Entrevistas arquetipos

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Arquetipos en la Arquitectura El Origen de la Torre El siguiente escrito está basado en la entrevista realizada al arquitecto Antonio Manrique. Sus principales conjeturas y argumentos sobre la torre como arquetipo en la arquitectura no son presentados como resumen de la entrevista, sino como la interpretación de los argumentos y posturas expuestas por el arquitecto. Adicionalmente, se analiza la relación de la torre con prácticas humanas como el lenguaje, la escultura y los ritos, siendo este uno de los temas principales de la entrevista. En primera instancia, Antonio Manrique se refirió a la torre como la relación entre el cielo y la tierra. Esta relación puede ser tomada como un límite o conexión entre estos dos elementos. En los orígenes de la torre, el cielo era concebido por las civilizaciones primitivas como el lugar de permanencia de Dios y la tierra como el lugar en el cual los hombres habitaban. Según el arquitecto, esta concepción mítica común en casi todas las culturas primitivas hace de la torre un arquetipo en la arquitectura. Otro fundamento para considerar la torre como un arquetipo en la arquitectura es su funcionalidad. De acuerdo con Manrique la función de la torre en su origen no fue albergar personas que se hospedaran en la misma, como es el caso de otras construcciones primitivas más pequeñas como casas. En su principio, el gran tamaño de la torre se debía a su uso relacionado con el culto y el rito, lo cual la convertía en una construcción con mayor importancia. Por tal razón la torre tenía dimensiones mayores en comparación con otras edificaciones de los primeros asentamientos humanos. A partir de lo anterior, el arquitecto relaciona el origen de la torre con la torre de Babel, siendo interpretada como el intento del hombre por asemejarse a Dios. Así mismo, la torre de Babel también puede ser entendida como la representación de poder por parte de los hombres que la edificaron. La ubicación geográfica de la misma (‘‘una llanura en la región de Sinar’’ según el relato bíblico) influye en su representación de poder. Esto se da gracias a la construcción en altura de la torre de Babel en relación con un terreno plano y extenso. Por otra parte, Antonio Manrique relaciona a la torre y el lenguaje mediante la estructuración de estos elementos. El lenguaje concebido como un ordenamiento


constructivo implica un ordenamiento del pensamiento, es decir, una organización de palabras, signos o expresiones para transmitir una idea o mensaje. Este orden de ideas se basa en una estructuración compleja, la cual implica derivar desde una palabra hasta una frase. El arquitecto se refiere a la estructura del lenguaje basándose en el principio básico de la creación de sonidos mediantes las consonantes y asonantes. Siendo así, al relacionar la estructura del lenguaje y la estructura de la torre, se da prioridad al lenguaje escrito argumentando que el lenguaje oral se difumina con facilidad. Por el contrario, el lenguaje escrito y la torre perduran durante más tiempo. La estructura de la torre en su proceso constructivo es similar a la estructura del lenguaje escrito a causa de su complejidad. Así mismo, la relación entre la torre y el lenguaje se basa en la transmisión de un mensaje o idea que perdura durante un determinado tiempo. A partir de lo anteriormente establecido, el arquitecto afirma que la torre es un elemento constructivo ‘‘que habla por sí mismo’’, en semejanza con el lenguaje escrito. De esta forma, se considera a la torre como un elemento entendido a través de la simbología, es decir, transmite un mensaje a partir de su observación. De igual forma, según Manrique es preciso primero preguntarse quienes somos para entender la relación entre la torre y el lenguaje. Considerando al hombre como ser lingüístico, se concibe la analogía entre la torre y el lenguaje. La torre se compone de materia, es decir, sus elementos constructivos que crean una volumetría. En semejanza, el lenguaje se compone de palabras, expresiones, sonidos, señales, etc. Tanto los componentes de la torre como los componentes del lenguaje transmiten un mensaje. De esta forma, se llega a la siguiente afirmación: ‘‘la arquitectura es escribir sobre la tierra’’. Asimismo, el arquitecto relaciona el lenguaje y la torre en base al tiempo y el espacio. Expresiones como aquí, allá, adelante, detrás, abajo o arriba son limitantes del espacio mediante el lenguaje. De igual forma acontece con la torre la cual limita un espacio determinado, pero principalmente lo domina y se impone sobre el mismo a causa de su altura y tamaño. En relación con el tiempo sucede algo similar. El lenguaje hace referencia al presente, pasado y futuro por medio de la conjugación de los verbos y el uso de expresiones como antes, ahora, después, etc. En semejanza la torre mediante su simbología nos habla sobre un momento, un determinado contexto histórico que nos transmite un mensaje. Siendo así, la torre y el lenguaje escrito perduran durante algún tiempo, lo cual permite que se transmita una idea o mensaje sobre un lugar en especial.


Adicionalmente, Manrique afirma que la torre y el lenguaje escrito tienen una finalidad en común: servir como memoria ante un pasado. De ahí, se deriva el hecho de considerar a la torre como un monumento predispuesto para conservar un mensaje sin importar el paso del tiempo. Este mensaje será entendido en un futuro gracias a la simbología que contiene la torre ante sus observadores. Por otra parte, según el arquitecto también es posible relacionar la torre con la escultura. Esta relación se da gracias a su valor simbólico para un grupo singular de individuos. Si se considera a la torre como un elemento simbólico, no solo transmitirá un mensaje sino que también representará algo específico y esencial para alguien en particular, al igual que una escultura. Por otra parte, Antonio Manrique argumenta que la torre no ha variado en su significado y concepción inicial a pesar de sus cambios en su funcionalidad. La torre en su origen (como podría ser la torre de Babel) se asemeja a los rascacielos de la actualidad ya que se imponen en su entorno. La torre de Babel sobresale sobre ‘‘una llanura en la región de Sinar’’ al igual que un rascacielos se impone sobre el paisaje urbano de una ciudad. Similarmente, su simbología de superioridad y poder no ha cambiado mucho según el arquitecto. La torre en sus orígenes representa el poder y lo sagrado debido a sus usos como el culto y el rito. Un castillo o una fortificación en la edad media también representan el poder debido a su preponderancia sobre el resto de edificaciones en una ciudad medieval. Los grandes rascacielos de las ciudades modernas a través de su simbología representan el poder de la compañía o empresa que representan, e incluso de la ciudad o nación donde se localizan. Finalmente, Antonio Manrique establece que el origen de la torre se da debido al temor o respeto hacia lo divino. De ahí, que la torre se conciba para el culto y el rito. Por ende, la torre se constituye como una edificación sagrada a la cual se le puede considerar como un templo. En ese orden de ideas, los sacrificios se podrían dar en esta edificación al igual que otras actividades humanas como las tumbas, la danza, el canto, entre otras. En el caso de la torre de Babel, aunque según el relato bíblico se edificó para alcanzar a Dios y estar a su nivel, según el arquitecto esta edificación también pudo haberse construido a causa del temor y respeto del hombre hacia Dios. De acuerdo con Antonio Manrique, esto se debe a que la construcción de la torre de Babel tuvo una finalidad de tributo u ofrenda hacia Dios.


El siguiente escrito se basa en la entrevista realizada a Edgar Corredor, líder de la comunidad cristiana Jireh. Las posturas expuestas en la entrevista sobre la torre de Babel y la relación de la misma con los sacrificios y la tumba, no se presenta como un resumen. Por el contrario, los temas son presentados como la interpretación de los mismos. En primera instancia, Edgar Corredor establece que el hombre en sus principios, fue encomendado por Dios para gobernar y administrar la tierra de forma adecuada. Sin embargo, el hombre decidió establecerse para construir una gran ciudad en la cual se edificara un torre que alcanzara el cielo. Según Edgar corredor, al Dios enterarse de lo sucedido, bajó de los cielos y confundió a los hombre mediante la lengua. Por tal razón, los hombres se confundieron entre sí y no concluyeron la torre. Por ende, se esparcieron sobre la faz de la tierra, lo cual se derivó en el origen de variadas culturas. A partir de lo anterior, Corredor establece dos posible motivos por los cuales los hombres edificaron la torre de Babel. La primera posibilidad se basa en la desobediencia del hombre ante Dios y la edificación de una torre que se aproximara a lo divino. Lo anterior le permitiría al hombre estar al nivel de Dios, por lo cual dejaría de ser inferior y no debería creer u obedecer en el mismo. La segunda posibilidad consiste en que el hombre deseaba aproximarse a Dios. Esta aproximación no tenía como finalidad retar a lo divino, sino por el contrario se daba como forma de creencia y sumisión ante lo divino. Sin embargo, Edgar Corredor considera como acertada la primera posibilidad anteriormente expuesta. Adicionalmente, Corredor afirma que en la época en la cual la torre de Babel fue edificada los hombres eran regidos bajo una teocracia, es decir, Dios era considerado como el rey y los hombres estaban bajo su dominio. Por tal razón la desobediencia por parte de los hombres fue la razón por la cual Dios confundió a los hombres para que estos no lograran concluir la construcción de la torre. Por otra parte, se relaciona los sacrificios y la torre a partir del relato bíblico de Caín y Abel. De acuerdo a la interpretación dada por Edgar Corredor, Caín y Abel eran hermanos los cuales en cierta ocasión decidieron brindar un sacrificio a Dios. Sucedió que Dios prefirió el sacrificio de Abel. Ante lo acontecido, Caín decidió asesinar a su hermano. A partir de entonces la tradición fue brindar sacrificios a Dios por este


derramamiento de sangre. Estos sacrificios existieron hasta la muerte de Jesús, el cual representó el sacrificio humano máximo y por lo cual es conocido como el cordero de Dios. Por tal razón, según Corredor existe la posibilidad de que en la torre de Babel se dieran sacrificios. Estos sacrificios fueron concebidos como ofrendas a Dios debido a que era la tradición del momento. CF_Arquetipos en Arquitectura_ Orígen Torre _201320


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