CELULOIDE
LA MEJOR PEOR
PELÍCULA DE LA HISTORIA POR MARIANA MIJARES
FOTO. GETTY IMAGES
Algunos dicen que es el Citizen Kane del mal cine. The Room (2003) es un filme de culto notable por sus malos diálogos, pésimas actuaciones, extraña selección de música, conflictos que aparecen y desaparecen de una escena a otra, inverosímiles escenas sexuales y frases infames. Hoy, James Franco dirige y protagoniza The Disaster Artist (2017), que muestra los hechos desafortunados detrás de aquel rodaje.
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Definitivamente tengo cáncer de mama”, le informa en una escena su madre a Lisa, quien ni siquiera se inmuta ante la noticia. El tema no vuelve a tocarse a lo largo de la cinta. Tal es un ejemplo de la (i)lógica narrativa de aquella cinta, estrenada en 2003 y que parece un trabajo softporn como los que se presentaban a medianoche en el Canal Golden Choice, el cual se enfoca en la relación entre Johny (Tommy Wiseau) y Lisa (Juliette Danielle) quienes están a punto de casarse hasta que ella empieza a engañarlo con el mejor amigo de él, Mark (Greg Sestero).
Todo desastre tiene un porqué y lo terrible de The Room no es su premisa, sino su desarrollo desarticulado, incoherente, caótico, pese a lo cual o, más bien, gracias a ello, se volvió una de las cintas de culto más importantes de la década. Hoy en día The Room es un fenómeno internacional que incluye un juego de computadora, una adaptación teatral, innumerables memes, análisis profundos y, sobre todo, proyecciones en diferentes cines que suelen ser un rotundo éxito. CRÓNICA DE UN DESASTRE La premiere de The Room es recordada por su publicista como “uno de los eventos más vergonzosos de mi
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vida” mientras que algunos críticos la describieron como “peor que una puñalada en la cabeza”. Y aunque sólo recaudó menos de dos mil dólares (cuando costó seis millones), se empezó a formar una base de fans que repetían las frases de la película, se burlaban de la interminable serie de fallas y hacían fila para pedir autógrafo a Wiseau, director, productor y actor de The Room, que supo capitalizar la situación y organizando funciones a medianoche por las que cobraba y en las que vendía mercancía: camisetas, carteles, relojes e incluso su propia línea de ropa interior. Un culto había nacido. Más de diez años después, cada vez que la cinta se exhibe en cines, cientos de entusiastas siguen rindiendo culto al desastre. Hoy, por ejemplo, los fans que asisten a los screenings de The Room llevan con frecuencia cucharas de plástico; el ritual consiste en tirarlas a la pantalla cada vez que aparece la foto enmarcada de una cuchara (lo que ocurre con frecuencia). LO IMPORTANTE ES PASARLA BIEN La intención del equipo de The Room era hacer una película original y diferente; algo como The Rocky Horror Picture Show (1975). Mientras filmaban, Wiseau y su equipo no pensaban en el alcance (para bien o para mal) que tendría su cinta independiente; lo importante era haber logrado filmar una película en la que creían; The Disaster Artist refleja justo eso. “Esta es una loca película sobre la amistad; sobre el hecho de perseguir tus sueños y no tomar un ‘no’ como respuesta”, contó Dave Franco durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (tiff). “Se trata de cómo se hizo la mejor peor película jamás estrenada: The Room, no la de Brie Larson, sino la de un chavo que parecía vampiro, que se
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ria; cómo este grupo de entusiastas quiso hacer algo en una industria que es tan difícil; un grupo de outsiders queriendo pertenecer”, apunta el actor. Para el hermano menor de Franco, The Disaster Artist siempre buscó ser fiel a la odisea por la que pasó este grupo de jóvenes. “Nunca fue nuestra intención burlarnos de nadie, queríamos ser honestos y creo que la película es más conmovedora de lo que parece”. Para el elenco, Franco no tenía duda de quiénes debían interpretar a los protagonistas: “Pensé que el papel de ‘Tommy’ estaba hecho para mí; pero no sabía qué pensaría él de esto. Tuvimos una llamada con Greg y Tommy para obtener los derechos de por vida, y aún no teníamos contrato, así que no les dije que yo pensaba interpretar a Tommy y mi hermano a Greg. Él me dijo que quería que lo hiciera Johnny Depp, yo me quedé callado hasta que Greg dijo ‘¿Por qué no lo haces tú, James?’ y Tommy respondió: ‘Sí, también eres estrella, has hecho cosas”, compartió el actor entre risas.
30/31 HOY EN DÍA THE ROOM (2003) ES UN FENÓMENO INTERNACIONAL QUE INCLUYE UN JUEGO DE COMPUTADORA, UNA ADAPTACIÓN TEATRAL, INNUMERABLES MEMES, ANÁLISIS PROFUNDOS, Y SOBRE TODO, PROYECCIONES EN DIFERENTES CINES QUE SUELEN SER UN ROTUNDO ÉXITO.
hacía tratamientos raros en el pelo y de cómo lograron hacer su película”, añadió James Franco. Franco peleó por los derechos del libro de Greg Sestero y Tom Bissell,
The Disaster Artist: My Life Inside The Room, the Greatest Bad Movie Ever Made (Simon & Schuster,
2013) en el que se basaría su película y una vez que los consiguió, sumó al barco a su amigo Seth Rogan como productor y a Scott Neustadter y Michael H. Weber (The Fault in Our Stars, ) como guionistas. “Leí el libro de Greg cuando salió a la venta y me conmovió mucho la histo-
DETRÁS DEL CULTO Tommy Wiseau decía que sólo el 40% de lo que dice el libro era verdad; sin embargo, después de ver The Disaster Artist apunta que el 99.9% de lo que ocurre es certero. “Lo único que no ocurrió fue lo de la pelota de fútbol, ¡yo sí la sé lanzar!”. “Todo es terriblemente cierto”, añadió Greg. Luego de las buenas críticas que recibió en festivales como sxsw y en Toronto, The Disaster Artist, que incluye cameos de Zac Efron, Judd Apatow, Melanie Griffith y Sharon Stone, entre otros, se perfila no sólo para lograr méritos propios —y quizás algunas nominaciones en la temporada de premios—, sino, sobre todo, para contribuir a una causa sentimental: que nuevas generaciones conozcan, y se unan, al culto.