Cómo realizar una memoria de fin de curso de astrología

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¿Cómo realizar una memoria de fin de curso de Astrología?

Documento de reflexión para el uso de los estudiantes inscritos en la Escuela de Astrología Clásica Culta

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¿Por qué, una Memoria? ¿Será por un cierto placer a las pruebas, o para ejercer un cierto poder, o incluso por exceso de intelectualismo, que el equipo pedagógico de la Escuela ha planeado como última etapa la redacción de una memoria? De hecho, ¿no es extraño en una Escuela de Astrología, donde deberían predominar la enseñanza oral, la experiencia enraizada en la experiencia práctica? Por último, ¿La Memoria no favorece más a los intelectuales, a aquellos que saben servirse de las palabras en detrimento de aquellos cuyos dones se orientan más bien hacia la vivencia, hacia la práctica? Estas cuestiones, que se plantean a menudo, revelan una inquietud legítima de cara a un cierto tipo de trabajo nuevo del que no conocemos las reglas. Encontraremos aquí un buen número de respuestas, y sobre todo soportes pedagógicos para poder entrar en la redacción del tema. Preguntas verdaderas, en realidad sólo hay una: ¿para qué sirve una Memoria?, e incluso, ¿qué sentido tiene este ejercicio? Daré algunas pistas, de manera rápida, pero que pueden surgir aquí y allá en esta reflexión: La Memoria es la ocasión de hacer inventario: sobre un tema, naturalmente, pero también sobre uno mismo; punto de referencia, completa el ciclo de formación permitiendo identificar las propias fortalezas específicas para un crecimiento ulterior. La Memoria es una experiencia de la mente: ejercicios de concentración, de puesta en orden de ideas, descubrimiento de líneas de fuerza que implican facultades en las que los tratados clásicos de Astrología afirman el dominio indispensable y fructífero. Por último, en la perspectiva de la enseñanza, si es verdad que “no podemos transmitir más que lo vlvenciado", sólo podemos transmitir lo que se ha expresado correctamente a uno miso. Así que escribir, clarifica la estructura: lo que se ha escrito, podemos ser capaces de explicarlo con precisión.

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EL "PRODUCTO FINAL"

La Memoria terminada responde a ciertos criterios de contenido y forma que tendrán una influencia sobre su elaboración; si la necesidad de deslizarse en las reglas parecer limitar el libre albedrio del autor, le permite también estructurar su pensamiento y expresarse con exactitud. El Contenido La elección del título y el tema a desarrollar se relacionan estrechamente; de este modo nunca pondremos como título "Astrología y su técnica” a una reflexión histórica y sociológica sobre la Astrología tradicional. El Plan aparece como algo firme, las principales articulaciones del tema "saltan a la vista" del lector, que puede entrar así en el pensamiento del autor y seguir la cadena de las ideas. El pensamiento es personal: contiene lo esencial de lo vivido o, lo que es más difícil, deja que se perciba la sensibilidad, una cierta intensidad en la implicación con aportación de ejemplos. Por ejemplo, si se elige abordar técnicas principales como el Hilej, uno se ve conducido probablemente a citar los textos de los grandes autores clásicos que han escrito y practicado de formas excepcionales, lejos de privarse de estas citas bajo el pretexto de que sobrepasan nuestras modestas experiencias, el autor puede presentarlas como joyas de enseñanza que le tocan, y mostrar así "que resuenan" en él. Estas ideas, por muy personales que sean, se apoyan sobre ejercicios o descubrimiento de otros investigadores. esta admisión del pensamiento de otros en el seno de su propio proceso mental, se refleja en la bibliografía, las citas, los resúmenes de algunos pasajes de libros destacados, y de manera general, los saberes que no pueden adquirirse en su totalidad, pero de los cuales el tema puede necesitar referencias. Del mismo modo, encontraremos en los clásicos la etimología de una noción muy contundente, como "almutén" o "fridaria" etc, que hoy debe de ser reseñada correctamente. 4


Se establece así un acuerdo sutil entre la expresión de sí y la cultura ambiental, entre la subjetividad y los aportes exteriores. Todas estas exigencias implican evidentemente haber resuelto un cierto número de dificultades sobre las que volveremos más adelante. La Forma Limpieza, claridad, elegancia en la presentación no deben menospreciarse: un regalo ¿no merece ir en un envoltorio que le dará originalidad y encanto? ¿Quién no ha experimentado alguna vez el cansancio de leer una obra mal impresa, mal "digerida", o inversamente, el placer incluso inconsciente, de abandonarse al terciopelo de un bonito papel y al ritmo alterno de plenitudes y vacíos, cuando los párrafos están en su lugar adecuado? La Memoria, dactilografiada a doble espacio en un formato de 21 x 29,7 cm (din A4), constará de un mínimo de 60 páginas de texto (no se incluye el título, el índice o tabla de materias y la bibliografía). En el caso de que haya ilustraciones, dibujos, fotos, banda sonora o video no pueden sustituir al texto, sino que se añaden a él como complemento. Se solicitarán cuatro copias, tres son las que deberá aportar el autor el día de su lectura; la última se quedará en los archivos de la Escuela de Formación o Asociación. En el caso de que los documentos lleven ilustraciones, no hará falta aportar cuatro encuadernaciones, lo que podría ser muy costoso, pero será suficiente con fotocopias, de manera que el original sí que sea encuadernado. Algunos detalles, como la elección de un aglutinante que no se desarrolla desde el principio de la lectura; la puesta en valor de títulos, subtítulos, citas; el respeto de las alineaciones al principio de los párrafos, y los espacios entre éstos... todos estos efectos facilitan enormemente la lectura y constituyen actos portadores de comunicación. Esto queda facilitado por el hecho de que, en otras escuelas de astrología, los alumnos deben poder consultar las Memorias realizadas por las promociones anteriores, el hecho de que puedan circular o formar parte de una biblioteca, de ahí que deban tener una cierta "calidad" y "sostenerse por sí mismas".

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No hay que pensar que al buscar un cierto refinamiento en este campo nos alejamos del contenido astrológico; todos saben seguramente de memoria el orden de los elementos técnicos básicos, por eso debe de ser una exposición neta y clara con todo lo que se expone. Es una primera ilustración del hecho de que la Memoria puede convertirse en un ejercicio para enfrentar nuestro saber, y también de la sinergia entre el contenido y la forma, separados muy a menudo en Occidente, cuando en realidad uno da valor al otro y a la inversa, es como el cuerpo y el alma cuando se sintonizan.

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A LA BÚSQUEDA DE UN TEMA PROPIO Nos "molesta" hacer una Memoria. Uno se dice: "yo, estoy por la experiencia, lo vivencial, estoy ahí y me quedo ahí"; o bien: "nunca he hecho esto antes", “no sé escribir"; o incluso: “no tengo nada interesante que decir", “ya que ya está todo dicho". Estos argumentos y las resistencias en que se basan, son las llamadas a una exploración más profunda de uno mismo, ya que no tienen nada de definitivo, nada prueba que no sepamos escribir, si no lo hemos intentado previamente. Además, se podrían escribir 50 memorias sobre yoga y la preparación al nacimiento, (por ejemplo) y seguro que ninguna se parecería, y cada uno experimentaría cosas que no se han dicho antes, si los autores hablaran desde su identidad más profunda. Hay que saber que la mente se angustia siempre con las novedades, más vale empezar por la intuición y la sensibilidad, facultades ricas y adaptables. Pero ¿cómo emprender esto? Con ayuda de algunos ejemplos, desde lo más simple a lo más difícil, estas son las propuestas: cada uno que añada sus propias "invenciones". Tenemos un tema bien definido Desde el segundo o tercer año de formación, nos sentimos apasionados por: los diferentes tipos de técnicas y su influencia en el destino, el cuerpo y la mente. Ahí ya tenemos un gran paso, pero antes de lanzarse a la construcción del plan y a la redacción, convendría plantearse algunas cuestiones interesantes: ¿Porque este tema me llama desde hace tiempo? ¿en qué momento se instaló repentinamente en mí? ¿De qué manera formo parte de él? ¿Qué es lo que me parece tan claro y evidente? ¿Oscuro y confuso? De los diferentes aspectos de este tema, ¿cuáles son aquellos de los que puedo hablar que forman parte de mi experiencia?, y otras cuestiones totalmente personales. Sería bueno escribir las respuestas y reflexiones, pero para uno mismo. ¿Esto es de colegio? Si, “pero muy útil” Ya que vamos creando así puntos de referencia para el desarrollo de las ideas, y adoptamos sin darnos cuenta, el hábito de redactar. Sobre todo, 7


retomar con frecuencia este tipo de ejercicio, permite reducir la separación entre lo que uno es actualmente y aquello sobre lo que se trabaja Tenemos un campo de interés Ejemplos: el modelo natural, el señor de espíritu (la relación entre el cuerpo y el espíritu); la fisiología y el conocimiento de sí, etc. No son temas de Memoria, pero si son "continentes". Paradójicamente, estos grandes temas son pobres, al no tener contacto con la creatividad interior, caemos en este tipo de generalidades. Con estos temas podemos decirlo todo, pero al mismo tiempo no decimos nada original. El camino a seguir aquí consiste en reducir este campo de búsqueda en el sentido que más nos atraiga: buscar los aspectos que nos parecen más determinantes a nivel personal (incluso aunque no sepamos cómo tratarlos o cómo abordarlos). Hay que plantearse preguntas muy claras: ¿Dónde? ¿cómo? ¿Cuándo? ¿en qué contexto? ¿con relación a qué criterios?, etc... Siempre es interesante desarrollar un tema un poco estrecho, para trabajarlo en profundidad, mejor que un tema muy amplio, que dispersa. A la búsqueda de un tema A pesar de todo lo bueno que podamos decir, redactar una memoria puede parecer una tarea ardua si al comienzo no "tenemos un tema". Hay que superar muchos obstáculos a la vez: la novedad del ejercicio, la inercia mental, el pensamiento equivocado, que consiste en pensar por uno mismo en lugar de pensar a través de autores o especialistas interpuestos (a lo que se nos acostumbra en los estudios clásicos). Concebir y analizar solicita un esfuerzo relativamente pequeño si la mente se encuentra relajada, tranquila, mientras que la mayor parte del tiempo se encuentra confrontada a ideas parásitas que se asocian unas con otras sin cese. Un buen momento de tranquilidad, descansados en nuestro rincón preferido de estudio, pueden ser la preparación ideal para entrar en un espacio al que nos entregamos de manera regular (una vez por semana, dos veces al mes...) para dejar emerger, sin prisas, sin organizarlas, nociones, imágenes, palabras: la mente se parece aquí a un lago tranquilo del que emerge algo vivo y nuevo. No será una pesca inmediata milagrosa, pero podemos sorprendernos de la riqueza de los resultados...

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Cerca de sí, un papel y un lápiz permiten anotar en vivo, en bruto, lo que va llegando. Después de cada sesión, estas hojas (fechadas) se guardarán en una funda reservada a tal efecto; no es necesario, ni deseable leerlas una y otra vez. El ejercicio aquí se trata de crear cierta espontaneidad, dejar hacer y soltar los encadenamientos mentales habituales, incluso las ideas en apariencia absurdas, también tienen su lugar. Después de una buena serie de pequeñas sesiones, una docena, más o menos será el momento de retomar estos papeles y ver qué dicen, uno tras otro, a lo largo de las semanas. Tendremos la suerte de ver toda una serie de constantes, la misma palabra lo dice, ideas muy próximas con expresiones diferentes, se va imponiendo una cuestión a medida que las retomamos. Estas repeticiones son el índice de las líneas de fuerza interiores, persistentes. Hay que buscar la convergencia, el punto central de interés, la idea misma que sostiene estas constantes: en alguna de estas partes se mantiene el tema; si permanecemos atentos, no podemos obviarlo...

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CONSTRUIR UN PLAN Una Memoria se parece a un proceso alquímico: "se cuece" lentamente en el interior de sí, o incluso se va "incubando" antes de la eclosión. El "factor tiempo" no puede eludirse, especialmente en esta etapa. Del tiempo que hayamos utilizado en la concepción, depende la armonía de sus diferentes partes y la emergencia de un plan adaptado al tema. Este plan saldrá eventualmente del ejercicio precedente, en este caso, las constantes o "ideas fuerza" puntualizadas de forma regular, constituirán las grandes articulaciones del desarrollo. De las "variantes" o nociones más estrechas, saldrán los subtítulos, e incluso los "subtítulos de los subtítulos". Llegados a este punto, en efecto, la trama será más detallada, y más localizables se harán los temas exteriores, los vacíos en el razonamiento, los pasajes que haya que enriquecer, las informaciones en las que habrá que profundizar más rápido y fácil, y después, la redacción. Podemos elegir diferentes planos, a elegir según el tema y el modo de aproximación privilegiado, más racional o más intuitivo. Planos lineales

Se construyen sobre una sucesión de consideraciones que se encadenan unas con otras. Cada desarrollo depende del precedente, es incomprensible sin él, ya que se supone que ya ha expuesto un cierto número de elementos o ha resuelto aspectos previos. Estos planos convienen a temas muy precisos al principio, y que avanzan por etapas en una progresión metodológica. En este tipo de plano, se va de un punto a otro por un camino coherente; es lo más prudente: no corremos el riesgo de perdernos. El desarrollo aberrante, o fuera de tema, aparece muy deprisa cuando volvemos a releer y podemos suprimirlo fácilmente.

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Planos sedimentarios Se parecen a los precedentes, en cuanto que implican una jerarquía de valores, pasamos del menos importante al más importante; de la superficie a la profundidad; de lo manifestado a lo escondido, etc. Aquí la progresión no es sólo metodológica; se establece sobre diversos planos de conciencia diferentes, de los que el autor suele decir que unos son más importantes que otros, y les da importancia colocándolos en último lugar como una "coronación" de su edificio. Estos planos reflejan una evolución personal, con preferencias deliberadas, el autor ha descubierto que una dimensión es más importante para él, que otra, y se emplea a fondo en explicarla a su lector, mostrando que esto se ha ido modificando en su existencia. Planos en abanico Se adaptan particularmente bien a temas muy delimitados, "estrechos" (en el sentido positivo del término), cuyo núcleo central aparece claramente. Aquí, el punto de partida consiste en exponer de forma detallada la idea-matriz, el tema de base, y abrirlo seguidamente sobre diferentes pistas de trabajo que son como las ramas divergentes de un tronco común. Es como si fuera un árbol el primer punto se define el concepto principal (tronco del árbol) y todos los demás puntos (las ramas) son descripciones de este. En los planos de este tipo, cada punto de partida surge del primer desarrollo para delinear un aspecto específico, el recorrido es completamente diferente al de los planos lineales. La conclusión es un poco más delicada de redactar: tiene que retomar, centrándolos, las aperturas propuestas y debe mostrar qué tipo de luces arroja sobre el tema. Planos centrípetos El esquema es a la inversa del precedente: de puntos de partida muy diversos, se tiende hacia un centro (tipo estrella). Estos planos convienen esencialmente a los espíritus intuitivos, que perciben estructuras comunes entre realidades heterogéneas, y prefieren reproducir la progresión de sus descubrimientos más que exponer linealmente los resultados. En lo referente a la comparación de

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dominios o las diferentes experiencias, los planos centrípetos evitan las yuxtaposiciones repetitivas, del tipo. Proponen en lugar de estas enumeraciones, direcciones convergentes y conducen hacia un punto último que impone toda su luz sobre la cuestión central. Aquí, las partes son avenidas hacia el centro. Este tipo de planos es especialmente interesante en cuanto que refleja el desarrollo de una conciencia en las decisiones con aspectos parcelarios o dispersos de lo real y descubriendo entre ellos una coherencia o un sustrato común. A cada uno le toca percibir que estilo de organización conviene mejor, así como al espíritu del que lo realiza y al tema abordado. Los esquemas propuestos aquí pueden servirnos si los "revestimos" de nuestras propias leyendas, es decir, de las diferentes partes de nuestro plan. A veces, se presentan diversas posibilidades: ¿será mejor optar por el plan lineal o el centrípeto? No hay que eliminar rápidamente estas opciones diferentes; hay que "dejar madurar" antes de decidir qué conviene al espíritu

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COMENTARIOS

La introducción y la conclusión se verán más adelante; constituyen el toque final, la apertura y el cierre, momento en que se habla más directamente al lector (incluso aun cuando no sea necesario que se sienta interpelado de manera personal). Hay que escribirlas con cierto refinamiento, y seremos más libres para hacerlo si casi ya tenemos terminado el "contenido". Un plan expresa siempre una jerarquía; podemos distinguir en ella lo esencial y lo accesorio, lo principal y lo secundario. Tres, o eventualmente, cuatro ideas directrices (temas) formarán los tres o cuatro capítulos (no olvidemos que la palabra "capítulo" deriva del latín "caput", cabezal es decir, lo que domina el cuerpo, allí donde se ubica la conciencia que dirige). En el interior de cada uno, una nueva clasificación interviene con el fin de liberar dos, tres o cuatro subtemas; después una última clasificación, y podemos abordar algunos "subsubtemas". Este trabajo presenta una ventaja doble. Primero, define perfectamente bien el "esqueleto" de la Memorial redactar poniendo vida y movimiento. Por otra parte, podemos cambiar un tema secundario que, después de una reflexión, no parece apropiado, sin poner en peligro el conjunto cuando hay que replantear toda la estructura para cambiar una mínima parte, evidentemente, dudamos quitar o dejar aproximaciones o algunos desarrollos "fuera de terna", Si se entiende bien: el plan constituye una etapa in-dispen-sa-ble.

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LEER Y PONER EN VALOR EL PENSAMIENTO DE OTROS Se puede sugerir no leer demasiado durante la fase de construcción del plan: Antes (en período de "incubación") si, para nutrirse, alimentar la propia reflexión, hacer surgir las ideas, descifrar el sentido de una experiencia. Después (en período de redacción) si, también, para integrar citas importantes o para resumir un escrito significativo en el marco del tema. En realidad, la elaboración del plan es un gran momento de interiorización, a partir del cual la mente gira hacia la conciencia profunda para profundizar en las fuentes de algo original, único, diferente de todo lo que ya se ha escrito. Esta fidelidad a uno mismo se traduce por una cuestión siempre presente, en cada parte, capítulo, subtítulo, etc: ¿Realmente es esto lo que pienso? ¿Es así como las cosas suceden en mí? Demasiada lectura podría enturbiar el proceso tenemos tendencia a pensar a través del pensamiento de otros ¿pereza o humildad? Pero, naturalmente, leer es una actividad complementaria en relación a la enseñanza oral.

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indispensable,


Constituir una bibliografía Un consejo: en nuestro campo de trabajo, hay mucha mediocridad y pocas obras buenas. En la Escuela de Formación, seminarios, talleres, ciclos de conferencias de las Asociaciónes, congresos etc... podemos encontrar autores o especialistas y solicitarles un cierto número de libros a leer. Un consejo, exponer en pocas frases o líneas el tema, elegido y lo que queremos saber, es un excelente ejercicio de clarificación y expresión. Hay que investigar en ello en lugar de dejarnos intimidar por él. Cuando leemos un "buen libro", hay que anotar las referencias que cita el autor; y si se puede, recorrer nuevamente estas obras; es el medio de descarnar nuestra bibliografía que no tiene por qué ser larga: una decena de textos, bien centrados sobre el tema, son suficientes, si no tenemos tiempo ni la posibilidad de consagrarnos profundamente en esta investigación. ¿Qué es un "buen libro"?. Aquél que muestra un pensamiento claro, un desarrollo continuado; que propone hipótesis fecundas, personales sin abstracciones de ideas que ya existen, un libro "catalizador" que provoca la creatividad en el que lo lee, en resumen, un libro que ofrece todas las cualidades para trabajar en una Memoria exitosa. El papel de las revistas Esas revistas son instrumentos de trabajo esenciales, y que muy a menudo permanecen inexploradas. Sirve de diferentes maneras: Ejemplo: Elegimos un tema sobre el que hay pocas o ninguna obra, o algunas líneas esparcidas por diferentes libros. Es el caso frecuente cuando tratamos aspectos prácticos de astrología, ¿Dónde podemos encontrar un trabajo de investigación profundo sobre el "técnicas de dirección", "cuantificación" etc ? por supuesto, en las revistas especializadas o en webs de probada solvencia o en revistas electrónicas.

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Si buscamos una evocación rápida sobre un tema sobre el que harían falta decenas de libros, habría que verificar si los equipos de redacción de las revistas no han hecho ya ese trabajo. Si por el contrario trabajamos en un campo en el que las publicaciones son, por el contrario, numerosas y tenemos problemas de orientación: las bibliografías críticas será donde busquemos. Aprender a leer Esta actividad muy conocida y que se culmina en la escuela de primaria, presenta desarrollos secundarios muy sutiles. La lectura por sí misma se realiza en un estado de apertura total, de acogida tranquila hacia lo que expresa el autor. El espíritu crítico no funciona aquí, se sustituye por el dejar hacer y la impregnación. Algunos pasajes son difíciles, llenos de palabras arduas; otros se dejan penetrar sin esfuerzo, habrá que apoyarse en los segundos para comprender los primeros. La escritura del autor puede sentirse como algo que repele, ahí es cuando convendrá ponerse a la escucha de la experiencia que subyace en el fondo de las palabras. Después de la lectura, lo ideal es crear una ficha que puede contener más a menos cuatro puntos: La indicación exacta de los apellidos y los nombres del autor, el título, el editor y el año de edición. Si tenemos la información, se puede anotar lo que hace el autor, cuáles son sus compromisos con la vida, qué horizonte cultural y espiritual. Un resumen de las ideas esenciales: tres o cuatro frases son suficientes, sino se corre el riesgo de no memorizar, o de saturar la mente. La reproducción de dos o tres citas destacadas y cortas. Anotando la página, ya que la necesitaremos para la redacción. Finalmente, podemos responder por nosotros mismos, a un tipo de cuestiones que permite analizar nuestras reacciones como lectores, y nos reenvía a un conocimiento de nosotros mismos: ¿Por qué me ha entusiasmado o irritado, sorprendido o decepcionado? ¿Por qué me ha tocado o me ha dejado indiferente? 18


Este trabajo parece largo, de colegial y fastidioso, pero prepara bien la siguiente etapa, la redacción. Si estas fichas son claras, cuando hayamos terminado el plan detallado; podremos insertarlas en él y así, ninguna cita dará la sensación de ser como "un pelo en la sopa"; irá acompañada de su referencia precisa, lo que será de gran ayuda para el lector que tenga ganas de continuar con la búsqueda; no hace falta que se extienda muchas páginas, ya que se indican las ideas principales resumiéndolas, y no se citan más que unas líneas esenciales. Normalmente una cita no tiene necesidad de ocupar más de una decena de líneas. Una cita debe aparecer con claridad por lo que es; para ello sólo hay una solución, Las comillas y la nota que nos lleva, en el pie de página o al final del capítulo, a la fuente original. Damos así al César lo que es del César... y a nosotros lo que es nuestro. Por ejemplo : "El hombre noble es aquél que se domina; el hombre santo es aquél que se supera" (1) (1) Fcrithjof SCHUON Las perlas del peregrino, Paris, LeSeuil, 1990, p.24 Complementariedad de lo oral y lo escrito No podemos expresar los mismos elementos, ni de la misma forma, hablando y escribiendo; son dos modalidades de discurso completamente heterogéneas. Tomemos el ejemplo simple de la carta y el teléfono: a la misma persona, le diríamos cosas diferentes, conteniendo cosas que resuenan diferente, si utilizamos la llamada telefónica o el correo; y una sociedad que conoce el teléfono habla de manera diferente que la que no conocía más que la comunicación por correo. Lo oral, lo escrito son complementarios también en el sentido en el que cuando se domina uno, se producen repercusiones positivas sobre el otro. Nos damos cuenta que si nos ejercitamos en redactar "bien" una frase, la sombra que cubre el pensamiento, a través de la elección de los términos precisos, de los que estamos seguros de conocer la definición, mejora el discurso, se clarifica, encontramos mejor nuestras palabras. Inversamente, la expresión oral permite percibir la importancia del sonido en la formación de conceptos, y del ritmo que continua implícitamente cantando la lectura, incluso de manera silenciosa, enganchando la atención si está bien colocada, pero embotando en el caso contrario. 19


LA REDACCIÓN: TÉCNICAS Y TRUCOS Para escribir, debemos guardar nuestro plan a la vista; un buen ejercicio consiste en aprenderlo de memoria, lo que se hace sin ninguna dificultad cuando refleja verdaderamente la personalidad. En todo caso, tiene que convertirse en nuestro "hilo conductor"; nos evitará los obstáculos de la dispersión. Con cada palabra que se escribe en una página en blanco, debemos plantearnos una y otra vez la pregunta: "¿está ahí lo que pienso verdaderamente? ¿Funciona de este modo para mí?" He aquí, reunidos una cierta cantidad de trucos y medios que ayudarán quizás, o inspirarán para inventar los trucos propios de redacción; también serán una guía para la presentación. Aprender a elegir las palabras Seamos precisos, una "experiencia personal" no equivale siempre a una "experiencia espiritual"; la "mente" constituye una parte de la "conciencia"; "física", "corporal", "somática" que marcan las sombras de un mismo campo, etc. Lejos de ser una "queja", esta atención a la calidad del vocabulario educa la sensibilidad y desarrolla este "refinamiento de espíritu" indispensable para comunicar mejor con el otro, y para identificar, otorgándole un nombre, las sensaciones y las emociones a las que conduce el conocimiento del sí. Extrañamente, un término, por cierto, simple, no puede escapar provisionalmente de nuestro horizonte, se presentan algunas aproximaciones, pero no son más que un mal menor. La mente tiende a la búsqueda de la exactitud, mientras que debería, por el contrario, relajarse con ciertos ejercicios que la calmaran, al igual que en el momento de la concepción del plan. Un día, la palabra justa se revela: de ahí la necesidad de tomarse el tiempo necesario y saber esperar.

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i Escribir, escribir y todavía más escribir! Sobre todo, no importa el qué, el dónde ni el cuándo (pero sí importa el cómo) solo hay que adoptar el hábito de escribir, sobre un acontecimiento de actualidad que nos impresiona, un espectáculo al que hemos asistido, una novela que hemos saboreado. Sería un error ver en este ejercicio un pensum, puede ser muy divertido o - como en el caso del periódico - un verdadero compañero en el camino del progreso personal. De una forma más prosaica, tener la costumbre de escribir, libera de las fuentes olvidadas y amplifica la creatividad. Especialmente, los fragmentos de escritura que sólo nos conciernen, pueden conservarse o romperse, tienen pues la importancia que nosotros les demos. ¿No hacen falta muchos borradores para escribir una obra de arte? y, ¿un cineasta, no produce una película sin múltiples "pruebas"? Empezar por lo mejor... ...Guardaremos lo más difícil como continuación. La falta de confianza en las propias capacidades paraliza ya a aquél que nunca ha redactado: si se pone como deber empezar la redacción por lo menos evidente, tiene poca suerte de desdramatizar el problema. Así pues, entremos en lo más vivo del tema, sin importar en qué nivel del plan estamos, incluso aunque no se trate del primer capítulo; enseguida se hará la transición entre los diferentes trozos que se hayan escrito, dando uniformidad al estilo, operación relativamente cómoda, si el plan se ha hecho bien, y si se toma el tiempo de releer todas las partes antes de "coserlas" en conjunto por frases de paso Leerse en voz alta Para ello hace falta soledad, garantizar que nadie nos escucha, o si no, una escucha en la que tengamos una total confianza (la de alguien amable y exigente a la vez). "Con el sonido", percibiremos muchas imperfecciones que no se ven durante la redacción.

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El arte del llenado y el vaciado Defensa e ilustración del párrafo. Si el plan alcanza un estado muy detallado, con "sub-partes de partes de capítulos", la sucesión de las ideas se realiza muy fácilmente. De manera general, el juego de alineaciones e interlineados sigue a este encadenamiento para subrayarlo visualmente: suena en cada página al ritmo del desarrollo, como una respiración del pensamiento. Una reflexión, un concepto, una crítica no se condensan necesariamente en una sola frase; a menudo se reclaman muchos, que los reunimos entonces en una unidad globalizante, el párrafo. Confeccionar un plan, es ir de lo más vasto a lo más estrecho, de las grandes líneas de fuerza (las cabeceras de los capítulos) a los detalles. Redactar es integrar la palabra en la frase, la frase en el párrafo y el párrafo en un conjunto más amplio, dos movimientos inversos y complementarios. El arte de lo pleno y lo vacío, sigue implicando jugar con los caracteres: lo "graso" y lo "delgado", las mayúsculas y las minúsculas, los subrayados enganchan la mirada del lector, dan al texto su relieve. Habrá que evitar todo lo que sea apretado, compacto, uniforme; hay que dejar que se airee, abrimos los espacios, ofrecemos referencias. Si observamos una pintura china o japonesa, y comprenderemos inmediatamente esta necesidad. La introducción y la conclusión No hay memoria que no contenga una y otra, constituyen “el marco de un cuadro". Esquematicamente, son los rituales de los pasajes, es la forma de acoger al otro en su universo y abandonarlo después de haber recorrido un camino conjuntamente. Se redactan en última instancia y dan el tono del conjunto. En la introducción, se expone el tema general; después desarrollamos la génesis, lo que permite dar un acento muy personal (aquí, el lector empieza a entrever la relación de pertenencia que existe entre el autor y su sujeto). Queda presentar los diferentes capítulos que van a seguir, definiendo el punto de vista en el que nos situamos, sobre todo si el tema que se afronta es muy amplio; mostramos así que no ignoramos que podría ser 22


tratado de otra forma, lo que permite justificar su propio enfoque como una elección original entre varias perspectivas a la vista. La conclusión retoma la hipótesis de salida y resume a grandes rasgos el camino recorrido; si hace balance, no cierra el tema; propone ciertas aperturas, sugiere avenidas inexploradas, que podrán descifrarse más adelante, o quizás por otros. Los títulos Deben formularse cuidadosamente, así como el título general de los encabezados de capítulos y subcapítulos. Aquí la creatividad puede ser más libre, es el principio del "brain-storming" que hace emerger una decena o una veintena de soluciones, entre las que elegir. Las terminaciones Algunos detalles hacen que la memoria verdaderamente cuidada. Especialmente:

se

mantenga

La ortografía: verificarla cuidadosamente, con ayuda del diccionario; hacemos faltas escribiendo a mano y a máquina. Dos relecturas, al final, son necesarias con frecuencia, para eliminarlas casi todas. Especialmente, hay que prestar atención a las palabras extranjeras, sobre todo los barbarismos; nadie nos obliga a emplearlas, tenemos que ser fieles a su forma, nadie nos reprochará si no las utilizamos, pero si se nos pedirá que no las deformemos La paginación: no debemos dejar a los que lean la memoria la tarea de numerar las páginas; cuando hay treinta, aún se puede aceptar, pero no cuando hay ciento cincuenta ... El índice: convencionalmente, se coloca al final de la obra, pero actualmente también podemos verla al principio; consiste simplemente en poner por escrito el plan y presentar enfrente de cada título y subtítulo los números de página que les corresponden. La bibliografía se sitúa el final de la Memoria, antes del índice. Con él termina el volumen. Cita todas las obras a las que hacemos referencia en la Memoria, y otras que han podido "inspirarnos" de alguna manera . Una bibliografía 23


clásica adopta, o bien el orden alfabético de los autores, o bien el orden por temas que se aborda en la Memoria, y da: El nombre del autor El título de aparición El editor La fecha de edición Si procede, la fecha de traducción Las demás fuentes eventuales, deben ir a continuación de la bibliografía: películas, exposiciones, documentos musicales, obras de teatro. En todos ellos, hay que nombrar los creadores, lugares y fechas. Las fuentes de las ilustraciones, si las hubiera, se indicarán aquí. Cuales quieran que sean los medios utilizados, hay dos intenciones que constituyen las líneas de fuerza constantes a lo largo de la realización de la Memoria: tender siempre hacia la mayor autenticidad posible de cara a uno mismo; tender siempre hacia la mayor comunicación posible con el lector Los anexos Podemos tener muchas ganas de desarrollar un aspecto, pero sabemos que nos puede descentrar y arrastrarnos fuera del tema. En este caso, se puede poner en un anexo, después de la conclusión y la bibliografía. Esta forma de proceder se revela como muy útil en el caso de temas que solicitan una búsqueda profunda de la que queremos dar cuenta y que sería una lástima pasar por alto. Metodología de la Escuela de Astrología Clásica Culta Mariano Aladrén

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