CADA PIEZA VA A PROYECTARSE DE FORMA DIFERENTE
CADA DESBORDE, VA A DEPENDER DE LA PIEZA
NINGUNA PIEZA ES IGUAL A LA OTRA
SE CONTIENE Y SE LIBERA EMPAPA
El cuerpo está preparado para vivir entre 36 y 37 grados y para lograrlo tiene unos mecanismos de defensa. “Cuando la temperatura empieza a descender, el organismo concentra la sangre en los órganos vitales". Si nuestra temperatura desciende por debajo de los 32 grados “entraríamos en una fase de hipotermia severa y dejaríamos de temblar. Se siente cierta placidez por eso se la conoce como la euforia del montañero, parece que te reanimas pero realmente la sangre está siendo bombeada de manera radical al cerebro y se empieza a tener alucinaciones y a perder la consciencia”.