Croma XX
ARS $200 ARGENTINA NOVIEMBRE 2019
Análisis feminista de la película más rupturista de Sofia Coppola:El Seductor
ROMPIENDO ESQUEMAS Su huella personal y única en el cine contemporáneo Relación Thomas Mars, cantante de la banda Phoenix
SOFIA COPPOLA
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María Antonieta // Las Vírgenes Suicidas // Lost in translation // Lick the Star
SUMARIO ACCIÓN
CONTEXTO
MARIA ANTONIETTA
CURIOSIDADES
OBRAS DESTACADAS
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01
02 03 04 05
4-11 4-5 biografía 6-7 femenismo y ella 8-9 referentes 10-11 relación familiar
12-15 4-5 contexto histórico 6-7 contexto en el cine
16-21 16-17 sinópsis 18-19 sofia en la pelìcula 20-21 femenismo y el film
22-23 22-23 lo que nunca se dijo
24-29 24-25 virgenes suicidas 26-27 lost in traslation 28-29 lick the star
DINASTÍA COPPOLA
EL SEDUCTOR
LO QUE SE DICE DE ELLA
TALENTO Y AMOR
SU HUELLA
06 07 08 09 10
30-31 30-31 conformación de la talentosa familia Coppola
32-43 32-33 sinópsis 34-35 análisis feminista 36-37 análisis feminista 38-39 diferencia 40-41 original vs remake 42-43 conclusión
44-45 44-45 crìticas
46-49 46-47 phoenix y ella 48-49 amor en el trabajo
50-51 50-51 su huella en el cine
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SOFÍA EN ACCIÓN SECCIÓN
01
Entramos en la intimidad y en los pensamientos de la reconocida Y famosa directora Sofia Coppola
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CROMA XX / NOV 25 / SOFIA EN ACCIÓN
“Cuanto más sepa quién es y qué quiere, menos dejará que las cosas le molesten”.
PANTALLAZO Sofia Carmina Coppola es una directora, actriz, productora y guionista de cine estadounidense. En 2003 ganó un Premio Óscar a mejor guion original por Lost in Translation, además de ser la tercera mujer en la historia en ser nominada a mejor director por la Academia de los Óscar.
P
rocedente de una de las sagas familiares más importantes de la historia del cine, el vínculo consanguíneo de la directora Sofia Coppola con el cine no termina en su padre, el director Francis Ford Coppola, sino que se extiende a primos Jason Schwartzman y Nicholas Cage y sobrinos Gia Coppola. Sofia tuvo su primer contacto con las cámaras cuando sólo tenía un año y su padre la empleó para que hiciera de bebé –básicamente lo que era– en la primera parte de El padrino. Volvería a aparecer en las siguientes entregas de la saga. “Crecí en ese ambiente, y lo que hago ahora no es más que una extensión natural de lo que hacía con mis hermanos y con mis primos cuando jugábamos a rodar películas”, reconoce ella. Sobre sus padres rememora: “Mi madre fue la que nos expuso a mí y a mis hermanos al arte contemporáneo; la que siempre nos animó a ser artistas. Pero mi padre nos empujó a ser quienes somos, a seguir nuestra propia carrera”. Se graduó en el instituto con un modelo de Karl Lagerfeld y se casó con el director de culto Spike Jonze en una boda celebrada en los viñedos de las bodegas Rubicon que su padre posee
en el valle de Napa y con una actuación de Tom Waitts. Posteriormente se divorciaría y se volvería a casar con Thomas Mars, el líder del grupo Phoenix. Debutó como directora con una adaptación del libro Las vírgenes suicidas. Su producción tras la cámara es una de las más estimulantes del cine norteamericano. Incluye películas tan míticas como Lost in Translation, por la que obtuvo un Oscar al Mejor Guión Original, Somewhere o Maria Antonieta. “Me gusta hacer películas, y cuando las hago siempre hay algo también de otras cosas que me interesan, la fotografía, el diseño, la ropa...”, declaraba ella. En esa lista se podría incluir la categoría de actrices inspiradoras porque todas sus protagonistas son guapas y estilosas; de Kirsten Dunst a Scarlett Johansson, pasando por Elle Fanning o, la última, Emma Watson. Pese a ser menuda y reservada, su estilo es tan personal que hasta su amigo Marc Jacobs creó un bolso con su nombre, el Sofia Bag. Inspiradora y creadora casi a partes iguales, ha protagonizado varias campañas tanto para Louis Vuitton como para Marc Jacobs. Con un look sencillo, pero siempre impecable, quienes han trabajado con ella reconocen que también es discreta en los rodajes. “Nunca verás que alce la voz cuando dirige, y sus indicaciones son las menos, pero las necesarias”,declaraba su primo, Jason Schwartzman.
La carrera cinematográfica de la directora Sofia Coppola comenzó a muy temprana edad, ya que siendo un bebé apareció en la película “El padrino”.
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Sofía siempre se interesa por mostrar la vida adolescente de mujeres de distintas clases sociales y ámbitos diferentes.
SELLO DE DISTICIÓN El camino que hizo única a esta directora.
S
ofia Coppola había empezado los 90 en las peores condiciones posibles, como objeto de las burlas de los críticos que no le perdonaban su actuación como Mary Corleone en El padrino III, donde su padre la había elegido tras la renuncia de Winona Ryder al papel, pero unos años más tarde, al final de esa década, enmudecía a los escépticos con su debut como directora en el largometraje, Las vírgenes suicidas (1999). Coppola conseguía una adaptación de la novela de Jeffrey Eugenides, un texto que por su calidad no era precisamente fácil de llevar a la pantalla, y mostraba, además, una marcada personalidad que la desvinculaba de los registros por los que se movía su aclamado progenitor. Evocadora y sutil, la dramática historia de las hermanas Lisbon inauguraba la filmografía única. Una carrera que ahora suma un nuevo título, La seducción, que hoy llega a los cines españoles y por la que Coppola ha sido la segunda mujer en la Historia -nada menos que en 70 ediciones del certamen: el dato aterra- que ha conquistado el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes. Este drama sureño en el que, durante la Guerra de Secesión, llega un soldado enemigo herido (Colin Farrell) a un internado femenino que lidera una rígida institutriz (Nicole Kidman) es una oportunidad para repasar, a través de los diferentes títulos que ha encadenado Coppola, algunas claves de la obra de esta cineasta.
GENTE PERDIDA
E A Sofía siempre la recuerdan por su mala actuación en el Padrino, aunque su carrera haya recorrido mucho más.
n la conmovedora Lost In Translation, se encontraban en un hotel de Tokio una estrella de cine desencantada y una joven (Scarlett Johansson) que contemplaba su futuro con incertidumbre y miedo, dos solitarios a los que separaba la diferencia de edad pero unía el mismo desconcierto. El desarraigo de los protagonistas ha tenido eco en los siguientes fims de Coppola: María Antonieta (2006) que se adentraba en el nido de víboras de la corte; el actor de Hollywood (Somewhere, 2010) que halla una tregua a su vacío con la llegada de una hija con la que no tenía contacto o el grupo de delincuentes juveniles obesionados por la fama en The Bling Ring (2013) . En La seducción, la irrupción del soldado trastoca la rutina de ese colegio para señoritas y pone de manifiesto las insatisfacciones y carencias de sus inquilinas.
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UN SELLO PROPIO
U
na película de Sofia Coppola es siempre una experiencia sensorial. En sus creaciones, la directora ha sabido volcar referencias que encontraba en el camino. En La seducción, Coppola y el director de fotografía Le Sourd reconocen como influencias la inquietante Picnic en Hanging Rock, la novela de Joan Lindsay, la pintura de John Singer Sargent, los retratos femeninos de William Eggleston e incluso Misery de Stephen King / Rob Reiner. Le Sourd y la realizadora decidieron rodar en celuloide con lentes vintage. “Queríamos que la película tuviera un look suave y traslúcido, pero también absolutamente impregnado de sol en un entorno cálido y con mucho humo. Los personajes se sienten sofocados, también por la represión sexual”, explica la directora.
SÓLIDOS REPARTOS
Y
a sea eligiendo a clásicos contemporáneos (Murray), recuperando a actores en declive (Stephen Dorff) o apostando por jóvenes desconocidos (el elenco de The Bling Ring, exceptuando a Emma Watson), Coppola ha mostrado en estos años mano con los intérpretes. Scarlett Johansson, por ejemplo, nunca estuvo mejor que en Lost in Translation. En La seducción, la cineastase reencuentra con otras dos actrices habituales de su carrera: Kirsten Dunst, protagonista de Las vírgenes suicidas y María Antonieta y con un cameo en The Bling Ring, y Elle Fanning, apenas una niña de 11 años cuando hizo Somewhere y hoy ya mayor de edad. Coppola ha disfrutado otorgándoles papeles en las antípodas de sus caracteres. “Quería que Kirsten interpretase a Edwina, la profesora vulnerable, precisamente porque ella no es así para nada. Edwina es una mujer reprimida y frágil, todo lo contrario a Kirsten”, sostiene Coppola. “Y lo mismo pasa con Elle Fanning, que es superdulce y generosa; por eso, quería que hiciese de chica mala, una mujer vanidosa y egocéntrica. Pensé que sería una experiencia divertida. Me gusta ver a las actrices interpretando algo totalmente contrario a lo que esperas de ellas”, revela. El protagonismo de la cinta, además, recae en Colin Farrel y Nicole Kidman, que se incorporan así al universo de Coppola después de que los dos actores coincidieran también en el rodaje de The Killing of a Sacred Deer de Yorgos Lanthimos. Coppola no escatima elogios hacia Kidman, galardonada con el premio especial del 70 aniversario de Cannes, donde presentó esos dos trabajos. “Me encanta la forma de interpretar de Nicole, especialmente cuando es un papel un poco retorcido, como en Todo por un sueño. Sabía que le aportaría mucho a Miss Martha, humor y emoción”.
“Así es como trabajo: trato de imaginar lo que me gustaría ver”
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UN POCO DE FEMINISMO La relación que tiene la directora con este movimiento
L
a pantalla en negro encadena hacia un plano medio en el que podemos ver el cuerpo de una mujer joven dándonos la espalda y recostada sobre una cama. Yace inmóvil, lo que nos lleva a pensar que probablemente esté durmiendo. Su rostro ha quedado fuera del encuadre, más allá del margen izquierdo de la pantalla. Son sus nalgas las que, ataviadas con unas finas bragas de color rosa, ocupan el centro de la imagen, es decir, el punto de mayor unas finas bragas de color rosa, ocupan el centro de la imagen, es decir, el punto de mayor atracción visual. Un fondo neutro, una cortina de tonos suaves en ligero desenfoque, evita restar protagonismo al cuerpo femenino durante los treinta segundos que se mantiene el plano. Un leve movimiento de las piernas de la mujer parece indicar que el cuerpo intenta desperezarse de su somnolencia. Unos acordes de guitarra eléctrica van introduciéndose de manera progresiva en la escena hasta ocupar la totalidad del plano sonoro, al tiempo que sobre la parte inferior de la imagen se proyecta el título del filme: Lost in translation. Fundidoa negro. Este plano, con el que se abre el segundo largometraje de la directora Sofia Coppola, encierra en sí mismo una motivación reivindicativa que alcanza su significado pleno por contraste con el relato fílmico que se abre a continuación. Dicha motivación reivindicativa encuentra una acertada síntesis en la siguiente afirmación de Teresa de Lauretis: “La atención crítica de las mujeres en lo que al cine respecta insiste en las nociones de representación e identificación” (Lauretis, 1992: 49). A partir de este plano de apertura, todo lo que el largometraje se apremia a representar es un ejercicio crítico destinado a desmontar la mirada que sostiene esa imagen inicial: una mirada explícitamente patriarcal proyectada por un narrador externo que hace al espectador, por un momento, partícipe de su punto de vista. Se trata de un plano enmarcado entre dos fundidos a negro que antecede a los títulos de crédito. Por lo tanto, estamos en disposición de considerarlo un plano prólogo cargado de connotaciones que el relato fílmico que le procede irá desmontando. Por efecto de este contraste entre plano de apertura y filme que lleva a cabo la deconstrucción, el discurso feminista adquiere un relieve más perceptible. Pero ¿cuáles son las connotaciones de la citada imagen? Como punto de partida para analizar y descifrar esas connotaciones, puede resultarnos útil aplicar una lectura comparativa con uno de los cuadros más célebres de Diego Velázquez y, por exten-
Como apuntaba Pilar Aguilar, “a la Venus del espejo se le niega la identidad como sujeto” (Aguilar, 1998:3), debido a la exaltación que se realiza de su cuerpo y la ocultación del rostro, el cual aparece difuminado en el espejo que sostiene Cupido en sus manos. En un principio, el cuadro, al igual que el plano de Lost in translation, se encuentra al servicio de una mirada dominante que sucumbe al placer contemplativo del cuerpo desnudo de una mujer. En el centro del cuadro, el espejo reclama la atención del espectador que busca identifi car el rostro refl ejado, pero se encuentra con una imagen desdibujada y difuminada de la Venus que le da una cierta sensación de irrealidad. Esta irrealidad la sitúa en una dimensión cercana al sueño, al deseo; es decir, percibe una mujer que pertenece al mundo del inconsciente. Por ello, a merced de esta afi rmación no resulta casual que alrededor de todo el fi lme de Sofi a Coppola se extienda un halo onírico. De hecho, los dos personajes protagonistas padecen un insomnio provocado por el jet lag que los mantiene desvelados. Retomando el plano inicial del largometraje, el encuadre que mantiene el rostro de la mujer fuera de cuadro nos traslada a esa misma dimensión del inconsciente, donde la mujer es contemplada como un objeto, un cuerpo atractivo exento de identidad y, en consecuencia, privado de sicología e individualidad. Estamos ante una imagen aislada, creada exclusivamente para disfrute de una mirada masculina, por el simple placer de contemplar el cuerpo de una mujer.
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A menudo, de joven, Sofía tenía participación variada en las obras de su padre, la más conocida es el papel que interpretó del Padrino.
Según avanza el relato cinematográfico, la siguiente aparición de Charlotte (Scarlett Johansson) actúa como refrendo de esa percepción onírica. Charlotte, a quien esta vez sí vemos la cara, se encuentra sentada en el saliente interior de un amplio ventanal de una habitación de hotel situada en lo alto de un rascacielos, desde el cual se contempla una vista nocturna de Tokyo. Es de madrugada y reina un silencio levemente alterado por los ronquidos de su marido que se encuentra durmiendo plácidamente en la cama. Él es quien duerme y ella la que posa. Cuando Charlotte regresa a la cama para acostarse junto a su marido, éste, aún sin recuperar el estado de vigilia, la abraza, escenifi cando así su intención de atraparla en su sueño, en su dimensión onírica para seguir observándola como una mujer del inconsciente. Inmediatamente, ella, en un gesto de rebeldía, se desembaraza de sus brazos para recuperar su libertad e identidad. A la mañana siguiente, la película nos devuelve lo que podemos entender como el contraplano de la imagen inicial: un primer plano del rostro de Charlotte sobre la almohada. La cámara ha efectuado un giro de 180 grados para situarse frente al cuerpo que captó en primera instancia, pero esta vez ha encuadrado ese rostro que nos ocultó al inicio; por consiguiente, no sólo se trata de un contraplano visual, sino que también podemos califi carlo como contraplano conceptual, puesto que, más que añadir o complementar las connotaciones presentadas al comienzo, en realidad asistimos a la colocación
Más adelante, la realizadora nos vuelve a ofrecer otro contraplano conceptual con dos primeros planos consecutivos de Charlotte mirándose al espejo ya no hay una mirada externa, sino que se mira ella a sí misma, es decir, se ha adueñado de la mirada en el primero de ellos pintándose los labios y en el segundo recogiéndose su melena por detrás. Aplicando la comparativa con el cuadro de Velázquez, tales planos se podrían entender como la representación nítida de ese rostro difuminado que muestra el espejo sostenido por Cupido. Ya no hay más rostros ocultos ni desdibujados. La faz de Charlotte sustituye a un cuerpo sin identidad, y no sólo eso, sino que a continuación volvemos a verla en plano medio sobre el saliente interior del ventanal contemplando el aspecto diurno de Tokyo. El cuerpo no sólo tiene rostro, sino que además el rostro ofrece una expresión reflexiva (la actitud pensativa de la protagonista será una constante durante todo el filme) que demuestra la existencia de una interioridad muy activa. Los numerosos planos estáticos de Charlotte en la ventana suponen una exaltación del subjetivismo. Puede que su cuerpo permanezca estático, pero su sicología se mantiene en funcionamiento y ésta le advierte que más allá de la ventana hay vida, mientras que en el interior de la habitación todo parece muerto e irreal. De ahí que decida salir al exterior a emprender una búsqueda, la búsqueda de aquello que le negó la primera imagen de la película: su identidad. el encuadre que mantiene el rostro de la mujer fuera de cuadro.
CRÍTICAS NATURALES En películas como María Antonieta y El Seductor, Sofía trata de mostrar el feminismo de la manera más natural. Sofía luchó constantemente por críticas por ser la hija mujer del famoso director de cine y querer intentarlo en el mismo ámbito. Sofia junto a la protagonista de El Seductor
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FRANCIS FORD COPPOLA La influencia y su relación con su famoso padre.
A
l explicar su pasión por el oficio de dirigir, es contundente: “En la realización de un film uno puede obtener todo lo que quiere, cosa que en la vida cotidiana es muy difícil -dice-. En la vida real uno no puede controlar a todos los demás para que hagan lo que uno quiere y del modo en que uno quiere. En el cine, en cambio, uno puede construir toda la realidad a la medida del propio deseo y eso me fascina. A pesar de mi timidez, en el set siento que si sé lo que quiero, puedo conseguir que los demás lo hagan”. Pero, no es sólo esa omnipotencia de fantasía lo que le resulta atractivo en la tarea de realizadora. A Sofía Coppola también le fascinan los desafíos de la profesión. “Para poder dirigir hay que saber de todo un poco: fotografía, arte, música y hasta geografía...”. Lo dice con el entusiasmo de una buena alumna que sabe que tiene todo por aprender. Y en esas lides de interpretar la ignorancia como un estado de gracia, la muchacha ha tenido sin duda un excelente maestro. No en vano, su padre declaró en Buenos Aires que “cualquiera sea el nivel de experiencia que uno tenga en el oficio de hacer cine, siempre hay cosas por aprender” y que en su carrera “cada película ha sido un aprendizaje para la siguiente”. El cortometraje “Lick the star” y el largo “The virgin suicides” coinciden en un punto: ambos exploran el universo de la adolescencia (ver recuadro). ¿Cuál será la fascinación de Sofía por ese mundo del que ha salido hace apenas una década”. “La adolescencia es una etapa dramática de la vida -responde-. Es un momento de la existencia en el que las ideas sobre el amor y sobre la muerte se presentan de un modo exagerado. Todo se vive con un nivel de pasión altísimo.” Cuando se le pregunta por la relación con su padre como realizador, Sofía antepone el cariño a la admiración. “Ante todo lo veo como un papá. Cuando estamos sentados a la mesa de la cocina no pienso en él como cineasta -aclara-. Pero su condición de director fue importante cuando decidí realizar el primer corto. Le hice miles de preguntas y me sentí afortunada por poder consultarlo. Respetó siempre mis decisiones. Nunca me dijo qué hacer sino que me ayudó a responder las preguntas por mí misma.” Y, divertida, aclara que, a diferencia de su padre, le resulta indiferente el negocio del vino. “El vino sólo me gusta para tomarlo”, dice, Cualquier estudiante de cine desearía estar en el lugar de Sofía en el momento de pedir sugerencias. ¿Cuál será la receta más preciada que Francis le haya regalado a su hija Sofía para ayudarla a desarrollar su carrera de directora? “Las principales enseñanzas que me da mi padre son que no
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CROMA XX / NOV 25 / SOFIA EN ACCIÓN
Sofia junto a su padre Francis Ford Coppola
olvide nunca la importancia de la historia que quiero contar y el trabajo con los actores -responde-. El me insiste mucho en un consejo: “Lo principal es tener en claro el tema de la historia que vas a contar -me dice- porque en función de ese tema deberás contestarte todas las preguntas a la hora de tener que tomar decisiones”.” “Yo tenía diez años”, recuerda Sofia Coppola, “y mi papá estaba en Italia trabajando en una película. Una noche, él estaba me estaba viendo y sacó el menú del servicio a la habitación”. Para un padre y una hija comunes, ésta historia podría terminar en una porción de pastel de chocolate. Pero en este caso, el padre es Francis Ford Coppola, director de cine galardonado con el Oscar. Y el autor de “The Godfather” (1972) y “Apocalypse Now” (1979) es alguien que sólo piensa en grande.“Esa noche pedimos como un millón de helados de diferentes sabores,” continúa Coppola, al parecer todavía entusiasmada. “Dos de cada uno. Ese es uno de los momentos más queridos con mi papá”. Hoy en día, Coppola, de 39 años de edad, es también ganadora del Oscar, una de las directoras más cotizadas, y ese momento con su padre lo recrea en su más reciente cinta, “Somewhere,” en la que la popular estrella de Hollywood Johnny Marco (Stephen Dorff) vive en un lujoso hotel donde bebe, toma pastillas y se divierte con prostitutas hasta que, de pronto, se encuentra a cargo de su hija de once años, Cleo (Elle Fanning), cuando su madre abruptamente se va de la ciudad. La chica de pronto se vuelve parte de ese frenético estilo de vida, y lo acompaña en sus giras públicas en el extranjero, además de compartir su vida “normal” en el célebre hotel de Los Angeles Chateau Marmont. Marco, por su parte, tiene que tomar algunas decisiones difíciles acerca de sus opuestas facetas de parrandero y de padre. “Somewhere”, que ya hizo de Coppola la primera mujer estadounidense que gana el León de Oro en el Festival Cinematográfico de Venecia, encaja con su inclinación por un filme acerca de la enajenación y desorientación, visibles especialmente en “The Virgin Suicides” (1999) y “Lost in Translation” (2003). También encaja con su condición de conocedora de Hollywood de toda la vida: el Chateau Marmont es un hotel de verdad, conocido por sus lujosas cabañas y suites que huelen aún al viejo Hollywood, pero también por los excesos clásicos del mundo de la farándula. Ahí fue donde murió John Belushi y
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SECCIÓN
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AL MISMO INSTANTE Veamos qué sucedía en la historia del cine en el momento que Coppola estrenaba sus éxitos
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CROMA XX / NOV 25 / CONTEXTO HISTÓRICO
ÉXITOS PARALELOS
ARGAGEDDON GODZILLA BICHOS MULAN ALGO CON MARY
En esta película se pueden observar los temas recurrentes en los trabajos de Sofia Coppola: protagonistas femeninas, niñas, adolescentes, mujeres jóvenes, bellas, solitarias y adormecidas por el aburrimiento.
1998 LICK THE STAR
1999 LAS VIRGENES SUICIDAS Hombres recuerdan a cinco hermanas intrigantes, cuyos padres las mantuvieron en cuarentena después del suicidio de una de ellas.
ÉXITOS PARALELOS
STARWARS TOY STORY 2 MATRIX TARZAN SEXTO SENTIDO LA MOMIA
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2003 PERDIDOS EN TOKIO
ÉXITOS PARALELOS
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS BUSCANDO A NEMO PIRATAS DEL CARIBE DESTINO FINAL TERMINATOR EL GRAN PEZ
2006
Hombres recuerdan a cinco hermanas intrigantes, cuyos padres las mantuvieron en cuarentena después del suicidio de una de ellas.
La historia de la famosa María Antonieta, desde su compromiso con Luis XVI a los quince años, su reinado a los diecinueve y su trágico
MARÍA ANTONIETA
ÉXITOS PARALELOS
PIRATAS DEL CARIBE 2 EL CODIGO DA VINCI LA ERA DEL HIELO NOCHE EN EL MUSEO CARS HAPPY FEET
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CROMA XX / NOV 25 / CONTEXTO HISTÓRICO
ÉXITOS PARALELOS
LA BELLA Y LA BESTIA JUMANJI SPIDER MAN MUJER MARAVIILA CARS 3
En 1864, durante la Guerra Civil estadounidense, la llegada de un atractivo soldado confederado herido altera la armonía de una escuela femenina, activando una tensión sexual que aumenta, latente, con la competencia que las jóvenes entablan por ganar la atención del soldado.
2017
EL SEDUCTOR
2013
Una adolescente encabeza a un grupo de jóvenes obsesionados con la fama que usan el Internet para rastrear los paraderos de las celebridades y luego robar sus casas.
ADORO LA FAMA ÉXITOS PARALELOS
2010 EN UN RINCÓN DEL CORAZÓN
FROZEN EL HOBBIT LOS JUEGOS DEL HAMBRE GRAVITY THOR
Un actor que disfruta de una vida de excesos y lujo se ve obligado a examinar su accionar cuando, sin previo aviso, su hija de once años le hace una visita en su mansión de Hollywood.
ÉXITOS PARALELOS
TOY STORY 3 HARRY POTTER INCEPTION
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MARÍA ANTONIETA SECCIÓN
03
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La historia de la famosa María Antonieta, desde su compromiso con Luis XVI a los quince años, su reinado a los diecinueve y su trágico final.
CROMA XX / NOV 25 / MARÍA ANTONIETA
La película ha sido ganadora del premio Óscar al mejor diseño de vestuario 2006 (Milena Canonero).
MIRADA PROFUNDA Análisis crítico y de esta excelente obra
A
los 14 años de edad, María Antonieta (papel interpretado por Kirsten Dunst) es alejada de su familia y de sus amigos en Viena, despojada de todas sus posesiones y abandonada en el mundo sofisticado y decadente de Versalles, la magnífica corte real cerca de París. María Antonieta es un simple peón en un matrimonio concertado para solidificar la armonía entre dos naciones. Su esposo adolescente, Luis (Jason Schwartzman), el Delfín, es el heredero al trono de Francia. Pero María Antonieta no está preparada para ser el tipo de regente que espera el pueblo francés. Bajo todo su lujo, ella es una joven protegida, asustada y confundida, rodeada de pérfidos detractores, falsos aduladores, titiriteros y chismosos. Atrapada por las convenciones de su condición en la vida, María Antonieta debe encontrar la forma de encajar en el mundo complejo y traicionero de Versalles. A sus males se añade la indiferencia de su nuevo marido, Luis. Asombrosamente, su matrimonio no se consumó en siete años. El tímido futuro rey resulta ser un desastre como amante, desatando graves preocupaciones (e incesantes cotilleos) porque María Antonieta nunca llegue a tener un heredero. Abrumada y angustiada, María Antonieta busca refugio en la decadencia de la aristocracia francesa y en una aventura secreta con el seductor conde sueco, Hans Axel von Fersen (Jamie Dornan). Sus indiscreciones pronto están en boca de toda Francia.Tanto si es idealizada por su estilo impecable o vilipendiada por estar imperdonablemente fuera del alcance de sus súbditos, la reacción hacia María Antonieta siempre es extrema. Sin embargo, poco a poco, a medida que va madurando, va encontrando su sitio como esposa, madre y reina.
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HEDONISMO CULPABLE Análisis de una de las obras estrella de Sofía Coppola.
R
ecientemente, con la aparición y publicación del tráiler Red Band de ‘Conan el bárbaro 3D’ (‘Conan the Barbarian’, Marcus Nispel, 2011), que por cierto es cien veces mejor que el que se verá en cines, he escuchado y leído algunas voces que claman contra el empleo de una música, “a priori”, incongruente para acompañar sus imágenes. Concretamente por el tema rockero que escuchamos en ese tráiler, aunque si por mí fuera, pondría a Metallica, a Black Sabbath o incluso a Manowar. El caso es que esto me ha recordado a esa controversia, a mi juicio absolutamente disparatada, que consistió en despreciar la elección musical de Sofia Coppola para los temas de su ‘María Antonieta’ (‘Marie Antoinette’, 2006), por considerarlos fuera de lugar, caprichosos y propios de una directora que no se tomaba en serio su trabajo, o que simplemente se reía de la historia, a la hora de acercarse a uno de los mitos de la realeza europea del siglo XVIII. ¿Cómo se atrevía esta cineasta, recientemente sacralizada por la célebre ‘Lost in Translation’ (id, 2003), a no emplear música sinfónica, un score original, previsiblemente orquestal, para esta película? No todas las voces fueron en contra, afortunadamente, ni siquiera en el Festival de Cannes en el cual se dio a conocer al mundo, pero este tema daría para un interesante debate (quizás, en un futuro artículo) pues el purismo (y yo no soy purista) no conduce más que a la repetición de formas artesanales hasta convertirlas en fórmulas, y al aburrimiento y a la falta de estímulo creativo. Sin considerar a ‘María Antonieta’ gran cine, porque quizá ni siquiera lo pretende, sí me parece más que acertada su inclusión de temas de, entre otros, The Strokes, New Order, The Cure, Siouxsie and the Banshees… Y visto como está el patio de prejuicios puestos a secar, hasta me parece una muestra de gran valentía mezclarlos con música barroca.
La actriz Kirsten Dunst como protagonista
Ya los títulos de crédito no engañan a nadie: vamos a asistir a una personal representación de una época, de un espíritu y de una sociedad (siempre en off…) muy concretas, pero por esos créditos, y esa música, uno pensaría que está a punto de comenzar una tragicomedia juvenil. Y eso es lo que ‘Maria Antonieta’ finalmente es. Para bien o para mal, o ambas cosas. Quizá merece la pena, más que proponer un viaje artificial a un pasado con el que, quizá, ya nada nos una, emplear ese pasado como reflejo del presente, y narrar de forma que puedan establecerse vínculos entre los hombres y mujeres de aquella época y los de la nuestra. Como una parábola, Marie Antoinette, proveniente de la mucho más liberal corte austro-húngara, ingresa en la encorsetada (nunca mejor dicho) y tradicionalista corte francesa, a su matrimonio con Luis XVI, y una vez allí lucha durante años por encontrar su verdadera identidad (el tema principal, seguramente, de la carrera de
CROMA XX / NOV 25 / MARÍA ANTONIETA
Una de las escenas del film
Sofía Coppola, quien también se encontrará, me temo, siempre buscando su verdadera identidad bajo la sombra gigantesca del genio de su padre) aunque eso suponga sufrir de todos los prejuicios e incomprensiones y finalmente ser ejecutada. Por eso Coppola describe a su heroína como una muchacha de buen corazón, aunque frívola y entregada a todos los placeres que sólo la realeza puede ofrecer. No la juzga, sino que la sigue y la comprende, aunque quizá no comparta del todo sus puntos de vista (y tan absurdo es despreciar su elección musical como pretender establecer un paralelismo entre la reina consorte y la propia cineasta…algo que hicieron no pocos analistas), salpicando sus vivencias con trallazos del más puro humor negro (la noche de bodas, rodeados los recién casados por toda la corte; el protocolo a la hora de vestir a la reina, o de darle de comer, ante todo lo cual ella se muestra rebelde e inconformista), con zarpazos de vitalidad pura (las fiestas salvajes que se corre con sus amigos a la luz de la luna) y hasta con motivos románticos (su encuentro con el conde sueco Hans Axel de Fersen, sus jornadas en su casa de campo rodeada de la naturaleza más bucólica). Pero ante todo se impone una visión hedonista y libre de la vida. Se protestó por la ausencia de crítica explícita a la realeza y a la gestión de María Antonieta durante la Revolución Francesa, pero yo sí encuentro una crítica a tanto derroche y tanto lujo, si bien lo bastante sutil como para que muchos se quedaran en lo superficial. Maria Antonieta habría sido guillotinada por extranjera y por todo lo que significaba la realeza, aunque hubiera sido una reina magnífica, cosa que no fue. Coppola se permite la inclusión de la famosa frase, muy probablemente apócrifa, de “¿tienen hambre? que coman pasteles”, como expresión de la capacidad del pueblo para malinterpretar y juzgar a sus odiados gobernantes, y no tiene el menor reparo en terminar su relato no a la muerte de su heroína, sino a su salida del Palacio de Versalles, su Arcadia particular. Por cierto que el equipo de producción dispuso de acceso sin precedentes al palacio, lo que unido a una gran reconstrucción de época, da lugar a una inmersión total en una forma de vida ya desaparecida que ahonda en lo decadente y en lo vacío como única expresión de vida, casi una burbuja al margen de la sociedad, siempre en off, que les detesta y que al poco les aniquilará, casi como dioses en el Olimpo, que serán expulsados de él. Y lo narra todo con energía adolescente, con extremo conocimiento de protocolos y sistemas internos de la corte, pero con una cámara fluida y dinámica, muy poco académica, que logra capturar instantes de gran belleza y otros de gran diversión. Creo que Kirsten Dunst, que cada día es una muchacha más fotogénica, está magnífica como María Antonieta, pero el resto
del reparto brilla a igual altura, casi sin excepciones. Aunque, sin duda, un protagonista más es el diseño de vestuario, soberbio, obra de Milena Canonero (que no en vano se ocuparía del mismo departamento en ‘Barry Lyndon’ (id, Stanley Kubrick, 1975), que ofrece un colorido, un buen gusto y un esfuerzo titánico de composición, justamente galardonado con un Oscar. La fotografía del habitual en Coppola Lance Acord, raya también a gran altura, obteniendo magníficos contrastes entre los gélidos interiores de Versalles y los fastuosos exteriores, de una luz y una vitalidad sorprendentes. Las canciones pop y la música barroca refuerzan esa vitalidad, y refuerzan la pasión de Coppola por narrar lo que nos narra, con la frescura conque lo narra.
ANÁLISIS A FONDO Una más que interesante película, que recibió a su estreno algunos ataques bajo mi punto de vista totalmente inmerecidos, y que merece mucho la pena verla más de una vez. Dentro de poco hablaremos de una que incide, como esta, en lo decadente como forma de libetad, aunque mucho más incisiva y lúcida, y que aún recibió menos atención a la hora de su estreno. De momento quedémonos con la vitalidad de ‘María Antonieta’, y con el coraje de una directora que se niega a contar lo mismo de siempre con las técnicas y el estilo de antaño.
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“Me impresionó su juventud, su capacidad para conquistar a la aristocracia francesa con sólo catorce años. Me sorprende la imagen de villana que han creado de ella. Era sarcástica, inteligente, una adolescente”.
Una de las escenas del film
L
ean lo siguiente como un cuento: una niña de 15 años –la penúltima de 16 hermanos– es depositada en un enloquecido parque temático a 1.236 kilómetros de su familia. Su madre, obsesionada con las ‘joint ventures’ a escala europea, la ha dado en matrimonio al CEO, un torpón más aficionado al tren de la bruja que al ‘shambhala’ conyugal, pero que le compra todas las chucherías. Encerrada en la titilante área recreativa –y sin curiosidad por indagar fuera del recinto–, la joven se convierte en la permanente reina del desfile, hasta que la maternidad pone freno – tarde– a su furioso hedonismo, solo comprendido por una feminista que acaba como ella, mal. ¿Empatizan un poco?
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Se trata de María Antonieta, que ha pasado a la historia como la lagarta que, cuando Francia no tenía pan que echarse al coleto, soltó “que coman pasteles” –veremos luego su parecido con el “Obama es el fundador del Estado Islámico” de Trump–. El botarate es Luis XVI, la madre malota es María Teresa de Austria –utilizó a su hija para echar el lazo a los Borbones franceses–, y la feminista amiga, Olympe de Gouges, que le dedicó su ‘Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana’ (1791), un documento que “condensa toda la rabia de las mujeres, motrices de una revolución que ya l as empezaba a traicionar”, opina la activista Itziar Ziga, autora de los libros ‘Devenir perra’ (2009) y ‘Glamur i resistència’ (2011). “¡Y Napoleón aún no nos había condenado a ser legalmente tuteladas por cualquier hombre toda nuestra vida!”, redondea.
CROMA XX / NOV 25 / MARÍA ANTONIETA
Reivindicarla como la primera posfeminista viene a cuento de la subasta en Sotheby’s, el 14 de noviembre, de algunas de sus joyas, que llegaron a manos de su primogénita, María Teresa, y que hasta el año pasado custodió Alicia de Borbón-Parma en España, fallecida a los 99 años.
como vestirse y comer. De ese marco mental, de la noche a la mañana, aterriza en Versalles, donde le doran la píldora a todas horas y la observan cuando come, camina y se encama. “Su error fue querer vencer como mujer en vez de como reina”, adelanta Stefan Zweig en ‘María Antonieta’ (1932).
¿Posfeminista decíamos? Para activistas como Brigitte Vasallo, no es posible saltarse a la torera “el eje de clase”. Les suena a Ana Patricia Botín y el feminismo del 1%. O sea, poco representativo. Para otras lo es desde el momento en que, más allá del sexo –que también–, María Antonieta exploró su identidad de manera performativa. “Fue una drag queen –opina Ziga–. Como la aguerrida Manuela Trasobares, María Antonieta adoraba la estética. Y como Frida Kahlo, Madonna, Lady Gaga, Freddie Mercury, Rosalía o Rodrigo Cuevas”.
Como era un real útero y, ay, el rey, entretenido en hacer cerrojos, tardó siete años en consumar (más tarde se supo que tenía una dolorosa fimosis); su madre le metía un ‘pressing’ insoportable y no paraba de llegar a sus oídos el runrún de “l’autre-chienne” –venenoso juego entre “austriaca” y “otra perra”–, Antonieta optó por ser la muñeca de moda. Convirtió el Trianón en cuartel y a modistas, bordadoras y joyeros, en su particular falange. Publicitó su talla en rascacielos capilares – los ‘pouffs’– coronados con plumas, lazos y hasta una fragata (aunque el más loco fue la inoculation, que proclamaba su éxito al persuadir al rey de que se vacunase contra la viruela).
Explica Ziga, a modo de abecé, que la masculinidad se entiende como neutra, y la feminidad, sobre todo la extrema y teatral, como artificio. “Pero todo lo humano es artificial por definición, y María Antonieta recreó en Versalles lo que nunca tuvo: el contacto directo con la naturaleza”. Eso quiso reflejar Sofía Coppola en su vituperada película ‘Marie Antoinette’ (2006), que, revisada a la luz de los giros de guion del feminismo, quizá sea menos superficial de lo que vociferaron algunos de los tantos críticos. Pero volvamos al siglo XVIII. De niña, María Antonieta había sido –cómo decirlo– ¿poco normativa? Montaba a caballo, cazaba, y odiaba ser exhibida y convertir en paripés hábitos
Algunas escenas fueron también rodadas en Vaux-le-Vicomte, Chateau de Chantilly, el Hôtel de Soubise, y en el Palacio Belvedere, en Viena.
SECCIÓN
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DETRÁS DE SOFIA Conocemos el lado B de Sofia Coppola, historias y datos que muy pocos concocen
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CROMA XX / NOV 25 / DETRÁS DE SOFÍA
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Es la prima de Nicolas Cage.
02 Está casada con el cantante de la banda francesa Phoenix, Thomas Mars y tiene 2 hijas con él.
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Su ex pareja es el mismísimo cineasta Quentin Tarantino.
04 Su vínculo con Kirsten Dunst es igual de real fuera de la pantalla.
05 Hizo su debut cinematográfico a los tres meses en El Padrino.
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VÍRGENES SUICIDAS
LOST IN TRANSLATION
SECCIÓN
05
LICK THE STAR
MÁS QUE ÉXITOS
Veremos el recorrido y las historias de las obras más reconocidas y significantes de Sofia Coppola
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CROMA XX / NOV 25 / OBRAS DESTACADAS
VIRGENES SUICIDAS Hombres recuerdan a cinco hermanas intrigantes, cuyos padres las mantuvieron en cuarentena después del suicidio.
O
bviamente, doctor, usted nunca ha sido una chica de 13 años, responde Cecilia, la menor de las hermanas Lisbon, al médico que le salva la vida tras su primer intento de suicidio. En 1999, en Hollywood, pocos de sus directores y guionistas habían sido chicas de 13 años. Tal vez por eso sobraban películas sobre chicos granujientos y sátiros, como Desmadre a la americana o La revancha de los novatos, pero la visión de la adolescencia femenina se reducía a una obra tan periférica como la del australiano Peter Weir en Picnic en Hanging Rock, y a la demasiado escasa obra del malogrado John Hughes como La chica de rosa o El club de los cinco. Sofia Coppola sí que había sido una una chica de 13 años. De hecho, antes de filmar el suicidio de las cinco hermanas Lisbon, Sofia tan solo era la pavisosa hija del gran Francis Ford Coppola, una leyenda de Hollywood. Ya por entonces la rodeaba esa aura de it girl, todo melancolía y languidez, que luego la convertiría en musa de Marc Jacobs Parecía que, como muchos descendientes de ilustres artistas, Sofia sería buena para nada: había probado con la fotografía, con las bellas artes, con el diseño de moda y, sobre todo, había creído encontrar su lugar en el mundo en la interpretación. Craso error. Se convirtió en la enchufada que interpretó a la hija de Michael Corleone en El Padrino III (1990), la última entrega de la trilogía que convirtió en maestro de maestros a su padre, sustituyendo a una Winona Ryder que tomó las de Villadiego víctima de la ansiedad por su condición de icono grunge. La crítica la dejó a la altura del betún. Rara vez se ha vuelto a poner delante de una cámara. Los niños hacen lo que ven en casa, dicen las abuelas. Los adultos, también. Desorientada, empezó a hacer aquello
con lo que había crecido: dirigir. Tenía buenos maestros: además de su padre y su madre (Eleanor, una gran documentalista eclipsada por Francis Ford), su hermano, Roman Coppola, y su novio Spike Jonze estaban revolucionando la estética de los vídeos musicales con sus trabajos. Por allí empezó también Sofia, con un par de vídeos, como This Here Giraffe, de The Flaming Lips, ambientado en una urbanización, y con un corto, Lick The Stars, sobre unas chicas de instituto que, víctimas del tedio adolescente, se dedican a envenenar a sus compis de pupitre. El instituto, la adolescencia femenina, las urbanizaciones y la muerte, que la obsesionaba desde que su hermano Gian-Carlo murió en un accidente náutico en 1986. Todo lo que le interesaba a Sofia estaba en la novela Las vírgenes suicidas, de Jeffrey Eugenides, la historia de cinco hermanas que, por misteriosas razones, deciden suicidarse en el Michigan de la década de los setenta. Era La casa de Bernarda Alba en versión yanqui: en vez de morenas y de luto, eran rubias y vestían como si estuvieran en un reboot setentero de La casa de la pradera. Según contó Sofia a The Guardian con motivo de la edición Criterion del filme el año pasado: “Sentí que Jeffrey Eugenides, el escritor, realmente entendía lo que significa ser una adolescente: el deseo, la melancolía, el misterio entre chicos y chicas. […] realmente conecté con toda esa abulia que invadía sus habitaciones. No lo he visto en muchas películas, o no en una manera con la que me sienta identificada”. Para Sofia, aquello era un asunto personal. Su familia había rodado la saga de El Padrino y, su adolescencia había sido también bastante Corleone, encerrada en una casa con más testosterona que un vestuario de fútbol. La crítica la dejó a la altura del betún.
LOST IN TRANSLATION Un hombre que está en Tokio para grabar un comercial conoce a la joven esposa de un fotógrafo de famosos.
M
e dispongo a ver ‘Lost in Translation’ de Sofia Coppola con dos compañeros de Comunicación Audiovisual. 105 minutos después salgo ensimismada del cine. Mis amigos están sorprendidos. Yo en éxtasis. ¿Subidón? ¿Jet lag como los protagonistas? ¿Embelesamiento? El hechizo es difícil de expresar y la admiración me dura hasta hoy (y ya han pasado unos cuantos viernes más). La película, estrenada en Estados Unidos unos meses antes, es de esos títulos que produce efectos polarizados. A muchos se nos impregnó en el cerebro como una obra maestra. Para muchos otros pasaría a ser una simple oda al aburrimiento “primermundista”.
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15 años después, ‘LiT’ me deja la misma sensación. 15 años después, sigo defendiéndola como la pieza de culto que es y seguirá siendo frente a sus detractores y sus quejas. ofia Coppola siempre exprime con acierto la privacidad de sus personajes: retrataba con audacia la otra cara de Hollywood en ‘Somewhere’, mostraba con mucha ternura a la reina más frívola de Francia en ‘María Antonieta’, y pintaba a los jóvenes asaltadores de mansiones de ‘The bling ring’ con mucha dulzura. ¿Para qué profundizar en unos niñatos obsesionados con ropa de marca y las fiestas en este último caso? ¿O recurrir a
la narrativa del biopic al uso en su primera película de época? La cineasta es una virtuosa en el arte de transmitir experiencias a su público. Te sitúa al lado del personaje, sea quien sea, y hace que te sientas como él o ella. Por eso sabes lo que es ser una pija superficial adicta a aparentar (‘The bling ring’), o descubres cómo vive una soberana hacinada en una corte pomposa (‘María Antonieta’), o entiendes a un alma en pena deambulando por avenidas tokiotas mientras encuentra tu sitio en el mundo, como en ‘Lost in Translation’. Bob Harris (Bill Murray) ha ido para rodar un anuncio, seguramente porque ha firmado por la primera oferta que le hace salir de su infeliz vida en Los Ángeles. Charlotte (Scarlett Johansson) se encuentra en Japón porque ha acompañado a su marido, un fotógrafo de profesión que está en Tokio por trabajo. Puede que decidiera acompañarle para ver si la relación mejoraba. Por desgracia no ha sido así. Pasan cosas. De hecho unas cuantas. La realizadora habla de dos personas muy diferentes que se encuentran perdidos, por dentro y por fuera: por dentro porque no son felices con la situación actual de sus vidas. Por fuera porque están en un país con una cultura completamente distinta de la suya. Esos silencios, esas miradas, esos paseos son recogidos por la cámara y nos
CROMA XX / NOV 25 / OBRAS DESTACADAS
Es una de las pimeras peliculas de Sofia Coppola, que supo marcar un estilo unico y predominante desde el minuto 0, como en todas sus obras.
transfieren lo que están sintiendo o pensando. Sofia también quiere que sintamos esa incómoda soledad. Hasta el jet lag se contagia. ‘Lost in Translation’ es uno de esos raros títulos que dividen a los aficionados al cine; están los que lo odian y estamos los que lo adoramos. Y no es difícil averiguar el porqué. No es ésta una película asequible, de fácil consumo. Incluso, podría decirse que durante gran parte de su metraje no ocurre nada (al menos, nada concreto, visible). Sofia Coppola nos sumerge, a su manera, en el breve y desesperado encuentro entre dos individuos perdidos en un lugar extranjero; no saben quiénes son ni qué están haciendo, pero siguen adelante; la
realizadora sitúa la cámara frente a estos personajes sin pedirles que hagan nada especial, para que los observemos y los comprendamos tal como son, en escenas íntimas, para que respiremos su mismo aire, sintamos su misma soledad y desorientación. Esto evidentemente es lo que molesta a sus detractores. Creen que falta más movimiento, más velocidad, una historia más definida, sin tanto espacio ni silencio. Pero precisamente ahí es donde reside su encanto. Tras una serie de repetitivas postales, que no hacen más que recalcar lo sola que está Charlotte (Johansson nunca ha estado tan guapa, irresistible, como lo está aquí) y lo desubicado que está Bob, llegamos a la que es una de las escenas
Sofia Coppola junto a los protagonitas
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Primera escena de la película
Lick the Star es un presagio de lo que se convertiría el cine de Sofia. la música desenfrenada, los vaivenes enmudecidos en el estado de animo de las protagonistas y los planos
LICK THE STAR Cuatro colegialas obsesionadas con las novelas de V.C. Andrews.
U
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n año antes de The Virgin Suicides y cuatro antes de Lost in Translation, Sofia Coppola se alejaba de una carrera de actuación que no quería, para contar sus primeras historias como directora. Su cortometraje de 1998 Lick the Star muestra el tipo de narración visual que Coppola convertiría en su sello personal: los cortes en cámara lenta, interpretaciones estilizadas y una elección perfecta de música punk. Lick the Star cuenta la historia de un grupo de chicas planificando una broma pesada que van a hacerle a algunos muchachos, que incluye el uso de arsénico: una idea que toman del libro Flowers in the Attic. El personaje central, Kate, regresa a la escuela después de unos días en el hospital y se encuentra en un entorno en constante cambio, en donde sus amigas ahora forman parte del círculo de una chica llamada Chloe. Todo se resuelve luego
de un juego, que coloca de nuevo a Kate en su lugar y convierte a Chloe en una rechazada social. Visualmente, entendemos de forma inmediata que la marginada Kate y la estrella del séptimo grado Chloe son personajes característicos de Sofia Coppola. El montaje de apertura de la llegada de Chloe a la escuela parece sacada de The Bling Ring, y las amplias tomas de Kate nos recuerda a la soledad femenina de Marie Anrtoinette y Lost in Translation. Es un cortometraje convincente con una historia simple que hace desear que todos los cineastas incipientes tuviesen que filmar en película de 16 mm. Ya es costumbre para Sofia Coppola impregnar de sí misma a las figuras que aparecen en sus filmes. Podemos ver parte de ella en Cleo de Somewhere (2011), una niña en busca de la atención
de un padre perdido en la fama. Pero también hay algo de su personalidad en la presencia ausente de este padre soltero, pues, como él, Sofia goza y sufre de las mieles del éxito que reprocha y desprecia en sus historias. Así, Sofía se enfrenta a sus propios fantasmas, a los de su padre y a los que perecieron en algunas de las múltiples batallas que seguramente libraron en la poco sosegada vida que llevaban, propia de cualquier cineasta. Lick the Star, ópera prima de la cineasta, deja ver el mundo siempre volátil de las adolescentes. Aquí cuatro bellas y somnolientas jóvenes ven pasar su vida ante sus apagados pero maquillados ojos mientras pierden el tiempo criticando y destruyendo a quienes se lo permitan, incluso entre ellas mismas. Lick the Star es un presagio de lo que se convertiría el cine de Sofia. Todo su estilo está ahí sin
demasiada alteración: la música desenfrenada, los vaivenes enmudecidos en el estado de animo de las protagonistas y los planos largos que permiten entrar en el apagado mundo del que, en el fondo, son presas los personajes. La película es una historia en blanco y negro de 14 minutos de una pandilla de chicas de secundaria que, después de obsesionarse con Virginia Andrews La novela de culto Flowers in the Attic , planea usar veneno para ratas para matar a los niños en la escuela que no les gusta. Lo interesante de este corto es que está absolutamente lleno de guiños a los trabajos posteriores de Coppola, por ejemplo, el humor, la forma en que se dispara a las chicas y el ritmo adolescente, soñador y relajado de todo. La escena de apertura de su debut muestra a la chica principal conducida en un automóvil, un tema recurrente que se ha mantenido en casi todas las
Fotografía en pleno rodaje
DINASTÍA Imperio de talento de la familia Coppola
TODO COMIENZA CON:
CARMINE COPPOLA El clan Coppola se inicia con Carmine Coppola y su esposa Italiana. Carmine Coppola era un compositor de música que trabajó mucho tiempo en Broadway. Después compondría música para algunos de los filmes de su hijo Francis Ford. Italia Coppola fue actriz.
FRANCIS FORD COPPOLA
AUGUSTO COPPOLA
El aclamado director de cine comenzó a trabajar como asistente del director Roger Corman una vez terminada la universidad. Tiempo después dirigió su primera película para luego colaborar en varios filmes hasta ganar su primer Oscar por mejor guión basado en otra obra con Patton.
Se ha mantenido alejado del mundo de las cámaras y es profesor de literatura
SOFIA COPPOLA ROMAN COPPOLA Roman es asistente de dirección y ha sido productor de “Darjeeling limited” y de “Somewhere”.
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CROMA XX / NOV 25 / DINASTÍA COPPOLA
COPPOLA TALIA SHIRE
JASON SCHWARTZMAN
Estuvo nominada al Oscar dos veces. La primera por “El padrino 2” y la segunda por “Rocky”.
ROBERT SCHWARTZMAN Apareció en “El diario de una princesa” y “Las vírgenes suicidas”.
NICOLAS CAGE Al comenzar su carrera como actor, Nicholas Coppola se cambió su nombre a Nicolas Cage para triunfar por sí solo y no gracias a su famoso apellido.
MARC COPPOLA Marc Coppola ha actuado en algunas películas
CHRISTOPHER COPPOLA Christopher es director y productor de filmes como “Deadfall” dond actuó su hermano más conocido, el actor Nicolas Cage.
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SECCIÓN
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ROMPIEN ESQUEM Nos metemos en profundidad en la película que destruyó miles de paradigmas y barreras
NDO MAS
CROMA XX / NOV 25 / EL SEDUCTOR
EL TOQUE FEMINISTA Invierte el punto de vista masculino del film original y lo convierte en femenino para concentrarse en los códigos que se establecen entre esas mujeres
EL SEDUCTOR Puntos en oposición y remake que da éxtito
L
a novela de Thomas P. Cullinan (1966) ambientada en 1864 en plena Guerra de Secesión y ya filmada por Siegel no parecía, en principio, un material que uno pudiese imaginar como ideal para Sofia Coppola. Sin embargo, el resultado de los 93 minutos de El seductor es tan convincente en términos dramáticos, narrativos, visuales y actorales que uno debe sacarse el sombrero y reverenciar la ductilidad de una directora que, más allá de las marcas de estilo que se mantienen, aquí pone su talento al servicio de la historia y no el conflicto como excusa para regodearse en su virtuosismo. Es sobre un soldado de la Unión (Farrell) que es encontrado malherido por una de las cuatro niñas que todavía permanecen en un seminario de una zona de Virginia tomada por la guerra civil. Junto a las alumnas (la más grande está intrepretada por Fanning) conviven en esa casona la responsable del lugar (Kidman) y la maestra (Dunst). Las seis mujeres, de muy distintas maneras y en diferentes grados, se verán obsesionadas (algunas con pasión, otras con desprecio, otras con simple curiosidad infantil) por el recién llegado, un “enemigo” al que se niegan a entregar a los soldados secesionistas.
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MIEDO MASCULINO El Seductor dentro de la ola del femenismo
C
uando apareció la noticia de que Sofia Coppola llevaba a cabo una nueva versión de ‘The Beguiled’, la novela de Thomas P. Cullinan que adaptó Don Siegel en 1971 con el título español de ‘El seductor’, una atractiva posibilidad se dibujó en el horizonte. La primera versión del libro, protagonizada por Clint Eastwood y Geraldine Page, refleja como pocos otros filmes la misoginia que impregnó el cine estadounidense de los setenta como respuesta a las luchas por la liberación de la mujer. A mayor número de derechos conseguidos, a más poder conquistado, más violencia contra los personajes femeninos en las películas, como evidenciaron teóricas diversas, entre ellas Molly Haskell en su imprescindible ‘From Reverence to Rape’ La fascinante película de Siegel, cuento gótico en torno a una escuela de señoritas en el sur de Estados Unidos que queda aislada durante la Guerra de Secesión y ve su supuesta armonía quebrada por la irrupción de un soldado herido, funciona como la representación perfecta de este miedo masculino a un mundo en que mandan las mujeres. El director caricaturizaba este microcosmos matriarcal como un espacio endogámico y estéril que el protagonista intentaba controlar utilizando las armas de la seducción, a falta de otros atributos habituales para ejercer el poder, desde las armas literales a las estructuras de dominación patriarcales que seguían imperando en el mundo exterior. Como en todo proceso de estigmatización, las mujeres eran presentadas a la vez como incapaces (sus sexualidades respectivas respondían a algún tipo de patología) y peligrosas. Todo ello desembocaba en un cuento de hadas oscuro en torno al mayor fantasma de los hombres frente a unas mujeres que escapan a su control: el miedo a la castración. Una mujer directora podía darle la vuelta a todo este material manteniendo la idea de venganza femenina explicitada en torno al ritual simbólico de la amputación del cuerpo masculino. Así, una nueva versión de ‘The Beguiled’ podía erigirse como una relectura de la original en forma de ‘revenge movie’ con conciencia histórica respecto a la violencia que habían sufrido las mujeres en el cine de los setenta. ‘La seducción’ de Sofia Coppola no ha tomado exactamente este camino, ya que no solo su punto de vista, también su tono, dista mucho de la virulencia y la carnalidad propia de ‘El seductor’. Pero no por ello deja de ser una poderosa variante en femenino de la película de Siegel y uno de los títulos más interesantes de la temporada. ‘El seductor’ encajaba muy bien en la filmografía de Don Siegel, centrada en buena parte en protagonistas que sienten
su masculinidad, entendida como una forma de poder, en crisis. Partiendo de la misma novela, una directora tan opuesta a Siegel como Sofia Coppola lleva a cabo un filme que también sintoniza a la perfección con el resto de su obra. La cineasta neoyorquina se centra en personajes, sobre todo mujeres, encerrados en un universo propio, un mundo ensimismado donde se sienten protegidos y reprimidos al mismo tiempo. Como las hermanas de ‘Las vírgenes suicidas’ (1999), las protagonistas de ‘La seducción’ son un grupo de féminas que viven en parte aisladas del exterior en un entorno de aparente estabilidad que queda resquebrajada con el despertar de sus respectivas sexualidades. Como la reina de ‘María Antonieta’ (2006), también siguen sus rutinas ajenas al devenir de la Historia, aquí esa guerra de la que se oyen puntualmente ecos lejanos y que se inmiscuirá en su territorio a través de este soldado enemigo sin demasiada vocación militar. Coppola ha llevado a cabo un proceso de depuración narrativa y estética respecto al primer filme. No solo ha eliminado la misoginia original, también a personajes como el hermano de la directora Miss Martha (Nicole Kidman) y la sirvienta Hallie junto a toda la subtrama racial. Todo ello redunda en una narración mucho más sobria y directa, sin circunloquios dramáticos ni preciosismos formales. La directora se aproxima a sus personajes femeninos respetando la ambigüedad de sus emociones, que contempla desde cierta perspectiva irónica. Así, inyecta una dosis de sutil humor a la hora de presentar las reacciones de las mujeres ante la llegada del soldado enemigo herido (Colin Farrell). Un humor que se torna negro cuando se inicia la ceremonia de venganza. Y no simplifica la relación que algunas de ellas mantienen con el hombre. Miss Martha, por ejemplo, juega un doble rol, como directora del lugar que debe ante todo proteger al resto de residentes y como mujer que se siente atraída por el militar. Este doble posicionamiento se manifiesta de forma explícita en la relación con el cuerpo del hombre. Es ella quien toma la decisión de no entregarlo a los soldados sudistas tras curarle las heridas. También es ella quien ejecuta la operación que lo mutila, una desde el resentimiento. La profesora Edwina (Kirsten Dunst) no deja de estar enamorada de este tipo que espera que la salve de su destino de solterona, cosa que él no tiene ninguna intención de llevar a cabo, mientras que la alumna Alicia, a la que da vida Elle Fanning, no confiesa su evidente deseo activo hacia el soldado. Coppola, por tanto, no fuerza que sus personajes del siglo XIX actúen desde una conciencia de género más propia del siglo XXI, lo que dota de coherencia interior al filme.
CROMA XX / NOV 25 / EL SEDUCTOR
Escena de “El Seductor”
OTRA PERSPECTIVA
A
su manera, resulta mucho más potente que este grupo de ‘southern belles’ acabe utilizando aquellos mismos saberes tradicionalmente femeninos que les han inculcado para agasajar a un hombre (la cocina, los cuidados, la costura...) también para destruirlo. Por tanto, a Coppola tampoco le hace falta distanciarse de su imaginario de feminidad clásica para tejer un cuento oscuro en torno a un colectivo de mujeres que unen fuerzas para eliminar al hombre que pretendía controlarlas. A partir de este plano de apertura, todo lo que el largometraje se apremia a representar es un ejercicio crítico destinado a desmontar la mirada que sostiene esa imagen inicial: una mirada explícitamente patriarcal proyectada por un narrador externo que hace al espectador, por un momento, partícipe de su punto de vista. En el centro del cuadro, el espejo reclama la atención del espectador que busca identifi car el rostro refl ejado, pero se encuentra con una imagen desdibujada y difuminada de la Venus que le da una cierta sensación de irrealidad. Esta irrealidad la sitúa en una dimensión cercana al sueño, al deseo; es decir, percibe una mujer que pertenece al mundo del inconsciente. Por ello, a merced de esta afi rmación no resulta casual que alrededor de todo el fi lme de Sofia Coppola se extienda un halo onírico. De hecho, los dos personajes protagonistas padecen un insomnio provocado por el jet lag
La película original muestra a las mujeres como incapaces y peligrosas.
EL REMAKE La directora se aproxima a sus personajes femeninos respetando la ambigüedad de sus emociones, que contempla desde cierta perspectiva irónica.
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ÚNICA Y DIFERENTE
Coppola se destaca por el esteticismo de sus películas. Y su rasgo más característico es el uso de colores pasteles.
Sofia tiene un estilo único, El Seductor tiene vida propia.
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odo parte en medio de un bosque, de esos cuyos árboles son tan altos y con copas tan frondosas que sólo dejan entrar tímidos rayos de luz, formando una especie de túnel por donde seguimos a una niña que no ha cumplido los 10 años y que recolecta setas que pone en una canasta. Mientras se va internando más y más en lo que parece ser un terreno prohibido, detrás de un tronco, escondido, aparece un hombre con ropa militar. Está herido y le pide ayuda. Estamos en la Virginia de un Estados Unidos en plena Guerra de Secesión, en 1864. Así parte El seductor o The Beguiled, la reversión de Sofia Coppola de la película con el mismo nombre dirigida por Don Siegel en 1971, y que le valió a la cineasta el premio de Mejor Dirección en el Festival de Cannes 2017. Este es el sexto largometraje de la realizadora que creció entre alfombras rojas y sets de películas, y no cabe duda de que han pasado 18 años desde su primera incursión cinematográfica: todos sus intereses y manías están reforzadas y más patentes que nunca, tanto los que la hacen una autora con voz reconocible e interesante como reiterativa y a ratos tediosa. Sus sofisticados ambientes íntimos, el muy cuidado diseño de vestuario digno de la revista Vogue y los apagados colores pasteles son tan mimados como su delicado lenguaje visual, en el que sus personajes femeninos se suelen desenvolver con total fluidez. Es decir, todo lo que compone ese estado anímico tan “Sofia Coppola” siempre presente en sus filmes. Sin embargo, su tradicional estructura narrativa, que es empujada por temas como la soledad y una femineidad floreciente y en conflicto con lo masculino más que por un guión de hierro, aquí trastabilla al chocar de frente con una muralla infranqueable que es la presencia del soldado. Lamentable, si consideramos que el personaje debió ser el mayor de los aliados de la directora de María Antonieta(2006) a la hora de construir la tensión entre el grupo de personajes enclaustrados en un ambiente opresivo. Pero volvamos un momento a la historia. La niña, que era una de las cinco alumnas de la escuela para señoritas dirigida por Miss Martha -interpretada por una notable Nicole Kidman- lleva, a fuerza de voluntad e impulsada por una curiosidad más grande que ella, al soldado McBurney (Colin Farrell) a la casona para curarlo. Con la llegada del hombre del ejército de la Confederación, las hormonas se dispararán, los celos aflorarán y los ojos revolotearán en torno al inesperado huésped, que también es enemigo, desatando
una tormenta al interior de ese pedazo de cielo en el sur estadounidense habitado por la mencionada Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning, entre otras. Y aquí es donde El seductor se resquebraja y fractura. Por una parte, la directora nacida en la nobleza del cine brilla en el minucioso estudio de sus personajes femeninos, tan preciso y revelador como de costumbre. Inmisericorde, incluso perverso y frío. Pero al mismo tiempo, y dolorosamente, las elipsis obsesionadas en mostrar solo lo trascendente, restándole tanto aire como naturalidad a las escenas, se sienten torpes y los diálogos, más preocupados por que las protagonistas develen una reflexión ingeniosa sobre el comportamiento femenino, son algo forzados y sonrojantes. Dicho de otra
Fotografía del rodaje
CROMA XX / NOV 25 / EL SEDUCTOR
Escena de “El Seductor”
A diferencia de lo visto en Las vírgenes suicidas (1999), con la muy confiable Dunst, y en Somewhere(2010), con la siempre estupenda Fanning, hay pocos momentos en El seductor en los que su implacable cámara escrute con firmeza a esas actrices, que sin duda son dos de las mejores que ha dirigido. En esta pasada, más que contar una historia, Coppola se interesó en entregar un mensaje y cuestionar al espectador. Por ejemplo, mediante planos en primera persona en los que nos hace compartir la posición del soldado, interpelando tanto al personaje como a los espectadores. Y de paso, se alejó tanto de la humana y mordaz Perdidos en Tokyo (2003) como de la narración documental de ese intento fallido, pero socialmente relevante y con escenas tremendamente ingeniosas, que fue The Bling Ring (2013). Desde mayo, cuando el jurado del festival francés le entregó el galardón por su destacada dirección, muchas críticas sobre la película recurrieron a la comparación entre ésta y la vigorosa y feroz cinta original protagonizada por Clint Eastwood, quien interpretó el papel que ahora le queda del todo grande Farrell. En su mayoría, esas mismas críticas tendieron a ver falta de sensualidad y fuerza en la asfixiante tensión sexual que establecen las anfitrionas con el macho. Pero pocas críticas se preguntaron el porqué de esta diferencia o qué era lo que intentaba transmitir Coppola al girar no solo el punto de vista, sino la tonalidad emocional. Y las respuestas estaban ahí, entre faldas largas, hombros descubiertos, risillas y miradas cómplices; en la escena de Kidman limpiando y secando el cuerpo desmayado de Farrell; o en el corsé apretado de Fanning, una especie de metáfora ceñida a las demandas feministas que hoy se mantienen tan vigentes como entonces; pese a que la película está ambientada en el siglo XIX: sexualidad, libertad y roles de género. Donde en la cinta original había humedad, sudor y erotismo desbocado, aquí hay represión y culpa. Si en la versión de Don
Siegel todos respaldamos a Eastwood en su caza, ahora queremos cortarle la cabeza Farrell y nos unimos al aquelarre en su momento de liberación. Cuando el eterno Clint buscaba imponerse con músculo y determinación, Colin alega castración y privación de un derecho que cree haberle sido concedido por naturaleza. Entre los pasajes de ensueño de El seductor aparece subrayada la dimensión patética del imaginario del semental, del pequeño rey figurado, del conquistador frustrado y de la hiena glorificada en león. El problema está en que el guión se ve rebasado por el discurso intelectual y las meditaciones sobre lo femenino y sus representaciones arquetípicas, lo que termina por boicotear este elegante drama cruzado con cuento de hadas perverso que plantea, en perspectiva, preguntas urgentes sobre los castigos y límites que ha impuesto el orden social a la tan infravalorada, mujer.
SIGLO XIX / HOY Hoy en día seguimos sufriendo acusaciones machistas relacionadas con la sexualidad, la libertad y roles de género como en el siglo XIX
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Escena de “El Seductor”
FEMINISMO ESTÉTICO Sus sofisticados ambientes íntimos, el muy cuidado diseño de vestuario los apagados colores pasteles son tan mimados como su delicado lenguaje
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Todo parte en medio de un bosque, de esos cuyos árboles son tan altos y con copas tan frondosas que sólo dejan entrar tímidos rayos de luz, formando una especie de túnel por donde seguimos a una niña que no ha cumplido los 10 años y que recolecta setas que pone en una canasta. Mientras se va internando más y más en lo que parece ser un terreno prohibido, detrás de un tronco, escondido, aparece un hombre con ropa militar. Está herido y le pide ayuda. Estamos en la Virginia de un Estados Unidos en plena Guerra de Secesión, en 1864. Así parte El seductor o The Beguiled, la reversión de Sofia Coppola de la película con el mismo nombre dirigida por Don Siegel en 1971, y que le valió a la cineasta el premio de Mejor Dirección en el Festival de Cannes 2017. Este es el sexto largometraje de la realizadora que creció entre alfombras rojas y sets de películas, y no cabe duda de que han pasado 18 años desde su primera incursión cinematográfica: todos sus intereses y manías están reforzadas y más patentes que nunca,
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tanto los que la hacen una autora con voz reconocible e interesante como reiterativa y a ratos tediosa. Sus sofisticados ambientes íntimos, el muy cuidado diseño de vestuario digno de la revista Vogue y los apagados colores pasteles son tan mimados como su delicado lenguaje visual, en el que sus personajes femeninos se suelen desenvolver con total fluidez. Es decir, todo lo que compone ese estado anímico tan “Sofia Coppola” siempre presente en sus filmes. Sin embargo, su tradicional estructura narrativa, que es empujada por temas como la soledad y una femineidad floreciente y en conflicto con lo masculino más que por un guión de hierro, aquí trastabilla al chocar de frente con una muralla infranqueable que es la presencia del soldado. Lamentable, si consideramos que el personaje debió ser el mayor de los aliados de la directora de María Antonieta (2006) a la hora de construir la tensión entre el grupo de personajes enclaustrados en un ambiente opresivo. Pero volvamos un momento a la historia.La niña, que era una de las cinco alumnas de la escuela para señoritas dirigida por Miss Martha -interpretada
por una notable Nicole Kidman- lleva, a fuerza de voluntad e impulsada por una curiosidad más grande que ella, al soldado McBurney (Colin Farrell) a la casona para curarlo. Con la llegada del hombre del ejército de la Confederación, las hormonas se dispararán, los celos aflorarán y los ojos revolotearán en torno al inesperado huésped, que también es enemigo, desatando una tormenta al interior de ese pedazo de cielo en el sur estadounidense habitado por la mencionada Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning, entre otras. Y aquí es donde El seductor se resquebraja y fractura. Por una parte, la directora nacida en la nobleza del cine brilla en el minucioso estudio de sus personajes femeninos, tan preciso y revelador como de costumbre. Inmisericorde, incluso perverso y frío. Pero al mismo tiempo, y dolorosamente, las elipsis obsesionadas en mostrar solo lo trascendente, restándole tanto aire como naturalidad a las escenas, se sienten torpes y los diálogos, más preocupados por que las protagonistas develen una reflexión ingeniosa sobre el comportamiento.
2017 VS 1971 Comparamos el film original de 1971 con el remake de Sofia.
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urante la guerra civil, un joven sindicalista fugitivo (Colin Farrell) es encontrado por una joven que lo lleva de regreso a su internado de chicas. Después de que los dos maestros restantes (Kirsten Dunst y Nicole Kidman) hayan reparado sus heridas, deben contemplar si entregarlo al ejército confederado, dejarlo escapar o incluso mantenerlo. Las divisiones aparecen cuando el soldado trabaja su magia masculina con el grupo de mujeres. Esa es la premisa de la nueva película de Sofia Coppola. Si suena familiar, eso podría deberse a que la novela de Thomas P. Cullinan fue adaptada previamente por el director de acción Don Siegel, con su antiguo colaborador Clint Eastwood en el papel del soldado.
Esto ciertamente parece que podría ser la tarifa típica de Siegel. Un vagabundo solitario entra en una pequeña comunidad problemática, causando tensión que conduce a alguna forma de resolución violenta. Hasta ahora, tan Eastwood. The Beguiled (2017), sin embargo, es una historia subversiva en la que la verdadera amenaza para los personajes proviene de la casa. La tensión de la película proviene de no saber con quién simpatizar o dónde radica el peligro. Debido a que las motivaciones de los personajes están oscurecidas por la audiencia, tal vez somos nosotros quienes somos ... ¡Los engañados! Solo que menos con la versión de Siegel. ¡Siegel utiliza música inquietante e iluminación y puesta en escena muy siniestras para asegurarnos de que el encantador Eastwood no esté en un lugar seguro y que debe mantener la calma con estas locas damas! Entonces es capaz de subvertir nuestras expectativas, entrando en el segundo acto, al revelar que Eastwood podría no ser tan adorable como sugiere su barba sin afeitar. Coppola toma un enfoque muy diferente al director de acción muerto hace mucho tiempo. El ambiente es un poco más helado, pero también menos portentoso. No está claro a dónde va la historia a medida que las diversas mujeres se acercan al soldado enfermo. Esto crea una forma muy diferente de tensión. El diseño de producción más elevado de Coppola y la cinematografía más independiente nos mantienen a distancia de los personajes. Al contar una historia de gente sombría y duplicidad, esto puede ser algo muy bueno. Pero también es importante que la audiencia cuidemos a alguien.
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“En la vida real, la gente no dice todo lo que piensa. A mi lo que me atrae es exprear con imágenes lo que no se dice”.
Escena de El Seductor
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El seductor es una película que juega con la ambigüedad de las emociones, con una ironía constante, con el erotismo asociado a la oscuridad, con mujeres tomando el control de eventos inesperados y como no, con la seducción. Escena final de El Seductor
PARA FINALIZAR Conclusión a modo de reseña sobre los temas tratados.
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l Seductor o “The Beguiled” es una excelente película que merece ser vista por lo menos una vez. Solo por el nombre una historia llena de pasión, lujuria y seducción; pero pues obvio, así se llama la película, sin embargo, en vez de existir esa pasión que nos venden con mucha urgencia, en lugar de eso hay un montón de drama y un montón de mujeres con personalidad de adolescentes, que se mueren de ganas, por el toque masculino.Pero en vez de encontrarnos con una historia de amor, deseo y esas cosas, la historia está llena de prejuicios, dramas y un montón de niñitas jugando a mujeres que juegan a la seducción. El Seductor es una película técnicamente impecable, con una atractiva premisa, un buen elenco y buenas actuaciones, que se desmorona en el último acto. De todas maneras es seguro que los seguidores de Coppola se quedarán satisfechos con esta historia de hermandad y poder femenino. La película está disponible en Netflix, Cablevisión Flow, Popcorn y Apple TV.
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PREMIOS Gracias al recivimiento de esta película, Sofía ganó el Premio del Festival de Cannes al Mejor Director. A pesar de las críticas por el salto de su estilo.
Fotografía sacada en medio del rodaje.
Nos metemos en profundidad en la película que destruyó miles de paradigmas y barreras
Sofía invierte el punto de vista masculino del film original y lo convierte en femenino para fijar los códigos que se establecen entre esas mujeres
Sofía Coppola en el rodaje de El Seductor
LO QUE SE DICE DE ELLA Veamos las críticas que recibió El Seductor.
S
ofia Coppola recogió la Palma a la mejor dirección en el pasado Festival de Cannes de este año por esta película, ‘La seducción’, protagonizada por Nicole Kidman, Colin Farrell, Kirsten Dunst y Elle Fanning, cuenta la historia de un soldado herido que llega a una escuela de niñas en Virginia durante la Guerra Civil norteamericana. La película se basa en una novela de Thomas Cullinan y anteriormente había sido llevada a la gran pantalla por Don Siegel en 1971. La nueva versión que ha hecho la hija de Francis ha venido con controversia. La cinta ha recibido varias críticas por eludir a un personaje que tanto en la novela como en la primera adaptación cinematográfica sí aparece: se trata de Mattie, una esclava de color. En el nuevo largometraje Mattie no aparece, ni ningún otro personaje de color.
CRÍTICAS TIRADAS ABAJO Ha suscitado la reacción intensa de los críticos, que han considerado la decisión de excluir el tema de la esclavitud en una película de la Guerra Civil Americana es un acto irresponsable y que daña a la historia americana “Mi película se sitúa en una escuela de las niñas situada en el Sur durante la Guerra Civil, cuando los hombres estaban lejos luchando por algún tiempo y la Unión había ganado impulso”, declara Coppola en IndieWire. “De acuerdo con los historiadores y varias revistas de mujeres la época, muchos esclavos habían partido y un gran número de mujeres blancas del Sur quedaron aisladas, aferrarse a un mundo cuyo tiempo había llegado con razón a su fin: un mundo construido sobre el trabajo esclavo”. Respuesta de Sofía.
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Coppola agrega que pensaba que la inclusión de Mattie y la cuestión de la esclavitud como una trama secundaria sería “insultante”, antes de apelar a más “cineastas de color”. “No quería perpetuar un estereotipo ofensivo donde los hechos y la historia apoyaron mi elección de la configuración de la historia de estas mujeres blancas en completo aislamiento,
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después de que los esclavos hubieran escapado”, añadió. “Por otra parte, sentí que tratar la esclavitud como algo secundario sería un insulto. “Más que un acto de negación, mi decisión de no incluir a Mattie en la película provienen de respeto. Ha sido desalentador escuchar que mis decisiones artísticas, basadas en hechos históricos, se tacharan de insensibles cuando mi intención era todo lo contrario. Espero sinceramente que esta discusión llame la atención en la industria, sobre la necesidad de más películas con las voces de los realizadores de color, y así incluir más puntos de vista e historias.”
TODO LO CONTRARIO No quería perpetuar un estereotipo ofensivo donde los hechos y la historia apoyaron mi elección de la configuración de la historia de estas mujeres blancas en completo aislamiento
Sofía Coppola en el rodaje de El Seductor
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AMOR, MÚSICA Y CINE SECCIÓN
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Repasemos la historia de amor de Sofía y su esposo Thomas, cantante de la banda Phoenix, la banda francesa que colabora con la cinematografía de la directora.
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CROMA XX / NOV 25 / AMOR, MÚSICA Y CINE
PHOENIX
ASÍ SURGIÓ EL AMOR
Es un grupo francés de rock alternativo formado a finales de los años 90 en Versalles, Francia. Es uno de los grupos más populares de rock francés en el mundo. Phoenix grabó cinco álbumes originales en 13 años y ha escrito más de cincuenta canciones.
En 2011, Coppola se casó con el músico y cantante de la banda Phoenix, Thomas Mars, en el Palazzo Margherita en Bernalda, Basilicata, Italia. La pareja se conoció mientras Thomas producía la banda sonora de una de las películas de Coppola. Tienen dos hijas juntos, Romy y Cosima.
LA BODA
C
oppola y Mars contrajeron matrimonio en el 2011, en una ceremonia discreta en el sur de Italia. La directora de Lost in Translation escogió la pequeña localidad de Bernalda, donde su familia posee una lujosa mansión. La pareja, que ya llevaba varios años juntos, confirmó su relación frente a unos 80 invitados. La novia llegó acompañada por su padre, el también director de cine Francis Ford Coppola. Las damas de honor fueron las hijas de la pareja, Romy y la más pequeña, Cosima.
Sofía y Thomas en su boda.
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Phoenix contó con la dirección cinematográfica de Sofía para el videoclip de “Cloroform” del disco Bankrupt!. Es un video con ritmos lentos y monótono.
Sofía y Thomas en la Premiere de El Seductor
La música de Phoenix suena tanto en las pelícylas como hasta en cortos y comerciales dirigidos por Sofía Coppola.
TRABAJO EN PAREJA Muchas veces, a Sofía y a Thomas, los unen sus trabajos.
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demás de una larga relación amorosa, la cineasta y el cantante han mantenido una colaboración laboral que data desde la época de Lost in Translation (2003). Ambos realizaron trabajos en conjunto, y se inspiran el uno del trabajo otro diariamente. ¿Pruebas? hay un montón.
PLAYLIST AMOROSA
1 TOO YOUNG
PARA LOST IN TRANSLATION
“I tried my best to smile but deep inside my heart I felt it was shouting like a crowd dancing I guess I couldn’t live without the things that made my life what it is”
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Esta cinta, es la coyuntura entre la relación de Phoenix con los Coppola, a partir de entonces comenzaron a colaborar constantemente con Sofia y con algunos miembros de su familia.
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La película, que trata sobre las vacaciones de un actor con su pequeña hija, incluyó en el soundtrack los temas Love like a sunset parte I y II, de Phoenix. En el filme también hay canciones de Sting, Foo Fighters y The Strokes.
LOVE LIKE A SUNSET
“It comes A visible illusion Oh, where it starts and ends Love like a sunset”
PARA PERDIDOS EN TOKIO
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BANKRUPT! PARA THE BLING RING
“People in fashion Rattle, don’t hesitate I look at my own, your chances are slim Victory lap, for unfettering eyes Dating vendetta win small spray pesticide Justice done”
En esta pieza audivisual, la directora volvió a contar con Phoenix para musicalizar algunas partes de la película. Canciones como Bankrup!, Drakkar Noir y Tunnel Monteverdi aparecen aquí.
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TI AMO
La más reciente y de la que menos se ha hablado, es la penúltima película de Sofia Coppola, El Seductor. Aquí, además de que actúan Kirsten Dunst y Elle Fanning, recibió buenas críticas tanto por la historia como por el soundtrack a cargo de Phoenix.
PARA EL SEDUCTOR
“Love you! Ti amo! Je t’aime! ¡Te quiero! It’s not love but wait I’ll be standing by the jukebox Champagne or Prosecco?”
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CROMA XX / NOV 25 / SU HUELLA
HUELLA IMBORRABLE
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l infierno es una chica de 13 años”. Así se abría la luminosa pero envenenada adaptación que Sofia Coppola realizó en 1999 de Las vírgenes suicidas, novela escrita por Jeffrey Eugenides, uno de los autores literarios más prometedores del momento que, años más tarde, ganaría el Pulitzer con Middlesex. Una cinta en la que la directora captó como nadie lo había hecho antes esa fragilidad adolescente llena de sueños pero también miedos e inseguridades. Una ópera prima que convirtió a las hermanas Lisbon –y por extensión a la propia Sofía– en todo un símbolo contra el puritanismo, la falsa moral y la hipocresía de la sociedad estadounidense. El problema es que pesar de que Las vírgenes suicidas fue uno de los acontecimientos de la temporada, la película apenas tuvo repercusión en premios y festivales –en Cannes, por ejemplo, se programó en la Quincena de los Realizadores–. Ganó un premio al talento emergente en la MTV, y poco más. Coppola tendría que esperar a _Lost in Translation (_2003) para verse algo más reforzada.
“Las conexiones inesperadas pueden no durar, pero permanecer con nosotros para siempre”
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“Ella era el punto fijo del mundo en movimiento”. Vírgenes Suicidas
Sofía Martinez Micaela Francone UADE 2019 Diseño Editorial I Prof. Rodrigo Fino