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El proyecto
De completos desconocidos a una peda en mi casa
Por Brenda Avilés
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n pleno 2021, después de tanto encierro, media carrera en línea, aburrimiento y clases con tareas sin fin, un grupo de jóvenes ansiosos de salir a rumbear decidieron conectarse antes de comenzar la clase para quedar de acuerdo sobre el spot donde se conocerían por primera vez. Uno de ellos, que por lo regular era el primero en entrar a las reuniones, quedó sorprendido al fijarse de que ya todos se encontraban dentro de la sesión y se estaban poniendo de acuerdo para hacer una fiesta en alguna casa. De forma inusual, todos comenzaron a hablar, dando sugerencias sobre lo que deberían llevar y comentando sobre la temática que tendría la reunión.
Sin duda, aquella videoconferencia se tornaba algo distinta a comparación de las demás, ya que los estudiantes nunca habían tenido relación alguna fuera de un cuadro de imagen y un usuario que los distinguía del resto. Probablemente la única cara familiar era la de su profesor.
Encendiendo uno a uno sus cámaras y dejándose ver por primera vez después de dos años de pandemia, la organización de la peda estaba resultando como se había planeado.
El revuelo era tal que parecía sorprendente como en tan poco tiempo la organización estaba siendo un éxito, —¡ya ni para los trabajos en equipo!—, alguien mencionó por ahí.
Algunos decían ¡cerveza, whisky, tequila, brownies! Y claro, como era de esperarse el tiempo pasó sin que se dieran cuenta. Entre tanto alboroto por aquella fiesta ninguno de ellos se percató de que ya había transcurrido mucho tiempo en lo que se ponían de acuerdo dentro de aquella reunión, cuando de pronto se escuchó de fondo a alguien decir —¡Ya nos cayó la ley!—.
Dichos por los susodichos 19