Allá por los tiempos nuevos había una gallinita muy triste, la pobrecita, por no poder poner huevos. Pero, un buen día, una idea a su cabezo llegó: a su nido se llevó todos los huevos perdidos que en su camino encontró. Ahora ya os contaremos qué fue lo que le nació...
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Un buen día, tempranito, un huevo chico se abrió y un pájaro pequeñito, pía que pía, nació. Y como aquel era el día primero de la semana, al pollo le llamó LUNES, y con Lunes se quedó.
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Por la tarde, al día siguiente se rompió un huevo amarillo. Vino al mundo una serpiente que le enseñaba el colmillo.
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"A ti te llamaré MARTES, y...más vale que te apartes..."
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Un día después, del rosa nació una tortuga hermosa.
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A esta la llamó MIÉRCOLES, así, como si tal cosa.
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De mañana, al cuarto día, nació un lindo pececito, que saltaba de alegría y no paraba un ratito.
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"Ya que tú tanto te mueves, creo que te llamaré JUEVES"
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Prontito, al día siguiente, nació un cocodrilo hermoso que solo tenía dos dientes y aspecto de perezoso
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"Escucha, a ver si me atiendes: te bautizo como VIERNES."
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Así que mamá gallina, la que nunca puso huevos, por fin tuvo muchos hijos y muchos cariños nuevos.
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Mas su historia no acabó, pues un huevo aun le quedaba, era grande y se rompió justo en el fin de semana. Dos dinosaurios nacieron SÁBADO y DOMINGO son, y a esta familia se unieron con todo su corazón.
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