Teatro
LA ETERNA LUCHA ENTRE ESTADO E INDIVIDUO Por: Mariana Mijares
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Después de 30 años de condena, ¿se debería liberar a alguien que se ha arrepentido y asegura ya no representar un peligro?
este dilema se enfrenta Anne (Marina de Tavira) quien antes de dejar su puesto como directora del penal, debe tomar una decisión sobre la liberación de Kathy (Lisa Owen), quien asegura que está lista para reincorporarse a la sociedad luego de cumplir 30 años de condena y haber encontrado la fe. Esta es la premisa de La Anarquista, un texto de David Mamet quien es uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes de la escena estadounidense y responsable de obras como Oleanna (1994) y la ganadora del Pulitzer, Glengarry Glen Ross (1984). A lo largo de este encuentro ambas mujeres, brillantes, exponen sus ideas sobre el perdón, la libertad y el castigo; su encuentro se vuelve una lucha de poder, un duelo de Estado contra individuo. “Las ideas son sus armas, por eso era importante que las entendiéramos. Estudiamos mucho el texto para ver qué quería decir y sobre todo qué acción dramática tenía cada idea, ¿la presa quiere conmover a la criminóloga?, ¿la quiere enfurecer?”, señaló Owen en entrevista. FOTOS: JESÚS MORALES / CORTESÍA
“Definitivamente hay un esgrima intelectual; son dos personajes muy inteligentes, que tienen un contrincante a su altura y es apasionante ver cómo defienden sus posturas. Como dice Lisa, ellas acompañan sus ideas con una acción dramática, no es como ver a dos catedráticas, sino a dos mujeres en una situación dramática tremenda. De ese día, de esa plática, depende que Kathy pueda salir liberada”, añade De Tavira. Detrás de la disyuntiva de Anne para liberar a su presa está el que, antes de ser condenada, Kathy fue una revolucionaria del movimiento The Weather Underground (or-
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ganización de izquierda radical de Estados Unidos); lo que inevitablemente influenció su sentencia; pero ¿la gente puede cambiar? “Las personas sí pueden cambiar, pero algo que demuestra la obra es que aquellos que tienen el poder tienden a abusar de él. A la par, las víctimas tienden a mentir, porque quieren ser liberadas”, apunta Owen. Kathy usará todas sus armas: intelectuales, emocionales, espirituales y hasta sexuales, para intentar liberarse. Uno de sus principales argumentos es que “el castigo purifica”; aunque de acuerdo con la perspectiva de Marina de Tavira, cuyo padre Pablo de Tavira, fue fundador y primer director del penal de máxima seguridad de Almoloya, exdirector de Prevención y Readaptación Social y precursor del teatro en las penitenciarías; el castigo no funciona tal y como está implementado.“Mi padre se dedicó gran parte de su vida a las prisiones. En los momentos finales de su vida lo escuché decir que dudaba que existiera la rehabilitación social, por lo menos de la forma en la que se estaba implementando en México. La persona que cae en prisión tiende a perder su condición humana”. Entonces, ¿tienen sentido las prisiones? . Con dos de las mejores actrices de los escenarios, La Anarquista presenta este mes en el Foro Lucerna una buena oportunidad para ver un montaje que, aun sin ser contemporáneo, invita a reflexionar sobre temas que siguen siendo relevantes hoy en día. “Mi personaje es anarquista porque cree que el Estado no tiene ningún sentido, pues en su naturaleza está el abusar del poder. Yo también creo que el Estado tiende a abusar de su poder, pero tampoco podemos estar y vivir sin él. La obra invita a reflexionar sobre cuestiones que en este momento son importantes, una de ellas es la legalidad; la cual no es sinónimo de justicia. También abre la pregunta de que si el Estado es corrupto y si abusa de su poder, ¿qué debemos hacer?”, apunta Lisa Owen.
La Anarquista, de David Mamet. Dir. Enrique Singer. Con Lisa Owen y Marina de Tavira. Foro Lucerna, Lucerna 64, Juárez. Viernes, 20:00; sábado, 19:00; domingo, 18:00 horas.
E S Q U I R E L A T. C O M 73
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