THE PLACE TO BE
Y
precisamente en el corazón de Barranco está el Hotel B, un lugar que resulta un museo en sí mismo gracias a que los dueños son coleccionistas y amantes del arte; y a que existe una sinergia con la renombrada galería de Lucía de la Puente, donde los huéspedes pueden disfrutar de presentaciones privadas y eventos especiales.
Anteriormente, cuando se buscaba una zona céntrica y vibrante para hospedarse en la capital de Perú, la opción que muchos recomendaban era el hermoso barrio de Miraflores. Pero a unos cuantos minutos de distancia, el distrito de Barranco –de ambiente bohemío– ha cobrado una nueva relevancia gracias a su variedad de tiendas, galerías, hospedajes y restaurantes.
Texto: Mariana Mijares / Foto: cortesía
Caminar entre los pasillos de este hotel boutique, decorado en tonos claros, con matices pastel, es dar un paseo por distintas etapas del arte peruano; el lugar alberga más de 200 obras, entre ellas fotografías de Mario Testino, Javier Silva Meinel y Lorry Salcedo, pinturas de Fernando de Szyszlo y José Tola, y un sillón blanco de la colección de Alex Ciurlizza.
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La mansión de mármol italiano importado, originalmente construida en el estilo de la Belle Époque, sirvió de refugio junto al mar durante la presidencia de Augusto B. Leguía en 1920. El famoso arquitecto francés Claude Sahut, conocido por su trabajo de remodelación del Palacio de Gobierno, junto con muchas de las principales avenidas de Lima, parques, teatros y otros edificios y espacios públicos, fue el encargado de diseñar esta propiedad como residencia de verano. La construcción fue terminada en 1914 pero para su apertura como hotel, en 2013, el equipo de restauración y reconstrucción incluyó escultores de la Academia de Bellas Artes y un séquito de carpinteros, bajo la supervisión de un maestro italiano. El objetivo del proyecto fue conservar la estructura original y anexar a la propiedad un edificio de tres plantas. Uno de los distintivos del Hotel B, que forma parte de la colección de hoteles de lujo y restaurantes gourmet Relais & Châteaux, es que cada una de las 17 suites tiene una decoración distinta; en cada habitación hay una obra (escultura,
Para tomar en cuenta En Lima hay tabernas, bares de todo tipo y cervecerías, pero resulta irrenunciable tomar un buen pisco. El barrio de Barranco, alrededor del Parque Municipal, bulle la noche de los viernes y sábados con mucha gente con ganas de divertirse, y es que aquí se ubica Ayahuasca, el lugar de moda en Lima, una asombrosa y restaurada casona con florituras arquitectónicas moriscas donde se puede escoger entre diversos cocteles de pisco como el exquisito Ayahuasca Sour, preparado con frutas de la jungla y hojas de coca. Otros prefieren el Bar Piselli, con buen ambiente y música en vivo algunos días, o el clásico Santos, animado y agradable local instalado en una antigua mansión con varios salones y balcón con vistas al Pacífico.
pintura, fotografía) de artistas locales y extranjeros. Cuatro de las suites, las tipo Atelier, incluyen un vestíbulo o balcón privado con vista al boulevard; las Aposento están ubicadas dentro la casona, con vistas a la calle San Martín o al bello patio interior, y de las tipo Alcoba, dos están ubicadas en la casona original y las otras dos en el ala contemporánea. Todas incluyen Internet inalámbrico de alta velocidad, llamadas locales de cortesía, minibar, televisión por cable en pantallas de LCD o plasma, reproductor de DVD y stock station para iPod. El día inicia de maravilla pues el desayuno-bufet, que está incluido en la tarifa, se sirve en la biblioteca. Hay charolas de carnes frías, variedad de quesos, aceitunas, fruta, jugo fresco, miel de abeja, cereales, yogurt, café –delicioso–, panqueques de arándano, plátano y chocolate. Las opciones a la carta incluyen los Huevos B (con tomate, frijol, salsa ranch y tortilla), Peruanos (benedictinos con salchicha huachana y pan campesino) o Andinos (con quinoa, choclo, aceitunas y chimichurri). Para comer o cenar el restaurante ofrece un menú creado por el cocinero Óscar Velarde que contiene platillos peruanos tradicionales y sabores mediterráneos, en el que destacan ingredientes frescos de la propia huerta del chef, de granjas cercanas y de las aguas del Pacífico. Como ventaja para los días de sol, las comidas y bebidas pueden disfrutarse en la hermosa terraza, exclusiva para huéspedes y con vista al mar. Entre los servicios y amenidades del B podemos mencionar el hotel car para conocer los sitios turísticos de la capital peruana y el préstamo de bicicletas para explorar a fondo el barrio de Barranco. Y si optas por caminar, a sólo 10 minutos se puede visitar la Alameda Chabuca Granda –un amplio mirador de la ciudad– y el famoso Puente de los Suspiros construido en 1876, lugar predilecto para las parejas que visitan la zona (la tradición señala que quien por primera vez vea el puente y lo cruce sin respirar se le cumplirá el deseo que pida). Atravesando el puente se encuentra la tradicional Ermita de Barranco, y por debajo, la Bajada de Baños, camino que conduce al mar por donde antiguamente bajaban los pescadores a la playa. Ahora está rodeado por pintorescas casitas que albergan a antiguos vecinos de Barranco y negocios como bares y restaurantes. Con una ubicación envidiable, un servicio cálido y personalizado, y con tantos estímulos a la vista, el Hotel B –que en 2014 apareció en la “Hot List” de la revista Condé Nast Traveler– es una de las opciones más deseables para disfrutar de tu estancia en Lima. 11