Revista de Análisis Economía y Sociedad. Año 2. N° 4. Jun. 2001

Page 1



ECONOMIA Y SOCIEDAD es una revista trimestral, editada por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) con el auspicio del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en Paraguay (MECOVI - Paraguay), que tiene por finalidad publicar y difundir estudios y reflexiones realizados sobre temas del área social y económica de interés para el país.

COMITÉ EDITORIAL Julio M. Fernández Frutos Marcos Robles Elizabeth Barrios Kück Zulma Sosa Portillo Regis I. Gamarra Acosta

SUSCRIPCIONES Suscripción Anual (4 números) Paraguay 25 US$ Países del Mercosur 30 US$ Otros Paises 37 US$ Precio por número Paraguay Países del Mercosur Otros Paises

7 US$ 9 US$ 11 US$

Los precios no incluyen gastos de envio. Remitir pedidos a: Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos Naciones Unidas y Saavedra, Zona Norte - Fernando de la Mora, Paraguay Tels.: (595-21) 511 016 Fax: (595-21) 508 493 E-mail: economiaysociedad@dgeec.gov.py ©Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial, incluído otros métodos gráficos, computarizados o fotocopiados, sin autorización escrita de la DGEEC. Las opiniones vertidas en esta revista son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen a la DGEEC.

Invitamos a los investigadores nacionales y extranjeros a enviarnos sus trabajos en dos ejemplares, los cuales, previo arbitraje, podrán ser publicados. Para tal fín, solicitamos remitan sus obras a: Director General DGEEC Naciones Unidas y Saavedra, Zona Norte Fernando de la Mora Paraguay REQUISITOS FORMALES DE LOS TRABAJOS PRESENTADOS PARA SER PUBLICADOS EN ECONOMÍA Y SOCIEDAD

Especificaciones: Un ejemplar impreso mas el archivo digital en un diskette de 3.5 en formato Word Entre 20 y 40 páginas a espacio simple (incluído los cuadros, gráficos y anexos). Notas al pie de página (no al final del texto) Resumen del trabajo no mayor de 15 líneas Resumen breve de la formación académica, especialidad, instituciones donde ha trabajado y empleo actual del autor. Excepcionalmente, el Comité Editor podrá excusar el cumplimiento de uno o más de los requisitos indicados. Los autores de los trabajos publicados recibirán dos ejemplares del número de ECONOMÍA Y SOCIEDAD en que aparece su artículo.


4 Presentación Con el propósito de difundir la información que recopila, sistematiza y procesa, la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, DGEEC, promueve la realización de estudios, investigaciones y análisis de carácter económico, social y demográfico. En este marco, la DGEEC presenta el quinto número de la revista ECONOMIA Y SOCIEDAD , el cual trata con profundidad diversos temas de interés nacional. Los títulos de los trabajos presentados son los siguientes: Indicadores, determinantes y efectos de la lactancia materna en Paraguay , Perfil de la pobreza en Paraguay. Un informe preliminar , Geografía y economía en el Paraguay. Un enfoque municipal , Factores protectores del estado nutricional de la niñez paraguaya , Seguridad alimentaria de los pobres en el Paraguay y Crecimiento de la Población. Conceptos y metodologías (Parte II) . El último es parte de los documentos que vienen publicándose en torno a la ejecución del próximo Censo Nacional de Población y Viviendas, a llevarse a cabo en agosto de 2002, con el propósito difundir aspectos metodológicos y conceptuales que faciliten el análisis y la comprensión de la información procedente de dicho evento estadístico. La mayor parte de estos trabajos de investigación han sido elaborados sobre la base de la información proveniente de las Encuestas de Hogares de 1997/98 y 1999, ejecutadas por la DGEEC en el marco del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe (MECOVI- Paraguay) que tiene el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la CEPAL. En el desarrollo de cada uno de ellos se tuvo el propósito no solo de elaborar un diagnóstico de la realidad nacional en sus diferentes aspectos, sino también de formular líneas de acción concretas y las implicancias de política correspondientes, contribuyendo de este modo a la tenencia de un acervo de información relevante para la toma de decisiones de las instituciones públicas y privadas, y de la población en general. La Revista ECONOMIA Y SOCIEDAD pretende, de esta forma, constituirse en un espacio que promueva y facilite el quehacer de la investigación, el análisis, la reflexión y el estudio de los problemas fundamentales del país.

Ing. Carlos Luis Filippi Sanabria Director General DGEEC


Sumario pag.

7

Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay El documento examina el comportamiento y posicionamiento de las mujeres en el mercado laboral paraguayo con el propósito de encontrar elementos que faciliten la toma de decisiones orientadas a la reducción de las desigualdades de género y el fortalecimiento de la inserción de las mujeres en el mercado laboral. Las evidencias muestran que la participación de los hombres es casi dos veces mayor a la de las mujeres y que en ambos casos dicha participación es más alta cuanto mayor es el nivel educativo. Asimismo, se prueba que la probabilidad de que una mujer se encuentre insertada en el mercado laboral es mayor cuando tienen la responsabilidad de ser jefas de hogar, si no pertenecen a un hogar pobre y si tienen mayor asistencia a cursos de formación no formal. En el documento puede encontrarse información que muestra que la inserción de las mujeres en el mercado laboral no garantiza el mismo acceso a los diferentes tipos de actividad que los hombres, observándose que trabajan principalmente en actividades del sector terciario, consideradas típicamente femeninas y de menor rentabilidad. Entre varias de las recomendaciones de política formuladas, se destaca la que pone énfasis en la adaptación de las aptitudes y áreas de especialización de las mujeres a las exigencias del mercado, en el cual los proyectos de capacitación técnica desempeñan un papel decisivo.

pag.

65

Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay Después de describir la forma de estimación de los indicadores y la fuente de información utilizados, el documento presenta información relacionada con la salud infantil, la presencia de diarrea, la lactancia materna y la situación

nutricional de los niños paraguayos menores a cinco años. Se muestra, entre otras evidencias, que la participación de la madre en el mercado laboral, así como su nivel de instrucción, inciden de manera importante sobre el estado nutricional de los niños. Del mismo modo, en el documento puede hallarse información que muestra que la lactancia materna exclusiva en Paraguay es en promedio inferior a un mes, que la insuficiencia en la vacunación no es exclusiva en niños que viven en condiciones de pobreza y que ante la presencia de cualquier enfermedad la educación de la madre influye en la selección del tipo de profesional al que acude. Los datos sobre desnutrición mostrados son los siguientes: 11% de los niños paraguayos enfrentan problemas de desnutrición crónica, es decir, retardo en el crecimiento; el 5,2% enfrenta el problema de la desnutrición global, es decir, tienen un peso por debajo del que debería tener para su edad, y el 1,2 % se encuentra en situación de desnutrición aguda, es decir, con un peso por debajo del que debería tener para su talla. En el documento puede encontrarse que estas tasas tienen valores significativamente diferentes al considerar el área de residencia y los niveles de pobreza de la población.

pag.

87

Educación y Ahorro: Variables Claves para el Despegue del Paraguay Luego de revisar algunos conceptos relacionados con el retorno de la educación, el ahorro y la riqueza, el documento presenta la estadística descriptiva y las estimaciones econométricas correspondientes (utilizando la metodología propuesta por Heckman para corregir el problema de sesgo de selección). Entre estas últimas se destacan las que muestran el rol de la educación en la generación de los ingresos y el ahorro familiar. Se constata, por ejemplo, que en promedio un paraguayo con estudios universitarios com


pletos espera obtener 3,4 y 9,5 veces más ingresos que los que han finalizado sus estudios secundarios y primarios, respectivamente; que las familias con jefes que tienen educación universitaria completa ahorran 2,8 y 28,7 veces más que las que tienen secundaria y primaria completa, respectivamente, y que existe un desahorro en las etapas tempranas del individuo y franjas positivas de ahorro en las etapas siguientes (cumpliéndose parcialmente la teoría del ciclo de vida que predice que en la tercera edad se producen tasas de ahorro negativas). Dentro de las recomendaciones sugeridas se pone énfasis en el vínculo entre las políticas económicas y el impacto de la educación y el ahorro, sugiriendo una concientización de los hacedores de política económica respecto al papel de la inversión en educación, en un contexto competitivo, para el éxito económico.

pag.

147

Situación Habitacional del Paraguay. Un Replanteamiento. Con la información del Censo de Población y Viviendas de 1992 y de las Encuestas de Hogares de los años 1995, 1997/98 y 1999 en el documento se muestra el comportamiento de las condiciones habitacionales en Paraguay en los últimos años, teniendo en consideración la composición constructiva por tipo de materiales empleados, la condición de uso del servicio sanitario y la procedencia y provisión del agua. El propósito es demostrar las bondades del procedimiento empleado para que pueda ser aplicado de manera homogénea a nivel de los países del MERCOSUR a partir de los censos de la Ronda 2000. Se demuestra que, contra toda suposición respecto a las tendencias negativas en Paraguay, es la propia población la que tiende a resolver parcialmente sus problemas de calidad de la vivienda, una vez que se asegura y consolida el sustento e ingresos de los hogares. Por ello es que en las áreas urbanas se observa la mayor cantidad de viviendas de calidad buena dado que es en ellas donde se encuentran los mayores promedios de ingresos. Se recalca que en el tema de la medición de la calidad de las viviendas debe entrañar el contexto socio-cultural en el que éstas se inscriben ya que las categorizaciones asumi-

das se basan en estándares compartidos por la modernización, lo cual no implica que necesariamente se adscriban a criterios valorativos de los distintos ámbitos en los que se desenvuelven las relaciones sociales de los distintos grupos y culturas al interior de un país.

pag.

171

Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías (Parte I) El documento revisa los conceptos básicos relacionados con la medición del crecimiento de la población, así como los supuestos, procedimientos de cálculo y limitaciones de las metodologías disponibles sobre el mismo. De manera simple muestra, por ejemplo, que con la actual tasa de crecimiento de la población esta se duplicaría en 22 años y que el crecimiento natural o vegetativo (diferencia entre los nacimientos y las defunciones) puede estimarse en 25,2 nacimientos netos por cada mil habitantes. Indica también que el crecimiento poblacional se mide, por lo general, mediante el empleo de una ecuación matemática, la cual muestra el cambio ocurrido en un determinado período bajo el supuesto de que la tendencia experimentada ha sido la de una línea recta, una curva geométrica, o una curva exponencial, las mismas que producen tasas promedio anual de crecimiento diferentes. Con la estimación de estas tasas, en el documento se describe y ejemplifica la forma de estimar la población futura con el denominado método de proyección Global. En el siguiente número de la revista se describirá y ejemplificará el método de proyección de los Componentes con el cual no solo se proyecta la magnitud de la población, sino también su composición por edad, sexo, etc.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

7

Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay Juan Delvalle

1. INTRODUCCIÓN Diversos estudios realizados en épocas recientes dan cuenta de la existencia de importantes incrementos en la participación laboral de las mujeres. Estos han venido ocurriendo en medio de crisis económicas, transformaciones productivas y cambios socioculturales en el papel de las mujeres frente a la sociedad. Sin embargo, entre otros ámbitos, la relación Hombre-Mujer en el mundo laboral, siempre se ha dado en un contexto de fuertes desigualdades. Por tanto, resulta interesante hacerse una interrogante respecto a la manera en que la inserción de las mujeres se desarrollan en comparación con la de los hombres en Paraguay, diferenciadas según las dos grandes áreas geográficas, la rural y la urbana. Por tanto, el presente trabajo está centrado en examinar el comportamiento y posicionamiento de las mujeres en el mercado laboral a fin de contribuir en la toma de decisiones orientadas a la reducción de las desigualdades de género - en particular aquellas que involucran variables sociodemográficas - y a fortalecer la inserción de las mujeres en el mercado laboral. El logro del propósito mencionado estaría dado a través de los resultados

de las tareas siguientes: a) Análisis del nivel de participación de hombres y mujeres en el mercado de trabajo, según área geográfica. b) Estudio de los factores que influyen en la decisión de las mujeres de pertenecer a la población económicamente activa y cuantificar los efectos de esos factores en su participación en el mercado de trabajo. c) Detección de diferencias según género en aspectos claves del mercado de trabajo, como: Desempleo Posiciones en el trabajo (Ej. Categoría de ocupación, grupo ocupacional, rama de actividad, etc.) Niveles de Ingreso d) Diseño de líneas de acción destinadas a reducir las inequidades de género encontradas - si se verifica la existencia- y apoyar el fortalecimiento de los grupos considerados en mayores condiciones de vulnerabilidad, enfatizando las peculiaridades sociodemográficas que puedan acentuarlas.


8

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Con la finalidad de tener un contexto referencial se ha construido un marco teórico que contiene una serie de elementos conceptuales que servirán de referencia para definir y desarrollar la estrategia del trabajo. Para el análisis empírico se ha utilizado la base de datos de la Encuesta Integrada de Hogares ejecutada por la DGEEC, correspondiente al periodo -agosto 1997 a julio 1998- y se confeccionaron tabulados que permitieron examinar las relaciones existentes entre las variables condicionantes de la actividad económica de las mujeres y el nivel de participación de las mismas. Una vez demostrada la asociación existente entre la condición de actividad de las mujeres y las variables antes mencionadas, se estudió el efecto de cada una de éstas a partir del análisis de regresión logística. En el mismo contexto, se estudia la situación de las personas ocupadas, siempre con la idea de identificar inequidades desde el punto de vista del género, en cuanto a la rama de actividad, categorías de ocupación y grupos ocupacionales en que se insertan, y el nivel de ingreso percibido por hombres y mujeres con la misma condición de actividad. En todos los puntos se procuró tener una mirada intragénero e intergénero y de manera conjunta, con la clara intención de no sesgar la investigación. Todo lo anterior permitió llegar a una serie de conclusiones que finalmente otorgaron la posibilidad de ofrecer recomendaciones que se traducen en lineamientos de políticas, partiendo del supuesto de que las iniciativas

de políticas deben abarcar en lo posible las distintas naturalezas de la compleja problemática de las inequidades de género. Siendo así, se propone un conjunto de iniciativas en los más diversos ámbitos, en donde el marco teórico jugó un importante papel referencial.

2. FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA Y FORMULACIÓN DEL PROBLEMA Paraguay está en una situación de redefiniciones, tanto en lo socioeconómico como en lo político, lo que llama a todos los actores sociales a elaborar estrategias que se traduzcan en efectiva implementación de políticas enfocadas hacia el bienestar de su población. En este contexto, las estrategias deben reconocer el papel de la población femenina en el sector productivo y por lo tanto, uno de los asuntos que concite mayor preocupación entre las autoridades y los diversos agentes sociales debe ser el de las inequidades de género en la inserción laboral. En un plano de diferenciación básica entre hombres y mujeres, existe la convicción de que estas últimas enfrentan situaciones desventajosas, tanto en el ámbito familiar donde ocupan una posición subordinada, como en las esferas públicas -ya que tienen escasa representación en la toma de decisiones- y productivas que se manifiestan en una menor participación laboral, una mayor inserción en ocupaciones precarias y, a igualdad de tareas, menores remuneraciones que los hombres. Adicionalmente, pese a ser la inequidad de género un problema


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

de todos los estratos sociales, su incidencia parece ser más aguda dentro los grupos pobres, particularmente a raíz de los papeles esencialmente domésticos y reproductivos asignados a estas mujeres. Ahora bien, la existencia de un diagnóstico general es insuficiente para la definición de políticas y líneas de intervención concretas destinadas a mejorar la condición de las mujeres y reducir las inequidades de género. El gobierno, las organizaciones no gubernamentales y los actores privados, requieren mayores antecedentes conceptuales y empíricos sobre los factores asociados a las inequidades de género, en particular de aquellos sobre los cuales se puede actuar mediante iniciativas públicas o privadas. En virtud de lo antedicho y teniendo en cuenta, tanto el manejo expedito y riguroso de información socioeconómica y demográfica proporcionada por la Encuesta Integrada de Hogares 1997/98, surgen las siguientes preguntas: n

A diferencia de los hombres ¿Está relacionado el nivel de participación de las mujeres en el mercado de trabajo con factores demográficos, socioeconómicos y culturales?

n

¿Cuáles son esos factores y con qué intensidad inciden en el nivel de participación femenina en el mercado de trabajo?

n

¿Se advierten inequidades de género entre las personas clasificadas como activas en Paraguay, tales como: la segregación ocupacional por sexo?

n

9

¿Se observan diferencias de ingreso entre hombres y mujeres y a qué factores pueden atribuirse dichas diferencias si existieran?

3. MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO 3.1 Marco Teórico Durante los últimos años se han acelerado los procesos de inserción de la mujer en la vida económica y social de América Latina. Particularmente en la década de los 80, al intensificarse el debate sobre mujer y desarrollo , se avanzó significativamente en el conocimiento de su realidad y se elevó en forma sustantiva el número de proyectos dirigidos a mejorar la condición de la mujer. Asimismo, se dio en la región una serie de fenómenos económicos y sociales que indujeron la vinculación al mercado laboral de importantes sectores de la población femenina. Sin embargo, tanto en medios científicos como políticos, se identifica claramente una profunda insatisfacción. Objetivamente no se ha cumplido con el propósito de lograr, de manera definitiva e irreversible , la incorporación de la mujer al desarrollo en igualdad de condiciones con el hombre. El comportamiento de la misma en el mercado de trabajo, está dado por una multiplicidad de factores económicos, sociales y culturales. Con el fin de examinar dichos factores la propuesta teórica y metodológica que se sigue en el presente trabajo, considera que tanto las ideologías de género y de la familia, el


10

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

mercado como otros indicadores sociales, tales como la edad y educación se asocian para incentivar el ingreso o no al mercado de trabajo y en la posición que ocupa la mujer en él. De esa manera, el supuesto central que guía a este estudio, postula que la situación de las mujeres en el mercado laboral se explica por un conjunto de factores estructurales que se combinan para impedir que éstas ingresen al mercado de trabajo, o para tener un comportamiento inestable cuando logran incorporarse al mercado laboral y a situarlas en una posición subordinada. 3.1.1 Enfoque y Perspectiva de Género Una introducción en la perspectiva de género, permite un significativo avance en el marco de interpretación y análisis de los estudios e investigaciones que involucran a hombres y mujeres en las más diversas ramas del conocimiento. El enfoque de género permite diferenciar SEXO de GÉNERO. En este sentido, SEXO refiérese a las características fisiológicas y biológicas de ser macho o hembra. El género es un concepto que se refiere al conjun-

to de atributos socioculturales positivos y negativos que se aplican diferencialmente a hombres y mujeres, inclusive desde el momento del nacimiento, y determinan funciones, roles, ocupaciones y relaciones que hombres y mujeres desempeñan en la sociedad y entre ellos mismos. Las relaciones y roles no son determinados por la biología, pero, sí por el contexto social, cultural, político, religioso y económico de cada organización humana. La utilidad del concepto de género como construcción simbólica es el entendimiento que se hace sobre la predisposición biológica descartándola como determinante absoluto, ya que la pluralidad de vivencias de la sexualidad deben entenderse más en el terreno del género. Lo dicho implica importantes avances sobre la forma y fondo de la cuestión, las cuales permean intermitencia de ideas nuevas sobre las interrelaciones existentes entre hombres y mujeres de toda sociedad1 . Por otro lado, la distinción de sexo y género no es tan perceptible. Al respecto, M. Lamas (1997), destaca que la confusión sexo/género aumenta en

1 En este sentido Montecino, S. y Loreto R. expresan que la introducción del concepto de género ha dejado entrever nuevas y enriquecedoras interpretaciones de la posición de la mujer ante la diversidad de organizaciones humanas, en cuanto: Permite la noción de variabilidad, o sea, no se puede hablar exclusivamente del hombre o de la mujer como categorías únicas y cerradas dado que sus definiciones son diferentes entre las culturas. Surge la premisa denominada relacional, que trata de averiguar en conjunto la correlación entre lo masculino y lo femenino en una acepción tal que pueda desentrañar la existencia de subordinación, complementariedad o igualdad. Cabe destacar que antes sólo se observaba la relación de subordinación. Aparece el principio de la multiplicidad de elementos siendo éstos los que constituyen la identidad del sujeto toda vez que el género será experimentado y definido de modo particular de acuerdo con su pertenencia étnica, clase, edad, entre otras. Inclusive, abre espacios para la interdisciplinariedad y transdisciplinaridad, las que permiten conjugar diferentes observaciones para lograr un mejor entender del todo. Finalmente, surge la noción de posicionamiento que trae aparejado la argumentación de las posturas de hombres y mujeres dentro de la sociedad y cómo éstas van a depender de circunstancias específicas relacionadas con la clase social, edad, posición ocupacional, etcétera. Al respecto, ocupa transformar la visión dicotómica y taxativa de hombre X , mujer Y , en el ámbito de las diferencias dentro de la sociedad.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

la medida que la palabra género es relacionada directamente con las mujeres, y observa en torno al mismo: ...Aunque usar género o perspectiva de género como mujeres o perspectiva que toma en cuenta la existencia de las mujeres, es cuestionable desde un punto de vista conceptual; desde un punto de vista político es útil, pues conduce al rechazo de términos como el neutro derechohabiente o paciente , o del masculino neutro englobador ciudadano . Este uso puede impulsar algunos avances en el terreno concreto de las instituciones y prácticas sociales sobre todo en los espacios y en los discursos que no registran la existencia de problemáticas diferenciadas entre hombres y mujeres. No obstante podría ser cuestionable en términos de espacios neutros . Con relación a la misma problemática, Lamas citando a J. Scott describe: ...En los últimos años cierto número de libros y artículos cuya materia es la historia de las mujeres, sustituyeron en sus títulos mujeres por género . En algunos casos esta acepción, aunque se refiera vagamente a ciertos conceptos analíticos, se relaciona realmente con la acogida política del tema. En esas ocasiones, el empleo de género trata de subrayar la seriedad académica de una obra, porque género suena más neutral y objetivo que mujeres . Género parece ajustarse a la terminología científica de las ciencias sociales y se desmarca así de la (supuestamente estridente) política del feminismo. En esta acepción, género no comporta una declaración necesaria de desigualdad o de poder, no nombra al bando (hasta entonces invisible) opri-

11

mido... género incluye a las mujeres sin nombrarlas y así parece no plantear amenazas críticas. Lamas aún destaca que para Scott, este uso descriptivo del término, que es más común, reduce el género a un concepto asociado con el estudio de las cosas relativas a la mujer, siendo empleado con frecuencia por los historiadores para trazar las coordenadas de un nuevo campo de estudio en aquellas áreas -tanto estructurales como ideológicas- que comprenden relaciones entre los sexos. Este uso respalda un enfoque funcionalista enraizado en último extremo en la biología . También observa el hecho de que, género es usado para designar las relaciones sociales entre los sexos, en cuanto tal apunta: ...Para sugerir que la información sobre las mujeres es necesariamente información sobre los hombres, que un estudio implica al otro. Este uso insiste en que el mundo de las mujeres es parte del mundo de los hombres, creado en él y por él. Este uso rechaza la utilidad interpretativa de la idea de las esferas separadas, manteniendo que el estudio de las mujeres por separado perpetúa la ficción de que una esfera, la experiencia de un sexo, tiene poco o nada que ver con la otra. En este trabajo, se opta por una postura de género de carácter complementario, es decir, asumiendo que existen fortalezas y debilidades en la construcción social del género así como necesidades inaplazables en términos de equidad, equilibrio, equifonía y equivalencia entre géneros.


12

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

3.1.2 Transición Demográfica y Fuerza Laboral El proceso de cambios históricos en los indicadores demográficos que acompañó el desarrollo urbano e industrial de las sociedades más desarrolladas, en el pasado, y que ha sido también observado recientemente en los países en desarrollo, designado como transición demográfica2 , constituye una de las cuestiones empíricas más estudiadas por los demógrafos. Existe actualmente una significativa masa de evidencias que no dejan lugar a dudas en cuanto a la existencia de una asociación entre el cambio de patrón societal global y el cambio de patrones de reproducción demográfica (Souza, 1996). El proceso antes mencionado trae como una de sus principales consecuencias, la reducción de las tasas de fecundidad -número de hijos por mujer-, propiciando la reducción de las tasas de crecimiento vegetativo, actuando así a favor de la disminución del crecimiento poblacional en el largo plazo. Menores tasas de fecundidad y de crecimiento de la población se traducen en disminución de la presión demográfica sobre el mercado de trabajo. Mientras tanto, en un país como el nuestro, los efectos más expresivos de la transición demográfica sobre el mercado laboral se darán en las próximas décadas. Actualmente, aún ingresan contingentes numerosos de personas en la población activa -nacidos antes de la reducción expresiva del nivel de fecundidad- que continuarán ejerciendo presión en el mercado de trabajo durante varios años. Esto ocurre por-

que el crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA) actual es resultante de la alta fecundidad experimentada en años anteriores. El proceso de reducción de la fecundidad en América Latina y el Caribe, en los últimos treinta años3 , es uno de los factores asociados a la participación de la mujer en el mundo del trabajo y estos cambios se dan con mayor intensidad en sociedades más urbanas y con mayor escolaridad. Cabe mencionar que el lugar de trabajo, el cuidado del niño y la flexibilidad del mercado laboral, determinan si la mujer es capaz de cambiar la crianza del niño por una carrera remunerativa. En una sociedad con economía moderna, donde las oportunidades de empleo requieren abandonar el hogar todo el día y donde la atención doméstica es onerosa, tener muchos hijos y trabajo al mismo tiempo resulta difícil para las mujeres, mientras que en sociedades tradicionales pueden ser compatibles. 3.1.3 Globalización y Transformaciones en el Mundo del Trabajo La globalización en si no es un fenómeno completamente nuevo. La historia del capitalismo siempre fue la de articular internacionalmente relaciones de capital. La globalización contemporánea corresponde a una etapa adicional del proceso de internacionalización de las relaciones de capital. 2 Reducción de tasas de fecundidad y de mortalidad 3 En América Latina la TGF bajó de 5,1 a 2,7. En Paraguay en el mismo periodo la fecundidad se ha reducido en menor cuantía; de 5,7 a 4,2 hijos por mujer. Véase Boletín Demográfico N° 62, CEPAL, CELADE, NACIONES UNIDAS.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

13

Sin embargo, su configuración actual presenta características cualitativamente diferentes, donde existe significativa movilidad de capitales -tanto mercantil como financiero- propiciada por los expansivos cambios tecnológicos dados principalmente en las áreas de telecomunicaciones, informática y líneas productivas.

mentos de productividad tornan la economía más competitiva y con mayor perspectiva de integración internacional y, generan una relación inversa de mayor producción y el nivel de empleo, esto es, demanda menor contingente de empleos por unidad de producto e inversión, aunque este último depende del tipo de inversión.

En este nuevo contexto , con el fin de ampliar y consolidar su participación en el comercio internacional, las naciones tienen que adecuar su producción a los patrones de calidad y productividad vigentes en la economía mundial. El proceso de modernización se da tanto por las innovaciones tecnológicas, lideradas por las áreas de información y microelectrónica, como por los nuevos procesos organizacionales y gerenciales. El ritmo de expansión horizontal de las innovaciones tecnológicas de esos sectores, como para otros ramos industriales y de servicios ha sido intenso.

El conjunto de cambios asociados al proceso de transformación productiva ha dado inicio a la contracción del empleo industrial y el proceso de tercerización. En este ámbito, el mercado de trabajo de la mayoría de los países latinoamericanos observa procesos de desestructuración, marcado por la menor participación del trabajo formal en la estructura ocupacional, en términos de crecimiento del empleo sin protección social y por cuenta propia - informalidad - y por el aumento de las tasas de desempleo. Aunque parte del desempleo tenga origen en componentes de naturaleza sociodemográfica -como el proceso de inercia demográfica y mayor participación femenina- que indudablemente contribuye para el aumento de la PEA, no se puede atribuir el desempleo solamente a ello y mucho menos aún descartar la influencia que sobre este pueda tener la globalización5 .

Las empresas son guiadas por la necesidad de sobrevivir al aumento de la competitividad en una economía globalizada, recurriendo a la innovación tecnológica y a las nuevas formas de organización de la producción4 . Los cambios engendran impactos en el mercado de trabajo. Así, los au4 En este texto, se destaca la introducción de nuevas tecnologías basadas en la telemática y automatización y en la implementación de nuevos métodos de gestión y organización de trabajo, basados principalmente en el modelo japonés -con énfasis en los círculos de control de calidad, en la gestión participativa y en la búsqueda de la calidad total- que redundan en un aumento significativo de la productividad en el trabajo por un lado, y como facilitador de modificaciones en la estructura organizacional de las empresas y en los niveles de empleo e ingreso, por el otro.

Otro impacto observado en el mercado de trabajo es la caída del empleo formal en detrimento del crecimiento de ocupaciones informales. De un 5 A través de este razonamiento, se puede explicar el hecho de que países donde es insignificante el fenómeno de la inercia demográfica -como por ejemplo en España, Inglaterra, Francia...-, ¿porqué las tasas de desempleo continúan crecientes a lo largo de los últimos años, independientemente de la disminución de la tasa de crecimiento económico?.


14

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

modo general, este proceso puede ser atribuido a tres factores básicos: n

El primero, guarda relación con la sustitución de la producción doméstica de bienes por bienes importados, dado que algunos sectores de industria al enfrentar la competitividad internacional despiden o subcontratan servicios.

n

El segundo, es endógeno al proceso de apertura comercial y se encuentra en los mayores márgenes de productividad obtenida por la industria de la transformación al exponerse a la competencia internacional para hacer frente a los procesos concurrentes externos e internos. Ese ajuste está siendo particularmente severo en virtud de los elevados niveles de ineficiencia presentados en el modelo anterior.

n

El tercero, está vinculado al proceso de externalización de amplios procesos económicos que en el contexto de una amplia reestructuración productiva, condujo a la transferencia de puestos de trabajo formales del sector secundario para el terciario, ya sea éste formal o Informal.

El proceso de transformación también está en función al hecho de ser movido por innovaciones tecnológicas y adaptativas. La disponibilidad de trabajadores con un grado de conocimiento acorde con las necesidades de ese modelo asegura la rapidez con que se darán el aprendizaje y la capacitación, elementos fundamentales para el éxito en la modernización de las empresas.

En resumen, los nuevos paradigmas tecnológicos y de calidad, productividad y competitividad, exigen un nuevo perfil profesional que, más allá de habilidades específicas para una determinada ocupación, incluyen el dominio de competencias básicas, tales como: comunicación y expresión, cálculo, raciocinio lógico, creatividad, capacidad de decisión, habilidad para identificar y solucionar problemas y capacidad de proponer e incorporar innovaciones, como informaciones culturales y de ciudadanía que faciliten la integración del individuo a la sociedad y al trabajo. Siendo así, dentro del nuevo paradigma productivo, el nivel mínimo de estudio formal exigido es el nivel básico completo y en otras inclusive más. La sinergia del nuevo paradigma productivo ha generado mayores diferenciales de ingreso entre los ocupados de calificación heterogénea alta y baja calificación-, ensanchándose conforme avanza la modernización de la economía. En América Latina, según las estadísticas de CEPAL, el diferencial de ingresos de los trabajadores calificados y no calificados aumentó de 40% a 60% entre 1990 y 1994 (Panorama Social en América Latina 1996). Dicha diferencial de salarios se origina en el crecimiento de las remuneraciones de la mano de obra calificada en perjuicio de la contención o reducción de las recibidas por los trabajadores encuadrados al margen del proceso de modernización productiva. En el escenario de capital productivo, el aporte de capital humano pasa a ejercer una influencia aún más signifi-


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

cativa en la posibilidad de aportar mayores niveles de ingreso. El conjunto de estas transformaciones viene afectando de modo diferente a hombres y mujeres en el mercado de trabajo. Por las características de la reestructuración económica anteriormente mencionados, los más perjudicados en el corto plazo son los trabajadores con bajo nivel de calificación y por ende la concentración de mujeres en un número pequeño de ocupaciones con baja calificación, intensivas en mano de obra lo que las hace vulnerables al impacto cuantitativo y cualitativo del cambio tecnológico. En general, el cambio tecnológico ha producido rigideces segmentadas en las nuevas ocupaciones y nuevas resegmentaciones al interior de algunas ocupaciones. Así por ejemplo, en sectores que han incorporado tecnología disminuyendo la necesidad del uso del esfuerzo físico, como en las industrias siderúrgicas, del vidrio o metalmecánico, no ha aumentado la proporción de mano de obra femenina, y en otras como la automovilística y metalmecánica, la mano de obra se concentra en actividades con tecnologías alternativas como costura de la tapicería, o tradicional, alejada de las máquinas más modernas. En otros sectores, donde se han abierto puestos para las mujeres, como en la industria gráfica, éstos son considerados de menor calificación que aquellos ocupados por los hombres (Valenzuela 1997). Según Posthuma (1996), el paradigma segmenta a las empresas al interior de la cadena productiva, reservando los procesos más sofisticados y

15

de mayor valor agregado a las empresas matriz y segmenta al interior de la empresa entre el núcleo de la fuerza de trabajo, compuesto habitualmente por trabajadores hombres con mayor estabilidad y remuneraciones, y una mano de obra periférica, con alto porcentaje de mujeres y trabajadores temporales con menor remuneración y sujeto a las fluctuaciones del mercado. Conjuntamente a este fenómeno y dentro del actual y predominante modelo de desarrollo económico, la reducción de regulaciones y el mayor papel del mercado en la asignación de recursos, están afectando el funcionamiento del mercado de trabajo, las instituciones y relaciones laborales, la orientación de políticas de empleo y la seguridad social6 . A raíz de la fragmentación del proceso de producción, los trabajadores a domicilio generalmente hacen operaciones manuales simples o utilizan máquinas elementales, lo que significa mayores oportunidades para trabajadores que tienen pocas calificaciones. En general, estos corresponden más a mujeres que a hombres. Además, el trabajo a domicilio ofrece a las mujeres pobres la posibilidad de aten6 Bajo este contenido, se destaca un proceso de desregulación de los mercados de trabajo donde los empleadores están recurriendo con mayor frecuencia a contratos flexibles de trabajo, que les otorgan más libertad para contratar y despedir a los trabajadores y se estipulan por plazos muy variables. Esto ha provocado una tendencia al crecimiento de empleos eventuales, de temporada, «part in time», a domicilio y subcontratación dado que por sus características son más propensas a la precarización - tal tendencia afecta con mayor robustez a la mano de obra femenina, siendo que constituyen modalidades de empleo tradicionalmente de mujeres. Ese proceso de desregulación ha ido acompañada de crecientes obstáculos a la sindicalización de los trabajadores. Esta tendencia afecta particularmente a los grupos sociales más vulnerables, incluyendo las mujeres en situación de pobreza.


16

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

der el hogar de manera simultánea con el trabajo remunerado. Los proyectos de capacitación técnica desempeñan un papel decisivo en la adaptación de la oferta de mano de obra a la demanda del mercado. Sin embargo, las mujeres aún encuentran barreras en torno del sistema de los Institutos de Formación Profesional (IFP). De acuerdo con numerosos estudios y programas llevados a cabo en los últimos diez años, la OIT identificó dos tipos de barreras enfrentadas por las mujeres con relación a los institutos de formación profesional: BARRERAS EXTERNAS E INTERNAS. PRINCIPALES BARRERAS EXTERNAS DEL SISTEMA DE LOS IFP: Los estereotipos de género más comunes en la cultura nacional o local, que influyen en las actitudes de las personas (particularmente en los padres, hijos y maestros). La segmentación de género del mercado de trabajo. La falta de políticas laborales globales y activas que incorporen estrategias sobre igualdad de oportunidades. Los prejuicios de los empleadores sobre los roles masculinos y femeninos, las calificaciones y aptitudes. La falta de participación de las operaciones de las asociaciones de mujeres, las oficinas nacionales de mujeres y de otras organizaciones en la formulación y ejecución de los programas de formación profesional.

PRINCIPALES BARRERAS INTERNAS7 En los órganos de decisión de los centros o institutos de formación suele haber pocos puestos ocupados por mujeres, o bien las mujeres que los desempeñan no actúan desde una perspectiva de género. No se crea conciencia de género en los directores, instructores, profesores y otros funcionarios de los IFP, especialmente en relación con las ocupaciones no tradicionales para las mujeres. Falta de servicios individualizados y con una perspectiva de género en materia de orientación vocacional, asesoramiento laboral o servicios de colocación y preparación para asistir a entrevistas. Las asignaturas y el material didáctico de los cursos de formación profesional reflejan los mismos estereotipos acerca de la dimensión de género que existen en el sistema educativo en general y las culturas nacionales y locales. La hora y el lugar en que se imparten los cursos de formación pueden limitar la participación de las mujeres, en virtud de sus obligaciones domésticas, las ataduras culturales, el costo de transporte y las distancias geográficas. Falta de guarderías infantiles en los centros de formación. Requisitos de ingreso en demasía exigentes. Formación en materias que no tie7 Las barreras internas son aquellas que están dentro del sistema de formación profesional y están relacionadas en particular con el suministro de la formación.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

nen relación alguna con la demanda del Mercado Laboral. Falta de formadoras e instructoras con condiciones para servir de modelo a las alumnas, especialmente en áreas no tradicionales. Falta de seguimiento y cursos de repaso después de la formación. Las consecuencias adversas de estos obstáculos afectan a todas las mujeres, pero son particularmente graves para las pobres: dado que coartan sus posibilidades de acceder y mantenerse en el sistema de formación profesional, y limitan las posibilidades de las mismas de conseguir empleo de cualquier tipo y más aún de buena calidad. 3.1.4 Manifestaciones de las Inequidades de Género en la Inserción Laboral SEGREGACIÓN PROFESIONAL Las formas de actividad productiva siempre se distinguirán -entre otros aspectos- por una inserción diferenciada entre hombres y mujeres, inicialmente caracterizada como una división sexual del trabajo que se origina en el interior de la familia. El desarrollo de la división social del trabajo y su organización con bases capitalistas tiende a disolver las formas básicas de la división sexual. Entretanto, la estructuración del mercado de trabajo tiende a preservar un conjunto de estereotipos -como la delicadeza, paciencia, concentración, adaptación a las actividades cotidianas, sumisión, menor agresividad, etc.- que

17

son socialmente construidos como representaciones simbólicas asociadas a la tradicional división sexual de las tareas existentes en el interior de la familia. Eso lleva a las distinciones de conjuntos de ocupaciones que pasan a ser consideradas como adecuadas a las mujeres, en función de aquellos atributos y cualidades adquiridas por las mismas en la realización de actividades de la esfera reproductiva. La segregación profesional basada en el sexo está muy extendida en todas las latitudes, cualesquiera sean los niveles de desarrollo económico, los sistemas políticos y entornos religiosos, sociales y culturales constituyéndose en una de las características más importantes y persistentes de los mercados de trabajo de todo el mundo. En los países en desarrollo, la mayoría de las mujeres trabajan en la agricultura, el comercio o el sector de servicios, éste último, ya en la década de los 80 ocupaba alrededor de 70% de las mujeres económicamente activas de América Latina y El Caribe. (Progreso Económico y Social en América Latina, 1990) La afluencia masiva de las mujeres al mercado de trabajo no a ido acompañada de una disminución significativa de las desigualdades profesionales entre hombres y mujeres. En América Latina y El Caribe, el mercado de trabajo sigue segregado y las mujeres aún desempeñan un reducido grupo de ocupaciones consideradas típicamente femeninas. Las posibilidades de acceso a mejores puestos en las jerarquías ocupacionales siguen siendo modestas para la mayoría de ellas.


18

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Aunque haya aumentado notablemente el número de mujeres profesionales y técnicas, sólo un reducido porcentaje logra acceder a empleos bien remunerados. La segregación ocupacional en la dualidad hombre/mujer perjudica a las mujeres, por los efectos negativos sobre cómo las ven los hombres y cómo se sienten ellas en su estima. Esto, a su vez, menoscaba la condición social y económica de la mujer y repercute, por lo tanto, en indicadores del nivel de vida tales como las tasas de mortalidad y de morbilidad, la pobreza y la distribución de ingresos. La persistencia de estereotipos «sociosexuales» entraña asimismo consecuencias nocivas en el ámbito de la instrucción y la formación profesional, las que tienden a perpetuar las inequidades entre hombres y mujeres intergeneracionalmente. Las investigaciones publicadas distinguen dos formas de segregación

ocupacional por sexo, HORIZONTAL Y La horizontal se produce en el reparto de hombres y mujeres entre distintas ocupaciones, por ejemplo cuando las mujeres trabajan como sirvientas y secretarias y los hombres como camioneros y médicos. La vertical es la que se observa en el reparto de hombres y mujeres dentro de una misma ocupación, cuando uno de los dos sexos tiende a situarse en grados o niveles superiores, verbigracia, lo más probable es que en la producción los hombres sean supervisores y las mujeres obreras, y que en la gerencia los hombres ocupen puestos directivos y las mujeres puestos subordinados (Anker, 1997).

VERTICAL.

Otro instrumento valioso para explicar la segregación ocupacional entre los sexos es la TEORÍA SOCIOSEXUAL que manifiesta la manera exacta como las ocupaciones femeninas plasman en el mercado de trabajo los estereotipos comunes y dominantes en la sociedad y sus presuntas aptitudes.

8 Según Anker (1997), dicho conjunto está dividido en tres sub-conjuntos de estereotipos: positivos, negativos y otros, lo antedicho aporta: Los cinco estereotipos «positivos» presentados son: disposición natural a ocuparse de los demás; destreza y experiencia en las tareas del hogar; mayor agilidad manual; mayor honradez, y aspecto físico atractivo. Parece lógico pensar que esas características, en caso de ser reales, contribuirían a «calificar» a las mujeres para las siguientes ocupaciones de la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO): enfermera, médico, asistente social, maestra, sirvienta, ama de llaves, limpiadora, cocinera, camarera, lavandera, peluquera, hilandera, tejedora, tejedora de géneros de punto, sastre/modista, partera, costurera, mecanógrafa, cajera/empleada de contabilidad, vendedora, contadora, recepcionista, vendedora ambulante y empleada de comercio. Los cinco estereotipos «negativos» son: renuencia a supervisar el trabajo de otros; menor fuerza física; menor aptitud para la ciencia y las matemáticas; menor disposición a viajar; menor disposición a afrontar peligros físicos y a emplear la fuerza física. Tales características obstaculizan la admisión de las mujeres en diversas profesiones, lo cual contribuye a asegurar que sean ocupaciones típicamente «masculinas». Esos estereotipos, si coincidieran con la realidad, coadyuvarían a «descalificar» a las mujeres para los siguientes tipos de ocupación de la CIUO: director, jefe, personal superior de la administración pública, miembro de los cuerpos legislativos, trabajador de la construcción, minero/cantero, especialista en ciencias físicas o químicas, arquitecto, ingeniero, matemático, estadígrafo, personal de vuelo, oficial de buque y marinero, conductor de vehículos de transporte, bombero, policía y vigilante de seguridad. Por último, se presentan otros tres estereotipos: mayor disposición a recibir órdenes, mayor docilidad y menor inclinación a quejarse del trabajo o de las condiciones de éste, menor inclinación a sindicarse, mayor disposición a realizar tareas monótonas o repetitivas; mayor disposición a aceptar un salario bajo y menor necesidad de ingresos, y mayor interés por trabajar en casa. Estos estereotipos influyen más en las características generales que tipifican las profesiones «femeninas» (tales como remuneración baja, flexibilidad alta, prestigio social bajo, menos poder decisorio) que en calificar o descalificar a las mujeres para determinadas ocupaciones.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

Existe un conjunto de características que se atribuyen comúnmente a las mujeres y que pueden influir en diversas formas de segregación8 . DISCRIMINACIONES DIRECTAS E INDIRECTAS La discriminación directa en el sentido amplio, se entiende como el tratamiento diferenciado y desfavorable a una persona debido a su sexo. Una forma de manifestación es la discriminación directa por razón de embarazo. La inexistencia de hombres que se encuentren en igual situación puede quebrar el concepto de discriminación directa en esta área. La situación de embarazo constituye una de las pocas diferencias sexuales inalterables, por lo que puede afirmarse que es preciso acomodar las diferencias sexuales de manera a neutralizarlas como barreras u obstáculos a la igualdad de oportunidades en el trabajo para ambos sexos9 . Dentro de las discriminaciones sexuales hay que incluir también aquellas que consisten en un tratamiento distinto y menos favorable a subgrupos

19

dentro de los grupos protegidos, esto es, las diferencias de trato por sexo unido al estado civil o a la situación familiar del trabajador. Históricamente, ha existido una tradicional exclusión de las mujeres casadas del ámbito laboral. Han existido prácticas empresariales, sancionadas por convenios y disposiciones legales, que junto a la exclusión para el empleo de las mujeres casadas, determinaban la extinción del contrato de trabajo por matrimonio de la trabajadora recibiendo ésta una compensación económica. El concepto de la discriminación indirecta, en primer lugar, descubre la forma que adopta el fenómeno discriminatorio en su exteriorización -a veces consecuencia de la aplicación de medidas neutras- por las diferencias existentes en la sociedad y, capta su dimensión supraindividual10 . Dentro de esta acepción, pone el acento en el efecto de la medida, y la intencionalidad discriminatoria es irrelevante. La comparación no se verifica entre singulares individuos de uno u otro sexo, sino entre grupos, delimitados por el factor sexual. Siendo así, considera todo tratamiento perjudicial consecuencia de la adopción de

9 Según Lara (1994) la situación de embarazo constituye una diferencia sexual inmutable, que impide en este concreto ámbito la existencia de un hombre en similar posición. Los tratos desfavorables a la mujer por razón de su embarazo constituyen, por si mismos, al afectar exclusivamente a las mujeres, una discriminación directa. 10 Según Valenzuela (1997), la vinculación de la segmentación con la discriminación se puede expresar de tres maneras: · La segmentación en el proceso de contratación de mano de obra. En este caso se produce en un proceso de acceso diferenciado de hombres y mujeres a las ocupaciones y a las empresas, tanto en el momento de reclutamiento como de las promociones. Esto conduce a una concentración de mujeres en determinadas ocupaciones y establecimientos, en puestos de trabajo que habitualmente no son intercambiables con los que desempeñan los hombres. · La segmentación en la valoración de las ocupaciones. Si las ocupaciones de las mujeres tienen menores salarios que las de los hombres, aunque ellas tengan niveles educativos, habilidades u otros factores relevantes similares, esto es producto de una discriminación valorativa. Al presentar un mercado segmentado en que cada sexo tiene distinto tipo de ocupaciones, es necesario identificar los factores que llevan a valorar los distintos tipos de ocupaciones y a desarrollar métodos de comparabilidad del valor del trabajo de hombres y mujeres. · Un tercer tipo de discriminación se produce cuando las mujeres reciben menores salarios que los hombres en una misma ocupación y establecimiento. Esta situación es la menos corriente.


20

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

criterios que desfavorecen en mayor proporción a los trabajadores de un sexo (Lara, 1994). Así, prácticas o normas aplicables en las empresas - neutras sexualmente-, pero diferentes para los trabajadores a tiempo parcial y a tiempo completo, salvo si el empresario prueba que son necesarias para la empresa, serían discriminatorias por su efecto adverso sobre las mujeres, como el precio de la hora, el acceso a incrementos o complementos salariales, esquemas de pensiones, diferencias en la pensión por incapacidad, entre otros. DIFERENCIALES DE INGRESOS La diferencia de ingresos entre hombres y mujeres es la forma visible de disimilitud de género en la inserción laboral. El proceso de discriminación salarial ocurre cuando trabajadores de igual productividad reciben salarios diferentes debido a consideraciones o atributos no productivas, verbigracia el sexo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el caso en que la brecha salarial sea reducida en el ritmo actual, faltarán 475 años para que sea alcanzada la igualdad de ingresos entre hombres y mujeres. Gran parte de los estudios sobre desigualdades de ingresos en el mercado de trabajo investiga este fenómeno desde el punto de vista de la oferta, analizando las diferencias de capital humano acumulado, como ser: educación y experiencia, ocasionadas principalmente por factores ajenos al mercado de trabajo.

Respecto a este punto, Valenzuela (1997) enfatiza que dichas desigualdades explican sólo parte de las diferencias salariales y por ende, son insuficientes para explicar toda la brecha, especialmente considerando los mejores puestos alcanzados por las mujeres. Los patrones de discriminación por género muestran que la mayor parte de la brecha salarial se explica por sesgos subjetivos, y no por condiciones productivas. Esta brecha se produce a pesar del incremento en el nivel educacional de las mujeres a una tasa más rápida que la de los hombres. Diversos estudios recientes señalan que las diferencias de ingresos se deben principalmente a las siguientes tendencias: Concentración de las mujeres en trabajos poco calificados y de baja categoría. Segmentación del mercado de trabajo en ocupaciones femeninas y masculinas . El hecho de que las mujeres cumplen horarios más cortos y no pueden generalmente hacer horas extraordinarias, trabajo nocturno ni trabajo por turnos, sea por impedimentos familiares. Diferencias de salario por trabajo de igual valor, debidas a que el nivel de salario de una ocupación depende del grado de feminización del mismo. Diferencias en los empleos deseados. Diferencias en los empleos disponibles.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

No obstante, hay una diferencia residual en los ingresos que no puede explicarse en base a diferencias entre los puestos de trabajo y que posiblemente puede atribuirse a formas directas de discriminación salarial y la dualidad del mercado de trabajo. El hiato salarial tiende también a ser justificado por el aparente mayor costo de la mano de obra femenina. En esto se incluyen los costos salariales, en los que las mujeres tienen costos menores, puesto que sus remuneraciones son menores y costos no salariales, que serían más altos por las interrupciones en el trabajo derivadas de sus responsabilidades asociadas a la maternidad -permisos pre y post natal y prolegómenos- y a las responsabilidades familiares -cuidado de hijos, ancianos y otros familiares y tareas domésticas- (Valenzuela, 1997). Globalmente hay un desnivel entre la remuneración media masculina y femenina al considerar grupos amplios de ocupaciones, y que las mujeres ganan en promedio menos que los hombres. El que se haya comprobado la existencia de esa distancia media global no indica con precisión lo que realmente pasa en términos de diferenciales de ingreso y magnitud de la inequidad11 . Por tanto, las investigaciones deben analizar las remuneraciones de las ocupaciones puntuales en lugar de grupos amplios de ocupaciones, toda vez que

21

puedan examinarse con más detalle las diferencias entre las remuneraciones de hombres y mujeres percibidas por trabajos equivalentes, de manera a evitar las complicaciones de la distribución por sexo de las ocupaciones y las conexas a la segregación.

3.2 Marco Metodológico Los factores, que en este estudio son considerados condicionantes de la inserción laboral de las mujeres, se limitan a los proveídos por la Encuesta Integrada de Hogares 1997/8 y el examen de las asociaciones consta de dos tipos de análisis: a) A través de tabulados en los cuales se despliegan la tasa de participación relacionadas con la edad, nivel educativo, número de hijos, estado civil o conyugal y capacitación no formal (ej. Cursos de electricidad, peluquería, panadería, etc.) se realiza un examen del comportamiento del nivel de participación económica, poniendo énfasis en la comparación de hombres y mujeres. b) Para efectuar el análisis de la cuantía de los efectos de las distintas variables consideradas en el estudio y que pueden estar involucradas en la condición de actividad de las mujeres, se emplea el modelo de regresión logística, cuyo propósito es el de predecir la probabilidad de ocurrencia de un suceso definido como una variable dependiente y que en esta oportuni-

11 Al respecto, Robinson (1998) muestra el hecho de que es posible que los hombres y mujeres que desempeñan una misma ocupación reciban exactamente el mismo salario, pero, como la remuneración varía según la profesión que se desempeña, si la distribución de hombres y mujeres en las ocupaciones es desigual, habrá una diferencia en la remuneración media general masculina y femenina. Está sobradamente demostrado que, como resultado de la dispar repartición profesional de los hombres y las mujeres, hay una concentración de éstas en determinadas ocupaciones y una «infrarrepresentación» en otras.


22

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

dad corresponde a la condición de actividad de las mujeres, a través de unas variables independientes o explicativas. Las variables incluidas quedan definidas de la siguiente manera: Variable Dependiente Condiact: Condición de Actividad de las mujeres 0: No activa 1: Activa

Variables Independientes o Explicativas 1. AÑOSES: Años de estudio 2. ED22: Curso no formal 0: No realizó 1: Realizó 3. PARENT: Condición de jefatura en el hogar 0: No jefa de hogar 1: Jefa de hogar 4. ECIVIL: Estado civil o conyugal 0: Sin pareja 1: Con pareja

6. P02: Edad

Para el cálculo de la probabilidad que ocurra el suceso definido en la variable dependiente, la ecuación del modelo es la siguiente: Fórmula N° 1

1

1+ H

d) Utilizando el índice de disimilitud propuesto por Duncan se mide la segregación ocupacional entre hombres y mujeres en los diferentes grupos ocupacionales. Este indicador de segregación ocupacional por sexo es interpretado como la proporción de mujeres u hombres que tienen que cambiar de ocupaciones de modo que la razón de sexo de cada grupo de ocupación sea igual a la razón de sexo de la fuerza de trabajo como un todo, o sea, para eliminar la segregación ocupacional. Este índice puede ser expresado a través de la ecuación:

5. POBNOPOI: Condición de pobreza 0: No pobre 1: Pobre

3 (< = 1) =

zando tabulados se examina la realidad laboral de las mujeres con relación a sus pares, en cuanto a grupos ocupacionales en las que se insertan, categorías de ocupación, ramas de actividad, ingresos promedios percibidos en la ocupación principal. De la misma forma se procederá a estudiar las características del desempleo abierto y oculto y la clasificación de inactivos.

− (D + E1 [1 + E2 [ 2 + ... EQ [ Q )

c) Una vez realizado el análisis de los determinantes de la condición de actividad de hombres y mujeres, utili-

Fórmula N° 2

 )M ' = ∑  M =1  )

 0 M −    0  

 1  ⋅100 ⋅  2 

Siendo: J = numero total de ocupaciones; Fj = número de individuos de un grupo (mujeres) en la ocupación j; F = número de mujeres ocupadas en la fuerza de trabajo total; Mj = número de individuos en el grupo de comparación (hombres) en la ocupación j; 12 Por ejemplo, si las mujeres fueran 40% de la fuerza de trabajo, el índice seria 0 si cada ocupación fuera 40% femenina. En este sentido, no tiene importancia los números absolutos de hombres y mujeres en la fuerza de trabajo, pero sí la distribución porcentual de hombres y mujeres a lo largo de las ocupaciones.


23

Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

M = número de hombres ocupados en la fuerza de trabajo total; D = porcentaje de la fuerza de trabajo que debe cambiar de ocupación para traer la correspondencia perfecta entre la razón de sexo en cada ocupación y la tasa total de participación femenina en la fuerza de trabajo.

4. DIAGNÓSTICO CUANTITATIVO 4.1 Población en Edad de Trabajar Antes de examinar la participación de hombres y mujeres en el mercado de trabajo es preciso estudiar la estructura de la población paraguaya según grupos de edades. Además, es menester considerar el área de residencia urbana-rural-, siendo que estadísticas oficiales y medios de prensa, exponen grandes diferencias entre las zonas rurales y urbanas en varios factores, tales como el acceso a la educación, tipo de actividad y otros indicadores socioeconómicos.

Los valores asumidos por el índice de disimilitud D varían de 0 (cero), cuando no hay diferencia en las distribuciones ocupacionales de hombres y mujeres, o sea, hay una integración completa, a 100, cuando hay una segregación completa. Este índice utiliza la definición implícita de integración como la situación en la cual la representación proporcional de cada sexo en cada ocupación es la misma de la fuerza de trabajo total 12 (Oliveira, 1998).

CUADRO N° 1 POBLACIÓN DE 10 Y MÁS AÑOS DE EDAD POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD AREA URBANA

AREA RURAL

TOTAL PAIS

GRUPOS DE EDAD

HOMBRES

MUJERES

IM(*)

HOMBRES

MUJERES

IM(*)

HOMBRES

10 - 14 15 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - 64 65 Y MÁS

17,0 13,7 12,0 11,0 8,6 8,7 6,9 5,5 5,0 3,6 2,5 5,7

16,0 14,1 11,7 9,9 9,4 8,1 7,3 5,6 4,5 2,9 3,1 7,3

98,1 89,6 95,0 102,5 84,7 99,7 88,1 91,4 101,3 113,3 73,1 72,4

22,2 13,8 9,3 8,2 7,6 7,0 7,4 5,2 4,5 3,8 2,8 8,2

20,9 14,0 9,6 8,1 7,8 8,0 7,5 5,3 4,2 3,5 3,0 8,1

115,6 106,9 105,7 110,1 106,3 96,5 107,0 107,6 118,5 118,4 99,7 110,2

19,4 13,7 10,7 9,7 8,2 7,9 7,1 5,4 4,8 3,7 2,6 6,8

18,1 14,1 10,8 9,2 8,7 8,0 7,4 5,4 4,4 3,2 3,1 7,6

106,7 96,9 99,0 105,3 92,8 98,4 96,2 98,0 108,2 115,7 84,1 89,3

100,0

92,7

100,0

100,0

109,0

100,0

100,0

99,5

TOTAL

100,0

(*) IM -Indice de Masculinidad- = (Hombres/ Mujeres)*100 Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

MUJERES

IM(*)


24

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

A partir de los datos obtenidos por la EIH 1997/8, se aprecia que la fuerza de trabajo en Paraguay es joven. A nivel Total país, y en cada una de las áreas geográficas consideradas, más de la mitad (53%) de la mano de obra tiene menos de 30 años.

proporciones entre hombres y mujeres, pues mientras en las zonas urbanas del país, en la generalidad de los grupos etarios, prevalecen las mujeres, en las zonas rurales ocurre lo contrario, hecho explicado presumiblemente por las migraciones femeninas del campo hacía las ciudades en busca de mejores oportunidades de empleo.

La compulsa de las variables hombres/mujeres, en todos los grupos considerados (Cuadro N° 1), deja apreciar que la distribución de la Población en Edad de Trabajar (PET) por grupos de edades, no presenta diferencias significativas. Sin embargo, existe una mayor proporción de mujeres en las cohortes de edades más avanzadas 65 y más años-, asociada a la mayor longevidad de las mismas a partir del límite apuntado. Al comparar los índices de masculinidad en cada una de las áreas geográficas, se observan importantes des-

4.2 Factores Condicionantes de la Participación de las Mujeres en el Mercado de Trabajo A diferencia de la incorporación de los hombres en el mundo laboral, la de las mujeres ha estado siempre condicionada por una multiplicidad de factores, sociales, económicos y culturales. En este parágrafo del trabajo se pretende explorar algunos de dichos factores, especialmente aquellos que

CUADRO N° 2 TASAS DE ACTIVIDAD POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD. AREA URBANA

AREA RURAL

TOTAL PAIS

GRUPOS DE EDAD

HOMBRES

MUJERES

IM(*)

HOMBRES

MUJERES

IM(*)

HOMBRES

10 - 14 15 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - 64 65 Y MÁS

19,4 59,0 90,4 97,3 96,8 98,3 95,7 95,8 96,6 84,1 79,4 36,4

9,8 41,5 65,1 61,0 71,4 66,8 69,8 64,8 57,6 47,5 39,5 20,2

14,6 49,8 77,4 79,4 83,0 82,5 81,9 79,6 77,2 67,0 56,4 27,0

26,3 79,1 94,6 96,8 97,9 97,4 98,4 97,8 96,5 92,3 92,8 61,0

8,3 25,8 34,4 44,0 39,9 50,1 42,3 47,7 50,2 36,6 36,7 23,2

18,0 53,4 65,4 71,6 69,8 73,4 71,3 73,7 75,3 66,8 64,7 43,0

23,1 68,3 92,1 97,1 97,3 97,9 97,0 96,7 96,6 88,1 85,9 49,9

9,1 34,9 53,7 54,7 59,5 59,8 58,0 57,8 54,6 42,4 38,4 21,6

16,3 51,3 72,8 76,4 77,7 78,7 77,1 77,1 76,4 66,9 60,1 34,9

TOTAL

73,5

48,6

60,6

75,6

31,4

54,4

74,4

41,4

57,9

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

MUJERES

IM(*)


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

tienen que ver con el ciclo de vida en que se encuentren, tales como: la edad, el nivel de instrucción, el estado civil, número de hijos y otros relacionados con la demanda de fuerza de trabajo femenina. 4.2.1 Composición Etaria y Participación Económica Las estadísticas oficiales -Censos, Encuestas de Hogares- arrojan resultados que enseñan proporciones diferenciadas entre hombres y mujeres, en cuanto a la participación en el mercado de trabajo, favoreciendo en todos los periodos a los primeros. Por otro lado, se habla de ingresos significativos de las mujeres como integrantes de la fuerza activa de trabajo en los últimos años, y la no observación empírica u observaciones marginales de las mismas, pueden deberse a sub-re-

25

gistros de los instrumentos utilizados para la medición del indicador antes mencionado. Los datos consignados en el Cuadro N° 2 permiten observar una mayor participación de los hombres en el mercado de trabajo, tanto en el contexto global -74,4% Vs.41,4%- como en los subconjuntos urbano -73,5% Vs.48,6%- y rural -75,6% Vs.31,4-. Al respecto, es relevante destacar que el análisis no abarca inferencias de la participación de las mujeres en cuanto a la renta implícita en el hogar u otra forma de participación. Tampoco se tiene en cuenta la evolución en el tiempo de la inserción de las mujeres en el mercado laboral por tratarse de un análisis de corte transversal. Si bien en las dos grandes áreas de residencia, consideradas en este estu-

GRAFICO N° 1 TASAS DE ACTIVIDAD POR ÁREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD.

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


26

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

dio, el nivel de participación femenina en el mercado de trabajo es cuantiosamente inferior al de los hombres, la proporción es superior en las áreas urbanas y por lo tanto, la disparidad con relación a los hombres es menor en estas zonas, advertida en el ámbito total y en cada uno de los grupos quinquenales de edad. Por otro lado, los patrones de comportamiento de las tasas de actividad en la mayoría de los países de América Latina según los grupos de edad, que permiten suponer que más mujeres jóvenes se incorporan al mercado de trabajo, se advierte sólo para las ciudades del país, pues mientras los hombres declinan su participación en el mercado laboral sólo a partir de los 65 años, las mujeres lo hacen desde los 40 años (Ver gráfico N°1). El hecho antes mencionado, puede estar fuertemente ligado, además de las características del mercado de trabajo de las urbes, a que las mismas enfrentan de la misma manera el mundo del trabajo que los hombres, pues no tienen el peso de compatibilizar la realización del trabajo fuera del hogar

con la crianza y el cuidado de los hijos o como percibe culturalmente la pareja de que la mujer tenga un trabajo remunerado. Sin embargo, en las zonas rurales del país, aunque las mujeres participen en el mercado de trabajo en niveles bastante inferiores con relación a sus pares, la tendencia según grupos de edad no manifiesta diferenciales significativas, pues, para ambos sexos, las tasas se acrecientan a partir de los 20 años y declinan a partir de los 65 años, lo que deja entrever que aún en edades más avanzadas, el tipo de actividad realizada por las mujeres campesinas les permite llevar a cabo sus deberes como madre y trabajadora simultáneamente. 4.2.2 Educación Formal y Participación Económica El criterio de que la mayor escolaridad favorece una mayor inserción laboral de hombres y mujeres, es posible observarlo con claridad al examinar las tasas específicas de actividad por sexo y nivel de instrucción. Las cifras del cuadro N° 3 anterior ilustran para ambas áreas urbana y

CUADRO N° 3 TASAS ESPECÍFICAS DE ACTIVIDAD POR ÁREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN NIVEL DE INSTRUCCIÓN. NIVEL DE INSTRUCCIÓN

AREA URBANA HOMBRES MUJERES

TOTAL

AREA RURAL HOMBRES MUJERES

TOTAL PAIS

TOTAL

HOMBRES MUJERES

TOTAL

SIN INSTRUCCION PRIMARIO SECUNDARIO TERCIARIO

54,6 63,5 81,0 92,5

28,0 40,4 53,5 80,4

36,4 51,3 67,5 86,3

76,0 74,7 78,5 96,4

23,5 30,3 37,6 85,3

44,9 54,1 58,9 90,6

69,7 70,1 80,4 92,8

25,2 35,1 49,8 80,8

41,9 52,8 65,4 86,7

TOTAL

73,5

48,6

60,6

75,6

31,4

54,4

74,4

41,4

57,9

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

rural- que la propensión de la población a insertarse en el mercado laboral, se incrementa acorde con el aumento del nivel de instrucción. En el total país, de una tasa de actividad de 41,9% de la fuerza de trabajo sin instrucción, llega a 86,7% entre aquellas personas que han alcanzado el nivel terciario o universitario. Respecto a la cuantía del incremento, al pasar de un nivel educativo inferior a otro superior, se aprecia que las mujeres, al pasar del nivel secundario al terciario, aumentan su tasa de participación con mayor fuerza con relación a los hombres, tanto en las áreas urbanas como las rurales, siendo acentuado en las rurales (Urbano: 53,5% Vs. 80.4%; Rural: 37.6% Vs. 85.3%); lo que evidencia la exigencia de mayor escolaridad a las mujeres para acceder al mercado de trabajo. Las diferencias entre los sexos, en cuanto a la tasa de actividad económica, se atenúan a medida que aumenta el nivel educativo y, lo innegable, la educación superior se ha constituido en opción genuinamente válida para que la mujer se integre al mercado laboral. Es decir, la mayor educación impulsa a las mujeres a su participa-

27

ción en el mercado de trabajo, presentando en el nivel de educación superior comportamiento laboral semejante al de los hombres. 4.2.3 Educación No Formal y Participación Económica El actual debate sobre el desarrollo privilegia, además de la instrucción formal, la capacitación laboral y la difusión de las capacidades de aprendizaje continuo en la población, para adecuar sus estructuras productivas a las tendencias de los mercados internacionales. La Encuesta Integrada de Hogares 1997/8 proporciona información referente a la realización de cursos no formales que coadyuvan a la inserción laboral de las personas de 15 y más años de edad. Los datos consignados en el cuadro N° 6 permiten explorar la influencia de dichos cursos en la posibilidad de que hombres y mujeres puedan pertenecer a la población activa. En general, realizar un curso no formal para trabajar favorece la inserción de hombres y mujeres al mercado de trabajo. Sin embargo, el efecto de dicha acción es superior en las

CUADRO N° 4 TASAS DE ACTIVIDAD POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN REALIZACIÓN DE CURSO NO FORMAL. REALIZACIÓN DE CURSO NO FORMAL

RURAL

URBANA HOMBRES MUJERES

TOTAL

HOMBRES MUJERES

TOTAL PAIS TOTAL

HOMBRES MUJERES

TOTAL

NO REALIZO REALIZO

81,6 90,4

47,8 67,7

65,1 77,3

89,3 92,8

33,6 54,4

63,9 67,8

85,6 90,8

40,9 64,5

64,5 75,2

TOTAL

84,5

56,0

69,6

89,6

37,5

64,5

86,8

48,5

67,4

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


28

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

mujeres, ya que mientras los hombres incrementan su nivel de participación en nueve puntos -81,6% Vs. 90,4%- en las áreas urbanas, las mujeres de las mismas zonas lo hacen en veinte puntos 47,8% Vs. 67,7%-. Similar es el comportamiento observado en las zonas rurales pese a que los hombres que realizaron algún curso superan a los

que no lo hicieron en apenas un poco más de tres puntos -89,3% Vs. 92,8%Se constata con lo dicho que la capacitación laboral constituye en especial para las mujeres, una antesala importante de la inserción al mercado de trabajo.

CUADRO N° 5 TASAS DE ACTIVIDAD POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN ESTADO CIVIL O CONYUGAL ESTADO CIVIL O CONYUGAL

AREA RURAL

AREA URBANA

TOTAL PAIS

HOMBRES MUJERES DIF. H y M HOMBRES MUJERES DIF. H y M HOMBRES MUJERES DIF. H y M

CASADO UNIDO VIUDO SOLTERO SEPARADO*

90,9 93,5 48,3 55,7 88,5

58,5 49,6 28,5 41,8 72,0

32,4 43,9 19,8 13,9 16,4

93,1 97,2 62,4 59,7 70,3

39,3 32,2 29,7 22,9 74,5

53,8 65,0 32,7 36,8 -4,2

91,9 95,1 55,6 57,6 82,0

49,8 42,2 29,0 34,0 72,7

42,1 52,9 26,7 23,5 9,4

TOTAL

73,5

48,6

24,9

75,6

31,4

44,2

74,4

41,4

33,1

* Dentro de este grupo se incluye además a los Divorciados Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

CUADRO N° 6 DIFERENCIAS DE LAS TASAS DE ACTIVIDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES POR NIVEL EDUCATIVO, SEGÚN ESTADO CIVIL O CONYUGAL. ESTADO CIVIL O CONYUGAL

URBANO Casado Unido Viudo Soltero Separado/Divorciado RURAL Casado Unido Viudo Soltero Separado/Divorciado

NIVEL DE INSTRUCCIÓN SIN INSTRUCCIÓN

PRIMARIO

SECUNDARIO

TERCIARIO

50,6 27,5 -6,8 20,1 -25,9

34,1 45,3 20,8 10,2 33,3

35,6 41,0 32,2 18,4 2,4

14,7 5,5 32,0 7,8 -0,4

61,5 72,3 23,4 29,6 -

54,5 66,8 31,8 37,6 -2,4

46,4 41,0 -1,7 39,8 0,0

-3,2 23,3 16,4 -

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

4.2.4 Estado civil y Participación económica Una de las características familiares que pueden influir marcadamente en el nivel de participación de las mujeres en el mercado de trabajo es el estado civil o conyugal de las mismas. En este contexto, los cuadros 5 y 6 permiten examinar el comportamiento de las tasas de actividad de hombres y mujeres según la característica mencionada en las dos áreas de residencia consideradas. Al estudiar las tasas de participación intragénero según el estado civil, se observa que las mujeres con mayor participación en el mercado laboral corresponden a las separadas, siendo su participación a nivel total país de 72,7% y la diferencia ante sus pares con la misma condición conyugal se hace mínima (9,4 puntos. Ver Cuadro 5). Este comportamiento se reitera para las zonas urbanas y rurales, siendo 72,0% y 74,5% respectivamente, lo que lleva a concluir que la ausencia de pareja parece influir en la posibilidad de insertarse al mercado de trabajo, ya sea porque al no contar con una pareja que las sostenga económicamente se ven obligadas a insertarse en el mercado laboral o porque son impulsadas hacia la separación/divorcio por los conflictos que crea la cultura aún imperante en el país, que no ve con buenos ojos la participación de las mujeres en el mundo que siempre ha pertenecido a los hombres. A pesar que las mayores tasas de actividad se dan entre las mujeres separadas o divorciadas, las casadas y unidas presentan considerables nive-

29

les de participación -Urbana: 58,5% y 49,6%; Rural: 39.3 y 32,2%-, lo que es posible atribuir en gran parte a la crisis económica imperante en los últimos años, que redujo los ingresos familiares e incrementó notablemente la desocupación o subocupación de los hombres jefes de hogar. Merece señalar que las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al nivel de participación se hacen menos robustas entre los que no tienen pareja. Así, en las ciudades la disparidad entre los solteros se reduce a 13,9 puntos y en las zonas rurales los separados o divorciados difieren en sólo 4,2 puntos, lo que lleva a concluir que las mujeres sin pareja enfrentan el mundo laboral de manera similar al de los hombres, en cuanto tal, podría decirse que no se ven conflictuadas en organizar y responder a dos responsabilidades distintas al mismo tiempo, tanto las domésticas como las laborales. Por último, cabe destacar, que el efecto del estado civil puede perder importancia a medida que la educación aumenta. El cuadro 6 muestra que al relacionar el estado civil y la educación con el nivel de participación en el mercado de trabajo, en la generalidad de los casos, la diferencia entre las tasas de participación entre hombres y mujeres, tiende a disminuir a medida que aumenta el grado de instrucción. Por lo tanto, se puede concluir de esta relación (actividad, educación y estado civil) que cuando se trata de los grados bajos de instrucción, el estado civil tiene un fuerte peso en la opción de trabajar de las mujeres.


30

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

4.2.5 Número de hijos y Participación económica La explicación sociológica de la existencia de una relación inversa entre la fecundidad y el empleo de la mujer en países industrializados, y la relación menos predecible en países en desarrollo, es que los roles que la mujer desempeña como madre y trabajadora tienden a ser conflictivos en el primer caso, mientras que pueden ser compatibles en el segundo caso. Lo indiscutible es que la tendencia clara del aumento de la participación femenina en la fuerza de trabajo es causa y efecto de las transformaciones en la estructura familiar entre las que se encuentra la reducción de la fecundidad y por ende el tamaño familiar13 . Los datos consignados en el Cuadro N° 7 confirman la relación indicada, puesto que se advierten que, tanto en zonas urbanas como rurales, las

tasas de actividad disminuyen a medida que aumenta el número de hijos. Sin embargo, con esto no se puede establecer una relación causal diciendo que la reducción de la fecundidad experimentada, sobre todo en las áreas urbanas del país, facilita la inserción de las mujeres en el mercado laboral debido a que puede darse el caso de que las mujeres una vez que participan en el mercado laboral reducen su fecundidad. Escapan a la generalidad antes mencionada las cohortes de edades 35 a 39 y 40 a 44 años. En estos rangos se observan tasas levemente superiores entre las que tienen tres a cuatro hijos cotejadas con las que tienen uno a dos hijos -75,0% Vs.75,9%; 72,7% Vs.76,8%-. Este fenómeno generalmente ocurre en un escenario tradicional como el nuestro porque sencillamente existe la posibilidad que un

CUADRO N° 7 TASAS DE ACTIVIDAD POR AREA DE RESIDENCIA Y NÚMERO DE HIJOS, SEGÚN GRUPOS DE EDAD. GRUPOS DE EDAD

URBANO Sin hijos

1 a 2 hijos

15 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49

50,6 83,2 94,4 96,0 95,8 91,8

37,9 64,7 60,3 76,7 75,0 72,7 83,4

TOTAL

79,3

67,1

RURAL

3 a 4 hijos

5 a más hijos

Sin hijos

1 a 2 hijos

3 a 4 hijos

5 a más hijos

12,4 44,7 68,2 75,9 76,8 63,4

33,7 46,7 38,0 55,5 56,6

56,1 84,2 93,4 94,3 93,9 95,9 95,5

19,1 29,3 53,0 60,4 68,5 59,2 72,6

22,8 28,8 40,0 53,3 53,9 62,0

45,4 23,6 40,8 35,5 36,4

65,0

49,1

80,2

44,7

41,0

35,7

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC OBS: Incluye a mujeres de 15 a 49 años. 13 Principales reflexiones y conclusiones del Taller de Trabajo FAMILIA, DESARROLLO Y DINAMICA DE POBLACION EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE, Santiago de Chile, octubre 1992.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

miembro de una familia numerosa -el hijo o la hija mayor o la abuela- pueda cuidar a los niños pequeños de una madre trabajadora. En suma, la relación, actividad económica y número de hijos es compleja y en consecuencia, para una mejor comprensión, necesita de un estudio profundo en el cual se incorporen otras variables tales como: la edad de los hijos, nivel socioeconómico de los hogares, relación de dependencia en el hogar, nivel de desarrollo del país, etc. y así evitar conclusiones simplistas. 4.2.6 Condición de jefatura de hogar y Participación económica La participación laboral de las mujeres puede presentar diferencias no sólo respecto a la edad, niveles de educación formal o no formal, número de hijos, sino también de acuerdo al lugar que ocupan en el hogar. El cuadro N° 8 refleja que la participación laboral de las mujeres jefas de hogar supera ampliamente a las que no ocupan la misma posición en el hogar, tanto a nivel total como por área de residencia Area Urbana: 62,0% Vs. 46,3%; Area Rural: 55.0% Vs. 28,8%-

31

Lo dicho no es sorprendente por cuanto que generalmente las primeras tienen a cargo la manutención de su hogar y por tanto, este indicador demográfico se constituye en uno de los factores enérgicos que determinan la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. 4.2.7 Condición Socioeconómica y Participación Económica Las barreras en torno a los proyectos de capacitación técnica, los cuales desempeñan un papel decisivo en la adaptación de la mano de obra a la demanda del mercado, que aún encuentran las mujeres14 , afectan a todas las mujeres, pero son particularmente graves para las pobres, dado que coartan sus posibilidades de acceder y mantenerse en el sistema de formación profesional, y limitan las posibilidades de las mismas de conseguir empleo de cualquier tipo y más aún de buena calidad. La escasa participación de las mujeres pobres en el mercado de trabajo, advertida tanto en el área urbana como en el área rural 31,4% y 20,3%, expone de alguna manera lo mencionado sumado a las mayores dificulta-

CUADRO N° 8 TASAS DE ACTIVIDAD POR AREA Y SEXO, SEGÚN POSICION EN EL HOGAR POSICIÓN EN EL HOGAR

AREA RURAL

AREA URBANA HOMBRES MUJERES

TOTAL

HOMBRES MUJERES

TOTAL

TOTAL PAIS HOMBRES MUJERES

TOTAL

No jefe/a Jefe/a

59,4 90,3

46,3 62,0

51,2 82,9

60,5 93,8

28,8 55,0

41,4 87,3

59,9 91,9

38,7 59,7

46,8 84,8

TOTAL

73,5

48,6

60,6

75,6

31,4

54,4

74,4

41,4

57,9

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC 14 Ver Marco Teórico, PRINCIPALES BARRERAS INTERNAS

Y

EXTERNAS

DE LOS

IFP.


32

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

des que enfrentan para compatibilizar las tareas domésticas con el trabajo fuera del hogar. Una manera de hacer frente a estos obstáculos es el trabajo a domicilio que les da mayor flexibilidad horaria y espacial. Las mujeres ocupadas en este tipo de actividad, aún con preguntas cuidadosamente formuladas con el objetivo de captarlas como activas, generalmente aparecen como inactivas. Entre los hombres, las diferencias entre las tasas de actividad de pobres y no pobres, tanto en áreas urbanas como rurales son inferiores a las de las mujeres, por cuanto que los primeros, desligados de las tareas domésticas, tienen posibilidades de obtener

empleo aunque éste sea escasamente productivo y por ende poco remunerado (Ver Cuadro N° 8).

4.3 Estudio de los Determinantes a partir de la Regresión Logística En el apartado anterior se han examinado, a través de tabulados, algunos factores que influyen en la decisión de las mujeres de incorporarse al mundo laboral. En el presente sub-capítulo se pretende cuantificar los efectos de estos factores. El cuadro N° 10 muestra que los grados de significación asociados a las

CUADRO N° 9 TASAS DE ACTIVIDAD POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN CONDICIÓN SOCIOECONÓMICA CONDICIÓN DE POBREZA

AREA RURAL

AREA URBANA HOMBRES MUJERES

TOTAL

HOMBRES MUJERES

TOTAL PAIS

TOTAL

HOMBRES MUJERES

TOTAL

No pobre Pobre

75,3 66,0

52,7 31,4

63,5 48,3

76,8 73,6

38,1 20,3

58,1 48,4

75,9 70,7

47,4 24,9

61,5 48,4

TOTAL

73,5

48,6

60,6

75,6

31,4

54,4

74,4

41,4

57,9

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

CUADRO N° 10 RESULTADOS DE LA REGRESIÓN LOGÍSTICA Total País Variables AÑOSES ED22 PARENT ECIVIL POBNOPOI P02 Constant Total number of cases -2 Log Likelihood Cox & Snell - R^2 Nagelkerke - R^2 Correctly classified

B 0,081 0,4564 0,8381 0,1808 -0,6381 -0,0068 -0,5902

Sig 0,0000 0,0000 0,0000 0,0022 0,0000 0,0002 0,0000 6117 7839,667 0,097 0,13 62,89%

Area Urbana Exp(B) 1,0844 1,5784 2,312 1,1982 0,5283 0,9933

B 0,0680 0,4062 0,7028 0,1732 -0,6640 -0,0149 -0,0155

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

Sig EXP(B) 0,0000 1,0704 0,0000 1,5011 0,0000 2,0193 0,0282 1,1891 0,0000 0,5148 0,0000 0,9853 0,9122 3330 4265,504 0,088 0,118 63,03%

Area Rural B 0,0635 0,4534 1,0192 0,2457 -0,5558 0,0005 -1,0251

Sig EXP(B) 0,0001 1,0656 0,0000 1,5737 0,0000 2,7709 0,0076 1,2786 0,0000 0,5736 0,8710 1,0005 0,0000 2787 3503,787 0,064 0,088 65,84%


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

variables incluidas en los modelos para Total País, Área Urbana y Área Rural es menor al valor convencional 0,05 y en consecuencia se concluye con baja probabilidad a equivocarse que los coeficientes B son significativamente distintos de cero. En el Total País el 62,89% de los casos fueron clasificados correctamente, proporción que aumenta a 63,03% para el Area Urbana y a 65,84% para el Área Rural. Estas cifras podrían considerarse adecuadas como para decir que el modelo presentado tiene capacidad predictiva. No obstante, las cifras presentadas pueden no ser óptimas debido a que los factores explorados se limitan a los que provee la Encuesta Integrada de Hogares, obviando los socioculturales y políticos relacionados directamente con el empleo de las mujeres.

INTERPRETACIÓN DE LOS COEFICIENTES (Ver Cuadro N° 10) La lectura del coeficiente B evidencia que para los tres grupos considerados Total País, Área Urbana, Área Rural- el incremento en una unidad de los años de estudio (añoses) aumenta la probabilidad de que una mujer participe en el mercado de trabajo en aproximadamente 8% en el Total País, 7% en las Áreas Urbanas y 6% en las Áreas Rurales (Ver, ExpB de todos los coeficientes). El hecho de realizar un curso no formal para poder trabajar (ED22) aumenta la probabilidad de que una

33

mujer que reside en cualquier área del país sea activa en aproximadamente 58%. El efecto de esta variable es más fuerte en el campo, puesto que en las zonas rurales el incremento de la probabilidad es cercano al 57% mientras que en las áreas urbanas esta cifra se reduce a 50%. La posición jefa de hogar (PARENT) es la que impulsa con mayor fuerza a las mujeres a pertenecer a la población activa. En todo el país ocupar esta posición incrementa la probabilidad en más del 100%, efecto de lo que ocurre en las zonas rurales ya que en ellas el aumento es aproximadamente 177%. La variable Estado Civil o Conyugal (ECIVIL) presenta efecto exiguo en el modelo, percibido por su coeficiente y el grado de significación (Sig). Su coeficiente positivo indica que tener pareja aumenta la probabilidad de que las mujeres de todo el país participen en el mercado laboral en alrededor del 20%, 17% en las ciudades y una proporción superior (27%) en las zonas rurales. Dicho fenómeno puede ser efecto de las altas tasas de actividad presentadas por las mujeres casadas y unidas evidenciadas a través de los tabulados. El coeficiente negativo de la variable Condición de Pobreza (POBNOPOI) indica que la condición de ser pobre disminuye la probabilidad de ser activa en alrededor de 50% en los tres grupos estudiados, siendo superior el efecto en las zonas urbanas del país -Área Urbana: 49%, Area Rural: 43%, Total País: 48%-.


34

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Los signos de la variable Edad (P02) difiere según el grupo de estudio. En todo el país incremento de la edad en una unidad, disminuye la probabilidad de ser activa. En el área urbana se reitera este comportamiento y en oposición, el signo positivo advertido en el área rural sugiere que un incremento en la edad se traduce en aumento de la probabilidad de insertarse en el mercado de trabajo.

CÁLCULO DE LAS PROBABILIDADES Empleando la fórmula N°1 se calculan las probabilidades de que mujeres que residen en cualquier área del país con perfiles diferentes participen en el mercado de trabajo, estableciendo en cual de ellos es más factible que ocurra el suceso. Mediante las cifras obtenidas se evidencia una vez más la influencia de las variables seleccionadas como determinantes de la participación de mujeres en el mercado de trabajo. La probabilidad de que una mujer que presenta el Perfil 1 se integre al mundo PERFIL 1 Años de estudio = Realizó un curso no formal = Posición en el hogar = Condición de pobreza = PROBABILIDAD =

0 No No jefa Pobre 22%

PERFIL 2 Años de estudio =12 Realizó un curso no formal = Sí Posición en el hogar = Jefa Condición de pobreza = No Pobre PROBABILIDAD = 84%

laboral es significativamente inferior a la de una mujer que reúne las condiciones del Perfil 2, 22% Vs. 84%. En el Cuadro N°11 se presentan en forma resumida los efectos de manera individual de las variables claves en la decisión de que las mujeres participen en el mercado de trabajo. La educación tiene un efecto significativo en la participación, siendo superior dicho efecto en las áreas urbanas del país. En ellas la probabilidad de que mujeres con 0 años de estudio sean activas es tan sólo del 34,5%, en tanto que para mujeres que han cursado el nivel terciario o superior es del 76,1%. De la misma manera el efecto de la realización de un curso no formal es considerable. Dicha acción incrementa la probabilidad de trabajar de 47,9% a 66,6% en áreas urbanas y de 34,4% a 52,1% en zonas rurales. El hecho de ser jefa de hogar aumenta la probabilidad de participar en la fuerza de trabajo en los grupos examinados. En las áreas urbanas la cifra varía de 54,8% (para las que no son jefas de hogar) a 60,3% (para las que sí son jefas de hogar) y en las rurales de 34,8% a 55,2%. El efecto del nivel socioeconómico se hace sentir con más intensidad en áreas urbanas que en las rurales. Pertenecer a un hogar pobre disminuye la probabilidad de que las mujeres del área urbana sean económicamente activas de 59,5% a 37,9% en las áreas rurales y de 43,2 a 27,5%.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

4.4 Ocupación y Segregación Laboral El incremento de la participación femenina en la fuerza de trabajo debe ser examinado integralmente, es decir, cuantitativa y cualitativamente. Al respecto, mientras para algunas mujeres la decisión de trabajar puede obedecer a una opción no sólo de búsqueda de ingreso en condiciones más favorables, sino también de realización personal, para la gran mayoría su incorporación se ve determinada por concentración en empleos mal pagados. Para muchas mujeres casadas, unidas o con hijos, esta inserción se traduce en una doble jornada de trabajo

puesto que al trabajo remunerado se agrega el doméstico y el cuidado de los hijos que sigue estando a su cargo. En otros casos, para compatibilizar el trabajo doméstico y el remunerado sin abandonar el hogar, la mujer trabaja en actividades de baja productividad , como el pequeño comercio, o lo hace a domicilio, bajo el sistema de la maquila domiciliaria, éstas por lo general al margen de la formalidad. Surge así la necesidad de analizar la forma de inserción de hombres y mujeres en el mercado de trabajo, ya que existe la presunción de variaciones significativas según el sexo. Las características examinadas correspon-

CUADRO N° 11 PROBABILIDAD DE PARTICIPACIÓN FEMENINA EN EL MERCADO DE TRABAJO POR AREA DE RESIDENCIA, SEGÚN VARIABLES SELECCIONADAS. CARACTERÍSTICA Educación 0 año 6 años 12 años 16 años Educación No Formal No realizó Realizó Situación Familiar Jefas de hogar No jefas de hogar Estado Conyugal Sin pareja Con pareja Condición de pobreza Pobre No pobre Número de hijos Ninguno Un hijo Dos hijos Tres hijos

35

TOTAL PAÍS

AREA URBANA

AREA RURAL

29,5 46,2 63,8 74,1

34,5 50,9 67,0 76,1

29,6 39,8 51,0 58,4

40,6 62,8

47,9 66,6

34,4 52,1

58,3 45,5

60,3 54,8

55,2 34,8

48,4 46,8

55,6 56,0

37,8 37,1

31,3 53,1

37,9 59,5

27,5 43,2

53,3 52,3 51,2 50,1

62,3 61,5 60,6 59,8

38,0 38,3 38,5 38,7

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


36

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

den a las ramas de actividad en las que se insertan, categoría de ocupación y grupos ocupacionales. 4.4.1 Rama de Actividad Económica La estructuración del mercado de trabajo tiende a preservar un conjunto de estereotipos mencionados en el Marco Teórico que se traduce en la ubicación de hombres y mujeres en actividades muy específicas, existiendo ramas de actividad que son consideradas típicamente femeninas y otras típicamente masculinas , lo que conduce a una segregación por sexo. Los datos del cuadro N°12 revelan que en las áreas urbanas del país las ramas de actividad que absorben las mayores proporciones de trabajadores masculinos son, en orden de importancia COMERCIO (28,4%), INDUSTRIAS DISTINTAS A LAS TEXTILES Y ALIMENTICIAS (10,8%), CONSTRUCCIÓN (10,7%) y TRANSPORTE Y COMUNICACIONES (8,5%). Si bien el empleo femenino se concentra en mayor proporción, al igual que el masculino, en la rama correspondiente al COMERCIO (37,8%), las que le siguen en orden de importancia discrepan, puesto que corresponden al SERVICIO DOMÉSTICO (23,7%) y a las INDUSTRIAS TEXTILES Y LA ENSEÑANZA (7,6%). Al analizar la distribución de los ocupados según el sexo en cada una de las ramas de actividad, se observa la existencia de una segmentación ocupacional en la medida que los hombres predominan y ocupan gran parte de los puestos de trabajo en las ramas típicamente masculinas . Sobresalen

en orden decreciente SERVICIOS DE REPARACIÓN (99,5%), CONSTRUCCIÓN (98,6%) y ELECTRICIDAD Y AGUA (93,3%). En contrapartida, las mujeres prevalecen en las ramas comúnmente vinculadas al trabajo femenino y que corresponden más bien a una extensión del trabajo doméstico como: el SERVICIO DOMÉSTICO (95%), ENSEÑANZA (73,2%). En lo que se refiere a las industrias, la única en que hay una proporción mayor de mujeres (70,5 %) corresponde a las INDUSTRIAS TEXTILES. Lo dicho puede deberse al hecho de que los empresarios consideran a la mano de obra femenina como detentora de mayores habilidades manuales y aptitudes requeridas para ejecutar las tareas pertinentes a esta actividad basadas en los estereotipos sociosexuales. Por otro lado, un país cuyas bases productivas aún se encuentran en la producción primaria e industrias incipientes, es de esperarse que las actividades entre zonas -urbanas y ruralesdiscrepen en la concentración en sus labores principales. Es así que, en las zonas rurales del país, tanto hombres como mujeres se concentran en actividades agropecuarias -hombres:70,6%, mujeres: 40,5%- La diferencia radica en que, mientras el 14,5% de las mujeres se dedican al servicio doméstico, sólo el 0,4% de los hombres realizan dicha actividad. Entendiéndose que en las zonas rurales también existen la segmentación ocupacional. El examen intergénero en cada una de las ramas señala que también en las zonas rurales del país prevalecen los


37

Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

hombres en aquellas relacionadas directamente con la mano de obra masculina. Así, se observa que mientras las actividades que concentran una mayor proporción de hombres -Servicios de Reparación (100%), Cons-

trucción (99%), Administración Pública (94%) y Transporte y Comunicaciones (90%)-, las mujeres predominan en Servicio Doméstico (94%), Servicio de Salud (72%), Industrias Textiles (64%) y Comercio (61%).

CUADRO N° 12 POBLACIÓN OCUPADA POR SEXO, SEGÚN RAMA DE ACTIVIDAD SEXO RAMA DE ACTIVIDAD AREA URBANA Agricultura, Ganadería Ind. de productos alimenticios Ind. Textiles Otras industrias Electricidad y Agua Construcción Comercio Transporte y Comunicaciones Estab. financieros Administración pública Enseñanza Servicios de salud Serv. de reparación Servicio doméstico Otros servicios TOTAL

HOMBRES Recuento

% col.

43.798 6,0 32.565 4,5 16.276 2,2 78.518 10,8 9.084 1,2 77.789 10,7 206.352 28,4 61.968 8,5 44.703 6,1 43.821 6,0 14.131 1,9 12.297 1,7 42.259 5,8 6.349 0,9 37.170 5,1 727.080* 100,0

AMBOS SEXOS

MUJERES % fila

86,8 71,6 29,5 89,6 93,3 98,6 51,6 89,0 68,4 76,1 26,8 35,9 99,5 5,0 60,5 58,7

AREA RURAL Agricultura, Ganadería 466.959 70,6 82,3 Ind. de productos alimenticios 12.941 2,0 78,4 Ind. Textiles 7.292 1,1 36,3 Otras industrias 41.833 6,3 97,6 Electricidad y Agua 2.849 0,4 76,9 Construcción 28.051 4,2 99,2 Comercio 46.559 7,0 38,8 Transporte y Comunicaciones 13.705 2,1 90,4 Estab. financieros 5.596 0,8 69,8 Administración pública 10.305 1,6 94,5 Enseñanza 6.159 0,9 43,0 Servicios de salud 1.726 0,3 28,1 Serv. de reparación 6.982 1,1 100,0 Servicio doméstico 2.490 0,4 6,5 Otros servicios 8.231 1,2 77,7 TOTAL 661.678* 100,0 72,8

Recuento

% col.

% fila

Recuento

% col.

6.641 1,3 12.937 2,5 38.941 7,6 9.130 1,8 650 0,1 1.128 0,2 193.175 37,8 7.677 1,5 20.691 4,1 13.785 2,7 38.60 7,6 21.909 4,3 200 0,0 121.030 23,7 24.245 4,7 510.741 100,0

13,2 50.439 4,1 28,4 45.502 3,7 70,5 55.217 4,5 10,4 87.648 7,1 6,7 9.734 0,8 1,4 78.917 6,4 48,4 399.527 32,3 11,0 69.645 5,6 31,6 65.394 5,3 23,9 57.606 4,7 73,2 52.733 4,3 64,1 34.206 2,8 0,5 42.459 3,4 95,0 127.379 10,3 39,5 61.415 5,0 41,3 1.237.821* 100,0

100.351 3.558 12.783 1.024 854 237 73.555 1.456 2.423 602 8.173 4.414

40,5 1,4 5,2 0,4 0,3 0,1 29,7 0,6 1,0 0,2 3,3 1,8

17,7 21,6 63,7 2,4 23,1 0,8 61,2 9,6 30,2 5,5 57,0 71,9

35.917 14,5 2.368 1,0 247.715* 100,0

93,5 22,3 27,2

567.310 62,4 16.499 1,8 20.075 2,2 42.857 4,7 3.703 0,4 28.288 3,1 120.114 13,2 15.161 1,7 8.019 0,9 10.907 1,2 14.332 1,6 6.140 0,7 6.982 0,8 38.407 4,2 10.599 1,2 909.393* 100,0

% fila

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

* No incluye la cifra correspondiente a la rama Explotación de Minas y Canteras por carecer de buena representatividad. Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


38

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

4.4.2 Categorías de Ocupación Las categorías de Ocupación reflejan el tipo de relación económica que tienen hombres y mujeres que se insertan en el mercado de trabajo. El cuadro siguiente otorga la posibilidad de examinar las posibles diferencias entre hombres y mujeres. Si se observa a través del Cuadro N° 13 la situación intragénero para las áreas urbanas del país, se advierte que cerca del 60% de los trabajadores masculinos labora dentro de la categoría EMPLEADO/OBRERO y un poco menos de la tercera parte son cuenta propistas o trabajadores familiares (30,5%). Entre tanto, las mujeres se distribuyen en proporciones similares entre las categorías CUENTA PROPIA/FAMILIAR NO REMUNERADO Y EMPLEADO/OBRERO 38,1% y 35,8%, respectivamente- y el EMPLEO DOMÉSTICO se constituye como una inserción típica de las mismas -21,7%-.

Siendo que las economías de las áreas rurales están concentradas en el sector agropecuario y, dentro de ellas, en pequeñas explotaciones familiares, el registro de la Encuesta Integrada de Hogares arroja que: tanto hombres como mujeres se concentran en la Categoría Cuenta propia/Familiar no Remunerado 15 , 67,5% y 73,0%, respectivamente16 . Sin embargo, merece destacar que un número considerable de hombres (28,8%) obtiene trabajo como asalariados, lo cual se vincula con el proceso de asalarización en el sector agropecuario (Panorama Social del Paraguay,1997) Por otro lado, el análisis intergénero expone que, mientras en las áreas urbanas las tres cuarta partes de los patrones o empleadores son hombres, el 95% de los que trabajan en la categoría Empleado/a Doméstico/a son mujeres. El hecho mencionado se reitera en las zonas rurales y la relación es: 92,5% de los patrones son hombres y

CUADRO N° 13 POBLACION OCUPADA POR AREA Y SEXO, SEGÚN CATEGORIA DE OCUPACIÓN CATEGORIA DE OCUPACIÓN

AREA URBANA HOMBRES MUJERES

AREA RURAL HOMBRES MUJERES

Recuento % Col. % Fila Recuento % Col. % Fila Recuento % Col. % Fila Recuento % Col. % Fila

Empleado/Obrero 428.470 58,9 70,2 181.698 35,6 29,8 189.900 28,6 84,7 34.421 3,9 Empleador o Patrón 70.855 9,7 74,7 23.970 4,7 25,3 23.903 3,6 92,5 1.931 0,8 Cta. Propia/Fliar no Rem. 222.141 30,5 53,3 194.380 38,1 46,7 448.392 67,5 71,3 180.765 73,0 Emp. Doméstico/a 5.998 0,8 5,1 110.693 21,7 94,9 2.490 0,4 7,5 30.598 12,4 TOTAL

15,3 7,5 28,7 92,5

727.464 100,0 58,8 510.741 100,0 41,2 664.685 100,0 72,9 247.715 100,0 27,1

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC 15 Un poco más de la mitad (50,4%) de los hogares que se dedican a actividades agropecuarias administran menos de 10 has. Véase C. Jiménez, CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS DE LAS PEQUEÑAS UNIDADES PRODUCTORAS RURALES. 16 El hecho de que exista una proporción elevada de mujeres en esta categoría puede deberse a que se ha considerado activa a una persona que cumpla por lo menos 7 horas en el período de referencia (1 hora por día) realizando cualquier actividad económica como por ejemplo: criando o cuidando sus animales, tareas de recolección, limpieza de chacra, etc. Véase MANUAL DEL ENCUESTADOR. EIH 1997/8


39

Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

esta misma proporción de los empleados domésticos son mujeres, lo que comprueba que los puestos que significan gerenciamiento están mayoritariamente en poder de los hombres. 4.4.3 Grupos Ocupacionales La clasificación de los ocupados por grupos ocupacionales puede arrojar conclusiones interesantes, teniendo en cuenta que la misma tiene peso considerable en la diferenciación exis-

tente entre hombres y mujeres en cuanto a la inserción laboral. La distribución de la población ocupada según grupos ocupacionales de la EIH 1997/8 desplegada en el Cuadro N° 14, muestra que la mayor concentración en las ÁREAS URBANAS se da en el rubro de COMERCIANTES, VENDEDORES Y AFINES (26,2%), seguido por ARTESANOS Y OPERARIOS (21,6%), luego están los TRABAJADORES EN SERVICIOS PERSONALES (17,8%). El cuarto lugar lo comparten las categorías ocupaciona-

CUADRO 14 POBLACION OCUPADA POR SEXO, SEGÚN AREA DE RESIDENCIA Y GRUPOS OCUPACIONALES GRUPOS OCUPACIONALES AREA URBANA Profesionales, Técnicos y Afines Gerentes Administradores, etc. Empleados de oficina y afines Comerciantes, Vendedores y afines Agricultores, Ganaderos y Afines Conductores de Medios de Transporte Artesanos y Operarios Obreros y Jornaleros Trab. en Serv. Pers. y afines Otros Trabajadores N.E.O.G. No disponible TOTAL AREA RURAL Profesionales, Técnicos y Afines Gerentes Administradores, etc. Empleados de oficina y afines Comerciantes, Vendedores y afines Agricultores, Ganaderos y Afines Conductores de Medios de Transporte Artesanos y Operarios Obreros y Jornaleros Trab. en Serv. Pers. y afines Otros Trabajadores N.E.O.G. No disponible TOTAL

HOMBRES

AMBOS SEXOS

MUJERES

Recuento

% col.

Recuento

% col.

Recuento

53.869 45.145 65.033 165.057 42.465 55.970 217.608 21.899 53.832 6.586

7,4 6,2 8,9 22,7 5,8 7,7 29,9 3,0 7,4 0,9

57.970 20.122 43.900 159.849 6.273 783 50.072 4.694 166.881

11,4 3,9 8,6 31,3 1,2 0,2 9,8 0,9 32,7

727.464

100,0

197 510.741

0,0 100,0

111.839 65.267 108.933 324.906 48.738 56.753 267.680 26.593 220.713 6.586 197 1.238.205

9,0 5,3 8,8 26,2 3,9 4,6 21,6 2,1 17,8 0,5 0,0 100,0

12.558 5.818 6.972 36.785 464.235 13.484 96.829 9.732 15.731 2.541

1,9 0,9 1,0 5,5 69,8 2,0 14,6 1,5 2,4 0,4

11.405 1.456 3.820 68.516 99.013 209 17.295 467 45.534

4,6 0,6 1,5 27,7 40,0 0,1 7,0 0,2 18,4

23.963 7.274 10.792 105.301 563.248 13.693 114.124 10.199 61.265 2.541

2,6 0,8 1,2 11,5 61,7 1,5 12,5 1,1 6,7 0,3

664.685

100,0

247.715

100,0

912.400

100,0

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

% col.


40

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

les PROFESIONALES, TÉCNICOS Y AFINES (9,0%) y Empleados de Oficina (8,8%). Mientras en las ÁREAS URBANAS, el ítems más importante -COMERCIANTES, VENDEDORES Y AFINES- para las áreas rurales este se ubica en el tercer lugar en orden de importancia (11,5%), seguido por ARTESANOS Y OPERARIOS (12,5%), siendo la categoría AGRICULTORES, GANADEROS Y AFINES la que concentra la mayor población ocupada (61,7%). Al margen de LOS TRABAJOS EN SERVICIOS PERSONALES Y AFINES (6,7%), las demás clasificaciones tienen pesos relativos inferiores al tres por ciento. La observación intragénero, se ajusta a lo mencionado en las consideraciones teóricas, puesto que existe la llamada Segregación Profesional17 . En cuanto tal, en las áreas urbanas, la tercera parte (32,7%) de la mano de obra femenina trabaja en el grupo TRABAJADORES EN SERVICIOS PERSONALES Y AFINES, donde Las mujeres se dedican al empleo doméstico, peluquería y otros relacionados directamente con ellas18 . En contrapartida, su par masculino presenta una proporción de sólo 7,4% en dicho grupo. En segundo orden de importancia se ubica el correspondiente a COMERCIANTES, VENDEDORES Y AFINES (31,3%) y en tercer lugar el grupo PROFESIONALES, TÉCNICOS Y AFINES (11,4%). En los grupos citados la cuantía de mano de obra masculina es inferior a los mencionados, 22,7% y 7,4%, respectivamente. Lo anterior permite manifestar que en las áreas urbanas del país, mientras las mujeres ocupadas se concentran en los grupos mencionados, los hombres se distribuyen en una abanico mayor

de opciones ocupacionales. En la mayoría de los grupos se encuentran más del 5% de los hombres. Como es de esperarse, en las áreas rurales, hombres y mujeres se concentran en el grupo de AGRICULTORES GANADEROS Y AFINES. En éste, la ocupación femenina llega al 40% y la masculina a 69,8%. En cuanto a los otros grupos que nuclean altas proporciones de mujeres se advierten comportamientos semejantes a los de las áreas urbanas, observándose que más de la cuarta y sexta parte de la población femenina ocupada son Comerciantes o trabajan en Servicios Personales y apenas 5,5% y 0,4% de los hombres realizan dichas tareas. El tipo de segregación estudiado en este aparte corresponde a la SEGREGACIÓN HORIZONTAL, porque para examinar la SEGREGACIÓN VERTICAL se precisa de información bastante desagregada de las características de la ocupación. 4.4.4 Indice de Disimilitud de Duncan Los valores calculados utilizando la fórmula N° 2 propuesta por Duncan, que mide la segregación ocupacional por sexo, indican que en las áreas urbanas del país, el 38% de mujeres y hombres deben cambiar de ocupación de modo que la razón de sexo en los grupos ocupacionales sea igual a la razón de sexo de la fuerza de trabajo como un todo, eliminando la segregación ocupacional entre géneros. En 17 Véase en marco teórico el sub-capítulo, SEGREGACIÓN PROFESIONAL 18 Véase en pie de página los estereotipos positivos según Anker (1997)


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

áreas rurales, una proporción superior a la correspondiente a áreas urbanas 41%- debe cambiar de ocupación para eliminar la segregación laboral. A nivel Total País, el índice llega a 44%.

4.5 Sector Informal19 El sector informal ofrece crecientes alternativas de trabajo a las mujeres porque, dada su forma de operar, les ofrece la posibilidad de generar un ingreso sin suspender sus actividades domésticas y sin desatender el cuidado de los niños pequeños (Progreso Económico y Social en América Latina, 1990). Los datos del Cuadro N°15 revelan que una elevada fracción del empleo 46%- corresponde al sector informal. En cuanto a la proporción de hombres y mujeres dentro de este sector, se advierte que la diferencia no es

41

significativa, siendo 46% de la mano de obra masculina y 45% de la femenina Sin embargo, teniendo en cuenta que por definición quedan excluidos los trabajadores en la categoría de Empleado Doméstico, indiscutiblemente feminizada , la proporción de mujeres que trabaja en el mencionado sector es elevada y más aún comparando con la participación de las mismas en el total del empleo no agrícola, que alcanza el 42%.

4.6 Desempleo El desempleo es una variable que interesa a todos los sectores de la sociedad, razón por la cual se hace una revisión desagregada por sexo y área de residencia, según grupos de edad y nivel de instrucción- del desempleo abierto y oculto -desanimados-, a fin de ver la distribución global y sectorial -urbano/rural- del mismo.

CUADRO N° 15 POBLACIÓN OCUPADA POR SEXO, SEGÚN SECTOR EN EL QUE TRABAJA SECTOR

SEXO HOMBRES

MUJERES

TOTAL

Total de Ocupados

727.464

510.741

1.238.205

Ocupados en el Sector Informal % Trabajadores en el Sector Informal

336.473 46,3

228.355 44,7

564.828 45,6

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC 19 Los trabajadores en el SECTOR INFORMAL URBANO se definen como el conjunto de trabajadores por Cuenta Propia, Trabajadores Familiares no Remunerados, Patrones o Empleadores, Empleados y Obreros en empresas o unidades productivas de tamaño de cinco o menos personas. Quedan excluidos por definición: Los trabajadores del Sector Primario en su conjunto Los trabajadores del Sector Público Los Gerentes, Profesionales, Técnicos y Afines Los trabajadores en la categoría de Empleado Doméstico


42

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

4.6.1 Desempleo Abierto20 y Grupos de edad. Las cifras obtenidas a través de la Encuesta Integrada de Hogares, consignadas en el Cuadro N° 16, reflejan tasas de desempleo abierto superiores en las áreas urbanas que en las rurales. En los dos segmentos del país considerados, este indicador afecta con mayor fuerza a las mujeres, llegando incluso, en el caso del área rural, a duplicar la tasa registrada para la mano de obra masculina. La estructura del desempleo por grupos de edad muestra que son los jóvenes quienes encuentran menos oportunidades de empleo. En el caso de las mujeres los niveles del desempleo se mantienen elevados hasta los 29 años -Area Urbana: 11,3% y 11,5%; Area Rural: 6,6 y 9,8%- y en el de los hombres la tasa se reduce al pasar de la cohorte 10 a 19 años a 20 a 29 años -Area Urbana: 13,4% Vs. 7,8%; Area Rural: 5,6% Vs. 4,1%-.

Aún cuando se advierten descensos en la tasa de desempleo abierto femenino a partir de los 30 años, no se puede asegurar que las mujeres pertenecientes a cohortes de edades más adultas se encuentran con empleo. Lo más probable es que hayan pasado a pertenecer al grupo de inactivos, lo que no sucede con los hombres quienes generalmente pasan del empleo al desempleo. 4.6.2 Desempleo Abierto y nivel educativo La intensidad de la incidencia del desempleo abierto es diferenciada según el nivel educativo de hombres y mujeres. En el Cuadro N°17 se observa que el nivel de desempleo de los hombres que viven en áreas urbanas disminuye a medida que se incrementa el nivel educativo, siendo la tasa de desempleo de los que no tienen instrucción el doble de aquellos que cursaron el nivel terciario. Las mujeres, por el contrario, hasta el nivel secun-

CUADRO 16 TASA DE DESEMPLEO ABIERTO POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD GRUPOS DE EDAD

AREA URBANA

AREA RURAL

TOTAL PAÍS

HOMBRES

MUJERES

HOMBRES

MUJERES

HOMBRES

MUJERES

10 - 19 20 - 29 30 - 39 40 y más

13,4 7,8 3,0 3,7

11,3 11,5 6,2 4,0

5,6 4,1 1,1 0,7

6,6 9,8 1,7 3,0

9,0 6,3 2,2 2,2

9,7 11,0 4,9 3,6

TOTAL

6,2

7,8

2,6

4,8

4,5

6,8

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC 20 Son las personas en la fuerza de trabajo que estaban sin trabajo en los últimos 7 días, que están disponibles para trabajar de inmediato y que habían tomado medidas concretas durante los últimos 7 días, para buscar un empleo asalariado o un empleo independiente. Se incluyen también en esta categoría a las personas que no buscaron activamente trabajo en los últimos 7 días por razones de enfermedad, mal tiempo o esperando noticias. 21 Es el cociente entre la Población con Desempleo Abierto y la Población Económicamente Activa multiplicado por 100.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

43

CUADRO N° 17 TASA DE DESEMPLEO ABIERTO POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN NIVEL DE INSTRUCCIÓN. NIVEL DE INSTRUCCIÓN SIN INSTRUCCION PRIMARIO SECUNDARIO TERCIARIO TOTAL

AREA URBANA

AREA RURAL

TOTAL PAÍS

HOMBRES

MUJERES

HOMBRES

MUJERES

HOMBRES

MUJERES

10,5 6,6 6,3 4,1

6,3 6,7 9,7 5,8

0,6 2,0 6,2 3,4

9,1 3,7 7,8 2,9

2,9 3,7 6,3 4,0

7,9 5,3 9,4 5,6

6,2

7,8

2,6

4,8

4,5

6,8

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

dario registran aumentos en su tasa de desempleo, para luego reducirse en aquellas que alcanzaron el nivel superior o terciario. En áreas urbanas, las tasas de desempleo abierto femenino son superiores al masculino. Escapa a la generalidad el grupo Sin instrucción , donde la tasa de desempleo de los hombres es superior a la de las mujeres -10,5% Vs. 6,3%- y se da una situación de equilibrio entre los que tienen nivel primario -6,6% Vs. 6,7%-. A partir del nivel secundario, las mujeres pasan a tener tasas de desocupación mayores. Una de las razones de la ocurrencia de este fenómeno puede atribuirse a que donde existe predominio de demanda por trabajo poco calificado, las mujeres tienen más posibilidades de conseguir empleo. Sin embargo, para trabajos que exigen una mayor calificación, puede darse una preferencia por los hombres. En las zonas rurales del país, donde el desempleo abierto registra valores inferiores a las del área urbana, son también las mujeres las más afectadas. Las que no tienen ninguna instrucción

son las que tienen menores posibilidades de conseguir empleo (9,1%). En contraste con las mujeres, quienes menos experimentan la desocupación son los hombres menos instruidos (0,6%), lo que se relaciona con predominio de trabajadores agropecuarios quienes generalmente presentan bajo nivel educativo. Independientemente del sexo, en el área rural, los que presentan nivel educativo secundario experimentan altos niveles de desocupación -6,2% y 7,8%, lo que indica que a pesar de la existencia de ampliación de posibilidades educativas, los conocimientos adquiridos no les asegura acceso a empleos en sus localidades. 4.6.3 Desempleo Oculto22 y Grupos de Edad El desempleo oculto refleja con mayor acierto el comportamiento real del mercado laboral principalmente en periodos de contracción económica. 22 Comprende a las personas que no estaban trabajando y no buscaron trabajo durante el periodo de referencia (últimos 7 días), porque no creen posible encontrarlo, pero que sí lo buscarían si tuviesen una percepción más positiva de las posibilidades laborales.


44

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Tanto en el área urbana como en la rural, predominan las mujeres en el grupo de los desempleados. En áreas urbanas el 61% de ellos son mujeres mientras que en las rurales la proporción es aún mayor aproximándose al 75%23 .

pos de edad 15 a 29 años y 30 a 44 años donde las tasas llegan a 34,5% y 23,6%, respectivamente. En contrapartida, los hombres, en los mismos grupos, asientan cifras menores al 5% (4,5% y 0,6%).

Por lo expuesto, en el contexto del presente trabajo resulta interesante realizar un breve análisis del comportamiento de este indicador según el sexo.

4.7 Diferencias de Ingresos

Como ya se dijera anteriormente, los datos consignados en el Cuadro N°18 muestran que las tasas de desempleo oculto afectan con mayor fuerza a las mujeres cualquiera sea el grupo de edad y el área de residencia. Se destaca el área rural ya que en ella la tasa presentada por las mujeres es casi doce veces mayor que la registrada para los hombres -2,1% Vs. 24,5%-, producto de lo que sucede en los gru-

4.7.1 Ingreso y Rama de Actividad La forma más visible de disimilitud de género en la inserción laboral es la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres. Con el fin de investigar este fenómeno, en el cuadro N°19, se consignan cifras correspondientes al ingreso promedio por hora según ramas de actividad25 . El Cuadro N°19 muestra que la desigualdad de ingresos, que favorece a los hombres, se pone de manifiesto

CUADRO N° 18 TASA DE DESEMPLEO OCULTO24 POR AREA DE RESIDENCIA Y SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD GRUPOS DE EDAD

HOMBRES

15 a 29 30 a 44 45 y más

6,0 1,4 2,0

14,3 7,1 4,0

4,5 0,6 0,3

TOTAL

3,5

9,6

2,1

URBANA

RURAL

MUJERES

HOMBRES

TOTAL PAÍS

MUJERES

HOMBRES

MUJERES

34,5 23,6 9,5

5,3 1,1 1,2

21,1 12,8 6,2

24,5

2,9

14,9

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC 23 Véase Desempleo Oculto. Datos de la EH 1997/8. DGEEC. 24 Es el cociente entre los Desempleados Ocultos y la suma de la Población Económicamente Activa con los Desempleados Ocultos por 100. 25 Se trabaja con ingreso en Gs. por hora, para evitar el sesgo que puede ocasionar el tiempo trabajado, pues diversos estudios recientes señalan que una de las razones que explican las diferencias de ingresos entre hombres y mujeres es que las mujeres trabajan menos horas y generalmente no trabajan horas extras, ni realizan trabajos nocturnos. A la razón marginal de su condición de mujer -en el sentido biológico- se suman condicionantes culturales, como la opinión de la comunidad en cuanto a su dignidad, el prejuicio del marido y otras presiones aún en boga en Paraguay.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

45

hombres es superior a la general (Gs. 5.112), la de las mujeres es considerablemente menor a la misma, representando el 74% de lo percibido por los hombres (Gs. 3.770).

con mayor claridad en las áreas urbanas del país. En ellas el ingreso promedio de los ocupados es de aproximadamente Gs. 4.556 por hora y mientras la media presentada por los

CUADRO N° 19 INGRESO PROMEDIO EN GUARANÍES POR HORA (EN LA OCUPACIÓN PRINCIPAL) DE LA POBLACIÓN OCUPADA POR SEXO, SEGÚN AREA DE RESIDENCIA Y RAMAS DE ACTIVIDAD. AREA DE RESIDENCIA Y RAMA DE ACTIVIDAD AGRIC., GANADERIA EXPLOTACION MINAS IND. MANUFACTURERA ELECTRICIDAD, AGUA CONSTRUCCION COMERCIO TRANSPORTE ESTABL. FINANCIEROS SERV. COMUNALES* TOTAL AREA RURAL AGRIC., GANADERIA EXPLOTACION MINAS IND. MANUFACTURERA ELECTRICIDAD, AGUA CONSTRUCCION COMERCIO TRANSPORTE ESTABL. FINANCIEROS SERV. COMUNALES* TOTAL TOTAL PAIS AGRIC., GANADERIA EXPLOTACION MINAS IND. MANUFACTURERA ELECTRICIDAD, AGUA CONSTRUCCION COMERCIO TRANSPORTE ESTABL. FINANCIEROS SERV. COMUNALES* TOTAL

SEXO HOMBRES MEDIA

DESV. TÍP.

3.099,6 11.173,3 3.518,1 1.086,0 3.942,9 6.830,5 11.077,3 7.991,5 3.226,4 2.706,7 4.218,8 7.244,2 6.174,9 11.633,0 9.497,5 14.923,6 6.598,0 12.764,1 5.111,6 9.872,0

MUJERES MEDIA

DESV. TÍP.

RAZÓN H/M

TOTAL MEDIA

DESV. TÍP.

1.907,8 2.386,9 3.062,5 3.095,3 6.741,9 3.425,0 3.527,2 4.073,0 2.957,6 3.832,2 6.833,1 5.051,0 9.220,8 12.091,5 4.016,6 3.970,6 3.769,7 4.702,4

0,62 0,78 0,61 1,09 0,70 1,11 0,97 0,61 0,74

2.340,6 963,4 2.490,5 4.002,0 3.310,4 3.014,5 1.973,3 8.234,5 6.155,7 3.015,6

816,4 1.509,1 2.218,4 1.465,6 2.647,3 3.205,2 2.505,1 1.408,9

2.872,7 2.085,0 1.648,3 1.316,3 841,3 1.973,0 2.406,6

0,99 0,57 0,76 0,59 0,96 0,70 0,57 0,99

824,3 2.218,9 2.336,2 3.153,8 2.923,0 1.857,9 2.750,6 4.203,1 3.289,1 1.417,7

1.000,2 3.865,1 2.342,6 1.023,3 3.476,9 5.719,6 10.188,0 7.957,4 3.138,2 2.897,7 3.833,8 6.576,2 5.459,6 10.469,2 8.762,3 14.223,0 6.167,4 11.787,3 3.127,3 7.302,3

880,5 2.599,2 5.056,4 3.265,5 2.471,9 6.135,5 8.591,3 3.710,0 2.883,3

2.855,9 2.916,5 4.379,9 3.575,5 3.357,3 4.887,7 11.585,4 3.704,1 4.157,8

0,88 0,75 0,50 1,04 0,64 1,12 0,98 0,60 0,92

979,5 3.710,3 2.342,6 1.023,3 3.219,6 5.075,4 9.731,8 7.813,6 3.139,9 2.902,1 3.112,0 5.171,7 5.538,6 9.976,1 8.705,9 13.389,1 4.736,4 8.212,0 3.043,5 6.399,5

826,0 2.218,9 2.625,5 3.784,6 2.929,6 2.500,7 2.761,5 4.548,5 4.413,9 1.421,0

*Servicios Comunales, personales y sociales. Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC

2.935,2 10.414,8 3.518,1 1.086,0 3.669,5 5.939,3 10.743,8 7.798,0 3.231,1 2.721,7 3.594,6 5.843,3 6.255,5 11.034,8 9.403,3 13.996,3 5.099,3 8.890,0 4.555,9 8.165,7 2.441,8 963,4 2.438,6 3.898,8 3.295,6 2.317,5 1.912,6 7.097,9 4.320,9 2.865,0


46

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Un examen a lo largo de las ramas de actividad constata que, en la generalidad de los casos, las mujeres están en desventaja con relación a los hombres, siendo la dimensión de la desventaja variada según la actividad. Así, las desigualdades más acentuadas se observan en las correspondientes a ELECTRICIDAD Y AGUA Y SERVICIOS PERSONALES Y COMUNALES, donde la media del ingreso de las mujeres corresponde al 61% de la de los hombres. Entre las dos ramas mencionadas, merece destacar el grupo SERVICIOS PERSONALES Y COMUNALES, donde el examen intergénero revela que más de la mitad -58,6%- son mujeres y el análisis intragénero muestra que dicha rama concentra al 43% de la mano de obra femenina. (Ver Cuadro N°12). La rama en la que existe mayor equidad según el sexo es la correspondiente a ESTABLECIMIENTOS FINANCIEROS, donde las mujeres perciben el 97% del ingreso medio por hora obtenido por los hombres (en área urbana). Dada esta situación, es necesario reconocer que podría estar existiendo avances para mejorar la posición económica de las mujeres en ciertos puestos más modernos en los servicios del sector privado (Ma.V. Heikel, 1996). Por otro lado, las únicas ramas en las que las mujeres obtienen ventajas en cuanto al ingreso son las consideradas típicamente masculinas CONSTRUCCIÓN Y TRANSPORTE, y como tales concentran cantidades mínimas de mujeres siendo 4.4% y 11%, por lo que cualquier tipo de con-

clusión puede carecer de validez (Ver nuevamente Cuadro N°12 ). En áreas rurales, la igualdad de ingresos entre hombres y mujeres observada a nivel total, es producto de la concentración de la población campesina en actividades primarias -70,6% de los hombres y 40,5% de las mujeres- donde aparentemente en el nivel de ingreso no influye el sexo. Sin embargo, otras ramas donde las mujeres representan proporciones importantes como lo son el COMERCIO y los SERVICIOS, las disparidades que favorecen a los hombres se hacen presente. En ellas las mujeres perciben, en promedio, apenas el 59% y 57% de lo percibido por los hombres. Por último, las desviaciones típicas consignadas en el Cuadro N° 19 indican que en la generalidad de los casos, aunque en promedio las mujeres perciben cifras inferiores con respecto a los hombres, su distribución interna es más homogénea, es decir, presenta una menor dispersión en relación con los hombres. 4.7.2 Ingreso y Nivel Educativo Diversos estudios recientes señalan que la brecha salarial entre hombres y mujeres se produce a pesar del incremento en el nivel educacional de las mujeres a una tasa más rápida que la de los hombres. En el Cuadro N° 20 donde se consignan cifras que relacionan la media del ingreso en guaraníes por hora con el nivel educativo, se advierte que a pesar del impacto positivo de la escolaridad sobre el ingreso femenino, éste no es suficiente como


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

para reducir las desigualdades existentes con relación al ingreso masculino. Es más, en el Cuadro N° 20 se observa que tanto en áreas urbanas como rurales, las disparidades de los ingresos entre hombres y mujeres se tornan más acusadas entre la población con mayor educación. En áreas urbanas, la proporción del ingreso medio femenino en relación al masculino de las que tienen menos de 7 años de estudio es superior al 80%, siendo inclu-

47

so mayor al 100% entre las que tienen 1 a 3 años de estudio, lo que estaría indicando que las mujeres logran mejorar sus ingresos en los trabajos independientes, en su mayoría informales, donde generalmente se desempeñan las que presentan bajo nivel de instrucción. A partir de la educación media (7 años de estudio), la desventaja de la mano de obra femenina en cuanto al ingreso es considerable. Aún cuando se advierta cierto avance en materia de

CUADRO N° 20 INGRESO PROMEDIO EN GUARANÍES POR HORA (EN LA OCUPACIÓN PRINCIPAL) DE LA POBLACIÓN OCUPADA POR SEXO, SEGÚN AREA DE RESIDENCIA Y AÑOS DE ESTUDIO. AREA DE RESIDENCIA Y AÑOS DE ESTUDIO

HOMBRES

SEXO MUJERES

RAZÓN M/H

TOTAL

AREA URBANA 0 1a3 4a6 7a9 10 a 12 13 a 15 16 y más

1.843,4 2.055,1 2.763,2 3.877,4 6.041,5 8.521,9 18.186,8

1.728,4 2.224,5 2.294,7 2.649,6 4.010,1 6.367,9 12.019,9

93,8 108,2 83,0 68,3 66,4 74,7 66,1

1.780,6 2.123,4 2.568,6 3.408,5 5.264,3 7.384,4 15.742,8

AREA RURAL 0 1a3 4a6 7a9 10 a 12 13 a 15 16 y más

894,3 877,6 1.359,8 1.752,8 3.434,2 5.021,0 19.975,0

872,7 907,2 1.300,6 1.549,1 2.147,5 6.413,2 7.162,1

97,6 103,4 95,7 88,4 62,5 127,7 35,9

887,3 885,1 1.344,3 1.709,3 2.998,8 5.868,4 16.131,1

TOTAL PAIS 0 1a3 4a6 7a9 10 a 12 13 a 15 16 y más

1.070,9 1.144,8 1.836,2 3.106,4 5.567,1 8.183,1 18.277,5

1.183,9 1.393,4 1.804,0 2.429,5 3.721,3 6.373,8 11.856,1

110,6 121,7 98,2 78,2 66,8 77,9 64,9

1.113,9 1.217,8 1.825,8 2.883,2 4.874,9 7.210,9 15.759,9

Fuente: Elaboración propia en base a la EIH 1997/98, DGEEC


48

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

igualdad de ingresos entre los que tienen uno a tres años de educación superior (74,7%), el aumento de los años de estudio por encima de los 15 años pareciera no favorecer a las mujeres, por cuanto sus posibilidades de acceder a cargos directivos o gerenciales mejor remunerados son mucho menores que para los hombres26 . En áreas rurales, entre hombres y mujeres que llegaron hasta los 9 años de instrucción, las diferencias de ingresos son menores que en las urbanas. Sin embargo, entre la población con mayores años de estudio (16 y más), la brecha es más notable, puesto que el ingreso del trabajo de las mujeres equivale, en promedio, a sólo 35,9% de lo recibido por los hombres. Merece destacarse el hecho de que las mujeres con 13 a 15 años de estudio residentes en zonas rurales del país perciban ingresos superiores que los hombres con el mismo nivel de instrucción (27,7% más), lo que podría deberse a que la mayor parte de la población clasificada en dicho rango, estaría desempeñándose como docente, ocupación en la que los hombres están sub representados y por tanto la probabilidad de que las mujeres ocupen cargos directivos o gerenciales es mayor. En suma, con lo visto se podría descartar a la educación formal como una de las variables que determina la diferencia de ingreso entre hombres y mujeres. Por tanto, es probable que las disparidades se deban, al menos en parte, a los puestos que ocupan en sus respectivos trabajos.

5. CONCLUSIONES Si el género es un concepto que se refiere al conjunto de atributos socioculturales que se aplican diferencialmente a hombres y mujeres, determinando sus funciones, roles, ocupaciones dentro de la sociedad y entre ellos mismos y, si la hipótesis central de este trabajo se basa en la existencia de sesgos de género en Paraguay, ya sea entre los factores que determinan la inserción en el mercado laboral como dentro de él, podemos decir que efectivamente se observó inequidades en ambas zonas analizadas a través de los siguientes elementos. n

Los datos de la EIH 1997/98, permiten observar una mayor participación de hombres en el mercado de trabajo, tanto en el contexto global 74,4% Vs. 41,4%- como en los subconjuntos urbano 73,5% Vs. 48,6%- y rural 75,6% Vs. 31,4%-. La hipótesis, manejada en la mayoría de los países latinoamericanos, de que más mujeres jóvenes se incorporan al mercado de trabajo, queda en evidencia sólo en las áreas urbanas del país, donde el nivel de participación de las mujeres llega a su punto máximo en el grupo de edad 30 a 34 años para luego declinar rápidamente en las edades más adultas. En las zonas rurales, en cambio, aunque las mujeres se integran al mercado de trabajo en niveles bastante inferiores con relación a los hombres, las tasas de actividad se acrecientan a partir de los 20 años y declinan sólo a partir de los 65 años. Contrariamente, los hombres se mantienen en el mer-


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

cado de trabajo, tanto en áreas urbanas como rurales, con niveles elevados de participación desde los 15 años hasta los 64 años. n

n

n

La posibilidad que hombres y mujeres se incorporen al mercado de trabajo es mayor cuanto más alto es su nivel educativo. En el total país, la fuerza de trabajo con instrucción terciaria duplica la tasa de actividad presentada por aquellas que no tienen instrucción. Sin embargo, el efecto de la educación superior es mayor para las mujeres, puesto que las mismas incrementan su nivel de participación, al pasar del nivel secundario al terciario en áreas urbanas, de 53,5% a 80,4% y en las rurales de 37,6% a 85,3%. La información proporcionada por la EIH 1997/98 referente a la realización de cursos no formales permiten afirmar que el hecho de asistir a los mismos favorece la inserción de hombres y mujeres al mercado de trabajo, siendo el efecto de mayor ponderación en las mujeres, ya que mientras los hombres incrementan su nivel de participación en nueve puntos 81,6% Vs. 90,4%- en las áreas urbanas, las mujeres de las mismas zonas lo hacen en veinte puntos 47,8% Vs. 67,7%-, siendo similar la pauta en las áreas rurales. La influencia de la presencia o ausencia de pareja en el nivel de participación de las mujeres en el mercado de trabajo, queda en evidencia al analizar las diferencias entre las tasas de hombres y mujeres con el mismo estado civil o conyugal.

49

Dichas diferencias se hacen menos robustas entre los que no tienen pareja, así, en las ciudades la disparidad entre los solteros se reduce a 13,9 puntos y en las zonas rurales los separados o divorciados difieren en sólo 4,2 puntos. Sin embargo, el estado civil o conyugal pierde importancia a medida que la educación aumenta. En la generalidad de los casos -al relacionar el estado civil y la educación con el nivel de participación en el mercado de trabajo- la diferencia entre las tasas de participación entre hombres y mujeres, tiende a disminuir a medida que aumenta el grado de instrucción. n

Tanto en áreas urbanas como rurales, en la generalidad de los casos, la relación entre numero de hijos y nivel de participación en el mercado de trabajo, es inversa. Es decir, las tasas de actividad disminuyen a medida que aumenta el número de hijos. Sin embargo, no se puede establecer una relación causal entre actividad económica y numero de hijos, por ser ésta muy compleja.

n

Uno de los factores enérgicos que determinan la participación de las mujeres en el mercado de trabajo es la posición que ocupan las mismas en el hogar. Así, en cuanto al nivel de participación en el mercado de trabajo, las que son jefas de hogar superan ampliamente a las que no ocupan la misma posición en el hogar.

n

La participación laboral de las mujeres presenta diferencias no sólo respecto a la edad, nivel educativo formal o no formal, número de hijos, lugar que ocupan en el hogar,


50

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

sino también de acuerdo al nivel socioeconómico. Las tasas de actividad de las mujeres pobres, residentes en cualquiera de las dos áreas consideradas, son cuantio-samente inferiores a las tasas de las que no son pobres, lo que no sucede con los hombres, quienes presentan diferencias de 9 puntos en las áreas urbanas y sólo de 3 puntos en las rurales. n

n

n

El estudio de la cuantía de los efectos de los factores antes mencionados como determinantes de la participación económica de las mujeres, arroja las siguientes conclusiones: La probabilidad de que una mujer decida insertarse al mercado laboral es mayor a) cuanto más alto sea su nivel educativo b) si han asistido a un curso no formal c) cuando tienen la responsabilidad de jefa de hogar d) si no pertenecen a un hogar pobre. Los efectos de las variables indicadas son superiores en las áreas urbanas del país. El hecho de que actualmente una proporción importante de mujeres decidan insertarse al mercado laboral, no significa que las mismas tengan igual acceso a los diferentes tipos de actividad, lo que lleva a una segregación por sexo. El empleo femenino se concentra en ramas de actividad, principalmente del sector terciario, consideradas típicamente femeninas , que generalmente son las peor pagadas. Este hecho se da en las dos áreas estudiadas. Mientras en las áreas urbanas del país, las tres cuarta partes de los patrones o empleadores son hombres, el 95% de los que trabajan en la Categoría de empleado/a domés-

tico/a son mujeres. El comportamiento es similar en áreas rurales. n

La clasificación de los ocupados por grupos ocupacionales deja en evidencia la diferenciación entre hombres y mujeres en cuanto al comportamiento en el mercado de trabajo. En las áreas urbanas del país, mientras las mujeres se concentran en los grupos Trabajadores en Servicios personales y Comerciantes, Vendedores y Afines; los hombres se distribuyen en un abanico mayor de opciones ocupacionales, lo que confirma que en Paraguay existe la llamada Segregación Profesional

n

Utilizando el «índice de disimilitud» propuesto por Duncan, que permite medir la segregación ocupacional entre hombres y mujeres en cualquier número de diferentes grupos ocupacionales, se detectó que en las áreas urbanas del país, el 38% de mujeres y hombres deben cambiar de ocupación de manera que la razón de sexo de la fuerza de trabajo sea igual a la razón de sexo como un todo, eliminando la segregación ocupacional entre géneros. El mismo índice para las áreas rurales aumenta a 41%, ocupando 44% para todo el país.

n

Dadas las características del Sector Informal, las mujeres tienen amplias posibilidades de generar ingreso dentro de él. La información de la EIH 1997/8 revela que a pesar de que se excluye por definición la categoría Empleado/a Doméstico/a , indiscutiblemente feminizada, el 45% de la mano de obra femenina es absorbida por dicho sector.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

n

n

n

Las tasas de desempleo abierto de las mujeres del Paraguay son significativamente más elevadas que las de los hombres. Según la edad, se observó que independientemente del sexo, son los más jóvenes, quienes encuentran menos oportunidades de empleo. En el caso de las mujeres el nivel del desempleo abierto se mantiene elevado hasta los 29 años y en el de los hombres la tasa se reduce a partir de los 20 años. En áreas urbanas, el crecimiento del nivel de escolaridad de las mujeres no les garantiza obtener empleo. Hasta el nivel secundario, las mismas experimentan incrementos en las tasas de desempleo abierto y sólo se reduce considerablemente entre las que cursaron el nivel terciario. En contraste, los hombres disminuyen significativamente el nivel de desempleo abierto a medida que aumenta el nivel educativo. En las zonas rurales, aún con niveles de desempleo inferiores en comparación a las urbanas, son las mujeres las más afectadas y el comportamiento según nivel educativo no registran diferencias entre hombres y mujeres. La desigualdad de ingresos, que favorece a los hombres, se evidencia con mayor claridad en las áreas urbanas del país. En ellas las mujeres ganan en promedio el 74% de lo que ganan los hombres. La brecha de ingresos varía según la rama de actividad en la que se insertan. Así, en el grupo Servicios Personales y comunales, que concentra al 43% de la mano de obra femenina, las

51

mujeres perciben el equivalente al 61% de los ingresos masculinos. n

A pesar del impacto positivo de la escolaridad sobre el ingreso femenino, éste no es suficiente como para reducir las desigualdades existentes con relación al ingreso masculino. Es más, tanto en áreas urbanas como rurales, la brecha salarial se incrementa a medida que se eleva el nivel educativo, puesto que la media del ingreso de la mano de obra femenina sin instrucción corresponde a 93,8% de la de los trabajadores hombres clasificados en el mismo grupo y se reduce a 62,3% para las que llegan al nivel terciario.

6. LINEAMIENTOS DE POLÍTICAS La inserción al mercado laboral se ha constituido en un paso importante para la vida de todo ser humano. Pero, generar empleos no es sencillo, sobretodo en el contexto actual y aún más cuando se trata de género. A continuación, se hacen algunas sugerencias tendientes a coadyuvar en el diseño de políticas públicas en búsqueda de una mayor equidad de género. Estas recomendaciones parten del supuesto de que las iniciativas de políticas deben abarcar, lo máximo posible, las distintas naturalezas de la compleja problemática de las inequidades de género. Siendo así, se propone un conjunto de iniciativas en los más diferentes ámbitos.


52

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

6.1 Generación de estadísticas e informaciones del mercado laboral Es necesario garantizar la generación de nuevas estadísticas que permitan la elaboración de nuevos indicadores por sexo. El objetivo es crear sistemas estadísticos con enfoque de género que puedan servir de insumos para la elaboración de diagnósticos con perspectiva de género con los que se pueda monitorear la evolución de la situación de las mujeres comparada con la de los hombres, para el seguimiento, evaluación y diseño de políticas puntuales direccionadas a superar las inequidades de género. Para el efecto, es de suma importancia la realización de seminarios y encuentros entre productores y usuarios de datos para la discusión e intercambio de ideas sobre como insertar la perspectiva de género en las fases de formulación de las preguntas, recolección y divulgación de los resultados. Una reorganización sistemática de los datos sobre actividad/inactividad, incluyendo, entre las activas, las mujeres clasificadas en quehaceres del hogar , es un camino para tornar visible parte del trabajo femenino subestimado. Mientras tanto, es necesario que los datos sean publicados en forma desagregada (activas + activas por quehaceres del hogar) para que no haya una pérdida de comparabilidad en relación con las publicaciones anteriores. Si las fuentes secundarias no abarcan toda la complejidad inherente a la inserción laboral, se hace necesario complementarlas con estudios cualitativos, historias de vida, entrevistas

etc. En este contexto, las investigaciones antropológicas, cualitativas, de menor alcance y mayor profundidad, desempeñan un papel fundamental en la medida que permiten añadir elementos de análisis no revelado por las estadísticas y que están influenciando decisivamente en el proceso de inserción laboral y con reflexiones acerca de las inequidades de género. Siendo así, urge promover, fomentar y apoyar iniciativas en este ámbito.

6.2 Descentralización de acciones y promoción del diálogo social La convergencia y divergencia de políticas de un centro fuerte que caracteriza a América Latina, hoy día son discutidas en cuanto a su eficacia y eficiencia en todos los órdenes, por los actores de todos y cada uno de los países que han experimentado dicho proceso político. La falta de diálogo social entre los actores sociales locales, ha venido propiciando la ejecución de políticas generales que contienen elementos que no dan cuenta de las especificidades y necesidades departamentales y municipales. En virtud de esta problemática, se sugiere: Promover la creación de comisiones tripartitas y paritarias sobre empleo, ingreso e igualdad de oportunidades en el ámbito departamental y municipal, compuesta por gobierno, empresarios, sindicatos/tercer sector. Estas comisiones tendrían las siguientes atribuciones básicas:


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

n

Articular los diversos actores sociales involucrados en la temática de generación de empleo, ingreso, tema de género, área educacional y formación profesional con el objetivo de realizar acciones en conjunto y sinérgicas;

n

Garantizar la introducción de una perspectiva de género e igualdad de oportunidades en todas las acciones vinculadas a la mejoría de la inserción laboral

n

Identificar, en orden de prioridad, a la escala departamental los principales problemas en el mercado de trabajo;

n

Articular las diversas acciones en curso en el ámbito de la capacitación profesional y generación de empleo e ingreso;

n

Identificar las potencialidades y aptitudes departamentales con el objetivo de elaborar estrategias de desarrollo departamental sustentables;

n

Proponer alternativas para capacitación y absorción de la mano de obra desempleada, desde el punto de vista de la demanda, tomando en cuenta las actividades más promisoras desde el punto de vista de la generación de nuevas oportunidades de empleo e ingreso;

n

n

Desarrollar metodología e identificar grupos sociales vulnerables que tendrán prioridades de acceso a las políticas, programas y acciones direccionadas a la promoción de la superación de la pobreza; Para que el trabajo de las comisiones pueda lograr mejores resultados es necesario la creación de un

53

Grupo de Apoyo Permanente (GAP) formado por técnicos del poder público, instituciones técnicas y de investigación, universidades, etc. para promover asesoría técnica en los diversos trabajos de las comisiones tripartitas.

6.3 Estímulo y creación de un ambiente favorable para profundizar y fomentar el proceso organizacional de las mujeres De modo general, hay una baja o nula organización de las mujeres a nivel nacional y por ende en los departamentos y municipios del país. Con relación a las organizaciones existentes y los apéndices de las ONGs, entretejen estructuras marcadas con bastante fragilidad y con bajo grado de participación femenina. No obstante, estas organizaciones enarbolan, la importancia social del proceso de organización como forma de conquista de espacios y superación de las inequidades y pobreza. El fortalecimiento de la capacidad de las mujeres para organizarse mediante sus propios medios, constituye poderes para el aprovechamiento de las oportunidades y emprender cambios para la superación de las inequidades; una vez que la organización: n

Permita que las mujeres puedan comprender la naturaleza de sus condiciones sociales y económicas, analizándolas e indagando sobre ellas

n

Represente un espacio poderoso para el desarrollo de la confianza en sí mismas


54

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

n

Sea un espacio ideal para sumar esfuerzos y recursos para apoyar los objetivos comunes y la acción colectiva, representando así los intereses colectivos al mismo tiempo en que desarrolla un espíritu de solidaridad entre sus miembros.

n

Sea una oportunidad para salir del ámbito del hogar y participar en la vida pública.

Verbigracia: a través de organizaciones es posible establecer estrategias colectivas apuntando al mejoramiento del nivel de ingresos y aumentar la productividad en actividades como las siguientes: n

Adquirir materias primas y otros insumos productivos más baratos a partir de hacer las compras en conjunto

n

Comercializar sus productos en grupo, atendiendo así la necesidad de vender a escala -al por mayor- como es exigida por muchos clientes

n

Mantener las instalaciones, los equipos y otros medios de producción bajo un régimen de propiedad y gestión colectivas

n

Formar Becas o fondo común con los ahorros y el capital, para incursionar en actividades económicas alternativas o mejorar las existentes.

Además, es posible desarrollar acciones con el objetivo de asegurar el suministro de servicios sociales que necesitan las mujeres, tales como: guarderías infantiles, aprendizaje educacional, entre otras.

Dentro de este texto, el rol del Estado es estructurar el marco jurídico primeramente y luego, orientar políticas e incentivos de manera a fomentar la creación de organizaciones de mujeres. Éstas ajustadas a lo que prescribe la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la ratificación y aplicación de los Convenios y Recomendaciones sobre libertad de asociación quienes suministran ese marco.

6.4 Combate al desempleo juvenil La permanencia de elevados niveles del desempleo juvenil en Paraguay, verificados en este estudio, apunta hacia la elaboración de nuevas modalidades de políticas que puedan primar para la retención de los jóvenes de ambos sexos en el sistema educativo en detrimento de la entrada precoz en el mercado de trabajo. Para lograr este objetivo, se sugiere la implementación de la Beca-Escuela27 : Más allá de desestimular el trabajo juvenil, la Beca-Escuela generaría la inclusión social por medio de la educación y disminuiría significativamente la deserción escolar y aumentaría el desempeño del alumno. Sería concedido un salario mínimo mensual, a cada familia que estuviera encuadrada en los siguientes criterios y condiciones: 27 Esta herramienta de política pública, ya viene siendo utilizada con éxito - con algunas diferencias en función de la localidad - en Brasil, como ejemplo se tiene las experiencias desarrolladas en Brasilia, y el programa de erradicación del trabajo infantil y desempleo juvenil en la región productora de sisal del Estado de Bahía en la región Nordeste.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

n

Tener hijos o hijas entre 15 y 19 años matriculados y frecuentando la escuela;

n

Asistencia de 90% en la escuela

n

Hogar con ingreso por debajo de la línea de pobreza.

Aunque la retención en el sistema educativo sea el ideal, no se puede olvidar de los y las jóvenes que inevitablemente necesitan y tendrán que trabajar concomitantemente a la realización de sus estudios. Siendo así, otra modalidad de política imprescindible para el combate al desempleo juvenil refiérase al proceso de capacitación. En esta perspectiva es importante introducir programas que permitan capacitar también a los candidatos y candidatas a obtener su primero empleo. Para lograr estos objetivos, la participación del sector privado juega un papel fundamental. Apuntándose como sugerencias las siguientes: n

n

Elaborar novedosos programas de estudio, que incluyan estadías de los alumnos en las empresas, tendientes a aprovechar los recursos técnicos y humanos a favor de la educación, pero también de la planta productiva. Ofrecer becas de capacitación dentro de las empresas a quienes desean insertarse al mercado laboral, con el fin de evitar el no ser contratados por falta de experiencia, y no tenerla porque nadie los contrata. Para el efecto, los recursos nacionales y de Agencias Internacionales, en lugar de canalizarse solamente para la capacitación en «aulas» se debe destinar una parte a la capacitación «en

55

las empresas», y entre éstas en aquellas que estén interesadas en contratar, de un diez a un 20% de los becarios participantes. n

La modalidad de capacitación in situ favorece la desincorporación de los prejuicios y estereotipos de género, como lo hicieron las universidades en su tiempo. La idea es que tanto las mujeres como los hombres interesadas en laborar en una empresa, accedan a estas becas, dado que éstas les permitirá desempeñarse en el lugar, buscando contratarse

n

A las empresas, tener becarios les permite conocer en la práctica, sus posibilidades de contratación con base a los nuevos rendimientos y productividades logrados durante el concurso de los participantes

n

La certificación de habilidades por parte de los empresarios, el gobierno y las instituciones educativas, permite a las personas ampliar sus expectativas laborales, sobretodo de las jóvenes, toda vez que les permita tener un primer antecedente laboral que antes les era negado.

n

La vinculación de las esferas educativa, productiva y de gobierno, permite un acercamiento más propositivo al mundo de los proyectos productivos, de la reactivación económica, y desde luego de la inserción laboral.

n

Serían ofrecidos incentivos fiscales a las empresas que se adhirieran a dicho programa.

n

Sería beneficioso que las empresas ofrezcan cursos de capacitación de


56

n

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

todos los oficios, para ambos sexos, y que apunten claramente sus contenidos hacia la superación de los estereotipos de los oficios, típicamente masculinos o típicamente femeninos .

El éxito de esta política depende también de una mejor y más efectiva interacción con los programas de capacitación direccionados para pequeñas emprendedoras.

Los alumnos participantes tendrían que presentar buena frecuencia y rendimiento en la escuela.

6.6 Revisión de los programas de capacitación profesional: nuevos enfoques y modalidades de políticas

6.5 Ampliación de las oportunidades de crédito para mujeres El suministro de servicios de crédito se constituye en un instrumento importante para la generación de trabajo e ingreso. Mientras tanto, las mujeres tienen un acceso más limitado que los hombres a los servicios financieros de las instituciones formales. Esto ocurre sobretodo por la existencia de factores socioculturales -estereotipo de que entre las mujeres hay un mayor riesgo de perdida del préstamo, no poseen experiencia de gestión, etc.- y problemas de naturaleza jurídica28 . Dentro de ese texto, el sistema de microcrédito productivo asume un importante papel, constituyéndose en una importante herramienta de combate a la pobreza y generadora de promoción social. Las políticas en este ámbito no pueden prescindir de un enfoque de género, una vez que en la Cúpula Mundial de la Mujer realizada en Beijing (1995) fue constatado que el aporte de microcrédito a las mujeres, presentaba impactos altamente satisfactorios sobre la reducción de la pobreza.

Dado el elevado número de mujeres que van incorporándose al mercado laboral, se necesita con urgencia ampliar las oportunidades de empleo para las mujeres, sobretodo las jóvenes y adaptar sus aptitudes y áreas de especialización a las exigencias del mercado. Los proyectos de capacitación técnica desempeñan un papel decisivo en la adaptación de la oferta de mano de obra a la demanda del mercado. Sin embargo, para que estos proyectos den mejor resultado, deben llevar en cuenta una serie de elementos y factores que están involucrados en este proceso. Es preciso ampliar el enfoque a una dimensión de educación profesional que: n

Se constituya en un derecho de las ciudadanas productivas, pensado a partir de bases contínuas, permanentes, y con carácter complementario -nunca sustitutiva- de la educación básica y media, que es un derecho de todo ciudadano

n

Abarque un variado conjunto de acciones, incluyendo: cursos, entrenamientos, asesorías, extensión, investigaciones y estudios, contemplando el desarrollo integrado de

28 Según la OIT, las propiedades que podrían servir para garantizar créditos normalmente no están a nombre de la mujer, porque ésta no tiene plena capacidad jurídica para estipular contratos o bien porque los bancos exigen el consentimiento del marido.


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

habilidades básicas, específicas y/ o de gestión del trabajador n

Sea capaz de atender la diversidad social, económica y regional de la PEA, garantizando, además, preferencias para actores más vulnerables económica y socialmente, considerando su situación de pobreza, baja escolaridad, sexo, necesidades especiales y otros factores de discriminación que estén haciéndose presentes en el mercado de trabajo.

Las habilidades deben ser entendidas como atributos relacionados, no solamente con el saber-hacer conectado más a los saberes (conocimientos), sino como al saber-ser (aptitudes) y al saber-agir (prácticas en el trabajo). Lo que implica enriquecer las variadas dimensiones: cognitivas, motoras y de aptitudes. En este contenido, es necesario: n

Incorporar el enfoque de habilidades básicas, específicas y de gestión en la formulación de los programas de capacitación, una vez que estas son fundamentales para dar respuestas a las nuevas exigencias del proceso productivo y lograr una mejor calidad de inserción laboral para el trabajador

n

De modo ideal, las habilidades deben ser desarrolladas de manera integrada

n

En el proceso de planificación de las habilidades, es imprescindible considerar las expectativas no sólo del mercado de trabajo, sino también aquellas expectativas e intereses de las trabajadoras

n

Al delinearse las acciones para el desarrollo de habilidades básicas, específicas y de gestión29 es interesante hacer un examen de los pro-

La educación profesional debe procurar garantizar: n

Formación y actualización profesional en contextos de cambios y modernización tecnológica

n

Aumento de la probabilidad de obtención de trabajo y de generación o incremento de ingreso, reduciendo los niveles de desempleo y subempleo

n

Aumento de la probabilidad de permanencia en el mercado de trabajo, reduciendo los riesgos de despidos y las tasas de rotatividad

n

Incremento de la productividad, con competitividad e ingreso.

6.7 Necesidad de un nuevo contenido de capacitación y las nuevas habilidades demandadas En el proceso de elaboración de programas de capacitación se deben incluir los contenidos de habilidades básicas, específicas y de gestión, superando así el enfoque tradicional de simples adiestramientos para la realización de tareas específicas.

57

29 Según la OIT las habilidades básicas pueden ser entendidas en una amplia escala de atributos, que parte de habilidades más esenciales como leer, interpretar, calcular, hasta llegar al desarrollo de funciones cognitivas que propicien el desarrollo de raciocinios más elaborados. Las habilidades específicas están estrechamente relacionadas al trabajo y dicen respecto a los saberes, saber-hacer y saber-ser exigidas por puestos, profesiones o trabajos en una o más áreas correlacionadas. Las habilidades de gestión están relacionadas a las competencias de autogestión, de iniciativas de negocios que requieren de trabajo en equipos.


58

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

gramas ya desarrollados, que permitan el establecimiento de asociaciones que minimicen esfuerzos y racionalicen recursos. En virtud de las inequidades de género y desempleo juvenil constatados en este trabajo, los programas de capacitación, aunque deban ser de carácter universal, necesitan priorizar su acceso a: n

Mujeres, sobretodo jefas de hogar, de baja escolaridad y en situación de pobreza

n

Jóvenes en situación de riesgo social, en especial mujeres adolescentes viviendo en condiciones de explotación sexual y candidatas al primero empleo

n

Además es necesario priorizar el acceso a los individuos pertenecientes a minorías étnicas y minusválidos.

Las acciones en el ámbito de la educación profesional no deben limitarse solamente a la capacitación de personas que estén buscando trabajo. También, es necesario promover la capacitación y recapacitación de los individuos ocupados que estén en peligro de perder su empleo: n

n

En función de procesos de modernización tecnológica, privatización, cambios de política económica y otras formas de reestructuración productiva Para desempeñar trabajos por cuenta propia o autogestionados, y en actividades sujetas a eventualidades ocasionadas por motivos de restricción legal, clima, ciclo eco-

nómico y otros factores que puedan generar inestabilidad en la ocupación y en el flujo del ingreso.

6.8 Elaboración de programas de capacitación con perspectiva de género En el proceso de elaboración se debe tomar en cuenta: n

El problema de la limitación de la gama de ocupaciones para las cuales se capacita a la mujer, así como la calidad de esta capacitación

n

La introducción de actividades paralelas que tengan en cuenta las barreras para la participación efectiva de las mujeres en los programas de capacitación.

6.9 Focos de capacitación en función de la realidad y demanda local El proceso de definición de los cursos debe ser orientado por la efectiva demanda del sector productivo, reuniendo intereses y necesidades de las trabajadoras, empresarias y comunidades, superando por lo tanto la histórica orientación de formación profesional basada en la oferta de cursos disponibles en el mercado. Partiendo de este contexto y acorde con las investigaciones realizadas en este trabajo, se apunta el siguiente lineamiento: n

Primero, se debe elevar el nivel técnico de la capacitación que se ofrece en las ocupaciones donde las mujeres ya están distribuidas a fin


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

n

n

59

de incrementar su productividad y la adecuación de su preparación a las necesidades del mercado laboral en ramas tales como las Industrias textiles y de prendas de vestir; Comercio, hoteles y restaurantes; Enseñanza y Servicios de salud

n

Suministro de servicios de cuidado infantil o facilidad para obtenerlos

n

Segundo, ofrecer nuevos cursos y metodología de capacitación para enfrentar las necesidades cambiantes del mercado y de esta manera ampliar la Gama de empleos disponibles para las mujeres -por ejemplo, en los sectores de telecomunicaciones, reparación de computadoras e instalación de teléfonos-

Siempre que se recurra a avisos publicitarios incluir la frase «para ambos sexos», sobretodo en los cursos típicamente masculinos .

6.10.1 Desarrollo de una pedagogía de género en el ámbito de la capacitación

En tercer lugar, revisar los planes de estudios para las ocupaciones en las cuales tradicionalmente ha predominado el hombre -como la plomería, la mecánica, la soldadura, la instalación eléctrica, la carpintería, etc.-, o bien deben planificarse cursos propedéuticos, a fin de que las mujeres también tengan acceso a estos campos de actividad.

6.10 Acciones para fomentar y asegurar la participación femenina en los cursos de capacitación Es necesario formular estrategias que permita a la mujer matricularse a cursos de capacitación a la par del hombre. Dichas estrategias, entre otras, debería abarcar: n

Campañas de información y promoción para impulsar a las mujeres a inscribirse en los cursos de igual a igual con los hombres

n

Vínculos con el sector privado y

servicios de colocaciones orientados a las mujeres

Para los mismos es necesario tener en cuenta los siguientes: n

Revisión de los planes de estudios y de los materiales didácticos con una perspectiva de género

n

Ofrecer sensibilización a los educadores y demás personal en lo que se refiere a cuestiones de género

n

Dar clases de preparación laboral y ofrecer orientaciones que respondan a las necesidades de las mujeres en el lugar de trabajo, que abarquen asuntos relativos a los estereotipos ocupacionales, la seguridad en ellas mismas, el manejo de estrés y la discriminación, el fortalecimiento de la confianza en uno mismo, las relaciones humanas y el cuidado compartido de las hijas.

6.10.2 Formación de formadores En la perspectiva de las acciones educativas, se debe promover la formación de formadores para que la perspectiva de género y el enfoque integrado de las habilidades tengan suficiente potencial para que puedan ser incorporadas.


60

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

El proceso de seguimiento y evaluación de los programas de capacitación debe ser orientado para construir y analizar indicadores sobre eficiencia, eficacia y efectividad social de los programas, en los siguientes términos: n

n

n

EFICIENCIA: entendida como el grado de aproximación entre lo previsto y lo realizado, en materia de individuos capacitados, carga horaria, amplitud espacial y sectorial, aplicación de recursos - entre otras variables; EFICACIA: expresada por el beneficio de las acciones de educación profesional para los capacitados, en materia de obtención o manutención de trabajo, generación o incremento de ingreso, incrementos de productividad y calidad, integración o reintegración social; EFECTIVIDAD SOCIAL: impactos de los programas como política pública, del punto de vista más amplio de la población, comunidades o sectores beneficiados focalizados.

6.11 Abrir espacios a la participación comunitaria La participación efectiva de la comunidad en el proceso de elaboración, acompañamiento y evaluación de las políticas públicas sigue siendo restringida en las administraciones locales. La creación de canales efectivos para la participación comunitaria en la selección, diseño, ejecución y supervisión de programas, merece mayor atención. Es la comunidad la que conoce más de cerca sus problemas. Siendo así, las propuestas de políticas cuyo objetivo

sea la superación de las inequidades de género no pueden prescindir de la participación comunitaria, sobretodo en lo que se refiere a considerar a las mujeres como informantes de sus propias necesidades, problemas y posibilidades. Además el tratamiento de todo lo inherente a género, cuando provienen de las afectadas, los lineamientos y sugerencias son de mayor contenido a los análisis fríos y sin pasión .

6.12 Actuar sobre los estereotipos de género Teniendo en cuenta que la EIH 1997/98 releva datos cuantificables, deja de medir muchos de los factores que las mujeres enfrentan, barreras socioculturales para ingresar y permanecer en el mercado de trabajo en igualdad de oportunidades. A modo de ilustrar percepciones de vivencia del día a día societal, en la búsqueda del empleo inmediatamente después de obtener capacitación, las mujeres apenas comienzan a enfrentar la problemática del proceso de selección. En éste ámbito, se entiende que el proceso de reclutamiento no es neutro. Las pruebas, entrevistas y evaluaciones aplicadas a quien por fin podrá conseguir o no la ocupación, tampoco responde solamente a la oferta y la demanda. No es un proceso que responda a la necesidad de quién está comprando , o de quien está reclutando. El reflejo ideológico, los prejuicios, la discriminación, la presentación -vestido, apariencia física, entre otras- y un conjunto de características -sexo, edad y etnia- no responden del todo a las variables económi-


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

cas de oferta y demanda de la mano de obra. En cuanto tal, los individuos del sexo masculino, blancos, bien vestidos y que hablan bien, poseen mayores posibilidades de lograr el empleo que las mujeres y, menores posibilidades aquellas que presentan características de pobreza y sus prolegómenos, etnia, raza, entre otras. Sin duda alguna, la capacitación profesional aumenta las probabilidades del agente para conseguir empleo, pero no altera la diferencia entre los atributos personales del individuo. Lo antedicho deja subentender, que en una política de capacitación es preciso tomar en cuenta las características del mercado de trabajo, pero también las características de los individuos que están siendo objeto de esta política, así como las barreras, estereotipos y prejuicios que los mismos enfrentan en la búsqueda de un empleo. Frente a este complejo contexto urge coordinar las políticas direccionadas a la inserción de la mujer en el mercado laboral, sea creando o manteniendo programas orientados hacia una mayor conciencia y sensibilización sobre los estereotipos de género. Para lograr tal objetivo, se sugiere implicar las siguientes: n

Programas orientados a promover un reparto más justo y equitativo de las responsabilidades familiares entre la pareja, el Estado y la sociedad en su conjunto.

n

Realización de Talleres de género para todo el ámbito de la vida social, con el objetivo de conscientizar -a las propias mujeres, inclusive-

61

sobre lo nocivo que es para la sociedad la existencia de discriminación y estereotipos de género. El contenido del taller debe primar por introducir la dimensión de la perspectiva de género y cómo es posible construir una sociedad más equitativa y fraterna a partir de la no-discriminación y cooperación entre los sexos. n

Elaborar y distribuir material didáctico y recomendar que las escuelas lo divulguen junto a los educadores y alumnos.

n

Campañas junto al empresariado divulgando las aptitudes y buen desempeño de las mujeres en cursos de capacitación vinculados a los oficios típicamente masculinos. En este contexto, cabe enfatizar los nuevos empleadores, sobretodo aquellos que tomaran préstamos del poder público para abrir su empresa.

La implementación de este conjunto de iniciativas resulta esencial para que las mujeres obtengan éxito hacia el empleo equitativo y de calidad.


62

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

7. BIBLIOGRAFIA Anker, Richard.1997. La segregación profesional entre hombres y mujeres. Repaso de las teorías. OIT, Revista Internacional del Trabajo. Vol. 116, núm. 3 www.ilo.org

Lara, Carmen. 1994. Mujeres y mercado de trabajo. Las discriminaciones directas e indirectas. Consejo Económico y Social, Madrid. Colección Estudios, Número 1.

BID. 1990. Progreso Económico y Social en América Latina. Tema Especial: La Mujer Trabajadora en América Latina, Washington 1990.

Montecino, Sonia y Loreto Rebolledo. 1996. Conceptos de género y desarrollo. Serie Apuntes Docentes 1, Programa Interdisci-plinario de Estudios de Género, Facultad de Ciencia Sociales, Universidad de Chile. Ed. La Unión. Santiago de Chile.

CEPAL. 1996. Panorama Social 1995. CEPAL, Santiago de Chile. CEPAL, PNUD Paraguay. 1997. Panorama Social del Paraguay 1997. CEPAL, Santiago de Chile. Fernández, Julio. Desempleo Oculto. Datos de la EIH 1997/8. DGEEC 1999. Guimarães, José Ribeiro. 1997. Mulher: Trabalho e Desigualdade de Renda. Análise & Dados, Salvador, SEI, v.7, n.2, p. 69-88, set 1997. Guzmán Virginia, Portocarrero Patricia y Vargas Virginia. Género en el Desarrollo, Una nueva lectura. Ediciones Entre mujeres. Lima, Perú, 1991. Heikel, Ma. Victoria, 1996. Ser Mujer en Paraguay. Situación sociodemográfica y cambios resgistrados en el periodo intercensal 1982-1992. DGEEC/FNUAP, Asunción. Lamas, Marta. 1997. Usos, Dificultades y Posibilidades de la Categoría Género. www.udg.mx/ laventana/libr1/lamas.html

Montecino, Sonia. 1996. De la Mujer al Género: Implicancias Académicas y Teóricas. http:// www.uchile.cl/facultades/csociales/ excerpta/mujer2.htm Oliveira, Ana. 1998. Indicadores da Segregacao Ocupacional por sexo no Brasil. ABEP, Anais do XI Encontro Nacional de Estudos Populacionais. Rio de Janeiro. Palma, Ricardo. 1961. Obras Completas del autor publicadas por la Editorial Aguilar. Madrid. Posthuma, A. Lombardi, M.R. C. 1996. Gênero e exclusão social no novo paradigma produtivo. In: Encontro Da Associacao Nacional de Pós-Graduacao em Ciencias Sociais, Caxambu. Anais... Caxambu: ANPOCS/GT Trabalho e Sociedade. Robinson, Derek.1998. Diferencias de remuneración entre los sexos según profesión. OIT, Revista Inter-


Inequidades de Género en la Inserción Laboral en Paraguay

nacional del Trabajo. Vol. 117, núm. 1 http://www.ilo.org Rodríguez, Jorge. 1999. Población y Empleo. Serie Documentos de Apoyo a la Docencia. Santiago de Chile, Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, CAPP, Programa Global de Formación en Población y Desarrollo Sustentable, DAD N.º 024/99. Valenzuela, Maria. 1997. Equidad de género y trabajo de la mujer en América Latina. Documento a ser presentado a la Séptima Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina y Caribe. Santiago de Chile, OIT/ ETM Santiago.

63


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

65

Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay Yung Il Lee

INTRODUCCIÓN Uno de los actores más importantes de cualquier sociedad son sus niños, por tanto el análisis de su educación, salud y bienestar es fundamental para conocer las condiciones futuras de la población en general. A pesar de ello, existen pocos estudios relacionados con la salud infantil y mucho menos sobre lactancia y niveles de desnutrición de este segmento de la población. Estas limitaciones, dificultan el conocimiento e interpretación de la situación infantil en otros contextos y también el análisis del alcance de las políticas y programas dirigidas hacia el desarrollo de este sector. Uno de los principales propósitos de este documento es justamente explorar la situación de la salud y nutrición de la niñez paraguaya para facilitar la toma de decisiones de las instituciones involucradas en lograr mejores condiciones de vida de los niños. También se trata de mostrar la utilidad de la información de las Encuestas de Hogares para el análisis de temas tan relevantes como el tratado en el presente estudio. El empleo, educación, migración, salud, vivienda, ingresos, entre otros, son temas que también han sido cubiertos por las últimas encuestas de hogares y que pueden ser utilizados para diversos propósitos, en

el marco de las políticas que buscan mejorar las condiciones de vida de la población. El documento es fundamentalmente de carácter descriptivo y está estructurado en seis secciones. La primera describe la fuente de información y los indicadores utilizados; la segunda encara el tema de la salud infantil; la tercera abarca diversos aspectos relacionados con presencia de diarrea en los niños; la cuarta presenta algunos resultados relacionados con la lactancia materna; la quinta muestra la situación nutricional de los niños, y la ultima sección presenta las principales conclusiones del trabajo.

FUENTE DE INFORMACIÓN E INDICADORES UTILIZADOS LAS ENCUESTAS DE HOGARES: de 1983 a 1994, las encuestas de hogares ejecutadas por la DGEEC tuvieron como propósito fundamental la captación de la información sobre empleo y desempleo, habiendo permitido analizar y describir la situación de las personas y hogares en tales temas. A partir de 1995 la cobertura temática y geográfica de las mismas se amplió con el propósito de que los analistas y auto-


66

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

ridades del país dispusieran de información sobre los diversos temas relacionados con las condiciones de vida de la población, representativa a nivel de todo el Paraguay y algunos de sus departamentos.

dos (NCHS), el cual ha sido sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este patrón internacional permite la comparación de los resultados entre diversas poblaciones en un momento dado del tiempo.

Para la elaboración del presente estudio se utilizó la base de datos de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/ 1998 ejecutada por la DGEEC, en el marco del Programa Regional de Mejoramiento de las Encuestas y Medición de las Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe (MECOVI), auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (CEPAL). Esta encuesta recogió información de 2.809 niños menores a 5 años de todo el país, de los cuales 2.681 tienen datos completos sobre talla y peso, relacionados con la edad (en meses). De este modo fue factible realizar estimaciones representativas a nivel país y por áreas urbana y rural.

Las mediciones referidas al peso y talla, combinadas con los datos de edad y sexo, y la información del patrón indicado, proporcionan insumos básicos para tener una comprensión general del estado nutricional de los niños. En este sentido, lo que se conoce como puntaje Z indica la cantidad en que difiere una medida respecto al promedio del patrón de referencia, expresado en desviaciones estándar (DE)1 . Se considera un niño o niña en situación de desnutrición cuando su puntaje Z es menor a 2DE.

INDICADORES UTILIZADOS: El diagnós-

tico de la situación nutricional de la población puede realizarse a través de diversos indicadores, dentro de los cuales se encuentran los antropométricos que son uno de los más utilizados por la facilidad de su obtención. Estos generalmente se construyen teniendo en consideración el peso y la talla, comparadas con un patrón de referencia. Para el caso concreto del presente trabajo, la población de estudio son los niños menores a cinco años y el patrón de referencia es el definido por el Centro Nacional para las Estadísticas de la Salud de los Estados Uni-

En función de la medida utilizada puede obtenerse los siguientes indicadores: Desnutrición crónica: es el retardo en el crecimiento reflejado en la talla respecto a la edad. Se determina comparando la talla del niño con la esperada para su edad y sexo (T/E). Refleja un efecto acumulativo del retraso en el crecimiento y generalmente problemas estructurales de la sociedad (alimentación deficiente, situación de pobreza, prácticas de salud, condiciones sanitarias, etc.). Desnutrición aguda: se produce cuando el peso del niño o niña es inferior a la esperada para su talla (P/T). 1 En el presente documento, la estimación de estos puntajes se hizo utilizando los programas EPI INFO 6.04 (EPINUT) y SPSS (versión 9.0).


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

Refleja una desnutrición reciente o actual y mide el efecto del deterioro de la alimentación y de la presencia de enfermedades en el presente y/o pasado reciente. El peso por talla es un indicador particularmente importante para la descripción del estado de salud actual del niño mayor de dos años. Desnutrición global o general: cuando el peso del niño es inferior al promedio esperado para su edad (P/ E). Es un indicador general ya que no permite distinguir los resultados de los problemas estructurales que afectan el retardo en el crecimiento de los efectos de la pérdida de peso reciente. Así, constituye un indicador suficientemente sensible para monitorear el crecimiento de los niños y para tomar medidas urgentes ante síntomas de pérdida o retardo de peso, especialmente en niños menores de dos años. Otro indicador utilizado en el documento es el porcentaje o cantidad de niños con bajo peso al nacer . De acuerdo a las tablas y definiciones del National Center of Health Statistics, se trata de aquellos que nacieron con un peso inferior a 2.500 gramos. Mediciones de peso y talla: las mediciones correctas y exactas son pautas esenciales para el éxito de una encuesta que tenga un módulo de nutrición. Es importante no sólo la participación de los antropometristas (encuestadores capacitados para las mediciones) sino también que los supervisores conozcan los procedimientos y técnicas de mediciones.

67

En el marco de la EIH 1997/1998, todos los niños y niñas entre 0 a 59 meses de edad fueron pesados con una balanza colgada de la rama de un árbol, de una viga o soporte colocado en la puerta, ante la presencia y ayuda de la madre. Para la medición de la talla, el antropometrista colocó el tallímetro sobre una superficie plana, recostada a una pared, mesa, árbol, etc., llevando al niño hacia el tallímetro, sin zapatos, trenzas y adornos en el cabello. Los procedimientos internacionales de mediciones antropométricas (de la OMS) y la aplicación de estándares de referencia sugiere la medición de niños en posición horizontal de los menores de 2 años y en posición supina (de pie) en los niños de 2 años y más, sugerencia que fue tomada en consideración en el marco de la EIH 1997/1998 cuando fue necesario. Niveles de pobreza: los niveles de pobreza fueron establecidos a través del método de medición de la línea de pobreza que clasifica a la población en tres categorías: (a) no pobres que son los que tienen ingresos o consumos por arriba de la línea de pobreza total (valor mensual per cápita de una canasta básica de consumo, es decir, de alimentos y productos no alimenticios), (b) pobres no extremos que son los que tienen ingresos o consumos por arriba de la línea de pobreza extrema (valor per cápita de una canasta básica de alimentos), pero por debajo de la línea de pobreza total, y (c) pobres extremos que son los que tienen ingresos o consumos por debajo del valor de la línea de pobreza extrema. En el presente documento se analiza a la población infantil según pertenezca a un hogar pobre (incluye a los pobres extremos y no extremos) o no pobre.


68

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

SALUD INFANTIL La salud de los menores a 5 años es altamente dependiente de las condiciones de vida del medio en que se desarrolla. En este sentido, la información sobre el acceso a los servicios de salud (consultas, vacunación, conductas de los protectores), los niveles de pobreza y los niveles antropométricos son insumos valiosos para identificar algunos de los problemas que agobian a la población infantil.

2 de cada 3 niños se enfermó (o accidentó) en los últimos tres meses previos a la fecha de la entrevista, tanto en los estratos pobres como no pobres: (Cuadro 2). Cuadro No 2: Niños menores a 5 años que reportaron estar enfermos en los últimos 3 meses por nivel de pobreza (Porcentajes).

La información de la EIH 1997/ 1998 muestra los siguientes resultados: El 45 % de la población infantil (menores a 5 años) vive en hogares pobres, un porcentaje que está muy por encima del 32% registrado para la población total. Esta situación se observa tanto en el área urbana como en el rural (Cuadro 1).

Nivel de pobreza

Población Infantil

%

Total No pobre Pobre

100,0 100,0 100,0

65,0 64,2 66,0

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Solo el 5 % de los niños que vive en condiciones de pobreza tiene seguro médico, a diferencia de los no pobres que se encuentran cubiertos en un 26 % (ver Cuadro 3).

En el área urbana el 62% de la población infantil se enfermó o Cuadro N 1: Población total y menores a 5 años alguna vez durante el periodo según área de residencia y nivel de pobreza (Por- de referencia, mientras que en área rural el 68% (Cuadro 4). centajes). Cabe señalar que del total de Área / Nivel de la población que declaró haPoblación Total Población Infatil Pobreza berse enfermado, el 46% corresponde a enfermedades Total país 100,0 100,0 menores como resfrío, gripe No pobre 67,9 54,8 y/o dolor de garganta y el 21% Pobre 32,1 45,2 a afecciones diarreicas. Urbano No pobre Pobre

100,0 76,9 23,1

100,0 63,3 36,7

Rural No pobre Pobre

100,0 57,5 42,5

100,0 47,0 53,0

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Del total de niños que indicaron haberse enfermado, 72% de los mismos tienen madres con instrucción primaria, 22% con educación secundaria y 6% con educa-


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

69

Cuadro No 3: Menores a 5 años por nivel de pobreza según cobertura de seguro médico vigente (Porcentajes). Nivel de Pobreza

Población

IPS

Otro*

No Tiene

Total no pobre pobre

100,0 100,0 100,0

10,8 16,5 3,8

5,5 9,6 0,7

83,7 73,9 95,5

* Incluye seguro privado individual y laboral, sanidad militar y policial y los que poseen en el exterior. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 4: Porcentaje de niños menores a 5 años que se enfermaron por área de residencia (Porcentajes). Área de Residencia Total Urbana Rural

Población Infantil

%

100,0 100,0 100,0

65,0 62,2 67,6

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

ción terciaria (Gráfico 1). El Cuadro 5 muestra esta misma situación, pero expresado en términos de la incidencia de enfermedad según el nivel de instrucción de la madre. De acuerdo al trabajo realizado por Luis Gómez Demanda del Hogar para el Cuidado de la Salud en El Salvador (Household Demand for Health Care in El Salvador, 1989), un mayor nivel de educación de la madre implica, en primer lugar, un mayor conocimiento de las consecuencias negativas de la enfermedad, por lo tanto es de esperar un aumento en la demanda de servicios de salud preventiva. En segundo lugar, las madres más instruidas tienen mayor información y conocimiento sobre los síntomas de las enfermedades, lo que eleva su capacidad de percibir la enfermedad del niño, si ésta existe.

El 44% de los niños que tienen madres con educación primaria consultó o asistió a un servicio de salud cuando se enfermó. Este porcentaje asciende al 64% y 73% en el caso de los niños que tienen madres con educación secundaria y terciaria, respectivamente (Cuadro 6). Es decir, el nivel de asistencia y/o consultas a los servicios de salud tiene un comportamiento creciente respecto al nivel de instrucción de la madre. La elección del tipo de profesional médico e institución de salud a la que se acude, cuando el niño se encuentra enfermo, también está asociado a la educación de la madre. El 63% de los niños que tiene madre con educación primaria se atiende con un médico profesional (ver Gráfico 2). Si la madre tiene educación secundaria, este porcentaje asciende a 89% y cuando tiene educación terciaria a 97%. En relación al tipo de institución que se acude, la información disponible muestra que los niños que tienen madre con algún año de educación primaria son atendidos en un 36% en un Centro de Salud, en un 25% en hospitales privados y solo 6% en hospitales públicos (ver Cuadro 7). Contrariamente a ello, los que tienen madres


70

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Gráfico Nº 1: Distribución de niños menores de 5 años que se enfermaron según nivel de instrucción de la madre (Porcentajes).

72,0

21,8 6,2

PRIMARIA

SECUNDARIA

TERCIARIA

Cuadro No 5: Niños menores a 5 años que se enfermaron según nivel de instrucción de la madre (Porcentajes).

Total % de niños que se enfermó % de niños que no se enfermó

Primaria

Secundaria

Terciaria

100,0 66,3 33,7

100,0 60,0 40,0

100,0 69,3 30,7

* Dentro de la categoría primaria se incluyen a niños con madres sin instrucción. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 6: Niños menores a 5 años que se enfermaron y consultaron según nivel de instrucción de la madre (Porcentajes).

Total Consultó No consultó

Primaria*

Secundaria

Terciaria

100,0 44,5 47,1

100,0 63,9 27,9

100,0 72,4 19,4

* Dentro de la categoría primaria se incluyen a niños con madres sin instrucción. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

con algún año de educación terciaria la atención es 63% en hospitales privados, 22% en hospitales públicos y 9% en Centros de salud. Los niños que viven en situación de pobreza tienen un acceso mucho menor a los hospitales comparados con los infantes que no son pobres, 56% y 81% respectivamente (Cuadro 8). Cabe señalar que gran parte de los ni-

ños en situación de pobreza tienen madres cuya escolaridad es baja y recurren, por lo tanto a centros de salud, puestos de salud, farmacéuticos y principalmente curanderos. No existen diferencias significativas en el estado de salud de los niños según la condición de actividad de las madres, es decir, entre las que trabajan y no trabajan (Cuadro 9). En am-


SituaciĂłn de la Salud y NutriciĂłn Infantil en Paraguay

71

GrĂĄfico NÂş 2: Tipo de profesional consultado por la enfermedad de los niĂąos menores a 5 aĂąos segĂşn nivel de instrucciĂłn de la madre. 100

MĂŠdico MĂŠdico

90 80

Otro** Otros**

70 60 50

40 30

20

10

0 Primaria* Secundaria Terciaria * Primaria: se incluyen a niĂąos con madres sin instrucciĂłn. ** Otros: partera profesional y empĂ­rica, enfermera/o, dentista, farmacĂŠutico, curandero, familiar o vecino y otras categorĂ­as.

Cuadro No 7: Tipo de instituciĂłn a la que se acude cuando se enferman los niĂąos segĂşn nivel de instrucciĂłn de la madre (Porcentajes). Tipo de InstituciĂłn

Primaria*

Secundaria

Terciaria

Total Hospital pĂşblico Centro de salud Hospital privado Otro

100,0 6,4 36,1 25,3 32,2

100,0 16,5 27,6 44,0 11,8

100,0 21,6 8,8 63,4 6,2

*Dentro de la categorĂ­a primaria se incluyen a niĂąos con madres sin instrucciĂłn. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 8: Tipo de instituciĂłn consultada por enfermedad de los niĂąos menores a 5 aĂąos segĂşn nivel de pobreza de la madre (Porcentajes). Tipo de InstituciĂłn

No Pobre

Pobre

Total de grupo Hospital* Otro**

100,0 80,9 19,1

100,0 56,6 43,4

* Hospital: IPS, Hospital de ClĂ­nicas, Hospitales pĂşblicos, Hospitales y consultorios privados, Sanidad Militar y policial. ** Otro: centros de salud, puestos de salud, farmacia, casa de curandero, dispensario, otra casa particular y otras categorĂ­as. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

bos casos, 2 de cada 3 niĂąos se enfermaron en los Ăşltimos tres meses previos a la fecha de la entrevista. El porcentaje de niĂąos menores a 5 aĂąos que no tiene algĂşn tipo de vacunaciĂłn alcanza al 16% en el caso de los niĂąos pobres y solo al 5% en el caso de los niĂąos no pobres (ver Cuadro 10). Si se tiene en consideraciĂłn la tenencia total de vacunas se observa que existe insuficiencia de cobertura, aĂşn en los estratos no pobres de la poblaciĂłn. Cabe seĂąalar que la vacunaciĂłn es uno de los sistemas mĂĄs efec-


72

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro No 9: Niños menores a 5 años que se enfermaron según actividad económica de la madre (Porcentajes).

Total % de niños que se enfermó % de niños que no se enfermó

Trabaja

No Trabaja*

100,0 65,1 34,9

100,0 65,0 35,0

* Las madres inactivas y desocupadas se encuentran dentro de la categoría de NO TRABAJA. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 10: Niños menores a 5 años según tenencia de vacunas por nivel de pobreza (Porcentajes).

Total no pobre Pobre

Total

Tiene Todas

Tiene Algunas

No Tiene

100,0 100,0 100,0

60,5 65,8 54,0

29,8 29,5 30,2

9,7 4,7 15,8

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Gráfico Nº 3: Cobertura de vacunación de niños menores a 5 años por nivel de instrucción de la madre (Porcentajes). TODAS ALGUNAS NO TIENE

78,3 67,2

56,5 30,7

30,3 19,5

12,9 2,6 PRIMARIA

SECUNDARIA

tivos, en términos de costos, para prevenir las enfermedades. No solo evita los gastos en servicios de salud y tratamiento, sino también, junto con una nutrición adecuada, inmuniza a los infantes, permite una buena salud y contribuye a un desarrollo adecuado durante la primera etapa de la infancia.

2,1 TERCIARIA

El porcentaje de niños que se encuentran vacunados varía de acuerdo al nivel de instrucción de la madre. Cuando el nivel educativo es el primario, el porcentaje de niños que poseen todas las vacunas asciende a 56%. Si el nivel de instrucción de la madre es secundario, tal porcentaje se eleva a 67 % y si es terciario a 78% (ver Gráfico 3).


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

PRESENCIA DE DIARREA La presencia de diarrea es uno de los problemas más graves que afecta la salud de los niños en el Paraguay, al igual que en muchos países de Latinoamérica. Es considerada uno de los factores más importantes del retardo en el crecimiento y de la desnutrición infantil, aunque en la mayoría de los casos sus causas son prevenibles y su tratamiento es de bajo costo. Es, además, una de las primeras causas de la morbilidad y mortalidad de los niños menores a 5 años. Su presencia tiene una estrecha relación con aspectos relacionados con la tenencia de servicios de saneamiento, hábitos higiénicos, educación de la madre o responsable, entre otros. Normalmente los más afectados por este mal son los niños de 6 a 18 meses, víctimas de la llamada diarrea del destete, periodo en el cual se trata de acostumbrar al niño a la ingestión de alimentos distintos a la leche materna. Durante dicho lapso de edad, el niño está más expuesto a contaminación que se adquiere por la vía de los alimentos, utensilios, biberones, agua, etc., y, por tanto, tiende a producirse un incremento en los episodios de diarrea. Con el fin de evaluar la prevalencia de este mal, en la EIH 1997/98 se preguntó a las madres si sus niños menores a 5 años tuvieron diarrea en el periodo de referencia. Los resultados muestran lo siguiente: 1 de cada 5 niños tuvo diarrea en los últimos tres meses respecto a la

73

fecha de la entrevista, tanto los que tienen la condición de pobres como de no pobres (ver Cuadro 11). A 71 % de los niños no pobres se les suministró durante el período de diarrea mayor cantidad de líquidos que el acostumbrado, mientras que a los infantes pobres en una proporción igual a 59 % (ver Gráfico 4). Ambas cantidades son bajas si se tiene en consideración el riesgo de deshidratación que atraviesan los niños durante ese período. 61% de las madres reduce la provisión de alimentos sólidos a sus niños durante la diarrea, 9% aumenta y 29% proporciona igual cantidad Cuadro No 11: Presencia de diarrea en niños menores a 5 años por nivel de pobreza (Porcentajes).

Total No tuvo diarrea Tuvo diarrea

No Pobre

Pobre

100,0 79,3 20,7

100,0 77,5 22,5

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

La probabilidad de recibir o no tratamiento ante casos de diarrea y el tipo de atención brindada depende, entre otros factores, de las características culturales, nivel de pobreza y nivel de instrucción de la madre. Al respecto, la información de la EIH 1997/1998 muestra lo siguiente: 11% de los niños pobres que tuvieron diarrea accedieron a atención médica profesional, mientras que en el caso de los infantes no pobres este


74

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Gráfico Nº 4: Provisión de líquido durante la diarrea por nivel de pobreza (Porcentajes).

'( 32%5(=$

70,6

Más líquido Igual líquido Menos líquido

58,6 19,8

27,7 13,7

9,6

NO POBRE

POBRE

Cuadro No 12: Provisión de sólido en caso de diarrea por nivel de pobreza (Porcentajes).

Total No pobre Pobre

Total

Más Sólido

Menos Sólido

Igual Sólido

100,0 100,0 100,0

9,4 6,0 13,1

61,3 62,9 59,4

29,3 31,1 27,5

* MÁS SÓLIDO: cantidad de sólido suministrado durante la diarrea es mayor que en tiempo normal. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 13: Atención ante la presencia de diarrea por nivel de pobreza (Porcentajes).

Total No pobre Pobre

Total

Médico

Madre o Familiar

No se Trato

Otro

100,0 100,0 100,0

27,2 42,1 10,7

50,0 33,1 68,9

7,4 8,4 6,3

15,4 16,5 14,2

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

porcentaje alcanzó al 42% (ver Cuadro 13). La atención directa por parte de las madres o familiares llega casi al 70% de los niños en situación de pobreza, mostrando el rol que los mismos desempeñan en los casos de diarrea. A medida que aumenta el nivel de instrucción de la madre, aumenta la posibilidad de recibir atención médica profesional y disminuye la de recibir atención de la propia madre. El

77% de los niños cuyas madres tienen por lo menos un año de estudio terciario acuden a los médicos, disminuyendo este porcentaje a 17 cuando la educación de la madre corresponde al nivel primario (ver Gráfico 5). El alto porcentaje de niños atendidos por sus propias madres cuando ésta tiene bajos niveles de escolarización está asociado al hecho de que la diarrea (no prolongada) es vista o interpretada como una enfermedad menor.


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

75

Gráfico Nº 5: Tipo de atención ante la presencia de diarrea por nivel de instrucción de la madre. MEDICO MADRE

77,4 58,3

56,9

23,0

16,7

PRIMARIA

22,6

SECUNDARIA

TERCIARIA

Cuadro No 14: Niños menores a 5 años con diarrea según tenencia de servicio de agua potable en la vivienda (Porcentajes).

Total No Pobre Pobre

Total

Cañería*

100,0 100,0 100,0

34,2 48,8 17,9

Otro** 65,8 51,2 82,1

*Corposana, Senasa o Red Privada. ** Ycua, manantial, Pozo con o sin bomba, Aguatero. Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Respecto a la relación existente entre el tipo de servicio de agua al que tienen acceso los hogares y la tenencia de diarrea de los niños menores a 5 años puede indicarse que el 66% de los niños que padecen de este mal viven en hogares que se abastecen de agua de pozo, manantial y aguatero, porcentaje que alcanza al 82% si se trata de niños en situación de pobreza. Esto indicaría que la incidencia de diarrea podría disminuir en la medida que el abastecimiento de agua potable se haga a través de redes privadas o públicas.

LACTANCIA La leche materna es considerada el alimento más completo para el crecimiento y desarrollo del niño. A través de ella el recién nacido recibe su primera inmunización y, por tanto, protección contra la diarrea, tos, catarros y otras enfermedades comunes. La leche materna, además, cumple un rol importante para fortalecer el vínculo afectivo madre-hijo. Por otro lado, la lactancia materna está también vinculada con la salud de la madre, debido a que reduce la inci-


76

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro No 15: Lactancia del recién nacido segun nivel de pobreza y área (Porcentajes). Situación de Pobreza/ Área de Residencia

Total

Tuvo

No Tuvo

Total

100,0

95,0

5,0

No Pobre Pobre

100,0 100,0

93,6 95,4

6,4 4,6

Urbana Rural

100,0 100,0

93,8 95,0

6,2 5,0

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

dencia de intervalos íntergenésicos muy próximos, que constituyen uno de los principales factores asociados al riesgo reproductivo. Le ofrece ventajas fisiológicas y síquicas ya que previene el cáncer mamario y disminuye la depresión posparto. En este sentido, incrementar la práctica de la lactancia materna es uno de los pilares fundamentales de cualquier estrategia que busque mejorar la salud materno-infantil. La recomendación de la lactancia exclusiva (solo el pecho materno) en los primeros seis meses y la lactancia complementaria todo el tiempo que sea posible es de vital importancia. Se describe a continuación la información referida a la lactancia exclusiva y la lactancia complementaria, así como la duración de las mismas y sus implicancias. La prevalencia de lactancia es generalizada, tanto en los estratos pobres como en los no pobres, sobrepasando el 93% de los niños entrevistados (ver Cuadro 15), hecho que se repite cuando la misma se analiza por área de residencia de los hogares. Del total de niños nacidos en hogares pobres el 69% recibe leche mater-

na por un tiempo mayor a los seis meses de edad y 26% por un tiempo menor a este límite (ver Gráfico 6). En este sentido, las madres de hogares pobres prolongan más tiempo el periodo de lactancia buscando una nutrición adecuada de sus hijos y/o reducir los gastos relacionados con la alimentación no materna. Cuanto mayor es el nivel de educación de la madre menor es el porcentaje de niños que son amamantados por un periodo mayor a lo recomendado: el 66% de los niños cuya madre no tiene nivel educativo alguno o tienen algún año de instrucción primaria fue amamantado por más de 6 meses. Cuando la madre tiene algún año de educación secundaria dicho porcentaje es 45% y cuando tiene algún año de educación terciaria 35% (ver Cuadro 16). El promedio nacional de la lactancia exclusiva -período durante el cual la madre alimenta al niño solo con leche materna- es 20 días, y 14 días para el caso de los niños que viven en hogares pobres y 23 días para el caso de los niños no pobres (ver Cuadro 17).


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

77

Gráfico No 6: Distribución % de los niños según el tiempo de lactancia materna y situación de pobreza (Porcentajes). Sin lactancia 4,6

Sin lactancia 6,4

1a6 meses 26,0

1a6 meses Más de 6 meses

43,4

50,2

Más de 6 meses

69,4

3REUH

1R SREUH

Cuadro No 16: Práctica de lactancia según tiempo de lactancia y nivel de instrucción de la madre (Porcentajes). Nivel de Instrucción

Total

0 a 6 meses

Primaria Secundaria Terciaria

100,0 100,0 100,0

28,9 48,5 60,7

Más de 6 meses 66,0 45,7 35,6

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 17: Duración de la lactancia exclusiva por nivel de pobreza. Situación de Pobreza

Meses

Días

Total No pobre Pobre

0,64 0,78 0,48

20 23 14

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Los niños que tienen menor tiempo de lactancia exclusiva tienden a tener mayor prevalencia de diarrea: del total de niños con diarrea el 72% tuvo lactancia exclusiva menor al tiempo promedio (ver Cuadro 18). De alguna forma, esto demuestra que cuanto más prolongada es la lactancia exclu-

siva, mayores son los beneficios que se obtienen en términos de prevención de enfermedades en general2 . El peso de las pruebas procedentes de los países menos desarrollados respalda enér2 La política oficial de la OMS y del UNICEF afirma que la lactancia materna exclusiva debe ser suficiente para cubrir las necesidades del lactante durante cuatro a seis meses (Malnutrición Proteico-Energética, J.C.Waterlow, 1996).


78

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

gicamente una asociación inversa entre lactancia materna y la morbilidad y mortalidad relacionada con la diarrea (J.C.Waterlow - Malnutrición Proteico- Energética). Cuadro No 18: Niños que tuvieron diarrea según la práctica de la lactancia exclusiva (Porcentajes). TOTAL Lactancia exclusiva menor al promedio

100,0

Lactancia exclusiva mayor al promedio

71,8 28,2

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

NUTRICION INFANTIL El propósito de esta sección es describir la situación nutricional de la población infantil paraguaya (menores a 5 años) y observar cuáles son las variables que se encuentran asociadas a estos indicadores. Se ha utilizado para tal efecto la información de la EIH 1997/1998 correspondiente 2.681 niños menores a 5 años que poseen mediciones completas de talla, peso y edad. No se ha utilizado la información correspondiente a los gastos en alimentos debido a que su captura se hizo de manera agregada a nivel de hogar, por lo que resultaría inadecuado tratar de hacer con ella una aproximación sobre el estado nutricional de los niños. Desde el punto de vista antropométrico, existen varias medidas corporales que se usan para describir el estado nutricional de un individuo (perímetro braquial, cefálico entre

otros). Las más utilizadas son el peso y la talla, en relación con la edad y sexo. Se prefiere estos indicadores a otros métodos para determinar el estado nutricional porque es posible obtenerlos de manera simple y a bajo costo. Entre estos, los más utilizados son el índice de talla por edad (TPE), peso por talla (PPT) y peso por edad (PPE), los cuales se expresan en un número (puntaje Z) que expresa la desviación (estándar) de una medida respecto del promedio o mediana de referencia. Los gráficos 7 al 11 muestran la distribución de los niños menores a 5 años según los valores de tales índices. Se puede observar lo siguiente: El 11% de los niños paraguayos enfrentan problemas de desnutrición crónica, es decir, retardo en el crecimiento (hasta 2 desviaciones estándar), la cual afecta con mayor intensidad a los niños del área rural (14,3 % versus el 7,5 % en los niños del área urbana). El 1,2 % de la población infantil se encuentra en situación de desnutrición aguda, es decir, con un peso por debajo del que debería tener para su talla. Este indicador antropométrico refleja desnutrición reciente o actual y mide el efecto del deterioro de la nutrición y de la presencia de enfermedades. El 5,2% de los niños paraguayos enfrenta el problema de la desnutrición global, es decir, tienen un peso por debajo del que debería tener para su edad. Este indicador no permite distinguir los resultados de los problemas estructurales que afectan el retardo en el crecimiento de los efectos de la pérdida de peso reciente.


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

79

Gráfico No 7 Paraguay: Distribución de niños menores a 5 años según talla para edad (Porcentajes). 55,9

Desnutrición crónica

25,9

11,0

5,9

de -3 a -2 DE

de -2 a -1 DE

de -1 a 1 DE

de 1 a 2 DE

1,2 de 2 DE a más

Gráfico No 8 Paraguay Urbano: Distribución de niños menores a 5 años según talla para edad (Porcentajes). 62,8

Desnutrición crónica

20,9

7,5

7,0

de -3 a -2 DE

de -2 a -1 DE

de -1 a 1 DE

de 1 a 2 DE

1,8 de 2 DE a más

Gráfico No 9 Paraguay Rural: Distribución de niños menores a 5 años según talla para edad (Porcentajes). 49,7

Desnutrición crónica

30,4

14,3 4,9

de -3 a -2 DE

de -2 a -1 DE

de -1 a 1 DE

de 1 a 2 DE

0,7 de 2 DE a más


80

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

GrĂĄfico No 10 PaĂ­s Total: DistribuciĂłn de niĂąos menores a 5 aĂąos segĂşn peso por talla (Porcentajes). 80 70 60 50 40 30 20 10 -

de -3 a -2 DE

de -2 a -1 DE

de -1 a 1 DE

de 1 a 2 DE

de 2 DE a mĂĄs

GrĂĄfico No 11 PaĂ­s Total: DistribuciĂłn de niĂąos segĂşn peso por edad (Porcentajes).

70 60 50 40 30 20 10 -

de -3 a -2 DE

de -2 a -1 DE

de -1 a 1 DE

La relaciĂłn entre desnutriciĂłn y nivel de pobreza se torna obvia si se toma en consideraciĂłn la definiciĂłn de esta Ăşltima. En este sentido, un individuo es pobre si sus ingresos no son suficientes para adquirir una canasta bĂĄsica de bienes y servicios necesarios para un nivel de vida adecuado3. Consecuentemente, podrĂ­a seĂąalarse la disminuciĂłn del consumo de alimentos como un mecanismo por el cual la pobreza se traduce en una insuficiente nutriciĂłn. Los siguientes grĂĄficos muestran las diferentes situaciones de desnutriciĂłn infantil en el Paraguay, dife3 Canasta BĂĄsica de Alimentos. DGEEC, Marcos Robles. MECOVI-Paraguay.

de 1 a 2 DE

de 2 DE a mĂĄs

renciando a los niĂąos segĂşn el nivel de pobreza del hogar donde viven y los niveles de instrucciĂłn de la madre. El 17% de niĂąos pobres padecen de desnutriciĂłn crĂłnica, mientras que solo el 6% de los que no son pobres presentan tal condiciĂłn (ver GrĂĄfico 12). Respecto a la desnutriciĂłn global se observa que los porcentajes son tambiĂŠn dispares: los niĂąos pobres tienen tal tipo de desnutriciĂłn en un 8% y los no pobres en 3%. La desnutriciĂłn aguda, en cambio, afecta casi en forma idĂŠntica a ambos grupos: 1,2 % y 1,3% respectivamente.


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

81

Gráfico No 12: Estado nutricional (Porcentaje respecto al total) de los niños menores a 5 años según nivel de pobreza. 16,7

CRONICA GLOBAL AGUDA

7,8

6,4 2,9 1,3

1,2

POBRE

NO POBRE

Los menos afectados por los diferentes tipos de desnutrición, de acuerdo al Gráfico 13, son los niños cuyas madres poseen educación terciaria pues menos del 2% de ellos sufre los distintos tipos de desnutrición. Los niveles de desnutrición crónica y global son más altos en los niños de madres sin nivel de instrucción o con algún año de la primaria, particularmente la desnutrición crónica (13,9%).

de incidencia de desnutrición disminuye con la participación de la madre en el mercado laboral (ver Gráfico 14). Podría suponerse que ello se debe a que un mayor ingreso de la familia, debido a la participación de la madre en el mercado laboral, permite mejorar la situación nutricional del niño. El 82% de los niños que viven en hogares con agua potable dentro de la vivienda están en una situación nutricional normal, disminuyendo hasta 52% cuando tienen abastecimiento fuera de la propiedad. La desnutrición crónica tiene la misma tendencia pero

La participación de la madre en las actividades económicas está relacionada de alguna manera con la situación nutricional de los niños, pues la tasa

Gráfico No 13: Estado nutricional (Porcentaje respecto a la población total) de los menores a 5 años según nivel de instrucción de la madre.

0$'5(

13,9

CRONICA GLOBAL AGUDA

6,2

5,1 2,9 1,3

PRIMARIA

1,1

SECUNDARIA

1,9

1,3

TERCIARIA

1,3


82

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

en forma ascendente. Al poseer agua potable dentro de la vivienda sólo el 4% de los niños están desnutridos mientras que la tasa aumenta a 20% cuando el abastecimiento es fuera de la propiedad (ver Gráfico 15). Se observa un comportamiento similar en relación al tipo de desagüe que posee el hogar. Cuando no posee algún tipo o posee uno precario es más probable encontrar en ella mayor prevalencia de desnutrición crónica. El 15,3% de niños que viven en viviendas con letrina común están con deficiencia de talla baja, mientras que dicha tasa desciende a 1,4% para aquellos que viven en hogares que disponen de

baño moderno conectado a la red pública (ver Gráfico 16). El bajo peso al nacer es uno de los factores que más se relaciona con la mortalidad del lactante. Los estándares internacionales señalan que el peso al nacer debe ser como mínimo 2,500 gramos, y una cantidad inferior a este mínimo se reporta como bajo peso al nacer (BPN). En este sentido, la EIH 1997/1998 muestra los siguientes resultados: El 79% de los niños paraguayos fueron pesados al nacer, 91% en el área urbana y 68% en el rural (ver Cuadro 19).

Gráfico No 14: Desnutrición crónica y global según participación de la madre en la actividad económica (Porcentaje respecto a la población total menor a 5 años). 12,6

CRONICA GLOBAL 8,5 5,6 4,3

NO TRABAJA

TRABAJA

Gráfico No 15: Desnutrición crónica según tipo de abastecimiento de agua (Porcentajes). 81,6 Normal Riesgo Desnutrido

62,9

14,4

27,8

24,0 3,9

Dentro de la vivienda

57,9

52,2

13,1

Dentro de la propiedad

20,1

Fuera de la propiedad

29,8 12,3

Otros*


SituaciĂłn de la Salud y NutriciĂłn Infantil en Paraguay

El peso promedio de los niĂąos (que fueron pesados) al nacer fue 3,4 kilogramos, tanto a nivel nacional como a nivel de ĂĄreas. Del total de los niĂąos pesados, el 9%, aproximadamente 52 mil, presentĂł bajo peso al nacer.

83

En casi todos los tramos de edad de los menores a 5 aĂąos, las medidas de peso y talla para la edad exceden el valor medio de la poblaciĂłn de referencia, aunque siempre dentro del rango de lo que se considera medidas normales, sin riesgo de desnutriciĂłn (ver GrĂĄfico 17).

GrĂĄfico No 16: DesnutriciĂłn crĂłnica segĂşn tipo de servicio sanitario del hogar (Porcentajes). 6$1,7$5,2 '(/ +2*$5

89,6

100

75,7

80

NORMAL RIESGO DESNUTRIDO

67,1

52,5

60 40

9,0

20

18,4 1,4

32,2

25,0

15,3

7,9

5,9

-

WC Red PĂşblica

WC Pozo Ciego

Excusado Municipal

Letrina ComĂşn*

Cuadro No 19: Porcentaje de niĂąos pesados al nacer, el peso promedio y bajo peso por ĂĄrea de residencia. Ă rea de Residencia

Fue Pesado

Peso Promedio

Peso Menor a 2500 Gr.

TOTAL Urbana Rural

78,8 91,2 67,6

3,4 3,4 3,4

9,3 8,3 10,4

Fuente: DGEEC - EIH 1997/1998.

Cuadro No 17: Estado nutricional de los niĂąos menores a 5 aĂąos, 1997/98* (67$'2 1875,&,21$/ '( /26 1,f26 0(125(6 $ $f26

1,0

0,5

DGU Qi WV ( VH QR LF DL YV H'

Peso-Talla 0,0 Peso-Edad -0,5 Talla-Edad -1,0

-1,5

-2,0 0-3

6-9

12-15

18-21

24-27

30-33

0HVHV

36-39

* Promedio de desviaciones en cada grupo de edad respecto a la poblacion de referencia

42-45

48-51

54-57


84

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

CONCLUSIONES La Encuesta Integrada de Hogares de 1997/1998, en particular el módulo de Salud Infantil y Antropometría, proporciona información sobre la situación nutricional y el estado de salud de los niños paraguayos. Los principales resultados descritos en el presente documento son los siguientes: Existe una relación positiva entre desnutrición y pobreza: (a) el 17% de los niños de hogares pobres se encuentran en situación de desnutrición crónica (talla respecto a la edad de referencia) mientras que el 6% de los niños no pobres presentan tal condición, (b) en términos de la desnutrición global (peso respecto a la edad de referencia) la diferencia es también amplia entre los niños pobres y no pobres (8% y 3%, respectivamente), y (c) teniendo en consideración a la desnutrición aguda (peso respecto a la talla de referencia) prácticamente no existen diferencias significativas entre ambos grupos (1,2 % y 1,3%, respectivamente). La participación de la madre en el mercado laboral incide sobre el estado de nutrición de los niños. En principio podría pensarse que al tener menos horas dedicadas al cuidado de los niños el impacto sobre la desnutrición pudiera ser negativo, sin embargo el efecto es más bien positivo debido a la disponibilidad de mayores ingresos en el hogar, lo cual permitiría un mayor acceso a insumos alimenticios y cuidados en la salud del niño. En este sentido la evidencia muestra que el 8,5% de niños con madres que

trabajan está en situación de desnutrición crónica, aumentando a 12,6% cuando la madre no trabaja. Existe una correlación positiva entre el nivel de instrucción de la madre y el estado nutricional de los niños. Los niveles de desnutrición crónica y global son considerablemente mayores en niños con madres de nivel de instrucción primario o inferior. En este grupo la desnutrición crónica llega a 14% frente a 2% cuando la madre posee nivel de educación terciaria. La explicación sería que una madre se encuentra mejor capacitada, por su mayor nivel educativo, para asimilar mejor la información y hacer uso racional y más efectivo de los recursos disponibles frente a la situación nutricional de los infantes. Si bien el 93% de los niños paraguayos, tanto en los hogares pobres como no pobres, son amamantados con el pecho materno, el periodo de la lactancia exclusiva -durante el cual la madre alimenta al niño solo mediante la leche materna- es en promedio solo 20 días, periodo que disminuye para el caso de los niños que viven por debajo de la línea de pobreza (14 días). Alrededor de 1 de cada 5 niños tuvo diarrea en el periodo de referencia, no observándose diferencia marcada entre los pobres y no pobres. Se ha probado que la probabilidad de recibir o no tratamiento o atención médica por ella, depende en gran medida de la educación de la madre y la


Situación de la Salud y Nutrición Infantil en Paraguay

situación socioeconómica que enfrenta el hogar. El 77% de los niños cuyas madres tienen por lo menos un año de estudio terciario acude a los médicos, disminuyendo a 17% cuando la educación de la madre corresponde al nivel primario. Asimismo, uno de cada 10 niños pobres tuvieron acceso a atención médica profesional, mientras que 4 de cada 10 infantes no pobres lo tuvieron. La insuficiencia en la vacunación no es exclusiva en niños que viven en condiciones de pobreza. Se ha mostrado en el documento que la brecha de la cobertura total de la vacunación no es

85

tan amplia en ambos niveles socioeconómicos, 66% y 54% respectivamente. En cambio el porcentaje de niños pobres sin ningún tipo de vacunación es mayor al triple con relación a los no pobres. Ante la presencia de cualquier enfermedad, la educación de la madre influye en la selección del tipo de profesional al que acude. El 63% de los niños que tienen madres con educación primaria, fue llevado a un médico profesional; si la madre posee educación secundaria, este porcentaje asciende a 89% y aumenta a 97% para las madres con educación terciaria.


86

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

BIBLIOGRAFÍA 1) Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, Encuesta Integrada de Hogares de 1997/98 , Departamento de Encuestas, Paraguay 2) Centro Paraguayo de Estudios de Población, Encuesta Nacional de Demografía y Salud Reproductiva 1995/96 , CEPEP: ENDSR-95/96, Paraguay. 3) Centro Paraguayo de Estudios de Población, Encuesta Nacional de Demografía y Salud Reproductiva 1990 , CEPEP: ENDSR90, Paraguay. 4) John.C. Waterlow, Malnutrición Proteico-energética publicación científica No 555, Organización Panamericana de la Salud, Washington D.C., 1996 Pág. 319~345. 5) Ruth A. Lawrence, La lactancia materna, Una guía para la profesión médica cuarta Edición, Madrid-España, Editorial Mosby, 1996 Pág. 321~329, 403~419. 6) Rafael Cortés, Nutrición Infantil en el Perú: un Análisis empírico basado en la Encuesta Nacional de Niveles de Vida 1994 documento de trabajo No 30, Centro de Investigaciones de la Universidad del Pacifico, 1997. 7) Rafael Cortés, La demanda de Salud Infantil en el Perú, un análisis teórico y empírico Revista de Ciencias Sociales, Segundo Semestre, Centro de Investigación, Universidad del Pacifico, Lima, Perú, 1995. 8) Luis Gómez, Household Demand for Health Care in El Salvador volumen 1, Arlington: 1989. 9) Maria del Carmen Araujo, Perfil Nutricional de la Niñez Salvadoreña documento de análisis, Dirección General de Estadística y Censos, División de Información Social, 1999 10) Organización Panamericana de la Salud, Los Censos de Talla y sus Usos Cuaderno Técnico Nº 45, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Santa Fé de Bogota 1997.

11) Marcos Robles, Canasta Básica de Consumo Alimentario y Líneas de Pobreza, Encuesta Integrada de Hogares 1997-1998 Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, Paraguay. 12) Alan Berg, Estudios Sobre Nutrición, su importancia en el desarrollo socio-económico , México, Editorial Limusa, 1975. 13) Naciones Unidas, CEPAL, Factores Sociales de Riesgo de Muerte en la Infancia, los casos de Costa Rica, Honduras y Paraguay , Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), 1990. 14) Victoria J. Quinn, A User s Manual for Conducting Child Nurtrion Surveys in Developing Countries , Working Papers No 21, Cornell Food and Nutrition Policy Program, january 1992. 15) Per Pinstrup-Andersen, Nutrition Interventions CFNPP SERIES, Cornell Food and Nutrition Policy Program, 1987. 16) David L. Pelletier, Relationships Between Child Anthropometry and Mortality in Developing Countries , Monograph No 12, September 1991, Cornell Food and Nutrition Policy Program. 17) Instituto Nacional de Estadística y Censos, Infancia y Condiciones de Vida , Encuesta especial para el diagnóstico y la evaluación de las metas sociales, INDEC, Centro Estadístico de Servicios, Buenos Aires, 1996. 18) Sergio Valiente y Betty Avila, Food and Nutrition Policies and Programs in Chile: a successful experience , Institute of Nutrition and Food Technologies, Santiago Chile 1993.


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

87

Educación y Ahorro: Variables Claves para el Despegue del Paraguay Zulma Espínola González* INTRODUCCIÓN Dos cuestiones básicas inherentes a la política económica en el Paraguay se refieren a los retornos de la educación y el ahorro de los hogares. En el presente trabajo se plantean elementos estadísticos referentes a ambas cuestiones con el propósito de arribar a lineamientos de política que puedan ser tomados en consideración por los distintos actores de la sociedad paraguaya. La idea fundamental es construir un escenario en la que pueda demostrarse la validez de la educación y el ahorro como variables claves para el desarrollo del país. Los datos de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/98 (EIH 1997/98) proveen el marco adecuado para realizar un análisis de las citadas variables objetivos . Cabe indicar que el período de ejecución de la Encuesta coincidió con un período de shock financiero, en el que se produjo la segunda crisis bancaria en Paraguay. Este hecho hace más pertinente el estudio, pues permitirá ver desde el punto de vista microeconómico como fue el comportamiento del ahorro en el citado periodo. Con los datos de la EIH 1997/98 se pueden analizar e identificar las razones estructurales del comportamiento de ahorro, a nivel

individual y a nivel de hogares (que en el caso de Paraguay tienen fundamentalmente una estructura nuclear). ¿Cuál es la tasa de retorno de la educación en el Paraguay?, ¿qué tipos de hogares son los que ahorran?, ¿cuál es la etapa predominante del ciclo de vida del ahorro y desahorro?, ¿cuándo la relación ahorro - educación se vuelve positiva?, ¿son los individuos de mayor nivel de educación más ahorradores?. Estas y otras cuestiones relacionadas pretenden ser respondidas en el presente trabajo, el cual fue estructurado en seis secciones. En la primera se describe el marco teóricoconceptual referido al calculo de la tasa de retorno de la educación y el ahorro privado desde un punto de vista microeconómico. En la segunda sección se presentan los procedimientos utilizados para delimitar el alcance de las variables utilizadas en el estudio. En la tercera se presenta la estadística * Un reconocimiento al Prof. Dr. Julio César Bonzi y un agradecimiento especial a Carlos Fernández Valdovinos por su orientación constante y paciencia en la enseñanza. Fui beneficiada con las oportunas opiniones técnicas de Víctor Lima, José Aníbal Insfrán Pelozzo, Marcos Robles y Leticia Carosini. Hago extensivo mi agradecimiento a Myrian Schaerer de Espínola por su eficiente labor de asistencia y a An Guk Kim y Sengul Kim por sus oportunas cooperaciones.


88

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

descriptiva correspondiente de las variables consideradas con el propósito de identificar los hechos estilizados de la conducta ahorradora y la educación en Paraguay.

ción de la distancia existente y de la que hay que recorrer entre la situación actual de ahorro nulo en los hogares pobres y del logro de tasas positivas en el mediano plazo.

La cuarta sección muestra los resultados de las estimaciones econométricas para el caso paraguayo, partiendo de la función minceriana relacionada con el retorno a la educación, la cual es luego corregida por el sesgo de selección existente sobre la base del método de James Heckman y las variables adoptadas por Carlos Fernández Valdovinos en el caso de su estudio de la oferta laboral. Para las estimaciones del ahorro privado se utiliza el método de variables instrumentales con regresiones de mínimos cuadrados en dos etapas. Asimismo, se prueban algunos postulados de la teoría del ciclo de vida en el comportamiento de los jefes de hogar a fin de ver la interacción entre el ahorro y la educación. Finalmente, se prueba la relevancia del ingreso y la riqueza o patrimonio como determinantes del ahorro, entendido este en tres variantes: ingreso disponible menos el consumo, concepto financiero restringido, y concepto financiero expandido.

Finalmente, en la sexta sección se presentan las conclusiones e implicancias del trabajo, poniendo énfasis, de nuevo, en los principales hallazgos.

En la quinta sección se presenta un marco de políticas sectoriales y específicas, acorde con los resultados y propuestas de la investigación realizada. Las políticas son presentadas como instrumentos orientados a movilizar voluntades, esfuerzos y recursos múltiples en una sola dirección, a partir de un punto dado y hacia una meta común deseable, realista y factible a ser alcanzada en un cierto plazo. El realismo y la factibilidad de una política de incentivo al ahorro están en fun-

MARCO TEÓRICO El ahorro ha sido estudiado de manera profusa y desde diferentes perspectivas debido a que se trata de una variable económica fundamental, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, habiendo sido conceptualizado como el excedente del ingreso disponible respecto a los gastos de consumo, o como el sacrificio del consumo presente respecto al consumo futuro. 1. Retorno y costo de la educación

El punto de partida obligatoria para el estudio de los modelos básicos de retorno de la educación es la literatura de la teoría del capital humano, en particular las obras pioneras de Becker (1966) y Mincer (1974). En este marco, el núcleo fundamental de las funciones mincerianas básica y extendida son1 : lnYi = β0 + β1Educi

lnYi = β0 + β1Educi + γ1 EXPi + γ 2EXPi 2 + ει

La primera expresión muestra el logaritmo de ingreso Yi (ingreso horario individual de la actividad principal) de la persona i en función de Educi (sus 1 Carosini y Espínola (2000).


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

aùos de estudio) y la segunda (extendida) en función ademås de la experiencia y su cuadrado (EXPi y EXPi2), donde β1 es interpretado como la tasa privada promedio de retorno de un aùo adicional de estudio, independientemente del nivel. A esta expresión pueden agregarse variables dummies para los niveles de educación primaria (DPRIM), secundaria (DSEC) y terciaria-univestiaria2 (DUNI): lnYi = ι + βPDPRIMi + βSDSECi + βUDUNIi + γ1EXPi + γ2EXPi 2 + ξi

A este respecto pueden mencionarse los aportes de Polacheck y Siebert (1994) y el de George Psacharopoulos (1995). Los primeros establecen que la especialización es resultado del nivel de educación (medidos por los aùos de estudios) y que toda persona puede acumular su stock de capital humano a travÊs del tiempo. El anålisis parte de los postulados de la teoría del capital humano que sostiene que los ingresos o ganancias se acumulan acorde al nivel educativo, es decir, cuando uno invierte en uno mismo va comprando “eds” (capacitación o aùos de estudios3). A criterio de estos autores el modelo de retorno en la educación consta de tres cålculos: costo, beneficio y la tasa de retorno de la educación. El punto de partida es una función producción (Qt) que muestra la cantidad de capital humano, como función de la fracción de inversión st4 , manteniendo constante la capacidad innata y el stock de capital inicial Qt = (st kt)b; es decir, “los eds, Qt, son producidos cada aùo, siendo el insumo 2 Incorpora todo nivel de estudios superior a los 12 aùos. 3 Termino introducido por Polacheck y Siebert. 4 st= 1 si el individuo es un estudiante de tiempo completo

89

el capital que la persona desvía del mercado para invertir en si mismo, donde st es la proporción del stock de capital humano kt, atraído del mercado de las ganancias” (pp 23). El Costo de s aùos de estudio (Cs) es igual al ingreso potencial –resultado de la ganancia esperada menos los ingresos observados (Et - Yt)– mås el costo directo de invertir en la educación. Partiendo de la tradicional función de producción de Cobb Douglas y de la ganancia esperada5 Yt = w(1st)kt , se tiene que: (W <W Z NW Z VW NW ZNW Z NW Z VW NW Z VW NW

Todas las personas deben decidir acerca del tiempo a invertir en educaciĂłn o trabajar, es decir, sobre st6 . AsĂ­ el nivel de costos esta dado por: Cs = wst kt, es decir, Ct = w (Qt) 1/b. Deduciendo el Costo Marginal (MCt) se obtiene la siguiente fĂłrmula: 0&W G &W G 4 W

G Z 4W E G4W Z E 4W E E BENEFICIOS: Los beneficios de una

unidad adicional de capital humano es el valor presente de la secuencia de ganancias futuras7 . AsĂ­, las fĂłrmulas del beneficio total (BT) y del beneficio marginal (MB) son: %W 39W L Z 4W Z L > L 7 W@ 4W 0%W G%W G4W ^Z L > U 7 W@` G4W G4W Z L > U 7 W @ 5 w es el salario por unidad, dado en el mercado y es asumido constante durante la vida e independiente del stock de capital humano. 6 De la ecuaciĂłn 1 tenemos que st kt = (Qt)1/b 7 En el cual deberĂ­amos considerar el factor de descuento i.


90

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

NIVEL OPTIMO DE INVERSIÓN: Puede obtenerse igualando el nivel del costo e ingreso marginal, es decir, maximizando el beneficio. Si el beneficio neto (NBt) es la diferencia del beneficio total menos el costo total (Bt Ct = 0) y se establece la igualdad entre MC y MB: w/i [1-1/(1+i)T-t] = w/b(Qt)1-b/b. Resolviendo por Qt, nos da: Qt = (b / i)*(1 – (1 /(1+r)T-t))b/(1b) . De esta igualdad, se observa que los factores de la función de producción son: b (capacidad o habilidad), i (factor de descuento) y t (tiempo empleado en estudio o en trabajo) LA TASA DE RETORNO EN EDUCACIÓN:

De las apreciaciones de Polachek y Siebert se deduce que la educación es una decisión intramarginal, de tal forma que aunque los individuos quieran aportar mås se enfrentan con las limitaciones de tiempo. La tasa de retorno a la educación es un ratio que relaciona los beneficios de aùos de estudios respecto a sus costos. El calculo en el modelo establece que la tasa interna de retorno (rs) es una secuencia de ingresos extras provenientes de s aùos de estudios, por lo tanto: rs = wAKs/Cs. Se espera que en el tiempo rs > rs+1 > i, y que, observando el ciclo de vida, un trabajador deje de invertir en educación cuando rs = i. George Psacharopoulos (1995)8 sintetizó cinco mÊtodos de calculo de la tasa de retorno: del descuento total, de las tasas privadas y públicas (o sociales), de retornos en tÊrminos de ratios beneficios/costo, de “short – cut”, de la función de ganancias (acor8 “The Profitability of Investment in Education: Concepts and Methods”.

de a Mincer) y de la funciĂłn de Costo Beneficio reversado. La tasa privada de retorno es el costo en que incurre la persona mĂĄs los pagos directos y gastos adicionales y es estimada a travĂŠs de la tasa de descuento (r) que iguala la secuencia de los beneficios descontados y las secuencias de los costos en un momento dado. La fĂłrmula de la tasa de retorno para un nivel de educaciĂłn universitaria es:

∑ W

: − :

∑ : & U U

X

V

W

W

V

W

W

X

W

donde (Wu-Ws) es la diferencia de ingresos entre un graduado universitario y un graduado de secundaria, Cu representa el costo directo de la educaciĂłn universitaria (matrĂ­cula, cuotas, libros, etc.) y Ws denota los ingresos esperados o costos indirectos. El MĂŠtodo Short-cut basado en el supuesto de una curva plana del perfil de edad-ingresos establece la siguiente fĂłrmula para la tasa de retorno privada: SULYDWH U

: X : V : V

donde : Xse refiere al ingreso promedio de una persona con el nivel correspondiente, y 5 es el promedio de duraciĂłn del ciclo universitario. La tasa social de retorno, en este caso es simplemente dado por: VRFLDO U

: X : V : V & X

donde Cu es el costo directo anual de una educaciĂłn universitaria. El mĂŠtodo reversal de costo-beneficio: acorde a Psacharopoulos (1995) la fĂłrmula es:


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

Beneficio Anual = 0.10 (Costo de la EducaciĂłn) : X : V

> : V & X @

La funciĂłn minceriana o de ingreso asume que una fracciĂłn de la capacidad de invertir en educaciĂłn es una decisiĂłn lineal durante la vida laboral, funciĂłn ya desarrollada al inicio de esta secciĂłn. En las cinco formas de estimaciĂłn la pregunta obligada es cuĂĄl es la tasa de retorno comparable a la tasa de la educaciĂłn, con el propĂłsito de saber sĂ­ da lo mismo invertir en educaciĂłn o depositar dinero en el banco. Respecto al gasto en educaciĂłn bĂĄsica puede decirse que en la mayor parte de los paĂ­ses del continente es progresivo, aunque en grado diferente debido principalmente al sistema educativo que impera en cada uno de ellos. Cuando se analiza el gasto en educaciĂłn, es de aceptaciĂłn general la medida por variables no cuantitativas, como el nivel y la calidad de la educaciĂłn, pero siempre en el contexto de la relaciĂłn costo-beneficio. La idea de eficiencia econĂłmica estĂĄ relacionada a niveles mĂĄs altos de aprendizaje y logros escolares, a fin de reducir la desigualdad, independientemente de lo progresivo que sea el gasto. Este tĂłpico queda fuera del alcance de anĂĄlisis de la presente investigaciĂłn, aunque cabe mencionarlo debido a la existencia de enfoques teĂłricos9 que tratan de medir la capacidad o habilidad, la calidad y la eficiencia econĂłmica de los costos directos e indirectos de la educaciĂłn. 9 Por ejemplo se puede mencionar la inclusiĂłn de variables instrumentales para el estudio de conductas y factores cualitativos.

91

2. El ahorro privado en un contexto microeconĂłmico

Si bien a nivel macroeconĂłmico la literatura sobre los determinantes del ahorro privado es abundante, no es asĂ­ a nivel microeconĂłmico. Los estudios de Feldstein (1978) y Michael Boskin (1980) consideran a la tasa interĂŠs real como uno de los determinantes importantes del ahorro privado. Otros estudios ponen ĂŠnfasis en los determinantes sociodemogrĂĄficos. Cabe seĂąalar que las decisiones de ahorrar y de cuĂĄnto ahorrar son bĂĄsicamente decisiones intertemporales debido a que los hogares tienen que decidir quĂŠ porciĂłn del ingreso presente deben consumir y quĂŠ proporciĂłn sacrificar para su consumo futuro. Esta idea neoclĂĄsica insertada en el modelo de ciclo de vida intenta dar explicaciĂłn a la estructura del ahorro privado. McKinnon y Shaw10 indican que el comportamiento de este ahorro cambiarĂ­a a partir de la liberalizaciĂłn, experimentando un alza ante las mayores tasas reales de interĂŠs que la desregulaciĂłn traerĂ­a consigo. Ramanathan en su trabajo “An econometric exploration of Indian Saving Behavior” realiza un anĂĄlisis multivariado del comportamiento de ahorro partiendo de la hipĂłtesis de que es una funciĂłn del ingreso y que la propensiĂłn marginal se incrementa con el mismo, formulando las siguientes relaciones de ahorro: S = Îą1 + Îą2Y + Îą3Y2 + Îą4W + Îą5WY + Âľ1 S = β1 + β2lnY + β3W + β 4W lnY+ Âľ2

10 Krugman, Obsteld (1994)


92

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

donde Y es el ingreso, W la riqueza, m1 y m1 otros factores y el efecto riqueza adoptado corresponde a la hipótesis de Klein - Morgan de interacción entre riqueza e ingreso. La bibliografía también muestra que existe una relación positiva entre ahorro y educación (Orazio P. Attanasio, 1998, Avery y Kennickell, 1991; Bernheim and Scholz, 1993). Friedman (1957) señala, además de esta relación, que la propensión marginal a consumir depende negativamente de la propensión de la riqueza humana en la riqueza total. La teoría del ciclo de vida da una forma convencional del análisis de la conducta ahorradora a través del enfoque del perfil etario del consumo, ingreso y ahorro y de la descomposición de la varianza de ingreso. En síntesis, la interacción entre ingreso, educación y ahorro se traduce en lo siguiente: Y = Y (Educ, υ1), S = S (Y, W, υ2), S = S (Educ, W, υ3)

donde Y es el ingreso, Educ el nivel de estudios, S el ahorro, W la riqueza, y υ1, υ2, υ3 los demás factores. 3. El método de James Heckman

El presente estudio emplea el método de Heckman para corregir la función minceriana de retorno de la educación. La función minceriana estimada con el método de mínimos cuadrados ordinarios proporciona parámetros que pueden ser inconsistentes. La corrección de Heckman (1974, 1979 y 1998), trabajada por Fernández Valdovinos (2000) para el caso paraguayo, implica estimar primero la

ecuación de participación en el mercado laboral para luego utilizar los resultados en la estimación de los retornos de la educación. A fin de usar este procedimiento, se especifican (a) la ecuación de regresión básica de interés, es decir, los factores que afectan al retorno de la educación basado en el modelo minceriano (básica y la extendida) en la que las ganancias dependen de los años de estudios, la experiencia potencial y su cuadrado (o sea de las características personales del individuo), y (b) una ecuación probit que, siguiendo el modelo de Fernandez Valdovinos (2000), esté relacionada a la participación laboral. Se trata de saber qué factores determinan que el individuo perciba o no perciba ingresos en función de la educación, edad, estado civil, experiencia, sector laboral, etc. Esta ecuación de tipo probit se estima a través del método de máximo de verosimilitud para obtener la probabilidad de observar el ingreso o ganancia de cada individuo. Los estimadores de esta primera etapa permiten obtener un regresor adicional necesario para estimar consistentemente los parámetros de los determinantes de los niveles de ingresos (para cada observación de la muestra se computa entonces λˆ = L

φ (ˆ ′Z Φ(ˆ ′Z

L

L

) ). )

En la segunda etapa se obtiene estimadores de β y βλ a través del método de mínimos cuadrados ordinarios, corriendo una regresión de Y en X y en + Ö ., es decir una ecuación minceriana corregida: L


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

lnYi = β0 + β1Educi + Îł1 EXPi + Îł 2EXPi 2 + Ă–

L

En sĂ­ntesis, el mĂŠtodo de Heckman trata de dar soluciĂłn al problema del sesgo originado por la existencia de datos omitidos y constituye una de las formas de corregir el problema utilizando estimaciones minimocuadrĂĄticos para una ecuaciĂłn expandida, la cual incorpora el factor Îť, inversa del ratio Mill, conocida como tasa de riesgo. Como Îť es esencialmente una variable omitida en la ecuaciĂłn de regresiĂłn lineal, Heckman sugiriĂł adicionar una estimaciĂłn de Îť como un regresor mĂĄs. AsĂ­, Heckman sugiere estimar Îť inicialmente en la misma base que la ecuaciĂłn probit demostrando que cuando el valor de Îť es anexado como un regresor mas en la ecuaciĂłn los estimadores minimocuadrĂĄticos son consistentes.

CONCEPTOS Y DEFINICIONES El marco teĂłrico descrito en la secciĂłn anterior constituye la base para el desarrollo metodolĂłgico y las aplicaciones conceptuales en torno a las variables objeto de anĂĄlisis. 1. Los datos y la metodologĂ­a

La base de datos utilizada en el presente estudio es la Encuesta Integrada de Hogares 1997-1998 (EIH 1997/ 98), elaborada por la DirecciĂłn General de EstadĂ­sticas, Encuestas y Censos, correspondiente a la poblaciĂłn de 10 aĂąos y mĂĄs (una muestra de 14,996 personas) que forman parte de 4,353 hogares encuestados. La metodologĂ­a del presente trabajo consiste en la estimaciĂłn de los

93

paråmetros que muestren la interacción entre ahorro y educación, partiendo de la interpretación de la función minceriana de que los retornos provienen de diferencias en el nivel educacional y de la experiencia potencial. Luego se estima “el sesgo por selección” a travÊs de la tÊcnica propuesta por Heckman (1979). Para ello se trabaja en tres etapas, la primera es la corrección de sesgo en los retornos a la educación individuales. La segunda parte tiene como objetivo la caracterización del patrón de conducta ahorradora de los hogares, en especial en base al modelo de ciclo de vida y por niveles educacionales. Se adicionan finalmente variables sociodemogråficas que explican el comportamiento del ahorro de los hogares paraguayos, dividiÊndose la muestra en varios grupos poblacionales por edad, årea geogråfica, sexo, etc. Estas variables permiten enfatizar la importancia y el nivel del ahorro por grupos microeconómicos y que muchas veces no pueden ser captados a nivel macro. 2. Concepto de retorno a la educación

Se adopta la metodología de calculo de retorno para niveles de educación secundaria completa (rSEC), educación terciaria completa (rTERC) y estudios universitarios completos (rUNIV) que son calculadas como sigue: U6(& β6 66 U7(5& β7 β6 67 66 U81,9 β8 β6 68 66 GRQGH 66 67 68 \ β6 β7 β8 ODV WDVDV GH UHWRUQR


94

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

3. Definición de ahorro

En términos generales puede decirse que el ahorro es la parte del ingreso corriente no destinado al consumo. También puede decirse que es la parte del ingreso presente que se sacrifica para el consumo futuro. Una explicación completa del ahorro debe incorporar la distribución del ingreso y del consumo de las personas en diferentes edades y con diferentes patrones socio-demográficas, información que puede ser extraída de la EIH 1997/98. 4. Definición de riqueza

La riqueza familiar es una fuente independiente en sí misma, bien lograda del ingreso financiero directo que provee. Wolf (1998) define al patrimonio neto o riqueza financiera (riqueza transable) como el valor corriente de todos los bienes transables o activos fungibles menos el valor corriente de las deudas. Los activos totales son definidos como la suma de: i. El valor bruto de la casa propia y otros bienes inmobiliarios del propietario ii. Caja y cuenta corriente, Depósitos de ahorros y CDAs y cuentas money market iii. Bonos gubernamentales, bonos corporativos, bonos extranjeros y otros securities financieros. iv. El valor nominal del plan de se guro de vida, planes de pensiones. v. Acciones corporativas y fondos mutuos. vi. Patrimonio neto en empresas no incorporadas. En esta definición se considera la función de la riqueza como reserva de valor y, por lo tanto, como una fuente de

consumo potencial, es decir, sólo incluye a los activos que pueden ser convertidos inmediatamente en dinero en efectivo (o activo de alta liquidez), excluyéndose de este concepto los bienes durables (autos) y la riqueza acumulada para la vejez o para la jubilación. Ramanathan (1969) amplia el concepto de riqueza incluyendo el valor corriente del patrimonio de empresas y firmas, los bienes durables, valor de la propiedad deduciendo deudas si lo hubiera -, activos líquidos, acciones, oro y joyas, préstamos otorgados deduciendo las deudas. Esta definición excluye todo lo concerniente a riqueza para vejez, retiro, reservas monetarias, etc. Robles (1999) señala la necesidad de incorporar a la encuesta un módulo relacionado al ahorro y la inversión o a las transacciones financieras del hogar. Esto permitiría reflejar mejor el comportamiento de los hogares respecto al manejo de su presupuesto y así evitar que se observen tasas de ahorro muy negativas en los ventiles de ingreso bajos, correlaciones bajas entre ingresos y gastos, y grados de coincidencia reducidas en las matrices de transformación. 5. Los hechos estilizados

En el presente trabajo se incorpora las siguientes nociones de ahorro (S): S = S (YD, ν) So = YD - GT S1 = So + Gbd S2 = S1 + Gkh donde So = nivel básico de ahorro privado; YD es el Ingreso personal disponible anual (acorde a la fórmula de


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

la EIH 1997/98), GT son los gastos familiares anuales (acorde a los valores de la EIH 1997/98); Gbd son los gastos en bienes duraderos y Gkh son losgastos en educación, cultura y salud. El ingreso personal disponible incluye rentas imputadas de los propietarios de las casas-tanto como ingreso como gastos-ingresos en presentes y el autoconsumo. El total de gastos incluye lo monetario y no monetario. Las definiciones de ingreso y gastos son las mismas que las adoptada por Robles (1999): el ingreso de un hogar es la suma de los ingresos de cada uno de sus miembros y de los que se obtienen de manera conjunta, tanto en efectivo como en especie i. Se agrega un concepto alternativo de ahorro en el que los gastos de consumo solo incluyen gastos en bienes no durables, esto es, deduciendo del total de gastos el correspondiente a los bienes durablesii, y en consecuencia la brecha entre So y S1 corresponde al valor nominal de gastos en bienes durables. Y finalmente, se computa S2 como una franja ensanchada de medición del ahorro donde se deducen no solo los bienes durables sino los gastos que implican inversión en capital humano, esto es equivalente al ingreso disponible menos los gastos totales y los gastos en capital humano11 (tales como: matrícula, recreo, libro, etc.). En los tres conceptos no se incluye medición del ahorro forzado (pensiones, seguridad social, etc.).

GT So S1 S2

95

= GM + GNM = YD GO = YD + G1 = YD G2

G T = Gastos Totales G M = Gastos Monetarios GNM = Gastos No Monetarios Go = Gastos del Hogar = alimentos + vestido + servicios básicos (agua, electricidad, teléfono) + bienes durables + vivienda + muebles y enseres del hogar + salud + educación y cultura + transporte y otros. G 1 = alimentos + vestido + servicios básicos (agua, electricidad, teléfono) + vivienda + muebles y enseres del hogar + salud + educación y cultura + transporte + otros - bienes durables. G2 = alimentos + vestido + servicios básicos (agua, electricidad, teléfono) + vivienda + muebles y enseres del hogar + transporte + otros - bienes durables - salud - educación y cultura.

Desde la perspectiva de gastos se tienen las siguientes identidades:

Para las estimaciones econométricas se especifica el ahorro en función al ingreso disponible y a la riqueza: S = S (YD, W). En donde la riqueza (W) es calculada en base a una variable proxi resultante de la suma de valor de bienes durables más el valor imputado a la vivienda propia (anualizado) mas los activos agropecuarios. Es decir, solo se engloba la riqueza real y no la financiera. El valor actual de los bienes durables incluye el valor de compra del bien dividido por deflactor de cada año de compra; registrándose hasta 25 tipos de bienes12. Los activos

11 Incluye gastos en educación, cultura y salud

12 Los deflactores utilizados se detallan en el Cuadro 1 del Anexo Estadístico


96

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

agropecuarios incluyen el valor monetario de valor de la tierra propia, valor del ganado (bueyes, otros vacunos, ovejas, cerdos, cabras, caballos, burros y mulas), valor de otros animales y valor de maquinarias, equipos e implementos poseídos.

ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA En esta sección se presenta una serie de cuadros recopilados en base a los datos de la EIH 1997/98 a fin de visualizar la estructura de las variables objetivos de este estudio. La meta básica es la determinación de los patrones de homogeneidad y heterogeneidad en cuanto a la educación y al ahorro en el Paraguay. 1. Educación y mercado laboral

El cuadro 1 muestra la distribución de la Población en Edad de Trabajar (PET) por años de estudios. Se observa que el área urbana supera al área rural en el porcentaje de PET que posee un nivel de educación primaria, secundaria o terciaria. Del 21,6% de la población total que ha culminado el nivel primario (6 años de estudios), 11,3% corresponde a los de área urbana y 10,3% a los de área rural. También se evidencia que el 6,6% de los pobladores urbanos tienen culminada su educación secundaria y sólo el 1,1% de los del área rural, y que apenas 1,2% de la PET tiene los estudios universitarios concluidos. En general, el nivel de educación superior (terciario) es bajo en ambas áreas, notándose un mayor predominio en los primeros años del nivel,

probablemente como consecuencia de carreras cortas, o el inicio de carreras que posteriormente quedaron inconclusas. 2. Ingreso Por Nivel Educativo

La información de la EIH 1997/98 muestra que la distribución del ingreso es desigual si se tiene en consideración a la población según sus niveles de escolaridad. Los ingresos más elevados se concentran en las personas con mayores años de estudios (ver Cuadro 2). En promedio la población en edad de trabajar con 12 a más años de estudios (que representan solo al 14% de la población total) obtiene ingresos que es 4,5 veces mayor a los ingresos de quienes tienen menos de 12 años de estudios. 3. Años de Estudio por Area

La fuerza laboral del país (población económicamente activa) representa el 58% del total de la población en edad de trabajar. La proporción mayoritaria de dicha fuerza laboral con escasos estudios o sin ellos se encuentra en el área rural (ver Gráfico 1). Un nivel aparente de equilibrio en cantidades se da en el nivel de primaria completa, pero la brecha asciende a nivel de los estudios secundarios y superiores a favor de la zona urbana. La accesibilidad a estudios superiores y los costos menores son factores que influyen en la localización geográfica de los educandos. 4. Los gastos de los hogares en educación

Los gastos directos son los gastos en matrícula, libros, útiles, uniformes, contribuciones de los padres, mensualidad, transporte escolar, entre otros,


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

97

Cuadro 1: EIH 1997/98: PET – Nivel Educacional por Area $xRV GH (VWXGLR

$UHD 8UEDQD

$UHD 5XUDO

7RWDO

7RWDO

Fuente: EIH 1997/98

(VWUXFWXUD 3RUFHQWXDO $UHD 7RWDO $UHD 8UEDQD 5XUDO

Cuadro 2: Paraguay: Ingreso mensual de la actividad principal de la población en edad de trabajar (PET) por años de estudios S M

S 3DUWLFLSDFLyQ 3DUWLFLSDFLyQ ,QJUHVR 3DUWLFLSDFLyQ $xRV GH HQ HO SURPHGLR *V HQ OD 3(7 HVWXGLRV LQJUHVR WRWDO DFXPXODGD GH IHE

3URPHGLR 7RWDO

Fuente: EIH 1997/98


98

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

GrĂĄfico 1: DistribuciĂłn % de la PEA por ĂĄreas y aĂąos de estudios Area Urbana

100 80 60 40

Area Rural

20 0 0

1

2

3

4

5

6

7

8

los cuales se muestran en el Cuadro 3. En promedio cada hogar gasta en educaciĂłn 853 mil Gs por aĂąo, pero los hogares con jefes con primaria completa (el 20% del total de hogares) gastan 709 mil Gs, con secundaria completa 1 millĂłn 582 mil Gs y con formaciĂłn universitaria completa (apenas 2% de los hogares) 4 millones 3000 mil Gs. Cuadro 3: EIH 1997/98: Gastos anuales en educaciĂłn y cultura segĂşn aĂąos de estudios del jefe de hogar $xRV GH 3URPHGLR &DQWLGDG GH HVWXGLR *V )HEUHUR +RJDUHV

Fuente: EIH 1997/98

10 11 12 13 14 15 16 17 18

AĂąos de estudios

Fuente: DGEEC EIH 97/98

7RWDO

9

5. El ahorro privado desde el punto de vista microeconĂłmico

Robles (1999) mostró las principales evidencias sobre el ahorro privado en el Paraguay función del ingreso familiar per-cåpita13 . Para este autor el concepto de ahorro utilizado es el que resulta de deducir al ingreso disponible los gastos de consumo final y los gastos de no consumo (obligatorios y no obligatorios). Mostró que la tasa de ahorro promedio a nivel nacional es 16 %, debido a un ingreso familiar mensual de Guaraníes 1.558.623 y un gasto de Guaraníes 1.309.062 y que por estratos tal porcentaje es muy heterogÊneo debido a que en “niveles mås bajos de la distribución de los ingresos toma valores negativos, mientras que en los mås altos valores positivos relativamente elevados”, es decir “un comportamiento que se debe no a las diferencias de gastos, sino fundamentalmente a las diferencias de ingresos”. Las principales evidencias numÊricas en la citada obra muestra que la distribución del ingreso es mucho mas desigual que la del gasto, así “entre el decil mås rico y el decil mås pobre existe una relación de gastos 13 Se hace a nivel per cåpita para evitar que el tamaùo del hogar no influya en la clasificación.


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

de 5 a 1 y una relación de ingresos de 33 a 1”. Según la EIH-1997/98 el 10% mås rico de la población participa con el 41% del ingreso total generado en el país, mientras que el 40% mås pobre solo con el 8%. El siguiente cuadro, extraído textualmente de la obra de Robles detalla en forma precisa lo seùalado en materia de distribución de gastos e ingresos y consecuentemente del ahorro.

99

resante juego en la que aísla de la distribución al decil mås rico de la población para observar los cambios que se producen: (a) la disminución significativa de la tasa de ahorro promedio del país: de 16 % pasa a –0.1% debido a la disminución del 29 % de los gastos y 41% de los ingresos, y (b) cambio importante de la participación del resto de la población en el ingreso nacional. El 40 % mås pobre casi duplica su participación, es decir, la distribución de los ingresos familiares se hace menos desigual.

A fin de demostrar la profundidad de las brechas entre los ingresos y gastos, Robles realiza un inte-

Cuadro 4: EIH 1997/98: Ingresos y Gastos familiares mensuales (en GuaranĂ­es de Febrero de 1998) 'HFLOHV 7RWDO

,QJUHVR

Fuente: Robles (1999)

*DVWR

$KRUUR

Cuadro 5: EIH 1997/98: Monto de Ingresos y Gastos Familiares mensuales (en millones de guaranĂ­es de febrero de 1998)

J

6LQ DLVODU DO GHFLO PiV ULFR 'HFLO

*DVWRV ,QJUHVRV

0iV SREUH 0iV ULFR 7RWDO

Fuente: Robles 1999

7DVD GH 'LVWULEX $KRUUR

FLRQ

$LVODQGR DO GHFLO PiV ULFR *DVWRV ,QJUHVRV

7DVD GH

'LVWULEX

$KRUUR

FLRQ


100

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Paralelamente a este enfoque, examinando la obra de Molinas (1998) se encuentra que la mayor parte de los recursos financieros en el periodo postliberalización (1989 en adelante) se destinó al crÊdito de consumo a tasas significativamente mås elevadas, y en ese contexto dada la considerable demanda insatisfecha de las familias estaban dispuestas a pagar a una tasa mucho mayor que las empresas. Este autor seùala la necesidad de políticas orientadas al raciocinio y optimización de estos gastos mediante el delineamiento de un “sistema de incentivo de ahorro para las familias”en base al anålisis realizado del “boom” del consumo (con la necesaria contrapartida de bajo o nulo ahorro de las familias) en el periodo de liberalización financiera. 6. El ahorro promedio de los hogares

Cuadro 6: EIH 1997/98: DistribuciĂłn poblacional por sexo y ĂĄrea $UHDV

0XMHU

3REODFLyQ GH \ PiV DxRV 8UEDQD 5XUDO 7RWDO -HIHV GH +RJDU 8UEDQD 5XUDO 7RWDO

Fuente: EIH 1997/98

+RPEUH

7RWDO

El Cuadro 7 muestra el valor promedio de las variables claves de presente trabajo: ingreso disponible, riqueza, gasto familiar y los ahorros S0, S1, S2. Se observa que el promedio del ahorro anual (S0) en Paraguay es de 3.038.302 GuaranĂ­es por hogar, el ingreso anual promedio de los hogares es aproximadamente 17,9 millones y la riqueza promedio 22,4 millones anuales.

Para ver la estructura y la naturaleza del comportamiento de las tres bandas de ahorro se analiza el comportamiento del ahorro de los hogares en la conducta de su jefe14 . Y en el caso paraguayo, no se pueden ignorar aspectos estructura- Cuadro 7: EIH 1997/98 Ingreso, Riqueza, Gastos y aholes que pueden estar modi- rros promedios anuales de los hogares en GuaranĂ­es ficando dicho comporta- de Febrero de 1998 miento en el mediano y lar0tQLPR 0i[LPR 3URPHGLR go plazo. SegĂşn la EIH 97/ ,QJUHVR )DPLOLDU 98 la poblaciĂłn de 10 y mĂĄs 'LVSRQLEOH aĂąos casi alcanzĂł los cua5LTXH]D tro millones de los cuales *DVWR )DPLOLDU el 49,9% es de sexo feme6 6 nino. El dato a nivel de ho6 gares (en total 1 millĂłn 142 Fuente: EIH 1997/98 mil, 57% ubicados en el ĂĄrea urbana y el resto en el rural) muestra que el 78% de los jefes La tasa promedio de ahorro es la prode hogar son varones. porciĂłn del ingreso destinado al ahorro. Del cuadro anterior se deducen que la 14 Los vaalores monetarios estĂĄn dados en GuaranĂ­es a febretasa de ahorro tso para todo el paĂ­s es ro de 1998.


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

17%, ts1 21% y ts2 29%, aunque, como se ha visto, existen grupos de la poblaciĂłn con ahorros negativos, en particular en los hogares pobres. Con la EIH 97/98 puede demostrarse que respecto a los gastos familiares totales (supuestamente un mejor indicador del ingreso permanente), el ahorro alcanza el 15%. 7. El ahorro segĂşn el lugar de residencia

Los hogares localizados en el ĂĄrea urbana presentan promedios anuales positivos de ahorros mientras que los hogares rurales promedios negativos para la definiciĂłn So (equivalente a una tasa de -7%). Para la definiciĂłn S1 (que considera solo el consumo de bienes no durables) se observa (ver Cuadro 8) que los hogares urbanos ahorran en promedio 36 veces mas que sus pares rurales y para la definiciĂłn S 2 los hogares rurales muestran en promedio 4,9 veces mas que el nivel de S1. TambiĂŠn se observa que los montos de ahorros estĂĄn localizados fundamentalmente en las ĂĄreas urbanas (en promedio los hogares de estas ĂĄreas ahorran 9,5 mĂĄs veces que los del ĂĄrea rural. La explicaciĂłn bĂĄsica de este hecho radica en la diferencia de ingresos promedios, que es de 2,8 veces mĂĄs en los centros urbanos que en los rurales. Las tasas negativas reflejan la presencia de hogares con ahorros negativos muy pronunciados.

101

8. El ahorro por deciles

El cuadro 9 muestra que los ahorros S0 son negativos hasta el sexto decil para luego ser positivo en los Ăşltimos 4 dĂŠciles con una concentraciĂłn hacia los deciles 9 y 10 en las que los promedios anuales son de 6 y 23 millones de guaranĂ­es y con tasas de ahorro positivas del 23,4% y 41,5% respectivamente. La distribuciĂłn de S2 por deciles evidencia que los hogares mĂĄs ricos invierten en capital humano mucho mĂĄs que los hogares pobres y se observa que el ahorro es negativo hasta el cuarto decil para luego mostrar promedios positivos ascendentes, con la peculiar caracterĂ­stica de que los deciles 5 y 6 son las franjas que tienen un fuerte ahorro en forma de capital humano y bienes durables. 9. El ahorro segĂşn el sexo del jefe de hogar

El 78% de los hogares cuentan con jefes del sexo masculino y estos hogares ahorran (con la definiciĂłn S0) un promedio anual de 2,1 veces mĂĄs que los hogares cuyos jefes son mujeres. Igual tendencia mayoritaria masculina se da con las definiciones S1 y S2 donde el ahorro de los hombres ha superado en 2,0 y 1,5 veces al de las mujeres. El mismo patrĂłn se observa (en el Cuadro 10) a nivel de las tasas de ahorro.

Cuadro 8: EIH 1997/98: ahorros S0, S1 y S2, Ingreso y de tasas ahorro. En guaranĂ­es de Febrero 1998 y en % $5($

6

6

6

,1*5(62

8UEDQD 5XUDO 7RWDO

Fuente: EIH 1997/98

7VR

WV

WV


102

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro 9: EIH 1997/98: Promedios de ahorros por deciles En guaranĂ­es de febrero de 1998 y en % 'HFLOHV 7RWDO

6

6

6

,QJUHVR

WVR

WV

WV

Fuente: ElaboraciĂłn Propia en base a datos de la EIH 1997/98

Cuadro 10: EIH 1997/98: Ahorro promedio anual y Tasa de ahorro por sexo del jefe de hogar. En GuaranĂ­es de Febrero de 1998 y en %

+20%5(

08-(5

6

3URPHGLR 0tQLPR 0i[LPR 3URPHGLR 0tQLPR 0i[LPR

6

Fuente: ElaboraciĂłn propia en base a datos de la EIH 1997/98, DGEEC

10. El ahorro segĂşn la edad del jefe de hogar

El modelo bĂĄsico de ciclo de vida refleja tres etapas: la previa a la entrada al mercado (con fuerte ĂŠnfasis en la inversiĂłn en educaciĂłn), la etapa activa laboral y la de salida del mercado (etapa de jubilaciĂłn). El ciclo normal seĂąala etapas de desahorro para la etapa de entrada y salida de mercado, y consecuentemente una etapa de ahorro positiva en el transcurso de la vida Ăştil de la persona, es decir durante su permanencia en el mercado laboral. El Cuadro 11 muestra el dinamismo del ahorro a lo largo de la vida Ăştil de los jefes de hogar. El mayor nivel se observa entre los 45 a 64 aĂąos de edad

6

WVR WV WV

(quienes en un 80% aproximadamente son varones). El modelo de Ben Porath (1974) asume la conducta de un individuo similar a una empresa de tal forma que Êl obtenga el måximo de beneficio cuando el costo marginal es igual al ingreso marginal. El cuadro 13 nos presenta båsicamente lo seùalado en el modelo de Ben Porath de que a fin de maximizar su conducta, en cada aùo de su vida, una persona va invirtiendo en sí mismo, comprando “eds” de acuerdo al nivel de beneficios y costos a lo largo del ciclo de vida evidenciado en el valor ascendente de S2.


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

103

Cuadro 11: EIH 1997/98: DistribuciĂłn de ahorros e ingresos segĂşn la edad del jefe En GuaranĂ­es de Febrero/1998 y en % *UXSRV GH (GDG

6

6

6

< 0$6 7RWDO

WVR WV WV

,QJUHVR 7RWDO DQXDO

Fuente: EIH 1997/98

duraderos, educaciĂłn, cultura y salud (o sea costos inherentes a la formaciĂłn de capital humano) en una etapa productiva. El nivel creciente de ahorro se ve entre los 45 y 64 aĂąos quienes tendrĂ­an un fuerte incentivo por su proximidad de salir del mercado. A partir de los 65 aĂąos se observa ahorros sensiblemente reducidos respecto a aĂąos previos.

Distribuyendo a los jefes de hogares (total paĂ­s) de acuerdo a grupos de edades se observa en lĂ­neas generales el cumplimiento del patrĂłn estĂĄndar del modelo de ciclo de vida (ver grafico 2). El nivel de ahorro es negativo para los jefes menores a 20 aĂąos (0.7% respecto al total); sin embargo con la definiciĂłn S2 es positivo mostrando esto el consumo de bienes

GrĂĄfico 2: Paraguay: ahorro (en millones de Gs de feb98) segĂşn edad del jefe de hogar

S2 S1 S0

V i P \


104

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

11. El ahorro segĂşn la categorĂ­a de ocupaciĂłn del jefe de hogar

El cuadro 12 muestra que los jefes cuentapropistas (42% del total de jefes) sĂłlo ahorran un promedio anual de 1 millĂłn 432 mil Gs. Los de mayor nivel de ahorro son los jefes patrones o empleadores (solo el 8% del total de jefes) que ahorran un promedio anual de 11 millones. Estos niveles aumentan si se toma en consideraciĂłn las definiciones de S1 y S2, que incorporan los gastos en bienes duraderos, educaciĂłn y cultura. AsĂ­, los patrones tienen un ahorro S2 1,4 veces mĂĄs que sus niveles bĂĄsicos de S0. Los obreros mantienen ahorros inferiores al promedio nacional. Las tasas de ahorro siguen las mismas tendencias que los valores nominales. 12. El ahorro segĂşn la actividad econĂłmica del jefe de hogar

Los jefes de hogar cuyas actividad del establecimiento donde laboran se sitĂşa en la rama de servicios (agua, electricidad, establecimientos financieros y transporte) figuran entre los mĂĄs ahorradores. Los que se sitĂşan en actividades agrĂ­colas presentan en general un ahorro pro-

medio negativo en el nivel de S0 y S1, y uno de los mĂĄs bajos Ă­ndices de ahorro en la franja S2. Los de servicios ahorran 3 veces mas que de los que estĂĄn en el rubro de construcciĂłn, y los que estĂĄn en establecimientos financieros ahorran 2,4 veces mĂĄs que los del sector comercio (var Cuadro 13). 13. El ahorro segĂşn la ocupaciĂłn principal del jefe de hogar

El cuadro 14 muestra otra evidencia sobre la heterogeneidad de los ahorros en las diferentes ocupaciones principales de los jefes de hogar. Los gerentes y administradores ahorran 3,7 veces mås que los empleados u obreros; los profesionales o tÊcnicos en una proporción de 4,3 veces mås que los artesanos y operarios, cuyas razones se deducen de la diferencia de ingreso y la importancia de la acumulación de “eds” o capital humano vía calificación. Asimismo, los gerentes, administradores mantienen un nivel de ahorro de S2 1,3 mås que sus ahorros S1. La evidencia mås resaltante es la relación directa entre el nivel de calificación y el nivel promedio de ahorro.

Cuadro 12: EIH 1997/98: Niveles de ahorros por categorĂ­a ocupacional del jefe de hogar. En guaranĂ­es de febrero de 1998 y en % &DWHJRUtD GH 2FXSDFLyQ

6

6

6

,QJUHVR

(PSOHDGRU R SDWUyQ )DPLO 1R UHPXQ (PSOHDGR S~EOLFR (PSOHDGR SULYDGR (PSOHDGR GRPHVWLFR 2EUHUR SULYDGR 2EUHUR SXEOLFR &XHQWD SURSLD 3URPHGLR *OREDO Fuente: EIH 1997/98

WVR

WV

WV


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

105

Cuadro 13: EIH 1997/98: Niveles de ahorros por ramas de actividad. En guaraníes de febrero de 1998 y en % 5DPDV GH $FWLYLGDG

$JULF *DQDGHUtD ([SORWDFLyQ PLQDV ,QG 0DQXIDFWXUHUD (OHFWULFLGDG DJXD &RQVWUXFFLyQ &RPHUFLR 7UDQVSRUWH (VWDEO )LQDQFLHURV 6HUY &RPXQDOHV

Fuente: EIH 1997/98

6

6

6

,QJUHVR

WVR

WV

WV

Cuadro 14: EIH 1997/98: Tasas de ahorros por ocupaciones principales. En porcentaje 2FXSDFLRQHV SULQFLSDOHV

*HUHQWHV DGPLQLVWUDGRUHV 3URIHVLRQDOHV WpFQLFRV &RQGXFWRUHV (PSOHDGRV RILFLQLVWDV 9HQGHGRUHV 2EUHURV MRUQDOHURV 6HUYLFLRV SHUVRQDOHV $UWHVDQRV RSHUDULRV 2WURV WUDEDMDGRUHV $JURSHFXDULRV

Fuente: EIH 1997/98

EDUCACIÓN Y AHORRO Al inicio de presente trabajo se plantearon dos preguntas sobre del comportamiento del ahorro: ¿son los hogares cuyos jefes poseen mayor nivel de educación más ahorradores? ¿Son los individuos con mayores niveles educativos los más

WVR

WV

WV

ahorradores?. En esta sección se intenta dar respuesta a ambas preguntas. El Cuadro 15 muestra que los jefes de hogar con primaria completa (21% respecto al total de jefes) tienen un nivel anual promedio de ahorro S 0 de 1,4 millones de Gs. Los ahorros más elevados los tienen los jefes que poseen educación superior

Cuadro 15: EIH 1997/98: Ahorro promedio anual por niveles educacionales. En Guaraníes de Febrero 1998 y en %

6

6

6

5LTXH]D

,QJUHVR

6LQ (VWXGLRV 3ULPDULD &RPS 6HFXQGDULD &RP 8QLYHUVLWDULR &RP

Fuente: EIH 1997/98

WVR

WV

WV


106

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

universitaria completa (que solo representan al 2% de los jefes de hogar), quienes ahorran 22,5 millones anuales en promedio. El GrĂĄfico 3

muestra con mĂĄs claridad el comportamiento de las tasas de ahorro de las familias paraguayas segĂşn los aĂąos de estudios del jefe de hogar.

GrĂĄfico 3: Paraguay: Tasas de ahorro (%) segĂşn los aĂąos de estudios del jefe de hogar

SS2 S1 S0

$xRV GH HVWXGLRV

Attanasio (1998) seĂąala que el anĂĄlisis del ahorro acorde a los niveles educacionales presenta dos ventajas: el fundamento de tomar a la educaciĂłn como una buena aproximaciĂłn del ingreso permanente debido a la evidencia de que los hogares con bajo nivel de educaciĂłn tienen ahorros bajos (incluso negativo) por sus bajos niveles de ingreso y porque muy pocos jefes de hogares cambian su nivel educacional despuĂŠs que empiezan a ser jefes.

Los economistas estipulan que el consumo de una persona estĂĄ limitado por su ingreso y su riqueza, y la teorĂ­a del ciclo de vida indica que estas variables siguen el delineamiento del horizonte de vida. El grĂĄfico 4 muestra que no existe independencia entre los ingresos y los gastos, y que a nivel paĂ­s se cumple lo estipulado por la teorĂ­a del ciclo de vida respecto al desahorro1 en los primeros aĂąos y en los Ăşltimos aĂąos, y el ahorro positivo en la etapa productiva del jefe de hogar.

GrĂĄfico 4:Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de Gs de feb98) segĂşn edad del jefe de hogar

,QJUHVRV *DVWRV D

D

D

D

D

15 El nivel de ahorro So es el adoptado como medida de ahorro bĂĄsico en esta secciĂłn.

D

D

D

D

D

Vi P D


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

El comportamiento ingreso - gasto de los hogares con jefes sin educación muestra un elevado grado de heterogeneidad (ver Gráfico 5). Así, los hogares cuyos jefes tienen entre 20 y 34 años muestran un ahorro negativo, repitiéndose esto entre los que tienen entre 40 y 49 años. Sin embargo puede notarse que existen algunas bandas de ahorro positivos entre los 35 y 39 años y de 50 años en adelante.

107

res que tienen jefes con educación primaria. Para los de educación primaria incompleta se observa similitud entre los ingresos y gastos familiares con jefes de hogar hasta los 34 años y ahorros negativos cuando tienen entre 35 y 44 años, para observarse ahorros positivos desde los 45 años en adelante. Para los de educación primaria completa se produce un comportamiento más o menos similar a los educación primaria incompleta, aunque con brechas de ingresogasto (ahorros) más altos a partir de los 45 años del jefe de hogar.

Los Gráficos 6 y 7 muestran patrones de conducta diferentes de los hoga-

Gráfico 5: Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de Gs de feb98) según edad del jefe de hogar sin educación ,QJUHVRV

*DVWRV

D

D

D

D

D

D

D

D

D

D

Vi P D

Gráfico 6: Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de Gs de feb98) según edad del jefe de hogar con primaria incompleta

,QJUHVRV

*DVWRV

D

D

D

D

D

D

D

D

D

D

Vi P D


108

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

GrĂĄfico 7: Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de Gs de feb98) segĂşn edad del jefe de hogar con primaria completa ,QJUHVRV

*DVWRV

D

D

D

D

D

D

En los hogares cuyo jefe tiene educaciĂłn secundaria completa e incompleta existe un patrĂłn similar de ahorro positivo. Para los que tienen secundaria completa se observa ahorro positivo en todas las etapas hasta los 65 aĂąos, etapa a partir del cual se tiene ahorro negativo. Los jefes con forma-

D

D

D

D

Vi P D

ciĂłn secundaria incompleta presentan ahorro negativo hasta los 19 aĂąos y ahorros positivos a partir de los 20 aĂąos, notĂĄndose la presencia de un impulso ahorrador a partir de los 45 hasta los 59 aĂąos, para de allĂ­ en adelante una tasa positiva pero marginal decreciente.

GrĂĄfico 8: Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de Gs de feb98) segĂşn edad del jefe de hogar con secundaria incompleta J

M

J

S

,QJUHVRV

*DVWRV

D

D

D

D

D

D

D

D

D

D

Vi P D


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

109

GrĂĄfico 9: Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de Gs de feb98) segĂşn edad del jefe de hogar con secundaria completa

,QJUHVRV

d) Estudios superiores/ universitarios

Los hogares con jefes que tienen educaciĂłn superior presentan un patrĂłn totalmente diferente al que indĂ­ca la teorĂ­a del ciclo de vida, pues en promedio se obtienen cifras positivas de ahorros y estas cifras son mayores en las etapas de juventud (25 a 35 aĂąos) y a partir de los 60 aĂąos (ver GrĂĄfico 10).

ESTIMACIONES ECONOMÉTRICAS PARA EL CASO PARAGUAYO 1. Retornos a la educación

En el Paraguay la educaciĂłn primaria es obligatoria y gratuita, en el sentido de que no existen prĂĄcticamente

D PiV

D

D

D

D

D

D

D

D

D

D

*DVWRV

costos de matrĂ­cula, y en general la educaciĂłn posee varios niveles de subsidios, en particular la enseĂąanza universitaria. Polacheck (1994) desarrolla tres razones del subsidio a la educaciĂłn: capitalizaciĂłn, eficiencia econĂłmica y razones de elecciones polĂ­ticas. En paĂ­ses como el Paraguay casi no existen fondos de prĂŠstamos para la educaciĂłn (con contadas excepciones), de allĂ­ que para las familias pobres el subsidio es una manera de ayudar a educar a los hijos y una cuestiĂłn de polĂ­tica pĂşblica. Lo importante es ver que la educaciĂłn tiene ciertos efectos externos positivos como la homogeneizaciĂłn de una poblaciĂłn con un mismo nivel cultural. En la generalidad de los casos, las tasas de retorno para la primaria generalmente son elevadas para luego tender a decrecer a medida que

GrĂĄfico 10: Paraguay: Ingresos y gastos anuales (en millones de

,QJUHVRV

*DVWRV

D

D

D

D

D

D

D

D

D

D

iV P D


110

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

se incrementa el nĂşmero de aĂąos de estudio16. Uno de los factores que influyen en la diferenciaciĂłn de las tasas de retorno es la heterogeneidad de la poblaciĂłn en el proceso de costo e inversiĂłn de su capital humano. 2. FunciĂłn Minceriana bĂĄsica

El punto de partida para el cĂĄlculo de la tasa de retorno a la educaciĂłn es la funciĂłn minceriana de ganancias (Mincer 1974):

2.1. La tasa de retorno promedio de la PoblaciĂłn en Edad de Trabajar (PET)

Para estimar esta tasa de retorno se ha aplicado la función minceriana extendida con variables dummy: dsecomp, dtercom, dunicom, indicando valores 1 para secundaria completa (12 aùos de estudios), terciaria completa (16 aùos de estudios) y universitaria completa (18 aùos de estudios), respectivamente y 0 en caso contrario: /QLQJUHV β R β GVHFRPS L β WHUFRP L

lnYii = ι + βEduci + γ EXPi + γ 2EXPi + ξΚ

β GXQLFRPL β (;3L β (;3L

A fin de realizar una primera diferenciaciĂłn solo se considera a la PEA17. A nivel paĂ­s obtiene un retorno promedio del 15,2% y es mĂĄs beneficioso para el hombre (16.3%) que para la mujer (ver Cuadro 16). Existen diferencias en los retornos tanto por sexo como por ĂĄreas geogrĂĄficas. La menos favorecida con una tasa de retorno global es la mujer rural que alcanza solo a obtener el 11.9% frente a los otros grupos.

Los resultados se muestran en el Cuadro 17 observĂĄndose que:

2

Cuadro 16: EIH 1997/98 Retorno promedio de la educaciĂłn de la PEA (En %) 5HWRUQR 3URPHGLR 7RWDO 3DtV $UHD 8UEDQD $UHD 5XUDO +RPEUH 0XMHU +RPEUH 8UEDQR +RPEUH 5XUDO 0XMHU 8UEDQD 0XMHU 5XUDO

Fuente:EIH 1997/98

16 En el caso paraguayo este retorno decreciente no se da (prueba de que al correr una regresiĂłn con educ2 esta siegue teniendo signo positivo) 17 Incluye a los ocupados y desocupados. Para las estimaciones se excluye de este grupo a las personas con horas positivas de trabajo pero cero de ingreso principal total.

La tasa promedio de retorno a nivel paĂ­s es del 11,8% para los de secundaria completa, 21,1% para los de terciaria completa (formaciĂłn docente, militares, policĂ­as) y 19% para los que completan los 6 aĂąos de estudios universitarios. Los hombres obtienen un mayor retorno en su inversiĂłn educacional y esta diferencia es mayor al observar el retorno del hombre rural que concluye sus estudios universitarios con una tasa del 30,2%. La mujer rural obtiene una brecha significativa al comparar su retorno cuando finaliza sus estudios secundarios (10,4%) al de las mujeres urbanas (6,2%). Los universitarios rurales obtienen un gran retorno frente a sus pares urbanos (25,5% frente al 17,8%) y esa caracterĂ­stica se da cuando se comparan personas del mismo sexo pero diferentes ĂĄreas geogrĂĄficas. Es el hombre pro-


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

cedente del ĂĄrea rural quien obtiene la tasa mĂĄs elevada de retorno al finalizar sus estudios universitarios. El hombre urbano con posiciĂłn de jefe de hogar obtiene un retorno del 18,1% por su formaciĂłn universitaria concluida.

111

GVHFRPS GWHUFRP GXQLFRP 7RWDO SDtV ÉUHD XUEDQD ÉUHD UXUDO 0XMHU +RPEUH 0XMHU UXUDO 0XMHU XUEDQD +RPEUH UXUDO +RPEUH XUEDQR -HIH XUEDQR

gresión censurada existe información para todos los individuos en la variable explicatoria pero no en la variable dependiente. En una regresión truncada se tiene datos perdidos en ambas variables porque la muestra no tiene información en ciertos niveles (Maddala pp. 342). En algunos casos el problema del sesgo no aparece, pero en la generalidad de los casos una regresión de mínimos cuadrados ordinarios, utilizando únicamente los datos de aquellos individuos para los cuales solo se adoptan las variables observadas, produce estimadores inconsistentes de β, los cuales pueden evitarse utilizando el procedimiento de dos pasos de Heckman (1979), aplicado por Fernåndez Valdovinos (2000) al caso laboral paraguayo.

En suma existe una marcada diferencia en los retornos entre hombres y mujeres del ĂĄrea rural, siendo estas Ăşltimas las mas beneficiadas a partir de los estudios secundarios y universitarios. Los retornos de mujeres y hombres del ĂĄrea urbana llegan a equipararse a partir del nivel terciario para arriba, con una leve diferencia en el nivel de secundaria completa donde las mujeres obtienen un leve mayor retorno.

La aplicación del mÊtodo de Heckman implica estimar la ecuación de Mincer con una lista de variables a travÊs del cual se determina si la variable dependiente (el logaritmo natural del ingreso anual horario de la actividad principal) es observado o no. Para esta última se tiene la variable dicotómica del tipo “participa” o “no participa” en tÊrminos de ser o no ser observado un ingreso y adquiere el valor de 1 cuando la persona tiene un ingreso positivo y 0 en caso contrario.

Cuadro 17: EIH 1997/98 Retorno promedio de la educaciĂłn de la PET (en %)

Fuente: Cuadro 4 del Anexo estadĂ­stico, EIH 1997/98

2.2. Correcciones segĂşn el MĂŠtodo de James Heckman

El problema del sesgo en los coeficientes estimados con el mĂŠtodo de mĂ­nimos cuadrados es que los datos muestran solo a las personas que trabajan. Al no considerar a los que no trabajan, pero que tienen estudios, podrĂ­a tenerse variables truncadas y una regresiĂłn censurada. En una re-

2.2.1. Hombre - Area Urbana

Los modelos a estimar fueron: (FXDFLyQ PLQFHULDQD /Q< βR

β (GXFL β (;3L β (;3L 3URELW ι ι (GXFL ι OQUHQWDL ι &DVDGR 8QL ι (GDGL D (GDGL ι -HIH ι 3RE


112

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Lnrenta = logaritmo natural del ingreso anual horario de la actividad principal Educ = aĂąos de estudio, Exp = Experiencia potencial Exp2 = Exp al cuadrado Casadoun = 1 si es casado o unido y 0 resto, Edad = Edad Edad2 = Edad al cuadrado Jefe = 1 si es jefe de hogar y 0 resto Pob = 1 si la persona estĂĄ situada en los 3 deciles mĂĄs pobres y 0 en otros casos Las variables que involucran la situaciĂłn de ser jefes de familia y casados reflejan en cierto sentido la presiĂłn de fondeo, es decir de la obligaciĂłn de mantener el hogar, aumentando esto la necesidad de participaciĂłn en la fuerza laboral18 . Los resultados del primer modelo se muestran en el cuadro 18.

La mayor parte de las variables presentan signos positivos. Cuanto mås aùos de estudios y mås edad aumenta la probabilidad de tener ingresos vía ocupación principal. El signo negativo de edad2 indica la tasa marginal decreciente. El cuadro 19 muestra los valores comparativos acorde a la regresión simple de Mínimos Cuadrados (MCO) y la de Heckman para los hombres urbanos, donde la corrección seùala que en líneas generales la tasa de retorno es del 12,8% y no 13,8%. Cuadro 19: EIH 1997/98 –Hombre urbano – comparación de resultados

0&2

&RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU +(&.0$1 &RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU

(GXF ([S

(GXF

Cuadro 18: EIH 1997/98 –Hombre urbano - retorno promedio de la educación

&RHILFLHQWH

/Q<

(GXF ([S H[S &RQVWDQWH 3URELW (GXF 5HQWD (GDG (GDG &DVDGRXQ -HIH 3RE FRQVWDQWH

(UURU (VWiQGDU

3!]

18 Se ha seguido la misma metodologĂ­a depurada de FernĂĄndez Valdovinos de eliminar de la muestra a las personas con horas positivas de trabajo pero ingreso principal de la actividad igual a cero.

([S ([S &RQVWDQWH

2.2.2. Hombre - Area Rural

En el caso del hombre rural se espera que los niveles de pobreza y renta influyan en forma negativa en la participaciĂłn, y que las demĂĄs variables tengan signo positivo. En efecto, todos los coeficientes que influyen en la participaciĂłn resultaron significativos y de signos esperados. Los valores comparativos de la tasa del 11,2% del mĂŠtodo de Heckman frente a la obtenida por MCO es demostrada en los cuadros 20 y 21.

> ,QWHUYDOR GH FRQILDQ]D@ =

([S &RQVWDQWH


113

EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

Cuadro 20: EIH 1997/98 –Hombre rural - retorno promedio de la educación

&RHILFLHQWH

(UURU (VW

=

/Q<

3!] > ,QWHUYDOR GH &RQILDQ]D@

(GXF

([S

([S

&RQVWDQWH

3URELW

5HQWD

(GDG

&DVDGRXQ

-HIH

3RE

&RQVWDQWH

(GDG

Cuadro 21: EIH 1997/98 –Hombre rural – comparación de resultados 0&2

&RHILFLHQWHV (UURU (VWiQGDU +(&.0$1 &RHILFLHQWHV (UURU (VWiQGDU

(GXF

(GXF

([S

([S

([S

&RQVWDQWH

([S

&RQVWDQWH

con formaciones superiores incompleta y solo el 0.06% de estas mujeres finalizan los estudios universitarios. Los resultados de las estimaciones economĂŠtricas se evidencian en el Cuadro 22:

2.2.3. Mujer – à rea Rural

Para poder realizar el ajuste a este grupo se consideró la estructura educacional por niveles educacionales. El 10% de este grupo de mujeres no tienen nin- Cuadro 22: EIH 1997/98 – Mujer rural - retorno promedio de la gún estudio, el educación 50,7% cuentan con (UURU ,QWHUYDOR GH &RHILFLHQWH = 3 ! ] grados de primaria (VWiQGDU &RQI @ incompleta, mientras que los que han finalizado la primaria totalizan el 23,7%. Paralelo a esto se cuenta con la evidencia de la EIH1997/8 de que sólo el 2,5% ha finalizado la secundaria, 1,1% cuentan

OQ<

(GXF

H[S

H[S

&RQVWDQWH

3URELW

5HQWD

(GDG

(GDG

&DVDGRXQ

-HIH

3RE

&RQVWDQWH


114

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

SegĂşn la estimaciĂłn por el mĂŠtodo de Heckman el retorno es del 7,4% mientras que el resultado clĂĄsico arroja una tasa del 12,7%. Al considerar los aĂąos de estudios, se deduce que para la mujer rural paraguaya son factores gravitantes en su participaciĂłn la edad, y el hecho de ser jefe de hogar, afectando el ingreso en forma positiva, mientras que el hecho de estar casada, la experiencia potencial y el nivel de pobreza afectan en forma negativa. El cua-

dro 23 detalla la comparación entre los resultados MCO y los corregidos. 2.2.4. Mujer – à rea Urbana

La misma secuencia seguida por los hombres se aplicĂł al grupo de mujeres del ĂĄrea urbana y los resultados y comparativos se muestran en los cuadros 24 y 25. La tasa de retorno promedio por cada aĂąo adicional de estudio es del 9.5% para la mujer urbana.

Cuadro 23: EIH 1997/98 – Mujer rural – comparación de resultados 0&2

(GXF

&RHILFLHQWHV (UURU (VWiQGDU +(&.0$1 &RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU

([S

(GXF

([S

([S

&RQVWDQWH

([S

&RQVWDQWH

Cuadro 24: EIH 1997/98 – Mujer urbana - retorno promedio de la educación /QLJ<

&RHI

(UURU (VW

=

3 ! ]

(GXF

,QWHUYDOR &RQI @

>

([S

([S

&RQVWDQWH

3URELW (GXF 5HQWD

&DVDGRXQ

(GDG

(GDG

-HIH

3RE

FRQVWDQWH

Cuadro 25: EIH 1997/98 – Mujer rural – comparación de resultados 0&2

&RHILFLHQWHV (UURU (VWiQGDU +(&.0$1 &RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU

(GXF

(GXF

([S

([S

([S

([S

&RQVWDQWH

&RQVWDQWH


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

2.2.5. La presencia de sesgo en el retorno a la educaciĂłn

Comparando los resultados y sin la corrección por sesgo de selección se observa que existen diferencias en los retornos de la educación y la experiencia, tanto para hombres como para las mujeres, y para el årea urbana y rural. Estas brechas se acentúan en la medida que se comparan los retornos a niveles secundario y superior (universitario y terciario). La utilización del mÊtodo minceriano al caso paraguayo es escasa. El trabajo de Alfonso (2000) calcula el retorno a la educación exclusivamente con la función minceriana. El presente trabajo avanzó haciendo las estimaciones con el mÊtodo de Heckman. En forma global, las estimaciones corregidas del retorno a la educación indican la presencia de un sesgo significativo en los coeficientes minimocuadråticos estimados, factor crucial a considerar en el proceso de delineamiento de políticas educacionales y laborales. En los cuadros del anexo “Aplicaciones al mÊtodo Heckman” se pueden observar los modelos mincerianos extendidos sujetos al corrector de Heckman. El cuadro 26 sintetiza los retornos promedios de la PET acorde a los mÊtodos clåsicos y la corregida. Cuadro 26: EIH 1997/98 – Tasa promedia de retorno a la educación Comparación de resultados

+RPEUH XUEDQ +RPEUH UXUDO 0XMHU XUEDQD 0XMHU UXUDO

0&2

+(&.0$1

115

3. La funciĂłn ahorro

Varios autores han examinado el nexo entre la distribución de ingreso y el comportamiento de ahorro. En el marco de un modelo de ingreso permanente, las personas con un elevado nivel de ingreso ahorran mas debido a los cambios mås suaves de los componentes temporales del ingreso.19 Para el caso paraguayo, y acorde a las limitaciones seùaladas en la sección “hechos estilizados” se han seleccionado los modelos båsicos que capturan a las variables “proxi” que explican el comportamiento del ahorro.

S = β1 YDβ2 W β3 lnS = ln β1 + β2lnYD + β3lnW + β4 γi + ¾2 donde lnS es el logaritmo del ahorro anual, lnYD es el nivel de ingreso disponible anual, lnW es el nivel de riqueza anual20 y gi los otros factores a considerar. En esta función el ahorro es definido como la diferencia entre el ingreso y los gastos de los hogares: YD - GT; y por otro lado la función establece que el ahorro estå determinado por el ingreso disponible y la riqueza. Los coeficientes de Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO) asumen que los errores de la variable independiente y de la dependiente no estån correlacionadas y a fin de evitar este efecto de correlación se utiliza el mÊtodo de mínimos cuadrados de dos etapas, el cual a travÊs de las variables instrumentales (VI) no correlacionadas con el error computa valores estimados del predictor relacionado (primera etapa), y luego utiliza estos valores 19 Attanasio ( 1998) 20 Valores nominales a guaraníes de Febrero de 1998


116

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

computados para estimar un modelo de regresiĂłn lineal (segunda etapa) con variables no correlacionados entre sĂ­, resultando finalmente esto en estimadores eficientes. Se asume como condiciĂłn principal que la variable instrumental (VI) no causa directamente a la variable dependiente. 3.1. La funciĂłn de ganancias como proxi del Ingreso Disponible

Para el desarrollo y calculo del ingreso disponible se adopta la función de ganancias de retorno de educación, es decir a la variable Ingreso (YD) dependiente de Educ (aùos de estudio), Exp y Exp2 que substituyen a la ecuación original para obtener los valores eficientes21 . Una razón que fundamenta el uso de Educ22 como proxi del ingreso es la demostración de que al aumentar los aùos de estudios los ingresos aumentan. La función estimativa de ingreso en base a lo explicado es: <' D ι (GXF ι ([S ι ([S

Las demĂĄs variables explicativas (riqueza y otras caracterĂ­sticas de capital humano) que no son especificadas como variables instrumentales se consideran como variables predeterminadas. Los supuestos para este modelo establecen que por cada valor de la variable independiente, la distribuciĂłn de la variable dependiente debe ser normal, la varianza de la distribuciĂłn de la variable dependiente deberĂ­a ser constante para todos los valores de la variable 21 Se agrega la funciĂłn de ganancias donde el ingreso depende de la educaciĂłn, experiencia potencial y su cuadrado. 22 Con la aplicaciĂłn de la funciĂłn extendida esta variable se desagrega en dummies por secundaria, terciaria y universitaria completa, acorde a lo desarrollado en el item anterior.

independiente y la relación entre las variables dependientes e independientes son lineales. Al incorporar el nuevo valor estimado de YD, la función ahorro queda establecida como:23 lnS = lnβ 1 + β2lnYD+ β3lnW + β4 γΚ + ¾2

El gran beneficio de utilizar 2SLS es que el instrumento provee el mismo mecanismo de estimaciĂłn. Una condiciĂłn necesaria pero no suficiente para la identificaciĂłn se conoce como condiciĂłn de orden. En este modelo de 2 ecuaciones simultaneas para que una ecuaciĂłn estĂŠ identificada debe excluir al menos 1 de las variables (endĂłgenas y predeterminadas). El procedimiento sistemĂĄtico es el siguiente: 1. DeterminaciĂłn de las variables endĂłgenas y exĂłgenas del sistema. El numero de variables endĂłgenas es igual al numero de ecuaciones). Las variables endĂłgenas son aquellas cuyos valores se determinan en el modelo y para nuestro caso son el Ahorro (S) y el Ingreso Disponible (YD). Las variables exĂłgenas son predeterminadas, es decir, sus valores no estĂĄn determinados por el modelo: la riqueza W y g (otros factores como estado civil, sexo, ĂĄrea de residencia, etc.), Educ (educaciĂłn), Exp (Experiencia) y su cuadrado. Se han utilizado las definiciones y teorĂ­as econĂłmicas para la delimitaciĂłn de las variables exĂłgenas o endĂłgenas. 23 El modelo citado es muy limitado, pues faltan datos de riquezas e ingresos anteriores y de riquezas e ingresos esperados a fin de obtener un panorama completo del ahorro. No obstante, la validez del modelo en base a valores corrientes de ingreso y riqueza permite tener un aproximado real de la situaciĂłn del ahorro en el Paraguay.


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

2. La ecuacion estructural24 y la forma reducida son respectivamente lnS = ln β1 + β2lnYD + β3lnW + β4 γi + ¾2 YD = ι1 + ι1Educ+ ι2Exp + + ι1Exp2

El MĂŠtodo de MĂ­nimos Cuadrados en dos etapas es un mĂŠtodo que sistemĂĄticamente crea variables instrumentales para sustituir a las variables endĂłgenas: Etapa1: Correr la regresiĂłn con el procedimiento de MĂ­nimos Cuadrados Ordinarios de la ecuaciĂłn de forma reducida para cada variable endĂłgena que aparece como variable explicativa en la ecuaciĂłn estructural. Para ello las variables utilizadas son las que resultan de utilizar el mĂŠtodo de Heckman para hombre rural (hr), hombre urbano (hu), mujer rural (mr) y mujer urbana (mu):

117

emplazadas se estima la ecuaciĂłn estructural revisada con el procedimiento de MĂ­nimos Cuadrados Ordinarios. 3.2. Principales resultados

El modelo incorpora los valores de ingreso, riqueza y variables dummy: lnS = β1 + β2lnYD+ β3lnW + β4 d_pob +β 5 d_sexo + β6 d_hu+ β7d_mu +β 8d_unicom + ¾2

d_pob = 1 si la persona estĂĄ ubicada en los tres deciles de pobreza mĂĄs bajo, d_sexo = 1 si es hombre y 0 si es mujer, d_hu = 1 si es hombre del ĂĄrea urbano, d_mu = 1 si es mujer del ĂĄrea urbana; d_unicom = 1 si tiene los estudios universitarios completos (18 aĂąos de estudio) y 0 en caso contrario.

Los coeficientes β2 y β3 miden la elasticidad ahorro-ingreso y ahorro-riqueza25 que se <'KU (GXF ([S ([S s u p o n e n <'KX (GXF ([S ([S permane<'PU (GXF ([S ([S cen cons<'PX (GXF ([S ([S tantes. Se esperan Estas YD estimadas son utilizadas signos positivos de elasticidad para el luego como proxies en la ecuación es- ingreso, la riqueza y las demås variatructural. bles con excepción de la variable que muestra el efecto pobreza que debe teEtapa 2: Se substituye (el logaritmo ner signo negativo. de) estas YD estimadas de la regresión auxiliar en la 3.2.1. A nivel país parte derecha de la ecuación Los resultados a nivel país de los estructural reemplazando así tres tipos de ahorros (So, S1 y S2), se el valor de YD y una vez remuestran en el cuadro 27. Se observa una elasticidad positiva entre ahorro24 Ecuaciones estructurales o ecuaciones de comportamiento: son las que reflejan la estructura de un agente económico (en el caso nuestro: el ahorrista) y los paråmetros Beta son coeficientes o paråmetros estructurales.

25 La mediciĂłn del cambio porcentual del ahorro (S) ante un cambio porcentual del ingreso (YD) y de riqueza (W).


118

ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 4

ingreso y riqueza. En el caso del ahorro S0, permaneciendo constante los demรกs factores, el nivel de ahorros es superior en un 32% para los hombres del รกrea urbana y en 68% para la mujer urbana26. La culminaciรณn de estu-

dios universitarios completos y la residencia urbana son variables significativas en las mediciones de tipos de ahorros que consideran los gastos de bienes durables (S1) y la formaciรณn de capital humano (S2).

Cuadro 27: EIH 1997/98 ย Niveles de ahorros So, S1 y S2 &RQVWDQWH /Q<'

/Q6R

&RHI 9DORU W /Q6

&RHI 9DORU W /Q6

&RHI 9DORU W

/Q:

GBSRE GBVH[R GBKX GBPX GBXQLFRP

3.2.2. Ahorro y niveles educacionales

Se observa que la elasticidad del ahorro So respecto al ingreso es 5,6 para los jefes con mรกs de 12 aรฑos de estudios y 11,1 para los que tienen estudios universitarios completos, aun-

que para estos รบltimos la elasticidad respecto a la riqueza real es menor que para los primeros. Es decir, es significativa la incidencia de la educaciรณn para entender el efecto de los niveles de ingreso disponible sobre la formaciรณn del ahorro (ver cuadro 28).

Cuadro 28: EIH 1997/98 ย Niveles de ahorros So por niveles educacionales &RHILFLHQWH 9DORU W

-HIH GH +RJDU FRQ (GXFDFLyQ 6XSHULRU D DxRV GH HVWXGLR &RQVWDQWH /Q<' /Q: GBXQLFRP GBDUHD

-HIH GH +RJDU FRQ HVWXGLRV XQLYHUVLWDULRV FRPSOHWRV /Q: 'BSRE GBVH[R

&RQVWDQWH /Q<' &RHILFLHQWH 9DORU W

&RHILFLHQWH 9DORU W

/Q:

'BSRE

GBVH[R

GBDUHD

-HIH GH +RJDU FRQ (GXFDFLyQ PHQRU R LJXDO D DxRV

&RQVWDQWH

/Q<'

Fuente: EIH 1997/98

26 Considerando el cambio absoluto en las variables dummy frente a un cambio relativo en el ahorro.


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

3.2.3. Ahorro por categorĂ­a ocupacional y ocupaciones principales

Teniendo en consideraciĂłn los cortes por ocupaciones y categorĂ­as ocupacionales se observa que las elasticidades del ahorro bĂĄsico de las familias paraguayas que tienen como jefe a ocupados como profesionales, gerentes y empleados administrativos27 respecto al ingreso y la riqueza son positivas y significativas. TambiĂŠn se observa que el hombre ahorra mas que la mujer (ver la significancia de la dummy d_sexo),

119

mientras que el estado civil casado/unido presenta un efecto negativo en la variaciĂłn del ahorro de estas categorĂ­as. El anĂĄlisis de los ocupados en los sectores pĂşblicos y privados muestra coeficientes mĂĄs significativos de elasticidad en los jefes empleados y obreros del sector privado con residencia urbana. Paralelamente se ve la gran influencia de la riqueza para el ahorro del sector privado. El ĂĄrea de residencia de los jefes ahorradores que trabajan en el sector privado es urbana (ver cuadro 29).

Cuadro 29: EIH 1997/98 – Niveles de ahorros So por categorías y sectores &DWHJ &RHILFLHQWH 9DORU W &DWHJ DO &RHILFLHQWH 9DORU W 6HFWRU 3XEOLFR &RHILFLHQWH 9DORU W 6HFWRU 3ULYDGR &RHILFLHQWH 9DORU W &XHQWD SURSLD &RHILFLHQWH 9DORU W

&RQVWDQWH &RQVWDQWH &RQVWDQWH &RQVWDQWH &RQVWDQWH

/Q<' /Q<' /Q<' /Q<' /Q<'

3.2.4 Ahorro por grupo de edades

Para las personas entre 20 y 40 aĂąos, la elasticidad del ahorro respecto al ingreso es 2,08 y respecto a la riqueza 0,297 (ver Cuadro 30). Se observa que (a) a medida que avanza la edad es mĂĄs importante el ahorro del hombre urbano, (b) en el grupo de los de 20 a 40 aĂąos, los hoga27 CategorĂ­a 1: profesionales tĂŠcnicos. CategorĂ­a 2: gerentes, y CategorĂ­a 3: empleados

/Q: /Q: /Q: /Q: /Q:

GBDUHD GBDUHD GBDUHD GBDUHD GBDUHD

GBSRE GBSRE GBVH[R GBKX GBVH[R

GBVH[R GBVH[R GBSRE GBSRE

res cuyos jefes poseen estudios superiores, presentan una elasticidad respecto al ingreso igual a 4,97 y respecto a la riqueza a 0,30, (c) para los mismos aĂąos de estudios, pero para personas entre 40 y 65 aĂąos, la elasticidad ingreso aumenta a 7,06 reduciĂŠndose levemente el efecto riqueza a 0,27. Este comportamiento etario es Ăştil en el momento de establecer polĂ­ticas especĂ­ficas en materia del ahorro privado.


120

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro 30: EIH 1997/98 – Niveles de ahorros So por grupos de edades y niveles educacionales D DxRV &RHILFLHQWH 9DORU W

&RHILFLHQWH 9DORU W

/Q<'

/Q:

GBDUHD

D DxRV FRQ HVWXGLRV ! DxRV

Para las personas de 65 aĂąos en adelante, la elasticidad riqueza-ingreso es 0,24; o sea que por cada 10% de incremento en la riqueza de estos jefes se produce un incremento de

GBSRE

D DxRV FRQ HGXF ! DxRV

D DxRV &RHILFLHQWH 9DORU W &RHILFLHQWH 9DORU W

&RQVWDQWH

GBVH[R

2,7% en el ahorro de los mismos, mientras que la elasticidad ingreso es de 1,2, siendo esto una seĂąal del no desahorro de este grupo etario (ver cuadro 31).

Cuadro 31: EIH 1997/98 – Niveles de ahorros So – Grupo de 65 aùos en adelante

&RQVWDQWH

/Q<'

/Q:

G DUHD

GBSRE

GBVH[R G XQLFRP

&RHILFLHQWH 9DORU W

POLĂ?TICAS ECONĂ“MICAS La implementaciĂłn de polĂ­ticas orientadas a corregir los desequilibrios macroeconĂłmicos y transformar la economĂ­a a una basada en el mercado debe, necesariamente, estar acompaĂąada de polĂ­ticas microeconĂłmicas. El ĂŠnfasis de esta secciĂłn se centra fundamentalmente en este tipo de polĂ­ticas debido a que existe abundante literatura sobre recomendaciones y polĂ­ticas macroeconĂłmicas. Los datos de la EIH 1997/98 permiten calibrar la teorĂ­a relacionada con la interacciĂłn entre ahorro y

educaciĂłn. Basado en el anĂĄlisis y la evidencia empĂ­rica, se delinean polĂ­ticas de corto y mediano plazo a fin de que estas dos variables (ahorro y educaciĂłn) sean las llaves para el despegue econĂłmico del paĂ­s. Los resultados muestran los retornos positivos de la educaciĂłn, la relaciĂłn directa entre aĂąos de estudios y niveles de ingresos, y consecuentemente de los ahorros. Se ha mostrado tambiĂŠn la existencia de grandes desahorros en los deciles mĂĄs pobres y en las mujeres, por lo que se deduce que el diseĂąo de las polĂ­ticas deben ser sectoriales y especĂ­ficos para cada sujeto econĂłmico.


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

La idea básica es apuntalar los problemas inherentes en los hogares paraguayos en materia de ahorro y educación, afianzar las fortalezas, aminorar las debilidades y de allí obtener la llamada eficiencia económica con la fórmula de efectividad de costo/beneficio. Se ha procedido a la selección de políticas teniendo en consideración sus efectos multiplicadores para la sociedad, la factibilidad en términos de recursos, sus efectos colaterales sobre la oferta laboral y la participación de programas educacionales. Si bien, la elección de las políticas y los programas es tarea de los hacedores de políticas, es necesario el compromiso de todos los actores de la sociedad con la idea central de que estos hacedores, más los hogares, las empresas y todos los sectores involucrados sean los principales beneficiados con la implementación de estos diseños. Generalmente, el objetivo principal de cualquier programa económico gubernamental tiende a ser la reducción de la pobreza y el desempleo, así como la implementación de reformas estructurales necesarias para alcanzar tasas de crecimiento altas y sostenibles. Pero estos objetivos solo pueden ser logrados con una sólida base micro (de los hogares y empresas) y énfasis en el desarrollo del ahorro, de la educación, de la reorientación y consolidación del ahorro interno. La mayor parte de las políticas económicas elaboradas a la fecha en el área educacional abundan en compromisos y tareas para el Ministerio de Educación y Culto y para el presupuesto del mismo. La idea es que estas sean focalizadas desde el punto de vista de la responsabilidad

121

microeconómica de los agentes involucrados. Un factor clave en el diseño de las políticas es la naturaleza del receptor, factor olvidado en la mayor parte de las políticas gubernamentales. Al igual que otros trabajos anteriores se ha demostrado la gran heterogeneidad en el comportamiento de las familias, por lo que las políticas deben ser especificas y no generales, compartiendo así la recomendación de Fernández Valdovinos (2000) quien señala que los efectos cuantitativos de todas las variables relevantes son substancialmente diferentes y que esto es relevante si se trata de utilizar dichos resultados para la toma de decisiones de política , esbozándose recomendaciones de políticas sectoriales basados en una misión global. 1. Esbozo de un plan estratégico

Misión: educar es ahorrar, ahorro es sinónimo de crecimiento Visión a nivel país: El desarrollo en el largo plazo con mejores niveles de vida para cada paraguayo. Fortalezas: tres pilares importantes El peso de la juventud en la población total del país La homogeneidad de ciertos patrones de comportamiento en los hogares. El retorno positivo de la educación Debilidades: El desorden en los gastos de consumo28. La falta de una cultura financiera en materia de ahorro. 28 deducidos de la estructura de gastos familiares, DGEEC, Divulgación Popular


122

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Agentes comprometidos: todos los actores de la sociedad. El éxito de la política solo se logrará con la plena participación de todas las partes interesadas. Todos los agentes deben estar comprometidos y tener en consideración los siguientes pilares: Pilar 1: Traspasar la visión estratégica en misiones de los entes involucrados. Pilar 2: La formula de interdependencia educación - ingreso ahorro. Pilar 3: Voluntad política y disponibilidad de recursos necesarios para que la elaboración de la política no se reduzca a un mero ejercicio teórico estéril. Base de acción: Un plan de las características mencionadas, debería desplegar un conjunto coherente de acciones destinadas a: (i) aumentar la inversión social de carácter universal en el sector rural, para asegurar el acceso a los servicios principalmente en educación. (ii) apoyar y recuperar las prácticas del ahorro en los hogares (iii) desplegar programas y proyectos focalizados, pero en el contexto de propuestas de desarrollo comunitario o local (rural o urbano). (iv) promover y apoyar a las organizaciones o instituciones que despliegan estos objetivos

Es necesario establecer, a la luz de las condiciones actuales demostradas estadísticamente en el presente trabajo, reformas que promuevan la planificación y utilización eficiente de los recursos de los hogares para un desarrollo integral, mediante políticas económicas y sociales (con énfasis en la educación) que fomenten el ahorro privado y la participación activa del sector privado. Supuesto este nuevo escenario, sigue siendo pertinente la pregunta acerca de cómo utilizar los recursos destinados a la política social, y aquí es donde se destaca la importancia de conocer la heterogeneidad de las variables que afectan a la formación educacional y la estructura del ahorro, de hombres y mujeres, urbanos y rurales como punto de partida obligado para el diseño de una política coherente que tienda a superar la situación de pobreza. Esta heterogeneidad demuestra diversos patrones de ahorro acorde a los niveles educacionales, y este a su vez es bien diferenciado acorde a variables demográficas (edad, área de residencia, etc.). Por ende, es preciso calendarizar a grosso modo, los deberes que las unidades familiares, el gobierno y en particular las instituciones financieras deben cumplir (misiones específicas) y que se sintetiza en el siguiente cuadro.


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

DE LOS HOGARES PARAGUAYOS

DE LOS INTERMEDIARIOS FINANCIEROS (IFIs)

Compromiso de autogestión de la familia tendiente a la generación de riqueza y de estilo de vida ahorradora. La necesidad del ahorro a nivel de hogares, para lo cual es necesario educar financie-ramente a las personas. Ante los beneficios del ahorro queda como deber entender la validez del ahorro fomentando así la disciplina y conciencia del ahorro mediante el manejo de presupuestos racionales donde se sacrifique el consumo presente por el consumo futuro.

El trabajo principal de las IFIs es a nivel hogar, con énfasis en las microfinanzas, recordando que las grandes corporaciones de mercado de capital han empezado con los ahorros de los residentes del lugar, de los hogares locales. Es deber de los banqueros revitalizar la banca comunitaria, donde la actividad principal se centre en la comunidad , enseñándoles los beneficios del ahorro y así fomentar la confianza de los mismos. Paralelamente las IFIS deben sopesar elementos de riesgos con la premisa de diversificación de los mismos en productos nuevos y compartidos.

2. Políticas sectoriales y específicas Ben Porath (1967) señala que los tres precios de mercado: la tasa de interés, el retorno en capital humano y el precio de los productos afectan el comportamiento

123

DEL GOBIERNO El deber para el sector gubernamental: el trazado de políticas educacionales a largo plazo, de políticas monetarias y financieras de apoyo a la micro finanzas a través del Ministerio de Educación y Culto y del Banco Central del Paraguay. A nivel de estadísticas microeconómicas, el fortalecimiento de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos ampliando las funciones y los datos de la EIH, en especial captando las expectativas de las personas y lograr la medición de la riqueza real y financiera de cada hogar paraguayo. La consolidación de las distintas entidades y la convergencia de las políticas trazadas a nivel gubernamental son fundamentales para la ejecución oportuna de las mismas.

en una forma esperada. Estos son parámetros que los modelos de política pública deben atacarlos directamente . Teniendo en cuenta este paradigma y en vista a lo descrito en el punto anterior se enumeran a continuación algunas de las políticas a seguir.


124

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

2.1. Política educacional

Un aspecto primordial en el diseño de las políticas es la distribución de la educación y su igualdad en el acceso, pues la desigual distribución de la educación tiene un impacto negativo en el ingreso de las personas. Es de conocimiento general que la educación por si sola no garantiza un desarrollo exitoso, no es una isla en las políticas, sino mas bien es la que recibe y da los impactos de otras (tales como las políticas laboral y la financiera). Si bien existen conflictos entre las políticas que buscan reducir la pobreza invirtiendo en mano de obra no calificada y las que tratan de incrementar el bienestar social de todos, la búsqueda del equilibrio y de la efectividad en materia beneficio/costo debe ser la premisa fundamental. James Heckman sostiene que en la evaluación de una estrategia de inversión de capital humano, es importante la consideración de todo el portafolio de políticas es decir, la política de capacitación, las reformas curriculares y las primeras intervenciones-antes que la mera consideración de políticas aisladas. La mejor evidencia sugiere que el aprender ayuda a aprender . Las primeras inversiones en la capacitación son efectivas. El aprendizaje es un proceso dinámico y es más efectivo a la edad joven. Debe ser un proceso continuo en la edad adulta. ¿Quienes son los responsables? Por un lado, el rol de la familia es crucial para la formación de las habilidades de aprendizaje y por otro lado, la intervención gubernamental en una edad temprana para tratar de paliar o

complementar la tarea no realizada por la familia. Heckman señala que el retorno a la inversión en capital humano parece mayor en la etapa joven porque: (i) existe un mayor horizonte para obtener los frutos de la inversión y (ii) las habilidades empiezan a ser capacitadas. Los incentivos a la educación, entonces, no solo deben provenir del sector publico sino también del privado, con políticas que busquen la eficiencia económica, donde los agentes privados juegan un rol de cooperación activa. La base operativa de toda política educacional se centra en dar prioridad al principal beneficiario en forma integral. Dos aspectos importantes en materia de política educacional pueden mencionarse para el futuro Paraguay: (i) el engendro de polos de desarrollo educativo donde se pueda utilizar información y comunicación tecnológica a través de la educación a distancia y (ii) una enseñanza terciaria orientada a brindar entrenamiento vocacional y técnico. 2.1.1. Políticas para el Sector Rural y Sector Urbano

Las mayores falencias, los mas bajos niveles de ahorros y educativos se ven en el sector rural, por lo que la concepción del sujeto rural como sujeto económico capaz de aprovechar y aportar a un proyecto de desarrollo conlleva la necesidad de compensar su relativa inferioridad y restricciones en su proceso educacional. Necesita no sólo tener mas años de estudios sino también una mejor educación para competir, y para lograr este propósito en el corto plazo (a través de los mecanis-


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

mos más rápidos) debería seguir subsidiándose29 la educación con énfasis en una formación secundaria destinada al mercado, de tal manera que se abran carreras técnicas vocacionales inherentes a las características zonales. Las políticas sectoriales para el sector urbano deben estar encaminadas a otorgar un escenario donde se premie la experiencia, la capacidad y las jornadas laborales. Se ha demostrado que un mayor ingreso lo tienen personas empleadas en establecimientos financieros o en el sector comercio. La evidencia empírica ha demostrado que la mujer urbana paraguaya cuenta con variables estratégicas: la edad, las horas trabajadas, el hecho de estar en el sector financiero y comercial que influyen en forma positiva su participación y su ingreso, mientras que el hecho de depender de actividades secundarias hace que disminuya su esfuerzo laboral y consecuentemente su ingreso. La consideración de estos factores permite un escenario de variables para apuntalar un modelo sectorial apropiado. En el mediano y largo plazo deberían profundizarse las acciones de investigación y difusión de alternativas educativas en materia de vocaciones apropiadas al sector. La propuesta es que los agentes económicos sean conscientes del retorno positivo de mas años de estudios, y no tan sólo sean sujeto pasivo de asistencia o subsidio. El costo para el Estado de una intervención directa facilitando células de formación vocacional para el sector rural será menor que el costo alternativo de ge29 Mediante evaluaciones específicas

125

nerar condiciones adecuadas de trabajo y de vida para los migrantes que en búsqueda de trabajos y mejores ingresos se asientan en las zonas suburbanas de la capital. La principal estrategia es involucrar comunitariamente a los sujetos rurales, preferentemente donde los mismos se sientan dueños de su principal acervo y sean conscientes de ser generadores de riquezas. 2.1.2. Convergencia y conexión con otras políticas

Las acciones aisladas son limitadas por eso es que no han tenido frutos en el pasado, por lo que la convergencia de políticas es necesaria para permitir a los hogares participar en el proceso de acumulación que revierta su situación de pobreza. A su vez este conjunto de acciones puede leerse como el esfuerzo por lograr la mejor ecuación posible entre ingreso, ahorro y despliegue de las propias capacidades y voluntad de superación a través de la educación. La meta de la política monetaria tendiente a evitar la erosión de la inflación en los ahorros nominales de las familias es el punto de convergencia entre la política macro monetaria y financiera. Debido a que la educación reduce la probabilidad de estar desempleado e incrementar los ingresos, es inminente su interrelación con la política laboral, en donde se deben eliminar ciertas rigideces del mercado para fomentar la competitividad mediante la educación de la mano de obra. Estas políticas requieren la interacción de las agencias gubernamentales y del sector privado incluyendo a las instituciones multilaterales internacionales, la sociedad completa, los hogares, los


126

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

medios de comunicación y las organizaciones religiosas.

2.2. Políticas económicas de incentivo al ahorro privado de los hogares Los datos macroeconómicos reflejan que el fondeo de las inversiones ha sido con ahorro externo y no con ahorros internos (del cual el ahorro de las familias es una parte principal). Paralelamente, los resultados de esta investigación indican que el ahorro de los hogares responde a variables diferenciadas en materia de localización, sexo, perfil socio económico en general. Y adhiriendo la corriente de que no existe división entre la micro y la macroeconomía, pues la primera es la base para la formación de los valores macro, se delinean algunas estrategias tendientes a la formación de estos valores a nivel de los hogares, a fin de poder fortalecer las variables necesarias para el desarrollo sostenible a largo plazo. 2.2.1. Desde una perspectiva de los hogares

I. Facilitar la acumulación de riqueza, de patrimonio: Medidas que deben ser atendidas por los hacedores de políticas en base a programas de distribución equitativa e igualdad de oportunidades en el mercado y en el acceso de riqueza. La forma más evidente de combatir la pobreza es la generación de riqueza con el principal acervo de los hogares: la inversión en capital humano a través de mayor educación y capacitación. II. Establecimiento de una disciplina de ahorro y provisión de metas futuras:

En países de ingresos bajos, como el caso paraguayo, la disciplina de ahorro es resultado de una disciplina de gastos y del planeamiento futuro de las expectativas de las familias. Hacer a la familia como un centro optimizador de recursos debe ser base de una política global de microfinanzas. Uno de los requisitos es que las familias y las empresas tengan la voluntad de sacrificar gastos presentes en vista a su planeamiento futuro, por lo que el diseño de políticas de incentivos deben tener en cuenta este sacrificio. Si bien el incentivo y cultivo del ahorro como hábito es una meta que requiere un cambio cultural, el mecanismo educacional apropiado y menos costoso es la utilización de todos los centros disponibles para llegar a niños y a la población joven con el lema de incentivarles a ahorrar. Este mecanismo debe ser insertado en la misma familia, en las escuelas y otros centros comunitarios, en especial las iglesias y clubes que forman parte de la vida familiar paraguaya. 2.2.2. Desde una perspectiva de las instituciones financieras (IFIs)

El sector financiero juega un rol fundamental en el trazado de políticas de ahorro privado, aun con las limitaciones de enfrentar severas informaciones asimétricas en las economías en transición (como el caso paraguayo) y de tener una banca con reducida captación de ahorros a largo plazo. Es de conocimiento general que las operaciones bancarias no pueden crear capital, pues solo el ahorro puede hacerlo, de ahí la trascendencia del rol de las IFIs en el proceso de captación y mantenimiento del ahorro. a) Fomento de una cultura de ahorro


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

El rol de las entidades financieras descansa en la formación de un público demandante con cultura financiera y ahorradora, que permitirá aminorar los riesgos morales y contar con un nicho de mercado seguro. Las IFIs deben utilizar todos los canales posibles para enseñar y formar una cultura de ahorro inmediato y a largo plazo. b) Formación y afianzamiento de un mercado minorista nacional Desde el punto de vista comercial puede ser una herramienta importante para estabilizar una cartera de clientes y desarrollar nuevos productos financieros para una variedad de consumo con estándares de comportamiento extraídos del presente trabajo. Si bien las variables básicas del sector financiero actual reflejan la relación entre el aumento de los créditos al consumo y el aumento de la tasa de morosidad30, y cuya explicación microeconómica es la conducta no optimizadora de los principales prestatarios (los hogares), dan la imagen de un pueblo sin conducta ahorradora y sin facilidad de pagos. Por ende, la educación financiera es vital; un consumidor educado y disciplinado, financieramente hablando, es menor costo para las entidades, pues es cumplidor fiel de sus pagos y además posee un remanente en sus cuentas bancarias. Por otro lado, se ha demostrado que los jefes de hogar con formación universitaria no desahorran en la vejez, contradiciendo la teoría del ciclo de 30 Ver Anexo 3 y Boletín Estadístico de la Superintendencia de Bancos

127

vida, un dato clave para la formación de nuevos productos financieros tendientes a atender a sectores como el mencionado. c) El delineamiento de un sistema de gerenciamiento de riesgos La eficiencia actual de las IFIs se sopesa con un buen sistema gerencial de riesgos. Uno de los mayores riesgos operativos es el cortoplacismo de las actividades financieras en el mercado local (demostrado en el Anexo 3). Acorde a lo examinado en este trabajo se presentan ciertas herramientas para poder fomentar la cultura del largo plazo en los ahorristas, erradicando así la cultura cortoplacista actual del mercado local31 . Por un lado, la EIH 1997/ 98 demuestra que la tendencia general del ahorro sigue la tendencia del modelo de ciclo de vida, pero en algunos grupos analizados no se produce el desahorro después de los 65 años. Este aspecto etario es un factor fundamental para eliminar la brecha entre el desarrollo financiero y el costo de las entidades (cuando opera en un sector minorista). Todas las IFIs pueden formular modelos validos (tales como el credit scoring, RAROC, VAR, modelos de riesgos de créditos y otros) de alerta de riesgos y buen gerenciamiento acorde a esta estructura y de allí partir a la captura de estos ahorros vía ofrecimiento de nuevos productos. El trabajo que queda para el sector financiero local es ver que proporción del ahorro de las familias no es capturado por el sistema bancario. 31 Esta cultura cortoplacista se observa a simple vista en el momento de examinar que los depósitos en cuenta corriente y a la vista conforman mas del 50% de los depósitos bancarios al 31.12.2000.


128

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

d) Proyección del ahorro privado Tanto el sector financiero como los hacedores de política financiera pueden tener un parámetro válido otorgado por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos en relacionados con las proyecciones de la tasa y el nivel de ahorro considerando las variables demográficas tales como la actual distribución promedio del ahorro por edades de los jefes de hogares y por nivel educacional. Así, agregando a esto las proyecciones previstas en la población paraguaya y en base a los indicadores de las tasas de natalidad, mortalidad y fecundidad se pueden tener bases estadísticas del comportamiento esperado del ahorro. La herramienta básica para el sector financiero es la adición de variables demográficas (características de su mercado) a las variables financieras. i)

Escenario estático: sin considerar las demás variables demográficas, se asume que el comportamiento de ahorro será similar para periodos futuros. Por ejemplo, del cuadro 26 se deduce que los jefes de hogar del grupo de edad de 20 a 40 años y estudios superiores a 12 años presentan una elasticidad ahorro ingreso positivo de 4,97 y proyectando en un escenario a 20 años (en condiciones caeteris paribus y sin ningún rigor financiero) se deduce a simple vista que los mismos formarán parte del grupo etario de los de 40 a 65 años con una elasticidad ahorro ingreso de 7,96.

Asumiendo que las características de los hogares en diferentes grupos de edad permanecen constantes mientras

que la cantidad en el citado grupo cambia32 puede deducirse que: Tsjt Sjt

= S Tsjt/ S YDjt = nivel de ahorro del hogar j en tiempo t Tsjt = ratio ahorro/ingreso del ho gar j en tiempo t Hit = numero de hogares con un jefe de grupo i en tiempo t YDjt = ingreso Disponible del ho gar j en el año t Ajt+1 = nivel de ahorro del hogar j en tiempo t+1 Del perfil etario que permite la división por grupos de edades tenemos que: 7VW Σ Σ JUXSR GH HGDG Σ7VMW Σ <'MW

Estas consideraciones básicas puestas en modelos de franjas horizontales y verticales permiten la proyección a largo plazo del ahorro de los hogares. ii) Las consideraciones de las proyecciones poblacionales y de las tasas de mortalidad y natalidad darán agregados a la estructura etaria actual. iii) Por otro lado, una serie de tiempo permitirá seguir a los jefes de hogares a través del tiempo. Además de esta ventaja se tendrá más herramientas econométricas con modelos como el promedio móvil, los modelos autoregresivos, ARIMA entre otros que permitirán mayor precisión a las variables proyectadas. 32 El cambio debe ser en base a la tasa de natalidad o mortalidad.


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

2.3. Políticas gubernamentales

a. Reforma del sistema previsional Entre las políticas públicas orientadas a producir efectos permanentes o de largo plazo sobre el ahorro se destaca en primer lugar la reforma del sistema previsional. El efecto de esta reforma sobre el ahorro depende crucialmente no sólo de cómo se financie - desde el punto de vista fiscalla transición de un sistema a otro, sino también de los requerimientos específicos del nuevo sistema y del contexto en el que se lleva a cabo. b. Políticas laborales orientadas a incentivar el ahorro del sector femenino No es aconsejable una sola política laboral, pues actualmente el mercado laboral se ha vuelto exigente y con cierto grado de heterogeneidades respecto a características socio demográficas. Por ende, es aconsejable delinear políticas laborales sectoriales para el área rural y para el área urbana, separados por género. En todos los niveles de estudios se ha demostrado que el hombre paraguayo es más ahorrador que las mujeres, por ende urge el delineamiento de una política de incentivo para las mujeres que le ayuden a las decisiones de su mejoramiento personal y en particular en mejores capacidades de ganancias. Hoy día, la mujer paraguaya debe saber que el retorno de la educación y su experiencia van correlacionadas positivamente, por lo que ella tiene un incentivo para invertir en su capacitación (vía learning by doing por ejemplo). Un canal de ejecución de estas medidas de incentivos

129

pueden ser a través de creación y apoyo de células u otros mecanismos de formación femenina a temprana edad, cuyos objetivos deben ser: Fortalecer y fomentar la participación y el liderazgo de las mujeres en grupos de base y comunidades que permitan propiciar el ahorro familiar. Orientar a los grupos femeninos y comunitarios a planificar correctamente el manejo del ahorro familiar, elevar su productividad y rendimiento para así mejorar la administración de los recursos propios c. Políticas financieras Las reformas macroeconómicas necesarias para estimular el ahorro nacional deben descansar en el lema de que el ahorro es el punto de partida del desarrollo económico del país. A la par de medidas macroeconómicas como la reducción del encaje legal bancario, de la inflación, del margen de intermediación de las instituciones financieras, etc y de las que producen distorsiones indeseables en la economía, se debe incentivar la formación y fortalecimiento del ahorro privado a largo plazo. La evidencia empirica ha demostrado la no existencia de desahorro para grupos etarios de edades y educacion superior. La política financiera debe ver el marco operativo capaz de incentivar y dinamizar el mercado financiero y de capitales a fin de ofrecer una gama de productos para el ahorro a largo plazo (administradoras de fondos de pensiones, de operaciones minoristas de bolsas de valores),


130

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

o sea instrumentos de largo plazo que sirvan para satisfacer las demandas de la población en materia de seguridad y previsión social. Paraguay recurre a las deudas externas porque el ahorro interno no alcanza para financiar el desarrollo. Paralelo a este problema estructural existe la cultura del cortoplacismo, es decir la falta de financiamiento de largo plazo, recursos necesarios para hacer frente a la demanda de proyectos de mediano y largo plazo, principalmente en los sectores reales de la economía. Es por ello que para fortalecer el ahorro privado se tienen dos elementos claves: Propiciar la competitividad de la intermediación financiera, que resulte en mejores rendimientos para el ahorro y la inversión productiva. Establecer mecanismos que canalicen el ahorro del sector informal hacia las instituciones financieras autorizadas y sobretodo supervisadas. Los efectos esperados en la implementación de esta política son: Aumento del ahorro y su efecto multiplicador en la inversión. Desarrollo de una cultura de largo plazo en el ámbito financiero. Desarrollo del mercado de capitales mediante la innovación de nuevos instrumentos financieros. Disminución de los costos de intermediación y del costo de capital, y una menor dependencia del

financiamiento externo y mayor automatización del mercado financiero, para las Ifis Ampliación de la base de cobertura de los fondos de pensiones y ahorros de largo plazo. 2.4. Formación de clubes de ahorros de niños, jóvenes y adolescentes en distintos centros comunitarios (escuelas, iglesias )

La búsqueda de una formula estructural para fomentar el hábito de ahorro puede provenir de los clubes infantiles y juveniles con ahorros tipo hormiga . El plan estratégico citado pretende involucrar a todos los agentes activos de la sociedad paraguaya, y por ende los canales formales (organizaciones sociales y religiosas) son los medios adecuados para la formación de este tipo de clubes.

CONCLUSIONES En materia de ahorro los resultados empíricos sugieren que es muy difícil la estimación de parámetros precisos, aunque se observa en líneas generales el cumplimiento de los postulados del modelo de ciclo de vida en materia de ahorro de los hogares. Existe una elevada concentración de ahorro por niveles de ingresos, con ciertos grados de heterogeneidad (debido fundamentalmente a factores sociodemográficos). Por ello la recomendación de diseñar políticas encaminadas a orientar los gastos familiares y eliminar los fuertes déficit de los presupuestos hogareños afianzando a las microfinanzas. Las políticas de desarrollo aplicadas en los últimos años en el Paraguay,


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

aunque han producido mejoría en los indicadores macroeconómicos, en general han tendido a ampliar y profundizar las desigualdades, incrementando así la exclusión social de grandes sectores de población. Los datos de la EIH-1997/98 señalan que es posible acceder a mejores ingresos a través de una mejor educación y, por ende, un mejor acceso a los mercados laborales será fruto de la convergencia entre las políticas macroeconómicas y el incentivo microeconomico apropiado. En base a las evidencias de este trabajo se sabe que la educación es una variable clave que ayuda a mejorar el ingreso disponible y el nivel del ahorro nacional, y consecuentemente el crecimiento económico. La relación positiva entre educación y ahorro proviene del hecho de que las personas que obtienen mayores niveles de estudio acceden a mejores puestos de trabajos y, por tanto, reciben mayores ingresos. Se ha complementado el análisis de ahorro desde un punto de vista dinámico a fin de obtener detalles que a nivel macro escapan. Acorde a Heckman (1999), la inversión en capital humano puede tener un pequeño impacto al menos que las personas utilicen la educación en un mercado competitivo y abierto. Cuánto más competitivo es el mercado, mayor es el impacto del uso de educación y habilidades. Apoyar y aplicar procesos de capacitación integral mediante la concientización de los retornos positivos en la educación es la tarea urgente que debe ser expandida a nivel nacional. Es crucial entender la adecuación y la estructura del ahorro de los hogares

131

así como la efectividad de las políticas que alteran la conducta en torno del ahorro. Las evidencias empíricas demuestran que el incremento en la participación en el mercado de valores o de capitales es una consecuencia del cambio de la conducta ahorradora de las familias. El futuro de la familia paraguaya eligiendo un portafolio de inversiones a raíz de un ahorro ordenado es una formula ideal a mediano plazo. El paraguayo no ahorra lo suficiente ni para su presente ni para su jubilación. En este sentido no solo el gobierno sino el sector privado (en especial las IFIs) deben promover la consolidación de instrumentos e instituciones para las personas de bajo nivel de ingresos que generalmente no tienen acceso a los instrumentos financieros. Del ahorro depende el futuro de las familias y de estas depende el desarrollo del país. Si los hogares paraguayos desahorran o no tienen ahorro para su jubilación, para enfrentar períodos de enfermedad, etc. se tendrá problemas no sólo a nivel micro sino a nivel global. Las políticas sugeridas en el presente trabajo no solo buscan generar mas ingresos sino también coordinar la política educativa con las laborales y financieras a fin de tener la base estructural necesaria para formar y captar el ahorro privado. No debe olvidarse el contexto social de toda política, aun en el caso microeconómico, pues el mismo está orientado a consolidar organizativamente al principal beneficiario (la familia paraguaya), para generar un proceso dinámico, productivo y eficiente frente al desarrollo sostenible del proyecto de incentivo de ahorro y


132

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

de la comunidad para la generación de empleo e ingresos. En líneas generales, las premisas básicas que han sido demostradas y que sirven de punto de partida en la elaboración de las políticas recomendadas son: a) El retorno en la educación es mayor cuando mayor es el nivel de años de estudios. (relación ingresoeducación): una persona que tiene los estudios universitarios completos gana en promedio 3,4 veces y 9,5 más que otras que han finalizado sus estudios secundarios y primarios, respectivamente. El retorno promedio del hombre urbano es 12,8% y de la mujer urbana 9,5%. b) El ahorro de los hogares está altamente concentrado en hogares con mayores niveles de educación (relación ahorro-educación): los jefes de hogar con educación universitaria completa ahorran en promedio 2,8 y 28,7 veces mas que aquellos con secundaria completa y primaria completa respectivamente. Los que no tienen ningún año de estudio ahorran 1,8 menos que los de formación primaria completa. Se observa que no existe interdependencia entre los ingresos y gastos. Las familias cuyos jefes tienen mayor nivel de educación ahorran más. c) El perfil y la estructura por edad de los individuos con mayor educación están acordes a lo establecido en las dos etapas en la teoría del ciclo de vida, es decir se observa un periodo de desahorro en edades tempranas para luego presentar franjas positivas de ahorros; sin

embargo, en grupos etarios con mayor nivel educacional no se observa el ahorro negativo en la tercera franja del ciclo de vida. En materia de ahorro privado, es una premisa básica que la insuficiencia de ahorro es un obstáculo para el crecimiento. El problema no es solo generar ahorro sino ver los efectos de su absorción. Existe siempre una paradoja, el ahorro es insuficiente porque el país es pobre y el país es pobre porque no hay ahorro. El tópico del análisis del ahorro a nivel microeconómico trae consigo necesariamente el análisis de los efectos del crecimiento del ingreso y del crédito. El perfil temporal negativo de las tasas promedio de ahorro en un gran porcentaje de hogares paraguayos junto con las restricciones de liquidez y la ampliación de créditos puede ser sopesado con políticas especificas tendientes a formar y capturar ahorros positivos en los hogares en un mediano plazo. En cuanto a la sugerencia de políticas económicas, lo recomendable son políticas sectoriales acorde a las áreas geográficas, sectores económicos y acorde al género, para poder lograr eficiencia, oportunidad en su aplicación y efectividad en un horizonte inmediato y con continuidad en el largo plazo. Otro aspecto digno de consideración al tratarse de políticas microeconómicas, es la importancia de contar con políticas flexibles y oportunas para que el país y los hogares puedan ajustarse a los requerimientos diarios del proceso educacional dinámico que la globalización hoy exige. El objetivo en la etapa de implementación debe ser el involucramiento máximo de las orga-


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

nizaciones del sector privado (en especial de los jefes de hogares), no solo en el proceso de formulación sino también y, sobre todo, en la ejecución y evaluación de políticas. Se ha enfatizado el vinculo explícito entre las políticas económicas y el impacto de la educación y el ahorro. Los hacedores de política económica deben concientizarse que la inversión en la educación es esencial para el éxito económico (tanto micro como macro). Lo importante es utilizar la variable educación en un medio competitivo, las políticas deben delimitar qué deben hacer las personas con su educación y con sus ahorros, es decir, delinear reformas educacionales, laborales, de inversión, ejecutables y transparentes, cuya finalidad primaria es el incremento de la tasa de retorno. Generalmente, las políticas gubernamentales tienen el propósito de combatir la pobreza y reducir el desempleo, a través de la implementación de reformas estructurales necesarias para alcanzar tasas de crecimiento altas y sostenibles. Estos objetivos solo pueden ser logrados con una sólida base micro (de los hogares y empresas). En este sentido, el gobierno debe enfocar sus esfuerzos en el desarrollo del ahorro, la educación, la reorientación del ahorro interno hacia el aumento en la inversión privada, entre otros propósitos. El presente trabajo plantea interrogantes sobre algunos temas que pueden ser tomadas en consideración en futuras investigaciones: Operacionalización de los conceptos de riqueza real y financiera

133

a partir de la Encuesta Integrada de Hogares, Necesidad de consolidar y consistenciar el ahorro de las familias a nivel macro y micro (factor ya demostrado en el documento de Robles), Incorporación de variables cualitativas tales como la calidad de la educación, la investigación, el learning-bydoing, la capacidad de pensar, curriculum, etc., en el calculo de la tasa de retorno, Contar con una medición aceptable del ahorro es un paso importante para aclarar la magnitud y naturaleza del problema y empezar a elaborar explicaciones consistentes con los hechos observados. Reiterando la sugerencia de Robles (1999) respecto a la inclusión de las operaciones monetarias que realizan los hogares con el propósito de financiar los gastos de consumo y acumulación en la medición del ahorro: depósito y retiro de dinero en efectivo (de bancos, cooperativas, etc.), compra de terreno o vivienda (al contado o a plazos para uso familiar), adquisición de bienes generadores de renta (mueble o inmuebles, al contado o a plazos, incluidos los que tienen carácter de inversión de la empresa familiar, previamente existente como la renovación de mobiliarios, ampliación de existencias, etc.), préstamos recibidos (incluido los intereses devengados en el período), venta de bienes muebles e inmuebles (casas, terrenos, automóviles, muebles, aparatos, etc.), y dinero obtenido por la liquidación parcial o total del negocio familiar y por la venta de bienes usados a dados en parte de pago para la


134

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

adquisición de otros bienes nuevos. Estudio del ahorro a través de una serie de tiempo procedentes de las distintas encuestas y ofrecer así parámetros validos para construir las proyecciones en base a comportamientos históricos y actuales. Adicionar preguntas en las boletas de las encuestas para incorporar a los estudiantes de post-grado (es decir aquellos con maestrías y doctorados) a fin de determinar el retorno para este sector.

BIBLIOGRAFÍA Alfonzo, Leonardo (2000) La Educación en la determinación de los ingresos laborales en el Paraguay , en Economía y Sociedad. Revista de Análisis, No. 1, Año 1, Octubre 2000. Attanasio, Orazio y Szekely, Miguel (1998) Household saving and Income Distribution in Mexico Working Paper 390, Office of Chief Economist, Inter American Development Bank. Banco Central del Paraguay (2000) Boletín estadístico del sistema financiero , diciembre 2000. Berndt, Erns R. (1991) The practice of Econometrics: Classic and Contemporary , Addison- Wesley Publishing Company.

Finalmente, cabe reiterar que las acciones aisladas, o que sólo atienden alguno de los aspectos mencionados, tienen un impacto limitado en cuanto al objetivo de incorporar al sector o agente dirigido a algún proceso de acumulación que revierta su situación de pobreza. Todas las políticas y recomendaciones citadas solo plantean un abanico de acciones especificas y que puede leerse como el esfuerzo por lograr la mejor ecuación posible entre educación y ahorro, o entre ahorro y una sólida autogestión de las familias paraguayas.

Ben-Porath, Yoram (1967) The production of human capital and the life cycle of earnings , University of Chicago. Borjas, George J. (1996), Labor Economics The McGraw Hill Companies Inc, New York. Boskin, Michael J. (1978) Taxation, Saving and the rate of interest Journal of Political Economics, vol 86, N° 2 pp. S3 S26 Bowles Samuel y Gintis Herbert (1998) The determinants of Earnings: Skills, Preferences and Schooling , University of Massachussets, Amherst, Massachusetts. Bowles Samuel y Gintis Herbert (1998) Does Schooling raise earning by


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

making people smarter?, University of Massachussets, Amherst, Massachusetts. Carosini, Leticia y Espínola, Zulma (2000) Escaping poverty through education. The Paraguayan case Documento de trabajo. Carosini, Leticia y Espínola Zulma (1998) Consumo, Ahorro, Impuesto y Tasa de Interés en el Paraguay , en Serie Enfoques No. 16, CEPPRO, Asunción, Paraguay. DGEEC (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos). Encuesta Integrada de Hogares 1997/98 . EIH 1997/98. Asunción Paraguay. DGEEC (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos). Perfil Educativo de la Población en Edad de Trabajar . Asunción Paraguay, 1996. DGEEC (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos). Divulgación Popular de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/8 . Asunción Paraguay, 1999. Edwards, Sebastian (1995) Porqué son tan bajas las tasas de ahorro en América Latina . Un análisis comparativo Internacional . Banco Mundial, 1995. Espínola González, Zulma (2000) El learning by doing como estrategia de optimización para la fuerza laboral femenina , en Población y Desarrollo, Año X, Edición No 17. Fernández Valdovinos, Carlos (2000) Los determinantes de la ofer-

135

ta laboral en el Paraguay , en Economía y Sociedad. Revista de Análisis. Año 1, Diciembre 2000. Fernández Valdovinos, Carlos (2000) Cuando la estabilidad no es suficiente para crecer , en Diario ABC, suplemento económico, 5/01/ 97, pp.6-7 Heckman, James (1979), Sample Selection Bias as a Specificacion Error , Econometrica, Vol. 47 N° 1 (Enero 1979), pp. 153 161. Heckman, James (1997), Instrumental Variables. A study of implicit Behavioral Assumptions Used in Making Program Evaluations , The Journal of Human Resources XXXII. 3, 1997 Heckman James y Vytlacil, Edward (1998), Instrumental Variables Methods for the correlated random coefficient model. Estimating the average rate of Return to Schooling when the return is correlated with Schooling , The Journal of Human Resources XXXII. 4, 1998 Heckman James y Vytlacil, Edward (1999), Local Instrumental Variables and Latent Models for identifying and bounding treatment effects , Proc. Natl. Acad. Scie. USA, Vol 96, pp. 4730-4734, Abril 1999. Griliches, Zvi (1977), Estimating the return to schooling: some econometric problems , Econome-trica, Vol. 45 N° 1 (Enero 1977), pp. 1 22. Krugman, Paul y Obsteld, Maurice (1994) International Economics.


136

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 4

Theory and Practice , 3a. Edición, Harper Collings College Publisher. Maddala, G. S (1992) Introduction to Econometrics Prentice Hall, Segunda Edición. Morisset, Jacques y Revoredo César, Savings and Education: A LifeCycle Model Applied to a Panel of 74 Countries , working paper del Banco Mundial, 1995. Molinas, José y Gibson, Bill (1999) Liberalización de la balanza de pagos, crecimiento y distribución del ingreso. El caso Paraguayo , Documento de Trabajo.

Robles, Marcos (1999) Pobreza y Distribución del Ingreso en Paraguay 1997/98 en Economía y Sociedad, DGEEC. Robles, Marcos (2000) Paraguay Rural: Ingreso, Tenencia de Tierras, Pobreza y Desigualdad , en Economía y Sociedad. Revista de Análisis. Año 1, Octubre, 2000. Stata, Statistical Sofware 1 al 5 (1997) Manual. Stata Press Tanzi Vito y Zee Howell H. (1993) Time constraints in consumption and savings behavior Journal of Public Economics 50, PP 253-259 North Holland.

Polachek Solomon, y Siebert, W. Stanley (1993), The economics of earnings . Cambridge University Press., Inglaterra.

Saunders, Anthony (1997) Financial Institutions Management. A modern Perspective , 2da. Edición, Mc.Graw Hill Company.

Psacharopoulos, George (1995), The Profitability of Investment in Education: Concepts and Methods . Working paper, Banco Mundial.

Studenmund, A.H. (1997) Using Econometrics. A practical guide Addison- Wesley Publishing Company.

Ramsey, F. P. A Mathematical Theory of Saving , The Economic Journal, XXXVIII- N° 152, 1928, pp. 543-558.

i El ingreso total se obtuvo sumando los ingresos formados por: (a) los sueldos y salarios en dinero y especie, y la renta empresarial bruta de sociedades no incorporadas, (b) la renta de la propiedad (constituida por la renta imputada de los ocupantes de sus propias viviendas, intereses, dividendos, rentas, regalías, y otros similares), y (c) las transferencias corrientes y otros beneficios recibidos (que incluyen los ingresos de beneficios de la seguridad social, pensiones, ayudas familiares y otras transferencias corrientes). El ingreso disponible

Wolff, Edward N. (1998) Recent trends in the size distribution of household wealth The Journal of Economics Perspective Vol. 12, N° 3, PP 131-150 North Holland.

se obtuvo deduciendo de este ingreso total los pagos por los impuestos directos, las contribuciones a la seguridad social y fondo de pensiones (gastos obligatorios) y por el servicio domestico del hogar. De este modo se tuvo un ingreso familiar disponible para el consumo final de los hogares (en efectivo y en especie), otros gastos (de no consumo) no obligatorios y el ahorro. ii En la EIH 1997/98 se delimita el grupo de bienes durables.


EducaciĂłn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

137

ANEXO ESTADISTICO

Cuadro 1: Deflactores utilizados para obtener el valor monetario ajustado de riqueza, en base a datos del Banco Central del Paraguay) 1983 = 0,0640 1984 = 0,0769 1985 = 0,0963 1986 = 0,1269

1987 = 0,1546 1988 = 0,1902 1989 = 0,2395 1990 = 0,3310

1991 = 0,4113 1992 = 0,4736 1993 = 0,5600 1994 = 0,6754

1995 = 0,7659 1996 = 0,8410 1997 = 0,8997 1998 = 1,0000

Fuente: EIH -1997/8

Cuadro 2: EIH 1997/98: Ahorro promedio y mediana por aĂąos de estudios En GuaranĂ­es de febrero 1998 y en % $xRV GH HVWXGLR

Fuente: EIH- 1997/8

7DVD 6R

7DVD 6

7DVD 6


138

ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro 3: EIH 1997/98 Funciรณn minceriana extendida

GVHFFRP

'WHUFRP

GXQLFRP

([S

H[S

BFRQV

&RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU =

7RWDO SDtV

$UHD XUEDQD

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU = $UHD UXUDO

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU = 0XMHU &RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU = +RPEUH &RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU = 0XMHU UXUDO

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU =

0XMHU XUEDQD

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU = +RPEUH UXUDO

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU =

+RPEUH XUEDQR

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU = -HIH XUEDQR

&RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU ]

Anexo B : Aplicaciones del modelo de Heckman

a. Hombre ย รกrea urbana Modelo 2:

0LQFHULDQD /QLQJ DK ฮฒR ฮฒ HGXFL ฮฒ GVHFRPSL ฮฒ GXQLYFRPL ฮฒ (;3L ฮฒ (;3L 3URELW ฮฑ HGXFL ฮฑ UHQWDL ฮฑ &DVDGR 8QLGRL ฮฑ (GDGL D (GDGL ฮฑ -HIH ฮฑ 3RE


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

Para el modelo 2 la siguiente tabla muestra los resultados para las variables que indican los estudios comple-

139

tos por niveles secundarios, terciarios y universitarios, según el procedimiento Heckman:

Cuadro a.1: EIH 1997/98 – Hombre Urbano -Modelo 2

(UURU (VWiQGDU

&RHI

=

3!]

> &RQI ,QWHUYDO@

/QLJ DK

(GXF

'VHFFRP

'WHUFRP

'XQLFRP

([S

([S

BFRQV

3URELW

(GXF

5HQWD

&DVDGRXQ

(GDG

(GDG

-HIH

3RE

BFRQV

Cuadro a.2: EIH 1997/98 Hombre área urbana - Comparación de resultados 0&2 &RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU +(&.0$1 &RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU

(GXF (GXF

'VHFFRP GWHUFRP GXQLFRP 'VHFFRP GWHUFRP GXQLFRP

H[S H[S

H[S H[S

BFRQV BFRQV

b. Modelo 3 0LQFHULDQD /QLQJ DK βR β HGXFL β GVHFRPSL β GXQLYFRPL β (;3L β (;3L 3URELW α HGXFL α UHQWDL α &DVDGR 8QLGRL α (GDGL D (GDGL α -HIH α 3RE


140

ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro a.3: EIH 1997/98: Hombre area urbana ย Modelo 3

&RHI

6WG (UU

=

3!]

/Q<

> &RQI ,QWHUYDO@

'VHFFRP 'WHUFRP 'XQLFRP ([S ([S &RQVWDQWH

(GXF /QUHQWD &DVDGR XQ (GDG (GDG -HIH 3RE &RQVWDQWH

3URELW

Con la correcciรณn de Heckman se tienen los signos esperados, siendo las variables mรกs significativas,

pero casi pares en materia de retornos promedios por los estudios concluidos.

Cuadro a.4.: Hombre area urbana Comparaciรณn de resultados ย Modelo 3 'VHFFRP 'WHUFRP 'XQLFRP ([S ([S FRQVWDQWH

0&2

+(&.0$1

0&2

+(&.0$1

b. Hombre ย รกrea rural Modelo 2: 0LQFHULDQD /QLQJ DK ฮฒR ฮฒ HGXFL ฮฒ GVHFRPSL ฮฒ GXQLYFRPL ฮฒ ([SL ฮฒ ([SL 3URELW ฮฑ OQ UHQWD ฮฑ FDVDGR XQLGRL ฮฑ HGDGL ฮฑ HGDG L D MHIH ฮฑ SREL


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

141

Cuadro b.1.: EIH 1997/98. Hombre área rural – Modelo 2

&RHI

(UURU (VWiQGDU

]

3!]

> &RQI ,QWHUYDO@

OQLJ DK

(GXF

'VHFFRP

'XQLFRP

([S

H[S

BFRQV

3URELW

5HQWD

&DVDGRXQ

HGDG

HGDG

MHIH

SRE

Cuadro b.2: Hombre área rural - Comparación de resultados- Modelo 2 0&2 &RHILFLHQWHV (UURU (VWiQGDU

HGXF

'VHFFRP

'XQLYFRP

([S

H[S

FRQV

&RHILFLHQWH (UURU (VWiQGDU

+(&.0$1

(GXF

'VHFFRP

Nuevamente se observa el sesgo en este sector, donde el modelo clásico

GXQLYFRP

([S

H[S

BFRQV

arroja una tasa del 13.8% y la de Heckman el 10.97%.

b. Modelo 3 0LQFHULDQD /QLQJ DK βR β HGXFL β GVHFRPSL β GXQLYFRPL β (;3L β (;3L 3URELW α HGXFL α UHQWDL α &DVDGR 8QLGRL α (GDGL D (GDGL α -HIH α 3REL


142

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro a.3: EIH 1997/98: Hombre area urbana – Modelo 3

&RHI

6WG (UU

=

3!]

OQLJ DK

> &RQI ,QWHUYDO@

'VHFFRP

GWHUFRP

GXQLFRP

H[S

H[S

BFRQV

SURELW

UHQWD

FDVDGRXQ

HGDG

HGDG

MHIH

SRE

BFRQV

El siguiente cuadro muestra la comparaciĂłn de los retornos, y en donde se aprecia que la correcciĂłn de Heckman

provee retornos menores en la educaciĂłn secundaria, pero menores significativamente a la terciaria y universitaria.

Cuadro b.4: Hombre ĂĄrea rural. ComparaciĂłn de resultados- Modelo 3 'VHFFRP GWHUFRP GXQLFRP H[S

0&2

+(&.0$1

0&2

+(&.0$1

H[S FRQVWDQWH

c. Mujer Area Rural Modelo 2: 0LQFHULDQD /QLQJ DK βR β HGXF β GVHFFRPL β GXQLYFRPL β (;3L β (;3L 3URELW ι ι UHQWDL ι FDVDGR XQLGRL ι HGDGL D HGDG ι MHIH ι SREL

Paralelamente a la consideraciĂłn de los aĂąos de estudios se incluye un modelo intermedio donde se introduce dos variables dummies correspondientes a estudios secundarios

completos concluidos (dseccom) y a estudios universitarios completos (dunivcom), en donde se ve el impacto de los ajustes en las tasas de retornos.


Educaciรณn y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

143

Cuadro c.1.: EIH 1997: Mujer Area rural- Modelo 2

&RHILFLHQWH (VWiQGDU (UURU =

3!] > &RQI ,QWHUYDO@

/QLJ DK

(GXF

'VHFFRP

GXQLFRP

H[S

H[S

BFRQV

SURELW

UHQWD

FDVDGRXQ

HGDG

HGDG

MHIH

SRE

&RQVWDQWH

Cuadro c.2.: Mujer area rural -comparativo de resultados ย modelo 2 0&2

&RHILFLHQWHV (UURU (VWDQGDU +(&.0$1 &RHILFLHQWH (UURU (VWDQGDU

(GXF

(GXF

'VHFFRP

'VHFFRP

'XQLYFRP

'XQLYFRP

H[S

H[S

H[S

H[S

BFRQV

BFRQV

Cuadro c.3: Mujer area rural - Modelo 3

0LPXUX

'VHFFRP 'XQLFRP ([S H[S BFRQV

3URELW

5HQWD 'VHFRP (GDG (GDG -HIH 3RE &RQV

&RHI

6WG (UU

=

3!_]_

> &RQI ,QWHUYDO@


144

ECONOMร A & SOCIEDAD - NUMERO 4

Cuadro c.4.: Mujer area rural- comparativo de resultados . modelo 3 'VHFFRP 'XQLFRP ([S H[S BFRQV 'VHFFRP 'XQLFRP ([S H[S BFRQV

0&2 0&2

+(&.0$1 +(&.0$1

0&2 0&2

+(&.0$1 +(&.0$1

d. Mujer รกrea urbana Modelo 2: 0LQFHULDQD /QLQJ DK ฮฒR ฮฒ HGXFL ฮฒ (;3L ฮฒ (;3L

3URELW ฮฑ ฮฑ OQ UHQWD ฮฑ GVHFRPSL ฮฑ GXQLYFRPL ฮฑ (GDGL D (GDGL ฮฑ -HIH ฮฑ SREL

Cuadro d.1. Mujer urbana- Modelo 2

&RHI

(UURU (VW

=

3 !]

OQ<

(GXF 'VHFFRP 'WHUFRP 'XQLFRP ([S H[S BFRQV

3URELW

(GXF 5HQWD &DVDGRXQ (GDG HGDG -HIH 3RE BFRQV

> &RQI ,QWHUYDO@


Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay

145

Cuadro d.2. Mujer urbana Comparativo de resultados 0&2 +(&.0$1

(GXF (GXF

'VHFFRP 'WHUFRP 'VHFFRP 'WHUFRP

GXQLFRP ([S H[S BFRQV GXQLFRP ([S H[S BFRQV

Modelo 3: 0LQFHULDQD /QLQJ DK βR β GVHFRPSL β GXQLYFRPL β (;3L β (;3L 3URELW α α OQ UHQWD α GVHFRPSL α GXQLYFRPL α (GDGL D (GDGL α -HIH α SREL

Cuadro d.3. Mujer urbana – Modelo 3 /QLJ DK 0LQPXUE GVHFFRP GWHUFRP GXQLFRP H[S H[S BFRQV SURELW HGXF FDVDGRXQ HGDG HGDG MHIH SRE FRQVWDQWH

&RHI

6WG (UU = 3!] > &RQI ,QWHUYDO@


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

147

Situación Habitacional del Paraguay. Un Replanteamiento1 Luis Ortiz Sandoval2

INTRODUCCIÓN En el transcurso de la última década, la situación habitacional en Paraguay tuvo cambios marcados y con tendencias de adscribirse cada vez más a los patrones de habitación y consumo modernizados de fines de siglo XX. No obstante, persiste un pronunciado déficit habitacional expresado en un grado considerable de insatisfacción de la calidad de la vivienda en el marco de las necesidades básicas en el país. La caracterización de la situación habitacional conlleva un conjunto de aspectos a considerarse que van desde la calidad constructiva -entendida ésta como la conformación de la construcción a partir de los tipos de componentes materiales-, las condiciones sanitarias, la relación del hogar con la vivienda y otros. Estudios realizados sobre el tema habitacional3 , definen a la vivienda a partir de las funciones de su estructura física y plantean que las mismas tienen por objetivo la satisfacción de necesi-

dades de habitación de sus ocupantes. Bajo este criterio, se afirma que la satisfacción se indicaría en función a la habitabilidad que tiene implicancias en la relación con el medio ambiente y sus condiciones higiénico-sanitarias. El Grupo de Trabajo sobre definiciones de la temática del Hábitat y la Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina, también considera otros criterios que se conjugan con el primero para dar cuenta de la calidad habitacional. En primer término toma en cuenta la seguridad, que contempla a la vivienda en cuanto evidencia un buen comportamiento estructural; la durabilidad se da cuando está asegurada una vida útil prolongada y, en tercer término, la habitabilidad cuando resulta confortable para vivir. En este último criterio se pueden considerar los factores ambientales y sanitarios (según la Universidad Católica de Chile y MIDEPLAN, citados por Bogado D.). Vinculada a estos criterios se mencionan las deno-

1 Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo y colaboración de Zulma Sosa, Cynthia González, Teresa Chica y Marcos Fretes de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos. 2 Sociólogo. Forma parte del staff técnico del Departamento de Censos, DGEEC. 3 Bogado, Daniel; Situación Habitacional en Paraguay. Condiciones de habitabilidad, hacinamiento y déficit habitacional, en Economía y Sociedad, N° 2, Año 1, Diciembre de 2000, DGEEC.


148

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

minadas patologías constructivas, las cuales muchas veces también afectan la seguridad estructural y en la mayoría de los casos gravitan sobre la durabilidad de las viviendas4 . En el presente trabajo se expondrá la evolución de las condiciones habitacionales en los siete años que van desde 1992 hasta 1999, a partir de los datos resultantes del Censo Nacional de Población y Viviendas de 1992 y de las Encuestas de Hogares de los años 1995, 1997/98 y 1999 en función de una tipología propuesta que toma en consideración dos de los aspectos referidos al inicio: la composición constructiva por tipo de materiales empleados y la condición de uso del servicio sanitario y la procedencia y provisión del agua. En este sentido, el estudio también propone un indicador homologado de la valoración de la calidad de la vivienda en el marco del MERCOSUR y por tanto una medición común de la problemática habitacional a partir de los censos de la Ronda 2000.

1. ASPECTO TEORICO-METODOLÓGICO En función de lo referido anteriormente, la problemática suscitada acerca de la situación habitacional sugiere preguntarse por: ¿cuáles son los criterios de evaluación de los componentes constructivos y sanitarios que influyen en la valoración cualitativa de la vivienda y cómo se relacionan entre sí estos 4 Censo 2000 en el MERCOSUR, VI Taller de Discusión. Síntesis de las actividades del Grupo de Trabajo sobre definiciones en la temática del hábitat y la vivienda de INDEC. Buenos Aires, 28 al 30 de abril de 1999.

criterios?, ¿cómo se comporta la situación habitacional del Paraguay en la última década del siglo XX?, ¿cuál es el nivel del déficit habitacional cuantitativo, es decir la diferencia existente entre la cantidad de hogares y viviendas consideradas habitacionalmente óptimas?, ¿existe alguna relación entre la capacidad económica de los hogares y su situación habitacional? La División de Estadística del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Oficina de Naciones Unidas de Nueva York define a una unidad de habitación como un recinto de alojamiento separado e independiente destinado a alojar a un hogar, o que, aunque no está destinado al alojamiento de personas, es ocupado como un local de habitación por un hogar en el momento de levantarse el censo. Así pues, puede ser una vivienda de tipo corriente ocupada o desocupada, una vivienda móvil o improvisada ocupada, o cualquier otro lugar ocupado como local de habitación por un hogar en el momento del censo. Esta categoría incluye unidades de habitación con distintos grados de permanencia y aceptabilidad y, por lo tanto, requiere una clasificación más detallada para que la evaluación de las condiciones de vivienda tenga sentido5 . A esta conceptualización debe añadirse la función que cumple en el plano de la satisfacción de necesidades concretas de alojamiento y sanidad para las personas. En este sentido, se asume como vivienda a una unidad que, de5 Naciones Unidas, Principios y recomendaciones para los censos de población y habitación, ST/ESA/STAT/SER.M/ 67/REV.1, Nueva York, 1998


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

terminada por la condición de separación e independencia y de una mínima consistencia estructural y condiciones de salubridad (seguridad), es destinada al alojamiento de personas con el objeto de protegerlos del medio ambiente y brindarles la posibilidad de reproducir la existencia del hogar en condiciones mínimas de comodidad (habitabilidad) y con un tiempo de vida útil relativamente prolongado (durabilidad). Esa caracterización apela a la calidad de la vivienda en la que se debe contemplar que los componentes materiales y las condiciones sanitarias pueden satisfacer o no en diversos grados las necesidades de habitación y bosquejar el déficit habitacional de nuestro país. Las categorías resultantes se dieron en función de las siguientes premisas: viviendas buenas, cuando los componentes reúnen los tres criterios, es decir, seguridad, durabilidad y habitabilidad; viviendas regulares, cuando los componentes reunen al menos dos de los criterios: seguridad y durabilidad; viviendas malas, cuando los componentes aseguran sólo uno: seguridad o durabilidad o ninguno de ellos. Con el fin de establecer el marco más aproximado posible para lo mencionado, se asume que las múltiples determinaciones de la situación habitacional de un país está marcado no sólo por sus atributos físicos sino también por el contexto social. En dicho sentido, la consideración de viviendas buenas, regulares y malas, si bien es arbitraria, intenta reflejar que los cánones de habitación típicos de nuestro país, expresan que las viviendas que proporcionan mayor condición de se-

149

guridad, durabilidad y habitabilidad son aquellas construidas con materiales catalogados como buenos y con condiciones óptimas de saneamiento. Es decir, haciendo omisión de los aspectos técnicos de la construcción y la corrosión natural, una vivienda con características como las formadas por los factores en cuestión, son los indicadores más aptos para determinar la buena calidad constructiva y sanitaria en nuestro medio. 1.1. CALIDAD CONSTRUCTIVA DE LA VIVIENDA: la tipología propuesta para la

calidad constructiva es una combinación de los tres principales componentes constructivos de la vivienda: el piso, el techo y la pared. Se apunta a construir categorizaciones de viviendas según sean malas, regulares y buenas en función a sus materiales constructivos y finalmente una combinación resultante. Se descartan por tener un grado de detalle muy alto y por la falta de disponibilidad de información otros indicadores como la modalidad de construcción (diseño técnico, dirección profesional) y estado de conservación (presencia de rompimiento, desgaste y humedad), si bien son aspectos sumamente importantes que determinan la calidad constructiva de la vivienda6 .

Este trabajo tampoco considera la tipología habitacional7 y sus categorías empleadas en el censo y las encuestas de hogares, ya que las mismas implican denominaciones de estructuras habitacionales estándares, variando su 6 INDEC, Construcción de los indicadores referidos a las condiciones habitacionales de los hogares. Síntesis y definición , Serie Pobreza DT N° 48 , Junio de 2000. 7 Tipología habitacional: Casa, rancho, departamento, etc.


150

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

significación en función de los contextos ecológicos y culturales en los que se insertan. La clasificación tradicional de tipos de viviendas investigados en censos y encuestas de hogares no expresa suficientemente la calidad constructiva; por ello, en el presente trabajo se considerará una tipología construida para los efectos, con límites precisos de indicadores, evitando el riesgo de la ambigüedad y la imprecisión que se daría en posibles combinaciones de tipos de viviendas con categorías valorativas de la calidad constructiva, v.gr. rancho (tipo de vivienda mala) con categoría buena. En lo que se refiere a la calidad constructiva de la vivienda el indicador construido parte del análisis de las paredes. Con relación a este ítem se alude que el ladrillo, bloque de cemento y el concreto u hormigón, así como sus análogos presentan las mejores condiciones estructurales para asegurar seguridad, durabilidad y habitabilidad, razón por la cual se categorizan como paredes exteriores buenas a las conformadas por estos materiales. En segundo término se hallan la madera y el adobe y sus análogos categorizándose como paredes exteriores regulares las conformadas por los referidos componentes. En último lugar se ubican los componentes constructivos más vulnerables que son el estaqueo, entroncado, caña, cartón, hule, embalaje y lata que conforman categorías de paredes exteriores malas. En cuanto a los pisos se considera que la baldosa, junto con otros componentes como el mosaico, la cerámica y el granito así como el mármol, el linóleo y la madera ensamblada tipo par-

quet o machimbre (considerados estos últimos en la categoría otros) constituyen la categoría de pisos buenos. Los componentes materiales ladrillo y entablado de madera, así como el cemento y el plástico, tienen la categorización de pisos regulares, por no expresar óp t i m a m e n t e l a c o n d i c i ó n d e habitabilidad (que implica la confortabilidad de la vivienda). Finalmente, los componentes constructivos tierra y piedra se adscriben a la categoría pisos malos. En lo referente a los techos fueron considerados como buenos aquellos que están conformados por los componentes tejas de cerámica, tejuelones, losa de hormigón armado, tejuela de madera y pizarreño. Los techos regulares lo componen la chapa de fibrocemento, chapa de metal, tablillas de madera, plancha, calamina y fonolita. Por último, los techos malos están conformados por paja, caña, palma, paja embarrada, lata, plástico y chapa de cartón. Con base en las categorizaciones realizadas se propone una primera tipología que asocia los componentes constructivos y establece tipos específicos de viviendas en términos de su calidad de construcción, suponiendo, como se mencionara anteriormente, el cumplimiento en distintos niveles de los requisitos de seguridad, durabilidad y habitabilidad. Entre las tres variables consideradas (techos, pisos y paredes) se le asigna mayor predominancia en cuanto a buenas condiciones de habitación a los pisos, en segundo lugar a los techos y por último a las paredes. Esto se debe a que


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

los pisos son los que muestran mayor heterogeneidad en las distribuciones y dan cuenta más fehacientemente de las diferencias habitacionales de la población. Se parte considerando la variable paredes y su combinación con las otras dos a fin de ir esbozando las diferentes categorías relacionadas con las condiciones habitacionales, según el indicador propuesto. Con el supuesto de paredes buenas, se tiene una vivienda buena si los materiales del piso y techo son buenos o el piso regular y el material del techo bueno. Una vivienda regular con paredes buenas se da cuando tiene material de piso bueno pero techo malo, material de piso regular y techo regular y, material de piso malo y techo bueno. Una vivienda mala con paredes buenas se da cuando el material del piso es regular y el del techo malo, y cuando el material del piso malo y el del techo regular o malo. Con el supuesto de paredes regulares, se tiene una vivienda buena si los materiales del piso y techo son buenos; una vivienda regular si el piso es bueno y el techo es regular o malo o bien si el material del piso es regular y el techo bueno o regular. Una vivienda es mala cuando el material del piso es regular y el del techo es malo y siempre y cuando el material del piso es malo, independientemente de la condición del material del techo. Con el supuesto de paredes malas, se tiene una vivienda buena si los materiales del piso y techo son buenos; una vivienda regular cuando el material de las paredes es malo, el del piso bueno y el del techo bueno o regular; o

151

bien cuando el material del piso es regular y el del techo bueno; por último se tiene una vivienda mala teniendo piso bueno y techo malo, y cuando los materiales del piso y techo son regulares, así como siempre y cuando el material del piso es malo, independientemente de la condición del techo. 1.2. CALIDAD SANITARIA DE LA VIVIENDA: con el fin de evaluar las categorías

de condiciones sanitarias en función de un indicador por niveles, se procedió a abordar dos aspectos claves para la elaboración del indicador referido. Estos aspectos fueron la calidad del agua y el servicio sanitario.

El primero de ellos toma como factores primordiales la procedencia y la provisión del agua. Según la experiencia argentina en la construcción de indicadores de condiciones sanitarias8, ambos factores conjugados muestran el tratamiento del referido recurso y los niveles resultantes en categorías se expresarían a partir de que los niveles más altos resulten de la procedencia de mejor calidad del agua y su provisión se haga por cañería dentro de la vivienda. El segundo aspecto toma la tenencia de instalación de baño con descarga o no y el destino de la evacuación. La más alta calidad se da en función de que se disponga baño con descarga y el destino sea red pública o cámara séptica, desagregándose las demás categorías según que no pre8 INDEC, Condiciones sanitarias del hogar. Ejercicios para la construcción de un indicador. Serie Pobreza D.T. N° 30, Septiembre 1998. INDEC, Condiciones sanitarias del hogar. Alternativas para la definición de un indicador (SANIMC). Serie Pobreza D.T. N° 34, Febrero de 1999.


152

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

senten estas condiciones de calidad o se hallen en proximidad. En lo que respecta a la calidad del agua se conjugan la procedencia y la provisión. Se desprenden de estos dos factores las siguientes categorizaciones: calidad buena, con procedencia de red pública, perforado con bomba, pozo con bomba y con provisión por cañería dentro de la vivienda; calidad regular, con procedencia de red pública, perforado con bomba, pozo con bomba y provisión por cañería fuera de la vivienda (y fuera del predio) así como procedencia de pozo sin bomba, surgiente (naciente de agua), corriente de agua y provisión por cañería dentro de la vivienda; por último de calidad mala, con procedencia de pozo común, surgiente, corriente superficial de agua (río o arroyo) o agua pluvial y sin provisión por cañería dentro de la vivienda. Con relación al servicio sanitario, se tiene un servicio bueno si se posee watercloset con descarga de agua y evacuación a red pública o cámara séptica; un servicio regular con water-closet con descarga de agua y evacuación a pozo ciego (negro) y, finalmente se tiene un servicio malo con letrina o water-closet sin descarga y evacuación a fºosa rudimentaria o superficie. Entre las dos variables referidas se le asigna mayor predominancia en cuanto a buenas condiciones de habitación a la calidad del agua y en segundo lugar al servicio sanitario. Esto se debe a que el manejo del agua para el saneamiento y la alimentación tiene importancia fundamental independientemente de contar con un relativo buen servicio sanitario, al darse condiciones

que aseguren una procedencia tratada y directa, así como el no manoseo y contacto con distintos recipientes dudosos de su higiene. Se tiene una vivienda buena si la calidad del agua y del servicio sanitario son buenos, la calidad del agua regular y el servicio sanitario es bueno y la calidad del agua buena y el servicio sanitario regular. Una vivienda regular se da cuando tiene calidad del agua buena pero servicio sanitario malo, calidad del agua regular y servicio sanitario regular y calidad del agua regular y servicio sanitario bueno. Una vivienda mala se da cuando la calidad del agua es regular y el del servicio sanitario malo, y cuando la calidad del agua es mala y el del servicio sanitario regular o malo. El estudio Situación Habitacional en Paraguay. Condiciones de habitabilidad, hacinamiento y déficit habitacional (D.Bogado) contempla a la energía eléctrica como uno de los componentes de su tipología9 . Considerando que en Paraguay casi el 85% de los hogares cuenta con energía eléctrica, en el presente estudio se descarta su utilización, ya que no constituye un factor de discriminación significativa.

3. LA CALIDAD CONSTRUCTIVA EN PARAGUAY Y SU EVOLUCIÓN DE 1992 A 1999 En 1992 casi el 52% de las viviendas se hallaban en zonas urbanas, porcentaje que con el transcurrir de los años se incrementa a un 57% en 1999. Si bien en términos de cantidades ab9 Bogado, Daniel; Op. cit.


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

solutas las viviendas aumentan para cada año de estudio en ambas áreas, la población se halla más concentrada en las ciudades en los últimos años y con una tendencia de seguir aumentando dicha situación. Los resultados que lanzan tanto el

153

Censo de Población y Vivienda y las sucesivas Encuestas de Hogares de los años 1995, 1997/98 y 1999 expresan la dinámica habitacional en el periodo abordado con una marcada tendencia de mejoramiento de la calidad de la vivienda, bajo el punto de vista de sus componentes constructivos.

Cuadro Nº 1: Viviendas por Calidad Constructiva según Area de Residencia Calidad Constructiva Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Calidad Constructiva Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Area

1992 Total

Area

Total

Urbana

Rural

67,4 20,6 12,0 100

17,1 22,3 60,6 100

43,2 21,4 35,4 100

71,2 20,0 8,8 100

23,2 26,0 50,8 100

49,2 22,8 28,1 100

299.057 91.444 53.190 443.691

70.472 91.670 249.714 411.856

369.529 183.114 302.904 855.547

406.130 114.065 49.941 570.136

112.439 125.780 245.829 484.048

518.569 239.845 295.770 1.054.184

Area

Urbana

1995

1997/8 Total

Rural

Area Urbana

1999 Total

Urbana

Rural

Rural

70,2 22,9 6,9 100

25,7 28,9 45,4 100

51,0 25,5 23,5 100

75,0 20,5 4,5 100

23,0 32,2 44,8 100

52,6 25,6 21,8 100

456.226 148.554 44.838 649.618

126.322 142.328 223.414 492.064

582.548 290.882 268.252 1.141.682

516.840 141.641 30.957 689.438

119.791 167.773 233.311 520.875

636.631 309.414 264.268 1.210.313

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999


154

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

En este sentido, según se puede observar en el cuadro 1, el porcentaje de viviendas buenas ha aumentado de un 43,2% en 1992 a un 52,6% en 1999; asimismo las viviendas regulares presentaron un incremento de 21,4% en 1992 a 25,6% en 1999. Por el contrario, las viviendas malas disminuyeron de un 35% en 1992 a un 21,8% en 1999, lo cual confirma la tendencia mencionada. A juzgar por los resultados del año de estudio de la investigación antes mencionada Situación Habitacional en Paraguay 10 (1997/8), se puede apreciar que a nivel nacional en la categoría de viviendas buenas se adscribe más de la mitad de las viviendas (54,4%) y un porcentaje relativamente bajo de las viviendas malas (16,3%) comparado por el obtenido con el indicador del presente trabajo (23,5%) para el mismo año. Las diferencias registradas se deben a que dicho trabajo considera como buenos ciertos componentes constructivos que no presentan la misma solidez y calidad de composición, v.gr. una pared de madera considerada como buena al igual que una de ladrillo. En cuanto a la consideración homologada de las paredes de estaqueo y adobe, la misma debería ser revisada en cuanto a su consistencia, ya que el adobe presenta una composición más compacta y con mayor garantía de salvaguardar la protección ambiental que el estaqueo, motivo por el cual este trabajo considera el primero como pared regular. Estas y otras particularidades se consideran pertinentes a revisarse y 10 Bogado, D. Op. Cit.

adoptarse para la diferenciación y medición de calidad. El comportamiento de la situación habitacional analizado por área de residencia presenta una característica resaltante: a pesar del aumento de hogares en Paraguay en los últimos años, hubo una cierta capacidad de mejoraría de la situación habitacional, dándose una confirmación de ello principalmente en el periodo 1997-1999 en el que el porcentaje de viviendas malas disminuyó, manteniéndose casi constante el de viviendas regulares y aumentando en casi dos puntos porcentuales las viviendas buenas. Esto expresado en cifras absolutas muestra con mayor claridad el comportamiento referido. Cuadro Nº 2: Indicador presentado por otro estudio* Indicador de Materialidad Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

1997/8 Area

Total

Urbana

Rural

70,8 25,7 3,5 100

32,8 33,9 33,3 100

54,4 29,2 16,3 100

460.035 166.675 22.908 649.618

161.396 166.988 163.680 492.064

621.431 333.663 186.588 1.141.682

Fuente: Revista Economía y Sociedad Nº 2, DGEEC, 2000 * Bogado D. Situación Habitacional en Paraguay. Condiciones de habitabilidad, hacinamiento y déficit habitacional.


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

155

Cuadro Nº 3: Viviendas por Calidad Constructiva según Dominio Año

1992

1.995

1997/8

1.999

Central Urbano

Dominio Central Rural

87,3 6,4 6,3 100

80,1 12,9 6,9 100

92.340 6.741 6.665 105.746

Calidad Asunción Constructiva Urbano Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Resto Urbano

Resto Rural

Total País

59,1 19,0 21,9 100

46,9 34,2 18,9 100

12,9 22,6 64,5 100

43,2 21,4 35,4 100

116.185 18.725 10.063 144.973

22.150 7.130 8.203 37.483

90.532 65.978 36.462 192.972

48.322 84.540 241.511 374.373

369.529 183.114 302.904 855.547

86,3 5,7 8,0 100

87,1 9,4 3,5 100

68,7 17,2 14,1 100

51,9 35,1 13,0 100

17,9 27,0 55,1 100

49,2 22,8 28,1 100

112.865 7.498 10.469 130.832

161.764 17.530 6.465 185.759

34.962 8.777 7.152 50.891

131.501 89.037 33.007 253.545

87,0 10,4 2,6 100

87,9 9,1 3,0 100

72,5 18,9 8,6 100

49,1 39,1 11,8 100

118.364 14.173 3.500 136.037

194.158 20.021 6.680 220.859

40.630 10.588 4.840 56.058

143.704 114.360 34.658 292.722

90,4 8,2 1,4 100

91,0 7,0 2,0 100

65,3 22,0 12,6 100

54,2 37,8 8,1 100

128.188 11.658 1.991 141.837

227.421 17.609 4.902 249.932

38.514 12.985 7.450 58.949

161.231 112.374 24.064 297.669

77.477 518.569 117.003 239.845 238.677 295.770 433.157 1.054.184

19,7 30,2 50,1 100

51,0 25,5 23,5 100

85.692 582.548 131.740 290.882 218.574 268.252 436.006 1.141.682

17,6 33,5 48,9 100

52,6 25,6 21,8 100

81.277 636.631 154.788 309.414 225.861 264.268 461.926 1.210.313

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999


156

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

El análisis de la situación habitacional por dominio geográfico (Cuadro 3) confirma la afirmación esbozada en el párrafo anterior. En el transcurso del periodo 1992-1999 las viviendas clasificadas como malas se concentraron principalmente en el área rural. No obstante, en el dominio geográfico Resto Rural en el devenir de los años el porcentaje de viviendas adscriptas como deficitarias en su calidad constructiva presenta una significativa disminución, ya que de un 64,5% desciende a un 48,9% (casi 15,6 puntos porcentuales). En el marco de este último dominio, también se registra un mejoramiento en la situación de la calidad constructiva de las viviendas. En efecto, de 1992 a 1995 se da un considerable aumento de casi 5 puntos porcentuales en las viviendas buenas (de 12,9% a 17,9%) manteniéndose hasta el año 1999 (a pesar de tener un incremento relativo en 1997). Sin embargo de 1997 a 1999, la condición de viviendas malas prácticamente se mantiene (de 50,1% a 48,9%), mientras que las viviendas buenas registran una leve disminución (de 19,7% a 17,6%) con un ligero aumento de viviendas regulares (30,2% a 33,5%). A juzgar por los porcentajes relativos, el mejoramiento en términos constructivos de las viviendas, con excepción de Asunción, se da en prácticamente todos los dominios geográficos considerados. Tanto en términos de cantidades absolutas como relativas, se da una disminución del déficit habitacional en cuanto a la calidad constructiva del año 1992 a 1999. El mejoramiento más significativo se dio en el

dominio Central Urbano con una variación de once puntos porcentuales para el período considerado.

4. LA CALIDAD SANITARIA DE LAS VIVIENDAS EN PARAGUAY EN EL PERIODO 1992 A 1999 La calidad sanitaria de las viviendas aumentó en el periodo 1992-1999 a juzgar por el indicador de viviendas buenas que presentó un incremento de 25% a 40,4%. Este fenómeno junto al aumento relativo de viviendas regulares de un 8,2% a un 13,7% se tradujo en una disminución de las viviendas malas de un 66,8% a un 46,0% (Cuadro Nº 4). Otro aspecto que explica las diferencias halladas en ambos estudios, y en este caso en cuanto al indicador de calidad sanitaria, es que en el trabajo Situación habitacional en Paraguay . , la distribución de agua por red privada se considera de calidad regular, mientras que en el presente estudio es considerada como de calidad buena. Esto se debe a que el criterio de buena calidad del agua se centra en la no manipulación de la misma a través del traslado para su provisión. La distribución de las viviendas en términos de su calidad sanitaria por dominio geográfico (Cuadro 6) permite observar que en todos ellos hubo un mejoramiento, pero particularmente en los dominios Central Urbano, Central Rural y Resto Urbano hubo un aumento considerable de viviendas buenas (de 39,8% a 58,5%, 6,9% a 43,3% y de 32,6% a 51,6% respectivamente).


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

157

Cuadro Nº 4: Viviendas por Calidad Sanitaria según Area de Residencia Calidad Constructiva Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Calidad Constructiva Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

1992

Area

Total

Area

Total

Urbana

Rural

45,2 13,1 41,7 100

3,3 2,9 93,9 100

25,0 8,2 66,8 100

56,5 15,1 28,4 100

10,0 5,4 84,6 100

35,2 10,6 54,2 100

200.627 58.215 184.849 443.691

13.461 11.856 386.539 411.856

214.088 70.071 571.388 855.547

322.231 86.092 161.813 570.136

48.624 25.999 409.425 484.048

370.855 112.091 571.238 1.054.184

Area

Urbana

1995

1997/8 Total

Rural

Area Urbana

1999 Total

Urbana

Rural

Rural

58,1 16,5 25,4 100

12,4 7,8 79,8 100

38,4 12,7 48,8 100

60,7 18,4 20,9 100

13,4 7,4 79,2 100

40,4 13,7 46,0 100

377.340 107.219 165.059 649.618

61.088 38.329 392.647 492.064

438.428 145.548 557.706 1.141.682

418.732 126.865 143.841 689.438

69.876 38.487 412.512 520.875

488.608 165.352 556.353 1.210.313

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999

Cuadro Nº 5: Indicador presentado por otro estudio* Indicador de Saneamiento Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Urbana

Area

Rural

Total

39,2 34,2 26,7 100

3,4 14,7 82,0 100

23,7 25,8 50,5 100

254.352 221.873 173.393 649.618

16.513 72.166 403.385 492.064

270.865 294.039 576.778 1.141.682

Fuente: Revista Economía y Sociedad Nº 2, DGEEC, 2000 * Bogado D.


158

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

Con relación a las viviendas malas, el porcentaje de las mismas disminuye en los cinco dominios, dándose un proceso más lento en Asunción y el dominio geográfico Resto Rural, en los que disminuye de 14,9% a 6,6% y de 94,9% a 84,3% respectivamente. Efectivamente en el área rural se sigue concentrando el mayor porcentaje de viviendas sanitariamente malas, con un leve aumento de las viviendas regulares y buenas. En definitiva se puede concluir que al igual que la calidad constructiva, la calidad sanitaria de las viviendas paraguayas tuvo un mejoramiento considerable durante el periodo de análisis 1992-1999. Sin embargo, el acceso equitativo de la población paraguaya a estos servicios todavía es un desafío pendiente, especialmente lo concerniente a la calidad sanitaria que aún no satisface ni siquiera a la mitad de los hogares a nivel nacional.

5. EL HACINAMIENTO El hacinamiento es entendido como la aglomeración de personas en un determinado espacio, en tanto considera el grado de privacidad de los miembros al interior de cada vivienda y se mide por el número de personas por dormitorio. En Paraguay se considera un hogar con hacinamiento cuando en él habitan más de 3 personas por dormitorio11 . El censo y la encuesta de hogares presentan un velo en la captación del hacinamiento real ya que se considera a la cantidad de personas en promedio 11 DGEEC, Divulgación Popular de la Encuesta de Hogares1999, Fernando de la Mora, 2001

por dormitorio. En este sentido, se debe hacer mención de que se pueden presentar casos en los que la cantidad de personas en promedio no exceda a 3 y sin embargo, por la forma de distribución de las personas al interior de la vivienda, puede existir la condición de hacinamiento. Con referencia a este punto el trabajo Situación habitacional . lo considera como un cálculo aritmético que se realiza en función de un promedio, problema con el que se tropieza en la medición de las condiciones de vida sin la consideración de varios aspectos que hacen a la situación real de los individuos. El mismo trabajo acota que se debería incluir preguntas que den cuenta no sólo de la relación entre la cantidad de personas con la cantidad de habitaciones, sino de las propias dimensiones y el modo real de ocupación del espacio al interior de las viviendas por los hogares (Bogado D., 2000). El cuadro 7 muestra que la condición de hacinamiento de la población paraguaya ha disminuido de un 30,4% en 1992 a un 21,4% en 1999, con la característica obvia de un mayor porcentaje de casos de hogares hacinados en el campo que en la ciudad. Si bien nos estamos refiriendo aquí a cifras y porcentajes estimativos por la limitación que conllevan las investigaciones censales y de encuestas (referido anteriormente), se puede observar que el porcentaje de hacinamiento en el campo en 1999 tuvo una mayor disminución en términos porcentuales que en la ciudad (10,3 puntos contra 6,4 puntos respectivamente), lo cual muestra el mejoramiento habitacional bajo este aspecto en el ámbito geográfico considerado el más vulnerable.


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

159

Cuadro Nº 6: Viviendas por Calidad Sanitaria según Dominio Año

1992

1995

1997/98

1999

Central Urbano

Dominio Central Rural

75,6 9,5 14,9 100

39,8 18,6 41,6 100

79.952 10.054 15.740 105.746

Calidad Asunción Constructiva Urbano Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Resto Urbano

Resto Rural

Total País

6,9 9,7 83,4 100

32,6 11,0 56,4 100

2,9 2,2 94,9 100

25,0 8,2 66,8 100

57.721 26.894 60.358 144.973

2.571 3.640 31.272 37.483

62.954 21.267 108.751 192.972

10.890 8.216 355.267 374.373

214.088 70.071 571.388 855.547

79,0 12,3 8,7 100

61,4 17,7 20,9 100

25,2 17,7 57,0 100

41,3 14,7 44,0 100

8,3 3,9 87,8 100

35,2 10,6 54,2 100

103.391 16.033 11.408 130.832

114.018 32.845 38.896 185.759

12.845 9.016 29.030 50.891

104.822 37.214 111.509 253.545

80,0 11,7 8,3 100

60,7 24,3 14,9 100

35,2 23,2 41,5 100

45,9 12,8 41,3 100

108.843 15.961 11.233 136.037

134.131 53.737 32.991 220.859

19.752 13.024 23.282 56.058

134.366 37.521 120.835 292.722

83,7 9,7 6,6 100

58,5 27,8 13,7 100

43,3 17,4 39,3 100

51,6 14,7 33,7 100

118.709 13.811 9.317 141.837

146.279 69.409 34.244 249.932

25.514 10.259 23.176 58.949

153.744 43.645 100.280 297.669

35.779 370.855 16.983 112.091 380.395 571.238 433.157 1.054.184

9,5 5,8 84,7 100

38,4 12,7 48,8 100

41.336 438.428 25.305 145.548 369.365 557.706 436.006 1.141.682

9,6 6,1 84,3 100

40,4 13,7 46,0 100

44.362 488.608 28.228 165.352 389.336 556.353 461.926 1.210.313

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999


160

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

Cuadro Nº 7: Hogares por Condición de Hacinamiento Año

Condición

1992

Area

Rural

%

Total Total País %

Urbana

%

Sin hacinamiento Con hacinamiento Total

348.959 94.732 443.691

78,6 21,4 100

246.133 165.723 411.856

59,8 40,2 100

595.092 260.455 855.547

69,6 30,4 100

1995

Sin hacinamiento Con hacinamiento Total

473.466 96.670 570.136

83,0 17,0 100

317.346 166.702 484.048

65,6 34,4 100

790.812 263.372 1.054.184

75,0 25,0 100

1997/98

Sin hacinamiento Con hacinamiento Total

557.576 92.042 649.618

85,8 14,2 100

328.534 163.530 492.064

66,8 33,2 100

886.110 255.572 1.141.682

77,6 22,4 100

1999

Sin hacinamiento Con hacinamiento Total

586.034 103.404 689.438

85,0 15,0 100

365.214 155.661 520.875

70,1 29,9 100

951.248 259.065 1.210.313

78,6 21,4 100

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999

Como se verá más adelante, la variación de la condición de hacinamiento en Paraguay está condicionada por la propia variación de la calidad de la vivienda, de la cual la calidad constructiva y la calidad sanitaria son dos indicadores de una transformación que contempla una mejor distribución en la ocupación y habitación, y se expresa en mejores condiciones de habitabilidad.

6. LA CALIDAD DE LA VIVIENDA EN SU CONJUNTO La propuesta de un indicador compuesto, que englobe tanto la calidad constructiva como sanitaria permite obtener una caracterización más precisa y verosímil de la situación habitacional paraguaya. En este sentido se considera como vivienda buena si la calidad

constructiva y sanitaria es buena. Una vivienda regular se da en los siguientes casos: 1. Calidad constructiva buena y calidad sanitaria regular, 2. Calidad constructiva buena y calidad sanitaria mala, 3. Calidad constructiva regular y calidad sanitaria buena, 4. Calidad constructiva regular y calidad sanitaria regular y 5. Calidad constructiva mala y calidad sanitaria buena. Una vivienda mala se da con una: 1. Calidad constructiva regular y calidad sanitaria mala, 2. Calidad constructiva mala y calidad sanitaria regular y 3. Calidad constructiva mala y calidad sanitaria mala.


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

La conjunción de ambos indicadores conforman el indicador compuesto de calidad de la vivienda, cuyo comportamiento en el periodo de estudio, refleja la tendencia ya analizada cual es el mejoramiento sustancial de la vivienda en su conjunto. En efecto, el porcentaje de viviendas buenas se incrementó de 22% en 1992 a 35% en 1999. De la misma manera, en lo que respecta a las

161

viviendas regulares, el aumento, aunque ínfimo, se dio en dos puntos porcentuales (de 26% en 1992 a 28,1% en 1999). Las viviendas malas disminuyeron a la razón de casi 10 puntos porcentuales desde 1992 a 1995 y 3,5 puntos porcentuales de 1995 a 1999. En efecto, en 1992 había un 51,8% de viviendas malas mientras que en 1999 el porcentaje es de sólo 37,1%.

Cuadro Nº 8: Viviendas por Calidad Global según Area de Residencia Calidad Global Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Calidad Global Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Area

1992 Total

Area

Total

Urbana

Rural

40,8 34,2 25,0 100

2,2 17,2 80,6 100

22,2 26,0 51,8 100

50,7 30,3 19,1 100

6,4 22,5 71,0 100

30,4 26,7 42,9 100

181.076 151.595 111.020 443.691

9.071 70.923 331.862 411.856

190.147 222.518 442.882 855.547

288.823 172.642 108.671 570.136

31.142 109.006 343.900 484.048

319.965 281.648 452.571 1.054.184

Area

Urbana

1995

1997/8 Total

Rural

Area Urbana

1999 Total

Urbana

Rural

Rural

51,0 31,1 17,9 100

7,8 25,3 66,9 100

32,4 28,6 39,0 100

53,8 33,5 12,7 100

9,7 21,0 69,3 100

34,8 28,1 37,1 100

331.283 202.289 116.046 649.618

38.358 124.601 329.105 492.064

369.641 326.890 445.151 1.141.682

370.916 230.683 87.839 689.438

50.599 109.533 360.743 520.875

421.515 340.216 448.582 1.210.313

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999


162

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

Esto indicaría que si bien para el año 1992 más de la mitad de los hogares del país sufrían una mala condición de habitación, en 1999 dicho porcentaje disminuyó, aunque ello no implicó una extensión masiva de viviendas con óptimas condiciones. En efecto, en el último año de estudio, todavía mucho menos de la mitad de los hogares del país no tenía condiciones habitacionales que supongan cánones de vida mínimamente confortables (desde los aspectos constructivos y sanitarios).

habitacional cuantitativo calculado a partir de la diferencia entre la cantidad de hogares existentes en un país y la cantidad de viviendas buenas. Por otra parte, el déficit habitacional cualitativo que guarda relación con la identificación de las viviendas deficitarias con aquellas catalogadas como malas (al menos bajo uno de los aspectos: calidad constructiva o calidad sanitaria) según el indicador de calidad global de la vivienda esbozado anteriormente.12

De acuerdo a los resultados obGráfico Nº 1: Calidad Global de la Vivienda en Paraguay tenidos, se puede (% de viviendas apreciar una dis51,8 minución del défiBuena Regular Mala cit habitacional ya 42,9 39,0 37,1 que en 1992, de 34,8 32,4 30,4 cada cinco hoga28,6 28,1 26,7 26,0 22,2 res, casi cuatro contaban con algún tipo de déficit (77, 8%), o sea no se hallaban en óp1992 1995 1997 1999 timas condiciones Año de referencia de habitación, mientras que en En el área rural dicha situación es 1999, de cada cinco hogares, sólo tres todavía más agravada, ya que el incre- contaban con déficit (65,2%). En las mento fue sólo de 7,5 puntos porcen- áreas urbana y rural, los porcentajes de tuales en siete años dándose un total déficit cuantitativo han disminuido, de 9,7% de viviendas buenas, en 1999. aunque la primera tuvo la variación más En el área urbana, el incremento signi- marcada, ya que de más de la mitad de ficó mayores puntos porcentuales (13), los hogares que contaban con déficit en superando más de la mitad de los ho- 1992 (59,9%), el porcentaje disminugares con viviendas buenas para el últi- ye en casi 14 puntos porcentuales para mo año de referencia de este trabajo. 1999 (46,2%). Para el área rural, dicha disminución se dio en sólo 7,5 puntos porcentuales.

9. El DÉFICIT HABITACIONAL

El análisis del problema del déficit habitacional tiene dos aspectos importantes. Por una parte, el déficit

12 Rodríguez, Jorge; Información censal relevante para la medición del déficit habitacional, en Naciones Unidas, América Latina: aspectos conceptuales de los censos del 2000, CEPAL/ECLAC, Santiago, 1999


163

Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

Cuadro Nº 9: Hogares por Condición de Déficit Año 1992 1995 1997/98 1999

Condición Hogares con déficit Hogares sin déficit Total Hogares con déficit Hogares sin déficit Total Hogares con déficit Hogares sin déficit Total Hogares con déficit Hogares sin déficit Total

Urbana 270.872 181.076 451.948 281.313 288.823 570.136 318.335 331.283 649.618 318.522 370.916 689.438

Area

% 59,9 40,1 100 49,3 50,7 100 49,0 51,0 100 46,2 53,8 100

Rural

402.971 9.071 412.042 452.906 31.142 484.048 453.706 38.358 492.064 470.276 50.599 520.875

%

Total Total País %

97,8 2,2 100 93,6 6,4 100 92,2 7,8 100 90,3 9,7 100

673.843 190.147 863.990 734.219 319.965 1.054.184 772.041 369.641 1.141.682 788.798 421.515 1.210.313

78,0 22,0 100 69,6 30,4 100 67,6 32,4 100 65,2 34,8 100

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999

Cuadro Nº 10: Determinación del Déficit Habitacional Cualitativo a Través de la Calidad Global de la Vivienda según Calidad Constructiva por Calidad Sanitaria Año

1992

1995

Calidad constructiva de la vivienda Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Buena

Calidad sanitaria de la vivienda Regular Mala

Total

22,2 2,6 0,2 25,0

5,6 2,2 0,4 8,2

15,4 16,6 34,8 66,8

43,2 21,4 35,4 100

190.147 22.136 1.805 214.088

47.484 19.195 3.392 70.071

131.898 141.783 297.707 571.388

369.529 183.114 302.904 855.547

30,4 4,4 0,4 35,2

6,7 3,1 0,9 10,6

12,2 15,3 26,8 54,2

49,2 22,8 28,1 100

319.965 46.909 3.981 370.855

70.341 32.154 9.596 112.091

128.263 160.782 282.193 571.238

518.569 239.845 295.770 1.054.184


164

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

Continuación Cuadro Nº 10 Año

1997/98

1999

Calidad constructiva de la vivienda Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total Porcentaje Buena Regular Mala Total Cantidad Buena Regular Mala Total

Buena

Calidad sanitaria de la vivienda Regular Mala

Total

32,4 5,8 0,2 38,4

8,4 4,0 0,4 12,7

10,3 15,7 22,8 48,8

51,0 25,5 23,5 100

369.641 66.011 2.776 438.428

95.436 45.196 4.916 145.548

117.471 179.675 260.560 557.706

582.548 290.882 268.252 1.141.682

34,8 5,3 0,2 100

8,2 4,8 0,7 100

9,6 15,5 20,9 100

52,6 25,6 21,8 100

421.515 64.070 3.023 488.608

99.214 58.007 8.131 165.352

115.902 187.337 253.114 556.353

636.631 309.414 264.268 1.210.313

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999

El déficit cualitativo asume a las viviendas malas sea en su calidad constructiva o sanitaria. Como se muestra en el cuadro 10 disminuyeron desde 1992 a 1999 de un 67,4% a 46,9% y aunque básicamente el número de viviendas no varía significativamente, disminuye el peso de las viviendas deficitarias. El cálculo del déficit habitacional a partir de datos estadísticos debe considerar ambos aspectos. El déficit cualitativo apunta a caracterizar las viviendas en estado deficitario por sus condiciones estructurales de extrema precariedad, y a las cuales se debe apuntar políticas de reemplazo. El déficit cuantitativo considera a la cantidad de hogares existentes sin una óptima condi-

ción de habitación, pudiendo contemplar incluso a los hogares sin tenencia de vivienda, debiendo ser tomados éstos como objetos de políticas de satisfacción de carencia, de reemplazo así como de mejoramiento según sea el caso.

8. LA CALIDAD DE LA VIVIENDA Y EL CONDICIONAMIENTO SOCIO-ECONÓMICO De acuerdo a los resultados obtenidos, la asociación entre niveles de ingresos y calidad global de la vivienda muestra que a mayores ingresos per cápita de los hogares paraguayos corresponden mejores condiciones de habitación. En el cuadro 11 se puede observar dicha asociación.


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

En efecto, mientras del total de hogares con menores ingresos (cuartil 1) casi el 80% de los mismos tienen viviendas malas, vale decir que ocho de cada diez hogares tienen una condición de habitación deficitaria, los hogares de mayores ingresos per cápita (cuartil 4), casi el 65% tienen viviendas buenas es decir, aproximadamente seis de cada diez hogares tiene una óptima condi-

165

ción de habitación según el indicador de calidad de la vivienda en su conjunto. Esta asociación muestra que el indicador de calidad global de la vivienda tiene una significativa consistencia en su elaboración y resulta pertinente para el abordaje de la situación habitacional tomando en cuenta los aspectos constructivos y sanitarios de manera combinada.

Cuadro Nº 11: Viviendas por calidad global según cuartiles de ingresos per cápita familiar Año

1999

Calidad global de la vivienda Mala Regular Buena Total

1 Recuento

%

240.239 46.041 16.354 302.634

79,4 15,2 5,4 100

Cuartiles de Ingresos per cápita familiar 2 3 4 Recuento % Recuento % Recuento 122.606 111.468 68.431 302.505

40,5 36,8 22,6 100

60.639 100.144 140.345 301.128

20,1 33,3 46,6 100

%

Total de grupo Recuento %

25.098 8,3 448.582 37,1 82.563 27,2 340.216 28,1 196.320 64,6 421.450 34,8 303.981 100 1.210.248 100

Fuente: DGEEC. Censo Nacional de Población y Viviendas 1992. Encuestas de Hogares 1995, 1997/98 y 1999

9. CONCLUSIÓN La dinámica habitacional del Paraguay entre los años 1992 y 1999 se expresa en un mejoramiento de la calidad de las viviendas en términos constructivos y sanitarios. Esto implica que los hogares paraguayos se adscriben con mayor proporción a cánones modernos de habitación. En cantidades absolutas las viviendas paraguayas deficitarias aumentaron aunque términos relativos disminuyeron. El presente trabajo muestra -contra la suposición de tendencias negativas absolutas en Paraguay- que el peso del déficit cualitativo de las viviendas paraguayas es menor a medida que trascurre el tiempo en función a cada año considerado en el estudio.

La correlación de los factores económicos y sociales en lo que respecta al enfrentamiento a la pobreza, se expresa en un relativo mejoramiento de la calidad habitacional cuando está asegurado y consolidado el sustento y mayores ingresos en los hogares paraguayos. De este modo, por un lado en las zonas urbanas se concentra la mayor cantidad de viviendas buenas dado que en éstas el promedio de ingresos es mayor, mientras que tratándose de las zonas rurales en las que el porcentaje de las viviendas malas es mayor, el promedio de ingresos es menor. Esta constatación -de suyo de sentido común- se destaca a su vez en la estratificación de los hogares, en las que en aquellos con mayores ingresos


166

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

se dan los mayores porcentajes de viviendas buenas y viceversa. Para finalizar, es importante acotar que la ponderación de la calidad de las viviendas debe entrañar el contexto socio-cultural en el que éstas se inscriben ya que las categorizaciones asumidas en este estudio se basan en cánones estándares compartidos por la modernización, lo cual no implica que necesariamente se adscriban a criterios valorativos de los distintos ámbitos en los que se desenvuelven las relaciones sociales de los distintos grupos y culturas al interior de un país. Esta consideración se hace elemental, sobre todo para hacer una salvedad en dos aspectos fundamentales: toda definición de las condiciones de existencia de una sociedad es una mirada arbitraria y como tal delimita de una forma particular a la misma en cuanto objeto de estudio. En este sentido, la adscripción a los cánones de seguridad, durabilidad y habitabilidad de las viviendas se da en vistas a los preceptos de desarrollo modernistas a los que se apunta en los países de América Latina. El otro aspecto tiene que ver con la efectiva calidad que las distintas estructuras de habitación tienen en los distintos contextos ecológicos y geográficos, de forma tal que lo que en un determinado lugar puede ser asumido como bueno, en otro variaría dicha condición según su respectiva ubicación y su adaptación al medio.

A partir de la necesidad de realizar un nuevo abordaje de la situación habitacional paraguaya en términos estadísticos el presente estudio realizó los siguientes aportes: 1. Englobar la calidad de la vivienda bajo los aspectos de su composición constructiva y su saneamiento. 2. Definir los indicadores a partir de preguntas de los cuestionarios de los cuatro países del MERCOSUR más Bolivia y Chile, lo cual lo convierte en un indicador común para la región a fin de encarar estudios a partir de los datos censales. 3. Presentar una distribución más homogénea en comparación con estudios anteriores según las categorías de viviendas buenas, regulares y malas. Con ello se previene el error de sobreestimación de viviendas buenas, a la vez que da cuenta de un número considerable de viviendas malas en el universo de las unidades de habitación. 4. Mostrar una evolución de la situación habitacional en el transcurso de siete años a partir de 1992. 5. Realizar una asociación con la variable ingresos de los hogares a fin de evaluar la consistencia de la metodología y demostrar una alta correlación de la misma con el indicador global de calidad de la vivienda.


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

167

Anexos 1. Metodología Propuesta para la Calidad Constructiva de la Vivienda Calidad constructiva de la vivienda

Bueno Material del piso Material del techo

Material de las paredes Regular Material del piso

Bueno Regular Malo Bueno Regular Bueno Bueno Bueno Regular Bueno Regular Regular Bueno Regular Malo Regular Regular Malo Regular Malo Malo Regular Malo

Malo Malo Malo Malo

Malo Material del piso Bueno Regular Regular Regular Regular Malo Malo Malo

Malo Malo Malo Malo

Paredes exteriores buenas: mampostería (ladrillo, bloques de cemento, piedra, concreto). Paredes exteriores regulares: madera, chapa de fibrocemento, chapa de metal, adobe, tabique. Paredes exteriores malas: estaqueo, entroncado, encañado, cartón, plástico, embalaje, lata. Pisos buenos: baldosa, mosaico, cerámica, granito, mármol, madera ensamblada (parquet). Pisos regulares: ladrillo, cemento, entablado de madera. Pisos malos: tierra, piedra. Techos buenos: tejas de cerámica, tejuelones, losa de hormigón armado, tejuela de madera, pizarreño. Techos regulares: chapa de fibrocemento, chapa de metal, plancha, tablillas de madera, fonolita. Techos malos: chapa de cartón, paja, caña, palma, paja embarrada, lata, plástico.

2. Metodología Propuesta para la Calidad Sanitaria de la Vivienda

Buena Servicio Sanitario

Bueno Buena Regular Buena Malo Regular

Calidad del agua Regular Mala Buena Regular Mala

Regular Mala Mala

Calidad del agua Calidad buena: procedencia de red pública, perforado con bomba, pozo a bomba y/o pileta pública; provisión por cañería dentro de la vivienda. Calidad regular: procedencia de red pública, perforado con bomba, pozo a bomba; provisión por cañería fuera de la vivienda (o fuera de la propiedad); procedencia de pozo sin bomba, surgiente, corriente de agua y provisión por cañería dentro de la vivienda Calidad mala: procedencia de pozo sin bomba, surgiente, corriente de agua, agua pluvial; sin provisión por cañería. Servicio sanitario Servicio bueno: baño con descarga de agua y evacuación a red pública o cámara séptica.


168

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

Servicio regular: baño con descarga de agua con evacuación a pozo ciego (negro). Servicio malo: baño o letrina sin descarga de agua con evacuación a fosa rudimentaria o superficie. Obs.: Para Paraguay, se asume como condición de uso del servicio sanitario el exclusivo, ya que las distinciones planteadas en la metodología como categorías no se halla en su cuestionario censal. Si bien en el cuestionario censal paraguayo no se hace diferencia entre cámara séptica y pozo ciego, se puede presumir que en las respuestas dadas a tenencia de pozo ciego se incluyan a la tenencia de cámara séptica, razón por la cual se debería incluir en el nuevo cuestionario para el 2002

3. Metodología Propuesta para la Calidad Global de la Vivienda Calidad de la Vivienda - CALVIV Calidad sanitaria de la vivienda Buena Regular Mala Calidad constructiva de la vivienda

Buena Regular Mala

Buena Regular Regular

Regular Regular Mala

Regular Mala Mala


Situación Habitacional del Paraguay - Un Replanteamiento

169

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA -Bogado, Daniel; Situación Habitacional en Paraguay. Condiciones de habitabilidad, hacinamiento y déficit habitacional, DGEEC, Revista Economía y Sociedad, N° 2, Año 1, diciembre de 2000. - Censo 2000 en el MERCOSUR, VI Taller de Discusión. Síntesis de las actividades del Grupo de Trabajo sobre definiciones en la temática del hábitat y la vivienda. Buenos Aires, 28 al 30 de abril de 1999. - DGEEC, Censo Nacional de Población y Vivienda 1992, Asunción, 1994. - DGEEC, Cuestionario de la Encuesta de hogares 1995, Asunción, 1995 - DGEEC, Cuestionario de la Encuesta Integrada de Hogares 1997/98, Fernando de la Mora, 1998 - DGEEC, Cuestionario de la Encuesta Permanente de Hogares 1999, Fernando de la Mora, 1999 - DGEEC, Base de datos de las Encuestas de Hogares 1995, 1997/98, 1999, Fernando de la Mora, 2000. - DGEEC, Primera aproximación a la construcción de indicadores de Calidad Constructiva de la Vivienda en el MERCOSUR, Documento de Trabajo del Departamento de Censos, N° 2, Enero de 2001. - DGEEC, Primera aproximación a la construcción de indicadores de Calidad Sanitaria de la Vivienda en el MERCOSUR, Documento de Trabajo del Departamento de Censos, N° 3, Enero de 2001. - INDEC, Construcción de los indicadores referidos a las condiciones habitacionales de los hogares. Análisis de perfiles. Serie Pobreza DT N° 26 Revisión , Mayo de 1998 - INDEC, Selección de Indicadores re-

feridos a las condiciones habitacionales del hogar. Serie Pobreza DT N° 27, Julio de 1998 - INDEC, Condiciones Sanitarias del Hogar. Ejercicios para la construcción de un indicador. Serie Pobreza DT N° 30, Septiembre de 1998 - INDEC, El estudio de la pobreza con datos censales. Nuevas perspectivas metodológicas. Serie Pobreza DT N° 33 , Diciembre de 1998 - INDEC, Condiciones sanitarias del hogar: Alternativas para la definición de un indicador (SANIMC). Serie Pobreza DT N° 34 , Febrero de 1999 - INDEC, Hacia la construcción de una tipología de calidad de la vivienda, Serie Pobreza DT N° 35 , Febrero de 1999 - INDEC, Avances hacia la construcción de una tipología de calidad de las viviendas a partir de la definición de la calidad de los materiales constructivos. Segunda parte, Serie Pobreza, Julio de 1999 - INDEC, Construcción de los indicadores referidos a las condiciones habitacionales de los hogares. Síntesis y definición, Serie Pobreza DT N° 48 , Junio de 2000 - INDEC, Construcción de los indicadores referidos a las condiciones habitacionales de los hogares. Análisis de perfiles, Serie Pobreza, Septiembre de 2000 - Naciones Unidas, Principios y recomendaciones para los censos de población y habitación, ST/ESA/STAT/ SER.M/67/REV.1, Nueva York, 1998 - Rodríguez, Jorge; Información censal relevante para la medición del déficit habitacional, en Naciones Unidas, América Latina: aspectos conceptuales de los censos del 2000, CEPAL/ ECLAC, Santiago, 1999


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

171

Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías (Parte I)*

INTRODUCCIÓN El próximo año la DGEEC ejecutará el primer censo nacional de población y vivienda correspondiente al presente siglo. Con sus resultados se dispondrá de una de las informaciones estadísticas más relevantes para el conocimiento actual de la realidad socioeconómica y demográfica del país, así como para la toma de decisiones de los diferentes agentes públicos y privados. Es decir, al hacer el relevamiento de información de cada uno de los habitantes del país, los resultados podrán ser presentados con todas las representatividades geográficas posibles (departamentos, distritos, pueblos, barrios, comunidades, manzanas), permitiendo no solo el conocimiento de la dinámica poblacional, y en general de la realidad demográfica del Paraguay, sino también la ubicación del capital humano existente, de los áreas o zonas con menores niveles de vida, de los lugares donde la infraestructura social básica es inexistente, los segmentos poblacionales de más altos ingresos o mayor demanda de bienes y servicios, entre otros. Por tanto, esto permitirá que las políticas públicas y las inversio* El presente documento ha sido hecho por Elizabeth Barrios y Marcos Robles adaptando los textos de las fuentes citadas en la bibliografía.

nes privadas, con tal detalle de información, puedan ejecutarse de manera focalizada, con más eficiencia económica y mayor impacto sobre las poblaciones objetivo. En este marco, la DGEEC pone a disposición de los usuarios o potenciales usuarios de la información de los censos de población y vivienda una descripción de los principales conceptos relacionados con el crecimiento de la población: elementos básicos que intervienen en el mismo, definiciones, supuestos, procedimientos de cálculo y limitaciones de las metodologías disponibles, entre otros. El propósito es que sirva como guía para facilitar la comprensión y utilización de la información existente y a ser relevado próximamente.

DEFINICIÓN Y ESTUDIO DE LA POBLACIÓN El concepto de población tiene dos acepciones. El más común es el que se refiere a los habitantes de un país y el segundo a la ocupación de un área física (o poblamiento). Un ejemplo de este último es el conjunto de personas que residen en el Paraguay, cualquiera sea su sexo, edad, religión, estado civil,


172

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

nacionalidad, etc. Aquí debe indicarse que la población no conforma, necesariamente, un conjunto homogéneo. Por ejemplo se puede considerar la población nacida en un territorio (departamento, distrito, etc.) y la población viviendo en ese territorio. En el primer caso la población tiene una característica histórica común, en el segundo caso, la población simplemente comparte un territorio. El término población encierra dos conceptos opuestos y complementarios: uno estático, cuantitativo (por ejemplo, el número de habitantes del Paraguay dado en el último censo de población realizado en 1992), el otro dinámico con aspectos cualitativos, sociales e históricos. Se pueden señalar cuatro aspectos dentro del estudio de la población: a) el tamaño o volumen del conjunto de la población, b) la composición, c) su variación cuantitativa, y d) su distribución en relación con el área espacial ocupada, con la existencia de recursos y con la forma de organización social de la comunidad. Los dos primeros, referidos al tamaño y a la composición de la población, tienen características esencialmente cuantitativas, mientras que las otras dos tienen connotaciones de cambio.

DIMENSIÓN Y COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN La dimensión o tamaño de la población está referida al recuento que se hace, sin tener en cuenta las diferencias entre individuos. Cuando el últi-

PARAGUAY: POBLACION TOTAL CENSADA POR AREAS Años 1950 1960 1972 1982 1992

Total 1.328.452 1.819.103 2.357.955 3.029.830 4.152.588

Población Areas Urbana Rural 459.726 651.869 882.345 1.295.345 2.089.688

868.726 1.167.234 1.475.610 1.734.485 2.062.900

Fuente: DGEEC

mo censo de población (de 1992) nos da la cifra 4 millones 152 mil 588 personas para la población total del Paraguay en 1992, cada habitante representa un individuo. La dimensión o tamaño de la población no es otra cosa que el número de los individuos que la componen, cualesquiera sean las diferencias que los distinguen. La composición sí tiene relación con las diferencias entre individuos, por cuanto es la forma en que se distribuye la población en relación a la presencia o ausencia, en sus componentes, de alguna característica identificable. Esto es posible porque los individuos que componen una población poseen características biológicas, económicas y culturales diferentes respecto a las cuales se posibilita agruparla en categorías más o menos homogéneas a las que podríamos llamar «subpoblaciones». Así la población puede ser clasificada atendiendo al sexo, edad, estado civil, grado de instrucción, nivel educacional, ocupación, área de residencia, etc. Si, por ejemplo, nos interesa conocer la estructura de edades de la pobla-


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

ción paraguaya en edad escolar, distinguiendo cuatro categorías: 5 a 9, 10 a 14, 15 a 19 y 20 a 24 años de edad. Puede ordenarse esta población en cuatro clases en función de estos valores y la frecuencia de cada valor la dará el número de individuos en la clase correspondiente, omitiéndose cualquier otra característica. En realidad, no se habrá hecho otra cosa que distinguir en la población paraguaya, cuatro «subpoblaciones» en función de la edad y medir su dimensión tal como se había medido la población total.

DINÁMICA DEMOGRÁFICA Los componentes involucrados en el movimiento de la población son los na-

173

cimientos, las defunciones, y las migraciones. El movimiento de la población se puede visualizar como un proceso de entradas y salidas. La población aumenta como consecuencia de los nacimientos y de la inmigración y ve reducido sus efectivos por las defunciones y la emigración. No habría sido necesario desarrollar la ciencia demográfica si solo se hubiera tratado de medir el tamaño y distribución de una población a partir de los datos del censo. Las técnicas de la estadística descriptiva hubieran bastado para ello. Sin embargo, el análisis del movimiento de la población y la comprensión de sus mecanismos han dado origen a un cuerpo metodológico específico, como lo es la demografía.

PARAGUAY: POBLACIÓN EN EDAD ESCOLAR, SEGÚN GRUPOS DE EDAD 1990 Y 2000 1990 Absoluto Total 5 a 9 años 10 a 14 años 15 a 19 años 20 a 24 años

Incremento entre 1990 y 2000

2000 %

1.908.253 100,0 605.480 31,7 486.772 25,5 427.546 22,4 388.455 20,4

Absoluto

%

2.480.104 100,0 728.619 29,4 670.389 27,0 600.227 24,2 480.869 19,4

Incremento anual

Absoluto

%

Absoluto

%

571.851 123.139 183.617 172.681 92.414

30,0 20,3 37,7 40,4 23,8

57.185 12.314 18.362 17.268 9.241

2,7 1,9 3,3 3,5 2,2


174

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

CRECIMIENTO POBLACIONAL El crecimiento de la población es el resultado de la dinámica demográfica, es decir, de la interrelación entre los nacimientos, las defunciones y migraciones ocurridas en un determinado período. Como ya se ha mencionado, la población aumenta por efecto de los nacimientos, y de las inmigraciones, y disminuye a causa de las defunciones y emigraciones. Si la suma de los nacimientos y las inmigraciones es mayor que la suma de las muertes y las emigraciones, entonces la población experimenta un crecimiento. Contrariamente da como resultado un decrecimiento poblacional.

EL TIEMPO EN DEMOGRAFÍA El estudio del comportamiento de toda característica demográfica está siempre asociado a la variable tiempo. Este puede considerarse desde dos aspectos diferentes: como reflejo de un instante determinado o como un intervalo. Si se plantea que la población del Paraguay al 30 de junio de 1992 era de 4.152.588 habitantes, se está utilizando la noción de instante. Si se expresa que durante el año 1992, la población en el país aumentó en 112.276, se está analizando el dato demográfico a lo largo del intervalo de tiempo definido como 1992 (1 año).

TASAS Y PROPORCIONES Es costumbre de los investigadores en el campo de la demografía utilizar en forma preferente, indicadores rela-

tivos para el análisis de las diferentes características de la población, lo que permite efectuar comparaciones en el espacio y en el tiempo. Para lograr tal propósito se recurre al cálculo de tasas y proporciones. Los tipos de tasas que con carácter general aparecen en el análisis demográfico son: las tasas brutas, las tasas específicas y las tasas por edades y grupos de edades. Las tasas pueden obtenerse mediante la relación de un dato de intervalo con un dato de instante o relacionando dos datos de instantes (esta última no es muy utilizada en demografía). Las tasas brutas pertenecen, en general al primer tipo de relación. Ellas se obtienen dividiendo la cifra total del hecho secuencial analizado (nacimientos, defunciones etc.) entre la población media (dato del momento) del período de tiempo. Esta tasa generalmente se obtiene para un año calendario determinado, tomándose como población media la existente al 30 de Junio de un año determinado. De no contar con la cifra poblacional media, se calcula un promedio aritmético entre las poblaciones de los dos 1º de Enero que enmarcan el año que se analiza. Mediante la utilización de las proporciones se r elacionan datos de un mismo universo. La determinación de la estructura porcentual por edad y sexo de una población, o la determinación del peso que tienen las defunciones de menores de un 1 año de edad dentro


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

del total de nacimientos en un determinado año calendario, son ejemplos de la aplicación de las proporciones en demografía.

LA TASA DE CRECIMIENTO POBLACIONAL Antes de saber bajo los efectos de qué fenómenos evoluciona una población se puede determinar su crecimiento total o global, que es la diferencia entre el conjunto Nt de la población en el tiempo t y su conjunto N0 en el tiempo 0. Cambio absoluto = Nt - N0

175

llevarlos a una misma unidad de tiempo y a un mismo contingente de población. Para simplificar, si nos situamos en la unidad de tiempo estándar en demografía, el año, y supongamos conocidos el conjunto de población Nt al 1º de enero del año t y Nt+1 al 1º de enero del año t+1. Sólo falta por relacionar el crecimiento Nt+1 - Nt con el conjunto de población. Pero ¿qué conjunto específicamente?. Este no ha dejado de variar durante el transcurso del año. Se puede utilizar la población inicial, Nt y calcular el crecimiento relativo en un año o en n años. r = (Nt+1 Nt) / Nt

Puede expresarse, de manera muy simple, a través del cambio absoluto que mide el volumen de aumento o disminución de la población, es decir, antes de conocer las variables que determinan el crecimiento de la población, se puede constatar su crecimiento total, ocurrido en dos fechas dadas. Así entre el censo de 1982 y el de 1992, la población paraguaya aumentó de 3.029.830 a 4.152.588, es decir, se incrementó en 1.122.758 habitantes.

Si se supone que este crecimiento relativo es constante, cada año la población aumenta en la cantidad r*N y si se parte del año 0, la población llega a ser, un año después: N1 = N0 + r*N0 = N0 (1+r), y dos años después: N2 = N1 (1+r) = N0 (1+r)2, y t años después: Nt = N0 (1+r)t

Sin embargo, la comparación de este aumento, en números absolutos, con los que se observaría por ejemplo entre los dos últimos censos de Argentina y Brasil no tendría ningún sentido. Los períodos intercensales son desiguales y, sobre todo, las tres poblaciones en cuestión tienen tamaños muy diferentes. Para comparar estos aumentos hay que

r = (Nt / N0)1/t - 1

Partiendo de la última expresión puede calcularse el crecimiento relativo anual promedio del período intercensal:

Teniendo en consideración la información de los últimos dos censos de


176

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

población ejecutados en Paraguay, en 1982 y 1992, dicho crecimiento relativo será: r = (4152588/3029830)1/10 1 = 0,032 * 100 = 3,2% Este indicador muestra la proporción en la cual la población ha crecido o decrecido, respecto a la población inicial, y se expresa en términos por-

centuales. Por ejemplo, dados los volúmenes de la población paraguaya, en los censos de 1950, 1960, 1972, 1982, y 1992, el Cuadro muestra el cambio absoluto y relativo de la población en dichas fechas censales, así como las correspondientes tasas de crecimiento promedio anual.

PARAGUAY: POBLACION TOTAL Y TASAS DE CRECIMIENTO Años 1950 1960 1972 1982 1992

Población Total 1.328.452 1.819.103 2.357.955 3.029.830 4.152.588

Incremento Intercensal Absoluto Relativo (%) 490.651 538.852 671.875 1.122.758

36,9 29,6 28,5 37,1

Incremento (Habitantes) 49.065 44.904 67.188 112.276

Tasa de crecimiento anual (%) 3,2 2,2 2,5 3,2


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

177

INTERPRETACIÓN DE LA TASA DE CRECIMIENTO «r» Es lo que crece la población en un período dado, por ejemplo, la tasa de crecimiento de la población paraguaya entre los censos de 1982 y 1992 fue de r = 3,2%, significa que la población paraguaya en dicho período aumenta a un promedio anual de 3,2 habitantes por cada 100 personas; se podría pensar que ese crecimiento es bajo, sin embargo, con una tasa de crecimiento de este valor la población se duplica en 22 años.

de dicho departamento varió entre esas fechas. Tampoco es comparable la población resultado de un censo de «hecho» con la población, que diez años más tarde, resulta de un censo de «derecho». Por último, tampoco es comparable la población censada posteriormente en una fecha, con un porcentaje de omisión por ejemplo del 10%, con la población censada posteriormente.

En la actualidad la población crece independientemente de factores que antiguamente lo afectaban, como eran los cambios climáticos, las epidemias y pestes, el hambre, etc. El crecimiento poblacional es un reflejo del control del hombre sobre la naturaleza, por medio de los adelantos sociales y técnicos.

DETERMINACIÓN DEL TIEMPO EN QUE SE DUPLICA UNA POBLACIÓN

ASPECTOS A CONSIDERAR PARA MEDIR EL CAMBIO POBLACIONAL Al medir el cambio poblacional, sea este absoluto o relativo debe asegurarse que la población del área o grupo sea comparable a lo largo del período de medición. La población deja de ser comparable cuando se han dado cambios en el territorio, en las definiciones, o en la calidad de los datos. Por ejemplo la población censada en el departamento de San Pedro en 1982 no será comparable con la población censada en el mismo departamento en el año 1992, si la delimitación geográfica

En el quehacer demográfico resulta necesario determinar el tiempo que invertiría -bajo condiciones de crecimiento relativo constante- una población cualquiera en duplicarse. Un método práctico que brinda valores muy aproximados se basa en la aplicación de la siguiente relación, conocida como el Método de los 70 años: t = 70 / r. Utilizando la tasa de crecimiento promedio anual (intercensal) de r = 3,2% (en este caso la tasa de crecimiento debe expresarse como un número absoluto) se obtiene: t = 70 / 3,2 = 22 años. Si la población paraguaya en 1992 fue 4.152.588 y aplicamos la fórmula Nt = N0 (1+r)t (vista anteriormente) podemos comprobar que efectivamente la población se duplica en 22 años: N2014 = N1992*(1+3,2/100) 22 = 4.152.588*(1,032) 22 = 8.303.710


178

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

CRECIMIENTO NATURAL (O VEGETATIVO) Y SALDO MIGRATORIO La forma de calcular el cambio numérico de la población, a través del tiempo, consiste en la aplicación de la llamada «ecuación compensadora», la misma que tiene dos componentes: el crecimiento natural o vegetativo (diferencia entre los nacimientos y las defunciones) y el saldo migratorio que puede ser positivo o negativo dependiendo de si las entradas (inmigrantes) superan a las salidas (emigrantes) o viceversa. La suma algebraica del crecimiento natural y saldo migratorio es el crecimiento total de la población en un período considerado. (Nt+1 Nt) = (Bt,t+1 Dt,t+1) + (It,t+1 Et,t+1) donde: Bt,t+1, Dt,t+1, It,t+1, y Et,t+1 son, respectivamente, el número de nacimientos, defunciones, inmigraciones y emigraciones observadas en un año, de t a t+1. Lo anterior significa que el movimiento de la población se descompone en movimiento natural y movimiento migratorio. El primero es el único que rige la dinámica de una población cerrada (que no tiene ningún intercambio migratorio externo). La demografía se construye esencialmente en función de él. El segundo componente es sólo accesorio, complementa al primero en caso de intercambios migratorios.

En general se verifica que: Nt+1> Nt o sea que hay un crecimiento de la población, sin embargo, en la actualidad existen países europeos donde la población decrece, fundamentalmente porque las defunciones (D) superan a los nacimientos (B), ejemplos de esta situación la constituyen Alemania, Hungria e Italia. Otros países europeos están cerca del equilibrio, Austria, Bélgica, Bulgaria y Dinamarca. En la mayoría de los países de menor desarrollo, el crecimiento de la población depende del saldo entre los nacimientos y las defunciones y no tanto del saldo migratorio. Para medir la importancia de estos cuatro flujos de entradas y salidas se calculan las tasas brutas de natalidad, mortalidad, inmigración y emigración, relacionando estos flujos con la población, fundándose exactamente en el mismo modelo que se aplicó para la tasa de crecimiento. Así, la tasa de natalidad (b) es: b = Bt,t+1 / Nt+1 y, de igual forma, las tasas brutas de mortalidad (m), de inmigración (i) y de emigración (e) se obtienen reemplazando el numerador por D, I y E, respectivamente. Todas estas tasas, que aquí se presentan dentro del marco de un año de observación (t, t+1), pueden calcularse también, tal como las


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

tasas de crecimiento, a partir de períodos de observación más prolongados o más breves. La diferencia entre las tasas brutas de natalidad y de mortalidad da la tasa de crecimiento natural y la diferencia entre las tasas de inmigración y de emigración da como resultado la tasa de migración neta. Se vuelven a encontrar, a nivel de tasas, los dos componentes del crecimiento: r = (n m) + (i e) En el Paraguay, en el 2000, la tasa de natalidad estimada es igual a: b = (167.532 / 5.496.450)*1000 = 30,48 por mil Asimismo, la tasa bruta de mortalidad es igual a : m = (28.856 / 5.496.450)*1000 = 5,25 por mil y por tanto la tasa de crecimiento natural, para dicho año es: b m = 30,48 5,25 = 25,23 por mil Si se dispusiera de estadísticas de nacimientos y defunciones, elaborada regularmente a partir del registro sistemático de estos sucesos por las oficinas de registro civil, más las estimaciones de la población al 30 de junio de cada año, establecida regularmente por la DGEEC, sería posible calcular cada año las tasas brutas de natalidad y mortalidad y deducir de ellas las tasas de crecimiento natural.

179

Rara vez se puede hacer lo mismo con las migraciones, a menudo hay que conformarse con estimar el saldo migratorio intercensal mediante la diferencia entre el aumento total de la población y su crecimiento natural.

TENDENCIA HISTÓRICA DEL CRECIMIENTO POBLACIONAL La descripción de la tendencia histórica del crecimiento poblacional, se expresa, por lo general, a través de alguna curva o fórmula matemática, ya sea de tipo lineal, polinomial, exponencial o logística. Dichas curvas se emplean con la finalidad de ajustar la tendencia histórica observada y poder así estimar el volumen de la población en alguna fecha del pasado, a través de la técnica de la interpolación, o en alguna fecha del futuro, a través del empleo de la extrapolación. Sin embargo, no es fácil elegir la curva que mejor se ajusta a la tendencia histórica del crecimiento poblacional de una región o país dado. Por ello es que se buscó durante mucho tiempo una curva que pudiese expresar en forma de ley universal el crecimiento de la población. Y aunque no existe ley universal, se ha demostrado que en muchos países el crecimiento demográfico, durante períodos de más de un siglo, se aproxima a una curva logística. La curva logística describe un ciclo de crecimiento que consta de las siguientes fases: 1) Una transición gradual de condiciones casi estacionarias, a un aumento considerable de la población, 2) Una aceleración del ritmo


180

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

de crecimiento hasta que se aproxima a un máximo, 3) Un retardo del ritmo de aumento y 4) una transición gradual hacia condiciones casi estacionarias. Puede ocurrir, de otro lado, que el crecimiento no presente ninguna tendencia claramente identificable. No obstante, es deseable intentar una descripción de la tendencia del crecimiento poblacional, por dos razones básicas. En primer lugar, porque a partir de la elección de la curva de mejor ajuste, puede obtenerse una adecuada medición del crecimiento demográfico. Y en segundo lugar, porque dicha medición permitirá simplificar y generalizar, con fines comparativos, una serie sucesiva de cambios. Es necesario para ello, determinar gráficamente los puntos del crecimiento en el pasado. A partir de ellos, deberá desarrollarse una teoría demográfica sobre cómo se espera que cambie la población, bajo el supuesto de que se mantengan ciertas condiciones a la luz del conocimiento de los factores demográficos

MEDICIÓN DEL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN El crecimiento poblacional se mide, por lo general, mediante el empleo de una ecuación matemática que describe el cambio ocurrido en un determinado período, bajo el supuesto de que la tendencia experimentada ha sido la de una línea recta, una curva geométrica, o una curva exponencial. El empleo de una línea recta para medir el cambio poblacional, supone

que la población ha aumentado (o disminuido) en una cantidad promedio constante durante todo el período de observación (aconsejable para ser utilizado solo en periodos cortos de 6 meses, 1 ó 2 años). La expresión que describe este tipo de crecimiento es Nt = N0 + ∆t (donde Nt y N0 son la población al inicio y el final del periodo y ∆t el cambio constante de la población desde el inicio hasta el final del periodo), el cual puede medirse a partir de una tasa promedio anual de crecimiento, cuya aproximación aritmética sería la siguiente: r´ = [(Nt - N0) / t] / [(Nt + N0) / 2] donde [(Nt-N0)/t] es el volumen constante de cambio anual del periodo y [(Nt+N0)/2] es la población promedio. Mediante el empleo de una curva de crecimiento geométrico, se asume que la población crece (o decrece) a una misma tasa promedio en cada unidad de tiempo, usualmente un año (aconsejable para ser utilizado en períodos largos). Este tipo de crecimiento, como se indicó anteriormente, se describe a partir de la expresión: Nt = N0 (1+r)t, donde «r» es la tasa de crecimiento promedio anual (constante) del período y puede calcularse con la expresión: r = (Nt / N0)1/t - 1 Con la aplicación de una curva de tipo exponencial, se asume una tasa de crecimiento que se aplica a la población en cada infinitésimo de tiempo. A diferencia del crecimiento geométrico, que implica una acumulación de pobla-


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

ción en forma anual, en este caso la acumulación es instantánea. La ecuación que expresa dicho crecimiento es Nt = N0 * eit, donde « i « es la tasa de crecimiento instantánea y se calcula de la siguiente forma: i = [ln(Nt / N0)] / t donde: N0 y Nt son la población al inicio y al final del período, respectivamente, t es el tiempo en años y ln es el logaritmo natural. Ejemplo: Si la población de Paraguay en 1982 fue 3.029.830 y en 1992: 4.152.588, las tasas de crecimiento promedio anual entre dichos años, asumiendo una tendencia lineal, geométrica y exponencial de la población son, respectivamente, las siguientes: Lineal: r´ = [(4.152.588-3.029.830)/10] / [(4.152.588+3.029.830)/2] = 0,0313 Geométrica: r = (4.152.588/3.029.830)1/10 1 = 0,0320 Exponencial: i = [ln(4.152.588/3.029.830)]/10 = 0,0315

PROYECCIÓN DE LA POBLACIÓN Se necesita conocer no solo cómo crece la población, sino también la magnitud y composición de la población futura, es decir, las llamadas proyecciones de población, las mismas que se constituyen en un componente esencial para las proyecciones de necesida-

181

des referentes a diversos bienes y servicios (alimentos, viviendas, escuelas, servicios docentes, servicios sanitarios, etc.). Las proyecciones de población total también son útiles en muchos tipos de cálculos estadísticos relacionados con la planificación. Existen diversos métodos para estimar la magnitud y composición futura de la población, siendo los dos más utilizados: el Global y el de Componentes. Con el primero sólo se estima la futura magnitud de la población, mientras que con el segundo se proyecta la magnitud y composición de la población, en una forma más refinada teniendo en consideración el sexo, la edad, etc. El método global es el método más sencillo para calcular la magnitud futura de la población. Consiste en aplicar a un número determinado de habitantes en una fecha más o menos reciente, una tasa hipotética de incremento durante el período a proyectar. La tasa puede establecerse basándose en observaciones del crecimiento de esa misma población en el pasado o por analogía con tasas que se han comprobado existen en otras circunstancias similares. Por el método de componentes se entiende las proyecciones parciales de las variables demográficas que inciden en la composición por sexo y estructura por edad de la población (mortalidad, fecundidad y migraciones). Este método permite asimismo, proyectar por separado el número de hombres y de mujeres en cada grupo de edad. Los datos necesarios para elaborar una proyección por componentes son: la población inicial o base, preferentemente por grupos quinquenales de edad, ley


182

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

de mortalidad, dada por un juego de relaciones de supervivencia tomada de una tabla de mortalidad, ley de fecundidad, dada por una serie de tasas de fecundidad por edades (tasas especificas de fecundidad).

LOS MÉTODOS MATEMÁTICOS DE PROYECCIÓN Estos métodos se basan en ecuaciones que expresan el crecimiento demográfico en función del tiempo, los cuales pueden considerarse como parte de los métodos de tipo global. Este crecimiento, medido y expresado en una tasa o en un porcentaje de cambio, se obtiene a partir de la observación o estimación del volumen poblacional en dos o más fechas del pasado reciente. Por lo general, los censos de población, realizados con un intervalo aproximado de diez años, permiten dicha medición. De otro lado, si no existe esa información, es válido utilizar por analogía, tasa de crecimiento demográfico de otros países que hayan experimentado circunstancias similares. Una vez determinada la tasa o el volumen de crecimiento del pasado, se procede a extrapolar la curva de crecimiento que mejor se adecue a la tendencia observada o supuesta. La extrapolación consiste en prolongar la curva, previamente seleccionada, más allá de la última observación, presente o pasada, bajo la hipótesis de que el aumento observado entre dos fechas anteriores continuarán después de la última observación. En la aplicación de los métodos matemáticos de extrapolación se supo-

ne que el crecimiento total de la población sigue un ritmo bastante regular, que se mantendrá constante en el futuro. Ello implica que las características pertinentes de la situación económica y social del futuro serán iguales que en el pasado, o serán consecuencia de una evaluación gradual, de manera tal que no afecten significativamente a la dinámica demográfica. Si se dispone de la estimación de la población en dos momentos del pasado, se puede elegir entre dos métodos de extrapolación: el uso de una proporción aritmética o el uso de una proporción geométrica. Si se cuenta con más de dos estimaciones, es posible el uso de curvas polinómicas, de segundo o tercer grado u otro tipo de funciones. A continuación, se presenta estos métodos de proyección.

MÉTODO DEL CRECIMIENTO ARITMÉTICO Es el método más sencillo de extrapolación porque supone una relación de aumento lineal de la población. Consiste en calcular el valor promedio anual de aumento de la población entre un censo y el siguiente y añadir una cantidad igual por cada año transcurrido después del último censo. Al aplicarse este método deberá considerarse, además de su relativa sencillez, que el supuesto básico de un aumento constante de población, significa en realidad un ritmo descendente del crecimiento de la población. En el caso de este ejemplo, la aplicación del método de las proporciones aritméticas por un período corto de tiempo es razonable ya que existen motivos para suponer


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

que el ritmo de crecimiento de la población paraguaya está en descenso. Ejemplo. Se desea obtener la población al 30 de junio de 1996 sobre la base de las poblaciones proyectadas al 30 de junio de 1982 y 1992 utilizando el método de crecimiento aritmético. Deberá procederse del siguiente modo: Debe obtenerse el valor promedio anual de aumento de la población entre 1982 y 1992: N1982 = 3.029.830 N1992 = 4.152.588 K = 10 años (entre 1982 y 1992) ∆= (N1982 - N1992) / k = 1.122.758 / 10 = 112.275,8 La población aumentó en 112.276 habitantes por año entre 1980 y 1990. Asumiendo que este volumen de aumento de la población se mantuvo en los siguientes años hasta 1996, entonces la población para este año será (para t = número de años a proyectar = 4): N1996 = N1992 +(t* ∆) = 4.152.588 + (4*112.275,8) = 4.601.691

MÉTODO DE CRECIMIENTO GEOMÉTRICO La aplicación de este método supone que la población aumenta constantemente en una cifra proporcional a su volumen cambiante. Para obtener la población futura se aplica al último dato poblacional que se tenga, la fórmula del «interés compuesto» manteniendo

183

constante la misma tasa anual de crecimiento del período anterior, visto anteriormente. Ejemplo. Se desea obtener la población al 30 de junio de 1996 sobre la base de las poblaciones proyectadas al 30 de junio de 1982 y 1992 utilizando el método de crecimiento geométrico. Deberá procederse del siguiente modo: Debe obtenerse la tasa de crecimiento del periodo 1982-1992 (que puede ser la tasa geométrica, lineal o exponencial, habiéndose optado por la primera en el presente ejemplo): r1982-1992 = (Nt / N0)1/t 1 = (4.152.588/3.029.830) 1/10 1 = 0,0320 Con esta tasa se obtiene la población correspondiente al 30 de junio de 1996: N1996 = N1992 * (1+r)t = 4.152.588 * (1+0,032)4 = 4.710.631 No es posible suponer que la población de un país crecerá durante un período indefinido a un ritmo constante, pues llegaría a ser tan grande que resultaría casi imposible más aumentos. Por tanto, conviene limitar la extrapolación geométrica a períodos, si es plausible suponer que determinada población aumentará siguiendo una proporción geométrica, ya sea porque los niveles de natalidad, mortalidad y migraciones se mantendrán constantes, o porque las variaciones de alguno de dichos factores se verán compensadas con variaciones en sentido contrario, de otro de los factores.


184

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

También deberá escogerse con sumo cuidado la población base de la proyección, como el período al cual se refiere la tasa de crecimiento que se va a aplicar. Si han transcurrido varias décadas desde la fecha a la cual se refiere la población base, la extrapolación geométrica resultará cada vez menos fiable y puede conducir a una exageración acumulativa de la población acumulada. Ocurrirá del mismo modo, si la tasa de crecimiento seleccionada pertenece a un período muy lejano en el tiempo, cuando el crecimiento alcanzaba niveles distintos.

MÉTODO DE CRECIMIENTO PARABÓLICO En los casos en que se dispone de estimaciones de la población referidas a tres o más fechas pasadas y la tendencia observada no responde ni a una línea recta, ni a una curva geométrica o exponencial, es factible el empleo de una función polinómica, siendo las más utilizadas las de segundo, tercer y hasta cuarto grado. Una parábola de segundo grado puede calcularse a partir de los resultados de tres censos o estimaciones. Este tipo de curva no sólo es sensible al ritmo medio de crecimiento, sino también al aumento o disminución de la velocidad de ese ritmo. La Fórmula general de las funciones polinómicas de segundo grado es la siguiente: Y= a + bx + cx2, la misma que aplicada con fines de extrapolación de la población se simboliza de la siguiente manera: Nt = a + bt + ct

2

donde t es la variable años , medida desde el año de la primera estimación; Nt es el volumen poblacional estimado t años después de la fecha inicial; y a,b y c son constantes que pueden calcularse resolviendo la ecuación para cada una de las tres fechas censales o de estimaciones pasadas. Ejemplo. Se desea obtener la población de 1996 sobre la base de las poblaciones estimadas de los años 1972, 1982 y 1992 (2.357.955, 3.029.830 y 4.152.588) utilizando el método del crecimiento parabólico. Deberá procederse del siguiente modo: Con los volúmenes de la población correspondiente a cada uno de los años, definir la variable t : Año

Población

t

1972 1982 1992 1996

2.357.955 3.029.830 4.152.588 Proyección

0 10 20 24

Definir las ecuaciones para estimar la parábola que pasa por los tres puntos: 2.357.955 = a + b*(0) + c*(0)2 3.029.830 = a + b*(10) + c*(10)2 4.152.588 = a + b*(20) + c*(20)2 Resolver el sistema de ecuaciones simultáneas para estimar los valores de a, b y c. Dichos valores son: a = 2.357.955, b = 44643,35 y c = 2254,415. Con ellos se obtiene la ecuación: Nt = 2357955 + 44643,35*(t) + 2254,415*(t)2


Crecimiento de la Población. Conceptos y Metodologías

185

Resolver esta ecuación para t = 24, a fin de hallar la población de 1996:

Definir las ecuaciones para estimar la parábola que pasa por los tres puntos:

N1996 = 2357955 + 44643,35*(24) + 2254,415*(24)2 = 4.727.938

Ln(2.357.955) = a + b*(0) + c*(0)2 Ln(3.029.830) = a + b*(10) + c*(10)2 Ln(4.152.588) = a + b*(20) + c*(20)2

Al igual que en la aplicación de la curva aritmética o geométrica, el empleo de una curva parabólica puede traer problemas. Si se extrapola la población por un período de tiempo muy largo, pues los puntos llegan a moverse cada vez con mayor rapidez, en un sentido ascendente o descendente. Ello puede conducir a que en un período futuro lejano se obtenga valores de la población inmensamente grandes, o muy cercanos a cero. En muchos casos, este defecto puede modificarse aplicando la extrapolación parabólica a los logaritmos de las cantidades, en vez de aplicarlas a las cifras en sí. La extrapolación de logaritmos implica una proyección de ritmos cambiantes de crecimiento, en vez de cantidades absolutas. Ejemplo. Se desea obtener la población de 1996 sobre la base de las poblaciones estimadas de los años 1972, 1982 y 1992 (2.357.955, 3.029.830 y 4.152.588) utilizando el método del crecimiento parabólico a partir de los logaritmos de las cantidades dadas. Deberá procederse del siguiente modo: Con los volúmenes de la población correspondiente a cada uno de los años, definir los valores en logaritmos de los mismos y la variable t : Año 1972 1982 1992 1996

Población 2.357.955 3.029.830 4.152.588 Proyección

Ln(población)

t

14,6733 14,9240 15,2392

0 10 20 24

Resolver el sistema de ecuaciones simultáneas para estimar los valores de a, b y c. Dichos valores son: a = 14,6733053, b = 0,0218455 y c = 0,0003226. Con ellos se obtiene la ecuación: Ln(Nt) = 14,6733053 + 0,0218455*(t) + 0,0003226*(t)2 Resolver esta ecuación para t = 24, a fin de hallar la población de 1996: N1996 = exp[14,6733053 + 0,0218455*(24) + 0,0003226*(24)2] = 4.796.496 Comparando los resultados que se obtienen de la aplicación de las cuatro metodologías expuestas, se observa que las diferencias existentes son mínimas. Ello es así porque el período de extrapolación es muy corto; entonces, la desviación respecto a la tendencia histórica que surge de la aplicación de cualquiera de los métodos, es muy pequeña. Si el período de extrapolación se prolonga por más de un lustro, la tendencia de la curva elegida predominará sobre la tendencia observada en el pasado, y las diferencias entre un método u otro se harán mayores. Ejemplo: Se desea obtener la población para todos los quinquenios hasta el 2025 sobre la base de las poblaciones estimadas de los años 1972, 1982 y 1992 (2.357.955, 3.029.830 y


186

ECONOMÍA & SOCIEDAD- NÚMERO 4

4.152.588) utilizando los métodos de extrapolación lineal, geométrica, parabólico y de transformación parabólica. Deberá procederse de acuerdo a lo explicado en los ejemplos anteriores, que ilustran los cuatro métodos de proyección: Crecimiento lineal: aplicación de la ecuación obtenida en el ejemplo para t = 3, 8, 13, 18, 23, 28 y 33: Nt = 4.152.588 + (t*112.275,8) Crecimiento geométrico: aplicación de la ecuación obtenida en el ejemplo, para t=3, 8, 13, 18, 23, 28 y 33:

Crecimiento Parabólico: aplicación de la ecuación obtenida en el ejemplo para t = 23, 28, 33, 38, 43, 48 y 53: Nt = 2357955 + 44643,35*(t) + 2254,415*(t)2 Transformación parabólica: aplicación de la ecuación obtenida en el ejemplo para t = 23, 28, 33, 38, 43, 48 y 53: N t = exp[14,6733053 + 0,0218455*(t) + 0,0003226*(t)2] Los resultados obtenidos se presentan en el siguiente cuadro:

Nt = 4.152.588 * (1+0,032)t PARAGUAY: POBLACIÓN 1985 2025 Años

Crecimiento Lineal

1982 1992 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025

3.029.830 4.152.588 4.489.415 5.050.794 5.612.173 6.173.552 6.734.931 7.296.310 7.857.689

Crecimiento Geométrico

Crecimiento Parabólico

Crecimiento Parabólica

3.029.830 4.152.588 4.564.456 5.343.666 6.255.897 7.323.858 8.574.132 10.037.845 11.751.431

3.029.830 4.152.588 4.577.338 5.375.430 6.286.243 7.309.778 8.446.032 9.695.008 11.056.704

3.029.830 4.152.588 4.622.240 5.597.733 6.889.319 8.616.777 10.952.616 14.148.010 18.572.797

BIBLIOGRAFÍA - CELADE. La Demografía. Santiago de Chile. 1994 - INEI. Cómo se calcula el crecimiento poblacional. Cultura Estadística Nº 8. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Perú.

- DGEEC. Estimación y Proyección de la Población total, según sexo y grupos de edad. Período 1950-2050. Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos. Paraguay. 1994


El Fenómeno Migratorio Interno en el Paraguay

187

REFERENCIAS SOBRE LOS AUTORES

Juan del Valle

Economista de la UNA -Paraguay y Master en Gestión y Políticas Públicas por la Universidad de Chile CIEPLAN. Actualmente es funcionario del Ministerio de Hacienda - Subsecretaria de Economía e Integración y Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Este. E-mail: juandelvalle@hotmail.com

Yung Il Lee

Licenciado en Administración de empresas y Contabilidad de la Universidad Católica de Asunción Paraguay. Actualmente cursa estudios de Maestría en Economía Política en Kyung Hee University de Korea. E-mail: yunglee1@yahoo.com

Zulma Espínola

Economista de la UNA Paraguay y Master of Arts in Economic por The University of Kansas, Estados Unidos. Actualmente es Jefe de División del Banco Central del Paraguay y docente de la Universidad Nacional de Asunción Paraguay, Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y Universidad Autónoma de Asunción. E-mail: zespino@bcp.gov.py zeg@telesurf.com.py

Luis Ortiz

Sociólogo de la Universidad Católica Paraguay. Actualmente funcionario técnico del Departamento de Censos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos. E-mail: lor@dgeec.gov.py

Elizabeth Barrios

Economista (UNA Paraguay). Candidata a Master of Arts in Economic por la Georgetown University, con especialización en Políticas Sociales, (ILADES Chile). Actualmente es consultora del Programa MECOVI-Paraguay. E-mail: eba@dgeec.gov.py

Marcos Robles

Economista (UNA-Perú) y Master en Economía, con especialización en Macroeconomía y Econometría (CIDEMéxico). Actualmente es el coordinador técnico del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe (MECOVI-Paraguay). E-mail: mro@dgeec.gov.py


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.