CORREO
de las Culturas del Mundo
Mahendraparvata 1
Correo de las Culturas del Mundo
Director Leonel Durán Solís
Editor Mariano Flores Castro
correodelasculturas@gmail.com
Correo de las Culturas del Mundo, Año 2013, No. 133, (15 de junio de 2013), es una publicación
quincenal editada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Córdoba 45, Colonia Roma, C.P. 06700, Delegación Cuauhtémoc, México, Distrito Federal. Editores responsables: Leonel Durán
Solís y Mariano A. Flores Castro. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo: 04-2012-091912305300-203.
ISSN: en trámite. Domicilio de la publicación: Moneda 13, Centro Histórico de la Ciudad de México. Distribuidor: se distribuye por vía electrónica correodelasculturas@gmail.com
Este número se publica el 15 de junio de 2013. ©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS POR LOS RESPECTIVOS AUTORES DE LOS ARTÍCULOS, NOTAS Y FOTOGRAFÍAS.
Publicación fundada el 15 de agosto de 2007.
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• La ciudad perdida de Mahendraparvata, en Camboya, muestra sus secretos • El hijo de la cautiva • IX Congreso Internacional de mayistas en la UNAM
• 10 años de la Fundación para las Letras Mexicanas • Peligran bienes culturales sirios • Libros: Francisco Cervantes de Salazar 1554–2012 • Cuartetas de Omar Khayyâm
• Mitografía. En pos de las manzanas doradas • Comentarios al Director 3
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Arqueología
La ciudad perdida de Mahendraparvata, en Camboya, muestra sus secretos
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a historia tiene un atractivo incomparable: en pleno siglo XXI, un grupo de arqueólogos descubre en la jungla de Camboya una ciudad de hace 1200 años gracias a una sofisticada técnica —LIDAR— que utiliza un láser acoplado a un helicóptero para penetrar el denso follaje y revelar los grandes secretos que esconde una de las grandes civilizaciones de Asia. Por si fuera poco, para acceder al lugar los científicos tienen que recorrer barrizales infestados de alimañas y campos en los que las minas antipersona del Jemer Rojo están siempre al acecho. Pero no importa, porque el descubrimiento de una ciudad perdida, que ha pasado desapercibida a los saqueadores, bien merece correr el riesgo. La ‘exclusiva mundial’ del hallazgo la publicó el pasado sábado el Sydney Morning Herald, y sería el argumento perfecto para la quinta entrega de las andanzas cinematográficas de Indiana Jones si no fuese porque tiene una pequeña pega: es una verdad a medias. No en vano, muchos de los edificios cuyo descubrimiento se había atribuido al grupo de científicos liderado por Jean-Baptiste Chevance, director de la Fundación de Arqueología y Desarrollo de Londres, eran bien conocidos desde hace años. Se trata del conjunto de Mahendraparvata, situado en la montaña de Kulen —libre de artefactos explosivos—, al norte del mayor complejo de templos hinduistas del mundo, Angkor.
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“Para ser honestos, no es totalmente nuevo”, reconoció ayer Chevance, que ha estado trabajando en el proyecto desde 2008 y que culpó de la exageración que se ha hecho del proyecto al sensacionalismo del rotativo australiano. “Lo que sí es novedoso es la utilización de la técnica LIDAR para ir más allá en el estudio. Así hemos conseguido desvelar una red de carreteras, canales y diques que conectan los monumentos que ya se conocían”. Lo que sobre el terreno parecían surcos y agujeros sin relevancia alguna es, en realidad, un complejo sistema de comunicaciones en el que el agua, en cuya compleja distribución se han encontrado hasta presas, juega un papel primordial. Y es esa revelación la que confirma que Mahendraparvata era una ciudad y no un simple conjunto de edificios. “Con este instrumento, de repente, hemos visto inmediatamente la imagen de una ciudad cuya existencia nadie había 6
conseguido certificar”, comentó al diario australiano The Age otro de los científicos, Damian Evans, director del Centro Arqueológico de la Universidad de Sydney en Camboya. “Estamos hablando de una ciudad que tiene más de mil años y que es completamente subterránea. Lo que ves cuando estás allí es una montaña agujereada, y si no sabes lo que hay podrían parecerte agujeros naturales”, añadió el cartógrafo del grupo, Stephane De Greef. El hallazgo supone que la imponente capital del imperio jemer fue casi cuatro veces mayor a lo previamente estimado El hallazgo, que se publicará íntegro esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos, supone que la extensión de Angkor, la imponente capital del imperio jemer, fue casi cuatro veces mayor a lo previamente estimado. “Queda claro que el centro urbano se extiende hasta unos 35 kilómetros cuadrados, mucho más que los 9 kilómetros cuadrados delimitados por el perímetro de Angkor Thom —el principal núcleo de templos—”, afirma Evans. “Este es el mayor avance en nuestro conocimiento de Angkor desde que se descubrió la ciudad hace un siglo”, añade el arqueólogo Michael Coe, que ya propuso hace 60 años el uso de láser para hacer una cartografía detallada del lugar. Según el texto presentado por los científicos, cuyo proyecto ha costado unos 250.000 dólares y ha cubierto 370 kilómetros cuadrados durante una semana de vuelos, se confirma que Angkor no era una capital con núcleos urbanos dispersos, sino “una ciudad densamente ocupada, con calles y avenidas alineadas con los puntos cardinales”. Era, en definitiva, el espectacular corazón de un imperio cuya influencia se extendió por gran parte del sudeste asiático. Según las novedades reveladas por el estudio, ya en el siglo XII la urbe contaba con una población muy elevada —expertos como Bernard-Philippe Groslier la cifran en hasta 1,9 millones de habitantes— que sobrevivía gracias a la importación de alimentos de las zonas rurales. No obstante, según declaraciones de los expertos recogidas por el diario local Phnom Penh Post, esa dependencia del exterior, sumada a las sequías, fueron determinantes en 7
el colapso de la antigua civilización jemer, y no la invasión de los tailandeses, como se pensaba hasta ahora. Sin duda, estos hallazgos dan fuerza a quienes llevan años pidiendo a la UNESCO que incluya la montaña Kulen en su listado de Patrimonio de la Humanidad. Pero quienes realmente se frotan las manos son los establecimientos turísticos, que ven un nuevo filón en Mahendraparvata. “Ya hay visitantes que van a la montaña. Todavía no son muchos, pero es posible que no tarden en fletar autobuses. Porque además de los templos —el equipo de arqueólogos ha descubierto 30 nuevos— el lugar ofrece cascadas preciosas y piscinas naturales para bañarse”, cuenta a EL PAÍS Omar Havana, un fotoperiodista español establecido en Siem Reap, la ciudad desde la que parten todas las expediciones a Angkor, que actualmente recibe un millón de visitantes al año. “El descubrimiento de los canales y los enlaces de la ciudad es importante porque puede aclarar muchas cosas sobre el comienzo del imperio jemer”, valora. Sin duda, el trabajo no ha hecho más que comenzar. Los arqueólogos, que han trabajado en cooperación con el gobierno camboyano, ya han anunciado que quedan por delante años de estudio con un objetivo claro: desentrañar el funcionamiento y la caída del mayor núcleo urbano pre industrial del mundo, cuya hegemonía en el sudeste asiático se extendió durante seis siglos. Evans ya maneja una teoría: “Quizá tuvo tanto éxito que, finalmente, fue imposible administrarlo”.
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Mestizajes
El hijo de la cautiva por Antonio Muñoz Molina
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n 1836, cuando tenía nueve años, Cynthia Ann Parker fue arrancada cruelmente por primera vez del mundo al que pertenecía. Estaba jugando una mañana en el rancho que su familia había construido y fortificado en una zona del oeste de Texas, en el límite de las grandes praderas donde ningún colono blanco se había aventurado, habitadas por indios cazadores y guerreros y por manadas oceánicas de bisontes. Una banda de jinetes comanches se acercó a la entrada del rancho pidiendo comida y agua. A los pocos minutos había empezado la primera de las dos grandes matanzas a las que Cynthia Ann Parker asistió en su vida. Los hombres de la familia cayeron traspasados por lanzas y flechas. Todavía vivos los comanches les arrancaron las cabelleras y les cortaron los genitales antes de matarlos. A la abuela la clavaron con lanzas al suelo y la violaron repetidamente. A un bebé que no paraba de llorar se lo quitaron a la madre de los brazos y lo degollaron. Cynthia Ann Parker fue atada a la grupa de un caballo y arrastrada hasta que se hizo de noche. Vio cómo una tía suya de 17 años, también cautiva, era torturada y violada en medio de una gran danza de celebración en torno a una hoguera. Los comanches mataban a los bebés, pero adoptaban a los niños algo mayores. Al poco tiempo Cynthia Ann Parker había olvidado la lengua inglesa y hablaba y vestía como una niña comanche. A partir de entonces empezó una leyenda. Mercaderes que trataban con los indios decían haber visto a una comanche rubia con los ojos azules 9
que se apartaba asustada de ellos cuando le hablaban en inglés. Uno de los supervivientes de la familia, su tío James Parker, decidió buscarla y rescatarla y pasó más de diez años recorriendo los territorios inmensos en los que las patrullas militares se extraviaban queriendo encontrar el rastro de las bandas de comanches, los guerreros fulminantes y crueles que preferían atacar en la claridad de las noches de luna y que desde hacía casi dos siglos dominaban la facultad temible de pelear a caballo, aterrorizando por igual a las otras tribus indias y a las patrullas españolas que se atrevían a subir hacia el norte desde México. Diez o quince años después del rapto, algún viajero blanco se encontró con la que ya no recordaba llamarse Cynthia Ann Parker, ahora esposa de un jefe y madre de tres hijos. Su piel era ya tan cobriza como la de las indias y tenía el pelo oscurecido con grasa de bisonte. Ahora se llamaba Nautdah: la que ha sido dada, o aceptada, o acogida.
Mercaderes que trataban con los indios decían haber visto a una comanche rubia con los ojos azules En 1860 su mundo se vio trastornado por segunda vez. Para entonces los comanches se batían lentamente en retroceso, sus territorios invadidos por centenares de miles de colonos, las manadas de bisontes gravemente diezmadas. El cólera y la viruela eran matarifes todavía más eficaces que los nuevos fusiles de repetición contra los que ya no podían nada los arcos y las flechas. Un día, antes del amanecer, los soldados atacaron un campamento comanche. Para entonces el hábito de arrancar las cabelleras y sacar las entrañas a los vivos igual que a los muertos se había extendido a todas las partes combatientes. Cynthia Ann Parker se vio en medio de una batalla en la que murió su esposo y en la que perdió de vista a sus dos hijos mayores. A la 10
pequeña, Flor de la Pradera, todavía le daba el pecho. Entre las humaredas, los gritos, los relinchos de los caballos, los ladridos de los perros, la carnicería general, uno de los soldados redujo con dificultad a una india que huía con un bebé en los brazos y descubrió que tenía los ojos azules. En una fotografía que le tomaron poco después no parece una mujer blanca: tiene la cara oscura, como quemada, el pelo liso y mal cortado, una expresión de recelo o de pánico, y le da el pecho abiertamente a su hija. La historia de la cautiva rescatada al cabo de veinticuatro años se publicó en todos los periódicos. La llevaron a un cuartel y las mujeres de los oficiales se encargaron de ponerle ropas de blanca, y al principio se dejaron engañar por su apariencia de docilidad. Pero en cuanto se descuidaron Cynthia Ann Parker estaba intentando huir con su hija y se arrancaba el vestido de algodón para ponerse de nuevo su ropa de comanche. La apresaron de nuevo, pero era inútil. Permanecía inmóvil, con su hija en brazos, con la mirada perdida. La niña contrajo unas fiebres y murió al cabo de algún tiempo. Cynthia Ann Parker no volvió nunca con los comanches ni se reintegró a la comunidad de los blancos. Vivió como un fantasma, doblemente extranjera. Su historia, convertida en leyenda, es el origen de la película más hermosa de John Ford, The Searchers (Centauros del desierto). Pero la realidad es mucho más complicada y más áspera que la ficción, aunque también más sorprendente. Lo he sabido leyendo un libro del historiador americano S. C. Gwynne, Empire of the Summer Moon, que cuenta lo que está más allá de esos finales rotundos que nos gustan tanto en el cine y en las novelas. En las historias de la realidad no hay puntos finales. Mientras Cynthia Ann Parker se confinaba a sí misma en un silencio sin fisuras, su hijo mayor, que tenía 12 años cuando ella fue rescatada, o raptada por segunda vez, crecía hasta convertirse en el último caudillo guerrero de los comanches, Quanah Parker. En el final apocalíptico de una nación que había dominado a caballo durante dos siglos los territorios centrales de un continente tan ancho como un océano, Quanah Parker fue el último héroe, el más temerario y el más cruel, el que seguía resistiendo cuando 11
la matanza metódica de treinta millones de bisontes, llevada a cabo en muy pocos años, dejó desiertas las grandes praderas, de modo que los comanches ya no tenían ni comida ni estiércol seco para encender hogueras ni pieles para hacer tiendas o prendas de ropa, ni tendones con los que tejer cuerdas de arcos. Una historia así exige un crescendo trágico, un acorde definitivo a la altura de su despliegue épico. Pero resulta que, en un cierto momento, cuando comprendió que todo estaba perdido, y que continuar la guerra era condenar a su pueblo al exterminio, Quanah Parker se rindió honrosamente a sus antiguos enemigos, se instaló en una reserva y empezó una vida sedentaria y razonablemente próspera de ciudadano americano. Sin perder su apostura imponente el guerrero primitivo derivó en activista cívico, dedicado a los negocios y a la defensa de los derechos de los suyos. Se acostumbró a los sombreros flexibles y a los trajes a medida, pero no renunció nunca a su larga melena lisa de guerrero, ni tampoco al hábito comanche de la poligamia. Intentó averiguar el paradero de su madre, pero solo pudo visitar tristemente su tumba. A lo que nunca se rebajó fue a participar, como otros antiguos jefes, en el circo humillante de Buffalo Bill. Fue amigo del presidente Theodore Roosevelt, y su imagen atónita en movimiento se conserva en una película de 1908. El imperio de la luna de agosto. Auge y caída de los comanches. S. C. Gwynne. Turner. Madrid, 2011. Fuente: www.antoniomuñozmolina.es
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Invitación
IX Congreso internacional de mayistas en la UNAM
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n esta edición, las actividades cuentan con el apoyo y patrocinio del gobierno de Campeche y de la administración federal, a través de Conaculta. Y se efectuará del 23 al 29 de junio en la ciudad de San Francisco de Campeche. En conferencia, donde se anunció el congreso, Lynneth S. Lowe, coordinadora del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, detalló que en estos foros participarán 450 ponentes de México y otros países y se presentarán 18 conferencias magistrales. Además se sumarán habitantes de los pueblos mayas para hablar de temas como medio ambiente, educación, identidad y migración de sus propias comunidades. Durante la conferencia se destacó la importancia de no sólo estudiar el pasado maya y el patrimonio arqueológico que dejaron, sino también del análisis de los mayas actuales y las problemáticas que enfrentan en su lucha por sus derechos. Carlos Vidal, secretario de cultura del gobierno de Campeche, destacó que no habrá mejor celebración de los 150 años de la fundación de este estado que con el Congreso Internacional de Mayistas, que en esta ocasión lleva por título “Los mayas en el contexto de las culturas americanas”. Se informó que para las personas que no puedan asistir hasta Campeche para participar en este congreso, habrá transmisión en tiempo real a través del portal: www.culturacampeche.com/online. Fuente:
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/06/17/135759877-realizara-unam-ix-congreso-
internacional-de-mayistas 14
Aniversario
10 años de la Fundación para las Letras Mexicanas por Reyes Martínez T.
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a Fundación para las Letras Mexicanas (FLM) celebró este lunes 10 su décimo aniversario en un acto solemne en el Museo Nacional de Antropología, con la participación de Emilio Chuayffet Chemor, titular de la Secretaria de Educación Pública; José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), entre otros. Chuayffet Chemor dijo: “Estamos convencidos de que la cultura no puede reducirse a un pequeño grupo porque daríamos olas a las olas y viento al viento, como escribió don Luis de Góngora. El gobierno pretende que todos puedan acceder a cualquier manifestación cultural, pero también que puedan crearla. La Fundación para las Letras Mexicanas es una gran aliada para este noble propósito”. Los integrantes del presídium coincidieron en señalar y felicitar a la fundación por su labor docente y de desarrollo de los noveles talentos en la escritura, que llega a la entrega de 248 becas a 163 jóvenes de la República y diversos programas de promoción de la literatura. También participaron los escritores Eduardo Langagne, director de la institución; Jaime Labastida y Vicente Quirarte, así como Miguel Limón Rojas, presidente de la FLM; Bernardo Quintana, presidente del patronato del organismo, y el becario Jorge Comensal. Limón Rojas resaltó el compromiso permanente de ese organismo por el desarrollo de la literatura y el “ejemplar mecenazgo” que ha propiciado la construcción de un foro abierto y respetuoso de la diversidad a partir de la alianza con destacadas instituciones culturales. 15
En su turno, Jorge Comensal habló en representación de las generaciones de becarios que han pasado por la casona ubicada en Liverpool 16, colonia Juárez. Resaltó el ambiente de encuentro, de análisis de la obra de los escritores en ciernes mediante la “crítica honesta y constructiva”. Quirarte reflexionó sobre la vocación literaria y el trabajo de la fundación en torno al desarrollo de esa capacidad especial con la que se nace. Señaló que “no hay barreras para las auténticas pasiones” y pidió a los jóvenes mantenerlas intactas frente a la página. Fuente: La Jornada
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Patrimonio
Peligran bienes culturales sirios
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eis antiguos sitios en Siria podrían ser colocados en la lista de lugares en peligro por la UNESCO, que en sesión anual va a decidir sobre los tesoros naturales y las culturas que merecen ser incluidos en la lista del patrimonio cultural mundial. La principal tarea del comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura será decidir si 31 sitios, incluyendo al Monte Fuji de Japón y la ciudad de Agadez en Níger, poseen un “valor universal excepcional”. Unos 1300 delegados asistirán a esta conferencia de diez días en Camboya, que fue inaugurada en su capital, Phnom Penh. Esta reunión también destacará los sitios que están incluidos en la lista que se encuentran en peligro. En su discurso de la sesión inaugural del domingo, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, dijo que se requieren “solidaridad y voluntad política” para “proteger la herencia cultural atacada”, como sucede en Malí, Siria y otros lugares. 17
“No podemos permanecer inmóviles y mirar. (...) Nuestra capacidad para actuar depende de nuestra integridad”, agregó. La guerra civil en Siria, que ya costó la vida a unas 93,000 personas y redujo a escombros zonas gigantescas, plantea una grave amenaza para sus sitios incluidos en el patrimonio cultural mundial, de acuerdo con un estudio de la UNESCO. Las antiguas ciudades de Alepo, Damasco y Bosra se encuentran entre los sitios que sufrieron daños durante los combates. Fuente: http://www.eleconomista.es
Bosra, Siria
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Mezquita de Umayyad
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Libros
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Letras del mundo
Cuartetas de Omar Khayyâm
56 Un día vendrá, sábelo, en que del Alma seas retirado Y por siempre serás, apenas, el velo de la Nada. Bebe, bebe, porque no sabes de dónde veniste Y sé feliz porque no sabes a dónde un día te irás. 57 Mientras tengas la frente arrugada por tristes pensamientos No te será dado conocer la Vía con tu semblante triste. Mi vida y la tuya escapan a nuestro arbitrio Resignados, entonces, al Destino, será esta la vida del Prudente. 58 ¡Mira! Si el viento rompe la rama florecida Y en esta hermosa rama canta exaltado el ruiseñor, Siéntate, entonces, a la sombra de las flores, por que muchas de estas brotaron de la tierra y a la tierra después se acogieron 59 ¡Pecado! La riqueza se escapa de las manos y por culpa del destino muchos corazones se vuelven sangre. Nadie vendrá de aquel Mundo, a quien puedas preguntarle: “¿Qué cosa fue jamás asunto de los que caminan sobre la tierra? 22
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60 ¡Oh ignorantes! Esta forma corpórea es Nada. Y nada esta hora de nueve cielos colmada de signos. Sé feliz, pues en esta demora de vida y de nada somos ofrecidos a un soplo, un soplo que es nada. 61 He visto el mundo y lo que he visto es nada. Nada es aquello que he dicho y he sentido. He elevado mi vista más allá del más alto horizonte y aquel quedarse en casa, aún eso, es nada. 62 Mira qué parte del mundo he obtenido: nada y de la vida presente qué tengo en las manos: nada. Soy candela inflamada, pero cuando me detengo: más nada Soy la copa del Jamshîd y cuando me rompo: nada.
Omar Khayyâm Quartine Traducción del farsi al italiano Hafez Hajdar sobre la versión de Mohhamad‘ Alî Forughî
La traducción al español es de Mario Bojórquez
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Mitografía
En pos de las manzanas doradas por Mariano Flores Castro
para Easy Rider
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n este ensayo me propongo revIsar brevemente el mito (o mejor: la leyenda) de las manzanas de oro, tanto en su versión mitográfica como en su más reducida y vistosa expresión plástica. Sin pretensión de exhaustividad, busco algunas claves en el ciclo heroico de Herakles para poder después adentrarme en breves comentarios sobre tres pinturas europeas del siglo XVI que de manera inequívoca –si bien no netamente explícita– se refieren a las manzanas doradas y a sus significados simbólicos. En mi revisión del ciclo de Herakles no he creído excesivo aventurar una tesis que considero original en más de un sentido, aunque no pude encontrarle apoyos en ninguna de las fuentes consultadas y, menos aún, entre los mitógrafos modernos. El lector juzgará por sí mismo la validez de lo que en muchos sentidos es sólo un juego conjerural al que ninguna generación puede renunciar sin grave daño de su propia y legítima visión del mundo. He dejado para el último segmento la parte más importante del ensayo pensando que si la hubiera atomizado a lo largo del mismo, la fuerza e intensidad de los asuntos allí comentados opacarían la ya en sí modesta interpretación que acá propongo. Por lo demás, las líneas que siguen pueden verse también como un temario cuyo desarrollo ulterior y detallado pertenece a un mundo erudito al que prefiero seguir siendo solo un aventurado observador. Una de las ventajas es que puedo acercarme a estos jardines sin el ánimo de convenir los árboles en libros. Hay un desacuerdo explicable entre los mitógrafos respecto al sitio en que se desarrolla el penúltimo trabajo de Hércules. El Jardín de las Hespérides –símbolo, entre otras cosas, de la fecundidad en el seno de una eterna primavera– puede estar ubicado ya al oeste de Libia, ora al pie del Monte Atlas o bien en el país de los Hiperbóreos —que algunos sitúan en Irlanda— pero en todo caso en el Occidente. 25
Más importante es saber que uno de los árboles de ese jardín o huerto produce manzanas de oro y que éstas son los frutos de la inmortalidad, regalo de bodas que Gea hiciera a Zeus y Hera en ocasión de sus esponsales. Para obtenerlas, el héroe tiene que matar al custodio: el dragón (o serpiente) Lagon, que yergue cien cabezas y es políglota; además, debe sustituir temporalmente a Atlas en la colosal tarea de sostener el cosmos sobre sus hombros. Si una manzana común es cortada transversalmente, aparece una estrella de cinco puntas en el centro de cada mitad. Un corte similar en una manzana del Jardín de los dioses revelaría una estrella refulgente que de manera simultánea nos lleva a pensar en la “divina proporción” o sección áurea, en la astrología (Hércules es discípulo de Atlante, para algunos el primer astrónomo u observador del cosmos) y en el árbol del Bien y del Mal, en otra tradición celosamente guardada por la serpiente, que prefigura al demonio.
Que la inmortalidad está en las estrellas y no en el mundo es una antigua intuición que Pitágoras, y más tarde Platón, retomaron y llevaron al nivel del arte y a la metafísica. En el caso de Hércules, la inmortalidad obtenida al apoderarse de las manzanas de oro está ligada a las acciones previas de matar al dragón, aprender astronomía y (por qué no) seducir a las Ninfas del Ocaso (el oeste, por supuesto), conocidas como las Hespérides. Adán y Eva, en tradición más (re) conocida, tras ser inducidos por la serpiente a comer el fruto prohibido (que no hay 26
por qué dudar que fuese de oro también) tendrán que “ganar el pan con el sudor de su frente”, es decir: trabajar tras el conocimiento de la lujuria. ¿Se trata acaso de las metamorfosis de la manzana a través del choque de diversas culturas? Egle, Eritis y Hesperia son, junto con el dragón, las vigilantes del árbol que da las manzanas de oro. En camino a su apoteosis, Hércules consigue tres de esas manzanas del huerto que, como quedó establecido, se halla en el Extremo Occidente, en donde aparece Héspero, la estrella vespertina (entre nosotros Tlahuizcalpantecuhtli). Los autores helenísticos asimilan a Héspero con el astro Fósforo, llamado Lucifer por los romanos. Robert Graves afirma que “Hércules aparece por primera vez en la leyenda como un rey sagrado pastoral, y tal vez porque los pastores reciben con regocijo el nacimiento de corderos mellizos, él también es mellizo (...) Sus símbolos son la bellota, la paloma silvestre, el muérdago o loranthus y la serpiente. Todos son símbolos sexuales. La paloma estaba consagrada a la diosa del amor de Grecia (Afrodita) y Siria (Astarté); la serpiente era el más antiguo de los animales totémicos fálicos; la bellota acopada representaba al glans penis en griego y en latín; el muérdago era una panacea y sus nombres viscus (latino) e ixias (griego) se relacionan con vis e ischus (fuerza) probablemente a causa de la viscosidad espermática de sus bayas, y el esperma es uno de los vehículos de la vida. Por consiguiente, Hércules es el director de todos los ritos orgiásticos y tiene doce compañeros arqueros, incluyendo su mellizo armado con lanza, que es su tanista o delegado.” Apretando varias leyendas se concluye que este primer Hércules muere sacrificado en un altar de piedra en cuyo centro hay un roble cortado en forma de T. Lo atan a él con mimbres formando “el lazo quíntuple, que sujeta las muñecas, el cuello y tos tobillos”. Esto se relaciona también con la flor de loto, de cinco puntas, que simboliza la copa de oro que el Sol utiliza para volver de uno de sus trabajos.* Luego le sacan los intestinos y los ojos, lo castran, lo empalan con una estaca de muérdago y finalmente, tras despedazarlo, recogen su sangre en un recipiente y la rocían a todos los participantes del rito, con lo que adquieren vigor y fecundidad. Agrega Graves: “Los doce (¿apóstoles?) que intervienen en la fiesta 27
bailan en figura de ocho alrededor de las fogatas, cantando extáticamente y arrancando la carne con los dientes. Los restos ensangrentados son quemados en la fogata, con excepción de los órganos genitales y la cabeza. Colocan éstos en una embarcación de madera de aliso y los llevan flotando por un río hasta un islote, si bien a veces curan la cabeza con humo y la conservan para usos oraculares. El tanista le sucede y reina durante el resto del año y, al final de éste, lo mata sacrificialmente un nuevo Hércules.” En cuanto a los doce seguidores de Hércules, su sacrificio eucarístico y su asimilación a ciertos rasgos de Cristo, la explicación es que la figura de este héroe es elaborada en Persia, Egipto, Libia y aún en las lejanas islas británicas, abarcando así una geografía que rebasa con mucho al ámbito estrictamente griego. Si pasamos ahora al ciclo heroico clásico, recordaremos que Hércules es un niño milagroso nacido de una lluvia de oro o de la unión de su madre con Zeus; mata en su cuna a una serpiente (o dos) y provoca el nacimiento de la Vía Láctea. Esto último es lo que nos importa por lo pronto. Por el Dictionnaire de la Mythologie grecque et romaine (P.U.F., París, 1951, 6a. edición, 1979), sabemos que la lascivia de Zeus lo llevó a disfrazarse de Anfitrión para seducir a su esposa Alcmena, aprovechando que el mortal había salido a luchar contra los telebros. Así engendró el dios al héroe, al que quiso inmortal, en una noche alargada por órdenes suyas.** Hera, celosa y pudibunda, como respuesta provoca un retraso en el nacimiento de Hércules, lo que permite que su primo Euristeo, sietemesino, heredara el reino en su lugar. Mas, para ser inmortal, el héroe tenía que beber la leche del seno de Hera, a la sazón y por razones obvias, su peor enemiga. Sólo al hallar dormida a la diosa logró Hermes acercar al portentoso crío a su pecho. Al sentir la succión y el mordisqueo del héroe, Hera se despertó, lo arrojó lejos de sí, pero ya era demasiado tarde. La leche que fluyó de su seno dejó en el cielo la Vía Láctea. Aunque hay otras versiones, esta puede apuntalar la tesis de que Hércules obtiene en el Jardín de las 28
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Hespérides las “estrellas” que Hera, su madre putativa, le quiso negar. Las estrellas están dentro de las manzanas (que tienen forma de senos) y éstas son doradas porque simbolizan la inmortalidad y la pureza que tanta falta le hacen al héroe para alcanzar la apoteosis. A ello hay que agregar que el oro y el fuego son símbolos de la virilidad del león (Hércules tuvo, según algunos mitógrafos, setenta hijos). En el famoso cuadro del Tintoreto, “El nacimiento de la Vía Láctea” (National Gallery, Londres) está representado el suceso divino. De acuerdo con iconógrafos contemporáneos el cuadro ha perdido la parte inferior, donde se narraría la continuación de la leyenda, esto es, cómo algunas gotas de leche cayeron sobre la tierra y suscitaron también el nacimiento de las flores. Ahora bien, el manzano es un árbol florido en primavera, por lo tanto su fruto tiene asimismo origen en la leche de la diosa: leche de estrellas. El mito y la leyenda pueden tener una convergencia en la idea de que Hércules busca la legitimidad al mismo tiempo que la inmortalidad prevista para él por su padre Zeus (que en el cuadro del Tintoreto aparece con forma de águila apresando un rayo entre las garras). De esta manera, las manzanas doradas vienen a ser el conocimiento iniciático de los secretos divinos, la inmortalidad que pasa por el sacrificio, y la reconciliación, en el tiempo, con la madre desdeñosa. En el Olimpo, Hera y Hércules, efectivamente, vuelven a la cordialidad y ella se convierte en su madre inmortal después de un acto solemne en el que simula el nacimiento del héroe “como si saliera de su propio seno.*** Las manzanas doradas también fueron motivo de un comentario pictórico de Lucas Cranach, el viejo. Se trata del “Cupido se queja ante Venus”, también de la Galería Nacional de Londres. Venus aparece aquí sacudiendo las ramas del árbol prodigioso. El clima primaveral no obsta para que luzca un pesado collar y un sombrero de nórdica boga en cuya ala anchísima circunnavegan plumajes de avestruz o borlas de nívea piel. A lo lejos, en la espesura del huerto, asoma una especie de alce venido a venadocola-blanca (Odocoileus virginianus) que en compañía de un asno atestigua la escena en que Cupido le reclama a Venus porque, al sacudir el árbol, ha hecho que 30
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un panal le caiga encima. El ente alado trata de protegerse de las abejas kamikasi que lo atacan con el encono de quien ha perdido la casa y el sustento. Venus sonríe y parece recibir el panal. La ironía de Cranach: en vez de la incitante, promisoria, eterna, dulcísima y dorada manzana del amor sensual, le ha caído encima una pugnaz colmena que enfría los ánimos de Cupido. Estamos ante una versión muy aligerada de la leyenda de las manzanas de oro. En efecto, esta visita de Venus y Cupido al Jardín de las Hespérides parece carecer de móvil o código precisos, si bien sabemos que el lucero vespertino (Venus) está consagrado a la diosa. Es posterior a la hazaña hercúlea, puesto que ni Lagon ni las Hespérides celan los frutos dorados. La alegoría ha quedado un tanto desdibujada, mas parece el sentido principal de su ethos. En todo caso, el cuadro no se sustrae del sistema argumental e iconográfico de las tradicionales manzanas, de sus alcances simbólicos liberados ya de toda exégesis para avanzar hacia aquello que la pintura ratifica o desecha en su aluvión expresivo. También del siglo XVI, pero éste pintado por un manierista florentino, es el cuadro conocido como “El descubrimiento de la lujuria”. Angelo Bronzino, su autor, elabora una alegoría del amor y el tiempo muy imbuida de intelectualismo moralizante y sin embargo plena de sensualidad que alude a la amplitud de registros que el amor suele recorrer en su paso por la pasión carnal. En primer plano aparece Venus sentada sobre un almohadón color de rosa. A su costado Cupido, de rodillas y tan desnudo como ella salvo por su aljaba, la abraza y la besa con una mezcla de ternura y lujuria. Venus se ha apoderado de una de sus flechas, que sostiene en la mano derecha, mientras que en la otra tiene una manzana de oro reluciente. A sus pies hay una paloma y dos máscaras. A un paso detrás de la diosa, un “putti” que lleva cascabeles dorados en el tobillo, lanza un puñado de rosas a la embelesada pareja. A espaldas del niño aparece la Mentira bajo la apariencia de una nena bonita; lleva un vestido verde que no alcanza a ocultar su cola de dragón, y tiene las manos invertidas: la izquierda, en el brazo derecho, ofrece un panal de miel, y la derecha, en el brazo izquierdo, guarda un aguijón ponzoñoso. Según Erwin Panofsky, 32
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“nos enfrentamos aquí con el símbolo más refinado de duplicidad perversa que haya encontrado nunca un artista.. Detrás de Cupido, los Celos, bajo la forma de una mujer que se mesa los cabellos con gesto paroxístico y finalmente, al fondo, aparece un viejo Crooos alado que desvela la escena ayudado por la Verdad: Veritas filia tempore (la Verdad es hija del tiempo). El cuadro del Bronzino, epítome del espíritu contrarreformista, nos presenta a la Lujuria con su cortejo de dulzuras y desilusiones. Pese a todo, la diosa es poseedora de una manzana de oro, y con ella, de cierta inmunidad en los lances de amores. Su expresión de plenitud es elocuente: tiene la inmortalidad y tiene la flecha que controla el estallido de las pasiones. Mito e imagen son indisociables. Su “espiral telúrica” (Lezama Lima dixit) asciende paralelamente a una historia que se disuelve en configuraciones y transfiguraciones manipuladas por los individuos y, posteriormente, por los grupos sociales que le dan comunidad. Hércules y las manzanas de oro no son la excepción: como entes mitotrópicos invaden la estructura del discurso humano en sus vertientes verbal y visual. La maravillante supervivencia de lo que es sin ser cosa‘ alguna, muestra con claridad el potencial de las invenciones —al fin poéticas— que han dominado la cultura de occidente por encima de otras formas quizá más inquietas de la fertilidad social. Sin dejar de ser productos culturales, estos entes expresan una forma que se sustrae a la temporalidad orgullosa de lo tangible, de lo susceptible de transcripción literal y de todo aquello que tienda a reducir la pujanza creadora de los más diversos pueblos y naciones del mundo. Así entendida, la imaginación es un radio vivo que va de la circunferencia de la vida real en la Tierra al centro ígneo del que surge toda producción simbólica ... y moral. Fuente: Cortesía del autor
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19 de junio De: Guillermina Saavedra Palma <gsaapal@hotmail.com> Estoy doblemente agradecida primero por tener acceso a una revista de calidad y segundo porque tienen una visión transdisciplinaria que permite obtener más provecho. Seguiré siendo lectora y divulgare la misma. 19 de junio De: Verónica Müller <verosmuller33@hotmail.com> Museoquerido Leonel, mi gratitud por tus finas atenciones. Valoro y aprecio la información que me compartes y que es muy importante para mí. Confío vernos pronto, que la salud me lo permita. Confío que tú y tu familia estén en buen orden. Te envío museoabrazos Verónica ~ tu dama museos 19 de junio De: Guillermina Saavedra Palma Querido Leonel: recibí el núm. 132 y el artículo respectp a ña lengua e independencia de Cataluña cpmento (si me lo permites) Durante los primeros años del 1500, lo que ahora es México era una Capitanía General (cargo castellano) y hasta 1535 se le reconoce como virreinato (cargo de origen aragonés). 36
Aragón y Castilla son dos formas opuestas de ver la Reconquista en la península Ibérica y la conquista en las tierras del Nuevo Mundo. Recordemos que durante los primeros doscientos años, los castellanos eran los que tenían preferencia para asentarse en América (y Filipinas y Macao, etc.). Cuando el autor hace mención (en el párrafo 16) de “esfuerzo por esconder desde hace tres siglos...” no hay que perder de vista que Felipe V era nieto de Luis XIV y el centralismo insolente de los francos, en concreto los Borbón, se impuso en la península Ibérica y sus virreinatos, capitanías, etc. Los esquemas creados por los Austria fueron relegados, cortando las autonomías creadas por las leganías y todo ese siglo de Reformas Borbónicas, desembocó en las independencias latinoamericanas. Yo por eso sostengo que no se debe decir etapa colonial sino virreinal. Colonia ...aún lo somos. Todo esto ya lo sabes, pero hay un dato que a mi se me ha quedado grabado. El primer rey “español” que se ocupó de la enseñanza de las primeras letras como obligación del estado fue Carlos III y entre las reformas que impuso a la Nueva España una decía que todo poblado de cien habitantes debía tener un maestro de castellano y el salario lo debían pagar... los hablantes del poblado. La información es de un excelente nivel. Gracias
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MÉXICO, D.F., 15 DE JUNIO DE 2013.
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