CINE
Texto: MARIANA MIJARES
El actor mexicano vive su segunda experiencia detrás de la cámara. Es el responsable de “La pesadilla”, una de las ocho historias que se cuentan en La habitación, película de estreno en la que también participan Carlos Bolado y Carlos Carrera, entre otros cineastas.
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l rostro de Daniel Giménez-Cacho García (Madrid, España, 15 de mayo de 1961) nos es familiar gracias a su actuación en películas como Sólo con tu pareja, Arráncame la vida y El infierno, entre muchas otras. Pero hay un lado de él que no muchos conocen: su faceta como director. Este sueño, ahora hecho realidad, surgió hace tres años –según me cuenta el propio actor– cuando dirigió algunos capítulos de la serie Crónica de castas, para el canal 11 de la televisión mexicana. Esta experiencia, filmada mayoritariamente en el barrio popular de Tepito (Ciudad de México), lo dejó con ganas de más, así que el año pasado no dudó en aceptar la propuesta de dirigir una de las historias que conforman La habitación, cinta en el que también participan en la dirección Carlos Carrera, Ernesto Contreras, Carlos Bolado, Alfonso Pineda-Ulloa, Alejandro Valle, Iván Ávila Dueñas y Natalia Beristáin.
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Alfredo contra el general Las historias de La habitación tienen lugar en diferentes épocas, siempre contextualizadas en un momento específico en la historia de México. Por ello, vemos en pantalla momentos ocurridos durante los Juegos Olímpicos de 1968 o el terremoto de 1985. Las ocho historias son narradas bajo el mismo techo y en el mismo espacio: una casa ubicada en la capital mexicana. El segmento filmado por Giménez-Cacho, titulado “La pesadilla”, tiene lugar en la época de la Revolución Mexicana, en 1913, y se enfoca en un hombre: Alfredo, quien después de ser amenazado de muerte por el general Victoriano Huerta, por haber conspirado contra su gobierno usurpador, se refugia en la habitación en espera de una oportunidad para escaparse a Veracruz. Cuenta Daniel: “No fue necesario hacer una investigación teórica, pues esta no es una historia de reivindicación social o de cambios históricos; es una historia de venganza y de cómo la violencia es un fenómeno destructivo que arrasa parejo. Ese lado es el que me interesaba, el lado doméstico, subjetivo”.
“Sigo en proceso de formación, tengo experiencia como actor, pero el lenguaje y la narrativa como director los estoy descubriendo gracias a los amigos que me ayudan, o que me invitan a sus películas”
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Imágenes: cortesía
Panorama del cine mexicano Giménez-Cacho se declara admirador del trabajo de otros directores mexicanos con quienes ha tenido el placer de trabajar. “Me gustaron mucho los trabajos que hice con Arturo Ripstein; Jorge Fons me parece muy dedicado; con Guillermo del Toro tuve un papel muy chiquito –en Cronos–, pero fue una conexión brutal. Alfonso Cuarón, con quien hice Sólo con tu pareja, antes de que se convirtiera en ‘este Alfonso’, era un compañero de mi generación y hablábamos muy directo de todo lo que nos pasaba y lo que nos divertía”. Para el actor que ha recibido cinco veces el premio Ariel, el cine mexicano pasa por un gran momento en términos de producción. Aunque todavía hay muchos retos en términos de distribución y exhibición. “Ha mejorado mucho en términos de producción, pero seguimos en el drama de que no podemos ver nuestras películas; no hay una reglamentación que nos ayude y estamos abandonados frente al monstruo hollywoodense que tiene tomadas todas las pantallas de los cines”.
“La pesadilla” es protagonizada por el actor Mauricio García Lozano, con quien Giménez-Cacho se sintió muy cómodo. “Fluyó muy bien la comunicación entre nosotros, pues si bien es cierto que aún no conozco mucho el lenguaje como director, sí conozco los procesos actorales”. Y es que pese a llevar 30 años de carrera, el también protagonista de El callejón de los milagros se muestra humilde y consciente de que aún hay mucho por aprender. “Sigo en proceso de formación, tengo experiencia como actor, pero el lenguaje y la narrativa como director los estoy descubriendo gracias a los amigos que me ayudan, o que me invitan a sus películas. Para La habitación me llamaron y me sentí muy halagado porque es mi segundo proyecto como director. Medirme con ellos, directores tan profesionales, es muy halagador”. 38
Pero durante el rodaje, Giménez-Cacho no sólo contó con el apoyo de sus “colegas directores”, sino también de Guillermo Granillo, fotógrafo de cintas como Cilantro y perejil, El coronel no tiene quien le escriba y El crimen del padre Amaro. “Curiosamente hice su primer corto, y desde entonces hemos hecho más de 10 películas juntos”, dice Daniel. “Yo no pedí que él estuviera, ya lo habían elegido, pero me encantó que así fuera porque él también me ayudó en Crónica de castas. Tenemos una comunicación muy fluida”. Con guión de María Diego Hernández, todas las historias que se cuentan en La habitación, aunque enfocadas en vivencias particulares, evidencian los cambios y las transformaciones vistos en el México moderno. 39