La pintura china y el sumi-e conllevan una posición ética del practicante ante el arte y ante la vida. En la búsqueda de mayores niveles de bienestar, de autoconocimiento y de salud, son cada vez más quienes han hallado en la espiritualidad, la sabiduría oriental, y en el ejercicio de la pintura china y el sumi-e, un camino de crecimiento personal, un espacio para la calma, para el encuentro con uno mismo y el desarrollo de su creatividad y sensibilidad