ECONOMIA Y SOCIEDAD es una revista trimestral, editada por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) con el auspicio del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en Paraguay (MECOVI - Paraguay), que tiene por finalidad publicar y difundir estudios y reflexiones realizados sobre temas del área social y económica de interés para el país.
COMITÉ EDITORIAL Julio M. Fernández Frutos Marcos Robles Zulma Sosa Portillo Regis I. Gamarra Acosta Elizabeth Barrios Kück
SUSCRIPCIONES Suscripción Anual (4 números) Paraguay 25 US$ Países del Mercosur 30 US$ Otros Paises 37 US$ Precio por número Paraguay Países del Mercosur Otros Paises
7 US$ 9 US$ 11 US$
Los precios no incluyen gastos de envio. Remitir pedidos a: Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos Naciones Unidas y Saavedra, Zona Norte - Fernando de la Mora, Paraguay Tels.: (595-21) 511 016 Fax: (595-21) 508 493 E-mail: economiaysociedad@dgeec.gov.py ©Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial, incluído otros métodos gráficos, computarizados o fotocopiados, sin autorización escrita de la DGEEC. Las opiniones vertidas en esta revista son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen a la DGEEC.
Invitamos a los investigadores nacionales y extranjeros a enviarnos sus trabajos en dos ejemplares, los cuales, previo arbitraje, podrán ser publicados. Para tal fín, solicitamos remitan sus obras a: Director General DGEEC Naciones Unidas y Saavedra, Zona Norte Fernando de la Mora Paraguay REQUISITOS FORMALES DE LOS TRABAJOS PRESENTADOS PARA SER PUBLICADOS EN “ECONOMÍA Y SOCIEDAD”
Especificaciones: • Un ejemplar impreso mas el archivo digital en un diskette de 3.5’’ en formato Word • Entre 20 y 40 páginas a espacio simple (incluído los cuadros, gráficos y anexos). • Notas al pie de página (no al final del texto) • Resumen del trabajo no mayor de 15 líneas • Resumen breve de la formación académica, especialidad, instituciones donde ha trabajado y empleo actual del autor. Excepcionalmente, el Comité Editor podrá excusar el cumplimiento de uno o más de los requisitos indicados. Los autores de los trabajos publicados recibirán dos ejemplares del número de “ECONOMÍA Y SOCIEDAD” en que aparece su artículo.
3 Presentación De acuerdo con su política institucional de difundir y explotar la información proveniente de los Censos y las Encuestas especializadas, la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, DGEEC, impulsa la elaboración de estudios de investigación de carácter demográfico y socioeconómico. En ese sentido, la DGEEC presenta el tercer número de la revista “ECONOMIA Y SOCIEDAD”, cuya finalidad principal consiste en exponer los resultados de investigaciones que abarcan distintas áreas temáticas. El contenido de la Revista N°3 consta de cinco artículos: “Pobreza y gasto público en educación en Paraguay”, “Condiciones socioeconómicas de las unidades productoras rurales”, “Estratificación socioeconómica de la población del Área Metropolitana de Asunción”, “Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización”. Además, con el artículo “El Censo de Población y Viviendas, un instrumento para el desarrollo” la DGEEC inaugura un espacio para presentar aspectos relevantes acerca del próximo Censo Nacional de Población y Viviendas a realizarse en el año 2002. Las investigaciones en referencia han sido elaboradas sobre la base de la información proveniente de la Encuesta Integrada de Hogares EIH 1997/98 y la Encuesta Permanente de Hogares EPH 1999, en el marco del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en Paraguay (MECOVI- Paraguay), financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. La riqueza de cada uno de los estudios radica no solo en la formulación de los diagnósticos, y del mejor conocimiento de la problemática nacional en las distintas áreas, sino que en general todos ellos plantean propuestas e implicancias de política, que contribuirán de manera positiva en la elaboración de una adecuada base de información para la toma de decisiones por parte de las instituciones públicas y privadas y de los investigadores en general. De esta forma, la Revista“ECONOMIA Y SOCIEDAD”, constituye un avance en el quehacer de la investigación científica, además de fomentar futuros estudios de esta índole que permitan desarrollar diagnósticos y propuestas útiles para toda la sociedad.
Econ, Julio Manuel Fernández Frutos Director General DGEEC
Sumario pag.
7
Pobreza y gasto público en educación en Paraguay Luego de revisar los conceptos referidos a los errores de focalización de los programas sociales (inclusión, exclusión, filtración, incidencia, subcobertura, cobertura), el trabajo utiliza la información de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/98 para medir los errores de dos tipos de programas relacionados con la educación: las donaciones de uniformes, libros, útiles y alimentos recibidos por la población estudiantil de las escuelas y colegios del sector público, y el servicio educativo proporcionado por el mismo sector. Se muestra que las donaciones de textos escolares tienen una cobertura importante, pero la distribución de las mismas es poco eficiente porque más de la mitad benefician a estudiantes no pobres, y que la distribución del resto de donaciones es poco eficaz porque se llega a una proporción muy pequeña de la población que necesita de este tipo de ayudas. En el documento se prueba que esta situación se debe en parte al uso inadecuado de los mecanismos de focalización disponibles. También se muestra el carácter regresivo de la asignación del gasto público en educación al asignar más recursos por persona a la población estudiantil del estrato alto, y que el valor de este servicio sobre los ingresos de los hogares del quintil más pobre es 30 veces mayor que los del quintil más rico, y que una redistribución de los recursos públicos para educación hacia el nivel básico para aumentar el acceso a estas, haría mejorar la equidad y cobertura de la educación (y por ende de los ingresos).
pag.
35
Condiciones socioeconómicas de las pequeñas unidades productoras rurales El documento evalúa los obstáculos que impiden el desarrollo de la población rural encabezada por personas ocupadas en actividades
agropecuarias independientes. Observa que el limitado acceso a la tierra y al capital en particular, en presencia del perfil educativo existente de los jefes de hogar, determina el bajo desempeño productivo. Ello, junto al débil impacto de los principales servicios de apoyo a la producción agropecuaria, definen la predominancia de patrones de producción, cuyos resultados generalmente son muy bajos en relación a la fuerza laboral disponible. La información analizada lleva a deducir que al menos 120.000 hogares del Paraguay tienen niveles críticos respecto a la extensión de tierra administrada, con repercusiones sobre sus niveles de ingresos y, en general, sobre sus condiciones de vida. Al final del documento se delinean algunas acciones que podrían implementarse para contribuir al desarrollo del sector agropecuario y rural, en particular para alcanzar mejores niveles de competitividad de la actividad productiva de los sectores estudiados, y por esa vía contribuir a la generación de mejores condiciones de empleo e ingresos para la población rural. Incluyen la promoción de inversiones, el desarrollo de tecnologías apropiadas, la generación de empleos (principalmente juvenil), y la promoción de las organizaciones y la capacitación.
pag.
63
Estratificación socioeconómica de la población del área metropolitana de Asunción Utilizando la información de las últimas dos encuestas de hogares ejecutadas por la DGEEC, el documento describe los procedimientos utilizados para efectuar la segmentación de la población del Área Metropolitana de Asunción en estratos socioeconómicos. Luego, contrasta los resultados obtenidos teniendo en consideración el tamaño de los estratos, algunas de sus características, los dos métodos de estratificación utilizados y los dos períodos de ejecución de las encuestas, con el propósito de conocer la robustez de los mismos en el tiempo. También pre-
senta un perfil socioeconómico amplio de cada uno de los cinco estratos identificados con el propósito de permitir a los analistas del mercado ir ganando en conocimiento sobre dichas características y con ello tomar mejores decisiones. En este sentido, el documento muestra las diferencias existentes entre los estratos sobre el nivel de educación, idioma más hablado, tipo de ocupación, estructura de gastos familiares, propensión al ahorro, tipo de vivienda, servicios de saneamiento, equipamiento del hogar, etc. Finalmente, se estratifican las 16 mil 300 manzanas del Área Metropolitana de Asunción con uno de los métodos descritos, teniendo en consideración la información de los ingresos de la población entrevistada en el marco del último Censo de Población, estimados con métodos econométricos. Esto último permitió mapear los diferentes barrios de dicha Área según el estrato de cada manzana.
pag.
89
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización Luego de ubicar el tema del empleo infantoadolescente en el contexto de la situación de pobreza, distribución del ingreso y desempleo en el país, el documento describe las características de este grupo como integrante de la fuerza laboral, tomando en consideración las siguientes dimensiones: genero, condición de actividad, lugar de residencia, tipo y categoría de ocupación, actividad económica, ingresos, educación, salud y condición de pobreza. Con ellas demuestra la importancia de este segmento, tanto en el área urbana como rural, y la predominancia de sus ocupaciones en actividades agropecuarias, comercio al por menor y servicios personales, fundamentalmente bajo la modalidad de trabajadores no remunerados. También se muestra que las condiciones de explotación, más que de subempleo, se expresan en los salarios que reciben (en promedio cerca de la mitad del salario mínimo vigente) y la extensión de la jornada de trabajo que deben cumplir (en promedio cercano a las 40 horas semanales), y que la pobreza es una razón importante que explica la demanda de empleo de este grupo y la generación por cuenta
propia de empleos de baja productividad. Finalmente, alerta que las malas condiciones de trabajo y de calidad del empleo ponen en riesgo la integridad física y la salud de los niños, además, de su educación y formación humana, en vista de que al prolongar las jornadas de trabajo o al intensificarlas, restan tiempo, espacio y energías a la educación escolar, y a los juegos y la recreación.
pag.
141
El Censo de Población y Vivienda, un instrumento para el desarrollo Luego de describir la utilidad de la información del Censo de Población y Viviendas y su condición de instrumento de políticas públicas, el documento muestra cuáles son las principales etapas que implica su ejecución (preparación, empadronamiento, postcensal). También muestra cuáles han sido los censos hechos hasta la fecha en Paraguay y cuáles los que producen información técnicamente comparables. Se indica que los censos fueron logrando un progresivo mejoramiento técnico-metodológico en la recolección de los datos censales, acorde con las normas dictadas por organismos internacionales especializados, y la incorporación de nuevas variables y aspectos de la realidad socio-demográfica en el país. Para el caso del Censo del 2002 se describe en el documento las particularidades que tendrá: generación de información homogénea a nivel subregional para facilitar el proceso de integración a nivel del MERCOSUR, un enfoque centrado fundamentalmente en los demandantes de información a través de consultas a los usuarios potenciales de datos, registro del número y características de los pueblos y habitantes indígenas del país, incorporación de la tecnología más moderna para la captura y el procesamiento de datos, entre otras.
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
7
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay Marcos Robles
INTRODUCCIÓN En la mayoría de los países en desarrollo la disminución de la pobreza es una de las prioridades más importantes de las políticas gubernamentales, debido no sólo a las altas tasas de incidencia que se observan en torno a este problema, sino también a las repercusiones económicas que ella trae consigo: sobre la competitividad productiva, las dimensiones de la demanda interna, el tipo y volumen de la inversión, etc. Estas repercusiones, en el contexto de la liberalización y globalización de las economías de la región, han influido de manera importante a la hora de tomar decisiones por los criterios a utilizar para el diseño de las políticas orientadas a reducir los niveles de pobreza. Hoy se toma en consideración, además de las razones morales o de solidaridad, las motivaciones de tipo económico, es decir políticas que ponen énfasis en las capacidades de la población para aumentar los ingresos familiares y con ello facilitar el crecimiento y desarrollo del país. En este contexto, la inversión en educación es considerada como un elemento fundamental dentro de las estrategias de los países para luchar contra la pobreza porque contribuye de manera directa al desarrollo de tales
capacidades y, por ende, en las habilidades de la población para adecuarse al reto de la competitividad y apertura de los mercados. Esta inversión, sin embargo, al no estar exenta de las restricciones macroeconómicas del gasto público, requiere ser ejecutada de manera eficiente y con la mayor incidencia e impacto sobre la población en situación de pobreza. En el presente documento se responden las siguientes preguntas: ¿de qué manera el Gobierno paraguayo, a través de sus gastos en el sector educativo, llega a los grupos más pobres de la población?,¿los beneficios de estos gastos llegan con eficiencia a los más necesitados?, ¿qué tan significativo es el impacto de la ayuda y de los servicios escolares ofrecidos por el Estado sobre los ingresos familiares?. Para este propósito se utiliza fundamentalmente la información de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/ 1998 (EIH 1997/1998) ejecutada por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). En la primera sección se revisan brevemente los conceptos utilizados para el análisis de los programas sociales. En la segunda se describen las características de la información uti-
8
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
lizada y los criterios empleados para determinar los quintiles de población. En la tercera sección se presentan los resultados del análisis efectuado distinguiendo las donaciones escolares, los mecanismos de focalización empelados, los servicios públicos de educación y su impacto sobre los ingresos familiares. Al final se presentan las conclusiones.
1. MARCO CONCEPTUAL El objetivo fundamental de los programas que tienen el propósito de disminuir los niveles de pobreza es transferir bienestar a la población que se encuentra en tal condición. Para que esta transferencia sea eficiente las intervenciones deben ser diseñadas de tal forma que los beneficios a los no pobres se reduzcan al mínimo y los beneficios a los pobres sean los más altos posibles. Es decir, un programa bien focalizado no debería mostrar una cobertura reducida de sus beneficios en relación a los “pobres” y tampoco una cobertura alta respecto a los “no pobres”. En caso contrario se estaría frente a errores de focalización del programa. En la bibliografía sobre el tema, a estos errores se les ha llamado más formalmente “error tipo I” y “error tipo II”, respectivamente 1 (el error de omitir a los pobres y el error de incluir a los no pobres). 1 Cornia, G. y Stewart, F. “Two errors of Targeting”, en van de Walle, D. y Nead, K. (Eds) “Public spending ad the poor. Theory and evidence”, Banco Mundial, 2º impresión, octubre 1996, pp. 350-386.
Contra tal eficiencia (o en favor de cometer estos errores) juegan diversos factores, entre otros: 2 a) Las dificultades para distinguir realmente entre pobres y no pobres. Una distinción perfecta implicaría el examen del bienestar de cada persona (ingresos, patrimonio familiar, composición de este, etc.), pero implicaría también altos costos administrativos para mantener una base de datos actualizada y de amplia cobertura. Una alternativa menos costosa es optar por beneficiar a todos los que viven en las localidades más deprimidas, pero esto necesariamente lleva a cometer errores tipo II, es decir, de incluir de los beneficios a los no pobres de estas localidades y, a la vez, errores tipo I, es decir, de excluir a los pobres de las zonas prósperas. b) Los efectos negativos de los programas sobre el comportamiento económico de los individuos. La existencia de un programa puede conducir a algunos individuos a optar por trabajar menos tiempo, trasladarse hacia zonas donde puede obtener los beneficios de dicho programa, utilizar de manera improductiva recursos y tiempos, entre otros. c) El hecho de que los programas tengan poco apoyo político y, en consecuencia, un presupuesto reducido. Esto se debería a que tal apoyo generalmente se determina en función a los beneficios que las personas esperan 2 La descripción detallada de estos factores puede verse, entre otros, en van de Walle, D. “Targeting Revisited”. The World Bank Research Observer Vol. 13, Num. 2, agosto 1998, pp. 231-248
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
recibir y a que los pobres, al tener pocas oportunidades de expresión política, proporcionan poco respaldo a dichos programas Así, una buena dirección del programa podría ir en contra de los pobres. Para medir adecuadamente los errores de focalización de un programa de lucha contra la pobreza es necesario tener en consideración a la población objetivo en estas condiciones. Si esta se refiere a los pobres en general, podría optarse por comparar el ingreso disponible o el consumo de los individuos con una línea de pobreza para disponer de información sobre la incidencia, profundidad y severidad de la pobreza. Con esta información, la exclusión o inclusión de los beneficios de los programas anti-pobreza se medirán en función de los valores de tales indicadores. Pero si el objetivo es incidir específicamente sobre alguna carencia de la población (alimentación, salud, educación, vivienda, etc.) o en algún grupo específico (niños menores de 5 años, ancianos, mujeres en edad fértil, etc.), entonces lo más apropiado, para determinar a la población objetivo, será utilizar información combinada relacionada con la incidencia y algunas características de la pobreza.
9
Una manera concreta de ver los errores o éxitos de un programa de lucha contra la pobreza es observando a toda la población clasificada en cuatro categorías3 (ver Cuadro Nº 1). Los éxitos se producen cuando los beneficios llegan a los pobres (en el ejemplo, 30 % de la población) y no llega a los “no pobres” (40 %). Los errores ocurren cuando los beneficios no llegan a los pobres (error tipo I, 10 %) y sí llegan a los “no pobres” (error tipo II, 20 %) . Otra manera de medir el mismo fenómeno es calculando las tasas de filtración y subcobertura (exceso y falla de cobertura, respectivamente). Más que mirar a toda la población al mismo tiempo, se toma en consideración a cada subgrupo. La tasa filtración se calcula observando a todos los que se benefician del programa (en el Cuadro No. 1, a la fila de los beneficiados) y se obtiene dividiendo el número de beneficiados no pobres entre el total de beneficiados: 40 % (20/50). La tasa de subcobertura se estima observando a todos los que deberían beneficiarse del programa (a la columna de la población pobre) y se obtiene dividiendo el número de pobres no beneficiados entre el total de pobres: 25 % (10/40).
Cuadro Nº 1: Errores y éxitos de un Programa de lucha contra la pobreza.
Beneficiado No beneficiado Total
Población Pobre
Población No pobre
Total
Éxito 30 %
Error de inclusión (Tipo II) 20 %
50 %
Error de exclusión (Tipo I) 10 % 40 %
Éxito 40 % 60 %
50 % 100 %
3 Esta parte se ha tomado de Grosh, M. “Administering Target Social programs in Latin América. From platitudes to practice”, Banco Mundial, 1994.
10
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
El complemento de la filtración es la incidencia (el porcentaje de beneficiados que son pobres) y el complemento de la subcobertura la cobertura o participación (el porcentaje de pobres que se benefician). Según el Cuadro No. 1 la tasa de incidencia es 60 % (30/50) y la tasa de cobertura 75 % (30/40). Los Cuadros Nº 2 y 3 muestran cómo se estiman tales tasas teniendo en consideración la división de la población en quintiles. La tasa de incidencia por quintiles se obtiene dividiendo el número de beneficiados de cada quintil entre el total de beneficiados. El Cuadro Nº 2 muestra que el 30 % del total de personas que reciben los beneficios del programa X pertenecen al quintil (20 %) más pobre de la población; el 25 % al segundo quintil más pobre, y así hasta completar el 100 % de todos los beneficiados. El programa Z tiene una incidencia mas “progresiva” que X porque beneficia más a los dos quintiles más
pobres. Ambos son de todos modos progresivos porque la incidencia a favor de los quintiles más pobres es mayor a la participación de dichos quintiles en la distribución del ingreso (es decir, de 20 % cada uno). Si no fuera así se estaría hablando de programas “regresivos”. Las tasas de participación (o cobertura), por su parte, se obtienen dividiendo el número de beneficiados entre el total de personas de cada quintil. El Cuadro Nº 3 muestra que el 94 % de la población más pobre (quintil I) participa de los beneficios, mientras que la más rica solo en un 26 %. Para efectos de interpretación de los resultados debe tenerse en consideración lo siguiente: Si en los quintiles más bajos la tasa de participación es reducida, aun con una incidencia buena, el programa no será muy efectivo en combatir la pobreza porque no alcanzará a muchos
Cuadro Nº 2: Tasas de Incidencia de un Programa de lucha contra la pobreza por quintiles. Quintiles Programa X Programa Z
más pobre
II
III
IV
más rico
Total País
30 % 35 %
25 % 30 %
20 % 20 %
15 % 10 %
10 % 5%
100 % 100 %
Cuadro Nº 3: Tasas de Participación de un Programa Antipobreza por quintiles. Quintiles Programa X
más pobre
II
III
IV
más rico
Total País
94 %
89 %
78 %
58 %
26 %
69 %
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
de los pobres. En este sentido, si el denominador es la población total de cada quintil, ello mostrará si el programa o pro-yecto es lo suficientemente grande como para impactar en la reducción de la pobreza Si la población objetivo es un grupo e specífico de cada quintil (por ejemplo, los niños) y aun así se utiliza como denominador a la población total, entonces las tasas de participación aparecerán muy bajas y equivocadamente se podría inferir que existen errores de exclusión grandes. Lo más adecuado sería utilizar como denominador al total de niños en el país. Antes de inferir que los mecanismos de focalización de los programas con reducidas tasas de participación, incluidas las estimadas con denominadores apropiados, tienen errores grandes de exclusión debe considerarse que ellos también pueden generarse por restricciones de tipo administrativo y/o financiero.
2. INFORMACIÓN UTILIZADA Encuesta de Hogares: Los datos utilizados en el presente trabajo provienen fundamentalmente de la EIH 1997/1998, ejecutada por la DGEEC entre agosto de 1997 y julio de 1998 a una muestra de 4235 viviendas, correspondiente a 4353 hogares y 20664 per sonas4, de las áreas urbano y rural de 15 departamentos del país5 . La información recogida a través de esta en4 Según los registros leídos en las bases de datos de la EIH 1997/98 5 Se excluyeron Boquerón y Alto Paraguay que juntos representan el 1 % de la población total del país.
11
cuesta cubrió los siguientes temas: características de la vivienda, del hogar y de sus miembros; educación; salud; fecundidad; antropometría, empleo e ingreso, unidades productivas del hogar y gastos, y fue diseñada para tener inferencias a nivel nacional; áreas urbana y rural; dominios Asunción, Central urbano, resto urbano y rural, y departamentos: Central, San Pedro, Caaguazú, Itapúa y Alto Paraná. En cuanto a los programas o proyectos relacionados con el sector educativo la Encuesta preguntó a cada persona (de 5 a 35 años de edad): a) si asiste actualmente a una institución de enseñanza formal, con opciones de respuesta preescolar, primario, secundario, superior, universitario y no asiste, b) si la institución donde asiste es pública, privada religiosa u otra privada, y c) si durante el año escolar recibió gratuitamente uniformes, libros, comidas u otros. Cuadro Nº 4: Paraguay: Gasto Público en Educación 1997 – 1998 (millones de Guaraníes). 1997
1998
Preescolar y primario
477.975
504.558
Secundario
203.388
249.675
Superior y Universitario
134.716
175.104
Total
816.079
929.337
Fuente: Benegas, G. y Sauma, P. “El gasto público en servicios sociales básicos en Paraguay: análisis desde la perspectiva de la iniciativa 20/20”, Sistema de las Naciones Unidades en Paraguay, diciembre de 1999.
12
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Gasto Público: Adicionalmente, se utilizó la información sobre el gasto del Gobierno Central y entes descentralizados, según niveles educativos, correspondiente a los años 1997 y 1998 (ver Cuadro No. 4). Pobreza y Quintiles: El análisis de los resultados se hizo clasificando a la población según sus niveles de pobreza y en 5 grupos del mismo tamaño (quintiles), tomando en consideración el ingreso familiar disponible por persona. Este ingreso se construyó sumando los ingresos de cada miembro del hogar y los que se obtienen de manera conjunta6 : (a) los sueldos y salarios, en dinero y especie, (b) los ingresos generados por el trabajo independiente, como cuentapropista, empleador o patrono, en dinero y especie, (c) los ingresos provenientes de las pensiones, beneficios de la seguridad social, ayudas familiares (nacionales y del exterior) y otras transferencias corrientes, (d) la renta de la propiedad, compuesta por los intereses, dividendos, rentas, regalías, y otros similares, así como por la renta imputada por la vivienda propia. A esta suma se restaron los pagos
por los impuestos directos, las contribuciones a la seguridad social, el fondo de pensiones y el servicio domestico del hogar. Según la EIH 1997/1998, de todos estos conceptos de ingreso los de mayor importancia para el hogar son los que se relacionan con el trabajo, debido a que representan el 76 % del ingreso total de las familias. Los de mayor peso son los que provienen del trabajo dependiente (41 %), seguido de los que resultan del trabajo independiente (35 %). Los ingresos provenientes de otras fuentes, diferentes a las del trabajo, solo representan el 24 % del ingreso total de los hogares. Los niveles de pobreza se obtuvieron comparando el ingreso familiar disponible por persona con el valor de las líneas de pobreza extrema y total, correspondientes a febrero de 1998, y los quintiles se obtuvieron con los mismos ingresos, pero deflactados geográficamente. Las líneas de pobreza y los índices utilizados para esta deflactación se muestran en el Cuadro Nº 5.
Cuadro Nº 5: Paraguay: Líneas de pobreza e índices para deflactar geográficamente (con precios de febrero de 1998). Dominio Asunción Central Urbano Resto Urbano Resto Rural
Líneas de Pobreza (percápita mensual) Extrema Total 96.192 95.116 72.192 49.682
205.475 203.391 127.831 77.157
Índice para deflactar geográficamente 1,0000 0,9039 0,7764 0,6425
Fuente: Robles, M. “Determinación del gasto familiar, canasta básica de alimentos y líneas de pobreza. EIH 1997/1998”, DGEEC-MECOVI, febrero de 1999.
6 Deflactados temporalmente con el IPC del Banco Central del Paraguay, haciendo febrero de 1998=100.
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
13
3. MEDICIONES EFECTUADAS Los programas “focalizados” (como las donaciones escolares del gobierno) tienen el propósito de transferir beneficios a un grupo objetivo de la población, en particular a los pobres o grupos más vulnerables. Cuanto más precisa sea la ubicación de estos grupos más equitativos serán los beneficios del programa y, en consecuencia, se encontrarán mejor focalizados. Estos programas son diferentes a los “universales” (como el servicio público de educación) que en teoría son accesibles a toda la población porque de manera explícita no buscan llegar exclusivamente a un grupo objetivo. En este caso, los beneficios tienden a ser inequitativos, como se mostrará más adelante. No obstante estas diferencias, entre ambos tipos de programas, los “focalizados” y “universales”, existe a menudo una relación directa en el sentido de que el primero se implementa para mejorar el beneficio del segundo para una población objetivo. Las donaciones escolares, por ejemplo, se diseñan específicamente para mejorar el acceso y la calidad del servicio público de educación dirigido a los grupos de bajos ingresos. En este contexto, a continuación se analizan ambos tipos de programas distinguiendo niveles de pobreza y quintiles de ingreso percápita. Como programa “focalizado” se considera a las donaciones de uniformes, libros, útiles y comida recibidas por la población estudiantil de los colegios y escuelas del sector
público, y como programa “universal” el servicio de educación proporcionado por el mismo sector.
Donaciones recibidas por estudiantes de instituciones públicas De acuerdo a la EIH 1997/1998 1 millón 624 mil paraguayos asisten a alguna institución de enseñanza formal, de los cuales 1 millón 457 mil (90 %) lo hacen en el nivel primario o secundario. El 84 % de estos asisten a escuelas y colegios estatales y 16 % a instituciones privadas. Las donaciones que reciben los estudiantes de estos niveles de educación tienen diferentes coberturas, dependiendo del bien o servicio recibido. Las donaciones de libros tienen un alcance importante en la población que estudia en instituciones públicas, debido a que llegan al 56 % de ellos (ver el Anexo No. 1). Los demás rubros (uniformes, útiles, comidas y otros) son poco relevantes porque a lo más alcanzan al 9 % de dicha población estudiantil. El Cuadro Nº 6 muestra que cualquiera sea la amplitud de las donaciones recibidas por los estudiantes de instituciones públicas, la distribución de las mismas es poco eficiente. Es decir, si se parte del supuesto de que la población objetivo de estas donaciones son los estudiantes pobres (porque una transferencia de este tipo solo cabría esperar se haga a poblaciones de ingresos insuficientes) y, en consecuencia, que los beneficios deberían estar concentrados fundamentalmente en ellos, cualquier filtración
14
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro Nº 6: Paraguay: Donaciones recibidas por los estudiantes de primaria y secundaria de instituciones públicas según condición de pobreza.
Donación de: Uniformes Libros Útiles Comidas Otros
Cobertura respecto al total de estudiantes Extremos estatales 0,6 56,3 5,3 8,6 2,4
33,5 27,8 40,4 32,1 23,6
Distribución % Pobres No Extremos
Total
No pobres pobres (*)
Total
25,0 20,1 13,5 15,0 16,1
58,5 47,9 53,9 47,1 39,8
41,5 52,1 46,1 52,9 60,2
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: DGEEC “EIH 1997/1998” (*) Los valores de esta columna sería la filtración de beneficios de las donaciones escolares
hacia estudiantes no pobres significará un error en la distribución de dichas donaciones. Puede observarse que en Paraguay más de la mitad de las donaciones de libros y comidas benefician a los estudiantes no pobres, notándose una proporción también importante respecto a las donaciones de uniformes y útiles (entre 41 % y 46 %, respectivamente), las cuales son recibidas por estudiantes que viven en hogares con ingresos por encima de la línea de la pobreza7 . Puede probarse que si esta filtración a los no pobres fuera menor, las donaciones de libros alcanzarían a todos los estudiantes en situación de pobreza debido a que dichas donaciones llegan a 690 mil estudiantes y el total de estudiantes pobres de instituciones públicas es 485 mil (ver Anexo Nº 1). Este contraste probaría que los recursos destinados a estas donaciones es7 En el Anexo No. 1 puede observarse que la distribución de las donaciones escolares es aun más ineficaz en el área rural debido a que porcentajes más altos de ellas llegan a la población estudiantil no pobre.
tarían siendo asignados de una manera poco eficiente, al gastarse más de lo necesario para beneficiar a un segmento de los estudiantes pobres, y también poco eficaz, al llegar a una proporción pequeña de la población que necesita de estas ayuda. Observando solo a quienes deberían beneficiarse de las donaciones escolares (los pobres) puede estimarse el porcentaje que no se beneficia (tasa de subcobertura), o el complemento de este, el porcentaje de pobres beneficiados (tasa de cobertura o participación). El Cuadro Nº 7 muestra, efectivamente, que teniendo en consideración el tamaño de la población en situación de pobreza, solo la ayuda en libros es significativa debido a que las donaciones de uniformes, útiles y alimentación son realmente bajas. El 68 % de los estudiantes pobres se benefician de las donaciones de libros y menos del 10 % de los demás tipos de donaciones. La poca cobertura de estos últimos pone evidencia la importancia de tener una distribu-
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
ción más adecuada debido a que uno de los objetivos fundamentales de estas donaciones es reducir el impacto sobre los ingresos familiares de una adquisición directa de tales rubros, y con ello promover la participación de la población de los servicios educativos. Al probar, más adelante, que tal participación es, en efecto, bastante baja (la mitad de la población estudiantil en pobreza extrema de 13 a 18 años no asiste a alguna institución de enseñanza formal) se estaría mostrando que el impacto de dichas donaciones sobre los ingresos familiares es reducido y, en consecuencia, que el incentivo económico proporcionado por el Estado para asistir a una escuela de enseñanza pública es también poco significativo. Del Cuadro Nº7 también puede mostrarse que la equidad en la distribución de las donaciones (más para quienes más lo necesitan) pasa por tener una cobertura mínima o nula en relación a las poblaciones no objetivo. Por ejemplo, si el 8 % de la población estudiantil no pobre dejara de recibir
ayuda en “comidas” para trasladarla a la población en pobreza extrema que no accede a ella sería una acción que haría crecer la equidad en la distribución de tales donaciones y mostraría, además, una utilización más eficaz de los fondos existentes para estos rubros. Tal traslado implicaría que la tercera parte de la población estudiantil en pobreza extrema reciba tales donaciones, en lugar del 12 % actual.
Mecanismos de focalización utilizados Se indicó al inicio que parte de la explicación de los errores de focalización (filtración y subcobertura) de los programas de ayuda social se encuentra en las dificultades existentes para distinguir entre los pobres y no pobres. En este sentido, el desconocimiento, la no utilización o utilización insuficiente de la información respecto a la ubicación de las poblaciones carenciadas o en situación de pobreza podría haber llevado a que los errores de focalización de las donaciones es-
Cuadro Nº 7: Paraguay: % de estudiantes de primaria y secundaria de instituciones públicas que se benefician de las donaciones escolares según condición de pobreza. Donación de: Uniformes Libros Útiles Comidas Otros
15
Extremos
Pobres No extremos
Total (*)
No Pobres
Total
0,9 69,5 9,4 12,3 2,6
0,9 66,4 4,2 7,6 2,3
0,9 68,1 7,2 10,2 2,5
0,4 48,5 4,0 7,6 2,4
0,6 56,3 5,3 8,6 2,4
Fuente: DGEEC “EIH 1997/1998” (*)Un programa eficiente debería mostrar esta columna con valores cercanos a 100
16
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
colares se muestren elevados. Esta hipótesis podría probarse si se contara con información geográfica lo suficientemente desagregada de las donaciones escolares recibidas por los estudiantes de instituciones públicas. Si se hallaran correlaciones bajas entre estas donaciones y los niveles de pobreza a nivel, por ejemplo, de distritos sería coherente con las altas tasas de filtración y subcobertura observadas. Para estimar estas correlaciones se combinó información de la EIH 97/ 98 y de otras fuentes. El procedimiento seguido fue el siguiente: se adicionó a la base datos de la EIH 97/98 información para cada hogar entrevistado sobre el porcentaje de la población en situación de pobreza total, con al menos una Necesidad Básica Insatisfecha (NBI) y con NBI en educación en el distrito de residencia (o barrio en el caso de Asunción)8 , y luego se estimaron las correlaciones entre estos indicadores y los de donaciones
escolares recibidas por los estudiantes de primaria y secundaria de instituciones públicas. Los resultados se muestran en el Cuadro Nº 8. Se observa que ninguna de las donaciones tiene un grado de asociación positiva importante con los indicadores de bienestar utilizados: las donaciones de libros entre 12 y 14 % de asociación, las donaciones de comidas entre 4 y 8 %, las donaciones de útiles entre 4 y 5 %, y las donaciones de uniformes ningún grado de asociación estadística. Con estos resultados se comprueba el poco impacto de las donaciones escolares sobre los niveles de bienestar de la población en condiciones de pobreza y se explican parcialmente los altos errores de focalización cometidos. Otra forma de ver cómo utilizan las instancias gubernamentales la información para fines de focalización (mapas de pobreza) es analizando los datos existentes sobre los proyectos edu-
Cuadro Nº 8: Coeficientes de correlación bivariados entre donaciones escolares e indicadores de pobreza y NBI (*). Estudiantes de primaria y secundaria de instituciones públicas según tipo de donación recibida Uniformes Libros Útiles Comidas Otros
% de la población en el distrito de residencia en situación con al menos con NBI en de pobreza total 1 NBI educación -0,0024 0,1408 ** 0,0525** 0,0785** 0,0350**
-0,0027 0,1331** 0,0461** 0,0618** 0,0274**
-0,0082 0,1208** 0,0383** 0,0416** 0,0066
(*) Puede tomar valores entre –1 y 1 (o entre –100 y 100%). El signo indica la dirección y el valor absoluto la fuerza de la relación. La hipótesis nula a probar es que el coeficiente de correlación es cero. ** indica que el coeficiente es significativo al nivel de 1 % (2-colas). * indica que el coeficiente es significativo al nivel de 5 % (2-colas). 8 Utilizando las siguientes fuentes: Robles, M. “Indicadores Básicos para Focalizar el Gasto Social en Paraguay”, DGEECMECOVI, Informe de Consultoría de octubre de 1999, y DGEEC “Base de datos del Censo Nacional de Población y
Viviendas de 1992”. La EIH 97/98 entrevistó a los hogares de 165 distritos del país y 47 barrios de Asunción. 9 Ver el sitio Web de la SAS: http://www.paraguaygobierno.gov.py/sasprincipal.html
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
cativos que la Secretaría de Acción Social (SAS) viene financiando casi desde su creación. Como se sabe9, esta institución se constituyó (en junio de 1995) para coordinar las medidas que permitan mejorar los niveles de vida de la población, en particular de los menos favorecidos y vulnerables, atendiendo sus necesidades básicas de servicios sociales. Desde 1996 administra los fondos y ejecuta los proyectos provenientes de un préstamo por US$ 20 millones para el «Programa de Inversiones Sociales» y una Cooperación no Reembolsable por US$ 8 millones para el «Programa de Atención Integral al Niño y Adolescente Trabajador de la Calle», suscritos entre el Gobierno y el BID. La SAS utiliza el siguiente criterio para financiar la ejecución de un proyecto: que el indicador de NBI en el distrito donde reside la población beneficiaria10 , correspondiente al tipo de inversión solicitada, sea peor que el promedio nacional. En este marco, de un total de 404 proyectos aprobados entre abril de 1997 y noviembre de 1999, 195 correspondieron al sector “educación-capacitación” (el 55 % de los cuales tuvo como población objetivo a los “campesinos pobres” y el 20 % a los “niños y adolescentes de la calle y/o en situación de riesgo”). El análisis de esta información muestra (ver Cuadro Nº 9) que no obstante la restricción declarada de financiar proyectos en función al valor de las NBI en educación, la asignación de fondos se habría hecho sin tener en consideración este valor ni el 10 Poblaciones marginales, campesinos pobres, mujeres en situación de riesgo, discapacitados / minusválidos, indígenas, tercera edad, niños y adolescentes de la calle y/o en situación de riesgo
17
de otro indicador que muestre las condiciones de pobreza de la población11 . Teniendo en consideración la información de cinco indicadores con detalle geográfico hasta el nivel de distritos, se observa que el grado de asociación positiva es más alto entre los montos que han ido a cada distrito y el tamaño de la población que estos tienen (el indicador menos útil para diferenciar los niveles de vida de la población). Las correlaciones con signo negativo indican que la asignación de los recursos destinados al financiamiento de proyectos educativos estarían beneficiando más a los distritos con menos porcentaje de población con NBI en educación que a los que tienen más porcentaje. De este modo, puede concluirse que la SAS estaría asignando sus recursos más en función a la densidad poblacional de los distritos que a las proporciones de población menos favorecida y vulnerable. Por esta razón puede entenderse que haya sido el Departamento Central uno de los mayores beneficiarios de las inversiones en educación por parte de la SAS en los últimos años (ver Cuadro Nº 10). Este departamento ha recibido casi la quinta parte del total de los recursos destinados a la educación, similar a su participación en la población total del país, a pesar de ser uno de los que menos carencias tiene. Muestra, después de Asunción, los porcentajes más bajos de población con al menos una NBI, con ingresos por debajo de la línea de pobreza e incluso con NBI en educación. 11 Es extraño que Asunción haya recibido recursos de la SAS a pesar de ser el distrito con los valores más bajos de todas las NBI (en vivienda, infraestructura sanitaria, educación y capacidad de subsistencia), es decir, siempre por encima que el promedio nacional.
18
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
La inequidad en la distribución de los recursos destinados a la educación por parte de la SAS también es mostrado en el Cuadro Nº 10. Se comprueba que algunos departamentos reciben estos recursos en una proporción sensiblemente menor a la participación que tienen en la población total con carencias en educación (Itapúa, Paraguari, Concepción) y otros en una proporción mayor (Caaguazú, Central, Misiones). Al igual que las donaciones escolares, los recursos destinados a los proyectos educativos de la SAS estarían siendo asignados de una manera poco eficiente, al gastarse más de lo necesario para beneficiar a la población pobre, y también poco eficaz, al llegar a una proporción pequeña de la población que necesita de ayuda.
Subcobertura y filtración de la educación pública Los servicios educativos que proporciona el Estado responden a una política social de tipo universalista, es decir, una política de servir a la población sin distinguir a algún seg-
mento o estrato. Esto debería hacer que el error de excluir a los pobres (subcobertura) de los beneficios del servicio educativo estatal sea bajo y que el error de incluir a los no pobres (filtración) de estos beneficios sea alto. ¿Qué tan grandes son estos errores?. Estas mediciones pueden abordarse teniendo en consideración la asistencia o no asistencia de los estudiantes a sus centros de estudios según sus edades o, alternativamente, el nivel de educación que tienen. (a) Para el primer caso, el problema de la exclusión puede mostrarse a través del porcentaje de la población en edad escolar que no asiste a instituciones de enseñanza formal (suponiendo que los que no asisten lo harían en un colegio o escuela del Estado y no en uno privado). Según la información de la EIH 97/98 (ver Cuadro Nº 11) 12 , el porcentaje de inasistencia escolar alcanza al 7 % de los niños con edades entre 6 y 12 años y al 36 % de los que tienen entre 13 y 18 años. Al distinguir el status de po-
Cuadro Nº 9: Correlación entre montos asignados por la SAS a los proyectos de Educación e indicadores de focalización*. Indicadores Población Ingreso Familiar % de población con ingresos por debajo de la LP % de población con NBI en educación % de población con al menos una NBI
Coeficiente de Correlación **
Nivel de Significancia (dos colas)***
0,423 0,314
0,000 0,003
-0,193 -0,218 -0,318
0,068 0,039 0,002
* Estimados sobre la base de información a nivel de distritos. De abril del 97 a noviembre del 99 se beneficiaron 92 distritos con un total de 195 proyectos. ** Mide el grado de asociación entre dos variables. Sus valores varían entre -1 y 1. *** Bajo la hipótesis nula de que el coeficiente de correlación es igual a cero Fuente: DGEEC, SAS
12 Las preguntas del Cuestionario de la EIH 1997/ 1998 utilizadas para este propósito fueron las siguientes: Pregunta ED03 “¿Asistió alguna vez a algún establecimiento de enseñanza formal?”. Si la respuesta fue afirmativa se utilizó la Pregunta ¿Asiste actualmente a una institución de enseñanza formal?, siendo las opciones de respuesta elegidas “Sí, preescolar”, “Sí, primario”, “Sí, secundario”, “Sí, superior” y “Sí, universitario”..
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
breza de la población se observa que la inasistencia escolar alcanza al 12 % de los pobres extremos que tienen edad para estar en el nivel primario (entre 6 y 12 años de edad) no asisten a una institución educativa (subcobertura) y al 51 % de los que tienen edad para estar en el nivel secundario (13 a 18 años)13 . Por quintiles, se observa este comportamiento con más claridad: la inasistencia escolar es más alta cuanto más bajo es el nivel de ingresos del hogar al que se pertenece, tendencia que se pronuncia cuando aumenta la edad de la población. En el quintil más pobre, los niños entre 6 y 12 años tienen una tasa de inasistencia de 11 % y los de 13 a 18 años de 49 %. Los jóvenes de 19 a 25 años presentan en este quintil una tasa de 95 %, mucho más alta que la de 72 % del quintil más alto (más rico). Con la misma información de la EIH 1997/1998 puede mostrarse que la asistencia temprana al mercado laboral y la deserción y atraso escolar, en particular en los estratos más bajos de la población y en las áreas rurales del país, serían uno de los factores más relevantes que explicarían estos comportamientos14 . El problema de incluir a los no pobres de los beneficios del servicio 13 Con procesamientos adicionales puede probarse que estas disparidades son solo un problema parcial del problema de la desigualdad, pues ellas son aun mayores si se tiene en consideración las diferencias por sexo, grupos étnicos, áreas geográficas, entre otros. 14 Según esta encuesta: (a) en el área rural el 30,1 % de los ocupados del quintil más pobre tiene entre 10 y 19 años, mientras que en el quintil más rico sólo 14,4 %, (b) en el área urbana el 20,7 % de los ocupados del quintil más pobre tiene entre 10 y 19 años, mientras que en el quintil más rico sólo 8,7 %.
19
educativo estatal puede aproximarse con la información sobre la distribución de la población en edad escolar que asiste a instituciones de enseñanza estatal. El Cuadro Nº 12 muestra esta distribución y la de la población del país por grupos de edad, niveles de pobreza y quintiles. En general, se observan comportamientos bastante diferentes según el tramo de edad que se trate. Para el rango entre 6 y 12 años, el servicio educativo brindado por el Estado alberga a una cantidad de estudiantes pobres que es proporcionalmente mayor al tamaño de la población en esa condición (44,4 % versus 42,5 %), es decir, la educación estatal, para este rango de edad, muestra un comportamiento ligeramente progresivo o equitativo. Para el resto de la población, hasta los 25 años, el comportamiento es contrario. Por ejemplo, el peso de los estudiantes pobres del grupo entre 19 y 25 años (11,4 %) es sensiblemente menor al peso de la población pobre del mismo rango de edad (22,5 %). La educación estatal para este tramo de edad tiene entonces un comportamiento fuertemente regresivo o inequitativo15. Como consecuencia de lo anterior, la población no pobre o de los quintiles más ricos tiene una participación alta respecto al total de los que asisten a instituciones de enseñanza estatal. De 15 En Robles, M. “Pobreza y distribución del ingreso en Paraguay”, julio de 1999, se prueba que los diferentes niveles de educación de la población es uno de los factores que más explican la desigualdad en la distribución de los ingresos.
20
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
este modo, la “filtración” (población no pobre que se beneficia de la educación estatal) para el tramo de edad de 19 a 25 años llega al 70 %, considerando a los dos quintiles más altos, porcentaje que no debería sorprender dado el carácter universal (no focalizado) que tiene el servicio educativo que ofrece el Estado, incluso a nivel superior y universitario. (b) Teniendo en consideración el nivel educativo de los estudiantes, el Cuadro Nº 13 muestra el porcentaje que asiste a instituciones de enseñanza pública y, por diferencia, a instituciones privadas. Se observa que la población pobre que asiste al nivel preescolar, primario y secundario lo hace mayoritariamente en establecimientos públicos, mientras que la población de más altos ingresos (quintil más alto) opta tanto por escuelas y colegios públicos como privados. Alrededor del 60 % de los estudiantes (de primaria y secundaria) de este estrato asisten a establecimientos de enseñanza estatal. Cabe destacar que según esta información los pobres extremos no tienen acceso alguno a la educación universitaria. Estos resultados demuestran que el Estado proporciona sus servicios de educación beneficiando de manera importante a los estratos altos de la población, en particular en el nivel universitario. El Cuadro Nº14 indica que el 8 % de estudiantes en establecimientos estatales del nivel primario y el 19 % del nivel secundario pertenecen al quintil más rico. El Cuadro tam-
bién muestra que del total de estudiantes en las universidades estatales, el 93 % pertenece a los estratos más altos de la sociedad (quintiles IV y V), mientras que solo el 1 % a los más bajos (quintiles I y II). A nivel de la educación superior no universitaria, se observa que el mayor porcentaje de la población que accede a este nivel pertenece más bien a los estratos medios (quintiles 2, 3 y 4, con el 63 % respecto al total). Puede deducirse de los datos mostrados en esta sección que una redistribución de los recursos del Estado para educación, por ejemplo de las universidades a las escuelas primarias y secundarias para aumentar el acceso a estas, sería una acción que haría crecer la equidad y la cobertura de la educación (y por ende de los ingresos) porque permitiría suministrar servicios adecuados a más personas. De este modo, la asignación de recursos adicionales a la educación primaria y secundaria podría contribuir a reducir los obstáculos para suministrar servicios de buena calidad. Como se sabe la carencia de materiales básicos imposibilita llevar a cabo la tarea educativa, es decir, la insuficiencia da como resultado la ineficacia16 .
16 Algunas sugerencias de cómo aumentar la eficacia del gasto destinado a la enseñanza primaria se encuentran en Mehrotra S. y otros “¿Servicios Básicos para todos?”, UNICEF, abril del 2000.
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
21
Cuadro Nº 10: Distribución de los recursos de la SAS en Educación e Indicadores de Focalización.
Departamento
Asunción Concepción San Pedro Cordillera Guairá Caaguazú Caazapa Itapúa Misiones Paraguarí Alto Paraná Central Ñeembucú Amambay Canindeyú Pte. Hayes Boquerón Alto Paraguay Total
Distribución % de los la la los proyectos población recursos aprobados población con NBI en total de la SAS por SAS educación 3,1 2,6 6,2 5,7 8,4 13,6 6,3 6,3 4,4 3,2 8,4 19,8 2,1 3,5 4,1
5,1 2,6 8,2 6,7 7,7 11,8 5,6 5,6 4,6 3,6 6,2 19,0 3,6 3,6 3,6
0,7 1,7 100,0
1,0 1,5 100,0
11,8 4,0 6,8 4,8 3,9 9,3 3,1 9,1 2,1 5,0 9,8 21,0 1,7 2,4 2,5 1,5 0,7 0,3 100,0
5,2 4,8 7,2 4,7 4,9 9,7 4,2 10,9 2,7 5,6 11,1 13,9 2,4 4,0 4,7 2,6 1,0 0,6 100,0
% de la población con al menos 1 NBI
ingreso familiar NBI en ingresos mensual Educación inferiores (millones a la LP Gs.)
36,9 83,3 80,8 74,1 76,9 79,6 80,3 72,9 73,5 74,5 68,3 62,7 79,1 77,2 79,7 88,9 88,3 94,2 69,0
9,3 30,0 26,0 22,0 28,9 25,7 31,7 28,3 28,4 25,3 25,4 14,8 29,0 38,0 40,5 38,5 34,0 43,4 22,9
13,1 47,8 62,2 35,2 40,7 60,6 48,1 36,8 38,3 34,5 26,3 20,7 36,5 39,4 38,5 36,2 32,9 44,6 34,0
Fuente: DGEEC, SAS
Cuadro Nº 11: PARAGUAY: % de la Población que no asiste a una institución de enseñanza formal por grupos de edad según niveles de pobreza y quintiles. Niveles de Pobreza / Quintiles
6 a 12 años
% de inasistencia 13 a 18 años
19 a 25 años
Pobre Extremo Pobre no Extremo No Extremo
11,5* 9,1 3,6
50,7* 42,7 31,0
94,1* 93,7 81,5
I (más pobre) II III IV V (más rico)
11,0* 8,4 3,8 2,9 2,0
49,1* 43,7 33,8 28,2 24,6
94,9* 92,3 92,0 81,0 71,9
6,5
36,2
84,3
Total
Fuente: EIH 1997/1998 * Tasas de “subcobertura” respecto a la población en “pobreza extrema” y del “quintil más pobre”, respectivamente. Nota: Puede probarse con la información de los Cuadros No. 13 y 14 que la asistencia del 5,1 % de la población entre 19 y 25 años del quintil más pobre no implica una asistencia a instituciones de educación superior.
3,09 0,74 0,50 0,78 0,75 0,64 0,58 0,93 0,83 0,73 1,46 1,60 0,73 0,91 0,62 0,80 1,06 0,61 1,29
22
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro Nº 12: Paraguay: Distribución % de la población y de la que asiste a instituciones de enseñanza estatal por grupos de edad según condición de pobreza y quintiles. Distribución % de la población que asiste a colegios estatales 6–12 13–18 19–25 años años años
Niveles de pobreza/Quintiles
Distribución % de la población 6–12 13–18 19–25 años años años
Pobre Extremo Pobre no Extremo No Pobre
24,1 18,4 57,5
18,2 13,6 68,2
11,2 11,3 77,5
25,4 19,0 55,6*
16,8 13,6 69,6*
6,0 5,4 88,6*
27,5 24,3 20,3 16,2 11,7 100,0
20,8 19,5 21,6 20,5 17,6 100,0
13,2 15,5 19,6 25,2 26,5 100,0
29,3 26,1 21,7 14,7 8,2* 100,0
19,9 19,9 23,5 20,6 16,2* 100,0
6,2 10,9 12,9 34,8 35,2* 100,0
I (más pobre) II III IV V (má s rico) Total
Fuente: EIH 1997/1998 * Corresponden a las tasas de “filtración” teniendo en consideración a las poblaciones “no pobres” y del “quintil más rico”, respectivamente.
Cuadro Nº 13: Paraguay: % de estudiantes que asiste a instituciones públicas por niveles de educación según condición de pobreza y quintiles de ingreso. Niveles de pobreza/ Quintiles Preescolar
Niveles de Educación Primario Secundario Superior
Universitario
Total
Pobre Extremo Pobre no Extremo No Pobre
92,3 85,3 72,4
97,6 93,9 82,9
89,3 82,6 71,6
86,5 71,1 70,9
0,0 43,0 50,3
96,1 90,8 76,4
I (más pobre) II III IV V (más rico) Total
94,3 90,1 82,2 69,2 50,9 77,9
97,7 96,5 91,5 77,5 59,0 88,4
90,5 87,5 79,5 68,8 59,5 74,5
86,5 100,0 76,1 75,3 57,2 71,8
0,0 43,0 73,6 60,0 45,8 50,0
96,4 94,2 87,1 73,0 56,5 82,2
Fuente: EIH 1997/1998
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
23
Cuadro Nº 14: Paraguay: Distribución % de los estudiantes que asiste a instituciones públicas por niveles de educación según condiciones de pobreza y quintiles. Niveles de pobreza/ Quintiles Preescolar
Niveles de Educación Primario Secundario Superior
Universitario
Total
Pobre Extremo Pobre no Extremo No Pobre
18,8 19,8 61,4
26,8 18,9 54,3
11,2 12,1 76,7
7,2 5,5 87,3
0,0 1,1 98,9
21,7 16,7 61,7
I (más pobre) II III IV V (más rico) Total
26,0 19,7 23,5 19,5 11,3 100,0
30,5 26,2 21,4 14,3 7,6 100,0
14,1 18,3 24,6 23,8 19,2 100,0
7,2 14,7 14,2 33,8 30,0 100,0
0,0 1,1 6,4 27,0 65,5 100,0
25,2 23,2 21,9 17,5 12,4 100,0
Fuente: EIH 1997/1998
Relación entre el servicio educativo estatal y los ingresos familiares La importancia de los servicios educativos proporcionados por el Estado sobre los ingresos de la población, así como la distribución de estos servicios en la sociedad, dependen no solo de las tasas de asistencia escolar y de la proporción de estudiantes que asisten a los colegios estatales, sino también de la forma cómo se asigna dentro del sector público el presupuesto para el sector educación en sus diferentes programas. Entre 1997 y 1998 el gasto del Estado en Educación fue, en promedio, Gs. 859 mil millones (aproximadamente US$ 340 millones anuales). El Cuadro Nº 15 muestra que el 56 % de estos recursos se concentran en la educación básica (preescolar y primario), el 26 % a la educación secundaria y el resto (18 %) a la educación superior y universitaria17 . Adicionando a esta in17 En Mehrotra S. y otros, ob. cit. pág 34 se indica que los países con progreso acelerado concentraron sus energías en la enseñanza primaria. Corea, por ejemplo, en los años 50 asignaba a la enseñanza primaria tres cuartos de su presupuesto para la educación.
formación las estimaciones existentes (con la EIH 1997/98) sobre tasas de participación de la educación pública por niveles educativos, se obtiene aproximaciones respecto al monto que el Estado destina anualmente por cada estudiante por el servicio educativo según dichos niveles: en promedio Gs. 507 mil (alrededor de US$ 212) por estudiante de preescolar y primaria, Gs. 669 mil (US$ 278) por estudiante de educación secundaria y Gs. 3,2 millones (US$ 1341) por estudiante de educación superior y universitaria 18 . Con esta información se demuestra con más claridad el comportamiento regresivo o inequitativo del servicio educativo estatal visto en la sección anterior. Si se tiene en consideración que el acceso de los pobres a niveles educativos con mayor presu18 Relaciones similares se observan entre los montos percápita para cada nivel de educación para el caso peruano en Selden, T., Wasylenko, M. “Measuring the distributional effects of Public Education in Peru” en van de Walle, D. y Nead, K. (Eds) “Public spending ad the poor. Theory and evidence”, Banco Mundial, 2º impresión, octubre 1996, pp. 154-186.
24
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
puesto público por persona (por ejemplo, superior universitaria) es reducido y mayor a niveles educativos con menor presupuesto (por ejemplo, educación primaria), entonces no es difícil deducir que el beneficio promedio de un pobre por los servicios de la educación estatal es más bajo que el de un rico.
ción que es 88 % más elevado que el de un estudiante del quintil más pobre. En el Anexo No. 3 puede notarse que por status de pobreza esta diferencia es más corta debido a que los estudiantes no pobres de establecimientos estatales reciben en promedio una transferencia por el servicio educación 30 % más alto que los estudiantes pobres.
El Gráfico Nº 1, muestra que, en efecto, el estudiante del quintil más alto (más rico) recibe en promedio una transferencia estatal por educa-
No obstante el carácter regresivo de la asignación del gasto público en educación por quintiles, el efecto so-
Cuadro Nº 15: Paraguay: Gasto Público en Educación según Niveles (*).
Niveles
Gasto público promedio en 19971998 (millones de Gs. de febrero de 1998 x año) (**) 484.721 222.624 152.010 859.354
Preescolar y primario Secundario Superior y Universitario Total (*) (**) (***)
%
Población que asiste a instituciones educativas del Estado
Gasto público anual por estudiante (Gs. de febrero de 1998)
56,4 25,9 17,7 100,0
955.659 332.846 47.000 1.335.505
507.211 668.849 3.234.253 643.468
Del Gobierno Central y Entes Descentralizados Obtenidos teniendo en consideración la información del IPC del Banco Central del Paraguay y del Cuadro No. 4 Según EIH 1997/1998
Gráfico Nº 1 Paraguay: Gasto Público Anual en Educación por estudiante según quintiles (Gs. de febrero de 1998) 536.819
558.070
589.502
720.033
Más Pobre
II
III
IV
Fuente: Anexo No. 4
1.008.161
Más Rico
25
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
bre los ingresos de los hogares es más favorable para los que pertenecen a los quintiles más pobres. Es decir, si se adiciona al ingreso familiar el monto de lo que significa en nuevos soles la educación pública, correspondiente a cada nivel educativo y quintil de ingreso percápita, quienes más ven incrementados sus ingresos en términos relativos son precisamente los hogares del quintil más pobre. El Cuadro Nº 16 muestra que mientras los ingresos de estos hogares crecen por tal concepto en 40 %, los del quintil más rico solo aumentan en 1,3 %.
tación del gasto público en educación hacia el quintil más pobre de la población (que en realidad no la tiene por el carácter universal de este tipo de gasto estatal), sino debido fundamentalmente a que en el quintil más rico (a) el ingreso familiar promedio es mucho mayor que en el más bajo (en 15 veces), y a la vez (b) existe un número sensiblemente menor de beneficiarios por hogar del servicio educativo estatal (0.6 estudiantes en colegios públicos versus 2 en el quintil más bajo).
Este comportamiento se produce no como consecuencia de la orien-
Cuadro Nº 16: Paraguay: Ingreso Familiar y Educación pública por quintiles (Valores promedio).
Quintil
Más pobre
Ingreso familiar anual (Gs. de Febrero 98)
Valor anual del servicio educativo público por hogar (Gs. de febrero 98)
2.711.726
1.078.087
2
6.827.838
3
11.837.355
4
Ingreso familiar + valor del servicio educativo público (Gs. de febrero 98)
Incremento % del ingreso familiar
Número de estudiantes por hogar en instituciones del estado
3.789.812
39,8
2,0
873.180
7.701.018
12,8
1,6
788.716
12.626.070
6,7
1,3
17.233.993
642.703
17.876.696
3,7
0,9
Más rico
41.942.120
559.591
42.501.711
1,3
0,6
Total
18.703.478
752.709
19.456.187
4,0
1,2
Fuente: EIH 1997/1998
26
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
RESUMEN Y CONCLUSIONES A través del análisis del gasto público en educación se ha probado en el presente trabajo la amplitud y versatilidad de la información de las Encuestas de Hogares para evaluar la forma cómo llega el Estado a los hogares más pobres. Han permitido medir los errores que trae consigo este propósito: los de subcobertura (de omitir a los pobres) y filtración (de incluir a los no pobres), así como el aporte del estado en los ingresos de cada hogar. Las principales conclusiones son las siguientes: Las donaciones de textos escolares recibidos por estudiantes de escuelas y colegios estatales tienen una cobertura importante, pero la distribución de las mismas es poco eficiente porque más de la mitad benefician a estudiantes no pobres. No sólo se gasta más de lo necesario en estas donaciones para beneficiar a los estudiantes pobres, sino también se es poco eficaz en relación al resto de donaciones (uniformes, útiles, comidas y otros) porque se llega a una proporción muy pequeña de la población que necesita de este tipo de ayudas. Se ha probado que si se focalizaran mejor estas donaciones se tendría más estudiantes pobres beneficiados y con ello una mayor equidad en la distribución y un uso más eficiente de los recursos. Analizando la información de los proyectos educativos financiados por la SAS se ha mostrado que la asignación de fondos se ha hecho sin tener en consideración el valor de algún in-
dicador que muestre las condiciones de pobreza de la población, es decir, sin algún mecanismo de focalización, lo que habría llevado a que los principales beneficiarios sean los habitantes de los distritos con menos carencias, pobreza e ingresos insuficientes (Asunción y los del Departamento Central). Al igual que las donaciones escolares, los recursos destinados a los proyectos educativos de la SAS han sido asignados de una manera poco eficiente, al gastarse más de lo necesario para beneficiar a la población pobre, como consecuencia del uso inadecuado de la información para estos propósitos (mapas de pobreza). La inasistencia escolar es más alta cuanto más bajo es el nivel de ingresos del hogar al que se pertenece, tendencia que se pronuncia cuando aumenta la edad de la población. En el quintil más pobre, los niños en edad para estar en primaria tienen una tasa de inasistencia de 11 %, los niños en edad para estar en secundaria de 49 % y los jóvenes en edad para estar en el nivel terciario de 95 %. La cobertura de la educación estatal es ligeramente equitativa para el rango entre 6 y 12 años, pero es fuertemente regresiva para el rango de19 y 25 años. De este modo, la “filtración” (población de ingresos altos que se beneficia de la educación estatal) para el tramo de edad de 19 a 25 años llega al 70 %. Estas evidencias mostrarían que una redistribución de los recursos estatales para educación hacia las escuelas primarias y secundarias para au-
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
mentar el acceso a estas, sería una acción que haría crecer la equidad y la cobertura de la educación (y por ende de los ingresos) porque permitiría suministrar servicios adecuados a más personas. La asignación de recursos adicionales a la educación primaria y secundaria podría contribuir a reducir los obstáculos para suministrar servicios de buena calidad. Como se sabe la carencia de materiales básicos generalmente imposibilita llevar a cabo la tarea educativa (la insuficiencia lleva a la ineficacia). La educación superior es 4,8 veces más costosa que la secundaria y 6,3 veces que la primaria y preescolar. Con esta información no es difícil deducir que el beneficio promedio de un pobre por los servicios de la educación estatal es más bajo que el de un rico porque el acceso de los pobres a niveles con mayor presupuesto público por persona (por ejemplo, superior universitaria) es reducido y mayor a niveles educativos con menor presupuesto (por ejemplo, educación primaria). En el trabajo se muestra que, en efecto, el estudiante del quintil más alto (más rico) recibe en promedio una transferencia estatal por educación 88 % más elevado que el de un estudiante del quintil más pobre. No obstante este carácter regresivo en la asignación del gasto público en educación, el valor de la educación pública sobre los ingresos de los hogares del quintil más pobre es 30 veces mayor que los del quintil más rico. Esto se produce no como consecuencia de la orientación del gasto público hacia el quintil más pobre de la población (dado su carácter no focalizado),
27
sino porque en el quintil más rico el ingreso familiar es mucho mayor que en el más bajo y porque hay menos beneficiarios por hogar del servicio educativo estatal. La regresividad o inequidad en la asignación del gasto público en educación puede ser revertido mejorando la eficacia en su distribución. Se ha mostrado que el análisis de la información permite determinar los espacios en donde podría reformularse la acción del Estado en el campo educativo. En este sentido, un mecanismo que podría permitir la reducción de los beneficios a los estratos más ricos de la sociedad, por ejemplo, de la educación universitaria al quintil más alto, podría ser instituyendo tarifas de matrícula en este nivel educativo. Debe reconocerse también que el crecimiento económico puede aumentar las desigualdades entre ricos y pobres. Un camino posible para distribuir el ingreso y la riqueza de manera equitativa es a través de una inversión mayor y más eficaz en el servicio educativo estatal (en particular de los niveles primario y secundario) porque permitiría activar la asociación existente entre crecimiento, desarrollo social y reducción de la pobreza. Un tema relacionado al tratado en el presente documento se refiere a la calidad de los servicios educativos. La encuesta utilizada no tiene este tipo de información, pero es necesario conocer en qué medida ella varía y el grado en que los pobres se encuentran en desventaja a ese respecto, porque la calidad de la educación puede tener un impacto significativo en la actitud de
28
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
los padres a la hora de decidir si deben o no inscribir a sus hijos en las escuelas. La escasa o nula infraestructura de estas difícilmente podrían pretender captar nuevos alumnos. Finalmente, cabe señalar que es necesario utilizar la información existente (el de las encuestas y de otras fuentes) para efectuar análisis similares en
19 Como lo proponen por ejemplo Cortez, R. y Calvo, C. “La focalización del gasto social: los efectos-incentivos en los hogares beneficiarios”, Universidad del Pacífico, Apuntes 401er semestre 1997.
el campo de la salud y otros servicios básicos, así como para explorar otras posibilidades de análisis relacionadas a las políticas que pretenden reducir la pobreza en el país (teniendo en consideración por ejemplo los efectos-incentivos en los beneficiarios19 , los impactos marginales de la expansión o contracción de los programas 20 , entre otros).
20 Ver al respecto, por ejemplo, Lanjouv, P. y Ravallion, M. “Benefit incidence and the timing of program capture”, Policy Research Working Paper 1956, Banco Mundial, julio de 1998.
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
29
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Cornia, G. y Stewart, F. “Two errors of Targeting”, en van de Walle, D. y Nead, K. (Eds) “Public spending ad the poor. Theory and evidence”, Banco Mundial, 2º impresión, octubre 1996, pp. 350-386. Cortez, R. y Calvo, C. “La focalización del gasto social: los efectos-incentivos en los hogares beneficiarios”, Universidad del Pacífico, Apuntes 40-1er semestre 1997 DGEEC “Base de Datos del Censo Nacional de Población y Viviendas de 1992” DGEEC-FNUAP-PNUD “Paraguay. Atlas de Necesidades Básicas Insatisfechas”, 1995
— “Pobreza y distribución del ingreso en Paraguay, 1997/1998”, MECOVI-DGEEC, julio de 1999 — “Indicadores Básicos para Focalizar el Gasto Social en Paraguay”, DGEEC-MECOVI, Informe de Consultoría de octubre de 1999 van de Walle, D. “Targeting Revisited”. The World Bank Research Observer Vol. 13, Num. 2, agosto 1998, pp. 231-248 Benegas, G. y Sauma, P. “El gasto público en servicios sociales básicos en Paraguay: análisis desde la perspectiva de la iniciativa 20/20”, Sistema de las Naciones Unidades en Paraguay, diciembre de 1999.
Grosh, M. “Administering Target Social programs in Latin América. From platitudes to practice”, Banco Mundial, 1994
SAS: http://w.paraguaygobierno.gov.py/ sasprincipal.html
Lanjouv, P. y Ravallion, M. “Benefit incidence and the timing of program capture”, Policy Research Working Paper 1956, Banco Mundial, julio de 1998
Selden, T., Wasylenko, M. “Measuring the distributional effects of Public Education in Peru” en van de Walle, D. y Nead, K. (Eds) “Public spending ad the poor. Theory and evidence”, Banco Mundial, 2º impresión, octubre 1996, pp. 154-186.
Mehrotra S. y otros “¿Servicios Básicos para todos?”, UNICEF, abril del 2000 Robles, M. “Determinación del gasto familiar, canasta básica de alimentos y líneas de pobreza. EIH 1997/ 1998”, DGEEC-MECOVI, febrero de 1999.
1.895 138.626 8.704 15.808 4.830
4.437 330.715 34.757 49.709 11.898
2.601 225.151 28.696 44.925 10.290
1.836 105.564 6.061 4.784 1.608
Total
3.143 359.055 29.785 55.890 18.026
1.974 204.705 17.403 40.780 14.434
1.169 154.350 12.382 15.110 3.592
Pobres
No
7.580 689.770 64.542 105.599 29.924
4.575 429.856 46.099 85.705 24.724
3.005 259.914 18.443 19.894 5.200
Total
114.546 94.365 208.911
173.193 312.287 485.480
391.925 565.118 348.200 660.487 740.125 1.225.605
10,4 33,0 22,6
33,5 27,8 40,4 32,1 23,6
44,2 36,6 49,7 39,1 25,9
17,3 13,4 16,9 1,8 12,7
Extremos
20,3 14,3 17,0
25,0 20,1 13,5 15,0 16,1
12,7 15,8 12,5 13,3 15,7
43,8 27,2 15,9 22,2 18,3
58,5 47,9 53,9 47,1 39,8
56,9 52,4 62,2 52,4 41,6
61,1 40,6 32,9 24,0 30,9
Total
30,6 47,3 39,6
Incidencia
Extremos
Pobres No
69,4 52,7 60,4
41,5 52,1 46,1 52,9 60,2
43,1 47,6 37,8 47,6 58,4
38,9 59,4 67,1 76,0 69,1
(*)
No Pobres
100,0 100,0 100,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Total
0,9 69,5 9,4 12,3 2,6
0,9 72,2 10,5 15,4 2,9
0,9 59,3 5,3 0,6 1,1
Extremos
0,9 66,4 4,2 7,6 2,3
0,6 71,9 6,1 12,1 4,1
1,1 61,8 2,6 3,9 0,8
Extremos
Pobres No
0,9 68,1 7,2 10,2 2,5
0,8 72,1 9,2 14,4 3,3
1,1 61,0 3,5 2,8 0,9
Total
No
0,4 48,5 4,0 7,6 2,4
0,6 58,8 5,0 11,7 4,1
0,3 39,4 3,2 3,9 0,9
Pobres
0,6 56,3 5,3 8,6 2,4
0,7 65,1 7,0 13,0 3,7
0,5 46,0 3,3 3,5 0,9
Total
Nota: “Pobres extremos” son los que tienen ingresos por debajo del costo de una Canasta Básica de Alimentos (CBA), “pobres no extremos” los que tienen ingresos mayores a la CBA, pero inferiores al costo de una Canasta Básica de Consumo (de alimentos y no alimentos) y los “no pobres” son los que tienen ingresos superiores al costo de esta Canasta (*) Filtración Fuente: DGEEC «EIH 1997/1998»
Urbana Rural Total País
58.647 217.922 276.569
2.542 192.089 26.053 33.901 7.068
Total País Uniformes Libros Utiles Comidas Otros
579 67.858 5.767 11.387 3.880
1.316 70.768 2.937 4.421 950
Extremos
Pobres No
Total de estudiantes en colegios públicos
2.022 157.293 22.929 33.538 6.410
Rural Uniformes Libros Utiles Comidas Otros
Área
520 34.796 3.124 363 658
Extremos
Urbana Uniformes Libros Utiles Comidas Otros
Área geográfica/ Rubros
Anexo Nº 1 Paraguay: Estudiantes de colegios públicos (primaria y secundaria) que reciben donaciones por áreas y rubros según status de POBREZA (1997/1998).
30 ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
5.176
1.007 139.043 11.835 20.058
1.195 93.995 6.547 16.373 6.593
940 38.478 5.717 4.127 240
2.929
712 89.177 8.351 14.811
587 75.407 8.497 15.033 4.275
0 33.339 2.269 3.144 1.525
2.996
0 47.660 1.735 3.445
192 47.706 2.359 9.374 3.566
0 19.607 169 712 348
153.251 156.187 318.964
150.253 136.220 294.821
118.278 81.884 61.452 565.118 142.578 126.113 99.389 660.487 273.045 207.437 131.338 1.225.605
29.924
7.580 689.770 64.542 105.599
4.575 429.856 46.099 85.705 24.724
3.005 259.914 18.443 19.894 5.200
27,1 23,6 26,0
24,6
41,2 32,5 46,1 35,3
40,6 27,6 42,6 24,6 20,0
61,1 35,1 40,0 20,9 25,0
I
26,6 20,6 24,1
38,4
36,1 27,5 19,9 28,5
16,3 21,9 19,7 27,8 21,7
7,6 29,7 15,8 39,0 34,3
II
9,8
9,4 12,9 12,9 14,0
12,8 17,5 18,4 17,5 17,3
0,0 12,8 12,3 15,8 29,3
20,9 21,6 22,3
14,5 19,1 16,9
Incidencia
17,3
13,3 20,2 18,3 19,0
26,1 21,9 14,2 19,1 26,7
31,3 14,8 31,0 20,7 4,6
10,9 15,0 10,7
10,0
0,0 6,9 2,7 3,3
4,2 11,1 5,1 10,9 14,4
0,0 7,5 0,9 3,6 6,7
Incidencia Quintiles (*) III IV V
100,0 100,0 100,0
100,0
100,0 100,0 100,0 100,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Total
2,3
1,0 70,3 9,3 11,7
1,2 76,1 12,6 13,5 3,2
1,2 59,6 4,8 2,7 0,8
I
3,9
0,9 64,3 4,4 10,2
0,5 69,0 6,7 17,5 3,9
0,2 51,3 1,9 5,2 1,2
1,9
0,4 50,9 4,3 7,3
0,8 65,9 4,6 11,5 4,6
0,8 32,5 4,8 3,5 0,2
1,4
0,3 43,0 4,0 7,1
0,5 59,8 6,7 11,9 3,4
0,0 40,7 2,8 3,8 1,9
2,3
0,0 36,3 1,3 2,6
0,2 48,0 2,4 9,4 3,6
0,0 31,9 0,3 1,2 0,6
Cobertura o participación Quintiles (*) II III IV V
* Población total clasificada en 5 grupos del mismo tamaño teniendo en consideración el ingreso familiar disponible por persona deflactado temporal y geográficamente Fuente: DGEEC «EIH 1997/1998»
Urbana Rural Total País
Área
11.476
2.740 189.606 12.857 30.048
744 93.965 9.080 23.805 5.354
229 77.149 2.910 7.758 1.786
Estudiantes que reciben donaciones Quintiles (*) II III IV V Total
Total de estudiantes en colegios públicos
3.121 224.284 29.764 37.237
Total País Uniformes Libros Utiles Comidas
7.347
1.857 118.783 19.616 21.120 4.936
Rural Uniformes Libros Utiles Comidas Otros
Otros
1.836 91.341 7.378 4.153 1.301
I
Urbana Uniformes Libros Utiles Comidas Otros
Área geográfica/ Rubros
2,4
0,6 56,3 5,3 8,6
0,7 65,1 7,0 13,0 3,7
0,5 46,0 3,3 3,5 0,9
Total
Anexo Nº 2 Paraguay: Estudiantes de colegios públicos (primaria y secundaria) que reciben donaciones por áreas y rubros según QUINTILES (1997/1998).
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
31
32
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Anexo Nº 3 Paraguay: Distribución de la población estudiantil en establecimientos públicos y privados y Gasto del Estado en Educación según niveles educativos y de POBREZA.
Nivel Educativo
Niveles de pobreza
% de Distribución estudiantes en % de los estudiantes establecimientos de establecimientos públicos públicos
Número de estudiantes en establecimientos Públicos
Privados
Total
Gasto público anual promedio 1997/1998 destinado a estudiantes de establecimientos públicos (precios de feb. 98) Por Todos estudiante (Gs.)
(millones Gs.)
Preescolar Pobre Extremo
11.818
987
12.805
92,3
18,8
507.211
5.994
Pobre no Extremo
12.470
2.151
14.621
85,3
19,8
507.211
6.325
No Pobre
38.612
14.747
53.359
72,4
61,4
507.211
19.584
Total
62.900
17.885
80.785
77,9
100,0
507.211
31.904
121.415
Primario Pobre Extremo
239.378
5.908
245.286
97,6
26,8
507.211
Pobre no Extremo
168.668
10.959
179.627
93,9
18,9
507.211
85.550
No Pobre
484.713
99.972
584.685
82,9
54,3
507.211
245.852
Total
892.759
116.839
1.009.598
88,4
100,0
507.211
452.817
Pobre Extremo
37.191
4.441
41.632
89,3
11,2
668.849
24.875
Pobre no Extremo
40.243
8.506
48.749
82,6
12,1
668.849
26.916
No Pobre
255.412
101.211
356.623
71,6
76,7
668.849
170.832
Total
332.846
114.158
447.004
74,5
100,0
668.849
222.624
Pobre Extremo
871
136
1.007
86,5
7,2
3.234.253
2.817
Pobre no Extremo
656
266
922
71,1
5,5
3.234.253
2.122
No Pobre
10.492
4.309
14.801
70,9
87,3
3.234.253
33.934
Total
12.019
4.711
16.730
71,8
100,0
3.234.253
38.872
Secundario
Superior
Universitario Pobre Extremo
0
240
240
0,0
0,0
3.234.253
0
397
526
923
43,0
1,1
3.234.253
1.284
No Pobre
34.584
34.187
68.771
50,3
98,9
3.234.253
111.853
Total
34.981
34.953
69.934
50,0
100,0
3.234.253
113.137
Pobre Extremo
289.258
11.712
300.970
96,1
21,7
536.205
155.102
Pobre no Extremo
222.434
22.408
244.842
90,8
16,7
549.365
122.197
No Pobre
823.813
254.426
1.078.239
76,4
61,7
706.538
582.055
1.335.505
288.546
1.624.051
82,2
100,0
643.468
859.354
Pobre no Extremo
Total
Total
Fuente: DGGEC “EIH 1997/1998”
Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay
33
Anexo Nº 4 Paraguay: Distribución de la población estudiantil en establecimientos públicos y privados y Gasto del Estado en Educación según niveles educativos y de QUINTILES. Nivel Educativo
Quintiles
% de Distribución estudiantes en % de los estudiantes establecimientos de establecimientos públicos públicos
Número de estudiantes en establecimientos Públicos
Privados
Total
16.326 12.368 14.806 12.293 7.107
987 1.366 3.214 5.459 6.859
17.313 13.734 18.020 17.752 13.966
94,3 90,1 82,2 69,2 50,9
62.900
17.885
80.785
Más pobre
272.082
6.378
2 3 4 Más rico
233.943 191.259 128.068 67.407
8.579 17.729 37.219 46.934
Total
892.759
116.839
Preescolar Más pobre 2 3 4 Más rico Total
Gasto público anual promedio 1997/1998 destinado a estudiantes de establecimientos públicos (pre(Gs. de febrero 98) Por Todos estudiante (Gs.)
(millones Gs.)
26,0 19,7 23,5 19,5 11,3
507.211 507.211 507.211 507.211 507.211
8.281 6.273 7.510 6.235 3.605
77,9
100,0
507.211
31.904
278.460
97,7
30,5
507.211
138.003
242.522 208.988 165.287 114.341
96,5 91,5 77,5 59,0
26,2 21,4 14,3 7,6
507.211 507.211 507.211 507.211
118.658 97.009 64.957 34.190
1.009.598
88,4
100,0
507.211
452.817
Primario
Secundario Más pobre
46.882
4.893
51.775
90,5
14,1
668.849
31.357
2 3 4 Más rico
60.878 81.786 79.369 63.931
8.719 21.075 35.958 43.513
69.597 102.861 115.327 107.444
87,5 79,5 68,8 59,5
18,3 24,6 23,8 19,2
668.849 668.849 668.849 668.849
40.718 54.702 53.086 42.760
332.846
114.158
447.004
74,5
100,0
668.849
222.624
Total Superior Más pobre 2 3 4 Más rico Total
871
136
1.007
86,5
7,2
3.234.253
2.817
1.764 1.711 4.064 3.609
0 537 1.335 2.703
1.764 2.248 5.399 6.312
100,0 76,1 75,3 57,2
14,7 14,2 33,8 30,0
3.234.253 3.234.253 3.234.253 3.234.253
5.705 5.534 13.144 11.672
12.019
4.711
16.730
71,8
100,0
3.234.253
38.872
Universitario Más pobre
0
240
240
0,0
0,0
3.234.253
0
2 3 4 Más rico
397 2.247 9.433 22.904
526 804 6.280 27.103
923 3.051 15.713 50.007
43,0 73,6 60,0 45,8
1,1 6,4 27,0 65,5
3.234.253 3.234.253 3.234.253 3.234.253
1.284 7.267 30.509 74.077
Total
34.981
34.953
69.934
50,0
100,0
3.234.253
113.137
Más pobre
336.161
12.634
348.795
96,4
25,2
536.819
180.458
2 3 4 Más rico
309.350 291.809 233.227 164.958
19.190 43.359 86.251 127.112
328.540 335.168 319.478 292.070
94,2 87,1 73,0 56,5
23,2 21,9 17,5 12,4
558.070 589.502 720.033 1.008.161
172.639 172.022 167.931 166.304
1.335.505
288.546
1.624.051
82,2
100,0
643.468
859.354
Total
Total
Fuente: DGGEC “EIH 1997/1998”
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
35
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales Celso Giménez Rolón
INTRODUCCIÓN El documento contiene el resultado de las revisiones realizadas en la base de datos de la Encuesta de Hogares de 1997/98 de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). El trabajo tuvo su origen en el llamado a concurso “Investigaciones Socioeconómicas sobre Condiciones de Vida y Pobreza en el Paraguay” convocado en marzo 2000 por la referida DGEEC, en el marco de su Programa MECOVI Paraguay. En los Términos de Referencia del Concurso se encuentra explícitamente puntualizado que el propósito principal de los trabajos realizados bajo esta modalidad es el de “promover el desarrollo de estudios y trabajos de investigación y, con ello, fortalecer la capacidad de análisis del país para fines de políticas orientadas hacia la superación de la pobreza y el aumento de la equidad social ...”. Complementariamente se realiza la revisión de dos trabajos realizados anteriormente a partir de la misma base de datos de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/98, así como de otros estudios existentes sobre la economía campesina del Paraguay.
El problema Las pequeñas unidades productoras rurales dedicadas principalmente a la actividad agropecuaria y a la transformación de materias primas en pequeña escala (pequeña industria rural y artesanía de diversos tipos) enfrentan dificultades para diversificar los sistemas productivos, aumentar la disponibilidad de alimentos y productos negociables, y elevar los márgenes de productividad y rentabilidad. Las referidas unidades productoras se desenvuelven en un medio que, al mismo tiempo de ofrecer ventajas derivadas de las potencialidades naturales y de otros tipos, impone limitaciones de variada naturaleza e intensidad. Muchas de las limitaciones a la “transformación” de la pequeña unidad rural tienen fuertes connotaciones de políticas públicas de promoción del desarrollo, tales como las vinculadas con la tierra, la tecnología, los servicios agropecuarios. Las mismas tienden a reforzar los efectos derivados de las propias limitaciones internas de las unidades productoras, definiendo de ese modo el clima propicio para los bajos niveles de productividad, los bajos ingresos y la elevada incidencia de la pobreza rural.
36
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Hipótesis La baja productividad, la pobreza y las precarias condiciones de bienestar material en los hogares con pequeñas unidades productivas rurales están relacionadas por un lado con el limitado acceso a los medios de producción como la tierra, el capital y los insumos y, por otro lado, por el limitado alcance de los servicios agropecuarios básicos como la asistencia técnica, el crédito, la asesoría para la organización, la atención a la tenencia de la tierra, entre otros, por lo que la incorporación de ajustes en las fases de diseño y aplicación de políticas de promoción del desarrollo tendrá repercusiones positivas sobre la calidad de vida de un importante segmento de la población rural del país.
LA INVESTIGACIÓN Objetivo General La investigación busca realizar aportes al debate sobre cuestiones agrarias y de desarrollo rural del Paraguay. En momento en que se torna cada vez más álgido el debate nacional en relación con la reforma del Estado, en el marco de una economía mundial crecientemente globalizada y del nacimiento y consolidación de los grandes bloques económicos como el MERCOSUR, entre otros, el estudio se propone generar evidencias sobre algunos condicionamientos que caracterizan al sector rural y definen en parte sus posibilidades de desarrollo futuro. En tal sentido, el trabajo pretende arribar a conclusiones en torno de al-
gunas relaciones fundamentales existentes entre el estado actual de las actividades productivas en el sector de las pequeñas unidades rurales, el impacto de tales condiciones productivas sobre algunos indicadores básicos de bienestar en la población involucrada, y la posible contribución de algunas de las políticas actualmente aplicadas en el sector en dicho estado actual del desarrollo rural. Objetivos Específicos En términos específicos, el trabajo se impone los siguientes objetivos inmediatos: 1. Elaborar una detallada caracterización de las condiciones socioeconómicas y productivas de los hogares rurales del Paraguay que realizan en forma independiente o por cuenta propia actividades agropecua-rias y de transformación de materias primas en pequeña escala. Entre otros aspectos, la caracterización pone énfasis en: Patrones de producción y productividad; Indicadores de bienestar; Situación educativa de la población. 2. Elaborar una descripción pormenorizada de algunos de los factores críticos que serían los determinantes principales de las fortalezas y debilidades, por un lado, y de las oportunidades y desafíos, por el otro. El análisis se orienta a caracterizar: El factor humano, desde la perspectiva de la instrucción y ca-
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
pacitación recibida y de las eventuales diferenciaciones por sexo; El acceso a los medios de producción, tales como tierra, capital, insumos; y El acceso a servicios esenciales de soporte a la actividad productiva rural, tales como la asistencia técnica y el crédito. 3. Proponer y discutir un abanico de posibles áreas de prioridad en el diseño de las políticas públicas relevantes para la transformación productiva y socioeconómica del sector. Alcance del Estudio El trabajo toma como sub-grupo relevante a los hogares rurales en los cuales el(la) jefe(a) tiene a la actividad agropecuaria independiente como su ocupación principal. La ocupación principal de las personas que encabezan los hogares rurales es uno de los aspectos que describen la inserción socioeconómica de éstos, tanto en los mercados de productos y de factores de la producción, como en la demanda por servicios e insumos para la producción y por bienes de consumo. A los efectos del presente estudio, se define al referido grupo de hogares como el más directamente vinculado con las políticas dirigidas a promover el desarrollo agropecuario y el desarrollo rural, con lo que constituye uno de los grupos más importantes de ser analizados.
37
Se asume que a mayor conocimiento de las condiciones actuales de producción y productividad y de las fuerzas endógenas y exógenas que intervienen como condicionantes de los resultados obtenidos por estos hogares, mejor se podrá definir las medidas que desde el Estado promuevan su desarrollo. Metodología La investigación, basada principalmente en los datos de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/1998 de la DGEEC, fue encarada en forma de una sucesión de etapas, cuyos respectivos resultados permitieron avanzar hacia los objetivos propuestos. Primera fase El trabajo arranca con la identificación del conjunto de hogares que conforman la sub-población del área rural en la base de datos. Los hogares integrantes de esta subpoblación son agrupados en primera instancia en función del criterio de la ocupación principal de la persona que ejerce la jefatura del hogar. Por la vía de este criterio, quedan diferenciados los hogares con actividad predominante agropecuaria, de aquellos con actividad predominante en otros sectores. En el segmento de los hogares rurales cuya cabeza se dedica predominantemente a las actividades agropecuarias, se buscó determinar en qué medida algunas variables estratégicas pueden permitir mayores niveles de
38
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
desagregación de la población estudiada. Algunas de tales variables fueron: Sexo de la persona que desempeña la jefatura de hogar; y Tamaño de la(s) parcela(s) bajo control del hogar. Al término de esta primera fase, se obtuvo la siguiente sinopsis representativa de los grandes conglomerados de la población investigada: POBLACIÓN TOTAL (hogares totales) Hogares rurales Ocupación preferente agropecuaria independiente - Cabeza mujeres Estratos según tamaño de parcela(s) - Cabeza varones Estratos según tamaño de parcela(s) Ocupación preferente agropecuaria dependiente y no agropecuaria Hogares urbanos Segunda fase Una vez obtenido el ordenamiento de la información en la forma en que queda ilustrado por el diagrama precedente, se procedió, a cruzar las variables “sexo de la persona que encabeza el hogar” y “tamaño de la(s) parcela(s) bajo control del hogar”, con otras variables descriptivas de las condiciones sociales (educación por ejemplo), variables des-
criptivas de las condiciones de bienestar (equipa-miento del hogar por ejemplo), y variables que definen patrones de producción y productividad (ejemplos: cultivos y otros rubros de producción, ingresos brutos, costos directos, margen bruto). Tercera fase Una vez realizados los cruzamientos de información descritos en el apartado anterior, se pasó a trabajar en la búsqueda de posibles relaciones de causalidad entre algunas de las variables claves. De ese modo, se realizó cruzamientos de variables tales como el sexo de la persona cabeza de hogar, tamaño de la(s) parcela(s) bajo el control del hogar, condiciones sociales y de bienestar de la población, y patrones de producción y productividad, con otras variables que caracterizan el acceso diferenciado a la instrucción, a los medios de producción (tierra, capital), y a los servicios de apoyo (asistencia técnica, crédito). Cuarta fase A partir de las caracterizaciones y relaciones encontradas durante el análisis, se discute someramente un conjunto de posibles acciones prioritarias de políticas públicas, orientadas a la erradicación, o cuando menos, la mitigación de las principales causas de la pobreza, entre ellas la baja producción y productividad, relacionadas a su vez con los sistemas productivos predominantes y con factores ambientales que los condicionan.
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
MARCO DE REFERENCIA CONCEPTUAL El desarrollo, aún el acotado concepto de desarrollo económico, constituye una compleja variable dependiente de un amplio espectro de fuerzas determinantes, algunas de ellas con estrecho relacionamiento con el stock de medios de producción disponibles, otras vinculadas a los procesos de gestión productiva, con su mayor o menor distancia respecto de los óptimos económicos, sociales y ambientales; algunas relacionadas con el funcionamiento de los mercados y con los procesos del ámbito comercial; y otras más ligadas a las políticas de carácter sectorial y del nivel macro que inciden sobre el funcionamiento del aparato productivo y sobre los diversos agentes económicos en general. El bienestar material de las personas involucradas, tanto en calidad de agentes activos como las pertenecientes a los grupos dependientes, constituye por último el propósito central del desarrollo económico. Los niveles de bienestar en una determinada sociedad estarán determinados por el grado de eficiencia con que funciona el sistema económico propiamente, la que a su vez es una resultante de la combinación de determinantes endógenos y exógenos de las unidades productoras y del aparato productivo. La mayor o menor eficiencia de los sistemas productivos se traducen en los niveles de competitividad del sistema. El concepto de competitividad sistémica, tal como lo exponen Esser y otros (1.996) sintetiza la relación existente entre la eficiencia de los pro-
39
cesos de producción y la influencia de los factores condicionantes1 . Según el citado documento, los factores determinantes de la competitividad pueden ser agrupados en cuatro niveles, uno de los cuales corresponde al grupo de los factores endógenos de las unidades productoras, llamado nivel micro, otro pertenece a la categoría de los factores relacionados con las políticas sectoriales específicas desarrolladas por el estado y otros actores sociales, denominado nivel meso. Los restantes niveles corresponden al plano de las políticas macroeconómicas, por un lado, y de los aspectos de la cultura y la organización política, jurídica, económica, etc., por otro lado. La interacción de empresas e instituciones (niveles micro y meso) tiende a generar conocimientos y procesos de aprendizaje que son acumulativos y a la vez peculiares a cada país y región. Sobre este proceso interactivo se basa el desarrollo de la capacidad tecnológica, que es uno de los ejes fundamentales de la competitividad. Al señalar la pertinencia de considerar tres fases principales en el proceso de transformación de la agricultura, a lo largo del proceso de desarrollo, Mellor (1980) sostiene que en el paso de la agricultura tradicional a la agricultura tecnológicamente dinámica, los cambios tecno1 El concepto es desarrollado por los autores fundamentalmente en referencia a los análisis de competitividad en el sector industrial, se asume aquí que esta visión es en general aplicable a los restantes sectores del aparato productivo.
40
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
lógicos capaces de impulsar incrementos sustanciales de la eficiencia de los procesos agrícolas y de la tasa de incremento de la producción agrícola, requieren del desarrollo y refinamiento de un completo conjunto de instituciones. Para que las innovaciones individuales sean aceptadas, deben ser mejorados los incentivos y la variada gama de agencias de servicios vinculados con ellos. Entre estas últimas, las organizaciones encargadas de la investigación y la transferencia de tecnología necesitan ser ajustadas en sus aspectos operativos. La productividad marginal de los tradicionales insumos y factores de producción, tales como la tierra, la mano de obra no calificada y algunas formas de capital, tiende a ser baja en ausencia de otros insumos menos tradicionales - aunque complementarios con los primeros - en el sector agrícola como son los de tipo técnico, educacionales e institucionales. Por tanto, en la medida en que la disponibilidad y uso de los referidos recursos complementarios se encuentre limitado, la producción tenderá a mantenerse en bajos niveles. Entre los principales recursos complementarios, se cita al sistema de tenencia de tierra (cambios en la tenencia de tierra pueden a menudo abrir el camino para las innovaciones que impulsen el aumento de la producción); la investigación para el desarrollo de mejores posibilidades de producción; la infraestructura para la producción y distribución de nuevos y mejorados insumos que requiere la transformación de la agricultura; el sistema de transporte, financia-
miento y otros servicios necesarios para el adecuado procesamiento y la adecuada comercialización, tanto de insumos como de la producción; los programas de educación y formación de los agricultores y agricultoras para la mejor toma de decisiones y para la adopción y empleo de las técnicas y prácticas mejoradas. Sin embargo, la eficiencia y la competitividad de los sistemas de producción, si bien constituyen condición necesaria para el desarrollo económico y social, no son suficientes para asegurar el advenimiento de procesos equitativos y democráticos. La efectiva incorporación de la perspectiva de género y la dimensión ambiental, junto con la apertura de espacios de participación comunitaria y ciudadana constituyen algunos de los ingredientes indispensables en la compleja interrelación de variables que, en una visión holística, intervienen en el desarrollo. En la perspectiva de género, las consideraciones acerca de la necesidad de promover una mayor visibilidad de los aportes de las mujeres al desarrollo; de aplicar medidas macroeconómicas que favorezcan la condición y posición de las mujeres; de corregir las políticas laborales que en la actualidad desfavorecen a las mujeres obstaculizando la obtención de empleo digno y su independencia económica; de promover la participación efectiva de las mujeres y sus organizaciones en las esferas de las tomas de decisiones; y de facilitar el acceso y uso de las tecnologías de información y sistemas de comunicación, entre otras acciones, han sido consideradas prioritarias en
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
el marco del Foro de ONGs de América Latina y el Caribe (Guzmán y Pacheco, 1996). En el presente trabajo, se explora en la búsqueda de relaciones entre algunas de las variables que conforman los niveles micro (acceso y control de recursos tales como la tierra y el capital, nivel de instrucción de los productores y productoras) y meso (desempeño de algunos servicios sectoriales de apoyo a la actividad productiva de los hogares rurales) de los determinantes de la competitividad y de la forma en que el impacto de tales variables queda reflejado en algunos de los principales indicadores de desarrollo. Se incursiona tangencialmente en la búsqueda de algunos indicios primarios de efectos diferenciados que podrían ser atribuidos a las desiguales relaciones de género en el nivel de la sub población estudiada.
41
tos hogares encabezados por hombres tiene su ocupación principal en el resto de las actividades, incluyendo las actividades agropecuarias asalariadas. En el sub conjunto de hogares rurales encabezados por mujeres, por otro lado, la mayoría de las jefas de hogares tiene su ocupación principal en el resto de actividades (54%). Los datos de la distribución por sexo y ocupación principal de las personas que encabezan los hogares son presentados en el Cuadro Nº 1 del Anexo. La población estudiada en esta investigación corresponde a los hogares que desempeñan actividades agropecuarias independientes como ocupación principal, compuesta de 239.379 hogares, encabezadas por hombres (92%) y mujeres (8%).
En el área rural existen 420.959 hogares con jefes ocupados, según la Encuesta Integrada de Hogares 1997/ 98. De este total, 379.066 hogares se encuentran encabezadas por hombres (90%) y 41.893 hogares se encabezadas por mujeres (10%).
En lo que respecta a la distribución según tamaño de las parcelas bajo control del hogar, los datos muestran que en los hogares rurales que tienen como cabeza a las personas dedicadas a actividades agropecuarias independientes como ocupación principal, existe una clara diferencia entre los sub grupos encabezados por hombres y los encabezados por mujeres, configurando un primer elemento que indica la vigencia de condiciones desfavorables para los segundos, desde la perspectiva del acceso y control de los recursos productivos.
En el sub conjunto de hogares rurales encabezados por hombres, el 58% tiene a sus cabezas de hogares desempeñando actividades agropecuarias independientes como ocupación principal; el restante 42% de es-
En el caso de los hogares encabezados por mujeres, más del 50% tiene control sobre parcela(s) cuya superficie total no sobrepasa las 5 ha. En el grupo de hogares encabezados por hombres, por su lado, el referido es-
RESULTADOS OBTENIDOS La Población Estudiada
42
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
trato involucra sólo a algo más de la cuarta parte, mientras algo menos del 70% pertenece a los estratos comprendidos entre 5 ha y 50 ha. Ver el Cuadro Nº 2 del Anexo.
las, de animales, de productos pecuarios y de productos agropecuarios procesados. La fracción consumida en el mismo hogar representa el 30% del ingreso bruto medio.
Los datos del Cuadro Nº 2 del anexo muestran asimismo que las mujeres cabezas de hogares alcanzan su más alta ponderación en los estratos de menos de 2 ha, para declinar progresivamente a medida que aumenta el tamaño de los predios, en los estratos de entre 2 ha y 20 ha.
El análisis estratificado deja en evidencia que por debajo de 20 ha de tierra controlada por el hogar, el esfuerzo productivo se encuentra compartido entre actividades destinadas a la venta de productos y actividades destinadas al consumo propio. Sólo en los estratos con extensiones de tierra mayores a 20 ha la composición productiva muestra un claro predominio de los rubros comercializables.
Patrones de producción En general la población rural desarrolla una variada gama de actividades orientadas a la generación de los ingresos y satisfactores. El estudio de Robles (1999) muestra que los ingresos originados en actividades no agropecuarias constituyen una porción mayor en los ingresos totales en hogares con poca tierra. Por debajo de 2 ha de tierra administrada por el hogar, las fuentes no agrícolas tienden a superar a la actividad agropecuaria en la composición de los excedentes generados, y por encima de dicho límite los ingresos no agrícolas participan en al menos el 20% del total. Los datos de la encuesta muestran que, en su faceta productiva, los hogares rurales encabezados por personas con ocupación principal agropecuaria independiente combinan la producción destinada al mercado con la otra destinada a la utilización en el mismo hogar. En promedio general, las ventas representan alrededor del 70% del ingreso bruto, incluyendo la comercialización de productos agríco-
La renta bruta de las actividades productivas representa el 79% del ingreso bruto en el promedio para toda la población estudiada, variando entre el 84-89%, en los estratos de menos de 50 ha, y el 64-69% en los de más de 50 ha, indicando las variaciones en el empleo de insumos, tal como fuera verificado también en un estudio anterior basado en la misma fuente de información (Giménez, 1999), y otros componentes de los costos directos, tales como el alquiler de tierra y de otros activos. En términos de las principales ramas de bienes y servicios que generan ingresos, es notoria la elevada ponderación (más de 60%) de los productos pecuarios en los hogares con parcelas de menos de 2 ha, en los cuales la producción de cultivos agrícolas representa alrededor del 30%. La participación de la producción animal para venta y autoconsumo en el total de la entrada bruta del hogar desciende a niveles de 45-55% en los estratos de entre 2 ha y
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
43
Los datos presentados en el Cuadro Nº 2 y en el Cuadro Nº 3 del Anexo evidencian las grandes tendencias generales en cuanto a patrones productivos de la población estudiada.
del área), en el caso del primero, mientras en el segundo el 73% del área destinado a cultivos de autoconsumo se combina con 9% destinado al algodón y 6% destinado a frutales.
Los hogares con menor disponibilidad de tierra (estratos 1 y 2) tienen, como se ha visto más arriba, un fuerte contenido pecuario en su base productiva, con el complemento de rubros de autoconsumo como mandioca, maíz y poroto (78% del área de cultivo) y rubros hortifrutícolas (13%
Los hogares de los estratos 3 y 4, es decir con parcelas de entre 2 y 10 ha, muestran la presencia del algodón (15% y 19% respectivamente del área de cultivos) en combinación con rubros de autoconsumo y frutas (estrato 3) y soja (estrato 4). Estos hogares en promedio presentan una par-
CUADRO Nº 1: Principales fuentes de ingreso bruto según estrato (porcentajes) Estrato
Ventas
Autoconsumo
Alquiler de Activos
Total
1. Menos de 1 ha 2. De 1 ha a menos de 2 ha 3. De 2 ha a menos de 5 ha 4. De 5 ha a menos de 10 ha 5. De 10 ha a menos de 20 ha 6. De 20 ha a menos de 50 ha 7. De 50 ha a menos de 100 ha 8. De 100 ha y más PROMEDIO
57,3 40,5 52,6 46,7 54,4 74,6 82,3 95,4 69,3
42,7 59,4 46,2 53,1 44,7 24,3 14,0 4,6 29,7
0,0 0,2 1,1 0,2 0,9 1,1 3,7 0,0 1,0
100 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: DGEEC. Encuesta integrada de hogares 1.997/98. Ver resumen de datos en cuadro 3 del Anexo.
CUADRO Nº 2: Composición del ingreso bruto por rama económica (porcentajes) Estrato
Producción Animal
1. Menos de 1 ha 2. De 1 ha a menos de 2 ha 3. De 2 ha a menos de 5 ha 4. De 5 ha a menos de 10 ha 5. De 10 ha a menos de 20 ha 6. De 20 ha a menos de 50 ha 7. De 50 ha a menos de 100 ha 8. De 100 ha y más PROMEDIO
73,5 60,8 45,3 55,2 44,3 44,9 10,1 32,1 40,8
Producción Productos Agricola Procesados 25,1 33,1 49,0 37,9 46,7 48,2 81,5 67,2 53,3
1,4 6,0 4,5 6,7 8,1 5,8 4,7 0,7 4,9
Alquiler de Activos
Total
0,0 0,2 1,1 0,2 0,9 1,1 3,7 0,0 1,0
100 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: DGEEC. Encuesta integrada de hogares 1.997/98. Ver resumen de datos en cuadro 3 del Anexo.
44
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
ticipación pecuaria significativamente menor que los dos grupos anteriores.
bruta alcanza su nivel más bajo de toda la población estudiada.
La actividad productiva de los hogares con parcelas de entre 10 y 20 ha presenta una equilibrada proporción entre los rubros pecuarios y agrícolas en la conformación de su entrada bruta. La fracción agrícola de su producción vuelve a tener al algodón como su fuente de renta, aunque no la única, ya que la soja pasa a constituirse en una de las opciones productivas de renta de estos hogares. Los rubros de autoconsumo tradicionales ocupan algo más del 50% del área de cultivos del estrato, mientras que los rubros de renta, entre los cuales el algodón y la soja son los principales, representan el 31% de dicha área.
La composición productiva de los hogares constituye un aspecto clave en la configuración de los patrones de eficiencia e ingresos, tal como fuera caracterizado por el estudio de Barrios y otros (1.997) señalando que aún las fincas con poca disponibilidad de tierra han logrado (bajo ciertas condiciones de localización y organización) transformar en forma significativa los niveles de ingresos mediante la incorporación de los rubros hortifrutícolas en sus sistemas productivos, si se compara con unidades productivas más orientadas al cultivo de rubros agrícolas tradicionales como el algodón y la caña de azúcar.
Los hogares con predios de 20 ha y más exhiben una creciente inclinación por la producción de granos como la soja. En el estrato 6 (20 a 50 ha) el 44% del área de cultivos es destinado a la producción de soja, en combinación con la tercera parte del área dedicada a rubros de autoconsumo, y fracciones menores destinadas a algodón y otros rubros de renta, tal como la yerba mate en algunas zonas del país. Los hogares pertenecientes a los dos estratos mayores muestran un perfil decididamente granero, con más del 60% del área de cultivos destinado a la siembra de soja. Algunos de los rubros de complemento más frecuentes en estos estratos son maíz, trigo, girasol, sorgo, arroz, y tung/yerba en algunas zonas. En estos hogares, la participación de la producción pecuaria en la conformación de la entrada
Esto adquiere importantes implicancias de políticas, ya que el desarrollo de sistemas productivos diversificados que incluya rubros agrícolas y pecuarios rentables y competitivos requerirá de un fuerte y sostenido respaldo en varios ámbitos de las acciones de promoción: investigación, transferencia de tecnología, financiamiento de inversiones y de capital operativo, desarrollo de mercados, infraestructura de transporte y comunicaciones, entre otros. Patrones de Productividad La productividad, medida como la magnitud de la renta bruta obtenida por los hogares en un determinado periodo de tiempo, constituye por lo general una aproximación al índice de eficiencia de las actividades productivas desarrolladas por los(las) integran-
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
45
tes del hogar a partir del empleo de los recursos disponibles.
media del hogar y el tamaño medio de los predios.
Los datos de la Encuesta indican que en promedio los hogares encabezados por hombres generan 1,8 veces más de renta bruta por persona en edad de trabajar que los hogares encabezados por mujeres, casi 3 veces más de renta bruta por hectárea de tierra administrada por el hogar, y prácticamente el doble de tasa de retorno sobre el valor del capital en tierra, ganado y máquinas e implementos (Ver los datos del Cuadro Nº 4 del Anexo).
Exceptuando el estrato de menos de 1 ha, cuyo promedio de renta bruta es 36% mayor que el promedio obtenido por los hogares del estrato de 1-2 ha, debido en gran parte a su relativamente elevado índice de especialización en la producción de rubros pecuarios y rubros hortifrutícolas, los valores medios obtenidos muestran la estrecha correspondencia con el tamaño de las parcelas administradas (Ver datos del Cuadro Nº 5 del Anexo)2 .
Estas disparidades del resultado económico se encuentran explicadas en parte por la desigual distribución de los medios de producción, tales como la tierra (en especial para más del 50% de los hogares encabezados por mujeres que controlan menos de 5 ha por hogar), el capital y la mano de obra y de otros recursos determinantes de la eficiencia productiva. En efecto, los datos demuestran que pese a que los hogares encabezados por mujeres tienen en promedio más tierra que los encabezados por los hombres (Cuadro Nº 4 del Anexo), más del 50% de ellos posee muy poca tierra (Cuadro Nº 2 del Anexo). Los hogares encabezados por mujeres se encuentran menos dotados con mano de obra y capital que sus similares encabezados por hombres (Cuadro Nº 4 del anexo).
Resulta claro que aquí se hace referencia sólo a la fracción del ingreso que proviene de las actividades productivas independientes del hogar. Al respecto, un reciente estudio preparado por Robles (obra citada) al describir, a partir de la misma Encuesta Integrada, el comportamiento de los ingresos agropecuarios y no agropecuarios, en función al tamaño de la tierra administrada por el hogar, revela que los ingresos provenientes de las actividades agropecuarias incrementan continuamente su participación en el ingreso total del hogar al aumentar el tamaño del predio, mientras desciende en contrapartida la participación de los ingresos no agropecuarios. De este modo, los hogares con poca tierra obtienen proporciones muy elevadas de su ingreso a partir de actividades fuera de la agricultura.
Cuando el análisis de los valores de renta bruta agropecuaria es llevado al plano de los estratos de tamaño de las tierras administradas por los hogares, resalta la correlación positiva que existe entre el monto de la renta bruta
2 La explicación de este fenómeno habrá que buscarla posiblemente en las diferencias territoriales que podrían determinar la existencia de sistemas de producción muy intensivos en algunas zonas aledañas a las ciudades en el departamento central y otras zonas.
46
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Por otra parte, los distintos coeficientes construidos, relacionando en cada estrato la renta bruta media con la superficie media de tierra (ha), la media de población en edad de trabajar (persona), y el valor medio del capital (guaraníes) muestran una correspondencia normal entre las variables (Cuadro Nº 5 del Anexo). La renta bruta anual por persona en edad de trabajar aumenta desde un valor de 521.000 guaraníes de febrero de 1998 (unos 207 dólares al cambio de la época) en los hogares con parcelas de menos de 2 ha, alcanzando a aproximadamente 530 dólares en hogares con parcelas de entre 10 ha y 20 ha, y a unos 4.000 dólares en los hogares con 100 ha y más. Estos valores, frecuentemente encontrados en zonas de alta atomización de las propiedades, explican una parte importante de la conducta emigratoria que ha caracterizado a grandes contingentes de la población rural joven. Esta conducta a su vez ha tenido una influencia decisiva en la configuración de las elevadas tasas de crecimiento demográficos en algunas zonas del país, tales como los Departamentos Central y Alto Paraná, y francas tendencias al despoblamiento en otras zonas, entre las que resalta el Departamento de Ñeembucú. La renta bruta por ha de tierra administrada por el hogar decrece a partir de unos 730 dólares en el estrato de menos de 2 ha, pasando por valores medios de unos 150 dólares en el estrato de entre 10 ha y 20 ha y reduciéndose a aproximadamente 50 dólares en el estrato de 100 ha y más.
La tasa de retorno sobre el valor del capital en tierra, ganado y máquinas e implementos, que alcanza alrededor de 40% en el estrato de menos de 2 ha, declina progresivamente hasta adquirir un valor medio de 5% en el estrato de 100 ha y más. Estos índices de productividad están señalando una parte importante de la problemática rural del país: algo menos del 10% de los hogares, que pertenecen a los estratos 1 y 2, genera una renta bruta media de US$ 207 por persona en dad de trabajar; si se considera que en promedio tales hogares tienen entre 3 y 3,3 personas en edad de trabajar, la renta bruta por hogar será de unos US$ 650 (de la que aproximadamente la mitad es proveída por rubros de autoconsumo). Si se considera además que la composición media de los hogares rurales del país se aproxima a las 6 personas, se tendrá un ingreso per cápita medio de algo más de US$ 100 al año. Siguiendo con el mismo método, se tendrá que otro 20% de hogares generan ingresos per cápita de US$ 210 por año, y otros tantos hogares obtienen ingresos de unos US$ 330 por persona y por año. Algunos Indicadores de Desarrollo Los bajos niveles de ingresos percibidos por cerca de la tercera parte de los hogares estudiados (principalmente los tres estratos con menos disponibilidad de tierra) tienen repercusiones sobre los principales indicadores de desarrollo de la población.
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
Nivel Educativo de la Población Los datos resumidos en el Cuadro Nº 6 del Anexo muestran cómo la tercera parte de la población de 5 años y más carecen de instrucción alguna y cómo la incidencia de la falta de acceso a la educación es ligeramente más alta en hogares encabezados por mujeres que en los hogares encabezados por hombres y en el nivel terciario de la educación sólo acceden personas pertenecientes a hogares encabezados por varones. Las marcadas brechas de productividad señaladas más arriba se encontrarían en la base del perfil poco equitativo que caracteriza a la población rural en relación con el acceso a los servicios básicos. Si se analiza el acceso diferenciado a la educación según sexo de la población de 5 años y más, como lo hizo Rivarola (1998) se encontrará que, aunque no se observen diferencias significativas entre varones y mujeres en lo que respecta al número de años de estudio y el índice de analfabetismo, se puede percibir una ligera predominancia femenina en la población sin instrucción: ésta se compone de una mayor proporción de mujeres que de hombres (17,9% y 14,7%, respectivamente). Los datos resumidos en el Cuadro Nº 7 del Anexo, por otro lado, muestran la distribución de la población de 5 años y más según sus niveles de instrucción y según los estratos de tamaño de la parcela administrada por el hogar. La frecuencia de la población sin instrucción tiende a ser más elevada en los estratos de hogares con poca tierra, exceptuando a los del estrato de menos de una ha, en cuyo
47
caso los factores de la localización favorecerían para que la ausencia de instrucción sea relativamente baja, comparada con las observadas en los hogares con parcelas de 1 a 10 ha. Mientras el acceso a la educación primaria, en términos del porcentaje de personas que cuentan con dicho nivel en cada estrato, se encuentra relativamente equilibrada en los diferentes segmentos de la población estudiada, en los niveles secundario y terciario se observa una mayor desigualdad en los valores porcentuales de acceso. Así, se aprecia una tendencia de mayor acceso a ambos niveles en los grupos de hogares con mayor disponibilidad de tierra. Nuevamente en este caso los hogares con parcelas de menos de 1 ha muestran una tendencia similar a la de los hogares con mayores disponibilidades de tierra, posiblemente sobre la base de las ventajas locacionales y la elevada ponderación de los ingresos extraprediales. Necesidades Básicas Insatisfechas La incidencia de la pobreza, medida en términos de proporción de hogares con necesidades básicas insatisfechas, muestra una estrecha correspondencia, como es de esperar, con la base productiva que sustenta al menos en parte la economía del hogar. Los datos presentados en el Cuadro Nº 8 del Anexo muestran que el 64% de los hogares tienen al menos una necesidad básica insatisfecha, con valores máximos que llegan a 68% en varios de los estratos de menor tamaño. Con el aumento del tamaño de la parcela tiende a decrecer el índice de NBI.
48
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Sobre la base de lo señalado más arriba, se deduce que los crecientes índices de pobreza imperantes en el país en general, y en el medio rural en particular, tienen un marcado contenido de baja producción y productividad agropecuaria y rural, hecho que está marcando nítidamente un probable rumbo a las políticas de desarrollo en el campo. Las referidas relaciones muestran con meridiana claridad que las políticas de alivio de la pobreza no pueden limitarse por ejemplo a la promoción de inversiones productivas y sociales de carácter individual o grupal que no contemplen adecuados mecanismos de articulación social en los niveles local y regional, cuando menos. Los procesos encaminados a la atención del problema de la pobreza rural deberán por tanto partir del pleno reconocimiento de los condicionantes endógenos (nivel micro) y aquellos pertenecientes al contexto social, económico, cultural, institucional (niveles meso, macro y meta) en los que se encuentran insertos los diferentes sistemas de producción. Algunos Factores determinantes de los Bajos Ingresos Agropecuarios Los Medios de Producción La escasa disponibilidad de tierra y otros medios de producción constituye uno de los rasgos característicos de las unidades productivas rurales más afectados por la baja productividad, los bajos ingresos, y la baja calidad de vida manifestada en la baja escolaridad y los elevados índices de
Necesidades Básicas Insatisfechas. Los datos del cuadro Nº 9 muestran las medias de disponibilidad de tierra en los distintos estratos considerados. Si se considera que es sólo a partir de las 10 ha que los hogares estudiados sobrepasan los 300 dólares de renta bruta por habitante, y a partir de las 20 ha que adquieren un claro perfil productivo orientado al mercado, se tendrá que el segmento poblacional en el que la escasez de tierra es crítica involucra cuando menos a unas 120.000 hogares del medio rural. Los datos del Cuadro Nº 10 revelan que por debajo de 20 ha de parcela administrada, los hogares encabezados por mujeres cuentan con menos tierra propia que los encabezados por varones, hecho que constituye un elemento adicional que condiciona el desarrollo en el caso de las mujeres cabeza de hogares. La disponibilidad de recursos de capital, tales como el ganado vacuno, maquinarias y la misma tierra, es limitada para una parte importante de la población estudiada, como se puede apreciar en el Cuadro Nº 11 del Anexo. La suma de los cuatro componentes del capital considerados representa un valor medio por ha que varía entre 1,3 millones de guaraníes y 6.3 millones de guaraníes (de febrero de 1.998) equivalentes a unos US$ 500 y US$ 2500 por ha. Las maquinarias e implementos representan una mínima proporción si se consideran los cuatro componentes del activo, ponderación que aumenta a medida que las fincas son mayores, sin llegar a superar el 20%.
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
Los datos del cuadro 11 del anexo muestran que por debajo de 20 ha, los hogares encabezados por hombres tienen un mayor porcentaje de su activo en forma de tierra, que los hogares encabezados por mujeres. La tenencia de maquinarias e implementos también representa una proporción mayor del activo en los hogares encabezados por varones. Sin embargo los hogares encabezados por mujeres concentran mayor porcentaje de sus activos en la tenencia de ganado vacuno, cuando se compara con los hogares encabezados por hombres. Nivel de instrucción de personas que encabezan los hogares Los datos del cuadro 12 del anexo evidencian que es relativamente baja la proporción de hogares que tienen como jefe/a a personas carentes de instrucción alguna. El porcentaje de hogares con jefe/a sin instrucción es de 11% en el promedio general de la población. No se observa un patrón definido en cuanto a la relación del tamaño de finca y el porcentaje de hogares encabezados por personas sin instrucción. En toda la población estudiada, es decir en todos los estratos considerados, el nivel primario de instrucción es el más representativo ya que más del 80% de los jefes/as de hogares poseen dicho nivel de instrucción. La baja escolaridad de las cabezas de hogares es un factor que incide en el potencial de desarrollo al imponer límites en la capacidad de dichas personas para una amplia gama de acciones que son requeridas en el proceso de transformación productiva/modernización de las actividades producti-
49
vas rurales. Las tomas de decisiones, los análisis de costos el desarrollo de productos y de mercados, la adopción de tecnologías alternativas (que orienten el proceso productivo hacia mayores niveles de productividad), entre otros, son algunos aspectos que a menudo requieren de manejo y análisis de información, lo que a su vez genera exigencias en cuanto a la capacidad de la lectoescritura. Los Servicios agropecuarios Los datos procesados anteriormente por Giménez (citado) muestran que en promedio sólo el 52% de los productores y las productoras rurales manifiestan conocer los servicios agropecuarios, índice que baja a 21% y 31% en los estratos de menor disponibilidad de tierra. Los productores y las productoras, que solicitaron algunos de estos servicios representan el 47% del total que manifestó conocer dichos servicios; esta proporción baja a 19% en el estrato de menos de una ha. Los hogares que recibieron los servicios solicitados representan el 45% de los hogares en los que se conocía la existencia de los servicios. Si se compara el segmento de productores y productoras que recibieron servicio con el total de hogares que fueron incluidos en el referido procesamiento, se aprecia que el acceso a los servicios agropecuarios no supera el 23% del total, índice que adquiere valores mínimos de 4% en el estrato más pequeño, 9% en el estrato de 1 a 2 ha, 15% en el estrato de 2 a 5 ha. El mismo trabajo encontró que sólo el 13% del total de hogares estudiados consideró que los servicios recibidos fueron buenos.
50
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Al desagregar, en el procesamiento actual, la información sobre las opiniones de los usuarios y las usuarias de servicios agropecuarios se encuentra que de 96.500 hogares que recibieron algún tipo de servicio, 29.000 (30%) se relaciona a la asistencia técnica, 54.400 (56%) se refieren a créditos para gastos de cultivo, entre otros (ver cuadro 14 del anexo). De la cantidad de hogares en los cuales se recibió asistencia técnica, el 54% califica dicha asistencia como buena, mientras que el 42% la califica como regular y el resto como mala. En el estudio de Giménez, el porcentaje de usuarios que considera como “buenos” a los servicios en general es de 55%. Al diferenciar por sexo de la persona que encabeza el hogar, se aprecia que en el caso de los hogares encabezados por mujeres, el tener conocimiento sobre los servicios involucra a 39% en el estrato de menos de 20 ha, mientras que aumenta a 66% en el estrato de más de 20 ha. En el caso de los hogares encabezados por varones, sin embargo el tener conocimiento sobre los servicios involucra a porcentajes mayores del 50% en ambos estratos.
CONCLUSIONES E IMPLICANCIAS DE POLÍTICAS SECTORIALES La búsqueda de mejores niveles de desempeño de las actividades productivas del ámbito rural constituye una de las prioridades para el desarrollo paraguayo. A continuación son discutidas algunas posibles líneas de acción orientadas al sector agropecuario
y rural. Al hacerlo, son tomados en consideración los principales hallazgos del propio trabajo, los que son enriquecidos con propuestas que fueron desarrolladas en el marco de otros estudios realizados con anterioridad en el país. El fin de los lineamientos de política propuestos es el de contribuir al mejor posicionamiento competitivo de la actividad productiva de los sectores estudiados, y por esa vía contribuir a la generación de mejores condiciones de empleo e ingresos para la población rural. Los bajos niveles de producción y productividad, que se encuentran determinados por factores de índole interno de los procesos productivos (tales como los patrones de cultivos muy centrados en rubros tradicionales en los cuales los insumos de altos rendimientos son escasamente empleados) así como por factores de carácter estructural, como la tenencia de la tierra, implementos y otros activos, y por la pobre cobertura y baja calidad de los principales servicios de soporte, definen los bajos ingresos, y la elevada incidencia de la pobreza rural, por un lado, y la escasa competitividad de muchas de las actividades agropecuarias y rurales, por el otro lado. Los principales patrones de cultivos y de otras actividades productivas, que predominan en los distintos sectores de la población estudiada, requieren la incorporación de nuevas opciones productivas que contribuyan a la efectiva diversificación de la producción, tanto de renta como de consumo propio. Las acciones orientadas a mejorar la diversificación productiva deben contemplar necesariamente los
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
indicadores de competitividad conocidos. En este sentido, el reciente estudio de la FAO (2.000) sobre políticas y estrategias para el sector señala algunas categorías de rubros según sus ventajas competitivas: 1) Rubros con mayor competitividad: soja y sus derivados, maíz; 2) Rubros con competitividad de segundo nivel: agroindustria láctea, agroindustria de la carne, palmitos; 3) Rubros potencialmente competitivos: leche cruda, aves de corral, hortalizas, mandioca; 4) Rubros con dificultades de competitividad: yerba mate, caña de azúcar,frutas, ganado porcino, y legumbres. Algunas de las medidas de políticas que podrán generar efectos positivos en la búsqueda de la diversificación y modernización de la producción agropecuaria y otras actividades productivas del medio rural, orientando éstas hacia mayores niveles de competitividad, sustentabilidad y equidad, son:
51
La carencia de programas apropiados de financiamiento de inversiones, más allá de las tradicionales líneas de financiación de gastos de cultivo de rubros tradicionales como el algodón, hace que el segmento más numeroso de hogares rurales se desenvuelva en medio de la precariedad en lo que respecta a equipos e instalaciones. El desarrollo de rubros promisorios como la leche, las hortalizas y el ganado menor, principalmente aves de corral (todos ellos potencialmente competitivos según el estudio de la FAO sobre políticas) requiere de la infraestructura esencial en términos de equipos de frío, instalaciones de riego y cobertura, instalaciones para el almacenamiento, manipuleo, envasado y comercialización, entre otras, sin las cuales la capacidad de competir no podría ser desarrollada e incrementada. La capacitación y asistencia técnica para el desarrollo de los productos en concordancia con las exigencias de los principales mercados serán requeridas complementariamente a las facilidades para la radicación de las inversiones físicas.
Política de promoción de inversiones
Política de desarrollo de tecnologías apropiadas
La escasa capitalización de las unidades productoras rurales requiere de urgentes medidas que faciliten y promuevan las inversiones, principalmente las de pequeña escala y las apropiadas a las condiciones sociales, económicas y ambientales de la economía campesina.
La baja cobertura, y la calidad a menudo cuestionada, de los servicios de apoyo a la producción requieren la urgente adopción de medidas de orden institucional que entre otras cosas provoquen reformas de contenido y de metodología, aumenten la eficiencia ampliando el alcance, tanto territorial como del número de usuarios.
52
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Al desarrollar su propuesta en el campo de la política tecnológica, el estudio de Barrios y otros (citado) hace referencia de los criterios principales que debería contemplarse en el diseño y aplicación de este tipo de políticas. En el área de la investigación y experimentación: Realizar la investigación y experimentación siguiendo metodologías apropiadas a la realidad campesina; Partir de los conocimientos y experiencias de los propios productores; y Priorizar las innovaciones tecnológicas estratégicas, es decir aquellas vinculadas con requerimientos concebidos por los productores campesinos y que se espera generen una elevación de la productividad. En el campo de la difusión y transferencia de tecnología, el citado estudio recomienda, por un lado, basar todo el sistema en un plan estratégico con participación de actores tanto estatales como privados y los propios campesinos y sus organizaciones y, por otro lado, establecer el tratamiento diferenciado de los problemas y demandas tecnológicas según regiones y tipos de unidades productivas campesinas. La planificación por objetivos con amplia participación de los(las) involucrados(as); la investigación por sistemas de producción y el rescate de tecnologías apropiadas a las condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales de los diferentes tipos de unidades productivas del país; así
como la asistencia técnica basada en métodos participativos de transferencia; y el trabajo en unidades territoriales con visión sistémica, como las pequeñas cuencas hidrográficas, son algunas de las variantes metodológicas y de contenido que merecen ser consideradas al encarar los cambios institucionales. Política de generación de empleos La superpoblación que es notoria en muchas zonas del país, y que se encuentra traducida en los bajos promedios de tenencia de tierra en grandes segmentos de hogares rurales, necesita ser atendida a través de medidas que mejoren las condiciones de distribución de la tierra o, en su defecto, que promuevan la creación de empleos fuera de la agricultura. Programas basados en la formación de microempresarios(as) en el sector juvenil, acompañados de programas de estímulo a las inversiones en pequeña escala por el sistema del autoempleo y grupos asociativos, son algunas de las estrategias que pueden dejar importantes aportes al desarrollo rural agrícola y no agrícola del país. La implementación de los sistemas financieros populares del tipo de los pequeños créditos rotatorios de nivel local, los bancos comunales, etc., que están siendo desarrollados con éxito en varios países de América Latina y otras regiones del mundo, debe ser iniciada en el Paraguay, con amplia participación de los organismos públicos y los grupos privados (ONGs y otros) con el fin de incrementar aceleradamente los nive-
Condiciones Socioeconómicas de las Pequeñas Unidades Productoras Rurales
les de autofinan-ciamiento de las microempresas del sector rural. El Estado con participación del sector privado deberán desarrollar y poner al servicio de los(las) microempresarios(as) y de los(las) productores(as) en general un ágil mecanismo de acceso a la información y otros recursos esenciales para la adecuada toma de decisiones, y para la ventajosa participación en el mercado de diversos bienes agrícolas y no agrícolas. Política de promoción organizativa y capacitación Los bajos niveles de escolaridad de muchos(as) productores(as) y el impacto que esto genera limitando la capacidad general de gestión y organización al interior de las unidades productoras, así como en el ámbito comunitario, exigen la implementación de acciones deliberadas que promuevan la capacitación y la organización, de la población, tanto varones y mujeres, incluyendo la población juvenil. Tanto las “señales” recogidas en el presente estudio, indicando la perentoriedad de que los numerosos hogares rurales (en especial en los estratos de menores acceso a la tierra) cuenten con mecanismos que faciliten ventajas de escala en diversos ámbitos de la actividad económica, como los datos aportados por estudios anteriores, tales como el de políticas diferenciadas para el sector campesino y el de políticas y estrategias que contribuyan a la racionalización del uso de la tierra, ambos promovidos por la FAO,
53
ponen en evidencia la necesidad de la capacitación y formación de la población, la promoción y fortalecimiento de organizaciones, la participación de la población involucrada en la definición de medidas dirigidas al sector, y el desarrollo de la capacidad negociadora y de relacionamiento comercial. Política de promoción de la equidad Entre las numerosas dimensiones del proceso de desarrollo se hallan la de la sustentabilidad ambiental y social, y la de la equidad. En el presente trabajo, han sido percibidos algunos signos de inequidad en lo que respecta a la relación de género: el acceso a algunos medios de producción, así como la distribución de algunos beneficios del desarrollo, ponen de manifiesto la desventajosa posición de las mujeres en relación a los hombres. Lo dicho constituye uno de los desafíos para la futura definición de políticas públicas dirigidas a la promoción del desarrollo rural. Deberá preverse en dicho diseño y en su aplicación los mecanismos que permitan corregir las tendencias actuales. La política de tierra, los programas de financiamiento, los programas de capacitación y organización, las acciones de generación, adaptación y transferencia de tecnologías, entre otros lineamientos de política de desarrollo rural deberán incorporar las medidas correctivas.
54
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
BIBLIOGRAFÍA BARRIOS Federico y otros, “La economía campesina paraguaya: Tipología y propuesta de políticas diferenciadas”. FAO, Proyecto regional FAO – Gobierno de Italia. Asunción 1997. Bareiro Line. “Las Recién Llegadas: Mujer y Participación Política”. En Estudios Básicos de Derechos Humanos IV. Instituto Interamericano de Derechos Humanos, serie Estudios de Derechos Humanos Tomo IV. San José de Costa Rica. 1996 ESSER Klaus, y otros. “Competitividad sistémica: nuevo desafío para las empresas y la política”. Revista de la CEPAL número 59. Agosto de 1996. FOGEL Ramón, Compilador. “El Desarrollo sostenible y el Conocimiento Tradicional”. Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios – Fundación Moisés Bertoni. Asunción, 1993. GIMENEZ Celso. “Obtención de cuadros de datos a partir de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/98”. DGEEC, Programa MECOVI – Paraguay. Informe final de consultoría. Asunción. 1999. GIMÉNEZ Celso, Compilador. “Propuesta de Políticas y Estrategias
que Contribuyan a la Racionalización del Uso de la Tierra y al Desarrollo Sostenible”. Informe de Consultoría. Proyecto FAO/MAG/BIRF PAR/ UTF/011. Asunción, Septiembre de 2000. GUZMÁN, Laura y Pacheco Gilda. “La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer”. En Estudios Básicos de Derechos Humanos IV. Instituto Interamericano de Derechos Humanos, serie Estudios de Derechos Humanos Tomo IV. San José de Costa Rica. 1996 MELLOR John W. “The economics of agricultural development”. Cornell University Press. 1980. PNUD. “Informe nacional de desarrollo humano desde la perspectiva de género 1995”. RIVAROLA Mirta. “Situación de la Mujer Rural en el Paraguay” Secretaría de la Mujer de la Presidencia de la República. Asunción, 1998. ROBLES Marcos. “Paraguay Rural: ingresos, tenencia de tierras, pobreza y desigualdad”. STP – DGEEC/ MECOVI – PARAGUAY. Informe de consultoría. Asunción. 1999. WEITZ Raanan. “ De campesino a agricultor”.Fondo de cultura económica. México 1973
55
Condiciones Socioeconรณmicas de las Pequeรฑas Unidades Productoras Rurales
Anexos
&8$'52 'LVWULEXFLyQ GH ORV KRJDUHV UXUDOHV VHJ~Q VH[R \ RFXSDFLyQ SULQFLSDO GH OD SHUVRQD TXH HQFDEH]D HO KRJDU * 6(;2 '(/ -()( $ '( +2*$5 7LSR GH DFWLYLGDG GHO MHIH D GH KRJDU
)UHF
&RO
ILOD
Agropecuaria independ.
220.110
58,1
92,0
19.269
46,0
8,0
239.379
56,9
100
Resto de Actividades
158.956
41,9
87,5
22.624
54,0
12,5
181.580
43,1
100
7RWDO
+RPEUH
0XMHU
7RWDO
)UHF &RO ILOD
)UHF
&RO ILOD
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98
* Considerado solo los hogares con jefes ocupados
&8$'52 'LVWULEXFLyQ GH ORV KRJDUHV SRU VH[R GHO MHIH GH KRJDU VHJ~Q WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU 6H[R GHO MHIH D GH KRJDU 7DPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU
+RPEUH
0XMHU
)UHF &RO ILOD Menos de 1 ha de 1 a menos de 2 has de 2 a menos de 5 has de 5 a menos de 10 has de 10 a menos de 20 has de 20 a menos de 50 has de 50 a menos de 100 has de 100 a mรกs
7RWDO
5.847 9.706 41.286 49.562 74.863 28.192 7.071 3.583
2,7 4,4 18,8 22,5 34,0 12,8 3,2 1,6
74,6 74,6 89,2 92,5 96,5 94,0 100,0 89,2
7RWDO
)UHF &RO ILOD 1.986 3.297 5.011 3.991 2.740 1.810
10,3 17,1 26,0 20,7 14,2 9,4
25,4 25,4 10,8 7,5 3,5 6,0
434
2,3
10,8
)UHF &RO ILOD 7.833 13.003 46.297 53.553 77.603 30.002 7.071 4.017
3,3 5,4 19,3 22,4 32,4 12,5 3,0 1,7
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
56
ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 3
&8$'52 3DWURQHV GH 3URGXFFLyQ $JURSHFXDULD VHJ~Q 7DPDxR GH ODV 3DUFHODV %DMR &RQWURO GHO +RJDU (Q SRUFHQWDMHV VREUH LQJUHVRV \ VREUH VXSHUILFLH FXOWLYDGD Estratos de tamaĂąo
A. Venta de Cultivos B. Venta Animales C. Venta Leche, huevo, miel de abeja
21,6 18,2 16,6
De 1 ha a menos de 2 ha 16,1 7,6 13,1
D. Venta prod. Procesados
Total
0,9 12,1 26,6 3,5 0,5 0,0 0,0 100
3,7 12,9 27,2 17,0 2,3 0,0 0,2 100
2,0 11,0 17,2 15,5 2,5 0,0 1,1 100
3,2 18,2 17,8 13,6 3,5 0,0 0,2 100
4,3 9,3 18,5 13,1 3,8 0,3 0,6 100
3,0 5,6 9,2 6,7 2,8 1,0 0,1 100
0,4 2,3 4,4 3,0 4,3 3,7 0,0 100
0,4 2,0 1,5 0,8 0,3 0,0 0,0 100
2,3 7,6 11,6 7,9 2,6 0,7 0,3 100
Principales cultivos 1. Mandioca 2. MaĂz tupĂ 3. MaĂz chipĂĄ 4. Poroto 5. Hortalizas 6. Frutas de estaciĂłn 7. AlgodĂłn 8. Soja 9. CaĂąa de azĂşcar 10.Frutales permanentes 13.Trigo 14. ManĂ 15. Tabaco 16. Arroz Sub total
49,4 14,9 8,2 5,3 5,5 2,7 1,0 0,0 0,9 4,9 0,0 1,2 0,0 1,7 95,7
36,2 14,5 13,5 8,6 1,1 1,8 9,4 0,6 3,4 3,9 0,0 4,3 0,0 0,4 97,7
26,9 14,3 13,3 6,6 0,9 2,1 15,4 4,9 3,8 4,3 0,0 2,3 0,3 0,9 96,0
25,9 12,9 11,7 6,6 0,3 1,3 19,4 6,9 3,4 2,4 0,3 2,5 0,5 1,0 95,1
24,3 13,0 10,8 4,2 0,5 0,7 15,1 15,7 2,6 2,9 0,7 2,4 0,8 1,5 95,2
12,9 11,7 7,3 1,8 0,3 0,5 8,0 44,1 1,9 1,8 2,3 1,3 0,5 0,7 95,1
2,8 5,2 1,0 0,9 0,2 0,2 0,1 64,2 0,9 0,4 13,9 0,1 0,0 4,3 94,2
0,7 1,7 0,2 0,1 0,0 0,0 0,5 64,8 2,9 0,1 21,0 0,1 0,0 0,0 92,1
13,1 8,5 6,1 2,6 0,3 0,6 7,9 39,6 2,5 1,6 8,6 1,2 0,3 1,2 94,1
0,4 3,5 4,9
2,9 2,9 0
1,9 4,1 0,1 0,9 0,9
0,5 1,2 0,7 1,9 1,6
100,0
100,0
100,0
100,0
Principales Rubros de ProducciĂłn
E. Autocons. Animales F. Autocons. Leche, huevo, miel G. Autocons. Cultivos H. Autoconsumo de prod.procesados . Alquiler de parcela o lote J. Alquiler de maquinarias
17. Girasol 18. Sorgo 19. Tung 20. Yerba mate OTROS TOTAL
Menos de 1 ha
De 2 ha a menos de 5 ha 33,5 12,3 4,8
De 5 ha a menos de 10 ha
De 10 ha a menos de 20 ha
De 20 ha a menos de 50 ha
De 50 ha a menos de 100 ha
De 100 ha y mĂĄs
Total
24,3 16,0 3,2
33,6 12,4 4,1
41,5 12,3 17,8
78,5 2,1 1,3
66,4 28,3 0,3
45,4 15,2 6,4
4,3
2,3
4
1,6 4,9
0,7 2,2 4,8
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares de la zona rural con ocupaciĂłn principal agropecuaria de las personas cabezas de hogar.
&8$'52 3URGXFWLYLGDG GH IDFWRUHV VHJ~Q VH[R GH FDEH]D GH KRJDU 6H[R GHO MHIH GH KRJDU 3DWURQHV GH 3URGXFWLYLGDG +RPEUH 0XMHU 7RWDO Renta Bruta Media anual originada en Actividades Agropecuarias (Gs.) PoblaciĂłn en Edad de Trabajar
5.707.623
2.565.817
3,8
3,0
Superficie media de tierra bajo control del hogar (ha.) Valor medio del capital del hogar en tierra, ganado y maq. e implementos (Gs.) Renta bruta por persona en edad de trabajar (Gs.)
15,3
20,2
30.793.932
25.163.288
1.508.724
849.042
Renta Bruta por Ha. De tierra bajo control del hogar (Gs.)
374.087
127.023
19
10
Tasa de retorno del capital en tierra, ganado y mĂĄq. e implementos (%) Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98
Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
57
Condiciones SocioeconĂłmicas de las PequeĂąas Unidades Productoras Rurales
&8$'52 Productividad media de los factores segĂşn estrato Tasa de Renta bruta Renta retorno del por Bruta por capital en persona en Ha. De tierra, edad de tierra bajo ganado y trabajar control del mĂĄq. e (Gs.) hogar (Gs.) implemento s (%)
TamaĂąo de las parcelas bajo control del hogar
Renta Bruta Media anual originada en Actividades Agropecuarias (Gs.)
Poblac iĂłn en Edad de Trabaj ar
Superfici e media de tierra bajo control del hogar (ha.)
Valor medio del capital del hogar en tierra, ganado y maq. e implementos (Gs.)
Menos de 1 ha.
1.750.875
3,0
0,4
2.840.242
592.519
4.440.689
1 a menos de 2 has.
1.291.300
3,3
1,3
4.774.833
388.082
1.027.999
27
2 a menos de 5 has.
2.556.662
3,2
3,0
4.768.670
791.464
846.686
54
62
5 a menos de 10 has.
3.924.117
3,9
6,5
8.237.345
997.348
602.795
48
10 a menos de 20 has.
4.565.919
4,0
12,1
16.522.662
1.139.739
376.192
28
20 a menos de 50 has.
10.182.777
3,8
27,4
55.021.371
2.691.022
371.184
19
50 a menos de 100 has.
23.569.801
3,6
58,9
189.126.730
6.602.831
400.229
12
de 100 a mĂĄs has.
29.290.617
3,5
260,1
553.725.236
8.353.597
112.623
5
3URPHGLR
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 'LVWULEXFLyQ GH OD SREODFLyQ GH \ PiV DxRV SRU QLYHO HGXFDWLYR VHJ~Q VH[R GHO MHIH GH KRJDU
6H[R GHO MHIH GH +RJDU 6LQ LQVWUXFFLyQ )UHF ILOD
1LYHO HGXFDWLYR 3ULPDULR 6HFXQGDULR 7HUFLDULR )UHF ILOD )UHF ILOD )UHF ILOD
Mujer
25.570
37,1
38.448
55,8
4.894
7,1
Hombre
317.072
32,8
569.161
58,9
75.202
7,8
4.187
0,4
7RWDO
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
1'
7RWDO )UHF ILOD 68.912
100
90
965.712
100
58
ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 3
&8$'52 'LVWULEXFLyQ GH OD SREODFLyQ GH \ PiV DxRV SRU QLYHO HGXFDWLYR VHJ~Q WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU 1LYHO HGXFDWLYR (VWUDWR
6LQ LQVWUXFFLyQ )UHF
ILOD
3ULPDULR )UHF
6HFXQGDULR
7HUFLDULR
7RWDO
ILOD )UHF ILOD )UHF ILOD 1'
Menos de 1 ha.
7.675
32,0
13.570
56,6
2.356
9,8
1 a menos de 2 has.
21.054
41,0
24.965
48,6
5.385
10,5
2 a menos de 5 has.
68.943
38,8
97.342
54,8
10.729
6,0
285
1,2
768
90
0,4
)UHF
ILOD
23.976
100
51.404
100
177.782
100
5 a menos de 10 has.
84.812
33,6
153.414
60,7
13.740
5,4
825
0,3
252.791
100
10 a menos de 20 has.
114.079
31,1
223.603
61,0
28.702
7,8
416
0,1
366.800
100
20 a menos de 50 has.
35.809
28,9
73.956
59,7
12.470
10,1
1.737
1,4
123.972
100
50 a menos de 100 has.
8.447
32,6
14.140
54,5
3.362
13,0
25.949
100
de 100 a mรกs has.
1.823
15,3
6.619
55,4
3.352
28,1
156
1,3
11.950
100
727$/
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 +RJDUHV SRU DOJXQD 1%, VHJ~Q WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU 7DPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU Menos de 1 ha. 1 a menos de 2 has. 2 a menos de 5 has. 5 a menos de 10 has. 10 a menos de 20 has. 20 a menos de 50 has. 50 has. y mรกs
7RWDO
$O PHQRV XQD 1%, 6LQ 1%, )UHF ILOD 2.480 4.626 14.761 17.166 26.633 14.111 7.421
31,7 35,6 31,9 32,1 34,3 47,0 66,9
&RQ 1%, )UHF ILOD 5.353 8.377 31.536 36.387 50.970 15.891 3.667
68,3 64,4 68,1 67,9 65,7 53,0 33,1
7RWDO )UHF ILOD 7.833 13.003 46.297 53.553 77.603 30.002 11.088
100 100 100 100 100 100 100
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 6XSHUILFLH PHGLD GH WLHUUDV SURSLDV DOTXLODGDV FHGLGDV \ RFXSDGDV VHJ~Q WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU 6XSHUILFLH PHGLD GH WLHUUD $OTXLODGD &HGLGD 2FXSDGD
7DPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU
3URSLD
Menos de 1 ha. 1 a menos de 2 has. 2 a menos de 5 has. 5 a menos de 10 has. 10 a menos de 20 has. 20 a menos de 50 has. 50 has. y mรกs
0,2 0,6 1,4 4,8 10,5 25,0 112,7
0,0 0,1 0,2 0,3 0,2 1,1 17,9
0,2 0,5 1,4 1,4 1,4 1,3 1,2
0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,0
7RWDO
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
7RWDO
Condiciones Socioeconรณmicas de las Pequeรฑas Unidades Productoras Rurales
&8$'52 6XSHUILFLH PHGLD GH WLHUUDV SURSLDV DOTXLODGDV FHGLGDV \ RFXSDGDV VHJ~Q VH[R GH OD FDEH]D GH KRJDU \ WDPDxR GH OD SDUFHOD 6H[R GHO MHIH GH KRJDU \ 7DPDxR GH ODV SDUFHODV
0XMHU
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7RWDO
6XSHUILFLH PHGLD GH WLHUUD 3URSLD
$OTXLODGD
&HGLGD
2FXSDGD
7RWDO
3,2 135,7
0,0 0,0
1,4 0,2
0,1 0,0
4,7 135,8
6,0 43,6
0,2 5,9
1,3 1,3
0,1 0,1
7,6 51,0
+RPEUH
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7RWDO
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 7DPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU Menos de 1 ha. 1 a menos de 2 has. 2 a menos de 5 has. 5 a menos de 10 has. 10 a menos de 20 has. 20 a menos de 50 has. 50 a menos de 100 has. de 100 a mรกs has.
3URPHGLR
&RPSRVLFLyQ GHO &DSLWDO 7LHUUDV 987.787 2.420.741 2.670.638 6.458.580 12.870.680 42.775.216 144.205.629 312.892.751
*DQDGR 9DFXQR 2WURV JDQDGRV 0DTXLQDULDV 1.349.081 1.095.548 1.197.200 1.610.032 2.319.198 5.350.125 6.094.494 19.593.140
3RUFHQWDMH GHO WRWDO SRU WDPDxR GH ODV SDUFHODV 7DPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU
7LHUUDV
Menos de 1 ha. 1 a menos de 2 has. 2 a menos de 5 has. 5 a menos de 10 has. 10 a menos de 20 has. 20 a menos de 50 has. 50 a menos de 100 has. de 100 a mรกs has.
39,1 63,4 62,6 73,7 80,0 82,4 85,2 75,4
7RWDO
154.802 166.676 166.637 192.398 215.718 293.198 250.101 396.689
6XPD
32.393 136.254 230.534 497.358 687.922 3.496.178 18.688.846 81.986.918
2.524.063 3.819.220 4.265.009 8.758.369 16.093.518 51.914.718 169.239.070 414.869.498 24.550.858
&RPSRVLFLyQ GHO &DSLWDO
*DQDGR 9DFXQR 2WURV JDQDGRV 0DTXLQDULDV 53,4 28,7 28,1 18,4 14,4 10,3 3,6 4,7
6,1 4,4 3,9 2,2 1,3 0,6 0,1 0,1
1,3 3,6 5,4 5,7 4,3 6,7 11,0 19,8
6XPD 100 100 100 100 100 100 100 100
&RPSRVLFLyQ GHO FDSLWDO VHJ~Q HO VH[R GHO MHIH GH KRJDU \ WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU 6H[R GHO MHIH GH KRJDU \ 7DPDxR GH ODV SDUFHODV
&RPSRVLFLyQ GHO &DSLWDO
4.409.701 133.489.081
1.845.520 7.432.710
181.961 159.656
134.840 23.168.367
7RWDO
8.096.175 99.097.852
1.745.219 7.368.993
198.060 322.066
540.887 17.903.566
6XPD
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7.782.346 100.976.020
1.753.758 7.372.473
196.689 313.196
506.321 18.191.086
10.239.114 126.852.775
0XMHU
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7RWDO
+RPEUH
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
$PERV VH[RV 7RWDO
7LHUUDV
*DQDGR 9DFXQR 2WURV JDQDGRV 0DTXLQDULDV
59
60
ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 3
&RPSRVLFLyQ GHO FDSLWDO VHJ~Q HO VH[R GHO MHIH GH KRJDU \ WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU &RPSRVLFLyQ GHO &DSLWDO 6H[R GHO MHIH GH KRJDU \ 7DPDxR GH ODV SDUFHODV 7LHUUDV *DQDGR 9DFXQR 2WURV JDQDGRV 0DTXLQDULDV 6XPD 0XMHU Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7RWDO
67,1 81,3
28,1 4,5
2,8 0,1
76,5 79,5
16,5 5,9
1,9 0,3
76,0 79,6
17,1 5,8
1,9 0,2
4,9 14,3
100,0 100,0
+RPEUH
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7RWDO
$PERV VH[RV
Menos de 20 has. 20 y mรกs has.
7RWDO
2,1 14,1
5,1 14,4
100,0 100,0
100,0 100,0
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 'LVWULEXFLyQ GH ORV KRJDUHV SRU QLYHO HGXFDWLYR GHO MHIH D GH KRJDU VHJ~Q WDPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU 1LYHO HGXFDWLYR GHO MHIH D GH KRJDU 6LQ LQVWUXFFLyQ 3ULPDULR 6HFXQGDULR )UHF ILOD )UHF ILOD )UHF ILOD
7DPDxR GH ODV SDUFHODV EDMR FRQWURO GHO KRJDU
7RWDO )UHF ILOD
menos de 1 ha.
878
11,2
6.401
81,7
554
7,1
7.833
100
1 a menos de 2 has.
1.715
13,2
11.059
85,0
229
1,8
13.003
100
2 a menos de 5 has.
4.448
9,6
40.166
86,8
1.683
3,6
46.297
100
5 a menos de 10 has.
5.685
10,6
45.646
85,2
2.222
4,1
53.553
100
10 a menos de 20 has.
10.378
13,4
63.765
82,2
3.460
4,5
77.603
100
20 a menos de 50 has.
2.642
8,8
25.955
86,5
1.405
4,7
30.002
100
50 has. y mรกs
382
3,4
9.051
81,6
1.655
14,9
11.088
100
7RWDO
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 +RJDUHV TXH VROLFLWDURQ VHUYLFLRV SRU ,QVWLWXFLyQ X 2UJDQL]DFLyQ VHJ~Q WLSR GH VHUYLFLR VROLFLWDGR ,QVWLWXFLyQ 2UJDQL]DFLyQ DO FXDO VROLFLWDURQ VHUYLFLR
7LSR GH VHUYLFLR VROLFLWDGR
0$*
(PSUHVD DJURH[S 'LVWULE GH LQVXPRV
%1) &$+ )'&
3URI ,QGHSHQGLHQWH *RE HUQDFLyQ 0XQLFLSDOL
7RWDO
GDG &RRS 2WUR
Visita de tรฉcnicos
4.917
2.547
17.717
6.785
Crรฉdito para gastos de cultivos
3.757
2.746
40.381
9.147
302
2.212
1.485
807
1.113
3.529
880
2.422
Informaciรณn y orientaciรณn para comercializar productos Trรกmites para adjudicaciรณn, mensura o titulaciรณn de lotes
185
Orientaciรณn para organizarse o desarrollar ideas
330
7RWDO
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
61
Condiciones Socioeconรณmicas de las Pequeรฑas Unidades Productoras Rurales
&8$'52 +RJDUHV TXH UHFLELHURQ HO VHUYLFLR VROLFLWDGR SRU RSLQLyQ VREUH OD FDOLGDG VHJ~Q WLSR GH VHUYLFLR VROLFLWDGR 7LSR GH VHUYLFLR VROLFLWDGR
2SLQLyQ VREUH OD FDOLGDG GH ORV VHUYLFLRV
7RWDO
%XHQR
5HJXODU
0DOR
1R RSLQD
Visita de tรฉcnicos
15.644
12.369
1.201
Crรฉdito para gastos de cultivos
29.257
21.930
2.467
Informaciรณn y orientaciรณn para comercializar productos
1.215
2.155
532
734
Trรกmites para adjudicaciรณn, mensura o titulaciรณn de lotes
1.083
4.043
199
Orientaciรณn para organizarse o desarrollar ideas
1.641
1.991
7RWDO
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares Rurales cuyos jefes tienen actividad principal agropecuaria en forma independiente:
&8$'52 +RJDUHV TXH UHFLELHURQ HO VHUYLFLR VROLFLWDGR SRU RSLQLyQ VREUH OD FDOLGDG VHJ~Q ,QVWLWXFLyQ X 2UJDQL]DFLyQ TXH SURSRUFLRQy VHUYLFLR ,QVWLWXFLyQ 2UJDQL]DFLyQ
2SLQLyQ VREUH OD FDOLGDG GH ORV VHUYLFLRV
%XHQR
5HJXODU
0DOR
MAG
3.628
2.645
995
Agroexportadora o distribuidora de insumos
3.005
3.284
113
BNF, CAH, FDC
29.145
26.955
2.872
Prof. Independiente/ Gobernaciรณn/Municipalidad/Coop./Otro
13.062
9.604
419
7RWDO
1R RSLQD
7RWDO
734
Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares de la zona rural con ocupaciรณn principal agropecuaria de las personas cabezas de hogar.
62
ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 3
&8$'52 $FFHVR D VHUYLFLRV DJURSHFXDULRV VHJ~Q VH[R GHO MHIH GH KRJDU \ WDPDxR GH ODV SDUFHODV
6HUYLFLRV $JURSHFXDULRV
6H[R GHO MHIH GH KRJDU \ 7DPDxR GH ODV SDUFHODV
&RQRFHQ H[LVWHQFLD GH VHUYLFLRV GH DVLVWHQFLD
+DQ VROLFLWDGR VHUYLFLRV GH DVLVWHQFLD
6ROLFLWDURQ DO PHQRV
6L
1R
7RWDO
6L
1R
7RWDO
5HFLELHURQ
Menos de 20 has.
6.576
10.212
16.788
1.847
4.729
6.576
1.847
20 y mรกs has.
1.494
750
2.244
138
1.206
1.344
138
7RWDO
Menos de 20 has.
99.548
81.115
180.663
50.111
49.281
99.392
47.619
2.613
20 y mรกs has.
28.092
10.754
38.846
18.462
9.630
28.092
17.268
1.708
0XMHU
1R
2SLQLyQ GH ORV TXH UHFLELHURQ VHUYLFLRV EXHQR
PDOR
QR RSLQD
23.246
22.500
2.671
734
11.037
6.516
910
1.209
UHJXODU 638 138
+RPEUH
7RWDO
* Considerando los nueve tipos de servicios especificados en la boleta de la EIH 1997/98 ** Suma de opiniones considerando todos los servicios recbidos Fuente: D.G.E.E.C. - Encuesta integrada de hogares 1997/98 Hogares de la zona rural con ocupaciรณn principal agropecuaria de las personas cabezas de hogar.
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
63
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción Marcos Robles INTRODUCCIÓN Hoy en día para que una empresa sea exitosa necesita orientarse al mercado y una de las mejores formas de hacerlo es estudiándolo. Hasta hace unos años esta no era una práctica común. Muchas empresas primero producían y luego trataban de vender todo lo producido a como de lugar. Hoy la tendencia es primero estudiar al mercado y luego preparar los productos conforme a los deseos y necesidades de los consumidores. En este marco, saber cómo esta segmentado el mercado es fundamental para ejecutar estrategias empresariales de manera eficiente y, por tanto, llegar con más precisión al cliente y, así, obtener mayores utilidades. Pero ¿qué es la segmentación del mercado?. Cualquier texto de marketing la define como el proceso de identificar grupos de consumidores, con necesidades y motivos de compra similares. El conocimiento de esta similitud, y también el tamaño de cada grupo, puede inducir a los responsables de las empresas a optar por: (a) el refinamiento del producto (calidad, durabilidad, diseño, empaque) para satisfacer de manera más precisa las necesidades de uno o más segmentos, (b) la fijación del esfuerzo de marketing hacia un segmento en particular (por ejemplo, el de más
alto poder de compra), (c) el desarrollo de nuevos productos para segmentos determinados, por ejemplo, los que carecen de capacidad o disposición de compra, entre otros. Adicionalmente, si la información utilizada para hacer la segmentación es detallada, desde el punto de vista temático y geográfico, podría facilitarse, además, la identificación de: (a) los medios publicitarios a utilizar, (b) los grupos de la población a quienes la fuerza de venta debe visitar, (c) los mensajes de ventas a utilizar, (d) la ubicación de los puntos de venta, entre otros. En el presente documento la DGEEC pone a disposición de los analistas e investigadores de mercado no solo los resultados de la segmentación realizada para la población (los consumidores o compradores) de Asunción y el área urbana del Departamento Central (en adelante se les denomina a ambos como Área Metropolitana de Asunción), sino también la descripción de los procedimientos utilizados para efectuar dicha segmentación1 . 1 Otros dos métodos de segmentación, menos intuitivos, también fueron probados utilizando las técnicas del análisis factorial (componentes principales) y del análisis de grupos (k-promedios) con resultados similares.
64
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Para este propósito se tuvo en consideración el siguiente tipo de información (y por ello el uso del término “estratificación socioeconómica”2 ): (a) el ingreso familiar per cápita y (b) las características de la población de tipo demográfico, social y económico. Para el primer caso se utilizó lo que se conoce como el método de estratificación de “Dalenius” y para el segundo el de “puntajes”. En ambos casos las estimaciones efectuadas se realizaron usando los datos correspondientes a la población del Área Metropolitana de Asunción de dos encuestas ejecutadas por la DGEEC: la Encuesta Integrada de Hogares, de agosto de 1997 a julio de 1998, (EIH 1997/1998), y la Encuesta Permanente de Hogares, de agosto a diciembre de 1999, (EPH 1999), los mismos que han permitido definir el perfil de cada uno de los estratos determinados. El método de Dalenius también fue utilizado para determinar los estratos de las manzanas del Área Metropolitana de Asunción con información del ingreso estimado de la población censada en 1992, lo cual, a la vez, permitió mapear sus diferentes barrios según el estrato de cada manzana.
ESTRATIFICACIÓN CON EL INGRESO FAMILIAR PER CÁPITA La forma más simple de aproximarse a la medición de la capacidad de consumo y disposición de compra de la población es a través de la in2 debido a que generalmente están altamente correlacionadas con la capacidad de consumo y disposición de compra de la población.
formación de sus ingresos. El concepto utilizado de esta variable para propósitos de estratificación es el que corresponde al Ingreso Disponible, es decir, el ingreso que se encuentra disponible para el gasto de consumo final de los hogares (en efectivo y en especie), y el ahorro. Este ingreso, en el marco de las Encuestas de Hogares utilizadas, se obtuvo sumando los siguientes ingresos recibidos por cada uno de los miembros del hogar3 : (a) los sueldos y salarios, en dinero y especie; (b) los ingresos generados por el trabajo independiente, como cuentapropista, empleador o patrón, en dinero y especie; (c) los ingresos provenientes de las pensiones, jubilaciones, ayudas familiares (nacionales y del exterior) y otras transferencias corrientes, y (d) la renta de la propiedad, compuesta por los intereses, dividendos, rentas, regalías, y otros similares, así 3 Las últimas encuestas de hogares ejecutadas por la DGEEC tienen módulos con información que permiten mejorar de manera importante las estimaciones de los ingresos familiares. Indagan con detalle acerca de los flujos de entrada y salida de las actividades realizadas por quienes generan sus ingresos por vías diferentes al salario, es decir, por aquellos que se emplean de manera independiente. La experiencia ha mostrado que generalmente estos ingresos se subdeclaran, en particular en las áreas rurales. Se ha probado que la información de dichos flujos puede suplir con creces las deficiencias indicadas. Las encuestas de hogares, adicionalmente, tienen información detallada de rubros que permiten llegar hasta el concepto de ingreso disponible, como es el caso del pago de los impuestos directos y la renta imputada de la vivienda propia, entre otros. En consecuencia, el análisis de los ingresos y, en general, de las condiciones de vida, la pobreza y distribución del ingreso, se ven facilitados de manera significativa, al contar con información más fiable.
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
65
como por la renta imputada por la vivienda propia,
que estos formen intervalos iguales
menos los pagos por los impuestos directos, las contribuciones a la seguridad social, al fondo de pensiones y el pago al servicio doméstico del hogar. Este ingreso luego fue dividido entre el número de miembros del hogar para obtener el ingreso familiar por persona, es decir, un indicador de nivel de vida que puede ser utilizado directamente para agrupar a la población en estratos sin tener el problema del sesgo que puede producirse por el tamaño familiar4 .
Si, por ejemplo, se forman cinco estratos, el límite superior del primero (K1) será igual a Z(Yn)/5, el del segundo 2*K1, el del tercero 3*K1, el del cuarto 4*K1 y el del quinto 5*k1. Los límites inferiores del segundo al quinto estrato serán iguales al valor inmediatamente anterior de los valores de los límites superiores del primer al cuarto estrato, respectivamente. Con estos resultados, los límites de los estratos en términos del ingreso per cápita serán los correspondientes a cada uno de los estratos formados con los valores de la escala anterior.
Como se indicó, la agrupación de la población, en función del valor de este ingreso, se hizo utilizando el método de Dalenius. En general, este método busca que la población se agrupe en estratos según una característica específica (el ingreso en el presente estudio), de tal manera que la variabilidad de dicho ingreso dentro de un estrato sea lo más pequeño posible y, a la vez, lo más grande posible entre los estratos. Para efectos prácticos lo anterior significa proceder del siguiente modo. Si Y0 e Yn son, respectivamente, los valores mínimo y máximo del ingreso familiar por persona (Y) y se forma la función acumulativa de la raíz de la distribución de frecuencias de este ingreso:
Z(Y) =
∫
Y
Yo
f (Y ) dY,
en la escala acumulativa de
f (Y ) .
Los Cuadros Nº 1 y 2 muestran los resultados de las estimaciones efectuadas utilizando este método para el Área Metropolitana de Asunción, con información de la EPH 1999. Para determinar la frecuencia de la variable ingreso familiar per cápita (Y) se tuvo en consideración 100 percentiles cuya amplitud se determinó en función de los valores mínimo y máximo de dicha variable (0 y 4.962.500, respectivamente5 ). En consecuencia el límite superior del primer percentil de Y se calculó del siguiente modo: 0 + (4.962.500 - 0) / 100 = 49.625. El del segundo, sumando este resultado más (4.962.500 - 0) / 100, es decir, 99.250, y así sucesivamente.
entonces, la regla es escoger los límites de los estratos de tal manera
También puede observarse que para cinco estratos, en la escala acumulativa
4 Más adelante se prueba que el método de “puntajes” tiene este sesgo al evidenciarse que el tamaño familiar es más alto en estratos más altos.
5 sin tener en consideración los valores mayores a este límite, que corresponden a los miembros de cuatro hogares (casos atípicos), de un total de 1.381 entrevistados de esta Área.
66
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
de f (Y ) , el límite superior del estrato “bajo” es igual a Z(Yn)/5 = 7903,9/5 = 1580,78, el del “medio bajo” 2*K1 = 2*1580,78 = 3161,56, el del “medio-
medio” 3*K1 = 3*1580,78 = 4742,34, el del “medio-alto” 4*K1 = 4*1580,78 = 6323,12 y el del “alto” 5*k1 = 5*1580,78 = 7903,90.
Cuadro Nº 1: Método de Dalenius estimaciones previas a la determinación de los estratos del área metropolitana de Asunción (1999) Percentil
Límite superior de Y (Gs. de oct. 99)
f (Y )
∫
f (Y )
1 49.625 16.956 130 2 99.250 17.263 131 3 148.875 98.168 313 4 198.500 172.168 415 . . . . . . . . 97 4.813.625 0 0 98 4.863.250 0 0 99 4.912.875 312 18 100 4.962.500 3.790 62 Y = Ingreso familiar percápita en Guaraníes de octubre de 1999 Elaborado sobre la base de la información de la EPH 1999
Y Y0
f (Y ) dY 130 262 575 990 . . 7.825 7.825 7.842 7.904
Cuadro Nº 2: Método de Dalenius determinación de los limites de los estratos del área metropolitana de Asunción (1999) Límite superior de Estrato
∫
Y Y0
f (Y ) dY
Y Límite inferior
Límite superior
(E) Bajo 1580,78 0 248.125 (D) Medio-bajo 3161,56 248.126 446.625 (C) Medio-medio 4742,34 446.626 843.625 (B) Medio-alto 6323,12 843.626 1.588.000 (A) Alto 7903,90 1.588.001 + Y = Ingreso familiar percápita en Guaraníes de octubre de 1999 Elaborado sobre la base de la información de la EPH 1999
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
Con estos resultados, puede observarse en el Cuadro No. 3 que en el Área Metropolitana de Asunción: (a) la capacidad de compra familiar en el estrato “alto” es en promedio 8,3 veces mayor que la del estrato bajo (y 15,2 veces a nivel per cápita), (b) el 15 % de la población pertenece al estrato medio-alto y alto, es decir, de un total de 1 millón 715 mil habitantes, 257 mil tienen en promedio un ingreso familiar superior a los Gs. 3 millones 924 mil, (c) 476 mil personas (28 % del total) pertenecen al estrato bajo con un ingreso familiar promedio de Gs. 927 mil, y
67
(d) el tamaño promedio de los hogares de este estrato es 5,4 miembros, mientras que el del estrato alto solo 3 miembros. En los Cuadros No. A1, A2 y A3 del Anexo se muestran las estimaciones realizadas teniendo en consideración la información correspondiente al periodo 1997/1998 y el mismo método de Dalenius. Con ellos se comprueba la solidez de los resultados al observarse cambios poco significativos en la distribución de la población y hogares del Área Metropolitana de Asunción según el estrato socioeconómico al que pertenecen, a pesar de la reducción real de los ingresos familiares en 18 % en el lapso de 20 meses (transcurridos entre los períodos medios de ejecución de las encuestas de 1997/1998 y 1999).
Cuadro Nº 3: Método de Dalenius Área Metropolitana de Asunción: Distribución de la población y hogares e ingreso familiar según estratos (1999) Frec. de Ingreso familiar Frec. de Número de población mensual promedio Estrato % hogares del % miembros por del estrato hogar Guaraníes US$ (*) estrato (E) Bajo 475.912 27,7 87.612 22,4 5,4 926.857 280 (D) Medio-bajo 538.955 31,4 113.643 29,0 4,7 1.564.178 472 (C) Medio-medio 443.287 25,8 112.896 28,8 3,9 2.371.075 716 (B) Medio-alto 179.392 10,5 51.385 13,1 3,5 3.924.162 1185 (A) Alto 77.904 4,5 26.233 6,7 3,0 7.711.479 2329 Total 1.715.450 100,0 391.769 100,0 4,4 2.375.341 717 (*) Tipo de cambio de octubre de 1999 = 3311,7 Guaraníes por US$ Elaborado sobre la base de la información de la EPH 1999
68
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
ESTRATIFICACIÓN CON LAS CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS DE LA POBLACIÓN
trimonio del hogar y características de la vivienda7 . La DGEEC tomó en consideración la información de estos cuatro indicadores debido a las siguientes razones:
Se ha indicado la importancia de poder clasificar a la población según su capacidad de consumo y disposición de compra y que la forma más simple de acceder a ella es con los datos del ingreso de la población. Cuando este no se encuentra disponible o la información existente es poco confiable se recurre a mediciones indirectas para estimar dicha capacidad. En este marco, el método de “puntajes”, a diferencia del método anterior, que utiliza una sola variable para estratificar a la población, trata de aprovechar la información de una serie de características socioeconómicas fundamentales de la población6 para construir un indicador sintético (Indicador del Nivel socioeconómico, INSE) con valores diferentes para cada hogar (pero compartido por todos sus miembros). Los valores de este indicador, que generalmente se calculan sumando los puntajes específicos asignados a cada categoría de las variables utilizadas, luego son contrastados con una escala de puntuación correspondiente a cada uno de los estratos.
(a) la educación porque condiciona la inserción en el mercado laboral y predispone la tenencia de ciertas estructuras del consumo, además porque es considerado el principal factor explicativo de la movilidad social de las personas,
¿Qué variables deben tenerse en consideración para este propósito?. No existe un criterio unico al respecto, pero tradicionalmente se toma en cuenta la información sobre la educación, ocupación, equipamiento o pa6 En este sentido la aproximación a la variable “capacidad de gasto o consumo de la población” es más indirecta con este método que con el que utiliza directamente el ingreso de la población.
(b) la ocupación porque es uno de los principales indicadores del nivel de ingresos esperados, (c) el equipamiento o patrimonio del hogar porque es un reflejo de las condiciones de vida de la población y puede ser un indicador de las aportaciones acumuladas de los miembros del hogar como percibidores de ingreso, y (d) las características de la vivienda porque condiciona el desarrollo integral de la persona (fisiológicas, psicológicas y sociales). Pero más allá del consenso que pudiera existir sobre las variables a tener en cuenta para determinar los estratos, las diferencias aparecen cuando se trata de definir la ponderación de dichas variables. Al respecto, la DGEEC utilizó el siguiente algoritmo:
ESTRATOk = ∑i∑j Xij 7 Otras variables que tradicionalmente se suelen observar cuando se estratifica a la población, por permitir ciertos grados de contraste entre los diferentes grupos, son la tenencia de servicio doméstico, el número de baños de la vivienda, entre otros.
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
Donde i = 1, ..., n identifica al i-esimo hogar entrevistado j=1 es el valor de la actividad realizada por el jefe de hogar = 2 es el valor del equipamiento del hogar =3 es el valor de los años de estudios del jefe de hogar =4 es el valor de la calidad de la vivienda k=1 si ∑i∑jXij toma valores de 1 a 39 (estrato “bajo”) =2 si ∑i∑jXij toma valores de 40 a 49 (estrato “medio bajo”) =3 si ∑i∑jXij toma valores de 50 a 64 (estrato “medio medio”) =4 si ∑i∑jXij toma valores de 65 a 79 (estrato “medio alto”) =5 si ∑i∑jXij toma valores de 80 a más (estrato “alto”) La descripción de cada variable utilizada y la valoración de sus categorías se hizo teniendo en consideración los siguientes criterios: ACTIVIDAD REALIZADA POR EL JEFE DE HOGAR: Combina información sobre la condición de actividad (ocupados, desocupados, inactivos), categoría de ocupación (asalariados, empleador-patrón, cuentapropista, trabajador familiar no remunerado (TFNR), y empleado doméstico) y tamaño del establecimiento laboral (de 10 y más trabajadores es mediana y gran empresa y de 1 a 9 es micro y pequeña empresa) para for-
69
mar 14 categorías de actividad excluyentes como los mostrados en el Cuadro No. 4. Los valores asignados a cada una de estas se hicieron teniendo en consideración el grado de correlación que evidenciaron tener con el ingreso (por toda fuente) del jefe de hogar, normalizándolos al valor máximo de 33, correspondiente al “ocupado – gerente – gran empresa” (los valores de las categorías que siguen tienen un valor menor en 4 unidades respecto al anterior, que es mas o menos la proporción promedio que guardan entre las mismas). EQUIPAMIENTO DEL HOGAR: Toma en consideración no solo la tenencia de equipos y vehículos en el hogar, sino también el número de unidades existentes. A cada uno se asigna el valor 1, con excepción del coche y camioneta que se les da el valor de 2. Se ha excluido de esta valoración a bienes como radio y TV blanco y negro debido a que su tenencia o cantidad muestran contrastes poco significativos entre los diferentes grupos de población8. AÑOS DE ESTUDIOS DEL JEFE DE HOGAR: Toma en consideración la información sobre el nivel de educación y el último grado o curso aprobado por el jefe de hogar para formar 35 categorías (ver Cuadro No. 6). Luego a cada una de estas se asigna primero el año de estudios y después la valoración correspondiente (igual a dos veces el primero).
8 Este contraste se hizo teniendo en consideración los deciles formados con el ingreso familiar per cápita.
70
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro Nº. 5: Puntaje asignado a los equipos y vehículos del hogar
Cuadro Nº. 4: Puntaje asignado a la actividad realizada por el Jefe de Hogar Actividad realizada por el Jefe de Hogar
Puntaje
Equipos y vehículos Puntaje por del Hogar cada uno
Ocupado – Empleador – Mediana y Gran empresa
33
Heladera
1
Ocupado – Cuentapropista - Profesional Ocupado – Asalariado - Gerente Ocupado – Empleador – Micro y pequeña empresa Inactivo - Jubilado Ocupado – Cuentapropista - Resto Ocupado – Asalariado - Resto Ocupado – Empleado doméstico Ocupado - TFNR Inactivo - Estudiante Inactivo - Resto Inactivo – Labores del Hogar Desocupado Inactivo – Anciano/discapacitado
29 25 21 17 13 9 5 1 0 0 0 0 0
Cocina de gas Lavarropas Aspiradora Maquina de coser Televisor (color) Video casetero Equipo de sonido Aire acondicionado Bicicleta Motocicleta Coche Camioneta
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2
Cuadro Nº. 6: Puntaje asignado a los años de estudios del Jefe de Hogar Grado o curso y Nivel de Educación Sin instrucción Enseñanza Especial Pre-escolar 1° grado 2° grado 3° grado 4° grado 5° grado 6° grado 1° básico 2° básico 3° básico 4° curso Comercial 5° curso Comercial 6° curso Comercial 4° curso Técnico 5° curso Técnico 6° curso Técnico
Año de estudios 0 0 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 10 11 12
Puntaje 0 0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 20 22 24
Grado o curso y Nivel Año de Puntaje de Educación estudios 4° curso Human. 10 20 5° curso Human. 11 22 6° curso Human. 12 24 1° Form. Docente 13 26 2° Form. Docente 14 28 3° Form. Docente 15 30 4° Form. Docente 16 32 1° Form.Mil/Pol. 13 26 2° Form.Militar/Pol. 14 28 3° Form.Militar/Pol. 15 30 4° Form.Militar/Pol. 16 32 1° Universitario 13 26 2° Universitario 14 28 3° Universitario 15 30 4° Universitario 16 32 5° Universitario 17 34 6° Universitario 18 36
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
CALIDAD DE LA VIVIENDA9: Combina información de tres variables: el material predominante en el piso de la vivienda, techo de la vivienda y pared de la misma. Con ellos primero se construye un indicador de calidad para cada uno de los materiales con categorías de mala, buena y regular, cada una con un corres-
71
pondiente valor, como se muestra en el Cuadro No. 7. Luego se suman estos valores para obtener el indicador de calidad de la vivienda. Si este indicador toma valores de 0 a 2 se asigna un puntaje de 1 (calidad mala), si toma de 3 a 4 un puntaje de 3 (calidad regular) y si toma de 5 a 6 un puntaje de 5 (calidad buena).
Cuadro Nº. 7: Puntaje asignado al indicador de calidad de la vivienda vivienda Material predominante en la vivienda Piso Tierra o resto de materiales Ladrillo o lecherada Madera, baldosa, cerámica o granito Pared Resto de materiales Estaqueo o adobe Madera, ladrillo o piedra Techo Paja, madera o resto de materiales Zinc o eternit Teja o losa
Valor
Calidad
0 1 2
mala regular buena
0 1 2
mala regular buena
0 1 2
mala regular buena
Si la suma de valores de estas variables es 0 a 2 se asigna un puntaje de 1 (calidad mala), si es 3 a 4 un puntaje de 3 (calidad regular) y si es 5 a 6 un puntaje de 5 (calidad buena).
Puede notarse que las valoraciones dadas a cada una de las variables que conforman el INSE tienen una proporción aproximada siguiente: un tercio la educación, un tercio el equipamiento-calidad de la vivienda y un tercio la ocupación. Con estas proporciones se determinaron los estratos para el Área Metropolitana de Asunción, utilizando la información de la EPH 1999. El Cuadro 9 Las empresas de investigación de mercados que utilizan esta variable para propósitos de segmentación generalmente se basan, a diferencia de lo planteado aquí, en la apreciación particular del entrevistador sobre la apariencia general de la vivienda según unos patrones preestablecidos.
No. 8 muestra los resultados principales, que en general son un tanto diferentes a los obtenidos anteriormente10: (a) la capacidad de compra familiar en el estrato “alto” es en promedio 5,2 veces mayor que la del estrato bajo, es decir, un contraste menor entre dichos estratos que el evidenciado con el método de estratificación de Dalenius, 10 En el Cuadro No. A4 del Anexo se muestran las estimaciones realizadas teniendo en consideración la información correspondiente al periodo 1997/1998 y el mismo método de Puntajes, con sus correspondientes valoraciones y criterios de agrupación.
72
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
(b) la distribución de la población, según el estrato al que pertenecen, determinados estos con el método de puntajes, muestra que el 29,6 % pertenece al estrato bajo y 6,8 % al estrato alto, es decir, porcentajes ligeramente distintos que los obtenidos con el método de Dalenius (observándose las mayores diferencias a nivel del estrato medio-bajo), (c) contrariamente a lo esperado, el número promedio de miembros
por hogar es menor en los estratos bajos y mayor en los altos. Este resultado encuentra su explicación en el hecho de que existe una relación fuertemente positiva entre el número de cada uno de los equipos existentes en el hogar y el tamaño familiar y, a la vez, no existe una relación clara entre los años de estudios del jefe y el número de miembros y entre la actividad realizada por el jefe de hogar y el número de miembros11 .
Cuadro Nº 8: Método de puntajes Área Metropolitana de Asunción: Distribución de la población y hogares e ingreso familiar según estratos (1999) Ingreso familiar Frec. de Frec. de Número de mensual promedio Estrato población del % hogares % miembros estrato del estrato por hogar Guaraníes US$ (*) (E) Bajo 507.619 29,6 120.643 30,8 4,2 1.333.419 403 (D) Medio-bajo 425.783 24,9 98.869 25,3 4,3 1.753.260 529 (C) Medio-medio 489.498 28,6 109.889 28,1 4,5 2.338.538 706 (B) Medio-alto 172.691 10,1 37.776 9,7 4,6 4.570.300 1.380 (A) Alto 117.090 6,8 23.915 6,1 4,9 6.943.224 2.097 Total 1.712.681 100,0 391.092 100,0 4,4 2.377.663 718 (*) Tipo de cambio de octubre de 1999 = 3311,7 Guaraníes por US$ Elaborado sobre la base de la información de la EPH 1999 Nota: Los totales no coinciden exactamente con los de los Cuadros No. 2 y 3 debido a la falta de respuestas de 3 hogares de la muestra en torno a la tenencia de equipamiento.
CARACTERÍSTICA SOCIOECONÓMICAS DE LA POBLACIÓN SEGÚN EL ESTRATO AL QUE PERTENECE Luego de haber descrito los procedimientos utilizados para efectuar la segmentación de la población y de haber mostrado las principales diferencias de los resultados obtenidos, 11 Relaciones que en otros contextos y ciudades de América Latina son significativamente distintas.
se describe a continuación una serie de características de la población de cada estrato socioeconómico. El propósito con ella es permitir a los estudiosos del mercado ir ganando en conocimiento sobre dichas características y con ello tomar mejores decisiones. Los resultados se presentan en un cuadro (N° A5 del Anexo) que muestra información desagregada para cada estrato, teniendo en consideración la estimación con el primer método de estra-
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
tificación (con el ingreso per cápita y el método de Dalenius12). DISTRIBUCIÓN SOCIOECONÓMICA: En el Área Metropolitana de Asunción residen 392 mil hogares con una población total de 1 millón 715 mil personas. Esta población se encuentra distribuida de la siguiente forma: 4,5 % en el estrato A (alto), 10,5 % en el B (medio alto), 25,8 % en el C (medio-medio), 31,4 % en el D (medio bajo) y 27,7 en el E (bajo). PERFIL DEMOGRÁFICO: Los hogares del Área Metropolitana de Asunción tienen en promedio 4,4 miembros, siendo mayor este número en los estratos bajo y medio-bajo (5,4 y 4,7, respectivamente) y menor en los medio-alto y alto (3,5 y 3, respectivamente). El mayor tamaño de los hogares en los estratos bajos se debe fundamentalmente a la mayor cantidad de miembros menores de edad. Por ejemplo, en los hogares del estrato E el 56 % de sus miembros son menores de 18 años, mientras que en los del estrato A solo el 20 %. PERFIL DEL JEFE DE HOGAR: El 73 % de los jefes de hogar son hombres y la edad promedio de éstos es 45 años. Por estratos se observa que cuanto más alto es el nivel socioe-conómico mayor es la edad de los jefes: en el estrato bajo tienen en promedio 41 años, mientras que en el alto 49 años. No existen diferencias claras en cuanto al porcentaje de jefes “casados” por estratos, pero sí en cuanto a jefes con es12 En general, este procedimiento mostró un mayor contraste de las variables consideradas entre los diferentes estratos de la población, respecto al método de “puntajes”.
73
tado civil “unidos”: la tercera parte de los jefes del estrato bajo tiene este estado mientras que solo el 7 % del estrato alto lo tienen. En cuanto al lugar de nacimiento las diferencias por niveles socioeconómicos son notorias. Mientras en los estratos D y E casi el 80 % nació en algún lugar del interior del país, en los estratos A y B, por el contrario, una parte importante (el 45 %) nació en algún distrito del Área Metropolitana de Asunción. Son también notorias las diferencias existentes en cuanto al idioma hablado con más frecuencia dentro del hogar. El 45 % de los jefes de hogar utiliza el castellano como el idioma más hablado dentro de su hogar (sólo el 17 % utiliza el guaraní y el 37 % el guaraní y el castellano simultáneamente), pero en el estrato bajo solo el 31 % lo hace con tal idioma y en el alto el 83 %. EDUCACIÓN: El 58 % de los jefes de hogar cuenta con nivel de educación secundario (completo o incompleto), aunque sólo el 14% tiene aprobado algún año de educación universitaria. Por estratos se observan diferencias significativas en torno a esta variable: el 55 % de los jefes de hogar del estrato bajo tienen nivel de educación primaria (completo o incompleto), mientras que el 51 % de los del estrato alto tiene algún año aprobado de estudios universitarios. Sobre la educación, también puede indicarse que en promedio, los jefes de hogar cuentan con 8,6 años de estudios, aunque con importantes variaciones por nivel socioeconómico: desde 7 años en el estrato E, hasta 13 años en el estrato
74
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
A13. Asimismo, se observa que en cada hogar del Área Metropolitana de Asunción, existe en promedio 1,1 miembros que asiste a alguna institución de nivel primario o secundario. Estos asisten principalmente a instituciones públicas si provienen de los estratos C (67 %), D (75 %) y E (84%), y privados sin son de los estratos A (76 %) y B (71 %). EMPLEO: El 78 % de los jefes de hogar tiene algún empleo remunerado y el resto se encuentra desocupado (5 %) o es inactivo (17 %). Entre quienes tienen algún empleo, puede observarse que predominan ciertas ocupaciones en cada uno de los estratos. En el alto, por ejemplo, los profesionales, gerentes y administradores son las ocupaciones más frecuentes (57 %), mientras que en los estratos bajo y medio-bajo predominan los vendedores, operarios y las ocupaciones relacionadas con los servicios personales (72 % y 62 %, respectivamente). El 35 % de los jefes de hogar ocupados trabajan como independientes, la mayor parte de los cuales (71 %) bajo la modalidad de trabajadores informales. Esta informalidad llega a 89 % de los trabajadores independientes del estrato bajo y solo al 30 % de los del estrato alto. INGRESOS Y CONSUMO: En los hogares del Área Metropolitana de Asunción en promedio 1.8 personas contribuyen al sostenimiento económico del hogar, aunque es en los hogares del estrato medio donde existe un mayor número de perceptores (2,0). El in13 Cabe mencionar aquí que las Encuestas de Hogares de la DGEEC no capturan información de los estudios universitarios de nivel postgrado y por tanto los años de estudios estarían subestimados en los niveles altos, en particular en el estrato A.
greso familiar mensual es en promedio equivalente a US$ 718, con diferencias importantes entre los hogares de los diferentes estratos socioeconómicos, por ejemplo, en el A el ingreso promedio es US$ 2.329 y en el E US$ 280). Respecto a la distribución del ingreso entre los diferentes estratos puede indicarse lo siguiente: el estrato bajo (28 % de la población) participa con el 9 % de los ingresos familiares totales, mientras que el alto (4,5 % de la población) con el 22 %14 . La principal fuente de ingresos de los hogares es la que proviene del trabajo principal (84 %), siendo un poco menor esta importancia en los estratos medio-alto y alto (79 % y 77 %, respectivamente). En estos estratos también es relevante el peso de otras fuentes de ingreso como los que provienen de la jubilación, pensión y alquileres o rentas, mientras que en los hogares del estrato bajo cobra relevancia el ingreso proveniente de las ayudas proporcionadas por otras familias (7 %). En términos del consumo puede indicarse lo siguiente: En promedio un hogar del Área Metropolitana de Asunción destina el 38 % de sus gastos totales a la alimentación, siendo este porcentaje sensiblemente distinto en cada uno de los estratos socioeconómicos. Los hogares del estrato bajo destinan el 55 % de todos sus gastos en el rubro “alimentación”, mientras que los del estrato alto solo el 19 %. 14 Mayores detalles sobre este punto puede verse en Robles, M. “Pobreza y distribución del Ingreso en Paraguay”, DGEECMECOVI, 2000.
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
En general, se observa a nivel de los hogares de esta Área que es menor el peso de los bienes más esenciales (alimentos) cuanto más alto es el nivel socioeconómico de la población. Un comportamiento contrario muestran los demás rubros que conforman la canasta de consumo familiar (bienes menos esenciales). Por ejemplo, la proporción del gasto familiar destinado a la adquisición de muebles y enseres del hogar del estrato alto es (16,6 %) tres veces mayor que la del estrato bajo (5,7 %). VIVIENDA: La gran mayoría reside en casas independientes (91 %) y en viviendas propias totalmente pagadas (74 %). El material predominante en las paredes de las viviendas es ladrillo (96 %) y el de los techos es la teja (84 %), aunque en el estrato bajo se encuentra también el eternit (12 %) y en el alto la losa (21 %). El material de los pisos es más variado y presenta diferencias significativas por estratos socioeconómicos. En los estratos alto y medioalto los pisos están revestidos predominantemente de baldosa, cerámica y granito, mientras que en los bajo y mediobajo, además de la baldosa, predominan la leche-rada, ladrillo y tierra. La gran mayoría de los hogares cuenta con servicio de energía eléctrica (98%) y habitualmente utilizan el gas como combustible para cocinar (89 %). En cuanto al abastecimiento de agua, el 68 % cuenta con red dentro de la vivienda, aunque en el estrato bajo más de la mitad carece de este tipo conexión y en el alto el 84 % lo tiene. Cerca de la mitad de los hogares del Área Metropolitana de Asunción tiene servicio telefónico (de línea fija o celular), sin embar-
75
go este servicio lo tienen fundamentalmente los estratos medio-alto y alto (76 % y 77 %, respectivamente). TENENCIA DE BIENES: En promedio el 32 % de los hogares tiene coche o camioneta, pero en el estrato alto el 67 % pose al menos uno de estos vehículos (30 % al menos dos), en el estrato medio-alto el 62 % (25 % al menos dos) y en el estrato medio-medio 39 %. Cabe indicar que en el Área Metropolitana de Asunción, de acuerdo a la EPH 1999, existiría un coche o camioneta por cada 14 habitantes (o por cada 3 hogares). Los artefactos con mayor presencia son la cocina (94 %), heladera (88 %) y televisor a color (86%), los cuales tienen un nivel de tenencia alto en todos los estratos socioeconómicos, observándose en el estrato alto una tenencia casi total. Hay otros artefactos que presentan diferencias en su posesión entre estratos; tal es el caso de aire acondicionado, lavarro-pa y equipo de sonido, que son mayoritarios en los estratos medio-alto y alto; y la bicicleta, que es mayoritaria en los estratos medio-medio y medio-alto.
ESTRATIFICACIÓN DE LAS MANZANAS DEL ÁREA METROPOLITANA DE ASUNCIÓN Una aproximación de la estratificación efectuada, teniendo en consideración la ubicación geográfica de los diferentes estratos socioeco-nómicos de la población, es posible obtenerla utilizando información combinada de un Censo de Población y una Encuesta de Hogares y el mismo método de Dalenius aplicado anteriormente. En este sentido, con el propósito de que
76
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
los resultados puedan visualizarse en mapas, se trabajó a nivel de las manzanas del Área Metropolitana de Asunción. Con estos resultados, los diferentes barrios de esta área podrían, en consecuencia, mostrarse de manera independiente, con cada una de sus manzanas identificadas en uno de los cinco estratos socioeconómicos (bajo, mediobajo, medio-medio, medio-alto y alto). La idea general del método aplicado es la siguiente: con el ingreso promedio per cápita estimado a nivel de todas las personas censadas del Área Metropolitana de Asunción en 1992 (año del último Censo Nacional de Población y Viviendas, CNPV) se obtiene el promedio a nivel de las 16 mil 307 manzanas. Luego estas manzanas se agrupan en cinco estratos teniendo en consideración que la variabilidad de dicho ingreso dentro de un estrato sea lo más pequeño posible y, a la vez, lo más grande posible entre los estratos, es decir, aplicando el método de Dalenius, exactamente de la misma forma anterior.
Formalmente, lo anterior implicó hacer lo siguiente: con los datos de la EIH 1997/1998, se estimaron los parámetros β y σ de la expresión: Lnipci = Xi’β + εi, donde ipci es el ingreso per cápita del hogar i, el prefijo Ln indica logaritmo natural, ei es un término de perturbación aleatoria que se distribuye normalmente con media cero y varianza σ2, y las Xi son las características observables del hogar i, (variables comunes a la EIH y el CNPV). Estimados β y σ, el ingreso per cápita esperado del hogar i y el de una manzana j (y, en consecuencia, de una localidad, distrito o departamento), pueden definirse, respectivamente, con las expresiones siguientes16 : E[ipc i /X i , βˆ , σˆ ] = exp[E(Lnipc i /X i , βˆ , σˆ ) + 0,5 *σˆ 2 ]
E[ipc j /X i , βˆ , σˆ ] =
1 n
∑ Ti
n
∑ T * E[ipc /X , βˆ , σˆ ] i=1
i
i
i
i=1
Antes de mostrar los resultados de la aplicación de este método, se describe la forma cómo se calcularon los ingresos: con la información de la EIH 1997/1998 se estimó un modelo econométrico de ingreso per cápita, eligiendo como variables explicatorias a aquellas que también se encuentran en el CNPV, para luego aplicar la información correspondiente de los hogares censados a los parámetros estimados de dicho modelo y, con ello, predecir los ingresos de cada hogar15 . 15 Las actividades que debieron hacerse a este respecto pueden verse con más detalle en Robles, M. “Indicadores básicos para focalizar el gasto social en Paraguay”, DGEEC-MECOVI, 2000.
donde n es el número de hogares en la manzana (en la localidad, distrito o departamento) y Ti el tamaño familiar. Estimado el ingreso per cápita de cada una de las 16.307 manzanas, estas se agruparon con el método de Dalenius en cinco estratos, en función 16 La justificación de la primera expresión puede verse en Demombynes, G. “A manual for the poverty and inequality Mapper Module”, Banco Mundial, septiembre de 1999. En general, sobre la técnica de estimación de información para áreas menores puede verse en Hentschel, J. y otros “Combining census and survey data to study spatial dimensions of poverty: a case study of Ecuador”, Banco Mundial, Julio de 1999
77
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
a los valores de dicho ingreso. Para ello se tuvo en consideración 100 percentiles, los cuales se obtuvieron expandiendo la base de datos de man-
zanas por el tamaño de la población de cada una de ellas. Los resultados más importantes se muestran en los Cuadros No. 9 y 1017 y el mapa:
Cuadro Nº 9: Área Metropolitana de Asunción: Distribución de las manzanas, población y hogares según estratos (Método de Dalenius)
POBLACIÓN Y HOGARES SEGÚN ESTRATOS (METODO DE DALENIUS) Número Ingreso per cápita por Número Porcentaje de de manzanas (miles de Gs.) Estrato de miembros manzanas Manzanas Población Hogares promedio mínimo máximo por hogar (E) Bajo 4.741 29,1 23,7 21,9 4,9 274 57 330 (D) Medio-bajo 5.627 34,5 35,5 35,2 4,6 401 330 495 (C) Medio-medio 2.898 17,8 20,2 20,9 4,4 592 495 726 (B) Medio-alto 1.940 11,9 14,6 15,5 4,3 879 726 1.089 (A) Alto 1.101 6,8 5,0 6,4 4,2 1.376 1.089 3.299 Total 16.307 100,0 100,0 100,0 4,6 521 57 3.299 Elaborado sobre la base de la información CNPV 1992 y EIH 1997/1998
Cuadro N° 10: Área Metropolitana de Asunción: Número de manzanas según estratos por distritos DISTRITOS ESTRATOS
DISTRITOS ASUNCIÓN AREGUA CAPIATA FERNANDO DE LA MORA GUARAMBARE ITA ITAUGUA LAMBARE LIMPIO LUQUE MARIANO ROQUE ALONSO NUEVA ITALIA ÑEMBY SAN ANTONIO SAN LORENZO VILLA ELISA VILLETA YPACARAI YPANE J. AUGUSTO SALDIVAR Total
BAJO MEDIO-BAJO MEDIO-MEDIO MEDIO-ALTO ALTO 404 27 902 93 43 147 118 281 374 505 472 40 229 74 688 190 53 34 44 23 4.741
967 59 534 528 37 59 93 558 220 471 347 15 279 74 945 286 66 51 26 12 5.627
1.195 15 64 374 6 17 33 405 26 226 95 6 58 11 303 31 16 14 1 2 2.898
1.578 3 3 73 1 1 4 89 5 69 20 2 2 3 75 6 3 3 0 0 1.940
1.040 1 0 9 0 1 1 18 2 9 6 1 1 0 12 0 0 0 0 0 1.101
Total 5.184 105 1.503 1.077 87 225 249 1.351 627 1.280 940 64 569 162 2.023 513 138 102 71 37 16.307
17 En el Anexo se muestra la población del Area Metropolitana de Asunción distribuidos por distritos y estratos (para ello se expandió la base de datos de manzanas teniendo en consideración el número de habitantes de cada manzana).
78
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
A nivel de las manzanas del Área Metropolitana de Asunción, las proporciones de los diferentes estratos no son muy diferentes respecto a las de la población: el 7 % de las manzanas (1.101) pertenecen al estrato alto, el 29 % al bajo (4.741) y el resto a los estratos medios. Asunción es el distrito que tiene un mayor número de manzanas de estrato alto con 1040 respecto a los 5184 manzanas que tiene en total. Lambaré, San Lorenzo, Fernando de la Mora y Luque también tienen algunas manzanas pertenecientes a este estrato. Este resultado no cambia si se tiene en consideración el número de habitantes de cada una de las manzanas (ver Cuadros N° A6 y A7 del Anexo), Los distritos con mayor proporción de manzanas de estrato bajo son Itá,
Nueva Italia, Ypané, J. Augusto Saldivar, Capiatá, Limpio y Mariano Roque Alonso, con más de la mitad respecto al total. Nueve barrios de setenta y uno que posee Asunción, tienen más de la mitad de sus manzanas pertenecientes al estrato alto (de color amarillo en el Gráfico N° 1): Mariscal López (85 %), Las Mercedes (82 %), Santo Domingo (81 %), Manora (79 %), Villa Morra (62 %), San Roque (59 %), Catedral (56 %), Mburicao (54 %) y Recoleta (53 %). Siete barrios de Asunción tienen, por el contrario, la mayor proporción de manzanas de estratos bajo y medio-bajo: Bañado (96 %), Botánico (93 %), Zevallos Cue (92 %), Dr. Brugada (88 %), San Rafael (86 %), De las Residentas (85 %) y Tablada Nueva (84 %)
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
79
ANEXOS Cuadro Nº A1: Método de Dalenius estimaciones previas a la determinación de los estratos del área metropolitana de Asunción (1997/1998) Percentil
Límite superior de Y (Gs. de feb. 98)
f (Y )
∫
f (Y )
1 49.625 14.568 121 2 99.250 25.803 161 3 148.875 67.793 260 4 198.500 151.921 390 . . . . . . . . 97 4.813.625 0 0 98 4.863.250 1.160 34 99 4.912.875 0 0 100 4.962.500 3.203 57 Y = Ingreso familiar per cápita en Guaraníes de febrero de 1998 Elaborado sobre la base de la información de la EIH 1997/1998
Y Y0
f (Y ) dY 121 281 542 931 . . 7.605 7.639 7.639 7.696
Cuadro Nº A2: Método de Dalenius determinación de los limites de lo estratos del área metropolitana de Asunción (1997/1998) Límite superior de Estrato
∫
Y
Y0
f (Y ) dY
Y Límite inferior
Límite superior
(E) Bajo 1.539,11 0 248.125 (D) Medio-bajo 3.078,22 248.126 496.250 (C) Medio-medio 4.617,33 496.251 843.625 (B) Medio-alto 6.156,44 843.626 1.538.375 (A) Alto 7.695,55 1.538.376 + Y = Ingreso familiar per cápita en Guaraníes de febrero de 1998 Elaborado sobre la base de la información de la EIH 1997/1998
80
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro Nº A3: Método de Dalenius Área Metropolitana de Asunción: Distribución de la población y hogares e ingreso familiar según estratos (1997/1998) ( ) Frec. de Ingreso familiar Frec. de Número de hogares mensual promedio Estrato población % % miembros del del estrato por hogar Guaraníes US$ (*) estrato (E) Bajo 393.260 25,0 70.737 19,8 5,6 956.217 380 (D) Medio-bajo 571.042 36,3 125.098 35,1 4,6 1.637.740 651 (C) Medio-medio 335.705 21,3 85.840 24,1 3,9 2.517.955 1000 (B) Medio-alto 195.593 12,4 51.550 14,4 3,8 4.182.806 1662 (A) Alto 76.947 4,9 23.671 6,6 3,3 8.174.270 3247 Total 1.572.547 100,0 356.896 100,0 4,4 2.515.512 999 (*) Tipo de cambio de febrero de 1998 = 2517,2 Guaraníes por US$ Elaborado sobre la base de la información de la EIH 1997/1998
Cuadro Nº A4: Método de Puntajes Área Metropolitana de Asunción: Distribución de la población y hogares e ingreso familiar según estratos (1997/1998) (1997/1998) Frec. de Ingreso familiar Número Frec. de hogares mensual promedio de Estrato población del % % del miembros Guaraníes US$ (*) estrato estrato por hogar (E) Bajo 489.169 31,1 112.950 31,7 4,3 1.383.238 550 (D) Medio-bajo 375.818 23,9 87.986 24,7 4,3 1.794.303 713 4,5 2.675.279 1.063 (C) Medio-medio 449.647 28,6 100.743 28,3 (B) Medio-alto 172.983 11,0 37.407 10,5 4,6 4.589.272 1.823 (A) Alto 83.647 5,3 17.407 4,9 4,8 8.100.213 3.218 4,4 2.514.207 999 Total 1.571.264 100,0 356.493 100,0 (*) Tipo de cambio de febrero de 1998 = 2517,2 Guaraníes por US$ Elaborado sobre la base de la información de la EIH 1997/1998 Los totales no coinciden exactamente con el Cuadro No. A3 debido a la falta de respuestas de 2 hogares de la muestra en torno a la tenencia de equipamiento.
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
Cuadro N° A5: Área Metropolitana de Asunción: Perfil de los estratos (1999)
81
ÁREA METROPOLITANA DE ASUNCION: PERFIL DE LOS ESTRATOS (1999) ESTRATOS CON METODO DALENIUS Total Característica MedioAlto Bajo Medio-bajo Medio alto Población 475.912 538.955 443.287 179.392 77.904 1.715.450 Distribución % de la población 27,7 31,4 25,8 10,5 4,5 100,0 5,4 4,7 3,9 3,5 3,0 4,4 Numero de miembros en el hogar Número de miembros de 0 a 5 años 1,2 0,8 0,4 0,3 0,2 0,7 Número de miembros de 6 a 12 años 1,2 0,7 0,5 0,3 0,2 0,7 Número de miembros de 13 a 17 años 0,6 0,6 0,4 0,3 0,2 0,5 Jefes de hogar de sexo masculino (%) 74,6 75,8 69,6 66,5 79,8 72,8 Edad promedio del jefe de hogar 40,8 43,9 47,7 49,6 48,6 45,4 Estado civil del jefe de hogar Casado 50,3 61,8 59,7 53,1 61,2 57,4 Unido 33,8 17,4 13,6 8,2 6,8 18,1 Separado 2,8 3,2 2,0 3,7 4,2 2,9 Viudo 4,2 5,6 9,6 9,2 11,6 7,3 Soltero 8,9 11,9 14,9 24,0 14,7 13,9 Divorciado 0,0 0,0 0,3 1,9 1,4 0,4 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Lugar de nacimiento del jefe de hogar En el extranjero 2,4 1,8 4,0 6,2 13,3 3,9 En Asunción 18,2 20,6 28,2 38,9 31,8 25,4 En resto urbano 48,9 42,5 35,3 38,3 28,9 40,4 En area rural 30,4 35,1 32,4 16,6 26,0 30,2 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Idioma hablado por el jefe con más frecuencia en el hogar Guaraní 28,2 17,4 16,9 8,0 1,6 17,4 Guaraní y castellano 40,8 42,8 38,9 28,6 14,3 37,4 Castellano 30,7 39,6 43,6 61,6 82,6 44,5 Otro idioma 0,2 0,2 0,6 1,8 1,5 0,6 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Nivel de educación del jefe de hogar Ninguno, especial 2,0 1,1 2,1 0,4 0,0 1,4 Primario 55,0 46,9 37,4 24,3 8,1 40,4 Secundario Básico 27,9 24,9 22,3 16,0 17,9 23,2 Bachiller Comercial 1,9 2,7 3,3 3,8 4,5 2,9 Bachiller Técnico 0,5 0,2 0,9 1,9 0,0 0,7 Bachiller Humanístico 9,8 17,7 18,6 16,4 16,2 15,9 Formación Docente 0,2 0,7 1,6 1,6 0,0 0,9 Formación Militar, Policial 0,0 0,2 0,8 2,5 1,8 0,7 Universitario 2,8 5,7 13,0 33,2 51,5 13,8 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Años de estudios promedio del jefe de 6,7 7,7 8,7 11,2 13,4 8,6 Miembros de 5 a 35 años que asisten a primaria o secundaria (%) Pública 84,3 74,9 66,6 29,1 24,1 70,8 Privada Religiosa 7,7 15,7 20,1 34,8 55,5 16,8 Otra privada 7,8 9,0 13,3 36,1 20,3 12,2 NR 0,3 0,4 0,0 0,0 0,0 0,2 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Número promedio 1,6 1,3 0,9 0,7 0,4 1,1
82
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro N° A5: (continuación) Área Metropolitana de Asunción: Perfil de los estratos (1999) Característica Actividad del Jefe de Hogar Ocupado – Empleador - PyME Ocupado – Empleador - Gran empresa Ocupado – Cuentapropista - Profesional Ocupado – Cuentapropista - Resto Ocupado - TFNR Ocupado – Empleado doméstico Inactivo – Labores del Hogar Inactivo - Estudiante Inactivo – Anciano/discapacitado Inactivo - Jubilado Inactivo - Resto Desocupado Ocupado – Asalariado - Gerente Ocupado – Asalariado - Resto Categoría de ocupación del jefe de hogar Independiente Asalariado
ESTRATOS CON METODO DALENIUS Total BajoMedio-bajo Medio Medio-alto Alto 2,8 0,0 0,3 19,4 0,0 3,3 9,2 0,4 2,5 1,1 5,9 7,1 4,9 43,2 100,0
4,6 0,2 0,7 16,4 0,0 1,9 6,0 0,6 4,0 2,4 2,8 8,5 4,6 47,2 100,0
7,4 0,9 1,2 22,0 0,0 1,9 4,3 0,2 6,1 5,1 2,4 1,4 4,9 42,4 100,0
17,0 2,6 3,3 11,5 0,5 0,7 4,4 2,1 3,1 7,2 1,0 1,6 8,6 36,3 100,0
16,6 5,9 10,6 10,2 1,0 0,0 0,8 1,2 2,4 4,2 3,8 2,6 11,1 29,6 100,0
7,5 1,1 1,8 17,6 0,1 1,9 5,7 0,6 4,1 3,6 3,2 4,9 5,7 42,4 100,0
30,1 69,9 100,0
27,9 72,1 100,0
38,8 61,2 100,0
42,9 57,1 100,0
50,6 49,4 100,0
35,0 65,0 100,0
Categoría de formal e informal de los jefes independientes Informal 89,4 75,6 75,6 58,2 30,3 Formal 10,6 24,4 24,4 41,8 69,7 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Ocupación principal de los Jefes de Hogar Profesionales.,Técnicos, etc 1,0 4,8 8,4 19,6 28,6 Gerentes, Administradores 7,1 8,9 7,5 17,6 28,8 Empleados, Oficinistas 3,5 9,3 15,2 7,7 6,0 Vendedores 13,0 20,3 19,9 17,2 11,9 Agropecuarios 1,2 1,9 4,0 1,2 0,9 Conductores 10,3 9,6 9,5 4,1 15,4 Artesanos, Operarios 44,2 29,4 20,9 21,5 5,8 Obreros, Jornaleros 4,2 3,5 1,8 1,1 Servicios Personales 14,7 11,9 12,3 9,1 2,7 Otros Trabajadores 0,8 0,5 0,5 0,9 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Número de perceptores 1,4 1,7 2,0 1,9 1,8 Ingreso familiar mensual en US$ (*) 279,9 472,3 716,0 1184,9 2328,6 Ingreso familiar mensual en US$ (**) 233,2 394,9 610,9 1008,0 2057,7 Distribución del ingreso familiar per cápita 8,7 19,1 28,8 21,7 21,7 (*) Con Gs. 3.311,7 x US$. Incluye el ingreso proveniente del alquiler imputado de la vivienda propia (**) No incluye el ingreso proveniente del alquiler imputado de la vivienda propia
70,8 29,2 100,0 8,8 10,7 9,4 17,6 2,2 9,4 27,2 2,5 11,6 0,6 100,0 1,8 718,0 612,7 100,0
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
83
Cuadro N° A5: (continuación) Área Metropolitana de Asunción: Perfil de los estratos (1999)
ÁREA METROPOLITANA DE ASUNCION: PERFIL DE LOS ESTRATOS (1999) ESTRATOS CON METODO DALENIUS Característica Bajo Medio-bajo Medio Medio-alto Alto Fuentes de Ingreso familiar (%) (**) Ingreso por actividad principal 89,6 91,7 87,3 79,2 76,8 Ingreso por actividad secundaria 1,2 2,3 4,1 7,9 7,2 Ingreso por otras actividades laborales 0,0 0,0 0,2 0,1 0,2 Ingreso por alquileres o rentas netas 1,6 1,1 1,0 3,0 5,3 Ingreso por intereses o dividendos 0,1 0,1 0,3 0,8 1,1 Ingreso por ayuda familiar del país 5,1 4,2 2,6 2,6 0,7 Ingreso por ayuda familiar del exterior 1,7 0,4 0,6 1,0 0,5 Ingreso por jubilación y pensión 1,2 2,2 5,3 9,8 10,9 Ingreso por divorcio y cuidado de hijos 0,8 0,5 0,6 0,2 0,0 Otros ingresos 0,7 0,7 2,1 0,8 1,1 Ingreso pagado al empleado doméstico (-) 0,4 1,0 1,7 3,0 2,2 Pagos de impuestos directos y contribución a jubilación (-) 1,5 2,2 2,5 2,3 1,5 ingreso familiar disponible mensual 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Estructura del gasto familiar (%) (***) Alimento 55,3 47,2 37,7 30,3 19,3 Vestido 4,1 6,4 7,7 6,2 6,5 Agua, electricidad, teléfono, combustible 7,8 6,7 7,3 7,1 7,1 Bienes durables 2,6 3,3 5,3 6,3 9,6 Alquiler de vivienda 3,2 3,3 3,1 4,5 3,6 Muebles y enseres del hogar 5,7 7,4 10,2 12,6 16,6 Salud 4,5 4,6 5,2 5,4 6,3 Educación y cultura 6,4 7,9 9,0 9,7 8,3 Transporte 5,0 6,3 7,4 7,7 9,1 Otros 5,6 7,0 7,2 10,2 13,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Tasa de ahorro (% respecto al ingreso) (****) -20,4 9,3 18,0 29,0 40,0 Tipo de vivienda (%) Casa 89,5 94,5 92,2 89,2 84,1 Dpto. o piso 0,5 1,0 3,2 8,5 14,5 Pieza, inquilinato 4,7 3,7 4,6 2,3 1,4 Rancho, Viv. improvisada 5,4 0,8 0,0 0,0 0,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Situación legal de la vivienda Propia 68,4 77,3 80,2 68,9 60,5 Inquilino 17,0 12,3 13,2 19,0 23,5 Otro 14,5 10,5 6,6 12,1 16,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Material predominante en la pared de la vivienda Madera 10,1 2,9 1,6 1,7 0,5 Ladrillo 87,5 96,9 98,3 98,3 98,7 Otro 2,5 0,2 0,1 0,0 0,8 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Material predominante en el techo de la vivienda Teja 78,5 85,9 87,3 84,5 78,4 Zinc 5,8 3,1 4,2 0,7 0,0 Eternit 11,5 2,5 1,9 1,4 0,8 Losa 3,2 8,2 6,2 12,7 20,8 Otro 1,0 0,3 0,4 0,6 0,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 (**) No incluye el ingreso proveniente del alquiler imputado de la vivienda propia (***) No incluye el gasto por el alquiler imputado de la vivienda propia y corresponde a 1997/1998 (****) Corresponde a 1997/1998
Total 84,2 5,0 0,1 2,5 0,5 2,7 0,7 6,6 0,4 1,2 1,9 2,1 100,0 38,1 6,4 7,1 5,3 3,5 10,3 5,1 8,4 7,1 8,5 100,0 20,6 91,3 3,4 3,8 1,4 100,0 73,9 15,2 10,8 100,0 3,8 95,5 0,7 100,0 84,0 3,5 4,1 7,9 0,5 100,0
84
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro N° A5: (continuación) Área Metropolitana de Asunción: Perfil de los estratos (1999)
ÁREA METROPOLITANA DE ASUNCION: PERFIL DE LOS ESTRATOS (1999) ESTRATOS CON METODO DALENIUS Característica Bajo Medio-bajo Medio Medio-alto Material predominante en el piso de la vivienda Tierra 10,8 1,1 1,1 0,0 Ladrillo 9,3 10,9 5,5 0,3 Lecherada 41,5 32,3 17,3 12,0 Baldosa 34,6 46,4 60,4 60,8 Cerámica 3,4 8,3 10,5 19,3 Granito 0,0 0,5 4,6 7,3 Otro 0,3 0,5 0,7 0,4 100,0 100,0 100,0 100,0 Tipo de abastecimiento de agua Dentro vivienda 44,6 69,8 73,2 86,2 Dentro propiedad 39,2 25,0 25,2 12,9 Fuera propiedad 16,2 5,2 1,6 0,9 100,0 100,0 100,0 100,0 Combustible utilizado habitualmente para cocinar Carbón 17,9 5,0 2,0 1,2 Gas 78,5 92,4 90,8 95,2 Otro o no cocina 3,6 2,6 7,2 3,5 100,0 100,0 100,0 100,0 Tenencia de servicio telefónico Sí tiene (línea fija o celular) 14,9 44,8 60,4 76,3 No 85,1 55,2 39,6 23,7 100,0 100,0 100,0 100,0 Tipo de servicio sanitario WC red pública WC pozo ciego Otros No tiene Número de coches o camionetas poseídos Ninguno Uno Dos Tres Cuatro Cinco % de hogares que posee TV a color % de hogares que posee heladera % de hogares que posee cocina % de hogares que posee lavarropas % de hogares que posee aspiradora % de hogares que posee maquina de coser % de hogares que posee video casetero % de hogares que posee equipo de sonido % de hogares que posee aire acondicionado % de hogares que posee bicleta % de hogares que posee motocicleta
Alto
Total
0,0 2,0 6,8 56,3 24,7 9,4 0,8 100,0
3,0 7,0 25,7 50,4 10,4 3,1 0,5 100,0
83,6 16,4 0,0 100,0
68,2 26,0 5,7 100,0
0,9 94,9 4,2 100,0
6,2 89,4 4,4 100,0
76,5 23,5 100,0
48,8 51,2 100,0
8,3 74,1 12,5 5,1 100,0
14,8 75,3 10,0 1,1 100,0
24,9 71,0 4,1 1,4 100,0
44,7 53,8 1,6 0,8 100,0
54,0 45,3 0,7 0,0 100,0
22,8 69,0 8,2 2,0 100,0
87,9 11,8 0,3 0,0 0,0 0,0 100,0 71,0 73,2 89,2 40,0 2,4 13,9 8,8 33,6 2,7 23,6 2,8
79,5 19,1 1,1 0,3 0,0 0,0 100,0 86,8 89,8 97,1 65,3 11,2 29,5 29,9 53,4 14,0 26,8 15,3
61,1 32,5 5,9 0,3 0,3 0,0 100,0 90,9 92,2 93,7 62,9 15,6 26,6 27,8 55,9 27,5 35,8 6,2
38,3 36,8 20,3 3,9 0,7 0,0 100,0 92,9 96,3 96,4 77,3 39,7 37,1 52,8 68,0 52,0 35,0 6,4
32,7 37,9 20,5 7,7 0,6 0,7 100,0 96,9 97,1 96,5 71,1 49,6 36,2 56,6 78,6 66,1 23,5 7,5
67,5 24,9 6,1 1,2 0,2 0,0 100,0 86,0 88,1 94,2 61,0 16,8 26,7 29,4 53,3 23,9 29,5 8,2
Estratificación Socioeconómica de la Población del Área Metropolitana de Asunción
85
Cuadro N° A6: Área Metropolitana de Asunción: Distribución de la población por estratos según distritos ESTRATOS SEGÚN DISTRITOS ESTRATOS DISTRITOS M EDIOM EDIOBAJO BAJO M EDIO ASUNCIÓN 7,3 21,6 25,3 AREGUA 41,5 50,6 7,2 CAPIATA 57,8 38,8 3,4 FERNANDO DE LA MORA 8,9 52,3 35,3 GUARAMBARE 59,6 36,8 3,4 ITA 61,5 30,0 8,4 ITAUGUA 44,4 42,8 11,9 LAM BARE 18,5 45,0 31,4 LIMPIO 60,2 35,9 3,6 LUQUE 39,1 38,6 17,2 M ARIANO ROQUE ALONSO 51,4 39,6 8,1 NUEVA ITALIA 71,2 22,2 5,6 ÑEM BY 39,4 52,6 7,8 SAN ANTONIO 40,5 54,0 5,1 SAN LORENZO 32,1 49,5 14,8 VILLA ELISA 35,4 60,2 4,0 VILLETA 36,7 53,4 9,6 YPACARAI 40,8 47,8 9,6 YPANE 64,4 34,8 0,8 J. AUGUSTO SALDIVAR 75,3 22,2 2,5 Total 23,7 35,5 20,2
M EDIOALTO 31,5 0,7 0,0 3,4 0,2 0,1 0,8 4,5 0,3 4,8 0,8 0,7 0,2 0,4 3,5 0,3 0,3 1,8 0,0 0,0 14,6
ALTO 14,2 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0 0,1 0,5 0,0 0,2 0,1 0,4 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 6,0
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Cuadro N° A7: Área Metropolitana de Asunción: Distribución de la población por distritos según estratos POBLACION POR DISTRITOS SEGÚN ESTRATOS ESTRATOS DISTRITOS Total MEDIO- MEDIO- MEDIOBAJO ALTO BAJO MEDIO ALTO ASUNCIÓN 12,9 25,3 51,8 89,9 98,5 41,5 AREGUA 0,9 0,8 0,2 0,0 0,0 0,5 CAPIATA 17,2 7,7 1,2 0,0 0,0 7,1 FERNANDO DE LA MORA 3,0 11,9 14,1 1,9 0,1 8,1 GUARAMBARE 1,5 0,6 0,1 0,0 0,0 0,6 ITA 3,1 1,0 0,5 0,0 0,0 1,2 ITAUGUA 2,2 1,4 0,7 0,1 0,0 1,2 LAMBARE 6,6 10,7 13,1 2,6 0,8 8,5 LIMPIO 5,6 2,2 0,4 0,0 0,0 2,2 LUQUE 11,8 7,8 6,0 2,4 0,3 7,1 MARIANO ROQUE ALONSO 7,2 3,7 1,3 0,2 0,0 3,3 NUEVA ITALIA 0,4 0,1 0,0 0,0 0,0 0,1 ÑEMBY 3,8 3,4 0,9 0,0 0,0 2,3 SAN ANTONIO 1,1 1,0 0,2 0,0 0,0 0,6 SAN LORENZO 15,3 15,8 8,3 2,7 0,2 11,3 VILLA ELISA 3,8 4,3 0,5 0,1 0,0 2,5 VILLETA 1,0 1,0 0,3 0,0 0,0 0,6 YPACARAI 1,0 0,8 0,3 0,1 0,0 0,6 YPANE 0,9 0,3 0,0 0,0 0,0 0,3 J. AUGUSTO SALDIVAR 0,5 0,1 0,0 0,0 0,0 0,2 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
86
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro N° A8: Estimación del (Logaritmo del) Ingreso familiar por persona (Método: Mínimos Cuadrados Ponderados)* (Método: Mínimos Cuadrados Ponderados)
Variables (Constant) ANOESTJE TOTPERS V11 ACONAIRE V02B AUTOCAM V081 V012 V142 HELADERA POBLOCUP TERMOCAL V066 V144 V09 P08JE5 V15B3 V051 V15B1 V141 OCUPAJE5 P09AJE5 V13A EDADJE NIN0 11 AREA Ingreso
ASUNCIÓN B t Sig. 12,201 1293,4 0,000 0,048 270,0 0,000 -0,150 -285,5 0,000 0,241 144,0 0,000 0,233 143,8 0,000 0,074 106,8 0,000 0,140 87,4 0,000 0,174 85,1 0,000 -0,162 -33,3 0,000 0,159 38,5 0,000 -0,056 -24,0 0,000 0,157 247,1 0,000 0,214 84,2 0,000 -0,099 -14,6 0,000 0,127 28,1 0,000 0,131 15,7 0,000 0,104 51,8 0,000 0,105 45,3 0,000 -0,519 -33,1 0,000 -0,295 -31,9 0,000 0,198 46,7 0,000 0,000 0,0 0,000 0,303 70,8 0,000 -0,313 -84,3 0,000 0,007 147,7 0,000 -0,026 -37,2 0,000 0,000 0,0 0,000 R Sq F Sig. 0,6833 50863 0,000
B 12,099 0,029 -0,109 0,153 0,343 0,054 0,211 0,087 -0,031 0,159 0,083 0,148 0,407 -0,102 0,063 0,109 0,134 0,029 -0,209 0,136 0,346 -0,187 0,017 0,008 0,002 -0,042 0,044 R Sq 0,5860
CENTRAL t Sig. 2253,6 0,000 232,3 0,000 -321,7 0,000 139,6 0,000 234,8 0,000 97,8 0,000 196,0 0,000 81,6 0,000 -13,1 0,000 89,9 0,000 68,7 0,000 358,5 0,000 151,0 0,000 -70,0 0,000 29,4 0,000 24,0 0,000 97,2 0,000 22,9 0,000 -19,0 0,000 69,1 0,000 119,0 0,000 -78,7 0,000 7,2 0,000 4,6 0,000 54,9 0,000 -93,6 0,000 40,8 0,000 F Sig. 65299 0,000
* con la variable factor de expansión de población
GLOSARIO DE VARIABLES ACONAIRE AREA ANOESTJE AUTOCAM EDADJE HELADERA NIN0_11 OCUPAJE5 P08JE5 P09AJE5 POBLOCUP TERMOCAL TOTPERS
= 1 tiene aire acondicionado, 0 no tiene = 1 Urbana, 0 Rural = Años de estudios del jefe = 1 tiene auto o camineta, 0 no tiene = Años de edad del jefe = 1 tiene heladera, 0 no tiene = Número de niños de 0 a 11 años = 1 jefe agricultor, 0 otra ocupación = 1 jefe soltero, 0 otro estado civil = 1 jefe nacido en Caaguazú, 0 en otro dpto = Número de miembros ocupados = 1 tiene termocalefón, 0 no tiene = Número de miembros
V012 V02B V051 V066 V081 V09 V11 V13A v141 V142 V144 V15B1 V15B3
= = = = = = = = = = = = =
1 rancho como vivienda, 0 otro tipo Número de dormitorios 1 con techo de paja de vivienda, 0 otro material 1 con agua de pozo sin bomba, 0 otro 1 con agua de pozo dentro de vivienda, 0 otro 1 tiene corriente eléctrica, 0 no tiene 1 tiene teléfono, 0 no tiene 1 tiene pieza para bañarse, 0 no tiene 1 tiene Wc de red pública, 0 otro 1 tiene pozo ciego, 0 otro 1 tiene letrina común, 0 otro 1 usa leña para cocinar, 0 otro 1 usa gas para cocinar, 0 otro
Estratificaciรณn Socioeconรณmica de la Poblaciรณn del ร rea Metropolitana de Asunciรณn
87
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
89
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización. Lila Molinier (*)
INTRODUCCIÓN El presente trabajo corresponde al informe final de la investigación sobre el empleo infanto-adolescente en el Paraguay, con base en los resultados de la EIH 97/98 (EIH 97/98) de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). Asimismo, constituye la primera fase del estudio para la focalización de la atención a los niños y adolescentes trabajadores en los espacios públicos (NATEP) de Asunción, su Área Metropolitana y Ciudad del Este (CALLESCUELA-PROYECTO AMAR, SAS-UE). Los objetivos de la investigación son: (I) Establecer un diagnóstico general sobre la situación del empleo infanto-adolescente en el Paraguay, como marco para la focalización del análisis y las acciones hacia los niños y adolescentes trabajadores de los espacios públicos, una de las poblaciones meta del Proyecto AMAR y de CALLESCUELA; (II) Articular los esfuerzos por fortalecer la capacidad de análisis sobre la realidad social del país para fines de gestión de políticas orientadas hacia la * Con la asistencia de Mirka Hraste, el apoyo de las profesoras: Sofía Gavilán y Elba Núñez y la participación de las estudiantes: Margarita Alvarenga, Antonina López Mirka Hraste (ETS) (4º curso) Claudia Verón (5º curso-pasante).
superación de la pobreza y el aumento de la equidad social, en el caso concreto de la nueva Coordinación de Investigaciones y Comunicación Universitaria de la Escuela de Trabajo Social de la UNA y de Callescuela, y (III) Crear un sistema de información, documentación y consulta sobre el tema del trabajo infanto-adolescente en la Escuela de Trabajo Social, entre otros, al servicio de los estudiantes, docentes, investigadores e interesados en general, de manera a facilitar la difusión de la temática y el acceso a la teoría, la metodología y los medios de investigación de la realidad social. En cuanto a la organización del presente informe, el primer capítulo trata sobre el contexto de pobreza, a través de las consideraciones teóricas y metodológicas acerca de la medición de la pobreza; de las características del mercado laboral en el Paraguay y del trabajo infantil. En los capítulos dos al cinco se expone el análisis descriptivo de las características de la población económicamente activa y ocupada de 10 a 18 años, según las variables e indicadores laborales, educativas, de acceso a los servicios de salud, y las condiciones de pobreza, teniendo en consideración la diferenciación sexual, por
90
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
grupos de edad y áreas geográficas (total país y departamentos seleccionados). En el capítulo seis, se presenta una recapitulación de todos los capítulos, que constituye las conclusiones de la investigación, y se establecen las advertencias del análisis, para proponer algunas recomendaciones de política hacia los niños y adolescentes trabajadores.
1. EL CONTEXTO DE POBREZA Y EL EMPLEO INFANTO-ADOLESCENTE EN EL PARAGUAY El propósito de esta primera sección es reunir elementos de juicio que permitan ubicar el análisis del empleo infanto-adolescente (de 10 a 18 años) de las secciones subsiguientes, según los resultados de la EIH 97/98. La exposición sigue la evolución que ha tenido la pobreza en las dos últimas décadas; presenta una breve caracterización del empleo en la actualidad, algunas consideraciones acerca del trabajo infanto-adolescente y de la propuesta del presente trabajo. 1.1 EL CONTEXTO DE POBREZA: la pobreza de grandes sectores de la población es una característica estructural y evidente de numerosos países latinoamericanos, entre ellos el Paraguay, la que por su persistencia y sus efectos para el proceso de desarrollo de cada uno de los países de la región, es objeto de preocupación y estudios cada vez más frecuentes en los dos últimos decenios. No obstante, el concepto y la forma de medición de la pobreza presentan dificultades ligadas a la diversidad de enfoques y de métodos utilizados para establecer sus niveles, carac-
terísticas y efectos, así como las diversas estrategias para enfrentarla, según refleja este diagnóstico. En los años noventa, las fuentes más socorridas de información y análisis de la pobreza en el Paraguay, ligadas a las propuestas de políticas sociales, han sido principalmente dos: (1) La distribución del ingreso en el Paraguay (Sauma, 1993) y (2) las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) Atlas Paraguay 1995 (DGEEC, 1995) Incluso, las NBI se han convertido en la fuente de información privilegiada por los diagnósticos acerca de la situación de pobreza y las propuestas de intervención focalizada por parte de la gerencia de los programas y proyectos sociales.1 Ambos estudios se basan en dos metodologías diferentes de medición de la pobreza: el método indirecto de medición, a través de la estimación de la línea de pobreza (LP), en el primer caso, y el método directo, a través de la identificación de las NBI, en el segundo. Pero a fines de los noventa, el nuevo diseño y los resultados de la EIH 97/98 han permitido la aparición de nuevos estudios, que muestran la evolución que ha seguido el problema, según ambos métodos y un tercero, que es el método combinado que los integra, a través de sus indicadores alternativos. En cuanto al empleo, también existe una abundante literatura que hace el seguimiento de su evolución, acerca 1 Entre ellos, se destaca el requisito incluido en los proyectos a ser presentados a la Secretaría de Acción Social para su financiamiento, y que refiere a las NBI del distrito y departamento de referencia.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
91
de sus niveles y características, y la situación crítica que ha asumido en el marco de las reformas económicas de los dos últimos decenios. Pero la relación entre la pobreza y el empleo, muchas veces señalada, es un campo de análisis aún poco explorada en términos de propuestas de salida, lo cual tiene ciertamente relación con las características del diagnóstico.
dicionada culturalmente por cada sociedad, dentro de los que ella considera colectivamente como «condiciones dignas de vida» en cada etapa de su desarrollo. De ahí que en cada grupo de necesidades básicas se reconozca niveles mínimos de satisfacción, debajo de los cuales surgen graves dificultades para el funcionamiento y desarrollo de la vida humana en sociedad.
1.2 LA POBREZA SEGÚN EL MÉTODO DIRECTO DE MEDICIÓN: en el método di-
Las necesidades básicas, por su parte, se definen como el conjunto de requerimientos de índole físico, psíquico o cultural, cuya satisfacción es condición necesaria al funcionamiento y desarrollo de los seres humanos de una sociedad determinada. Esta satisfacción de las necesidades básicas está con-
En el caso del Paraguay, se seleccionaron cuatro subconjuntos de indicadores que miden la insatisfacción de cuatro necesidades básicas, según criterios ligados al contexto sociocultural concreto: calidad de la vivienda, infraestructura sanitaria, acceso a la educación y capacidad de subsistencia 2 . Los cuatro indicadores fueron aplicados a la información obtenida en el Censo Nacional de Población y Viviendas de 1992 (CNPV-92, en adelante). Según estos indicadores, en el Paraguay, el 64,2 % del total de los hogares censados, equivalente al 69,0 % de habitantes, tenía al menos una NBI en 1992 (Cuadro 1.1). Las diferencias entre zonas urbanas y rurales eran evidentes. En las primeras, 56,9 % de los hogares contaba con al menos una NBI mientras que en las segundas, dicho porcentaje ascendía al 72,2 % de los hogares, con lo cual se reflejaba la
1 La DGEEC ha operacionalizado esta medición del siguiente modo: (a) Viviendas con características físicas inadecuadas: (i) en el área urbana con piso de tierra; pared de adobe, estaqueo, madera, desecho u otros; y techo de paja, palma, madera, desecho u otro; o (ii) en el área rural con piso de tierra; pared de adobe, estaqueo, desecho u otros; y techo de paja, palma, desecho u otro; o (iii) con 3 o más miembros por habitación (sin contar con el baño, cocina o cuartos o piezas destinadas exclusivamente al comercio o industria). (b) Vivienda con infraestructura sanitaria inadecuada: (i) en el área urbana que se abastecen de agua de pozo sin bomba, manantial, río, arroyo, aguatero u otros, o (ii) en el área rural que se abastecen de
manantial, río, arroyo, aguatero u otros, o (iii) en el área urbana que tienen letrina común o no tienen servicio sanitario, o (iv) en el área rural que no tienen servicio sanitario. (c) Hogares con limitado acceso a la educación: (i) al menos un niño de 7 a 12 años en relación de parentesco con el jefe de hogar que no asiste a un establecimiento educativo o (ii) analfabetos (que no tienen segundo grado aprobado) de 15 y más años en relación de parentesco con el jefe de hogar. (d) Hogares con limitada capacidad de subsistencia: (i) que carece de perceptor (ocupados, incluidos los jubilados o pensionistas y los rentistas) o (ii) cuyo jefe cuenta con una educación inferior a tres años de primaria y con mas de tres personas en promedio por perceptor.
recto de medición, se parte de una definición de la pobreza como la situación de aquellos hogares que no logran reunir, en forma relativamente estable, los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros, por lo que éstos se hallan expuestos a déficit e insuficiencias en su desarrollo humano, dando origen a una espiral reproductora de estructuras de pobreza (DGEEC/FNUAP/PNUD 1995:15).
92
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
inequidad existente hacia las zonas rurales. En contrapartida, en todo el país solo el 35,8 % de los hogares tenían satisfechas todas las necesidades básicas. Este margen era mayor en las zonas urbanas, 43,1 % de los hogares, y menor en las zonas rurales, 28,8 %. Los casos de extrema pobreza se observaron cuando los hogares no tenían cubiertas de tres a cuatro NBI. Las que tenían cuatro NBI fueron 2,4 % de los hogares, a nivel nacional; 3,2 %
de hogares en las zonas rurales y 1,6 % en las zonas urbanas. Sin embargo, considerando el indicador capacidad de subsistencia, una NBI que se halla en relación más directa con la condición económica de los hogares, el 15,0 % de los hogares no tenía satisfecha esta necesidad básica en 1992 y los mismos se encontraban distribuidos tanto en los distritos más grandes y céntricos como en los más pequeños y aislados.
Los distritos con el mayor número de hogares con NBI en cuanto a Cuadro No 1.1: Paraguay hogares con NBI en calidad de la vi- capacidad de subvienda, infraestructura sanitaria, educación y capacidad de sub- sistencia fueron: sistencia (1992, 1995 y 1997/98 en cifras relativas). Asunción, Pedro Juan Caballero, 1992 1995 1997/98 Concepción, Ciudad del Este, San Total país Lorenzo, Fernando de la Mora, Sin NBI 35,8 49,1 44,7 Con al menos 1 NBI 64,2 50,9 55,3 Lambaré, entre Calidad de la vivienda 35,4 27,5 33,5 otros, ubicados en Infraestruc. sanitaria 34,8 20,5 20,0 la Zona MetropoAcceso a la educación 22,9 19,5 23,8 litana y en las zoCapac. de subsistencia 15,0 6,7 11,8 nas fronterizas. 100,0 100,0 100,0 Mientras que, el Área urbana mayor porcentaje Sin NBI 18,5 55,7 55,3 de hogares con Con al menos 1 NBI 56,9 44,3 44,7 NBI en dicho inCalidad de la vivienda 23,2 17,9 21,6 dicador respecto Infraestruc. sanitaria 43,0 28,0 25,1 al total de hogaAcceso a la educación 14,7 13,6 16,6 res, correspondió Capac. de subsistencia 11,0 7,1 7,7 100,0 100,0 100,0 a San Carlos, San Patricio, Gral. Área rural Eugenio A. Garay, Sin NBI 27,8 41,5 32,5 Moisés Bertoni, Con al menos 1 NBI 72,2 58,5 67,5 Pedro P. Peña, Calidad de la vivienda 48,8 38,8 47,4 Antequera, FuerInfraestruc. sanitaria 25,8 11,6 14,1 Acceso a la educación 31,7 26,4 32,2 te Olimpo, San Capac. de subsistencia 19,4 6,1 16,6 Pedro del Paraná, 100,0 100,0 100,0 entre otros, y tenían en común el Fuente: DGEEC.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
aislamiento y la pequeña dimensión poblacional respecto de las ciudades más importantes del país (DGEEC/ FNUAP/PNUD, 1995). Posteriormente, los valores de los indicadores de las NBI fueron actualizados con base en los resultados de la Encuesta de Hogares de 1995, la que por primera vez llegaba a una cobertura nacional, zona urbana y rural (DGEEC, 1996). Según esta fuente, todos los indicadores considerados tuvieron una evolución positiva en el lapso de los tres años, al mostrar en 1995 niveles más reducidos respecto de los obtenidos en 1992 (Cuadro 1.1). En este sentido, a nivel del país en general, el indicador “hogares con al menos 1 NBI” bajó a 50,9 %; el de calidad de la vivienda a 27,5 %; el de infraestructura sanitaria al 20,5 %, el de acceso a la educación a 19,5 % (la reducción menos significativa) y el de capacidad de subsistencia a 6,7 %. Todas estas reducciones se habrían dado también en los indicadores respectivos de las zonas urbanas y las rurales. En los últimos años, la EIH 97/98, la primera de carácter integrado, e igualmente de nivel nacional, permite una actualización de dichos indicadores de NBI, y muestra su desmejoramiento respecto de 1995, pero sin llegar a los niveles de 1992, a excepción de la NBI en acceso a la educación que aumentó ligeramente respecto de principios de los años noventa (Cuadro 1.1). Según dicha fuente, los hogares con al menos 1 NBI ascienden a 55,3 % a nivel país; en las zonas urbanas a 44,7 % y en las rurales a 67,5 %. Como se puede ver en el cuadro, son márgenes de desmejoramiento respecto de 1995,
93
pero que no llegan a los de 1992. Correlativamente a este desmejoramiento, el porcentaje de los hogares sin NBI también disminuyó respecto de 1995. Se destaca, por otro lado, el significativo mejoramiento del indicador de NBI en infraestructura sanitaria en la zona urbana, y un desmejoramiento relativo en la zona rural. 1.3 LA POBREZA SEGÚN EL MÉTODO INDIRECTO DE MEDICIÓN: en cuanto a los
estudios basados en el método indirecto de estimar la pobreza, a través de los niveles de ingreso (Línea de Pobreza) se parte de una definición de la pobreza como una situación en la que el ingreso es insuficiente para cubrir el costo de satisfacción de todas y cada una de las necesidades consideradas como básicas (Sauma, 1993:29). En este caso, el método de medición del nivel de pobreza consiste en estimar el costo de satisfacción de la necesidad alimenticia de las personas, adicionarle el costo de satisfacción de otras necesidades (vestido, vivienda, servicios básicos, etc.) y compararlo con su ingreso. El costo per cápita estimado de satisfacción de la necesidad alimentaria es denominado línea de indigencia o pobreza extrema, mientras que el costo per cápita de satisfacción de todas las necesidades consideradas como básicas, incluyendo la alimentación, se le llama línea de pobreza total. En otras palabras, se está ante un caso de pobreza total cuando el ingreso es insuficiente para cubrir el costo de satisfacción de todas y cada una de las necesidades consideradas como básicas, o sea, cuando el ingreso es menor que la línea de pobreza total. A continuación
94
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
se presenta una síntesis del estudio de Sauma (1993) basado en la encuesta DIS/UNA 1992 y la de Marcos Robles (1999), (2000), basados en la EIH 97/ 98, según el método indirecto de medición de la pobreza y el método combinado. (a) La encuesta DIS/UNA 1992 En La distribución del ingreso en el Paraguay (1993), Pablo Sauma presenta los resultados de la Encuesta sobre las Características Socioeconómicas de las Familias Paraguayas, realizada bajo su dirección por el Departamento de Investigaciones Sociales /Facultad de Ciencias Económicas /UNA en 1992, en la que fueron entrevistados 5.069 hogares de todo el territorio nacional, incluyendo la región occidental del país. En dicho estudio, Sauma establece la estructura de la distribución del ingreso en el Paraguay para 1992, mediante
la cual muestra la pobreza relativa, referida a las familias que reciben los márgenes más reducidos del ingreso, y que ocupan los primeros dos deciles o el primer quintil de la distribución, en relación con los sectores más ricos o de mayores ingresos (Cuadro 1.2). En ese sentido, el estudio de Sauma (1993) muestra que la pobreza en el Paraguay está ligada a una distribución desigual del ingreso y a su concentración en los estratos de familias más ricas. En efecto, como se puede ver el 10 % de las familias más pobres del país recibían un ingreso de sólo el 1 % del total mientras que, en el otro extremo, el 10 % de las familias más ricas recibían el 42 % del ingreso total, situación que se reproduce a nivel de las zonas urbanas y rurales, con muy escasa variación (Cuadro 1.2). Si se amplía al 20 % el grupo de familias consideradas en cada extremo la situación no
Cuadro No 1.2: Paraguay, participación relativa en el ingreso */ según ingreso total, decil y distribución geográfica. Decil
Total País
Total Urbano
Área Metropolitana
Resto Urbano
Zona Rural
TOTAL I II III IV V VI VII VIII IX X Coef. de Gini
100,0 1,0 2,2 3,2 4,1 5,3 6,5 8,6 11,2 15,9 42,0 0,52
100,0 1,2 2,7 3,7 4,5 5,6 7,1 8,6 11,3 15,5 39,8 0,49
100,0 1,4 2,8 3,6 4,6 5,5 6,8 8,7 10,8 15,4 40,4 0,49
100,0 1,1 2,7 3,8 4,9 6,0 7,4 9,2 11,8 16,2 36,8 0,47
100,0 1,4 2,7 3,9 4,8 6,0 7,2 8,8 11,1 15,7 38,4 0,47
*/ Ordenada de menor a mayor según el ingreso familiar total. Es independiente para cada región. Fuente: Sauma, (1993:24 cuadro 2.4)
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
95
mejora. El 20 % de las familias más pobres recibe 3,2 % del ingreso total mientras que el 20 % de las familias más ricas obtiene 58 % del ingreso total. Asimismo, el 20 % de las familias del nivel medio tampoco muestra una situación equilibrada ya que reciben el 11,8 % del ingreso total. El coeficiente de Gini3 de 0.52 a nivel país, evidencia la desigualdad existente en la distribución del ingreso, siendo también elevada en las zonas urbanas más que en las rurales.
Sauma (1993:27) también muestra que la concentración del ingreso familiar en el Paraguay es sólo superado por Brasil, dentro un grupo de ocho países de la región. Asimismo, establece la línea de pobreza extrema y de pobreza básica para el período, basada en la actualización de la canasta alimentaria y la canasta básica de Miranda (1980) y del CDE (1989) (Cuadro 1.3). Dichas líneas de pobreza aplicadas a los resultados de la Encuesta DIS (1992) en términos de los ingresos de las familias y del ingreso per Cuadro No 1.3: Líneas de indigencia y de pobreza básica por cápita según zona zonas actualización la canasta de miranda (1980) y del cede geográfica, permiten al autor esta(1992) año 1992. En porcentajes. blecer los porcentajes de familias y Líneas de Área Resto Zona personas que esPobreza Metropolitana Urbano Rural tán ubicadas por debajo (pobres y Miranda (1980) al 92 pobres extremos) Indigencia 76.200 72.390 57.150 así como los que Pobreza extrema 129.159 122.701 86.939 se hallan por enCDE (1989) al 92 cima de la línea de Indigencia 37.165 35.307 27.874 pobreza (no poPobreza extrema 74.330 70.614 48.780 bres) (Cuadro Fuente: Sauma (1993), p.34 y 36 1.4) según las zoCuadro No 1.4: Comparación de los porcentajes de familias con ingresos por debajo de la línea de pobreza, según diferentes estimaciones. Estimación
Año de Estudio
Total País
Laird Miranda DIS-Miranda 1/ DIS-CDE 2/ DIS - BM 3/
1977 1980 1992 1992 1992
66,8 53,6 30,2 29,6
Zona Urbana Total
AMA
40,0 18,3 12,3
44,0 31,4 11,7 7,8
Resto
Zona Rural
55,4 49,9 17,4
56,3 78,7 70,6 45,1 51,2
Fuente: Sauma (1993), p.39, cuadro 3.6 3 Mide el grado en que la distribución del ingreso entre las personas de un país se desvía de una distribución perfectamente equitativa. Toma el valor de cero si se está frente a una
igualdad absoluta y el valor de uno si se está frente a una absoluta desigualdad.
96
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
nas respectivas y la adopción de criterios generales respecto de la aplicación de las canastas a las mismas. En el cuadro 1.4, se puede ver que son considerables las diferencias entre los resultados según se considere la canasta alimentaria y básica de Miranda o la del CDE (53,6 % y 30,2 % de pobres a nivel país, respectivamente), pero ambos coinciden en la mayor incidencia de la pobreza en la zona rural y el resto urbano, mientras que el Área Metropolitana de Asunción tiene el mayor porcentaje de familias y personas no pobres. Igualmente coinciden en la mayor incidencia de la pobreza extrema o indigencia en la zona rural y el resto urbano, pero difieren en la incidencia de la pobreza básica en ambas zonas. Además, Sauma (1993) compara los porcentajes de familias por debajo de la línea de pobreza según otras dos estimaciones, la de Laird (1977) y del Banco Mundial/BID, para establecer el
nivel de pobreza en el Paraguay (Cuadro 1.4). Esta comparación le permite comprobar que la pobreza en el Paraguay es un problema importante, ya que afecta a por lo menos al 30 % de la población total y al 50 % de la población rural, por lo que la mayor incidencia de la pobreza en las zonas rurales es una constante, por lo menos en los tres últimos lustros. Una comparación intertemporal de la evolución que ha seguido los niveles de pobreza según una sola de las estimaciones, la de Miranda entre 1980 y 1992, le permite también a Sauma mostrar que, a pesar de la probable sobreestimación, se puede sostener que la pobreza a nivel país se ha mantenido invariable en el lapso señalado, pero ha habido un incremento de la pobreza extrema tanto a nivel nacional, como urbano y rural (Sauma, 1993: 40-41) (b) EIH 97/1998, DGEEC
Por otro lado, el estudio de Marcos Robles (DGEEC, 1999) sobre Pobreza y distribución del ingreso en ParaCuadro No 1.5: Valor mensual de la canasta de consumo guay 1997/98, ba(Guaraníes de febrero de 1998). sado en los datos proporcionados Valor de la Canasta Básica de Consumo Per cápita por la primera Alimentaria Total EIH realizada por Dominio Geográfico (Línea de pobreza (Línea de la institución ofiextrema) pobreza total) cial, es el más reciente sobre el Asunción 96.192 205.475 tema y sus concluCentral urbano 95.116 203.391 siones son eloResto urbano 72.192 127.831 cuentes en cuanRural 49.682 77.157 to a la situación de País 68.563 126.593 pobreza existente (en u$s) 27,2 50,3 en la actualidad Fuente: DGEEC, Robles, 1999, Cuadro A1, p.67. en este país. En Nota: Una canasta básica cubre los requerimientos nutricionales mínimos de la población de dicho estudio, se cada dominio.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
estiman los valores de la canasta básica de consumo (Cuadro 1.5) y la distribución del ingreso familiar (Cuadro 1.6). Según el estudio, en 1997/98 el 32 % de la población vive en condiciones de pobreza, debido a que sus ingresos son inferiores al costo de la canasta básica de consumo (línea de pobreza). El porcentaje de pobres es más alto en el área rural (42,5 %) que en el área urbana (23,1 %), y Asunción, la capital, tiene el porcentaje más bajo de habitantes pobres (11,8 %) (ob. cit, 1999, 9). La pobreza en el área rural es de carácter extendido, pues en él se encuentra el mayor número de pobres; es también más profundo, porque el ingreso promedio de los pobres de esta área cubre sólo el 50 % de la canasta básica de consumo, mientras que el promedio de Asunción cubre el 76 %, el del Central urbano 71 % y el del Resto Urbano 60 %. Robles también
97
muestra, comparando estos resultados con los de la Encuesta de Hogares 1995, que la pobreza en Paraguay aumentó entre 1995 y 1997/98 a nivel país, tanto la pobreza total (de 30 a 32 %) como la pobreza extrema (de 14 a 17 %). En su distribución por áreas, sin embargo, observa que aumentó en el área rural (de 37 a 43 %) y en el Resto urbano (de 27 a 29 %), sin incluir Asunción. Mientras, la pobreza extrema aumentó tanto en el área rural como en la urbana (Cuadro 1.7). Luego de establecer los indicadores de pobreza centra su atención en los factores que han tenido mayor influencia en el aumento de la pobreza entre 1995 y 1997/98, y sostiene, en primer lugar, que la disminución del ingreso fue el principal factor de influencia, sobretodo en el área urbana, debido a que se produjo junto con una mejora en la distribución de los ingresos a favor de los estratos medios. En cambio, en el
Cuadro No 1.6: Paraguay, distribución del ingreso familiar disponible por persona, 1997/ 98. Decil Más pobre II III IV V VI VII VIII IX Más rico Total
Distribución del Ingreso
Ingreso per cápita mensual (Gs)*
Total
Urbano
Rural
Total
Urbano
Rural
0,7 1,8 2,9 4,1 5,5 7,2 9,2 12,1 17,3 39,1 100,0
1,4 2,7 3,7 4,8 6,1 7,5 9,3 11,8 16,4 36,3 100,0
0,7 1,8 2,8 3,9 5,2 7.0 9,4 12,7 17,5 38,9 100,0
29.806 73.231 117.908 167.205 222.818 290.204 374.086 491.182 700.745 1.581.901 404.903
73.372 146.064 203.242 261.428 329.746 407.594 506.434 644.403 893.226 1.971.767 543.750
18.211 43.057 68.053 95.935 128.527 170.224 230.020 307.089 428.061 946.098 243.579
Fuente: DGEEC, Robles, 1999, Cuadro B1, p.82.
98
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
área rural, además de la disminución de los ingresos medios, aumentó la desigualdad, al aumentar el coeficiente de Gini (indicador de la concentración) de 0,563 a 0,609 en el referido período.
miento de los ingresos y la pobreza tuvieron poca relación con el de los agregados macroeconómicos, desde una perspectiva de largo plazo. La relación ingresos-pobreza-desigualdad se desen-
Cuadro No 1.7: Paraguay, tasas de pobreza, 1995 - 1997/98 (% de la población total) método de medición: Línea de pobreza. 1997/98
1995 (*) Áreas
Área M de Asunción Resto urbano (sin AMA) Area urbana Area rural Total país
Pobreza Extrema
Pobreza no extrema
Total Pobreza
Pobreza Extrema
Pobreza no extrema
Total Pobreza
3,1 9,7 6,8 21,4 13,9
16,6 17,4 16,9 15,8 16,4
19,6 27,1 23,7 37,2 30,3
2,1 11,7 7,3 28,9 17,3
14,8 16,7 15,9 13,7 14,8
16,9 28,5 23,1 42,5 32,1
Fuente: DGEEC, Marcos Robles, ob cit 1999, p.21, cuadro nº 1. (*) Cifras ajustadas con el ingreso disponible de 1997/98 y el corriente de 1995.
Con base en el análisis refinado que le permiten la gama de indicadores de pobreza, el autor sostiene que entre 1995 y 1997/98, los pobres se vuelven más pobres (aumento de la brecha de la pobreza), pero las razones son diferentes según cada área:... “en el área urbana este deterioro se explica fundamentalmente por la disminución de los ingresos y en el rural por el empeoramiento de la desigualdad” (ob cit p.10). Relacionando este resultado con el contexto de la recesión económica en dicho lapso –en que el PIB per cápita acumuló una caída de 4,2 %- Robles plantea que en el área urbana perdieron los estratos más bajos y más altos, pero ganaron los estratos medios. En el área rural, sin embargo, perdieron todos. En cuanto al Área Metropolitana de Asunción, muestra que el comporta-
volvió en dicha área de la siguiente manera: Entre 1983-1997, el PIB per cápita creció a un promedio anual del 0,4 %, el ingreso per-cápita, a precios constantes, aumentó en 4,9 % y el porcentaje de población pobre se redujo de 43 a 17 % (1984-1997/98). Esta reducción incluso se da en años de bajo crecimiento del PIB per cápita; 1986, 1992 y 1997/98 Entre 1984-1989, la pobreza disminuye debido más al crecimiento del ingreso per cápita que a la disminución de la desigualdad. Este crecimiento de los ingresos hizo que el ingreso real mejorara en todos los estratos, pero en mayor proporción en los más pobres, observándose un crecimiento con equidad.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
Entre 1991-1995, la pobreza disminuyó debido al efecto del aumento de los ingresos medios a pesar del aumento de la desigualdad: “...los ricos se volvieron más ricos, pero los pobres no más pobres, sino por el contrario, muchos dejaron de tener esa condición” (ob cit p. 10) Entre 1995-1997/98 la pobreza continuó disminuyendo, pero, a diferencia de los años anteriores, fue debido más a la mejora en la distribución de los ingresos que al aumento del ingreso per cápita. La crisis financiera afectó en mayor medida a los estratos más altos de la sociedad paraguaya. Los ingresos de la población más pobre aumentaron y los de los ricos disminuyeron.
99
1.4 LA POBREZA SEGÚN EL MÉTODO INTEGRADO DE MEDICIÓN. LOS INDICADORES ALTERNATIVOS DE FOCALIZACIÓN: el mé-
todo integrado de medición de la pobreza está en relación con una mayor discriminación del análisis de la pobreza, la que lleva a establecer una tipología diferente, al distinguir tres tipos de pobreza asociados a las NBI y los niveles de ingreso respecto de la línea de pobreza, según se ilustra en el Cuadro 1.8.
La población en pobreza crónica es aquélla que a lo largo de su vida no ha logrado satisfacer sus necesidades básicas y a la vez, presentan ingresos por debajo de la línea de pobreza. La pobreza inercial es aquélla que afecta a la población que siempre ha tenido al menos una NBI pero en la coyunCuadro No 1.8: Método integrado de medición de la pobreza. tura presenta ingresos superiores Método de la línea de pobreza a la línea de poMétodo de las NBI Ingresos por debajo Ingresos sobre la breza. La pobrede la línea de pobreza línea de pobreza za reciente es aquélla situación Una o más NBI pobreza crónica pobreza inercial Ninguna NBI pobreza reciente sin pobreza en la que la población ha logrado saFuente: DGEEC, Robles, 1999, ob cit 75. Cuadro 1.9: Paraguay, porcentaje de la población pobre, 1997/ 98 método de medición integrado. Pobres Recientes Crónicos Asunción Central Urbano Resto Urbano Urbana Rural Total
2,8 6,4 2,7 4,0 6,9 5,3
Fuente: DGEEC, Robles, 1999, Cuadro A6, p 76.
9,0 13,9 27,4 19,1 35,6 26,8
Inerciales
Total
20,0 23,3 29,7 25,6 31,9 28,5
31,8 43,6 59,8 48,7 74,4 60,6
No pobres
Total
68,2 56,4 40,2 51,3 25,6 39,4
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
100
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
tisfacer todas sus necesidades básicas pero en la coyuntura muestra ingresos por debajo de la línea de pobreza (Robles, 1999, ob cit p.75). La situación “sin pobreza” es la que ocurre cuando todas las necesidades básicas están satisfechas y los ingresos están por encima de la línea de pobreza. El Cuadro 1.9 muestra los resultados en torno a estos indicadores para los cinco dominios geográficos. Según estos indicadores los pobres inerciales son más numerosos, con una incidencia un tanto mayor en la población total que la de los pobres crónicos (28,5 % frente al 26,8 %) y en las demás áreas consideradas, a excepción de la zona rural, en que los pobres crónicos tienen mayor incidencia (35,6 frente al 31,9 %). Dentro de este enfoque combinado de métodos de medición de la pobreza y de un concepto más preciso de la pobreza, un nuevo estudio de Marcos Robles (2000)4 presenta los Mapas de Pobreza por Departamentos y Distritos, y los indicadores alternativos de focalización, para el Paraguay. Utilizando información combinada de la EIH 97/98 y del CNPV 1992, así como técnicas econométricas e instrumentos analíticos, Robles estima a nivel de distritos y departamentos el ingreso, el consumo familiar promedio y el porcentaje de la población que no logra adquirir una canasta básica de consumo (por debajo de la línea de pobreza). Los mapas de pobreza así obtenidos, basados en los ingresos y el consumo de la población, pretenden servir 4 DGEEC/BID/BM, (1999), IBF. Indicadores Básicos para Focalizar el Gasto Social en Paraguay, Fdo de la Mora, marzo 2000.
como herramienta para diseñar políticas eficaces que busquen mejorar la capacidad adquisitiva de los hogares pobres del Paraguay (DGEEC, 2000). 1.5 LA RELACIÓN POBREZA E INGRESO. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN POBRE EN FUNCIÓN DE LOS ACTIVOS QUE POSEEN. LOS FACTORES DETERMINANTES DE LA DESIGUALDAD Y DE LOS NIVELES DE BIENESTAR: en consideración a los obje-
tivos del presente trabajo, retomamos aquí el estudio de Marcos Robles (julio 1999) primeramente referido, sobre la pobreza y distribución del ingreso en Paraguay reflejada en la EIH 97/98, en relación con su análisis y sus resultados acerca de las características de la población pobre según área urbana y rural, para establecer sus factores determinantes, confrontarlos con las características del bienestar, y proponer políticas con vistas a la reducción de la pobreza. En la relación pobreza-ingreso, el autor descubre que la pobreza urbana es mucho más sensible a las modificaciones del ingreso que la pobreza rural, y propone que si el crecimiento del ingreso per cápita aumentara 5 %, manteniendo constante la distribución actual, el porcentaje de pobres urbanos se reduciría en 6,7 % (de 23,1 a 21,6 %) y el de los rurales en 4,7% (de 42,5 a 40,8 %). En ese mismo sentido plantea que el crecimiento económico es uno de los instrumentos fundamentales de la lucha contra la pobreza en Paraguay, con base en el análisis de dos escenarios posibles: (1) Si la economía paraguaya creciera 4 % anual promedio hasta el 2005 (similar al período 1986-1995) y la po-
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
blación en 2,4 % (siguiendo la tendencia para el período), manteniendo constante la distribución del ingreso, la pobreza se reduciría de 32,1 a 28,9 %; (2) Si el PIB creciera a 8 % anual promedio (similar al decenio de los setenta), en el 2005 la pobreza a nivel país sería del 22,1 %. La pobreza urbana bajaría de 23,1 a 13,6 %, y la rural de 42,5 a 30,8 %. Otros tres aspectos importantes son abordados por Robles en su estudio: el análisis de las características de los pobres en función de los activos que poseen o acceden los hogares, los atributos que explican la desigualdad en el Paraguay y los determinantes de los niveles de bienestar. Los activos considerados en el marco de la información de la EIH 97/98 son: capital humano (educación, experiencia, habilidades, migración y salud); trabajo (el empleo es considerado, como por lo general, el activo más importante de los pobres); activos productivos (vivienda, si es propia, tiene servicios básicos y espacio; lotes, ganado, maquinaria, bienes durables); relaciones de unidad familiar (estado civil, tamaño, composición) y capital social (pertenencia del hogar a alguna organización vecinal, gremial). En función de estos activos, el análisis de Robles concluye que (ob cit p. 11-12): En la zona urbana, la población pobre: (a) tiene escolaridad baja, y poca experiencia laboral y migratoria; (b) está conducido por mujeres en mayor proporción que la población no pobre;
101
(c) se enferma más y está menos cubierto por el seguro médico estatal; (d) vive en hogares con pocas mujeres que participan en el mercado laboral y con menos ocupados que en los hogares no pobres; (e) vive en hogares grandes, compuesto fundamentalmente por niños, son propietarios de sus viviendas en un porcentaje similar a los no pobres (70 %) pero con menos equipos y acceso a los servicios básicos. Dentro de este grupo, los activos que se correlacionan más con la pobreza, controlando los efectos de los demás, son, por orden de importancia en relación con el status de pobreza: (i) la educación, (ii) el tamaño del hogar, (iii) la ocupación de sus miembros, (iv) el servicio telefónico y (v) el seguro médico público. En la zona rural los pobres: (a) tienen una escolaridad más baja que en el área urbana, pero menos desigual con los no pobres; (b) son más jóvenes y migrantes, (c) más eventuales en el mercado laboral y (d) están conducidos en mayor proporción por hombres que los no pobres; (e) se enferman tanto como en el área urbana, pero tiene una cobertura del seguro médico estatal menor; (f) tienen más vivienda propia que en el área urbana, pero sus condiciones físicas son mucho más precarias, y (g) viven poco en comunidades organizadas en cooperativas y clubes.
102
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
En esta zona, los activos que se correlacionan más con la pobreza, controlando los efectos de los demás, son, por orden de importancia:
da,
(i) el tamaño del hogar, (ii) el servicio sanitario de la vivien-
(iii) el seguro médico público, (iv) la corriente eléctrica de la vivienda y (v) la ocupación de sus miembros. Una vez establecida la posesión y acceso a los activos, privados, públicos y organizacionales de los hogares pobres, los cuales son considerados por el autor como determinantes fundamentales de los flujos, gastos e ingresos de las familias, y por lo tanto, cruciales para determinar las capacidades que tienen para salir de la pobreza, se establecen los determinantes de la desigualdad. Estos incluyen los atributos considerados que explican la desigualdad, de los cuales se seleccionan los de mayor influencia: la educación y la actividad económica donde labora el jefe de hogar, siendo el primero mucho más importante que el segundo: “...En los estratos más pobres la desigualdad debido a las diferencias de escolaridad fue la que más aumentó su participación en la desigualdad total. En los estratos medios, fue la actividad económica del jefe de hogar y en los altos la ubicación geográfica. Es decir, diferentes factores, en los diferentes tramos de la distribución del ingreso, explican la dinámica de la desigualdad de los ingresos en Paraguay.”(ob cit p.12).
Robles establece escenarios para analizar las alternativas que ofrecen la educación, la migración y la salud para aumentar los niveles de bienestar, los cuales podrían ser campos de intervención de las políticas públicas en dicho sentido: (1) Si el nivel de escolaridad de la población mayor de 14 años creciera en un año, el nivel de bienestar aumentaría 5,2 % en el área urbana y 3,1 % en el rural; (2) Entre migración y bienestar existe una relación positiva en el área urbana y negativa en el rural; (3) Si un miembro menos de cada hogar se enfermara, los niveles de bienestar aumentarían en 2,1 % en el área urbana y 2,3 % en el rural. (4) Si un individuo sin seguro médico estatal tuviera acceso al mismo, aumentaría su bienestar en 19 % en el área urbana y 53 % en el rural. En cuanto a los activos sociales u organizacionales que poseen los hogares del área rural (pertenencia a comunidades organizadas en cooperativas o clubes) son determinantes importantes para lograr mejores niveles de bienestar. Los hogares que poseen este activo muestran ingresos mayores en 13 % frente a aquellos que no lo poseen. Por el lado de las variables referidas a los activos físicos, como los gastos en bienes durables, propiedad de la vivienda y valor del terreno agropecuario, el autor también los incluye como determinantes de los niveles de bienestar. Asimismo, en relación con los servicios básicos de las viviendas, residencia de los hogares, Robles muestra la relación positiva con los niveles de bienestar, pues no sólo adicionan valor de manera
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
directa a ciertos activos, sino también, al igual que los bienes durables o la propiedad de los inmuebles, su tenencia posibilita destinar recursos adicionales a otros activos (ob cit p.49). 1.6 EL EMPLEO EN GENERAL Y EL EMPLEO INFANTO-ADOLESCENTE: en cuanto a la
posesión del empleo, que es el tema que más interesa en este trabajo de investigación, Robles devela que es uno de los activos determinantes más importantes de los niveles de bienestar. Según los resultados de sus análisis, los escenarios en cuanto al empleo serían (ob cit p. 50): (1) Si trabajara un miembro más de la familia elevaría el nivel de bienestar del hogar en 18 % en el área urbana y 10 % en el área rural, y (2) Si el jefe de hogar del área rural, desocupado, trabajara, el bienestar de su hogar mejoraría en 91 %. El autor aclara que los coeficientes de las variables que distinguen la actividad económica del jefe de hogar no son significativos, pues individuos con la misma dotación de los otros activos (personales, físicos, institucionales) tendrían las mismas posibilidades de acceder a ingresos similares en las distintas ramas económicas. Sin embargo, la segmentación de los mercados laborales por el lado del tamaño de la empresa sí sería significativa, lo cual es ilustrado con la siguiente ecuación: en el área rural, quienes trabajan en microempresas tienen ingresos menores en 27 % si lo hacen solos y en 34 % si están en empresas de 2 a 5 trabajadores, respecto de individuos que se encuentran en empresas de mayor tamaño.
103
En el estudio de Robles no aparecen las referencias al trabajo infantil y en relación con ello, la primera cuestión a plantear es si existe ese espacio para hacerlo, tanto dentro de las características de la población pobre, como parte de sus activos, así como de los determinantes de la desigualdad y de su bienestar. Si el empleo (trabajo) es considerado el activo más importante de los pobres, la pregunta es si este carácter es aplicable al trabajo infantil. Robles devela que el empleo es uno de los activos determinantes más importantes de los niveles de bienestar, apoyado en los resultados de los modelos econométricos. Vimos que en (1) queda abierta la posibilidad de que ese empleo adicional sea el del miembro niño-adolescente, no así en (2) en el que se precisa la referencia al jefe de hogar del área rural, aunque se aclara que no se necesita distinguir la actividad económica, tratándose de individuos con la misma dotación de los otros activos (personales, físicos, institucionales) pues tendrían las mismas posibilidades de acceder a ingresos similares en las distintas ramas económicas. No obstante, las diferencias en el tamaño de la empresa sí serían significativas. Lo que se plantea aquí respecto del trabajo infanto-adolescente, de hecho está planteado y «resuelto» en la realidad, y es un tema de debate y de polémica entre los pensadores y activistas ligados al sector de la niñez (los menores de edad, o de 0 a 17 o a 18 años)5. 5 Cf. En el Paraguay, DGPM/Maluf, Informe de consultoría (1992), UNICEF/Gómez (1997), FNUAP/FCE-UNA/Stark, R y Walder, G (1997), UNICEF/Céspedes, R, Informe de consultoría, (1997), CECTEC/UNICEF/ Ortiz, Carlos y otros (1998), entre otros.
104
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Las propias estadísticas nacionales consideran «población en edad de trabajar» a la población de 10 años y más, y consignan las cifras de la población económicamente activa, y la ocupada, desocupada, e inactiva desde esa edad6. Pero aunque el trabajo infantil constituye una constante universal, particularmente ligada a la pobreza de las familias, y a la historia económica y social de los países hoy altamente desarrollados y de los subdesarrollados, sigue siendo un hecho resistido, encubierto, no reconocido o combatido en vista a su erradicación. En ese sentido, un estudio sobre el tema no puede olvidar esta situación, ya que tanto la tarea de la identificación del problema como su caracterización, evaluación y proyección, van asociados con el contexto socio-cultural en el que ocurren y una perspectiva determinada. En la presente investigación, no nos detenemos en la discusión acerca de las controversias que existen como tales, sino planteamos un análisis de los resultados de la EIH 97/98 de la DGEEC, explicitando en forma breve nuestras categorías, dimensiones y variables, centrándonos en la presentación y análisis de los indicadores del trabajo infanto-adolescente según los resultados de la mencionada Encuesta, en vista a su carácter de pequeña investigación. El trabajo infanto-adolescente forma parte de la estructura del empleo y del mercado laboral, por lo que cabe establecer una caracterización de dicho mercado. 6 A principios de los noventa era desde los 12 años, como se puede ver en el Censo Nacional de Población y Viviendas de 1992.
1.7 UNA CARACTERIZACIÓN DEL EMPLEO EN EL PARAGUAY: Oscar Barrios, en
«Situación del mercado laboral» (1999) sostiene que en los últimos años, el mercado de trabajo se ha caracterizado por ser un escenario de importantes cambios, tales como: (i) la mayor incorporación de las mujeres a la población económicamente activa; (ii) la creciente urbanización de la mano de obra, y (iii) el aumento de la población activa, dentro de una tendencia de elevado crecimiento. También refiere, que se ha producido una disminución de la tasa de actividad en los grupos de población más jóvenes7. El análisis de los resultados de la EIH 97/98 sobre este tema, Barrios lo realiza a través de una perspectiva del largo plazo. Muestra que el hecho resaltante del proceso de cambio económico y laboral es el incremento de la mano de obra ocupada en las actividades de comercio y servicios, con la consecuente reducción de la importancia relativa de las actividades agropecuarias. Al mismo tiempo, ocurre una reducción primero, y un estancamiento, después, en la capacidad de absorber la fuerza de trabajo creciente por parte del sector industrial, para asumir un nivel actual en torno del 12 % en la estructura del empleo. El autor llama la atención sobre la debilidad de la estructura de la población en edad de trabajar, de 10 años y más, por condición de actividad, al registrar una tasa bruta de actividad del 57,8 % y la alta tasa de inactivos o económicamente no activos, de 42 %. Ade7 En Población y Desarrollo, revista de la Facultad de Ciencias Económicas/DEP/UNA, p.25-38
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
más, dentro de los activos, la tasa de participación por edad muestra una alta participación masculina de 10 a 14 años y de 15 a 19 años, lo cual implicaría que gran parte de la población en edad de acumulación de capital educativo se encuentra fuera del sistema educativo. Mientras, en el otro extremo, la población de 65 años y más, mantiene aún una alta participación, que abarca el 50 % de este grupo. Asimismo, aún cuando el desempleo abierto no es elevado (5,4 % de la PEA), el oculto es preocupante (9,5 %), con lo cual, se indica que el 15 % de la PEA está desempleada. De igual manera, la ocupación está integrada por una franja de sub-ocupados en forma visible (6,5 %) e invisible (12,7 %), por lo que el subempleo suma el 19 %, significando lo que el autor denomina un uso insuficiente de la mano de obra ocupada, como parte del «despilfarro de recursos» del que habla al inicio, como característica de la dinámica económica y social del país. En cuanto a la inserción de la mano de obra en las actividades productivas, el autor refiere que en el ámbito nacional la economía paraguaya alcanza la calificación de una economía de servicios, pero aún mantiene una fuerte base de producción en las actividades rurales. Esto se ilustra con los resultados de la EIH 97 / 98 que registran un 53 % para el sector servicio, el 29 % para el sector primario, y el 18 % para el secundario, con una marcada diferenciación por área urbana-rural, y por sexo.
105
En cuanto a las categorías de ocupación, Barrios refiere que las ocupaciones de mayor calificación y dirección representan el 9,5 % a nivel nacional, lo que equivale a un total de 200.000 personas aproximadamente, y que en el área urbana la proporción es más elevada, del 13,6 %. Mientras, las ocupaciones agropecuarias abarcan el 27 % del total, y el 60 % en las áreas rurales. En el sector servicio prevalen los ocupados en actividades de venta (19,5 %) y en los servicios personales (13,4 %), ligadas a la baja formación alcanzada por la mano de obra. En cuanto a los ingresos, el promedio en la ocupación principal es de Gs. 709.422 mensual, por lo que si este monto se multiplica por el promedio de perceptores por hogar, a nivel nacional, el promedio por hogar es de Gs. 1.200.000. La diferenciación del ingreso por área urbana y rural es pronunciada (Gs. 861. 000 y Gs. 408.000, respectivamente). Por último, el empleo informal en las áreas urbanas estaría afectando al 46 % de la fuerza laboral ocupada, y está relacionado con empresas de pequeño porte (1-5 trabajadores), el cuentapropismo (53 %), y con el trabajo de familiares no remunerados. Asimismo, su mayor desarrollo se observa en la actividad comercial (52 %). No obstante, los ingresos promedios ascienden a Gs. 656.000 mensuales, lo cual supera el nivel del salario mínimo legal, aunque la diferenciación es importante, pues existen ingresos muy reducidos.
106
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
1.8 LA CONDICIÓN DE ACTIVIDAD DE LA POBLACIÓN EN SU EVOLUCIÓN RECIENTE:
sobre la base de la información proporcionada por las dos encuestas de hogares de carácter nacional realizadas en los años noventa por la DGEEC, la de 1995 y la de 1997/98, cabe fijar la evolución del empleo en dicho lapso, según sus categorías e indicadores más generales, a modo de establecer el marco más preciso del empleo infanto-adolescente a fines de la década (Cuadro 1.10).
(a) Entre 1995 - 1997/98 aumenta la población en edad de trabajar ( 11,0 %), con una diferenciación sexual mínima, pero zonalmente considerable, al registrar la PET urbano un aumento del 16,2 % frente al rural del 5,0 % (Cuadro 1.11); (b) Pero su estructura evolucionó hacia un aumento del peso relativo de los económicamente inactivos (de 30,8 a 42,1%) frente a los activos (de 69,2 a 57,9 %);
Cuadro No 1.10: Población de 10 años y más de edad según condición de actividad por sexo y zona urbana - rural año 1995 y 1997/98 en porcentajes.
Área y cond. de actividad
Total
Por zona
Por sexo Hombre
Mujer
Urbana
Rural
100,0 56,2 96,2 18,2 8,2 10,0 3,8 1,2 2,6 43,8
100,0 64,8 94,7 17,2 5,8 11,4 5,3 1,2 4,0 35,2
100,0 74,2 98,6 15,0 6,0 9,1 1,4 0,3 1,1 25,8
100,0 41,4 93,2 23,4 9,6 13,8 6,8 1,6 5,3 58,6
100,0 60,6 93,1 18,8 5,9 12,9 6,9 1,4 5,4 39,4
100,0 54,4 96,8 19,5 7,3 12,2 3,2 0,9 2,3 45,6
Año 1995 País total Activos Ocupados Subocupados Subocupados visibles Subocupados invisibles Desocupados Desocupados de 1ra vez Desocupados de 2da vez Inactivos
100,0 69,2 96,6 16,2 5,9 10,3 3,4 0,8 2,5 30,8
100,0 82,3 97,0 14,8 4,3 10,5 3,1 0,5 2,5 17,7 Año 1997/98
País total Activos Ocupados Subocupados Subocupados visibles Subocupados invisibles Desocupados Desocupados de 1ra vez Desocupados de 2da vez Inactivos
100,0 57,9 94,6 19,1 6,5 12,7 5,4 1,2 4,1 42,1
100,0 74,4 95,5 16,7 4,7 12,0 4,5 1,0 3,5 25,6
Fuente: Elaborado con base en DGEEC, 1995 y 1997/98, Encuesta de Hogares. Mano de obra.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
(c) El número total de activos decreció un – 7,2 %, por efecto de la considerable caída del número de población rural activa en un – 23,0 % y de las mujeres activas del –18,8 %; La población económicamente inactiva, consiguientemente, registra considerables incrementos, siendo el más elevado el de la zona rural (85,5 %), seguido de los varones (61,4 %) y mujeres inactivas (48,0 %), El margen promedio de crecimiento de la población activa a nivel país ha sido del 52 %, siendo este promedio a nivel rural del 85,5 %; (d) El considerable incremento de la población inactiva está relacionado, principalmente, con el aumento de los estudiantes (55,0 %) y de las amas de casa; 8 (e) La estructura de la población económicamente activa, en este marco
107
de su reducción absoluta y relativa en el lapso referido, también muestra un decrecimiento de los ocupados (de 96,6 a 94,6 %) y un aumento de los desocupados, igualmente en ambos términos, del 3,4 al 5,4 %, tanto de los de primera como de segunda vez; (f) Dentro de los ocupados, ha aumentado el número y porcentaje de subocupados (de 16 a 19 %), tanto el visible como el invisible, lo cual refleja el deterioro de las condiciones de ocupación, en cuanto a la cantidad de horas trabajadas como de los ingresos percibidos. 1.9 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS: el trabajo in-
fantil es una dimensión de la realidad social y una categoría de análisis, que tal como se halla planteado en los diversos estudios existentes, como los citados en el caso referente al Paraguay, tiene un carácter bivalente, ya que con-
Cuadro No 1.11: Población de 10 años y más (porcentaje de crecimiento) año 1995 1997/98. Condición de actividad
Total
Hombre
Mujer
Urbano
País total Activos Ocupados Subocupados Subocupados visibles Subocupados invisibles Desocupados Desocupados de 1ra vez Desocupados de 2da vez Inactivos
11,0 -7,2 -9,1 9,8 2,2 14,3 48,4 40,5 50,9 51,8
11,5 0,9 -0,7 14,3 11,4 15,6 49,8 103,3 39,0 61,4
10,4 -18,8 -21,4 4,7 -4,6 12,3 46,7 2,6 67,9 48,0
16,2 8,6 6,7 18,6 10,1 23,0 41,4 26,8 45,8 30,3
Fuente: Con base en DGEEC, 1995 y 1997/98, Encuesta de Hogares. Mano de obra. 8 Cf. DGEEC, 1995 y 1999, ob cit.
Rural 5,0 -23,0 -24,4 0,2 -5,6 4,1 74,4 103,7 70,3 85,5
108
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
tiene los atributos del trabajo humano como los de la condición del niño, dentro de un contexto socio-cultural e histórico determinado, que es cambiante. Está referido en las estadísticas nacionales dentro de la variable empleo, para el tramo de edad correspondiente a los niños y adolescentes. Asimismo, está asociado a una gama de variables de distribución e indicadores, que contienen los valores que dan cuenta de la situación determinada. En ese sentido, en la presente investigación tomamos en consideración los resultados de la EIH 97/98 referente a la variable del empleo para la población de 10 a 18 años, en su relación con la condición de pobreza, y la variable educación y salud, para esta misma población en general, y en particular la de los ocupados, para observar la relación trabajo-pobreza; trabajo-educación y trabajo-salud establecidos por la Encuesta. En vista a los antecedentes del trabajo explicitados, la hipótesis de trabajo está integrada por los siguientes supuestos: Los niños y adolescentes de 10 a 18 años activos y ocupados conforman un contingente de la población económicamente activa y ocupada de este país, y en sus características y estructura reproducen las del conjunto de la PEA; Pero, dado el marco legal existente hasta el presente año 2000, en que se prohíbe el trabajo infantil de los menores de 15 años y se restringe el de los menores de 18 años, las condiciones en las que se realiza dicho trabajo podrían ser más precarias que las del resto de la estructura de la PEA;
Al margen de la vigencia de la ley y de su observancia, el crecimiento de la demanda de empleo ligado a la presión de la insuficiencia de los ingresos familiares referidos al contexto de la recesión económica, favorece el aumento del empleo infanto-adolescente en condiciones precarias; Si bien el empleo del mayor número de miembros del hogar aumenta las posibilidades de bienestar de las familias por efecto del aumento del ingreso familiar y per cápita, el empleo de los niños y adolescentes pone en riesgo su educación y su salud, en las condiciones de desprotección como el que se supone. (a) La relación trabajo-pobreza, trabajo-educación y trabajo-salud El trabajo infanto-adolescente es generalmente relacionado con las estrategias de sobrevivencia de las familias pobres, y ello ha sido evidenciado en los estudios acerca de los niños y adolescentes trabajadores en los espacios públicos en la región latinoamericana y en el Paraguay, denominados comúnmente «niños de la calle»9. Entre los motivos que explican el trabajo en la calle de los niños y adolescentes en edad escolar está el de cubrir con su ingreso los gastos de su educación escolar y las evidencias muestran que la mayoría de estos niños asisten a la escuela, aunque a riesgo de desertar antes de concluir la primaria o la secundaria10. 9 Cf. Para el caso de Paraguay, ver Espínola, Glauser y otros (1987); Maluf (1992); Gómez (1997). 10 idem
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
Por otro lado, en el caso del resto de la PEA infanto-adolescente en general y del área rural en particular, en el Paraguay existen estudios que muestran que el trabajo infanto-adolescente está en relación con la pobreza de las familias en su gran mayoría, y no precisamente con la opción de los niños y adolescentes, pero que además de esta causa, también se encuentran las razones ligadas a la preocupación por la formación de los mismos en la disciplina del trabajo y la cooperación familiar11. Por el lado de la relación con la educación, el estudio de UNICEFOIT/ Céspedes, R. (1997) es claro al plantear los riesgos en la educación que enfrenta el niño-adolescente trabajador. La inasistencia y el abandono de la escuela tienen mayor incidencia entre los activos que entre los inactivos, mostrando la incompatibilidad del trabajo infantil con la educación escolar, sobre todo a medida en que aumenta la edad del niño y su dedicación al trabajo. Mientras que en UNICEFCECTEC/ Ortiz, C y otros, (1998), se plantea que en el contexto de la familia, economía y cultura campesina existe conciencia sobre la necesidad de proteger a los niños de los trabajos que ponen en riesgo su salud y que la educación escolar es altamente valorado por los padres, por lo que las razones del fracaso y el déficit educativo deben incorporar otros elementos explicativos, además de la dedicación al trabajo, como son las condiciones de estudio ofrecidas en las escuelas rurales. En cuanto a la presente investigación, se propone indagar sobre las característi11 Cf ob cit UNICEF-OIT/ Céspedes, R. (1997) y UNICEFCECTEC/OrtÍz, C y otros, (1998).
109
cas de los niños y adolescentes activos y ocupados, según sus características educativas y el acceso a los servicios de salud en la perspectiva analítica de observar la situación evidenciada por los resultados de la EIH 97/98 al respecto. (b) La distribución por sexo y grupos de edad En todos los casos observados se toman en consideración las variables de distribución por sexo (hombre, mujer) y de los grupos de edad dentro del rango de los 10 a 18 años: (i) 10 a 11 años; (ii) 12 a 14 años, y (iii)15 a 18 años. Los criterios que determinan el rango y los grupos de edad son: el rango de 10 a 18 años está relacionado con el año de inicio (10) desde el cual se cuenta con las estadísticas del empleo, en vista de que la población en edad de trabajar es la de 10 años y más. Mientras que el año final (18) está determinado por la terminación del período de la niñez-adolescencia, según la propuesta del nuevo Código de la Niñez y de la Adolescencia, y sancionada como Ley 1.680 / 2000 por el Congreso Nacional. la de la comparabilidad con los grupos de edad escolar según el régimen vigente desde 1994, con la reforma de la educación escolar básica, y la integración con los grupos de edad establecido para el diagnóstico focalizado en los niños y adolescentes trabajadores en los espacios públicos de Asunción, Ciudad del Este y sus zonas urbanas de influencia, que constituye la segunda fase de la investigación
110
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
diagnóstica, de la que el presente trabajo forma parte.
indicadores, cabe significar que para las estadísticas nacionales:
En el primer caso, el grupo de 10 a 11 años, aunque no incluye a todo el grupo de edad escolar del segundo ciclo de la educación básica (9 a 11 años) se ubica dentro del mismo. En los otros dos casos, corresponden a los grupos de edad del tercer ciclo de la educación básica (12 a 15 años) y al ciclo bachillerato de la educación media (15-17 años), con el agregado de los adolescentes de 18 años.
la población en edad de trabajar (PET) comprende a las personas de 10 años y más de edad, que suministran mano de obra disponible para la realización de la actividad económica, y
(c) La distribución geográfica. Los departamentos seleccionados Por otro lado, la información estadística acerca del empleo de los niños y adolescentes de 10 a 18 años considerados incluye el promedio general del país, y el caso de tres departamentos seleccionados: Asunción, que es equiparada a un departamento; Central y Alto Paraná. Esta distribución espacial también está en relación con los requerimientos de la focalización en los niños y adolescentes trabajadores en los espacios públicos de Asunción, su área metropolitana, Ciudad del Este y su zona urbana de influencia. (d) Acerca de las variables e indicadores del empleo en la EIH 97/ 98 Los resultados de la EIH 97/98 respecto del empleo en general, dentro del cual se ubica el de los niños y adolescentes de 10 a 18 años, están referidos a través de determinadas variables e indicadores que permiten caracterizar y medir la situación reciente en el Paraguay. En relación con dichos
la población económicamente activa (PEA) es un conjunto dentro de la PET, que en un período dado, suministra mano de obra a la actividad económica, o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a la producción. la PEA se distribuye entre los ocupados y los desempleados en forma abierta (sea de primera vez o de segunda o más veces). Mientras, los ocupados incluyen a su vez a los subocupados (sea visible o invisible) la población económicamente no activa o inactiva (PEI) incluye a los desempleados ocultos, que son aquellas personas que se encuentran inactivas, pero que buscarían trabajo si tuviesen mejores perspectivas de encontrarlo. Además, a las inactivas propiamente (estudiantes, labores del hogar, enfermos, rentistas, jubilados, ancianos, demasiado jóvenes para trabajar, y otros).
2. LAS CARACTERÍSTICAS DEL TRABAJO INFANTO-ADOLESCENTE DE 10 A 18 AÑOS SEGÚN LA EIH 97/98 2.1 LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES DE 10 A 18 AÑOS: el grupo de niños y adoles-
centes de 10 a 18 años, que conforma
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
el contingente infanto-adolescente de la población en edad de trabajar (PET)1 está integrado por 1.193.881 miembros según las estimaciones de la EIH 97/98. A nivel país, muestra una escasa diferenciación entre varones (50,4 %) y mujeres (49,6 %) mientras que su distribución en los grupos de edad establecidos en la presente investigación registra una participación del 25,2 % para el grupo de 10 – 11 años; del 36,4 % para el de 12 a 14 años y de 38.4 % para el de 15 a 18 años (Cuadro 2.1). Teniendo en cuenta esta distribución por grupos de edad, la diferenciación sexual muestra que la participación relativa (porcentual) de los varones disminuye conforme aumenta la
111
edad, mientras que la participación de las mujeres, a la inversa, se incrementa en relación directa con el aumento de la edad. En efecto, en el grupo de 10 a 11 años los varones participan en un 52,2 % sobre el total, pero esa participación baja al 51,2 y 48,4 % en los grupos de 12 a 14 y de 15 a 18 años. Inversamente, en el caso de las mujeres, la participación es de 47,8 % en el grupo de 10 a 11 años, y aumenta a 48,8 y 51,6 % en los grupos de edad sucesivos, respectivamente. En su distribución por departamentos se observa que el grupo de 10 a 18 años tiene mayor incidencia en los departamentos más poblados: Central, Alto Paraná, Ita-púa, San Pedro, Caaguazú y Asunción. (Cuadro A.1)
Cuadro No 2.1: Población de 10 a 18 años según grupos de edad y sexo en cifras absolutas y porcentajes. Grupos
Total
TOTAL 10 a 11 años 12 a 14 años 15 a 18 años
1.193.881 300.678 435.136 458.067
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
Hombre
% % % %
50,4 52,2 51,2 48,4
% % % %
Mujer 49,6 47,8 48,8 51,6
% % % %
Total 100,0 25,2 36,4 38,4
% % % %
Hombre
Mujer
100,0 26,1 37,0 36,8
100,0 24,2 35,8 39,9
% % % %
% % % %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
Cuadro No 2.2: Población de 10 a 18 años de edad según departamentos seleccionados (En cifras absolutas y porcentajes).
Total país Total departamentos seleccionados Asunción Alto Paraná Central
Población
%
1.193.881 499.792 103.361 128.711 267.720
100,0 41,9 8,7 10,8 22,4
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98. 12 Las estadísticas oficiales consideran como población en edad de trabajar a la población de 10 años y más.
Los tres departamentos seleccionados en la presente investigación -Asunción, Central y Alto Paraná- contienen a 499.792 miembros de dicha población, equivalente al 41,9 % del total país (Cuadro 2.2).
112
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
2.2 LA CONDICIÓN DE ACTIVIDAD:
(a) La PET agrupada. La PEA (ocupados + desocupados) y la PEI Según esta distribución, del total de niños y adolescentes de 10 a 18 años en todo el país, están ocupados el 26,60 %; desocupados el 2,6 % (Población Económicamente Activa), e inactivos el 70.8 % (Población No Económicamente Activa) (Cuadro 2.3). Estos promedios varían según se considere la distribución sexual, por grupos de edad y por departamentos seleccionados. La tasa promedio de ocupados aumenta a 35,3 % en el caso de los varones y desciende a 17,7 % para las mujeres. Igualmente, el porcentaje de desocupados aumenta a 3,5 % en el caso de los varo-
nes y disminuye a 1,7 % en el caso de las mujeres. En cambio, el porcentaje de inactivos disminuye a 61,2 % en el caso de los varones y aumenta a 80,6 % en el de las mujeres. En síntesis, tanto la ocupación como la desocupación infanto-adolescente tienen mayoría masculina, mientras que entre los económicamente inactivos, hay mayoría femenina.
En cuanto a la distribución por grupos de edad, el grupo mayoritario constituido por los adolescentes de 15 a 18 años muestra la tasa más elevada de ocupación (45 %) y de desocupados (5,0 %), y la más baja de inactivos (50 %). Va seguido por el grupo de 12 a 14 años con tasas del 20,6; 1,3 y 78 %, respectivamente. Por último, el grupo de 10 a 11 años, que presenta la Cuadro No 2.3: Población de 10 a 18 años de edad por sexo setasa más baja de gún condición de actividad (En cifras absolutas y relativas). ocupados y de desocupados, y la Total Hombre Mujer más elevada de inactivos (Cuadro Total 1.193.881 601.252 592.629 2.4). Ocupados Desocupados Inactivos
26,6 % 2,6 % 70,8 %
35,3 % 3,5 % 61,2 %
17,7 % 1,7 % 80,6 %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
La proporción en la que participa cada grupo de
Cuadro No 2.4: Población de 10 a 18 años de edad por grupos de edad según condición de actividad en cifras absolutas y porcentajes. País Total Total Ocupados Desocupados Inactivos
Total
Grupos de edad
Total
Grupos de edad
10 a 11
12 a 14
15 a 18
10 a 11
12 a 14
15 a 18
1.193.881 25,2 % 317.271 7,0 % 30.854 8,0 % 845.756 32,6 %
36,4 % 28,2 % 18,7 % 40,2 %
38,4 % 1.193.881 300.678 64,8 % 26,6 % 7,4 % 73,3 % 2,6 % 0,8 % 27,2 % 70,8 % 91,8 %
435.136 20,6 % 1,3 % 78,1 %
458.067 44,9 % 4,9 % 50,2 %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
edad por cada condición de actividad (las filas horizontales y las tres primeras columnas verticales en % del Cuadro 2.4) muestra que el grupo de adolescentes de 15 a 18 años tiene la mayor incidencia entre los ocupados y los desocupados, mientras que entre los inactivos, la mayor incidencia le corresponde al grupo de 12 a 14 años edad, seguido del grupo de 10 a 11 años. En cuanto a la situación en los departamentos seleccionados, el porcentaje promedio de ocupados es más elevado en Central (28 %) y más bajo en Asunción y Alto Paraná, 22 y 24 % respectivamente. Pero, el porcentaje de desocupados es más elevado en los tres casos, a más del doble en Alto Paraná, que el del país. Los inactivos, por su parte, sólo en Asunción tienen un porcentaje más elevado (74,0 %) que el del promedio nacional (Cuadro 2.5).
113
tuación del empleo infanto-adolescente de 10 a 18 años, por efecto de la mayor discriminación de los datos. Al distinguir (1) los ocupados, y los subocupados visibles e invisibles; (2) los desocupados (de 2º o más veces) y los desocupados de 1ª vez, y (3) los inactivos y el desempleo oculto, la estructura de la población en edad de trabajar (PET) infanto-adolescente se diversifica y se modifican los números y los porcentajes de participación según la condición de actividad desagregada.
Dentro de esta desagregación de la PET infanto-adolescente, interesa observar los niveles y las características del subempleo, el visible e invisible. Además, dentro de la desocupación, la situación del desocupado propiamente dicho, denominado de 2º o más veces, para distinguirlo del desocupado de 1ª vez, del que busca el primer emo Cuadro N 2.5: Población de 10 a 18 años de edad por departapleo, así como el mento según condición de actividad (En cifras absolutas y reladesempleo oculto tivas). entre los inactivos. Total Ocupados Desocupados Inactivos
Asunción
Alto Paraná
Central
103.361 22,4 % 3,2 % 74,4 %
128711 24,3 % 7,1 % 68,5 %
267.720 28,0 % 3,1 % 68,8 %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
(b) La PET desagregada. La subocupación, la desocupación de primera vez y el desempleo oculto La mayor desagregación de la PET establecida en la EIH 97/98 implica la incorporación de nuevos indicadores y la modificación del nivel de los anteriormente vistos en el análisis de la si-
(b1) El subempleo visible e invisible
El grupo de ocupados a nivel nacional visto anteriormente llega al 26,6 % del total de la PET infanto-adolescente (317.271 miembros). En su descomposición según las condiciones de la ocupación, se distribuye en ocupados (16,0 %); subempleo visible (3,2 %) y subempleo invisible, que es el doble del visible (7,4 %) (Cuadro 2.6a). Los resultados de la EIH 97 / 98 revelan
114
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
que el subempleo visible - que consigue trabajar sólo tiempos parcialesafecta considerablemente más a los hombres (72,0 %) que a las mujeres (28 %), y ocupa el 4,8 y 1,8 %, respectivamente, en la estructura de la distribución por condición de actividad de cada uno de estos grupos. En cambio, en el caso del subempleo invisible la diferenciación sexual es poco significativa (53,3 % varones y 46,7 % mujeres), pero su peso relativo en la distribución de la PET es más importante que el subempleo visible, 7,8 % en la estructura masculina y 6,9 % en la femenina. Si se suman el subempleo visible e invisible, la proporción resultante muestra que el peso relativo del subempleo es de 10,6 % de la PET infanto-adolescente; 12,4 % para los varones y 8,7 % para las mujeres, con lo cual se indica que una importante franja de la ocupación de este grupo ocurre en condiciones precarias. La situación en los departamentos seleccionados presenta las siguientes
variaciones respecto del promedio nacional (Cuadro 2.6b): (i) en los tres casos, la proporción de la subocupación visible es menor, y (ii) la subocupación invisible es mayor, particularmente en Central y Alto Paraná, departamentos que presentan a su vez, los mayores niveles de ocupados dentro de la población considerada. (b2) La desocupación de primera vez Comprende a los desocupados que no tienen experiencia laboral y una característica propia de la PEA adolescente-joven en el Paraguay. Dentro de la PET de 10 a 18 años a nivel nacional, afecta al 1,3 % (15.021) del total, y a una mayoría de varones (63 %) según la EIH de 97/98. Además, tienen casi la misma magnitud que los desocupados de 2ª o más veces (Cuadro 2.6a). De los tres departamentos seleccionados, Alto Paraná muestra el mayor porcentaje de desocupados de 1ª vez, 4,1 % de la PET departamental, superior al de los desocupados de 2° o más ve-
Cuadro No 2.6 a: Población de 10 a 18 años de edad por sexo según condición de actividad.
País Total
Total
Total Ocupados Desocupados Inactivos Subocup. visible Subocup.invisible Desempleo oculto Desoc. de 1ª vez
1.193.881 190.958 15.833 731.453 38.163 88.150 114.303 15.021
Sexo Hombre 50,4 72,1 72,1 42,7 72,0 53,3 48,8 62,9
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
% % % % % % % %
Mujer 49,6 27,9 27,9 57,3 28,0 46,7 51,2 37,1
% % % % % % % %
Total
100,0 16,0 % 1,3 % 61,3 % 3,2 % 7,4 % 9,6 % 1,3 %
Sexo Hombre 100,0 22,9 % 1,9 % 52,0 % 4,6 % 7,8 % 9,3 % 1,6 %
Mujer 100,0 9,0 % 0,7 % 70,7 % 1,8 % 6,9 % 9,9 % 0,9 %
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
ces, indicando que la demanda de empleo infanto -adolescente es mayor que en los otros dos casos. En Central es insignificante, 0,9 % de la PET departamental desagregada (Cuadro 2.6b). (b3) El desempleo oculto El desempleo oculto afecta a aquéllas personas que se encuentran inactivas, pero que buscarían trabajo si tuviesen perspectivas de empleo, por lo que en el caso en que aumente la oferta de empleo infanto-adolescente, esta fracción inactiva de la PET se convertiría en población económicamente activa y ocupada. Dentro de la PET de 10 a 18 años, el desempleo oculto asciende al 9,6 %, margen siete veces mayor que el de los desocupados y constituye una masa de 114.303 niños y adolescentes, de ambos sexos, que espera mejores condiciones de empleo para trabajar y dejar la inactividad. En los departamentos seleccionados, el desempleo oculto es menor que el promedio nacional; abarca entre el 5,3 % (Central) y el 6,6 % (Asunción) de la PET departamental. En este último caso, está en relación con la mayor pro-
115
porción de inactivos de la ciudad capital (Cuadro 2.6b). 2.3 LAS CARACTERÍSTICAS DE LA PEA INFANTO-ADOLESCENTE:
(a) Número y distribución por sexo, área, grupos de edad, y departamentos seleccionados Concentrando ahora nuestra atención en la población económicamente activa, la PEA de 10 a 18 años que trabaja (ocupados) o está disponible y hace gestiones para incorporarse al trabajo (desocupados), cabe consignar que conforma en 1997/98 un grupo de 348.125 niños y adolescentes, a nivel país (Cuadro 2.7). Este grupo constituye el 15,3 % de la PEA total y está integrado en su mayoría por varones (66,9 %). Las mujeres participan en un 33,1 %.
Esta diferenciación sexual se refleja en la estructura diferenciada de la PEA, donde la incidencia de los niños y adolescentes varones es mayor en dos puntos porcentuales que el de las mujeres. Aquí es importante indicar que la PEA infanto-adolescente muestra en su distribución sexual o Cuadro N 2.6 b: Población de 10 a 18 años de edad por departa- un comportamiento inverso al mento según condición de actividad. de la PEA de 19 años y más, pues Condición de Actividad Asunción Alto Paraná Central en éstos la incidencia de la muTotal 103.361 128.711 267.720 jer supera en casi Ocupados 12,2 % 13,0 % 16,7 % dos puntos porDesocupados 1,6 % 3,1 % 2,2 % centuales a la de Inactivos 67,8 % 63,0 % 63,5 % Subocup. visible 2,5 % 2,8 % 2,4 % los varones. Este Subocup.invisible 7,7 % 8,5 % 8,9 % comportamiento Desempleo oculto 6,6 % 5,6 % 5,3 % diferenciado obDesoc. de 1ª vez 1,6 % 4,1 % 0,9 % servado en ambos segmentos de la Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
116
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Cuadro No 2.7: Población económicamente activa de 10 a 18 años por sexo en cifras absolutas y en % del total. Edades
Total
10 - 18 19 a más Total
348.125 1.924.198 2.272.323
Sexo Hombre
Mujer
66,9 63,7 64,2
33,1 36,3 35,8
Total 100,0 100,0 100,0
Sexo Hombre
Mujer
16,0 84,0 100,0
14,1 85,9 100,0
Total 15,3 84,7 100,0
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
PEA se explicaría por el hecho de que la incorporación de la mujer al mercado laboral aumenta a medida en que aumenta la edad, por lo que, consiguientemente, disminuye el peso relativo de los varones. Por otro lado, la distribución por área de la PEA infanto adolescente muestra en su estructura una incidencia mayor de la PEA rural que la de 19 años y
más de edad, pues está distribuida en forma paritaria en la zona urbana y rural, mientras que el otro segmento de la PEA muestra la predominancia de la zona urbana (60 %) frente a la rural (40 %) (Cuadro 2.8), con lo cual se consigna la segunda diferenciación general en la estructura de la PEA nacional, en relación con su distribución en los dos grandes grupos: 10 a 18 años, y de 19 y más años de edad.
Cuadro No 2.8: Población económicamente activa de 10 a 18 años de edad y pea total. Por área. Edades
Total
Área Urbana
Rural
173.254 1.156.285 1.329.539
174.871 767.913 942.784
49,8 60,1 58,5
50,2 39,9 41,5
13,0 87,0 100,0
18,5 81,5 100,0
Número total 10 - 18 19 y más Total
348.125 1.924.198 2.272.323
Como porcentaje (%) del total país 10 - 18 19 y más Total
100,0 100,0 100,0
Como porcentaje (%) del total por área 10 - 18 19 y más Total
15,3 84,7 100,0
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
Esta mayor incidencia de los niños y adolescentes del área rural en la PEA se traduce en una mayor incidencia de la PEA infanto adolescente en el área rural (18,5 %) frente al área urbana (13,0 %), evidenciando con ella la incorporación más temprana de los niños y adolescentes del área rural al trabajo en comparación con sus pares del área urbana.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
Por departamentos se tiene que la PEA infanto adolescente de Central es la de mayor proporción (23,6 %), seguido de Alto Paraná con una proporción considerablemente menor (11,5 %) y Asunción que muestra la menor proporción (7,7). El hecho no parece obedecer a una regla en la que a mayor concentración de la PEA total, mayor incidencia de la PEA infanto-adolescente. Pues, la incidencia de la PEA de 10 a 18 años en la PEA departamental es mayor en Alto Paraná (15,5 %) y similar al promedio nacional, y va seguido de Central (14,3 %), que es el de mayor concentración de la PEA a nivel nacional. Mientras, Asunción (9,2 %), tiene la menor incidencia infanto-adolescente, teniendo mayor concentración de la PEA que Alto Paraná. En ese sentido, cabría indagar en este trabajo si una mayor incidencia de la PEA
117
infanto-adolescente dependería de las condiciones de mayor pobreza del área considerada. 2.4 LA PEA INFANTO-ADOLESCENTE OCUPADA: el total de la PEA ocupada
de 10 – 18 años es estimada en 317.271 niños y adolescentes (incluyendo a los subocupados), y en su mayoría son varones, 212.163 ( 66,9 %) mientras que las mujeres suman 105.108 ( 33,1 %). La distribución por grupos de edad muestra que el grupo mayoritario es el de 15 a l8 años, 64.8 % del total, seguido del de 12 a 14 años, con el 28,2 %. El grupo menos numeroso es el de más corta edad, de 10 a 11 años, que participa en un 7,0 % sobre el total. La distribución por departamentos seleccionados muestra que el departamento Central es el que contiene al mayor número y la mayor proporción
Cuadro No 2.9: Población económicamente activa de 10 a 18 años de edad y pea total, por departamentos seleccionados. Grupos de edad
Total
Departamentos Asunción
Alto Paraná
Central
27.023 265.354 292.377
40.493 219.967 260.460
83.141 499.922 583.063
7,7 13,7 12,8
11,5 11,4 11,4
23,6 25,9 25,5
9,2 90,8 100,0
15,5 84,5 100,0
14,3 85,7 100,0
Número total 10 - 18 19 y más Total
352.094 1.932.726 2.284.820
Como % del total país 10 - 18 19 y más Total
100,0 100,0 100,0
Como % del total departamental 10 - 18 19 y más Total
15,4 84,6 100,0
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
118
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
(23,7 %) de niños y adolescentes activos y ocupados, de 10 a 18 años. Le siguen a una considerable distancia Alto Paraná (9,9 %) y Asunción (7,3 %) (Cuadro 2.10).
cios personales (17,8 %) y artesanos y operarios (13,5 %) (Cuadro 2.11). La primera, la de trabajador agropecuario tiene mayor incidencia entre los varones, grupo dentro del cual ocupa al 49,7 % del total, mieno Cuadro N 2.10: Población ocupada de 10 a 18 años de edad por tras que entre las mujeres ocupa al departamento seleccionado (En cifras absolutas y relativas). 13 %. La segunda, de vendedores, Población % ocupa más a las Total país 317.271 100,0 mujeres (27,8 %) Asunción 23.128 7,3 que a los varones Central 75.095 23,7 (17,6 %). Pero Alto Paraná 31.331 9,9 son los servicios Resto de los departamentos 187.717 59,2 personales la ocupación principal Fuente: DGEEC, EIH 1997/98. más frecuente para las mujeres, con un 48.4 % frente (a) La ocupación principal a 2.6 % de hombres. En cambio, en el La distribución de los niños y ado- caso de los artesanos, obreros y jornalescentes ocupados según el tipo de ac- leros, y de los técnicos y empleados de tividad principal que desempeña mues- oficinas, predominan de nuevo los vatra que una mayoría relativa del 37,5 rones 21,4 y 7,4 % frente a 6,9 % y 4,0 % es trabajador agropecuario, lo cual % de mujeres. está relacionado con la incidencia de la PEA rural antes indicada. Luego sigue la de los vendedores (20,9 %), servi-
(b) Las ramas de actividad en la ocupación principal
Cuadro No 2.11: Población ocupada de 10 a 18 años de edad por sexo y según tipo de ocupación principal (En cifras absolutas y porcentajes). Tipo de ocupación
Total
Total país Técnicos, empleados de oficina Artesanos, obreros y jornaleros Vendedores Agropecuarios Servicios personales Otros trabajadores
317.271 6,2 % 16,6 % 20,9 % 37,5 % 17,8 % 0,9 %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
Sexo Hombre
Mujer
212.163 7,4 % 21,4 % 17,6 % 49,7 % 2,6 % 1,4 %
105.108 4,0 % 6,9 % 27,8 % 12,9 % 48,4 % 0,0 %
Las ramas de actividad más importantes para la PEA ocupada infanto-adolescente a nivel país son la agricultura y ganadería, con una incidencia de más de una tercera parte (37,8 %) sobre el total, promedio que aumenta al 50 % en el caso de los varones, y baja al 13
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
% en el de las mujeres; el comercio (25,5 %), con mayor incidencia entre las mujeres (31,5 %) que entre los varones ( 22,6 %); los servicios comunales (20,4 %), que es la rama de activi-
119
dad más importante para las mujeres (47,6 %) mientras que ocupa al 7,0 % de los varones (Cuadro 2.12.a).
Las otras cinco ramas que ocupan a los niños y adoleso Cuadro N 2.12a: Población ocupada de 10 a 18 años de edad centes (industria por sexo según ramas de actividad (En cifras absolutas y por- manufacturera, establecimientos centajes). financieros, construcción, transSexo Rama de actividad Total porte, y electriciHombre Mujer dad y agua) representan el 6,1 País total 317.271 212.163 105.108 % del total de Agric., ganaderia 37,8 50,1 12,9 ocupados, con Ind. manufacturera 10,2 12,4 5,7 mayor incidencia Comercio 25,5 22,6 31,5 entre los varones Serv. comunales 20,4 7,0 47,6 (8,0 %) que entre Otras actividades* 6,1 8,0 2,3 las mujeres (2,3 * Incluye: explotación de minas, electricidad, agua, construcción, transporte y establecimientos %). En cuanto a financieros. los departamenFuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales. tos seleccionados, la estructura de la o Cuadro N 2.12b: Población ocupada de PEA infanto-adolescente por ramas de 10 a 18 años de edad según ramas de acactividad muestra variaciones en el ortividad. Por departamentos (en cifras abden de importancia de las ramas de acsolutas y porcentajes). tividad indicadas, y en su composición más o menos diversificada (Cuadro Población y % 2.12b). Asunción Comercio Servicios comunales Otras actividades Alto paraná Agric., ganaderia Comercio Servicios comunales Otras actividades Central Agric., ganaderia Ind. manufacturera Comercio Servicios comunales Otras actividades
23.128 30,4 47,0 22,6 29.709 21,2 38,1 25,1 15,6 75.095 6,6 12,0 43,7 31,1 6,6
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
En Asunción, los servicios comunales son la rama de actividad más importante (47,0 %) seguida del comercio (30,4 %). Otras ramas de actividad que ocupan a esta población suman en conjunto el 22,6 % (establecimientos financieros 10,7 %; industria manufacturera 7,7 %; transporte 2,4 %, construcción 1,8 %). Esta estructura difiere de la de la PEA ocupada infanto-adolescente a nivel país, y de los demás departamentos seleccionados, por el hecho de que no
120
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
incluye la rama agropecuaria y la de explotación de minas, dadas las características geoeconómicas de la capital del país. En el departamento Central se incluyen dos ramas de actividades no incluidas en Asunción: (1) la agricultura y ganadería y (2) la explotación de minas y canteras. Las principales ramas de actividad de niños y jóvenes de 10 a 18 años del departamento Central son, en un orden inverso al de Asunción, el comercio (43,7 %) y los servicios comunales (31,1 %). Por su parte, la industria manufacturera ocupa al 12 %, mientras que la agricultura y ganadería al 6,6 %. Las demás ramas como la financiera, la explotación de minas y el transporte, lo hacen en porcentajes menos significativos. En el Alto Paraná se mantiene el total de ramas de actividad consideradas en el departamento Central, y se observa una situación diferente a la de los dos departamentos anteriores, pues además de la importancia del comercio (36,1 %) y los servicios comunales (25,1 %), la agricultura y ganadería se muestra con un nivel particularmente importante (21,2 %).
(c) Las categorías de ocupación La distribución de la PEA ocupada de 10 a 18 años por categorías de ocupación, agrupadas en asalariado y no asalariado, muestra que la mayoría de los niños y adolescentes (67,4 %) es no asalariada, y que los asalariados conforman una tercera parte (32,9 %) del total. Estos promedios generales a nivel país varían considerablemente si se consideran la distribución sexual y departamental, y en menor medida la distribución por grupos de edad. La diferenciación sexual ilustra que el promedio de asalariados aumenta al 39,8 % en el caso de los varones y baja al 18,2 % en el de las mujeres. Mientras que el promedio de los no asalariados baja al 60 % en el caso de los varones y aumenta a 81,8 % en el de las mujeres (Cuadro 2.13a). En otras palabras, los varones son predominantemente asalariados, mientras que las mujeres, en mayor proporción, son no asalariadas. En cuanto a la distribución por grupos de edad muestra que la mayor pro-
Cuadro 2.13a: Población ocupada de 10 a 18 años de edad según categoría de ocupación agrupada y sexo (en cifras absolutas y porcentajes).
País total
Total Asalariado* No Asalariado**
% del total por categoría
% del total por sexo
Total
Hombre
Mujer
Total
Hombre
Mujer
317.271 103.511 213.760
67,0 % 81,4 % 59,8 %
33,5 % 18,6 % 40,2 %
100,0 32,6 % 67,4 %
100,0 39,8 % 60,2 %
100,0 18,2 % 81,8 %
*Incluye: empleado público y privado, obrero privado. ** Incluye: familiar no remunerado, cuenta propia, empleado doméstico y patrón. Fuente: DGEEC EIH 1997/8.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
121
Cuadro 2.13b: Población ocupada de 10 a 18 años de edad según categoría de ocupación y grupos de edad (En cifras absolutas y porcentajes). % del total por grupo de edad
Grupos de edad
Total
Total 10 a 11 12 a 14 15 a 18
317.271 22.316 89.467 205.488
Asalariado*
32,9 24,6 24,8 36,9
% % % %
% del total por categoría
No Asalariado**
67,4 75,4 75,2 63,1
% % % %
Total
100,0 7,0 % 28,2 % 64,8 %
Asalariado*
100,0 5,3 % 21,4 % 73,3 %
No Asalariado**
100,0 7,9 % 31,5 % 60,7 %
*Incluye: empleado público y privado, obrero privado. ** Incluye: familiar no remunerado, cuenta propia, empleado doméstico y patrón. Fuente: DGEEC EIH 1997/8.
porción de asalariados se encuentra en el grupo de 15 a 18 años (36,9 %), y la menor, entre los más pequeños, de 10 a 11 años (24,6 %) (Cuadro 2.13b).
2.5 LOS NIVELES DE INGRESO MENSUAL: suponemos que el trabajo y los
ingresos de los niños y adolescentes contribuyen al ingreso familiar mensual y a la obtención de determinados niEn los tres departamentos seleccio- veles de bienestar propio y el de sus nados, la proporción de asalariados au- familias, incluso en el caso en que no menta respecto del promedio general son remunerados, una de las categorías (de 41,9 a 43,8 %) y varía escasamente más importantes a nivel nacional con en forma interdepartamental. La ma- un promedio de 44 % de la PEA ocuyor proporción de asalariados está en pada de 10 a 18 años. En cuanto al Asunción y la menor en Alto Paraná ingreso propio, la EIH 97/98 muestra que el ingreso mensual promedio de (Cuadro 2.13c). los niños y adolescentes ocupados es de 178.635 guaraníes de 1998 y que los ingresos se Cuadro No 2.13c: Población ocupada de 10 a 18 años de edad incrementan consegún categoría de ocupación y departamento (en cifras abso- forme aumenta la edad (Cuadro lutas y porcentajes). 2.14). Pues, el ingreso promedio En % por departamentos de los niños de 10 Categorías Asunción Alto Paraná Central a 12 años habría sido de 50.496 Total 23.128 31.331 75.095 guaraníes de Asalariado* 43,8 % 41,9 % 42,2 % 1998; entre los de No Asalariado** 56,2 % 58,1 % 57,8 % 13 a 15 años casi *Incluye: empleado público y privado, obrero privado. tres veces más ** Incluye: familiar no remunerado, cuenta propia, empleado doméstico y patrón. (125.033), y enFuente: DGEEC EIH 97/8
122
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
tre los 15 a 18 años 253.261 guaraníes. Comparado con el salario mínimo legal de principios de 1998, de 580.883 guaraníes, el nivel más elevado de los ingresos mensuales del grupo corresponde a menos del 50 % de dicho salario. Cuadro No 2.14: Ingreso mensual por actividad principal de la pea ocupada de 10 a 18 años, por grupos de edad (en guaraníes de febrero 1998). Edad (años)
Ingreso mensual por la actividad principal (Gs. de feb 98)
10-18 10-12 13-15 16-18 19 y más Total
178.635 50.496 125.033 253.261 669.090 596.735
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98.
2.6 LA DURACIÓN DE LA JORNADA DE TRABAJO: los niños y adolescentes de
10 a 18 años ocupados trabajan un promedio de 39.2 horas semanales, según los resultados de la EIH 97/98, lo que equivaldría a jornadas diarias de 6.5 horas por siete días semanales o de 5.6 horas por siete días semanales (Cuadro 2.15). Además, según dichos resultados, el número de horas trabajadas aumenta en relación directa con el aumento de la edad, pues, los niños de 10 a 12 años trabajarían un promedio menor de horas semanales, de 28.8 horas. Este horario aumenta en un 26 % en el caso de los niños de 13 a 15 años y a 50 % en el de los adolescentes de 16 a 18 años. En otras palabras, los adolescentes de 16 a 18 años trabajarían un promedio de 44.2 horas sema-
nales, lo que equivale a decir, jornadas de 7.4 o de 6.3 horas por seis o siete días semanales. Cuadro No 2.15: Horas trabajadas por semana en la actividad principal de los ocupados de 10 a 18 años por grupos de edad. Edad 10-18 10-12 13-15 16-18 19 y más Total
Horas trabajadas por semana 39,2 28,8 36,3 44,2 45,8 44,8
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98.
Si asociamos estos horarios con los ingresos mensuales antes observados, estamos en presencia del subempleo invisible, que consiste en el trabajo con una duración normal o extensa, ligado a ingresos menores que los correspondientes a dicho horario. Tratándose de niños y adolescentes menores de 18 años, cabe advertir que la legislación vigente prohíbe el trabajo infantil y restringe a medio tiempo el de los adolescentes, de modo que reglamentariamente hablando, la duración promedio de las jornadas tanto para los niños como los adolescentes refieren a una situación irregular y de explotación que no conoce la acción de control y de represión del Estado. En términos socioeconómicos, dichas características se corresponden con el trabajo o empleo informal de generalizada vigencia en el país, no sólo
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
en el caso de los niños y adolescentes, sino de los adultos, mujeres y varones12. 2.7 EL TAMAÑO DEL ESTABLECIMIENTO DONDE TRABAJA: el tamaño promedio
del establecimiento donde trabajan los niños y adolescentes de 10 a 18 años, según la EIH es de 9 funcionarios y obreros por unidad. Este tamaño, medido en términos del número de empleados y obreros, indica la pequeña magnitud de las empresas (o establecimiento) de referencia, lo cual es, por lo general,13 otra característica del trabajo y sector informal. Pero también en este caso, el tamaño del establecimiento varía según los grupos de edad. En el caso de los niños de 10 a 12 años, el tamaño es el más reducido, de 5.5 miembros; lo es más aún en el caso de los de 13 a 15 años, de 3.8, siendo más elevado el de los adolescentes de 16 a 18 años, 14 miembros (Cuadro 2.16). Cuadro No 2.16: Tamaño promedio del establecimiento donde trabajan los ocupados de 10 a 18 años por grupos de edad.
Edad
Tamaño promedio del establecimiento donde trabaja
10-18 10-12 13-15 16-18 19 y más Total
9,1 5,5 3,8 13,9 54,5 47,9
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98. 12 Cf., Barrios, Oscar, «Trabajadores informales», en Población y Desarrollo, revista de la Facultad de Ciencias Económicas/ FNUAP, Nº 11, p.23-30. 13 Idem
123
3. LAS CARACTERÍSTICAS EDUCATIVAS DE LA POBLACION INFANTOADOLESCENTE OCUPADA 3.1 LOS NIVELES EDUCATIVOS DE LA PEA OCUPADA DE 10 A 18 AÑOS: el indica-
dor del nivel educativo de la población considerada es obtenido a través de las dos preguntas realizadas a los miembros de un hogar de 5 y más años de edad en la EIH 97/98: «¿Cuál es el último grado o curso aprobado?» y «Cuál es el nivel del grado o curso más alto que aprobó?14. Los resultados de la encuesta revelan que a nivel país la mayoría de la población ocupada infantoadolescente de 10 a 18 años tiene el nivel primario de educación formal (62,3 %), y un porcentaje significativo el nivel secundario (35,8 %), mientras que los que no tienen ninguna instrucción constituyen el 1,7 % del total. Los que cursan el nivel terciario llegan a un 0,1 %, lo cual guarda relación con el grupo de edad considerado (Cuadro 3.1). Estos promedios varían considerablemente en el caso de los departamentos seleccionados, particularmente en Asunción, donde los niños y adolescentes ocupados presentan el mejor perfil educativo. En efecto, en la capital del país, con la menor proporción de población infanto-adolescente activa y ocupada dentro de los tres departamentos considerados, las dos terceras partes (66,6 %) tiene cursado hasta el secundario y la otra tercera parte, el primario (32,6 %). No se dan casos sin instrucción, y el terciario aparece en una proporción mínima, de 0,8 %. El 14 Cf. Preguntas 4 y 5, Sección 3, cuestionario EIH 97/98 de la DGEEC.
124
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
departamento Central, por su parte, con la mayor proporción infanto-adolescente activa y ocupada, muestra una estructura educativa equilibrada, en la que los que tienen el nivel secundario sobrepasan escasamente (50,9 %) a los que tienen el primario (49,1 %), y no se observan casos sin instrucción ni con nivel terciario.
sica de nueve años de duración, según el régimen aprobado por la reforma educativa en etapa de implantación15, y de la educación media o bachillerato (15 a 17-18 años). Es decir, se trata de una población en edad escolar básica y media. De ahí que la asistencia actual a una institución de enseñanza formal de la PEA ocupada de 10 a 18
Cuadro No 3.1: Población ocupada de 10 a 18 años de edad por departamento según nivel de instrucción (en cifras absolutas y porcentajes).
Total Sin instrucción Primario Secundario Post secundario
Total
Asunción
Central
Alto Paraná
317.271 1,7 % 62,3 % 35,8 % 0,1 %
23.128 32,6 % 66,6 % 0,8 %
75.095 49,1 % 50,9 % -
31.331 1,1 % 63,5 % 35,4 % -
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales.
En el caso del Alto Paraná, el perfil educativo de la población considerada desmejora respecto de los otros dos departamentos, pero presenta una situación similar al promedio nacional, donde aproximadamente dos terceras partes de los niños y adolescentes ocupados de 10 a 18 años (63,4%) han cursado la primaria, la otra tercera parte (35,4 %) la secundaria, localizándose pocos casos sin instrucción (1,1 %). 3.2 EL ACCESO ACTUAL A LA EDUCACIÓN FORMAL DE LA PEA OCUPADA: para
una caracterización educativa de la población infanto-adolescente ocupada, no es suficiente la referencia al nivel educativo más elevado alcanzado. Pues, hay que tener en cuenta que los niños y adolescentes de 10 a 18 años constituyen parte de la población en edad de cursar la educación escolar bá-
años, es una información de considerable importancia para observar16 el acceso a la educación formal. Los resultados de la EIH 97/98 revelan a una asistencia promedio a nivel país considerablemente baja (50,5 %) para los niños y adolescentes ocupados,17 y a un déficit en el acceso del 49.5 % (Cuadro 3.2a). Además, la asistencia es un tanto más favorable en el caso de los varones ocupados (54,5 %) 15 La reforma de la educación básica instituye la educación escolar básica de carácter obligatorio del 1º al 9º grado, para la población de 6 a 14 años. Fue implementada a nivel de aula desde 1994, en forma gradual, de modo que la EIH 97/98 refiere a un período de transición curricular en la que concluye el ciclo primario (1º al 6º) la primera cohorte. 16 El indicador se base en la pregunta realizada a los miembros de los hogares de 5 y más años de edad: «Asiste actualmente a una institución de enseñanza formal?»(P8). 17 El promedio de la asistencia a nivel general de la población de 10 a 18 años es de 76.5 %.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
que en el de las mujeres ocupadas (42,5 %) y consiguientemente, la inasistencia afecta más a estas últimas (57,5 %) que a los primeros (45,5 %). El promedio nacional también muestra variaciones en el caso de los tres departamentos seleccionados, según los cuales el acceso a la educación escolar de los niños y adolescentes ocupados de 10 a 18 años en el departamento Central presenta la situación más favorable (59,1 %) frente a Asunción (53,7 %) y Alto Paraná (42,2 %). Consiguientemente, el déficit en el acceso afecta más a Alto Paraná (57,8 %) que a Central (40,9 %) y Asunción (46,3 %) (Cuadro 3.2b).
3.3 EL ALFABETISMO Y ANALFABETISMO DE LA PEA OCUPADA: el indicador del
alfabetismo y analfabetismo18 de la población considerada enmarca de un modo general sus características educativas en tanto refiere a una condición o limitación básica para los niños y adolescentes activos y ocupados. Según los resultados de la EIH 97/98 saben leer y escribir el 96,8 % de los niños y adolescentes activos y ocupados de 10 a 18 años, y no saben hacerlo el 3,2 % del total, equivalente a 10.139 miembros de dicho grupo a nivel país, distribuidos en los departamentos de Alto Paraná y Central (Cuadro 3.3).
Cuadro No 3.2b: Población ocupada de 10 a 18 años por asistencia actual* según departamento. Total Total País Asunción Alto Paraná Central
314.157 23.128 30.991 75.095
Asistencia Sí asiste 50,5 53,7 42,2 59,1
% % % %
No asiste 49,5 46,3 57,8 40,9
% % % %
* Se refiere al período en que se realizó la encuesta. Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales.
Cuadro No 3.3: Población ocupada de 10 a 18 años de edad por condición de alfabetismo según departamento (en cifras absolutas y porcentajes). Total Total Asunción Alto Paraná Central
317.271 23.128 31.331 75.095
Sí sabe leer 96,8 100,0 96,4 99,5
% % % %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales. 18 El indicador de alfabetismo y analfabetismo es obtenido en la EIH 97/98 de la DGEEC con base en la Pregunta 2, Sección 3.
125
No sabe leer 3,2 % ----3,6 % 0,5 %
Dentro del marco general que muestra nuestra población de referencia, cabe advertir que los casos aquí registrados, son casi el doble que el obtenido a través del indicador “por nivel de instrucción”, y referente a los “sin instrucción” (Cuadro 3.1), por lo que habría que plantear el rezago educativo antes observado, incluyendo la vigencia del analfabetismo. El rezago educativo al que alude se relaciona con el hecho de que los niños y adolescentes de
126
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
10 a 18 años constituyen un grupo de edad que se corresponde con el segundo ciclo de la educación escolar básica (4º - 9º) y con la educación media (bachillerato), es decir, de niños que deberían estar alfabetizados. En síntesis, en términos de la educación formal, según nivel de instrucción y acceso a la enseñanza formal, los niños y adolescentes ocupados presentan una estructura en la que predomina la escolaridad primaria, la que vinculada a las zonas geográficas observadas, oscila entre una proporción de un medio a dos tercios. Esta característica coexiste con la escolaridad secundaria o media que oscila entre casi un medio
a un tercio del total, y la presencia de casos de analfabetismo, en forma focalizada. 3.4 EL ACCESO A LA EDUCACIÓN NO FORMAL PARA LA CAPACITACIÓN LABORAL: a nivel del país en general, los cur-
sos no formales orientados a la capacitación laboral y la promoción cultural han sido una opción de capacitación para la población en edad de trabajar. La EIH 97/98 incluyó varias preguntas respecto de dicha capacitación, para las personas de 15 años y más de edad, lo cual, relacionado con la población ocupada infanto-adolescente de nuestra referencia equivale a un total de 205.488 personas.
Cuadro No 3.4a: Población ocupada de 10 a 18 años de edad por departamento según nivel de instrucción (en cifras absolutas y porcentajes).
Total Sin instrucción Primario Secundario Post secundario
Total
Asunción
Central
Alto Paraná
317.271 1,7 % 62,3 % 35,8 % 0,1 %
23.128 -----32,6 % 66,6 % 0,8 %
75.095 -----49,1 % 50,9 % -----
31.331 1,1 % 63,5 % 35,4 % -----
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales.
Cuadro No 3.4b: Población de 15 y más años por departamento según si realizó algún curso no formal (en cifras absolutas y porcentuales).
Total SI NO
Total País
Asunción
Alto Paraná
Central
205.488 13,3 % 86,7 %
19.824 31,3 % 68,7 %
22.464 17,7 % 82,3 %
49.609 19,8 % 80,2 %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales. 19 Cf. Pregunta 22, cuestionario EIH 97/98.
Los resultados de la EIH 97/98 muestran que la respuesta positiva a la pregunta “¿recibió algún curso no formal para poder trabajar, ejercer un oficio o mejorar su nivel cultural?”19 por parte de dicho grupo fue, en términos generales poco significativa, del 13,3 %, y que esta proporción es menor en el caso de los varones (9,8 %) que en el de las mujeres (19,2 %) (Cuadro 3.4a). En la distribución por departa-
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
mentos seleccionados el promedio general aumenta, y la situación favorece a Asunción en términos relativos (31,3 %), seguido de Central (19,8 %), siendo Alto Paraná el que presenta el perfil mas bajo. En términos del mayor número de respuesta positiva, Central se ubica en el primer lugar (Cuadro 3.4b). En cuanto a los beneficios obtenidos en términos de conseguir trabajo o mejorar sus ingresos, la mayoría (66,4 %) respondió que no obtuvo ningún beneficio. Mientras, el 22,7 % respondió que el beneficio que le reportó la capacitación fue el acceso al trabajo y otros 10,9 % fueron promovidos en el trabajo; obtuvieron ingresos adicionales y mejoraron su ingreso (Cuadro 3.5). En este relativamente escaso impacto de la educación no formal para los niños y adolescentes de 10 a 18 años en relación con el beneficio obtenido más allá del aprendizaje en si mismo, cabría considerar el carácter precoz de esta fuerza de trabajo, por un lado, y las características del mercado laboral del país, en cuanto a la informalidad, la rigidez de la oferta de trabajo y la disociación entre la capacitación laboral y las necesidades concretas de las actividades laborales demandantes. Cuadro No 3.5: Población de 15 años y más de edad que realizó curso no formal según beneficio obtenido (en cifras porcentuales). Población y % Total país Conseguir trabajo Ningún beneficio Otros
27.294 22,7 % 66,4 % 10,9 %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
127
4. EL ACCESO A LOS SERVICIOS DE SALUD DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ACTIVOS Y OCUPADOS Tal como vimos en la sección 1, la salud, al igual que la educación, es considerada un activo cuya posesión otorga bienestar a la población, y por lo mismo, la situación de riesgo de enfermedad, accidente e invalidez, no cubiertos, es un determinante en la situación de pobreza. Con referencia a los niños y adolescentes activos y ocupados, los resultados de la EIH 97/98 seleccionados para su análisis se refieren la tenencia de un seguro médico vigente en el país, a la condición de sano o enfermo o accidentado, y al acceso a los servicios de salud en el contexto de una situación de enfermedad o accidente. 4.1 EL ACCESO AL SEGURO MÉDICO: los resultados de la EIH 97/98 evidencian la escasa cobertura del servicio del seguro médico de los niños-adolescentes en general y de los ocupados en particular, y por consiguiente, la desprotección de la mayoría de esta población en cuanto a los riesgos de enfermedad y accidente. En efecto, sólo el 7 % de la población ocupada de 10 a 18 años tiene seguro médico (Cuadro 4.1), promedio que es menor en el caso de las mujeres (6,7 %) y mayor en el de los varones (8,5 %). El déficit general en la cobertura de este servicio, en este caso, sería del 93 %.
La distribución de la cobertura del seguro médico muestra que el sistema público de previsión social del Instituto de Previsión Social (IPS) es el más frecuente (5,3 %) entre los niños y ado-
128
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
sigue siendo muy bajo, pues sólo dos de cada diez estarían protegiMujer dos en caso de en105.108 fermedad o acci8,5 dente. Le siguen 91,5 Alto Paraná, con el 11,6 % de cobertura, y Central, con la cobertura más baja (8,1 %), en el contexto de la mayor concentración del número de niños y adolescentes ocupados, por lo que el déficit de cobertura es considerable.
Cuadro No 4.1: Población ocupada de 10 a 18 por sexo según acceso a seguro médico (en cifras absolutas y porcentajes).
Total Sí tiene No tiene
Total
Hombre
317.271 7,3 92,7
212.163 6,7 93,3
Fuentea: DGEEC, EIH 1997/98.
lescentes ocupados. Otro 1,0 % estaría cubierto por un seguro privado individual y otro 0,7 % por un seguro privado laboral (Cuadro 4.2). La distribución por departamentos seleccionados muestra que el promedio de cobertura aumenta en todos los casos (Cuadro 4.3) En Asunción se tiene el nivel más elevado de cobertura del seguro médico para los niños y adolescentes ocupados de 10 a 18 años (22,6 %), aunque Cuadro No 4.2: Población ocupada de 10 a 18 años según sistema de seguro médico (En cifras absolutas y porcentajes). Población
%
4.2 LA CONDICIÓN DE SANOS, ENFERMOS O ACCIDENTADOS: los resultados
muestran que una mayoría de niños y adolescentes ocupados se consideran sanos (78,9 %); y que un poco más de una quinta parte (21,1 %), había enfermado o se accidentó en los últimos tres meses anteriores a la encuesta a nivel país (Cuadro 4.4a). Estos promedios varían escasamente según se considere el sexo de los mismos.
En los departamentos seleccionados, el perfil que muestra Asunción es similar al promedio país, mientras que mejora en el caso de Central y Alto Paraná, por la menor incidencia de los enfermos y accidentados dentro del total, 17 y 18 %, respectivamente Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales. (Cuadro 4.4b). o Cuadro N 4.3: Población ocupada de 10 a 18 por sexo según Los enfermos y accidentados, a peacceso a seguro médico. sar de que no son predominantes Asunción Alto Paraná Central Total en ninguno de los casos observados, Total 317.271 23.128 31.331 75.095 muestran márgeSí tiene 7,3 22,6 11,6 8,1 nes superiores a la No tiene 92,7 77,4 88,4 91,9 proporción de niTotal país IPS Seg. privado indiv. Seg. privado laboral No,tiene en exterior No tiene en ningún lugar
317.271 16.912 3.309 2.209 790 294.051
100,0 5,3 1,0 0,7 0,2 92,7
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales.
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
ños y adolescentes cubiertos por el seguro médico en Central y Alto Paraná, no así en Asunción.
129
4.4 LAS RAZONES DE LA NO CONSULTA:
las razones de la relativamente escasa consulta médica por parte de los niños y adolescentes ocupados, enfermos y accidentados a niCuadro No 4.4a: Población ocupada de 10 a 18 años por sexo vel país es ilussegún estuvo enfermo o sano (en cifras absolutas y porcentua- trativa de las cales). racterísticas del acceso a los servicios médicos por Total Hombre Mujer parte de los afectados, pues la deTotal 317.271 212.163 105.108 ficiencia es supliEnfermo o accidentado 21,1 % 22,6 % 18,1 % da por la autoSano 78,9 % 77,4 % 81,9 % medicación (64,4 Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales. %), efecto que se convierte en la o Cuadro N 4.4b: Población ocupada de 10 a 18 años por depar- principal causa tamento según estuvo sano o enfermo y accidentado (en cifras (razón) de la no consulta médica absolutas y porcentuales). en el caso de los que se han enferAsunción Alto Paraná Central Total mado o accidentado (Cuadro 4.6). Total 317.271 23.128 31.331 75.095 Otras razones esEnfermo o accidentado 21,1 % 21,3 % 17,9 % 16,8 % grimidas por los Sano 78,9 % 78,7 % 82,1 % 83,3 % afectados son que la dolencia fue Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, con base en tabulaciones especiales. leve (21,1 %) y el costo elevado de 4.3 EL ACCESO A LOS SERVICIOS MÉDI- la consulta (10,7 %), mientras que la COS, ASISTENCIALES Y OTROS: en cuanto ausencia del servicio y la falta de tiemal acceso a los servicios de salud, la EIH muestra que en los casos en que los Cuadro No 4.5: Población ocupada de 10 niños y adolescentes ocupados estuviea 18 años de edad enferma por sexo seron enfermos y accidentados, el 21,1 gún consultó o no (en cifras absolutas y % del total (66.945) sólo un poco más porcentuales). de la tercera parte (36,6 %) consultó a un servicio médico o asistencial, el resTotal Hombre Mujer to, otras dos terceras partes (63,4 %) no consultó (Cuadro 4.5). La diferenTotal 66.945 47.929 19.016 ciación sexual a nivel país es insignifiSI 36,6 % 36,1 % 37,9 % cante y favorece levemente a las mujeNO 63,4 % 63,9 % 62,1 % res que consultaron (38 %) frente a los varones que también lo hicieron (36 %). Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
130
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
po por parte del enfermo o accidentado son poco significativas como causas, en la percepción de los afectados. Cuadro No 4.6: Población ocupada de 10 a 18 años de edad que no consultó según razones de no consulta. Razones
En Número y %
Total Dolencia leve Consultas caras Se automedicó
42.415 21,1 % 10,7 % 64,4 %
Cuadro No 4.7: Población ocupada de 10 a 18 años que estuvo enfermo según donde consultó (En cifras absolutas y porcentuales). Servicios Total Institución pública* Hospital privado Otro**
En Número y % 24.530 36,3 % 31,6 % 32,2 %
* Incluye: IPS, centros y puestos de salud etc. ** Incluye: Casa curandero, farmacia, etc. Fuente: DGEEC, EIH 1997/98.
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
4.5 LA INSTITUCIÓN O SERVICIO DONDE CONSULTÓ: los casos en que los en-
fermos y accidentados consultaron a los servicios médicos o asistenciales (24.530), son discriminados por la EIH según la institución o servicio al que consultó, sean éstos del sistema formal o informal. Su análisis permite agregarlos en tres sistemas, para determinar los principales servicios utilizados por los niños y adolescentes ocupados, a nivel país. El sistema público de primer, segundo, tercer y cuarto nivel (hospital, centro, puesto de salud del MSPBS) y el IPS (5,8 %) constituyen los principales servicios de asistencia a esta población (36 %) (Cuadro 4.7). En segundo lugar aparece el sistema de hospital y consultorio privado, con cerca de la tercera parte del total (31,6 %) evidencia su importancia. Mientras que en tercer lugar (32 %), se encuentran la gama de servicios informales constituida por el curandero, la farmacia, la casa propia del niño u otra particular, que como se ve incluye la automedicación.
5 LA CONDICIÓN DE POBREZA DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ACTIVOS Y OCUPADOS 5.1 LOS NIVELES DE POBREZA DE LA POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA Y OCUPADA DE 10 A 18 AÑOS: referíamos en
la sección 1 de este informe que el empleo es uno de los activos más importantes de los pobres y determinante de los niveles de bienestar (Robles, 1999), y nos preguntábamos si ello es aplicable al trabajo infanto-adolescente de 10 a 18 años. La respuesta es positiva si tenemos en cuenta, por un lado, que la pobreza de las familias obliga a la incorporación prematura de los niños al trabajo, incluso menores de 10 años20. Por otro, también se podría plantear que sin el trabajo infantil, remunerado o no, numerosos hogares de 20 Cf. Para el caso de los niños trabajadores en los espacios públicos, denominados «niños trabajadores de la calle»: Espínola, Glauser y otros, (1987); Maluff, (1992); UNICEF/Gómez, (1997), Callescuela/DEPFCE/UNA, (1997)
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
131
las zonas urbanas y rurales, cruzarían el umbral de la línea de pobreza o el de la pobreza extrema21.
je, disponibilidad de tiempo para la asistencia y las tareas escolares, para el juego y la recreación.
Asimismo, habíamos visto en la sección 1, que la pobreza no es la única razón que explica el trabajo infantil, pues éste también está relacionado con la formación de los miembros menores del hogar en una determinada disciplina de cooperación familiar, de formación del carácter y de la personalidad, lo cual sin duda se traduce en un activo ligado a niveles de bienestar para sus familias, atendiendo las condiciones en que se desarrolla el trabajo para los niños y adolescentes, como ser, horarios acotados; estímulos para el aprendiza-
Cabe advertir que la EIH 97/98 no pregunta a la población en edad de trabajar (PET) y a la ocupada, las razones por las que trabaja, por lo que sus resultados respecto de los niños y adolescentes de 10 a 18 años no refieren a las causas por las que trabaja. Los resultados de la EIH 97/98 muestran que la gran mayoría de la PEA y PEAO infanto-adolescente de 10 a 18 años no es pobre, porque sus ingresos se hallan por encima de la línea de pobreza. Al mismo tiempo, evidencia que la proporción de niños y adolescentes eco-
Cuadro No 5.1: Población económicamente activa. total pais según condición de pobreza por grupos de edad (en porcentajes). Grupos de edad
Total
Pobres Extremos
No extremos
No pobres
Como % del total por grupos de edad Total PEA 10 - 18 años 10 - 12 13 - 15 16 - 18 19 a más
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
11,8 20,1 28,7 22,0 16,4 10,3
11,4 15,0 17,1 17,1 12,8 10,7
76,8 65,0 54,1 60,9 70,8 79,0
Como % del total por condición de pobreza Total PEA 10 - 18 años 10 - 12 13 - 15 16 - 18 19 a más
100,0 15,3 2,1 5,4 7,8 84,7
100,0 26,1 5,2 10,1 10,8 73,9
100,0 20,2 3,2 8,2 8,8 79,8
100,0 13,0 1,5 4,3 7,2 87,0
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales. 21 Es una tarea que queda pendiente, la de identificar y agrupar los hogares que tienen niños y adolescentes de 10 a 18 años, económicamente activos, ocupados y desocupados, se-
gún sus niveles de ingreso y condición de pobreza, a través de las encuestas integradas de hogares.
132
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
nómicamente activos aumenta en relación con la pobreza y con la profundidad de la pobreza. En efecto, la pobreza extrema y no extrema tienen mayor incidencia entre los niños y adolescentes activos (PEA de 10 a 18 años), que entre la PEA de 19 y más años de edad. Asimismo, los niños y adolescentes económicamente activos pobres y pobres extremos son proporcionalmente más significativos dentro de la distribución de la PEA de pobres extremos y no extremos, que dentro de los no pobres. En efecto, dentro de la PEA de 10 a 18 años son pobres extremos 20 de cada 100 niños, frente a 10 de cada 100 de 19 años y más. Es decir, la incidencia de la pobreza extrema se duplica en el caso de la población económicamente activa infanto-adolescente, frente al resto de la PEA a nivel país (Cuadro 5.1). Igualmente, entre los niños y adolescentes económicamente activos, 15 de cada 100 son pobres no extremos, frente a 10 de cada 100 del resto de la PEA, de 19 y más años de edad. Consiguientemente, la proporción de no pobres es menos importante, 65 de cada 100, entre los niños y adolescentes activos, que dentro del resto de la PEA, donde constituyen 79 de cada 100. La gravedad de la situación se evidencia cuando se observa la estructura de la PEA a nivel del país por condición de pobreza. La proporción de la PEA infanto-adolescente a nivel nacional aumenta de 15,3 a 20,1 y a 26,1 % para el caso de la PEA pobre y de los pobres extremos, respectivamente. 22 Cf. Sección 1, Cuadro 1.7, supra, de este informe.
Mientras, la PEA infanto-adolescente no pobre participa en una proporción menor, de 13,0 %, dentro de la PEA total. En otras palabras, la actividad laboral de los niños y adolescentes de 10 a 18 años aumenta en relación directa con el contexto de pobreza. Estos niveles de pobreza de la PEA infanto-adolescente, medido en términos del número y porcentaje de esta población que se encuentra debajo de la línea de pobreza, son más elevados que los promedios observados para la población en general, para la pobreza, la pobreza extrema y la no extrema, del 32,1; 17,3 y 14,8 %, respectivamente22. 5.2 LA DISTRIBUCIÓN POR SEXO Y POR DEPARTAMENTOS: la distribución por
sexo de la población infanto-adolescente ocupada, muestra que la pobreza afecta más a los varones (43 %) que a las mujeres (20 %). Considerando la situación por departamentos seleccionados, se observan variaciones considerables, aunque manteniendo la desventaja de los varones (Cuadro 5.2). En Asunción se aprecia la menor incidencia de la pobreza (7 %) mientras que Alto Paraná registra la mayor (24 %) y Central un nivel intermedio (18 %). En el caso de los varones, la proporción de pobres aumenta entre 8 y 25 %.
¿Cómo se explica el hecho de la mayor incidencia de la pobreza entre los varones ocupados que entre las mujeres ocupadas, de la PEA infantoadolescente, cuando que la creencia es a la inversa?. La respuesta debe ser explorada, en términos de las características del empleo antes analizada, de la diferenciación sexual establecida y del
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
mercado laboral en Paraguay. La condición de pobres, pobres extremos y no pobres de los niños y adolescentes ocupados de 10 a 18 años establecida por la EIH 97/98, a nivel general del país y de los departamentos seleccionados, constituye un aspecto clave de las características laborales de este grupo poblacional analizadas en el presente trabajo.
133
racterísticas y estructura reproducen las del conjunto de la PEA nacional. Esta hipótesis de trabajo fue comprobada en la investigación basada en los resultados de la EIH 97/98, y a la vez, enriquecida y precisada a través de los siguientes elementos que aportan a la caracterización del empleo infanto-adolescente en el Paraguay de los últimos años:
Cuadro No 5.2: Población ocupada de 10 a 18 años según condición de pobreza por sexo y departamentos seleccionados (en porcentajes). Área geográfica y condición de pobreza Total país No pobre pobre Asunción no pobre pobre Alto Paraná no pobre pobre Central no pobre pobre
Estructura en %
Distribución % Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hombre
Mujer
66,9 58,9 81,4 46,1 45,7 51,7 63,6 61,4 71,5 54,6 50,1 75,0
33,1 41,1 18,6 53,9 54,3 48,3 36,4 38,6 28,5 45,4 49,9 25,0
% % % % % % % % % % % %
% % % % % % % % % % % %
% % % % % % % % % % % %
Total 100,0 64,6 35,4 100,0 92,7 7,3 100,0 78,3 21,7 100,0 82,0 18,0
% % % % % % % % % % % %
Hombre 100,0 56,8 43,2 100,0 91,8 8,2 100,0 75,6 24,4 100,0 75,2 24,8
% % % % % % % % % % % %
Mujer 100,0 80,1 19,9 100,0 93,4 6,6 100,0 83,0 17,0 100,0 90,1 9,9
% % % % % % % % % % % %
Fuente: DGEEC, EIH 1997/98, tabulaciones especiales.
6. UNA RECAPITULACION Y LAS ADVERTENCIAS DEL ANÁLISIS. ALGUNAS RECOMENDACIONES DE POLÍTICAS (1) Los niños y adolescentes de 10 a 18 años activos y ocupados conforman un contingente de la población económicamente activa (PEA) y ocupada (PEAO) de este país, y en sus ca-
La PEA de 10 a 18 años fue ponderada en 1998 en 348.125 niños y adolescentes, cifra que constituye menos de la tercera parte de la población en edad de trabajar (PET) para dicho rango. Es decir, los económicamente inactivos constituyen más de dos terceras partes de la PET infanto-adolescente; El 26,6 % de la PET infanto-adolescente estaba ocupada y el 2,6 % desocupada;
134
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
Su incidencia promedio dentro de la PEA total es del 15 %. Está equitativamente distribuida entre la zona urbana y rural, con una ligera superioridad de esta última. Pero a diferencia del resto de la PEA de 19 años y más, la incidencia de la PEA infanto-adolescente es mayor en la zona rural que en la urbana, y entre los varones que entre las mujeres; Este comportamiento diferenciado observado en ambos segmentos de la PEA estaría relacionado, por un lado, con la incorporación más temprana de los niños a la actividad laboral en las zonas rurales frente a las urbanas, y a la incorporación relativamente tardía de las niñas a la actividad laboral, evidenciando una discriminación positiva hacia las mismas, que se refleja en el hecho de que el empleo femenino aumenta conforme se incrementa la edad, al mismo tiempo en que la proporción de la PEA masculina disminuye; La observación por departamentos seleccionados muestra que Asunción tiene el peso relativo menor de la PEA infanto-adolescente dentro del total y Central, el mayor, en una proporción que triplica el nivel establecido para la capital del país. En los tres departamentos seleccionados se concentra el 41 % del total de la PEA infanto-adolescente; En relación con las características generales de la ocupación principal de los niños y adolescentes ocupados se destaca el hecho de que la mayoría relativa, más de una tercera parte, está dedicada a las actividades agropecuarias, lo cual se explica por la incidencia de la PEA rural dentro del grupo. Mien-
tras que un quinto del total es vendedor/a. Los servicios personales y el trabajo de artesanía y de jornalero ocupan a casi una tercera parte del total; La diferenciación sexual y regional es notable en la distribución y el orden de importancia de la actividad principal. Entre los varones, uno de cada dos niños y adolescentes de 10 a 18 años se dedica a las actividades agropecuarias. Mientras, los servicios personales ocupan a más de una de cada cuatro niña y a una de cada dos adolescentes mujeres, evidenciando una incidencia que aumenta en forma directa con el aumento de la edad; La distribución por departamentos seleccionados muestra que en Asunción, los servicios personales son la ocupación principal de la mayor proporción del grupo en general, seguido de los empleados de oficinas y afines, y los vendedores. En el departamento Central, la ocupación principal es la de los vendedores, seguido por la de los servicios personales y la de los artesanos y operarios. En el Alto Paraná, la estructura diversificada es más equilibrada, pues la de los vendedores ocupa a un poco más de dos de cada diez, al igual que los servicios personales, mientras que el trabajo agropecuario a casi dos de cada diez; En cuanto a las ramas de actividad principal están relacionadas con las principales actividades observadas, e igualmente, muestra una marcada diferenciación sexual y en el orden de importancia por departamentos. Mientras para los varones las principales ramas de actividad son la agropecuaria y el comercio, para las mujeres lo son los
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
servicios comunales (servicio doméstico) y el comercio; Agrupando las categorías de ocupación en asalariados y no asalariados, se evidencia que el trabajo infantil está asociado al trabajo no remunerado en una gran proporción, pues en promedio, sólo una tercera parte percibe ingresos o salario. La proporción de asalariados aumenta a uno de cada cuatro en el caso de los varones y baja a menos de dos por cada diez en el caso de las mujeres. Si se consideran los departamentos seleccionados, la proporción de asalariados mejora a más de cuatro de cada diez ocupados. (2) Dado el marco legal existente hasta el presente año 2000, que prohíbe el trabajo infantil de los menores de 15 años y restringe el de los menores de 18 años, las condiciones en las que se realiza dicho trabajo podrían ser más precarias que las del resto de la estructura de la PEA; Esta hipótesis de trabajo es comprobada por los resultados de la EIH de 1997/98, en los siguientes términos: En cuanto a los niveles de ingreso, la EIH devela que el ingreso mensual promedio de los niños y adolescentes ocupados presenta extremos en los que el nivel más elevado supera al más bajo en cinco veces, y que los mismos varían y crecen en relación con el aumento de la edad. No obstante, el salario promedio mensual más elevado del grupo es sólo 50 % del nivel del salario mínimo correspondiente a principios de 1998;
135
Estas condiciones del pago al trabajo infantil están asociadas con niveles de duración de la jornada de trabajo que en promedio totalizan casi cuarenta horas semanales, pero que varía de 29 a 44 horas semanales, en relación con el aumento de la edad. Los niños de 10 a 15 años cumplen horarios de más de cinco horas diarias, y los adolescentes de 16 a 18 años, horarios de ocho o más horas diarias. Si en el ámbito de la PEA adulta estos horarios son reglamentarios, en el de los niños y adolescentes significan jornadas extensas, que asociadas con los ingresos observados, no significan el subempleo invisible sino la explotación de menores de edad; Los establecimientos donde trabajan los niños y adolescentes son de pequeño porte, que van del empleo de 5 a 6 empleados y obreros hasta 14, característicos de las unidades de producción de bienes y servicios informales, que en términos de las condiciones de trabajo, refieren a condiciones precarias y de escasa o nula prestación social. (3) Al margen de la vigencia de la ley y de su observancia, el crecimiento de la demanda de empleo ligado a la presión de la insuficiencia de los ingresos familiares referidos al contexto de la recesión económica y la pobreza de las familias, favorece el aumento del empleo infanto-adolescente en condiciones precarias; La pobreza es más extendida y profunda entre los niños y adolescentes activos y ocupados que en el resto de la PEA nacional. Este hecho se eviden-
136
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
cia en los resultados de la EIH 97/98, pues la proporción de niños y adolescentes económicamente activos y ocupados es mayor en el grupo de la PEA nacional que corresponde a los pobres extremos y a los pobres no extremos, y es considerablemente menor dentro del grupo de los no pobres. Además, contradiciendo la percepción generalizada de que la pobreza es más extendida entre las mujeres, los resultados de la EIH muestra que en el caso de los niños y adolescentes de 10 a 18 años ocupados, la pobreza tiene mayor presencia entre los varones que entre las mujeres, característica que no cambia en la distribución por departamentos. En cuanto a las condiciones de pobreza de la PEAO de 10 a 18 años, los resultados muestran que la diferenciación por departamentos es importante. Considerando los cuatro dominios observados en la presente investigación, Asunción muestra el nivel más bajo de incidencia de pobreza, donde ocho de cada 100 niños y adolescentes ocupados son pobres, frente a 35 de cada 100 a nivel nacional. En Alto Paraná la proporción de pobres se eleva a 22 de cada 100, y en Central es de 18 por cada 100. En todos los casos, estas proporciones aumentan en el caso de los varones y disminuye en el de las mujeres. La pobreza de los niños y adolescentes activos y ocupados y el de sus familias es una razón importante que explica la demanda de empleo de este grupo y la oferta y generación por cuenta propia de empleos de baja productividad, como las de las actividades agropecuarias de zonas y unidades empobrecidas; de vendedor en el comer-
cio ambulante e informal, y del servicio doméstico. Además, cabe consignar que los niños y adolescentes realizan trabajos severos en la explotación de minas, canteras y en la fabricación de materiales cerámicos, que son identificables en un número determinado de distritos y departamentos. Dentro de los departamentos seleccionados, Central cuenta con un determinado número de minas, canteras y fábricas de cerámicas que emplean a niños y adolescentes. Las malas condiciones de trabajo y de calidad del empleo ponen en riesgo la integridad física y la salud de los niños, además, de su educación y formación humana, en vista de que al prolongar las jornadas de trabajo o al intensificarlas, restan tiempo, espacio y energías a la educación escolar y a los juegos y la recreación. (4) El empleo del mayor número de miembros del hogar aumenta las posibilidades de bienestar de las familias por efecto del aumento del ingreso familiar y el per cápita, pero el empleo de los niños y adolescentes, pone en riesgo su educación y su salud, por la desprotección en la que ocurre. En vista de que la magnitud y el tipo de pobreza están asociados con los niveles de ingreso de las familias, que es la suma de los ingresos individuales de sus miembros, es posible que el trabajo infanto-adolescente aumente, mediante sus ingresos, los niveles de bienestar de sus familias y de sí mismos. En promedio, el 65 % de los niños y adolescentes activos y ocupados no son pobres debido a que sus ingresos están por encima de la línea de pobreza esti-
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
mada para el país. En el caso de los varones esta proporción es menor (56 %) y en el de las mujeres es mayor (80 %), según se ha visto. Cabe pues reflexionar sobre la relación entre una reducción del empleo infanto-adolescente y la reducción de los ingresos propios y familiares, si las demás condiciones no varían. Es decir, la reducción del trabajo infanto-adolescente requiere de condiciones de aumento y mejoramiento del empleo de los miembros adultos de los hogares paraguayos. A nivel de América Latina, la CEPAL observa una tendencia a la reducción del trabajo infanto-adolescente, asociada a un aumento de la incorporación de las mujeres adultas al mercado laboral, abandonando su condición de inactivas económicamente. También en el Paraguay se observa esta tendencia a la mayor incorporación de la mujer adulta al mercado laboral, como una de las características más destacadas de los dos últimos decenios. Pero, las coyunturas económicas recesivas y críticas como las que el país sostiene desde 1995, para referir sólo a los últimos años, con el aumento del desempleo y el desmejoramiento o empeoramiento de las condiciones de empleo y de las prestaciones sociales, frenan la operacionalización de la tendencia de la disminución del trabajo infanto-adolescente. (5) En el Paraguay, la población en edad de trabajar incluye a las personas de 10 años y más, es decir a los niños desde dicha edad, la que está asociada al segundo y tercer ciclo de la educación escolar básica, y en el caso de los adolescentes de 14 años y más, con la educación media.
137
Los niños y adolescentes ocupados, según los resultados de la EIH 97/98, en una mayoría relativa que abarca las dos terceras partes del total tienen nivel de instrucción primaria, mientras la otra casi tercera parte tiene instrucción secundaria. Los niños sin instrucción constituyen menos del 2 % del total. Pero la asistencia actual a una institución de enseñanza formal muestra un nivel considerablemente bajo, del 50 %, tratándose de un tramo de edad escolar. El déficit en el acceso a la educación formal estaría afectando más a las mujeres ocupadas que a los varones, y en cuanto a su distribución departamental, a Alto Paraná que a Central y a Asunción. La complementación de la educación formal por parte de la educación no formal, ligada a la capacitación laboral fue poco significativa, favoreciendo solamente a 13 de cada 100, proporción que aumenta a 31 en Asunción, evidenciando que la oferta y la demanda de capacitación laboral es mayor en la ciudad capital. (6) Por otro lado, además del rezago educativo que afecta a los niños y adolescentes ocupados, la EIH 97/98 muestra que esta población, en su absoluta mayoría, más del 90 %, no cuenta con un seguro médico que le proteja de los riesgos de enfermedad, accidente e invalidez. En esas condiciones, los niños y adolescentes reportados enfermos y accidentados, un quinto del total, muestran que sólo en poco más de una tercera parte acudió a un servicio médico asistencial, y que la gran mayoría se automedicó o acudió al sistema informal de servicios de salud, como el curandero y la casa. Los servicios médi-
138
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
cos y asistenciales públicos, incluyendo al IPS, fueron en más de una tercera parte los lugares a los que acudieron los que consultaron, mientras otra tercera parte acudió a los servicios privados. Por otra parte, el 80 % de los ocupados se considera a sí mismo como persona sana, pero tratándose de niños y adolescentes en edad de crecimiento no es suficiente la percepción propia, sin establecer indicadores para la evaluación del estado físico y de salud. En condiciones de la desprotección que muestran, es poco probable que esta población acuda a un control médico periódico, y por lo mismo, que tengan identificados los problemas de bajo crecimiento por desnutrición; de la vista; la dentadura, etc. (7) Las recomendaciones de políticas públicas y sociales orientadas a nuestra población de referencia, están asociadas con las relaciones establecidas entre trabajo infanto-adolescente y pobreza; trabajo infanto adolescente y educación y trabajo infanto-adolescente y acceso a los servicios de salud. En todos estos ámbitos de relación, y el específico referente a la actividad laboral que desempeñan, es posible establecer una diversidad de actores involucrados e interesados en un proceso de cambio de las condiciones de vida de esta población, que en su doble condición de niños-adolescentes y trabajadores, son sujetos de diversos planes, programas y proyectos en la actualidad, a través de los programas de mejoramiento de la cobertura y calidad de la educación escolar básica, de la atención primaria de la salud, de alivio a la pobreza de las familias y comunidades, entre otros. El acceso a los mismos, y la
generación de otros nuevos que focalicen su atención a la población activa y ocupada de 10 a 18 años de mayor riesgo parece ser una materia pendiente como lo demuestran las estadísticas nacionales. (8) En términos aún generales de las propuestas cabe consignar que actualmente el Estado, como gobierno central, comparte la responsabilidad de establecer las condiciones para el diseño y la implementación de las políticas, programas y proyectos orientados a esta población con sus niveles jurisdiccionales subnacionales, como las gobernaciones y municipalidades, y las representaciones departamentales y regionales del Poder Legislativo y Judicial. La sociedad civil, a través de los organismos no gubernamentales y fundaciones, y la cooperación internacional también tienen como sujetos de sus programas de asistencia y promoción para la prevención de riesgos y el fomento al desarrollo social a los niños y adolescentes pobres y trabajadores. (9) El impulso que ha tenido en los últimos años las campañas de erradicación del trabajo infantil, de características severas y dañinas para los niños y adolescentes no tendría que traducirse en la persecución y la represión de las víctimas de dicho sistema, sino en un control y represión de las unidades y los responsables de la explotación de los mismos, tarea que tiene posibilidades de implementación a través de la red de instancias estatales y el marco legal. Pero las posibilidades de éxito de dichas acciones son nulas si no se estable-
Características del empleo infanto-adolescente como marco para una propuesta de focalización
cen nuevas y mejores condiciones de empleo de la población adulta, hombres y mujeres, lo cual requiere en la época actual del Paraguay, de profundos cambios en el sistema y modelo económicosocial. (10) La focalización del análisis y de las acciones hacia esta población es posible y puede ayudar a aliviar la situación de cientos de niños y adolescentes que están en situación de riesgo educativo, no sólo de la educación escolar básica, sino de la formación para el trabajo productivo. Y en ese aspecto, no sólo hace falta aumentar la cobertura aumentando la matrícula sino garantizando la retención de los niños y adolescentes pobres en todo el ciclo escolar. En ese sentido, la escuela formal hasta el momento actual no muestra significativos progresos, y la retención escolar de los niños trabajadores se está mejorando con base en los programas de refuerzo escolar, que tienen un impacto aún limitado en las zonas urbanas. Las zonas rurales también han experimentado cambios con la implementación del Programa de Escuela Activa en las escuelas rurales, aumentando la retención y la eficiencia de las mismas. La difusión, evaluación, ajuste y expansión de las experiencias exitosas en reducir los riesgos educativos de los niños y adolescentes pobres y trabajadores, sin duda ayudará a mejorar las condiciones observadas; (11) En el campo de la salud, también existen experiencias exitosas que necesitan ser difundidas, evaluadas y ajustadas a los contextos concretos de implementación con el objetivo de mejorar las condiciones de acceso y pro-
139
tección a la salud de los niños y adolescentes. Por ejemplo, la organización Callescuela, vinculada a la Organización Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores (ONAT) tiene establecido un convenio con la Clínica de la Misión de Amistad de Asunción para la asistencia gratuita a los miembros de dicha organización. (12) El diagnóstico acerca de los niños y adolescentes activos y ocupados de 10 a 18 años, a nivel país y por departamentos seleccionados, puede mejorar y ser actualizado en forma permanente a través de las encuestas de hogares diseñadas, ejecutadas y difundidas por la DGEEC. De hecho, en los últimos años, el sistema de indicadores socioeconómicos de la población y en particular, la situación de pobreza, han recibido un decidido impulso en su generación y difusión. La presente investigación demuestra, en los términos acotados en que fue desarrollado, que la EIH es una fuente poderosa de información acerca de la situación de pobreza y del empleo infanto-adolescente. (13) Pero el mayor impacto de un mejoramiento del diagnóstico acerca de nuestra población de referencia radicará en el mejoramiento del diseño y la gerencia de las políticas, programas y proyectos orientados al mejoramiento de las condiciones de vida de los niños y las familias pobres, en el marco del desarrollo con justicia social, articulado a una nueva política económica que genere más y mejores empleos, para una demanda joven y adulta calificada.
140
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 1) Banco Central del Paraguay, “Cuentas Nacionales 1988 –1998”, Boletín N° 35, Asunción, Agosto de 1999. 2) CEPAL, (1999) “Panorama Social de América Latina 1998”, elaborado por la División de Desarrollo Social y la División de Estadística y Proyecciones Económicas, Santiago de Chile, abril 1999. 3) Céspedes, Roberto (1997), “Estudio Nacional sobre trabajo infantil en Paraguay”, CGS. Programa internacional para la eliminación del trabajo infantil. Oficina Internacional del Trabajo. Asunción. 4) Ciudad, Juan, “Educación y Empleo en el Gran Asunción,. Características de la mano de obra. Análisis de resultados. Conclusiones y sugerencias”, 1988. 5) Dávalos, Myrian, “La subutilización de la PEA en el Área Metropolitana de Asunción”, en Población y Desarrollo, Nº 4, revista semestral del Departamento de Estudios de Población y Desarrollo, Facultad de Ciencias Económicas, UNA. Segundo semestre de 1991, pp. 42-44. 6) DGEEC, (1999) “Principales Resultados EIH 97/98”. Fernando de la Mora. - Paraguay, abril. 7) DGEEC, (1999) “Pobreza y Distribución del Ingreso en Paraguay. Un Análisis Económico de la EIH 97/98”. Elaborado por Robles, Marcos. Fernando de la Mora - Paraguay, julio. 8) DGEEC, (2000) “Indicadores Básicos para Focalizar el Gasto Social en Paraguay (IBF)”. Elaborado por Robles, Marcos. Fernando de la Mora. - Paraguay, marzo. 9) DGEEC, www.dgeec.gov.py. Fernando de la Mora - Paraguay 10) UNICEF (1997) “Miles de trabajadores pequeños. Reflexiones y propuestas”. Elaborado por Gómez, Miguel, Asunción.
11) UNICEF-CETEC, (1998), “Diagnóstico de la naturaleza del trabajo de los niños y las niñas en el área rural y su relación con la educación”, informe de investigación de Ortiz, Carlos y otros, presentación en CD-ROOM, Asunción 12) Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Ciencias Económicas, Dirección de Coordinación y Apoyo Académico - (DEP y D) - Población y desarrollo, serie. 1-18, 1994 - 2000. 13) Universidad Nacional de Asunción, (1993), “La distribución del ingreso en el Paraguay”, Pablo Sauma, Proyecto ATP/SF - 2156PR, 14) NNUU - DGEEC (1999) “Sistema de Indicadores Socio – Económicos y Demográficos. Atlas temático departamental del Paraguay” 15) Pérez de Aguila, Rossana, «Algunas reflexiones en torno al significado del trabajo infantil”, en Población y Desarrollo, Nº 5, revista semestral del Departamento de Estudios de Población y Desarrollo, Facultad de Ciencias Económicas, UNA. Primer semestre de 1992, pp. 22-23. 16) Rubín, Gloria, “La Juventud en el Desarrollo Sustentable”, en Población y Desarrollo, Nº 16, revista semestral del Departamento de Estudios de Población y Desarrollo, Facultad de Ciencias Económicas, UNA. Primer semestre de 1999, pp. 46-50. 17) Stark, Roberto H. (Callescuela) «Trabajo Infantil Informal y Modelo de Desarrollo», en Población y Desarrollo, Publicación semestral. (2° Semestre 1995 Boletín 9) pp. 7 al 12. 18) Stark, Roberto (Callescuela). «Trabajo Infantil. La hora del Debate», en Población y Desarrollo, Edición N° 14, Asunción Paraguay, pág. 67 al 74, 1989. 19) Torrasca, Juan Silvio, “Un comentario sobre el abordaje conceptual y las acciones de lucha contra la Pobreza”, en Población y Desarrollo. 15° Edición, pág. 17 al 24. 1998.
El Censo de Población y Vivienda, un Instrumento para el Desarrollo
141
El Censo de Población y Vivienda, un Instrumento para el Desarrollo Zulma Sosa Luis Ortiz
INTRODUCCIÓN El censo de población y vivienda es un instrumento fundamental para conocer la realidad demográfica y socio económica de un país. El tamaño de la población y su estructura por edades, sus condiciones de vida, cómo se distribuye en el territorio nacional, la situación de la educación de los niños y jóvenes, el estado del empleo, la cantidad y calidad de las viviendas y cobertura de los servicios básicos, son algunos de los aspectos que el Censo permite conocer. En este sentido, los censos de población y vivienda dan cuenta de la evolución demográfica del país y por lo tanto de las transformaciones sociales y económicas que vive en cada período intercensal. Además, apartir de las informaciones recogidas en los mismos, se construye una base de datos que ayuda a conformar, junto con otras fuentes de información, el Sistema Estadístico Nacional. Si bien existen otras fuentes de información estadística como los registros contínuos de hechos vitales (nacimientos, defunciones, matrimonios, causas de muerte, etc.), las encuestas permanentes de hogares -en especial las integradas-, las encuestas demográficas, etc., el censo es la única fuente que permite obtener las cifras de la
población total y las características socioeconómicas de las personas, las viviendas y los hogares, a un nivel de desagregación geográfica mínima (departamentos, distritos, barrios y localidades). La información proveniente de los censos presenta un estado de situación de la población para un momento determinado que, de acuerdo a las recomendaciones internacionales, debiera referirse a los años terminados en cero, y con una periodicidad de 10 años. Debido a la magnitud y complejidad del operativo censal, los cuestionarios no deberían ser excesivamente extensos, pero a la vez, como instrumentos de investigación y de políticas, deben tener la sensibilidad para captar situaciones nuevas y la flexibilidad para adaptarse al cambio social, sin perder por ello la comparabilidad con la experiencia pasada (Schkolnik y Guzmán, 1998).
1. UTILIDAD DEL CENSO Y SU CONDICIÓN DE INSTRUMENTO DE POLÍTICAS PÚBLICAS El Censo de Población y Viviendas constituye un medio de recolección de estadísticas sobre la población y las características de las viviendas, a fin de
142
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
conformar conjuntos de informaciones estadísticas para los distintos usos en el marco de la planificación del desarrollo y la investigación sobre las condiciones de vida de los habitantes del país. Entre otros usos su información se aplica a:
Planificación del desarrollo con miras a lograr el bienestar del país y de sus habitantes a partir del conocimiento de su situación económica, social y demográfica y evaluaciones de programas y proyectos educativos, laborales, ambientales, de salud, habitación y urbanización.
Organización y administración política: permite la demarcación de circunscripciones electorales y la distribución de la representación política en el Congreso y otras instancias del Estado. Investigación: para el análisis científico acerca del comportamiento de las variables y la dinámica demográfica, composición, estructura y distribución geográfica de la población, así como aspectos sociales, económicos y culturales de la misma.
Bases de datos para la industria y el comercio, con el fin de lograr una estimación lo más aproximadamente posible de la demanda y oferta de bienes y servicios, con base en el volumen y composición por edad y sexo de la población, así como también información estratégica para determinar la disponibilidad y características de la mano de obra en las distintas regiones y localidades.
2. PRINCIPALES ETAPAS DEL CENSO Etapa de preparación, que comprende las subetapas: a) Planificación y organización: elaboración del plan censal, aprobación de la base legal correspondiente, constitución de la Comisión Nacional del Censo, programación administrativa y financiera, supervisión y coordinación general de la operación censal; b) Precenso y actualización cartográfica: digitalización e impresión de planos y mapas, relevamiento de edificaciones (residencia, industria, comercio), conteo de población en las principales ciudades, actualización de la cartografía nacional, segmentación de las zonas y áreas de empadronamiento censal; c) Prueba censal y diseño instrumental: diseño del cuestionario censal, definición de la estrategia de capacitación, definición del sistema de ingreso de datos, pruebas temáticas de la boleta censal, definición del plan de evaluación de la calidad de los datos, evaluación de la prueba piloto, censo experimental, evaluación del ceso experimental, definición y ajuste de los programas de consistencia, validación e imputación, diseño del plan de tabulados y elaboración de manuales de instrucción (jefes, supervisores, censistas); d) Capacitación: establecimiento de la estructura de capacitación, entrenamiento de los miembros de la estructura de capacitación, capaci-
El Censo de Población y Vivienda, un Instrumento para el Desarrollo
tación de los puestos de conducción, capacitación de los censistas; e) Publicidad y concientización: definición de la estrategia de publicidad y concientización, producción de materiales para las campañas de publicidad, desarrollo de las campañas de publicidad y concientización.
Etapa de empadronamiento: elaboración del plan de empadronamiento, movilización sincronizada de recursos humanos y materiales, realización del empadronamiento, entrega de boletas censales.
Etapa post censal, que contempla las subetapas: a) Procesamiento de datos: crítica y codificación de las boletas censales, recepción de las boletas censales y formación de lotes para el procesamiento, grabación de las boletas censales, verificación, limpieza y validación de la base de datos, procesamiento de tabulados definitivos; b) Evaluación censal y revisión de estimación poblacional: análisis de la consistencia y estimación de la omisión de población; c) Divulgación de resultados: diseño de política de recuperación de costos, elaboración del plan de difusión de los resultados, difusión de los productos (internet, soportes magnéticos e impresos), transferencia de la información censal a sistemas amigables y de fácil manipulación, asociación de base de datos cartográfica con archivo de datos del censo.
143
Organización La organización del Censo de población y vivienda supone, aparte de un sistemático periodo de operativo censal, una forma de estructurarlo para que su cometido sea eficiente. Este componente comprende el conjunto de tareas requeridas para definir la estrategia y establecer las bases legales, técnicas, financieras y organizativas para la realización del Censo. Las mismas permiten ejecutar satisfactoriamente el programa censal, asegurando la coordinación y supervisión general del mismo. Se contemplan las siguientes actividades: I) la elaboración del plan censal; II) la aprobación de la base legal correspondiente; III) la constitución de la Comisión Nacional del Censo y la Unidad Ejecutora del Censo (UEC), encargados de la coordinación programática y ejecutiva entre los organismos nacionales; (iv) la programación administrativa y financiera; y IV) la supervisión y coordinación general de la operación censal en cada una de las etapas.
Base legal de los censos Los censos nacionales de población y vivienda, siguiendo las recomendaciones internacionales en la materia, se llevan a cabo cada diez años. Los mismos son prescriptos por Ley a fin de lograr el respaldo y apoyo del gobierno, para obtener los fondos necesarios para su realización, determinar el alcance general, la fecha de las diversas operaciones censales y lograr
144
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
la colaboración de los ciudadanos para la obtención de veracidad en las respuestas.
La base territorial (Cartografía) El Precenso implica el recorrido completo del territorio para preparar un listado de las viviendas e incluso en las principales ciudades un conteo preliminar de la población. Mediante esta operación se actualiza la cartografía necesaria para preparar y realizar el censo de población y viviendas y los censos económicos y agropecuarios, ya que se incorporan todas las edificaciones y su destino. La cartografía digital que se obtiene es de gran utilidad para la explotación y divulgación de los resultados censales, pues facilita la presentación de mapas temáticos superpuestos. Las actividades contempladas son las siguientes: I) digitalización e impresión de planos y mapas; II) durante el pre-censo relevamiento de edificaciones indicando el destino de cada unidad (residencia, industria, comercio); III) como parte del pre-censo conteo de población en las áreas urbanas; IV) como resultado del pre-censo actualización de la cartografía nacional censal para registrar información actualizada y georeferenciada sobre la población, los elementos físicos del territorio, y la infraestructura de salud y educación; V) segmentación de las zonas y áreas de empadronamiento censal, lo que permite organizar la asignación de recursos humanos y materiales.
La capacitación El reclutamiento del personal requerido y su posterior capacitación se constituyen en etapas claves dentro del proceso censal, ya que de éstas depende en gran medida la cobertura y la calidad de la información que se releve. Las actividades de capacitación comprenden: I) selección de una metodología y estructura de capacitación, con la finalidad de evitar el efecto cascada que puede producir distorsiones en la transmisión de contenidos; II) entrenamiento de la estructura de capacitación; III) capacitación de los puestos de conducción; IV) capacitación de los censistas.
Las pruebas y experimentaciones censales Éstas constituyen el conjunto de actividades preparatorias del relevamiento con el fin de definir los métodos y procedimientos para la recolección de la información y elaborar los documentos acordes con la definición adoptada. Las principales actividades son: I) la realización de pruebas piloto, pruebas temáticas y ensayos generales en distintas áreas del país, que ponen a prueba el proyecto de cuestionario censal y los procedimientos utilizados; II) el diseño definitivo de la cédula censal, incluyendo el cuestionario adicional para las poblaciones indígenas; y III) la preparación de las versiones definitivas de los otros instrumen-
El Censo de Población y Vivienda, un Instrumento para el Desarrollo
tos del censo, tales como los manuales para empadronadores y supervisores, los el planes definitivos de capacitación, los controles durante el relevamiento, el sistema de ingreso de los datos.
La metodología de recolección La metodología de recolección asume el modo tradicional de relevamiento en Paraguay: la entrevista personal por parte del censista en cada uno de los hogares, tomando los datos del hogar de una persona caracterizada como jefe de hogar y los datos de población de cada individuo presente en el domicilio en ese momento.
Comunicación y publicidad Una efectiva publicidad acerca de la operación censal, de sus objetivos, de la importancia de la participación ciudadana, es fundamental para conseguir la mejor colaboración y motivación de la ciudadanía respecto al censo, además de preparar a la población para facilitar la entrevista que denen realizar los censistas en el momento del censo. Este componente incluye, entre otras, las siguientes actividades: I) diseño y desarrollo de la campaña publicitaria a través de medios masivos de comunicación; y, II) diseño y desarrollo de un plan de concientización para todo el país a través de medios de difusión apropiados.
145
Relevamiento censal y supervisión Esta etapa trata del levantamiento de la información censal o empadronamiento en todo el territorio del país, la cual incluye el desarrollo de las siguientes actividades: I) elaboración del plan de empadronamiento, para definir el trabajo de campo y garantizar el cumplimiento de tiempos y etapas en momentos determinados, II) movilización sincronizada de los recursos humanos y materiales para asegurar que todas las unidades censales definidas estén en condiciones de iniciar su labor censal; y III) realización del empadronamiento y entrega de las boletas censales, para disponer de la información correspondiente a todas las unidades censales definidas en el plan de empadronamiento y asegurar un control adecuado del flujo del material censal para asegurar la veracidad de la información registrada. En este componente trabaja el personal de terreno para la recolección de los datos (coordinadores, jefes de departamentales, asistentes, supervisores, conductores) y los censistas.
Procesamiento de datos Este componente se refiere a las actividades de almacenamiento en medios magnéticos de los resultados censales de cada vivienda, hogar y persona, así como la elaboración de la información por medios computacionales, destinado a generar cuadros de difusión, así como los instrumentos técnicos para procesos posteriores. Las
146
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
actividades bajo este componente son las siguientes:
viendas en los años: 1950, 1962, 1972, 1982 y 1992.
I) recepción de las boletas y formación de lotes de trabajo para el ingreso de los datos a medios magnéticos; II) grabación de los cuestionarios en dichos medios magnéticos a través de digitación manual; III) verificación del trabajo de grabación, mediante redigitación de los cuestionarios; IV) ejecución de los programas de validación y consistencia para detectar y corregir errores e inconsistencias de la información, así como los programas de asignación de respuesta ignorada en los casos que se aplica; V) procesamiento de los tabulados definidos para su difusión mediante publicaciones y medios electrónicos.
En todos los casos, los censos fueron de facto o de hecho ya que fueron empadronadas todas las personas que se hallaban en la vivienda en el momento del censo, fuese ésta su residencia habitual o no.
3. Los censos en el Paraguay El Paraguay ha realizado censos de población los años 1886/7, 1899 y 1936, que permiten tener aproximaciones al mejor conocimiento histórico de la población paraguaya entre fines del siglo pasado y comienzos del actual, si bien sus métodos y resultados son poco fiables. Recién a partir de 1950 se inicia el levantamiento de censos de población técnicamente comparables, conforme con las normas dictadas por organismos internacionales especializados. El organismo oficial encargado de la realización de los censo nacionales de población y viviendas es la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), que hasta la fecha ha levantado censo de población y vi-
Estos censos fueron logrando un progresivo mejoramiento técnicometodológico en la recolección de los datos censales, así como la incorporación de nuevas variables y aspectos de la realidad socio demográfica, como la inclusión del recuento de discapacitados y de la población indígena del país, lo que se produjo por primera vez en el Censo de Población y Viviendas de 1992. En base a las principales características que debe reunir un censo, en el caso de Paraguay las mismas presentaron las siguientes especificidades: a) Universalidad: el censo abarcó en todos los casos todo el territorio del país. En lo que respecta a las unidades de relevamientos, no se puede precisar si fueron incluidos todos los individuos y viviendas, ya que en el caso de la población indígena recién queda explicitada su enumeración conjunta con la población nacional en el censo de 1992. En los demás censos de 1950, 1962, 1972 y 1982 no se puede verificar si la contabilización total contempló a este conjunto de grupos étnicos. b) Empadronamiento individual: implicó la inscripción separada de cada individuo de cada lugar de vivien-
El Censo de Población y Vivienda, un Instrumento para el Desarrollo
147
da, así como el registro separado de sus características, respondiendo a la metodología de recolección que se adopta desde 1950.
cribieron los Presidentes de los países del MERCOSUR, en ocasión de la Cumbre reunida en Asunción el 15 de junio de 1999.
c) Simultaneidad: en todos los casos se efectuaron en un momento o período bien definido.
En este sentido, se ha desarrollado una propuesta para incorporar en los cuestionarios censales, contenidos comunes relativos a variables estructurales de población y vivienda, lo que facilitará el diagnóstico y la toma de decisiones de carácter económico y social de la región.
d) Periodicidad: en Paraguay la serie de censos sistemáticos y con las características descritas se inician en 1950, y la periodicidad es bastante regular, de 10 años, con excepción del primer período intercensal que duró 12 años (de 1950 a 1962). Con esta premisa en términos de las variables demográficas fundamentales, se dispone de información comparable en una secuencia periódica de decenios.
4. EL CENSO DEL 2002 Un censo regionalmente comparable El censo a ser levantado en el año 2002 presenta una particularidad con respecto a los anteriores, debido a que se enmarca dentro de un Proyecto de Censo Común para los países del MERCOSUR. A partir del año 1997, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, a los que se han sumado Bolivia y Chile, iniciaron labores hacia el desarrollo de un proyecto conjunto que permitiera disponer de una base homogénea de información socio-demográfica y económica, para facilitar el proceso de integración subregional. La importancia de la realización de los censos en fechas lo más próximas posibles (entre 2000 y 2005), fue reforzada por el acta que al respecto sus-
Las actividades preparatorias y la planificación del Censo 2002 se ha iniciado con cinco años de anticipación, no solamente porque el diseño y realización del censo es en sí mismo una operación compleja que reúne aspectos humanos, legales, administrativos, económicos, financieros y logísticos, sino porque este en particular, como fue señalado antes, se inscribe en un marco de acuerdos y coordinación con los demás países del MERCOSUR. A ello se agregan una multiplicidad de aspectos referidos a su diseño conceptual, estrategia operativa, modelo de capacitación, actualización cartográfica, procesamiento de la información, en todos los cuales la planificación y el cumplimiento de un calendario que se inicia mucho antes del día y del año del censo, son requisitos primordiales de los que depende el éxito del proyecto.
Participación de usuarios La elaboración del cuestionario censal se realiza a través de consultas de diferentes tipo a los usuarios potenciales de datos. Este es un proceso bastante complejo por cuanto el
148
ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 3
censo tiene un carácter limitado en cuanto a sus posibles contenidos, por lo tanto existe la necesidad de buscar consensos que permitan el mejor balance entre cantidad de información recolectada y calidad de la misma. De allí que el Censo del 2002 estará marcado fundamentalmente por un enfoque centrado en la demanda. En este sentido, se prevé la realización de reuniones con usuarios de la información censal, para participar en la definición de los temas a incluir en el cuestionario censal, así como para realizar pruebas piloto sobre el tiempo promedio de duración de cada entrevista, según cantidad de ocupantes en la vivienda, por área geográfica e incluso por estrato socio económico, con el propósito de calcular cargas de trabajo para los censistas (o empadronadores).
Censando a los pueblos indígenas Otra importante característica del Censo 2002 es que, simultáneamente, se hará un levantamiento de información sobre los pueblos indígenas, a través de un cuestionario especial. El componente censal para registrar número y características de los pueblos y habitantes indígenas del Paraguay, estimados actualmente en unas 100.000 personas, contará con la participación de supervisores y empadronadores seleccionados por las propias comunidades indígenas.
Innovaciones tecnológicas Con el Censo 2002 se pondrán en juego nuevas tecnologías. Además de
la utilización de equipamiento informático avanzado que se destinará al procesamiento de la información censal, se vienen desplegando los trabajos de precenso (actualización cartográfica con tecnología digital que permite contar con mapas y cartas obtenidas de fotografías aéreas y satelitales de gran precisión). Así mismo, mientras todos los censos anteriores se procesaron con digitación manual (carga de datos a las computadoras a cargo de digitadores), por primera vez en el país se utilizarán las “lectoras ópticas de caracteres” que permiten una recuperación rápida de los datos registrados en los cuestionarios por los censistas. Junto con la codificación automática de los datos alfabéticos, esto permitirá contar con los resultados del Censo 2002 en un tiempo mucho más breve y oportuna que el que era posible anteriormente.
5. CONCLUSIÓN El censo de población y vivienda es una herramienta fundamental para la planificación del desarrollo. En este sentido, Paraguay se halla en un proceso de cambios sociodemográficos que es necesario precisar y sistematizar a fin de pensar un trayecto con nuevos horizontes en el marco de un mundo globalizado y en los inicios del siglo XXI. Las múltiples características y problemáticas que presenta un censo de población y vivienda, remite a la necesidad de establecer una organización del operativo y un diseño de los mar-
El Censo de Población y Vivienda, un Instrumento para el Desarrollo
cos conceptuales y metodológicos que sustentarán su realización. Paraguay prevé para el año 2002 la ejecución de su censo de población y vivienda y en base a las experiencias obtenidas en años anteriores y la renovación metodológica y tecnológica,
BIBLIOGRAFÍA Aguilera, Máximo; Algunas reflexiones sobre la producción de estadísticas y uso de la información censal, NN.UU., Santiago, 1999 Caprirolo, Dino, Chackiel, Juan et. al.; Informe del Programa de Apoyo a la Implementación del Censo Nacional de Población y Vivienda, 2002 (PR0130), Asunción, 2000 Ellis, Carlos; Diseño de Cuestionarios Censales, NN.UU., Santiago, 1999 Giusti, Alejandro; Utilidad de los datos censales; INDEC-JICA, Buenos Aires, 1999 Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística; Censo de población y vi-
149
se espera que el mismo pueda significar un avance en la conformación de sistemas de informaciones estadísticas más eficientes y un conocimiento más recabado de la realidad socio-demográfica y económica de su población en constante cambio.
vienda do Ano 2000, Rio de Janeiro, 1997 Lery, Alain; Los censos como instrumento para las políticas y los programas de desarrollo económico y social: la experiencia francesa y europea, CEPAL-CELADE., Santiago, 1999 Mendoza, Raúl; Desarrollo y Evolución de la Población Paraguaya, Revista Paraguaya de Sociología, CPES, Año 5, N° 12, Agosto 1968 Schkolnik, Susana y Guzmán, José Miguel; América Latina: Los Censos del 2000 y el Desarrollo Social, CEPAL-CELADE, Santiago, 1999 Tacla, Odette; El censo de población como una operación integral: etapas preparatorias, trabajo de campo, procesamiento, Análisis y Difusión de resultados, NN.UU., Santiago, 1999
REFERENCIA SOBRE LOS AUTORES MARCOS ROBLES Es Economista (UNA-Perú) y Master en Economía, con especialización en Macroeconomía y Econometría (CIDE-México). Actualmente es el coordinador técnico del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe (MECOVI-Paraguay). E-mail: mro@dgeec.gov.py CELSO GIMÉNEZ: Es Ing. Agrónomo (UNA-Paraguay) y Master en Economía Agrícola (Kansas State University). Actualmente es docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNA-Paraguay y consultor de la Secretaría de la Mujer de la Presidencia de la República (Paraguay). E-mail: dgimenezt@hotmail.com LILA MOLINIER: Es Lic. y Master en Economía (UNAM-México). Actualmente es
docente de la Facultad de Economía y de la Escuela de Trabajo Social de la UNA-Paraguay. Asimismo, es consultor-docente de la Secretaría de Acción Social - Instituto Interamericano para el Desarrollo Social (SAS-INDES). E-mail: lmolinie@conexion.com.py ZULMA SOSA: Licenciada en Ciencias Matemáticas y Estadísticas (UNA - Paraguay), Postgrado en Población y Desarrollo, Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), Santiago-Chile. Postgrado en Didáctica Universitaria (UNA - Paraguay). Actualmente es Jefa del Departamento de Censos de la DGEEC y Docente Universitaria en la Facultad Politécnica (UNA). E-mail: zso@dgeec.gov.py LUIS ORTIZ: Sociólogo (UCA - Paraguay). Actualmente funcionario técnico del Departamento de Censos de la DGEEC. E-mail: lor@dgeec.gov.py