Había una vez, una niña muy guapa y muy buena que se llamaba Blancanieves. Cuando era pequeña, su madre murió y su padre volvió a casarse de nuevo. La madrasta de Blancanieves era muy mala y le tenía mucha envidia a Blancanieves porque era muy bonita. La madrasta de Blancanieves tenía un espejo mágico al que todos los días preguntaba: Espejito, espejito, ¿Quién es la más bella? Y el espejo respondía: ¡Tú, mi ama! Pero no era cierto la mas bella era Blancanieves que vivía en el bosque con siete enanitos.