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4. PRINCIPIO DE SEMBRAR Y COSECHAR.

La esencia de este principio es que todas nuestras decisiones son importantes. La manera como pensamos y actuamos son importantes, no solo para nosotros sino también para quienes nos rodean, para bien o para mal. Piense en las semillas que otros sembraron en usted, y que afectaron su visión de sí mismo y del mundo.

Gálatas 6.7-10 dice: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. . . Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.

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Este pasaje nos recuerda que nuestras buenas acciones nos beneficiarán al final, mientras que lo malo que hayamos hecho a la larga tendrá repercusiones nefastas. Este principio va de la mano con la regla de oro que dice que debemos tratar a los demás como queremos ser tratados. El Señor nos llama a ser bondadosos y respetuosos con los demás, aunque no sean fáciles de amar. Es cierto que esto puede ser difícil cuando una persona nos agravia constantemente, pero si cedemos a nuestra carne y nos vengamos, estamos sembrando semillas de corrupción y, a su tiempo, cosecharemos de conformidad con lo sembrado.

La soberanía de Dios representa la capacidad de poner en práctica Su santa voluntad o supremacía. El Altísimo, Señor del Cielo y de la tierra, tiene poder ilimitado para hacer lo que haya resuelto. Al ser absolutamente independiente, Dios hace lo que le place. Nadie puede disuadirlo, nadie puede obstaculizarlo. En Su Palabra, Dios declara: "Yo soy Dios, y no hay otro Dios; y nada hay semejante a mí. Que es soberanía de Dios está representada por la decisión que él toma de poner su santa y perfecta voluntad o potestad. El padre eterno, el altísimo, nuestro Señor del Cielo y de la tierra, tiene todo el poder, es un poder que es ilimitado para hacer lo que él crea conveniente. Él siendo un ser independiente, puede Dios hacer lo que le place. Nadie tiene la autoridad para impedirlo, nadie puede ni debe, obstaculizarlo.

El fundamento para la soberanía de Dios es divino y real. Ya que, la soberanía de Dios está articulada con sus atributos. La biblia revela que Dios es independiente (autocontenido y autosuficiente), esto quiere decir que Él es la plataforma de su propio ser, no requiere que alguien más lo haga, lo custodie, lo supla o lo ayude. Él es soberano, independiente, considerando Su voluntad y total poder, de esta manera lo ejerce sin ninguna ayuda, ni mucho menos guía de nadie.

El principio de Dios de la Individualidad describe las características de identidad con las que Él crea a cada persona, diferente y única, con un propósito y misión específica. No existiendo un ser humano igual a otro. Este principio también se evidencia en el resto de la creación.

La esencia de este Principio, consiste en fortalecer nuestra identidad, de la cual deriva nuestro propósito y nuestro futuro. En otras palabras, estar completamente seguros de conocer ¿Quién son yo? Porque sabiendo quien soy, entonces puedo entender con mayor facilidad: ¿Por qué y para qué estoy aquí en la tierra? y ¿Cuál es el futuro que me espera? La Biblia es la historia del hombre, su origen, naturaleza y destino. De acuerdo a la Biblia, el origen del hombre es Dios, su destino es glorificarlo y su final es reinar eternamente con El.

El principio de individualidad nos es muy útil para aprender a tratar a cada uno de nuestros hijos de manera personalizada, puesto que cada uno tiene su individualidad y su necesidad específica y diferente de la de los demás. Como cristianos debemos inculcar en cada uno de nuestros hijos, una identidad correcta, basada en la Palabra de Dios.

También, este principio nos recuerda que de manera individual daremos cuentas a Dios por nuestras acciones. Puesto que todos compareceremos ante Dios.

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