MATÍAS ERCOLE
¿Cuánto de mentira hay en una imagen? Me interesa pensar en aquello que no es natural ver. Detenerme en ese momento en el que algo impensado se presenta como posible. Hay una frase que me gusta y dice que una mentira creíble hace realista lo irreal; me esfuerzo a que esa posibilidad que aparecen en la mente pueda convertirse en realidad en un dibujo. Desde estas ideas surgen mis obras: de las tensiones entre la mentira y lo real, lo imposible – posible. Imagenes que buscan refl exionar sobre la deformación de lo natural y la forma misma en la que se contruye y conceptualiza una imagen, en esos errores o engaños que pueden lograrse; incluso en su destruccion o negacion. Desde al año 2010 vengo trabajando en relacion al dibujo. Abordando la iconogra a del paisaje para evocar y reflexionar acerca de lo natural, como aquello dado. El dibujo, entonces, se presenta como terreno donde nuevas concepciones de lo natural toman cuerpo y entidad real. Pensando esta mentira visual, como otro punto de vista o como una nueva posibilidad. Este ultimo tiempo mis trabajos se proponen investigar las estructuras de construcción o deconstrucción de la imagen. Las obras se mueven en una tensión constante, un límite oscilante, entre un interés por mo- mentos iconográ co -esforzarme por la comprensión del motivo- y por la iconoclasia misma. Abordar esos limites donde la representación linda con la abstracción.Una imagen bloqueada, vacía, negra, que rompe el hechizo verosimil de la mimesis, buscando involucrar a la experiencia del espectador, inquietarlo; como si las obras se hallaran al borde del precipicio de la imagen.
Ventana / Tinta y cera sobre papel en tela / 170x250cm / 2018
VENTANA / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 170 X 25O CM - 2018
SIN TITULO / TINTA, CERA Y CADENAS SOBRE PAPEL EN TELA - 180X150 CM - 2017
SIN TITULO / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 200 X 300 CM - 2016
TE CREO, TE DESTRUYO EXHIBICION CENTRO CULTURAL RECOLETA 2016
TE CREO, TE DESTRUYO EXHIBICION CENTRO CULTURAL RECOLETA 2016
TE CREO, TE DESTRUYO EXHIBICION CENTRO CULTURAL RECOLETA 2016
SIN TITULO / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 260 X 240 CM - 2016
SIN TITULO / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 260 X 240 CM - 2016
SOLO HAZLO EXHIBICION EAC - ESPACIO DE ARTE CONTEMPORANEO DE MONTEVIDEO , URUGUAY - 2016 INTERVENCION, GRAFITO SOBRE MURO Y LUMINARIAS
GRUTESCO / INTERVENCION EN CNB CONTEMPORANEA/ GRAFITO SOBRE MURO Y LUMINARIAS - 2017
SOLO HAZLO EXHIBICION EAC - ESPACIO DE ARTE CONTEMPORANEO DE MONTEVIDEO , URUGUAY - 2016 INTERVENCION, GRAFITO SOBRE MURO Y LUMINARIAS
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
Y QUIERO AGRADECER / UNA VEZ MAS A DIOS / QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / TODO / Y QUE HIZO / COMO TODOS SABEMOS / NADA EXHIBICION GALERIA MIRANDA BOSCH 2016
ES PRECISO QUE EL OCULTAR SE VEA / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL - 120X240 CM - 2015
SIN TITULO / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL - 150X150 CM - 2014
SIN TITULO / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 2 PANELES DE 150X240 CM CADA UNO. - 2014
INVOCABLE ii / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 200X150 CM - 2014
LA SUSPENSION DE LA INCREDULIDAD / TINTA Y CERA SOBRE PAPEL EN TELA - 2 PANELES DE 200X150 CM CADA UNO - 2012
LA OLA / SITE SPECIFIC DIBUJO - MUSEO DE ARTE MODERNO DE BUENOS AIRES GRAFITO Y CARBONILLA SOBRE MURO - MEDIDAS VARIABLES - 2012
OLA / CARBON SOBRE MURO - 2011
MATIAS ERCOLE email: matiasercole.11@gmail.com http://cargocollective.com/Ercole/Matias-Ercole ___________________________________________________________________ BIO MatĂas Ercole, 1987. Buenos Aires Estudia Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Nacional de las Artes y asiste a clĂnicas y talleres de Pablo Siquier, Carlos Bissolino, Claudio Caldini, Silvia Gurfein, Ernesto Ballesteros, entre otros artistas. Obtiene una beca de formaciĂłn del Centro de InvestigaciĂłn ArtĂstica FundaciĂłn START y realiza residencias en Barcelona (HANGAR) y Uruguay. Exhibe de manera individual y colectiva en espacios e instituciones nacionales e internacionales, entre los cuales: Miranda Bosch Gallery; Centro Cultural Recoleta; GalerĂa Proyecto “Aâ€?; Casa Nacional del Bicentenario; GalerĂa Julio ParĂs; MAMBA; Museo de Arte Moderno de Mendoza, (todos, Argentina); EAC Montevideo, Uruguay y Drawing Room Madrid, EspaĂąa. Su obra es parte de las colecciones pĂşblicas y privadas del MMAMM - Museo de Arte Moderno de Mendoza; Museo de Bellas Artes, Tandil; Palais de Glace; Museo Franklin Rawson, San Juan y ColecciĂłn Balanz. Recibe premios y reconocimientos, entre ellos: Primer Premio 6DOyQ 1DFLRQDO 0HQFLyQ +RQRUtÂżFD GHO )RQGR 1DFLRQDO GH ODV $UWHV JDQDGRU %LHQDO GH $UWH -RYHQ (2015 y 2013) y MenciĂłn Especial del jurado del Premio Federico Jorge Klemm (2013). _____________________________________________________________________ CV EXTENDIDO Vive y trabaja en Buenos Aires. Estudios 2016-Residencia EAC, Montevideo, Uruguay. 2014- Becario del Centro de Investigaciones ArtĂsticas, Buenos Aires (agente CIA). 2014-Residencia en el Centro de investigaciĂłn y ProducciĂłn artĂstica HANGAR, Barcelona, EspaĂąa. 2016- Licenciatura en Artes Visuales, IUNA. CĂĄtedra Carlos Bissolino; Viviana Blanco, Pablo Siquier, Juan A. Fernandez e Itamar Hartavi. 2013-Clinica de anĂĄlisis de obra con Pablo Siquier e Itamar Hartavi, Iuna. 7DOOHU (UQHVWR %DOOHVWHURV \ $OÂżR 'HPHVWUH 8QLYHUVLGDG 'L 7HOOD 2013- Cine experimental a cargo de Claudio Caldini, Centro de Investigaciones Artisticas. 2012- Taller de InvestigaciĂłn TeĂłrica, a cargo de Pablo Siquier y Juan Agustin Fernandez, IUNA. 2003-2009 Taller Guillermo Roux- (Alejandra Roux, Teresa Durmuller, Marina Curci, Laura Olalde, Anna Rank) 5HDOL]DFLyQ HVFHQRJUiÂżFD ,QVWLWXWR 6XSHULRU GH $UWHV GHO 7HDWUR &RORQ 7DOOHU -RVHÂżQD 'L &DQGLD
Exhibiciones Individuales 2016-Y quiero agradecer / una vez mas a dios / que hizo / como todos sabemos / todo / y que hizo / como todos sabemos / nada. GalerĂa Miranda Bosch. Buenos Aires 2016-Te creo, te destruyo. Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, Argentina. 2016-Solo Hazlo, Espacio de Arte ContemporĂĄneo, Montevideo, Uruguay. 2015-Este instante es algo anterior, Galeria Miranda Bosch. 2013- DĂŠjĂ VĂŠcu, Galeria Proyecto A. 2012- Manifestaciones de un fenĂłmeno sin nombre, GalerĂa Schlifka Molina. 6LWH 6SHFLÂżF 'LEXMR ,, HQ HO 0$0%$ /D 2OD 0XVHR GH $UWH 0RGHUQR GH %XHQRV $LUHV 2011-Donde solo habita el viento en la FundaciĂłn-Taller Guillermo Roux. SelecciĂłn de exhibiciones colectivas; 2017-“Como un destelloâ€? Casa Nacional del Bicentenario, Buenos Aires. 2017-Drawing Room, Galeria Punto. Madrid .EspaĂąa. 2016-ArteBa Focus. Buenos Aires. 2016-Assemblage 2.PossibilitĂŠs du noir.Julio Galeria. Paris, Francia 2015-Proyecto Vergel, Maria Casado Home Gallery. 2015- On Paper, Galeria Area72, Valencia, EspaĂąa. 2015-Drawing Now, ParĂs, Francia. 2015-Un soplido se llevara tu asombro, Teatro 25 de Mayo, Buenos Aires. 2014- Piedras II 2013- Premio Federico Jorge Klemm. 2013- Bienal Arte Joven, Buenos Aires 2013-Arteba, GalerĂa Schlifka Molina arte contemporĂĄneo. 2012- SeĂąales de vida curada por Rodrigo Alonso en Pasaje 17. 2012-13-14-15-16 Arteba, GalerĂa Schlifka Molina arte contemporĂĄneo. 2011- Nocturnos en GalerĂa Cobra. 2011-Arteba, Galeria Sapo 2010-Cecchi-Ercole-Noce-Oyuela, Museo de Bellas Artes de Tandil, 2010-Del piso al techo, una antologĂa del dibujo contemporĂĄneo, curada por Eduardo StupĂa y Alejandro Vautier en el Espacio Chez Vautier 2009-2010- SalĂłn Nacional de Artes Visuales, Palais de Glace 2009-2010-2011- Salon Municipal de Artes Visuales Manuel Belgrano, Museo Eduardo Sivori. Trabajo curatorial 2016- Absurdismos, GalerĂa Miranda Bosch, Buenos Aires. Premios 2017-Primer premio adquisiciĂłn SalĂłn Nacional de Artes Visuales –Dibujo. 0HQFLRQ +RQRULÂżFD )RQGR 1DFLRQDO GH ODV $UWHV 2015-Ganador Bienal de Arte Joven de Buenos Aires. 2013-Mencion especial del jurado, Premio Federico Jorge Klemm. 2013-Ganador Bienal de Arte Joven Buenos Aires. 2013- Premio Estimulo del 8vo Concurso de pintura UADE 2011-1er Premio Proyecto A Arte ContemporĂĄneo 2008- 1er Premio Concurso Faber Castell Colecciones pĂşblicas -Palais de Glace (Buenos Aires, Argentina), Museo de Bellas Artes Franklin Rawson (San Juan, Argentina), Museo de Arte Moderno de Mendoza (Mendoza, Argentina), Museo de Bellas Artes de Tandil (Buenos Aires, Argentina).
TEXTOS /
DĂ&#x2030;JĂ&#x20AC; VĂ&#x2030;CU - Por MARCOS KRAMER HabĂa un viejo amable, muy amable y sensible, que una vez mientras observĂĄbamos una imagen en silencio me dijo algo que ahora recuerdo con ciertas veladuras: las imĂĄgenes son un modo de permanencia de la historia; son los documentos de los que ya han escrito otras historias con palabras y guardan historias nuevas o repetidas para sus imĂĄgenes. Puede ser complaciente esa frase pero hubo algo que en su momento me inquietĂł: la imagen como documento. Aquel hombre tenĂa mĂĄs de 70 aĂąos, habĂa llegado a la Argentina desde un lejano paĂs del este de Europa y aĂąoraba, en su viudez, los abrazos de su mujer. Era lĂłgico, entonces, que le reclamara a las imĂĄgenes la misma carga de historias que su propio cuerpo arrastraba. < HQ HVR FRQVLVWH DO ÂżQ \ DO FDER HQ KDFHUOHV GHFLU D OR TXH LQWHUSHODPRV FRQ OD YLVWD DTXHOOR TXH QXHVWURV SURSLRV FXHUSRV TXLHUHQ FRQWDU desesperadamente. Claro que esa sentencia, la de la imagen convertida en documento, puede hoy horrorizar a mĂĄs de un historiador actualizado o coleccionista despreocupado en momentos en que el arte que se produce actualmente en Buenos estĂĄ lejos de cargar con la responsabilidad de saberse un documento de su propia historia y mĂĄs cerca de narrar lo fĂştil con cinismo, los encantos personales o las interminables mamushkas de la teorĂa del arte. Pero hay varias excepciones, claro. Desde el 24 de Octubre hasta el 29 de noviembre la galerĂa Proyecto A expone los Ăşltimos trabajos de MatĂas Ercole bajo el tĂtulo de â&#x20AC;&#x153;DĂŠjĂ VecĂşâ&#x20AC;?. Es asombroso pasar por ahĂ ahora y ver cĂłmo las paredes que antes vestĂan colores y formas asimĂŠtricamente desplegadas parecen haberse callado ante la presencia de la monocromĂa de Ercole. Es justamente esta monocromĂa la que mejor hace destacar las particularidades de la obra de Ercole, y quizĂĄs la misma que mĂĄs confusiones puede crear sobre el trayecto que viene haciendo su obra en los Ăşltimos aĂąos. (Q XQD UiSLGD RMHDGD ODV REUDV TXH HVWD YH] SUHVHQWD SXHGHQ SDUHFHU GLEXMRV D OiSL] GH DOJ~Q SDLVDMH O~JXEUH H LPDJLQDGR R OD HVFHQLÂżFDFLyQ FDVL PDQLiWLFD OR GLJR SRU OD SUROLMLGDG \ HO GHWDOOH GH DOJ~Q VHQWLPLHQWR DEVWUDFWR LQGHÂżQLEOH SODQWDV TXH SRVDQ HQ VROHGDG \ VRQ absorbidas por la negra oscuridad del fondo, rocas como estalactitas que se paran gigantescas sobre un suelo desolado, o vistas de bosques interminablemente ambiguos. 2VFXULGDG GHVRODFLyQ \ DPELJ HGDG SRGUtDQ VHU SDODEUDV TXH WDPELpQ GHÂżQDQ D JUDQ SDUWH GH ODV REUDV GHO 5RPDQWLFLVPR (VR IXH VLQ dudas, lo que las ha caracterizado durante parte del siglo XVIII y XIX. Pero no es esto solo lo que liga en una primera instancia la obra de Ercole con el Romanticismo. 6L REVHUYDPRV FRQ GHWHQLPLHQWR \ ELHQ GH FHUFD HVWDV REUDV HQFRQWUDUHPRV DOJR QXHYR (O WUD]R Ă&#x20AC;XLGR TXH SDUHFtD OiSL] GHVGH OHMRV HV DKRUD HQ UHDOLGDG OD KXHOOD PiV U~VWLFD GHO HVJUDÂżDGR (UFROH SLQWD FRQ XQD SiWLQD GH FHUD SULPHUR OXHJR OR FXEUH GH WLQWD FKLQD QHJUD \ UHciĂŠn allĂ dibuja con un agujas o cuchillas liberando las lĂneas del color negro). Esto y los bordes hasta donde llega el dibujo, las esquinas o los ODGRV GH OD REUD U~VWLFDPHQWH GHÂżQLGRV HQ FRPSDUDFLyQ FRQ ODV OtQHDV QHWDV GH OD SURSLD REUD QRV KDFHQ SHQVDU HQ ORV JUDEDGRV HQ SODQFKD de metal que circularon por aquellos aĂąos (de hecho los grabados de estudios de paisajes o mismo la fotografĂa antigua de los primeros ensayos son, en sus propias palabras, sus verdaderas referencias). (Q HO FDVR GH ORV SDLVDMHV GH (UFROH HQFXHQWUR XQD H[WUDxD ÂżOLDFLyQ FRQ ODV HVWDPSDV GH &DUFHUL GCLQYHQ]LRQL GH *LRYDQQL Piranesi. Entiendo que la relaciĂłn puede parecer abrupta pero es un ejercicio de memoria visual: la aparente fantasĂa, los espacios confusos H LQDSUHQVLEOHV (UFROH FUHD ORV PRGHORV GH VXV SDLVDMHV PHGLDQWH FRPSRVLFLRQHV GH VX DUFKLYR IRWRJUiÂżFR FRPR HQ XQ FROODJH ORV YDORUHV de lĂnea, las oscuridades de los rincones. Claro que aquĂ, como dije, lo que motivaba la construcciĂłn de estas cĂĄrceles era algo distinto. Y es ahĂ donde hay que comenzar a marcar las diferencias y donde mejor se puede comprender la obra de Ercole. La nostalgia por la antigĂźedad perdida y deseosa de recuperarse, la voluntad de producir con esta referencia clĂĄsica el caos de esos siglos, y HO JXVWR HPSDODJRVR SRU HO PHODQFyOLFR SDVR GHO WLHPSR HQ ODV DUTXLWHFWXUDV QR VRQ DOJR TXH HVWp GHÂżQLWLYDPHQWH HQ ODV REUDV GH (UFROH 6XV paisajes, sus rocas suspendidas o las plantas, todas las obras que exhibe en Proyecto A no nacen de la melancolĂa o la angustia. El color negro que predomina no debe empujarnos a pensar en eso. En primer lugar porque la misma tĂŠcnica de Ercole contradice cualquiera de esas lecturas lacrimĂłgenas. Los grabados de Piranesi buscaban desesperadamente los contrastes marcados (algo que acentuĂł en la segunda ediciĂłn de sus Carceri) y una tortuosa transiciĂłn hacia los pequeĂąos espacios de luz. Las obras de Ercole en cambio no van hacia el color QHJUR VLQR TXH GHVGH HO QHJUR YDQ UHFXSHUDQGR HO FRORU EODQFR SRUTXH FRQ HO HVJUDÂżDGR TXLWD OHQWD \ SDFLHQWHPHQWH OtQHDV GH QHJUR SDUD descubrir las lĂneas blancas, donde necesita que la luz invada la perspectiva. â&#x20AC;&#x153;Lo melancĂłlico del blanco y negro es una carga cultural que no VLHPSUH VH YHULÂżFD´ PH GLMR 3RU HVR HVWD OX] HQ VXV REUDV QR HV DOJR OHMDQR \ VXIULGR VLQR TXH HV SDUWH GH ODV ÂżJXUDV R VH HQFXHQWUD GHWUiV respaldando los paisajes. Hace casi cuatro aĂąos atrĂĄs vi por primera vez uno de estos paisajes de Ercole. Me acerquĂŠ con curiosidad a ese plano negro que lentamenWH LED GHYHODQGR VXV ÂżJXUDV \ SURIXQGLGDGHV $ PHGLGD TXH UHFRUUtD ODV OtQHDV FRQ ORV RMRV OD LOXPLQDFLyQ GH DTXHO SDLVDMH VH GHVSHUWDED Hubiera sido fĂĄcil rendirse ante la tristeza del color negro y la opresiĂłn de la naturaleza desmesurada. Pero algo mĂĄs que las lĂneas blancas hizo que aquello fuera imposible. Un adolescente se acercĂł con su madre a contemplar la obra y sonriendo le dijo: â&#x20AC;&#x153;MirĂĄ mamĂĄ, ĂŠsta es la obra. El que la hizo tiene 21 aĂąosâ&#x20AC;?. EntendĂ en ese instante que la obra que estaba mirando habĂa sido hecha por una persona de mi misma edad e inmediatamente la oscuridad desapareciĂł para que mi generaciĂłn apareciera. Me permitĂ pensar, desde aquel momento, que las obras de Ercole podĂan ser los futuros documentos de mi generaciĂłn y de este pedazo de la historia. Incluso ĂŠl mismo mĂĄs tarde me dirĂa: â&#x20AC;&#x153;En mis trabajos cuido que el blanco del papel sea luminoso, nuevo, limpio y considero que su contraste con el negro intenso lo conecta con un â&#x20AC;&#x153;blanco y negroâ&#x20AC;? presente, contemporĂĄneoâ&#x20AC;?. Entonces, ÂżquĂŠ contemporaneidad narrarĂĄn a nuestros hijos estos documentos? Vuelvo a mirar las plantas que representĂł Ercole y encuentro entre sus hojas y en el fondo algunos detalles amenazadores: una pierna de mujer, una mano tendida o unos ojos bien abiertos. Es difĂcil no pensar en el pintor tucumano JoaquĂn Linares quien en 1978 desde su provincia produjo una serie de pinturas bajo el tĂtulo â&#x20AC;&#x153;El jardĂn de la repĂşblicaâ&#x20AC;? en las que se entremezclaban y confundĂan las malezas VHOYiWLFDV WXFXPDQDV \ ODV SXQWDV GH ULĂ&#x20AC;HV PLOLWDUHV R ODV SLHUQDV GH PXMHUHV DVHVLQDGDV R ORV KRFLFRV DELHUWRV GH SHUURV YLROHQWRV +DEtD que buscarlos entre la exhuberancia de la naturaleza pero allĂ estaban esos indicios del horror, y estuvieron siempre en realidad, durante los aĂąos de la dictadura militar.
En esos aĂąos cuando lo que se imaginaba era el propio continente liberado, y cuando los fusiles estaban entre la maleza, las imĂĄgenes que produjo la historia fueron a veces grandilocuentes, cotidianas, confusas. Hoy, cuando lo que se vive es el propio territorio (porque es desde acĂĄ desde donde se debe empezar a construir) las imĂĄgenes de esta historia, las de mi generaciĂłn, se proyectan hacia los bosques irreconoFLEOHV R KDFLD SODQWDV GRPpVWLFDV Ă&#x20AC;RWDQGR HQ OD RVFXULGDG Es que la confusiĂłn y el caos de las cĂĄrceles de Piranesi ya no pueden imaginarse porque la historia les ha quitado ese carĂĄcter de delirio; porque alguien logrĂł desgraciadamente llevar a la realidad semejante imaginaciĂłn. MĂĄs de 30 aĂąos de democracia y testimonios han narrado toda la perversiĂłn que la arquitectura carcelaria creĂł en esos aĂąos de negra dictadura. &RPR VL HQIUHQWDUD D ORV DUTXLWHFWRV GHO GRORU HQWRQFHV HVRV TXH HQ SDODEUDV GH 0DXULFLR 5RVHQFRI KDQ SXHVWR OD VRÂżVWLFDFLyQ \ OD FLHQFLD al servicio del castigo) MatĂas Ercole toma la decisiĂłn correcta: la cĂĄrcel ya no existe porque las ha â&#x20AC;&#x153;derrumbadoâ&#x20AC;? la memoria, la verdad y la justicia, y hay en su lugar un paisaje abierto y contradictoriamente real, porque los paisajes de Ercole son graves pero suaves y esperanzadores. Y asĂ es como debe enfrentar el futuro nuestra generaciĂłn. Quiero que se me entienda: no estoy exigiĂŠndole al arte argentino (si es que eso verdaderamente existe) que se vuelva a cargar las espaldas con el â&#x20AC;&#x153;mantĂłn de martirioâ&#x20AC;?. Pero lo contrario tambiĂŠn es errĂłneo porque el olvido no es una alternativa. Y acĂĄ es donde el tĂtulo de la exhibiciĂłn cobra verdadera importancia. â&#x20AC;&#x153;DĂŠjĂ VĂŠcuâ&#x20AC;? es lo que usualmente confundimos con â&#x20AC;&#x153;deja vĂşâ&#x20AC;?. El dĂŠjĂ vecĂş es la sensaciĂłn de haber experimentado en el pasado algo que se vive verdaderamente en el presente. Es la construcciĂłn de una historia pasada que no nos ha atravesado nunca, es recordar algo que es nuevo (aunque suene paradĂłjico). Pero ademĂĄs, el dĂŠjĂ vecĂş deja de lado lo estrictamente visual y lo comprende en el marco mĂĄs amplio de las sensaciones del cuerpo. Es la sensaciĂłn de haber estado ya, de haber sido atravesado por todo aquello con lo que la realidad nos estimula, y no solamente estar viendo (a la distancia, vagamente, sin todo el cuerpo) algo que creemos ya haber visto. Y ese desprendimiento de â&#x20AC;&#x153;lo visualâ&#x20AC;? es lo que lo hace aĂşn mĂĄs contemporĂĄneo para los nuevos lĂmites de las artes visuales. DĂŠjĂ vecĂş es una extraĂąa mezcla de familiaridad con extraĂąeza, sobrecogimiento y espanto. Es lo mismo que siente mi generaciĂłn (no dudo HQ DÂżUPDUOR FRQ DTXHO SDVDGR QHJUR GH QXHVWUR SDtV QR KHPRV YLYLGR HO KRUURU SHUR OR VHQWLPRV FRPR VL IXHUD SURSLR \ SHUWHQHFLHQWH D OD historia presente de nuestro cuerpo. El dĂŠjĂ vecĂş es un modo de apropiarse de la historia. De ese modo, exigiĂŠndole a lo visual con ese mismo cuerpo (como habĂa hecho el anciano con su frase) cruzado de realidades histĂłricas recreadas es que el arte contemporĂĄneo debe enfrentarse a la creaciĂłn. No hay que creer que el arte contemporĂĄneo ya no se enfrenta a nada, que muertas las bestias atemorizantes en el pasado cercano no hay que moler los huesos que hoy pateamos en nuestros paseos. Lo que se debe hacer acĂĄ es crear una alternativa fresca sin la obligaciĂłn de olvidarnos de todo lo sucedido. 3RU HVR ODV REUDV GH (UFROH \D QR SODQWHDQ XQ SUREOHPD VLQR GLUHFWDPHQWH XQD VROXFLyQ 1R VRQ PiV OD HVFHQLÂżFDFLyQ GHO KRUURU R OD GHVFULSciĂłn de la opresiĂłn o el exilio. Y claro que tampoco son la manifestaciĂłn festiva de un jolgorio inexistente o de una libertad democrĂĄtica de cartulina. Las obras de Ercole no nos muestran la presencia humana porque lo que reclaman sus paisajes es justamente eso: ser transitados. De ahĂ que encuentre necesario, y casi inevitable hoy, que aquellos enormes paisajes que casi cubren las dos Ăşltimas paredes de la galerĂa se proyecten en un futuro, se expandan y tomen los rincones, el piso, los techos. A la espera de esa monocromĂa estaremos dispuestos a caminar por esos bosques: sin miedo ni sentimientos de venganza o de reconciliaciĂłn. Noviembre 2013.
DOMINIO Y EXPANSION - Por Liv Shulman Texto perteneciente a la exhibiciĂłn DĂŠjĂ VĂŠcu, Galeria Proyecto A. Le gustaba hacer como que tenia en la mano un ovillo imaginario de hilo muy grueso negro. Cuando podĂa tiraba del hilito y el hilito llegaba a la calle y se iba doblando sobre si mismo hasta cubrir todo de una oscuridad sobre la que mas adelante tendrĂa TXH KDFHU UDOODGXUDV SDUD YHU DOJR &XDQGR OD EROD QHJUD HUD OR VXÂżFLHQWHPHQWH GHQVD HQ VX FRUHRJUDItD GH OLQHDV VLHPSUH VH JHQHUDED una especie de volumen al revĂŠs, en el centro de su imaginario. La calle ya negra de smog con el asfaltado negro de membrana se dejaba recubrir por los hilos negros y de golpe el paisaje se volvĂa una ventana a su oscuridad y se doblaba. El hilo, que ya era demasiado largo y demasiado proliferante caĂa en una catarata hacia arriba y se convertĂa en un agujero negro en donde el tambiĂŠn se terminaba tirando. /H JXVWDED REVHUYDU ORV HUURUHV GHO FRWLGLDQR DTXHOOR SDUD OR TXH HO SDLVDMH QR KDEtD WHQLGR OD VXÂżFLHQWH GHOLFDGH]D ODV SLHUQDV GH ODV mujeres entonces, se admiraba de sus delicados moretones, tan redondos como bombitas de agua, veĂa las varices de los ancianos, y era XQ PXQGR GH UDPLÂżFDFLRQHV TXH VH DEUtD DQWH HO 6H GHMDED OOHYDU SRU ODV SRVLELOLGDGHV GUDPiWLFDV GH WRGRV ORV GtDV ORV PXHEOHV GHO MDUGtQ asomaban semienterrados como tumbas y se convertĂan en montaĂąas, el jardĂn en una isla, cortaba el pasto y salĂan pelos, pasaba por un negocio de extensiones y las masas peludas lo saludaban desde la vidriera. Por afuera los pajaritos picoteaban, y el ya se habĂa hundido en lo que le parecĂa ser el paisaje de su alma que en realidad era como una escenografĂa demencial. No tenĂa limites, era como un muy malo agente de viajes de si mismo. Hijo de los dueĂąos de una empresa de turismo sus padres le habĂan transmitido el amor por el paisaje y ya de niĂąo recolectaba miles de folletos de viajes que recortaba minuciosamente y pegoteaba con cinta scotch en una sola imagen: un poco de Bariloche, le habĂan prometido llevarlo a Disney Alpina, los bosques de Pinamar, las cataratas del IguazĂş. Una vez que tenia todo armado le sacaba una fotocopia gigante y se dormĂa envuelto en ella, y a medida que las noches avanzaban, sus sueĂąos se comportaban como capĂtulos continuados de avanzar por ese paisaje, que siempre era el mismo pero nunca se repetĂa. La manera en que trabajaba le hacia verse como componedor de monstruos encantadores, imĂĄgenes muy atractivas donde la presencia de la simetrĂa terminarĂa por devolverle una falsa tranquilidad a un paisaje que todo tenia de inquietante. Los paisajes eran muy largos, eran dramĂĄticos, tenĂan mucho clima y a el le gustaba pensar que eran muy psicolĂłgicos y que por momentos el sentĂa ya haber estado previamente en su recorrido, el pino que se veĂa desde lo alto del agujero, la isla maldita de la cual por alguna UD]yQ \D KDEtD UHFRUULGR OD PLWDG /RV SDLVDMHV HUDQ FRPR XQ &RQWLQXXP SDUDOHOR \ HO VH LPDJLQDED TXH OD Ă&#x20AC;RUD \ OD IDXQD GH HVRV UHWD]RV lo seguirĂa por donde fuera, si era al supermercado, por ejemplo, se pondrĂan entre las gĂłndolas, abriendo una pequeĂąa ventanita entre el jabĂłn en polvo y el lubricante para ollas, se dejarĂan ver. 6H VHQWtD FRPR XQ +HUFXOHV R XQ $WODV D FDUJR GH WRGD OD VXSHUÂżFLH GHO PXQGR (Q VXV UDWRV OLEUHV UHFRUUtD GHVSLHUWR ORV SDLVDMHV QRFWXUnos: caminaba con las piernas abiertas y con el ovillo imaginario en la mano tirando hilos por doquier hasta que lentamente le quedara todo cubierto de lineas. Era un romĂĄntico! No podĂa evitar sentirse un viajero de su propia demencia, aunque le gustara pensar que tenia todo bajo control. En su sueĂąo, su Frankestein de paisajes respondĂa a su necesidad de transitar una y otra vez el recorrido de informaciones latentes que ya sentĂa reconocer con la piel. A veces traĂa a sus amigos: para llevar a sus amigos a ver sus paisajes primero se tenĂa que concentrar mucho y sentar con el amigo DOUHGHGRU GH XQD PHVD FRQ OX] HVWURERVFRSLFD 0LHQWUDV ORV Ă&#x20AC;DVKHV VH VXFHGtDQ DPERV WHQtDQ TXH UHSHWLU OD SDODEUD FODYH ,QVSLUDU ([SLUDU (asĂ de simple no se necesitaba nada mĂĄs) inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, inspirar, expirar, y esperar que alguna informaciĂłn se manifestara, podĂa ser un pino sacudiendose, un pedazo de chocolate que se caĂa o que a los dos se les ocurriese tomarse de la mano simultaneamente. AhĂ se derribaban todos los boquetes y conjuntamente la hipocresĂa del mundo y penetraban juntos en el agujero. No sabĂa si era por la simetrĂa, la repeticiĂłn de los bordes, o por la textura del espacio mismo que era como la continuaciĂłn mental de un SDLVDMH SHUPDQHQWH TXH QR WHQLD ÂżQ \ TXH VROR YHUtDQ D WUDYpV GH ERTXHWHV TXH VH LUtDQ DEULHQGR D VX SDVR SHUR HPSH]DEDQ D WHQHU OD sensaciĂłn de algo ya ocurrido, no tan relativo a la repeticiĂłn de una imagen (algo mas parecido a un Deja Vu) sino a la continuaciĂłn de una experiencia ya vivida. Las repeticiones falseadas aportaban a esa confusiĂłn, Âżhubo experiencia o era el recuerdo de un sueĂąo? Todo lo que veĂa contribuĂa a la extraĂąeza: mitades de islas, todo lo espejado, la insistencia por saber que pasaba debajo del agua. Hacia dibujos enormes a los que dejaba un borde blanco, los contornos quedaban siempre redondeados como si fueran las ventanas de su vida y el nos obligara a verlas, pero no con violencia, mas bien con la delicadeza de un ladrĂłn profesional. Suavemente nos agarraba la cabeza y nos hacia girar la vista. DecidiĂł llevar los boquetes que se abrĂan al pasar en su imaginaciĂłn a una serie de dibujos, algo asĂ como una traducciĂłn sintomĂĄtica: Acaso los dibujos funcionaban de esta manera: la experiencia comenzaba, se hundĂa en al agujero negro, salĂa del agujero negro, respiraba aliviado, se abrĂa otro boquete, la experiencia continuaba, entraba en una fase montaĂąosa, ahora veĂa un pedazo de roca que parecĂa una isla macabra, salĂa de la isla macabra, respiraba aliviado, se abrĂa otro boquete, la isla macabra parecĂa haberse dado vuelta y ahora que el mar se habĂa convertido en el cielo la isla macabra colgaba como una montaĂąa invertida, ahora entraba en una serie de SODQWDV \ DUUHJORV Ă&#x20AC;RUDOHV GH ORV TXH GHMDEDQ YHU H[WUDxDV H[WUHPLGDGHV RFXOWDV /D RVFXUD PHQFLyQ GHO PRQVWUXR OH KDFLD DFRUGDU D XQDV fotografĂas que habĂa visto de principios del siglo XX. En realidad no eran fotografĂas, se mostraba la placa del daguerrotipo todo rallado en negativo exhibiendo un hombre de tres piernas, la mujer barbuda y unas criaturas que le habĂan llamado mucho la atenciĂłn; parecĂan una gran peluca animada. EmpezĂł a pasar el dedo por esos pelos largos que cubrĂan un cuerpo, lo hacĂa correr por el daguerrotipo apoyado en el piso desde la raĂz hasta el suelo y cuando llegaba al suelo seguĂa por todo aquello que tuviera un vĂŠrtice: los cordones de la vereda, las alcantarillas (iba y venĂa por los barrotes de metal haciendo un zig zag) el agujero de la cloaca, lo recorrĂa hasta el fondo y encontraba cosas preciosas a medida que el agujero se estrechaba hasta convertirse en una especie de montaĂąa muy puntiaguda al revĂŠs y el estuviera visitĂĄndola por dentro, avanzando por las paredes rocallosas. Por adentro no se veĂa nada, pero a pesar de la total oscuridad el supo que atravesaba cardĂşmenes de corales que se movĂan en una coreografĂa secreta, montaĂąitas de cereales minerales, estallidos de las olas de afuera en las rocas, manojos de plantas luminosas y carbones que ardĂan de diamante. Vio un caballo en miniatura, unos globos de feliz cumpleaĂąos FRQ VX FDUD 6H DFHUFy D OD SXQWD SURIXQGD VH WXYR TXH DFKLFDU FDGD YH] PDV SDUD HQWUDU $O ÂżQDO GHO UHFRUULGR HO DJXD EULOODED FRPR XQ espejo, pero el no la veĂa. Octubre 2013, Buenos Aires.
MATIAS ERCOLE - MANIFESTACIONES DE UN FENOMENO SIN NOMBRE - Por Eduardo Stupia Texto perteneciente a la exhibiciĂłn Manifestaciones de un fenomeno sin nombre, Galeria Schilfa Molina. En las Ăşltimas dĂŠcadas, los estudios acadĂŠmicos sobre el paisaje lo han vinculado al poder, a la explotaciĂłn y a la excluVLyQ /D WHVLV SULQFLSDO TXH VH LQÂżHUH GH HVRV WUDEDMRV HV TXH HO SDLVDMH HVWi HPEHELGR GH XQ FRQWHQLGR ODWHQWH \ TXH GH VX FXHUSR YLVLEOH se han extirpado las relaciones entre el trabajo y la propiedad de la tierra que fueron justamente las que lo formaron. En este sentido, el paisaje implica siempre una conversiĂłn, transformando la cuestiĂłn del valor econĂłmico y material en un objeto de contemplaciĂłn estĂŠtica \ HVSLULWXDO $ SHVDU GH VX H[SOtFLWD YRFDFLyQ HVFpQLFD HO SDLVDMH WLHQH TXH YHU PiV FRQ HO RFXOWDPLHQWR TXH FRQ OD UHYHODFLyQ \ DVt KD VHUYLGR KLVWyULFDPHQWH FRPR GLVLPXOR R QHJDFLyQ GH OD DSURSLDFLyQ R FRQÂżVFDFLyQ GH WLHUUDV GH ODV FRQTXLVWDV FRORQLDOHV GHO JHQRFLGLR Desde esta perspectiva, todo paisaje es la escena de un crimen. Henrik Gustafsson, Beyond Location. Vertigo and the Capacity for Wonder en The San Francisco of Alfred Hitchcock´s Vertigo, editado por Douglas A. Cunningham, Scarecrow Press, 2012 ¨mi mujer con cabellera de incendio de bosque¨ AndrĂŠ BretĂłn, La UniĂłn Libre Desde luego, la contundencia polĂtica de la frase citada arriba es tan innegable que, a primera vista, resulta a todas luces inadecuada como introducciĂłn a la obra de Matias Ercole. Por lo pronto, Ă&#x2030;rcole no ha debido emprender ningun acto criminal ni de negaciĂłn violenta para que VX SDLVDMH H[LVWD FRPR WDO QL KD LQFXUULGR HQ H[SROLR DOJXQR QL KD ORJUDGR VX REMHWR Â&#x17D;HVWpWLFR \ HVSLULWXDO´ JUDFLDV D QLQJXQD ŕŻ&#x2020;´DSURSLDFLyQ R FRQÂżVFDFLyQ´ 1R OH KDFH IDOWD (V KLMR GH XQD SUiFWLFD GRQGH OD PDQLSXODFLyQ GH ORV REMHWRV FXOWXUDOHV QR WLHQH SRUTXp GDU FXHQWD GH OD eventual tragedia que estos ocultan. Decididamente de espaldas a sociologizarse, el paisajismo de Ercole es feliz, irresponsable y arbitrario, y se extiende ante los ojos del espectador con una temperatura erĂłtica tan genuina como desvergonzada, como si su Ăşnica razĂłn de ser fuera el puro regusto del goce del dibujo, en plena independencia de toda lĂłgica o ley que no sea la suya propia. Sin embargo, Ercole no se engaĂąa, ni se confĂa. La economĂa y la propiedad del paisaje que usufructĂşa no serĂĄn, en todo caso, las ecuaFLRQHV FRQĂ&#x20AC;LFWLYDV GH OD SOXVYDOtD FRQ VX DUUDVWUH WUiJLFR GH H[SORWDFLyQ \ H[FOXVLyQ SHUR Vt XQD VXPD GH UDVJRV DUFKLYDGRV DFXPXODGRV \ VRVWHQLGRV SRU OD DOXYLRQDO KHUHQFLD LFRQRJUiÂżFD \ OLWHUDULD TXH QR VyOR QRV HQWUHJD VHUYLGR HQ EDQGHMD DO SDLVDMH FRPR JpQHUR VLQR que nos habilita a operar sobre ĂŠl sin ninguna apelaciĂłn a su eventual karma histĂłrico e ideolĂłgico. En ese sentido, si todo paisaje es un crimen, todo paisajismo es un robo, y la cuestiĂłn serĂa entonces en quĂŠ condiciones devolvemos un nuevo objeto paisajĂstico al corpus universal del gĂŠnero, porque nadie, y menos Matias Ercole, quiere quedarse con lo que le es ajeno. Para eso, Ercole debiĂł enfrentarse a varios peligros, y hay que decir que saliĂł indemne de todos. ApelĂł a fuertes resonancias del ornamento, e inteligentemente sacĂł de ĂŠl sus evoluciones perimetrales, blindĂĄndolas y disimulĂĄndolas en la aparente espontaneidad de sus rizos aĂŠreos y nebulosos, quebrando el hechizo manierista. UtilizĂł explĂcitamente la simetrĂa, y la respetĂł solo hasta el punto en que se hacĂa imprescindible desmentirla, alimentando con exquisita delicadeza lineal la pretendida simpleza del recurso, esa especie de locura del cuadro que se hace eco de si mismo y que todavĂa fascina incluso a ojos muy escĂŠpticos. Se volcĂł fruiciosamente a recorrer la reconocida galerĂa de tĂłpicos gramaticales del paisaje naturalista - picos compositivos un colapso para negarla sino para ingresar en ella z noctfuera del eje que constriĂąe a esta en un colapso bosques, cascadas, rĂos, selvas, lluvias, pantanos, lodazales, pastizales, montes, - para hacernos ingresar en el relato sensorial amable, en la acompasada credibilidad, y enseguida desconcertarnos como al descuido, como si hubiera un HUURU GH WUDQVFULSFLyQ HQ OD KRPRJHQHLGDG GH OD HVFHQD DVWXWDPHQWH WUDQVÂżJXUDGD SRU XQD RSHUDFLyQ GH UHHVFULWXUD \ FRQYHQLHQWHPHQWH enviciada aquĂ y allĂĄ por estratĂŠgicoscitamente deltos y las galas o uutos y las galas de del paisaje naturalista. fuera del eje que constriĂąe a esta en un colapso cambios de rumbo, deliberados parches, huecos quirĂşrgicos, hondonadas que se abren orgĂĄnicas a nuestros pies, y XQD GLVSRVLFLyQ HQ OD LPSOtFLWD JHRPHWUtD GH OD FRPSRVLFLyQ TXH SDUHFH FRQYHUWLU WRGR HQ XQD HVFHQRJUDItD DUWLÂżFLDO GH LQYHUQDGHUR LQFHQGLDGD SRU XQD LQYDVLyQ GH Ă&#x20AC;DVKHV GH PDJQHVLR GH OXPLQDULDV GH QHyQ HQ OD QRFKH SHUHQQH Justamente es la luz en el paisaje - toda una tradiciĂłn en si misma â&#x20AC;&#x201C; un elemento que Ercole trabaja con la atenciĂłn y la conciencia de TXLpQ OD HQWLHQGH FRPR GHFLVLYD HQ VX VLVWHPD /R SULPHUR TXH YHPRV HV HO PDJQtÂżFR HIHFWR HQ JUDQ HVFDOD GH XQ FODURVFXUR GH DOWR FRQWUDVWH TXH HO DUWLVWD HMHFXWD DSR\iQGRVH FDVL H[FOXVLYDPHQWH HQ HO VLHPSUH GLItFLO \ WUDPSRVR DUWH GHO HVJUDÂżDGR FRQ XQD SUHFLVLyQ y una soltura notables. Ercole rasga y escarba acompaĂąando como se debe, con todo el cuerpo, el movimiento de la mano en busca del blanco, y ĂŠste surge con una suerte de luminiscencia primigenia, de hueso, como si el hecho de que la lĂnea, mĂĄs que dibujada, extraĂda de Ăąando con todo el cuerpo el movimiento de la mano la patina negra, le diera a la neutralidad del papel del fondo una irradiaciĂłn insĂłlita. (O LQVLVWHQWH \ UHÂżQDGR HQWUHFUX]DU GH GLQiPLFDV \ H[DFWDV WH[WXUDV \ WUDPDV JHQHUD XQD PLUtDGD GH LQWHUVWLFLRV \ JULHWDV EODQFDV \ OD impronta integral es de inexplicable refulgencia, de una Ăndole mĂĄs ilĂłgica que la que presume una primera lectura. Todo el escenario se revela a un tiempo intensamente corpĂłreo e inmaterial en la superabundancia tĂĄctil de la exhaustiva maleza, con sus relĂĄmpagos brotando del negro como quemantes carbones nĂveos, fogonazos de electricidad congelada. AsĂ como su orquestaciĂłn es de implacable claridad, (UFROH GHVFR\XQWD \ KDFH DPELJXR HO HVWDWXWR IRUPDO WDQWR GH VXV PRQXPHQWDOHV PDTXLQDULDV JHRJUiÂżFR ERWiQLFDV FRPR HO GH ORV planos cercanos, medios y lejanos de sus extendidas panorĂĄmicas, proponiendo un inquietante modo Ăłptico donde todo estĂĄ en foco y a la vez se confunde en la profundidad, AsĂ como su abordaje lo muestra como afĂn al paisaje romĂĄntico-simbolista, a los paisajistas holandeses y barrocos, a una cierta crispaciĂłn expresionista y a la naturaleza trascendentalista del paisajismo oriental, Ercole parece tan cĂłmodo en la casi maniĂĄtica argucia estructural como en la improvisaciĂłn contenida que de repente muta en desenfreno lĂrico, cuando se lanza ya entregado al derrame satinado de su LQÂżQLWD FDEHOOHUD GH OtQHDV 8QD PDQWD GH IXOJXUDQWH ODYD QHJUD \ EODQFD FRPSXHVWD SRU PLOORQHV GH ÂżODPHQWRV OLQHDOHV TXH FKLVSRUURWHDQ FRPR SODQNWRQ DGTXLHUH R LQYHQWD OD IRUPD GH WRGR OR TXH FXEUH GXHxD DEVROXWD GH OD FRQÂżJXUDFLyQ ItVLFD HVSDFLDO \ DWPRVIpULFD GH OD IiEXOD YLVXDO FRPR VL WRGRV ORV FRQWUDSXQWRV \ ODV FRQĂ&#x20AC;XHQFLDV ORV UHPDQVRV \ ODV YRUiJLQHV ODV VLQXRVLGDGHV \ FXUYDV PiV HOHJDQWHV \ los torbellinos y desmadres mĂĄs copiosos fueran no sĂłlo consecuencia de las virtudes de MatĂas Ercole sino tambiĂŠn las manifestaciones de un fenĂłmeno sin nombre Octubre 2012, Buenos Aires.