ENTREVISTA A HELENA PRODUCCIONES Santiago de Cali, 24 de agosto de 2010
Nicolás Cadavid (Galería LaMutante): Hola, primero que todo quisiera saber ¿qué es exactamente Helena Producciones? Claudia Patricia Sarria: Es una asociación de artistas que fundó Ana María (Millán) con otro grupo, yo llegué después, hace doce años aquí en Cali. La idea era conformar un grupo de estudiantes con un profesor, y fue fundada para sacar adelante el primer festival de performance de Cali (…) Realmente no se pretendía un segundo festival, pero dados los resultados del primero se pensó en un segundo, pero para hacer un segundo se conformó Helena. Helena como primer objetivo tenía darle continuidad al festival. NC: Ya, pero ¿entonces ustedes son una asociación? Ana Maria Millán: Si, de una, en 1998 se constituyeron los papeles, en noviembre de 1998, para hacer una asociación ante la Cámara de Comercio. N.C. Y ¿por qué se unen, por qué deciden trabajar en colectivo?
CPS: Pues precisamente, para darle continuidad al segundo festival. AMM: Creo que cuando Juan (Mejía) y Wilson (Díaz) hicieron el primer festival, ellos ya venían trabajando con nosotros antes, porque ellos hicieron una exposición que se llamaba “Sin título” en la cual, por ejemplo, participaba Claudia Patricia y participaba yo, y también habían hecho varios eventos con estudiantes de Bellas Artes, o sea, ya se venía conformando un grupo que parecía tener intereses comunes, que parecía tener afinidades en la producción, en la manera de organización , en la manera de asociación, en la manera de pensar. CPS: También eran como espacios de investigación, porque digamos que no habían espacios abiertos de investigación, entonces el performance era una técnica pero no había una cátedra sobre el tema; habían estudiantes pero espacios para mostrar obras fuera del ámbito estudiantil, pues no habían. Digamos que eran espacios de experimentación. Esa dinámica ya la tenían Juan y Wilson, como en su proceso de profesores y de artistas, y fueron vinculando a otros estudiantes y a otros artistas, pero cuando Juan y Wilson hicieron el primer festival, el resultado fue revelador y Helena se constituyó.
NC: Hay una pregunta que me interesa bastante. ¿Por qué un festival de performance? ¿Qué necesidad tenía Cali de un festival de performance? CPS: Lo que te decía hace ratico. Aquí había una escuela de artes (Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali) que en ese momento era la única acá en Cali. Por ejemplo, la Universidad del Valle y la (Universidad) Javeriana todavía no tenían carrera de artes como tal. Entonces acá llegaba mucha información, de hecho Doris Salcedo había sido directora de Bellas Artes, los profesores que venían pues eran artistas muy importantes, estaba Oscar Muñoz, Wilson Díaz, y todos traían mucha información y generaban muchas inquietudes, pero las cátedras que fijaba Bellas Artes eran todavía como
muy ortodoxas; entonces era dibujo, pintura, escultura, pero
espacios para nuevas prácticas pues no habían. NC: ¿Surge también como una necesidad de los propios estudiantes? CPS: Si, porque no habían espacios. Era todo una cosa como autogestionada, un poco como… NC: ¿Como al ensayo y error también?
CPS: Si, porque el primer festival no buscaba tener un espacio museístico ni nada, si no que fue un experimento en un billar abandonado, y el billar abandonado era de alguien de la organización de ese primer festival.
NC: Y respecto a ese primer festival, la forma como fue proyectado, pues, me interesaría saber cómo lo proyectaron, cómo lo pensaron, y qué de eso queda aún, qué de esa esencia, un poco utópica quizás, se conserva aún. AMM: Es que a ver, el primer festival de Helena es el segundo festival, ¿podríamos hablar de eso? Luís Mosquera: Porque el primero fue con Juan y Wilson, pero Helena no existía. Digamos que el primer festival fue como un catalizador, ¿ayudó a generar el grupo y ciertas afinidades? AMM: Digamos que ya estaban generadas con los eventos anteriores pues hacíamos cosas juntos en las clases de la universidad. CPS: Todos éramos amigos en ese ámbito y nos veíamos, pero no se había constituido un grupo para hacer el festival. El primero era un proyecto de Juan y Wilson y estaba muy ligado a su práctica docente, pero también a su práctica artística, porque igual Wilson en esa época, si ustedes investigan, estaba trabajando con performance, había todo un interés de ellos como artistas en explorar esas instancias. AMM: Nuestro primer festival como Helena es el segundo (...) Fue incipiente en la gestión en el sentido que la presidenta del grupo consiguió el coliseo Santa Librada y se hizo una convocatoria en la litografía de uno de los integrantes de Helena. Pero aún así ya se tenía proyectado que Helena iba a perdurar en el tiempo, aun cuando esas estrategias eran aún incipientes y no sabíamos muy bien como utilizar la figura de la asociación. Eso nos costó mucho trabajo aprenderlo. CPS: Es que antes Helena era un grupo de mucho miembros, entonces cada uno traía una inquietud. Entonces, digamos, la primera presidente de Helena era estudiante de Bellas Artes pero pertenecía al consejo estudiantil y estaba muy empapada en ese momento de los temas de agremiación, de asociación, de organización, entonces eso fue un aporte también, cada persona iba aportándole cosas. Ella, por ejemplo, aportó un esquema de estatutos para Helena. Pero en ese primer festival hay mucha autogestión, mucho “sueldo de hijo” también por ahí, los artistas mismos también se
producían, realmente era como una especie de evento colectivo donde todos colaboraban, incluso los artistas, y más bien Helena coordinaba cosas y hacia posibles ciertas cosas.
NC: Me interesa esa parte, ¿cómo se hace posible un festival de performance como el de Helena después de… siete versiones? AMM: Seis versiones. NC. Después de ese tiempo… ehhh… LM: Llegó Wilson… NC: Wilson, le estaba preguntando a Claudia y a Ana María, cómo, después de seis versiones de festival, se hace posible un festival como el que están haciendo. Wilson Díaz: Nosotros tenemos la experiencia de trabajar en gestión, en organización, en producción, y eso es una cosa acumulativa, ¿no? Como que hemos encontrado soluciones, oportunidades, pero uno siempre se enfrenta al problema del dinero, siempre la pregunta es ¿conseguiremos dinero localmente, internacionalmente? y esas condiciones van cambiando, entonces creo que estamos preparados para diferentes problemas, pero siempre hay problemas nuevos.
AMM: Yo pienso que hemos tenido capacidad de cambio, capacidad de adaptación y de renovación (…). Hablando de lo práctico, para el cuarto festival descubrimos que al invitar gente vinculada a universidades y poniendo los logos en las piezas publicitarias de nosotros, las universidades asumen esos costos. Después, los artistas que tiene galería, las galerías asumen el costo de los artistas. Los artistas que tienen manager, el manager asume los costos del artista, incluida la producción. También encontramos lazos con instituciones locales muy fuertes, entonces es como mirar qué tipo de negociaciones se pueden hacer con esas instituciones, y aprendiendo a negociar de diferentes maneras con diferentes tipos de componentes del circuito del arte pienso que hemos podido hacer lo que ahora hacemos.
NC: ¿La periodicidad del festival varía? No siempre es la misma, ¿cierto? WD: Al principio era cada año, luego fue cada dos años, luego fue cada cuatro años, luego fue cada dos años, y ahora es cada tres años (risas) CPS: Cada festival es diferente, cada festival es como tener un hijo y cada posparto es diferente. Por ejemplo el quinto festival fue un parto difícil que nos tomó cuatro años para recuperarnos. El séptimo fue difícil, pero ya veníamos planteando otro proyecto anterior que es el que se acaba de hacer (el workshop en Juanchaco). Entonces para que éste pudiera ser decidimos aplazar el festival, pues, para darle espacio a éste en términos de tiempo, de gestión, de difusión. NC: ¿Es decir que no hay una presión de parte del público de cumplirles, no sé, cada dos años? ¿Ustedes son muy independientes respecto a eso? CPS: Lo chévere del festival es que sale precisamente cuando está todo para que se pueda hacer, si fuera una presión sería una locura. Ya sabemos que tenemos que hacer el próximo festival y lo debemos pensar y estamos en esa posición, pero igual vamos con cada proceso con tiempo. Igual el festival es muy importante para Helena porque le da la génesis, pero Helena no se quedó sólo en el festival sino que adelantó otros proyectos, entonces paralelamente está la escuela móvil de saberes y el nuevo proyecto del workshop, entonces no nos dormimos en una actividad sino que todo el tiempo estamos pensando en nuevas cosas.
NC: ¿Cómo está el próximo festival en este momento? ¿En qué punto está el festival, se está ya cocinando? ¿Qué han pensando, cómo lo están proyectando? CPS: El se empieza a cocinar al siguiente día que se acaba el ultimo festival, entonces empezamos a pensar, ay, para el próximo festival vamos a hacer esto, vamos a traer esto, esto nunca lo volvamos a hacer. Hay diferentes temas para pensarle al festival, cómo se va a plantear, dónde se van a conseguir los recursos. WD: La vez pasada fue sobre las fronteras, porque estaba el asunto del Salón Nacional de Artistas al lado, entonces nosotros decidimos pensar en el tema de las fronteras e invitamos a países que tenían conflicto cercano con Colombia, artistas de esos países, entonces creo que el próximo festival ya tiene un desarrollo a partir de ese trabajo y hay como unas ideas relacionadas con territorio y otros puntos relacionados con esa experiencia.
NC: No sé si quieran agregar algo más… LM: Yo tengo una pregunta. Ustedes han hablado que el festival depende bastante de la financiación, en ese caso la financiación de dónde vendría, ¿solamente de fundaciones internacionales, ó están pensando en financiación local? AMM: Siempre ha habido financiación local. Creo que Helena se ha preocupado por tejer lazos locales y no sólo internacionales. O sea, si uno consigue un patrocinio en un restaurante donde una comida vale $25.000 ya 20 comidas son $500.000, ¿si me entendés? En financiación siempre Helena ha tenido financiación local e internacional. En la financiación hemos encontrado un apoyo muy grande en los últimos tres proyectos, e igual para conseguir financiación internacional generalmente te piden tener financiación local, es casi una condición, porque es una manera de estimular la región donde trabajas. CPS: Igual nosotros también entramos en las plataformas normales que ofrece el gobierno, por ejemplo para poder financiar un proyecto. También a veces cuando el proyecto está armado, por las mismas personas que están invitadas o por las que uno piensa que pueden ir empiezan a generarse otros vínculos que nos pueden llevar a otro tipo de apoyo.
LM: Yo leí hace poco un texto que tu escribiste Claudia, me pareció muy interesante sobre todo desde el título, que era “cultura vs industria”. Me pareció interesante porque estaba planteando una problemática, que a grandes rasgos, parecía afirmar que algunas actividades culturales no podían entrar en esa dinámica de la industria cultural. No sé si ustedes desde su experiencia puedan verlo de esa forma, o sea, cómo ven a las industrias culturales, no sé si como un modelo que pueden aplicar para volverse autosuficientes, para volver al festival algo autosuficiente, como una empresa… CPS: Lo chévere del festival es que tiene como una identidad, un carácter, y el carácter se lo da la gente que lo ha hecho, son unos ideales que se pueden distinguir. No es el evento por el evento, no es hacer un evento por hacer un magno evento. En el momento en el que se escribió “cultura vs industria”, se escribió cuando nos dimos cuenta que si queríamos hacer un proyecto cultural teníamos que conocer todo lo que implicaba eso, aunque después se delegue, pero antes de delegarlo se tiene que conocer. El error del momento es que lo delegamos sin conocerlo. La persona que entró a ejecutarlo, entró a ejecutarlo como pensaba, paralelamente a Helena. AMM: Y además lo ejecutó a su nombre. Eso uno no lo nota en el momento, pero posteriormente puede tener muchas malas consecuencias respecto al copyright. CPS: A esa persona, aunque entendía lo que era el performance, se le hizo más fácil vender el performance como el perfomance de discoteca, de marca. Entonces de alguna manera banalizó el proyecto para poderlo vender. Así que se crearon dos festivales de perfomance, un festival comercial, al cual realmente no entramos, porque ni siquiera nos dieron las cuentas (…) y al final nos dijeron que nosotros debíamos plata. Hubo dos festivales, el del museo (La tertulia) y el de la discoteca. AMM: Nosotros mismos nos dimos cuenta a mitad de la cosa. Todas estas soluciones de la industria cultural, como son la taquilla cara, las camisetas, el dummy, todo eso lo enviamos a la discoteca, a la fiesta. También inclusive unos performance de marca los mandamos para allá. LM: ¿Cómo así performance de marca? (risas) CPS: Es que el productor, para poder venderle el festival, por ejemplo a Coca-Cola, le prometió un performance de marca, una coreografía, eran unas coreografías.
AMM: Para esa “cosa” paralela que estábamos haciendo, nos comportamos como unos publicistas, como unos industriales en cierta forma. Era una manera de proteger nuestro festival y al tiempo de poder hacerlo. WD: Nosotros tuvimos que volvernos los contadores, los productores, todos esos oficios. Teníamos que aprender o si no nos jodíamos. LM: Eso me parece interesante, ahora que en Cali se está hablando tanto de industrias culturales, y bueno, lo que nosotros ya sabemos es que las artes visuales no entran en el componente piloto de industrias culturales de Cali. Me pareció bien arriesgado por parte de Helena, haber intentado asumir ese modelo. WD: No, y no sólo de Helena, de las industrias culturales en general, porque ahora lo que hicieron fue “hacernos el quite” a todo el gremio. En ese tiempo había la oportunidad de entra a negociar, pero ahora las artes visuales no pueden ser industrias culturales y chao. CPS: Ahora, cuando tú piensas el término, éste es odioso. Industria cultural habla de productividad, de cuantos beneficios económicos obtuviste a cambio de lo que hiciste, y eso es muy complicado de manejar por ejemplo en las artes visuales. Si tú ves en el caso de Helena, por estatutos, en algún momento todos los productos de Helena son gratis, entonces industrialmente no somos viables porque somos gratuitos. Pero cuando uno ve el nuevo planteamiento de las industrias culturales de Cali, en algún momento nos explicaron que la idea era enseñarle a los grupos culturales a gestionar, a conseguir recursos nacionales e internacionales. Y cuando uno lo ve, uno dice, pero nosotros tenemos todo eso, ¡el asunto es que no vendemos taquilla!
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