El proyecto surge desde la idea de conexión, tanto física como social. Por un lado, se genera la conexión física por la desconexión que se produce entre los barrios de Valdeacederas y El Pilar, por esa abrupta topografía y por el Parque Agustín Rodríguez Sahagún, a través de un puente circular que salva las diferentes alturas y unifica ambos núcleos urbanos. Por otro lado, la conexión social se produce a través de tres edificios, unidos por el puente, que albergan diferentes programas de la vida cotidiana y generan un espacio conjunto, que está en constante movimiento y cambio, para los dos vecindarios.