Nuevo estudio atmosférico señala emisiones de CFC-11 a gran escala en el este de China Las emisiones deshonestas de China de CFC-11 prohibido podrian retrazar la recuperación de la capa de ozono Mayo 2019 Un nuevo estudio publicado hoy confirma científicamente el origen de las emisiones a gran escala del supe contaminante CFC -11 prohibido en el este de China, principalmente en las provincias nororientales de Hebei y Shandong, y encuentra que entre el 40 y el 60 por ciento o más del El aumento de las emisiones desde 2012 se puede atribuir a esta región. Los hallazgos del estudio respaldan los hallazgos de nuestra investigación en China realizada el año pasado inmediatamente después de la publicación del primer estudio, que demostró el uso ilegal generalizado de CFC-11 en el sector de soplado de espuma de China, que se encuentra principalmente en las áreas cubiertas por el estudio.
“Este nuevo documento confirma científicamente que las emisiones de CFC-11 a gran escala provienen del este de China, según lo identificado por nuestras investigaciones e informes”, dijo Avipsa Mahapatra, líder de la campaña climática de EE. UU. De la EIA. “El hecho de que los científicos no puedan identificar la fuente de las emisiones restantes demuestra la falta de capacidad de monitoreo suficiente en otras partes del mundo. "Esto no puede tratarse como casos aislados en China y subraya la necesidad de revisar fundamentalmente el régimen de vigilancia y aplicación del Protocolo de Montreal, incluida la ampliación de enfoques para rastrear la cadena de suministro de sustancias controladas". Clare Perry, Líder de Campañas Climáticas de la EIA del Reino Unido, dijo: “Todavía hay varios problemas sin resolver, incluida la cantidad de CFC-11 ilegal que permanece en existencias ocultas o que ya se puede haber exportado en productos de espuma o mezclas de polioles. Sin embargo, la acción más crítica para China ahora es ubicar y cerrar permanentemente toda la producción de CFC-11. Esto requerirá un esfuerzo de aplicación de inteligencia significativo y sostenido por parte de China". El nuevo análisis se basa en datos atmosféricos regionales registrados en Corea del Sur y Japón para identificar las emisiones con mayor precisión que el estudio histórico del año pasado, que primero hizo sonar la alarma sobre un aumento global inexplicable de las emisiones de CFC-11 que se originan en el este de Asia.
El nuevo estudio de la Universidad de Bristol encontró que las emisiones de CFC-11 en el este de China continental aumentaron después de 2012 en 7.000 toneladas por año, lo que equivale a más de 33 millones de toneladas de emisiones equivalentes de CO 2 de la región. Nosotros calculamos que ilegal el uso de CFC-11 en China puede haber creado un banco total de casi cuatro giga toneladas de CO 2 equivalente entre 2013-17 contenida en productos de espuma de poliuretano existentes, muchas de las cuales aún no se emite a la atmósfera.
El primer enjuiciamiento de China por gases nocivos para la capa de ozono Mayo 2020 Los clorofluorocarbonos (CFC) son productos químicos con una variedad de aplicaciones industriales que se ha demostrado que agotan significativamente el ozono en la atmosfera superior, lo que resulta en la eliminación global de estos productos químicos en virtud del Protocolo de Montreal.
Imagen generada por computadora del agujero de ozono en el Ártico (c) NASA Por primera vez, China procesó a una empresa por el uso ilegal de un gas peligroso que agota la capa de ozono en sus productos, y un empleado recibió una sentencia de 10 meses de cárcel y una multa de 50.000 yuanes (7.000 dólares) por contaminación ambiental. Se descubrió que Minghe Insulation Materials utilizó 850 toneladas de CFC- 11 durante un período de tres años para fabricar poliéteres, un material que se usa a menudo en los parachoques de los automóviles. A principios de este mes, la empresa fue multada con 700.000 yuanes ($ 100.000) y se confiscaron otros 1,4 millones de yuanes ($ 200.000) en ganancias de la empresa. El CFC-11 es un potente gas de efecto invernadero que causa graves daños a la capa de ozono y contribuye al cambio climático. El CFC-11 debería haberse eliminado para 2010, junto con todos los demás CFC a nivel mundial, en el marco del Protocolo de Montreal.
Sin embargo, en 2018, los científicos descubrieron emisiones inesperadas de CFC-11 en la atmósfera, equivalentes a aproximadamente 40.000-70.000 toneladas de CFC-11 ilegal que se producen al año. Estas emisiones, si no se detienen inmediatamente, podrían poner la recuperación de la capa de ozono en riesgo de un retraso severo. La EIA investigó y encontró una producción de CFC-11 generalizada y en curso para su uso en espumas para aislamiento en China. Nuestros investigadores encubiertos encontraron 18 empresas diferentes en 10 provincias chinas que utilizan CFC-11, lo que destaca la omnipresencia de la práctica. Dado que la EIA expuso este escándalo en nuestro informe Blowing It, el Protocolo de Montreal pidió acción urgente y vigilancia sobre la fabricación y el comercio ilegal de CFC-11. China ha establecido un enfoque de "tolerancia cero" y ha llevado a cabo acciones de aplicación a nivel nacional para reprimir la producción y el uso ilegales de CFC-11. Este caso es el primer proceso penal derivado de estos esfuerzos. La activista climática Sophie Geoghegan dijo: “La EIA reconoce las acciones de China pero, dada la escala y gravedad del problema, es necesario hacer más.
"Los sitios de producción ilegal de CFC-11 descubiertos por las autoridades chinas hasta ahora no podían dar cuenta del nivel estimado de producción de CFC-11 y el país debería continuar y mejorar sus acciones de cumplimiento a través de un esfuerzo dirigido por inteligencia". El Protocolo de Montreal debe garantizar que esto no vuelva a suceder. En primer lugar, estas emisiones deben detenerse de inmediato o los éxitos del ozono asegurados hasta la fecha podrían deshacerse. Los cálculos científicos actuales muestran que el agujero de ozono habrá desaparecido en su mayoría para 2065, gracias al Protocolo de Montreal. Sin embargo, estas emisiones sin duda retrasarán esta fecha de recuperación.
Los científicos descubrieron que el retraso podría reducirse a unos pocos años con una acción inmediata para detener por completo las emisiones no autorizadas. Sin embargo, si no se toman medidas, la recuperación de la capa de ozono podría retrasarse hasta 18 años. El Protocolo de Montreal debe examinar cómo y por qué este CFC-11 ilegal se estaba fabricando sin detección; todavía existen numerosas lagunas de conocimiento que deben abordarse. En segundo lugar, y más fundamentalmente, la EIA (Environmental Investigation Agency) insta a una revisión integral del régimen de vigilancia y aplicación del Protocolo de Montreal para garantizar su eficacia en la lucha contra el comercio ilegal de potentes gases fluorados. Las instituciones del Protocolo de Montreal también deben estar preparadas para los nuevos desafíos de la eliminación de HFC bajo la Enmienda de Kigali. El Protocolo de Montreal es aclamado como el mayor tratado ambiental del mundo y ahora debe trabajar para garantizar que pueda conservar ese título. Martin Eduardo Lucione Extraido Environmental Investigation Agency