Revista Cronopio

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r Directo ázar rt Julio Co ectora Subdir po a Ocam Victori

n dacció ario Re Secret z a Flore Marian fe e J or Redact arcía G Gabriel , ión l Casas Redacc tello, María So ana y id s a a C M Pablo , Sofía arattoli Natalí C Pablovich ela Marian tor c Corre fón Ruíz Za s lo r a C rte ra de A Directo archetti M Viviana conte mación Ezequiel Vice Diagra y c a n Gali Brenda ant’Ana afía r uín De S q a Jo Fotog y Florez Virginia



des 23 Varieda 25 Una señal de diseño 28 Educación de prín ci

50 Como si estuviera en casa

32 Alegría del cronopio

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a estrecha d a r a h c u c 40 La s para llorar e n io c c u r t s 45 In

52 Fin del mundo fin 58 Camello declarad o indese

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Cuento sin moraleja s ciencias la n e e f u S s nicacione u m o c le e t Correos y




Por Milton Glaser

8.9



10.11



Personajes

12


Tim burton,

un cineasta capaz de conmover a Edgar Alan Poe y de espan-

onejo tar a Walt Disney. O al revés. Todo depende de cuántos ojos tenga el cconejo o con quién toma el

e cadáver de la novia el


Por Paul Auster

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Los comienzos de Burton

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Manos de tijera


Por Juan Sasturain

El sol lo secó enseguida, bajó hacia las casas donde dos mujeres lo miraron asombradas antes de correr a encerrarse. Hizo un saludo en el vacío y bajó hacia las redes. Uno de los hijos de Klaios lo esperaba en la playa, y Marini le señaló el mar, invitándolo.

El muchacho vaciló, mostrando sus pantalones de tela y su camisa roja. Después fue corriendo hacia una de las casas, y volvió

casi desnudo; se tiraron juntos a un mar ya tibio, deslumbrante bajo el sol de las once. Secándose en la arena, Ionas empezó a nombrar las cosas. Kalimeras, le dijo a


Marini, y el muchacho rió hasta doblarse en dos. Después repitió las frases nuevas, enseñó palabras italianas a Ionas. Casi en el horizonte, la falúa se iba empequeñeciendo; Marini sintió que ahora estaba realmente solo en la isla con Klaios y los suyos. Dejaría pasar unos días, pagaría su habitación y aprendería a pescar; alguna tarde, cuando ya lo conocieran bien, les hablaría de quedarse y de trabajar con ellos. Levantándose, tendió la mano a Ionas y echó a andar lentamente hacia la colina. La cuesta era escarpada y trepó saboreando cada alto, volviéndose una y otra vez para

EXCELENTES ACTORES ACEPTAN PERSONIFICAR VILLANOS O HÉROES OTRORA INFANTILES, COMO EL LOKI DE THOMAS HIDDLESTON O EL MAGNÍFICO MAGNETO DE IAN MCKELLEN

mirar las redes en la playa, las siluetas de las mujeres que hablaban animadamente con Ionas y con Klaios y lo miraban de reojo, riendo. Cuando llegó a la mancha verde entró en un mundo donde el olor del tomillo y de la salvia era una misma materia con el fuego del sol y la brisa del mar. Marini miró su reloj pulsera y después, con un gesto de impaciencia, lo arrancó de la muñeca y lo guardó en el bolsillo del pantalón de baño. No sería fácil matar al hombre viejo, pero allí en lo alto, tenso de sol y de

espacio, sintió que la empresa era posible. Estaba en Xiros, estaba allí donde tantas veces había dudado que pudiera

llegar alguna vez. Se dejó caer de espaldas entre las piedras calientes, resistió sus aristas y sus lomos encendidos, y miró el cielo.

Los ojos... se dijo que no miraría el avión, que no se dejaría contaminar por lo peor de sí mismo, que una vez más iba a pasar sobre la isla. Pero en la penumbra de los párpados imaginó a Felisa con las


bandejas, en ese mismo instante distribuyendo las bandejas, y su reemplazante, tal vez Giorgio o alguno nuevo de otra línea, alguien que también estaría sonriendo mientras alcanzaba las botellas de vino o el café. Incapaz de luchar contra tanto pasado abrió los ojos y se enderezó, y en el mismo momento vio el ala derecha del avión, casi sobre su cabeza, inclinándose inexplicablemente, el cambio de

sonido de las turbinas, la caída casi vertical sobre el mar. Bajó a toda carrera por la colina, golpeándose en las rocas

y desgarrándose un brazo entre las espinas. La isla le ocultaba el lugar de la caída, pero torció antes de llegar a la playa y por un atajo previsible franqueó la primera estribación de la colina y salió a la playa más pequeña. La cola del avión se hundía a unos cien metros, en un silencio total. Marini tomó impulso y se lanzó al agua, esperando

WATCHMEN LLEVA ESTA TENDENCIA A LA DEGRADACIÓN DEL HÉROE A SU EXTREMO MÁS FEROZ.

todavía que el avión volviera a rotar; pero no se veía más que la blanda línea de las olas, una caja de cartón oscilando absurdamente cerca del lugar de la caída,


cuando ya no tenía sentido seguir nadando, una mano fuera del agua, apenas un instante, el tiempo para que Marini cambiara de rumbo y se zambullera hasta atrapar por el pelo al hombre que luchó por aferrarse a él y tragó roncamente el aire que Marini le dejaba respirar sin acercarse demasiado. Remolcándolo poco a poco lo trajo hasta la orilla, tomó en brazos el cuerpo vestido de blanco, y tendiéndolo en la arena miró la cara llena de espuma donde la muerte estaba ya instalada, sangrando por una enorme herida en la garganta. De qué podía servir la respiración artificial si con cada convulsión la herida parecía abrirse un poco más y era como una boca repugnante que llamaba a Marini, lo arrancaba a su pequeña felicidad de tan pocas horas en la isla, le gritaba entre borbotones

algo que él ya no era capaz de oír. A toda carrera venían los hijos de Klaios y más atrás las mujeres. Cuando llegó Klaios, los muchachos rodeaban el cuerpo tendido en la arena, sin

SUPERMAN CAMBIÓ SUS INOCENTES CALZONES ROJOS POR UN INQUIETANTE UNIFORME BLINDADO CON ESCAMAS METÁLICAS Y LAS OREJAS DE BATMAN SE ESTIRARON CASI COMO LOS CUERNOS DE UN DEMONIO

comprender cómo la penumbra de los párpados imaginó a Felisa con las bandejas, en ese mismo instante distribuyendo las bandejas, y su reemplazante, tal vez Giorgio o alguno nuevo de otra línea, alguien que también estaría sonriendo mientras alcanzaba las botellas de vino o el café. Incapaz de luchar contra tanto pasado abrió los ojos y se enderezó, y en el mismo momento vio el ala derecha del avión, casi sobre su cabeza, inclinándose inexplicablemente, el cambio de sonido de las turbinas,


la caída casi vertical sobre el mar. Bajó a toda carrera por la colina, golpeándose en las rocas y desgarrándose un brazo entre las espinas. La isla le ocultaba el lugar

La cola del avión se hundía a unos cien metros, en un silencio total. Marini tomó impulso y se lanzó al agua, esperando todavía que el avión volviera a rotar; pero no se veía más que la blanda línea de las olas, una caja de cartón oscilando absurdamente cerca del lugar de la caída, cuando ya no tenía sentido seguir nadando, una mano fuera del agua, apenas un instante, el tiempo para que Marini cambiara de rumbo y se zambullera hasta atrapar por el pelo al hombre que luchó por aferrarse a él.

de la caída, pero torció antes de llegar a la playa y por un atajo previsible franqueó la primera estribación de la colina y salió a la playa más pequeña.



Moda

22 , Ionas emSecándose en la arena sas. «Kalimera», pezó a nombrar las co ho rió hasta dodijo Marini, y el muchac s Marini repitió blarse en dos. Despué ñó palabras italas frases nuevas, ense lianas a Ionas y se fue. la mano a Ionas y se Levantándose, le tendió ente hacia la colina. echó a andar muy lentam da y trepó saboreando La cuesta era escarpa volviéndose una y otra cada alto.Así era esto, en la playa. vez para mirar las redes Las exageradamente grandes siluetas de las hermosas mujeres que hablaban animadamente con Ionas y con Klaios y lo miraban de reojo, riendo. Cuando llegó a la mancha verde entró en un mundo donde el olor del tomillo y de la salvia y la brisa del mar.


loj pulsera y desMarini miró su re gestos de impa pués, con unos y a ec uñ m ó de la ciencia, lo arranc bolsillo del panel en lo guardó o sería fácil matalón de baño. N ejo, pero allí en tar al hombre vi sol. lo alto, tenso de

Estaba en Xiro s, estaban allí donde tantas veces hab ía dudado que pudieran llegar. Se dejó caer de espal das entre las piedras calient es, resistió sus aristas y miró la luna vert icalmente el ci elo.

no miraría el Los ojos se dijo que contaminar ía avión, que no se dejar qu o, e una vez por lo peor de sí mism la isla. Pero en más iba a pasar sobre rpados. la penumbra de los pá

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La Sombra del Viento

Carlos Ruiz Zafón

Variedades

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Chicago es un musical con música de John Kander, letras de Fred Ebb y libreto de Bob Fosse y el propio Ebb. Ambientado en la ciudad de Chicago durante la época de la ley seca, el espectáculo está basado en la obra teatral del mismo nombre publicada en 1926 por la periodista Maurine Dallas Watkins a partir de los crímenes reales que ella misma había cubierto para el Chicago Tribune. La historia es una crítica a la corrupción del sistema judicial y al concepto de criminales estrellas. La producción original de Broadway se estrenó en 1975 en el 46th Street Theatre (actual Richard Rodgers Theatre) dirigida y coreografiada por Bob Fosse, cuyo estilo está especialmente asociado con este título. El debut en el West End londinense tuvo lugar cuatro años después, en 1979. Pero la versión de Chicago que más éxito y popularidad ha alcanzado es el revival que desde 1996 se representa en Broadway, donde ocupa el tercer puesto de la lista de espectáculos de mayor permanencia en cartel con más de 7.000 funciones a sus espaldas. Su equivalente en Londres tuvo una vida de más de 15 años en West End

Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Allí, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambiará el rumbo de su vida y le arrastrará a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad. La Sombra del Viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, desde los últimos esplendores del Modernismo hasta las tinieblas de la posguerra. Mezcla técnicas de relato de intriga, novela histórica y comedia de costumbres, pero es, sobre todo, una tragedia histórica de amor cuyo eco se proyecta a través del tiempo. El autor entrelaza tramas y enigmas a modo de muñecas rusas, manteniendo la intri- ga hasta la última página.

¿Quién es Walt? Director: Steven Spielberg Protago nistas: Bryan Cranston John A. Form ha encontrado el regalo perfecto para su mujer Mia, quien está embarazada: una hermosa muñeca antigua y difícil de conseguir que luce un vestido blanco de novia. Pero el deleite de Mia con Annabelle no durará mucho. Puntuación


Vinos

Romeo y Julieta Escrita según unos en 1591, esta tragedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare, se publicó en 1597. Las relaciones entre los diversos textos han sido minuciosamente estudiadas. El tema de la "muerta viva" está destinado a hallar su más elevada expresión en este drama inglés ambientado en Verona.





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