“EL ÚLTIMO CAFÉ”
01.Cantos Asturianos
Si la nieve resbala
Julio Domínguez
02. En los surcos del amor*
Carlos Guastavino
03. Se equivocó la paloma
Carlos Guastavino
Texto: Rafael Alberti
04. La flor de la canela*
Chabuca Granda
Arr. Alfredo Morales
05. Chabuca Limeña
Manuel Alejandro
Arr. Arturo Hernández
06. Juramento*
Miguel Matamoros
Arr. Electo Silva
07. Zamba para olvidar*
Julio Fontana / Daniel Toro
Arr. Joaquín Martínez Dávila
08. Alfonsina y el mar*
Poesía: Félix Luna
Música: Ariel Ramírez
Arr. Hugo de la Vega
09. El último Café
Letra: Cátulo Castillo
Música: Héctor Stamponi
Arr. Emilio Dublanc
Notas al programa
¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un café con la persona que amas?
José Luis y Nina, una joven pareja con poco tiempo de casados se encuentran con los Sin sabores de un matrimonio en el que ambos esperan cosas diferentes. Él ansía una mujer que cuide la casa y lo espere con Ansias; Ella desea poder realizarse profesionalmente junto a su esposo más allá de un rol establecido, ella quiere en su vida algo más que esperar a que su esposo llegue y tener un café caliente esperando por él.
Notas por Ignacio Descalzo.
*Estreno Nacional
El último café
Ensamble Vocal Rigel
en diálogo con la intervención "La casa, la enagua" de Alexia Miranda
Lunes 19 de agosto Museo MARTE
Sala Toño Salazar
Costo de la entrada 7.00 USD
Incluye acceso y visita a las exposiciones
Inicio del concierto a las 7:30 p.m.
Entradas a la venta en www.museomarte.org y en la taquilla del museo
Ensamble Vocal Rigel
Es un grupo coral fundado el 15 enero de 2023. Sus integrantes cuentan con una sólida trayectoria musical de más de 10 años, lo cual sin duda es un testimonio de su dedicación y pasión por la música. La agrupación ha tenido la oportunidad de presentarse en escenarios como: Museo de Arte de El Salvador, Iglesia El Rosario e Iglesia de la Beatísima Santísima Trinidad. Formó parte de la línea artística del Festival Coral Juayúa 2023.
Lo que hace particularmente interesante al Ensamble Vocal Rigel, es su enfoque único, en el cual se ven entrelazadas dos de las ramas del arte: música y teatro. Esta combinación creativa agrega una dimensión adicional a sus actuaciones, permitiéndoles crear experiencias escénicas memorables y envolventes. Su objetivo es fusionar la música coral con elementos teatrales para contar historias y transmitir emociones de manera más impactante.
La agrupación está compuesta por cinco talentosos integrantes. En la cuerda de la contralto, encontramos a Michelle Rivera y Katherine Melgar, quienes aportan su habilidad vocal y versatilidad interpretativa al grupo. En la cuerda de tenor, Sergio Letona destaca con su potente voz y su capacidad para transmitir emociones profundas. En la cuerda de mezzosoprano, Fátima López quien aporta su elegancia vocal y versatilidad en los registros. Además, el grupo cuenta con Ignacio Descalzo, un talentoso productor y escritor teatral encargado de llevar a cabo la dramaturgia del concierto llevando las presentaciones a un nivel superior.
La diversidad vocal y la habilidad técnica de cada miembro del Ensamble Vocal Rigel, se combinan para crear un sonido coral cautivador y armonioso. Su enfoque en la música y el teatro les permite explorar diferentes géneros y estilos, desde la música clásica hasta la música contemporánea y popular, Esto les brinda la capacidad de cautivar a audiencias diversas, ya que pueden adaptarse a una amplia gama de repertorios.
Además de su destreza musical, el Ensamble Vocal Rigel, también destaca por su presencia escénica y su conexión con el público. Cada actuación está cuidadosamente preparada para ofrecer una experiencia emocional y envolvente. Su pasión por la música se transmite a través de cada interpretación, creando una atmósfera única que cautiva a quienes los escuchan.
La Casa, la Enagua- Un tejido sonoro para habitar
Es una propuesta de performance art de la salvadoreña Alexia Miranda en la que la artista resignifica el miriñaque y la enagua, símbolos históricos de represión femenina, y los convierte en un hogar, un refugio para habitar a través del tejido colectivo con la idea de sanar en comunidad.
Según el curador Pancho López, la artista se apropia de un símbolo histórico de la represión del cuerpo femenino: -la enagua-, una pieza de sostén de las faldas amplias, en forma de campana del siglo XIX que tiene forma de una jaula y que, representó por años la castidad y la elegancia en las mujeres. Alexia, a través de la construcción de una gran estructura metálica sobre la cual se elabora el tejido con gasa estéril, crea nudos conectados entre sí alrededor dando forma a un gran miriñaque. A través de este proceso, la artista resignifica este símbolo por medio del tejido que se irá construyendo de manera colectiva con el apoyo del público que la observa, la desborda y en este caso, la extiende varios metros hasta convertirla en un refugio, en un albergue, -una casa-. De esta forma, la estructura se convierte en lo opuesto a lo que ha simbolizado históricamente.
Alexia, a través de la construcción de una gran estructura metálica sobre la cual se elabora el tejido con gasa estéril, crea nudos conectados entre sí alrededor dando forma a un gran miriñaque. La intervención será un proceso de cambio y de construcción colectiva en la que a lo largo del tiempo la pieza se transformará con la participación del público, con la intención de elevar la estructura del piso y convertirla ella misma en una casa. Con la colaboración espontánea de los públicos, la obra será tejida y se extenderá hasta crear una fiesta, un carnaval, un albergue y un refugio para jugar, para habitar, para entrar en un microespacio de protección y sanación. En esta acción; el espacio privado, íntimo del cuerpo femenino representado por la estructura de la enagua se abre para convertirse en un espacio público que alberga la diversidad y la inclusión.
Finalmente, las hebras finales del tejido llevan cascabeles y campanas, haciendo de esta una pieza sonora que tintinea mientras la gente teje y habita la pieza. Pancho López, el curador de la obra, afirma que “La casa, la enagua” se complejiza, ya no es sólo la interacción y el intercambio en la obra física, sino que paulatinamente se agregan capas de sonido, poco a poco el espectador podrá observar que se suman elementos que aportan cada uno su propio simbolismo, cada movimiento provoca un ritmo o un silencio, cada acción conlleva un significado y el universo sonoro y visual se transforma con cada cuerpo interactuante, creando al final una maraña de situaciones que nos remiten al juego, al movimiento y la ensoñación, a través de los elementos de la obra. Así, Alexia nos propone una experiencia que se convierte en un tejido sonoro para habitar.