Julio-Diciembre
Revista Interdisciplinaria de Bioética
2011
Colegio Universitario de Filosofía y Ciencias Humanas (CUFyCH) de la Fundación Atenea, por más formación e investigación filosófica y humanística A. C. y el Centro de Investigaciones Filosóficas de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP. ISNN: 04-2011-033110103800-203
Año 3, Volumen 1, Número 4
PÁGINA LEGAL Célida Godina Herrera PRESIDENTA: Fundación Atenea A.C. Luis Ignacio Rojas G. Director del CUFyCH Jesús Rodolfo Santander Coordinador del CIF- CUFyCH Alberto Isaac Herrera Coordinador del CIB-CEFyCH Alejandro Palma Castro Director Director de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP
Revista semestral de Bioética Interdisciplinaria dirigida a investigadores y estudiosos de la Bioética en relación con otras disciplinas. Publicación del Colegio Universitario de Filosofía y Ciencias Humanas (CUFyCH) de la Fundación Atenea, por más formación e investigación filosófica y humanística A. C. y el Centro de Investigaciones Filosóficas de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Directora Célida Godina Herrera Subdirectora Laura Viviana Pinto Araújo Consejo Editorial Alberto Isaac Herrera Martínez Antonio Cerón Ángel Xocolotzi Yáñez Juan Manuel Campos Elsa Mendieta Parra Jesús Rodolfo Santander Iracheta José Antonio Mateos Castro José Manuel Meneses Laura Pinto Araújo Luis Ignacio Rojas María Guadalupe Gutiérrez Ramírez Nan de la Cueva Hernández Ricardo Gibu Simabukuru Carmen Romano Rodríguez Comité Científico Alfonso Villa (UASNH-México) Ángel Xolocotzi Yáñez (BUAP-México) Ángela Estrada Guevara (UACJ-México) Arnoldo Kraus (UNAM-México) David Mariscal Landin (UACJ-México) Diana Maffía (Instituto Hannah. Arendt-Argentina) Fernando Flores (Universidad de Lund-Suecia) Gilberto Cely Galindo (Instituto de Bioética, U. J.-Colombia) Jesús Rodolfo Santander (BUAP-México) Juan Manuel Silva Camarena (UNAM-México) María del Carmen García Aguilar (BUAP-México) Mauricio Langon (Uruguay) Volnei Garrafa (Cátedra UNESCO de Bioética-Brasil) Jorge Linares (UNAM-México e-mail fundacionatenearevbioetica@gmail.com Editor: Célida Godina Herrera. ISNN: 04-2011-033110103800-203. Cada autor es responsable de su artículo. Hecho en México.
ÍNDICE
Epígrafe Hacia un feminismo con conciencia ecologista Alicia Puleo La pobreza leída desde el ecologismo Marta Pascual Las mujeres, despojadas de su tierra mientras se instalan los inversores Nidhi Tandon Retraso de la edad de la procreación, incremento de la infertilidad y aumento del recurso a la reproducción asistida. Consecuencias de la salud de los hijos. Natalia López Moratalla Un juez envía a Psiquiatría a una niña enferma por tóxicos Publicado por Miguel Jara el 13 de agosto de 2011 Los políticos son coautores del exterminio tóxico Graciela Gómez Inicio de la vida de cada ser humano ¿QUÉ HACE HUMANO EL CUERPO DEL HOMBRE? Coordinadora: Natalia López Moratalla Basta de dar pena: empecemos a dar miedo Vittorio Allasonati Cambio climático, seguridad humana y ética medioambiental: “El imperativo de la inclusión. Desde la Plaza Tahrir al Norte de Tottenham vía Mogadiscio e Islamabad” Hans Von Sponeck Derechos humanos: nueva era Michel Wieviorka Desarrollo a Escala Humana Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hoppenhayn Discurso de Vandana Shiva al recibir el Premio Sydney por la Paz "Es hora de parar la guerra contra la Tierra" Vandana Shiva El desarrollo a la medida humana de Manfred A. Max-Neef (*1932) Gerhard Drekonja-Kornat
EPÍGRAFE
"Pero, acertadamente, los médicos aconsejan bien no tocar las heridas incurables; y no soy sabio para aconsejar en este asunto al pueblo que ha perdido tiempo a toda conciencia, y al cual, desde que no siente su mal, basta únicamente con mostrarle que su enfermedad es mortal. Buscamos, pues, encontrar el fundamento de cómo está enraizada esta pertinaz voluntad de servir, de tal manera que parece ahora que el mismo amor a la libertad no es ni siquiera natural".
Etienne de la Boëtie
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:: portada :: Ecología social :: 31-08-2011
Hacia un feminismo con conciencia ecologista Alicia Puleo Ecologista
Puede decirse que, hoy por hoy, el ecofeminismo o feminismo ecológico es todavía una corriente minoritaria del feminismo mundial. Su profunda crítica al modelo de desarrollo hegemónico no encaja fácilmente en la agenda del feminismo mayoritario.
En el ámbito del Estado español, el porcentaje de presencia del ecofeminismo en el conjunto del feminismo, en tanto teoría y movimiento social, es aún mucho más escaso. Aunque en los ochenta se hablaba de la posibilidad de un diálogo con el ecologismo, en el siglo XXI estamos todavía en los inicios del contacto entre los dos pensamientos más revolucionarios de nuestra época.
El ecofeminismo no se reduce a una simple voluntad feminista de gestionar mejor los recursos naturales, sino que exige la revisión crítica de una serie de dualismos que subyacen a la persistencia de la desigualdad entre los sexos y a la actual crisis ecológica. Su análisis de las oposiciones naturaleza/cultura, mujer/varón, animal/humano, sentimiento/razón, materia/espíritu, cuerpo/alma ha mostrado el funcionamiento de una jerarquización que desvaloriza a las mujeres, a la Naturaleza, a los animales, a los sentimientos y a lo corporal, legitimando la dominación del varón, autoidentificado con la razón y la cultura. El dominio tecnológico del mundo sería el último avatar de este pensamiento antropocéntrico (que sólo otorga valor a lo humano) y androcéntrico (que tiene por paradigma de lo humano a lo masculino tal como se ha construido social e históricamente por exclusión de las mujeres). La negación y el desprecio de los valores del cuidado, relegados a la esfera feminizada de lo doméstico, ha conducido a la humanidad a una carrera suicida de enfrentamientos bélicos y de destrucción del planeta.
Origen de la sensibilidad ecofeminista
A estas alturas de la historia del feminismo, ya existen varias corrientes de teoría ecofeminista. Las más recientes, de carácter deconstructivo, suelen autodenominarse feminismo ecológico para distinguirse de las precedentes. Utilizo aquí los términos ecofeminismo y ecofeminista indistintamente para todas ellas. Por razones de espacio, no puedo referirme a sus diferencias conceptuales [1]. Me limitaré a señalar el origen de la sensibilidad ecofeminista para entender mejor su situación en el Estado español.
El desarrollo de una conciencia ecofeminista se dio en primer lugar en mujeres de sociedades hiperdesarrolladas preocupadas por su salud, por los riesgos alimentarios originados por pesticidas, fertilizantes, y por los efectos perversos de la excesiva medicalización del cuerpo femenino. Estas pioneras buscaron una ginecología alternativa y holística. De allí surgió ese extraordinario manual
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del Colectivo de Mujeres de Boston: Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas.
En el sur de Europa todavía no hemos llegado a un nivel tan alto de desconfianza con respecto a la tecnología y a sus expertos como para que el temor permita ese cuestionamiento de la sociedad química. Las campañas feministas que denuncian la vinculación entre el aumento de casos de cáncer de mama y los xenoestrógenos de pesticidas, dioxinas, productos de limpieza, plásticos, pinturas, etc., apenas han tenido eco. El fatalista y cómodo lema "de algo hay que morir" impide la reflexión crítica sobre estos temas a gran parte de un colectivo que, recordemos a modo de síntoma, todavía ve la adicción al tabaco como una conquista de igualdad (según las encuestas, entre los más jóvenes, 31% de fumadoras frente a un 23% de fumadores varones). Aún así, hay que señalar que la versión en castellano, actualizada en el año 2000, de la citada biblia de la salud femenina, estuvo a cargo de colaboradoras de la revista Mujeres y Salud (MYS) de Barcelona.
En el llamado Tercer Mundo, la miseria de las mujeres rurales, perjudicadas por el mal desarrollo basado en pesticidas y monocultivos, la marginación de pueblos indígenas con culturas más respetuosas de la Naturaleza y el activismo ambientalista de chabolistas de algunas megaciudades inspiran a la filósofa altermundialista Vandana Shiva y a la teóloga brasileña de la Liberación Ivone Gebara. Nuestro escenario local carece de estos tintes dramáticos. Se habla poco del infierno tóxico de los invernaderos, reservado a inmigrantes. Tampoco existen culturas ajenas a la tradición judeo-cristiana por lo que el ecofeminismo, en tanto justicia social y visión mística del mundo natural, no tiene una base tan cercana en la que apoyarse. No obstante, su discurso ha generado aquí importantes grados de solidaridad feminista internacionalista, así como reflexiones de teólogas feministas.
Algunas de las primeras formas del ecofeminismo dieron una explicación biologicista de la guerra y de la crisis ecológica y vieron en las mujeres a las salvadoras del planeta frente a la tecnología destructora masculina. Este esencialismo que no atendía más que a las diferencias entre los sexos, ignorando explicaciones históricas de clase, raza y economía y retornando a la antigua identificación patriarcal entre mujer y Naturaleza, generó un fuerte rechazo en el feminismo del Estado español, orientado mayoritariamente hacia la obtención de la igualdad en el marco de una comprensión feminista socialista de las relaciones entre mujeres y hombres. Identificado con su primera plasmación, el ecofeminismo fue desestimado. Sólo unas pocas nos interesamos por su evolución posterior. Para dar a conocer las nuevas corrientes, mucho más complejas e interesantes, organizamos el Simposio Internacional Feminismo y Ecología que tuvo lugar en la Universidad Complutense de Madrid en marzo de 2001 [2].
Ahora bien, aunque se comprenda que se ha superado la inicial identificación de mujer y Naturaleza, subsiste una objeción feminista a que las mujeres se preocupen por los problemas ambientales: ¿por qué agregar una tarea más a las oprimidas mientras los opresores destruyen alegremente? Ante esta cuestión, me parecen interesantes las acciones destinadas a integrar políticas de empoderamiento del colectivo femenino con otras orientadas al desarrollo sostenible [3 ]. Si la preocupación por la Naturaleza se canaliza hacia la generación de nuevos yacimientos de empleo, ya no se trataría de apelar al proverbial espíritu de sacrificio femenino.
En la medida en que aumente la conciencia ecológica general, se incrementará el número de
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ecofeministas. Y el ecologismo ganará espacio entre las mujeres si atiende a su sensibilidad, a sus intereses y a sus aspiraciones de igualdad en la realidad de la militancia actual y en el proyecto futuro de una sociedad que atienda a las necesidades de cuidado propias de los ciclos vitales humanos y no humanos. La meta ha de ser avanzar hacia un feminismo con conciencia ecológica y hacia un ecologismo profundamente igualitario y no androcéntrico. En ambos sentidos nos queda un largo camino por recorrer. Notas [1] Ver PULEO, A. "Feminismo y ecología", El Ecologista, 31, verano 2002, pp.36-39; de manera más extensa en PULEO, A.,"Del ecofeminismo clásico al deconstructivo: principales corrientes de un pensamiento poco conocido", en Amorós, Celia (ed.), Historia de la teoría feminista, en prensa.
[2] Las ponencias se recogen en CAVANA, M., PULEO, A., SEGURA, C., Mujeres, Ecología, Sociedad, ed. Almudayna, Madrid, 2004.
[3] Así, fruto de un acuerdo de la Consejería de Medio Ambiente y el Instituto de la Mujer de Andalucía, el proyecto Geoda se propone, con las posibilidades y limitaciones propias de lo institucional, investigar, asesorar, sensibilizar, impulsar movimientos ambientales liderados por mujeres, formar y apoyar iniciativas de empleo para las mujeres compatibles con el respeto al medio ambiente.
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qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq La pobreza leída desde el wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui ecologismo opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Marta Pascual hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
:: portada :: Ecología social :: 19-08-2011
La pobreza leída desde el ecologismo Marta Pascual Ecologista
La lucha contra la pobreza es un objetivo recurrente en muchas declaraciones públicas. Reducir drásticamente la cantidad de personas que viven con menos de un dólar al día o que no tienen acceso a agua potable o electricidad figuran entre las concreciones de este objetivo. En estas declaraciones sin embargo se olvida que los recursos del planeta -un planeta limitado en materiales- no sólo están desigualmente distribuidos, sino que actualmente sufren daños quizá irreversibles. En un planeta saturado que ha superado su capacidad de carga hace décadas, cada vez es más cierto que los consumos desmedidos de una parte de la población restringen necesariamente los consumos básicos del resto. Las reflexiones sobre la pobreza y las estrategias para hacerle frente no pueden pasar por alto este hecho.
La limitación y el riesgo de carencia han sido y son las condiciones naturales de la vida humana. Por regla general las culturas de subsistencia, conocedoras de los procesos de la vida, asumían, manejaban y optimizaban estos límites de modo que aseguraran su supervivencia y la de las generaciones futuras. Así ha transcurrido la vida durante siglos.
Las poblaciones más primitivas del mundo tenían escasas posesiones, sin embargo no se consideraban pobres [1]. Siendo la escasez una relación entre los fines que perseguimos y los medios de que disponemos para conseguirlos, poblaciones con fines humildes y escaso interés en la acumulación pudieron vivir con lo suficiente, e incluso en periodos de abundancia.
La pobreza voluntaria, la vida humilde o la sobriedad en los consumos, no fueron en tiempos situaciones despreciadas o temidas, antes bien, podrían considerarse en ciertas culturas y religiones como un estado de equilibrio o de virtud. No queda lejos la época en que la pobreza no se consideraba una situación degradante, aunque sí la miseria, es decir, la carencia de lo imprescindible.
Cierto que la ambición y el deseo de acumulación también han sido comunes a lo largo de la historia, pero nunca gozaron como ahora de una valoración ética tan positiva. Las culturas tribales acumulaban con el fin de afrontar periodos de escasez. Para muchas de ellas la autoridad moral del jefe se fundamentaba en la generosidad con su pueblo y la acumulación para éste era un modo de mantener su estatus.
Caminos hacia la escasez
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La situación hoy es bien distinta. El mundo rico y una parte del que no lo es vive a caballo entre la insatisfacción crónica y el sueño del despilfarro. Cargado de propiedades -en algunos casos- pero más cargado aún de deseos de consumo, está más próximo a la percepción de escasez que lo estuvieron sus antepasados lejanos. Simultáneamente otra parte enorme y creciente de la humanidad sufre una escasez material que pone en riesgo su salud y su vida con una intensidad nunca vista. La escasez, tanto la relativa como la absoluta, es un resultado al que se llega por caminos diversos.
Uno de ellos es el acaparamiento, mecanismo por el que algunas personas se apropian de un bien que antes era colectivo en una proporción mayor a la que les corresponde, haciéndolo más inaccesible a otra parte de la población. La privatización de bienes comunales es uno de los mecanismos más antiguos de acaparamiento y, por tanto, creador de escasez.
Otro procedimiento para la institucionalización de la escasez consiste en recortar el acceso a determinados recursos por alguna vía. El mercado es la vía objetiva que se coloca entre los recursos y las personas dificultando el acceso a ciertos bienes. La creciente monetarización de bienes y servicios es una herramienta creadora de escasez.
Un tercer mecanismo, no nuevo pero sí generalizado en el capitalismo de la posguerra, consiste en asignar un valor distintivo, creador de estatus, a ciertos consumos a condición de que sean escasos (ciertas ropas, automóviles, viajes...). En el momento en que estos consumos se generalizan, pierden el valor distintivo y otros nuevos se colocan en su lugar produciendo una nueva insatisfacción. Este sistema permite que el aumento de la producción nunca elimine la escasez, en este caso subjetiva. De esta forma el umbral de la pobreza percibida se eleva de forma constante, lo que no impide que lo haga también la objetiva, aumentando la dificultad de acceso a consumos de primera necesidad, mientras se facilitan los superfluos.
Antes pobre y necesitado eran sinónimos. Hoy la sociedad de consumo nos ha convertido a todos en necesitados [2]. Y seguimos persiguiendo consumos distintivos, actuando como si el camino hacia arriba pudiera ser ilimitado.
A estos mecanismos de creación de la escasez se suma actualmente uno nuevo: el deterioro de los recursos naturales, necesarios para la vida, y la creciente dificultad para acceder a bienes esenciales como el agua potable, el alimento, las tierras fértiles o el aire limpio. Esta dificultad conduce en el límite a la expulsión de las poblaciones de los territorios que habitaban. Este fenómeno se había producido anteriormente por otras vías: apropiación por parte de grandes propietarios de terrenos productivos o con un subsuelo rico, mecanización del campo... Hoy se añaden a estos nuevos mecanismos de empobrecimiento: la prohibición de plantar semillas autóctonas, la deforestación y consecuente erosión, la desecación de acuíferos, el envenenamiento de tierras por pesticidas, la eliminación de biodiversidad, el uso de territorios como sumideros, el cambio climático... El deterioro ambiental provoca una escasez esencial que hace difícil la permanencia en el territorio. Las migraciones responden con frecuencia a esa dificultad para la vida, unida en alguna medida a la búsqueda de los niveles de consumo que se exhiben desde el escaparate de los países ricos.
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En las grandes urbes, destino de esa avalancha de gentes expulsadas y migrantes, la economía de mercado es la única vía para resolver muchas de las necesidades básicas. La pobreza urbana, especialmente la de las llamadas ciudades miseria, es más desoladora por la cercanía del espectáculo del sobre-consumo y la inaccesibilidad de los recursos básicos y las redes sociales de apoyo. Desarmados los sistemas de ayuda mutua y eliminado el acceso a una tierra productiva, crece la dependencia del sistema económico y el riesgo de indigencia. Pero conviene no olvidar que "la gente no muere por falta de dinero, sino por falta de recursos" [3]. En el caso de las mujeres, a menudo excluidas de trabajos monetarizados y separadas de la tierra, responsabilizadas de la crianza y la atención a los miembros más débiles de la familia, la escasez, si cabe, se multiplica.
Este último mecanismo de creación de escasez, el deterioro de los recursos para la vida, a diferencia de los anteriores, no aumenta la abundancia absoluta en el grupo más poderoso, pero si la relativa. En todo caso reduce -a diferentes velocidades según los colectivos- las posibilidades de futuro de toda la especie humana.
La pobreza es pobreza del planeta
Si preguntáramos a la Tierra qué significa la palabra pobreza no hablaría de indicadores monetarios ni haría recuento de quienes viven con menos de un dólar al día. Probablemente nos mostraría vastos territorios deforestados, animales huyendo, cauces secos, especies extinguidas, poblaciones humanas desplazándose tras fuentes de agua o escapando de riadas, culturas que han perdido el sentido en urbes en las que sobran... un mundo en el que enormes poblaciones humanas han sido separadas de los recursos que les permitían la supervivencia y desplazadas a espacios urbanos superpoblados, donde ese acceso a los recursos básicos exige la mediación del mercado y en consecuencia del dinero. Un mundo en el que las economías de subsistencia van siendo progresivamente arrinconadas, expulsadas, deslegitimadas o ilegalizadas.
La Tierra nos ofrecería probablemente una imagen de pobrezas encadenadas: la pobreza vegetal, arrastrando tras de sí pobrezas animales y humanas, atmósfera, suelos y aguas empobrecidas. Hablaría del olvido de la interdependencia y de la ruptura de los ecosistemas vivos y señalaría a los seres humanos -algunos seres humanos- como primera causa de devastación.
Dada la complejidad del concepto, quizá conviene distinguir entre dos términos cercanos pero significativamente diferentes: pobreza y miseria (3). El primero se refiere a la dificultad de acceso a consumos superfluos, aunque manteniendo el abastecimiento de productos básicos. En las economías de subsistencia, integradas en el territorio, la pobreza no es una desgracia, sino un modo de vida sencillo en un mundo que tiene sus reglas. Los planes de desarrollo y de lucha contra la pobreza, dice Vandana Shiva, eliminaron la pobreza en el Sur, enviando a poblaciones enteras a la miseria, es decir, a modos de vida que simultanean consumos superfluos con carencias básicas para la supervivencia. Esta distinción entre pobreza (vida sencilla) y miseria (carencia de lo fundamental) es clave pues discrimina entre la vida sobria, aunque suficiente y sostenible para el planeta, de la éticamente insostenible.
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Desde esta mirada más global podemos aventurar una posible definición de la pobreza (quizá sería mejor llamarle ya miseria): la consecuencia del hurto de los recursos naturales que permiten la supervivencia autónoma de una comunidad en su territorio. Tanto en el norte como en el sur miseria significa desposesión y falta de control sobre los recursos para organizar y mantener la vida de forma comunitaria.
Estamos indisolublemente ligados a nuestro planeta. Los problemas ambientales son problemas socio-ecológicos. Los problemas sociales son también socio-ambientales [4]. Deuda ecológica, ecología de los pobres, justicia ambiental, refugiados ecológicos, conflictos ecológico-distributivos, son algunos nombres de las luchas que comprenden la interdependencia entre los seres humanos y el medio vivo del que forman parte. Estas luchas muestran que nuestras miserias, las humanas y las del resto de la biosfera, están encadenadas.
Si observamos la naturaleza, ejemplo de empresa de amplio éxito en el tiempo, veremos cómo los ecosistemas no se han dedicado a sobreacumular de forma desigual para lograr su supervivencia, sino a mantener una diversidad y un equilibrio que les permitiera enfrentarse de forma colectiva a ciertas alteraciones del medio. El funcionamiento de la naturaleza practica la virtud del equilibrio. Sabe que por encima de cierto umbral, más es menos y por debajo de éste, menos es más. El principio cuanto más mejor que subyace a las prácticas de acumulación de la economía de mercado, se manifiesta no sólo inviable en un sistema limitado, sino radicalmente desajustado y torpe.
La lucha contra la riqueza
Curiosamente las reflexiones sobre la reducción de la pobreza no suelen relacionarse con las reflexiones sobre la riqueza. Las medidas comparativas para definir la primera (menos del 50% o del 25% de la renta nacional) no conducen en ningún caso a propuestas interdependientes. ONG, programas locales u organismos internacionales mantienen la pretensión de realizar intervenciones para reducir la pobreza, sin alterar los niveles de riqueza monetaria. Ésta ha sido la fórmula propuesta por los Estados del Bienestar.
Desde este particular modo de igualación que sólo contempla el camino hacia arriba, la lucha contra la pobreza ha adoptado estrategias de mínimos (salario mínimo, rentas mínimas, cobertura sanitaria, pensiones mínimas) con la pretensión de hacer escalar a la población por encima de la línea de determinado umbral de consumos.
Esta pretensión eternamente incumplida de extender la riqueza implica la presunción de vivir en un mundo de recursos infinitos, con una tecnología omnipotente -sólo hay que esperar que encuentre la solución- y cargado de buena voluntad, en el que todos los seres humanos podremos alcanzar niveles altos en los consumos que nos satisfacen.
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Sin embargo en un mundo lleno en el que la capacidad de carga del planeta ha sido superada hace ya años [5], en el que no está asegurada la soberanía alimentaria de una mayoría, en el que los recursos más elementales como el aire o el agua limpios empiezan a escasear y está en duda la supervivencia de las próximas generaciones, no es admisible mantener esta pretensión de enriquecimiento.
Parece obvio que la eliminación de la pobreza no es posible sin atajar drásticamente los altos niveles de devastación y de consumo de buena parte de la población del norte. La lucha contra la riqueza en el sentido económico de la palabra, que presupone hurto y despilfarro, será mucho más urgente y más eficaz que la supuesta y siempre fracasada lucha contra la pobreza.
Desde un análisis ecologista y desde la consideración de un planeta limitado en materiales que ha tocado techo, es irresponsable pretender un aumento de consumos necesarios en una parte de la población, sin abordar una disminución radical de consumos en aquella otra parte que extiende su huella ecológica mucho más allá de sus fronteras. Dicho de otro modo, en la lucha contra la pobreza es necesario incorporar a las estrategias de mínimos, las estrategias de máximos. Imaginemos unas políticas que asuman la limitación y definan un umbral máximo en el uso de determinados recursos, unas políticas de máximos que fijen límites por arriba: consumos máximos de agua, de energía, rentas máximas... No es fácil imaginar estas prácticas en un mundo gobernado por la economía de mercado y el capitalismo que contempla con horror cualquier regulación del consumo. Y, sin embargo, puede ser la única propuesta honrada con quienes sufren, con quienes sufrirán la miseria y con todos los y las habitantes del planeta. Notas [1] SAHLINS, MARSHALL: Economía de la edad de piedra, Madrid, Akal, 1977
[2] NAREDO, JOSÉ MANUEL: "Sobre pobres y necesitados" en RIECHMANN, J., Necesitar, desear, vivir, Madrid, Los Libros de la Catarata, 1998.
[3] SHIVA, VANDANA: Abrazar la vida, Madrid, Horas y Horas, 1995.
[4] MARTÍNEZ ALLIER, JOAN: El ecologismo de los pobres, Icaria, Barcelona, 2005
[5] RIECHMANN, JORGE: Biomímesis, Los Libros de la Catarata, Madrid, 2006
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qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Las mujeres, despojadas de su wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui tierra mientras se instalan los inversores opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Nidhi Tandon hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
Las mujeres, despojadas de su tierra mientras se instalan los inversores Nidhi Tandon Fundadora y directora de Networked Intelligence for Development y activista1 El 12 de marzo de 2010 Kooya Timan viajó 66 kilómetros a la oficina en Arusha de la red de ONG Ngorongoro donde pasó la noche para atender mi llamada al día siguiente. Kooya, madre de cinco hijos, nació y creció como masái.2 Este pueblo vive del pastoreo en el noreste de Tanzania; los recursos naturales y el ganado con esenciales en su forma de vida. Las mujeres masái figuran entre los grupos más marginados de la sociedad tanzana. Kooya, de 37 años, cultiva judías (maharage) y maíz (mahindi) para alimentar a su familia. Afirma que «nuestra vida es más dura que nunca. La tierra es pobre. Hemos perdido mucho ganado por infecciones víricas3 y por hambre. Los niños no van a la escuela». Las pocas vacas y cabras que les quedan dejan a su familia en una posición de precariedad extrema. Sobreviven con una dieta mínima porque los recursos de los que dependen ya no son suyos. Kooya no tiene tierra suficiente para cultivar excedente para venderlo en el mercado local. «Muchas mujeres se encuentran sin casa y emigran a las ciudades cercanas para buscar trabajo», dice. El acaparamiento de tierras dedicadas al pastoreo no es un fenómeno reciente; lo que quizá es diferente esta vez es que la desposesión se ha intensificado con la globalización, es más difícil de seguir la pista y más sorda a los derechos de los pobladores. En 1984 Tanganyka Breweries Ltd. y sus socios inversores decidieron destinar 10.000 hectáreas de tierra en esta zona al cultivo de cebada para sus bebidas. El acaparamiento de tierra continúa hoy en varios formatos, con la cesión a terceros de terrenos para proyectos turísticos, conservación, minería de piedras preciosas o plantaciones. La tierra se divide en parcelas y se reparte entre los inversores extranjeros; por su parte, los consejos locales se enfrentan a una tarea titánica para reclamar las tierras o negociar los derechos de uso para los ganaderos y agricultores locales. Los líderes espirituales masái –los laibon–, que representan a sus 1
Traducción: Nuria del Viso. Ver p. 27, recuadro 3.1 de M. Dowie, Conservation Refugees: The hundred-year conflict between Global Conservation and Native Peoples, MIT Press, Cambridge (MA., EE UU), 2009. 3 Las crías de ñu portan en sus mucosas nasales un virus que es mortal para el ganado doméstico. A medida que crece la población de ñus, también aumenta la amenaza para el ganado si los masai no retiran constantemente sus rebaños de las praderas donde pastan los ñus. 2
Boletín ECOS nº 16 – sept.-nov. 2011 – ISSN - 1989-8495 – CIP-Ecosocial www.fuhem.es/cip-ecosocial
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comunidades, son excluidos de estas decisiones. Las mujeres, sobra decirlo, se encuentran en el último escalón y sin voz en estos asuntos. Esta región es famosa por su belleza natural. Algunos lugares turísticos destacados incluyen el cráter de Ngorongoro, el desfiladero de Olduvai y el volcán activo Lengai. Algunos artefactos hallados en la región indican que pueblos pastoralistas han habitado la zona desde hace al menos 2.500 años. Según el coordinador de la red de ONG Ngorongoro, Samwel Nangiria, «las tierras de la comunidad están siendo usurpadas por el gobierno y grandes empresas de Oriente Medio y América del Norte con fines de “conservación”. Los últimos nueve meses hemos trabajado duro tratando de recuperar las tierras de ocho pueblos que había acaparado el gobierno para entregársela a la familia real de Dubai».4 Y continúa, «En Loliondo quemaron 300 casas, unas 1.800 personas se quedaron sin hogar y más de 100.000 cabezas de ganado se quedaron sin agua ni pasto entre julio y diciembre de 2009. Según informaron, una mujer fue violada por policías enviados por el gobierno para expulsar por la fuerza a los pobladores de estas tierras». En la mayoría de los casos, las órdenes de expulsión de tierras son dictadas directamente por el gobierno central. «No nos sorprendería si al día siguiente escuchamos que la granja se ha vendido a un tercero y el incidente se saldó con la expulsión de los pobladores. En resumen, el valor de la tierra en áreas clave de Ngorongoro se ha revalorizado de forma astronómica recientemente y su transferencia se produce en pocos segundos».5 En el congreso de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza de noviembre de 2004, Martin Saning’o, un líder masái, explicó que «nuestros usos agroganaderos polinizan diversas clases de semillas y mantienen corredores entre los ecosistemas». Sin embargo, en línea con la nueva moda de la “biodiversidad”, más de 100.000 masáis han sido desplazados de sus tierras tradicionales.6 Kooya Timan no duda de que son las mujeres y los niños los que más sufren. Me informa, como miembro de un grupo de mujeres pastoralistas, que cada miembro contribuirá con 500 chelines tanzanos (1,5 $) para enviar una delegación de mujeres que exponga sus preocupaciones al ministro de Recursos Naturales y Turismo en la capital. Una misión anterior al Congreso en diciembre de 2009 fue bloqueada. Cuando se le pregunta qué necesitan realmente las mujeres, Kooya no lo duda, «necesitamos que nuestras voces se escuchen a diferentes niveles, en nuestro gobierno pero también en las redes de mujeres de todo el mundo, que nos apoyarán. Nuestro gobierno nos margina pero también los hombres de nuestras comunidades, a pesar de que las mujeres somos mayoría en las comunidades. Necesitamos un gran movimiento para que el gobierno rinda cuentas». Una historia similar se escucha en el vecino Malawi, a menos de 1.500 kilómetros. Illovo Sugar Ltd.7 tiene dos fábricas en Malawi, una en el distrito de Nkhotakota, en la región central, y otra en el distrito de Chikhwawa, en el sur.
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Correspondencia de e-mail con Samwel Nangiria, 12-15 de marzo de 2010. Samwel Nangiria, Gaspar Leboy y William T. Olenasha. Documento no publicado. 6 M. Dowie, Conservation Refugees..., Op. cit. 7 Illovo es el mayor productor de azúcar en África (y no es una sorpresa que sea el productor mundial de azúcar con el menor coste); posee grandes plantaciones y fábricas en seis países africanos. Su producción supera los seis millones de toneladas de caña y dos millones de toneladas de azúcar al año. Actualmente Associated British Foods posee el 51%. Sus ventas a mercados preferenciales en la UE y EE UU, junto a las realizadas a mercados de la región en África, componen los mercados más rentales de Illovo, seguidos de las exportaciones de materia prima para el mercado mundial. 5
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Chikhwawa (que significa delta en el dialecto local) es tierra cultivable de primera calidad en torno al río Shire que fluye hacia el océano Índico. Los pobladores de Thom Chipakuza han protagonizado disputas por la tierra con la compañía azucarera desde hace más de una década. El líder local, Nickson Stansha, explicó que en 1974 Lonrho pagó a la población por la mitad del terreno. Algunos se marcharon y se reasentaron en tierras ofrecidas por el gobierno dentro del distrito. A los que se les prometió el pago permanecen en la tierra esperándolo. Sin su conocimiento, esta tierra se revendió a Illovo Sugar, que tomó posesión en 2009 y les compensó solo por sus casas y los cultivos. Un campesino recibió solo 583 $ por los cultivos, pero ahora no tiene tierra para cultivar alimentos. A medida que aumenta la demanda de azúcar para alimentación y como combustible se está duplicando la expansión de los cultivos de caña de azúcar. Las pequeñas plantaciones están en aumento, tanto en Chikhwawa como en Nikhotakota, mientras que los límites de la plantación existente se expanden a las tierras de labor adyacentes. Modester Luka8 es una agricultora en el área de Paramount Chief Lundu en Chikhwawa. Es una de las pequeñas agricultoras cuya vida y sustento depende de la tierra, aunque carece de derechos seguros sobre ella. En su parcela, mientras sostiene a su bebé en brazos, habla de los acuerdos de tierra que se producen en su área. «Antes esto era tierra virgen. Teníamos que trabajar duro para su desmonte, quitar piedras y cortar árboles y arbustos. Lo hicimos para poder cultivar la tierra en los bancos del río. Esta tierra que nos ha proporcionado nuestro líder local era tierra marginal en la que dependíamos completamente de la lluvia. Sin embargo, ahora la lluvia es tan impredecible que no podemos depender de ella para producir alimentos para la familia. Estábamos tan desesperadas que nos trasladamos para utilizar esta tierra del delta. Pero esta tierra no es nuestra, pertenece a cierto hombre del pueblo, que a cambio recibe siete tazones de maíz de cada una de nosotras cada temporada. Tememos lo que puede pasar teniendo en cuenta que esta tierra también ha sido señalada por Illovo Sugar Company como terreno para una potencial plantación de caña de azúcar. Estamos seguras de que el dueño lo venderá a cambio de lo que le de la compañía, y cuando lo haga, las mujeres y los niños seremos los que sufran. Habitualmente los acuerdos sobre tierra los realiza el jefe y las reducidas elites (hombres) de la comunidad y a nosotras solo nos consultan cuando hay que hacer las maletas y marcharse». ¿Qué significa el acaparamiento de tierras para las mujeres rurales? El impacto del acaparamiento de tierras sobre las mujeres rurales se manifiesta en tres facetas: a) Presiones sociales: disrupción general de la vida de la comunidad causada por la expansión del modelo agrícola industrial, que genera expulsiones y desplazamiento forzado. Esta alteración genera rupturas en la estructura familiar; aumento del alcoholismo, uso de drogras y crimen; proliferación de enfermedades, incluyendo VIH/SIDA y tuberculosis; y la perpetuación del ciclo de pobreza que conlleva una pobre alimentación, educación inadecuada y enfermedad. Cuando la gente es realojada en nuevos lugares para hacer hueco para grandes inversiones en tierras, las instituciones comunitarias y las redes sociales se debilitan; los parientes quedan dispersos; y la identidad cultural, la autoridad tradicional y el potencial para la ayuda mutua se reducen o 8
Entrevista con una agricultora, distrito de Chikhwawa, 7 de noviembre de 2010.
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desaparecen. En estas situaciones es muy fácil para los ancianos, los enfermos y otros grupos vulnerables se queden aún más aislados. Algunas investigaciones de desarrollo agrario han mostrado que el capital social es una condición previa de la gestión sostenible de los recursos, y esta es la razón por la que la cohesión social es tan importante. b) Presiones económicas: son parte de un ciclo de causa y efecto que impone mayores cargas, tanto sobre el tiempo de las mujeres como en su capacidad para generar ingresos. Entre los diferentes factores que contribuyen a esto figura la desaparición de bienes comunes, con recursos que suelen utilizar las mujeres para alimentación y subsistencia, como productos del bosque, agua y pasto. Esto no solo pone a las mujeres en mayor riesgo por la posible pérdida de acceso a estos recursos naturales, sino que también las vincula más firmemente a la “economía monetaria” porque necesitan ganar dinero para pagar por necesidades como el agua y los medicamentos. Así, economías basadas en la naturaleza se convierten en economías basadas en el dinero; este cambio obliga a muchas mujeres a emigrar o a entrar en la industria del sexo para poder alimentar a sus familias. c) Presiones ecológicas: cuando una zona se despoja de sus recursos naturales, la población local queda con sus posibilidades diezmadas y en un limbo, incapaz de construir un futuro sostenible o volver a su forma de vida tradicional. Es necesario investigar más sobre las expulsiones y reasentamientos y cómo afectan de forma diferenciada a mujeres y hombres (y niñas y niños). En África subsahariana, la creciente competencia por la tierra tiene un impacto inmediato en las opciones de uso de la tierra por parte de las mujeres. En la práctica, ellas son las primeras en ser apartadas, lo que influye negativamente y de forma inmediata sobre su sustento, sus ingresos y, consecuentemente, sobre la disponibilidad de alimentos y otros gastos necesarios para la subsistencia. Estos son “sólo” los impactos económicos. Los efectos a largo plazo incluyen la amenaza a la herencia y el legado del sistema de conocimiento de las mujeres, sus relaciones socio-culturales con la tierra y la naturaleza, así como la gestión y el cuidado de la tierra y sus habitantes. Las combinaciones de estos factores amenazan los ya estrechos límites en los que se mueven las mujeres rurales. Las formas en las que el acaparamiento de tierra afecta a las mujeres campesinas no es tan particular. Es la continuación y afianzamiento de un modelo diferenciado en base al género en la mayoría de las actividades. Las mujeres campesinas componen la mayor parte de los analfabetos y los no informados (o malinformados) dentro de los pobres y están implicadas y se ven afectadas por este tipo de decisiones negativamente de muy diversas formas. Por su estatus social, la mujer parte de una posición de desventaja comparativa con el hombre, pese a la existencia de cláusulas de no discriminación en las normativas nacionales y el hecho de que las mujeres son en realidad el “aglutinador” que mantienen unidas a las comunidades rurales. Un sondeo de 2002 en Malawi mostró que las mujeres campesinas tenían tres veces más probabilidades que los hombres de tener cerrado el acceso a la educación formal, y en el bloque de aquellos que han recibido de uno a cuatro años de educación las mujeres mostraban peores porcentajes. En la zona de montaña los hombres tenían
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más probabilidad de ser contratados para trabajo ganyu9 que las mujeres y poseían más carros de bueyes y bicicletas que ellas. Los cabeza de familia hacían un mayor uso de fertilizantes, área de cultivo y área total que las mujeres agricultoras, lo que indica una mayor disponibilidad de tierra, trabajo y dinero para los agricultores varones.10 En un estudio de caso en poblaciones del distrito de Congwe en Zambia, aparte de una ligera diferencia en el ranking de mujeres y hombres en el acceso y control de los recursos del pueblo, resulta evidente que los hombres tienden a controlar los recursos de alto valor, como la tierra, el ganado (porcino y caprino), el maíz y herramientas importantes, mientras que las mujeres controlan los recursos de poco valor, como el cultivo de cacahuetes, calabazas y mijo, la cría de orugas y patos, además de las herramientas menos valiosas, como las hoces. En términos generales, los patrones de uso de la tierra en las últimas décadas apuntan a una serie de factores: Reducción de recursos: -
Cuando aumenta el precio de la tierra las mujeres se enfrentan a presiones para su exclusión por parte de los parientes varones u otros miembros de la comunidad; Las mujeres que ya se encuentran en una situación vulnerable corren el riesgo de sufrir una mayor marginación a través de la especulación de la tierra y los costosos sistemas de transferencia de derechos de la tierra; Cuando suben los precios de los alimentos las mujeres deben encontrar el dinero para comprar comida, comprometiendo más su propia ingesta nutricional y sacrificando otras necesidades para poder alimentar a su familia; Si se adoptan medidas de compensación para los campesinos, las mujeres tienen menos posibilidades de ser receptoras directas de compensaciones financieras; Con el cultivo de árboles y especies que demandan mucha agua, las mujeres, que dependen del agua de fuentes cercanas (arroyos o ríos), deben caminar mayores distancias para cubrir sus necesidades o se ven obligadas a comprar agua.
Silenciada su voz y su control sobre las decisiones: -
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En cuanto un recurso gana valor comercial en el mercado internacional de materias primas, el control local y las decisiones sobre ese recurso pasan rápidamente de manos de las mujeres a las de los hombres; Incluso dentro de movimientos autóctonos, como las asociaciones sindicales de campesinos, las mujeres se encuentran en el escalón inferior; a menos que ya se encuentren en posiciones de liderazgo, los temas que las preocupan pasan a un segundo plano; Al excluir a las mujeres del acceso a la tierra y eliminar el control que ejercen sobre la producción de alimentos, un cuerpo enorme de conocimientos, prácticas
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Ganyu es el término común en Malawi para denominar la unidad de trabajo que se contrata individualmente y normalmente se paga en jornales diarios. 10 R. A. Gilbert, S. D. Webster, T. D. Benson. «Gender Analysis of a Nationwide Cropping System Trial Survey in Malawi», African Studies Quarterly, vol. 6, nº 1, 2002. http://web.africa.ufl.edu/asq/v6/v6i1a9.htm
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y técnicas autóctonas que durante siglos han salvaguardado la integridad de la tierra, las semillas, el suelo y el valor nutricional de los alimentos se perdería; Al tiempo, los sistemas de valoración económica ce los ecosistemas y de la biodiversidad están otorgando prioridad a la monetarización de los recursos naturales y a la función de los bosques como meros sumideros de carbono por delante de la complejidad de los servicios que ofrece la naturaleza.11 Las políticas internacionales sobre cambio climático legitiman estas propuestas de valoración, sin tener en cuenta el papel que desempeñan las mujeres.
Dependientes de y luchando por ingresos: -
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Las mujeres, mayores o jóvenes, se ven abocadas a situaciones más comprometidas y arriesgadas –actividades ilegales (robo de ganado) o matrimonios tempranos– como modo de generar ingresos. Si se ven al límite, las mujeres realizarán actividades cada vez más arriesgadas, como muestra el hecho de que cada vez hay más presidiarias, por ejemplo, en Zimbabwe; Mientras que aumenta el número de necesidades (incluido el alimento) que solo pueden atenderse con dinero, las actividades que proporcionan ingresos a las mujeres se reducen. Ello se ve agravado por una infraestructura bancaria rural que no atiende a este grupo de clientela, lo que también significa que las mujeres no puede generar ahorros o crédito de lo poco que ganan y están a merced de los prestamistas; Es difícil que las mujeres consigan o mantengan un contrato laboral o empleo temporal cuando están, de hecho, compitiendo con los hombres en el mercado de trabajo formal, mientras que mantienen todas sus responsabilidades en la esfera informal y en la comunidad.
Acaparamiento de tierras, cosechas y trabajo Aunque hay diferenciaciones de género en cuanto al tipo de cultivos que emprenden hombres y mujeres, existe una distinción mayor entre las cosechas para la exportación para generar ingresos vs las cosechas para consumo local.12 Lo que se hace evidente una y otra vez es que las mujeres pierden el control sobre las cosechas que cultivan tan pronto como éstas se comercializan. Con el precio del petróleo como factor clave en la producción de las materias primas –incluyendo cereales, oleaginosas, tubérculos y madera–, la evolución de precio sugiere que van a seguir elevados. Ello tiene importantes implicaciones para las cosechas que cultivan las mujeres como alimento, como la yuca o el aceite de palma, que ahora también tienen un valor potencial como agrocombustibles. En el pueblo de Kugwe en el noroeste de Camerún, donde se cultiva aceite de palma para generar ingresos, el aumento de la demanda internacional ha añadido presión sobre las mujeres. Las plantaciones de palma aceitera son propiedad del cabeza de familia y el procesado de cualquier cosecha es trabajo de las mujeres. En el caso de la palma aceitera, aplastan con los pies los frutos para extraer el aceite. A la hora de compartir los ingresos, sin embargo, el procedimiento para la venta del aceite de palma procesado corresponde al cabeza de familia. Por cada 40 litros de aceite de 11
Ver, por ejemplo, el proyecto liderado por P. Sukhdev, The Economics of Ecosystems and Biodiversity (TEEB). http://www.teebweb.org/InformationMaterial/TEEBReports/tabid/1278/Default.aspx 12 En algunas partes de África, particularmente en el oeste, los hombres y las mujeres casados tienen responsabilidades y actividades muy diferenciadas, que alcanzan a tipos de cosecha, tierras de labor, tareas e ingresos separados. En muchos países estas distinciones se han ido suavizando.
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primera calidad, la mujer recibe siete litros para uso doméstico. El aceite restante se distribuye a partes iguales entre las procesadoras y el propietario. A menudo las mujeres y niños juntan la fibra y extraen aceite de menor calidad para completar su remuneración. Las mujeres son también quienes transportan principalmente el aceite procesado, recogiéndolo de las plantaciones y llevándolo al mercado, a unos ocho kilómetros. Esto implica acarrear de 20 a 40 litros de aceite de palma (a veces, a un bebé también) a la espalda por caminos pedregosos y colinas empinadas. Las plantaciones promovidas por inversores de iniciativas de agricultura industrial conllevan implicaciones de género respecto al empleo y el ingreso. Por su propia naturaleza, las plantaciones agrícolas (a diferencia de las orgánicas de pequeña escala o de permacultura) no son intensivas en trabajo. Aunque puede haber posibilidades de trabajo temporal en la cosecha (estimada en tres trabajadores por hectárea), la probabilidad de mecanización es muy alta, lo que reduce mucho el número de empleos. En los trópicos, 100 hectáreas dedicadas a productos para la familia generera unos 35 empleos. Las plantaciones de aceite de palma y de caña de azúcar proporcionan diez empleos, dos las de eucaliptus, y las de soja tan solo medio puesto de trabajo por 100 hectáreas, todos ellos mal pagados.13 Cuando existe alta competencia por el empleo, las mujeres tienen menos posibilidades de introducirse en el mercado laboral. En ciertas situaciones, la gran presión física excluye a las mujeres de un plumazo. Las plantaciones de caña de azúcar pueden emplear a mujeres plantar, limpiar rastrojos y, muy ocasionalmente, conducir tractores, pero cortar caña es físicamente extenuante. Así, las mujeres pierden fuentes de ingresos cuando más y más tierras se utilizan cosechas comerciales. El documento de trabajo sobre las implicaciones de género de la expansión de los agrocombustibles en Mozambique (Working Paper on the Gender Implications of Biofuels Expansion: A CGE Analysis for Mozambique) presenta un modelo de equilibrio general computable para evaluar las implicaciones sobre el empleo y la pobreza del cultivo de jatrofa. Su cálculo pone de manifiesto que por cada 100 hectáreas de cultivo de jatrofa sólo se emplea a doce personas y para producir 10.000 litros de agrocombustible son necesarias tan solo unas once personas. Una entrevista con una mujer mozambiqueña cultivadora de jatrofa sugiere que otras actividades agrícolas se resienten como consecuencia del trabajo de la mujer en la jatrofa.14 Las implicaciones del sector maderero sobre las mujeres El continente africano exporta el mayor porcentaje de madera sin procesar y procesada al nivel global y este volumen va a aumentar con el acaparamiento de tierras (aportando el 20% de la producción, en comparación con el 11% de Asia y menos del 1% de América Latina).15 Habitualmente definidos como proyectos de “desarrollo forestal”, realmente se trata del cultivo de especies de rápido crecimiento, como el eucalipto, y maderas duras en grandes plantaciones. Estos “monocultivos de árboles” o “bosques artificiales” no poseen todos los elementos de diversidad de hierbas, arbustos y plantas polinizadoras que componen un verdadero bosque. Las principales especies de árboles 13
E. Holt-Gimenez; R. Pattel; A. Shattuck, Food Rebellions! Crisis and the Hunger for Justice, Fahamu Books, Oxford, 2009, p.72. 14 Extracto de M. Mota, Potential changes in Mozambican farming systems due to Jatropha introduction for biodiesel”, Trabajo final del master Plant Production Systems, Netherlands’ Directorate-General for International Cooperation / Wageningen University and Research Centre, Wageningen, 2009. 15 A. Molnar et al., Large acquisition of rights on forest lands for tropical timber concessions and commercial wood plantations, International Land Coalition, January 2011. http://www.rightsandresources.org/documents/files/doc_2242.pdf
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son zarzo (de donde se extrae tanino y astillas), pino (para madera en tablas), eucalipto (para pasta de papel o productos de celulosa) y, más recientemente, biochar. Solamente en Mozambique existen más de doce proyectos de catorce compañías, principalmente europeas, en cinco provincias con unas inversiones que se acercan a 11.000 millones de dólares. En noviembre de 2010, TimberWatch estimó que el área total de plantaciones madereras en Mozambique superaba el millón y medio de hectáreas. Según un informe de enero de 2011,16 la inversión y comercio global en bosques está en aumento. El informe afirma que «hay poca coherencia entre las cláusulas contractuales escritas y lo que se implementa realmente en las tierras de bosques adjudicadas o designadas para adjudicación. Las discrepancias se manifiestan en la ubicación de las concesiones, los volúmenes extraídos y los ingresos generados, la rentabilidad, el impacto en la sostenibilidad del bosque, incluyendo la futura regeneración de especies madereras para la comercialización; solapamiento con las comunidades locales e indígenas; incumplimiento de las regulaciones sociales y medioambientales, incluyendo los requisitos de consulta y participación local; y la protección de los modos de vida y los valores sociales y culturales». Algunos estudios han mostrado que el papel de las mujeres africanas en la silvicultura es variado, incluyendo tanto usos de subsistencia como comerciales. Las mujeres son las principales recolectoras de madera para combustible, frutos, forraje y otros productos forestales no madereros para el consumo doméstico y la venta en el mercado local. Debido a que tradicionalmente han dependido de los recursos forestales, las mujeres son quienes habitualmente conservan el conocimiento tradicional sobre el uso y gestión forestal (por ejemplo, el valor calorífico de las especies maderables).17 A medida que se establecen grandes plantaciones forestales, disminuye el acceso de las mujeres a la riqueza forestal. En Mozambique el principal impacto en los últimos años sobre los campesinos de la provincia de Niassa de las plantaciones de pino y eucalipto ha sido la usurpación de tierras comunitarias por parte de empresas. Las mujeres componen una buena parte de la fuerza de trabajo empleada en las plantaciones; su implicación está por lo general confinada a tareas físicas menores (y mal pagadas), como quitar las malas hierbas o decapar la corteza de los árboles. Al tiempo, estas mujeres deben responsabilizarse de la gestión doméstica, la crianza de sus hijos y numerosas tareas más. En el caso de la agricultura subcontratada, especialmente cuando el cabeza de familia masculino está ausente, las mujeres tienen que asumir la responsabilidad adicional de proteger y gestionar el bosque, recibiendo poco a cambio, ya que en la mayoría de los casos los ingresos por la venta de madera va directamente al hombre, que habitualmente es el beneficiario legal del acuerdo de subcontratación.18 La sed insaciable de las plantaciones con especies de crecimiento rápido tienen un impacto en la superficie acuática y las fuentes de agua, secando los arroyos y los humedales. Con frecuencia, los riachuelos, que normalmente hubieran llevado agua todo el año, se vuelven temporales y llevan agua sólo en los meses de lluvia. Esto 16
Ibid. K. Eckman, Gender Mainstreaming in Forestry in Africa – Zambia, estudio de la FAO, 2007. ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/010/k0741e/k0741e00.pdf 18 «South Africa: Working conditions and the contract labour system in timber plantations», World Rainforest Movement, boletín nº 122, septiembre de 2007. http://www.wrm.org.uy/bulletin/122/South_Africa.html http://www.globalforestcoalition.org/img/userpics/File/publications/Certification-agrofuels.pdf 17
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significa invariablemente que las mujeres se ven obligadas a emplear aún más tiempo en acarrear agua para las necesidades domésticas diarias, o comprar agua embotellada. Implicaciones del sector de agrocombustibles para las mujeres Se trata de un sector dinámico y en crecimiento que atrae capital e investigación en tecnologías para la biomasa. La inversión total en “energía renovable” en el continente africano ronda entre 750 millones de dólares (2009) y 3,6 millones (2010).19 La producción de agrocombustibles (etanol y biodiesel) en África va a aumentar con mucha probabilidad, dado el tirón de la demanda externa en la UE y el Lejano Oriente. Lo que aún no está claro es en qué medida se van a cultivar agrocombustibles para la exportación en grandes plantaciones y cuánto en pequeñas explotaciones para uso local y para proporcionar ingresos adicionales. Las grandes plantaciones en África se destinan a aceite de palma, caña de azúcar o jatrofa, aunque probablemente se va a cultivar también maíz y otras plantas oleaginosas. Los productos utilizados para agrocombustibles incluyen cosechas como caña de azúcar, sorgo dulce, yuca, maíz (para etanol) y jatrofa curcas, coco, girasol, soja y cacahuete (para biodiesel). Las pequeñas plantaciones se han dedicado hasta ahora principalmente a arbustos de jatrofa, utilizados como vallado o cobertura, y caña de azúcar. Los estudios de viabilidad han señalado a Mozambique, Malawi y Zambia como los países que presentan amplias zonas de tierras disponibles, particularmente para el cultivo de caña de azúcar. Un análisis de 2007 indicaba que «es improbable que la tierra constituya un factor limitante en el aprovechamiento del potencial bioenergético de la caña de azúcar». Entre los tres países mencionados se estima que pueden ponerse a disposición más de 3,7 millones de hectáreas solamente para la expansión de la caña de azúcar. La política energética de la UE incentiva directamente la demanda de agrocombustibles.20 Los objetivos comunitarios para este tipo de combustible está creando una demanda sin precedentes de cosechas para la exportación que se utilizan en este proceso. La cooperación al desarrollo europea apoya activamente la introducción de políticas de promoción de agrocombustibles en los países africanos. Los bancos europeos también están involucrados en la promoción de la producción de agrocombustibles con el pretexto de la “seguridad energética doméstica”. Los gobiernos europeos son en algunos casos propietarios directos de empresas que están invirtiendo en tierras para producir agrocombustibles. También es importante tener en cuenta la creciente demanda de madera, astillas y otros productos relacionados con el sector energético. Dado que seis países europeos (en orden descendente, Italia, Noruega, Alemania, Dinamarca, Reino Unido y Francia) son los que destinan la mayor inversión extranjera directa en agricultura y agrocombustibles, no puede ser ignorado su papel en todo ello, lo que requiere un examen más profundo. Conclusiones El efecto combinado del estatus social de las mujeres, su falta de voz en las decisiones en torno a las tierras de cultivo y la tendencia a primar las cosechas para la exportación supone que las mujeres son pocas veces, si es que alguna, involucradas en las consultas o firmas de los grandes acuerdos sobre tierras. Por lo general, las mujeres 19 20
Ibid. Global Trends in Renewable Energy Investment 2011, Frankfurt School / UNEP, julio de 2011.
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llegan a saber de los acuerdos en su fase final o en las fases de implementación, mucho después de que se hayan sellado los términos y condiciones entre el inversor y el departamento correspondiente del gobierno. Los procesos de consulta locales consisten más en “decirles lo que va a pasar” que en “preguntarles lo que debería ocurrir”. Sin información previa y sin tener idea de lo que se está negociando (o de lo que está en juego), las mujeres rurales no están de ninguna manera en posición de movilizarse en torno a asuntos importantes antes de que se produzcan. Solo les queda “arreglárselas” o reaccionar cuando súbitamente se ven golpeadas por la realidad de que la tierra sobre la que se asientan ya no es para que ellas la exploten. Y que tienen que hacer las maletas y marcharse. La tierra es, en primer lugar, un tema político nacional. La respuesta y la gestión de las grandes inversiones en tierras es, en último término, una decisión política del gobierno. Los gobiernos necesitan distinguir entre aquellas inversiones que benefician a la economía local y a la ciudadanía rural y aquellas que servirán para explotar más los recursos naturales del país en detrimento y pérdida tanto de la naturaleza como de la población. Hace falta que sopesen los costes y beneficios de las condiciones y términos establecidos en los acuerdos de inversión, desde los tratados de comercio bilaterales hasta la agricultura subcontratada. Necesitan estipular pautas y procesos de rendición de cuentas que perfilen y enmarquen las inversiones en tierras de cualquier tamaño. En este marco político debe establecer una directriz y un compromiso para asegurar que la población indígena seguirá conservando sus tierras para las próximas generaciones y que se garantiza su seguridad alimentaria y los intereses para su supervivencia. Juntos, las organizaciones campesinas y de mujeres deben afirmar su espacio de forma que se defiendan y protejan sus intereses por parte de los gobiernos. Los asuntos sobre el uso de la tierra son asuntos de soberanía y, en última instancia, son solo los gobiernos nacionales los que pueden determinar el camino a seguir. Como dice Kooya Timan, «necesitamos un gran movimiento que mantenga al gobierno bajo control».
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qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Retraso de la edad de la procreaci贸n, incremento de la infertilidad y wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui aumento del recurso a la reproducci贸n asistida. Consecuencias opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg de la salud de los hijos. Natalia L贸pez Moratalla hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
Retraso de la edad de la procreación, incremento de la infertilidad y aumento del recurso a la reproducción asistida
RETRASO DE LA EDAD DE LA PROCREACIÓN, INCREMENTO DE LA INFERTILIDAD Y AUMENTO DEL RECURSO A LA REPRODUCCIÓN ASISTIDA. CONSECUENCIAS EN LA SALUD DE LOS HIJOS DELAY THE AGE OF PROCREATION, DECLINE IN FERTILITY AND INCREASED USE OF ASSISTED REPRODUCTION. RISK OF BIRTH DEFECTS Natalia López Moratalla Dpto. Bioquímica y Biología Molecular E-mail: natalialm@unav.es Sara Palacios Ortega Dpto. Bioquímica y Biología Molecular. E-mail: sportega@alumni.unav.es Universidad de Navarra
Resumen En los últimos años se ha producido un descenso progresivo de la fertilidad, originado, fundamentalmente por el envejecimiento de los óvulos en la mujer y en el hombre por alteraciones del material genético de los espermatozoides causados por factores ambientales acumulativos con el paso del tiempo. Los tratamientos de infertilidad, así como las técnicas de reproducción humana asistida —fecundación in vitro o inseminación— consisten, o están precedidas, por un tratamiento de estimulación ovárica que persigue la obtención de un número elevado de óvulos maduros en un ciclo. Esta estimulación no resuelve la cuestión esencial del cambio del patrón de modificación química, impronta parental, que ocurre en el proceso epigenético de la ovogénesis. Los óvulos inducidos a madurar y/o forzados a su fecundación, no Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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Natalia López Moratalla y Sara Palacios Ortega
aportan el genoma en la situación de estreno que en cada generación pasa de progenitores a hijos. Esos cambios afectan a la regulación de la expresión de un grupo de genes (conocidos como genes con impronta) durante el desarrollo embrionario del hijo; estas alteraciones pueden aportarle una predisposición a enfermedades poco frecuentes que tienen su origen precisamente en el descontrol de tales genes. Algunos factores que causan infertilidad pueden tener su origen en etapas tempranas de su desarrollo. Por ello, la infertilidad es ya un tema intergeneracional que hace necesario dar a conocer y alertar sobre los factores importantes, y las formas de vida, que dan origen a un problema emergente. Palabras clave: infecundidad, edad reproductiva avanzada, envejecimiento ovárico. Summary In recent years there has been a progressive decline in fertility, originated mainly on women by the aging of ovules and on man through changes in genetic material of sperm due to cumulative environmental factors over time. Infertility treatments and techniques of assisted reproduction, IVF or insemination, consist of, or preceded by ovarian stimulation treatment aimed to obtain a large number of mature ovules in one cycle. This stimulation does not resolve the crucial issue of changing the pattern of chemical modification, parental imprinting, which occurs in the epigenetic process of oogenesis. Ovules induced to mature and / or forced to fertilization, do not to provide a fresh genome to be passed in each generation passes from parents to children. These changes affect the regulation of expression of a gene cluster (known as imprinted genes) during embryonic development of the child, give him a predisposition to rare diseases that originate precisely in the chaos of such genes. Some factors that cause infertility can be traced to early stages of development. Therefore, infertility is already a generational issue. It is therefore necessary to inform and alert to important factors, and ways of life, giving rise to emerging problems. Key words: infertility; advanced reproductive age; ovarian ageing.
1. Descenso de la fertilidad en los últimos años
de planificación familiar natural1, muestra que la edad de la mujer afecta directamen-
La infertilidad se mide como número de ciclos requeridos para concebir. Se ha analizado en varios estudios en función de la edad. Uno de ellos realizado en 782 parejas de 7 países europeos en centros
1 Dunson, D.B., Baird, D.D., Colombo, B. «Increased infertility with age in men and women» Obstet Gynecol 103, (2004), 51-56; Bhattacharya, S., Porter, M., Amalraj, E., Templeton, A., Hamilton, M., Lee, A.J., Kurinczuk, J.J. «The epidemiology of infertility in the North East of Scotland». Human Reproduction 24 (12), (2009), 3096-3107.
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te a la capacidad de concebir a lo largo de dos años (18 o 24 ciclos), mientras que sólo afecta la edad del varón cuando la mujer es mayor de 35 años. De forma que a los 35 años del varón, si la mujer tiene entre 19 y 23 años, un 43% de las parejas conciben con relaciones a lo largo de 18 ciclos, y llega a ser un 63% con relaciones en 24 ciclos. Sin embargo, el porcentaje baja a 33% y 51% respectivamente si la mujer tiene 35. Y si el varón tiene 40 años o más, y la mujer 35, la infertilidad alcanza el 27% y 43% de las parejas. Las alteraciones genéticas, tanto de los óvulos como de los espermatozoides, pueden ser más probables a medida que pasa el tiempo y quizás sean las causas subyacentes a esta pérdida de fertilidad2. Se confirman así los resultados de estudios anteriores: a) sin control de natalidad hay una clara tendencia a la disminución de la fertilidad a partir de los 35 años y b) la capacidad reproductiva de una pareja está determinada principalmente por la edad de la mujer3, y c), el riesgo de sufrir 2 Thonneau, P, Marchand, S., Tallec, A., Ferial, M.L., Ducot, B., Lansac, J., et al. «Incidence and main causes of infertility in a resident population (1,850,000) of three French regions (1988-1989)». Human Reproduction 6(6), (1991), 811-816; Sartorelli, E.M., Mazzucatto, L.F., de Pina-Neto, J.M. «Effect of paternal age on human sperm chromosomes». Fertil Steril 76(6), (2001), 1119-1123; Eskenazi, B., Wyrobek, A.J., Sloter, E., Kidd, S.A., Moore, L., Young, S., et al. «The association of age and semen quality in healthy men». Human Reproduction 18(2), (2003), 447-454; Kidd, S.A., Eskenazi, B., Wyrobek, A.J. «Effects of male age on semen quality and fertility: a review of the literature». Fertil Steril 75(2), (2001), 237-248. 3 Menken, J., Trussell, J., Larsen, U. «Age and infertility». Science 233(4771), (1986), 1389-1394;������� Sartorius, G.A., Nieschlag, E. «Paternal age and reproduction». Human Reproduction Update 16, (2010), 65-79. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
infertilidad en una pareja es mayor en aquellas formadas por hombres y mujeres de edad avanzada ya que la pérdida de fertilidad de los hombres4 se produce de manera moderada y a edades avanzadas. Y, obviamente, ocurre con independencia de otros factores que pueden intervenir en la pérdida de fertilidad de una pareja, como son la disminución de la actividad sexual y los desequilibrios derivados de embarazos previos. Las funciones reproductivas son también5 sensibles a cambios físicos, psicosociales y químicos del ambiente. Por otra parte, además de la edad modifican la fertilidad otros factores; se han descrito6 el tabaquismo, el sobrepeso y el sedentarismo, la anorexia y la diabetes, así como las formas de vida estresantes. También los pesticidas pueden ser una posible causa de infertilidad en hombres. Desde hace más de una década, los «disruptores endocrinos ambientales» se reconocen como causantes de esterilidad en varones y en la descendencia —ya que las hormonas endógenas a las que esta expuesto durante la vida fetal son importantes para su capacidad reproductiva— ha ido cobran4 De La Rochebrochard, E., Thonneau, P. «Paternal age >or=40 years: an important risk factor for infertility». Obstet Gynecol 189(4), (2003), 901-905. 5 Younglai, E.V., Holloway, A.C., Foster W.G. «Environmental and occupational factors affecting fertility and IVF success» Human Reproduction Update 11, (2005) 43-57. 6 Dupas, C., Christin-Maitre, S. «What are the factors affecting fertility in 2008?» Annales d’Endocrinologie 69, (2008), S57-S61; Homan, G.F., Davies, M., Norman, R. «The impact of lifestyle factors on reproductive performance in the general population and those undergoing infertility». Hum Reprod. 13(3), (2007), 209-223. 261
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do alarma, aunque se intentan evadir los casos comprobados7.
La causa subyacente que relaciona la infertilidad en la mujer con el incremento de su edad es posiblemente el envejecimiento de los óvulos, ya que su maduración se realiza siguiendo estrictamente su específico reloj biológico8. La fecundidad femenina es cíclica y con límite en la menopausia de la mujer, a diferencia de la fecundidad lineal del varón. Aunque hasta el momento no existe un procedimiento estandarizado para evaluar el correcto funcionamiento de los óvulos, se ha demostrado que el número de folículos ováricos (reserva ovárica)9 y la calidad de los oocitos van disminuyendo con la edad. La maduración de un oocito es el resultado de un largo proceso de regu-
lación de la expresión de los genes implicados. El patrón de expresión de los genes cambia durante la maduración. Se han estudiado los niveles de expresión de 7470 genes implicados en funciones biológicas centrales, procedentes de 10 mujeres menores de 35 años y 5 mujeres de entre 37 y 39 años, para conocer las funciones biológicas que se ven más afectadas por el paso de los años y cómo el envejecimiento contribuye al descenso de la fertilidad10. Se han encontrado diferencias significativas en la expresión de 342 genes: 125 genes se sobreexpresan y 217 disminuyen su expresión en los oocitos de las mujeres de mayor edad. Es decir, el 4,6% de los genes estudiados modifican su expresión en relación con la edad. Las funciones más alteradas de los oocitos parecen ser en primer lugar las implicadas en el ciclo celular y su regulación11, lo que puede conllevar pérdida de cromosomas12 y estrés oxidativo13.
7 Sharpe, R.M., Franks, S. «Environment, lifestyle and infertility — an inter-generational issue». Nature Cell Biology & Nature Medicine 8 (S1), (2002), 4 Suppl:s33-40. El tabaco por ejemplo puede modificar la maduración del oocito: Zenzes MT, Wang P, Casper RF. «Cigarette smoking may affect meiotic maturation of human oocytes». Hum Reprod. 10(12), (1995), 3213-17. 8 �������������������������������������������� Navot, D., Bergh, P.A., Williams, M.A., Garrisi, G.J., Guzman, I., Sandler, B., Grunfeld, L. «Poor oocyte quality rather than implantation failure as a cause of age-related decline in female fertility». Lancet 337, (1991), 1375-7. 9 Gougeon, A. «The biological aspects of risks of infertility due to age: the female side». Rev Epidemiol Sante Publique. 53 Spec No 2, (2005), 2S37-45; Friese, C., Becker, G., Nachtigall, R.D. «Rethinking the biological clock: Eleventh-hour moms, miraclemoms and meanings of age-related infertility». Social Science & Medicine 63 (2006) 1550-1560.
10 Grøndahl, M.L., Andersen, C.Y., Bogstad, J., Nielsen, F.C., Meinertz, H., Borup, R. «Gene expression profiles of single human mature oocytes in relation to age». Hum. Reprod. 25(4), (2010), 957-968; Steuerwald, N., Bermdez, M., Wells, D., Munn, S., Cohen, J. «Maternal age-related differential global expression profiles observed in human oocytes». Reproductive biomedicine online 14(6), (2007), 700-708. 11 Song, J., Wessel, G. «How to make an egg: transcriptional regulation in oocytes». Differentiation 73(1), (2005), 1-17. 12 Warburton, D. «Biological aging and the etiology of aneuploidy». Cytogenetic and Genome Research 111(3-4), (2005), 266-272. 13 Yao, J., Hamilton, R.T., Cadenas, E., Diaz Brinton, R. «Decline in mitochondrial bioenergetics and shift to ketogenic profile in brain during reproductive senescence». Biochimica et Biophysica Acta 1800, (2010), 1121-1126.
2. Disminución en el número de folículos ováricos y de la calidad de los oocitos con la edad
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Por otra parte, la edad cambia la causa de la infertilidad14. De un total de 7172 mujeres de las que un 26.9% con una media de edad de 31.2 años, el 51.4% tenía infertilidad primaria, mientras que las mujeres de más de 35, tenían como diagnóstico más frecuente infertilidad de causa no explicada, junto con disfunción ovulatoria y factor tubárico. Precisamente una de las causas principales de la pérdida de la capacidad reproductiva en la mujer es el daño en las trompas de Falopio que puede desembocar en la enfermedad inflamatoria pélvica. Se desarrolla en muchas ocasiones como consecuencia de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la infección por Chlamydia. Aunque no todos los casos desembocan en desajustes reproductivos, Westrom publicó que el 22,5% de las mujeres que habían sido diagnosticadas alguna vez de este tipo de alteración desarrollaban esterilidad15. 3. Infecundidad masculina Aproximadamente entre el 25-35 % de los casos de infertilidad en la pareja se deben a factores masculinos. Las causas más comunes de infertilidad masculina están relacionadas con la calidad del esperma y ésta a su vez, está relacionada con la edad del varón y factores asociados, que han 14 ������������������������������������� Maheshwari, A., Hamilton, M., Bhattacharya, S. «Effect of female age on the diagnostic categories of infertility». Hum. Reprod. 23, (2008), 538-542. 15 Westrom, L. «Incidence, prevalence, and trends of acute pelvic inflammatory disease and its consequences in industrialized countries». Obstet Gynecol. 138(7), (1980), 880-892. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
ido en aumento en las últimas décadas16. Existen varios estudios que afirman que a lo largo de los años el volumen del semen y la movilidad de los espermatozoides disminuyen progresivamente17. La pérdida de movilidad puede deberse en parte a cambios en la función del epidídimo o de las glándulas sexuales accesorias18. Estas alteraciones suelen estar acompañadas de anormalidades en la morfología de los gametos y un incremento del deterioro de su DNA19. Sin embargo, hay otros factores que pueden afectar a la calidad del esperma masculino. Cada vez son más los datos que apoyan el hecho de que la contaminación ambiental por óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, plomo y otros metales pesados, o la consumición de 16 Mukhopadhyay, D., Varghese, A.C., Pal, M., BanerJee, S.K., et al. «Semen quality and agespecific changes: a study between two decades on 3,729 male partners of couples with normal sperm count and attending an andrology laboratory for infertility-related problems in an Indian city». Fertil Steril 93, (2010), 2247-54; Nieschlag, E., Lammers, U., Freischem, C.W., Langer, K., Wickings, E.J. «Reproductive functions in young fathers and grandfathers». J Clin Endocrinol Metab 55(4), (1982), 676-681. 17 Levitas, E., Lunenfeld, E., Weisz, N., Friger, M., Potashnik, G. «Relationship between age and semen parameters in men with normal sperm concentration: analysis of 6022 semen samples». Andrologia 39(2), (2007), 45-50. 18 Elzanaty, S. «Association between age and epididymal and accessory sex gland function and their relation to sperm motility». Arch Androl 53(3), (2007), 149-156; Henkel, R., Maass, G., Schuppe, H., Jung, A., Schubert, J., Schill, W. «Molecular aspects of declining sperm motility in older men». Fertil Steril 84(5), (2005), 1430-1437. 19 Singh, N., Muller, C., Berger, R. «Effects of age on DNA double-strand breaks and apoptosis in human sperm». Fertil Steril 80(6), (2003), 1420-1430. 263
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alimentos contaminados con los mismos, afectan gravemente a las funciones del esperma tanto si se tienen en cuenta los parámetros seminales clásicos como el daño de los gametos a nivel genómico20. 4. Descenso de la fecundidad por tratamientos oncológicos En algunos casos de enfermedad oncológica en mujeres, en los que el tratamiento conlleva riesgo de infertilidad, se han tratado de preservar los óvulos mediante crioconservación, aunque dada la fragilidad de estas células21 no se pueden asegurar resultados posteriores satisfactorios. También por el hecho de que la estimulación ovárica requiere altas dosis de estrógenos unas semanas 20 Selevan, S.G., Borkovec, L., Slott, V.L., Zudov, Z., Rubes, J., Evenson, D.P., et al. «Semen quality and reproductive health of young Czech men exposed to seasonal air pollution». Environ Health Perspect 108(9), (2000), 887-894; Gennart, J.P., Buchet, J.P., Roels, H., Ghyselen, P., Ceulemans, E., Lauwerys, R. «Fertility of male workers exposed to cadmium, lead, or manganese». Am J Epidemiol 135(11), (1992), 1208-1219; Pant, N., Upadhyay, G., Pandey, S., Mathur, N., Saxena, D.K., Srivastava, S.P. «Lead and cadmium concentration in the seminal plasma of men in the general population: correlation with sperm quality». Reprod. Toxicol. 17(4), (2003), 447-450; Rubes, J., Selevan, S., Evenson, D., Zudova, D., Vozdova, M., Zudova, Z., et al. «Episodic air pollution is associated with increased DNA fragmentation in human sperm without other changes in semen quality». Hum. Reprod. 20(10), (2005), 27762783; De Rosa, M., Zarrilli, S., Paesano, L., Carbone, U., Boggia, B., Petretta, M., et al. «Traffic pollutants affect fertility in men». Hum. Reprod. 18(5), (2003), 1055-1061. 21 ����������������������������������������� Maher, B. «Little consensus on egg freezing». Nature 449(7165), (2007), 958-958; Oktay K., Cil, AP, Bang H. «Effficiency of oocyte cryoperservation: a meta-analysis». Fertil Steril 86 (2006), 70-80. 264
antes de la quimioterapia, lo que puede afectar al crecimiento de los tumores que son dependientes de hormonas22. Se ha iniciado un procedimiento de crioconservación de biopsias de ovario, aún en fase experimental. Durante los últimos 20 años, se ha observado un incremento en la prevalencia de ciertas enfermedades en varones en edad reproductiva, especialmente leucemia, linfoma de Hodgkin y tumores de las células germinales del testículo23. Para evitar la pérdida de fecundidad se ha intentado salvar con la crioconservación del semen antes del inicio del tratamiento, aunque las células germinales están ya afectadas en el momento del diagnóstico de este tipo de tumor. 5. Recurso a la estimulación ovárica y sus riesgos Los tratamientos de infertilidad y cualquiera de los sistemas de fecundación artificial —la fecundación in vitro general (FIVET) o en su modalidad de inyección intracitoplásmica del espermio (ICSI), como la inseminación— requieren una estimulación ovárica previa a fin de que se obtengan más óvulos y/o que éstos maduren. Los compuestos inductores de la ovulación utilizados son el citrato de clomifeno, que se usa desde la década de los 60 y aún se considera 22 Domingo J, Ayllón Y, Domingo S, Cobo A, Crespo J, Pellicer A.» New approaches to female fertility Preservation». Clin Transl Oncol, 11, (2009), 154-159. 23 ������������������������������������������� Dohle, G.R. «Male infertility in cancer patients: Review of the literature» International Journal of Urology 17, (2010), 327-331. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
Retraso de la edad de la procreación, incremento de la infertilidad y aumento del recurso a la reproducción asistida
el mejor tratamiento para las mujeres con infertilidad anovulatoria24, las gonadotropinas coriónicas humanas 25, o la hormona recombinante estimuladora del folículo. A mayor cantidad de óvulos, mayor será la probabilidad de éxito de los tratamientos; sin embargo, no es una solución al envejecimiento ovárico, puesto que la estimulación ovárica tiene consecuencias negativas para la mujer. Se ha descrito el Síndrome de hiperestimulación ovárica como una complicación ocasional en mujeres que se someten a tratamientos de fertilidad. Se trata de una respuesta excesiva de los ovarios tras la administración de gonadotropinas exógenas FSH, o hCG26. Como consecuencia pueden aparecer diversos síntomas, incluido el aumento del tamaño de los ovarios junto con el desarrollo de quistes, la extravasación aguda 24 The Practice Committee of the American Society for Reproductive Medicine��������������� «Use of clomiphene citrate in women». Fertil Steril 86(5 Suppl 1), (2006), S187-S193. 25 ��������������������������������������������� Lunenfeld, B. «Historical perspectives in gonadotrophin therapy». Human Reproduction Update 10(6), (2004), 453-467; Melo, M., Bellver, J.,. Garrido, N , Meseguer, M. Pellicer, A., Remoh, J. «A prospective, randomized, controlled trial comparing three different gonadotropin regimens in oocyte donors: ovarian response, in vitro fertilization outcome, and analysis of cost minimization» Fertil Steril_ 2010;94:958-64. 26 Daelemans, C., Smits, G., de Maertelaer, V., Costagliola, S., Englert, Y., Vassart, G., et al. «Prediction of severity of symptoms in iatrogenic ovarian hyperstimulation syndrome by follicle-stimulating hormone receptor Ser680Asn polymorphism». J Clin Endocrinol Metab 89(12), (2004), :6310-6315; Delvigne, A., Rozenberg, S. «Epidemiology and prevention of ovarian hyperstimulation syndrome (OHSS): a review». Human Reproduction Update 8(6), (2002), :559-577. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
de fluidos fuera del torrente sanguíneo (ascitis, derrame pleural o pericárdico), hipovolemia, hemoconcentración, desórdenes hidro-electrolíticos, fallo renal, dificultad respiratoria y episodios de tromboembolismo27. Aunque se sabe que la edad, la presencia de ovarios poliquísticos o el número de folículos antrales son factores de riesgo para este síndrome, aún no se ha desarrollado un método de predicción28 además de que existen casos espontáneos. Se han detectado algunos factores, como las mutaciones en el receptor de FSH que provocan la pérdida de especificidad por lo que puede activarse también por hCG o TSH29, que pueden influir como predisposición al Síndrome, aunque también puede desarrollarse sin que esté mutado el receptor. 27 De Leener, A., Montanelli, L., Van Durme, J., Chae, H., Smits, G., Vassart, G., et al. « Presence and absence of follicle-stimulating hormone receptor mutations provide some insights into spontaneous ovarian hyperstimulation syndrome physiopathology». J Clin Endocrinol Metab 91(2), (2006), 555-562. 28 �������������������������������������������� Delbaere, A., Smits, G., Vassart, G., Costagliola, S. «Genetic predictors of ovarian hyperstimulation syndrome in women undergoing in vitro fertilization». Nature clinical practice endocrinology metabolism 2(11), (2006), 590-591. 29 Vasseur, C., Rodien, P., Beau, I., Desroches, A., Grard, C., de-Poncheville, L., et al. «A chorionic gonadotropin-sensitive mutation in the folliclestimulating hormone receptor as a cause of familial gestational spontaneous ovarian hyperstimulation syndrome». N Engl J Med 349(8), (2003), 753-759; Smits, G., Olatunbosun, O., Delbaere, A., Pierson, R., Vassart, G., Costagliola, S. «Ovarian hyperstimulation syndrome due to a mutation in the folliclestimulating hormone receptor». N Engl J Med 349(8), (2003), 760-766; Simoni. M., Nieschlag. E., Gromoll. J. «Isoforms and single nucleotide polymorphisms of the FSH receptor gene: implications for human reproduction». Hum Reprod Update 8, (2002), 413-421. 265
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Por otra parte, se ha publicado recientemente, con una muestra limitada aún, un estudio30 que pone de manifiesto que con donantes con buena respuesta a la estimulación ovárica, se puede reducir la dosis de gonadotropinas mejorando el índice de fecundación y la calidad del embrión. Sin embargo, con un bajo número de oocitos obtenidos con dosis bajas de agentes estimulantes la eficacia en términos de niños nacidos parece similar a cuando se usan altas dosis. Se ha analizado también la posible asociación entre los tratamientos de inducción ovárica y el desarrollo de neoplasias. Los datos no son rigorosos debido no tanto al carácter multifactorial de las causas de cáncer sino a que las publicaciones difieren en las dosis empleadas, o al tiempo en el que se ha prolongado su administración. Aún así, hay trabajos que arrojan datos que deben tenerse en cuenta. En el estudio de Calderon-Margalit31 se observó que las mujeres a las que se administraban las drogas de inducción ovárica durante más de 12 meses, tenían dos veces más riesgo de desarrollar cáncer que las que terminaban el tratamiento antes de un año. Además este riesgo era más evidente durante los 20 primeros 30 Rubio, C., Mercader, A., Alama, P., Lizan, C., Rodrigo, L., Labarta, E., Melo M., Pellicer, A., Remohı J. «Prospective cohort study in high responder oocyte donors using two hormonal stimulation protocols: impact on embryo aneuploidy and development». Hum Reprod 25, (2010), 2290-2297. 31 Calderon Margalit, R., Friedlander, Y., Yanetz, R., Kleinhaus, K., Perrin, M.C., Manor, O., et al. «Cancer risk after exposure to treatments for ovulation induction». Am J Epidemiol 169(3), (2009), 365-375. 266
años después de dar a luz. Otros sugieren un mayor riesgo de sufrir cáncer de útero, ovario, mama, melanona maligno y linfoma de non-Hodgkin32. Algunas de las mujeres que son diagnosticadas con alguno de estos problemas acuden a la FIV con donación de óvulos por parte de mujeres jóvenes. 6. Recurso a las Técnicas de Reproducción Asistida y sus riesgos La Fecundación in vitro (FIV) en sus dos formas —adición de los espermatozoides al óvulo o mediante la inyección de un solo espermatozoide dentro del ovocito (ICSI)— requiere estimulación ovárica previa a la aspiración de los oocitos. La European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE) realiza cada año una publicación de los resultados obtenidos en los centros europeos. Según el publicado en 201033 con 32 Althuis, M., Moghissi, K., Westhoff, C., Scoccia, B., Lamb, E., Lubin, J., et al. «Uterine cancer after use of clomiphene citrate to induce ovulation». Am J Epidemiol 161(7), (2005), 607-615; Brinton, L., Lamb, E., Moghissi, K., Scoccia, B., Althuis, M., Mabie, J., et al. «Ovarian cancer risk after the use of ovulation-stimulating drugs». Obstet Gynecol 103(6), (2004), 1194-1203; Rossing, M., Tang, M., Flagg, E., Weiss, L., Wicklund, K. «A case-control study of ovarian cancer in relation to infertility and the use of ovulation-inducing drugs». Am J Epidemiol 160(11), (2004), 1070-1078; Modan, B., Ron, E., Lerner Geva, L., Blumstein, T., Menczer, J., Rabinovici, J., et al. «Cancer incidence in a cohort of infertile women». Am J Epidemiol 147(11), (1998), 1038-1042; Doyle, P., Maconochie, N., Beral, V., Swerdlow, A., Tan, S.L.. «Cancer incidence following treatment for infertility at a clinic in the UK». Hum Reprod 17(8), (2002), 2209-2213. 33 De Mouzon, J., Goossens, V., Bhattacharya, S., Castilla, J.A., Ferraretti, A.P., Korsak, V., et al. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
Retraso de la edad de la procreación, incremento de la infertilidad y aumento del recurso a la reproducción asistida
los datos del año 2006, el 29% y el 29,9% de los ciclos de obtención de óvulos para FIV y para ICSI respectivamente consiguieron embarazo. Las tendencias de los últimos años se centran en la reducción del número de embriones transferidos al útero materno, ya que el riesgo de sufrir un nacimiento prematuro extremo (<28 semanas) es tres veces mayor en gemelos y diez veces mayor en trillizos y que en el caso de nacimientos prematuros (28-32 semanas) es cinco veces mayor en gemelos y quince veces mayor en trillizos, y tomando como referencia el embarazo de un solo niño. Una de las complicaciones frecuentes de los embarazos múltiples es la reducción del crecimiento intrauterino. En el informe anterior correspondiente a los datos de 200534 se recogen los datos tanto de FIV como de ICSI en función de la edad. Los resultados con las dos técnicas muestran una disminución de la eficacia de alrededor de un 33% en los grupos de edad entre 30 y 39 años a un 13% a los 40-44 años y un 1% a partir de los 45 años. Dato que ya era conocido en 199235. «Assisted reproductive technology in Europe, 2006: results generated from European registers by ESHRE». Hum Reprod 25(8), (2010), 1851-1862. 34 Andersen, A.N., Goossens, V., Bhattacharya, S., Ferraretti, A.P., Kupka, M.S., de Mouzon, J., et al. «Assisted reproductive technology and intrauterine inseminations in Europe, 2005: results generated from European registers by ESHRE: Human Reproduction and Embryology (ESHRE)». Hum Reprod 24(6), (2009) 1267-1287. 35 Tan, S.L., Royston, P., Campbell, S., Jacobs, H.S., Betts, J., Mason, B., Edwards, R.G. «Cumulative conception and live birth rates after in-vitro fertilisation». Lancet 339(8806), (1992), 1390-4. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
La inseminación artificial (IA) consiste en depositar una gran cantidad de espermatozoides, en el momento de la ovulación, en el tracto reproductor femenino, bien en el canal cervical o en el interior del útero. La inseminación con donante de esperma se ha analizado en función de la edad de la mujer36, en 1654 mujeres fértiles (sin pareja, lesbianas, o por infertilidad de la pareja) con un total de 6630 ciclos de inseminación con un máximo de 12 ciclos por mujer, se consiguieron 928 embarazos, lo que supone un 14% por ciclo y 77% después de 12 ciclos. Cuando los datos se reparten por edades disminuye la eficacia desde 87% para el grupo de 20-29 años, a un 77% a la edad de 30-34, un 76% para las de edad comprendida entre 35-37, un 66% para las de 38-39 y un 52% para las edad de 40-45. Según el informe de la ESHRE para el año 2006, citado, la probabilidad de conseguir un embarazo que llegue a término mediante la técnica con donante es de un 12,4% por ciclo, con algo más de un 10% de probabilidades de que se produzca un embarazo múltiple. Y de igual forma disminuye del 13,3 % por ciclo para mujeres menores de 40 años a un 4,1 % por ciclo para mujeres de mayor edad. El grupo de trabajo Capri de ESHRE37 afirma que la IA es un pobre sustituto de los tratamientos de FIV. 36 De Brucker, M., Haentjens, P., Evenepoe, J., Devroey, P., Collins, J., Tournaye, H. «Cumulative delivery rates in different age groups after artificial insemination with donor sperm». Hum Reprod 24 (8), (2009), 1891-1899. 37 INTRAUTERINE INSEMINATION. The Capri Workshop Group. Hum Reprod Update 1, (2009), 1-13. 267
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Los progenitores de edad más alta acuden en más proporción que los jóvenes a estas técnicas38. 7. Riesgos para la descendencia En publicaciones previas39, que recogen los datos conocidos hasta 2009, se ha puesto de manifiesto la alarma creciente de neonatólogos y pediatras ante el riesgo mayor de padecer enfermedades y malformaciones de los niños generados in vitro respecto a los engendrados. Esto conlleva el deber de un examen riguroso de las consecuencias de la aplicación de esta tecnología. Dos tipos de carencias de comunicación intercelular y molecular causan los diversos defectos. En primer lugar, se obvia la necesidad del reconocimiento específico de los gametos en su estado de maduración adecuado y en el medio natural de la fecundación, por lo que ésta se fuerza y se llega a realizar careciendo uno o ambos gametos de capacidad fecundante. En segundo lugar, tanto al desarrollo inicial del embrión como al útero materno, se les resta la comunicación materno-filial que permite 38 Sunderam, S., Chang, J., Flowers, L., Kulkarni, A., Sentelle, G., et al. Assisted reproductive technology surveillance- United States, 2006. MMWR Surveillance Summaries, 58, (2009),1-25. 39 Sánchez Abad, P.J., López Moratalla, N. «Carencias de la comunicación biológica en las técnicas de reproducción asistida». Cuad Bioet 70, (2009), 339-355; El-Chaar, D., Yang, Q., Gao, J., Bottomley, J., Leader, A., Wen, S.W., Walker, M. «Risk of birth defects increased in pregnanciesconceived by assisted human reproduction» Fertil Steril 92, (2009), 1557-61; López Moratalla, N. «Objeción de ciencia a las técnicas de reproducción asistida». Arvo Net (2009). http://arvo.net. 268
y facilita la anidación. Datos posteriores40 alertan de los desordenes psicológicos tanto de los padres como de los niños, y llaman la atención acerca de la necesidad de consejo psicológico antes de tomar la decisión. Consideraremos aquí los riesgos relacionados con la avanzada edad de la procreación. 8. Retraso del crecimiento intrauterino RCIU se define como la disminución patológica del ritmo de crecimiento fetal que tiene como resultado un feto que no alcanza su potencial de crecimiento y está en peligro de sufrir, con mayor frecuencia que los fetos normales, complicaciones perinatales y muerte. Entre los factores de riesgo que se han asociado con esta patología, está una edad materna menor de 20 años o mayor de 35 años (Canadian Institute for Health Information, 2009), además del tabaco, el índice de masa corporal materno o lesiones vasculares, y el estrés materno41. La exposición de la madre a agentes dañinos o tóxicos derivados de su lugar de residencia, estilo 40 Fortunato, A., Tosti, E. «The impact of in vitro fertilization on health of the children: an update». Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 154, (2011), 125-129. 41 Cnattingius, S. «The epidemiology of smoking during pregnancy: smoking prevalence, maternal characteristics, and pregnancy outcomes». Nicotine tob res 6 Suppl 2, (2004), S125-S140; Zeitlin, J.A., Ancel, P.Y., Saurel Cubizolles, M.J., Papiernik, E. «Are risk factors the same for small for gestational age versus other preterm births?» Obstet Gynecol 185(1), (2001), 208-215;. Hobel, C., Culhane, J. «Role of psychosocial and nutritional stress on poor pregnancy outcome». J Nutr 133(5 Suppl 2), (2003), 1709S-1717S. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
Retraso de la edad de la procreación, incremento de la infertilidad y aumento del recurso a la reproducción asistida
de vida o de la actividad laboral pueden desembocar en complicaciones de este tipo, con mayor intensidad que en el caso del padre42.
de retinoblastoma, tumores de la línea germinal o hepatoblastomas. Estudios previos44 aportan una relación con leucemias pero no con otros tipos de cáncer.
9. Riesgo de cáncer
10. Autismo y trastornos neurológicos
El estudio de Johnson43 sugiere que la edad materna o paterna avanzada aumenta el riego de los tumores infantiles más comunes. En él se estudian 17.672 casos de cáncer diagnosticados entre los 0-14 años en el periodo de 1980-2004 y 57,966 controles nacidos durante los años 1970-2004, y encuentran asociación con la edad de los padres después de ajustar por sexo, peso al nacer, etc. Describen leucemia, linfoma, tumores del sistema nervioso central, neuroblastoma, tumor de Wilms, de hueso y sarcomas, pero no
El autismo es un desorden crónico que se presenta antes de los tres años de edad, caracterizado por graves déficits del desarrollo y del comportamiento que suponen dificultades en las relaciones sociales, en el lenguaje y la comunicación, y que ocasionan patrones estereotipados y repetitivos de comportamiento45. Se estima que la prevalencia de trastornos del espectro autista (ASD) se ha incrementado de manera importante en los últimos años, desde unos 5 casos a 50 casos por 10000 niños nacidos46, aunque parte de este incremento puede explicarse como consecuencia de la mejora en el diagnóstico, los cambios en los criterios utilizados para el mismo o en los avances para conseguir el diagnóstico precoz. Diversos estudios relacionan la edad avanzada de los progenitores, con el
42 Ahmed, P., Jaakkola, J.J.K. «Exposure to organic solvents and adverse pregnancy outcomes». Hum Reprod 22(10), (2007), 2751-2757; Meyer, J., Nichols, G., Warren, N., Reisine, S. «Maternal occupation and risk for low birth weight delivery: assessment using state birth registry data». J Occu Environ Med 50(3), (2008), 306-315; Simcox, ����������������� A., Jaakkola, J.J.K. «Does work as a nurse increase the risk of adverse pregnancy outcomes?» Journal of occupational and environmental medicine 50(5), (2008), 590-592; Seidler, A., Raum, E., Arabin, B., Hellenbrand, W., Walter, U., Schwartz, F.W. «Maternal occupational exposure to chemical substances and the risk of infants small-for-gestational-age». Am J Ind Med 36(1), (1999), 213-222; Quansah, R., Jaakkola, J.J.K. «Paternal and maternal exposure to welding fumes and metal dusts or fumes and adverse pregnancy outcomes». Int Arch Occup Environ Health 82(4), (2009), 529-537. 43 Johnson, K.J., Carozza, S.E., Chow, E.J., Fox, E.E., Horel, S., McLaughlin, C.C., Mueller, B.A., Puumala, S.E., Reynolds, P., Von Behren, J., Spector, L.G. «Parental age and risk of childhood cancer: A pooled analysis» Epidemiology. 20(4), (2009), 475-483. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
44 Dockerty, J.D., Draper, G., Vincent, T., Rowan, S.D., Bunch, K.J. «Case-control study of parental age, parity and socioeconomic level in relation to childhood cancers». Int. J. Epidemiol 30, (2001), 1428-1437; Yip, B.H., Pawitan, Y., Czene, K. «Parental age and risk of childhood cancers: a population-based cohort study from Sweden». Int. J. Epidemiol 35, (2006), 1495-1503. 45 Rapin, I. «The autistic-spectrum disorders». N Engl J Med 347(5), (2002), 302-303; Rapin, I., Tuchman, R. «Autism: definition, neurobiology, screening, diagnosis». Pediatr Clin North Am 55, (2008), 1129-46; Volkmar, F., Pauls, D. «Autism». Lancet 362(9390), (2003), 1133-1141. 46 Fombonne, E. «The prevalence of autism». JAMA 289(1), (2003), 87-89. 269
Natalia López Moratalla y Sara Palacios Ortega
riesgo de los hijos a desarrollar autismo47, aunque existe debate sobre todo para la edad del padre48. Sin embargo, dos estudios posteriores con una amplia muestra muestran la existencia de relación tanto con la edad avanzada de la madre como del padre49. 47 Croen, L., Najjar, D., Fireman, B., Grether, J. «Maternal and paternal age and risk of autism spectrum disorders». Arch Pediatr Adolesc Med 161(4), (2007), 334-340; Durkin, M., Maenner, M., Newschaffer, C., Lee, L., Cunniff, C., Daniels, J., et al. «Advanced parental age and the risk of autism spectrum disorder». Am J Epidemiol 168 (11), (2008), 1268-1276; Reichenberg, A., Gross, R., Weiser, M., Bresnahan, M., Silverman, J., Harlap, S., et al. «Advancing paternal age and autism». Arch Gen Psychiatry 63(9), (2006), 1026-1032. 48 Glasson, E., Bower, C., Petterson, B., de Klerk, N., Chaney, G., Hallmayer, J. «Perinatal factors and the development of autism: a population study». Arch Gen Psychiatry 61(6), (2004), 618-627; Croen, L., Grether, J., Selvin, S. «Descriptive epidemiology of autism in a California population: who is at risk?» J Autism Dev Disord 32(3), (2002), 217224; Eaton, W.W., Mortensen, P.B., Thomsen, P.H., Frydenberg, M. «Obstetric complications and risk for severe psychopathology in childhood». J Autism Dev Disord 31(3), (2001), 279-285; Hultman, C., Sparn, P., Cnattingius, S. «Perinatal risk factors for infantile autism». Epidemiology 13(4), (2002), 417-423. Larsson, H., Eaton, W., Madsen, K., Vestergaard, M., Olesen, A., Agerbo, E., et al. ��������������������� «�������������������� Risk factors for autism: perinatal factors, parental psychiatric history, and socioeconomic status». Am J Epidemiol 161(10), (2005), 916-25; Burd, L., Severud, R., Kerbeshian, J., Klug, M.G. «Prenatal and perinatal risk factors for autism». J Perinat Med 27(6), (1999), 441-450; King, M.D. Fountain, C., Dakhlallah, D., Bearman, PS. «Estimated Autism Risk and Older Reproductive Age». Am J Public Health 99, (2009), 1673-1679. 49 Shelton, J., Tancredi, D., Hertz Picciotto, I. «Independent and dependent contributions of advanced maternal and paternal ages to autism risk». Autism research 3(1), (2010), 30-39; Hultman, C.M., Sandin, S., Levine, S.Z., Lichtenstein, P., Reichenberg, A. «Advancing paternal age and risk of autism: new evidence from a population-based study and a meta-analysis of epidemiological stud270
Las causas del autismo se desconocen pero se sabe que existe una fuerte contribución genética50 y que las influencias medioambientales también pueden ser importantes51. Se señala que con la edad aumenta la probabilidad de sufrir variaciones en el DNA de los gametos, o de presentar alteraciones epigenéticas; de hecho, los desórdenes epigenéticos han sido asociados con diversos síndromes neuropsiquiátricos52 y es posible que la exposición más o menos prolongada a toxinas ambientales afecte al patrón epigenético de las células germinales.Estos cambios en la estructura del ADN de los gametos no son cambios de la secuencia de bases, no son mutaciones, sino cambios de segundo nivel, epigenéticos, que modifican la expresión de genes durante ies». Mol Psychiatry 2010, Nov 30. [Epub ahead of print]. Doi: 10.1038/mp.2010.121. 50 Bailey, A., Le Couteur, A., Gottesman, I., Bolton, P., Simonoff, E., Yuzda, E., et al. «Autism as a strongly genetic disorder: evidence from a British twin study». Psychol Med 25, (1995), 63-77; Glessner, J.T., et al. «Autism genome-wide copy number variation reveals ubiquitin and neuronal genes». Nature 459, (2009), 569-573; Schaaf, C.P., Zoghbi. H.Y. «Solving the autism puzzle a few pieces at a time». Neuron 70, (2011), 806-808. 51 ������������������������������������������� Newschaffer, C., Fallin, D., Lee, N. «Heritable and nonheritable risk factors for autism spectrum disorders». Epidemiol Rev 24(2), (2002), 137-153; Hertz Picciotto, I., Croen, L., Hansen, R., Jones, C., van de Water, J., Pessah, I. «The CHARGE study: an epidemiologic investigation of genetic and environmental factors contributing to autism». Environ Health Perspect 114, (2006), 1119-1125. 52 Mill, J., Tang, T., Kaminsky, Z., Khare, T., Yazdanpanah, S., Bouchard, L., et al. «Epigenomic profiling reveals DNA-methylation changes associated with major psychosis». Am J Hum Genet 82, (2008), 696-711; Reichenberg, A., Mill, J., MacCabe, J. «Epigenetics, genomic mutations and cognitive function». Cogn Neuropsychiatry 14, (2009), 377-390. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
Retraso de la edad de la procreación, incremento de la infertilidad y aumento del recurso a la reproducción asistida
el desarrollo embrionario de la descendencia53. La edad materna avanzada se relaciona con un riesgo mayor de presentar anormalidades cromosómicas54, como síndrome de Down55 y retraso mental 56. Por otro lado, la edad paterna se ha asociado con malformaciones y diversos desórdenes congénitos, riesgo de pérdida de capacidad intelectual57, 53 Tucker, K.L., Beard, C., Dausmann, J., Jackson-Grusby, L., Laird, P.W., et al. «Germ-line passage is required for establishment of methylation and expression patterns of imprinted but not of nonimprinted genes». Genes & Development 10, (1996), 1008-1020; Fraga, M.F., Esteller, M. «Epigenetics and aging: the targets and the marks». Trends in Genetics, 23, (2007), 413-418. 54 Martin, R.H.. Meiotic errors in human oogenesis and spermatogenesis. Reproductive Biomedicine Online, 16, (2008),523-531; Berkowitz, G.S., Skovron, M.L., Lapinski, R.H., & Berkowitz, R.L. Delayed childbearing and the outcome of pregnancy. The New England Journal of Medicine, 322, (1990),659-664. 55 ������������������������������������������ Hultn, M., Patel, S., Jonasson, J., Iwarsson, E. «On the origin of the maternal age effect in trisomy 21 Down syndrome: the oocyte mosaicism selection model». Reproduction 139(1), (2010), 1-9. 56 Croen, L.A., Grether, J.K., Selvin, S. «The epidemiology of mental retardation of unknown cause». Pediatrics 107(6), (2001), E86-E86. 57 Zhu, J.L., Madsen, K.M., Vestergaard, M., et al. «Paternal age and congenital malformations». Hum Reprod 20, (2005), 3173-3177; Tolarova, M.M., Harris, J.A., Ordway, D.E., Vargervik, K. «Birth prevalence, mutation rate, sex ratio, parents’ age, and ethnicity in Apert syndrome». Am J Med Genet 72(4), 394-398; Singer, S., Bower, C., Southall, P., Goldblatt, J. «Craniosynostosis in Western Australia, 1980-1994: a population-based study». Am J Med Genet 83(5), (1999), 382-387; Polednak, A.P. «Paternal age in relation to selected birth defects». Hum biol 48(4), (1976), 727-739; Savitz, D.A., Schwingl, P.J., Keels, M.A. «Influence of paternal age, smoking, and alcohol consumption on congenital anomalies». Teratology 44(4), (1991), 429-440; Malaspina, D., Harlap, S., Fennig, S., Heiman, D., Nahon, D., Feldman, Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
déficit neuro-cognitivos58, o riesgo de esquizofrenia59. En conclusión, la fecundidad femenina tiene un estricto reloj biológico por lo que la edad tiene una marcada influencia en la infecundidad, debido fundamentalmente al envejecimiento de los oocitos y disminución de la reserva ovárica. La influencia de la edad en la fecundidad masculina es indirecta y debida a la posible acumulación de factores ambientales que causan alteraciones genéticas; se ha descrito disminución de la capacidad de reparar el ADN y regular la replicación60. Este conjunto de causas ha incrementado en los últimos años la infecundidad, sin que la estimulación ovárica, acompañada, o no, de alguna de las técnicas de fecundación asistida esté suponiendo de hecho una solución a la dificultad de procrear el primer hijo a edad más avanzada. Las D., et al. «Advancing paternal age and the risk of schizophrenia». Arch Gen Psychiatry 58(4), (2001), 361-367; Brown, A., Schaefer, C., Wyatt, R., Begg, M., Goetz, R., Bresnahan, M., et al. «Paternal age and risk of schizophrenia in adult offspring». Am J Psychiatry 159(9), (2002), 1528-1533; Malaspina, D., Reichenberg, A., Weiser, M., Fennig, S., Davidson, M., Harlap, S,, et al. «Paternal age and intelligence: implications for age-related genomic changes in male germ cells». Psychiatr Genet 15(2), (2005), 117125. 58 Saha, S., Barnett, A.G., Foldi, C., Burne, T.H., Eyles, D.W., et al. «Advanced paternal age is associated with impaired neurocognitive outcomes during infancy and childhood». PLoS Medicine, 6, (2009), 40. 59 Brown, A.S., Schaefer, C.A., Wyatt, R.J., Begg, M.D., Goetz, R., et al. «Paternal age and risk of schizophrenia in adult offspring». American Journal of Psychiatry, 159, (2002),1528-1533. 60 Sartorius, G.A., Nieschlag, E.»Paternal age and reproduction». Human Reproduction Update, (2009), 65-79. 271
Natalia López Moratalla y Sara Palacios Ortega
alteraciones de los gametos conllevan riesgo para la salud de los hijos. Por otra parte, algunos de los efectos de la alteración de los gametos de los progenitores tienen influencia durante el desarrollo embrionario, de manera que estas alteraciones pueden afectar a generaciones posteriores. A diferencia de los cambios durante la vida adulta, los inducidos durante el desarrollo temprano pueden ser probablemente permanentes. Es un deber ético informar, sin eludir datos incómodos para los centros de
Reproducción Humana Asistida, del avance del recurso al uso de donantes de óvulos o de esperma, que entre otras consecuencias diluye o rompe la estrecha relación filiación-paternidad, de enorme importancia en el desarrollo personal. Parece necesario un amplio debate social que reflexione sobre esta cuestión y aporte posibles medidas laborales y sanitarias de forma que los estilos de vida no supongan una hipoteca de estas dimensiones de gran calado humano. Recibido: 26.05.2011 Aceptado: 19.07.2011
272
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qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Un juez envía a Psiquiatría a wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui una niña enferma por tóxicos opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Miguel Jara hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
Un juez envía a Psiquiatría a una niña enferma por tóxicos Publicado por Miguel Jara el 13 de agosto de 2011
Fuente: http://www.migueljara.com/2011/08/13/un-juez-encierra-enun-psiquiatrico-a-una-nina-enferma-por-toxicos/ El sábado pasado dos policías de paisano se personaron en el domicilio de V. R. de 46 años, ciudadana española enferma de Síndrome
de
Fatiga
Crónica
(SFC),
fibromialgia
(FM)
y
Sensibilidad Química Múltiple (SQM) en grado III, para llevarse a su hija de 12 años enferma de SFC y SQM. Acudieron con una orden judicial que exigía el ingreso inmediato de la niña en el Hospital de su localidad para determinar si procedía su ingreso en una unidad psiquiátrica. Solo que aparte de la brutalidad e inhumanidad de la decisión de separar a madre e hija, enfermas además, estas enfermedades emergentes están relacionadas con la contaminación ambiental y tienen un origen inmunitario, físico no psíquico. Así que la idea de valorar la salud psíquica de la niña es absurda y sólo puede empeorar su situación, hacer más daño a quien supuestamente se quiere proteger de no se sabe qué y crear más sufrimiento a su madre. De nada ha servido estar diagnosticada por tres de los especialistas en el SFC más destacados de nuestro país, los doctores Alegre, Fernández Solà y Quintana ni tener pruebas en las que aparecen claramente
alterados
valores
en
los
linfocitos,
RNasa,
reactivaciones virales y otros parámetros inmunoinfecciosos. La madre, con una afectación manifiesta por su grado severo de las tres patologías, llevaba años batallando con los Servicios
Sociales (SS) de su comunidad autónoma para que sus enfermedades fueran reconocidas (la SQM no es oficialmente una enfermedad en nuestro país y por ello los afectados no pueden ser atendidos como necesitan). Había sido denunciada por Educación por absentismo de la menor (no es fácil para una persona afectada de estas enfermedades hacer una vida normal), aunque Fiscalía daba la razón a la madre y obligaba a disponer de un maestro en su domicilio. Madre e hija empeoraban cuando acudían al psicólogo una vez por semana obligadas por los SS; además, la ayuda domiciliaria a la que “tenían derecho” no hacía más que empeorar la salud de ambas, ya que las trabajadoras familiares acudían al domicilio con fuertes olores a perfumes y tabaco. Ante la queja de la madre, Servicios Sociales en lugar de adecuarlos a las necesidades de éstas, deciden retirarlos y actuar como hemos relatado, ante, según me han comentado otros afectados por estas dolencias y activistas que están trabajando en el caso, un grave peligro de aislamiento y exclusión social de la menor provocado por la progenitora. La jueza ha ordenado el ingreso indefinido de la niña en dicha unidad de psiquiatría sin que la madre pueda ver a la menor (en caso de que pudiera desplazarse pues estas enfermedades son invalidantes), ya que su interacción, según consta en el auto, podría ser ¡perniciosa para ésta! Ahora, la niña se encuentra en manos de psiquiatras a los que les puede dar por intentar demostrar que padece un Trastorno Delirante o Síndrome de Müchhausen por poderes en el que el adulto
induce en el niño síntomas reales o aparentes de una enfermedad y es considerado como una forma de maltrato infantil o quién sabe qué otra supuesta patología pues quien busca encuentra… pero no es por ahí señores por dónde ustedes han de buscar. “Por ahora no podemos pedirles -explican quienes han comenzado esta campaña de ayuda- que colaboren de otras maneras (quejas, movilizaciones, etc) ya que no queremos interferir ni/o perjudicar a la menor. Obviamente, esta batalla no ha hecho más que empezar y NO VAMOS A DEJAR, ESO JAMÁS, QUE NOS QUITEN A NUESTROS HIJOS ENFERMOS ADUCIENDO PROBLEMAS MENTALES. PARA CUBRIR LOS GASTOS QUE YA HAN EMPEZADO A APARECER (la madre percibe una pensión de 400 € al mes) les pedimos en nombre de ella y de su pequeña, que INGRESEN LA CANTIDAD QUE SEA POSIBLE y DARLE AL MENOS LA OPCIÓN A UNA DEFENSA DIGNA.
qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Los pol铆ticos son coautores del wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui exterminio t贸xico opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Graciela G贸mez hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
:: portada :: Ecología social :: 14-08-2011 Argentina
Los políticos son coautores del exterminio tóxico Graciela Gomez Alai
En Argentina se discute metros y se dilata creyendo que el poder de una urna se oirá más fuerte que la queja contra los agrotóxicos. Pero el "efecto bumerang" tarde o temprano los alcanzará a todos "Los pájaros vuelan bajo creyendo que es un halcón y así los cazadores los atrapan" dice la historia de ese instrumento. Todos los días una nación o municipios se suman a la prohibición de la fumigación aérea mientras los locales evitan tocar el tema. El país vecino el 3 de agosto pasado prohibió por completo la fumigación aérea en los sembrados de Vila Valério, al noroeste del Spíritu Santo, Brasil. El Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) manifestaron que "Esta medida también abarca otros municipios de Espírito Santo, ya que estas tecnologías están siendo utilizadas en una agricultura inhumana con una falta de respeto por el medio ambiente y la vida. En el norte de Espíritu Santo las fumigaciones han llegado a los patios de las escuelas, parques y propiedades de los campesinos de la producción de alimentos orgánicos.El avión pasa volando muy bajo, no se apagan los chorros de veneno cuando están cambiando la ruta, envenenando las calles, hogares, escuelas y parques de forma amenazante para la salud de la población. La ciudad de Jaguaré, al norte del estado, sufre la misma situación.Villa Valério y las comunidades de Fátima y de San Juan Bosco, donde hay plantaciones de café, son las más afectados por la aspersión. Las protestas contra las fumigaciones se acrecentaron en abril al cumplirse el primer año de la muerte del líder José María Filho que fuera asesinado con 19 tiros en Limoeiro do Norte, el 21 de abril de 2010. Fue un hombre que luchó contra el abuso de pesticidas en la agricultura y la contaminación del agua en el Bajo Jaguaribe. Los agroquímicos utilizados en la producción de alimentos agrícolas envenenan a 500. 000 personas al año y 10. 000 trabajadores mueren cada año en Brasil contaminada por los pesticidas. Envenenados por los plaguicidas agrícolas, el 10% queda permanentemente incapacitados para trabajar, lo que equivale a una pérdida de 50. 000 trabajadores al año en el país. La fumigación de cultivos ahorra mano de obra, sólo una ganancia para los propietarios. Esta práctica se introdujo en Espíritu Santo por la empresa Aracruz Celulose, con el fin de no contratar a 20.000 trabajadores en sus eucaliptos. Para reemplazarlos, la empresa importó el método aterrador de escarda química. Con ello, sólo hay que reemplazar hombres a cambio de la destrucción del medio ambiente y la vida. Se tiene constancia de numerosos casos de trabajadores que fueron asesinados con la máquina de veneno.
Representantes del Ministerio de Salud realizaron estudios donde médicos y científicos han encontrado intoxicación aguda en uno de cada tres trabajadores evaluados en Apodi. Se investigaron 35 síntomas generales (piel, ojos, nariz y garganta y neurológicos), que forman parte de la gestión de la aguda, sub-aguda o crónica de los diferentes ingredientes activos de plaguicidas. Treinta y tres por ciento de los empleados encuestados informó de que los marcos pueden ser considerados como intoxicaciones agudas por plaguicidas. El grupo de los trabajadores encuestados, 37% informó de dolores de cabeza, el 18% tenían enfermedad en la reducción de la memoria e irritabilidad, y el 49,3% informó de problemas de la piel y las mucosas también. De los
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75 trabajadores de las empresas agrícolas &quot;que se sentía mal por el uso de pesticidas por segmentos&quot;, dice la encuesta, el 45,3% fueron atendidos en la empresa, el 21,3% busca un hospital público, un 5,3% en los centros de salud y los más graves, el 25,3% no buscó atención médica. Los estudios fueron realizados por el Dr. Rachel Rigotto, un investigador del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, apoyado por el Ministerio de Salud y de otras universidades en el país. Según la Embrapa, aún con los ideales de calibración, la temperatura y el viento, la fumigación aérea deja cerca de 32% de los plaguicidas retenidos en las plantas, el 49% va a la tierra y el 19% va por el aire a las áreas circundantes de la aplicación. Es esta última parte la mayor queja de las comunidades de la Meseta Apodi. Los datos hablan por sí solos: en 23 sitios anatómicos prevaleció la incidencia de cáncer en los agricultores. Con base en la encuesta del Instituto del Cáncer de Ceará, un agricultor da un mayor riesgo de tener cáncer. Entre ellos: de tiroides, próstata, de la laringe, riñón, colon - recto, esófago, ojo y sus anexos, tejidos, linfomas, de mama, masculino, mieloma múltiple, vejiga, testículo y leucemia. Los informes fueron presentados por la Sociedad de Gestión de Recursos sobre la contaminación del agua con agroquímicos, la Fundación de Ceará para los Recursos de Agua y Meteorología (Funceme) sobre la contaminación de aguas subterráneas en Morada Nova, Parcelas y Centro de Datos, la Universidad Federal de Ceará. Pero para los envenenadores argentinos "no hay pruebas científicas". El 21 de julio de 2011 la justicia carioca también intervino en la discusión, un Fiscal exigió el cese inmediato de la fumigación con plaguicidas en la Chapada Apodi una de las principales zonas de fruticultura. El Ministerio Público a través de una acción civil demandó a las compañías a las que se les responsabiliza por la contaminación: Del Monte Fresh Produce Brasil, Fazenda Frutacor, Agrícola Famosa, Tropical Nordeste Fruit Agroindustria y la Federación de Asociaçiones de Perímetro Irrigado Jaguaribe-Apodi. En la acción, requieren a estas empresas cesar de inmediato la fumigación aérea y una multa diaria en caso de incumplimiento. Miembros de Diputados a su vez pidieron a la Superintendencia Estatal de Medio Ambiente (Semace) bajo pena de multa, la revisión de las licencias ambientales otorgadas a los acusados, y la exigencia de estudios de impacto ambiental. Nuestros representantes lejos de imitar estas resoluciones, pisotean las palabras de un líder que solía decir "Cuando los pueblos pierden la paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento&quot;. Una ordenanza, una ley o una reforma no valen nada, como tampoco vale nada el político que miente y es coautor de asesinato en este exterminio tóxico.
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Nº 1.
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INICIO DE LA VIDA DE CADA SER HUMANO ¿QUÉ HACE HUMANO EL CUERPO DEL HOMBRE? Coordinadora: Natalia López Moratalla Dpto. de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad de Navarra. E-mail: natalialm@unav.es Esteban Santiago Dpto. de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad de Navarra. E-mail: esantiago@unav.es Gonzalo Herranz Rodríguez Dpto. Humanidades Médicas. Universidad de Navarra. E-mail: gherranz@unav.es
Resumen La Biología aporta un conocimiento directo y objetivo acerca del comienzo de la vida de cada concebido de nuestra especie. Desde la fase de zigoto estamos en presencia de un cuerpo humano en los procesos temporales de la transmisión de la vida. Afirma que el mismo individuo humano es el que existe en la vida embrionaria, en la juventud o en la ancianidad. Aunque el cuerpo cambia continuamente, desde el inicio a la muerte a través de las etapas embrionarias, fetales y después del nacimiento, sin embargo mantiene su identidad corporal. Aporta además un conocimiento indirecto del origen de cada ser humano al mostrar que en la única vida de cada uno se entrelazan en un sólo sujeto el dinamismo propio de los procesos biológicos y el dinamismo personal que le libera del encierro del automatismo fisiológico. Palabras clave: fecundación, zigoto, embrión humano, cuerpo humano. Abtract Biology provides a direct and objective knowledge about how and when life of a human being starts. When zygote appears, a human body is there in the middle of temporal processes of the transmission of life.
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Science clearly states that any human individual, while being an embryo, remains being the same individual in youth or old age. Body keeps changing in a continuous way from the very beginning till the moment of death; however, identity is maintained. Science provides also an indirect knowledge of the origin of each human being when showing that in the only life of each one dynamism of all biological processes and personal dynamism liberating the body from its enclosure within physiological automatism keep intertwined. Key words: fertilization, zygote, human embryo, human body.
1. El embrión humano La investigación con embriones humanos, la aplicación de las tecnologías de fecundación in vitro y el uso de los métodos anticonceptivos y abortivos, replantean una y otra vez la cuestión que se ha denominado el «estatuto del embrión humano». El cuerpo humano es un organismo muy peculiar entre los mamíferos primates entre los que se encuentra, por lo que la Biología humana no es mera Zoología. Es obvio, desde el punto de vista biológico, que la vida de cada ser humano comienza al completarse el proceso de fecundación, precisamente con la aparición de la nueva realidad, que se denomina zigoto. La ciencia biológica tiene en ello la última palabra y la ha pronunciado con claridad y contundencia. Las mismas técnicas de fecundación in vitro han dejado fuera de toda duda la radical diferencia que se da, de un lado, entre el individuo de nuestra especie en sus etapas más iniciales, ya sea el unicelular de zigoto, ya el de embrión de dos, tres, o muchas más células, y, de otro, la común célula humana, o una masa, más o menos ordenada y organizada, de esas 284
células comunes, que carecen, sin embargo, en uno y otro caso de la unidad propia de un ser vivo. Lo que a algunos no les parece claro no es que un embrión de pocas horas o días no pertenezca a la especie humana, sino que ese embrión deba ser equiparado a una persona humana. Se plantea así el debate sobre cuándo y en qué casos se puede afirmar que en proceso de desarrollo hay ya un hombre. Es decir, cuáles son las características y manifestaciones necesarias para que a una entidad biológica humana en desarrollo se la pueda considerar un hombre. Puesto que respetar la dignidad propia de todos y cada uno de los hombres implica, entre otros imperativos irrecusables, no disponer de ninguno de ellos como medio, ni decidir sobre su origen, su vida, o su muerte, sea cual fuere su estado de desarrollo, su decrepitud, o sus carencias, es de importancia suma reflexionar acerca del inicio y del proceso vital de cada hombre. Esa reflexión engloba dos cuestiones. La primera se refiere a cuándo el ser concebido de progenitores humanos es ya cuerpo humano; es una cuestión meramente científica hoy resuelta. La Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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segunda plantea el carácter personal de todo cuerpo humano, esto es, qué es lo que hace humano el cuerpo. La ciencia también tiene mucho que decir sobre este particular. Hoy dice lo suficiente para iluminar muchos interrogantes acerca del valor de la vida en sus extremos: la vida incipiente y la vida a término. Para las dos cuestiones citadas, la clave esencial está en comprender que la dimensión corporal es un elemento constitutivo de la persona humana: un ser humano no tiene su cuerpo, él es su cuerpo. Cada uno no se identifica con la estructura biológica y al mismo tiempo, el cuerpo es signo de la presencia de la persona. La historia de cada persona no es simplemente la de su vida corporal. Lo peculiar de un cuerpo humano es que tiene un «titular» con nombre propio. El cuerpo manifiesta, en la plenitud propia de cada etapa, al ser con ese nombre propio. La biografía de cada uno tiene una trayectoria en el tiempo que es personal, un dinamismo creciente hacia la plenitud, de relaciones interpersonales con otros hombres, que tiene siempre como tarea y tendencia alcanzar la plenitud como hombre. Inseparablemente, cada vida humana es la vida de un sujeto que es corporal, biológico, y que a la vez, es personal a lo largo de la trayectoria temporal de crecer, madurar, envejecer y morir. No son dos vidas autónomas ni tampoco una doble vida. No existe propiamente una vida animal del hombre porque el cuerpo del hombre es siempre un cuerpo humano. La decadencia, la limitación, el echarse encima de la muerte, no suponen pérdiCuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
da del valor personal. De igual forma, a una vida incipiente no se le puede negar la dignidad que le confiere su carácter personal, por el hecho de no manifestar todavía las peculiaridades que corresponden a otra etapa de su vida y sólo alcanza tal manifestación en ese tiempo. De ahí que nuestra reflexión haya de dar cuenta de que, en cada sujeto humano, la fusión de su vida autobiográfica y la vida físico-biológica es inherente y originaria, pertenece a su esencia. La actitud ante el hombre depende de cómo se concibamos ese entrelazamiento. En la cultura dominante se han dado dos regresiones. De una parte, la reducción de lo personal y lo biológico, de mente y cerebro, lleva a confundir la dignidad y el valor de la persona humana, con el valor y la dignidad de la vida en cuanto proceso orgánico. Y de otra, la separación dualista de lo personal y lo biológico, de mente y cuerpo, lleva a considerar a éste como algo que se posee, pero que no que se es, y que puede manipularse a voluntad. Es decir se separa conceptualmente el ser persona del «ser biológicamente humano». Para ambas perspectivas, pertenecer a la especie humana es un hecho biológico carente de relevancia ética: sólo sería persona el individuo de la especie humana en cuanto expresa de hecho ciertas cualidades (autonomía, autoconciencia, racionalidad, etc.), cualidades todas ellas que requieren un largo periodo de tiempo de maduración del cerebro, incluso después del nacimiento. Hablan, por tanto, de «emergencia» en el sentido de que el plus de realidad 285
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que manifiesta la vida de cada ser humano —cultura, relaciones interpersonales, libertad, etc.— necesariamente tiene que emerger de los materiales que portan la información genética. El embrión humano no poseería el carácter propio e intrínseco de los miembros de nuestra especie. El carácter personal, la dignidad propia de cada ser humano, sería algo que le reconocen los demás en tanto cumple determinadas condiciones de desarrollo, senescencia, capacidad de razonar, etc. Ahora bien, si el hombre no fuera más que sus procesos fisiológicos y neurobiológicos, el psiquismo humano, el mundo del espíritu, que de hecho se da en los seres humanos, no tendría explicación. El plus de realidad del hombre sobre el animal no es meramente biológico, precisamente porque se pone de manifiesto como liberación de un vivir encerrado en los meros procesos cerebrales, instintivamente confinado en las necesidades biológicas, que caracteriza a los animales. Lo que en realidad se discute no se refiere a cuándo comienza la vida de cada hombre, sino cuál es el origen de ese plus de realidad de cada ser humano. La pregunta del origen último de cada hombre no es una pregunta que pueda hacerse a la Ciencia, ni puede responderse en su nombre. Lo que se puede preguntar a la Ciencia es cuánto tiempo es necesario, una vez iniciada la fecundación de los gametos, para que la entidad humana viviente resultante alcance el desarrollo suficiente para que podamos con razón llamarla cuerpo. Se ha de tener presente que todo cuerpo humano, incluso con deficiencias, tiene un titular que posee 286
el carácter específico de todos los seres humanos. La Ciencia no puede dar razón de por qué cada hombre es un viviente libre, ni del origen de ese atributo. No obstante, la biología humana aporta un conocimiento de gran riqueza: la trayectoria vital única de cada hombre está intrínsecamente potenciada por la capacidad de relación personal que posee. Lo específico humano, venga de donde viniere, es algo inherente, ligado a la vida recibida de los progenitores; no es mera información que emerge del desarrollo. 2. La vida es un proceso temporal Vivir es crecer, desarrollarse, madurar, renovar las células, regenerar los órganos y envejecer. En los seres vivos el conjunto individual es más que la mera suma de las partes. El atributo más llamativo y característico de un ser vivo es la capacidad de transmitir la vida dando paso a individuos de su misma especie. Se debe a que cada uno posee esos materiales tan peculiares que son los cromosomas. Estos están formados por la doble hélice del DNA, una molécula que no sólo es informativa, sino que pueden copiarse a una estructura complementaria, y así conservar el mensaje al mismo tiempo que lo transmite. De esta forma los seres vivos surgen por generación de sus progenitores y son capaces de transmitir su peculiar organización a sus descendientes. La organización de cada célula se basa en la existencia de moléculas sencillas, y comunes a todos los seres vivos, combiCuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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nadas en infinidad de formas distintas. Dos de estas macromoléculas, los ácidos nucleicos —el DNA y el RNA— y las proteínas, aportan la identidad a cada una de las especies. Cada individuo de una especie posee un conjunto de ambas biomoléculas que es distintivo de la especie a que pertenece. La complejidad estructural de los seres vivos está asociada siempre a una función determinada. Cada componente y cada parte de un organismo vivo —el oído, una flor, la membrana de una célula—, tiene su función propia y, a su vez, su funcionamiento se armoniza para que el conjunto, el individuo, viva. Permanecer vivo exige un continuo intercambio con el medio natural, que varía con el tiempo. Este movimiento continuo aleja al ser vivo del equilibrio mortal: sin intercambio de materia y energía no hay vida. Para cada parte del organismo y de cada célula, el medio es el resto del cuerpo o del órgano del que forma parte. Durante el desarrollo embrionario el medio natural es la madre. Tras el nacimiento, ese medio natural es externo. La vida de todo organismo tiene una trayectoria desde el inicio al final porque está en continuo intercambio con el medio propio de cada etapa. Las funciones de los seres vivos dependen de su interacción con el medio. Hasta el más modesto organismo es capaz de tomar materiales sencillos de su entorno y emplearlos en obtener energía para crecer, para moverse etc.; y esos mismos sencillos materiales son transformados en las estructuras con las que construir su propio organismo. La interacción de los seres vivos con el Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
ambiente no acaba ahí; no sólo lo transforman y reciben energía de él, sino que los seres vivos se adaptan al ambiente, autorregulando sus capacidades según lo que el entorno les ofrece. La Biología ha alcanzado una comprensión clara de los procesos vitales, entendiéndolos como una cooperación dinámica de genes y medio que da lugar a la expresión regulada de los genes durante la constitución y desarrollo de un nuevo ser. Cada ser vivo tiene una vida suya y propia, con un inicio y un final; y un desarrollo temporal en el que se completa, crece, se adapta a diversas circunstancias y transmite la vida. La vida es dinámica, activa de forma ordenada, progresiva, continua; y en cada momento de la existencia se actualizan sólo las potencialidades que le corresponden a esa etapa. Ese continuo cambio que induce siempre a alejarse del equilibrio es lo que permite que la trayectoria vital no se detenga. Desde esta perspectiva, el inicio de la vida de un individuo se puede definir como un proceso constitutivo, con un comienzo neto. Mientras que el desarrollo posterior es un proceso consecutivo de construcción, con crecimiento diferencial, maduración y envejecimiento; y la muerte natural como un final también neto del proceso. 3. El zigoto de nuestra especie es cuerpo humano La fecundación es el proceso dinámico y temporal por el que cada individuo se constituye a sí mismo a partir de los ga287
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metos aportados por los progenitores. La información genética heredada aumenta a lo largo de las horas que dura el proceso de la fecundación, gracias a la interacción de los genes con los componentes del medio intracelular, con el resultado final de que el zigoto es más que la mera suma o fusión de los gametos. La fecundación se inicia con el reconocimiento específico de especie y la activación mutua de los gametos paterno y materno, maduros, y en el medio adecuado. Desde el punto en el que el espermatozoide alcanza al óvulo se produce una liberación de iones calcio que se difunden como una onda hacia la zona opuesta; y en ese punto queda fijado el eje dorso-ventral del cuerpo. Perpendicular a él, se establece el eje cabeza-cola, a falta de determinar qué polo será el cefálico y cuál el caudal, lo que sucederá en la segunda semana del desarrollo, con lo que queda fijado el eje derecha-izquierda. La concentración de iones calcio en el espacio celular del óvulo que se está fecundando regula los procesos que ocurren a lo largo del tiempo de la fecundación. El proceso esencial que se regula por estas señales moleculares es la estructura de los cromosomas; los cambios que ocurren preparan la regulación de la expresión de los genes. Se genera de esta forma nueva información a la que se denomina información epigenética. La fecundación de los gametos materno y paterno de la que resulta el individuo es un proceso epigenético debido a que la información genética heredada se retroalimenta a lo largo de las horas que dura el proceso y el resultado, el zigoto, 288
es más que la mera suma de la fusión de los gametos. El zigoto es un organismo en estado de una célula y a tiempo cero. Tiene el patrimonio genético suma de los cromosomas maternos y paternos, igual a cada una de las células que constituirán el organismo, pero no es una mera célula con información genética de ese individuo de esa especie concreta. Su genoma posee el estado característico y propio de inicio de un programa de vida individual. La célula con el fenotipo zigoto está dotada de una organización celular que la constituye en una realidad propia y diferente de la realidad de los gametos, los materiales biológicos de partida. Posee polaridad y asimetría de tal forma que tiene trazados los ejes dorso-vientre y perpendicular a él el eje cabeza-cola, que establecerán la estructura corporal. Y se ha constituido mediante un proceso de autoorganización del material biológico resultante de la fusión de los gametos paterno y materno. Todos los procesos que tienen lugar dentro del ovocito que se está fecundando están regulados por los niveles de iones calcio alcanzados en cada zona concreta del citoplasma. De ese modo, el proceso de formación del zigoto queda regulado en el espacio y en el tiempo. Por su parte, el pronúcleo paterno atrae al pronúcleo materno hacia el centro del zigoto que se está constituyendo, y ahí se reúnen. Mientras se aproximan, las membranas nucleares se desintegran; los cromosomas paternos y maternos se constituyen, se mezclan, y se alinean ordenadamente en un plano que queda determinado juntamente por dos puntos: Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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el lugar ocupado por el material genético del óvulo, y el punto de entrada del espermatozoide. Quedan así los materiales genéticos preparados para la primera división del zigoto que da origen al embrión de dos células. Los diversos componentes del interior celular se ordenan en una distribución asimétrica siguiendo el gradiente de concentraciones de iones calcio y que ofrece una zona rica y otra pobre en estos iones. Este rasgo hace diferente al zigoto de cualquier otra célula, le confiere polaridad y asimetría, lo que significa que sus componentes se reordenan según el trazado de los ejes que establecerán, pasado el tiempo, la estructura corporal. 4. El genoma del zigoto está en estado de inicio del programa de desarrollo El ADN, que forma todos y cada uno de los pares de cromosomas del zigoto, tiene una estructura espacial y unas marcas químicas diferentes de las que tenía en el material genético de los gametos vectores de la herencia paterna y de la materna. Durante las horas que dura la fecundación, el ADN de ambos progenitores cambia hasta alcanzar la estructura y el patrón de marcas propios de un nuevo individuo en fase de iniciar la expresión de los genes propios1. Con ello se origina un nuevo genoma que está en el estado característico y propio de inicio de un programa de vida individual. 1 Weaver, JR, Susiarjo, M, Bartolomei, MS. «Imprinting and epigenetic changes in the early embryo». Mamm Genome 20, (2009), 532-543. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
Es bien conocido que la secuencia del ADN de cada par de cromosomas heredado no cambia a lo largo de la vida de cada individuo. Es su dotación genética presente en todas y cada una de las células que forman los diversos órganos, tejidos y sistemas. Sin embargo, cada línea celular adquiere, especialmente durante el desarrollo embrionario, unas características propias de célula de hígado, o de riñón, etc. Este proceso de diferenciación celular supone que en cada caso se expresan unos genes y se silencian otros, de forma que las proteínas son diferentes y, con ello, las funciones que las células de los diferentes órganos realizan en la unidad del organismo. La regulación selectiva de la expresión de los genes requiere la actuación de ciertas señales moleculares; requiere, en especial, que las hebras del ADN de los cromosomas adquieran en diferentes regiones una diferente organización espacial, que se logra mediante la incorporación, o la eliminación, de un grupo metilo en la citosina, uno de los cuatro sillares de las hebras del ADN. Si una citosina se encuentra metilada en una región reguladora concreta, la expresión de los genes asociados a esa secuencia quedan silenciados. De ahí que el cambio del patrón de metilación de la citosina esté en la base de la diferenciación celular que acompaña al desarrollo embrionario, lo mismo que a la maduración y envejecimiento del organismo. A su vez, este proceso está rigurosamente regulado: existen diversos factores que lo influencian, como, por ejemplo, la modificación química de las histonas, un tipo 289
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de proteínas que empaquetan y organizan espacialmente la doble hebra del ADN. Es muy diferente el proceso de génesis de los gametos masculinos y femeninos. También lo es la estructura de sus respectivos genomas. El genoma de los espermios está muy condensado y metiladas muchas de sus citosinas. Con el inicio de la fecundación, el genoma paterno se descondensa y desmetila, e inmediatamente se reorganiza y se pliega sobre las histonas. Los cambios de distribución de las histonas continúan durante las primeras divisiones2. En el genoma diploide del zigoto, el patrón de metilación de cada uno de los cromosomas que forman cada par, lo que llamamos su impronta parental, es diferente según su origen, paterno o materno. Durante la fecundación ocurre una serie de metilaciones y desmetilaciones que provocan que el patrón del ADN del zigoto sea específico y muy diferente del patrón específico que presentaba en los gametos que le han originado. Sin embargo, se mantiene inalterado el patrón de metilación de un conjunto de genes, denominados genes con impronta. Éstos, a diferencia del resto, se regulan durante el desarrollo de tal forma que sólo se puede expresar una de las dos copias del gen, denominadas alelos, ya sea la que procede del padre, ya la que aporta 2 McLay DW, Clarke HJ «Remodelling the paternal chromatin at fertilization in mammals». Reproduction 125(2003):625-633; Ooi SL, Henikoff S «Germline histone dynamics and epigenetics». Curr Opin Cell Biol 19 (2007) 257-265; Okada,Y.,Yamagata, K., Hong, K., Wakayama, T. Zhang,Y. «A role for the elongator complex in zygotic paternal genome demethylation». Nature (2010) 463, 554-559. 290
la madre. Aunque son pocos estos genes son esenciales para el normal desarrollo del individuo. Así pues, en el zigoto se combinan, esto es, se integran y reprograman, dos genomas altamente especializados, de modo que permiten la totipotencialidad, una propiedad exclusiva del zigoto. El genoma del zigoto, con su peculiar estructuración genética, irá permitiendo la formación y desarrollo de un organismo de forma armónicamente coordinada, tanto en el espacio corporal como en el tiempo de la vida. Con la fecundación se ha producido un «encendido», una puesta en acto, de la expresión de la información de los genes, que son el patrimonio del nuevo individuo. No basta la mera fusión de los gametos en cuánto portadores, cada uno, de la mitad del patrimonio genético. La fecundación es un proceso activo, epigenético en cuanto requiere las señales moleculares generadas en el curso del mismo proceso, que se inicia con la activación recíproca de los gametos de los progenitores y acaba generando el zigoto, una célula con fenotipo único. Si, en el hombre, el proceso de fecundación no acabara correctamente, o consistiera simplemente en una estimulación del ovocito, el resultado sería una célula capaz de sufrir algunas divisiones. Podría ocurrir incluso que las células generadas de esa división alcanzasen una morfología parecida a la de un embrión de pocos días, pero nunca darían origen a un individuo. Es un viviente en su etapa unicelular, que sin solución de continuidad inicia su desarrollo. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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El zigoto es la única realidad unicelular totipotente capaz de desarrollarse a organismo completo siguiendo la trayectoria vital generada, que permite un crecimiento como organismo según ejes. Un crecimiento diferencial y ordenado en el que las multiplicaciones celulares se acompañan de diferenciación celular según el sitio que ocupan. Si todas las células que se forman por divisiones sucesivas de las primeras del embrión temprano se mantuvieran iguales y uniformemente distribuidas no formarían un ser vivo, sino un conjunto de células sin unidad vital. Sin embargo, el desarrollo es un crecimiento acompañado de diferenciación celular y de la distribución espacial de las células según los ejes corporales. No basta que se forme el hígado, o los pulmones, sino que cada estructura funcional ocupa el sitio que le corresponde en la unidad de organismo que posee la forma corporal que le corresponde como individuo de la especie. El zigoto es la única entidad unicelular totipotencial, capaz, por ello, de desarrollarse hasta organismo completo, siguiendo la trayectoria vital que se generó. Es, por tanto, un cuerpo en estado unicelular en tiempo cero. Es un viviente de la especie de sus progenitores con las características propias del momento inicial, tiempo cero, de su vida. Una entidad que no puede confundirse con una célula común, que viviera en un medio que le permitiera crecer y originar un conjunto de células vivas. El zigoto es un cuerpo, no una simple célula.
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5. Guardamos memoria de nuestro primer día de vida El conocimiento de que el diseño corporal de los mamíferos comienza a determinarse con la fecundación, ha supuesto un cambio sorprendente en el pensamiento de la Embriología3. Sólo diez años atrás, tal afirmación habría sido considerada una herejía científica. Se pensaba entonces que los embriones de los mamíferos eran en sus primeros días un conjunto de células prácticamente iguales entre sí, e iguales al zigoto del que procedían. Eran resultado de divisiones simétricas, de mera segmentación. Aunque se conocía con bastante precisión la existencia de moléculas en las membranas de las células derivadas de las primeras divisiones, que permitían su estructuración y funcionamiento como organismo unitario, se pensaba que sólo más tarde, en el momento de la implantación en la pared del útero, las células adquirían «destinos» diferenciados, determinados por su posición en el embrión, y que determinaban, a su vez, su posición en el futuro cuerpo. La asimetría del zigoto establece el plano de división celular que, a su vez, orienta al embrión bicelular según los ejes corporales. De la primera división resultan dos células desiguales entre sí y diferentes del zigoto, que, además, seguirán caminos diversos en el desarrollo ulterior. Ellas dos constituyen una unidad orgánica, el embrión en estado bicelular, 3 Pearson H. «Your destiny from day one». Nature 418 (2002), 14-15. 291
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e interaccionan específicamente entre sí a través componentes moleculares de sus membranas. Las dos células tienen diferente concentración de iones calcio; estos regulan la expresión de la información genética y la velocidad de multiplicación celular. Por ello, la célula más rica en dichos iones se divide antes, en un plano ecuatorial, perpendicular al de la primera división y genera así el embrión tricelular. Más tarde se divide la otra, pero lo hace en un plano meridional. Al filo del primer día de vida el embrión está constituido por cuatro células dispuestas en una orientación espacial precisa. Dos investigaciones recientes dan información del primer día de vida de cada individuo. Según la primera de ellas, las dos células que forman el embrión bicelular tienen, de hecho, diferente contenido en los RNA mensajeros4, lo que pone 4 Roberts, R.M. Katayama M., Magnuson, S.R. Falduto, M.T., Torres K. E.O. «Transcript Profiling of Individual Twin Blastomeres������������������ ����������������������������� Derived by Splitting Two-Cell Stage Murine Embryos». Biology of reproduction 84 (2011), 487-494. 292
de manifiesto una vez más la asimetría inherente del zigoto. Las células derivadas de la célula pobre en iones calcio comienzan a diferenciarse bajo la acción propia de los genes específicos de un tejido extraembrionario, denominado trofectodermo. Por el contrario, las procedentes de la más rica en iones calcio son pluripotenciales, capaces, mientras forman parte del embrión, de producir todos los tipos celulares del cuerpo. Esta capacidad es conferida por los genes específicos de la pluripotencialidad, que se activan por los iones calcio, y que, por algún tiempo, dan órdenes a las células que se mantengan indiferenciadas, sin definir aún en qué dirección proseguir la maduración. Si estas células se separan por disección del embrión, se convierten en las llamadas células troncales (generalmente llamadas células madre) embrionarias, dejan de estar bajo el control de la unidad orgánica y se hace posible dirigir artificialmente su maduración hacia ciertos tipos celulares.
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Las células troncales embrionarias, tanto si están separadas del embrión, como si están formando parte de él, no son totipotenciales, como han afirmado algunos, sino sólo pluripotenciales. La totipotencialidad es la capacidad de originar un organismo completo y estructurado, cuerpo y placenta; mientras que la pluripotencialidad es la capacidad de diferenciar células y tejidos de muchas o todas las variedades existentes en el cuerpo, pero no un organismo completo. El supuesto carácter totipotencial de los blastómeros iría en contra de la identidad del embrión. Si cada blastómero fuera totipotencial, el embrión no iniciaría su vida como un ser individual, cuyos componentes están integrados en una totalidad singular; sino como una entidad fluida, potencialmente plural, múltiple, en la que varios zigotos quedarían extrínsecamente reunidos por la zona pelúcida. No hay datos, al menos por ahora, que demuestren que los blastómeros aislados de embriones de cuatro u ocho células sean capaces por sí mismos de dar un organismo completo, sin el auxilio de otros. El otro trabajo procede de estudios de fecundación humana in vitro5. Buscaban los autores fijar los criterios que permitieran conocer si ha habido, o no se ha producido, una fecundación completa y poder así distinguir entre embriones aptos para ser transferidos al útero, y em5 Wong, CC, Loewke, KE, Bossert, NL, Behr, B, De Jonge CJ, Baer, TM, Reijo Pera, RA. «Noninvasive imaging of human embryos before embryonic genome activation predicts development to the blastocyst stage». Nature Biotechnology 28, (2010), 1115-1121. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
briones no viables. Para ello, analizaron el tiempo requerido para cada etapa del primer día de vida. Once horas después de la completa división del zigoto, el embrión bicelular se ha transformado en embrión de tres células. Y una hora después, hay ya cuatro células que se han situado según los vértices de un tetraedro. En ese momento, se han degradado ya los RNAs mensajeros de origen materno, aportados por el ovocito, y que sintetizaban las proteínas de las membranas que unen entre sí las primeras células del embrión para formar una unidad corporal, y han sido sustituidos por los mRNA generados de la expresión de los genes propios del embrión. Otra observación interesante de ese trabajo es que los blastómeros individuales de una buena parte de los embriones humanos intactos en fase de dos a diez células, o los de embriones anormales que han detenido su desarrollo en esas fases, tienen una expresión de genes que corresponden a edades diferentes de desarrollo. Sugieren que eso podría indicar que algunos blastómeros sufren paradas largas de su desarrollo, mientras que otros blastómeros siguen adelante a la velocidad normal propia de esas fases. Esto significa que, dentro de la unidad orgánica embrionaria, los diferentes blastómeros llevan un ritmo de crecimiento autónomo. Ese hallazgo, según los investigadores, parece contradecir la idea generalmente aceptada de que los blastómeros del embrión de dos, cuatro, ocho y dieciséis células serían idénticos entre sí y estarían 293
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sincronizados, incluso intercomunicados en la mórula, para desarrollarse en una unidad. Esto es, serían un conjunto uniforme, y en cierta medida informe, de células sin organización diferenciada. El hecho de que los blastómeros no sean equivalentes entre sí desde el inicio del desarrollo del zigoto, es un rasgo más que acentúa las diferencias que se dan entre la imagen «clásica» del embrión y la que está trazando la actual embriología molecular. La imagen nueva es incompatible con la anticuada noción del embrión «amorfo», homogéneo, hecho de elementos iguales entre sí, escindible, del que incluso podrían separarse grupos casuales de células capaces de establecer en cualquier momento dos sistemas nuevos.. Desde la primera división del zigoto a embrión bicelular el crecimiento se acompaña de una diferenciación de las diversas células siguiendo una trayectoria unitaria, programada de forma temporal y espacial. 6. Continuidad del desarrollo según la forma corporal dada por los ejes En perfecta continuidad con el proceso de fecundación, el zigoto inicia el desarrollo con la construcción de las diversas partes del cuerpo. El individuo es inseparable de su desarrollo. En el día tres el embrión consta de ocho células, cuatro son inmaduras, pluripotenciales, y otras cuatro han comenzado su maduración. El día cuatro empieza a formarse en el embrión una cavidad que desplaza hacia un extremo 294
las células inmaduras y el día cinco el embrión, ahora llamado blastocisto, se ha desarrollado durante su recorrido por las trompas de Falopio de la madre, en dirección al útero. La autoorganización asimétrica, inicialmente de dos células desiguales, se mantiene a lo largo del desarrollo. Cada célula posee una historia espacial y temporal, que, en cierto modo, le informa de que forma parte de de un organismo único, vivo y concreto, con un tiempo definido de desarrollo. Si las células se mantuvieran iguales y uniformemente distribuidas no formarían un ser vivo: serían simplemente un conjunto sin unidad vital. Del zigoto totipotente derivan los diversos tipos de células troncales pluripotenciales; estas son capaces, a su vez, de madurar hacia tipos diversos de células troncales multipotenciales; y éstas de originar células progenitoras de tejido. Estas generan, finalmente, las células diferenciadas de los órganos y tejidos, capaces de organizarse en estructuras espaciales de funciones más o menos complejas. En todas las etapas del desarrollo es imprescindible que las células inmaduras reciban una señal, generada en una etapa anterior, enviada desde otra célula más o menos distante, o mediada por contactos intercelulares. Cada célula —si se encuentra en el estado de maduración que le corresponde y, además, situada en su nicho propio — procesa esa señal, a través de interacciones moleculares y reacciones químicas ordenadas en una vía de señalización, que la interpreta y la ejecuta. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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Así, la construcción del organismo se ordena jerárquicamente en el espacio y el tiempo, con un calendario natural de inicio y término para cada uno de los órganos, tejidos, etc. La distribución asimétrica de las células según los ejes céfalo-caudal, dorso-ventral y bilateral (derecha-izquierda) da lugar a la ubicación precisa de los diferentes órganos en el cuerpo. Mientras anida, a lo largo de la segunda semana, el embrión se estructura en dos capas de células y genera nuevas células troncales. En el día ocho las células que forman la masa celular interna se transforman en una capa, que será el dorso del embrión y en el que está definido el eje céfalo-caudal. Las células que la limitan forman la segunda capa y son las progenitoras de estructuras extraembrionarias. 7. El embrión pasa a la etapa de feto El día quince concluye la evolución del embrión de dos a tres capas y el blastocisto pasa a denominarse gástrula. Este proceso es un masivo movimiento Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
de células que se desligan y descienden de la primera a la segunda capa a través de una estructura provisional conocida como línea, o estría primitiva. Entre ambas capas se ubican las células que constituyen la tercera. Esta estructura de tres capas ordena el desarrollo completo del organismo. La lógica de la trayectoria unitaria de cada individuo conlleva que se formen en primer lugar los sistemas que como el nervioso y el circulatorio cumplen funciones de integración de las partes. Hay constancia de que dieciséis días después de la fecundación comienzan a formarse los vasos, la sangre, y las células neuronales. Y hacia el día veintiuno aparece el esbozo cardiaco como centro motor de la circulación sanguínea y se produce el primer latido. Se puede definir que el final de la etapa embrionaria humana6 y el comienzo de la fetal ocurre cuando aparece la estría primitiva y no ha alcanzado las 6 Findlay, JK, Gear, ML, Illingworth, PJ, Junk, SM, Kay, G, Mackerras, AH, Pope, A, Rothenfluh, HS, Wilton, L. «Human embryo: a biological definition». Human Reproduction 22, (2007), 905-911. 295
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ocho semanas de desarrollo desde la primera división mitótica. La aparición de la línea primitiva, o de la cresta neural de la que derivan las células del cerebro, no supone un hito especial que cambie la realidad ontológica del individuo. Cuando se estructure el cerebro y madure siguiendo la trayectoria vital de ese individuo se actualizarán las potencialidades correspondientes y aparecerán las manifestaciones propias de los circuitos neuronales, de igual forma que cuando los pulmones estén constituidos y maduros podrán comenzar a ejercer su función respiratoria. El individuo concreto, inseparable de su desarrollo, va adquiriendo el fenotipo que le corresponde en cada momento de la vida: actualiza la plenitud de su ser biológico en cada etapa concreta. Ninguno de esos estados de la vida posee diferente nivel de realidad ontológica. Es el mismo individuo el que existe en plenitud de vida embrionaria o fetal, joven o anciano. 8. Identidad biológica-identidad personal El ser vivo concebido de nuestra especie es una nueva unidad de información en acto, «encendida» y que irá actualizando paso a paso las potencialidades que posee. La información heredada consiste en un orden —la secuencia de los cuatro nucleótidos del ADN— que, a su vez, crea estructuras orgánicas ordenadas, los RNA y proteínas, que son funcionales. El orden de colocación en el ADN, de las cuatro bases, es la información genética, 296
el patrimonio o dotación genética de los individuos de cada una de las especies. Está presente en cada una de las células del organismo y no cambia a lo largo de la vida. El genoma heredado aporta la pertenencia a la especie y la identidad biológica del individuo. También en el ser humano. Y, por serlo, la identidad biológica es signo de la identidad personal. De tal forma que el criterio para determinar quién es un ser humano es un criterio externo; en efecto, es la identidad del cuerpo como existencia continuada en el espacio y el tiempo. El cuerpo «dice quién es»: la cara, gestos, la voz, hasta la forma de moverse, identifica al titular de ese cuerpo. Somos capaces de reconocer la cara de un ser querido entre una multitud, y somos capaces de reconocer a parientes de un amigo por sus parecidos. Si una persona pierde el conocimiento y la memoria, si se olvida de quien es, son los demás los que pueden decirle «eres fulano, marido de, ingeniero, naciste en…», porque pueden percibir en sus rasgos la continuidad corporal antes y después del accidente. La continuidad corporal, identidad biológica, es signo de la continuidad de la persona, identidad personal. Más aún, ante la duda de «quién es» alguien se puede acudir al análisis de sus peculiaridades genéticas, y determinar técnicamente su identidad biológica. A pesar de que la secuencia de nucleótidos del genoma heredado, el genotipo, no cambia a lo largo de la existencia del individuo, el soporte material de la información genética queda modificado por la Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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interacción con el medio, a lo largo de su vida: cambia el estado estructural con el tiempo y cambia el estado del ADN en las diversas partes del cuerpo. La interacción de los componentes del medio, interno y externo al viviente, va cambiando constantemente y con ello a su vez el estado del viviente mismo, el fenotipo. Aparece así una información, que crece con el proceso vital, que ordena temporal y espacialmente el desarrollo y la vida, al regular la expresión de la información genética, la construcción del organismo. Esta información, que se denomina epigenética, no se hereda sino que se genera en la constitución del individuo y se amplía a medida que avanza el desarrollo. Gracias a esta información, la vida del viviente es una trayectoria unitaria y discontinua en el tiempo, con etapas en que se suceden de manera ordenada: zigoto, embrión, feto, neonato, joven, etc. Las células van diferenciándose y especializándose, ordenándose en tejidos y órganos, maduran y envejecen al tiempo que mantiene la información acerca de la propia historia. La vida requiere un programa de desarrollo que ordena los mensajes de los genes en el tiempo y que están coordinados en el espacio orgánico, y así permite la formación armónica y sincronizada de las diversas partes del cuerpo, de los diversos órganos, tejidos y sistemas. Programa que en cada ser humano está potenciado con la libertad que le hace no quedar encerrado en los procesos biológicos corporales.
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9. La existencia de gemelos idénticos no supone que el embrión temprano no sea uno Cada individuo es uno en cuanto que su existencia sigue una trayectoria particular de expresión del mensaje genético. Y es único y diferente a cualquier otro no sólo por la combinación única de genes que hereda de sus progenitores, sino por las fluctuaciones propias de su trayectoria, que hace diferentes incluso a los gemelos con idéntico patrimonio genético. Conocemos de manera inequívoca que en el zigoto hay un plano o mapa que hace que la organización del embrión está creada al inicio, antes de la implantación. Esto supone un cambio profundo en la idea del embrión, e invalida la duda acerca de que la existencia de gemelos idénticos suponga falta de individualidad del embrión en el periodo de tiempo previo a la implantación en el útero materno. Con frecuencia, la generación espontánea de gemelos se consideró falta de organización unitaria del embrión en el estado previo a la implantación, carencia de unicidad. Tal carencia de carácter individual se ha usado para poner en tela de juicio el carácter de individuo de la especie humana del embrión de pocos días. Sin embargo, los datos actuales hacen muy difícil admitir que un organismo, que no es una masa informe de células, pueda partirse en dos. Los gemelos proceden de la formación de dos zigotos de una misma fecundación y no como fisión de un embrión para originar dos embriones. 297
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Se conoce que la frecuencia de gemelos ocurre en situaciones de bajo nivel de calcio en la madre. Mientras se fecunda un óvulo con bajo contenido en iones calcio, se puede alterar la sincronización de dos procesos habitualmente sincronizados: división celular y organización intracelular polarizada, que culminan con la generación del zigoto. La división de un óvulo durante el periodo de fecundación, y antes de que ésta termine, daría lugar a dos células simétricas, iguales entre sí, e iguales al óvulo en fecundación. Obviamente esto no es un embrión bicelular ya que las dos células no son desiguales, sino dos células iguales, que si cada una de ellas continuara el proceso fecundante y alcanzara el resultado de zigotos asimétricos, una sola fecundación habría dado lugar a dos zigotos idénticos. En todo caso, suponiendo que los gemelos se generasen a partir de un solo embrión, el proceso no consistiría en la simple partición de un individuo en ‘mitades’, o ‘cuartos’. La existencia de ejes que organizan el conjunto de células derivadas de la multiplicación del zigoto no permite referirse a una fisión del embrión, como si se tratara de una realidad biológica simétrica y homogénea. Es decir, aún en el caso de que de un embrión se separaran algunas células, este material celular sería el material de partida que sólo tras constituirse en célula totipotencial, en un nuevo zigoto, iniciaría sólo entonces una nueva y diferente trayectoria vital unitaria.
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10. Relación con la madre y autonomía del embrión Desde el primer día de vida se desarrolla un diálogo molecular entre el embrión y la madre, que se inicia a instancia del embrión. Éste libera moléculas, interleuquinas, que reciben los receptores específicos de las trompas uterinas.Como repuesta, las trompas, producen varias sustancias que permiten el crecimiento, inyectan la vitalidad que el embrión necesita, y sitúan las moléculas de superficie, complementarias de las del embrión, que permiten a éste rotar a lo largo del recorrido y le indican el lugar donde puede detenerse para anidar. En respuesta al proceso natural de la gestación, el cerebro de la madre cambia desarrollándose el cerebro social, se hace un cerebro materno. Estos cambios inducen en ella el vínculo de apego afectivoemocional. Durante años se supuso que el embrión humano iniciaba de forma tardía expresión de sus genes. Durante los primeros días de vida dependía de las proteínas y RNA presentes en el citoplasma del óvulo. Sin embargo, gracias a la mejor calidad de las técnicas de análisis se puso de manifiesto expresión de genes del cromosoma Y en embriones masculinos en el primer día de vida. La expresión de al menos unos 30 genes propios es anterior a la fase de cuatro células. Y llegan a expresarse más de 700 en el paso de cuatro a ocho. Recientemente se ha conseguido cuantificar los productos del metabolismo de embriones individuales como un medio Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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para identificar su salud. El embrión antes de la implantación utiliza sustratos del medio, oxígeno, azucares y fuentes de energía; tiene su metabolismo propio. La dependencia de la relación con la madre no supone carencia de autonomía como individuo. La gestación aporta, a manera de nicho natural, las señales moleculares y celulares necesarias para las etapas del desarrollo del embrión. La relación con el medio difiere en las diversas etapas de la vida del individuo sin que suponga en ninguna de las etapas diferencia de entidad ontológica. 11. Simbiosis de dos vidas: tolerancia inmunológica El diálogo molecular convierte al sistema inmunológico materno en tolerante hacia el embrión, mitad materno y mitad paterno. La atmósfera de tolerancia inmunológica creada en el diálogo molecular, hace que las defensas de la madre contra lo extraño se desactiven, la madre perciba al embrión como algo no propio, diferente de ella y, sin embargo, sin las señales de peligro que activarían sus defensas frente al hijo. Este proceso biológico natural de tolerancia inmunológica, tiene lugar a través de una red de sustancias que liberan armónicamente ambos, madre e hijo, y que actúan localmente silenciando todas las células maternas que generarían el natural rechazo hacia lo extraño: las células denominadas «asesinas naturales», los linfocitos T, tóxicos para las células extrañas; y los linfocitos B, que producen los anticuerpos de rechazo. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
La gestación se convierte así en una convivencia de dos vidas: el hijo no es una parte de la madre ni tampoco un injerto que sería rechazado. 12. Intercambios de células entre el feto y la madre: microquimerismo materno En la convivencia de la gestación, cada feto aporta a la madre células inmaduras que rejuvenecen su cuerpo. Estas células «jóvenes», pasan a la médula ósea y en algunos casos se ha podido observar que participan en los procesos regenerativos del cuerpo materno. También de la madre pasan células al feto. La vía de intercambio de células en doble dirección genera un microquimerismo en ambos. El microquimerismo es muy frecuente, y se da también en sujetos a los que se ha transfundido sangre, o en los que han recibido órganos trasplantados. El intercambio celular es activo en el caso de algunos gemelos monocoriónicos, en cuyas placentas hay vasos comunicantes. Esos gemelos son siempre quimeras de las células de la sangre y de otros tejidos. Las quimeras genéticas son organismos en los que coexisten poblaciones celulares procedentes de dos o más individuos. Se supuso durante tiempo que procedían de la fusión de dos o más embriones, por lo que mientras no se cerrara la posibilidad de fusiones el embrión no poseería unidad. Es posible que el fenómeno de fusión embrionaria pueda existir: de dos gemelos si uno muere el otro pudiera incorporar algunas de sus células. Lo que 299
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supondría un transplante embrionario de muerto a vivo. Un transplante de órganos, o una transferencia de células, no supone perdida de la unidad corporal. 13. El carácter personal del cuerpo humano: qué lo hace humano 13.1. ¿Qué hace humano el genoma de cada hombre? No más genes Contamos actualmente con un catálogo completo de las diferencias genéticas entre el hombre y el chimpancé. Lo más característico, y que llama poderosamente la atención, es que cada ser humano tiene más creatividad —una identidad personal suya y diferente de la de los otros— que cualquier animal, con menos biología. Tanto que se dice que la lectura del genoma humano ha constituido una humillación: la humillación de los genes. 13.2. Las características morfológicas y fisiológicas propias del cuerpo del hombre no es cuestión de tener más genes Por una parte ha habido «pérdida» de genes que suponen reducción de capacidad de adaptación al medio, y que llamativamente son ganancia en posibilidad de manifestación del carácter personal. Por ejemplo, una mutación en el gen de la miosina, MYH16, se traduce en una fibra muscular más fina que permite al hombre el gesto típicamente humano de la sonrisa, a cambio de una disminución de la musculatura de la masticación. Compensará con el arte culinario la pobreza 300
biológica de un débil aparato triturador de alimentos. Los cambios en los genes en la línea humana se caracterizan por tener una repercusión muy alta en el fenotipo, justamente porque han tenido lugar en regiones de los cromosomas que contienen elementos reguladores. Las modificaciones más llamativas son las de la expresión de genes que regulan la construcción del cerebro durante el desarrollo embrionario. Por ejemplo, el gen FOXP2 en la línea humana ha adquirido dos mutaciones que le convierten en un importante factor regulador, esencial en el momento concreto del desarrollo embrionario humano en que se crean las estructuras neuronales del habla y del lenguaje. El acontecimiento crítico que condujo al establecimiento de las mayores diferencias entre el cerebro del hombre y los primates está asociado con los cambios en la reorganización de los cromosomas sexuales, X e Y. En la evolución de los mamíferos los cromosomas sexuales han seguido un proceso de paso de información del cromosoma Y al X. El cromosoma Y se ha ido reduciendo de tamaño, llegando a contener solamente los genes específicos de la masculinidad, mientras que el X se ha enriquecido almacenando genes importantes, especialmente genes para construir el cerebro. En las hembras, XX, uno de ello se inactiva en los diversos tejidos y de esa manera se iguala la dosis genética con los machos XY. Pues bien, este proceso se invierte justo en el momento de la aparición de los primeros hombres, con un paso de información genética del cromosoma X Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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al Y. La región del X-Xq21.3 —que pasó al Y -Yp11— contiene un gen que codifica una molécula de adhesión expresada en el cerebro y que está implicada en las interacciones específicas entre neuronas. Es una proteína esencial para crear la arquitectura cerebral específica con lateralización de los hemisferios cerebrales, propiedad exclusivamente humana. Además, las dos copias del gen, localizadas una en el cromosoma X (PCDHX) y la otra en el Y (PCDHY), se expresan en diferente momento del desarrollo del embrión mujer y del embrión varón, regulados por las hormonas sexuales, y causan el dimorfismo sexual del cerebro humano. 13.3. Pobreza biológica: presupuesto del plus de realidad de cada hombre El cuerpo del hombre muestra rasgos morfológicos y funcionales muy peculiares, todos ellos ligados al peculiar cerebro humano, que ponen de manifiesto la pobreza biológica que le caracteriza. Por estar de pie y tener que sujetar la musculatura la cadera, la pelvis adquiere una forma que hace estrecho el canal del parto en la mujer. La criatura humana nace siempre, por ello, de un parto prematuro, sin acabar, y necesitada de un «acabado» en la familia. La construcción y maduración del cerebro de cada hombre no está cerrada, sino abierta a las relaciones interpersonales y a la propia conducta. Tiene una enorme plasticidad neuronal y sobre todo ello está necesitado, para ser viable y para alcanzar la plenitud, de atención y Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
relación con los demás. Las neurociencias dan buena cuenta de la necesidad de ese modo de acogida maternal-familiar, en las primeras etapas de la vida, para el desarrollo cerebral y la armonización de la vida intelectual y afectiva. El desarrollo psicofísico, el aprendizaje, etc., requieren un ámbito de relaciones personales de textura familiar, sin el que el niño sufra retrasos en su maduración intelectual y personal. No se inicia el desarrollo de la corteza cerebral, ni se distribuyen las funciones en los dos hemisferios propios del cerebro humano si no llegan, en edad temprana, las conexiones que el sistema límbico emite hacia la corteza al «procesar» las emociones. Las características del cerebro humano aportan el presupuesto biológico a un viviente, que requiere relación personal y sentido de la vida para su desarrollo natural. 13.4. Un viviente no-especializado que humaniza las necesidades biológicas Los animales «superiores» poseen una operatividad intensa: tendencias, modos de comportamiento, etc., que están ligados y son paralelos al desarrollo y maduración de su sistema nervioso. El cerebro animal procesa la información que les llega de fuera siempre y cuando el estimulo especifico de su especie esté presente. La información genética heredada aporta al animal una disposición a aprender a vivir, y les capacita para adquirir un conocimiento y dar respuestas 301
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instintivas, o modos de comportamiento, que son automatismos dirigidos desde la unidad funcional del organismo. La naturaleza ata perfectamente los mecanismos de la supervivencia, de tal forma que sólo con violencia se pueden desatar. Configura los instintos al modo de un nudo gordiano, nudos que no se pueden deshacer por estar hincados o amarrados a los extremos de la cuerda. El cerebro animal funciona tan perfectamente que es capaz de ajustar muy bien la respuesta a los estímulos dirigidos a aquellas necesidades biológicas de las que depende la supervivencia del individuo y de la especie. Alcanzan así una tal especialización a lo que les conviene para sobrevivir, que las especies tienen su propio nicho ecológico donde tienen cubiertas todas las necesidades. El animal está de esta forma encerrado, especializado, en el espacio vital de su nicho ecológico, y en presente, puesto que los estímulos —desencadenantes de una respuesta en tanto tienen significación biológica— provocan comportamientos que son específicos y automáticos. En el entorno propio de la especie tiene la vida resuelta, por estar perfectamente adaptado, o especializado, a vivir en ese medio ambiente. Este dinamismo cerrado en el automatismo de las leyes biológicas dicta la vida a todo animal no-humano. La especialización al nicho es riqueza biológica. De hecho, poseer nicho es una cuestión de supervivencia del individuo y de la especie. De manera que si cambian las características del entorno, o bien algunos individuos de la población poseen rasgos que les 302
permiten adaptarse a las nuevas circunstancias y dejar descendientes, o por el contrario se extingue la especie. Este es el mecanismo de la selección natural, ley de vida natural de todo viviente no humano. El animal «sabe» lo que le conviene y no se equivoca. El estímulo, por ejemplo el olor, color, textura de un producto, si tiene hambre pone en marcha el sistema de recompensa de su cerebro, que a la manera de un semáforo, le da luz verde y se dirige a por tal alimento. Lo saben por la emoción que despierta, y que procesa su cerebro. Eso significa el nudo gordiano: que lo conveniente es agradable y genera el deseo de ir a por ello, mientras que lo inconveniente desagrada y hace que huya, o ataque. De la emoción experimentada guardan memoria en el cerebro. Así aprenden y no tropiezan dos veces en la misma piedra. El animal funciona con un «entonces, si» pero no entiende de razones, no las necesita. El instinto es su «razón». Bien ajustado y apretado el nudo gordiano. Es así como la biología les dicta la vida y no se le pueden pedir razones de su actuar. El comportamiento de los animales viene dado por la dotación genética, ya que el cerebro se construye según la expresión de la información genética que posean. Los que poseen capacidades operativas intensas —los mamíferos y entre ellos los primates—, poseen circuitos de conexión entre neuronas, regulación del flujo de información, un buen metabolismo que aporta suficiente energía para la actividad neuronal, etc. Para ello requieren más genes y sobre todo una excelente Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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regulación de la expresión de aquellos que aportan la información para construir y madurar un «buen cerebro». Más genes y más capacidad de regular su expresión es lo que permite que los individuos de esa especie posean más autonomía del medio; o dicho de otra forma, un nicho ecológico más amplio. Ser «más con más genes» es la ley de la naturaleza no humana. Y esa mayor intensidad de vida —más autonomía— se consigue sacando más partido a los genes, al combinarlos mediante una buena regulación. A esto se refiere la idea de «alma vegetal» y «alma animal», según una nomenclatura clásica y prácticamente obsoleta. Sólo los animales, y porque tienen genes para producir neuronas, tienen sentidos, sensibilidad. Sacar más partido a los genes supone que con ellos se autoconstruye un organismo con un sistema nervioso organizado por un «buen cerebro». Sin embargo, el actuar del hombre pone de manifiesto, hasta en el nivel más pegado a la biología, que no está estrictamente sometido a las condiciones materiales. En primer lugar, no tiene un conjunto fijo de estímulos, sino que puede interesarse por cosas que incluso no existen. Una vez captado el estímulo, puede reaccionar a él de formas diversas, no determinadas biológicamente, a veces culturales y a veces «contraculturales», e incluso no reaccionar. Además, no se pone automáticamente en marcha la respuesta, cuando se dan acontecimientos biológicamente significativos; o, si se pone, puede liberarse de ese automatismo. Podemos expresarlo diciendo que cada hombre Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
afloja las ligaduras que atan a los genes: los nudos gordianos. La conducta humana no sólo no es instintiva ni automática sino que además humaniza las tendencias naturales necesarias. Así por ejemplo, es un gesto humano universal mostrar afecto, acogida y hospitalidad invitando a comer; la celebración de fiestas se suele acompañar de un banquete, se brinda, etc. También es un gesto típicamente humano privarse voluntariamente de la comida, incluso hasta hacer huelga de hambre si tiene razones para hacerlo. La inclinación natural a satisfacer el hambre está en función de la conservación de la vida y sin embargo, la inclinación no obliga necesariamente: puede tener motivos para no seguirla. No está obligado a comer algo estrictamente determinado en la especie, sino que es capaz de hacer arte culinario, para prepararse los alimentos. Y también le es posible envenenarse por equivocación. La existencia de cada hombre no está ni dictada por la biología, ni resuelta por ella, sino que aparece liberado del automatismo biológico regido por el instinto de satisfacer la inclinación. Y abre a la relación personal el fin natural de la inclinación. 13.5. Una biología no determinada por el mantenimiento de la especie La constitución de todo individuo de cualquier especie animal está pautada por los ciclos biológicos de la transmisión de la vida: la causa eficiente y suficiente de la constitución del zigoto animal es el proce303
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so de fecundación de los gametos de sus progenitores. Ese proceso biológico causa la vida de un individuo que como todo animal no humano está finalizado exclusiva y necesariamente a vivir —construir y madurar el organismo— y transmitir la vida. Un ciclo vital cerrado en sí mismo y pautado por la naturaleza y sólo en orden al mantenimiento de la especie. Para ello el nudo gordiano que dicta la reproducción lo tiene bien ajustado con la época de celo. Algún acontecimiento cambiante —el olor de los genitales de la hembra, el color de la cola del pavo real, los sonidos que emiten los ciervos, etc. se producen justamente en el tiempo fértil de la hembra. Y esos estímulos olfativos, visuales, auditivos, procesados en el cerebro, determinan que el instinto sexual conduzca a la cópula precisamente cuando la hembra puede quedar preñada. De esa manera la zoología dicta la reproducción en función de la especie. Dicta la frecuencia del nacimiento de prole adaptada al mantenimiento de las generaciones, bien ajustado el nudo. Si este se rompiera la especie se extingue. Cada viviente no humano carece de fin en sí mismo y no requiere una causa final que dé cuenta de su existencia individual: su existencia está sumergida en la dinámica de la vida de la especie a que pertenece y de las especies que pueblan la Tierra. Transmitir la vida para los animales es aportar con los gametos propios el soporte material que contiene la información genética de la especie. Es dar paso a la vida a un congénere que realizará su propio y nuevo ciclo vital, repitiendo el contenido del mensaje. 304
Por el contrario, la unión corporal en la transmisión de la vida, como todos los gestos humanos naturales, tiene carácter personal. La biología humana muestra que la transmisión de la vida humana no está en función de la especie, ni ajustada por el instinto, ni reducida a los individuos mejor dotados por la biología, ni pautada por selección natural a la adaptación de la especie al entorno. El engendrar humano está liberado del automatismo de la reproducción animal No existe en los seres humanos el determinismo biológico temporal que acopla la «época de celo» con el tiempo fértil de la hembra. Por otra parte, el tiempo de fertilidad humana femenina corto, en relación con el número de años vivido, es signo de un viviente que ha de tener edad suficiente para el uso de razón para educar a los hijos, y juventud suficiente para la vida familiar de los hijos, necesariamente larga, puesto que la criatura humana nace inacabada y prematura. Además, la menstruación femenina tiene sentido en razón del peculiar significado de la sexualidad humana, abierto y liberador del automatismo zoológico. Es el único signo externo perceptible del ciclo femenino de fertilidad, a diferencia de los animales en que la fertilidad es advertida por cambios físicos y de comportamiento que pauta el reclamo instintivo. Es un signo oculto para el automatismo biológico y sólo racionalmente puede ser buscado y conocido, haciendo de la paternidad un proyecto personal de uno y una, a quienes la naturaleza no impone la obligación ni de engendrar hijos, ni les pauta el número. Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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Los padres humanos no son simples y eficientes donadores de gametos. Es ley natural del hombre que la sexualidad es un ámbito natural personal que no requiere humanización por la cultura. El modo de expresar el afecto sexuado, es siempre y en todos los lugares, aquel modo que hace posible la generación. La satisfacción de la atracción sexual no es una necesidad y, a su vez, es un ámbito plenamente natural y menos cultural que otros, como puede ser el modo de vestirse, o de mostrar en los gestos la situación de fiesta, donde las pautas de conducta son variables según la cultura. La apertura, o capacidad de relación interpersonal, es un elemento nuevo no presente en los animales. El plus de realidad de cada uno es capacidad de aflojar ese tipo de ataduras que encierran en los ciclos biológicos de la especialización que asegura su supervivencia y la de la especie. 13.6. El plus de realidad de cada hombre Lo genuinamente humano de cada hombre aparece como un conjunto de capacidades, específicas todas ellas y debidas a su liberación del automatismo biológico. Una liberación que se pone de manifiesto en la deficiencia natural que tiene en el campo instintivo. El ser humano es capaz de técnica, educación y cultura, con lo que soluciona los problemas vitales que la biología no le da resueltos. Su ciclo vital de intereses-conducta está abierto «más allá del nicho ecológico. Está hecho para trabajar y trabaja. Si no Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
trabajara tendría que someterse automáticamente a las condiciones materiales del medio ecológico. Cada hombre tiene mundo, no sólo hábitat, en cuanto que se relaciona con los demás y se hace cargo de la realidad en sí misma, objetivamente, y no sólo de modo subjetivo en función de su situación biológica. No es que tenga un nicho ecológico amplio, sino que tiene el mundo por hábitat. Tener mundo es proyectar un futuro, salir del nicho. No estar siempre en un presente, aunque el presente pueda ser «rico». La técnica es uso de instrumentos y construcción de instrumentos para un fin. Es proyectar para un uso futuro. Requiere proyectar a iniciativa propia, solucionando así lo que no le da ni el instinto, ni el aprendizaje desde los congéneres. La técnica requiere salirse del presente obligado y exclusivo como tiempo de vida. Lo que permite a cada ser humano liberarse del dictado de la biología es la capacidad de dilatar en el tiempo tanto la satisfacción instintiva como toda clase de satisfacciones, precisamente escapando del encierro en el presente. Cada hombre sale así del encierro instintivo del animal en el «conviene», o «no conviene», hasta lo «bueno» o lo «malo» en sí mismo genuino del actuar humano. Puede decidir actuar a favor de los principios que todo hombre puede conocer y puede no seguirlos. La educación recibida, la cultura en que se desenvuelve influyen, facilitando o dificultando el buen hacer, pero tampoco le determinan a un modo de proceder. Esta independencia, liberación del «me gusta, me apetece, o incluso lo 305
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necesito», es autonomía de sí mismo, o libertad. Autonomía de sí mismo, libertad, requiere como presupuesto necesario no tener especialización biológica, tener pobreza biológica que no da resuelta la vida, sino tener que trabajar que resolver los problemas con cultura, con técnica, con trabajo. La liberación del encierro en el nicho ecológico convierte la vida de cada uno en tarea a realizar y por ello una empresa moral. Es un «más vivir», un plus de realidad de cada hombre. 13.7. La base biológica, o presupuesto de la libertad ¿Cómo se rompe el automatismo y se libera del encierro? O dicho de otro modo ¿Cómo afloja cada uno las ataduras de los nudos gordianos? La respuesta de la ciencia es espléndida: es precisamente la capacidad de frenar la dinámica de los circuitos cerebrales. Inhibir —mediado por los neurotransmisores químicos— la excitación de los circuitos neuronales rompe el automatismo de la respuesta. La excitación neuronal es un disparo del flujo de los circuitos neuronales, pero hay freno propio. Cada uno puede «parar y pensar» otras alternativas. Puede dilatar la satisfacción de las respuestas placenteras, de las respuestas impulsadas por la ira, etc. El cerebro de cada uno tiene caja de cambios, no se dirige instintiva o automáticamente, ni a velocidad constante: frena y para. El tiempo es para cada uno el espacio de las respuestas personales. 306
Y esto, sin nueva información genética, sino empleando la información genética especialmente en desarrollar con la propia vida las conexiones cerebrales inhibidoras implicadas en regular y «parar» el flujo de información de los circuitos neuronales. Unas conexiones que se amplían y agilizan con la repetición de actos de control de las inclinaciones naturales. 13.8. Dos dinamismos y un único principio vital Por ello, las facultades específicamente humanas —el lenguaje, el conocimiento intelectual, la voluntad, la capacidad de amar, el sentido religioso—, no están ligadas directamente a un órgano. Lo pone en evidencia el hecho de que están abiertas a desarrollarse y a retroalimentarse mediante hábitos, y no meramente con el paso del tiempo, o el desarrollo orgánico. De hecho, la trayectoria vital de cada uno tiene un trazado diferente, porque cada cual es él y no otro. Estas facultades son instrumentos naturales del hombre, a través de los cuales cada hombre manifiesta algo de sí. Son el equipaje con que venimos al mundo, facultades para la manifestación personal. El cuerpo de cada hombre es signo de la presencia de la persona que es su «titular». El cuerpo humano tiene un lenguaje que manifiesta a la persona. Habla acerca de una realidad que no se agota en la descripción de los procesos fisiológicos, sino que remiten más allá, a la persona. Lo cual, obviamente no Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
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indica que operen sin el cuerpo, ni sin el cerebro adecuado, por el contrario, éste es condición previa. Presupuesto previo; lo cual no se puede confundir con que el cerebro sea sede del alma humana. En cada hombre concurren en la unidad de su principio vital dos dinamismos constituyentes distintos: el propio de su naturaleza biológica, y el propio de su libertad personal. No se trata, como hemos señalado, solamente de que cada hombre posea más información genética en su genoma, ni de que cada uno como individuo de la especie saque más partido a sus genes. Se trata de que cada cuerpo humano se construye de hecho por un principio vital que está potenciado con libertad dando lugar a ese plus, que indetermina la vida biológica y la convierte en biografía personal. Como para cada animal, el principio vital de cada hombre se genera en su concepción; el plus humano es refuerzo de la información genética de cada viviente humano. Comunica libertad al principio de vida transmitido por sus padres con la constitución misma del patrimonio genético. Lo específico humano es por tanto inherente, y originario, ligado a la vida recibida de sus progenitores y no mera información que emerge del desarrollo. La libertad humana queda situada en lo más alto e íntimo del ser humano. Esa dimensión corporal, abierta y relacional, que es precisamente el elemento constitutivo de la personalidad humana, es signo de la presencia de la persona y no Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
causa. La libertad, que capacita a cada uno para marcarse sus propios fines y decidirse, procede de la persona. Hace humano el cuerpo al liberar a cada uno de quedar encerrado en el automatismo de lo meramente biológico. No existe una «propiedad biológica» que explique la apertura libre, intelectual y amorosa de los seres humanos hacia otros seres. Las notas descritas por la biología que describen el carácter de persona, y con ello el fundamento de la dignidad humana, no es otorgado por las acciones del sujeto, sino que es algo previo a éstas. La pobreza biológica del cuerpo humano es el presupuesto, no la causa, para que pueda liberarse del automatismo determinante de los procesos biológicos. La ciencia biológica no puede dar razón de por qué cada hombre es un viviente libre, ni del origen de esa capacidad. No puede dar explicación del origen de ese plus o «vivir más», que no es mera vida biológica más compleja, sino tener la vida como tarea, empresa moral. No obstante, la biología aporta un conocimiento de gran riqueza: el principio vital único de cada hombre está intrínsecamente potenciado por la capacidad de relación personal que posee. Con independencia de las creencias religiosas, la biología humana, como ciencia, reconoce la presencia en los individuos de la especie Homo sapiens de un dinamismo vital abierto y desprogramado y propio del individuo de esa especie. 307
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Finalmente, podemos concluir que el concebido de nuestra especie, el zigoto humano, es persona porque es un cuerpo de hombre en la fase de inicio de su desarrollo. El embrión humano es el mismo individuo humano el que existe en la vida embrionaria, en la juventud o en la ancianidad. En la concepción de cada zigoto el principio de vida generado desde la dotación genética heredada de los padres queda liberado del automatismo biológico. Obviamente, las manifestaciones de la persona sólo pueden hacerse explícitas a un determinado y gradual nivel de desarrollo y maduración corporal. Pero cada zigoto humano se desarrolla como hombre y no a hombre. Bibliografía: López-Moratalla, N, Iraburu Elizalde, MJ. «Los quince primeros días de una vida humana». EUNSA 2ª edición, Pamplona, 2006. López-Moratalla N. «La dinámica de la evolución humana. Más con menos». EUNSA, Pamplona, 2007. Sueiro Villafranca, E., López-Moratalla N. «Comunicación materno-filial en el embarazo. Vinculo de apego». EUNSA, Pamplona, 2010, 2ª edición. Artículos disponibles on line con la bibliografía científica completa del Informe: Tomás y Garrido, GM, López Moratalla, N. «De la totipotencia del cigoto a las células troncales maduras y de reserva». Cuadernos de Bioética 70, (2009), 317-331 (www.aebioetica.org) 308
López-Moratalla, N. «Comunicación materno-filial en el embarazo». Cuadernos de Bioética 70 (2009), 303-315 (www.aebioetica.org) López-Moratalla, N. «El cigoto de nuestra especie es cuerpo humano». Persona y bioética (2010), 14, 120-140. (www. arvo.net) López-Moratalla, N. «La realidad del embrión humano en los primeros quince días de vida». Persona y Bioética 21, (2004), 6-23 (www.arvo.net) López-Moratalla, N. «El engendrar humano. El primer viaje de la vida en la madre». Familia et Vita, IX, 3, (2004),158-172 (www.arvo.net) López-Moratalla, N. «El embrión humano como individuo: una visión epigenética». En La humanidad in vitro. Ed. Comares, Granada, 2002 (www.arvo.net) López-Moratalla, N. «Una lectura de la neurobiología actual desde la antropología trascendental de Leonardo Polo». Studia Poliana, 11, (2009), 21-46 (www.arvo.net) López-Moratalla, N. «Genes, Brain and Maternal Behaviour». En Humanismo, Ciencia y sociedad. Documentos Humboldt 9, (2009), 111-172 (www.arvo.net) López-Moratalla, N. «La búsqueda en el cerebro de la dotación ética innata y universal». Acta Philosophica, II, (2010), 29 (www.arvo.net) López-Moratalla, N, Cerezo, M. «The selfconstructionof a Living Organism». En: Information and Living Systems. Philosophical and Scientific Perspectives. George Terzis and Rober Arp editors, The MIT Press, London, 2011, 177-204 (www.arvo.net) Cuad. Bioét. XXII, 2011/2ª
qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Basta de dar pena: empecemos wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui a dar miedo opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Vittorio Allasonati hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
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Basta de dar pena: empecemos a dar miedo por Vittorio Allasonati
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o queda otra: hay que luchar. Pero hay que reflexionar muy a fondo el cómo. Y el dónde. El cuándo no hace falta pensarlo mucho: ya. Aquí, Allasonati ofrece unas cuantas pistas.
Los tiempos de la cooptación de masas se han acabado. No se vislumbra en el horizonte otro período como el de los treinta “gloriosos” (1950-1980) en que el capitalismo logró integrar a la práctica totalidad de la clase trabajadora del mundo desarrollado en su proyecto de dominio mundial. El precio del “soborno” no fue despreciable: relativa seguridad en el empleo, salarios directos e indirectos muy por encima del nivel de subsistencia (para irrisión de la “ley de bronce” lasalliana), protección social y prestaciones de todo tipo (en sanidad y educación, particularmente). Pacto social, en suma. Ése que tanto añoran, sin acabar de creerse que la otra parte lo haya hecho trizas, nuestros patéticos (pero imprescindibles) sindicatos obreros. Ahora toca volver a empezar casi de cero, como si estuviéramos en los albores del siglo XX, pero con unos mecanismos de manipulación de las conciencias infinitamente más eficaces que los que estaban a disposición de las burguesías de aquella época. Época en que el analfabetismo de la mayoría trabajadora y la ausencia de medios de información audiovisuales imposibilitaban el bombardeo ideológico de la derecha social a la vez que conferían un enorme poder de difusión y penetración en las masas a iniciativas culturales populares (ateneos obreros y otras asociaciones de índole parecida). * * * Es crucial recordar en este punto que la “economía social de
mercado” en que se sustentaba el mencionado pacto social no fue fruto de la filantropía de las clases dirigentes de la época, sino de unas luchas sindicales y políticas de más de un siglo reforzadas por la amenaza latente de un sistema socioeconómico alternativo al capitalismo: el llamado “socialismo real”, que hasta que se hundió en el marasmo subsiguiente al derribo del muro de Berlín constituyó, pese a todos sus defectos, la prueba patente de que era posible organizar una sociedad industrial sin someterse al dominio del capital. En definitiva: los avances logrados por la clase obrera entre 1950 y 1980 fueron, en gran parte, fruto del miedo de la clase dirigente a una revolución que ya había triunfado en los dos países más grandes del planeta: Rusia y China. Siendo ello así, la desventaja con que se parte en el momento actual se antoja insalvable. Rusia, desmembrada la Unión Soviética, de la que apenas sobrevive algo más que la música de su bello himno nacional, es un país dominado por mafias entregadas a una orgía de capitalismo salvaje. Y China, aunque gobernada por un partido comunista que conserva gran parte de los recursos de poder propios del viejo socialismo real, se ha entregado en cuerpo y alma al modelo de producción y distribución capitalista, con el agravante de que centra su estrategia de desarrollo en una economía de exportación basada en salarios bajos y escasísima protección social. ¿Qué medio hay, pues, de reintroducir en las mentes de los actuales explotadores el temor a perder sus inmensos privilegios? ¿Las movilizaciones de masas? Ejemplos como los de
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Egipto y Túnez muestran la verdad a la vez que la insuficiencia de esta respuesta. Verdad, porque la ocupación de las calles (y también, llegado el caso, de ciertas instituciones en las que se asienta el poder político y económico) es condición necesaria para poner en evidencia el hartazgo popular y la disconformidad generalizada con el sistema imperante, haciendo posible, a la vez, que la población cobre conciencia de su fuerza y se decida a usarla colectivamente.
Seguir hablando de democracia (“poder del pueblo”) en la situación actual es, simplemente, un escarnio y un insulto a la inteligencia.
Insuficiencia, porque la movilización de las masas con ese grado de intensidad no puede mantenerse indefinidamente (sólo talibanes del orden burgués como el inefable Felip Puig o la no menos inefable Esperanza Aguirre pueden pensar que, sin aporrear a los concentrados en una plaza, éstos van a permanecer allí eternamente). Y cuando las masas vuelven a sus casas, si no queda en funcionamiento ningún otro mecanismo de intervención política que responda a los deseos de cambio, las aguas del poder vuelven tranquilamente a su cauce, ane-
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gando todas las esperanzas que la agitación anterior había despertado.1 * * * Esto último se traduce, mal que les pese a “indignados” de toda laya y condición, en la necesidad de aprovechar todos los cauces legales que el sistema presuntamente democrático ofrece para expresar la voluntad popular, por muy estrechos que esos cauces se nos queden y por grande que sea (y lo es) la capacidad del poder establecido para neutralizarlos ignorando olímpicamente las voces que llegan a través de ellos o cooptando a sus portavoces. Es decir, necesidad del juego democrático formal... a la vez que manifiesta insuficiencia del mismo en la medida en que deja fuera de control político real la actividad económica y, con ella, el poder desmesurado de aquellos a quienes el uso capitalista del mercado ha permitido una enorme (y creciente) acumulación de riqueza. Unos decenios antes de la obra de Marx, distinguía ya Fichte, en su Doctrina del derecho de 1812, entre un “estado económico de naturaleza” y un “estado económico de derecho”. En el primero, las fuerzas económicas, bajo la engañosa apariencia de un contrato social entre los agentes, actúan de manera más destructiva que productiva, beneficiando a unos cuantos a costa de la mayoría. Es lo que con toda propiedad se ha dado en llamar “la ley de la selva”. Según el mismo Fichte, seme jante estado de cosas implica la ruptura del contrato social por los poderosos. Y como todo el mundo sabe, cuando una de las partes rompe un contrato, la otra parte deja de estar obligada a cumplirlo... Es obvio que, en el momento actual, y desde bastante antes de la crisis económica y política que estamos viviendo, los grandes grupos económicos han incumplido una a una, de manera descarada, todas las cláusulas del contrato en que se fundamenta la orga-
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nización pacífica de la vida social. Dicho de otro modo: han vaciado la esfera política de todo contenido. La reciente reforma de la Constitución española por simple acuerdo entre los dos partidos mayoritarios, con “estivalidad” y alevosía y sin refrendo popular, es buena prueba de ello. Y la impotencia de las movilizaciones populares realizadas hasta la fecha (huelgas generales incluidas) para detener esta orgía de capitalismo salvaje, liquidador de derechos sociales arduamente conquistados, también está a la vista.
tractos (“los mercados” es, por ahora, el último de esos engendros metafísicos alimentados por el discurso político y mediático imperante). Y es cierto que un sistema es más (mucho más) que la simple suma de sus elementos integrantes. Pero también lo es que ningún sistema cambia si no cambian esos mismos elementos. En efecto, como se ha recordado a veces (no todo lo a menudo que sería necesario), los mercados financieros, por ejemplo, no son, aparte de un cierto marco jurídico, sino un conjunto de grandes inversores individuales, por más que en muchos casos se oculten tras instituciones bancarias u otros entes corporativos. Son, por tanto, personas con nombres y apellidos, domicilio y propiedades, muchas de ellas tangibles. El corolario es claro: toda estrategia de cambio de sistema social exige actuar, lo más directamente posible, sobre sus piezas constitutivas, de naturaleza personal. No sobre unas pocas, claro está (en ese caso, el sistema las repone fácilmente), sino sobre el número necesario para que el sistema pierda capacidad de recuperación por falta de piezas de repuesto. Aplicando estas consideraciones generales a la estrategia de lucha contra el dominio neoliberal de la economía y su consiguiente usurpación de la dirección política de la vida colectiva, parece obvio que, dada la serie casi interminable de parapetos físicos y jurídicos tras los que actúan los miembros de la clase dirigente, sea prácticamente imposible arrebatarles el poder omnímodo de que gozan sus miembros mediante acciones limitadas al marco legal existente. Marco legal, por cierto, que con la antes mencionada ruptura unilateral del contrato social ha quedado deslegitimado: seguir hablando de democracia (“poder del pueblo”) en la situación actual es, simplemente, un escarnio y un insulto a la inteligencia (razón por la cual tantos miembros de la clase dirigente no se sienten insultados, pues no hay que confundir inteligencia con malicia y pillería…).
* * * No hay que excluir la posibilidad de que las grandes acciones de masas, aunque con altibajos, vayan a más y puedan acabar paralizando la “excavadora” neoliberal. Pero eso, si llega, será con toda seguridad un éxito transitorio, pasado el cual el sistema volverá a las andadas. Hemos dicho “sistema” (término acuñado en el mundo an glosajón para evitar hablar de “capitalismo” y otras expresiones con excesivo regusto “marxista”) cediendo a la moda que tiende a atribuir la responsabilidad de lo que pasa a entes abs-
La lucha contra el sistema ha de ser descentralizada, sin líderes reconocibles, difusa y omnipresente.
Ahora bien, las acciones de masas no pueden penetrar demasiado profundamente en las defensas jurídicas y físicas del sistema, por muy legitimadas que estén dichas acciones al actuar contra un estado de cosas ilegítimo, sin desencadenar
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la reacción violenta de la clase dirigente con su potencialmente ilimitada panoplia represiva. Por otro lado, si uno quiere cambiar algo en un circo, debe tratar directamente con el director-empresario, no con los payasos, como observó agudamente hace años un portavoz del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, de El Salvador, en referencia a unas negociaciones políticas (con los “payasos” se refería, obviamente, al gobierno salvadoreño, mientras que el “director” era el gobierno de los Estados Unidos). No se trata, por tanto, de pelearse con la policía antidisturbios, que, independientemente del carácter violento de algunos de sus miembros, no es más que un instrumento del poder real y cuya función, aparte de la estrictamente represiva, es también la de pararrayos para desviar la ira popular de su verdadero objetivo. Ni hay que perder demasiado tiempo en acosar a los políticos favorables al sistema, que no actúan sino por delegación, aunque en algunos casos pueda considerárseles también parte del núcleo dirigente. En el bien enten-
dido de que ese núcleo dirigente ha roto unilateralmente el contrato social en que se sustenta toda forma legítima de gobierno, sólo hay una manera, hoy por hoy, de poner freno a la deriva oligarquizante que está haciendo la vida imposible a la mayoría de la población mundial: hacer, a su vez, la vida
Millones de pequeñas iniciativas individuales de sabotaje contra los bienes de los más poderosos pueden convencer a los poderes oligárquicos de la conveniencia de no seguir estirando la cuerda del expolio social.
imposible a los titulares del poder real, a la mínima minoría que posee los resortes que mueven la sociedad (y la están conduciendo al abismo de la miseria generalizada y/o la guerra). Para ello, y a fin de evitar la reacción violenta de esa minoría
EL VIEJO TOPO AGRIETAR EL
EL CAPITALISMO
HACER CONTRA EL TRABAJO
John Holloway Cambiar el mundo sin tomar el poder,elanteriorlibrode John Holloway, provocó un debate a nivel mundial al plantearquenoesdesdeelpoderquepuedencambiarseradicalmentelascosas.Sinembargo,lacuestiónde cómohacerlo,decómocambiarelmundosintomarel poder,permanecíaabierta. Estelibroofreceunarespuestasencilla:agrietar el capitalismo.Creargrietasenelsistemadedominacióncapitalistadetantasmanerascomoseaposible,ydejar queseextiendan,semultipliquenyfluyanjuntas. Lasgrietasyaexisten,podemosverlas.Sonespaciosde rebelióndondeseafirmauntipodiferentedehacer.Son, porahora,sólointersticios,insuficientes,peroquemarcanuncamino.Esdesdeellasquecomenzamos,desde lo particular, desde nuestro enfado por un mundo que nos es cada vez más extraño y más hostil. Es desde ellasquepuedeempezararomperselanocheoscura.
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contra las masas indefensas, no hay más remedio que combinar las acciones masivas abiertas de carácter básicamente pacífico y de alcance limitado con acciones encubiertas individuales o de grupos muy pequeños que causen daño real a los intereses materiales de las personas que controlan el sistema, con la única limitación del respeto al derecho fundamental de todo nacido: el derecho a la vida (derecho, por cierto, que los poderosos nunca han llegado a respetar plenamente, al condenar a una muerte más o menos lenta por inanición o enfermedades a millones de personas que podrían evitar ese destino con una asignación socialmente más eficiente de los recursos disponibles). Dada la enorme capacidad represiva y desmovilizadora del Estado moderno al servicio del poder económico, capacidad que se ejerce indistintamente por la fuerza bruta, mediante la corrupción o, simplemente, a través de los múltiples mecanismos de alienación que ofrecen las modernas tecnologías de la información y la comunicación, la lucha contra el sistema ha de ser descentralizada, sin líderes reconocibles, difusa y omnipresente a la vez, de manera que ningún activista pueda arrastrar a otros si cae por efecto de la represión. Nada ha de tener que ver esta forma de lucha con el terro rismo propiamente dicho, o violencia indiscriminada que pretende desestabilizar el poder establecido creando un cli ma de inseguridad generalizada. Si en otras épocas esa sensación de inseguridad podía volverse contra el poder, hoy, después de la experiencia de los fascismos, parece más probable que contribuya a reforzar ese mismo poder. Por el contrario, frente a las auténticas armas de destruc-
ción masiva con que suele reprimírsele, el pueblo ha de dotarse de armas de punición selectiva que no requieran entrenamiento ni encuadramiento en ninguna organización. Millones de pequeñas iniciativas individuales de sabotaje contra los bienes de los más poderosos, en una escala y con un grado de anonimato que desborde cualquier intento de represión, pueden convencer a los poderes oligárquicos de la conveniencia de no seguir estirando la cuerda del expolio social y acrecentar al mismo tiempo la confianza de la población en sus propias fuerzas, frente al actual sentimiento generalizado de impotencia. De ahí pueden seguirse cambios de orientación electoral que abran el camino del gobierno a fuerzas políticas de izquierda real y, en consecuencia, a cambios sociales de sentido opuesto a la actual tendencia a la oligarquización. Por si acaso, la inefable Unión Europea, oliéndose por dónde van a ir los tiros, y con el manido pretexto de las acciones terroristas atribuidas a Al-Qaida y otros atentados de lo más variopinto (incluidos, por supuesto, los de la extrema derecha, para que no se diga), aprobó, hace aproximadamente un año (22/11/2010), la llamada “Estrategia de seguridad interior de la UE en acción”. En aplicación de dicha estrategia, el pasado 9 de septiembre, en Bruselas, se puso en marcha la “Red de sensibilización a la radicalización”. Como es habitual, se reducen a común denominador, el “radicalismo”, todas las acciones violentas o así consideradas (para Felip Puig, dormir en la Plaza de Catalunya de Barcelona merece ese calificativo), a fin de tener las manos libres a la hora de decidir qué es “radical” (por lo general, lo que hace la izquierda) y qué no (por lo general, lo que hace la derecha). Nada excluye que, cuando vean seriamente amenazados sus privilegios, las oligarquías acaben saltándose las pocas reglas del juego democrático que aún siguen aplicándose y recurran, como tantas otras veces, a la dictadura pura y simple. Es más, resulta altamente probable que así sea. Razón de más para que tengamos preparado y funcionando el maquis antes de que lleguen los nazis… ■
Nota 1. Véase: Hussein Agha & Robert Malley, “The Arab Counterrevolution”, The New York Review of Books, 29/09/2011, págs. 42-44.
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qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Cambio climático, seguridad humana y ética medioambiental: “El imperativo de la wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui inclusión. Desde la Plaza Tahrir al Norte de Tottenham vía Mogadiscio e Islamabad” opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Hans Von Sponeck hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
Cambio climático, seguridad humana y ética medioambiental: “El imperativo de la inclusión. Desde la Plaza Tahrir al Norte de Tottenham vía Mogadiscio e Islamabad” Hans Von Sponeck Rebelión Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández (Documento presentado en el Taller del Proyecto sobre el Cambio Climatológico Global. Rabat, 10-11 de septiembre de 2011) A) Contexto 1. El siglo XXI está siendo testigo de un cambio político, económico y social global de proporciones tectónicas. También han ido apareciendo nuevas alianzas mientras otras ya antiguas han ido ampliándose, en ambos casos con el único objetivo de proteger los intereses de sus miembros, por ejemplo, en el área de seguridad de la energía1. 2. Situaciones álgidas de crisis por todo el mundo, que en el pasado podían comprenderse totalmente teniendo en cuenta solo su especificidad local, están en la actualidad cada vez más interconectadas e imbricadas, siendo incluso interdependientes2. 3. La confrontación, en vez de la cooperación, domina cada vez más las principales áreas de las relaciones internacionales. El multilateralismo, la búsqueda de iniciativas en beneficio de todos y cada uno de los 193 estados miembros de las Naciones Unidas y de todos los grupos dentro de los estados individuales sigue siendo, en el mejor de los casos, un objetivo retórico, a pesar de que el derecho internacional exija su adhesión 3. 4. Los ciudadanos de todo el mundo tienen cada vez mayor acceso a nuevas formas de comunicación social. El número de personas, especialmente los jóvenes, que utilizan la existencia de esas comunicaciones dentro y fuera de las fronteras aumenta continuamente4. Están descubriendo que tienen mentalidades afines. Aunque la mayoría no se encuentre frente a frente, están desarrollando la sensación de tener lazos afectivos y la creencia en que, colectivamente, tienen poder para influir en la toma de decisiones políticas. 5. Esta innovadora (revolucionaria) forma de comunicación está creando un impacto de doble sentido en los desarrollos a niveles locales, regionales y globales5. La distancia es cada vez menos un obstáculo a la hora de organizar la acción política. ¿Qué importancia tienen las redes en situaciones de crisis, de confrontación y de comunicación social para un debate respecto a los efectos del cambio climático en la seguridad humana y viceversa? B) Factores intermedios 6. Hay dos respuestas: a) En primer lugar, las sequías, las inundaciones, la escasez de agua y comida y la pérdida de la biodiversidad contribuyen a las crisis inter e intra-estatales y a intensificar la confrontación. Las crisis y la confrontación, a su vez, impactan en las condiciones medioambientales y en la naturaleza. Esto es algo bien conocido. Los vínculos directos entre el cambio climático y la seguridad de los pueblos se han documentado ampliamente durante los últimos veinte años,, por
La Organización de Shanghai para la Cooperación (SCO/2001) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN/1949), el G-20 y los BRICS son ejemplos importantes. 2 Como ejemplos, podrían incluirse el triángulo Líbano-Siria-Irán, el vínculo Afganistán-PakistánCachemira y el cuarteto Palestina-Líbano-Egipto-Israel. 3 Todos los estados miembros de las Naciones Unidas han aceptado formalmente la Carta de la ONU. 4 Según Google, Facebook, twitters, Linkedln y los blog sociales son actualmente utilizados por alrededor de 400 millones de personas. La cifra aumenta continuamente. 5 La “Gesellschaft” (sociedad) de Max Weber de ayer se está convirtiendo rápidamente en la “Gemeinschaft” (comunidad) virtual de hoy. 1
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ejemplo, en los informes anuales sobre desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)6 b) En segundo lugar, menos obvios pero también conocidos, aunque no muy tenidos en cuenta o tan solo de forma marginal, hay toda una serie de factores que han impactado de forma consistente e influido cada vez más intensamente en los desarrollos políticos por todo el planeta. Entre esos factores figurarían: 1. Dobles raseros; 2. Desigualdades cada vez más grandes entre ricos y pobres; 3. Corrupción; 4. Etnocentrismo; 5. Intolerancia; 6. Desigualdad de género; 7. Desinformación e información errónea institucional; 8. Promesas incumplidas; 9. Humillación; 10. Desconfianza; 11. Ignorancia de la historia; 12. Falta de respeto por la religión, tradiciones, costumbres, etc.; 13. Desprecio por el derecho internacional y, lo que es más importante: 14. Ausencia de responsabilidad. C) El debate sobre el cambio climático Una revisión de las conferencias sobre el medio ambiente/cambio climático de las Naciones Unidas desde la Cumbre de la Tierra de Río de 1992 a Río + 5, la Cumbre de Johannesburgo (2002), las Cumbres de la Convención-Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Cancún y Copenhague (2009/2010), a las Evaluaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), especialmente la IV Evaluación sobre el Cambio Climático (2007), la Economía del Cambio Climático (la Stern Review) y el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD 2007/2008: “Fighting Climate Change”, muestran la seriedad del propósito. Se han hecho meticulosos esfuerzos científicos para: a) Mejorar el conocimiento empírico sobre el cambio climático y la degradación medioambiental, y b) Desarrollar modelos de adaptación y mitigación para el desarrollo sostenible de las generaciones del hoy y del mañana. Estos esfuerzos, por supuesto, deben proseguir. A pesar de que han sido impresionantes los esfuerzos de científicos y planificadores para comprender mejor las causas del cambio climático y la degradación medioambiental, así como para encontrar soluciones equitativas, no van a poder invertir la trayectoria hacia la intensificación de las catástrofes influidas por el medio ambiente y los conflictos políticos, a menos que los catorce factores identificados arriba se incluyan en las estrategias nacionales, regionales e internacionales y en su puesta en marcha para mitigar tales catástrofes. El debate sobre el cambio climático demuestra también la profunda brecha entre quienes están profesionalmente implicados en suavizar el cambio climático y la gente, de la que se espera comprensión y cooperación. La necesidad de simplificar el lenguaje para conseguir que los ciudadanos de todo el mundo entiendan y acepten su implicación constituye un claro desafío. D) La importancia de los factores intermedios En el contexto más amplio del apoyo de la gente y de la contención de los conflictos, se necesita apreciar y tener en cuenta un amplio y variado ámbito de factores como los identificados con anterioridad. Solo cuando eso suceda, habrá una oportunidad real de implementar las estrategias científicas que introduzcan tecnologías bajas en carbono que reduzcan las emisiones de gases invernadero e integren todos los enfoques para avanzar al mismo tiempo en la adaptación, mitigación y desarrollo sostenible7. Los gobiernos deberían tener en cuenta los resultados de la búsqueda de pruebas de factores intermedios como el etnocentrismo, la humillación y la corrupción y su impacto sobre la vida y el medio ambiente, aunque dentro de la comunidad que investiga el cambio climatológico se ha identificado un
Véase especialmente el Informe sobre el Desarrollo Humano 2007-2008 del PNUD: “Fighting Climate Change” 7 IPCC Fourth Assessment Report: Climate Change 2007, WG II:5.7 – Impacts, Adaptation and Vulnerability. 6
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cuadro completamente insatisfactorio 8. El IPCC concluyó en 2007 que “un paso fundamental e importante sería identificar políticas relevantes no climatológicas que estén afectando a las emisiones o vertederos de gases invernadero…9”. Eso se refiere a aspectos tales como el comercio, el desarrollo urbano y rural, el agua, la sanidad, la agricultura y los bosques, pero no a ninguno de los catorce factores identificados en este documento. Un informe del IPCC de 1990, referido a la educación y a la información, hace hincapié, entre otros, en la importancia de: a) Hacer que la gente sea cada vez más capaz de enfrentarse a los problemas asociados con el cambio climático” y b) “que la educación esté atenta a la diversidad cultural y multicultural”, y también c) que los mecanismos de información y educación fortalezcan la apreciación de la interdependencia global y comunal” 10. Estos son indicadores de la importancia de los catorce factores. Y deberían haberse seguido en la identificación de algunos o de todos los factores intermedios. Otra tarea debería haber sido considerar cómo estos factores podrían abordarse metodológicamente para el desarrollo de las estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático. Estos pasos no se han dado. Es bien sabido que esos catorce factores afectan, a varios niveles, a las vidas de todos. Científicos sociales, políticos, funcionarios públicos y periodistas se han referido a esos factores de múltiples formas. Sin embargo, no han jugado finalmente ningún papel a la hora de influir en los medios que las naciones y los órganos intergubernamentales han adoptado para enfrentar las amenazas a la seguridad humana y la degradación medioambiental. ¿Es debido a que la mayoría de los factores son a) intangibles, b) difíciles de cuantificar, c) considerados demasiado emotivos o demasiado controvertidos, o d) van en contra de intereses establecidos?11 La gente, y sobre todo los jóvenes, cada vez está menos dispuesta a aceptar las actuales estructuras de gobernanza y está empezando a reaccionar exigiendo cambios sistémicos fundamentales. La “Primavera Árabe” contiene muchos de los ingredientes para un cambio responsable, y lo mismo ocurre con algunas de las iniciativas no gubernamentales adoptadas por todas partes. “Es ya evidente”, afirmaba el representante de Greenpeace en el Reino Unido en la Cumbre de Copenhague de 2009, que “derrotar al calentamiento global precisará de un molde de políticas radicalmente diferente al expuesto aquí en Copenhague”. Un año después, en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra celebrada en Bonn en 2010, se hizo un llamamiento a: a) atacar las causas y modelos estructurales que promueven la concentración y acumulación de capital, b) acabar con el uso indiscriminado de los recursos naturales, y c) crear condiciones de equidad para las generaciones actuales y futuras 12. Cualesquiera que sean las razones de la no inclusión de los catorce factores (¿intereses personales? ¿falta de coraje? ¿ignorancia? ¿rechazo? ¿oportunismo? etc.), el debate sobre el cambio climático no puede ya permitirse ignorar esos factores. El desafío implicará: a) aceptar la prueba empírica de su existencia e importancia y b) analizar cómo tener en cuenta
UNDP/HDR (pág. 83) se refiere cautelosamente a estos aspectos afirmando que es necesario “valorar los modelos del progreso material que habían generado algunos avances pero que van unidos a prácticas productivas y políticas insostenibles”. 8
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IPCC Forth Assessment Report 2007: “12,4 Gaps in Knowledge and Future Research Needs”.
“Climate Change: The IPCC Response Strategies (1990), Chapter 7: Public Education and Information Mechanisms”. 11 Refleja las dificultades que el PNUD ha tenido que enfrentar con los años al construir su índice de desarrollo humano. El PNUD recurrió a tres variables cuantificables: longevidad, educación e ingresos. La cuestión es si la duración de la vida, la duración de la educación y la cantidad de dinero son realmente indicadores adecuados para identificar los niveles de vida o si se eligieron para evitar la cuestión, más compleja y más controvertida, de la “calidad” de vida. 12 Véase World People’s Conference, WG 9: Shared Visoin, Bonn (Germany), 16 abril 2010. 10
esos factores a la hora de las estrategias de adaptación, modelos de mitigación y, finalmente, en su implementación. 15. A continuación se presenta una breve perspectiva de los catorce factores y de su importancia en el debate sobre el cambio climático y la seguridad humana: E) El caso para la inclusión (Nota: Se hace hincapié de nuevo en que, a nivel internacional amplio, se reconocen todos y cada uno de los catorce factores. Lo que es nuevo e importante es que la conciencia pública “individual” de esos factores está deviniendo en conciencia “grupal” y con ella llega una conciencia del poder de la implicación conjunta. Hay una creencia pública cada vez mayor de que esto constituye una oportunidad para dar lugar a cambios estructurales y sistémicos que lleven a una mayor equidad, justicia, progreso socioeconómico sostenible para todos, curación medioambiental, reducción de conflictos y un movimiento hacia un multilateralismo basado en la Carta de las Naciones Unidas. ) 1. El doble rasero (factor 1) en las relaciones internacionales implica todos los campos de la seguridad humana, desde el comercio a la defensa, los derechos humanos, la educación, la sanidad, los derechos de género, etc., es el factor individual más importante a la hora de debilitar la seguridad humana. Los gobiernos deben comprender que a menos que empiecen a hacer frente a esta importante causa de confrontación global, ¡el debate sobre el cambio climático no progresará! El compromiso con una “agenda no oculta” para empezar un proceso de desmantelamiento de los dobles raseros13 en los niveles nacionales e internacionales producirá al mismo tiempo confianza y facilitará las iniciativas para combatir la pobreza. Esto servirá para reducir la brecha entre ricos y pobres (factor 2). 2. La amplia brecha entre ricos y pobres (factor 2) es cada vez más profunda a causa de la corrupción (factor 3) y de las (planificadas) desinformación e información errónea (factor 7)14. Si la brecha se reduce, muchas formas de corrupción, especialmente la corrupción menor, se debilitará o incluso desaparecerá. Sin embargo, habrá que afrontar de forma más rigurosa la corrupción a gran escala (normalmente urbana), a la que se hará referencia en otro momento en este documento. La desinformación y la información errónea, como herramientas utilizadas por la autoridad institucional, es una práctica que debería considerarse un delito punible. La reducción de la pobreza, la eliminación de la desinformación y la información errónea deliberadas y la reducción de la corrupción contribuirán al aumento de la confianza en las relaciones nacionales e internacionales, facilitando de esa forma complicadas negociaciones internacionales en áreas como las de la mitigación del cambio climático. 3. A nivel global, el etnocentrismo (factor 4) va en aumento. El unilateralismo (por ejemplo, el PNAC, siglas en inglés del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano) y la formación de alianzas (por ejemplo, la OTAN y la Organización para la Cooperación de Shanghai –SCO, por sus siglas en ingles-) están relacionados con este desarrollo. Los compromisos incumplidos para mejorar la gobernanza y las promesas no mantenidas para fortalecer la ayuda al desarrollo15 han agravado esta tendencia. La intolerancia (factor 5), ignorar la historia (factor 11) y la falta de respeto hacia la religión, tradición y costumbres (factor 12) son las causas principales de un aumento del etnocentrismo. Todos estos factores contribuyen a complicar la cooperación internacional a la hora de abordar las cuestiones globales. El cambio climático no es una excepción.
Será necesario identificar con algún detalle esos dobles raseros y definir un proceso para desmantelarlos. Esto no es algo utópico sino muy factible, a menos que la peligrosa realidad del statu quo siga siendo la alternativa preferida. 14 La desinformación e información errónea institucional es un mecanismo utilizado por la autoridad oficial para propagar información errónea o engañosa para influir en la opinión pública. 15 El compromiso de los países de la OCDE de contribuir con el 0,7% de sus PIB a financiar el desarrollo, llegó en 2010 a solo el 0,33%. 13
4. “Desigualdad de género” (factor 6) sigue siendo una realidad tanto en los
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países con bajos como con altos ingresos. Esto no tiene nada que ver, postulan algunos, con el fracaso de la moral individual sino con la discriminación y la injusticia. Los costes político, económico y social de esta situación son altos. La desigualdad de género, y las desigualdades de cualquier clase, tienen su impacto en cómo se manejan preocupaciones globales tales como el cambio climático y la seguridad humana. Deben, por tanto, incluirse como aspecto importante en la mitigación y adaptación del cambio climático. El orgullo y la dignidad son atributos de gran importancia en cualquier cultura. Ignorarlos o, lo que es aún peor, practicar la “humillación” (factor 9) tiene graves consecuencias, ya sea nivel personal, grupal o estatal. La insensibilidad con la que a menudo se pasa por alto o se descuida el tema de la “humillación” en la gestión de las relaciones internacionales se ha convertido en una preocupación de suprema importancia, por razones éticas y pragmáticas16. La Carta de las Naciones Unidas –especialmente en su preámbulo y artículo 1- se refiere a la “dignidad y valor de la persona humana”. Al estar incluido en la Carta, este valor obtiene un contexto legalmente vinculante. La importancia de los esfuerzos para la resolución de conflictos a cualquier nivel, incluyendo el debate internacional sobre el clima, parece obvia. Desde la fundación de las Naciones Unidas se han producido impresionantes progresos en la creación de “derecho internacional” (factor 13). Además de la Carta de las Naciones Unidas y de dos convenios de derechos humanos, una mayoría de estados miembros han adoptado muchos convenios y resoluciones, aunque también fueron frecuentemente ignorados, o incluso violados, por muchos estados miembros cuando sus específicos intereses nacionales se veían implicados. El derecho internacional no ha disfrutado del respeto y adhesión que exige la ley. En vez de respetarlo, lo que se ha hecho ha sido utilizar el derecho internacional cuando le convenía a cada uno. Esta actitud frente al derecho internacional ha tenido un grave y perjudicial efecto en la gestión de los asuntos internacionales. Las confrontaciones militares de años recientes son ejemplos pertinentes. Se necesita urgentemente reformar la actual arquitectura de la seguridad internacional. Las reformas también tienen que afrontar el hecho de que hay fisuras jurídicas, por ejemplo respecto a las corporaciones multinacionales y el despliegue de mercenarios, que tienen que cerrarse. El debate internacional sobre el cambio climático se beneficiarían ciertamente si hubiera una mayor observancia del derecho internacional. Todos los factores (1 a 13) identificados arriba convergen en el llamamiento a la “responsabilidad” (factor 14). Cualquiera que sea el sistema de gobernanza que las naciones hayan adoptado, el rigor de la responsabilidad, ya sea política, financiera, económica, social, legal y penal es incuestionablemente inadecuado. Dobles raseros, pobreza, etnocentrismo, desigualdad de género, intolerancia, desinformación e información errónea, falta de respeto por la religión, desprecio por el derecho internacional, etc. se nutren de un régimen deficiente de responsabilidad y una ausencia de consideraciones éticas. Las víctimas son el pueblo, las instituciones y las iniciativas para resolver problemas, como por ejemplo el debate internacional alrededor del cambio climático. Las actuales condiciones globales exigen un liderazgo que: a) reconozca la importancia y relevancia de las cuestiones identificadas anteriormente; b) distinga entre los síntomas y las causas del torbellino global,
Yasin, un personaje del libro “Las sirenas de Bagdad” de Yasmina Khadra (nombre real Mohammed Moulessehoud) (editado en español por Alianza Editorial), exclama: “¡Puede que no tenga mucha educación, pero tengo orgullo!”. Otra voz añade: “¡La dignidad no es algo con lo que uno pueda regatear!”; “En todas las protestas (en el mundo árabe) hay referencias a la “dignidad” y a “una vida con dignidad” sin interferencias, sin doblegarse y sin propinas (bakshish), sin temor a la brutalidad y tortura policiales”. Esta última cita está tomada de: “Die Arabische Revolution” [La Revolución árabe], un libro editado opr Frank Nordhausen y Thomas Schmid, ch. Links Verlag, Berlin, 2011, pág. 11. 16
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y c) sobre esa base, aprovechar la oportunidad para volver a calibrar e implementar los sistemas de gobernanza que desde hace mucho tiempo se reconocen como necesarios pero que se ignoran sistemáticamente. La complejidad, intangibilidad o probable resistencia al cambio no son razones aceptables para que se excluya ninguno de esos factores en el debate nacional e internacional de las cuestiones relativas al clima. Habría tres conclusiones: a) Una precondición para la puesta en marcha de programas sostenibles referidos al clima y a la adaptación es tener en cuenta los factores identificados arriba a la hora de planificar cualquiera de las diversas fases de programas y proyectos sobre el clima. b) Un esfuerzo sistemático y transparente para tener esos factores en cuenta: 1) incrementará la confianza; 2) facilitará la aceptación pública de los programas de mitigación y adaptación al clima; y 3) contribuirá a crear una mayor seguridad humana. c) Las actuales condiciones globales necesitan de un liderazgo que: 1) reconozca la importancia decisiva de los factores identificados; 2) pueda y quiera distinguir entre los síntomas y las causas del torbellino global y del deterioro del medio ambiente; y 3) tenga el coraje de volver a calibrar y poner en marcha sistemas de gobernanza reconocidos como necesarios pero que hasta ahora se han venido ignorando continuamente. ¿Qué implican estas conclusiones para el proyecto sobre el cambio climático? Podrían: a) Confirmar la importancia de todos y cada uno de los catorce factores y posiblemente también la de otros para el proyecto de enfrentar el cambio climático. b) Se considera importante recoger, en relación a cada factor, ejemplos que documenten el impacto acerca del proyecto sobre el cambio climático; c) Identificar una matriz donde se muestren los factores individuales y su importancia específica para los componentes del proyecto sobre el cambio climático; d) Desarrollar una estrategia que reduzca el impacto negativo de los factores en el proyecto sobre el cambio climático.
* * * Hans Christof von Sponeck es un diplomático alemán que ha estado trabajando más de treinta años para el PNUD. En 1988 fue nombrado Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas para Iraq, presentando su dimisión en 2000 por la política de sanciones que tanto destrozo humano y material causó en el país. Es autor del libro “A different kind of war: the UN sanctions regimen in Iraq”.
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Derechos humanos: nueva era MICHEL WIEVIORKA* LA VANGUARDIA, 4.02.10 Los derechos humanos fueron pensados esencialmente durante mucho tiempo en el marco del Estado nación y realmente no podían ejercerse más que en el interior del país que los reconocía, por ejemplo la Francia de la revolución con su célebre Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. El proyecto de extenderlos a todo el mundo, con una declaración llamada, precisamente, universal, se concretizó en 1948 especialmente gracias a René Bassin en el marco de la posguerra y de la creación de las Naciones Unidas y de las esperanzas que la ONU suscitaba; pero en ese momento los depositarios seguían siendo los estados. En los años 70, la cuestión de los derechos humanos ganó una fuerza considerable, ayudada por dos tipos de razones. Unas eran políticas y afectaban en primer lugar a las dictaduras y a los regímenes comunistas. Las otras eran sobre todo humanitarias. En ambos casos la toma en consideración de los derechos humanos se ha traducido en importantes rupturas.
Por un lado los derechos humanos acompasaron el reencuentro, en los años 70, de dos temáticas: la de la denuncia de las dictaduras de esa época, especialmente en América Latina pero también en Europa, en la península Ibérica y en Grecia, y la del declive histórico del comunismo. Los intelectuales, así como numerosos actores políticos en diversas sociedades occidentales, denunciaban a menudo los horrores de la arbitrariedad, la tortura, la violencia de Estado que practicaban los
regímenes
dictatoriales,
pero
también
no
menos
frecuentemente
vacilaban a la hora de denunciar con la misma fuerza el régimen totalitario de la Unión Soviética y de los países bajo su órbita, pues el comunismo, el socialismo real, estaba envuelto en un aura considerable y, al menos en algunos países europeos, el concepto de totalitarismo no gustaba, precisamente porque colocaba en el mismo plano el nazismo y el comunismo. Debido a que aceleraron su alejamiento y su ruptura con este último, y quizá incluso con la idea de revolución, estos actores pudieron dar a los derechos humanos toda su dimensión. Su compromiso ya no debía referirse a un proyecto revolucionario o a un modelo socialista o comunista para ser legítimo; ya no había nada que oponer a este tipo de modelo o de proyecto para fundamentar las críticas a las dictaduras. Uno podía meterse con ellas esgrimiendo los derechos humanos; fuera cual fuera la referencia política, trascendía la política. En este sentido, la fecha del 18 de diciembre de 1976 es simbólicamente importante. Vladimir Bukovski, el disidente soviético, y Luis Corvalán, el secretario del Partido Comunista chileno encarcelado por Pinochet, fueron canjeados ese día en la pista del aeropuerto de Zurich, lo que constituía un éxito de los derechos humanos y la señal de la impotencia o de un final cercano para los dos sistemas políticos implicados. Y por otra parte, en esos mismos años 70, los derechos humanos progresaron al desprenderse de la sujeción del Estado nación y al afirmar su preeminencia sobre la razón de Estado desde el momento en que hay vidas humanas en juego. Es la época en la que los French Doctors rompen la prudencia política y diplomática de la Cruz Roja para afirmar el "derecho de injerencia", que consiste en colocar la salvación de vidas humanas por encima de los imperativos estatales, esquivándolos si es necesario.
A lo largo de los años 80 y 90 los derechos humanos prosperaron al tiempo que la guerra fría se acababa y con ella las tomas de posición ideológicas y políticas que amenazaban con hacerlos pasar a un segundo plano. Cuando se trataba de defender un imperialismo u otro, un sistema u otro, no había más que un pequeño lugar para los derechos humanos. Además, la globalización se tradujo también en la expansión de las ONG humanitarias, muchas de las cuales sobrepasaron el estadio artesanal para convertirse en potentes organizaciones supra o transnacionales. Pero el terrorismo global de Al Qaeda, a partir de los atentados del 11 de septiembre del 2001, comenzó a firmar el regreso de los estados, que encontraron en la lucha antiterrorista y sus modalidades extremas guerra en Iraq, en Afganistán- buenos argumentos para limitar el espacio del derecho de injerencia. Desde entonces las ONG humanitarias han perdido la latitud que les era propia en el pasado y en las situaciones más tensas han sido obligadas a someterse y a aceptar ser embedded (embarcadas) y por tanto controladas en los furgones de los ejércitos regulares de las naciones democráticas. La crisis financiera y económica, desde septiembre del 2008, ha acelerado este movimiento de regreso del Estado, acabando con el neoliberalismo si no en la práctica al menos en la ideología, volviendo a dar una gran legitimidad a la idea del Estado intervencionista. Desde entonces los derechos humanos han sido invitados a verterse en el molde de los estados nación. Y en la actualidad el mundo parece estructurarse según el principio de la multipolaridad, con estados emergentes que se afianzan en materia económica pero también geopolítica, empezando por los BRIC (Brasil, Rusia, India y China). En este contexto, los derechos humanos no encuentran las condiciones ideológicas tan favorables a su desarrollo como en los años 70, cuando se hundía el ideal comunista o
revolucionario; les resulta un poco mas difícil que entonces imponerse a los estados, especialmente a través de las grandes ONG. Ciertamente han de enfrentarse a situaciones más o menos lejanas, siempre externas, cuando reina la guerra civil, los desplazamientos de población, la violencia multiforme, el hambre... Pero también han de enfrentarse a desafíos internos en las democracias, especialmente a propósito de los que, en ellas, son más débiles: los inmigrantes y todos los sin: sin papeles, sin casa, sin trabajo... Lo que lleva a una conclusión paradójica. Los derechos humanos conocieron una primera edad de oro en los años 70 por el agotamiento de las ideologías revolucionarias y comunistas, desembarazándose de la sujeción de los estados y de sus relaciones internacionales y alejándose de la política. Sin abandonar los postulados supranacionales más decisivos, podrían conocer hoy en día un nuevo periodo fausto articulándose en proyectos políticos susceptibles de aportar principios sociales y culturales en el propio país, en el interior del marco de los estados nación democráticos, y contribuyendo a refundar el debate sobre el acceso al empleo, a la sanidad, a la vivienda, a la educación, a la información, e incluso a todo aquello que toca el hecho religioso o las diferencias culturales, todos ellos temas altamente politizados que al mismo tiempo no se conciben sin la ética y la preocupación de los derechos humanos.
*M. WIEVIORKA, sociólogo, profesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París
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El desarrollo a la medida humana de Manfred A. Max-Neef (*1932) Gerhard Drekonja-Kornat
El chileno Manfred Max-Neef estudió economía e hizo carrera como empleado de la empresa Shell. En 1957 dio las espaldas a la industria y se dedicó a estudiar los problemas de los países en desarrollo. Trabajó para organizaciones de la ONU y en diversas universidades de EE.UU. y América Latina. Inspirado por el imperativo de E.F. Schumacher small is beautiful, desarrolló tesis que denominó «economía descalza» y «economía a escala humana», cuyos criterios definió ya en los años 80 en una matriz que abarca diez necesidades humanas básicas. En los años 90 formuló con la hipótesis del «umbral» la idea de que a partir de determinado punto del desarrollo económico, la calidad de vida comienza a disminuir.
Antes que sus datos biográficos se impone la presencia física del chileno Manfred A. Max-Neef: un gigante barbado, que sólo a regañadientes se pone un traje y prefiere la práctica ropa de trabajo. ¿Se ve así un profeta del Viejo Testamento? Manfred Max-Neef nació el 16 de octubre de 1932 en Valparaíso, Chile. Sus padres eran alemanes, que, sin embargo, no pertenecían a la clásica inmigración introvertida del siglo XIX, sino a aquéllos que se trasladaron a América del Sur luego de la 1a Guerra Mundial. Su madre le transmitió una educación humanista y el amor por la música; el padre, uno de los fundadores de la economía política chilena, la orientación práctica. Manfred estudió casi inevitablemente economía e hizo carrera a mediados de los años 50 en el consorcio internacional Shell, en el que llegó a ocupar un cargo directivo. En 1957 sobrevino una conversión inspirada por la música: Max-Neef abandona la carrera convencional para dedicarse al vagabundeo intelectual, desarrollando al mismo tiempo un creciente interés por cuestiones del desarrollo. En 1961 acude a un llamado académico de
EE.UU., donde pasa a ejercer la docencia en Berkeley, California. Allí acompaña a los jóvenes rebeldes estadounidenses en su protesta contra la guerra de Vietnam. Para Max-Neef, políglota y entre tanto conocedor de las teorías del desarrollo, se multiplican entonces los encargos de jefatura de proyecto para la ONU (en especial la FAO) y la OEA. En 1973 acepta un llamado de la Universidad de Chile, a la que arriba poco antes del golpe de Estado contra el gobierno de la Unidad Popular. Max-Neef se marcha al exilio. En Argentina pasa a trabajar en la Fundación Bariloche, fuertemente marcada por Carlos Mallmann, y donde se cultivan simbióticamente las ciencias naturales, las matemáticas y la música. En esos tiempos es editado «Límites de la pobreza», de A. Herrera y H.D. Scolnik, en el que se presenta el «modelo de Bariloche» como respuesta al escenario de catástrofe formulado por Dennis L. Meadow en «Limits to Growth». En «Límites de la pobreza» se trata de un modelo del mundo alternativo, basado en la igualdad y en la idea de cubrir las necesidades básicas, que no termina con el colapso global. También la Fundación Hammarskjöld, de Suecia, comienza a interesarse por este chileno poco convencional y lo acompaña editorialmente. Entre el trabajo de proyecto y la reflexión teórica (que llevó a Max-Neef también varias veces hasta seminarios de la DSE), crece su bagaje de ideas. Max-Neef es premiado finalmente en 1983 con el Nobel Alternativo. Con el dinero del premio, Max-Neef funda en Santiago de Chile el (hoy desaparecido) Centro de Estudio y Promoción de Asuntos Urbanos (CEPAUR), con el objetivo de poner en práctica sus ideas sobre un «desarrollo a escala humana» y desde entonces se multiplican los premios internacionales. Max-Neef se transforma en miembro del Club de Roma, la Academia Leopold Kohr, en Salzburgo y la E.F. Schumacher Society, en Inglaterra. En 1993 es candidato independiente presentado por los Verdes para la Presidencia de su país, una empresa destinada de antemano al fracaso en el Chile del milagro económico. Hoy, Max-Neef es rector de la pequeña, pero reconocida Universidad Austral, en Valdivia («una ciudad a escala humana»), en el paradisiaco sur de Chile, donde la política de exportación a rajatabla no ha dejado aún marcas visibles. No obstante,
ni siquiera un Nobel alternativo puede satisfacer a todos: frente al rectorado, un disidente escribió, no sin cierta poesía: «Sr. Rector, la Universidad no es un banco». Max-Neef sonrió y no ordenó quitar el grafito. Su propia búsqueda intelectual, la simpatía para con la gente sencilla, el small is beautiful de Schumacher, la obsesión de Leopold Kohr por unidades abarcables, el pensamiento alternativo de la Fundación Bariloche y sobre todo su propio trabajo de proyecto alimentaron la búsqueda de Max-Neef de propuestas para la puesta en práctica del «desarrollo a escala humana». El «desarrollo» fue definido por MaxNeef como la «liberación de posibilidades creativas» de todos los integrantes de una sociedad, como un concepto claramente separado del crecimiento económico y sin ser una condición para éste. Estaciones en la senda hacia ese pensamiento fueron sus trabajos de proyecto durante los años 70 en Ecuador y Brasil, que cristalizaron en sus Experiences in Barefoot Economics. Tal fue el subtítulo de una de sus primeras publicaciones From the Outside Looking In, editada en 1992 por la Fundación Dag Hammerkjöld. En ambos proyectos - en Ecuador dedicado a pequeños campesinos indígenas de la región lluviosa del Pacífico (trabajo que le valió la expulsión del país por parte del gobierno militar de entonces), en Brasil donde intentó revitalizar una pequeña ciudad en Minas Gerais, interesante desde el punto de vista histórico-arquitectónico, pero desolada - impresionaron a MaxNeef la riqueza de ideas y la creatividad de la gente sencilla, en tanto se le demuestre solidaridad, se le transmitan conocimientos y se le abran perspectivas. Justamente, en el caso de esos grupos, fracasan los consejos de la economía política clásica, que apuesta por los beneficios y para ello necesita una «masa crítica» que en los márgenes de una sociedad simplemente no existe. Para cerrar la brecha, Max-Neef propuso una «economía descalza» que pone el acento en lo pequeño y el compromiso apasionado. «So much can be achieved by thinking and acting small. This should not be surprising, after all, smallness is nothing but immensity on the human scale» (From the Outside Looking In, p. 205).
Inspirado por la Fundacion Dag-Hammarskjöld, que para su informe global «What New: Another Development» (1975) necesitaba ejemplos de desarrollo sectorial alternativo en América Latina, maduró en MaxNeef a mediados de los años 80 el instrumental de su «desarrollo a escala humana». Como el desarrollo no debe ser impuesto desde arriba, sino que debe venir de la base, Max-Neef elaboró un método para aprehender los verdaderos deseos y necesidades de la gente sencilla. El objeto de su búsqueda lo ejemplifica el acto de una madre que amamanta a su bebé: un recién nacido tiene una necesidad básica, la subsistencia; la satisfacción la encuentra en ser amamantado, un acto que a su vez despierta otras necesidades, tales como protección, amor e identidad y simultáneamente estimula su satisfacción. De acuerdo con ese modelo, Max-Neef construye una matriz básica con nueve necesidades básicas (una décima, la búsqueda de la trascendencia, le pareció entonces demasiado osada), conectadas axiológicamente con cuatro categorías de satisfacción de necesidades. Las nueve necesidades fundamentales son: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad. Las cuatro categorías correspondientes al nivel de las satisfacciones son: ser, tener, hacer e interacción (MaxNeef, p. 32 ss.) Siguiendo el esquema se obtiene una matriz con 36 campos. A los satisfactores positivos se contraponen pseudosatisfactores o satisfactores inhibidores, que ofrecen una falsa satisfacción de deseos. El armamento, p. ej., promete protección, pero disminuye la satisfacción de otras necesidades, tales como subsistencia, afecto, participación o libertad; el nacionalismo chaunivista ofrece identidad, pero destruye otras áreas; el paternalismo impone protección, pero a costas de la comprensión, la participación, la libertad y la identidad. En el marco de los preparativos de proyecto, los participantes son animados a buscar, primero en pequeños grupos, las respuestas positivas y negativas a esa matriz, para luego, en el grupo mayor, concentrar y sistematizar los contenidos de la matriz. De esa forma se alcanzan numerosos objetivos y sobre todo dos: se pueden identificar las reales necesidades a nivel local, pero también los temores,
traumas y amenazas y se logra un gran efecto de dinámica de grupo que inspira creativamente a los miembros de una comunidad, los anima a reflexionar críticamente y los acerca entre sí. Experimentos de este tipo se realizaron originalmente a fines de los años 60 y comienzos de los 70 en diferentes lugares de América Latina y luego continuaon en otros lados, aún en países desarrollados. Con las experiencias así obtenidas cristalizó ya por entonces un resultado que tendrá un valor central en el pensamiento posterior de Max-Neef: no existe, tal su tesis, correlación alguna entre el grado de desarrollo económico (industrial) y la felicidad relativa de las personas implicadas y también parecen aumentar la soledad y la alienación en las sociedades desarrolladas. Esas reflexiones llevan a Max-Neef en los años 90 a formular la tesis del «umbral»: en un determinado punto del crecimiento económico, con la industrialización clásica, la calidad de vida de los ciudadanos comienza a disminuir. Max-Neef verificó esa hipótesis sobre la base del indice del Bienestar Económico Sustentable de la ONU: Austria, en su calidad de tímido modernizador, obtiene una mejor posición que Alemania y los países de Europa continental experimentan el «punto umbral» menos dramáticamente que Inglaterra o EE.UU. (donde la temprana política neoliberal hace divergir fuertemente el crecimiento y la calidad de vida). De ello resulta el corolario: «quantitative growth must be metamorphosed into qualitative development» (Ecological Economics, p. 117). Desarrollo cualitativo no significa para Max-Neef reducir la satisfacción de necesidades o de calidad de vida ni tampoco debe renunciarse a la ciencia y tecnología. Para resaltar mejor el argumento, Max-Neef creó (en forma paralela a la «sociedad de los 1,5 kilovatios» de Hans Peter Dürr) el ECOSON. Este acrónimo signfica ecological person y expresa la cuota de consumo de energía de un ciudadano que satisface sensatamente sus necesidades básicas sin marginar a nadie. El ecoson es por lo tanto un indicador que se refiere tanto a la disponibilidad de energía como a su justa distribución. En vista de que la población mundial ha alcanzado la marca de los 6.000 millones, el consumo de energía per cápita no debería pasar de
1,5 kWh por hora (=13.000 kWh por año). Aplicando ese indicador a la población mundial, se llega a la - no sorprendente - conclusión de que los países industriales, que representan una minoría de la población mundial, consumen demasiados ecosones, mientras que el Sur, la mayoría, dispone de un modesto porcentaje de ecosones. Por ello, según Max-Neef, lo esencial no es reducir la tasa de natalidad en el Sur, sino ahorrar ecosones en el Norte. «It can be shown that if the ten richest countries of the world reduce their populations of Ecosons by 5%, it would amount to almost two hundred millions, which is the equivalent of the weight of all India.» (Paper, Club of Rome, p. 4). Tales afirmaciones no deben ser mal interpretadas como antiimperialismo ecológico. Por el contrario, es justamente ese exceso de ecosones en los países ricos lo que amenaza seriamente el futuro de un desarrollo sostenible. Para los conocedores de las teorías del desarrollo, tales formulaciones no son nada nuevo. En ese sentido, Max-Neef no es tanto un teórico, sino más bien un pensador pragmático sobre lo sensato y factible, que desea inspirar a la gente sencilla de la periferia geográfica y social a desarrollar la iniciativa propia, la responsabilidad y la búsqueda de identidad. Tampoco es el fundador de una escuela propia del pensamiento, sino que se mueve dentro de parámetros definidos ya por otros antes que él: Schumacher, Kohr, la Fundación Bariloche, la Fundación Dag Hammarskjöld. Max-Neef quiere ser una voz en el coro de los pensadores alternativos, una voz obstinada y alta. Con orgullo relata que sus instrucciones para la matriz de necesidades y satisfactores es uno de los documentos más copiados por grupos interesados en cuestiones del desarrollo, tanto en América Latina, como en Europa y el Tercer Mundo. Hoy se aplica particularmente en Sudáfrica y Australia.
Max-Neef sabe bien que ello no modifica el problemático curso del mundo. En sus reflexiones sobre el futuro de la humanidad llega a definir escenarios posibles entre el ocaso y la factibilidad. Como posibilidades se cuentan la desaparición parcial o total de la humanidad como consecuencia de una catástrofe nuclear o ecológica. Pero el verdadero terror es para Max-Neef el escenario de una concretización de la ciencia ficción, el supuesto de una sociedad de bárbaros polarizada, en la que los ricos (como se observa ya en parte en algunas metrópolis latinoamericanas) se parapetan detrás de alambre de púa, rejas de alta tensión, muros con astillas de vidrio y vigilantes armados, mientras que alrededor, en medio de paisajes pesadillescos, los marginados vagabundean y roban. Max-Neef mismo se inclina por un escenario optimista para el futuro: una sociedad en la que se comparta y reine la solidaridad y la igualdad. Pero, ¿cómo se llega a ella? Tampoco Max-Neef tiene una solución garantizada. Para él, pueden ayudar los pequeños pasos de los «economistas descalzos», acciones solidarias entre los pobres y la resistencia desde abajo contra la máquina modernizadora descontrolada, el regreso a lo pequeño, la aceptación de la medida del ecoson, el compromiso alternativo y una relación respetuosa con el ser humano, los animales y la naturaleza. Max-Neef quiere reunificar nuevamente las culturas científicas de nuestro tiempo que divergen, preparando en la Universidad Austral
una serie de congresos internacionales junto con el Club de Roma sobre el tema «Ciencia, cultura, política, ética y fe». De esa forma, la décima categoría de Max-Neef, la trascendencia, vuelva quizás por sus fueros. Max-Neef se mueve hoy en áreas que ya antes de él demarcaron Sócrates, los Evangelios y Francisco de Asís. Sin duda, se transforma en un profeta, pero no de los que anuncia desgracias, sino de aquéllos que, a pesar de todo, permanecen optimistas y ofrecen orientación. ¿Qué hacer?
Max-Neef responde cada vez más frecuentemente con parábolas y metáforas y aconseja p. ej. anudar «hamacas», para evitar la caída en el sector moderno. Pensemos solamente en la crisis de la «enfermedad de las vacas locas» en Europa: no fue ningún colapso global, pero sí una catástrofe regional, consecuencia de la cría perversa de animales. En ese caso, la «hamaca» sería el campesino ecológico, que puede compensar las pérdidas con una oferta de productos naturales. Una parábola que Max-Neef relata una y otra vez es la del rinoceronte. ¿Puede un rinoceronte (el monstruo de la modernización) ser espantado con un palo? Seguramente no, pero miríadas de mosquitos (que aparecen sin jerarquía y se reúnen espontáneamente) pueden hacerle la vida imposible al rinoceronte, de tal forma que éste se
marcha. La parábola refleja el optimismo de Max-Neef, que, a pesar de los espantos del siglo XX, cree en un futuro viable para el siglo XXI. La condición es que los seres humanos lo queramos. ¿Lo queremos? En lugar de dar una respuesta, el rector cuenta otra historia: desde su niñez se preguntó qué hace único al ser humano y lo distingue de los animales. La respuesta que obtuvo en la niñez, que sólo el ser humano posee un alma pero los animales no, pronto dejó de tener consistencia. Le siguió la explicación de que los animales tienen instintos, pero no inteligencia: un supuesto que la ciencia demostró más tarde que era falso. Luego, de pronto, llegó la solución: sólo el ser humano tiene humor. Pero esa tesis tampoco resiste un análisis serio, ya que también las aves y otros animales se divierten y «ríen» los unos de los otros, relata Max-Neef. «Cuando, frustrado, hablé del tema con mi padre», continúa, «éste me dijo que lo intentara con la estupidez». Al principio, fue un shock para Max-Neef, pero pasados los años, la tesis continúa teniendo validez: «sólo el ser humano es tonto». Evidentemente tenemos que conformarnos con ello. Por ello, el primer paso en dirección a la supervivencia es para Max-Neef ser menos tontos.
Obras de Manfred A. Max-Neef: - From the Outside Looking in: Experiences in Barefoot Economics. Foreword by Leopold Kohr, Uppsala, Dag-Hammarskjöld-Foundation (nueva edición, Londres, Zed Books 1992). - 1989, con Antonio Elizalde: Sociedad civil y cultura democrática: mensajes y paradojas. Santiago de Chile, CEPAUR. - 1991: Human Scale Development. Conception, Application and Further Reflections. Nueva York, Londres, Apex Press. - 1992: Real-Life-Economics. Understanding Wealth Creation. Editado por Paul Ekins y Manfred Max-Neef, Londres, Nueva York, Routledge. - 1995: Economic Growth and Quality of Life: A Threshold Hypothesis, en: Ecological Economics, 15 (1995), 115-118. - 1999: Limits to Anthropic Manipulation of the Biosphere. Paper, Universidad de Chile y el Club de Roma, 1999.
Manfred Max-Neef escribe sobre todo textos para conferencias, ensayos, informes de proyecto y papers, que luego de exhaustivas discusiones adquieren forma final como artículo o capítulo de libro. M. Max-Neef en Internet: www.max-neef.cl El Prof.Dr. Gerhard Drekonja-Kornat fue jefe del depto. América Latina de la DSE. Hoy es profesor de historia no europea en la Universidad de Viena. Buzón electrónico: gerhard.drekonja@univie.ac.at
D+C Desarrollo y Cooperación, editada por: Deutsche Stiftung für internationale Entwicklung (DSE) Dirección postal de la redacción: D+C Desarrollo y Cooperación, C. C., D-60268 Frankfurt, Alemania. E-Mail: descoop@gmx.net
D+C Desarrollo y Cooperación (No. 2, Marzo/abril 2002, p. 25 - 29) Fuente: http://www.inwent.org/E+Z/1997-2002/ds202-10.htm Consultado el 28 de noviembre 2011
qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Discurso de Vandana Shiva al recibir wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui el Premio Sydney por la Paz "Es hora de parar la guerra contra la Tierra" opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Vandana Shiva hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
:: portada :: Ecología social :: 29-11-2011 Discurso de Vandana Shiva al recibir el Premio Sydney por la Paz
"Es hora de parar la guerra contra la Tierra" Vandana Shiva Ecoportal
Hoy en día, cuando pensamos en la guerra, nuestra mente se torna hacia Iraq y Afganistán. Pero la guerra más grande es la guerra contra el planeta. Ésta tiene sus raíces en una economía que no respeta límites ecológicos y éticos - límites a la desigualdad, límites a la injusticia, límites a la codicia y la concentración económica.
Un puñado de empresas y de potencias busca controlar los recursos de la Tierra y transformar el planeta en un supermercado en el que todo está en venta. Quieren vender nuestro agua, genes, células, órganos, conocimientos, culturas y nuestro futuro.
La guerras duraderas en Afganistán, Iraq y las que les han seguido no son sólo sangre por petróleo. A medida que ellas se desarrollan, vemos que son sangre por alimentos, sangre por genes y biodiversidad y sangre por agua.
La metalidad guerrera subyacente a la agricultura bélico-industrial es obvia en los nombres de los herbicidas de Monsanto Round-Up, Machete, Lasso. American Home Products, que se ha fusionado con Monsanto, da a sus herbicidas nombre igualmente agresivos, incluyendo "Pentagon" y "Squadron". Es la lengua de la guerra. La sustentabilidad se basa en la paz con la Tierra.
La guerra contra la Tierra comienza en la mente. Los pensamientos violentos dan forma a acciones violentas. Categorías violentas construyen herramientas violentas. Y en ninguna parte esto es tan vivaz como en las metáforas y métodos en los que se basa la producción industrial, agrícola y alimentaria. La fábricas que produjeron venenos y explosivos para matar a la gente durante las guerras han sido transformadas en fábricas productoras de agroquímicos al terminar las guerras.
El año 1984 me hizo ver que algo no estaba bien en la manera en que los alimentos se producían. Con la violencia en el Punjab y el desastre en Bhopal, la agricultura parecía guerra. Fue entonces que escribí La Violencia de la Revolución Verde, y por eso mismo lancé Navdanya como un movimiento por una agricultura libre de venenos y productos tóxicos.
Los pesticidas, que en un principio se utilizaron como químicos bélicos, no pudieron controlar las plagas. La ingeniería genética iba a ofrecer una alternativa a los productos químicos tóxicos. Al contrario, ha llevado a un mayor uso de pesticidas y herbicidas y desatado una guerra contra los campesinos.
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Los altos costos de los insumos y productos químicos hacen que los agricultores caigan en la trampa de la deuda - y la tampa de la deuda lleva a los agricultores al suicidio. De acuerdo a datos oficiales, en la India más de 200.000 campesinos se han suicidado desde 1997.
Hacer la paz con la Tierra siempre ha sido un imperativo ético y ecológico, que se ha convertido ahora en un imperativo para supervivencia de nuestra especie.
La violencia contra el suelo, la biodiversidad, el agua, la atmósfera, el campo y los campesinos produce un sistema alimentario marcial que no puede dar de comer a la gente. Un billón de personas sufre hambre. Dos billones sufren de enfermedades relacionadas con la alimentación: obesidad, diabetes, hipertensión y cáncer.
Hay tres niveles de violencia implicadas en el desarrollo no sustentable. El primero es la violencia contra la Tierra, que se expresa en la crisis ecológica. El segundo es la violencia contra gente, que se expresa en la pobreza, la indigencia y el desplazamiento. El tercero es la violencia de la guerra y el conflicto, cuando los poderosos echan mano a los recursos que están en otras comunidades y países para satisfacer su apetito que no tiene límites.
Cuando cada aspecto de la vida es comercializado, vivir se hace más caro, y la gente se empobrece, incluso si ganan más de un dólar al día. Por otra parte, la gente puede ser rica en términos materiales, incluso sin economía monetaria, si tienen acceso a la tierra, si los suelos son fértiles, si los ríos están limpios, su cultura es rica y mantiene la tradición de construir casas y prendas bonitas, buena comida, y hay cohesión social, solidaridad y espíritu comunitario.
La ascensión del dominio del mercado, y de la moneda en tanto que capital producido por el hombre, a la posición de principio superior organizativo de la sociedad y única forma de cuantificar nuestro bienestar ha llevado al debilitamiento de los procesos que mantienen y sostienen la vida en la naturaleza y la sociedad.
Entre más ricos nos hacemos, somos ecológica y culturalmente más pobres. El aumento en el bienestar económico, medido en dinero, lleva al aumento de la pobreza en los aspectos material, cultural, ecológico y espiritual.
La verdadera moneda de la vida es la vida misma, este punto de vista lleva a varias preguntas: ¿cómo nos miramos a nosotros mismos en este mundo? ¿Para qué están los seres humanos? Y ¿somos simplemente una máquina de hacer dinero devoradora de recursos? O ¿tenemos un propósito más elevado, un fin superior?
Creo que la "Democracia Terráquea" nos permite imaginar y crear democracias vivientes basadas
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en el valor intrínseco de todas las especias, de todos los pueblos, de todas las culturas - un reparto justo y equitativo de los recursos vitales de esta Tierra, un reparto de las decisiones sobre el uso de los recursos de la Tierra.
La "Democracia Terráquea" protege los procesos ecológicos que mantienen la vida y los derechos humanos fundamentales que son la base del derecho a la vida, incluyendo el derecho al agua, la alimentación, la salud, la educación, el trabajo y el sustento.
Tenemos que escoger. ¿Obedeceremos las leyes de mercado de la codicia corporativa o las leyes de la Madre Tierra para mantener los ecosistemas terrestres y la diversidad de los seres vivos?
Las necesidades en alimentación y agua de la gente sólo pueden satisfacerse si se protege la capacidad de la naturaleza para producir alimentos y agua. Suelos y ríos muertos no dan alimento ni agua.
Por ello, defender los derechos de la Madre Tierra es el más importante de los derechos humanos y de las luchas por la justicia social. Es el más amplio movimiento pacifista de nuestra época. www.ecoportal.net
La Dra. Vandana Shiva es una física y ambientalista india, que recibio el Precio Sydney de la Paz 2010. Ésta es la versión editada de su discurso en la Ópera de Sydney el 3 de noviembre.
Fuente: http://www.ecoportal.net/content/view/full/101285
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qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq Desarrollo a Escala Humana wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg Hoppenhayn hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwerasdfghj
Desarrollo a Escala Humana Por Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hoppenhayn
Algunas proposiciones El postulado básico del Desarrollo a Escala Humana es que el desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos. Aceptar este postulado nos conduce a formularnos la siguiente pregunta fundamental: ¿cómo puede establecerse que un determinado proceso de desarrollo es mejor que otro? Dentro del paradigma tradicional, se tienen indicadores tales como el Producto Bruto de un país (PBI) o de una región, que es (caricaturizándolo un poco) un indicador del crecimiento cuantitativo de los objetos producidos en ese país o región. Necesitamos ahora un indicador del crecimiento cualitativo de las personas.
¿Cuál podría ser? Contestamos a la pregunta en los siguientes términos: el mejor proceso de desarrollo será aquel que permita elevar más la calidad de vida de las personas. De inmediato se desprende la pregunta siguiente: ¿qué determina la calidad de vida de las personas?. La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales. Surge entonces la tercera pregunta: ¿cuáles son esas necesidades fundamentales, y quién decide cuáles son?. Antes de responder a esta pregunta, deben hacerse algunas disquisiciones previas.
Necesidades y satisfactores Se ha creído, tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas; que cambian constantemente, que varían de una cultura a otra y que son diferentes en cada período histórico. Nos parece que tales suposiciones son incorrectas, ya que son producto de un error conceptual. El típico error que se comete en los análisis acerca de las necesidades humanas es que no se explica la diferencia esencial entre las que son propiamente necesidades y los satisfactores de esas necesidades. Es indispensable hacer una distinción entre ambos conceptos por motivos tanto epistemológicos como metodológicos. La persona es un ser de necesidades múltiples e interdependientes. Las necesidades humanas deben entenderse como un sistema en el que ellas se interrelacionan e interactúan. Simultaneidades, complementariedades y compensaciones son características propias del
proceso de satisfacción de las necesidades. Las necesidades humanas pueden dividirse conforme a múltiples criterios, y las ciencias humanas ofrecen en este sentido una vasta y variada literatura. Nosotros combinaremos aquí dos criterios posibles de división: según categorías existenciales y según categorías axiológicas. Esta combinación permite reconocer, por una parte, las necesidades de Ser, Tener, Hacer y Estar; y, por la otra, las necesidades de Subsistencia, Protección, Afecto, Entendimiento, Participación, Ocio, Creación, Identidad y Libertad. No existe una correspondencia biunívoca entre necesidades y satisfactores. Un satisfactor puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades; a la inversa, una necesidad puede requerir de diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni siquiera estas relaciones son fijas. Pueden variar según el momento, el lugar y las circunstancias. Veamos un ejemplo: cuando una madre le da el pecho a su bebé, a través de ese acto contribuye a que la criatura reciba satisfacción simultánea para sus necesidades de Subsistencia, Protección, Afecto e Identidad. La situación es obviamente distinta si el bebé es alimentado de manera más mecánica. Una vez diferenciados los conceptos de necesidades y de satisfactores, es posible formular dos postulados adicionales. Primero: las necesidades humanas fundamentales son pocas, delimitadas y clasificables. Segundo: las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades. Cada sistema económico, social y político adopta diferentes estilos para la satisfacción de las mismas necesidades humanas fundamentales. En cada sistema éstas se satisfacen (o no) a través de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores. Uno de los aspectos que define una cultura es su elección de satisfactores. Las necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una sociedad consumista son las mismas del que pertenece a una sociedad ascética. Lo que cambia es la cantidad y calidad de los satisfactores elegidos, y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos. Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es consecuencia -entre otras cosas- de abandonar satisfactores tradicionales para reemplazrlos por otros nuevos y diferentes.
La pobreza y las pobrezas El concepto tradicional de pobreza es muy limitado, ya que se refiere exclusivamente a la situación de aquellas personas que se hallan por debajo de un determinado nivel de ingreso. La noción es estrictamente economicista. Sugerimos no hablar de pobreza, sino de pobrezas. De hecho, cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana. Hay una pobreza de Subsistencia (si la alimentación y el abrigo son insuficientes); hay una pobreza de Protección (debido a sistemas de salud ineficientes, a la violencia, la carrera armamentista, etc.); hay una pobreza de Afecto (debido al autoritarismo, a la opresión, las relaciones de explotación con el medio ambiente
natural, etc.); hay una pobreza de Entendimiento (por la deficiente calidad de la educación); hay una pobreza de Participación (por la marginación y discriminación de las mujeres, los niños o las minorías étnicas); hay una pobreza de Identidad (cuando se imponen valores extraños a las culturas locales y regionales, o se obliga a la emigración forzada, el exilio político, etc.); y así sucesivamente. Pero las pobrezas no son sólo pobrezas, son mucho más que eso. Cada pobreza genera patologías, toda vez que rebasa, por su intensidad o duración, ciertos límites críticos. Esta es una observación medular que conviene ilustrar.
Economía y patologías La gran mayoría de los analistas económicos estarían de acuerdo en que el crecimiento generalizado del desempleo, por una parte, y la magnitud del endeudamiento externo del Tercer Mundo, por otra, constituyen dos de los problemas económicos mas impoortantes del mundo actual. Para el caso de algunos países de Latinoamérica habría que agregar el de la hiperinflación. A pesar de que el desempleo siempre ha existido, en mayor o menor grado, en el mundo industrial, todo parece indicar que nos estamos enfrentando a un nuevo tipo de desempleo, que tiende a persistir y que, por lo tanto, se está transformando en un componente estructural del sistema económico mundial. Es sabido que un ind ividuo que sufre una prolongada cesantía cae en una especie de "montaña rusa" emocional, la cual comprende, por lo menos, cuatro etapas: § § § §
shock optimismo pesimismo fatalismo
La última etapa representa la transición de la inactividad a la frustración y de allí a un estado final de apatía donde la persona alcanza su más bajo nivel de autoestima. Es bastante evidente que la cesantía prolongada perturbará totalmente el sistema de necesidades fundamentales de las personas. Debido a sus problemas de subsistencia, la persona se sentirá cada vez menos protegida; las crisis familiares y los sentimientos de culpa pueden destruir sus relaciones afectivas; la falta de participación dará cabida a sentimientos de aislamiento y marginación, y la disminución de la autoestima puede fácilmente provocar en el individuo una crisis de identidad. La cesantía prolongada produce, pues, patologías. Sin embargo, esto no constituye la peor parte del problema. Dadas las actuales circunstancias de crisis económicas generalizadas, no podemos seguir pensando en patologías individuales. Debemos necesariamente reconocer la existencia de patologías colectivas de la frustración, para las cuales los tratamientos aplicados han resultado hasta ahora ineficaces.
Necesidades humanas: carencia y potencialidad Una política de desarrollo orientada a la satisfacción de las necesidades humanas (entendidas en el sentido amplio que aquí le hemos dado) trasciende la racionalidad económica convencional, porque compromete al ser humano en su totalidad. Las relaciones que se establecen -o que pueden establecerse- entre las necesidades y sus satisfactores hacen posible construir una filosofía y una política de desarrollo auténticamente humanistas. Las necesidades revelan de la manera más apremiante el ser de las personas, ya que éste se hace palpable a través de ellas en su doble condición experimental: como carencia y como potencialidad. Comprendidas en un amplio sentido, y no limitadas a la mera subsistencia, las necesidades patentizan la tensión constante entre carencia y potencia tan propia de los seres humanos. Concebir las necesidades tan sólo como carencias implica restringirlas a lo puramente fisiológico o subjetivo, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor fuerza y claridad la sensación de "falta de algo". Sin embargo, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidades y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es potencial de recibir afecto pero también de darlo. Acceder al ser humano a través de las necesidades permite tender el puente entre una antropología filosófica y una opción política; tal parece ser la voluntad que animó los esfuerzos intelectuales de hombres como Karl Marx o Abraham Maslow, por mencionar sólo dos ejemplos. Comprender las necesidades como carencia y potencia previene contra toda reducción del ser humano a la categoría de existencia cerrada. Así, resulta impropio hablar de necesidades que se "satisfacen" o se "colman". En cuanto revelan un proceso dialéctico, constituyen un movimiento incesante. De allí que quizás sea más apropiado hablar de vivir y realizar las necesidades, y de vivirlas y realizarlas de manera continua y renovada.
Necesidades humanas y sociedad Si queremos evaluar un medio social cualquiera en función de las necesidades humanas, no basta con comprender cuáles son las posibilidades que pone a disposición de los grupos o de las personas paara ralizar sus necesidades. Es preciso examinar en qué medida el medio reprime, tolera o estimula que las posibilidades disponibles o dominantes sean recreadas y ampliadas por los propios individuos o grupos que lo componen. Son los satisfa ctores los que definen la modalidad que una cultura o una sociedad imprime a las necesidades. Los satisfactores no son los bienes económicos disponibles, sino que están referidos a todo aquello que, por representar formas de Ser, Tener, Hacer y Estar, contribuye a la realización de las necesidades humanas. Pueden incluir, entre otras cosas, formas de organización, estructuras políticas, prácticas sociales, condiciones subjetivas,
valores y normas, espacios, comportamientos y actitudes; todas en una tensión permanente entre consolidación y cambio. La alimentación es un satisfactor, pero también puede serlo una cierta estructura familiar (que satisface la necesidad de Protección, por ejemplo) o un cierto régimen político (que satisface la necesidad de Partic ipación, por ejemplo). Un mismo satisfactor puede realizar distintas necesidades en culturas distintas, o vivirse de distinta manera en contextos diferentes a pesar de que esté satisfaciendo las mismas necesidades. El hecho de que un mismo satisfactor tenga efectos distintos en diversos contextos no sólo depende del contexto, sino también en buena parte de los bienes que el medio genera, de cómo los genera y de cómo organiza el consumo de esos bienes. En la civilización industrial, los bienes (entendidos como objetos y artefactos que aumentan o merman la eficacia de un satisfactor) se han convertido en elementos determinantes. La forma en que se ha organizado la producción y apropiación de los bienes económicos en el capitalismo industrial ha condicionado de manera abrumadora el tipo de satisfactores dominantes. Cuando la forma de producción y consumo de bienes conduce a que éstos se conviertan en fines en sí mismos, la presunta satisfacción de una necesidad empaña las potencialidades de vivirla en toda su amplitud. Queda allí abonado el terreno para la instauración de una sociedad alienada que se embarca en una carrera productivista sin sentido. La vida se pone entonces al servicio de los artefactos, en vez de estar los artefactos al servicio de la vida. La búsqueda de una mejor calidad de vida es suplantada por la obsesión de incrementar la productividad de los medios. La construcción de una economía humanista exige, en este marco, entender y desentrañar la relación dialéctica entre necesidades, satisfactores y bienes económicos, a fin de pensar formas de organización económica en que los bienes potencien los satisfactores para vivir las necesidades de manera coherente, sana y plena. Esto obliga a repensar el contexto social de las necesidades humanas de una manera radicalmente distinta de como ha sido habitualmente pensado por los planificadores sociales y los elaboradores de políticas de desarrollo. Ya no se trata de relacionar las necesidades solamente con los bienes y servicios que presuntamente las satisfacen, sino de relacionarlas además con prácticas sociales, tipos de organización, modelos políticos y valores que repercuten sobre la forma en que se expresan las necesidades.
La reivindicación de lo subjetivo Suponer una relación directa entre necesidades y bienes económicos permite la construcción de una disciplina "objetiva", como supone serlo la economía tradicional. Es decir, de una disciplina mecanicista, cuyo supuesto central es que las necesidades se manifiestan a través de la demanda, la que a su vez está determinada por las preferencias individuales respecto de los bienes producidos. Incluir los satisfactores como parte del proceso económico implica reivindicar lo subjetivo más allá de las puras preferencias en materia de objetos y artefactos.
Bastará tan sólo con proponérnoslo para que podamos detectar de qué modo los satisfactores y bienes disponibles o dominantes limitan, condicionan, desvirtúan (o, por el contrario, estimulan) nuestras posibilidades de vivir las necesidades humanas. Podemos, sobre esa base, pensar las formas viables de recrear y reorganizar los satisfactores y bienes de manera que enriquezcan nuestras posibilidades y reduzcan nuestras frustraciones. La forma en que vivimos nuestras necesidades es, en último término, subjetiva. Parecería, entonces, que todo juicio universalizador podría pecar de arbitrario. Tal objeción bien podría surgir, por ejemplo, desde la trinchera del positivismo. La identificación que el positivismo hace de lo subjetivo con lo particular, si bien pone de manifiesto el fracaso histórico del idealismo absoluto, constituye para las ciencias sociales una espada de Damocles. Cuando el objeto de estudio es la relación entre los seres humanos y la sociedad, la universalidad de lo subjetivo no se puede soslayar. El carácter social de la subjetividad es uno de los ejes de la reflexión sobe el ser humano concreto. No existe imposibilidad alguna de juzgar sobre lo subjetivo. Lo que existe, más bien, es miedo a las consecuencias que pueda tener tal discurso. Hablar de necesidades humanas fundamentales obliga a situarse desde la partida en el plano de lo subjetivo-universal, lo cual torna estéril cualquier enfoque mecanicista.
Tiempo y ritmos de las necesidades humanas Por carecer de suficientes datos empíricos, no podemos afirmar a ciencia cierta que las necesidades humanas fundamentales son permanentes. Sin embargo, nada nos impide hablar de su carácter social- universal, en tanto su realización resulta deseable a cualquiera, y su inhibición, indeseable. Al reflexionar en torno de las nueve necesidades fundamentales propuestas en nuestro sistema, el sentido común, acompañado de algún conocimiento antropológico, nos ha indicado que seguramente las necesidades de Subsistencia, Protección, Afecto, Entendimiento, Participación, Ocio y Creación estuvieron presentes desde los orígenes del ?Homo habilis? y, sin duda, desde la aparición del ?Homo sapiens?. Probablemente en un estadio evolutivo posterior surgió la necesidad de Identidad, y, mucho más tarde, la de Libertad. Del mismo modo, es probable que en el futuro la necesidad de trascendencia -que no incluimos en nuestro sistema por no considerarla todavía tan universal- llegue a serlo tanto como las otras. Parece legítimo, entonces, suponer que las necesidades humanas cambian con la velocidad que corresponde a la evolución de la especie humana: a un ritmo sumamente lento. Por estar imbrincadas a la evolución de la especie, son también universales. Tienen una trayectoria única. Los satisfactores, en cambio, tienen una doble trayectoria. Por una parte se modifican al ritmo de la historia y, por otra, se diversifican de acuerdo a las culturas y las circunstancias, es decir, de acuerdo al ritmo de las distintas historias. Los bienes económicos (artefactos, tecnologías) tienen una triple trayectoria. Se modifican según los ritmos coyunturales y los cambios coyunturales ocurren con velocidades y ritmos distintos. La tendencia de la historia coloca al ser humano en un ámbito crecientemente arrítmico y asincrónico, en el que los procesos escapan cada vez más a su control.
Esta situación ha llegado aactualmente a niveles extremos. Es tal la velocidad de producción y diversificación de los artefactos, que las personas aumentan su dependencia y crece su alienación, a tal punto que es cada vez más frecuente encontrar bienes económicos (artefactos) que ya no potencian la satisfacción de necesidad alguna, sino que se transforman en fines en sí mismos. En algunos de los sectores marginados por la crisis, y en grupos contestatarios a los estilos de desarrollo dominantes, surgen procesos contrahegemónicos en que satisfactores y bienes económicos vuelven a subordinarse a la actualización de las necesidades humanas. Es en estos sectores donde podemos encontrar ejemplos de comportamientos sinérgicos que, de alguna manera, aportan un germen de posible respuesta a la crisis que nos apabulla. De la eficiencia a la sinergia Enfocar el desarrollo en los términos aquí propuestos, implica un cambio de la racionalidad económica dominante. Obliga, entre otras cosas, a una revisión profunda del concepto de eficicencia. Esta suele asociarse a nociones de maximización de productividad y de utilidad, a pesar de que ambos términos son ambiguos. Tal como Taylor la entendía -para ilustrar con un caso conspicuo-, al llevar el criterio económico al extremo más alienado de la razón instrumental. La productividad se nos aparece como bastante ineficiente. Sobredimensiona la necesidad de subsistencia y obliga al sacrificio de otras necesidades, acabando por amenazar la propia subsistencia. Cabe recordar que el taylorismo pasó a la historia como la "organización del surmenage". En discursos dominantes del desarrollo también se asocia la eficiencia a la conversión del trabajo en capital, a la formalización de las actividades económicas, a la incorporación indiscriminada de tecnologías de punta y, por supuesto, a la maximización de las tasas de crecimiento. El desarrollo consiste para muchos en alcanzar los niveles materiales de vida de los países mas industrializados, para tener acceso a uan gama creciente de bienes (artefactos) cada vez más diversificados. Cabe preguntarse hasta qué punto esos intentos de emulación tienen sentido. En primer lugar, no existen evidencias de que en aquellos países las personas vivan sus necesidades de manera integrada. En segundo lugar, en los países ricos, la abundancia de recursos y de bienes económicos no ha llegado a ser condición suficiente para resolver el problema de la alienación. El Desarrollo a Escala Humana no excluye metas convencionales como crecimiento económico para que todas las personas puedan tener un acceso digno a bienes y servicios. Sin embargo, la diferencia respecto de los estilos dominantes radica en concentrar las metas del desarrollo en el proceso mismo del desarrollo. En otras palabras, que las necesidades humanas fundamentales pueden comenzar a realizarse desde el comienzo y durante todo el proceso de desarrollo; o sea, que la realización de las necesidades no sea la meta, sino el motor del desarrollo mismo. Ello se logra en la medida en que la estrategia de desarrollo sea capaz de estimular permanentemente la generación de satisfactores sinérgicos. Integrar la realización armónica de necesidades humanas en el proceso de desarrollo significa la oportunidad de que las personas puedan vivir ese desarrollo desde sus
comienzos, dando origen así a un desarrollo sano, autodependiente y participativo, capaz de crear los fundamentos para un orden en el que se pueda conciliar el crecimiento económico, la solidaridad social y el crecimiento de las personas y de toda la persona. Un desarrollo capaz de conjugar la sinergia con la eficiencia quizás no baste para dar cumplimiento cabal a lo deseado; pero sí basta, y plenamente, para evitar que en el ánimo de las personas lo no deseado parezca inexorable.
Fuente: Ecoportal.net: el directorio ecológico natural