Paraíso Perdido
María José Maloof
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Perdido
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Paraíso Perdido
Diseño de cubierta: María José Maloof Imagen de cubierta: Evžen Sobek Copyright © 2013 Todos los derechos reservados ©2013
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Para mí, por que escribí este mi primer libro, confiando en mis habilidades, y si yo no lo hubiera hecho, nadie lo hubiera hecho por mi.
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¡Ya estoy harta de esto, ya estoy aburrida, no puedos más!, esto era lo que se decía constantemente Alexa desde que empezó a sentir presión en su vida , y frases como deseo morir, o quiero que esto termine ya, aunque menos frecuentes, azotaban con mayor dureza su mente. Ella, inválida de pensamientos positivos día y noche se quejaba; en el trabajo, en la facultad o en casa.
Esta es la fantástica historia de Alexa, una chica con desgán de vivir, hasta que una experiencia magnífica cambia su vida para siempre.
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Capítulo 1 La promesa
¡Alexa!- Chilló Aura- Ya tienes que levantarte, no te puedes dar el lujo de llegar tarde el primer día. -¡Ya va mamá no me desesperes, solo me estoy desperezando! -Bueno, pero apúrate, solo tienes cuarenta y cinco minutos, y tengo algo que decirte. -Vale mamá, ya estoy en el baño. -Más te vale -¿Qué tenías que decirme mami? -Cariño… te ves hermosa… Alexa sonrrió-gracias mami- dijo
Paraíso Perdido -Bueno, quiero que me prometas algo antes de iniciar tus estudios, esta nueva etapa es tan importante para ti como para mi, quiero que sea de tu agrado y que seas muy feliz en lo que haces… - Lo que tú quieras mami, que quieres que te prometa. -No hija, no es lo que yo quiera, es lo que tú quieras, y no sería de mi agrado que te comprometas a algo que tu sepas que no vas a lograr. -De acuerdo- dijo Alexa riendo-. -Prométeme que no vas a abandonar la carrera que tomaste porque que vas a a ser muy feliz haciendo esto, que no tendrás nada de que
arrepentirte, que yo sepa que no seguirás mis pasos porque si, sino porque es algo que realmente te apasiona, que dentro de cinco años estés sirviendo a la humanidad y te sientas feliz haciendolo , no porque te costó tiempo o solo por conseguir tu sustento hija… Prométeme eso solo si estás agusta haciéndolo…
María José Maloof -Mami… tu eres mi ídola, eres una mujer valiente , luchadora y soñadora… quiero ser como tú, te amo, amo esto, amo la medicina, te lo prometo, te lo prometo de todo corazón. Aura se avalanzó sobre Alexa como cuando era apenas una niña y la abrazó con todas sus fuerzas. -¡Ja! No puede ser, paresco una adolescente llorona. -Ya mamá , que también me vas a hacer llorar. -Ya tonta , vete para la universidad, tu futuro te espera – dijo Aura riendo como una cría. - De acuerdo, solo tengo una petición. -A ver ¿Cuál mi niña? -Prepárame un emparedado, así sea solo por hoy , no conozco a nadie ni se donde está la cafetería y me sentiría mejor teniendo el almuerzo asegurado- rió -Ay mi niña, esperaba que me lo pidieras. Alexa sonrrió -Por eso te lo preparé antes de que despertaras.dijo Aura dándole a su vez una cajita azul dentro de una bolsa.
Paraíso Perdido No no no no no – la regañó Aura- Ábrela solo cuando sea la hora del almuerzo. Bueno mami.- Dijo riendo y sorprendida- Te amo. -Y yo a ti.
Cuando Alexa salió de casa, en el rostro de Audra, se dibujó una sonrrisa, cosa que no pasaba desde hace mucho.
Alexa finalmente salió de casa a enfrentarse a algo magno, la universidad… Mientras viajaba en el autobus, solo podía pensar en lo feliz que sería estudiando, en todas las personas que conocería y lo mejor de todo, que estaría preparándose para hacer algo que le llama tanto la atención. Alexa estaba soñando despierta…hasta que el bus frenó y la sacó del trance en el que se encontraba. -Por el amor de Dios,-Exclamó para si misma- no debo de andar fantaseando aquí- y rió en voz baja.
María José Maloof - Por fin, facultad dulce facultad,- dijo mientras reía y bajaba del último escalón del autobus. Miró con asombro la imponente construcción de vidrio y bloques frente a la que se encontraba, que dejaba ver a profesores con batas blancas y pósters de anatomía en su interior. Definitivamente yo pertenezco a este lugar- dijo Alexa emocionada. Se dirigió rápidamente a una sala de información para consultar sus horarios y se dirigió feliz a clases.
Durante la hora del almuerzo abrió la cajita azul que su madre le había dado, y se encontró con una notita seguida de un emparedado, que decía: Hija, te amo, eres muy especial para mi, disfruta de tu día y de tu emparedado. Con amor Mamá ♥ Alexa tomó el emparedado y recordó el sabor de inmediato: atún,lechuga, tomate, mayonesa y…
Paraíso Perdido aceite de olivas ,- ¡claro!, como el de mi primer día de clases – se dijo. Lo comio deprisa, como si tuviera miedo de que llegara otro estudiante y se lo arrebatara. El día transcurrió normal y feliz para Alexa. Tomó otro bus de regreso a casa, y cuando llegó encontró a su madre viendo unas fotos, que guardó apenas notó la presencia de Alexa. -¿Mami, y esas fotos que estabas viendo? - No son nada cariño, solo viendo viejos recuerdos. - ¿puedo verlas? - No, ya es muy tarde, tengo sueño, después las dejas tiradas por allí. Aura le dio un beso a Alexa, le preguntó por su día a Alexa y subió a su alcoba. Alexa se sentó a ver t.v y al cabo de un rato, quedó rendida en el sofá.
Los días pasaron y al cabo de una semana Alexa conocía toda la facultad como si fuese la palma de su mano, estaba aprendiendo a paso lento
María José Maloof pero seguro, aunque su caligrafía estaba empeorando, conocía los nombres de la mayoría de sus compañeros y a todos sus profesores, le estaba tomando cariño a los libros de anatomía y a las distintas materias que le dictaban.
Era como un sueño hecho realidad, en el que ella era la protagonista de un cuento en el que todo era color de rosa. A pesar de tener que madrugar Alexa no se sentía cansada por tener que hacerlo, aún cuando hubiese dormido poco por la noche , se sentía siempre bien dispuesta.
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Capítulo 2
El abuelo Rafael. -¡Mamá, ya llegué! Aura se encontraba viendo de nuevo las fotos de la vez pasada, esta vez Alexa intentó acercarse a verlas, pero Aura respondió con una mirada defensiva y guardó de inmediato las fotos. -Mami, ¿qué te ocurre?, ¿por qué te pones rara cuando te veo con esas fotos?¿de quién son? A Aura se le salieron varias lágrimas, al tiempo que arrugó la nariz y torció la boca. -Cariño, te repito, no sucede nada, son solo fotos,son solo reuerdos. -¿y porqué no me dejas verlas entonces? -Por que no…- dijo Aura con un esbozo de sonrrisa- Alexa, olvídalo, más bien come algo, estás adelgazando mucho desde que estás estudiando. Aura se levantó y se fue frustrada a su cuarto. -¡Mamá, no me dejes así, mamá!
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Alexa fue corriendo a su cuarto y cerró la puerta de un golpe, no durmió esa noche pensando en qué significarían esas fotos para su madre. Siguieron pasando los días … Alexa se preocupaba cada vez más por Aura, y Aura reaccionaba cada vez peor a la preocupación de su hija, la situación empeoraba , a ambas se les notaba físicamente el estrés. Los ojos de Aura despertaron gélidos y tiesos esa mañana; el teléfono sonó con fuerza y la hizo levantarse de la cama con el cuerpo adolorido y el corazón destrozado, contestó: -¿Hola?¿si?¿Es en serio?¡Que bien! Voy para allá, deme una hora, sí, Rafael, 65 años, Claro, Gracias. Aura salió corriendo hasta la habitación de Alexa y la despertó contenta, pero de manera sutil. -Alexa, cariño, despierta, tengo algo que decirte. Alexa dejó ver sus tiernos y cálidos ojos cafés lentamente , arrugó la nariz chata y reaccionó. -Buenos díaas mamá,hoy te ves radiante.
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-Hola cariño, te tengo unas excelentes noticias, pero antes vamos a desayunar ¿vale?, hace mucho no comemos juntas… A Alexa se le salieron un par de lágrimas, se incorporó y abrazó a su madre, Aura no puedo resistir tanto sentimiento y termino imitando el comportamineto de su hija, agregándole una risita tonta. -Bueno niña vámonos tenemos una hora para llegar. -¿Llegar a donde mami? -Es una sorpresa, tu solo ves bañándote, yo voy haciendo el desayuno- dijo Aura mientras bajaba afanosa y contenta las escaleras hacia la cocina. - Mamá, pero quiero saber- Excalmó Alexa -Que no, ya he dicho, has caso, que pareces una cría. -Ohhh mamá, está bien – dijo Alexa haciendo pucheros. -Viste, pareces un bebé, ahora no me digas que tengo que bañarte ahora
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-No mamá – dijo Alexa haciendo una mueca.
-Nena, que linda- dijo Aura contenta de ver a su hija con detenimiento, paz y tranquilidad, cosa que últimamente no había sido capaz de hacer por tanto estrés y sufrimiento del día a día. Desayunaron hasta saciarse y salieron de casa, se subieron al coche e iniciaron el recorrido hacia el misterioso lugar de encuentro. -¡Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, dime ya hacia adonde vamos! - ¡Que no, no,no, no ,no! Pareces una bebé, ya te dije que es una sorpresa – rió. Alexa chasqueó la lengua en señal de desaprobación, a lo que Aura le contestó con un guiño en el ojo.
Pasaron quince minutos, y se encontraron frente a un edificio cercado por árboles marchitos y flores grises; el ambiente era deprimente, los cristales que se habían vuelto opacos por la mugre, reflejaban el silencio doloroso y la tristeza
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de los habitantes de ese edificio que años atrás había sido joven y bello. Bajaron entonces del coche, cruzaron el “jardín” por un sendero de cemento y llegaron a la puerta de la construcción, tocaron dos, tres veces; se sintieron unos pasos pesados acercarse, seguido de un golpe seco y un chirrido apareció una mujer robusta y desaliñada detrás de la puerta, sonrrió e hizo un ademán invitándolas a seguir. -Buenas tardes -Buenas tardes- dijo la mujer sonriendo-, ¿en qué puedo ayudarles? -Gracias, busco a alguien, mi nombre es Aura, Aura Farías, y busco a… -Sí, al señor Rafael Farías… -interrumpió la enfermera – la estábamos esperando. Alexa se preguntó en ese momento quién sería aquel hombre, un tio lejano, un primo de su madre, o… ¿su abuelo? ¿si será posible? – se interrogó Alexa, se supone que ya está muerto… -Mamá... – dijo Alexa casi susurrando- ¿quién es ese hombre?
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-Alexa, ya has esperado bastante, espera solo cinco minutos más. Alexa decidió no hacer berrinches esta vez y decidió esperar. La enfermera guió a Aura y a Alexa hasta una sala de espera. -Por favor esperen un minuto, ya regreso. Al rato regresó la enfermera con un hombre cubierto de canas y ojos triste. -Señor Rafael, han venido ya por usted. El anciano sonrrió, y la expresión de sus ojos cambió.
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Alexa, una joven de 22 harta de sus estudios, su trabajo, su rutina , en fin, su vida, conoce en la universidad a Mayra una chica extrovertida que intenta animar sin éxito a nuestra protagonista, pero que a pesar del estado de Alexa, logran volverse amigas intimas. Mayra decide invitar a Alexa a pasar vacaciones a una vieja casa campestre familiar, lo que estas dos chicas no saben , es la aventura que le espera a Alexa ; ella encontrará un viejo diario con una historia muy parecida a la suya, pero este no será un diario cualquiera, por que la transportará a un mundo desconocido donde nada es como en su hogar, pero…¿será este el nuevo hogar de Alexa? o ¿podrá regresar a su tierra ?