La estrategia creativa consistía en realizar una evolución y mejora formal de una marca (en este caso logotipo) ya establecido en el mercado.
La gran complicación de este trabajo estriba en la sutil manipulación o transformación de un buen diseño. Esta debía ser muy respetuosa con el carácter conceptual, estético y funcional del logo inicial. En ningún caso, en esta mejora o actualización, se debía perder los aspectos más peculiares del logo, los signos de identidad que han reforzado durante todo este tiempo el estatus gráfico y reconocimiento de esta.