El desafió del cambio climático en Europa

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El desafío del cambio climático en Europa

Un informe revela que las perspectivas para los próximos años con relación al medio ambiente no son positivas. Aunque hay un aumento de la concienciación ciudadana y algunas políticas europeas han ayudado a disminuir ciertos impactos, los desafíos ambientales a los que se enfrenta Europa son enormes y estas medidas no son suficientes.

Contaminación y cambio climático

Según Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA Hans Bruyninckx, “El medio ambiente de Europa se encuentra en un punto de inflexión. Tenemos una pequeña oportunidad en la próxima década de ampliar las medidas para proteger la naturaleza, atenuar las repercusiones del cambio climático y reducir radicalmente el consumo de los recursos naturales”.

La situación del medio ambiente en Europa urge un cambio de rumbo para afrontar los desafíos del cambio climático, revertir la degradación y garantizar la prosperidad futura “El medio ambiente de Europa se encuentra en un punto de inflexión. Tenemos una pequeña oportunidad en la próxima década de ampliar las medidas para proteger la naturaleza, atenuar las repercusiones del cambio climático y reducir radicalmente el consumo de los recursos naturales”.

Este informe revela que las perspectivas para los próximos años con relación al medio ambiente no son positivas.

Aunque hay un aumento de la concienciación ciudadana y algunas políticas europeas han ayudado a disminuir ciertos impactos, los desafíos ambientales a los que se enfrenta Europa son enormes y estas medidas no son suficientes.

El informe SOER señala avances en las políticas de contaminación del aire, el cambio climático, contaminación del agua y adaptación a una economía circular. Pese a todo ello, no se alcanzará un futuro sostenible si se continúa fomentando el crecimiento económico. Para solucionar el problema, es necesario cambios en las políticas de producción y consumo.

Para ello se debe invertir en innovación, tecnología y/o áreas de sostenibilidad. “El informe sobre la situación del medio ambiente es plenamente oportuno para darnos el impulso añadido que necesitamos al empezar un nuevo ciclo de cinco años en la Comisión Europea y prepararnos para presentar el Pacto Verde Europeo.

En los próximos cinco años, pondremos en marcha una agenda realmente transformadora, desplegaremos nuevas tecnologías limpias, ayudaremos a la ciudadanía a adaptarse a nuevas oportunidades laborales y al cambio de las industrias, e introduciremos sistemas de movilidad más limpios y más eficaces, así como una agricultura y una alimentación más sostenibles.

Si lo hacemos bien, los beneficios para Europa y su ciudadanía serán múltiples, y nuestra economía y nuestro planeta también nos lo agradecerán.

Se trata de un desafío urgente de dimensiones mundiales, y una oportunidad única para Europa”- Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea Se debe destacar la ralentización en la reducción de gases de efecto invernadero, emisiones industriales, generación de residuos, eficiencia energética y la energía renovable. El progreso actual no servirá para cumplir los objetivos del 2030 y 2050.

Respecto a la protección y conservación de los recursos naturales, sólo se ha conseguido un objetivo, establecimiento de zonas marinas y terrestres protegidas, de los 13 objetivos establecidos para el 2020.

Por otro lado, la relación entre el cambio climático, la contaminación atmosférica y/o acústica con la salud es preocupante. La exposición a partículas finas es responsable de unas 400. 000 muertes al año en Europa, además, de las relaciones entre otros tóxicos y la salud. Por ello, se hace necesario políticas integradas en materia de medio ambiente y salud.

Geobiología

La geobiología se podría definir como la disciplina que estudia la interacción entre la Tierra y los seres vivos o, mejor aún, el efecto que cada zona de la Tierra ejerce sobre los seres que la habitan.

La geobiología no pertenece a ninguna rama de la ciencia estrictamente académica ni lo pretende, aunque sí bebe de conceptos clave procedentes de la geología y la biología, así como de la física y las neurociencias.

De hecho, los primeros en investigar esto en Europa procedían del entorno médico: el inglés Havilland, el alemán Gustav Freiherr Van Pohl, el doctor Hager, presidente de la Asociación Científica de Doctores en Medicina de Austria, o el médico alemán Ernst Hartmann, entre otros.

A principios del siglo XX fueron muchos los que comenzaron a redescubrir la relación entre la estancia en lugares geofísicamente alterados y distintos trastornos y enfermedades.

La geobiología trata especialmente de todo aquello que puede afectar a la salud o al bienestar de las personas en su entorno y, más concretamente, en su hábitat. Su nombre se debe a la unión de los vocablos Geo (Tierra) y Bio (Vida). Por eso, también es conocida como la ciencia del hábitat

Desde hace siglos el hombre ha sido capaz de entender la influencia del magnetismo de la Tierra en nuestra salud, detectar zonas geopatógenas y decidir cuál es el sitio más sano para vivir.

Ha sido consciente de las radiaciones naturales que emanan del terreno y de sus efectos en la salud, y ha podido detectarlas por métodos de biosensibilidad (lo que desde el albor de los tiempos se ha utilizado para buscar agua y metales en todas las culturas del mundo, no sólo en la occidental, mediante varillas, zahoríes y radiestesia).

Hoy en día la salud geoambiental recoge todos estos conocimientos ancestrales, los integra con el saber científico actual y los materializa en protocolos concretos para abordar de forma holística la influencia que ejerce en nosotros el entorno e identificar los factores y parámetros que son peligrosos para la salud.

Gracias a la ayuda de geomagnetómetros, detectores de campos eléctricos, magnéticos y variaciones de la radiactividad natural, es posible determinar de forma contrastada la mejor ubicación de una persona en su hábitat (vivienda u oficina) y así evitar situarla en áreas de influencia dañina que pudieran provocar efectos nocivos en la salud.

Redes geomagnéticas y alteraciones geofísicas

Los factores naturales que se han estudiado tradicionalmente desde la Geobiología y que se estudian hoy en día con aparatología moderna desde la Salud Geoambiental son:

 Alteraciones geofísicas: fallas geológicas y fracturas del terreno, áreas de contacto entre diferentes tipos de materiales, corrientes de agua subterránea y otros elementos del subsuelo pueden provocar tanto alteraciones electromagnéticas locales en la vertical de dichos fenómenos, como cambios en los niveles de radiación ambiental.

 Líneas Hartmann: red geomagnética natural cuyas líneas de fuerza conforman una malla orientada nortesur con celdas de 2 por 2,5 metros aproximadamente.

 Líneas Curry: red geomagnética natural cuyas líneas de fuerza están orientadas noreste-sureste y surestenoroeste, aproximadamente cada 6 u 8 metros.

 Radiactividad ambiental procedente de las rocas y materiales del terreno, que con frecuencia puede traducirse en grandes concentraciones de gas radón, una sustancia altamente cancerígena, según la Organización Mundial de la Salud.

Alteraciones geofísicas

El subsuelo sobre el que están construidas nuestras viviendas y oficinas, o sobre el que planeamos construir un inmueble, puede afectar al entorno electromagnético de la superficie. Bajo el suelo que pisamos puede haber fallas, diaclasas o grietas; puede haber distintos tipos de materiales en contacto entre sí, provocando reacciones físicas y químicas que afloran a la superficie; puede haber corrientes de agua subterránea, acuíferos o masas de agua, con lo que los campos geofísicos en el ambiente pueden variar.

En suma, existe un conjunto de factores geofísicos que pueden influir en nuestro hábitat, provocando variaciones en el campo magnético y eléctrico de nuestro entorno. Dado que nuestros órganos vitales funcionan mediante mecanismos electromagnéticos, las variaciones electromagnéticas en nuestro entorno cotidiano interfieren con nuestros ritmos vitales y pueden debilitar nuestra salud, abriendo la puerta a enfermedades.

Fallas geológicas

La corteza terrestre está en continuo movimiento por efecto de las fuerzas sísmicas y tectónicas. Estas fuerzas producen fallas, fisuras, grietas, diaclasas… Son discontinuaciones o fracturas en las rocas del subsuelo, y estas alteraciones pueden estar presentes en cualquier lugar bajo el terreno en el que vivimos.

Cuando esto ocurre, las partes del terreno que se han fracturado ponen en contacto superficies de naturalezas diferentes; a menudo forman incluso cavidades subterráneas. En la vertical de estos fenómenos emanan, por la ley de mínima resistencia, todo un conjunto de energías procedentes del subsuelo, fuertes radiaciones gamma e incluso gases radiactivos. Esto tiene efectos ionizantes en la atmósfera de la superficie, y también influye en el campo magnético de nuestro entorno, provocando variaciones de distinta magnitud.

Aguas subterráneas

El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua total presente en los continentes de nuestro planeta.

Las corrientes de agua subterránea, acuíferos, bolsas de agua, sumideros y filtraciones llenan cavidades del subsuelo y circulan por galerías subterráneas, pero también ocupan los poros y grietas del subsuelo. Su presencia bajo el suelo que pisamos disminuye el valor del campo magnético terrestre y aumenta la radiación gamma (radiactividad), además de provocar intensas variaciones en la ionización del aire.

Su área de influencia va en función del tamaño de su caudal: cuanto mayor sea éste, más amplia será la zona afectada en la superficie.

Dado el comportamiento dinámico de las aguas, es difícil prever si una corriente o acuífero del subsuelo permanecerá mucho tiempo en ese lugar o si se filtrará y dispersará. En cualquier caso, no interesa tanto conocer la naturaleza del acuífero sino más bien los efectos que provoca en la superficie que habitamos, puesto que son las variables en superficie las que afectan a nuestra salud, y no la presencia de agua en sí.

Evidentemente, si se combinan varios de estos factores geopatógenos, como una corriente de agua subterránea, una línea Hartmann y un cruce Curry, el efecto nocivo de la zona será mucho mayor.

Un experto en salud geoambiental puede detectar todos estos factores de riesgo y diseñar soluciones que preserven nuestro bienestar.

Qué es salud geoambiental

La salud geoambiental es una nueva disciplina científico-técnica dirigida a la identificación de los diferentes factores de riesgo presentes en nuestro entorno. Factores de origen geofísico, físicos, químicos y biológicos que confluyen en el interior de los edificios en los que trabajamos y vivimos.

La salud geoambiental es una forma de entender que una gran parte de las enfermedades que sufrimos hoy en día tienen su origen en nuestro entorno, y se pueden prevenir si lo cuidamos.

Radiactividad ambiental y gas radón

La radiactividad es un fenómeno físico natural que se produce cuando en la estructura atómica de cualquier sustancia no existe un balance correcto entre protones y neutrones.

El físico francés Henri Becquerel descubrió este fenómeno en 1896 al constatar que ciertas sales de uranio emitían radiaciones espontáneamente y velaban las placas fotográficas envueltas en papel negro. Más tarde, el matrimonio Curie encontró otras sustancias radiactivas como el torio, el polonio y el radio.

Marie Curie recibió en 1903 el Premio Nobel de Física, y fue la primera mujer en obtener tal galardón, por sus estudios sobre la radiactividad.

Tendemos a identificar el fenómeno de la radiactividad con determinadas instalaciones artificiales, como las centrales nucleares o los aparatos de rayos X, pero lo cierto es que también existe en la naturaleza. De hecho, vivimos en un medio ambiente radiactivo.

Nos llega radiactividad natural procedente del cielo (radiación cósmica), del aire que respiramos (que contiene carbono y puede contener gas radón) y del suelo (donde puede haber uranio y torio). Nuestro cuerpo también contiene elementos radiactivos: por ejemplo, necesita el potasio para sobrevivir y lo obtenemos de la sal común.

Sin embargo, la radiactividad natural se convierte en un riesgo para nuestra salud cuando aumenta hasta un grado que nuestro organismo no está preparado para asimilar.

Con frecuencia, se registran altos niveles de radiactividad en nuestro entorno cotidiano debido a la composición mineral del subsuelo en zonas localizadas. El terreno que pisamos o sobre el que están edificadas nuestras viviendas puede tener granito, arcillas, etc, que tienen una alta concentración de uranio que, como ya hemos visto, es altamente radiactivo

Este mineral también está presente en determinados materiales de construcción y decoración, como algunos tipos de gres o de cerámicas, o ciertos tipos de cemento.

En su proceso natural de descomposición, el uranio emite gas radón, que está clasificado oficialmente por la Organización Mundial de la Salud como la segunda causa de cáncer de pulmón en el mundo. El resultado es que nuestro hogar o nuestra oficina pueden registrar altos niveles de radiactividad natural y de gas radón sin que seamos conscientes de ello, puesto que el gas radón es inodoro, insípido e invisible.

Una alta concentración de gas radón en el aire que respiramos satura nuestros pulmones de elementos radiactivos cancerígenos. La radiactividad ambiental se puede detectar y medir de forma muy sencilla con un contador Geiger, que localiza las partículas radiactivas del entorno y mide el número de impulsos de corriente eléctrica que produce dicha partícula.

Medición Gas Radón

También existen métodos sencillos para detectar y medir las concentraciones de gas radón presentes en el ambiente.

La primera medida de precaución que debemos tomar en esta situación es garantizar la correcta ventilación diaria del inmueble afectado, sobre todo al nivel del suelo, que es donde se dan las mayores concentraciones de gas radón.

En España, las mayores concentraciones de gas radón se producen en el centro de la Península, en el oeste y en el noroeste; es decir, donde hay una mayor presencia de suelos graníticos. El siguiente mapa muestra los niveles de radiactividad ambiental medios en nuestro país.

Qué es el radón

El radón es un gas noble, es incoloro, inodoro e insípido, además al ser un gas tiene una gran movilidad así como gran solubilidad en el agua. Su periodo de semidesintegración, es decir el tiempo necesario para que la mitad de sus átomos sufran desintegración radiactiva, es de 3,8 días.

En su desintegración se producen otros elementos como el polonio (Po212) que es sólido y que emite partículas alfa y se desintegra en unos 3 minutos dando lugar a otro elemento como es el plomo (Pb214) que se desintegra en 27 minutos emitiendo partículas beta y transformándose en bismuto (Bi214). Se atribuye su descubrimiento en el año 1900 a Friedrich Enrst Dorn quien lo nombró como emanación de radio «radium emanation».

El radón es un gas radiactivo que representa un riesgo para la salud. La OMS estima que es la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón después del tabaco y que entre el 3 y el 14% de los cánceres de pulmón pueden ser debidos a la inhalación de este gas.

Cómo se produce

El radón se produce, de forma natural, en el subsuelo, a 1 metro de profundidad aproximadamente, y emana a la superficie, en mayor o menor medida, dependiendo del tipo de suelo. Se produce más radón en zonas graníticas que en las arcillosas o calcáreas, la razón es por el contenido de uranio y torio en el granito que es mayor que en otros tipos de piedras como las areniscas, carbonatadas o basálticas, por poner un ejemplo.

Existe más exhalación en suelos porosos, donde el gas encuentra con facilidad salida al exterior, que en suelos compactos o arcillosos que tienen menor porosidad y permeabilidad. Los suelos graníticos muy fracturados también emanan más radón que los graníticos compactos ya que el radón no sale de rocas de granito compactas sino de las muy fracturadas, por eso no supone un mayor riesgo el empleo del granito en las construcciones de casas o al menos no más que el empleo de otros materiales que exhalan radón.

Otras condiciones como la humedad, presión atmosférica y temperatura también inciden en los niveles de radón en el aire. Así en un suelo húmedo y permeable con una presión atmosférica baja y una temperatura suave favorece la emanación mientras que un suelo seco, una presión atmosférica alta y una temperatura muy baja dificultarían la emanación de radón.

Será más fácil encontrarlo en casas bajas que en pisos altos, ya que pesa más que el aire y tiende a depositarse en las zonas bajas de los edificios como garajes, sótanos, trasteros etc. así como los lugares con poca ventilación.

Suele introducirse inmisión en nuestras viviendas por:

 Por las grietas de asentamiento que se forman en forjado del suelo.

 En las uniones entre suelo y paredes.

 Por las juntas de tuberías, desagües y sumideros.

 El radón se concentra con mayor facilidad, ya que es más pesado que el aire, en los garajes subterráneos, en los sótanos, bodegas y otras zonas estructurales en contacto directo con el terreno.

Es muy importante conocer los niveles de radón en nuestro hogar para poder tomar las medidas correctoras. Una sencilla medida puede ser simplemente ventilar adecuadamente.

Cómo nos afecta a la salud

El radón puede ser inhalado y los productos de la semidesintegración del radón, polonio, plomo y bismuto, se depositan en partículas finas y polvo en suspensión que posteriormente respiramos pasando a nuestros pulmones donde pueden adherirse a los tejidos sensibles.

La desintegración de los derivados produce la irradiación directa del tejido pulmonar y aumenta el riesgo de cáncer de pulmón.

Aunque los efectos en la salud más claros se han observado en los mineros del uranio que están expuesto a altas dosis de gas radón, diversos estudios realizados, en tanto en Europa como en Estados Unidos, Canadá y China, han confirmado que dosis menores como las que podemos encontrar en la viviendas son un riesgo para la salud y un importante factor que contribuye a provocar cánceres pulmonares.

Un aumento en la concentración de sólo 100 Bq/m3 aumenta un 16% el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Asimismo los fumadores tienen muchas más probabilidades de que el radón les cause cáncer.

Qué dice la OMS? El radón ocupa el segundo lugar en la lista de las principales causas de cáncer pulmonar en muchos países.

Se calcula que el radón causa entre 3% y 14% de los cánceres pulmonares, lo que depende de la concentración promedio de este gas en cada país.

Las probabilidades de que el radón cause cáncer pulmonar en los fumadores son mucho mayores, y este gas es la causa principal de esta neoplasia maligna en quienes no fuman.

Los cánceres pulmonares causados por el radón no están vinculados con las concentraciones altas sino con las bajas y moderadas, debido al gran número de personas expuestas al gas en el interior de las viviendas, que es donde se alcanzan estas concentraciones.

Cuanto más baja es la concentración de radón en una vivienda, menor es el riesgo; sin embargo, no se conoce un umbral por debajo del cual la exposición a este gas no entrañe riesgo.

Cada día está más claro el peso que el medio ambiente ejerce sobre nuestra salud. La OMS considera que: “el medio ambiente es responsable de 13 millones de muertes anuales”. También alerta que “en los países desarrollados, un medio ambiente más saludable permitiría reducir considerablemente la incidencia de cánceres, enfermedades cardiovasculares, asma, infecciones de las vías respiratorias inferiores, enfermedades osteomusculares, lesiones por accidentes de tránsito, intoxicaciones y ahogamientos”.

Martin Eduardo Lucione

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Extraído Salud geoambiental Webmaster Belsatic

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