O FICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO Equipo Técnico Multidisciplinario de Santiago
EL EMPLEO EN PARAGUAY. EVIDENCIAS DE LAS E NCUESTAS DE HOGARES Marcos Robles
Documento preparado por el consultor Marcos Robles en el marco del Proyecto de apoyo a la Estrategia Nacional para la Reducción de la Pobreza en el campo socio-laboral. Presentado en el Seminario sobre “La situación del Empleo en Paraguay: diagnóstico y perspectivas”, a efectuarse en Asunción el 9 de Julio de 2002, organizado conjuntamente por la OIT y el PNUD. Las expresiones vertidas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan necesariamente la opinión de los organizadores.
Contenido Relación de Cuadros, Gráficos y Diagramas Introducción Contexto macroeconómico reciente 1. Características actuales del empleo a. b. c. d. e. f. g. h. i.
Evolución demográfica Población en edad de trabajar Categoría de la población ocupada Actividad económica de los ocupados Tamaño de la empresa de los ocupados Educación de la fuerza laboral Empleo y pobreza Ocupación secunda ria, jubilación, seguro médico y horas trabajadas Empleo infanto -adolescente
2. Características actuales del d esempleo y subempleo a. b. c. d. e.
Desempleo abierto Desempleo oculto Subempleo Determinantes del desempleo Duración del desempleo
3. Ciclo económico y empleo en el Área Metropolitana de Asunción a. b. c. d. e. f. g.
PET, PEA y ciclo económico Desempleo y ciclo económico Empleo independiente -asalariado y ciclo económico Empleo formal -informal y ciclo económico Empleo informal en el país: una digresión Calidad del empleo y ciclo económico Estimación de la elasticidad producto del empleo
4. Ingresos laborales a. Salario mínimo e ingreso medio b. Ingresos, pobreza y empleo 5. Resumen y conclusiones Bibliografía consultada Anexos 1. 2.
Ajustes realizados para asegurar la comparabilidad de la información de las encuestas de hogares Anexo estadístico
Relación de cuadros, gráficos y diagramas Cuadro 1: Cuadro 2: Cuadro 3: Cuadro 4: Cuadro 5: Cuadro 6: Cuadro 7: Cuadro 8: Cuadro 9: Cuadro 10: Cuadro 11: Cuadro 12: Cuadro 13: Cuadro 14: Cuadro 15: Cuadro 16: Cuadro 17: Cuadro 18: Cuadro 19: Cuadro 20: Cuadro 21: Cuadro 22: Cuadro 23: Cuadro 24: Cuadro 25: Cuadro 26: Cuadro 27: Cuadro 28: Cuadro 29:
PARAGUAY: Principales variables macroeconómicas, 1990-2001 PARAGUAY: % de la población de 10 y más años según condición de actividad, 2000-2001 PARAGUAY: Distribución % de la población ocupada de 10 y más años según actividad económ ica, categoría, ocupación y tamaño de empresa por área, sexo y grupos de edad, 2000-2001 PARAGUAY: Porcentaje de la población de 5 años y más según condi ción de migrante, 2000-2001 PARAGUAY: Distribución % de la PEA de 18 y más años de edad según años de estudios, por área, sexo y grupos de edad, condición de actividad y quintiles de ingreso per cápita, 2000-2001 PARAGUAY: Porcentaje de la población ocupada de 10 y más años de edad, según ocupación y actividad económica de la ocupación princi pal, 2000-2001 PARAGUAY: Porcentaje de la población ocupada de 10 y más años de edad, según categoría de ocupación y tamaño de la empresa de la ocupación principal, 2000-2001 PARAGUAY: Población ocupada de 10 años y más según tenencia de trabajo complementario, jubilación y seguro médico, y horas trabajadas por quinti les, 2000-2001 PARAGUAY: Niños y adolescentes según condición de trabajo, horas trabajadas y asistencia escolar, 2001 PARAGUAY: Ocupación principal de los niños de 5 a 17 años, según área de resi dencia y sexo, 2001 PARAGUAY: Razón principal de no asistencia escolar de niños con trabajo (%), 2001 PARAGUAY: Importancia % del ingreso laboral de la población entre 10 y 17 años de edad respecto al ingreso laboral total del hogar, 2000-2001 PARAGUAY: Categoría de ocupación e Ingreso por la actividad laboral princi pal de la población entre 10 y 17 años de edad, 2000-2001 PARAGUAY: Porcentaje de la población entre 5 y 17 años que realiza activi dades domésti cas por lo menos 2 horas diarias según si trabaja o no trabaja, 2001 PARAGUAY: Tasa de desempleo y subempleo 1995 – 2001 PARAGUAY: Indicadores de empleo por sexo, grupos de edad y quintiles, 2000-2001 PARAGUAY: Experiencia laboral anterior de la población ina ctiva, 2000-2001 Valores promedio de las variables utilizadas en el modelo de dese mpleo, 1993-2001 Análisis logístico de la probabilidad de estar desempleado, 1993 – 2001 PARAGUAY: Duración y tasa del desempleo por dominios geográfi cos, 20002001 PARAGUAY: Duración y Tasa de desempleo, 2000-2001 Área Metropolitana de Asunción: Incremento % de la PET y PEA, 1984-2001 Área Metropolitana de Asunción: Tasa de participación según sexo y edad, 1983-2001 Área Metropolitana de Asunción: Tasas de desempleo por gru pos de edad y sexo, 1983-2001 Área Me tropolitana de Asunción: Evolución del empleo público, asalariado privado e independiente, 1993-2001 Área Metropolitana de Asunción: Estructura del empleo según condi ción de formalidad, 1993-2001 PARAGUAY: Importancia económica del Sector Informal, 2000-2001 PARAGUAY URBANO: Población ocupada según condición de inform alidad y categoría de ocupación, 2000-2001 PARAGUAY URBANO: Población ocupada según condición de inform alidad y categoría de ocupación, 2000-2001
Cuadro 30: Cuadro 31: Cuadro 32: Cuadro 33: Cuadro 34: Cuadro 35: Cuadro 36: Cuadro 37: Cuadro 38: Cuadro 39: Cuadro 40: Cuadro 41: Gráfico 1: Gráfico 2: Gráfico 3: Gráfico 4: Gráfico 5: Gráfico 6: Gráfico 7: Gráfico 8: Gráfico 9: Gráfico 10: Gráfico 11: Gráfico 12: Gráfico 13: Gráfico 14: Gráfico 15: Gráfico 16: Gráfico 17: Gráfico 18: Diagrama 1:
Área Metropolitana de Asunción: Calidad del empleo según el ingreso real, 1993 – 2001 Estimación econométrica de la Demanda por trabajo PARAGUAY: Relación salario mínimo – Línea de pobreza, 1995 - 2001 PARAGUAY: Relación salario mínimo – ingreso medio por acti vidad laboral principal, 1997 - 2001 PARAGUAY: Monto mensual más bajo que aceptarían los desocupados e Inactivos si decidieran trabajar (Gs. de marzo de 2001) PARAGUAY: Salario mínimo e ingreso por la actividad laboral princi pal según áreas, educación, sexo y edad, 2000/01 PARAGUAY: Salario mínimo e ingreso por la actividad laboral princi pal según categoría de ocupación y tamaño de la empresa, 2000/01 PARAGUAY: Ingreso familiar según fuentes (en porcentajes), 2000-2001 PARAGUAY: Condición de actividad de la población de 10 y más años de edad, según quintiles de ingreso, áreas de residencia y sexo, 2000-2001 PARAGUAY: Ingresos familiares 1997/98 y 20 00/01 a precios de marzo de 2001 PARAGUAY: Ingreso por perceptor (en Gs. de marzo 2001), número de pe rceptores, número de miembros y ratio empleo-población, según situación de pobreza de los hogares, 1997/98 – 2000/01 PARAGUAY: Variación del Ingreso familiar per cápita (aporte de cada componente), 1997/98 – 2000/01 PARAGUAY: Variación % del Índice de Precios al Consumidor, 1981-2001 PARAGUAY: PIB por persona, 1978-2001 (miles de Gs. de 1982) PARAGUAY: Estructura sectorial del empleo (población ocupada de 12 y más años), 1982-2001 Tasas de desempleo abierto urbano en los países del MERCOSUR Probabilidad de los hombres de estar desempleados por edad y peri odos Probabilidad de las mujeres de estar desempleados por edad y periodos Probabilidad de los hombres de estar desempleados por años de estudios y periodos Probabilidad de las mujeres de estar desempleados por años de estudios y pe riodos Área Metropolitana de Asunción: Tasa y duración del dese mpleo, 1986 -2001 (sin rezago) Área Metropolitana de Asunción: Tasa y duración del dese mpleo, 1986 -2001 (con rezago) PARAGUAY: PIB per cápita y crecimiento % de la PEA Área Metropolitana de Asunción: Tasa de desempleo, 1983 -2001 Área Metropolitana de Asunción: Tasas de desempleo por sexo, 1983 -2001 Área Metropolitana de Asunción: Tasa de desempleo por edad, 1983-2001 Área Metropolita na de Asunción: Participación % del empleo asalariado pri vado e independiente en el empleo total, 1993 -2001 Área Metropolitana de Asunción: Empleo privado asalariado e independiente, formal e informal, 1993-2001 PARAGUAY: Evolución del Salario Mínimo Real, 1980-2002 (Gs. de marzo 2002) PARAGUAY: Variación % del PIB no primario y el empleo en el Area Metropolitana de Asunción Clasificación de la población, 2000-2001
Introducción Investigaciones recientes han mostrado que en el país la tercera parte de la población vive con ingresos que no alcanzan para adquirir una canasta básica de consumo y que existe una de las distribuciones de ingresos más de siguales de América Latina (el 40 % de la población más pobre participa con el 10 % del total de ingresos, mientras que el 10 % más rico con el 42 %)1. También han mostrado que parte de estos problemas se encuentran asociados a los resultados macroeconómicos acumulados en los últimos años, en particular del crecimiento de la producción nacional 2 . Esta asociación se produce fundamentalmente a través del mercado de trabajo. Los cambios a nivel macroeconómico hacen que este mercado se ajuste vía los niveles de empleo, los niveles salariales o los niveles de ambas variables, afectando de manera directa los ingresos familiares. En el presente documento se muestra que en Paraguay una parte importante de estos ingresos provienen del mercado de trabajo, por lo que puede deducirse que tales resultados macroeconómicos afe ctan, de manera significativa , los niveles de pobreza de los hogares. La información disponible indicaría, adicionalmente, que en este contexto ciertos grupos de la población paraguaya habrían jugado un rol fundamental, tanto al interior de los hogare s como en el mercado de trabajo, debido a que las tasas de participación laboral, así como las tasas de dese mpleo, de dichos grupos no evolucionaron de manera uniforme. Habrían sido las de algunos los que permitieron que los ingresos familiares se mantuvi eran y que las condiciones de vida de sus hogares no empeoraran. El análisis de estas modificaciones del mercado laboral, y de otros aspectos relacionados, serán abordados en el presente trabajo, teniendo en consideración la perspectiva de los hogares e intentando responder a las siguientes cuestiones: ¿cuáles han sido los mecanismos de ajuste del mercado de trabajo paraguayo ante los resultados macroeconómicos de los últimos años?, ¿cómo han enfrentado los hogares estos resultados?, ¿se ha incrementado el aporte de algunos grupos específicos a la economía familiar?, ¿cuál es el tipo de desempleo predominante en el país, en términos de la duración del de sempleo?, ¿qué factores influyen más en la probabilidad de estar desemple ado?. El trabajo está estructurado en cinco secciones. La primera resume de una manera muy escueta el contexto macroeconómico reciente, con el propósito de ubicar la problemática laboral del país asociado al comportamiento de los agregados económicos del país. La segunda sección describe las características actuales del empleo, poniendo especial énfasis en los detalles geográfi1
Ver BID “América Latina frente a la desigualdad”, Informe sobre el progreso económico y social en América Latina 19981999. Las estimaciones recientes de los dos aspectos me ncionados, sobre la base de la información de las Encuestas de Hogares ejecutadas por la DGEEC, pueden observarse en los cuadros 1 al 6 y el Gráfico 1 del Anexo 2. 2 Ver Lee, H. “A profile of poverty in Paraguay. A background report”, en Economía y Sociedad No. 5, DGEEC, septiembre de 2001.
cos. En la tercera sección se analizan varios temas relacionados con el de sempleo y subempleo. En la cuarta sección se responde a las interrogantes planteadas en el párrafo anterior, relacionando información sobre el mercado de trabajo y el ciclo económico. En la quinta sección se analiza el nivel y cobertura del salario mínimo, así como la relación entre ingresos laborales y pobreza. Al final del texto se presentan las conclusiones y las implicancias de política del análisis realizado. Cabe indicar que la principal fuente de información utilizada en el presente trabajo corresponde a las Encuestas de Hogares ejecutadas por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). La más reciente de estas encuestas se realizó entre septiembre de 2000 y agosto de 2001, a una muestra de 8.131 hogares, correspondiente a 37.437 personas de las áreas urbanas y rurales de 15 departamentos del país, la más amplia hasta ahora realizada en Paraguay . Esta encuesta fue diseñada para tener inferencias a escala nacional, áreas urbana y rural, dominios geográficos (Asunción, Ce ntral urbano, resto urbano y rural) y departamentos (con excepción de Boquerón y Alto Paraguay). También debe indicarse que para el desarrollo de varios de los temas trat ados en el presente trabajo, se construyeron series de tiempo a partir del año 1983, para lo cual fue necesario realizar ajustes que aseguraran la comparabilidad de la información de las encuestas de hogares. A lo largo de casi dos décadas se produjeron cambios importantes en esta fuente de información: en la cobertura temática y geográfica, el tamaño de muestra, los niveles de inferencia geográfica, los marcos maestrales, las definiciones de algunas variables claves, la forma de hacer las preguntas de algunos de los temas tratados o la edad mínima de la población para que responda la parte laboral de las encuestas de hogares3, entre otros. El detalle de estos ajustes es mostrado en el Anexo 1. Finalmente, debe señalarse que existe a lo largo de las cinco secciones que conforman el trabajo información que no ha sido totalmente interpretada, por haberse optado intencionalmente por un análisis básico de la misma. Una cantidad importante del procesamiento de datos realizado fue definida para que los analistas, investigadores y usuarios en general dispongan de información comparable y oportuna de manera que pueda profundizarse en el estudio de la problemática laboral del país. En particular, la información a nivel de departamentos es presentada en el Anexo 2. Contexto macroeconómico reciente En 1989 se inició en Paraguay una serie de reformas económicas que buscaron liberalizar la economía y hacer más transparente los mercados, alcan3 En
particular podrá observarse a lo largo del texto referencias sobre estadísticas del mercado laboral a partir de diferentes años de edad debido a que entre 1983 y 1992 las preguntas sobre empleo e ingresos se hicieron a la población de 12 y más años de edad, en 1993 y 1994 a la población de 10 y más años, en 1995 y 1996 a la de 7 y más años, y entre 1997 y 2001 a la de 10 y más años de edad.
zar el equilibrio de las cuentas internas y externas y aumentar la vinculación del país con la economía mundial, en particular con el MERCOSUR. Políticas fiscales, monetarias, cambiarias y comerciales acompañaron tales reformas con el propósito de reducir las distorsiones del mercado interno y promover las inversiones nacionales y extranjeras 4. Parte de los logros de estas reformas y políticas fueron la reducción de la inflación, desde niveles de alrededor del 30% a niveles de un dígito (ver Gráfico 15 ), y el mantenimiento de los déficit en cuenta corriente y de las finanzas públicas en niveles reducidos (muy por debajo de los vigentes en los países vecinos). No obstante ello, los logros en aspectos relacionados con la producción, inversión y exportaciones no han sido importantes. El monitoreo de los equilibrios macroeconómicos no ha sido, al parecer, suficiente para permitir la reactivación económica. La falta de instituciones sólidas y la existencia de mercados sobre -regulados son aspectos que han subsistido en la sociedad paraguaya. El producto interno bruto creció a una tasa promedio anual de 2,1 % entre 1989 y 2001, por debajo del ritmo de crecimiento de la población en el mismo periodo (2,7 %) (ver Gráfico 26 ). El coeficiente inversión-producto fue reducié ndose de 21 % a fines de los ochenta a 18 % a principios del presente siglo y las exportaciones se mantuvieron conce ntradas en pocos productos (soja, algodón, carne y cuero en un 66 % durante el 2000, todos productos primarios agrícola-ganaderos) y en unos cuantos países (64 % a Brasil, Argentina y Uruguay durante el 2000)7 . La explicación de estos resultados se relaciona con diversos factores. Si bien, los que se refieren al contexto internacional (como el deterioro de los precios internacionales de los productos de exportación, los problemas y cambios en la política comercial de los principales socios comerciales, entre otros) y las razones climáticas son parte substancial de la explicación, los factores internos también fueron importantes: sobrevaluación de la moneda nacional (con un retraso cambiario promedio de 32 % en 1990-2001 respecto al dólar norteamericano de junio de 1989); crisis financiera de 1995-1998 que afectó al sistema bancario y determinó una política monetaria re strictiva con altas tasas de interés (en promedio para 1990-2001 las tasas bancarias activas efectivas de 32% anual en moneda nacional y 13 % en moneda extranjera); reducida inversión pública en obras de infraestructura; lento progreso de las reformas estructurales, en particular del Estado, la legislación y reglamentación del mercado laboral y el sistema judicial, entre otros. El Cuadro 1 re4
Mayores detalles sobre la liberalización económica puede verse en Molinas, J. “¿Liberalización económica con sesgo urbano en Paraguay?. Microsimulaciones del efecto de los ca mbios en el mercado laboral sobre la distribución del ingreso y pobreza”, en Economía y Sociedad No. 6, DGEEC, diciembre de 2001. 5 Adicionalmente este gráfico muestra que en Paraguay cada 4 años el crecimiento de los precios experimenta un repunte (1986, 1990, 1994 y 1998). 6 La economía paraguaya creció cada año en promedio 8,8 % durante los años setenta. El Gráfico muestra que el país experimenta actualmente el periodo de recesión más prolongado desde mediados del siglo pasado. Los seis años consecutivos de reducción del PIB por persona de 1996-2001 supera al periodo de cinco años de depresión de 1981-1986, e iguala en magnitud la caída de la producción. El nivel actual del producto por persona es similar al que se tenía a fina les de los setenta (hace 22 años). 7 La información estadística de este párrafo puede verse en BCP “Boletín de Cuentas Naci onales N° 37”, 2001.
sume el comportamiento de algunas variables macroeconómicas entre 1990 y 2001.
Gráfico 1: PARAGUAY: Variación porcentual del Indice de Precios al Consumidor, 1981-2001
40
Gráfico 2: PARAGUAY: PIB por persona, 1978-2001 (miles de Gs. de 1982)
235
35
225
30 215
25 20
205
15
FUENTE: BCP
195
10
FUENTE: BCP
5
185 81
83
85
87
89
91
93
95
97
99
01
78
80
82
84
86
88
90
92
94
96
98
00
Cuadro 1 PARAGUAY: Principales variables macroeconómicas, 1990-2001 1990 Variación % del PIB real Variación % del IPC (interanual) Exportaciones (millones US$) Importaciones (millones US$) Saldo Comercial (millones US$) Precio Soja Chicago (USD/TM) Precio Algodón New York (USD/TM) Tipo de cambio real (Gs . x US$, junio 1989=100) Saldo deuda pública externa (millones US$) Superavit (+) / Défict (-) (% del PIB) Salario Mínimo (miles Gs.) Salario Mínimo (Indice real 1989=100) Tasa activa efectiva Moneda Nacional (% anual) Tasa activa efectiva Moneda Extranjera (% anual) Tasa pasiva efectiva Moneda Nacional (% anual) Tasa pasiva efectiva Moneda Extranjera (% anual)
1991
3,1 2,5 38,1 24,2 959 737 1.193 1.275 -235 -538 216 1.625 80,7 69,6 1.670 1.637 3,0 -0,2 207 245 96,3 91,7 30,0% 32,4% 14,1% 14,8% 15,9% 14,8% 7,0% 6,1%
1992
1993
1994
1995
1996
1,8 15,2 657 1.237 -581 210 1.283 68,6 1.249 -0,6 257 83,6 35,0% 14,1% 15,4% 5,2%
4,1 18,2 725 1.478 -752 230 1.321 68,6 1.217 0,4 292 80,4 35,3% 12,4% 14,7% 4,3%
3,1 20,6 817 2.140 -1.324 230 1.663 62,8 1.240 1,1 362 82,6 35,5% 12,7% 17,4% 4,7%
4,7 13,4 919 2.782 -1.863 223 2.104 58,4 1.407 -0,3 417 83,9 33,9% 14,0% 15,7% 5,2%
1,3 2,6 -0,4 0,5 -0,4 2,5 9,8 7,0 11,6 6,8 9,0 7,3 1.043 1.143 1.014 741 869 990 2.850 3.099 2.471 1.725 2.050 1.989 -1.807 -1.956 -1.457 -984 -1.181 -999 277 282 225 176 184 169 1.723 1.598 1.514 1.204 1.336 934 57,6 57,1 63,5 69,1 73,8 82,5 1.399 1.444 1.599 2.111 2.234 2.171 -1,1 -1,4 -1,0 -3,6 -4,3 -1,1 469 528 581 591 673 748 85,9 90,4 89,1 85,0 88,7 92,0 31,9% 27,8% 30,5% 30,2% 26,8% 28,2% 14,3% 13,5% 13,0% 12,2% 11,9% 11,2% 12,8% 8,8% 6,8% 8,7% 9,7% 9,8% 4,5% 3,9% 3,6% 3,3% 3,0% 2,6%
1997
1998
1999
2000
2001
FUENTE: Banco Central del Paraguay
Sobre la crisis financiera podría indicarse, adicionalmente, que ella implicó la intervención de alrededor de la mitad de los bancos y financieras del país, las cuales, en una gran mayoría, tuvieron que ser liquidadas. Entre las causas de la crisis se mencionan a las malas prácticas bancarias, los sistemas de información inadecuados y los sistemas de supervisión y control ineficie ntes8 . Y entre las principales consecuencias negativas se tiene el hecho de haberse afectado la cadena de pagos del país y generado una incertidumbre generalizada a nivel económico; la reducción de la tasa de crecimiento de los depósitos y crédito, en particular en moneda nacional; la casi desaparición del financiamiento de largo plazo, entre otras. El costo directo total de la crisis se estima en montos equivalentes al 10 % del PIB, el cual incluiría la ayuda financiera del Banco Central del Paraguay 8 Insfrán,
J. “Las enseñanzas de la crisis financiera”, Suplemento Económico de Abc color, Asunción, abril de 2002
a los bancos previa a la intervención y posterior liquidación, los pagos de la garantía estatal a los sectores privado y público, las partes no cobradas por los acreedores de banco luego de que el proceso de liquidación finalice, el costo de oportunidad de los depósitos que se hayan retenidos y de los recu rsos públicos destinados al salvataje, entre otros. Este costo no incluiría el costo no monetario que surge por el corte de la cadena de pagos, la incertidumbre, la caída del crédito, el aumento de la tasa de interés y la menor tasa de crecimiento económico, costos de por sí importantes, pero difíciles de cuantificar. Debe agregarse que en el contexto descrito, en el país se consolidó, paralelamente, una amplia economía informal, basada de manera importante en el contrabando y actividades económicas no registradas, la cual no solo ha venido generado evasión fiscal y un gran sector de mano de obra desprotegida, sino también corrupción y distorsión de incentivos para legitimar actividades productivas. Como se verá en las secciones siguientes, los indicadores relacionados con el mercado laboral muestran, para los últimos años, en general, un deterioro de las condiciones de empleo e ingresos de la población paraguaya, acorde con el comportamiento macroeconómico descrito. 1. Características actuales del empleo a. Evolución demográfica Según la última encuesta de hogares ejecutada por la DGEEC (Encuesta Integrada de Hogares 2000/2001, EIH 2000/01) la población paraguaya tiene 5 millones 831 mil habitantes, de los cuales el 54 % es urbano y 46 % rural. Con ello, Paraguay es uno de los países de América con más porcentaje de población rural, superada solo por Guatemala, Honduras, Costa Rica y El Salvador 9 . La tasa bruta de natalidad (número medio anual de nacimientos ocurridos entre la población media de un periodo) proyectada para el 20002005 es 29,6 por mil habitantes, una de las más altas de la región, y la de mortalidad (número medio anual de defu nciones ocurridas entre la población media de un periodo) es 5,1 por mil habitantes para los mismos años. En consecuencia, Paraguay presenta una tasa de crecimie nto anual de la población, estimada para el 2000-2005, de 2,6 %10, también una de las más altas entre los países latinoamericanos11 . b. Población en edad de trabajar Estos resultados, en las variables demográficas, han influido de manera importante en el dinamismo de crecimiento y el tamaño de la fuerza laboral del país. Según el Diagrama 1, la población de 10 y más años de edad, o pobla9
PNUD “Informe sobre el Desarrollo Humano 2001”, páginas 158-161. Corresponde a la hipótesis media de crecimiento de la población, con una tasa de migración neta igual a cero. Ver DGEEC/FNUAP “Paraguay. Estimación y proyección de la población total, según sexo y grupos de edad. Periodo 19592050”, Asunción, 1994. 11 PNUD, Ob. Cit. 10
ción en edad de trabajar (PET), es actualmente 4 millones 317 mil y la población económicamente activa (PEA) 2 millones 612 mil, es decir, en Paraguay existe una tasa de participación laboral (=PEA/PET) de 60,5 %. La información de la EIH 2000/01 muestra adicionalmente que el 61% de la PEA es hombre y 39 % mujer y que si bien la participación laboral a nivel de la población total es similar en las áreas urbanas y rurales, la de las mujeres es mucho menor en ambas áreas (ver Cuadro 2). Diagrama 1 CLASIFICACIÓN DE LA POBLACIÓN, 2000-01 POBLACION TO TAL
5.830.583 DE 10 Y MAS AÑOS
4.316.832
ECONOMIC AMENTE ACTIVA
2.612.370
2.413.644
OCUPADOS
ADECUA DAMENTE
MENOR A 10 10 AÑOS AÑOS
237.325
DE 1º VEZ
1.450.996
43.125 VISIBLE
INVISIBLE
200.666
761.982
ECONOMIC AMENTE INACTIVA DESEMPLEADOS OCULTOS
DESEM PLEADOS ABIERTOS
198.726 962.648
SUBOCU PADOS
1.704.462
1.513.751
DE 2ª O MAS VECES
RESTO
1.467.137
155.601 FUENTE: DGEEC “EIH 2000-01”
Cuadro 2 PARAGUAY: Porcentaje de la población de 10 y más años de edad según condición de actividad, 2000-2001
Hombre Activos (o PEA) Inactivos Total Mujer Activos (o PEA) Inactivos Total Hombre y mujer Activos (o PEA) Inactivos
Total país % Población
Urbana
Rural
72,6 27,4 100,0
77,9 22,1 100,0
75,1 24,9 100,0
1.600.212 530.438 2.130.650
50,3 49,7 100,0
40,4 59,6 100,0
46,3 53,7 100,0
1.012.158 1.174.024 2.186.182
60,6 39,4 100,0
60,4 39,6 100,0
60,5 39,5 100,0
2.612.370 1.704.462 4.316.832
FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
También muestra que mayor es esta participación cuanto más alto es el estrato de ingresos al que se pertenece y en las etapas maduras del individuo, y que la ubicación geográfica de las familias predispone niveles regionales de participación laboral: los departamentos del sur del país (Ñeembucú, Itapúa, Misiones, Caazapá y Paraguari) tienen tasas más altas que los de la zona
central (Asunción, Central, Alto Paraná y Guairá) y estas que las de la región nor-occidental (Conce pción, Cordillera, Canindeyú, Caaguazú, San Pedro y Amambay) (ver Cuadro 7 del Anexo 2 y Cuadro 16 de la siguiente sección). Estos últimos resultados estarían asociados al tipo de actividades económicas predominantes en estas regiones del país. c. Categoría de la población ocupada Sobre la PEA ocupada (el empleo o demanda laboral) del país la información disponible indica que la economía paraguaya estaría cimentada, en buena medida, en la mano de obra independiente debido a que el 55 % de los ocupados tiene esta condición (37 % es trabajador por cuenta propia, 12 % trabajador familiar no remunerado y 6 % empleador o patrón), es decir, una mano de obra que genera sus ingresos a través de la venta directa de sus productos o servicios en el mercado. El 45 % restante es asalariado, en los sectores público y privado o como trabajador del hogar, es decir, una mano de obra que genera sus ingresos a través de la venta directa de su fuerza de trabajo. La preeminencia de la mano de obra independiente es más notable en los siguientes grupos de trabajadores: los que tienen residencia en el área rural, los de 50 y más años de edad (ver Cuadro 3) y los que viven en Caazapá, San Pedro y Ñeembucú (ver Cuadro 8 del Anexo 2). Los departamentos con más mano de obra asalariada en el país son Asu nción, Central, Amambay y Alto Paraná, los de mayor desarrollo relativo en el país. d. Actividad económica de los ocupados Dos aspectos adicionales del empleo que permiten conocer con algún detalle su estructura son la actividad económica y el tamaño de la empresa12 donde laboran los trabajadores13 . Según la EIH 2000/2001, más de la mitad (51 %) de los trabajadores que tienen empleo se encuentran en empresas o establecimientos del sector terciario de la economía (comercio, servicios, transporte, establecimientos financieros). La agricultura y ganadería absorben al 31 % de los ocupados, la industria al 12 % y otras actividades al 6% restante. Esta estructura del empleo es marcadamente diferente si se considera las áreas geográficas de residencia de los trabajadores (ver Cuadro 3): en el área rural casi 3 de cada 5 ocupados se encuentran en la agricultura y ganadería y solo el 23 % en las actividades terciarias 14 , mientras que en el área urbana el 75 % de los ocupados están en actividades te rciarias. Estas actividades predominan como una opción de empleo importante en el caso de los siguientes grupos de trabajadores: en las mujeres (69 %) más que en los homEl “tamaño de la empresa” se obtuvo de la pregunta “¿Cuántas personas aproximadamente trabajan en el establecimiento donde trabaja?”, la cual incluye las opciones de respuesta “solo” y “empleado domésticos”. Estas dos opciones se han mantenido en los Cuadros para compararlas con las opciones propiame nte de tamaño de empresa. 13 La importancia del sector informal en el empleo se muestra en secciones posteriores. 14 En Robles, M. “Paraguay rural: ingresos, tenencia de tierras, pobreza y desigualdad”, Revista Economía y Sociedad N° 1, octubre de 2000, se muestra que en cuanto a generación de ingresos el sector agropecuario en el área rural proporciona solo la tercera parte de los ingresos totales familiares. 12
bres (40 %), en los adultos (18 a 49 años) más que en los niños (10 a 17 años) o los ocupados de mayor edad (50 a más años) y en los departamentos de Asunción, Central, Alto Paraná y Amambay que en el resto (ver Cuadro 8 del Anexo 2). Cuadro 3 PARAGUAY: Distribución % de la población ocupada de 10 y más años de edad según actividad económica, categoría, ocupación y tamaño de empresa por área, sexo y grupos de edad, 2000-2001 Total Actividad económica Agricultura y ganadería 31,3 Manufactura 11,6 Construcción 4,7 Comercio, Restaurantes y Hoteles 24,2 Transporte, Almacen y Comunic 3,5 Finanzas, Serv a empresas 3,3 Servicios Comun., Soc. y Person 20,1 Otras 1,2 Categoría Asalariado público 7,1 Asalariado privado 30,2 Empleador/patrón 5,8 Por cuenta propia 37,1 Familiar no remunerado 12,2 Empleado doméstico 7,6 Tamaño de la empresa Solo 25,0 2 a 5 personas 42,6 6 a 10 personas 8,1 11 a 20 personas 5,0 21 a 50 personas 4,2 Más de 50 personas 6,9 Empleado doméstico 7,6 No sabe, no responde 0,6 Total 100,0 (Número de ocupados en miles) 2.414
Sexo Hom- Mujer bre
10 a 17
Grupos de edad 18 a 35 a 50 a 34 49 más
38,1 12,7 7,5 20,5 5,2 3,7 10,7 1,7
20,3 10,0 0,1 30,2 0,9 2,7 35,4 0,3
45,7 9,6 2,6 23,7 2,8 0,6 14,2 0,8
24,9 12,1 5,0 23,7 3,3 4,9 24,9 1,2
26,3 12,7 6,1 26,5 4,5 3,1 19,4 1,4
5,8 37,9 7,6 34,3 13,4 1,1
9,3 17,8 2,9 41,6 10,3 18,1
0,3 29,6 0,1 12,8 46,5 10,7
8,8 40,0 3,8 25,4 12,3 9,6
9,4 26,5 8,6 45,9 4,2 5,4
21,1 50,3 9,8 5,4 4,4 7,0 1,1 0,9 100,0 1.491
31,3 30,2 5,2 4,2 3,9 6,6 18,1 0,5 100,0 922
Área Urbana
Rural
43,6 10,4 3,3 21,9 3,0 1,9 14,9 1,0
3,9 14,2 5,4 34,6 5,3 5,6 29,5 1,5
64,0 8,6 3,9 11,7 1,5 0,6 9,0 0,8
4,3 15,3 9,3 63,8 2,6 4,7
11,0 38,4 7,6 27,4 5,1 10,4
2,5 20,4 3,7 48,6 20,7 4,2
9,8 18,3 29,8 41,7 66,3 40,7 37,9 39,1 7,6 11,1 7,1 3,3 2,5 6,5 5,3 2,9 2,0 5,2 4,7 2,6 0,8 8,0 8,7 5,5 10,7 9,6 5,4 4,7 0,3 0,6 1,1 0,2 100,0 100,0 100,0 100,0 287 970 705 452
21,4 32,7 9,5 7,8 6,1 11,5 10,4 0,6 100,0 1.313
29,4 54,5 6,3 1,6 1,9 1,3 4,2 0,8 100,0 1.100
FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
El Gráfico 3 muestra, adicionalmente, cómo el sector agropecuario perdió de manera significativa, en las últimas dos décadas, su capacidad para generar empleo, aunque continua siendo el más importante, y cómo el sector comercio ha ido tomando una preponderancia creciente en este aspecto. Actualmente, ambos sectores son las principales fuentes de producción y empleo del país. Lo anterior es contrario a la hipótesis que indica que la fuerte migración rural-urbana continua siendo uno de los factores fundamentales que explican el comportamiento de la estructura del empleo en los último años, ello estaría más relacionado a una cuestión aritmética en el sentido de que la actividad agropecuaria, frente al resto de actividades emergentes, habría mostrado un dinamismo mucho más reducido en su papel de generadora de empleo. El Cuadro 4 muestra, en este sentido, que la migración urbana-urbana explica el 40 % de la migración total del país y la rural-urbana solo el 18 %,
siendo este último tipo el más reducido de todos los posibles a nivel de áreas (la rural-rural y la urbana-rural 21 % cada una). Se evidencia, adicionalmente, que la migración urbana-urbana es más preponderante en los estratos altos y la rural-rural en los bajos, y que las razones laborales para migrar son las más importantes (las razones familiares se relacionarían fu ndamentalmente con el acompañamiento al jefe de hogar que migra por razones laborales).
Gráfico 3: PARAGUAY: Estructura sectorial del empleo (Población ocupada de 12 años y más), 1982-2001 47,0 37,4 25,4 23,4 13,0 9,0 7,1 1982
31,6 27,2 24,2
Agropecuario Servicios Comercio
11,7
Industria
4,7
Construcción
15,9 13,0 7,4 1992
2000/01
Cuadro 4 PARAGUAY: Porcentaje de la población de 5 años y más según condición de migrante, 2000-2001 20% más 20% 20% 20% 20% más pobre siguiente siguiente siguiente rico Migrantes internos respecto al lugar de residencia de hace 5 años Migrante urbano-urbano 1,3 3,6 4,5 8,5 7,5 Migrante urbano-rural 2,8 2,5 3,3 3,0 1,9 Migrante rural-urbano 2,1 2,1 1,9 2,2 2,9 Migrante rural-rural 4,2 4,3 2,4 1,7 1,5 Total migrante 10,4 12,5 12,0 15,4 13,8 Total no migrante 89,6 87,5 88,0 84,6 86,2 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Razones de la migración (respecto al lugar de residencia de hace 5 años) Razones de trabajo 15,9 13,7 16,5 20,5 37,5 Razones de estudio 1,2 3,4 2,9 8,9 11,7 Motivos familiares 75,3 60,5 60,3 58,1 39,8 Adquisición de casa 2,7 19,2 15,4 8,0 8,5 Otras 4,9 3,2 4,9 4,5 2,4 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01",
%
Total país Población
5,2 2,7 2,3 2,8 12,9 87,1 100,0
259.096 134.618 113.474 138.556 645.744 4.377.190 5.022.934
21,6 6,2 57,5 10,8 3,9 100,0
139.522 39.903 371.114 69.910 25.295 645.744
e. Tamaño de la empresa de los ocupados Revisando la información sobre el tamaño de la empresa puede deducirse que en el país no existe un predominio de grandes centros de producción o fábricas debido a que la mayoría de los trabajadores realizan sus actividades en empresas de pequeñas dimensiones. Las tres cuartas partes de los traba-
jadores paraguayos se encuentran ocupados en establecimientos que no tienen más de cinco empleados (25 % en empresas individuales, 43 % en microempresas de 2 a 5 trabajadores y 8 % como empleados domésticos). Esta característica del empleo es mucho más marcada en los grupos de la población tradicionalmente más vulnerables (ver Cuadro 3): en el área rural, en las mujeres, en los niños y ocupados de 50 a más años de edad, y en los departamentos más pobres del país (ve r Cuadro 8 del Anexo 2): Caazapá, San Pedro y Caaguazú. Podría resaltarse aquí el hecho de que el 18% de las mujeres ocupadas en el país son empleadas domésticas, un porcentaje que es más alto en Amambay (31 %), Central (22 %), Alto Paraná (21 %) y Asu nción (20 %). f. Educación de la fuerza laboral Estos resultados y las demás características del empleo en el país pueden ser explicados, en parte, con la información sobre los niveles de escolaridad de la población trabajadora. Como se sabe, la insuficiencia de los niveles educativos y de capacitación definen, de algún modo, el tipo de inserción o contribución de la mano de obra en el mercado laboral, además de constituirse, en general, en una limitación seria al desarrollo del país, especialmente en sectores con mayor valor agregado. De acuerdo a la información de la EIH 2000/01, la mitad de la población trabajadora de 18 y más años de edad15 no tiene más de 6 años de instrucción, 32 % tiene entre 7 y 12 años y solo 13 % tiene algún grado de educación superior. Este perfil educativo de la fuerza laboral es significativamente diferente si se considera de manera individual a los diversos grupos de trabajadores del país. El Cuadro 5 muestra que la mano de obra del área urbana tiene en promedio 70 % más escolaridad que la del área rural y que los trabajadores más jóvenes tienen más años de estudios que los de mayor edad (la PEA entre 18 y 34 años tiene en promedio 3,3 años más educación que la que tiene 50 y más años de edad). Por departamentos puede notarse que existe una correlación negativa importante entre los niveles de escolaridad y la incidencia de la pobreza de los departamentos: San Pedro, Caaguazú y Canindeyú son los que tienen en promedio menos educación y a la vez una incidencia de pobreza más alta, a diferencia de Asunción, Central y Alto Paraná que tienen más escolaridad y menos niveles de pobreza (ver Cuadros 1b y 9 del Anexo 2). Tres cuestiones relevantes adicionales sobre la educación de la fuerza laboral son las siguientes: (a) cuanto más alto es el estrato de ingreso de la mano de obra mayor es su nivel de escolaridad (el 86 % de los trabajadores del quintil más pobre no tienen más de 6 años de educación, mientras casi la mitad de la fuerza laboral del quintil más alto tiene por lo menos algún grado de educación secundaria o superior), (b) las mujeres trabajadoras tienen en promedio más años de estudios que los hombres debido fundamentalmente a la mayor proporción de mujeres con educación superior respecto a la de 15
Se ha tomado este límite inferior de edad para evitar el sesgo que puede ocasionar en los promedios educativos de la fuerza laboral el hecho de no haber concluido los es tudios secundarios.
los hombres, y (c) los desocupados en promedio tienen más escolaridad que los ocupados debido a que en los primeros predomina el nivel primario de educación y en los segundos el nivel secundario. Cuadro 5 PARAGUAY: Distribución % de la PEA de 18 y más años de edad según años de est udios, por área, sexo, grupos de edad , condición de actividad y quintiles de ingreso per cápita, 2000-2001 Cero años
1a6 años
7 a 12 años
13 a más
Total
Total 4,7 Sexo Hombre 4,4 Mujer 5,1 Grupos de edad 18 a 34 2,4 35 a 49 4,6 50 a más 10,1 Área Urbana 2,3 Rural 8,0 Condición de actividad Ocupados 4,9 Desocupados 2,8 Quintiles Más pobre 10,1 II 8,5 III 4,3 IV 3,5 Más rico 1,1
51,0
31,9
12,5
100,0
Años promedio de estudios 7,4
52,0 49,5
33,3 29,7
10,3 15,7
100,0 100,0
7,2 7,7
41,4 55,4 66,1
41,3 27,5 17,0
14,9 12,4 6,8
100,0 100,0 100,0
8,5 7,3 5,2
36,4 71,2
42,4 17,2
18,9 3,6
100,0 100,0
9,0 5,3
52,0 37,2
30,6 48,4
12,5 11,7
100,0 100,0
7,4 8,5
75,8 68,6 56,3 47,5 27,4
13,3 21,1 35,2 38,9 39,4
0,7 1,8 4,3 10,2 32,1
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
4,6 5,2 6,6 7,7 10,5
FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
g. Empleo y pobreza La relación existente entre pobreza y las características del empleo descritas anteriormente puede mostrarse con más detalle a través del cruce de tales características con la variable quintil de ingreso familiar por persona. La pobreza es en último término una de los factores de mayor relevancia que se encuentran detrás del crecimiento de la oferta laboral debido a que incentiva el desplazamiento de las zonas menos pobres a las más pobres, la participación laboral de los jóvenes en edad escolar y de las mujeres para aumentar los ingresos como estrategia familiar de alivio de la pobreza. Más adelante se verá cómo esta participación puede modificarse en función al comportamie nto del ciclo económico del país. El Cuadro 6 muestra, en principio, que existe una coherencia entre los resultados del perfil educativo de la fuerza laboral del país y los de las ocupaciones predominantes, es decir, que la concentración de los trabajadores ocupados en los niveles inferiores del sistema educativo estaría asociada a la reducida proporción de profesionales y técnicos y al alto porcentaje de trabajadores en ocupaciones poco calificadas. El mismo cuadro muestra, adicionalmente, que los trabajadores de los estratos más bajos tienen una diversificación laboral reducida frente a los de los estratos altos. Los que perten e-
cen al 20 % de la población más pobre del país mayormente trabajan solo como “agricultores, trabajadores agropecuarios y pesqueros” (76,5 %) o “trabajadores no calificados” (12,9 %), a diferencia de los trabajadores que pertenecen al quintil de mayores ingresos que tienen ocupaciones en varias categorías, aunque se evidencia que el 60 % de estos trabajadores todavía tienen ocupaciones poco calificadas (observando los últimos 5 grupos de ocupaciones de los 9 considerados). Otras características de los trabajadores en situación de pobreza se relacionan con la actividad que realizan y el tamaño del establecimiento donde laboran. Según la EIH 2000/01, del total de trabajadores del quintil más pobre, el 80 % se encuentran empleados en la agricultura y ganadería, mie ntras que los del quintil más rico solo en un 12% (ver Cuadro 7). Siete de cada diez trabajadores de este último quintil laboran en empresas o establecimientos pertenecientes al sector terciario de la economía. Cuadro 6 PARAGUAY: Porcentaje de la población ocupada de 10 y más años de edad, según ocupación y actividad económica de la ocupación principal, 2000-2001 20% más pobre
20% siguiente
Ocupación Miembros poder estatal, Personal Directivo 0,0 Profesionales, científicos e intelec tuales 0,2 Técnicos y profesionales de nivel medio 0,4 Empleados de Oficina 0,3 Trabajadores de Servicios y Vendedores 4,0 Agricultores y Trabaj. Agropec. y Pesq. 76,5 Oficiales, Operarios y Artesanos 5,5 Trabajadores no calificados 12,9 Otros 0,4 Total 100,0 Actividad económica del establecimiento donde laboran Agricultura, Ganadería, Caza y Pesca 80,1 Industrias Manufactureras 4,1 Construcción 1,5 Comercio, Restaurantes y Hoteles 7,8 Transporte, Almacen. y Comunicaciones 0,4 Servicios Comunales, Sociales y Person. 5,8 Otros 0,2 Total 100,0 FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
20% siguiente
20% siguiente
20% más rico
%
Total país Población
0,6 0,7 1,0 0,4 13,4 38,9 14,9 26,9 3,3 100, 0
1,7 1,6 3,1 2,4 17,2 20,2 17,6 31,5 4,7 100,0
3,4 4,1 7,0 5,0 18,8 14,1 18,3 23,8 5,5 100,0
11,9 11,7 9,2 7,4 18,1 10,0 12,4 15,3 4,0 100,0
4,3 4,4 4,8 3,6 15,1 28,1 14,0 21,8 3,8 100,0
104.328 107.347 116.149 86.863 363.849 678.711 338.125 526.796 91.476 2.413.644
49,1 9,7 6,2 17,3 4,3 12,7 0,7 100,0
23,6 13,7 7,0 29,5 3,4 20,4 2,4 100,0
15,9 15,0 5,8 31,4 4,0 23,8 4,0 100,0
11,5 13,0 3,1 28,3 4,7 30,1 9,3 100,0
31,9 11,6 4,7 24,2 3,5 20,1 3,9 100,0
768.791 281.180 113.377 583.433 85.492 486.261 95.110 2.413.644
Respecto al tamaño del establecimiento, la información disponible indica que la microempresa es una opción importante para tener empleo tanto para los trabajadores pobres como para los de más altos ingresos, aunque dicha importancia es creciente cuanto más pobre es el quintil al que se pertenece. Nueve de cada diez trabajadores del quintil más bajo son autoempleados o se encuentran en empresas de no más de cinco trabajadores. La relación anterior se corrobora al constatar que el 86 % de los ocupados más pobres del país son trabajadores por cuenta propia o trabajadores familiares no remunerados, proporción que es menos significativo cuanto más
alto es el quintil de ingresos al que pertenecen (ver Cuadro 7). En contrapartida, el empleo asalariado (incluido el doméstico) es menos importante cuanto más pobre es el quintil de ingresos al que pertenecen. Si a estos resultados se adiciona la evidencia descrita anteriormente de que la escolaridad de la mano de obra del país es reducida podría deducirse que el empleo independiente esta compuesto fundamentalmente por ocupaciones poco calificadas. La falta de escolaridad impediría la venta directa de la fuerza de trabajo, es decir, el acceso a empleos asalariados (que fundamentalmente están copados por los trabajadores de los estratos altos), optándose por la venta directa de sus propios bienes y servicios para obtener ingresos. Cuadro 7 PARAGUAY: Porcentaje de la población ocupada de 10 y más años de edad, según categoría de ocupación y tamaño de la empresa de la ocupación principal, 2000-2001
Categoría de ocupación Trabajador público Empleado privado Obrero privado Empleador/patrón Por cuenta propia Familiar no remunerado Empleado doméstico Total Tamaño del establecimiento Solo 2 a 5 personas 6 a 10 personas 11 a 50 personas Más de 50 personas Empleado doméstico No sabe, no responde Total FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
20% más pobre
20% siguiente
20% siguiente
20% siguiente
20% más rico
%
Total país Población
0,2 0,8 7,8 1,6 50,3 35,7 3,6 100,0
1,6 4,6 26,4 2,6 43,8 14,3 6,6 100,0
4,2 7,6 27,4 3,0 41,8 7,5 8,6 100,0
9,4 12,6 23,0 4,9 33,9 7,5 8,7 100,0
14,9 20,6 13,9 13,1 24,2 4,2 9,0 100,0
7,1 10,6 19,6 5,8 37,1 12,2 7,6 100,0
171.730 254.898 474.258 139.983 894.975 294.363 183.333 2.413.644
25,1 63,7 6,3 0,8 0,2 3,6 0,3 100,0
28,7 51,1 7,0 4,2 2,0 6,6 0,4 100,0
31,3 37,7 7,1 10,0 5,1 8,6 0,2 100,0
24,7 37,2 9,3 10,3 8,5 8,7 1,3 100,0
18,4 32,9 9,5 15,7 13,8 9,0 0,8 100,0
25,0 42,6 8,1 9,1 6,9 7,6 0,7 100,0
603.676 1.028.908 194.688 220.814 165.755 183.333 16.470 2.413.644
h. Ocupación secundaria, jubilación, seguro médico y horas trabajadas Sobre las características del empleo, finalmente, puede mencionarse cuatro aspectos adicionales que podrían tener influencias importantes sobre los niveles de bienestar del trabajador y que describen de algún modo las condiciones laborales de los trabajadores paraguayos (ver Cuadros 7 y 11 del Anexo 2): i)
ii)
De cada 10 trabajadores 1 tiene una ocupación secundaria o complementaria, una relación que es dos veces más alta en Ñeembucú, Paraguarí y Cordillera (departamentos que tienen tasas de empleo por encima de la media nacional) que en Asunción y Central (que son los departamentos que tienen las tasas de empleo más bajos); mayores niveles de ocupación implicaría para un trabajador mayores posibilidades de tener más de un empleo, Solo el 13 % de los trabajadores ocupados del país pertenece a algún sistema de jubilación o pensión, un porce ntaje que es mayor cuanto
más alto es el estrato de ingresos al que pertenece el trabajador y cuanto más cercano es el lugar de residencia del trabajador respecto a la Capital del país, y iii) 1 de cada 5 trabajadores tienen seguro médico, 59 % de los cuales es con IPS, 36 % con el sector privado y el resto con la sanidad de las fuerzas policiales y militares. La tenencia de seguro médico, sin embargo, se encuentra concentrada fundamentalmente en Asunción y Central, de manera similar como se hallan la mayor parte de los servicios básicos del país. El 61 % de los trabajadores que tienen algún tipo de seguro de salud viven en estos lugares, existiendo, a la vez, departamentos como Caazapá, Canindeyú, Amambay y Cordillera que tienen una proporción importante de trabajadores sin seguro alguno. Una inequidad que también se observa cuando se considera el conjunto de la población dividida en quintiles de ingreso: solo el 2 % de los trabajadores del quintil más pobre tienen seguro médico, a diferencia del quintil más alto que lo tienen en un 43 %. Cuadro 8 PARAGUAY: Población ocupada de 10 años y más años según tenencia de trabajo complementario, jubilación y seguro médico, y horas trabajadas por quintiles, 2000-2001
País total
Área rural
Área urbana
Área
Asociación a algún Tenencia de trabasistema de jubila- jo complementario ción o pensión (%) o secundario (%) I 6,1 7,0 II 10,2 7,2 III 17,4 8,2 IV 24,3 9,2 V 28,4 14,5 Total 19,2 9,7 I 0,0 9,8 II 0,5 11,4 III 0,9 12,7 IV 4,5 12,6 V 12,1 18,0 Total 4,4 13,4 I 0,4 10,2 II 3,8 9,9 III 8,9 9,7 IV 16,9 11,1 V 24,7 14,4 Total 12,6 11,4 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01", Quintiles
iv)
Tenencia de algún seguro médico (%) 8,6 14,8 23,5 33,0 53,3 29,9 0,3 2,5 1,6 7,5 21,4 8,0 1,7 5,5 12,1 23,3 42,7 19,9
Horas promedio trabajadas por semana 42,8 44,7 48,6 47,9 45,5 46,2 38,5 38,6 40,7 41,5 42,6 40,6 38,5 42,1 43,6 46,1 45,7 43,7
Los trabajadores del área rural del país trabajan en promedio 6 horas semanales menos que los del área urbana. Mayor es el ingreso familiar por persona cuanto más alta son las horas de trabajo de sus miembros, es decir, no necesariamente los trabajadores más pobres trabajan más horas. Los trabajadores que residen en los departamentos ubicados en el suroeste del país (Ñeembucú, Paraguari, Caazapá, Misiones e Itapúa) en promedio trabajan 6 horas menos que el promedio nacional.
i. Empleo infanto-adolescente
La persistencia del desempleo y subempleo a lo largo de los últimos años habría llevado a las familias a recurrir a estrategias alternativas de generación de ingresos para mantener sus niveles de consumo. En general, estas estrategias han podido ser de dos tipos16 : las que se dirigen a asegurar la reproducción y bienestar de largo plazo de las familias y sus miembros, y las que responden de manera inmediata a los reveses esperados e inesperados del acontecer diario. Dentro de estas estarían, por un lado, las estrategias que apuntan a proteger o incrementar los ingresos y, por otro, las estrategias de reducción o modificación del consumo familiar que se implementan cuando fallan las primeras para asegurar un nivel mínimo de supervivencia. Las que se dirigen, concretamente, a resguardar o aumentar los ingresos implican aumentar la cantidad e intensidad del trabajo, colocando más miembros en el mercado laboral y/o haciendo frente de manera directa al mercado de bienes y servicios con el producto del trabajo familiar, incluido el trabajo no remunerado de las mujeres y niños, las cuales dan paso, por lo general, a empleos de baja calidad. En las secciones siguientes del documento se muestra que si bien aumentó la participación de la fuerza laboral femenina y de los jóvenes (sección 3.a), ello no se tradujo necesariamente en un aumento importante del número de perceptores de ingreso (sección 4.b), debido al crecimiento significativo de los trabajadores familiares no remunerados (sección 3.d). También se muestra que las actividades de baja remuneración dieron paso a las de mayor calidad (sección 3.f), que la mitad de la mano de obra urbana es informal (sección 3.e) y que, no obstante la recesión prolongada, solo el 10% de los ocupados en el país tiene actualmente un empleo secundario o complementario y no necesariamente los ocupados pobres trabajan más horas (sección 1.h). El empleo infantil debe entenderse en este contexto, es decir, en el marco de las estrategias de intensificación del trabajo familiar para hacer frente a la reducción de los ingresos. Una intensificación entendida no en el sentido de un mayor número de horas de trabajo de sus miembros, sino de la participación, directa e indirecta, de miembros adicionales en el mercado laboral. En este sentido, según la EIH 2000-2001 266 mil niños y adolescentes paraguayos, entre 5 y 17, años trabajan (14% respecto al total de niños que residen en el país), de los cuales 24 mil tienen entre 5 y 9 años y 100 mil entre 10 y 14 años (ver Cuadro 9) 17. Puede notarse también que proporcionalmente los niños y adolescentes hombres trabajan más (18,2 %) que las mujeres (8,9 %) y que el porcentaje de varones que trabajan es mayor en el área rural que en el área urbana, contrariamente a lo que ocurre en el caso de las mujeres que el porcentaje es mayor en el área urbana que en el rural.
Un detalle mayor de estos argumentos puede verse en González de la Rocha, M. y Grispun, A. “Private adjustment: household, crisis and work”, en “Choice for the poor. Lessons from nacional poverty strategies”, UNDP, 2001. 17 En el marco de la EIH 2000-2001 se implementó un módulo referido al empleo infantil, a solicitud de Fundación DEQUENI y el apoyo financiero del Movimiento por la Paz, el Desar me y la Libertad y la UNICEF, el cual fue ejecutado entre junio y agosto de 2001 (último tr imestre de la EIH 2000-2001). Este módulo tiene tres partes: sobre trabajo remunerado y trabajo no remunerado (para las personas de 5 a 9 años de edad), y sobre actividades do mésticas no remuneradas (para las personas de 5 a 17 años de edad). 16
Cuadro 9 PARAGUAY: Niños y adolescentes según condición de trabajo, horas trabajadas y asistencia escolar, 2001 % que trabaja Población
18 y más años
Total
Mujer
Hombre
5 a 9 años 435.774 10 a 14 años 340.178 15 a 17 años 210.491 Total 986.443 5 a 9 años 387.151 10 a 14 años 400.580 15 a 17 años 179.551 Total 967.282 5 a 9 años 822.925 10 a 14 años 740.758 15 a 17 años 390.042 Total 1.953.725 Hombre 1.574.348 Mujer 1.658.094 Total 3.232.442 Total de 5 y más años 5.186.167 FUENTE: DGEEC "EIH 2000-2001"
Área de residencia Urbana Rural 2,9 5,5 14,0 20,9 38,0 61,5 14,9 21,6 2,3 0,5 14,1 5,9 21,8 23,3 11,4 6,4 2,6 3,0 14,1 13,2 30,7 43,5 13,1 14,0 75,0 88,9 50,1 50,2 61,6 70,4 45,0 46,8
Total 4,2 17,8 47,9 18,2 1,4 10,1 22,5 8,9 2,9 13,6 36,2 13,6 81,2 50,2 65,3 45,8
Promedio de horas traba% con trabajo que jadas x semana no asiste a escuela Área de residencia Área de residencia Total Total Urbana Rural Urbana Rural 27,4 17,2 20,6 2,1 0,0 0,8 17,9 27,9 24,3 6,4 35,2 24,9 41,0 39,1 40,0 32,0 62,3 48,4 33,1 32,2 32,5 22,0 45,4 35,7 29,1 16,9 24,0 0,0 18,0 3,8 35,0 22,0 31,2 18,9 5,7 15,1 51,4 35,5 44,1 61,0 48,8 55,5 41,1 29,0 36,5 34,3 31,6 33,3 28,1 17,1 21,4 1,3 1,6 1,5 27,6 26,5 27,1 13,6 28,4 21,0 44,3 38,2 41,1 41,3 58,9 50,4 36,5 31,4 33,8 27,2 42,2 34,9 49,2 43,3 46,3 42,6 30,3 37,8 46,3 38,9 43,0 45,2 37,5 41,9
Este último resultado estaría asociado al tipo de ocupación que realizan en ambas áreas. Según el Cuadro 10 en el área rural los niños y adolescentes varones fundamentalmente trabajan como agricultores y avicultores, en tanto que las mujeres laboran además como empleadas domésticas, panaderas, pasteleras o vendedoras. En el área urbana la ocupación predominante de la población e ntre 5 y 17 años se relaciona con las ventas (como ambulante, en puestos de mercados, quioscos, tiendas y almacenes). Entre el 42 % y 45 % de los niños y adolescentes (hombres y mujeres) se dedican a esta actividad. En esta área los varones además se ocupan como criadores de animales o avicultores, en tanto que las mujeres además trabajan como empleadas domésticas, niñeras y celadoras infantiles. En cuanto al tiempo que dedican los niños y adolescentes a sus actividades laborales puede observarse en el Cuadro 9 que en promedio tienen una jornada que equivale al 80 % de la de un adulto de 18 y más años de edad, que los que tienen entre 15 y 17 años trabajan tantas horas como lo hacen los adultos y que los niños entre 5 y 9 años trabajan en promedio 21 horas semanales. Asimismo, se observa que si bien hay más niños y adolescentes hombres que mujeres que trabajan, estas últimas lo hacen de manera más intensa que los primeros. En particular, en el área urbana las mujeres trabajan 8 horas semanales más que sus pares varones y las que tienen entre 15 y 17 años trabajan 9 horas más que las mujeres de 18 y más años de edad. Esto último estaría asociado al tipo de ocupación que realizan, es decir, las jornadas laborales serían más largas en el caso de las empleadas domésticas, niñeras y celadoras infantiles. Adicionalmente, puede notarse en el Cuadro 9 que existe una asociación clara entre el tiempo que los niños y adolescentes dedican al trabajo y la asi s-
tencia escolar. Cuanto más larga es la jornada laboral, mayor es la inasistencia a la escuela. En particular, resalta el caso de los niños o adolescentes entre 15 y 17 años que trabajan, cuya inasistencia escolar alcanza a la mitad de ellos (41 % en el área urbana y 59 % en el rural). Viendo con más detalle se observa que 3 de cada 5 varones de esa edad en el área rural y la misma proporción de mujeres en el área urbana no asiste a institución alguna de enseñanza formal. El Cuadro 11 muestra que la principal razón de la no asistencia escolar de los niños y adolescentes que trabajan es económica (“sin recursos”, “n ecesidad de trabajar”, “alto costo de materiales”) con un 55 %. La segunda causa, con 22 %, es el deseo de no asistir, y en el área urbana adicionalmente una causa importante es “los problemas familiares” y en el rural la “no existencia de escuela cercana”. Cuadro 10 PARAGUAY: Ocupación principal de los niños de 5 a 17 años, según área de residencia y sexo, 2001
Niñeras y celadoras infantiles Vendedores/demostradores de tiendas/almacenes Vendedores de quioscos y puestos de mercado Agricultor, criador de animal, avicultor Mecánicos y ajustadores de vehículos de motor Panaderos, pasteleros y confiteros Ebanistas y afines Vendedores ambulantes Personal doméstico Lavadores de vehículos, ventanas y afines Mensajeros, porteadores y repartidores Peones de la construcción de edificios Conductores de vehículos de pedal o a brazo Peones de carga Otros Total
Urbana Hombre Mujer 0,2 13,6 10,1 29,7 13,9 8,2 19,4 0,8 2,8 0,0 3,9 0,0 2,2 0,0 18,3 7,2 0,0 24,5 2,2 0,0 2,4 0,0 4,6 0,0 2,7 0,0 4,3 4,1 12,9 11,9 100,0 100,0
Rural Total Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total 5,9 0,0 4,1 0,9 0,1 10,1 3,4 18,4 0,4 8,0 2,2 4,4 21,9 10,1 11,5 1,5 0,0 1,2 6,6 5,2 6,2 11,5 82,2 40,5 72,7 56,2 15,2 42,9 1,6 0,2 0,0 0,2 1,3 0,0 0,9 2,3 0,8 9,6 2,8 2,1 3,5 2,5 1,3 0,5 0,0 0,4 1,2 0,0 0,8 13,6 2,8 0,0 2,2 9,2 4,6 7,7 10,4 0,0 29,3 6,7 0,0 26,2 8,5 1,3 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,6 1,4 0,6 0,0 0,5 1,4 0,0 0,9 2,7 1,4 0,0 1,1 2,7 0,0 1,9 1,5 0,0 0,0 0,0 1,1 0,0 0,8 4,2 0,3 1,8 0,6 1,9 3,3 2,4 12,4 9,2 6,6 8,6 10,7 10,0 10,5 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
FUENTE: DGEEC "EIH 2000-2001"
Cuadro 11 PARAGUAY: Razón principal de no asistencia escolar de niños con trabajo (%), 2001
Razones económicas Terminó estudios No existe escuela cercana Escuela cercana mala Problemas familiares No quiere estudiar Otras razones Total
Urbana Hombre Mujer 55,8 53,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 9,3 30,8 32,8 12,9 2,2 3,2 100,0 100,0
Rural Total Hombre Mujer 54,3 55,7 52,0 0,0 1,1 5,2 0,0 16,2 6,7 0,0 0,0 10,9 20,8 0,3 1,7 22,1 21,3 21,3 2,7 5,4 2,1 100,0 100,0 100,0
Total Total Hombre Mujer 55,1 55,8 52,7 1,8 0,8 1,8 14,5 12,1 2,3 1,9 0,0 3,7 0,5 2,6 20,8 21,3 24,2 15,8 4,8 4,6 2,8 100,0 100,0 100,0
Total 54,8 1,1 9,0 1,2 8,2 21,6 4,0 100,0
* Sin recursos, necesidad de trabajar, alto costo de materiales FUENTE: DGEEC "EIH 2000-2001"
La inclusión de niños y adolescentes en las estrategias familiares de intensificación del trabajo al parecer tendría una importancia crucial para la generación de los sustentos familiares, a pesar de que la información disponible
(ver Cuadro 12) muestra que su contribución en la generación de los ingresos laborales del hogar es marginal. La explicación de esta ambivalencia se encontraría en el predominio de la categoría de ocupación “trabajador fam iliar no remunerado” en los niños y adolescentes que trabajan, en particular en los estratos bajos del área rural (ver Cuadro 13), en los bajos ingresos que perciben por la actividad que realizan (el 97 % percibe ingresos por debajo de un salario mínimo) y también en el hecho de que buena parte de ellos realizan tareas domésticas que facilitan la generación de ingresos de los miembros de mayor edad (el Cuadro 14 muestra que más de la mitad de los n iños que trabajan entre 5 y 9 años del área rural y entre 10 y 14 del área urbana realizan a la vez actividades domésticas en sus hogares de una manera regular). Cuadro 12 PARAGUAY: Importancia % del ingreso laboral de la población entre 10 y 17 años de edad respecto al ingreso laboral total del hogar, 2000-2001 Áreas Urbana Rural Total
Más 20 % pobre siguiente 7,2 5,9 4,0 9,6 5,4 8,9
20 % siguiente 4,4 7,8 5,0
20 % siguiente 1,8 5,4 3,2
Más rico
Total
0,6 1,9 0,9
2,1 3,8 2,5
FUENTE: DGEEC "EIH 2000-2001"
Cuadro 13 PARAGUAY: Categoría de ocupación e Ingreso por la actividad laboral principal de la población entre 10 y 17 años de edad, 2000 -2001 % de ocupados según el ingreso que reciben respecto al Salario Mínimo
País total
Rural
Urbana
Área
Categoría de ocupación Quintiles
I II III IV V Total I II III IV V Total I II III IV V Total
Asalariado Cuenta privado propia
50,6 41,7 48,0 35,2 26,5 42,8 1,1 28,0 29,3 31,3 28,6 21,6 7,9 43,1 36,1 37,7 30,9 29,6
11,8 18,4 16,9 13,3 1,5 14,2 6,5 9,1 12,7 21,5 15,0 11,9 7,7 11,2 24,7 9,7 13,4 12,8
Familiar no Empleado remunerado doméstico
23,9 20,5 19,9 27,7 11,1 21,6 90,4 61,9 54,2 33,0 49,2 61,7 81,7 37,9 24,7 37,9 24,2 46,5
13,2 18,3 14,5 23,3 59,7 20,7 1,9 1,0 3,6 14,2 7,3 4,7 2,6 7,6 13,7 14,4 30,8 10,7
Otro
Total
0,5 1,1 0,7 0,5 1,1 0,7 0,1 0,0 0,3 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,8 0,4 0,7 0,3
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sin Menos 1 ó más ingreso que 1 SM SM
23,9 20,5 19,9 27,7 11,1 21,6 90,4 61,9 54,2 33,0 49,2 61,7 81,7 37,9 24,7 37,9 24,2 46,5
74,5 78,5 71,5 66,3 71,0 73,1 9,6 38,1 45,8 65,9 45,2 37,4 18,3 61,6 74,7 52,4 67,7 50,9
1,6 1,0 8,7 6,0 17,8 5,3 0,0 0,0 0,0 1,0 5,6 0,9 0,0 0,5 0,6 9,7 8,1 2,6
Total
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
Finalmente, cabría agregar en esta sección que aunque el trabajo infantoadolescente es una práctica común en situaciones de depresión de los ingresos familiares en países como Paraguay, no es claro si ello refuerza el biene star de los hogares. Las consecuencias de ello para este grupo poblacional
son el debilitamiento de su salud, la abreviación de sus oportunidades educativas18 y la declinación de sus capacidades futuras para generar ingresos. Es decir, cuando las estrategias familiares compensan solo de manera parcial las consecuencias de la recesión económica, la opción por estrategias complementarias tiende a socavar la habilidad de algunos miembros del hogar para recuperarse en el futuro. Esto implica que la adaptación del comportamiento de los pobres a las crisis tendría límites y que una estrategia de supervive ncia que confía en una intensificación de recursos del hogar puede no sostenerse de manera permanente. Cuadro 14 PARAGUAY: Porcentaje de la población entre 5 y 17 años que realiza actividades domésticas por lo menos 2 horas diarias según si trabaja o no trabaja, 2001 Área urbana No Trabaja trabaja 5 a 9 años 14,4 25,0 10 a 14 años 38,2 52,6 15 a 17 años 47,2 25,7 Total 28,9 36,1 FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
Total 14,7 40,3 40,6 29,8
Área rural No Trabaja trabaja 23,3 59,1 54,4 32,6 71,4 15,9 41,1 26,1
Total Total 24,4 51,5 47,2 39
No trabaja 18,9 46,6 56,4 34,9
Trabaja Total 43,6 42,6 20,6 31,0
19,6 46,1 43,4 34,4
2. Características actuales del desempleo y subempleo La Figura 1 de la sección anterior mostró que la fuerza (u oferta) laboral de Paraguay se encuentra conformada actualmente por 2 millones 612 mil trabajadores. De esta cantidad, el 92,4 % tiene empleo (la demanda laboral) y el 7,6 % se encuentra desempleado (el exceso de oferta o insuficiencia de demanda laboral). Dado este último porcentaje, es necesario saber qué características tiene y cómo ha evolucionado en el tiempo debido a que el de sempleo implica ausencia de ingresos laborales y, generalmente , presencia de pobreza familiar. En esta sección, adicionalmente se describe el problema del subempleo, la parte del empleo que tiene bajas remuneraciones o jorn adas laborales reducidas, debido a que también se encuentra asociado a la pobreza, en la medida que si algún miembro del hogar se encontrara afectado por este problema, ello influiría en la caída de los ingresos familiares. Dos aspectos adicionales relacionados con el desempleo son tratados en esta sección. Uno de estos aspectos se refiere a los resultados de la estimación econométrica de un modelo probabilístico de desempleo para el Área Metropolitana de Asunción. Se evalúa el papel de la educación, experiencia laboral, estado civil, idioma hablado con más frecuencia y dependencia del ingreso del resto de miembros sobre la probabilidad de que los hombres y mujeres estén desempleados en los últimos 10 años. El otro aspecto se refiere a la “duración del desempleo”, un aspecto complementario a la medición de su magnitud e importante para conocer con más profundidad la problemática 18
En Paraguay , la población en edad de estar en el nivel primario tiene una tasa de inasistencia esco lar de 11,3 % (14 % en el quintil más bajo y 6 % en el más alto), la pobla ción en edad de estar en el nivel secundario una tasa de 32 % (46 % en el quintil más bajo y 20 % en el más alto) y la población en edad de estar en el nivel terciario una tasa de 77 % (ver Robles, M. “Información sobre condiciones de vida de la población paraguaya, 2000-2001”, en Econo mía y Sociedad No. 6, diciembre de 2001, Cuadro No. 7).
laboral de cualquier país. Se prueba que en Paraguay el desempleo en promedio dura alrededor de cuatro meses, es decir, que tiene un mercado laboral relativamente dinámico. a. Desempleo abierto En primer lugar, puede decirse que la tasa de desempleo (proporción de trabajadores que no tienen empleo, pero que desean tenerlo y han hecho alguna gestión para obtenerlo), ha mostrado en los últimos años una tendencia creciente, coherente con el comportamiento del PIB nacional desde 1996, es decir, con su caída consecutiva desde entonces (el Gráfico 2 mostró esta evolución). Si bien en el área urbana el desempleo afecta a 1 de cada 10 trabajadores y en el rural solo a 1 de cada 20 trabajadores, en esta última área la proporción del desempleo, en los últimos años ha ido mostrado mayor crecimiento respecto al urbano (ver Cuadro 15).
Rural
Urbana
Total país
Área
Cuadro 15 PARAGUAY: Tasa de desempleo y subempleo 1995 – 2001* Año 1995 1996 1997/98 1999 2000/01 1995 1996 1997/98 1999 2000/01 1995 1996 1997/98 1999 2000/01
Tasa de desempleo (%) Abierto Oculto 3,4 2,6 5,4 9,5 6,8 9,7 7,6 8,3 5,3 2,7 8,2 3,0 6,9 7,6 9,4 7,9 10,3 7,4 1,4 2,5 3,2 12,0 3,4 12,0 4,1 9,5
Total 5,9 14,3 15,9 15,3 7,8 10,9 13,9 16,6 17,0 3,9 14,9 15,0 13,2
Visible 6,5 6,1 7,7 5,9 5,3 7,7 7,3 7,1 7,6
Tasa de subempleo (%) Invisible** 26,5 28,1 29,2 17,3 19,2 21,9 39,3 39,6 38,6
Total 32,9 34,1 36,9 23,2 24,5 29,6 46,6 46,7 46,2
- no disponible. * Fuerza laboral de 10 y más años de edad. ** Estimado con un salario acorde con el valor de la línea de pobreza, el tamaño familiar y el número de perceptores en el hogar en cada dominio geográficos de residencia, y teniendo en consideración a todos los trabajadores ocupados. Los resultados son diferentes a los obtenidos por la DGEEC debido a que esta institución calcula solo el subempleo de los asalariados y con el salario mínimo vigente. FUENTE: DGEEC "Encuestas de Hogares 1995, 1996, 1997/98, 1999, 2000/01"
Considerando los resultados a nivel de departamentos, una segunda obse rvación es que el desempleo es un fenómeno eminentemente urbano debido a que las mayores tasas se evidencian en los departamentos que tienen más proporción de población urbana (ver Cuadro 7 del Anexo 2). Una tercera observación es que a nivel del MERCOSUR el desempleo abierto del área urbana del país se encuentra en una posición intermedia, por debajo de Argentina y Uruguay y por encima de Chile y Brasil, con una te ndencia similar al conjunto de países (ver Gráfico 4). Esto último significaría que el peso de los factores externos, en la explicación del desempleo, sería también un elemento importante. La apertura de los mercados y la globalización de las economías de la región tendrían algún peso al momento de explicar la
similitud de los resultados macroeconómicos en algunos países, incluido los del empleo. Gráfico 4: Tasa de desempleo abierto urbano de los países del MERCOSUR (en %) Argentina
18 16
Uruguay
14
Paraguay
12 10
Chile
8 6
Brasil
4 1995
1996
1997/98
1999
2000
2001
La información disponible sobre este aspecto también muestra, nuevamente, la vulnerabilidad de ciertos grupos de la población al considerarse las diferencias de las tasas de desocupación abierta a niveles más desagregados. En términos relativos, el desempleo afecta más a las mujeres que a los hombres en el conjunto del país (8,9 % y 6,8 %, respectivamente), y más a los jóvenes que a los adultos (la tasa de desempleo de los que tienen hasta 34 años duplica la de los adultos y de edades más altas) (ver Cuadro 16). Cuadro 16 PARAGUAY: Indicadores de empleo por sexo, grupos de edad y quintiles, 2000-2001 Tasa Tasa Tasa Subempleo Tasa de Subempleo participación desempleo desempleo desempleo Subempleo invisible visible (%) Total (%) abierto (%) oculto (%) total (%) (%) (%) Sexo Hombres Mujeres Total país Grupos edad 10 a 17 18 a 34 35 a 49 50 a más Total país Quintiles Más pobre 2 3 4 Más rico Total país
6,8 8,9 7,6
5,3 12,7 8,3
11,8 20,5 15,3
5,1 11,8 7,7
31,6 25,4 29,2
36,7 37,2 36,9
75,1 46,3 60,5
9,8 10,8 4,3 3,9 7,6
22,3 7,4 4,6 4,7 8,3
29,9 17,5 8,7 8,4 15,3
12,7 6,8 7,2 6,9 7,7
45,9 26,5 24,3 31,8 29,2
58,7 33,4 31,5 38,7 36,9
28,5 73,6 79,8 58,7 60,5
8,2 8,9 9,0 8,6 4,5 7,6
13,0 11,9 10,6 5,7 2,9 8,3
20,2 19,7 18,6 13,8 7,4 15,3
8,5 8,7 10,2 7,5 4,7 7,7
60,1 41,5 26,9 20,4 11,5 29,2
68,6 50,2 37,1 27,9 16,2 36,9
55,6 54,3 59,3 63,6 67,5 60,5
FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
b. Desempleo oculto Del Cuadro 15 podría deducirse también que el desempleo abierto subestima el impacto de la recesión sobre la fuerza laboral porque no toma en cuenta a
los trabajadores desalentados que se aglutinan en lo que se conoce como “desempleados ocultos” (inactivos en edad de trabajar que no tienen empleo y no hicieron gestión alguna para tenerlo por estar desalentados o desorie ntados para hacerlo, pero trabajarían en caso le ofrecieran, los cuales son medidos a través de preguntas adicionales en el marco de las encuestas de hogares)19 . Si se leyera de manera aislada la información sobre el desempleo abierto en países como Paraguay podría deducirse que estos se acomodan relativamente mejor que otros frente a la crisis económica. Sin embargo, al considerar los datos sobre el desempleo oculto la magnitud del impacto de la recesión sobre el mercado laboral paraguayo es mucho más cercana a la relación que se espera exista de sde el punto de vista teórico20 , observados en países como Argentina, Uruguay, Venezuela, e ntre otros. En 1995-1996 la tasa de desempleo oculto fue baja, pero a partir de 19971998 experimentó un repunte importante, paralelamente a la profundización de la caída de la producción nacional. Este tipo de desempleo, a diferencia del abie rto que es más pronunciado en el área urbana, es un fenómeno que tiene más importancia en el área rural. En esta área las tasas son no solo más elevadas que en el área urbana, sino también muchas (cuatro veces) más altas que las del desempleo abierto, mostrando, así, la existencia de un mayor desaliento y desinformación de sus trabajadores. Los resultados a nivel de departamentos, no hacen más que corroborar esta tendencia: los departamentos con más desempleo oculto son los que tienen más población rural, con excepción de Alto Paraná que también muestra tasas por encima del promedio (ver Cuadro 7 del Anexo 2). Adicionalmente, se evidencia que el desempleo oculto afecta más a grupos de trabajadores con menos capacitación y experiencia laboral (de estratos pobres y menores de 18 años) y, quizá por razones de marginación social, a las mujeres más que a los hombres (13 % y 5 %, respectivamente) (ver Cuadro 16). ¿Porqué no buscan trabajo los desempleados ocultos?. La información de la EIH 2000/01 indica que de los 237 mil trabajadores con este tipo de desempleo, el 83,4 % no creía poder encontrarlo, el 4,3 % se cansó de buscarlo y el 12,2 % no sabía dónde hacerlo. Tres años antes, según la EIH 1997/98, e stos porcentajes fueron 64,7 %, 1,8 % y 33,5 %, respectivamente. Si se considera que las dos primeras categorías corresponden a los trabajadores desalentados y la tercera a los desorientados, y paralelamente se tiene en cuenta los resultados macroeconómicos de los últimos años, podría decirse que el “desaliento” aumentó con la recesión económica y ello, a la vez, restó importancia al papel que tiene el conocimiento de la información sobre la demanda de empleo. En países con mayor desarrollo, este tipo de información, proveído fundamentalmente por instancias gubernamentales, es crucial para mantener reducido, en particular, los niveles de lo que se conoce como desempleo friccional (el que se origina cuando los trabajadores deciden cambiar
19
La tasa de desempleo oculto (TDO) se estima con la siguiente expresión: TDO = desempleados ocultos * 100 / (desempleados ocultos + PEA), y la tasa de desempleo total (TDT) con la expresión: TDT = (desempleados abiertos + desempleados ocultos) * 100 / (dese mpleados ocultos + PEA) 20 Ver Fernández, J. “El desempleo oculto, indicador relevante del comportamiento del mercado laboral en periodos de contracción económica”, DGEEC, 1999.
de empleo, buscan por primera vez o buscan uno nuevo porque perdieron el anterior y tardan en encontrarlo). Sobre los desempleados ocultos en Paraguay no podría decirse que, al ser parte de la población inactiva, se trata de una población que no presiona el mercado de trabajo y que, por tanto, no debería tomárseles en cuenta al momento de cuantificar la magnitud del problema laboral en el país. Puede constatarse que la mitad de ellos ha tenido alguna experiencia laboral, de los cuales casi 3 de cada 5 lo tuvo como asalariado privado (incluidos los empleados domésticos) y el 49 % no continuó trabajando debido a razones laboral (ver Cuadro 17). El hecho que los desempleados ocultos hayan tenido una experiencia laboral como independientes implica que su desaliento o desorientación se relaciona de manera más directa a la falta de demanda de bienes y servicios que de mano de obra, debido a que, como independientes, no venden de manera directa su fuerza de trabajo, sino, más bien, los productos de este. Cuadro 17 PARAGUAY: Experiencia laboral anterior de la población inactiva, 2000-2001 Inactivos
%
Con o sin experiencia laboral Con experiencia 505.969 34,5 Sin experiencia 961.168 65,5 Total 1.467.137 100,0 Categoría de ocupación de la experiencia laboral anterior Asalariado público 26.878 5,3 Asalariado privado 135.669 26,8 Empleado doméstico 121.064 23,9 Independiente 222.358 43,9 Total 505.969 100,0 Razón por la que dejó la última ocupación Laboral* 107.585 21,3 No laboral** 398.384 78,7 Total 505.969 100,0
Desempleo Oculto
%
118.386 118.939 237.325
49,9 50,1 100,0
4.210 39.983 28.000 45.818 118.386
3,6 33,8 23,7 38,7 100,0
57.551 60.835 118.386
48,6 51,4 100,0
* Terminó contrato, ganaba poco, fue despedido, cerró establecimientos, falta de pedidos, poco estable, ambiente inadecuado. ** Por estudios, se jubiló, motivo familiar, vejez, labores del hogar, enfermedad, otros.
FUENTE: DGEEC "EIH 2000-2001"
c. Subempleo Sin desconocer la importancia que viene mostrando el desempleo, y la existencia de segmentos de trabajadores relativamente más afectados por este problema, se puede afirmar que el subempleo es el principal problema laboral del país. Actualmente, el 37 % de los trabajadores paraguayos lo sufre, es decir, labora menos de 30 horas a la semana queriendo y pudiendo trabajar más tiempo (subempleo visible21) o labora 30 o más horas por semana percibiendo un ingreso inferior al costo de una canasta básica de consumo 21
Esta es la definición adoptada por la DGEEC que, a su vez, es similar a la sugerida a nivel internacional. Según la Resolución concerniente a la medición del subempleo adoptada en octubre de 1998 por 16ava Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo, el subempleo visible esta compuesto por los que tienen un empleo y reúnen tres criterios: desean trabajar más horas, están dispuestos a trabajar más horas y están trabajando menos de un límite de horas determinado
(subempleo invisible)22. Sumando a estos resultados los que corresponden al desempleo, puede deducirse que el problema laboral afecta, de manera creciente, a la mitad de los trabajadores paraguayos. Dentro de los tipos de subempleo, el que corresponde al invisible o a la insuficiencia de remuneraciones, explica casi el 80 % del subempleo total (84 % en el área rural y 74 % en el área urbana). Un porcentaje que es característico de un país con bajos niveles de ingreso, en el cual la población debe ocuparse para sobrevivir, prácticamente, en cualquier actividad, por lo general en empleos poco productivos o informales como se verá más adelante. Este tipo de subempleo se encuentra altamente correlacionada con el estatus de pobreza de la población debido a que es medido sobre la base de información de los ingresos laborales, los cuales forman parte importante de los ingresos familiares totales: 3 de cada 5 trabajadores del quintil más pobre tiene este tipo de subempleo (si se considera solo a los trabajadores ocupados esta relación es de 4 a 5), a diferencia de los trabajadores del quintil de más ingresos que solo 1 de cada 10 trabajadores tiene subempleo invisible, una evidencia que se corrobora al observarse que este tipo de subempleo también predomina en los departamentos con mayor porcentaje de población pobre (ver Cuadros 1b y 7 del Anexo 2). Cabe resaltar adicionalmente que este tipo de subempleo afectaría en particular a los trabajadores menores a 18 años, uno de los grupos más vu lnerables al deterioro de las condiciones laborales en el país, como se ido mostrando en las secciones anteriores d. Determinantes del desempleo La lectura de la información sobre las tasas medias de desempleo corre spondien te al periodo 1993-1995, de crecimiento, y el siguiente1996-2001, de estancamiento, muestra un aumento de este fenómeno en 4,4 puntos porcentuales (de 5,1 a 9,5%). Este aumento, sin embargo, no revela con claridad los cambios que se habrían dado a nivel de los diferentes grupos que conforman la fuerza laboral (es decir, tanto de desocupados como de ocupados), ni los riesgos que ellos tuvieron de permanecer o alcanzar tal condición. El análisis bivariado (con tablas cruzadas) tampoco permite captar las influencias separadas que tienen las características sociodemográficas de los individuos (varias de ellas se encuentran interrelacionadas por diversos mo22
Esta es la definición utilizada por la DGEEC, similar al adoptado en países como México, Costa Rica y Perú. Sin embargo es una definición que no ha sido asimilada de manera mayoritaria por los demás países. En la misma resolución del pie de página anterior se reconoce que los conceptos estadísticos que describen situaciones de subempleo diferentes al visible no han sido desarrollados suficientemente. Considera, no obstante ello, que uno de los tipos de empleo inadecuado es el relacionado con los ingresos que incluiría a los ocupados que desean o buscan cambiar su situación actual de empleo para mejorar sus ingresos y que los países podrían adoptar un límite, en función a las circunstancias nacionales, por encima del cual las personas no se han de incluir. En la sección siguiente se muestra, con datos actualizados, que el salario mínimo en Paraguay se encuentra sobrevaluado. Por esta razón, para la estimación del subempleo invisible no se toma en consideración este salario, sino uno acorde con el valor de la línea de pobreza (o costo de la canasta básica de consumo), el tamaño de las familias y el número de perceptores de ingreso, distinguiendo cuatro áreas geográficas (Asunción, Central Urbano, Resto Urbano y Rural). La expresión utilizada para estimar dicho salario en cada una de estas áreas es la siguiente: Salario de Referencia = Línea de Pobreza * # de miembros / # de perceptores. Más adelante se muestra que este indicador es mucho más reducido que el salario mínimo vigente. No obstante ello, la estimación del subempleo invisible es más alta que la obtenida por la DGEEC debido a que esta institución solo toma en consideración a los asalariados.
tivos) sobre las tasas de desempleo. La cuantificación de tales influencias y el conocimiento de si ellas se modificaron en el tiempo pueden ser abordados con la estimación de un modelo multivariado de desempleo. Con este modelo, concretamente, se trata de verificar si los trabajadores de mayor edad tienen después del fuerte periodo recesivo experimentado por la economía paraguaya una probabilidad de despido mayor que la que tenían antes, o si la experiencia laboral en la empresa continua siendo un elemento importante para reducir las probabilidades de desempleo, a pesar del fuerte periodo de estancamiento económico experimentado, es decir, si ello en el conte xto de una economía deprimida, pero más abierta y globalizada, continúan siendo valorado como antes. También se prueba si la educación es una variable significativa para estar protegido contra el desempleo y si esta protección tuvo algún cambio con el paso del tiempo. Finalmente, las hipótesis planteadas son probadas por separado para los hombres y mujeres. Los estudios sobre el desempleo identifican al menos tres tipos de determinantes23: la productividad de los individuos, la discriminación social o en el mercado laboral, y la experiencia laboral de los individuos. Teniendo en consideración este esquema, y la disponibilidad de información24, se han considerado los siguientes factores: •
•
•
23
La educación. Este es uno de los indicadores más importantes de la productividad de los individuos en el mercado laboral. Se espera tenga una relación inversa con la incidencia del desempleo, tal como fue mostrado a nivel país cuando se hizo la descripción correspondiente. En el trabajo se ha optado por utilizar los años de estudios, más que los niveles de educación, habiéndose efectuado las equivalencias correspondientes con los grados en cada uno de dichos niveles. La edad o la experiencia en el mercado laboral. Este es otro de los factores claves para explicar el desempleo. Como se ha visto antes, este problema generalmente es afrontado por los jóvenes y los individuos de mayor edad. En el trabajo se ha optado por utilizar la variable “edad”, fundamentalmente por la inexistencia de información en las encuestas sobre la experiencia laboral en los primeros años del periodo de análisis. El cuadrado de la edad, adicionalmente, es considerado en el modelo para captar la forma de U que generalmente tiene la relación entre el desempleo y la edad (o experiencia laboral). El estado civil de las personas. Esta variable puede explicar los efectos sobre el desempleo, tanto por el lado de la demanda como de la oferta. Por el lado de la demanda, al ser mayor la responsabilidad familiar de los casados se esperaría que la actitud hacia el trabajo sea también mayor, y por el lado de la oferta, se esperaría que los empleadores opten por los casados por tal responsabilidad y también por la mayor productividad que estos tendrían. Se espera, en consecuencia, que exista una relación negativa entre el desempleo y la condición civil de casado o unido.
Entre otros puede verse a Le, A. y Millar, P. “A risk index approach to unemployment. An applica tion using the survey of employment and unemployment patterns”, Australian Bureau of Statistics, febrero de 1999. 24 Recién a parir de 1995 la amplitud temática de las Encuestas de Hogares en Paraguay es significativa respecto a la que existía hasta entonces, los cuales se restringían solo a algunos aspectos relacionados con el empleo y los ingresos.
•
•
•
El lugar de residencia también es considerado una de las variables que puedan explicar el desempleo. De acuerdo a la información disponible, y como se ha mostrado al inicio del trabajo, actualmente en Paraguay este problema es fundamentalmente urbano. En consecuencia, se espera que cuanto más cerca de a la capital sea el lugar de residencia de los individuos mayor sea el dese mpleo. La discriminación puede darse por varios frentes. En el presente trabajo se han considerado las variables sexo e idioma hablado con más frecuencia en el hogar. Por el lado del sexo, la discriminación estaría asociada a las responsabilidades familiares que limitan la elección del empleo y al grado de orientación de las habilidades del individuo hacia el mercado, entre otras razones. Por su parte, el idioma hablado es más una aproximación al factor cultural que al étnico. La hipótesis aquí es que para los estándares de empleo en el Área Metropolitana de Asunción el hallazgo de empleo es más fácil para quienes hablan predominantemente castellano, por percibirse como más productivos y, por tanto, empleables. Finalmente, se han considerado los ingresos del resto de miembros del hogar como un factor determinante del desempleo. Se espera que cuanto menor sea el nivel de dichos ingresos mayor será la urgencia de los individuos de tener una ocupación, y viceve rsa.
Como la variable dependiente es dicotómica (con valor de uno si el individuo se encuentra desempleado y cero si no lo está), se optó por la función logística para representar el modelo de regresión. Es decir, la probabilidad que una persona se encuentre desempleado (U) se define con la expresión: U = 1 / (1+e-Z ), donde Z es B0 + B1X1 + B2 X2 + … + Bp Xp , Bi son los coeficientes a e stimar, X i las características socioeconómicas del individuo (educación, edad, sexo, estado civil, idioma hablado, lugar de nacimiento e ingresos del resto de miembros del hogar) y “e” es la base del logaritmo n atural. Si U es la probabilidad que un individuo esté desempleado, entonces la probabilidad que no lo esté es (1-U), en consecuencia, la razón entre ambas (el riesgo relativo de estar desempleado) será igual a: U/(1-U) = (1+eZ )/ (1+e -Z ) = eZ = exp(Z) y el logaritmo natural de esta expresión será ln[U/(1-U)] = B0 + B1X 1 + B2 X2 + … + B p Xp , al cual se le denomina “logit”. Ceteris paribus, los Bi indican el cambio en el logit causado por el cambio unitario de Xi, los exp(Bi ) el cambio en (U/(1-U)), causado por el cambio unitario de Xi , y los Bi U(1U)=?U/?Xi el cambio en U (la probabilidad que estar de sempleado) causado por el cambio unitario de Xi (es decir, el concepto de elasticidad). La estimación de los coeficientes del modelo se hizo utilizando el método de máxima-verosimilitad; es decir, eligiendo como estimadores de los coeficie ntes Bi a aquellos que maximizan la función de verosimilitud, la cual se construye sobre la base de U = 1 / (1+e-Z ). La información utilizada para tal efe cto corresponde a los individuos de 12 y más años de edad entrevistados en el marco de las Encuestas de Hogares ejecutadas por la DGEEC entre 1993 y 2001 que forman parte de la fuerza laboral del Área Metropolitana de Asu nción.
El Cuadro 18 muestra los valores promedio de las variables incluidas en el modelo de desempleo. El propósito es entender previamente cómo es que el perfil de cada grupo de la población puede influir en los resultados de la e stimación econométrica. Puede notarse, entonces, que el desempleo creció al pasar de un periodo de crecimiento a uno recesivo, ligeramente más en el caso de la mujeres que en los hombres, y que un típico participante en el mercado de trabajo del Área Metropolitana de Asunción, hombre o mujer, tiene alrededor de 35 años de edad y 9 años de estudios, situación que no cambió de manera importante en los últimos años. También puede obse rvarse que casi tres de cada cinco trabajadores tienen un estado civil de casado o unido, con diferencias importantes entre hombres y mujeres, y que el idioma más frecuentemente hablado por ellos en el hogar habría aumentado de manera importante a favor del Guaraní. Finalmente, puede notarse que las mujeres que participan en el mercado laboral tienen ingresos que corre sponden al resto de miembros de su hogar muy por encima que el de sus pares varones. Cuadro 18 Valores promedio de las variables utilizadas en el modelo de desempleo, 1993-2001* Mujer 4,9 33,6 8,7
1993-1995 Hombre 5,2 35,4 9,0
Total 5,1 34,6 8,9
Mujer 9,7 34,5 9,3
1996-2001 Hombre 9,3 34,9 9,3
Total Desempleados (%) 9,5 Edad en años 34,7 Años de estudios 9,3 Estado Civil (%) Casado 37,9 49,3 44,3 36,2 43,5 40,2 Unido 10,7 15,2 13,2 13,3 18,0 15,9 Separado, viudo, divorciado 7,7 2,5 4,8 8,4 3,1 5,5 Soltero 43,7 33,0 37,7 42,1 35,3 38,3 Idioma hablado (%) ** Guaraní 7,2 9,9 9,9 16,1 22,2 19,4 Guaraní-castellano 38,2 32,5 32,5 51,7 42,6 46,7 Castellano 53,6 56,7 56,7 31,5 34,3 33,1 Otro 0,9 0,9 0,9 0,7 0,9 0,8 Residente en Asunción (%) 51,3 45,3 47,9 43,2 38,9 40,8 Ingreso del resto de miembros*** 2.960.753 1.732.792 2.276.017 2.665.630 1.754.466 2.163.340
* Para la fuerza laboral de 12 y más años de edad del Área Metropolitana de Asunción (manteniendo la definición de esta Área que estuvo vigente hasta 1993). ** Corresponde al idioma hablado habitualmente en el hogar. En el primer periodo la información se recogió a nivel familiar y en el segundo a nivel individual.
*** Expresado en Gs. de marzo de 2001. FUENTE: DGEEC “Encuestas de Hogares de 1993, 1994, 1995, 1996, 1997/98, 1999 y 2000/01”
Los resultados fundamentales de la estimación del modelo planteado son mostrados en el Cuadro 19, para las mujeres y hombres por separado en cada uno de los dos periodos de análisis. Los valores del estadístico ? 2 indican, en los cuatro casos, que las variables consideradas en conjunto, influyen de manera significativa en las variaciones de la probabilidad de estar desempleado. También puede notarse que el porcentaje de casos correctamente predecidos por el modelo superó el 90%, llegando hasta el 95 % en el caso de la estimación para las mujeres, y que la función de verosimilitud (-2 Log likelihood) es máximizada de mejor manera para las mujeres que para los hombres y, en ambos casos, mejor en el segundo periodo que en el pri-
mero. Respecto a la significancia de los parámetros estimados puede indicarse lo siguiente: •
•
En general puede decirse que los factores que explican el desempleo de los hombres y mujeres del área urbana del país son diferentes, y que en los últimos años la importancia de dichos factores se modificó para ambos grupos de la población. La relación inversa entre educación y probabilidad de estar desempleado, solo es significativa, en el caso paraguayo, para los hombres, a lo largo de los dos periodos de análisis. Puede probarse (con los valores de (?U/?años de estudios ) que la educación es dos veces más importante como protector del desempleo durante el periodo recesivo que en el expansivo, y que por cada tres años adicionales de e studios los trabajadores tienen dos puntos porcentuales menos de estar desempleados. Cuadro 19 Análisis logístico de la probabilidad de estar desempleado, 1993 – 2001* Hombre 1993-1995 B -0,068 -0,083 0,001
?U/?X i
Mujer 1996-2001
1993-1995
1996-2001 Sig. B Sig. B Sig. B ?U/?Xi ?U/?Xi ?U/?X i Sig. 0,001 -0,082 -0,007 0,000 0,017 0,001 0,408 0,012 0,001 0,432 0,000 -0,077 -0,007 0,000 -0,050 -0,002 0,196 -0,120 -0,010 0,000 0,001 0,001 0,000 0,000 0,000 0,000 0,919 0,001 0,000 0,005
Años de estudios -0,003 Edad -0,004 Edad*Edad 0,000 Estado Civil Casado -0,993 -0,049 0,000 -1,013 -0,085 0,000 -0,191 -0,009 0,369 -0,050 -0,004 0,742 Unido -0,954 -0,047 0,000 -0,824 -0,069 0,000 0,560 0,026 0,018 0,455 0,040 0,005 Separado, viudo, divorciado 0,411 0,020 0,241 -0,077 -0,006 0,799 0,614 0,029 0,063 0,144 0,013 0,574 Residente en Asunción 0,205 0,010 0,128 -0,015 -0,001 0,881 -0,275 -0,013 0,081 0,035 0,003 0,755 Ingreso del resto de miembros** 0,025 0,001 0,27 6 -0,005 0,000 0,744 -0,121 -0,006 0,001 -0,089 -0,008 0,000 Idioma halado*** Guaraní 0,208 0,010 0,842 4,165 0,350 0,362 0,493 0,023 0,642 -0,248 -0,022 0,658 Guaraní -castellano 0,290 0,014 0,778 4,744 0,399 0,299 0,376 0,018 0,71 4 -0,386 -0,034 0,476 Castellano 0,669 0,033 0,513 4,699 0,395 0,304 0,446 0,021 0,664 -0,468 -0,041 0,393 Constante -0,451 -2,213 0,239 0,346 2,907 0,227 -1,124 -5,263 0,053 0,446 3,908 0,220 % de clasificación correcta 94,7 90,8 95,2 90,8 -2 Log likelihood 1.849 2.991 1.425 2.509 156,9 269,9 92,0 188,0 ? 2(11) Número de observaciones 4862 5253 3940 4408 * Para la fuerza laboral de 12 y más años de edad del Área Metropolitana de Asunción (manteniendo la definición de esta Área que estuvo vigente hasta 1992). ** Expresado en millones de Gs. de marzo de 2001. *** Corresponde al idioma hablado habitualmente en el hogar
La columna de ?U/?X i muestra el efecto parcial de una variable exógena (Xi ) sobre la probabilidad de estar desempleado (U), el cual se evalúa teniendo en consideración la proporción promedio de desempleados en cada uno de los grupos (hombre, mujer) y periodos de anál isis considerados. •
La edad o la experiencia en el mercado laboral es otro de los factores importantes para explicar el desempleo. Los valores y la significancia de las variables edad y el cuadrado de este indican que la probabilidad de e star desempleado inicialmente decrece con la edad o experiencia pero se incrementa eventualmente cuando el individuo se vuelve más viejo o desactualizado laboralmente. Para el caso de las mujeres la probabilidad de estar desempleadas comienza a incrementarse a partir de los 60 años y en el caso de los hombres a partir de los 45. Es probable que estos resultados se encuentren asociados a la evidencia mostrada en secciones anteriores sobre el aumento de la participación laboral de las mujeres, inclui-
•
•
•
das las de edades más altas, para mantener el ingreso familiar en el periodo de recesión económica. La obsolescencia o depreciación del capital humano de este grupo de la población sería, en este sentido, menor que la de los hombres. Se verifica, asimismo, considerando los dos periodos de análisis, que en el caso de los hombres la edad o experiencia laboral tiene mayor importancia para explicar el empleo-desempleo en el contexto de una economía deprimida y/o más abierta y globalizada, habiendo cobrado una importancia mucho más significativa en el caso de las mujeres en este último periodo, como puede notarse en el valor de la significancia de la variable edad en ambos periodos. El estado civil de los trabajadores, como se indicó, puede ser un indicador de estabilidad y motivación de los participantes en el mercado laboral. De acuerdo a los resultados obtenidos, se observa que tanto para mujeres como hombres el estatus marital es un factor importante para entender el estado de empleo-desempleo. En el caso de los hombres, la responsabilidad familiar, como casado o unido, determinaría, por parte de los individuos y empleadores, una mayor actitud hacia su ocupación y mucho más en periodos de recesión económica. En el caso de las mujeres esta actitud es irrelevante para entender la probabilidad de estar desempleadas en periodos de expansión económica, pero sí en el contexto de una depresión de los ingre sos familiares cuando tiene en particular una condición marital de “unida”. El lugar de residencia y el idioma hablado con más frecuencia en el hogar no resultaron ser variables importantes para explicar la probabilidad de estar desempleado, en ninguno de los periodos de análisis de los hombres y mujeres. Probablemente, en un contexto geográfico más global, que incluya las áreas rurales del país, puedan probarse las hipótesis de que la residencia familiar cuanto más cerca se encuentre de la capital del país y del predominio del guaraní sobre el español son determinantes releva ntes para entender el problema del desempleo en el país. Finalmente, sobre los ingresos del resto de miembros del hogar como factor determinante de la probabilidad de estar desempleado, puede indicarse que es relevante solo para el caso de las mujeres. Se comprueba que cuanto más bajo son dichos ingresos mayor es la urgencia de ellas por tener una ocupación y, por tanto, la presión en el me rcado laboral y la probabilidad de estar desempleadas. La importancia de este determinante te incrementó con la recesión económica en 33 % respecto al periodo de crecimiento en 1993-1996.
Adicionalmente, con el propósito de tener evidencias más claras sobre las hipótesis indicadas al comienzo de la sección, se efectuaron simulaciones de la probabilidad de estar desempleado basadas en los coeficientes estimados, según edades, años de estudios, sexo y periodos de análisis. En los Gráficos 5 al 8 se observa lo siguiente: •
En general, la probabilidad estimada de estar desempleado se reduce de manera importante con la edad o la experiencia laboral, más en los hombres que en las mujeres, y luego se incrementa a partir de los 45 años en los hombres y 60 años en las mujeres. El desempleo de las mujeres es
•
menor respecto al de los hombres en los años de crecimiento económico, 19931995, en particular en las jóvenes y de edades superiores a los 50 años, probablemente por la menor participación en el mercado laboral en dicho periodo. En los años de recesión económica, 1996-2001, sin embargo este comportamiento solo se evidencia en los trabajadores más adultos (a partir de los 45-50 años). En el caso de los años de estudios, se observa una tendencia decreciente solo en el caso de los hombres (relación inversa entre educación y desempleo). En este caso, la inclinación de las curvas, ligeramente mayor la que corresponde al periodo 1996-2001, no haría más que demostrar la mayor importancia de la educación como protector del desempleo en los últimos años para este grupo de trabajadores. Para el caso de las mujeres esta variable se muestra relevante solo a partir de los estudios secu ndarios correspondiente al periodo 1996-2001, cuyo aumento se asocia con probabilidades decrecientes de desempleo. 0,30
Gráfico 5 Probabilidad de los HOMBRES de estar desempleados, por edad y periodos
0,25 0,20
1996-2001
0,30 0,25 0,20
0,15
0,15
0,10
0,10
0,05 1993-1995
0,05
0,00
0,00
0,14 0,12
1996-2001
0,08
0,02
1993-1995
0,10
Gráfico 8: Probabilidad de las MUJERES de estar desempleadas, por años de estudios y periodos 1996-2001
0,08
0,06 0,04
0,14 0,12
0,10
1996-2001
12 16 20 24 28 32 36 40 44 48 52 56 60 64 68 72
12 16 20 24 28 32 36 40 44 48 52 56 60 64 68 72
Gráfico 7: Probabilidad de los HOMBRES de estar desempleados, por años de estudios y periodos
Gráfico 6 Probabilidad de las MUJERES de estar desempleadas, por edad y periodos
0,06 1993-1995
0,00
0,04 0,02
1993-1995
0,00 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
En suma, puede decirse que la edad o experiencia laboral y la educación, así como el estatus marital de los trabajadores, son ahora factores más releva ntes para explicar el desempleo respecto a años anteriores. En países que efectuaron reformas económicas importantes, que produjeron cambios en la estructura de las empresas y en los procesos productivos, algunas de estas variables como la edad y experiencia, y de otras habilidades específicas del individuo, perdieron importancia después de tales reformas25 . e. Duración del desempleo 25
Entre otros, puede verse Saavedra, J. “Crisis real o de expectativas?. El empleo en el Perú antes y después de las reformas estructurales”, GRADE, Documento de Trabajo N° 25, 1998.
La información temporal sobre el desempleo, por grupos de edad y sexo, es una forma de comprobar cómo es que este fenómeno puede ser dinámico, es decir, cómo el mercado laboral responde a los cambios macroeconómicos del país, aumentando o disminuyendo los niveles de empleo de los distintos grupos de la fuerza laboral. Otra forma no estática de ver el problema del desempleo es a través de su duración, aspecto del marcado laboral aun no estudiado en el país, el cual permite conocer que tan rápido un desocupado puede encontrar empleo o un trabajador por cuenta propia puede establecerse. Al respecto podría decirse que el análisis del desempleo, sin tener en consideración su duración, no brinda un cuadro completo de la situación de los involucrados. Es más, desde el punto de vista del bienestar del individuo más relevante que el mismo hecho de estar desempleado es el tiempo que permanece en esta condición. Una tasa de desempleo determinada puede dar cuenta de dos tipos diferentes de funcionamiento del mercado de trabajo. Por un lado, puede tenerse una situación donde se deja de ser desocupado en periodos relativamente cortos y, por otro, una situación donde la duración del intervalo de desempleo es más prolongada. En un caso se estará frente a un mercado más dinámico y en el otro en uno más estático. En el primero la temporalidad del cambio de posiciones desocupado-ocupado no tendría implicancias económico sociales importantes, en cambio en el segundo dichas implicancias podrían ser graves. Es decir, cada tipo de desempleo tiene características distintas y, por lo tanto, las políticas para mitigarlas tendrían que ser también distintas. En este sentido, parecería claro que para obtener indicios adecuados sobre las condiciones del mercado de trabajo sería necesario el análisis del indicador de desempleo y también de la medición de su duración. Esta medición, sin embargo, requiere información que generalmente las encuestas de hog ares no tienen debido a que solo indagan respecto al tiempo que el desempleado entrevistado se encuentra buscando trabajo (o está tratando de establecerse por cuenta propia) hasta el momento de la entrevista. Es decir, solo miden lo que en la literatura se conoce como “desempleo en progreso” o “duración incompleta del dese mpleo”. En este marco, es lógico pensar que el intervalo de desempleo declarado por el entrevistado puede continuar por un tiempo más o terminar de manera inmediata y que, por tanto, difícilmente podría inferirse con ello la duración total del desempleo. La subestimación implícita, sin embargo, podría tener un contrapeso en el sentido de que en la muestra de desempleados un individuo con una duración determinada tiene más probabilidad de estar en ella cuanto mayor es el tiempo que se encuentre en tal condición y, por tanto, el promedio de duración del desempleo podría estar sobreestimado. En el presente trabajo no se estiman estos sesgos ni se opta por mediciones alternativas sobre la duración del desempleo. Se utiliza de manera directa la información que proporcionan las Encuestas de Hogares disponibles en el país
(duración incompleta del desempleo), previa homogenización de las categorías y unidades de medida utilizadas. De acuerdo a la información de la última Encuesta ejecutada por la DGEEC, en el 2000-2001 la duración promedio del desempleo en Paraguay fue 3,9 meses o 17 semanas 26 (ver Cuadro 20), una situación que evidencia que el desempleo persistente no es tan significativo por lo menos a nivel país27. El tipo de desempleo más predominante sería, entonces, el de corto plazo (alrededor del 70 % de los desempleados se encuentra en esta condición por un periodo de tres meses o menos), es decir, un tipo de desempleo que surge principalmente porque los mercados de trabajo son dinámicos. Esta cara cterística, sin embargo, no estaría asociada, en el caso de Paraguay, a la existencia de seguros de desempleo y/o flujos de información que hacen posible el encuentro más rápido entre empleadores y trabajadores, como lo tienen muchos países desarrollados con duraciones cortas de desempleo, sino más bien a la existencia de un mercado en el que predomina el empleo generado en las micro y pequeñas empresas, en actividades con reducido volumen de capital invertido (servicios y comercio), que pueden aparecer y desaparecer en cortos periodos de tiempo, que tienen la flexibilidad para operar de man era estacional y también la capacidad para producir bienes y servicios utilizando mano de obra en condiciones precarias. Cuadro 20 PARAGUAY: Duración y tasa del desempleo p or dominios geográficos, 2000-2001 Asunción Hasta un mes 33,1 1 a 2 meses 12,1 2 a 3 meses 13,5 3 a 4 meses 36,2 Más de 4 5,0 Total 100,0 Duración en meses 5,4 Tasa desempleo abie rto 10,7 FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
Central Urbano 48,8 4,9 10,5 29,9 5,9 100,0 4,8 12,4
Resto Urbano 49,5 14,8 11,7 20,3 3,7 100,0 3,6 8,5
Área Rural 71,2 8,0 7,1 12,6 1,1 100,0 2,0 4,1
Total 51,6 9,6 10,5 24,2 4,0 100,0 3,9 7,6
Estas características del mercado laboral paraguayo explicarían, a su vez, la heterogeneidad de la duración del desempleo a nivel de dominios geográficos. Se evidencia que la duración es mayor (más del doble) en las zonas urbanas que en las rurales y que dentro de las urbanas es mayor en la Capital que en el Departamento Central o el interior del país, lugares donde predomina el tipo de actividades señaladas, como se ha visto anteriormente. Confrontando estos resultados con la información de las tasas de desempleo puede evidenciarse, además, que no necesariamente la duración es mayor donde existen may ores tasas de desempleo28 . En las estimaciones se consideró que un mes tiene 365/(12*7)=4,345 semanas. En Uruguay y Perú, la du ración del desempleo, medido de la misma forma y con una fuente similar, es 28 semanas (1999) y 12,5 semanas (1996), respectivamente. Ver Azar, P., Rodríguez, S. y Sanguinetti, C. “Analisis sobre la duración del desempleo. Uruguay 1986-1999”, mimeo, mayo de 2001, y Chacaltana, J. “Análisis dinámico del desempleo en el Perú”, INEI/MECOVI-Perú, marzo 2000. 28 Se estaría entonces frente a un tipo de mercado laboral en donde existen submercados con diferentes grados de dinamismo. En el Cuadro 14 del Anexo 2 se muestra que en Presidente Hayes, Paraguarí y Amambay la duración del desem26 27
La explicación de esto último estaría asociada a las ca racterísticas cíclicas del indicador de duración del desempleo29 . Cuando comienza una recesión (desaceleración), las duraciones que tienen más peso en el indicador son los más largos, es decir, de aquellos individuos que están empezando a experimentar el desempleo, y cuando se está en pleno proceso recesivo (contracción) las duraciones menos largas (de quienes lo vienen experimentando desde antes) son las que ti enen un peso relativo mayor. Es decir, al inicio del ciclo recesivo la duración promedio del desempleo es mayor que en la fase más recesiva, observándose un patrón opuesto durante los periodos de recuperación y auge del ciclo. Los Gráficos 9 y 10 muestran la relación existente entre la duración del de sempleo y la tasa de desempleo en el periodo 1987 – 2001 (hasta 1995 la economía paraguaya habría tenido un periodo expansivo y desde entonces uno recesivo, como puede verse en el Gráfico 2 de la primera se cción)30 . El primer Gráfico muestra el comportamiento de ambas variables sin rezagos y el segundo rezagando en un periodo los valores de la tasa de desempleo. Ambos no muestran una relación clara, pero en el segundo existiría un mayor grado de asociación, En este sentido, no debería interpretarse la información mostrada por los gráficos de que la situación en el mercado laboral estuvo mejorando entre 1995 y 1999 (porque fue disminuyendo la duración del desempleo) justo cuando el desempleo iba en aumento. Como ya se hizo notar ello se debería a las características cíclicas del indicador de duración.
75
Gráfico 9: Área Metropolitana de Asunción: Tasa y duración del desempleo, 1986-2001 (sin rezago)
70
Duración hasta 3 meses (% de desempleados)
65
12
75
11
70
10 9
60
Gráfico 10: Área Metropolitana de Asunción: Tasa y duración del desempleo, 1986-2001 (con rezago) 12 11
Duración hasta 3 meses (% de desempleados)
65
10 9
60
8 55
7
50
6
Tasa de desempleo (%)
45 40
86
88
90
92
94
96
99
8
55
7 50
5
45
4
40
Tasa de desempleo (%)
6 5 4
86
88
90
92
94
96
99
La misma explicación anterior (de los rezagos cíclicos) debería hacerse para entender que entre 1993 y 1995 (un periodo que en promedio la economía creció por persona anualmente en 1,2 %) se haya observado en el Área Mepleo es mayor que en Asunción, alcanzando en promedio el medio año. En cambio, San Pedro, Canindeyú y Caazapá son los departamentos que tienen las duraciones de desempleo más bajas del país (no mayor a los dos meses), departamentos que, a la vez, muestran las tasas de desempleo más reducidas. Si se tiene en consideración, adicionalmen te, que estos son los departamentos con mayores niveles de pobreza en el país, podría deducirse que en ellos la pobreza no está muy asociada al problema del empleo. Las implicancias de política de las consideraciones geográficas aparecen aquí, nuevamente, claras. 29 Ver Azar, P., Rodríguez, S. y Sanguinetti, C. Ob. Cit. 30 De 1983 a 1994 las encuestas de hogares ejecutadas por la DGEEC preguntaban por la duración del desempleo teniendo en consideración respuestas establecidas en rangos de semanas y meses, por lo que no fue posible determinar tiempos promedios de la duración del desempleo para dicho periodo.
tropolitana de Asunción una duración promedio del desempleo ligeramente mayor que en el periodo de 1996 y 2001 (en el que se decreció por persona en promedio en 1,7 % anual). Pero independien temente de este resultado agregado, el Cuadro 21, muestra que en el mercado laboral paraguayo coexisten submercados con grados de dinamismo muy diferentes y, también, comportamientos distintos a los observados con el indicador “tasa de de sempleo”. Los hombres exhiben promedios de duración de desempleo mayores a los de las mujeres, a pesar de que son estas las que en promedio tienen tasas de desempleo más altas; los periodos de desempleo se reducen, en general, a medida que crece la edad31 y más importante aún, los periodos de desempleo crecen a medida que se alcanza mayor nivel educativo. Este último resultado es en particular relevante debido a que sería explicado no solo por consideraciones propias de los individuos con niveles relativamente altos de escolaridad, sino también por el grado de desarrollo del aparato productivo del país que demanda niveles reducidos de este tipo de mano de obra. Cuadro 21 PARAGUAY: Duración y Tasa de desempleo, 2000-2001
Hombre 10 a 17 años de edad 18 a 34 años de edad 35 a 49 años de edad 50 a más años de edad Mujer 10 a 17 años de edad 18 a 34 años de edad 35 a 49 años de edad 50 a más años de edad Total 10 a 17 años de edad 18 a 34 años de edad 35 a 49 años de edad 50 a más años de edad Años de estudios Cero años De 1 a 6 años De 7 a 12 años De 12 a más años Total
Duración del desempleo (en me ses) Urbana Rural Total 5,2 2,2 4,5 5,0 7,3 5,6 6,0 1,2 4,8 3,7 0,9 2,9 3,3 1,2 2,8 3,7 1,8 3,2 2,7 1,2 2,3 3,6 2,5 3,4 4,1 0,9 2,6 8,6 3,0 7,5 4,5 2,0 3,9 4,2 5,2 4,5 4,8 1,7 4,1 3,8 0,9 2,8 3,8 1,4 3,2 3,6 2,8 5,1 6,2 4,5
0,9 1,7 2,2 6,8 2,0
2,5 2,4 4,5 6,2 3,9
Tasa de desempleo (%) Urbana Rural Total 10,0 3,5 6,8 18,6 3,6 9,1 12,6 5,3 9,3 4,4 2,0 3,3 8,0 1,7 4,7 10,7 5,5 8,9 15,3 7,8 11,7 15,7 7,1 13,1 5,6 5,6 5,6 3,3 1,3 2,4 10,3 4,1 7,6 17,4 4,6 9,8 14,1 5,9 10,8 4,9 3,3 4,3 6,0 1,5 3,9 9,8 9,7 12,1 7,4 10,3
2,3 3,0 9,5 3,0 4,1
4,5 5,7 11,4 6,8 7,6
FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
El desempleo prolongado o persistente afectaría más a los siguientes grupos de trabajadores: los varones jóvenes, las mujeres de 50 y más años de edad del área urbana y los trabajadores con nivel terciario de escolaridad, grupos que no necesariamente muestran las tasas de desocupación más altas de31
Este resultado es coherente con los del modelo de desempleo de la sub-sección anterior, en el sentido de que la edad y la experiencia laboral son factores que se encuentran relacionados positivamente con la probabilidad de estar desempleados, pero es contrario a lo observado en países que han efectuado reformas económicas que modificaron las estructuras y los procesos productivos nacionales.
ntro de cada una de las áreas de residencia. Las hipótesis sobre estos resultados serían las siguientes: los varones jóvenes, a diferencia de sus pares mujeres, tienen un abanico menos amplio de ocupaciones posibles, como pudo deducirse en la sección 1.i; las mujeres por encima de los 50 años son menos apreciadas por el mercado que las más jóvenes en ocupaciones lig adas a la venta de bienes y servicios, el empleo doméstico y el cuidado de niños y ancianos, que son ocupaciones predominantes en el mercado laboral paraguayo ligadas a este genero; y en el caso de los trabajadores con educación superior la duración del desempleo sería mayor debido a la espera que estos harían para hallar empleos más acordes a sus capacidades productivas. 3. Ciclo económico y empleo en el Área Metropolitana de Asunción En esta sección se intenta responder a las siguientes interrogantes: ¿cuáles han sido los mecanismos de ajuste del mercado de trabajo paraguayo ante los resultados macroeconómicos de los últimos años?, ¿cómo han enfrentado los hogares estos resultados?, ¿qué tipos de empleos se han creado y que tipos se han perdido en los últimos años?. Se intenta demostrar, con el análisis de las tasas de participación y desempleo, que ciertos grupos de la población paraguaya habrían jugado un rol fundamental para mantener los ingresos familiares y no permitir que las condiciones de vida de sus hogares empeoraran. Asimismo se muestra cómo en los sucesivos periodos de crecimiento y estancamiento económico se han generado movimientos del empleo a nivel de los diferentes sectores institucionales, categorías de ocupación, actividades económicas, sectores formales-informales y de distintas calidades. Finalmente, una estimación formal de las elasticidades empleo-producto son presentados con el propósito de conocer cuánto es la ganancia o pérdida promedio de empleo ante variaciones del crecimiento productivo del país. a. PET, PEA y ciclo económico A nivel agregado, son varios los factores que explican el comportamiento del empleo en el tiempo. Las tendencias demográficas, las decisiones de oferta de los individuos y las decisiones de demanda de las empresas son eleme ntos fundamentales que permiten entender las tendencias del mercado laboral. En general, podría decirse que lo demográfico determina la cantidad de individuos que potencialmente puede participar en el mercado de trabajo, mie ntras que las decisiones de las empresas y de las personas definen el tipo del empleo generado (categoría de ocupación, actividad económica, etc.). En Paraguay, desde el punto de vista demográfico, se ha observado en los últimos años un crecimiento más o menos constante de las tasas de crecimiento de la población en edad de trabajar (PET), a diferencia de otros países de la región que han venido experimentando una paulatina disminución. En los ochenta y noventa esta población, en el Área Metropolitana de Asunción,
creció a un ritmo de alrededor del 3,2 % anual, como consecue ncia de sus elevadas tasas de crecimiento de la población total de años anteriores32 . Sin embargo, el ritmo de crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA), o fuerza laboral, ha tenido un comportamiento diferente, más de acuerdo al del ciclo económico (ver Gráfico 11). Luego de crecer a una tasa promedio de 5,5% entre 1984 y 1989, y 4,1% entre 1990 y 1995, lo hizo, en el periodo 1996-2001, a un ritmo inferior (2,3% anual) al de la población total del país (2,6% anual). En este último tramo, la disminución del ritmo de crecimiento se habría dado tanto por el retiro de trabajadores de la fuerza de trabajo como por las menores incorporaciones de nuevos entrantes a la misma (en las secciones anteriores se mostró cómo creció el desempleo oculto en los últimos años). En el Cuadro 22 puede verse que en dicho periodo entraron cada año 32% menos individuos que en años anteriores. Esto significa que si bien la presión sobre el mercado de trabajo por el lado de la oferta (la PEA) ha tendido a disminuir en los últimos años, no ha sido así por el lado de la presión poblacional (PET) que se ha mantenido relativamente alto. Estos cambios en las decisiones de los individuos de incorporarse al mercado de trabajo pueden observarse con más claridad a través del análisis de las tasas de participación (PEA*100/PET). Entre 1983 y 1989 estas tasas aumentaron de 54% a 64%, y entre 1990 a 1995 nuevamente de 60% a 69%, de manera coincidente con el crecimiento del nivel de actividad económica. Sin embargo, estas tasas se mantuvieron en niveles altos, alrededor de 65%, en el periodo de estancamiento económico (1996-2001). Un comportamiento que mostraría que no necesariamente esta tasa se mueve de manera procíclica (más debido al comportamiento de la PET que de la PEA). Gráfico 11: PARAGUAY: PIB percápita* y crecimiento % de la PEA** 165
PIB percápita
160 155 150 145
Crecimiento PIB: 3,5% Crecimiento PEA: 5,5%
140 83
84
85
86
87
Crecimiento PIB: 3,5% Crecimiento PEA: 4,1% 88
89
90
91
92
93
Crecimiento PIB: 0,5% Crecimiento PEA: 2,3% 94
95
96
97/98 99
00/01
* PIB no primario, en miles de Gs. de 1982 (PARAGUAY) ** PEA (Area Metropolitana de Asunción)
32
La mayor parte del análisis que sigue utiliza cifras para el Área Metropolitana de Asunción basadas en las Encuestas de Hogares ejecutadas por la DGEEC, ámbito para el cual es posible construir series de tiempo desde 1983. En el Anexo 1 se describen los ajustes realizados para asegurar la comparabilidad de la información de las encuestas de hogares.
Cuadro No. 22 Área Metropolitana de Asunción: Incremento % de la PET y PEA, 1984-2001 1984-1989 1990-1995 Población en edad de trabajar (PET) Crecimiento promedio anual Valor al final del periodo Ingreso promedio anual Población económicamente activa (PEA) Crecimiento promedio anual Valor al final del periodo Ingreso promedio anual
1996-2001 1983-2001
3,2 786.267 22.802
2,8 930.320 24.009
3,6 1.149.427 36.518
3,2 1.149.427 27.776
5,5 506.147 23.290
4,1 642.557 22.735
2,3 736.617 15.677
4,0 736.617 20.567
FUENTE: Encuestas de Hogares de la DGEEC NOTA: Los datos corresponden a la población de 12 y más años de edad. Para hacer las comparaciones anuales se mantuvo la definición de Área Metropolitana de Asunción que estuvo vigente hasta 1993 y se ha corregido los factores de expansión de la muestra en función a las proyecciones oficiales de población
En este contexto, el Cuadro 23 muestra que mientras las tasas de participación de los hombres adultos de mediana edad se mantuvieron prácticamente estables en los últimos 20 años, las que corresponden a las mujeres y los hombres muy jóvenes o de mayor edad fueron las que más fluctuaron. En el caso de estos grupos de la población se habría producido efectos contrarios a lo largo de los últimos años en cuanto a su participación en el mercado laboral. Cuadro No. 23 Área Metropolitana de Asunción Tasa de participación según sexo y edad, 1983-2001
Hombre 12 a 18 19 a 34 35 a 49 50 a más Total Mujer 12 a 18 19 a 34 35 a 49 50 a más Total Total 12 a 18 19 a 34 35 a 49 50 a más Total
1983-1989
1990-1995
1996-2001
37,1 91,4 98,2 69,8 78,0
35,0 92,9 98,2 72,0 78,3
40,6 91,6 96,2 73,1 78,3
30,6 60,6 60,1 28,9 47,8
25,4 65,2 62,5 31,3 49,6
25,6 68,9 69,3 40,7 54,0
33,6 74,2 78,1 46,2 61,3
29,8 77,8 79,0 49,3 62,7
32,5 79,6 81,8 54,8 65,2
FUENTE: Encuestas de Hogares de la DGEEC NOTA: Los datos corresponden a la población de 12 y más años de edad. Para hacer las comparaciones anuales se mantuvo la definición de Área Metropolitana de Asunción que estuvo vigente hasta 1993 y se ha corregido los factores de expansión de la muestra en función a las proyecciones oficiales de población
En el periodo 1990-1995, en el cual la economía creció en términos per cápita en 3,5% anual, habría predominado el efecto del trabajador “alentado” por el aumento esperado de los ingre sos en dicho periodo, en particular en el caso de la mujeres de 19-34 años de edad (al parecer a costa fundamental-
mente de aquellas de menor edad: de 12 a 18 años). Se ve luego si el mercado laboral tradujo esta presión en un aumento del empleo y/o una dismin ución de los salarios percibidos. En el periodo 1996-2001 la economía paraguaya se mantuvo en permanente receso (en promedio creció solo en 0,5% por año frente al crecimiento de la población de 2,6% en el mismo periodo) y a pesar de ello, lejos de funcionar el efecto del trabajador “desalentado” por la re ducción esperada de los ingresos en el mercado laboral, se generó un aumento de la participación de las mujeres, mucho mayor que en el periodo anterior, en particular de las de mayor edad (de 35 y más años de edad), del mismo modo que la de los hombres muy jóvenes. La defensa de los ingresos familiares, y por su puesto la aversión a la situación de pobreza, habría sido el motivo fundamental de e sta mayor participación laboral de la fuerza de trabajo que hasta hace poco era considerada secundaria. b. Desempleo y ciclo económico A pesar del fuerte aumento de la fuerza de trabajo hasta 1995 (5,5% en 1983-1989 y 4,1% en 1990-1995), el crecimiento económico hizo que el de sempleo muestre una tendencia descendente hasta dicho año, como se evidencia en el Gráfico 12. Durante este periodo, en particular durante los ochenta, el empleo (la demanda) habría crecido a un mayor ritmo que la fuerza laboral (la oferta). Se verá más adelante, que el crecimiento económico no solo habría hecho posible un aumento del empleo en esos años, sino también un aumento de los salarios reales, dando muestras de que el mercado laboral habría funcionado de una manera más o menos flexible.
Gráfico 12: Area Metropolitana de Asunción Tasa de desempleo, 1983-2001 11,5 10,5 9,2 8,2 7,3 5,9 5,1
83
84
85
6,2
5,5
6,7 5,1
4,6
86
87
88
89
90
91
5,4
92
5,8 4,9
93
6,3
4,3 94
95
96 97/98
99
00/01
A partir de 1996 la tendencia del desempleo es creciente, alcanzando en los últimos años tasas que superan en más del doble a las evidenciadas en años anteriores (10,5% en 1999 y 11,5 en 2000/01) y que en general se encuentran muy por encima de lo observado en los ochenta y noventa. Si bien durante este periodo la fue rza laboral (la oferta) crece en menor proporción que
en años anteriores, el empleo generado (la demanda) lo hace aun en menor proporción (2,3% y 1,3%, respectivamente). Significa que a pesar del aumento particular de la tasa de participación de las mujeres y de los hombres jóvenes durante este periodo, el desempleo se habría producido, entonces, de manera fundamental por la incapacidad del aparato productivo del país para generar empleo. En 1997/98, no obstante el decrecimiento del PIB per cápita, se observó una tasa de desempleo relativamente baja debido fundamentalmente a un aumento importante del desempleo oculto, es decir, de personas en edad de trabajar que dejaron de ser activos por no haber hecho algo para conseguir empleo (porque se cansaron de buscarlo, no creen conseguirlo o no saben dónde hacerlo), aunque estarían dispuestos a trabajar si se les ofreciera. Según la información de las Encuestas de Hogares, estos cambios en las tasas de desempleo se concentraron en grupos específicos de la población. Si bien las tendencias son similares tanto para hombres como mujeres (ver Gráfico 13), descendente en los años de crecimiento económico (hasta 1995) y ascendente en el periodo de estancamiento (de 1996 a 2001), debe notarse que el desempleo es ligeramente superior en los hombres en periodos de crecimiento y superior en las mujeres en periodos de recesión (ver Cuadro 24), situación que estaría asociada fundamentalmente al tipo de participación laboral de las mujeres en ambos periodos, como se vio anteriormente. Gráfico 13: Area Metropolitana de Asunción Tasas de desempleo (%) por sexo, 1983-2001
13 12 11 10
Hombres
9 8 7 6 5
Mujeres
4 3 83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96 97/98 99 00/01
El Gráfico 14 y Cuadro 24 muestran con mayor detalle que el desempleo es mayor cuanto menor es la edad, que tasas de desempleo más estables tienen los que están entre los 35 y 49 años de edad y que en periodos de recesión económica el mayor aumento del desempleo se produce entre los hombres más jóvenes y los de mayor edad. Finalmente, se observa que con excepción de los varones entre 35 y 49 años de edad, todos los grupos considerados tienen actualmente tasas de desempleo que son casi el doble que las que tenían en el periodo de 1990-1995.
Cuadro 24 Área Metropolitana de Asunción Tasas de desempleo por grupos de edad y sexo, 1983-2001 1983-1989
1990-1995
1996-2001
14,9 8,1 4,1 3,1 6,8
14,4 6,2 3,5 3,6 5,6
24,0 9,6 4,1 7,0 9,2
8,5 6,8 2,2 0,9 5,1
10,1 6,6 2,0 0,7 4,9
20,3 12,0 4,9 4,6 9,6
11,5 7,6 3,3 2,3 6,1
12,4 6,4 2,8 2,6 5,3
22,3 10,7 4,5 6,0 9,4
Hombre 12 a 18 19 a 34 35 a 49 50 a más Total Mujer 12 a 18 19 a 34 35 a 49 50 a más Total Total 12 a 18 19 a 34 35 a 49 50 a más Total
FUENTE: Encuestas de Hogares de la DGEEC NOTA: Los datos corresponden a la población de 12 y más años de edad. Para hacer las comparaciones anuales se mantuvo la definición de Área Metropolitana de Asunción que estuvo vigente hasta 1993.
Gráfico 14: Area Metropolitana de Asunción Tasas de desempleo (%) por edad, 1983-2001
15 13 11
19 a 34 años
9 7 5
35 a 49 años
3 1 -1
50 a más años 83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96 97/98 99 00/01
c. Empleo independiente-asalariado y ciclo económico Durante los noventa, tanto en periodos de crecimiento como en periodos de estancamiento económico, el ajuste del empleo en el Área Metropolitana de Asunción se produjo fundamentalmente en el sector de los trabajadores independientes. De acuerdo a la información de las encuestas de hogares (ver Cuadro 25), el aumento del empleo total entre 1993 y 1995 (7,9 % en promedio anual) se explica por el crecimiento de la población ocupada en este sector que lo hace a un ritmo anual de 18,4 %. El empleo público crece a una tasa anual del 7,5 % en dicho periodo y el empleo privado lo hace solo a una del 1,9 %.
Cuadro No. 25 Área Metropolitana de Asunción Evolución de empleo público, asalariado privado e independiente, 1993-2001*
úblico Asalariado privado** Independiente Total
93 62.536 296.923 160.023 519.482
94 67.892 309.312 180.754 557.958
95 72.334 308.231 224.423 604.988
96 68.365 309.646 213.353 591.364
97/98 74.744 328.889 235.166 638.799
99 74.919 344.487 195.124 614.530
00/01 76.376 355.500 220.316 652.192
FUENTE: Encuestas de Hogares de la DGEEC * Los datos corresponden a la población de 12 y más años de edad. Para hacer las comparaciones anuales se mantuv o la definición de Área Metropolitana de Asunción que estuvo vigente hasta 1993 y se corrigió los factores de expansión de la muestra en función a las proyecciones oficiales de población. ** Incluye a los empleados domésticos
En el periodo siguiente, de recesión económica, los niveles de empleo total permanecen prácticamente estancados (crece a un ritmo anual de 1,3 %), al igual que en el sector público y asalariado privado (que crecen a un ritmo de 1% y 2,5%, respectivamente). Durante este periodo el empleo independiente es nuevamente el más sensible al comportamiento del ciclo económico, al haber mostrado una caída anual de 0,3% (el único sector, de los tres considerados, que muestra pérdidas en términos absolutos en el periodo de estancamiento económico). A raíz de estos comportamientos puede observarse en el Gráfico 15 la participación contrapuesta del empleo asalariado privado e independiente en el empleo total (la participación del empleo público se mantiene alrededor del 12% a lo largo de todo el periodo de análisis). Gráfico 15: Area Metropolitana de Asunción: Participación % del empleo asalariado privado e independiente en el empleo total, 1993-2001 60,0 55,0
Asalariado Privado
50,0 45,0 40,0
Independiente
35,0 30,0 93
94
95
96
97/98
99
00/01
d. Empleo formal-informal y ciclo económico El comportamiento global del empleo privado encubre dos desarrollos diferentes. Por un lado, el empleo según el tipo de inserción en el mercado de trabajo (asalariado e independiente) y, por otro, el empleo según si es formal o informal. La importancia de los trabajadores independientes (por cuenta propia, familiares no remunerados y empleadores) en países como Paraguay, supuestamente es fundamental a la hora que se intenta explicar las bajas
tasas de desempleo abierto, las cuales se evidencian aun cuando la demanda empresarial de empleo (formal e informal) sea menor a la oferta, dado un salario real. Se muestra enseguida que el empleo independiente, por lo menos a nivel del Área Metropolitana de Asunción, no tiene este papel. El Gráfico 16 muestra que el ajuste del empleo independiente tiene una dinámica distinta si se diferencia lo formal e informal. Ambos son sensibles al comportamiento del ciclo económico, pero el independiente formal es mucho más en periodos de crecimiento y el independiente informal en periodos de estancamiento33 . El empleo independiente formal, que conlleva mayores niveles educativos e ingresos, creció 34,1 % entre 1993 y 1995 en promedio cada año, frente al 14,2 % de los independientes informales en el mismo periodo. Entre 1996 y 2001 el empleo de estos últimos decreció en 0,8 % fre nte al aumento de 0,9 % de los independientes informales. Puede deducirse, en consecuencia, que el crecimiento aumenta el incentivo para la generación de empleo formal, y que en periodos de estancamiento económico la informalidad, de manera contraria a lo esperado, no amortigua la caída del empleo formal. El Gráfico 16 y el Cuadro 26 muestran por su parte que en el Área Metropolitana de Asunción el comportamiento del empleo asalariado formal (incluidos los empleados domésticos) e informal tienen más o menos el mismo comportamiento, es decir, más coherente con la evolución demográfica que con la del ciclo económico: son los que menos crecen en el periodo de expansión económica y los que menos decrecen con la recesión económica. Si sumado a esto se tiene en consideración que el 66,2 % del empleo total en ésta Área corresponde al empleo asalariado (43,7 % privado formal, 10,8 % privado informal y 11,7 % público, según el Cuadro 26) y que su sensibilidad es relativamente más reducida respecto al comportamiento del ciclo económico34, puede deducirse que parte importante del total de la fuerza laboral hace frente a los ajustes de sus salarios (como se probará más adelante), más que a su condición de ocupados, cuando se producen cambios de las condiciones macroeconómicas del país. Se prueba, entonces, que el mercado laboral no se ajusta en un solo sentido (vía el empleo o los salarios) durante un mismo periodo de crecimiento o e stancamiento económico35 debido a las distintas dinámicas o rigideces laborales existentes a nivel de los diferentes grupos de trabajadores. Un comentario adicional debe hacerse respecto al grupo de empleados domésticos (considerado aquí dentro de los trabajadores formales). Se ha de s33
Se utiliza el concepto operativo de empleo informal urbano de la DGEEC, es decir, el conformado por los siguientes grupos de ocupados: (a) trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares no remunerados y (b) empleados, obreros y patrones de establecimientos o empresas de 5 o menos trabajadores. Se excluye de todos estos grupos a los trabajadores (a) del sector público, (b) del hogar, (c) de los sectores primarios y (d) de los grupos ocupacionales más altos como los gerentes, directivos, profesionales, técnicos y afines. 34 Podría argumentare que este comportamiento se produce debido fundamentalmente a los elevados costos de despido prevalecientes en estos segmentos de trabajadores. En periodos de estancamie nto, los costos elevados tendrían el efecto positivo de corto plazo de reducir los despidos y en periodos de crecimiento de reducir las contrataciones correspondientes. 35 Se ha probado más antes que el mercado laboral también se ajusta de manera diferente en un periodo u otro vía la participación laboral de la población en edad de trabajar.
crito antes que este tipo de empleo alcanza al 18% de las mujeres ocupadas de país, en particular de las de Amambay (31 %), Central (22 %), Alto Paraná (21 %) y Asunción (20 %). La información disponible para periodos de crecimiento y recesión, correspondiente al Área Metropolitana de Asunción, muestra que este segmento del mercado laboral tiene un comportamiento contracíclico: entre 1993 y 1995 decreció en promedio 2,2 % por año y entre 1996 y 2001 aumentó en 3,7 %. Es decir, se trataría de un tipo de empleo que para muchos representa, en periodos de estancamiento económico, un refugio o alternativa importante para sobrevivir y/o generar ingresos familiares complementarios. En años de crecimiento, por el contrario, este tipo de empleo sería poco atractivo o menos rentable respecto a otros, optándose por una reducción de la participación laboral o por empleos independientes. Gráfico 16: Area Metropolitana de Asunción: Empleo privado asalariado e independiente, formal e informal, 1993-2001 300.000 250.000
Asalariado Formal Independiente Informal
200.000 150.000
Independiente Formal
100.000 50.000 0 93
94
95
96
97/98
99
00/01
Cuadro No. 26 Área Metropolitana de Asunción Estructura del empleo según condición de formalidad, 1993-2001* Estructura porcentual INFORMAL Asalariado privado Empleador o patrón Trabajador por cuenta propia Familiar no remunerado FORMAL Asalariado público Asalariado privado Empleador o patrón Trabajador por cuenta propia Familiar no remunerado Empleado doméstico TOTAL
93 35,9 11,3 4,3 18,7 1,7 64,1 12,0 34,4 3,5 2,4 0,1 11,5 100,0
94 95 96 97/98 99 37,7 38,6 41,6 40,2 38,1 12,4 11,0 13,2 11,2 13,2 5,5 4,7 3,6 4,0 3,2 18,4 19,3 21,9 20,6 19,8 1,4 3,6 2,9 4,3 1,9 62,3 61,4 58,4 59,8 61,9 12,2 12,0 11,6 11,7 12,2 31,7 30,5 29,7 29,0 33,1 4,4 3,8 4,0 3,6 3,0 2,5 5,6 3,4 3,8 3,6 0,2 0,0 0,3 0,5 0,2 11,4 9,4 9,5 11,3 9,8 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
00/01 35,3 10,8 3,0 18,5 3,0 64,7 11,7 32,9 3,8 5,3 0,2 10,8 100,0
Crecimiento % promedio anual 93-95 96-2001 11,8 -0,2 6,4 1,1 13,7 -6,7 9,6 0,6 57,2 -1,6 5,7 2,2 7,5 1,0 1,7 2,6 12,2 1,2 63,7 0,4 -50,2 33,7 -2,2 3,7 7,9 1,3
FUENTE: Encuestas de Hogares de la DGEEC * Los datos corresponden a la población de 12 y más años de edad. Para hacer las comparaciones anuales se mantuvo la definición de Área Metropolitana de Asunción que estuvo vigente hasta 1993 y se corrigió los factores de expansión de la muestra en función a las proyecciones oficiales de población. .
e. Empleo informal en el país: una digresión Sobre el sector informal podría señalarse , adicionalmente , que su rol en la economía paraguaya es fundamental. Dependiendo de cual sea la definición empleada para su medición, su contribución a la generación de empleo del país varía entre 23 % y 28 %, alcanzando el 42% y 52 % si solo se considera el área urbana (ver Cuadro 27), y respecto a la generación de ingresos laborales del país su contribución se estima entre 19 % y 23 %, llegando al 26 % y 30 % si solo se considera a dicha área. Estas diferencias en la participación del sector informal en el empleo e ingresos del país mostrarían, adicionalmente, que respecto al resto de trabajadores formales tienen una productividad media inferior. Teniendo en consideración una definición amplia del sector informal (el que utiliza la DGEEC, más el grupo de empleados domésticos), el Cuadro 28 muestra que el 40 % del empleo informal urbano tiene la categoría de trabajador por cuenta propia, el 23% es asalariado, 20% empleado doméstico y solo el 7 % microempresario (empleador o patrón), un perfil sensiblemente diferente al empleo formal, en el cual predomina el trabajo asalariado 36 . Cuadro 27 PARAGUAY: Importancia económica del Sector Informal, 2000-2001
Número de ocupados o millones de Guaraníes Sector informal según definición de la DGEEC Empleados domésticos urbanos Área Urbana Total país Indicadores en % Sector informal según DGEEC / área urbana Sector informal según DGEEC / total país (Sector informal según DGEEC + Empleados domésticos urbanos) / área urbana (Sector informal según DGEEC + Empleados domésticos urbanos) / total país
Empleo
Ingresos laborales (mensual)
548.432 137.074 1.313.396 2.413.644
329.555 61.135 1.287.861 1.706.580
41,8 22,7 52,2 28,4
25,6 19,3 30,3 22,9
* Sector Informal según DGEEC: trabajadores urbanos (a) por cuenta propia, (b) familiares no remunerados y (c) em pleados, obreros y patrones en empresas de 5 o menos trabajadores; excluyéndose de estos grupos a los trabajadores (a) del sector público, (b) del hogar, (c) de los sectores primarios y (d) “gerentes, directivos, profesionales, técnicos y afines”. * Sector Informal según definición cercana a la de OIT: Sector Informal según DGEEC + Empleados domésticos urbanos
FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
El Cuadro 29 muestra, complementariamente, porque se tiende a asociar a este sector como generador de empleo de mala calidad. Puede observarse cómo son sus condiciones laborales respecto a las de los trabajadores del sector formal urbano. No solo tienen ingresos sensiblemente menores a sus pares formales, sino también una desprotección importante en cuanto a la tenencia de seguro de salud o de un sistema de jubilación o pensión. En el mismo Cuadro puede observarse también que los trabajadores informales tienen una jornada laboral más amplia que los formales y, por tanto, proba36
Una caracterización más amplia del sector informal puede verse en Masi, F. “Sector informal y cuentapropismo en el Paraguay”, DGEEC, 2001 (documento aun no publicado).
bilidades menores de tener un empleo complementario. No obstante esto, tienen una permanencia promedio menor en la ocupación que realizan y en la e mpresa donde laboran37 . Cuadro 28 PARAGUAY URBANO: Población ocupada según condición de informalidad y categoría de ocupación, 2000-2001 Número de ocupados Distribución % Informal* Formal Total Informal* Formal Total Trabajador público 145461 145461 0,0 23,2 11,1 Empleado privado 51439 177029 228468 7,5 28,2 17,4 Obrero privado 110213 165481 275694 16,1 26,3 21,0 Empleador/patrón 50091 49844 99935 7,3 7,9 7,6 Por cuenta propia 276930 83424 360354 40,4 13,3 27,4 Famil. no remunerado 59497 6830 66327 8,7 1,1 5,1 Empleado doméstico 137074 0 137074 20,0 0,0 10,4 Total 685244 628152 1313396 100,0 100,0 100,0
* según definición de la DGEEC, más los empleados domésticos
FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
Según información para el Área Metropolitana de Asunción, este tipo de empleo sería el que más se crea y destruye con el ciclo económico (ver las tasas de crecimiento en el Cuadro 26), contrariamente a lo que se observa en otros países, en los cuales la relación con el ciclo se produce más con el empleo formal. Este carácter procíclico del empleo informal en Paraguay se debe al predominio del empleo independiente (7 de cada 10 trabajadores informales en dicha Área son independientes) cuyo comportamiento ha sido descrito anteriormente. Cuadro 29 PARAGUAY URBANO: Población ocupada según condición de informalidad y categoría de ocupación, 2000-2001
Asalariado Número de ocupados Asociado a sistema de jubila ción/pensión (%) Tiene seguro de salud (%) Jornada semanal de trabajo (horas) Tiene trabajo complementario (%) Años en la ocupación actual Años en la empresa actual Ingreso por actividad principal**
161.652 5,4 12,3 49,6 6,0 6,1 3,3 577.067
Informal* Formal Indepen- Empleado IndepenTotal diente doméstico Total Asalariado diente 386.518 137.074 685.244 487.971 140.181 628.152 0,4 0,5 1,6 49,0 1,2 38,3 13,5 6,8 11,9 55,7 30,9 50,2 48,5 43,4 47,7 45,4 41,5 44,6 9,5 6,6 8,1 11,0 13,3 11,5 10,3 6,9 8,6 8,3 14,3 9,6 8,6 3,1 6,2 6,7 11,7 7,8 576.425 433.948 548.076 1.152.147 1.812.325 1.299.475
* según definición de la DGEEC, más los empleados domésticos, ** (Gs. marzo 2001)
FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
37
En Fernández, C. “El empleo informal urbano en Paraguay. Evidencias de la Encuesta Integrada de Hogares”, Economía y Sociedad No. 6, DGEEC, diciembre de 2001, se utiliza el criterio de cobertura por el sistema de seguridad social para determinar el sector informa, para luego analizar sus ingresos y los de terminantes de la participación laboral en los diferentes mercados laborales del país.
f. Calidad del empleo y ciclo económico Finalmente, la calidad del empleo generado o destruido también puede an alizarse utilizando el salario como medida resumen de calidad, asumiéndose que los mejores empleos implican mejores salarios. Para este propósito se construyeron rangos del ingreso real provenientes de la actividad principal de los trabajadores ocupados de 12 y más años de edad que laboraron jornadas completas (30 a más horas a la semana), los cuales se mantuvieron a lo largo de todo el periodo analizado. Con estos rangos se determinó la cantidad de empleo existente en cada uno de los grupos. Los trabajadores del primer grupo tenían en 1993 ingresos por debajo de los 600 mil guaraníes de marzo de 2001 (US$ 160) , mientras que los del cuarto grupo tenían empleos que les generaban más de 2 millones de guaraníes (US$ 533). Si se considera que estos últimos son los buenos empleos y los primeros los malos, puede decirse que el comportamiento de ambos en los últimos años fue coherente a lo esperado, es decir, durante el periodo de expansión (19931995) los buenos empleos crecen y los malos decrecen, mientras que durante el periodo de recesión el comportamiento es contrario (ver las columnas del crecimiento anual del Cuadro 30). Puede notarse, adicionalmente, que la sensibilidad de ambos tipos de empleo al ciclo económico es mayor a la de los otros tipos o grupos de empleo. El comportamiento de los grupos inte rmedios, supuestamente de calidad mediana, tendrían un comportamiento menos sensible al ciclo a lo largo del tiempo. Cuadro 30 Área Metropolitana de Asunción: Calidad del empleo según el ingreso real, 1993 – 2001 Ingreso por la actividad principal (en Gs. de marzo de 2001) Empleos (en miles) Menos de 600 mil De 600 mil a 1 millón De 1 a 2 millones Más de 2 millones Total Porcentaje Menos de 600 mil De 600 mil a 1 millón De 1 a 2 millones Más de 2 millones Total
93
94
95
96
97/98
99
00/01
145 165 93 45 447
137 171 99 54 462
129 176 113 57 476
143 156 132 62 493
119 185 154 67 524
144 191 128 64 526
167 188 125 56 536
32,4 29,8 36,9 37,2 20,8 21,4 10,0 11,7 100,0 100,0
27,1 28,9 37,0 31,7 23,8 26,7 12,0 12,7 100,0 100,0
22,7 27,3 35,2 36,3 29,4 24,3 12,7 12,1 100,0 100,0
Crecimiento % promedio anual 93-95 96-01 -5,5 3,4 10,5 13,4 3,2
4,6 1,1 1,6 -0,5 2,1
31,2 35,1 23,2 10,4 100,0
NOTA: Los datos corresponden a la población ocupada de 12 y más años de edad que trabajó de 30 a más horas a la semana. Para hacer las comparaciones anuales se mantuvo la definición de Área Metropolitana de Asunción que estuvo vigente hasta 1993 y se corrigió los factores de expansión de la muestra en función a las proyecciones oficiales de población. . La información de los ingresos corresponde a los de la actividad principal, habiéndose eliminado los casos de cada año con “no respuesta”, e incluye los ingresos “cero” de los trabajadores familiares no remunerados. FUENTE: DGEEC “Encuestas de Hogares 1993 – 2001”, BCP “Informes Mensuales”
Una observación más detallada indicaría que los cambios de comportamie nto de los empleos buenos y malos, respecto a los del ciclo se producen con dos años de rezago, probablemente debido a las rigideces del mercado labo-
ral indicadas anteriormente, en particular, en el sector de los asalariados privados. Cabe anotar también que si se considera el resultado de que el se ctor informal es mucho más sensible al ciclo, puede deducirse entonces que los malos empleos, en periodos de depresión económica, se generan en el sector formal, es decir, reduciéndose o manteniéndose bajos los salarios. g. Estimación de la elasticidad producto del empleo En buena parte del análisis realizado para entender el comportamiento del empleo en el contexto de la evolución de la producción nacional se esperó encontrar evidencias de que entre ambas variables existe una relación positiva. ¿Cuánto del crecimiento del producto se transforma en un aumento del emple o?, ¿qué tan fuerte es la relación entre empleo y actividad económica en Paraguay?, ¿cuál es la capacidad real de la economía para generar empleo?. Las respuestas a estas interrogantes pueden hallarse estimando lo que se conoce como la “elasticidad producto del empleo”, es decir, la medición de la sensibilidad del empleo ante cambios de la producción. Una primera aproximación de esta medición puede hacerse considerando el ratio entre la tasa de crecimiento del empleo y la tasa de crecimiento del producto (o elasticidad arco empleo-producto). Según la información disponible, entre 1983 y 2001 el PIB no primario creció 2,2 % en promedio cada año y el empleo en el Área Metropolitana de Asunción 3,8 %, es decir, se tendría una elasticidad arco positiva de 1,7 (un aumento del producto en un punto porcentual implicaría un aumento del empleo en 1,7 %). El Gráfico 17 muestra de una manera intuitiva este resultado, es decir, ambas tasas de crecimiento tienen el mismo comportamiento tendencial, aunque el empleo experimenta variaciones anuales más oscilantes que el producto. En este sentido, podría decirse que el crecimiento productivo en Paraguay es un camino efectivo para solucionar el problema del dese mpleo. Gráfico 17: PARAGUAY: Variación % del PIB no primario y el empleo en el Area Metropolitana de Asunción
14,0 12,0 10,0 8,0
Empleo
6,0 4,0 2,0
PIB
0,0 -2,0 -4,0 -6,0 83
85
87
89
91
93
95
97/98
00/01
Para corroborar esta aseveración es estimó de una manera simple un modelo de demanda por trabajo, partiendo de que existe solo este recurso como factor productivo. A nivel de una empresa ello implicará que podrá maximizar-
se beneficios haciendo mínimo el costo de producción, es decir, la cantidad utilizada del factor por su precio. En este marco, la teoría microeconómica indica que esta función de costos, y también la demanda por trabajo (L d), dependen del nivel que se desea producir (Y) y del precio del factor de producción (w). Una aproximación log-lineal de esto será: Log L d = a0 + a1 log Y + a2 Log w, en donde a1 representa la elasticidad empleo-producto, lo cual será comparable a la elasticidad arco observada anteriormente 38. Adicionalmente, se considerará en la estimación de esta expresión el efecto del salario mínimo, dadas las características particulares que esta variable tiene en el país (en particular su nivel y cobertura), cuyos detalles se verán en la siguiente se cción. Una segunda estimación tomará en consideración dos grupos de trabajadores (jóvenes y adultos) para evaluar el efecto tanto del crecimiento del producto como el de los salarios sobre sus niveles de empleo39 . Concretamente las expresiones serán las siguientes: Log Ljd = a 0 + a1 Log Y + a2 Log wj + a 3 Log wa + a 4 Log SM Log Lad = b0 + b1 Log Y + b2 Log wj + b3 Log wa + b4 Log SM donde Ljd y Lad son el número de ocupados jóvenes (de 12 a 24 años de edad) y adultos (de 25 a más años de edad), re spectivamente; wj y wa son los costos laborales o salarios (por la actividad principal) reales por hora de los jóvenes y adultos, respectivamente40; Y es el Producto Interno Bruto real no primario, SM es el salario mínimo real por hora, y Log indica logaritmo natural. Los resultados de las estimaciones se muestran el Cuadro 31. Tres aspectos pueden resaltarse: (a) por cada punto porcentual de crecimiento productivo se genera 1,6 % de aumento del empleo en el Área Metropolitana de Asunción, de manera similar a la estimación de la elasticidad arco, (b) la demanda de empleo de jóvenes depende de varios factores (del crecimiento de la producción, la remuneración horaria que estos perciben, del nivel del salario mínimo, y del salario del resto de la población), y (c) la demanda de empleo de adultos solo depende del crecimie nto productivo . Se constata que el aumento del salario mínimo afectaría el empleo de los trabajadores con menor nivel de productividad (los jóvenes). El nivel relativamente alto que hoy tiene el salario mínimo (como se verá en la siguiente sección) estaría induciendo a una sustitución de trabajadores a favor de los más productivos (los adultos), sin que ello este afectando necesariamente el empleo total del país (tal como lo indica la significancia del coeficiente re spectivo).
38
Especificaciones más amplias para el caso chileno, considerando otros factores productivos, puede verse en Martínez, C. y otros “Cambios estructurales en la demanda por trabajo en Chile”, Economía Chilena Vol 4, número 2, agosto 2001. 39 De manera similar a lo realizado por Hernández, G. “El efecto del salario mínimo sobre el empleo en Colombia” (documento no publicado). 40 Se consideraron las medianas de estas variables, después de probar los resultados con los promedios y modas, los cuales produjeron estimaciones menos robustas
Cuadro 31 Estimación econométrica de la Demanda por trabajo Empleo total Coef. Sig. Remuneración de jóvenes Remuneración de adultos Remuneración total Salario Mínimo PIB no primario Tendencia Constante R2 F Número de observaciones
-0,1730 0,3674 0,0377 0,7928 1,6106 0,0003 0,0000 0,3123 -7,3677 0,0130 0,963 78,704 17
Empleo jóvenes Coef. Sig. -0,6499 0,0005 0,9713 0,0042
Empleo adultos Coef. Sig. -0,1615 0,0982 0,1623 0,3915
-0,6783 0,0062 1,5553 0,0036 0,0000 0,5425 -6,3986 0,0886 0,951 42,275 17
-0,0194 0,8883 1,5379 0,0002 0,0001 0,0382 -7,7270 0,0065 0,981 111,122 17
El efecto de un aumento del salario mínimo sobre el empleo de los jóvenes es tan importante como el que produce un aumento del costo de su contratación. Es decir, un aumento de uno por ciento de cualquiera de estos salarios generaría una disminución de los niveles de empleo en 0,6 % - 0,7 %. La sustitución entre adultos y jóvenes puede observarse en la significancia de la elasticidad precio cruzada de la demanda de empleo de jóvenes. El aumento del costo de contratación de un adulto, implicaría un aumento casi proporcional del empleo de los jóvenes. 4. Ingresos laborales a. Salario mínimo e ingreso medio El salario mínimo en Paraguay, vigente desde 1943, es fijado por el Poder Ejecutivo sobre la base de los estudios que realiza el Consejo Nacional del Salario Mínimo, una instancia que es presidida por el Director del Trabajo del Ministerio de Justicia y Trabajo y conformada por representantes del Ejecutivo, empleadores y trabajadores. De acuerdo a ley, los re ajustes de este salario se hacen fundamentalmente teniendo en consideración la evolución del Índice de Precios al Consumidor41. Este mecanismo de reajuste, como se prueba enseguida, ha hecho que en los últimos años el nivel del salario mínimo se haya mantenido más alto de lo que debería tener. El Grafico 18 muestra que hasta 1985 el salario mínimo real acompañó el comportamiento del PIB per cápita. Desde entonces, hasta mediados de los años noventa, el salario mínimo real crece a una tasa promedio anual de 1,4 %, tras experimentar un crecimiento alto en la primera mitad de este periodo y una caída importante en la segunda mitad. El PIB per cápita en dicho periodo solo creció a un ritmo anual promedio de 0,6 %. En los últimos seis años el salario mínimo muestra un comportamiento creciente, contrario al del PBI per cápita que es, más bien, decreciente.
41
Mayores detalles sobre estos aspectos puede verse en Carosini, L. “La política del salario mínimo en el Paraguay”, octu bre de 2000.
Gráfico 18: PARAGUAY: Evolución de los índices reales del Salario Mínimo y el PIB per cápita (1982=100), 1980-2001 140 130 120 110 100
Salario mínimo PIB percápita
90 80 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01
Una forma de probar que el salario mínimo tiene un nivel alto es tomar como punto de referencia el costo de una canasta básica de consumo o valor de la línea de pobreza (la que garantiza un nivel mínimo de supervivencia). El Cuadro 32 muestra en principio que desde 1995 el nivel que tiene el salario mínimo puede comprar entre 4 y 4,5 canastas básicas. Para que la estimación de este poder de compra sea adecu ado requiere, sin embargo, tener en consideración dos aspectos adicionales: el tamaño o número de miembros en un hogar y el número de perceptores de ingreso laboral. Actualmente una familia paraguaya tiene en promedio 4,7 miembros y 1,9 perceptores de ingreso laboral. Con esta información puede deducirse que en el 2001 el salario mínimo tenía un nivel que fue 80 % más alto que el nivel que debería tener (748.178*1,9*100 / (163.357*4,7)), siendo en Asunción 32 % más alto y en el área rural 161 %. Una segunda forma de probar que el nivel del salario mínimo es alto es comparándolo con el salario promedio. El Cuadro 33 muestra, para el periodo medio de las últimas tres encuestas ejecutadas por la DGEEC, que en los últimos cuatro años el salario mínimo ha ido creciendo mucho más rápido que el salario promedio de todos los trabajadores del país, habiéndolo superado en el periodo 2000/01. Con este criterio y el nivel alcanzado, Paraguay sería uno de los países en el mundo con el salario mínimo más alto, superando a Venezuela, Italia y El Salvador42. Distinguiendo este resultado por regiones geográficas de residencia de los trabajadores se comprueba que el salario mínimo es significativamente más bajo en la capital que en el interior del país. La información correspondiente a marzo de 2001 muestra que el nivel del salario mínimo solo equivalía al 55 % del nivel de ingreso promedio de los trabajadores ocupados de Asunción, pero respecto al ingreso de los trabajadores del área rural el mismo salario mínimo era casi el doble. 42
En el informe del Banco Mundial “Paraguay. Attacking Poverty”, Vol. 2 de noviembre de 2001 se muestra, con datos menos recientes, que Paraguay era superado por estos países.
Cuadro 32 PARAGUAY: Relación salario mínimo – Línea de pobreza, 1995 - 2001 Línea de pobreza total Salario mínimo / Línea de pobrez a ( % ) (Valor per cápita a mediados de cada año)* Central Resto Total Asun- Central Resto Total Asunción Rural Rural urbano U rbano país** ción urbano Urbano país En Guaraníes (por mes) 1995 417.450 169.134 167.409 106.427 64.833 105.110 2,5 2,5 3,9 6,4 4,0 1996 469.157 184.505 182.629 115.383 69.939 114.124 2,5 2,6 4,1 6,7 4,1 1997 528.075 198.659 196.641 123.976 75.021 122.684 2,7 2,7 4,3 7,0 4,3 1998 580.883 219.838 217.608 136.950 82.752 135.581 2,6 2,7 4,2 7,0 4,3 1999 591.445 228.174 225.867 141.042 84.681 139.893 2,6 2,6 4,2 7,0 4,2 2000 672.769 251.487 248.947 155.267 93.128 154.046 2,7 2,7 4,3 7,2 4,4 2001 748.178 267.452 264.755 164.502 98.358 163.357 2,8 2,8 4,5 7,6 4,6 En Dólares Norteamericanos (por día) 1995 7,1 2,9 2,8 1,8 1,1 1,8 1996 7,6 3,0 3,0 1,9 1,1 1,8 1997 8,1 3,0 3,0 1,9 1,1 1,9 1998 7,1 2,7 2,7 1,7 1,0 1,7 1999 6,3 2,4 2,4 1,5 0,9 1,5 2000 6,4 2,4 2,4 1,5 0,9 1,5 2001 6,1 2,2 2,1 1,3 0,8 1,3 # de perceptores 2,1 2,0 1,9 1,7 1,9 # miembros 4,4 4,6 4,4 5,0 4,7 * Proyecciones de las líneas de pobreza estimadas sobre la base de la información de la EIH 1997/98 con el Índice de Precios al Consumidor. ** Promedio ponderado por el tamaño de la población de cada dominio FUENTE: DGEEC Encuesta de Hogares, BCP Informes Mensuales Año
Salario mínimo nominal
Cuadro 33 PARAGUAY: Relación salario mínimo – ingreso medio por la actividad laboral principal, 1997 - 2001
Encuesta
Periodo medio de la encuesta
Salario mínimo nominal (Gs.)
Ingreso mensual por la actividad principal (Gs.)*
Central urbano
Resto U rbano
Rural
Total país
725.816 296.696 596.641
50,8
66,7
72,8
178,0
88,5
EPH 99 Oct-99 591.445 1.145.948 844.925 721.072 370.826 640.391 EIH 2000/01 Mar-01 680.162 1.240.801 881.998 788.583 350.634 658.440 * Incluye el ingreso igual a cero de los trabajadores familiares no remunerados FUENTE: DGEEC Encuestas de Hogares, BCP Boletines Mensuales
51,6 54,8
70,0 77,1
82,0 86,3
159,5 194,0
92,4 103,3
Feb-98
Resto Urbano
528.075 1.039.352
791.204
Rural
Total país
Salario mínimo / Ingreso mensual (%) Asunción
EIH 97/98
Asunción
Central urbano
Una tercera forma de mostrar que el nivel del salario mínimo es elevado en Paraguay es dando a conocer la respuesta de los desocupados e inactivos que trabajarían si se les ofreciera un empleo, entrevistados en el marco de la EIH 2000/01, a la pregunta por el salario más bajo que aceptarían. El Cuadro 34 muestra estas respuestas, observándose, en efecto, que el nivel del salario mínimo se encontraría, en promedio, 49 % por encima del que estarían dispuestos a aceptar dichos trabajadores. Respecto al nivel que aceptarían los desocupados e inactivos que pertenecen al quintil más bajo, tal porcentaje sería casi 100 % y respecto al nivel de los que pertenecen al quintil más alto solo 4 %. También se observa que considerando el salario que estarían dispuestas a aceptar las trabajadoras mujeres, el mínimo se encontraría mucho más alto que el mínimo basado en las respuestas de los trabaj adores varones.
Cuadro 34 PARAGUAY: Monto mensual más bajo que aceptarían los desocupados e Inactivos si decidieran trabajar (Gs. de marzo de 2001)
Hombre Mujer Total
20% más pobre
20% siguiente
20% siguiente
20% siguiente
20% más rico
Total país
449.406 276.125 342.496
432.305 348.742 380.353
476.808 422.814 444.788
633.487 484.548 540.818
685.964 630.651 653.328
522.651 416.004 457.640
FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
Otro aspecto importante relacionado con el salario mínimo tiene que ver con su cobertura. La información de la EIH 2000/2001 muestra que ésta es reducida debido a que el 57 % de los ocupados del país tiene ingresos que no alcanzan un salario mínimo, 50 % en el área urbana y 65 % en el rural (ver Cuadro 35). En esta última área puede notarse que 1 de cada 5 ocupados son trabajadores familiares sin ingresos. Estos resultados pueden entenderse si paralelamente se considera el nivel educativo de los trabajadores. Los que tienen baja escolaridad muestran una probabilidad mayor de obtener ingresos por debajo del salario mínimo. El Cuadro 36 muestra que esta probabilidad es más alta en grupos de trabajadores como los empleados domé sticos, trabajadores por cuenta propia y los que laboran en microempresas (4 de cada 5 gana menos que el mínimo), las mujeres y los mayores de 50 y más años edad (3 de cada 4 es remunerado por debajo del salario mínimo), y los niños y adolescentes (casi la totalidad de ellos reciben menos que un mínimo)43 . Cuadro 35 PARAGUAY: Salario mínimo e ingreso por la actividad laboral principal, según áreas, educación, sexo y edad, 2000/01* Ingreso mensual % de ocupados según el ingre so que reciben respecto al Salario Mínimo por la actividad principal (Gs. de Sin Menor a Entre 1 Más de marzo 2001) ingreso 1 SM y 2 SM 2 SM Total País Área Urbana Área Rural Años de educación Cero De 1 a 6 De 7 a 12 De 1 3 a más Sexo Hombre Mujer Edad 10 a 17 años 18 a 34 años 35 a 49 años 50 a más años
Total %
Ocupados
658.440 916.293 350.634
12,2 5,1 20,7
57,2 50,2 65,4
21,2 29,6 11,2
9,4 15,1 2,7
100,0 100,0 100,0
2.413.644 1.313.396 1.100.248
253.831 380.471 806.840 1.758.672
12,0 14,4 12,1 1,7
81,2 69,2 46,0 19,8
4,9 13,3 30,6 40,1
1,8 3,0 11,3 38,4
100,0 100,0 100,0 100,0
108.525 1.293.733 745.122 266.264
733.682 536.770
13,4 10,3
52,5 64,6
23,0 18,3
11,1 6,7
100,0 100,0
1.491.371 922.273
145.570 631.313 880.989 694.798
46,5 12,3 4,2 2,6
50,9 53,5 54,6 73,0
2,5 26,6 25,4 15,1
0,1 7,7 15,8 9,3
100,0 100,0 100,0 100,0
286.829 969.768 705.430 451.617
* El nivel del salario mínimo en el periodo medio de la Encuesta (marzo de 20001) fue Gs. 680.162 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01", BCP Boletines Mensuales 43
En el Cuadro 10 del Anexo 2 puede verse los detalles a nivel departamental.
Sobre el salario mínimo en Paraguay podría agregarse que a pesar de que la protección legal sobre el mismo fue uno de los primeros que entró en vigencia en América Latina (desde 1943) y que la actual constitución la consigna de manera explícita, el incumplimiento de su aplicación o su baja cobertura en todos los ámbitos geográficos, tipo y tamaño de empresa y categorías de trabajadores, podría estar asociado a sus niveles elevados respecto al costo de una canasta básica de consumo, al nivel que deberían tener en los mercados laborales (señalados por los propios trabajadores) u otro punto de referencia válido. Cuadro 36 PARAGUAY: Salario mínimo e ingreso por la actividad laboral principal, según categoría de ocupación y tamaño de la empresa, 2000/01* Ingreso mensual % de ocupados según el ingre so que por la actividad reciben respecto al Salario Mínimo principal (Gs. de Sin Menor a Entre 1 Más de marzo 2001) ingreso 1 SM y 2 SM 2 SM Categoría de ocupación Asalariado público Asalariado privado Empleador/patrón Por cuenta propia Famil. no remunerado Empleado doméstico Tamaño de la empresa Solo 2 a 5 personas 6 a 10 personas 11 a 20 personas 21 a 50 personas Más de 50 personas Empleado doméstico
Total %
Ocupados
1.322.293 794.958 2.399.226 413.122 0 419.359
0,0 0,0 0,0 0,0 100,0 0,0
20,2 54,2 29,7 83,7 0,0 86,5
51,4 35,4 30,2 11,0 0,0 13,5
28,5 10,4 40,1 5,3 0,0 0,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
171.730 729.156 139.983 894.975 294.363 183.333
430.304 512.867 943.618 1.435.736 1.039.576 1.439.343 419.359
0,4 25,6 13,7 0,5 0,7 0,3 0,0
83,0 52,8 40,9 33,1 26,7 15,5 86,5
11,3 14,4 31,2 47,8 59,5 53,4 13,5
5,3 7,3 14,1 18,6 13,1 30,9 0,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
603.676 1.028.908 194.688 119.837 100.977 165.755 183.333
* El nivel del salario mínimo en el periodo medio de la Encuesta (marzo de 20001) fue Gs. 680.162 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01", BCP Boletines Mensuales
Las consecuencias económicas del perfil que tiene el salario mínimo en Paraguay fueron mostradas en la sección anterior, en el marco de la estimación de la elasticidad producto del empleo. b. Ingresos, pobreza y empleo Si la pobreza se define como la insuficiencia de ingresos respecto a un nivel que garantice un estándar de vida adecuado, su relación con el tema del empleo en Paraguay es bastante directa debido a que la mayor parte de los ingresos de las familias provienen de la participación de sus miembros en el mercado laboral (ver Cuadro 37). Por tanto, puede deducirse que el acceso y el tipo de inserción en este mercado influirán de manera decisiva en la condición de pobreza de los hogares y sus miembros. La inserción en el mercado laboral depende de la capacidad productiva del país para generar empleo y de la información correspondiente que puedan proveer las instancias gubernamentales a la población, pero también del acervo de habilidades y destre-
zas del individuo respecto a la demanda del mercado, los cuales a su vez depende n en buena parte del poder adquisitivo de sus ingresos. Puede verse en el Cuadro 38 que los estratos más pobres de la población del país tienen un menor acceso al mercado laboral. La desocupación es casi tres veces más alta en el quintil más pobre que en el quintil más rico, situación que mucho más dispar en el caso de los trabajadores que residen en el área urbana. Uno de cada cinco trabajadores de esta área del estrato más pobre, tanto hombres como mujeres, se encuentra desempleado. Se observa también que la ocupación “inadecuada” (que incluye el subempleo visible e invisible 44 ) es mayor cuanto más bajo es el quintil de ingresos del trabajador. Si bien este es un problema que alcanza en mayor grado a los trabajadores del área rural, las disparidades son más agudas en el área urbana, en particular en el caso de los hombres (la subocupación del quintil más pobre es cinco veces más alto que la del quintil más rico). Puede notarse, finalmente, que los trabajadores varones del área urbana son los que proporcionalmente tienen mayor cantidad de “empleos adecuados”, alcanzando al 86 % de los trabajadores del quintil más alto. Cuadro 37 PARAGUAY: Ingreso familiar según fuentes (en porcentajes), 2000-2001* Fuentes De la ocupación principal De las ocupaciones complementarias De rentas, intereses, dividendos, utilidades De ayuda familiar del país y el exterior De jubilación o pensión De otros ingresos (-) impuestos a la propiedad, contribuciones a la seguridad social y pago a empleados domésticos Total * No incluye la renta imputada de la vivienda propia FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
20% más 20% pobre siguiente
20% siguiente
20% siguien te
20% más rico
Total país
81,2 6,9 0,1 10,4 0,1 3,5
79,5 4,4 0,4 12,4 0,5 4,4
86,0 3,5 0,9 7,7 1,7 2,7
84,1 4,1 1,2 7,5 4,6 2,6
77,0 7,0 5,8 4,2 8,5 1,8
79,7 5,9 3,9 5,8 6,3 2,2
2,2
1,4
2,3
4,0
4,3
3,8
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Por otra parte, el Cuadro 39 muestra que los ingresos familiares en el país, en los últimos tres años, se redujeron en términ os reales a una tasa promedio de 3,5 % por año, de manera coherente a la recesión experimentada en el mismo periodo. Estos ingresos decrecieron en todos los dominios geográficos, aunque con más fuerza en las áreas urbanas que en las rurales, un decrecimiento que se habría producido fundamentalmente porque los ingresos laborales, que explican las tres cuartas partes del ingreso total45 , experimentaron una caída de 5,3 % en términos reales, en promedio cada año, y no obstante que los ingresos no laborales, entre los que se cuentan las rentas, intereses, utilidades, ayudas familiares, la jubilación y otros ingresos, mostraron un crecimiento de 2,9 %46. 44
En la sec ción 2.c se detallan los criterios utilizados para medir estas categorías. Este ingreso total incluye el rubro “alquiler imputado de la vivienda propia”. Por tanto, la importancia de los ingresos laborales difiere de la mostrada en el Cuadro 16. 46 La distribución de los ingresos en el país se habría mantenido tan inequitativo como en los cinco años anteriores (con un coeficiente de Gini alrededor del 0,53, ver Cuadro 5b del Anexo). Adicionalmente en Robles, M. “Crecimiento, desigualdad 45
Área
Cuadro 38 PARAGUAY: Condición de actividad de la población de 10 y más años de edad, según quintiles de ingreso, áreas de residencia y sexo, 2000-2001 Hombre Quintiles
Ocupados
Subocupados
País total
Rural
Urbana
I 32,7 45,9 II 56,1 32,7 III 62,4 26,4 IV 78,0 17,5 V 85,9 8,6 Total 65,4 24,6 I 13,6 83,7 II 26,6 70,0 III 43,0 54,5 IV 66,8 29,7 V 76,2 19,1 Total 47,3 49,2 I 22,5 66,1 II 41,6 51,1 III 53,7 39,0 IV 72,5 23,5 V 81,0 13,8 Total 56,5 36,7 FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
Desocupados 21,4 11,2 11,2 4,5 5,5 10,0 2,7 3,4 2,6 3,5 4,8 3,5 11,4 7,3 7,3 4,0 5,1 6,8
Mujer
Total
Total
Ocupados
Subocupados
Desocupados
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
25,1 35,6 46,5 60,0 78,6 53,4 36,4 43,3 50,9 54,4 70,9 54,9 28,9 38,2 48,1 58,2 75,5 54,0
54,9 51,3 39,5 32,3 16,6 35,9 61,0 49,6 39,2 40,3 25,9 39,5 57,0 50,7 39,4 34,9 20,3 37,2
20,0 13,1 14,0 7,7 4,8 10,7 2,6 7,1 9,9 5,3 3,2 5,5 14,1 11,1 12,5 6,9 4,2 8,9
Total
Ocupados
Subocupados
Desocupados
Total
100, 0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
29,6 47,7 55,5 69,3 82,5 60,0 18,8 31,1 45,7 62,8 74,2 49,7 24,5 40,4 51,5 66,6 78,7 55,5
49,5 40,3 32,1 24,7 12,4 29,6 78,5 64,5 49,2 33,1 21,6 46,2 63,2 51,0 39,2 28,2 16,6 36,9
20,8 12,0 12,4 6,0 5,2 10,3 2,7 4,4 5,1 4,1 4,2 4,1 12,3 8,6 9,4 5,2 4,7 7,6
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Cuadro 39 PARAGUAY: Ingresos familiares 1997/98 y 2000/01 a precios de marzo de 2001* Asunción
Central Urbano
Resto Urbano
Área Rural
Total
1997-1998 Laborales 3.035.517 2.310.536 1.863.042 791.084 1.627.303 No laborales 1.087.728 511.376 346.611 257.781 428.507 Total 4.123.245 2.821.912 2.209.653 1.048.865 2.055.810 2000-2001 Laborales 2.567.366 1.765.707 1.551.501 777.606 1.374.733 No laborales 1.159.973 657.534 378.583 252.351 467.906 Total 3.727.339 2.423.241 1.930.084 1.029.958 1.842.639 Variación % anualizada Laborales -5,3 -8,4 -5,8 -0,6 -5,3 No laborales 2,1 8,5 2,9 -0,7 2,9 Total -3,2 -4,8 -4,3 -0,6 -3,5 * La actualización de los valores a precios de marzo de 2001 se hizo considerando el IPC del Banco Central del paraguay. Se tomó en cuenta que el periodo medio de la EIH 1997/98 es febrero de 1998 y el de la EIH 2000/01 marzo de 2001, es decir, transcurrió entre una y otra 37 meses. Los ingresos familiares incluyen lo que corresponde a la renta imputada de la v ivienda propia. FUENTE: DGEEC "EIH 1997/98 y EIH 2000/01", BCP "Informes Mensuales"
y pobreza en Paraguay”, en “Pobreza, desigualdad y política social en América Latina”, CADEP, 2001, se muestra, con información para el Área Metropolitana de Asunción, que en la primera mitad de los noventa la inequidad en la distribución de los ingresos creció de manera importante (el coeficiente de Gini aumentó de 0,39 a 0,48). Actualmente, la inequidad de la distribución del ingreso en el país podría expresarse, en términos de percentiles, de la siguiente forma: el 40 % más pobre de la población recibe el 10,2 % del total de ingresos generados y el 10 % más rico concentra el 42,3 %. En el área rural esta inequidad es mayor que en el área urbana (ver Cuadros 5a y Gráfico 1 del Anexo).
La pregunta clave, en este marco, es ¿cómo se ajustan los hogares para que sus ingresos mejoren o no continúen deteriorándose?. Para responder a esta pregunta se hace un análisis de descomposición simple de los ingresos 47 . Formalmente, el ingreso familiar percápita (Ypc) se define como: Ypc = Y / T = Ypp * E / T = Ypp * E * N / P, donde Y es el ingreso familiar, T el tamaño familiar, Ypp el ingreso por perceptor, E el número de perceptores, N el número de hogares, y P la población. De este modo, para que se produzcan modificaciones en los ingresos familiares por persona (o en las posibilidades de un hogar de ingerir una canasta básica de consumo o de estar por encima de la línea de pobreza) necesariamente tendrá que haber ocurrido cambios en los ingresos, el empleo y los factores demográficos. En la expresión, E por N es el número total de perceptores (fundamentalmente el empleo remunerado en el mercado laboral) y E*N/P es el ratio empleo-población, un indicador general de empleo48 El Cuadro 40 muestra lo que ocurrió en los últimos 3 años respecto a las variables indicadas: •
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47
El ingreso por perceptor es un indicador del acceso del hogar a ingresos provenientes del mercado laboral. Estos ingresos pueden reducirse porque los miembros que trabajan, pierden sus empleos o porque el poder adquisitivo de sus ingresos disminuyen. En el periodo analizado los ingresos por perceptor disminuyeron en términos reales en 2,8 % por año, sie ndo un hecho resaltable la menor disminución de los ingresos de los hogares pobres (en 0,3 % frente a la caída de los no pobre en 2,6 %) debido al in cremento de los ingresos de las mujeres (en 4,1 % frente a la disminución de los hombre en 2,6 %). Las familias pueden alterar el número de sus perceptores de ingreso por diversas razones. En un periodo de estancamiento, la disminución de los ingresos probablemente conlleve a un crecimiento de la participación laboral de otros miembros del hogar con el propósito de mantener los ingresos familiares y, así, no ahondar o no entrar en una situación de pobreza. La información disponible muestra que este habría sido el comportamiento de los hogares paraguayos en los últimos tres años, en particular en los hogares pobres (el número de perceptores crece en 13 %). Asimismo, muestra que tanto en hogares pobres como no pobres, el estancamiento económico habría llevado a un incremento del número de perceptores mujeres, es decir, los nuevos miembros del hogar en el mercado laboral son fundamentalmente las mujeres (con un incremento de 27 % en el caso de los hogares pobres y 4,5 % en el caso de los no pobres). Tanto en hogares pobres como no pobres el número promedio de personas que conforman el hogar se redujo, aunque de manera poco importan-
De manera similar al procedimiento empleado en Chacaltana, J. y García, N. “Mujer, emp leo y pobreza: la experiencia reciente de los países andinos”, OIT, 1999. 48 Nótese que en realidad se trata del ratio empleo remunerado-población debido a que E es el número de perceptores de ingreso.
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te. No obstante ello, significa que el tamaño de la familia también puede ser un mecanismo de ajuste de los hogares para hacer frente a las adve rsidades económicas. El ratio empleo-población creció en los hogares de todos los estratos, evidenciando un crecimiento del empleo superior al de la población Cuadro 40 PARAGUAY: Ingreso por perceptor (en Gs. de marzo 2001), número de perceptores, número de miembros y ratio empleo-población, según situación de pobreza de los hogares, 1997/98 – 2000/01*
Hombre
1997-98 Mujer
Total
Hogar no pobre Hogar pobre Total hogares
769.028 246.030 611.158
558.070 121.868 412.778
Hogar no pobre Hogar pobre Total hogares
1,21 1,02 1,16
Hogar no pobre Hogar pobre Total hogares Hogar no pobre Hogar pobre Total hogares
Ingreso familiar por perceptor
Perceptores de ingreso
Número de miembros
Ratio empleo-población (%)
Hombre
2000-01 Mujer
Tota l
1.327.098 367.898 1.023.936
683.427 226.997 537.364
540.371 137.845 400.242
1.223.798 364.842 937.606
0,88 0,51 0,79
2,09 1,53 1,95
1,16 1,08 1,14
0,92 0,65 0,85
2,08 1,73 1,98
2,11 3,12 2,36
2,17 2,98 2,37
4,28 6,10 4,73
2,07 3,02 2,32
2,14 2,99 2,37
4,21 6,01 4,69
57,5 32,7 49,3
40,5 17,0 33,1
48,9 25,0 41,2
56,0 35,6 49,0
42,8 21,9 35,8
49,3 28,8 42,3
Variación % anual Hombre Mujer Total -3,8 -2,6 -4,1
-1,0 4,1 -1,0
-2,6 -0,3 -2,8
* La actualización de los valores a precios de marzo de 2001 se hizo considerando el IPC del Banco Central del paraguay. Se tomó en cuenta que el periodo medio de la EIH 1997/98 es febrero de 1998 y el de la EIH 2000/01 marzo de 2001, es decir, transcurrió entre una y otra 37 meses. Los ingresos familiares incluyen lo que corresponde a la renta imputada de la vivienda propia. FUENTE: DGEEC "EIH 1997/98 y EIH 2000/01", BCP "Informes Mensuales"
Para saber cuál de los componentes del ingreso familiar por persona explica más su variación a lo largo del tiempo (por ejemplo, entre el periodo 0 y el periodo 1), se ha calculado la variación logarítmica de la expresión anterior (una aproximación de la variación porcentual): ln(Ypc1 /Ypc0) = ln(Ypp1/Ypp 0) + ln(E 1/E0) + ln(N1/N0 ) – ln(P1/P 0) En esta expresión puede distinguirse tres efectos: efecto ingreso, dado por la variación en los ingresos por perceptor, el efecto empleo, dado por la variación en el número de perceptores y el número de hogares, y el efecto población. Las estimaciones de e stos efectos se muestran en el Cuadro 41. En general puede decirse que durante el periodo de análisis las modificaciones del ingreso por persona en los hogares pobres se produjeron fundamentalmente por los cambios en los niveles de empleo, por su mayor participación en el mercado laboral, y en los hogares no pobres por los cambios en los ingresos obtenidos por los perceptores. Por ejemplo, en los hogares no pobres del área urbana la caída del ingreso per cápita en 9,8 % encuentra su explicación más en la reducción de la capacidad adquisitiva de los ingresos percibidos (en 10,1 %) que por una modificación del empleo o el aumento de la población. En el caso de los pobres del área rural el aumento de los ingre-
sos por persona en 6,6 % se debe fundamentalmente al aumento del empleo que creció en 15,8 %, con el cual pudo amortiguarse la disminución en 8 % de los ingresos por perceptor. El entendimiento de estas diferencias es fu ndamental a la hora de deducir las implicancias de política para la reducción de la pobreza. De por medio están las diferencias de productividad de la mano de obra. En el caso de los no pobres, su mayor nivel relativo de escolaridad, ante un eventual crecimiento de la economía, se reflejaría en el predominio del efecto ingreso, siendo necesario para el caso de los pobres una mayor participación en el mercado de trabajo para tener compensaciones importantes en sus niveles de ingreso familiar o salir de la situación en que se encuentra. Cuadro 41 PARAGUAY: Variación del Ingreso familiar per cápita (aporte de cada componente), 1997/98 – 2000/01 Ingreso por Ingresos por persona perceptor Logaritmos de los ratios Urbana -0,133 -0,133 no pobre -0,098 -0,101 pobre 0,064 -0,039 Rural 0,002 -0,064 no pobre -0,023 -0,049 pobre 0,067 -0,080 Total -0,099 -0,126 no pobre -0,094 -0,102 pobre 0,117 -0,023 Participación % de los componentes Urbana 100,0 100,4 no pobre 100,0 103,3 pobre 100,0 -61,3 Rural 100,0 -3115,1 no pobre 100,0 208,1 pobre 100,0 -119,6 Total 100,0 127,2 no pobre 100,0 109,0 pobre 100,0 -19,5
Número de perceptores
Número de hogares
Población
-0,001 -0,006 0,071 0,046 -0,003 0,158 0,017 -0,008 0,125
0,082 0,030 0,288 0,091 0,121 0,030 0,086 0,065 0,145
0,080 0,021 0,255 0,071 0,092 0,041 0,076 0,049 0,130
0,9 5,7 110,8 2229,9 14,9 236,8 -17,1 8,0 106,1
-61,6 -30,2 447,2 4424,8 -516,5 44,5 -86,2 -69,4 123,6
-60,3 -21,1 396,8 3439,7 -393,5 61,7 -76,1 -52,4 110,3
FUENTE: DGEEC "EIH 1997/98 y EIH 2000/01", BCP "Informes Mensuales"
5. Resumen y conclusiones El dinamismo y la forma del crecimiento de la actividad económica en los últimos años (desde 1996 experimenta la recesión más prolongada desde mediados del siglo pasado y actualmente más de la mitad de la producción proviene de actividades terciarias) ha configurado el perfil que hoy muestra el mercado laboral paraguayo. •
La población no solo hace fren te a las condiciones de este mercado para generar sus ingresos, sino también a las del mercado de bienes y servicios debido a que más de la mitad de los ocupados es no asalariado; el comercio y los servicios generan la mitad del empleo total del país; 3 de cada 4 ocupados trabajan en establecimientos de no más de cinco perso-
nas; el 88 % de la fuerza laboral (de 18 y más años de edad) a lo más ha logrado completar la educación secundaria; la cantidad de profesionales y técnicos en el país es reducida y la de trabajadores con ocupaciones poco calificadas es alta; solo 1 de cada 10 trabajadores tiene más de un empleo, 1 de cada 5 tiene seguro médico y 13 % pertenece a algún sistema de jubilación o pensión. •
El salario mínimo tiene un nivel más alto que el que debería tener, lo cual explicaría en parte su baja cobertura (más de las dos terceras partes de la población ocupada tiene ingresos por debajo del mínimo), y sus efectos adversos sobre la demanda de empleo de los trabajadores más jóvenes.
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El desempleo abierto es más alto en las áreas urbanas y el oculto en las áreas rurales del país. Ambos tipos de desempleo afectan más a las mujeres y a los jóvenes. El subempleo es definitivamente el principal problema laboral del país. Actualmente, casi 2 de cada 5 trabajadores paraguayos lo sufre, siendo el subempleo invisible o por insuficiencia de ingresos el más predominante (casi el 80 % del subempleo total). En particular este problema afecta más a los jóvenes. S umando los resultados de desempleo y subempleo puede deducirse que la mitad de los trabajadores paraguayos tiene algún problema de empleo.
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En el país coexisten submercados laborales con diferentes grados de dinamismo. En Presidente Hayes, Paraguarí y Ñeembucú la duración promedio del desempleo alcanza el medio año, sin embargo en San Pedro, Canindeyú y Caazapá no alcanza a los dos meses. En estos últimos departamentos a la vez existen las tasas de desempleo más reducidas y los mayores niveles de pobreza, por lo que puede deducirse que en ellos la pobreza no está muy asociada al problema del empleo.
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La duración del desempleo es mayor cuanto más alto es el nivel de escolaridad del trabajador, lo cual estaría asociado, entre otras consideraciones, al grado de desarrollo del aparato productivo del país que demanda niveles reducidos de este tipo de mano de obra. El desempleo prolongado o persistente afecta, adicionalmente, más a los varones jóvenes y mujeres de 50 y más años de edad del área urbana, grupos que no necesariamente tienen las tasas de desempleo más altas.
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En los últimos 20 años la participación laboral de los hombres adultos se mantuvo prácticamente inalterada, habiéndose modificado en particular la de las mujeres y los hombres jóvenes. En periodos de expansión económica, debido al efecto del trabajador “alentado” por el aumento esperado de los ingresos, la participación de las mujeres entre 19 y 34 años sería en particular una de las más sensibles, y en periodos de estancamie nto económico, debido a la urgencia de mantener los ingresos familiares, la participación de las mujeres de 35 y más años y la de los varones jóvenes serían las más altas.
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El desempleo, si bien exhibe tendencias similares tanto para hombres como mujeres, es decir, descendente en los años de crecimiento y asce ndente en periodos de estancamiento, es ligeramente superior en los hombres en periodos de crecimiento y superior en las mujeres en periodos de recesión. Un mayor detalle mostró que los grupos más afectados por el desempleo en periodos de recesión económica son los hombres jóvenes y los de 50 y más años.
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El tipo de empleo que más se ajusta en periodos de expansión y estancamiento económico es el independiente (y en particular el informal), es decir, un tipo de empleo que no sería fundamental en Paraguay para explicar las tasas bajas de desempleo abierto cuando la demanda es menor a la oferta de empleo como ocurre en otros países. Al distinguir el empleo independiente formal e informal se evidencia que ambos son sensibles al comportamiento del ciclo económico, pero el formal es mucho más en periodos de crecimiento y el informal en periodos de estancamiento. Es decir, la expansión económica incentivaría la generación de empleo formal, pero la recesión no haría lo mismo con el empleo in formal. El mercado laboral se ajusta, ante la caída del empleo independiente en periodos de estancamiento, vía los salarios y, fundamentalmente, la generación de empleos asalariados de mala calidad. Si el empleo independiente es más sensible a los cambios macroeconómicos significa que el empleo asalariado es menos sensible, un comportamiento que se produciría fundamentalmente debido a los elevados costos de despido prevalecientes en estos segmentos y a la permisibilidad de las leyes laborales para generar empleos en condiciones precarias.
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El empleo doméstico es particularmente importante para las trabajadoras mujeres del país (casi 1 de cada 5 ocupadas tienen este tipo de empleo). En periodos de estancamiento económico este tipo de empleo se ha constituido en un refugio o alternativa importante para sobrevivir y/o generar ingresos familiares complementarios y en años de crecimiento, por el contrario, es una alternativa poco atractiva o menos rentable respecto a otros empleos. En el Área Metropolitana de Asunción este segmento del mercado laboral tiene un comportamiento contracíclico.
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Con la recesión económica los ingresos familiares y con ellos los niveles de pobreza se redujeron, con más fuerza en las áreas urbanas que en las rurales, debido fundamentalmente al decrecimiento de los ingresos laborales, que fue superior al aumento de los ingresos no laborales en el mismo periodo. En el caso de los hogares pobres las modificaciones del ingreso por persona se dieron más por los cambios en los niveles de empleo que por los niveles de ingreso, en tanto que en los hogares no pobres se dieron más por los cambios en los ingresos obtenidos por sus perce ptores. El entendimiento de estas diferencias está relacionado con los diferentes niveles de productividad de la mano de obra. En el caso de los no pobres, su mayor nivel relativo de escolaridad, ante un eventual crecimiento de la economía, se reflejaría en el predominio del efecto ingreso, y en el caso de los hogares pobres en una mayor participación en el merca-
do de trabajo para compensar sus niveles de in greso familiar o salir de la situación en que se encuentran. •
Los factores que explican el desempleo de los hombres y mujeres del área urbana del país son diferentes. En particular para los hombres la educación y para las mujeres la experiencia laboral son más importantes hoy respecto a años anteriores como protectores del desempleo. La probabilidad de estar desempleado si bien inicialmente decrece con la “edad o experiencia”, se incrementa eventualmente cuando el individuo se vuelve más viejo o desactualizado (a partir de los 60 años en las mujeres y a los 45 en los hombres). Tanto para mujeres como hombres el estatus marital es un factor importante para entender el estado de empleo-desempleo, en particular en periodos de estancamiento. Para el caso de las mujeres, adicionalmente, el “ingreso del resto de miembros del hogar” es relevante para entender su situación laboral. Estos resultados difieren de los encontrados en otros países que efectuaron reformas económicas y experime ntaron cambios en la estructura de las empresas y en los procesos produ ctivos, en particular en lo que concierne a la edad y experiencia, y de otras habilidades específicas del individuo, perdieron importancia después de tales reformas.
De las evidencias halladas surgen casi de manera inmediata algunas líneas de acción que podrían tenerse en consideración para mejorar la situación del empleo en el país. 1. Independientemente de las bondades que pueda generar una política que cree las condiciones para tener un crecimiento económico sostenido sobre los niveles de empleo y bienestar de la población, es necesario avanzar, en general, para reducir la falta de permeabilidad de los mercados laborales en Paraguay. Esta falta puede resumirse en las siguie ntes evidencias: (a) el comportamiento del empleo asalariado poco afín al ciclo económico, es decir, justo en el tipo de empleo donde las regulaciones son más evidentes, (b) el nivel elevado del salario mínimo respecto al salario promedio, al costo de una canasta básica de consumo o al salario de reserva, que afecta en particular al empleo juvenil (c) la mayor importancia de la experiencia laboral o la edad, respecto a años anteriores, como factores que protegen al individuo del desempleo, a diferencia de otros países que han desregulado sus mercados, y (d) la escasa movilidad del personal dentro y fuera de la e mpresa (o inflexibilidad funcional) que se manifiesta en la escasa capacitación o escolaridad de la mano de obra y el número de años en su ocupación. Otros elementos no analizados que redundan en la flexibilidad de los mercados de trabajo son las regulaciones sobre estabilidad laboral, despido, relaciones contractuales, etc. Significa que si no fuera por la rigidez del mercado de trabajo el costo de la mano de obra sería más atractivo y la demanda sería mayor, es decir, se generaría un nivel de empleo más cercano al potencial. Ta mbién habría más incentivos para la capacitación y, con ella, una mayor movilidad laboral. Finalmente, la estratificación del mercado de trabajo entre
un segmento formal, protegido por la legislación laboral y con salarios altos, y uno informal, desprotegido y con ingresos bajos, también sería menor. Desde esta perspectiva, las reformas tradicionales para mejorar la flexibilidad del mercado de trabajo hacen referencia a temas como los salarios mínimos, causales y costos de despidos, seguridad social, modalidades contractuales (permanente, eventual, subcontratación), jornadas laborales (tiempos completo y parcial), negociaciones laborales (a nivel sectorial y empresarial), temas que solo han sido tratados de manera parcial en el marco de la reforma laboral en el país. Es necesario que estos temas sean nuevamente replanteados a la luz de la experiencia de otros países que avanzaron con más celeridad y en el marco de una estrategia que considere la segmentación del mercado laboral paraguayo. Debe considerarse que la reducción de costos salariales y no salariales, y el abaratamiento y simplificación de la formalización de las empresas informales, podrían ampliar el tamaño del sector formal, pero también deteriorar las condiciones laborales en este sector. Es decir, la desregulación de los mercados laborales necesariamente tendrán que estar acompañada de acciones que pongan énfasis en los otros elementos que se esbozan más adelante (capacitación, acceso a financiamiento, fomento de creación de nuevas empresas, entre otros). En particular, la determinación del salario mínimo podría replantearse en función a los criterios considerados en el presente estudio: líneas de pobreza, tamaño familiar, número de perceptores e inflación. Asimismo, debería entenderse que los costos de despidos y cualquier otra rigidez del mercado de trabajo solo tienen efectos positivos de corto plazo de amortiguamiento de los despidos en periodos de estancamiento económico y que, por el contrario, en periodos de crecimiento tienen efectos neg ativos de desistimiento de las contrataciones correspondientes. La generación y acumulación de empleos precarios y de baja calidad, así como la formación de un contexto laboral poco competitivo, también deberían entenderse en tal contexto y en el de la permisibilidad de las leyes laborales vigentes. 2. Uno de los dilemas actuales de la política económica en Paraguay es que por un lado las empresas necesitan incorporar innovaciones te cnológicas y de gestión a sus procesos productivos y, por tanto, ejecutar medidas de racionalización de personal y, por otro lado, los hogares necesitan que se mejore la capacidad de la economía para absorber la creciente oferta laboral. Para resolver este dilema es necesario trabajar en varios fre ntes. Uno de ellos es en el replanteamiento de los programas de fomento del empleo basados en la capacidad de absorción de mano de obra de las pequeñas y medianas empresas, debido a que han mostrado poca efectividad para superar la segmentación existente49 , es decir, no han permitido 49
Los detalles de esta segmentación puede verse en Carosini, L. y Brizuela, M. “Caracterización del mercado laboral paraguayo según el enfoque de los mercados segmentados e implicancias de política laboral”. DGEEC, 2001 (documen to aun no publicado)
la conversión de las empresas en instancias con capacidad para generar empleos más productivos y estables en el contexto actual de los mercados abiertos. Para que esta conversión se produzca las pequeñas y medianas empresas (pymes) deben dejar de ser consideradas un sector social. Si bien son las que proveen una cantidad relativamente elevada de empleo por unidad de capital y las que han generado los nuevos empleos en los últimos años (el 80 % de los trabajadores del país, descontando el sector público, laboran en establecimientos que no tienen más de 10 trabajadores), en general e stos han sido de poca calidad, dirigidos a trabajadores poco calificados, basados en salarios bajos y condiciones laborales precarias, incluso en aquellas pymes que se beneficiaron de los programas de apoyo existentes. Si el comportamiento de los mercados internacionales indica que las ve ntajas competitivas basadas en los costos de los factores seguirán perdie ndo importancia respecto a las basadas en el conocimiento, la estrategia de largo plazo deberá poner énfasis en la obtención de este tipo de ventajas en las empresas formales. Los programas de empleo deberán entonces fomentar la inserción de las pequeñas y medianas empresas en sistemas productivos más modernos y competitivos. En este marco, se plantea ejecutar acciones que permitan su integración con las grandes empresas y que fomenten el trabajo conjunto entre pymes50 :
50
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En el país las grandes, medianas y pequeñas empresas por lo general subsisten sin relación y más que complementándose, compitiendo, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, en donde las grandes recurren a las pymes para proveerse de insumos o servicios específicos. Esta integración debería ser fomentada por el Gobierno, fundamentalmente a través de la reducción de los costos de transacción de cooperación entre ellas, ofertando, por ejemplo, información sobre las ventajas y desventajas de la producción a través de prove edores y sobre los espacios potenciales de mercado, intermediando vía ferias de exposición para proveedores, entre otros.
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Pero la relación con las grandes empresas implica necesariamente que se produzca una división especializada del trabajo en tre las Pymes la cual permitiría al país disponer de una producción especializada en determinados bienes y servicios complementarios, con posibilidades de transponer las fronteras nacionales, y también de una mano de obra capacitada para producir dichos bienes y servicios. Esta especialización requerirá la definición de una estrategia que puede ser coordin ada por el Gobierno, en la cual deberá identificarse el tipo de relaciones de proveedores que merecen recibir apoyo, los rubros y sectores productivos donde el desarrollo de empresas proveedoras sea factible, los
Los planteamientos que siguen y otros pueden verse con más detalle en T. Atenburg, R. Qualmann y J. Séller “Modernización económica y empleo en América Latina. Propuestas para un desarrollo incluyente”, Serie Macroeconomía del Desarrollo No. 2, CEPAL, marzo de 2001
plazos requeridos y las empresas que cuentan con el potencial para poder posicionarse con éxito en una red de proveedores. •
El trabajo conjunto entre pymes es también necesario para que la relación con las grandes empresas sea efectiva. Ello permitirá obtener ventajas de la producción en serie, las compras conjuntas de productos intermedios, la contratación de personal especializado para la investigación y diseño de productos, el compartimiento de costos de publicidad y asesoría, la comercialización conjunta, etc. Los programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (como los del Centro de Apoyo a las Empresas del Ministerio de Industria y Comercio y el Programa Global de Crédito para la Microempresa del Banco Central del Paraguay, entre otros) deberían orientar parte de sus recursos a promover este tipo de relación entre pymes.
El dilema de la política económica planteada (el conflicto de metas de competitividad y empleo) podría entonces resolverse con acciones que apunten a un fortalecimiento de las relaciones entre empresas y a la especialización y actuación conjunta entre pymes. Actualmente se considera a los PROFOs (Proyectos Asociativos de Fomento) y PDPs (Programas de Desarrollo de Proveedores) de Chile como las mejores evidencias de la factibilidad de este tipo de acciones, apoyadas por el Gobierno (en Chile a cargo de la entidad estatal Corporación de Fomento de la Producción51). Estos programas parten del supuesto de que el principal problema de las pymes no es su tamaño, sino su actuación aislada y de que solo puede aprovecharse las economías de escala y la especialización cuando se trabaja de manera conjunta. Se ha probado, en el marco de estos programas, que las ventajas competitivas y las innovaciones se producen justamente cuando interactúan las empresas. Pero también se ha probado que la falta de información y los elevados costos de transacción iniciales hacen desistir a muchas a establecer este tipo de cooperaciones. El apoyo estatal en esta etapa ha sido fundamental en Chile. 3. Otros frentes de política dirigidos a generar empleo productivo permanente y mejorar la competitividad de las empresas se relacionan con la capacitación laboral y la creación de empresas. El sistema de formación profesional en Paraguay, como en varios países de la región, no genera la cantidad y calidad suficiente de personal calificado que requieren las empresas para mantener niveles mínimos de competitividad internacional. Tampoco ha sido capaz de integrar en forma productiva a la gran mayoría de empresas y trabajadores que producen con sistemas tecnológicos y de gestión anticuados (en particular en el sector informal, pero también a parte importante de las pymes). En el texto se puso en evidencia los niveles de calificación formal que tiene la mano de obra en el país y también las repercusiones que este hecho pudiera tener en lo que se conoce como flexibilidad funcional de la misma (movilidad inter e intra empresas).
51
Ver el sitio http://www.corfo.cl/instrumentos/
Para mejorar la eficiencia y orientación hacia la demanda del sistema de formación profesional, así como para integrar a quienes han estado al margen del desarrollo de la productividad, se plantea, entre otras acciones: •
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Reorientar el desarrollo curricular de la capacitación profesional, con la participación coordinada y estrecha de las instancias competentes del Ministerio de Justicia y Trabajo, el Ministerio de Educación y Culto, el sector empresarial y los trabajadores, hacia la satisfacción de las necesidades de personal calificado del sector privado. Considerar en la reorientación indicada, un énfasis especial en el aprendizaje de habilidades y patrones de comportamiento (trabajo en equipo, orientación al cliente, calidad total, disposición permanente a aprehender, competencia, entre otros), debido a que los conocimientos técnicos tienden a volverse rápidamente en obsoletos. Considerar también que los contenidos curriculares de cada una de las instancias del sistema se estructuren de tal manera que puedan complementarse y facilitar el paso a otros establecimientos educacionales. Introducir en las instancias que conforman el sistema de capacitación profesional mecanismos flexibles y transparentes para detectar sistemáticamente las necesidades del sector privado y, posteriormente, tomarlas en cuenta, de manera oportuna, en el desarrollo curricular. Incentivar la inversión en capacitación y perfeccionamiento profesional de las empresas privadas con medidas tributarias y subvenciones escalonadas (en función al tamaño de las empresas). Esto último para no marginar a las pymes. Introducir elementos de competencia en los centros de formación profesional de instancias como SNPP (dependiente del Ministerio de Justicia y Trabajo). Actualmente no existen estímulos generalizados para someter a una prueba de mercado el servicio de esta instancia debido a que su acción esta totalmente financiada. La introducción de un criterio de mercado en su gestión puede hacerse privatizándola total o parcialmente, pero también exigiéndole el cumplimiento de criterios de desempeño y la generación de parte de sus recursos, o con la exte nsión de bonos estatales de capacitación no asociados a un proveedor, con lo cual se promovería la mejora de la oferta. Sistematizar y canalizar las necesidades de capacitación de varias pymes para reducir los costos por empresa.
4. El fomento de la creación de empresas es un instrumento de la política laboral en la medida que es una alternativa al desempleo (al generarse puestos de trabajo), pero puede, y debería, ser concebido también como un instrumento de la política industrial y tecnológica del país en la medida que es una opción para diversificar la estructura económica con la formación de empresas especializadas y eficientes, legalmente formalizadas y con orientación tecnológica y, por tanto, generadoras de empleo sostenible. En este contexto se plantea las siguientes acciones:
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Concentrar parte de los esfuerzos estatales en superar los problemas de acceso a los mercados de capitales privados para el financiamiento de las nuevas empresas con orientación tecnológica Introducir la cultura empresarial en las universidades, para estimular la creación de empresas también en aquellas personas a las que el mercado laboral formal le ofrece perspectivas mejores debido a su formación académica. Convocatorias a concursos sobre planes de negocios para contribuir al pensamiento de potenciales empresas con orientación tecnológica.
5. No debería dejarse de lado, en el marco de las políticas de empleo, un tipo de políticas activas muy ligado a los objetivos de las estrategias de reducción de la pobreza y de descentralización de la gestión de los programas sociales, que en otras partes de la región han tenido impactos considerables52. La generación de oportunidades de empleo para los pobres y el mejoramiento de la infraestructura social en las comunidades pobres puede lograrse con un programa de empleo público con salario mínimo. La oferta de salarios relativamente bajos es para atraer o autoseleccionar la participación solo de trabajadores pobres y desempleados. Los proyectos son propuestos por los gobiernos y ONG locales, los cuales cubren los costos no salariales del proyecto, y se aprueban a nivel regional de acuerdo a las directrices que imparte el Gobierno Central. Es importante que los indicadores de desempleo y pobreza a nivel departamental o distrital sean combinados con los mecanismos de autosele cción para asegurar que los beneficios se concentren en grupos beneficiarios específicos. Estos indicadores deben ser considerados a la hora de asignar el presupuesto del Gobierno Central y las propuestas de proye ctos provenientes de áreas pobres deben tener una mayor ponderación dentro de las directrices de aprobación de los proyectos. También es importante que a nivel local se hagan los esfuerzos necesarios para fortalecer la capacidad de los gobiernos y ONG locales para ayudar a las áreas pobres en el montaje de los proyectos y elevar las normas de calidad de la infraestructura a desarrollar. 6. En el marco de las políticas de empleo, no debería dejarse de mencionar las políticas tradicionales tendientes a reducir el número de trabajadores informales involuntarios y proteger de la vulnerabilidad y la pobreza a aquellos que optan por permanecer como tales: •
•
52
Promocionar el registro y formalización de las empresas informales a través del otorgamiento de microcréditos e instrucción en habilidades gerenciales, por parte de los gobiernos locales y las entidades dedicadas al microfinanciamiento. Implementar un programa de titularización para otorgar a las unidades familiares activos que pueden utilizar como garantía para obtener
J. Backer “Evaluación del impacto de los proyectos de desarrollo en la pobreza. Manual para profesionales”, Banco Mundial, mayo de 2000.
•
préstamos de capital, también con la participación de los gobiernos locales. Permitir la participación de los trabajadores informales en la seguridad social, en particular en lo que respecta a la protección contra enfermedades y accidentes de trabajo, mediante la implementación de contribuciones flexibles.
7. Tres consideraciones adicionales son las siguientes:
53
•
Se sabe que uno de los problemas de la educación en Paraguay es la inasiste ncia escolar, la cual tiene alcances extremos a nivel de la región, y que la cobertura de la educación pública es fuerteme nte regresiva, en particular en el nivel terciario de educación. La inasistencia escolar en los estratos más pobres de la población alcanza casi a la mitad de los niños y jóvenes de edad para estar en secundaria y al 95 % de los que tienen edad para estar en el nivel terciario53. En este se ntido, debería evaluarse la posibilidad de ejecutar acciones que tiendan a mejorar la eficiencia de los gastos estatales en educación, de modo que pueda dirigirse parte de los mismos hacia las escuelas primarias y secundarias con el propósito de aumentar el acceso a estas y contribuir así a mejorar la equidad y cobertura de la educación. La idea es asegurar que en esta fase del desarrollo del individuo (de formación escolar) se desarrollen las capacidades productivas suficientes para hacer frente a los nuevos retos de la competitividad y el desarrollo te cnológico.
•
El desaliento en la búsqueda de empleo aumenta con la recesión económica y ello, a la vez, resta importancia al papel de la información sobre la demanda de empleo. No obstante ello, la oferta de dicha información debería ser encarada más eficazmente por las instancias gubernamentales correspondientes, debido a que es crucial para reducir no solo los niveles de desempleo, sino también su duración. Como estos dos aspectos no necesariamente se producen de manera simultánea, y buena parte de la fuerza laboral es independiente, la información a ser ofertada debería incluir no solo aspectos relacionados a la demanda empresarial de empleo, sino también sobre los espacios y lugares donde puedan colocarse los diferentes bienes y servicios que se producen en el país en particular dirigido a los sectores independie ntes.
•
Entender que si bien el empleo es fundamental para mejorar las condiciones de vida de la población, en algunas regiones del país, en particular en los departamentos más pobres, es necesario hurgar en la rentabilidad de la producción y en la infraestructura complementaria para mejorar los niveles de ingreso y pobreza.
Ver Robles, M. “Pobreza y gasto público en educación en Paraguay”, en Revista Economía y Sociedad No. 3, DGEEC, marzo 2001
Bibliografía consultada •
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ANEXOS ANEXO 1:
Ajustes realizados para asegurar la comparabilidad de la información de las encuestas de hogares
Cuadro 1: Cuadro 2: Cuadro 3:
Encuestas ejecutadas por la DGEEC, 1983 – 2001 Cobertura del Área Metropolitana de Asunción según la DGEEC Ajuste de los factores de expansión de las Encuestas de Hogares correspondiente a la población del Área Metropolitana de Asunción
ANEXO 2:
Estadísticas complementarias
Gráfico 1:
PARAGUAY: Distribución del Ingreso (Curva de Lorenz), 2000-2001
Cuadro 1a: Cuadro 1b:
PARAGUAY: Porcentaje de la población según estatus de pobreza, 1994 – 2001 PARAGUAY: Porcentaje de la población según estatus de pobreza por departamentos, 20002001 PARAGUAY: Valor de las medidas de pobreza (FGT), 1999 – 2000/01 (en porcentaje) PARAGUAY: Contribución de las medidas de pobreza, 1999 – 2000/01 (en porcentaje) PARAGUAY: Porcentaje de la población según Nec esidades Básicas Insatisfechas, 1995 – 2001 PARAGUAY: Ingreso mensual por persona y distribución de los ingresos, según deciles y áreas, 2000 – 2001 PARAGUAY: Indicadores de distribución de ingresos, 1997-2001 PARAGUAY: Índice de Desarrollo Humano 2000/2001 por departamentos (de mayor a menor desarrollo) PARAGUAY: Indicadores de empleo por departamentos, 2000-2001 PARAGUAY: Distribución % de la población ocupada de 10 y más años de edad según actividad económica, categoría y tamaño de la empresa, por departamentos, 2000-2001 PARAGUAY: Distribución % de la PEA de 18 y más años de edad según años de estudios, por departamentos, 2000-2001 PARAGUAY: Salario mínimo e ingreso por la actividad laboral principal por departamentos, 2000/01 PARAGUAY: Población ocupada de 10 años y más según tenencia de trabajo complementario, jubilación o pensión y seguro médico, por departamentos, 2000-2001 Área Metropolitana de Asunción: Tasas de desempleo por grupos de edad y sexo, 1983-2001 Área Metropolitana de Asunción: Tasas de participación por grupos de edad y sexo, 1983-2001 PARAGUAY: Tasa y d uración del desempleo por departamentos, 2000-2001
Cuadro 2: Cuadro 3: Cuadro 4: Cuadro 5a: Cuadro 5b: Cuadro 6: Cuadro 7: Cuadro 8: Cuadro 9: Cuadro 10: Cuadro 11: Cuadro 12: Cuadro 13: Cuadro 14:
ANEXO 1 Ajustes realizados para asegurar la comparabilidad de la información de las encuestas de hogares La Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos dispone de bases de datos correspondiente a 17 encuestas de hogares ejecutadas entre 1983 y 2001. A lo largo de estos años la cobertura temática y geográfica54, el tamaño de muestra, la inferencia geográfica máxima y los marcos muestrales de las encuestas cambiaron de manera substancial (ver Cuadro 1), además de otros aspectos como las definiciones de algunas variables clave s, la forma de hacer las preguntas de algunos de los temas tratados o la edad mínima de la población para que responda la parte laboral de las encuestas de hogares. Cuadro 1 Encuestas ejecutadas por la DGEEC, 1983 – 2001 Año de Periodo de Cobertura Inferencia geográfica Tamaño de ejecución ejecución geográfica máxima (1) muestra (7) 1 Encuesta de Hogares 1983 Sep-Nov Área Metropolitana Asunción, Resto 1.004 2 Encuesta de Hogares 1984 Ago-Oct Área Metropolitana Asunción, Resto 1.006 3 Encuesta de Hogares 1985 Oct-Dic Área Metropolitana Asunción, Resto 1.015 4 Encuesta de Hogares 1986 Jun-Ago Área Metropolitana Asunción, Resto 1.017 5 Encuesta de Hogares 1987 Jun-Ago Área Metropolitana Asunción, Resto 1.008 6 Encuesta de Hogares 1988 Jul-Sep Área Metropolitana Asunción, Resto 1.014 7 Encuesta de Hogares 1989 Oct-Dic Área Metropolitana Asunción, Resto 1.002 8 Encuesta de Hogares 1990 Jun-Ago Área Metropolitana Asunción, Resto 1.000 9 Encuesta de Hogares 1991 Oct-Nov Área Metropolitana Asunción, Resto 1.000 10 Encuesta de Hogares 1992 Nov -Dic Área Metropolitana Asunción, Resto 1.059 11 Encuesta de Hogares 1993 Sep-Oct Área Metropolitana Asunción, Resto 1.586 12 Encuesta de Hogares 1994 Ago-Oct Area Urbana Dominios (2) 2.950 13 Encuesta de Hogares 1995 Jul-Nov País Áreas, Dominios y Dptos (3) 4.667 14 Encuesta de Hogares 1996 Jul-Dic Area Urbana Dominios (4) 2.594 15 Encuesta Integrada de Hogares 1997-1998 Ago97-Jul98 País Áreas, Dominios y Dptos (5) 4.353 16 Encuesta Permanente de Hogares 1999 Ago-Dic País Áreas, Dominios y Dptos (5) 5.101 17 Encuesta Integrada de Hogares 2000-2001 Sep00-Ago01 País Áreas, Dominios y Dptos (6) 8.131 (1) Las áreas se refieren a el área urbana y el área rural (2) Dominios: Asunción, Central, Ciudades Fronterizas y Resto (3) Dominios: Asunción, Central Urbano, Resto Urbano y Rural. Dptos: Cuaguazú, Itapúa, Alto Paraná y Central (4) Dominios: Asunción, Central y Resto (5) Dominios: Asunción, Central Urbano, Resto Urbano y Rural. Dptos: San Pedro, Cuaguazú, Itapúa, Alto Paraná y Central (6) Dominios: Asunción, Central Urbano, Resto Urbano y Rural. Dptos: Todos menos Boquerón y Alto Paraguay (7) Número de hogares entrevistados efectivamente FUENTE: Elaboración propia sobre la base de la información revisada directamente de las bases de datos de las encuestas ejecutadas por la DGEEC N°
Nombre de la encuesta
Para asegurar la comparabilidad temporal de la información de las Encuestas, en particular de los valores absolutos de la población, se tuvo en consideración dos aspectos utilizados en ellas: (a) la definición del Área Metropolitana de Asunción (AMA), y (b) los valores de los factores de expansión. Respecto a la conformación del AMA puede indicarse, de acuerdo al Cuadro 2, que hasta 1993 la DGEEC consideró como parte de esta área al distrito de Asunción, 9 distritos del Departamento Central y la parte urbana de 1 distrito del Departamento de Presidente Hayes. A partir de 1994 dicha área com54
Cabe indicar que los departamentos Alto Paraguay y Boquerón siempre quedaron fuera del marco, por su escasa pobla ción (menos del 2% nacional), gran extensión y dispersión de la población, difícil acceso y altos co stos de campo.
prende el distrito de Asunción y toda el área urbana del Departamento Ce ntral. En el presente estudio se optó por la definición de AMA que estuvo vigente hasta 1993. Cabe indicar que 5 de los 9 distritos de Central que conforman el AMA tenían en 1992 una población 100% urbana y el resto de distritos más del 70% urbana, y que los 9 distritos en su conjunto representan el 70% de la población de todo el Departamento Central y el 95% del área urbana del mismo. Cuadro 2 Cobertura del Área Metropolitana de Asunción según la DGEEC Código
Departamento
Distrito
0 Asunción 1102 Central Capiatá 1103 Central Fernando de la Mora 1104 Central Guarambaré 1105 Central Itá 1106 Central Itauguá 1107 Central Lambaré 1108 Central Limpio 1109 Central Luque 1110 Central Mariano Roque Alo nso 1111 Central Nueva Italia 1112 Central Ñemby 1113 Central San Antonio 1114 Central San Lorenzo 1115 Central Villa Elisa 1116 Central Villeta 1117 Central Ypacarai 1118 Central Ypané 1119 Central J Augusto Saldivar 1504 Presidente Hayes Villa Hayes (*) solo el área urbana de los distritos listados
Hasta 1993 X X
X X X X X X X X
De 1994 a 2001 (*) X X X X X X X X X X X X X X X X X X X
X (*)
Respecto a los valores de los factores de expansión de las encuestas se optó por aquellos que fueran consistentes con los valores de la población proye ctada oficialmente a nivel de distritos (1990-2000). El problema con tales fa ctores es que a lo largo del periodo 1983-2001 se tuvieron hasta tres marcos muestrales, correspondiente a los censos de pobl ación y viviendas de 1972, 1982 y 1992, y como en cada encuesta se utilizó el marco más reciente, los factores de expansión de las viviendas (el inverso de las probabilidades de selección de estas viviendas) no fueron consistenciadas con la información de las proyecciones de población. Por esta razón, se observan “saltos”, a lo largo del tiempo, en los niveles absolutos de la población de algunos grupos cuando se procesan los datos de las encuestas con sus factores de expansión originales. Los ajustes realizados fueron los siguientes: (a)
como las proyecciones oficiales de población a nivel de distritos existen solo para el periodo 1990-2000, se proyectaron las tasas de crecimiento de la población del conjunto de distritos que conforman el AMA para los
años 1983-1990 y 2001 utilizando una regresión simple de dichas tasas (del periodo 1990-2000) con el tiempo (ver columna 5 del Cuadro 3), (b) se adaptaron las tasas de crecimiento proyectadas correspondientes a los “años” 1997/1998 y 2000/2001 (años de las dos Encuestas de Hogares Integradas existentes) teniendo en consideración que entre el periodo medio de las encuestas de 1996 y 1997/1998 existieron 16 meses, entre 1997/1998 y 1999 20 meses y entre 1999 y 2000/2001 17 meses, (c) los factores de expansión correspondien te a los hogares entrevistados en el marco de las encuestas se corrigieron multiplicándolos por el ratio “población de AMA obtenida con las proyecciones” (columna 7) y “población de AMA obtenida con los factores de expansión originales” (columna 8). El Cuadro adjunto resume los resultados de los ajustes efectuados. Cuadro 3 Ajuste de los factores de expansión de las Encuestas de Hogares correspondiente a la población del Área Metropolitana de Asunción (*)
Proyecciones x Años oficiales (tie mpo)
y (crecimiento % de la población)
Proyecciones de tasa de crecimiento con
y=-0,1079x+6,3423
Años
Proyección Población de los niveles de según las población encuestas
1983 1 6,23 1983 402393 1984 2 6,13 1984 427479 1985 3 6,02 1985 453669 1986 4 5,91 1986 480973 1987 5 5,80 1987 509402 1988 6 5,69 1988 538962 1989 7 5,59 1989 569655 1990 601.482 8 5,48 1990 601.482 1991 635.538 9 5,66 5,37 1991 635.538 1992 669.595 10 5,36 5,26 1992 669.595 1993 703.652 11 5,09 5,16 1993 703.652 1994 737.708 12 4,84 5,05 1994 737.708 1995 771.765 13 4,62 4,94 1995 771.765 1996 808.717 14 4,79 4,83 1996 808.717 1997 846.901 15 4,72 4,72 1997/98 859312 1998 886.336 16 4,66 4,62 1999 926132 1999 927.068 17 4,60 4,51 2000/01 986222 2000 969.133 18 4,54 4,40 2001 19 4,29 (*) teniendo en consideración la definición de AMA utilizado por la DGEEC hasta 1993
394850 420390 445172 437952 459620 478656 540487 524139 556226 622262 624888 678511 750489 864196 891377 968163 1110421
Ratio de ajuste de los facto res de expansión 1,0191 1,0169 1,0191 1,0982 1,1083 1,1260 1,0540 1,1476 1,1426 1,0761 1,1260 1,0872 1,0283 0,9358 0,9640 0,9566 0,8882
Finalmente, debe indicarse que debido a que la edad mínima de la población que debía responder a las preguntas relacionadas con el tema del empleo varió a lo largo del tiempo (7, 10 y 12 años), se optó en el presente trabajo por el análisis de la población de 12 y más años de edad.
ANEXO 2 Estadísticas complementarias
Cuadro 1a PARAGUAY: Porcentaje de la población según estatus de pobreza, 1994 – 2001 Área / Status de Pobreza Total país Pobres Extremos Pobres no Extremos Total de pobres Urbana Pobres Extremos Pobres no Extremos Total de pobres Rural Pobres Extremos Pobres no Extremos Total de pobres
Años 1994
1995
1996
13,9 16,4 30,3 7,8 19,1 26,9
6,8 16,9 23,7
4,9 16,3 21,2
21,4 15,8 37,2
1997/98
1999
2000/01
17,3 14,8 32,1
15,5 18,2 33,7
15,6 18,3 33,9
7,3 15,9 23,1
6,1 20,6 26,7
7,1 20,5 27,6
28,9 13,7 42,5
26,5 15,4 42,0
25,6 15,7 41,2
Nota: "Pobres extremos" son aquellos que tienen ingresos inferiores al costo de una Canasta Básica de Consumo de Alimentos (es decir, del valor de una Línea de Pobreza Extrema). "Pobres No extremos" son quienes tienen ingresos mayores al costo de una Canasta Básica de Alimentos, pero inferiores al de una Canasta Básica de Consumo Total (de alimentos y no alimentos, es decir, de una Línea de Pobreza Total). En consecuencia, serán "no pobres" aquellos que tienen ingresos mayores a la Línea de Pobreza Total. FUENTE: DGEEC. Encuesta de Hogares
Cuadro 1b PARAGUAY: Porcentaje de la población según estatus de pobreza por departamentos, 2000- 2001
Departamento
Extremos
Asunción 3,7 Concepción 23,9 San Pedro 35,0 Cordillera 13,0 Guairá 28,8 Caaguazú 26,7 Caazapá 37,3 Itapúa 21,9 Misiones 14,1 Paraguarí 17,5 Alto Paraná 14,3 Central 4,9 Ñeembucú 15,7 Amambay 22,5 Canindeyú 28,6 Presidente Hayes 7,2 Total 15,6 FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
Pobres No extremos 15,1 17,1 20,8 16,6 16,7 18,1 19,3 13,7 19,6 17,6 12,5 23,3 16,8 18,6 19,2 19,0 18,3
Total 18,9 41,0 55,8 29,6 45,5 44,8 56,6 35,6 33,7 35,1 26,8 28,2 32,5 41,1 47,8 26,1 33,9
No pobres
Total
81,1 59,0 44,2 70,4 54,5 55,2 43,4 64,4 66,3 64,9 73,2 71,8 67,5 58,9 52,2 73,9 66,1
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
PARAGUAY: Porcentaje de la población en situación de pobreza, 2000/2001
Menos de 30% 30% a 40% 40% a 45% Más de 45% Sin información
Cuadro 2 PARAGUAY: Valor de las medidas de pobreza (FGT), 1999 – 2000/01 (en porcentaje) Medidas Incidencia (FGT0) Intensidad Brecha (FGT1) Severidad (FGT2)
Área Urbana 1999 2000/01 26,7 27,6 33,3 33,5 8,9 9,2 4,3 4,7
Área Rural 1999 2000/01 42,0 41,2 48,2 46,0 20,2 19,0 12,4 11,4
Total país 1999 2000/01 33,7 33,9 41,9 40,5 14,1 13,7 8,0 7,8
Nota: La incidencia, brecha y severidad de la pobreza indican, respectiv amente, cuántos son los pobres, qué tan pobres son y qué tan diferentes son. La intensidad de la pobreza también mide qué tan pobres son los pobres, pero es un indicador que no puede descomponerse y, por tanto, su contribución no suma 100. FUENTE: DGEEC. Encuesta de Hogares
Cuadro 3 PARAGUAY: Contribución de las medidas de pobreza, 1999 – 2000/01 (en porcentaje) Medidas
Área Urbana Incidencia 42,6 Brecha 33,9 Severidad 29,1
1999 Área Rural 57,4 66,1 70,9
Total país 100,0 100,0 100,0
Área Urbana 43,9 36,4 32,7
2000/01 Área Rural 56,1 63,6 67,3
Total país 100,0 100,0 100,0
Nota: La incidencia, brecha y severidad de la pobreza indican, respectivamente, cuántos son los pobres, qué tan pobres son y qué tan diferentes son. La intensidad de la pobreza también mide qué tan pobres son los pobres, pero es un indicador que no puede descomponerse y, por tanto, su contribución no suma 100. FUENTE: DGEEC. Encuesta de Hogares
Cuadro 4 PARAGUAY: Porcentaje de la población según Necesidades Básicas Insatisfechas, 1995 – 2001 Area / NBI Total país En calidad de vivienda En infraestructura sanitaria En acceso a la educación En capacidad de subsi stencia Al menos 1 NBI Área Urbana En calidad de vivienda En infraestructura sanitaria En acceso a la educación En capacidad de subsi stencia Al menos 1 NBI Área Rural En calidad de vivienda En infraestructura sanitaria En acceso a la educación En capacidad de subsi stencia Al menos 1 NBI
FUENTE: DGEEC. Encuesta de Hogares
1995
Años 1997/98 1999
2000/01
37,8 20,6 22,6 5,6 57,0
33,5 20,0 23,8 11,8 55,3
31,9 17,1 20,7 10,7 53,0
31,4 13,8 22,3 8,2 50,7
24,9 29,0 16,3 5,8 47,5
21,6 25,1 16,6 7,7 44,7
21,5 21,9 11,0 7,1 42,3
20,5 18,5 15,0 7,4 41,3
51,2 11,8 29,3 5,4 66,8
47,4 14,1 32,2 16,6 67,5
44,1 11,5 32,1 14,8 65,6
44,2 8,3 30,9 9,2 61,7
Cuadro 5a PARAGUAY: Ingreso mensual por persona y distribución de los ingresos, según deciles y áreas, 2000 – 2001 Deciles de Ingreso mensual por persona ingreso familiar (en Gs. de marzo 2001) por persona Urbana Rural Total Más bajo 87.034 29.632 41.993 II 164.631 59.667 94.047 III 228.903 88.222 142.440 IV 285.640 121.334 191.851 V 341.723 158.776 249.954 VI 413.925 196.986 310.850 VII 516.323 254.653 390.894 VIII 666.870 331.455 504.549 IX 948.789 455.604 724.659 Más alto 2.362.018 1.226.482 1.944.573 Total 601.543 292.758 459.426 FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
Distribución % de los ingresos Urbana 1,4 2,7 3,8 4,7 5,7 6,9 8,6 11,1 15,8 39,3 100,0
Rural 1,0 2,0 3,0 4,1 5,4 6,7 8,5 11,6 15,4 42,1 100,0
Total 0,9 2,0 3,1 4,2 5,4 6,8 8,5 11,0 15,8 42,3 100,0
Cuadro 5b PARAGUAY: Indicadores de distribución de ingresos, 1997-2001
Coeficiente de Gini
Relación de ingre sos del decil mas alto y el decil mas bajo (numero de veces)
Relación de ingresos del ventil mas alto y el ventil mas bajo (numero de veces)
Urbana 1997-98 0,479 28,3 58,0 1999 0,470 23,2 48,5 2000-2001 0,489 27,0 59,8 Rural 1997-98 0,534 54,8 113,3 1999 0,567 50,9 112,7 2000-2001 0,536 42,7 96,4 Total 1997-98 0,530 55,9 130,6 1999 0,529 46,4 102,1 2000-2001 0,533 46,4 104,1 FUENTE: DGEEC “Encuestas de Hogares 1997-1998, 1999, 2000-2001”
Gráfico 1 Paraguay 2000-2001 Distribución del ingreso (Curva de Lorenz) 100 90
Línea de equidad
% acumulado de ingreso
80 70
B
60 50
Línea de inequidad
40 30 20
A 10 0 0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
% acumulado de población
A: El 40 % más pobre de la población recibe el 10,2 % del total de ingresos del país B: El 10 % más rico de la población concentra el 42,3 % del total de ingresos del país
Cuadro 6 PARAGUAY: Índice de Desarrollo Humano 2000/2001 por departamentos (de mayor a menor desarrollo)
Departamen to Asunción Central Alto Paraná Concepción Misiones Cordillera Pdte Hayes Paraguarí Itapúa Ñeembucú Caaguazú Guairá Caazapá Amambay San Pedro Canindeyú
Tasa bruta de matricula ción comb inada 70,7 70,3 65,1 79,8 76,9 72,8 62,7 73,4 61,7 65,1 68,7 73,2 65,0 61,9 74,6 60,1
Tasa de alfabetización 97,2 94,2 91,6 91,4 90,4 91,4 87,4 88,3 89,2 87,5 91,1 87,5 84,8 84,1 88,9 79,4
Esperan- Ingreso per cápita** US$ x Esperanza de vida US$ x año za de vida al nacer* año (PPA) al nacer 68,3 2.725 8.316 0,7221 68,3 1.666 5.084 0,7216 67,0 1.893 5.777 0,6996 65,2 1.213 3.701 0,6701 66,3 1.192 3.638 0,6891 66,3 1.045 3.188 0,6878 66,1 1.463 4.465 0,6847 66,3 1.073 3.275 0,6886 65,9 1.125 3.433 0,6820 66,5 1.063 3.245 0,6913 65,7 920 2.808 0,6777 65,5 863 2.633 0,6751 65,3 1.089 3.325 0,6721 66,2 1.007 3.074 0,6866 64,9 680 2.076 0,6655 65,6 1.088 3.319 0,6762
Índice de: Escolaridad
Ingreso
0,8839 0,8624 0,8277 0,8751 0,8589 0,8517 0,7914 0,8336 0,8006 0,8004 0,8361 0,8272 0,7821 0,7666 0,8414 0,7298
0,7378 0,6557 0,6770 0,6027 0,5999 0,5778 0,6340 0,5823 0,5902 0,5808 0,5566 0,5459 0,5848 0,5717 0,5062 0,5846
Valor del Índice de Desarrollo Humano 0,781 0,747 0,735 0,716 0,716 0,706 0,703 0,702 0,691 0,691 0,690 0,683 0,680 0,675 0,671 0,664
NOTA: se ha utilizado la metodología de la Nota Técnica N° 1 del “Informe sobre Desarrollo Humano 2001”, PNUD. * estimado utilizando un modelo econométrico ** precios de marzo de 2001
Cuadro 7 PARAGUAY: Indicadores de empleo por departamentos, 2000-2001 Tasa Tasa Tasa Subempleo Tasa de Subempleo Subempleo invisible participación Departamentos desempleo desempleo desempleo visible (%) Total (%) abierto (%) oculto (%) total (%) (%) (%) Asunción 10,7 6,7 16,7 6,5 15,2 21,7 60,8 Concepción 3,7 6,5 10,0 8,5 37,4 45,9 55,6 San Pedro 1,6 11,5 12,9 6,6 42,1 48,7 57,5 Cordillera 6,0 10,2 15,6 9,1 28,2 37,3 55,9 Guaira 4,0 13,8 17,2 8,7 40,8 49,5 58,9 Caaguazú 4,4 15,8 19,5 8,7 39,9 48,6 57,3 Caazapá 2,1 12,9 14,7 5,9 47,8 53,7 62,8 Itapúa 6,6 7,0 13,1 7,9 32,1 40,0 67,0 Misiones 8,8 7,8 15,9 10,3 30,6 40,9 65,0 Paraguari 2,7 7,0 9,5 8,3 34,8 43,2 61,6 Alto Paraná 7,7 11,8 18,6 6,1 23,4 29,5 60,3 Central 11,7 3,4 14,7 8,5 24,7 33,2 60,7 Ñeembucú 3,0 5,8 8,6 6,8 40,5 47,2 69,8 Amambay 8,7 8,0 16,0 5,6 31,3 36,9 58,2 Canindeyú 2,6 14,3 16,5 6,2 38,2 44,4 56,8 Pdte. Hayes 7,9 10,4 17,5 6,4 15,8 22,3 58,9 Total país 7,6 8,3 15,3 7,7 29,2 36,9 60,5 FUENTE: DGEEC “EIH 2000/01”
Cuadro 8 PARAGUAY: Distribución % de la población ocupada de 10 y más años de edad según actividad económica, categoría y tamaño de la empresa, por departamentos, 2000-2001 Asun- ConSan Cordi- Guai- Caa- Caación cepción Pedro llera ra guazú zapá
Itapúa
M i- Para- Alto Cen- Ñeem - Amam- Canin- Pdte. Total siones guari Paraná tral bucú bay deyú Hayes
0,8 12,8 3,4 28,9 6,2 9,2 37,3 1,3
Actividad económica Agricultura y ganadería Manufactura Construcción Comercio, Restaurantes y Hoteles Transporte, Almacen y Comunic Finanzas, Serv a empresas Servicios Comun., Soc. y Person Otras
Categoría Asalariado público 15,3 Asalariado privado 42,4 Empleador/patrón 8,9 Por cuenta propia 19,7 Famil.no remunerado 3,2 Empleado doméstico 10,6 Tamaño de la empresa Solo 16,4 2 a 5 personas 24,9 6 a 10 personas 8,0 11 a 20 personas 8,5 21 a 50 personas 7,7 Más de 50 personas 21,9 Empleado doméstico 10,6 No sabe, no responde 2,0 TOTAL 100,0 FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
45,1 9,0 3,2 19,9 1,7 0,7 18,9 1,5
70,6 5,3 1,6 9,0 0,7 0,5 10,7 1,6
28,4 19,6 7,4 22,1 1,9 1,0 18,7 0,8
52,1 13,3 4,0 14,7 1,5 0,6 13,3 0,5
48,2 10,8 3,5 22,1 1,9 0,9 12,1 0,5
72,5 3,9 1,8 10,5 1,1 0,7 9,0 0,6
53,2 5,1 5,0 19,0 1,9 1,5 13,6 0,8
43,0 5,9 4,6 17,3 2,8 2,0 20,4 3,9
48,1 11,5 3,9 17,7 0,9 0,9 16,6 0,4
29,9 6,4 4,1 29,1 7,4 3,4 17,9 1,7
6,6 18,0 6,9 33,4 4,2 5,5 24,7 0,9
48,5 12,5 3,4 16,0 1,9 0,5 13,4 3,8
31,3 8,2 8,1 22,8 3,8 1,3 23,9 0,7
56,7 8,2 2,5 13,5 3,3 0,9 13,6 1,4
40,7 8,6 2,8 24,0 4,9 0,8 16,5 1,8
31,3 11,6 4,7 24,2 3,5 3,3 20,1 1,2
8,9 20,3 4,9 40,4 18,6 7,0
6,9 10,9 4,0 48,9 26,5 2,8
5,3 28,1 5,8 39,5 12,1 9,2
6,1 20,3 4,6 44,2 20,6 4,4
4,1 21,1 4,2 49,4 16,6 4,6
4,0 10,7 4,0 51,7 26,4 3,1
2,9 18,5 5,6 47,4 18,8 6,8
11,4 18,8 4,4 44,8 13,6 6,9
6,6 16,6 5,2 51,4 13,8 6,3
5,5 33,2 7,6 31,9 14,6 7,1
7,4 44,2 5,6 29,2 3,6 10,0
5,5 15,7 6,5 53,9 13,7 4,7
6,7 32,8 4,7 28,3 15,2 12,3
5,1 24,3 4,7 41,9 19,2 4,8
5,1 47,3 4,4 29,4 8,1 5,7
7,1 30,2 5,8 37,1 12,2 7,6
28,4 49,1 6,9 4,1 1,7 2,8 7,0 0,0 100,0
30,0 31,8 30,7 31,6 56,9 43,3 47,8 50,4 6,4 6,0 7,7 6,9 1,6 4,7 2,8 2,8 2,0 3,1 1,3 2,0 0,2 1,5 5,0 1,7 2,8 9,2 4,4 4,6 0,1 0,2 0,4 0,1 100,0 100,0 100,0 100,0
24,5 24,6 31,0 59,7 8,4 6,0 7,6 1,2 7,1 1,2 10,2 2,0 10,0 4,7 1,3 0,4 100,0 100,0
19,6 48,9 8,6 4,9 2,9 2,4 12,3 0,5 100,0
26,6 53,2 6,7 3,8 3,0 1,8 4,8 0,2 100,0
26,6 25,0 33,9 42,6 10,0 8,1 10,4 5,0 7,4 4,2 5,8 6,9 5,7 7,6 0,1 0,7 100,0 100,0
26,7 23,5 24,1 60,5 56,1 51,2 7,5 8,9 8,0 0,9 1,8 3,2 0,7 1,1 3,1 0,4 1,5 3,4 3,1 6,8 6,9 0,1 0,3 0,1 100,0 100,0 100,0
36,8 18,9 43,3 47,6 5,3 11,5 3,8 4,5 1,6 4,1 2,7 6,2 6,3 7,1 0,1 0,2 100,0 100,0
Cuadro 9 PARAGUAY: Distribución % de la PEA de 18 y más años de edad según años de estudios, por departamentos, 2000-2001
Departamentos Asunción Concepción San Pedro Cordillera Guaira Caaguazú Caazapá Itapúa Misiones Paraguari Alto Paraná Central Ñeembucú Amambay Canindeyú Pdte. Hayes Total país
Cero años 1,4 5,9 7,8 4,5 6,3 3,8 11,0 6,2 6,5 4,9 4,6 3,0 7,1 11,1 13,1 7,5 4,7
FUENTE: DGEEC “EIH 2000-2001”
Años de estudios 1a6 7 a 12 13 y años años más 25,0 42,6 31,0 57,1 28,1 8,8 71,0 14,7 6,6 65,7 22,9 6,9 64,7 20,8 8,2 68,5 20,5 7,2 71,2 12,4 5,4 66,7 21,6 5,4 53,1 29,1 11,3 65,5 21,7 7,9 53,8 30,5 11,1 36,8 46,1 14,1 65,5 20,7 6,7 53,4 28,4 7,2 63,4 17,6 5,9 61,1 27,2 4,2 51,0 31,9 12,5
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Promedio 10,6 6,5 5,5 6,4 6,1 6,2 4,9 5,7 6,8 6,3 7,2 8,7 5,8 6,0 5,1 6,0 7,4
Cuadro 10 PARAGUAY: Salario mínimo e ingreso por la actividad laboral principal por departamentos, 2000/01 Ingreso mensual % de ocupados según el ingre so que reciben respecto al salario mínimo por la actividad Departamentos principal (Gs. de Sin Menor a Entre 1 Más de marzo 2001) ingreso 1 SM y 2 SM 2 SM Asunción 1.240.801 3,2 36,9 Concepción 633.464 18,6 62,9 San Pedro 291.727 26,5 61,5 Cordillera 418.736 12,1 70,6 Guaira 331.256 20,6 66,1 Caaguazú 435.212 16,6 63,6 Caazapá 464.762 26,4 64,0 Itapúa 417.908 18,8 64,5 Misiones 459.797 13,6 68,0 Paraguari 345.425 13,8 70,7 Alto Paraná 924.013 14,6 49,4 Central 774.996 3,6 52,8 Ñeembucú 311.324 13,7 74,0 Amambay 501.348 15,2 62,2 Canindeyú 518.379 19,2 60,9 Pdte. Hayes 646.794 8,1 59,0 Total país 658.440 12,2 57,2 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01", BCP Boletines Mensuales
37,4 12,7 9,5 13,9 9,7 14,0 7,6 12,3 13,1 12,4 25,0 30,4 9,9 16,1 13,2 22,8 21,2
22,5 5,8 2,5 3,4 3,6 5,8 2,0 4,4 5,3 3,1 10,9 13,2 2,5 6,5 6,7 10,2 9,4
Total %
Ocupados
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
277.002 72.297 134.762 110.148 98.540 183.839 69.411 231.247 57.664 105.940 251.787 624.740 59.421 48.306 55.811 32.729 2.413.644
Cuadro 11 PARAGUAY: Población ocupada de 10 años y más años de edad según tenencia de trabajo complementario, jubilación o pensión y seguro médico, y horas trabajadas por departamentos, 20002001 % de la población % de la población % de la poblaHoras promeque tiene trabajo que está asociado a ción que tiene dio trabajadas Departamentos Total co mplementario o algún sistema de algún seguro por semana secundario jubilación o pensión médico Asunción 277.002 9,1 29,3 52,2 45,1 Concepción 72.297 10,2 8,5 15,3 42,8 San Pedro 134.762 11,1 7 9,6 39,5 Cordillera 110.148 17,3 5,6 8,7 42,4 Guaira 98.540 14,4 8,6 11,5 40,7 Caaguazú 183.839 9,1 6,5 9,9 44,3 Caazapá 69.411 14,7 3,6 4,5 38,0 Itapúa 231.247 14,1 5,2 10,5 38,8 Misiones 57.664 17,3 11,2 15,2 38,4 Paraguari 105.940 18,8 8,4 15 37,7 Alto Paraná 251.787 12,1 9,7 17 47,2 Central 624.740 7,2 17,4 23,5 47,4 Ñeembucú 59.421 20,1 7,9 14,5 37,0 Amambay 48.306 7,4 5,9 8,6 45,3 Canindeyú 55.811 15,9 6 8,2 44,6 Pdte Hayes 32.729 13,2 23,5 43,3 44,7 Total 2.413.644 11,4 12,6 19,9 43,7 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01".
Cuadro 12 Área Metropolitana de Asunción: Tasas de desempleo por grupos de edad y sexo, 1983-2001 83 Hombre 12 a 18 11,4 19 a 34 13,1 35 a 49 5,4 50 a más 5,9 Total 9,7 Mujer 12 a 18 4,5 19 a 34 8,5 35 a 49 2,3 50 a más 1,9 Total 5,7 Total 12 a 18 8,4 19 a 34 11,2 35 a 49 4,2 50 a más 4,5 Total 8,1
84
85
13,2 12,2 4,5 5,4 9,1
11,2 5,8 3,2 2,7 5,1
11,0 5,4 3,5 0,8 4,8 12,3 9,3 4,1 3,8 7,3
86
87
88
89
90
18,9 17,9 6,1 6,8 3,9 5,2 3,3 1,9 6,0 6,4
12,5 5,8 2,6 0,0 4,5
19,3 7,2 3,8 2,6 6,6
10,6 7,1 0,8 0,8 5,1
5,2 8,4 2,7 0,8 5,6
11,7 5,3 1,3 0,9 4,6
10,9 6,4 2,2 2,0 5,1
10,2 11,5 7,2 6,1 3,4 3,8 2,4 1,5 5,8 5,4
12,1 5,6 2,1 0,3 4,5
6,9 5,4 1,8 0,8 4,2
91
92
93
94
95
96
97/98
99
00/01
16,8 9,4 3,0 1,7 6,7
10,8 21,7 6,3 5,0 3,2 6,8 4,0 2,7 5,3 6,4
8,3 6,8 2,7 4,0 5,2
17,0 4,3 2,9 3,2 4,9
12,0 5,6 2,2 5,9 5,4
25,9 8,6 4,4 7,4 9,3
14,0 5,5 3,8 3,0 5,5
32,2 9,9 5,2 10,4 11,1
24,0 14,3 2,8 7,4 10,8
9,5 7,7 3,0 0,0 5,5
17,2 8,6 0,9 0,0 6,3
6,4 7,1 2,5 0,0 4,9
11,7 4,4 1,8 0,0 3,8
5,2 7,1 1,7 0,0 4,5
8,0 4,1 2,3 0,7 3,6
12,3 8,1 2,9 3,8 6,4
21,0 11,2 4,7 3,6 9,2
7,2 10,1 5,5 1,0 7,2
22,4 10,3 4,0 10,3 9,7
30,7 16,5 5,3 3,4 12,2
14,7 7,4 3,4 1,7 6,1
17,0 9,1 2,2 1,2 6,5
8,9 6,7 2,9 2,7 5,1
17,0 4,8 4,5 1,8 5,3
6,8 6,9 2,3 2,6 4,9
12,7 4,2 2,7 2,3 4,3
12,2 6,8 2,5 5,0 5,8
23,8 9,7 4,6 5,9 9,2
10,6 7,6 4,6 2,2 6,3
28,5 10,1 4,7 10,4 10,5
26,5 15,4 4,0 5,6 11,5
FUENTE: DGEEC “Encuestas de Hogares 193 – 2001”
Cuadro 13 Área Metropolitana de Asunción: Tasas de participación por grupos de edad y sexo, 1983-2001 83 84 85 86 87 88 Hombre 12 a 18 33,3 35,0 41,5 30,0 34,8 40,8 19 a 34 90,1 90,2 91,0 90,0 91,8 92,2 35 a 49 97,1 98,0 99,4 98,3 98,9 98,1 50 a más 66,1 67,0 70,4 69,8 73,5 70,6 Total 75,4 75,7 79,1 76,3 78,4 80,4 Mujer 12 a 18 21,7 21,9 29,1 38,6 38,3 32,2 19 a 34 52,7 58,3 61,7 62,0 63,0 61,5 35 a 49 52,5 57,1 60,9 62,1 59,8 60,8 50 a más 25,6 28,1 29,5 29,1 28,0 32,3 Total 40,6 44,3 48,8 50,5 50,1 49,6 Total 12 a 18 27,1 28,1 34,8 34,9 36,7 35,7 19 a 34 69,8 72,9 74,6 74,2 75,4 74,9 35 a 49 73,7 75,5 78,7 79,7 78,4 78,9 50 a más 42,6 44,8 47,4 45,8 47,0 48,6 Total 56,4 58,5 62,4 61,9 62,5 63,1 FUENTE: DGEEC “Encuestas de Hogares 193 – 2001”
89
90
91
92
93
94
95
96
97/98
99
00/01
44,2 94,1 97,6 71,1 80,6
31,1 91,0 98,6 74,8 77,2
32,2 90,7 98,1 68,1 76,6
34,6 92,3 97,5 69,7 77,4
31,9 94,0 97,9 72,5 77,8
35,6 94,5 98,4 71,2 79,0
44,6 94,6 98,4 75,4 82,1
41,9 93,4 96,6 74,6 79,6
40,7 92,8 97,5 72,5 79,0
39,4 90,3 95,0 76,5 77,9
40,5 90,0 95,8 68,8 76,9
32,3 64,6 67,3 29,7 50,9
25,8 61,8 58,1 26,1 46,8
21,0 62,6 54,0 26,3 44,9
24,8 61,6 62,9 28,5 47,4
23,7 66,0 60,7 31,3 48,9
27,0 67,4 67,4 30,2 51,5
30,3 71,6 71,8 45,4 58,0
28,4 67,1 70,3 39,8 54,4
32,9 69,3 73,2 40,9 56,5
19,2 69,1 66,0 43,0 51,6
21,6 70,3 67,7 39,1 53,7
37,7 77,7 81,7 47,3 64,2
28,4 75,0 77,1 47,9 60,9
26,2 75,5 74,4 45,2 59,5
29,2 75,7 77,8 47,0 60,8
27,5 78,6 78,2 49,1 62,0
30,8 79,7 81,9 48,0 64,0
36,8 82,4 84,2 58,7 69,1
34,8 79,7 81,9 55,1 66,0
36,4 80,3 84,5 55,3 66,8
28,4 79,2 80,3 57,5 63,9
30,6 79,1 80,5 51,4 64,1
Cuadro 14 PARAGUAY: Tasa y Duración del desempleo por departamentos, 2000-2001 Distribución % según duración en meses Hasta 1a2 2a3 3a4 Más de un mes meses meses meses 4 Asunción 33,1 12,1 13,5 36,2 5,0 Concepción 52,5 7,8 20,0 9,6 10,2 San Pedro 80,1 19,9 0,0 0,0 0,0 Cordillera 47,4 16,5 12,6 20,6 2,9 Guaira 58,3 14,8 8,7 15,6 2,6 Caaguazú 77,9 0,0 8,0 10,8 3,3 Caazapá 61,3 22,6 6,9 9,2 0,0 Itapúa 64,4 10,4 14,0 9,6 1,6 Misiones 38,4 26,0 18,9 13,8 3,0 Paraguari 26,1 11,9 7,9 54,1 0,0 Alto Paraná 43,9 14,6 10,2 28,4 2,9 Central 58,3 5,2 7,8 24,4 4,4 Ñeembucú 29,8 30,3 17,0 20,2 2,7 Amambay 44,0 8,7 17,6 20,2 9,5 Canindeyú 74,5 7,4 2,7 15,4 0,0 Pdte Hayes 44,0 6,2 11,9 26,9 11,1 Total 51,6 9,6 10,5 24,2 4,0 FUENTE: DGEEC "EIH 2000/01". Departamentos
Total
Duración promedio en meses
Tasa desempleo abierto (%)
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
5,4 4,0 0,9 3,2 3,1 2,6 1,9 2,2 3,9 5,8 3,3 4,0 3,1 5,7 1,9 6,1 3,9
10,7 3,7 1,6 6,0 4,0 4,4 2,1 6,6 8,8 2,7 7,7 11,7 3,0 8,7 2,6 7,9 7,6