Conferencia pedagogia dolor 6

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PROYECTO DE IMPLICACIÓN “PEDAGOGÍA DEL DOLOR”. EL CONOCIMIENTO NOS HARÁ LIBRES”

Marta Romera Castillo Prácticas de implicación al Col.legi de Fisioterapetes de Catalunya


Índice Justificación de la elección……………………………………………………………………………………….3‐4 Pedagogía y dolor…………………………………………………………………………………………………….4‐6 Los modelos de “las capas de la cebolla”…………………………………………………………………6‐8 Perspectiva biopsicosocial del dolor………………………………………………………………………8‐10 Mi experiencia con la pedagogía del dolor, por Marta Romera……………………………10‐11 Algunos autores de referencia •

Arturo Goicochea……………………………………………………………………………………….11‐12

Rafael Torres……………………………………………………………………………………………..12‐13

Comunicación, cultura y Pedagogía……………………………………………………………………..13‐14 Consejos prácticos extraídos de: “Explicando el dolor”……………………………………….14‐16 Resumen y conclusiones………………………………………………………………………………………16‐17 Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………….17

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“Pedagogía del dolor”. El conocimiento nos hará libres” Justificación de la elección La realización de mis prácticas de pedagogía tiene lugar en el departamento de formación del “Col.legi de Fisioterapeutes de Catalunya”. Se trata de una institución que pretende dar asesoramiento, orientación y formación a los fisioterapeutas colegiados. Cuando comencé a pensar en el proyecto de implicación que debía realizar, mi intención era plasmar un proyecto innovador y que a la vez me permitiera desarrollar mis capacidades como pedagoga. En este sentido, me interesaba mucho conocer la opinión que los colegiados tenían sobre las formaciones que realizaban, para poder así detectar posibles necesidades y en consecuencia buscar la manera de convertir necesidades en oportunidades de formación. Teniendo esto en cuenta, fueron dos acontecimientos los que me llevaron a encontrar el motivo de mi proyecto de implicación, la “pedagogía del dolor”. ‐

Interés personal: El colegio dispone de una aplicación en su página web en la cual el usuario puede conocer que profesionales de fisioterapia se encuentran cerca de su zona geográfica. Yo misma, aquejada de un dolor de espalda, utilice esta aplicación y gracias a ella comencé a asistir a un centro de fisioterapia. A través de una espontánea conversación con la fisioterapeuta que me trataba, conocí el concepto de “pedagogía del dolor”, el cual me apasionó desde el primer momento. Se trataba de una técnica relativamente reciente, aún poco extendida, pero que parecía funcionar en muchas ocasiones. Ésta técnica, a grandes rasgos pretende plasmar la importancia de la metodología que un terapeuta ha de utilizar a la hora de tratar a sus pacientes, a la vez que pretende establecer un tipo de educación para tratar de manera positiva y sana las experiencias de dolor. La técnica me apasiono y comencé a infórmame ampliamente sobre tema. 3


Necesidades de los colegiados: Una de las tareas a realizar en el colegio, ha pasado por conocer las opiniones de los colegiados a través de los cuestionarios que se exponen después de las formaciones. En dichos cuestionarios aparece un apartado en el cual los alumnos pueden proponer temas para futuras formaciones de manera que, atendiendo a sus intereses, pude observar que muchos colegiados pedían que se realizarán formaciones, en las cuales se tratará la parte más psicológica y emocional de los pacientes, y de manera más explícita la pedagogía del dolor.

Estos dos acontecimientos me hicieron pensar en la idea de realizar una conferencia sobre la “pedagogía del dolor”. Una vez tuve claro que quería tratar esta temática, acudí de nuevo a mi fisioterapeuta personal, la cual utilizaba la técnica, como he comentado anteriormente, para que pudiera guiarme. Ella me hizo contactar con un fisioterapeuta, que también utilizaba la técnica y que además ya había realizado charlas y conferencias en referencia a la importancia de la pedagogía en la salud, en un sentido amplio. Debido a todos estos componentes, encontramos una oportunidad real de preparar la conferencia y seguidamente presentarla a la junta del colegio para llevarla a la práctica. A continuación, se presenta el trabajo realizado por un fisioterapeuta, Laureà Palmer Coma y una futura pedagoga, yo, Marta Romera Castillo. Los dos juntos, hemos realizado, de manera colaborativa, los puntos que se tratarían en dicha conferencia sobre la “pedagogía del dolor”, y éstos son los siguientes:

Pedagogía y Dolor Antes de comenzar a definir lo que supone la “pedagogía del dolor”, me gustaría hablar de estos dos conceptos por separado y una vez hecho esto, pienso se podrá comprender mejor lo que suponen unidos.

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o Pedagogía: “Se trata de la disciplina que organiza el proceso educativo de toda persona, en los aspectos psicológico, físico e intelectual tomando en cuenta los aspectos culturales de la sociedad en general”. http://www.psicopedagogia.com/definicion/pedagogia(consultado 15 de mayo) Según la Asociación Mundial para el Estudio del Dolor (IASP) su definición es relativamente compleja, y dice así: o Dolor: “Es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño” Reflexionando sobre los dos conceptos por separado encuentro que las dos comparten una vinculación importante y, es que tanto en la definición de pedagogía como en la de dolor, se encuentran componentes psicológicos y emocionales. Aplicado a la fisioterapia, el dolor respondería al motivo por el cual el paciente acude a la consulta, pero teniendo en cuenta el proceso y el contexto, la pedagogía atendería a la metodología utilizada por el profesional para informar y transmitir al paciente las causas y características de su experiencia de dolor, junto con orientaciones para la consecución de su mejora. La pedagogía cobra importancia en el tratamiento del dolor en el sentido de que se hace necesaria una reeducación en cuanto a la percepción del dolor, tan asociado a la negatividad. Culturalmente el dolor es visto desde una perspectiva de sufrimiento, pero éste también alberga características positivas, ya que el dolor es un indicador de peligro, por lo que actúa en nuestro organismo con la finalidad de avisarnos de que nuestra seguridad y supervivencia pueden encontrarse en peligro. Pero es importante no dejar de lado la subjetividad del dolor, ya que se trata de una sensación muy particular que cada persona vivirá de una manera determinada, convirtiéndose en difícil de compartir y de explicar a los demás.

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Para poder comprender un poco mejor lo que supone lo subjetivo del dolor, que todos en un momento determinado podemos experimentar, nos basaremos en la idea de “las capas de la cebolla”, explicado en el libro “explicando el dolor”. Me gustaría hacer una pequeña reflexión en cuanto a este libro, ya que supone un sin fin de explicaciones y herramientas de gran utilidad tanto como para terapeutas, como para pacientes. Su escritura es muy simple y fácil de entender para todos los públicos, y su lectura está basada en el respeto y el entendimiento hacia las personas que padecen dolor y no saben cómo salir de él. Sin más preámbulos me gustaría explicar la comparación que los autores hacen del dolor, con las capas de una cebolla.

Los modelos de “las capas de la cebolla” Los modelos de las capas de la cebolla, adaptados de varias fuentes, ayudan a identificar todos los factores que contribuyen a la experiencia del dolor en un momento determinado. Las experiencias del dolor comúnmente implican estímulos de todas las capas de la cebolla. Utilicemos este modelo con un ejemplo de una persona, pensemos en una mujer que ha sufrido una lesión por latigazo cervical y que, un año más tarde, todavía tiene dolor de cuello y cefalea (un hecho bastante común tras el latigazo). Dentro de la cebolla. -

Nocicepción: Su sistema de alarma está disparando desde los tejidos sensibles, desacondicionados y tal vez cicatrizados de su cuello. Como sabemos, el hecho de que se dispare el sistema de alarma no tiene por qué doler, pero puede ser una parte de la experiencia del dolor. Recuerda: la nocicepción no es ni suficiente, ni necesaria para producir dolor.

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Actitudes y creencias: Ella siente que debe seguir adelante con la misma actividad, esperando que el dolor se irá solo, pero a la vez percibe que esto no le está ayudando. Constantemente recuerda el accidente y está empezando a pensar que toda la culpa fue suya y que seguramente condujo realmente mal. Creencias comunes pueden relacionarse con la causa del dolor. Ej. “tengo roto en el cuello” o “mi dolor es un castigo por conducir de modo incorrecto”. Las creencias también pueden fomentar el miedo, la ira, al culpa (incluyendo “¿por qué yo?”) Todas ellas son comunes en los pacientes que han sufrido un latigazo.

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Sufrimiento: En este momento, ella sufre en silencio, pero siente que necesita gritar y decírselo a todo el mundo. También piensa que el dolor y el tratamiento nunca van a tener fin.

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Conductas de huida del dolor: Por variadas razones puede ir “de compras” al médico o al terapeuta, buscando una solución. Puede que rece, consulte abogados, recurra a drogas “recreativas”, duerma, viaje largas distancias en busca de famosos gurús, o gaste desmesuradas cantidades de dinero buscando la curación.

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Entorno social: Tal vez su familia está harta de sus quejas y cada vez le ayuda menos. Puede que se una a un grupo de autoayuda, de pacientes con latigazo, y persiga activamente una compensación económica. Ella siente que algunos de sus amigos ya no quieren pasar más tiempo con ella. (explicando el dolor, 2010, p.96 y 97)

Esta comparación de una experiencia de dolor con las capas de una cebolla, hacen comprender al lector que su dolor tiene un componente altamente emocional, entre otras muchas características del contexto específico de cada persona. Pero de manera clara el pensamiento negativo puede remodelar continuamente la experiencia de dolor, consiguiendo empeorarlo.

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La manera de comportarse ante una experiencia dolorosa atiende a diferentes factores, tales como: 9 El estado de conciencia 9 La personalidad 9 Edad 9 Tipo de educación y cultura 9 Experiencias previas 9 Ansiedad, tensión y temor 9 Sugestión 9 Estados mentales y religiosos Todos estos factores son combinados y vividos por cada una de las personas de manera diferente, y en gran medida el comportamiento que cada persona muestre será el reflejo de su manera de vivir ante la experiencia de dolor.

Perspectiva biopsicosocial del dolor Desde una perspectiva biopsicosocial del dolor, se comprende que el dolor es una experiencia subjetiva, como hemos comentado con anterioridad, que tan sólo es accesible para la persona que lo está viviendo. Comprendiendo la complejidad del ser humano y el hecho de que cada persona es especial y única, a la hora de tratar con una persona que padece dolor persistente, se habrán de tener en cuenta las particulares características de cada paciente, de manera que influyen considerablemente los aspectos más psicológicos y emocionales, independientemente de la causa que dé el origen o mantenga el dolor.

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Teniendo esto en cuenta, en la experiencia de dolor se vinculan tres factores que se relacionan entre sí, en la vivencia subjetiva que el dolor comporta. Estos factores son los siguientes: -

Factores biológicos: La biología humana engloba todos los acontecimientos relacionados con la salud física y mental que se manifiestan en los seres humanos como consecuencia de su constitución orgánica. Los factores biológicos pueden provocar y mantener distintas dolencias que aquejen a la persona.

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Factores psicológicos: Cada persona dispone de sus propios mapas mentales que le llevan a actuar de una determinada manera y teniendo en cuenta las particularidades psicológicas que cada persona puede tener, el factor psicológico de un paciente aquejado de dolor, representa una parte importante de la vivencia del mismo, en cuanto a que puede influir en la percepción de la experiencia subjetiva interna.

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Factores sociales: Todas las personas somos seres sociales, la interacción social es necesaria para convivir, para compartir y para crecer. La sociedad pues, nos influye de manera considerable y no es diferente en la experiencia del dolor. Debido a su importancia, los factores sociales pueden modular la percepción de la estimulación nociceptiva y de esta manera modelar las respuestas del organismo.

Comprendiendo los tres factores que influyen en la experiencia de dolor, se puede decir que los tres se complementan, ya que el factor social puede afectar al biológico, modelando las respuestas que ofrece el organismo, a la vez que los factores psicológicos también pueden afectar a los biológicos. Por todo lo acontecido, se hace necesario un tratamiento que se encuentre en vías de resolver la patología orgánica de base y, además, ayudar al paciente a recuperar el control sobre su vida, así como a modificar los factores cognitivos, afectivos, conductuales y sociales que actúan sobre la experiencia del dolor.

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El modelo biopsicosocial resulta un modelo adecuado para el desarrollo de un paradigma orientado a la prevención y el bienestar, y para ello es necesario que el paciente comprenda los procesos por los que su persona pasa cuando sufre dolor. Pensamos que esto solventaría muchas problemáticas que las dolencias persistentes suponen. Existe un tercer elemento que entra en acción y el cual, en gran parte, es motivo de la conferencia, se trata de las emociones. Indudablemente somos seres emocionales, las emociones pueden llevar a cambiarnos el estado de ánimo, el estado físico e incluso el estado mental. Cuando una persona acude a una consulta de un profesional de la salud para que le ayude a mejorar su estado físico, tanto el paciente como el profesional están transmitiendo una serie de comunicaciones no verbales, en las cuales actúan sentimientos, emociones y pensamientos influidos por la cultura y la sociedad.

Mi experiencia con la pedagogía del dolor, por Marta Romera: Yo llevo bastantes años con dolor de espalda persistente, he acudido a muchos especialistas, los cuales me han “asustado” más que ayudado. Las salas de consulta se presentan como lugares fríos que te hacen creer que lo que te pasa es realmente grave, los profesionales de la salud, en muchas ocasiones presentan una actitud pasota, en la que se percibe claramente que eres uno más y que realmente tu mejora no les importa, aunque he de decir que hay de todo, y que estos últimos que he mencionado, probablemente se comporten de ese modo porque nadie les ha enseñado la importancia de tener en cuenta que el trato con ellos es de suma importancia para su recuperación, sin contar con la falta de tiempo y de recursos de los que no disponen, lo cual les lleva a lo que se conoce como estar “quemados”, con lo cual el trabajo comienza a cansar y a importar poco. También es cierto que los fisioterapeutas no han de ser psicólogos de los pacientes que acuden a sus consultas aquejados por dolor, pero verdaderamente pienso que un esto macaría la diferencia. Siguiendo con mi experiencia personal, cuando he salido de consultas donde el médico tan solo se ha dedicado a escribir en el ordenador lo que le decía sin tan solo mirarme,

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y después me ha explicado, con palabras muy técnicas lo que me pasa y lo que me podría pasar, esto tan solo me ha servido para salir creyendo que estoy peor y seguidamente la parte psicológica comienza a examinar toda la información que se ha adquirido de la visita, añadiendo connotaciones negativas que tan solo dan lugar a más sufrimiento innecesario. Pero no siempre es así. Al acudir a otra consulta más especializada, la cual tiene muy en cuenta la pedagogía del dolor, he podido cambiar mi visión sobre mi dolencia. Es decir, la explicación de lo que me pasaba, las causas que podían acompañarlo, junto con un feedback que aporta soluciones, quitándole importancia y haciendo entender que el dolor existe, pero que alberga una gran parte subjetiva. Todo esto me hizo mejorar muchísimo. Pienso que el simple hecho de hablar con el paciente explicándole lo que le pasa, compartiendo una sintonía emocional, en la cual el paciente pueda sentirse apoyado para coger las riendas de su dolor, marcaría la diferencia y curaría a muchas personas, aunque hay que tener en cuenta que no todas las personas quieren renunciar a su dolor, esto es una decisión personal, ya que el dolor pertenece a la persona que lo padece y a nadie más, el papel de los profesionales de la salud es el de acompañar al paciente en su experiencia.

Algunos autores de referencia •

Arturo Goicochea

Arturo Goicoechea Uriarte, es Neurólogo y Jefe de Sección, en estos momentos jubilado, de Neurología del Hospital de Santiago de Vitoria. Su estudio se basa en la preferencia al estudio del dolor desde el ámbito de las Neurociencias. Ha explorado, desde ese ámbito, nuevos marcos teóricos para explicar y tratar de resolver el problema del dolor, poniendo el acento en la importancia de la cultura y el aprendizaje.

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De manera general, lo que pretende tratar en referencia a la experiencia de dolor, desde la perspectiva de la neurociencia, son los puntos siguientes: 1) explicar el concepto de muerte celular violenta (necrosis) y programada. 2) explicar el proceso de la inflamación y la reparación de los tejidos 3) explicar el proceso de sensibilización periférica y su modulación central 4) explicar la dinámica del sistema de recompensa‐aversión 5) explicar el efecto placebo‐nocebo 6) advertir de los riesgos a corto, medio y largo plazo 7) dejar que cada cual tome sus decisiones dado que hay que ponerse en el pellejo de quien sufre. •

Rafael Torres

El fisioterapeuta y profesor de la Universidad de Valencia Rafael Torres Cueco ha presentado a los alumnos del curso de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), un programa llamado 'Manejo del síndrome de dolor miofascial y de otros síndromes de sensibilización central' una terapia contra el dolor crónico basada en la desmedicalización del paciente y el entrenamiento psicológico. Según el profesor, "hay que diferenciar el dolor agudo, producido por algún daño en los tejidos, del dolor crónico, que se da cuando lo que está dañado es el sistema nervioso central". En declaraciones a Europa Press, el fisioterapeuta ha dejado claro que, "aunque el dolor es único y siempre el mismo, puede desencadenarse por distintas razones". El profesor ha explicado que se trata de una terapia "embriogénica" que por ahora se está llevando a cabo sólo en centros de investigación. Según el experto, el paradigma del tratamiento comienza con la desmedicalización. "Para curarse, el paciente debe

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aprender qué es el dolor crónico y cambiar su convención sobre él. Con esa nueva interpretación, podrá superar su dolor". Rafael Torres ha dejado claro que "el dolor crónico no está en los tejidos, sino en el cerebro, que te envía mal la información. Ese procesamiento alterado es lo que hay que cambiar. La idea es cambiar la creencia del paciente sobre lo que tiene y convertirlo en maestro de su dolor". Este tipo de terapia, que según el profesor por ahora sólo se lleva a cabo en centros de investigación, "puede dar resultados en tan sólo tres días, dependiendo en gran medida del tipo de paciente y de su nivel cultural". En cualquier caso, el experto asegura que "el dolor puede desaparecer del todo", y que cualquiera puede entender el proceso. "Otra cosa es que el paciente quiera". http://www.fisioterapiamadridcentro.es/dolor‐cronico‐vs‐dolor‐agudo (consultado el 15 de Mayo)

Comunicación, cultura y Pedagogía Hacia la búsqueda de una base de educación/pedagogía que pueda ayudar a los pacientes a tratar más la parte psicológica y emocional de sus enfermedades y dolencias, antes hay que tener algunas cosas claras: -

Cada persona es un mundo, por lo que se torna subjetiva, hay miles de puntos de vista y maneras de ver las cosas, es por esto, que a pesar de escuchar las opiniones de los demás, y más todavía las sabias palabras de los especialistas en salud, cada persona, de manera individual, ha de tener muy claro cuál es su parecer y no dejarse influenciar de manera exacerbada por lo que otros puedan comentar.

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Hay que ser precavido y asumir el control. Sobretodo es importante tener una actitud cauta ya que, se suelen escuchar diversos dictámenes sobre las dolencias, atendiendo a la diversidad de profesionales de salud, los cuales interpretaran de maneras diferentes los que está sucediendo en el organismo de los pacientes. Esto avasallamiento de información, negativa, en gran

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medida, puede agravar y añadir confusión a tu problema que el paciente tiene. Por ello es importante recordar que cada persona es dueña de su dolor, más que ninguna otra persona.

Consejos prácticos extraídos de: “Explicando el dolor” A continuación se especifican algunos consejos prácticos extraídos del nombrado libro “Explicando el dolor” -

“Asegúrate de que cualquier lesión o patología que requiera atención médica urgente sea tratada adecuadamente. Todo dolor persistente requiere un examen médico”.

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“Asegúrate de que cualquier tratamiento prescrito tenga sentido para ti y para tu comprensión del problema. Pregúntale al terapeuta si existen estudios científicos que apoyen el tratamiento propuesto”.

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“Consigue que a TODAS tus preguntas se les dé una respuesta satisfactoria”.

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“Evita la dependencia total de cualquier terapeuta. Tú debes asumir el control”.

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“Ten siempre objetivos que sean comprendidos tanto por ti como por tu clínico. Estos pueden ser físicos, sociales, o laborales y deben permitir alguna forma de cuantificar tus progresos”. (explicando el dolor, 2010, p.94).

Realmente todos estos consejos llevan a un mismo punto, el terapeuta puede ayudarte, pero ha de ser cada persona la que consiga su propio control del dolor. Llevar a la práctica todo esto supondría un cambio importante que implicaría a diversos ámbitos, tales como los profesionales de la salud, el importante papel que el paciente tiene en su recuperación y de manera general un cambio radical en la sociedad y cultura. No se trata, por tanto, de medicar a los pacientes o no cuando se encuentran en una experiencia dolorosa, sino que se trata de que el paciente sepa lo que hace y sepa lo que sucede en sus tejidos cuando le duelen. Muchas veces no sucede nada alarmante pero la red defensiva actúa como si sucediera o estuviera a punto de suceder algo. Puede que esa misma red esté instruida en el consumo de fármacos, ya los exija para su mejora. Es posible, que si no son

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administrados los medicamentos, el dolor aumente, esta posibilidad se contempla, pero realmente no deja de ser un mensaje que cada persona esta mandando a su cuerpo “necesito tomar medicamentos para mejorar”. Cuando sucede esto, el convencimiento de que si se toma dicho fármaco se mejorará, es tal que el organismo hace lo que la persona está pensando. Es por ello, que desde la perspectiva de atribuir valor a lo que el organismo valora, existe la creencia de que la pedagogía puede ayudar. Por ejemplo: Un flotador ayuda a flotar a alguien que no flota pero aumenta la dependencia y la convicción de no flotabilidad. La pedagogía intenta convencer (una vez descartadas causas añadidas de no flotabilidad como un traje de plomo) de que ese cuerpo puede flotar si se pierde el miedo a no hacerlo. En aras de poder llevar a cabo la pedagogía del dolor, es de suma importancia explicar al paciente la lectura biológica exacta de lo que le está sucediendo, una vez hecho esto, gran parte de la solución queda en manos de los pacientes. En muchas ocasiones, el simple hecho de conocer que está sucediendo, torna libres a las personas, en cambio a otras muchas no, esto es normal. En estos últimos casos es importante comprender que el paciente ha de continuar ensayando la técnica de manera razonada, ya que el proceso pedagógico puede ser largo, incluyendo fracasos, altibajos y recaídas. Todo esto entra dentro de la normalidad, ya que una cosa es la teoría y otra la práctica, además las grandes cosas llevan su tiempo, por lo que en estos casos lo único que se puede hacer es tener paciencia. Es por ello, que antes de decidir que tan grave, angustioso e irreversible es el dolor, es necesario conocer muy bien los procesos biológicos. Para conseguir resultados positivos, es muy importante mantener una actitud positiva, pero que lo sea realmente, y esto pasa por pensar de manera positiva, que en multitud de ocasiones es imposible, pero bien es sabido que si se consigue tenerla, probablemente se atraigan consecuencias positivas. Esto puede demostrarse en el sentido de que seguro que todas las personas aquejadas de dolores persistentes, hayan olvidado su fuerte dolor, por un rato, cuando se han visto envueltos en una

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situación de alegría, de festejo o de ocio. Cuando cosas de este tipo suceden, se pone de manifiesto la importancia de la actitud y de las emociones ante el dolor. Concentrarse en el dolor, tan solo aportará más importancia al mismo. Esta afirmación, no es una crítica a las personas que no consiguen liberar de sus pensamientos el dolor, ni mucho menos, ya que en muchas ocasiones, hasta llegar a la conclusión de que el dolor está afectando más de lo que debería, se debe pasar por un proceso de dolor, que convierta a las personas que lo padecen en más fuertes y capaces de actuar de la mejor manera posible ante el dolor. Si realmente se consiguiera llevar a cabo una pedagogía del dolor enfocada a la mejora de los pacientes, no solo se conseguirían beneficios para aquellos aquejados de dolores persistentes, sino que los beneficios serían más generales de lo que a simple vista pueden parecer. Es decir, aportaría un importante beneficio para la tarea que realizan los especialistas de la salud, debido a que en muchas ocasiones, cuando una persona no se recupera después de miles de terapias, el especialista puede sentirse frustrado, sin hablar del coste económico que pueden suponer dichas terapias o tratamientos, tanto a nivel público, como a nivel personal de los pacientes que experimentan el dolor. Además a nivel cultural y social sería un cambio importante que seguro aportaría importantes beneficios traducidos a un estilo de vida más saludable y positivo.

Resumen y conclusiones En términos generales, la pedagogía del dolor, supone una disciplina relativamente poco explorada, la cual ha sido acogida con mayor fuerza en el ámbito de la fisioterapia, más que en ningún otro ámbito relacionado con el ámbito de la salud. Pienso que sería muy interesante que se llevará a cabo de manera más formal a nivel sanitario, pero ésta no es una tarea fácil, por lo que Laureà Palmer, fisioterapeuta, y yo, Marta Romera, pedagoga, pretendemos poner nuestro granito de arena para dar a conocerla, en la medida de lo que podamos. Pero también es necesario tener una

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visión realista y comprender que los grandes cambios necesitan largos procesos de desarrollo, que aunque puedan parecer difíciles, no son imposibles. Personalmente, me gustaría destacar que he disfrutado mucho en la confección de mi proyecto de implicación sobre la pedagogía del dolor y que en mi caso, tener en cuenta los consejos de los recientes estudios sobre la investigación del dolor y poner en práctica una pedagogía que atienda a la reeducación de los pensamientos, mitos y sentimientos hacia las experiencias de dolor, me han supuesto mejoras, por todo ello solo puedo decir: ¡GRACIAS!

Bibliografía Butler, D. Moseley, L y Sunyata, A. (2010). Explicando el dolor. Australia: Publications Adelaida. Goya, P y Martín, M. (2010). ¿Qué sabemos de? El dolor. Madrid: CSIC. McMahon, S y Koltzenburg, M. (2007). Tratado del Dolor. Madrid: ELSEVIER CHURCHILL LIVINGSTONE.

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