Revista de Análisis Economía y Sociedad. Año 2. N° 6. Dic. 2001

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ECONOMIA Y SOCIEDAD es una revista trimestral, editada por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) con el auspicio del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en Paraguay (MECOVI - Paraguay), que tiene por finalidad publicar y difundir estudios y reflexiones realizados sobre temas del área social y económica de interés para el país.

COMITÉ EDITORIAL Marcos Robles Elizabeth Barrios Kück Norma Medina

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Invitamos a los investigadores nacionales y extranjeros a enviarnos sus trabajos en dos ejemplares, los cuales, previo arbitraje, podrán ser publicados. Para tal fín, solicitamos remitan sus obras a: Director General DGEEC Naciones Unidas y Saavedra, Zona Norte Fernando de la Mora Paraguay REQUISITOS FORMALES DE LOS TRABAJOS PRESENTADOS PARA SER PUBLICADOS EN ECONOMÍA Y SOCIEDAD

Especificaciones: Un ejemplar impreso mas el archivo digital en un diskette de 3.5 en formato Word Entre 20 y 40 páginas a espacio simple (incluído los cuadros, gráficos y anexos). Notas al pie de página (no al final del texto) Resumen del trabajo no mayor de 15 líneas Resumen breve de la formación académica, especialidad, instituciones donde ha trabajado y empleo actual del autor. Excepcionalmente, el Comité Editor podrá excusar el cumplimiento de uno o más de los requisitos indicados. Los autores de los trabajos publicados recibirán dos ejemplares del número de ECONOMÍA Y SOCIEDAD en que aparece su artículo.


6 Presentación Con el propósito de difundir la información que recopila, sistematiza y procesa, la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, DGEEC, promueve la realización de estudios, investigaciones y análisis de carácter económico, social y demográfico. En este marco, la DGEEC presenta el sexto número de la revista «ECONOMIA Y SOCIEDAD», el cual trata con profundidad diversos temas de interés nacional. Los siguientes trabajos forman parte del presente número: «Cambio cultural y pobreza en el paraguay de fin de siglo. Un abordaje cultural para una aproximación estadística», «¿Liberalización económica con sesgo urbano en Paraguay?. Microsimulaciones del efecto de los cambios en el mercado laboral sobre la distribución del ingreso y pobreza», «El empleo informal urbano en Paraguay. Evidencias de la encuesta integrada de hogares», «Paraguay: un estudio de sistemas de demanda de alimentos utilizando series cruzadas de datos», e «Información sobre condiciones de vida de la población paraguaya, 2000-2001». La mayor parte de estos trabajos de investigación ha sido elaborada sobre la base de la información proveniente de las Encuestas de Hogares de 1997/98, 1999 y 2000/2001, ejecutadas por la DGEEC en el marco del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe (MECOVIParaguay) que tiene el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la CEPAL. En el desarrollo de cada uno de ellos se tuvo el propósito no solo de elaborar un diagnóstico de la realidad nacional en sus diferentes aspectos, sino también de formular líneas de acción concretas y las implicancias de política correspondientes, contribuyendo de este modo a la tenencia de un acervo de información relevante para la toma de decisiones de las instituciones públicas y privadas, y de la población en general. La Revista «ECONOMIA Y SOCIEDAD» pretende, de esta forma, constituirse en un espacio que promueva y facilite el quehacer de la investigación, el análisis, la reflexión y el estudio de los problemas fundamentales del país.

Ing. Carlos Luis Filippi Sanabria Director General DGEEC


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Cambio cultural y pobreza en el paraguay de fin de siglo. Un abordaje cultural para una aproximación estadística Utilizando la información de las Encuestas de Hogares, el trabajo intenta responder la pregunta ¿cómo influye la cultura en la pobreza?. Para ello se aproxima la cultura como patrones comunicacionales, distinguiendo cultura oral y cultura escrita, u oralidad o literalidad, y se construye una tipología de cultura que luego es operacionalizada para probar las hipótesis esbozadas. Se muestra que en los últimos años en el país se ha producido una integración mediática audiovisual, vía la televisión; que esta integración se produce con mayor ímpetu en la población de cultura oral, y que la población pobre tiene una opción preferencial por esta integración por sobre otras más imprescindibles desde el punto de vista de la sobrevivencia. También se muestra que la cultura oral es un fenómeno eminentemente rural y la cultura escrita urbana, que la cultura oral es fundamentalmente guaraní y la escrita castellana, que la mayor literalidad facilita la ocupación y reduce la inactividad y viceversa, y que la diversidad y calidad de las categorías ocupacionales aumentan con el nivel de literalidad de la población. Se sugiere que las políticas que luchan contra la pobreza deberían incluir aspectos culturales, algunos de los cuales deberían «pasar» por la televisión, aunque los pobres y de cultura oral son quienes más necesitan de una mayor escolarización que necesariamente «pasa» por la cultura escrita.

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¿Liberalización económica con sesgo urbano en Paraguay?. Microsimulaciones del efecto de los cambios en el mercado laboral sobre la distribución del ingreso y pobreza En el trabajo se analiza el impacto de la liberalización económica, iniciada en 1989, sobre la distribución del ingreso y los niveles de pobreza producidos vía el mercado laboral. Para este propósito, se hacen simulaciones con información del Censo de 1982 y la Encuesta Integrada de Hogares de 1997/98. Entre otras conclusiones, se indica que la liberalización económica produjo escasos resultados en términos de crecimiento, pero generó una explosión del consumo privado que se reflejó en aumentos considerables en el comercio, un sector primordialmente urbano. El crecimiento agrícola se concentró en la producción de soja, donde prevalecen procesos de producción intensivos en capital, en contraste a la fuerte contracción del algodón, caracterizado por procesos productivos intensivos en mano de obra. En general, este comportamiento generó un aumento importante de la participación laboral femenina, superior a la disminución de la participación de los trabajadores masculinos no calificados. Estas variaciones de las tasas de participación habrían contribuido a la disminución de la concentración del ingreso y los niveles de pobreza, la cual fue mucho más pronunciada en las áreas urbanas que en las rurales.

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El empleo informal urbano en Paraguay. Evidencias de la encuesta integrada de hogares Utilizando información sobre los individuos y las familias de la Encuesta Integrada de Hogares de 1997/98, en el trabajo se investiga a cerca de los factores que determinan el ingreso de


los trabajadores en los sectores formal e informal, y la participación laboral en ambos sectores. Se busca saber si los trabajadores en el sector informal ganan menores salarios que aquellos con similares características empleados en el sector formal, si los dos sectores son competitivos y si la diferencia de ingresos potenciales es suficiente para explicar en cual de ellos el individuo trabaja. Se utiliza como «proxies» de los sectores formal e informal de la economía a aquellos que poseen seguro médico y aquellos no cubiertos por ningún tipo de programa de seguridad social, respectivamente. Las regresiones realizadas muestran que los retornos a la educación y la experiencia del trabajador son importantes en el sector informal, aunque, utilizando la descomposición de Oaxaca, se verifica la existencia de un «premium» salarial para los trabajadores del sector formal de la economía. Se concluye que como en el sector informal de la economía los retornos a la educación no son insignificantes, el gasto público en educación podría ser una herramienta importante para reducir la pobreza y la desigualdad en la distribución de los ingresos.

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Paraguay: un estudio de sistemas de demanda de alimentos utilizando series cruzadas de datos En el trabajo se modela un sistema de demanda de alimentos de las familias paraguayas para estimar, a partir de datos de la Encuesta Integrada de Hogares de 1997/98, sus correspondientes elasticidades precio e ingreso. Se utilizan, para este propósito, los modelos denominados «Sistema de Demanda Casi Ideal» y «Logit Multinomial Lineal». Los resultados muestran que para la población los cereales y derivados, las carnes y los lácteos son bienes necesarios, mientras que las bebidas son bienes de lujo. También se muestra que la demanda de un alimento específico responde a cambios de precios de otros alimentos, mostrando que existe sustitución en el consumo, aunque esta respuesta es menor que en el caso de los cambios en el ingreso y el precio propio. Se indica que un programa de transferencia de ingreso a los consumidores de menores ingresos redundaría en una demanda de bienes de lujo mayor que la demanda de los bienes necesarios, y que las empresas que distribuyen productos importados, o cuya producción demanda grandes

cantidades de insumos importados, tendrían márgenes pequeños para ajustar sus precios, sino quiere ver reducidos, de manera sensible, los niveles de demanda de sus productos.

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Información sobre condiciones de vida de la población paraguaya, 2000-2001 El trabajo presenta más de 50 tablas construidas con los datos de la última encuesta de hogares ejecutada por la DGEEC con un doble propósito: que los analistas, investigadores y público en general dispongan de información actualizada sobre diversos aspectos relacionados con las condiciones de vida de la población paraguaya, y que a la vez se tenga una idea global de la diversidad de temas tratados en el marco de dicha encuesta. La información es presentada a nivel de la población total del país y de cinco grupos del mismo tamaño (aproximadamente de 1 millón 166 mil personas cada uno), ordenados desde el más pobre hasta el más rico. Estos grupos se definieron teniendo en consideración el ingreso familiar por persona y las diferencias de precios en el tiempo y en las regiones geográficas del país. Entre otras evidencias pueden destacarse las siguientes: entre pobreza y juventud existe una relación negativa: el 20% de la población más pobre tiene en promedio 20 años de edad y el 20% de más ingresos tiene 31 años; el 13% de la población es migrante (respecto al lugar de residencia de hace cinco años), de los cuales el 40 es migrante urbano-urbano, 18% rural-urbano, 21% urbano-rural y 21% ruralrural; la migración urbano-urbano es mayor en los estratos altos y la rural-rural en los bajos; el Guaraní es el idioma más hablado dentro del hogar en un 88% de la población más pobre del país y en un 20% de la población de mayores ingresos; el porcentaje de población pobre se mantuvo en el mismo nivel que en 1999, tanto en el área urbana como en el rural; Asunción y Central son los lugares con mayor valor del índice de desarrollo humano, mientras que San Pedro y Canindeyú son los que tienen menor valor.


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

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Cambio cultural y pobreza en el Paraguay de fin de siglo Un abordaje cultural para una aproximación estadística

Roberto L Céspedes R* .. Dejemos que el tiempo lo descifre. ... Sobre lo que me dices de la falta de venta de (mi novela) El Pozo es increíble. ... Después de los buenos comentarios que ha tenido el libro, yo no puedo exclamar ¡Pobre autor!, sino ¡Pobre país! ... (9 de julio de 1945) Gabriel Casaccia, 1982. Cartas a mi hermano. Asunción: Napa, p. 130-131. ¿Cómo entusiasmar a niños y adolescentes en primer lugar con las fantasías creadoras de los libros sin que sientan esta tarea como un penoso deber más propio del purgatorio? Carlos Martini, Hacia la lectura como hábito, en Ultima Hora, Asunción, 19-20 de enero del 2002, p. 41.

1. INTRODUCCIÓN El interés central de esta investigación, y la contribución que pueda hacer, es la aproximación a la pobreza desde una perspectiva cultural, utilizando datos cuantitativos de una encuesta de hogares. La pregunta guía de la investigación es ¿cómo influye la cultura en la pobreza?, dado que se asume la influencia de aquella sobre ésta, aspecto que se debate posteriormente. La cultura, asumida como patrón comunicacional, aquí se caracteriza como cultura oral y cultura escrita; u oralidad1 o literalidad2, ya aplicada a nuestro país (Orué, 1995; 2000). Definida la cultura, se trata de operacionalizar su concepto para co-

nocer sus efectos y específicamente para saber: ¿cómo se caracteriza una cultura que permita un análisis probabilístico en la explicación de la pobreza?. Asimismo, cabe notar que la cultura está en un creciente proceso de audiovisualización3, un factor de contexto que influye significativamente en los patrones comunicacionales y, por ende, en la pobreza, como se señala en el marco teórico posterior. Entonces, se asume, por una parte, la creciente inserción de la sociedad paraguaya en una cultura mediática audiovisual, y, por otra, la pobreza en contextos culturales cohabitados por culturas oral y escrita.

* Se agradece especialmente la contribución de Luis Ortiz Sandoval, especialmente en la base estadística y sin cuyo concurso el trabajo no tendría el alcance que posee. 1 Establecida a partir de la cultura oral a diferencia de la cultura escrita; aquella, hoy día, no desconoce la existencia de la escritura pero es incapaz de usarla. 2 Adoptado del (sustantivo) inglés literacy, proceso que engloba la capacidad de leer y escribir; este término se traduce como alfabetización. Sin embargo, según contextos se denota a la escritura y a la cultura escrita. La traducción de dos textos clásicos (Godoy, 1996 y Ong, 1987) señalan la importancia de la escritura y de la cultura escrita que son los rasgos distintivos del interés de esta investigación. Consiguientemente, en esta investigación, se utilizará el término literalidad como sinónimo de cultura escrita en referencia a los modelos comunicacionales. 3 El cine, la televisión, el videograbador y, más recientemente, el DVD son los ejemplos más elocuentes de esta nueva cultura.


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A esta preocupación sobre cultura y pobreza se ha llegado por dos vías. Por una parte, se encuentra el vacío en la explicación de la pobreza por la cultura mediante relaciones estadísticas, dado que existen otras explicaciones con metodologías cualitativas. Por otra, se presume la preeminencia de la cultura mediática audiovisual en la población de mayor pobreza que induce a pensar en la cristalización de una cultura oral excluyente para los segmentos poblacionales de bajo nivel educativo. Además, la cultura mediática audiovisual globalizada causa mayores estragos en sociedades que no han consolidado la escritura y cuya identidad se enfrenta a desafíos globales con limitados recursos.

2. NOTAS TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS 2.1 Introducción La caracterización y medición de la pobreza, y de los niveles de la misma, para su reducción antes que para su erradicación, en muchos casos, no ha considerado aspectos clave de la multicausalidad de la pobreza. Las teorías del homo economicus, guiado por la maximización de las utilidades, ha ignorado la cultura; hasta muy recientemente4. Anudar estadísticamente cultura y pobreza ha sido y continua siendo difícil dadas las dificultades en identificar y ponderar las variables de relación entre una y otra. Con el objeti-

vo de construir una tipología de cultura que se relacione con la pobreza, una primera aproximación fue la cultura de la pobreza . Este concepto, acuñado por Oscar Lewis en 1959, fue muy difundido en la década de 1960. La línea de trabajo se basa en métodos antropológicos y continúa con nuevos enfoques pero manteniendo lo esencial: los pobres tienen una cultura particular que los mantiene así y no les permite aprovechar las ofertas del sistema. Las críticas se centran en la afirmación de que las causas de la pobreza y de la opresión que sufren los pobres se encuentran en ellos mismos, sin otorgar la importancia que tiene al contexto o estructura en que se desenvuelven (Solana, 1999). En los estudios disponibles no se cuenta con un tratamiento cuantitativo de las variables y no se plantea el tema de la reproducción de los grupos pobres en un tipo de patrón comunicacional. Sin embargo, la cuestión de la relación entre cultura y pobreza hoy es descubierta por organismos internacionales de influencia y poder como la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y el Banco Mundial (BM). Los esfuerzos por considerar a la cultura en la lucha contra la pobreza son recientes, y, la institución que podría generar mayor impacto en términos de recursos financieros, el BM, exhibe todavía una tímida acción. Para difundir su política al respecto, el BM ha establecido recientemente una sección, en la red Internet, sobre Cultura

Por ejemplo, Francis Fukuyama ha»descubierto» la cultura a través del capital social como se puede ver en Confianza (1996). En el sitio del Banco Mundial, en la red sobre pobreza (PovertyNet Home), se encuentra la sección www.worldbank.org/ poverty/culture/index.htm . 4 5


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y pobreza5. Esta línea, originada dentro de la lógica del desarrollo sustentable, se inició en 1998 y considera que, la cultura (también) cuenta (Culture counts) en la reducción de la pobreza. Precisamente, un seminario con este nombre se llevó a cabo en Florencia, Italia, en Octubre de 1999, con la UNESCO6, sobre las perspectivas y límites de la construcción de indicadores culturales. Siguiendo esta línea de trabajo, el BM está llevando a cabo un programa con el aprendizaje de proyectos piloto e investigaciones aplicadas que debe culminar con un libro sobre Cultura y pobreza, a publicarse en el 2002; éste tendrá métodos antropológicos y econó2.2. Un abordaje cultural Este abordaje cultural para una aproximación estadística a la pobreza requiere conceptos que apoyen la tipología a construir. Se define la cultura como una totalidad compleja de características espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracteriza a una sociedad o grupo social. No incluye solamente a las artes y las letras sino también a los modos de vida, los derechos fundamentales de los seres humanos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. Para esta investigación se asume un aspecto puntual de la cultura; se basará en los patrones lingüísticos de co-

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municación social. Esto resulta en entender la cultura como un modelo comunicacional empleado entre dos o más personas a partir del lenguaje articulado (Orué, 1995). En vistas a lo anotado previamente, en la Introducción, sobre tipos predominantes de cultura, se define a la cultura oral como un patrón de comunicación societal basado en la representación de los universos simbólicos y cosmovisión a partir del lenguaje hablado fundamentalmente, sin o con poca intercesión de mediaciones escritas. Asimismo, se define a la cultura escrita como el patrón de comunicación en el que la consignación de la palabra en el espacio mediante la escritura se vuelve un intermediario determinante. ¿Porqué es importante la cultura escrita?. Se aclara que el desarrollo de la cultura escrita no es incompatible con el desarrollo de la cultura oral. Sin embargo, nuestra sociedad paraguaya y el proceso mundial se rigen crecientemente por los patrones productivos y organizativos de la sociedad del conocimiento, y en ésta la importancia de la cultura escrita es clave. La acumulación y transmisión de conocimientos se hace, fundamentalmente, mediante materiales escritos; sin éstos, no es posible este desarrollo. La cultura oral y la cultura mediática audiovisual es singularmente importante para Paraguay dado que, en un sen-

Resulta significativo que fue más fácil encontrar el documento en la UNESCO que en el BM; éste es http://unesdoc.unesco.org/ images/0011/001191/119138eo.pdf. 7 Las tres áreas de este emprendimiento son Medios de mejorar las voces de los pobres especialmente en el contexto del desarrollo y la globalización- para hacer los programas de pobreza más efectivos y dotados de sentido; El rol de las expresiones creativas, las industrias culturales, y los derechos de propiedad intelectual en la provisión de oportunidades para los pobres; y La influencia del comportamiento de los hogares en la efectividad de los servicios públicos y el reconocimiento de las influencias culturales sobre el comportamiento de los hogares en la entrega de los servicios públicos. 6


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tido laxo del término, se ha pasado de una cultura oral a una cultura audiovisual en el último cuarto de siglo. Este es uno de los puntos de interés significativos del estudio dado que, esta tendencia general va a impactar desigualmente en la sociedad y particularmente en la pobreza, como se anota más adelante. La comunicación que se está imponiendo crecientemente a través de los medios masivos es no literaria, como ya lo señalaba Domínguez (2000:197). Este proceso tiene mayor impacto al reforzar en sociedades como la nuestra, de escaso desarrollo de la escritura, la tradición oral. Esto resulta en un desarrollo desigual y combinado entre oralidad y audiovisualización de la cultura. Al mismo tiempo, se da también una situación de indefensión, porque los nuestros son pueblos que se prestan a ser desestructurados, manipulados, ideológicamente, culturalmente, colonizados, neocolonizados, a través de los medios masivos de comunicación. (Domínguez, 2000: 197). Lo que puntualiza Domínguez, siguiendo a Marshall MacLuhan, para sociedades tradicionales, lo reitera Sartori (1998) para las sociedades modernas cuando señala que, el homo sapiens está siendo reemplazado por el homo videns. Esto es, el hombre caracterizado por la capacidad simbólica, construido y desarrollado en el lenguaje y con el lenguaje, está cuestionado por el hombre que ve (1988: 24-25). Este ver se da con la televisión que está produciendo una metamorfosis que revierte la naturaleza misma del homo sapiens porque aquella es no sólo instrumento de comunicación

sino también es un instrumento de toda la formación del hombre (1988: 36). La TV hipostasia el código y el mensaje en un solo objeto bajo una lógica que no necesita de la razón crítica ni del conocimiento; entonces, el simbolismo de la palabra abstracta y escrita se reduce, así como se empobrece la capacidad de entender. Es más, cuando la televisión es la primera escuela del niño y se crea el video-niño; éste producirá un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita (1998: 38). Este vehemente alegato, en última instancia, como lo señala el mismo autor, quiere ser una profecía que se autodestruye . Si Sartori se preocupa por el homo videns en una sociedad moderna y con larga tradición escrita, la problemática en Paraguay se acrecienta doblemente al tratarse de una sociedad tradicional y con predominio de la oralidad, y, al darse el fenómeno del bilingüismo que ciertos autores con mayor propiedad llaman diglosia (Domínguez, 2000: 198; y Meliá, 1992). El bilingüismo implicaría una igualdad de las lenguas tanto en su capacidad de expresión como en su valoración social, mientras que, la diglosia indica una situación con una lengua dominante y otra dominada. No sólo se trata del reconocimiento social sino del ámbito de cada lengua, de qué y en dónde se habla; esto es, diferentes campos sociolingüísticos. El castellano paraguayo se encuentra vinculado a las relaciones formales, urbanas, y como única hasta 1992- lengua oficial mientras que, el guaraní paraguayo se halla relacionado con el ámbito rural y


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la afectividad e interpersonalidad de las interacciones8. El guaraní es la lengua más hablada en el hogar; sin embargo, sus hablantes no la escriben. Los autores mencionados (Domínguez, 2000 y Meliá, 1992) excluyen la existencia de una tercera lengua o jopará (palabra guaraní que significa mezcla). La cual es una jerigonza; en verdad, es guaraní con préstamos en gran cantidad, eso sí- del castellano. El jopará es todavía guaraní, si bien con palabras castellanas; la sistematización morfológica está anclada en el guaraní (Meliá, 1992). En Paraguay, la cuestión lingüística es un indicador de los patrones comunicacionales de la nación. Inclusive, la oposición semántica español-guaraní se mostró como la expresión de oposiciones sociológicas del tipo barbariecivilización, tradición-modernidad, pobre-rico, dominado-dominador y así sucesivamente. A estas consideraciones que se constituyeron en un sesgo a priori intencionado, autores como Meliá (1990, 1992) y Domínguez (2000), mostraron que el carácter histórico de este problema no tiene una directa asociación de correlación entre dos aspectos que no pueden ser explicativos el uno del otro: lengua y condición socioeconómica. En otras palabras, el uso del castellano no significa seguridad de no pobreza, tampoco el uso del guaraní certifica la inevitable condición de pobreza: se es pobre porque se habla guaraní o no se es pobre porque se habla castellano. Consiguientemente, a priori no se ads-

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cribirán las principales lenguas habladas en el Paraguay, el castellano paraguayo y el guaraní paraguayo, a la pobreza o no pobreza. 2.3. Oralidad y literalidad El concepto de cultura aquí utilizado, con prestaciones de autores como Ong (1987) y Goody (1996), hace hincapié en una definición instrumental de la cultura indicando modelos comunicacionales para establecer intercambios simbólicos y relaciones sociales. La adscripción de una sociedad a la cultura oral o a la cultura escrita es una cuestión no exenta de dificultades porque la propia caracterización del concepto remite a relaciones sociales que incluyen a quienes establecen dichas categorías. Esta investigación no pretende establecer criterios ni juicios valorativos para ninguna de las categorías, cultura oral y escrita; sino que, se busca definir la especificidad de sus campos semiológicos, semánticos y sociales al abordar su estudio. Ong (1987) señala diferenciaciones existentes en la cultura oral. En primer término, se refiere a una oralidad prístina o primaria, la cual se caracteriza por el desconocimiento completo de la escritura. Define a la oralidad secundaria por la convivencia de la oralidad primaria en la actual cultura tecnológica, en la cual se mantiene una nueva oralidad mediante los medios modernos de comunicación que para su existencia y funcionamiento dependen de la escritura y la impresión. Hoy, en la sociedad

Meliá señala que, se tiene el castellano paraguayo y el guaraní paraguayo (1990: 39-51; 1992) y que este último se diferencia del guaraní colonial y del guaraní indígena (1992).

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occidental, la cultura oral primaria no existe en sentido estricto puesto que se conoce la escritura y se tiene alguna experiencia de sus efectos. No obstante, en grados variables, segmentos culturales de la población aún en un ambiente altamente tecnológico, conservan gran parte del molde mental de la oralidad primaria, que a los efectos de esta investigación se identifica con la cultura oral. La continuidad de una cultura oral en el Paraguay tiene matices. En primer término, la oralidad primaria, o cultura oral absoluta, a inicios del siglo XXI sólo sería reproducible en culturas ágrafas, con universos simbólicos que desconocen la escritura. Esto es, algunas etnias muy aisladas entre las culturas indígenas. Consiguientemente, no se estudiará a esta oralidad primaria, ni tampoco a los indígenas que en la amplia mayoría de los casos conocen la existencia de la escritura aunque no la usen. Esto lleva a considerar que la sociedad paraguaya posee una cultura letrada aunque no esté plenamente inmersa en una tradición escrita. En efecto, la sociedad paraguaya, con sus dos lenguas, se halla relativamente literalizada mediante el patrón comunicacional que tiene como base la gramática occidental y lo refuerza cotidianamente en el consumo mediático con códigos ya literalizados , sean éstos en guaraní o en castellano (Orué, 1995). Entonces, coexisten segmentos de población con esta oralidad secundaria o relativa literalidad con otros de una incipiente apropiación de la cultura escrita. Ambos segmentos poblacionales-culturales de la sociedad

paraguaya reproducen esquemas comunicacionales predominantemente no escritos, mediados por el lenguaje hablado, sin más. Posteriormente, está la cultura escrita, que a su vez tendría matices; dentro del continuum de oralidad (secundaria) a literalidad consolidada. Dado que la lengua no puede constituirse a priori en indicador de culturas que se expresan en modos comunicacionales queda solamente centrar la atención en los niveles de escolarización. Existen dos razones para hacerlo así: la disponibilidad de datos estadísticos, y, los estudios que revelan la utilidad de esta información. Más aún, la información captada por las encuestas de hogares sobre condiciones de vida contemplan variables del módulo educativo con preguntas sobre niveles de escolaridad a través de la cantidad de años de enseñanza formal aprobados. Éstos se encuentran asociados a niveles o tipos de alfabetización; y, por tanto, a menor cantidad de años de estudios aprobados, mayor oralidad, y, viceversa. Los estudios sobre alfabetización y educación tienen conceptos e indicadores que se presentan útiles para esta investigación, permitiendo un abordaje con perspectiva internacional. Los trabajos de Wagner (1998, Cap. V), Kalman (1999), e Infante (2000) resultaron particularmente útiles. El primero con sus niveles de alfabetización, la segunda con su visión amplia de alfabetización, y la última con su estudio empírico latinoamericano reciente. En resumen, el mayor dominio de la lectoescritura y el cálculo estuvo relacionado con los años de escolaridad aunque no determina-


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dos por ellos dado que influyen otros factores9. Con este abordaje, también debe considerarse a la UNESCO, fundamentalmente, en su propuesta de Educación para todos 2000 (EPT o EFA en inglés), de donde también se obtuvieron indicadores. Consecuentemente, el presente estudio buscar dar cuenta de la condición en que se hallan segmentos de la población paraguaya en su capacidad de comunicación con bases letradas universales (en realidad, occidentales) que le permitan la posibilidad de un eficaz desenvolvimiento en la modernidad, caracte rizada por la creciente importancia del conocimiento. 2.4. La tipología adoptada La tipología adoptada, fundamentada en la teoría expuesta, implica los siguientes niveles: 1) Condición cultural, 2) Modelo comunicacional, 3) Ni-

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vel de alfabetismo, y 4) Indicadores. Se tomará a la población de 15 y más años de edad dada su utilización en los estándares de los niveles de alfabetismo (y cálculo) de la UNESCO10, al incluir suficiente tiempo para el logro de 6 y más años de escolarización aprobados y porque si no se los alcanzó resulta difícil revertir el reducido nivel de escolarización alcanzado. Este mínimo de escolarización, 6 años, se asume como umbral para la condición de literalidad o cultura escrita. Cabe aclarar que, en Paraguay, literalidad no significa preferencia por la palabra escrita, menos aún adicción a la misma. Por consistencia teórica se incluye en la tipología a la oralidad primaria aunque no se la utiliza porque corresponde a sociedades que desconocen la escritura. La condición cultural de oralidad primaria se expresa en el modelo comunicacional de exclusiva oralidad;

CUADRO A: Tipología Condición cultural

Cultura oral (oralidad primaria)

Cultura oral (Oralidad secundaria)

Cultura escrita

Modelo comunicacional

Oralidad exclusiva

Oralidad predominante

Literalidad incipiente

Literalidad consolidada

Nivel de alfabetismo

Alfabetismo desconocido

Analfabetismo absoluto

Alfabetismo básico

Alfabetismo sustentable

Indicadores

Agrafía

Sin instrucción hasta 1er grado aprobado

2do hasta 5to grado aprobado

6to grado aprobado en adelante

La evolución del concepto de alfabetización y an-alfabetismo y el alfabetismo funcional fue muy relevante para este análisis. En Educación para todos se halla el Indicador 17: Tasa de alfabetización de adultos: porcentaje de la población de 15 y más años de edad que está alfabetizada y tiene capacidad de cálculo («la habilidad de hacer cálculos aritméticos simples»). Asimismo, se tiene el Indicador 16: Tasa de alfabetización de 15 a 24 años de edad (UNESCO, 1998: 21-23). 9

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carece de un nivel de alfabetismo dado su desconocimiento de la escritura, consistente con su indicador, la agrafia. Se aclara que, la población indígena no se encuentra registrada en las encuestas utilizadas como base de datos. El análisis de la población paraguaya según la cultura comprende, entonces, en primer nivel, a la población según su Condición cultural que pueden ser de Cultura oral (Oralidad secundaria) y de Cultura escrita. La oralidad secundaria es, en cierto sentido, una etapa de transición de la cultura oral a la escrita. En un segundo nivel, las condiciones culturales se expresan a través de modelos comunicacionales que varían según su cercanía a la cultura oral o a la cultura escrita. Cuando el modelo comunicacional se encuentra más cercano a la cultura oral está la oralidad predominante; ésta se caracteriza por la imposibilidad de reproducción comunicacional en base a la tradición escrita. Por otra parte, la literalidad incipiente es el rasgo característico de un modelo comunicacional más cercano a la cultura escrita; pero sin que se haya consolidado la cultura escrita. Por esta razón, sigue siendo cultura oral. La literalidad consolidada, propia de la cultura escrita, expresa haber alcanzado un nivel de dominio de la escritura suficiente como para permitir su desenvolvimiento autónomo; podría decirse en un sentido laxo que el nivel de consolidación implica un punto de no retorno a la cultura oral. En un tercer nivel, los modelos comunicacionales se vinculan a niveles de alfabetismo con sus respectivos

indicadores. Estos niveles de alfabetismo anudan las fases de desarrollo del proceso de alfabetización con lo empírico como son los grados de escolaridad formal aprobados por las personas. La oralidad predominante tiene como nivel de alfabetismo al analfabetismo absoluto, y su indicador comprende desde aquellos que no tienen instrucción hasta el 1er. grado aprobado. Esta unidad, medida en años de escolaridad formal aprobados, es consistente con la tipología utilizada en Paraguay; por ejemplo al medir analfabetismo como un indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas de un hogar en el Censo nacional de Población y Viviendas de 1992, y en otras publicaciones. Sin embargo, el analfabetismo absoluto no es sinónimo de No sabe leer y escribir porque se ha verificado que, como se desarrolla más adelante, en Paraguay declaran no saber leer y escribir personas que han aprobado hasta el sexto grado. Esta categoría de analfabetismo absoluto , consiguientemente, es diferente del analfabetismo sin adjetivos, medido a través de la pregunta de saber leer y escribir y en oposición al anfabetismo funcional 11- en personas de 15 y más años de edad. Una persona en condición de analfabetismo absoluto conoce la existencia de la escritura y hasta pudo haber pasado por ella pero es incapaz de leer y escribir y de un cálculo mínimo; o de comprender lo que lee; o quizás pueda hoy dibujar su nombre aunque en el pasado tuvo una idea de lo que estaba escribiendo12. En cualquiera de los casos, los códigos de comunicación dominantes siguen siendo eminentemente orales; la escritura fue una experiencia pasada, trunca, y,


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

sobre todo, incapaz de continuar. Por otra parte, en el modelo comunicacional de la literalidad incipiente, la escritura ya cuestiona a la oralidad predominante aunque sin poder alcanzar el hito de la literalidad consolidada. Por esta razón, la condición de alfabetización es el alfabetismo básico, al no llegar al umbral mencionado; siendo su indicador la población que tiene desde el 2do. grado aprobado hasta el 5to. grado aprobado. Se ha cambiado el indicador utilizado por UNESCO que comprende hasta el 4to. grado; al que se califica de particular interés porque al término de por lo menos cuatro años de escolaridad se considera, en términos generales, como un prerrequisito para un nivel de alfabetización sustentable 13. Para elevar a un año más el indicador se han considerado tres factores. En primer lugar, el atraso en la calidad educativa, especialmente en zonas rurales del Paraguay. En segundo término, un estudio de 1990-1992 en América Latina sobre analfabetismo funcional encontró notable coincidencia entre los países y que el punto de inflexión para una retención efectiva de los conocimientos escolares se encontraba en el quinto grado de la educación secundaria (Infante, 2000: 30).

15

En tercera instancia, a nivel mundial, un reciente documento clave en el análisis de la niñez (menores de 18 años) preparado por UNICEF, expresa que completar cinco años de escuela es el mínimo requerido para un alfabetismo básico14. Finalmente, la cultura escrita implica un modelo comunicacional de literalidad consolidada; la palabra escrita puede usarse y se desarrolla con su uso palabras que crean nuevas ideas y nuevas palabras y así sucesivamente. La condición de alfabetización es de un alfabetismo sustentable, y su indicador es la aprobación del 6to. grado en adelante. Se prefiere el término sustentable porque los alfabetas deben poder seguir haciendo uso de lo aprendido y por lo mismo seguir aprendiendo (Kalman, 1999). También apoya a esta decisión el estudio sobre alfabetismo funcional en donde se establecieron cuatro niveles; se encontró que, la escolaridad discrimina fuertemente entre los niveles: en todas las investigaciones afecta significativamente en todos los dominios (documentos, cálculo y prosa); y en todos los dominios los que han cursado seis o siete años de escolaridad todavía se ubican en un 50 % o

Los trabajos ya mencionados (Wagner, 1998; Kalman, 1999; Infante, 2000) y otros (Bohla, 1995) han ayudado en indicar la diversidad y evolución de los enfoques; especialmente el tránsito del analfabetismo (dominante en el pasado) al alfabetismo (dominante hoy), al que se van agregando especificaciones. 12 En la Inglaterra preindustrial, una aproximación a la medición de los niveles de alfabetización es la cantidad de personas que firman y leen, y otra de quienes son capaces de firmar, leer y escribir; y a sólo estos últimos se les enseñaba el cálculo (Schofield, 1996) . En Paraguay podría darse el caso de quienes hoy siguen «firmando» pero ya son incapaces de leer y menos aún de escribir. 13 De EPT 2000, se señala al Indicador 13: Tasa de sobrevivencia al grado 5 (porcentaje de una cohorte de estudiantes que alcanzan el grado 5). 14 Se trata del parágrafo 36, del Plan de Acción de la Declaración Un Mundo Apropiado para los Niños, acordado por todas las representaciones en el Comité preparatorio para la Sesión especial de la Asamblea General de las NNUU sobre niñez. Está en el borrador de Declaración, al 31 de agosto del 2001, para la sesión pospuesta para el 2002 que, es como una segunda Cumbre de la niñez y de evaluación del pasado decenio. 11


16

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

más en el primer y segundo nivel [los más bajos] (Infante, 2000: 86). Se reitera que, en Paraguay, este indicador de cultura escrita no significa necesariamente preferencia por la escritura y menos aún adicción a la misma. En este nivel de la cultura escrita no se establecen subcategorías porque, por ahora, se pretende considerar a los segmentos de población y especialmente de población pobre a través de las categorías culturales previamente analizadas. Sin embargo, queda abierta la posibilidad de generar nuevos niveles dentro del ámbito de la cultura escrita, como lo confirma el estudio de alfabetismo funcional a nivel latinoamericano y fundamentalmente en Paraguay (Infante, 2000: 86, 88-8915, Arce, 1997). El nivel de audiovisualización de la cultura se cuantifica por medio de la tenencia o no del aparato de televisión en el hogar, independientemente del número de televisores que disponga cada hogar. Esto último no se cuantifica dada su menor relevancia. 2.5. Otros determinantes socioeconómicos de la pobreza Otros factores a considerarse en la determinación de la pobreza, además de las condiciones culturales medidas por los grados aprobados en la enseñanza formal- y la lengua hablada en el hogar, son área geográfica, sexo, condición ocupacional, categorías de ocupación, y la tenencia de TV; facto-

res que pueden complementarse, como se anota más adelante. El área, urbana o rural, puede influir, no por sí misma sino por las características de los servicios de la región; por ejemplo: la calidad de la enseñanza. El sexo debido a la discriminación existente y asociado a otros factores puede condicionar desfavorablemente a la condición cultural de la mujer y sus posibilidades de pobreza o no pobreza. La condición cultural permite el empleo y mediante éste consolida y desarrolla las competencias de las personas; dándose una retroalimentación. Por esta razón, la condición de ocupación puede favorecer o reducir las posibilidades de las personas. En el caso de una persona fuera del mercado laboral, probablemente el uso de la lectoescritura y el cálculo será reducido y probablemente irán disminuyendo las competencias. En efecto, después del nivel de escolarización alcanzado, la segunda variable de importancia en el desarrollo del alfabetismo funcional en América Latina es la inserción en el trabajo (Infante, 2000: 90). Para el caso de Paraguay, en el mismo estudio, se anota que El ámbito laboral es el contexto que más exige el uso de las habilidades relacionadas con el alfabetismo, y donde más claramente se expresan las motivaciones de los sujetos en relación con su desempeño. (Arce, 1997: 76). Además del empleo, se tiene a la categoría ocupacional; esto es, el tipo

Para el dominio de «documentos», «matemáticas», «sólo entre los universitarios aparece fuerte el cuarto nivel (el superior)»; mientras que, para «prosa» ya aparece el cuarto nivel con 11 a 12 años de escolaridad; «en general ... la escolaridad completa todavía no garantiza un dominio real de las competencias de lectoescritura.» (p. 89)

15


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

de tarea que puede favorecer o no el desarrollo de determinada condición cultural; donde se produce el mismo fenómeno de retroalimentación. El mismo informe de Paraguay anota: El tipo de trabajo que realizan también incide en el nivel de desempeño de los entrevistados, en el siguiente cuadro observamos que los profesionales y técnicos son los que concentran la mayor frecuencia en 5 de 7 respuestas correctas [en el test preliminar] (Arce, 1997: 76). Con este motivo se ha privilegiado para el análisis a empleados y obreros quienes estarían con menor probabilidad de pobreza en la medida que trabajan. Se ha excluido a cuentapropistas por su gran heterogeneidad así como a empleadores y a trabajadores familiares no remunerados y domésticos que tienen un bajo peso porcentual. La disponibilidad o no de TV es un factor que directamente no influye en la pobreza o no pobreza. Pero, en la medida que la televisión se expande, se expande con ella la posibilidad de alineación cultural e involución de la razón crítica, Sartori (1998). Domínguez (2000) afirma que este espectro se agudiza para los grupos poblacionales con menor cultura escrita. En esta investigación son los segmentos con modelos comunicacionales de oralidad dominante o literalidad incipiente que con la TV atrofian la posibilidad de potenciar, enriquecer y hacer de la literalidad un instrumento de superación de su condición. Los determinantes, como se puntualizó anteriormente, pueden complementarse; por ejemplo, una mujer urbana, ama de casa, de bajo nivel educativo, escasos recursos, sin niños, y con televisión

17

puede ver reducido su contacto con la escritura a la lista del mercado o supermercado. 2.6. Consideraciones metodológicas Como la pobreza es un fenómeno multivariado, toma múltiples dimensiones para ser entendida. Metodológicamente, para un análisis de su comportamiento a partir de las Encuestas de hogares de Paraguay, se consideran algunas variables como aspectos claves en la probabilidad de su acontecimiento. Se aclara que, las variables consideradas en el estudio fueron construidas como recategorizaciones de variables previamente existentes en las bases de datos a fin de conjugar las distintas condiciones en las que la población se configura para explicar el fenómeno deseado. Para cuantificar el proceso de audiovisualización de la sociedad paraguaya y de la pobreza en particular, por una parte, se estudia el crecimiento de la población con disponibilidad de aparatos de televisión, y, por otra, se compara a la población pobre con población no pobre teniendo en cuenta otros bienes claves del hogar como son la cocina y la heladera. Seguidamente, se presenta un análisis acerca de debilidades en la literalidad incipiente, fenómeno (serendipity) que se ha encontrado al crear las categorías de analfabetismo absoluto y alfabetismo básico en relación a la pregunta: ¿sabe leer y escribir? Posteriormente, se despliegan tabulaciones que presentan, cuantitativa-


18

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

mente, la condición cultural en relación con área geográfica, el sexo, idioma hablado en el hogar, condición de ocupación, categoría ocupacional, tenencia de televisión y condición de pobreza. Este análisis produce un perfil de la población con oralidad predominante, literalidad incipiente y literalidad consolidada que, se resume en condición cultural de cultura oral y cultura escrita. Finalmente, se utiliza un modelo de regresión logística para verificar la probabilidad de ser pobre tomando este fenómeno como variable dependiente , a partir de las variables explicativas o independientes y sus efectos sobre aquella. Con este objetivo se utiliza la última encuesta, de 1999, en donde se tiene al fenómeno más reciente. 2.7. Hipótesis En primer lugar, la sociedad paraguaya se encuentra en un creciente proceso de integración a la cultura mediática audiovisual mediante el acceso a la televisión; medido a través de la cantidad de población con aparatos de televisión. En segunda instancia, este fenómeno se verifica con mayor intensidad en los grupos de mayor oralidad, y puede presumirse que sus efectos serán mayores en cuanto a la permanencia en dicha cultura. Este fenómeno se verifica al comparar la disponibilidad de bienes duraderos en hogares pobres, comparando a la televisión con otros, de primera necesidad, como son cocina y heladera. La debilidad de la educación formal básica se anota en tercera instancia

dado que un segmento no insignificante de la población que afirma no saber leer ni escribir ha aprobado más grados de educación formal que el primero (literalidad incipiente). Este fenómeno produce una recaída en el analfabetismo absoluto (oralidad predominante). Los factores considerados previamente, condición cultural oral (oralidad predominante y literalidad incipiente) y otros factores socioeconómicos determinantes favorecen la condición de pobreza. Finalmente, la hipótesis de conclusión que se plantea el estudio es: la población con cultura oral que se halla influida por una creciente y dominante cultura mediática audiovisual verá cristalizada su vulnerabilidad ante la pobreza dada la escasa posibilidad de acopio de capital cultural que lo emancipe.

3. CULTURA Y POBREZA EN EL PARAGUAY DE FIN DE SIGLO 3.1. La audiovisualización de la sociedad paraguaya La sociedad paraguaya ha experimentado un creciente proceso de acceso e integración a la cultura mediática audiovisual por medio de la televisión en el último decenio del pasado siglo. Ya en 1992 este medio de comunicación masiva se había expandido significativamente al 58.4 % de la población de 15 y más años. En 1995 llega al 72.6 %, en 1997/98 al 77.3 %, y en 1999 al 79.5 %, como puede verse en el Cuadro B16. Dado el elevado costo del bien en sus comienzos, su


19

Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

me, de ingresos) tienen más acceso a la televisión. Sin embargo, la distancia porcentual entre ambos grupos se reduce; en 1992 la diferencia es de 35.9 % (74.8 % y 38.9 %) y en 1999 es de 25.3 % (88.4 % y 63.1 %). Asimismo puede verse que la proporción de gente con cultura oral se va reduciendo en el decenio, de 45.6 % en 1992 a 35.1 % en 1999. Pero, dentro de este grupo la proporción de personas con televisión aumenta; en 1992, de

disponibilidad era casi un fenómeno de barrio. Con el tiempo, los costos se redujeron y se transformó en un bien del hogar. El ritmo de crecimiento de la televisión evidencia un cambio cultural irreversible y de largo plazo. El crecimiento del acceso a la televisión fue desigual para la población de cultura oral y la de cultura escrita. En todo momento, las personas con mayor nivel de literalidad (y se presu-

CUADRO B: Población de 15 años y más por Tenencia de televisión según Condición cultural, 1992-1999 Condición cultural y Modelo comunicacional

Años y Tenencia de televisión 1992 Total

1995

Con TV

Total general Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada

2.390.788 1.396.372

Cultura oral Cultura escrita

Total

1997/8

Con TV

Total

2.875.072 2.087.672 3.190.215

1999

Con TV

Total

Con TV

2.465.284 3.378.395 2.685.332

233.611

70.739

235.260

113.812

283.895

155.385

259.219

136.933

857.256

354.057

946.764

540.828

923.400

592.104

927.295

611.506

1.292.133

966.275

1.693.048 1.433.032 1.982.920

1.090.867

424.796

1.182.024

1.292.133

966.275

1.693.048 1.433.032 1.982.920

Total general (%)

100,0

58,4

100,0

72,6

100,0

77,3

100,0

79,5

Cultura oral (%) Cultura escrita (%)

100,0

38,9

100,0

55,4

100,0

61,9

100,0

63,1

100,0

74,8

100,0

84,6

100,0

86,6

100,0

88,4

Cultura oral (%) Cultura escrita (%)

45,6

30,4

41,1

31,4

37,8

30,3

35,1

27,9

54,0

69,2

58,9

68,6

62,2

69,7

64,9

72,1

Cultura oral (%) Cultura escrita (%)

100,0

100,0

108,4

154,1

110,7

176,0

108,8

176,2

100,0

100,0

131,0

148,3

153,5

177,8

169,6

200,4

654.640 1.207.295

1.717.795 2.191.881 1.936.893 747.489 1.186.514

748.439

1.717.795 2.191.881 1.936.893

Nota: Se eliminó No responde que tuvo 7.788 respuestas del total y 5.301 de con TV, ambas del año 1992. 16 Se aclara que, todos los cuadros tienen como fuente a las Encuestas de hogares de la DGEEC cuyo año se señala y al Censo de 1992 de la misma Dirección, y, se anotan cantidades exactas de personas de los datos de las Encuestas, a pesar de que, en términos estrictos, no correspondería. Se utiliza este procedimiento para una mejor visualización de las diferencias entre las distintas cantidades aunque se reconoce que los datos no pueden tener la precisión que presentan.


20

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

1.090.867 personas, 424.796 personas tienen televisión y en 1999, de 1.186.514, 748.439 disponen de su conexión mediática. En resumen, hoy ocho de diez personas cuentan con televisión en el país, nueve de diez entre las de cultura escrita, y poco más de seis de cada diez entre las de cultura oral; este último grupo va reduciéndose proporcionalmente pero la cantidad de televidentes va incrementándose. En el cuadro B ya se perciben procesos significativos que se reiterarán en el transcurso del trabajo. Primero, la proporción de personas con cultura oral se va reduciendo, y, en contraposición, va creciendo la perteneciente a la cultura escrita. Segundo, la población de cultura oral va reduciendo su déficit de igualdad en el acceso a la televisión en comparación con la población de cultura escrita mediante un ritmo mayor de conexiones a la televisión que la población de cultura escrita. Tercero, con esto, se apunta a la continuidad de una cultura oral que se permuta en audiovisual sin el tránsito por la cultura escrita en segmentos de población en decrecimiento porcentual aunque no necesariamente en reducción de la cantidad de personas. 3.2. La opción preferencial de los pobres por la televisión La sociedad se audiovisualiza, y especialmente los pobres. Dado el mayor ritmo de crecimiento de la población de cultura oral con televisión y que, probabilísticamente, estaría en condición de pobreza antes que la de cultura escrita, se buscó demostrar que la población pobre opta preferencialmente por su

integración a la cultura mediática. Con este objetivo, se compara la disponibilidad de este bien del hogar con otros que también se consideran de primera necesidad. Los otros bienes son cocina y heladera; aquella permite el paso de lo crudo a lo cocido y la opción de menores costos mientras que ésta facilita soportar el prolongado y severo verano paraguayo; y, a su vez, son los bienes de mayor difusión en los hogares. Son los aspectos presentados en el Cuadro C. Caben tres puntualizaciones. Primero, se considera a la población total, entendida ésta por la población de 5 y más años de edad, de las encuestas de 1995, 1997/98 y 1999. Segundo, la condición de pobreza se mide a través de la tenencia de al menos una necesidad básica insatisfecha (NBI) para 1992 y 1995, y de la Línea de pobreza (LP) para 1997/98 y 1999. Tercero, en el Censo de 1992 y la Encuesta de 1995, la pregunta es ¿Si tiene una pieza para cocinar? Mientras que, en las Encuestas de 1997/98 y de 1999 se trata de un bien del hogar, la cocina. Por esta razón, los datos de 1992 y 1995 no son estrictamente comparables con los de 1997/98 y 1999. En todo el decenio, los pobres optan preferencialmente por acceder a la televisión antes que a otro bien del hogar; televisión más que heladera en 1992 y 1995 y televisión más que cocina y heladera en 1997/98. El acceso a un mayor equipamiento del hogar es significativo tanto de pobres como no pobres entre 1997 y 1999; si bien, la tenencia de cocina se eleva sustantivamente no alcanza a la televisión. Resulta muy significativo que, en todos los casos, la heladera se


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Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

encuentre en tercera instancia. En otras palabras, si la familia pobre decide equiparse, no caben dudas, primero está la televisión. Solo en el caso de severa pobreza se carece de este bien; esto explica la coloquial expresión para referirse a esa condición con Ni siquiera tele tienen .

3.3. La recaída en el analfabetismo absoluto Al establecer los niveles de alfabetismo y sus indicadores, entre las categorías de analfabetismo absoluto y alfabetismo básico, se descubrió (serendipity)

CUADRO C: Población total por Condición de pobreza según Tenencia de televisión, cocina y heladera.1992, 1995, 1997/98 y 1999 (excluyendo a los no pobres y a quienes no tienen estos bienes del hogar) Tenencia de TV

1992 Pobre

1995

Total

Pobre

Tiene TV Cantidad % s/Pobreza

1.239.080 2.258.508 1.635.850

Total

2.835.379 4.111.991 2.894.534

Cantidad % s/Pobreza

% s/Total

Tenencia de cocina Tiene cocina Total

Cantidad % s/Pobreza

Cantidad % s/Pobreza % s/Total

Tenencia de heladera Tiene Cantidad heladera % s/Pobreza Total

Cantidad % s/Pobreza

Notas:

% s/Total

43,7

54,9

100,0 69,0

100,0 100,0

1992* Pobre

Pobre

85,3 100,0 100,0

100,0 57,0

1992 Pobre

Total

4.016.994

51,8

74,3

5.002.881 1.735.120

5.404.191

44,9

39,3

100,0 100,0

100,0 57,0

100,0 32,1

100,0 100,0

1997/8**

Total

Pobre

Total

4.462.029

636.174

3.467.671

89,2

36,7

64,2

5.002.881 1.735.120

5.404.191

100,0 100,0

Pobre

2.835.379 4.111.991 2.849.534

100,0 69,0

898.892

69,6

1995

894.326 1.844.364 1.120.571

31,5

3.484.423

85,3

2.835.379 4.111.991 2.849.534

100,0 69,0

Total

100,0 100,0

2.309.757 3.509.250 2.429.386

81,5

Pobre

1995*

Total

1999

Total

57,4 100,0 57,0

1997/8

100,0 32,1

100,0 100,0

1997/8

Total

Pobre

Total

428.683

2.898.903

57,1

24,7

53,6

5.002.881 1.735.120

5.404.191

100,0 32,1

Total

1.136.975 4.350.805

59,8

77,2

1.900.430 5.634.342

100,0 33,7

100,0 100,0

1999** Pobre

Total

1.014.167 4.265.964

53,4

75,7

1.900.430 5.634.342

100,0 33,7

100,0 100,0

1999

2.858.109

100,0 100,0

Pobre

100,0 100,0

Pobreza de 1992 y 1995 por NBI y de 1997/98 y 1999 por LP. * En 1992 y 1995 la pregunta fue ¿Tiene pieza para cocinar? ** En 1997/98 se preguntó si se tenía cocina a gas, eléctrica o a leña

Pobre

Total

788.214 3.755.340

41,5

66,7

1.900.430 5.634.342

100,0 33,7

100,0 100,0


22

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

la diferencia entre aquél y la respuesta negativa a ¿sabe leer y escribir?. Esto es, se encuentra menor cantidad de personas con analfabetismo absoluto (persona de 15 y más años y sin educación formal o hasta el primer grado aprobado) que quienes respondieron no saber leer ni escribir (con 15 y más años de edad). Este hallazgo consolidó la categoría de alfabetismo básico que no llega al umbral del alfabetismo

sustentable. Se analiza en las encuestas más recientes, de 1997/98 y 1999. De partida, se anota que, la proporción de personas que afirman no saber leer ni escribir es pequeña, 9.5 % en 1997/98 y 9.3 % en 1999, del total de personas de 15 y más años de edad. Se dedica este segmento al fenómeno por su representatividad de la debilidad de la enseñanza formal e indicador del analfabetismo. Que las personas sin instruc-

CUADRO D: Población de 15 y más años total que No sabe leer y escribir según Condición cultural, 1997/98 y 1999 1999

1997/8

Modelo comunicacional y Condición cultural

Total

Total Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada Cultura oral Cultura escrita

No lee ni escribe

Total

No lee ni escribe

3.190.215 283.895 923.400 1.982.920

301.579 242.179 58.774 626

3.378.395 259.219 927.295 2.191.881

315.472 233.313 80.795 1.020

1.207.295 1.982.920

300.953 626

1.186.514 2.191.881

314.108 1.020

Total Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada

100,0 100,0 100,0 100,0

9,5 85,3 6,4 0,0

100,0 100,0 100,0 100,0

9,3 90,0 8,7 0,0

Cultura oral Cultura escrita

100,0 100,0

24,9 0,0

100,0 100,0

26,5 0,0

Total Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada

100,0 8,9 28,9 62,2

100,0 80,3 19,5 0,2

100,0 7,7 27,4 64,9

100,0 74,0 25,6 0,3

37,8 62,2

99,8 0,2

35,1 64,9

99,6 0,3

Cultura oral Cultura escrita


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

ción o con hasta el primer grado aprobado (oralidad predominante) contesten que no saben leer ni escribir es un fenómeno esperado, sí llama la atención las personas con un alfabetismo básico, del 2do. al 5to. grado aprobados (literalidad incipiente), que también respondan que no saben leer y escribir. A esto se denomina una recaída en el analfabetismo absoluto, porque si bien la persona experimentó la lectura y escritura, por falta de práctica, la olvidó. Hoy, peyorativamente, se dice que dibuja su nombre ; por memoria, no por conocimiento. Según el Cuadro D, la población de 15 y más años que responde no saber leer ni escribir en 1997/98 es 9.5 % y en 1999 es 9.3 % pero en cantidades se trata de 301.579 y 315.472 personas, respectivamente. Se anota que, las personas de cultura oral constituyen 99.8 % en 1997/98 y 99.6 % en 1999 del total de población que no sabe leer y escribir. Concita la atención el peso de las personas de 15 y más años que no leen y escriben contando con una literalidad incipiente, son 19.5 % en 1997/98 y 25.6 % en 1999. Este aumento en 1999 es consistente con la reducción de la población con oralidad predominante; 80.3 % en 1997/98 y 74.0 % en 1999. Usualmente se encuentra mayor incidencia del analfabetismo en el sector rural y en las mujeres. El Cuadro E confirma el mayor analfabetismo en el sector rural que triplica al urbano en ambas encuestas, tanto en proporción como cuantitativamente. Inclusive más, se da un empeoramiento de la población del sector rural. En efecto, el analfabetismo rural en 1997/98 es 14.5 %

23

y en 1999 es 15.6 % mientras que el urbano es 5.7 % y 4.6 %, respectivamente, del total de población de 15 y más años. Cuantitativamente, de la población con cultura oral (más del 99.6 % de la que no lee ni escribe), la población rural constituye 65.1 % en la primera encuesta y 72.2 % en la segunda. En el caso de las mujeres ocurre algo semejante pero en menor escala que en el área rural, según el Cuadro F. Las mujeres que no leen ni escriben constituyen 11.7 % de su total mientras que los hombres conforman 7.2 % de su total en 1997/98 y 11.3 % y 7.3 % respectivamente en 1999; esto es, se mantiene el desnivel. Cuantitativamente, seis de cada diez personas con cultura oral son mujeres, tanto en 1997/98 como en 1999. Entonces, entre hombres y mujeres los porcentajes se mantienen mientras que la cantidad de personas presenta ligeros cambios; pero, manteniéndose desfavorablemente para las mujeres pero no en el grado del sector rural en comparación al urbano. En resumen, la población de 15 y más años que no sabe leer y escribir comprende tanto a aquella con oralidad predominante como a parte de la que cuenta con literalidad incipiente, evidenciando una recaída en el analfabetismo absoluto. La mayor cantidad de personas se encuentra en el sector rural y son mujeres, y con un desnivel mucho más marcado en el primer caso. Esta recaída en el analfabetismo absoluto evidencia, por una parte, la debilidad de la educación que se ubica en la literalidad incipiente, y, por otra, el empeoramiento en el sector rural y un desequilibrio desfavorable a las mujeres.


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

CUADRO E: Población de 15 y más años que No sabe leer y escribir por Área urbanarural según último grado aprobado, 1997/98 y 1999 (excluyendo a quienes Saben leer y escribir) Grado aprobado y Condición cultural

1999

1997/98 Rural

Urbana

Total

Rural

Urbana

Total

Cantidad % en nivel

121.168 63,7

69.158 36,3

190.326 100,0

134.152 73,4

48.514 26,6

182.666 100,0

Pre-escol + Cantidad Primer grado % en nivel

33.439 64,5

18.414 35,5

51.853 100,0

35.468 70,0%

15.179 30,0%

50.647 100,0%

Segundo al Cantidad Quinto grado % en nivel

41.382 70,4

17.392 29,6

58.774 100,0

57.239 70,8

23.556 29,2

80.795 100,0

Sexto grado Cantidad y más % en nivel

285 45,5

341 54,5

626 100,0

417 40,9

603 59,1

1.020 100,0

Cantidad 196.274 % en nivel 65,1 % en Sabe ... 14,5

105.305 34,9 5,7

301.579 100,0 9,5

227.276 72,0 15,6

88.196 28,0 4,6

315.472 100,0 9,3

154.607 63,8

87.572 36,2

242.179 80,4

169.620 72,7

63.693 27,3

233.313 74,1

Cantidad % en nivel

41.382 70,4

17.392 29,6

58.774 19,5

57.239 70,8

23.556 29,2

80.795 25,6

Literalidad Cantidad consolidada % en nivel

285 45,5

341 54,5

626 0,1

417 40,9

603 59,1

1.020 0,3

Sin instr + Ens. Espec.

Total

Oralidad Cantidad predominante % en nivel Literalidad incipiente

Cultura oral

Cantidad % en nivel

195.989 65,1

104.964 34,9

300.953 99,9

226.859 72,2

87.249 27,8

314.108 99,7

Cultura escrita

Cantidad % en nivel

285 45,5

341 54,5

626 0,1

417 40,9

603 59,1

1.020 0,3

Notas: Se eliminó No responde que tuvo 344 respuestas en 1999. Los porcentajes en cursiva y negrita son los del total respectivo. Los porcentajes, en negrita y donde debería estar el 100.0 % de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general.


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

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CUADRO F: Población de 15 y más años que No sabe leer y escribir por Sexo según último grado aprobado, 1997/98 y 1999 (excluyendo a quienes Saben leer y escribir) Grado aprobado y Condición cultural

1999

1997/98 Rural

Urbana

Total

Rural

Urbana

Total

Cantidad % en nivel

123.845 65,1

66.481 34,9

190.326 100,0

121.972 66,8

60.694 33,2

182.666 100,0

Pre-escol + Cantidad Primer grado % en nivel

30.523 58,9

21.330 41,1

51.853 100,0

27.626 54,5

23.021 45,5

50.647 100,0

Segundo al Cantidad Quinto grado % en nivel

33.703 57,3

25.071 42,7

58.774 100,0

44.481 55,1

36.314 44,9

80.795 100,0

Sexto grado Cantidad y más % en nivel

217 77,0

65 23,0

282 100,0

718 70,4

302 29,6

1.020 100,0

Cantidad 188.412 % en nivel 62,5 % en Sabe ... 11,7

113.167 37,5 7,2

301.579 100,0 9,5

194.921 61,8 11,3

120.551 38,2 7,3

315.472 100,0 9,3

154.368 63,7

87.811 36,3

242.179 80,4

149.598 64,1

83.715 35,9

233.313 74,1

Cantidad % en nivel

33.703 57,3

25.071 42,7

58.774 19,5

44.481 55,1

36.314 44,9

80.795 25,6

Literalidad Cantidad consolidada % en nivel

217 77,0

65 23,0

282 0,1

718 70,4

302 29,6

1.020 0,3

Sin instr + Ens. Espec.

Total

Oralidad Cantidad predominante % en nivel Literalidad incipiente

Cultura oral

Cantidad % en nivel

188.071 62,5

112.882 37,5

300.953 99,9

194.079 61,8

120.029 38,2

314.108 99,7

Cultura escrita

Cantidad % en nivel

217 77,0

65 23,0

282 0,1

718 70,4

302 29,6

1.020 0,3

Notas: Se eliminó No responde que tuvo 124 respuestas femeninas y 220 masculinas en ambas encuestas. Los porcentajes del total general en negrita son del total respectivo. Los porcentajes, en negrita y donde debería estar el 100.0 % de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

3.4. El perfil de la población según Condición cultural y Pobreza El análisis de la población de 15 y más años según condición cultural y pobreza comprende a las tres últimas encuestas, de manera a obtener una visión de proceso para percibir las características estructurales en movimiento. Estos tabulados sirven para trazar el perfil de la población y a su vez como base para la aplicación del modelo de regresión logística. a) Las tendencias de la población según condición cultural

La proporción de personas de 15 años y más en relación a la población total nacional ha variado poco en este quinquenio; en 1995 fue 57.5 % y en

1999 fue 60.0 %. En cantidades fueron 2.874.856 personas en 1995, 3.190.708 en 1997/8 y 3.378.395 en 1999; una diferencia de 503.539 personas, como puede verse en el Cuadro 1. La población de cultura oral disminuye sostenidamente; pasa de 41.2 % a 37.8 % y llega a 35.1 % en los años mencionados. Cuantitativamente no experimentó significativos cambios; 1.184.179, 1.207.478 y 1.186.514 personas, respectivamente. La gente con oralidad predominante, en términos de porcentajes, se reduce muy levemente; 8.3 %, 8.9 % y 7.7 %, respectivamente. Igual proceso de achicamiento se da con la población de literalidad incipiente; 32.9 %, 28.9 % y 27.4 %, respectivamente. En contrapartida, el sector con literalidad con-

CUADRO 1: Población de 15 y más años por Área urbana y rural según Condición cultural, 1995, 1997/98 y 1999 (se excluye a la población urbana) Modelo comunicacional y Condición cultural

1995

1997/98

1999

Area Rural

Total

Area Rural

Total

Area Rural

Total

Oralidad Cantidad predominante % s/Mod comun

148.141 62,4

237.415 8,3

181.964 64,1

284.078 8,9

185.588 71,6

259.219 7,7

Literalidad incipiente

611.267 64,6

946.764 32,9

579.519 62,8

923.400 28,9

589.216 63,5

927.295 27,4

538.189 1.690.677 31,8 58,8

596.243 30,1

1.983.230 62,2

Cantidad % s/Mod comun

Literalidad Cantidad consolidada % s/Mod comun

678.759 2.191.881 31,0 64,9

Total

Cantidad 1.297.597 2.874.856 1.357.726 % s/Mod comun 45,1 100,0 42,6

3.190.708 1.453.563 3.378.395 100,0 43,0 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun

759.408 1.184.179 64,1 41,2

761.483 63,1

1.207.478 37,8

774.804 1.186.514 65,3 35,1

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun

538.189 1.690.677 31,8 58,8

596.243 30,1

1.983.230 62,2

678.759 2.191.881 31,0 64,9

Nota: Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

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solidada o cultura escrita aumenta proporcional y cuantitativamente; de 58.8 % a 62.2 % y a 64.9 % y 1.690.677, 1.983.230 y 2.191.881 personas, respectivamente una diferencia de 501.204 personas. Esto es, reducción proporcional pero continuidad en cantidad de la población de cultura oral y crecimiento proporcional y cuantitativo de la población de cultura escrita; resultado consistente con el proceso de mayor escolarización en el país.

ral reside en el campo en el transcurso de este quinquenio mientras que, menos de un tercio de la población cultura escrita reside en esta misma área. Asimismo, la oralidad predominante rural crece de 62.4 % en 1995 a 71.6 % en 1999 mientras que la literalidad incipiente se estanca. Por otra parte, la población de cultura escrita es eminentemente urbana, en casi siete de diez casos, a pesar del incremento numérico de población total en condición de cultura escrita.

b) Población por área urbana y rural según condición cultural

c) Población por sexo según condición cultural

La cultura oral es un fenómeno eminentemente rural, como puede verse en el Cuadro 1. Poco menos de dos tercios de la población en esta condición cultu-

La cultura oral es ligeramente mayor entre las mujeres en términos proporcionales en el transcurso del quinquenio. Pero, las mujeres en este mis-

CUADRO 2: Población de 15 y más años por Sexo según Condición cultural, 1995, 1997/98 y 1999 (excluyendo a Hombre) Modelo comunicacional y Condición cultural

Sexo

Total

Sexo

Total

Sexo

Total

Mujer

1995

Mujer

1997/98

Mujer

1999

Oralidad Cantidad predominante % s/Mod comun

145.247 61,2

237.415 8,3

173.101 60,9

284.078 8,9

162.174 62,6

259.219 7,7

Literalidad incipiente

477.604 50,4

946.764 32,9

453.521 49,1

923.400 28,9

466.061 50,3

927.295 27,4

Cantidad % s/Mod comun

Literalidad Cantidad consolidada % s/Mod comun

838.119 1.690.677 49,6 58,8

985.002 1.983.230 49,7 62,2

1.100.461 2.191.881 50,2 64,9

Total

Cantidad 1.460.970 2.874.856 1.611.624 3.190.708 % s/Mod comun 50,8 100,0 50,5 100,0

1.728.696 3.378.395 51,2 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun

622.851 1.184.179 52,6 41,2

626.622 1.207.478 51,9 37,8

628.235 1.186.514 52,9 35,1

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun

838.119 1.690.677 49,6 58,8

985.002 1.983.230 49,7 62,2

1.100.461 2.191.881 50,2 64,9

Nota: Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

mo lapso igualan, proporcionalmente, a los hombres en la condición cultural escrita. Todo lo cual significa un lento pero sostenido mejoramiento de la condición cultural femenina dado que la cantidad de personas con cultura escrita pasa de 58.8 % en 1995 a 64.9 % en 1999, como puede verse en el Cuadro 2. La equiparación de la matrícula por sexo (MEC, VME, 2000: 170-173) está brindando estos resultados. En efecto, las mujeres representan 52.6 % de la cultura oral en 1995 y 52.9 % en 1999; y ellas conforman 49.6 % de las personas en la cultura escrita en 1995 y 50.2 % en 1999. Sin embargo, dentro de la cultura oral, el segmento de mujeres con oralidad predominante empeora ligeramente, de 61.2 % en 1995 a 62.6 % en 1999; y crece cuantitativamente de 145.247 a 162.174 mujeres. Pero, debe recordarse que este segmento de personas con oralidad predominante se va reduciendo, de 8.3 % en 1995 pasa a 7.7 % en 1999. En resumen, la distribución por sexo resulta desfavorable para las mujeres en la condición cultural oral y hoy igualitaria en la condición cultural escrita. d) Población por idioma hablado en el hogar según condición cultural

Mayor precisión en el conteo de las personas que hablan un idioma en el hogar se encuentra en estas encuestas porque en las anteriores sólo se preguntaba al jefe/a de familia y se asumía que el resto hablaba el mismo idioma mientras que aquí se lleva a cabo un conteo persona por persona. En este caso, por no pertinentes al estu-

dio, se excluye el análisis de quienes hablan otras lenguas o no las hablan. Al asumir que el jopará, más que mezcla es un guaraní con préstamos del castellano resulta pertinente la nominación de la categoría como guaranícastellano y no castellano-guaraní, como está en el original de las encuestas. Se percibe un proceso de polarización entre las lenguas guaraní y castellano y la reducción de la población que habla guaraní-castellano, por una parte, y, la mayor proporción de guaraní hablantes en la cultura oral y el crecimiento de los castellano hablantes en la cultura escrita, por otra, según el Cuadro 3. Sin embargo, el vigor del guaraní como lengua de la intimidad, del hogar, es indudable; es el idioma del 45.1% de la población en 1995 y 48.7 % en 1999 mientras que el guaraní-castellano se reduce, de 33.9 % a 23.2 %, y el castellano crece del 15.9 % al 23.7 %. En última instancia, el castellano como lengua del hogar es significativamente un idioma minoritario a pesar de su crecimiento, de 15.9 % en 1995 a 23.7 % en 1999. La cultura oral es eminentemente guaraní, y a medida que transcurre el tiempo aumenta la cantidad de guaraní hablantes. Es 66.6 % del total de población de cultura oral en 1995 y 73.6 % en 1999. Si se considera como una variación del guaraní a los guaraní-castellano hablantes, los castellano hablantes en la cultura oral son simplemente marginales, apenas 3.8 % y 5.4 %, respectivamente. El quinquenio en estudio revela el crecimiento del castellano como idioma del hogar en la cultura escrita, de 24.5 % a 33.5 %, en los años extremos considerados. Paralelamente,


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

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CUADRO 3: Población de 15 y más años por Idioma hablado en el hogar según Condición cultural. 1995, 1997/98 y 1999 (se excluye a No habla y Otro idioma) Modelo comunicacional y Condición cultural

Idioma hablado en el hogar Guaraní

Total

Guar-Castell

Castellano

44.437 18,7 221.622 23,4 709.152 41,9 975.211 33,9 266.059 22,5 709.152 41,9

7.261 3,1 37.790 4,0 413.429 24,5 458.480 15,9 45.051 3,8 413.429 24,5

237.415 8,3 946.764 32,9 1.690.677 58,8 2.874.856 100,0 1.184.179 41,2 1.690.677 58,8

23.468 8,3 126.953 13,7 711.133 35,9 861.554 27,0 150.421 12,5 711.133 35,9

6.046 2,1 27.570 3,0 494.548 24,9 528.164 16,6 33.616 2,8 494.548 24,9

284.078 8,9 923.400 28,9 1.983.230 62,2 3.190.708 100,0 1.207.478 37,8 1.983.230 62,2

13.103 5,1 143.297 15,5 628.644 28,7 785.044 23,2 156.400 13,2 628.644 28,7

11.907 4,6 52.213 5,6 734.871 33,5 798.991 23,7 64.120 5,4 734.871 33,5

259.219 7,7 927.295 27,4 2.191.881 64,9 3.378.395 100,0 1.186.514 35,1 2.191.881 64,9

1995 Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada Total Cultura oral Cultura escrita

Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod

Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada Total Cultura oral Cultura escrita

Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod

Oralidad predominante Literalidad incipiente Literalidad consolidada Total Cultura oral Cultura escrita

Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod Cantidad % s/Mod

comun comun comun comun comun comun

161.372 68,0 626.757 66,2 509.203 30,1 1.297.332 45,1 788.129 66,6 509.203 30,1 1997/98

comun comun comun comun comun comun

228.416 80,4 721.102 78,1 723.987 36,5 1.673.505 52,4 949.518 78,6 723.987 36,5 1999

comun comun comun comun comun comun

203.254 78,4 670.195 72,3 772.004 35,2 1.645.453 48,7 873.449 73,6 772.004 35,2

Notas: Se eliminó No habla que tuvo 6.640 respuestas en Cultura oral y 483 en Cultura escrita en 1997/98 y 6.038 en Cultura oral y 597 en Cultura escrita en 1999. Otro idioma puede hallarse mediante la diferencia entre las categorías presentadas y el total. Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 % de cada modelo comunical (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

se reduce muy significa-tivamente el guaraní-castellano, de 41.9 % a 28.7 %, y, crece el guaraní, de 30.1 % a 35.2 %, respectivamente. En otras palabras, en la cultura oral, el castellano es marginal. En la cultura escrita, crece lentamente el castellano y el guaraní, en menor medida, como idiomas hablados en el hogar mientras que se reduce el guaraní-castellano. A medida que transcurre el tiempo y se expande el nivel de escolarización formal se produce una mayor decantación sociolingüística (y cultural) entre la cultura oral y la cultura escrita y al interior de la cultura letrada. Esto es, los guaraní parlantes en la mayoría de los casos hablan una lengua que no escriben mientras que sólo los castellano hablantes escriben la lengua que hablan. Esta apreciación no es nueva pero aquí se demuestra y cuantifica. Lo anotado no significa menospreciar al guaraní ni mucho menos pretender arrinconarlo vano intento como ya se demostrósino de considerar a este fenómeno en las políticas públicas, educativas y de lucha contra la pobreza. e) Población por condición de ocupación según condición cultural

La condición de ocupación es importante porque la inserción en el empleo permite fijar y desarrollar la lectoescritura y el cálculo aunque esto no se de en igual intensidad en todos los casos, aspecto que ya corresponde al análisis de las categorías ocupacionales. Como se anotó en el marco teórico, el estudio sobre alfabetismo funcional tanto a nivel regional latinoamericano como en el caso de Paraguay

demostró lo anotado al precedentemente. Es más, la recaída en el analfabetismo absoluto será más fácil en personas inactivas o desempleadas. Sin embargo, el nivel de ocupación o inactividad está condicionado por procesos globales, independientes de la voluntad de la persona de emplearse o no; por esta razón, hoy se registra el desempleo oculto entre las personas inactivas. Dos tendencias, consistentes, se perciben al comparar la condición de ocupación, en el Cuadro 4. Primero, a medida que aumenta el nivel del modelo comunicacional -literalidad predominante, literalidad incipiente, y literalidad consolidada- aumenta la tasa de ocupación y desempleo, y, paralelamente, disminuye la tasa de inactividad. Segundo, la proporción y cantidad de personas inactivas ha crecido significativamente; fenómeno explicable por el crecimiento de la pobreza y la recesión económica que estaría favoreciendo la inactividad y el desempleo oculto. En cifras totales, en 1995, 74.3 % de la población estaba ocupada mientras que, en 1999 sólo 62.1 %; y, la inactividad subió de 23.1 % a 33.5 % en el mismo lapso. Este proceso implica una precarización desigual del empleo porque afectó más a la población de cultura oral, que redujo su nivel de 73.4 % a 58.7 %, mientras que en la de cultura escrita, pasa de 75.0 % a 64.0 %, en los años extremos, 1995 y 1999. El caso límite está en la población con un modelo comunicacional de oralidad predominante que tiene 51.1 % de población inactiva en 1997/98 y 49.2 % en 1999; en contraposición a la población con literalidad consolidada cuyas poblaciones inactivas son 32.6 % y 33.5 %, respectivamente.


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

La distribución es consistente con la teoría en cuanto que mayor literalidad facilita la ocupación y reduce la inactividad mientras que, en este caso, el crecimiento de la inactividad es producto del proceso recesivo global y el crecimiento de la pobreza. Como en otros cuadros, el proceso recesivo afecta desigualmente, en desmedro de quienes tienen cultura oral. f) Población por categoría ocupacional según condición cultural

Para el mantenimiento y desarrollo de la literalidad no basta con trabajar, es necesario un tipo de empleo en el que se utilice la lectoescritura y el cálculo señala la experiencia de la alfabe-

31

tización funcional. Los resultados son consistentes. Caben aclaraciones por el ajuste de las categorías de 1995 a las de 1997/98 y 1999. Por una parte, la categoría trabajador independiente agropecuario se agregó a la de cuenta propia, y, por otra, la categoría familiar no remunerado se integró a la de familiar remunerado, categoría no aparecen en las otras dos encuestas. Asimismo, las proporciones de inactivos en determinadas condiciones culturales son significativamente diferentes. Por razones de consistencia, entonces, en varios casos se analiza solamente a las dos últimas encuestas. La distribución de categorías ocupacionales resulta acorde con los ni-

CUADRO 4: Población de 15 y más años por Condición de ocupación según Condición cultural, 1995, 1997/98 y 1999 (excluyendo a la población desocupada) Modelo comunicacional y Condición cultural

1995 Ocupada Inactiva

1999

1997/98 Total

Ocupada Inactiva

Total

Ocupada Inactiva

Total

Oralidad Cantidad predominante % s/Mod comun

145.175 61,1

88.758 37,4

237.415 8,3

132.517 46,6

145.302 51,1

284.078 8,9

126.297 48,7

127.576 49,2

259.219 7,7

Literalidad incipiente

Cantidad % s/Mod comun

723.748 76,4

207.102 21,9

946.764 32,9

559.684 60,6

340.269 36,8

923.400 28,9

569.792 61,4

320.488 34,6

927.295 27,4

Literalidad consolidada

Cantidad % s/Mod comun

1.268.341 75,0

367.090 21,7

1.690.677 58,8

1.346.381 67,9

553.068 1.983.230 27,9 62,2

1.402.693 64,0

Total

Cantidad % s/Mod comun

2.137.264 74,3

662.950 23,1

2.874.856 100,0

2.038.582 1.038.639 3.190.708 63,9 32,6 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun

868.923 73,4

295.860 25,0

1.184.179 41,2

692.201 57,3

485.571 1.207.478 40,2 37,8

696.089 58,7

448.064 1.186.514 37,8 35,1

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun

1.268.341 75,0

367.090 21,7

1.690.677 58,8

1.346.381 67,9

553.068 1.983.230 27,9 62,2

1.402.693 64,0

683.423 2.191.881 31,2 64,9

683.423 2.191.881 31,2 64,9

2.098.782 1.131.487 3.378.395 62,1 33,5 100,0

Nota: Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


32

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

CUADRO 5: Población de 15 y más años por Categoría ocupacional según Condición cultural 1995, 1997/98 y 1999 Modelo comunicacional y Condición cultural

Categoría ocupacional No Empleado correspomde públ/priv

Obrero públ/priv.

Empleador o patrón

Cuenta propia

Familiar no remuner.

Empleado doméstico

Total

1995 Oralidad predominante

Cantidad % s/Mod comun.

89.473 37,7

1.824 0,8

22.336 9,4

1.255 0,5

108.673 45,8

2.541 1,1

11.313 4,8

237.415 8,3

Literalidad incipiente

Cantidad % s/Mod comun.

209.399 22,1

9.766 1,0

136.187 14,4

11.608 1,2

517.384 54,6

20.783 2,2

41.637 4,4

946.764 32,9

Literalidad Cantidad consolidada % s/Mod comun.

379.608 292.422 22,5 17,3

275.512 16,3

77.723 4,6

514.732 30,4

70.985 4,2

79.695 4,7

1.690.677 58,8

Total

Cantidad % s/Mod comun.

678.480 304.012 23,6 10,6

434.035 15,1

90.586 1.140.789 3,2 39,7

94.309 3,3

132.645 4,6

2.874.856 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun.

298.872 25,2

11.590 1,0

158.523 13,4

12.863 1,1

626.057 52,9

23.324 2,0

52.950 4,5

1.184.179 41,2

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun.

379.608 292.422 22,5 17,3

275.512 16,3

77.723 4,6

514.732 30,4

70.985 4,2

79.695 4,7

1.690.677 58,8

Oralidad predominante

Cantidad % s/Mod comun.

145.854 51,3

2.274 0,8

26.969 9,5

2.965 1,0

85.024 29,9

8.734 3,1

12.258 4,3

284.078 8,9

Literalidad incipiente

Cantidad % s/Mod comun.

344.879 37,3

18.229 2,0

114.534 12,4

21.792 2,4

330.737 35,8

55.433 6,0

37.796 4,1

923.400 28,9

571.277 390.960 28,8 19,7

316.673 16,0

96.710 4,9

386.919 19,5

116.130 5,9

104.561 5,3

1.983.230 62,2

1.062.010 411.463 33,3 12,9

458.176 14,4

121.467 3,8

802.680 25,2

180.297 5,7

154.615 4,8

3.190.708 100,0

1997/98

Literalidad Cantidad consolidada % s/Mod comun. Total

Cantidad % s/Mod comun.

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun.

490.733 40,6

20.503 1,7

141.503 11,7

24.757 2,1

415.761 34,4

64.167 5,3

50.054 4,1

1.207.478 37,8

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun.

571.277 390.960 28,8 19,7

316.673 16,0

96.710 4,9

386.919 19,5

116.130 5,9

104.561 5,3

1.983.230 62,2

Oralidad predominante

Cantidad % s/Mod comun.

128.320 49,5

1.256 0,5

24.165 9,3

2.149 0,8

79.474 30,7

12.345 4,8

11.510 4,4

259.219 7,7

Literalidad incipiente

Cantidad % s/Mod comun.

322.984 34,8

17.426 1,9

126.661 13,7

18.963 2,0

333.409 36,0

63.413 6,8

44.439 4,8

927.295 27,4

Literalidad

Cantidad

707.889 401.207

1999

consolidada % s/Mod comun.

395.551

94.598

392.618

130.034

105.823

2.191.881

18,3

16,4

4,3

17,9

5,9

4,8

64,9

1.159.193 419.889 34,3 12,4

510.337 15,1

115.710 3,4

805.501 23,8

205.792 6,1

161.772 4,8

3.378.395 100,0

32,3

Total

Cantidad % s/Mod comun.

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun.

451.304 38,0

18.682 1,6

150.826 12,7

21.112 1,8

412.883 34,8

75.758 6,4

55.949 4,7

1.186.514 35,1

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun.

707.889 401.207 32,3 18,3

395.551 16,4

94.598 4,3

392.618 17,9

130.034 5,9

105.823 4,8

2.191.881 64,9

No corresponde comprende a la población inactiva. Se excluyó a No responde que tuvo 161 respuestas en Literalidad consolidada de 1999. Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

33

veles de literalidad, en el Cuadro 5. Como puede esperarse, entre la población de cultura oral existe una mayor proporción de personas inactivas que entre la de cultura escrita, en todas las encuestas. En la cultura oral, el trabajador por cuenta propia y el obrero, un tercio de aquél, constituyen las categorías ocupacionales más importantes. Además, en las encuestas de 1997/98 y 1999, la proporción de inactivos es la categoría de mayor peso, revelando la precariedad de las categorías ocupacionales de la población de cultura oral.

las últimas dos encuestas, los trabajadores por cuenta propia tienen casi el mismo peso de los empleados (evidencia de mejora en calidad del empleo), seguidos cercanamente por los obreros, reduciendo el peso de las categorías cuenta propia y la inactividad. En otras palabras, el peso de las categorías ocupacionales se diversifica a medida que aumentan los niveles de literalidad así como la calidad del empleo.

Ya en la cultura escrita, o literalidad consolidada, y con un tercio de inactividad, el abanico de categorías ocupacionales de significación se expande. En

Según el marco teórico, la tenencia de televisión puede facilitar la cristalización una condición cultural, la de cultura oral. Ésta podría facilitar, a su vez, la

g) Población por tenencia de televisión según condición cultural

CUADRO 6: Población de 15 y más años por Tenencia de Televisión según Condición cultural, 1995, 1997/98 y 1999 (se excluye a quienes no tienen televisión) Modelo comunicacional y Condición cultural

Tiene

Total

Tiene

Total

Tiene

Total

Oralidad Cantidad predominante % s/Mod comun

115.751 48,8

237.415 8,3

155.385 54,7

283.895 8,9

136.933 52,8

259.219 7,7

Literalidad incipiente

540.828 57,1

946.764 32,9

592.104 64,1

923.400 28,9

611.506 65,9

927.295 27,4

Cantidad % s/Mod comun.

1995

1999

1997/98

Literalidad Cantidad 1.430.877 1.690.677 consolidada % s/Mod comun 84,6 58,8

1.717.315 1.982.350 86,6 62,1

1.936.893 2.191.881 88,4 64,9

Total

Cantidad 2.087.456 2.874.856 % s/Mod comun 72,6 100,0

2.464.804 3.189.645 77,3 100,0

2.685.332 3.378.395 79,5 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun

656.579 1.184.179 55,4 41,2

747.489 1.207.295 61,9 37,9

748.439 1.186.514 63,1 35,1

Cultura escrita

Cantidad 1.430.877 1.690.677 % s/Mod comun 84,6 58,8

1.717.315 1.982.350 86,6 62,1

1.936.893 2.191.881 88,4 64,9

Nota: Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


34

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

reproducción de la pobreza, aspecto que se estudiará más adelante. Como se demostró al inicio de este capítulo, la sociedad paraguaya vive un creciente proceso de audiovisualización, vía televisión, y especialmente los pobres. Esto es, cada vez menos personas carecen de televisión, y principalmente los sectores más precarios. Al comparar las encuestas del quinquenio 1995-1999, resulta evidente que, la población de cultura oral sin televisión se reduce a un ritmo mayor, en términos porcentuales, que la de cultura escrita sin televisión, como se desprende del Cuadro 6. La población de cultura oral con integración mediática es 55.4 % en 1995 y 63.1 % en 1999 mientras que, la de cultura escrita es

84.6 % y 88.4 %, respectivamente. La principal integración a la televisión se da en la población de literalidad incipiente, de 57.1 % a 65.9 %, respectivamente. Esto es, el segmento que probable-mente cuenta con mayores recursos al interior de la cultura oral, tan pronto puede accede a la cultura audiovisual. Esta afirmación es consistente con el análisis ya expuesto sobre la opción preferencial de los pobres por la televisión sobre la heladera y la cocina, así como la siguiente sección. h) Población por condición de pobreza según condición cultural

La clasificación de la población como pobre o no pobre es diferente según la encuesta de 1995 y las de 1997/98 y

CUADRO 7: Población de 15 y más años por Condición de pobreza según Condición cultural, 1995, 1997/98 y 1999 (se excluye a los No pobres) Modelo comunicacional y Condición cultural

1995 Pobre (NBI) Total

1999

1997/98 Pobre (LP)

Total

Pobre (LP)

Total

Oralidad Cantidad predominante % s/Mod comun

231.504 97,5

237.415 8,3

124.752 43,9

284.078 8,9

109.720 42,3

259.219 7,7

Literalidad incipiente

580.278 61,3

946.764 32,9

348.642 37,8

923.400 28,9

347.267 37,4

927.295 27,4

Cantidad % s/Mod comun

Literalidad Cantidad consolidada % s/Mod comun

645.179 1.690.677 38,2 58,8

325.130 1.983.230 16,4 62,1

458.544 2.191.881 20,9 64,9

Total

Cantidad 1.456.961 2.874.856 % s/Mod comun 50,7 100,0

798.524 3.190.708 25,0 100,0

915.531 3.378.395 27,1 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod comun

811.782 1.184.179 68,6 41,2

473.394 1.207.478 39,2 37,9

456.987 1.186.514 38,5 35,1

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod comun

645.179 1.690.677 38,2 58,8

325.130 1.983.230 16,4 62,1

458.544 2.191.881 20,9 64,9

Nota: Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

1999 porque aquella califica al hogar como pobre si tiene al menos una necesidad básica insatisfecha (NBI) y éstas fijan la clasificación de acuerdo a la Línea de Pobreza (LP). Esto resulta en 50.7 % de población pobre en 1995, 25.0 % en 1997/98 y 27.1 % en 1999, como se observa en el Cuadro 7. Sin embargo, la inclusión de las cifras de 1995 son útiles para mostrar una tendencia general: a menor literalidad, mayor pobreza, y, viceversa. Comparando las dos últimas encuestas, la proporción de pobreza se mantiene casi inalterable en la cultura oral, 39.2 % y 38.5 %, respectivamente; muy por encima del promedio general, 25.0 % y 27.1 %, respectivamente. No existen cambios relevantes en los modelos comunicacionales de la cultura oral, la oralidad predominante y la literalidad incipiente. Por el contrario, la proporción de pobreza creció en la cultura escrita, de 16.4 % a 20.9 %; esto último muestra la expansión de la pobreza en niveles de mayor desarrollo de literalidad. Comparando la proporción de pobreza en cada condición cultural, la cultura oral presenta el doble de pobreza que la cultura escrita, verificándose una mayor asociación entre pobreza y oralidad antes que entre pobreza y escritura. i) Población por Condición de pobreza y Tenencia de televisión según condición cultural

Esta síntesis permite visualizar, en el Cuadro 8, la importancia clave que la población pobre y de cultura oral otorga a la integración audiovisual, vía televisión, al comparar a las dos últimas encuestas. De partida, se anota el incremento poblacional mayor entre los pobres, de 798.524 a 915.531 personas, que

35

entre los no pobres, de 2.391.121 a 2.462.864 personas, entre 1997/98 y 1999. A pesar de este incremento poblacional mayor y de su condición de pobreza, los pobres con televisión pasan de 54.2 % a 62.3 % mientras que, los no pobres con televisión se estancan, de 85.0 % a 85.9 %, en el mismo lapso. La población pobre y de cultura oral y, por consiguiente, probablemente, más pobre- con televisión va 46.1 % a 50.3 %; paralelamente, la población no pobre y de cultura oral con acceso mediático se estanca, de 72.1 % a 71.1 %. Por otra parte, la población pobre y de cultura escrita y, probablemente, de menor pobreza relativa- avanza en su integración a la audiovisualización, pasa 65.9 % a 74.3 %. Mientras tanto, en la población no pobre y de cultura escrita las cifras son de 90.7 % y 92.1 %, respectivamente. En resumen; primero, la cantidad y proporción de población pobre aumenta su acceso a la televisión a un ritmo mayor que la población no pobre; segundo, la población pobre de cultura oral avanza en su integración a la cultura audiovisual mientras que su par no pobre se estanca; y, tercero, la población pobre de cultura escrita avanza más rápidamente en su conexión al mundo mediático audiovisual que su par no pobre de cultura letrada. j) Revisión del perfil de la población según condición cultural

La población de cultura oral disminuye porcentualmente aunque no cuantitativamente mientras que la población de cultura escrita aumenta


36

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

porcentual y cuantitativamente, en el quinquenio 1995-1999. La cultura oral es un fenómeno eminentemente rural en contrapartida a la cultura escrita que es fundamentalmente urbana. La cultura oral es ligeramente mayor entre las mujeres, y, éstas equilibran a los varones en la cultura escrita. La cultura oral es eminentemente guaraní

mientras que el castellano se consolida como lengua hablada en el hogar en la cultura escrita aunque sin cuestionar la hegemonía del guaraní. Mayor literalidad facilita la ocupación y reduce la inactividad y viceversa; aunque el aumento de la inactividad obedece a causas estructurales que van mas allá del nivel de literalidad de la población.

CUADRO 8: Población de 15 y más años por Condición de pobreza y Tenencia de televisión según Condición cultural, 1997/98 y 1999 (se excluye a quienes No tienen televisión) Modelo comunicacional y Condición cultural

No pobre Tiene TV

Pobre Total

Tiene TV

Total

1997/98 Oralidad Cantidad predominante % s/Mod Comun.

103.513 65,0

159.143 6,7

51.872 41,6

124.752 15,6

Literalidad incipiente

Cantidad % s/Mod Comun.

425.854 74,1

574.758 24,0

166.250 47,7

348.642 43,7

Literalidad consolidada

Cantidad % s/Mod Comun.

1.502.986 90,7

1.657.220 69,3

214.329 65,9

325.130 40,7

Total

Cantidad % s/Mod Comun.

2.032.353 85,0

2.391.121 100,0

432.451 54,2

798.524 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod Comun.

529.367 72,1

733.901 30,7

218.122 46,1

473.394 59,3

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod Comun.

1.502.986 90,7

1.657.220 69,3

214.329 65,9

325.130 40,7

93.105 62,3

149.499 6,1

43.828 39,9

109.720 12,0

1999 Oralidad Cantidad predominante % s/Mod Comun. Literalidad incipiente

Cantidad % s/Mod Comun.

425.657 73,4

580.028 23,5

185.849 53,5

347.267 37,9

Literalidad consolidada

Cantidad % s/Mod Comun.

1.596.189 92,1

1.733.337 70,4

340.704 74,3

458.544 50,1

Total

Cantidad % s/Mod Comun.

2.114.951 85,9

2.462.864 100,0

570.381 62,3

915.531 100,0

Cultura oral

Cantidad % s/Mod Comun.

518.762 71,1

729.527 29,6

229.677 50,3

456.987 49,9

Cultura escrita

Cantidad % s/Mod Comun.

1.596.189 92,1

1.733.337 70,4

340.704 74,3

458.544 50,1

Nota: Los porcentajes, en negrita y donde deberían estar el 100.0 %de cada modelo comunicacional (fila), son los de cada modelo comunicacional en relación al total general (columna).


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

Las categorías ocupacionales son consistentes con el nivel de literalidad de la población; a medida que ésta crece, aumenta la diversificación de las categorías ocupacionales y la calidad del empleo. La población de cultura oral aumenta a un ritmo mayor la proporción de gente con televisión que la de cultura escrita. Asimismo, el porcentaje de población pobre de cultura oral es el doble de la población pobre de cultura escrita. Finalmente, la población pobre y de cultura oral, a pesar del aumento cuantitativo significativo de población pobre y de su condición de mayor pobreza relativa, aumenta su integración mediática audiovisual mientras que su par no pobre se estanca. 3.5. Análisis probabilístico Como ya se anotara en el marco teórico, la pobreza como fenómeno multivariado, toma múltiples dimensiones para ser entendida. Este análisis de su comportamiento, a partir de las Encuestas de hogares de Paraguay, considera algunas variables como aspectos claves en la probabilidad de su acontecimiento. Se utiliza un modelo de regresión logística de la Encuesta Permanente de Hogares de 1999 para verificar la probabilidad de ser pobre tomando este fenómeno como variable dependiente , a partir de las variables explicativas o independientes y sus efectos sobre aquella. Las variables consideradas en el estudio fueron construidas como recategorizaciones de variables previamente existentes en las bases de datos a fin de conjugar las distintas condiciones en las que la población se con-

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figura para explicar el fenómeno deseado. A los efectos de la regresión logística en la explicación de una variable dicotómica cual es la de pobreza, las variables independientes fueron todas dispuestas a su vez como variables dicotómicas. El presente estudio considera a los individuos como unidad de análisis. En el lado izquierdo de la regresión (la variable dependiente) se toma a la variable dummy que tiene el valor de 1 si el individuo es pobre y 0 si es no pobre. El lado derecho de la regresión (las variables independientes) está conformado por un conjunto de activos que poseen los individuos. Como la variable dependiente es dicotómica, se optó por la función logística para representar el modelo de regresión. Variable dependiente

pobnopoi: Pobreza. La clasificación de pobre o no pobre se hizo en función del ingreso del hogar disponible por persona; es decir, si está por debajo o arriba del valor de la Canasta Básica de Consumo (Línea de Pobreza). Se le adjudica el valor 1 a todos los casos en que los ingresos sean menores al valor de la Línea de Pobreza. Variables explicativas o independientes

1 area: Área geográfica. Con valor 1 para Área Urbana y 0 para Área Rural 2 sexo: Sexo. Con valor 1 para Varón y 0 para Mujer 3 guaraní: Lengua guaraní del hogar. Con valor 1 para Guaraní hablante y 0 para Otras formas. 4 castella: Lengua castellana del ho-


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

gar. Con valor 1 para castellano hablante y 0 para otras formas 5 conocupa: Condición de Ocupación. Con valor 1 para la condición de Ocupado y 0 para Otras formas 6 catocup1: Categoría ocupacional agrupada empleado. Con valor 1 para la categoría empleado y 0 para Otras formas 7 catocup2: Categoría ocupacional agrupada obrero. Con valor 1 para la categoría obrero y 0 para Otras formas. 8 oral1: Condición de oralidad predominante. Con valor 1 para la condición de oralidad predominante y 0 para la no oralidad predominante. 9 oral2: Condición de literalidad incipiente. Con valor 1 para la condición de literalidad incipiente y 0 para la no literalidad incipiente. 10 tv: Tenencia de televisión. Con valor 1 para la condición de tenencia de televisión y 0 para la no tenencia. La probabilidad de que un individuo sea pobre se define con la siguiente expresión (del tipo logístico): P = 1 / (1+e-Z)

donde Z = B0 + B1X1 + B2X2 + + BpXp , Bi son los coeficientes a estimar, Xi las variables independientes y e es la base del logaritmo natural, aproximadamente 2.718 Si la probabilidad de que un individuo sea pobre es P, entonces la probabilidad de que no sea es (1-P), en consecuencia, la razón entre ambas (el riesgo relativo de que ocurra una

situación de pobreza) será igual a: P / (1-P) = (1+e Z ) / (1+e -Z) = e Z = exp(Z). Tomando el logaritmo natural de la expresión anterior se obtiene ln[P / (1-P)] = B0 + B1X1 + B2X2 + + Bp. Bi indica el cambio en ln[P / (1-P)] causado por el cambio unitario de Xi. exp(Bi) indica el cambio en (P/(1P)), causado por el cambio unitario de Xi. Bi P(1-P) indica el cambio en P (la probabilidad de que un individuo sea pobre) causado por el cambio unitario de Xi (elasticidad) El nivel de significación prueba o rechaza la hipótesis de que los coeficientes son iguales a 0 (cero). Si la significación asociada es pequeña, entonces se rechaza la hipótesis con un nivel de confianza del 1-sig. x 100 por ciento. En total se utilizaron 9 variables, pero sólo 8 muestran una correlación significativa debido a que el efecto de algunos activos sobre el status de pobreza se diluye cuando se controla por la posesión y acceso a los demás activos. Los parámetros de todos estos activos son significativos. En el modelo de regresión empleado para País Total, 73,2% de los casos fueron seleccionados correctamente. Considerando un modelo para cada área geográfica, en el caso del área rural 67,3% fueron seleccionados correctamente y para el área urbana lo fueron 78,7% de los casos. Estos resultados constituyen un fundamento sólido para afirmar que el referido modelo tiene predictividad.


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

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CUADRO Nº 9: El Paraguay en cifras Variables

B

SEXO AREA GUARANÍ CASTELLA CONOCUP CATOCUP1 CATOCUP2 ORAL1 ORAL2 TV Constant

,266 ,144 1,007 -,226 -,427 -1,322 -,387 ,290 ,301 -,920 -,669 Total number of cases -2 Log likelihood Cox & Snell R Square Nagelkerke R Square Correcty clasified

De los resultados de la regresión logística se puede observar, en primer lugar, que los niveles de significación asociados a las variables explicativas con excepción de sexo para el área urbana- resultaron en general dentro de los parámetros esperados, es decir menores a 0,05. Esto concluye con baja probabilidad de equivocarse dado que los coeficientes B son significativamente distintos de cero. En el modelo para País Total, para la variable área, con la proximidad a ser de área urbana, se da una mayor probabilidad de ser pobre. Esta variable es considerada para el caso de país total, sin tener en cuenta las áreas geográficas rural y urbana.

Sig.

Exp(B)

,000 ,002 ,000 ,002 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000

1,305 1,154 2,738 ,798 ,652 ,267 ,679 1,336 1,351 ,398 ,512

14.581 15462,0721 ,157 ,222 73,05

Con la variable sexo, para el área rural es significativo el hecho de que cuando se es hombre es mayor la probabilidad de ser pobre, mientras que para el área urbana dicha probabilidad no es segura ya que no hay significación en el modelo que permita realizar alguna afirmación. Con las variables de idioma hablado en el hogar tomadas para el modelo, sucede que cada una tiene un signo diferente a la otra, lo cual para guaraní de signo positivo con mayor proximidad de ser hablante de dicha lengua, mayor probabilidad de ser pobre; mientras que con la mayor proximidad de ser castellano-hablante, menor la probabilidad de ser pobre.


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

La adscripción a priori del guaraní como la lengua de la pobreza no tendrá nunca una justificación acabada, pero con el modelo se expresa una suposición teórica y su verificación empírica descripta en el Perfil, de que la oralidad se manifiesta fundamentalmente con la lengua guaraní. Así pues, la probabilidad de ser pobre a partir de la lengua hablada es significativa, mientras que el castellano tiene mayor potencial de oposición a la pobreza en el contexto de la sociedad paraguaya en general. Con la condición de ocupación (conocupa), de signo negativo, lo que se expresa en el modelo es que a mayor proximidad a ser ocupado, menor la probabilidad de ser pobre. La proba-

bilidad de ser pobre está supuesto que aumentará con la condición de no estar ocupado, lo cual es coherente con el hecho de que la posibilidad de percepción de ingresos es baja al no estar en condición de ocupación laboral. La categoría ocupacional (catocup), expresa para las categorías de empleado y obrero, que a mayor proximidad a pertenecer a las mismas, disminuye la probabilidad de ser pobre, aunque la categoría obrero para el área urbana -con signo positivo en el coeficiente B- expresa que la proximidad a ser de dicha ocupación aumenta la probabilidad de ser pobre en dicha área geográfica. Las bases teóricas de este estudio dan a suponer que las categorías ocupaciones de empleado a dife-

CUADRO 10: Modelo de regresión para las Áreas Rural y Urbana Variables

SEXO GUARANÍ CASTELLA CONOCUPA CATOCUP1 CATOCUP2 ORAL1 ORAL2 TV Constant Total number of cases -2 Log likelihood Cox & Snell R Square Nagelkerke R Square Correcty clasified

Area urbana

Area rural B ,414 1,365 -,653 -,402 -2,177 -1,272 ,259 ,318 -,896 -1,004

Sig.

Exp(B)

B

,000 ,000 ,011 ,000 ,000 ,000 ,002 ,000 ,000 ,000

1,514 3,916 ,521 ,669 ,113 ,280 1,296 1,374 ,408 ,366

,050 ,664 -,305 -,592 -,969 ,416 ,542 ,347 -,995 -,292

7.093 8290,672 ,161 ,218 67,3

Sig. ,453 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,000 ,010 7.488 6944,837 ,114 ,175 78,7

Exp(B) 1,051 1,942 ,737 ,553 ,380 1,515 1,720 1,414 ,370 ,747


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

rencia de las demás y para cualquier área geográfica, tiene como condición el requerimiento de lecto-escritura, por lo tanto en dicha condición ocupacional se podrán desarrollar las destrezas para el efecto y reforzar un modelo comunicacional de literalidad de los sujetos adscriptos a ella. Para dos de las variables asumidas como ejes del estudio en la explicación de la pobreza, cuales son oral1 y oral2 al presentar signo positivo, se muestra que en razón directa, la proximidad a ser de cultura oral está asociada a la probabilidad de ser pobre. Así pues, se muestra con este resultado que el supuesto asumido en el marco teórico, de que la condición de oralidad como modelo comunicacional, tiene una incidencia importante para dar cuenta de la probabilidad de hallarse en la condición de pobreza en el Paraguay. Efectivamente, ambos factores, tanto la pobreza como la oralidad, se influyen recíprocamente, o sea que, por una parte, la condición cultural puede ser expresión de una condición social determinada, pero a su vez refuerza esta última, por otra. El caso de la tenencia de televisión (tv), con un signo negativo, muestra que la proximidad a dicha condición disminuye la probabilidad de ser pobre. En dicho sentido, se debe considerar que existe una asociación numérica del número de pobres con el número de televisores, y se halla una asociación negativa. Para el presente estudio, no se lo considera una variable causal, pero sí como altamente influyente en la reproducción de la condición de pobreza, al cristalizar la

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condición de oralidad, puesto que la televisión es un medio portador de la era audiovisual, que inhibe el sentido crítico y aliena con mayor incidencia a la masa con bajo nivel de alfabetización (Sartori, 1999).

5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES La investigación original sobre Cultura y pobreza en el transcurso de la misma devino en Cambio cultural y pobreza. La primera conclusión es la integración mediática audiovisual de la sociedad paraguaya, vía televisión. En menos de una década, entre 1992 y 1999, la población de 15 y más años de edad con aparatos de TV pasa de 58.4 % a 79.5 %, respectivamente. Segundo, la integración mediática se produce con mayor ímpetu en la población de cultura oral. En ese mismo lapso, la población cultura oral reduce la diferencia en el acceso a la televisión con la de cultura escrita aunque ésta en todo momento tiene mayor conexión con el mundo audiovisual. Tercero, la población pobre tiene una opción preferencial por la integración mediática, vía televisión, sobre otros bienes del hogar que pueden considerarse indispensables e incluso más imprescindibles que la propia televisión como son la disponibilidad de cocina y de heladera; requeridos para pasar de lo crudo a lo cocido y para soportar mejor el prolongado y severo verano paragua-


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

yo. Sin embargo, comparando datos de 1997/98 y 1999, se encuentra que la población pobre con aparatos de televisión 51.8 % y 59.8 %, respectivamente; mientras que, esta misma población pobres disponen de cocina en 36.7 % y 53.4 %, y, de heladera en 24.7 % y 41.5 % de los casos, respectivamente. En otras palabras, mayor consumo de imágenes y sonidos antes que recursos para cocinar o espacio para preservar alimentos y enfriar bebidas. Cuarto, la población analfabeta comprende a quienes tienen como modelo comunicacional la oralidad predominante y la literalidad incipiente, revelando la debilidad de esta última. Si bien la proporción de gente analfabeta es pequeña (9.5 % en 1997/98 y 9.3 % en 1999), resulta significativo que, 19.5 % y 25.6 % de esta totalidad se encuentren como población con literalidad incipiente. Si bien, cuantitativamente no se trata de un segmento importante, constituye, probablemente, un segmento en difíciles condiciones de cambio.

éstas tienen igual ponderación que los varones actualmente. La cultura oral es eminentemente guaraní mientras que el castellano se consolida como lengua hablada en el hogar en la cultura escrita aunque sin cuestionar la hegemonía del guaraní. Mayor literalidad facilita la ocupación y reduce la inactividad y viceversa; aunque el aumento de la inactividad obedece a causas estructurales que van mas allá del nivel de literalidad de la población. La diversidad y calidad de las categorías ocupacionales aumentan con el nivel de literalidad de la población. La población de cultura oral accede a un ritmo mayor a la televisión que la de cultura escrita. El porcentaje de población pobre de cultura oral es el doble de la población pobre de cultura escrita. Finalmente, y como elemento clave en esta investigación, la población pobre y de cultura oral, a pesar del aumento cuantitativo significativo de población pobre y de su condición de mayor pobreza relativa, aumenta a un ritmo mayor la proporción de personas con integración mediática audiovisual que los no pobres.

Quinto, se ha trazado un perfil de la población de 15 y más años según su condición cultural y sus cambios en el transcurso del quinquenio 19951999. La población de cultura oral disminuye porcentualmente aunque no cuantita-tivamente mientras que la población de cultura escrita aumenta porcentual y cuantitativamente. La cultura oral es un fenómeno eminentemente rural en contrapartida a la cultura escrita que es fundamentalmente urbana. La cultura oral es ligeramente mayor entre las mujeres y

Sexto, se ha probado la solidez del modelo de factores socioculturales y socioeconómicos condicionantes de la pobreza a través de regresiones logísticas aplicadas a los datos de la última encuesta disponible, de 1999. Esto se ha aplicado tanto para el país como para las áreas urbana y rural, y los resultados son satisfactorios. La inclusión de variables como los modelos comunicacionales que expresan condiciones culturales así como la inclusión de la tenencia o no de televisión con una alta significación (.000)


Cambio Cultural y Pobreza en el Paraguay

evidencian la pertinencia del enfoque adoptado. Séptimo, no ha sido posible comprobar la hipótesis asumida de la persistencia de la pobreza debido a su cultura mediática, vía televisión. Cuantitativa y porcentualmente, las personas pobres con televisión se reducen aunque ligeramente. Es más, se percibe cómo paralelamente crecen los niveles de pobreza en personas con mejores condiciones culturales con y sin televisión. Esto es, la población va mejorando sus condiciones culturales, las exigencias de la modernización, y la recesión económica conducen al crecimiento de la pobreza en personas de una literalidad consolidada. A los excluidos históricos se agregan los nuevos y modernos segmentos de la cultura escrita o literalidad consolidada. Octavo, un resultado muy significativo ha sido verificar que la población pobre y de cultura oral se integra más a la cultura audiovisual mediática vía televisión que su par no pobre se estanca. Esta población de cultura oral que habla fundamentalmente guaraní, una lengua que no escribe, ha permutado su oralidad; hoy habla guaraní y ve televisión y no ha pasado por cultura escrita y, lo que es más, es altamente improbable que lo haga. Está condenada a una creciente marginalidad. Estas conclusiones inducen a consideraciones sobre políticas públicas orientadas a combatir la pobreza. En primer lugar, las políticas sobre la pobreza deben incluir a aspectos culturales y dentro de éstos, necesariamente, deben pasar por la televisión, el bien más deman-

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dado por la población pobre que va aumentando. En segundo término, precisamente las personas pobres y de cultura oral y con televisión recibirían más fácilmente algún tipo de capacitación a través de la televisión pero, a su vez, son quienes más necesitan de una mayor escolarización que necesariamente pasa por la cultura escrita. En tercera instancia, debido al ejemplo de la debilidad de la literalidad incipiente, es imprescindible el mejoramiento de la calidad de la enseñanza escolar básica para lograr competencias que, por lo menos, permitan una literalidad consolidada en el sentido estricto del concepto. Esto es, la sustentabilidad de la capacidad de seguir aprendiendo ya en el ámbito de la cultura escrita. Finalmente, la persistencia de la cultura oral y el uso de una lengua que no se escribe, el guaraní, en la población pobre, rural, y hoy integrada crecientemente a la cultura mediática que significa su integración cultural a la globalización sin pasar por la cultura escrita requiere de políticas públicas específicas y pertinentes. Planes de reforma educativa y premisas de organismos internacionales de apoyo a la lucha contra la pobreza deben considerar este fenómeno. Pero, esto no significa que la transición cultural paraguaya se apropie de códigos alienantes que la conduzcan a modos de pensar homogéneos con una estandarización simbólica y cultural. Para que ello no ocurra así se requiere de políticas que rescaten una tradición multifacética y propia sin quedar marginados de procesos globales modernizantes.


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

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¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

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¿Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay? Microsimulaciones del Efecto de los Cambios en el Mercado Laboral sobre la Distribución del Ingreso y Pobreza José R. Molinas Vega1

1. INTRODUCCION La liberalización económica en Paraguay iniciada en febrero de 1989, tal como fue encarada, tuvo más sombras que luces. Paraguay culminó 1999 con un PIB por habitante inferior en 4% al de 1989 y con una aceleración del crecimiento de la pobreza rural, en particular de la pobreza extrema. La pobreza en el campo habría crecido en 7,6% en el periodo 1980-92, y se expandió con mayor rapidez en el periodo 199297/98 creciendo un 17% (Morley y Vos, 1998). La pobreza extrema rural, definida como ingresos insuficientes para cubrir los gastos alimenticios de 2200 calorías/persona/día, ha crecido en forma aún más acelerada. De un crecimiento del 45% en el periodo 1980-92, habría crecido en 56% en un periodo más corto, de 19921997/98 (idem).

tor externo (disminución de barreras a la importación y a entradas y salidas de capitales). Adicionalmente se libró a las fuerzas del mercado los precios agrícolas, se privatizaron cuatro empresas estatales y se adoptó un tipo de cambio único, con un sistema de flotación sucia. Este trabajo pretende contribuir al análisis de como la liberalización económica en Paraguay ha afectado los patrones de crecimiento, y cómo estos cambios en la estructura de producción han afectado a la distribución del ingreso y a los niveles de pobreza. Sin embargo, el enfoque adoptado en este trabajo se limita al análisis del impacto de la liberalización económica sobre la distribución del ingreso y los niveles de pobreza que se producen vía el mercado laboral.

La liberalización económica iniciada en 1989 consistió básicamente en la apertura del sector financiero y del sec-

¿Cuáles serían los niveles de concentración del ingreso y de pobreza actual si la estructura del mercado laboral fuese la observada previa al proceso de li-

1 Este trabajo se desarrolló dentro de las actividades del proyecto Liberalización de Balanza de Pagos, Crecimiento y Distribución del Ingreso con financiamiento de la red PNUD-CEPAL-BID. Fue presentado al XXII Congreso In-

ternacional del Latin American Studies Association (LASA), Miami, Florida, Marzo 16-18, 2000. Tuvo la colaboración de Margarita Molinas V.


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

beralización económica iniciada en 1989? ¿En que dirección y magnitud afectarían los cambios en las tasas de participación, de desempleo y en la estructura ocupacional observada post liberalización económica sobre los niveles de distribución del ingreso y pobreza? ¿Tienen estas transformaciones en el mercado laboral un impacto diferenciado sobre la distribución del ingreso y los niveles de pobreza en las áreas urbanas y las rurales? En el presente trabajo intentamos responder estas interrogantes a través de ejercicios de simulaciones que utilizando los micro-datos de la encuesta integrada de hogares 1997/98 la más reciente con cobertura nacional imponen las condiciones del mercado laboral reportados en el censo nacional de 1982 los datos con cobertura nacional previo a 1989 más recientes. Los efectos de las transformaciones en el mercado laboral inducidas por el proceso de liberalización económica, se caracterizarían por un sesgo hacia el bienestar urbano. En efecto, los cambios en las tasas de participación y de desempleo y en la estructura del empleo inducidos parcialmente por la liberalización económica, reducen los niveles de pobreza y concentración del ingreso en las áreas urbanas. Sin embargo, estos cambios habrían tenido un efecto benéfico reducido (en el caso del cambio en la tasa de participación) o adversos (en los casos de cambios en la tasa de desocupación y de la estructura de empleo) sobre la reducción de los elevados niveles de pobreza y concentración del ingreso rural en Paraguay.

El impacto neto a nivel nacional se reflejaría en una muy leve reducción de pobreza y concentración del ingreso en el país. Esto significa que los efectos positivos de la reducción de pobreza y concentración del ingreso en las áreas urbanas han predominado. El trabajo está organizado en cinco secciones. En la sección dos se describe brevemente el alcance de la liberalización económica en los noventa y sus efectos principales sobre los niveles de producción agregada, de manera a contextualizar los cambios ocurridos en el mercado laboral. En la sección tres se analizan las transformaciones en el mercado laboral pre y post liberalización, a la luz de los cambios en la estructura productiva. En la cuarta se reportan la metodología y los resultados de las microsimulaciones realizadas. Y en la última sección se subraya los principales resultados del estudio.

2. LA LIBERALIZACIÓN ECONÓMICA Y SU IMPACTO SOBRE LA PRODUCCIÓN.2 A partir de febrero de 1989 se inicia un proceso de liberalización económica en Paraguay que incluyen al sector financiero y al sector externo, además de la desregulación de precios en el sector agrícola, con la abolición de los precios mínimos de referencia, y la privatización de algunas empresas estatales. Estas medidas de liberalización fueron acompañadas por una 2 Esta sección resume un análisis más extenso realizado en Gibson y Molinas (1999).


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

reforma tributaria promulgada en 1991. La liberalización económica iniciada en 1989 pudo haber transformado significativamente las condiciones en el mercado laboral. A través de estas transformaciones podrían haber influido sobre los crecientes niveles de concentración del ingreso y de pobreza rural. En efecto, la concentración del ingreso se agudizó en Paraguay en los noventa, el coeficiente de Gini en el área urbana aumentó de 0,4 a 0,5 en el periodo 1990-95 y en el sector rural habría aumentado de 0,49 a 0,57 en el periodo 1992-95 (Morley y Vos 1998). Igualmente los niveles de pobreza extrema en el sector rural aumentaron en 15% en el periodo 199295. Con el propósito de entender las transformaciones económicas inducidas por la liberalización, a continuación comentamos brevemente los rasgos principales de las medidas de liberalización de las cuentas de la balanza de pagos y financiera que tienen lugar en el periodo 1989-99, y señalamos sus efectos sobre la producción nacional. Este impacto de la liberalización sobre la estructura productiva, se analiza tanto por el lado de los componentes del gasto agregado como por el de la producción sectorial.

2.1 Liberalización Comercial En 1989, se produce una significativa reducción arancelaria que de un promedio de 54% en 1988 se reduce a menos del 15%.3 La reducción arance3 Los promedios arancelarios señalados no son ponderados por importaciones.

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laria se profundiza en 1991 con la incorporación paraguaya al MERCOSUR que significó una inmediata reducción arancelaria del 47% para los productos provenientes de los demás países socios, que no se encontraban en la lista de excepción. Las reducciones arancelarias se acentúan aun más en 1992 cuando entra a regir un nuevo régimen tributario, el arancel medio vuelve a disminuir a aproximadamente 9% (OMC 1997). Las reducciones arancelarias efectivas han sido tal vez menores que las sugeridas por las reducciones porcentuales en los aranceles nominales mencionadas recientemente, debido al gran contrabando existente en el país (Borda y Masi 1998, Connolly et. al. 1995; Morley y Vos 1998).

2.2 La Liberalización de la Cuenta de Capital 2.2.1 Adecuación del Marco Legal para Incentivar IEDs El marco regulatorio para el funcionamiento del mercado de capitales en Paraguay es muy reciente, por lo tanto, el elemento más sensible a la liberalización de la cuenta de capitales ha sido la inversión extranjera directa (IED). La IED en Paraguay no ha jugado un papel preponderante en la economía en las últimas décadas. A partir de 1989, se han realizados esfuerzos para mejorar el marco legal para la inversión extranjera. La norma legal principal de incentivo a la inversión es la Ley 60/90 Régimen de Incentivos Fiscales para la Inversión de


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Origen Nacional y Extranjero , promulgada en 1990, que ofrece considerables ventajas al inversionista a través de importantes reducciones en las obligaciones tributarias durante los primeros años después de realizada la inversión, así como la simplificación de los trámites para el acceso a los incentivos fiscales que promueva la inversión. Esta ley de incentivo a la inversión ha sido atacada por las autoridades fiscales y exponentes de la industria nacional por no priorizar la inversión a ser beneficiada por los incentivos (incluye por ejemplo la creación de supermercados) y por otorgar incentivos perversos en cuanto a sustituir bienes de capital de origen nacional por importados, debido a que los importados no tributan impuesto al valor agregado mientras que los de producción doméstica sí lo deben hacer. Paraguay ha ampliado considerablemente los tratados bilaterales tendientes a la promoción y protección de inversiones extranjeras desde 1989. Un total de 14 nuevos acuerdos bilaterales se firmaron y ratificaron durante el periodo 1989-94, lo cual duplicaron los siete acuerdos bilaterales en materia de inversión logrados durante el periodo 1956-1988 (DEI-BCP 1998). En el periodo 1990-97, la IED ha alcanzado un promedio de 1.7% del PIB. No obstante, dentro de este limitado papel, se ha observado un continuo aumento de la misma durante el periodo 1988-96, incrementándose de un mínimo de 0,2% del PIB en 1988 a un máximo de poco más del 2,6% del PIB en 1996. Este incremento se debió tal vez a la adecuación de la legisla-

ción para facilitar los procedimientos de radicación de inversiones extranjeras y las medidas liberalizadoras conexas. La inversión en 1996 superó en más de treinta veces la de 1988. El destino de la inversión extranjera fue trasladándose desde los sectores productivos (agropecuario e industrial) que en 1991 componían 88% de las inversiones realizadas al de servicios (telecomunicaciones, comercio y finanzas) que en 1996 componían el 71% de las inversiones realizadas. 2.2.2 La Estabilidad de Precios en la Búsqueda de IEDs. Para aumentar las IEDs las autoridades monetarias consideraban necesaria aumentar la credibilidad del país con un mayor compromiso con la estabilidad de precios.4 En la nueva constitución de 1992 se introduce la búsqueda de la estabilidad de precios como una de las funciones principales del Banco Central. El control inflacionario fue relativamente exitoso, las tasas de inflación promedio trienal se redujeron constantemente del 25% en el periodo 1989-91, a 19% y 8 % en los periodos 1992-94 y 1995-97 respectivamente (Gibson y Molinas, 1999). Los mecanismos de control inflacionario se centraban en una estabilidad cambiaria y en el control del déficit fiscal vía contracción de la inversión pública. A partir de 1989 se produce una constante apreciación del guaraní que 4 Ciertamente que el aumento de las IEDs no era el único motivo para perseguir la estabilidad de precios, pero en la estrategia de crecimiento dentro de una economía más abierta la búsqueda del aumento de las IEDs era de suma importancia para legitimar la política monetaria en pos de reducciones de los niveles inflacionarios.


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

para el periodo 1990-97 alcanzaba más del 25% al final del periodo. Igualmente, la inversión pública que componía en promedio el 27,4% de la formación interna bruta de capital en el periodo 1984-88, reduce su participación porcentual en las inversiones en el periodo 1989-92 a 18,7%. Las inversiones del gobierno en este periodo fueron inferiores a los niveles alcanzados en 1988 en valores constantes.

2.3 Liberalización Financiera: La liberalización financiera que consistió en la reducción del encaje legal a los depósitos bancarios del 42% al 18%, en la liberalización de las tasas de interés activas y pasivas, en la eliminación de requisitos de cartera mínima destinada a determinados sectores productivos y en la autorización a las instituciones públicas a depositar en los bancos privados en lugar del banco central, aumentó significativamente los recursos monetarios destinados al financiamiento interno. Estos mayores recursos fueron destinados al financiamiento del consumo, produciéndose una aguda reasignación del crédito desde el financiamiento a la producción hacia el consumo (Gibson y Molinas 2000). En 1995 y 1997 se desatan dos crisis financieras de proporciones considerables en la economía paraguaya afectando a más de 30 entidades financieras. El costo de administración de la crisis financiera ha ascendido a más del 9% del PIB de 1998 (Gibson y Molinas 2000). Este costo aumentó el déficit fiscal y limitó aun más las posibilidades de inversión pública.

2.4 Efecto de la Liberalización

51

sobre los componentes de la demanda agregada. Los efectos de la liberalización de la balanza de pagos y financiera sobre los componentes de la demanda agregada se manifiestan en el creciente déficit comercial, la expansión del consumo y la estabilidad de las inversiones como porcentaje del PIB en un contexto de reducción de la inversión pública, obtenidas en parte gracias al aumento de las inversiones extranjeras directas. La mayor disponibilidad de créditos para el consumo, la mayor estabilidad de precios, la sobrevaluación del tipo de cambio, y la disminución de los aranceles, posibilitó una explosión del consumo de las familias que satisficieron sus demandas con bienes importados en forma creciente. La participación del consumo en el PIB aumentó del 72% en 1988 al 87% en 1994. La reducción arancelaria y la sobrevaluación cambiaria desempeñaron, igualmente un papel importante en el aumento del déficit comercial. Las importaciones como porcentaje del PIB aumentaron de 23% a 54% en el mismo periodo. Los componentes más dinámicos dentro de las importaciones fueron los bienes de consumo, tanto duraderos (crecimiento del 208% para el periodo 1990-95) como no duraderos (407% para igual periodo) (BCP, 1997). Las exportaciones no se incrementaron al ritmo requerido para eliminar el impacto contractivo de las importaciones. Las exportaciones como porcentaje del PIB aumentaron del 22% en 1988 al 32% en 1997. Un segmento importante del comercio externo paraguayo lo constituye el


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

comercio de re-exportación. Las reexportaciones incluyen productos importados tanto del MERCOSUR como de terceros países, que luego de agregarle un margen de comercialización son re-exportados en cantidades pequeñas a Brasil y Argentina, beneficiándose del régimen de importación de turismo. Los productos así introducidos a estos países resultan a menor precio que si son exportados en grandes cantidades. Frecuentemente, productos de origen argentino y brasileños, re-exportados desde Paraguay, resultan más baratos que los mismos productos que permanecieron en el país. Una de las razones catalizadoras del comercio de re-exportación, además de las diferencias arancelarias vigentes previo a la uniformidad arancelaria del AEC,5 es la disparidad de presiones tributarias internas entre Paraguay (11%) y Argentina y Brasil (entre 28 y 30%) (Borda y Masi 1998:146). El volumen de re-exportación fue en constante aumento en el periodo 1990-95. La participación de la inversión en el PIB fue relativamente estable en el periodo 1988-97, oscilando ligeramente alrededor del 23% en promedio. Esta relativa estabilidad en la participación de las inversiones se da en un contexto de reducciones importantes de la inversión pública en 1989-92 y 1995-97. La reducción de la inversión pública en estos periodos fue frecuentemente contrapesada con aumentos en la inversión privada, lo cual se vio facilitada en par5 Los productos a ser reexportados son usualmente aquellos que tienen un alto arancel en Argentina y Brasil (cigarrillos, whiskies y electrónicos) mientras que en Paraguay pagaban un modesto arancel de 2-10%.

te por el aumento de las inversiones extranjeras directas. Hasta cierto punto podríamos afirmar que el aumento de las IEDs se realizó sobre la base de la contracción de la inversión pública, debido a que la ley 60/90 de incentivo a las inversiones produjo una reducción del impuesto a la renta de las empresas que limitó aun más las posibilidades de expansión de la inversión pública.

2.5 Efecto de la Liberalización sobre los sectores productivos. Los efectos de la liberalización de la balanza de pagos y financiera más significativos se dieron en la expansión del comercio, relacionada al aumento del consumo y la re-exportación, y en la contracción de la industria nacional destinada al mercado interno, debido en parte al abaratamiento de las importaciones. Dentro del sector agropecuario, el sector agrícola ha fluctuado considerablemente en cuanto a tasas de crecimiento, en un rango de 4,4% en 1991 a 11,5% en 1995. La caída de los precios internacionales del algodón en el periodo 1989-93 y la sobrevaluación del tipo de cambio, afectaron negativamente los precios pagados a los productores de este cultivo campesino. Los precios reales internos del algodón en rama declinaron constantemente en el periodo 1989-92 y a pesar de relativas mejorías en el periodo 1993-95, nunca lograron acercarse a los niveles de 1989 (BCP, 1998). A las dificultades de precios del algodón se le sumó la restricción crediticia a la producción algodonera, especialmente en el mer-


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

cado informal (SCI, Noviembre 1995). La restricción crediticia fue inducida igualmente por la abolición de los requisitos de cartera mínima para financiamientos del sector bancario a los sectores productivos. Además, un efecto adicional de la liberalización financiera y la sobrevaluación cambiaria fue presionar hacia arriba el precio de la tierra, lo que agudizó aún más el acceso campesino a parcelas productivas por medio de mecanismos de mercado (Molinas, 1999). El volumen de algodón producido para el periodo 1991-97 decreció a una tasa del 22% anual. El sector campesino algodonero fue el grupo social más afectado por los procesos económicos en los noventa. La crisis algodonera no pudo ser contrarrestada con un mayor aumento del empleo rural no agrícola en la construcción de infraestructura rural debido a la contracción de la inversión pública. La soja, el cultivo empresarial, con precios internacionales más estables aumentó en 17% anual en el mismo periodo, contribuyendo al repunte de las exportaciones agrícolas. En los años 1991-92 y en 1994, las tasas de crecimiento alcanzadas por los sectores de comercio y finanzas compensaron el mal desempeño del sector agrícola. La liberalización financiera, el aumento del consumo y el comercio de re-exportación mencionados anteriormente son elementos importantes para entender el desempeño relativamente favorable de estos sectores en el periodo 1989-95. En cuanto a la producción industrial, observamos una constante disminución de su participación en el PIB del 16.2% en 1988 a 13.9% en 1997.

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Excepto en 1989, las tasas de crecimiento de la producción industrial han estado siempre por debajo de las tasas de crecimiento del PIB total y en 1996-97 han registrados tasas negativas de crecimiento. La reducción arancelaria y la sobrevaluación del tipo de cambio real que favorecieron la importación de bienes de consumo, así como la restricción crediticia, habrían sido factores contractivos de una industria nacional caracterizada en general por bajos índices de competitividad debido a las agudas restricciones en infraestructura física y capital humano. Los incentivos perversos de la Ley 60/90 en beneficio de la importación de bienes de capital en detrimento de la producción doméstica, impuso límites a la expansión de la industria doméstica productora de bienes de capital. El aumento de las IEDs hacia los sectores no transables, agudizó aun más la reducción relativa del sector transable originado en la contracción de la industria y producción algodonera versus la expansión del comercio y las finanzas.

3. LA LIBERALIZACIÓN ECONÓMICA Y EL MERCADO LABORAL Las transformaciones productivas inducidas por la liberalización económica pueden resumirse en los siguientes aspectos importantes para entender las transformaciones en el mercado laboral: (i) Expansión del comercio inducido por el aumento del consumo y el comercio de re-exportación.


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(ii) Expansión del sector financiero debido a la liberalización financiera (iii) Expansión de los servicios impulsados por las IEDs (iv) Contracción de la industria destinada al mercado interno debido principalmente al abaratamiento de las importaciones (v) Contracción relativa de la inversión pública debido a: (a) la estrategia de captación de IEDs que contemplaba incentivos fiscales que reducían los ingresos tributarios aportado por las empresas y el control del déficit fiscal vía contracción de la inversión pública para contribuir a la estabilidad de precios, y (b) por el aumento del déficit fiscal generado por el rescate financiero una vez estallada la crisis financiera en 1995. (vi) La contracción relativa de la actividad campesina debido a la caída de los precios internos, a la que la sobrevaluación cambiaria contribuyó.

do pre-liberalización, nos ofrece la ventaja de capturar las tasas de participación laboral, tasas de desempleo y estructura ocupacional vigentes en las áreas urbanas y rurales para los distintos tipos de trabajadores. Sin embargo, adolece de la importante limitación de no proveer información de los ingresos de las familias. Esta limitación nos impedirá comparar las condiciones de remuneración al trabajo antes y después de la liberalización, a través de los distintos tipos de trabajadores y sectores económicos. No obstante, consideramos que la utilización de los datos del censo de 1982 es la mejor opción disponible, debido a ser la única base de datos que nos permite observar, aunque sea parcialmente, los cambios ocurridos en el sector rural. Como hemos visto, es precisamente en el sector rural donde la pobreza extrema crece aceleradamente (Morley y Vos 1998, Robles 1999) y donde se encuentra el grupo social más afectado por los procesos económicos en los noventa.

Para evaluar los cambios ocurridos en el mercado laboral en este contexto de transformaciones productivas, presentamos a continuación una descripción comparativa de las condiciones del mercado laboral en 1982 y 1997/98. Los datos de 1982 provienen del Censo Nacional de Población y Viviendas, que es la base de datos más reciente disponible desde la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) con cobertura nacional previo a 1989. Los datos de 1997-98 provienen de la encuesta integrada de hogares elaborada por la DGEEC y es la última base de datos con cobertura nacional disponible.

La comparación de las condiciones en el mercado laboral entre 1982 y 1997/98 se realizará considerando la segmentación de este mercado en subgrupos definidos por ocho tipos de trabajadores y en 32 sectores laborales.6 Los tipos de trabajadores fueron clasificados según género, nivel de calificación e idioma hablado en la casa. Los sectores laborales se clasificaron según área geográfica, rama de actividad y categoría ocupacional. Las definiciones de las variables para la clasificación de los tipos de trabajadores y de los sectores laborales se presentan en el Cuadro 1.

La utilización de las condiciones laborales recolectada en el censo de 1982, como representativa del perio-

6 El mercado laboral se subdivide eventualmente en 256 segmentos distintos de acuerdo a las combinaciones de tipos de trabajadores y sectores laborales.


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

El Cuadro 2 nos presenta la distribución de la población en edad de trabajar de acuerdo a los distintos tipos de trabajadores en 1982 y 1997/98, así como sus respectivas tasas de participación y desempleo. En primer lugar deberíamos señalar la disminución de la proporción de los trabajadores no calificados que no son exclusivamente guaraní parlante en la población en edad de trabajar (PET). Este sector de la PET es el único que ha crecido a una tasa menor al promedio en el periodo 1982-98.

55

Las mayores tasas de crecimiento de la PET se observan en los segmentos de trabajadores calificados guaraní parlante.7 Estos cambios observados en la PET son consistentes con el significativo aumento de los gastos sociales (incluye gastos en educación) observados en los noventa (Morley y Vos 1998), que habrían expandido la oferta educativa en Paraguay a través de la mayor cobertura de enseñanza pública.

Cuadro Nº 1: Criterios de segmentación del mercado laboral Los ocho tipos de trabajadores se diferencian entre sí de acuerdo al: 1)

Nivel de Calificación: i) Calificados: trabajadores con más de nueve años de escolaridad ii) No Calificados: trabajadores con nueve o menos años de escolaridad

2)

Idioma hablado en la casa: i) Guaraní ii) Otro idioma: incluye guaraní y castellano, castellano y cualquier idioma extranjero

3)

Genero i) Mujer ii) Hombre

Los 32 sectores laborales se distinguen de acuerdo a: 1)

Rama de Actividad i) Sectores productores de bienes y servicios transables (a) Agropecuario: agricultura, ganadería, caza, explotación forestal (b) Industria ii) Sectores productores de bienes y servicios no transables (a) Construcciones (b) Electricidad y Agua (c) Transporte (d) Comercio (e) Finanzas (f) Servicios: hoteles, servicios comunales

2)

Categoría Ocupacional i) Asalariados: empleados público y privado, obreros, jornaleros, empleado doméstico ii) No Asalariados: empleador, trabajador por cuenta propia, familiar no remunerado, no informado.

3)

Area i) Urbana ii) Rural

7 En adelante al referirnos a las categorías sociolinguísticas como guaraní parlante y no guaraní parlante, nos estaremos refiriendo a los guaraní parlantes en exclusividad y a los no guaraní parlantes en exclusividad. Esta referencia no es del

todo correcta puesto que los no guaraní parlante incluirán en adelante a los que hablan guaraní y castellano en el hogar. Sin embargo creemos que esta pequeña imprecisión agilizará notablemente la exposición.


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 2: Tasas de participación y desempleo por tipo de trabajador Tipos de Trabajadores 1982 Femenino/Calificado/Guaraní Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma TOTAL

1,9% 2,3% 2,5% 2,5% 4,8% 4,3% 4,0% 6,2% 4,6%

Tasa de

Tasa de

Desempleo

Participación

1997/98 6,6% 8,5% 5,1% 7,0% 7,4% 4,9% 2,7% 6,9% 5,3%

Var.

1982

4,7 6,2 2,6 4,5 2,6 0,6 -1,3 0,7 0,7

23,0% 39,8% 10,3% 22,3% 71,9% 75,8% 87,3% 82,8% 51,7%

1997/98 53,2% 67,3% 32,8% 46,1% 86,0% 87,6% 80,4% 73,7% 62,0%

Proporción en la pob. en edad de trabajar Var. 30,2 27,5 22,5 23,8 14,1 11,8 -6,9 -9,1 10,3

1982

1997/98 % a.a.

0,2% 1,2% 6,6% 8,8% 17,9% 21,4% 25,5% 18,9% 0,3% 1,8% 7,0% 8,6% 19,1% 24,0% 23,5% 15,2% 100,0% 100,0%

18,4% 5,9% 5,1% 1,9% 17,4% 5,3% 5,4% 1,0% 3,9%

En cuanto a las variaciones de las tasas de participación, notamos el considerable aumento en las tasas de participación femenina, especialmente en los segmentos guaraní parlantes. Este aumento en las tasas de participación femenina contrasta marcadamente con la disminución en las tasas de participación en los segmentos masculinos no calificados.

la tasa de desempleo de los trabajadores masculinos de habla guaraní no calificados en el periodo en consideración. Esta reducción se debe tal vez a la creciente participación en actividades informales urbanas de este tipo de trabajadores. Como veremos más adelante, la participación de este tipo de trabajadores en el empleo urbano y no transable ha crecido significativamente.

Por otra parte, comparando las tasas de desempleo notamos que el mismo ha crecido substancialmente entre los segmentos femeninos, señalando que la creación de empleos para las mujeres trabajadoras no ha acompañado el significativo aumento en la tasa de participación femenina. Dentro de los segmentos masculinos, el único segmento que denota un crecimiento de la tasa de desempleo mayor que el promedio general es el de los trabajadores calificados guaraní parlantes.

Los Cuadros 3,4,5 y 6 presentan los cambios en la estructura de empleo en forma agregada de acuerdo al área, categoría y rama de actividad del empleo. En el cuadro 3 observamos que la absorción laboral en el área rural disminuyó marcadamente del 57% en 1982 al 42% en 1997/98. Como señalamos anteriormente, los más afectado por los procesos económicos de los noventa han sido los productores campesinos algodoneros.

Los aumentos en la calificación dentro de la población de habla guaraní y de la tasa de participación superaron con creces la creación de puestos de trabajo que absorbe a trabajadores de estos segmentos. Resulta llamativo igualmente la significativa reducción en

La sobrevaluación cambiaria, la caída de los precios internacionales, la disminución de la productividad debido a la plaga del picudo, habría provocado una contracción significativa de la ocupación agrícola, que no pudo ser contrarrestada por la expansión de la inversión pública en la construcción de


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

la escasa infraestructura vial rural. Dentro del empleo en el sector rural, fueron los trabajadores masculinos no calificados los que disminuyeron su participación considerablemente. Son los trabajadores no calificados los más involucrados en la producción algodonera, la escolaridad media en el área rural es de cuatro años. En el sector urbano, las tasas de participación de todos los tipos de trabajadores excepto los masculinos no calificados que no hablan guaraní aumentaron su participación en el total de empleo. Es este tipo de trabajador (masculino/no calificado/otro idioma) el que ha reducido su participación en la PET en 1997/98 en relación a 1982, y el que presenta la mayor contracción en la tasa de participación. El Cuadro 4 señala que la estructura del empleo entre las categorías de asalariados y no asalariados se ha mantenido relativamente constante, con el 39% y 61% respectivamente. Dentro

del segmento de asalariados, los trabajadores masculinos no calificados de habla guaraní aumentaron su participación mientras que los masculinos no calificados que no hablan guaraní disminuyeron considerablemente su participación, reflejando tal vez su menor participación en la PET, mencionada anteriormente. Dentro de los sectores no asalariados observamos que la fuerza de trabajo femenina no calificada aumentó considerablemente mientras que los hombres no calificados disminuyeron significativamente. El aumento de la fuerza de trabajo femenino no calificado dentro del sector no asalariado estaría relacionada al aumento del empleo urbano informal dedicado a actividades comerciales. Mientras que la disminución en la participación del empleo no asalariado de hombres no calificados se relacionaría con la contracción relativa del empleo en la producción algodonera, mencionada recientemente.

Cuadro Nº 3: Distribución del empleo por área geográfica 1982

1997/98

Empleo Rural Femenino / Calificado / Guaraní parlante Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma

57,0% 0,0% 0,6% 2,8% 2,8% 0,3% 1,5% 30,4% 18,6%

42,3% 0,4% 1,0% 6,6% 3,6% 0,8% 1,1% 22,5% 6,4%

Empleo Urbano Femenino/Calificado/Guaraní Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma

43,0% 0,0% 5,0% 1,0% 7,0% 0,1% 9,5% 4,5% 15,9%

57,7% 0,7% 8,3% 4,8% 10,2% 1,7% 11,1% 9,6% 11,4%

100,0%

100,0%

Total

57


58

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Cuadro Nº 4: Distribución del empleo por categoría ocupacional 1982

1997/98

Empleo Asalariado Femenino/Calificado/Guaraní Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma

39,2% 0,0% 4,3% 0,7% 3,9% 0,2% 7,4% 7,7% 15,1%

39,0% 0,7% 5,8% 1,0% 2,7% 1,6% 7,9% 10,7% 8,6%

Empleo No Asalariado Femenino/Calificado/Guaraní Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma

60,8% 0,0% 1,3% 3,1% 5,9% 0,3% 3,6% 27,3% 19,4%

61,1% 0,3% 3,5% 10,4% 11,1% 0,9% 4,3% 21,3% 9,2%

100,0%

100,0%

Total

Cuadro Nº 5: Distribución del empleo por rama de actividad transable y no transable 1982

1997/98

Empleo en la Producción Transable Femenino/Calificado/Guaraní Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma

63,5% 0,0% 0,7% 2,6% 3,7% 0,3% 2,5% 31,9% 21,9%

42,5% 0,2% 1,1% 4,7% 2,8% 0,7% 1,9% 23,9% 7,4%

Empleo en la Producción No Transable Femenino/Calificado/Guaraní Femenino/Calificado/Otro Idioma Femenino/No Calificado/Guaraní Femenino/No Calificado/Otro Idioma Masculino/Calificado/Guaraní Masculino/Calificado/Otro Idioma Masculino/No Calificado/Guaraní Masculino/No Calificado/Otro Idioma

36,5% 0,1% 4,9% 1,2% 6,1% 0,1% 8,5% 3,0% 12,6%

57,5% 0,9% 8,2% 6,7% 11,0% 1,8% 10,3% 8,2% 10,4%

100,0%

100,0%

Total


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

El empleo en los sectores transables decreció considerablemente del 63% en 1982 al 42% en 1997/98. Los trabajadores más afectados por la contracción del empleo en los sectores de producción de bienes y servicios transables fueron los hombres no calificados. La rama de actividad transable donde se observa un marcado descenso en la absorción laboral es el sector agropecuario que disminuye su participación en el total de empleo del 47% en 1982 al 28,5% en 1997/98. En los sectores no transables aumentó considerablemente la participación femenina y la de los hombres no calificados guaraní parlantes. La rama de actividad no transable que aumentó considerablemente su participación en el total de empleo fue el sector comercio que del 9% en 1982 pasó a absorber más del 24% del empleo en 1997/98.

Estas transformaciones observadas en las tasas de participación de los distintos tipos de trabajadores, en las tasas de desempleo que los mismos enfrentan, y el cambio en la estructura del empleo afectarían la distribución del ingreso y los niveles de pobreza. La dirección y magnitud de estos cambios es el resultado de complejas interacciones cuya estimación se realizará con mayor precisión mediante ejercicios de simulaciones numéricas. Con el propósito de evaluar el impacto de estas transformaciones del mercado laboral sobre la distribución del ingreso y los niveles de pobreza presentaremos en la próxima sección los resultados de microsimulaciones que nos indicarán cual hubiese sido la distribución del ingreso y los niveles de pobreza en 1997/98 si la estructura del mercado laboral hubiese sido la de 1982.

Cuadro Nº 6: Estructura sectorial del empleo en porcentajes (Población ocupada de 12 años y más).

Bienes agropecuarios Minería Industria Electricidad y Agua Construcciones Comercio Finanzas Transporte Otros Servicios Total

59

1982

1992

1997/98

47,0 0,1 13,0 0,3 7,1 9,0 1,9 3,2 18,3 100,0

37,4 0,2 13,0 0,7 7,4 15,9 0,9 3,4 21,1 100,0

28,5 0,2 12,5 0,6 5,0 24,1 3,4 4,0 21,7 100,0

Fuentes: Censos Nacionales 1982, 1992; Encuestas de Hogares 1997-98. Observación: La última encuesta integrada de hogares corresponde al periodo Agosto 1997-Julio 1998.


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4. LAS MICROSIMULACIONES 4. 1 Notas Metodológicas Como referencia para la evaluación de los cambios en la distribución del ingreso y los niveles de pobreza tomaremos el coeficiente de Gini, y los índices de incidencia y brecha de pobreza, así como el índice Foster, Greer y Thorbecke FGT (1984) con α=2, estimados con los datos originales de la encuesta de hogares de 1997/98. El índice de incidencia de pobreza (Po) se define como la fracción de la población por debajo de la línea de pobreza. Este índice no considera la severidad de la pobreza y se mantiene inalterada por políticas que aumenten la severidad de la pobreza (Deaton 1997:145). El índice brecha de pobreza (P1) corrige esta situación ponderando la contribución a la pobreza agregada de acuerdo a la severidad de pobreza de cada individuo. Una limitación de esta medida es que las transferencias entre pobres no afectan a este índice (ídem: 146). El índice FGT (P2) pondera el grado de pobreza de acuerdo al valor de a elegido. Cuanto mayor sea este valor, el índice penaliza más severamente la brecha de pobreza. Para un valor de α = 0, el resultado es el mismo que el índice de incidencia de pobreza, con un α = 1 se replica los resultados del índice brecha de pobreza y con un valor de α=2 se obtiene un índice que es sensible a las transferencias entre pobres (idem:147). Para mejor comparabilidad de los ingresos en la construcción de estas medidas de distribución y pobreza, hemos

convertido los ingresos a guaraníes de Asunción utilizando los índices de precios relativos reportados en Robles (1999). Una vez homogeneizada la unidad monetaria, trabajamos con una única línea de pobreza al nivel nacional. Las medidas de distribución y pobreza se calculan tanto al nivel nacional, como para las áreas urbana y rural. Cabe destacar que la base de datos de la encuesta integrada de hogares (EIH) 1997/98 reporta ingresos laborales nulos en 1.700 registros de los 8.000 correspondientes a personas ocupadas.8 Esta deficiencia de la base de datos afectará el cálculo preciso de las medidas de desigualdad y pobreza, pero su impacto sobre los cambios relativos en estas medidas con las estructuras hipotéticas del mercado laboral serían más leves. Una vez obtenidas las medidas de distribución del ingreso y pobreza con los datos originales de la EIH 1997/98, calculamos estas medidas con estructuras del mercado laboral hipotéticas que utilizan (a) las tasas de participación por tipo de trabajadores de 1982, (b) las tasas de desempleo por tipo de trabajadores de 1982, y (c) la estructura de empleo por tipo de trabajadores y sectores laborales de 1982. Las alteraciones de las tasas de participación, desempleo y estructura del empleo se realizan en forma separada y también en conjunto. Esto significa que tendremos cinco estructuras alternativas del mercado laboral que compa8 Considerando los factores de expansión de cada registro, esto equivale a un 19% de la fuerza laboral ocupada con ingresos laborales cero.


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rar con la estructura original. Los cálculos de las nuevas medidas de distribución y pobreza se realizan a través de microsimulaciones siguiendo la metodología sugerida por Paes de Barros (1999), cuyas características principales la presentamos brevemente a continuación.

tasa de participación alterada, se agrega los ingresos no laborales de cada individuo, se determina el nuevo ingreso familiar per cápita y se calculan nuevamente las medidas de distribución del ingreso y pobreza.

4.1.1 La alteración de la tasa de participación.

Con este procedimiento se evalúa cuáles serían las nuevas medidas de distribución del ingreso y pobreza en 1997/98 si las tasas de desempleo para cada tipo de trabajador fuesen las vigentes en 1982. La metodología propuesta por Paes de Barros (1999) consiste en identificar primeramente las personas que entraran y/o saldrán de la población ocupada en forma aleatoria para cada tipo de trabajador dentro de la PEA, en base a las tasas de desocupación vigentes en 1982 para cada subgrupo. Para los individuos que salieron de la población ocupada, se anula su ingreso laboral. A los nuevos ingresantes a la población ocupada, se les agrupa en centiles aleatoriamente y se les asigna los ingresos laborales promedios del mismo centil de los trabajadores ocupados en la base de datos original.

Con este procedimiento se pretende evaluar cuáles serían las condiciones de la distribución del ingreso en 1997/98 si la tasa de participación por tipo de trabajador fuesen las vigentes en 1982. Con esto aislaríamos el impacto de los cambios en la tasa de participación antes y después de las reformas sobre la distribución del ingreso y los niveles de pobreza. La metodología utilizada consiste en identificar primeramente a las personas que entrarán y/o saldrán de la PEA en forma aleatoria para cada tipo de trabajador potencial dentro de la población en edad de trabajar (PET). Para los individuos que salieron de la PEA, se anula su ingreso laboral. Para los que entraron, resta identificar si se encontrarán ocupados o desocupados. La asignación de empleo para los nuevos ingresantes se realiza en forma aleatoria dentro de cada tipo de trabajador, considerando las tasas de desocupación vigentes en 1997/98 para cada tipo de trabajador. A los nuevos trabajadores ocupados se les agrupa en centiles aleatoriamente y se les asigna los ingresos laborales promedios del mismo centil de los trabajadores ocupados en la base de datos original de 1997/98. Una vez simulada la nueva distribución de los ingresos laborales con la

4.1.2 La alteración de la tasa de desempleo.

Nuevamente se calculan las medidas de distribución del ingreso y pobreza con la nueva distribución de los ingresos laborales y los ingresos no laborales de cada individuo en la base de datos original. 4.1.3 La alteración de la estructura de empleo. El objetivo de esta fase es obtener la distribución del ingreso y los niveles de pobreza en 1997/98 si la estructu-


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ra del empleo fuese la vigente en 1982. La metodología utilizada consiste en identificar como primer paso las personas que entrarán y/o saldrán de cada uno de los sectores del mercado de trabajo en forma aleatoria para cada tipo de trabajador dentro de la población ocupada, en base a la estructura del empleo vigente en 1982 para cada tipo de trabajador. A los trabajadores que cambiaron de sector, se los agrupa aleatoriamente en centiles de acuerdo a sus nuevos sectores de destino y se les asigna los ingresos laborales promedios del mismo centil de los trabajadores ocupados en sus sectores de destino en la base de datos original. Similarmente a los pasos anteriores, se determina el nuevo ingreso familiar per cápita con los ingresos laborales con la estructura del empleo alterada y los ingresos no laborales originales, y se calculan las nuevas medidas de distribución del ingreso y pobreza.

4.2 Los Resultados Obtenidos Los resultados de las microsimulaciones nos señalan que los cambios en el mercado laboral, hasta donde hemos podido observar (sin considerar los cambios en la estructura de remuneraciones), han conducido a una disminución de la pobreza urbana de más del 6%, de acuerdo al índice de incidencia de pobreza, y han aumentado la pobreza en el área rural en más del 4%. El resultado al nivel nacional se sintetiza en una reducción de los niveles de pobreza (4,1 %) y con similar concentración del ingreso. A continuación presentamos los efectos por separado y acumulados de las alteraciones de las tasas de participación, desempleo y es-

tructura del empleo sobre las medidas de distribución del ingreso y pobreza. 4.2.1 La Distribución del Ingreso y los Niveles de Pobreza en 1997/ 98 con las Tasas de Participación de 1982. La concentración del ingreso y los niveles de pobreza observados tanto en las áreas urbanas y rurales, y por ende, al nivel nacional en 1997/98 son menores a las presentadas por una economía hipotética donde todo es muy similar excepto en las tasas de participación, que corresponde a la observada en 1982, según lo muestra el Cuadro 7. No obstante, la reducción de la pobreza en mucho más pronunciada en las áreas urbanas que en las rurales. El índice de incidencia de pobreza disminuyó en las áreas urbanas en casi 32% y en las áreas rurales menos del 7% en 1997/98 con relación a la economía hipotética. La disminución de la desigualdad fue superior igualmente en las áreas urbanas que en las rurales, según nos indica los cambios en el coeficiente de Gini en el Cuadro 7. El aumento de la participación femenina es un factor clave para entender esta disminución de los niveles de pobreza y desigualdad. La expansión de las actividades comerciales en el sector urbano y la contracción de la producción algodonera en el sector rural, se constituirían por diferentes motivos, en catalizadores de la tasa de participación femenina. El crecimiento en el sector comercio, que absorbe una porción considerable de la mano de obra femenina, habría aumentado la demanda de trabajo femenina en los sectores urbanos, presionando tal vez


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

hacia mejores remuneraciones a este tipo de trabajadoras. Ante mejores remuneraciones potenciales un mayor número de mujeres encontraría sus salarios de reserva sobrepasados, y la tasa de participación aumentaría. La contracción de los ingresos campesinos generada por la crisis algodonera, aumentaría la oferta de trabajo femenina en las áreas rurales en un intento de esterilizar esta contracción del ingreso familiar originada por las dificultades del algodón. La disminución de las tasas de participación de los trabajadores masculinos no calificados, especialmente los de habla guaraní, se debería al aumento de los trabajadores desanimados. La contracción de la ocupación campesina originada en la crisis algodonera, además de la falta de inversión pública en el desarrollo de la infraestructura productiva rural han limitado severamente las posibilidades de ocupación en el sector rural y la contracción de las actividades industriales destinadas al mercado interno lo habrían hecho en el sector urbano. Esta contracción de actividades que absorben el trabajo no calificado ha-

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bría aumentado los trabajadores desanimados. No obstante, la expansión de las tasas de participación femenina parece haber compensado con creces la contracción de las tasas de participación masculina no calificada. Ciertamente no todos los cambios en la tasa de participación pueden ser atribuidos a la liberalización económica. La tasa de participación podría estar afectada igualmente por el aumento de los niveles educativos, los cambios en la composición familiar (número de hijos, por ejemplo) y los cambios en el área de residencia debido a los flujos migratorios por razones no económicas. El Cuadro 7 presenta la descomposición de la variación en el índice de incidencia de pobreza, entre cambios en el ingreso per-cápita medio (efecto crecimiento), cambios en la curva de Lorenz (efecto distribución) y la interacción de ambos efectos (residuo).9 Notamos que el efecto crecimiento es mucho más fuerte que el efecto distribución en estas descomposiciones, tanto en el área urbana como rural.

Cuadro Nº 7: Variaciones de índices de distribución y pobreza con tasas de participación por tipo de trabajadores alteradas

Gini Incidencia de Pobreza Brecha de Pobreza FGT (2)

Datos 1997/98

Con Partic. (P) de 1982

Urbano 1997/98

Urbano con P 1982

Rural 1997/98

Rural con P 1982

57,4 35,0 21,1 16,7

58,8 41,5 25,5 20,4

50,0 17,9 6,4 3,1

52,5 26,3 12,4 7,8

61,7 56,9 37,7 30,9

62,8 61,2 40,9 33,5

9 Para una discusión más completa de esta metodología de descomposición ver Ravallion 1994


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Cuadro Nº 8: Descomposición del cambio de la incidencia de pobreza en con la tasa de participación alterada: 1997/98-1997/98 con P 82

País Urbano Rural

Cambio en la Pobreza =

Efecto Distribución +

Efecto Crecimiento +

-6.52 -8.35 -4.28

-1.12 -2.91 -0.64

-5.51 -5.95 -3.65

4.2.2 La Distribución del Ingreso y los Niveles de Pobreza en 1997/98 con las Tasas de Desempleo de 1982. La concentración del ingreso y los niveles de pobreza observados al nivel nacional en 1997/98 son mayores que las presentadas por una economía hipotética con las tasas de desempleo por tipo de trabajador correspondiente a la observada en 1982. Sin embargo, los niveles de concentración del ingreso y pobreza en el área urbana son menores en la economía actual que en la hipotética. En la medida que los cambios en la estructura de tasas de desempleo obedezcan al proceso de liberalización económica, podríamos afirmar que este proceso de liberalización tiene un marcado sesgo hacia la economía urbana. Mientras que la incidencia de pobreza se redujo en 22% en el sector urbano en 1997/98 con relación a una economía similar con la estructura de las tasas de desempleo de 1982, el mismo índice de pobreza aumentó en 22% en el sector rural. Esta situación nos estaría indicando que el considerable aumento de las tasas de desempleo dentro de la fuerza laboral femenina en

Efecto de Interacción 0.11 0.51 -0.01

1997/98 con relación a 1982 haya estado concentrada primordialmente en sector rural. De hecho, las posibilidades de empleo femenino en el sector comercial informal es fundamentalmente una realidad urbana. La reducción de las tasas de desempleo para los trabajadores masculinos no calificados de habla guaraní parece no haber sido suficiente para compensar el aumento del desempleo femenino con relación a nuestra economía hipotética, manteniendo la tasa de participación, estructura del empleo y de las remuneraciones inalteradas. La expansión del comercio y el sector finanzas en el área urbana y la carencia de oportunidades de empleo no agrícola en el sector rural explicarían este probable aumento diferenciado del desempleo femenino urbano y rural. La descomposición de los cambios en el índice de incidencia de pobreza nos indica que la reducción de pobreza urbana se explica primordialmente por una mejora en la distribución del ingreso y el aumento de la pobreza rural como una contracción de los ingresos per-cápita medios.


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¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

Cuadro Nº 9: Variaciones de índices de distribución y pobreza con tasas de desempleo por tipo de trabajadores alteradas Datos 1997/98 Gini % debajo Línea de Pobreza Brecha de Pobreza FGT (2)

Con Tasa de Desempleo (U) Desempleo

57,4 35,0 21,1 16,7

56,0 33,6 19,0 14,1

Urbano 1997/98

Urbano con U 1982

Rural 1997/98

Rural con U 1982

50,0 17,9 6,4 3,1

51,7 23,0 11,7 7,9

61,7 56,9 37,7 30,9

58,0 46,5 27,3 20,8

Cuadro Nº 10: Descomposición del cambio de la incidencia de pobreza en con la tasa de desocupación alterada: 1997/98-1997/98 con U 82

País Urbano Rural

Cambio en la Pobreza =

Efecto Distribución +

Efecto Crecimiento +

Efectos de Interacción

1.27 -5.12 10.47

0.92 -3.46 1.64

0.43 -1.96 7.25

-0.08 0.3 1.58

El Cuadro 11 nos presenta los efectos acumulados de la variación de las tasas de participación y de desempleo por tipo de trabajadores. Los rasgos principales de las variaciones en los índices de incidencia de pobreza nos señalan que la pobreza urbana se reduce en más del 30%, mientras que la reducción en el área rural es de poco más del 7%. El resultado neto a nivel nacional es el de una reducción de la pobreza del 15%. A juzgar por la magnitud de los cambios, podemos señalar que en este efecto acumulado predomina el efecto del aumento en las tasas de participación. 4.2.3 La Distribución del Ingreso y los Niveles de Pobreza en 1997/98 con la Estructura del Empleo en 1982 El sesgo urbano de los cambios postliberalización se evidencia aún más

cuando comparamos a la economía actual de 1997/98 con una hipotética donde lo único que se altera es la estructura del empleo para replicar la estructura vigente en 1982. La pobreza urbana, de acuerdo al índice de incidencia de pobreza, es menor en 14% en la economía actual que en la hipotética. Sin embargo, en el sector rural el nivel de incidencia de pobreza aumenta en casi 2%. El resultado neto al nivel nacional es una reducción de la incidencia de pobreza del 7%. La expansión del comercio y las finanzas en el sector urbano contrasta con la contracción de la actividad campesina algodonera en el sector rural. Esto se observa en la expansión de la participación urbana en el total de empleo (Cuadro 3) del 43% en 1982 a casi 58% en 1997/98. Los sectores comercio y finanzas pasan de absorber menos del 11% del empleo en 1982 a absorber más del 27% del empleo en


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1997/98 (Cuadro 6). La mano de obra en el sector comercio es 77% urbana y en el sector finanzas este porcentaje aumenta a casi el 90% (Cuadro 13). El gran aumento de la oferta laboral femenina fue mayormente absorbida en el sector no asalariado que en 1997/98 representó a más de un cuarto de la absorción laboral mientras que en 1982 apenas superaba el 10%. La descomposición de los cambios en el índice de incidencia de pobreza, nos indica que la reducción de pobreza urbana se explica principalmente por un aumento del ingreso per-cápita me-

dio y el aumento de la pobreza rural como una contracción de los mismos. El cuadro 15 nos presenta los efectos acumulados de la variación de las tasas de participación, de desempleo por tipo de trabajadores y de la estructura del empleo. En este cuadro se señala que las transformaciones en el mercado laboral observadas producen una disminución de la pobreza urbana de más del 6% pero un aumento de la pobreza rural de más del 4%. El número de pobres a nivel nacional, el resultado neto, disminuye en 4%.

Cuadro Nº 11: Variaciones de índices de distribución y pobreza con las tasas de participación y desempleo alteradas (efectos acumulados) Datos 1997/98 Gini % debajo Línea de Pobreza Brecha de Pobreza FGT (2)

57,4 35,0 21,1 16,7

Con las Condiciones de 1982

Urbano 1997/98

Urbano con las Condic. de 1982

Rural 1997/98

Rural con las Condic. de 1982

50,0 17,9 6,4 3,1

52,4 25,7 13,7 9,9

61,7 56,9 37,7 30,9

63,5 61,4 41,7 34,7

59,2 41,2 26,6 22,3

Cuadro 12: Variaciones de índices de distribución y pobreza con estructura del empleo alterada

Gini % debajo Línea de Pobreza Brecha de Pobreza F-G-T (2)

Datos 1997/98

Con la Estruct. de empleo (E) de 1982

Urbano 1997/98

Urbano con E 1982

Rural 1997/98

Rural con E 1982

57,4 35,0 21,1 16,7

59,5 37,8 25,2 22,0

50,0 17,9 6,4 3,1

50,4 20,9 10,0 6,5

61,7 56,9 37,7 30,9

64,6 56,0 39,0 33,5


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

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Cuadro 13: Participación del sector urbano en el Empleo Sectorial, Porcentajes (1997) Bienes Agropecuarios Minería Industria Electricidad y Agua Construcciones Comercio Finanzas Transporte Otros Servicios

8.1% 11.3% 70.4% 77.4% 73.6% 76.7% 89.3% 82.1% 81.3%

Fuente: Encuesta de Hogares 1997-98

Cuadro 14: Descomposición del cambio de la incidencia de pobreza en con la estructura del empleo alterada: 1997/98-1997/98 con E 82 Cambio en la Pobreza =

Efecto Distribución +

Efecto Crecimiento +

Efectos de Interacción

-2.79 -2.96 0.94

-2.11 -1.43 -1.58

-0.74 -1.81 2.71

0.06 0.28 -0.19

País Urbano Rural

Cuadro 15: Variaciones de índices de distribución y pobreza con las tasas de participación, desempleo y estructura del empleo alterada (efectos acumulados) Datos 1997/98 Gini % debajo Línea de Pobreza Brecha de Pobreza F-G-T (2)

57,4 35,0 21,1 16,7

Con las Condiciones de 1982 57,4 36,5 21,6 16,6

Urbano 1997/98

Urbano con las Condic. de 1982

Rural 1997/98

Rural con las Condic. de 1982

50,0 17,9 6,4 3,1

49,7 19,1 7,9 4,3

61,7 56,9 37,7 30,9

61,0 54,6 34,5 27,2


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5. CONCLUSION La liberalización económica iniciada a partir de 1989 que incluyó a la liberalización de balanza de pagos y del sector financiero, produjo escasos resultados en términos de crecimiento (el PIB per-cápita en 1999 fue inferior en 4% al de 1989), pero generó una explosión del consumo privado financiada principalmente con ahorros externos. Este aumento del consumo se vió reflejada desde la estructura sectorial de producción por tasas de crecimiento considerables en los sectores de comercio y finanzas, sectores primordialmente urbanos. En el sector rural, las tasas de crecimiento no despreciables del sector agrícola se basó en la producción empresarial de la soja, donde prevalecen procesos de producción agrícola relativamente más capital-intensivo. El crecimiento de este renglón agrícola contrastó con la fuerte contracción del algodón, caracterizado por procesos productivos intensivos en mano de obra. La contracción de la producción algodonera afectó fuertemente a las familias campesinas. Debido a la contracción de las inversiones públicas, las probables alternativas de empleo no agrícola en el sector rural fueron muy limitadas. Entre 1982 y 1997/98 observamos un tremendo aumento en las tasas de participación laboral femenina. Las mayores oportunidades para la actividad comercial en el sector urbano inducida por el substancial aumento del consumo se habría constituido en un incentivo adicional para participar en el mercado de trabajo.

La crisis en la producción algodonera y la falta de inversión pública en el desarrollo de la infraestructura productiva rural ha limitado igualmente las posibilidades de ocupación en el sector rural, lo cual parece haber influido en la reducción de las tasas de participación de los trabajadores masculinos no calificados. Esta reducción en las tasas de participación de los hombres no calificados, pudo constituirse en un incentivo adicional al aumento de las tasas de participación femenina, que buscaban contrarrestar la disminución del ingreso familiar. No obstante, la expansión de las tasas de participación femenina parece haber compensado con creces la contracción de las tasas de participación masculina no calificada. Estas variaciones de las tasas de participación habrían disminuido la concentración del ingreso y los niveles de pobreza ceteris paribus. No obstante la disminución de la concentración del ingreso y pobreza fue mucho más pronunciada en las áreas urbanas que en las rurales. La descomposición de la reducción del índice de incidencia de pobreza entre la economía actual de 1997/98 y la hipotética con las tasas de participación de 1982 manteniendo constante todas las demás características de 1997/98, nos señala que el efecto crecimiento en la economía hipotética es mucho más importante que el efecto distribución para explicar los cambios observados. Las variaciones en las tasas de desempleo se caracterizan por el aumento


¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

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substancial de las tasas de desempleo de las mujeres trabajadoras. Probablemente este aumento en las tasas de desempleo femenino haya sido considerablemente mayor en el sector rural que en el urbano, donde la expansión de la actividad comercial ofrecía mejores perspectivas de empleo. Esta situación es consistente con el resultado de la simulación que nos indica que ceteris paribus con las tasas de desempleo de 1982, los niveles de concentración del ingreso y de pobreza urbana son menores en 1997/98 que lo observado en la economía hipotética, mientras que los niveles observados en el sector rural son mayores en la economía actual que en la hipotética. El efecto neto al nivel nacional sería el de un aumento en la concentración del ingreso y los niveles de pobreza.

empleo en los sectores no transables de la economía (expansión del comercio versus contracción de la ocupación campesina). Comparando la distribución del ingreso y los niveles de pobreza actual con los observados en una economía hipotética similar a la de 1997/ 98 pero con la estructura del empleo de 1982, apreciamos que el nivel de pobreza urbana es menor en la economía actual, mientras que la pobreza rural es mayor en la economía actual.

La descomposición del índice de incidencia de pobreza nos indica que la reducción de la pobreza urbana en la economía actual comparada a la hipotética se explica básicamente por una mejoría en la distribución del ingreso y el aumento de la pobreza rural por una contracción de los ingresos medios.

El efecto acumulado de las variaciones de las tasas de participación y de desempleo por tipo de trabajadores, más las variaciones en la estructura de empleo, nos señala que la pobreza es menor en el área urbana en 6% pero mayor en el área rural en 4% en la economía actual comparada a la hipotética, con las condiciones del mercado laboral de 1982 manteniendo igual todo lo demás. Debido a limitaciones de datos no hemos podido analizar el impacto de la variación en la estructura de remuneraciones.

Los cambios más llamativos entre la estructura del empleo en 1997/98 en relación a la de 1982 son: (a) el aumento considerable de la participación del empleo urbano en el total de empleo y (b) la expansión de la absorción de

La descomposición del índice de incidencia de pobreza nos indica que tanto la reducción de la pobreza urbana en la economía actual comparada a la hipotética, como el aumento de la pobreza rural se explican principalmente por el efecto crecimiento más que el de distribución.


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6. BIBLIOGRAFIA Banco Central del Paraguay (BCP), 1999, Informe de Coyuntura Económica, Abril. Banco Central del Paraguay (BCP), 1998a, Boletín de Cuentas Nacionales. Banco Central del Paraguay (BCP), 1998b, Informe Económico, Primer Trimestre Banco Central del Paraguay (BCP) 1997, Boletín de Estadísticas Económicas. Borda y Masi, 1998, Los Límites de la Transición, Centro Interdisciplinario de Derecho Social y Economía Política, Asunción, Paraguay. Connolly, M. y otros, 1995, The Transhipment Problem: Smuggling and Welfare in Paraguay , World Development, Vol. 23, no. 6, pp. 975-985. Deaton, A., 1997, The Analysis of Household Surveys: A Microeconometric Approach to Development Policy, The Johns Hopkins University Press, Baltimore. Departemento de Economía Internacional (DEI-BCP) 1998, Estadísticas y Marco Legal de Inversión Extranjera Directa 1994-1996. Asunción, DGEEC (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos), 1982, Censo Nacional de Viviendas. , 1992, Censo Nacional de Viviendas. , 1995,Encuesta de Hogares. ,1997/98, Encuesta de Hogares. Foster, Greer y Thorbecke, (1984), A Class of Decompable Poverty

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¿ Liberalización Económica con Sesgo Urbano en Paraguay ?

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El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

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El Empleo Informal Urbano en Paraguay. Evidencias de la Encuesta Integrada de Hogares. Carlos G. Fernández Valdovinos*

1. INTRODUCCIÓN El empleo no registrado o informal está caracterizado como "aquel que sin ser ilícito en sí mismo, no está declarado a una o varias autoridades que deberían tener conocimiento de él y, por este hecho, se sustrae a la reglamentación o a los impuestos o lleva a una reducción de las prestaciones de la seguridad social"1. Por lo tanto, la definición excluye a los empleos generados en actividades ilícitas por su objeto, como el narcotráfico o el contrabando, y alude únicamente al encubrimiento del empleo a las autoridades con la voluntad de eludir las normas laborales, de la seguridad social o evadir impuestos. El empleo no registrado es un fenómeno que preocupa a los diferentes agentes económicos desde diversos puntos de vista. Primero, el cumplimiento de la legislación laboral es un elemento fundamental de la organización del mercado de trabajo y de respeto al marco jurídico. Si muchos empleos eluden el control de las autoridades, se cuestiona el marco regula-

dor mismo y el mercado de trabajo funciona bajo instituciones informales y asimétricas. Segundo, la competencia desleal es un tema crucial para empresas y trabajadores. Si por el trabajo no registrado se pueden disminuir los costos de producción, los que respetan la ley sufren perjuicios económicos, perdiendo beneficios y empleos. Ante la presencia de una proporción importante de empleo "en negro", las presiones competitivas sobre las empresas aumentan, incentivando comportamientos ilegales. En tercer lugar, la ilegalidad constituye una fuente evidente de precariedad laboral por la menor protección social que implica y por los riesgos evidentes para las condiciones de trabajo. Así, los empleos no registrados son por lo general menos estables, muchos con bajos ingresos y con pocas posibilidades de capacitación. Cuarto, la falta de registro tiene un impacto importante sobre la recaudación fiscal. El empleo no registrado evade las contribuciones a los seguros, a las jubilaciones, a los fondos específicos vinculados con el

* El autor agradece la valiosa ayuda de Zulma Espínola Gonzáles en la construcción de la base de datos y en las estimaciones econométricas. 1 Esta definición es de OCDE, Flexibilidad y mercado de trabajo. El debate actual , Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid.


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empleo y a los impuestos generales. El resultado, además de agravar las dificultades presupuestarias en estas áreas, es que impone mayores cargas impositivas sobre el empleo legal. Por la diversidad de estos problemas todos los agentes económicos encuentran razones para dar importancia al tema del empleo informal. Para los empleadores, el tema de competencia desleal es fundamental. Para los trabajadores, es el tema de la precariedad del trabajo. Para el Estado, la observancia de la legislación laboral y de la recaudación perdida. Adicional-mente, el tema es de relevancia económica y social para el Paraguay ya que, al igual que en otros países en desarrollo, el sector informal concentra una porción importante de la producción y del empleo del país. Aún más, una de las hipótesis acerca del sector informal es que la importancia del mismo tiende a declinar en el tiempo durante el proceso de desarrollo de una economía. Por ejemplo, Yamada (1996), utilizando datos transversales de 31 países con diferentes grados de desarrollo económico, encuentra una correlación (negativa) entre la proporción de trabajadores en el sector informal urbano y el nivel del PIB per-cápita. En el Paraguay, la definición de trabajadores en el sector informal urbano utilizada por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) incluye al conjunto de trabajadores por cuenta propia, a los trabajadores familiares no remunerados y a los patrones o empleadores, empleados y obreros en empresas o unidades productivas de tamaño de cinco

o menos personas. A pesar de esta definición restringida, la población ocupada en el sector informal constituye una proporción considerable del total ocupado. Así, utilizando la definición mencionada anteriormente, los datos de la encuesta de hogares estimaban en 46.4% la proporción de trabajadores en el sector informal urbano en 1996, en 45,6% en 1997-98 y en 43,5% en 1998-99. Por otro lado, Jenker (2000), basada en datos de las encuestas de hogares, estimaba que el tamaño del sector informal paraguayo equivalía a alrededor del 19% del PIB oficial en 1998 (es decir, alrededor del 15% del PIB total). Sin embargo, la autora concluía que, dada la base de esta estimación que utiliza una definición restringida del empleo informal y el hecho de que las personas podrían estar sub-declarando sus ingresos en las encuestas, esta estimación podría ser sólo un límite inferior. Todos estos motivos justifican la necesidad de estudiar y analizar el sector laboral informal en el Paraguay. La presente investigación busca determinar algunas de las características relevantes de dicho sector en el país. Más específicamente, este estudio examina los ingresos de los trabajadores y los determinantes de la participación de los mismos en los diferentes mercados laborales urbanos en el país. Utilizando datos sobre el individuo y las familias de la Encuesta Integrada de Hogares de 1997-98, se estudia en primer lugar los determinantes del ingreso de los trabajadores en ambos sectores, considerando por ejemplo, retornos a la educación, a la experiencia y los efectos de las condiciones del


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

mercado laboral local. Con ello se busca precisar si los trabajadores en el sector informal ganan menores salarios que aquellos trabajadores con similares características pero empleados en el sector formal de la economía. Adicionalmente se estudia la participación laboral del individuo, buscando precisar qué factores determinan si una persona trabaja en el sector informal o formal. Aquí se intenta establecer si los dos sectores son competitivos y si la diferencia entre ingresos potenciales en los sectores es suficiente para explicar en cual de ellos el individuo trabaja. Dos diferentes definiciones del sector informal son comunes en los trabajos empíricos. Analistas que enfati-zan la generación de empleo utilizan generalmente el tamaño de la firma como criterio para la definición. Aquellos que subrayan la regulación social adoptan el criterio de cobertura por el sistema de seguridad social para determinar cuáles trabajadores se encuentran en el sector formal o informal. El presente trabajo utiliza esta segunda definición. Para las estimaciones se utilizan los datos de los trabajadores del área urbana empleados en el sector privado. Siguiendo prácticas comunes se excluyen de las regresiones a los trabajadores domésticos, los familiares no remunerados y los empleadores. Dos grupos de trabajadores son entonces considerados: aquellos que poseen seguro médico y aquellos no cubiertos por ningún tipo de programa de seguridad social2. Estos grupos son utilizados como "proxies" de los sectores formal e informal de la economía.

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La estructura del presente trabajo se esboza a continuación. La sección 2 realiza una breve revisión de la literatura existente en el tema. En la sección 3 se presenta la metodología a ser utilizada, al tiempo que en la sección 4 se describen los datos y se presentan algunas estadísticas básicas sobre las características socio-económicas de los trabajadores en el sector formal e informal de la economía paraguaya. La sección 5 presenta las estimaciones de los determinantes del ingreso, realizadas separadamente para hombres y mujeres en cada uno de los sectores. Esta sección examina igualmente el posible impacto de la auto-selección de los individuos entre los sectores sobre las estimaciones de los salarios potenciales. Finalmente, la sección 6 presenta las principales conclusiones de la investigación.

2. BREVE REVISIÓN DE LA LITERATURA Y LOS DATOS. Es opinión de muchos economistas que los mercados laborales en países en desarrollo están caracterizados por dualismo e imperfecciones, antes que por una situación de competencia perfecta. Ricardo (1815), Lewis (1954) y Ranis y Fei (1961) describen al mercado laboral en estos países como un mercado donde un sector tradicional, con retornos bajos y variables al trabajo y un reducido stock de capital, coexiste con un sector moderno, caracterizado por altos salarios y una acumulación substancial de capital.

De acuerdo a la encuesta realizada por la DGEEC existen seis tipos posibles de seguros médicos: IPS, privado individual, privado laboral, sanidad militar, sanidad policial y seguro en el exterior.

2


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Asociada con la hipótesis anterior se encuentra la teoría de segmentación de los mercados laborales desarrollada por Doeringer y Piore (1971). Este enfoque se basa en la teoría de salarios eficientes para explicar la existencia de diferenciales de salarios en distintos sectores. En este sentido, la teoría de segmentación de mercados mantiene dos hipótesis principales acerca del mercado laboral. La primera es que las compensaciones en diferentes sectores económicos pueden diferir para trabajadores de igual potencial de productividad. Más específicamente, que existe un mercado laboral (secundario) caracterizado por bajos salarios y donde las ganancias podrían ser una función no lineal de las horas trabajadas (debido al uso de una tecnología con retornos decrecientes al trabajo). En este sector no existen retornos importantes a un mayor grado de educación o experiencia del trabajador y las horas de trabajo son más variables que en el sector primario. La segunda afirmación es que la entrada de trabajadores al sector primario está racionada. Es decir, debido a barreras institucionales que impiden la movilidad de los trabajadores entre los sectores, un empleado en el sector inferior (secundario) no posee acceso irrestricto a un trabajo en el sector superior (primario) desempeñado por un trabajador con idénticas características. Numerosos trabajos han intentado testar empíricamente la teoría de segmentación de los mercados laborales. En esta literatura, el sector informal

urbano es el que desempeña el papel del sector secundario anteriormente mencionado. Sin embargo, tests de este tipo no están exentos de complejidades, tal como lo discuten Heckman y Hotz (1986) y Magnac (1991). Por lo anterior, este trabajo no busca convertirse en un test formal de la hipótesis de segmentación de mercado para el Paraguay, sino simplemente presenta algunas evidencias en contra de la noción de que el sector informal es el último refugio de aquellos que no tienen ninguna otra elección. Existe una extensa literatura que, utilizando datos provenientes de encuestas de hogares, han analizado el sector informal de la economía de diversos países. Particularmente, estos trabajos investigan la existencia de un diferencial ("premium") positivo en los salarios de los empleados en el sector formal. Algunos de estos estudios utilizan el método de mínimos cuadrados ordinarios (MCO) para estimar las ecuaciones de los salarios de ambos sectores y derivar así sus conclusiones. Sin embargo, los coeficientes estimados de esta manera podrían estar sesgados debido al efecto de auto-selección de los individuos dentro de los sectores. En consecuencia, la mayoría de los trabajos recientes prestan particular atención a los problemas derivados del sesgo de selección y, como consecuencia, estiman simultáneamente la ecuación de participación y la de determinantes de los salarios de los individuos3.

Similares problemas se presentan cuando se utilizan MCO para estimar el número de horas trabajadas por los individuos o los determinantes de los salarios de las personas. En estos casos existen sesgos derivados de la auto-selección de los individuos dentro del mercado laboral. Para una aplicación para el Paraguay ver Fernández Valdovinos (2000) y Espínola González (2001).

3


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

Por ejemplo, Phardan y Van Soest (1995) estudian el caso de los trabajadores en el sector urbano de Bolivia utilizando dos métodos diferentes para modelar la participación. El primero, el modelo probit ordenado, modela explícitamente el sector informal como un sector intermedio entre la no participación y el sector formal de trabajo. El segundo, el modelo logit multinomial, no impone ningún tipo de ordenamiento en la selección del individuo. Los autores encuentran que la selectividad afecta sustancialmente las estimaciones de las ecuaciones del salario. La dirección del efecto de sesgo de selección es el mismo de acuerdo a ambos modelos pero la magnitud del mismo varía, en particular para el sector informal. Asimismo, los resultados predicen que los salarios para hombres en el sector formal son mayores, al tiempo que para las mujeres se verifica el caso opuesto. Marcouiller y otros (1997) analizan los mercados laborales de Méjico, El Salvador y Perú. Estos autores utilizan un modelo probit para corregir por auto-selección de los individuos entre los sectores formal e informal. El estudio encuentra que, para el hombre, la probabilidad de un empleo en el sector formal se incrementa si el mismo es jefe de familia, si está casado y con la presencia de adultos inactivos en la casa. Para las mujeres, las estimaciones muestran que la probabilidad de empleo en el sector formal decrece con el casamiento y con el número de niños en la casa y se incrementa con la presencia de adultos inactivos en el hogar. Asimismo, la incorporación del factor de selectividad en las ecuaciones

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de salario refuerza, en la mayoría de los casos, el diferencial salarial entre los sectores formal e informal encontrado a través de una estimación mediante MCO. Tansel (2000) investiga el caso de Turquía. Su trabajo examina en primer lugar como los individuos son seleccionados entre no participación y la participación en diferentes sectores. Para el efecto, este autor utiliza un modelo logit multinomial que incluye las siguientes alternativas: no participación, trabajo asalariado en el sector privado formal, trabajo asalariado en el sector privado informal, trabajo asalariado en el sector público, trabajo por cuenta propia y otro tipo de empleo. Posteriormente se estiman las ecuaciones salariales corregidas por el sesgo de selección. El estudio encuentra que, luego de controlar por las características personales y auto selección, los trabajadores masculinos en el sector formal ganan más que aquellos en el sector informal y cuenta propistas. Adicionalmente, los salarios esperados de los hombres en el sector formal son aproximadamente dos veces mayores que los de las mujeres. En el sector informal, los salarios esperados son casi similares para trabajadores de ambos sexos. 3. METODOLOGÍA A SER UTILIZADA. Esta investigación trata de corroborar algunas de las hipótesis de la teoría de segmentación del mercado laboral para el caso de Paraguay. Más específicamente, trataremos de responder a la pregunta de qué tipo de


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persona tiene una mayor probabilidad de trabajar en el sector informal y si los trabajadores en el sector informal ganan menores salarios que trabajadores de similares características pero empleados en el sector formal de la economía. El trabajo empírico a ser realizado se concentrará en el sector urbano y las hipótesis serán testadas para hombres y mujeres en forma separada. Así, los resultados permitirán testar por la existencia de un "premium" salarial para los trabajadores del sector formal de la economía y verificar si este diferencial se incrementa de acuerdo al sexo del individuo.

ble dependiente de Si (años de estudio). Por otro lado, la función minceriana extendida (2) incorpora experiencia y su cuadrado (EXPi y EXPi 2) como variables explicativas. En ambos casos, b1 es interpretado como la tasa privada promedia de retorno de un año adicional de estudio, la cual es independiente del nivel de estudio. A estas variables básicas se pueden agregar variables dummies para indicar la finalización de los niveles de educación primaria, secundaria y terciaria, el sector de actividad económica del individuo u otras variables consideradas relevantes.

En la primera parte del trabajo se utilizarán instrumentos econométricos tradicionales, MCO, para estimar las ecuaciones salariales para cada uno de los sectores de la economía, separando los datos de acuerdo al sexo del individuo. Al respecto, los modelos básicos de retorno a la educación, los cuales han sido parte integral de la literatura de la teoría del capital humano, fueron originados en las obras pioneras de Becker y Mincer. Núcleo fundamental de estos modelos constituyen la función básica de retorno y la extendida minceriana:

La ecuación minceriana puede ser estimada para los trabajadores del sector formal e informal, para hombres y mujeres por separado, a fin de testar las hipótesis del presente trabajo. Sin embargo, si los traba-jadores libremente eligen entre trabajar en el sector formal o informal, el salario y el sector de empleo son simultáneamente determinados. Entonces, los mismos factores que explican uno de los resultados podrían estar explicando el otro. Es decir, una misma característica personal no observable que hace a una deter-minada persona seleccionar el sector informal, podría igualmente estar elevando su salario en este sector por encima del de una persona con similares características pero escogida aleatoriamente de la población total. Si todos los trabajadores del sector informal poseen esta "característica no observable", entonces los salarios observados de los trabajadores del sector informal son mayores que aquellos que podrían esperarse para un individuo cualquiera de la población y

lnYi = b0 + b1Si + ei (1) lnYi = b0 + b1Si + g1 EXPi + g EXPi

2

2

+ ei (2)

donde en las ecuaciones (1) y (2) se aprecia que el modelo minceriano básico establece al logaritmo de ingreso Yi de la persona i como una varia-


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

los parámetros estimados a través de MCO serán tendenciosos. Como consecuencia, es necesario utilizar técnicas econométricas que incor-poren la simultaneidad mencionada dentro del trabajo empírico a ser realizado. A tal efecto, se propone un modelo teórico simple que es consistente con la hipótesis de que aquellos que eligen trabajar pueden igualmente elegir libremente el sector en el cual lo harán4. Consideremos una función de utilidad separable para el individuo de la siguiente forma: U = Y(M) Z(N) donde, M es la cantidad consumida de un bien compuesto y N es el beneficio, adicional al salario, derivado de trabajar en un determinado sector. Entonces, V = X(E) Z(N) expresa la utilidad como función de N y de E, los gastos realizados en el bien compuesto. Se asume que X es linealmente homogénea en E y que E es igual a las horas trabajadas, h, multiplicado por el salario real, w, con w medido en unidades del bien compuesto. Se supone que w y N dependen del sector laboral seleccio-nado pero de que h no depende. Entonces la utilidad derivada de trabajar en un sector s será igual a: Vs = ws X(E) Z(Ns) 4

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Tomando logaritmos y restando, la diferencia en términos de utilidad entre trabajar en el sector 1 y el sector 0 es: ln V1 - ln V0 = ln w1 - ln w0 [ ln Z(N0) - ln Z(N1)] el individuo selecciona entonces el sector 1 si ln V1 - ln V0 > 0. Sea B el beneficio neto no salarial de elegir el sector 0, B = [ ln Z(N0) - ln Z(N1)]. Entonces un trabajador elegirá el sector formal (s = 1) si y solo si el "premium" salarial en el sector formal, que puede ser positivo o negativo, excede el beneficio neto no salarial asociado con el sector informal, B, que puede a su vez ser positivo o negativo: ln wf - ln wi > B Þ s = 1 ln wf - ln wi < B Þ s = 0

(3.a) (3.b)

La noción de beneficio no salarial de un trabajo en un determinado sector requiere una explicación. Los beneficios no salariales de un trabajo en el sector formal son más usuales: estabilidad, vacaciones, seguridad médica, etc. Sin embargo, el sector informal no está carentes de beneficios no salariales. Por ejemplo, algunos individuos pueden valorar el sentido de independencia que proviene de un empleo en el sector informal o del empleo por cuenta propia. Asimismo, el trabajo en el sector informal es generalmente realizado en un lugar cercano o en el hogar mismo y bajo un esquema de horario flexible. Este trabajo inclusive podría ser realizado de

Esta parte de la sección está basada en Marcouiller y otros (1997).


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manera conjunta con otras tareas como el cuidado de niños y la vigilancia del hogar. La variable B trata de capturar todos estos beneficios en forma neta. En el presente estudio se conjetura que B varía de acuerdo a las características del trabajador (estado civil, sexo, número de niños en el hogar, número de adultos inactivos, etc) y de la posición del individuo dentro del hogar. Asimismo se presume que los ingresos de otros miembros del hogar afectan la selección del sector de trabajo. La explicación es que siendo el sector informal un sector "riesgoso", los ingresos de otros familiares en el hogar sirven como una suerte de seguro contra la incertidumbre de los ingresos derivados de un trabajo en el sector informal. La versión estocástica de (3.a) y (3.b) es entonces ln wf - ln wi > B + e0 Þ s = 1 (3.c) ln wf - ln wi < B + e0 Þ s = 0 (3.d) e 0 ~ N(0,1) La necesidad de incorporar el efecto de la selección sectorial del individuo dentro de la ecuación de salarios puede demostrarse como sigue. La ecuación (3.c.) implica que los individuos con trabajos en el sector formal son aquellos para quienes: e0 < ln wf - ln wi - B

La función minceriana tradicional de ingresos de los trabajadores del sector formal tiene la siguiente forma:

ln wf = Xf Bf + ef Estimando la ecuación anterior utilizando sólo datos de los trabajadores del sector formal es apropiado únicamente si el valor esperado del error es cero. Sin embargo, dada la variancia de e0 igual a uno y a la covariancia entre ef y e0 igual a s0f , se sabe que: E(εf/ε0 < ln wf - ln wi - B ) = - σ0f φ OQ Z OQ Z %

Φ OQ Z OQ Z %

I

L

I

L

= - - s0f lf Donde φ es la densidad y Φ es la distribución acumulada de una variable estocástica con distribución normal y estándar y λf =

φ OQ Z OQ Z %

Φ OQ Z OQ Z %

I

I

L

L

Por lo tanto, E( ln wf/ε0 < ln wf - ln wi - B ) = Xf Bf - σ0f λf Es decir, el incluir a λf como un regresor adicional en la ecuación minceriana de salarios permite una estima-


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

ción no tendenciosa a través de MCO, aún si las características personales no observables del individuo produzcan que los errores en los dos niveles del modelo estén correlacionados entre sí. Para aquellos individuos que se encuentran empleados en el sector informal, la ecuación equivalente sería: E( ln wi /e0 > ln wf - ln wi - B ) = Xi Bi + σ0i λi E(ei/e0 > ln wf - ln wi - B )= = σ0i

φ OQ Z OQ Z %

− Φ OQ Z OQ Z %

I

L

I

L

=s0f li Un modelo probit de forma reducida para describir la asignación de los individuos a los distintos diferentes sectores puede ser utilizado para calcular estimar el factor de selectividad λf, para cada persona en el sector formal, y un factor λi, para cada persona en el sector informal. Estos factores de selectividad estimados pueden luego ser incluidos en las regresiones de salarios de los individuos y los parámetros estimados MCO.

4. LOS DATOS Y ESTADÍSTICAS BÁSICAS Los datos que se utilizan en el presente trabajo son aquellos registrados en la Encuesta Integrada de Hogares,

81

realizada por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) entre agosto de 1997 y julio de 1998. Si bien esta encuesta abarca un total de 20.664 individuos representativos de la población del Paraguay, para este trabajo se toma únicamente la información referente a aquellos individuos en edad de trabajar. Estos incluyen a las personas de diez (10) años y más, con lo cual se obtiene una muestra de 14.996 individuos. Como el análisis del estudio se centra sobre el sector informal urbano privado, se eliminan adicionalmente aquellos individuos que no trabajan, los que tienen como lugar de residencia el área rural y aquellos trabajadores clasificados como empleados y obreros públicos, con lo cual la muestra se reduce a 3.751 personas. Siguiendo prácticas comunes en la literatura, se excluyen asimismo para las estimaciones a los empleados domésticos, a los familiares no remunerados y a los empleadores, con lo cual la muestra final se reduce a 2.715 individuos5.La Tabla 1 muestra los pasos seguidos en la depuración de los datos hasta llegar a la muestra final. Para las estimaciones se han clasificados a los individuos dentro del sector formal o informal de acuerdo al criterio de cobertura por la red de seguridad social. Es decir, aquellos que respondieron que poseen algún tipo de seguro médico, IPS u otro, se los considera en el sector formal, al tiempo que los que manifestaron no poseer ningún tipo de seguro médico se los clasifica como dentro del sector informal6.

Para llegar a la muestra final se excluyeron otros 85 individuos, los cuales presentaban problemas de datos y otros que en el momento de la entrevista estaban de vacaciones o con problemas de salud por lo cual el número de horas trabajadas era cero. 6 La pregunta es la realizada al individuo en la Sección 4.A. de la encuesta, variable S01. 5


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Tabla 1: Número de Observaciones Utilizadas.

Total Encuesta (-) Menores a 10 años Total PEA (-) Desocupados Total Ocupados (-) Residentes área rural Total ocupados urbano (-) Empleados sector público Total ocupados urbano privado (-) Empleados domésticos (-) Familiares no remunerados (-) Empleadores o patrones (-) Obs. con problemas de datos1 MUESTRA FINAL

Hombres

Mujeres

Total

10.375 2.857 7.518 2.131 5.387 2.893 2.494 299 2.195 21 121 250 49 1.754

10.289 2.811 7.478 4.656 2.822 1.058 1.764 208 1.556 373 107 79 36 961

20.664 5.668 14.996 6.787 8.209 3.951 4.258 507 3.751 394 228 329 85 2.715

Incluye aquellos que en el momento de la entrevista se encontraban de vacaciones, que no trabajaron por problemas de salud o aquellos cuyo ingreso de la actividad principal es igual a cero. 1

Este criterio es diferente al utilizado por la DGEEC para definir al sector informal y que utiliza al tamaño de la firma como el indicador primario de la formalidad. Si bien ambas clasificaciones llevan a la misma clasificación para la mayor parte de los individuos, el criterio de cobertura incrementa el número de trabajadores en el sector informal. Así, la Tabla 2 muestra que el 85% de aquellas personas de la muestra clasificados como en el sector informal de acuerdo al criterio de la DGEEC también lo serían de acuerdo al criterio utilizado en el presente trabajo. No obstante, 56% de los trabajadores clasificados en el sector formal por la DGEEC son considerados como empleados en el sector informal en este estudio ya que los mismos no poseen ningún tipo de seguro médico7. Lo anterior

refleja la importancia de utilizar el criterio de cobertura para definir el sector informal de la economía y que la clasificación de los individuos de acuerdo al tamaño de la firma tendería a sub-estimar el verdadero tamaño de este sector. Tabla 2: Clasificación de Individuos por Sectores. DGEEC Formal SEGURO MEDICO Formal Informal Total

523 671 1.194

Informal

237 1284 1.521

Total

760 1.955 2.715

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EIH 1997-98, DGEEC

7 La mayor parte de estos individuos se encuentran trabajando en el sector agrícola-ganadero (142 personas), en la industria manufacturera (139), en el comercio (142) y en servicios comunales (105).


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

La Tabla 3 presenta las principales características socio-económicas de cada uno de los dos grupos y puede apreciarse como ellas difieren sustancialmente. Por ejemplo, el 72% de los hombres y el 66% de las mujeres trabajadores del sector formal son casados o unidos. Estos porcentajes se reducen al 59% y al 20% para los trabajadores del sector informal. Pareciera ser que los individuos «solteros», o sin compromisos, son aquellos que estarían más predispuestos a afrontar los riesgos inherentes a un trabajo en el sector informal. Las diferencias son igualmente muy notorias cuando consideramos el grado de educación de los individuos. Así, el típico individuo de sexo masculino posee en promedio 10,2 años de estudios si trabaja en el sector formal y sólo 7,2 años si lo hace en el sector informal. Para las mujeres los años de educación promedios

83

son, respectivamente, de 10,7 y 7,5 años. Similarmente, los individuos sin educación constituyen un porcentaje insignificativo de los trabajadores del sector informal (0% de los hombres y 0,6% de las mujeres), al contrario de aquellos con trabajo en el sector informal (2,7% y 4,2% de hombres y mujeres, respectivamente). Por último, el 23,5% de los hombres y el 24% de las mujeres del sector formal han terminado sus estudios secundarios, al tiempo que sólo el 12,8% de los hombres y el 13,9% de las mujeres en el sector informal lo han hecho. Una de las consecuencias del mayor grado de educación de los individuos empleados en el sector formal consiste en la mejor remuneración que los mismos perciben por su trabajo. Así, el salario por hora promedio en el sector informal es únicamente el

Tabla 3: Características Socio Económicas de Individuos. Hombres

Edad Años de estudio Horas Trabajadas Salario por Hora (Gs) Ing. Fam. Disponible1 Ing. Actividad Principal1 Jefe Casado/Unido Sin educación Secundaria Completa Tercer decil (Pobre)

Mujeres

Formal

Informal

Formal

Informal

36,1 10,2 50,3 7.177,4 37,5 14,6 62,4 72,3 0,0 23,5 1,7

34,3 7,2 49,9 3.799,9 21,4 8,5 56,9 59,0 2,7 12,9 12,8

37,8 10,7 42,2 9.721,5 41,4 14,8 19,9 66,3 0,6 24,2 0,8

36,6 7,5 44,8 4.301,5 24,8 7,9 24,1 56,2 4,3 14,0 9,6

En millones de guaraníes por año. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EIH 1997-98, DGEEC. 1

Total Formal 36,9 10,4 46,5 8.369,1 39,3 14,7 42,5 69,5 0,3 23,8 1,3

Informal 35,0 7,3 48,3 3.955,1 22,5 8,3 46,8 58,2 3,2 13,2 11,8


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

53%, en el caso de los hombres, y el 44%, en el de las mujeres, de los salarios recibidos por individuos empleados en el sector formal. Adicionalmente, el ingreso familiar disponible es significativamente superior para los trabajadores del sector formal: 73% y 62% mayor en los hombres y mujeres, respectivamente. Como resultado, alrededor del 13% de los hombres y el 10% de las mujeres en el sector informal poseen ingresos que se encuentran dentro de los tres deciles más bajos de la población, mientras que sólo el 1,7% de los hombres y el 0,8% de las mujeres del sector formal se encuentran en esta situación.

Conforme puede observarse en la Tabla 4, las ramas de actividad en donde se concentra el empleo, así como el tamaño de la firma, difieren entre el sector formal e informal. Para los hombres, los trabajos en el sector formal están concentrados en actividades tales como la industria, el comercio, las finanzas y los servicios comunales. En el sector informal, los mayores porcentajes corresponden a sectores tales como la agricultura, la industria, la construcción, el comercio y los servicios comunales. El caso de las mujeres es muy similar. En cuanto al tamaño de la firma, puede notarse que el trabajo informal se aglutina en firmas muy pe-

Tabla 4: Ramas de actividad y tamaño de la firma. Hombres

Mujeres

Total

Informal

Formal

2,5 0,5

9,0 0,0

1,1 0,0

3,3 0,0

1,8 0,3

7,2 0,0

Industria Electricidad, Agua

26,2 0,5

18,4 0,2

20,5 0,3

17,7 0,0

23,6 0,4

18,2 0,2

Construcción Comercio

2,7 27,5

13,6 30,4

0,6 40,2

0,0 57,0

1,7 33,4

9,4 38,6

Transporte Finanzas

11,1 13,6

8,4 4,8

2,0 10,4

0,8 4,1

6,8 12,1

6,0 4,6

Servicios Comunales

15,3

15,3

25,0

17,0

19,9

15,8

Solo Menos e igual a cinco

12,6 18,3

30,0 40,1

34,8 17,4

49,3 32,1

23,0 17,9

36,0 37,6

Menos e igual a veinte Más de veinte

25,0 44,1

17,8 12,1

19,7 28,1

11,7 6,9

22,5 36,6

15,9 10,5

Formal

Informal

Formal

Informal

Sector de Actividad Agricultura Minería

Tamaño de la firma

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EIH 1997-98, DGEEC.


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

queñas, cuenta propistas o con menos de cinco empleados: tanto para los hombres como para las mujeres más del 70% de los individuos están empleados en firmas con estas características. La proporción del empleo que corresponde a firmas de mayor tamaño se incrementa en el sector formal, principalmente para los hombres, donde el porcentaje de trabajadores en firmas de más de 20 personas excede el 43%.

5. RESULTADOS EMPÍRICOS. 5.1. Determinantes de los salarios sectoriales. Una pregunta que este estudio trata de responder es si, controlando por sexo, edad y años de estudio, los re-

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tornos al trabajo difieren sistemáticamente en los sectores formales e informales para trabajadores de similares características. Para responder a esta pregunta esta investigación emplea el test de Chow para verificar si existen diferencias estadísticamente significativas entre los sectores en el proceso de determinación de los salarios8. Asimismo, la descomposición de Oaxaca se utiliza para determinar si los trabajadores en el sector informal ganan menores salarios que aquellos trabajadores con similares características pero empleados en el sector formal de la economía9. La forma de la función de ingresos estimada es la estándar. Para trabajadores hombres, la variable dependiente es el logaritmo del salario por

Tabla 5: Valor Promedio de las Variables. Hombres Sector Formal Log. salario por hora Años de estudio Experiencia Experiencia^2 Edad Edad^2 Sector Primario Sector Secundario Área Urbana 1 Área Urbana 2

8.4 10.2 19.9 625.0 36.1 1,496.9 0.03 0.29 0.34 0.35

Mujeres

Sector Informal 7.8 7.2 21.1 691.4 34.3 1,383.3 0.09 0.32 0.16 0.27

Sector Formal Sector Informal 8.5 10.7 21.1 683.8 37.8 1,612.3 0.11 0.21 0.46 0.32

7.7 7.5 23.1 822.3 36.6 1,559.4 0.33 0.18 0.16 0.31

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EIH 1997-98, DGEEC. Por ejemplo, Marcouiller y otros (1997) encuentran «premiums» estadísticamente significativos para el sector formal en El Salvador y Perú. Sin embargo, estos mismos autores encuentran que en el caso de Méjico son los trabajadores del sector informal quienes gozan de un «premium» no explicado. 9 Ver Oaxaca (1973). 8


86

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

hora10 y las independientes los años de estudios, la experiencia laboral y la experiencia laboral al cuadrado (representada por el proxy edad menos años de estudio menos seis), dos variables dummies indicando si el sector de residencia es Asunción o alrededores y dos variables dummies que representan los sectores económicos primarios y secundarios11. Dado que la variable definida como edad menos años de estudios menos seis podría no ser un buen proxy para la experiencia laboral de las mujeres trabajadoras, en el caso de las mismas se aproximan las variables de experiencia a través de la edad y la edad al cuadrado. El promedio de cada una de estas variables para los trabajadores de ambos sexos y sectores se presenta en la Tabla 5. Las funciones de ingreso salarial son estimadas separadamente para los hombres y mujeres en cada uno de los sectores, utilizando para ello la definición previamente realizada del sector informal. Las Tablas 6 y 7 presentan los resultados. Puede verse que los coeficientes de las variables, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, tienen los signos esperados. Los retornos a la educación no son triviales en ninguno de los sectores, observándose que son los trabajadores hombres del sector formal quienes obtienen comparativamente un mayor retorno al

estudio12. Asimismo, tanto para las mujeres como para los hombres trabajadores, el retorno a la educación en el sector formal es más elevado. No obstante, en todos los casos analizados, los retornos a la educación en el sector informal son significativos. Estos resultados contradicen la hipótesis sostenida por algunos autores respecto a la existencia de un mercado laboral secundario caracterizado por bajos salarios y donde no existen retornos importantes a un mayor grado de educación o experiencia del trabajador13. Por otra parte, puede verse que los coeficientes de la experiencia y la experiencia al cuadrado (edad y edad al cuadrado para el caso de las mujeres) son significativas y denotan que el salario del individuo se incrementa con la experiencia pero a una tasa decreciente. Asimismo, las variables dummies de los sectores económicos son únicamente significativos para los trabajadores hombres del sector informal, al tiempo que en todos los casos parecería existir un salario diferencial mayor si la persona reside en Asunción14. Debido a que todas las regresiones muestran los signos esperados, surge la pregunta sobre si el proceso de determinación del salario de los trabajadores difiere realmente entre los sectores formal e informal. En la parte

10 El salario por hora es calculado dividiendo el ingreso mensual de la actividad principal del individuo entre 4,3 veces el número de horas trabajadas en la semana. 11 Una descripción de las variables utilizadas se presenta en el Anexo 1 al final del estudio. 12 Los retornos a la educación estimados acá son muy similares a los encontrados para los trabajadores del sector urbano por Espínola González (2001). 13 Ver por ejemplo Dickens y Lang (1985). 14 La variable dummy para trabajadores informales con residencia en el área central urbano es igualmente significativa y con signo positivo.


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

87

Tabla 6: Resultados Empíricos - MCO Hombres - Sector Formal Source Model Residual Total

lnwaghor educ exper exper2 urban1 urban2 dprimari dsecund cons

SS 110.939033 245.733531 356.672564

Coef. .1233541 .0244366 -.0003244 .2370232 .0056879 -.0499733 -.050502 675.116

df 7 396 403

MS

F( 7, 396) Prob > F R-squared Adj R-squared Root MSE

15.8484333 .62053922 .885043584

Std. Err. .0119538 .0082952 .0001513 .1031832 .0993685 .2394605 .0922374 .1664083

Number of obs

t 10.319 2.946 -2.144 2.297 0.057 -0.209 -0.548 40.570

P>|t| 0.000 0.003 0.033 0.022 0.954 0.835 0.584 0.000

404 25.54 0.0000 0.3110 0.2989 .78774

[95% Conf. Interval] .0998533 .0081284 -.0006219 .0341679 -.1896679 -.5207462 -.2318382 6.424006

.1468549 .0407448 -.0000269 .4398785 .2010436 .4207995 .1308342 7.078314

Tabla 7: Resultados Empíricos - MCO Hombres - Sector Informal Source Model Residual Total

lnwaghor educ exper exper2 urban1 urban2 dprimari dsecund cons

SS

df

MS

241.129864 853.087011 1094.21687

7 1342 1349

34.4471234 .635683317 .811131857

Coef. .0947717 .0377654 -.000575 .3343589 .2394366 -.2612744 -.0936947 6.654863

Std. Err. .0071291 .0044997 .0000798 .0638759 .0520674 .0814225 .0480972 .085297

t 13.294 8.393 -7.203 5.235 4.599 -3.209 -1.948 78.020

Number of obs F( 7, 1342) Prob > F R-squared Adj R-squared Root MSE

P>|t| 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.001 0.052 0.000

1350 54.19 0.0000 0.2204 0.2163 .7973

[95% Conf. Interval] .0807863 .0289382 -.0007316 .2090514 .1372944 -.4210037 -.1880486 6.487533

.1087571 .0465925 -.0004184 .4596665 .3415789 -.1015451 .0006593 6.822193


88

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Tabla 8: Resultados Empíricos - MCO Mujeres - Sector Formal Source

SS

Model Residual Total

109.03594 322.704682 431.740622

lnwaghor educ edad edad2 urban1 urban2 dprimari dsecund cons

Coef. .0995655 .0853298 -.0009711 .4139435 .1012067 .4818637 -.1162904 5.542818

df

MS

7 348 355

Number of obs F( 7, 348 Prob > F R-squared Adj R-squared Root MSE

15.5765629 .927312304 1.21617077

Std. Err. .0132828 .0205551 .0002373 .1385687 .1452488 .4920062 .1298472 .4392903

t 7.496 4.151 -4.092 2.987 0.697 0.979 -0.896 12.618

P>|t| 0.000 0.000 0.000 0.003 0.486 0.328 0.371 0.000

356 16.80 0.0000 0.2525 0.2375 .96297

[95% Conf. Interval] .0734408 .044902 -.0014379 .1414061 -.1844693 -.4858163 -.3716745 4.67882

.1256902 .1257576 -.0005043 .6864809 .3868827 1.449544 .1390936 6.406816

Tabla 9: Resultados Empíricos - MCO Mujeres - Sector Informal Source

SS

Model Residual Total

105.8504 484.632893 590.483292

lnwaghor educ edad edad2 urban1 urban2 dprimari dsecund cons

Coef. .0852903 .0298326 -.0003337 .449081 .2905028 -.0010916 -.0353268 6.382748

df 7 597 604

MS 15.1214857 .81178039 .977621345

Std. Err. .0107845 .0115181 .0001353 .1074937 .0844056 .2090111 .0975862 .2518436

Number of obs F( 7, 597) Prob > F R-squared Adj R-squared Root MSE

t 7.909 2.590 -2.466 4.178 3.442 -0.005 -0.362 25.344

P>|t| 0.000 0.010 0.014 0.000 0.001 0.996 0.717 0.000

605 18.63 0.0000 0.1793 0.1696 90099

[95% Conf. Interval] .0641102 .0072117 -.0005995 .2379693 .1247348 -.411578 -.2269807 5.888141

.1064705 .0524535 -.0000679 .6601927 .4562707 .4093948 .1563271 6.877355


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

89

Tabla 10: Tests de Chow de Igualdad de Coeficientes. Clasificación

Valor del Test

Hombres Mujeres Formal Informal

2,97 2,94 0,56 1,96

superior de la Tabla 10 se presentan los resultados para el test de Chow donde la hipótesis nula es que los coeficientes de las variables son iguales para los dos sectores. Los tests indican que la hipótesis nula debe ser rechazada en ambos casos, tanto para hombres como para las mujeres, aún cuando se utiliza el valor crítico al 1% para realizar el test F. Por otra parte, los resultados de MCO indicarían que los retornos a la educación son menores para la mujer que para el hombre, sin importar el sector que está siendo analizado15. Es interesante entonces realizar un test para precisar si la determinación del salario, en cada uno de los sectores de la economía, es similar para todos los trabajadores sin importar el sexo de los mismos. En este caso los resultados del test de Chow, expuestos en la parte inferior de la Tabla 10, indican que, tanto para el sector formal e informal de la economía, no puede rechazarse la hipótesis nula de que las funciones mincerianas de determinación del salario son iguales para el hombre y la mujer16.

Grados de Libertad (8, 1738) (8, 945) (8, 744) (8, 1939)

Valor Crítico al 1% 2,51 2,51 2,51 2,51

El diferencial de los salarios promedios observado entre trabajadores del sector formal e informal puede ser separado en dos partes mediante la descomposición de Oaxaca. Este método puede ser utilizado para determinar qué proporción del diferencial en los salarios entre los sectores se debe a diferencias en el capital humano de los individuos (factores que pueden ser explicados) y qué porción del diferencial podría ser atribuido a un «premium» salarial (factores no explicables). Matemáticamente, el diferencial entre los salarios esperados en ambos sectores puede ser expresado como: ln wf - ln wi = Xf Bf - Xi Bi = (Xf - Xi)Bf + Xi (Bf - Bi) = (Xf - Xi)Bi + Xf (Bf - Bi) El primer término del lado derecho de la ecuación es la diferencia en los salarios debido a discrepancias en el capital humano promedio de los individuos. El segundo es el componente no explicable y que se debe a diferencias entre los sectores en el retorno al capital humano17.

Un resultado similar fue encontrado por Espínola González (2001). Estos tests fueron realizados utilizándose exp y exp2 como variables independientes en las ecuaciones para el hombre y la mujer. Similares resultados fueron obtenidos cuando se utilizaron edad y edad2 como las variables independientes. 17 En varios trabajos empíricos este término se utiliza como un indicador de discriminación entre individuos. 15 16


90

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Tabla 11: Diferencial entre Salarios Promedios.

Log. salario promedio Formal Log. salario promedio Informal Diferencial Porción no explicada Base Formal1 Porción no explicada Base Informal2

Hombres

Mujeres

8,36 7,80 0,56 0,18 0,15

8,47 7,75 0,72 0,34 0,39

1 Estimada usando como base el valor promedio de las características de los trabajadores en el sector formal. 2 Estimada usando como base el valor promedio de las características de los trabajadores en el sector informal.

Para hombres y mujeres por separado, la Tabla 11 muestra el diferencial de los salarios promedios que existe de acuerdo a los datos de la encuesta. La tabla presenta no sólo el diferencial total entre los sectores, sino asimismo la proporción del mismo que puede ser considerada como no explicable18. Puede observarse que, tanto para los hombres como para las mujeres, el «premium» salarial por trabajar en el sector formal es sustancial. El logaritmo del salario por hora promedio para los hombres que trabajan en el sector formal es 0,56 mayor que el de los individuos empleados en el sector informal. De este diferencial, entre 0,15 y 0,18 (26% y 32%) constituye un «premium» no explicado por trabajar en el sector formal. Para las mujeres, el diferencial del logaritmo de los salarios por hora promedios equivale a 0,72, del cual entre 0,34 y 0,39 (47% y 53%) es la proporción no explicada.

5.2. Corrección por el sesgo de auto selección. En la sección anterior se han calculado los determinantes del ingreso de los trabajadores estimando la ecuación minceriana clásica a través de mínimos cuadrados ordinarios (MCO). Sin embargo, y como mencionado anteriormente, podría ocurrir que los trabajadores elijan libremente entre trabajar en el sector formal o informal. En ese caso el salario y el sector de empleo son simultáneamente determinados y los mismos factores que explican uno de los resultados podrían estar explicando el otro. Lo anterior origina un sesgo de selección que vuelve inconsistente la estimación de los parámetros a través de MCO. Ello debido a que la misma característica personal no observable que hace a una persona seleccionar el sector informal, podría igualmente estar elevando su salario en este sector por encima del de una persona con similares caracte-

18 La porción no explicable fue primero estimada utilizándose como base el valor promedio de las características de los trabajadores en el sector formal y luego con los valores medios de estas mismas características para los empleados en el sector informal.


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

91

Tabla 12: Resultados Empíricos Autoselección Hombres Sector Formal Heckman selection model

Number of obs Model chi2(17) Prob > chi2

Log Likelihood = -1274.2789327

Wagefor

Coef.

Std. Err.

z

P>|z|

= = =

1753 296.83 0.0000

[95% Conf. Interval]

waghfor educ exper exper2 dprimari dsecund urban1 urban2 _cons

.0729538 .0157871 -.0002092 -.0137671 -.018953 -.0105004 -.1760093 8.23282

.0163633 .0083221 .0001476 .2311827 .089838 .1216711 .1113369 .3459916

4.458 1.897 -1.418 -0.060 -0.211 -0.086 -1.581 23.795

0.000 0.058 0.156 0.953 0.833 0.931 0.114 0.000

.0408824 -.0005239 -.0004986 -.466877 -.1950323 -.2489714 -.3942257 7.554689

.1050252 .0320981 .0000801 .4393427 .1571262 .2279706 .0422071 8.910951

.090056 6.32e-08 .3794425 .094195 .018601 .0081121 -.6986363 .4659193 .3046586 -2.08044

.0100289 1.59e-08 .0976578 .0909084 .0720355 .0771271 .1818578 .0926832 .0837072 .1333068

8.980 3.965 3.885 1.036 0.258 0.105 -3.842 5.027 3.640 -15.606

0.000 0.000 0.000 0.300 0.796 0.916 0.000 0.000 0.000 0.000

.0703997 3.19e-08 .1880367 -.0839822 -.1225859 -.1430542 -1.055071 .2842635 .1405955 -2.341716

.1097123 9.44e-08 .5708484 .2723723 .159788 .1592784 -.3422015 .6475751 .4687218 -1.819163

menfor educ rentacfv casadun jefe infantes inactivo dpobre urban1 urban2 _cons

rísticas pero escogida aleatoriamente de la población total. Como consecuencia, esta sección del trabajo utiliza técnicas econométricas que tienen cuidado de corregir el sesgo de selección que se produce al estimar los determinantes del ingreso del individuo con una muestra que podría no ser representativa de la población total. Trabajos empíricos previos han guiado para la selección de las variables a ser incluidas entre los determinantes de

la probabilidad de trabajo en el sector formal (o informal). Las estimaciones fueron realizadas utilizando el paquete econométrico STATA. Las Tablas 12 al 15 presentan los resultados para cada uno de los cuatro grupos considerados. Las estimaciones indican que existen factores o variables que afectan cualitativamente el comportamiento del individuo, es decir, influyen en la probabilidad que un individuo trabaje en el sector formal o informal de la


92

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Tabla 13: Resultados Empíricos Autoselección Hombres Sector Informal Heckman selection model

Number of obs Model chi2(17) Prob > chi2

Log Likelihood = -2385.8996334

Wageinf

Coef.

Std. Err.

z

P>|z|

= = =

1753 337.92 0.0000

[95% Conf. Interval]

waghinf educ exper exper2 dprimari dsecund urban1 urban2 _cons

.0615548 .0341386 -.0005616 -.266612 -.0611513 .1886364 .152306 6.78787

.0078852 .0045321 .0000802 .0828437 .0475094 .0678634 .0556547 .0883334

7.806 7.533 -7.005 -3.218 -1.287 2.780 2.737 76.844

0.000 0.000 0.000 0.001 0.198 0.005 0.006 0.000

.0461001 .0252557 -.0007188 -.4289827 -.154268 .0556266 .0432248 6.61474

.0770095 .0430214 -.0004045 -.1042414 .0319655 .3216463 .2613871 6.961

-.0855393 -5.74e-08 -.4438432 -.0314817 -.0488492 -.0229075 .9962566 -.4340779 -.2793335 2.001556

.0100005 1.38e-08 .092893 .0897995 .0700008 .0760096 .1685873 .0917574 .0824063 .1314904

-8.553 -4.161 -4.778 -0.351 -0.698 -0.301 5.909 -4.731 -3.390 15.222

0.000 0.000 0.000 0.726 0.485 0.763 0.000 0.000 0.001 0.000

-.10514 -8.44e-08 -.6259101 -.2074854 -.1860482 -.1718835 .6658315 -.6139192 -.4408469 1.743839

-.0659387 -3.04e-08 -.2617764 .144522 .0883498 .1260685 1.326682 -.2542367 -.1178202 2.259272

meninf educ rentacfv casadun jefe infantes inactivo dpobre urban1 urban2 _cons

economía. Por ejemplo, puede verse que, sin importar el sexo del individuo, la probabilidad de trabajo en el sector formal se incrementa con los años de estudio, si la persona es casada, si reside en Asunción o en el área urbana central y si no pertenece a los tres deciles más pobres de la sociedad. Asimismo, para los trabajadores de sexo masculino, una mayor renta indepen-

diente disponible incrementa la probabilidad de que el individuo trabaje en el sector formal19. Por otro lado, contrariamente a los resultados de algunos trabajos empíricos para otros países, la condición de jefe de hogar, la presencia de niños menores a diez años o de personas adultas inactivas en el hogar no influyen en la elección sectorial de empleo del individuo.

En este trabajo se define a la renta independiente como la diferencia entre la suma de ingresos de todos los individuos de la familia menos el ingreso de la actividad principal del individuo

19


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

93

Tabla 14: Resultados Empíricos Autoselección Mujeres Sector Formal Heckman selection model

Number of obs Model chi2(17) Prob > chi2

Log Likelihood = -1001.6220121

Wagefor

Coef.

Std. Err.

z

P>|z|

= = =

961 246.14 0.0000

[95% Conf. Interval]

wagmufor educ edad edad2 dprimari dsecund urban1 urban2 _cons

.0822813 .0795504 -.0009078 .4638987 -.1142654 .2307004 .0090209 6.225461

.01641 .0205277 .0002367 .4834941 .1281256 .1724128 .1540164 .5735719

5.014 3.875 -3.835 0.959 -0.892 1.338 0.059 10.854

0.000 0.000 0.000 0.337 0.372 0.181 0.953 0.000

.0501183 .0393169 -.0013717 -.4837322 -.3653869 -.1072226 -.2928456 5.101281

.1144443 .1197839 -.0004438 1.41153 .1368562 .5686233 .3108875 7.349641

.0838434 2.92e-08 .5540476 .2361483 -.023281 -.0271426 -.8423184 .981691 .4471892 -1.904855

.0120874 2.19e-08 .1031496 .1254307 .0957906 .0960831 .3017523 .1179902 .1094092 .1851234

6.936 1.332 5.371 1.883 -0.243 -0.282 -2.791 8.320 4.087 -10.290

0.000 0.183 0.000 0.060 0.808 0.778 0.005 0.000 0.000 0.000

.0601525 -1.38e-08 .3518782 -.0096914 -.2110271 -.215462 -1.433742 .7504344 .2327512 -2.267691

.1075343 7.22e-08 .756217 .4819881 .1644652 .1611769 -.2508947 1.212948 .6616272 -1.54202

mujfor educ rentacfv casadun jefe infantes inactivo dpobre urban1 urban2 _cons

En cuanto a los determinantes del ingreso salarial, se observa que la significancia estadística de la mayoría de las variables no se altera y que los signos de los parámetros continúan siendo los esperados20. Sin embargo, puede verificarse que, en comparación con los resultados obtenidos utilizando MCO, los efectos cuantitativos de todas las variables relevantes en la deter-

minación del salario de los individuos son diferentes. Al respecto, el retorno a la educación es menor en comparación con los resultados iniciales, aunque se verifica nuevamente un mayor retorno a la educación en el sector formal de la economía. Asimismo, la experiencia, edad en el caso de las mujeres, continúa siendo un factor que influye positivamente sobre el salario es-

El grupo de mujeres del sector informal podría considerarse una excepción. Para este grupo, la mayoría de las variables anteriormente significativas al 5% ahora los son al 10%. 20


94

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Tabla 15: Resultados Empíricos Autoselección Mujeres Sector Informal Heckman selection model

Number of obs Model chi2(17) Prob > chi2

Log Likelihood = -1300.0651195

Wageinf

Coef.

Std. Err.

z

P>|z|

= = =

961 256.60 0.0000

[95% Conf. Interval]

wagminf educ edad edad2 dprimari dsecund urban1 urban2 _cons

.0531748 .0201435 -.0002449 -.0360355 -.0339855 .1321991 .1589444 6.637473

.0126697 .0117788 .000138 .2116822 .0954688 .12566 .0922441 .2599304

4.197 1.710 -1.774 -0.170 -0.356 1.052 1.723 25.536

0.000 0.087 0.076 0.865 0.722 0.293 0.085 0.000

.0283426 -.0029425 -.0005154 -.450925 -.2211009 -.11409 -.0218507 6.128019

.078007 .0432295 .0000256 .378854 .1531299 .3784882 .3397396 7.146927

-.0795509 -4.52e-08 -.4951413 -.3008523 .0367691 -.0218442 1.008355 -.9063071 -.3786584 1.82609

.0118697 1.86e-08 .1006911 .1150664 .0906425 .0903079 .2684295 .1190904 .1092826 .1780725

-6.702 -2.429 -4.917 -2.615 0.406 -0.242 3.756 -7.610 -3.465 10.255

0.000 0.015 0.000 0.009 0.685 0.809 0.000 0.000 0.001 0.000

-.1028151 -8.16e-08 -.6924922 -.5263784 -.1408869 -.1988444 .4822428 -1.13972 -.5928485 1.477074

-.0562867 -8.72e-09 -.2977904 -.0753262 .2144252 .1551561 1.534467 -.6728942 -.1644684 2.175105

mujinf educ rentacfv casadun jefe infantes inactivo dpobre urban1 urban2 _cons

perado en cualquiera de los sectores. Sin embargo, algunas de las variables se vuelven estadísticamente no significativas cuando las regresiones se corrigen por sesgo de selección. Por ejemplo, se observa que el lugar de residencia del individuo es relevante ahora sólo en algunos casos muy particulares. Igualmente, la variable que indica un trabajo en el sector primario de la eco-

nomía es la única dummy sectorial significativa para los trabajadores hombres del sector informal. Por otra parte, la Tabla 16 presenta los coeficientes del factor de selectividad, así como sus respectivos niveles de significancia21. Considerando primero la ecuación salarial del sector formal, puede verse que el coeficiente es significati-

El coeficiente y los niveles de significancia de los factores de selectividad son los calculados por el programa STATA utilizándose el comando heckman para las estimaciones.

21


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

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vamente diferente de cero. Se concluye 6. RESUMEN Y entonces que existe una covariancia enCONCLUSIONES. tre los errores de la ecuación de selección sectorial y los de la ecuación salaDe acuerdo a la definición de sector rial. Tanto para los hombres como para las mujeres, el coeficiente en el factor de informal utilizada por la Dirección selectividad, lf es negativo. Por lo tanto, General de Estadísticas, Encuestas y los individuos con bajo e0, es decir que Censos, más de la mitad de la poblaposeen una mayor probabilidad de elegir ción ocupada posee un trabajo en el un empleo en el sector formal, tienden a sector informal de la economía. Este tener un bajo ef, generando un salario re- porcentaje se acentúa cuando la definilativamente bajo en el sector formal. Por ción de informalidad se realiza de acuerlo tanto, estimaciones basadas en los co- do al concepto utilizado en este trabaeficientes de MCO subestiman el sala- jo. Por lo tanto, una mejor caracterizario esperado en el sector formal de un ción del empleo en el sector informal individuo seleccionado aleatoriamente es de relevancia económica y social para de la población. Similares conclusiones el Paraguay ya que, al igual que en otros pueden derivarse para el sector informal países en desarrollo, este sector conde la economía. En este último caso, el centra una porción importante de la coeficiente del factor de selectividad es producción y del empleo en el país. positivo y, por tanto, aquellos individuos Las evidencias encontradas en este que poseen una mayor probabilidad de elegir un empleo en el sector informal, estudio muestran que los trabajadores tienden a tener un salario relativamente del sector informal poseen relativamenalto en dicho sector. Luego, estimacio- te un menor nivel de educación. Ello se nes basadas en los coeficientes de MCO refleja no sólo en un menor número de sobreestiman el salario esperado en el años de estudio en promedio, sino asisector informal de un individuo selec- mismo en un mayor porcentaje de tracionado aleatoriamente de la población. bajadores del sector sin ningún tipo de educación y en un menor porcentaje de Tabla 16: Coeficientes en la Variable de los mismos que han terminado sus estudios secundarios. Asimismo, parecieSelectividad ra ser que los individuos «solteros», o Sectores Coeficiente Error T Prob sin compromisos, son aquellos que esEstándar >t tarían más predispuestos a afrontar los riesgos inherentes a un trabajo en el Hombre -1.0994460 0.2665494 -4.125 0.000 sector informal. Una de las consecuenFormal cias económicas de este bajo nivel de Hombre 2.0051230 0.2187800 9.165 0.000 educación de los empleados informaInformal les es la menor remuneración relativa Mujer -0.7857819 0.3448500 -2.279 0.023 que los mismos perciben por su trabaFormal jo. Como resultado, una parte signifiMujer 1.0668760 0.2659877 4.011 0.000 cativa de las personas empleadas en este Informal sector poseen ingresos que se encuen-


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

tran dentro de los tres deciles más bajos de la población. Las regresiones realizadas por MCO para estimar los determinantes del ingreso salarial de los trabajadores en cada uno de los sectores, para hombres y mujeres por separado, muestran que los retornos a la educación y a la experiencia poseen los signos y magnitudes esperados. No obstante, los substanciales retornos a la educación en el sector informal no concuerdan con la hipótesis sostenida por algunos autores de que el mercado laboral secundario está caracterizado por bajos salarios y que en el mismo no existen retornos importantes a un mayor grado de educación o experiencia del trabajador. Asimismo, basado en el test de Chow, puede rechazarse la hipótesis de que la función de determinación del salario del individuo es la misma en ambos sectores de la economía. Sin embargo, un test similar no permite rechazar la hipótesis nula de que, tanto para el sector formal e informal de la economía, las funciones mincerianas de determinación del salario son iguales para el hombre y la mujer. Por otra parte, utilizando la descomposición de Oaxaca, se verificó la existencia de un «premium» salarial para los trabajadores del sector formal de la economía. En la última parte del estudio se tuvo cuidado de corregir el sesgo de selección que se produce al estimar las ecuaciones mincerianas de salarios utilizándose una muestra que no es representativa de la población total. Los nuevos resultados muestran que la significancia estadística de la mayoría

de las variables no se altera y que los signos de los parámetros continúan siendo los esperados. No obstante, los coeficientes del factor de selectividad son significativamente diferentes de cero y, por tanto, estimaciones de los coeficientes basados en MCO subestiman (sobreestiman) el salario esperado en el sector formal (informal) de un individuo seleccionado aleatoriamente de la población. Los resultados empíricos poseen importantes implicancias para la política económica. Generalmente, las políticas económicas deberían tener entre sus objetivos el combate a la pobreza, la reducción del desempleo y la disminución de la desigualdad del ingreso. Los resultados de este estudio han demostrado que un porcentaje importante de los trabajadores del sector informal poseen ingresos que se encuentran entre los tres deciles más bajos de la población. Estos mismos resultados muestran que aún en el sector informal de la economía los retornos a la educación no son insignificantes. En consecuencia, el gasto público en educación podría ser una herramienta muy importante para el logro de los objetivos de política económica citados precedentemente. Igualmente, el nivel de educación de un individuo posee externalidades positivas sobre las personas de su entorno, incrementando la productividad de las mismas. Por lo tanto, una mejor educación de la población, en especial de aquellos sectores menos privilegiados económicamente, es esencial para el mejoramiento de la calidad de vida de los individuos y, además, es fundamental para el logro de un crecimiento sostenido de la economía en el largo plazo.


El Empleo Informal Urbano en Paraguay.

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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

ANEXO LISTA DE VARIABLES EN LAS REGRESIONES Nomenclatura

Definición

wage

Logaritmo natural del ingreso proveniente de la actividad principal (wagef y wageinf dependiendo si es del sector formal e informal) por horas trabajadas.

lnwaghor

Logaritmo natural del ingreso por hora proveniente de la actividad principal.

educ

Años de estudios.

edad y edad2

Edad y su cuadrado.

exper y exper2

Experiencia potencial (edad 6 años de estudios) y su cuadrado

jefe

Dummy igual a 1 si el individuo es jefe de hogar.

casadun

Dummy igual a 1 si el estado civil del individuo es casado o unido.

dseprimari

Dummy igual a 1 si el individuo trabaja en el sector primario (agricultura, ganadería y explotación de minas).

dsecund

Dummy igual a 1 si el individuo trabaja en el sector secundario (manufactura y construcciones).

dterciar

Dummy igual a 1 si el individuo trabaja en el sector terciario (electricidad y agua, comercio, transporte, establecimientos financieros, servicios comunales).

rentacfv

Diferencia entre la suma de ingresos de la familia menos el ingreso de la actividad principal del individuo.

infantes

Dummy igual a 1 si el individuo trabaja si el individuo vive en hogares con niños menores a 10 años.

inactivo

Dummy igual a 1 si el individuo si el individuo vive en hogares con personas mayores a 10 años sin trabajo

dpobre

Dummy igual a 1 si el ingreso del individuo se encuentra en uno de los tres deciles más bajos.

urban1

Dummy igual a 1 si el individuo reside en Asunción.

urban2

Dummy igual a 1 si el individuo reside en el área urbana central.


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

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Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos Nelson Aguilera

INTRODUCCIÓN En la actualidad, el Paraguay se encuentra inmerso en una profunda recesión económica que se refleja en una prolongada y sostenida caída del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, expansión del desempleo, déficit fiscal creciente, incremento acelerado de la deuda externa, continuo déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y reservas internacionales en sus niveles más bajos de la última década. En términos sociales, el país registra, además, crecientes niveles de pobreza tanto en el sector rural como urbano. Para salir de esta situación de crisis, el país requiere de empresarios, trabajadores y administradores públicos capaces de crear condiciones económicas y sociales favorables que permitan encauzar definitivamente al país en el camino del desarrollo económico creciente y sustentable. Ciertamente, el país requiere de instituciones públicas modernas, capaces de detectar y responder eficiente y eficazmente a las fallas de mercado1 . Además,

el país necesita de empresas privadas capaces de explotar favorablemente las ventajas comparativas existentes y desarrollar ventajas competitivas para incursionar con éxito en los mercados en el ámbito local e internacional. En este contexto de desafíos que enfrentan las empresas públicas y privadas en la actualidad, es imprescindible conocer la forma como se estructuran y operan los mercados, muy especialmente la forma como responden los consumidores finales de bienes y servicios a cambios de precios, ingreso, crecimiento de la población, estrategias de política, etc. En los últimos años, el país ha experimentado importantes cambios de política, estimulados por acuerdos de comercio bilateral y multilateral, que han determinado importantes cambios relacionados con las políticas de subsidios de insumos y bajos precios para bienes de consumo básico destinados a proteger la población más pobre. El cambio de estas políticas de apoyo a los sectores más

Falla de mercado refiere a situaciones que determinan que los mercados no puedan operar en forma competitiva. Por ejemplo, situaciones tales como la existencia de externalidades en la producción y el consumo, industrias con estructuras monopólicas u oligopólicas que crean condiciones de competencia desleal, ineficiencias en la estructura impositiva, lentitud en el ajuste de las empresas a las señales de mercado por falta de información o deficiencias en la gestión empresarial, etc.

1


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necesitados es, sin duda, una tarea extremadamente delicada debido a que la población más afectada por estos cambios está cerca de los niveles de subsistencia y mucho de estos consumidores son a su vez productores de bienes de consumo básico. Para anticipar con precisión los efectos de los cambios de política sobre el bienestar de la población es necesario conocer los determinantes de los patrones de consumo de la familia paraguaya, los cuales quedan definidos desde un punto vista teórico por los precios de los propios bienes y servicios, los precios relacionados, el ingreso y las características demográficas de la familia (tamaño, estructura de edades, nivel educacional, etc.). Uno de los aspectos más sensibles de la estructura de consumo de la familia paraguaya es la demanda de alimentos. La evidencia empírica muestra, por un lado, que la proporción del ingreso de las familias que se gasta en alimentos tiende a aumentar cuando el país se encuentra en un estado de recesión económica y, por el otro lado, que las familias de más bajos ingresos gastan una proporción mayor de sus ingresos en alimento que las familias de ingresos altos. Así en un estado prolongado de recesión económica, como es la recesión que experimenta el Paraguay desde hace casi una década, el análisis de la demanda de alimentos adquiere mayor relevancia. De especial im-

portancia es conocer las elasticidades (precio propio, precios cruzados e ingreso) de la demanda de alimentos2 . Para las autoridades de gobierno responsables del diseño de políticas de apoyo alimenticio, agrícola y apoyo a los sectores más pobres de la población es fundamental conocer, por ejemplo, el impacto que tienen cambios en el ingreso, determinados por programas de transferencia de ingresos, sobre la demanda de alimentos de los sectores de la población que se quiere favorecer. Por lo demás, Paraguay tiene una de las tasas de crecimiento poblacional más altas de la Región, de manera que es importante evaluar como afecta la demanda de alimentos dicho crecimiento. Para el sector empresarial productor y proveedor de bienes alimenticios conocer las elasticidades de la demanda es de fundamental importancia para diseñar estrategias de inversión y precio. En la actualidad, dado el estado recesivo de la economía paraguaya, para el empresario es esencial conocer cómo disminuye el consumo de alimentos ante la caída sostenida del ingreso per cápita de la población. Por otro lado, el empresario debe saber cómo reaccionará el consumidor ante variaciones en los precios de los alimentos. Las continuas devaluaciones experimentadas por el guaraní durante el año 2001 crean la necesidad de ajustar los precios, especialmente de los alimentos de origen importado, el problema es determinar con precisión la magnitud del ajuste. En esta situación, las elasticidades precio

Desde un punto de vista técnico, las elasticidades precio quedan definidas por cambios proporcionales en los precios, esto es, ln ε = , donde ln es logaritmo natural y P es precio. Del mismo modo, la elasticidad ingreso queda definida por cambios ln G ln ,QJUHVR proporcionales entre ingreso y precios, esto es, β = G ln 3 2

LM

G

3 L

G

3

M

L

L


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

propio y precios cruzados de los alimentos constituyen elementos estratégicos en el proceso de decisión de la política de precio de las empresas. Objetivos y Alcance del Estudio En atención a la preponderancia del gasto en alimento en el presupuesto del hogar y la importancia que tienen para los decidores de políticas públicas y empresariales, el principal objetivo de este estudio es modelar un sistema de demanda de alimentos que permita estimar, a partir de datos registrados en la Encuesta Integrada de Hogares implementada por la Dirección General de Estadística, Encuesta y Censos durante el período Agosto 1997 - Julio 1998 (EIH 97/98), las respectivas elasticidades precio (propio y cruzadas) e ingreso y efectos demográficos de la demanda de alimentos de las familias paraguayas. Dado el hecho de que la EIH 97/ 98 dispone de una completa información en el área alimentos solamente, esto es, incluye gasto y cantidades consumidas, para lograr el objetivo propuesto se asume en este estudio que la demanda de bienes alimentarios es perfectamente separable de la demanda de bienes no alimentarios, por lo tanto se puede estimar el subsistema de demanda de bienes alimentarios sin considerar el gasto en bienes no alimentarios, tales como, gastos en transporte, educación, salud, etc. Con la información de gasto y cantidades

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consumidas de los distintos ítem alimentarios considerados en la encuesta se derivan los respectivos precios implícitos de los alimentos y se conforman grupos de alimentos3, con los que se modela la estructura del consumo de alimento en el Paraguay. Para modelar la demanda de alimento se utilizan dos modelos alternativos, los cuales permiten representar en forma completa y consistente la demanda de alimentos en el país. Los modelos utilizados en este estudio para estructurar la demanda de alimento son el Sistema de Demanda Casi Ideal (Almost Ideal Demand System AIDS) y el Modelo Logit Multinomial Lineal, MLML. Los valores estimados de los parámetros de la demanda derivada de ambos modelos entregan la información necesaria para caracterizar la estructura de la demanda de alimentos y calcular elasticidades (precio, ingreso, demografía de la familia) que permitan evaluar, de manera completa y consistente, el impacto de cambios de política, ajustes de precios y cambios demográficos de la familia. El cambio en el precio de un alimento en particular, por ejemplo, pone en movimiento una serie de ajustes que llevan al consumidor a sustituir bienes. La extensión del ajuste depende de la respuesta del consumidor a cambios en los precios relativos y la importancia de la participación del bien cuyo precio cambia en el presupuesto asignado por el consumidor al gasto en alimentos.

Para el estudio, los alimentos serán agrupados en categorías de alimentos que reflejen la estructura de consumo de alimentos tradicional en el Paraguay y prioridades de política de gobierno.

3


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Este estudio permitirá además evaluar el efecto que tiene sobre la estructura de consumo de alimentos la caída en el ingreso determinado por la profundización de la recesión económica, reforma tributaria o disminución de subsidios a sectores más desprotegidos de la población. Finalmente, debido a la riqueza de la información contenida en la EIH 97/98, el estudio permitirá comparar cambios en el gasto en alimentos según características demográficas de la población y grupos de ingresos. Contenido de la investigación La investigación se organiza en siete secciones. La primera sección presenta una introducción de la importancia de realizar un estudio exhaustivo de la demanda de alimentos en países en vías de desarrollo, en general, y en el Paraguay, en particular. En esta sección se analiza de manera descriptiva la forma como se distribuye en el Paraguay el presupuesto de gasto total y el presupuesto de gasto en alimento, utilizando como base de datos la EIH 97/98. La tercera sección presenta el marco teórico de esta investigación. Se analiza la teoría que caracteriza la demanda de alimentos utilizando datos provenientes de encuestas del hogar y presenta los modelos que se utilizan para derivar demandas Marshallianas y determinar las elasticidades precio propio, precio cruzado, ingreso y efectos demográficos. La cuarta sección analiza los datos de la EIH 97/98 que se usan para estimar los parámetros estructurales de los modelos estudiados y describe los aspectos eco-nométricos relevantes para el análisis. La quinta sección pre-

senta los resultados del estudio, incluyendo el valor de los parámetros estimados, la significancia estadística de los mismos y el valor de las elasticidades obtenidas en los dos sistemas. En esta sección se entregan resultados de estudios similares realizados en otros países a manera de comparación. La sección seis entrega implicaciones de política. La última sección entrega el resumen, conclusiones y recomendaciones para la continuidad del estudio, considerando posibles extensiones del mismo utilizando más de una encuesta integrada del hogar. LA DEMANDA DE ALIMENTOS Y SU IMPORTANCIA Uno de los objetivos fundamentales de todo sistema económico es proveer a los miembros de la sociedad con bienes y servicios. El éxito del sistema puede ser medido por la habilidad del mismo para entregar a los diversos miembros de la sociedad la calidad y cantidad adecuada de alimentos, vestimenta y vivienda, habitación y por la capacidad de entregar buenos servicios de salud, educación y una amplia variedad de bienes de consumo. La encuesta de gasto del hogar es el instrumento a través del cual se mide típicamente el bienestar material de la población de los países. Sus resultados entregan información sobre los niveles de vida de la población, la forma como los mismos varían a través del tiempo, de individuos y grupos de individuos en la economía. Además las encuestas del hogar permiten evaluar, en el corto plazo, políticas y, en el largo plazo, mejorar el conocimiento so-


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

bre la forma como la economía funciona, permitiendo, a su vez, el diseño de mejores políticas para el progreso y desarrollo de la sociedad.4 Típicamente, en sociedades en vías de desarrollo la demanda de alimentos constituye una de las principales fuentes de gasto del presupuesto de la población, muy especialmente de los sectores más pobres de la población. Paraguay no es la excepción a esta regla como veremos a continuación. Paraguay: Estructura de la Distribución del Presupuesto de Gasto Total, según EIH 97/98 Los antecedentes más recientes disponibles para analizar los patrones de gasto de las familias paraguayas se encuentran contenidos en la Encuesta Integrada de Hogares realizada por la DGEEC durante el período Agosto 1997 - Julio 1998 (EIH 97/98). Esta encuesta fue realizada a 4.353 hogares distribuidos en 15 Departamentos más Asunción.5 Se encuestaron 513 hogares de Asunción (población 569.853 personas), 632 hogares del área Central Urbano (población 1.002.694 personas), 1.098 hogares

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del área Resto Urbano (población 1.332.580 personas) y 2.110 hogares del área Rural (población 2.500.347 personas). Un estudio detallado de la estructura del gasto en bienes de consumo utilizando datos de la EIH 97/ 98 se encuentra en el estudio realizado por Robles, 1999.6 Marco para la Descripción de los Datos En este estudio se analiza la estructura del gasto en bienes de consumo familiar utilizando como parámetro de gasto el gasto proporcional en cada grupo de bienes de consumo utilizando como metodología de estimación del gasto proporcional en bienes de consumo el gasto Promedio Simple y no el gasto agregado.7 La metodología tradicional de estimar las proporciones de gasto sobre la base del gasto agregado tiende a subestimar las proporciones del presupuesto que se gastan en bienes considerados necesidades, como es el caso de los alimentos, y subestimar las proporciones gastadas en bienes de lujo.8 Estas diferencias son especialmente relevantes en países con una alta concentración del Ingreso, como es el caso del Paraguay9. El Cuadro 1 muestra que al comparar ambas meto-

Deaton A., & A. Case, Analysis of Household Expenditures, LSMS working Paper 28, World Bank, 1986. Es importante destacar que en la EIH 97/98 las únicas muestras con validez estadística corresponden a los Departamentos de San Pedro, Caazapá, Alto Paraná, Itapúa, Central y Asunción. Las muestras para el resto de los departamentos considerados no tienen validez estadística. Por lo tanto, los resultados de estos últimos departamentos no son estadísticamente confiables y no serán analizados en este estudio. 6 Robles Marcos, Determinación del Gasto familiar, Canasta Básica Alimentos y Líneas de Pobreza, Encuesta Integrada de Hogares 1997-1998, Informe de Consultoría, Febrero 1999. 7 Para un análisis detallado de la forma de medir la proporción del presupuesto gastado en bienes de consumo ver Anexo I. 8 En términos de elasticidades, los bienes considerados necesidades son aquellos cuyas elasticidades ingreso son menores que la unidad, es decir, cambios en el ingreso tiene un efecto menos que proporcional en el consumo de los bienes, mientras que los bienes de lujo tienen elasticidades superiores a la unidad. 9 Paraguay registra uno de los coeficientes Gini, coeficiente que mide la desigualdad de distribución del ingreso, más elevados de la Región; cercano a 0.6. 4 5


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dologías, la metodología del gasto agregado tiende a subestimar de una manera significativa la importancia del rubro Alimento en el gasto total; Alimento es una necesidad. En consecuencia, en este estudio la descripción de la distribución del gasto de la familia en bienes de consumo se hace utilizando como parámetros las proporciones de gasto definidas por la metodología de promedios de gasto simple o directo. Por lo demás, para estimar sistemas de demanda siempre es aconsejable utilizar el promedio simple o directo de gasto de cada familia pues refleja de mejor forma el patrón de consumo de la familia propiamente tal. En Paraguay, al igual que en la gran mayoría de los países en vías de desarrollo, el gasto del presupuesto del hogar en bienes de consumo se concentra principalmente en el grupo de los alimentos. Como se observa en el Cuadro 2, a nivel país, más de la mitad del gasto en bienes de consumo de las familias corresponde al grupo alimento. Por área, el gasto en consumo de alimento es más importante en el área rural que en el área urbana; el 41.7 por ciento del gasto de las familias del Área Urbana (que incluye Asunción y las ciudades del Departamento Central y del resto del país) corresponde al gasto en alimentos, mientras que en el área rural esta proporción se eleva hasta casi el 60 por ciento. El segundo ítem de gasto de importancia a nivel país en el presupuesto familiar es el que corresponde a alquiler de vivienda (incluyendo el gasto imputado en alquiler a las familias propietarias). El gasto en alquiler de vi-

vienda representa casi el 17 por ciento del gasto en consumo de las familias. A diferencia del gasto de alimento, las familias del área urbana gastan más en alquiler que las familias del área rural, aunque esta diferencia por área no es tan pronunciada como en el caso del gasto de alimentos. El resto del gasto no destinado a alimento y alquiler de vivienda, aproximadamente el 33 por ciento del presupuesto para bienes de consumo, se distribuye en forma casi equitativa entre los demás ítem de gasto; servicios públicos (agua, luz, teléfono, combustible), bienes durables, muebles y enseres del hogar, salud, educación y cultura, transporte y bienes varios. El Cuadro 2 muestra también las proporciones de familias que compran productos incluidos dentro de cada grupo y las desviaciones estándar de la proporción del gasto de cada grupo (incluyendo gasto cero). Casi la totalidad de las familias encuestadas registran compras en alimento, alquiler de vivienda, muebles y enseres del hogar, salud y otros, más del 80 por ciento registran compras en servicios públicos bienes durables, más del 60 por ciento registra compras en educación y cultura y transporte y menos de la mitad de las familias realizan gastos en vestimenta. En casi la totalidad de los ítem de gasto, las proporciones de gasto son relativa-mente similares entre los sectores Urbano y Rural, con la excepción de vestimenta y transporte que muestran diferencias importantes. Sin duda, que las familias localizadas en el área urbana tienen un gasto mayor en vestimenta y transporte que las familias localizadas en el área rural.


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

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CUADRO 1: Paraguay: Distribución Porcentual del Gasto de Consumo Familiar por Item de Gasto y Dominio Geográfico de Residencia, EIH 1997-1998 Dominio geográfico de residencia Asunción

Item de Gasto

A* Alimento Vestido Agua, elect, teléfono, combustible Bienes durables Alquiler de vivienda Muebles y enseres del hogar Salud Educación y cultura Transporte Otros

B*

Central Resto Área Total País Urbano Urbano Rural A* B* A* B* A* B* A* B*

25,7 33,8 35,7 40,8 38,5 45,9 54,5 59,4 39,9 50,3 4,9 4,3 5,7 4,9 5,4 4,1 4,6 3,5 5,1 4,0 6,4 6,6 5,7 6,0 6,5 6,7 2,7 2,5 5,2 4,5 5,3 4,0 4,2 3,5 5,6 4,1 2,7 2,0 4,4 3,0 22,0 22,9 16,9 18,3 16,2 17,3 13,5 14,5 16,8 16,8 8,9 6,7 8,8 6,8 8,7 5,8 5,5 4,5 7,8 5,4 4,4 3,9 4,1 3,5 3,8 3,8 4,5 3,9 4,2 3,8 7,7 6,4 6,7 5,2 5,0 4,0 3,5 2,9 5,5 3,9 5,7 4,8 6,4 5,6 4,6 3,5 4,0 2,9 5,0 3,6 8,9 6,4 5,9 5,4 5,7 4,8 4,4 4,0 6,1 4,7

A*= Metodología de Gasto Agregado B*= Metodología Promedio Simple

CUADRO 2: Paraguay: Distribución Porcentual del Gasto de Consumo Familiar por Item de Gasto y Área de Residencia, EIH, 1997-1998 Item de Gasto

Área Urbana Desv. p % Estándar

Alimento 41,7% 16,8% 99,1 Vestimenta 4,4% 6,6% 55,2 Agua, electric, teléf, combustible 6,5% 4,9% 96,5 Bienes durables 3,9% 4,6% 96,3 Alquiler de vivienda 18,9% 11,6% 100,0 Muebles y enseres del hogar 6,3% 7,6% 97,5 Salud 3,8% 5,4% 92,9 Educación y cultura 4,9% 6,0% 73,7 Transporte 4,4% 5,6% 71,2 Varios 5,3% 5,9% 97,7 Ingreso promedio mensual per cápita Gs 417.388 Desv. Estándar Gs 554.571 Gasto promedio mensual per cápita Gs 364.788 Desv. Estándar Gs 350.757

Área Rural Desv. p % Estándar

Total país Desv. p % Estándar

59,4% 15,8% 99,6 3,5% 6,6% 40,1 2,5% 3,2% 68,9 2,0% 3,4% 80,3 14,5% 9,7% 100,0 4,5% 6,0% 96,5 3,9% 6,4% 91,9 2,9% 4,1% 65,6 2,9% 5,5% 51,2 4,0% 5,3% 92,3 Gs 117.601 Gs 216.713 Gs 154.057 Gs 129.494

50,3% 18,6% 99,3 4,0% 6,6% 47,9 4,5% 4,6% 83,1 3,0% 4,2% 88,5 16,8% 10,9% 100,0 5,4% 6,9% 97,0 3,8% 5,9% 92,4 3,9% 5,3% 69,8 3,6% 5,6% 61,5 4,7% 5,6% 95,1 Gs 278.719 Gs 457.554 Gs 267.313 Gs 291.40

p corresponde al porcentaje de familias con compras realizadas en el ítem de gasto correspondiente


106

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Finalmente, el Cuadro 2 nos muestra la distribución por área del ingreso y gasto mensual per cápita en guaraníes de Febrero de 1998. A nivel país, las familias paraguayas tienen un ingreso y gasto promedio mensual per cápita de G$(Febrero1998) 278.719 y 267.313, respectivamente. Con una notable diferencia entre el ingreso y el gasto mensual per cápita entre las familias del área rural y urbana. El ingreso familiar per cápita mensual urbano cuadruplica el ingreso rural, mientras que el gasto urbano duplica el gasto rural. Los valores que se obtienen para el ingreso y el ahorro que el mismo implica deben tratarse con sumo cuidado debido a probables subestimaciones del ingreso y posibles sobre-estimaciones de consumo, especialmente en el área rural. Considerando que el tamaño del presupuesto familiar es uno de los aspectos que explican de manera importante los patrones de demanda, es lógico estudiar los patrones de ahorro de las familias, la distribución del gasto total y la distribución del gasto en alimentos de las familias. Existen numerosas formas de considerar el ingreso y el gasto para analizar los patrones de demanda de las familias. En este estudio se utiliza la variable gasto per cápita(GPC) en vez de la variable ingreso per cápita. Esto se debe al he-

cho de que la variable GPC es más fácil y segura de medir que el ingreso. El cuadro 3 muestra las razones de ingreso a gasto por deciles de gasto e ingreso determinadas en la EIH 97/98. La columna A muestra el promedio de las razones ingreso a gasto obtenidos para los diez deciles de gasto familiar per cápita, mientras que la columna B muestra los diez deciles definidos por ingreso familiar per cápita. Como se aprecia en el Cuadro 3, la tasa de ahorro es positiva, 10 por ciento. Las razones ingreso/gasto medidos a través de los deciles definidos en términos de gasto per cápita e ingreso per cápita muestra algunas variaciones. Existe, sin embargo, la percepción de que el bienestar medido en términos de gasto per cápita tiene una escala de tiempo más prolongada que medida basadas en el ingreso per cápita de las familias10. Estructura del gasto en alimento en Paraguay según EIH 97/98

El gasto en alimento en Paraguay, de acuerdo a datos de la EIH 97/98, al igual que en la gran mayoría de los países en vías de desarrollo, es el principal componente del gasto del presupuesto de las familias. Claramente,

Muchas de las familias que se encuentran en los deciles de ingreso per cápita más bajo están ahí solo en forma temporal debido a enfermedades, desempleo, o una mala cosecha. Pero como su posición es sólo temporal, ellas tienen activos que pueden servir de respaldo para préstamos o tienen familiares afortunados que les pueden a poyar hasta que vengan mejores tiempos. Así estas familias pueden enfrentar mayores gastos que los que determinan sus ingresos actuales. Por el contrario, las familias que son pobres desde el punto de vista del gasto son probablemente permanentemente pobres y han tenido que ajustar su consumo a sus ingresos actuales. Para estas familias el ahorro no es más o menos esencial que la compra de otros bienes. Por lo tanto, las familias cuando son categorizadas por GPC ahorran una proporción similar sin importar la categoría (decil) donde se encuentren.

10


107

Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

como lo indica el Cuadro 4, el mayor gasto en alimentos de las familias se encuentra en las familias localizadas en los Departamentos de Concepción y San Pedro, donde más del 60 por ciento del presupuesto se gasta en alimentos. Los otros departamentos todos superan el 50 por ciento, con la excepción de Asunción y los Departamentos de Alto Paraná, Central y Amambay. Las familias clasificadas como pobres en términos de gasto familiar per cápita gastan el 61 por ciento de su presupuesto en alimentos. Las familias rurales gastan también casi el 60 por ciento de su presupuesto en bienes alimenticios. Finalmente, en términos de deciles de gasto, la proporción del presupuesto que se gasta en alimento disminuye en la medida

que se avanza de los deciles más pobres hasta los más ricos. En particular, entre el decil más pobre y el decil más rico existe una diferencia de gasto en alimento de casi 35 puntos porcentuales.

CUADRO 3: Razones ingreso/gasto por decil de gasto e ingreso per cápita

CUADRO 4: Gasto Promedio Simple en alimentos (en %) por Departamento, Nivel de Pobreza, Decil de Gasto per cápita y Area. EIH 97/98

Decil 1,00 2,00 3,00 4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 9,00 10,00 Total

Ingreso/Gasto A

B

0,83 0,75 0,80 0,84 0,94 0,94 0,91 0,98 0,98 1,05 0,92

0,12 0,36 0,54 0,71 0,82 0,91 1,03 1,12 1,24 1,68 0,92

A = Deciles definidos en términos de gasto per cápita B = Deciles definidos en términos de ingreso per cápita

La EIH 97/98 considera un total de 53 tipos de alimentos cuya distribución porcentual sobre el gasto total en alimento de las familias se muestra en el Cuadro 5. Claramente, a nivel país, los ítem de mayor importancia en el gasto de alimentos son, en orden de importancia a nivel país, carne vacuna con 15.3 por ciento, leches (fresca y pasteurizada) con 8.3 por ciento y los panificados (pan, galleta, galletitas y otros panificados de los grupos 1 y 2) con 6.4 por ciento.

Departamento

%

Asunción Concepción San Pedro Cordillera Guaira Caaguazú Caazapa Itapúa Misiones Paraguari Alto Paraná Central Neembucú Amambay Canindeyu Pdte. Hayes

33,8% 61,3% 60,9% 57,1% 54,6% 57,0% 57,8% 52,8% 51,9% 55,0% 46,1% 44,2% 58,0% 47,4% 56,4% 54,4%

Niveles pobreza no pobre pobre Decil Más pobre II III IV V VI VII VIII IX Más rico Área Urbana Rural

%

0,48 0,61 % 64,3% 65,7% 61,0% 59,9% 56,0% 53,2% 50,2% 45,0% 42,8% 29,1% % 41,7% 59,4%


108

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

CUADRO 5: Distribución % del Gasto Total en Alimento por tipo de Alimento y Dominio Geográfico Dominio Geográfico Tipo de alimento

Pan (francés, sándwich, etc.) Galleta, galletita y masita Harina (trigo o maíz) Fideos Pastas frescas Maíz Arroz Otros cereales Carne vacuna Hígado, mondongo, otras menudencias Pollo, gallina, menudencias Cerdo, pescado y otra carne Embutidos Carne en conserva Aceite, grasa, manteca, Leches (fresca, pasteurizada) Leche polvo Quesos Yogurt, otros lácteos Huevos Banana Naranja. pomelo, mandar., limón Manzana, pera, mango Sandía, melón, mamón, piña Frutilla, ciruela, durazno Uva Tomate Cebolla Ajo, perejil, cebollita, apio Chaucha, poroto, arveja, pepino Locote, zanahoria, zapallo, brócoli Acelga, lechuga, espinaca, repollo Vegetales en conserva Papa, mandioca, batata Poroto (seco), lenteja (seca) Sal fina Sal gruesa Azúcar Dulces, miel y otros. Helados Pimienta, comino y otros condimentos Vinagre, salsa soja Mayonesas Otros alimentos en conserva Hierba, café, te Bebidas gaseosas y otras no alcohólicas Cerveza y vino Otras bebidas alcohólicas Otros alimentos no incluidos Empanadas, pancho, hamburguesas, otras Pastas, chipas, panes, confituras Bebidas no alcohólicas fuera hogar Bebidas alcohólicas fuera hogar TOTAL

Fuente: EIH 97/98

Asunción 2,9 4,1 0,7 1,5 0,7 0,2 1,8 0,5 14,1 0,4 3,7 2,5 2,6 0,4 2,1 8,5 1,6 2,5 2,3 2,0 1,6 2,0 1,7 1,0 0,3 0,2 2,4 1,5 1,0 0,4 2,1 1,4 0,4 2,2 0,3 0,3 0,1 1,8 0,5 0,5 0,2 0,3 0,7 0,4 2,2 5,3 2,3 0,4 0,4 9,7 0,3 0,5 0,7 100,0

Central Urbano 2,3 5,2 0,8 1,7 0,4 0,2 1,8 0,4 14,2 0,7 3,9 2,0 2,4 0,4 2,2 8,7 1,2 1,9 2,7 2,1 1,7 2,0 1,7 0,9 0,4 0,1 2,6 1,7 1,0 0,5 2,1 1,2 0,3 3,0 0,3 0,3 0,1 2,1 0,5 0,4 0,2 0,2 0,7 0,5 2,1 5,4 2,3 0,4 0,2 8,5 0,3 0,4 0,7 100,0

Resto Urbano 2,6 4,4 1,7 2,3 0,2 0,8 2,2 0,2 16,9 1,0 4,9 2,2 1,8 0,1 3,2 7,8 0,9 2,5 2,2 3,2 1,8 1,8 1,2 0,7 0,2 0,1 2,9 2,1 1,0 0,5 1,7 1,1 0,1 4,1 0,8 0,4 0,1 2,6 0,5 0,3 0,3 0,1 0,6 0,3 2,5 4,2 2,2 0,4 0,0 3,0 0,6 0,6 0,3 100,0

Área Rural 0,9 4,5 2,7 2,8 0,1 1,8 2,6 0,0 15,1 1,2 6,5 2,7 0,9 0,2 4,7 9,0 0,6 2,4 0,9 4,5 1,9 1,4 0,5 0,7 0,2 0,0 2,5 1,9 1,4 0,5 1,4 1,3 0,0 6,8 1,2 0,4 0,2 3,0 0,3 0,1 0,2 0,1 0,3 0,3 3,0 2,2 1,3 0,4 0,1 1,6 0,2 0,1 0,2 100,0

Total País

1,9 4,5 1,8 2,3 0,2 1,0 2,2 0,2 15,3 1,0 5,2 2,4 1,7 0,3 3,5 8,5 0,9 2,3 1,7 3,4 1,8 1,7 1,1 0,8 0,3 0,1 2,6 1,9 1,2 0,5 1,7 1,2 0,2 4,8 0,8 0,4 0,2 2,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,5 0,4 2,6 3,7 1,9 0,4 0,1 4,4 0,3 0,3 0,4 100,0


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

MARCO TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN Teoría Desde un punto de vista netamente teórico uno de los principales desafíos que enfrentan los investigadores y analistas de la demanda de bienes de consumo es establecer un puente de enlace entre la teoría del comportamiento del consumidor y la implementación empírica de la misma. La teoría comienza con el modelo estático de maximización de utilidad de un período en el cual un consumidor asigna un presupuesto fijo entre una variedad de categorías competitivas, en sus preferencias, de bienes de consumo. El sistema de demanda asociado que se deriva surge de las funciones de utilidad directa o indirecta del consumidor y sus parámetros son estimados sobre la base de un conjunto de observaciones de precios y cantidades (Deaton y Muellbauer, 1989). Al intentar cerrar la brecha entre la teoría y la práctica surgen innumerables problemas para los economistas especializados en estudios del comportamiento del consumidor. Uno de los problemas más importantes estudiados hasta la fecha es la implementación de formas funcionales que reflejen las funciones de demanda y permitan el análisis empírico de las mismas (para un análisis detallado de formas funcionales ver Pollak y Wales, 1992). El desafío planteado es estimar elasticidades precio de demanda, espe11

109

cialmente elasticidades cruzadas usando datos de encuesta de hogares. Para ello se necesita adoptar formas funcionales suficientemente flexibles que permitan aproximar no sólo las cantidades demandas, elasticidades precio propio e ingreso, sino también elasticidades precio cruzadas. La estimación de elasticidades precio de la demanda, especialmente elasticidades precio cruzadas, presentan, por lo general, un gran desafío. Incluso en países desarrollados, donde se cuenta con abundante información, se hace difícil estimar las elasticidades precio. Este mismo desafío en los países en vías de desarrollo es aún mayor debido a la escasa información disponible para tales efectos, de aquí la importancia del Proyecto Mecovi11 que pretende homogenizar y sistematizar la información de las encuestas que regularmente se realizan en los hogares de países en vías de desarrollo. En el Paraguay, la primera encuesta de hogares realizada bajo el sistema Mecovi es la EIH 97/98. Por lo tanto, para caracterizar la demanda de alimento del consumidor paraguayo se dispone de una sola encuesta, lo cual impone ciertas restricciones, principalmente con la variabilidad de los precios, para estimar el sistema de demanda. Modelos a Utilizar Para estimar la demanda de alimentos, derivando las respectivas elasticidades precio e ingreso que caracterice apropiadamente el patrón de comportamiento de los consumidores

Proyecto desarrollado por el BID en varios países de la Región.


110

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

paraguayos, teniendo como base de datos la EIH 97/98, se utilizan dos modelos para comparar sus resultados. Los modelos son una versión lineal del Sistema de Demanda Casi Ideal desarrollado por Deaton y Muellbauer en 1980, (Almost Ideal Demand System -AIDS) y un modelo logit multinomial lineal, MLML, desarrollado por Theil en 1969. Ambos modelos fueron utilizados por Teklu Y Johnson en 1988 para estimar sistemas de demanda utilizando una sola encuesta de gasto del hogar. El sistema de demanda casi ideal (AIDS) a estimar es el siguiente:

ría de la demanda del consumidor individual, los parámetros estructurales de la Ecuación 1 deben satisfacer las condiciones de agregación de Engel,

∑α

L

= 1; ∑ β = 0; ∑ γ = 0; ∑θ = 0; L

∑γ

LM

L

M

y la condición de simetría,

γ =γ LM

ML

En este modelo, las correspondientes elasticidades de demanda del modelo AIDS lineal son las siguientes: ε =

(γ − β LL

Z

LL

ZL = α L + ∑γ LM ln 3M + β L ln(< / 3 ) + θ L ln 6 *

M

ε =

Para que el modelo AIDS sea consistente con las propiedades de la teo-

LM

Z

L

Z ) −1

(precio propio)

Z)

(precio cruzado)

L

M

L

ε = L\

3M = el precio de la jésima categoría de alimentos Y = es el gasto per cápita en alimentos. S = Tamaño de la familia

El modelo AIDS permite evaluar la compatibilidad del sistema estimado con las restricciones establecidas por la teoría de la demanda de consumo individual. Este es uno de los modelos más flexibles que existen en la actualidad, lo cual permite testear una amplia gama hipótesis referentes a las preferencias del consumidor.

(γ − β

LM

categoria iésima.

ln es logaritmonatural

L

L

GRQGH ZL = proporción del gasto promedio en

geométricamente ponderado para deflactar la variable ingreso.

L

la condición de homogeneidad,

Ecuación 1

lnP* = ∑ w k ln 3N , el cual es un indice de precio

LM

L

ε =

βL

+1

ZL

(θ − β ) L

LV

Z

L

(ingreso real) (tamaño familia)

L

Para el MLML, la proporción del gasto se estima a partir de la siguiente función logística Ecuación 2

Z = exp [ I ( [ )] ∑ exp [ I ( [ )] GRQGH L

L

L

Z = proporción del gasto promedio en categoría L

iésima

I ( ; ) = una u función de las variables X que condicinan L

la distribución de las proporciones es entre los distintos grupos de bienes

En este estudio, la función I ( ; ) es L


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

Ecuación 3

I ( ; ) = α + ∑ γ ln 3 + β ln(< / 3* ) + θ ln 6 L

L

LM

M

L

GRQGH 3 = el precio de la jésima categoría de alimentos M

Y = es el gasto per cápita en alimentos.

Ecuación 4 ZL ~ = α L + ∑ γ~LM ln 3L + β~L ln < + θ~L ln 6 ; ZQ

i = 1,2,..., n - 1

Donde α~L = α L − α Q γ~LM = γ LM − γ QM β~ = β − β L

Q

Esta versión de MLML es lineal en los parámetros. El MLML satisface las propiedades de agregación de Engel establecidas en la teoría de la demanda del consumidor. Por lo demás, se pueden imponer las restricciones de homogeneidad, esto es,

∑γ

LM

+β =0 L

M

y simetría, es decir,

γ~ − ∑ Z γ LM

N

Z

M

NM

γ~ − ∑ Z γ ML

=

(elasticid ad precio propio)

k =1

Q −1

ε LM = γ~LM − ∑ ZN γ~NM

(elasticid ad precio cruzado)

Q −1 ε L< = β~L − ∑ β~N ZN

(elasticid ad gasto)

Q −1 ε LV = θ~L − ∑ θ~N ZN

(elasticid ad tamaño)

k =1

Esta especificación es muy parecida al modelo AIDS. Una transformación logarítmica de la razón de las participaciones del gasto presupuestal establecida en Ecuación 2, introduciendo explícitamente la especificación para establecida en Ecuación 3 se puede expresar como sigue,

L

Q −1

ε LL = γ~LL − ∑ ZN γ~NL − 1 k =1

S = Tamaño de la familia ln = logaritmo natural

θ~L = θ L − θ Q

Para el MLML de Ecuación 4, las elasticidades son las siguientes:

L

M

ln

111

N

Z

L

NL

k =1

En ambos casos, las elasticidades y los efectos demográficos se derivan fácilmente de cada sistema de demanda y se pueden evaluar a partir de los parámetros estimados en ambos casos.

DESCRIPCIÓN DE DATOS Y MÉTODOS DE ESTIMACIÓN La escasez de datos para estimar sistemas de demanda en Paraguay, al igual que sucede en la gran mayoría de los países, incluso en países desarrollados, es una de las principales dificultades que es necesario superar. En particular, con respecto a la encuesta EIH 97/98, la información correspondiente a los departamentos de Caazapá, Concepción, Cordillera, Guairá, Misiones, Ñeembucú, Amambay, Canindeyú y Presidente Hayes no es considerada en el presente estudio debido a que las muestras de hogares de la EIH 97/98 en estos departamentos no tienen confiabilidad estadística. Sólo tienen confiabilidad estadística las muestras de los Departamentos de San Pedro, Caaguazú, Itapúa, Alto Paraná, Central y Asunción, por lo tanto son los datos que se incluyen en el estudio. El estudio se basa en los datos de los


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

distritos de las zonas urbanas solamente de estos departamentos. Se acaba de terminar la EIH 2000/2001 pero para efectos de este estudio los datos aún no se encuentran disponibles. Datos Los datos que se usan en este estudio son los datos de gasto de 1.843 familias encuestadas en la EIH 97/98 en los departamentos seleccionados. Se utilizan solo los datos correspon-dientes al gasto en alimento de las familias y características demográficas de las mismas. En función de estos antecedentes y el comportamiento tradicional de consumo en el país (ver Cuadro 5) los alimentos se categorizaron en seis grupos relevantes. Los grupos de alimentos son los siguientes: 1. Cereal que incluye Pan (Francés, Sandwich, etc.), Galleta, galletita y masita, Harina (trigo o maíz), Fideos, Pastas frescas, Maíz, Arroz, Otros cereales (cerealita, avena, otros). 2. Carnes que incluye Carne vacuna, Hígado, mondongo, otras menudencias, Pollo, gallina, menudencias, Cerdo, pescado y otra carne, Embutidos (chorizo, pancho, jamón, fiambres, chacinados, etc.), Carne en conserva (picadillo, paté, charque, cecina, etc.) 3. Lácteos y huevos que incluye Leches (fresca, pasteurizada), Leche polvo, Quesos, Yogurt y otros lácteos (crema), huevos. 4. Frutas y Verduras que incluye Banana, Naranja, pomelo, man-

darina, limón, Manzana, pera, mango, Sandía, melón, mamón, piña, Frutilla, ciruela, durazno, Uva, Tomate, Cebolla, Ajo, perejil, cebollita, apio, Chaucha, poroto, arveja, pepino, Locote, zanahoria, zapallo, brócoli, Acelga, lechuga, espinaca, repollo, Vegetales en conserva (conserva tomate, pepinillo, choclos, arvejas, palmitos, etc.), Papa, mandioca, batata, Poroto (seco), lenteja (seca). 5. Bebidas que incluye Yerba, café, té, Bebidas gaseosas y otras no alcohólicas (jugos, agua en botella, refrescos, etc.), Cerveza y vino (vinos, oporto, vermouth, otras similares), Otras bebidas alcohólicas (gin, whisky, coñac, caña, ron, etc.), otras bebidas alcohólicas y bebidas no alcohólicas consumidas fuera del hogar. 6. Productos Varios que incluye Aceite, grasa, manteca, Sal fina, Sal gruesa, Azúcar, Dulces, miel y otros, Helados, Pimienta, comino y otros condimentos, Vinagre, salsa soja, Mayonesas, Otros alimentos en conserva, Otros alimentos no incluidos, Comidas rápidas( empanadas, pancho, hamburguesas, otras), Pastas, chipas, panes, confituras. La estructura de consumo y gasto en las seis categorías de alimento de las familias consideradas en el estudio se muestran en el Cuadro 6. En general, en todos los Departamentos la mayor proporción del presupuesto destinado a alimentos se gasta, en orden correlativo de importancia, en car-


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

nes, bebidas, lácteos, frutas y verduras, cereal y productos varios. La estructura de consumo por quintil de gasto muestra que las familias más pobres, por lo general las más numerosas, gastan una mayor proporción del presupuesto en cereales y carnes. Mientras que las familias de mayores ingresos gastan más en frutas y verduras. El mayor gasto en productos lácteos se concentra en las familias de ingresos medio. El gasto en bebidas es muy semejante en los cinco quintiles de ingreso considerados. En general, Asunción muestra el gasto promedio per cápita mensual más alto en todos los grupos de alimento considerados. En promedio, el gasto per cápita mensual más alto es en carnes, luego está el gasto en frutas y verduras y lácteos. Le siguen en importancia el gasto en cereales y bebidas. El gasto mensual per cápita en productos varios muestra grandes diferencias a través de los distintos departamentos, lo que refleja la heterogeneidad que existe en cuánto a gasto en el ítem varios. En particular, en Asunción en este ítem el gasto en comidas fuera de casa, tales como empanadas, hamburguesas y otros es muy importante mientras que en el resto de los departamentos este gasto es sustancialmente más bajo. El precio promedio implícito obtenido para cada uno de los grupos de alimento muestra que en Asunción se pagan los precios más altos en cada uno de los grupos, con la excepción del grupo de las bebidas.

113

Central le sigue en importancia a Asunción en cuánto a precio de cereales y carnes. Después de asunción, los precios más altos de los grupos de los lácteos y frutas y verduras se pagan en Itapúa seguido por Central. En cuánto al precio de las bebidas los precios más altos se pagan, en orden de importancia, en los departamentos de Caaguazú, Alto Paraná, San Pedro e Itapúa. En Asunción y Central se pagan los precios más bajos en bebidas. En promedio las familias de la muestra consumen a la semana 8.5 kgs de cereales y derivados, 7.3 kgs de carnes, 10.4 kgs de lácteos, 20.6 kgs de frutas y verduras y 6.3 kgs (equivalentes) de bebidas. Las familias de Itapúa son las que más consumen cereales y derivados, en San Pedro e Itapúa se registran los mayores consumo en kgs de carnes, en central es mayor el consumo de lácteos, en San Pedro se registra el mayor consumo de frutas y verduras y en Asunción se concentra el mayor consumo de bebidas. Es interesante observar en el Gráfico 1, construido con los datos del Cuadro 6, que la relación precio-consumo en kgs de alimentos muestra una tendencia negativa, lo que tiene relación con la aproximación teórica de la demanda, en todos los grupos de alimentos considerados en el estudio, con la excepción del grupo de los lácteos que muestra una relación ligeramente positiva. Es decir, mayores consumo de alimento se registran en los departamentos que tienen menores precios.


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ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

CUADRO 6: Estructura de Consumo de Alimento, gasto percápita, precios y cantidad consumida, EIH 1997 - 1998 Grupos de Alimentos Cereal

Carnes

FrutasLácteos Bebidas verduras

Estructura de consumo por departamento (%) Asunción 12,6 23,8 16,8 San Pedro 14,9 27,4 16,1 Caaguazu 14,0 27,7 15,5 Itapúa 14,8 25,2 16,0 Alto Paraná 13,8 25,7 14,7 Central 12,8 23,4 16,8 Total 13,3 24,6 16,3 Estructura de consumo por # de miembros en el hogar (%) Menos de 4 11,7 23,8 15,3 4a5 13,3 24,9 17,1 Más de 5 15,4 25,2 16,6 Total 13,3 24,6 16,3 Estructura de consumo por quintil de gasto (%) Quintil Pobre 17,0 26,2 14,4 Quintil 2 15,7 25,4 15,2 Quintil 3 14,6 24,4 17,4 Quintil 4 13,6 25,3 16,4 Quintil Rico 11,3 23,7 16,3 Total 13,3 24,6 16,3 Gasto percápita por departamento (en Gs. de febrero de 1998) Asunción 21.095 44.409 29.211 San Pedro 16.535 31.699 18.987 Caaguazú 19.259 38.747 22.991 Itapúa 21.718 38.037 24.633 Alto Paraná 20.483 40.448 23.109 Central 18.225 38.119 25.650 Total 19.672 39.921 25.575 Precio por departamento (en Gs. de febrero de 1998) Asunción 2.552 5.238 3.387 San Pedro 1.590 3.444 2.914 Caaguazú 1.748 3.884 2.757 Itapúa 1.994 4.135 3.125 Alto Paraná 1.964 4.346 2.628 Central 2.512 4.728 3.048 Total 2.281 4.620 3.053 Cantidad consumida por departamento en kg. Asunción 7,4 6,7 10,1 San Pedro 9,6 7,9 9,7 Caaguazu 8,2 7,4 9,2 Itapúa 11,4 7,9 10,4 Alto Paraná 9,6 7,8 10,4 Central 8,0 7,1 11,0 Total 8,5 7,3 10,4

Total Varios

17,9 12,1 11,7 13,2 14,6 17,5 16,0

18,5 18,9 20,0 21,2 19,4 19,3 19,3

10,4 10,5 11,1 9,6 11,8 10,1 10,5

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

18,0 15,2 14,5 16,0

18,7 19,7 19,5 19,3

12,4 9,8 8,8 10,5

100,0 100,0 100,0 100,0

12,1 14,8 14,4 14,7 18,6 16,0

19,0 19,5 19,6 19,5 19,0 19,3

11,4 9,4 9,6 10,5 11,1 10,5

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

33.851 21.550 27.430 32.339 29.794 30.172 30.633

20.854 12.510 20.585 14.730 20.812 17.834 18.790

41.495 13.611 20.876 19.483 26.226 31.667 30.627

190.915 114.891 149.888 150.941 160.872 161.667 165.219

1.852 1.581 1.596 1.842 1.726 1.792 1.776

1.791 1.977 2.071 1.942 2.034 1.788 1.874

3.378 2.130 2.513 3.715 3.106 3.556 3.288

18,3 26,1 23,7 22,4 22,2 19,8 20,6

7,7 2,1 3,3 4,8 6,2 7,1 6,3

6,3 6,0 5,1 6,2 6,7 6,3 6,2

56,5 61,4 56,9 63,0 63,0 59,2 59,3


115

Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

GRĂ FICO 1: RelaciĂłn-Consumo de Grupos de Alimento en *UiILFR Departamentos Seleccionados, EIH 97-98 5HODFLyQ 3UHFLR &RQVXPR GH *UXSRV GH $OLPHQWR HQ 'HSDUWDPHQWRV 6HOHFFLRQDGRV (,+

6000

Carnes

5000

Precio Promedio

4000 LĂĄcteos

3000

Frutas y verduras

2000

Cereales y derivados

Bebidas

1000 0 2

7

12

17

22

27

32

Consumo Semanal Promedio en Kgs.

Las Variables Utilizadas en el Estudio Los modelos estimables en este estudio requieren de las siguientes variables: las proporciones del presupuesto en alimento que la familia destina al gasto en las distintas categorĂ­as de alimentos, los precios para cada una de las categorĂ­as, el gasto real en alimentos, el gasto per cĂĄpita en alimento y datos demogrĂĄficos de las familias, en este caso el nĂşmero de miembros de la familia. Las proporciones del gasto Las proporciones de gasto por categorĂ­a de alimentos se estiman usando los promedios simple directo de gasto de las familias agrupadas por distrito.

Los Precios implĂ­citos Como no existen precios de mercado para cada una de las categorĂ­as es necesario construir precios implĂ­citos para cada una de las categorĂ­as. Estos precios se construyen a partir de los precios implĂ­citos estimados para cada uno de los 53 tipos de alimentos12 y los ponderadores de gasto de cada uno de los alimentos que integran la categorĂ­a. Con los precios implĂ­citos y los ponderadores respectivos se construyeron precios implĂ­citos para cada una de las categorĂ­as y para cada hogar. El Gasto real per cĂĄpita en alimento El gasto total en alimento de la familia dividido por el nĂşmero de miembros del hogar. La variable gasto es

Precios implĂ­citos obtenidos a partir del gasto durante los Ăşltimos 7 dĂ­as y la cantidad en gramos de los productos consumidos. Estos datos fueron preparados por la DGEEC. 12


116

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

deflactada por el Precio implícito de los alimentos. Este se construye como un índice geométricamente ponderado por la participación de cada una de las categorías de alimentos en el gasto total de alimentos (Stone, 1953). El tamaño de la familia El tamaño de la familia se asume simplemente como el número de miembros que integra la familia. La base de datos utilizada para estima los modelos contiene 1843 observaciones correspondientes a hogares del área urbana de los departamentos de San Pedro, Caaguazú, Itapúa, Central, Alto Paraná y Asunción. Los datos incluyen valores para las siguientes variables: Gasto proporcional cereal y derivados Gasto proporcional carnes Gasto proporcional lácteos y huevos Gasto proporcional frutas y verduras Gasto proporcional bebidas alcohólicas y no alcohólicas Gasto proporcional productos varios Precio promedio cereal y derivados Precio carnes Precio lácteos y huevos Precio frutas y verduras Precio bebidas alcohólicas y no alcohólicas Precio productos varios Gasto real per capita en alimento

Número de miembros del hogar Los valores no observados (missing) de estas variables fueron reemplazados por el valor promedio de la respectiva serie. Estimación Para estimar los parámetros de los modelos, se agregaron a cada ecuación términos de error, los cuáles se suponen que se distribuyen normalmente con media y varianza constante. En ambos casos, los modelos se estimaron con las restricciones impuestas; esto es, imponiendo las condiciones de agregación, homogeneidad y simetría, debido a que el test de Razón de Verosimilitud fue rechazado en ambos casos.13 Al estimar el modelo AIDS, para evitar problemas de singularidad en la matriz de covarianzas, se consideraron sólo cinco de las seis ecuaciones, esto es, las ecuaciones que representan los grupos de los cereales, carnes, lácteos, frutas y verduras y bebidas. En el modelo MLML, el grupo que representa a los productos varios fue considerado para normalizar las otras ecuaciones que representan los distintos grupos de alimentos. En ambos casos, para estimar los parámetros estructurales se utiliza el sistema de regresiones SURE (seemingly unrelated regresion Estimator) de Zellner (Ver Maddala, 1992. Los sistemas de demanda se estimaron con el software econométrico

Para testear las restricciones impuestas se utilizó el test de Razón de Verosimilitud LR, el cual queda definido por la siguiente relación /5 = 2 * ( /2* 1R Re VWULQJLGR − /2* Re VWLQJLJLGR ) , donde LOG es la función de verosimilitud del modelo restringido y no restringido, respectivamente. LR se distribuye 2 (J) con J grados de libertad definidos por el número de restricciones impuestas. (Ver Judge G. et al, 1985. )

13


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

LIMDEP Versión 7.0, 1998, mientras que las bases de datos se procesan usando SPSS versión 10.0.

RESULTADOS Los estimados de los parámetros estructurales de los modelos son de interés principalmente por razones de comparaciones técnicas con resultados de otros estudios. Las elasticidades estimadas son el elemento clave para el proceso de decisión en el ámbito de gobierno, para elaborar programas de apoyo en alimento a comunidades necesitadas, y en el ámbito empresarial como instrumento esencial de análisis de los mercados y la respuesta de los consumidores a variaciones en los precios. Parámetros Estructurales Como se puede observar en el Cuadro 7, la mayoría de los parámetros estimados en ambos modelos son estadísticamente significativos. La alta significancia estadística de estos coeficientes sugiere que la demanda de alimentos en el Paraguay puede ser muy bien estimada a partir de los modelos especificados con los datos de la EIH 97/98. Las demandas de los distintos grupos de alimento analizadas en este estudio responden de una manera importante a cambios en los precios de los bienes, al gasto total en alimento y al tamaño de la familia. En el caso del modelo AIDS, la naturaleza de la demanda de bienes

117

alimenticios se puede inferir por los signos de los parámetros estructurales estimados. En este caso, cuando el valor de los parámetros que representan el gasto de la familia es positivo, esto es, ßi >0 en la Ecuación 1, la demanda de alimento es elástica al gasto en alimento14 y es inelástica cuando el signo es negativo, ßi <0. El Cuadro 7 muestra, según los signos de los parámetros de la variable gasto en alimento en el modelo AIDS, que los cereales, carnes y lácteos son bienes inelásticos al ingreso. En otras palabras, aumentos en el ingreso se reflejan en aumentos en el consumo de cereales, carnes y lácteos inferiores a la proporción en que aumenta el ingreso. Las frutas y verduras y las bebidas son bienes elásticos al ingreso, es decir, un aumento en el ingreso se refleja en aumentos más que proporcionales al aumento del ingreso. Por otro lado, cuando los valores parámetros de los precios propios de los alimentos del modelo AIDS son positivos, esto es, ii>0, la demanda de alimento es inelástica a los precios y cuando los valores son negativos, ii<0, las demandas son elásticas. Como se observa en el Cuadro 7, los valores obtenidos en el modelo AIDS para los parámetros que representan los respectivos precios propios, las demandas de todos los grupos de alimento analizados son inelásticas a los precios. Esto significa que aumentos en los precios de los propios bienes afecta en forma menos que proporcional el consumo de los respectivos bienes.

Precios implícitos obtenidos a partir del gasto durante los últimos 7 días y la cantidad en gramos de los productos consumidos. Estos datos fueron preparados por la DGEEC. 14


118

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

Del mismo modo, los parámetros del modelo MLML miden la respuesta del gasto relativo de la familia en cada uno de los grupos de alimento estudiados con respecto al precio de los alimentos, el gasto total en alimento y el tamaño de la familia. Pero en este caso, como se observa en la Ecuación 4, el valor de los parámetros estimados no puede ser usado directamente, como en el modelo AIDS, para evaluar e inter-

pretar la respuesta de las respectivas demandas a las variables precio, gasto y tamaño de la familia. Para comparar los resultados de los dos sistemas se derivan las respectivas elasticidades. Elasticidades Las elasticidades gasto y tamaño de la familia de los modelos AIDS y MLML se entregan en el Cuadro 8. En

CUADRO 7: Estimación de parámetro para modelos AIDs y MML

Grupo Inter- CereAlimentos cepto ales

Carnes

Gasto real Precio Tamaño per cápita Frutas y Familia Bebidas Varios Lácteos en Alimento verduras

Modelo AIDs con restricciones impuestas Cereales Carnes

0,371

0,022

-0,016

-0,003

-0,011

-0,007

-0,001

-0,018

0,015

7,188 ***

-6,171 ***

-1,468

-4,551 ***

-3,652 ***

-0,543

-7,409 ***

5,189 ***

0,254 -0,016 -6,171 ***

0,038

-0,006

8,412 ***

-2,082

0,001

0,004

-0,008

0,399

1,850

-2,200

0,009

0,005

-0,007

-0,004

-0,015

0,002

-2,414 *

-5,002 **

0,458

*

2,053

*

0,284 -0,003 -1,468

-2,082

3,619 ***

1,847

-2,506

Frutasy verd.

0,125 -0,011

-0,021

0,005

0,039

-0,011

-0,001

0,010

0,018

-6,809 ***

1,847

-4,422 ***

-0,357

3,903 ***

4,986 ***

Bebidas

0,136 -0,007 -3,652 **

0,012

-0,021 -6,809 ***

Lácteos

-4,551 ***

-0,006

*

*

0,001

-0,004

0,399

-2,414

10,000 *** *

*

-0,011

0,026

-0,002

-0,001

-0,033

-4,422 ***

8,629 ***

-1,162

-0,371

-8,811 ***

Modelo MML con restricciones de homogeneidad impuestas Cereales Carnes

2,868

0,155

-0,039

0,060

0,161

0,094

0,032

-0,464

3,367 **

-0,835

1,536

3,360 **

2,942 ***

1,417

-9,745 ***

0,930 -0,182 -4,002 ***

Lácteos

0,148

-0,038

0,079

0,096

-0,006

-0,098

3,204 **

-0,981

1,673

3,051 **

-0,243

-2,082

1,456 -0,071

0,051

0,102

-1,456

1,016

2,433

Frutas y verd. 1,609 -0,176

-0,134

0,100

-3,699 ** Bebidas

-2,784

*

2,461

* *

0,585 15,036 *** 0,232 *

6,046 ***

0,170

0,012

-0,032

-0,231

3,328 **

0,340

-1,293

-4,555 ***

0,327 7,899 ***

0,433

0,002

-0,018

-0,207

0,347

8,734 ***

0,065

-0,761

-4,199 ***

0,595 -0,103

-0,091

-0,028

0,015

0,339

-0,027

-0,106

-0,125

-1,789

-1,561

-0,560

0,249

8,492 ***

-0,943

-1,772

-2,581

Los valores de los parámetros se han aproximado a tres decimales Los valores debajo de los parámetros corresponde al coeficiente t-student *** significativo al 1 por mil ** significativo al 1 por ciento * significativo al 5 por ciento

8,623 *** *


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

el caso de las elasticidades ingreso obtenidas a partir de los parámetros del modelo AIDS, consistente con las predicciones entregadas por el signo de los coeficientes de los parámetros âi, los grupos cereales, carnes y lácteos tienen elasticidades gasto inferiores a la unidad, son bienes considerados necesidades, mientras que los grupos frutas y verduras y bebidas tienen elasticidades superiores a la unidad, son bienes considerados como de lujo. El Cuadro 9 entrega, a modo de ejemplo, el efecto en el consumo de alimento de una caída del ingreso del 10 por ciento y un aumento del tamaño de la familia del 10 por ciento. Según el modelo AIDS, una caída del 10 por ciento del ingreso de la

119

familia se refleja en una disminución del 8,2, 9,3 y 8,9 por ciento del consumo de cereales, carnes y lácteos, respectivamente. Mientras que frutas y verduras y bebidas disminuyen un 10,4 y 11,8 por ciento, respectivamente, esto es una caída en el consumo superior a la caída del ingreso. Las elasticidades que nos entrega el modelo MLML determinan que una caída del ingreso del 10 por ciento hace disminuir el consumo de cereales en sólo 6,7 por ciento, mientras que en bebidas la caída es cercana al 13 por ciento. El resto del consumo disminuye casi en línea con la disminución del ingreso. El crecimiento del número de miembros del hogar tiene un impacto bastante bajo en el consumo de alimentos; el aumento

CUADRO 8: Promedio del Gasto Presupuesto de Alimento y Elasticidades Gasto y Tamaño Familia, según grupo de alimento y modelo estimado.

Grupo alimentos

Cereales

Proporción gasto en alimento

13,7%

Sistema de Demanda AIDS

Sistema de Demanda MML

Elasticidad Gasto Alimento

Elasticidad Tamaño Familia

0,816 45,009 ***

Carnes

25,3%

Lacteos

16,8%

0,928 63,986 *** 0,893 48,813 ***

Frutas y verduras

19,8%

Bebidas

10,4%

1,042 78,895 *** 1,180

Elasticidad Tamaño Familia 0,242 12,896 *** 0,060 3,891 ** 0,085 4,406 0,021 1,269 *** -0,197

40,342 *** -6,377 *** Los valores de los parámetros se han aproximado a tres decimales Los valores debajo de los parámetros corresponde al coeficiente t-student *** significativo al 1 por mil ** significativo al 1 por ciento * significativo al 5 por ciento

0,668 26,162 *** 1,039 47,109 *** 0,922 33,036 *** 0,927 37,072 *** 1,277 30,140 ***

Elasticidad Gasto Alimento 0,342 15,503

***

-0,023 -1,217 0,068 2,832

***

0,095 4,422

***

-0,282 -7,716

***


120

ECONOMĂ?A & SOCIEDAD - NUMERO 6

del 10 por ciento del tamaĂąo de la familia afecta positivamente el consumo de alimento en todos los grupos de alimento con la excepciĂłn del grupo bebidas, dĂłnde el consumo disminuye. En todo caso el impacto del crecimiento de la familia en el consumo de alimentos es bastante bajo, como se observa en Cuadro 9. Para analizar apropiadamente las elasticidades precio de ambos modelos, las mismas fueron compensadas con ajustes en el ingreso. Las elasticidades no compensadas, las elasticidades Marshallianas, incluyen tanto el efecto precio como el efecto ingreso que genera un cambio en los precios, por lo tanto tienden a distorsionar el efecto real de los precios sobre el consumo (Ver Deaton y Muellbauer, 1985).Como se observa en el Cuadro 10, elasticidades no compensadas de los precios propios son negativas; es decir, cambios en

los precios propios tienen un impacto inverso en las cantidades demandas de los respectivos bienes. En todos los casos, las elasticidades son cercanas a la unidad. Al ajustar elasticidades por el ingreso real de las familias para obtener las elasticidades compensadas15, en todos los casos, disminuye el valor de las mismas, lo que sugiere que las elasticidades precio propio no compensadas incluyen importantes efectos ingresos. El valor de las elasticidades compensadas, entregadas en el Cuadro 11, muestra que las carnes y las frutas y verduras son las que menos responden a cambios en los precios propios. Las bebidas y los lĂĄcteos son los que mĂĄs responden a cambios en sus propios precios. Los valores de las elasticidades cruzadas de precio sugieren que las demandas de alimento tienen una baja respuesta a los cambios en los precios de los otros bienes. Las elasticidades

CUADRO 9: Impacto % en el consumo de alimentos de cambios en ingreso de la familia del 10% y un aumento en el tamaĂąo de la familia del 10 %. Gasto alimentos Cereales Carnes LĂĄcteos Frutas y verduras Bebidas

15

Grupo alimentos TamaĂąo familia Modelo AIDS Modelo MLML Modelo AIDS Modelo MLML -8,2 -9,3 -8,9 -10,4 -11,8

-6,7 -10,4 -9,2 -9,3 -12,8

2,4 0,6 0,8 0,2 -2,0

3,4 -0,2 0,7 1,0 -2,8

Las elasticidades precio compensadas del modelo AIDS ij*, se obtienen utilizando la siguiente relaciĂłn

Ρ = Ρ + Z (1 + *

LM

LM

M

β

L

Z

), para todo i, j.Donde Ă&#x;i es elasticidad ingreso del bien i y wi es la proporciĂłn del presupuesto que se gasta

en el bien i. (Ver Green R. Y J. Alston, 1990) Las elasticidades precio compensadas del modelo MLML ij*se , obtienen utilizando la siguiente relaciĂłn L

Ρ * = Ρ + β * Z , para todo i, j. (Ver Deaton y Muellbauer, 1989) LM

LM

L

M


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

121

similares a los utilizados en este estudio. La interpretación de las mismas comparaciones deben hacerse con extremo cuidado ya que los estudios varían de una manera importante en términos de base de datos utilizadas, períodos de referencia, definición y agregación de bienes, estructura de demanda y método de estimación. No obstante lo anterior, si el propósito es usar estos estimados, es importante considerar la perspectiva apropiada con respecto a los signos y magnitud de las elasticidades presentadas.

cruzadas compensadas sugieren que los distintos grupos de alimentos son sustitutos netos entre ellos. Sin embargo, el efecto de sustitución es bastante menor que el efecto de los propios precios en las distintas demandas de alimentos. Comparaciones de resultados Para comparar las elasticidades estimadas en el Cuadro 11 se entregan las elasticidades obtenidas en otros países con metodologías y grupo de alimento

CUADRO 10: Elasticidades precio no compensadas por grupos de alimentos Con respecto al precio de: Grupo alimentos

Cereales

Carnes

Sistema de Demanda Casi Ideal (AIDS) Cereales -0,799 -0,056 -31,758*** -4,985*** Carnes -0,074 -0,827 -3,081*** -44,713*** Lácteos 0,011 -0,014 -9,681*** -1,160 Frutas y verduras -0,052 -0,077 13,355*** -5,833*** Bebidas 0,012 0,022 1,843 2,016 * Sistema de Demanda MML Cereales -0,981 0,073 -31,758*** 2,166 * Carnes -0,204 -1,275 -3,081 ** -19,299*** Lácteos -0,412 0,132 -9,681*** 3,428 ** Frutas y verduras 0,412 -0,077 13,355*** -2,852 ** Bebidas 0,483 -0,453 1,843 -4,160***

Lácteos

Frutas y verduras

Bebidas

-0,002 -0,140 -0,012 -0,660 -0,914 -45,158 *** 0,040 2,416 * -0,021 -1,218

-0,067 -4,806*** -0,127 -7,911*** 0,009 0,667 -0,829 -40,130*** -0,014 -1,085

-0,034 -1,641 -0,011 -0,397 -0,082 -2,842 * -0,053 -2,121 * -0,993 -33,612 ***

0,157 4,702 * 1,219 3,863 ** -1,018 -19,989 *** -0,122 -2,794 * -0,346 -3,122 **

-0,063 -2,005 * -0,268 -4,096*** -0,178 -3,981*** -0,846 -27,250*** 1,162 4,347***

-0,209 -5,370 * -0,137 -2,022 * 0,486 11,243 *** -0,171 -5,746 *** -1,465 -13,447 ***

Los valores de los parámetros se han aproximado a dos decimales Los valores debajo de los parámetros corresponde al coeficiente t-student *** significativo al 1 por mil, ** significativo al 1 por ciento, * significativo al 5 por ciento


122

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

elásticas al ingreso en ambos países. La diferencia que se observa es en la elasticidad de las carnes. En Paraguay las carnes son inelásticas al ingreso (0.93) pero muy cercana a la unidad, mientras que en los estados Unidos son elásticas al ingreso (1.24). En cuanto a las elasticidades propias, en ambos países los cereales y derivados, las carnes, los lácteos y las frutas y verduras son inelásticas. Al comparar

Las elasticidades gasto en frutas y verduras varía entre 0.71 (Tailandia) y 1.04 (Paraguay). Las Elasticidades gasto para carnes varía entre 0.93 (Paraguay) y 1.4 (Indonesia). Las elasticidades obtenidas en nuestro estudio son muy similares a las obtenidas en el área urbana de los Estados Unidos por Kokosky en 1986. Cereales y derivados y lácteos son inelásticos al ingreso, mientras que frutas y verduras son

CUADRO 11: Elasticidades precio compensadas por grupos de alimentos. Con respecto al precio de: Grupo alimentos

Cereales

Carnes

Sistema de Demanda Casi Ideal (AIDS) Cereales -0,687 0,072 -30,361*** 6,669*** Carnes 0,133 -0,592 6,669*** -32,423*** Lácteos 0,147 0,142 8,949*** 12,290*** Frutas y verduras 0,110 0,107 5,753 8,426*** Bebidas 0,097 0,118 6,380*** 10,988*** Sistema de Demanda MML Cereales -0,673 0,043 -26,544*** 1,976 * Carnes 0,126 -0,584 4,898*** -26,235*** Lácteos 0,137 0,106 6,296*** 5,653*** Frutas y verduras 0,127 0,128 4,767*** 5,599*** Bebidas 0,159 0,116 8,322*** 7,030***

Lácteos

Frutas y verduras

0,121 8,949 *** 0,214 12,290 *** -0,764 -38,092 *** 0,217 13,664 *** 0,072 4,166 ***

0,076 5,753*** 0,136 8,426*** 0,184 13,664*** -0,622 -30,568*** 0,095 7,493***

0,128 6,380 0,288 10,988 0,116 4,166 0,181 7,493 -0,870 -29,252

0,134 4,821 *** 0,171 6,054 *** -0,810 -33,993 *** 0,131 4,491 *** 0,111 5,257 ***

0,033 1,318 0,095 3,756 0,217 10,178 -0,548 -21,057 0,082 4,375

0,173 4,103 *** 0,069 1,618 0,150 4,151 *** 0,089 2,016 * -0,877 -27,480 ***

Los valores de los parámetros se han aproximado a tres decimales Los valores debajo de los parámetros corresponde al coeficiente t-student *** significativo al 1 por mil, ** significativo al 1 por ciento, * significativo al 5 por ciento

Bebidas

*** *** *** *** ***


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

las elasticidades ingreso para los grupos frutas y verduras y carnes con los otros países, observamos que el primer grupo de alimentos (carnes) es inelástico al ingreso en Tailandia e Indonesia (elasticidades 0.71 y 0.85, respectivamente) mientras que en Paraguay la elasticidad ingreso para el segundo grupo de alimentos (frutas y verduras) tiende a la unidad (1.04 en el caso del modelo AIDS y 0.93 en el

123

modelo MLML). En cuanto a las carnes, la elasticidad ingreso es bastante elástica en Indonesia y es casi unitaria en Tailandia y Paraguay.

IMPLICACIONES DE POLÍTICA Los valores estimados no sólo proveen una base de información para caracterizar la estructura de la de-

Cuadro 12: Elasticidades precio propio e ingreso de alimentos estimadas en países seleccionados Estudio

País (Dominio /grupo)

Base de Datos

Sistema de Demanda

Kennes 1983

Tailandia, Area rural

Serie 1961-80 y encuesta de gasto 75-76

TLES

Teklhu y Johnson 1987

Indonesia, Area urbana

Encuesta de gasto 1980

Kokosky 1986

Encuesta de gasto de Estados consumidores de proUnidos, ductos lácteos 1972/73 Area urbana 1980/81

Este Estudio

Paraguay, Area Urbana

Carnes Frutas y Verduras Carnes Frutas y Verduras Carnes Frutas y Verduras

-0,39 -0,61 -1,03 -0,71 -1,03 -0,82

1,06 0,71 1,4 0,85 1,4 0,86

QES

Cereales y derivados Carnes Lácteos Frutas y Verduras

-0,77 -0,79 -0,76 -0,72

0,88 1,23 0,75 1,09

AIDS

Cereales y derivados Carnes Lácteos Frutas y Verduras

-0,69 -0,59 -0,76 -0,55

0,82 0,93 0,89 1,04

MLML

Cereales y derivados Carnes Lácteos Frutas y Verduras

-0,67 -0,58 -0,81 -0,55

0,67 1,04 0,92 0,93

AIDS MLML

Encuesta Integrada de Hogares 19971998

TLES: Sistema de gasto lineal de Taylor. AIDS: Sistema de demanda casi ideal MLML: Modelo logit multilineal QES: Sistema cuadrático de gasto

Bienes

Elasticidad Precio Ingreso Propio


124

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

manda de alimentos, sino que además entrega un marco completo y consistente para evaluar impactos de política de gobierno y de las empresas que operan en los distintos rubros alimenticios. El cambio de precio de un bien en particular pondrá en acción una serie de sustituciones entre los distintos bienes. El grado del ajuste, obviamente, variará entre los consumidores dependiendo de sus respuestas en los precios relativos y la participación del bien que cambia su precio en sus presupuestos. En el contexto paraguayo, no existe una política de intervención del gobierno en los precios de los alimentos. El mercado es altamente competitivo, pero se encuentra afectado por una serie de irregularidades comerciales que afectan directamente la capacidad competitiva de las empresas nacionales. Es el caso, por ejemplo, del contrabando, la falsificación y la gran informalidad con que operan algunas empresas al vender sin factura. El contrabando y la falsificación de productos tienen un impacto importante en el precio enfrenta en el mercado el consumidor final. Una baja en el precio de las carnes como resultado de prácticas de contrabando puede significar que el consumidor sustituya el consumo otros productos alimenticios por carne, afectando de manera irregular el mercado de los otros productos alimenticios que compiten con las carnes. Cambios en el ingreso El potencial de crecimiento de la economía paraguaya se sitúa en la ac-

tualidad entre una caída del ingreso del 2 por ciento (escenario pesimista) y un aumento del ingreso del 3 por ciento (escenario optimista). Como se puede observar en el Cuadro 13, si de da el escenario pesimista, el consumo de cereales y derivados disminuye en 1.6 por ciento, el consumo de las carnes cae en casi un 2 por ciento, los lácteos lo hacen en 1.8 por ciento, mientras que el consumo de frutas y verduras disminuye en 2.1 y 2.4 por ciento, respectivamente. En un escenario optimista, en el que el ingreso de la población aumenta un 3 por ciento, el consumo de cereales y derivados aumenta en 2.4 por ciento, las carnes y los lácteos aumentan en 2.8 y 2.7 por ciento respectivamente. Los grupos frutas y verduras y las bebidas tienen un crecimiento superior al ingreso de la población; el consumo de frutas y verduras aumenta en 3.1 por ciento, mientras que el consumo de las bebidas aumenta en 3.5 por ciento. Las bebidas constituyen para el consumidor un bien de lujo dentro de la categoría de alimentos. CUADRO 13: Impacto en el consumo de alimentos de cambios en ingreso de la familia Escenario pesimista caída ingreso 2 %; Optimista aumento ingreso del 3 % Grupo alimentos Cereales Carnes Lácteos Frutas y verduras Bebidas

Escenario Pesimista Optimista -1,6% -1,9% -1,8% -2,1% -2,4%

2,4% 2,8% 2,7% 3,1% 3,5%

Valores estimados con elasticidades del Modelo AIDS


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

125

Efecto sobre el consumo de cambios en el precio de los cereales y derivados

Efecto sobre el consumo de alimentos de cambios en el precio de las carnes

Claramente, las variaciones del consumo de los cereales y derivados, como se observa en el Cuadro 14, dependen esencialmente de cambios en el propio precio. El efecto, que tiene el cambio del precio de cereales y derivados en el resto de los grupos de alimentos es bastante menor. En un escenario optimista, un aumento del 5 por ciento del precio de cereales determina una disminución del 3.4 por ciento del consumo de cereales y derivados, mientras que en un escenario pesimista un aumento del 20 por ciento del precio determina una caída en el consumo cercano al 14 por ciento. El aumento del precio del cereal determina un aumento en el consumo de todos los demás bienes, siendo el impacto más importante el que se observa en los productos lácteos. El aumento en el consumo de lácteos, por efecto de sustitución de cereales y derivados, alcanza en el escenario pesimista a casi el 3 por ciento.

Utilizando los mismos escenarios, el impacto de un aumento en el precio de las carnes afecta principalmente el consumo de las mismas carnes. Como se aprecia en el Cuadro 15, en el escenario pesimista el consumo de carnes disminuye en casi un 12 por ciento, mientras que en el escenario optimista la disminución alcanza al 3 por ciento. Del mismo modo que en el caso de los cereales, el efecto del aumento del precio de las carnes determina que las familias sustituyan carne por los otros alimentos, efecto sustitución que es mayor en el caso de los lácteos y luego bebidas.

CUADRO 14: Impacto en el consumo de alimentos de cambios en el precio de cereales y derivados. Escenario optimista aumento del precio del 5 %; Pesimista aumento del 20 %

CUADRO 15: Impacto en el consumo de alimentos de cambios en el precio de las carnes. Escenario optimista aumento del precio del 5 %; Pesimista aumento del 20 %

Escenario Pesimista Optimista

Escenario Pesimista Optimista

Grupo alimentos Cereales Carnes Lácteos Frutas y verduras Bebidas

-3,4% 0,7% 0,7% 0,6% 0,5%

-13,7% 2,7% 2,9% 2,2% 1,9%

Valores estimados con elasticidades del Modelo AIDS

Efecto sobre el consumo de alimentos de cambios en el precio de los lácteos El Cuadro 16 muestra el impacto que tiene un aumento en el precio de los lácteos sobre el propio consumo de productos lácteos y el resto de los alimentos. En este caso, el efecto directo de un aumento del precio de lác-

Cereales Carnes Lácteos Frutas y verduras Bebidas

0,4% -3,0% 0,7% 0,5% 0,6%

1,4% -11,8% 2,8% 2,1% 2,4%

Valores estimados con elasticidades del Modelo AIDS


126

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

teos es más importante que en el caso de los cereales y las carnes. En el escenario pesimista, la caída en el consumo supera el 15 por ciento, mientras que en el escenario optimista alcanza a casi el 4 por ciento. El impacto sobre las carnes y frutas y verduras es mediano. En el escenario pesimista, el aumento del precio de los lácteos determina un aumento en el consumo del 4.3 por ciento tanto en carnes como en frutas y verduras.

bre las carnes y frutas y verduras es mediano. En el escenario pesimista, el aumento del precio de los lácteos determina un aumento en el consumo del 4.3 por ciento tanto en carnes como en frutas y verduras. Efecto sobre el consumo de alimentos de cambios en el precio de frutas y verduras

El Cuadro 16 muestra el impacto que tiene un aumento en el precio de los lácteos sobre el propio consumo de productos lácteos y el resto de los alimentos. En este caso, el efecto directo de un aumento del precio de lácteos es más importante que en el caso de los cereales y las carnes. En el escenario pesimista, la caída en el consumo supera el 15 por ciento, mientras que en el escenario optimista alcanza a casi el 4 por ciento. El impacto so-

Los efectos de aumentos en el precio de las frutas y verduras se muestran el Cuadro 17. Al igual que en los casos anteriores el mayor impacto es sobre el propio consumo de frutas y verduras. En el escenario optimista, la disminución en el consumo de frutas y verduras alcanza al 3 por ciento, mientras que en el escenario pesimista la disminución supera el 12 por ciento. El mayor efecto de sustitución se nota en este caso con los productos lácteos. En efecto, un aumento del 20 por ciento del precio de las frutas y verduras determina un aumento cercano al 4 por ciento del consumo de lácteos.

CUADRO 16: Impacto en el consumo de alimentos de cambios en el precio de los lácteos. Escenario optimista aumento del precio del 5 %; Pesimista aumento del 20 %

CUADRO 17: Impacto en el consumo de alimentos de cambios en el precio de frutas y verduras. Escenario optimista aumento del precio del 5 %; Pesimista aumento del 20 %

Efecto sobre el consumo de alimentos de cambios en el precio de los lácteos

Grupo alimentos Cereales Carnes Lácteos Frutas y verduras Bebidas

Escenario Pesimista Optimista 0,6% 1,1% -3,8% 1,1% 0,4%

2,4% 4,3% -15,3% 4,3% 1,4%

Valores estimados con elasticidades del Modelo AIDS

Grupo alimentos Cereales Carnes Lácteos Frutas y verduras Bebidas

Escenario Pesimista Optimista 0,4% 0,7% 0,9% -3,1% 0,5%

1,5% 2,7% 3,7% -12,4% 1,9%

Valores estimados con elasticidades del Modelo AIDS


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

Efecto sobre el consumo de alimentos de cambios en el precio de las bebidas Las bebidas son las que muestran las mayores elasticidades precio propio entre todos los grupos de alimentos considerados en el estudio. En el escenario pesimista, las familias disminuyen su consumo de bebida en más del 17 por ciento. En el escenario optimista el consumo disminuye en un 4.3 por ciento (Cuadro 18). El efecto sustitución más importante se observa en este caso con las carnes. Un aumento del 20 por ciento del precio de las bebidas determina un aumento en el consumo de las carnes cercano al 6 por ciento. CUADRO 18: Impacto en el consumo de alimentos de cambios en el precio de bebidas. Escenario optimista aumento del precio del 5 %; Pesimista aumento del 20 % Grupo alimentos Cereales Carnes Lácteos Frutas y verduras Bebidas

Escenario Pesimista Optimista 0,6% 1,4% 0,6% 0,9% -4,3%

2,6% 5,8% 2,3% 3,6% -17,4%

Valores estimados con elasticidades del Modelo AIDS

RESUMEN Y CONCLUSIONES Los sistemas de demanda estimados en este estudio no debieran ser considerados como concluyentes, sino más bien debieran ser utilizados como elementos que agregan a la información sobre la estructura de la demanda de bienes alimenticios en el área

127

urbana del Paraguaya. No obstante que las variaciones de precio de este estudio se limitan a una sola serie cruzada de datos, la EIH 97/98, el estudio demuestra que es posible estimar en forma consistente los parámetros de un sistema completo de demanda de alimentos y que las respuestas de los consumidores a cambios en precios e ingreso son bastante razonables y comparables con estudios realizados en otros países con mayor riqueza de información, tal como es el caso, del estudio realizado por Kokolsky en los Estados unidos. Como resultado del estudio, es evidente que en Paraguay, la demanda de alimentos responde de una manera importante a cambios en el ingreso de la población y variaciones en los precios de los respectivos alimentos. El efecto del ingreso sobre el consumo de alimento muestra que los cereales y derivados, las carnes y los lácteos son necesidades, mientras que las bebidas son bienes de lujo para la población. Las frutas y verduras tienen prácticamente elasticidad unitaria. La respuesta a cambios de precios de otros alimentos afecta positivamente el consumo del grupo de alimento que se analiza, mostrando que existe sustitución en el consumo, sin embargo, la magnitud del efecto es menor que en el caso del impacto de cambios en el ingreso y el precio propio. Del mismo modo, el cambio en el tamaño de la familia tiene un efecto relativamente bajo, comparado con los efectos ingreso y precio propio, en el consumo de alimento. Los patrones generales de las elasticidades estimadas tienen importan-


128

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

tes implicaciones para el proceso de toma de decisiones tanto en el ámbito de gobierno como del sector privado. Un programa de transferencia de ingreso a los sectores de consumidores de menores ingresos puede afectar en mayor medida el consumo de bebidas que el consumo de cereales, carnes frutas y lácteos. Para las empresas productoras o distribuidoras de alimentos, la política de precio debe considerar el significativo impacto que tiene en el consumo de los alimentos los cambios en el propio precio de los bienes. De esta manera, las empresas que distribuyen productos importados o cuya producción ocupa grandes cantidades de insumos importados y que se ven afectadas por las continuas devaluaciones que experimenta el Guaraní en la actualidad tienen un pequeño margen para ajustar los precios, sino quieren ver caídas sustanciales en la demanda de sus productos. El mejoramiento de la calidad de la información obtenida a partir de las encuestas de hogares obtenidas en el marco del Proyecto Mecovi en varios países de la Región establece muy buenas condiciones para poder realizar estudios comparativos entre países y ampliar la naturaleza de los estudios que se pueden realizar. En particular, es importante considerar el estudio de la demanda de bienes a nivel agregado. Comparar, por ejemplo, el efecto ingreso y precio sobre el gasto de la familia en alimento, vestimenta, servicios públicos (agua, electricidad, teléfono, combustible) alquiler, salud, educación, etc. Por lo demás, es importante caracterizar de mejor manera la estructura de consumo de alimento por es-

trato de edades de la familia. Sin duda, que una familia con cinco integrantes, dos adultos y tres hijos menores de 10 años, tienen una demanda, por ejemplo, de productos lácteos superior a una familia de cinco miembros pero con hijos mayores de 15 años. Es importante caracterizar la estructura de consumo de la familia por edades de sus integrantes (escalas equivalentes); evidentemente un niño de menos de 5 años tiene una estructura de consumo diferente en cantidad y variedad de alimentos que un adulto mujer y ésta que un adulto varón. Por lo demás, es importante poder evaluar cambios en hábitos de consumo. Esta es una información extraordinariamente importante para actualizar la canasta básica de bienes que definen la estructura del Índice de Precios al Consumidor. Todos estos estudios requieren de una mayor cantidad de información, especialmente de una mayor de encuestas a los hogares que sean consistentes entre sí.

REFERENCIAS Deaton, A. y J. Muellbauer, 1989. Economics and Consumer Behavior. New York, Cambridge University Press Deaton, A., y Muellbauer, 1980. "An almost ideal demand system". American Economic Review 70: 312-26 Green R. Y J. Alston, 1990, "Elasticities in AIDS Models". American journal of Agricultural Economics, Mayo


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

Judge G. et al, 1985, The Theory and Practice of Econometrics. . New York, Ed. John Wiley and Sons Kennes, W., 1989, Estimating demand for agricultural commodities in Thailand, combining times series and cross section data. European Review of Agricultural Economics 10. Kokoshi M., 1986, " An Empirical Analysis of Intertemporal Demographic Variations in Consumer and Preferencies", American Journal of Agricultural Economics, Noviembre Maddala, G.S., 1992, Econometría. México, Mc Graw Hill,.Primera Edición, 347-348 Pollak, R. Y T. Wales, 1992, Demand System Specification and Estimation. New York, Oxford University Press Robles Marcos, 1999, Determinación del Gasto familiar, Canasta Básica Alimentos y Líneas de Pobreza, Encuesta Integrada de Hogares1997-1998, Informe de Consultoría, Febrero. Teklu T, y S.R. Johnson, 1988, "Demand System from CrossSection Data",. Canadian journal of Agricultural Economics, 36, 83-101 Theil, H., 1969. "A multinomial extension of the linear logit model". International Economic Review10: 251-59 Stone. J.,1952, The Measurement of Consumer´s Expenditure and

129

Behavior in the United Kingdom. Cambridge, University Cambridge Press.

ANEXO Marco para la Descripción El punto de partida para el análisis de cualquier demanda son los patrones de gasto que realizan las familias. Estos patrones se reflejan apropiadamente a través de las proporciones del gasto familiar (esto es, los gastos en un bien o grupo de bienes como una fracción del gasto total). Las proporciones no tienen dimensión, de modo que aún cuando el gasto varía con los precios, ingreso y condiciones de vida de las familias, tales proporciones pueden fácilmente compararse a través de familias, tiempo, países, etc., sin tener que considerar conversiones de precios o tasas de cambio. Por construcción las proporciones suman uno de modo que la atención se enfoca en la asignación del presupuesto total que representan. En este estudio usaremos el símbolo ZL para designar la proporción del presupuesto gastado en el bien L. Formalmente, ST ; [ 'RQGH,

Z =

L

L

L

Ecuación 5

T = Cantidad consumida del bien i L

S = Pr ecio del bien i L

[ = Gasto total

Existen dos metodologías para establecer la proporción del presupues-


130

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NUMERO 6

to destinado al gasto en consumo familiar que se gasta en cada ítem de gasto. En primer lugar, tenemos la metodología utilizada para estimar el ingreso nacional. En este caso, la encuesta de hogares es usada para proyectar en el ámbito nacional el gasto de las familias en cada bien; la suma del gasto de todas las familias en todos los bienes permite obtener el gasto total de los consumidores en la economía. Las proporciones del presupuesto gastadas en cada bien se derivan de la siguiente manera

∑K SL TLK ~ = Z L SN TNK ∑∑ K N

Ecuación 6

Esta metodología supone, como lo demuestra Ecuación 3, que la proporción que gasta cada hogar en de cada ítem, wih, está ponderada por la participación en el gasto total del gasto de cada hogar.

recto del gasto del hogar. Este promedio se obtiene calculando la participación del gasto del presupuesto de cada familia y luego se promedia sobre todas las familias. Formalmente, el Promedio directo se representa de la siguiente manera ZK

__

ZL = ∑ 1L ; K

Ecuación 8

donde N es el número total de hogares.

Considerando el hecho de que por definición los bienes de lujo son aquellos bienes que gastan en mayor proporción las familias de altos ingresos y los bienes considerados necesidades son aquellos que se gastan en mayor proporción por las familias más pobres, la participación del gasto estimada con la metodología del ingreso nacional tenderá a ser menor que la participación estimada con la metodología promedio directo en el caso de las necesidades, viceversa para el caso de los bienes de lujo.

re - escribiendo ecuación1 tenemos

~ =∑[ Z Z L [ K

Marco para la Descripción

K

L

K

Ecuación 7

Donde

Z

K

=

SL TL

K

; (proporción del gasto en i de la familia h)

[ ∑S T [= [ L

K

K

N

N

K N

(proporción del gasto total de la familia h)

Es decir, las familias de mayores ingresos tienen una mayor influencia en el cálculo de la participación del gasto agregado. La segunda metodología, la cual adoptaremos en nuestro análisis de la EIH 97/98 y para estimar los sistemas de demanda, es el promedio simple di-

El punto de partida para el análisis de cualquier demanda son los patrones de gasto que realizan las familias. Estos patrones se reflejan apropiadamente a través de las proporciones del gasto familiar (esto es, los gastos en un bien o grupo de bienes como una fracción del gasto total). Las proporciones no tienen dimensión, de modo que aún cuando el gasto varía con los precios, ingreso y condiciones de vida de las familias, tales proporciones pueden fácilmente compararse a través de familias, tiempo, países, etc., sin tener que considerar conversiones de


Paraguay: Un Estudio de Sistemas de Demanda de Alimentos Utilizando Series Cruzadas de Datos

precios o tasas de cambio. Por construcción las proporciones suman uno de modo que la atención se enfoca en la asignación del presupuesto total que representan. En este estudio usaremos el símbolo ZL para designar la proporción del presupuesto gastado en el bien L.Formalmente, ST ; Z = Ecuación 9 [ 'RQGH, T = Cantidad consumida del bien i L

L

L

L

S = Pr ecio del bien i L

[ = Gasto total

Existen dos metodologías para establecer la proporción del presupuesto destinado al gasto en consumo familiar que se gasta en cada ítem de gasto. En primer lugar, tenemos la metodología utilizada para estimar el ingreso nacional. En este caso, la encuesta de hogares es usada para proyectar en el ámbito nacional el gasto de las familias en cada bien; la suma del gasto de todas las familias en todos los bienes permite obtener el gasto total de los consumidores en la economía. Las proporciones del presupuesto gastadas en cada bien se derivan de la siguiente manera

∑K SL TLK ~ = Z L SN TNK ∑∑ K N

Ecuación 10

Esta metodología supone, como lo demuestra Ecuación 3, que la proporción que gasta cada hogar en de cada ítem, wih, está ponderada por la participación en el gasto total del gasto de cada hogar.

131

re - escribiendo ecuación1 tenemos

~ =∑[ Z Z L [ K

K

L

K

Ecuación 11

Donde

Z

K

=

SL TL

K

; (proporción del gasto en i de la familia h)

[ ∑S T [= [ L

K

K

N

N

K N

(proporción del gasto total de la familia h)

Es decir, las familias de mayores ingresos tienen una mayor influencia en el cálculo de la participación del gasto agregado. La segunda metodología, la cual adoptaremos en nuestro análisis de la EIH 97/98 y para estimar los sistemas de demanda, es el promedio simple directo del gasto del hogar. Este promedio se obtiene calculando la participación del gasto del presupuesto de cada familia y luego se promedia sobre todas las familias. Formalmente, el Promedio directo se representa de la siguiente manera ZK

__

ZL = ∑ 1L ; K

Ecuación 12

donde N es el número total de hogares.

Considerando el hecho de que por definición los bienes de lujo son aquellos bienes que gastan en mayor proporción las familias de altos ingresos y los bienes considerados necesidades son aquellos que se gastan en mayor proporción por las familias más pobres, la participación del gasto estimada con la metodología del ingreso nacional tenderá a ser menor que la participación estimada con la metodología promedio directo en el caso de las necesidades, viceversa para el caso de los bienes de lujo.


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

INFORMACIÓN SOBRE CONDICIONES DE VIDA DE LA POBLACIÓN PARAGUAYA 2000-2001* El presente documento pretende responder a varias interrogantes relacionadas con las condiciones de vida de la población paraguaya. Algunas de estas son las siguientes: ¿Cómo es el acceso de la población a los servicios básicos?, ¿en qué tipo de viviendas habita mayormente?,¿cuántas viviendas propias están tituladas?, ¿es alta la quema de basura en el país?, ¿qué tantos electrodomésticos tienen las familias paraguayas?, ¿se utiliza en el país más el gas o el carbón para cocinar?, ¿sigue siendo alta la migración del área rural al área urbana?, ¿llegan las donaciones escolares exclusivamente a los estudiantes pobres?, ¿cuál es la cobertura de los seguros médicos en el país?, ¿cuál es el promedio de embarazos por mujer en el país?, ¿cuál es la cobertura de vacunación y cuáles las tasas de desnutrición infantil?. Otras interrogantes, también importantes, pueden ser absueltas con la información presentada: ¿cuál es la situación actual de los trabajadores paraguayos?, ¿cuánto se demoran los desempleados en encontrar un empleo?, ¿cuál es el monto más bajo que aceptarían los desocupados e inactivos para trabajar?, ¿es la microempresa la mayor fuente de empleo en el país?, ¿cuántos asalariados tienen un sistema de jubilación?, ¿cuántos trabajadores tienen más de un empleo?, * El presente documento fue elaborado por Marcos Robles.

133

¿cuál es la magnitud de la pobreza en Paraguay?, ¿en donde vive la mayor parte de los pobres?, ¿que proporción de la población tiene necesidades básicas insatisfechas?. Finalmente, se responde a preguntas como: ¿cuanta violencia existe en el país?, ¿qué tan frecuente es el consumo de drogas en Paraguay?, Para estos propósitos se utiliza la información proveniente de la Encuesta Integrada de Hogares 2000-2001 (EIH 2000/2001), la cual fue ejecutada por la DGEEC entre septiembre de 2000 y agosto de 2001, con el apoyo del Programa MECOVI-Paraguay. Cabe indicar que en total, en el marco de esta encuesta, se entrevistaron a 37.437 personas, correspondiente a 8.131 hogares de las áreas urbanas y rurales de todos los departamentos del país (con excepción de Boquerón y Alto Paraguay), seleccionadas bajo un diseño muestral bietápico y probabilística. La información es presentada a nivel agregado (total país) y simultáneamente a nivel de cinco grupos del mismo tamaño (aproximadamente de 1 millón 166 mil personas cada uno), ordenados desde el más pobre hasta el más rico, con el propósito de poder identificar a los más vulnerables. Estos grupos se definieron teniendo en consideración el ingreso familiar por persona y las diferencias de precios existentes en el tiempo (la EIH 2000/2001 fue ejecutada a lo largo de 12 meses) y en las regiones geográficas del país (Asunción, Central Urbano, Resto Urbano y Área Rural).


134

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

POBLACIÓN, MIGRACIÓN Y EDUCACIÓN: ¿Qué tan joven es la población paraguaya?, ¿la proporción de casados o unidos en pareja es alta?, ¿la migración interna es mayoritariamente desde el área rural hacia al área urbana?, ¿porqué migran las personas?, ¿cuál es el idioma más hablado en el hogar?, ¿cuál es la tasa de analfabetismo de las mujeres?, ¿son muy diferentes los niveles de instrucción de los hombres y mujeres?, ¿es alta la tasa de inasistencia escolar en el país?, ¿llegan las donaciones escolares exclusivamente a los estudiantes pobres?. Cuadro Nº 1: Edad promedio de la población(en años)

Hombres Mujeres Total

20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

20,2 20,5 20,3

22,4 23,4 22,9

23,8 25,2 24,5

27,2 27,5 27,4

31,0 31,5 31,3

24,8 25,7 25,3

Cuadro Nº 2: Porcentaje de la población según sexo, relación de parentesco con el jefe de hogar y estado civil 20% más

20%

20%

20%

20% más

pobre

siguiente

siguiente

siguiente

rico

%

Población

49,6 50,4 100,0

47,4 52,6 100,0

48,3 51,7 100,0

49,5 50,5 100,0

2.888.376 2.942.207 5.830.583

Relación de parentesco con el jefe de hogar Jefe 15,8 18,7 20,0 Cónyuge 12,4 13,7 14,9 Hijo 58,8 54,8 49,1 Otro pariente 12,6 11,7 15,0 No pariente 0,4 1,1 0,9 Empleado doméstico 0,0 0,0 0,1 Total 100,0 100,0 100,0

23,5 16,2 43,5 14,9 1,1 0,8 100,0

28,7 17,0 37,0 12,6 1,9 2,8 100,0

21,3 14,8 48,6 13,4 1,1 0,8 100,0

1.243.870 865.145 2.836.544 778.702 62.455 43.867 5.830.583

Estado civil de la población de 18 y más años de edad Casado 44,7 44,7 44,4 Unido 21,4 20,9 19,4 Separado 1,9 2,1 2,7 Viudo 3,8 4,7 3,6 Soltero 28,2 27,6 29,5 Divorciado 0,0 0,0 0,3 Total 100,0 100,0 100,0

46,8 14,9 2,6 4,8 30,7 0,2 100,0

44,7 11,1 3,6 5,6 34,4 0,6 100,0

45,1 16,8 2,7 4,6 30,5 0,3 100,0

1.443.763 537.278 86.794 147.070 977.640 8.263 3.200.808

Sexo Hombre Mujer Total

52,3 47,7 100,0

50,1 49,9 100,0

Total País


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

135

Cuadro Nº 3: Porcentaje de la población según lugar de nacimiento y lugar de residencia 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

3,1 51,2 45,7 100,0

6,5 53,3 40,2 100,0

6,5 65,4 28,1 100,0

4,1 45,0 50,9 100,0

240.580 2.621.636 2.967.901 5.830.583

Lugar de residencia hace un año (población mayor a un año) Extranjero 0,7 0,5 0,3 0,9 Urbana 22,1 41,4 59,7 65,6 Rural 77,2 58,1 40,0 33,5 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

0,3 79,7 20,0 100,0

0,5 53,9 45,6 100,0

31.240 3.070.023 2.599.796 5.701.059

Lugar de residencia hace 5 años (población mayor a 5 años) Extranjero 1,0 0,7 0,7 2,2 Urbana 21,6 41,7 61,7 65,7 Rural 77,4 57,6 37,6 32,0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

1,5 78,1 20,4 100,0

1,2 54,5 44,3 100,0

63.385 2.771.788 2.251.146 5.086.319

Lugar de nacimiento Extranjero 1,5 Área urbana 18,5 Área rural 80,0 Total 100,0

20% siguiente

3,0 36,4 60,5 100,0

Total País Población

Cuadro Nº 4: Porcentaje de la población según condición de migrante 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Migrantes internos respecto al lugar de residencia de hace 1 año Migrante urbano-urbano 0,6 1,2 2,2 3,2 Migrante urbano-rural 1,7 0,8 0,5 0,8 Migrante rural-urbano 0,7 0,9 0,4 0,9 Migrante rural-rural 1,2 0,6 0,5 1,1 Total migrante 4,2 3,4 3,6 6,1 Total no migrante 95,8 96,6 96,4 93,9 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

1,8 0,4 0,6 0,5 3,3 96,7 100,0

1,8 0,8 0,7 0,8 4,1 95,9 100,0

101.794 46.557 39.129 44.563 232.043 5.437.776 5.669.819

Migrantes internos respecto al lugar de residencia de hace 5 años Migrante urbano-urbano 1,3 3,6 4,5 8,5 Migrante urbano-rural 2,8 2,5 3,3 3,0 Migrante rural-urbano 2,1 2,1 1,9 2,2 Migrante rural-rural 4,2 4,3 2,4 1,7 Total migrante 10,4 12,5 12,0 15,4 Total no migrante 89,6 87,5 88,0 84,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

7,5 1,9 2,9 1,5 13,8 86,2 100,0

5,2 2,7 2,3 2,8 12,9 87,1 100,0

259.096 134.618 113.474 138.556 645.744 4.377.190 5.022.934

Razones de la migración (respecto al lugar de residencia de hace 5 años) Razones de trabajo 15,9 13,7 16,5 20,5 Razones de estudio 1,2 3,4 2,9 8,9 Motivos familiares 75,3 60,5 60,3 58,1 Adquisición de casa 2,7 19,2 15,4 8,0 Otras 4,9 3,2 4,9 4,5 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

37,5 11,7 39,8 8,5 2,4 100,0

21,6 6,2 57,5 10,8 3,9 100,0

139.522 39.903 371.114 69.910 25.295 645.744


136

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 5: Porcentajea de la población según idioma hablado con más frecuencia, tasa de analfabetismo y nivel educativo aprobado 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Idioma más hablado en el hogar (por la población de 5 y más años de edad) Guaraní 87,5 67,0 48,7 33,7 20,4 Guaraní y castellano 7,1 18,1 21,7 27,4 25,7 Castellano 3,0 10,1 26,2 33,7 47,6 Otros 2,4 4,8 3,4 5,2 6,3 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Tasa de analfabetismo (de la población de 15 a más años de edad) Hombre 12,5 10,7 6,4 5,0 Mujer 19,0 17,1 9,4 7,3 Total 15,6 13,9 8,0 6,2

2,5 2,5 2,5

Nivel educativo más alto aprobado (por la población de 15 y más años de edad) Primaria 73,9 68,3 55,8 47,5 30,1 Secundaria Básica 7,9 12,1 17,3 15,4 14,4 Bachiller 6,0 7,9 17,6 23,7 27,1 Universitario 0,2 0,5 1,8 5,7 21,8 Otros 12,0 11,2 7,5 7,7 6,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Total País Población

50,6 20,2 24,7 4,5 100,0

2.572.352 1.029.553 1.257.854 226560 5.086.319

6,9 9,8 8,4

122.551 180.341 302.892

52,5 13,8 17,9 7,2 8,7 100,0

1.889.825 496.584 643.097 260.891 312174 3.602.571

Cuadro Nº 6: Años promedio de estudios de la población de 18 y más años de edad 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

18 a 45 años Hombre Mujer Total

5,3 4,8 5,1

5,9 5,9 5,9

7,3 7,3 7,3

8,7 8,9 8,8

10,9 11,2 11,0

8,0 8,0 8,0

46 a 65 años Hombre Mujer Total

3,3 2,6 3,0

4,3 3,1 3,7

5,2 4,2 4,7

5,7 4,7 5,2

9,6 8,5 9,0

6,1 5,3 5,7

Más de 65 años Hombre Mujer Total

2,0 1,5 1,8

2,4 2,0 2,2

3,8 2,6 3,2

3,4 2,8 3,0

7,3 5,9 6,5

4,2 3,4 3,7

Total (18 a más años) Hombre 4,6 Mujer 4,1 Total 4,4

5,2 4,9 5,1

6,5 6,3 6,4

7,6 7,3 7,4

10,3 9,9 10,1

7,2 6,9 7,1


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

137

Cuadro Nº 7: Porcentaje de la población según asistencia a instituciones de enseñanza formal y razón de no asistencia escolar 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

Población de 5 a 12 años de edad Asiste 86,0 No asiste 14,0 Total 100,0

85,2 14,8 100,0

89,5 10,5 100,0

Población de 13 a 18 años de edad Asiste 53,6 No asiste 46,4 Total 100,0

62,0 38,0 100,0

Población de 19 a 25 años de edad Asiste 10,9 No asiste 89,1 Total 100,0

14,1 85,9 100,0

20% más rico

%

93,7 6,3 100,0

94,4 5,6 100,0

88,7 11,3 100,0

1.074.217 136.777 1.210.994

69,8 30,2 100,0

78,7 21,3 100,0

79,6 20,4 100,0

68,2 31,8 100,0

556.042 259.732 815.774

19,5 80,5 100,0

23,2 76,8 100,0

35,8 64,2 100,0

22,9 77,1 100,0

155.632 525.205 680.837

35,4 12,7 9,3 4,0 5,8 15,0 17,6 100,0

27,0 21,6 4,3 3,3 13,2 12,9 17,7 100,0

19,9 24,4 3,7 4,4 9,2 11,3 27,1 100,0

35,3 14,0 7,9 6,4 7,3 12,5 16,7 100,0

325.190 129.022 73.215 58.639 67.222 114.928 153.551 921.767

Asistencia a instituciones públicas o privadas (población de 5 a 25 años de edad) Públicas 94,8 92,1 82,1 72,8 49,1 Privadas 5,2 7,9 17,9 27,2 50,9 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

79,6 20,4 100,0

1.420.826 365.065 1.785.891

Razón de no asistencia (población de 5 a 25 años) Sin recursos 43,1 45,8 Necesidad de trabajar 6,1 8,7 No tiene edad adecuada 11,8 9,1 No existe escuela cercana 12,0 6,7 Problemas familiares 3,2 6,3 No quiere estudiar 11,1 12,3 Otras razones 12,6 11,1 Total 100,0 100,0

20% siguiente

Total País Población


138

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 8: Porcentaje de la población según transporte utilizado para ir a la escuela, repitencia escolar y donaciones recibidas 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Transporte utilizado habitualmente para ir de casa a la escuela (población de 5 a 25 años) A pie 90,4 85,8 76,4 66,7 41,5 73,6 1.314.591 Ómnibus 3,9 7,2 14,8 18,1 26,5 13,4 239.949 Transporte escolar 0,8 0,9 1,6 4,1 8,3 2,9 52.013 Transporte particular 0,0 0,3 0,8 5,3 19,6 4,6 82.643 Otro 4,8 5,9 6,4 5,8 4,1 5,4 96.695 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1.785.891 Repitencia de algún grado o curso (población de 5 a 25 años) Sí 31,4 28,0 23,1 20,6 No 68,6 72,0 76,9 79,4 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

13,4 86,6 100,0

23,9 76,1 100,0

645.948 2.061.657 2.707.605

Recibió donación de matrícula (estudiantes de 5 a 25 años) Sí, del MEC 47,9 35,4 22,4 16,4 Sí, de otros 1,9 1,9 1,3 1,3 No recibió 50,2 62,7 76,3 82,2 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

7,9 1,7 90,4 100,0

27,1 1,6 71,2 100,0

484.591 29207 1.271.653 1.785.451

Recibió donación de uniforme (estudiantes de 5 a 25 años) Sí recibió 0,9 1,1 0,9 0,5 No recibió 99,1 98,9 99,1 99,5 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

0,5 99,5 100,0

0,8 99,2 100,0

14417 1.771.034 1.785.451

Recibió donación de libros (estudiantes de 5 a 25 años) Sí, del MEC 65,7 64,2 49,5 40,8 Sí, de otros 1,9 3,2 1,1 1,6 No recibió 32,4 32,6 49,4 57,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

22,8 1,2 76,0 100,0

50,0 1,8 48,2 100,0

891.899 32566 860.986 1.785.451

Recibió donación de útiles (estudiantes de 5 a 25 años) Sí recibió 7,5 1,8 2,4 1,1 No recibió 89,7 95,4 96,4 98,1 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

0,4 98,8 100,0

2,8 95,5 100,0

49655 1.704.414 1.785.451

Recibió donación de comidas (estudiantes de 5 a 25 años) Sí, del MEC 14,5 10,2 6,8 6,0 Sí, de otros 8,8 6,0 6,0 3,9 NO 76,7 83,7 87,2 90,1 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

1,9 1,9 96,2 100,0

8,2 5,5 86,3 100,0

146.854 98363 1.540.234 1.785.451


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

139

Cuadro Nº 9: Gasto por estudiante (de 25 a 25 años) en diferentes rubros (guaraníes de marzo del 2001)

En matrícula por año escolar En uniforme por año escolar En libros por año escolar En útiles por año escolar En contribución de padres por año escolar En transporte, pensión, otros (por mes)

20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

6.879 43.960 3.632 32.906

13.004 45.996 5.384 38.269

31.411 64.511 17.477 64.106

54.305 67.969 32.451 70.026

143.595 98.907 110.018 112.383

45.809 62.611 30.662 61.161

7.890

8.924

15.762

16.357

24.315

14.152

10.029

13.002

30.840

51.380

141.631

45.482

SALUD Y ANTROPOMETRÍA: ¿Cuál es la cobertura de los seguros médicos en el país?, ¿qué porcentaje de la población se enferma?, ¿cuánto de las consultas médicas son atendidas por los hospitales privados?, ¿qué tan importante es la automedicación en Paraguay?, ¿cuánto tiempo esperan las personas que desean atenderse en el IPS?, ¿existen diferencias por estratos en el promedio de embarazos por mujer en el país?, ¿ en el estrato alto hay más partos por cesárea que en el bajo?, ¿son muchos los nacimientos prematuros?, ¿hasta cuántos meses los niños reciben leche materna?, ¿cuál es la cobertura de vacunación y las tasas de desnutrición infantil?.


140

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 10: Porcentaje de la población según tenencia de seguro médico, tenencia de enfermedad, consulta por enfermedad y medio utilizado para llegar al lugar de consulta 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

17,0 5,5 1,5 75,9 100,0

19,7 23,7 1,9 54,8 100,0

10,9 6,6 1,1 81,4 100,0

635.065 381.947 65.116 4.748.455 5.830.583

Tenencia o síntoma de enfermedad o accidente en últimos 90 días Sí 44,4 37,5 39,7 37,1 No 55,6 62,5 60,3 62,9 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

30,4 69,6 100,0

37,8 62,2 100,0

2.205.068 3.625.515 5.830.583

¿Se consulta por la enfermedad o accidente? Sí 31,9 40,4 51,3 No 68,1 59,6 48,7 Total 100,0 100,0 100,0

56,8 43,2 100,0

69,8 30,2 100,0

48,6 51,4 100,0

1.072.489 1.132.269 2.204.758

Persona consultada por enfermedad o accidente Doctor 53,3 67,4 83,0 Farmacéutico 7,2 9,0 4,6 Curandero 27,6 14,6 6,7 Otro 11,9 9,0 5,6 Total 100,0 100,0 100,0

85,1 5,8 5,1 4,0 100,0

91,0 4,2 3,0 1,8 100,0

78,2 5,9 10,0 5,9 100,0

838.189 63.293 107.594 63.413 1.072.489

Institución consultada por enfermedad o accidente IPS 2,9 9,8 13,8 Hospital público 6,8 9,4 11,3 Centro de salud 23,6 24,3 20,2 Hospital privado 13,9 15,7 28,1 Farmacia 8,7 10,8 6,2 Casa curandero 27,7 13,8 6,2 Otra 16,3 16,2 14,2 Total 100,0 100,0 100,0

17,4 9,0 19,2 31,3 6,2 5,0 11,9 100,0

14,4 6,0 6,1 55,1 5,0 2,9 10,6 100,0

12,4 8,5 17,9 30,9 7,1 9,7 13,5 100,0

132.954 91.163 191.495 329.788 75.548 103.708 144.104 1.068.760

Razón de no consulta por estar enfermo o accidentado Dolencia leve 34,8 38,6 39,6 No hay atención cercana6,2 5,2 2,1 Consultas caras 29,0 19,2 18,8 Se automedicó 28,2 35,8 36,1 Otras 1,7 1,2 3,4 Total 100,0 100,0 100,0

46,5 2,2 12,1 35,6 3,6 100,0

54,5 2,0 5,9 35,4 2,2 100,0

40,4 4,1 19,8 33,4 2,3 100,0

457.552 46.202 223.747 378.473 26.048 1.132.022

Tenencia de algún seguro médico vigente en el país IPS 1,6 5,5 10,6 Seguro Privado 0,5 1,1 1,9 Sanidad militar-policial0,0 1,1 1,1 No tiene 97,8 92,3 86,4 Total 100,0 100,0 100,0

Total País Población

Síntoma o tenencia de enfermedad o accidente, con dolencias no leves, en últimos 90 días Sí 33,9 28,9 32,0 29,6 25,4 30,0 1.747.206 No 66,1 71,1 68,0 70,4 74,6 70,0 4.083.067 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 5.830.273 Medio de transporte utilizado para llegar al lugar de consulta A pie 46,9 35,8 32,2 24,3 Vehículo particular 14,2 16,3 18,4 28,4 Ómnibus 29,8 38,4 41,9 39,8 Taxi 2,9 3,1 4,3 5,2 Otro 6,3 6,4 3,2 2,2 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

14,0 53,2 24,8 5,9 2,2 100,0

29,1 27,6 35,1 4,5 3,8 100,0

303.947 288.116 366.514 46.502 39.203 1.044.282


141

Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

Cuadro Nº 11: Tiempo que utiliza la población para llegar al lugar de consulta y para que lo atiendan 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

Minutos requeridos para llegar al lugar de consulta según medio de transporte A pie 41,1 29,3 23,0 14,5 11,5 Ómnibus 72,7 71,8 53,2 65,5 60,5 Taxi 30,5 23,2 29,3 22,9 26,1 Vehículo particular 35,0 32,8 29,7 34,1 28,3 Otro 64,6 47,6 59,6 20,5 14,0 Total 50,8 47,3 37,9 41,6 33,7

25,9 63,5 26,0 30,9 45,2 41,3

Minutos de espera en el lugar de consulta según institución IPS 122,9 116,1 128,0 Hospital público 70,8 61,2 58,8 Centro de salud 54,7 53,4 66,9 Hospital privado 24,0 22,8 18,2 Farmacia 9,5 4,2 5,1 Casa curandero 20,4 14,8 35,9 Total 36,8 42,3 53,6

96,4 62,0 60,3 20,1 5,5 24,0 43,0

74,0 75,3 67,5 21,2 4,6 33,8 46,9

80,7 42,5 50,8 19,3 4,7 36,3 33,5

Cuadro Nº 12: Porcentaje de la población según si recibió gratuitamente medicamentos para atenderse de la dolencia 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Transporte utilizado habitualmente para ir de casa a la escuela (población de 5 a 25 años) Sí, del IPS 0,7 3,2 7,1 10,3 11,6 6,2 135.777 Sí, del MSP 4,1 2,8 2,3 1,2 0,7 2,3 51.786 Sí, de Otros 6,6 6,6 11,6 12,1 9,1 9,1 200.894 No 88,6 87,4 79,1 76,4 78,7 82,4 1.816.301 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 2.204.758

Cuadro Nº 13: Gasto per cápita por la enfermedad o accidente en últimos 3 meses (guaraníes de marzo del 2001)

En consulta En medicamentos En exámenes En hospital En transporte En comidas En otros

20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

2.841 21.072 1.634 4.736 2.150 558 1.202

4.604 25.613 5.046 5.985 3.555 811 605

8.006 37.579 7.484 9.615 3.811 962 1.248

11.863 52.880 13.575 6.962 6.131 1.173 1.177

22.248 124.163 21.425 28.440 9.244 2.899 3.007

Total país 9.163 48.246 9.061 10.255 4.698 1.190 1.378


142

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 14: Porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años según si estuvieron alguna vez embarazadas (no incluye embarazo actual) 20% más pobre Por lo menos una vez 76,0 Nunca 24,0 Total 100,0

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

72,4 27,6 100,0

68,9 31,1 100,0

62,0 38,0 100,0

55,3 44,7 100,0

65,7 34,3 100,0

927.699 483.939 1.411.638

Cuadro Nº 15: Mujeres entre 15 y 49 años según número de embarazos e hijos nacidos vivos y fallecidos 20% más pobre En matrícula por año escolar Promedio de embarazos Promedio de embarazos (a) Promedio de hijos hombres nacidos vivos Promedio de hijas mujeres nacidas vivas Promedio de hijos nacidos vivos en 1999 (b) Promedio de hijos menores a 5 años fallecidos (c)

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

6.879 4,0 5,2

13.004 3,2 4,4

31.411 2,4 3,5

54.305 1,7 2,8

143.595 1,4 2,4

45.809 2,4 3,6

2,6

2,2

1,7

1,2

1,1

1,7

2,4

2,0

1,6

1,4

1,1

1,7

16,8

13,7

9,8

7,4

4,5

9,7

2,7

2,2

1,5

0,7

0,4

1,4

(a) respecto al total de mujeres entre 15 y 49 años que por lo menos tuvieron un embarazo (b) por cada 100 mujeres entre 15 y 49 años (c) en últimos 5 años por cada 100 mujeres entre 15 y 49 años


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

143

Cuadro Nº 16: Porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años que por lo menos tuvo un parto según el lugar y tipo de parto, condición de embarazo de mujeres, recepción de vacuna antitetánica, ingesta de suplemento de hierro y controles prenatales 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Lugar del último parto IPS 0,8 Hospital público 14,1 Centro de salud 25,2 Hospital privado 7,2 Casa partera/curandero 8,9 Su casa 37,2 Otro 6,6 Total 100,0

4,1 14,6 28,4 13,3 10,9 21,7 7,0 100,0

10,2 24,8 22,3 14,1 7,8 12,7 8,1 100,0

13,2 22,2 19,9 23,7 5,1 7,0 8,9 100,0

11,1 14,4 11,8 44,4 2,7 5,6 9,9 100,0

8,2 18,3 21,3 21,0 7,0 16,1 8,2 100,0

76.094 169.502 197.707 194.748 64.721 149.098 75.829 927.699

Tipo del último parto de mujeres Normal 87,3 Por Cesárea 12,7 Total 100,0

78,6 21,4 100,0

73,7 26,3 100,0

66,4 33,6 100,0

61,4 38,6 100,0

73,0 27,0 100,0

671.129 248.245 919.374

Condición de embarazo de mujeres entre 15 y 49 años Sí 6,9 2,7 5,4 No 93,1 97,3 94,6 Total 100,0 100,0 100,0

3,6 96,4 100,0

3,3 96,7 100,0

4,2 95,8 100,0

59.831 1.351.941 1.411.772

Recepción de las 5 dosis de la vacuna antitetánica por parte de las mujeres embarazadas entre 15 y 49 años Sí 70,1 81,3 66,3 66,2 72,5 70,1 41.921 No 29,9 18,7 33,7 33,8 27,5 29,9 17.910 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 59.831 Recepción de la vacuna antitetánica durante el embarazo actual de las mujeres entre 15 y 49 años No recibió 47,3 38,6 37,0 31,6 31,8 37,8 Una vez 34,6 30,4 32,3 21,7 35,7 31,3 Dos veces 10,1 16,4 14,4 45,1 23,0 20,9 Tres veces 8,0 13,9 5,8 1,5 7,6 6,8 Más de tres veces 0,0 0,6 10,5 0,2 0,7 3,0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

22.588 18.729 12.514 4.073 1.793 59.831

Ingesta de suplemento de hierro durante el embarazo actual de las mujeres entre 15 y 49 años Sí 38,1 43,6 69,7 68,8 74,8 59,7 No 61,9 56,4 30,3 31,2 25,2 40,3 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

35.708 24.123 59.831

Controles prenatales durante el embarazo actual de las mujeres entre 15 y 49 años Al menos una vez 56,3 70,7 75,6 84,0 85,0 No 43,7 29,3 24,4 16,0 15,0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

73,6 26,4 100,0

44.028 15.803 59.831

64,3

24.218

35,7 100,0

13.467 37.685

Controles prenatales durante el embarazo actual de las mujeres entre 15 y 49 años Número igual o mayor al mínimo * 33,8 52,7 72,1 71,3 89,4 Número inferior al mínimo * 66,2 47,3 27,9 28,7 10,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0


144

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 17: Porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años embarazadas según persona y lugar consultado para el control de embarazo 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Persona consultada para el control del embarazo Doctor 70,8 58,1 80,6 Partera profesional 15,6 20,7 16,5 Enfermera 10,6 17,8 2,9 Otras 3,1 3,4 0,0 Total 100,0 100,0 100,0

83,6 6,8 9,6 0,0 100,0

89,7 4,5 4,4 1,4 100,0

78,9 12,1 7,7 1,3 100,0

34.748 5.316 3.412 552 44.028

Institución donde se hace el control del embarazo IPS 0,0 1,7 7,1 Hospital público 14,3 8,5 30,0 Centro de salud 63,1 59,0 26,7 Puesto de salud 13,1 16,7 4,6 Clínica privada 3,0 8,0 27,9 Otras 6,4 6,1 3,7 Total 100,0 100,0 100,0

23,2 11,4 36,6 7,1 19,2 2,5 100,0

9,3 9,4 25,3 0,6 52,2 12,5 100,0

9,1 16,2 38,9 7,2 24,4 4,1 100,0

4.004 7.147 17.138 3.170 10.755 1814 44.028

Cuadro Nº 18: Porcentaje de la población menor a 5 años según institución donde nacieron, tipo de nacimiento, y su peso al nacer 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

24,9 27,7 11,9 8,4 22,2 4,8 100,0

40,0 23,6 13,5 8,1 11,9 3,0 100,0

39,2 23,8 26,2 3,8 5,4 1,6 100,0

32,4 10,2 50,1 1,9 3,7 1,8 100,0

28,6 23,0 17,5 7,2 20,1 3,7 100,0

212.526 171.065 130.248 53.535 149.581 27.309 744.264

Tipo de nacimiento que tuvieron 9 meses 97,8 96,9 Prematuro 2,2 3,1 Total 100,0 100,0

93,8 6,2 100,0

94,1 5,9 100,0

92,6 7,4 100,0

95,5 4,5 100,0

710.656 33.608 744.264

¿Fueron pesados al nacer? Sí 69,3 No 30,7 Total 100,0

83,5 16,5 100,0

91,2 8,8 100,0

97,5 2,5 100,0

98,4 1,6 100,0

85,4 14,6 100,0

635.372 108.892 744.264

Peso al nacer Menos de 2,5 kg 2,5 a más kg Total

7,9 92,1 100,0

4,7 95,3 100,0

5,5 94,5 100,0

6,0 94,0 100,0

6,8 93,2 100,0

42.830 585.758 628.588

Institución donde nacieron Hospital 14,4 Centro de Salud 23,6 Clínica/sanatorio 6,0 En casa de partera 9,8 En su casa 40,8 Otros 5,3 Total 100,0

9,5 90,5 100,0

20% siguiente

Total País Población


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

145

Cuadro Nº 19: Población menor a 5 años según peso al nacer y tiempo que se le dio leche materna 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Minutos requeridos para llegar al lugar de consulta según medio de transporte Peso promedio al nacer 3,4 3,5 3,4 3,4 3,4 Número de meses que se le da leche materna 12,8 12,7 10,5 9,7 9,0

Total país 3,4 11,3

Cuadro Nº 20: Porcentaje de la población menor a 5 años según el momento que se le dio leche materna al nacer, otra leche, alimentos más sólidos y otros líquidos 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Momento en que se le dio leche materna después de haber nacido Antes de 24 hs. 86,6 84,9 90,0 86,9 1 día 4,8 3,9 3,4 4,3 2 días 2,4 3,0 1,6 4,1 3 días 4,2 7,0 2,8 2,2 4 a más días 1,9 1,2 2,2 2,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

83,0 6,0 3,9 4,4 2,8 100,0

86,6 4,4 2,8 4,2 2,0 100,0

610.388 30.804 19.835 29.643 14.302 704.972

Momento en que se le dio otro tipo de leche Recién nacido o menos de 1 mes 11,6 15,8 18,9 1 a 3 meses 24,7 26,3 35,6 4 a 6 meses 18,7 18,3 19,9 7 a 12 meses 32,7 31,9 15,2 13 a más meses 12,3 7,7 10,5 Total 100,0 100,0 100,0

25,6 30,1 21,9 20,1 2,3 100,0

17,8 30,0 19,8 24,1 8,3 100,0

114.746 192.685 127.132 155.357 53.408 643.328

Momento en que se empezó a darle diariamente alimentos más sólidos Antes de los 3 meses 13,0 8,2 6,9 3,9 6,1 3 meses 34,0 28,7 46,2 42,0 24,6 4 meses 17,8 21,6 17,0 21,5 19,6 5 meses 6,7 7,5 7,4 8,7 10,3 6 meses 19,2 18,6 18,5 18,6 27,3 7 a más meses 9,3 15,3 4,0 5,4 12,0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

8,3 35,6 19,4 7,8 19,8 9,2 100,0

57.406 246.837 134.310 54.115 137.251 63.863 693.782

Momento en que se empezó a darle diariamente otros líquidos Recién nacido o menos de 1 mes 68,9 70,0 57,7 49,1 1 mes 10,3 10,0 10,0 11,2 2 meses 6,4 6,5 11,8 11,0 3 meses 8,9 7,6 12,7 18,4 4 a más meses 74,4 75,9 65,5 59,4 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

61,0 10,5 8,4 11,9 69,1 100,0

445.392 76.956 61.401 86.867 504.466 729.690

22,1 34,3 21,4 17,3 5,0 100,0

48,8 12,2 6,8 16,4 64,6 100,0

Total País Población


146

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 21: Porcentaje de la población menor a 5 años según tenencia de carnet de vacunación, vacuna antituberculosa y antisarampión 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Tenencia de carné de vacunación Sí 73,9 83,5 No 26,1 16,5 Total 100,0 100,0

81,7 18,3 100,0

80,5 19,5 100,0

86,5 13,5 100,0

80,3 19,7 100,0

597.857 146.407 744.264

Tenencia de vacuna BCG o antituberculosa Sí 70,0 85,7 No 22,7 11,5 No sabe, no responde 7,2 2,8 Total 100,0 100,0

88,1 9,4 2,5 100,0

92,9 4,3 2,8 100,0

93,9 3,6 2,5 100,0

84,1 12,0 3,9 100,0

625.902 89.285 29.077 744.264

Tenencia de vacuna antisarampión Sí 62,1 77,0 No 30,8 20,5 No sabe, no responde 7,1 2,6 Total 100,0 100,0

72,2 24,8 3,0 100,0

76,3 19,7 4,0 100,0

86,3 11,3 2,4 100,0

72,8 23,0 4,1 100,0

542.088 171.519 30.657 744.264


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

147

Cuadro Nº 22: Porcentaje de la población menor a 5 años según tenencia de vacuna antipolio, DPT triple viral, antinfluenza y antimeningitis 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Tenencia de vacuna antipolio (sabin) Sí, 1ra. dosis 13,5 Sí, 2da. dosis 10,8 Sí, 3ra. dosis 21,7 Sí, No sabe cuántas dosis 8,1 Sí, Refuerzo 22,2 No 23,7 Total 100,0

10,2 14,1 26,2 4,7 31,3 13,5 100,0

11,7 8,1 25,1 6,3 35,8 13,0 100,0

6,8 13,6 28,8 7,6 31,0 12,2 100,0

7,0 11,9 29,8 4,7 41,0 5,6 100,0

10,5 11,5 25,6 6,5 30,9 15,1 100,0

78.109 85.928 190.239 48.217 229.650 112.121 744.264

Tenencia de vacuna Triple o DPT Sí, 1ra. dosis 12,4 Sí, 2da. dosis 11,0 Sí, 3ra. dosis 27,0 Sí, No sabe cuántas dosis 8,4 Sí, Refuerzo 23,1 No 18,1 Total 100,0

9,2 12,6 29,6 4,9 31,7 12,1 100,0

13,0 6,2 26,9 6,9 37,6 9,5 100,0

8,2 11,1 31,9 9,3 32,1 7,5 100,0

5,5 10,8 29,8 5,5 42,2 6,1 100,0

10,3 10,3 28,7 7,1 31,9 11,7 100,0

76.646 76.669 213.743 52.772 237.420 87.014 744.264

Tenencia de vacuna Triple Viral Sí 1,6 No 94,3 No sabe, no responde 4,1 Total 100,0

1,5 95,1 3,3 100,0

4,1 93,7 2,3 100,0

6,2 89,8 4,0 100,0

17,9 78,4 3,7 100,0

4,8 91,7 3,5 100,0

35.679 682.769 25.816 744.264

Tenencia de vacuna antinfluenza Sí 0,2 No 95,6 No sabe, no responde 4,2 Total 100,0

0,5 96,4 3,0 100,0

1,4 95,7 2,9 100,0

6,4 89,9 3,7 100,0

22,7 75,2 2,1 100,0

4,2 92,5 3,3 100,0

31.340 688.248 24.676 744.264

Tenencia de vacuna antimeningitis Sí 0,5 No 95,5 No sabe, no responde 4,0 Total 100,0

0,6 96,2 3,2 100,0

1,3 96,8 1,9 100,0

6,5 89,8 3,6 100,0

15,1 81,6 3,3 100,0

3,4 93,4 3,2 100,0

25.394 694.907 23.963 744.264

Tenencia de vacuna Hepatitis B Sí 0,7 No 95,2 No sabe, no responde 4,2 Total 100,0

1,7 95,2 3,1 100,0

1,4 96,6 2,0 100,0

4,6 91,4 4,0 100,0

22,3 74,4 3,3 100,0

4,3 92,4 3,3 100,0

31.736 687.871 24.657 744.264


148

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 23: Población menor a 5 años según talla y peso 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

Talla promedio (centímetros) Hombre 85,8 Mujer 83,3 Total 84,6

87,0 87,9 87,5

87,2 86,9 87,1

89,6 89,3 89,5

92,6 89,5 91,0

87,8 86,8 87,3

Peso promedio (kilogramos) Hombre 12,5 Mujer 11,8 Total 12,1

13,1 12,9 13,0

13,0 12,7 12,9

13,9 13,3 13,6

15,3 13,9 14,5

13,3 12,7 13,0

Cuadro Nº 24: Porcentaje de la población menor a 5 años según estado nutricional 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Peso para la edad Desnutrido 9,8 Riesgo de desnutrición 24,2 Normal 57,9 Sobrepeso 6,6 Obeso 1,6 Total 100,0

3,5 22,7 61,0 11,6 1,2 100,0

3,2 19,2 61,5 12,2 3,9 100,0

2,5 15,6 62,7 14,3 4,8 100,0

0,0 11,1 62,7 16,6 9,7 100,0

4,6 19,9 60,7 11,3 3,4 100,0

30.386 130.725 398.085 74.142 22.412 655.750

Peso para la talla Desnutrido 1,3 Riesgo de desnutrición 8,4 Normal 71,0 Sobrepeso 15,0 Obeso 4,4 Total 100,0

0,9 5,3 77,8 9,8 6,2 100,0

1,1 6,7 68,7 17,0 6,5 100,0

0,2 7,0 66,6 17,5 8,6 100,0

0,1 2,7 61,5 26,3 9,5 100,0

0,9 6,4 70,3 15,9 6,5 100,0

5.654 42.106 461.242 104.111 42.637 655.750

Talla para la edad Talla muy baja Talla baja Normal Talla alta Talla muy alta Total

16,6 27,5 48,5 5,3 2,2 100,0

8,3 23,9 57,8 8,0 2,0 100,0

5,0 18,1 67,8 7,0 2,1 100,0

7,5 13,6 61,3 14,7 3,0 100,0

13,9 24,6 52,8 6,7 2,0 100,0

90.870 161.531 346.553 43.684 13.112 655.750

23,5 31,0 40,8 3,4 1,4 100,0

Total País Población

CARACTERÍSTICAS DE LAS VIVIENDAS Y HOGARES: ¿En qué tipo de viviendas habita la población paraguaya?, ¿qué materiales predominan en las paredes pisos y techos de las viviendas donde vive?, ¿cómo se abastece de agua potable?, ¿es realmente alta la tasa de electrificación en el país?, ¿se utiliza más gas o carbón como combustible para cocinar?, ¿qué tan alta es la quema de basura en el país?, ¿cuántas viviendas propias están tituladas?, ¿la comunicación telefónica se da más vía celular o línea fija?, ¿qué tan equipados de electrodomésticos se encuentran las familias paraguayas?.


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

149

Cuadro Nº 25: Porcentaje de la población según tipo y lugar de abastecimiento de agua y tenencia de luz eléctrica de la vivienda 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

12,3 15,0 9,8 11,7 47,1 4,1 100,0

26,5 16,5 15,4 15,3 23,5 2,7 100,0

37,2 16,0 12,7 20,8 11,3 1,9 100,0

51,2 9,9 13,8 18,2 5,0 1,9 100,0

26,5 13,9 12,1 14,9 28,4 4,2 100,0

1.547.175 810.388 703.112 868.426 1.658.582 242.900 5.830.583

Lugar de abastecimiento de agua Dentro de vivienda 8,9 22,8 Dentro de Propiedad 73,0 64,6 Fuera de Propiedad 18,1 12,6 Total 100,0 100,0

48,5 45,8 5,7 100,0

67,0 29,1 3,8 100,0

85,7 12,8 1,5 100,0

46,6 45,0 8,4 100,0

2.716.581 2.626.503 487.499 5.830.583

Tenencia de electricidad eléctrica Sí 73,8 87,4 No 26,2 12,6 Total 100,0 100,0

95,2 4,8 100,0

97,7 2,3 100,0

98,6 1,4 100,0

90,5 9,5 100,0

5.278.242 552.341 5.830.583

Tipo de abastecimiento de agua Corposana 5,4 Senasa 12,1 Red Privada 8,6 Pozo con bomba 8,4 Pozo sin bomba 55,3 Otro 10,2 Total 100,0

Total País Población

Cuadro Nº 26: Porcentaje de la población según tipo de vivienda donde vive y sus materiales predominantes 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

70,5 24,9 4,7 100,0

87,4 10,1 2,5 100,0

93,1 3,6 3,3 100,0

91,8 1,6 6,6 100,0

77,4 18,8 3,8 100,0

4.511.599 1.097.999 220.985 5.830.583

Material predominante en la pared Madera 62,4 42,1 Ladrillo 25,5 48,3 Otro 12,1 9,5 Total 100,0 100,0

27,8 69,1 3,1 100,0

21,0 77,3 1,6 100,0

11,0 87,8 1,2 100,0

32,9 61,6 5,5 100,0

1.915.647 3.592.134 322.802 5.830.583

Material predominante en el piso Tierra 59,5 31,1 Ladrillo 12,7 13,7 Lecherada 18,3 37,1 Baldosa 4,2 9,6 Cerámica 2,3 3,8 Otro 3,1 4,7 Total 100,0 100,0

12,4 11,8 40,2 20,4 11,1 4,0 100,0

4,6 10,3 31,7 31,8 16,1 5,6 100,0

2,2 6,9 11,8 42,6 27,2 9,3 100,0

22,0 11,1 27,8 21,7 12,1 5,3 100,0

1.281.661 645.281 1.621.206 1.266.183 704.881 311.371 5.830.583

Material predominante en el techo Paja 32,8 10,4 Teja 28,3 45,9 Zinc 9,2 12,3 Eternit 23,8 28,7 Otro 6,0 2,7 Total 100,0 100,0

4,7 64,0 9,1 19,2 3,0 100,0

2,7 69,2 7,1 16,3 4,8 100,0

1,0 75,3 5,5 9,4 8,8 100,0

10,3 56,5 8,6 19,5 5,1 100,0

601.050 3.295.475 503.333 1.134.925 295.800 5.830.583

Tipo de vivienda Casa 44,1 Rancho 53,9 Otro 2,0 Total 100,0

20% siguiente

Total País Población


150

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 27: Porcentaje de la población según situación legal de la vivienda, tenencia de título de propiedad y tenencia de pieza para realizar actividades económicas 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

81,7 5,3 12,1 1,0 100,0

78,4 9,1 11,2 1,4 100,0

76,4 9,1 12,4 2,1 100,0

77,2 10,4 9,7 2,7 100,0

79,5 7,4 11,5 1,6 100,0

4.638.087 428.775 673.136 90.585 5.830.583

Tenencia de título de propiedad de la vivienda propia Sí 35,6 40,4 51,2 No 64,4 59,6 48,8 Total 100,0 100,0 100,0

65,4 34,6 100,0

80,8 19,2 100,0

54,3 45,7 100,0

2.545.440 2.140.899 4.686.339

Tenencia de pieza para realizar actividades económicas o alquiler Sí 5,4 11,3 14,7 21,9 No 94,6 88,7 85,3 78,1 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

28,5 71,5 100,0

16,4 83,6 100,0

953.625 4.876.958 5.830.583

Situación legal de la vivienda Propia 84,1 Arrendatario o inquilino 2,9 Cedida 12,4 Otro 0,7 Total 100,0

Total País Población

Cuadro Nº 28: Porcentaje de la población según tenencia de pieza para bañarse y cocinar, tipo de servicio sanitario de la vivienda, combustible utilizado para cocinar y disposición de la basura 20% más

20%

20%

20%

20% más

pobre

siguiente

siguiente

siguiente

rico

%

Tenencia de pieza para bañarse Sí 32,9 No 67,1 Total 100,0

58,5 41,5 100,0

80,1 19,9 100,0

90,3 9,7 100,0

95,6 4,4 100,0

71,5 28,5 100,0

4.166.239 1.664.344 5.830.583

Tipo de servicio sanitario WC conect. a red pública WC con pozo ciego Letrina común Otro Total

1,0 12,8 80,5 5,8 100,0

1,4 27,3 61,6 9,7 100,0

6,4 50,4 31,2 12,0 100,0

12,0 65,0 16,0 7,0 100,0

25,0 66,2 6,0 2,8 100,0

9,2 44,3 39,0 7,5 100,0

534.354 2.584.875 2.276.509 434.845 5.830.583

Tenencia de pieza para cocinar Sí 79,7 No 20,3 Total 100,0

73,2 26,8 100,0

82,2 17,8 100,0

88,9 11,1 100,0

92,9 7,1 100,0

83,4 16,6 100,0

4.861.805 968.778 5.830.583

Combustible utilizado habitualmente para cocinar Leña 81,4 58,5 Carbón 5,3 10,5 Gas 13,3 30,9 Otro 0,1 0,2 Total 100,0 100,0

28,3 13,4 57,6 0,8 100,0

17,9 7,3 73,5 1,3 100,0

7,2 3,2 86,9 2,7 100,0

38,7 7,9 52,4 1,0 100,0

2.254.007 461.273 3.057.297 58.006 5.830.583

Disposición de la basura Arroja en hoyo Quema Recolección Pública Recolección Privada Otro Total

4,3 52,0 31,5 6,4 5,7 100,0

5,9 42,7 36,5 8,1 6,7 100,0

4,0 22,8 59,5 9,9 3,8 100,0

5,8 52,0 29,2 5,9 7,2 100,0

339.732 3.030.407 1.701.687 341.682 417.075 5.830.583

5,9 78,8 6,0 0,6 8,7 100,0

9,0 63,5 12,4 4,3 10,8 100,0

Total País Población


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

151

Cuadro Nº 29: Porcentaje de la población según tenencia de servicios de comunicación en el hogar 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Tenencia de servicio telefónico vía celular Sí 6,0 16,5 24,6 No 94,0 83,5 75,4 Total 100,0 100,0 100,0

40,0 60,0 100,0

55,5 44,5 100,0

28,5 71,5 100,0

1.662.528 4.168.055 5.830.583

Tenencia de servicio telefónico vía línea fija Sí 0,6 1,8 10,2 No 99,4 98,2 89,8 Total 100,0 100,0 100,0

23,0 77,0 100,0

57,3 42,7 100,0

18,6 81,4 100,0

1.082.233 4.748.350 5.830.583

Tenencia de Internet Sí 0,0 No 100,0 Total 100,0

0,0 100,0 100,0

4,6 95,4 100,0

1,0 99,0 100,0

56.045 5.774.538 5.830.583

0,0 100,0 100,0

0,2 99,8 100,0

Total País Población

Cuadro Nº 30: Tamaño de las viviendas y los hogares

Número Número Número Número Número Número

de de de de de de

20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

2,2 1,8 6,3 3,3 3,0 3,5

2,4 1,9 5,3 2,7 2,7 2,8

2,8 2,2 5,0 2,5 2,5 2,3

3,1 2,2 4,3 2,0 2,2 1,9

3,8 2,4 3,5 1,7 1,8 1,5

3,0 2,1 4,7 2,3 2,4 2,2

piezas en la vivienda habitaciones en la vivienda miembros en el hogar hombres en el hogar mujeres en el hogar miembros por habitación

Cuadro Nº 31: Porcentaje de la población según tenencia de electrodomésticos y vehículos 20% más pobre Televisor Cocina gas/eléctrica Heladera Radio grabadora Lavarropa Bicicleta Equipo de sonido Máquina de coser Video casetero Coche Acondicionador de aire Motocicleta Cortadora césped Camioneta Aspiradora Multiprocesadora Computadora Horno microondas Termocalefón Horno eléctrico Enceradora

50,8 36,1 30,6 43,9 10,5 39,0 9,0 9,2 1,4 1,6 0,6 8,4 0,9 2,1 0,1 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1

20% siguiente

20% siguiente

70,6 63,5 49,3 42,6 23,0 40,6 22,0 17,2 4,3 3,3 2,9 10,7 2,4 1,9 1,0 0,8 0,1 0,6 0,0 0,4 0,1

81,0 83,8 74,3 44,5 42,4 43,3 30,4 22,6 11,7 8,8 6,3 14,1 4,7 4,9 3,1 3,8 1,9 0,9 0,4 1,2 0,5

20% siguiente 88,3 90,4 85,2 44,7 61,2 41,5 40,8 29,8 21,9 19,2 10,4 13,7 12,7 10,3 7,6 8,2 3,7 5,5 1,8 3,5 2,1

20% más rico 92,9 95,5 90,6 51,7 77,1 44,0 67,2 34,4 45,0 40,9 46,7 13,8 23,0 23,8 30,9 23,6 22,1 18,1 19,6 10,9 11,5

%

Total País Población

76,7 73,9 66,0 45,5 42,8 41,7 33,9 22,6 16,8 14,8 13,4 12,1 8,8 8,6 8,5 7,3 5,6 5,0 4,4 3,2 2,8

4.473.425 4.306.895 3.848.940 2.652.593 2.497.666 2.428.717 1.974.516 1.319.683 981.743 860.417 780.070 708.168 511.256 501.514 497.200 425.373 323.993 292.580 256.086 188.270 165.210


152

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 32: Gasto mensual de los hogares por servicios básicos y alquiler (guaraníes de marzo del 2001)* 20% más pobre Agua Electricidad Teléfono celular Teléfono línea fija Internet Combustible para cocinar Alquiler de vivienda Alquiler imputado de la vivienda propia u ocupada

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

11.425 18.431 23.728 77.905

12.176 30.534 28.329 72.981

20.712 40.152 27.891 93.663

23.949 52.150 73.931 96.069

36.829 97.253 89.379 162.598

25.322 55.102 68.010 139.372

0 8.680 171.911

0 15.192 141.171

0 23.883 172.518

150.000 23.544 247.922

109.666 27.887 416.052

105.569 20.974 282.621

86.816

112.926

174.809

245.494

551.534

261.812

* Considera solo a los hogares que tienen gastos mayores a cero

MERCADO DE TRABAJO Y CONDICIONES DE EMPLEO: ¿Cuál es la situación actual de los trabajadores paraguayos?, ¿es mayor la desocupación en los estratos más pobres de la población?, ¿hay más independientes que asalariados en el país?, ¿cuánto tiempo dura en promedio el desempleo?, ¿cuál es el monto más bajo que aceptarían los desocupados e inactivos para trabajar?, ¿es la microempresa la mayor fuente de empleo en el país?, ¿cuántos asalariados tienen un sistema de jubilación?, ¿cuántos trabajadores tienen más de un empleo?. Cuadro Nº 33: Porcentaje de la población de 10 y más años de edad según condición de actividad 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Tasa de actividad e inactividad Actividad (o Tasa de participación) 55,6 54,3 Inactividad 44,4 45,7 Total 100,0 100,0

59,3 40,7 100,0

63,6 36,4 100,0

67,5 32,5 100,0

60,5 39,5 100,0

2.612.370 1.704.462 4.316.832

Tasa de ocupación y desocupación Ocupados 91,3 91,4 Desocupados 8,7 8,6 Total 100,0 100,0

91,5 8,5 100,0

91,3 8,7 100,0

95,4 4,6 100,0

92,4 7,6 100,0

2.413.644 198.726 2.612.370


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

153

Cuadro Nº 34: Porcentaje de la población desocupada e inactiva según experiencia laboral anterior y actitud frente al mercado de trabajo 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Desocupados con experiencia laboral anterior Sin experiencia 11,7 16,3 Con experiencia 88,3 83,7 Total 100,0 100,0

19,1 80,9 100,0

29,6 70,4 100,0

30,8 69,2 100,0

21,7 78,3 100,0

43.125 155.601 198.726

Inactivos con experiencia laboral anterior Sin experiencia 64,6 66,2 Con experiencia 35,4 33,8 Total 100,0 100,0

60,1 39,9 100,0

64,6 35,4 100,0

61,0 39,0 100,0

63,4 36,6 100,0

1.080.107 624.355 1.704.462

Categoría de ocupación de desocupados e inactivos que trabajaron antes Asalariado público 0,4 1,0 2,3 5,1 Asalariado privado 28,6 32,3 35,7 33,5 Empleador/patrón 1,5 1,6 2,8 1,9 Por cuenta propia 20,6 26,2 24,4 28,2 Familiar no Remunerado 22,5 12,1 8,5 6,6 Empleado doméstico 26,3 26,9 26,1 24,7 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

14,9 38,9 3,1 29,9 4,9 8,4 100,0

4,6 33,8 2,2 25,8 10,8 22,7 100,0

35.867 263.898 16.966 201.410 84.355 177.085 779.956

Tamaño de la empresa de desocupados e inactivos que trabajaron antes Solo 12,4 18,1 17,9 21,2 2 a 5 personas 44,9 32,6 33,1 28,1 6 a 10 personas 8,0 11,6 5,8 7,1 11 a 50 personas 2,9 3,3 5,4 5,5 Más de 50 personas 2,1 4,3 3,1 4,6 Empleado doméstico 3,2 2,9 8,1 8,3 No sabe, no responde 26,2 26,7 25,6 24,7 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

22,4 25,3 12,1 9,1 7,3 14,5 8,4 100,0

18,4 32,8 8,9 9,5 7,4 22,5 0,6 100,0

143.401 255.734 69.028 73.765 57.344 175.782 4.902 779.956

¿Trabajarían los desocupados e inactivos actuales? Sí 43,0 38,0 45,3 No 57,0 62,0 54,7 Total 100,0 100,0 100,0

28,7 71,3 100,0

38,9 61,1 100,0

738.800 1.160.525 1.899.325

36,7 1,9 5,4 4,0

197.943 10.314 29.068 21.662

49,1 2,9 100,0

265.236 15.851 540.074

38,7 61,3 100,0

¿Porqué no buscaron trabajo los inactivos que estarían dispuestos a trabajar? No cree encontrar 43,9 42,4 37,1 30,8 21,7 Se cansó de buscar 1,2 1,9 2,0 1,5 3,7 No sabe donde consultar 5,3 6,9 6,3 3,7 3,6 Por su edad 5,1 5,4 3,3 3,3 2,1 Ocup. en otras actividades 41,6 41,6 47,7 58,4 64,6 Otra razón 2,8 1,9 3,7 2,4 4,3 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Cuadro Nº 35: Duración del desempleo (en meses) 20% más pobre Hombre Mujer Total

2,5 2,2 2,4

20% siguiente 5,2 2,6 3,9

20% siguiente 4,9 3,2 4,2

20% siguiente 3,7 2,7 3,2

20% más rico 6,8 5,7 6,3

Total país 4,5 3,2 3,9


154

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 36: Monto mensual más bajo que aceptarían los desocupados e inactivos si decidieran trabajar 20% más pobre Hombre Mujer Total

449.406 276.125 342.496

20% siguiente 432.305 348.742 380.353

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

476.808 422.814 444.788

633.487 484.548 540.818

685.964 630.651 653.328

Total país 522.651 416.004 457.640

Cuadro Nº 37: Porcentaje de la población ocupada según ocupación, actividad económica, categoría y tamaño de la empresa en la ocupación principal 20% más

20%

20%

20%

20% más

pobre

siguiente

siguiente

siguiente

rico

0,0 0,2 0,4 0,3 4,0

0,6 0,7 1,0 0,4 13,4

1,7 1,6 3,1 2,4 17,2

3,4 4,1 7,0 5,0 18,8

11,9 11,7 9,2 7,4 18,1

4,3 4,4 4,8 3,6 15,1

104.328 107.347 116.149 86.863 363.849

76,5 5,5 12,9 0,4

38,9 14,9 26,9 3,3

20,2 17,6 31,5 4,7

14,1 18,3 23,8 5,5

10,0 12,4 15,3 4,0

28,1 14,0 21,8 3,8

678.711 338.125 526.796 91.476

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

2.413.644

49,1 9,7 6,2 17,3 4,3 12,7 0,7 100,0

23,6 13,7 7,0 29,5 3,4 20,4 2,4 100,0

15,9 15,0 5,8 31,4 4,0 23,8 4,0 100,0

11,5 13,0 3,1 28,3 4,7 30,1 9,3 100,0

31,9 11,6 4,7 24,2 3,5 20,1 3,9 100,0

768.791 281.180 113.377 583.433 85.492 486.261 95.110 2.413.644

0,2 0,8 7,8 1,6 50,3 35,7 3,6

1,6 4,6 26,4 2,6 43,8 14,3 6,6

4,2 7,6 27,4 3,0 41,8 7,5 8,6

9,4 12,6 23,0 4,9 33,9 7,5 8,7

14,9 20,6 13,9 13,1 24,2 4,2 9,0

7,1 10,6 19,6 5,8 37,1 12,2 7,6

171.730 254.898 474.258 139.983 894.975 294.363 183.333

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

2.413.644

25,1 63,7 6,3 0,8 0,2 3,6 0,3

28,7 51,1 7,0 4,2 2,0 6,6 0,4

31,3 37,7 7,1 10,0 5,1 8,6 0,2

24,7 37,2 9,3 10,3 8,5 8,7 1,3

18,4 32,9 9,5 15,7 13,8 9,0 0,8

25,0 42,6 8,1 9,1 6,9 7,6 0,7

603.676 1.028.908 194.688 220.814 165.755 183.333 16.470

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

2.413.644

Ocupación Miembros poder estatal, Personal Directivo Profesionales, científicos e intelectuales Técnicos y profesionales de nivel medio Empleados de Oficina Trabajadores de Servicios y Vendedores Agricultores y Trabaj. Agropecuarios y Pesqueros Oficiales, Operarios y Artesanos Trabajadores no calificados Otros Total

Actividad económica del establecimiento donde laboran Agricultura, Ganadería, Caza y Pesca 80,1 Industrias Manufactureras 4,1 Construcción 1,5 Comercio, Restaurantes y Hoteles 7,8 Transporte, Almacen. y Comunicaciones 0,4 Servicios Comunales, Sociales y Personales 5,8 Otros 0,2 Total 100,0 Categoría de ocupación Trabajador público Empleado privado Obrero privado Empleador/patrón Por cuenta propia Familiar no remunerado Empleado doméstico Total Tamaño del establecimiento Solo 2 a 5 personas 6 a 10 personas 11 a 50 personas Más de 50 personas Empleado doméstico No sabe, no responde Total

Total País %

Población


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

155

Cuadro Nº 38: Población ocupada según experiencia laboral (en meses) 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

Experiencia en la ocupación Hombre Mujer Total

186 152 176

154 144 150

140 114 130

136 115 127

135 116 126

149 124 139

Experiencia en el establecimiento Hombre Mujer Total

131 116 127

114 114 114

102 91 97

97 84 92

107 97 102

110 97 105

Cuadro Nº 39: Porcentaje de la población ocupada según tenencia de jubilación, afiliación a organización de trabajadores, medio utilizado para llegar al trabajo y tenencia de empleo secundario 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

24,7 75,3 100,0

12,6 87,4 100,0

305.011 2.108.633 2.413.644

31,2 68,8 100,0

19,6 80,4 100,0

177.021 723.865 900.886

Afiliación o asociación a la organización de trabajadores (asalariados) Sí 87,8 66,3 60,8 70,6 70,6 No 12,2 33,7 39,2 29,4 29,4 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

69,2 30,8 100,0

122.471 54.550 177.021

Medio de transporte utilizado normalmente para llegar al empleo principal Ómnibus 1,6 7,9 23,7 23,2 22,8 Auto Privado 0,7 0,9 2,6 7,1 18,5 Camina 31,2 36,9 26,0 22,6 15,2 Vive allí 57,8 41,0 30,5 32,2 32,9 Vendedor ambulante 3,0 3,5 6,5 5,1 2,2 Otro 5,9 9,8 10,7 9,9 8,4 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

17,2 7,2 25,0 37,6 4,0 9,0 100,0

415.713 173.570 604.562 906.335 96.195 217.269 2.413.644

Tenencia de trabajo complementario o secundario Sí 10,2 9,9 9,7 No 89,8 90,1 90,3 Total 100,0 100,0 100,0

11,4 88,6 100,0

274.713 2.138.931 2.413.644

Asociación a algún sistema de jubilación o pensión Sí 0,4 3,8 8,9 16,9 No 99,6 96,2 91,1 83,1 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 Existencia de organización de trabajadores en el trabajo asalariado Sí 1,8 7,4 12,1 19,3 No 98,2 92,6 87,9 80,7 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

11,1 88,9 100,0

14,4 85,6 100,0

Total País Población


156

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 40: Gasto en transporte y tiempo para ir al trabajo de la población ocupada 20% más pobre Gasto mensual en transporte para ir y volver del trabajo (*) Tiempo promedio para llegar al trabajo (en minutos )

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

2.721

10.941

30.780

32.990

59.457

31.047

22,6

22,2

28,4

26,1

25,2

25,3

(*) Incluye ocupados que no gastan. Expresado en Guaraníes de marzo de 2001.

INGRESOS Y POBREZA: ¿Qué tan diferentes son los ingresos familiares de un estrato bajo y los de uno alto?, ¿qué proporción de los ingresos familiares se explican por los ingresos que provienen del trabajo?, ¿cuál es la magnitud de la pobreza en Paraguay?, ¿qué tan profunda y severa es la pobreza en el país?, ¿en qué área geográfica viven la mayor parte de los pobres?, ¿que proporción de la población tiene necesidades básicas insatisfechas?.

Cuadro Nº 41: Ingreso familiar promedio según fuentes (por mes, expresado en guaraníes de marzo de 2001)* 20% más pobre De la ocupación principal 195.538 De la ocupación secundaria 16.474 De las demás ocupaciones 181 De alquileres o rentas netas 73 De intereses, dividendos y utilidades 184 De ayuda familiar del país 20.834 De ayuda familiar del exterior 4.157 De jubilación o pensión 139 De pensiones por divorcio y cuidado de hijos 1.912 De otros ingresos 6.526 (-) de los empleados domésticos 219 (-) impuestos a la propiedad 935 (-) contribuciones a la seguridad social 4.127 Total 240.737

20% siguiente 476.012 24.871 953 2.241 31 63.263 10.512 3.225 7.085 19.194 838 1.407 6.487 598.654

20% siguiente 861.705 32.844 2.254 7.530 623 60.168 16.742 16.716 5.891 21.105 2.906 3.323 17.100 1.002.250

20% siguiente 1.166.892 51.354 4.995 14.864 1.322 74.958 29.545 63.439 8.242 27.336 14.174 5.654 35.532 1.387.587

20% más rico

Total país

2.788.684 1.280.398 212.716 81.431 41.632 12.904 122.095 37.897 88.072 24.106 97.158 68.082 53.019 26.354 309.018 100.733 16.026 8.752 50.149 27.787 58.844 19.659 23.437 8.552 75.199 32.990 3.621.089 1.607.244


157

Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

Cuadro Nº 42: Ingreso familiar promedio según fuentes (en porcentajes)* 20% más pobre De De De De De

la ocupación principal la ocupación secundaria las demás ocupaciones alquileres o rentas netas intereses, dividendos y utilidades

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

81,2 6,8 0,1 0,0 0,1

79,5 4,2 0,2 0,4 0,0

86,0 3,3 0,2 0,8 0,1

84,1 3,7 0,4 1,1 0,1

77,0 5,9 1,1 3,4 2,4

79,7 5,1 0,8 2,4 1,5

De ayuda familiar del país 8,7 De ayuda familiar del exterior 1,7 De jubilación o pensión 0,1 De pensiones por divorcio y cuidado de hijos 0,8 De otros ingresos 2,7 (-) de los empleados domésticos 0,1 (-) impuestos a la propiedad 0,4 (-) contribuciones a la seguridad social 1,7 Total 100,0

10,6 1,8 0,5 1,2 3,2 0,1 0,2 1,1 100,0

6,0 1,7 1,7 0,6 2,1 0,3 0,3 1,7 100,0

5,4 2,1 4,6 0,6 2,0 1,0 0,4 2,6 100,0

2,7 1,5 8,5 0,4 1,4 1,6 0,6 2,1 100,0

4,2 1,6 6,3 0,5 1,7 1,2 0,5 2,1 100,0

* No incluye la renta imputada de la vivienda propia

Cuadro Nº 43: Porcentaje de la población según estatus de pobreza, 1994-2001 Area / Status de Pobreza

1994

1995

Años 1996 1997/98

1999

2000/01

Total país Pobres Extremos Pobres no Extremos Total de pobres

13,9 16,4 30,3

17,3 14,8 32,1

15,5 18,2 33,7

15,6 18,3 33,9

Urbana Pobres Extremos Pobres no Extremos Total de pobres

7,8 19,1 26,9

6,8 16,9 23,7

4,9 16,3 21,2

7,3 15,9 23,1

6,1 20,6 26,7

7,1 20,5 27,6

Rural Pobres Extremos Pobres no Extremos Total de pobres

21,4 15,8 37,2

28,9 13,7 42,5

26,5 15,4 42,0

25,6 15,7 41,2

Nota: Pobres extremos son aquellos que tienen ingresos inferiores al costo de una Canasta Básica de Consumo de Alimentos (es decir, del valor de una Línea de Pobreza Extrema). Pobres No extremos son quienes tienen ingresos mayores al costo de una Canasta Básica de Alimentos, pero inferiores al de una Canasta Básica de Consumo Total (de alimentos y no alimentos, es decir, de una Línea de Pobreza Total). En consecuencia, serán no pobres aquellos que tienen ingresos mayores a la Línea de Pobreza Total.


158

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 44: Valor de las medidas de pobreza, 1999-2000/1 (en porcentaje) Medidas

Area Urbana 1999 2000/1

Incidencia Intensidad Brecha Severidad

26,7 33,3 8,9 4,3

27,6 33,5 9,2 4,7

Area Rural 1999 2000/1 42,0 48,2 20,2 12,4

41,2 46,0 19,0 11,4

Total País 1999 2000/1 33,7 41,9 14,1 8,0

33,9 40,5 13,7 7,8

Nota: La incidencia, brecha y severidad de la pobreza indican, respectivamente, cuántos son los pobres, qué tan pobres son y qué tan diferentes son. La intensidad de la pobreza también mide qué tan pobres son los pobres, pero es un indicador que no puede descomponerse y, por tanto, su contribución no suma 100.

Cuadro Nº 45: Contribución de las medidas de pobreza, 1999-2000/1 (en porcentaje) Medidas

Area Urbana

1999 Area Rural

Total País

Area Urbana

Incidencia Intensidad Brecha Severidad

26,7 33,3 8,9 4,3

27,6 33,5 9,2 4,7

42,0 48,2 20,2 12,4

41,2 46,0 19,0 11,4

2000/1 Area Rural Total País 33,7 41,9 14,1 8,0

33,9 40,5 13,7 7,8

Nota: La incidencia, brecha y severidad de la pobreza indican, respectivamente, cuántos son los pobres, qué tan pobres son y qué tan diferentes son. La intensidad de la pobreza también mide qué tan pobres son los pobres, pero es un indicador que no puede descomponerse y, por tanto, su contribución no suma 100.


70,7 70,3 65,1 79,8 76,9 72,8 62,7 73,4 61,7 65,1 68,7 73,2 65,0 61,9 74,6 60,1

Tasa bruta de matriculación combinada

97,2 94,2 91,6 91,4 90,4 91,4 87,4 88,3 89,2 87,5 91,1 87,5 84,8 84,1 88,9 79,4

Tasa de alfabetización 68,3 68,3 67,0 65,2 66,3 66,3 66,1 66,3 65,9 66,5 65,7 65,5 65,3 66,2 64,9 65,6

Esperanza de vida al nacer * 2.725 1.666 1.893 1.213 1.192 1.045 1.463 1.073 1.125 1.063 920 863 1.089 1.007 680 1.088

8.316 5.084 5.777 3.701 3.638 3.188 4.465 3.275 3.433 3.245 2.808 2.633 3.325 3.074 2.076 3.319

Ingreso per cápita ** US$ x año US$ x año (PPA) 0,7221 0,7216 0,6996 0,6701 0,6891 0,6878 0,6847 0,6886 0,6820 0,6913 0,6777 0,6751 0,6721 0,6866 0,6655 0,6762

Esperanza de vida 0,8839 0,8624 0,8277 0,8751 0,8589 0,8517 0,7914 0,8336 0,8006 0,8004 0,8361 0,8272 0,7821 0,7666 0,8414 0,7298

Escolaridad

Indice de:

NOTA: se ha utilizado la metodología de la Nota Técnica N° 1 del Informe sobre Desarrollo Humano 2001 , PNUD. * estimado utilizando un modelo econométrico de la esperanza de vida al nacer en función de la tasa global de fecundidad y la población hombre y mujer ** precios de marzo de 2001

Asunción Central Alto Paraná Concepción Misiones Cordillera Pdte Hayes Paraguarí Itapúa Ñeembucú Caaguazú Guairá Caazapá Amambay San Pedro Canindeyú

Departamento 0,7378 0,6557 0,6770 0,6027 0,5999 0,5778 0,6340 0,5823 0,5902 0,5808 0,5566 0,5459 0,5848 0,5717 0,5062 0,5846

Ingreso

Cuadro Nº 46: Paraguay: Indice de desarrollo humano 2000/2001 por departamentos (de mayor a menor desarrollo)

0,781 0,747 0,735 0,716 0,716 0,706 0,703 0,702 0,691 0,691 0,690 0,683 0,680 0,675 0,671 0,664

Valor del Indice de desarrollo humano

Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

159


160

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 47: Porcentaje de la Población según necesidades básicas insatisfechas, 1995-2001 Area / NBI

1995

1997/98

Total país En calidad de vivienda En infraestructura sanitaria En acceso a la educación En capacidad de subsistencia Al menos 1 NBI

37,8 20,6 22,6 5,6 57,0

Área Urbana En calidad de vivienda En infraestructura sanitaria En acceso a la educación En capacidad de subsistencia Al menos 1 NBI Área Rural En calidad de vivienda En infraestructura sanitaria En acceso a la educación En capacidad de subsistencia Al menos 1 NBI

Años

1999

2000/01

33,5 20,0 23,8 11,8 55,3

31,9 17,1 20,7 10,7 53,0

31,4 13,8 22,3 8,2 50,7

24,9 29,0 16,3 5,8 47,5

21,6 25,1 16,6 7,7 44,7

21,5 21,9 11,0 7,1 42,3

20,5 18,5 15,0 7,4 41,3

51,2 11,8 29,3 5,4 66,8

47,4 14,1 32,2 16,6 67,5

44,1 11,5 32,1 14,8 65,6

44,2 8,3 30,9 9,2 61,7

PARTICIPACIÓN CIUDADANA, VIOLENCIA Y CONSUMO DE DROGAS: ¿Qué tanto participa la población del país en las diferentes organizaciones u asociaciones?, ¿es más esta participación en organizaciones religiosas o políticas?, ¿afecta más la violencia a los estratos altos o bajos?, ¿por qué no se denuncian los hechos de violencia en el país?, ¿qué tan frecuente es el consumo de drogas en Paraguay?, ¿sabe la población si las consecuencias del consumo de drogas son graves?. Cuadro Nº 48: Participación Ciudadana: Porcentaje de la población de 10 años de edad según participación en algún grupo o asociación 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Desocupados con experiencia laboral anterior Sí participa 8,2 9,5 11,6 No participa 91,8 90,5 88,4 Total 100,0 100,0 100,0

15,6 84,4 100,0

20,5 79,5 100,0

13,5 86,5 100,0

584.014 3.747.347 4.331.361

Tipo de organización en la que participa Deportiva 4,2 4,9 Cultural 14,0 1,7 Gremial, productiva 14,2 11,1 Comunal, vecinal 13,6 11,0 Política 0,4 0,8 Religiosa 44,4 67,4 Otros 9,1 3,0 Total 100,0 100,0

9,6 3,6 34,5 6,9 0,8 41,9 2,7 100,0

21,5 10,2 33,7 6,2 2,7 22,7 3,0 100,0

12,7 6,7 25,9 8,2 1,8 41,6 3,1 100,0

73.981 39.004 151.048 47.996 10.544 243.051 18.390 584.014

10,3 3,4 16,3 8,8 2,9 57,7 0,6 100,0


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

161

Cuadro Nº 49: Porcentajes de las familias que han sufrido algún acto de violencia en los últimos años 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

Violencia contra las personas Sí 5,9 No 93,9 No sabe, no responde 0,2 Total 100,0

7,1 92,2 0,7 100,0

8,3 91,7 0,0 100,0

13,5 85,8 0,6 100,0

18,3 81,4 0,3 100,0

11,6 88,0 0,3 100,0

144.496 1.096.282 4.309 1.245.087

Violencia contra las viviendas Sí 5,3 No 94,5 No sabe, no responde 0,2 Total 100,0

7,0 92,3 0,7 100,0

10,8 89,2 0,0 100,0

14,5 84,9 0,6 100,0

14,6 85,2 0,3 100,0

11,2 88,5 0,3 100,0

139.417 1.101.361 4.309 1.245.087

Violencia contra las tierras Sí 1,8 No 98,1 No sabe, no responde 0,2 Total 100,0

1,5 97,8 0,7 100,0

0,7 99,3 0,0 100,0

0,8 98,6 0,6 100,0

1,2 98,5 0,3 100,0

1,1 98,5 0,3 100,0

14.293 1.226.485 4.309 1.245.087

Violencia contra los vehículos Sí 1,3 No 98,5 No sabe, no responde 0,2 Total 100,0

2,2 97,1 0,7 100,0

4,5 95,5 0,0 100,0

5,8 93,6 0,6 100,0

8,4 91,4 0,3 100,0

5,0 94,7 0,3 100,0

62.126 1.178.652 4.309 1.245.087

Violencia contra los animales Sí 9,3 No 90,5 No sabe, no responde 0,2 Total 100,0

11,9 87,4 0,7 100,0

6,6 93,4 0,0 100,0

7,1 92,3 0,6 100,0

6,4 93,3 0,3 100,0

7,9 91,7 0,3 100,0

98.934 1.141.844 4.309 1.245.087

Cualquiera de las violencias anteriores Sí 19,7 25,6 No 80,3 74,4 Total 100,0 100,0

26,0 74,0 100,0

34,1 65,9 100,0

35,7 64,3 100,0

29,4 70,6 100,0

366.433 878.654 1.245.087

%

Total País Población


162

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 50: Actos de violencia sufridos por los hogares desde 1995 según tipo y frecuencia y si hicieron las denuncias correspondientes 20% más pobre Distribución % por tipo Robo o intento de robo Agresión o intento de agresión física Actos de patoterismo Otro Total

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

7,5

11,9

18,5

26,5

35,7

100,0

30,1 5,1 12,2 8,8

14,5 7,1 34,7 12,5

21,1 2,8 7,0 17,3

9,1 37,4 6,5 25,5

25,2 47,5 39,5 35,9

100,0 100,0 100,0 100,0

Incidencia % por tipo Robo o intento de robo Agresión o intento de agresión física Actos de patoterismo Otro Total

73,4

81,4

91,1

88,7

84,9

85,5

460.343

18,7 3,4 4,5 100,0

6,3 3,3 9,0 100,0

6,6 1,0 1,3 100,0

1,9 8,5 0,8 100,0

3,8 7,7 3,5 100,0

5,4 5,8 3,2 100,0

29.280 31.413 17.307 538.343

Incidencia % por año 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Total

1,6 8,0 5,1 22,0 21,3 42,1 100,0

2,5 9,5 8,6 21,9 22,3 35,1 100,0

3,0 5,8 14,3 13,7 22,9 40,4 100,0

2,0 6,2 10,8 10,5 23,6 47,0 100,0

4,7 8,5 7,7 19,7 22,7 36,8 100,0

3,2 7,5 9,5 16,8 22,8 40,3 100,0

17.055 40.400 51.135 90.333 122.637 216.783 538.343

4,4 9,3 4,7 11,5 8,2 9,1

10,0 15,8 11,3 16,3 12,2 10,9

16,4 13,4 26,1 14,1 17,4 17,4

16,2 21,1 28,9 15,9 26,5 29,8

53,0 40,5 28,9 42,1 35,7 32,8

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

¿Se denunciaron los hechos de violencia? Sí 27,7 24,4 No 72,3 75,6 Total 100,0 100,0

26,4 73,6 100,0

40,8 59,2 100,0

50,0 50,0 100,0

38,4 61,6 100,0

206.774 331.569 538.343

Razón principal para no hacer la denuncia No existen autoridades 7,6 2,2 No fue grave 19,0 28,6 Temor a represalias 10,9 7,4 No cree que sirva de algo 43,0 35,9 Trámites complicados 2,0 7,4 Otro 17,4 18,4 Total 100,0 100,0

3,7 27,3 13,1 29,3 10,7 15,9 100,0

4,5 35,4 17,9 22,5 11,8 7,8 100,0

5,8 18,1 4,1 58,5 5,5 8,1 100,0

4,7 26,0 10,6 38,6 8,1 12,2 100,0

15.500 86.055 35.037 127.874 26.698 40.405 331.569

Distribución % por año 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Total


163

Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

Cuadro Nº 51: Porcentaje de la población de 10 y más años según si fuman o consumen alcohol, estimulantes o tranquilizantes 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

¿Ha consumido alcohol alguna vez? Sí 32,9 36,6 No 67,1 63,4 Total 100,0 100,0

37,5 62,5 100,0

42,4 57,6 100,0

45,5 54,5 100,0

39,4 60,6 100,0

1.719.478 2643764 4.363.242

¿Ha fumado cigarrillos alguna vez? Sí 23,6 20,0 No 76,4 80,0 Total 100,0 100,0

14,9 85,1 100,0

18,1 81,9 100,0

15,2 84,8 100,0

18,1 81,9 100,0

791.176 3572066 4.363.242

¿Ha usado estimulantes alguna vez? Sí 0,1 1,1 No 99,9 98,9 Total 100,0 100,0

0,6 99,4 100,0

0,4 99,6 100,0

0,4 99,6 100,0

0,5 99,5 100,0

22.739 4340503 4.363.242

¿Ha usado tranquilizantes alguna vez? Sí 6,1 6,7 No 93,9 93,3 Total 100,0 100,0

5,4 94,6 100,0

7,9 92,1 100,0

11,4 88,6 100,0

7,7 92,3 100,0

334.817 4028425 4.363.242

Cuadro Nº 52: Edad promedio de la población mayor a 10 años cuandop fumó y consumió alcohol por 1ra. vez (años) 20% más pobre Edad que tenía cuando fumó la 1ra vez Hombre 18,1 Mujer 20,8 Total 18,6

20% 20% siguiente siguiente

20% siguiente

20% más rico

Total país

18,4 22,1 19,3

18,0 21,1 18,6

18,1 19,0 18,4

18,5 21,0 19,0

18,2 20,7 18,8

Edad que tenía cuando consumió alcohol la 1ra vez Hombre 19,1 19,2 Mujer 21,8 20,1 Total 19,9 19,5

18,9 19,2 19,0

17,8 19,3 18,4

18,5 18,4 18,5

18,7 19,4 18,9


164

ECONOMÍA & SOCIEDAD - NÚMERO 6

Cuadro Nº 53: Porcentaje de la población de 10 y más años según consumo de cigarrillos, alcohol y tranquilizantes 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Consumo diario de cigarrillos (de los que fumaron en los últimos 30 días) Hasta 5 52,6 63,5 46,2 47,2 48,7 6 a 10 30,5 19,3 25,8 23,6 31,5 11 a 20 13,6 9,0 15,7 18,9 16,1 más de 20 3,3 8,2 12,3 10,3 3,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

52,4 25,9 14,3 7,4 100,0

268.888 132.625 73.357 38.151 513.021

Consumo diario de alcohol (de los que consumieron en los últimos 30 días) Hasta 5 82,1 80,1 90,7 53,0 89,3 6 a 10 17,0 12,1 9,3 25,4 0,7 11 a 20 0,9 0,6 0,0 12,2 10,0 más de 20 0,0 7,2 0,0 9,5 0,0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

77,7 13,1 5,1 4,0 100,0

94.381 15.919 6.236 4.862 121.398

Días de consumo de tranquilizantes en el último mes (de los que consumieron en los últimos 30 días) Hombre 3,9 13,3 17,5 18,1 25,5 Mujer 8,6 11,0 18,8 18,8 12,5 Total 5,9 11,7 18,5 18,6 16,8

17,3 14,2 15,3

Cuadro Nº 54: Porcentaje de la población de 10 y más años según forma de obtener drogas e información sobre sus consecuencias 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Forma de obtención de tranquilizantes y estimulantes por quienes consumieron en los últimos 30 días Del Médico 50,8 53,6 71,0 78,5 85,7 71,5 De otros 49,2 46,4 29,0 21,5 14,3 28,5 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

209.324 83.235 292.559

Calidad de la información sobre las consecuencias de las drogas de quienes lo fuman o consumen Bien informado 16,5 29,9 53,9 57,6 67,4 48,0 918.853 Poco informado 31,9 35,9 27,4 30,3 20,9 28,6 548.434 No está informado 51,0 32,7 17,9 11,6 9,7 22,2 425.548 No responde 0,6 1,5 0,8 0,5 2,0 1,1 21.931 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1.914.766 Fuente principal de esta información de quienes están bien o poco informados Amigos 18,8 25,0 11,7 12,6 13,3 15,1 Padres, familiares 6,5 7,3 5,8 12,8 8,9 8,9 Profesores 3,0 4,1 8,9 4,8 8,8 6,5 Profesionales 1,0 4,2 3,0 4,8 6,6 4,5 Periódicos 9,6 4,9 2,8 12,9 14,7 9,9 Televisión 48,3 49,9 52,9 47,1 41,2 47,1 Otro 12,9 4,5 14,9 5,0 6,4 8,0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

222.270 129.910 95.215 66.090 145.402 690.481 117.919 1.467.287

¿Recibieron cursos de prevención del consumo de drogas los que están bien o poco informados? Una vez 4,6 4,2 3,6 7,8 9,3 6,5 95.811 Varias veces 1,1 7,1 4,5 4,2 13,4 7,1 104.453 No 94,2 88,7 91,9 88,0 77,3 86,4 1.267.023 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1.467.287


Información sobre Condiciones de Vida de la Población Paraguaya 2000-2001

165

Cuadro Nº 55: Opinión de la población mayor a 10 años sobre la gravedad de consumir drogas 20% más pobre

20% siguiente

20% siguiente

20% siguiente

20% más rico

%

Total País Población

Opinión sobre la gravedad de inhalar frecuentemente solventes Nada o poco grave 2,1 2,3 1,7 0,9 Muy grave 53,9 73,0 78,3 87,0 No sabe, no responde 43,9 24,8 20,0 12,1 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

2,7 85,1 12,2 100,0

1,9 77,2 20,8 100,0

36.903 1.478.963 398.900 1.914.766

Opinión sobre la gravedad de fumar marihuana frecuentemente Nada o poco grave 1,6 1,2 0,8 0,5 Muy grave 70,2 81,3 87,6 92,0 No sabe, no responde 28,3 17,5 11,6 7,6 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

0,5 94,6 4,9 100,0

0,8 86,5 12,7 100,0

15.818 1.656.523 242.425 1.914.766

Opinión sobre la gravedad de consumir cocaína frecuentemente Nada o poco grave 1,0 0,3 0,6 0,4 Muy grave 66,9 81,3 88,5 91,4 No sabe, no responde 32,1 18,4 10,9 8,3 Total 100,0 100,0 100,0 100,0

0,1 95,3 4,6 100,0

0,4 86,2 13,4 100,0

8.350 1.650.198 256.218 1.914.766


REFERENCIAS SOBRE LOS AUTORES Nelson Aguilera Alfred

José Molinas V.

Director del Centro de Estudios Económicos de la Fundación para el Desarrollo Humano Sustentable, FDHS. Ph.D de la Ohio State University (Mención Economía), Columbus, Ohio, EE.UU.

Economista de la Universidad Católica de Asunción, y Master y Ph.D. en Economía de la Universidad de Massachusetts, en Amherst, EE.UU. Actualmente es Director de DESARROLLO-Instituto de Capacitación y Estudios.

E-mail: fdhs@conexion.com.py

E-mail: jmolinas@conexion.com.py

Roberto L. Céspedes R. Licenciado en Sociología por la Universidad Católica «Nuestra Señora de la Asunción», Master of Philosophy, Latin American Development, por Glasgow University (Gran Bretaña) y Master of Arts, Sociology, Rutgers, por State University of New Jersey (USA). Actualmente es docente en la Universidad Católica y Universidad Nacional de Asunción y miembro del Grupo de Ciencias Sociales (GCS). E-mail: cespedes@rieder.net.py

Carlos Fernández V. Lic. en Ciencias Económicas (U. del Paraná-Brasil), Master en Política Económica (U. de Illinois-USA) y Ph. D. en Economía (U. de Chicago-USA). Ex Profesor y Director Académico de los programas de Maestría en Economía y Maestría en Finanzas de la Universidad Católica «Nuestra Señora de la Asunción». Actualmente es Coordinador Académico del Programa «Economia 2000» en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción y Gerente de Estudios Económicos del Banco Central del Paraguay. E-mail: cgfernan@bcp.gov.py

Marcos Robles Economista (UNA-Perú) y Master en Economía, con especialización en Macroeconomía y Econometría (CIDEMéxico). Actualmente es el coordinador técnico del Programa para el Mejoramiento de las Encuestas y la Medición de las Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe (MECOVI-Paraguay). E-mail: mro@dgeec.gov.py


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