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VÁMONOS POR PARTES: LA HISTORIA DE LA BUENOS AIRES
ESTA COLONIA ES CONSIDERADA COMO UNO DE LOS BARRIOS BRAVOS DE LA CAPITAL Y EL CENTRO DE VENTA DE REFACCIONES MÁS GRANDE EN LA CDMX
Muchos podrían pensar que la colonia Buenos Aires le debe su nombre a la capital de la República de Argentina, pero la realidad no podría ser más lejana. Lo cierto es que la ironía llevó a los propios habitantes a nombrarla de tal manera, “buenos aires”, ya que a principios del siglo XX las aguas negras del Río de la Piedad corrían a cielo abierto despidiendo olores innombrables. No hay documentos que determinen el año exacto de su fundación, pero su historia arranca cerca de la segunda década del siglo XX, cuando un grupo de personas se asentó irregularmente en la zona, que antes servía como terreno de los potreros del Ahuehuete y En Medio. Los primeros residentes se dedicaban a la plomería y, décadas más tarde con la llegada de los automóviles, estos fontaneros cambiaron de giro y comenzaron a reparar carros y comercializar sus partes (hasta la fecha).
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Hoy pisar la Buenos Aires como foráneo o sin un guía de por medio puede ser una experiencia un tanto retadora. Tiene reputación de barrio bravo aunque eso es parcialmente cierto según datos de la SSC, ya que sus índices delictivos son menores en comparación con otras colonias de la alcaldía Cuauhtémoc. Pro- ducto de este malogrado prestigio, la zona sólo tiene una escuela primaria (con altos porcentajes de abandono), no cuenta con instalaciones deportivas, centros culturales, parques o espacios recreativos y tampoco hay oficinas que impulsen programas sociales de bienestar. De esta manera, la Buenos Aires se ancla a su único método de supervivencia, que es la venta de autopartes y refacciones de segunda mano, recuperadas o fabricadas. Se dice que todo lo que ahí se ve y oferta es robado (sobre todo a partir de los 70, cuando los accesorios cromados fueron reemplazados por piezas plásticas genéricas). No obstante, la Unión de Comerciantes de Refacciones y Accesorios Nuevos y Usados para Autos y Camiones (ACRA) lo niega, ya que “existe una normativa para la adquisición de estos bienes”. Se tiene registro de 246 negocios pero se estima que en realidad hay más de 400, ya que la mitad de los colonos viven de este negocio generacional.
Marginada desde sus inicios, la Buenos Aires es un espacio sui generis en donde conviven la quietud y el arte gótico del Panteón Francés, con la conmoción y los gritos de los coyotes que, por una módica propina, te introducirán al mundo de la que, alguna vez, fue llamada la refaccionaria más grande del mundo.
Fuente: “Los riesgos del ‘sharenting’: tengo tres años y me sigue en redes más gente que a ti” El País .