CU RA DU RÍA
Esta publicación está dedicada especialmente a las personas que amo, que me llenan de ganas de imágenes, y a las imágenes que me acercan a todxs ellxs.
A la niñita que le gustaba “estar” y que quería ser pintora
A mi familia guerrera
Al futuro, que no importa pero está bueno contar con él.
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La vida secreta de las imágenes una vez se llamó Imaginal.
Todo esto no me pertenece solo lo custodio mientras averiguo qué hacer con la ausencia Sofía del Carmen
Intento encontrar un texto que escribí hace unos años para una convocatoria de Ramona que nunca envié. Lo interesante del texto era una cierta concepción del momento en el que te toma una *pieza* (imagen, obra), del conducto que se transita hasta que algo de ella en el terreno sensible te lleva puesta.
En esa época tenía problemas para mirar las cosas que hacían las personas que amaba. Me quedaba atónita y un poco desesperanzada, siempre pensando que había algo más por hacer ahí, pero que el tiempo no dejaba prosperar. Esto me generaba una cierta decepción que me traía problemas internos, ya que yo no lograba concretar nada, no producía imágenes ¿desde qué lugar me pararía para decirles a ellxs que algo podía más? Mientras tanto, cariño mediante, dejaba lugar a la sorpresa, a ese corrimiento que tardaba en llegar pero que estaba conduciéndome al encuentro con la cosa en esas obras.
Después el foco estuvo menos puesto en la *obra* de mis amigxs y más cerca de cierta pasión que ellxs proyectaban sobre ellas. Es decir, más cercana a esa huella de deseo, posible solo cuando el espacio para desarrollarse estuviese contenido, abierto. En eso me
encontré viviendo en una casa repleta. Después de cuatro años de mirar y habitar juntas, logré verbalizar algunas líneas sobre un conjunto de obras que se aferran a mis paredes todos los días. Obras a las que les había puesto una distancia desde el comienzo, o más bien, ellas me la habían puesto a mí. Algunas que me antecedían y nada tenían que ver conmigo, a las que había que preguntar cómo estaban hechas. ¿Cómo no escribir sobre ellas? ¿Cómo no ponerlas a jugar en esos momentos delirantes en los que todo se-une-con-todo y todo es teoría? Siempre pensé que mirando mucho podría escribir algo sobre las imágenes que me acompañan, pero ahora pienso que es cuestión de dejarlas hablar, hacerles preguntas, hacerles una voz. Me siento escribiendo para un montaje que nunca vi o que nunca verán ellas, en una exposición azarosa que vive adentro de mi casa, o en mi cabeza que es lo mismo, sufriendo el calor, cocinando conmigo. Me veo tratando de aproximarme al tiempo en el que esas imágenes ardieron, que supongo está escondido en algún hueco, en la sombra que hay entre algunas de ellas. ¿O en el polvo que acumulan? Me siento convocando ese momento por venir que asalta y te acerca a la cosa, te deja desprevenida, no hay límite entre lo que ella es y lo que siento; hasta que desaparece y te deja un pequeño aguijón. Estar en ese límite siempre es un acto de arrojo. El texto aun inconcluso dice “El cielo está abierto, despejadísimo, pero trae en esa plenitud una sospecha de igual dimensión: es un cielo donde no hay vida”.
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2020
No sé bien por qué empecé a hacer acuarelas sobre papel, ya que después terminé realizando grandes aguadas muy translúcidas en acrílico sobre tela. La tela rápidamente me dio la elasticidad necesaria para trabajar con veladuras tan finas que a veces sacaba y ponía con un paño, superponiendo muchas más capas de las que la pintura y la tela podían desarrollar. Se trataba de construir formas con el mínimo gesto, pero ese mínimo no era único, era un cúmulo de gestos mínimos o de gestos apuntados. Una repetición imperceptible en busca de ese gesto triunfador, siempre por venir, siempre ausente.
Era mi única forma de atrapar la luz. Como si los haces que la compusieran fueran miles, pero todos sumidos en una profunda soledad. Creo que la necesitaba; una estrategia de construcción transparente, de sacar a la vista algo de la forma más inmaterial posible. Una necesidad de exposición pero muy silenciosa, como si fuera el detalle de un botón distinto en una camisa. Un tipo de distinción de esas que luchan todo el tiempo por perderse, conservando un momento corto, muy efímero de exhibición. Así las formas con más o menos anclaje a una referencia real, siempre orgánica, corpórea, explotaban sus bordes poniendo en cuestión sus límites, no solo en profundidad y extensión sino también en presencia.
2021
Esa es la esencia de la magia, que no crea, pero llama.
Giorgio Agamben, Profanaciones
Muchas formas de arte están atravesadas por el deseo de afinar la percepción en contextos de adormecimiento de la percepción.
Leticia El Halli Obeid https://nuevamelusina.blogspot.com/
¿Es tal vez casual que el centro, el nudo o núcleo pase “de lo que se ve por lo que no se ve a lo que no se ve pero que permite ver?
Marcelo Santángelo, ¿Para qué “hablan” los pintores?
Por ello, yo he querido diferenciar mi reflexión de los usos performativos de las imágenes. Mi análisis no se centra en lo que las imágenes nos hacen hacer, sino en la realidad que ellas son capaces de configurar y hacer emerger. Tiene que ver con mi interés por la fuerza de lo imaginal, no como algo que se opone a lo real, mucho menos con la idea de que la imagen tenga que visibilizar una realidad preexistente o ser reflejo de lo real. De hecho, considero que si lo que queremos es una crítica que no se quede en la denuncia y sea capaz de invertir su energía en una nueva pasión creativa para organizar el polémico encuentro entre lo real y lo posible, es necesario contravenir nuestra intuición, porque esta se ha modelado por una experiencia determinada del conocimiento. / Andrea Soto Calderón, ¿Qué responsabilidad implica tener ojos?
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LA VIDA SECRETA DE LAS IMÁGENES
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Y son esas obras que pasa esto, ¿no?, que podés llegar como a proyectar, o a imaginar; que te amplían el horizonte de lo posible.
Mariela Acjia, sobre Eduardo Tejón y Susana Dragotta
Algo muy pensado desde la foto; como poder entender que alguien podía hacer un laburo performático sin que sea una irrupción necesariamente en el espacio y que tenía que ver con otra forma. Pensar se puede ir por acá. Me habilitó ese espacio y me marcó en ese sentido.
Clara Ponce sobre una obra de Sabrina Kadiajh
La maraña
Correría la sala del MMAMM desde una punta a la otra en diagonal, como una psicoanalista loca, llevándome puestas las pinturas de Mariel, como si se trataran de ropas colgadas en un tender en un jardín delicioso, para ahogarme en la maraña del inconsciente artístico mendocino.
Pero no es que La vida secreta de las imágenes sea una especie de disección de ese inconsciente, más bien es un quehacer capicúa de agarrar una maraña silenciosa, desenmarañarla haciéndola hablar, sacarle unas cuántas imágenes, y volviendo a enmarañarla en un caos coral, devolviéndola a su naturaleza del barro mental. También son capicúa el azar y la necesariedad. El contacto con una obra, el cruce azaroso de esa imagen en la vida de otrx artista, que en el relato se vuelve necesario y determinante en su forma de mirar, de sentir, de vivir, pero que en la muestra vuelve a mezclarse en distintos escenarios hipotéticos, falseados, cruzados.
Mariel va preguntando puerta a puerta a sus colegas: ¿Cuál fue la primera imagen, la primera obra, el primer contacto con el arte mendocino que te dio curiosidad por la vida artística, es más, que te haya llevado inexorablemente a tener esa vida? Hubo una respuesta en particular que me llamó la atención, dos colegas decidieron responder a la pregunta de Mariel al unísono y empezaron esa narración con más
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dudas: ¿hay una primera vez cuando vemos una imagen? ¿es determinable esa originalidad? ¿ese momento con su espacio, es necesariamente subjetivo? ¿es individual esa experiencia? ¿por qué la primera, y no la última? ¿por qué no rescatarse en esa última obra? Estas narradoras eligieron hablar a dúo de “La habitación de una artista” de María Fraxedas, un fotomontaje de paredes imaginarias sobre las que unx artista trabaja, que es a su vez parte del quehacer de Mariel en esta muestra: sus pinturas hablan de las paredes imaginarias de sus colegas artistas, se imagina esas obras fundantes colgadas en las paredes de su propia casa; cuadros, esculturas e instalaciones como fantasmas neuróticos que se instalan en su cuarto, en el living, sobre el ropero, en la cocina.
Pero no solo hay habitaciones y paredes, esos recovecos caseros me suenan más a metáforas de la mente y de la memoria que al ámbito doméstico (aunque sé que a Mariel la obsesionan los lugares y sus especificidades). Hay imágenes de obras que fueron fundamentales para la carrera de ciertxs artistas que fueron vistas a la salida de una facultad, en bares como el Blablablá o escuelas informales como la de Rosa Arturo. Otro de los relatos que me llamó la atención fue el de Miguel Gandolfo sobre ella, quien fuera su maestra de dibujo al aire libre, es decir, la narración de imágenes del quehacer artístico que tienen que ver con la formación, con el aire libre, con la casa y con la museística todo al mismo tiempo (parece que Rosa Arturo tenía una pequeña sala en su casa con las paredes forradas de arpillera a la que
llamaba su museo). Gandolfo habla de su influencia en términos realmente inconscientes: no son referencias de la obra de unx, sino ese lenguaje ya impregnado que vuelve a aflorar una y otra vez en distintas personas, porque no solo las reconoce como influencias en sus obras-nudo sino también en la obra de otras colegas y alumnas de Rosa, con obras completamente diferentes a las de él.
La primera vez que yo me vi influenciada por obras mendocinas (obviamente no fue la primera vez que vi una obra de unx artista de Mendoza, pero sí la primera obra que la relacioné a una escena, a un grupo de artistas, a textos, poemas, etc), fueron las esculturas “Nahir Galarza” y “Cristina Kirchner” de Victoria Díaz, o los repasadores de Libertad Aranguez a través de un poema de Amira Yurie, todas a quienes conocí a través de Mariel, en su afán de… no diría conectar a la gente… diría en su afán de revolver a la gente, revolverla como si fueran enanxs en una palangana gigante de su patio, en la seguridad absoluta de que el arte es una serie de efectos de mezcla, impactos, discusiones y ecos. Malena Low
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El mundo oculto deMariel (o las escalofriantes aventuras deMariel)
Yo no sabía que Mariel pintaba.
Nos conocimos en el taller de Claudio Iglesias, donde intento aprender a escribir y ella nos comparte sus textos exquisitos, a veces tristes y siempre salpicados con un sentido del humor muy Matoz.
Lo que ella escribe usualmente me sigue acompañando en la casa de mi memoria, como su anécdota de cuando tomó la comunión a los 11 años solo para recaudar dinero, o cuando nos contó del maravilloso Twin Peaks Fest 2021 , o disertó sobre “el coso del arte” , por nombrar solo algunos éxitos de su repertorio.
Para mi ella era ES CRI TO RA.
Con “La vida secreta de las imágenes” descubrí una Mariel oculta (tal vez era justamente esto lo que siempre le dio ese halo misterioso a través de la ventana del zoom, detrás de sus lentes sostenidos por esa naricita perfecta de “Bewitched”?)
Como quien hace un “trabajo”, lo ha mantenido en secreto hasta ahora, que nos deja ver los ingredientes de su conjuro.
En sus escalofriantes aventuras retrata fantasmas, realiza amarres de obras e invoca y convoca a artistas vivxs o muertxs.
“Lo que yo ato, no hay hechicerx que lo desate.”
Amasa un suelo de ensalmos enunciados por celular, de elecciones ordenadas en exxels y adoraciones escaneadas, exhumadas de algún diario o de un folleto de exhibición.
Pinta sus propias imágenes para solidificar una tierra de labranza compartida, específicamente mendocina. Fertiliza la vida subterránea, espectral e inconsciente donde obras pasadas son abono para las venideras.
Mariel es artista, curadora, es cri to ra y joven bruja.
Flavia Da Rin
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Todo lo que ellas hicieron a mí me hizo ampliar mi mirada de lo que es el arte y me llena de orgullo conocer algunas de ellas y haber compartido algunos espacios.
Maru Paganini, sobre una obra de Las minas de arte
La pregunta de ¿eso es arte? y ¿qué es esa estética? o poética, que hoy le puedo poner palabras. Y creo que eso me habilitó, me abrió las puertas a algo que había ahí, una estética de lo desagradable, o del asco, a veces con cosas muy meticulosas.
Carla Ferrer sobre una obra de Mariel Matoz
Las rescato por su modo de pensar la vida, por su arte bruto. Y esos dibujos, y esas imágenes, y esas xilografías, para mí siempre han sido como una forma de aprender a gritar. Nicolás Musolino sobre Valentin Carmín
Hasta el día de hoy la recuerdo, no solo yo sino mis amigos y amigas de la secundaria, como una experiencia que vivimos de manera muy diferente a lo que veníamos haciendo vinculado al arte. Recuerdo cómo estábamos en plena ebullición a la salida del colegio y de repente nos acostamos ahí y fue un silencio de muchos muchos minutos contemplando
Valeria Señorans, sobre una obra de Julio Le Parc
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Fingir el lienzo
En topografía no hay favoritos. Tan próximo está el norte como el oeste. Más sutiles que los de la historia son los colores de los cartógrafos.
Elizabeth Bishop
¿Dónde viven secretamente las imágenes? Aquí, su espacio es fantasmagórico: una tela que sirve al frío y fue nacida para frenar el hielo de la atmósfera sobre la planta que no sobrevivirá sin un reparo. Esa performatividad del soporte y, a la vez, fragilidad del velo, es la que retiene la cotidianidad de la vida secreta de las imágenes que convoca Mariel.
Desde ambas caras, esta convivencia inventa un refugio compartido. Un imaginario expandido en la translucencia de un soporte que promueve la transgresión de la perspectiva de un espacio. Ese espacio es el interior de una casa ¿Qué se dirán las imágenes atiborradas en las esquinas diminutas bajo un techo?
Esa casa es una tela protectora, la égida formada de imágenes de su cotidianidad y aquellas pervivientes en las memorias perceptuales de unx otrx, transmutado en nosotrxs.
¿Cómo es esa vida secreta? Yo vivo sobre una obra imaginada cuyo punctum quiso que la detente. Primero me susurró lo inteligible de los sentimientos ensanchados y quiso quedarse. Desterritorializada de su materialidad, transita conmigo sobre todos los ángulos de mi cuerpo. Porque es viajera y múltiple, buscó adherirse a la memoria pululante de una tela. Ahora nos atraviesa y moldea con su secreto, esa imagen. Enardecida por el encuentro, escuchó los susurros y los viajes de otras como ella. Juntas crearon un imaginario colectivo experiencial de adhesiones a las memorias, los afectos, los espacios, los cuerpos.
Esos espacios como tejidos nos cuidan. Sus entramados complejos son parapetos a la visibilidad total que encandila. Preferimos la sombra tenue de un pliegue, el balbuceo enigmático, las deformidades de las perspectivas y las existencias secretas que urden nuestras vidas y nuestras imágenes.
Solo nos ocurre la vida al fingir el lienzo. –
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Griselda Serresone Roo
En
casa 1
Salí de la sala agobiada buscando a los amigos que no son los amigos del arte pidiendo un pucho buscando un descanso
los amigos tomaban un poco de vodka que compartían unos changos del parque el debate era si la casa representada era o no era una casa real
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La primera vez que fui a tu casa para charlar del texto que ibas a escribir para la muestra que iba a suceder en el mismo espacio sin mirar el número ni la ubicación supe que era tu casa
¿de quién más ese pasillo infinito con infinitas plantas? ¿quién hubiese hecho una visita guiada primero de las plantas después de las obras
después de las habitaciones?
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Llegando al final del evento ojalá ya con suficiente champan corrías y bailabas cerca de las pinturas las pinturas flotaban y volaban acariciándote diciéndote gracias mariel somos casa estamos en casa
4 En Rosario te atormentaba encontrar un título encima estábamos las dos atoradas de títulos textos dedicatorias hacíamos listas mentales ninguno te gustaba de haber sabido que estaba escondido en una canción que me encanta que me sé de memoria y me hace bailar con los ojos cerrados que lo encontró escondido en un libro que nunca leí
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y seguramente nunca lea de haber sabido no tendría gracia 5 Cuando entré a la sala un poco loca super excitada y ansiosa flayé que estaba en tu casa y le dije al dani estamos en su casa y el dani me dijo yo no conozco su casa y yo le dije ahora la conocés 6 Habíamos faneado mucho a la susana antes de que supieras que la susana era mi mayor recuerdo enamoramiento flechazo conmoción ¿o ya sabías? ¿te conté que le conté a la susana que cuando vi su muestra realmente supe? ¿te conté que me dijo
ridícula por eso?
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A veces cuando me hablás siento que nunca nunca voy a poder entender todo lo que vos entendés a veces no es que no te escuche con atención es que me atonto escuchándote
Estos días he fantaseado con ir a la muestra cuando no haya nadie y (no te rías de mí porque es la fantasía más jipi de estos tiempos) acostarme en el medio escuchar los audios escuchar las imágenes escuchar las telas escucharte atontarme escuchándote
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Cuando me aburro de scrolear
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voy a nuestro archivo de whatsapp es el mejor contenido de toda la red están los procesos de todas tus pinturas de todos mis dibujos de todo nuestro amor en algunas fotos parece que tenés una habitación de tu casa adentro de otra al lado de otra incrustada en otra en ninguna foto entendí cuán portal puede ser una pintura 9 por último me encantaría agradecerte en nombre de la historia del arte mendocino por recuperar curar exponernos por juntarnos en tu casa por hacernos amigxs de todos los tiempos y todos los recuerdos
Amira
Yurie
Todos esos lados de colores son como las texturas de la infancia y algo así como un origen me persiguió durante un tiempo, como esa pulsión de querer atrapar el primer accidente.
Griselda Serresone Roo sobre una obra de Filomena Moyano
La primera vez que vi esa pintura me sentí conmovida, un poco desgarrada, porque tiene algo que te desgarra un poquito lo que hace, y por otro lado llena de ternura, hay mucha ternura en todo lo que hace. Me dan muchas ganas de seguir y de entender un poco el propósito de ser artista (…) Veo como cierto sentido al arte y esa posibilidad de conmover y movilizar tanto.
Esperanza Fernández sobre una obra de Emilia Sánchez
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Siempre fue una obra que me atravesó, eso que te pasa cuando conectás con una imagen tan pregnante, y un sentido y un concepto tan fuerte que maneja, porque es una obra que habla mucho de la muerte, del paso del tiempo, ese proceso de descomposición de la materia orgánica. (…) Me iluminó una forma de hacer y una forma de pensar.
Me atrapó. Me mostró que el arte no es solo técnica sino qué y cómo decir a través de la imagen y de la estética. Y luego me sorprendió su capacidad de reinventarse, de encontrarse y descubrirse, desafiándose en otras formas de hacer, rompiendo sus propios esquemas y límites. Siempre ver su obra me proponía y propone desafíos, re comprender, re plantearme, porque su forma de hacer es una forma de vida, autocrítica, una forma de desafiarse
Peralta sobre Susana Dragotta
Claudia
Fernando Guevara sobre una obra de Marcelo Santángelo
La vida secreta de las imágenes-
La vida secreta de Mariel Matoz y las imágenes-
Como guías de algo que se fue construyendo y reconstruyendo en secreto, pintando y develando un mundo onírico, hoy las paredes que suelen limitar el transitar nos envuelven llenas de imágenes que casi pueden ser atravesadas, hasta podemos ver detrás de ellas. Nos volvemos fantasmales. ¿Qué y a quiénes vemos?
En cada detalle se encuentra archivada una parte de un imaginario afectivo que se va volviendo consciente, que traspasa lo individual y se vuelve un sentir colectivo.
La pared y la obra ahora están juntas como parte de una invocación. Convirtiendo lo propio y lo sagrado, esos espacios de rituales cotidianos, haciéndolos convivir con los recuerdos y ritos de otrxs, creando superposiciones visuales y surreales.
Nos acercamos y adentrarnos en esas habitaciones que parecen levitar, que materializan esa sensación. Podemos observar la delicadeza y la fuerza del lienzo, ver a través de él y sus colores. Las idas y venidas de la gente dan movimiento, habitan entre y en los espacios que originan des/límites borran lími tes, y nos hacen parte de un registro de afectos.
Estefanía Acosta
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“Ay Chinita de mi vida Tanto le pedí yo a Dios Que me riuna con vos Para pidirte perdón Y para hacerte mi amiga, China de mi corazón.” GCC
La China Iron del desierto Es nuestra amiga, No la ganó fierro jugando al truco Tampoco anda en carreta. Somos varias las Liz.
“Ay Chinita de mi vida” Todas soñamos un mundo eco queer Sin marido ni patrón Trabajar menos, lo necesario Para todas y distribuir.
Cuando vamos a la montaña Se le ocurre que se puede ir De abajo para arriba No importa cuán alto sea, Subir como un animalito a un árbol y Quedar colgando sobre un cerro cerquita de una nube o al borde de un atardecer.
Dice que los cactus en la montaña Se recuperaron después del último incendio Y que este fue re fuerte comparado con el anterior. También dice que la vaquita de San Antonio Se ha extinguido porque en el barrio todas usamos productos químicos en el jardín.
La China que ve todo por primera vez Dice que Nos veamos, Dice que Nos van a ver.
Ely
Jofré
Es un lugar al que intento volver, o prestarle atención a ese tipo de sensibilidad porque tiene que ver con mi infancia y porque creo que ahí hay un modo de mirar, de que algo te conmueva, que siendo adulta me conmueve, como sentir que haya tenido esa mirada tan específica. (…) Mi obsesión de niña era formar ese color, verde oscuro, amarronado, azulino por momentos (…) es un color, más que un artista, porque la figuración la tenía confundida.
Florencia Breccia sobre un mural de Fernando Fader
Es y fue un momento suspenso, una suspensión del tiempo, un contacto sin piel, una herida que sangra en la tranquilidad de un hogar, un enfrentamiento al propio dolor, una casa flotando en el cielo, un reconocimiento de la soledad, un trabajo de ausencia y una recuperación del cuerpo.
Vera Jereb, sobre una obra de Lucía Coria
Siempre quedó en mí algo de esa imagen, que me parecía muy tierna, me provocaba algo muy lindo y me pasaba mucho tiempo mirándolo. Las reiteradas veces que volvía a ese museo lo buscaba y esperaba encontrarlo y había algo de sentirme en un lugar bien en el espacio.
Marina Sarale sobre una obra de Fernando Fader
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Volviendo de la Vía Blanca me acuerdo que vi esa fachada y quedé muy impactada, me pareció fantástica. Quedé bastante encaprichada de estudiar en ese colegio simplemente por la fachada. Y ya estudiando ahí pasaba muchas horas sentada al lado de esta obra y me acuerdo de recorrerla con mis dedos, y ese color tierra, medio rojizo, muy hermoso.
Sentía como que me traían a ese lugar, sueños en rebaños, los telares del campo, también mi adolescencia en la escuela de oficios y artes femeninas. (…) Ante la obra yo podía sentir ríos, vertientes que se unían, o se separaban entre el ripio y la arena oscura, o incluso bajo la penumbra de una luna menguante percibir todavía los destellos de un inmenso risco andino, con sus desprendimientos, derrumbes, con sus oquedades también. También se sentía el calorcito de las amigas, de las hermanas y las ancestras…
Azul Méndez, sobre una obra de Nora Correas
Sofía Castro De Vito sobre un mural de Mario Vicente
Creo que el Parque Central tiene belleza. Voy camino a la muestra de mi querida Mariel Matoz. De pronto atravieso el largo umbral transparente del Anexo del MMAMM... En ese instante, una sensación de ensueño se apodera del espacio y del tiempo. Las obras cuelgan y se mueven con gracia desde el techo y un nuevo universo que es posible habitar, nos da cobijo. Son paredes blandas y amables que encierran de manera misteriosa y traslúcida una colección / recolección de recuerdos ajenos, propios, porosos, pedidos... regalados.
..Se pueden descubrir, se pueden escuchar... Quizás sea cierto, quizás el tiempo haya sacado escombros y puesto el verde...como afuera...Mariel los buscó y con sensible y amoroso trabajo los pintó, les dio un lugar en su hogar...
...Se pueden descubrir, se pueden escuchar... ...Quizás el deseo quiso reconstruir memoria, Mariel creó un gran collage de arte cercano. De por acá, de Mendoza... ...Guauuu, hermoso! ...Que hermoso, me encantó... Qué bueno que me avisaste!... Una maravilla... Re flashero...Grosa la Mariel..re!...Increíble escuchar los audios...Está buenísimo el archivo... ...Parate ahí nomás! Un poquito más al medio, así!!!...Quedás perfecta metida en el living... Sacaste la foto? sacá otra porfa.. me encantó estar en este lugar...
..Escucho que comentan algunos visitantes que viven la muestra... que descubren con sorpresa esas obras bordadas por recuerdos...Otres se sientan en el suelo a escuchar con los ojos cerrados, otres más contemplan en silencio y zambullen las miradas hacia adentro....me enseñan...
...Se pueden descubrir, se pueden escuchar... Me cuelo, está claro... también recorro y sigo el ritmo, el ritual, el latido que propone el asombro....No hay respuestas pero encontré nuevas preguntas, nuevos recuerdos con voz propia...yo espío, respiro esa atmósfera, disfruto y agradezco... ... La tardecita va ganando y es momento de volver a casa y una vez más atravesar el parque...
Marcela Furlani
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La vida secreta de las imágenes como intervención en el museo
En esta propuesta expositiva de Mariel Matoz habita una creencia en la potencia de la virtualidad de las imágenes. Esta potencia es convocada en la urgencia de evidenciar que aunque en nuestras instituciones artísticas ha sido difícil ver piezas del arte local pasado expuestas o consultar archivos, algunas imágenes del arte mendocino punzaron nuestro deseo y encarnaron en nosotres. Para esto la artista recurre a diferentes prácticas de archivo para realizar una intervención crítica sobre el museo.
En la exposición Mariel hace convivir tres formas de archivo: uno oral compuesto por audios de whatsapp que se superponen en la sala conformando un murmullo donde artistas, escritores, investigadores y amigues le cuentan a la artista una historia acerca del impacto en sus vidas de una imagen del arte mendocino (no siempre se trata de una obra, algunas veces es su reproducción o es un color el que queda como huella mnémica); otro conformado por grandes pinturas donde algunas de estas piezas referenciadas son pintadas habitando diferentes salas de la casa de la artista; y un repositorio digital con la información de algunas obras y artistas compartido por el archivo documental del MMAMM.
A partir del trabajo con los intersticios o intervalos que dejan los archivos la artista elabora un pensamiento
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sobre la performatividad de las imágenes pero también se pregunta qué hacer con esa potencia propia de ellas dentro de una institución que tradicionalmente ha dado la espalda a esta energía indómita que puede desestructurar el relato lineal de la historia y el espacio neutral del museo.
La artista comprende los archivos que conforma con y alrededor de las imágenes del arte local no como repositorios de un pasado (que iría desde Fader hasta Emilia Sánchez) sino como dispositivos que posibilitan la sensación de acceso a los hechos que cuentan. ¿Cómo acceder a la escena fundante donde una imagen impacta y deja una huella mnémica en otre? Esta pregunta parece guiar a la artista en las decisiones respecto a los medios, materialidades y disposición de las piezas que conforman la exposición. Mariel busca dar alojamiento provisorio al afecto que portan las imágenes narradas, para esto crea escenas pictóricas donde algunas imágenes mencionadas son pintadas en grandes telas translúcidas que como telones son suspendidos en el espacio de la sala. Allí cohabitan como fantasmagorías distintos habitaciones representadas de la casa de la artista, junto a otras imágenes artísticas, objetos, artesanías y plantas. Voces y pinturas conforman una instalación inmersiva dispuesta para la teatralidad de los cuerpos: les espectadores habitan entre los murmullos y las diáfanas imágenes que cambian en su grado de presencia conforme cambia la luz del día que invade la sala. Se trata de un montaje donde las imágenes parecen poder habitar momentáneamente esperando el encuentro que las reactualice y convierta en nuevas habitantes en la imaginación de les espectadores. Para
completar el trabajo de imaginación, si le espectadore lo desea, se ofrece la posibilidad de acceder mediante una pantalla a una página web que hace momentáneamente disponible los materiales acerca de los artistas y obras que están en el archivo institucional. De esta manera la artista vincula a la institución en la intervención crítica de imaginación histórica.
En su propuesta las imágenes son nómades y las salas representadas de su casa son lugares donde pueden detenerse en su viaje, mientras que el espacio expositivo es convertido en una suerte de teatro que propicia el encuentro con la vida afectiva que habita dentro de las imágenes, esa potencia secreta que puede desordenar lo previsto. Si un museo pone en suspenso la potencia de evocación memorial de una obra, con la intervención contrarchivística de Mariel el museo deviene sitio donde lo privado y lo público, las voces, las pinturas y los textos rompen con las jerarquías de las clasificaciones de la historia -en su propuesta el afecto se moviliza entre obras y reproducciones, entre artistas consagrades y amateurs, entre arte que ha sido patrimonializado y arte que se perdió en el tiempo, arte realizado por grupos de artistas, por mujeres, varones y trans-; a la vez que dinamita la cronología buscando producir una contrahistoria de nuestro pasado reciente, una historia de construcción colaborativa e intersticial.
Mariano Fiore
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Dedicatoria......................................................1 Textos previos
LA VIDA SECRETA DE LAS IMÁGENES...................7 Collage de recuerdos I
...8 La maraña por Malena Low .............................9 Las escalofriantes aventuras de Mariel por Flavia Da Rin....
Fingir el lienzo por Griselda Serresone Roo
En casa por Amira Yurie
..21 Collage de recuerdos III.
La vida secreta de Mariel Matoz y las imágenes por Estefanía Acosta
La China Iron por Ely Jofré
de recuerdos IV
Se puede descubrir, se puede escuchar por Marcela Furlani
La vida secreta de las imágenes como intervención en el museo por Mariano Fiore…33
Índice
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...............................................2
……………………………………………
………………………………………………….…13 Collage de recuerdos II………………………….……………….16
…….18
……………………………….…
………………………………………..25
…………..……………27
……….………………………28 Collage
…………………………….…….…....29
…………………………………………….……..31
Recuerdos acá: Archivo acá: https://lavidasecreta.hotglue.me/ Mariel Matoz (comp.) Ensayo curatorial de La vida secreta de las imágenes Anexo MMAMM 11 de agosto al 25 de septiembre Mendoza, 2022.
Autorxs: Malena Low, Flavia Da Rin, Griselda Serresone Roo, Amira Yurie, Estefanía Acosta, Ely Jofré, Marcela Furlani, Mariano Fiore y Mariel Matoz