Estudio extendido / La sombra de los árboles, una cárcel en Varsovia, y otras conversaciones en México © 2012 D.R. © Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México A.C., 1er. Callejón de Mesones 7, Centro Histórico, ciudad de México, C.P. 06080 www.casavecina.com +(52 55) 5709.1540 D.R. © de las imágenes, sus autores / for the images, the authors D.R. © de los textos, sus autores / for the texts, the authors Primera edición / First edition: 2012 ISBN Todos los derechos reservados / All rights reserved Este libro no puede ser fotocopiado ni reproducido total o parcialmente por ningún otro medio o método sin la autorización por escrito de los editores / No part of this book may be photocopied or reproduced by any other method without written permission from the Publisher. Distribuido en México por / Distributed in Mexico by: Purpuramar libros www.purpuramar.com Hecho en México / Made in Mexico Impreso en México / Printed in Mexico
Tania Ragasol
Estudio Extendido La máquina de dibujar
Dibujar es una forma de escribir. José Miguel González Casanova1 El dibujo se vuelve un proceso dialéctico de pensamiento que va y viene de la idea difusa en la mente, a la concreción manopapel-lápiz. Alberto Kalach2 En realidad, y tal vez sea lo que mejor habla de mí y de mi obra, es que soy un escritor que no escribe. Un escritor sin libros. Un escritor que, extrañamente, hace lo que no tendría que hacer, o sea copia, dibuja, colorea, modela, en lugar de ponerse de una vez a su verdadera obra… Pauline Fondevila3
Estudio Extendido es el eje principal de las actividades de Casa Vecina, a partir del cual sus espacios se convierten, más que en ambientes expositivos, en espacios de investigación y experimentación para artistas invitados. El programa de residencias sugiere la posibilidad de una extensión del taller del artista, a la vez que brinda una oportunidad para repensar los mecanismos de montaje y la presentación de procesos creativos. Para ello invita a los artistas a
5
trabajar en los espacios de Casa Vecina por temporadas de 3 meses, apropiándose de ellos para desarrollar investigaciones específicas, proponiendo modelos de montaje, divulgación y publicación de su trabajo. Este programa entiende la práctica artística y la investigación teórico-estética a partir de la relación entre experiencia colectiva y procedimientos de montaje. A partir de esta premisa, Pauline Fondevila (Havre, Francia, 1972, radicada en Rosario, Argentina) propuso para su proyecto de residencia convertir a Casa Vecina en una escuela temporal y experimental de dibujo. Un espacio para pensar el dibujo hoy en día, alejado de la concepción académica de la práctica y enfocado a trabajar con la intuición, la imaginación y la proliferación. En Casa Vecina, más que consolidarnos como un espacio para ver arte, nos interesa ser ese sitio desde el cual pensar a partir de procesos artísticos. Un lugar para trabajar y encontrar(¿se?) mientras se trabaja. En ese sentido, el proyecto de Pauline Fondevila nos pareció desde un inicio como una estrategia rica, inteligente y divertida de involucrar a diversos colaboradores en su propio proceso de trabajo y creación, a la vez que proponer la reflexión desde el hacer: Pensar dibujando o el dibujo como manera de pensar. Durante cinco sesiones de trabajo llevadas a cabo durante el mes de marzo de 2012, Fondevila trabajó con dos grupos de colaboradores a partir de su interés y su compromiso con la colectividad del taller. Las sesiones incluyeron revisiones teóricas a partir de recorridos en imágenes a través de la historia del dibujo, sin jerarquía de géneros: desde el cómic hasta el arte folclórico, mirando de cerca a los artistas que utilizan el dibujo actualmente como práctica central. Se practicaron técnicas consideradas durante mucho tiempo poco ortodoxas, como la copia, la apropiación sinvergüenza, la asociación libre, la confrontación de escalas, el irreverencia hacia la perspectiva, el remix de imaginarios, la mezcla de referencias y de estilos, el dibujo a cuatro
6
manos, el dibujo con música, y todo aquello que incitara a construir la personalidad propia y el lenguaje o “vocabulario” singular de cada dibujante. Los ejercicios de dibujo estuvieron vinculados a la obra de algunos dibujantes contemporáneos, que incluyeron a Fleur Noguera, Hippolyte Hentgen, Annie Pootoogook, Dulce Chacón, Maximiliano Rossini, Ernesto Ballesteros, Ariel Costa, entre otros. Un grupo de pequeños dibujantes (entre 3 y 8 años de edad) integraron también La máquina de dibujar, y trabajaron a partir de las mismas consignas que el resto del taller. Los temas tratados en cada sesión fueron: la idea de serie; la idea de narración y ficción (a partir de un ejercicio con la artista visual Dulce Chacón); la idea de dibujo colectivo (a partir de un ejercicio con la curadora Caroline Montenat); la idea de homenaje o cita (a partir de un ejercicio con el artista visual Ariel Costa, mismo que desembocaría en la idea de la “enciclopedia dibujada”), y finalmente, la idea de mural colectivo, con la consecutiva conceptualización y “escritura” del que se presentó el vestíbulo de la planta alta de Casa Vecina. La concreción de una experiencia colectiva que va mucho más allá de “aprender a dibujar”. Paralelamente a esto, Fondevila reunió un banco de imágenes de la Ciudad de México: en colaboración con Caroline Montenat, directora de Materia de dibujo/ Drawing Issues, invitó a una docena de actores sociales—entre arquitectos, artistas, filósofos—a conversar con ella acerca de múltiples temas. Cada invitado eligió la sede para la conversación. A la par, se invitó a colaboradores (varios de ellos integrantes de los talleres de la Máquina de dibujar) a que registraran en dibujo los encuentros. Este material dio pie a esta publicación como parte de la residencia de Pauline, convirtiéndose en otro lugar de encuentro, en otro sitio y pretexto para pensar el dibujo como forma de registro, pero también como fin en sí mismo. Las conversaciones no fueron grabadas ni en audio ni en video. La única constancia de su existencia son los dibujos reproducidos en el libro. El dibujo como detonador de memoria e imaginación.
7
Tanto el trabajo presentado en Casa Vecina, como el que muestra este libro, es una obra en continua construcción que la artista siguió desarrollando como parte de su residencia en Casa Vecina y, creemos, seguirá construyéndose. Así, tanto las series de dibujos y los resultados de los distintos ejercicios del taller, como la colaboración en la intervención a muro y en la realización de esta publicación, no constituyen de ninguna manera un producto artístico terminado, sino parte de la constante búsqueda de imágenes que completen la “enciclopedia” de Pauline Fondevila. Una dinámica propuesta que no solo benefició a la artista, sino que ofreció un verdadero espacio de encuentro y de experiencia integral a sus co-participantes.
González Casanova, Miguel en Gramática del dibujo en 100 lecciones, México, 2009, Pág. 12 2 Kalach, Alberto, en entrevista con Tania Ragasol el 29 de junio de 2011. A publicarse en el 2do número de la Revista Abitare. 3 Fondevila, Pauline, en su propuesta de proyecto para Casa Vecina, Rosario, el 10 de febrero del 2011. 1
CONACULTA,
8
9
Nota:
Volviendo de Mexico, en Rosario, concebí la edición de las conversaciones que están presentadas en este libro. En mi taller, a partir de los dibujos de los doce dibujantes que participaron al proyecto, y que están reproducidos tal cual aquí, puse un título a cada encuentro y dibujé a modo de introducción una suerte de carátula para cada uno. En el café el Cairo, por las mañanas, escribí las biografías de cada persona con quien conversé, sin pedirles ningún dato, sin buscar sus nombres en un buscador inernet, sino intentando encontrar lo que sabía de cada uno, y lo que me habían dejado ver, saber o intuír. De todos estos encuentros, no se grabó ni se filmó nada, de este modo, todo el libro fue realizado a partir de mis recuerdos, y hay que admitirlo, de una cierta melancolía que vino a la hora de rrecorrer los dibujos, de repensar cada conversación, de acordarme de todos. Puede ser que La sombra de los árboles, una carcel en varsvovía, y otras conversaciones en Mexico, sea una forma de medir lo que en realidad no se podrá medir nunca, es decir lo poco y a la vez lo mucho que queda de todo este trozo de vida. Pauline Fondevila, Rosario, junio 2012
11
Caroline Montenat
La sombra de los árboles, una cárcel en Varsovia y otras conversaciones
Es todo un arte de saber preservar las explicaciones de una historia mientras se relata. Walter Benjamín C’est pour avoir tellement parlé et écrit qu’il y a de par le monde tant de restes qui, avec leur sérieux « déplacé » ont une résistance de pierre à tout ce qu’on aurait besoin de faire de véritablement nouveau. De ces confuses pierres, un silence sort, un empêchement, pierres pour entraver l’esprit, pour entraver la marche, pour entraver l’avenir. Pierres ! Républiques de Paroles. Henri Michaux
Dicen que la conversación es un arte en decadencia.Desde el siglo XVIII, su edad de oro, hemos perdido de manera paulatina la facultad de conversar, y toda la nueva tecnología comunicativa desarrollada desde las últimas décadas propició la forma que tenemos actualmente de no conversar 1. Sea cierto o no, este tema abre una amplia y apasionante reflexión, que seguramente no cabe aquí, pero que encuentra una cierta resonancia en el proyecto La sombra de los árboles, una cárcel en Varsovia y otras conversaciones una experiencia que hemos emprendido, Pauline
13
Fondevila y Materia de Dibujo / Drawing Issues, como pretexto de una producción de dibujo. A la ocasión de una estancia de tres meses en la Ciudad de México como residente invitada de Casa Vecina, Pauline estaba planeando el taller abierto “La Maquina de Dibujar” como proyecto central de su residencia. Al respecto, le propuse plantear un proyecto “fuera” de Casa Vecina pero que tendría una vinculación con ésta, una suerte de extensión del taller hacía la ciudad, como un trabajo de campo, que le permitiera realizar un proyecto más íntimo, a su medida y al mismo tiempo involucrar a participantes del taller. Al final, podría experimentar con todo esto. Pauline nunca había estado en México y, aunque ya contaba con referentes sólidos de su cultura, estaba pisando la ciudad por vez primera. Conocer gente local ciertamente tenía su punto; pero no era nada más una cuestión de entablar contacto con México y hablar con sus habitantes, sino tramar un tipo de constelación a partir de las relaciones pre-existentes, ocasionales y fortuitas que se podían dar. Ir tejiendo el sustento relacional propiciado a lo largo de su estancia, de su recorrido personal y el descubrimiento del “otro” en su terreno. Recordando el siglo XVIII justamente, con la tradición pictural anglo-sajona de las Conversation pieces 2 -“retratos de conversaciones”- o los salones literarios y mundanos en la Francia de la Ilustración-la mayoría de ellos, por cierto, regidos por mujeres- la conversación nos pareció constituir el marco ideal para nuestra iniciativa. Empezamos a organizar un círculo centrípeto de conocidos suyos y míos, buscar los pasos e intereses comunes e imaginar conversaciones sobre cualquier tema que pueda ser motivo de conexión. Estas convergencias sirvieron de hilo conductor, a veces recordando el pasado, otras ocsiones buscando un sentido o unidad más adelante para encontrar un nuevo vínculo insospechado. De manera simultánea a la idea de la conversación surgió la de documentar las reuniones solo con dibujos, inspirándose de los “retratos de conversación” antes men-
14
cionados. Pauline, protagonista y centro focal de la escena, y no obstante dibujante ella misma, tenía que dejar el oficio a otros; invitó así a los participantes de su taller, con los cuales ya había entablado una relación específica en torno a su trabajo, a unas sesiones de dibujo “al vivo”, como uno de los ejercicios del taller. Por lo tanto, fueron mexicanos quienes retrataron su experiencia en México -salvo en dos ocasiones-, centrando toda su atención en resolver gráficamente la escena, a su nivel y aportando detalles afortunadamente apartados de los clichés del “ojo extranjero en México”. Por otra parte, no pretendíamos crear grandes sistemas, pero organizar un momento convivial, fuera de la agitación cotidiana, descubrir lugares de la Ciudad de México, y ofrecer una puesta en escena única a la producción de los dibujos. A excepción de uno o dos, dejamos la decisión a nuestros interlocutores, así como el día y la hora. Los “sets” que aparecen en este libro fueron escogidos por su peculiaridad estética, por su historia o simplemente por cuestión de comodidad logística y, literalmente para “dar lugar” a la conversación y enraizarla en un contexto vernacular. También era importante que nuestro interlocutor nos recibiera como anfitrión y pudiera actuar como tal. Tratando de definir este proyecto, más allá de ser fruto de una colaboración, resulta difícil considerarlo como una obra colectiva, por estar compuesta de interpretaciones personales y muy alejadas las unas de las otras; cada dibujo se gestó de manera autónoma. Si se perciben escasos vínculos del contenido de las conversaciones en los dibujos, aflora al contrario el universo de cada dibujante que deja –o casi- al segundo plano el propósito original y los protagonistas. Lo que contrarresta dicho proceso, son los capítulos introductorios dibujados posteriormente por Pauline que dan una homogeneidad visual y sobre todo una estructura literaria al conjunto, con títulos tanto poéticos como misteriosos y dibujos metafóricos. La entrega de estos escasos fragmentos de contenido e informaciones deja todo lo demás en la sombra, y nos invita por lo mismo a construir
15
un relato personal – uno más- de lo sucedido y hablado. Asimismo, una dimensión cinematográfica latente -el crédito de los participantes/actores y de los lugares/ sets de producción así como la variedad de ángulos en las tomas resultantes de los dibujos- resaltan el carácter narrativo del conjunto. Y es ahí cuando Pauline hace suyo el proyecto, enmarcándolo en una historia que inspiró ella misma, como se construye una ficción, o una fábula. Los dibujos de “otros” sirven para testificar este proceso. De cierta manera, el hablar, el conversar permitía construir su propia historia, en México, como una edificación hecha de ideas-piedras que se iban juntando, sin orden ni jerarquía pero formando el cuerpo sólido, todo un léxico, temático, conceptual, capaz de resistir a cualquier definición monográfica de lo que México hubiera podido significa para ella. La sombra de los árboles, una cárcel en Varsovia y otras conversaciones es un territorio extendido e incluyente, que en su momento estuvo en México; es un territorio vivo y por lo tanto cambiante, abierto a recibir y compartir ideas, donde uno está invitado a tomar el tiempo de revelarse a través del otro. Es lo que las conversaciones logran construir, a veces, desde el siglo de la Ilustración: Repúblicas. Peter Burke , ¿La Decadencia De La Conversación?. SalónKritik, 2009. “Se distinguen por su representación de un grupo aparentemente dedicados a una conversación gentil o algún otro tipo de actividad, muy a menudo en el exterior. Típicamente, sería un grupo de miembros de la misma familia, pero podía incluirse a los amigos, y algunos grupos son de amigos, miembros de una sociedad o cazadores, o algún otro tipo de agrupamiento. Normalmente las pinturas son relativamente pequeñas, aproximadamente tan altos como el tamaño de una cabeza o un retrato de medio cuerpo. […] La expresión «conversation piece» más tarde adquirió un significado diferente. Pasó a referirse a objetos que eran percibidos como suficientemente interesantes para hacer que se hablara de ellos. Proporcionan un estímulo para emprender una conversación. Las conversation pieces originales a veces representaban a un grupo unido en conversación en torno a un objeto, que típicamente sería algo relacionado con la ciencia o la erudición. “ Fuente: Wikipedia. 1 2
16
17
Biografías
Caroline Montenat Caroline vive en Mexico desde hace muchos años, donde se dedica a curadurías y eventos públicos en torno al dibujo. Nos conocimos en Barcelona en 2005. Vivía en el barrio donde yo tenía mi taller y solíamos ir a tomar cafés, fumando cigarros y hablando horas. Esos cafés con Caroline fueron muy importantes para mi, para nosotras, para nuestras ganas de colaborar en un proyecto algún día. Para la primera conversación de todas, nos instalamos en la terraza improvisada de una tienda de abarrotes a la esquina de su casa en la Roma Sur a media mañana. El día era muy lindo. El lugar me resultó tan familiar que me sentía en la esquina de mi propia casa. Prolongamos la conversación al atardecer, con una botella de vino, en el comedor bañado de luz de su departamento. Dibujante: Emilio Jiménez (estudiante en arte, MDD)
Tatiana Lipkes Tatiana es escritora, cinéfila, editora y toca varios instrumentos extraños en el grupo NIDADA, banda de
131
rock experimental de la escena alternativa defeña, que volveré a mencionar, puesto que toqué los tambores en uno de sus recitales. También traduce, entre muchas cosas, subtítulos de cine francés para México. Una de las últimas películas para cual trabajó al momento que la conocí era LE HAVRE de Aki Kaurismaki, película homenaje a mi ciudad natal y a sus rockeros. Tatiana nos citó una mañana en el Museo de Geología, en la colonia Santa María de la Ribera. Durante la conversación, mientras paseabamos en el museo vacío que parecía estar abierto solo para nosotras, tenía la sensación de conocer a Tatiana desde mucho más tiempo, en la manera que tuvimos de llegar a hablar de cosas íntimas de forma muy natural. La conversación fue muy parecida a ella, divertida, emocionante y en un punto, novelesca. dibujante : Wicho (ilustrador y dibujante, MDD)
Adilson Balderas Adilson es defeño y creció en la colonia Santa María de la Ribera. Conoce muy bien esta zona y participó de los movimientos alternativos que ahí surgieron. Hoy es músico profesional y toca en varios grupos y orquestas, y en los 90 fue batería en una banda punk llamada Miseria Gozo. En los mismos años yo tambien tocaba la batería en una banda, que podría definir como post-punk, llamada Cornice, en Le Havre. Quedamos un sábado por la tarde en el bar La Bota. Adilson llevaba una camisa amarilla brillante, de mucha clase, y tomamos unas cervezas, evocando la juventud, el rocanrol y los hijos, comiendo una especialidad de la casa a base de frijoles y mucho queso. dibujante : Ariel Costa (Ariel es mi pareja, es dibujante y músico)
Agnès Mérat
132
Agnès es filósofa, aventurera y vive en el DF desde hace 15 años. Puede emprender viajes insólitos, como ir de México a la Patagonia en un coche que funciona con aceites usados. Cuando no viaja, está a cargo de un taller en varios lugares de la ciudad que se llama El espectador crítico, donde milita para una mirada activa e inteligente. Tiene mi edad, cuando yo estudiaba letras en Francia, ella estudiaba filosofía, y desde entonces, soñaba con una vida en países lejanos. Agnès decidió que nos encontraramos en el Museo de las Juguetes Antiguos de Mexico y nos presentó, dentro de un conjunto de miles de objetos, sus piezas favoritas. En este museo, la colección no está presentada según algún parámetro objetivo, ni bajo una museografía clásica. Más bien los juguetes están reunidos según la fantasía de su dueño, en una sucesión sin fin de salas, dentro de un desorden y una proliferación alucinante. Las escenografías a veces muy rebuscadas, con movimiento y luces, narran una historia cuya lógica escapa al entendimiento común pero que Agnès puede reconstituir gracias a un misterioso superpoder. dibujante : Alvaro Venegas (fotógrafo, MDD)
Gustavo Lipkau Gustavo, como arquitecto, está a cargo del taller de micro-urbanismo en Casa Vecina. En los tres meses de mi residencia, tuvimos que compartir la planta baja, él y su grupo de investigación, yo y el taller de dibujo colectivo La Máquina de Dibujar. Observaba y escuchaba de lejos sus planteamientos, que eran muy extraños para mi. Veía en las paredes mapas misteriosos, escuchaba de vez en cuando fragmentos de frases incomprensibles, observaba en silencio los movimientos y el trabajo de este colectivo vecino. Un martes al mediodía, invitamos Gustavo a conversar para entender más acerca del “microurbanismo”. Nos dio una verdadera conferencia, hablando de proyectos utópicos y de nuevas formas de hacer política,
133
que apenas interrumpimos, fumando cigarros, sentados en la azotea de Casa Vecina de donde se ve algunas cúpulas y restos arquitectónicos del centro. Dentro de este conjunto urbano heteróclito, Gustavo nos enseñó los lugares donde proyectan intervenciones con su taller y las opciones claves para mejorar en un futuro el barrio. dibujante : Humberto Alcántara (arquitecto y pintor, MDD)
Benjamín Mayer Benjamin es psicoanalista, director del Instituto de Estudios Críticos 17 y a veces comisario de exposiciones. Es gracias a él que se vió en México la extraña y fabulosa obra del fotógrafo ciego de origen esloveno radicado en París, Evgen Kapvar. A pesar de su gran actividad, y con mucha generosidad, Benjamin nos recibió en la casa llena de libros donde tiene su consultorio, en la colonia Coyoacán. Tomamos asiento en una sala pequeña y acogedora, en el sofá y los sillones que usan sus pacientes, donde él suele escuchar, y hacer este trabajo particular suyo de procesar las palabras del otro. El tiempo se suspendió allí, durante un par de horas muy agradables, y solo nos llegaba del exterior el ruido impresionante de una fuerte tormenta. Fue una conversación donde las palabras entre los tres circularon tan bien como el aire en las botellas de Klein que Benjamin fabrica. dibujante : Jorge Morales (estudiante en arte, MDD)
Agustin Gonzalez Agustin pinta y tiene su taller cerca de Casa Vecina. Ví un cuadro suyo en una galería y lo quise conocer. Por su pintura, y también por su nombre. Se llama igual que un amigo y colaborador muy querido, con quien realice el proyecto Conferencia para una isla en 2010, en el río Paraná frente a la ciudad de Rosario en Argentina. Fue
134
un evento con una larga y minuciosa producción, pero de cual queda solo dibujos, como todas esas conversaciones. Con Agustín González de Rosario hablamos mucho y con Agustín González de México solo tuvimos una conversación, y sin embargo me sentí en seguida muy cómoda, tanto con él que con su forma de trabajar y de pensar su trabajo, su rutina y sus necesidades. Temprano en la mañana, con café caliente, nos encontramos en su taller, rodeados por sus pinturas y sus cuadernos. Algún día a lo mejor Agustín se mude en Oaxaca o en Berlín, pero su taller será siempre, esté donde esté, igual a este. dibujante : Dulce Chacón (Dulce es artista, todo su trabajo parte de la práctica del dibujo como herramienta para recordar sitios e imaginar situaciones)
Jerónimo Hagerman Jerónimo investiga la relación entre lo humano y el exterior, desarrollando en el espacio público, entre otras prácticas y proyectos, grandes instalaciones vegetales como la que está justo en la entrada de Casa Vecina. Este jardín público muy particular fue parte de mi paisaje casi cotidiano durante tres meses. A los pocos días de mi llegada a México, asistí a una conferencia suya en SOMA. Su sinceridad y simplicidad a la hora de presentar su obra, más allá de lo interesante de su propuesta artística, me conmovió y me dio ganas de conocerlo. Jerónimo nos recibió en su casa, que le sirve a la vez de oficina y taller, para conversar y desayunar. En unos días se iba a España, aunque sin saber exactamente cuando. Asi vive desde mucho tiempo, entre dos viajes, entre dos continentes, consiguiendo lo que muchos de nosotros queremos -quienes tenemos dos países o más en el corazón- sin siempre saber como lograrlo. A lo largo de la conversación nos desplazamos de un ambiente a otro, de la mesa de la cocina, a la pequeña selva de la terraza, pasando por su colección de animales de cerámica gallega post-nucleares
135
y otros objetos raros, guiados por las cálidas palabras de Jerónimo. dibujante : Agustín González (para esta conversación Agustín participó como dibujante, leer su biografía más arriba)
Jorge Satorre Jorge es artista y estudió en el DF donde vive todavía por temporadas más o menos largas. Lo conocí hace ya bastante años en Barcelona y fue la primera persona en hablarme de México y en darme ganas de ir. Hace muy poco realizó un trabajo que se llama precisamente “conversación” y que viene de un encuentro que tuvo con Carlo Ginzburg de más o menos dos horas y media convertido en una secuencia de dibujos. La presencia de Jorge en este libro fue desde el principio indispensable a muchos niveles, como amigo, artista y especialista de ese tipo de dispositivos que mezclan dibujos y narración, texto y memoria. Quedamos para esta conversación en la Faena, bar mítico y algo ya decadente, en el Centro Histórico. Eran las cinco de la tarde, podía haber sido las diez de la noche, o las tres de la mañana, en este lugar no entra el sol, no hay ventanas y parece que el mundo afuera no existe más. Hablamos como tantas otras veces por el pasado, de asuntos variados, a veces íntimos, tomando cervezas, y algunos tequilas. Mientras tanto, en mesas cercanas, los mariachis tocaban canciones bellas y nostálgicas. dibujante : Marco A. Juárez (estudiante en arte, servicio social de Casa Vecina y asistente de la Máquina de Dibujar)
Gabriela Jáuregui Gabriela escribe poesía, novelas, artículos, canciones, críticas de arte, ensayos, y textos experimentales. Su último libro editado, Taller de Taquimecanografía, es un proyecto
136
literario colectivo, un texto escrito por cuatro autoras, donde buscan hacer surgir una quinta voz, que sería de ninguna y de todas a la vez. Junto a Tatiana (ver más arriba la biografia), Tania y Yazmín, fundó el grupo NIDADA, donde toca el bajo, compone y canta, una experiencia al final similar, cuatro voces uniéndose en un sonido único y común. Gabriela, en mis primeros días en México, me propuso tocar con ellas, substituyéndome el tiempo de unos ensayos y de un recital a la batería original de la banda, quien estaba por un tiempo fuera de la ciudad. Esto me permitió vivir uno de los momentos más intensos de esos tres meses en el DF. Con el motivo de esta conversación, Gabriela nos invitó a desayunar y preparó una mesa llena de bebidas, frutas y comidas ricas. En su casa se siente un imaginario singular e intenso, como ella, como su manera de vestir y de pensar, como su voz y la melodía de sus frases extrañamente igual en todos los idiomas. dibujante : François Olislaeger (François vive desde hace poco entre México y París, es un amigo cercano. Juntos, hicimos en el 2005 el comic Echoesland, con dibujos suyos y guión mío.)
Daniel Garza Daniel nació y creció en el campo en el Estado de Querétaro. Hoy en día es curador en el Museo de Arte Moderno de México y es su primer trabajo fijo en la ciudad. Unos años atrás fue bibliotecario de diapositivas en Londres, un trabajo que suena de novela inglesa. Durante meses miró, ordenó y clasificó un inmenso archivo de reproducciones de obras de arte, de todos los países y todas las tiempos. Algo así me pareció Daniel, un hombre que podría ser de muchos lugares, y de muchas épocas. Fumando cigarros hablamos una hora al sol del mediodía, en los jardines del MAM, rodeados por esculturas y árboles gigantes, que se mezclan y se confunden.
137
dibujante : Diana Pedraza (maestra para niños, MDD)
Willy Krautz y Victor Palacios Willy y Víctor son amigos y los dos son curadores en instituciones del DF. Willy nació en Brasil, Víctor en México, y al terminar sus estudios de Historia del Arte, ambos empezaron a trabajar en el Museo Tamayo, donde se conocieron. Poco después los dos vivieron en Barcelona, aunque no exactamente al mismo tiempo. Allí conocí a Víctor y escuché mucho hablar de Willy. Nos encontramos para conversar en la famosa cantina El Covadonga, donde se reúne frecuentemente la escena artística mexicana, y comimos una deliciosa comida española - calamares, callos, pulpos- en un ambiente muy convivial, en el gran salón lleno de gente. Nuestra conversación, alegre y animada, se perdía en el ruido de las otras conversaciones al nuestro alrededor, participando de una gigantesca orquesta desordenada, la gran conversación del Covadonga, la conversación de todas las cantinas, la conversación de todos los amigos.
dibujante : Enrique Minjares (Enrique es dibujante y trabaja como diseñador en Casa Vecina)
Gracias a : Caroline Montenat, por todo, por su rol esencial a lo largo de todo el proyecto, por su amistad, y todas las conversaciones que tuvimos y seguiremos teniendo. Tatiana, Agnès, Adilson, Gustavo, Benjamin, Agustin, Jorge, Jeronimo, Gabriela, Daniel, Willy y VIctor, por su tiempo y sus palabras, cada encuentro fue un momento muy especial, cada conversación un pequeño viaje. Emilio, Wicho, Alvaro, Ariel, Humberto, Dulce, Jorge, Marco, Agustin, François, Diana y Enrique por su imprescindible colaboración, por los increíbles dibujos que dejaron generosamente en el cuaderno. Casa Vecina y todo su cálido equipo El fantástico grupo de la Maquina de Dibujar, y en particular mi asistente Marco Ariel Costa por su apoyo incondicional en ese viaje de tres meses a Mexico, la ayuda técnica en la realisación de este libro, y muchas cosas mas Mi hijo Gaspar Agustin Gonzalez de Rosario por su mirada en esta edición y sus consejos siempre luminosos aToda la gente que conocí en Mexico, aunque no esten dentro del libro, todas las conversaciones que tuve en las oficinas, las casas, las inauguraciones, las cantinas, los museos, las galerias, las tiendas, los taxis, los cafés, las cocinas, los jardines, las azoteas, los parques, las esquinas, el metro, la calle, de noche y de día, por las mañanas y por las tardes, de febrero a abril 2012. Pauline Fondevila
MDD remite a la Maquina de Dibujar, el taller de dibujo que di en Casa Vecina en estos meses. Alli conocí los dibujantes que partciparon a este proyecto.
138
139