23 SEÑALES DE HUMO

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Investigación · Monumentos Históricos · Conservación y Restauración · Difusión · Proyectos · Museo

Año 7

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“Los que son, que eran y los Estimados amigos:

Es grato saludarles, en esta edición especial, y les comparto mi alegría de festejar el XXV Aniversario de este, su museo.

Espacio que comparte grandes recuerdos del ayer y hoy, historias y personajes que a lo largo del tiempo nos han hecho parte de la satisfacción de difundir nuestro legado.

Relatos y recuerdos de una inauguración de 1985 de un recinto de la historia de los sonorenses, que nos mueve a vislumbrar la dedicación y el empeño de muchos, para poder brindarles el apreciable servicio del conocimiento.

¡Muros de piedra que emanan libertad¡ Libertad de algo que en algún tiempo, fue sobrio, obscuro o difuso…

No queda más que agradecerle a usted lector por ser el vínculo que nos mueve, a ustedes que nos han visto crecer, transformarnos y ser parte de la motivación para mejorar cada día.

Su amigo y compañero Hugo Reynoso Urtiz.

2 Es una publicación cuatrimestral del CENTRO INAH SONORA. Edición: Martha Olivia Solís / Investigación. Título: Alejandro Sergio Aguilar Zeleny. Rediseño editorial y de logotipo: Rocío Preciado Quintana. Formación: Martha Olivia Solís Zatarain. Fotografías: Archivos del Centro INAH Sonora Toda correspondencia o solicitud de canje deberá enviarse a Jesús García final s/n, colonia La Matanza, Hermosillo, Sonora, México. Correo electrónico: inahdifusion@yahoo.com.mx Participaciones en esta edición: Adolfo García Robles Julio César Montané Martí Raquel Padilla Ramos Guadalupe Sánchez Miranda Dora Tabanico Fernández

Fotografías: Acervo de Biblioteca Centro INAH Sonora, Sección Monumentos Históricos


que ya se fueron para siempre� 1985- 2010

s, Servicios Educativos del Museo de Sonora y colecciĂłn privada Dora Tabanico

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COLABORACIÓN ESPECIAL • ARQUITECTURA

Adaptación a un recinto cultural

Ex Penitenciaría de Sonora

Aspectos de la Antigua Penitenciaría en 1982. Fotos: Archivo Centro INAH Sonora

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n el año de 1982 el gobierno del estado de Sonora, presidido por el gobernador Dr. Samuel Ocaña, acordó con el Centro Regional del Noroeste del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ceder en comodato el edificio que albergó por espacio de setenta años la Penitenciaría del Estado, en ese momento ya desocupada por haberse trasladado a su nueva ubicación.

El edificio se recibió en condiciones deplorables debido a las diversas alteraciones que se le añadieron en razón de sus necesidades de uso: agregados, eliminaciones y acondicionamientos, que hubo de analizar para redescubrir espacios, materiales e instalaciones originales. Se solicitaron planos del inmueble y se notificó que no los había en los archivos oficiales ó privados, por lo que se procedió a hacer el levantamiento arquitectónico del edificio con una cuadrilla de demoledores-liberadores y dibujantes. Al mismo tiempo, con la colaboración del Municipio a través de su oficina de Obras Públicas, se procedía a sacar escombros y basura acumulada desde sus últimos años de servicio como cárcel, la cantidad era verdaderamente impresionante.

Para los últimos meses del año 1982, se había liberado la mayor parte de la planta alta y secciones a la entrada del edificio de ladrillo, antes dirección del penal, a la vez que se tenían los primeros planos generales, donde se podía apreciar la magnificencia del inmueble a pesar de su manifiesto deterioro externo. Es así que fue posible apreciar los materiales originales de que fue construido, de piedra labrada en sillares todo el basamento con la media planta de los sótanos o galeras de castigo, ubicadas al oriente de la construcción, y las dos plantas completas del presidio sobre la anterior, rematadas con tres casetas y una torre de homenaje en las esquinas del cuadrángulo. Las fachadas exteriores son de piedra obtenida del mismo cerro adjunto, ostentando una serie de ventanas rítmicas y simétricamente proyectadas y enrejadas; por el interior los muros son de piedra y ladrillo rojo con un patio central, en cuyos extremos luce una doble arcada de tres vanos en las dos plantas. Todo el conjunto penitenciario está rodeado de muros de piedra dejando espacios entre estos y el edificio principal, la comunicación es por medio de escalinatas, y los pisos y techos del edificio principal son de bóvedas de cañón.


COLABORACIÓN ESPECIAL • ARQUITECTURA

Perspectiva oriente de la Antigua Penitenciaría a principios del siglo XX, al fondo el Cerro de la Campana, Hermosillo, Son. Foto: Archivo Centro INAH Sonora, Colección Padre Yescas ADOLFO GARCÍA ROBLES

Para la época de su construcción, contaba con instalaciones hidráulicas y sanitarias ocultas en cada celda, ¡un lujo de adelanto que ni Lecumberri en la capital tenía! Además contaba con muebles de servicio de fierro fundido, razón por la cual en algunos sitios se notaban serias humedades por la falta de mantenimiento y el deterioro de las cañerías. Es oportuno recordar que la Penitenciaría en sus últimas épocas fue acondicionada para prisión de mujeres, razón por las que fue necesario cerrar, acondicionar y aislar secciones del edificio con muros de concreto y piedra en sus dos plantas principales, localizando estas secciones al poniente de la construcción, en una ladera del cerro de La Campana. En todo el perímetro se ocupó o se acondicionaron “pasos de ronda” para la vigilancia de los internos, lo que causó a su vez nuevos y marcados deterioros que hubo que subsanar para regresar al edificio a su proyecto origina,l en lo posible. Así fue como hubo que eliminar una escalera intermedia construida en el vestíbulo y eliminar una techumbre de concreto sobre la misma, lo mismo que techumbres de láminas de asbesto provisionales, pues cubrían las zonas dañadas por un incendio provocado en un intento de fuga colectiva de los presos. No se ha hablado del edificio de ladrillo anexo al costado norte del principal de piedra, este venía

fungiendo como la dirección del penal, con los anexos de enfermería y juzgados, así como el control de la guardia de celadores y la armería. Este edificio de líneas austeras también, pero de arquitectura de más elegancia, cuenta con un porche de columnas y arcos eclécticos, y sobre este una pequeña terraza a manera de balcón con balaustres como pretil. A este se llega por medio de una elegante escalinata de piedra “marmolina” muy bien labrada, y el barandal con balaustres hace lucir aún más el antiguo acceso, ahora disminuido por las terrazas de estacionamiento. La restauración y las obras de acondicionamiento del Museo, para el cual se dedicó toda la planta baja del antiguo penal, se realizaron a partir de la segunda mitad del año 1983, continuándose de manera constante en el siguiente y hasta su inauguración en septiembre de 1985. Mucho se puede escribir del proceso, pero eso sería trabajo de una crónica o de menos de una monografía. Fueron muchas las anécdotas y sucesos, así como los procesos de limpieza y restauración e integración que se aplicaron, lo mismo que las adaptaciones para hacer viable y fluida la circulación en las salas de exhibición, en un edificio restringido en sus espacios útiles por ya estar estos determinados para su uso original y, tener que hacerlos viables para su nueva función, sin alterar la apariencia ni la estructura del monumento.

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INVESTIGACIÓN • HISTORIA

La vieja cárcel y su ingeniero militar

Wrotnowski RAQUEL PADILLA RAMOS

l Castillo de If, Alcatraz y la isla del Diablo son prisiones que pasaron a la historia gracias a la fuerza de la literatura o al alcance del cine. La primera quedó fijada en la memoria de varias generaciones gracias a la pluma exitosa de Alejandro Dumas y a su personaje famoso Edmundo Dantés, el Conde de Montecristo. Alcatraz es ahora un museo al que se llega por medio de un barquito turístico, y la isla del Diablo (Guayana francesa) se volvió inolvidable gracias la película Papillon. En México existen varios edificios penitenciarios que vale la pena comentar; quizás de ellos el más famoso es la prisión de San Juan de Ulúa, en Veracruz, que data de la época colonial y originalmente funcionó como fortaleza militar. En la Ciudad de México destacan las cárceles de Belem y Lecumberri, esta última establecida bajo la dictadura porfiriana como prototipo del orden forzado y la represión de aquellos años de fines del siglo XIX. A medida que el tiempo pasaba y la estructura política del Porfirismo se debilitaba, México se sumió en una hondonada de descontentos sociales como la guerra del Yaqui y los levantamientos de los mayas de Yucatán y Quintana Roo. La Penitenciaría del Estado de Sonora, ubicada en Hermosillo, nació como respuesta a este México insumiso.

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El sociólogo Erving Goffman en su trabajo Internados: ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales (1961), nos brinda el concepto de instituciones totales para referirse a aquellos centros en los que existe un conglomerado de gente sujeto a una misma autoridad, cuyas actividades están debidamente programadas de manera cotidiana; en ellas hay además un reglamento estricto a seguir. Ejemplos de instituciones totales son los asilos, los campos de concentración y, por supuesto, las cárceles. Dadas las características del Porfiriato (que podemos sintetizar en "orden y progreso" a costa de "mátalos en caliente"), era indispensable establecer este tipo de instituciones en lugares estratégicos. Sonora era uno de ellos ya que era gobernado por un triunvirato prácticamente militar, el cual era sostenido con tal cariz bajo la justificación de las exasperantes incursiones de indios apaches y las hostilidades de los indios yaquis. A estos argumentos se suman las experiencias filibusteras del siglo XIX y la presencia de una casta militar propulsada por el "hombre fuerte" de Sonora, el general Ignacio Pesqueira, quien fuera gobernador del estado por varios periodos en la segunda mitad del siglo XIX.

Proyección de la idea arquitectónica de la Penitenciaría Estatal de Sonora a principios del siglo XX, atribuida a A. F. Wrotnowski Foto: Archivo Centro INAH Sonora

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INVESTIGACIÓN • HISTORIA INVESTIGACIÓN • ARQUEOLOGÍA

Firma de Arthur F. Wrotnowski en documento de 1906 Foto: Archivo Centro INAH Sonora

Nietas del Ing. Wrotnowski en su visita al Museo de Sonora en 1997 Foto: Colección privada Dora Tabanico

Arthur Francis Wrotnowski no pudo terminar su obra por un ataque de apoplejía que finalmente lo llevó a la muerte en 1911 en Nogales. La Penitenciaría General del Estado fue iniciada en 1902 como obra pública del mandato de Rafael Izábal, a quien Francisco R. Almada en su Diccionario (1952) describe como "farolesco" y de malos modales. Se pretendía hacer de ella un lugar en el que los presos recibieran suficientes dosis de castigo para ser “metidos en cintura” y aprendiesen a representar el papel de la sumisión y la obediencia. En las instituciones totales no es necesario, tal y como lo señala el historiador James C. Scott, que todos los miembros de un grupo reciban castigos físicos; algunos ejemplos bastan para generar terror en los demás. El ingeniero proyectista fue Arthur Francis Wrotnowski (1839, Clermont, Francia), hijo de padres polacos y nacionalizado norteamericano. Wrotnowski se enlistó en el ejército de Estados Unidos y alcanzó el grado de teniente coronel estando al mando de los cuerpos de ingeniería emplazados en Texas durante la guerra civil. El ingeniero Wrotnowski había adquirido práctica en obra portuariamilitar en Nueva Orleans, Veracruz, Tampico y Guaymas, construyendo escolleras, muelles y edificios públicos. En Guaymas, Arthur F. Wrotnowski se encargó de erigir el Palacio Municipal, proyecto que dejó parcialmente concluido pues pronto hubo de pasar a la capital de Sonora para arrancar con la obra penitenciaria que se situaría en la ladera oriente del cerro de la Campana.

Los yaquis vecinos de los barrios La Matanza y Las Pilas cortaron la piedra marmoleada del cerro para levantar los muros de lo que sería su ergástula durante el proceso de deportación al sureste de México. En 1908, año en el cual la política de destierro yaqui se intensificó, la Penitenciaría fue inaugurada por el gobernador interino Alberto Cubillas, sustituto de Luis E. Torres, el cual también fungía como jefe de la zona militar. Wrotnowski no pudo terminar su obra por un ataque de apoplejía que finalmente lo llevó a la muerte en 1911 en Nogales. Desde los inicios de su creación en el orto del siglo XX hasta finales de los setentas, cuando fue suprimida como cárcel, la Penitenciaría del Estado, a través de sus presos, fue testigo de los más importantes procesos históricos de Sonora: la huelga de Cananea, la deportación de los yaquis, la persecución religiosa, el antichinismo, la Liga 23 de Septiembre, los movimientos estudiantiles… Hoy la vieja cárcel está convertida en el Museo de Sonora. Su monumental y emblemático edificio motiva la visita de gente común que desea conocer más sobre su historia, identidad y cultura. Siempre quedan ganas de volver, tal vez porque intuyen que las celdas que ahora son salas del museo, guardan en celosa secrecía un pasado de disidencia y subversión.

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COLABORACIÓN ESPECIAL • CUSTODIA

Inauguración del Museo de Sonora

1985, una tarde inolvidable

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esde los últimos días del mes de mayo de 1985, se venía anunciando la inauguracion del Museo de Sonora, pero todavía no finalizaban los trabajos de restauración de paredes y pisos de la que antes fuera la Antigua Penitenciaría.

Los primeros días de junio, llegó un camión de la ciudad de México, con el material que se usaría, como plataformas y mamparas, también llegaron muchos trabajadores para encargarse de todo, a veces la faena duraba hasta entrada la noche. En lo que hoy alberga el taller de restauración estaban los dibujantes y los de serigrafía realizando los mapas; también se contrataron los servicios de una grúa para poder pasar por el techo, piezas que hoy se encuentran en la colección permanente como el carro Ford, la carroza y las carretas, quedó listo todo, a finales del mes de julio. Pasó el tiempo y seguíamos esperando la llegada del Presidente. En la segunda quincena de agosto llegó el estado mayor presidencial a revisar el edificio; con él venían como 20 soldados que se quedaron resguardando el inmueble de día y de noche. Todavía recuerdo la prepotencia del equipo de seguridad que se pasaron el día revisando todos los espacios y accesos del edificio.

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Invitación oficial a la inauguración del Museo en 1985

El jefe del estado mayor, desde el balcón, vio que en el estacionamiento de abajo había una casita de adobe y le dijo a su asistente que inmediatamente la tumbaran y en menos de una hora ya había desaparecido. Por la noche ellos se regresaron a la ciudad de México, dejando a los soldados custodiando el edificio, los siguientes días hubo mucho movimiento donde se afinaron los detalles finales. Al fin llegó el 12 de septiembre de 1985, vinieron más soldados, y los que estaban resguardando el edificio se quitaron el uniforme y se pusieron ropa de civil; había también mujeres soldado, para que nos revisaran cuando llegara el Presidente. Se sellaron todas las puertas, solo dejaron abierta la administración y la oficina de Lolita Encinas (colección de piezas), porque allí se cambiaron de ropa algunas compañeras. Ese día estrenamos uniformes.

Periódico El imparcial, 12 de septiembre 1985


COLABORACIÓN ESPECIAL • CUSTODIA

DORITA TABANICO FERNÁNDEZ

Recuerdo muy bien que se olvidó instalar la mesa donde iba a firmar el Presidente, que iba a estar en la entrada, pero como había una exposición en las salas temporales se decidió ponerla en el pasillo. Todos andábamos apurados buscando con qué cubrir la mesa. Lolita siempre nos sacaba de apuros, ella me prestó una tela verde que tenía guardada, yo pedí un ramo de flores de la florería Leonors y con eso arreglamos la mesa. Al fin anunciaron que ya venía el Presidente, así que ya no entró ni salió nadie; nos dieron órdenes de que nos concentraramos en el patio central, mientras los soldados resguardaban todo el edificio, los techos y el Cerro de la Campana. Después de firmar el libro de visitantes distinguidos, pasaron todos al patio. En el presidium estuvieron el Presidente de la República Miguel de la Madrid Hurtado, el gobernador saliente Samuel Ocaña García que fue quien puso mucho empeño en que esta obra se realizara, el gobernador entrante Rodolfo Felix Valdéz, Enrique Florescano, entonces Director General del INAH, Alfonso Mendoza Director del Centro INAH Sonora. El Presidente estuvo como media hora, dio un pequeño mensaje de inauguración y posteriormente recorrió el interior del Museo, donde el ingeniero Mendoza, le iba dando pequeñas explicaciones. Recuerdo bien que de las 18 salas sólo hicieron una parte del recorrido. El Presidente entró por la sala 12 y salió por la 18, por supuesto iban acompañados de una nube de reporteros. Del Museo se fueron las personalidades al Auditorio Cívico del Estado, porque iba a tomar protesta el gobernador Félix Valdéz; en tanto el cerro seguía lleno de soldados. Nosotros nos quedamos celebrando la inauguración, hubo muchos bocadillos, buenos vinos y Juanito Daus amenizó con su grupo musical el convivio. Entre los asistentes se encontraban Cynthia Radding, Alfonso Mendoza, Fernando Figueroa, arquitecto Miguel Enriquez, Hildeliza cordinadora de trabajos, arquitecto García Robles, arquitecto González, Julio Montané, Juan José Gracida,

Primer folleto del Museo, 1985.

Lolita Encinas, Berthaly Salazar, Patty Ortega, Laura Elena Alvarado, Leticia Martinez, José Luis Gutiérrez, Rodolfo del Castillo, Lupita Piña, Lilian Grijalva, Rafael Pesqueira, Martin Terán, Lucila Miranda, Isaac Romero, Maricruz Moreno, Lupita Millanes, José Ángel Salazar , Reyes Souza, Martin del Castillo y Eduwiges Ibarra “El Vicky”, todos ellos trabajores del Centro Regional del Noroeste y del nuevo Museo. El dia 13 de septiembre, el Museo de Sonora abrió sus puertas al público; vino mucha gente y era imposible cuidar las cuatro salas temporales y las 18 del museo con solo tres custodios, tanto que al tercer día tuvimos que sacar a una joven hasta el pórtico porque estaba levantando la tapadera de un baúl, y al llamarle la atención se puso a darle de patadas. También recuerdo que la gente se acabó a jalones un vestido antiguo de seda francesa que estaba en la sala 11. Y así trascurrieron los años, en los que trabajé hasta el 2009 siendo custodia del Museo, siempre con ganas de enseñar a la gente nuestro rico patrimonio sonorense, compartiendo experiencias con tantas personas que han pasado por esta institución y recordando con nostalgia ese 12 de septiembre de 1985, una tarde inolvidable, donde todo inició.

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INVESTIGACIÓN • ARQUEOLOGÍA

Una ventana para la historia de Sonora

Museo de Sonora JULIO CÉSAR MONTANÉ MARTÍ

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esde antes de que se instalara una delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sonora, éste demostró interés en un Museo para Sonora cooperando con la formación del Museo de la Universidad de Sonora, al que se le prestaron múltiples objetos, reproducciones y grandes fotografías. Además el INAH financió una trabajadora para el Museo, la sonorense Lolita Encinas. Cuando en 1973 el INAH inauguró su sede en Sonora, una de sus preocupaciones fundamentales fue la labor de difusión, razón por la cual con ayuda de la comunidad de Tubutama, el Gobierno de Sonora y las autoridades religiosas se formó el Museo de Arte Religioso de Tubutama. En su sede en la calle Paliza a un costado del Palacio de Gobierno el INAH formó, con el apoyo del Instituto Nacional Indigenista, un Museo de las distintas culturas aborígenes sonorenses, y se mantuvo una tienda de artesanías mexicanas con mucho éxito. Años después, cuando el gobernador Dr. Samuel Ocaña García entregó la recién abandonada Penitenciaría del

Estado al INAH, con apoyo de ambas instituciones se formó el Museo de Sonora que celebra su cuarto de siglo de existencia. El Museo de Sonora cumple una gran tarea pedagógica, los profesores traen a sus alumnos para que complementen los conocimientos que adquieren en las escuelas. En sus visitas aprenden sobre la diversidad de la vida silvestre de Sonora, la de sus pueblos originarios y de sus descendientes los yaquis, mayos, pimas, ópatas y seris. Se enteran de la llegada de los españoles a América y quiénes fueron los primeros españoles en pisar tierra sonorense. Se destacan las instituciones del dominio español, los presidios y misiones. Los visitantes conocen las etapas del desarrollo histórico de Sonora y los principales hitos de su historia que este año estamos celebrando, como son los procesos de la Independencia y la Revolución Mexicana que nos han dado la patria de la cual gozamos. Te esperamos y nuestro personal especializado te atenderá individualmente o en grupo .

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Patio central Museo de Sonora 2010 Foto: Rocío Preciado

Acceso a oficinas Foto: Mauricio Marat


DIFUSIÓN

Aspectos interiores del Museo Fotos: Mauricio Marat

El Museo es un buen ejemplo de los resultados que se obtienen entre la colaboración del Gobierno del Estado con las instituciones académicas, en este caso el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Lo visitan además los sonorenses acompañados de sus familias viajando de los diversos pueblos de la entidad. Es muy significativo que los mexicanos que viven en USA tienen gran interés en traer a sus hijos para que conozcan la historia y la tierra de sus ancestros. Esta ventana abierta al pasado de Sonora es de todos y debemos ayudar a que la gente la conozca y colaboren con su mantenimiento y difusión. Si tienes un objeto vinculado a la historia de Sonora tráelo y lo exhibiremos para que todos se informen. Si quieres lo donas o nos lo dejas en préstamo.

Talleres de verano 2010 Foto: Javier Acuña

INFORMACIÓN GENERAL MUSEO DE SONORA Domicilio: Jesús García final s/n, Col. La Matanza; Hermosillo, Sonora; c.p. 83080 Horario de servicio: Martes a Domingo, de 9:00 a 18:00 horas Cuota de admisión: $ 37.00 pesos Exentos de pago: estudiantes y maestros con credencial vigente, menores de 12 años, pensionados, jubilados y mayores de 60 años. Acceso gratuito: domingos (visitantes nacionales) Visita guiada (sólo español): previa cita al Departamento de Comunicación Educativa, teléfonos (662) 2.17. 27 14 ext. 14

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MUSEO DE SONORA

Veinticinco años haciendo historia

Museo de Sonora 1985 -2010

GUADALUPE SÁNCHEZ MIRANDA

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Director General Alfonso de Maria y Campos Castello Secretario Técnico Miguel Ángel Echegaray Secretario Administrativo Eugenio Reza Sosa Coordinación Nacional de Centros INAH Humberto Carrillo Ruvalcaba Coordinador Nacional de Difusión Benito Taibo Mahojo CENTRO INAH SONORA Encargado de Despacho Hugo Reynoso Urtiz Directora del Museo de Sonora Guadalupe Sánchez Miranda

Aspectos interiores del Museo Fotos: Mauricio Marat

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ste 12 de septiembre el Museo de Sonora cumple 25 años funcionado como un recinto cultural de enseñanza y difusión. El Museo ha servido como un escaparate de la historia de Sonora donde se plasman las propuestas interpretativas de las investigaciones arqueológicas, antropológicas e históricas realizadas por los académicos del INAH. Cuenta el investigador Julio Montané que el guion y los contenidos de la salas se basaron en el concepto de que la historia solo es una. Con visión histórica cultural, las salas permanentes del Museo de Sonora relatan la historia regional empezando con el origen del universo, la formación de los continentes, la geología y las comunidades bióticas de Sonora siguiendo con las etapas y acontecimientos históricos más importantes de los grupos humanos que habitaron Sonora hasta l980. La visita al museo se torna espectacular porque las salas están en las celdas de la

Antigua Penitenciaría y se ha montado una sala de sitio donde se reseña su historia. Se trata de una obra inconclusa de principios del siglo XX, arquitectónicamente ecléctica, de granito y ladrillo. Esta mole de creación humana se reclina en el costado oriente del Cerro de la Campana y conforma un paisaje singular, soberbio e impenetrable que se mimetiza con el cerro. El carácter penitenciario del inmueble atrae la atención de los visitantes quienes pueden recorrer los calabozos, los diferentes espacios confinados y las celdas transformadas en salas de exhibición del museo. Las salas temporales han sido el espacio dinámico del Museo de Sonora. Hasta la fecha se han presentado 140 exposiciones temporales de temas históricos y antropológicos de carácter regional, nacional e internacional.

Sección de Investigación Alejandro Sergio Aguilar Zeleny Blanca Eréndira Contreras Barragán Esperanza Donjuan Espinoza Juan José Gracida Romo Júpiter Martínez Ramírez José Luis Moctezuma Zamarrón Julio César Montané Marti Raquel Padilla Ramos César Armando Quijada López María Elisa Villalpando Canchola Monumentos Históricos Martha M. Robles Baldenegro Omar Jara Domínguez Biblioteca Ernesto López Yescas María Guadalupe Piña Ortiz Margarita Miranda Gracia Edmundo Salcido Tabanico Restauración Rodolfo del Castillo López Jorge Andrés Morales Álvarez Servicios Educativos Laura Elena Alvarado León Jesús Carrillo Dórame Martín Matrecitos Flores

Es una publicación cuatrimestral del CENTRO INAH SONORA. Edición: Martha Olivia Solís / Investigación. Título: Alejandro Sergio Aguilar Zeleny. Rediseño editorial y de logotipo: Rocío Preciado Quintana. Formación: Martha Olivia Solís. Fotografías: Archivos del Centro. Toda correspondencia o solicitud de canje deberá enviarse a Jesús García final s/n, colonia La Matanza, Hermosillo, Sonora, México. Correo electrónico: inahdifusion@yahoo.com.mx


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