Blue

Capítulo 41 - Blue

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Capítulo 42 - Ark

Capítulo 49 - Ark

Capítulo 43 - Blue

Capítulo 50 - Ark

Capítulo 44 - Ark

Capítulo 51 - Zoey

Capítulo 45 - Blue

Capítulo 52 - Jade

Capítulo 46 - Ark

Capítulo 53 - Blue

Capítulo 47 - Blue

Capítulo 54 – Ark

Capítulo 48 - Ark

Epílogo

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UNA CHICA Maltratada, descalza y acurrucada debajo un toldo de una librería bajo la lluvia torrencial, Blue solo sabe una cosa. Después de quince meses de cautiverio, finalmente… ella es libre. DOS AMIGOS Millonarios por sí solos JD y Ark no están a salvo para rescatar a nadie cuando se tropiezan con una chica mojada y temblorosa una mañana temprano de un domingo. Pero cuando vendes sexo para vivir y la salvación llama a tu puerta… respondes el llamado. TRES ALMAS GEMELAS Después de años de búsqueda, el amor levanta velo de la oscuridad, y tres personas, con tres muy grandes secretos, se encuentran unidas en una relación que desafía las probabilidades. ¿O lo hace? Amor. Lujuria. Sexo. Esta trinidad podría ser la perfección… pero no todo debería venir en 3. : Este es un romance no tradicional con un final no tradicional.

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Ark Centro Federal Denver Lakewood, Colorado Presente

—N

o podemos ayudarte si tú no nos ayudas a ayudarte. Miro fijamente al tipo. ¿Ese es su ángulo? ¿Ayúdanos a ayudarte?

—Ark… —Él duda y me da una larga mirada de lado, como si justo ahora se le está ocurriendo que Ark no es mi nombre real. Dejo salir un pequeño resoplido y una sonrisa destella. No aprecia la sonrisa ni el resoplido, porque restriega una mano por su cara y jadea por un poco de aire. —Ark —dice el otro de traje, tomando el control. Supongo que esto es cuando hacen la cosa de policía malo / policía bueno—. Vamos hombre, lo sabemos, ¿de acuerdo? Ahora eso me intriga. —¿Qué crees que sabes? —Sabemos que hay personas muertas —interrumpe el policía malo, garantizando un suspiro fingido y exasperado y una mano del policía bueno. —La gente muere todos los días —agrego, solo para que el policía bueno no tenga oportunidad de jugar su carta. Eso también lo fastidia, porque toma una inhalación profunda. —Ark —intenta nuevamente—. Necesitamos saber que está sucediendo. Gente todavía podría estar en peligro. Más cuerpos podrían aparecer. Cuerpos que podrían no solo ser cuerpos si podemos intervenir a tiempo.

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—Nada está sucediendo —digo, subrayando la palabra—. Se acabó. El policía malo tira una pila de fotografías de ocho por diez y las desliza a través de la mesa de acero inoxidable con un sonido sordo. —Esto —dice, tocando una de las fotos—, es más que nada. Esta es una mujer muerta. Y esta… —Él señala otra foto, una que no estoy seguro poder ver y no estar afectado por esta. Así que antes de que pueda decir algo me aclaro la garganta como si fuera a hablar. Lo cierra el tiempo suficiente para que el buen policía cambie de tema. —Ark, vamos. Sabemos que hay más de esto de lo que estás diciendo. Está claro que tú estabas trabajando con este tipo. Encontramos cientos de contratos en tu oficina. —Él le da un golpecito a otra foto y succiona aire a través de sus dientes mientras me deja pensar sobre ello—. Solo comienza desde el principio. Si explicas, estoy seguro de que podemos hacer las cosas fáciles para ti. Doy otro resoplido. —Hacer las cosas fáciles, ¿eh? —Eso es lo que siempre dicen antes de joderte. Lo sé. He sido jodido muchas veces. —Solo dinos como la conociste. —Miro al policía malo, quien está sorpresivamente calmado ahora. Su fachada se está deslizando. O tal vez sepa que no puede ser de esa forma conmigo. He estado en las calles por tanto tiempo. He visto mucho. He hecho mucho para que me atraiga a hablar con una promesa falsa—. Solo comienza con esta —dice, apuntando a la foto de la mujer muerta—, y podemos tener las otras cosas después. Lo miro fijamente. Me devuelve la mirada. —Vas a tener que decirle a alguien. —Eventualmente —agrega el policía bueno—. Quiero decir, vamos, Ark. Hay cuerpos. Tú no te alejas de esto, ¿entiendes? No consigues solo alejarte. No podemos cortar ese tipo de asunto y lo sabes. Solo comienza desde el principio y tomaremos un paso a la vez. Pondremos todas las piezas y escribiremos el reporte y entonces hablaremos de tus opciones. Ya conozco mis opciones. Bajo mi mirada nuevamente a las fotos, luego las muevo con la punta de mi dedo, haciendo que se deslicen a través de la lisa mesa metálica.

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Blue se muestra abajo, en la parte superior. Su rostro en esta foto es solo de la forma en que la vi es primer día. Inocente, pero estoica. Asustada, pero aún fuerte. Estaba fría y húmeda. Su cabello largo colgaba en la parte delantera de ese vestido veraniego empapado que era demasiado escaso para el verano y mucho menos para finales de otoño. —Puedes tomarla —dice el policía malo—. Adelante. No puedo evitarlo, así que la tomo, pero la cadena de mis esposas es muy corta y se tensan. El policía malo desliza la foto a través de la mesa así está directamente debajo de mí. —Comienza con ella. La chica a la que estás llamando Blue. ¿Cuándo apareció? ¿Cuándo vino? Puedo verlo todo tan claro en mi cabeza. Comenzó como cualquier otro día. JD y yo estábamos temprano para hacer negocios… Las puntas de mis dedos no pueden detenerse. Ellos se estiran por la foto y la sostengo en alto. El silencio en la habitación se prolonga por lo que parece por minutos, pero no puede ser más de unos pocos segundos. El tiempo solo… se detuvo. Así fue la primera vez que la conocí. —Ark —dice finalmente el buen policía, rompiendo la quietud—. Tienes que comenzar en algún lugar. No vamos a juzgarte, ¿bien? Solamente estás aquí para conseguir la historia. Tienes que confiar en nosotros ¿está bien? —Cuando levanto mi mirada hacia él me da un encogimiento de hombros de simpatía que parece demasiado real para que me acerque a las técnicas de interrogatorio del FBI—. Tienes que decírselo a alguien. Podría ser a nosotros. —Es una larga historia. —Tenemos todo el día. —Es… —Miro la foto por un momento, y luego miro al policía bueno, alias agente especial Matheson—, complicado. —Conseguí un título en lógica, hombre. Puedo seguirte. Y Jerry lo escuchó y lo vio todo, ¿de acuerdo? Él no juzga. —Matheson coloca un pulgar sobre el hombro del policía malo, alias Jerry—. Demonios, también ha estado involucrado en una mierda. Solo… toma una inhalación profunda, hombre. Solo respira profundamente y comienza con la chica a la que estás llamando Blue.

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Tomo una respiración profunda. No porque me haya dicho, sino porque realmente lo necesito. Y luego, porque sé que no hay forma que me vaya de aquí sin que les diga algo, empiezo una exhalación… —La vi primero, ¿de acuerdo? —Miro a Matheson y él asiente con la cabeza—. La vi primero y eso es todo lo que necesitas saber. Fue en octubre pasado. Estaba lloviendo como una cascada que se precipitaba por una montaña en primavera. Y el centro comercial de la calle 16 estaba vací o porque eran las seis y trece de la mañana del domingo. Mis manos estaban en mis bolsillos, mis hombros estaban encorvados como sí eso me protegiera de la lluvia en mí. Las campanas de la iglesia sonaban. Un momento extraño para que sonaran las campanas, recuerdo pensar. Pero se quemó en mi recuerdo de ella. Las campanas de la iglesia sonando. Cada tiempo que las oía la veía en mi cabeza. Justo como se veía ese primer día. Estaba empapada, acurrucada bajo un toldo sobre una librería, llorando. Estaba temblando y sus dientes estaban chasqueando incontrolablemente. Sus ojos, de un sorprendente, casi surrealista aguamarina, me siguieron mientras pasaba por allí. El maquillaje de la noche anterior estaba rayando sus mejillas, manchas negras y grises que imitaban al cielo. Dejé de caminar. Como a medio camino. Y la miré fijamente. Ella llevaba un vestido corto y sin una chaqueta. Parecía que había sido echada allí después de una noche despierta yendo mal. —¿Estás bien? —le pregunté. Y sus ojos se dispararon detrás de mí y supe que esto no iba a salir bien. Y ahora miro a Matheson, quizás porque me recuerda a alguien en quien no quiero pensar ahora. O tal vez porque ya sé que todo ha terminado, así que los secretos ya no importan. Pero, de cualquier manera, empiezo a hablar. —La vi la primero…

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La Chica Finales de Octubre 6:13 AM Centro Comercial de la calle 16, Denver, CO

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is dientes están castañeando con tanta fuerza, que no puedo respirar profundamente. Y realmente necesito una respiración profunda. Inhalo una, pero no es suficiente para detener los mareos que quedaron de la fiesta de anoche y los sollozos se derraman mientras la lluvia inunda la parte superior del toldo de la librería. El nicho es de solo unos sesenta centímetros de profundidad, y con el viento, cualquier refugio es mínimo. Un grito escapa antes de que puedas controlarlo. Bajo la mirada a mi pies descalzos y me pregunto si es posible que muera de miedo. Porque ahora mismo estoy tan asustada. Voces. Hombres, al menos dos de ellos. Son ruidosos, un poco alejados, y están corriendo. Sus botas golpean a medida que se acercan. Me deslizo hasta el suelo y envuelvo mis brazos alrededor de mis rodillas, tratando de encogerme hasta la nada. Tratando de ser invisible. Agacho mi cabeza de manera que mi cabello cae hacia adelante. Los hombres se acercan y lo sé, solo lo sé, ellos vienen por mí. Me tambaleo hasta mis pies, porque a la mierda con esto. Que me condenen si ellos vienen a llevarme de vuelta. Esta vez pelearé. Lo haré. Las botas se detienen, como si supieran que estoy aquí, y comienzan a hablar en susurros silenciosos. Imagino que están planeando cómo atraparme, pero eso no será difícil. Estoy medio desnuda con este vestido veraniego que está empapado y

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que se aferra a mi piel. Mis extremidades están temblando. Dudo que tenga la fuerza para enfrentar a un hombre, mucho menos a dos. Las botas comienzan a hacer ruido de nuevo. Se acercan. Un hombre entra a la vista desde la derecha y da dos pasos. Dos pasos en los que espero que no voltee a su izquierda y me vea de pie allí. Pero agoté toda mi suerte anoche cuando escapé. Porque su cabeza gira en mi dirección y se detiene. A medio paso. Y solo me mira por un largo momento. Muerdo mi labio para contener otro sollozo, pero escapa como un gemido. Sus ojos se entrecierran. Está llevando una chaqueta negra con la capucha puesta sobre su cabeza y tiene un gran bolso colgando sobre su hombro. Se ve atemorizante como la mierda hasta que esos ojos se posan en mí. Dejo escapar la respiración que estaba conteniendo. Esos ojos me lo dicen todo. Son oscuros, pero son profundos. Y no son los crueles ojos del hombre del que estoy huyendo. —¿Estás bien? —pregunta. Antes de que pueda contestar, el segundo par de botas está corriendo hacia nosotros y otro tipo aparece detrás de él. Mis ojos se disparan hacia el rostro del recién llegado y de nuevo estoy sorprendida por lo que encuentro allí. —¿Quién es? —pregunta en un tono juguetón—. Mí, mí —añade, empujando al primer tipo fuera del camino. Sus ojos son azul claros. Hipnotizantes. Como el cielo en un día de verano. Su cabello rubio es corto y tiene un poco de barba rubia corta haciendo juego. Él también esta empapado, pero no está vestido para ello tampoco. Tiene una franela color canela manchada con rojo que luce tan anticuada que realmente podría ser de los 90s. Está colgando abierta, ni siquiera abotonada en la parte superior, y debajo está una camiseta roja desgastada con la lengua de los Rolling Stones en ella—. Te ves fría cariño. Y mojada. —Me giña un ojo mientras da un paso para acercarse los pocos centímetros de distancia entre nosotros. Me encojo lejos del Grunge y miro de nuevo hacia el Profundo y Oscuro, desesperada por alguna manera de superar este momento. Sus ojos se aferran a los míos y nunca los deja ir mientras habla. —¿Necesitas algo de ayuda? Sacudo mi cabeza hacia él. Pero luego Grunge está justo a mi lado, empujando mi frío cuerpo en el suyo.

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—Estás congelándote —dice, frotando mis brazos desnudos. Él mueve sus manos alrededor de mi cintura y se ríe en mi cuello como si fuéramos amigos de toda la vida—. Yo también. ¿Quieres que nos mantengamos calientes el uno al otro? Lucho contra él y Profundo y Oscuro pone una mano en el hombro de Grunge. —Detente, JD. La estás asustando. JD levanta sus manos en el aire, un gesto de ―mi culpa‖, y se aleja, de manera que Profundo y Oscuro puede moverse más cerca. Él escanea mi cuerpo, viendo casi todo, ya que mi vestido está mojado y pegado a mí. Mis pezones están levantados por el frío y presionando tan fuerte contra la delgada tela de mi vestido que cada movimiento de mi cuerpo hace que se froten, enviando un escalofrío a través de mi cuerpo. —¿Necesitas ayuda o no? —pregunta Profundo y Oscuro de nuevo—. Porque estamos perdiendo dinero aquí. —Oye —interrumpe JD—. Cálmate, hombre. Tenemos tiempo. Esa última perra se escapó. —Sí —dice Profundo y Oscuro—. Lo cual significa que necesitamos otra perra rápido. —Bueno, mira aquí —dice JD, haciendo un gesto hacia mí—. Ella tiene potencial. —Él me mira de arriba abajo ahora, de la misma forma que Profundo y Oscuro acababa de hacer. Pero él sonríe—. Es perfecta, en realidad. Oye cariño, ¿necesitas hacer algo de dinero hoy? ¿Salir de esta, ah… situación en la que te encuentras? —¿Dinero? —Me las arreglo para decir. Él se mueve más cerca de mí nuevamente, y sus manos encuentran el mismo lugar en mi cintura en el que estaban hace unos momentos. —Nos gustaría tomar algunas fotos tuyas, cariño. Justo aquí —dice, señalando el nicho en la que estábamos todos apretujados. Sacudo mi cabeza en negación, pero él me ignora y se gira hacia Profundo y Oscuro.

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—Ve allí, Ark —susurra y señala una parada de autobús vacía al otro lado del paso peatonal donde solo los autobuses del centro comercial pasan—. Tu cámara estará seca allí, ¿cierto? ¿Y tienes una lente de largo alcance? Ark asiente, pero me está mirando a mí, no a JD. —¿Esto es lo que quieres? —¿Qué tipo de fotografías? Ark abre su boca para hablar, pero JD lo golpea. —Sin desnudos, cariño. Solo como estás está bien. ¿De acuerdo? —Se estira y mueve un mechón de cabello húmedo fuera de mis ojos. —¿Qué tengo que hacer? JD sonríe. —Depende de cuánto quieras hacer. —¿Cuánto consigo por estar de pie aquí sin hacer nada? JD se inclina y me besa. Estoy tan impactada que ni siquiera lo alejo. Sus labios acarician los míos, permaneciendo por un momento. Su caliente aliento acaricia mi rostro frío. Entonces, su mano está detrás de mi cuello mientras mete un poco de lengua; retorciéndonos juntos en una forma que envía un sensación de calor a través de mi cuerpo completo. Cuando él se aleja, casi me estiro por él. —Permanece de pie aquí luciendo perdida y fría... Y te pagaré cien dólares. Déjame besarte así y conseguirás doscientos. Arrodíllate y chupa mi polla, y serán quinientos. Así que, es tu decisión, cariño. Dime cuánto necesitas. Me inclino hacia atrás y levanto la mirada hacia él. Su cabeza está inclinada, así mira hacia mí. Su sonrisa es relajada y esos ojos aún son hipnotizantes. Son como el agua en una playa tropical. —¿En dónde conseguiste esos ojos, cariño? Resoplo una pequeña risa y mi cuerpo se relaja un poco. —Estaba pensando lo mismo acerca de los tuyos. Él delinea mis labios con su dedo, tan suavemente que tengo que tragar para evitar chuparlo.

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—Entonces, ¿quieres hacer un trato? —Déjame ver el dinero. —Cuando dejo de hablar, él toma una oportunidad para deslizar su dedo dentro de mi boca. Ark ya está dentro de la parada de autobús, con la cámara lista. JD saca un fajo de billetes y comienza a contar. —Vamos a besarnos, sé eso muy bien —dice él con una risa—. Así que aquí están los doscientos ahora. Él extiende el dinero y espera que lo tome. Tan pronto como lo hago, él levanta el pulgar hacia Ark y el obturador de la cámara comenzó a sonar. Y luego... Estoy siendo besada como nunca he sido besada en mi vida. Sus labios son mágicos. Sus manos acarician mi nuca en una forma que me hace temblar, y el frío deja de existir. Él presiona su rodilla entre mis piernas y la levanta ligeramente, frotándola contra la húmeda V de tela que define mi coño. Su beso continúa. Estamos enrollados juntos de nuevo. Él está explorándome, más profundo, en tanto niveles. Su rodilla, su lengua, su mano que está agarrando mi nuca. Me estoy perdiendo en él. Nunca un hombre me ha afectado de esta forma en mi vida. Nunca me embelesé con un beso. Nunca me sentí ligera al tener un pesado cuerpo presionado contra el mío. Nunca quise que algo continuara para siempre como este momento que estoy teniendo con un completo extraño. Mis rodillas comienzan a doblarse y me encuentro deslizándome por la pared dura de ladrillos hasta que estoy sentada, mirando arriba hacia su hermoso rostro mientras él desabrocha su cinturón. —Quinientos más, cariño. ¿Lo quieres? —Él termina con el cinturón y baja la cremallera de su pantalón, sacando su polla completamente erecta. La cabeza es redonda y gruesa, y es larga—. Solo ponla en tu boca y deja que Ark tome algunas fotos... Un estridente silbido interrumpe sus palabras y él guarda su polla de inmediato, jalándome de pie. —Tenemos compañía. —Él abre su camisa y me jala dentro de su abrazo. Él está tan húmedo como yo, así que nos vemos unidos por nuestra pegajosa ropa. Varios segundos más tardes, un vehículo de la seguridad del centro comercial pasa.

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Ark aparece. —Él está sobre nosotros. Tenemos que irnos. JD me abraza más apretado. —¿Quieres regresar a nuestra casa y terminar esto, cariño? Bajo la mirada a los doscientos dólares aún atrapado en mi puño, luego noto mis pies descalzos. JD nota mi dilema al mismo tiempo y voltea su espalda hacia mí. —Sube, cariño. Te llevaré. —Me dispara un guiño sobre su hombro y no puedo evitarlo. Río. Después de todo lo que pasó la noche anterior, aún puedo reír. Y este extraño hizo eso por mí. Él hizo eso por mí y está ofreciéndome hacer algo más. Está dándome una forma de salir si lo quiero. Setecientos dólares pueden comprar un atuendo de una tienda de descuentos y un boleto de autobús. Podría detener todo esto. Podría dejar Denver y olvidar. Miro hacia Ark y él se encoge de hombros. —Si quieres chupar su polla por cinco billetes, esa es tu decisión. Pero puedes tomar esos doscientos e irte. Y si fuera tú, tomaría esa opción. Porque él no es tan encantador como parece. Ninguno de los dos somos lo que parecemos ahora. —Jesucristo, Ark. No sorprende que no puedas conseguir una novia. A la mierda con él, cariñito. Estoy suponiendo que no tienes un sitio mejor al que ir, de otra forma, no estarías aquí afuera en la lluvia, un domingo a la mañana. Él tiene razón. No tengo nada. Literalmente, nada más que el vestido y las bragas que llevo puestas, y los doscientos dólares. Eso no es suficiente para hacer una diferencia. Pero quinientos más pueden. Quinientos más cambia todo para mí. —No lo tengo —admito, avergonzada. Más avergonzada de cómo llegué aquí que de lo que estaré después de chupar la polla de este hombre por dinero. —Entonces, vamos. —JD palmea su espalda y agarro sus hombros y salto. Sus fuertes manos se sujetan bajo mis rodillas y él me levanta, frotando mi ya palpitante coño a través de su húmeda espalda cubierta de franela. Y los tres salimos de la lluvia.

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Ark

C

onocí a JD hace cuatro años cuando entré por primera vez en Denver a través de la terminal de autobuses Greyhound. Tenía dinero. Y tenía un contacto. Un contacto y eso era todo. Así que básicamente comencé esta nueva vida solo. Solamente yo y mi cámara.

Pero JD estaba allí la primera noche después de que me bajé del autobús. Hubo una pelea, pero no era una pelea. Fue un colapso nervioso, eso es malditamente seguro. Su vida había terminado. El mismo momento en que salí fuera de la terminal fue el mismo momento en que él supo que lo perdió todo. Y le estaban pateando el trasero. Lo que no me di cuenta entonces es un gran problema. Porque JD es un tipo peligroso. No es ajeno a las peleas, pero es ajeno a perderlas. Eran cuatro contra uno esa noche y aunque yo era nuevo en la ciudad y mi negocio era tantos matices de sombra, me acerqué. Porque eso es lo que hago. Jodidamente me acerco. No ganamos esa pelea. Pero tampoco perdimos. Y después de que le dije que era nuevo en la ciudad y estaba justo en mi camino para encontrar un hotel, él me ofreció un lugar para alojarme. Y esta amistad surgió de esa primera noche. Su historia fue una bendición y una maldición. Una razón para quedarse y una razón para irse. Somos polos opuestos. Yo estoy al norte y él está al sur. Somos iguales y opuestos en casi todos los sentidos imaginables. Somos esto y aquello. Blanco y negro. Rudo y tranquilo. Y sin embargo, hay una línea directa que nos conecta. Uno al otro. No importa qué, estemos unidos por una ley del universo. Y ahora es un hermano. Un mejor amigo. Un socio de negocios.

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Pero en ese entonces JD estaba ganando dinero como desnudista para alguna compañía que se especializaba en despedidas de soltera. Así que no fue difícil convencerlo de que podríamos hacerlo mejor por nuestra cuenta. Y así es como Public Fuck America nació. Nos acercamos a las mujeres en lugares públicos. Clubes, festivales, conciertos, mierdas así. Y hacemos una oferta. Muy buenas ofertas. Porque tenía ese dinero inicial cuando entré en la ciudad, así que podíamos darnos el lujo de asentar esta mierda así era legal. Una vez que tenemos a la chica girando con signos de dólar en sus ojos, hacemos un contrato y establecemos las pruebas con una clínica local. Pagamos por adelantado y lo sacamos de su pago de contrato. Así que esta chica que nos abandonó hoy fue la pérdida de ciento veinte dólares porque ella nunca trabajó. Una vez que las ponemos a prueba y a bordo para el primer rodaje, que siempre es afuera, temprano en la mañana, y en un lugar reconociblemente público, normalmente hacemos que hagan más. Ahí es donde entran los clubes y los conciertos. Y esos consiguen los éxitos en línea como el negocio de nadie. Pero unos meses después de que empezamos, un tipo se nos acercó. Nos preguntó si nos gustaría un sueldo estable. Podríamos mantener el nombre de Public Fuck America, lo que ni siquiera era negociable, ya que compramos el nombre de dominio en el primer día, y simplemente subimos nuestros videos al sitio agregado de su jefe. Tenemos una cuota de tres videos a la semana y hacemos dinero por vista en el sitio una vez que está en vivo. Hacemos ingresos. Ingresos. Como que ganamos más dinero en un mes que mi padre en dos años, cuando yo era niño. Pero viene con un precio. Tres videos a la semana es uno de ellas. Son tres chicas las que tienes que preparar para ir a trabajar cada semana. Lo hacen un par de veces, la mayoría de ellas. Y luego están fuera. Ya sea en cosas más grandes, el porno está en todas partes. ¿Por qué permanecer fieles a nosotros? O nos enteramos de que no pueden pasar las pruebas de ETS1. O tienen un hábito de drogas, que es un automático, vete de aquí. O lo que sea. Pero nunca se quedan mucho tiempo. Así 1

Enfermedades de transmisión sexual.

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que esta semana, hombre, estamos jodidos. Bien y realmente. Porque nos faltan dos vídeos. Pero ahora JD tiene a esta chica en su punto de mira y vamos a llevarla de vuelta a nuestro lugar. No hay manera de que estemos haciendo una película. No tiene contrato, ni prueba, ni identificación porque por su aspecto, tiene un vestido y unas bragas a su nombre y eso es todo. Bragas que estoy mirando ahora mismo. Su culo rebota a lo largo de la espalda JD mientras trota a través de la lluvia y mi pene crece un poco mientras me imagino cómo se podría sentir. Tanto para ella como para él. Maldición. Esto no va a funcionar. Ella es buena para algunos gifs en mi blog de Tumblr, pero no mucho más. JD corre más rápido, haciendo que la chica dé un pequeño chillido de sorpresa. Yo camino. Al diablo con esa mierda. Rodean una esquina y desaparecen. Mi mandíbula se está apretando duro y la rabia dentro de mí está construyendose mientras pienso en todas las maneras que JD simplemente se negó a tomar la indirecta. ¿Y por qué? ¿Para cumplir con nuestra cuota? Estamos muy atrasados esta semana. Aunque fuera legítima, y no lo es, esta única chica chupando su polla no es suficiente para mantener al jefe feliz. La necesitamos, además de una más, para lograrlo. Y una más para guardarla para cuando el sitio Public Fuck America lance el día de Navidad. Hemos estado haciendo cuatro videos a la semana durante cuatro años, tres para nuestro jefe, Ray, y uno para nosotros. Eso son doscientos videos porno extra, dar o tomar, lo que es apenas suficiente para lanzar el sitio y comenzar nuestro propio negocio de agregación donde tenemos otros tipos para hacer el trabajo. Y aunque este es el punto de los últimos cuatro años, estoy estresado, hombre. Estoy muy estresado. No necesito a esta chica complicando las cosas esta semana. Especialmente cuando JD se niega a reconocer que ella fue mía primero. Esa mierda solo me cabrea. Pero a la mierda. A la mierda con ella también. Él puede tenerla. Vi algunas magulladuras en sus brazos y parece estar colgada. Más allá del hecho de que ella está medio desnuda y sollozando, quiero decir. Parece que acaba de llegar de un lugar de mierda. Y eso es algo con lo que no jodemos. Nada de drogadictos. Ellos roban, mienten, y no comen lo suficiente para hacerlos curvarse.

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Cuando llego a la esquina, JD y la chica se han ido. Están adentro, supongo. Camino un poco más rápido. No quiero que la lleve a casa con demasiado tiempo de demora. Hijo de puta. Somos dueños del piso superior de un edificio en California Street2. Cuando compramos ese lugar con dinero en efectivo, la mierda se hizo real. Somos muy ricos. Presiono los botones de la clave electrónica y abro la gruesa puerta de madera para encontrar a JD y a la chica sentados en las escaleras. Ella está en su regazo y la está besando. —¿Qué mierda? JD se ríe. —Te estaba esperando, amigo ¿Listo? —Él se levanta, la chica se desliza por sus piernas mientras lo hace, luego la agarra por la mano y la lleva al ascensor. Ella tropieza tras él, muerta en sus pies. Probablemente no lo logre a través de un tiroteo. Que desperdicio. Subimos al ascensor y presiono el último piso, porque las manos de JD están por toda la chica. Presionando contra sus pechos y deslizándose alrededor de su cuello mientras la sigue besando. Sacudo la cabeza cuando las puertas se abren y me dirijo a través del vestíbulo hacia el único elevador aquí arriba. Nuestro. El penthouse. Cuando abro la puerta, dejo que JD vaya primero. El hace que la chica camine de espaldas, todavía besándola como si su vida dependiera de eso. —Espera —susurra contra sus labios—. Espera, ¿qué estamos haciendo? —Tomando unas fotos, cariño. ¿Recuerdas? —Él sabe que ella también está drogada desde la noche anterior—. ¿Todavía tienes tu dinero? —Ella mira hacia abajo en su puño cerrado lleno de billetes de veinte dólares—. Bien bebé. No lo dejes ir, ¿de acuerdo? Es tuyo. Y te vamos a dar más. Solo déjame que me encargue de las cosas para que Ark pueda sacar las fotos, y entonces puedes tener el resto. ¿De acuerdo? —La besa y luego se vuelve hacia mí—. ¿Dónde nos quieres?

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California Street es una de las calles más largas de San Francisco, y contiene varios lugares de interés.

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Estamos todos empapados, así que señalo a la terraza. JD la besa una vez más para detener las protestas, y luego la lleva hacia atrás unos cuantos pasos antes de girarla y señalarla hacia las puertas de la terraza. Las desliza para abrirlas y la arrastra. —Contra el cristal —grito cuando él me mira—. Ustedes dos, apoyados contra el cristal para poder tener una buena vista de la ciudad bajo la lluvia. Voy a poner la cámara aquí con una lente larga. Para cuando la pongo en el trípode, JD está listo para arrancarse la ropa. ¿Qué diablos se le ha metido? Nunca es así con las chicas. Él puede tomar o dejar a la mayoría de ellas, y la mayoría de ellas son lindas. Pero esta, ella se ve sin hogar. Ella es flaca. Ella está mojada, y no solo porque está tocando su coño a través de sus bragas. Sus labios son prácticamente azules, tiene tanto frío. Y sin embargo actúa como si esta chica es el amor de su vida. No lo entiendo. —Deja la ropa puesta —le grito. —¿Qué? —Se ríe, mirándome por encima del hombro. —Deja la ropa puesta. La quiero en el vestido húmedo. Soy el fotógrafo y digo que deje su maldita ropa. Dio un largo suspiro y me miraba por un momento. —Está bien, amigo. Lo que quieras. Puto idiota. No estoy seguro de por qué, pero la idea de JD de quitarle ese vestido y tocar sus desnudos pechos solo me molesta. —Ponte de costado —le vuelvo a gritar. La lluvia ahora está cayendo bien y fuerte y hago zoom en sus labios. El agua gotea sobre la curva que se forma mientras se presionan juntos. La lengua de él. La lengua de ella. Lamida. Apunté a su labio superior para capturar la lluvia que corre por su nariz en un arroyo. Sus pestañas están agrupadas y el maquillaje de anoche ha dejado rayas grises oscuras en su rostro. Su cabeza se gira hacia la luz, (no un rayo de sol exactamente, sino un juego de luz de algún lugar desconocido para mí), y sus ojos brillan. Son azules, pero no cualquier azul. Son como el agua del océano en los trópicos. Son el color más hermoso que he visto.

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—Justo así —grito. Pero se distrae con la boca de JD. Él la está tocando ahora. Aprieta su pecho en un puño y la tira del pelo hasta que su cabeza se inclina hacia atrás. La luz vuelve a atrapar su rostro, pero esta vez sus ojos están cerrados. Ella gime. Mi polla se hincha. La mano de JD se desliza bajo el vestido corto. Tiene un patrón de flores de color amarillo con un pequeño volante en el dobladillo, un dobladillo que apenas es suficiente para cubrir sus bragas, que son blancas. Bragas blancas de algodón. Todo se pegó a ella, mostrando su coño y, si miro a través de la lente y lo acerco, su clítoris en un pequeño botón. Todo hinchado y listo para que los dedos de JD hagan su magia. Inhalo profundamente mientras él hace su movimiento. Mi cólera está aumentando. No puedo creer que la haya robado justo delante de mí. Y no me importa una mierda si está drogada de una noche salvaje. O tiene frío y esté temblando de miedo. Yo la vi primero. Esa es la regla. La hemos tenido durante años, y nunca hemos roto esa regla. Hasta hoy. Y a la mierda eso. Ella es mía. Estoy a punto de acusarlo y empezar una mierda cuando las piernas de la chica se doblan y se desploma hasta el suelo. JD la sigue, sin esfuerzo, sin problemas, como el actor que es, y luego la está tirando en su regazo. Ajusto la cámara justo cuando él abre sus piernas, tirando sus bragas a un lado. Está afeitada, sin ningún vello, lo que me hace detenerme un momento. Pero luego sus dedos se sumergen en la V de sus piernas y se deslizan bajo esos perfectos labios rosados, y eso es todo lo que puedo tomar. Busco detrás de mi cuello y saco mi camisa, luego salgo para allí y enderezar su culo. Porque ella es mía.

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Ark

T

an pronto como me paro afuera en la terraza, JD se detiene de lo que está haciendo y me lanza una mirada. —¿Qué pasa? —me pregunta con una sonrisa.

Lo ignoro y camino al otro lado de la chica y bajo frente a ella. Su cabeza está echada hacia un lado, así tan fuera de sí está ella. —¿Cómo te llamas? —le pregunto. Ella endereza su mandíbula y se encoge fuera de la mano de JD mientras él intenta llamar su atención de nuevo. —Jódete —escupe ella—. Solo quiero mi dinero. —Sus palabras salen arrastradas con su cabeza hacia su pecho. —Bueno —digo tranquilamente—, entonces te llamaré Blue Eyes3. ¿Te parece? —Llámame como quieras… Me inclino y agarro su cara, mis dedos envueltos a lo largo de su mandíbula y mi pulgar empujando su mejilla. —¿Quieres tu dinero o no? Ella golpea mi mano y trata de levantarse, pero sus piernas ceden debajo de ella y cae en JD. —Jesús, Ark. Solo vuelve a la cámara y déjame manejar esto.

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Ojos azules en inglés, por su color de ojos.

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—Mierda, eso —contesto, mis ojos nunca dejando a la chica—. Quiero entrar en esta. —¿Qué? Lo miro, registrando su sorpresa, pero no me importa mucho. —¿Por qué? —¿Por qué no? —contrarresto, acomodándome junto a él, apoyando mi espalda contra la pared clara que nos separa de las calles de la ciudad de Denver a ocho pisos más abajo—. ¿Ella incluso está consiente, JD? Voltea y ve. Él se inclina para intentar ver el rostro de ella a través de la cortina de largo cabello y la pendiente inclinada de su cuello. —Mierda, no lo sé. Me estiro para alcanzar la mano de ella y de repente manotea y patalea intentando alejarme. —Vete —gruñe—. Quítate de mí. Si intentas tomar mi dinero… —Callada —chasqueo hacia ella, obligándola a cerrar su boca. Está jadeando, y el cabello cayendo sobre su rostro alzándose con cada respiración—. Estás en algo. No grabamos chicas drogadas. Vamos a que tener que terminar esto. Puedes tener tus doscientos e irte. Comienzo a levantarme, pero una pequeña mano se dispara y agarra mi muñeca. —Espera. —Empuja su cabello fuera de sus ojos con su otra mano e intenta mirarme directamente—. Espera, por favor. No estoy drogada. Lo juro. No lo estoy. Ellos me dieron algo anoche. Ellos me dieron algún algo y no sé qué sucedió después. Solo… Ella no continuó y miré a JD y me encogí de hombros. —Amigo, esto son malas noticias. Ella no es buena para nada. No tenemos contrato, no tenemos prueba, no hay forma en que podamos vender algo de lo que estamos haciendo aquí. ¿Por qué molestarse? JD abre su boca para decir algo, pero la chica interviene antes.

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—Solo, por favor. Una oportunidad más. Firmaré lo que quieran. No soy menor de edad. No estoy en drogas. Solo fui atrapada en algo más grande que yo. Solo necesito dinero para ir a casa. —Ark —dice JD. Él toma una respiración profunda—. Tal vez no la podemos usar para los negocios, pero podemos hacer unos buenos recuerdos intentándolo. —Se ríe un poco entonces sonríe con su famosa sonrisa—. ¿Cierto? La chica se vuelve hacia él, ahora, dándose cuenta de que él es su boleto para el dinero prometido. —Por favor. —Ella coloca la palma de su mano plana contra su mejilla con rastrojo—. Por favor, JD. El hecho de que ella sepa su nombre es lo que lo hace, creo. Porque él desliza una mano por su muslo, agarra su pierna y la sube sobre la de él, extendiéndola a medio abrir para su placer. Veo rojo de nuevo. Pero en lugar de detenerlo, la acerco a mí para que su culo se halle a ambos lados de nuestras piernas, y deslizo una mano por la suave piel del interior de su muslo. Ella gime, y no estoy seguro si es por el beso de JD, o mis dedos presionándose contra sus húmedas bragas de algodón que provoca el sonido de su boca, pero es la cosa más sexy que he escuchado nunca. —Amigo —dice JD, apartando sus labios de los de ella—. Vuelve a la cámara. Estamos perdiendo momentos. —Se está tomando ahora —le digo—. Lo seguirá haciendo hasta que se acabe la batería. —Y luego volteo a la chica hacia mí y levanto su barbilla. Sus ojos están cerrados y su boca abierta—. Mírame. Lucha por abrir sus ojos, pesados por lo fármacos que le dieron anoche, pero solo logra medio abrirlos. Ayúdame, gesticula. No se oye ningún sonido. Solo sus labios se mueven. Ayúdame. La miro para asegurarme que estoy viendo lo que creo que estoy viendo. —¿Qué? Pero en lugar del silencioso ayúdame, dice: —Tómame. Por favor, solo tómame.

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La mano de JD se desliza en el interior del muslo cubierto sobre sus piernas, acariciándola suavemente. Justo entonces el cielo es iluminado por un rayo y la lluvia cae tan fuerte, el ruido ahoga todas las preguntas. Sus palabras. Mis pensamientos. Ella se menea contra mí mientras la mano de JD choca contra la mía, que todavía está cogiendo sus bragas de algodón. Y entonces él está más allá de mí, sus dedos debajo de la tela empapada, buscando la liberación que ella quiere. Puedo sentir los movimientos, solo el fino tejido entre nosotros. Él se sumerge dentro de ella y ella echa su espalda hacia atrás, subiendo a mi regazo. Agarro su garganta con la otra mano y ella inclina su cabeza hacia mí. JD baja sobre sus tetas, mordiéndola a través del vestido que se aferra a sus duros pezones. Y luego tira de la parte delantera del vestido hacia abajo haciendo que su pecho salga libre y lo devora. Yo tomo su boca al mismo tiempo. Ella gime dentro del beso. Pequeños gemidos lloriqueados. Pequeños chillidos mientras JD le recuerda de quien son los dedos que están entre sus piernas. Y luego un duro gruñido mientras empuja otro dedo dentro de ella. Mi mano sigue encima de la mano de él y siento todo como si yo estuviese separando sus pliegues, y de repente no soporto el hecho de que él esté dentro de ella y no yo. Rasgo la entrepierna de sus bragas y busco su calor. JD se ríe. —Joder, Ark. Hoy estás posesivo, amigo. Si querías entrar, todo lo que tenías que hacer era decirlo. —Vete a la mierda, hombre. La vi primero y lo sabes. Se encoge de hombros y retira la mano de su coño. —Tomas la parte delantera, yo la tomaré por detrás. —Su mano se sumerge más profundo entre sus piernas, buscando su culo mientras empujo mis dedos dentro de su coño, tomando su lugar. Blue Eyes gime, volteando su cara hacia mí, su lengua lamiendo mis labios mientras la llenamos. Bésame —ruega—. Bésame. Le doy un apretón a su garganta y la empujo hacia adelante para que esté en un ángulo incómodo. Ella reajusta su pierna todavía cubierta sobre la pierna de JD, la

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rodilla de ella viene hacia mí, cerrando las piernas. Pero es demasiado tarde para ese movimiento, porque ambos estamos profundamente dentro de ella. Muerdo su labio mientras la beso y ella abre más su boca. Me imagino como sería rellenar mi polla en su garganta mientras añado otro dedo a la fiesta entre sus piernas. JD hace algo en su culo que la hace jadear, y entonces está gimiendo, retorciéndose, y jadeando en mi boca. Mi pulgar encuentra su clítoris y rasgueo más y más rápido hasta que sus músculos se aferran a nuestros dedos y explota entre nosotros. Se viene tan fuerte, sus dos brazos extendidos, uno alrededor de cada uno de nosotros y la sostenemos así. Solo somos los tres. Nuestra lujuria incontrolable por una chica perdida. El rumor de la ciudad despertando. Y la lluvia.

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Ark

M

i polla esta tan dura, todo lo que puedo pensar es conseguir la boca de esta chica por todas partes. JD agarra su cabello y tira de su cabeza hacia atrás. Se ha ido, hombre. Polvo.

Y lo es. La poca acción que nos dio esta oficialmente terminada. Tiene los ojos cerrados, la boca abierta, la respiración profunda y el cuerpo flojo. Deslizo mis brazos alrededor de su cintura y me pongo en pie, trayéndola conmigo, luego poniendo su cuerpo ligero en mis brazos como si estuviera acunando a un niño. Tiene frío. Está temblando como un hijo de puta. Miro a JD mientras se pone de pie. La mira con los ojos entrecerrados y luego le pone una palma en el brazo. Está fría, también. Probablemente deberíamos haber hecho esto dentro. ¿Qué quieres hacer con ella? Tomo un respiro. Porque es una buena pregunta. Uno que no pensamos. Deberíamos calentarla antes de que la saquemos. Jodido JD. Sacudo la cabeza y me río de él. No la vamos a tirar, idiota. Esta demasiada ida. Vamos a entrar y sacarle esta ropa. Ponla en la tina, Ark. Puede calentarse de esa manera. La llevo a través de la sala de estar. Mis pies y ropa están empapadas, así que dejo un rastro de agua a través de los suelos de hormigón pulido gris oscuro cuando la llevo a mi dormitorio. Tengo la única bañera. Los otros dos baños solo tienen

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duchas. JD empuja más allá de mí y llega primero para que pueda encender el agua. Resuena mientras sostengo a la chica y me miro en el espejo. Qué día más extraño. Nunca he tenido una chica aquí arriba en mi habitación. No me gusta salir. Simplemente complica las cosas. Además, casi todas las chicas que conozco hacen pornografía y no me interesa ese tipo de chica. Me vuelvo a JD. La sostendré, le quitarás el vestido. JD se vuelve hacia mí cuando la pongo de pie. Ella no puede estar en pie, así que realmente tengo que sostenerla. JD agarra el dobladillo de su vestido y lo tira para que pueda pasar sus brazos a través de las escasas tiras que lo sujetan. Es un vestido tan delgado. Algo que usarías en un caluroso día de verano. No es algo que pasar la fría noche de octubre. Tan pronto como JD levanta el vestido encima de su cabeza, vemos los moretones. Mierda dice mientras maniobra su otro brazo a través de la última correa de tela. ¿Qué mierda? La doy vuelta para poder verlos en el espejo. Uno de ellos es un cordón en los hombros, otro se ramifica y sube por el cuello, medio oculto por el pelo mojado. Debajo de la tonalidad amarillenta están los débiles restos de costras. En su espalda están los curados. Largos cortes. Trazos de tejido cicatricial que cruzan su espalda como rayas a cada lado de su columna vertebral. Y entre esas tiene cicatrices de cuchillos. Están esparcidos entre las rayas como tantas piezas rotas de vidrio. Ella fue golpeada y cortada digo. Bastante duro y profundo por su aspecto. Y durante bastante tiempo. JD simplemente sacude la cabeza y regresa a la bañera para revisar el agua. Solo pónmela aquí. Esta bastante profunda ahora. Ella no lucha cuando la tomo y la meto en la bañera mientras JD se desnuda, arrojando su franela y camiseta mojada en el piso, y luego arrastrando sus jeans empapados por sus piernas.

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Su pene está duro y lo bombea unas cuantas veces antes de que él se suba a la bañera y se coloca detrás de la espalda de la chica antes de sentarse, sosteniéndola cerca de su pecho con sus piernas a cada lado de la suya. Ve a buscar tu cámara, Ark. Quiero fotos. ¿Por qué? le pregunto. No podemos usarlos para Ray. Para mí dice mientras se inclina hacia el oído de la muchacha. Y entonces él me ignora mientras habla suavemente con ella. He visto a JD en acción. Lo he filmado consiguiendo cientos de mamadas. He visto su polla más que nadie en este planeta. He oído toda la charla sucia que tiene en su repertorio, una y otra vez. Y eso no es lo que es. Le susurra cosas agradables mientras estoy allí mirando. Calmando las cosas. Ella lucha un poco contra él cuando envuelve sus brazos alrededor de ella, pero habla con ella y se queda. Toma la maldita cámara, Ark. Dejé escapar un suspiro y regreso a la sala de estar donde la cámara sigue haciendo clic. Lo recojo y detengo el obturador, luego cambio la lente para poder tomar fotos de cerca. Cuando vuelvo al cuarto de baño los ojos de la chica están abiertos y está mirando hacia arriba en la cara de JD mientras él habla en esa voz calmante que nunca supe que tenía. Debe preguntarle algo porque ella asiente con la cabeza. Yo hago zoom en su cara, coger una lágrima que fluye por su mejilla mientras lo escucha decirle cosas que necesita escuchar y luego me pierdo en su triste belleza. Es tan delgada. Parece que alguien la ha estado matando de hambre o alimentado con sus drogas que la hacen olvidar comer. Su cabello es naturalmente rubio oscuro. No teñido, porque sus pestañas son claras ahora que el maquillaje ha sido lavado, dejando ese rastro por sus mejillas. Sus labios están llenos. Más lleno de lo que probablemente debería estar con su cuerpo flaco. Sus pechos están llenos también. Y no parecen falsas, así que debe ser una chica curvilínea agradable cuando tiene un poco de peso en ella. JD deja de hablar y el obturador de la cámara la asusta. Su cabeza gira en mi dirección y capturar la forma de corazón de la misma. Los largos mechones de cabello se pegan contra su mejilla y se deslizan por su cuello hasta las puntas de sus pezones que se ciernen justo por encima de la línea ascendente de agua.

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La observo mirándome. Esos ojos azules que estudian la cámara. Registrar mis intenciones. Y aunque espero la misma hostilidad que me dio fuera, eso no es lo que obtengo. Se esfuerza mucho para sonreír, pero no puede hacerlo. Su barbilla se estremece y luego está llorando de nuevo. Tengo todo esto en la película. Es tan patéticamente hermosa. JD la conforta de nuevo, sus palabras se deslizan hasta mis oídos. —Cosa dulce. Estás a salvo ahora dice. No te van a conseguir. Me pregunto qué me perdí en los pocos minutos que me había ido a buscar la cámara. —Puedes quedarte aquí —dice. Le levanto las cejas, pero no mira en mi dirección. Lo que quiero como que no importa. Se ha resuelto. Necesito dinero —dice ella con una voz tan baja, que casi no la escucho por el ruido de agua que todavía cae del grifo de la bañera. Necesito ese dinero. JD vuelve a murmurar en su oído mientras pongo mi cámara hacia abajo y desabrocho mi cinturón, desabotono mis todavía goteantes vaqueros mojados, y bajo mi cremallera para liberar mi polla dura y gruesa. Cojo la cámara y camino hacia la bañera. JD solo me mira. —¿Qué diablos estás haciendo? Lo ignoro. Esta chica empezó como mía y así es como se quedará. —¿Quieres ese dinero, Blue Eyes? Chupa mi verga y te pagaré el doble. —Oye, imbécil dice JD. Ella no es…

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Pero lo es. Porque sus manos ya me están alcanzando. Me paseo en la bañera y el agua vuelve contra mis vaqueros cuando me acerco lo suficiente para que me agarre. Al segundo sus manos minúsculas están alrededor de mi polla, jodidamente gimo. Ella la aprieta un poco y luego su boca se acerca a mí. Tiene los labios entreabiertos, la lengua plana y lista para aceptarme. —Será mejor que jodidamente lo grabes dice JD. Le sonrío y apunto mi cámara hacia abajo en ojos azules y capturo el momento en que sus labios primero se envuelven alrededor de mi cabeza. —Oh, mierda, sí susurro, palmeando su cabeza con mi mano libre. Miro hacia abajo a JD y él me está mirando con un interés que no puedo calibrar. ¿Qué? —Nunca te has filmado antes. Nunca. No es verdad. Pero nunca me he filmado delante de él. —¿Y? —digo, volviendo mi atención a Blue.

—¿Y por qué ahora? — Ella lo quiere, por eso. Y lo hace. Porque chupa mi polla como si fuera deliciosa. Su lengua gira alrededor de mi cabeza como si no pudiera obtener suficiente. Su mano bombea a lo largo de mi eje con un movimiento de torsión intoxicante que me dice que ha hecho su parte de mamadas. Cierro los ojos, esperando como la mierda que la cámara se mantendrá estable mientras intento disfrutar de la atención. Pero entonces una mano sube debajo de mis bolas y abro los ojos de nuevo para asegurarme de que lo captura en la película. La mano de JD tiene la suya y él la está instando a que me tome. —¿Qué mierda, hombre? —le pregunto. Pero entonces él le aprieta la mano y ella me aprieta, y la santa madre, esa mierda, combinada con su succión y torcedura, acaba de borrar mi mente. —Tómalo, Blue dice JD, imitando el nombre que le he dado en mi cabeza. Tómalo completamente. —Y luego empuja su cabeza hacia mi ingle y fuerza su boca

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para abrirse más. Su lengua aplasta aún más a lo largo de mi eje. Y su garganta se abre. Veo que todo esto sale del otro lado de la lente. JD y la chica. Yo y la chica. Mano de JD haciendo olas chasqueantes bajo el agua mientras juega con su coño. Y luego es demasiado. Mis bolas se tensan y yo disparo mi carga por su garganta. Se atraganta y sale fuera de su boca y se sumerge en el agua, pero ella sigue chupando mi polla, como si hubiera sido entrenada a como terminar una mamada correctamente, sus ojos azules hacia arriba para mirarme mientras la filmo, las rayas de maquillaje todavía manchan sus mejillas. Y cuando he terminado ella retrocede. Despacio. Muy, muy lentamente. Y ella silenciosamente articula, Por favor, ayúdame. Pongo la cámara en el mostrador y me arrodillo en la bañera para poder ahuecar su cara con mis manos. —¿Qué tipo de ayuda necesitas? —Mantenerme —dice ella a través de su sollozo. Por favor. Solo mantenme. No puedo volver. —¿Volver a dónde? —pregunta JD, apartándola de mí de una manera que me hace pensar que está celoso. ¿Quién te persigue? La chica sacude la cabeza y empieza a llorar de nuevo. —No puedo decirlo. No puedo. Tengo que irme a casa, pero tampoco puedo irme a casa. —¿Dónde está tú casa? —le pregunto. —Montreal. —¿Dónde está tu pasaporte? —pregunta JD. Ella solo sacude la cabeza. JD me mira. —Puede quedarse aquí.

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Los miro por un segundo, preguntándome qué es esto. Algo está apagado, pero no puedo averiguar qué. —Por supuesto —digo, asintiendo. Necesito más tiempo con esta chica. Más imágenes. Más platica. Más todo. Coloco mi mano en su mejilla y vuelvo su cabeza hacia mí, inclinándola al mismo tiempo para que ella tenga que encontrarse con mi mirada. Puedes quedarte aquí hasta que lo soluciones. Y luego se derrumba en sollozos contra el pecho de JD. —Lo siento. Lo siento mucho. —Oye —dice JD mientras le acaricia el cabello. Shhh. Olvídalo, ¿de acuerdo? Relájate ahora. Estoy a punto de decirle a JD que salga de la bañera y le dé un poco de privacidad, pero puedo oír mi teléfono sonando en la sala de estar. —Mierda. Yo sé quién es. Ray. JD me mira mientras salgo de la bañera y me quito mis jeans completamente, dejándolos en un montón en la esquina mientras envuelvo una toalla alrededor de mi cintura y busco mi teléfono. Todavía está dentro del bolsillo de mi chaqueta de cuero. Y está mojado cuando lo saco, pero vuelve a sonar, así que al menos no está arruinado. Pulso el botón de aceptar. —Sí. —Por favor, dime que estás en camino. —La perra que iba a filmar esta mañana nunca apareció. Ray suelta un largo suspiro. —Necesito verte, Ark. Hoy. Y luego tengo los pitidos de que colgó. Mierda. Volví al cuarto de baño, encontré a JD haciéndolo con la chica de ojos azules.

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—¿Quién fue? —murmura a través de su beso. Puedo decir que su mano está entre sus piernas y ella está gimiendo de la estimulación. —Estúpido. Ese era Ray. Quiere verme hoy. —Bueno, diviértanse. Voy a mantener las cosas mientras te vas. —JD se levanta. Oye, querida, ahora es mi turno. Ella lo mira y asiente con la cabeza. Su boca se abre y me doy la vuelta y salgo. Mierda. Me seco con la toalla y luego me visto con ropa limpia. Jeans y una camisa de vestir blanca. Corbata azul, suelta. Par de botas secas. Y luego agarro mi chaqueta de cuero y los dejo para hacer lo que sea que vayan a hacer antes de que me pese demasiado. Porque está bastante claro. JD piensa que tiene derecho a esta acción y esa es una conversación para otra ocasión.

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Ark

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l negocio de Ray está en el bajo centro, no muy lejos de nuestro lugar, pero nunca camino hacia allá. Tiene un enfoque incompleto porque tienes que pasar por alto la parte de moda de LoDo y hacer tu camino en el área más industrializada en el otro lado de Union Station. Y aunque es probablemente solamente un kilómetro y medio o un poco más caminando, simplemente no lo hago. No tengo miedo a una pelea. Pero ¿por qué comenzar una si no tienes que hacerlo? Los idiotas que trabajan en esos rincones, ya sea con perras o drogas, están encadenados. No tienen sentido comercial. Simplemente no lo entiendo. Quiero decir, mira. Hago porno, pero no hago porno. Diablos, ni siquiera veo porno. Tengo suficiente sexo sucio en mi vida diaria. Si quiero ver a un tipo obtener su polla succionada por una puta, tengo a JD para eso. Eso me hace reír, a pesar de que ese idiota está arriba follando a mi Blue Eyes justo ahora, solo lo sé. Normalmente, no folla con las chicas, pero puedo sentir esta superioridad yendo entre nosotros hoy. Solo sé que la va a follar. Pero estos malditos matones aquí abajo por el lugar de Ray todos reciben doble cantidad. Venden y follan a las chicas. Venden y hacen drogas. No es bueno conectarse a su producto. Así que conduzco. Acaricio mi Dodge Viper rojo mientras lo paso. Pobre bebé no obtiene algo de acción aquí. La llevo a las Vegas o a So Cal, cuando necesito hacer negocios fuera del estado. Pero para ir con Ray tomo el Jeep. Tiene unos pequeños rasgones en la parte superior blanda que lo hacen ruidoso como la mierda para conducir, y arañazos en toda la carrocería. Las llantas todavía están enlodadas del último fin de

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semana fuera en la carretera que JD y yo tuvimos en las montañas, y es viejo. Mil novecientos noventa y ocho. No hay nada sobre este Jeep en el exterior que haga que los traficantes y proxenetas quieran robarlo. Y eso es lo que me gusta. Tiene un buen equipo de ascensor en ella, tengo que tener eso. Pero eso es todo. Así que esto es lo que conduzco por la ciudad. JD tiene una motocicleta y un Ford F-150 similarmente sub-equipado para sus viajes diarios. Podríamos vivir arriba llamativo, pero aquí abajo en las calles somos escoria. Me subo y lo enciendo. Puede que no sea mucho para mirar, pero ronronea muy bien en el departamento de motores. Y entonces me dirijo afuera y tomo a la izquierda en California, así puedo oír lo que Ray tiene para decir. Sé que va a intentar cortar un trato. Ese es su estilo. Quiero decir, mira. La realidad es que yo podría sacar dos videos de mi culo. Tengo suficiente dinero para Public Fuck. Pero no voy a hacerlo. Y la única otra forma de obtener estos videos a tiempo es hacer una visita a mi antiguo contacto. Y no estoy seguro de estar listo para eso. Me gusta esta vida que he construido para mí, y no quiero tener que justificar a nadie. Por lo menos de ella. Estamos atrasados. Fin de la historia. Y desde que el dinero no significa nada para él, ni para nosotros, en realidad. Podría darle una mierda sobre perder el dinero de esta semana, debe haber algo más en mente para esta convocatoria. Él siempre hace esto cuando nos quedamos atrás. Y él nunca trata con nosotros juntos. Siempre es, “Ven a verme, Ark”. Y luego hacemos un trato y al salir dice: “Envía a JD mañana”. JD nunca me dice lo que hace por Ray y yo tampoco le digo lo que hago. Pero lo sé. Quiero decir, es una simple deducción. Corro las cámaras, así que eso es lo que Ray suele querer de mí. Y a JD le chupan la polla por las estrellas porno aspirantes. Y eso es lo que Ray quiere de JD. Actuación. Le hago una película. JD actúa en una. Así es como rompemos incluso con Ray. Así que estoy esperando que hoy cuando entre en el garaje de seguridad privada del estilo de vida de club de Ray. No dejes que el nombre lujoso te engañe. Aunque estoy seguro de que hay un montón de clubes de sexo haciendo negocios

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legales. Ray no es uno de ellos. De hecho, este club en LoDo ni siquiera está abierto para la membresía. Es un negocio auxiliar para el rancho, que se encuentra en las montañas. Este club aquí solamente es un lugar para los amigos del rancho para tener relaciones sexuales durante la semana laboral. Mantenemos las cosas en línea arriba porque los federales están por todas partes de esa mierda. Pero esta pequeña cosa del local es todo sobre engrasar las palmas correctas. No puedes tomar muchos más riesgos. Oh, y él hace pornografía en el edificio de al lado. Él tiene una producción funcionando cinco días a la semana. Sexo. Se vende como un hijo de puta. La seguridad me hace señas para que pase a través de la verja abierta y conduzco a través de la rampa de entrada que da una curva hasta que llego al nivel superior del garaje. Me estaciono en un punto que dice PFA; Public Fuck America, y no me preocupo con cerrar con seguro la puerta. La lluvia sigue cayendo, pero este nivel superior es como un garaje y tiene techo, así que me tomo mi tiempo caminando hacia los ascensores. Presiono mi código cuando llego ahí y las puertas se abren para mí. Pongo mi código de acceso en la oficina de Ray, un piso más abajo y las puertas se cierran. Unos segundos más tarde se abren de nuevo a lo que parece una elegante sala de estar. Pero Ray no vive aquí. En realidad, no sé dónde vive, pero no es aquí. —Hola, Ark —dice Silvie desde detrás del bar—. ¿Quieres tomar antes de que le avise de que estás aquí? —Ah, no gracias, Silvie. Estoy bien —le sonrío. Ella ha sido la mejor mitad de Ray desde que la conozco. No estoy seguro de lo que realmente consiste su relación, viendo cómo ella parece tener mi edad, veintisiete o menos, y Ray es fácilmente de unos cuarenta. Pero lo que ella quiera. Siempre es amable, siempre sonriente y nunca ha tenido un mal día delante de mí durante el tiempo que puedo recordar. —Está bien, entonces entra. Te está esperando. Le doy un pequeño saludo y me dirijo a la parte posterior de la habitación, donde una puerta dobles de dos metros de altura hecha de madera dan guardia entre mí y el jefe.

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Toco primero, solo para hacerle saber que voy a entrar. No tengo que hacerlo, pero uno nunca sabe cuándo tiene a una chica sobre su regazo, así que es mejor no sorprenderlo. Él está en su escritorio, sus anteojos que solo usa para leer los estatutos financieros se encuentran sobre el puente de su nariz. Murmuro: —Mierda. —Bajo mi aliento. Porque eso significa que voy a tener una conferencia sobre ―la línea de fondo‖ hoy. —Ark —dice con esa severa voz paternal que siempre usa conmigo. Su cabello no es gris. No sé si se lo tiñe o qué, pero es de un color marrón medio. Y su construcción sigue siendo sólida y elegante, al igual que era a los veinte. Supongo que eso es lo que Silvie ve en él. Pero ya sabes, el tipo es un magnate del porno, así que…—. No estoy contento con tu último fracaso. Tengo que detenerme de rodar los ojos. —Ray —digo, tomando asiento en una de las dos sillas de cuero delante de su escritorio—. La última vez que fallamos en proporcionar fue hace un año y medio. —Lo sé, Ark. Pero me tomó meses recuperarme de eso. Todavía está fresca. Esa mierda. Pero si este es su punto de vista, puedo jugar. —¿Cómo puedo compensarlo entonces? ¿Hmm? —Solo quiero cortar este corto. Sé que JD está follando a esa chica en casa justo ahora y me gustaría regresar ahí antes de que la marque con orina y mis oportunidades de mantenerla para mí sean expulsados con el agua. Y entonces Ray hace lo que suele hacer cuando sabe que va a conseguir lo que quiere de alguien. Agita la punta de sus dedos bajo su barbilla y se inclina hacia adelante. Tengo una película. —¿Cuándo me necesitas y qué tipo de tomas necesitarás? ¿Locación o estudio? Sonríe. Ampliamente. Y es entonces cuando sé que no quiere que maneje las cámaras. Tengo un camarógrafo, Ark. Necesito un actor.

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—Entonces llama a JD. Niega con su cabeza. —No quieren a JD. Te quieren a ti. —¿Quién? —¿Qué mierda es esto? —Una pareja del rancho. Quieren hacer una grabación sexual y quieren que te les unas. Te vieron hace unas semanas y la mujer pensó que eras exactamente su tipo. —Bueno, será mejor que le digas que está equivocada, Ray. No estoy participando en ninguna película. Sonríe de nuevo. Mierda. —¿Qué? —Les dije que dirías eso. Así que dijeron que no necesitan cámaras. Solo un… Lucha por las palabras. Estoy a punto de llenar el espacio en blanco con una puta, cuando Ray dice—: Una cita. ¿Qué carajo, es esto? —No. No tengo citas y no lo hago con tipos. —Oh, él solamente quiere ver, Ark. —Ray se levanta y camina alrededor de su escritorio para tomar asiento a mi lado. Es una estratagema hacerme sentir como que él no es el encargado aquí sentado detrás del escritorio. Quiere que nos sintamos iguales. Es un favor personal, Ark. Para mí. Me debes dos películas y necesito esto. Ella te quiere. Ella te tiene. —No te pertenezco, Ray. No soy una puta a la que puedes regentar. Hago películas y las doy a cambio de dinero. Eso es todo. Si deseas cortar nuestro negocio, estoy feliz de vender mis propiedades, mi penthouse, y salir de aquí para que puedas ejecutar tu sitio porno, solo. No soy tu puta. Suspira y se levanta para servirse un trago. —¿Escocés?

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—Mierda, no —digo. Sabe que no bebo esa mierda. Se encoge de hombros y se sirve para sí tres cubos de hielo y tres dedos del líquido color dorado cedro. —Mira, es un día. Hoy, de hecho. En la tarde. Ellos han reservado una habitación de hotel y toda la cosa. Todo lo que tienes que hacer es aparecer, follarla sin sentido, y eso es todo. El esposo estará en la otra habitación, él entrará en cierto punto. Le dará alguna nalgada a su esposa un poco y luego logras que ella termine. Todo el tiempo que está hablando, yo estoy negando con mi cabeza. —De ninguna forma. —Voy a decirte que, Ark. —Se detiene para tomar un sorbo de su escocés—. Sé que estás listo para lanzar Public Fuck America en diciembre. Sé que necesitas arranque para salir del suelo. Justo como te necesitaba cuando viniste a mí hace cuatro años. Así que, si me haces ese favor, si me sacas ese idiota de encima, te entregaré personalmente a diez de mis mejores productores para que te den un video por semana. —¿Qué? —Debo estar escuchando cosas. ¿Piensas que me vendría para conseguir productores? —No todos de primer nivel, por supuesto. No puedo darte todas mis ganancias. Además, tú y JD son el número uno, así que solo quedan nueve después de que ustedes se vayan. Haz ese ocho, si aceptas este trato. Así que un productor entre los diez primeros, uno de los veinte primeros y el resto entre los primeros cien. No dije nada. Pero sigo pensando en las implicaciones de su pregunta. ¿Qué voy a hacer con Ray? ¿Un activo? Esa palabra en mi cabeza envía un escalofrío por mi espina dorsal. —Es un buen negocio, Ark. Muy bueno de hecho. Te prepara de la manera que querías. No más trabajo de cámara. No más trabajo de campo. No más estar presionado por las chicas cada semana. Tendrás diez videos a la semana, ese es un buen comienzo para un negocio de mil millones de dólares. Sabes que ninguno de mis hombres va a irse contigo. Sabes que nunca obtendrías un productor del top 10 para hacer películas para ti una vez por semana. Esto es oro. Y todo lo que tienes que hacer es follar a una mujer bonita para conseguirlo. A pesar de que mi cabeza está sacudiendo diciendo que no, no puedo evitar que mi mente compita con las posibilidades de lo que esto podría significar. Más

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dinero. Más poder. Más excusas para seguir y hablarme a mí mismo en el pensamiento de esta vida que he hecho es mi destino. —Ark, es una salida fácil. —No. —Me río—. Es una fácil entrada. Y no lo estoy haciendo. Voy a tener tus películas para el final del día. Y entonces me levanto, listo para salir, cuando agarra mi muñeca. Miro hacia abajo y la deja ir. Cuando me encuentro con su cara, tiene un aspecto que no estoy seguro de que me guste. —¿Por qué Ark? Solo dame una buena razón por la que eres demasiado bueno para dejar que una mujer te chupe la polla. Tú ves a JD hacerlo todos los días. Lo dejas hacerlo cada día. Y aun así eres siempre demasiado bueno. —No soy demasiado bueno, Ray. De hecho, regresaré con tres películas con labios envueltos en mi propio pene. Pero tú no eres mi jodido proxeneta. —Tú eres el proxeneta de JD. Miro fijamente hacia abajo. Cruzó sus piernas como si no tuviera preocupaciones en el mundo. —¿Qué mierda está mal contigo hoy? Nunca he dicho que sí porque no es mi trabajo. Es el trabajo de JD. Tú no lo vez grabando con la cámara. A él le gusta que su polla sea chupada en público. Yo, no tanto. Así que por eso yo hago lo que hago y él hace lo que hace. —¿Y no hay nada más en ello que eso? Quiero decir, ¿qué? ¿Tienes una novia? ¿Es ella quien te va a succionar tu pene en la película hoy? Las alarmas se encienden en mi cabeza justo ahora. —Eso no es de tu incumbencia, pero no, Ray. No tengo una novia. —¿Entonces quien es tu chica para ir? ¿Y por qué no tienes un nombre real? Te he conocido por cuatro años y nunca un nombre verdadero. Ahora me rio, pero es una risa nerviosa. —¿Qué diablos está sucediendo? Si tienes un problema conmigo, entones dilo. De lo contrario voy a salir de aquí. Me voy a hacer tus películas y regresaré esta noche con el producto. A tiempo. Completamente editado. Listo para subirse. Y estaremos arreglados hasta el próximo domingo. ¿Lo tienes?

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Se levanta y camina de vuelta alrededor al otro lado del inmenso escritorio. Busca en algunos papeles, haciéndome esperar por una respuesta. Yo bufo y me giro para salir, con o sin su contestación, cuando habla: —Hay algo sobre ti, Ark. ¿De dónde viene eso? —Hay algo extraño sobre ti. Siempre ha habido algo extraño sobre ti. Tú entraste a la ciudad de… ¿dónde, nuevamente? Levanta sus ojos del escritorio y se fijan en mí. ¿De dónde viniste? —Tú sabes exactamente de dónde vine, Ray. Miami. —Pero no naciste ahí. —¿Quieres saber lo que es gracioso aquí? He estado trabajando contigo por cuatro años y ahora que estoy alistándome para romper las ataduras, y legalmente romper lo que tú has sabido desde el día en que comenzamos el negocio, te estás volviendo un imbécil. Nací en Nebraska, Ray. Ordené mi acta de nacimiento en línea justo enfrente de ti y llegó justo aquí. A ti. Me tomaste las huellas. Escaneaste mi retina, por Dios santo. Me desfilaste delante de todos los criminales que conocías en una fiesta en L.A. Y nadie de ellos me conocía. Y ninguna suciedad se materializó. He trabajado para ti durante cuatro años y nunca pasó nada. ¿Entonces qué está pasando? Porque desde mi final parece que estás fuera de joderme ahora que JD y yo estamos haciendo este movimiento. —Ahora ves de donde estoy viniendo. —No, Ray. —Sacudo mi cabeza—. No, en realidad no veo de dónde vienes. Hago videos porno. Hice un montón para ti y ahora voy a hacer un montón para mí. Y tal vez, si tengo suerte, dentro de un año o dos voy a estar como tú. ¿Alguna vez he jodido tu negocio? Y en lo que respecta, cuando se trata de películas, tenemos un negocio legítimo. Todos nosotros. Estamos cien por ciento que vamos a subir y subir. Entonces porque incluso está llegando, no tengo ni idea. Porque no tengo nada en ti. Eres un libro abierto por lo que puedo ver. Somos amigos. Más que amigos. Nunca te jodería y espero la misma lealtad. Respira hondo y se sienta en su silla. Asiente a la silla delante de su escritorio una vez más y puedo sentir que vamos a establecer este derecho, así que camino de nuevo y tomo asiento. —Está bien —dice después de unos segundos de silencio—. Lo entiendo. Solo estoy siendo paranoico.

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—Entonces ¿por qué? Quiero decir, si algo está pasando y me involucra a mí y a JD necesitamos saberlo. Sacude su cabeza. —No, solamente estoy preocupado de que haya cometido errores. Y he confiado en ustedes dos por años y ya no los tendré. Solo… estoy nervioso, supongo. —Amigo. —Me río—. Ray, hombre. Eres uno de mis mejores amigos. No voy a ninguna parte. Y si necesitas algo, solo pregunta. Me mira fijamente por un momento. —¿Puedes conseguir las películas para esta semana? —Puedo. —¿Y será público? —Siempre lo son. —¿Tienes alguna chica secreta para esto? —Podría. Me mira un poco más. —Bien. Gracias. Necesito las cosas de Public Fuck, Ark. Es una buena mierda. Estoy seguro de que esto no será lo mejor que puedas, pero me darás algunas buenas películas, buenas películas de club, antes de irte. —Tenemos a las chicas alineadas para la próxima semana. Los tres son repeticiones y tendremos los clubes a bordo también. Te traeremos una buena mierda la semana que viene, lo prometo. —De acuerdo, entonces. Si no te veo esta noche… —Conozco lo que tengo que hacer. Ray. Y luego nos damos la mano y salgo.

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Blue

N

o sé por qué ellos están siendo tan amables conmigo. Especialmente este. Al que llaman JD. Él me tiene envuelta en sus brazos contra su pecho. El agua caliente está corriendo nuevamente, porque hemos estado sentados en la tina por tanto tiempo que se ha entibiado. Está acariciando mi cabello y sus labios están presionados contra mi cabeza. No decimos nada. Solo escuchamos el agua caer de la llave. Comienzo a pensar sobre cosas y entonces sacudo mi cabeza un poco para detenerlas. —¿Qué está mal? —Su voz hace eco a través del gran baño. No puedo decirlo. Así que él obtiene silencio. Espera a ver si solo estoy tomándome un momento para pensar, y luego decide que no. —Tanto, ¿eh? ¿Las marcas? Quien quiera que sea de quien estés huyendo hizo un buen número en ti. Solo si supiera. —Te pagaremos por las fotos. Así que no tienes que quedarte si no quieres. Como si tuviera muchas opciones. —Pero no nos molesta si te quedas. —Las puntas de sus dedos continúan jugueteando con mi cabello mientras ambos pensamos sobre ello. ¿Qué significaría quedarme aquí? Ellos probablemente no pueden estarme ofreciendo un hogar temporal sin expectativas.

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—Creo que le gustas a Ark. Dejó salir una gran respiración. —No creo. —Ah, ella todavía habla. JD se asoma alrededor de mi cara y me da una sonrisa. Él es muy guapo. Su cabello rubio está mojado y despeinado, un poco más oscuro ahora con el agua. Sus ojos son de un azul brillante y se ven… bueno, no muy amables. Ninguno de estos chicos se ven amables. Son rudos en todas las formas que necesito evitar justo ahora. Pero los ojos de este me dicen que al menos están entendiendo. —Créeme. —La voz de JD ruge por mi cuello, enviando un escalofrío por todo mi cuerpo. Se acerca a mi pecho, luego aprieta un pezón—. Conozco a Ark mejor que nadie. Pero nunca ha entrado en un trabajo antes. Estrecho mis ojos, contenta de que él no pueda ver mi irritación y confusión. ¿Qué significa eso? ¿Un trabajo? Una risa poco entusiasta resuena del pecho de JD. —Hacemos pornografía, cariño. Así es como vivimos en este lugar. Así es cómo pagamos las facturas. Conseguimos chicas como tú para que chupen mi pene en público. Ocasionalmente también las follo en público, pero la mayoría de las veces solo es una mamada. Ark es el camarógrafo. Ha hecho algunos videos en el pasado, pero en los cuatro años que hemos estado trabajando juntos, él nunca se alejó de su cámara para unirse. —Y ahora JD se ríe realmente—. ¿Sabes que dijo antes de irse? No puedo evitarlo. —¿Qué? —Alguna mierda de que tú siendo de él porque te vio primero. ¿Ark me vio primero? Pienso en retrospectiva. Mi mente está cansada y mi cuerpo está doliéndome en todos los lugares equivocados. Pero ahora que lo recuerdo, él me vio primero. Me preguntó si estaba bien y fue cuando JD se acercó a él.

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—¿Qué si no lo quiero? —Las palabras saliendo antes de que pueda detenerlas y entonces, esperando una bofetada o el tirón de cabello para que hable, me retuerzo y giro tratando de alejarme de JD antes de que pueda hacerme daño. Me levanto, balanceo y caigo de lado en la pared. Brazos fuertes se extienden y me agarran un poco demasiado tarde y mi cabeza golpea contra la dura baldosa. —¡Mierda! ¿Qué estás haciendo? —JD está de pie ahora, sosteniéndome firma mientras mis piernas débiles luchan por sostenerme. Yo le doy un golpe. —¡No, por favor! —Me cubro la cara con mis manos para protegerme, pero los golpes nunca llegan. —Shhh —dice, envolviendo un brazo alrededor de mi cintura mientras el otro me saca las manos de su posición defensiva—. No te voy a pegar, y Ark no va a hacer nada si no lo quieres. Si dices que no, te puedo garantizar, nunca volverá a preguntar. No sé qué decirle. Ni siquiera sé qué pensar de lo que me está pasando. Estoy desnuda en una bañera con un completo desconocido al que acabo de chupárselo. Dejé que ambos me sacaran bajo la lluvia y grabaran todo. Mis ojos se disparan a la cámara en el espejo del baño. Todavía está grabando, creo. Y ni siquiera soy lo suficientemente coherente como para entender lo que me ha ocurrido en los últimos quince meses. Las marcas en mi espalda no son las únicas que persisten. Lo mismo ocurre con el miedo. El dolor. Las consecuencias de mis acciones. Pero si estos dos chicos son mi única opción para la salvación… Voy a tomar lo que pueda tener. Todas estas cosas me están presionando como paredes, cerrándose. Tratando de aplastarme. —¿Quieres salir de la bañera y ponerte ropa? —No tengo ropa —gimo en mis manos. Todavía está intentando alejarlas, pero no me rindo. No quiero ver su cara. No quiero ver la confusión, ni la compasión, ni lo que sea que está sintiendo en este momento. Y, sobre todo, tampoco quiero que vea mis sentimientos. Pasa por el borde de la bañera, todavía se aferra a una de mis manos, y sale. Me da un tirón.

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—Venga. Tengo algo para que te pongas. Y luego puedes dormir un rato. O comer o llamarle a alguien si quieres. Dejé que una mano caiga de mi cara, pero la otra permanece en su lugar. Sé cómo me debo ver. Cuanto menos vea de mí, mejor. Cuando salgo de la bañera, agarra una suave toalla y la envuelve sobre mí. Agarro una punta de la envoltura para sostenerla en el lugar, y entonces me cubre mis hombros con otra toalla. —Esto te mantendrá caliente hasta que te consiga algo para usar. Él toma una tercera toalla del armario y se seca rápidamente, luego la envuelve alrededor de su cintura. Sin embargo, estoy mirando sus pies, así que no veo su cuerpo. Sé que es atlético y fuerte. Sentí los duros músculos de su pecho y su abdomen cuando me estaba sujetando. Y sé que su pene es largo y grueso, porque estaba tratando de meterla en mi garganta. Pero aún no lo he visto. Eso cambia al salir de la habitación, caminamos por el pasillo, y entramos a la sala de estar. Camina delante de mí y levanto mi mirada un poco para poder ver su espalda. Tiene un tatuaje cubriendo todo el palmo. De omóplato a omóplato, a lo largo de su espalda hay dos dragones entrelazados. Está sombreada como una pintura en negro, rojo y amarillo. Las llamas brotan de las bocas abiertas de los dragones. Hay una pancarta en la parte inferior con palabras latinas a través de ellas en una sofisticada escritura. Me da un escalofrío. —Mi dormitorio está al otro lado del loft. Ese era el cuarto de Ark. Él tiene el cuarto de baño femenino. —JD mira por encima de su hombro hacia mí y sonríe tan grande que hace que sus ojos brillen. Así que si necesitas otro remojo, solo usa su baño. No le importará. ¿Ark no lo hará? No estoy tan segura de eso. —Pero si solo necesitas una ducha, entonces mi cuarto de baño es lo suficientemente bueno. —JD se detiene frente a su puerta. Ninguna de las paredes de aquí realmente van hasta el techo porque es estilo-loft. Pero hay puertas y eso es una ventaja. El último lugar en el que me encontraba no tenía puertas. Él la abre y me agita hacia el espacio. Es grande y brillante y eso es otra cosa que difiere de dónde vengo. Era estrecha y oscura.

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—Aquí dice, soltando mi mano y caminando hacia un armario. Él abre uno y pesca alrededor hasta que sube con alguno bóxer con corazones en este. No puedo evitarlo. Me echo una risita mientras me los entrega. Me da una mirada severa que interpreto como falsa. No juzgues, hombre. Alguna chica me los dio el último día-V4. Nunca los he usado. —¿Así que la decepcionaste? —pregunto, permitiéndome mirar lo suficiente como para captar su sonrisa y aceptar lo que él está ofreciendo. —Sí. Se ríe. Supongo que lo hice. —Y luego su risa muere. Usualmente lo hago. Lo miro por unos momentos, nuestras miradas enganchadas. —Gracias —le digo después de que comienza a hurgar en sus cajones otra vez. Saca una camiseta que será monumentalmente demasiado grande para mí y me la entrega. La tomo y repito mi sentimiento. Gracias. Y luego tomo una respiración profunda mientras su mirada baja, tomando mi cuerpo envuelto en la toalla, luego se levanta para encontrar mi cara. Extiende la mano y desengancha el extremo de mi toalla, cae al suelo con un suave chillido. Luego toma la toalla alrededor de mis hombros y me seca. Primero mis brazos. Luego mis pechos y mi vientre. Luego se inclina hacia abajo para que su cara esté a la par con mi sexo. Sus ojos permanecen en el pliegue entre mis piernas, y luego arrastra la toalla por mis piernas. Deja la toalla en el suelo, se pone de pie de nuevo, y su mano se desliza por mi muslo. Me ahueca el coño, un dedo que se burla entra y sale por un momento y luego me besa en la boca. —No me lo vas a decir hoy. Puedo ver eso. Pero espero que algún día lo hagas. Porque nadie merece ser golpeado así si dicen que no. Todo mi cuerpo empieza a temblar. ¿Qué significa eso? Toma la camiseta de mi mano y la tira sobre mi cabeza. Le entrego los calzoncillos cubiertos con el corazón y paso mis brazos a través de las mangas. Sostiene la ropa interior para mí y paso en ellos mientras los mete en mis piernas. Cuando estoy vestida, da un paso atrás, mirándome fijamente. —¿Cómo te llamas, cariño? Nunca nos lo dijiste.

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Día de san Valentín.

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¿Nos? Se está refiriendo al compañero de cuarto. Como si fueran un equipo. Simplemente le miro de nuevo, no dispuesta a dar esa última información privada. Me llamaron Estrella. Me mira con los ojos turbados. —¿Quién te llamó Estrella? Mis ojos se lanzan hacia adelante y hacia atrás a cada uno de los suyos, pero no digo nada. —¿No es tu nombre? Sacudo la cabeza. —¿Quieres que te llamemos Estrella? Sacudo la cabeza una vez más, otra vez pensando en su uso de la palabra nosotros. —Bueno, entonces, supongo que tendremos que ir con Blue, ¿no? ¿Nosotros? ¿Nos? Mi cuerpo sigue temblando, aunque ahora tengo ropa seca. JD se pone un par de pantalones holgados y luego toma mi mano. —Vamos a la cama. Me levanté demasiado temprano para la chica que nunca se molestó en mostrarse. Trago con fuerza y pongo los pies en su sitio, rechazando moverme. —Vamos, Blue dice, tirando un poco más fuerte. Lo suficientemente duro para que me tropiece hacia adelante con él hacia la cama tamaño king cubierta de mantas blandas y almohadas. Son de un profundo azul marino, el color del cielo nocturno. No voy a molestarte dice mientras sube y se acerca para hacer espacio para mí. Creo que necesitas descansar un poco. Me suelta la mano ahora, un gesto que dice que el balón está en mi cancha. Y no quiero nada más que trepar entre las sábanas con él. No quiero nada más que ser abrazada y escuchar que todo estará bien. No quiero nada más que sentirme segura. Pero ¿cómo puedo estar segura de que no es una trampa?

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—Blue dice suavemente. No me suplicaba que me acostara. No exigiendo que le dé mi cuerpo. Preguntando. Dice mi nuevo nombre como preguntando. —¿Qué? —le repito, tragando con fuerza. —Solo olvídate de eso durante unas horas. Esos problemas seguirán estando allí cuando te despiertes. Tiene razón. Esos problemas nunca se van. Entonces, ¿importa si los suelto un ratito? Trago de nuevo y doy una pequeña inclinación de cabeza. —Bien. —Inhalo. Está bien. Dobla el edredón y me subo a su lado. Es tan cálido. Y cuando sus brazos me

envuelven, me enamoro de ello. Me enamoro de su encanto. Me enamoro de su bondad. Me enamoro de su buena apariencia. Y luego caigo en el mejor sueño que he tenido... nunca.

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Ark

C

onocí a JD cuando ambos estábamos en la calle. Él a causa de las drogas. Yo porque era nuevo en la ciudad y no había encontrado un lugar. Me bajé del autobús desde Miami a la una de la mañana, caminé fuera de la estación y la primera cosa que vi fue a JD siendo molestado por unos matones.

Ellos estaban ganando, pero él no necesitaba ser salvado. Solo necesitaba ayuda. Así que lo ayude. Es dos años menor que yo, por lo que era más joven entonces. Solo veintiuno. Y estaba jodido. Era claro que había estado jodido por bastante tiempo. No había nada de lo que él no pudiera ser desenganchado, de lo contrario no habría perdido mi tiempo. Pero entonces estaba borracho y en otra cosa que nunca admitió. Por lo que lo ayude. Y después, nos sentamos en un muro de concreto al otro lado de la calle de la estación de autobuses hasta que salió el sol y fue capaz de hablar oraciones completas. Mi objetivo número uno cuando llegué a Denver era conseguir un socio. Así que contrate a JD. Nunca fue a la universidad, pero no era un tipo estúpido. Y conocía el negocio, pero no era actor. Y eso estaba bien para mí. No necesitaba un actor. Necesitaba a alguien real. JD es tan real como es posible. Y ese hijo de puta puede convencer a una chica de chuparle su polla en medio de una discoteca en menos de cinco minutos cuando pone en acción su encanto.

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Lo sé. Lo hizo enfrente de mí la primera noche que salimos juntos. Y así es como surgió la idea de Public Fuck America. Vine a la ciudad con dinero y una meta. Pero no sabía cómo alcanzar ese objetivo hasta que conocí a JD. Es mi mejor amigo. Y haría cualquier cosa por el tipo. Pero está chica, hombre. No sé qué es esto. Solo que la quiero. La quiero y él la tiene. Quiero ir a casa y tenerla de vuelta, pero no puedo. Seguimos en deuda con Ray hasta a finales de la próxima semana, y no hay forma de evitarlo. Puedo hablar cuanto quiera con Ray, pero es su amigo también. No quiero molestarlo. No quiero joder lo que hemos construido aquí. Y no me quiero hacer retroceder más de lo que tengo qué. Mi vida ha estado estancada por cuatro años. Estoy listo para seguir adelante. Así que cualquier cosa que JD esté haciendo con ella, necesita esperar. Me dirijo a Speer Boulevard y sigo subiendo hasta el vecindario Highlands, luego atravieso las calles laterales hasta llegar a la calle 44, lo que me regresa al lado oeste. ¿Por qué me gusta esta chica de todas maneras? Es demasiado delgada, es blanca pálida, usa drogas o al menos anoche, incluso si ellos la forzaron anoche, eso es una gran advertencia. Pero nada de eso importa porque todo lo que puedo pensar es el misterio. ¿De quién está escapando? ¿Por qué la drogaron? ¿Cómo escapó? Me encuentro necesitando saber las respuestas a estas preguntas por múltiples razones. ¿Está en el negocio? Su coño ha sido completamente depilado. Sus piernas se abrieron al instante. Fue bastante receptiva con el hecho de ganar dinero con su cuerpo. Y nunca dijo no cuando JD y yo la tomamos afuera o en la bañera. Quiero decir, nosotros solo jugamos con ella y lo que nos hizo no fue intenso. Pero fue sexual. Y éramos desconocidos. Y ella sigue en nuestra casa justo ahora. Al menos espero que siga ahí. Porque no me importa si JD la tiene, la quiero. Quiero mis dedos dentro de ella de nuevo. Quiero besar su triste mohín. Quiero llevarla a la cama y follarla lentamente. Jesús. ¿Qué está mal conmigo? Haz estado en el trabajo demasiado tiempo, Ark, me dice mi voz interna. Y es cierto, cuatro años es demasiado tiempo. Estoy listo para irme de aquí.

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La cafetería donde Lanie trabaja es en los suburbios occidentales en un antiguo

centro de una ciudad que solía ser más urbano, cuando Denver era pequeño. Pero ahora es solo parte de la expansión, un lugar con unos pocos edificios antiguos así que lo llaman el viejo centro. Pero realmente, la mayoría de ellos fueron arrasados para poner casas y hacer que se vean anticuados, pero todavía les dan ese nuevo pulimiento brillante para cobrar precios exorbitantes por unidades. Lanie trabaja en el restaurante que se mantuvo firme contra los desarrolladores que se apoderaron de Main Street. Ni siquiera estoy seguro de que tengan un nombre. El letrero en el frente dice Cafetería en ese antiguo letrero neón que solía ser común en los cincuenta y sesenta. Lanie trabaja en el desayuno y cena todos los días excepto lunes. Lo que es bueno para mí, porque voy a necesitar toda la tarde para conseguir mis dos películas. Conduzco el Jeep en el gran estacionamiento y apagó el motor. No la he visto en casi un año, ese ha sido el tiempo desde que he necesitado ayuda. Pero sé que me ayudará. Siempre viene a mí cuando se trata del trabajo. Salgo del Jeep y me hundo en mi chaqueta. La lluvia se ha detenido en su mayor parte, pero sigue lloviznando, así que corro la poca distancia y entro. Está jodidamente lleno adentro. Este lugar se llena en los desayunos y cenas, por lo cual Lanie trabaja esos turnos. Ella hace una matanza. Trabaja duro por ello, pero hace una matanza. Busco el familiar cabello negro y cuando la veo bromeando y riendo con una pareja mayor cerca de la parte de atrás del restaurante, me relajo un poco. ¿Por qué no vengo a verla más? Mi sonrisa flanquea cuando me ve y hay una interrupción en su diversión. Estrecha su mirada en mí y vuelve a sus clientes. Tomó un lugar en la esquina y ordenó mi desayuno y pido un periódico. Tengo una clara vista de la concurrida carretera afuera, por lo que me concentro en eso mientras espero por mi comida y casi estoy terminando cuando Lanie finalmente viene a mí. —¿Más café, señor? Miro hacia a su rostro sonriente.

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—Sí, por favor. Se estremece ante mi respuesta, pero lo mantiene profesional. —¿Crema y azúcar? —Solo. La miro a los ojos para ello y asiente. —Veo que ha terminado. ¿Puedo levantar su plato? —Gracias le digo mientras lo recoge. Está lleno aquí ¿A qué hora se tranquiliza? Veo que traga cuando entiende mis palabras. —Como en una hora —dice en voz baja. Asiento. —Está bien. Bueno, te veré por ahí. Tiro algunos billetes en el mostrador, me levanto y salgo de la cafetería, me refugio de nuevo en mi chaqueta para protegerme de la llovizna. Una vez dentro del Jeep revisó la hora y decido pasar por una tienda de cámaras mientras espero por ella. Porque Lanie y yo tenemos un arreglo. Nosotros no pasamos el rato por una razón. Y a pesar de que me guste mucho y amaría invitarla a cenar y tener un agradable tiempo juntos. No podemos. Porque nadie puede saber quién es la chica en esas películas. Nadie puede relacionarla conmigo de ninguna manera. De lo contrario, ambos podríamos ser asesinados.

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Ark

M

e dirijo al este a un centro comercial y estaciono el Jeep en un punto afuera de una tienda de ferretería y pienso.

Sobre la chica, sobre todo. Su color de pelo. Rubia. Pero era una rubia oscura cuando la vi porque estaba mojada. ¿Cómo se verá seco? ¿Qué aspecto tienen sus ojos cuando no están hinchados por las lágrimas? ¿Qué hace su boca cuando no está decaída? ¿Quién le hizo esto?

Es una respuesta que creo que necesito. Ni siquiera estoy seguro de por qué, porque no he pensado en mierda como esta desde hace mucho tiempo. Al menos un año. Posiblemente más cerca de dos. El dinero te hace eso. El dinero te cambia. Dije que nunca lo haría, pero estaba equivocado. Algo sucede cuando ya no tienes que preocuparte por comprar alimentos y pagar el alquiler. Es un cambio sutil. O al menos era para mí. Vine a la ciudad con lo suficiente para empezar, y Ray tenía razón al sospechar de eso. No quiere saber cómo conseguí ese dinero. Pero ese no es el tipo de dinero del que estoy hablando. Estoy hablando de dinero suficiente para comprar un coche nuevo cada mes. Suficiente dinero para pagar en efectivo por un penthouse en LoDo. Suficiente dinero para instalar un búnker secreto lleno de servidores privados. Compré una nueva identificación y pasaporte. Escondido a unas pocas millas de distancia en cuentas bancarias secretas en altamar. Suficiente dinero para hacer lo que quiera, como quiera. No. Nadie vio eso, ni siquiera yo. Cuando vine aquí no tenía ni idea de lo fácil que sería perderse en el negocio.

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Pero esa pregunta... me está molestando. ¿Con quién está involucrada? Al principio sospeché de Ray. Quiero decir, eso tiene sentido. Está en el mismo negocio que nosotros. Pero sé que no es Ray. Ray no está en lo violento. Lo sé con seguridad. He visto su colección privada de películas y ninguna de ellas es rara. Son casi aburridas, así es sus gustos son como vanilla. No creo que Blue fuera el trabajo de Ray, pero estoy seguro de que estaba involucrada con alguien. Y eso es algo que voy a averiguar. Contemplo llamar a JD solo para ver si ha obtenido más información sobre ella, pero luego decido que es una mala idea. No estoy seguro de cómo quiero continuar. Necesito pensar esto. Necesito saber todas mis opciones antes de ir a cabrearme con una chica que no conozco. Y necesito considerar todas las consecuencias de cada acción que decido tomar. Un montón de riesgos para ir alrededor, eso es seguro. Justo entonces veo a Lanie cruzando la calle. Ella tomó el autobús como se le ha dicho, así que es bueno saber que seguimos por protocolos, aunque no nos hayamos visto en un año. Camina justo delante de mi Jeep y la observo, pero no me mira. Su cabello oscuro es rojo ahora. Una peluca. Y su impermeable es largo, extendiéndose más allá de sus rodillas. Lleva jeans y unas botas de piel de oveja. No la observo una vez que ha superado mi línea de visión. En cambio, reviso mi teléfono, metiéndome en la página de Facebook de Public Fuck, que tiene dos likes, JD y yo, ya que todavía no la hemos lanzado, y exactamente diez minutos más tarde salgo y camino al cine de descuento donde sé que Lanie entró, aunque no la miré. Dentro es una casa de locos, de niños y videojuegos, y como los padres se proponen soportar este alboroto para que puedan comprar un poco de entretenimiento. Reviso las películas, elijo el siguiente horario para el último listado en la pizarra encima de mi cabeza y pago por un boleto. Afortunadamente, no es un espectáculo para niños. Es un drama de homicidio de dos horas y media que han estado exhibiendo durante casi seis meses, porque este cine solo recibe películas antes de ir a DVD y solo hay un puñado de personas sentadas cuando entro, encuentro a Lanie sentada en la última fila con sus botas apoyadas en el asiento frente a ella. Subo los escalones lentamente, tratando de calibrar su estado de ánimo mientras hago mi aproximación. Sonríe cuando me siento y tomo su mano como si fuéramos una pareja.

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—Te eché de menos le digo en voz baja. —Ojalá pudiera decir lo mismo. —Me dispara una sonrisa. —Perdón por esto. Ya sabes… —Lo sé —dice, cortándome. Olvídalo. Solo dime lo que necesitas. Ella se estremece cuando digo: Dos. Y trato de hacer lo que pueda para que no parezca un gran problema. Una aquí y una en el coche una vez que se oscurezca. —Jesucristo, Ark. —Lanie, no es como si lo pidiera a menudo. Esta semana me he quedado corto. —¿Por qué? —pregunta, volviéndose hacia mí. ¿Qué pasó? —Las putas de las muchachas solo salieron. Tuvimos tres establecidos y dos cayeron. Mira, sé que esto es una mierda, pero nos quedan dos semanas. Dos semanas. —¿Y entonces qué? Nada de eso tiene sentido para mí. ¿De verdad planeas dirigir un negocio porno? —Yo ya tengo un negocio porno, Lane. —No es así, Ark. —Se burla de mi nombre. No es como lo que estás planeando. Son manzanas y naranjas. Eres mucho peor que él. —Vete a la mierda —digo antes de que pueda detenerme. —Bueno, te has encargado de eso, ¿verdad? Maldita sea. Realmente no necesito un sermón ahora mismo. Pero no puedo evitar preguntar. Porque no soy como él. —¿Cómo? Es la misma mierda. —Porque lo estarás perpetuando. Y no solo eso, te beneficiarás de esto. —Ya estoy aprovechando esto.

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Gira su cabeza hacia otro lado, diciéndome que esta conversación ha terminado.

Y antes de que pueda defender mi posición indefendible, las luces se oscurecen y comienzan los cortos. Cuando el anuncio se enciende para que todos apaguen sus teléfonos, algunas de las parejas dispersas por el frente hacen un movimiento para hacer eso. Pero enciendo el mío. Porque Lanie ya está en sus rodillas mamándome en la oscuridad crepuscular. Y cuando la película comienza, envuelvo su cabello en mi puño y la sostengo boca abajo en mi polla mientras bajo por su garganta. No nos vamos juntos. Se levanta tan pronto como ha terminado y me quedo hasta el final de la película y luego hago mi camino de regreso a mi Jeep y conduzco a casa. Cuando me quedo en mi lugar de estacionamiento, ella ya está abriendo la puerta cuando cambio a primera y apago el encendido. —Me debes. Me dice mientras desabrocho mis pantalones. —Lo sé —le digo de vuelta mientras me vuelve a endurecer. Esto tarda más de lo que me gustaría porque todo lo que puedo pensar es en cuánto me odia. Qué soy un gran idiota por hacerla hacer esto. Qué sucias están mis manos por estar en este negocio. Y en lo cierta que está. Estoy mucho peor que Ray. Porque Ray nunca tomaría a una chica contra su voluntad. Por eso necesito la prueba de identificación, los contratos, y toda esa otra mierda. Ray es legítimo. Y puedo decirme que esto es todo lo que quiero. Lanie tiene que hacer esto por mí, según nuestro acuerdo. Pero es una mierda. Estoy haciendo que me la chupe. Estoy haciendo que se degrade. Y voy a ir a Ray, editarlo y subirlo a sus servidores tan pronto como termine aquí. Estoy jodido, mucho peor que Ray. Porque no soy legítimo. No soy más que un estafador. Un tramposo. Un pedazo de mierda ambulante. Y todo lo que ha salido de mi boca los últimos cuatro años ha sido una mentira.

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Blue

F

ue Janine Delgado quien me inició en este camino. La culpo a ella por todo. Sé, incluso mientras me acuesto en la cama de este extraño, que estoy siendo irracional. Tanto por dejarlo traerme aquí y por culpar a Janine Delgado de mis problemas. Pero tengo un buen argumento para ambas.

Janine Delgado fue una niña de mami desde el primer día. Siendo vecinas y exactamente de la misma edad; compartimos un cumpleaños; empezamos siendo amigas desde el principio. Pero Janine y yo no podíamos ser más diferentes de personalidad. Ella le tenía miedo a todo y yo no le temía a nada. Para el momento en que llegamos a la escuela media, los niños solían burlarse de ella debido a eso. La llamaban Janine la Reina del Drama porque todo con ella era una producción. Ella estaba incomoda en cada situación social, así que cuando llegó el momento de ir a las fiestas en la escuela secundaria, sus padres le dijeron que se esforzara más, y con más fuerza lo hizo. Se fue por la borda en todos los sentidos imaginables. Hay una diferencia entre ser intrépida, como yo, y estúpida, como ella. Aunque admito que mis decisiones en este último año y medio me ponen directamente en el departamento de estúpidas. Janine y yo dejamos de ser amigas en décimo grado, porque dijo que yo la estaba reteniendo. Verás, Janine entró en las drogas. Las drogas la convirtieron en otra persona. En alguien sin inhibiciones. En una zorra, si estoy siendo sincera. Janine pasó de ser una asustadiza chica de quince años, a una sexualmente activa de dieciséis y a una embarazada de diecisiete años de edad. Tuvo un aborto. No puedo juzgarla, pero sus padres lo hicieron. La enviaron lejos después de eso y pasó la última mitad del primer año y todo el último año encerrada en algún internado para chicos malos. Aquí es donde las cosas realmente salieron mal.

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Mis padres se divorciaron, y mi padre consiguió un nuevo trabajo. Era un trabajo para el gobierno, un trabajo de muy alto perfil para el gobierno, y una de las ventajas era que conseguí asistir a un muy exclusivo internado en el área de D.C. Así que mi padre y yo nos mudamos a los Estados Unidos. Pero Janine y yo nos mantuvimos en contacto y nos escribimos cartas. No se le permitía tener un teléfono, así que no había mensajes de texto o cualquier cosa por el estilo de este siglo. Ocasionalmente ella vino a casa para ver a sus padres y yo estaba visitando a mi madre durante las vacaciones, y luego nos permitieron pasar el rato en el porche de su casa y charlar. Lo cual apestaba porque todas las vacaciones ella venía a casa para pasar el invierno, así que estaba demasiado frío para estar charlando en su porche. Y nunca venía a casa en verano. La enviaban al campamento de la iglesia. Un campamento mega-religioso donde los niños cantan canciones de alabanza y redención. Estoy de acuerdo con eso. Me crie en una familia moderadamente religiosa. Pero Janine... No lo sé. Ella nunca fue igual. Dijo que le estaba yendo bien. Y que estaba fuera de las drogas, así que eso era algo bueno. Pero nunca me convenció. Después de graduarme fui a Nueva York y asistí a Columbia, y ella se fue a... No tengo idea. La perdí. Desapareció. Sus padres estuvieron frenéticos durante meses… publicando fotos de ella en postes telefónicos, hablando con la gente en los alrededores del vecindario en caso de que oyeran algo. Cosas normales que harían los padres si su hija de dieciocho años desapareciera. Y luego hubo un rumor de que Janine fue vista trabajando como camarera en un bar de topless en Denver, Colorado. Sus padres nunca volvieron a mencionarla después de eso. Pero era mi amiga y nunca la olvidé. Así que cuando llegué a casa después de graduarme de Columbia y ella llamó a la casa de mi madre mientras yo estaba allí, me emocioné. Estaba emocionada de que estuviera viva. Me emocionó que quisiera que nos encontráramos. Estaba emocionada de que recordara lo cercanas que éramos cuando crecimos. Así que, sí. Fui. Volé a Denver. Y ese es por qué toda esta mierda es culpa de Janine jodida Delgado. Porque almorcé con ella.

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Llenó los años perdidos con información que desearía poder olvidar. Me dijo cosas que me hicieron tragar mi vómito. Señaló su vientre hinchado y me pidió ayuda. Y dije que sí. Porque después de graduarme como la mejor de mi clase en una escuela de la Ivy League, de llenar ciento cincuenta solicitudes, ir a veintisiete entrevistas, e incluso hacer una pasantía de verano de dos meses con una compañía muy prominente, yo tenía aún menos prospectos que ella. Nadie me miró ni siquiera dos veces. Dije que sí. La ayudaría. Así que, aunque estoy usando la tarjeta de víctima, todo esto es culpa de Janine Delgado. Porque ella sacó la tarjeta de la mejor amiga de la vida y dijo que yo iba a ser tía. Y dije que sí. La salvaría. Pero no la salvé, solo logré perderme. Porque siete meses después Janine estaba muerta, el bebé estaba desaparecido y yo estaba siendo mantenida prisionera en una habitación bloqueada en un sótano.

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Blue

—S

é que estas despiertas. No tengo miedo de JD, incluso si debiera. Él y su amigo me filmaron dándoles favores sexuales. Pero yo dije que sí, incluso si yo estaba algo jodida cuando los conocí. Dije sí.

Y ahora, siete horas más tarde, en cama, rehusándome a llegar a un acuerdo con mi vida… todavía confío en él más que en la gente que me mantenía prisionera en el sótano. —¿Tienes hambre? Tiene sus brazos alrededor de mí con mi culo tan cerca de su erección. Un brazo encaja perfectamente debajo de mi cuello como una almohada, y la otra mano está moviéndose ligeramente hacia arriba y hacia abajo en el centro de mi vientre. Imagino lo que se sentirá que deslice sus dedos un poco más abajo y luego me siento asqueada conmigo misma por tener pensamientos pervertidos. Si estuviera de vuelta en el sótano sería castigada por eso. Porque no importa lo que ellos me hicieron, ellos me cambiaron. Me hicieron disfrutarlo. Y una vez que descubrieron que lo disfrutaba, tomaron ese disfrute lejos. Tenía prohibido tocarme sola, pero mi apetito por el placer era insaciable y mis dedos siempre vagaron, justo como lo están haciendo ahora. Los retiro, esperando la bofetada, pero nunca llega. Solo el suave retumbar de su voz.

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—Oye —me susurra esta vez. Como si él pudiera sentir mi lucha interna llevándose a cabo dentro de mí—. Sé que tienes hambre. ¿Quieres que te haga la cenar? —¿Cenar? —pregunto. Santa mierda, sí. Contengo mi emoción mientras asiento, y entonces giro todo mi cuerpo para que lo enfrentarlo—. Sí, por favor — susurro mi respuesta. Su mano pasa por mi culo con el movimiento y entonces aprieta una nalga. Sus dedos están casi entre mis piernas y dejo salir un ligero jadeo por el toque. Sus ojos buscan los míos. Ellos se disparan de uno a otro mientras ellos tratan de entenderme. —Dime tu nombre. —No es una petición, pero sale suavemente. Como todas sus otras palabras hoy. —No puedo —le respondo, emparejando su tono sombrío—. Realmente, de verdad no puedo. —¿Quieres llamar a alguien? —No —digo, sacudiendo mi cabeza—. No. Tampoco puedo hacer eso. —¿Es porque tienes miedo de ellos? —Sé que es un genérico ellos a los que él se refiere, pero igual me estremezco. No necesita que yo hable para tener esa respuesta—. Estás a salvo aquí. Puedes quedarte tanto como necesites. —¿Qué sobre tu amigo? —Ark es a quien le pedí ayuda. Él es a quien me preocupada porque me miró como si estuviera rota. Como que estoy más allá de ser salvada. Demasiado problema. Muy pocas perspectivas. —Le gustas —dice JD—. Puedo decirlo. Está molesto por que estemos aquí juntos en este momento, lo sé con certeza. —¿A dónde fue? —Estudio el rostro de JD y decido que me gusta. Antes, cuando él y su amigo estaban tomando las fotos, JD estaba hablando conmigo como los hombres en el sótano hacía. Como si fuera una puta. Pero ahora solo me habla como los hombres de la sala de espera. Como si fuera una posibilidad.

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Fui una posibilidad unas cuantas veces sobre el transcurso del pasado año. Pero afortunadamente nadie me llevó con ellos a casa. —Estoy tan hambrienta —dije. Las puntas de sus dedos trazaron la línea exterior de mis costillas. —¿Ellos no te cuidaron bien, verdad? Tuve que tragar antes de poder sacudir mi cabeza. —Yo te cuidaré bien, Blue. Miro sus propios ojos azules. Son ligeros, como el rubio restrojo en su barbilla. —Gracias —susurro. —De nada —dice él, envolviendo su brazo apretadamente alrededor de mi cintura y acercándome a él—. Es un placer. Y luego me besa en la cabeza y yacemos ahí por un corto momento antes de me levante, tome mi mano y me encamine a la cocina. Siete horas de sueño habían hecho maravillas para mis habilidades de observación, porque si me hubieras preguntado cualquier cosa de este lugar cuando ellos me trajeron, no hubiera sido capaz de decirte. Es una situación algo peligrosa. Y después de todo lo que he pasado el último año, soy tan estúpida por permitirme ser llevada por una cara bonita. Fueron las drogas. Estaba un poco mejor que las otras chicas, pero solo porque vomité el sedante que ellos me dieron una vez que la noche había terminado. Se suponía me mantendría sometida hasta que regresáramos al sótano. —¿Sobre qué estás pensando? —me pregunta el tipo llamado JD. Estoy de pie en medio de su cocina. Está ocupado en la encimera de la isla, donde los ingredientes para la comida que está preparando están esparcidos alrededor—. Te ves cómo un poco perdida. Un poco pérdida ni siquiera se acerca. —Puedes sentarte si quieres. —apunta a la sala de estar, la cual está abierta a la cocina, así que él aún es capaz de mantener un ojo sobre mí sí me siento allá. Camino alrededor de la isla y me dirijo a la silla que señaló.

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—No tienes que sentarte allí, sabes. Puedes sentarte afuera. O en el sofá. O regresar a la cama. Solo me siento y levanto mis piernas así puedo envolver mis brazos alrededor de ellas. Estoy tan flaca estos días, que prácticamente me curvo en una pequeña bola. —¿Te gusta el espagueti con albóndigas de carne? —pregunta él—. Eso es más o menos lo que puedo hacer. —Y luego me da una sonrisa. Una sonrisa que decía que él es encantador, retorcido y peligroso, todo en uno. Debería hacerme retroceder. Debería enviarme a huir. Pero no lo hace. Me hace sentir algo que no he sentido en mucho tiempo. Relajada. Le devuelvo la sonrisa. Todo su rostro se ilumina. —Joder si no eres una de las cosas más sexy que he visto. Solo puedo imaginarme lo hermosa que eres cuando estás sana. Sana. Esa una buena palabra estéril para lo que no soy. —¿Entonces espaguetis? Tomo una respiración profunda y asiento. —Tengo que correr a la tienda a buscar pan. ¿Estarás bien aquí sola? Me mira fijamente mientras se lava las manos en el fregadero de la isla y luego arranca el plástico del paquete de hamburguesa. Me doy cuenta que todavía me estoy preguntado si estaré bien cuando suavemente me llama: —¿Blue? ¿Estarás bien si corro a la tienda a buscar pan? Blue. Tengo un nuevo nombre nuevamente. No Estrella, sino Blue. Le asiento porque está esperando una respuesta. Sus manos nunca dejando de moverse mientras revuelve la carne en pequeñas bolas. Cuando termina de hacer eso, las pone en el horno, lava sus manos, y comienza a hervir agua. Nunca quito mis ojos de él.

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Él rodea la isla hacia mí cuando ha terminado y esta es la primera oportunidad que había tenido, primera oportunidad sobria, para ver su cuerpo. Él es alto y delgado con músculos definidos en sus brazos, abdominales y su cuello. Solamente está usando un chándal cortado que queda apenas debajo de las rodillas, así que tengo una muy buena vista. Su cabello rubio no es ni largo ni corto, sino algo intermedio. Está despeinado de una forma muy agradable. Y su rostro es hermoso de la forma en que solamente un hombre puede ser. Ellos hacen porno, mi interior me advierte. Ellos hacen porno y su hermoso rostro es el señuelo que usan para conseguir que las chicas estén de acuerdo. Es verdad. Pero por alguna razón no creo que yo esté aquí para hacerlos ganar dinero. —Blue —dice nuevamente cuando me alcanza. Él se agacha, colocando una mano en el brazo de la silla en cada lado de mi cuerpo, y me ve a los ojos—. Si te quieres echar para atrás sobre nosotros, házmelo saber. Te llevaremos a donde quieras. Pero no salgas, ¿de acuerdo? Porque entonces tendría que volver a ese clima de mierda para encontrarte de nuevo. Y tendrías frío, miedo y tendríamos que comenzar de nuevo con el baño caliente y el descanso. Así que quédate y come conmigo. Trago con fuerza cuando me mira fijamente. —¿De acuerdo? —pregunta nuevamente. —De acuerdo. Mi voz le hace sonreír nuevamente y Jesús, sí. Esa sonrisa es incluso mejor de cerca. Me besa en la cabeza de nuevo, y se levanta nuevamente. —Voy a cambiarme. La tienda está a solo una cuadra. Así que solamente me iré como diez minutos. —Volteo mi cabeza para verlo mientras se aleja y todavía estoy mirando en esa dirección cuando él vuelve a salir de la habitación vestido con unos jeans, una playera blanca, y la chaqueta de cuero negra de motociclista que tiene cremallera que se sacude con cada golpe de sus botas sobre los pisos de madera. Parece mucho más peligroso con esta ropa, dice mi voz interior. Mucho más. Pero esa sonrisa sigue siendo la misma.

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—BRB5 —dice con cara honesta. Y entonces él sale por la puerta y yo me quedo en este extraño apartamento. Sola. Un estado que me ha eludido durante el último año y medio, hasta esta misma mañana. Me siento en la silla durante unos minutos y me lo llevo todo. El penthouse. Recuerdo eso de haber venido aquí. Todo dice masculino. Los pisos son de concreto gris oscuro, pero no del tipo áspero que se ve afuera en las entradas de autos, el tipo que se ve en los centros comerciales, donde son tan lisos que se puede patinar sobre ellos. Y los muebles están hechos de acero y cristal. Los cables se utilizan como elemento de diseño, haciendo que todo el lugar parezca una mezcla entre la revolución futurista e industrial. Hay un gran sofá seccional de cuero gris claro, acentuado con remaches de acero en las costuras del brazo. Un extremo es como un sofá normal, pero el otro extremo es más como una tumbona. Las sillas son otro tono de color gris, sobrecubiertas y acentuadas con los mismos remaches de acero que el sofá. Hay arte en las paredes. Las fotografías en blanco y negro de lugares que solo puedo suponer están en Colorado. Son de montañas y lagos. Nieve y hielo. Pinos y álamos. La cocina tiene gabinetes negros y piedra gris oscura para las encimeras. No es algo que una mujer elija, estoy segura. Los electrodomésticos son todos de acero inoxidable de alta calidad y no hay ningún desorden, aparte del desorden de JD en proceso, para indicar que lo usan a menudo. Y luego está la vista. Mis ojos se lanzan a la terraza. Me levanto y camino hacia las enormes puertas corredizas y las abro. Todavía está mojado, pero la lluvia se ha detenido, así que tentativamente coloco un pie en un charco y salgo. La barandilla es una especie de plexiglás transparente y la ciudad está muy abierta frente a mí. Me sacaron fotos aquí. Estaba besando a JD, creo. Y entonces yo estaba en el suelo y los dos estaban allí, abrazados a mí alrededor, explorándome con las manos, las bocas hambrientas. Me acerco al borde y miro hacia abajo y veo a JD con las manos en los bolsillos de su chaqueta, la cabeza que se mueve de un lado a otro mientras cruza la calle y luego, como dijo, entra en una tienda una cuadra y desaparece. —Él no es uno de ellos. —Digo en voz alta—. Nunca me dejarían sola así.

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Acrónimo de "Be Right back" (Enseguida regreso)

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Me quedo ahí parada hasta que reaparece, con una bolsa de papel marrón con pan fresco en sus brazos, y lo miro caminar. Enciende un cigarrillo y se toma su tiempo para poder disfrutarlo. No deben fumar dentro. El apartamento no huele a humo. Sus ojos brillan hacia la terraza y saluda. —¿Me vigilas, Blue? —Su grito es tan fuerte que me sonrojo cuando todos los de la calle se paran a mirarlo. Él retoma su ritmo y cuando está justo enfrente del edificio, grita—: Estoy a pocos minutos, nena. Ahora vuelve adentro y caliéntate. Hace demasiado frío como para que estés ahí de pie. —Mira a ambos lados, tira el cigarrillo, deja pasar un coche y luego cruza la calle—. Ve. Desaparece antes de que me dé la vuelta y vuelva a entrar. Todavía me estoy limpiando los pies en la pequeña colchoneta delante de la terraza cuando entra en el apartamento y arroja sus llaves sobre una mesita cerca de la puerta. —¿Espiándome ahora, Blue? —Sonríe mientras se encoge de hombros y la cuelga en un gancho, luego entra en la cocina. Me encanta la forma en que sus botas negras de motociclista golpeaban el suelo y me cautivan los músculos de sus brazos mientras saca el pan y lo corta por la mitad—. ¿Puedes hacer pan de ajo, Blue? Yo le hago un gesto con la cabeza y camino a la cocina. Puedo oler el cigarrillo en él, pero en vez de enfermarme, huele bien. Familiar. A nadie en el sótano se le permitía fumar. Y no era una verdadera fumadora antes de que me llevaran, pero disfrutaba de uno de vez en cuando, cuando estaba bebiendo. El humo de JD huele como el pasado. Un pasado lejano que fue mucho mejor que ayer. —De acuerdo —dice—. Tú haces el pan y yo preparo la pasta. Veinte minutos después la comida está lista y estamos sentados en la mesa comiendo espaguetis y albóndigas. Pero aunque la escena parezca normal, siento cualquier cosa menos normal. Y después de unos minutos de silencio, esto es dolorosamente obvio. —Así que —dice mirando nuestros cubiertos y yo me quedo mirando la comida—. ¿Has visto alguna buena película últimamente? —Levanto la vista a la pregunta, mi boca medio llena de pasta, y lo miro por unos segundos—. ¿No? — dice. Sacudo la cabeza para poner fin al interrogatorio.

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—¿Libros? Esta vez no levanto la vista. —Hmm —dice después de dejarme comer un minuto—. ¿Qué haces para divertirte, Blue? Respiro hondo y al exhalar, hablo automáticamente. —Disfruto de los museos, viajar y tomar clases de arte. —Oh —dice, sorprendido. Y luego se da cuenta de que estoy mintiendo. Porque una chica que parece como yo ahora no hace ninguna de esas cosas—. Hmmm —dice otra vez—. Tal vez algún día podamos ir al museo de arte o algo así. Miro hacia arriba y sonrío, luego rápidamente miro hacia abajo. —Sí, eso sería divertido. Esa es la última pregunta que me hace toda la tarde. Y soy demasiado tímida para preguntarle algo. Pero tengo muchas preguntas. ¿Qué significa ese tatuaje? ¿Dónde está su amigo? ¿Qué harán conmigo? Pero nunca se me ocurre que debo levantarme y salir. Ni una vez. Y ahora que estoy aquí, acostada con él en su cama, con sus brazos a mí alrededor, eso me asusta más que todo lo que he pasado o cualquier cosa que pueda venir. Porque aunque esta mañana mi aceptación se sintió un poco como la salvación, esta noche tiene una sensación completamente nueva. Derrota. Parece que me rindo. Como si estuviera cediendo a lo que me hicieron. Una prisionera. Se siente como el final.

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Y después de unos minutos de reflexionar sobre esto mientras permanezco quieta y silenciosa como me han enseñado a hacer, me doy cuenta de que me gusta eso. Quiero que la oscuridad se apodere de mí. Desearía volver a drogarme para dejar de preocuparme. Desearía que alguien me drogara e hiciera que la oscuridad me cubriera como la suciedad sobre una tumba. Y quizás estos tipos son la respuesta a esa oración. Tal vez estos tipos finalmente hagan lo que los otros nunca harían. Tal vez estos tipos me dejen morir.

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Ark

D

oy vuelta la llave en la cerradura y entro en el loft. Hay una luz sobre el horno en la cocina, pero aparte de eso está oscuro. Paso y veo los restos de espagueti, un fregadero lleno de platos y pruebas de una velada que pasó aquí sin mí.

Suspiro mientras cuelgo mi abrigo y camino por el pasillo hasta mi habitación. Ni siquiera quiero pensar en JD y esa chica. Pasé todo el día pensando en ellos, y ahora he terminado. Me quito los zapatos cuando entro a la habitación y luego pongo el interruptor en la pared. Lo primero que veo es el baño donde esta mañana esa chica me chupó y llegué tan rápido que casi me da vergüenza. Me doy la vuelta, me agarro por detrás de la cabeza y me quito la camisa. Luego desabrocho mis jeans y los dejo caer al suelo, dando a mi polla un tirón ya que el solo pensar en ella me está poniendo duro. Normalmente duermo desnudo, pero aún no estoy listo para ir a la cama. Así que me pongo un par de pantalones cortos cargo verde y descoloridos y me dirijo al baño para conseguir la cámara. Se ha ido. Maldito JD. Salgo a la sala de estar y miro a mi alrededor. ¿Quizás lo estaba usando aquí? Estoy racionalizando ahora. Sé dónde está esa cámara. Una respiración profunda es necesaria mientras camino por el pasillo corto a la habitación de JD. La puerta está abierta y es la primera vez. JD es un cerrador compulsivo por la noche. Enciendo la luz del pasillo, porque no quiero molestarlo, y espío la cámara en su mesita de noche. Mis ojos miran a la chica acostada al otro

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lado de JD, su brazo envuelto alrededor de ella y las sábanas cubriendo su mitad inferior. Sus senos se elevan y caen con el patrón de su respiración. Agarro la cámara y me voy antes de hacer algo estúpido como patearle el trasero. Ella no es mía. Así que al carajo. Puede quedarse con la perra. Es muy delgada de todos modos. Parece que está drogada, de hecho. Odio los drogadictos. Probablemente tenga algún tipo de enfermedad. Probablemente también apesta en la cama. Tal vez solo está ahí tumbada. O quejándose. O lo odia. Cierro la puerta al salir y regreso a la sala de estar, donde las puertas corredizas de metal estilo granero a cada lado de la entrada de mi oficina están completamente abiertas. Enciendo la luz y luego cierro las puertas detrás de mí antes de poner la cámara en el escritorio y caminar hacia el otro lado para sentarme. La miro fijamente. Ella está ahí dentro. Y yo con ella. No puedo conectar esa cosa a la computadora lo suficientemente rápido. El software se inicia con un ding familiar y luego las imágenes, miles de imágenes, porque la cosa estaba en el disparador continúo durante la mayor parte de treinta minutos, y lo descargo en mi disco duro. La anticipación me está matando. Veo las miniaturas parpadear y la barra de progreso se ilumina e incluso eso me excita. El programa termina la descarga y comienza a borrar la tarjeta de memoria dentro de mi cámara, pero yo la detengo. Una sola copia no es suficiente. ¿Y si mi computadora se avería? ¿Y si la roban? ¿Y si de alguna manera pierdo todas estas fotos? No puedo hacerlo. Solo el pensamiento me hace sudar. Así que los dejo ahí y desenchufo la cámara. Tengo un montón de tarjetas de memoria en el escritorio, así que dejo la tarjeta dentro, todas las fotos intactas. Y luego abro Photoshop y empiezo a repasarlas una por una. Ella y JD bajo el toldo del centro comercial. Jesús, eso parece que fue hace semanas y fue esta mañana. No ha pasado ni un día entero desde que tomé estas

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fotos. La está besando en algunas, y santo mierda, aunque es él y no yo, todo sobre estas fotos dice sexy como el infierno. Flaca o no, es seductora. En una foto, sus increíbles ojos azules están muy abiertos e inocentes mientras mira a JD. El maquillaje corrido hace que todo sea mucho más provocativo. Como si estuviera herida y buscara su ayuda. Y todo sobre JD, mientras la mira fijamente, sus manos alcanzando su rostro manchado, todo dice ríndete a mí y yo lo haré mejor. Un golpe en la puerta me saca de mi fijación, y entonces las puertas metálicas se abren. —Hola —dice JD, entrando en mi oficina comiendo un tazón de cereales. Se sienta en el sofá junto a la pared a mi izquierda—. ¿Acabas de llegar a casa? Lo miro. Tiene el pecho desnudo, así es como siempre duerme. Y su cabello está desastroso, así que parece que estuvo en la cama un tiempo antes de levantarse. Eso me cabrea porque puedo pensar en un millón de cosas que podría haber estado haciendo en esa cama con la chica. Apago eso para poder parecer racional, aunque siento cualquier cosa menos racional. —Sí —digo yo, cortándolo. Miró hacia mi monitor y luego se levantó, colocando su cereal en el escritorio para poder inclinarse y ver mejor. —Ella es perfecta, hombre. —Aunque no para Ray. JD hace una carcajada-resoplido. —No me digas, idiota. No estaba pensando en contratarla. —Querías contratarla esta mañana. Agarra su cereal y se sienta en el borde de mi escritorio, se lo mete en la boca y habla mientras mastica. —Eso fue antes. —¿Antes de qué? —Me las arreglé para no gruñir. Pero apenas.

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—Antes de pasar el día con ella. Solo lo miro fijamente. —Así que ¿te la cogiste? Solo se me queda mirando. —¿Tienes algo que quieras decir sobre esta chica, Ark? Porque soy todo oídos, hombre. Entiendo, tú la viste primero. Así que es tuya. Pero pasé el día con ella. Y a mí también me gusta. Y no, imbécil, no me la cogí. Yo no te haría eso a ti y si pensaras que yo lo haría... —Él sacude la cabeza—. Bueno, que te jodan. Miro hacia otro lado y respiro profundamente. Porque tiene razón. Nos ha gustado la misma chica antes. Por eso tenemos la regla de la-vi-primero. Pero esto se siente diferente. —Lo siento —murmuro—. Ha sido un día largo. —¿Fuiste a lo de Ray? —Ha vuelto a comer su cereal, así que supongo que nuestro enfrentamiento ha terminado. —Sí. —¿Hablaste con él? ¿O conseguiste las películas? —Las tengo. JD no dice nada de eso. Sabe lo que significa, porque he tenido que hacer esto antes cuando nos quedamos cortos. —Así que... —digo yo. —Así que —responde—. Creo que necesitas ver algo. —Se levanta, pone su cereal en el suelo y se acerca a las puertas—. Déjame mostrarte. Me levanto y lo sigo y caminamos por el pasillo hasta su puerta, que ahora está cerrada. —Shhh —me dice mientras nos detenemos frente a esta—. No quiero despertarla, pero tengo que mostrarte lo que encontré. Asiento, luego abre la puerta y alcanza su bolsillo para sacar una pequeña linterna. Caminamos hasta la cama donde la chica está acostada boca abajo con la mejilla presionada contra la almohada.

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Una ola de celos fluye a través de mí, y para cuando lo controlo, JD está moviendo su cabello de la nuca. Ella grita y se sacude, golpeando la linterna de JD contra el suelo, donde rueda bajo la cama. —Joder. —Ellos están luchando, ella todavía gritando y JD gritando, diciéndole que se calme, cuando llego a la luz de la mesita de noche. Parpadea y JD está encima de la chica, presionando sus brazos sobre su cabeza para que no pueda luchar. —Suéltame —gruñe. —Cálmate, Blue. —Vete a la mierda. Bájate. JD me mira. —Mira su nuca. —No —grita ella—. Quítate de encima. JD y yo la ignoramos ahora. Está mirando hacia mí mientras continúa montándole la cintura y sujetándole los brazos. —Necesitas ver esto, Ark. Solo mira. —Suéltame —se lamenta ella. Pero la pelea se ha ido tan rápido. Empieza a llorar. Me inclino hacia abajo y le quito el cabello de la nuca para encontrar una cicatriz elevada en forma de círculo. Me echo hacia atrás y me doy la vuelta, mi mano cubriendo mi barbilla mientras pienso en esto. JD se baja de ella, se levanta de la cama y camina junto a mí. —Eso es todo, ¿verdad? —pregunta él—. Dime que no estoy viendo cosas, que no me lo estoy inventando. Asiento. Eso es, sin duda alguna. —Necesito verla de nuevo.

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—Vete a la mierda —dice en voz baja desde la cama—. Vete a la mierda. — Miro por encima de mi hombro para ver lo que está haciendo, pero sigue acostada boca abajo. Llorando en la almohada—. No tienes derecho. JD me mira una vez más y luego camina hacia ella y se sienta en el borde de la cama para acariciar su cabello. Es un jugador de verdad. Sabe exactamente qué hacer por una chica llorona. ¿Yo? No tengo ni idea. Soy el tipo de hombre de una noche. No me quedo el tiempo suficiente para preocuparme. Pero esta chica, hombre. Incluso antes de la marca. Esta chica es diferente. Así que me acerco al otro lado de la cama. El lado que está mirando. Me subo a su lado y me acuesto. Sus ojos buscan mis intenciones en los míos. JD se recuesta al otro lado de ella, las puntas de sus dedos aún se deslizan por las largas hebras rubias. —Relájate, Blue. No vamos a hacerte daño. —No —jadea—. Solo quieres hacer que te chupe la polla para que puedas venderme de otra manera. Las cejas de JD suben, pero ninguno de los dos dice nada. Hay un momento y un lugar, y no es éste. —Blue —digo con calma. Sigue mirándome, pero el sonido de mi voz la hace tomar una bocanada de aire. Como si la hubiera asustado—. No pondremos esas imágenes en línea. —Tengo que parar un segundo. Porque eso es mentira y lo sé. Pero no es lo mismo, así que continúo—: No podemos usarte, aunque quisiéramos. —Y no lo haremos —interviene JD—. No queremos. —Él me mira por encima de su cuerpo y yo asiento con la cabeza. —No tienes ninguna identificación. Y a pesar de lo que parezca, lo que hacemos es cien por cien según el libro. Todos firman formularios de consentimiento. Contratos. Todos se hacen la prueba de ETS. Todos reciben un pago y todos pagan impuestos sobre esos pagos. No vamos a arruinar nuestro negocio para poder usar a una chica triste que ni siquiera tiene nombre. Olvídate de las fotos. Necesito saber de dónde sacaste esa marca en tu cuello. Y necesito saber cuándo. Me mira directamente a los ojos y dice:

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—Vete a la mierda. JD se desploma de nuevo en la almohada que está compartiendo con ella. —¿Por qué no lo retomamos por la mañana? —No —digo rápido—. Al diablo con eso. —La miro directamente—. No eres la única atrapada en su telaraña, ¿sabes? —Ella me cierra los ojos—. Sabes que eso es verdad. Sabes que había otras chicas involucradas contigo. Y estoy bastante seguro de que la razón por la que te encontramos esta mañana fue porque escapaste. —Sus ojos se lanzan de un lado a otro, como si tratara de confiar en mí—. Conocíamos a una chica que tenía la misma marca, Blue. —¿Otra de tus putas? —pregunta ella. Pero sale asustado en vez de desafiante. Creo que el nivel de vulnerabilidad en su voz la sorprende, porque hipea de nuevo un sollozo. Sacudo la cabeza. —Una amiga. Era una buena amiga. JD se levanta de la cama y entra en su armario. Blue y yo solo esperamos a que termine. Después de un minuto de que JD revolotee por ahí, emerge completamente vestido y sale por la puerta, cerrándola de golpe detrás de él. El ruido hace que la chica salte y esta vez no puede aguantar el sollozo. Es demasiado. Empieza a llorar. Me acerco y le pongo la mano en el brazo. Tomaría su mano y le daría un apretón, pero lo tiene debajo de la mejilla. —La amiga era la novia de JD. Y ella se metió en algo malo y luego desapareció. Tenía una marca como esa, Blue. Tuvieron una pelea la noche en que ella desapareció, y desde entonces se ha estado culpando a sí mismo por perderle la pista, e imaginando todo tipo de cosas terribles que podrían haberle pasado a ella. Así que si puedes ayudar... —No puedo —dice ella, cortándome—. No conozco a ninguna chica. No sé de qué estás hablando. No sé nada. —Y entonces se levanta de la cama y entra en el baño. Hay el sonido claro de la puerta cerrada y luego enciende la ducha. Un momento después, la puerta principal se cierra y sé que JD se ha ido.

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Blue

M

iro a la chica en el espejo. Ella está desnuda. Inclino un poco la cabeza para ver las cicatrices en su espalda. No las largas rayas de la vara, sino las pequeñas marcas de garfio del cuchillo.

Las estrellas las llamaban. Así es como conseguí ese nombre, supongo. O tal vez era otra cosa. Apenas puedo recordar ahora. Miro a la chica hasta que el vapor de la ducha corriente la empañe y la hace desvanecerse. La ducha me está llamando aunque esto es lo más limpio que he estado en todo el mes. El agua caliente sin límite de tiempo es un lujo del cual nunca conseguiré suficiente. Así que paso y la dejo derramarse por mi cuerpo. Abro mi boca y dejo correr el agua, trago algo, escupo algo y luego cierro la boca para poder inhalar profundamente. No es suficiente. Me cubro el rostro para ocultar mis lágrimas aunque no hay nadie aquí para castigarme. Quiero sentir alivio. Quiero darle las gracias a alguien. Quiero llamar a mis padres y escucharlos decirme que me aman y que todo estará bien. Pero no puedo hacer nada de eso. No estoy a salvo, así que no hay tiempo para alivio. Y nadie me salvó. Estos tipos son escoria del fondo de barril, como de los que hui. Ni siquiera puedo pensar en mi familia todavía. No. Los alejo inmediatamente. Mis manos bajan de mi cara y cuando miro hacia arriba, hay otro espejo donde JD debe hacer su afeitado. Empujo el pequeño botón en el lado y se ilumina, la

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niebla comienza a retroceder desde los bordes hasta que tengo una visión clara de mi cara. Lo que realmente se ve mejor aquí. Tal vez es la luz tenue, o el agua caliente ha disminuido la hinchazón que era tan evidente en el otro espejo. No importa. Me veo... mejor. Blue, me llaman. Blue. Mi nuevo nombre. Miro a mis ojos y me pregunto lo que dicen estos extraños. ¿Ven el dolor? ¿O el miedo? ¿O el anhelo? ¿O todo mezclado como un cóctel venenoso? ¿Pueden ver a través de mí? Cojo la botella de champú y chorreo algo en mi palma y empiezo a masajear mi largo cabello. Las yemas de mis dedos van a la marca de la que los chicos estaban preguntando. Trazo el círculo alrededor. Conozco todas las imperfecciones. Cada lugar donde se secó o se infectó o necesitó ser fregado para crear una nueva cicatriz. Envía un escalofrío por mi columna vertebral. La marca fue la primera cosa que hicieron y lo hicieron la primera noche. Antes de que yo fuera eliminada. Antes de que estuviera atada. Antes de que eso ocurriera, fui reclamada. Y si es cierto lo que Ark dijo, que JD tenía una novia con una marca como la mía, ¿cuáles son las probabilidades de que estos tipos sean seguros? No puede ser una coincidencia. Por mucho que me asusta salir al exterior y enfrentarme al mundo de nuevo, enfrentar la realidad, tengo que hacerlo. Necesito irme y necesito hacerlo esta noche. El agua caliente corre por mi cabeza cuando paso atrás del arroyo, para rápidamente terminar con el acondicionador y luego cerrar el agua.

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No tengo ropa, pero puedo encontrar pantalones de ejercicio de JD para llevar. Y una camiseta. Y estoy segura de que tiene una vieja sudadera con capucha que puedo llevar. Los zapatos son el problema principal. No puedo usar sus zapatos. Mis pies son pequeños y los suyos no. Pero estoy segura de que puedo hacer que funcionen hasta que encuentre una tienda y comprármelos. Todavía tengo el dinero que me dieron. JD lo metió en el cajón de la mesilla de noche y la última vez que miré, todavía estaba allí. Pero... si es un tipo malo, ¿por qué me paga? No lo sé. Realmente no. Así que solo envuelvo una toalla alrededor de mí y camino hasta la puerta. Mi mano descansa en el pomo, pero no lo giro. Apoyo mi oído contra la puerta. Escuchando. ¿Todavía está Ark ahí afuera? Me asusta mucho más que JD. JD es agradable. Es encantador. Ark es intimidante y exigente. No oigo nada, así que abro la puerta y me asomo. Ark sigue allí, sentado en la cama con la cabeza entre las manos. —¿Ya terminaste de mentir? —pregunta él, levantando lentamente la cabeza y mirándome a los ojos. Agarra la cámara que estaba usando esta mañana—. Porque necesito algunas respuestas. —No tengo tus respuestas. —Ni siquiera sabes lo que estoy preguntando, así que ¿cómo puedes saber que no tienes lo que necesito? —Él se levanta y yo retrocedo, cruzando el umbral del baño. Se mueve como un rayo. Su golpe me ha empujado la cara primero contra la pared, con ambas manos detrás de mi espalda, en menos tiempo de lo que me lleva a darme cuenta de que lo he juzgado mal. —Mira —gruñe en mi oído—. No estoy acostumbrado a preguntar dos veces, Blue. Y la gente generalmente no me miente. Porque no lo tolero. Así que cuéntame sobre esa cicatriz en tu cuello y olvidaré el hecho de que tuve que preguntarte dos veces. Y señala a estas personas, y olvidaré el hecho de que mintieras. —¿O qué? —gruño sobre mi hombro—. No puedes hacerme daño. —¿No?

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—No —respondo con confianza—. No puedes hacerme daño porque puedo soportarlo. Retrocede un poco ante mis palabras. —¿Puedes tomar qué? Saco las muñecas de su agarre y aunque un segundo atrás él me estaba sujetando tan apretado que estaba cortando el flujo de sangre a mis manos, se alejan fácilmente. Me vuelvo, todavía presionada contra la pared, su cuerpo tan cerca sus caderas están presionadas contra las mías. Nuestros pechos suben y bajan rápidamente de la adrenalina. —Lo que quieras sacar. —Inclino mi cabeza para poder encontrar su mirada. Tiene más de un metro ochenta de altura. Retrocede un paso y luego se da la vuelta y sale. Me quedo allí varios minutos, esperando ver si vuelve con un cinturón, un bastón, un látigo o un cuchillo. Pero no lo hace. Me acerco a la cama y me siento en el mismo lugar donde estaba mientras me duchaba. Su cámara rueda y me golpea en el muslo. La recojo y la enciendo, luego empujo unos cuantos botones hasta que la pantalla comienza a mostrar las fotos de esta mañana. —Eso es mío —dice Ark desde la puerta. —Bueno —dije, señalando las imágenes—, soy yo. Cubre la distancia entre nosotros en unos pocos pasos y arranca la cámara de mi mano. —Mía. Y luego se ha ido otra vez. Tomo una respiración profunda y miro por la ventana mientras considero mis opciones. Está oscuro y llueve de nuevo. Reviso el cajón y el dinero se ha ido. —¡Carajo! —le grito a la puerta vacía—. Tomaste mi dinero.

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Tomo mi ropa del cuarto de baño y me los pongo de nuevo, luego salgo a la sala de estar para confrontarlo. Pero él no está allí. Me arrastro por el pasillo a su dormitorio y compruebo allí también. Pero nada. Cuando camino de regreso a la sala de estar, veo una grieta de luz desde debajo de algunas puertas de metal contra la pared lejana. Es su oficina, dijo JD. Donde editan las películas que hace. Camino calladamente hacia la puerta y presione mi oído contra ella para escuchar. Puedo oír el clic de un teclado de computadora, luego las ruedas de una silla. Finalmente pasos suaves mientras se dirige hacia las puertas. Me alejo con miedo de ser atrapada. Pero él no la desliza. En su lugar, las luces se apagaron y luego sus pasos se retiran. Oigo que abre una botella de cerveza, y luego un suspiro. Deslizo las puertas, solo lo suficiente para mirar dentro. Hay un gran monitor en el escritorio asentado frente a una pared de ventanas. Y en la pantalla están las imágenes que me tomó esta mañana. De JD y de mí. Y de nosotros tres en la terraza. Pasan, al menos cientos de ellas. Tal vez miles. Miro al sofá donde está sentado con una cerveza apoyada en su pierna, mirándome fijamente. —Puedes mirarlas si quieres hacerlo. No sé cómo quiere que responda, así que no estoy segura de si quiero mirarlas o volver corriendo a la habitación de JD y esconderme. —Lo siento por eso —dice Ark, aclarando su garganta—. Es solo que... JD dejó de pensar en ella, ¿sabes? Le llevó tanto tiempo dejar de pensar en ella. Y ahora estás aquí con una pista. Y... Entro en la habitación. —Y va a volver a buscar mierda otra vez, lo sé. Doy otro paso hacia él y Ark acaricia el espacio en el sofá de al lado. —Me encantan estas fotos. Ven a verlas conmigo. Doy dos pasos más, y luego estoy al alcance de su mano y él agarra mi mano con la suya.

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Mi cuerpo se estremece por su tacto, pero dejé que me tirara el resto del camino, y me sentara mientras me suelta. Mi trasero apenas está encaramado en el cojín, mis manos en mi regazo, mi cuerpo en alerta máxima en caso de que quiera hacerme daño. Pero no lo hace. Me sorprende al escabullirse, apoyándose en el apoyabrazos y estirando las piernas detrás de mí. Son largas y en el camino, así que ahora no puedo recostarme. Toma un trago de su cerveza. —Te vi esta mañana. Dios, ¿solo ha sido un día? — Sé lo que quiere decir. Siento como si hubiera estado en su casa desde siempre—. Y las respuestas fueron lo último que pensé, Blue. Quiero decir, joder. Me había rendido, como JD. En realidad, renuncié hace un tiempo. Solo acepté que así eran las cosas. De la forma en que iba a ser mi vida. Pero joder. No sé qué significa nada de eso, pero entiendo que no es bueno por la forma en que termina la cerveza y luego la tira a través de la habitación, donde aterriza limpiamente en un cubo de basura abierto cerca del escritorio. —Consígueme otra, ¿quieres? Lo miro y le entrecierro con los ojos. Él me regresa la mirada. Sus ojos están sangrantes, y rojos, y ahora que miro de cerca, está cansado. No cansado como si necesitara dormir. Pero estoy cansado de una manera con la que me puedo identificar. El tipo de cansancio en el que tu cuerpo se siente pesado y tu mente vacía. —Olvídalo —dice con una voz suave que nunca había oído antes. Lo dice, pero no deja de mirar fijamente. —¿Qué? —pregunto, poniéndome incómoda. —¿Por qué viniste aquí? —Yo estaba... —Estaba buscando mi dinero para poder irme. Pero este tipo. Estos tipos... me están tirando hacia ellos de alguna manera. JD y su encanto. Ark y su distancia. Y a pesar de que se aprovechan de las niñas para ganarse la vida, se sienten muy... vulnerables. Se siente precario. Como si todo el asunto se derrumbará en cualquier momento. Como si estuvieran unidos por un hilo invisible. Y no alguna conexión mental o experiencia compartida, tampoco. Aunque no tengo ninguna duda de que ellos también tienen todo eso.

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Se mantienen unidos por un hilo invisible pero casi se ha ido. Entonces, nos parecemos. ¿Verdad? Tres personas reunidas por la lluvia de la madrugada. Dos de nosotros aferrándonos, intentando aguantar. Montando la ola hasta que se estrelle, y luego ayudándose unos a otros para empezar de nuevo. Uno de nosotros ya está muerto. Sigue caminando, pero no vivo. Esperando ser salvado. O tal vez queriendo ser el que hace la salvación. —Te estaba buscando a ti —dije finalmente. Sus ojos nunca han dejado los míos. Están suplicando ahora. Me están suplicando que le diga algo, pero no lo conozco. Así que no tengo ni idea de qué es eso. Se queda callado mientras que mis palabras resuenan en mi cabeza, así que lleno el espacio con lo que quiero—. ¿Podemos esperar a JD juntos? Los ojos de Ark. Querido Dios. Están llenos de tanto. —JD puede que no vuelva por un tiempo. —Y el tono de la voz de Ark lo explica todo. Miedo. Sus ojos están llenos de miedo por su mejor amigo. —¿Por qué? —le pregunto, mi voz es más suave que la suya. Ark toma una larga bocanada de aire y luego se cubre los ojos con la mano antes de hablar. —JD tiene un problema de drogas. Lo dejó hace mucho tiempo, pero está tentado, ¿sabes? —Ark aparta la mano de sus ojos por un momento para ver si estoy recibiendo esto. Y la cicatriz. Sus ojos se lanzan a la nuca y mis dedos se deslizan bajo mi cabello para tocarlo automáticamente—. Esa cicatriz podría ser su perdición. —No sé nada, Ark. Sonríe un poco cuando digo su nombre. —Nunca lo hacen, Blue. —Estudia mi reacción, que de hecho podría ser un rubor. Afortunadamente la luz es baja—. ¿Te gustan las fotos? Miro el monitor y las miro mientras pasan. Dos o tres segundos no es tiempo suficiente para estudiarlas. Y siento que me veo como un desastre en ellos. Llevo

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puesto ese vestido mojado y sucio de la noche anterior. Mis pies descalzos y piernas abiertas. Todo dice... triste. Y estoy triste. Así que supongo que es preciso. Me ha capturado perfectamente. Una chica triste y desesperada perdida en la lluvia. —Sí —digo yo, todavía estoy viendo la presentación de diapositivas—. Me encantan. —A mí también. —¿Puedo esperar contigo? —pregunto otra vez. Nunca me contestó y no hay forma de que pueda estar sola esta noche. Prefiero estar con casi todo el mundo que estar sola. Pero lo miro a él. Estudio su cara. Se ve duro. Su mandíbula es recta y clara. El rastrojo de su cara me dice que no se ha afeitado en más de un día. Y sus ojos... Es mucho mejor que cualquiera—. Por favor —agrego. —¿Qué tal si espero contigo en su lugar? No lo entiendo, pero entonces me pasa las piernas por la cabeza y se pone de pie. Me pongo en pie y él toma mi mano y me lleva de vuelta al pasillo a la habitación de JD. —Podemos esperarlo aquí dentro —dice Ark mientras entramos. No discuto. Sé que hay una especie de lucha entre ellos por encima de mí, así que esta debe ser su respuesta para mantener la paz. Levanta las mantas y me hace movimientos para que entre. Lo hago. Y anda al otro lado de la cama y se sienta, inclinado, con las manos sobre la cara. Su espalda está cubierta con el mismo tatuaje que el de JD. Una gran pieza que cubre toda la piel. Dos dragones, luchando y aun así sin luchar. Sus cuerpos hacen un círculo, y se siente un poco como el signo del yin-yang. Oscuridad y luz. El bien y el mal. Hay una esfera entre las dos cabezas de dragón y yo la toco, haciendo que tiemble. —¿Qué significa? —pregunto—. ¿La pelota en el medio? Gira un poco la cabeza para poder mirar por encima del hombro. —Todo, Blue. Es todo. El mundo. La vida. Sueños. Dinero. Felicidad.

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No sé por qué asumo que los dragones son Ark y JD, pero lo hago. —No —dice, levantando las piernas y recostándose conmigo. Mete un brazo bajo mi cuello y me empuja hacia él, una súplica definitiva de intimidad—. No, no estamos peleando, Blue. Somos socios. Estamos juntos en esto. Hay una bandera que corre a lo largo del fondo y JD tiene la versión latina. Omne Trium Perfectus. Cada set de tres es perfecto. —¿Qué dice el tuyo? —No todo debería venir de tres en tres. Me río. —¿Podrías ser más opuesto? Después de eso, está tranquilo un rato. Su respiración se regula y coincide con la mía. Mis ojos se cierran y estoy en el crepúsculo del sueño donde mis pensamientos se apresuran como el sueño de un loco. —No —responde finalmente—. Somos la definición de lo opuesto.

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Ark

L

a luz se enciende y abro los ojos para encontrar a JD mirándonos a Blue y a mí fijamente. Volteo a la ventana y veo el tenue resplandor del amanecer. La luz se apaga y él se arrastra la camisa por la cabeza y se quita los zapatos.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta mientras se desabrocha los pantalones y los deja caer al suelo. —Esperándote. —Estoy bien —dice, subiendo a la cama al otro lado de Blue—. Solo necesitaba tiempo para pensar. —Coloca sus manos detrás de su cabeza y mira el techo. —¿Has encontrado alguna respuesta? —No. Solo más preguntas. ¿Te la has follado? —No, JD. —Lo siento —dice, sin mirarme—. Estoy cansado. La mano de Blue se extiende hacia él y se posa sobre su pecho. Alcanzo a ver una sonrisa en su cara y luego su mano cubre la de ella y le da un apretón. Él se permite una mirada sobre mí y me encogí de hombros. No tengo idea de lo que estamos haciendo. No tengo ni idea de lo que esta chica está pensando. Pero extiende su mano a los dos. Y nos atrapó en un tiempo en que ambos necesitamos lo que nos ofrece. Mi encogimiento de hombros es suficiente para JD. Por ahora, de todos modos. Ella no es mía. No es de él. Ella es nuestra.

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Él gira el cuerpo de ella para meter su culo en sus caderas y envuelve sus brazos alrededor de ella, tirando de ella cerca. Voy a levantarme para que JD pueda conseguir lo que quiera de ella, pero ella se agacha y me agarra el bíceps. Me da un apretón y cuando doy la vuelta, me mira directamente. —Quédate —dice suavemente—. Por favor —suplica cuando no contesto. Los dedos de JD se deslizan por el cuerpo de ella. Puedo sentir sus movimientos como si fueran los de ella, así de cerca estamos. Y sé el momento en que sus dedos se deslizan dentro de ella, porque sus ojos se cierran y su boca se abre para dejar escapar un pequeño gemido. Es tan pequeño. Solo un soplo de aire, de verdad. Miro su rostro mientras JD la toca. No celoso, no exactamente. Puedo tocarla también, ella lo ha dejado claro. Pero no estoy seguro de lo que estoy sintiendo. Y luego la mano de ella está en la cintura de mi bóxer, tirándolos hacia abajo. Mi polla esta dura y sale. Su toque casi me mata, eso es lo delicado, dulce y sensual que es. Ella no me bombea duro, como las chicas en nuestros videos. Ella no se ocupa de ella, como si esto fuera un trabajo. No. Ella me acaricia de una manera que nunca había sentido antes. Su respiración aumenta cuando JD llega a su pecho y le besa el cuello. —Blue —dice. Su espalda chocando contra él y luego cambia de posición, por lo que se pone sobre ella. Así que él la está mirando. Así está tomando el control sobre ella—. Dinos que paremos ahora, o esta mierda está sucediendo. Ella me mira, como si quisiera mi opinión sobre el asunto. —Estoy dentro —digo. Más para tranquilizar a JD que a ella. Porque es lo que realmente pregunta. Yo. Quiere saber si vamos a hacer esto. Quiere saber si realmente vamos a compartir a una chica. Blue mira de nuevo a JD. —No te detengas. —Mierda, sí —dice él de vuelta. Y entonces se inclina para besarla. Tocando su cabello y moliendo sus caderas contra las de ella.

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La agarro del muslo y abro sus piernas. Las manos de JD ya no están en el camino, así que desciendo por su cuerpo y deslizo mi cara a su punto dulce, levantando la vista para captar su expresión mientras la tomo con mi lengua. —Ohhhh —gime en la boca de JD. Él se endereza y luego la monta a horcajadas, con las rodillas a ambos lados de sus hombros. Y el gemido se detiene porque su polla está en su boca. JD levanta sus caderas y puedo ver a través de sus piernas, una visión perfecta de Blue como ella lo trabaja. Ella lo toma como si me hubiera tocado, con una cuidadosa consideración. No rápido y húmedo, sino lento. Deliberadamente. Yo le meto mis dedos. Primero uno, luego dos. Ella pierde el control de su trabajo, y JD empuja demasiado fuerte, haciendo su mordaza. —Joder, sí —dice de nuevo. Levanto las piernas de Blue para tener acceso a su culo, y cuando mi lengua se mete para investigar, comienza a rogar. —Por favor —dice, mirando a JD—. Lo necesito. —Dime lo que necesitas, cariño —dice JD. A él le gusta hablar cuando folla—. Dime que quieres. —Los necesito a los dos —gime ella. —¿Dónde? —pregunta JD. Sigue diciéndonos lo que quieres, Blue. Dejo de hacer lo que le estoy haciendo a su clítoris. Mis dedos se retiran de su culo. Y lo espero. Porque quiero escucharlo también. Necesito oírlo también. —Ambos, JD. —Ella mira hacia abajo para mí—. Dentro de mí, Ark. Por favor. JD se mueve hacia atrás, obligándome a retroceder también. Su mano se inclina hacia abajo para acariciarse unas cuantas veces antes de que se ponga encima de ella. Su coño se encuentra húmedo por mis lamidas y su cuerpo está tan listo, ella pone sus caderas hacia arriba, invitando a JD. Él se baja lo suficiente para que la parte superior de su pene entre y esto la vuelva loca. Me arrodillo detrás de JD, esperando a que él le dé lo que está pidiendo. Y cuando finalmente se mete dentro de ella, casi creo que ella se vendrá justo entonces. Me muevo hacia un lado y JD la folla fuerte durante unos segundos,

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bombeándola con una furia. Ella se estremece y grita, y pongo una mano en la espalda de JD. —Despacio —le digo. Él se calma. Me muevo al lado de Blue y me acuesto en mi espalda, mientras JD se retira, envuelve un brazo alrededor de su cintura, y la levanta, colocándola encima de mí. Mi pene esta tan duro que se desliza entre las mejillas de su culo y se enfrenta a las bolas de JD. —Oh, joder —dice él—. Jesús. Mierda. Ark. Me acerco cuando JD levanta sus caderas para permitirme tener acceso. Su coño es tan húmedo, goteando en su culo, no tengo ningún problema en entrar en ella. Ella se endurece desde el momento del dolor, pero me retiro un poco, dándole tiempo para acostumbrarse a mí. Ella respira pesada, jadeando, mientras JD susurra cosas sucias y calmantes en su oído. —Déjalo entrar, Blue —dice—. Vamos a llenarte, nena. Me deslizo un poco más y otra vez gimotea. Pero esta vez no me detengo, alivio un poquito más, y luego paso los músculos tratando de mantenerme fuera y estoy completamente dentro de su culo. —Oh joder, sí —dice JD—. Mierda, sí. Puedo sentirte, amigo. Puedo sentirlo también. Su polla se mueve lentamente dentro de ella, pero cuando me muevo también, él lanza su cabeza hacia atrás y empuja más profundo. Blue se lamenta. Coloco otra mano en la espalda de JD. —Hombre suave. Si alguna vez quieres hacer esto de nuevo, ella necesita divertirse también. JD se inclina para besar a Blue en los labios. —Lo siento —dice—. Lo siento. Iré despacio para ti. Toco bajo los brazos de JD y agarro su pecho, amasándolo y apretándolo hasta que se relaja. JD se mueve lentamente ahora, dejándola acostumbrarse a nosotros dos, y luego mi mano se desliza hacia abajo y comienza a burlarse de su clítoris. Esto es cuando ella se vuelve loca.

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Su cuerpo entero se arquea, su boca está abierta, gimiendo esta vez, no gritando. Sus piernas están temblando, temblando por el placer y el esfuerzo. Lo mantengo arriba, y entonces JD está bombeando duro, su polla que resbala más allá el mío mientras él la folla. Sus brazos se tensaron para levantarse. Él está besando sus labios. Chupando su cuello. Mordiéndole su hombro. Y luego se detiene. Todo se detiene. Por un momento, todavía estamos quietos. Ella explota. Puedo sentir sus músculos tensos cuando ella se viene por todas partes junto con la polla de JD. Se muerde el labio, tratando de contener para que ambos puedan disfrutar de su liberación antes de que terminemos y tenga que terminar. Ella aprieta dos veces, luego tres veces. Una vez para cada uno de nosotros, me pienso con una sonrisa. Y entonces, cuando su ola de placer comienza a disiparse, JD la bombea con fuerza y se retira, derramando su semen por todo el vientre. —Sí, mierda, sí —susurra mientras besa su rostro—. Mierda, sí. Lo empujo de ella y luego rodamos, así que estoy en la parte superior. —Una vez más para mí, ¿bien? —le pregunto mientras su cuerpo, desea tan desesperadamente otra liberación, se arquea de nuevo mientras mis dedos chocan contra su clítoris. —Ohhh —gime ella. Y entonces estoy dentro de ella. Voy al ritmo de la respiración que JD respira a mi lado. Duro y rápido al principio, pero luego más lento. Contiene el aliento. Blue acepta mis movimientos y comienza a coincidir conmigo, moviendo sus caderas con las mías. Empujo más y más profundo con cada pulso largo. Y luego le acaricio la cara entre mis manos y la miro a los ojos. —¿Lista? Ella cierra los ojos en respuesta, pero quiero verla. —Abre los ojos, Blue —ordenó—. Y mírame. Ella lo intenta, realmente lo hace. Pero entonces ella se viene otra vez. No la explosión que tuvo con JD dentro de ella. Pero otra cosa completamente. Es como flotar en un río. Es como si estuviéramos bajo el agua y todo fuera lento y distorsionado. Nos reunimos. Y no me retiro como lo hizo JD. Su vientre sigue siendo liso y pegajoso con su semen y se desliza entre nosotros. Mezclando con nuestro placer y nuestro sudor.

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No somos tres personas en una cama. No somos dos personas que encuentran nuestro clĂ­max. Somos uno.

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Ark

—L

ávate conmigo, Blue —dice JD un momento después—. Estás pegajosa, nena.

Estoy tan jodidamente cansado, que simplemente lo ignoro. Pero entonces él levanta a Blue y la carga hasta su baño. Un momento después la ducha es encendida y me encuentro esforzándome por escuchar lo que está pasando. Puedo adivinar, por supuesto, JD no es un tipo de una sola puta noche. Esto lo sé muy bien. Lo volverá a hacer, y eso me molesta. Tiro las sabanas y cruzo la habitación y a través de la puerta abierta del baño. El vapor está empañando el espejo y la puerta de la ducha de cristal, así que no puedo ver mucho. Pero no necesito hacerlo. Ella está de rodillas delante de él. Abro la puerta de la ducha y los ojos de ambos se vuelven hacia mí. JD sonríe, como si supiera que yo no podía permanecer lejos. —Llegas tarde, hermano —dice con un pequeño gemido saliendo de su garganta mientras Blue toma su pene más profundo en su garganta. Pero entonces JD se relaja y vuelve su atención hacia mí—. Tienes que sentarte en esto. —Él asiente con la cabeza hacia el banco de azulejos al otro lado de la ducha. Me encogí de hombros y me senté en el banco. —No hace ninguna diferencia —le digo—. Esta es mi habitual punto de vista de todas formas. Yo viendo mientras las chicas desechables te chupan la polla por dinero. La sonrisa de JD titubea y la chica hace una pausa en su cabeza, como si fuera a decir algo. Pero entonces coloca su mano sobre la coronilla de su cabeza y se

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inclina hacia abajo, su polla cayendo se su boca mientras el agua gotea por su espalda. —Ignóralo —dice él. Y luego la besa en la boca y la levanta. Ella inclina la cabeza hacia arriba y santa mierda, pagaría mil dólares ahora mismo para ver sus ojos azules mirándome así. Porque sé lo que ella está pensando. Es lo mismo que todos piensan. Él las usa. Les paga para que lo chupen en público. Todo lo que sale de su boca es mentira. Y lo saben. Pero ella lo mira como si fuera su rey. Él le sonríe y ella reanuda, aplacado. Y entonces JD me mira con muerte en su mirada. —¿Me dijiste que fuera agradable allí? —Se dirige hacia el dormitorio. No le respondo. Él sabe que lo hice. —Ahora es tu turno. Podría ser tuya, pero ella me quiere a mí. —Entonces, ¿por qué estoy aquí? —Es una pregunta seria. Podría romper nuestra regla y simplemente tomarla. Sabe que no voy a luchar contra él. No por una chica. No sucederá. —Porqué sé que la quieres. Y solo una vez, Ark, me gustaría ver que obtienes lo que quieres. —¿Qué coño significa eso? Él se agacha nuevamente para besar a Blue en los labios. —Vamos a girar un poco, nena. Así Ark puede mirar—. Ella se mueve alrededor hasta que su cuerpo está de lado al mío mientras agarra el jabón. Y entonces consigo lo que quiero. Tomo lo que JD me da. Porque sus ojos se elevan y encuentran los míos. Ella sostiene mi mirada sin ninguna malicia con la que entré aquí. Ella sostiene mi mirada con confianza. Miro hacia atrás. Su atención está en mí, no en JD. Pero JD no parece importarle que ella se haya detenido, porque los dedos de él están jugando con su clítoris, haciendo que sus ojos se entrecierren. Y cuando él dice:

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—Mastúrbate, hombre. Ella está esperando que empieces. —Tengo esa sensación una vez más. Esto no saldrá bien. Pero estoy atrapado en el hechizo de una chica confiada, mi mejor amigo y un pene duro como una roca. No puedo evitarlo. Comienzo a mover mi mano arriba y debajo de mi eje. Mi pulgar se desliza sobre mi punta mojada y luego mi mano se desliza por mi longitud en largos y lentos movimientos. Unos pocos bombeos con ojos de Blue en mis movimientos y estoy muriendo. Los dedos de JD están completamente dentro de ella ahora, y ella está doblando su espalda mientras él enjabona sus pechos. Él retira sus dedos, alcanza debajo de ella, y la levanta con dos manos acunando su culo. Sus piernas le rodean las caderas y él entra en ella con un rápido empuje. Ella jadea, sus uñas clavadas en sus hombros. Y entonces él se detiene y la folla así por unos instantes. —¿Te gusta duro o lento, Blue? —pregunta él. —Ambos —susurra. —¿Te gusta rudo o suave? —Ambos. —¿Te gusta de mí o de él? Blue abre sus ojos y me mira primero, luego de nuevo a él. —Ambos. —¿Por qué? Su pregunta nos detiene a ella y a mí al mismo tiempo. —¿Por qué? —pregunta ella. Él asiente. —¿Por qué ambos? ¿Por qué no solo uno?

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Ella me mira, pero no puedo ayudarla. Porque también estoy interesado. Ella regresa su mirada de nuevo en JD, que está fallándola lentamente ahora, es apenas un movimiento apenas detectable. —Porque necesito estar rodeada. Necesito ser sostenida por ambos lados. No me siento segura a menos que este rodeada. No sé a qué se refiere, pero JD debe, porque la besa en los labios. Fue largo y tierno. No un beso como normalmente lo veo dar. Si besa a la chica que filmamos, siempre es duro y demandante. Pero todo sobre Blue es suave. Y JD, quien normalmente no es suave, decide en este momento que será suave por ella. Él se rinde. Puedo verlo. Dejo de masturbarme y solamente los observo. Blue responde con un largo, apasionado beso. Su cuerpo, todavía siendo sostenido solo por la mano de JD debajo de su culo, moviéndose lentamente en conjunto con sus caderas. Viéndolos hacer el amor. Y cuando JD se viene dentro de ella, ella no tira su cabeza hacia atrás y grita su liberación. Ella descansa su cabeza en su hombro y llora. Me levanto y camino fuera de la ducha, agarrando una toalla en mí camino. Estoy a punto de caminar fuera y regresar a mi propia habitación cuando ellos comienzan a hablar. Sus palabras hacen eco en las paredes del baño. —¿Es porque queremos compartir? —pregunta JD. Ella debería decir no, porque JD dice—: ¿Entonces qué es? Esnifa un poco y una larga pausa. Camino de regreso sobre la puerta abierta del baño y escucho su pequeña voz intentando tomar sentido de las cosas. —No quiero que él me odie. JD se ríe. —Cariño, él lo tiene mal por ti. No hay forma en el infierno que él vaya a odiarte.

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Hay unos pocos minutos más de plática. Reafirmaciones de JD. Promesas, incluso. Y entonces el silencio que dice que acepta lo que le está diciendo es cierto justo cuando el agua se apaga. Tomo una respiración profunda y dejo caer mi toalla en el suelo. Estoy prácticamente seco ahora de todos modos. Así que me meto en la cama de JD y me acuesto, me enfrento primero en el colchón, obligándome a empujar a un lado todas las campanas de advertencias que suenan en mi cabeza. Porque JD tiene razón. Lo tengo mal. La quiero y la tomaré en cualquier manera que pueda conseguirla. Unos momentos más tarde la luz del cuarto de baño se apaga y la habitación se oscurece. Son silenciosos mientras suben a la cama junto a mí y la piel caliente de la chica toca la mía mientras JD la jala cerca de él. Él la está acaparando ahora porque puede, y siento la ira aumentando de nuevo. Pero entonces su diminuta mano encuentra la mía en la oscuridad y ella la agarra. Le da un apretón. Se la aprieto de vuelta.

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Blue

E

l aliento de JD es como un susurro en mi nuca. Se mantienen de la forma en que un susurro lo hace, y luego besa mi cicatriz.

Abro los ojos. Ark está durmiendo en la cama enseguida de mí. Su pecho se eleva y cae al mismo ritmo que las pequeñas bocanadas de aire con las que JD está acariciando mi piel. El oscuro cabello de Ark cae sobre uno de sus ojos, su mejilla presionada contra el colchón. Él no usa una almohada, y eso le favorece por alguna razón, que Ark prefiera dormir sin el consuelo que todo el mundo da por sentado. Eso hace que la línea que va desde su cuello hasta la curva en la parte inferior de su espalda sea más recta de lo que debería ser. Un brazo está extendido hacia mí, a solo unos centímetros del mío, que está metido bajo mi barbilla. Su palma está hacia abajo en las sábanas blancas y no quiero nada más que sostenerla y nunca dejarla ir. Los besos de JD vuelven a capturar mi atención. —Hola—dice, justo al lado de mi oreja para que el sonido sea atrapado en la curva de la oreja. Capturado. Tal vez para mantener a Ark durmiendo mientras JD me da un poco de atención. —Hola —digo en respuesta con la misma discreción. —Siento haberte hecho llorar anoche. —No lo hiciste —insisto. Él no dice nada. Aún no estoy lista para hablar, y él no me va a presionarme. Eso es lo que dijo anoche después de que lloré. No me va a presionarme para hablar. Y eso se siente como un milagro. ¿Cómo encontré a dos personas con más secretos que yo, en el momento en que más lo necesitaba?

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Sé la respuesta, pero me niego a creerlo. No lo voy a creer. No después de todo lo que ha pasado. Las palabras de JD se detienen, pero sus manos están empezando a vagar. Estoy toda adolorida desde la noche previa a mi escape. Siempre es peor el segundo día. Es como si los dioses del castigo te estuvieran jodiendo el primer día. Porque empiezas a pensar que no fue tan malo. Comienzas a pensar que no vas a estar cojeando por una semana o luchando para respirar a través de los moretones en la garganta. O que las llagas abiertas en la espalda no estarán supurando pus por días antes de que finalmente se caiga la costra. Pero los dioses del castigo son crueles. Porque hacen que el primer día soportable con el único propósito de darte esperanza, solo para derribarte de nuevo el segundo día. Todo mi cuerpo duele, pero el toque de JD es suave y tranquilizador. No intenta follarme otra vez. Ni siquiera dormirse. Es como si él lo supiera. Y debe tener una idea sí reconoció la cicatriz en mi nuca. —¿Sabes lo que significa? —pregunta, su voz todavía muy baja—. ¿Esa marca? Asiento. Por supuesto. Todo fue explicado el primer día. —Eternidad. Siento una larga respiración caliente en la parte superior de la espalda mientras JD lidia con eso. —¿Has visto alguna…? —No. Él deja de hablar por unos segundos. Tal vez lo sorprendí. O tal vez lo acepta como verdad. O tal vez sabe que fue demasiado. Estamos en silencio por mucho tiempo después de eso, creo que quiere volver a dormir. Pero luego sus suaves toques comienzan de nuevo. Un dedo que traza de arriba y abajo mis costillas prominentes. Su palma ahuecando el hueso de la cadera que sobresale demasiado. Sus labios acariciando los moretones en mi espalda.

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Cada pedacito de ello duele. No todos de la misma manera. Pero cada pedacito duele. Los huesos me recuerdan cuan desnutrida estoy. ¿Qué pueden ver estos dos hermosos hombres en mí? ¿Cómo podrían ver más allá de la demacrada cascara de mi cuerpo? Y los besos a través de mi espalda son solo dolorosos. Ponerse una camisa será un recordatorio de lo que ellos hicieron, sin importar lo suelta que ésta sea. Y luego sus manos frotan ligeramente sobre la curva de mi culo. Las manos que lo sujetaron con tanta pasión anoche y me hicieron olvidar. Él sabe que estoy llorando antes que yo lo sepa. Me da la vuelve hacia él, abrazándome más cerca. Pero duele. Todo duele y lloro con más fuerza. —Por favor, detente —ruego—. Por favor, no me toques más. —Solo quiero acostarme quieta y olvidar. No quiero que me recuerden nada. Ni lo bueno. Ni lo malo. Nada. JD sigue a mi lado por varios minutos, pero luego se levanta, se viste y sale del dormitorio. Unos momentos más tarde, la puerta delantera se cierra. Cierro los ojos con alivio y aquieto el llanto hasta se vuelven pequeños hipos de aire que no se pueden apresurar. Estos se detienen a su propio tiempo, y no hay nada que pueda hacer, pero me dejo olvidar. —Vi ese mono dorado una vez —dice Ark unos minutos más después, sacándome de mi dichosa soledad—. Se escapó de su recinto en el zoológico hace unos veranos. JD y yo estábamos apenas entrenado en la cosas con el negocio. Y estábamos filmando una escena en el zoológico. —Se detiene para reír—. Está jodido, lo sé. Pero no me juzgues aún, Blue. Porque soy un hombre de muchas facetas. Y hago las cosas por una razón. Giro mi cuerpo, haciendo una mueca y gimiendo cuando dejo que el dolor me supere por un segundo. —¿Qué tiene que ver eso con un mono? Me sonríe y sus oscuros ojos se suavizan por un momento. Es mayor que JD, eso está claro. Tiene algunas líneas de preocupación alrededor de sus ojos. Y tiene una mirada que me hace sentir como si estuviera el control de las cosas. Tal vez de todo.

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—Ellos pensaron que todavía estaba en el zoológico, por lo que le dijeron a todos los clientes que mantuvieran un ojo abierto ese día. Como un anuncio de servicio público. Se pararon en todas las caminos de intersección que conducían hacia varios animales, y hablaban del mono dorado desaparecido. Estaban desesperados por atraparlo. Si lograba salir de ese parque, probablemente sería atropellado por un auto en el Boulevard Colorado, o secuestrado para ser vendido como mascota. Lo miro, preguntándome si encontraron y vendieron al mono. Sonríe otra vez, como si supiera lo que estoy pensando. —Pero no salió del parque. Y JD, la chica con la que estábamos filmando y yo fuimos los que realmente encontraron al mono dorado. —¿Dónde estaba? Su sonrisa se detiene y su expresión se entristece. — Simplemente sentado en un árbol. Era hora de cerrar y aunque somos escoria por filmar a una chica chupando a JD en un parque familiar, al menos lo hicimos tarde por la noche. Así que cuando miré hacia arriba y lo vi, estaba iluminada por una de esas lámparas amarillentas que utilizan por toda la ciudad para tratar de reducir la contaminación lumínica. Así que fue... —Se detiene. Como si estuviera pensando. Como si estuviera imaginando a ese mono dorado ahora mismo. Viéndolo de nuevo—, fue como un halo alrededor de su cabeza. —¿Fue hermoso? —No, Blue. El mono estaba enfermo, supongo. Escapó mientras era transportado al centro médico y así fue cómo se escapó y la encontramos en ese árbol. —Oh. —Dijeron que tenía cáncer y que la llevaban a ser sacrificada, porque sentían que estaba sufriendo mucho. —Mi atención en su historia está absorta. No puedo mirar lejos aunque quisiera. —¿Qué dijiste? —¿Qué crees que dije? —Sus ojos buscan los míos por un momento. Y luego deja salir un largo suspiro—. Dijeron que no valía la pena salvarla. El tratamiento sería largo y las probabilidades no eran buenas. Era caro. —Se encoge de hombros—. Así que JD y yo adoptamos al mono dorado. Donamos cien mil dólares para salvarla y compramos una nueva máquina que necesitaban para... algo. No sé qué.

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—¿Vivió? —Bueno, primero tuvieron que atraparla. Estaba arriba de un árbol. Estaba sufriendo. Ella no estaba en absoluto interesada en bajar. Ninguna cantidad de comida podía persuadirla. Ellos tenían una red y tenían a su cuidador llamándola. Pero ella simplemente se aferró a la rama de alta del árbol por la querida vida. Me mira y su expresión se suaviza de nuevo. Tengo un mal presentimiento sobre esta historia. —Ella murió, ¿no? —Ella bajó, pero no hasta que el sol salió. Ella bajó. Muy despacio. Estaba sufriendo mucho. Pero bajó y envolvió sus manitas de mono alrededor del brazo de ese adiestrador y... cedió. —Ella murió —digo sin emoción. —No, Blue. Ella cedió a nosotros. No puedo respirar. —Ella cedió a lo que estábamos ofreciendo. Nos dejó ayudarla. Y sí, implicó muchas cosas que la ponían enferma, e incómoda, y probablemente deseando que estuviera muerta. Pero ella confió en nosotros para salvarla. —¿Lo hicieron? ¿Salvarla? —Ella todavía está viva hoy. Nadie pensó que lo lograría. Y joder, después de la primera noche, JD y yo nos estábamos pateando por ofrecer ese dinero. Lo teníamos, pero el dinero era nuevo para nosotros en ese entonces. Lo estábamos retirando y los pagos eran grandes. Pero todavía se sentía como un sueño. Como si no fuera real. Así que el dinero significaba más en ese entonces que ahora. —Eso solo significa que fue un sacrificio más grande el entregarlo. —Asiente. —Sí. Lo sé. Pero a pesar de que no es un riesgo para nosotros ayudar así ahora, sigue siendo una oferta genuina. —No estamos hablando de un mono, ¿no? Se encoge de hombros. —Lo inventaste todo, ¿no?

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—Su nombre es Ophelia. Te llevaré a verla un día. —¿Por qué me estás ayudando? —¿Por qué necesitas ayuda? Sacudo mi cabeza. —Bueno, cuando puedas admitirme eso, te diré por qué te estamos ayudando. Y luego retiras las sábanas y sale de la cama. Está desnudo, como yo, pero después de esa conversación se siente... diferente. Lo observo caminar alrededor de la cama, girando mi cuerpo para verlo mientras se acerca al otro lado y recoge sus pantalones. Su pene está erecto y me mira mientras lo sujeta, metiéndolo dentro de sus jeans, pero solo subiendo la cremallera a medio camino y dejando el botón sin hacer. —No eres el mono en esa historia, Blue. JD lo es. Y luego sale del dormitorio, dejándome sola. Y aunque hace cinco minutos, todo lo que quería era que estos dos hombres extraños me dejaran resolver mis pensamientos conflictivos por mi cuenta, me siento sola. Y un poco más tarde, mientras trabajo mi valor para levantarme e ir a hablar con el hombre que me contó una historia, el hombre que quiere que le diga una, la puerta principal se cierra de golpe de nuevo. Supongo que los deseos se hacen realidad.

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Ark

M

e detengo por una boutique en el centro comercial y comienzo a charlar con la vendedora acerca de algunas prendas de Blue y luego me dirijo la estación de autobuses.

Siempre vuelvo a la estación de autobuses. No estoy seguro de por qué miro aquí primero cuando necesito encontrar a JD, pero aquí es donde termino. Me siento en el muro de hormigón donde estaba sentado esa noche, cuando me bajé del autobús. En lo alto de las drogas. Muriendo de hambre. Hablando con una chica que no estaba allí. JD el drogadicto. Mucha gente me ha preguntado por qué. ¿Por qué él? Pero ¿por qué no él? ¿Por qué solo ayudar a las personas que son buenos candidatos? ¿Por qué molestarse en salvar al mono moribundo cuando hay tantos animales más merecedores? ¿Qué significa incluso merecedor? La estación de autobuses está ocupada porque es lunes por la mañana. La mayoría de la gente va a trabajar, pero este es mi fin de semana. JD y yo trabajamos de jueves a domingo. Si todo va bien lo cual sucede casi la mayoría de las semanas, filmamos el jueves, el viernes y el sábado y luego lo edito y lo entrego el domingo. Esta semana tenemos a las chicas alineadas para los tres días de rodaje. Pero eso no significa que van a asistir. No estoy seguro de por qué hemos tenido tanto problema de que no se aparezcan últimamente, pero se está volviendo aburrido. No puedo esperar a terminar este negocio y seguir adelante.

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Veo a una prostituta que va saliendo de la estación de autobuses y silbo. —¡Shadow! —le grito. Ella le da una larga calada a su cigarrillo y lanza su humo, probablemente preguntándose qué quiero. Tal vez me pregunte si la pagaré para darle una mamada a JD. Pero no nos sirven las prostitutas. No pueden pasar los exámenes de salud. Shadow lo sabe, así que por eso duda. No la quiero para el trabajo, así que debo quererla para otra cosa. Ella deja caer el cigarrillo y lo aplasta con la punta de sus tacones de cuatro pulgadas, luego comienza a ondearse de nuevo, ella mira a ambos lados y cruza la calle. Su falda corta es dorada y apenas cubre su culo, y su top es sin mangas y rebordeado con lentejuelas de color negro y dorado. —No lo he visto —dice mientras sube a la acera—. Sé que solo vienes aquí para buscar a JD y no lo he visto. Asiento. —De acuerdo. Bueno, gracias por avisarme. —Ahora espera, cariño. Dije que no lo he visto. Pero he oído algo que podría resultar interesante. No me molesto en sospechar. Shadow quiere un poco de dinero y sinceramente se lo habría dado solo por cruzar la calle. Así que tomaré lo sea que tenga. Tomo un montón de billetes de mi bolsillo y cuento tres de veinte. —Compra un desayuno, Shadow. Estas demasiado delgada. Ella sonríe y noto que le falta un diente. No uno justo en frente, pero un poco de lado. —Siempre has sido un dulce hablador, Ark. Levanto las manos como si fuera culpable. —De todos modos, yo estaba viniendo de Charlie y oí a unos hombres hablando de ti. —¿De mí? —Charlie es su proxeneta. No cualquier tipo de la esquina. Es un tipo que conoce su negocio.

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Ella saca otro cigarrillo y lo prende, tomando su tiempo con un larga calada. —Aja. Alguien llamó mientras estábamos hablando. Ellos le preguntaron por una chica desaparecida y si Charlie sabría algo al respecto. Entonces Charlie les dijo que hablaran con JD y Ark, porque ustedes les siguen la pista a las chicas de la calle. —¿Sabes quién fue que llamó? —pregunto fingiendo desinterés. —No —dice ella—. Charlie simplemente colgó sin decir nombres. Pero él estaba hablando todo cortes y mierda. Así que mi intuición calcula que era alguien más importante que él. —De acuerdo, bueno, gracias por eso, Shadow. Supongo que va a ponerse en contacto conmigo si es importante. Ella me muestra su nueva sonrisa. —En cualquier momento, querido. —¿Qué le pasó a tu diente? —Señalo al espacio vacío que está destellando, pero su sonrisa se desvanece rápidamente. —Nada. Solo un malentendido. Le sonrío. —De acurdo, Shadow. Mantente a salvo. —Tú también, cariño. —Pero ella ya se está yendo. Me siento en la pared por un poco más de tiempo tratando de averiguar lo que esa poca información podría sumar. Blue está huyendo, eso es seguro. Y fueron violentos con ella. Golpes, tortura quizás, posiblemente violada. Ellos tienen su identificación. La marcaron como de su propiedad. Y ella tiene miedo de llamar a casa. Añado a la novia desaparecida de JD de hace cuatro años y esto significa algo. De vuelta en los primeros días, antes de que el dinero empezara a llegar, JD y yo estábamos volando fuerte. Le tomó semanas limpiarse y tuvo como dos docenas de recaídas. Cada vez que lo llevaba de regreso a la rehabilitación, me preguntaron por qué me molesté. Y siempre les decía lo mismo. Porque nadie más lo hará.

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Todo el mundo tiene un pasado. Todo el mundo está huyendo de algún demonio u otro. Todo el mundo necesita una segunda oportunidad. Si hay una persona por ahí que no ha estado jodido de verdad y necesitara una segunda oportunidad... bueno, esa persona no ha vivido todavía. Y cuatro años más tarde, no me arrepiento de un momento de todo el esfuerzo que tomó para sacarlo de su depresión, su adicción y su auto-odio, y darle la oportunidad de vida. Porque no importa lo que sea JD, es inteligente. Y él tomó esa oportunidad. Siguió adelante. Él hizo películas conmigo. Ganó dinero conmigo. Demonios, hizo más que seguir adelante. Se movió hacia arriba. Pero esa cicatriz... Vi su rostro anoche cuando levantó su cabello. Lo vi mirarme como a ese chico que encontré intentando no conseguir que patearan su trasero delante de esa pared de concreto hace cuatro años. Espera respuestas esta vez. Y espera que yo ayude a conseguirlos. Me levanto y comienzo a caminar de regreso al loft y luego paso a una farmacia al otro lado de la calle. Me cruzo y voy adentro para recoger algo para Blue que ella seguramente necesitará.

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Blue

E

ncontré mi vestido en la basura. No es que lo use de nuevo. Parece que atravesó el infierno. Pero hubiera sido agradable que me preguntaran si quería lavarlo, teniendo en cuenta que no tengo otra ropa.

Encontré algo, sin embargo. Un pantalón de chándal y una camiseta de JD en su armario. Pero los pantalones tienen que ser enrollados tantas veces, que hace que la camisa se amontone sobre mi vientre. Cuando miro en el espejo me hace ver embarazada y eso solo duele como el infierno. Desenrollo los pantalones de chándal y los sostengo mientras hago mi camino a la cocina. Todavía hay un desastre de anoche, así que empiezo a limpiar. Estoy cerrando el lavavajillas después de cargarlo cuando la puerta se abre y Ark entra. Tira sus llaves en una pequeña mesa en el vestíbulo y luego cuelga su chaqueta de cuero. Lleva una camisa de vestir blanca con las mangas casualmente enrolladas. Hay una corbata alrededor de su cuello también, pero está suelta. Lo miro. ¿Es esa una declaración de moda? ¿O estaba realmente usando una camisa blanca y corbata por razones de negocios? —¿Qué? —pregunta él, mirando a la cocina abierta. Sacudo mi cabeza y empiezo a limpiar los mostradores. Sus zapatos, elegantes, me doy cuenta mientras trato de concentrarme en las encimeras, golpean a través del suelo y se detienen justo a mi derecha. Levanto mi cabeza un poco para mirarlo. —¿Qué? Tira un paquete en el mostrador.

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—Para ti. No vi ningún control de natalidad metido en tus bragas ayer. Y ambos nos vinimos dentro de ti. Así que... Miro el paquete. —¿Qué es? —Cuando lo miro, está perplejo—. ¿Qué? —Es la píldora del día después. ¿Nunca has tomado una? Abro mi boca para hablar, luego la cierro inmediatamente y vuelvo a limpiar. Ni siquiera voy allí. —Gracias. Voy a tomarla tan pronto como haya terminado aquí. —Pero él no se mueve. Espero unos segundos más antes de volver a mirarlo—. ¿Qué? Sus ojos oscuros están entrecerrados hacia mí. —No eres la sirvienta. —Lo sé. Solo estoy... —Me encogí de hombros—, solo estoy tratando de ser servicial. —No te echaremos. Incluso si no ayudas. —Está bien —digo dócilmente. —Deberías comer. Y luego volvamos a la cama. Te ves... —¿Golpeada? —Lleno la palabra que él no dirá. —Como si necesitaras que alguien sea más cuidadoso contigo. Cuando levanto la mirada esta vez, ya se está alejando. —Estaré en mi oficina si necesitas algo. Oh… —Se detiene y mira por encima de su hombro justo fuera de la entrada de su oficina—. Vamos a salir a cenar esta noche. —¿Quién? —pregunto, estúpidamente, ya que puedo entenderlo—. ¿Qué voy a usar? —Esa es una pregunta mejor. —Tú. JD. Yo. Vamos a sacar todo esto a la intemperie por una buena comida. Hablarlo como gente civilizada. Tengo paquetes viniendo. Cuando lleguen, por favor que los entreguen a mi oficina.

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Vuelve a su oficina y camina dentro. —Ark —llamo—. ¿Y si JD no regresa? —Le envié un mensaje de texto. Así que lo hará. Le dije que voy a quedarte para para mí si no lo hace. Y luego Ark entra en su oficina y desliza las puertas cerradas.

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Ark

M

e siento en mi escritorio, mirando fijamente sus fotos por horas. Horas.

El reloj en la pared pasa los segundos antes de que yo tome este paso, y no puedo evitar preguntarme si es la decisión correcta. He sido este hombre por cuatro años. ¿Puedo ser de alguna otra manera? ¿Puedo imaginar una vida después de esto? ¿Lejos de este trabajo en el que estoy tan metido que ni siquiera noto que las cosas que hago son incorrectas? Nadie se propone vender sexo. No es algo a lo que se aspira. Es algo que sucede. Una oportunidad, quizás. Un golpe de suerte para algunos. Una forma rápida para otros. ¿Tomo ventaja de estas chicas? Sí. Sé esto. Les ofrecemos dinero a cambio de un video de diez minutos de ellas de rodillas, en público, lamiendo la polla de JD como si fuera un dulce. Pero siempre lo he racionalizado y olvidado. ¿Quizás nuestro dinero paga una niñera por otra semana? ¿O repara sus autos? ¿O alimenta a sus familias? ¿Quizás estoy ayudando a mantener a una chica lejos de depredadores más peligrosos que yo? O no. Es más probable que darles una probada del dinero es la entrada a la droga que arruina sus vidas. Los que no aparecen... esas son las inteligentes. Esas son las que ven qué soy yo, y una vez que consiguen un poco de aire fresco y el olor del dinero es soplado fuera de ellas por el viento de la realidad, recuperan los sentidos.

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Vender sexo es sucio. Vender sexo es obsceno. Vender sexo es lucrativo. Y lo disfruto. Sin importar cuánto me odio a mí mismo, lo disfruto. Me gusta el acecho que JD hace. Me gusta mirarlo moverse por la habitación desde mi asiento en la barra, mi cámara fija en la aproximación. Algunas veces, si tenemos suerte, ese primer encuentro es oro. Lo añado a las películas. Esos siempre consiguen más éxito online que solo tener a una chica cualquiera chupándolo en el callejón. Me gusta ver a la chica desde lejos cuando ella nota que el dinero es demasiado bueno. La oportunidad demasiado breve. Las repercusiones demasiado lejanas. Me encanta. Porque estamos comprando algo que ellas no quieren vender, pero no pueden rechazarnos. Soy una escoria por esto. Lo reconozco. Demonios, cualquier cosa excepto avergonzarme por ello. Mi nombre es Ark y compro sexo. Pero una chica de ojos azules ha puesto mi mundo de cabeza y ni siquiera sé cómo sucedió. Y ahora no podría estar más disgustado, y aun así tan deleitado, de tener estas imágenes en la pantalla. Todo lo que le vendí al diablo para conseguirlo, valió la pena. Totalmente valen la pena. Paso a través de ellas de nuevo, escogiendo las mejores cinco para abrirlas en Photoshop. Corto nuestras cabezas primero, así solo se nos muestran de la cintura para abajo. No necesito proclamar al mundo que soy una escoria. Además, no quiero que ella sea vista online. Al menos, no su rostro. Su rostro me pertenece. Sin embargo, su cuerpo... compartiré su cuerpo. Con JD aquí en el apartamento. Con el mundo desde la seguridad del anonimato. Desde la distancia impersonal de un blog de Tumblr. ¿Por qué haría eso? Si la quiero, ¿por qué la compartiría?

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No puedo decirle no a JD. No es posible negarle esto. No ahora. No luego de que él vio su cicatriz. No ahora que él tiene este deseo de ir a buscar de nuevo. Él necesita quedarse en casa. Necesita olvidar. Necesita dejar que esta chica tome el sitio de la que él perdió. Porque si no lo hace... si él se mueve y comienza a bajar por ese camino de nuevo... No puedo pensar sobre eso ahora mismo. No con estas imágenes de nosotros tres devolviéndome la mirada. Blue está tristemente hermosa en la terraza, su cuerpo entre nosotros. Nuestras manos entre sus piernas. JD está perdido en su propio deseo, aun felizmente inconsciente de la cicatriz en la nuca de ella, la que volteará su mundo entero de cabeza. Y la lluvia. El maquillaje arruinado corriendo por el rostro de Blue. El vestido, los pies descalzos... Todo ello dice ―necesito ayuda”. —Te ayudaré —susurro a la persona perdida sobre la pantalla. Hay un golpe en la puerta, así que sin ganas aparto mis ojos de la computadora y los redirijo a la puerta. —Adelante. Blue aparece, metiendo su cabeza a través de las puertas separadas, como si tuviese miedo de que yo pudiera gritarle por interrumpir. —Lo siento... —No lo hagas. —Sonrío, y ella me devuelve la sonrisa—. ¿La entrega está aquí? Ella asiente. —Sí, están subiendo ahora. Les diré que... —Entra, Blue. Siéntate en el sillón y espérame. —Me levanto y camino hacia la puerta. Ella me mira fijamente, como si pudiera enloquecer y golpearla. Toco su brazo y ella deja escapar un suspiro—. Siéntate. —Con un poco de insistencia, lo hace. Camina hacia el sillón y se sienta, doblando sus brazos en su regazo y

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tratando de hacer su mejor esfuerzo en no dejar caer su cabeza y mirar al suelo—. Espera —ordeno. Ella asiente, y luego me voy y camino hacia la puerta frontal, abriéndola ante el sonido del elevador llegando. —En mi oficina, por favor —le digo a la mujer—. Al otro lado de la sala de estar y tras las puertas deslizantes. Cuélgalos en el estante de los trajes. La mujer de las entregas sonríe y avanza para completar su tarea como una profesional, y luego sale, aceptando el billete de veinte dólares que le entrego con un ligero asentimiento mientras cierro la puerta tras ella. Blue aún está sentada en el sillón, de la forma en que le ordené, cuando vuelvo a entrar. —Tu ropa para esta noche —digo, agitando una mano en las bolsas de ropa colgada en el estante de trajes—. Adelante, tómalas. Me siento en el borde de mi escritorio mientras ella camina hacia el estante y comienza a bajar la cremallera de la primera bolsa. Me da la espalda y es cuando veo la sangre. —Blue —digo, caminando hacia ella y tomándola por el brazo—. Estás sangrando. Ella traga duro y mira a sus pies. —Lo sé. Lo siento. Aún están frescas. Levanto la camiseta que está usando y miro hacia los moretones que bajan por su lado. No están sangrientos, no en realidad. Pero están goteando un líquido claro que se mezcla con el poco de sangre para hacerlo emanar a través de su camiseta. —¿Por qué no noté que estaban tan mal ayer? —Estaba desnuda ayer —dice ella, sus ojos disparándose a los míos, luego cayendo de nuevo—. Hoy estoy usando ropa. Los rozan y los hacen peor. Levanto la camiseta sobre su cabeza y ella se inclina para salir de ellas. —No puedes ir a cenar esta noche. No voy a hacerte sentir incómoda solo para poder llevarte fuera—. Alcanzo mi teléfono y le marco a JD. Suena y va al buzón de voz, así que termino la llamada y en lugar de eso, le escribo. Estaba esperando

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que esta cena lo arrastrara fuera de lo que sea que él esté haciendo, pero parece que él ganó. —Comeremos en casa —le digo a ella cuando termino el mensaje—. Podemos ver la ropa cuando te sientas mejor. —Estoy bien —dice ella, poniendo su pequeña mano sobre mi brazo—. En serio. Entorno mis ojos hacia ella. —¿Bien? Por favor, no lo hagas, ¿de acuerdo? Tu piel está goteando por ser golpeada. Tienes moretones sobre todas tus costillas. Te encontré descalza y usando un vestido veraniego en la lluvia ayer en la mañana. No estás bien. —Sé lo que ustedes quieren, chicos, y no puedo dárselo. No tengo las respuestas que JD está buscando e, incluso si las tuviera, no sería capaz de decírselas. —¿Por qué? —Porque ellos son personas muy malas, Ark. Y puedo tomar lo que ellos hacen, pero no puedo pelear con ellos.

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Blue

—S

eguro que puedes —dice él en ese tono serio que ha tenido todo el día. Ayer parecía un imbécil melancólico que dirige un sitio porno. Hoy parece un profesional que dirige una corporación millonaria.

No lo entiendo. —Entiendo que tienes miedo, pero estamos aquí. Solo sacudo mi cabeza. —No lo entiendes. No sé lo suficiente para darte la información que necesitas. Solo sé lo suficiente como para permitirles alertarlos para que desechen la evidencia antes de que se pueda hacer algo. —Evidencia —repite él—. Esa es una palabra interesante. Cruzo mis brazos sobre mi pecho desnudo. No por modestia o vergüenza, sino porque tengo un escalofrío. ¿Es triste que esté más cómoda desnuda que vestida? Agarra una manta de la parte trasera de su sofá de oficina y la coloca sobre mis hombros. Hago una mueca de dolor cuando la tela suave toca mis cardenales. —Ven aquí —dice, tomando mi brazo. Él me lleva al sofá y se sienta, palmeando su regazo—. Acuéstate en mi regazo, boca abajo. Hago lo que me dicen, todavía abrazando la manta que me rodea. Una vez que estoy colocada él suavemente la levanta de mí y la coloca sobre mis piernas.

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Cuando sus dedos tocan mi costado, tengo que aguantar un sollozo. No por mis cortes, sino porque las yemas de sus dedos son tan ligeras y suaves, que es casi más doloroso que si fuera rudo. —Shhh —dice—. Trata de disfrutarlo. Trata de relajarte. Cierra los ojos. Tomo una respiración profunda y cuando la dejo salir, relajo mis hombros y dejo que el peso de mi cuerpo se asiente en su regazo. Traza patrones en mi piel. Pequeños círculos alrededor de cada una de las cicatrices. Las estrellas. Y luego una línea larga y lenta por mi espina dorsal que se sumerge debajo de la cintura de los pantalones de chándal que llevo. Eso envía un escalofrío por todo mi cuerpo y de repente, estoy anhelando más de lo que me está dando. —Mmmm —gimo—. Se siente tan bien. —No dice nada, pero su mano deja esa zona y empieza a jugar con mi cabello. Mi sexo comienza a latir cuando el ansia por el placer se apodera. Odio que los hombres puedan hacerme sentir de esta manera. Odio que hasta el bastardo más vil pueda estimularme y hacerme querer más. Pero no odio que Ark pueda hacer esto. No odio nada de él. Quiero más de él. La puerta principal se abre y luego se cierra y unos segundos más tarde JD está de pie en el umbral de la oficina. —¿Qué está pasando aquí? —dice, como si no hubiera desaparecido en todo el día. Cuando lo miro, sonríe. Es cálido y genuino hasta donde sé. Y luego se tambalea mientras se da cuenta de mi espalda. —Pásame la cámara, JD —pide Ark, tranquilo como te plazca. JD toma los pocos pasos hacia el escritorio y desengancha la cámara de la computadora y la trae de vuelta—. Vamos a filmar esto —dice Ark, encendiendo la cámara para que suene un zumbido. —¿Por qué? —susurro mientras JD levanta mis piernas y toma asiento en el sofá. Ahora estoy acostada a través de ambos regazos. Los dedos de JD vagan inmediatamente entre mis piernas, dándome el placer que Ark me negó unos segundos antes. —Los quiero. —Es todo lo que dice Ark en respuesta. Pero me he ido. He pasado la idea de que las imágenes de las marcas serán vendidas a idiotas sádicos que se liberar con el dolor y el sexo. Gente como yo.

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Porque yo me libero con dolor y sexo. Lo anhelo. Lo quiero tanto. Los dedos de JD se deslizan dentro de mí mientras Ark se levanta y sale. ¿No íbamos a tener una conversación sobre este... arreglo? La polla de JD crece bajo mis piernas. Me retuerzo un poco y pongo mi boca sobre su grosor, lamiéndolo a través de sus jeans. —Eres una cosita cachonda, ¿no? —Ella está en problemas, JD —dice Ark cuando vuelve a la habitación. Lo estoy. Porque estoy perdida en la bruma de lujuria. Y cuando Ark se arrodilla en el suelo y empieza a limpiar mis cardenales, la agonía de su tacto, mezclado con los dedos de JD burlándose del manojo de nervios entre mis piernas, me envían directamente a ese lugar entre el placer y el dolor. Dejo de sentir. Toda la vergüenza y el miedo desaparecen. Me entrego a estos hombres mientras me prueban. Uno tratando de suscitar placer mientras el otro sin saberlo, trae el dolor. Y cuando me vengo, lloro otra vez. Me inclino en el pecho de JD y sollozo mientras Ark da toquecitos con ungüento sobre las heridas abiertas que se sienten como que nunca tendrán tiempo suficiente para sanar antes de que la próxima llegue.

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Ark

—E

stá dormida —digo, poniendo el ungüento lejos—, y honestamente, JD, creo que tiene que irse. Necesitamos llevarla a la policía…

—¿De qué coño estás hablando? —JD me mira mientras me arrodillo en el piso tratando cuidar de esta chica—. No vamos a llevarla a la policía. Si ella quisiera, ahí es donde estaría. —No podemos mantenerla así. Alguien ha estado abusando de ella. Violándola, JD. Manteniéndola como prisionera. Ella se escapó. —Sí, y la encontramos. Ella puso su confianza en nosotros. No la vamos a entregar a la policía. —Su familia… —Que se joda su familia. Está aquí, Ark. Y siempre y cuando quiera quedarse, puede hacerlo. —Y luego se levanta, acunándola en sus brazos, y camina hacia la puerta. —¿Adónde coño vas? —La pondré de nuevo en mi cama. Donde pertenece. Si no estás interesado, bien por mí. Pero yo sí lo estoy. Me levanto y camino de vuelta a mi escritorio y tomo asiento. ¿Por qué estoy tan renuente con esta chica? Porque te recuerda quién eres, mi mente está gritando.

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Y lo hace. Todo sobre ella me recuerda quién soy. Por qué estoy haciendo todo esto. Lo que he pasado los últimos cuatro años construyendo. Vuelvo a hacer photoshop con mis imágenes mientras escucho si hay sonidos en la habitación de JD en el pasillo. No escucho nada. Nunca regresa. Así que nada se resuelve. De hecho, las cosas están menos resueltas ahora que esta mañana cuando se marchó. No tengo idea de quién es esta chica. No tengo ni idea de lo que voy a hacer al respecto. No sé si quiero patear el trasero de JD y encerrar a esa chica en mi propio dormitorio, o patearlos a ambos y fingir que mi mundo entero no está a punto de voltearse al revés. Me siento allí durante mucho tiempo, solo mirando las fotos. Espero que JD regrese para que podamos resolver esto, pero nunca lo hace. Espero que mis sentimientos por esta chica se manifiesten para que pueda llegar a un acuerdo, pero no lo hacen. Así que eventualmente voy a la cocina y hago un sándwich, y luego lo como sentado en el sofá mirando la tele. Finalmente tengo que aceptar lo obvio. Ellos no me necesitan para entender la angustia del otro. No me necesitan para follar la tristeza lejos. No necesitan que les dé permiso para abusar del dolor. Porque se tienen el uno al otro. Y yo no tengo a nadie. Eventualmente hago mi camino a mi dormitorio, me quito mi ropa, y caigo en la cama solo. Pero el sueño me elude. Las preguntas pasan por mi mente durante horas. Preguntas y arrepentimientos. Enojo por ser descartado. Frustración por estar confundido. Finalmente me levanto y entro en la oficina para agarrar mi cámara, y luego camino por el pasillo a la habitación de JD. La puerta está abierta y parcialmente entreabierta. Tan diferente de él antes de que esta chica llegara. La luz de la mesita de noche todavía está encendida, inundando a los dos en una luz nebulosa. Blue está descubierta del pecho hacia arriba y JD ha pateado todas las cubiertas. Su pierna está lanzada sobre el muslo de ella en un gesto posesivo que me pone celoso. Y la mano de ella descansa sobre su pierna, justo sobre su cadera. Él está duro por ella, incluso en su sueño. Ajusto el tiempo del obturador para la luz baja y empiezo a fotografiar.

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JD se mueve con el chasquido de la cámara, y luego sus ojos se abren. No estaba seguro de cómo reaccionaría, pero no contaba con esa sonrisa. —Ya era hora de que llegaras a tus cabales, idiota. —Y luego se da la vuelta y la abraza de cerca. Demasiado cerca, porque ella gime en su sueño cuando toca sus heridas. Pero entonces, como si es una segunda naturaleza, él desliza la mano debajo de las sábanas y comienza a jugar con ella. Los gemidos toman un nuevo tono. Uno de placer. —Baja esa maldita cámara y solo métete a la cama, Ark. Sabes que quieres. Levanta las sábanas, revelando el hecho de que tiene dos dedos dentro de ella. No hay forma de que baje la cámara. —Siempre te gusta mirar —dice JD, como un hecho—. Nunca quieres participar. Solo observar y grabar. Pero escúchame, hermano. —JD detiene lo que está haciendo en Blue y mira directamente en mi cámara—. Vas a perderla si no te entregas. —¿Entregarme a qué? —A nosotros. Nosotros tres, Ark. Así es como se supone que sea. Lo supiste en el momento en que la encontramos. —Yo la encontré. —La encontramos, imbécil. Una ventaja inicial de un segundo no te da derecho a llamarla tuya. Porque es nuestra, Ark. Así que tienes dos opciones. Métete en la cama y se parte de esto. O toma esa cámara y lárgate de nuestra habitación. —¿La elegirías por encima de mí, así como así? —Te estoy invitando. Si dices que no, no me culpes por tu pérdida. —¿Y si no quiero compartirla? ¿Qué pasa si la quiero toda para mí? Él se encoge de hombros. —Demasiado tarde. Es nuestra. Quiere ser nuestra. Ella nos quiere a ti y a mí. Lidia con ello o no. Pero no va a cambiar.

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—No quiero acostarme contigo, JD. —¿Sí? —Se ríe—. Bueno, ya que estás parado en mi habitación desnudo, con una erección, y sosteniendo una cámara tomando fotos sucias de Blue y de mí, voy a tener que llamarte mentiroso. —La deseo a ella, no a ti. —Le saco una foto mientras besa a Blue en la cabeza y ella se acurruca en su pecho. —Solo entra en la cama, imbécil. Estoy cansado. —Y luego apaga la luz. Salgo por la puerta y vuelvo a mi habitación. Mi pene está tan jodidamente duro mientras me acuesto en mi propia cama. A la mierda. No estoy teniendo una relación ménage con mi mejor amigo y esta chica. Que. Se. Joda. Eso.

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Blue

—B

lue —susurra JD en mi oído.

—Hmmm —digo, relajada, desnuda, y disfrutando de la forma en que me tuerce el pezón mientras me besa el cuello. Me acerco a su polla y consigo un puñado de mezclilla—. ¿Estás vestido ya? ¿Hay luz afuera? —Abro los ojos. No la hay. —Me tengo que ir. Estaré de vuelta esta noche. —Y entonces, antes de que pueda recobrar mis sentidos, se ha ido. La frialdad de estar sola me lava inmediatamente. Balanceo mis pies fuera de la cama justo cuando la puerta se cierra. Y aunque corro más rápido, con los pies dando palmadas en el duro piso de concreto, cuando abro la puerta para ver si está esperando el ascensor, tengo más vacío. Cierro de nuevo y me quedo allí, con la espalda apretada contra la puerta, mis pensamientos salvajes. ¿Estoy sola? Odio estar sola. No puedo tolerarlo más. No después de estar constantemente en compañía de otros durante el último año y medio. Ark, dice mi mente. Ve a buscar a Ark. Pero oí esa conversación anoche cuando pensaron que estaba durmiendo. JD extendió una invitación y Ark se negó. Lo intento de todos modos. Dijo que me quería, así que tal vez si JD no está aquí, él me dejará en su cama.

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Camino de puntillas por el pasillo frente a la que conduce a la habitación de JD y paro en la puerta de Ark. Está ligeramente abierta, que es la misma invitación que JD me dejó anoche. Lo acepto y entro. Mi cuerpo desnudo ya está temblando del frío, mi sexo palpitante con la necesidad de liberación. Ark está desnudo y descubierto. Camino hacia el lado vacío de la cama y me arrodillo sobre el colchón, esperando a ver si se despierta. Pero él está quieto. Así que me deslizo a su lado y cierro los ojos. Solo esto es suficiente para calentarme de nuevo. Solo el hecho de que está a pocos centímetros de mí es suficiente para poner un amortiguador en mi frustración sexual y calmarme. Puedo esperarlo, me digo. Puedo esperar a que él me quiera. Mis dedos se deslizan entre mis piernas, más allá de mi hendidura donde la humedad de mi excitación está esperando. —Estoy despierto, ¿sabes? —dice Ark a mi lado—. Y si piensas que puedes saltar entre nosotros y obtener lo que deseas cada vez, estás equivocada. —Se da la vuelta para mirarme—. Soy un idiota posesivo. Busco el humor en eso, pero es serio. —Así que si quieres ser follada por mí y por él, vas a esperar mucho tiempo. —Ya lo hiciste una vez —le recuerdo—. ¿Cuál es el problema? —Número uno, no quiero compartir. Y tú tampoco. —Estoy aquí. —Eso no es lo que quise decir. Busco sus oscuros ojos por un momento hasta que la realización me golpea. —Quieres información sobre mí. —Y pareces ser una adicta al sexo. —Así que… —¿Así que?

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—¿Así que te rindes si lo hago? —¿Qué me darás? —pregunta. Tomo un largo soplo de aire. ¿Por qué no acaba de tomar lo que ya estoy ofreciendo? —Entonces lo explicaré. Quiero saber de dónde viniste. ¿Con quién estabas el día que huiste? Me muerdo el labio y pesa lo mucho que puedo decir. —Vamos a jugar un juego, Blue. Lo miro, confundida. ¿Qué tipo de hombre rechaza a una chica desnuda en su cama? Y no es gay, dejó bastante claro que no estaba interesado en JD. —Veinte preguntas. ¿Has jugado ese juego? —Por supuesto. —Vamos a jugar ahora. Piensa en tu primer beso. Imagínalo en tu cabeza. Imagina dónde estabas, con quién estabas y cómo se sentía. Ahora cuéntame. —No es así como juegas el juego. Pienso en algo y lo adivinas haciendo preguntas. Tienes veinte en total. Por eso se llama Veinte preguntas. Menea la cabeza todo el tiempo que estoy hablando. —No, lo siento. El juego que estamos jugando, también llamado Veinte preguntas, es jugado por mí haciendo veinte preguntas y tú dando respuestas veraces. Me río de él. —Eso es estúpido. No es un juego, es un interrogatorio. Él se encoge de hombros. —Tal vez lo sea, pero vamos a jugar de todos modos. Primera pregunta, ¿cómo fue tu primer beso? Abro la boca para protestar, pero su dedo está repentinamente allí, trazando mis labios. Mi corazón late más rápido ante su toque. Dios, lo necesito. Y luego lo desliza dentro y mis labios se envuelven automáticamente.

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El palpitar entre mis piernas está de vuelta y estoy a punto de empezar a masturbarme cuando él retira su dedo y lo arrastra por mi barbilla, por mi cuello, y luego monta la cresta de mi pecho hasta que se detiene en mi pezón. Lo aprieta muy fuerte y arqueo un poco mi espalda. —Habla, te lo sacaré. Lo miro a los ojos para ver de qué se trata, pero es estoico. ¿Por qué está tan cerrado? —¿Por qué quieres saber eso? —Porque vamos a empezar desde el principio, Blue. Mientras sigas hablando, seguiré tocando. Y si tu historia es verdadera, si me dices cosas reales, te daré lo que quieres. Trago de nuevo. —¿Cómo sabes lo que quiero? —Vendo sexo, Blue. Puedo reconocer a un masoquista cuando me encuentro con uno. —No soy… —Lo eres. —Lo dice definitivamente, como si supiera que esto es cierto—. Tal vez lo estás entendiendo. Tal vez lo has sabido por mucho tiempo. Pero estoy diciendo lo obvio. Y voy a seguir adelante y te daré una pequeña advertencia sobre JD. Él es mucho mejor infligir de lo que puedes esperar. —¿Que se supone que significa eso? —Significa que puede dejarse llevar. —Pero no tú, ¿verdad? —Lo fulmino con la mirada—. No Ark, el hombre en control, ¿verdad? —Yo no. Me describiste perfectamente. El hombre en control. Dejé escapar un largo suspiro y me alejo de él. —Quiero más que una liberación. Si te digo cosas verdaderas sobre mi pasado, entonces quiero que te comprometas.

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—¿Que me comprometa? —Se ríe—. Estás en mi casa. Estás huyendo. Quieres que yo y mi mejor amigo te demos lo que necesitas. —Empecé a protestar, pero su mano me tapó la boca—. Shh —ordena—. Quieres más que sexo, lo entiendo. Quieres protección. Quieres un lugar para esconderte. Quieres un lugar para descomprimir y entender lo que te pasó. ¿Tal vez quieras aliados? —Se detiene para mirar mi rostro después de esa declaración—. Y estamos dispuestos. JD podría llevarte lejos, pero no lo hago. JD no sabe ni lo que es bueno para él. Yo sí. Así que voy a tomar el control de esta situación y poner las cosas en orden justo en este jodido momento. No tienes ni idea de quién es él. No tienes ni idea de lo que hace cuando se va de aquí. Golpeo la mano de Ark de mi boca. —Y tampoco tú, por el sonido de eso. No sabías dónde estaba JD ayer. —Tienes razón —retrocede Ark—. No sabía dónde estaba JD. Pero ciertamente sé lo que estaba haciendo. El silencio cuelga por unos instantes. —Y no tienes ni idea en lo que has entrado aquí con nosotros, Blue. No tienes ni idea. —Entonces dime. —Oh. —Se ríe—. Ahora quieres respuestas y sexo. Bueno, eso te costará un poco más de lo que tienes ahora mismo. Así que vamos a limitarnos al sexo. Me incorporo, lista para regresar a la habitación de JD y alejarme de este idiota, pero él agarra mis tetas y las aprieta. Me caigo contra la almohada y gimo. Y luego, solo para demostrar que tiene lo que necesito, me da la vuelta, arrastra las cubiertas de mi trasero desnudo y me golpea fuerte, justo a través de los moretones que se mantienen de unos días antes. Yo grito ante eso, pero aunque me da vergüenza admitirlo, mi clítoris está pidiendo más.

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Ark

—E

mpieza a hablar. ¿Tu primer beso ocurrió cuando tenías que edad?

Ella está dentro, puedo decirlo. Puede que me odie ahora mismo, pero ella está dentro. Ella necesita una liberación y por alguna razón, ella lo quiere de mí. —Blue —digo. Ella vuelve esos ojos hacia mí y parpadea. —Diecisiete. Mi risa nos sorprende a los dos. —¿Acerca de qué es esto? ¿Eras religiosa? ¿Tus años de adolescencia consistían en anillos de promesas y grupos juveniles? —No —gruñe ella—. Yo solo era exigente. —¿Pero ahora no lo eres? —¿Quién dice que no? —Estás viviendo con dos extraños tratando de negociar contigo, usando el sexo como pago. —JD no quiere el sexo como pago. Tú lo haces. Y me tienes toda mal de todos modos. No solo estoy aquí por el sexo. —¿Entonces qué más?

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Ella gira su cuerpo hacia mí ligeramente. Sus manos están metidas bajo la almohada y hace que se vea tan inocente. Si no lo supiera, pensaría que estaba perdida y confundida. Pero conozco mi camino alrededor de una chica perdida. Yo también conozco a una chica maltratada. Trabajamos con todo tipo de niñas, y déjame decirte que ninguna de ellas está en un buen lugar. No chupas la polla por dinero si estás en un buen lugar. No. Blue no es como esas chicas. No puedo poner mi dedo en ella, pero algo es muy familiar acerca de ella. —No soy adicta al sexo. Y no me gusta el dolor. Me gusta... un poco rudo. —¿Es así como te conseguiste tu culo siendo golpeado? —Es un golpe bajo, y su suave expresión es inmediatamente dura de nuevo—. ¿Es por eso que tu cuerpo está tan maltratado ahora mismo, que ni siquiera puedes vestir ropa? No estoy hablando de eso. —Me preguntaste por mi primer beso. —Así que habla. ¿Dónde fue? —En el asiento trasero del coche de Jimmy Laslos. —¿Estabas volviendo a casa de un grupo de jóvenes? —No sonrío, pero ella obtiene el sarcasmo. —No. Te lo dije, no fue por eso que esperé tanto. —Entonces, ¿por qué esperaste? —Mi mejor amiga fue... un mal ejemplo. Las cosas que hizo me asustaron, así que tuve miedo de seguir sus pasos. —Hmm —digo, mirándola atentamente para asegurarme de que no mienta. —Pero Jimmy L, él era muy lindo. Y a mi padre le gustaba. Y él no era un jugador, como la mayoría de los chicos de mi escuela. Era leal. Y dulce. —¿Y qué viste en él? Ella se ríe de eso. —¿Crees que me gustan los malos?

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—Te gusta JD. Es tan malo como ellos. —Eres su mejor amigo. ¿Qué dice eso de ti? —Soy mucho peor que él, ni siquiera es justo compararnos. Ella exhala hacia fuera una respiración en esa admisión. —Estás tratando de asustarme hablando mal de ti mismo. —¿Jimmy L era bueno besando? —Sí. —Ella dice esto con una sonrisa y sé que es verdad. Le gustaba. —Entonces, ¿por qué rompieron? —No lo hicimos. —¿Qué? De repente su comportamiento cambia y su sonrisa vacila. Ella me da la espalda. Estoy cansado de jugar. —No respondiste a las veinte preguntas, así que no hay tiempo para jugar. —Ya lo he superado. —Y luego se sienta como si fuera a salir de la cama. —Oye —le digo, agarrándola por el brazo y tirándola de vuelta al colchón—. Te vas a quedar aquí y responderás a esa pregunta. Cierra los ojos y me ignora. —Te diré que. Te dejaré con solo siete si me cuentas lo que te pasó a ti y a Jimmy. —¿Por qué quieres saber eso? —Ella vuelve la cabeza hacia mí, dándome una mirada de reojo—. ¿Así que podrás burlarte de mí? ¿Así podrás usarlo para controlarme? ¿Por qué? —Así puedo empezar a entenderlo. —No hay ningún misterio que resolver, Ark. Solo... —Suelta una larga bocanada de aire—. Solo soy…

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Ella no termina. Y no voy a empujarla. Tengo un comienzo lo suficientemente bueno. —Ven aquí —le digo, deslizando mi mano debajo de su cintura y tirando de ella hasta mi pecho—. Tú ganas esto por lo menos. No voy a golpearte para hacerte venir, pero te mantendré caliente. —Ella está callada y todavía en mis brazos. Cuento los segundos y, al marcar, comienzo a lamentar mirar a su pasado—. ¿Bastante bueno para ti? —Él murió. Mierda. —Eso es lo que nos pasó. Murió de una extraña enfermedad de la sangre. Ni siquiera estoy segura de lo que era. Algo exótico que podría curarse si lo descubrían a tiempo. Pero no lo hicieron. Estábamos en vacaciones de primavera en nuestro último año. Teníamos este requisito de servicio público para la graduación, así que estábamos en esta pequeña ciudad en Arkansas sin hospital. Y cuando se dieron cuenta de que necesitaba una sala de emergencia, era demasiado tarde. Murió en la ambulancia en el camino. Estaba sosteniendo su mano cuando sucedió. Espero sus lágrimas, pero no vienen. Ha llorado dos veces cuando JD la folló. Pero admitir que su primer novio murió sosteniendo su mano no me da nada. ¿Por qué? Necesito saber. Necesito saber lo que ella está pensando. Ella intenta levantarse pero la mantengo apretada y ella cede, acomodándose contra mi pecho. Cuento sus respiraciones y son regulares y profundas. ¿Fue una mentira? No lo creo. No, no es por eso que está tranquila. No es por eso que no hay lágrimas. Solo la ha apagado. Es una buena mentirosa, pero no es a mí a quién miente. Es a ella misma. —Puedes hacerme una pregunta —susurro—. Si quieres. Ella está en silencio por tanto tiempo, lo tomo como desinterés. Y estoy a punto de cerrar los ojos y tratar de caer de nuevo dormido cuando finalmente llega. —¿Quién es la persona que más amas en este mundo? —Eso es fácil —le digo—. JD.

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—¿Por qué? —Ella gira su cuerpo para poder mirarme—. ¿Por qué lo amas si es un chico malo? Me encojo de hombros. —Porque tienes que amar a alguien. —¿Y él estaba allí? —Sí, él estaba allí. —Pero ahora está más que ahí. —Ahora él es la única persona en este mundo en la que puedo confiar. Es la única persona en este mundo que vale la pena cuidar cuando la mierda se cae. Es la única persona en este mundo que no me joderá. —¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que no lo hará? —Porque me quiere. —¿Pero no eres gay? —Blue, por favor. No es el mismo tipo de amor. —Tal vez sea así. Pero puedes intentarlo. —¿Intentar qué? —Intenta amarnos. —¿Por qué necesitas dos hombres? —pregunto—. ¿Por qué uno no es suficiente? —Te lo dije. No me siento segura a menos que esté rodeada. Le doy un pequeño apretón. —¿Mis brazos no son suficientes para que te sientas rodeada? Ella no dice nada después de eso. Y no es para que pueda pensar en su respuesta, es solo porque no tiene respuesta. No sabe por qué nos necesita a los dos. JD no sabe por qué quiere que la comparta. No sé por qué me estoy negando.

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Principios, supongo. Ella es mía, de todos modos. Ella era mía en el momento en que la vi. —Sé dónde fue JD ayer. A donde va hoy, también. Ella no responde. Tal vez esté dormida. —Y no es bueno, Blue. Te compartiré si eso es lo que quieres. Pero solo porque JD nunca será capaz de darte lo que necesitas. —¿Cómo sabes lo que necesito? —Ya me dijiste. Necesitas un Jimmy Laszlio. —Es Laslos, no Laszlio. Y está muerto. Así que si es lo que necesito, entonces estoy bien y jodida. —No el Jimmy Laslos, Blue. Pero un tipo como él. Ella piensa en esto por un momento. Consideración seria y reflexiva. —Un tipo que es todo lo contrario de ti y JD. —Sip. Solo te vamos a joder más si te quedas. —Bueno, entonces me lo busqué. Una persona nunca puede ser jodida lo suficiente en mi libro. Mi mierda es lo único que tengo para mí en este momento. Dejé que eso fuera la última palabra al respecto. ¿Qué me importa, de todos modos? La tengo en mi cama. Desnuda. Tengo mis brazos alrededor de ella. Le hice admitir algo personal. Y cuando salga el sol en pocas horas, voy a tomar suficientes fotos de esta chica para atravesar una vida de soledad y arrepentimiento.

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Blue

L

a tina lentamente se llena con agua y con cada centímetro que sube, el dolor se hace presente. Tal vez sea solamente una reacción tardía ante el impacto de la paliza. O tal vez es la realización de que me escapé. Pero no lo creo.

Creo que la tristeza viene de perder la esperanza. De rendirse. De la rendición. La tristeza se alimenta de la realidad, ese momento cuando te das cuenta que no puedes ganar, ni la guerra, ni la batalla, ni siquiera una pelea a puños en la esquina de una calle. ¿Me estoy dando por vencida? Los pasos de Ark son suaves mientras cruza la habitación. Puedo verlo por el rabillo de mi ojo entrar al baño. —¿Qué estás haciendo? Estoy tomando un baño. Pero es no es a lo que se refiere y lo sé. —¿No crees que deberías ir a buscarlo? —Miro hacia Ark. Él está de pie, alto y desnudo. Su pene es largo y semi duro, colgando entre sus piernas. Su pecho es musculoso en una forma en que me dice que él hace levantamientos. Y su rostro… El rostro de Ark también es materia para masturbarte. Su barba de dos días es caliente de una forma de estrella de cine. Su cabello y ojos oscuros no dicen peligro, dicen sexy. Es uno de los hombres más guapos que he visto. Él es lo contrario a JD. Y eso no quiere decir que JD sea feo. Para nada. JD es encantador. Lindo. Y caliente. En todas las formas que Ark no lo es.

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Ellos son como la noche y el día. Oscuridad y luz. Tal vez incluso el bien y el mal. —Él vendrá a casa el jueves, con seguridad. —Ark entra en la tina, empujando mi cuerpo así me inclino hacia adelante, y luego se desliza dentro del agua detrás de mí—. Él no se perderá el trabajo. ¿Quién es este hombre? ¿Cómo llegué de donde estaba a dónde estoy? ¿Por qué tengo que constantemente hacerme la misma pregunta? —¿Te gustó la escuela mientras crecías, Blue? —Ya no tienes preguntas. Tú me las debes, no yo a ti. Su risa hace que su pecho retumbe bajo mi espalda. —Tienes razón. Lo hago. Pero tenemos todo el día, así que vamos a hablar por ahora. Secundaria. ¿Sí o no? Dejo salir un largo suspiro y trato de disfrutar de la intimidad que me ofrece. No tengo muchas ofertas. —Sí, me gustó la escuela. —¿Eras inteligente? ¿Obtenías buenas calificaciones? —Sí. —¿Y qué querías ser cuando crecieras? Y ahí está. Es muy bueno en esto, tengo que darle crédito por eso. Está haciendo preguntas sobre el pasado lejano para poder sacar conclusiones sobre el presente. —No es una pregunta difícil. —¿Qué querías ser? —le pregunto yo, no por ser una perra y regresársela a su cara, sino porque estoy interesada—. ¿Rey de la pornografía pública era algo a lo que aspirabas ser? —Lo creas o no, yo quería ser un soldado. Un Seal de la naval.

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—Hmmm. Rudo. Es como si yo dijera que quería ser una novelista. —Miro un poco sobre mi hombro para poder echar un vistazo de su cara. Pero me sorprende al recargar su barbilla rasposando sobre mi hombro, haciendo el momento incluso más íntimo de lo que era. —Eh. No veo la conexión. Ruedo mis ojos, aunque él no pueda verlos. —Es un sueño que la gente tiene. La realidad de ello es tanta basura. —¿Porque es difícil llegar a la meta final? —¿Eres un Seal de la naval? —¿Eres novelista? —No, ese es mi punto. Es solo un sueño. —¿Siquiera escribes? —Sus manos se deslizan por mi frente y toma mis pechos. Los aprieta duro y el palpitar familiar comienza entre mis piernas. Maldición, este tipo es bueno. Siempre tiene su ojo en el premio. ¿Y cómo diablos tener sexo con él se vuelve un trato que deseo en lugar de lo contrario? ¿Cómo hizo eso? ¿Hacerme desearlo tan profundamente? —¿Blue? Dejo salir un largo suspiro, esperando calmar la tormenta que se eleva dentro de mí. Pero el calor del agua, el calor de su cuerpo y el calor de mi propio deseo son todo en lo que puedo pensar. Así que, en lugar de evadirme, y porque deseo tanto que me folle, y en este momento me doy cuenta que él sabía que negárseme anoche hace que incluso me vuelva más susceptible esta mañana… Le respondo con la verdad. —Lo hago. —Mmm —dice, sus manos frotando el interior de mis muslos. Se sumergen tan bajo, que puedo sentir el agua arremolinarse alrededor de mi clítoris. Esto me hace jadear un poco, y por una fracción de segundo, estoy avergonzada. Pero entonces el pequeño remolino de agua está de vuelta y es en todo en lo que puedo pensar. —Fóllame —susurro.

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—¿Qué escribes, Blue? —pregunta él como un hombre en control. —Historias —digo, como una mujer al borde de la locura por frustración sexual. —¿Dónde puedo leer una? —Fóllame. —Si te follo, ¿me dejarás leer alguna? Me giro en la tina y lo miro a los ojos. Ellos son conocedores. Como que saben que soy suya. —Fóllame como follarías a tu esposa en su noche de bodas. —¿Y me darás una historia? Asiento. —Lo prometo. —Sale en un susurro. Él se inclina hacia abajo y me besa. Su mano acuna el lado de mi cara y volteo hacia él incluso más. Mi pierna golpea su erección y eso hace que reclame mi boca más duro. Su lengua se empuja dentro, buscando. Como si estuviera buscando la verdad y solo pudiera ser encontrada retorciéndonos juntos. Y luego se levanta, sus fuertes brazos alrededor de mí, llevándome con él. Y me levanta fuera de la tina y camina fuera del baño. Todo el tiempo estamos conectados por nuestro beso. La parte posterior de mis rodillas golpean la cama y caigo hacia atrás. Pero entonces sus manos me tienen, y termino de caer en la cama dentro de sus brazos. Lo acerco más a mí. Necesito sentir su piel contra mi piel, su pecho contra mis pechos, nuestras respiraciones construyéndose en una ola de alzar y descender mientras nos miramos a los ojos. —¿Quién eres? —pregunto. —Te lo diré cuando tú me digas. Y eso lo termina. Porque ambos sabemos que no somos quienes decimos ser. Él no puede ser este hombre que toma ventaja de las mujeres en las calles y pone sus cuerpos en el internet. Solo no puede serlo.

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Y sí él realmente cree que no soy nada más que una puta a quien le gusta ser golpeada cuando tiene sexo, bueno, estaría muy decepcionada. —¿Como a mi esposa en la noche de bodas? —pregunta, cambiando de tema. —Aja —respondo. —¿Cómo mi esposa quisiera que lo haga? ¿O cómo creo que a ella le gustaría? —Como tú lo harías. —No puedo evitar levantar mi vista para verlo a los ojos. Quiero conocer sus secretos. Quiero tanto que él conozca los míos. —Eso no es lujuria, Blue. Eso no es sexo. Es amor. Trago duro, pero me mantengo en silencio. —Pídelo —dice él, todavía en ese susurro sexy—. Pídemelo y te lo daré. Pero quiero escuchar las palabras. —Hazme el amor —digo. Pero él niega con su cabeza. —Eso no es lo que tú quieres. Dime que quieres. Espero que me coaccione. Tal vez burlarse de mi coño o susurrar cosas sucias en mi oído. Un poco de chantaje para alejar el ardor de deseo y anhelo. Pero no lo hace. Se calla. Su mirada es estable. Y su mano, aunque descansando sobre mi montículo, lista para continuar, está inmóvil. —Ámame —le digo, dándole lo que quiere oír y diciéndole lo que yo quiero al mismo tiempo—. Ámame. Su sonrisa hace que valga la pena toda la vulnerabilidad. Y su beso… me besa como si besara a su esposa en su noche de bodas. Su boca es suave y dura. Sus labios son castigadores, pero tiernos. Me besa como si me amara.

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Ark

E

studio su rostro cuando dejo de besarla. Hay mucho por conocer. Tantos pequeños detalles de información por los cuales preguntar. Tantas oportunidades de reclamarla de formas que durarán mucho más que el calor de lo que estaremos haciendo aquí en mi habitación.

Y entonces alcanzo debajo de su culo y la empujo hacia arriba, al centro de la cama. Abro sus piernas y bajo la mirada a su coño. Está húmedo por la ducha, así como por su propia excitación. Ha sido depilada profesionalmente hace poco. Sé eso porque cuando paso mi lengua por sus pliegues, está suave. Ella encorva su espalda y yo llevo mis labios a su vientre. Es plano. Demasiado. Me recuerda que ella necesita comer más, y también me recuerda que tenemos una cita para cenar en espera para ser reagendada. Ella quiere ser amada. Yo quiero llevarla a cenar. Ella quiere que la bese como besaría a mi esposa en su noche de bodas. Yo quiero vestirla y ponerla en mi brazo. Trepo por su cuerpo, lamiendo su suave piel que huele a mi jabón, y me detengo en su pezón. Descanso mi boca sobre él y ella toma un pequeño jadeo de aire. Como si ella necesitara dejarlo ir antes de que pueda tragarlo. Mi lengua gira alrededor, deteniéndose en el pico. Y mi pene, el cual ya está duro, se pone inclusive más duro mientras su pezón se agrupa en mi boca. Inclino mi cabeza hacia arriba para ver si ella está mirando, pero ella tiene su mejilla hacia un lado. Sus ojos están fuertemente cerrados, y está mordiéndose el labio.

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A mi esposa le gustaría suave. Esta chica lo quiere duro. Y como si ella estuviera leyendo mi mente, las puntas de los dedos de Blue navegan hacia mi cabello y lo sostiene. —Más —susurra. —¿Más qué? —le contesto. —Más de todo. Yo también quiero más. Hablar más. Más preguntas. Más respuestas. Más tensión mientras nos preguntamos qué pasará después. Pero no lo quiero todo de una vez. Y no quiero follar más. No quiero tomar tanto y que luego nada quede. No quiero usarla. Quiero reservarla para después. Ella arquea su espalda así su pecho se está presionando contra mi pecho. —Por favor —dice ella, urgiéndome a continuar—. Me lo prometiste. Trepo más sobre su cuerpo y coloco ambas manos a los lados de su cabeza mientras miro hacia abajo a su rostro. Ella se voltea así que me está mirando directamente y sabe que no va a conseguir lo que quiere. Va a obtener lo que pidió. —Por favor no hagas esto —susurra ella. Puedo ver la lujuria en sus ojos. —Te amaré, pero tienes que permitírmelo. —Fóllame —dice ella con inclusive más urgencia—. Lo necesito, Ark. De verdad. Me inclino hacia abajo y beso su boca. Sus manos están empuñando mi cabello ahora, intentando desesperadamente tirar de mí más cerca. Coloco mi rodilla entre sus piernas y las abre más para mí. Otro pequeño gemido se escapa, y nuevamente, esto la hace detenerse un momento. Muerde su labio y levanta su mirada hacia mí.

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—Ahora —dice ella. —Termina tú sola —le digo—. Pon tus dedos dentro de ti y termina. —No —gimotea ella—. Dijiste que me harías el amor como a tu esposa en la noche de bodas. Quiero eso, Ark. Hazlo. No sé siquiera como responderle, pero no tengo que hacerlo. Porque en ese momento, escuchamos la puerta delantera abrirse. JD está en casa. Giro a un lado de Blue y coloco mi mano sobre su vientre mientras esperamos que él nos encuentre. Él llama el nombre de ella unas pocas veces y por alguna razón, ella no contesta. Pero él nos encuentra. Entra en la habitación y nos ve en la cama, desnudos. Mi pene está duro y los dedos de ella están entre sus piernas. —¿Qué es esto? —pregunta, mirándome. Me encojo de hombros. —Ella quiere ser follada. —Bueno. —Él pone su sonrisa encantadora que usa con todas las putas en la calle—. Ciertamente, puedo tenerlo en consideración. —Sus manos van detrás de su nuca y se levanta la camiseta sobre su cabeza en un movimiento fluido. Su pecho desnudo está musculoso debido al gimnasio que frecuentamos, y sus bíceps se flexionan y contraen mientras baja la cremallera de sus pantalones y los deja caer en el suelo. Sube a la cama al otro lado de Blue y quita una hebra de cabello de los ojos de ella—. ¿Qué han estado haciendo? —pregunta con un guiño. La mano de Blue descansa sobre la mía y la aprieta. Es una petición. Una súplica, tal vez. Que me quede aquí con ellos. Que sea parte de… lo que sea que sea esto. —Solo sobrepasando las formalidades —le digo. —¿Sí? —pregunta con una sonrisa—. ¿Entonces todos están satisfechos? ¿Llegué tarde a la fiesta? —No —dice Blue—. Ni siquiera hemos comenzado.

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Él se inclina hacia abajo, ambas manos sosteniendo el rostro de ella como si le perteneciera, y la besa en los labios. Es largo. Y persistente. Y caliente como el infierno. Blue levanta su pierna y golpea mi dura polla, drenando el amor que estaba sintiendo hace solo momentos y llenándome con lujuria de nuevo. Sé cuan adolorida está ella. Y sé que tiene un problema que JD estará muy feliz de ajustar una vez que lo descubra. Y sé que no hay manera en el infierno que me aleje y lo deje tenerla para él solo. Así que vuelvo a bajar a su coño y le doy un golpe con mi lengua. Ella gime inmediatamente. JD aprieta sus tetas, solo estimulándola más. —Quieres follarnos a los dos, ¿no es así, Blue? ¿Quieres ser nuestra puta de casa? —Sí —le responde ella—. Fóllame, JD. Por favor. Fóllame. JD se levante de rodillas y luego me mira. —¿Arriba o abajo, Ark? Me levanto y camino hacia la cómoda, sacando la cámara de video. Cuando volteo a JD y la pequeña luz roja está encendida, él sonríe. Tomo asiento en una silla, con una buena vista y mi cámara apuntando hacia ellos. —Primero tú —le digo—. Hazlo sucio. Los veo follar. Lo tengo todo en la cámara. JD embiste su polla en ella tan fuerte que ella grita. Él empuja su gigante polla por su garganta hasta que ella se atraganta. Yo empuño mi pene y bombeo todo el tiempo. Y después de que él se viene sobre su cara, me levanto, le tiendo la cámara a JD, la volteo, empujo su cabeza sobre el colchón, y le follo el culo hasta que ella colapsa debajo de mí. Si lo quiere desagradable, puedo hacerlo desagradable. Si ella quiere ser usada como una puta, estoy feliz de hacer realidad sus sueños. Le doy una nalgada. —Gracias Blue. Y luego vuelvo a mi baño, y me meto en la ducha. Sintiéndome más como una puta sucia de lo que probablemente ella lo hace.

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Blue

J

D es la antítesis de Ark. Lo supe desde el primer momento en que mis ojos se encontraron con los de ellos bajo la lluvia. Ark. Serio. Meditador. Intenso.

JD. Encantador. Feliz. Carácter relajado. ¿Qué me estoy perdiendo? Porque Ark y yo tenemos dos tomas muy diferentes sobre JD. —¿Quieres salir a comer algo, Blue? —JD y yo estamos recostados en el sofá y él está viendo un espectáculo relacionado con el fútbol con sus pies en la mesa de café de acero y vidrio. Llevo un bóxer de él y una camiseta. Él lleva un bóxer y nada más. Su pecho está cálido. Lo sé porque mi mejilla está descansando sobre él ahora mismo. Es pegajoso. O tal vez yo soy pegajosa y él es complaciente. De cualquier manera, me gusta. Lo miro y le toma un segundo sacar sus ojos de la tele. —¿Hmm? —pregunta de nuevo. —En realidad no. ¿No podemos quedarnos? Ve unos segundos más del programa y luego va a comerciales. —Has estado encerrada aquí durante días. Vamos a alguna parte. Mañana tenemos que trabajar. Así que estaré fuera todas las noches hasta el lunes. Vamos a tomar unas cervezas o algo. Sacudo mi cabeza.

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—Realmente no quiero. Juega con mi cabello, dejando que las largas hebras rubias se deslicen por sus dedos antes de que llegue al final y se caigan contra mi rostro. —¿Qué pasa si consigo que Ark venga? ¿Vas a ir entonces? Sacudo mi cabeza. Me gusta tenerlos a ambos cerca, pero eso no es suficiente para que deje esta casa. —Voy a comprar algo —dice Ark desde su oficina. Él ha estado allí todo el día haciendo... lo que sea que hace. Construyendo el sitio Web. O editando porno—. Tengo que ir donde Ray de todos modos. —¿Ray? —pregunta JD—. ¿Por qué? —Me dejó un mensaje antes. Probablemente sobre la fiesta del viernes. —¿Qué fiesta? —pregunto. —Halloween, nena —dice JD con una sonrisa—. Tienes que salir para esa. Ray tiene una gran cosa. Tenemos a nuestra chica programada temprano esa noche, así que puedes venir con nosotros, o pasaremos por allí y te recogeremos después. —Vuelve su atención a Ark—. Oye, iré a buscar comida y a hablar con Ray. Estoy seguro de que se trata de las chicas que tenemos alineadas esta semana. —Levanta mi cabeza de su pecho y se escapa por debajo de mí, trotando por el pasillo hasta su habitación. Miro fijamente el pasillo vacío por un segundo, pensando en Halloween, cuando Ark habla, me sorprende. —¿Quieres explicar? —No, en realidad no —digo con una sonrisa—. ¿Tú? —Yo no soy el que se niega a salir del apartamento. —Yo no soy el que alienta la intimidad y luego abofetea mi culo y dice gracias, como si fuera una puta que pagas por placer. —Te pagamos. —Él toma un asiento en la silla justo a la izquierda del sofá y apoya su pie en su rodilla, como si se estuviera poniendo cómodo. JD aparece usando lo que estoy empezando a pensar como su uniforme. Camiseta. Jeans, siempre bien gastados y descoloridos. Botas. Y una franela. Se

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detiene en la puerta y desliza su chaqueta de cuero negro sobre la franela y luego se vuelve hacia nosotros. —Sean buenos, chicos y chicas. Regreso como en una hora. La puerta se abre. Se cierra. Y luego Ark y yo estamos solos otra vez. —Mi turno. ¿Cuál era tu especialidad universitaria? Sacudo mi cabeza. —No es tu turno y he terminado con las preguntas. —¿Por qué? —Se pone de pie y da un paso hacia mí. Me asusto y me levanto también, alejándome de él. —No lo hagas. Da un paso más y estoy a punto de volver a la habitación de JD, pero agarra mi brazo firmemente y me tira hacia él. Lo empujo, pero aprieta mi pezón bajo la camiseta y me congelo. —¿Por qué te gusta que te duela? —No me gusta. Sacude su cabeza hacia mí, pero chasquea su lengua en desacuerdo. —¿Te avergüenzas de ello? —Tú pareces hacerlo. —Me hago con el sorteo. Consigo el placer que puede evocar. Pero lo que no entiendo es por qué te escapaste de ello si te gusta tanto. —Se detiene, mirándome con una expresión muy seria—. ¿Escapaste? —Me desplomo de nuevo en el sofá y me suelta el brazo—. ¿Lo hiciste? —Lo hice. —¿Por qué, entonces? ¿Si eso es lo que te gusta? Si eso te libera, ¿por qué huir? ¿Fue demasiado? ¿Fue forzado? ¿Fue violación? ¿O accediste y te metiste de cabeza? ¿Cuál de ellos es cierto?

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Doblo mis manos en mi regazo y toma cada onza de control no retorcerlas físicamente juntas. —Todo eso. —¿Estuviste de acuerdo con la marca? —Sí. —¿Sabes quiénes son estas personas? —Sí. —¿Vas a protegerlos? Lo miro, perpleja. —¿De quién? —De nosotros. —¿Qué van a hacer? —Depende de JD. —¿Pensé que era inestable? Pensé que era impredecible y violento. ¿No es eso lo que quieres que crea? —Él es todas esas cosas, Blue. Tienes que aceptar eso como la verdad. Pero no va a dejar que esto se vaya. Él va a seguir desapareciendo así hasta que encuentre lo que está buscando. —Salió por comida. Ark sacude su cabeza. —No. Ahora está fuera porque es compulsivo. Necesita buscarla. Y ella está muerta, Blue. Encontramos su tumba hace dos años. Entonces, ¿qué está buscando? Estrecho mis ojos hacia él. —¿Por qué me preguntas todo esto? ¿Por qué te importa? ¿Y si mi situación no es lo que piensas? ¿Qué pasa si no estoy involucrada en lo que estás buscando?

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—Lo estás —lo dice Ark como si fuera un hecho y no una conjetura—. ¿Qué está buscando? —¿No es tu departamento? Eres el experto en JD. —Él está buscando a la gente responsable de la muerte de esa chica que conocía. Y sabe que viniste de ellos. ¿De verdad crees que solo está jugando a la casita contigo por diversión? Te está usando para obtener información. Y ahora mismo, puedes apostar tu vida a que no está consiguiéndonos comida. O en su camino para hablar con Ray. Bien podríamos empezar a hacer nuestra propia cena ahora mismo, porque se ha marchado por la noche. —¿Entonces porque lo dejas ir? —No soy su jodida mamá. Es mi compañero de casa. Yo soy su socio. Soy su mejor amigo. Pero no puedo decirle que hacer. —¿Qué quieres de mí, Ark? Porque realmente no tengo idea de que estás hablando. —No sé porque te encontramos ahí la otra mañana, pero nada de esto es bueno. Para ninguno de nosotros. —Entonces págame lo que me deben y me iré. Ark se ríe. —¿Crees que JD dejará que te vayas? Eres la única pista que tiene para encontrar lo que lleva años buscando. Tú estás aquí. Ahora eres parte de ello. Y tal vez no sepas de qué estoy hablando. Pero estoy suponiendo que lo haces. Así que te estoy diciendo esto como un favor. —¿Eso es cierto? —le gruñó—. ¿Vas a hacerme un favor? ¿Eso viene antes o después de que rompas mis defensas y tomes ventaja de mí? —Tú caminaste directamente dentro, Blue. Yo hago mi forma de vivir tomando ventaja de las chicas. Nosotros —Ark se estresa—, hacemos nuestra forma de vivir tomando ventaja de las chicas. ¿Qué te hace especial? —¿Hablas en serio? —Me levanto pero él me vuelve a empujar sobre los cojines del sofá.

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—Jodidamente siéntate. Porque dado el caso en que JD esté afuera consiguiendo algo de comida y disparando la mierda con Ray sobre las putas de esta semana, me voy a asegurar que tengamos esto claro antes de que él regrese. Mi corazón comienza a latir como loco y entonces mi cuerpo completo rompe a sudar. —Dios —dice Ark, al notar mi reacción—. Estás comenzando a entenderme. Porque soy mortalmente serio, Blue. Mantente pegada a nosotros y sé parte de la solución. O jodidamente sal de mi casa. Toma tu puto dinero, y consigue un autobús esta noche, y nunca regreses. Escupo directamente a su cara. Y estoy boca abajo en el suelo. Él tiene mi brazo torcido detrás de mi espalda, y estoy gritando del dolor. —No jodas conmigo —gruñe en mi oído. Su cuerpo está presionado contra el mío, sus rodillas entre mis piernas, tocando mi coño. Gimo. —Te gusta así. Quieres que te ame de esta forma, Blue. —Jódete. Cómo te atreves a hablar toda esa mierda conmigo más temprano y luego lanzármelo en la cara. —Cómo te atreves a pedirme que te ame y luego deslizarte dentro de los brazos de JD. —Entonces, ¿estás celoso? —¿Por qué estaría celoso? Puedo tomarte justo aquí en el suelo y él nunca lo sabrá. Porque te gustará y nunca le dirás. No te vas a ir, ¿verdad? ¿Quieres esta jodida mierda, verdad? —Mi pecho se alza y desciende tan rápido, que comienzo a marearme. Ark tira de mi cabello—. Dime —ordena—. Dilo. Solo admite que estás dentro. —No tengo idea de que estás hablando. —Estás dentro, Blue. Vas a dejarnos follarte. Vas a permanecer aquí y ser nuestro pequeño juguete sexual. Y vas a decirnos lo que queremos saber. —Tira nuevamente de mi cabello y esta vez siento la humedad salir de entre mis piernas.

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Él baja mi bóxer y coloca la palma de su mano sobre mi culo. —Oh, Dios —gimo. —Adelante, lucha, Blue. Lucha todo lo que quieras. —Él desliza sus dedos entre mis piernas. No lo suficiente como para penetrarme, incluso a pesar de que mi clítoris está latiendo rogando por ello. Solo lo suficiente para comprobar cuan encendida estoy. Baja su cremallera y luego su pene está presionado contra las mejillas de mi culo. —Vamos a hacer un trato, Blue. Vamos a dejar que te quedes, vamos a tomar turnos para alimentar tu adicción. Y tú responderás nuestras preguntas. No vas a hablar con JD sobre nada de esto. Vas a seguir actuando como si todo está bien. Pero me dirás la verdad. Cada respuesta que des tiene que ser verdad. Su punta roza contra mi ano y muerdo mi lengua para detener mi urgencia de rogar, así de mal lo necesito dentro de mí justo ahora. —Bien —susurro—. Está bien. —Bien —dice él, deslizando su pene por mi rajada—. Entonces repetiré la siguiente pregunta. ¿Cuál es tu grado escolar? —¿Qué importa? Él se retira y me deja vacía. —Respóndeme —gruñe, tirando de mi cabello tan fuerte que mi cuerpo entero duele. Tengo que inclinar mi cabeza tanto hacia atrás, pera encontrarme mirando hacia arriba a su cara—. Contéstame. —Y entonces su boca se estrella contra la mía. Él me besa fuerte, muerde mi lengua, muerde mi labio, me saca sangre, y pone su polla de vuelta entre las mejillas de mi culo en menos del tiempo en que me toma tomar aliento. O solo olvido como respirar. —Inglés —susurro contra su boca mientras continúa besándome—. Era inglés. Él empuja sus caderas y entonces entra en mi coño. Completamente. Puedo sentir sus bolas moverse contra mi clítoris. —Ámame —gimo.

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—Lo planeo —dice él. Pero entonces deja ir mi cabello, mi cabeza cae contra mi pecho, y él se levanta del suelo, extendiendo su mano hacia mí para que la acepte. Giro mi cuerpo así puedo ver su rostro. —¿Qué estás haciendo? No te atrevas a dejarme así. Él sostiene su mano hacia afuera por unos segundos más y cuando no la acepto, la retira. —Oh, te estoy dejando así, Blue. Lo quieres rudo, tú obtienes eso de JD. ¿Quieres que te ame? —Él toma una respiración profunda, como si necesitara el coraje para lograr que sus palabras salgan—. Bueno, puedes encontrarme cuando llegues a ese lugar. Estoy dentro para el amor, pero no para el abuso. Él se gira y se aleja por el pasillo que conduce a su habitación. Unos segundos después, escucho el clic de la cerradura. Lo cual, en mi libro, es nada salvo un gran aléjate.

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Ark

—H

agamos un trato, Ark. —Ray está sentado en su bar y Silvie se está tomando una copa. Ella le pasa un escocés y a mí una cerveza. Ray me espera para abrir la tapa y tomar un trago largo—. ¿Entiendes que finalmente te compraré, verdad? —Él toma un lento sorbo de su vaso, los cubitos de hielo tintineando juntos. —Tal vez —le digo, disfrutando de algún tiempo lejos de JD y Blue. JD volvió anoche. Era tarde. Y no trajo comida. Solo una excusa para estar pasando el rato aquí donde Ray. Acerque mi oído a la puerta del dormitorio para oír esa mentira, porque él nunca me diría eso. No cuando él sabe que le preguntaré directamente a Ray sí paso por aquí. JD no lo hizo. Le pregunté a Ray de todos modos, tan pronto como llegué aquí. —No hay tal vez, hijo. —Odio cuando Ray me llama hijo. No porque sea un idiota. Me gusta Ray. Es un buen tipo. Creo que hubiera sido un buen padre si hubiera tenido hijos. Pero porque no estoy seguro de que lo quiera decir. Me hace anhelar que nuestra relación sea más que un negocio. Me trata como familia, seguro. ¿Pero soy familia? ¿O soy solo una oportunidad?—. Tú y yo sabemos que tan pronto como Public Fuck esté en marcha, voy a hacer una oferta. Así que vamos a hacerlo por adelantado. Sacudo la cabeza. —Lo cerrarás. Y he trabajado demasiado duro y demasiado tiempo para cerrarlo. —Veinticinco millones —dice, tranquilamente—. Véndeme el pre-lanzamiento y te daré veinticinco por ello.

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Me trago con fuerza esa oferta. No tenía idea de que estaba tan interesado. Pero sacudo la cabeza automáticamente. No hay manera de que pueda tomar una oferta. No después de todo la suciedad en la que he participado para llegar tan lejos en el juego. Esto es todo lo que me queda. Mi única oportunidad de salvación es aguantar hasta que termine. Y aunque siento que estamos cerca, todavía no ha terminado. No pondría fianza aunque quisiera. —¿Por qué? —pregunta—. Ambos sabemos que no perteneces en este mundo. Eres un fotógrafo, Ark. Sal de aquí mientras aún eres joven. Ve a hacer algo legítimo. —Esto es legítimo, Ray. Puede que no sea honorable, pero definitivamente es legítimo. —Sabes a lo que me refiero. ¿Pornografía? ¿De Verdad? ¿Quieres desperdiciar tu vida vendiendo porno? —¿Cómo es un desperdicio? Funciona lo suficientemente bien para ti. —Él toma otro trago de su whisky y mira a Silvie, que está charlando con uno de los gorilas. No hay nadie más abajo aquí en el área de entretenimiento excepto nosotros. Pero eso es porque aún no está abierto. El miércoles por la noche es Swingers. Sé que Silvie no se comparte con nadie, pero Ray toma su selección de mujeres en la noche de Swingers. Y eso me hace pensar en Blue. ¿Por qué diablos debo compartirla? Porque a ella le gusta más JD que tú, Ark, dice mi voz interior. Tal vez ella lo hace. Pero eso es porque realmente no tiene idea de lo que está pasando. Si ella supiera... —Es lo suficientemente bueno para mí, hijo, porque tengo cuarenta y ocho años y esto es todo lo que sé. ¿Tú cuantos tienes? ¿Veintisiete? Tienes tiempo. Puedes vender esta mierda, tomar el dinero, e ir a probar tú mano en algo más... honorable, como dices. —Pero ¿por qué querría hacerlo, Ray? Este negocio es una vaca de efectivo. Es jodido dinero fácil. Ray me mira con simpatía. —¿Sabes por qué nunca tuve hijos? Sacudo la cabeza no.

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Porque esto no es manera de criar una familia. Si eliges esta vida, Ark, vas a terminar solo. Y tú eres lo más cercano que tengo a un hijo. Así que no quiero eso. Toma el dinero. Sal de Denver. Vete a un lugar cálido. Y establécete en una vida normal. Vuelve para las vacaciones y mierda. Como hacen los niños. Pero sal, hombre. Lo digo en serio. —No puedo —digo, mirando a otro lado y tomando un trago de mi cerveza—. Estoy demasiado profundo. Estamos demasiado lejos. —JD no va a durar, Ark. Lo sabes. Está en un viaje de ida a la locura. Está obsesionado con esa chica otra vez... —¿Ha estado hablando aquí? —Me pregunto si él ha mencionado a Blue. —No —dice Ray en un susurro—. Pero vuelve a hacer preguntas, Ark. Y ya te lo he dicho. La gente está sospechando. No quieren hablar de la mierda que está sacando. Y como todo el mundo sabe que son socios, se callan. Pero eso no significa que se olviden. Y eso no significa que lo dejarán ir. —Ray me da una de esas miradas de advertencia, con la única ceja levantada y una mirada de soslayo. —Hablaré con él. —Será mejor que hagas más que hablar con él. Asiento de nuevo, pero me quedo mirando mi bebida, preguntándome hasta dónde llegará. Cómo de jodido será esto. Cuánto voy a perder. —¿Vienes a Halloween? —pregunta Ray, cambiando de tema. —No —digo. Blue no aceptará una fiesta. Lo sé con seguridad—. Probablemente no. —JD viene. Lo dijo la semana pasada. —Bueno, las cosas han cambiado desde entonces. Así que si él no aparece... — Dejé que mis palabras se desvanecieran. —Lo entiendo. —Y luego Ray se levanta y se acerca a Silvie, plantando un rápido beso en su mejilla mientras desliza su brazo alrededor de su cintura. Sé que la ama. Podría follar a otras mujeres, pero siempre va a casa a Silvie. Y si funciona para ella, ¿quién soy yo para juzgar? —Gracias por la cerveza, Ray. —Me levanto y voy hacia la puerta. Ya es tarde y he estado fuera todo el día, tratando de evitar a Blue. Quiero follar sus sesos, pero

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me niego a ceder a ella. Me niego a jugar junto con ella y JD en este arreglo enfermo que están cocinando. No importa cuánto quiera, simplemente no puedo hacerlo. —¿Tienes a las chicas alineadas esta semana? —dice Ray, justo cuando llego a la puerta. —Sí —le contesto, abriendo la puerta y caminando—. Estamos bien. —Y entonces la cierro detrás de mí y tomo las escaleras hasta el techo donde mi Jeep está esperando. Tengo que ir a casa alguna vez. Y si estoy siendo sincero, quiero ver tan mal a esa chica, no puedo quedarme más tiempo. El tiempo de vuelta es demasiado corto y antes de que lo sepa, estoy en mi camino hasta el ascensor. Suena la llegada en la planta superior y salgo y me paro allí. Mirando a nuestra puerta. ¿Qué hicieron todo el día? Mis celos son repentinamente abrumadores al imaginar las muchas y muchas maneras en que Blue fue follada duramente por JD. ¿Por qué le gusta esto? ¿Por qué? Ella me respondió cuando yo era gentil. Pero si no es suficiente, entonces ¿por qué luchar contra JD por ella? ¿Realmente valdría la pena arruinar lo que tengo con él solo para obtener derechos exclusivos a una chica que no puede estar satisfecha con la forma en que quiero amarla? Ray dice que salga y comience una vida. Pero ahora todo lo que quiero es a Blue. Y ni siquiera está remotamente interesada en renunciar a lo que le gusta. Entonces, ¿por qué debería perder cuatro años de planificación y trabajo duro? ¿Por qué renunciar a mi única oportunidad de hacer una diferencia, solo para escapar y estar solo de nuevo? Empujo mi llave en la cerradura con este pensamiento persistente en mi mente. Es tranquilo por dentro y las luces son bajas. Tiro mis llaves en la pequeña mesa en el vestíbulo y eso es cuando veo la cámara de vídeo. —¿Qué hace esto aquí? —Empieza a filmar, camarógrafo. Miro a la sala de estar a oscuras, iluminada solo por la llama de una vela destellando a la izquierda, y veo a JD sentado en el sofá. La mesa del café ha sido movida fuera del camino, y a sus pies, desnuda y con su cabeza descansando entre sus muslos, mirándome directamente, está Blue.

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—¿Qué mierda están haciendo? —les pregunto. —Esperándote. Ahora, toma la cámara y comienza a filmar. —¿Por qué? —Bajo la mirada hacia Blue y ella encuentra mi mirada por un segundo, pero luego rápidamente cierra los ojos y entierra su cara entre las piernas de JD. —Queremos hacer una grabación sexual —dice JD como si podría decir vamos a salir a cenar—. Blue está dentro. —Ella no tiene identificación, JD. No podemos usarla. —El completo pensamiento de ponerla a ella en el sitio de Ray solo me causa repulsión. —No jodido tonto. —JD se ríe—. Un video sexual. Por diversión. No la vamos a vender. La vamos a follar. —Y luego él me sonríe mientras camino hacia ellos—. En la cámara. Solo los observo. —¿Nosotros? JD asiente hacia la silla a la izquierda del sofá. —Enciende la cámara, siéntate, y disfruta la función. —Y él acaricia a Blue en la cabeza y vuelve su mirada hacia mí—. Amigo —dice él, perdiendo su paciencia—. He estado esperando por ti todo el maldito día. Mi polla está dura, su boca está babeando, y yo quiero venirme en su garganta. Así que jodidamente enciende la cámara. Y ahora mi pene está duro. Camino hacia la silla y me acomodo, cámara encendida, y apuntando hacia la boca de Blue mientras lame sus labios. —Tres, dos, uno… acción —susurra JD. La lengua de Blue se dispara hacia afuera y comienza a lamerlo a través de sus jeans. Su boca se abre ampliamente, cubriendo el gran bulto en sus pantalones, y entonces ella muerde un poco, masticando juguetonamente a lo largo de toda su longitud. JD gime. Demonios, yo gimo. Mi mano va a mi propio bulto en mis pantalones y comienzo a frotar. La cámara se sacude un poco por mis

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movimientos. JD me lo hace notar preocupado por ello, pero entonces asiente hacia la repisa sobre la chimenea. Miro hacia mi izquierda y veo la cámara. Entonces hacia mí, en la repisa en la pared, veo otra. —Las tengo todas funcionando. —Él presiona un botón en el control remoto en sus manos y las luces se encienden, solo lo suficiente para hacer una atmosfera para la película. Ellos ciertamente han puesto mucho pensamiento es este pequeño escenario. El sonido de una cremallera comenzando a descender, me devuelve a la realidad. Blue tomó con sus dientes la pequeña plaquita y la está bajando para rebelar un camino de vello dirigiéndose hacia la polla de JD. Ella lame un poco de piel que está expuesta por la cremallera abierta, y entonces su pequeña mano se estira para sacarlo. Su polla está dura y larga. He visto cientos de chicas exclamando de placer ante la vista del pene de JD, y Blue no es diferente. Ella gime mientras su boca cubre la punta. Yo muevo la cámara hacia arriba a JD y lo atrapo cerrando los ojos apreciando la atención. Desabotono mis propios jeans y alcanzo dentro para agarrarme a mí mismo, pero el sonido de la mamada de Blue hace que redireccione mi atención a ella. La mano de JD cae sobre su cabeza, obligándola a tomarlo más profundo. —Eso es chica —dice JD, animándola a tomar su polla dentro de su garganta. Él mueve sus caderas unas pocas veces, esencialmente asfixiándola, pero ella se mantiene firme hasta que él tira de su cabeza hacia atrás por su cabello y la saliva se derrama de su boca en un largo hilo. Me inclino hacia la derecha en mi silla para intentar poner su rostro frente a la cámara. Está mirando a JD con grandes ojos azules. Esperando la orden, o una palmada. O más probablemente, una bofetada por alguna desobediencia inventada. JD se inclina y la besa y luego coloca una correa en un collar de cuero que ahora noto que lleva puesta. Mis celos vuelven a rugir. No porque estuviera equivocado en mis tres predicciones, sino porque puedo verlo ahora.

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Él se está jodidamente enamorando de ella, justo como yo, y esta acción dice que la está reclamando para sí. Estoy a punto de bajar la cámara y salir cuando él me mira a los ojos. —Blue —dice, mirándome—. Ark necesita también algo de atención. —Él sostiene el extremo de la correa hasta su boca y ella lo muerde—. Arrástrate allí como una buena niña y chúpalo. No me levanto. No bajo la cámara. No le digo a ella. No, esto es degradante. Me quedo sentado totalmente quieto. Mi cámara permanece enfocada solamente en ella. Y si pensaba que mi pene estaba duro hace un segundo, no tenía idea lo que era realmente duro. Porque se siente como concreto, justo ahora. —Sí, señor —le dice Blue a JD, a través de la correa, apretada entre sus dientes, mientras ella lo mira a los ojos. Y luego vuelve su rostro hacia mí. Y la mirada que estaba tratando de capturar hace un momento, está justo ahí. Confianza completa. Insaciable lujuria. Hay tantas, muchas cosas que necesitarán discutirse, que ni siquiera puedo imaginarme lo jodido que está por llegar. Porque sé lo que es esto. Una tregua. Una ofrenda. Y el comienzo de un nuevo camino en nuestra relación. Un trío llevado al extremo. Un ménage à trois en el verdadero sentido de la palabra. Una casa de tres. Una asociación y entendimiento de que somos uno. Pero no puedo pensar en nada de eso ahora. Porque Blue está en cuatro patas, gateando por el piso duro, una correa de cuero negro entre sus dientes, con sus ojos fijos en mí. Ella maniobra entre mis piernas abiertas y se desliza lo más cerca que puede. Sus pechos suben y bajan con su respiración y luego levanta la cabeza y espera instrucciones. Solo la miro fijamente. —Toma la correa, Ark —dice JD.

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Espero a que ella diga algo, pero se mantiene quieta. Los segundos pasan. Puedo escuchar los latidos de mi corazón mientras intento pensar en las consecuencias de ir en algo como esto. Pero están muy lejos en este momento. Justo ahora todo lo que veo son los ojos de ella. Sus tetas rozando contra mi entrepierna. Su suave boca se curvó alrededor del cuero. Ella pone sus manos con las palmas hacia abajo sobre mis muslos, su calor irradia profundamente dentro de mi propia piel, e inclina su cabeza aún más arriba. Instándome a tomar su correa y comandarla. —No te lastimaré —le digo—. No voy a jugar ese juego. —Para eso estoy yo —dice JD desde el sofá. Cuando lo miro, está ocupado masturbándose. Su mano está envuelta firmemente alrededor de su pene, y él está bombeando a un buen ritmo mientras nos mira—. No te preocupes, Ark. A ella le gusta en ambos sentidos. Estoy aún más excitado por sus palabras que por su desnudez. Así que miro hacia abajo a la oferta de JD y le quito la correa a ella de su boca. —Eres mía. — Ella asiente. —Ella es nuestra —corrije JD—. Nuestra. Lo miro. —De acuerdo. JD se levanta del sofá y camina unos pasos hacia nosotros. Él se arrodilla, una mano sobre su pene, la otra sobre la nuca de Blue. Y él se inclina en su oído para decir: —Toma su polla en tu boca, cariño. —Y luego la mano de él se envuelve alrededor de mi pene y él tira de mí. Estoy tan sorprendido, sin reaccionar de inmediato. Mi pene no está acostumbrado a la mano de otro hombre. Gimo. Estoy a punto de irrumpir en JD por tocarme así cuando la boca de Blue me cubre la cabeza y comienza a chupar. JD me bombea mientras la lengua de ella gira alrededor de mi punta. Me recargo más en la silla, extendiendo más las piernas, empujándome hacia Blue. Y luego JD me suelta y comienza a desvestirse. Todavía estoy tratando de entender que está sucediendo cuando su playera pasa sobre su cabeza, revelando su pecho bien musculoso y las sombras que juegan a lo largo de su estómago, delineando su six pack.

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Abro la boca para preguntarle qué carajo está haciendo, pero antes de que pueda, toma en su puño el cabello de Blue y la empuja más sobre mi polla. Ella me toma hasta su garganta, justo como lo hizo con JD hace unos momentos. Y pierdo mi tren de pensamiento. Lo siguiente que sé es que la polla de JD se balancea cerca de la mejilla de Blue. Ella gira la cabeza y lo agarra con un puño codicioso, y luego empuja su cabeza hasta su boca, dejándome caer un poco. Ella nos bombea a los dos, su boca ansia por tratar de encajar cada pedazo de polla que pueda dentro de él. JD se acerca. Él está parado sobre mí, mi muslo entre sus piernas, sus bolas rebotando contra la piel sensible cerca de mi pene. —Súbete en él, Blue —dice en una profunda y gutural voz que nunca había escuchado antes—. Siéntate en su pene, nena. Blue me mira cuando se levanta. Su pierna se acerca a la mía y su rodilla se posa en la silla al lado de mi cadera. —Sigue filmando —dice JD, apuntando una cámara hacia mí. Me había olvidado por completo de la cámara en la mano, pero ahora que lo recuerdo, necesito cada momento de esto en la película. Necesito poder ver esto una y otra vez, una vez que hayamos terminado. Blue sube la otra pierna sobre mí, colocando la entrada de su coño sobre mi punta. Alzo los dedos a través de su largo cabello rubio y acerca su cara a la mía hasta que chocamos con la cabeza. —¿Estas segura de esto Blue? Ella me mira y se encuentra con mi mirada. Y luego asiente. —Lo estoy —dice en un suave susurro—. Nunca he estado tan segura de algo en toda mi vida. Los quiero a los dos. Haré lo que sea para tenerte.

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Blue

P

uedo sentir un suspiro escapar de Ark. Su pecho cae con él y así hacen sus ojos. Está pensando, ¿debería hacer esto? Se está pregunta cuáles serán las consecuencias.

JD y yo lo hemos discutido todo el día. Y ambos sabíamos que Ark no estaría automáticamente a bordo. Incluso sentado aquí, con mi coño posicionado sobre la punta de su pene, no está listo para decir que sí. —Te deseo, Ark —le digo en voz baja—. Te deseo y no quiero que cambies por mí. Quiero lo que estás ofreciendo. Sus ojos se alzan y me buscan. Eso es lo que quiere oír. Lo que necesitaba oír. Que sus deseos son legítimos. Que tal vez el amor puede crecer del sexo, si todos conseguimos lo que necesitamos. JD quiere hacerme sumisa. Yo quiero sentir el dolor del placer. Ark quiere controlar. Funciona. Funcionará, lo sé. —Por favor, Ark —ruego—. Tómame de la forma en que quieres. Él mira a JD ahora, esta vez tomando una profunda inhalación. —No lo sé, amigo. JD pone sus calientes manos sobre mis hombros fríos y aprieta. —¿Qué hay que objetar? Me gusta a mi manera. Te gusta a tu manera. A ella le gusta de las dos formas. Tendremos sexo, lujuria, y tal vez hasta amor. ¿Qué es lo que te confunde? Ark entrecierra los ojos con desaprobación por las palabras de JD.

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—Eres mi mejor amigo. Eres mi compañero de negocios. Eres mi compañero de piso. ¿Y ahora quieres ser mi amante? JD se encoge de hombros. —¿Y qué? Ark me empuja fuera de él, enviándome a los brazos de JD, y luego se levanta los pantalones y camina hacia su dormitorio. —¡Oye, imbécil! —JD trota tras él, atrapándolo por la camisa. Ark lo empuja fuera, y se quedan de pie allí, pecho con pecho, como hacen los hombres cuando sienten la necesidad de flexionar su testosterona. —No me toques. ¿Crees que puedes empezar mierda como esa y decir que se jodan las consecuencias? ¿Crees que puedes jugar con las emociones de todos? ¿Cuán lejos de te ha llevado eso en el pasado, JD? —Jódete —dice JD, dándole a Ark un empujón al pecho que lo envía un paso atrás—. No me tires el pasado a la cara. Esa es tu manera de evitar el verdadero problema aquí. —¿Cuál es ese? —gruñe Ark, dándole a JD un empujón de vuelta. —Tú simplemente no quiere estar invertido. No quieres que lastimen tus sentimientos. No quieres tener que competir conmigo. Diablos, esa es probablemente la razón por la que nunca follas en la cámara… —Tuve a mi polla siendo chupada en cámara esta semana, ¿no? Yo fui el que consiguió nuestra cuota a tiempo de esta semana, ¿no? —Felicitaciones. Usaste a una novia ex-puta para cumplir el contacto. ¿Y qué? No sé quién es esa zorra. Después de cuatro años, todavía no sé quién es esa zorra. ¿Por qué es eso? —¿Qué tiene que ver esto con el ahora? ¿Con el hoy? ¿Con Blue? ¿Conmigo? ¿Contigo? JD da un paso adelante, pero sus hombros caen un poco y su cabeza se gira un poco, dándole la apariencia de estar agachándose a medida que se acerca. —Te escondes, Ark. Te estás escondiendo. Lo que sea que te hizo dejar Florida y venir a Colorado, aún te sigue persiguiendo. Y te estás escondiendo. Escondiéndote detrás de una cámara. Detrás de una computadora. Te estás

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escondiendo detrás de mí, Ark. Y deseas a Blue, tanto como yo deseo a Blue. Y sin embargo me estás usando para alejarla. ¿No te gustan las cosas retorcidas, Ark? ¿Es eso lo que quieres que ella crea? —Eso no es lo que le dije —dice Ark bruscamente. Todo esto es nuevo para mí, así que me pongo de pie. Ark tiene secretos. Y estoy muy interesada en conocerlos. —Le dije que no estoy abordo en el abuso. A ella le gusta el dolor. A ti te gusta infligirlo. No estoy a bordo con eso, y no voy a mirar hacia otro lado. Coloco mi mano sobre el bíceps de Ark. Está caliente con rabia, o deseo, o tal vez incluso frustración. Porque está en conflicto. Necesito saber qué lo está haciendo entrar en conflicto. —Tú quieres controlarla, al igual que quieres controlarme. Ark aprieta la mandíbula y la rabia llena sus ojos. —Quieres decirle cómo vestirse y cómo follar. Quieres darle reglas, límites y parámetros. —Para mantenerla a salvo. Tú quieres abofetearla por allí y hacerla llorar. —Para mantenerla feliz —le devuelve JD. Se miran fijamente el uno al otro, JD desnudo, Ark vestido. Ambos hombres siguen estando muy duros. Esto definitivamente los está encendiendo. Así que me estiro y agarro la polla de ambos. Me miran, me sorprendidos. Como si hubieran olvidado que estaba aquí. —¿No quieren saber lo que yo quiero? Ellos solo me miran fijamente. Primero miro a JD. —No sé por qué lo necesito, JD. No sé por qué me excitan las cosas rudas. Todo lo que sé es que no puedo evitarlo cuando empieza. Esas cosas... es emocionante. —Miro a Ark—. No siempre en el buen sentido. Sé que es algo a lo que he sido condicionada por el... —Elijo mis palabras con cuidado—. Por el acuerdo que acabo de salir. Pero no puedo evitarlo, Ark.

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—Blue —dice él, poniendo su palma sobre mi mejilla—. Solo necesitas experimentar el amor sin violencia, eso es todo. —Lo sé —admito—. Quiero hacer eso contigo. —¿Pero no vas a renunciar al dolor? —Su mirada de decepción casi me aplasta. Realmente creo que le importa. Realmente creo que quiere ofrecerme una manera de avanzar. —JD es un buen tipo. Tú lo sabes. Lo amas. Es tu amigo. Es una gran parte de tu vida. Y confías en él. Confía en él conmigo. —¿Por qué coño debería compartir? —Porque —dice JD con calma—. Porque tú, de todas las personas, entiendes la finalidad de los sacrificios a corto plazo para resultados a largo plazo. Empiezo a bombearlos lentamente. Ambos hombres me miran, y luego el uno al otro. —Solo únete a nosotros, Ark —dice JD—. Solo deja de tratar de controlar las cosas y dejar que sucedan. Por una vez, hombre. Eso es todo. Una vez, ahora mismo. —No soy gay, JD. No me interesa follar tu culo. JD se ríe. —Yo tampoco, imbécil. Pero estoy abierto a… —Él me mira, y luego de nuevo a Ark—. Experimentar. —Tampoco estoy abierto a experimentar. Me arrodillo y tomo a Ark en mi boca, aun bombeando la polla de JD. Ark me observa durante unos segundos mientras giro mi lengua alrededor de su punta, metiéndola en la pequeña abertura. Esto lo hace inhalar bruscamente, y luego JD empuja mi cabeza y me guía a llevarlo más profundo. —¿Te gusta eso, sin embargo? —pregunta JD—. ¿Te gusta cuando le digo que te chupe? Cuando la empujo para darte un poco más. Cuando… —Él pasa un dedo por mi mejilla y acuna mi barbilla. Luego, un momento después, está ahuecando las bolas de Ark—, cuando te ayudo un poco, ¿verdad? Hacer que te sientas un poco mejor. Hacer que te vengas un poco más duro. —JD se agacha y tira de mi rostro a un lado, sus labios me reclaman. Pero con suavidad. Muy, muy

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suavemente. Me besa como si estuviéramos enamorados, su lengua retorciéndose contra la mía, su aliento suave, con una mano en mi cabello, y la otra todavía ahuecando las bolas de Ark. Y luego muerde mi labio y desliza su boca por encima. Solo lo suficiente para rozar la mejilla contra la dura longitud de Ark. —Joder —gime Ark—. Amigo, no… Pero es demasiado tarde. JD voltea la cabeza y abre la boca, y no hay manera de que su lengua no lo lama. La punta de Ark desaparece dentro de la boca de JD, y luego vuelve a aparecer igual de rápido. JD se levanta y guía mi cabeza hacia nuevo a trabajar. Succiono a Ark como si nada de eso hubiera pasado. Pero sé que los hombres se están mirando el uno al otro ahora mismo. —Te gustó. Sabes que lo hizo —asegura JD. Como yo. Porque ambos sabemos que fue caliente como la mierda. Ark responde con un largo exhalación y que dice un millón de cosas. Dice que está encendido. Dice que quiere más. Dice que no está seguro de lo que acaba de pasar, pero está seguro de que le gusta. Dice que sí. Dejo que su pene se deslice fuera de mi boca y luego me levanto. Tomo a cada uno de ellos de la mano y empiezo a caminar hasta el dormitorio de Ark. Ambos me siguen en silencio. Cuando llegamos JD enciende la pequeña lámpara en la mesita de noche, sube a la cama, se acuesta y comienza a masturbarse. Ark aprieta mi mano mientras ambos lo observamos. —Vamos, camarógrafo. —JD asiente con la cómoda donde está una cámara de frente a la cama. Luego hacia otra en la mesita de noche—. Estoy listo para mi primer plano. Ark y yo nos reímos a carcajadas, y JD nos hace una de esas sonrisas torcidas que usa cuando sabe que se le aprecia por lo que hace mejor. Gente encantadora. —Hablo en serio, imbécil —continúa—. Quiero lujuria, Ark. Quiero sexo. Lo quiero de todas las maneras. Lo quiero en la película para poder verlo mañana. Quiero pasión, y sudor.

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—Y amor —digo, cortándole el paso y mirando a Ark—. Quiero amor. Yo también lo quiero todo. Quiero el dolor y el placer. Quiero lo bueno y lo malo. Quiero la luz y la oscuridad. JD y yo esperamos a que Ark salga mientras mira entre nosotros dos. —Nunca va a funcionar —dice finalmente. —¿Por qué? —pregunta JD—. ¿Qué tiene de complicado esto? Dos mejores amigos que siempre pueden encontrar un terreno mutuo. Una chica guapa que nos quiere a las dos. Es la trifecta, Ark. Fuimos a las carreras, hicimos una apuesta de un dólar y volvimos a casa diez mil dólares más ricos. Ganamos la lotería, viejo. ¿Por qué rechazarías esto? —Porque, JD. No todo debería venir de tres en tres. Nunca va a funcionar. —¿Qué necesita funcionar? Tenemos sexo juntos, fin de la historia. Ark todavía vacila. Sé que está dentro. Sé que no se irá. No después de todo esto. Puede que se vaya mañana, o la semana que viene, o el mes que viene... pero no se irá hoy. Es solo que necesita racionalizar esto en su mente antes de perder el control. Y por lo que JD dice, el control es lo suyo. —¿Dónde duerme ella? —Dormiremos aquí dentro. —¿Nosotros? —Nosotros tres —explica JD—. Si estamos dentro, estamos dentro. Estamos juntos. Somos... un... trío. No uno, no dos, sino tres. Podemos dormir aquí. O podemos dormir en mi habitación. ¿A quién le importa? Tendremos sexo alucinante y luego nos quedaremos dormidos. Como todos los demás. Y se está haciendo muy tarde, idiota. Quítale la ropa, Blue. Y traigan sus traseros aquí para que podamos follar. Ark sonríe cuando lo miro y sé que hemos ganado. Eso fue todo. Es todo lo que necesitaba. Solo una conversación directa entre ellos para establecer las reglas básicas. JD quiere divertirse.

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Ark quiere compromiso. Y yo quiero las dos cosas. Alcanzo el botón de abajo en la camisa blanca de Ark. No está metido dentro. Nunca lo está, por lo que he visto. Lo desabrocho de abajo hacia arriba y cuando llego a su corbata azul colgada flojamente alrededor de su cuello en esa clase de forma de hombre de negocios desaliñado, lo levanto y lo tiro al suelo. Se quita la camisa, revelando un pecho que está musculoso a la perfección. Las crestas y saltos que conforman el paisaje de sus abdominales se ensombrecen a la perfección para mostrar su impresionante físico. Espero tener que llevarlo a JD, pero me sorprende al meterme en sus brazos y llevarme a la cama. Me coloca suavemente al lado de su mejor amigo, y luego se arrodilla delante de mí, abriendo mis piernas y colocándose entre ellas. —¿Estás segura? —pregunta. —Lo estoy —dije. Y luego sus ojos se lanzan hacia JD y asiente con la cabeza. —Está bien. Pero lo mantenemos abierto y lo respetamos. JD también se pone de rodillas, pero me levanta un poco la espalda y se posiciona detrás de mí, agarrándome las tetas un poco más fuertes de lo que debería, solo para mostrarle a Ark que tiene sus propias ideas sobre el asunto. Pero Ark está mirando mi vagina ahora. Está tan jodidamente mojada. Lo he querido todo el día. JD no me tocó mientras hacíamos los preparativos para seducir a Ark. Me dejó esperando y no soy más que una vasija mojada y descuidada de mis necesidades ahora mismo. —Mantenla abierta para mí, JD —dice Ark. Casi me vengo justo allí. Las manos de JD dejan mis pechos y me agarran bajo mis rodillas, me suben las piernas para que me levante el culo un poco de la cama. Y luego Ark se sumerge. Entierra su cara en mis pliegues. Su lengua me lame de punta a punta. Sus dedos me empujan hacia adentro, estirándome, deslizándome por dentro mientras busca mi lugar de placer.

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Él la encuentra y yo arqueo mi espalda, alejándome del pecho de JD. Me muerden el hombro por eso. —Estate quieta, Blue —gruñe JD en mi oído—. Esta noche te vas a venir duro. Y lo harás más de una vez. Su charla sucia, combinada con el talento de la lengua y los dedos de Ark, me hace retorcerme aún más. —Fóllame —susurro—. Solo fóllame ahora y podremos jugar después. JD me mete la mano por debajo del culo y me levanta para que pueda deslizarse por debajo de mí. Su polla dura presiona entre mis nalgas, buscándome. Ark se retira un poco, sus ojos nunca dejan la acción sucediendo abajo, mientras JD posiciona su polla en mi culo arrugado. —Mójala por mí —le pide JD en voz baja. Ark responde bombeando sus dedos en mi coño unas cuantas veces y luego arrastrando mis jugos resbaladizos abajo a mi culo. Se inserta, partiendo los músculos y haciéndome gritar. Pero me encanta. El dolor se ha ido demasiado pronto, y el canal está mojado y listo cuando JD posiciona su polla y se mete dentro de mí. —Oh, sí —me quejo. Es dolor, pero se siente tan bien. Me estira el culo y luego está lo suficientemente lejos como para superar los músculos que me aprietan y hacerlos relajarse. Ark se acerca más, bombeándose la polla. —Cámara —digo—. Coge la cámara. —Al diablo con la cámara —dice Ark. Y luego me golpea con su polla sobre mi clítoris, haciéndome chillar. Un momento después, él también está dentro de mí. Me llenan. JD bombea lentamente desde abajo. Ark se lanza desde arriba. Su pecho cae sobre el mío, y luego se inclina en mi oído y susurra tan bajo que apenas puedo oírlo sobre el jadeo de la lujuria. —Te deseo. No tengo tiempo para decírselo, o decir que me tiene, o cualquier cosa porque los dedos de JD se acercan y encuentran mi clítoris. Y eso es todo lo que se

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necesita. Me aprieto, haciendo que los dos gruñan y se quejen de la presión, y los tres venimos juntos. Un largo y simultáneo flujo de liberación que me golpea tan fuerte que me da vueltas la cabeza. Después de unos momentos de jadeo JD agarra mi teta y me aprieta, justo cuando Ark se derrumba encima de nosotros. —¡Sal de ahí! ¡Idiota! —dice JD junto a mi oreja. Ark se voltea y se desploma contra la almohada mientras JD me desplaza hacia un lado y engancha su pierna sobre la mía, tirando de mí en sus brazos. —No te muevas, cariño —dice, aún sin aliento—. Quédate ahí mismo. Miro a Ark y sé que está molesto con el movimiento de piernas de JD. Rueda los ojos y empieza a darnos la espalda. Pero yo le tomo la mano y la traigo a mis labios. —Acércate —digo, besando sus dedos. Deslizo los labios alrededor de ellos y chupo por un momento. Sus ojos se iluminan con su sonrisa. —Eres una chica sucia, Blue. Le quito los dedos de mi boca. —Saben a mí. Retira su mano, pero se acerca lo suficiente como para dejarme abrazar su bíceps. Y esa es una oferta que no puedo rechazar. Es un paso monumental de su parte. Dejando que los tres durmamos juntos en su cama, es más de lo que JD y yo esperábamos cuando armamos todo esto antes de que Ark llegara a casa.

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Ark

M

e despierto oliendo a sexo. El cuerpo cálido de Blue contra el mío se siente tan bien que la abrazo y la acerco. —¿Dónde está JD?

—Duchándose —murmura en mi pecho. Abro los ojos y reviso el reloj. Ocho de la mañana. —¿Adónde carajo va? —Dijo que a conseguir el desayuno. Maldito JD. —Muévete, Blue. Tengo que ir a ver qué está haciendo. Coloco mis piernas sobre el costado de la cama y pongo mi cara en mis manos y trato de llegar a un acuerdo sobre cómo mi vida podría estar cambiando ante mis ojos. Sigo desnudo y tuve un trío con mi mejor amigo y una chica que quiero tanto, me está volviendo loco. En los cuatro años que llevo aquí en Denver, nunca antes había puesto en peligro mis metas. Hasta ahora. Siempre he tenido un ojo en el premio. Puede que me haya tomado mi tiempo, pero nunca me alejé de mi meta original. ¿Esto es irse? ¿Arriesgaré todo por tener esta relación en términos que todos podamos aceptar? ¿Ella vale la pena?

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Miro por encima de mi hombro y la encuentro durmiendo otra vez. Su boca está un poco abierta y su pecho se eleva y cae en un ritmo lento y constante. Ella vale la pena. No sé por qué, solo sé que esta chica es la indicada. Y si tengo que jugar a las casitas con JD por un tiempo para mantenerla, lo haré. Me levanto y camino hacia mi ropa en el suelo, arrastro mis jeans y busco a JD. No lo vi levantarse al amanecer, eso es seguro. Llamo a su puerta y se abre una poco. —Entra —dice—. ¿Adónde carajo vas? —pregunto, molesto. —A traer algo de comida. ¿Tienes una petición? —Se pone una camiseta en la cabeza y luego saca una franela limpia del colgador de su armario. —Podemos ir todos juntos. Sacude la cabeza. —No. Blue dijo que no saldrá del apartamento. —¿Qué? ¿Cómo hoy? —No, como nunca. Dice que tiene fobia a salir. —¿Qué? Esto ya ha durado bastante. Eso es mentira... —Oye —dice, levantando las manos—. Solo te estoy diciendo lo que ella me dijo. Así que voy a salir a buscar algo de comida y volveré en media hora. —Hagamos comida. Se detiene, su pie a medio camino dentro de su bota, y me hace un guiño. —¿Quieres decir como una familia? —Vete a la mierda. JD se reanuda con las botas puestas y luego trabaja en abrocharse el cinturón antes de volver a mirarme. —Estoy bien, ¿de acuerdo?

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—No te creo. —Bueno —Mete su billetera en el bolsillo trasero—, ¿a quién le importa? No necesito tu permiso para salir a conseguir el desayuno. No necesito tu permiso para salir y hacer cosas que crees que estoy haciendo cuando no lo estoy haciendo — dice—. No voy a hacer eso. Así que si eso es lo que piensas, jódete. Y entonces sale del dormitorio y yo escucho sus botas pegadas en el suelo hasta que abre la puerta principal y la cierra de golpe detrás de él. Camino de vuelta a mi habitación y vuelvo a la cama con Blue. —¿De qué iba eso? —Nada —digo, acercándola a mí otra vez. Me gusta cómo huele ahora mismo. Es una mezcla de nosotros tres—. Necesito llevarte a la clínica hoy. Conseguir unas pastillas. —No —dice ella, muy firmemente. —¿Cómo qué no? Me metí dentro de ti. No estás en ningún control de natalidad. Tenemos que ser más cuidadosos, así que eso implica un viaje a la clínica. —No me voy a ir. Hmmm. Así que es verdad. Se está confinando dentro. —¿Por qué no? Se gira en la cama, así que me mira a mí. —Me da pánico cuando tengo que salir. Por eso cuando me encontraste, estaba temblorosa y sin aliento. Intentaba esconderme debajo de ese toldo, para hacer espacio cerca de mí. Necesito espacios cerrados. Bueno, eso es interesante. —¿Cómo se supone que voy a llevarte a cenar? Se ríe. —¿Qué?

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—Cena. Tengo esa ropa para ti, ¿recuerdas? Íbamos a ir a cenar la otra noche y nos desviamos. Así que si no te vas de la casa, no puedo sacarte. Estudia mi cara intensamente. Como si tratara de decidir si hablo en serio. Lo estoy. Así que está convencida. —Puedo cocinar. Vale, es todo lo que necesitaba. No es irrazonable. Tiene miedo de algo. Dudo mucho que tenga agorafobia, pero creo que tiene una buena razón para querer quedarse. No tiene miedo de salir de casa. Tiene miedo de que la atrapen. Es solo que, no puedo imaginarme por qué tiene miedo de que la atrapen. ¿La violaron? Parece posible con todas las marcas en ella. Empiezan a desvanecerse ahora, lo que me dice que probablemente ocurrieron esa mañana que la encontramos. Pero ella ha aludido a ser una participante voluntaria en algo sexualmente desviado en varias ocasiones. ¿Quién la está buscando? —Puedo ver tu mente girando, sabes. —¿Es eso cierto? —pregunto—. ¿En qué estoy pensando? —Quieres respuestas. Y no voy a ofrecerles nada. Todavía no. Si dejo este loft, no voy a volver. —¿Qué? —Me siento para esta parte—. Explícame. Se encoge de hombros y se da la vuelta, mostrándome su espalda estropeada bajo el brillante sol de la mañana. Levanto su cabello y estudio la marca. —Es un círculo, eso significa para siempre. —Sí —dice en voz baja. —Pero no hay un contrato legalmente vinculante para siempre, Blue. —Soy consciente. —¿De qué tienes miedo? ¿Que alguien te vea y te lleve de vuelta? —Algo así.

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—¿Matarte? Silencio. Respiro hondo y me recuesto, mi brazo empujando por debajo de su cadera para que pueda rodear su cintura. —Podemos quedarnos. No es gran cosa. Cenaremos juntos. Gira un poco la cabeza, mirándome por encima del hombro. —¿Podemos? ¿Nosotros tres? Me encojo de hombros. —No controlo a JD, pero sí. Me comeré tu comida. Se da la vuelta todo el tiempo y me mira fijamente. —¿De qué se trata esto? ¿Ahora usted es el Sr. Agradable? —Nunca soy el Sr. Desagradable. —Como sea. —Se ríe—. Eres entrometido y mandón. Quieres tomar todas las decisiones y odias cuando no puedes. Apenas te conozco, y estas cosas son tan verdaderas que las descubrí en el primer día. —¿El primer día? Estuviste fuera de esto el primer día. —Y aun así te tenía atrapado. La miro fijamente durante unos segundos. Necesita comer más, eso es seguro. No parece enferma, como el primer día que llegó aquí. Pero aún está muy delgada y parece débil. Su tez es demasiado pálida y su cabello no es saludable y brillante. Pero sus ojos están llegando allí. Y esto me da esperanza. Suficiente esperanza para darle cierto margen de maniobra para encontrar su camino hacia adelante. —Solo quiero lo que es bueno para ti, eso es todo. Quedarme o salir no es una pelea que me interese pelear. Ella me toca la cara. —¿Por qué estás interesado en todo? Le tomo el dedo y lo jalo hasta mis labios para darle un beso.

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—Creo que necesitas ayuda. Y yo quiero ser el que te la dé. —¿Eres un buen samaritano? —Algo así. Se ríe entre dientes por la forma en que imito su respuesta hace unos segundos. —Está bien, entonces. Les haré comida y comerán conmigo y no me presionarás para que me vaya de aquí. —Trato hecho —le digo—. Ahora volvamos a dormir. Con un poco de suerte, JD se perderá camino al lugar del desayuno y nos dejará solos un rato. Se da la vuelta, su espalda presionada contra mi pecho. —Sé que te preocupas por eso. Pero no entiendo por qué. A mí me parece que está bien. —Bueno, Blue, si alguna vez tienes ganas de salir del loft, quizás algún día puedas seguirlo. Entonces sabrás lo que está tramando. Entonces sabrás por qué me preocupo. —¿Es malo? —Su voz delata su preocupación. —Puede serlo. Pero no está mal ahora. Así que déjame encargarme de ello. Y el control de natalidad. Prepararé una cita para que el médico venga a verte. —¿Qué doctor? ¿Tienes un médico en mente? —Al que enviamos a las chicas. —¿Tu doctor de putas? —Ella me empuja, pero yo aprieto los brazos y me inclino hacia su oreja. —Detente. Encontraré uno bueno, entonces. No intentaba insultarte. Es algo de lo que tenemos que ocuparnos y no es negociable —le susurro—. Pero sería mucho más fácil si aceptaras dejar el loft. —No tengo mi identificación. No tengo tarjeta sanitaria. Y no quiero dar mi verdadero nombre. No sé por qué, pero al oírla admitir que su nombre no es Blue, me dejo frío. Quiero decir, le di el nombre. Sé que no es real. Pero de alguna manera se me olvidó.

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—¿Cuál es tu verdadero nombre? —Blue —dice ella, aspirando un poco de aire para que se vuele el pelo por encima de los ojos—. Me gusta ser Blue, así que ese es mi verdadero nombre. ¿Cuál es tu verdadero nombre? —Ark —le respondo—. Solo soy Ark. —Ark es un nombre raro. ¿Cómo se llama JD? —Nunca dijo —miento, pensando en el día que lo conocí en la estación de autobuses—. Así que nunca ha sido nada más que JD desde que lo conozco. —No necesito anticonceptivos, Ark. Cierro los ojos, comprendo inmediatamente, pero no quiero que sea verdad. —No necesito anticonceptivos porque no puedo quedar embarazada. Así que no te preocupes por eso. Con la mayoría de las chicas, yo diría que es un farol. Pero sé que no es un farol. Nos quedamos en silencio un rato. Pensar en bebés que nunca serán concebidos. Y nombres falsos. Sobre encontrar gente cuando no estás buscando. Sobre escapar del pasado y fingir que no existe el futuro. Vivimos en el presente por unos momentos y luego se rompe el ánimo contemplativo cuando la puerta principal se abre y se cierra. —He vuelto, idiota. Y conseguí el desayuno —grita JD desde la sala de estar. Ni Blue ni yo nos movemos cuando entra en la habitación. Pero JD puede leernos inmediatamente—. ¿Qué pasa? Me desenvuelvo de Blue y me siento. —Nada. —¿Cuál es tu verdadero nombre? —pregunta Blue. —¿Eh? —JD le sonríe de esa manera de él. Dios, a veces desearía poder ser él. A veces desearía poder dejar ir todo este equipaje y ser JD. Genial. Divertido. Encantador. Hermoso.

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Porque JD tiene todo a su favor. Lo he visto hablar con chicas dulces lo suficiente para saberlo. Es exactamente lo que quieren. Añade el hecho de que vale casi 14 millones de dólares, y eso sella el trato. —James David —dice, rebotando en la cama, haciendo que Blue y yo rebotemos con él. Se acomoda a su lado y se inclina hacia abajo para un beso. Ella le obliga sin siquiera perderse ni un momento. Sus ojos se encuentran antes de que ella cierre los suyos, sus labios tocándose mientras él barre su lengua dentro. Debería sentirme celoso, pero extrañamente, no. Me hace sentir... contento—. Pero odio ese nombre. Mis padres nunca me llamaron así. Siempre fue JD. Y luego me mira para ver si tengo algo que añadir. Pero al diablo con esa mierda. No lo estoy tocando. —¿Qué has conseguido para desayunar? —le pregunté en su lugar. —Bagels. Montones y montones de bagels. Y café también. Así que no tenemos que beber esa mierda que Ark llama Joe. —Y luego nos arranca las sábanas en un silbido y saca a Blue en sus brazos—. Comer, ducharse, follar. Esos son mis planes para hoy. Blue se ríe mientras la saca por la puerta del dormitorio. La sigo unos segundos más tarde y la encuentro sentada desnuda encima de la barra de desayuno. —Brrrr —dice ella, frotando sus brazos. —Necesitas ropa —le digo, tomando un café de JD y dándoselo a ella—. ¿Cómo conseguirás ropa si te niegas a salir del loft? —Voy a comprar para ella —ofrece JD—. Tengo un gusto excelente. Iré después de follar. Blue se ríe y sacude la cabeza. Pero solo puedo pensar en lo que podría hacer mientras está de compras. —Iré —ofrezco, agarro un panecillo y cojo el queso crema—. Puedes quedarte con Blue. JD me mira con mala cara. —He dicho que iré. Levanto las manos, me rindo.

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—Bien. Voy a hacer que Blue se quede desnuda todo el día hasta que vuelvas. —Cuando la miro, está masticando despacio, viéndonos interactuar. —Hazlo tú. Pero esta noche cuando volvamos del trabajo, y estoy listo para la cama, mientras tú te quedas toda la noche editando, ella duerme en mi habitación. Y luego le guiña el ojo. Sabiendo muy bien que él esbozó un parámetro de nuestra incipiente relación. En las noches que trabajamos, ella le pertenece a él. Y trabajamos más noches de las que no trabajamos. Así que sí. Él gana. —¿Qué hacen exactamente en el trabajo? —pregunta Blue. —Nada de lo que tengas que preocuparte —digo rápidamente. —¿Qué carajo? —pregunta JD. —¿Qué? —le pregunto—. No quiero que piense en lo que hacemos. —¿Por qué? —interrumpe Blue. —Sí —dice JD, todo cabreado—. Ella ya lo sabe. Eso es algo que nunca entendí de ti, Ark. ¿Por qué carajo te importa lo que la gente piense de nuestro negocio? —Es porno —digo. Como, ¿hola? —¿Y? Ray es el Rey del Porno. Y nunca tiene problemas para decirle a la gente lo que hace. Vamos a abrir nuestro propio sitio en unas semanas. No hay forma de que puedas racionalizarlo entonces. —No me preocupa racionalizarlo. —Mentira. Odias el hecho de que hagamos porno. Tú preferirías hacer cualquier otra cosa, pero no puedes porque los condominios, los autos deportivos y cualquier cosa en la que gastes tu dinero, no son gratis. Solo estás en esto por el dinero.

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—¿Y a qué quieres llegar? —Doy vuelta los ojos en la dirección de Blue, pero tiene una mirada seria en su cara que me hace detenerme y volver a evaluar—. ¿Quieres saber qué va a hacer esta noche? Quiero decir, ¿en serio? ¿Quieres que te cuente cómo tenemos a una chica en fila para chuparle la polla en un club abarrotado en la pista de baile? Ella agacha la cabeza y mastica su panecillo. —No es asunto mío lo que ustedes hacen. —Jesús, joder. ¿Qué pasa con ustedes dos? ¿No tienes sentimientos, Blue? ¿No te molesta que JD tenga a otra mujer de rodillas esta noche? —Eres un imbécil —me dice JD. —¿Por qué? Querías hablar de trabajo. —Porque quieres esconderlo. No estamos haciendo nada malo. —La semana pasada no hicimos nada malo, esta semana lo haremos. —¿Por qué? —gruñe—. ¿Esta semana eres demasiado bueno para el porno? —No, idiota. Porque esta semana tenemos una relación.

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Blue

R

elación. Vaya. Para un tipo que se resistió hasta el último segundo, una vez que está dentro, está al todo. JD se ríe.

—Estamos follándola, Ark. No nos casaremos con ella. Me deslizo del mostrador. —Voy a tomar un baño, si está bien. —Ambos me miran mientras camino entre ellos y derecho hacia el pasillo. Su discusión continúa después de que me he ido. Todavía puedo oírlos en el dormitorio. ¿Cómo es que estos dos son amigos? No lo entiendo. No podrían ser más diferentes. Cierro la puerta para no tener que escuchar su pelea. Es estúpido, de todos modos. Ellos hacen pornografía. Son escoria. No hablar sobre ello no cambia el hecho. Entro en el baño de Ark y empiezo a llenar la bañera. Veo el paquete de la píldora del día siguiente en la basura y hace todo aún más confuso. Él es tan serio. Es todo orden por dentro. Si no fuera tan desconcertante, me reiría de ello. Porque no entiendo cómo un chico tan práctico y lógico forjó un reino haciendo y vendiendo porno. No cuadra. Ni un poco. ¿Los trajes medio desarreglados? Quiero decir, amo como lucen. Él es áspero de una manera muy ordenada. La camisa blanca por fuera. La corbata floja. ¿Por qué llevar una corbata así? ¿Por qué molestarse con

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una corbata que no está arreglada? Siempre jeans y botas y ese tatuaje que tiene, dragones luchando sobre una perla azul. ¿De dónde demonios vino? Es como si Ark no pudiera decidir si es un motociclista o un hombre de negocios. Y JD... Jesús. No tengo ni idea de qué pensar de él. La forma en que Ark habla, está loco o algo así. Es inestable. Tiene problemas. ¿Qué tipo de problemas? Así que se va de vez en cuando. Si pudiera dejar este estudio, también me iría. Pero al igual que pasa con Ark, hay algo con JD también. ¿Relación? ¿Es eso lo que es? Miro hacia arriba y me encuentro mirando mi rostro desde el espejo. —¿Qué estás haciendo? —Pero la chica del otro lado no responde. En lugar de eso hay un golpe en la puerta—. Entre —digo. Ark abre y se para en el umbral sosteniendo su cámara. JD está detrás de él. Ninguno de ellos dice nada y estoy inmediatamente molesta con esto. —¿Qué? Ark abre su boca, pero JD es quien responde. —No te preocupes por nuestra discusión, Blue. Lo hacemos todo el tiempo. Pero sé de alguna manera, dentro de mí, que eso no es cierto. Creo que antes de venir, nada molestaba a estos dos. Creo que antes de mí, no habían tenido una discusión en meses. Tal vez años. Pero que se jodan. Si quieren mentir, tengo suficientes mentiras por mi cuenta que necesito seguir diciendo. Lo que sea. —¿Quieren unírseme a la tina? —digo en su lugar—. Es enorme. Probablemente los tres podemos acomodarnos. —Ark se aleja de mí y mira dentro de la bañera. Me mira de nuevo a mí y a JD, y entonces a la bañera de nuevo. Como si estuviera calculando el volumen o algo así—. Dios mío, ¿siempre piensas demasiado las cosas? —Pfffft —dice, colocando la cámara en el mostrador frente a la bañera, y luego desabrochando sus jeans—. Nunca analizo nada.

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Miro a JD, que nos está mirando con una sonrisa burlona en su rostro. Tira de su camisa por la cabeza y se quita las botas. —Vamos a follar en la bañera entonces. —No —le digo, exasperada—. No quiero follar en la bañera. Solo quiero relajarme en la bañera. Si ustedes dos quieren relajarse conmigo, entonces está bien. De lo contrario... —Me detengo. Porque me están mirando con el ceño fruncido y las cejas arrugadas. Estoy siendo una perra—. De lo contrario —suavizo mi tono—, solo déjenme enjuagarme y estaré ahí. —Vamos a relajarnos contigo —dice Ark en su tono neutral. Y luego se quita los jeans y camina hacia mí y extiende su mano—. Te sostendré la mano mientras entras. Respiro hondo y sonrío ante el gesto. Entonces tomo su mano y paso sobre el borde de la bañera. El agua caliente roza mis piernas y cuando bajo mi culo, miro hacia arriba y siseo por el ardor. Ark suelta mi mano y luego JD vierte un poco de jabón en el agua para hacer burbujas. —Arrímate —dice Ark, entrando del otro lado de mí. JD entra en el otro, y luego simultáneamente se acomodan hacia atrás, estirando las piernas tanto como pueden a ambos lados de mi cuerpo. —Realmente no entramos, ¿verdad? —Me río. —Lo haremos funcionar —dice JD, agarrando mis hombros y girándome para que mi espalda se apoye contra su pecho. Cuando miro a Ark, se está divirtiendo. Lo que es genial, ya que parece ser del tipo celoso—. ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que estuve en una bañera antes de que vinieras, Blue? —pregunta JD. La sonrisa de Ark crece mientras piensa en esto. —Debo haber tenido como diez años —continúa JD—. Teníamos una vieja y horrible bañera con patas en nuestra casa. No era como vintage y genial, más bien oxidada y de mierda. Odiaba esa cosa. Tomaba una eternidad llenarla. —¿Creciste en Denver, JD? —pregunto. —Sip. Nacido y criado. —¿Qué hay de ti, Ark?

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Ark niega hacia mí, pero no ofrece una respuesta. —Ark creció en Iowa o alguna mierda así. —¿Ciudad o granja? —presiono. Ark solo me mira con esa sonrisa. Sus brazos están acomodados sobre el borde de la bañera a cada lado de él y sus rodillas están levantadas porque JD está ocupando la mayor parte del espacio con sus piernas. Mis dedos de los pies se mueven y puedo sentir la dura polla de Ark presionando contra ellos. Él me da otra sonrisa de suficiencia. Dios, me encantaría que me follara. No con JD, sino solos. —Si eres de Montreal —dice Ark, poniéndome en máxima alerta—. ¿Por qué no tienes acento francés? —Fui a la escuela en los Estados Unidos. —Y lo hice. Eso ni siquiera es una mentira. —¿Dónde? —pregunta JD. Y ahora me siento como si hicieran un equipo para sonsacarme información. —La costa este. Y eso es todo lo que voy a decir al respecto, si eso está bien. — Espero una objeción, pero JD está en silencio y Ark se encoge de hombros—. ¿Qué hay de ustedes? Estoy mirando a Ark, por supuesto, ya que estoy frente a él, pero JD es el que responde. —Fui al Norte. Pero abandoné en el undécimo grado. —¿De verdad? imaginado.

—Giro mi cabeza para mirarlo—. Nunca lo hubiera

—En serio —afirma con una sonrisa—. Es bastante genial admitir eso, y saber que eso nunca hizo alguna diferencia. Soy un millonario que abandonó la secundaria. Pero, si pudiera volver a hacerlo, me habría quedado. Quizá iría a la universidad. —¿Por qué ? —Porque todo lo que hago es actuar. Y realmente, no puedes llamar a lo que hago actuar. Me paro ahí y dejo que chicas me la chupen.

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—JD —dice Arks, enojado con la conversación de su trabajo. JD se encoge de hombros detrás de mí. —Es la verdad. —Eso no es verdad —dice Ark—. Es un vendedor nato. No muchas personas pueden encantar a chicas extrañas para que hagan lo que necesitamos que hagan. —¿Qué van a hacer esta noche? —pregunto. Ark toma una inhalación, la sostiene por un segundo, y luego la deja salir. —Encontrarme con la chica en el club. Esperar a que el espectáculo comience. Dejar que las personas se vuelvan agradables y borrachas. Escandalosos. Entonces llevarla al suelo, ponerla de rodillas, y decir acción. —¿Las personas no dicen nada? ¿No intentan detenerlos? —Tenemos contratos verbales con los dueños de los clubs. Gerentes, seguridad, las bandas, todos están dentro. —¿Entonces ustedes les pagan por que les permitan filmar ahí? —Sip. Cada palma está engrasada. JD agarra el jabón y comienza a frotar hacia arriba y abajo por mi brazo. Vuelvo mi mirada hacia él y sonrío. —Esos se siente bien. —Supuse que lo haría —dice él. —Entonces, si no quieres hablar de la escuela mientras crecías, vamos a hablar de la universidad —dice Ark. Lo miro de reojo. —Bien. Tú primero. ¿A dónde fuiste? —No lo hice. ¿Qué sobre ti? —Yo tampoco. —Estoy mintiendo, pero también él. Así que se joda. El pecho de JD retumba con una risa detrás de mí.

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—Ustedes dos son algo más. ¿Por qué gastan tanta energía siendo hostiles? —No somos hostiles —digo, sintiéndome muy hostil. —Lo que sea. —Bien, entonces —continúa Ark—. Soy un Lagarto. Universidad de Florida. Tu turno. Y eso suena verdad por alguna razón. También tiene un ligero acento sureño en su habla. —Columbia —digo. —¿Columbia? —dice JD—. Mierda, chica. Creciste rica e inteligente. ¿Cómo jodidos terminaste aquí? —Es una larga historia. —Mis ojos nunca dejan el rostro de Ark. —Tenemos tiempo —dice Ark, mirándome también—. Inténtalo, Blue. Vas a tener que contárnoslo eventualmente. ¿Cómo terminé aquí? Ha pasado mucho tiempo desde que pensé en ello, tengo que seguir mi camino en reversa. —Mi mejor amiga de cuando éramos niñas… —¿Escuela? —interrumpe Ark—. ¿O de casa? —Casa —contesto, muy consciente que está buscando detalles—. Ella se mudó a Denver y la seguí allí. —¿Cuántos años tienes? —Jesús Ark —dice JD—. No es un interrogatorio. Tranquilízate. —Veinticuatro —contesto. Y esto es un interrogatorio. Estoy teniendo dificultades para reconstruir por qué este chico siente la necesidad de interrogarme. Él es protector, lo entiendo. Es controlador, eso también tiene sentido. ¿Pero por qué yo? No soy tan bonita. Estoy por lo menos siete kilos por debajo de mi peso, mi cabello es quebradizo, y mi piel es pálida. Parezco cansada, incluso después de unos días de descanso. Me veo oprimida. ¿Así que por qué está tan interesado? ¿Por qué ambos están tan interesados?—. ¿Qué sobre ti? —Veintisiete.

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—Veinticinco —agrega JD. —Entonces tu amiga vino a Denver y… Levanto mis rodillas y envuelvo mis brazos alrededor de mis piernas, apretándolas hacia mi pecho. —Ella vino a Denver y trabajó como mesera al principio. Pero entonces… — Tengo que detenerme y hacer esta parte—. Pero entonces ella llamó y me dijo que estaba embarazada y podría pasar el verano con ella y ser niñera. Ark estrecha sus ojos. —¿Por qué iba a suponer que dejarías tu vida e irías a ayudarla? —Éramos mejores amigas ¿sabes? Y yo no estaba trabajando. —¿Así que viniste a Denver el verano pasado? Sacudo mi cabeza. —¿El verano antes del último? Asiento. —Bueno, mierda, Blue. Eso es mucho tiempo en la ciudad. ¿Qué demonios has estado haciendo aquí? —JD está comenzando a poner esto junto. Ark siempre lo ha sabido. Es como si me hubiera visto en la lluvia esa mañana y pudiera leer mi mente. Pero JD estaba a punto de viajar—. ¿Blue? —pregunta él, empujándome para mantenerlo divertido. Pero la diversión se ha ido. Tengo que tomar la decisión y tengo que hacerlo ahora mismo. Confiar o no en ellos. Y si lo hago, entonces sí, eso es un gran paso. Y si miento, lo sabrán. No podré quedarme aquí mucho tiempo más. Un día o dos a lo sumo. Y entonces, ¿a dónde iría? No puedo llamar a mi padre. Eso sería un gran asunto. No puedo regresar a las calles. No hay forma que no me estén buscando todavía. Ellos saben que no tengo identificación, ni ropa, ni pasaporte. No puedo dejar el país. No puedo ir a las organizaciones benéficas locales, me encontrarían primero. Ni siquiera puedo ir a la policía. ¿Quién sabe cuántos oficiales tienen en la nómina? ¿Y quién sabe qué tan alto están?

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—Tienes que confiar en alguien —dice Ark, tranquilo como puede estar. Él está acostumbrado a hacer esto. Algo sobre su profesionalidad separada es muy familiar para mí. Y tiene razón, necesito confiar en alguien. Pero, ¿dos chicos que hacen pornografía para vivir? ¿En serio?—. Comienza con la marca. Todo el cuerpo de JD se endurece detrás de mí cuando Ark dice la palabra marca. Sacudo mi cabeza automáticamente ante eso. —Eso es el final, no el inicio. —Lo suficientemente justo. ¿Qué pasó cuando llegaste aquí? —Comimos en un lugar en Colorado Boulevard. —¿De qué ciudad vienes? —Montreal. Estaba en casa para el verano cuando ella llamó. Esa es la única forma que sabía que me tenía. —Y te fuiste a Denver. Sé lo que está implicando. Y bien. Lo que sea. ¿A quién le importa si se da cuenta de que crecí con privilegios? —Te dije, no estaba trabajando. No podía encontrar un trabajo. No tenía nada que me impidiera ir. —¿Qué clase de trabajo haces, Blue? No sé por qué cuando JD hace esa pregunta suena tan… genuino. Pero cuando Ark lo pregunta, me hace querer mentir. JD me hace querer decirle todos mis secretos. Puedo oír la simpatía en su voz. —Soy periodista. Los ojos de Ark se encuentran con los de JD durante varios segundos, como si estuvieran teniendo una comunicación secreta. Su mandíbula se aprieta. —¿Entonces viniste a Denver a buscar trabajo? ¿O a ayudar a una amiga? —Ambos. —¿Conseguiste el trabajo, Blue? —Esta vez es JD.

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—No. Yo… —Tengo que tomar una respiración profunda, así que me detengo. Y una vez que me detengo, no puedo encontrar la manera de continuar. —Solo dilo, nena. —JD se apoya en mi cuello y me besa—. Solo dinos que estás pensando. No te juzgaremos. Quiero decir, míranos. Hacemos porno. —Pensé que si podía ayudarla, podría escribir sobre ello. Y luego lo publicaría en línea. Y tal vez eso me traería un trabajo de verdad. Quiero decir, ellos querían que yo fuera una blogger, chicos. —¿Qué? —pregunta Ark—. ¿Quién? —Después de la escuela. Apliqué a cientos de publicaciones. Y conseguí una oferta para un blog. Un blog —repito—. Y sé que algunas personas tienen grandes carreras como bloggers, pero esto no tenía nada que ver con eso. Eran bloguear estadísticas. Ni siquiera escribía. Solo copiar y pegar. —Bien —dice Ark, un poco molesto—. No entiendo lo que tiene que ver con algo de lo que está pasando. ¿Cómo se conectaba con tu amiga? ¿De dónde sacaste esa marca? ¿De quién coño te escondes? —Cuando Janine vino a mí y me pidió ayuda, fue un gran favor, ¿bien? Ella estaba embarazada y me dijo que iban a llevarse a su bebé y dárselo a otra pareja para que lo adoptara. —¿Quién? —exige Ark, haciéndome saltar. Los brazos de JD me rodean, tratando de calmarme. —Y pensé que esa era la oportunidad perfecta, ¿sabes? Podría ayudarla, ¿verdad? Podía impedir que esa gente se llevara a su bebé. Y podría escribir una exposición sobre lo que ellos hacían y tal vez conseguir un trabajo por ello. Ark apoya su rostro en la palma de sus manos. Toma una profunda respiración. —Por favor, dime que no infiltraste este grupo para escribir una historia. Trago con fuerza. —Lo hice.

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Él se pone de pie, sale de la bañera, mira la cámara como si se hubiera olvidado que estaba allí, luego la agarra y sale, dejando un charco de agua en el suelo detrás de él. —Maldición, Blue —dice JD—. Esa fue una idea bastante estúpida. —Me doy cuenta de eso ahora. Quiero decir, también me di cuenta de eso entonces. Me tomó unos cinco minutos entender que me jodí de una manera importante. —¿De dónde salió la marca? —Yo... yo... yo me uní. —¿Te uniste? —Ark asoma la cabeza en el baño mientras abotona una de esas camisas de vestir blancas. Ya tiene los jeans puestos. Como si fuera a algún lado—. ¿Por qué coño harías eso? Me encogí de hombros y lo miré. Está tan enojado. ¿Por qué está tan enojado? Luego desaparece, y luego vuelve a aparecer tirando de sus botas. —No lo sé, chicos. Era como si me hubieran lavado el cerebro o algo así. Me convertí en... ¿Vas a alguna parte? —le pregunto a Ark. Porque tiene las botas puestas y hay una chaqueta de cuero en su mano. —Sí, vamos a ir a alguna parte. Me va a mostrar dónde coño te tenían. —No lo sé. —Tienes que saber, Blue —gruñe—. Lo sabes. Y no estoy jugando aquí, quiero que nos enseñes. —¡No lo sé! Me vendaron los ojos y me mantuvieron en un sótano o algo así. El otro día, cuando me encontraron, estaba en una fiesta especial esa noche. Me drogaron antes de que sacarme del sótano. Así que cuando me escapé, no entendía dónde estaba. No tengo ni idea de dónde están ellos. No tengo idea de quiénes son. El rostro que vi era de mi esposo. —¿Tu esposo? —dicen ambos al mismo tiempo. —Nunca fue legal. Yo tenía un nombre falso. Así que él no es mi verdadero… —¿Qué coño te pasa? Salto otra vez con el grito de Ark.

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—Shhh —dice JD detrás de mí—. Él no va a hacerte daño, Blue. Solo está molesto porque no dijiste algo antes. —¿Por qué se los diría a ustedes? ¡Son escoria porno! ¿Por qué es esto mi culpa tan de repente? ¿Por qué se preocupan tanto? Ark irrumpe en el baño y se cierne sobre mí, haciéndome inclinar la cabeza para mirarlo a los ojos. Me siento más vulnerable aquí, sentada en esta bañera con los brazos de JD a mi alrededor y la desaprobación de Ark, de lo que jamás me he sentido en mi vida. Incluso después de toda la mierda que he pasado en el último año. —Escúchame, Blue. Estas son las personas que mataron a la chica de JD. Esa marca era su marca. Mataron a su chica y le robaron a su hijo. Por eso estamos tan jodidamente interesados. ¿Bien? Así que vas a levantar el culo y… —No —dice JD. Se pone de pie, llevándome con él, y mira a Ark a la cara—. Solo detente, ¿de acuerdo? Al diablo con esta mierda. No quiero oír nada de eso. No puedo hacerlo de nuevo. No puedo dejar que esta mierda me vuelva a quitar la vida. No puedo. —Y luego su abrazo se evapora y sale de la bañera y se marcha. Ark y yo nos quedamos de pie allí. Mirándonos fijamente a los ojos. Estoy desnuda. Estoy desnuda para él. He sido despojada de todo. —¿Cuánto tiempo? —¿Eh? —Finjo ignorancia. —No —dice en voz baja—. Solo deja de fingir que eres ignorante, o estúpida, o lo que sea que estás tratando de hacernos pensar. Porque no funcionará. Cuánto. Jodido. Tiempo —Quince meses. —¿Has estado desaparecida por quince meses? Asiento. —¿Y nadie te ha buscado?

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—Oh, me buscaron mucho. Mi padre fue un Primer Ministro Canadiense por diez años y ha sido el Embajador en Washington D.C. por cuatro. Ark se estira, agarra mis hombros, y mira fijamente mis ojos. —Oh, Dios mío. Eres Zoey Marshall. Sabía que te reconocía de alguna parte. Las lágrimas vienen, y antes de que pueda detenerlas, están fluyendo por mi rostro. Ha pasado tanto tiempo desde que alguien me llamó por mi verdadero nombre. Demasiado tiempo. —Lo siento —dice, tomando mi mano e instándome a salir de la bañera. Me quedo de pie allí en la alfombra del baño y luego me envuelve con una toalla, llevándome a su pecho en un abrazo protector—. Lo siento jodidamente tanto.

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Ark

B

lue y yo nos miramos por unos segundos. Ella se ve como si su mundo acabara de desmoronarse. Pero entonces la puerta delantera se cierra tan fuerte que el arte en el vestíbulo de las paredes tiembla. Camino a la entrada del baño y miro fijamente la puerta de mi

dormitorio. —¿Vas a ir tras él? Miro a Blue. —No. No puedo hacer esto de nuevo tampoco. Pasé la mayor parte de estos dos años asegurándome de que no hiciera nada estúpido. ¿Y sabes qué? Lo amo como a un hermano. Sí. Pero no puedo pelear esta batalla por él. Si quiere ir a buscar a esa gente solo, no hay nada que pueda hacer. Y es verdad. No puedes salvar a la gente de ellos mismos. Blue se aparta de mí y corre por el pasillo. La sigo. Cuando llego al vestíbulo, ella está de pie en su toalla, empapada, sosteniendo la puerta abierta. —Se ha ido —dice, la tristeza en su voz es clara—. Si algo malo pasa, será mi culpa. —No seas estúpida. Es un hombre adulto, por el jodido amor de Dios. Él puede… —¿Dices que te importa? —grita—. ¡Entonces ve tras él! —Tú ve tras él. Le gustas. Él te escuchará tanto como a mí.

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Mira al pasillo otra vez. ¿Irá? Quiero decir, necesita ropa, obviamente. Pero ha estado conformando con el sudor de JD y camisetas toda la semana. Pero no. Cierra la puerta con un suspiro. —No puedo. —¿No puedo? —me burlo—. Más bien no quieres. No me creo toda esta mierda de miedo-a-dejar-el-apartamento. Ella camina hacia la habitación de JD. La sigo de nuevo, y cuando llego allí ella está buscando algo que ponerse. Se pone uno de los bóxer de JD y una camiseta de verano. —Así que obviamente no vas ir tras él. —No puedo irme. Si ellos me ven... —¿Si quién te ve? —Ellos —susurra, mirándome con ojos nublados—. Saben quién soy, Ark. Y no les importa. Saben que mi padre tendría el poder de dos gobiernos de su lado si hiciera una llamada telefónica. —Entonces hazla. —No puedo. No puedo ir a casa. No puedo irme de aquí. No puedo hacer nada. Ellos... Se detiene. Y no es necesario leer mentes para entender por qué. —Tienen cosas contra ti, ¿no? Ella inclina la cabeza hacia arriba y respira hondo. —Parece que tienes mucho en común con ellos. Entrecierro los ojos hacia ella. —¿Cómo lo sabes? —Ya que ellos también tienen una afinidad por filmar chicas. Solo que nos preparan. Me filmaron haciendo drogas. Teniendo sexo. Y... —Solo dilo, Blue. —Quiero arrancar su cabello ahora mismo.

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—Y siendo niñera. —Sus palabras son tan suaves, que casi no las oigo. Mi corazón en realidad salta un latido. Tal vez dos—. Solo que no es ser niñera, Ark. Eso es solo la palabra clave. Me estoy estirando para llegar a su garganta y estrangularla, pero lo malinterpreta y se hunde en mi pecho, envolviendo sus brazos a mi alrededor. Santa mierda. Solo mantente tranquilo, me digo a mí mismo. Solo mantente tranquilo. —¿Qué significa ser niñera, Blue? Vamos, solo dímelo. Has dicho mucho, podría muy bien sacarlo todo. —No éramos esclavas sexuales, Ark. No éramos prostitutas, ni strippers, ni amantes. Ellos nos mantenían por los bebés. La sangre está latiendo tan fuerte en mi cabeza. —Y cuando una chica tenía un bebé, ellos se lo llevaban y se lo daban a alguien más. Los vendían, Ark. Y a la chica se le pagaba por entregar al bebé. Asco corre por mis venas. La bilis se eleva por mi garganta. —¿Vendiste un bebé, Blue? —No. Nunca quedé embarazada. —Y luego deja cae su cabeza y llora. Cae al suelo de rodillas. Sus manos cubren su rostro y luego baja la frente a la tierra y gime. Solo la observo unos segundos, y luego la animo. —Ven aquí —digo, recogiendo su cuerpo demasiado delgado y llevándola de vuelta a mi dormitorio. La acuesto en la cama y subo a su lado mientras la tristeza brota de ella en pesados sollozos y ríos de lágrimas. —Shhh —le digo, poniendo mi brazo debajo de ella para poder mantenerla cerca—. Cálmate, ¿sí? —Paso mis dedos de arriba a abajo por su brazo para tratar de calmarla, pero pierde el control. Esta es la chica que encontramos en la lluvia. Así es como debió haber reaccionado ese día. Esta es la reacción que nunca llegó. Porque nunca admitió lo que le pasó. No podía. Nadie sabe cuándo Zoey Marshall desapareció, pero toda Norteamérica oyó hablar de ello en el momento en que se dieron cuenta. Estuvo en todos los

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noticieros nocturnos el año pasado. Y por lo que Blue dice, eso fue meses después de cuando realmente desapareció. Hubo recompensas y sinceras súplicas para su regreso a salvo en las noticias por parte de su familia. Las vigilias se mantuvieron a las afueras de la casa del Embajador en DC y en la casa de su familia en Canadá. Fue un asunto multinacional y duró unos tres meses. Y luego nunca nadie jamás habló de la graduada universitaria perdida de nuevo, porque ella hizo un video en YouTube diciéndole a la gente que estaba en una escritura sabática en algún bosque lluvioso. Hubo algo de alboroto, pero luego todo se calmó. La gente se olvidó de Zoey Marshall. Simplemente desapareció. Acaricio su cabello mientras comienza a calmarse. —Deberíamos llamarlos, Blue. —No —dice ella, hipando—. No voy a deshonrar a mi padre así. No dejaré que lean ese contrato. —¿Qué contrato? —Jesucristo. —Todos firmamos. Era una gran producción. Fue grabado. Y me hicieron recitarlo en voz alta. Prometiendo vender a mi bebé a un hombre quien estaba presente en la habitación, pero usando una máscara para proteger su identidad. No hay forma que vaya a deshonrar a mi padre así. —¿Entonces, porque lo hiciste? No entiendo. —¿Cómo? ¿Cómo podía esta chica vender a su hijo nonato? —Estaba buscando a mi mejor amiga, Janine. ¿Recuerdas? —Ella levanta su cabeza para verme—. Era falso, Ark. Sabía que ella estaba embarazada, pero entonces desapareció. Me imaginé que la única forma en la que tenía alguna oportunidad de encontrarla era entrar en el programa. No sabían quién era yo en eses entonces, tenía una identificación falsa. Pero semana tras semana de las visitas del doctor y no me embarazaba… —Espera. —La detengo. Porque yo tenía que saber—. ¿Cómo estaban intentando que te embarazaras? —Él me follaba. Cada noche mientras ovulaba. Era como un beneficio del contrato, creo. Él era el líder. Tengo que cerrar mis ojos un momento para procesar esto. Tomo aliento. —¿El líder de qué?

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—El círculo de venta de bebés. —¿Y él necesitaba un bebé de ti? —Eso es lo que dijo. No sabía quién era en mi fiesta de contrato, todos usaban máscaras. Era como un baile de máscaras. Todos salvo yo estaban disfrazados. —¿Entonces cuando él se enteró quien eras realmente? —Cuando descubrieron que había recibido una dosis de Depo el día anterior que fuera contratada, pensé que seguramente estaría dentro y fuera en una semana o dos. La dosis dura unos tres meses, y no hay manera de detener los efectos una vez que se da. Pensé… pensé que era tan inteligente, Ark. Realmente lo hice. Continúo acariciándole el brazo. Se está calmando, pero mi ritmo cardiaco se está acelerando. —Pero conocen los trucos, estoy seguro. —Sí. Solo les tomó unos días averiguarlo con un análisis de sangre después de que sospecharon. —¿Y entonces que sucedió? —Ellos me encerraron. Tomaron mis huellas dactilares. Y dijeron que pasaron mi rostro por un programa de reconocimiento facial. Pero eso podía haber sido una mierda. —Entonces sabían que eras Zoey. —Sí. Y luego el líder me mantuvo como su… personal… —Lo entiendo. No tienes que decirlo. —Y cuando mis tres meses pasaron, él intentó embarazarme. Pero me tomó meses quedar embarazada, y luego, cuando lo estuve, lo perdí cada vez. —Santa mierda. —Me pellizco el puente de mi nariz con los dedos—. ¿Encontraste a tu amiga? —No. Pero una chica se acordaba de ella. ¿Y puedes creer esto, Ark? ¿Esos contactos? —Blue se ríe, pero no es una risa feliz. Es una risa que me dice que hay más que llanto por delante—. Esos contratos ni siquiera son honrados. Imagina eso. Una chica vende a su bebé y nunca se le paga. ¿Sabes por qué Ark? ¿Sabes porque nunca reciben el pago?

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Lo sé, pero no puedo impedir que me lo diga. —Porque ellos las matan. Nos violan, roban a nuestros hijos, y entonces nuestra recompensa es la muerte. —¿Todas son secuestradas? ¿O estaban ahí para vender a sus bebés? —Yo era la única encerrada en el sótano, así que puedo asumir que las otras chicas estaban ahí por el dinero. Ellos me mantenían con compañía algunas veces. —¿Y nadie intentó ayudar? Ella sacudió su cabeza negando. —Ellas necesitaban el dinero… —Puto dinero. Nadie necesita tanto el dinero. —Mi grito la asusta, haciéndola encogerse—. Lo siento —susurro—. Lo siento. Es que solo, no puedes ponerte en esa categoría, Blue. No te identificas con ellas. No eres como ellas. Tú eras una prisionera. Ellas vendían a sus hijos. No es lo mismo. —Lo sé —dice ella en un suave susurro. Pero no creo que lo haga y necesito que lo entienda. —Eras una prisionera. —Lo sigo siendo. —No —digo, agachándome para besar su cuello—. No, ahora eres libre, Blue. —Sin embargo no lo soy. Ellos me tienen con ese video. Nadie creerá mi historia. No después de haber mentido sobre donde estaba. —¿Ellos te forzaron a hacer ese video de YouTube? —¿Qué crees? —dice bruscamente. Cierto. Yacemos ahí en silencio por mucho tiempo. Su respiración se calma y comienza a tranquilizarse. Pero lleno de emociones que siento que mi cerebro puede estallar. Comienza a llover afuera, haciendo que la atmosfera aquí sea aún más sombría. Hay un reloj en la pared que marca los segundos, y mi mente está girado con las opciones.

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Pero ninguna se siente bien. Ninguna se siente como si fueran a hacer la diferencia. Finalmente, después de horas de estar allí, me encuentro capaz de hablar. —¿Qué quieres hacer al respecto, Blue? —le pregunto. Ella ha estado tan quieta, que casi creo que se durmió. Pero nadie se duerme con una conversación así colgando sobre ellos. —Quiero olvidar que alguna vez sucedió. —¿Qué hay de tus padres? ¿No quieres ir a casa? Ella mete su cabeza en mi pecho y suspira. —Estoy en casa.

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Ark

D

espués de que Blue se duerme, salgo furtivamente a mi oficina y fumo compulsivamente mientras veo el reloj. JD se fue hace horas. Y no se sabe lo que está tramando o lo que podría hacer. Joder, si llegara a trabajar esta noche.

Finalmente, a las ocho y cuarenta y siete, entra por la puerta del loft. Estoy sentado en el sofá, con la mano sobre el cenicero, listo para sacudir, cuando aparece. —¿Desde cuándo fumas en la casa? —pregunta, cerrando las puertas detrás de él. —Me has preocupado, amigo. —¿Desde cuándo falto al trabajo? —dice, agarrando un cigarrillo de mi cajetilla en la mesa auxiliar y encendiéndolo. —Sabes que no es lo que quise decir. Por favor no me insultes fingiendo que estaba preocupado por el maldito trabajo. ¿Quieres decirme qué está pasando por tu cabeza ahora mismo? Se sienta en la silla a mi izquierda, inhalando un largo arrastre de nicotina, antes de soplarlo en anillos. —No puedo hacerlo, hombre. Simplemente, no puedo hacerlo. Buscarlos me chupará por un agujero negro del que nunca podría salir. Si no hubieras venido cuando lo hiciste, estaría muerto ahora mismo. Lo ha dicho antes, pero esta noche parece real. Más real que nunca. Porque todos estamos al borde de algo. Algo que nos cambiará para siempre.

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—Bueno, me lo dices mucho, JD. Y creo que necesitas saber cuál es su historia antes de tomar cualquier decisión. Roda su cigarrillo hacia adelante y hacia atrás entre el dedo y el pulgar. —No estoy seguro de que importe. —Y luego me mira y sus ojos están rojos. Su cara está pálida. Y sé dónde ha estado. El cementerio. —Ella está muerta. El bebé se ha ido. Tal vez muerto también. ¿Y sabes qué, Ark? Estoy cansado de pensar en ello. Estoy cansado de sentirme así por algo que no puedo cambiar. Y todos estos años me has dado el mismo consejo. Déjalo ir. Así que eso es lo que voy a hacer. Voy a dejarlo ir. Blue está aquí y tal vez ella no es el amor de mi vida, pero está aquí. Y me gusta. Quiero pasar tiempo con ella. Y contigo. Tenemos algo bueno ahora mismo. Somos ricos. Estamos a punto de cumplir nuestro acuerdo con Ray y comenzar nuestro propio sitio. Lo tenemos todo. ¿Por qué joderlo? ¿Tú sabes? ¿Por qué joder todo por algo que no se puede cambiar? Lo sé. Pero también sé lo que él realmente quiere escuchar. Que atraparemos a esos cabrones. Que les haremos pagar. Que vamos a acabar hasta el último de ellos. Quiere oír eso porque eso es lo que me gustaría saber si mi chica fuera asesinada y mi bebé estuviera desaparecido. —Te escucho —digo en su lugar. No soy un héroe. Soy el Príncipe del Porno. Vendo corridas en la garganta de una chica. Vendo folladas en lugares públicos. Vendo videos sucios que degradan a mujeres y uso la polla de mi amigo para ganar dinero. No soy el héroe que está buscando. Soy escoria. —¿Todavía quieres trabajar esta noche? —pregunto después de unos momentos de silencio, soplando anillos de humo. —¿Por qué carajo no? —dice, levantándose para apagar su cigarrillo en el cenicero a mi lado—. ¿Por qué carajo no? —Bien. —Asiento—. Coge mi bolso. Voy a decirle a Blue que nos vamos y a qué hora volveremos. —¿Cómo está? —pregunta, mirando por el pasillo a mi habitación.

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—No estoy seguro, en realidad. —Abro mi boca para decirle quién es y lo que realmente hizo, pero se da la vuelta antes de que las palabras puedan salir. Y luego pierdo el valor. Tal vez sea mejor que no lo sepa. Si él sabe quién era, podría hacer algo estúpido. Es un riesgo que no puedo tomar. Lo dejo para recoger nuestro equipo y caminar por el pasillo, tratando de no hacer que mis botas golpeen demasiado duro el piso. No enciendo la luz, me acuesto en la cama y me siento a su lado. —¿Está bien? —pregunta ella. —Creo que sí —le digo—. Vamos a ir a trabajar esta noche. Voy a lo de Ray a editar después de cada sesión, así que no estaré en casa hasta mañana por la mañana. Pero JD debería estar de vuelta un poco después de las dos. ¿Vas a estar bien? —Sí —ella dice. —No le digas nada cuando regrese esta noche. Acerca de quién eres. Dónde estabas. Ese tipo de cosas. Ella gira todo su cuerpo para poder mirarme. —¿De verdad crees que es una buena idea? ¿Considerando cómo... estamos conectados? —Lo hago, Blue. No te pediría que guardes secretos si no creyera que sea absolutamente necesario. Pero lo es. Por favor confía en mí. Lo es. Ella asiente y luego sus ojos cansados ganan la batalla que está teniendo con la fatiga. —Tenemos que darte un teléfono mañana —dije, inclinándome para besarla—. Y ropa. Y zapatos. Mierda, tenemos mucho que hacer mañana. Así que trata de dormir. —Coloco mi palma contra su mejilla y siento humedad. Todavía está llorando. —Lo siento —dice, las lágrimas salen libremente ahora—. Lo siento mucho. —¿Por qué lo sientes, Blue?

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—Por ser parte de eso. Por ser parte de la cosa que destrozó su vida. —No es tu culpa. Estabas tratando de salvar a tu amiga, te metiste en problemas. —Fui una estúpida. E ingenua. —Ya se terminó. JD quiere seguir adelante. Quiere seguir adelante contigo. Y conmigo. Dale una oportunidad a esta mierda. Ver dónde nos lleva. Y yo lo haré también. A veces solo tienes que dejar ese equipaje que llevas y dejarlo atrás. —Siento que mi equipaje está dentro de mí, Ark. Me llena y desborda. —Lo sé nena. Lo sé. Pero cada día que pasa, un poco de él se evaporará. Y un día te despertarás y te darás cuenta de que estás bien. Se acabó. Y no pueden atraparte nunca más. —Pero ellos pueden atraparme. No están muy lejos. Tal vez justo en la calle. A veces oigo las campanas... —Shhh —digo, inclinándome para besar sus húmedas mejillas—. No hagas eso, Blue. Te quedarás dentro por ahora. No saben que estás aquí. Nadie nos vio llevarte a casa. Nadie te ha visto en el edificio. Saldremos solos esta noche y no lo sabrán. Encontraremos una forma de obtener una nueva identificación y luego iremos desde allí. Ella se relaja y me siento con ella unos segundos antes de inclinarme y besarla en los labios. —Te veré mañana. JD volverá dentro de unas horas. Solo descansa un poco. Ella asiente hacia mí en la oscuridad y luego me levanto y salgo, cerrando la puerta detrás de mí. JD está de pie en el pasillo, a unos cuantos pasos. Sostengo mi respiración y espero a ver si él escucho cuando le dije a ella que le mintiera. —¿Ella está bien? —pregunta. Exhalo en alivio. —Lo estará. Solo duerme con ella cuando llegues a casa, ¿sí? Llévatela a tu habitación. No dejes que pase toda la noche sola. Él asiente hacia mí y luego me entrega mi mochila con el equipo de la cámara.

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—Sigue lloviendo, así que la puse en una mochila a prueba de agua. —Gracias hombre. —Sí —dice él—. No hay problema. Y entonces cuando dejamos el condominio juntos. Saliendo a hacer lo que hacemos. Y no sé él pero yo me siento muy avergonzado de cómo hacemos dinero justo como ahora. Todo el camino hacia allá hablo conmigo mismo. Es solo temporal. Tú vas a hacer la diferencia. Las cosas se están moviendo más rápido ahora. No te rindas con lo que has trabajado tan duro por conseguir. Mantente fuerte y termina lo que comenzaste. Y para el momento que llegamos a Aldo, el gran vigilante alemán que maneja la puerta del Club The Sanctuary, lo creo. —Hola —dice Aldo, extendiendo la mano. La estrecho y me golpea en la espalda un par de veces antes de seguir adelante y hacer lo mismo con JD—. ¿A qué hora nos necesitarás? —pregunta él con grueso acento. Miro a JD y me encojo de hombros. —Probablemente necesitemos al menos media docena de tomas antes de que comience la fiesta. Digamos doce y media. —Saco un sobre de la mochila que JD empacó—. Aquí tienes, hombre. —Estudio la línea exterior, la que envuelve el edificio, y el nivel de ruido desde dentro, que es alto y tomo una decisión—. Todos los seis chicos viendo esta noche, Aldo. Parecen un poco turbulentos. —Lo hacen. —Aldo se ríe—. Hay una fiesta aquí de un pez gordo esta noche. He estado aquí toda la semana. Todo el mundo lo siente. Como si algo estuviera sucediendo. JD le da una palmada en la espalda cuando pasamos al club. —Gracias por el aviso. Caminamos por el largo pasillo que conduce a la pista de baile principal. Este lugar es una antigua iglesia Católica que fue puesta en venta durante la recesión

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hace unos pocos años. Lo arrebataron, lo remodelaron y se convirtieron en una fiesta central para la gente gótica de la ciudad. Es espeluznante como toda la mierda, sobre todo esta semana, ya que Halloween es mañana. Está adornado como la guarida de Satanás. Hacemos nuestro camino al área VIP y el tipo en el punto de revisión, Sinclair, solo quita la cadena de terciopelo rojo mientras nos aproximamos para dejarnos pasar. Ahora hacemos nuestro camino hacia arriba, donde el coro solía cantar himnos. Está lleno de mujeres sin nada en la parte superior, sirviendo bebidas, hombres en trajes acariciándolas, y mucha seguridad. —¿Qué pasa con ellos? —grita JD, inclinándose para poder oírlo sobre el bajo. Señala a los gorilas que están de pie en frente de una de las habitaciones privadas. —No sé. Pero tenemos bastante misterio en nuestras manos. Así que mantengámonos fuera de esto, pase lo que pase. —Bien por mí —grita en mi oído—. Voy a bajar y encontrar a nuestro contacto. ¿Vas a quedarte aquí? Hago un gesto a mi ropa. JD está usando jeans, una playera blanca y una chaqueta de cuero negra con el logotipo de Public Fuck que brilla bajo la luz ultravioleta. —Voy a ver desde arriba. Hazla bajar aquí y yo haré las tomas desde arriba. Así es como fijamos el estado de ánimo de las imágenes. Esta mierda de cybergoth los jueves por la noche no siempre es nuestra cosa, pero cuando lo es, hacemos que todo parezca siniestro. Es bastante fácil. Las vidrieras, la cruz al revés sobre el ―altar‖ directamente enfrente de los reservados VIP, y las campanas le dan suficiente ambiente para una película de terror. Añade los rizos fluorescentes, botas de plataformas, y trajes brillantes, y tienes a Drácula en un delirio espacial. JD atraviesa la multitud, en busca de nuestra chica. Todavía es temprano, pero le dijeron a que hora de estar aquí, así que le ayudo a escanear desde arriba. El contrato de esta noche es una chica que nos ha estado observando hacer esto durante unas semanas. De alguna manera se consiguió nuestro horario, porque apareció en cada actuación por un tiempo. Solo se quedaba atrás, mirando. JD la vio la primera noche, pero en ese entonces, no teníamos problemas para que las chicas aparecieran. Así que la dejó sola durante un tiempo.

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Ahora los tenemos. Así que se acercó a ella hace unas semanas y le dio el discurso. Prueba, contrato, identificación, renuncia de responsabilidad y, si son una de las chicas que usaremos para el próximo sitio web de Public Fuck, un acuerdo de no divulgación. Pero este no es para Public Fuck. Es un fetiche. Es por eso que está vestida con un tutú rosa con medias de encaje blanco, rasgado en todos los lugares correctos. Sus cyberlocks son de una variedad de colores brillantes en la oscuridad, probablemente tiene algo pintado en su cara también. Saco mi teléfono y le escribo a JD, haciéndole saber ella estaba en el lado este del bar. Él revisa su teléfono, me da pulgares arriba, y luego baja. —¿Tú próxima víctima? —Un hombre se inclina a mi oído. Volteo. El hombre está vistiendo traje negro y un collarín como sacerdote. Así que debe ser algún tipo de gerente aquí. Le echo un vistazo. Se ve familiar, pero no es alguien que reconozca. —Contrato —lo corrijo—. No tratamos con víctimas, solo participantes ávidas. —Ah. —El hombre ríe, nuevamente cerca de mi oído, así puedo escuchar por encima de la música—. Nosotros también. —Me da una sonrisa cuando lo veo divertido. Pero entonces extiende una mano y cuando acepto su oferta, se inclina y dice—: Padre Gabriel. —Y entonces él mueve una mano hacia la multitud debajo bailando—. Mi rebaño. —Bien —le contesto. Es más como el Padre Loco. ¿Sin embargo qué espero? Él negocia con la fantasía, al igual que yo. Todos estamos locos por aquí. —¿Con cuanta frecuencia filmas aquí, Ark? —dice, esta vez en una voz mucho más baja y mucho más cerca de mi oído. Retrocedo un poco, porque nunca le di mi nombre. No es difícil averiguar quién soy si está prestando mucha atención. Y es su club, o al menos eso supongo. Pero venir aquí y utilizar ese conocimiento para deshacerme es malditamente grosero. —Hablemos —dice, volviéndose para alejarse. Él me da una última sonrisa por encima de su hombro y me señala con el dedo. —Mierda. —Ahora sé que él es el gerente y probablemente quiere pedirme más dinero. Ray me advirtió que una vez que asumiéramos nuestro propio negocio, las sanguijuelas saldrían.

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Sigo a Gabriel hacia la parte posterior del salón y espero mientras introduce un código para abrir la puerta. En el interior hay una escalera. —Por favor —dice, haciéndome señas para que avance—. Mi área privada está arriba. Hago un encogimiento interno de hombros u empiezo a subir las escaleras. —Siento que nos hemos conocido, pero estoy bastante seguro de que te recordaría. —Entramos en un área privada y camino hacia la pared más alejada. Es de del piso al techo de cristal y domina todo el nivel inferior del club. La música solo es detectable por el golpeteo en el vidrio, por lo que es esencialmente a prueba de sonido—. Eh. Estamos en las vigas del techo. Nunca me di cuenta que estaba aquí. —Sí —dice Gabriel mientras se acerca a mí—. Aquí es donde yo veo. Y nos hemos encontrado, solo que bajo circunstancias diferentes. Me volteo hacia él y me señala a una zona de asientos. Solo dos sillas con una mesa apenas del tamaño de un plato entre nosotros. Hay dos bebidas esperando, pero ninguno de nosotros toma una. —¿Qué circunstancias? Él sonríe pero algo sobre esto es raro, así que no regreso la sonrisa. —El fin de semana pasado estaba donde Ray. Te vi desde la distancia. Estaba intentando llamar tu atención. Le echo un vistazo, intentando recordar. —La oferta. Que folles a mi esposa mientras observo. No puedo evitarlo, suelto una risa. —Jesucristo. Eres muy contundente. Y supongo que puedo dejar de pensar en ti como sacerdote, ya que claramente estás jugando a disfrazarte esta noche. Él levanta las manos y se encoge de hombros, como si lo hubiera pillado en el acto. —No soy un sacerdote católico. Esto fue una vez una iglesia católica y los iconos son deliciosamente sacrílegos en este ambiente de club, así que no pude

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resistirme. Sin embargo… —Se detiene para darme otra sonrisa espeluznante—, soy un líder de una pequeña secta religiosa. Culto, es la palabra que escucho en mi cabeza. —Y dado que tú trabajas en los mismos negocios, pensé que entenderías. — Hace otra pausa así puede poner su dedo índice sobre sus labios. El gesto me recuerda un poco a Ray, pero no hay forma en que eso me ponga cómodo. El Padre Loco aquí estudia a las personas, las escoge por sus manerismos, y los usa para influenciarlos. Es un instinto más que nada. Pero no estoy tan metido en el trabajo como para no escuchar a mi instinto—. Tal vez incluso encontremos un terreno común. —¿Qué tiene eso que ver con follar a tu esposa? —Si quiere ser franco, puedo ser franco. La escalofriante sonrisa y mirada fija continúa por unos pocos segundos más, solo para asegurarse que lo capto. —Necesito una tercera persona en mi relación y ellas parecen encontrarte deseable. —¿Ellas? —Solo tengo una esposa. Pero somos un rebaño. Las otras son tan parte del círculo interior como mi primera. Mi boca no se abre como un idiota, pero me ha aturdido. Yo. El Príncipe de la Pornografía Pública ha sido aturdido por un hombre de mediana edad que finge ser un sacerdote. No reacciono en absoluto. No me inclino o me recargo en mi silla para mostrar mi repugnancia. Yo ni siquiera sonrío, sacudo mi cabeza o busco una escapada rápida. Solo me siento allí y lo tomo todo. Porque algo está muy mal con este hombre. Algo de lo que realmente no quiero ser parte. —¿Señor Ark? —Padre Gabriel —le repito, comprándome unos segundos más para ordenar mis pensamientos. —¿Está interesado?

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Lo miro fijamente. Sus ojos son de color marrón claro. Su cabello es delgado y casi gris. Su cuerpo es delgado, su rostro alargado, sus brazos flácidos. Si había una imagen en Urban Dictionary para viejo sucio, entones el Padre Gabriel es la imagen esculpida. Me estremezco. —Mi respuesta es no, Gabriel. Como le dije a Ray, no estoy interesado. No necesito el dinero. No necesito a la hermosa chica. No necesito nada, para ser honesto. Y siento cortar esto, pero necesito volver con mi compañero. Me levanto y le doy un gesto con la cabeza, luego le doy la espalda y camino hasta las escaleras por las que subimos. —Señor Ark —grita. Me detengo pero no volteo. —Puedo entender que piense que lo tiene todo. Y puedo entender cómo pensaría que no hay nada que pueda ofrecer que le haga cambiar de opinión. Pero realmente tengo cosas que usted requiere. Tengo información que le puede interesar. Lo miro por encima de mi hombro. Tengo una sensación en mi estómago. Una sensación que me dice que siga adelante. Que solo salga de aquí. Pero sé lo que va a decir. De alguna manera, de alguna manera, sé lo que va a decir. Y necesito escucharlo. —No específicamente perteneciente a usted, por supuesto. Ya que usted es un enigma. Es el hombre que no tiene pasado. Es el tipo que sale de un autobús, encuentra un socio para el negocio, y comienza un imperio porno bajo la protección del rey gobernante, todo en un lapso de unos pocos meses. Eres intocable. Así que tienes razón. No tengo nada que necesites. Me vuelvo a mirarlo ahora. —Pero JD es una historia completamente diferente. Mi mandíbula se aprieta y mis manos se están cerrando en puños antes de que pueda detener la reacción. El Padre de Hermana-esposas deja salir una risa engreída.

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—Él es tu talón de Aquiles, ¿te das cuenta de eso? Él es el único que puede hacerte estrellarte. Y no porque tenga algo sucio sobre ti. Realmente no creo que lo haga. No. Él tiene este poder sobre ti porque tú se lo diste. Porque lo quieres, ¿lo sabes, Ark? —Di lo que tengas que decir. —Tu socio —Gabriel se ríe, como si fuera gracioso—, tiene una boca grande. Él ha estado haciendo muchas preguntas. Preguntas que ni siquiera debería hacer. Mi mente corre con preguntas. ¿Blue? ¿Él mencionó a Blue? —Ambos sabemos que es mejor que se quede en silencio. No Blue. —Él perdió a alguien y la quiere de vuelta. —No puede deshacer el pasado. —Él quiere solamente arreglarlo. Gabriel se ríe. —Creo que esa es una orden alta. Pero tal vez… —Él sonríe, y luego deja de hacerlo—. ¿Tal vez podamos ayudarnos él uno al otro? ¿Eh? ¿Tal vez podamos hacer un trato? Mis ojos le dan un vistazo. —Sé dónde está la hija de JD. No sé qué decir. La sonrisa espeluznante vuelve. —Y puedo entregarla. Puedo arreglar su corazón. Puedo hacer de él un hombre nuevo. Puedo borrar ese año y hacer todo mejor. —Han si dos años, imbécil. Dos años de infierno para él. Dos años de una adicción a las drogas y… —Me detengo antes de dejar escapar ese último secreto. Este tipo no merece conocer la pena de JD—. No importa —digo, recomponiéndome—. Tú oferta no tiene sentido.

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—Tiene un sentido perfecto, Señor Ark. Porque tantas parejas te han pedido a ti ahora, no puedo negarme más ante ellos. —¿De qué mierda estás hablando? —Niños, Ark —dice él como si yo fuera uno de ellos—. Emparejo para que las familias que quieren tener un hijo, pero no son capaces de concebir. —Él agita sus manos por su frente como si su ropa clerical falsa y el collarín blanco legitimara su papel de líder de culto, polígamo y vendedor de bebés. —¿Quieres que embarace a tus esposas-hermanas? —Estoy aturdido. Tan asombrado que me río—. ¿Y a cambio de eso me dirás a qué familia le vendiste a la hija de mi mejor amigo hace cuatro años? —Cruzo la habitación y lo agarro por la garganta, empujándolo y golpeándolo contra el grueso cristal que nos separa del club abajo. Sus manos se agarran el cuello mientras le ahogo. El ruido del bajo contra la ventana es igual que mi corazón palpitante. —Voy a olvidar que acabas de decir eso. Voy a olvidar que me pediste que follara a tus putas para que vendiera a mis hijos. Voy a olvidar que existes, pedazo de mierda pervertida. Y te sugiero que hagas lo mismo. Mantente fuera de mi negocio. Mantente alejado de JD. Y quédate lejos de mí. Porque la próxima vez que vea tu cara, voy a deshacerme de tu maldita cabeza. Aprieto su pulsante yugular hasta que sus ojos sobresalen y se queda inconsciente. Y luego lo dejo caer al suelo. —Vete a la mierda —digo. Y luego le escupo, me doy vuelta y vuelvo bajar las escaleras. Nadie me presta atención mientras camino a la pista de baile. Me lleva unos minutos encontrar a JD, y eso es suficiente para que Gabriel se despierte de su asfixia no erótica, pero ninguna alarma de advertencia se apaga. La música sigue golpeando, las bailarinas continúan con sus rutinas, las bebidas nunca dejan de fluir. —JD —digo a todo pulmón. Pero no es lo suficientemente fuerte para que me escuche hasta que estoy prácticamente justo encima de él—. Amigo vámonos de aquí. Si la chica cibernética quiere jugar, lo haremos afuera. Llevo la conversación arriba en mi cabeza mientras JD explica el giro de los acontecimientos a quien rayos sea ella. ¿Le digo a JD? ¿Le digo a JD que este monstruo dijo que su hija podría estar viva y todo lo que tengo que hacer para conseguir esa información necesito embarazar a algunas mujeres?

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¿Por qué carajo haría eso? En serio. ¿Así podemos intercambiar lugares? ¿Entonces yo puedo pasar el resto de mi vida buscando hijos que me robaron? ¿Y cuáles son las oportunidades de que este tipo esté diciendo la verdad? No. Es mucho más probable que el Padre Loco esté mintiendo. Todo el mundo sabe que el hijo de JD se ha ido. Él habló de eso durante años. Este imbécil se metió en algo, sumó dos más dos y luego hizo su movimiento para involucrarme en su fetiche de procreación. No le voy a creer. Él tiró de mi cadena bastante duro arriba, pero cuanto más lo pienso, menos probable parece. Es una mierda, Ark, dice mi voz interior. Mantén el rumbo. Vine a Denver por una razón, y este imbécil no va a descarrilarme ahora.

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Blue

N

o puedo creer que me dejen sola aquí. Si no fuera tan estúpido, podría ser lindo. Quiero decir, acabo de confesarle a Ark que soy reportera y todo acerca de ese tipo dice secretos noticiosos.

Después de esperar treinta minutos, solo el tiempo suficiente para estar segura de que no volverán y me revisarán, me dirijo directamente a su oficina desbloqueada. La primera cosa que veo es la bolsa de prendas de vestir, todavía colgando del porta traje. Con la cremallera cerrada y sin usar. Dios, se siente como una vida hace que me compró ese atuendo con la intención de llevarme a una cita. Me acerco a ella y siento la bolsa. No es un poco de plástico barato, es más como el tipo de bolsa que usaría una y otra vez. Tiene un nombre de tienda boutique en el que nunca he oído hablar, así que debe ser local. Él tiene un abrigo de traje colgando detrás de la bolsa de prendas de vestir y algunos de esos lazos azules colgando también. Nunca lo he visto usar un traje adecuado, así que me detengo a imaginarlo por un segundo. Ark es jodidamente caliente. JD es caliente también, pero de una manera peligrosa, como solía ser el héroe todo-americano, pero luego la mierda de la vida en él y ahora está irreversiblemente dañado. El calor que sientes entre tus piernas cuando esos ojos azules te miran y no puedes apartar la vista. El calor que envía un escalofrío hasta la columna vertebral cuando se quita la camisa y los músculos se ondulan y estiran porque dicen, voy a dejar moretones antes de que haya terminado, así que asegúrese de saber lo que está entrando. El calor que deseas, porque está tan lleno de testosterona, todo lo que le rodea grita lujuria. Ark es caliente de una manera muy diferente. Como si tuviera todos estos compartimentos y solo le permitiera abrir uno de ellos a la vez. Pero ya sabes, si

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pudieras abrir dos o tres a la vez, encontrarías algo increíble. Es el tipo de calor que solo llega en las películas filmadas en el invierno mortal cuando todo está frío. Donde el gobierno es corrupto, la ciudad está sucia, los personajes sombríos, y el sexo no es más que una manera de olvidar la jodida vida. Ambos vienen con señales de advertencia, y si yo fuera inteligente, me alejaría de ellos antes de que la mierda se complicara. Pero no puedo. Por tantas razones, no puedo. Se lo debo a Janine. Si está muerta como Ark dice que la chica de JD lo está, entonces necesito saberlo. Su historia necesita ser contada. Y si su bebé está vivo, entonces ese bebé necesita volver a casa. Ese bebé merece saber quién es su familia. Necesita saber que una vez su madre fue mucho más de lo que acabó siendo. Le estoy en deuda. Me siento en el escritorio de Ark y sacudo el ratón para que el monitor se encienda. Y no. No está bloqueado. Lo cual, si yo fuera una perra sospechosa, tomaría como una señal de que sabe que voy a espiar esta noche y no habrá un solo archivo aquí con algo útil. Cuando el escritorio aparece, solo hay tres carpetas de archivos para elegir. Uno se llama En progreso. Uno se llama Completado. Y uno se llama Blue. La satisfacción que obtengo por haberlo calculado se evapora cuando hago doble clic en el archivo y las imágenes aparecen en una cascada de ventanas. ¿Qué carajo es esto? Realmente esperaba una nota. Oye, Blue, tengo tu número, perra entrometida. Soy normal, JD es normal. Ahora sé una buena chica, abre tus piernas y espera por nosotros en la cama. Esa nota no es un mal camino por recorrer. Solo digo. Pero eso no es lo que es en absoluto. Estas son las fotos que estaba mirando el otro día cuando estaba aquí. Hermosas y retocadas fotos. Fotos en blanco y negro artísticas que tienen las luces y las sombras manipuladas de tal manera que solo se ve lo que quiere que veas. Y no son solo de mí, sino de los tres. Docenas y docenas de ellos en la bañera. Ark en un lado, JD, conmigo en sus brazos en la otra. El vapor de agua caliente que oscurece nuestras caras, pero no las intenciones de la gente.

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La mayoría están borrosas, porque estaba usando un largo tiempo de exposición para capturar la luz que rebotaba en la niebla en el aire, y estábamos moviéndonos. Pero hay suficiente en el foco para enamorarse de este lado de artista recién descubierto del aspirante estrecho. —Maldita sea —susurro—. ¿Podrías ser más perfecto? También hay varios videos de esa escena en la terraza donde ambos tenían sus dedos dentro de mí. Eso me moja. No. Eso me hace palpitar. Me pregunto hasta qué punto Ark quiere tomar este trío. Él no actúa bisexual en absoluto. JD por lo que puedo ver. Parece más abierto. Tal vez porque es una estrella porno, estúpida. Claro. Cierro todas las ventanas y abrir la otra carpeta llamada En progreso. Este tiene dos películas con la fecha del domingo pasado. El día en que JD me trajo a casa. El día que hizo estas películas con nosotros en la bañera. Mis celos entran en juego porque estas películas son de una chica chupando a Ark, no a JD. Estúpido. ¿Por qué esto me molesta?, no estoy segura. Pero lo hace. Abro los documentos adjuntos para ver si puedo averiguar quién es, y hay un contrato y la suma que le pagaron. Diez mil dólares. Jesucristo. Si tuviera una identificación, podría hacer una película y volver a casa. No, mi mente interrumpe. No puedo ir a casa hasta que encuentre a Janine y escribir su historia. El nombre de la chica es Lanie Porter. Tiene treinta y dos años, pelirroja, ojos azules, y parece una prostituta. Asqueroso. Bien, he terminado con las carpetas de escritorio. Está todo en la cima y arriba. Tiene contratos, pruebas de STD y fotocopias de sus licencias de conducir. Es

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obvio para mí que el verdadero negocio de Ark no es este porno público. Porque eso es todo legítimo y solo sé que en el fondo, él es tan ilegítimo como ellos vienen. Compruebo el disco duro para ver si hay más carpetas, pero no hay ninguno. Lo que significa que utiliza este equipo para cosas personales y tal vez los primeros pasos en la cadena de registro digital, y luego todos los archivos se transfieren a otro lugar. Miro a los tres archivadores altos que parecen piezas caras de arte moderno hechas de acero, alambre y vidrio. No. Eso es demasiado fácil. No guardaría registros en papel. ¿Lo haría? Obviamente, si uno tiene archivadores, (archivadores hechos a medida, para no ser menos), uno mantiene archivos en ellos. Cierro el pestillo de la caja de acero inoxidable pero está cerrado. Intento con cada uno, pero no. Están todos cerrados. Si se tratara de una película de detectives de los años del mil novecientos noventa al dos mil en la que la reportera era la heroína, encontraría la llave en el sobredimensionado cajón del escritorio. Pero el escritorio no tiene cajón e incluso si lo hiciera, nunca encontraría la llave allí. Debido a que la cerradura en los archivadores requiere una huella dactilar y un código. —Está bien, entonces —me digo mientras salgo de su oficina y deslizo las puertas cerradas detrás de mí—. La Operación Emboscada a Ark ha terminado—. No tengo nada más que un sentimiento inquieto acerca de esas fotos de nosotros. Era como... era como... él estuviera creando algo. Pero no sé qué. Me lo sacudo. Porque esas cosas eran personales y si quiero saber cosas personales, tendré que preguntarle yo misma. Así que camino por el pasillo a la habitación de JD y luego enciendo las luces antes de entrar. La habitación de JD tiene los mismos muebles personalizados que la oficina de Ark, y el resto de la casa, para el caso. Cajas de acero en lugar de armarios. Cables y alambres para agregar al efecto industrial. Y vidrio. Pero hay algunas sutiles diferencias entre las dos habitaciones. Uno, JD no es puro como Ark. Su mierda está por todas partes. Y dos, no está tan preocupado por la seguridad. Porque tiene porno por todas partes. La mayoría es de él consiguiendo que su polla sea succionada por estas chicas al azar. Las chicas que parecen mucho más entusiastas que aquella que chupa a Ark, eso es seguro. Y JD se encuentra animado y hablador en sus papeles principales. Se tira el

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pelo y se golpea la cara. Siempre se hace venir también. Es solo la digitación, pero bueno, cuenta. Ark nunca actuó así con la mujer en sus películas. Y eso me hace sentir mejor por alguna razón. JD, por ser el tipo que hace todo el actuar, tiene un montón de cámaras en su poder. Grandes, costosas con lentes de zoom. Pequeñas de bolsillo. Videocámaras, todo desde una profesional que va en su hombro, hasta una de mano escondida en la parte posterior de una pila de videojuegos derribado. Las cámaras tienen fotos de él y chicas. Algunos sexuales, otros no. Solo conversaciones al azar con la gente. Pero esta pequeña videocámara tiene más de cuarenta horas de video. Todo es de JD, y ninguno de ellos tiene chicas. Porque es un video diario. La última entrada fue hace cinco días. El día en que me encontró. Presiono el botón que me llevará al principio y luego presiono reproducir. La primera fue hace cuatro años. Miro a su alrededor, de repente avergonzada de mi curiosidad. ¿Lo veo? Está incorrecto. Sé que está mal. Pero entonces la pequeña pantalla delante de mí cobra vida y hay una cara. Casi no lo reconozco, es lo diferente que se ve. Es flaco, por ejemplo. Demacrado. Y su rostro es negro y azul. El tipo de negro y azul que se ve en las fotos de la policía después de un asalto. Alguien golpeó a la mierda de siempre de él. Y eso sella el trato. Necesito saber logró lastimarse tanto y todo lo que tengo que hacer no es apagarlo. —Oye —dice JD desde la cámara. Él se detiene. Solo una palabra es suficiente para detenerlo. Sus ojos comienzan a mojarse y por un momento creo que es porque es doloroso hablar. De la paliza. Pero luego traga con fuerza y se limpia los ojos. Se aclara la garganta. —Oye —repite—. Solo quiero que sepas, que te extraño. —Otra pausa. Las lágrimas brotan de sus ojos—. Tengo esta cámara de un tipo que conocí hoy, nena. Y me dijo que podía usarla. Sé lo que estás pensando. No confíes en nadie que lleve

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regalos. Lo sé. No debería confiar en él. Pero no tengo a nadie, Marie. No tengo a nadie más. JD se acuesta en algo, y desde este ángulo de cerca no puedo decir si es una cama o el suelo. Pero sospecho que es el piso porque él se ve desamparado. Él no se parece en nada al JD saludable y encantador que conozco. —Así que voy a arriesgarme y ayudarlo. Él me ayudará si le ayudo. Eso es lo que él dijo. Me ayudará a buscarte. Y cuando te encuentre, quiero que sepas que nunca me rendí. Nunca dejé de buscar. Así que voy a grabar todo en esta cámara. —JD se detiene y sus ojos se lanzan hacia adelante y hacia atrás. Al igual que la lente es un par de ojos—. Te amo. Te amo, y amo a nuestro bebé. Lo siento mucho y nunca dejaré de buscarlos. Hay silencio después de eso. Bueno, no del todo. Ya no hay más conversaciones, pero la película continúa tres minutos más de tristeza. De JD mirando a la cámara, desesperado por su Marie para verlo. Para que vea su dolor. Creer que él la va a salvar. Dejo de reproducirlo porque una abrumadora desesperación se apodera de mí. No la salvó. Él la perdió. Ella fue asesinada, o murió por su cuenta, o lo que sea. Ark lo dijo el otro día. Y no hay un bebé aquí, así que obviamente no hubo un final feliz con eso tampoco. Veo la próxima entrada. Sigue siendo un desastre. Y el siguiente y el siguiente y el siguiente. Todo él un desastre. Hay muchas menciones de Ark, pero nadie más aparece en los videos. Solo JD y su depresión. JD y su tristeza. JD y sus abrumadores problemas. Habla de suicidarse al menos una vez a la semana. A veces, cada entrada tiene una mención. Y mes a mes, parece estar empeorando en lugar de mejorar. Pero entonces él explica el negocio que están comenzando y algo cambia dentro de él. Es pequeño en el primer día. Una pausa. Es una breve pausa, solo unos momentos. Pero en cada otro video, la pausa es para poder llorar. Después de esta pausa, hace algo diferente. Él sonríe. Todo a causa de Public Fuck America. La idea de Ark es una vida de lujo. JD confía en él. Cada pedazo de ello. Porque después de esa sonrisa, hay más sonrisas. No todos los días, pero cada semana. Me encuentro adelantando la

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grabación hasta que veo la sonrisa antes de parar para escuchar lo que tiene que decir. Y luego... se ríe. Exactamente cuatro meses después de reunirse con Ark, cuando estaba en su punto más bajo en la vida, JD se ríe. A partir de ahí, su diario se trata de negocios. Su actuación. Las chicas. El dinero. El loft. Ese tipo Ray. Las festividades son felices y las entradas se hacen cada vez menos frecuentes. Una vez al día se convierte en una vez a la semana se convierte en una vez cada dos semanas y así sucesivamente. Hasta que haya una brecha de seis meses en las fechas. Y esa película no es de JD acostado, como todos los demás. Un ritual de acostarse que le aclaró la cabeza y lo preparó para el siguiente buen día. No, el siguiente está afuera y JD nunca hace una aparición. Porque no es más que un tiro largo de una lápida. No es el tipo agradable que se levantan, pero los planos. Una lápida, de verdad. Solo una lápida de una chica que solía amar. Marie Lagucci. Muerta a los veintidós años. Él nunca habla, pero el llanto es audible, incluso sobre el rugido del tráfico. Esta es la primera vez que Ark aparece en el diario. Recoge a JD y lo lleva a un coche en espera. Todo el tiempo que la cámara está grabando. Ark es paciente y simpático. JD es un desastre. Ark debe tomar la cámara en la mano de JD, la cual sigue grabando en el coche, porque ahí es cuando termina el metraje. No hay otras entradas en un año. Mi mente llena esos días oscuros después de que su tumba fue hallada. JD es un tipo que siente. No como Ark, que parece ser un tipo que mira. JD es un tipo que está invertido. Cuando él está dentro, está todo dentro. Corazón, alma, mente. No me molesto en ver el resto del video. En vez de eso, adelanto hasta el final. Y a pesar de que es más de una violación de la privacidad para escuchar a hablar de mí, lo hago de todos modos. Y me siento como una mierda total una vez que he terminado. Porque le dice a Marie que estoy bien. Y hermosa. Y merezco una vida agradable. Como el que Ark le dio. Le dice a Marie que pueden salvarme de quienquiera que sea el problema.

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Pero el problema soy yo. Entonces, Âżpuede realmente salvarme de mĂ­ misma?

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Ark

J

D le paga a la chica en el callejón más tarde, mientras yo empaco mis lentes y los pongo en mi bolso. Hay una pequeña multitud reunida, y ya que así no es como su contrato estaba escrito, voy a llevar a la chica a casa en un taxi antes de ir con Ray.

—¿Estás lista? —le pregunto, asintiendo a la espera de un taxi. La chica no encuentra mi mirada, pero asiente en respuesta. —Nos vemos mañana, JD. —Está bien —dice, caminando y encendiendo un cigarrillo al mismo tiempo. La chica ya está subiendo al taxi, así que a la mierda. Él no sabe sobre ese cabrón de Gabriel esta noche, y no voy a decírselo hasta que hable con Ray sobre ello. Así que lo dejo alejarse mientras me uno a la chica. —¿Dónde vives, cariño? —le pregunto, el taxista que nos mira por encima del hombro. —Mi novio está esperando en el Skates Pub. —¿Tu novio? —¿Los novios dejan que sus chicas hagan esta mierda? Deslizo mi tarjeta de crédito y las señales de la dirección para que podamos ir. Tengo mucho que editar. —Sí —dice, mirando por la ventana para que no tenga que encontrarse con mis ojos—. Estamos teniendo algunos problemas para pagar las facturas. —Y entonces me mira—. Él perdió su trabajo hace unos meses. Tengo que alimentar a mis hijos.

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Asiento, le disparo una sonrisa para hacerle saber que no la juzgo. Pero internamente juzgo. No ella. A él. ¿Qué clase de imbécil deja que su chica haga pornografía para alimentar a sus hijos? —Mi amiga trabajó para ustedes un tiempo atrás. Cuatro o cinco veces. Ella hace películas de verdad ahora. —Oh. —Películas de verdad mi culo. —Su esposo le dijo a mi novio al respecto. Así que fuimos a buscarlos chicos. Y así es como conocí a JD. Él es muy agradable. Supongo. La ignoro para el resto del viaje porque honestamente, no puedo entender cómo un hombre podría dejar que su novia chupe la polla de otro hombre por dinero para comida. —Esto es bueno —dice la chica, tocando el vidrio que nos separa del conductor—. Ese es mi novio. El taxista se acerca y le sonrío a la chica cuando dice gracias. Su novio espera a una calle, dejándola venir a él. —¿A dónde va señor? —me pregunta el taxista, alejando mi atención de la escena reproduciéndose frente a mí. —Vuelve a la 16 y California —digo, deslizando mi tarjeta de nuevo. Pienso en Gabriel los cinco minutos enteros que me toma volver a casa, y luego voy a nuestro garaje y tomo mi Jeep. ¿Me pregunto si JD está arriba con Blue todavía? Estoy tentado a ir a ver, pero no puedo verlo solo todavía. No hasta que hable con Ray. Porque toda esa mierda vendrá y no estoy seguro de que sea buena para nadie. No porque sea egoísta. No porque quiera que JD olvide el pasado y se concentre en el futuro. Sí lo quiero, pero ese no es el por qué no subo y le digo que su hijo puede estar vivo. No se lo digo porque la última vez que se dio cuenta de esto, estuvo obsesionado por meses y terminó con un viaje a la sala de emergencias para bombardear su estómago de una sobredosis intencional. Esta es una situación de no-ganar justo aquí. No decirle una mierda y perder nuestra amistad si alguna vez lo averigua. Decírselo, y que se obsesione, nunca se

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acerque, porque no me voy a follar a un grupo de hermanas-esposas para obtener esa información, y que trate de suicidarse de nuevo. Necesito un consejo. Necesito el consejo de Ray. JD y yo no lo vemos juntos a menudo. En temporadas festivas en su mayoría. Pero sé que Ray se preocupa por JD como yo. Cuida a JD lo mejor que puede. Y me deja saber cuándo tengo que intervenir. Ray sabrá qué hacer. Entro en el Jeep, lo arranco y luego salgo del garaje y me dirijo al norte. Unos minutos más tarde entro en el garaje y estaciono en el nivel superior. Apago el motor... y me quedo sentado. No tengo ni idea de qué estoy haciendo. ¿Por qué coño dejé que esta mierda llegara tan lejos sin tener una estrategia de salida? ¿Y si Gabriel está mintiendo? Y luego un pensamiento aparece en mi cabeza. Un pensamiento traidor que descarrila toda mi noche. ¿Y si Ray está involucrado de algún modo?

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Blue

E

stoy esperando en el sofá, despierta, cuando JD pasa por la puerta a las dos menos diez minutos. Inmediatamente me sonríe.

—¿Qué haces? —pregunta él, dando vueltas a mi lado. Su sonrisa es contagiosa, pero en mi cabeza, todo lo que veo es al hombre destruido en la primera entrada del video diario. Me las arreglo para devolverle una sonrisa débil. —Esperándote. No quería extrañarte. Y no sabía dónde querías que durmiera. JD se encoge de hombros. —Podemos dormir en mi habitación. Pero Ark no vendrá y se unirá a nosotros. Así que podríamos ir a la cama de su habitación. De esa manera no puede evitarnos. —¿Por qué querría hacerlo? —Estoy genuinamente interesada. Además, esto es mucho mejor que hablar de la novia muerta de JD. —Ark no está metido en esta mierda, ¿sabes? —¿Qué mierda? ¿Compartir? —No. —Se ríe JD—. Está de acuerdo con compartir, obviamente. Pero compartir no es una relación real. Si queremos que tenga una relación de verdad, tenemos que convencerlo. Lo dice en serio. Me inclino y lo abrazo, pero él me aleja.

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—Necesito ducharme primero. Quitarme el olor de esa puta de encima. —Oh —resoplo—. Asesino del humor. —Sí, bueno, tres noches más y terminamos. Me estoy retirando de la actuación y me estoy retirando estrictamente a las adquisiciones. —Y luego me da palmaditas en la pierna y se levanta—. Nos vemos en diez minutos. Ve a desnudarte. Veo su culo sexy mientras camina hacia su lado del loft. Mi corazón tiene un pequeño dolor en el corazón. No por mí misma, por una vez, y no por la mejor amiga que probablemente perdí. O la tristeza que viene cuando pienso en mis padres y por lo que deben estar pasando. Sino por él. Y por nosotros. Porque quiero que esto sea real. Y no puede ser real. ¿Cómo puede ser real cuando los tres mentimos? Todavía no sé cuál es la mentira de Ark, pero claramente JD no está por encima de lo que le pasó a su novia y su bebé. Nunca menciona al bebé en el video diario, aparte de la promesa de averiguar lo que pasó. Y la única conclusión que puedo sacar de eso es que duele demasiado. Me duele demasiado decir las palabras. ¿Cómo puedo arreglar esto? ¿Cómo puedo hacer que estos hombres sean míos cuando comparten este triste pasado? Encuéntrame, dice la voz en mi cabeza. Encuéntrame y descubrirás lo que realmente le pasó a Marie. Quiero creerle. Esa chica en mi cabeza que se parece mucho a Janine. De verdad que sí. Pero no estoy segura de que JD pueda manejar la verdad. Las puntas de mis dedos se dirigen a la cicatriz levantada en la parte posterior de mi cuello. Si Marie tenía esta marca, sé lo que le pasó. También sé lo que le pasó a su bebé. Lo mismo que me habría pasado al mío. Por supuesto, a mí me habría metido en el rebaño porque yo era una de las esposas de Gabriel. Pero Janine... su bebé no tenía el pedigrí para conservarla. Solo me concedieron este privilegio después de que se enteraron de quién era y Gabriel me reclamó como suya. Por cada una de nosotras en el interior, había docenas de chicas en el exterior, que acababan muertas y sus bebés se vendían a una larga lista de parejas ansiosas de comprar, independientemente de cómo el niño llegaba al mercado.

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Esa palabra en mi mente me hace sentir una mordaza. Eras parte de un círculo de venta de bebés, Blue. No. Sacudo el pensamiento de mi cabeza. Era prisionera, como dijo Ark. Me encerraron en una jaula durante cuatro meses cuando se enteraron. Así es como me mantuvieron en los meses posteriores a que se determinó que no podía concebir. Todas las noches venían y me llevaban al salón. Y cada noche tenía un miembro del rebaño para complacer de la manera que quisieran. Yo no fui una de ellos. Pero mentiría si dijera que lo creo. Igual que JD está mintiendo si cree que quiere dejar esto atrás. Porque cuando Gabriel vino a mí y me ofreció un trato, lo acepté. Hice ese video de YouTube y le mentí al mundo. Firmé el contrato. Dejé que me marcaran. —¿Blue? La voz de JD me asusta tanto que solté un gemido. —¿Blue? —Él viene a mí, sentado en el sofá, en la misma posición que cuando se fue—. ¿Qué pasa? No puedo mentirle. No puedo. No después de todas esas horas que pasé viéndolo desnudar su alma ante una cámara llamada Marie. Pero tampoco puedo decirle la verdad. Al menos no esa verdad. —Echo de menos a mis padres —digo en su lugar—. Los extraño tanto. —¿Dónde están? —pregunta él, sentado. Está desnudo, solo una toalla mojada alrededor de su cintura. Huele a jabón y crema de afeitar. Huele como un nuevo comienzo. Y luego me doy cuenta de que ni siquiera sabe quién soy. Ark nunca se lo dijo. Pensé que estarían hablando de mí toda la noche, pero claramente no lo hicieron. —Canadá —digo, incapaz de contar esa historia otra vez. Se inclina y me rodea con su brazo protector. Y ese pequeño gesto es lo que sella el trato. Lo abrazo con fuerza porque se siente muy bien tener algo en común. Estoy huyendo de mi pasado. Está huyendo del suyo. Y los dos nos aferramos el uno al otro. Compartiendo nuestros remordimientos y vergüenza.

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—¿Quieres ir a la cama ahora? Es un cambio de tema. No, es más que un cambio de tema. Es negación, fuga y salvación, todo en una oración de cinco palabras. —Claro —digo con una sonrisa—. ¿De qué sirve pensar en lo que no puedes cambiar? Se pone de pie, me toma en sus brazos y me lleva al dormitorio de Ark. —Querida, nunca se han dicho palabras más verdaderas. Me acuesta en la cama. Con cuidado, como haría con Marie. Y luego las lágrimas están ahí y me doy la vuelta y entierro la cara en la almohada. —Shhhh —dice, deslizándose a mi lado—. No hagamos esto, Blue —susurra las palabras. Son suaves y calmantes. Sus dedos me levantan la camisa, y le dejé quitármela. Empujo mi bóxer prestado sin que me animen. —Hazme olvidar, JD. —Me doy la vuelta de mi lado para poder verlo, y pongo mis manos en sus mejillas. Su cara es suave ahora que está afeitado, se siente tan bien. Parece fuerte. Parece protector. Se siente como el perdón. Por todos mis pecados—. Hazme olvidar y te haré olvidar a ti también. Sonríe, una sonrisa JD genuina, y me derrito. Me envuelve en sus brazos y me acerca, así que estamos cara a cara. Y luego toca sus labios con los míos y sacude la cabeza mientras se retira. —No puedo olvidar, Blue. Ese es mi problema. Si sabes cómo hacer que eso suceda, dímelo. —Sus ojos azules registran los míos—. Dime cómo lo olvidaste, porque nunca aprendí esa habilidad. Nunca dejo de pensar en ella. Nunca. Veo su cara en todos. Incluso en ti. Por eso te llevé a casa, Blue. Todas las chicas que me chupan la polla en cámara, en mi mente, todas son mi chica. La que perdí. Por eso lo hago. Esa es la única razón por la que lo hago. No he tenido novia en cuatro años. No he invitado a una chica a salir en cuatro años. Todo lo que me queda son los fantasmas de ella. Vivo mi vida todos los días con la esperanza de poder verla en una chica arrodillada frente a mí. Estoy enfermo, viejo. Quiero ser el que pueda quitarte lo que sea que estés sintiendo, pero la verdad es que soy un desastre. Lo miro fijamente un momento. Quiero elegir las palabras correctas. Quiero hacerlo mejor. Quiero salvarlo como me salvó a mí. —Soy muy nueva en esto de la lucha, JD. Solo soy un bebé en eso. Pero me lo quitas solo por estar aquí. Y Ark hace lo mismo. Y por eso te quiero a ti. Por eso te

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necesito. Así que tal vez, cuando me mires esta noche, ¿puedes verme a mí en vez de a ella? ¿Quizás eso ayude? Presiona la palma de mi mano contra su mejilla. La frescura de su piel me molesta de nuevo. —Eres tan hermosa. Tus ojos son como el agua que ves en esas fotos del paraíso. Un color que no se puede describir porque una palabra por ella no le hace justicia. Y tu cabello es dorado, como el sol. Eres mi paraíso, Blue. Tú y Ark son todo lo que me queda. —Soy tuya, JD. Si me quieres, soy tuya. —No, Blue —susurra—. Eres nuestra. Y luego me empuja de nuevo a la cama y se pone de rodillas. Me agarra los muslos y los abre para que pueda posicionarse entre mis piernas. Su polla es tan dura que se levanta, como si fuera a alcanzar su barriga. La punta está brillando y mi coño palpita con anticipación. En cuanto entra en mí, me pone la mano sobre la garganta, apretando ligeramente. Su pulgar está en mi arteria pulsante, sus dedos al otro lado de mi mandíbula. Se empuja dentro de mí, presionando contra el dolor que arde en mi cuello, llenándome y haciéndome gritar con mi último aliento. Veo estrellas. Veo el cielo. Veo todas las cosas buenas que he olvidado. Siento el dolor mezclado con el placer. Y su cuerpo duro, musculoso y sudoroso por las confesiones, y la lujuria, y la necesidad, me pesa. Mi garganta deja de aspirar el aire y mi pecho deja de elevarse. Y en ese mismo momento, la oscuridad se apodera. En ese mismo momento... nos venimos.

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Ark

R

ay no se encuentra en ninguna parte cuando llego a sus aposentos privados donde está mi oficina de edición, así que paso las próximas cuatro horas preguntándome. Y no tengo escasez de cosas por las que pensar.

JD. ¿Qué tan fuerte es en estos días? ¿Lo suficientemente fuerte para escuchar lo que Gabriel me dijo sin matar a alguien si resulta ser cierto? ¿Matar por sí mismo como si fuera nada? ¿Quiero arriesgar cualquiera de esas cosas diciéndole? ¿Quiero arriesgar nuestra amistad, y lo que sea que se esté desarrollando con la adición de Blue, por no decirle? ¿Cómo soy de competente para tomar esta decisión solo? ¿Por qué estoy en esta posición en primer lugar? ¿Por qué la gente confía en mí? ¿Por qué por el amor a la mierda la gente pone su confianza en mí? Admito, eso ha estado en mi mente mucho durante el último año. Cuando bajé del autobús y encontré a JD, fue un golpe de suerte. Pensé que mi vida estaba en el buen camino. Pero no fue así. No está en el buen camino. Está tan lejos de pista, ya ni siquiera sé quién soy. No importa cuánto dinero gane, no es suficiente para borrar la razón por la que vine a Denver en primer lugar. No importa cuán exitoso parezco, los últimos cuatro años se suman a nada más que un fracaso. Después de todas las chicas que he encontrado en las calles, ¿por qué Blue tiene que ser la que marca la diferencia? ¿Por qué ahora? Porque te sientes cómodo, Ark, dice mi voz interior. Te has acostumbrado a esta vida. Empiezas a disfrutar. Y eso es verdad. No es una mala vida. Y está a punto de mejorar. Estamos a pocas semanas de Public Fuck America en directo.

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¿Por qué ahora? Dejé de cuestionar la idea de que hacer cosas malas puede conducir al bien. Dejé de sentirme culpable. Detuvo el mantenerme despierto por la noche preguntándome qué estoy haciendo. Por qué lo estoy haciendo. Blue estaba equivocada cuando dijo que no estaba investido. Estoy investido. Pero no en la forma en que piensa. El software que estoy ejecutando completa la renderización de la película y la guardo en la carpeta de salida semanal para poder cargarla el domingo cuando completemos nuestra última semana de trabajo de contrato para Ray. Eso es todo. Estoy a punto de irme. Y todas las puertas que me han cerrado durante los últimos cuatro años se abrirán. Pero si hombres como Gabriel están detrás de esas puertas, ¿qué? ¿El fin realmente justifica los medios? ¿Soy un pedazo de mierda enfermo para participar en este negocio, incluso si mis intenciones son buenas? No puedo responder a eso. No soy capaz de auto-juicio. El dinero me ciega. La asociación con JD me ciega. Diablos, incluso Blue me ciega. Apago mi computadora y me empujo lejos de mi escritorio donde me siento más perdido que en años. Ver a Lanie el fin de semana pasado tampoco ayuda mucho. De hecho, creo que es la razón por la que estoy teniendo este despertar en primer lugar. Entré en el lugar de Ray pensando que podría ser parte del problema. Pero él no es el problema. Yo lo soy. No es el único que guarda secretos. Yo sí. No es el que vende su alma. Nunca luchó con la línea entre el bien y el mal. Ray es solo un tipo que vio una oportunidad y la tomó. Y yo podría ser como él. O podría haber sido igual que él. Pero ahora que Blue está aquí estoy cuestionando el camino hacia adelante. ¿Public Fuck con JD y Blue? ¿O sacar dinero y volver a casa? Asiento con la cabeza hacia los guardias que estaban afuera del piso privado de Ray y vuelvo a subir las escaleras hacia mi Jeep que espera. El suelo está cubierto de

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unos pocos centímetros de nieve fresca y tengo que calentar a la vieja chica durante unos minutos antes de ir a casa en la luz antes del amanecer. En el momento en que vuelvo a mi garaje propio, la nieve está cayendo en copos grandes y redondos. Dentro del apartamento hace frío, nuestros ajustes de calefacción de invierno aún no están listos para ponerse en marcha, así que ajusto el termostato y salgo a la terraza para ver la ciudad antes de que se despierte. ¿Es esta mi ciudad ahora? ¿Denver? ¿Me quedaré aquí para siempre? ¿Tomar el lugar de Ray una vez que se retire? ¿O voy a seguir adelante? ¿Salir tan pronto como pueda? Miro por encima de mi hombro, más allá de las puertas de la terraza. En el condominio. ¿Dejaré a JD atrás si me voy? Intento imaginar una vida sin JD y descubro que no puedo. Y no es porque quiera casarme con el tipo. No lo hago. Quiero una esposa y un niño. Quiero lo que la mayoría de los hombres quieren. Pero quiero que JD esté allí también. Duele pensar en dejarlo atrás si esto termina. ¿Qué le pasará? ¿Podrá seguir adelante sin mí? ¿Y no estoy lleno de mí mismo? Pensar que me necesita tanto como yo lo necesito. Gabriel tiene razón en una cosa. Amo a JD. Y haré cualquier cosa por el tipo. Me doy la vuelta y vuelvo a entrar, los copos de nieve se pegan a mi cabello, el frío se pega a mi cuerpo, haciendo que necesite calentarme en la ducha. Me dirijo a mi habitación y me detengo cuando los veo en mi cama. Mierda. Mis ojos se quedan en la mano de JD sobre el pecho desnudo de Blue, la larga y musculosa pierna de JD envolviéndola en un abrazo protector. Y hay un espacio vacío donde encajaría perfectamente, si solo cediera a mis sentimientos. Me doy la vuelta y me meto en la ducha, dejando que el agua caliente limpie la suciedad que trato en cuatro noches a la semana. Si doy... tendríamos una vida de venta porno. Y mientras gestionáramos el negocio con el libro, sería muy agradable. Lleno de lo que quisieramos. Vacaciones juntos. Navidades. Cumpleaños. Diablos, niños. Podríamos tener hijos como cualquier otra asociación. Me imagino este lugar lleno de una familia haciéndolo juntos. ¿Es eso estúpido?

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¿Incluso se invierte Blue? Es una niña desaparecida de una familia muy prominente. ¿Cuánto tiempo podemos mantener la charada? ¿Cuánto tiempo antes de que extrañe a su familia tanto, ella se arriesga al contacto? Y una vez que hay contacto, esta vida se evapora. No hay manera de que se quede con JD y conmigo. De ninguna manera. La única posibilidad de hacer algo real de esto es cuidar de todas las amenazas externas. Y si lo hago, ¿puedo seguir siendo esta persona? ¿Puedo seguir contribuyendo a la desaparición de cientos de niños, miles de chicas que participan en la industria cada año? ¿Cómo diablos puedo justificar eso? Es un no-ganar. No hay manera de ganar este juego sin romper toda mi vida en el proceso. Cierro el agua y agarro una toalla, envolviéndola alrededor de mi cintura. Cuando abro la puerta, el vapor del cuarto de baño se vierte en el dormitorio, cubriendo a las dos personas en mi cama con niebla. Haciéndoles verse como apariciones. Como si pudieran desaparecer en cualquier momento. Dejo caer la toalla y camino hacia la cama. JD se encuentra frente a mí, abrazando a Blue en su pecho. Abre un ojo cansado y sonríe. —Solo entra en la cama, Ark. Su voz es suave, pero Blue se mueve, retorciendo su cuerpo para que sus hombros estén planos sobre el colchón, sus pechos expuestos a mí. Su respiración aún es profunda, diciéndome que está dormida. Tiro las sábanas y me deslizo a su lado y ella se da vuelta para mi lado, su cuerpo fresco golpea mi sobrecalentado cuerpo de la ducha. Ella gime y se acurruca más cerca, me da oportunidad de mirar a JD para ver lo que él está pensando en esto. Cierra los ojos y coloca una mano en la cadera de ella, luego se desliza por su vientre para que me frote también. Mi polla ya esta dura, pero eso aumenta mi deseo creciente. Quiero tocarla. Quiero que él me toque. Y quiero compartir más que con Blue. Su mano pasa algunos momentos acariciando el coño de Blue, y ella gime de nuevo, pero esta vez sus ojos revolotean durante unos segundos. Cuando finalmente los abre, el deseo allí sella el trato.

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Los quiero a los dos. Ambos me quieren. Nos queremos el uno al otro. Su mano se levanta, su palma se desliza a lo largo de la ruda barba de mi mejilla. Y entonces la mano de JD está encima de ella y nos quedamos allí, disfrutando de los momentos. Disfrutar del comienzo de algo nuevo. No es sexo. No es lujuria. Es Amor. Es el comienzo oficial de nuestro amor compartido. Y luego pasamos la línea de salida. —Blue, nena —dice JD en ese gruñido gutural que le gusta usar en las putas. Pero esta vez, abre un nivel de deseo en mí como nunca lo ha hecho antes. Y cuando agarra la mano de Blue y la desliza por mi pecho, ambas puntas de sus dedos acariciando mi piel todo el camino hasta mi verga, me estiro y agarro el cabello de él con un puño apretado. La pequeña palma de Blue rodea mi polla, y la grande de JD rodea la suya. Juntos me bombean en un ritmo lento y fácil. Mis ojos se mueven entre ellos. Y luego la mano de JD se levanta de la de Blue y la levanta, presionando sobre su cabeza. —Chúpalo, Blue. Ella me sonríe y deja que la presión de JD guíe su cabeza por mi estómago. Ella me besa a medida que va, su lengua lamiendo mis abdominales, luego mi ingle, luego su mano sostiene mis bolas cuando sus labios se encuentran con mi cabeza. —Joder —gimo, cerrando los ojos. Su boca se mueve hacia arriba y abajo de mi eje, lamiendo, luego chupando mi punta, su mano todavía amasando mis bolas. —Llévalo profundo, cariño. Como me lo hiciste antes. Debo sentir rabia de Blue chupando a otro hombre. Pero no lo hago. Ni siquiera se acerca. Esas palabras me ponen tan mal, me arranco el cabello de JD, tirando de su cara a la mía. Y cuando nuestras caras son solo centímetros, hago algo que nunca pensé que haría.

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Me inclino y lo beso en los labios. Su boca se abre en respuesta, su lengua nos tuerce juntos. Le vuelvo a tirar el cabello y él gime, estrujando sus caderas contra la parte posterior de la cabeza de Blue mientras ella continúa chupándome. Sabe a coño, y mi lengua no puede obtener suficiente de ella. Mi mano se cae de su cabello, presionando contra su garganta, apretándolo de la manera que lo he visto exprimir a cientos de chicas mientras chupaban su polla en público. —Joder, Ark —dice, sacando el beso. —¿Joder, no? —pregunto—. ¿O joder, sí? Me mira fijamente. Es el momento más íntimo que he tenido con él. Tal vez con alguien. —Es un joder definitivo, sí. Y luego le pega a Blue en el culo. —Nena, sube a Ark. —Él la guía hasta sus rodillas, luego la vuelve para que ella esté frente a mí y la tenga sobre mis caderas. Miro todo el proceso, mi polla hinchada, tan jodidamente listo para esto casi duele. Ella se cierne sobre mi punta, su coño tan húmedo que está prácticamente goteando. Y entonces la mano de JD está allí, su dedo empujando contra su abertura, haciéndole gemir de la manera más deliciosa. Mi mano va al hombro de JD y luego cae, acariciando su espalda musculosa. Y él me lanza una sonrisa. Me río de esa sonrisa, y todas las inhibiciones sobrantes se evaporan. Es una sonrisa que he esperado cuatro largos años. Una sonrisa que dice: Tú me haces feliz. Una sonrisa que dice: Esto es correcto. Y en ese momento Blue se baja sobre mi polla en espera. La lleno de la forma en que la sonrisa de JD me hizo. Extiendo su coño con mi grueso tronco, y ella se inclina, su cara a la mía, presionando nuestras frentes juntas. Y la beso también. Le acaricio la cara y la beso con fuerza. La beso bien y largo. Mi lengua no puede tener suficiente de ella. Hilo mis dedos a través de su cabello, tirando en puños, al igual que lo hice JD.

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Siento presión entre mis piernas y me doy cuenta de que la mano de JD todavía está entre las piernas de Blue. Ella gime duro, como si estuviera en el dolor, y sé que está tocando su culo. La idea de que tanto la mierda me impulsa salvaje, y yo empiezo a empujar dentro de ella, mis caderas rebotando en la cama, la piel golpeando la piel, mis bolas golpeando contra nosotros dos. Y luego JD se arrodilla detrás de ella, bombeando su culo por un segundo, antes de bajar la cabeza para lamer. Su barbilla roza la parte inferior de mi vástago. Me acaricia cuando él la prepara para él, y esto se siente tan jodidamente bueno, tengo que cerrar los ojos y concentrarme en aferrarse a mi carga. JD se levanta, colocando su polla sobre la entrada trasera de Blue, y luego su apretado coño mientras se aferra en mí. La polla de JD empuja hacia dentro y Blue se sienta, arqueando la espalda. Pero JD la golpea en su espalda sobre mi pecho y se inclina para que su cara se presione en su cuello. —Quédate quieta, cariño. Estate quieta. Ella gimotea, y yo envuelvo mis brazos alrededor de ella, sosteniéndola firmemente contra mí, besándola por todas partes mis labios pueden alcanzar. —Relájate —digo—. Vamos a amarte. Y ella se relaja. JD se empuja de una vez, duro. Y entonces ambos estamos completamente dentro de ella. Él encima de ella. Ella encima de mí. Nuestros brazos y piernas se entrelazan, nuestras caras se buscan, nuestros labios se tocan, las lenguas buscan, el aliento se mezcla. Es el momento más hermoso que he tenido en toda mi vida. Ella no es una chica perdida. No somos dos mejores amigos. Somos una trinidad de perfección.

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Blue

N

os venimos juntos. Los tres. Grito tan fuerte mi liberación que Ark se ríe y JD me pega una nalgada en el culo, diciéndome que voy a despertar a los vecinos de abajo.

Así que me quedo callada, lloriqueando mientras ola tras otra de placer cae sobre mí. JD se derrumba encima de nosotros y Ark lo empuja con un gruñido. Y luego me abraza fuerte y nos hace rodar, así que estoy atrapada entre ellos. Esto. No tengo palabras para describirlo, pero necesito esto para el resto de mi vida. Estos dos hombres a cada lado. He encontrado el cielo y sigo viva. He engañado a la muerte. Nos quedamos dormidos así. Dormimos todo el maldito día. Y solo nos levantamos para ducharnos y comer cuando son más de las cuatro de la tarde. Me siento en la isla de piedra negra que separa la cocina de la sala de estar, viendo a JD cocinar. Está haciendo panqueques y huevos. Ark está en su portátil, sentado en un taburete al otro lado de la isla. Trabajando, supongo. Parece que llevamos viviendo esta vida desde siempre. Así es como se siente el amor. Completo, cien por ciento satisfactorio. No puedo pensar en ningún otro lugar donde preferiría estar. No puedo pensar en ninguna otra chica en todo el planeta que tenga una vida tan plena, rica y perfecta como la mía. —¿Cuántos? —me pregunta JD, señalando los panqueques y los huevos. Solo puedo sonreírle y encogerme de hombros.

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—No me importa. Si me das migas, soy feliz. Si me atiborras hasta que esté llena, soy feliz. Ark se asoma sobre su portátil y se ríe. —Estoy famélico. Me lo comeré todo, si me dejas. Pero algunos negocios primero, JD. Hago una cara. No quiero hablar de sus negocios. Ni siquiera quiero pensar en lo que harán esta noche. —Es Halloween y Ray cree que vas a la fiesta. —Bueno —dice JD, mirándome antes de prestarle atención a Ark—, la chica que he buscado es una camarera esta noche. Así que supongo que ambos vamos. — Él mira de regreso hacia mí—. ¿Quieres ir, Blue? Podemos disfrazarte. Nadie sabrá que eres tú. Sacudo mi cabeza. —No, gracias —digo en voz baja, incapaz de encontrar su mirada. Camina hacia mí y levanta mi barbilla, haciéndome reconocerlo. —¿Quieres que nos quedemos en casa? Echo un vistazo a Ark, esperando que se oponga. Después de todo, es un hombre de negocios. Y estos son negocios. Algo en lo que no tengo nada que decir. Pero Ark se encoge de hombros. —Le debemos a Ray dos videos más. Pero tenemos más de doscientos escondidos para la publicación de Public Fuck. Podemos darnos el lujo de renunciar a dos para terminar nuestro contrato. —¿Harías eso? —pregunto. —Si eso te hace feliz, claro. ¿Por qué no? —Mira a JD—. Llamaré a Ray y le diré que nos quedaremos en casa y estaré allá el domingo para subir los videos finales. Después de eso, celebraremos. —Y luego me sonríe y devuelve su concentración a su ordenador. JD vuelve mi cabeza hacia él y me da un beso que me hace mojar entre mis piernas.

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—Funciona para mí —dice—. Tengo lo que necesito aquí mismo. Su atención hace que todo mi cuerpo se caliente, y me lleva un segundo darme cuenta de que me estoy sonrojando. Cuando miro a Ark, se ríe mientras se levanta de su computadora y toma asiento en la mesa del desayuno. —No te avergüences. Solo disfrútalo. —Lo hago —le digo a Ark, saltando de la isla y caminando hacia él, mi mano fija en su hombro por un momento mientras tomo la silla al otro lado de él. La mesa es pequeña y redonda, así que tiene un toque íntimo. —No sé cómo llegué aquí. —Los miro a ambos, uno a la vez. JD sirve un plato de panqueques y hace una pausa. Pero todo lo que puedo hacer es encogerme de hombros—. No lo sé. Pero me siento... afortunada. —¿Quizás solo tenía que ser? —JD regresa caminando para agarrar los huevos—. Creo en el destino en vez de la suerte —continúa, sirviendo los huevos y tomando su silla. La mesa solía tener solo dos sillas, pero Ark sacó una silla de su oficina en la que está sentado—. Quiero decir, mira. He estado viviendo con este fanático del control durante cuatro años. Y te diré que nunca he pensado en besarlo antes de esta mañana. Ark sonríe, sacudiendo su cabeza. Si se siente incómodo sobre cómo las cosas han cambiado de la noche a la mañana, lo esconde bien. Porque no parece estar tímido. De hecho, JD tiene razón. Es un fanático del control. Y aún está en control ahora. —Bueno, yo sí —dice él con un rostro serio. —Mentira —dice JD metiendo un panqueque en su boca—. Nunca lo hiciste. Y no estarías aquí si no te hubiéramos emboscado con la correa. —Oh, Dios. —Sacudo mi cabeza y agarro un panqueque y algo de huevo. —¿No te gusta la correa? Es Ark preguntando, no JD. Y eso me detiene un momento. —¿A ti sí? —Fue caliente como el infierno —dice Ark. —¿Creí que odiabas la perversión? —Miro a JD y él me guiña el ojo.

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—No es verdad. Simplemente no me gusta cruzar ninguna línea. —¿Pero los collares y las correas son perversiones aceptables? —Creo que ella debería llevar el collar todo el tiempo, Ark —dice JD, pasando por alto mi pregunta. Y aunque odio el hecho de que me afecte de esta manera, la humedad comienza a acumularse de nuevo entre mis piernas. ¿Cómo lo hace con solo palabras? Ark me mira fijamente, como si pudiera leer mis pensamientos. Y luego su mano está en mi pierna, frotando. Miro su rostro mientras hace esto. Sigue estando estoico, sin sonrisa, su boca es solo una línea plana. Y entonces su mano viaja hasta la v entre mis piernas, se desliza dentro del bóxer que estoy usando, y pone sus dedos en mi coño. Trago fuerte y cierro mis ojos. —Ve por el collar, JD —dice en un tono dominante. Retengo el aliento y me muerdo el labio, tratando de calmarme. La silla de JD raspa contra el suelo de hormigón pulido mientras se levanta para encontrar la tira de cuero. —Lo quieres, ¿verdad, Blue? Asiento con mi cabeza, pero mantengo los ojos cerrados. —No puedo evitarlo. —No sé cuánto quieren saber sobre mi cautiverio, así que permanezco en silencio. JD regresa unos pocos momentos más tarde y entrega el collar a Ark. Su silla suena al empujarla de regreso también, y de repente estoy temblando. —Shhhh —dice él, poniendo una mano sobre mi hombro—. No voy a lastimarte, lo sabes. —Lo sé —digo. Porque lo sé. Ark no está en el dolor—. Pero el problema es… —Lo miro y respiro profundamente—, el problema es que me gusta que me lastimen. —Es un susurro suave, pero todo el mundo lo escucha. Cuando miro a JD, está sonriendo de oreja a oreja. Cuando inclino mi cabeza para ver la reacción de Ark, me pasa un dedo por la mejilla.

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—Levanta tu cabello —ordena Ark. Hago lo que me dice y me pone el collar alrededor del cuello, sujetándolo para que solo se suelte lo suficiente como para permitir que sus dedos se deslicen entre él y mi piel. Respiro profundamente. —Ahora eres nuestra. Y eso significa que serás honesta si te hacemos una pregunta. Así que mi primera pregunta es, ¿cuán duro te gusta? Dejo salir una gran bocanada de aire y doblo mis manos en mi regazo. —Sé sincera, nena —dice JD—. No vamos a juzgar. Asiento, y luego levanto la mirada hacia su encantador rostro. Le creo. Con todo mi corazón. Confío en que soy aceptada aquí. Que todos tenemos una parte oscura en nuestras almas. Y aunque sería mejor que esa oscuridad nunca estuviera allí en primer lugar, lo mejor es que la gente que amamos acepte que somos imperfectos. Y eso es lo que tenemos aquí. —¿Puedo contarles cómo sucedió, antes de decirles lo que me gusta? —Por supuesto —responde Ark. Toma mi mano y me tira sobre su regazo. Me subo, agradecida por su ternura. Un brazo me rodea la cintura y el otro acaricia mi rodilla—. Tómate tu tiempo. Sé que no le dijo a JD quién soy realmente, así que evito hablar de eso. —La primera vez que me llevaron, fue mutuo. De hecho... —Me trago la vergüenza y continúo—. De hecho, todas lo fueron. Hasta el sábado pasado por la noche. Él nunca fue tierno, pero eso me emocionaba. El juego duro era emocionante. Algo que nunca había experimentado antes. Respondí... Oh, Dios, esto es tan embarazoso. Levanto la mirada hacia Ark, pero no me dejará salir de eso ahora que empecé. Así que miro a JD. Tiene las cejas levantadas. —¿Respondiste a las órdenes? ¿O la humillación? ¿O la violencia? —A todo —digo, tan avergonzada de mí misma—. Respondí a todo eso. Aunque no quería hacerlo.

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—No voy a humillarte, Blue. Te puse el collar porque lo quieres. —Miro a Ark y veo la verdad en sus ojos. —Lo sé. Pero odio esa parte de mí. —¿Por qué? —dice JD, levantándose de su silla y viniendo hacia nosotros—. Si estamos de acuerdo en que nos da placer, ¿por qué te avergüenzas? —¿Sientes vergüenza? —le pregunto a él—. ¿Por querer ser… rudo con las chicas? JD sacude su cabeza lentamente. —No. Solo lo hago con chicas como tú. —¿Qué hay de ti? Ark también sacude su cabeza. —No hago mucho de eso. No lo suficiente para cruzar ninguna línea. Pero estoy feliz de golpear tu trasero y tirar de tu cabello. —Y luego sonríe y una pequeña risa sale antes de que se pueda controlar a sí mismo. Su mano se sumerge entre mis piernas, empujando dentro de mi coño—. Estás tan jodidamente mojada solo por hablar de ello. Y ahora que sabemos que te gusta, podemos poner límites si eso es lo que quieres. —¿Quieres eso, Blue? Asiento hacia JD. —No quiero marcas en mi espalda, como las que ellos dejaron el fin de semana pasado. Y no quiero celos. Tenemos que ser claros en eso. No puedo hacer lo de los celos. Si otro hombre o mujer trata de interponerse entre nosotros, entonces sí, espero esos sentimientos. Pero no entre nosotros. Porque él me dijo que... —Tengo que respirar hondo otra vez—, me dijo que hiciera cosas y luego me golpeaba. Pero yo no tenía elección. Me hacía complacer a otras personas. Y luego me acusaba de que me gustaba. Y me gustaba. Estaba condicionada a que me gustara. Así que no quiero ser castigada por amarlos a los dos. Ark me sostiene más fuerte. —Hecho. Miro a JD y sonríe.

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—Ark me pone duro, Blue. Verte chuparle la polla me pone más caliente. Y esta noche planeo chupársela contigo. Así que estoy bien, nena. —Él le guiña un ojo a Ark, que se pone duro debajo de mí como respuesta. —¿Algo más que necesites que sepamos, Blue? —pregunta Ark, intentando alejar el tema de él. —Necesito cuidados posteriores. No recibí mucho cuidado después, pero cuando lo hice, hacía toda la diferencia en el mundo. —Podemos hacer eso, cariño —dice JD, inclinándose para besarme. Sus dientes atrapan mi labio y lo muerde, lo suficientemente fuerte como para hacerme gemir y liberar otro derrame de humedad, pero no lo suficiente como para sacar sangre—. Sé lo que estoy haciendo. Te voy a follar duro y te voy a hacer amarlo. Y cuando terminemos, calmaré cualquier vergüenza. Nunca sentirás vergüenza con nosotros, Blue. Quiero llorar, eso es lo mucho que sus palabras significan para mí. Pero respiro hondo y me acurruco contra el pecho de Ark mientras JD regresa a su asiento y reanuda su comida. Cuando intento levantarme y volver a mi silla unos minutos más tarde, Ark me frena. Trae un tenedor lleno de huevos a mi boca y abro. Dejándolo alimentarme. Dejándolo que se ocupe de mí. Al terminar el desayuno, dejamos los platos y holgazaneamos en el sofá y vemos una película. JD está acostado boca arriba en el extremo largo, con los brazos apoyados en su cabeza, mientras que Ark se sienta en la tumbona. Envuelvo mi cuerpo sobre ambos, mi cabeza en el regazo de Ark. Sueño despierta con esta vida. Cómo se vería en las semanas y meses venideros. Lo que estoy dejando para estar aquí. Extraño a mi familia, pero no puedo ir a casa. No hasta que consiga lo que vine a buscar. No hasta que recupere lo que me quitaron. No hasta que consiga ese contrato y ese material de mí cediendo a mis futuros hijos. Y ahora tengo dos aliados. Puede que aún no lo sepan, pero los acabo de reclutar en mi guerra. Conseguiré justicia para Janine. Y tal vez JD también conseguirá justicia para Marie.

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Ark

D

e alguna forma, pasamos todo el día solo siendo... normales. Mi polla está en un estado de semi-dureza todo el tiempo. Y cada vez que JD se levanta a hacer algo, su bulto está allí también. Me pregunto si está masturbándose cada vez que va al baño.

¿Siempre se sentirá así de bien estar alrededor de ellos? ¿Constantemente estaré excitado solo mirándolos? ¿El pensamiento de los labios de JD sobre mi polla me disgustará alguna vez? No sé la respuesta a ninguna de esas preguntas. Así que cuando Blue se cansa y anuncia que va a ir a la cama, JD se une a ella. Pero yo voy a mi oficina y comienzo a jugar con mis cámaras. Casi una hora más tarde, un JD desnudo aparece en la entrada de mi puerta y golpea la pared. —¿Qué estás haciendo? Ven a la cama. —Lo haré —le digo mientras limpio una lente. —¿Cuando? Estoy caliente, hombre. Y cada vez que la toco, ella se quiere venir. Pero no quiero empezar esta mierda solo. Tienes que estar allí. Termino con las lentes y luego las guardo. —¿Estás nervioso? —pregunta él, entrando a la habitación. Bajo la mirada a su polla, la cual está tan dura que prácticamente está apuntándome—. ¿Tienes miedo de esta parte, Ark? ¿De cruzar esa línea? —Él se estira y agarra el largo bulto bajo mis jeans. Toma mi inactividad como una señal de continuar, y luego su mano se arrastra hacia arriba, al botón de mis pantalones—. ¿Debemos hacer un poco de práctica aquí? ¿Terminar con ello?

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Y luego él se inclina, su pecho desnudo presionando contra el mío, el calor entre nosotros arrastrando nuestros cuerpos juntos. Su mano se desliza bajo mis pantalones y me agarra... duro. Aprieto mis dientes e inhalo un poco. —Dime qué hacer —dice él—. Dime qué quieres. Porque Blue está esperando, hombre. Y no me importa chupar tu polla para ponerte cómodo, pero quiero follar a esa chica esta noche. Y quiero que tú estés allí. Lo miro, encontrando sus ojos azules con los míos oscuros. —No es por eso que estoy retrasándolo, JD. No estoy nervioso con respecto a chupes mi polla. Solo necesito que sepas que probablemente no voy a follarte. Quizás, nunca. Y probablemente no voy a dejarte follarme tampoco. —Así que tenemos límites entre nosotros, ¿pero no con Blue? ¿Eso es lo que quieres que sepa? —Básicamente, sí. —¿Vas a chupar mi polla? —No lo sé. —Entonces, ¿qué quieres hacer conmigo? —Él saca su mano de mis pantalones y da un paso atrás. Pero lo atrapo por el hombro y lo agarro con fuerza. —Esto, para comenzar. —Y luego lo jalo al frente, mi mano envolviendo su cuello, mis dedos entrelazándose en su cabello. Toco sus labios con los míos y el beso me toma por sorpresa una vez más. Cuán suaves son sus labios, pero cuán dura y masculina es su respuesta. Agarra mi cabeza de la misma forma, empujándose contra mí. Nuestros cuerpos se presionan entre sí mientras deslizo mi lengua dentro de su boca caliente y luego, cuando él responde, me retiro y muerdo su labio. Duro. Lo suficientemente duro como para hacerlo retroceder. Pero lo detengo, manteniéndolo en contacto conmigo. Lo miro a los ojos y ambos probamos la sangre. Lo dejo ir con mi boca, pero lo mantengo atrapado con mi mirada—. No le haré esto a Blue. No puedo. Pero puedo hacértelo a ti. Él me mira fijamente. —Si quieres.

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Sonríe, y luego ríe, empujando mi pecho lo suficientemente duro como para hacerme retroceder. Agarro su cuello más fuerte, presionando mi pulgar contra su yugular, igual que lo hice con Gabriel anoche. Pero esta vez, no es por odio o ira. Es deseo. —Quiero meter mi polla tan lejos por tu garganta que te ahogarás con ella. Su sonrisa se hace más grande. —¿Quieres que me someta a ti? —¿Tú puedes entregarlo pero no recibirlo? —¿Ese es el trato, entonces? ¿Ella se somete a mí y yo me someto a ti? —Ambos se someten a mí, JD. Quiero ponerte un collar también. —Vete a la mierda —dice él, retrocediendo con una risa. —No literalmente, imbécil. Pero necesitamos tener un acuerdo. Y el acuerdo es que soy yo quien tiene el control. En todo momento. —¿Y qué si tú no estás allí? Me encojo de hombros. —¿Quieres follarla tú solo? Porque estoy en esto por ti, tanto como lo estoy por ella. —Bien, sí. Supuse que puedo follarla en cualquier momento que quiera. Ella es mía también. Giro alrededor y camino de regreso a mi escritorio, consiguiendo una batería cargada de mi cámara favorita. —Si la follas solo, lo quiero en cámara. Así puedo mirarlo más tarde. —Tú, pervertido hijo de puta. Nunca lo sospeché, Ark. —Sí, ¿y? Él rueda su cuello y hombros, como si estuviese intentando liberar algo de tensión.

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—Seguro, de acuerdo. Como si me importara que nos filmaran. Ya hay más de quinientos videos míos en cámara. ¿Qué importan algunos más? —Y quiero que poses con ella. Y conmigo. Alrededor del loft. Follando. Haciendo mierdas normales. Lo que sea. Quiero fotos. Quiero recuerdos. Él sacude su cabeza hacia mí. —¿Por qué me negaría a eso? ¿Quieres hacer videos de sexo en lugar de porno? Bien. —Y esta mierda nunca deja el apartamento. —Amigo... —Lo digo en serio, JD. Nunca dejes que nadie más la vea. O a nosotros. Nunca. —¿Por qué la mostraría? Ella está escapando de algún imbécil quien probablemente la querrá de regreso. Dejo salir un largo suspiro, el alivio inundándome. —De acuerdo. Me mira fijo por un largo momento, y luego ríe de esa forma en que él lo hace. La forma en que encanta casi a cualquiera quien tenga el placer de mirarlo soltarla. —¿Podemos follar ahora? Me estiro y agarro su polla, la cual se ha suavizado un poco por la conversación. —Oh, joder sí —gime él. Lo bombeo varias veces y luego jalo su polla, haciéndolo avanzar un paso—. Estás matándome, hombre. Vamos. Me inclino y lo beso de nuevo, pero esta vez no muerdo. Su boca se une con la mía, nuestras lenguas buscando la del otro. Y su polla se engrosa en mi palma, así que retrocedo y agarro la cámara de mi escritorio. —Quiero esto, JD. ¿Entiendes? —Comprendo —dice él en un susurro—. Quiero esto también.

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—No somos una pareja. Tú y ella no son una pareja. Estamos en esto juntos, sin importar qué. —No espero su respuesta, solo jalo su dura polla hasta que me sigue fuera de mi oficina y por el corredor hacia mi dormitorio. Cuando llegamos a la puerta, lo suelto y lo empujo dentro de la habitación. Espero una pequeña mirada de ira por empujarlo tan duro, tan rápido. Pero lo maneja como un campeón. Él camina hacia la cama y yo enciendo la luz mientras lo sigo. Se mete en un lado, yo en el otro. Y Blue yace entre nosotros, sus ojos apenas detectables en la luz que se filtra a través de las persianas abiertas de la ventana. Están llenos de preguntas. Y yo no soy nada más que respuestas. Bajo los cobertores, exponiéndola al helado aire nocturno. —Extiende tus piernas abiertas para JD, Blue. Ella lo hace sin dudar, y eso pone mi polla tan jodidamente dura. —Lámela hasta que se venga en todo tu rostro, JD. Y luego bésame, hijo de puta. Y será mejor que pueda probar esa venida, o te dejaré de pie en el rincón y te haré mirarme mientras la follo desde atrás, con sus ojos cubiertos. Blue lloriquea. Esto es lo que ella quiere. Lo que su cuerpo anhela. La humillación es algo en lo que ella está a bordo. Dije que nunca la humillaría, y no lo haré. Pero nunca dije que liberaría a JD del mismo destino. Él hace lo que le dije. Chupa su clítoris mientras yo filmo. Y cuando ella se libera, él me besa, su venida aún acumulada en su boca. Después de eso, es un borrón de pollas y coño. Él encima, yo debajo. Yo encima, él debajo. La boca de él sobre mi polla, yo empujándola por su garganta mientras Blue se masturba. Para el momento en que ellos se duermen, el amanecer está sobre nosotros. E incluso cuando estoy agotado, estoy demasiado elevado con adrenalina para dormir. Así que los dejo, exhaustos, envueltos el uno en el otro, y llevo mi cámara de regreso a mi oficina, así puedo convertir nuestra follada en arte.

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Blue

—N

o —le digo, enterrando mi cara en la almohada. —¿Por qué?

—Sabes por qué. —Miro hacia Ark y suspiro. Es tan jodidamente hermoso, lo juro. Hoy no lleva ese pseudo traje. Está en jeans. Y sin camisa. Dios, ambos me vuelven loco cuando no tienen camisa. Y esos tatuajes… Todo lo que hemos hecho durante tres días es follar. Y lo entiendo, se siente encerrado y quiere salir de la casa. Pero yo no. Me siento segura y cómoda. No voy a ninguna parte. —Blue. Tienes que salir de la casa en algún momento. —Hoy no. —¿No quieres ir de compras? ¿Conseguir ropa real? ¿Dejar de usar las camisetas y bóxers de JD? —No —le digo con una voz infantil desafiante—. Me gusta esta ropa. Huelen como él. Prefiero estar desnuda que salir. Ark se ríe y arrastra las yemas de los dedos por mi espina dorsal. —Quiero llevarte a cenar. Hoy es el último día en que trabajamos para Ray. Tiene mucha importancia. Dejo escapar un largo suspiro. No quiero decirle que no. Quiero ir a cenar con él. Verlo en un traje adecuado por una vez, con un saco y pantalones de vestir. Apuesto a que está caliente como una mierda en un traje real. Mis ropas todavía están colgando en su oficina, sin usar. Diablos, sin abrir. Ni siquiera he echado un

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vistazo para ver cómo son. Sé que son de lujo, así que no es apropiado para usar alrededor de la casa. —Quiero hacerte feliz, Ark. Lo hago. Pero tengo una sensación de malestar en el estómago cuando pienso en salir. No seré nada divertida. No lo haré. Y estaré enferma todo el tiempo. —Me levanto de su pecho y lo miro a los ojos—. Estaré demasiado enferma para disfrutarlo. Él gime. Largo y duro. —Bien. —Y entonces él me levanta de su pecho y se levanta de la cama. JD ya está arriba, comiendo o haciendo el desayuno o algo así. Él se levanta temprano. De hecho, JD se levanta en momentos muy extraños. Tres de la mañana un día, a las cinco al siguiente. A veces duerme hasta el mediodía—. Pero tengo que salir de aquí. No estoy acostumbrado a quedarme en casa tanto tiempo. —Ark se acerca a su cómoda y saca una camiseta negra y un par de calcetines. —Lo siento. —Yo uso una voz triste para eso. —No tienes nada por lo que disculparte, Blue. Lo entiendo —dice Ark dándome la espalda, así que no puedo ver su cara. Simplemente miro a los dragones que luchan en su espalda y me pregunto por qué tendrían tatuajes coincidentes que se enfrentaron entre sí. Me parece que están peleando por esa cosa redonda entre ellos. Es azul, así que podría ser el mundo. ¿O tal vez están conquistando el mundo? Los cuerpos de los dragones se envuelven alrededor de ella como si fueran dueños de esa pequeña bola azul. —Además —continúa, poniéndose la camisa por encima de la cabeza y obstruyendo mi visión de su arte posterior—, podemos celebrar en casa muy bien. —Se vuelve hacia mí y ahora sonríe. Dios, me encanta cuando Ark sonríe. No lo hace con tanta frecuencia. JD es un sonriente compulsivo. Ark siempre está sumido en pensamientos. Tomando decisiones secretas en su cabeza. Definitivamente no es impulsivo—. Traeré a casa una botella de algo especial. —Puedo hacer la cena —ofrezco—. Si JD va de compras para mí. Ark se pone sus botas de pie, saltando de un pie al siguiente. Y luego vuelve a caminar, se inclina y me da un beso. —Nos vemos esta noche, ¿de acuerdo? Solo lo miro fijamente. Su hermoso rostro. No pensé que fuera amable cuando lo conocí, pero estaba tan equivocada. Todo acerca de Ark es amable. Lo hace todo con propósito. Y no puedo imaginarlo hiriendo a alguien.

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—¿Qué? —pregunta con una carcajada. —Quiero amarte. Esa sonrisa otra vez. Yo muero. —Creo que podría casarme contigo y vivir feliz para siempre. Él se ríe y se agacha para un beso más. Nos quedamos esta vez, nuestras lenguas retorciéndose juntas, ambos sonriendo, riendo en nuestro aliento. —Me casaría contigo ahora mismo si JD no estuviera aquí. Pero es difícil casarse con dos personas a la vez. —También quiero amarlo —le digo cuando Ark se aleja. Ark está caminando por la puerta del dormitorio cuando por encima de su hombro me mira y grita: —Ídem. —Unos momentos después lo oigo hablando con JD y luego la puerta se abre y se cierra. Y creo que Ark realmente lo ama, también. No estoy segura de que sea el tipo que la mayoría de la gente imagina cuando piensan en dos hombres estando juntos. Pero definitivamente es amor. ¿Por qué sería tan protector de JD? Eso es algo de lo que me gustaría hablar, pero cada vez que traigo a JD cuando Ark y yo estamos solos, cambia de tema. No lo entiendo. —Oye —está llamando el diablo desde la sala de estar—. ¿Bebé Blue? —¿Qué? —le contesto —Saca tu culo de la cama. —JD asoma su cabeza hacia el dormitorio. Sin camisa. Con eso yo sonrío. —¿Por qué debería? Su sonrisa se aplana y sus ojos se estrechan. —Porque tienes el collar puesto, perra. Y yo lo digo. —Señala el suelo delante de él.

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Sabía que esto vendría. La materia de la dominación. Ha mencionado lo que podríamos hacer juntos una vez que Ark salga de la casa. No porque lo escondamos de Ark, tenemos que filmarlo todo. Pero porque Ark no está tan interesado en esas cosas. —Será mejor que te muevas, puta. Me deslizo de la cama y me pongo sobre mis manos y rodillas, gateando hacia JD y deteniéndome a sus pies. Me siento y miro hacia arriba, abriendo mis piernas para que pueda ver mi coño. —Maldita sea —susurra mientras se agacha para tomar mi cara en sus manos—. ¿Te gusta esta mierda? ¿De verdad? Asiento con la cabeza, sonrojada por la vergüenza. —Oye —dice, besándome en los labios—. No te avergüences. ¿De acuerdo? —Es raro, ¿no? No lo entiendo. Estudia mi rostro por un momento. —No es extraño, Blue. Es solamente una fantasía. —Pero me gusta... —Ni siquiera puedo decirlo. —¿Cómo? —pregunta—. Dime, para poder darte lo que quieres. —Me gusta sentirme... —Miro hacia arriba, luego hacia abajo rápidamente. Jesucristo. No puedo creer que vaya a admitir esto en voz alta—. Forzada. Él me besa, sus labios y boca suaves. —Muchas chicas quieren sentirse así, Blue. He hecho un montón de porno, y algunas de ellas les gusta tan rudo, que me asusta. —¿Ellas lo hacen? ¿Qué quieren que les hagas? —Golpearlas. A todos les gusta que les den una nalgada. Girar sus pezones con tanta fuerza, que lloran. Azotar sus coños, sus culos. Venirme en sus caras. Una chica, no te miento, quería que meara encima de ella. Yo retrocedo. —¿Qué?

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—Ahora que es un fetiche extraño, ¿verdad? O los que juegan con mierda. O los hombres que usan pañales y actúan como bebés. —Oh Dios mío. Se ríe conmigo y me pone en pie mientras se levanta. —Lo que te gusta, Blue, le llamamos a eso violación. —¿Violación? —Es una fantasía de violación. Y te sorprendería a cuántas mujeres les encanta eso. Demonios, hombres incluso. Es tan común, ni siquiera se considera como margen. —Me da una mirada tortuosa—. Bueno, al menos en el mundo en que vivo. —Violación —digo de nuevo, desconcertada que tiene un nombre que no me importa decir en voz alta, y excitada por el hecho de que JD y yo estamos hablando de ello. —Puedo violarte, Blue. Puedo arrancarte la ropa, darte una bofetada en la cara, amarrarte y meter mi polla en tu garganta. Puedo llamarte nombres y tirarte el pelo. Puedo cogerte por detrás tan duro que te vendrás en olas. Uno tras otro, constantemente te estrellan contra la orilla del éxtasis. —Su mano acaricia mi cadera y luego se desliza entre mis piernas para comprobar mi excitación. Estoy tan jodidamente encendida ahora mismo. —¿Quieres ser violada? Me detengo. —Asegúrate, Blue. Porque lo que deseas no puede lograrse a menos que crucemos algunas líneas. ¿Quieres cruzar las líneas conmigo? Respiro profundamente y lo miro a los ojos. —Sí por favor. Me da una cachetada, me caigo al suelo. Mis rodillas golpearon el piso de madera dura, haciéndome gritar. Agarra mi cabello y me tira de nuevo a mis pies, y luego me arrastra hacia la cama y me lanza hacia abajo en primer lugar.

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Mi corazón late con rapidez, pero es una extraña mezcla de miedo, con la que estoy familiarizada por mi cautiverio, y deseo por el hombre real que quiere violarme. Lo cual es nuevo. —Tú eres mi puta, ¿entiendes? —Tira de mi cabello, forzando mi cabeza hacia atrás hasta que tengo que mirarlo en la cara cuando él se acerca a mí por detrás—. Di sí, perra. —Sí —digo, jadeando por más. Me tuerce el pezón con fuerza, dándome lo que anhelo en secreto. Y luego me da la vuelta, se quita el cinturón y lo envuelve alrededor de mi cara, a través de mi boca. Él lo levanta para que quede apretado, el cuero quemando las esquinas de mi boca por la tensión. Y luego saca su polla de sus pantalones y levanta mis piernas. Me retuerzo, y me golpea de nuevo, haciendo que mi coño se inunde y palpite. Pero lo rechazo, golpeándolo en la cara. Me golpea de nuevo para eso, y luego agarra mis patadas y me da la vuelta sobre mi estómago. —Sí —susurro suavemente en el duro piso de cemento. —Lo tendrás en el culo por ese pequeño movimiento, coño. —Sí —le digo de nuevo. Pero su polla está empujando mi culo tan duro, grito desde el dolor muy real. Él me folla en el culo con tanta fuerza, que lloro. Pero cuando él se viene, yo me vengo con él. Porque esto es lo que he querido. Quiero ser violada. Y nunca he estado tan jodidamente encendida en toda mi vida. Cuando terminamos, se quita el cinturón y me besa los labios. —Espera aquí —dice en un susurro. Y luego entra en el baño de Ark y regresa con un bálsamo aromático. Lo frota en las pequeñas grietas que el cinturón hizo en las comisuras de mi boca—. Ark me matará si lo sabe, Blue. —JD pone el pequeño bastón de bálsamo labial sobre la mesita de noche y se mete en la cama conmigo, envolviéndome en sus brazos—. No lo entiende. No le gustará. Y él pondrá fin a ello. Así que si quieres seguir haciéndolo, debemos mantenerlo en secreto. Miro el rostro de JD mientras dice todo esto. Otro secreto. Ark quiere que me calle acerca de quién soy y de la gente que me tenía.

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JD quiere que me quede callada sobre lo rudo que nos gusta. No es un buen comienzo para una relación. —¿Blue? —pregunta JD después de unos momentos—. Puedes decirle si quieres, pero él nos hará parar. No lo entenderá, Blue. Así que si quieres que te vuelva a follar así, no puedes decírselo. Espera en silencio mientras considero mi respuesta. Mi cuerpo está dolorido. Mi rostro sigue picado por todas las bofetadas. Pero Dios mío, nunca me he sentido tan... viva. No quiero guardar secretos de Ark, pero realmente quiero tener este sexo en la barra lateral con JD. —Está bien —digo, sabiendo todo sobre lo que estamos haciendo está mal—. Lo haré. Quiero decir, no se lo diré. Pero las cámaras. Debemos registrarlos, para que no se enoje si lo descubre. JD me besa en los labios, tomando un momento para lamer los pequeños puntos doloridos. —Te amo. Los filmaremos, como él nos pidió. Simplemente no se lo daremos. ¿Está claro? —Bien —digo. Pasamos el resto del día haciendo cosas normales. Incluso follamos para la cámara una vez. No es un arrebato. Solo una mierda caliente para los ojos de Ark. Casi me siento como actuando cuando estoy con JD. Como si somos actores en nuestra propia película, solo que nuestra película es la vida real. Pero, ¿es esta vida real? Hace borrosas las líneas, si me preguntas. Ark viene a casa y cenamos lo que preparé con lo que JD compró. La vida es tan rara. Hace una semana y un día estuve cautivo, obligado a cumplir con los deseos de un enfermo. Hace una semana estuve en un extraño loft con dos extraños, que me pagaron para chuparlos. Y esta noche... Ark trae a casa champaña especial, y brindamos por nuestro nuevo arreglo. Una chica.

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Dos amigos. Tres almas gemelas ÂżTiene algo mejor que esto?

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Ark

—S

olo ve a comprarle un árbol de navidad, por el amor de Dios.

—No puedo, JD. Ya le dije que tiene que venir conmigo si quiere un árbol. —Han sido seis semanas desde que Blue vino a vivir con nosotros. Seis semanas de pura diversión. Solo tengo que pensar en ella y alguna de sus pequeñas formas: como la forma en que golpetea sus dedos sobre la encimera cuando está decidiendo qué quiere comer, o la forma en camina en las puntas de sus pies a través de los suelos de concreto, chillando sobre cuán frío está. Todo sobre ella me hace feliz. Incluso JD está feliz. Pero después de seis semanas de confinamiento en el apartamento, voy a volverme loco. No es que yo haya estado confinado. He estado en cuatro viajes de negocios en ese tiempo. Pero Blue se niega a dejar la casa. —Lo tengo —le digo a JD—. No hay forma de que esas personas aún estén buscándola. La mierda se terminó. —No lo sabes —dice JD. Él está mirando el fútbol, lo que significa que está ignorándonos al resto de nosotros—. Quizás ella tiene razón. Quizás necesita quedarse dentro por el resto de su vida. —Arrastra su atención lejos de la pantalla plana y me mira—. Me gusta saber que siempre está en casa. Me gusta que esté aquí todo el tiempo. Probablemente me volvería loco si tengo que preocuparme por dónde y con quién está. Me siento en la silla a su izquierda. —Eso es una locura, JD. La chica necesita amigos. No tenemos nada que ocultar. O de lo que sentirnos avergonzados. Quizás ella necesita un empleo. —¿Por qué mierda necesitaría un empleo? Tenemos suficiente dinero para comprarle lo que sea que quiera.

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—Para darle un propósito en la vida, idiota. Ella necesita metas y cosas. —A la mierda las metas. Ella necesita quedarse aquí y pasar el rato conmigo. —Tú también necesitas metas. —Tengo metas. —Me da uno de esos famosos guiños de JD—. Y todas ellas los involucran a ti y ella al mismo tiempo. El mundo exterior puede joderse. Miro por la ventana, a dónde Blue está de pie en la terraza, bajando la mirada a las calles cubiertas de nueve. Enormes copos redondos se arremolinan en su rostro y caen en su cabello. Su abrigo canela largo hasta las rodillas tiene estilo, con decoración de piel en los puños, la capucha y el cuello. Luce como si estuviese lista a ir a algún sitio afuera. Hace esto todo el tiempo. Se viste y luego se sienta por la casa. No es bueno. —Solo consíguele un árbol a la chica. Pero sacudo mi cabeza. —Quiero que venga conmigo. —Bueno, yo no quiero ir. Estoy viendo el futbol. JD obviamente no va a ayudar, así que me levanto y agarro mi abrigo del gancho cerca de la puerta frontal, entonces me lo pongo y me uno a ella afuera. El aire es frío, pero no demasiado malo. —¿Estás lista? —pregunto—. Luces lista. —Me paro junto a ella en el borde de la terraza, y bajo la mirada al tráfico de la calle California. Hay un pequeño lote de árboles de navidad a casi media cuadra de aquí. Y está concurrido hoy, porque navidad es la siguiente semana. —Mira cuan cerca es —dice ella. Su cálido aliento hace nubes de su boca, como vapor. —Lo sé. Son solo pasos de aquí. Así que vayamos. Voltea para mirarme. Su rostro es tan bonito ahora que ha ganado peso. Esos oscuros círculos bajo sus ojos se han desvanecido. Su complexión ahora es una saludable, debido a la buena alimentación. Ha ganado al menos ocho kilos y podría ganar tres más, si me preguntas. Pero ella es muy consciente de si misma al respecto. Quejándose sobre la talla de su ropa. Comenzamos a ordenarle ropa en

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línea el día después de que cerramos nuestro contrato con Ray y ella ha estado comprando así desde entonces. —Te observaré todo el tiempo, Ark. Y si algo pasa, gritaré para que JD vaya a rescatarte. —Ja ja. —Rio secamente, jalándola al frente para un abrazo de lado—. Tienes que salir alguna vez, Blue. Hoy es tu día. Ella sacude su cabeza contra mi pecho y luego toma una profunda respiración. —Lo siento. Sé que te decepciono. Pero no puedo ir. Y ni siquiera es por las razones que crees. —¿Qué? ¿No estás asustada? —Lo estoy —dice ella suavemente—. Pero esa no es la razón por la que no quiero dejar el apartamento. —Retrocede un paso, obligándome a liberarla de mi apretado abrazo. Y entonces, solo me mira fijamente. —Dime —digo. Ella abre su boca, luego la cierra igual de rápido. Cuando las palabras finalmente salen, tiene que alejar la mirada. —Tengo miedo de que, si voy allí afuera de nuevo, recordaré lo que él me quitó. Todos estos sentimientos de cautiverio finalmente desaparecerán y notaré que soy libre. Y seré como un ave cuya puerta de jaula ha sido dejada abierta. No entienden que son libres. Así que se sientan allí, dentro de la jaula, y se niegan a volar lejos. —Blue, no eres una prisionera... Pone una mano sobre mi pecho para detenerme. —Sé eso. Solo estoy diciéndote cómo me siento, Ark. Sé que soy libre. La pequeña ave puede ver la puerta abierta y salir afuera. Pero eso no me quitará el miedo. Y no sé a qué le temen las pequeñas aves cautivas. Pero yo temo que, una vez que salga por esa puerta, jamás encontraré mi camino de regreso. Llamaré a mis padres y los haré involucrarse en esto, y luego alguien se precipitará y me alejará. Y eso no es algo malo, Ark. Pero tú y JD... —Sus palabras se van apagando mientras voltea para mirarlo adentro. Puedo sentir su amor en este momento. He tenido dudas durante las últimas semanas, preguntándome si lo que tenemos es

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amor, o quizás solo un inusual caso fuerte de lujuria. ¿O quizás todo para lo que estamos aquí es el sexo? Solo no lo sé algunas veces. Pero esta pausa... esta pausa es todo lo que necesito saber. Lo que tenemos es real. Sin importar como lo llames, es real. Ella finalmente regresa su mirada a mí. —No puedo perderlos. Sé que nada dura para siempre, pero no estoy lista, Ark. Prefiero quedarme en mi jaula y ver el mundo desde mi posición alta que arriesgarme a volar a través de esa puerta y nunca encontrar mi camino de regreso. Tomo una respiración profunda y asiento. —Iré a conseguirnos un árbol. La nieve cruje bajo mis pies mientras camino de regreso a la puerta de la terraza. JD nunca eleva la mirada de su salvaje animación mientras un gran juego sucede en la TV en frente de él. Camino directo a la puerta frontal y me permito salir. Una vez allí, pongo mis palmas contra la pared y me inclino al frente hasta que mi frente golpea el ladrillo. No estoy seguro cual parte de la conversación duele más. El hecho de que ella no confía en sí misma para quedarse si sale. El hecho de que ella piense en sí misma como un ave en una jaula. O el hecho de que esto es temporal, y ambos lo sabemos. El amor pasa entre dos. No hay una Santísima Trinidad de amor. ¿Aún amaría a JD sin Blue? Sacudo mi cabeza y me alejo de la pared. Me dirijo a las escaleras, necesitando una actividad física para aclarar mis pensamientos. Pero, en todo el camino hacia abajo, con cada sonoro paso de mis zapatos sobre el acero, solo puedo oír una palabra en mi mente. No. No querría una relación con JD sin Blue. Lo amo como amigo. Lo amo como parte de este arreglo. Lo amo de muchas maneras diferentes. Pero no lo amo como hombre.

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Empujo la puerta de la escalera y termino en nuestro vestíbulo. Puedo ver el lote de árboles de navidad en la calle desde aquí, así que salgo y empiezo a abrirme camino a través de la corriente lenta de los automóviles cuando zumba mi teléfono. Llegué a mi bolsillo y leí el mensaje de Blue. ¿Comprarás adornos y luces esta noche también? ¿Entonces podemos decorarlo? Lo haré primero, le devuelvo el mensaje. Ella me envía una pequeña foto de un árbol de Navidad y luego un corazón. No, no amo a JD como solo a un hombre. Pero amo a Blue como una mujer. Definitivamente me sentiría feliz con ella sola. El lote de árboles está lleno de personas a medida que paso, y noto que tienen un inventario bajo, así que entro en el área acordonada y creo que también podría elegir un árbol primero. Entonces puedo dejarlo en casa y volver a salir para las otras cosas. No hay mucho para elegir, así que tomo el más alto que tienen y espero pacientemente mientras mi árbol entra en la línea de pago donde lo envolverán en una red y tomarán mi dinero. Quince minutos después, estoy caminando de vuelta al otro lado de la calle con mi primer árbol de navidad comprado como adulto. Antes de llegar a Denver, vivía en Miami. Y Miami no fue igual en navidad. Nunca tuve tiempo para una relación seria entonces, así que nunca me molesté en conseguir un árbol. Pero esto es significativo para los socios. Celebrar las fiestas es parte del fortalecimiento de los lazos del amor. JD y yo tampoco conseguimos un árbol. Las vacaciones fueron siempre una temporada ocupada para nosotros. Muchas chicas necesitan dinero en Navidad. Nunca tuvimos escasez de participantes dispuestas. Arrastré el árbol dentro del edificio y luego adentro del ascensor, imaginando lo bonito que se vería el loft una vez que esté decorado. El ascensor se abre y las puertas se abren, así que arrastro mi árbol y me dirijo a la puerta.

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Espero un chillido cuando entro al loft. Y escucho eso. Pero no es por el árbol que arrojo en el vestíbulo. Es Blue, gritando como si estuviera recibiendo una paliza. Corro por el pasillo hasta la habitación de JD y abro la puerta. Me toma segundos de silencio enteros para llegar a un acuerdo con lo que estoy viendo. Blue está boca abajo en el suelo, su mejilla presionada tan fuerte contra el concreto pulido que ni siquiera puedo ver su ojo izquierdo. El ojo derecho está muy abierto, mirándome. El maquillaje corre por su mejilla por las lágrimas. Su cara es roja, como si la hubieran abofeteado. Su respiración se engancha, haciéndome saber que realmente está llorando. La polla de JD está en su culo, su vestido se abrió por la espalda para darle acceso. Y sus bragas siguen puestas, pero torcidas hacia un lado. Una mano está envuelta alrededor de su garganta, su pulgar presionado sobre su arteria. El otro se está tirando de su cabello. —No es lo que piensas —gruñe JD. Casi como si estuviera cabreado porque estoy interrumpiendo su follada. Me acerco y le golpeo en la cara, y él va tambaleándose por el piso. —Te lo dije —grita—. ¡No es lo que piensas! Saqué a Blue del suelo y la jalé más cerca. —¿Estas bien? Ella no puede o no va a encontrarse con mi mirada. Pero ella asiente. —Ark… —¡Cállate, JD! —grito. Mi voz sube a lo más alto de los techos altos, haciendo que Blue brinque entre mis brazos. Ahora está levantado del suelo, su polla todavía dura, sus ojos furiosos de ira. —Tuvimos un arreglo. —Sí, nuestro acuerdo fue que la tratarías bien. —No yo y tú, Ark. Yo y ella.

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Sus palabras me detienen en frío. —A ella le gusta eso, hombre. Ella lo hace. Solo pregúntale. A ella le encanta ser violada... —¡Violada! —No la estoy violando, imbécil. Es una fantasía. —¡Es enfermizo! Tan pronto como sale, lo lamento. Porque Blue se retuerce en mis brazos, logra escapar, y luego corre al baño de JD y golpea la puerta. —Bien, imbécil —dice JD mientras la sigue. Él tuerce la manija, pero hace clic de lado a lado—. Voy a romper la puerta, Blue. Sabes que lo haré. Entonces desbloquea esto. Ella no lo desbloquea. Y ahí es cuando noto las cámaras. —¿Has estado filmando todo esto? —Me lo ordenaste —dice, todavía girando el mango—. ¿Blue? —Él le pega varias veces—. Abre la puta puerta. Silencio. Me siento en la cama y me agarro las manos en la cabeza. —¿Qué demonios está pasando? JD me está mirando cuando miro hacia atrás. —Te damos las cintas de vainilla. Yo guardo la viola... —¡Deja de usar esa estúpida palabra! —Lo que sea. Yo guardo los rudos. Pero los grabé, como querías. Ella está feliz con esto, Ark. Ella lo es. Todo lo que tienes que hacer es verlos y verás. Simplemente le dijiste que estaba enferma por gustarle, así que le costará admitirlo, pero es un hecho. La chica quiere ser ahogada. Y azotada Y no estoy hablando de pequeños golpes en el culo. A ella le gusta mucho, amigo. Ella quiere que mi polla se deslice por su garganta, las lágrimas caigan por su rostro, en sus rodillas...

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—¡Basta! —grito—. Jesús, joder, Cristo. ¿Cómo carajo puedes ser tan estúpido? ¿Tan ciego? ¿Alguna vez se te ocurrió que a ella le gusta porque no puede dejar de pensar en sí misma como un maldito prisionero? —A ella le gusta porque se siente bien. Simplemente te niegas a admitir eso. —Ella me dijo esta noche que se siente como un pájaro en una jaula con la puerta abierta, idiota. ¡En su mente, ella nunca dejó de ser una maldita cautiva! ¡Y lo estás empeorando! —A la mierda. Solo estás celoso... Cruzo la habitación tan rápido, incluso me sorprendo. Al siguiente momento, JD está tirado en el suelo y mi mano está envuelta alrededor de su cuello. Soy más grande que él por unos 10 kilos y 7 centímetros por lo menos. Y soy más fuerte que él. Trabajo cinco días a la semana en el gimnasio de la planta baja. Entonces, él nunca tiene una oportunidad. Me inclino hacia su cara cuando se pone roja. —Solo voy a decir esto una vez, mi amigo. Si alguna vez la follas como si fuera una prostituta en la calle, te mataré.

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Blue

E

scucho mientras pelean. Cuando JD golpea la puerta, me tambaleo hacia atrás y caigo sobre mi culo, y luego camino como cangrejo hacia la esquina más cercana a la ducha y tiro de mis piernas a mi pecho mientras ellos continúan discutiendo afuera.

Ark es más grande que JD. No por mucho, pero en todas las formas eso cuenta. Brazos más largos. Más alto. Más pesado. Con más músculo. Él está constituido como un Navy Seal, incluso si nunca se convirtió en uno. Y así es como sé que es él quien está asfixiando y JD es el que está haciendo esos ruidos del otro lado de la puerta. Quiero salir y decirle a Ark que JD tiene razón. Me gusta. Cada vez que JD me abofetea solo quiero que me folle más duro. Cada vez que me llama zorra o puta, solo quiero que me sostenga más apretado. Pero no me gusta. Lo necesito. Y no estoy segura que sea lo mismo. Un lamento hace eco a través del baño y me toma un momento darme cuenta que está saliendo de mí. Y luego los sollozos comienzan. Estoy fuera de control mientras las imágenes destellan a través de mi mente. Los golpes mientras estaba siendo retenida en contra de mi voluntad. Las violaciones a las cuales fui sometida. La forma en que ellos usaron mi cuerpo para engañar a mi mente. Hacerme venir después de reducirme a nada más que una cosa. JD y Ark están gritando y peleando nuevamente al otro lado de la puerta. Cosas se rompen. Se estrellan contra la puerta del baño, e inmediatamente estoy agradecida que las puertas en este lugar sean gruesas, de madera dura. Porque no las abren. No puedo moverme. No puedo pensar bien. No puedo hacer nada más que acurrucarme en la esquina y temblar.

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¿Qué me pasará ahora? ¿Quién me amará así? ¿Por qué estoy tan jodida? Una puerta se azota y vibra la pared contra la que estoy recargada. La puerta principal. ¿Pero quién de ellos se fue? Otro sollozo se me escapa mientras el miedo crece. ¿Me golpeará? ¿Me violará? —¿Blue? —pregunta Ark. Dejo salir un llanto y luego solo me rompo, tirándome hacia adelante, sobre la alfombra. Mi miedo es reemplazado con alivio y eso casi es igual de malo. Porque tal vez Ark tenga razón. Tal vez estaba dejando que JD me mantuviera prisionera. Sexualmente. Mentalmente. Y emocionalmente.

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Ark

—¿B

lue? —Puedo oírla llorar al otro lado de la puerta. Mi corazón late tan rápido que tengo que apoyarme contra la dura madera para calmarme—. ¿Blue, nena? ¿Estás bien?

Ella está sollozando ahora, pero está amortiguado. Como si no quisiera que escuche. —¿Blue? Se fue, ¿está bien? Se fue. Puedes salir ahora. —Por un momento me pregunto si soy de quien tiene miedo. Por favor, Dios, rezo en silencio. Por favor, no la dejes tener miedo de mí—. Blue, no voy a lastimarte, sabes eso, ¿verdad? —Silencio—. Blue, solo desbloquea la puerta y puedes hacer lo que sea que quieras. Puedes llamar un alguien. O irte. Más llanto. —O quédate. Puedes quedarte, Blue. Sabes que te amo, ¿verdad? Te amo y no depende de esta relación, ni de JD, ni del sexo. ¿Bien? Nada de eso importa. Simplemente te amo. Está esnifando y puedo imaginarla al otro lado de la puerta, acostada en el tapete. —Blue, si abres la puerta, solo nos iremos a la cama. Solo descansa y sin hablar de ello. Dormir juntos. Solo sosteniéndonos el uno al otro. ¿Sí? Sin hablar. Sin sexo. Sin llamar a nadie. Solo... —Joder. Solo abre la puerta, es todo lo que quiero decir—. Solo estando juntos. Eso es lo que hacen las parejas, ¿verdad? Maldita sea. Debí haberlo sabido que no podía dejarla sola con JD. —No es tu culpa, Blue. Es mía. JD... él es...

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Joder. Tomo una respiración profunda y me deslizo por la puerta hasta que estoy sentado en el suelo con mi espalda contra ella, dejando escapar el largo suspiro mientras me instalo. —¿Él es qué? —dice ella desde el otro lado. Paso la mano por mi rostro y levanto las piernas para poder descansar los codos en mis rodillas. —¿Él es qué? —pregunta, más molesta que triste ahora—. ¡Solo dime qué demonios está pasando aquí! —Solo abre la puerta —susurro—. Tienes que abrir la puerta, porque no importa lo que él haya hecho, aún amo al tipo, ¿de acuerdo? Y no voy a contar esta historia a menos que pueda decírtelo a la cara. Silencio. Por varios largos momentos. Ella quita el seguro con un chasquido, y me pongo de pie así puedo ver su rostro cuando ella la abre. Sus ojos están rojos y su rostro pálido. Como si estuviera enferma. O asustada. —Blue —digo, llegando a ella. Pero retrocede, justo fuera de mi alcance, y envuelve sus brazos alrededor de sí misma en un abrazo apretado. —Solo dime —ruega, su ira se ha ido—. Porque yo también lo amo. —Sus ojos se vuelven vidriosos y luego las lágrimas se derraman por sus mejillas como los ríos—. Yo también lo amo. No lo sabía —dice, empezando a sollozar de nuevo—. Respondí a todo… Me estiro y la halo en un abrazo. —Shhh. No más de eso. Deja de pensar en eso. Nunca debí haberte dejado quedarte aquí, pero te quería, Blue. Te quería como nada de que he querido antes en mi vida. Y tal vez es solo porque estaba solo. Y cansado de este trabajo. Cansado de las mentiras y las chicas, y el sexo sucio. Necesitaba algo bueno. Algo que pudiera eliminar todas esas cosas y hacerme sentir humano de nuevo. Y supe todo el tiempo que tú necesitabas ayuda. Al igual que supe todo el tiempo que JD necesitaba ayuda.

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Ella se desmorona. Su cuerpo se desmorona cuando de sus rodillas se doblan. Casi cae al suelo antes de que la levante y la saque de la habitación de JD, por el pasillo, pasando la sala de estar, y de vuelta a nuestra habitación. La coloco en la cama, y luego subo a su lado. Está desnuda y yo todavía tengo mi abrigo y botas puestas. Pero a quién coño le importa. Solo nos metemos en la cama así y la tiro encima de mí para que su cara esté metida bajo mi barbilla. Sus lágrimas caen sobre mi piel, alrededor de la curva de mi cuello, y luego se deslizan por mi espalda hasta que se encuentran con las sábanas debajo de mí. Inhalo profundamente. —La primera vez que vi a JD, yo estaba saliendo de la estación de autobuses y él estaba al otro lado de la calle, luchando por salir de una pelea de cuatro contra uno, y aunque JD es bastante rudo, no es tan bueno. Pero gritaba como un hijo de perra. Te llevaste a mi hijo, decía, una y otra vez. Y cada vez que lo decía, plantaba un puñetazo o una patada o algún otro ataque. Como si esas palabras fuera su mantra. Lo único que lo mantenía en marcha. —Para el momento en logré llegar al otro lado de la calle, ellos casi lo tenían. Así que intervine. Primero con una amenaza de la policía, que no consiguió nada. Y luego con un arma. Blue está en silencio sobre mí. —Ellos se retiraron con un montón de amenazas para JD. Volverían. Estaba muerto. Bla, bla, bla. Y ya que yo no tenía dónde quedarme, y acababa de salvarle el culo, me dejó quedarme con él por un corto tiempo. —¿Se llevaron a su bebé? ¿Lo vendieron? Asiento. —Ella fue dada a una familia. Él lo sabía, pero no sabía a cuál familia y, por supuesto, nunca le dijeron. Su novia estaba muerta para entonces. No lo sabíamos, sin embargo. Así que él saltó en la ciudad con un montón de dinero y un plan. Pero toda mi vida, todo lo que pensaba que estaba haciendo, se desvió esa noche cuando conocí a JD. Él tenía este problema inmediato, ¿sabes? Algo a lo que podría sujetarme y tal vez incluso arreglarlo. ¿Cierto? Y así es como todo esto comenzó.

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—Entonces, ¿qué le sucede? Puedo sentirlo, Ark. Cuando estamos solos, logro verlo. Como si hubiera algo oscuro detrás de esa sonrisa encantadora. Detrás de esos ojos increíbles. Algo que esconde. Pero cuando estábamos teniendo sexo… —Mierda —digo, tomando un profundo respiro—. Mierda, mierda, mierda. —… me miraba cuando puso su mano en mi garganta. Siempre hubo un momento en el que me aterraba. Justo antes de que las cosas se pusieran negras y las estrellas se apoderaran de todo. Pero cuando volvía de nuevo, él siempre me decía cosas dulces. Que me amaba. Nunca me haría daño. Esto era solo por diversión. Y le creí… —Él quiere decirlo, Blue. Lo hace. Pero está jodido por lo que pasó la noche antes de que llegara a la ciudad. La noche que pensamos que su novia murió y perdió a su pequeña hija. Él nunca logró superarlo. —¿Cómo murió? —No tengo ni idea. Nunca lo averiguamos. Nos tomó dos años encontrar su tumba. Solo un pequeño marcador en el suelo. —¿Por qué le gusta ser tan rudo? Cierro los ojos. Tan cansado de esto. Tan cansado de pensar en JD y su violencia. —Sabes por qué, ¿no? Sacudo la cabeza, como lo hago siempre. —No sé por qué, Blue. Pero siempre ha sido así desde que lo conozco. Es rudo con las chicas de Public Fuck también. Demasiado rudo. Pero esa mierda vende. Una ola de vergüenza me inunda. Blue no es tonta. Ella se dará cuenta de todo esto tarde o temprano. Y entonces va a dejarme. Nunca volverá a hablarme. Va a dar vuelta, salir, llamar a su familia, y nunca mirará atrás. Porque somos un par de enfermos hijos de puta. —¿Sabes por qué? —dice ella como una pregunta esta vez. —No. Pero tengo algunas suposiciones en las no voy a entrar esta noche. Solo quiero decir que lo siento, Blue. Y si quieres irte…

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—¿Quieres que me vaya? —Ella trata de sentarse para poder mirarme a la cara, pero no puedo hacer eso ahora. No puedo. Así que la mantengo cerca. —Quiero que nunca te vayas. Es un error mantenerte aquí, entiendo eso. Pero no quiero que te vayas, Blue. Nunca he deseado a alguien tanto en mi vida. —No me dejes, Ark. Por favor. Sé que necesito ayuda. Lo hago. Sé que el gusto de lo que él me hace está mal… —Eso no es lo que está mal, Blue. —Me siento un poco para poder verla en esta parte. Necesita entender la diferencia—. Que te guste por las razones correctas está bien. Está bien que te guste un poco de dolor con el placer. Pero lo que no está bien es que JD se aproveche de eso después de que estuvieras cautiva por gente que te obligó a sentirte de esa manera con condicionamiento psicológico. Ella solo me mira fijamente, como si toda su vida dependiera de las palabras que le digo ahora. —¿Te gustaba rudo antes de convertirte en una prisionera? Ella niega con la cabeza. —Pero nunca pensé en esas cosas. —Solo necesitas algo de distancia, Blue. Para averiguarlo. Necesitas hablar con alguien. JD nunca habló con nadie y eso fue un error. Él es solo… Ella me observa luchando con las palabras. —Dilo —susurra—. Por favor, solo dímelo. —Solo está jodido. Está muy jodido. Y este es el momento de hazlo-o-muere. El momento en que pierdo su confianza o la gano. El momento en que dejo salir tanto como puedo sin regar los secretos finales de él. Secretos que juré por mi vida, por la muerte de la única persona que me persigue, al igual que su novia muerta lo persigue a él, que nunca traicionaría. —Le gusta lastimar a la gente. Y esto… —Ondeo mi mano hacia el dormitorio—, esto se acabó ahora, nena. Lo siento. Pero él no puede volver. No puede.

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Me mira fijamente a los ojos durante unos segundos. —¿Así que solo somos dos ahora? —¿Quieres ser dos conmigo? Ella asiente. —Sí, por favor. —Y luego acuna mi rostro con sus manos y me besa en los labios—. Por favor. No me dejes. No me hagas irme. No estoy lista para enfrentar al mundo, Ark. No lo estoy. No puedo decirle a mi padre lo que me pasó. No puedo responder a esas preguntas. No puedo admitir que caí en su trampa. Que conseguí esa cosa de Estocolmo y me comenzaron a gustar esas personas. Que le dije a ese hombre que me casaría con él. Ser su esposa. Dejé que me follase. Venderle mis hijos. No puedo hacerlo. Necesito este mundo un poco más. Y si me dejas quedarme, te prometo que trabajaré más duro para mejorar. Voy a salir contigo. Me esforzaré más. Lo haré mejor, lo juro.

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Blue

A

rk nunca duerme conmigo de la forma en que JD lo hace. Él nunca quiere sexo secreto como JD. Ark nunca quiere compartirme. Él siempre me quiere para sí mismo.

Pero que JD se vaya me asusta. Porque JD era el pegamento. JD era el que bromeaba entre nosotros y nos relajaba. JD era el que amaba libre y abiertamente. Ark siempre ha sido cerrado. Secretivo. Trabajando fuera de la ciudad. Solo varios días cada vez, pero ese tiempo era suficiente para dejar que JD y yo lleváramos nuestro juego un poco más lejos. —Déjame verte —dice Ark, encendiendo la lámpara de la mesa de noche para que nos ilumine. Me cubro con mis brazos y bajo la mirada mientras él me toca, las puntas de sus dedos trazando mis costillas, mis caderas. Se agacha y siente mis piernas, primero una y luego la otra. Mi trasero está picando, así que sé que está rojo, y gentilmente me voltea y lo acaricia por un momento prolongado. —¿Él te lastimó? —Estoy en silencio por un momento—. Dime la verdad, Blue. ¿Él te lastimó? Asiento con mi cabeza. —Pero ese era el punto. Ark deja caer sus manos y se sienta en la cama con un suspiro. Y luego, como si eso no fuera demasiado, deja caer su rostro en sus palmas.

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Me arrastro junto a él, mi cabeza sobre su pierna. —Lo lamento. —Sé que este es el fin. Puedo sentirlo. Seis semanas era lo máximo que podía durar. Seis semanas era mucho más que lo que alguna vez había soñado. Seis semanas perfectas donde me sentí segura—. Lo lamento —digo de nuevo. Él eleva la mirada, pero no voltea su cabeza. Solo mira fijamente la pared al otro lado de la habitación. —Dime algo, Blue. ¿Qué es lo que lamentas exactamente? —Ser... —¿Ser qué? ¿Infiel? No lo fui. Sé que no es lo que él está pensando. Pero mi mente parece no poder ir a ningún otro sitio. —¿Por qué te sientes culpable, Blue? —insiste Ark. —Porque era un secreto —susurro—. JD me dijo que lo mantuviera en secreto y lo hice. Ark asiente, pero aun así se niega a mirarme. —Los secretos son malos. —Finalmente voltea y encuentra mi mirada—. Los secretos entre las personas quienes se aman entre sí son malos. Ya no puedo hacer esto. No puedo continuar esta mentira. Llamaré a tu padre, te llevaré a casa, le pondré fin a esto antes de que la mierda se nos salga de las manos. Ya no puedo hacer esto. Y, ciertamente, no puedo hacerlo si tú estás aquí, justo en medio de toda esta mierda que está pasando. —¿Qué? —¿Hacer qué? Lo que dice no tiene sentido. Pero me ignora. —Quiero decir, no tengo muchos momentos heroicos durante los últimos cuatro años, comprendo eso. No soy diferente de Ray o cualquier otro usando mujeres por ganancias financieras. Sin importar cuál es la razón, no hay excusa para dejar que estoy vaya así de lejos. Ninguna. —Él me mira a los ojos de nuevo— . Creo que lo manejó la codicia. El dinero solo comenzó a llegar. Las chicas estaban allí. Teníamos contratos, análisis de sangre y copias escaneadas de licencias de conducir legítimas. Siempre dijimos: arriba y arriba. Arriba y arriba, mierda. Pero todo era mentira, Blue. Soy cien por ciento mentira. Si digo que vivo por un código moral, pero si no puedo hacer lo que digo hacer, entonces no hay diferencia entre ellos y yo.

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No sé de qué está hablando. Lo único que sé es que está siendo mortalmente serio. Mi mente corre por algo a lo que sostenerse. Algo para conseguirme más tiempo. Porque podría ser enfermo; probablemente sí jodieron con mi cabeza en formas que requeriría años de terapia, pero no llegué hasta aquí, o atravesé toda esa mierda, para rendirme ahora. Así que necesito algo. Algo que lo arrastrará fuera de este repentino monólogo que apesta de revelación y ponernos de nuevo en la marcha. —Navidad —murmuro, casi para mí misma. Es lo único en lo que puedo pensar. —¿Qué? —Navidad —repito—. Sí quiero ir a casa, Ark. Quiero dejar pasar todo esto. Pero, por favor. Te amo. —Trepo sobre su regazo y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello—. Sin importar qué, sí te amo. No puedo solo irme de aquí. Y si me amas, tampoco tú puedes. Nos pertenecemos al otro así de mucho. Quizás JD se fue. No sé, él es tu mejor amigo. No tengo sus secretos, solo el que hicimos juntos. Tú tienes sus secretos. Pero solo porque él se fue no significa que no hay un nosotros. —¿Qué tiene que ver eso con navidad? —Solo quedémonos de esta forma hasta navidad. ¿No podemos compartir un gran momento más? ¿No podemos solo darle una oportunidad a esto? Y él va a regresar... —No —dice Ark, empujándome fuera de su regazo—. No. Él no puede regresar. Él sabe que no puede regresar. —Ark camina hacia el otro lado de la habitación, deteniéndose cuando llega a la pared, y luego gira sus talones y camina de regreso—. Le dije que lo mataría y hablaba en serio. Le dije eso y sabe que nunca lo diría si no se hubiese acabado. —¿Si qué cosa no hubiese acabado? —No entiendo. —Mi protección. —Ark deja salir un largo suspiro y cierra sus ojos—. Lo protegía, Blue. No entendía la extensión de sus problemas al principio. —Ark se vuelve a sentar conmigo—. Me tomó un largo tiempo observando el comportamiento de JD antes de descubrir cuál era su problema. —¿Cuál es el problema? —Mi corazón está acelerado. Quiero saberlo con tantas ganas. No quiero saberlo con tantas ganas.

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—JD es violento. Ha sido violento con ellas antes, pero he estado allí para calmarlo. He estado allí... Mi mente se acelera con el ritmo de mi corazón. Las palabras comienzan a regresar a mí. Conversaciones que he oído por accidente en el comienzo. Estás asustándola, JD. Tómalo con calma, JD. —...cuando lo ha llevado demasiado lejos. O me llamó luego y yo le conseguía ayuda. —¿A quién? —A quien fuera, Blue. Quien fuera. Pero era tan bueno contigo. Era tan... normal. —Él nunca me golpeó, Ark. No era de esa forma. —Él sí te golpeo. Solo que lo hizo de adentro hacia afuera. Y luego, Ark se levanta y sale de la habitación. No estoy segura de cuánto tiempo pasa mientras oigo a Ark en el otro lado del loft. Pero sé que él está empacando una maleta para JD. Le habla a ese tipo Ray con quienes hacen negocios. Habla con JD en algún punto, e incluso cuando solo oigo el lado de la conversación de Ark, y ese lado es más calmado de lo que esperaba, sé que el lado de JD no lo es. Sé que el otro lado es rabia. Ark regresa al dormitorio. Estoy acostada, bajo las mantas, aún desnuda y avergonzada. —Nos vamos —dice él. —¿Qué? —Me siento en la cama mientras él comienza a sacar ropa de los cajones. Me lanza una sudadera y unos jeans. —Vístete. Nos vamos en cinco minutos. Sé dónde está JD, así que va a tomarle veinte minutos llegar aquí. Así que tú tienes cinco. —Ark sale con un bolso de gimnasio lleno de ropa.

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Me levanto y me pongo la ropa, luego encuentro mis botas de invierno y me las pongo también. Ark regresa con mi elegante abrigo de invierno. —Póntelo, Blue. Y no quiero ninguna mierda sobre dejar este apartamento, ¿me oyes? Asiento mientras él sostiene el abrigo abierto para mí y deslizo mis brazos en el suave satín revistiendo las mangas. Él espera mientras lo abotono y aprieto el cinturón en mi cintura. —¿A dónde vamos? —pregunto mientras toma mi mano y me jala por el corredor. Mi corazón está palpitando mientras soy guiada a través de la puerta frontal y esperamos por el elevador. —¿A dónde vamos? —pregunto de nuevo. —A casa de una amiga. Pero ella está en el trabajo, así que tenemos que hacer una parada allí primero. Cuando entramos al garaje, se detiene y mira en ambas direcciones, como si alguien pudiese estar siguiéndonos. Cuando decide que está limpio, corremos hacia un Jeep. Abre la puerta del pasajero y trepo al interior. Luego, la cierra y camina alrededor del frente del vehículo, sus ojos disparándose alrededor, mirando a todas las partes a las que puede en esos momentos. Es solo cuando entra y lanza algo en la consola central que me doy cuenta de que tiene una pistola. —¿Para qué es eso? Él me ignora, solo enciende el Jeep y pone reversa, los neumáticos chirriaron en el piso del garaje. Se detiene antes de salir, mirando hacia la izquierda y la derecha por lo que parece más largo de lo necesario con el tráfico ligero. Luego sale a la calle. No he estado en un coche desde que fui llevada a la fiesta la noche antes de que escapara, y el movimiento me hace marear un poco, especialmente desde que Ark está zigzagueando dentro y fuera del tráfico. Conducimos durante unos quince minutos y luego nos detenemos en Radio Shack. Agarra el arma y salta, dejando el Jeep encendido. Si alguien se acerca a ti, toca la bocina.

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Y entonces la puerta se cierra y él sale. Miro a mi alrededor. No tengo idea de dónde estoy, pero estamos un poco fuera de la ciudad. En un gran centro comercial con muchos autos. Estamos estacionados justo en frente de la tienda, pero honestamente, ¿qué tan rápido Ark puede llegar a mí si alguien se acerca? ¿Quién intentaría atraparme? Y así como lo estoy pensando, me doy cuenta de quién estamos huyendo. No de JD. La gente de la que escapé. Mi corazón empieza a latir más rápido. Porque a pesar de que podría haber estado prisionera en el loft con Ark y JD, siempre supe que estaba libre para irme. Simplemente no tuve el coraje de salir por la puerta. Pero si esa gente me atrapa de nuevo, estoy acabada. Me pegarán. Violaran Y luego me venderán, o me mataran o solo Dios sabe qué. Me doy vueltas en mi asiento, tratando de ver todos los lados del estacionamiento a la vez, pero es demasiado grande. Varios minutos pasan, y estoy a punto de alcanzar la manija de la puerta e irme para unirme a Ark antes de volverme loca. Cuando él regresa. Lanza una bolsa en mi regazo. Ábrelo, Blue. Inserta la tarjeta SIM y actívalo mientras conduzco. —¿Qué está pasando? —Haz lo que te digo. Dentro de la bolsa hay un teléfono celular prepago. Ark mete la mano en el bolsillo y me entrega un cuchillo para que pueda abrir el plástico sellado. Presiono el encendido y sigo las instrucciones en la pantalla para la activación. Paramos en un estacionamiento del restaurante antes de que pueda terminar, pero esta vez, Ark detiene el Jeep. —Tenemos que entrar. —¿En serio? ¿Iremos a comer? ¿No puedes decirme qué está pasando primero? Pero sale del Jeep, camina hacia mi lado y abre la puerta. Sostiene la palma de mi mano y dejo que me ayude, entregando el teléfono en el proceso. Él lo guarda

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en su chaqueta, y mantiene su mano junto a la mía, y entramos a través del estacionamiento lleno de lodo a las puertas delanteras. Una vez dentro, comienza a mirar a su alrededor. —Mierda. —dice en voz baja. La anfitriona aparece y entrega los menús. —¿Dos? —pregunta. Y esa palabra, juro por Dios, me da un poco de dolor en el pecho. No debería ser dos, quiero decir. JD puede pedir ayuda. Puedo obtener ayuda. Podemos trabajar estas cosas. Pero Ark ni siquiera está pensando en JD ahora mismo. —Estoy buscando una camarera llamada Lanie. Ella trabaja el desayuno y la cena. —¿Lanie? —pregunta la anfitriona mientras ella le da una bofetada a la lengua—. Ella renunció hace años. De hecho, caminó una tarde a mitad de turno y nunca volvió. Nadie ha oído hablar de ella desde entonces. —¿Qué? —pregunta Ark—. ¿Cuándo? ¿Hace cuánto tiempo? —Oh, pfffft. No tengo ni idea. Oye, ¿Ritchie? —grita en el restaurante—. ¿Cuándo desapareció Lanie? Ark me aprieta la mano cuando oye la palabra desaparecer. —¿Han pasado seis, siete semanas? —pregunta el cocinero detrás del mostrador—. Eso fue un problema. Estuvimos cortos esa noche de personal. Estamos fuera del restaurante antes de que el cocinero termine de entregarnos la información. Y cuando llegamos al Jeep, Ark tiene el arma en la mano. —¿Qué mierda está pasando? Él suspira y arranca el motor. Nos retiramos a la calle y sé que estamos lejos del centro, porque las montañas de aquí están muy cerca. —¡Maldita sea! —grito cuando empezamos a meternos por calles laterales—. ¡Háblame! En su lugar, me lanza el teléfono.

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—Termina de activarlo. Necesito escribirle a alguien ahora mismo. —¿Qué dijo JD? ¿Por qué estamos huyendo? Pero Ark ignora todas mis preguntas, así que acabo de activarlo y le entrego el teléfono. Lo sujeta debajo de su pierna, y luego alcanza el arma mientras se detiene en una casita de un vecindario suburbano muy pobre. Lo agarro por el abrigo. —¿Dónde diablos estamos? —La casa de Lanie —dice, agachándose un poco para poder mirar hacia el techo. —¿Quién es Lanie? ¿Y qué estás haciendo? —¡Maldita sea, Blue! Cállate. Estoy buscando francotiradores. —Oh Dios mío, voy a salir de este auto... Me agarra por el brazo y me jala hacia él. —No. Tú no puedes. No estoy jodiendo por ahora, Blue. Estamos en un montón de problemas, ¿de acuerdo? ¿Esta chica, la camarera que falta? La vi el día que JD y yo te conocimos. Ahí es donde fui ese día. Necesitaba obtener dos videos más para que Ray completara el contrato de esa semana, y cuando estamos cortos, busco a Lanie. Así que la usé ese día, y ahora descubro que ha estado perdida todo este tiempo. ¿Realmente crees que es una coincidencia? —No lo entiendo. —Bueno, aquí está la cosa, nena. —Me sonríe y me jala para un beso rápido. —No necesitas hacerlo. Solo tienes que confiar en mí. —¿Qué hay de JD? —Ya terminamos con él, ¿de acuerdo? —¡No! Él es parte de nosotros, Ark. No podemos simplemente tirarlo. Necesitamos ayuda. Necesitamos asegurarnos de que está bien. Necesitamos… —Te vendió, Blue. —¿Qué?

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—Me escuchas. ¿Todas esas películas que hizo contigo? ¿Las violentas? Las vendió hoy cuando se fue. ¿Y sabes a quién se las vendió? Tengo que tragar con fuerza mientras sacudo la cabeza. —A la gente que te mantenía prisionera, Blue. Él te vendió. ¿Bien? Estamos jodidos por él. —¿Pero por qué? Ark toma un largo suspiro. —No tenemos tiempo ahora. Necesito entrar y ver si está ahí. Tal vez estoy exagerando. Tal vez solo renunció a su trabajo. Tal vez ella está bien y esta mierda no está a punto de explotar en mi cara. No creo que sea así, pero tengo que ir a comprobarlo. Así que no tenemos tiempo ahora. Tienes que venir conmigo en caso de que la gente esté vigilando su casa. Quiero preguntar por qué. Más y más por qué. Pero ya está fuera del Jeep. Y ahora está oscureciendo y no hay manera de que pueda dejarlo ir solo. Porque si lo pierdo... —Vamos —dice, abriendo mi puerta y tomando mi mano de nuevo. Cierra la puerta suavemente detrás de mí, y luego me conduce por el camino corto a una puerta que rodea el patio trasero. Él tira del pestillo y lo atravesamos.

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Ark

T

an pronto como abro la puerta, el olor pútrido de un cuerpo en descomposición me golpea. Lo cierro de nuevo y me vuelvo hacia Blue. —¿Y ahora qué? —pregunta ella.

Solo sacudo la cabeza y la arrastro hasta el garaje separado y abro la puerta con la misma llave que usé para la casa. Dentro está el Toyota Camry de Lanie. —Sube —le digo a Blue, mientras camino hacia el lado del conductor. —¿Estamos robando un auto? —Blue —le digo con calma—. Entra malditamente en el coche. No lo estamos robando, pero no tengo tiempo para explicar lo que estamos haciendo. Una vez que lleguemos a un lugar seguro, te informaré. Pero ahora mismo, estamos huyendo. ¿Lo entiendes? La gente nos está buscando. Mala gente. Gente que me matará y te llevará. Y si crees que tienes segundas oportunidades para escapar del tipo de personas que te tomaron, estás equivocada. Entonces debemos mantenernos enfocados. Ahora sube al maldito auto. Ella inhala bruscamente, porque mi diatriba se vuelve más fuerte mientras hablo. Pero se acerca al lado del pasajero y entra como le dije. Me meto en el lado del conductor, enciendo el coche y presiono el botón de la puerta del garaje. Se eleva lentamente y casi espero que un ejército de sicarios esté al otro lado esperando. Pero nuestra suerte se mantiene. Saco el auto y lo estaciono detrás del Jeep. Luego me dirijo a Blue. —Quédate aquí. Voy a poner el Jeep en el garaje para esconder nuestras huellas si alguien viene por aquí buscándome.

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No espero una respuesta, solo salgo y vuelvo a subir en el Jeep. Miro la cara de Blue cuando detengo el camino, y ella mira a su alrededor como si esperara asesinos también. Está asustada. Y debería estarlo, porque esto es todo. Después de cuatro años de espera, esto es todo. El momento en que todo se derrumba. Apagué el motor, cogí el teléfono prepago y la bolsa que empaqué antes de irnos, y dejé atrás el Jeep. —¿Quién nos está buscando? —pregunta Blue cuándo volví al Camry. Presiono el botón en la puerta de garaje remota y veo desaparecer mi Jeep. Probablemente nunca vuelva a verlo. Esto me golpea mucho. Porque esta vida que construí en los últimos cuatro años no fue tan mala en lo que respecta a la vida. —Ark —dice, agarrando mi brazo mientras me alejo de la casa—. Por favor. Doy vuelta a la carretera principal y doy vuelta a la izquierda en el estacionamiento de un banco. —Por favor, Blue. Dentro de una hora nos instalaremos y te diré lo que pienso. Pero necesito ir al banco y obtener algo. Vuelvo enseguida. —No —dice, agarrándome del brazo con las dos manos esta vez—. No, no quiero quedarme sola aquí. Su miedo es real y tengo que recordarme a mí misma que ha estado encerrada durante un año y medio. Sin contacto externo real en absoluto. —De cuerdo. Pero no hables. No me hagas preguntas No digas nada. Ella asiente y ambos salimos y entramos al banco. Señalo una sala de estar cerca de la entrada y ella se sienta mientras camino hacia la oficina del gerente del banco y llamo a la puerta abierta. —Necesito acceder a una caja de seguridad. —Sí, señor, siéntese y lo ayudaré con eso. Me siento y le doy toda mi información. Mecanografía en su computadora, frunce el ceño durante varios minutos, y finalmente me presta toda su atención. —Lo siento señor. Pero esta caja tiene especial… —Me mira con los ojos entrecerrados mientras busca una palabra—, condiciones asociadas a ella.

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—Lo entiendo —le digo rápidamente—. Solo necesito la caja. —Sostengo mi llave en mi llavero—. Ahora. —Sí, señor. —Se aclara la garganta y se pone de pie, abrochándose la chaqueta mientras me lleva a la parte posterior del banco donde entramos a la bóveda. Dos minutos después, miro hacia abajo, a la bolsita blanca con cordón. Miro dentro. Nueva identificación. Nuevo pasaporte Diez mil dólares en efectivo para ayudarme a pasar. Nunca obtuve una identificación o pasaporte para Blue; nunca salió de la casa, por lo que nunca los necesitó. Pero ahora los necesitamos. Y ella no los tiene. Cerré la caja y volví a salir de la sala, totalmente consciente de que mis acciones aquí se han informado a la persona que me consiguió estas credenciales en primer lugar. —¿Necesita algo más, señor? —No, gracias —le digo, caminando hacia Blue, que está retorciéndose las manos en el regazo. Ella sonríe débilmente mientras se levanta y luego la tomo del brazo y caminamos afuera. Cuando volvemos a estar seguros dentro del automóvil y manejamos hacia el norte, hacia Boulder, ella rompe nuestro silencio. —No eres quien dices ser, ¿verdad? —Eso no es del todo cierto —le respondo—. Soy el tipo que crees que soy. —¿Rey del porno? —Correcto —digo. —¿Salvador de muchachas frías y temblorosas bajo la lluvia? —Correcto. —Sonrío ante eso y puedo sentir que se relaja un poco. —¿El mejor amigo de JD? —Definitivamente revisado. —La miro cuando llegamos a la autopista, y luego miramos hacia otro lado—. Esto es real, Blue. Todo ello. Todo lo que he hecho contigo y con JD. Es real. Así que no importa lo que pase, no lo olvides nunca. ¿Bien? —Cojo otra mirada hacia ella y ella asiente. Pero su expresión es sombría. Casi triste—. Oye —le dije, agarrando su rodilla y apretándola—. No te preocupes. Estará bien. Lo juro. Sé que probablemente estás imaginando todo tipo de cosas sobre mí en este momento, pero te lo juro, todo va a estar bien.

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Ella mira por la ventana a las luces de Boulder que están más adelante. Esperaba un poco más de confianza de ella, pero mentir no te hace confiar. Y a pesar de que todo lo que acabo de decir es cierto, las mentiras están enterradas debajo de ellos. Odio mentirle. Especialmente sobre JD. Pero no tengo otra opción porque él sabe. Si Lanie está muerta, y definitivamente lo está, entonces me han jugado. Y la gente que juega conmigo también lo está interpretando ahora. —¿A dónde vamos? —pregunta Blue mientras doy la vuelta hacia una calle que nos lleva de vuelta a la ciudad, pero en una dirección diferente a la que veníamos. —Mi oficina —respondo. —Oh —dice en voz baja. Como si la hubiera decepcionado de nuevo. Conducimos durante diez minutos más antes de que el parque industrial donde alquilo el espacio salga a la luz. —¿Eres dueño de un almacén? —pregunta ella, cuando nos acercamos al garaje después de la puerta rueda hacia arriba. Golpeo el botón en el llavero del mando a distancia y la puerta se cierra detrás de nosotros, la única luz en todo el lugar viene del resplandor verde del salpicadero. —Así es. —Apago el motor y el lugar se oscurece—. Quédate aquí hasta que encienda las luces. —Ella no dice nada a eso, solo se sienta mientras yo salgo y siento mi camino a la pared y golpeó el interruptor. Todo el lugar parpadea a la vida mientras camino de vuelta al auto y abro la puerta de Blue. —¿Qué guardas aquí? —pregunta mientras acepta mi mano y sale—. Además de autos obviamente. Tengo varios vehículos. Un panel van. Otro Jeep, éste muy bien equipado. Y un pequeño Mazda, para velocidad. —Servidores. Para el negocio. No puedes simplemente poner pornografía en un sitio web normal. No te dejarán. Así que compré este edificio y lo llené con servidores para que podamos ser nuestros propios anfitriones Web. Ray también lo hace, pero mantiene sus servidores en su edificio de Denver. Yo quería que nos sacaran los nuestro de donde vivimos. No quería que nadie supiera dónde estaban. —¿Por qué no?

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—Ataques —explico, mientras la llevo escaleras arriba a la zona de estar—. La gente siempre está tratando de cerrar a Ray. Lo hacemos todo por el libro, Blue. Es cien por ciento legal. —Eso no lo hace correcto. Su tono acusador duele más de lo que me gustaría admitir. ¿Y por qué debería estar a bordo con lo que hacemos? Ella estuvo retenida en contra de su voluntad por un pervertido que se complace al esclavizar a chicas como criadoras de bebés. En realidad no es lo mismo. Pero tampoco es muy diferente. —Sé eso —respondo—. Lo sé. Simplemente quedé atrapado en el dinero y el éxito. Pero ahora tengo la cabeza bien recta. Lo juro. —¿Con qué frecuencia vienes aquí? —pregunta, caminando por el apartamento, tocando el sofá de cuero, trazando un dedo a lo largo de la encimera de granito en la cocina—. Es bastante agradable para una oficina. Y aquí vamos. Mentira número uno, empezando por la parte superior. —No salgo de la ciudad, Blue. ¿Y esos viajes en los que pensaste que estaba? Yo estaba aquí. Trabajando en los servidores y coordinando contratos con otros productores. —¿Pensé que era el trabajo de JD el conseguir los productores? —Ella toma asiento en el sofá y se inclina en el suave brazo relleno, trayendo los pies hacia arriba y metiendo las manos bajo su mejilla, como si estuviera exhausta y podría quedarse dormida en cualquier momento. Me siento en el extremo opuesto del sofá, no estoy seguro si ella me quiere cerca o no. —Él tiene clientes. Pero solo los pequeños. Él no tiene idea de lo grande que realmente somos. —¿Debido a que le mientes? No sé por qué me sorprende su audacia, pero así es. —Sí —respondo sinceramente—. Le miento. Le miento a Ray. Te miento. Incluso me miento. —¿Se supone que tengo que sentir lástima por la lucha existencial que luchas con ser el tipo malo?

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Bien. Directo a la persecución. —Sería bueno que lo hicieras. —¿Por qué debería? ¿Si solo eres un mentiroso que vende sexo? —Porque te estoy pidiendo que confíes en mí. —¿Y qué hay de JD? ¿Se supone que debo olvidar que lo amo? ¿Has olvidado ya que lo amas? —No, Blue. —Me deslizo junto a ella y le coloco una mano en el hombro. Todavía está envuelta en su abrigo de invierno, así que no puedo tener mucha conexión. Pero necesito que entienda esta parte, al menos—. En absoluto. Nunca voy a dejar de amar a JD. Y sabes, me encantaría que todo esto esta noche sea un malentendido. —Dejo salir una larga exhalación, odiándome a mí mismo por lo que tengo que decir a continuación. Odiándome a mí mismo por las mentiras que tengo que decirle ahora mismo—. Me encantaría que me dijera que estaba haciendo esa mierda. Que no les vendió esas películas a los idiotas que se llevaron a su hijo. Que se llevaron a tu mejor amiga y a su bebé. No quiero que esto acabe. En absoluto. Eso es parte de mi problema, Blue. Me gusta esta vida. Mucho. ¿Bien? Sé que hacer y distribuir porno no es el más clásico de los trabajos, pero Ray hace que funcione. Ray es un buen tipo, ¿sabes? También lo quiero. Es como un padre para mí. No todo sobre este negocio es malo. No todo es sucio. —Pero está todo contaminado. —Jesucristo, bien, sí, lo entiendo. Está lleno de delincuentes. Pero… —Me detengo. ¿Realmente voy a defender el porno como una salida? Quiero decir, seguro, algunas chicas lo usan de esa manera. Algunas ganan dinero, salen, van a la escuela o lo que sea. Lo utilizan para crear una oportunidad para una vida mejor. Pero la mayoría no. La mayoría se atasca en ella. Adicta al dinero, o drogas, o incluso el sexo. El estilo de vida. La mayoría nunca sale hasta que son forzadas a salir por enfermedades, o edad, o adicción—. Mira, no voy a defender lo que hago, y no voy a defender el hecho de que podría vivir así indefinidamente. He hecho decenas de millones de dólares en un par de años. No es una mala manera de pasar el tiempo. Ella deja salir un suspiro largo. —¿Qué? —pregunto. Ella está en silencio durante unos segundos y yo intento con fuerza ser paciente y dejarla pensar.

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—Quiero creerte —dice finalmente—. De verdad. —Y luego se sienta y se vuelve hacia mí, mirándome fijamente a la cara—. Te amo. Pero también lo amo a él. Somos tres, Ark. Somos tres y tú te acabas de escapar sin pestañear. No puedo dejarlo. No sin una conversación. —Lo entiendo, pero… Ella levanta su mano para detenerme. —Solo escúchame una vez. Se me permite tener una opinión, Ark. —Por supuesto que sí. —Necesito verlo. Necesito escuchar su lado. Ustedes dos empezaron esta relación conmigo. Me tienen investida. No le culpo por las cosas ásperas. Sé que significa que estoy enferma… La alcanzo, porque llenarla de vergüenza por eso nunca fue mi intención. —Blue, si realmente te gusta así, está bien. Pero no creo que lo hagas. Creo que estás jodida desde el año pasado y la mitad de los juegos de sexo psicológico. —Lo sé —dice rápidamente—. Me doy cuenta de que todo está contaminado por mis experiencias. Pero mi punto es, que no es culpa de JD por darme lo que pedí. Incluso si lo que pedí no era bueno para mí. ¿Y sabes qué? Tal vez el camino de JD no era el camino correcto. Pero al menos estaba en el juego. —¿Qué coño se supone que significa eso? —Nunca me tocas a menos que él esté allí. Cuando te has ido, JD no puede tener suficiente de mí. Y tú nunca quieres más. Él bromea y se ríe. Sonríe y me hace sonreír. Y tal vez no es justo compararlos a los dos, pero Ark... él me hace sentir amada. Estoy impresionado. —Tienes que estar bromeando. ¿Después de toda la mierda que ha hecho? —Él está en el juego. Lo estás evitando siempre que puedes. —¡Yo soy el que está aquí! ¡Yo soy el que está tratando de protegerte! —Lo sé. Eso es todo lo que haces. Protegerme. Es como... es como si yo fuera tu trabajo y no tu novia.

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Me río de eso. Restriego mi mano por mi rostro y me río. —Nunca has tenido sexo conmigo solo. Nunca. —¡Somos un trío! —¿Así que ahora quieres ser un trío? ¿Pero hace cinco minutos estabas listo para alejarte de JD y nunca mirar hacia atrás? —No es tan simple… —Sí es tan simple. —Ella se pone de pie y comienza a desatar su abrigo—. ¿Puedo usar tu baño? Y supongo que ella tiene razón. Es así de simple. Porque así de simple, ella me aleja.

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Blue

E

l agua caliente me lava mientras lucho con lo que estoy tratando de arreglar esta noche. Ark me trajo aquí para salvarme de JD. ¿Por qué tengo algún tipo de problema con eso?

Rememoro cosas en mi cabeza mientras el vapor se reúne en la ducha y eso me lleva de regreso a mi primer día cuando estábamos en la bañera juntos. Ark se fue a tomar una llamada telefónica. JD se quedó y me abrazó. Ark era todo negocios entonces, apenas como es él ahora. Lógico. Calculador. Siempre manteniendo las cosas a distancia. JD es emociones desordenadas y declaraciones de corazón. Es fácil y amigable. Y si me preguntas el día en que uno puede hacerme más daño, el que quiere darme una bofetada en mi rostro mientras chupo su pene, o el que quiere protegerme y mantenerme a salvo, nunca habría imaginado que Ark tendría el poder para destruirme. Porque JD podría estar jodido, pero entendí lo que quería. JD compartía conmigo. No con palabras. Nunca me dijo su historia con palabras. Pero me la dijo con sexo. ¿Es eso incorrecto? Cierro el agua y envuelvo una toalla a mi alrededor. No sé si Ark me trajo ropa, pero creo que la que tenía puesta era lo suficientemente buena, aunque lo hubiera hecho. Así que pongo mis jeans y la camiseta de nuevo y regreso a la sala de estar. Ark sigue sentado en el sofá, mirándome, cuando entro. Tiene una pierna cruzada contra su rodilla y una mano sobre su boca, acariciando su barbilla. Es un

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gesto que define cuan diferente es de JD. Porque ese gesto dice ¿Cuánto te digo? ¿Qué tan profundo te dejo entrar en mi vida?

—¿Sabes cuál es el problema? —le pregunto, tomando asiento en el lado opuesto del sofá donde estaba antes. Me lanza una mirada perpleja. —¿Qué? —Tu problema es que no estas invirtiendo. Él se ríe. —¿Estás bien? —Sí. Esa es la diferencia entre tú y JD. Nunca te has registrado, Ark. Nunca pediste la llave de la habitación. Nunca te sentiste cómodo en casa. —¿Cómo lo averiguaste? No he hecho nada salvo ayudarte. Nada salvo apoyarte… —Tienes razón —digo, cortándolo—. No has hecho nada más. Porque no inviertes. Soy algún tipo de proyecto para ti. O un medio para un fin. O no sé, una distracción. —¿Una distracción? —pregunta con una ceja levantada—. Debes estar jodiendo conmigo. Porque tú, Blue, eres la razón por la que estoy registrándome. —Y luego se ríe. —Ni siquiera sé lo que eso significa. ¿De que estas registrando? —Tú eres la única que quiere que me registre. Tú dime. —Estoy hablando de esta relación que tenemos. ¿De qué demonios estás hablando? Eso lo atrapa fuera de guardia porque sus ojos se amplían y se reclina un poco hacia atrás. Y es cuando me doy cuenta de algo. Él está mintiendo. Ark está mintiendo.

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Me levanto, pero atrapa mi muñeca. —Por favor, no —dice él, tirándome de vuelta al sofá—. Por favor no te vayas. Porque no seré capaz de seguirte, Blue. No seré capaz de darte lo que tú estás buscando ahora. —¿Qué crees que estoy buscando? Realmente me gustaría saberlo, porque honestamente no tengo ni idea. —Respuestas —dice él, acercándome más a él—. Quieres respuestas que no puedo darte. Pero puedo darte la tranquilidad, Blue. —Él me levanta y me coloca en su regazo—. No puedo decirte cosas. Pero puedo mostrarte lo que siento por ti. —¿Por qué ahora? ¿Por qué esperar hasta que es casi demasiado tarde para mostrármelo? ¿Por qué no me lo has mostrado durante todas estas semanas? —¿Es esto porque no voy a follarte sin JD? —Eso es parte de ello. Me hace pensar que tú eres el único en una relación por él. Ark se ríe. —Blue, no soy gay. No quiero follar a JD. No quiero que JD me folle. Me gusta verlo follar. Me gusta verlo follarte. Me gusta que él me vea follarte. Me gusta que me chupe la polla y me bese en la boca. Me gustan sus manos en mis bolas mientras te golpeo desde abajo. Me gusta como él lame tu clítoris cuando te tengo totalmente abierta. Ese momento, cuando te estoy follando el culo, y estamos esperando a que JD lo ponga en tu coño. Pero luego se inclina y te lame. Y cuando lo hace, Blue, toca mis bolas y desliza su lengua por mi eje. Y carajo, no puedo tener suficiente de eso. Pero es a causa de ti, nena. La razón por la que me encanta es por ti. Si no estás allí, no estoy interesado. —Y si no está él ahí, ¿tampoco estás interesado? —No es lo que dije. —Me doy cuenta de ello, Ark. Pero es como tú actúas. Cuando estamos solos juntos tú quieres tomarme fotos. O hablas de salir en una cita. O hablas sobre JD. ¿Dónde está la parte donde te comprometes conmigo? Él me pone en su regazo y coloca su mano en mi vientre. Me hace pensar en familia. De la familia que nunca tendré. Me hace sentir triste, y ve esto porque me mira a los ojos.

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—Quiero que estés allí después, Blue. Cuando esta vida que estoy viviendo ahora mismo se haya terminado. Cuando las cosas normales, y la suciedad de lo que estoy haciendo sea finalmente lavada. Quiero que estés allí después. Quiero casarme contigo, y ser tu mejor amigo, y hacerte el amor para que seas mucho más que una follada. Quiero llevarte a citas y no tener que preocuparme por las personas que puedes alejarte de mí. Quiero niños… —Mi rostro debe arrugarse, porque se inclina para besar mis labios, susurrando—: Podemos adoptar, nena. Así que no te preocupes. Podemos adoptar. Asiento mientras las lágrimas aparecen. —Quiero todas esas cosas que tienen las parejas, Blue. Lo de tres es divertido, pero no es sustentable. No todo debería venir de a tres. Y toda la mierda que hice desde el momento en que te conocí, fue para asegurarme de que, cuando esta diversión se acabara y solo quedaran dos de nosotros, fuéramos tú y yo, nena. Trago duro. —¿Y qué hay sobre JD? Ark suspira, encogiéndose de hombros. —No lo sé. Quizás esta cosa del trío dure por años. Quizás, esta noche es un gran malentendido. Quizás, todos iremos a casa mañana y lo resolveremos. Follaremos hasta que estemos cansados y dormiremos hasta que nos refresquemos, y comeremos y reiremos, y haremos todas las cosas que hemos estado haciendo estos últimos dos meses. Y quizás, lo haremos por un largo tiempo. Pero un día, Blue, él va a querer más. Lo conozco mejor que cualquier otra persona viva. Y cuando él decida que quiera más, que te quiere a ti sin nosotros, lo arruinará todo. Porque él no puede tenerte. Yo te vi primero. Muerdo mi labio y cierro mis ojos. —¿Cómo puedes decir que él arruinará todo porque quiere más en un aliento, y reclamarme como tu propiedad en el siguiente? Eres tan hipócrita. —¿Tú lo quieres a él? —pregunta Ark—. ¿En lugar de a mí? Porque si lo haces, dilo. Me retiraré. Pero si no lo haces, si quieres que seamos nosotros, o incluso solo yo, entonces necesitas confiar en mí. Porque lo conozco mejor que nadie. Sé de todos los sitios oscuros dentro de su cabeza. Tú ves la sonrisa encantadora y el lado juguetón... —Veo mucho más que eso, maldición.

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—Gracias por recordármelo, Blue —gruñe Ark ese último comentario—. Lo que tú ves es el acto. Yo sé la verdad. —Entonces, dime cuál es. Pero él está sacudiendo su cabeza antes de yo pueda terminar la oración. —Yo no debo decirla. —Oh, mi Dios. No puedo ganar contigo. Quieres que sepa todas estas cosas malas sobre JD, pero no quieres ser el que me las diga. Quieres que los tres estemos juntos, pero solo bajo tus condiciones. Lo que haces no tiene sentido. Solo quiero que nosotros seamos perfectos. Solo quiero que estemos juntos. —Estamos juntos, Blue. Él es quien se fue. —Quizás él se calmó. Quizás regresará. Quizás solo está enojado por tus acusaciones, porque ¿sabes qué? yo estoy enojada por tus acusaciones. Actúas como si no tuviésemos opinión sobre lo que es normal. Actúas como si nosotros fuéramos los enfermos y tú la única persona sana presente. Actúas como si hubiese solo una forma de existir en esta relación. Y eso solamente me hace preguntar, Ark, ¿quién demonios te hizo experto en ménages à trois? —De acuerdo —dice él—. Creo que debemos tomarnos un descanso. Comer la cena. Ver algo de TV. O algo. Detener esta conversación antes de que se ponga peor. Porque, obviamente, no vemos las cosas de la misma forma. —Tú me estás escondiendo algo. Te dije por qué estaba aquí. Te di mi secreto. Desnudé mi alma para ti. Te dije cosas que nunca repetiría de nuevo. Nunca, Ark. Cuando finalmente vaya a casa, nadie nunca oirá esa historia. Tú eres el único al que le dije. Y aun así, sé con seguridad que tú estás ocultando secretos. Y probablemente, mintiéndome descaradamente. Él cierra sus ojos y deja salir un suspiro. —Realmente no mentí. —Bueno, ocultar mierdas a propósito es lo mismo. Tienes razón. Tenemos que dejar de hablar, porque he tenido suficiente y si continuamos con esto, voy a hacer algo de lo que me arrepentiré. Me dispara una dura mirada, sus ojos entornados y su frente arrugada. Su mandíbula se aprieta como si estuviese intentando controlarse a sí mismo.

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Pero luego, se levanta y camina hacia la pequeña cocina, abriendo la puerta del refrigerador. La cierra de nuevo, sosteniendo dos cervezas en su mano. —¿Blue Moon o Blue Moon? —me pregunta, abriendo las tapas y entregándome una mientras se acerca. La tomo. Tomo un sorbo. Luego otro. Y dejo que el alcohol me caliente por un momento. Ark pone una mano sobre mi hombro. —Mira, no estoy tratando de manipularte aquí, Blue. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para ser sincero. —¿Qué significa eso siquiera? Él se sienta en el sillón y palmea el espacio junto a él. —Ven, solo hay que relajarse por un segundo. Me acerco y acepto la oferta, pero no terminé con esta conversación. Porque todo lo que está diciendo apunta a mentiras. Como si él supiera que está a punto de quedar atrapado en algo y está tratando de no mentir, pero no decir toda la historia es lo mismo. Eso me asusta. Porque he confiado en este hombre con mucha de mis mierdas, y justo ahora, me siento como el niño despistado en la escuela quien siempre es el último en comprender la broma. —Solo tomemos una noche para nosotros, ¿de acuerdo? Una noche lejos de JD. Deja que él tenga su espacio y haga sus cosas. Y si él fue pura charla, bien. Lo haremos funcionar. Pero es lo que Ark no dice que me asusta como la mierda. —¿Y qué si no fue pura charla? ¿Qué si él hace algo? Ark toma un largo trago de su garganta y se encoge de hombros. —Lidiaremos con ello mañana. Lo dejo ser luego de eso. No puedo controlar a Ark o a JD. Esta es su noche. Esta es su pelea. Yo estaba bien con la forma en que eran las cosas ayer, pero, obviamente, necesitamos llegar a un nuevo trato si todos queremos permanecer juntos.

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Lo único que sé es que... puedo arreglar esto. Haré lo que sea que se necesite. No voy a alejarme de esto. No voy a perderlos, a ninguno de los dos. Amo a dos hombres. Mi alma tiene dos compañeros. Los amo a ambos por igual, y con la misma cantidad de feroz devoción. Y pelearé hasta la muerte para tenerlos a ambos.

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Ark

M

iro el teléfono esperando un mensaje de texto en respuesta, pero nunca llega. ¿Y que esperaba? ¿Qué después de cuatro años le importara a la gente?

Lo sacudo, intentando de convencerme que Blue tiene razón. JD solo está enojado. Él dijo cosas que no pretendía. Mañana estaremos en casa, lo hablaremos y encontraremos una solución. En dos semanas, Public Fuck será presentada y olvidaremos todo sobre esta noche. Si ella tiene fe, también yo puedo tener fe. Pasamos la noche viendo la televisión. Dejamos caer toda la ira y solamente nos relajamos en el sofá. Puedo sentirla divagando. No estoy seguro cómo, pero lo sé. Se está fijando en mí. Está pensando en JD. Está pensando en el trío que hacemos, cuando todo lo que yo veo en nuestro futuro es dos. Mis brazos están envueltos alrededor de ella, una mano sobre su vientre, la otra jugando con los largos mechones de su cabello rubio que caen sobre su mejilla mientras inhala profundamente con sueño. Aunque mis objetivos se han enturbiado en los últimos cuatro años, la estipulación de no tener novias era algo que respetaba. Oh, he tenido folladas. Lanie, para empezar. Me gustó mucho al principio. Ella fue mi único contacto y necesitaba su conversación familiar cuando llegué a Denver por primera vez. Y saber que su cuerpo está descomponiéndose dentro de su casa, solo Dios sabe desde hace cuánto tiempo, me enferma. También he tenido otras chicas. Pero ninguna vino a casa conmigo. Ninguna se acercó. Fue una follada rápida en su casa, o en un auto, o donde sea. Cualquier lugar menos mi casa porque no tengo permitido unirme.

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Y aquí estoy, muy involucrado en una relación, no con una, sino con dos personas. Aquí estoy, enamorado de un hombre y una mujer que me hacen tan feliz que, todos los días durante las últimas seis semanas, tuve que convencerme de que era real. ¿Cuáles son las posibilidades de que una persona encuentre su alma gemela en su única vida? ¿Cuáles son las posibilidades de que descubran que tienen dos? No todo debería venir de a tres. Eso es lo que dicen en mi espalda. Los dos dragones que luchan por conquistar el mundo. Para reclamar lo que es suyo. Pero tal vez, todo este tiempo, ese tatuaje ha estado diciendo algo más. Tal vez los dragones no son un equipo. Tal vez, la perla azul no es el mundo, sino una chica que ambos quieren. Una chica por la que ambos están dispuestos a luchar. Pelear por ella. Tal vez es cierto. Tal vez JD tiene razón y cada conjunto de tres es perfecto. Pero en mi corazón sé que es una mentira... No todo debe venir de a tres.

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Blue

E

spero hasta que Ark esté dormido y luego me levanto de la cama y voy al baño por el pasillo desde el dormitorio. Estoy durmiendo en un par de sus calzoncillos y una camiseta. Uso el baño como siempre, vuelvo al dormitorio y espero afuera de la puerta para ver si está despierto.

Cuando él no me pregunta qué estoy haciendo después de varios minutos, vuelvo al baño y me pongo mis jeans. Tomo su celular nuevo, sus llaves y las llaves del Camry, mi abrigo y mis zapatos, y salgo del apartamento tan silenciosamente como puedo. Los escalones son de metal, algo que noté cuando llegamos, por lo que mis pies descalzos no hacen mucho ruido al descender. Si se despierta en medio de la noche, sabrá dónde buscarme, estoy segura. Cuando llego al pie de la escalera, me pongo los zapatos rápido y luego me subo al coche y enciendo el celular que estaba apagado. Reviso el historial de llamadas para ver si el texto que envió anteriormente era para JD, pero no fue así. Sin embargo, es un código de área que reconozco. Y eso me hace detenerme por un segundo. ¿Por qué demonios estaría llamando a DC? ¿Qué pasa si llama a mi padre? No. No, él no haría eso sin decirme. Tiene que ser algo más. Tiene que ser parte de su secreto y como esta es la única pista real que tengo, envió un mensaje de texto para tratar de obtener una respuesta. ¿Recibiste mi mensaje?

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Subo al auto y espero. Ambos textos tienen el pequeño mensaje Entregado debajo. Entonces sé que se fue. Pero no vine aquí a husmear en su teléfono. Bajé para llamar a JD. Presiono el número de JD y cuento los timbres, pero va al correo de voz. —JD —digo en un susurro bajo—. Es Blue. Por favor llámame de vuelta a este teléfono. Necesito hablar contigo. Colgué y me desplomé en el asiento del conductor del Camry de la chica muerta. ¿Quién era ella? No tengo idea. Pero no es bueno cuando tu novio te lleva a la casa de una chica y puedes oler su cuerpo en descomposición por la puerta trasera. El zumbido del teléfono en mi mano me asusta, y mi corazón salta antes de darme cuenta de que JD me devuelve la llamada. —Hola? —Blue —dice. Suena triste—. ¿Dónde estás? Miro alrededor del edificio. —No lo sé. Ark me trajo a algún lugar por la noche. Estoy en un gran edificio. —Dejo fuera el resto de la información sobre este lugar. Los servidores. El hecho de que Ark ha estado pasando mucho tiempo aquí. Las mentiras. Solo quiero que nos arreglemos, así que esas cosas tendrán que esperar—. Dijo que vendiste mis fotos. ¿Es eso cierto? ¿Vendiste los videos que hicimos? —Nunca dije esa mierda, Blue —dice rápido y enojado. Parece creíble—. No tengo idea de por qué Ark está reaccionando de esa forma, pero esto es una mierda. Él piensa que es tu dueño, Blue. Él es el que ha estado mintiendo. Y está enojado porque me enteré de eso. Es verdad. Ark admitió un montón de mentiras y tengo la sensación de que es solo el comienzo. —Quiero volver a casa. Quiero que Ark me lleve a casa. Pero no lo hará hasta mañana. ¿Crees que debería irme? —Puedes irte? —Estoy en un auto. Pero no sé dónde estoy. Y no sé cómo llegar a casa.

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—¿Tiene GPS, nena? Puedes programarlo en nuestra dirección y te indicará cómo llegar aquí. ¿Crees que puedas hacer eso? —Sí. Tiene un GPS Pero, si voy, ¿prometes que podemos hablar de esto mañana? Sé que él también está ocultando cosas. Puedo sentirlo. Y ha admitido a algunas de ellas. Pero esas no cuentan, así que no estoy segura de lo que significan. Pero JD, necesito que hagamos las paces. —Podemos resolverlo, Blue. Lo juro. Y creo que es bastante jodido que me acusara de aprovecharme de ti pensando que estás prisionera y luego prácticamente te secuestra. —Sí. —JD tiene un punto—. Lo sé. No quiero quedarme aquí, JD. Quiero volver a casa. Ark me está asustando. Él dice que llamará a mi padre y me hará volver con ellos. No puedo hacer eso, JD. No puedo decirle al mundo lo que hice, y seguramente el mundo querrá saber dónde he estado durante el último año y medio. —¿Estás en el coche? —Sí. —De acuerdo. Ahora enciende el coche y programa nuestra dirección en el GPS. Arranco el coche y el GPS cobra vida. Yo tuve uno hace mucho tiempo. Se siente diferente, pero estos pasos me son familiares. Acepto el acuerdo en que quede y no me meteré con él mientras conduzco, y luego pincharé en la dirección cuando JD me la da. —Solo aparca en el garaje y estaré esperándote, ¿de acuerdo? —Está bien —dije, presionando el botón en el llavero de Ark que solía abrir la puerta enrollable del garaje—. Voy en camino. ¿Te quedarás en la línea conmigo? —Por supuesto nena. Por supuesto. No entres en pánico ni nada. Simplemente sigue las instrucciones. —Tan pronto como JD dice eso, la voz comienza a narrar la ruta a casa—. Y tómate tu tiempo. JD me habla con dulzura mientras conduzco. Estamos muy lejos. Past Boulder, que está a millas de distancia del centro, donde tengo que estar. Pero no hay tráfico ya que es tarde. Y cuando empiezo a ponerme nerviosa, JD está ahí en mi oído calmándome.

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Finalmente, después de más de media hora de manejo. Reconozco los edificios alrededor de nuestra calle. Estoy empezando a sentirme mejor cuando mi teléfono emite un zumbido de un mensaje de texto entrante. Lo miro mientras espero que la luz se vuelva verde. Si te fuiste a casa, házmelo saber. No me dejes así. Todo lo que hice, lo hice por nosotros. Es de Ark. Pulso para responderle. Estoy aquí en casa. Necesito a JD, Ark. Lo necesito esta noche. Y no de la manera en que piensas. Me estás mintiendo. La luz se pone verde y doy vuelta a la izquierda y luego a la derecha cuando llego al garaje. JD me está esperando. Casualmente apoyado contra un camión, fumando un cigarrillo. Conduzco hacia él cuando zumba el texto de retorno. Me detuve en el lugar donde estaba el Jeep de Ark hace unas horas, y luego miro el teléfono antes de poner el auto en el garaje. También lo está JD. Ten mucho cuidado. Estaré ahí pronto. Dejé escapar un largo suspiro. Si ambos están mintiendo, ¿en quién confío? ¿JD? Está caminando hacia mí, sonriendo a lo grande, el encanto que amo de él prácticamente goteando de él. ¿O Ark? El serio. El que se niega a aceptar que JD y yo tengamos nuestra propia relación especial. El que se niega siquiera a follarme a menos que tenga a JD como amortiguador entre nosotros. Guardo el teléfono en mi bolsillo y abro la puerta del coche. JD me saca y me abraza fuerte. —Estoy tan feliz de que hayas regresado. —Me besa en la cabeza, y luego me toma de la mano y me lleva a la puerta por la que salí con Ark. Volvemos arriba en silencio. Me temo que JD comenzará a hacer preguntas, pero no lo hace. Y me pone nerviosa —¿Todavía amas Ark? —pregunto—. ¿Pueden resolver esto? —Las puertas del ascensor se abren y caminamos juntos hacia la puerta del loft. —Por supuesto, bebé. —JD me tranquiliza cuando abre la puerta y me deja entrar primero, estoy tan feliz de estar aquí, suspiro de alivio—. Solo me fui unas pocas horas, pero…

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Me detengo en seco mientras veo al hombre sentado en el sofá en nuestra sala de estar. —Te fuiste mucho más tiempo que eso, Star. —El hombre chaquea su lengua de esa manera que él solía hacer, justo antes de que me golpeara con un bastón o me cortara con un cuchillo. —¿Qué demonios… ? JD agarra un puñado de cabello y me tira hasta el suelo, forzándome a ponerme de rodillas. Me abofetea en la cara. Duro. No tan fuerte como suele hacerlo durante nuestro sexo deslumbrante, pero esta vez, no hay nada sexual en su golpe. Gabriel, todo vestido con su disfraz de sacerdote falso, se levanta y camina hacia mí. Miro a JD. —¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto? —Eres tú o ella, Blue. Y mira, esto no es nada personal. Pero mi hija es lo único que me queda de Marie. —¡Marie te odiaría por esto! —grito. Pero JD me da una bofetada otra vez. —Cállate —gruñe. —Él lo hizo, Blue… —Gabriel gruñe mi nuevo nombre—, porque le ofrecí algo mucho mejor que tú. No eres nada —sesea mientras camina hacia mí. Aprieta su rostro cerca del mío—. No eres más que una pequeña zorra enferma que quiere ser violada. —Y luego se ríe. El hedor de su aliento me hace querer vomitar—. Él me lo dijo, Star. Me dijo lo que le pediste que hiciera. —Y entonces él saca un conjunto de esposas y JD me presiona contra el suelo, la cara primero. Me esposan y luego me halan hasta que estoy de pie—. Gracias —le dice Gabriel a JD. —Quiero sus nombres —dice JD, alejándome de mi viejo maestro y sacando un arma—. Ahora. O no la tienes. Y luego vamos a dar un paseo y vas a entrar en su casa y sacar a mi hija. Ese era el trato. Ese es el intercambio. —JD. —Se ríe Gabriel—. Por favor. No vamos a robar a tu hija esta noche, hijo.

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JD le dispara en la pierna. Sin vacilación. El arma se descarga justo al lado de mi oreja y yo grito y caigo de rodillas al mismo tiempo que Gabriel se encorva en el suelo con agonía. —No estoy jugando contigo —dice JD, caminando hacia adelante. Todavía estoy en el suelo, así que me arrastra con él mientras pasa. Y cuando los guardaespaldas aparecen desde el pasillo donde está el dormitorio de Ark, JD le dispara a uno en el pecho, haciéndolo volar hacia atrás en la pared. El hombre ni siquiera tuvo una oportunidad. Su cuerpo deja una gruesa mancha de sangre en la pared detrás de él mientras se desliza hacia abajo hasta que es solo un montón en el suelo. Otra ráfaga de disparo de esa misma dirección, y ésta roza mi hombro, tan cerca que siento la picadura y el chorro de sangre. JD me jala de nuevo, y luego me agarra por el brazo, halando hasta mis pies. Me echa a un lado mientras toma otro tiro en el pasillo, y el otro guardia tiene un agujero gigante en el pecho. Yo caigo hacia adelante, golpeando mi cabeza en la encimera de granito. El fuerte golpe a mi sien sacude mi mundo y mi visión se difumina. —Pedazo de mierda —dice Gabriel desde el piso a pocos metros de distancia. También tiene un arma, y me señala y dispara. La piedra sobre mí se hace pedazos, lanzando fragmentos como metralla—. Nunca la tendrás de vuelta ahora. —Vas a caer, Gabriel. La encontraré, y ella y yo estaremos juntos de nuevo. Pero tú… tú nunca venderá a otro bebé otra vez. —Eso es gracioso viniendo de ti. —¡Cállate! —grita JD. —¿No supongo que alguna vez te contó la verdad sobre Marie, o sí, Star? La bilis se levanta en mi garganta por ese nombre. Pero entonces JD me levanta hasta mis pies una vez más. Empuja el cañón de la pistola contra mi sien y dejo salir un sollozo. —La quieres de vuelta con desesperación ¿no? —le pregunta a Gabriel—. Me dijiste antes que mi hija es mi talón de Aquiles. Bueno, Blue es el tuyo. Y me la llevaré lejos de ti, al igual que me quitaste a mi hija. —JD! ¡Por favor! —grito. Me da un codazo en el costado, haciéndome jadear por aire.

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—Dile entonces —dice Gabriel—. Dile que… JD le dispara de nuevo, solo que esta vez la bala desgarra su hombro y se silencia. —JD. Ark está parado en la puerta abierta, un arma en su mano, pero no la está apuntando a nadie. Está en el aire. —Solo cálmate ahora. ¿Bien? Piensa en lo que estás haciendo aquí. Así no es cómo quieres que acabe, hermano. —¿Hermano? —escupe JD—. Tú no eres mi hermano. Eres igual que todos los demás. Tomas. Usas. Me usaste. —Él pincha el lado de mi cabeza con el cañón de la pistola de nuevo. Ésta se encuentra latiendo por la caída, y mi visión se difumina una vez más. —No —dice Ark—. He estado tratando de ayudarte. Todos estos años. —Él te dijo que la tenía. Mi hija. La que prometiste ayudarme a encontrar. Y tú te alejaste de esas respuestas. —Quería que me follara a sus esposas, JD. Él quería que yo le diera a mis hijos también. ¿En qué mundo vives para que eso sea un trato aceptable? —Fue una promesa. —JD empuja el arma en mi cabeza aún más fuerte y Ark da un paso adelante. —JD —dice Ark con una tranquila voz que dice que él es el que tiene el control—. Nada de esto es culpa mía. Lo sabes. Sabes la verdad. Te has estado escondiendo de ella desde hace mucho tiempo. Pero ya sabes lo que le pasó a Marie y al bebé. —Oh Dios mío —digo, las piezas empiezan a reunirse—. Oh, Dios mío. Por favor, dímelo. Por favor… —¡Cállate! —JD me golpea en la boca—. ¡Solo cierra la boca! —Vendiste a tu bebé, ¿no? —Mi repugnancia eclipsa mi miedo y me inquieto en su agarre. —¡Silencio, Blue! —grita Ark—. JD, solo baja el arma. Pero él solo la presiona en mi cabeza con más fuerza.

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—La mataré, Ark. Da un paso más, y la mataré. —No la matarás. La amas, JD. La amas como amabas a Marie. La presión del cañón contra mi cabeza se afloja un poco. —Eso es todo —dice Ark—. Solo pon el arma… —¡Manos en el aire! Y luego todo el infierno se desata. Las ventanas se estrellan mientras los cuerpos vuelan a través de ellos. Los láseres rojos están por todas partes, los puntos volando, uno sobre mí, luego JD. Miro a Ark y hay varios puntos bailando en su pecho. —No —dice JD—. ¡No voy a hundirme de esta forma!

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Ark Centro Federal de Denver Lakewood, Colorado Día presente

—¿Y

? —pregunta Matheson, cuando no digo nada—. Tú la viste primero. ¿Qué tiene eso que ver con nada?

Cierro los ojos, la escena todavía está fresca en mi mente. Disparos. Eso es todo lo que oigo en mi cabeza. Nada más que disparos. Froto mis ojos, haciendo que esas pequeñas molestias de luz aparezcan detrás de mis párpados. —No puedo contar esta historia —digo finalmente—. No es mía para contar. —Puedes apostar tu culo a que vas a contar esta historia —gruñe Jerry—. Tenemos cadáveres, idiota. Tu loft fue el sitio de varios asesinatos esta noche. Así que nos vamos a sentar aquí hasta que nos digas… Un golpe en la puerta interrumpe el arrebato de Jerry. Todos giramos al mismo tiempo para mirar al hombre que abre la puerta. —¿Qué? —espeta Jerry—. Estamos en medio de… —Lo siento. —El nuevo tipo me mira y sacude su cabeza—. Alguien llamó desde DC y dijo que están cerrando esto. —¿Cerrando qué? —pregunta Matheson—. Estamos en medio de un caso aquí…

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—Agente Matheson —dice el nuevo tipo—, me doy cuenta de eso. Pero acabamos de recibir órdenes de DC. Para que yo viniera aquí y te callara. Así que fuera. Hay un largo momento de silencio mientras que los dos idiotas delante de mí tienen un concurso de mirar fijamente, y luego Jerry comienza a reunir las fotos, pero cuando él trata de tomar la de Blue, me aferro a ella. —¡Jódete! —grito, tomándolo por sorpresa y haciéndolo retroceder—. Me quedo con esto. Empieza a arrebatármelo, pero el nuevo tipo interfiere de nuevo. —Que se lo quede, Jerry. Lo va a necesitar. Y luego salen de la habitación y me dejan preguntándome qué coño significa eso. Miro fijamente esa foto por lo que parecen horas. Es una de las mías. Una que me quitaron de mi computadora en casa. No es mi hogar. Necesito llegar a un acuerdo con eso. No es mi casa. Cierro los ojos y me imagino la escena cuando tomé esa foto. Blue y JD estaban relajándose en el sofá mientras yo trabajaba en mi oficina. Y empezaron a jugar alrededor. Él la estaba haciendo reír como una niña. Y Blue estaba haciendo reír a JD. Él empezó a sonreír hace poco. No sé cuánto tiempo tomó exactamente. Pero los últimos dos años han sido buenos. No, me corrijo. Geniales. Eran geniales. Para él y para mí. Pero la risa ese día... me hizo algo. Me hizo sentir como que, sin importar lo que sucediera, tome la decisión correcta cuando decidí ayudar a JD a recuperarse. Miro la foto otra vez. Blue está sola, pero JD estaba justo a la derecha de ella. No se dio cuenta de que estaba tomando fotos, así que sus ojos están llenos de dos cosas. Felicidad. Porque JD la hizo tan jodidamente feliz. Y sorpresa hacia el tipo que está detrás de la lente de la cámara. Porque eso fue lo que le di.

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En vez de amor, le di mentiras. Los disparos... Quiero que el recuerdo se vaya. Pero no lo hará. Llevo horas aquí. Y sigue repitiéndose en mi mente como una jodida película en repetición. —¿Vendiste a tu bebé, ¿cierto? Blue lo vio al final. Ella vio a través de mis mentiras. Y aunque ella era la que tenía el arma apuntando a su cabeza, yo sabía que ella no era la que acabaría muerta. —¡Silencio, Blue! —le grito. Por favor, Dios, solo haz que deje de hablar—. JD, solo baja el arma. —La mataré, Ark. Da un paso más, y la voy a matar. Enfoca su dedo en el gatillo y su mano tiemblan. —Por favor, Dios, no. No la matarás. La amas, JD. La amas como amabas a Marie. Y en ese momento tengo un atisbo de esperanza. Porque saca el arma de su cabeza. Lo mira, como si no pudiera creer que la tenga en la mano. —Eso es todo —le digo—. ¡Solamente baja el arm… —¡Las manos en el aire! El FBI está en todas partes. Un equipo SWAT choca con las ventanas de la terraza. Los puntos rojos del láser están bailando en Blue, JD, en mí... Y luego se acabó. JD apunta el arma a sí mismo. Y aprieta el gatillo.

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Ark

M

e rompo después de eso. Me siento en la sala de interrogatorios del FBI con mi cabeza en la fría mesa de metal, y me quiebro. Veo su cabeza explotando completamente sobre Blue. Veo el horror en el rostro de ella.

Puedo sentir a su corazón destrozarse. Siento sus rodillas golpear el suelo. El dolor que debe haber causado. Los moretones que probablemente está luciendo ahora. Contusiones que nunca veré porque ella ya no está. Esa llamada de DC era sobre ella, lo sé. Su padre seguramente ya ha sido informado de que su hija está viva. Bien por él. Estoy feliz de que se vaya a casa. Realmente lo estoy. Necesita salir de esta ciudad y hacer lo que sea necesario para recuperar su vida. Pero mi mejor amigo está muerto. Su vida ha terminado. Y mi corazón está destrozado. No en dos pedazos, sino en tres.

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Ark

M

e duermo así, mi rostro, húmedo por la pena, en la fría mesa de metal. Y cuando me despierto, Jackson está sentado frente a mí, frunciendo el ceño. —Jacob —dice en un susurro.

Niego con la cabeza. Intento recordarlo de la manera en que solía verse la última vez que lo vi, pero no puedo lograr conjurar la imagen en mi mente. —No he sido Jacob en mucho tiempo. —Jacob —dice nuevamente—. Lo siento mucho. Si hubiéramos sabido que él haría eso… Mis manos ya no están esposadas, y las golpeo sobre la mesa, haciendo que la imagen de Blue salte. —¿Dónde diablos estabas? ¡Te envié un mensaje de texto! ¡No se suponía que debías enviar al maldito equipo SWAT! ¡El plan original siempre fue discreto! —Jacob —dice nuevamente, esta vez con más fuerza—. Recibimos otro mensaje de texto. Lo interpreté como que era urgente. Acordamos un texto. Y enviaste otro. —¡No lo hice! Blue… Zoey, esa chica que tuvimos… ¡ella envió el mensaje de texto cuando robó mi teléfono! Él pone sus manos en el aire. —No lo sabía, Jake. No lo sabía. Pensé que estabas en peligro. Ha pasado cuatro años sin contacto. Y yo estaba en Nebraska, preparando un nuevo recluta. Estaba a horas de distancia, lo siento. Lo juro, no sabíamos que estaba cayendo

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hasta el último segundo y solo tuvimos que reaccionar de la única manera que pudimos. Lo siento. Me levanto y agarro la fotografía de Blue. —Necesito salir de aquí. Ahora. —Jake —dice él, levantándose conmigo, una mano extendiéndose por mi hombro—. Sabes que tenemos que informar. Sabes esto, ¿de acuerdo? —¡Mi casa! Están en mi casa, pasando por toda nuestra mierda. Necesito… —Ya vimos todas las imágenes, Jake. Sabemos lo que ha estado sucediendo. —¡Lo quiero todo de vuelta! —Extiendo la mano, como si fuera a estrangular a Jackson. Pero me detengo cuando levanta las manos para bloquearme. Y luego da un paso adelante, tentativamente alcanzándome. —Jake —dice él—. Eres Jake. No Ark. Eres Jake. Mi hermano. Seguimos siendo hermanos. Sigo aquí. Dejo que me abrace, pero no lo abrazo. Todo lo que veo es la cabeza de JD explotando. Todo duele. Mis errores. Mi cuerpo. Mi corazón. —Eres Jake —repite. Como si necesita recordarme quien soy en realidad. Por qué estaba realmente en Denver en primer lugar—. Eres Jake y yo soy Jax. Y los tenemos hermano. Tenemos esos traficantes y les haremos pagar por lo que le sucedió a Michael. Hiciste que eso sucediera, Jake. Tú. Cuatro años de encubierto. Cuatro años y valió la pena porque te mantuviste en el plan. Respiro profundamente y mi mente gira con los recuerdos de Blue y JD. Los tres en la bañera llegando a un acuerdo. Nosotros tres anoche rompiendo todas las promesas. Los recuerdos de los árboles de navidad abandonados y todas las promesas incumplidas me perseguirán por el resto de mi vida. Pero luego me imagino a nuestro hermanito, Michael. De donde vino. Por lo que pasó antes de que lo adoptara nuestro padre. Cómo terminaron su vida una vez que descubrieron que todavía estaba vivo y que ya no era un activo controlado. Hace dieciséis años, un asesino entró a nuestra casa y, cuando salió, nuestro hermanito estaba muerto. ¿Qué clase de persona mata a un niño de siete años?

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Sabíamos quiénes eran. Mi padre era FBI. Mis tíos eran del FBI. Y le mentí a Blue sobre el trabajo de mis sueños. Nunca quise ser un SEAL. Quise ser del FBI. Pero soy un bastardo. Dejé Brooklyn y fui a Miami cuando tenía dieciocho años con la pista de que las personas responsables de la muerte de Michael estaban allí. Hice exactamente lo que Blue hizo cuando fue a buscar a su amiga. Me infiltré y conquisté desde dentro. Solo que no estaba buscando una historia. Estaba buscando venganza. Maté a mucha gente en Miami y la única razón por la que no fui a la cárcel fue por una gran reorganización en la organización clandestina responsable del asesino contratado para matar a mi hermano adoptivo. Tantos del FBI estaban implicados en ese arresto, que fui barrido bajo la mesa. Pero dejé Miami con dos cosas. Una pista sobre algunos traficantes de niños que me llevaron a Denver. Y dinero suficiente para comenzar la operación encubierta en el negocio del porno para que pudiéramos repetir lo que hice en Miami. Infiltrarme y conquistar. Jackson ya estaba en el FBI cuando la mierda se vino abajo hace cuatro años. Él estaba subiendo rápidamente, gracias a nuestras conexiones familiares, así que comenzamos este trabajo buscando las escorias responsables de la muerte de Michael. Pero lo que encontré fue a JD. Y a Ray. Ray sabía que había una reorganización en Miami y que por eso tuve que irme. Él sabía que yo mataba personas. Sabía que yo estaba en algo grande. Pero todos los que me conocían estaban muertos cuando salí, entonces, ¿a quién le podría preguntar? ¿Quién quedó para señalarme y decir: ¿ese es Jacob Barlow y es una rata? Nadie. No es así como terminará en Denver, eso es seguro. —Y tenemos otra ventaja también. Jax todavía está hablando. Un recordatorio de a lo que nos enfrentamos. El crimen paga, lo sé ahora. Paga demasiado bien para que se vaya. Nunca vamos a encontrar a las personas que mataron a Michael, incluso si encontramos al asesino. Porque estos criminales no son nadie y son todos al mismo tiempo.

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—Una mujer. Escapó hace diez años y salió. Pero sabe cosas, Jake. Ella sabe más que cualquiera a quien alguna vez hayas tenido acceso. ¿Me escuchas? sabe todas las cosas, y eso es a lo que me estaba preparando en Nebraska. Cálmate un poco. Porque tal vez. Solo tal vez… —Estamos allanando hogares en diez estados en este momento. Ya hemos encontrado los registros de la picadura6 de Denver, Jake… —¿Los tenemos a todos? ¿Los padres que compraron a los niños también? —Tenemos cientos de nombres. Encontraremos el que estás buscando. Y esto pone una parte destrozada de mi corazón nuevamente unida. Es una pequeña pieza. Solo una pequeña astilla de esperanza. Espero que todavía pueda hacer lo correcto por JD. Arreglarlo. Y que JD finalmente estará libre de su error. Abracé a mi hermano. —La encontraremos —repite Jax—. Lo prometo.

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Sting: Diferentes organismos federales que organizan operaciones encubiertas dirigidas a la trata de personas.

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Zoey Dos años después

L

a librería está llena de gente, un hecho que ha tenido a mi estómago revoloteando durante horas. No me gusta la atención y odio a las multitudes.

Mi publicista puede leer mi mente estos días, porque ella pone una mano en mi brazo. —Zoey, vas a estar genial. —Me da una cálida sonrisa y le correspondo con una débil sonrisa. —¿Por qué estuve de acuerdo con esto? —susurro. Ella solo me mira, luego se encoge de hombros. —No lo sé, Zoey. Yo misma me sorprendí. Pero estás aquí, y está bien. Basta con leer tu historia de la manera en que la escribiste. Son fans. Ellos te van a amar. Ellos ya te quieren. Solo quieren oírte contar la historia, conseguir un autógrafo y tomar una foto. La librería se encuentra en el barrio de Brooklyn Heights. Por eso dije que sí. Pero ahora que es real, siento que podría vomitar. Escaneo a la multitud, buscando a Ark. ¿Sigue mi vida de la manera que yo la sigo? ¿Sabe que estoy aquí? ¿Vendrá a escucharme hablar? ¿O ponerse en la fila para conseguir un libro firmado? Mi ensueño es estúpido y patético. Al borde de la tristeza. En los dos años desde que nos separamos esa noche, ni siquiera he escuchado la voz de Ark. ¿Por qué iba a aparecer ahora?

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La gerente de la tienda sube a un pequeño podio. Ella está emocionada. Se trata de una librería independiente de tamaño mediano, pero la multitud de hoy es más gente de la que han visto en... bueno, nunca. Ella toca el micrófono unas cuantas veces y luego aclara su voz. —Damas y caballeros. —Toma un largo aliento—. Estoy tan emocionada de presentarles uno de los nuevos mejores autores en la actualidad. Es probable que hayan oído hablar de ella por primera vez hace años cuando desapareció. Pero ella no fue secuestrada, como todos temíamos. Estaba escribiendo. —La gerente, cuyo nombre no recuerdo porque estoy demasiado nerviosa para pensar en nada más que Ark ahora, se vuelve y me sonríe—. ¿Y qué libro, eh? El público aplaude. El rugido hace eco en los altos techos blancos de la tienda. Tomo una profunda, profunda respiración. —Qué libro —repite la gerente, tratando de detener los aplausos para que pueda continuar—. Lleno de esperanza y amor. —Se detiene y coloca una mano sobre su corazón—. Y el final perfecto más feliz que jamás he leído. ¡Espero que no sea un spoiler para nadie! El público se ríe. Todo el mundo ha leído el libro. He estado en la lista de los más vendidos del New York Times por casi dos meses. Casi un millón de copias vendidas en ese tiempo. Me han acusado de tramar mi desaparición para vender libros. Y mientras que eso es una locura, teniendo en cuenta lo que realmente me pasó cuando yo estaba fuera ‗escribiendo‘, todavía tiene un poco de verdad. Porque la única razón por la que escribí este libro después de que JD se suicidara y Ark fue arrastrado por el FBI, fue para encontrar mi camino de regreso. Necesito saber si todo fue una mentira. ¿Alguna vez Ark me amó? Tiré todas las cuerdas que pude para sacar mi historia. Usé a mi padre. Utilicé mi desaparición. Usé mis contactos de Columbia. Usé cualquier cosa y todo el mundo que pude. Todo por la fama. Así una persona me notaría de nuevo. Mi publicista me pone una mano en el hombro una vez más, leyendo mi tristeza como nervios e intentando darme ánimo. —Así que sin más preámbulos, estoy encantada de presentar a Zoey Marshall, autora del número uno del New York Times, el libro de suspenso romántico mejor vendido, Three, Two, One.

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Ella aplaude sus manos demasiado cerca del micrófono y crea un boom de trueno antes de que ella se aparta para hacer espacio para mí. Tomo otra profunda, profunda respiración y camino hacia adelante. —Gracias —digo en el micrófono. Busco desesperadamente a la multitud por Ark, pero a pesar de que el lugar está lleno, no hay manera de perder el hecho de que él no está aquí—. Me gustaría leer una frase de mi libro, si está bien. —Todos alrededor se ríen. Es por eso que estoy aquí, ¿verdad?—. Es mi parte favorita. Y es una escena del diálogo entre Ark y Blue. Una mujer en la primera fila en realidad suspira. Sí, pienso para mí misma. Él es un sueño. Tanto en el libro como fuera de este. —¿Quién es la persona que más amas en este mundo? —le pregunto a la audiencia leyendo el capítulo veintitrés de mi libro. Esa conversación es lo que me cambió. Nos cambió. Porque Ark dibujo una línea cuando yo no podía. No miro hacia arriba hasta que he terminado con toda la frase, pero cuando lo hago, cada par de ojos en la tienda están en mí. —Gracias —susurro al micrófono. Trato de escapar precipitadamente, pero luego la gerente de la tienda está de vuelta, agarrando mi mano y apoyándose en el micrófono. —La señorita Marshall firmará libros en el extremo oeste de la tienda. Compre por favor su libro antes de conseguirlo en línea. ¡Gracias! Se vuelve hacia mí y las cámaras digitales hacen clic. Los destellos parpadean. Mis ojos ven manchas. Y cuando los abro, por una fracción de segundo, creo que lo veo al fondo. Pero los puntos restantes me ciegan y cuando finalmente se aclaran cuando estoy caminando hacia el extremo oeste de la tienda donde está instalada mi mesa de firma, la aparición se ha ido. Tomo mi asiento en la mesa y algunos de los trabajadores de la tienda son los primeros en la línea. Los saludo y sonrío. Escucho sus nombres y luego escribo algo ingenioso en cada libro, disfrutando de la broma amigable cuando se los paso de vuelta.

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Es una sensación agradable. Pero mi mente está ocupada con el cómo llegué aquí. ¿Cómo he podido llegar a dónde estoy? ¿Por qué siempre tengo que hacerme esta pregunta? Después de que JD se suicidara, no recuerdo nada más que gritar. Mis gritos. Y luego la súplica de Ark, mientras se apresuraba a JD y lo sostenía en sus brazos, simplemente repitiendo una y otra vez las palabras: —No. No. No. Ark estaba cubierto de sangre cuando lo recogieron del suelo. Alguien me había cubierto con una manta, aunque llevaba mi abrigo. Y todo lo que pensaba era: Hace tanto calor, creo que estoy en el infierno. Sonrío al fan enfrente de mí. —Sí, por supuesto que puedes tener una foto. —Estoy de pie y ella camina a la foto de fondo que mi publicista había hecho específicamente para este evento. Es una imagen de la portada del libro y el horizonte de la ciudad de Denver en el fondo. Después de eso trato de no pensar mucho en JD. Todavía lloro por él. Es difícil no hacerlo. Él poseía un tercio de mi corazón. No creo que nunca será posible reemplazar la pieza que falta todavía. Pienso en Ark en su lugar. Me tomó semanas obtener cualquier respuesta, y el FBI era muy reacio. Pero finalmente admitieron que Ark estaba encubierto. Había estado encubierto durante cuatro años. Y que el trabajo había terminado y él había seguido adelante. Eso me rompió el corazón otra vez. Me hizo pensar que todo era mentira. Así es como empecé a escribir mi libro. Porque necesitaba recordarme que algo de esto era real, aunque esas partes solo pertenecieran a JD. Necesitaba recordar a Janine también, a quien nunca habían encontrado, pero su bebé estaba en los registros que el FBI confiscó del complejo de Gabriel en las montañas. También me dijeron que es donde me habían mantenido. Pero no tengo ni idea. No pienso en ese momento. En cambio, pienso en el bebé de Janine, que se reunió con su verdadera familia una vez que pasaron por todos los falsos registros de adopción. —¿Puedo hacerte una pregunta?

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Miro a la joven, sosteniendo su libro para que lo firme. —Claro —le contesto con una sonrisa. —¿Por qué lo llamas Three, Two, One? Sé que tienes un montón de referencias allí a los números. ¿Pero es como una cuenta regresiva? —Sí. Eso es todo. Solo una cuenta regresiva. Tres almas gemelas. Dos corazones rotos. Una última oportunidad para hacerlo bien. —Oh —dice la mujer, ligeramente decepcionada—. Bueno, muchas gracias. — Toma su libro y me sonríe—. Amo esta historia. Amo el hecho de que todos ellos terminen juntos. Creo que JD la amaba más, pero estoy feliz de que se quedara con ambos. Ellos la llenaron como dijo ella. Ambos la completaron porque son tan diferentes. Asiento. Puedo sentir el ardor de las lágrimas. —Sí lo hicieron —dije—. Tienes razón. Mi libro es ficción. Y puede terminar de cualquier forma que yo desee. Así que JD nunca murió. Ark nunca mintió. Y todos vivieron felices para siempre. Luego de eso, mantengo mi atención en donde pertenece. Sobre la gente en frente de mí. Aún reviso la multitud, buscando el rostro de Ark, pero para las cuatro en punto, cuando la última persona avanza para conseguir un autógrafo en su libro, no puedo evitar lo obvio. Él nunca vino. Firmo el libro, sonrío, me tomo una foto y luego se lo devuelvo. Agradezco a la fan por venir a verme en un día tan frío e invernal, y le deseo felices fiestas. Y luego, me paro y observo por la ventana, donde la nieve está cayendo en enormes copos redondos. De la misma forma en que lo hizo esa noche en que todo se derrumbó. Camino lejos de la mesa y agarro mi bolso que sostiene mi publicista.

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—¿Necesitas que te lleve al aeropuerto? —me pregunta, claramente preocupada por mi humor sombrío. —No, gracias. Puedo arreglármelas. Volteo y camino hacia la parte trasera de la librería, donde mi abrigo está colgando en la sala de descanso de empleados. Apenas estoy girando en la esquina del corredor cuando oigo sonar una voz. —¿Señorita Marshall? Volteo. —¿Sí? La última chica en la fila está trotando por el corredor de libros hacia mí. —Lo siento —dice, sin aliento—. ¡Lo olvidé! Un hombre estaba en la fila conmigo hace rato, pero dijo que tenía que irse y si podía pasarle esto.

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Ella extiende un sobre sellado. Dejo de respirar por un momento. —¿Un hombre? —Sí —dice ella—. Lo siento, lo olvidé. —Y luego lo tomo de su mano y ella se despide—. ¡Felices fiestas! Pierdo mis modales y la ignoro. Solo miro fijamente el sobre. Y luego, miro alrededor con nervios. ¿Él aún está aquí? Abro el sobre y saco una gruesa tarjeta. No una tarjeta navideña, una tarjeta de dos lados, como una brillante tarjeta de negocios, excepto que es más grande. Una aventura privada. Estás invitada. Cuándo: Ahora mismo. Dónde: Metete en el auto al frente de la tienda.


Mis alarmas deberían estar sonando. He sido prisionera dos veces. Una a la fuerza, una impuesta por mí misma. Así que debería ser cuidadosa. Pero ni siquiera lo pienso dos veces. Agarro mi abrigo y salgo por la puerta frontal, buscando a Ark. El mundo está cubierto de blanco. Pero el auto en frente, con un conductor de pie junto a él, es largo y negro. El conductor me sonríe, luego abre la puerta del asiento trasero y me meto. Él camina alrededor del frente del auto y se mete en el lado del conductor. —No es lejos —dice. Como si él supiera que mi mente está dando vueltas con pensamientos. Mira el tráfico y sale a la calle. Bajo la mirada a la tarjeta en mi mano. No hay nombre del artista o la galería anotada, pero mi corazón lo sabe. Mi corazón lo sabe porque Ark tiene una pieza de él. Y cuando más cerca estamos de mi destino final, más completa me vuelvo. Me llegó una fotografía por correo la última navidad. No era de una persona, sino de una vista a través de la puerta abierta de una jaula. La vista era desde la terraza del departamento en Denver, mirando hacia la calle California. Miré esa foto cada noche por meses y me pregunté: ¿Por qué él no vino por mí? Y luego, decidí que él estaba esperando que yo fuera por él. Él estaba esperando que yo dejara la jaula y me permitiera ser libre. Cuando estacionamos frente a una vieja construcción que lucía como si hubiese sido reconstruida recientemente, mi corazón late un poco más rápido. Galería de Arte Dos Dragones es una leyenda urbana en Nueva York. La gente admite que ha estado allí, pero nadie puede decirte dónde está. La primera vez que escuche esto inmediatamente pensé que ellos fueron drogados y llevados a algún sitio en secreto. Pero luego, me dijeron que la razón por la que nadie sabe dónde está, es porque la locación no es permanente. Una vez está aquí, la siguiente ahí. Siempre al borde de las cosas, nunca en el camino transitado. Y, de alguna forma, eso encaja con Ark. La galería cambia de exhibición a exhibición. Es breve. Solo un momento en una noche. Algunas veces, está en un edificio. Una estación de subterráneo. Un sótano en una biblioteca pública infrautilizada. Una vez oí que estuvo en el baño de un bar.

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Sin embargo, siempre es en Brooklyn. La verdadera ciudad natal de Ark. Y es por eso que acordé hacer la lectura hoy. Esperaba contra las posibilidades que él fuera a buscarme y me permitiera regresar a su mundo secreto. El conductor sale y rodea el auto para abrir mi puerta. Tomo su mano mientras me ayuda a salir. Trato de alejar mi mano, pero él lo sostiene más fuerte. —Está congelado, señorita Marshall. Me dieron instrucciones de que me asegurara de que no patinara por las escaleras. Miro hacia donde él está apuntando. Unas escaleras exteriores que lucen como si hubiesen sido paleadas recientemente, pero la nieve es gruesa y ya está apilándose de nuevo. No me puse mis sandalias con tiras con esto en mente. Así que mantengo el agarre en la mano del conductor hasta que llegamos al final, luego de un descenso inestable. Él me suelta en frente de una vieja puerta de metal, luego la jala y ésta se abre. Avanzo y la puerta se cierra detrás de mí. La habitación parece enorme y larga, pero es difícil decirlo porque solo hay un pequeño reflector brillando desde el techo. Estoy paralizada por la imagen que está iluminando en la pared. Avanzo, pasando la oscuridad, y entro a la luz. Y solo miro fijamente la foto de JD. Sus ojos azules. Su cabello rubio y sus mejillas con barba. Su sonrisa encantadora. La fotografía sin enmarcar es del tamaño de un ventanal. Su rostro es tan grande. Tan feliz. Tan familiar. Y tan real. Mis dedos se estiran hasta que puedo tocar sus labios. Y luego avanzo, mis brazos extendidos y presiono mi mejilla a la suya. Mis manos se envuelven alrededor de los bordes de la lona en un intento desesperado por jalarlo en el abrazo que se merece. Y lloro. Lloro todas las lágrimas que le debo. Caen por mis mejillas como ríos.

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Jake

C

uando vi el anuncio en el periódico del vecindario que Zoey Marshall iba a hacer una lectura en Brooklyn, sabía que era el momento. Sabía que vendría por mí.

Dos años la he observado desde lejos. Dos años de interminables búsquedas en Internet, vuelos de ojos rojos para tratar de echarle un vistazo en una ciudad antes de que ella se fuera, acosando su blog, su Facebook, y su Twitter. Quería mantener esa conexión de cualquier manera que pudiera mientras ella sanaba. Vi su historia reproducirse en la televisión al principio. Su padre habló, por supuesto. Zoey Marshall no hace apariciones públicas. Al menos, no hasta hoy. Decenas de miles de personas pre-ordenaron el libro. Aunque ella nunca hizo una declaración pública en la TV o hizo una entrevista impresa, ella estaba siempre a un clic de distancia en su blog donde construía una historia, sobre su sabático ficticio en una comunidad hippy de la casa del árbol de la comuna en la selva tropical brasileña. JD no vendió esas películas. Las eliminó. Nadie apareció para decir que es la verdadera historia de Zoey Marshall. Y aunque sé que ella hizo algo de la historia en la novela hasta hacernos más romántico, todas las cosas importantes son verdaderas. Estábamos enamorados. JD está muerto. Gente fue salvada.

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La vida sigue adelante. He vuelto a ver a Ray varias veces. Jax cree que estoy loco, pero el FBI pasó por sus registros por casi un año y nunca encontró una sola ―I‖ sin puntos o ―T‖ no cruzada. Ray estaba tan arriba como un magnate del porno puede lograrlo. Aún lo es. Public Fuck America nunca fue en vivo, obviamente. Pero sí conseguimos todos los videos de JD. Tuve que luchar por los de Blue. Jax se aseguró de que las pruebas, incluyendo los videos y el contrato que tenía con Gabriel, desaparecieran. Guardé todo lo que era mío. Destruimos el resto. Había muchas pruebas. No de Gabriel. Él se desangró hasta morir en el concreto de mi piso de mi loft esa noche. Y esos juicios tenían muchas ofertas. Nadie se ha bajado, ni siquiera las esposas de los rebaños. Los acuerdos se hicieron para mantener intacta la reputación de Blue. Y ahora que escribió el libro, es una especie de tapadera en sí misma. Un movimiento brillante, en realidad. Ella hizo nuestra historia ficción. Nadie va a creer que es verdad. Mi galería transitoria ha crecido a través de la palabra de bocas generadas para asegurar a la gente en sus círculos; su editora, su agente, su publicista, su editor, todos supieran de esta. He vivido cada momento de los últimos dos años con ella en mi mente. Así que cuando me llega el mensaje de texto acerca de que ella entró en el auto, mi corazón late salvajemente con anticipación. Ella no va a un espectáculo transitorio en un sucio edificio abandonado. Viene a mi casa. Mi galería personal donde he trabajado durante los últimos veintiséis meses para crear la exposición perfecta. Y no por coincidencia, se llama One, Two, Three. Una chica perdida. Dos mejores amigos. Tres almas gemelas.

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El motor estacionándose de un auto afuera rompe mi concentración y me levanto. Enderezo mi abrigo de traje, y mi corbata, asegurándome de que está apretado. Sus zapatos tocan los escalones de concreto. Me imagino su mano siendo sostenida por mi chofer, Matthew, y luego la puerta se abre con un crujido. Ella está iluminada por la luz exterior por un breve momento, y luego la puerta se cierra detrás de ella y se encuentra en las sombras. Pero solo le toma un momento ver a JD. Es difícil no hacerlo, ya que he puesto un reflector sobre su cabeza. Es mi foto favorita de JD, tomada cuando él estaba sentado fuera en nuestra terraza cuando nos trasladamos por primera vez al loft. Fue un buen día. Uno de los mejores. Éramos ricos. Él estaba feliz. Estaba convencido de que habíamos atravesado lo más difícil que había tenido que pasar. Él estaba mejor. Estaba completo de nuevo. Fue salvado. Resulta que la salvación no es más permanente que cualquier otra cosa en esta vida. Pero si pudiera salvarlo una vez, podría hacerlo de nuevo. Blue se estira para tocar sus labios y entonces ella extiende sus brazos y abraza la foto. Es casi tan amplia como sus brazos, pero no lo suficiente. Solo hay espacio suficiente para que agarre los bordes y coloque su mejilla sobre la de él. —Viniste —digo, saliendo de las sombras. Ella se gira hacia mí, enjugando las lágrimas de sus ojos. —Te debía una historia. Así que te escribí una historia. Camino hacia delante y le tomo la mano. —Me encanta tu historia. Ella empieza a llorar de nuevo. —¿Por qué me dejaste? Después de todo, les pedí que me dijeran dónde estabas, pero se negaron. La tomo en mis brazos y la mantengo apretada. Huelo su cabello y cierro los ojos.

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—Me fui porque te amo. Y tenías razón. Ella se aleja un poco y levanta su mirada hacia mi rostro, sus ojos azules llenos de lágrimas. —Estaba equivocada sobre todo. —No —le susurro—. Dijiste esa noche que no me invertí. Y tenías razón. No lo hice. No invertí en nada. Ni el trabajo, ni JD, ni el negocio, ni siquiera en ti. Así que tuve que dejarte ir, Blue. Porque te mereces algo mejor que eso. Te mereces el tipo de amor que no tiene condiciones. Te mereces el tipo de amor que es libre. Mereces devoción. Así que me fui así podría encontrar una manera de darte todas esas cosas. Y entonces busco en mi bolsillo y saco un control remoto. —Haz clic en él, Blue. Ella alcanza el pequeño plástico blanco con una parpadeante luz roja. —¿Qué es? —Levanta la vista hacia mí con total confianza y yo sonrío. —Mi inversión. Y luego presiono su dedo y la luz se enciende.

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Blue

E

stamos en todas partes. Nuestros rostros empapelan la pared, se iluminan como los ángeles que queríamos pensar que éramos, y no los demonios que sabemos que somos. Yo. JD. Y Ark. Tres personas que tropezaron el uno con el otro bajo la

lluvia. Nosotros en la bañera, la niebla oscureciendo nuestros rostros, pero no nuestras intenciones. Nosotros en la terraza, sus manos entre mis piernas, mi boca abierta en un gemido que puedes escuchar a través del tiempo y el papel. Nosotros, nosotros, nosotros. En todos lados. Camino por la fila de fotografías, estudiando cada una de ellas, recordando el día que las tomaron, la sonrisa que surgía a regañadientes con cada momento que pasaba. —Estábamos enamorados, ¿verdad? —le pregunto a Ark. —Lo seguimos estando, nena. Lo seguimos estando. Mi barbilla tiembla y cuando miro asiente, como para reafirmar esta declaración una vez más. Pone una mano en la parte baja de mi espalda y me impulsa hacia adelante. Doy pequeños pasos para poder ver cada imagen. La mayoría de ellas están en blanco y negro. Estamos desnudos. Nos estamos besando. —Hay más mías con JD que contigo. —Suspiro—. Siempre olvidabas el trípode. —Lo sé —dijo Ark—. Pero ya no cometo ese error. —Lo miro de manera extraña mientras damos un paso en la oscuridad. El final de la línea de fotos—. No

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puedo permitirme dejar pasar los momentos. Así que tomo fotos todos los días. Quiero registrar cada cambio. Y luego alcanza el pequeño control remoto en mi mano y le hace clic una vez más. El lado opuesto de la habitación se ilumina, solo las fotos de esa pared no son de nosotros. Son de una niña pequeña. Sé quién es ella en el momento en que miro sus ojos azules. Pero incluso sí no la reconocía, el encanto en su sonrisa la delata.

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Ark

—S

u nombre es Paige. Blue mira a mi hija de seis años. Hija de JD.

—Sus padres fueron a la cárcel, y desde que JD me incluyó como pariente más cercano en todos sus documentos legales, me dejaron adoptarla. Ella es toda mi vida, Blue. Ella borra todos los errores. Blue camina hacia la imagen más grande y toca la cara de mi niña. —Ella es hermosa. —Se parece a él, ¿no crees? Blue asiente y luego ella se da vuelta. —¿Qué pasó? recuerdo esa noche en mi cabeza todos los días. ¿Por qué? ¿Por qué hizo eso? Solo puedo encogerme de hombros. Pero es una evasión y lo sé. Estás invertido ahora, me recuerdo a mí mismo. —Estaba enfermo, Blue. Estaba enfermo desde el día que lo conocí. Maníaco depresivo. Bipolar, como quieras llamarlo. Y la culpa que tuvo... —Niego con la cabeza—. Él es quien escuchó sobre los vendedores de bebés. Él fue quien hizo que Marie trabajara para que ellos pagaran por su adicción a las drogas. Él fue quien entregó al bebé. Ella desapareció el mismo día que el bebé. Y solo puedo suponer que ellos fueron quienes la mataron, pero simplemente no lo sabemos. JD dijo que se suicidó porque la obligó a vender el bebé. Él no podría vivir con la culpa. Blue camina hacia mí y la envuelvo en mis brazos.

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—No pude salvarlo, pero podría salvar a Paige al recuperarla. Podría salvarte alejándote y permitiéndote descubrir quién eres y qué es lo que quieres. Y podría salvarme alejándome de esa vida y comenzando ésta. —Te amo —dice ella. Trago saliva y retrocedo medio paso. —Entonces quédate conmigo, Blue. Déjame amarte como mereces ser amada. No necesitas que te salve. No necesito que me salves. Ella no necesita que la salvemos. —Muevo hacia la foto de Paige en la pared. Blue duda, y luego me mira a los ojos. —JD tenía razón y tú estabas equivocado, ¿sabes? —Estoy equivocado mucho. Pero por favor no lo pongas en mi contra. Ella sonríe y coloca sus pequeñas manos sobre mis ásperas mejillas, presionando contra mi piel. Y luego se pone de puntillas y me besa. —Estabas equivocado sobre el lema que tienes en la espalda, Ark. Todo debería venir en tres. Especialmente nosotros. Porque uno está donde todo comienza. Dos están a mitad de camino. Pero tres... —Se levanta para besarme otra vez y luego susurra—: Tres siempre fue nuestro final perfecto. Sostengo la mano de Blue y la llevo al elevador. Toma varias respiraciones profundas, traicionando su miedo. Pero aprieto su mano hasta que levanta esos ojos azules para encontrarse con mis ojos oscuros. Y luego la beso. Nuestras bocas se unen, vacilantes al principio, luego con más pasión. Deslizo mis manos a lo largo de su cara y la envuelvo en mi abrazo. Ella se retira, apoyando su cabeza en mi pecho, como si estuviera escuchando el latir de mi corazón. —Lo extraño —le digo. Ella asiente con la cabeza, pero su espalda tiembla por los silenciosos sollozos—. Pero Paige... ella ayuda. Verás. Subimos a la cima y las puertas se abren a mi penthouse. Paige espera con el ama de llaves en pijama. Solo tienes que mirarla para saber que JD todavía está aquí con nosotros. Paige se pone de pie y hace esta pequeña reverencia, activando el encanto que le viene naturalmente. —Te conozco —susurra.

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Blue la mira, su tristeza retrocede ante mis ojos. Y luego ella limpia sus lágrimas y sonríe. —Yo también te conozco —responde Blue con su propia voz baja—. Yo también te conozco. Y así es como lo comenzamos. Nuestra nueva vida juntos. Una pequeña niña. Dos almas gemelas. Y tres corazones remendados. Soy un creyente ahora. Puedo verlo con mis propios ojos. Todo debería venir de a tres.

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Blue

M

i corazón se hincha mientras los veo en la cena. Paige, su dulce rostro feliz y emocionado por ser el centro de atención mientras comemos. Ark, sus ojos llenos de orgullo mientras ella nos cuenta sobre su día con sus amigos. Ella me llena, habla conmigo, incluyéndome, de la misma forma en que JD hizo la mañana que robó mi corazón sin siquiera darse cuenta. Paige hace lo mismo. Ella gira su encanto y le pertenezco. Cien por ciento, absolutamente y completamente. Le Pertenezco. Después de la cena ella se rehúsa a ir a dormir y hace un puchero que nunca he sido capaz de resistir. No Ark. —No hay hora de cuento si haces pucheros —dice él, todavía el hombre en control. Atrapo la sonrisa de Paige mientras ella inmediatamente se da la vuelta y sube las escaleras al segundo piso en el loft donde su habitación debe estar. El ama de llaves la sigue, dejándonos a Ark y a mí solos por primera vez desde que llegué, hace varias horas. Él se levanta de la mesa, camina alrededor hacia mi silla, y la saca para permitirme ponerme de pie. —¿Te importaría esperar aquí abajo mientras la acuesto? Levanto mi mirada hacia su rostro. Un rostro con el que he soñado por años. —Eres real. Él roza un dedo hacia abajo por mi mejilla. —Soy real.

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—Comencé a olvidar. —Los ojos de él, ya suaves y llenos de amor por mí, se suavizan aún más—. Algunos días comenzaría a escribir. Y estaría tan desesperada que olvidaría que sucedió. Y olvidé esos sentimientos que tuve. Escribí todo el día. Estaba obsesionada. —Tus palabras, Blue. —Él sacude su cabeza—. Leí tu libro todos los días. Solo abriría una página al azar y comenzaría a leer. Yo estaba obsesionado. Dejé salir un largo suspiro. Alivio, me di cuenta. Alivio que él y yo no estamos locos. No estamos locos, solo estamos conectados. —No me tomará mucho. Solo un cuento. —Y luego él se inclina y respira en mi oído—. Te he extrañado demasiado. Y sus palabras están atrapadas en mi cabeza mientras lo veo caminar arriba de las escaleras sin mirar atrás. El ama de llaves vuelve a bajar y me giro para admirar la vista de Manhattan, escuchando las voces de Ark y Paige arriba. El ama de llaves está ocupada en la cocina, así que soy dejada sola con mis pensamientos. No estoy segura que eso es algo bueno. Reenfoco mis ojos, cambiando mi vista de la ciudad a mi propio reflejo en la ventana, y luego dejo salir un suspiro. Esto no está bien. Me giro y cruzo la sala de estar, sin ser notada por las tres personas que viven aquí, y mi mano alcanza la puerta delantera. Miro sobre mi hombro por un momento, un momento de duda. No porque me sienta culpable, sino porque quiero asegurarme que permanezco sin ser notada. Abro la puerta, me deslizo a través de esta, y cierro detrás de mí tan silenciosamente como puedo. Aprieto el botón para pedir el ascensor y cuando llega, las puertas se abren suavemente, casi sin sonido de movimiento, entro y dejo salir una respiración. Me lleva de vuelta al sótano y cuando salgo a la galería busco el panel de las luces antes de avanzar.

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Encuentro lo que estoy buscando en la pared cercana a la puerta que dirige hacia afuera y enciendo el interruptor hasta que tengo una luz directa brillando en el rostro de JD. Otro suspiro se escapa. Camino hacia él y coloco una mano en su mejilla. —Ella es tan linda, JD. Estarías tan orgulloso, solo lo sé. Estarías tan orgulloso de ella y tan orgulloso de Ark. Espero por una respuesta, incluso si es solo en mi cabeza. Pero incluso aunque he imaginado una conversación final con JD en mi cabeza un millón de formas y él siempre tiene algo que decir, ahí no hay respuesta, así que solo continuo. —No creo que tú quisieras lastimarme esa noche. Realmente no. Estoy poniendo excusas para su comportamiento, pero no me importa. Siempre estuve segura del amor de JD. Fue Ark el que me mantuvo adivinando. —Sé que no querías hacerlo. Sé que estabas huyendo de la culpa y la vergüenza. Me di cuenta de eso. Así que… —Dejo salir otra respiración—. Así que solo quiero que sepas que te perdono. Como dijo Ark, esa era mi noche. Era mi destino. Yo estaba destinada a ser liberada de mi auto impuesta cárcel y no hay forma que mi desino lo jodería entregándome de vuelta a ellos. Se siente como si un peso hubiera sido levantado de mí después de que las palabras salen. —Te perdono —repito—. Y no porque estuvieras enfermo, tampoco. Sino porque todos cometemos errores. Y sé en mi corazón que incluso si hubiera sido tomada de vuelta esa noche tú nunca descansarías hasta que me encontraras nuevamente. Estarías obsesionado conmigo de la misma forma como estabas obsesionado por Paige. —Estás equivocada —dice Ark desde el otro lado de la habitación. Me giro y lo miro mientras camina lentamente hacia mí—. Estás equivocada, Blue. —Él me amaba. —Sacudo mi cabeza—. No, él nos amaba, Ark. Él habría venido a salvarme si hubiera sido tomada. Ark también está sacudiendo su cabeza, todo el tiempo que estoy hablando. —No. No, él no podía salvar a nadie.

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—Me niego a verlo como el tipo malo. Lo siento si eso te molesta… —Detente —dice él, alcanzando mi mano mientras viene hacia mí—. Solo detente. —Él toma mi mano y tira de mí en un abrazo—. No necesitamos hacer una realidad donde él es salvado. Él no lo hizo, está bien. Él no lo fue. Él se mantuvo junto por unos pocos años pero nunca estuvo a salvo. Él estaba dañado, Blue. Más allá de la reparación. —Eso no es verdad —insisto, colocando la palma de mi mano contra su pecho y lo empujo hacia atrás unos centímetros. No dejaré que él me consuma. No dejaré que ninguno de ellos me consuma de la forma en que se los permití en Denver—. Él se sacrificó por nosotros. —Dios. —Ark se ríe—. Tú no puedes jodidamente creer eso. Él se suicidó porque sabía que nunca sería capaz de vivir con la culpa si no lo hacía. Sí vender a su hija y tener a Marie asesinada no era suficiente para mandarlo por el camino de la auto destrucción, entonces traicionándote lo enviaría directamente a la locura. Me alejo completamente esta vez y me vuelvo hacia la fotografía de JD. Miro a la imagen dentro de sus ojos azules. —Tú no tienes que perdonarlo, pero yo sí. —Espero a que Ark diga algo pero todo lo que escucho es el golpeteo de sus zapatos mientras camina por el suelo. Miró sobre mi hombro justo cuando él se sienta en una banca larga de piel negra en medio de la habitación. Me giro de vuelta hacia JD—. Te perdono. Te amé. Me aceptaste como era. Incluso a pesar que ella era una fea, fea persona. Tú me aceptaste. —Él te golpeó. Ignoro a Ark esta vez. Eso es entre JD y yo. —Me amaste —insisto, tocando sus labios—. Porque después de cada… — Tengo que detenerme y buscar la palabra porque ha pasado tanto tiempo desde que pensé sobre esta parte de mi vida con ellos—, violación, tú me cuidaste. Me amaste, me sostuviste y me contaste historias de ti mismo. —¿Qué? —pregunta Ark detrás de mí. Me adelanto y muevo mi cabeza, dejándola descansar sobre el pecho de JD. Las puntas de mis dedos pasan por el lienzo, y vi en mi cabeza todos esos momentos que tuvimos. —Él me dijo sobre Marie cuando me cuido después.

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—Él no lo hizo. Nunca habló de Marie. Puedo escuchar la ira en su voz . Tal vez incluso celos. Pero si queremos seguir adelante esto tiene que asentarse. —Él me dijo, Ark. Todo hasta la última pieza del rompecabezas. Él nunca quiso que yo supiera esa última pieza final. Me alejo de JD y miro a Ark ahora. Él es quien importa. Él es quien necesita salvarse. —¿Sabes por qué él era rudo? Ark está en silencio por un momento mientras me mira. Sus largas piernas están hacia adelante enfrente de él pero las acomoda para colocar sus codos sobre sus rodillas así puede dejar caer su cabeza en sus manos. —Porque le gustó rudo. Poder, tal vez. Control, probablemente. Camino hacia él y me senté en seguida de él así nuestros cuerpos se están tocando. —No, Ark. Ese no es el porqué. —Él no levanta su cabeza, pero la sacude, como si no estuviera de acuerdo conmigo—. A él le gustaba romperme así él podría reconstruirme después. —Jode esa mierda. Inclino mi cabeza sobre su hombro. —No tiene que tener sentido para ti. Y estoy segura que no lo tiene. Pero tiene sentido para mí, Porque sé lo que se siente ser abandonado y él sabía que se siente ser quien abandona. Él solo estaba intentando hacerlo bien. —Estás haciendo excusas. —Tal vez —digo, poniéndome de pie en frente de él y tomando agarre es sus dos manos así no puede esconderse de mí. Y entonces yo monto a horcajadas sobre sus piernas y me coloco en su regazo. Sus brazos inmediatamente me envuelven y me aprietan fuerte. —Te amo —dice él. —Lo amas también a él —le contesto.

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—No puedo perdonarlo. Lo amo, pero no puedo perdonarlo. Nunca lo perdonaré por… Siento mi nariz comenzarse a picar por la lágrimas. —¿Por qué? Ark solo sacude su cabeza. —Eres mía ahora, que se joda. Te vi primero y él lo sabía. Pero él quería entrar y tomó ventaja de mi amistad para conseguir lo que quería. Y luego… y luego solo me molestó que él… —Pero sus palabras se detienen y deja salir un suspiro de aire inestable. Me recargo en su cuello y susurro en su oído. —Soy tuya. Él se ha ido. Ya no lo necesito. Solamente te necesito a ti. Pero tienes que decirlo, Ark. O nunca podremos seguir adelante. Él me aleja, poniendo distancia entre nosotros que casi me rompe el corazón. —Nunca lo perdonaré por golpearte. —Eso no es el por qué él necesita perdón, Ark. Era un acuerdo mutuo. Y eso ni siquiera es porque realmente estás molesto. Porque lo que estoy diciendo tiene sentido. Incluso sí tu nunca tienes un arreglo así con una mujer, tiene sentido cuando lo aplicas a JD y a mí. Espero por su respuesta, pero se mantiene en silencio, sus ojos mirando sobre mi hombro a la fotografía en la pared. Lo espero afuera de la forma que él solía esperarme a mí. —Lo amaba —dice finalmente. —Lo sé. —Amaba su estúpido culo. Y sé que estaba enfermo, pero no tenía que terminar así, ¿sabes? —Él me mira. Finalmente. Sus ojos llenos de tristeza—. Tú escribiste el final de la forma que debió haber terminado, Blue. Sacudo mi cabeza. —Escribí una fantasía, Ark. Había solo una forma de que esto terminara. Él envuelve en su puño la tela de mi vestido de mi espalda.

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—Entonces jodidamente lo odio —admite finalmente Ark—. Jodidamente odio sus entrañas. Y nunca lo perdonaré por…. —Él me mira fijamente, buscando por la entereza para decir lo que quiere—. Por suicidarse. Por dejarme y nunca regresar. —Ark aprieta más su mandíbula—. Nunca —repite. —Lo salvaste. —Lo maté. —Lo salvaste tantas veces. Él me lo dijo, Ark. Él me dijo sobre Marie unos pocos días. Y luego después de que habíamos terminado con las cosas rudas, él me habló de ti. Él me dijo que nunca dejaste de creer, me dijo que yo era tuya. Que siempre había sido tuya y él lo sabía. Sus brazos se envolvieron más fuerte y tiró de mí más cerca, casi dejé de respirar. —Ni siquiera me conocía, Blue. Él ni siquiera me conocía porque le mentí sobre todo. —Él te conocía Ark. Él nos conocía a ambos porque todo con JD era simple. Esto o aquello. Oscuridad o luz. Arriba o abajo. Él te conocía como el amigo que lo salvó cuando todos los demás más querían darlo como caso sin resolver. Tú le enseñaste cómo aceptar el dolor de la recuperación y abrazar la vida. Él me conocía como la chica que le permitió ser él mismo. Él no quería lastimarme. Yo quería que él me lastimara. Él quería cuidarme de la forma en que nunca hizo con Marie. Ark levanta su vista hacia mí, la lógica de esto finalmente comenzando a tener sentido. —Lo juro —digo, haciendo una cruz sobre mi corazón con las puntas de mis dedos—. Lo juro, Ark. Así es como él nos veía. Esto es el por qué él era de esta forma. Creo que parte de lo que dijiste antes es correcto. Él se suicidó por la culpa. He reproducido todo esto en mi cabeza una y otra vez por dos años. Pero no todo tuvo sentido hasta que te vi esta noche con Paige. —Él se suicidó para salvarnos a nosotros. Asiento y envuelvo mis brazos alrededor tan fuerte como él lo hace. —A nosotros —digo—. A nosotros tres.

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Nos sentamos de esa forma, en silencio, por unos minutos. Sé que está mirando la fotografía de JD por sobre mi hombro, así que cuando las palabras salen, no estoy sorprendida. —Entonces, lo perdono. Dejó salir un largo suspiro. —Te perdono, JD. Por suicidarte y dejarme. —Y entonces él suelta su fuerte agarre y sus manos se deslizan por arriba de mi cuerpo hasta que las coloca a ambos lados de mi rostro—. Por darme lo que quería. Blue. Me inclino hacia adelante y lo beso en los labios. Su lengua encuentra la mía inmediatamente. Compartimos el largo tierno beso de amantes. Y cuando se separa me mira a los ojos. —A mi esposa le gustaría suave. Sonrío y dejo salir una pequeña risa. —Estoy tan lista para suave, que no tienes idea. He tenido suficiente lujuria. He tenido suficiente sexo, Ark. Estoy lista para el amor. —Dime que quieres, Blue. —Ámame —le contesto inmediatamente—. Solamente ámame. Él desabrocha mi vestido y tira de este sobre mi cabeza, y lo deja caer al suelo. —Lo planeo. Planeo amarte por siempre. Él me pone de pie y se quita su abrigo, luego su corbata, y luego desabotona su camisa botón por botón, viéndome desde debajo de la forma que siempre solía hacer en el loft. Esto demandaba volverme loca con deseo en ese entonces como ahora. Pero en una forma muy diferente. De una forma normal. No de la forma cuando estaba enterrada en la violencia y el alivio. Deslizo mis manos por sus músculos tensos que delinea su cintura mientras él desabrocha mi sujetador y desliza mis bragas por mis piernas. Salgo de estas y me paro delante de él desnuda.

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Desnuda en todas las maneras que importan. Alcanzo el botón de su pantalón y libero su dura longitud. Él me mira fijamente todo el tiempo mientras yo levanto mi mirada hacia él. Mis ojos abiertos. Mi confianza completa. Mi amor real. —Como mi esposa en la noche de bodas, ¿verdad? —Justo así —le contesto—. Justo así. Y luego me hace el amor por primera vez en mi vida. En la larga y delgada banca en medio de la habitación llena de recuerdos de tres personas que se necesitaban entre si de una forma que nadie más en la Tierra podría entender. No es una historia de amor convencional. Realmente no es un final felices por siempre. Y seguro no es la forma más fácil para que dos personas se encuentren. Pero todas las piezas rotas están nuevamente juntas. Somos un todo. Y eso es todo lo que importa.

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342 Realizado sin fines de lucro para promover la lectura. Apoyemos a los autores comprando el original.


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