LEXICO Y LITERATURA ANDRES BELLO. LINGUISTICA

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Léxico y Literatura: Homenaje a Andrés Bello

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Marco Martos Carrera Marco Antonio Lovón Cueva Editores

Academia Peruana de la Lengua


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Marco Martos Carrera Marco Antonio Lovón Cueva Editores

Léxico y Literatura: Homenaje a Andrés Bello


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Editado y reproducido por: Academia Peruana de la Lengua. © Academia Peruana de la Lengua Jr. Conde de Superunda N.° 298, Lima - Perú Teléfono: (511) 428-2884 academiaperuanadelalengua.apl@gmail.com Primera edición, octubre de 2018 Editores: Marco Martos Carrera y Marco Antonio Lovón Cueva. Coordinación editorial: Magaly Rueda Frías. Corrección: Marco Antonio Lovón Cueva.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N.° 2018-16317. Reproducido en octubre de 2018 150 ejemplares


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Índice Preámbulo Marco Martos y Marco Lovón El refranero peruano: entre la tradición y la novedad Juan Álvarez Vita

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El ciberlenguaje juvenil universitario: análisis de los textos de la página de Facebook “Confesiones” Dennis Arias Chávez

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Que te coma el tigre y La casa de Albaceleste: análisis del léxico peruano en la primera narrativa de Augusto Higa Javier Alejandro Arnao Pastor

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Léxico de Cuba y Perú en el Diccionario de la Lengua Española (DLE-RAE), 23.a edición Ana Baldoceda Espinoza

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La inclusión de mexicanismos y palabras en inglés al vocabulario de los jóvenes por el uso de redes sociales Dick Ronald Cáceres Navarro

123

La lenta gestación de la lexicografía monolingüe del castellano en el Perú Julio Calvo Pérez

139

Plantas con propiedades medicinales en Historia del Nuevo Mundo (1653) de Bernabé Cobo Rosa Carrasco Ligarda

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Contenido

Relaciones semánticas y retóricas en la poética de Jorge Eduardo Eielson. Análisis de De Materia Verbalis Janet Díaz Manunta

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La gramaticalización del verbo decir + gerundio en el castellano andino Jorge Esquivel Villafana

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Préstamos léxicos hispanos en la novela quechua Aqupampa de Pablo Landeo Muñoz Isabel Gálvez Astorayme y I. Judith Gálvez Gálvez

209

Por una depuración de expresiones actuales: Gramática prescriptiva y precisión léxica en el castellano peruano Ana María Gispert-Sauch Colls

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Corporeización en el léxico toponímico quechua Pedro Luis Manallay Moreno Términos gastronómicos y su influencia en el español peruano María Isabel Montenegro García y Marco Antonio Lovón Cueva La evolución conceptual de la palabra “incontrastable”: Estudio de un caso peruano Cinthya Franci Porta Chuquillanqui El género de los sustantivos de personaterminados en -ista Jessica Ramírez García

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289 315

Propuesta de la macroestructura y la microestructura de un diccionario dialectal de Arequipa (DDA) Teresa Ramos Quispe

327

Análisis lexicográfico de los perfiles de los principales personajes que fueron noticia en el Perú (1990-2000) Úrsula Yvonne Velezmoro Contreras

339


Contenido

Fitรณnimos medicinales en el quechua de Chaupihuaranga (Pasco) Roberto Gerardo Zamudio Campos

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Andrea del Pilar Yaques Benites


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Preámbulo Este libro reúne estudios contemporáneos sobre gramática, lenguaje y la literatura. En esta ocasión, la Academia Peruana de la Lengua rinde un homenaje con esta publicación a uno de los ilustres académicos del español, Andrés Bello, especialista en gramática, léxico y literatura. Los estudios son de corte sincrónico y diacrónico. Al hacerlo, se reafirma en uno de los postulados básicos de su quehacer: bregar por la unidad y la diversidad de la lengua castellana, como lo quería Bello precisamente. Andrés Bello nació en Caracas el 29 de noviembre de 1781 y falleció en Santiago de Chile un 15 de octubre de 1865. Es reconocido a nivel regional y mundial como uno de los humanistas más influyentes en América Latina. Lima, 10 de octubre de 2018

Marco Martos Carrera Marco Antonio Lovón Cueva Editores


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EL REFRANERO PERUANO: ENTRE LA TRADICIÓN Y LA NOVEDAD Juan Álvarez Vita Fundación Ricardo Palma Resumen La Real Academia de la Lengua define la voz refrán como “Dicho agudo y sentencioso de uso común”. El mayor caudal de refranes del habla castellana del Perú proviene de la lengua traída desde el siglo XVI por los primeros pobladores hispanos, que han sido ampliamente estudiados. Junto a esos refranes, hay otros, que son materia de esta investigación, surgidos en nuestro territorio como consecuencia de la nueva realidad nacida del inevitable encuentro entre los mundos autóctonos, europeos y, en menor escala, con los africanos, árabes, judíos, chinos y japoneses. Este legado, que constituye parte del patrimonio inmaterial de la cultura peruana e hispana en general, tiende a desaparecer rápidamente al igual que el de otros países de lengua española. La presente investigación busca recoger y estudiar algunos refranes peruanos con el fin de advertir sus usos, desusos o posibles desapariciones. Este es un intento que debe ser continuado por otros investigadores antes de lo que parece su inevitable extinción. Palabras claves: refrán, paremiología, léxico.

vocabulario,

campo

semántico,

1. Introducción El Diccionario de la Real Academia de la Lengua señala que la voz “refrán” deriva del francés refrain y la define como “Dicho agudo y sentencioso de uso común. Tener muchos refranes, o


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tener refranes para todo”.Por otra parte, el mismo diccionario precisa que la voz “dicho” deriva del participiodecir y este del latíndictus y dictumy la define, en su segunda acepción,como “Palabra o conjunto de palabras con que se expresa oralmente un concepto cabal. Dicho agudo, oportuno, intempestivo, malicioso”y, en su tercera acepción, como “Ocurrencia chistosa y oportuna”. La paremiología, definida como “tratado de refranes”, requiere del estudio de los antecedentes históricos del refrán, es decir, su origen y entorno. No hacerlo arrojaría resultados incompletos y denotarían pobreza conceptual en su definición. Por otra parte, no se puede prescindir del uso y del conocimiento del significado de las palabras sin dejar de considerar que cada voz puede evolucionar, adquirir y variar su contenido semántico. La paremiología ha tenido una larga historia compartida con la lingüística y, quizás por ello, los refranes y los vocablos tuvieron una casa común en el diccionario de la Real Academia de la Lengua. Por estas razones, siempre he lamentado que la Real Academia de la Lengua haya excluido del corpus de su Diccionario, desde hace ya un buen número de años, a los refranes de nuestro idioma.Hay refranes de los que se conoce su autor gracias a que se registraron en un libro, en un cuento, fábula, mito, poema, discursos o canciones. Otros, en cambio, son anónimos. Alguien, en algún momento, creó una sentencia y esta fue reproducida hasta que devino en parte de la sabiduría del pueblo. Los refranes, desde tiempo inmemorial, enseñan, explican y aconsejan. Por esto, fue un recurso muy empleado en la Biblia y muchos de ellos son de uso muy común en la lengua española como: “No hay nada nuevo bajo el Sol” (Eclesiastés 1. 9.); “ser una espada de doble filo” (Proverbios 5,4.); “arrojar la primera piedra” (San Juan, 8,7); “poner piedras en el camino” (Romanos 14,7); “en un abrir y cerrar de ojos” (I Corintios 15,52) y muchos otros. Estos refranes forman parte de la cultura de los pueblos de origen abrahámico, es decir, los judíos, cristianos e islámicos, como se puede apreciar en la Tora, la Biblia cristiana y el Corán.


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La presente iindagación tiene por cometido compilar y analizar algunos refranes del Perú con el objetivo de advertir sus usos, desusos o posibles desapariciones. Este estudio es un intento que debe ser continuado por otros lexicólogos y lexicógrafos antes de lo que parece su inevitable extinción. 2. Los refranes en el castellano Los refranes em el castellano son muy numerosos. Hay en nuestra lengua un refrán que afirma que “hay más refranes que panes”. Los hay para todas las ocasiones. Dentro del campo del estudio de las lenguas, los refranes tienen particularidades que despiertan un interés muy especial. No hay consenso en los cultores de la paremiología sobre el contenido semántico entre refranes, dichos, sentencias, modismos, locuciones, frases hechas, aforismos, tópicos, adagios, apotegmas y máximas. Aunque no resulta fácil darles a todos una misma significación, porque sinónimos no son, coinciden en mucho a lo que entendemos por dicho. Como afirma Pancracio Celdrán (2009), “los latinos llamaban dictum a su conglomerado de sentencias, aforismos, tópicos, adagios y máximas dentro de cuya variedad existía alguna diferencia: el refrán corrobora experiencias fruto de la observación; el adagio da matiz poético. El apotegma, agudo y breve, es tan válido como la autoridad de la persona que lo dice; la máxima tiene trasfondo filosófico. La sentencia habla ex cathedra. La frase basa su virtud en la autoridad y experiencia popular”. Cuando el hablante no conoce o no comprende el sentido o alcance de la frase, lo recomendable es quese abstenga de usarlo. Hay interesantes estudios sobre refranes comparados del español, inglés, ruso, árabe, proverbios sefarditas, entre otros. Falta profundizar en las modalidades que, en la propia lengua española se aprecian a fin de poder precisar el origen, la historia y el contenido semántico de los refranes La mayor parte de las investigaciones han tomado como base las efectuadas en España, que tiene una producción notable al respecto, sobre todo si se


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compara con la de los otros países que hablan la lengua de Castilla. Es necesario impulsar estudios conjuntos que permitan abordar la materia de manera seria y global. Esta afirmación es fácilmente demostrable al examinar los refranes de los países hispanoamericanos. Muchas obras escritas atribuyen origen local incluso a refranes de aquellos que dicen las viejas junto al fuego que fueron recopiladas por el marqués de Santillana en 1494 y que son de uso corriente en todas las áreas del español. Ciertamente, hay expresiones notables como el refranero mexicano de Herón Pérez Martínez (2004), coeditado por la Academia mexicana y el Fondo de Cultura Económica de México, que recoge los refranes acuñados en su país y reflejan el sentir y la idiosincrasia de sus habitantes. Esto no ha sido impedimento para incluir algunos refranes que provienen de otras culturas y que han pasado a formarparte del habla de México. 3. ¿Cómo nacieron los refranes? ¿Quién los creó? Es necesario tener en consideración que el caso del Perú es distinto del de España. Aquí el español llegó con un enorme caudal de refranes que tenían su origen en la península ibérica. Las respuestas a estas dos preguntas han sido absueltas. Ello debido a los investigadores que rastrearon las fuentes, tanto las escritas como las habladas. Muchos refranes parecen haber nacido de modo ocasional, quizás en el seno de un hogar, transmitidos entre amigos y luego de pueblo en pueblo hasta hacerse patrimonio común de la lengua castellana. Extendida ésta por tierras de América, África y Asia, casi todo ese saber peninsular llegaría intacto y seguirá vivo lejos del hogar ibérico. Martínez Kleiser (1989 [1953])nos dice que la variedad de los temas, el número de los decidores ingeniosos y la sucesión de las generaciones y de los tiempos, han logrado atesorar un caudal copiosísimo de refranes. Como los astrónomos confiesan


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incompleto el catálogo de las estrellas, los folkloristas tendrán que reconocer deficientes sus colecciones. Quizás el acopio sea mayor en España que en ningún otro país. Pero la generación espontánea de tales creaciones se ve hoy afligida, en todas partes, por la condena de una esterilidad muy sensible. Ya no se idean refranes. Estamos viviendo del ahorro; gastando el capital. Sancho ha muerto(Martínez,1989 [1953]). A pesar de lo expuesto,yo creo que el proceso que Martínez describe tiene también sus excepciones. El ingenio popular siempre está presto para acuñar y revivir vocablos. Alberto Buitrago (2017), en su Diccionario de Dichos y Frases hechas, dice: “De José María Iribarren con su indispensable El porqué de los dichos y justo es reconocer aquí tan impresionante, y seguramente insuperable labor. A pesar de todo, queda mucha tela que cortar, y lo que sí es verdad es que, hincándole el diente a este trabajo, uno se echa al coleto una dosis de cultura y de sorpresas impensables, tan necesariamente como gratificantes”. José María Iribarren (2002), en su libro El porqué de los dichos, su sentido, su origen, su anécdota, se refiere al dicho Carta Cantaen los siguientes términos: “Ricardo Palma, en sus Tradiciones Peruanas y en la titulada ‘Carta Canta’, afirma que este dicho es de origen peruano.Luego cita a Palma: “…y hoy mismo, para poner remate a una disputa, solemos echar mano al bolsillo y sacar una misiva, diciendo: —pues, señor, carta canta—, y leemos en público las verdades o mentiras que ella contiene, y el campo queda por nosotros. La gente ultracriolla no hace rezar ni cantar a las cartas, y se limita a decir: papelito habla”.Hoy decimos “papelito manda”. 4.Los refranes en el Perú En general, en casi todo el mundo de lengua castellana, se aprecia una tendencia a usar menos los refranes. Las causas pueden ser variadas. Podemos citar algunas: 1. La tendencia a la simplificación de la lengua debido a los medios de comunicación masiva como la radio, televisión, mensajes de


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correo electrónicos y otros como “whatsApp” y redes sociales de internet, que afecta principalmente a las nuevas generaciones. 2. Dificultad de traducción de los refranes. Se busca estandarizar la lengua y facilitar así la comprensión entre los hablantes. Podemos imaginar el esfuerzo que un especialista en interpretación simultánea debe hacer para traducir, en segundos, del español al chino palabras y, a veces frases, como el que no tiene de inga tiene de mandingaque, además ostenta algunas variantes como las que se usan en Cuba: el que no tiene de inga tiene de carabalí o el que no tiene de congo tiene de carabalí (Alvarez Vita, 2009). En el caso concreto del Perú, hay que mencionar las siguientes particularidades: 1. Los refranes peruanos han tenido más uso en los medios urbanos de Lima, Arequipa, Cajamarca, Cuzco, Ica, Lambayeque y Piura, es decir, ciudades con grupos grandes de población de origen hispánico. 2.Otra singularidade es la incidencia de las migraciones humanas, principalmente del campo a la ciudad, mayoritariamente compuesta de campesinos cuya lengua materna no es el español. 3.- El mayor caudal de refranes del habla castellana del Perú proviene de la lengua traída desde el siglo XVI por los primeros pobladores hispanos, que han sido ampliamente estudiados. Junto a esos refranes, hay otros, que son materia de esta investigación, surgidos en nuestro territorio como consecuencia de la nueva realidad nacida del inevitable encuentro entre los mundos autóctonos, europeos y, en menor escala, con los africanos, chinos y japoneses. Este legado, que constituye parte del patrimonio inmaterial de la cultura peruana e hispana en general, tiende a desaparecer rápidamente al igual que el de otros países de lengua española, tal como se puede apreciar en las investigaciones que he realizado prácticamente en todo el mundo de lengua española, incluidos Filipinas y Guinea Ecuatorial y las comunidades sefarditas que conservan aún el castellano.


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Los refranes y dichos peruanos pueden ser clasificados de acuerdo a varios criterios: profesiones, temas (con su extensa gama), regiones y aparición en el tiempo, siglos XVI, XVII, XVIII, XIX, XX y XXI. La lengua castellana llegó al Perú en el siglo XVI con toda la fuerza de su caudal, con sus modismos y particularidades, incluidos los refranes y dichos que corrían en la península ibérica. Poco a poco las incorporaciones de voces indígenas se hicieron inevitables, pero ello no ha incidido de manera considerable en los refranes. Yo concibo que un refranero debe reflejar la mentalidad del pueblo que lo usa. En este contexto, el Perú es un país donde conviven varias culturas y mentalidades. El que los peruanos consideremos que tenemos un sentimiento compartido de lo que entendemos por peruanidad, no significa homogeneidad. Si así fuera, habríamos perdido la perspectiva prístina que debe tener. En el Perú hay varias culturas superpuestas. Unas se desarrollaron en el territorio sobre el cual se ha erigido el Estado y que ha tenido ocupación humana desde hace más de diez mil años.Desde la llegada de los españoles ha sido una tierra de encuentros —con todos los aspectos positivos y negativos usuales que ello supone— que iniciaron un proceso de fusión, no solo con europeos, sino también con africanos, árabes, judíos, chinos, japoneses y otros grupos minoritarios. Nuevos caudales lingüísticos que, si bien no han tenido la misma fuerza que el castellano, llegaron a estas tierras y ello ha dado lugar a una evolución que confiere a nuestra lengua castellana algunos matices especiales. La etapa virreinal del Perú se caracteriza por haber extendido los territorios de habla quechua. La idea de conquista para el catolicismo romano de la población de origen prehispánico, fomentó la expansión de los idiomas nativos. Para tener una idea lo más clara de este fenómeno debemos tener en cuenta que al producirse la emancipación política del Perú,


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solo el 13% de la población peruana hablaba el castellano. Es decir, la expansión y difusión del idioma español en el Perú es obra de la República. En vísperas de conmemorarse el bicentenario de la independenciaha revivido el tema de si la secesión de España, en lo que al Perú se refiere, fue concedida o no. Otro ajuste en la visión del país solo puede llevar a la conclusión de que la cultura dominante en el Perú dejó de ser la nativa cuando empezó a sentar sus reales la que nos llegó de España. Es en los tiempos de Felipe II, en cuyos dominios no se ponía el sol, cuando el mundo empieza el proceso de globalización. El Perú sería también parte importante de esos primeros pasos con las expediciones que partieron del Callao hacia Asia. Estudiar el Perú desde su lengua castellana nos aproxima y nos obliga a estudiar nuestros refranes y distinguir cuáles son los que llegaron de España. Para ello, la visión histórica es absolutamente necesaria. Al producirse la secesión de España fue apareciendo un fenómeno de inicio de desintegración de la unidad política, y económica en territorios que antes estaban unidos bajo la corona española. Surgió la idea de construir nuevos Estados-Naciones, nuevas banderas y nuevos himnos. Se fue asentando artificialmente la idea de que cada nueva entidad era muydiferente de la otra. Este último factor tuvo también incidencia en las visiones del ámbito cultural. El mundo de los refranes de la etapa de la emancipación es quizás uno de los más importantes aspectos que tenemos para comprender toda la complejidad histórica de ese período. Lo que deseo resaltar es que la lengua castellanaestuvo en el grupo de los factores que no se vieron afectados por los ruidos de sables ni el olor de la pólvora. Particularidades siempre las ha habido y las habrá, pero lo esencial ha permanecido y si hubiera que graduar su incidencia, sería de calificable de menor cuantía. En España la identificación de los refranes resulta una tarea relativamente fácil. Los temas tenían mucha relación con la


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historia, la lengua. Las nuevas realidades de la América Española en el tema de los dichos y refranes no influyeron mayormente en el español peninsular pues no se produjo un flujo lingüístico del Nuevo al Viejo Mundo.A diferencia de España, donde se han realizado meritorias investigaciones sobre paremiología, América no ha emprendido un trabajo similar. Podríamos decir que los casos de México y Colombia son excepcionales. En el primero de ellos se ha publicado, con el auspicio de la Academia Mexicana y del Fondo de Cultura Económica de México, un Refranero Mexicano cuya autoría se debe a Herón Pérez Martínez. Con respecto a Colombia, es de resaltar la labor que viene desempeñando su Academia de la Lengua.En los otros países de la América que se expresa en español, el panorama es diferente. Sus aportes son pequeños comparados con los dos ya mencionados. Hay trabajos hechos en Panamá, Venezuela, el Ecuador, Chile, la Argentina y el Uruguay. Tienen el mérito de haber identificado refranes locales y lo menos meritorio es el de tildar de locales a refranes de vieja raigambre peninsular, anteriores a la llegada de Colón a América. Las crónicas y obras literarias de los siglos XVI no se han caracterizan por el uso de dichos o refranes propios del Perú. No obstante, algunas sentencias o refranes tienen fecha de nacimiento. La más antigua que se conoce, es atribuida al inca Atahualpa. De ser auténtica, lo más probable es que la dijera en quechua: Macanacuypa chayninmi macay utac macachiccuy, que traducida al castellano reza como sigue: Usos son de la guerra el vencer y ser vencidos. Era el 26 de julio de 1533. Este dicho subsiste con mucha vida el día de hoy y en estos días al concluir el proceso electoral para municipalidades y gobernaciones peruanas. El Inca Garcilaso de la Vega nos cuenta de uno que surgió durante la etapa de su vida en el Cuzco: Juega el sol antes de que amanezca. Bien vale la pena reproducir las palabras de nuestro cronista en su obra Los Comentarios Reales de los Incas: En el testero, que llamamos altar mayor, tenían puesta la figura del Sol, hecha de una plancha de oro, al doble más


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gruesa que las otras planchas que cubrían las paredes. La figura estaba hecha con su rostro en redondo, y con sus rayos y llamas de fuego, todo de una pieza, ni más ni menos que la pintan los pintores. Era tan grande, que tomaba todo el testero del templo de pared a pared. No tuvieron los Incas otros ídolos suyos ni ajenos con la imagen del Sol en aquel templo ni otro alguno, porque no adoraban otros sino al Sol, aunque no falta quien diga lo contrario”. “Esta figura del Sol cupo en suerte, cuando los españoles entraron en aquella ciudad, a un hombre noble, conquistador de los primeros, llamado Mancio Sierra de Leguizamón, que yo conocí y dejé vivo cuando me vine a España, gran jugador de todos los juegos, que con ser tan grande la imagen la jugó y perdió en una noche. De donde podremos decir, siguiendo al padre M. Acosta, que nació el refrán que dice: Juega el sol antes que amanezca (Garcilaso, 1960). Otro, propio de los días aurorales del castellano en estas tierras, es Ser algo como los abrazos de don Alonso, frase desusada, que significaba: Lo bueno, en exceso, puede resultar malo. Se origina en el hecho de que don Alonso Díaz, conocido como el Membrudo, capitán español pizarrista y vecino del Cuzco, tenía una fuerza descomunal, en una ocasión destrozó los hipocondrios y el hígado de un hombre a quien prodigó un cariñoso abrazo. A partir de la llegada al Perú de la lengua castellana, los dichos y refranes han sido una constante. Podemos decir que desde aquellos días nos han acompañado en toda nuestra historia. Muchos han dejado de usarse y otros han nacido. Cierto es que en los últimos años la frecuencia de su empleo es menor en las nuevas generaciones, algunos pocos corresponden a la etapa de la conquista española, como es el caso de los tres refranes mencionados. La mayor parte de los dichos y refranes se originan en los tiempos virreinales. Otros surgieron durante las etapas de la emancipación y republicana. Por otra parte, el pueblo peruano parece entusiasmarse con los que tienen que ver con el quehacer


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de la vida política peruana. Por ello, nuestro refranero oscila entre la tradición, la adaptación y la modernidad. Un caso muy representativo es el refrán otorongo no come otorongo y. si come, es mal otorongo. En el Perú el indiscutible precursor de la paremiología fue Ricardo Palma. Su Refranero Limeño, aunque consta de sólo seis refranes, es parte de los muchos otros que abordó en sus obras e invita a los investigadores a continuar hurgando en este interesante campo de nuestra lengua y de nuestra historia (Palma, 1953). 5. Metodología Hemos dicho que los refranes no son exclusivos de la lengua española. En este estudio nos ocuparemos solamente de los refranes que, hasta donde ha sido posible investigar, pertenecen al castellano que hablamos en el Perú. Los refranes son recogidos de Alvarez Vita (2009). El asterisco que precede a algunas voces significa que ha sido aceptada por la Real Academia de la Lengua.La mayoría de las obras relativas al estudio de los refranes en el mundo de lengua española presentan algunas características dignas de ser resaltadas. Lo adecuado, para apreciarlas cabalmente, es proceder a su descripción. En lo que respecta a refranes surgidos o adaptados en el Perú que tengo registrados sobrepasan los trescientos cincuenta. De ellos he hecho una breve selección para ilustrar al lector. Considero importante no omitir que hay refranes que escuché de boca de mis padres, de mi abuela materna y de mis tíos abuelos, todos ellos nacidos en la ciudad de Lima. Otros los descubrí en archivos como fruto de investigaciones históricas de fuentes escritas, que he realizado principalmente en los archivos de Lima, Arequipa, Cuzco, Piura y Moquegua, aunque debo precisar que los rastros que se encuentran son pocos. Ello se explica porque la lengua notarial es la menos permeable de todas. En lo que se refiere a la lengua oral, más frutos han dado los trabajos de


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campo efectuados a lo largo del territorio nacional y de países donde se habla el castellano. Ello permite efectuar trabajos de paremiología comparada. El corpus que se presenta se recoge de la información obtenida del Archivo General de la Nación, el Archivo Notarial de Moquegua, el Archivo Regional de Cuzco, el diario El Comercio de Lima de fechas 1850-2018, y entrevistas realizadas a hablantes de castellano peruano. 6. Análisis lexicográfico: Registro de refranes arenga. Perú. 1. Ser algo como la arenga de Lara. Fr. Des. Hablar claro y sin eufemismos. Nota: Se origina en el hecho de que en Lima se hizo famosa la arenga que Lara lanzó a sus llaneros, momentos antesde comenzar la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. bragueta. Perú (Lima). 1. Hablar como el gigante por la bragueta. Fr. fig. y fam. Casi en des. Repetir conceptos ajenos. Ser un charlatán. Nota: Deriva de los gigantes que hasta el siglo XIX salían en la procesión del Corpus y de cuyo interior la voz de un hombre emergía por la bragueta. En la actualidad (2008) esta frase es usada en Lima por personas nacidas en esa ciudad que sobrepasan los noventa años. brujo. Perú (Costa septentrional). 1. De cohetero de brujo y tinterillo, no hay cholo que no tenga su poquillo. Fr. que denota que todos tienen aptitudes potenciales para el desempeño de estos oficios, que son tenidos como muy importantes, admirados, temidos y respetados. cajamarquino, na. * 1. Adj. Natural de Cajamarca. U.t.c.s. // 2. Perteneciente o relativo a esta ciudad, provincia y departamento del Perú. Nota: En nuestro Diccionario de Peruanismos, edición de 1990, recogimos la siguiente frase: Darposada al peregrino, menos al cajamarquino y al chotano, ni la mano. Frase que alude a la supuesta mala reputación atribuida a los naturales de Cajamarca.


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Éstos responden con otra frase: Dar posada al peregrino, y de preferencia al cajamarquino. U. en tono jocoso. calle. Perú. Tener calle. 1. Fr. Fig. fam. Gozar de simpatía popular en el barrio donde uno vive o en el medio en que desempeña sus actividades. Tener amigos en el barrio. Tener experiencia de la vida. Tener esquina. candelita de muladar. Perú (Lima). 1. f. Des. Ser una candelita de muladar. Fr. que se aplicaba para designar a una mujer que hace daño disimuladamente. cangalla.Perú. Estar hasta las cangallas. 1. loc. verb. coloq. Estar hasta la coronilla. Estar cansado y harto de sufrir alguna pretensión o exigencia. V. Cien. Huin. Perno. Queque. Remaceta. Win. cañóncito de Castilla. Perú. 1. Ser algo como el cañoncito de Castilla. Fr. que alude a que todo regalo tiene un precio y que siempre llega el día en que se cobra. Nota: Se origina en el cañoncito de oro que le fue obsequiado al mariscal don Ramón Castilla cuando era presidente de la República del Perú y al favor que poco después le solicitara el donante. cara. Perú. 1. No tener cara ni sello. Fr. Fig. Des. Ser una persona fea y gastada como una moneda vieja. // 2. Perú. No tener cara ni en qué persignarse. Fig. Estar muy pobre una persona. // 3. Perú. Cara de siesta. Fam. Persona de origen asiático. // 4. Perú. Tener alguien la cara seria y el culo alegre. Fig. fam. Dícese de la persona sexualmente fácil. // 5. Arg., C. Rica, Perú y P. Rico. Estar, poner, quedarse con la cara larga. Denota estado de disgusto o sorpresa por algún suceso desagradable. causa. Perú. 1. En Trujillo venden causa, en Lima ponderaciones, y en los pueblos de la sierra chismes y averiguaciones. Fr. que alude a las características atribuidas a los pueblos de Trujillo, Lima y de la sierra.


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cebiche *Am. Plato de pescado o marisco crudo cortado en trozos pequeños y preparado en un adobo de jugo de limón o naranja agria, cebolla picada, sal y ají. Nota: En el Perú, con referencia a que dicho plato no lleva nunca huevo, se usa la frase estar más perdido que huevo en cebiche, para denotar que una persona o animal está completamente desorientado. V. Estar más perdido que cuy en tómbola, con sus variantesestar más perdido que Adán. También hemos registrado la frase estar como lenguado en ceviche, empleada para significar que una persona está derrotada, fracasada o acosada. Ser o estar como cebiche mixto, de camarón con concha. Fr. Fig. fam. Adj. Dicho de una persona: Que tiene habilidad para cambiar de actitud o de conducta con desfachatez u osadía. Dicho de una situación: Que es consecuencia de dicho accionar chapeta. Perú. 1. Adj. Com. Dicho de una persona: Que es de origen español. // 2. Adj. Com. Hijo de españoles nacido en el Perú. // 3. Chapetón. // 4. De chapeta con plata e indio con honor, líbranos Señor.Des. Frase alusiva a la arrogancia de que hacían gala dichas personas. chifa. Perú. 1. Estar como pato de chifa. Fr.fig. fam. Estar esquilmado, aniquilado, golpeado, maltratado. // 2. Camarón que se duerme amanece en el chifa. Fr. Fig. fam. que denota los riesgos que corren quienes se descuidan en una actividad. Es adaptación de otro dicho camarón que se duerme se lo lleva la corriente. chileno. Perú. 1. m. Antes los chilenos que Piérola. Des. Frase atribuida a los civilistas, aunque no existen pruebas de que ellos fueran los autores. Se acuñó durante la Guerra del Pacífico e implicaba una traición a los intereses del Perú. chino, na. Perú. 1. Mentir como un chino. Fig. Mentir descaradamente, cualidad que se dice era muy común entre los primeros chinos llegados al Perú. // 2. Perú. Darle a alguien como a chino.Maltratarlo. // 3. Perú. Fumar como chino en quiebra. Fig. Fumar exageradamente. // 4. Perú. Tranquilo chino. Frase que se usa para apaciguar a una persona. // 5. Perú. Ponerse chino de risa. Fig. Reír con mucha intensidad.


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Cuzco me nace, Arequipa me crea y Lima me enseña la politiquía. Perú. 1. Fr. que condensa el ciclo evolutivo de muchas personas. Puede explicarse así: Nací en el Cuzco, me desasné en Arequipa, y juntando las mañas de la sierra con las de Lima, llegué a la sublimación. Nota: La explicación del dicho se debe a la autoría de Carlos Camino Calderón quien la sustenta en su libro “Diccionario Folklórico del Perú”. La frase tiene algunas variantes: Cuzco mi Nazca, Arequipa me crea, Lema mi inseña el poletequeas. Cozco me nace, Arequipa me crea y Lima me enseña la politiquía. gallinazo. Perú. … 4. Bol. y Perú. Gallinazo no canta en puna y si canta es por fortuna. Frase acuñada entre los siglos XVII y XVIII por alusión al hecho de que las personas de raza negra no se aclimatan en la sierra. Frase que alude a que no debe esperarse de alguien que realice algo que supera a sus condiciones normales. Generalmente se usa en su forma abreviada: Gallinazo no canta en Puna. // 5. Perú. Gallinazo no come gallinazo, y si come es mal gallinazo. Frase hoy casi en desuso aplicada a personas de la misma calaña.// 8. Perú. Gastar pólvora en gallinazos. Desperdiciar inútilmente algún esfuerzo. Versión peruana de la frase que en España sustituye la palabra gallinazos por salvas; en Costa Rica, por zopilotes; y, en Venezuela, por zamuros. inventos de Boqui. Perú (Lima). 1. m. Des. Cuentos del tío. Nota: José Boqui llegó a Lima en 1810. Platero de oficio, fue uno de los muchos emisarios secretos que el general José de San Martín envió al Perú, para preparar la independencia. Estafó a muchas personas en Lima. ley. Perú. 1. Perú. Hecha la ley, hecha la trampa. Frase fig. fam. Que alude a los resquicios legales que permiten eludir incumplir el sentido de una disposición.// 2. Perú. Para los amigos todo, para los demás la ley. Frase que denota la arbitrariedad que algunas autoridades suelen tener en ciertos casos. macaco. Perú. … // 2. Saber las de Quico y Caco y las del chino macaco. Fr. fig. fam. Complemento de la frase Saber las de Quico


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y Caco. Alude a quien se supone es experimentado mañoso y habilidad para hacer pillerías. Tiene sentido peyorativo y se toma de mala parte. Nota: El calificativo de macaco fue aplicado en Lima a los chinos por cuanto éstos, en el siglo XIX eran embarcados en el puerto de Macao con destino al Perúen situación muy semejante a la de la esclavitud. mandinga. El que no tiene de inga tiene de mandinga. Nota: Se dice del individuo de un pueblo que habita en Senegal, Costa de Marfil, Guinea, Guinea-Bissáu y Mali. Como lo habíamos indicado en nuestro Diccionario de Peruanismos, edición de 1990, la frase es de uso en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Cuba (Oriente), Perú y Puerto Rico que da a entender que en América el que no tiene sangre india en sus venas tiene sangre negra. La hemos oído en Costa Rica con la variante de quien no tiene dinga tiene mandinga. En Cuba está casi en desuso. Alcanzamos a oírla en Santiago de Cuba en el año 2003. Por fuentes indirectas, sé de su uso en la República Dominicana. El desaparecido lingüista peruano Augusto Alcocer Martínez, atribuyó origen limeño a esta frase. patria. Perú. 1. Entrar la patria o llegar la patria. Frase con la que antiguamente se aludía a la proclamación de la independencia. // 2. Perú. Patria vieja. Decíase antiguamente de la etapa anterior a la independencia. Nota: La frase entrar la patria o llegar la patria cayó en desuso a fines del siglo XIX. En la década de los sesenta del siglo XX la oí, por primera y única vez, de labios de María Luisa Tudela y Artieda, quien entonces frisaba los 85 años, natural de la ciudad de Moquegua en el Perú. perro chino. Perú. La malía del perro chino. Fr. Fig.: La mala suerte del perro chino. Nota: El drale no recoge la palabra malía, pero sí malilla, que es la forma como dicha palabra debería ser pronunciada. El poeta Antonio Cisneros, en su columna De Tirios y Troyanos, publicada en el diario El Comercio, de Lima, el 21 de octubre de 1999, decía


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lo siguiente: “Así como algunos le achacaron grandes virtudes, otro tantos lo consideraban portadores de desgracias.La malía. Por eso es que hasta no hace mucho, pienso en mi infancia en todo caso, cuando los muchachos andaban en pleno pleito, se lanzaban, cual conjuro, una malía: “Malía, malía del perro chino”. – Mi padre me contó que, cuando era chico, todavía podían verse algunas manadas de perros calatos deambulando, sin dueño, por las calles del Cercado de Lima. Entonces los muchachos, precisamente mataperros, los agarraban a pedradas”. - A veces creo que la cruel metáfora, en la que, por supuesto nadie pensaba, no era otra que la de terminar con el único perro sobreviviente, anterior a la conquista, que aún quedaba en pie”. peruano. Perú. 1. No hay peor enemigo de un peruano que otro peruano. Frase que alude peyorativamente a las rivalidades que puede haber entre peruanos. Nota: En la Argentina hemos registrado una expresión equivalente: No hay peor enemigo de un argentino que otro argentino. petate. Perú (Piura, Lambayeque y La Libertad). 1. Entre los chicheros de Piura, Lambayeque y La Libertad, es muy conocida esta recomendación: La chicha, en poto; el piqueo, en mate; la negra, en petate; la china, en petate y la zambadonde quiera. petate. Perú. 1. El que ha nacido en petate siempre anda apestando a turre. Fr. que alude a la circunstancia de ser muy difícil que una persona pueda disimular su origen. Nota: El equivalente en España es: El que no nació de paje siempre huele a acemilero. Pisagua. Perú. 1. Mártir de Pisagua. Dícese de la persona que sufre con estoicismo. Alude a la acción de armasque se libró en la localidad de Pisagua, provincia de Tarapacá, hoy Chile, entre la guarnición peruana y las fuerzas chilenas de desembarco. pulpero, ra. me casaré, aunque sea con el pulpero de la esquina Nota: El pulpero es el *propietario o dependiente de una


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pulpería. Al igual que en el caso de pulpería, en el Perú el uso de pulpero ha caído casi en desuso. En el Perú subsiste la frase me casaré, aunque sea con el pulpero de la esquina, que expresa el deseo de contraer matrimonio con quien sea sin tener en cuenta su situación económica o social. purisimitas. (Del juramento en nombre de la Purísima Virgen María). Perú. 1. Hacer purisimitas. Hacer prodigios dedemostraciones y expresiones. Nota: Esta expresión sólo la hemos escuchado en Lima. En la actualidad (2018) está casi en desuso pues es empleada sólo por personas originarias de esta ciudad que sobrepasan de los noventa años de edad. 7. Conclusiones El tema es muy sugestivo y nos lleva a algunas conclusiones:En todos los países de lengua castellana encontramos refranes. No muchos son de creación local y la gran mayoría han sido creados en territorio español. Los refranes no reconcen fronteras y se desplazan sin límite alguno.Los esfuerzos de especialistas que han tratado de algunos refranes no han sido estudiados con la atención que se merecen. En el Perú y, en general en casi todo el mundo de lengua castellana, se aprecia una tendencia a usar menos los refranes. Referencias bibliográficas Alvarez Vita, J. (2009).Diccionario de Peruanismos. El habla castellana del Perú .Lima: Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas, Academia Peruana de la Lengua. Buitrago, A. (2017). Diccionario de dichos y frases hechas. 5000 dichos y frases hechas diferentes y 3000 variantes de los mismos. Madrid: Editorial Espasa Libros S.L.U. Camino, C. (1945). Diccionario Folklórico del Perú.Compañía Lima: Peruana de Impresiones y Publicidad. Celdrán, P. (2009). Refranes de nuestra vida. Con su explicación, uso y origen.Barcelona: Editorial Viceversa, S.L.


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EL CIBERLENGUAJE JUVENIL UNIVERSITARIO: ANÁLISIS DE LOS TEXTOS DE LA PÁGINA DE FACEBOOK “CONFESIONES” Dennis Arias Chávez Universidad Continental

Resumen Las redes sociales, unidas a otras tecnologías, han ampliado la posibilidad de comunicarnos y de vivir conectados socialmente. Su importancia radica en la facilidad que tienen los sujetos de inscribirse en ellas, además de la rapidez con que los mensajes se envían y se reciben. La narrativa que muestran estos medios transgrede muchas veces las normas, entre ellas las del idioma, ya que exige anteponer la funcionalidad antes que el cuidado de las formas del mensaje. El objetivo del presente estudio es analizar las características léxico-semánticas presentes en los textos que figuran en la página de Facebook denominada “Confesiones” de seis universidades peruanas: tres arequipeñas y tres filiales de universidades limeñas en esta ciudad. El corpus de análisis consta de 70 textos, el diseño es descriptivo transversal de tipo documental y como instrumento se utilizó una ficha de registro de variaciones lingüísticas en la que se recogen y analizan los rasgos léxico-semánticos. Los resultados arrojan que el lenguaje usado en la página de Facebook “Confesiones” se caracteriza por la predominancia de coloquialismos, ya que involucra rasgos que pueden entenderse como transgresiones al uso del idioma, además de que en ella predomina el nivel oral. Palabras clave: ciberlenguaje, léxico en internet, Facebook, rasgos lingüísticos, lenguaje juvenil


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1. Introducción Entendemos por variedad lingüística a un sistema cuyo uso está determinado por factores situacionales (Crystal, 2002). En este se incluye tanto al habla como a la escritura, los dialectos (regionales y de clase), las jergas, etc. Una variedad lingüística se caracteriza por ser sistemática y predecible, razón por la que cambiar un elemento en una situación comunicativa supone un cambio en la lengua. Existen situaciones en que las variedades están condicionadas por el contexto, por ejemplo, el tipo de lenguaje que se utiliza en la academia o en los tribunales siguen un registro formal y estricto en lo que al uso de normas se refiere. Por otro lado, las situaciones coloquiales como una cena o una conversación entre amigos exigen elegir un tono ya sea formal o informal dependiendo del momento. En lo que refiere a los usos en el internet, la lengua hablada se impone frente al escrito, al punto de formar un sistema en el que lo oral y lo escrito se combinan con el fin de darle mayor expresividad al discurso. En este sentido, el lenguaje que se utiliza en las redes sociales distan de las formas prescriptivas (normatividad), y se acercan al análisis del texto desde dos perspectivas puntuales: como proceso y como producto (Betancourt, 2010), también a los participantes (emisor y receptor) y el contexto de la situación. A estos componentes hay que añadir estándares de textualidad como es la coherencia y cohesión, intencionalidad, informatividad, contexto del mensaje entre otros. Si bien estos estándares pueden parecer demasiado estrictos, son necesarios para entender el fenómeno desde todas sus aristas y no solo en su forma, como bien lo dice Betancourt (2010): En vez de apabullarlos con normas ortográficas y gramaticales que coarten su pensamiento, vale la pena analizar qué tan efectiva, eficiente y adecuada es la instancia de comunicación en la que están envueltos los interlocutores, aunque las formas empleadas adolezcan de ciertas manifestaciones no tan canónicas y no sean óptimas si se las juzga con patrones alejados de su realidad social (p. 7).


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En los últimos años, el interés por estudiar las variaciones del lenguaje en el internet ha priorizado el análisis de los rasgos diferenciales de la norma escrita en diversas plataformas virtuales, como es el caso de conversaciones de WhatsApp (Gómez del Castillo 2017), Twitter (Sánchez 2013; Ruiz 2015) y Facebook (Valderrama 2013; Medina 2016), en tanto que los estudios de Covadonga (2006) sobre la comunicación electrónica, el de Rocha (2004) y su estudio sobre el lenguaje de los jóvenes en el chat complementan esta línea de investigación. No obstante, la preocupación también se centra en los mecanismos de escritura que se utilizan en las redes sociales. Como muestra de ello se pueden citar los trabajos de Briz (2014), Fuenmayor y Villasmil (2010), Sandoval (2016) y Vanegas (2014). Otro grupo de estudios ha fijado sus objetivos en analizar uno de los puntos que mayor polémica genera entre especialistas y usuarios de la lengua: los rasgos ortográficos y los procesos de abreviación de los mensajes producidos en las redes sociales como formas de originalidad y rebeldía. En el presente estudio se analizan los recursos léxicosemánticos presentes en los textos que figuran en la página de Facebook denominada “Confesiones” de seis universidades peruanas: tres arequipeñas y tres filiales de universidades limeñas en Arequipa, entendiendo estos medios como espacios en los que la creatividad y la exposición pública del sujeto son aspectos esenciales. 2. La comunicación en las redes: el ciberlenguaje Para referirse de lenguaje de internet se ha venido utilizando el término “ciberlenguaje”, el cual se entiende como el código que comparten los usuarios de las redes sociales, especialmente los jóvenes, con el fin de identificarse como parte de un grupo. Entre las características más resaltantes de este código destacan la sencillez, claridad, precisión de los mensajes e inmediatez. Estos rasgos se ponen de manifiesto cuando escribimos en Facebook o en Twitter, redactamos un mensaje de texto o enviamos un mensaje vía WhatsApp (‘wasap’). Los estudios existentes sobre el ciberlenguaje advierten un punto en común entre todas sus modalidades, y es el de presentar los discursos como un intento


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de acercamiento de la oralidad a la escritura (Bertancourt 2010; Gianmmatteo y Albano 2009; Yus 2001; Gómez 2001). Este hecho difiere de la forma tradicional de abordar la enseñanza y aprendizaje de la lengua que centra su atención en diferenciar entre lengua escrita y lengua oral. Esta diferencia parece haber desaparecido en el uso de este tipo de lenguaje en el que, si bien aún se conserva la forma escrita, toma un gran número de elementos de la forma oral. Otro rasgo particular de este tipo de lenguaje es su aproximación a la jerga, ya que difiere del estándar reconocido por la norma, que constituye lo que se podría llamar “jerga juvenil” (más del 80% de los usuarios de Facebook se encuentran en un rango de edad de entre 16 a 34 años), puesta al servicio de la autoafirmación de la identidad del grupo, ya que representa una ideología del sentir juvenil, lo que ha llevado a algunos autores a considerarla como una corriente contracultural (Contreras y De la Barra 1996). Existen rasgos que permiten diferenciar la comunicación que se da en medios virtuales, entre los que figuran: a) su grado de respuesta, que es casi inmediata, aunque con ciertas diferencias frente a otros sistemas como el chat o WhatsApp, cuyos textos presentan un ritmo más bien lento, a diferencia de la oralidad; b) no tiene apoyo gestual o prosódico, sin embargo, estas carencias se resuelven con la inclusión de emoticonos; c) no permite percibir las reacciones de los interlocutores, aunque los emoticones ayudan a resolver esta limitante; d) el texto puede sufrir variaciones en su estructura e incluso borrarse; e) su grado de descontextualización es alto; f) posee un grado de espontaneidad relativamente alto; g) la complejidad estructural es relativa; h) es susceptible de ser corregido; e i) brinda la posibilidad de enriquecerse con otros recursos (imágenes, fotos, emoticonos, gifs, etc.). En lo que respecta al nivel léxico-semántico, este se ocupa de estudiar los neologismos, el cambio semántico, las siglas, el lenguaje especializado, las jergas, el lenguaje coloquial, los extranjerismos, las frases hechas, los refranes, las figuras retóricas,


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etc. El lenguaje usado en la página de Facebook “Confesiones” se caracteriza por el grado de coloquialismo que presenta, pues involucra rasgos que pueden entenderse como transgresiones al uso del idioma, además de que en ella predomina el nivel oral. Es común que en este tipo de mensajes predominen algunos usos, por ejemplos, el recurrir a palabras del inglés en frase exclamativa: “Que sad” (‘Qué triste’, ‘Qué pena’); abreviaciones: “XDXDXD” (risas); empleo de palabra eufemística (“espadita” por ‘pene’): “El problema que ambos tenemos espaditas”; voces coloquiales y vulgares: “chupar”, “joder”; frases con claras alusiones a la actividad sexual: “me la empujo y sin vaselina”; denominaciones abreviadas: “pasen el face” (por ‘Facebook’); usos eufemísticos: “Me llega al Pinocho” (por pincho ‘pene’). 3. Metodología La presente investigación aporta un estudio descriptivo que pretende la identificación de los rasgos léxico-semánticos del lenguaje utilizado en las redes sociales. Para ello, se utiliza como método el análisis documental de contenidos. La población estuvo compuesta por 70 textos extraídos del muro de la página de Facebook “Confesiones” de 6 universidades: 3 arequipeñas y 3 limeñas que tienen filial en esta ciudad. Para la conformación de la muestra se siguió el método no probabilístico intencional. Con respecto a los instrumentos, se utilizó una ficha de registro de rasgos léxico-semánticos creada a partir de la propuesta de Giammatteo y Albano (2009). Previo al análisis del corpus, se comprobó, como condición para recolección de los textos, que las páginas en cuestión sean las “oficiales”, lo que se logró verificando el número de usuarios y las fechas de publicación de los mensajes. Si bien estas páginas surgen como espacios propios dirigidos no solo a estudiantes universitarios sino al público en general ya que no hay filtros que evalúen la calidad de los mensajes ni su contenido, como tampoco a quienes pueden o no participar de los comentarios. Las propias universidades no reconocen estas páginas como oficiales e incluso algunas de ellas prohíben su creación y sancionan a


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los usuarios en caso se logre reconocer quiénes son. Durante el proceso de selección de la muestra se pudo comprobar la tendencia a resumir los mensajes en memes e imágenes, dejando de lado los textos extensos, esto quizá como una manera de ser más expresivos. 4. Análisis Las hablas de los jóvenes, en este caso de los universitarios, se caracterizan por alejarse de la norma estándar como una forma de alejarse de la forma de hablar etiquetada como “correcta”, que los jóvenes ven asociada a la imagen de la generación mayor. Esta actitud es reforzada por el uso de otros recursos como son los emoticonos, memes, imágenes, etc. (ver Cuadros adjuntos). La idea de que los jóvenes configuren, a pequeña escala, una contrasociedad o antisociedad (Rodríguez 2002) les será importante en la configuración de un sistema de comunicación propio que traslade sus valores, sentimientos y frustraciones (ver Cuadro 1), además de servirles como una forma de identidad. Para lograr este propósito crean nuevas palabras, deforman otras o les asignan acepciones nuevas a las ya existentes. O bien toman palabras extranjeras o del habla marginal de una marcada connotación peyorativa. Estos cambios del vocabulario son denominados por Halliday (1978) “sobrelexicalización”. 4.1. Expresiones en los que se pueden ver reflejados sentimientos o valores de los participantes Las redes sociales se han convertido en un espacio idóneo para intercambiar información, conocimientos y sentimientos de una forma rápida y, hasta cierto punto, superficial. Expresar lo que estamos pensando o sintiendo posibilita una apertura inusitada en el receptor quien, desde un lugar diferente, construye una imagen de “nosotros” en función de “nuestras” palabras. Confesarse es el acto de declarar o reconocer un error, falta o delito, por lo general frente a alguien que ejerce el poder de perdonar. Y aunque este término está relacionado con la religión o la justicia, podemos extrapolar este acto a nuestra vida diaria.


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En estos últimos años, la tendencia a utilizar las redes sociales, en particular el Facebook, para expresar nuestros sentimientos frente a los demás va en aumento, tendencia que no solo deja aliviado a quien hace la confesión, sino que divierte y hace cómplice a quien la lee. En el siguiente cuadro podemos observar las frases habituales conque los usuarios inician su discurso en estas páginas. Nótese el carácter coloquial de las mimas y el énfasis en mantener el anonimato.

Hola tío confeti, confieso que Tío confe anónimo Estoy apunto de confesar Anonimo por favor jajaja

4.2. Uso coloquial del lenguaje Uno de los sectores con mayor capacidad de creación léxica es el juvenil, al punto de que sus usos —excluyentes de los convencionales— se convierten en una manifestación de su identidad. En lo que se refiere a los rasgos léxico-semánticos, es importante destacar el uso coloquial del lenguaje (ver Cuadro 2) por parte de los usuarios de estas páginas (en este caso de Facebook), así como también la tendencia a recurrir a términos relacionados con la actividad sexual (ver Cuadro 3) con la finalidad de enfatizar una posición de reclamo o dominio frente al otro. La página denominada “Confesiones” tiene por finalidad dar la oportunidad a los usuarios de expresar sus sentimientos con total libertad, lo cual la convierte en un medio que promueve la creatividad. El rasgo oral, propio de este tipo de medios, es un factor resaltante, ya que el poder combinar o incorporar este rasgo ofrece la oportunidad de trasladar el discurso inmediato


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oral a un medio escrito (ver Cuadro 4). No hay restricciones ni sanciones sobre el uso o no de la norma; su transgresiĂłn no evidencia limitaciones comunicativas sino todo lo contrario: la omisiĂłn de la norma permite dar forma a tĂŠrminos usados Ăşnicamente en el discurso oral, circunstancia que hasta cierto punto enriquece la forma de comunicarse de los jĂłvenes.

Texto Confieso que a mi amigo se le arruga por mandar este mensaje ... ambos estudiamos admi en la misma clase pero anda bn hvn por una flaca de ingenieria Industrial que esta en la ultima clase subiendo las gradas del baĂąo frente a odonto... no sabemos como se llama la flaca pero pedimos que

Rasgos lĂŠxico-semĂĄnticos Palabra tabĂş vulgar, con abreviaciĂłn: “anda bn hvnâ€? (por ‘bien huevĂłn’)

Tio confe anĂłnimo, soy cachimbo Palabra tabĂş de la UTP :›v no se burlen, queria “me llega al Pinocho queâ€? (por saber si la UTP de arequipa esta pincho ‘pene’) licenciada y si en el carnet daran como dice esa ley universitaria , para mi la UTP es muy buena desde 2do de sec ya querĂ­a ir por favor nada de bromas o insultos sean sergios :›v es mi gran duda ya que me llega al Pinocho que mi primo diga que no esta licenciada. confieso que mi conpaĂąero de industrial V quiere atrazar o darle serrucho serrucho a su amigo con su flaca de derecho .... ya pw compaĂąero respeta ya creo q hasta conviven đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚

Palabras coloquiales “quiere atrazar o darle serrucho� Palabra de lenguaje juvenil “flaca� (por ‘enamorada’)


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Hola tĂ­o confeti, confieso que en Palabra coloquial, con primera TELE hay puro Kchudo , na mas sĂ­laba de solo una consonante, wa decir jajaja anĂłnimo tĂ­o seguida de otra “Kchudoâ€? (por ‘hombre con pareja infiel’) SimplificaciĂłn de verbo con preposiciĂłn: “wa decirâ€? (< bua decir < voy a decir) Confieso que el pabellon F es el OmisiĂłn de palabra tabĂş: mas cochino de todos... Hasta hasta con*** con*** andan botando, jaja y los TĂŠrmino omitido “condonesâ€? profes se rien nomas jajaja

4.3. TĂŠrminos relacionados con la actividad sexual El sexo es y serĂĄ siempre tema de interĂŠs del ser humano. La creatividad del hombre ha permitido que invente una serie de tĂŠrminos y expresiones para transmitir sus sensaciones, miedos, complejo, fobias, etc. El lĂŠxico sexual estĂĄ asociado a referentes especĂ­ficos como son los Ăłrganos sexuales, el coito, el masoquismo, los cuales despiertan la imaginaciĂłn ya que establece semejanzas con otros referentes. En el siguiente cuadro se pueden observar algunos casos en el que no solo se usan expresiones sexuales explicitas sino tambiĂŠn eufemĂ­sticas: Texto Confieso ante todos compaĂąeros del alas :v me gusta un compaĂąero psicologĂ­a đ&#x;˜­ đ&#x;˜­ đ&#x;˜­

Rasgos lĂŠxico-semĂĄnticos

los Empleo de palabra eufemĂ­stica que (espadita por ‘pene’) de đ&#x;˜­ El problema que ambos tenemos espaditas: “ambos somos varonesâ€? El problema que ambos tenemos espaditas. Es taaaaaaan inteligente .... es uno de rulos đ&#x;™ˆđ&#x;™ˆ


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Estoy apunto de confesar que en AlusiĂłn a actividad sexual el examen de civil de segundo “me la empujo y sin vaselinaâ€? aĂąo mi profesor me la empujo y sin vaselina en el examen. AnĂłnimo pesh Saludos a los de ing civil :v cachimbos... les va a doler đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚ đ&#x;˜‚

4.4. Rasgos de oralidad en los textos Los estudios tradicionales comparan la lengua oral informal con la lengua escrita formal, encontrando una serie de diferencias que no hacen sino enfatizar esta dicotomĂ­a. Estudios posteriores han redefinido lo oral y lo escrito en discurso planificado y no planificado. La llegada de las nuevas tecnologĂ­as ha obligado a reconsiderar estas definiciones. Ideas como “ahora hablamos mĂĄs que escribimosâ€?, cuando de hecho podemos notar que hay mĂĄs gente escribiendo y leyendo mediante ordenadores o equipos portĂĄtiles. Esta aparente contrariedad tiene su punto de inflexiĂłn en el hecho de que la gente habla a travĂŠs del medio escrito. En el siguiente cuadro se pueden observar algunos casos de rasgos orales en el lenguaje escrito, muy comĂşn en estos medios: Anonimo por favor jajaja alguien conoce a un chico suuuper alto, delgado, todos lo deben haber visto es bieeen alto, muero por saber su nombre!!!! Siempre lo veo en la canchita pequeĂąa, con camiseta celeste y short blanco, como se llamaaaaaaa ??

Énfasis encomiativo, con refuerzo de ortografĂ­a “suuuper altoâ€?, “bieeen altoâ€? Empleo de anglicismo: “short blancoâ€?


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5. Conclusiones En el presente estudio se ha podido observar el uso de palabras del inglés en frases exclamativas, empleo de palabras eufemísticas y voces coloquiales y vulgares, rasgos que indican que estamos frente a un uso coloquial antes que a uno estándar del lenguaje. Los resultados evidencian que el lenguaje usado en la página de Facebook “Confesiones” se caracteriza por el grado de coloquialismo que presenta, pues involucra rasgos que pueden entenderse como transgresiones al uso del idioma, además de que en dicha página predomina el nivel oral. Pese a estas transgresiones, es evidente que la comunicación no se ve afectada, existe entendimiento por ambas partes ya que la intención comunicativa queda intacta. Finalmente, un aspecto igual de importante de resaltar es el carácter relativamente efímero de las expresiones utilizadas en estos medios. Lo normal es que su inclusión en el lenguaje varíe con el tiempo, como es el caso de las jergas. La elección de uno u otro término obedece a los cambios culturales y al propio estado de ánimo del usuario, característica que también se ve reflejada en el campo conceptual en el que se inscriben los mensajes: amor, sexo, trato social… Referencias bibliográficas Bermúdez, F., Cabrera, S., y Carranza, K. (2016). La influencia de las redes sociales en los cambios de registro ortográfico de los estudiantes de 3° grado de nivel secundario de I.E.E. n° 81003 “Cesar A. Vallejo Mendoza” de la Urb. Palermo, Trujillo (Tesis de Licenciatura). Universidad de Trujillo. Recuperado de http://dspace.unitru. edu.pe/bitstream/handle/UNITRU/5297/BERMUDEZ%20 JARA-CABRERA%20VERGARACARRANZA%20GAMBOA. pdf?sequence=1&isAllowed=y Betancourt, A. (2010). El ciberlenguaje como variedad lingüística. Revista, Educación, Comunicación, Tecnología, 4(8), 1-19. Recuperada de https://revistas.upb.edu.co/index.php/revista_Q/article/ viewFile/7807/7126. Briz, A. (2014). Hablar electrónicamente por escrito. Chimera: Romance Corpora and Linguistic Studies 1, 77-89. Recuperado de: https:// revistas.uam.es/index.php/chimera/article/view/255/243


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QUE TE COMA EL TIGRE Y LA CASA DE ALBACELESTE: ANÁLISIS DEL LÉXICO PERUANO EN LA PRIMERA NARRATIVA DE AUGUSTO HIGA Javier Alejandro Arnao Pastor Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas

Resumen El presente artículo aborda el estudio léxico de Que te coma el tigre (1977) y La casa de Albaceleste (1987), los dos primeros cuentarios del narrador peruano Augusto Higa Oshiro (Lima, 1946). Esta etapa corresponde a aquella de corte urbano realista. En ella, su escritura está enmarcada dentro de los postulados del grupo Narración, cuyas inquietudes giran en torno a la construcción de personajes, en su mayoría jóvenes de ambientes urbanopopulares y migrantes en pugna por abrirse paso en el mundo criollo de la capital. En ese sentido, el empleo de palabras de origen coloquial y popular es una herramienta para reproducir estas experiencias y ambientes con el fin de transmitir la sensación de lo instantáneo y lo conversacional. Este trabajo consistirá en hacer un recuento de las voces del castellano peruano de origen coloquial, popular y vulgar presentes en ambos libros, en muchos casos juveniles; clasificarlas por categorías (nombres, adjetivos y verbos); y postular modificaciones a las entradas (ya sea en las definiciones, en las marcas o en el número de acepciones) consignadas en el DRAE y el DiPerú en caso de ser necesario para así determinar su vigencia u obsolescencia en nuestra variedad. Finalmente, se analizará los mecanismos lingüísticos y cognitivos que intervienen en la formación de estas palabras pertenecientes a nuestro castellano.


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Palabras clave: Augusto Higa, literatura, léxico, coloquialismos, formación de palabras. 1. Introducción La obra inicial de Higa se enmarca dentro del llamado realismo urbano. Muy joven muestra destreza para narrar. En el año 77, publica algunos de sus cuentos, escritos entre las décadas del 60 y 70. Gregorio Martínez apunta con entusiasmo este juicio en la contratapa de la primera edición del libro: Con una prosa singular, discursiva y plástica, nutrida de la creatividad verbal de los sectores populares de la ciudad, Augusto Higa nos presenta con vital autenticidad el mundo de la patota, de los colegiales, y el ritual de los adolescentes que matan el tiempo en las esquinas del barrio. QUE TE COMA EL TIGRE contiene seis relatos que inciden, con particular conocimiento, en el mundo generalmente desolado del joven que habita la quinta, el callejón, el edificio tugurizado, y que estudia indefectiblemente en ese conglomerado monstruoso que se llama gran unidad escolar.

Esa utilización del registro oral unido a cierta pericia técnica para contar una historia es lo que convierte a Higa en materia de interés dentro de una zona en la que se une lo lingüístico y lo literario. En ese sentido, se orienta a desentrañar el valor de la obra de Higa no solo como un artefacto estético y narrativo, sino como una fuente de estudio del castellano peruano, en especial sus variedades coloquial, popular y vulgar. Partiendo de ese objetivo, el trabajo se ha organizado de la siguiente manera. En primer lugar, se realiza un breve recuento del desarrollo de la narrativa peruana con el fin de ubicar a Higa dentro de la tradición narrativa peruana, y entender el desarrollo de su poética y la relación intrínseca entre el lenguaje popular y su universo urbano. En segunda instancia, pasamos a explicar la metodología con la cual se analiza el acervo léxico que impregna las páginas de sus dos primeros libros de cuentos motivo de este estudio (Que te coma el tigre y La casa de Albaceleste). Luego, se aplicará el análisis lexicográfico de algunas voces seleccionadas de ambos cuentarios. Por último, se explicarán algunos mecanismos, tanto lingüísticos como cognitivos que subyacen a su creación.


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2. Que te coma el tigre y La casa de Albaceleste: el lugar del primer Higa en la narrativa peruana A inicios del S. XX, el escritor latinoamericano, enmarcado desde sus inicios en una tradición predominante realista, se veía en la constante disyuntiva de elegir, dentro de un abanico de alternativas y herramientas expresivas, si otorgaba más peso a la lengua escrita o a la oral, una opción que le permitiera captar la realidad. Sin duda, esa brecha entre ambos registros se fue cerrando. Tomando como base los descubrimientos en la psicología (Freud y el inconsciente, Bergson y la concepción del tiempo), los maestros de las vanguardias ensayaron renovaciones técnicas y estructurales (Joyce y el monólogo interior, los múltiples puntos de vista, saltos temporales, la variedad de registros lingüísticos y juegos verbales; Proust y ejercicio de la memoria involuntaria; Kafka y el tratamiento de la condición humana como un asunto pesadillesco, absurdo y grotesco, y más adelante William Faulkner, cuya influencia en la aparición del Boom latinoamericano es capital), con la cual dieron solución a ese absurdo divorcio, abriendo una vía para dotar a nuestros escritores de herramientas expresivas que rompieran los moldes decimonónicos imperantes hasta entonces, e hicieran posible narrar mejor lo que sucedía con el sujeto latinoamericano y su entorno. Este proceso renovador en la narrativa peruana inicia cierto proceso de madurez en los años 20 y 30, continúa con la llamada generación del 50 y se consolida en los 60 con la aparición del Boom latinoamericano, con el peruano Vargas Llosa como uno de los cuatro exponentes. En nuestra narrativa urbana, ha cobrado siempre un especial protagonismo la figura del adolescente. En esa línea, dos son los relatos fundacionales aparecidos a fines de los años 20 del siglo pasado, La casa de cartón (1928), de Martín Adán, y El Gaviota (1929), de José Diez-Canseco, los que van a marcar, a su vez, las dos tendencias narrativas que se van a desarrollar en adelante (Eslava 2008). El relato de Adán es de tono más introspectivo, su lenguaje es más lírico, y el protagonista y los ambientes en que se mueve son los de la clase alta. En


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cambio, la historia de Diez-Canseco tiene como protagonista a El Gaviota, un chiquillo pendenciero que vende periódicos y toca en prostíbulos para ganarse la vida; por ello, su lenguaje y los ambientes en que deambula reflejan una naturaleza más popular. En adelante, como afirma Eslava, la narrativa peruana se alineará, acaso sin conciencia de ellos, a uno u otro modelo. Por ejemplo, con sus matices y sin caer en categorizaciones rígidas y maniqueas, Bryce podría adscribirse a la línea de Adán y Congrains, a la de Diez-Canseco. Es en esa narrativa de factura popular, deudora de DiezCanseco, que se ubica la obra de Higa, quizá con mayor nitidez aquella que constituye su primera etapa. Según Terán (2015), hay por lo menos tres fases en el desarrollo de la obra de Higa. Entre mediados de los 60 y finales de los 70, su narrativa está marcada por los postulados del grupo Narración1 , cuya línea de escritura estaba vertebrada por los postulados del marxismo y el maoísmo, por lo que sus miembros buscaban una literatura de base popular que reflejara en su temática, en sus personajes y en el lenguaje las tribulaciones del sujeto popular urbano; incluso, se encargarán de abordar géneros de no ficción considerados marginales y difusos como la crónica y el testimonio. A esta etapa en la narrativa de Higa, pertenecen libros como Que te coma el tigre (1977), La casa de Albaceleste (1986) y Al final de El Porvenir (1992)2 que se analizarán aquí.

Entre sus miembros más destacados figuran Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Antonio Gálvez Ronceros, Gregorio Martínez, Roberto Reyes Tarazona, escritores fundamentales para la formación del canon narrativo peruano. 2 De las otras dos etapas no nos encargaremos en este artículo, pero cabe señalarlas para tener una idea integral del derrotero del autor. Como bien apunta Terán (2015), la segunda está marcada por un dilema identitario, el conflicto interior del nissei que se debate entre sus raíces japonesas y su pertenencia al mundo urbano-criollo. Los libros que reflejan este periodo son Japón no da dos oportunidades (1996), de corte testimonial, las novela cortas La iluminación de Katzuo 1


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En esta etapa, cobran protagonismo los ambientes urbanopopulares, donde los personajes centrales son adolescentes de origen criollo, habitantes de los entonces llamados tugurios o barriadas, y la narración de sus conflictos, extravíos, vagabundeos y picardías callejeras, todo esto ambientado en la segunda mitad del siglo XX. Así, también, se retratan los conflictos de los migrantes andinos, y sus constantes y violentos choques con los ciudadanos criollos, lo que dificulta su inserción en la dinámica de la capital de entonces (aún más feroz y discriminadora que la actual), donde deberá aprender una serie de prácticas y estrategias de adaptación para asimilarse a la lógica criolla popular y sobrevivir en la urbe. A pesar de la evidente conexión de ambos libros, Higa emplea dos tonos distintos en cada conjunto de historias. En Que te coma el tigre (1977), libro conformado por seis cuentos «El equipito de Mogollón», «La toma del colegio»3, «Parados mirando gaviotas», «Lolita guau guau», «El edificio» y «Que te coma el tigre», se observa un manejo del lenguaje, con predominio de un carácter juvenil, popular, festivo e incluso vulgar, que trata de reproducir la creatividad y vitalidad lingüísticas del muchacho del mundo

Nakamatsu (2008) y Gaijin (2014), y el libro de cuentos Okinawa existe (2013). En la tercera etapa, quizá al haber resuelto algunos dilemas existenciales, Higa vuelve a desplazar sus intereses hacia los conflictos externos, concretamente el tema de la violencia política sufrida en el Perú durante los años 80, a través de su novela Saber matar, saber morir (2014).Como bien señala Terán, esta clasificación, como toda conceptualización, no pretende construir etapas cerradas, pues como se ve hay tópicos como lo popular y la marginalidad que impregnan toda la obra de Higa. 3 González Vigil consigna, en la introducción a Todos los cuentos (2014), que, entre los logros que alcanza un joven Higa con este relato, se encuentran el primer lugar en el concurso nacional César Vallejo en el 68 y, sobre todo, el primer premio en el concurso internacional organizado por la revista Imagen de Venezuela, que conquista en el 69.


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popular limeño en constante pugna con los valores adultos y su propio sistema de valores, mediante el cual busca afirmar una marcada identidad que los distinga. En ese sentido, el lenguaje es un instrumento al servicio del universo narrado. Como afirmó, en su momento, el crítico literario Antonio Cornejo Polar en una reseña al libro: En lo que toca al primer libro de Higa, la doble operación selectiva, a favor de lo popular y lo juvenil, tiene una visible orientación y tendencia: no solo prefiere esos niveles de realidad, sino que adopta una perspectiva homóloga e intenta una compenetración de la praxis literaria con los intereses propios del universo escogido (Cornejo, 1978: 42)

Por su parte, los relatos de La casa de Albaceleste («Corazón sencillo», «Sueños de oro», «La casa de Albaceleste», «La boba», «Garrotillo», «Clase media» y «Artista del hambre»), como reconoce González Vigil (2014) en la introducción a sus cuentos completos, son temática, mas no estilísticamente cercanos a los de su primer cuentario. Lo que articula esta serie de cuentos es, más bien, una atmósfera y un tipo de sujeto, personajes de extracción popular inmersos (ya sea seducidos o arrastrados por él) en un mundo criollo hostil. Como afirma el propio Higa, en la contratapa de la primera edición del libro, hay un «estilo criollo de amar y sentir la vida», lo que comparte también con un halo fatalista, en parte, propio del mundo andino: «Ambas perspectivas se han unido en la orilla única de la ausencia del dinero, la frustración, la violencia del sexo, las anomalías de las relaciones y el desenfado imaginativo». En este segundo libro, el lenguaje popular está presente, pero ya no posee esa carga tan festiva y lúdica propia de los jóvenes4.

La gestación de un libro es un hecho que pocas veces sale a luz, pero, para un lector voyerista, muchas veces la historia secreta es tan o más interesante que el propio producto, pues permite conocer los caminos intrincados, misteriosos y en absoluto lineales del proceso creativo de un autor. El mismo Higa (2014) nos cuenta la génesis de su segunda colección de relatos: “Ocho o nueve años

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3. Metodología Las palabras que se van a analizar han sido extraídas de sus dos primeros cuentarios, libros pertenecientes a su primera etapa como narrador. Para ello, se seleccionaron, libro por libro, aquellas palabras y frases propias de la variedad castellana hablada en el Perú anotando a la derecha de cada una la página o páginas del libro en los que aparecen los ejemplos de uso. Para ello, las fuentes principales de consulta han sido el DRAE y DiPerú. Una vez confirmada su naturaleza dialectal, se pasó a elaborar, bajo las iniciales de cada título, QCT (Que te coma el tigre) y LCA (La casa de Albaceleste), un listado de entradas lexicográficas en orden alfabético en formas simples de las complejas, clasificadas al interior de estas de acuerdo con la categoría gramatical que poseen. Posteriormente, se procedió a registrar los ejemplos de uso en el orden estipulado. Después de ello, se comenzó a cotejar si dichas palabras estaban presentes en ambos diccionarios y a mostrar cómo los trabajaba cada uno: cómo mostraba el lema, qué marcas gramaticales o sociolingüísticas estaban presentes

después de la publicación de Que te coma el tigre, mientras escribía mi novela Al final del Porvenir, derivé en el cuento, no sé por qué oscuras razones. Era el segundo gobierno de Belaúnde y el inicio de la tormentosa década de 1980. Apagones, toques de queda, inflación galopante, la desatada guerra terrorista y la senderización del país. Recuerdo la quiebra de empresas, las noches espantosas de los coches bomba y la desarticulación del territorio nacional, como si viviéramos en la anomia. De manera que, como tenía avanzada la novela, entre un capítulo y otro, para tomarme un respiro, empecé a escribir cuentos breves, con la única finalidad de la diversión. Ese fue el núcleo de La casa de Albaceleste. Y si la memoria no me falla, entre 1982 y 1984, ya tenía el libro completo, cuando alcanzaba los treinta y ocho años de edad. El primero de los cuentos, «Garrotillo», se remonta a 1979, y es sobre un joven de barrio popular y su sueño de un exuberante miembro sexual. Cuando se lo mostré a Gregorio Martínez, me aconsejó que siguiera escribiendo relatos impúdicos y de la misma lubricidad sexual. Le hice caso.» (p. 19)


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o ausentes, así como algunas enmiendas a las definiciones o propuestas de definición en caso de que ninguno de los dos diccionarios recogiera la voz. Si alguna no figuraba, se consignaba eso debajo del rótulo DRAE o DiPerú. Cuando hubo alguna observación al artículo lexicográfico, se colocó inmediatamente después de la información consignada en los diccionarios a modo de comentario crítico. Por último, se repasó el listado completo ubicado en los anexos para encontrar constantes en los procesos de formación léxica y creación cognitiva, de tal manera que se hallaran constantes y cierta sistematicidad, y no fenómenos aislados. 4. Análisis lexicográfico y morfosemántico 4.1. Léxico peruano en Que te coma el tigre y La casa de Albaceleste 4.1.1. Formas simples QCT NOMBRES amarillo, lla Los otros no hacen caso y siguen caminando. “Se me están haciendo los amarillos”, nuevamente agrega. “No es eso, hermano, dice uno. “Falta plata”, acota el otro. (p. 75) DRAE 10. adj. Perú. esquirol (| que no se adhiere a una huelga). U. t. c. s. DiPerú adj. Que no se adhiere a una causa laboral común de sus compañeros de trabajo en las huelgas. 2. Que se apoya en la política laboral de los patronos. Observación Frente a la definición que utiliza el DRAE, creemos que asume un mal camino al enviar a esquirol, pues no es la forma más utilizada en la mayor parte del territorio hispanohablante. Debería considerarse hacer una revisión como se hizo con el


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caso de papa, cuya entrada remitía a patata, y fueya corregido. La definición analítica por la que opta DiPerú nos parece la más acertada, pues es más explicativa y autónoma, y sobre todo apela a una economía de procesos. baboso, sa Tenía un estilo. Salías de paseo y tenías una cara de vacío, la frente perdida, como descontroladas la manos. Baboso. Si faltaba poco para chuparte los dedos. (p. 11) DRAE […] 2. adj. Bobo, tonto, simple. […] DiPerú m. y f./adj. «coloq.». Persona tonta, de poco entendimiento o razón. Observación Creemos que la definición por sinonimia debe ser evitada en la práctica lexicográfica, pues motiva el riesgo a caer en la circularidad, creemos que la definición aditiva empleada por DiPerú es más lograda, por lo que las sucesivas ediciones podrían incorporar esta aporte. Asimismo, la marca de uso coloquial debe ser incorporada, aunque previa discusión acerca de su nivel de uso es realmente coloquial o, más bien, popular. bocadito Qué se han creído atrevidos. Esta es la fiesta de San Carlos. Entonces venían los bocaditos, la comida y no faltaba la cerveza que te cantaba: sube, sube la espumita. (p. 106) DRAE 2. m. Arg., Bol., Cuba, Ec., Hond., Méx., Nic., Pan., Par., Perú y R. Dom. pincho (| porción de comida). DiPerú bocadito. m. Porción pequeña de comida, de sabor dulce o salado, que se consume de una vez. 2. V. snack (ac. 1).


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Observación Para definir la entrada, el DRAE emplea el recurso de la remisión, nuevamente a una entrada cuyo uso no es el más extendido, pincho:pincho, cha. […] 4. m. Porción de comida tomada como aperitivo, que a veces se atraviesa con un palillo. […].Más allá del recurso, el problema es que, en nuestro país dicha definición no es exacta, pues, para nosotros, posee otro sentido, que es aquel que DiPerú se encarga de plasmar de manera más exacta, haciendo el envío a la primera acepción de snack. «urb». Aperitivo o comida para picar, generalmente salada. brigadier Allí nos contaron: habías liberado al director y al profesor Flores por las puertas traseras, sin permiso de nadie y sin consultarlo, Sobero, sin asamblea previa, compadre. ¿Riquelme?: ni siquiera lo sabía. ¿Jairo?, se agarraba la cabeza. Decía que sí, que no, se hacía el sonso. Los brigadieres de aula, nones, Sobero. Solamente tú y tu grupito lo sabían […] (p. 40) DRAE m. Oficial general cuya categoría era inmediatamente superior a la de coronel en el Ejército y a la de contraalmirante en la Marina. Hoy ha sido reemplazada estacategoría por la de general de brigada en el Ejército y la de contraalmirante en la Marina. 2. m. Militar que entre los antiguos guardias de corps desempeñaba en su compañíalas funciones del sargento mayor de brigada del Ejército. 3. m. En las antiguas compañías de guardiamarinas, hombre que ejercía lasfunciones de cabo, y actualmente, el aspirante naval o guardiamarina que en laescuela cuida del orden de su sección, y en los buques, del de la camareta. 4. m. Méx. Oficial del Ejército, de categoría inmediatamente superior a la de coronel e inmediatamente inferior a la de general de brigada. general brigadier DiPerú No se consigna en esta primera edición impresa.


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Observación En nuestro país, dada la honda tradición cívico-militar, algunos términos propios de las FF. AA. Y FF. PP. se han filtrado al ambiente escolar. Tal es el caso de brigadier, policía escolar, formación, entre otros. Ya que no hallamos la voz en ninguno de los dos diccionarios, proponemos la nuestra: brigadier. com. Perú. Estudiante encargado de mantener el orden y la disciplina en las instituciones escolares y cuyo rango es el máximo de su clase. cantina -¡Qué botella? -exclamó haciéndose el sorprendido. -Aquí no hay botellas, esto no es una cantina. Borrachos a otra parte. (p. 73) DRAE 5. f. Arg., Bol., Chile, Col., C. Rica, Ec., Méx., Nic., Par., Perú, R. Dom. y Ur. taberna. DiPerú No se consigna en esta primera edición impresa. Observación El DRAE, si bien incluye la marca diatópica Perú, nuevamente recurre al envío a un vocablo de la norma hispánica: f. Establecimiento público, de carácter popular, donde se sirven y expendenbebidas y, a veces, se sirven comidas. Sin embargo, proponemos agregar a la definición que, al menos en el caso de Perú, generalmente se trata de bebidas alcohólicas. carpeta Parado en la puerta, encima de una carpeta, yo miraba el rostro congestionado del director, sus ojos abatidos el cuerpo doblado en una silla como si estuviera vencido […] (p. 22) DRAE f. Útil de escritorio de forma rectangular, generalmente de cartón o plástico, que, doblado por la mitad y a veces cerrado por cintas o gomas, sirve para guardar papeles. 2. f. Cartera grande, generalmente de piel, que sirve para escribir sobre ella y para guardar dentro papeles. |


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3. f. Factura o relación detallada de los valores o efectos públicos o comerciales quese presentan al cobro, al canje o a la amortización. | 4. f. Manta, cortina o paño que colgaba en las puertas de las tabernas. | 5. f. Cubierta de badana o de tela que se ponía sobre las mesas y arcas para aseo y limpieza. | 6. f. Inform. subdirectorio. 7. f. Arg., Col. y Ur. Tapete de adorno o protección que se coloca sobre algunosmuebles o bandejas. 8. f. Arg., Par. y Ur. Tapete verde, que cubre la mesa de juego. 9. f. coloq. Arg. y Ur. Habilidad o experiencia en el trato con los demás. 10. f. Cuba. Oficina de recepción de un hotel. DiPerú f. Mesa y silla del colegial. Observación Como podemos ver, en el caso del DRAE, ninguna acepción hacer referencia al mueble que conocemos como carpeta, siendo un peruanismo muy utilizado y estar registrado el repertorios léxicos como el de Martha Hildebrandt, entre otros estudiosos. Es fundamental que se incluya esta acepción, por lo cual no tendría más que acoger directamente la propuesta de DiPerú. chiquita “Antes una cervecita”, dice uno de ellos señalando un bar. “Una chiquita para calmar el cuerpo.” (p. 75) DRAE m. Vaso pequeño de vino. DiPerú f. «coloq.». V. resondro. 2. «coloq., euf.». Golpe o serie de golpes dados como correctivo o advertencia. Observación La acepción citada por el DRAE es la más cercana al sentido que le otorgamos en nuestra variedad a esta palabra. DiPerú, en esta


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primera edición al menos, no consigna ese uso etílico. Por ello, nos arriesgamos a proponer la siguiente definición: chiquita. f. «coloq.»Reunión amical de carácter breve, por lo general repentina, donde se bebe una ración moderada de alcohol. Sugeriríamos que se incorpore esta nueva acepción al DRAE. cojudez -A estos brutos hay que tratarlos mal para que no hagan cojudeces- dijo Riquelme señalando a los muchachos (p. 32) DRAE f. Bol., Chile, Hond., Méx., Par. y Perú. Cualidad de cojudo. DiPerú f. «pop.». Tontería, dicho o hecho tonto. 2. Cosa insignificante. 3. Cosa de mala calidad. 4. Situación o asunto problemático. cojudeza. f. «coloq.». V. cojudez (ac. 1). 2. V. cojudez (ac. 2). 3. V. cojudez (ac. 3). 4. V. cojudez (ac. 4). Observación En este peruanismo emblemático, DiPerú ha hecho quizá unos de los mayores aportes, pues no solo ha mapeado y ampliado el único sentido genérico que consignaba el DRAE, sino que, además, ha aportado la variante cojudeza, sin contar que ha sumado las marca sociolingüísticas respectivas («coloq.». y «pop.»). La única sugerencia que plantaría es agregar la marca «p. us.» a cojudeza. formación Todavía minutos antes habíamos estado en el patio principal esperando que llamaran a formación por los altoparlantes. (p. 20)


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DRAE f. Acción y efecto de formar o formarse. 2. f. forma (|configuración externa). El caballo es de buena formación.| 3. f. Perfil de entorchado con que los bordadores guarnecen las hojas de las flores dibujadas en la tela. | 4. f. Geol. Conjunto de rocas o masas minerales que presentan caracteres geológicos y paleontológicos semejantes. 5. f. Mil. Reunión ordenada de un cuerpo de tropas o de barcos de guerra. DiPerú No se consigna en esta primera edición impresa. Observación Ninguna acepción del DRAE coincide con el uso peruano. No obstante, la quinta es quizá la más próxima semánticamente. Al no haber una definición idónea, proponemos la siguiente: f. <Generalmente con fines cívicos o disciplinarios> Reunión ordenada de estudiantes distribuidos por grados. hembraje La muchachada aplaudía desde las graderías, y el hembraje gritaba y zumbaba hasta la rabia, inspirados como estábamos. (p. 11) DRAE m. Arg., Bol., Chile, Ec., Par., Perú y Ven. Conjunto de las hembras de un ganado. 2. m. rur. Arg., Par. y Ur. Conjunto o grupo de mujeres. DiPerú m. Conjunto o grupo de mujeres. Observación El DRAE recoge una acepción con la marca diatópica Perú, pero el sentido al que alude, no es un conjunto de reses sino que es usado como sustantivo colectivo para referirse a un grupo de muchachas. DiPerú consigna una buena definición, pero pensamos que podrían agregarse un par de elemento: un


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contorno que alude al factor etario y la marca de frecuencia de uso, pues hoy en día esta voz ya no es muy utilizada. Nuestra propuesta, entonces, es como sigue: m. «p. us.». Perú. <Por lo general, jóvenes> Conjunto o grupo de mujeres. pata Por diosito que yo no he sido, camaradas, no he sido, patitas. (p. 27) Allí estaba Armando, el turco, y Herrera del Quinto E, junto a Roberto Alomares y el patín Marcelo Farfán, una yunta buena con guitarras. (p 36). DRAE 5. m. y f. coloq. Bol., Cuba y Perú. amigo (| persona que tiene amistad). DiPerú com. «coloq.». Amigo íntimo. 2. m. «pop.». Individuo, persona cuyo nombre y condición se ignoran o no se quieren decir. 3.<Usado como vocativo para dirigirse negativamente a un desconocido> ¡Huevón! Observación DiPerú ha dado un paso adelante para enriquecer la descripción de los usos de este vocablo. Sin embargo, hay uso que ha quedado en desuso, que es también un uso apelativo, pero que, muy por el contrario de la tercera acepción, tenía un tono afectuosos, y que registramos en el ejemplo. Creemos que debe sumarse una acepción. La acepción quedaría del siguiente modo: 3.<Usado como vocativo para dirigirse a un amigo> ¡Hermano! Además de ellos, hay un uso, que también se ha registrado, y que tiene vigencia hasta la actualidad, el casi de patín. poto Detrás de ella se colocan. El más cercano pone la barbilla en sus hombros, insensiblemente. El otro se queja, “Yo la vi primero, poto mío.” (p. 76)


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DRAE poto2. m. Arg., Bol., Chile, Ec. y Perú. nalgas (|porciones carnosas y redondeadas). DiPerú poto2. m. Nalgas, porciones carnosas y redondeadas del final de la espalda, de las que parten los muslos. Observación La definición de DiPerú es más adecuada, no solo porque evita la remisión, sino porque además, al consignar nalgas en plural cuando la entrada se ubica en singular bloquea la remisión o, en todo caso, se estaría haciendo erróneamente. yunta La sabíamos de memoria. Diagonal a los punteros, y ahí agarrábamos el viaje, salía la viada, y échale a la carga. Entraban Julito y Jochón, yunta fenómeno, y la embocaban justo en los verticales. (p. 12) DRAE yunto, ta.adj. junto. Ir yuntos los surcos. 2. f. Par de bueyes, mulas u otros animales que sirven en la labor del campo o en losacarreos. 3. f. yugada (|tierra arada en un día). 4. f. coloq. Arg., Cuba y Ur. Pareja de personas, de aves o de otras cosas. 5. f. P. Rico y Ven. gemelo (|pasador para el puño de la camisa). 6. adv. De manera que los surcos estén juntos. Arar yunto. DiPerú yunta. com. «pop.». Grupo de amigos, especialmente cuando son dos. 2. V. pata (ac. 1) Observación El DRAE no incorpora esta acepción. No obstante, DiPerú subsana la ausencia y propone una definición más solvente que podría ser incorporada, pues incluye los dos usos que le damos en nuestra variedad, tanto el singular como el plural.


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Adjetivos ahuevado, da Dos, tres, cuatro vueltas a la cancha, maratón, carajo, les vamos a sacar las mugres como sea (sic), nos amenazaban a cada rato; nos tenían ahuevados, compadre, para que delatáramos. (p. 27). DRAE adj. C. Rica y Nic. Aburrido, fastidiado. DiPerú adj./m. y f. «vulg.». Tímido, que se siente cohibido de hablar o actuar ante otros. 2. Atontado, carente de iniciativa y gracia. Observación DiPerú propone una definición más exacta y detalla sus dos sentidos, por lo que podría este aporte debería ser incorporado. cachaciento, ta Tú lo mediste de frente, Sobero, con estilo, como se mira a una hembra, y le dijiste cachaciento: así que nos vamos del colegio, señor; así le dejamos a usted tranquilo, si quiere. (p. 28) DRAE cachaciento2, ta. adj. Perú. Que hace cachita. DiPerú m. y f./adj. «pop.». Persona que se burla para provocar la reacción de otros. Observación DiPerú apuesta nuevamente por una definición más autónoma, sin burocratizar procesos enviando al sustantivo de base. calato, ta Ahí nomás le pegábamos al cojo, le queríamos bajar los pantalones y pasearlo calato por la cuadra. (p. 102) DRAE adj. Bol. y Perú. Desnudo, en cueros.


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DiPerú adj. «coloq.». Desnudo, sin ropa en el cuerpo. 2. Que carece de lo necesario para vivir o ha sido despojado de lo que poseía. 3. Vacío de contenido o sin la presencia de lo habitual. 4. m. y f. Bebé, sobre todo el recién nacido. Observación DiPerú enriquece el espectro de sentidos de esta expresión. Con ellos, da cuenta también de un uso bajo la forma nominal, de un uso muy extendido en nuestro país, y que no puede quedar de lado. madre Recuerdo al cobrizo Hernández, macizo, compadrito y retacón, bigotito a lo húngaro, con su carrerita pendeja y una patada madre. Cómo le daba a la bola. (p. 11) DRAE Todas las acepciones refieren a sustantivos. DiPerú f. Mujer adulta con apariencia de señora madura. 2. Mit. OR. Espíritu dueño de los animales y plantas del bosque amazónico. Observación Según el contexto, en el ejemplo de uso, este peruanismo funciona como adjetivo. Sin embargo, ni DRAE ni DiPerú lo consignan. Como es un uso ya en desuso, o en proceso de serlo, quizá valdría la pena solo consignarlo en una próxima edición de DiPerú pendejo, ja Recuerdo al cobrizo Hernández, macizo, compadrito y retacón, bigotito a lo húngaro, con su carrerita pendeja y una patada madre (p. 11). Se pusieron raros, y toda la hinchada se comió al árbitro. Bárbaros. La que se armó después; un trompis más pendejo esa tarde. (p. 13)


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Frío, compadre, frío, todavía no la agarran. Y por todo el colegio, quién ha sido el pendejo: dígame, jovencito, dígamelo quién es el rosquete. (p. 26) Mire nomás, no quería hacernos caso la pituquita por más que uno le sonriera, por más que uno esperara hasta tarde, y la muy pendejita, ni mirarte hermano, fría, fría, como el hielo (p. 103). DRAE 4. adj. coloq. Perú. Astuto y taimado. U. t. c. s. DiPerú m. y f. «pop.». Persona que aprovecha maliciosamente en beneficio propio las circunstancias que le favorecen. Observación Creemos que, en esta definición, ni el DRAE ni captan el sentido prototípico de la palabra. Quizá el DRAE sí, pero la definición sinonímica oscurece el asunto. Por ello, proponemos la siguiente definición: adj. Que supera en tamaño, importancia, dotes, intensidad, etc., a lo común y regular. pituco, ca Por aquí he visto una hembra de quitarse el sombrero. Tiene una pinta pituca, hermano, y una rabadilla que se mueve así, así, como quien dice: fulí-fulá- fulí-fulá. (p. 102) DRAE adj. despect. coloq. Arg., Bol., Chile, Ec., Par. y Ur. presumido (|que se arregla mucho). U. t. c. s. 2. adj. coloq. Bol., Par. y Perú. Dicho de una persona: De clase alta. U. t. c. s. DiPerú m. y f./adj. «coloq., desp.». Persona de extracción social alta. 2. Persona que viste con elegancia y cuida mucho de su apariencia. 3. adj. <Dicho de un lugar o cosa> Elegante, distinguido.


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Observación La estructuración del lema en DiPerú es más abarcador semánticamente hablando. Además, incorpora las marcas de uso, que brindan información sociolingüística fundamental para su empleo, concretamente lo referente a su valor despectivo. Verbos ajochar Te decíamos desde las tribunas, cabréalo, anda llévatelo; y el hombre se te iba, se te ajochaba el cabrón, y te ponías a contar estrellas en el verde pasto. (p. 15) DRAE tr. Perú. Presionar, perseguir, asediar. DiPerú tr. Apremiar de manera insistente y a veces molesta. Observación La iteración de sinónimos en el caso de la definición del DRAE convierte a la definición de DiPerú en la idónea, pues cumple con consignar de manera clara el género próximo y la diferencia específica, por lo cual el principio de sustituibilidad se cumple sin problemas ni extravíos. basurear La joven deja caer los hombros incomodada y sigue caminando; los muchachos chiflan y vocean desalentando al pretencioso. “Te basurearon, primito”, exclama uno (p. 74). DRAE tr. coloq. Arg., Ec., Par., Perú y Ur. Insultar o tratar muy mal a alguien. DiPerú tr. «pop». Ofender a alguien con palabras o acciones que hieren su dignidad. Observación Ambos diccionarios tratan la palabra, aunque con registros sociolingüísticos distintos.


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paletear “Oigan, primos, dice uno, antes de paletear le miran bien la cara, no vaya a ser un zambo y la cagamos”. “En estos tiempos se confunden hombres y mujeres”, comenta el otro sonriendo. (p. 75) DRAE intr. Mar. Remar mal, metiendo y sacando la pala del remo en el agua sin adelantar nada. 2. intr. Mar. Dicho de las paletas de las ruedas: En los barcos que tenían estesistema, golpear el agua sin arrancar del sitio, debido a la poca fuerza del vapor o aalgún accidente del buque. 3. prnl. coloq. Chile. Hacer un favor significativo. DiPerú tr. «pop.». Manosear con fines lujuriosos o una persona, con o sin su consentimiento. 2. C. N., S. N. Moldear la arcilla con las manos, dándole golpes con una palmada. Observación Las acepciones que consigna DiPerú aún no ha sido recogidas por el DRAE, aunque sí figura el chilenismo. Sería de gran provecho incorporar por lo menos el primer uso, dado que su empleo es de gran extensión. Adverbios nomás Viene el callejón, como remolino se enredan las camisetas, y ahí nomás uno de Bangú lanzaba la pelota a la bruta y con provocación. (p. 13) DRAE adv. Arg., Bol., Chile, Col., C. Rica, Ec., Hond., Méx., Nic., Par., Perú y Ven. no más (|solamente). 2. adv. Arg., Chile, Col., Ec., El Salv., Hond., Méx., Par., Perú, Ur. y Ven. U. en oraciones exhortativas, generalmente pospuesto, para añadir énfasis a la expresión. Pase nomás. Atrévase nomás.


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3. adv. Arg., Col., El Salv., Méx., Nic. y Ur. Apenas, precisamente. DiPerú adv. Nada más, solamente eso. 2. Precisamente. Observación La tercera acepción, de uso también en nuestra país, no es consignado mediante la marca diatópica Perú. Interjecciones y expresiones ¡(la) pucha! / ¡por la pucha! Acaso no te dabas cuenta, pavote. Le gustaba los arrumacos y el suspiro, y tú la querías dar en serio, qué carácter. No te salía una por la pucha. (p. 15) La pucha que se come mal aquí, no hay cariño en esta casa, en el terruño (p. 51). Dios mío. Tenía un par de piernas que era un cariño de fiesta. Qué tibiezade muslos. Qué amorosa la caminada, como si estuvieran cantando: se-va-el-caimán, se-va-el-caimán… Ay pucha (p. 101) DRAE f. puta. 2. interj. U. para expresar sorpresa, disgusto, etc. DiPerú ¡pucha! interj. «pop.» <Expresa ira o disgusto>. Pucha máquina. loc. interj. «pop.». <Expresa admiración o respeto> Observación La variante pucha no ha sido incorporada en el DRAE. Es interesante observar también que DiPerú podría incorporar la marca «euf.» ¡suave! El mozo viene y ubica las cervezas y los vasos alrededor de la mesa. El de la plata dice, “Suave primo”. Extiende la mano y atrapa la botella cercana y llena hasta el borde. (p. 65)


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DRAE No la consigna como expresión en ninguna variedad. DiPerú interj. «coloq.». <Expresión usada para amenazar o advertir la proximidad de un peligro o la contingencia de caer en error> ¡Cuidado! 2. Expresión usada para avisar o sugerir a alguien que se comporte con serenidad y sosiego> ¡Tranquilo! Observación Creemos que separar dos sentidos no es económico. Ambos tienen como intención comunicativa de base advertir, poner sobre aviso al interlocutor. Ya, pues “No jodan hombres”, gimotea el primero empezando su manoseo, alzando el cuello y dándole un soplido en el oído. “Ya pues”, “Ya pues”, se queja ella. (p. 76) DRAE No consigna esta voz. DiPerú ya pues. loc. interj. «coloq.». V. ya (ac. 2). 2. loc. interj. «coloq.». V. ya (ac. 3). 3. loc. interj. «coloq.». V. ya (ac. 4). Observación Los 2.<Expresa conminación> ¡Vamos! ¡Ahora mismo! 3.<Expresa reemplazo, sustitución o delegación> ¡Esto sí! 4.<Expresa enfado o molestia ante algo dicho por alguien> ¡Basta! diversos sentidos a los que alude esta expresión son los siguientes, tal como aparece en el DiPerú: Este tipo de expresiones lingüísticas son importantes, pues, al igual que los usos metafóricos que veremos más adelante, configuran no solo los modos de concebir la realidad, sino sobre todo las reglas de interacción. Al ser una expresión de mucho arraigo, debiera ser incluida en el DRAE cuanto antes, aprovechando en trabajo del equipo de lexicógrafos que construyeron DiPerú.


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LCA Nombres canchón Se armaba el escándalo en el restaurante América de la calle Pulpitos: todos hablaban, reían, peleaban, se insultaban, bailaban, venían los mozos, la gente entraba y salía, y aquel canchón de paredes sonrosadas, era más cuchitril que nunca (p. 69-70) DRAE m. Bol. y Perú. Terreno rústico amplio y cercado. 2. m. Ec. Cobertizo amplio. DiPerú m. Terreno urbano amplio con cerco o sin él. Observación Ya que la definición del DRAE peca de imprecisión (un canchón no siempre es rústico), la definición de DiPerú describe esa realidad. cambalache Sin trabajo, en el cambalache de las calles, había empeñado muebles y aparatos domésticos, vivía a salto de mata, aprovechando a los amigos […] (p. 29) DRAE m. coloq. Trueque o intercambio de cosas de poco valor. U. m. en sent. despect. 2. m. coloq. Acuerdo o intercambio entre dos o más partes alcanzado de forma poco transparente. U. m. en sent. despect. 3. m. Arg., Par. y Ur. prendería. DiPerú m. «coloq.». Desorden o confusión que se presenta en los hechos o en la disposición de los objetos. Observación El DRAE remite a la entrada: prendería. f. Tienda en que se compran y venden prendas, alhajas o muebles usados. No obstante, ninguna de las acepciones consignadas recoge el sentido de esta palabra en nuestro medio. En ese sentido, la


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alusión al desorden, tanto en los hechos como en el orden físico, es vital, por lo que debería incorporarse al diccionario general. maroca Lo contaba medio a medio mundo, a quien quisiera escucharlo, cargoso, sentado en cualquier bar, completamente perdido, hablando triste, sin darse cuenta que estábamos en los bajos fondos del Callao, comiendo mariscos y sudado de pintadilla, rodeado de marocas y bailando salsa fenomenal. (p. 75) DRAE No consigna esta voz. DiPerú f. «pop.». V. kinesióloga. 2. p. us. Muchacha, generalmente de origen popular, con la que se tiene una relación amorosa informal y pasajera. Observación Con respecto a las acepciones trabajadas en DiPerú, creo que debería incluirse la marca de poco usado también a la primera acepción (en el sentido de prostituta) pues si bien lo confirma el ejemplo de uso, su empleo es infrecuente portapliegos Trabajaba más allá del horario establecido, llegaba a las siete de la mañana, laboraba los feriados y los fines de semana solamente por ayudar a sus amigos, esa tropa de conserjes, gasfiteros pintorescos, portapliegos quisquillosos, que andaban chismoseando en los baños, criticando todo, escapándose de los jefes y llevando mal el servicio. (p. 16) DRAE m. Cartera pendiente del hombro o de la cintura, que sirve para llevar pliegos. DiPerú sing./pl. Adm. Empleado que se encarga de los trámites documentarios entre oficinas de una misma institución.


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Observación Ya que es un peruanismo que ha llegado incluso a instalarse en la esfera cotidiana de la administración pública nacional, el DRAE debe tomar esa voz e incorporarla en su próxima edición. rocola Una noche de insomnio, vagando por la plaza Unión, entró a un burdelito de la Colonial, y entre la risotada de la gente, el humo de los cigarros y el estruendo de la rockola (sic), en el fondo del salón, Matute descubrió los alegres ojos de una mujer (p. 30) DRAE f. C. Rica, El Salv., Guat., Méx. y Ven. gramola (|gramófono que funciona con monedas). DiPerú f. Gramófono que funciona con monedas. Observación Como en los casos anteriores, apostamos por la definición autónoma de DiPerú y descartamos la remisión. Adjetivos acriollado, da. Era octubre del 47 o principios del 48, cuando fue a vivir al callejón de Malambito, en todo caso el vecindario le fue hostil, siempre le había sido adverso, pero esta vez llegó al límite, pues los zambos y los cholos acriollados le pateaban la puerta, le robaban la ropa y las frazadas, lo insultaban: era serrano y a los serranos se les despreciaba por su mugrienta piel. (p. 18) DRAE adj. Propio del criollo o semejante a él. DiPerú adj./m. y f. <Dicho de un extranjero> Que adopta costumbres del país adonde emigra. 2. <Dicho de una persona> Que actúa con malicia y astucia para aprovecharse de algo o alguien.


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3. adj. Que ha recibido la influencia de rasgos o costumbres populares. Observación El DRAE debe tomar la propuesta de DiPerú, pero con la siguiente sugerencia: enfatizar en que, generalmente, esas costumbres adquiridas van en contra de las reglas de convivencia. canchero, ra Buscaron al peón Portales, un negro resbaladizo, cancherito, de enormes brazos y famoso por sus pies duros, quien apenas llegó, mostró una sonrisa hosca, le dieron un vaso de ron, lo aplaudieron, y entró en el ruedo girando a la derecha, palmeándose los muslos, vociferando, insultando, escarbando la tierra. (p. 34) DRAE 1. adj. Arg., Bol., Chile, Ec., Par., Perú y Ur. Ducho y experto en determinada actividad. 2. adj. Arg., Bol. y Chile. Dicho de un trabajador: Encargado de una cancha (|espacio para practicar deportes). 3. m. y f. P. Vasco, Arg., Bol., Ec. y Méx. Persona que tiene una cancha de juego o cuida de ella. DiPerú canchero, ra1. adj./m. y f. «coloq.». Experimentado y hábil en una profesión, oficio o cualquier otra actividad. Observación Quizá ambas definiciones, en este caso, sea precisas; no obstante, el criterio de simplicidad debe primar, por lo que ducho atenta contra la claridad de la definición. guayacol En la fiesta del Lila Torres llegó un negro descomunal, cabeza de güiro, vientre de canguro y aliento de guayacol. (p. 89) DRAE m. Principio medicinal del guayaco. DiPerú guayacol. m. V. sacarroncha.


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guayacol, la. adj. «pop.». Lim. V. huasca (ac. 3). Observación Quizá habría que agregar a la entrada de DiPerú la marca «fest.» (festivo) Verbos gramputear Después de un año seguíamos gramputeando a la vida. ¿Qué se hizo de las ilusiones? Por caridad, ¿dónde están las esperanzas? (p. 80) DRAE No consigna esta voz. DiPerú tr. «vulg.». V. putear (ac. 1). Observación Quizá la intensidad de gramputear frente a putear sea un aspecto que podría estar aún pendiente de revisisón. requintar El cabecita Salazar se trompeaba en los almacenes, se le hinchaban los labios, insultaba, requintaba como jefe de sección, tenía a su cargo una cuadrilla de obreros y debía cuidar que camioneros y cargadores manejaran con suavidad la mercadería a sucursales (p. 73). DRAE tr. Pujar la quinta parte en los arrendamientos después de rematados y quintados. 2. tr. Sobrepujar, exceder, aventajar mucho. 3. tr. Mús. Subir o bajar cinco puntos una cuerda o tono. 4. tr. Arg., Col., C. Rica, Guat., Hond. y Méx. Poner tirante una cuerda. 5. tr. Arg. Levantar o doblar hacia arriba el ala del sombrero. 6. tr. Col. Cargar una caballería. DiPerú tr. «coloq.» Reprender severamente a alguien.


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2. intr. Renegar de alguien o de algo, generalmente emitiendo improperios. Observación Ya que no está presente hasta la vigente edición, sería positivo que se incluyera esta voz, de amplio uso en nuestra variedad. trenzarse Segundos después, se trenzaron con violencia, forcejearon agarrados de los cuellos, cayeron al suelo gruñendo (p. 34) DRAE tr. Hacer trenzas. 2. tr. Dep. En deportes de equipo, hacer pases hábiles y brillantes entre variosjugadores. 3. intr. Danza y Equit. Hacer trenzados. DiPerú No figura en la versión impresa. Observación Es curioso que ninguno de los dos diccionarios incluya esta palabra. Más curioso aún es ver trenzado, da, mas no el verbo en pronominal: adj. <Referido a personas y animales> Enfrentarse en una pelea cuerpo a cuerpo. trenzada. f. Discusión, enfrentamiento de palabra u obra. Adverbios recontra Alderete si ha loquiado, está loco, recontra. (p. 59) DRAE No consigna esta voz. DiPerú pref. <Modificando la fuerza de la cualidad> En grado sumo, más allá de los esperado. Observación Dado su amplio uso en nuestro castellano, la propuesta de DiPerú debe incorporarse de modo prioritario.


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Interjecciones y expresiones para qué Por mis años de servicios y la recompensa recibí una liquidación de seis millones, lo mismo Portales, Salazar y el macho Benavides. El último consiguió un contrato en una compañía americana, lo recomendó un pariente del Ministerio de Industria, para qué, tuvo suerte y la vida le siguió sonriendo.(p. 83) DRAE No consigna esta voz. DiPerú para: para qué. interj. «coloq., expr.». <Indica alabanza contenida, ratificación de algo notable> ¡No hay más que ver! Observación Esta expresión coloquial es de amplio uso, por lo que requiere de su incorporación. Además, la inclusión de la marca pragmática sería un interesante aporte para el diccionario general. 4.1.2. Formas complejas QCT a la mala. “Comprendes que no tienes remedio, que así son las cosas. Uno no es pendejo por las puras: esto agarra a la mala y tú no tienes otra cosa que hacer, donde ir como orinar en la puerta del vecino.” (p. 68) DRAE loc. adv. Chile. a traición. a traición. loc. adv. Alevosamente, faltando a la lealtad o confianza. DiPerú loc. adv. «coloq». Con malas intenciones. Observación El DRAE nuevamente consigna la marca Chile. Es necesario sumarle a ellos la marca diatópica Perú.


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franco El de la plata echa el humo del cigarrillo: “Franco, franco, que no tengo ganas de ir al cine.” (p. 64) DRAE No consigna esta voz. DiPerú m. <En el ámbito policial> Descanso en día libre de servicio. Observación Lo más cercano al sentido de esta expresión es la primera acepción de franco, el cual es definido así: franco. adj. Sincero y leal en su trato. Sin embargo, dado que ninguno de los dos diccionarios consigna dicha expresión, proponemos lo siguiente: interj. «coloq.» <Expresa deseo de decir la verdad dejando de lado el compromiso> De verdad, honestamente. Sin embargo, si bien hay una cercanía semánticamente, no cumple las funciones de un adjetivo, pues no se encarga de modificar al sustantivo como vemos en el ejemplo de uso (sinceramente… elemento exocéntrico). Se usa en el trato familiar, por lo que la marca de uso que le correspondería es coloquial. La propuesta, entonces, queda como sigue: franco. loc. adv. «coloq.». En verdad, con toda honestidad. U. m. de manera repetida ni de vainas Y la tortuguita en el centro de la mesa no se decidía, vacilaba. Y nosotros desde las sillas la llamábamos, le silbábamos y le dábamos besitos volados. Y la tortuguita nones, ni de vainas que se movía, no quería con nadie: era como la flaquita, fría, indiferente con todos, compadre. (pp. 103-104) DRAE ni de vaina. loc. adv. vulg.Col., Ec., Pan., Perú y Ven. De ninguna manera. En Ec., u. m. en pl.


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DiPerú ni (de) a vainas. loc. adv. «coloq.». V. ni a balas. ni: ni a balas. loc. adv. «pop.». De ningún modo. Observación Tal como consigna el DRAE, en el Perú, también es más común usar la forma en plural. Asimismo, como consigna, con acierto DiPerú, registra la variante con la preposición de añadida, la cual representa una alternancia. Habría que discutir si la marca a la expresión del envío es coloquial o popular. LCA corbata michi Pero una tarde inimaginable de abril, llegó al callejón vestido de riguroso blanco, chaleco bordado, corbatita michi, sombrero a la pedrada, y una flor en el ojal (p. 59) DRAE No consigna esta forma. No obstante, sí lo hace con dos entradas sinónimas: corbata de mariposa. f. Guat. y Méx. pajarita | corbata que se anuda en forma de lazo). corbata de moño. f. Arg. y Méx. pajarita (|corbata que se anuda en forma de lazo). DiPerú Corbata: corbata michi. f. Corbata que se anuda en forma de lazo y que no tiene caída. Observación El DRAE no consigna esa voz. No obstante, sí lo hace con dos entradas sinónimas: corbata de mariposa. f. Guat. y Méx. pajarita |corbata que se anuda en forma de lazo). corbata de moño. f. Arg. y Méx. pajarita (|corbata que se anuda en forma de lazo). La definición de DiPerú resulta un verdadero acierto, pues agrega el hecho de que no tiene caída como un rasgo diferencial.


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pueblo joven Eran los días negros del 78, ¿no lo recuerdas? La gente de los pueblos jóvenes protestaba, maldecía a los militares tiraba piedras a los ómnibuses (sic), y ni modo, nos hundimos en la mala suerte. (p. 77) DRAE No consigna esta forma. DiPerú pueblo: pueblo joven. loc. sust. Barrio de viviendas precarias y modestas en sus inicios, que se ubica en la periferia de la ciudad. Observación Esta locución es de un uso muy vivo entre los hablantes peruanos dados los procesos de migración interna. Sin embargo, a medida que la ciudad se ha ido urbanizando y expandiendo, este término ha ido gradualmente perdiendo vigencia. Hoy la nomenclatura geopolítica de la ciudad es más exacta. Cierto resabio discriminador se expide de dicha frase nominal. olla común Las paredes de la iglesia se cuartearon, un ala del edificio municipal cedió, una parte de la población dormía en la plaza grande, funcionaba la olla común y temían la aparición de una epidemia. (p. 54) DRAE No consigna esta forma. DiPerú loc. sust. Comida que se prepara para indigentes o damnificados con el aporte de alimentos por varias personas. Observación Este es otro vocablo capital para entender la lógica urbana y el carácter autogestionario de los pueblos del Perú. Debido a la agitación política constante, es cotidiano asociar esta locución al campo semántico de las manifestaciones y huelgas en el centro


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de la ciudad. Su inclusión en el diccionario general es de suma urgencia. 4.2. Procesos de (trans)formación de palabras 4.2.1. Recursos morfológicos para expresar la intensidad Los recursos para explicar intensificación el nuestra lengua y, en particular, en nuestra variedad, son variados y no dependen de un solo mecanismo como veremos a continuación. 4.2.1.1. LA POLISEMIA DEL DIMINUTIVO5 Como afirma Luis Hernán Ramírez (1996), existe una afectividad implícita y una afectividad explícita. Dentro de esta última, y más allá de su significado primigenio (dimensional), los diminutivos suelen constituir un recurso léxico para comunicar de manera explícita múltiples matices afectivos, los cuales pueden expresar distintos sentidos, articulado de alguna manera bajo la intencionalidad de expresar cuantificar de alguna manera la intensidad. Es común el uso de estos en la narrativa de Higa, sobre todo en su primer libro. Algunos morfemas como los siguientes aparecen en sus diálogos y situaciones6: -ito, ta / -cito, ta Y allí en medio de la sala, instalado cómodamente en su tribuna, con la cajita del micrófono en la mano, el cura hacía evolucionar su vocecita castigadora: sacaba mariposas, pajaritos, flores, espantaba a las moscas y un perfume raro se te metía por el oído y salía por el ombligo. (p. 25)

Caso curioso es el de bocadito, que ya se ha lexicalizado.No se trata, pues, solamente de un bocado pequeño. DiPerú lo define por remisión a snack como se vio arriba. 6 Los ejemplos que se consignan a continuación ha sido extraídos de Higa (1977). 5


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En este caso en particular, como en los siguientes, el sentido dimensional no está presente. Los sufijos, más bien, se utilizan, para satirizar, mediante un tono burlesco y desafiante, el sentido de la base léxica a la que se adosan. Podría interpretarse como ridículo o insignificante, en suma, de poca estima. -Dinos dónde está -dijo uno. -Dilo ¡o te capamos! -agregó otro. -Si no quieres eso, entonces te metemos el dedo -sugirió el tercero. -¿O quieres que te paseemos calatito por el patio? -preguntó el cuarto. (p. 35) En este ejemplo de uso tampoco el tamaño es lo que quiere expresarse. El sentido que subyace al elemento compositivo expresa la idea de completud, de absolutez («desnudo completa, absolutamente») “Oigan viejos. ¿Por qué no nos bajamos unas cervecitas?”, sugiere Mauricio al cabo de un rato. (p. 64) En este caso, el sufijo sí se asume con valor afectivo, y quizá sea el más prototípico en el uso, pues es muy sabido que, culturalmente hablando, los peruanos solemos convertir en objeto casi de culto la comida y la bebida, por lo cual no es de extrañar que recurramos a elementos lingüísticos para expresarlo. Mire nomás, no quería hacernos caso la pituquita por más que uno le sonriera, por más que uno le esperara hasta tarde, y la muy pendejita, ni mirarte hermano, fría, fría, como el hielo. Un último uso, que amplía el espectro semántico de los sufijos diminutivos, es aquel que se usa para expresar un sentido despectivo. Es curioso que este sufijo que expresa rechazo en el plano del sentido se enmascare formalmente bajo una forma prototípicamente afectiva. Sin embargo, no es de extrañar que algunos elementos de la lengua puedan encerrar en su núcleo semántico potencial una doble valencia, ya que es un fenómeno universal. Es lo que Calvo (2011) llama espín léxico. Este es un elemento semántico mínimo o sema que contiene un significado potencial que no tiene un valor predeterminado, sino que habrá de actualizarse hacia un polo semántico u otro en el discurso, de acuerdo con factores pragmáticos como el contexto y la


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intencionalidad7. No es de extrañar que los jóvenes que pueblan los cuentos de Higa empleen con frecuencia estas formas ambivalentes. Como anota muy lúcidamente Julio Hevia (2002), con respecto al uso de expresiones juveniles como loco, mostro o maldito8:

Extensiones del tipo “loquito(a)”, “locazo (a)”, e incluso los más barrocos “locuaz” y “locumba”, emergieron sucesivas, dando cuenta de una serie de líneas de fuga. Entre estas no resulta difícil detectar los investimentos afectivos, la solidaridad fraterna, la complicidad amical y, en el extremo, el beneficio humorístico o la distancia irónica. Gradual y subrepticiamente el término “loco”, y toda su secuela, se fue desprendiendo de los matices adversos que la comunidad adulta clásicamente depositaba en él: imagen oficialindeseable, estigma por excelencia (168-169).

En suma, como hemos podido observar procesos como la derivación pueden ayudarnos a, como señala Samaniego (2013), conocer el proceso de formación de palabras, sino que nos puede ayudar a ampliar la descripción de las funciones que estos van desarrollando en nuestra variedad como en las demás e incorporarlas en la descripción de los lemas que obedecen a partículas o elementos compositivos no léxicos, pues también son parte importante del acervo lexical de una lengua9. Calvo Pérez (2011) ha tomado el término espín de la mecánica cuántica. Este denota el momento de rotación interna de una partícula subatómica. Esta rotación, en el caso de algunas partículas, puede incluso tener dos direcciones opuestas que se dan al mismo tiempo, de ahí, la analogía que plantea para el caso lingüístico. 8 Para mayor detalle sobre la configuración del léxico juvenil desde un interesante enfoque transdisciplinario revisar el capítulo V «Lenguas y devenires: La pugna entre adultos y adolescentes, en especial el acápite 4. Positivando negativos: Locos, mostros y malditos (167-172). 9 Nos adscribimos a la propuesta de Calvo (2014) según la cual las expresiones y las interjecciones son elementos constitutivos de la 7


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4.2.1.2. DUPLICACIÓN Este proceso consiste en duplicar fonológicamente la base léxica o parte de ella con el fin de intensificar su significado. Como explican Roca y Suñer, un rasgo muy importante de estas formaciones es que siempre dan lugar a una pieza léxica nueva con unas especificaciones semánticas y categoriales particulares. Esto es muy evidente en el caso de picapica, que parte de una forma verbal (picar) que deriva en un sustantivo compuesto. A nivel semántico, este nuevo sustantivo no es literalmente la suma de sus partes: picapica Qué paraíso que se armaba. Se la traían toda para recibirnos: orquesta, pica-pica (sic), una babilonia de comida, y allí se armaba la fiesta. (QCE, p. 14) 4.2.1.3. PREFIJO En este caso, el elemento compositivo modifica la intensidad del adjetivo o cualidad al que se adhiere. recontraAlderete si ha loquiado, está loco, recontra. (LCA, p. 59) 4.2.2. Recursos semánticos: las metáforas Las metáforas son un fenómeno interesante de estudiar, permiten trascender las fronteras propias de la lengua y acceder al sistema conceptual de los hablantes. A través de ellas, podemos acceder

lengua y que, por ende, deben ir presentes en cualquier diccionario; no obstante, debe definírselos con un contorno y, si fuese necesario, se consignará una expresión equivalente en el uso para mayor claridad. Mención aparte merecen los afijos, que se explicará mediante un contorno que indique su sentido funcional. Cabe aclarar que este punto es explicado en ítem k, acápite 3.3 de la planta del DiPerú.


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al modo de pensar y concebir la realidad, es decir, al conjunto de imágenes, creencias y valores de una comunidad. Aquí podemos ver la configuración del mundo juvenil y sus referentes, donde el juego, el sexo y valores ligados al machismo se muestran a flor de piel. Veamos algunas expresiones metafóricas y qué mecanismo las sostiene. huevo “Saben lo que este stock”, insiste señalando un bulto en el bolsillo. “Es un elefante”, responde uno. “No se apriete los huevos so maricón”, dice Mauricio (QCT, p. 62) pájaro “Y si te pongo la pata en la cara?”, dice el otro. El de la voz retrocede. “Y si te metemos el pájaro, ¿qué haces?”, dice el tercero (QCT, p. 74) rabadilla Tiene un pinta pituca, hermano, y una rabadilla que se mueve así, así, como quien dice: fulí-fulá-fulí-fulá (QCT, p. 102) rabo “Con las cholas, manoseo duro”, comenta uno. “Tiene el rabo de piedra, dice el otro.” (p. 74) La metáfora que subyace a estas expresiones es la siguiente: Los animales (a algún elemento suyo) son partes del cuerpo humano. Lo que subyace a estas cuatro expresiones es un mismo esquema o metáfora de imagen. Como se sabe, las personas usamos nuestra experiencia y los sentidos para construir metáforas (Lakoff y Johnson 1980). En este caso, prevalece lo visual. Lo que opera en nuestra mente al momento es la proyección de una figura esquemática o perfil que comparten, tanto el dominio de origen como el de destino: en el caso de huevo la forma ovalada: en el caso de pájaro, quizá la forma alargada, y en los ejemplos


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de rabadilla y rabo, tanto la forma como la ubicación de estas partes del cuerpo. Algunas metáforas orientales son las siguientes: achicar el área Está bien que uno sepa amarrar la bola, esconderla tras los botines, lanzar el pique, y achicar el área […] Pero hay ley; un equipo es once […]. (QCT, p. 15) achicarse “A mí me apestan estos tipos, vienen con vainas y luego se achican”. (QCT, p. 74) caja chica “Parece que en el edificio de la técnica había una caja chica: también la han saqueado”, dijo. (QCT, p. 44) chiquita “Antes una cervecita”, dice uno de ellos señalando un bar. “Una chiquita para calmar el cuerpo.” (p. 75) Como afirman Lakoff y Johnson (1980), las metáforas orientacionales tienen anclaje directo en nuestro sentido de la espacialidad en relación con ciertos valores pertenecientes a nuestra cultura. La metáfora que recorre estas expresiones es: Lo pequeño en el sentido dimensional equivale a una reducción. En el primer caso, implica una reducción de los espacios dentro de un campo de fútbol, tanto en el sentido ofensivo como defensivo. La segunda expresión alude más bien a un presupuesto pequeño destinado a gastos corrientes. Por otra parte, en el caso de achicarse se trata, más bien, con una cuestión anímica o actitudinal frente a una situación que exige aplomo, valentía. Finalmente, en el último ejemplo se alude al carácter breve del brindis y al hecho de que se ingerirá poco alcohol. En suma, todos esos usos implican una reducción en las dimensiones espaciales o temporales contenidos en la idea original de tamaño reducido.


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5. Conclusiones En este artículo, se ha podido identificar un uso predominante de peruanismos en mayor medida presente en QCT, dada la necesidad expresiva del universo narrado, por lo general juvenil y popular. Asimismo, se ha establecido un rastreo de las voces presentes en QCT Y LCA en el DRAE y el DiPerú, de lo cual se ha deducido que hay muchas voces bien trabajadas ya en DiPerú que podrían servir de insumo para enriquecer y perfeccionar el diccionario general, tanto con nuevas voces como con enmiendas a las ya existentes, respecto al número de acepciones, a las definiciones, incluso a las marcas lingüísticas. Finalmente, hemos comprobado la vitalidad del lenguaje expresado en estos dos libros a través de mecanismos morfológicos y expresiones metafóricas de enorme expresividad y plasticidad, lo cual convierte a la primera etapa de obra de Augusto Higa en una cantera inapreciable de elementos léxicos para enriquecer futuras investigaciones lexicográficas. Referencias bibliográficas Academia Peruana de la Lengua (2016). DiPerú. Diccionario de peruanismos. Calvo, J. (2011).La fundación de la Semántica: Los espines léxicos como un universal del lenguaje. Madrid: Iberoamericana. _______________ (2014). El componente pragmático en los diccionarios: implicaciones para la lexicografía. En: Boletín de la Academia Peruana de la Lengua, 57(57), 13-25. Cornejo, A. (1978). “Que te coma el tigre” (reseña). Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, 4(7/8), 228-230. Eslava, J. (2008). Adolescentes en la ciudad. Una visión de la narrativa peruana del S. XX. Lima: Fondo editorial UCSS. Colección Literatura y formación. González, R. (2014). “Augusto Higa, orfebre de la palabra” (introducción). Augusto Higa Oshiro. Todos los cuentos. Lima, Campo Letrado editores, 9-16. Gnutzmann, R. (2011). Introducción a la edición crítica de El juguete rabioso. Roberto Arlt. Madrid, Cátedra Letras Hispánicas. Hevia, J. (2002). Lenguas y devenires en pugna. En torno a la posmodernidad. Lima: Universidad de Lima, Fondo de desarrollo editorial.


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Higa, A. (1977). Que te coma el tigre. Lima: Lámpara de papel editores. __________________ (2010) [1987]. La casa de Albaceleste. Lima: Ediciones Altazor. __________________ (2014). Todos los cuentos. Lima: Campo Letrado editores. Lakoff, G. y Mark, J. (1998). Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: ediciones Cátedra, colección Teorema. Ramírez, L. (1996). Estructura y funcionamiento del lenguaje. Lima: Derrama Magisterial. Real Academia de la Lengua Española (2014). Diccionario de la lengua española. Vigésimo tercera edición. Consulta en línea: http://dle. rae.es/?w=diccionario. Samaniego, J. (2013). Posible inclusión en los diccionarios de nuevas palabras formadas a partir de diversos procedimientos existentes. Boletín de la Academia Peruana de la Lengua, 56(56), 41-51. Roca, F. y Suñer, A. (1997). Reduplicación y tipos de cuantificación en español. Revista de la Facultet de Lletres de la Universitat de Girona. Recuperado de https://www.raco.cat/index.php/EstudiGral/ article/viewFile/43747/56177 Terán, J. (2015). Identidad, marginalidad y belleza. Apuntes para una lectura de La iluminación de Katzuo Nakamatsu de Augusto Higa Oshiro. Augusto Higa Oshiro. Paul Asto Valdez y Edith Pérex Osco (editores). Cuadernos urgentes, 1, 75-89.


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ANEXOS QCT Nombres amarillo, lla (p. 75) baboso, sa (p. 11, 15, 61) bocadito (p. 106, 111) brigadier (p. 40, 50) butifarra (p. 75) cabro (p. 26, 51) cachaco, ca (p. 75) cajรณn (p. 37) cancha (p. 12, p. 20, 27, 38, 43, 52, 56) canillita (p. 62) cantaleta (p. 103) cantina (p. 35, 73) carpeta (p. 20, 22, 53, 55) carrerita (p. 16) chalaca (p. 12) chamuyeo (p. 72) charola (p. 42) chiquita (p. 75) cholo, la (p. 74) chompa (p. 13, 14) cocacho (p. 74) coco (p. 72) cojudez (p. 32, 67) comadre (p. 107) cuadro (p. 16) esquineo (p. 72) finteo (p. 76)


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flaco, ca (p. 73, 102) formación (p. 20) gaseosa (p. 34) gil, la (p. 72) hembra (p. 15, 28, 71, 102, 106, 108, 110, 112) hembraje (p. 11) huevas (p. 64) huevo (p. 62) loca (p. 65) loquerío (11, 109) mameluco (p. 90, 91) mamita (p. 62) maricón (p. 73) mariposón (p. 65) melón (p. 38) mitin (p. 93) pájaro (p. 74) papa (p. 34) papacito (p. 63, 66) papi (p. 28) pata (p. 27, 36 73, 104) pendejada (p. 31) picana (p. 30) picapica (p. 14) pichón, na (p. 24) pinga (p. 73) pinta (p. 72, 73, 102) pisco (p. 47, 53) plata (p. 16, 62, 63, 64, 83, 111) poto (p. 76) primo, ma (p. 63, 65, 67, 72, 74, 102, 105) pucho (p. 46) puntero (p. 12) quiebre (p. 13)

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rabadilla (p. 102) rabo (p. 72, 74) rosquete (p. 26, 66) sapo (p. 111) sardinel (p. 62) trompeadera (p. 37, 40) trompis (p. 14) vaina (p. 63, 74) tío, a (p. 30, 65, 112) yunsa (p. 111) yunta (p. 12, 36) Adjetivos acojudado, da (p. 103) ahuevado, da (p. 27) aprista (p. 81, 83, 93) arrecostado, da (p. 43) atarantador, ra (p. 108) atorrante (p. 62) blanquiñoso, sa (p. 104) güevón, na (p. 24) huevudo, da (p. 35, 55, 75) cojonudo, da (p. 38, 105) cojudo, da (p. 46, 47, 74, 76) cachaciento, ta (p. 28, 107) calato, ta (p. 35, 102, 103, 112) calatudo, da (p. 38) cochino, na (p. 47) madre (p. 11, 40) pavo, va (p. 15, 38) pavudo, da (p. 54) pelotudo, da (p. 15, 27, 38, 53, 64, 66) pendejo, ja (p. 11, 13, 15, 26, 28, 35, 54, 56, 62, 65, 68, 72, 76, 103, 109, 112)


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pituco, ca (p. 102, 103, 104, 105, 106, 109, 111) puto, ta (p. 28, 66) / putito, ta (p. 15) / putรณn, na (p. 62, 73) sabido, da (p. 16, 73) vivo, va (p. 73) zambo, ba (p. 65, 72, 75) Verbos achicarse (p. 74) ajochar (p. 15) arrecostarse (p. 42) basurear (p. 74) cabrear (p. 15) calatearse (p. 72) chapar (p. 72, 112) comerse (p. 13, 74) deshuevarse (p. 72) picar (p. 75) formar (p. 20) fregar (p. 25, 27, 28, 31, 35, 44) llevar (p. 15) llover (p. 73) loquearse (p. 104) paletear (p. 75) picar (p. 13, 75) pitear (p. 40, 63, 76) pulsear (p. 72, 75) romper (p. 14) tomar (p. 29) Adverbios nomรกs (p. 13, 35, 72, 104, 109, 112) Interjecciones y expresiones ay, puta (p. 12)

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pucha (p. 36, 51, 101) ya pues (p. 76) suave (p. 65) LCA Nombres adobero, ra (p. 45) altillo (p. 14) ambulante (p. 63, 65) angurriento, ta (p. 52) canchón (p. 70) cagazón (p. 53) callejón (p. 61, 90, 91) camalero (p. 42) cambalache (p. 29, 93) camote (p. 21, 46) cantaleta (p. 82, 86) carretilla (p. 65) carretillero, ra (p. 35) chacra (p. 44, 46, 48, 53, 70) chancaca (p. 17) chapa (p. 26) chicha (p. 70, 75) chichería (p. 33, 38, 42, 47, 51, 52, 54) choclo (p. 22, 46) cholo, la (p. 15, 18, 24, 28, 35, 62, 83, 90) chompón (p. 14, 20) corduroy (p. 69) corralón (p. 14) cupo (p. 51) cuy (p. 46, 52) frazada (p. 18, 43) fulbito (p. 74)


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gasfitero, ra (p. 16) huaca (p. 43, 44, 46, 53, 57) huaquero, ra (p. 48) huevo (p. 30) kerosene (p. 45, 50) maroca (p. 75) paisano, na (p. 36) paisanada (p. 18) papa (p. 15, 35, 45, 64, 77) picana (p. 57) pinball (p. 82, 84) pisco (p. 75) portapliegos (p. 16) quimba (p. 70) quincha (p. 16, 33) rocoto (p. 73) rocola (p. 30) sacรณn (p. 26) sapo (p. 74) sal (p. 56) sudado (p. 75) trocatinta (p. 70) totorrete (p. 66) yanacona (p. 43, 52) zambo, ba (p. 18, 38, 53, 89, 92, 93) Adjetivos acholado, da (p. 45) acriollado, da (p. 18) atarantador, ra (p. 74) atorrante (p. 62) cachaciento, ta (p. 75, 86) canchero, ra (p. 34, 89)

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cargoso, sa (p. 75) comando (p. 14) cumpay (p. 89) cunda (p. 28) forajido (p. 69) guayacol (p. 89) malandrín, na (p. 35, 62, 69, 89) marcado (p. 81) veleta (p. 74) Verbos gramputear (p. 80) loquearse (p. 59) requintar (p. 73) trenzarse (p. 34) trompearse (p. 73) Adverbios nomás (p. 72) Interjecciones y expresiones para qué (p. 83) recontra- (p. 59) Formas complejas QCT achicar el área (p. 15) ahí mismo (p. 28, 37, 66) amarrar la bola (p. 13, 15) a la mala. (p. 68) cagarse de risa (p. 54) caja chica (p. 44) como a hijo (p. 41)

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franco (p. 64, 102) hacer la guardia (p. 73) matarse de risa (p. 25) malograrse la cabeza (p. 79) ni de vainas (p. 103) ojo al parche (p. 36) oler feo (p. 33) parar el/ los macho(s) (p. 30) por dios(ito) (p. 27) por las puras. (p. 68) por mi madre. (p. 54) por si las moscas (p. 37) por: por la pucha (p.15) querer con alguien (p. 103) ¡qué lisura! (p. 37) quita, quita (p. 103, 109) sacar la(s) mugre(s) (p. 27) sale caliente (p. 64) soltar el rollo (p. 65) LCA ahí mismito (p. 69) corbata michi (p. 19, 59, 62) irse a la mierda (p. 83) palo santo (p. 47) pan francés (p. 77) pueblo joven (p. 77) olla común (p. 54) sombrero a la pedrada (p. 59) tener a raya (p. 34) tenerle bronca a alguien (p. 88)

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LÉXICO DE CUBA Y PERÚ EN EL DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (DLE-RAE), 23.A EDICIÓN Ana Baldoceda Espinoza Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Resumen En este estudio, analizamos diversos aspectos de palabras del Diccionario de la Lengua Española (DLE) que tienen la marca diatópica Cuba. En la muestra que analizamos, en relación con el Perú, daremos cuenta de los casos en que juntamente con Cuba aparece la marca de nuestro país (en unos casos apropiadamente y en otros no). También, analizaremos ejemplos de voces que teniendo la marca Cuba señalan origen en raíces de lenguas nativas peruanas. Palabras clave: Diccionario de la Lengua Española, cubanismo, marca diatópica, léxico.

1. Introducción El trabajo lexicográfico, visto en su conjunto, es acumulativo porque la normal evolución de la lengua, los cambios en todas sus estructuras, determinan la necesidad de seguir describiendo en este caso el léxico. Hemos observado en versiones antiguas del Diccionario de la Academia (Diccionario de la lengua castellana) de los años 1817 (5.a edición), 1822 (6.a edición), 1884 (12.a edición), 1899 (13.a edición) y 1914 (14.a edición), que no aparece la marca Cuba,


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mientras sí aparecen —desde 1884— las marcas Chile, Ecuador, Filipinas, Perú y Venezuela. Una posible explicación sería que hasta 1903 Cuba era colonia de España, pero incluso en la edición de 1914 no figura este país, pese a que en 1902 habían logrado independizarse. En este presente trabajo, estudiamos los diferentes aspectos de palabras del Diccionario de la Lengua Española (DLE) (2014) que poseen la marca diatópica Cuba. Sobre la muestra recogida en relación con el Perú, estudiamos los casos en que junto con la marca Cuba aparece la del Perú. También, estudiamos los supuestos cubanismos que señalan origen en raíces de lenguas nativas peruanas, como el quechua o el aimara. 2. El tratamiento de los cubanismos Entre los estudios realizados tenemos el del investigador cubano Argelio Santiesteban (citado en Montes 1989), quien esbozó criterios para tratar los cubanismos: a) Las voces que la Academia registra como cubanismos, americanismos o de otro uso regional, siempre que en Cuba se escuchen. b) Las que aquí se usan y la Academia ignora, sean cubanismos, americanismos o voces que el pueblo español también utiliza.

Por a) incluye globalmente lo que estando en el Diccionario no es español general; por b) entra lo que no aparece en el Diccionario pero se usa en Cuba, sean americanismos o incluso palabras que se empleen en España. En general, en Cuba siempre ha habido labor lexicográfica pionera en América Latina, por ejemplo con el trabajo de Esteban Pichardo y Tapia Diccionario provincial de voces cubanas, del que se dieron a la luz ediciones en 1836, 1848, 1861-1862 y 1875 (Salto 2016). Guerrero, Pastor y Depestre (2003) presentan un vocabulario breve (“Glosario popular cubano”) precedido de una amplia


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introducción sobre la constitución histórica y características del léxico cubano. 3. Metodología Se procederá con los lineamientos de la lingüística contrastiva, que en este caso las variedades locales y nacionales se analizan con el referente de la lengua general. Se comprueba si los rasgos que en los artículos léxicos pertinentes atribuye el DLE coinciden o no con la realidad. Por ejemplo, en el caso de noni el DLE acierta, pero no en totuma que según el diccionario ocurre en el Perú, cuando sabemos que acá se dice tutuma;o en jaba,donde la definición o descripción que aportan no coincide con lo que acá conocemos porjaba. Presentamos en seguida los diferentes casos de tratamientos de palabras que tienen la marca Cuba en relación con el Perú. 4. Análisis lexicográfico 4.1. Acepción o forma compleja conocida en el Perú En este apartado se ponen las acepciones o formas complejas que acertadamente llevan la marca Perú junto a Cuba. Entendemos por forma compleja —marcada como “loc.” en el diccionario— la secuencia de palabras (dos o más) que funciona como si fuese una sola palabra. acoplar. […] ║ 7.Arg., Bol., Chile, Cuba, Par., Perú y Ur. Unir, agregar uno o varios vehículos a otro que los remolca. Comentario. Acepción conocida en el Perú. amarre. […] ║ 2.Cuba, Perú y R. Dom. Encantamiento para asegurar que alguien quede enamorado y sujeto a la voluntad y arbitrio de otra persona. Comentario. Acepción conocida en el Perú. cabello. […]■ ~ de ángel. […] ║ 2.Arg., Bol., Col., C. Rica, Cuba, Ec., Par., Perú, P. Rico, Ur. y Ven. Fideos finos.


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Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. camarón, na. […] ║ 5. coloq. Cuba, Nic., Perú y Ven. Persona que tiene la piel enrojecida por haber estado mucho tiempo expuesto al sol. Comentario. Acepción conocida en el Perú. cañazo. […] ║ 2.Bol., Cuba, Ec., Hond., Méx., Nic. y Perú. Aguardiente de caña. Comentario. Acepción conocida en el Perú. chueco, ca. […]║ 2. Bol., Cuba, Guat., Méx., Perú y Ven. torcido (║ no recto, sin curvas). Comentario. Acepción conocida en el Perú. colero1. […] ║ m. y f. 1.Bol., Col., Cuba y Perú. colista. Comentario. Acepción conocida en el Perú. contrapuntear. […] ║ 5.Arg., Bol., Cuba, Perú y P. Rico. competir. U. t. c. prnl. ║ 6.Bol., Col., Cuba, Ec., Méx. y Perú. Dicho de dos o más personas: Estar en disputa. U. t. c. prnl. Comentario. Acepciones conocidas en el Perú. desbarrancar. tr. 1.Am. Cen., Chile, Cuba, Méx., Perú y Ven. Despeñar, arrojar a un barranco. U. t. c. prnl. Comentario. Acepción conocida en el Perú encandelillar. tr. 1. Arg., Chile, Col., Cuba y Perú. Sobrehilar una tela. Comentario. Acepción conocida en el Perú. expendio. m. 1.Arg., Cuba, Méx., Par., Perú, Ur. y Ven. En comercio, venta al por menor. Comentario. Acepción conocida en el Perú.


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fajador, ra. […] ║ 5.Cuba y Perú. Boxeador que golpea insistentemente al contrario. Comentario. Acepción conocida en el Perú. flacuchento, ta. adj. Arg., Bol.,Chile, Col., Cuba, Ec., Hond., Perú y Ven. flacucho. Comentario. Acepción conocida en el Perú. implicancia. f. 1. Arg., Bol., Chile, Cuba, Ec., Nic., Par., Perú, R. Dom., Ur. y Ven. Consecuencia, secuela. Comentario. Acepción conocida en el Perú. invalorable. adj. Arg., Bol., Chile,Cuba, Ec., Par., Perú,R. Dom., Ur. y Ven. invaluable. Comentario. Acepción conocida en el Perú. leña. […] ║ hecho ~. loc. adj. coloq. C. Rica, Cuba, Hond., Nic., Perú, P. Rico y Ven. hecho alheña. Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. machona. […] ║ 2. adj. coloq. Cuba y Perú. Dicho de una mujer: homosexual. U. t. c. s Comentario. Acepción conocida en el Perú. mamadera. […] ║ 4. Bol., Cuba y Perú. Beneficio que se obtiene en el ejercicio de un cargo. Comentario. Acepción conocida en el Perú. manicero, ra. adj. Arg., Col., Ec., Hond., Perú, R. Dom., Ur. y Ven. manisero. Comentario. Acepción es conocida en el Perú. marimacha. f. despect. coloq. Cuba, Perú y Ven. marimacho. En Cuba, u. t. c. adj.


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Comentario. Acepción conocida en el Perú. mataperro, rra. m. y f. coloq. Cuba y Perú. Muchacho callejero y travieso. Comentario. Acepción conocida en el Perú. mazacotudo, da. adj. Arg., Bol., Chile, Col., Cuba, Ec., Méx., Perú y Ven. amazacotado. Comentario. Acepción conocida en el Perú. motoneta. f. Arg., Bol., Chile, Col., Cuba, Ec., Guat., Méx., Nic., Pan., Perú, Ur. y Ven. Motocicleta con ruedas pequeñas, que tiene una plataforma para apoyar los pies. Comentario. Acepción conocida en el Perú. niño, ña. […] ║ 7. Arg., Col., Cuba, Ec., El Salv., Guat., Hond., Méx., Nic., Pan., Perú, R. Dom. y Ven. U. como tratamiento que se da a personas de más consideración social. Comentario. Acepción conocida en Perú. noni. C. Rica, Cuba, Ec., Méx., Nic., Perú y P. Rico. Árbol pequeño, de tronco fino y corteza lisa, con hojas elípticas, flores blancas y fruto carnoso y maloliente. Comentario. Acepción conocida en Perú. opacar. […] ║ 2. Bol., Cuba, Guat., Méx., Par., Perú, P. Rico y Ur. Superar a alguien en alguna cualidad. Comentario. Acepción conocida en el Perú overo. […] ║ 2. adj. Arg., Chile, Cuba, Guat., Nic., Par., Perú, Ur. y Ven. pío3. Comentario. Acepción conocida en el Perú. pachocha. […] ║ 2. Col., Cuba, Pan. y Perú. pachorra.


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Comentario. Acepción conocida en Perú. pachotada. f. 1. Bol., Chile, C. Rica, Ec., Perú y Ven. Respuesta agresiva, irrespetuosa, altanera. Comentario. Acepción es conocida en Perú. palo. […] ║ ~ palo ensebado m. Arg., Chile, Col., Cuba, Méx., Perú y Ven. cucaña (║ palo untado de jabón o grasa). Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. papel. […] ║ ~ picado. m. Arg., Chile, Cuba, Par., Perú y Ur. confeti. Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. parado, da. […] ║ 4. Bol., Cuba, Méx., Pan., Perú y P. Rico. Dicho del pene: erecto. Comentario. Acepción conocida en Perú. parado, da. […] estar ~. loc. verb. 1. coloq. Cuba, Pan. y Perú. Dicho de una persona anciana o que ha estado enferma: Estar fuerte o saludable. Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. parar. […] ║ 17. Bol., Cuba, Perú y Ur. Lograr una posición económica sólida. U. t. c. prnl. Comentario. Acepción conocida en Perú. parqueo. […] ║ 2. Bol., Col., Cuba, El Salv., Hond., Nic. y Perú. aparcamiento (║ lugar destinado a aparcar vehículos). Comentario. Acepción es conocida en Perú. parrilla2. […] ║ 8. Bol., Cuba, Méx., Perú, Ur. y Ven. Rejilla metálica en la parte trasera de las bicicletas o motocicletas para llevar la carga. Comentario. Acepción es conocida en Perú.


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pata1. […] ║ ○ m. y f. 5. coloq. Bol., Cuba y Perú. amigo (║ persona que tiene amistad). Comentario. Acepción conocida en el Perú. Sin embargo, pata ‘amigo’ no figura en registros del habla popular cubana (Basterrechea 2013, Cibercuba s/f, Conexión Cubana 2015 (?), Domínguez 2017, Ecured s/f, Guerrero et al. 2003, Montes 1989, Ortiz 1923, Salto 2016, Vidaurreta 1998 [1926-1928]). pellón. […] ║ 2. Arg., Chile, C. Rica, Cuba, Ec., Par., Perú, P. Rico, Ur. y Ven. Pelleja curtida que se usa sobre la silla de montar. Comentario. Acepción conocida en el Perú pesista. m. y f. Cuba, Ec. y Perú. Persona que practica el levantamiento de pesas. Comentario. Acepción conocida en el Perú. pinga. f. 1. coloq. eufem. Col., C. Rica, Cuba, Ec., Guat., Hond., Nic., Pan., Perú, R. Dom. y Ven. pene. Comentario. Acepción conocida en el Perú, donde no es “coloq. eufem.” sino “vulg.” pintado, da. […] ║ ~ en la pared. loc. adj. 1. Bol., Chile, Col., C. Rica., Cuba, Pan., Perú, P. Rico y Ven. Dicho de una persona: Cuya autoridad o presencia es pasada por alto. Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. pistonear. intr. 1. Arg., Cuba, Ec., Perú, P. Rico y Ven. Dicho de un motor de explosión: Funcionar mal y ruidosamente por fallo en la combustión. Comentario. Acepción es conocida en el Perú. pistoneo. m. Arg., Cuba, Ec., Perú, P. Rico y Ven. Acción y efecto de pistonear un motor. Comentario. Acepción es conocida en el Perú.


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polvo. […] ║ limpio de ~ y paja. loc. adj. 1. coloq. Arg., Cuba y Perú. Libre de toda de acusación. Comentario. Forma compleja conocida en el Perú. rasqueta. (Der. de rascar). […] ║ 2. Arg., Col., Chile, Cuba, Ec., Par., Perú, R. Dom., Ur. y Ven. almohaza. Comentario. Acepción conocida en el Perú. recesar. […] ║ 2. Cuba, Méx., Nic. y Perú. Dicho de una corporación: Cesar temporalmente en sus actividades. Comentario. Acepción conocida en el Perú. rodear. […] ║ 4. Arg., Bol., Chile, Col., Cuba, Nic. y Perú. Reunir el ganado mayor en un sitio determinado, arreándolo desde los distintos lugares en donde pace. Comentario. Acepción conocida en el Perú. rompehuelgas. m. y f. despect. coloq. Arg., Chile, Cuba, Hond., Méx., Perú, Ur. y Ven. esquirol. Comentario. Acepción conocida en el Perú. rompenueces. m. Arg., Bol., Chile, Cuba, Ec., Hond., Méx., Nic., Pan., Perú, R. Dom., Ur. y Ven. Instrumento para romper o cascar nueces. Comentario. Acepción conocida en el Perú. rubro. (Del lat. rubrus). […] ║ m. 2. Bol., Chile, Cuba, Ec., El Salv., Méx. y Perú. Título, rótulo. Comentario. Acepción conocida en el Perú. ruletero, ra. m. y f. 1. And., Bol., Col., Cuba, Ec., Hond., Perú y R. Dom. Dueño o explotador de una ruleta. Comentario. Acepción conocida en el Perú. rumbear2. […] ║ 2. Cuba, Guat., Hond., Méx., Perú, P. Rico y Ven. Andar de parranda.


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Comentario. Acepción conocida en el Perú. salame. m. 1. Arg., Bol., Chile., Cuba., Ec., Hond., Par., Perú, R. Dom. y Ur. salami. […] Comentario. Acepción conocida en el Perú. servicentro. m. Bol., Chile, Col., C. Rica, Cuba, Ec., Nic., Par.,Perú y Ur. estación de servicio. Comentario. Acepción conocida en el Perú. servir. […] ║ 17. rur. Arg., Cuba, Perú y Ur. cubrir (║ fecundar a la hembra). Comentario. Acepción conocida en el Perú. Falta aclarar que se refiere al ganado, no, por ejemplo, a las aves. seviche. (Tb. sebiche, Cuba, Hond. y Méx). m. Bol., Cuba, Ec., Hond., Méx., Pan. y Perú. cebiche. Comentario. Acepción conocida en el Perú. sietecueros. […] m. 1. Col., Cuba, Ec., Hond., Perú y Ven. Tumor que se forma en el pie, especialmente a quien anda descalzo. Comentario. Acepción conocida en el Perú. temperado, da. […] ║ 2. adj. desus. templado. U. en Arg., Bol., Chile, Cuba, Ec., Méx., Nic., Perú, R. Dom. y Ven. Comentario. Acepción conocida en el Perú. En P no es des. totuma. f. Bol., Col., Cuba, Ec., Hond., Nic., Pan., Perú, P. Rico y Ven. Fruto del totumo. ║ 2. f. Bol., Col., Ec., Hond., Nic., Pan., Perú, P. Rico y Ven. Vasija hecha con una totuma. Comentario. Acepciones conocidas en el Perú. La pronunciación en el Perú es tutuma. Propuesta: “tutuma. f. Perú. Fruto del tutumo. Ver zafar. […] ║ 4. coloq. Arg., Cuba, Pan., Par., Perú y Ur. Desentenderse, librarse de un compromiso o de una obligación. Comentario. Acepción conocida en el Perú.


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zoncear. intr. Cuba, Méx. y Ur. tontear (║ hacer o decir tonterías). Comentario. Falta marca diatópica Perú. 4.2. Acepciones o lemas desconocidos en el Perú Aquí nos ocupamos de palabras a las que juntamente con Cuba se atribuyen al Perú, cuando en realidad tal uso es desconocido en el Perú. atracada1. […] ║ 3. Bol., Cuba, Méx., Nic., Perú y Ven. atracón. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. chivudo. adj. 1. Arg., Bol., Cuba, Perú y Ven. Que lleva barba larga. U. t. c. s. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. enseriar. […] ║ 3. And., Cuba, Perú, P. Rico y Ven. Ponerse serio mostrando algún disgusto o desagrado. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. locería. f. And., Bol., Col., Ec., Guat., Nic., Pan., Perú y R. Dom. Fábrica de loza. Comentario. Esta acepción es desconocida en el Perú. Acá locería es lugar de venta de artículos de loza. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. lora. […] ║ 3. Bol., Cuba, Ec., El Salv., Hond., Méx., Nic., Par., Perú y Ur. loro. (║ papagayo). Comentario. Acepción es desconocida en el Perú. machimbrado. m. Cuba, Méx., Nic. y Perú. Acción y efecto de machimbrar. Comentario. Lema desconocido en el Perú es machihembrado. machimbrear. tr. Bol., C. Rica, Cuba, Guat., Méx., Nic., Pan. y Perú. machihembrear.


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Comentario. Lema desconocido. En el Perú es machihembrar. manubrio. […] ║ 3. Arg., Bol., Chile, Cuba, Ec., Guat., Hond., Méx., Par., Perú, Ur. y Ven. manillar. ► órgano de ~, piano ~. Comentario. Forma compleja desconocida en el Perú. melado, da. […] ║ 4. Can., Arg., Chile, Col., Cuba, Ec., Guat., Méx., Nic., Perú, R. Dom. y Ven. En la fabricación de azúcar de caña, jarabe que se obtiene por evaporación del jugo purificado de la caña antes de concentrarlo al punto de cristalización en los tachos. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. mudada. f. 1. And., Bol., C. Rica, Cuba, Ec., El Salv., Guat., Hond., Méx., Nic., Perú, R. Dom., Ur. y Ven. Mudanza de casa. Comentario. Acepción es desconocida en el Perú. receso. […] ║5. m. Cuba, Guat., Méx., Pan., Perú y Ven. recreo (║ descanso en los colegio). Comentario. Acepción es desconocida en el Perú. sabanero, ra. […] ║ 4. Col. C. Rica, Cuba, Hond., Perú, R. Dom. y Ven. Hombre encargado de sabanear. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. santulón. adj. desus. santurrón. U. en Arg., Bol., C. Rica, Cuba, El Salv., Hond., Nic., Méx., Perú y Ven. U. t. c. s. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. sarazo. adj. 1. And., Bol., Cuba, Guat., Méx., Perú y R. Dom. Dicho de un fruto, especialmente del maíz: Que empieza a madurar. […] Comentario. Acepción desconocida en el Perú. sietecueros […] ║ 2. C. Rica, Cuba, Hond. y Perú. Panadizo de los dedos.


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Comentario. Acepción desconocida en el Perú. tempranear. (De temprano y -ear.) intr. madrugar. U. m. en Arg., Col., Cuba, El Salv., Hond., Méx., Nic., Par., Perú y R. Dom. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. tijeretear. […] ║ 3. tr. Arg., Bol., Cuba, Ec., Méx., Nic., Pan., Perú y R. Dom. Murmurar, criticar. Comentario. Acepción desconocida en Perú. trancazo. […] ║ 3. m. coloq. Cuba, El Salv. y Ven. Trago de bebida alcohólica. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. trastabillón. (Der. de trastabillar). m. Bol., Chile, Col., Cuba, Ec., El Salv., Hond., Méx., Nic., Perú, R. Dom., Ur. y Ven. Tropezón, traspié. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. trupial. (Metát). m. Cuba, Perú, Ur. y Ven. turpial. Comentario. Acepción desconocida en el Perú. zabila. (Tb. zábila. Col., Cuba, Ec., Hond., Méx., Nic., Perú, R. Dom., Ur.,Ven. • Del ár. hisp. sabíra, y este del ár. clás. sibar.) f. 1. áloe (║ planta). ║ 2. áloe (║ jugo). Comentario. Lema desconocido. En el Perú es sábila (Baldoceda 2016b). 4.3.Acepciones poco usadas en el Perú Incluimos palabras del diccionario que juntamente con Cuba llevan la marca Perú, pero que en nuestro país son de uso limitado, restringido a provincias o zonas rurales. balay. m. 1. Bol., Cuba, Méx. y Perú. Cesta de mimbre o de carrizo. Comentario. Acepción poco usada en el Perú.


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jagüey. [...] ║ 2. Arg., Cuba, Méx., Perú y Ven. Balsa, pozo o zanja llena de agua, ya artificialmente, ya por filtraciones naturales del terreno. Comentario. Acepción poco usada en el Perú. overo. […] ║ 2. adj. Arg., Chile, Cuba, Guat., Nic., Par., Perú, Ur. y Ven. pío3. Comentario. Esta acepción es conocida en áreas rurales del Perú. 4.4. Acepciones desusadas en el Perú En este grupo incluimos palabras que han dejado de usarse en el Perú. En algún momento se registraron porque su difusión o vigencia lo ameritaban, pero actualmente no es así. Por ejemplo, tenemos el verbo jalar, en la octava acepción que reproducimos, el cual hace tiempo ya no se usa en nuestro país. jalar. […] ║ ○ intr. 8. And., Bol., Cuba, Ec., El Salv., Hond., Méx., Nic., Perú, R. Dom. y Ven. Correr o andar muy de prisa. Comentario. Acepción desusada en el Perú. mampuesto. […] ║ 4. Cuba, Ec., Guat., Hond., Méx., Nic. y Perú. Objeto en que se apoya el arma de fuego para tomar mejor la puntería. Comentario. Acepción desusada en el Perú. melcochudo, da. adj. Col, Cuba, Ec., Guat., Hond., Méx., Perú, R. Dom. y Ven. Correoso, blando. Comentario. Esta acepción es desusada en el Perú. 4.5. Falta marca diatópica Perú Aquí se incluyen artículos léxicos en los que estando la marca Cuba, debió ponerse también Perú porque son de uso extendido palabras como aceitar, agripar, bacán, chicle, gorila, hembrónylaboratorista, entre otras.


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aceitar. […] ║ 2. coloq. Arg., Cuba, Hond. y Ur. sobornar. Comentario. Falta la marca diatópica Perú. afinar1. […] ║ 6. Arg., Cuba, El Salv., Hond., Méx. y Ur. Mejorar el funcionamiento y rendimiento del motor de un vehículo mediante la limpieza y regulación de sus partes, en especial las bujías y el carburador. […] Comentario. Falta la marca diatópica Perú. agripar. […] ║ 3. Col., Cuba, El Salv. y Méx. Contraer gripe. Comentario. Falta la marca diatópica Perú. antemeridiano. […] ║ 2. Arg., Bol., Cuba y Ec. Antes del mediodía. Comentario. Falta marca diatópica Perú. arroz. […] ║ ~ con mango. m. coloq. Cuba y Ven. Desorden (║ confusión) Comentario. Falta marca diatópica Perú en esta forma compleja. atorar1. […] ║ 3. Cuba, El Salv., Méx., Ur. y Ven. atragantarse (║ ahogarse). Comentario. Falta marca diatópica Perú. bacán1, na. adj. 1. Chile, Col. y Cuba. En lenguaje juvenil, muy bueno, estupendo, excelente. Comentario. Falta marca diatópica Perú. cachivachero, ra. adj. 1. coloq. Chile, Cuba y Ur. Dicho de una persona: Que guarda cosas innecesarias. Comentario. Falta marca diatópica Perú. calendarizar. tr. cult. Chile, Cuba, El Salv. y Hond. Fijar anticipadamente las fechas de ciertas actividades a lo largo de un período.


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Comentario. Falta marca diatópica Perú. cantinero, ra. […] ║ 2. Cuba y Méx. En los bares, tabernas y cantinas, hombre encargado de preparar y servir las bebidas. Comentario. Falta marca diatópica Perú. carepalo. adj. coloq. Chile y Cuba. Que no tiene o no muestra turbación, arrepentimiento o vergüenza. Comentario. Falta marca diatópica Perú. casetera. [...] ║ 2. f. Cuba y El Salv. Radiocasete del automóvil. Comentario. Falta marca diatópica Perú. chichón. […] ║ 2. Cuba. Bulto que de resultas de un golpe se forma en cualquier parte del cuerpo. Comentario. Falta marca diatópica Perú. Se redefiniría: “Bulto que de resultas de un golpe se forma en la cara o cuero cabelludo”. chicle. […] ║ 3. coloq. Col. y Cuba. Persona que llega a ser molesta a otra por querer estar siempre en su compañía. Comentario. Falta marca diatópica Perú. chismosear. intr. Chile, Cuba y Guat. chismorrear. Comentario. Falta marca diatópica Perú. choripán. m. Arg., Cuba, El Salv., Par. y Ur. Emparedado de chorizo asado. Comentario. Falta marca diatópica Perú. chusma. […] ║ 5. despect. coloq. Bol., Cuba, Ec., Méx. y Ven. Persona de modales groseros y comportamiento vulgar. Comentario. Falta marca diatópica Perú. encuentro. […] ║ llevarse de ~ alguien a otra persona. loc. verb. Cuba y Méx. atropellar


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(║ pasar por encima de alguien). Comentario. Falta marca diatópica Perú. ensartar. […] ║ 5. tr. Cuba, Méx. y Ven. enhebrar (║ la aguja). Comentario. Falta marca diatópica Perú. facilismo. m. Arg., Cuba, Ec., Hond., Ur. y Ven. Tendencia a hacer o lograr algo sin mucho esfuerzo, de manera fácil y sin sacrificio. Comentario. Falta marca diatópica Perú. facilitador, ra. m. y f. 1. Cuba, Hond. R. Dom. y Ven. Persona que se desempeña como instructor u orientador en una actividad. Comentario. Falta marca diatópica Perú. foco. […] ║ 7. Arg., Cuba y Ur. faro (║ foco de los vehículos automotores). Comentario. Falta marca diatópica Perú. fundir. […] ║ 13. Arg., Col., Cuba, Ec.Par. y Ur. Dicho de un motor o de un vehículo: Quedar inservible. Comentario. Falta marca diatópica Perú. gorila. […] ║ 3. despect. coloq. Cuba, Ur. y Ven. Individuo, casi siempre militar, que toma el poder por la fuerza. Comentario. Falta marca diatópica Perú. graficar. tr. Arg., Chile, Cuba, El Salv. y Ur. Representar mediante figuras o signos. Comentario. Falta marca diatópica Perú. hembrón. (Del aum. de hembra).m. coloq. Cuba, R. Dom. y Ven. Mujer de gran atractivo físico. Comentario. Falta marca diatópica Perú. hierbero, ra1. m. y f. Cuba y Méx. Persona que se dedica al cultivo o venta de hierbas, especialmente medicinales. Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde más usual es yerbero.


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hombro. […] ║ meter el ~. loc. verb. coloq. And., Cuba, Méx. y Ven. arrimar el hombro. Comentario. Falta marca diatópica Perú. horcón. […] ║3. Bol., Col., Cuba, Méx., Nic., Pan., R. Dom. y Ven. Madero vertical que en las casas rústicas sirve, a modo de columna, para sostener las vigas o los aleros del tejado. Comentario. Falta marca diatópica Perú. horneada. […] ║ 2. Arg., Cuba y Méx. hornada (║ cantidad de pan que se cuece de una vez). Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde horneada es variante de hornada. hueso. […] ║ ~ de la alegría. m. coloq. Col. y Cuba. coxis. U. m. en dim. Comentario. Falta marca diatópica Perú. hula-hula. m. Bol., Chile, Col., Cuba, Ec., Méx. y Nic. Juego que consiste en hacer girar un aro alrededor de la cintura con el movimiento de las caderas. Comentario. Falta marca diatópica Perú. ideático. adj. Chile, Col., Cuba, Ec., Hond. Méx., Nic. y R. Dom. Venático, maniático. Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde la acepción es poco usada. inconsulto, ta. adj. 1. Arg. y Cuba p. us. Dicho de una medida, de una disposición o de una resolución: Adoptada sin consulta previa a las partes interesadas. Comentario. Falta marca diatópica Perú. irrespeto. m. Cuba, El Salv., Pan. y Ven. Falta de respeto. Comentario. Falta marca diatópica Perú. jalar. […] ║ 4. coloq. Cuba y Hond. Aspirar con fuerza el humo del cigarro.


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Comentario. Falta marca diatópica Perú. laboratorista. m. y f. 1. Arg., Chile, Cuba, Ec., Méx., Ur. y Ven. Persona encargada de realizar análisis clínicos en un laboratorio. Comentario. Falta marca diatópica Perú. lacra. […] ║ ○ m. y f. 3. Cuba, R. Dom., Ur. y Ven. Persona depravada. Comentario. Falta marca diatópica Perú. levantar. […] ║ 29. coloq. Arg., Cuba, El Salv., Méx., Ur. y Ven. ligar con alguien, entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras con esa persona. En Cuba, u. t. c. prnl. Comentario. Falta marca diatópica Perú. librero, ra. […] ║ ○ m. 2. Cuba, Ec., Hond., Méx., y R. Dom. librería (║ mueble con estanterías para colocar libros) Comentario. Falta marca diatópica Perú. libreto. […] ║ 2. Cuba, Méx. y Ur. guion (║ texto con los detalles de un filme o un programa). Comentario. Falta marca diatópica Perú. machazo, za. adj. 1. Arg., Cuba, Nic. y R. Dom. Dicho de un hombre: valiente (║ esforzado). Comentario. Falta marca diatópica Perú. machona. adj. 1. coloq. Cuba, Ec., Hond. y Ur. Dicho de una mujer: De hábitos hombrunos. U. t. c. s. Comentario. Falta marca diatópica Perú. magullada. f. Cuba y Méx. magulladura. Comentario. Falta marca diatópica Perú. malacrianza. f. Bol., Cuba, Méx.R. Dom. y Ven. malcriadez. Comentario. Falta marca diatópica Perú.


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malecón. […] ║3. Cuba, Ec. y R. Dom. Paseo que corre paralelo a la orilla del mar o de un río. Comentario. Falta marca diatópica Perú. mameluco. […] ║ 3. Arg., Cuba y Ur. mono (║ prenda de vestir). Comentario. Falta marca diatópica Perú. marinovio, via. m. y f. 1. coloq. Cuba. Persona con quien se mantiene una relación amorosa y sexual estable sin casarse. En Ven., u. solo el m. Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde más se usa el m. masilla. […] ║ 2. Cuba. Pasta de cal viva y yeso que se utiliza para blanquear y alisar cielos rasos y paredes. Comentario. Falta marca diatópica Perú. mataburros. 1. fest. Arg., C. Rica, Cuba, Hond., R. Dom., Ur. y Ven. diccionario (ǁ libro). Comentario. Esta acepción es conocida en el Perú. mentada. [...] ⬛ ~ de madre. f. coloq. Cuba, Méx. y R. Dom. Injuria u ofensa dirigida a alguien con insultos contra su madre. Comentario. Falta marca diatópica Perú. mojito. 1. m. Cuba. Bebida que se prepara con ron, zumo de limón, agua, hielo y azúcar, y se adorna con una rama de hierbabuena Comentario. Falta marca diatópica Perú. mongo2, ga. […] 1. Cuba. tonto (║ falto de entendimiento o de razón). Comentario. Falta marca diatópica Perú. moquera. Arg., Cuba, Nic., R. Dom. y Ur. Secreción nasal continua. Comentario. Falta marca diatópica Perú. moreno, na. […] ║ 6. Cuba. mulato (║ nacido de negra y blanco, o al contrario). U. t. c. s.


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Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde moreno también significa ‘Persona de raza negra’. motorizado, da. […] ║ ○ f. 3. Cuba. Unidad de la Policía que patrulla las calles en vehículos automotores. Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde motorizado es ‘conductor de motocicleta’, aparte del uso adjetival, como “policía motorizada”. mucamo, ma. m. y f. 1. Arg., Chile, Cuba, Par. y Ur. criado (║ persona empleada en el servicio doméstico). Comentario. Falta marca diatópica Perú. noticiero, ra. […] ║ ○ m. 3. Cuba, El Salv., Guat., Méx., R. Dom., Ur. y Ven. noticiario (║ programa de radio o de televisión). Comentario. Falta marca diatópica Perú. olla. […] ║ ~ de presión. f. Cuba. olla a presión. Comentario. Falta marca diatópica Perú. operático, ca. 1. adj. Chile, Cuba y Ven. Perteneciente o relativo a la ópera. Comentario. Falta marca diatópica Perú. orden. […] ║ 19. Cuba, Méx. y R. Dom. Relación de lo que se va a consumir en una cafetería o restaurante. Comentario. Falta marca diatópica Perú. orillar. […] ║ 4. Cuba. Dicho de una persona o de una embarcación: Bordear la costa. Comentario. Falta marca diatópica Perú. pachanga. […] ║ 4. coloq. Arg., Cuba, El Salv., Guat., Nic. y Ur. Fiesta popular o familiar, generalmente con baile. Comentario. Falta marca diatópica Perú. papaya. […] ║ 2. Cuba y Nic. Órgano sexual de la mujer. Comentario. Esta acepción es conocida en el Perú, donde llevaría la marca “vulg.”


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pasear. […] ║ 12. coloq. Cuba. Dominar ampliamente una disciplina. Juan se pasea las matemáticas. Comentario. Falta marca diatópica Perú donde este verbo se complementa con la preposición con. pelado1, da. […] ║ 7. And., Arg., Bol., Cuba, Ec. y Ur. calvo (║ que ha perdido el pelo). U. t. c. s. Comentario. Falta marca diatópica Perú. pelotear. […] ║ 2. coloq. Bol. y Cuba. Hacer ir a alguien de un lugar a otro cumpliendo trámites o gestiones. Comentario. Falta marca diatópica Perú. prieto, ta. […] ║ 6. Cuba. Dicho de una persona: De raza negra. U. t. c. s. Comentario. Falta marca diatópica Perú. pujar1. […] ║ 5. C. Rica, Cuba, El Salv., Nic. y Ven. Emitir un sonido o voz particularmente característicos, cuando se hace un gran esfuerzo o se soporta un dolor. Comentario. Falta marca diatópica Perú. rengo1,ga. […] ║ 2. adj. Arg., Cuba, Méx. y Ur. Cojo por lesión de un pie. Comentario. Falta marca diatópica Perú. salvavida. m. y f. 1. Cuba, El Salv., Nic. y Ur. Persona encargada de la seguridad de los bañistas en una playa. Comentario. Falta marca diatópica Perú. Acá es en plural. salvia. […] ║ 2. Arg., Cuba y Ur. Planta olorosa de la familia de las verbenáceas. Se usa contra las hemorroides y para hacer una infusión estomacal. Comentario. Falta marca diatópica Perú. seco, ca. […] ║ tener ~ a alguien. loc. verb. 1. Cuba y Hond. Hartarlo con insistentes molestias.


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Comentario. Falta marca diatópica Perú. simpático, ca. […] ║ 4. coloq. Bol., Cuba, Méx. y Ven. Dicho de una persona: agraciada (║ bien parecida). Comentario. Falta marca diatópica Perú. sobar. […] ║ 5. Arg., Bol., C. Rica, Cuba, Ec., El Salv. Méx. y R. Dom. Dar masaje, friccionar. U. t. c. prnl. Comentario. Falta marca diatópica Perú. sonidista. m. y f. Arg., Bol., Chile, Col., C. Rica, Cuba, Ec., Méx., Nic., Par., P. Rico y Ur. Persona experta en producción, transmisión o emisión electrónica de sonido. Comentario. Falta marca diatópica Perú. taita. […] ║ 6. infant. rur. Bol., Chile, Col., Cuba, Ec., Hond. y R. Dom. U. para dirigirse o aludir al padre y a las personas que merecen respeto. U. t. c. coloq. Taita cura. Comentario. Falta marca diatópica Perú. tanque1. […] ║ 8. m. Arg., Cuba, El Salv., Méx., R. Dom., y Ur. Depósito de combustible de un automóvil. Comentario. Caso 4.1. Falta marca diatópica Perú. templado, da. […] ║ 7. coloq. Cuba, El Salv. y Ven. Dicho de una persona: De carácter recio. Comentario. Falta marca diatópica Perú, donde es de muy poco uso. tierno, na. […] ║ 9. adj. Bol., Chile, Cuba, Ec., El Salv., Guat., Hond. y Nic. Dicho de un fruto: Verde (║ que aún no está maduro). Comentario. Falta marca diatópica Perú. 4.6. Significado erróneo e inexacto en el Perú Son casos en que la información del artículo léxico, portador de las marcas Cuba y Perú, no es exacta en lo que atañe al Perú, sea porque a nuestro país propiamente corresponde otra palabra


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(por ejemplo, no usamos bañadera) o porque nos asignan un significado inexacto, como en el caso de carnero o fonda. bañadera. f. 1. Arg., Bol., Cuba, Méx., Par., Perú, R. Dom. y Ur. bañera (║ recipiente). Comentario. En Perú se emplea bañera y no bañadera; por tanto, la marca diatópica Perú es incorrecta, hay que quitarla. carnero1. […] ║ 4. m. Chile, Cuba y Perú. Persona que no tiene voluntad ni iniciativa propias. Comentario. En el Perú la definición es “Persona que incondicionalmente sigue las opiniones o mandatos de otra”. florear. […] ║ 12. Bol., Cuba y Perú. Hablar con circunloquios y rodeos. Comentario. Acepción conocida en el Perú, donde la definición sería “Hablar halagando”. fonda1. […] ║ 3. Bol., Chile, Cuba, Ec., Méx., Perú y R. Dom. Puesto o cantina en que se despachan comidas y bebidas. Comentario. Acepción conocida en el Perú, pero descartando “Puesto”. jaba. f. 1. Bol., Chile, C. Rica, Cuba, Ec., El Salv., Guat. y Perú. Cajón acondicionado especialmente para transportar botellas, piezas de loza u otros objetos frágiles. Comentario. En el Perú más exacto sería. “Caja con espacios entre listones para llevar frutas, aves, entre otros”. salar1. [...] ║ 5. tr. Am. Cen., Col., Cuba y Méx. Dar o causar mala suerte a algo o a alguien. U. t. c. prnl. Comentario. Falta marca diatópica Perú. El étimo de esta acepción no deriva del latín sal, como propone la Academia, sino de una lengua africana (Granda 1978). 4.7. Quechua y aimara Aunque Cuba es un país distante del Perú, algunas palabras peruanas de raíz procedente de lenguas nativas han llegado a


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ese país (algunos chamanes conocen allá la expresión pachamama, aunque no esté en el diccionario), pero el tratamiento lexicográfico ha sido deficiente, como el caso de amacayo (con error en la forma del étimo) y combo (donde atribuyen étimo nativo peruano de manera errónea). amacayo. (Del quechua amánkay ‘azucena’). m. Cuba, Méx, Nic. y Perú. flor de lis (║ planta). Comentario. La representación fonológica de quechua y aimara la norma del DLE es sin poner tilde (debieron poner amankay, no amánkay). En realidad, el étimo es quechua: hamanq’ay. Por otro lado, la forma del lema, sin la consonante nasal (“amacayo”), es desconocida en el Perú (Baldoceda 2016a). combo2. (Del quechua k’umpa ‘mazo de piedra’) […] ║ 2. Bol., Col., Cuba y R. Dom. Grupo musical que interpreta música popular. Comentario. En este artículo léxico solo las acepciones 3. y 4. (“puñetazo” y “mazo”, respectivamente) responden a étimo quechua, pero no la acepción 2. (Baldoceda 2016a). ñato, ta. (Del quechua ñatu). […] ║ 4. f. coloq. Arg., Cuba, El Salv., Nic., R. Dom. y Ur. Nariz de una persona. Comentario. Transcripción fonológica errónea; debe ser “(Por metátesis, del quechua t’añu).” Falta marca diatópica Perú (Baldoceda 2016a). 5. Conclusiones En el conjunto de artículos léxicos en que aparece la marca diatópica Cuba y relacionando esto con el Perú, tenemos inexactitudes de diverso tipo a las que hemos pasado revista, deficiencias cuya superación requiere un nuevo estudio que permita discriminar las diferencias, ya que incluso en los casos en que el significado es igual, la marca de uso es diferente, como ocurre con pinga; o bien tenemos casos de significado muy cercano, como fonda, que no designa lo mismo en Perú y Cuba.


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Respecto del DRAE, acierta en determinadas acepciones o formas complejas como amarre, cabello de ángel y flacuchento; registra acepciones o lemas desconocidos en el Perú como atracada (por atracón), machimbrado (por machihembrado), manubrio (por organillo de ambulante), receso (por recreo), zábila (por sábila); tiene acepciones poco usadas en el Perú, como balay y balsa (por empozamiento de agua); pone acepciones desusadas en el Perú, como jalar (por correr o andar de prisa) y mampuesto; omite la marca diatópica Perú, como en agripar, cantinero, hueso de la alegría y lacra; incluye significados erróneos o inexactos respecto al Perú, como bañadera (por bañera) y fonda; yerra en tratar étimos de palabras de origen quechua y aimara, como amacayo (<hamanq’aya), combo y ñato (no viene de ñatu sino de t’añu); no actualiza datos, como el caso de salar, que debería desdoblarse en salar1 (derivado de sal) y salar2 (causar mala suerte, que es de étimo africano). También habría que averiguar la situación de pata (‘amigo’) como cubanismo, que no aparece en repositorios de habla popular cubana; finalmente, en el artículo léxico pinga atribuye al Perú la marca “coloq. eufem.” cuando acá es “vulg.”. Referencias bibliográficas Academia Mayor de la Lengua Quechua (2005). Diccionario QuechuaEspañol-Quechua / Qheswa-Español-Qheswa Simi Taqe, Cusco: Academia Mayor de la Lengua Quechua. Baldoceda, A. (2016a). Observaciones de palabras aimaras, quechuas y puquinas en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española de la 23.a edición, 2014. Revista Letras, 87(126), 1-11. Baldoceda, A. (2016b). Observaciones al Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española (DRAE) de la 23.a edición, 2014. Revista Escritura y Pensamiento, 39(39), 175-190. Basterrechea, I. (2013). Cubaneando/Diccionario Cubano-Español. Recuperado de en http://diccionariocubaneando.blogspot.com/p/ alma-desnuda.html Cibercuba. (s/f). El primer diccionario de palabras exclusivamente cubanas. Recuperado de https://www.cibercuba.com/lecturas/2018-0120-u196555-e196506-s27315-te-presentamos-primer-diccionariopalabras-exclusivamente


Léxico de Cuba y Perú en el Diccionariao de la Lengua Española

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LA INCLUSIÓN DE MEXICANISMOS Y PALABRAS EN INGLÉS AL VOCABULARIO DE LOS JÓVENES POR EL USO DE REDES SOCIALES Dick Ronald Cáceres Navarro Universidad San Martín de Porres

Resumen La utilización de redes sociales ha revolucionado la forma de expresarse de sus usuarios, especialmente la de los jóvenes. Desde el inicio de su éxito con la llegada de Facebook en español se adoptaron formas propias de estos medios de comunicación digital para expresar ideas, sentimientos, así como estados de ánimo. Tal es así que hasta la fecha podemos apreciar la utilización de un formato singular que destaca en las redes sociales para emitir una opinión respecto a un acontecimiento, este es el meme. Es en estas piezas básicamente gráficas que se ha adoptado un léxico cuyo origen tiene dos principales componentes: palabras provenientes de la replana mexicana y términos de origen anglosajón que por su uso cotidiano en el habla hispana se han ido masificando por ser de fácil entendimiento entre los usuarios jóvenes de redes sociales. Palabras clave: redes sociales, memes, mexicanismos, inglés, internet, jóvenes, Facebook. 1. Introducción En la actualidad es necesario para estudiar el lenguaje de los jóvenes tomar en cuenta las redes sociales, ellos han crecido tomando a estos espacios digitales como centros de interrelación, y su avance en el mundo al parecer no tiene marcha atrás. Según


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reportes que toman data del 2017 son 3.028 millones los usuarios activos de redes sociales en el mundo y es Facebook la red que más ha contribuido con este avance al presentar 2.046 millones de personas en el planeta que tienen un perfil activo en esta plataforma digital. Por la representatividad en cuanto a cantidad de usuarios para el presente artículo hemos tomado a Facebook como la red social sobre la que observaremos la inclusión de mexicanismos y palabras en inglés al vocabulario de los jóvenes peruanos entre 18 y 24 años. Asimismo, fue importante el alcance global de esta empresa digital por considerar que los contenidos compartidos en su plataforma son producidos la mayoría de ellos por jóvenes de diversas latitudes. Son precisamente los jóvenes de distintas partes del mundo los que popularizaron a los memes como forma de expresión en redes sociales, por esta razón en este artículo definiremos desde distintos ámbitos lo que estas piezas gráficas y de texto representan para el uso del idioma español en la actualidad y describiremos cómo sirven para incluir palabras de origen mexicano e inglés en el vocabulario de las personas entre 18 y 24 años en el Perú. Finalmente adelantamos en la presente introducción que pudimos observar dos páginas de gran aceptación entre los jóvenes peruanos (18 a 24 años), las cuales tienen en total más de 948 mil seguidores y cuyo análisis nos permitió revelar cuáles son los mexicanismos y palabras en inglés que más se comparten en memes por jóvenes peruanos, así como la connotación que en su mayoría estos tienen. 2. Facebook para jóvenes El Reporte Digital in 2018, elaborado por las plataformas We are Social y Hootsuite, que fue lanzado el 29 de enero de este año reveló que: El Perú tiene 22 millones de usuarios de internet. Además, los inscritos en redes sociales suman 22 millones. Entrando en materia de esta investigación debemos destacar que este estudio reveló que Facebook cuenta con el mismo número


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de perfiles activos, lo cual revela la fuerza de la cobertura de esta red social, puesto que todos los que usan internet en el país están registrados en esta plataforma digital. Asimismo, para efectos de nuestra investigación destacaremos que son los jóvenes varones entre 18 y 24 años el grupo más grande de suscriptores de esta red sumando 3,7 millones; seguidos por el grupo de hombres de entre 25 y 34 años con 3,5 millones; en tercer lugar, sobresalen las mujeres entre 18 y 24 años con 3,1 millones de usuarias. (Reporte Digital in 2018, elaborado por las plataformas We are Social y Hootsuite). Las cifras antes expuestas revelan la importancia que en la actualidad tienen las redes sociales para los jóvenes, a esto añadiremos que diversas investigaciones desarrolladas desde el ámbito de la piscología realizadas por Echeburúa y Requesens (2012) afirman que “las redes sociales cubren necesidades psicológicas básicas de los adolescentes: hacerse visibles, reafirmar la identidad ante el grupo, divertirse o estar conectados a los amigos.» (p.23). Según la investigadora Araujo (2016) de la Facultad de Psicología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia las redes sociales facilitan muchos modos de socialización: desde el intercambio de mensajes en texto hasta el intercambio de fotos y videos. Todas las características que hacen atractivas a las redes sociales son particularmente valoradas por los usuarios más jóvenes. En el terreno de la comunicación tenemos que destacar lo argumentado por la mayoría de investigadores de las nuevas tecnologías de la información, quienes señalan que las redes sociales han cambiado radicalmente la forma de interrelacionarse de sus suscriptores, especialmente de los jóvenes, Aparici (2013) señala que “las redes sociales están cambiando totalmente la forma de relacionarnos, mientras para unos es una manera de socializarse y sentirse acompañados, para otros es, además, una forma de construcción social nueva que permite interacciones y conexiones de diferente naturaleza”. (s/p)


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En el espectro juvenil estamos frente a una población que ha crecido teniendo a las redes sociales como un nuevo espacio de interrelación, lo que para otras generaciones representaban lugares como el barrio, un club o un complejo deportivo, para los llamados “nativos digitales” internet y más específicamente las redes sociales como Facebook son ‘áreas virtuales’ en los que se produce el intercambio de mensajes, expresiones de humor y lazos de amistad entre otras formas de sociabilización, al respecto Urresti (2015) señala: Los jóvenes utilizan internet y las redes sociales para satisfacer diversos aspectos de sus vidas cotidianas. Los espacios de encuentro y sociabilidad como el club, la escuela, los bailes, los bares, la “esquina”, se articulan y conviven de manera compleja con las dinámicas y los nuevos espacios provistos por las TIC. (p. 58). Algunos investigadores aseveran incluso que la información que los jóvenes comparten en redes sociales sirve de ensayo para definir la personalidad que los caracterizará en la adultez, es decir utilizan el espacio virtual para ir construyendo una identidad, según Morduchowicz (2012) …la elección de los contenidos que eligen los adolescentes se vincula con la construcción de su identidad, en la que la web se posiciona como el espacio virtual en el que ensayan un perfil, sea real o ficticio, de quiénes son o quiénes quieren ser. Existen, dos mundos, uno virtual y uno real. (p. 1) Es importante destacar además que siendo internet un medio de comunicación de alcance mundial, sumamente instantáneo y que utiliza códigos culturales de fácil reconocimiento global ha permitido a los que usan redes sociales intercambiar información desde diversos puntos del planeta. En tal sentido, Fernández (2014) manifiesta que: Las redes sociales han puesto al alcance del ciudadano infraestructuras que soportan comunicaciones instantáneas con cualquier punto del globo. Son el más importante logro en la homogeneización cultural o globalización de los gustos y modas que ha extendido


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por el planeta nexos como un lenguaje compartido dotado de una simbología. (p. 115). 3. Jóvenes, redes sociales y el uso del idioma Es útil para este artículo explicar y utilizar el término literalidad electrónica propuesto por el lingüista Cassany (2012), el cual describe dos grupos de interacción sea simultánea (chat, juegos de simulación, entre otros) o asincrónica (email, web, foros, blogs), y sostiene que para entender cada una de estas formas de expresión se deben tomar en cuenta aspectos peculiares “Cada uno de estos géneros presenta nuevos parámetros pragmáticos, discursivos y verbales. La investigación sobre la literacidad electrónica estudia estos nuevos usos” (p. 6). Mencionamos lo expuesto por Cassany para entrar en materia del presente artículo (utilización de palabras y expresiones de origen mexicano e inglés por los jóvenes en las redes sociales) y argumentar que por su alcance global estas plataformas digitales utilizan elementos lingüísticos provenientes de diversas latitudes, los cuales se popularizan entre los jóvenes en nuestro país al ser el sector de la población que mayor participación tiene en estos medios de comunicación digital. Asimismo, Cassanny recomienda tomar en cuenta en la didáctica de la lengua el enfoque electrónico “en la enseñanza de la lengua debe incluirse la enseñanza de los discursos electrónicos, en la medida que en el uso real de la lengua estos ya ocupan un volumen importante” (p. 6). Respecto a los cambios ocurridos en el idioma español desde la aparición de internet, el investigador Alejandro Salgado (2007) sostiene que la incorporación de términos de origen inglés “está ampliando la riqueza de nuestra lengua” (p. 6). Por su parte el lingüista Marcos Marín (2006) sostiene que los contenidos en español en internet no perjudican a este idioma. “Considerar que las nuevas herramientas informáticas provocan


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el empobrecimiento de la lengua es un error. Lo que empobrece el idioma es la falta de estudio de muchos responsables de educación” (p. 28). Si bien comparte la idea de que las publicaciones en español publicadas en internet no ponen en riesgo el uso de este idioma, el lingüista José Antonio Millán (1997) advierte que la adaptación de términos extranjeros a esta lengua constituye uno de los factores de divergencia entre los países hispanohablantes y en el caso de internet se plantea un escenario de desigualdades. “De este modo, las opciones terminológicas nacionales, institucionales o incluso personales pueden multiplicarse, en detrimento de la unidad de la lengua con lo que chocaríamos contra la mutua inteligibilidad de toda la comunidad hispanohablante” (s/p). Una posición un tanto crítica es la que también expone el periodista y escritor Ernesto Parrilla (2007) quien admite que la irrupción de los medios digitales afecta el ámbito lingüístico por tratarse de una revolución en el plano comunicativo, sin embargo considera que “no se puede discutir la practicidad y el ingenio en ciertos casos frente a la transformación de la lengua y la mutación hacia nuevas formas como la substitución de letras, la abreviación indiscriminada, la aparición de nuevos términos, entre algunos ejemplos.” (pp. 131-132). El literato destaca además que esta tendencia de comunicación digital se entiende en cualquier parte del mundo, incluso entre países con idiomas y creencias distintas. Esta parte del desarrollo del presente artículo es propicia para considerar la percepción que algunos académicos tienen sobre la influencia de los jóvenes en el uso del lenguaje en los soportes digitales, en relación a esto las investigadoras Martínez y González (2009) señalan que: “Es obvia la influencia de la gran cantidad de tiempo que (los nativos digitales) pasan en Internet sustituyendo relaciones interpersonales directas por interacciones mediadas por una pantalla digital. De ahí también, que su uso del lenguaje sea distinto” (s/p).


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4. Los memes como medio para incluir expresiones de origen mexicano e inglés Como hemos apreciado hasta el momento en el presente artículo, los jóvenes objeto de nuestro análisis (peruanos entre 18 y 24 años) tienen características que deben tomarse en cuenta al momento de analizar su utilización del lenguaje en los medios digitales, a los cuales les dedican gran cantidad de tiempo, no solo para entretenerse, sino también para comunicarse, crear contenido y emitir opinión. Para acotar nuestra observación sobre la inclusión de mexicanismos y palabras en inglés al vocabulario de los jóvenes por el uso de redes sociales, centraremos nuestro análisis en la utilización de los denominados memes. Por esta razón a continuación haremos una observación teórica del significado de estos elementos gráficos de la comunicación de los medios digitales. Debido a su ahora cotidiana utilización existe una cantidad considerable de definiciones sobre esta expresión comunicativa propia de las redes sociales, para evitar confusiones en nuestro análisis tomaremos como base para su definición lo expuesto por el biólogo Richard Dawkins (1976) quien utiliza el término “meme” para referirse a una mínima unidad de transmisión cultural que es extendida por copia o imitación de persona a persona. Desde otra perspectiva en el ámbito etimológico la investigadora de la Universidad de Jerusalén, Limor Shifman (2013) sostiene que la palabra “meme” proviene de la raíz griega “mimeme” o “mimesis”, que significa a la vez “representación” e “imitación” (p. 363). Una de las peculiaridades de los memes es la utilización del humor y el sarcasmo como elemento de rápida propagación entre los usuarios de redes sociales.


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El investigador Carl Chen (2012) destaca que son considerados memes los elementos altamente contagiosos y humorísticos de la red “frases graciosas, imágenes ridículas con texto que son creados, encontrados y compartidos por usuarios de internet que usualmente pertenecen a comunidades online.” (p. 7) Estos elementos de comunicación propios de las redes sociales suelen ser de rápida propagación, asimismo hay que tomar en cuenta que muchos de ellos son fugaces y desaparecen con el tiempo. Respecto a esto, la escritora Susan Blackmore (1999) señala que: “al decir que los memes son egoístas, que no les importa algo, que se reproducen cuando encuentran la ocasión”, estamos queriendo decir que los memes supervivientes son los que se copian y se propagan y que los que no lo hacen, desaparecen (p.35) Aunque la sátira es común en la producción de memes hay que destacar que estos siempre van a transmitir una idea, una opinión o una postura respecto a un hecho o persona de considerable importancia dentro de una sociedad. El antropólogo Dassaev García (2014) manifiesta que: Los memes de Internet pueden definirse como un medio que transmite un suceso, material o idea -que pueden tener la forma de una imagen, video, música, frase o broma- que es seleccionada, modificada y transmitida de persona a persona en internet (s/p). Se debe destacar también que los elementos gráficos (fotos, dibujos, ilustraciones, caricaturas, escenas de películas, entre otros factores visuales) son imprescindibles para elaborar memes y es necesario un aprendizaje constante del significado de estos íconos para un mejor entendimiento de estos mensajes. Cole Stryker (2011) señala que: conforme el meme se vuelva cada vez más complejo y adquiera mayor importancia, quienes no sean capaces de mantenerse al día con los últimos fenómenos e


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iconografía cultural no podrán participar en las conversaciones que se lleven a cabo en la Red, porque no entenderán el lenguaje que ahí se utiliza. (s/p) Respecto al contenido escrito de los memes es importante resaltar que una de sus características es la brevedad, el alto impacto de la idea que comunican se debe a que por lo general está constituida por una o dos frases cortas que carecen de un sentido extenso de la descripción. En ese sentido Davison, citado en García (2014) manifiesta que “Los memes de internet son ideas y conceptos que ganan influencia a través de la transmisión por la red» (s/p). Por su parte Shifman (2014) señala que los memes comparten características tradicionales de contenido, esto es, la idea o el argumento del meme, la forma de presentar esta idea y la actitud del receptor/difusor ante el meme lo que lleva a compartirlo. 5.Redes sociales en México y Estados Unidos Es imprescindible para este artículo hacer una revisión de cómo es el consumo de internet y redes sociales en dos países: México y los Estados Unidos de América. Esto porque es evidente la correspondencia entre la cantidad de usuarios jóvenes considerados en este artículo (18 a 24 años) que utilizan Facebook en el Perú que están incluyendo expresiones provenientes de México y del inglés norteamericano y el mismo grupo de edad que utiliza redes sociales en los países norteamericanos antes mencionados. En relación al país azteca podemos destacar que el 88 % de los jóvenes mexicanos entre 18 y 24 años usa internet principalmente para acceder a redes sociales, esto fue revelado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) de México (Agencia EFE, 2016). Por su parte el maestro en Ciencias Computacionales de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) Leobardo


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Hernández Audelo reveló los resultados de una investigación y señaló que de los 120 millones de mexicanos unos 63 millones están conectados a internet y tienen un perfil en las redes sociales. El diario Excelsior (2017) señala que: México ocupa el cuarto lugar en el mundo (después de Filipinas, Brasil y Argentina) con usuarios que más tiempo gastan en uso de redes sociales, “en promedio cuatro horas y el nivel de aprovechamiento cultural y de conocimiento en México es bajo, mientras que los países que son más desarrollados, como Japón, las utilizan una hora en promedio”. (s/p) En la misma línea la asociación de Internet.mx presentó la edición 14 del Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2018, y dentro de la interesante información sobre el consumo de la red en el país azteca cabe destacar para efectos de nuestro ensayo que la principal actividad en internet para los mexicanos es acceder a las redes sociales, el 89% de mexicanos que cuentan con conexión a internet lo hacen para utilizar una red social. El mismo estudio muestra además que quienes cuentan con acceso a internet están inscritos en 5 de estas plataformas digitales en promedio, de estos la totalidad cuenta con Facebook (s/p). La información antes expuesta revela la relevancia numérica que tiene el país azteca en factores como acceso a internet y uso de redes sociales, lo cual explicaría que las expresiones escritas de origen mexicano se propaguen con facilidad hacia otros países de habla hispana como el nuestro. En cuanto a los Estados Unidos debemos considerar que hasta finales de 2017 se habían calculado 273.3 millones de personas conectadas a internet, de las cuales 191.1 tienen perfiles en redes sociales. En Facebook se han contabilizado 171, 4 millones de usuarios en el país norteamericano (Emarketer, 2017, s/p). Asimismo, debemos tomar en cuenta que en Estados Unidos el uso de redes sociales entre los jóvenes está experimentando cambios


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interesantes. Al parecer Facebook perderá la supremacía que ostenta siendo reemplazada por nuevas plataformas digitales las que están captando la atención de los usuarios de menor edad. Concentrándonos solo en el grupo que nos interesa para efectos de este artículo (jóvenes entre 18 y 24 años) debemos destacar que según un estudio publicado por el Pew Research Center (2018) la red social Snapchat es usada por el 78% de los jóvenes de 18 a 24 años en Estados Unidos, casi al igual que Facebook, con un 80% (s/p). 6. Metodología Para esta investigación, se observó las publicaciones de dos espacios de Facebook de gran seguimiento por los jóvenes peruanos entre 18 y 24 años: la FanPage One Love con 866 mil seguidores y la del grupo de Facebook Skaters Perú Full Ventas con 82, 390. El periodo en el que se analizaron dichos espacios fue del 1 de junio al 31 de agosto (62 días). Cabe señalar que ambos espacios de Facebook tienen un promedio de dos publicaciones al día, por lo que aproximadamente se analizó una media de 248 publicaciones en el periodo antes referido. Del total de 248 publicaciones debemos indicar que 130 utilizaron expresiones provienen del castellano de México y unas 85 palabras del idioma inglés. En este trabajo, analizaremos los términos y expresiones con el mayor número de publicaciones en ambas páginas de Facebook. Las entradas estudiadas se organizan en orden alfabético. 7. Análisis de términos y expresiones bato. Según asihablamos.com (2018), citando a la RAE (2018), esta palabra significa “Hombre tonto, o rústico y de pocos alcances”; a este significado considerado por la RAE, podemos añadir que “Se le llama así a cualquier persona del sexo masculino, es similar a wey y no tiene que ser amigo ni conocido para decirle bato”. Ejemplo: “Cuando no quiere ser tu novio, pero tampoco quiere que tengas otros batos”. (Publicado el 1 de julio de 2018 en la página One Love)


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buey. Una delas acepcionesque la Real Academia de la Lengua Española le otorga a esta palabra es la de persona tonta o mentecata. Ejemplo: “Mujer que no chinga, pues es buey”. (Publicado en la página Skaters Perú Full Ventas el 10 de junio de 2018) chingar. De los múltiples significados que la RAE (2018) considera para esta palabra tomaremos para efectos de este artículo “Importunar, molestar a alguien”. Según la Academia Mexicana de la Lengua (2018), chingada significa malo, fastidioso, deteriorado, persona en bancarrota, muy difícil, alguien que está mal de salud Ejemplo: “Cuando te estás yendo a la chingada pero eres feliz”. (Publicado en Skaters Perú Full Ventas el 1 de agosto junto a imágenes de un hombre ahorcándose) chaparro. Cervantes Virtual citando a la RAE (2018), sostiene que Chaparro proviene del vasco “txparro” con el mismo significado “persona rechoncha” Es preciso resaltar que según la biblioteca virtual Miguel de Cervantes el término chaparro se aplica a la persona de baja estatura. Ejemplo: “Todos conocemos a alguien chaparrita que cuando carga a un bebé se ve así” La imagen hace referencia a un personaje de ficción de la multinacional Pixar de la película Los Imposibles. (Publicado el 23 de julio de 2018 en la página One Love) fuck. Según Merriam Webster (2018), significa palabra vulgar, obscena. Ejemplo: “Cuando le enseño mi corazón a alguien…It’s so fucking big”. (Publicado en One Love el 9 de julio de 2018) naco/naca. Según el diario El País (2016), citando a la RAE, es un adjetivo de origen mexicano para referirse a las personas que provienen de los pueblos indígenas. La versión digital del diario


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El País de España la describe así “naco es sinónimo de indio (de los pueblos indígenas). El Diccionariode Mexicanismos la define como algo o alguien que se percibe como vulgar, de mal gusto; sin urbanidad o civismo; de origen indígena, o de bajos recursos”. Ejemplo: “Yo sé que es medio naca pero es mi amiga”. (Meme publicado en la página One Love el 17 de junio de 2018) outfit. Según Merriam Webster (2018) significa conjunto de ropa para una ocasión o actividad (2018, s/p). Ejemplo: “Yo preparando 42 outfits para un viaje de 3 días”. (Publicado en la página de One Love el 3 de julio de 2018) peda. La RAE considera a esta palabra como sinónimo de borrachera, utilizada en el habla popular. Ejemplo: “Yo asegurándome que todos tomen en la peda”. (Publicado en One Love el 6 de julio junto a una imagen del personaje mexicano el Chavo del Ocho) sad. Según Merriam Webster (2018), significa tristeza, infelicidad. Ejemplo: “Yo a las 2:00 am escuchando mi playlist sad, preguntándome qué hice mal”. (Publicado en One Love el 6 de agosto de 2018) when. Según Merriam Webster (2018), significa cuándo, adverbio de tiempo. Ejemplo: “When el borracho domina la doctrina egoísta, pero tu aún no”. (Publicado en la página Skaters Perú Full Ventas el 17 de junio de 2018) 8. Conclusiones Aproximadamente 63 millones de mexicanos tienen Facebook y otras redes sociales. Esta cifra explicaría la fuerza del país azteca para que se propaguen sus expresiones coloquiales en otros países. Lo mismo ocurrirían con el inglés: solo en Estados Unidos se calculan 171.4 millones se usuarios activos en Facebook.


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Los mexicanismos de mayor repetición en memes encontrados en nuestra observación fueron los siguientes: naco, bato, chingar, chaparro y peda. Como se mostró, estos adjetivos sirven para adjetivar de forma despectiva a una persona o una etnia por las características físicas o acciones atribuidas. Referencias bibliográficas Academia Mexicana de la Lengua. México: Secretaría de Educación Pública. Recuperado de: https://www.academia.org.mx, Aparici, R. (2013). Conectados en el ciberespacio. Madrid, España: Universidad Nacional de Educación a Distancia. Así hablamos.com. Recuperado de:http://www.asihablamos.com/ word/palabra/Vato.php Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de: http://www. cervantesvirtual.com Blackmore, S. (1999). La máquina de los memes. España: Ediciones Paidos. Cassany, D. (2005). Investigaciones y propuestas sobre literacidad actual: multiliteracidad, Internet y criticidad. In: Congreso Nacional Cátedra Unesco para la lectura y la escritura, (1), 24-26. Concepción. Actas... Concepción: Universidad de Concepción, 2005. Disponible en: <http://www2.udec.cl/catedraunesco/05CASSANY.pdf>. Acceso en: 22 dec. 2012. Cassany, D, Sala, J. y Hernández, C. (2008). Escribir al margen de la ley: prácticas letradas vernáculas de adolescentes catalanes. In 8º Congreso de Lingüística General. Chamorro, J. (2014). Viralización de contenidos y memes en internet. Tesis de Licenciatura, Universidad de Chile, Santiago de Chile Chen, C. (2012). The creation and meaning of internet memes in 4chan: Popular internet culture in the age of online digital reproduction. En Habitus. Año 3 [En línea]. New Haven: Yale University. Disponible en: http:// www.yale.edu/habitus/habitus_design_6.625_%283%29. pdf [Accesado el 24 de octubre de 2012]. Dawkins, R. (2006). The Selfish Gene: 30th Anniversary edition. Oxford, Oxford: University Press. El País. Recuperado de: www.elpais.es García, D. (2014). Las imágenes macro y los memes de internet: posibilidades de estudio desde las teorías de la comunicación. Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad, (6), marzo-agosto. Universidad de Guadalajara Guadalajara, México.


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LA LENTA GESTACIÓN DE LA LEXICOGRAFÍA MONOLINGÜE DEL CASTELLANO EN EL PERÚ Julio Calvo Pérez Academia Peruana de la Lengua

Resumen Durante la Colonia, fueron pocos y muy diseminados los trabajos de lexicografía monolingüe aplicada a la lengua castellana: todos los trabajos importantes tuvieron que ver, sin excepción, con la lexicografía bilingüe del quechua y en menor grado del aimara. Apenas el aporte sobre la letra M del Diccionario de Autoridades hecho por Diego de Villegas (APL 2015) y el análisis del léxico diferencial de Antonio Pereira y Ruiz (Carrión 1983a) destacan en este período. Advenida la República, el lento ascenso de la lexicografía peruana monolingüe será igualmente la pauta, pues no hay obras de enjundia dignas de mención hasta el último tercio del siglo XIX con Juan de Arona (1882/1883) y Ricardo Palma (1896, 1903). Ellos dos son los principales referentes en que se inspiran los lexicógrafos del castellano peruano hasta el presente. En este estudio, se busca explicar cómo se ha gestado la lexicografía monolingüe del castellano en el Perú. Palabras clave: lexicografía, diccionario monolingüe, castellano peruano, Colonia, República. 1. Introducción Mientras que la lexicografía bilingüe fue prematura en el Virreinato, por necesidades obvias de comunicación por parte


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de los religiosos con los nuevos fieles, que no hablaban lenguas europeas, la de la propia lengua española, pese a verse enriquecida con el nuevo léxico que aparecía por doquier al calor de los nuevos contextos en el habla oral y en la lengua escrita (crónicas, informes, cartas, etc.), tardó mucho en generarse. Esto se debió a varias causas: 1) menor necesidad de comunicación, ya que el contexto aclaraba pragmáticamente la comunicación, cuando no lo hacía la glosa directa o la sustitución de la palabra indígena por otra naturalizada antes en la Península, 2) Que la lexicografía monolingüe se desarrolló después, lo que acarreó que también sucediera así en las colonias, arrastradas por la inercia fatal del retraso, 3) que las colonias supusieron en sí mismas un lastre por culpa de la censura ejercida por los colonizadores, que impedía cualquier movimiento creativo que hiciera peligrar su poder y 4) que la ciencia lingüística nació tarde (en el siglo XIX), pero más tarde todavía lo hizo la Lexicografía (década de los 60 en el siglo XX), sumándose con ello el retraso a las causas anteriores. A pesar de todo, no se explica que una vez emancipado el Perú no se echara mano a las nuevas tecnologías lexicográficas desarrolladas en otros países de América o en la misma España, si no es por la poca capacidad investigadora, los pocos recursos, que el nuevo país dedicó a la investigación del lenguaje. En la presente investigación, se busca explicará la gestación lenta de la lexicografía monolingüe del castellano en el Perú. Este trabajo se rige por los principios de la investigación histórica, la cual recurre tanto a fuentes primarias (manuscritos, legajos de archivos, obras publicadas por los autores, etc.), como secundarias (publicaciones de obras anteriores, comentarios de los investigadores a las obras publicadas, etc.). Se basa también en la interpretación histórica, es decir en la manera peculiar de leer y glosar los contenidos, tal y como sugiere el acopio de la bibliografía final. 2. La Colonia En lo que sigue, voy a intentar pormenorizar un poco el panorama de la lexicografía monolingüe del castellano en el Perú. De


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momento, solo podré hacer mención a un trío de trabajos de lexicografía monolingüe recopilados en este período: Villegas (1734), Pereira y Ruiz ya en el siglo XIX (1816) y, entremedias, los trabajos de terminología (enciclopedia), elaborados al final del siglo XVIII como el de Alcedo (1786-1789). Carlos Arrizabalaga (2006) ofrece una de las noticias lexicológicas de que se dispone para valorar el aporte de Diego de Villegas y Quevedo (1696-1751) a la lexicografía monolingüe en el Perú. Al parecer, esta sería la primera gran incursión de un peruano en obras de este corte, un preludio muy lejano para lo que sería más de siglo y medio después el nacimiento de esta importante rama de la lexicografía en el Perú. Hace poco también, la Academia Peruana de la Lengua, consciente de los aportes pioneros del lexicógrafo piurano, ha publicado un libro sobre la letra M del Diccionario de Autoridades, que incluye facsimilarmente el trabajo de Lohmann (1944, pp. 7-57), del que se nutre Arrizabalaga, y en que se estudia de manera muy ponderativa el aporte de Villegas. Escribe Lohmann de “la grave empresa que llevaba con gran celeridad a término feliz: la composición de las células de la letra M que estaba puesta a su cargo”… “habiendo puesto tal calor en la tarea, que, aunque era usual que la compartieran varios colegas, Villegas la afrontó con éxito en plazo que se nos antoja angustioso para tan descomunal encargo” (p. 31). Lohmann matiza en nota que, si bien consta en las Actas académicas la labor de Villegas, “no debe hallarse limpia de hipérbole, pues es difícil admitir que Villegas consumara la comisión sin intervención extraña, habida cuenta de que no podía conocer profundamente los provincialismos y formas dialectales de la Península” (ibíd., n. 34). O dicho de otro modo, el aporte de Villegas es grande desde el chauvinismo, pero no tan grande desde la realidad del trabajo lexicográfico propio. Por el ajuste a la Planta, la letra M del diccionario solo pudo ser revisada, pero no realizada, por Villegas (se otorgó inicialmente a otro académico, Pedro


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Scotti de Agóiz, muerto en 1728, y a algún otro después de este antes de caer definitivamente en manos de Villegas), si bien es verdad que añadió su granito de arena al conjunto con sus correcciones y añadidos, de modo que en buena medida esa letra fue de responsabilidad exclusivamente suya1. La huella de la participación americana se deja sentir en esta letra mucho más que en otras como muestra Arrizabalaga, por más que Alonso Zamora Vicente dijera del lexicógrafo piurano que fue “otro académico de paso silencioso y fugaz”. Y es que como señala Arrizabalaga: “El 4 de marzo de 1732 presenta la combinación Ma, integrada por 1.060 cédulas. […] A principios de 1733, antes de viajar a Sevilla, entrega las fichas completas de la letra M. Dos años después, se despide de la corporación y regresa al Perú”, de modo que podemos decir que Villegas fue no solo rápido, sino eléctrico (como diría el recordado Alfredo Torero). En la letra M aparecen americanismos como macana, maguey y mamujar, palabras que pudo introducir cualquier otro académico a partir de las lecturas del Inca Garcilaso; también maíz, bastante universal; e igualmente otras entradas como mate, mazamorra, melón de Indias, mico y hasta miel silvestre, que se adjudicarían al

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También pudo tener algo que ver en la letra H, al menos para una última corrección como señala Arrizabalaga (resumen en Internet del artículo citado: “A Villegas y Quevedo, recién ingresado, se le encargó la revisión de la letra H, dice Zamora Vicente. Pero en realidad, la letra H le había sido encomendada con anterioridad a Fernando de Bustillo y Azcona, académico desde 1721, cuya abnegada labor fue destacada por Lázaro Carreter. Murió el 12 de enero de 1730, por lo que sus papeletas de esa letra pudieron pasar a manos de Villegas y Quevedo antes de ir a la imprenta. Pero si hacemos un breve expurgo de la letra H de Autoridades nos daremos cuenta de que no hay apenas alusión a las Indias. Ni siquiera trae hamaca aunque en el tomo I venía sin h- diciendo: ‘Lo mismo que hamaca, que es como se debe escribir’ (1726)”.


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ilustre antecesor, las cuales supusieron un aumento importante de los americanismos sobre la aportación exigua, en este apartado, de Sebastián de Covarrubias (Calvo 1991), que fue el pilar principal del Diccionario de Autoridades. La segunda mención a la lexicografía monolingüe castellana de la Colonia tiene que ver con los aportes a la lexicografía aplicada en el siglo XVIII. Igualmente, el progreso es poco en cuanto al dominio de las técnicas lexicográficas en el área técnica (Enciclopedia). Una excepción, sin embargo, la tenemos en las obras de geografía o historia como el Diccionario geográfico histórico de las Indias Occidentales (1786-1789) de Antonio de Alcedo, antecedente del de Mariano F. Paz Soldán de finales del siglo XIX (1877), que son en buena medida obras ajenas a la problemática lingüística de los diccionarios. Destacaremos también, por su importancia relativa, las referencias a la minería que siguen: José Rossi Rubí (Hesperióphylo) (1791), cuyo “Diccionario de algunas voces técnicas de mineralogía y metalurgía, municipales en las mas Provincias de este reyno del Perú” es un pequeño conjunto de lexemas técnicos sobre este campo. Obsérvese el retraso en el desarrollo de las artes y las ciencias en la colonia: ya por entonces se estaba publicando el gran diccionario de Terreros (1786-1793). Existe en cambio un recopilatorio léxico de la minería, con préstamos muy importantes de las lenguas andinas que se redacta a principios del siglo XVII (De Llanos 1983 [1609]).2 Durante el siglo XVIII se hicieron glosarios para facilitar la consulta de las obras literarias o de ensayo, pero como señala

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Esta obra tiene relación directa con el área andina de Charcas, por lo que no le dedico un estudio en profundidad al salirse del ámbito peruano.


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Carrión (2015 [1983b], 63) “no toda obra que luzca el título de Diccionario representa el resultado de una tarea lexicográfica”. Esta práctica es de tradición temprana, pues ya en las Décadas de Pedro Mártir de Anglería, que editó Nebrija, se sustenta esta práctica, como el listado de “las expresiones de texto que latinizaban voces americanas” (p. 70).3 Un ejemplo de glosario aplicado sería la edición peruana del Arauco domado (1596) del chileno Pedro de Oña o “las eruditas viñetas marginales” de la Lima fundada de Pedro de Peralta (1732).4 En realidad, el nacimiento de la Lingüística como ciencia tiene su germen en las mismas fechas en que se produce la independencia del Perú. No obstante, la apertura a otros campos fuera del religioso como es el del enciclopedismo (sobre todo a partir de la Revolución Francesa) y el de las taxonomías de otras ciencias

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De hecho, la lexicografía nace al mundo por la necesidad de explicar en el contexto las obras literarias. Un ejemplo temprano lo tenemos en la “Breve declaración de vocablos oscuros” en la Agonía del tránsito de la muerte con los avisos y consuelos que cerca de ella son provechosos (Toledo, 1537) de Alejo Venegas. El primer testimonio histórico lo tenemos ya en las obras de la antigüedad en oriente. Véase, por ejemplo, Trujillo González (2011). Sin duda alguna, en múltiples crónicas y escritos desde las primeras épocas de la Colonia, van apareciendo peruanismos, de los que se espera que en un futuro los lexicógrafos peruanos, hoy tan activos, confeccionen un Tesauro. Véase Arrizabalaga (2017: 22), a quien remito: “El primer repertorio de peruanismos se encuentra en la primera edición del Arauco Domado de Pedro de Oña (1596), aunque se trate de un glosario de apenas ocho indigenismos, entre los que se encuentran chicha, macana o molle. Luis Jaime Cisneros (1952) comenta también los que aparecen en la obra Miscelánea Austral (1602) del limeño Diego Dávalos y Figueroa, quien afirma con rotundidad: “tenemos ya por inseparables algunos vocablos destas [lenguas] bárbaras, y las usamos como si en la nuestra faltasen mejores términos para aquello mesmo (125)””. “A estos precedentes pienso


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y actividades humanas tendrán que traer tarde o temprano aires nuevos a los diccionarios renacentistas. Destaca por su importancia, el aporte temprano a la lengua oral de un asombrado visitante a Arequipa: Antonio Pereira y Ruiz. Este clérigo, de origen canario, acompañó a Arequipa al recién nombrado obispo Luis Gonzaga de la Encina en 1809. Al regresar a España siete años después, organizó sus apuntes en un trabajo conocido como Noticia de la muy noble y muy leal ciudad de Arequipa en el reyno del Perú.5 Más tarde, el opúsculo se publicó con el nombre de Noticias de Arequipa, fechado en 1816, apenas un lustro antes de la emancipación peruana. Esta obrita es considerada “como el primer vocabulario de peruanismos elaborado a partir del uso oral que se haya trasmitido hasta hoy”, según todos los testimonios conocidos sobre esta obra. En ella se detallan los animales y los frutos, la alimentación, la vestimenta, las milicias, el comercio y la vida en general de los indios, incluida su música. Y es que, como se ha dicho, Pereira es muy amigo de lo “populachero” (Hernández Gutiérrez 2008: 14), de ahí que no dudase en recoger material lingüístico de tal

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que habría que añadir las tablas que incluyó Andrés González Barcia (utilizando el seudónimo de Gabriel de Cárdenas) en su edición dieciochesca de los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega (Madrid, Nicolás Rodríguez Franco, 1726), ya que constituyen un nutrido glosario de peruanismos” (ibíd.; cf., además, Arrizabalaga 2009). La revisión de obras como la de Garcilaso (Arrizabalaga 2009), Arriaga (Calvo 2016), Molina el Cuzqueño (Calvo y Urbano 2008) y tantos otros dieron en su tiempo peruanismos de gran interés, al margen de los diccionarios y lexicones que tenemos en esta exposición como objetivo primero. Para una biografía del autor, véase Hernández (2008). En ella se especula que Pereira no acabó de poner en orden sus datos hasta dos años después de la fecha tomada como referencia, es decir en 1818.


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corte. Con una fuerte vocación también por lo ameno, no dudó en hacer ilustraciones propias, algo así como si se tratara del Guaman Poma canario. La obra Noticias de Arequipa, una especie de libro de viajes, según su autor, ha sido estudiada entre otros expertos por el minucioso lingüista peruano Enrique Carrión (1983a): es una obra fundamental para tal menester, dado el rigor científico del autor del estudio. Hay también una edición española de Hernández González (2009, 13-27). He aquí un fragmento de la obra, el de los “Nombres provinciales de la Ciudad de Arequipa”:

1. Hay algunos nombres propios con el hipocorístico arequipeño (Antonia, que se dice Antuca), casi todos de nombre de mujer (excepto Agustín, que es Acuti). 2. Se da un predominio de los nombres comunes, ya sean estos de procedencia quechua (como cueva, que se dice huaca),


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ya castellana con léxico diferencial (cometa de papel se dice volador). Hay también verbos y adjetivos. 3. El autor escribe tal y como oye las palabras (rapasejo por <rapacejo> o sapayo por <zapallo>, al margen del origen y ortografía tenida por correcta). 4. Muchas de las palabras recogidas siguen vigentes en la actualidad (como gallinazo, concho, chucho, chumo, ñato o timpusca), luego hace una elección adecuada. 5. Señala con asterisco los quechuismos (aunque alguno no lo sea como atingirse < lat. attingĕre y equivalente a atañer). 6. Marca con v. las palabras vulgares, casi todos los quechuismos, lo que es un prejuicio (por ejemplo, huaca no lo es: estaba y está estandarizada). En efecto, este autor sintió que su raza y orígenes eran en todo momento superiores a la de indígenas y criollos. 7. El autor de la recopilación suele estar acertado. Nos parece que yerra en barranquera (lloclla, cuando debiera ser huaico, dejando lloclla para las avalanchas de agua y lodo), pero ya se había producido la metonimia; hay un cruce de significados de estas palabras que llega hasta la actualidad: hoy la gente llama huaico a esas inundaciones, desplazando el original significado quechua. 8. El total de entradas en esta sección es de 178, una buena muestra de inicio. Con este pobre bagaje absoluto, aunque relativamente nos parezca tan importante, llegamos a la época republicana. 3. La República En mi libro La lexicografía peruana, calentito del horno, dedico un espacio al período que comprende desde la emancipación del Perú hasta la obra de Juan de Arona, autor que pongo como límite de mi intervención. Por las pesquisas de esta obra, se puede afirmar que la lexicografía monolingüe del castellano


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crece espasmódica, falta de regularidad desde 1821. En efecto, la lexicografía monolingüe peruana, fuera de pequeñas excepciones, creció con más vigor cuando el Perú pudo asumir sin ambages que era un país independiente y lo hizo tarde: más de 60 años después de la emancipación del país. Por otro lado, surgió de un modo errático, apuntando muy lejos de lo que ya eran prácticas lexicográficas dignas de consideración no solo en otros países del mundo, sino incluso en los de habla hispana. Importaba más, de hecho, reivindicarse como entidad nacional (caso de Arona) que organizarse científicamente (a partir de Palma). Los aportes en este campo se circunscriben al campo del enciclopedismo, con fuertes resabios de lo que la obra cumbre de la Ilustración francesa: L’encyclopédie (1751 y 1772), y a los estudios sobre la lengua vulgar, como preámbulo del Diccionario de Peruanismos de Arona y su énfasis en el vocabulario diferencial del Perú sobre los referentes académicos de la Península. ¡Y vaya que hay simetría a partir de la ortodoxia de Villegas, seguida por la de Palma, entre el material diferencial y el enciclopédico de la fase última de la Colonia y la primera de la República! ¡Pero también está el desierto! En los 150 años que median entre Villegas y Arona, se divisa apenas alguna que otra palmera en mínimos oasis rodeados de desierto por lo que respecta a la recolección lexicográfica de las palabras castellanas. Voy a dedicar un mínimo espacio a comentar esas pequeñas aportaciones a nuestro tema. Según Carrión (2015 [1983b]) y la consabida Bibliographie de Rivet y Créqui-Montfort (1951-1956), entre otras fuentes, disponemos en el intervalo citado de los siguientes aportes: La primera noticia de Carrión (op. cit.) sobre obras posteriores a la independencia hace referencia a Manuel Ascencio Segura (18051871), quien “empleó, con gracia original de escritor auténtico, voces que no estaban en el diccionario pero si [sic] en el habla diaria de la gente común. Estampó así los llamados criollismos y


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engalanó también la curiosa sintaxis popular, adelantándose, en esta forma, a Ricardo Palma” (ibíd.; cf. Segura, dd.ff. [1858]). Pero una cosa es utilizar cierto tipo de léxico y otra recopilarlo con intención de fijar el repertorio de una lengua por la vía de la colección más o menos exhaustiva de vocablos. De hecho, este período está vacío en cuanto a repertorios generales de lengua se refiere. No así en lo que toca a la Enciclopedia. Anteriormente he señalado, de manera sucinta, las obras enciclopédicas coloniales. Toca repasar ahora las republicanas anteriores o contemporáneas de Arona. Son obras de carácter técnico de este período las que siguen, donde sí hay algunos detalles a considerar, como la mayor abundancia y frecuencia de las obras realizadas. El positivismo decimonónico vino a reforzar al enciclopedismo del siglo anterior. Entre ellas merece interés destacar en primer lugar un diccionario técnico de la minería de Rivero (1829): a) Mariano E. Rivero y Ustáriz (1857 [1829]): “Diccionario de las principales voces técnicas de la mineralogía peruana” Este recopilatorio terminológico es muy digno de reseñar no solo por la fecha de su primera edición, 1829, sino por el elevado conocimiento técnico de su autor, precursor de la minería moderna. La obra venía precedida, a su vez, de importantes especímenes de siglos atrás, el de García de Llanos (1609-1611) y el Hesperióphylo (1791). b) Juan de Espinosa (1855): Diccionario para el pueblo: republicano, moral, político y filosófico. Este diccionario está hecho a imitación de la enciclopedia y siguiendo la pedagogía ilustrada, para educar políticamente al pueblo, que se genera en el siglo XVIII. La obra, en efecto, tiene alguna conexión con el Dictionnaire philosophique de Voltaire (1764), señala Carrión, aunque está realizado con otro criterio, pues el del francés se parece mucho más a un diccionario que el peruano, que presenta sobrecarga ideológica,


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en consonancia con aquellos a los que va directamente dirigido. Véanse un par de muestras del antecesor francés, acondicionado a su uso en línea, y una muestra del de Espinosa, consultable en la red (http://tinyurl.com/zw3ck99): Beau (adjectif) Qui réalise un idéal par rapport à son genre. Qui provoque un plaisir esthétique. Beau (nom commun) Norme du jugement esthétique. […] Culture (nom commun) -(Agriculture) Travail de la terre par lequel l›homme en améliore la production et en tire des résultats qu›elle n›aurait pas donné spontanément. -(Intellectuel) Processus par lequel l›homme développe ses facultés intellectuelles et s›extrait de l›état où il serait spontanément resté, par analogie avec (1). -(Anthropologie) Ensemble des pratiques, connaissances, traditions et normes propres à un peuple ; résultat de la culture au sens (2). Opp. nature. Souvent syn. civilisation. -(Par extension) Ensemble des pratiques, connaissances, traditions et normes d›un domaine ou d›une communauté donnée. -Ce qui relève des arts, dans leur dimension esthétique. -Terre cultivée ou ses produits, souvent au pluriel. -Connaissance de, proximité avec une culture (3) ou (4).

Compárese con la disposición y extensión de Espinosa (1855):


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La obra de Espinosa, nacido en Montevideo en 1804 y conocido como el “Soldado de los Andes”, ha sido editada por McEvoy (2001), donde “demuestra con un impecable rigor argumentativo su importancia fundamental para una comprensión más profunda del republicanismo, del «catolicismo cívico» y de los discursos emanados de la élite letrada que interpelaban en clave democrática o populista al pueblo en el Perú decimonónico” (según la reseña publicada sobre esta obra en la red en el portal cervantesvirtual.com, en (http://tinyurl.com/zqop9yw). En ella se percibe el carácter enciclopédico real del diccionario, cargado de anécdotas, una costumbre que sería caldo de cultivo para el de Arona y otros autores hasta la actualidad. c) Francisco García-Calderón Landa (1860-1864): Diccionario de la legislación peruana. La motivación de esta obra la manifiesta el


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jurista arequipeño por “la imperiosa necesidad que tenemos de una obra de derecho, que reuniendo todas las leyes y decretos que nuestros códigos contienen, ofrezca, por decirlo así, un cuadro completo de ellas. Esta necesidad es bastante conocida por los que tienen motivo de consultar diariamente ya los códigos de las leyes, ya la colección oficial, ya los periódicos del Gobierno” (tomo I, p. I. Lima). Como se observa, se trata de una recopilación ordenada, aunque se le llame diccionario. d) Manuel de Mendiburú (1874-1890): Diccionario históricobiográfico del Perú. Esta obra tiene importancia en cuanto que sirve de fuente para conocerlas grandes personalidades del mundo peruano. Se trata sin duda de una recopilación de carácter enciclopédico, que, al margen de su importancia intrínseca, no destaca por su interés teórico en lexicografía. Como señala Carrión (op. cit., p. 64): “era una especie de nómina alfabetizada de la historia peruana hasta el fin de la dominación española”. Véase una página para que se compruebe el alcance y disposición de este diccionario: e) Mariano Felipe Paz Soldán (1877): Diccionario geográfico estadístico del Perú, contiene además la etimología aymara y quechua de las principales poblaciones, lagos, ríos, cerros, etc., etc. Este trabajo recopilatorio lo presentan Rivet y Créqui-Montfort en el número 515 (2º vol.) de la Bibliographie. Estamos de nuevo ante una obra enciclopédica, de más de 1.000 páginas, centrada en la geografía peruana y con múltiples referencias a asuntos etimológicos en los que no resulta fácil depositar la confianza ya que el autor hace terminologías anecdóticas y de poco calado científico como la que otorga a Huarochirí, en que el significado que emana parte de la leyenda de que el Inca Pachacútec sintió frío y pidió un calzón (< wara ‘calzón’ + chiri ‘frío’), pero que presenta un orden alfabético riguroso, lejos de las veleidades que los lexicógrafos han desplegado en torno a las lenguas indígenas del Perú o los vocabularios monolingües. Y es que en el siglo XIX en América se tomaba más en serio el listado enciclopédico que el


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lingüístico, excesivamente adelgazado de contenido en las obras antecedentes para la psicología de la época.

f) Finalmente, Claudio de Osambela (1898) publicó su «Diccionario oriental del Perú» (BSGL, VIII: 81-104), un artículo temático de poco más de 23 páginas. g) Entre los antecedentes léxicos de su obra, según el propio Arona, está el del erudito y escritor romántico Miguel Riofrío,


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que se aplicó a la gramática y al léxico del español con fines didácticos. Anterior a él, aún en la primera mitad del siglo XIX, Arona recoge también la obra pedagógica Recopilación de voces alteradas por el uso vulgar (1859) del arequipeño Hipólito Sánchez Trujillo. Respecto al antecedente más próximo en el tiempo, Riofrío publicó en 1874 una obra sobre el Perú en base a los mismos objetivos, que sirvió de especial norte al primer Diccionario de Peruanismos. Me refiero a: Miguel Riofrío (1874): Correcciones de defectos de lenguaje para el uso de las escuelas primarias del Perú. Esta obra, de algo más de 50 páginas, ha tenido además una edición en Quito en 1971. El opúsculo se concibió como ayuda para evitar barbarismos, solecismos, arcaísmos y neologismos, y con el afán de que los escolares aprendan a hablar correctamente la lengua y a utilizar un vocabulario selecto. Hay que decir, sin embargo, que la obra, pese a su importancia para el tema de la unidad de la lengua, no tiene la estructura de un diccionario, aunque como subraya Carrión: “Riofrío ha proporcionado muchos datos referentes al Perú, aprovechados por los estudiosos del español” en defensa de los registros coloquiales con los que llenar “un vacío del diccionario oficial” (2015 [1983b]: 78). Por otro lado, el reconocimiento de formas coloquiales correctas, regidas por la Academia, ralentizará la división del idioma, peligro que el autor ecuatoriano comprueba en los datos que maneja. Por eso, bajo el paraguas académico, en muchos países se está intentando por esas fechas hacer converger el vocabulario hacia formas puristas, con fines pedagógicos. Ese vocabulario, sin ser un diccionario, recoge las divergencias dialectales peruanas de manera sencilla en “el cuerpo principal de la obra, ordenado a dos columnas (Se dice y Debe decirse)” (Huisa 2006: 80-81). Y así lo afirma el autor: Para llenar el vacío que dejan en esta parte la Gramática y la Literatura elementales; para que incurran en el menor número posible de faltas, los que no hubiesen tenido la fortuna de estudiar ni aun estos ramos, y para que eviten aun los mismos escritores


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públicos los provincialismos en que pudieran caer por haberse familiarizado con ellos, se han formado en España, Cuba, Colombia, el Ecuador y Chile, pequeños diccionarios de correcciones de los defectos lexicográficos, sintáxicos [sic] y de acento, que se habían arraigado en cada una de esas provincias de la gran nacionalidad idiomática española (1874: V-VI).

Por tanto, es preciso recurrir a dos listados de provincialismos: los necesarios y los perniciosos: “De esta manera, traza una clara distinción entre los términos que llama «provincialismos». De un lado, se refiere a un conjunto de ellos como incorrecciones del lenguaje que deben ser evitados («para que eviten aun los mismos escritores públicos los provincialismos en que pudieran caer por haberse familiarizado con ellos», 1874: IV); de otro, un segundo conjunto integrado por aquellos que se refieren a objetos americanos («voces provinciales de objetos americanos», 1874: XII)” (Huisa 2006: 81).

Eso no es obstáculo para que incluso Riofrío caiga en errores como señalar que debe escribirse <adefecio> en vez de <adefesio>, ni <aerólito> por <aerolito>. En los intervalos de estas obras se encuentra poca lexicografía; tal vez, pequeñas listas (que no recopilaciones) de palabras que se van incrustando en obras de cualquier tipo y que van a ser el germen de los diccionarios posteriores. Tenemos gran cosa de arena y agua y poca cosa de cal o cemento para cuajar nuestra argamasa. Por eso serán tan bien venidos Arona y Palma, ya en las postrimerías del siglo XIX ya al filo del XX. 4. Conclusiones Ni la Colonia ni la República peruana fueron suficientes alicientes para que naciera con vigor una lexicografía monolingüe


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propiamente peruana. Hicieron falta 200 años de historia peruana para que tengamos una primera aportación digna de tal nombre de parte de un lexicógrafo peruano. Se necesitaron 60 años más después de la Emancipación para que se pueda hablar de un diccionario monolingüe del español genuinamente peruano. Mientras tanto, se nos ofrecen solo pequeñas muestras del quehacer lexicográfico de nuestro país, como muestra este artículo, destacando, si acaso el prurito enciclopédico que se desarrolla en el Perú con Alcedo (1786-1789), Espinosa (1855), Mendiburú (1874-1890) y Paz Soldán (1877) a remolque del enciclopedismo francés de la Ilustración. Referencias bibliográficas Academia Peruana de la lengua (2015). Diego de Villegas y Quevedo: La letra “M” del Diccionario de Autoridades. Estudio preliminar: Guillermo Lohmann Villena, pp. 7-57, publicado inicialmente en 1944. Colección: Clásicos de la Academia, 1. Alcedo, Antonio de (1786-1789). Diccionario geográfico histórico de las Indias Occidentales. Madrid: Imprenta de Benito Cano. Arrizabalaga, C. (2006). Don Diego de Villegas y Quevedo Saavedra y su contribución al Diccionario de autoridades. Actas del Congreso Internacional de Lexicología y Lexicografía “Miguel Ángel Ugarte Chamorro». Lima, 19-21 de abril de 2006. Hay resumen como “La contribución de un piurano al tomo IV del primer diccionario de la Academia (1734)”, de 28 de septiembre de 2008. En Temas lingüísticos: Recuperado de http://carlosarrizabalaga.blogspot.pe. _______________ (2009). Garcilaso como fuente de la lexicografía peruana. Boletín de la Academia Peruana de la Lengua, 48, pp. 11-21. _______________ (2017). Lingüística peruana. Introducción bibliográfica [a los estudios sobre el castellano en el Perú]. Piura: Universidad de Piura. Consultada también la redacción preliminar; todo gracias a la generosidad de su autor (50 páginas). Calvo, J. (1991). Sebastián de Covarrubias o la fresca instilación de las palabras. Cuenca: Diputación de Cuenca. _______________ (2016). Aporte lingüístico para interpretar la Extirpación de la idolatría del Pirú de Pablo José de Arriaga (1621). En


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PLANTAS CON PROPIEDADES MEDICINALES EN HISTORIA DEL NUEVO MUNDO (1653) DE BERNABÉ COBO Rosa Carrasco Ligarda Universidad Femenina del Sagrado Corazón Resumen El artículo estudia las voces ají y puru puru sobre las propiedades medicinales que para estas plantas registra Bernabé Cobo en su Historia del Nuevo Mundo (1653). Se realiza un estudio diacrónico sobre el origen del apelativo de la planta (si es propio de la lengua general, aimara u otra). Para ello, los lemas se contrastan con otros registros en otras crónicas, estudios y diccionarios. En dichos materiales, se verifica las acepciones y las propiedades medicinales que se les atribuyen o efectos que producen en los seres humanos y su caracterización (conocimiento o desconocimiento) dentro de la medicina alternativa actual en nuestro país. Palabras clave: plantas medicinales, ají, puru puru, efecto medicinal, salud. 1. Introducción Bernabé Cobo termina su Historia del Nuevo Mundo alrededor de 1639. Esa obra traduce un conocimiento vivencial de cada planta que trata, con precisión en la descripción morfológica, fonética, culinaria u otras, y menciona si su nombre es quechua o aimara o de origen centroamericano. Describe con detalle los usos medicinales de raíces, yerbas, arbustos o árboles; y en algunos casos, intercala comentarios o refiere experiencias o anécdotas


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para ejemplificar su empleo, solo o combinado con otras sustancias. Algunos de esos saberes son vigentes actualmente. Según Eugenio Yarcovleff y Fortunato Herrera, Cobo estaba “dotado de espíritu observador y verdadero cariño por las cosas de la Naturaleza, es uno de los precursores de los verdaderos científicos” (Yarcovleff y Herrera 2018). De entre más de 100 plantas medicinales que trata Cobo tenemos acana, achira, ají, amancaes, ancharupa, anocara, anocarazapallo, de la araňa, bledos blancos y rojos (kiwicha), berro, bola, cacahuara, cachun (pepino dulce), camina, cardo santo, chamico, chapichapi, chauchachaucha, choclla, chuquicanlla, cochayuyo (cushuro), copana, cuchuchu, cunturire, espinco, guachanca, guahi, guariconca, hacaguaguani, hampeani, haratuc, harmico, higuaña, hopahopa, isaña, itapallo, jiquima, lacrataruca, latalata, maca, maíz, maní, musgo, nudillo, oca, ortigas, papa, payco, pencácuc, perebecenu, poroto, pulla pulla, pupusa, quinua, quinta laura, sallica, soyco-soyco, suelda consuelda, tabaco, ticsau, tinyatinya, totora, tulma, tulquina, ulluma (olluco), viñayguayna, yerba, yuca, zarzaparrilla, yerba de Santa María, yerba de la araña, bejuco, cardón de la achuma, achupalla (piña), apincoya, árbol de la inmortalidad, calahuala, cardón de la isípula, casigua, chacatia, chilca, cilla-cilla, coca, floripondio, maycha, moco-moco, muña, mutuy, pinco-pinco, pupa, puru puru, quelluquellu, sopo (tola menor), sunchu, tuna, yareta, yerba hedionda, achiote, almendra de los andes, anona (guanábana), cacao, quina quina, (cascarilla), chirimoya, espigua, espingo (tara o taya), guandor, guayaba, guayacán (palo santo), guayroro, lúcuma, liquidámbar, madre de coco, mamey, molle, palta, papaya, parca, piñones de purgar, polipodio, raíz de la china, sangre de drago, siaya, siga, sogue (sauce), tarco, tipa, vilca, yaruma. Esa prolífica relación evidencia el desarrollo de una sabiduría nativa sobre el valor medicinal y los efectos positivos de plantas que detalla Bernabé Cobo. Sin embargo, actualmente el conocimiento de ellas varía: a) Algunas no se han identificado, han desaparecido, tienen otro nombre o no se las ha investigado, por lo cual carecen de nombre científico como pencácuc, ancharupa, anocarazapallo, cabega, bola, chuquicanlla, cunturire,


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guahi, guariconca, hacaguaguani. Otras son b) empleadas en la gastronomía, pero se desconoce sus beneficios medicinales, como el maíz, el ají, la papa, el berro, el cochayuyo. Las hay c) conocidas, pero no se sabe o conoce poco de sus beneficios medicinales como la ortiga, el molle, el payco, la totora, el floripondio. Entre las d) desconocidas, aunque sí tienen nombre científico están las siguientes: puru puru, maycha, tola, yareta, vilca. El objetivo de la presente investigación es contribuir al conocimiento y valoración de las plantas medicinales nativas para aprovechar su potencial benéfico en la salud y considerar las regalías que pueden producir su comercialización como una de las riquezas de nuestro país. Por las limitaciones de espacio, en el análisis tan solo trataré un fruto conocido y fundamental en el Perú, el ají, y una planta desconocida, cuyo nombre científico hemos podido precisar, el puru puru. 2. Las plantas en los diccionarios Los nombres de las plantas nativas en el Perú generalmente son de origen del quechua o del aimara; sin embargo, algunos proceden de lenguas centroamericanas debido a que los españoles, antes de llegar al Perú, habían aprendido los apelativos de algunas que existían en esa zona como maíz, yuca (del taíno), cacao, achiote, tomate (del nahuatl), maguey (voz antillana), tabaco (de Nueva España). Esas palabras se imponen en el uso cotidiano, se registran en las crónicas y en otros documentos, lo que es el inicio de su incorporación en el castellano estándar. Entre los términos foráneos que se arraigan en el Perú y desplazan a los nativos está “ají”, proveniente de la isla Española, a pesar de ser un fruto que formaba parte de la gastronomía cotidiana incaica. Pese a que en el Perú se impone el apelativo “ají”, el que se aplica en España para la planta y el fruto es “pimiento”. Pronto los diccionarios registran el nombre del fruto en quechua y en castellano, como se aprecia en el cuadro donde se observa una errata al confundir la “pimienta” que es la especia con el “pimiento” que es el nombre del ají en los primeros diccionarios


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escritos en el Perú de fray Domingo de Santo Tomás (1965[1563]) y el Anónimo (2014 [1586]): 1) Fray Domingo de Santo Thomás Lexicón o Vocabvlario de la Lengua General del Perv, 1965 [1563]

2) El Anónimo

Rocoto. agi grande y redondo, que quema mucho. Vchu. Agi. Pimienta de yndias. Vchu. rocoto |ruqutu|. Ají grande y redondo que quema mucho.

Arte y Vocabvlario en la Lengva General del Perv 2014 [1586]

vchu |uchu|. Ají.

3) Diego Gonçález Holguín

Vchu. El común agí.

Vocabvlario de la Lengva General de todo el Perv 1989 [1608]

Rocoto. Agi grande y hueco que no quema mucho.

pimienta de Indias. vchu |uchu (Anónimo, 2014 [1586], 449)

Pimiento de Indias. Vchu. Pimiento de indias: Huayka.

4) Bertonio, Ludovico

Huayka: Axi, cuyas especies se hallaran en la primera parte en el vocablo axi.

Vocabvlario de la Lengva Aymara 1984 [1612]

Axi: vide supra Agi. Agi: Huayka. Agi colorado larguillo. luki huayka. Agi grande redondo. Locoti.


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Años más adelante, en el Diccionario de la Academia de 1817, denominado entonces Diccionario de la Lengua Castellana (DLC), se define la entrada “pimiento” como “El fruto de la planta del mismo nombre. Es una baya carnosa y hueca, y según las distintas castas mas ó menos grande, redonda o cuadrada, ó en forma de cuernecillo, lisa ó escabrosa, y que contiene en el centro varias semillas redondas, chatas y de color amarillo. Antes de madurar es de color verde subido, y cuando madura encarnado, y según las varias castas de gusto mas o menos picante, ó enteramente dulce. Úsase como condimento. Capsicum” (RAE, 1817: 676). La diferencia entre ese fruto y el “pimiento de las indias” es el nivel de picor que posee el fruto: “PIMIENTO DE LAS INDIAS. Cierta casta de pimiento conocido también con el nombre de agá, que es enteramente redondo, de unas cuatro lineas de diámetro, y de gusto sumamente picante. Capsicum.” (RAE, 1817: 676). Nótese que se el apelativo “agá” puede tratarse de una errata. La primera vez que consigna el DLC la entrada “agí” es en la edición de 1822. La acepción de esa palabra no se refiere ni a la planta ni al fruto sino a una “Especie de salsa usada en América, cuyo principal ingrediente es el pimiento llamado también agí. Alliati genus apud americanos” (RAE, 1822: 22). En esa edición no se registra “ají”. El primer diccionario de la Academia que registra la entrada “ají” con la acepción de fruto picante es el de 1884: “Ají. m. Especie de pimiento americano, encarnado, pequeño y picante. Salsa usada en América, cuyo principal ingrediente es este pimiento” (RAE, 1884: 28) En cambio, la palabra “puru puru” corresponde a una planta que actualmente casi no se la conoce y no figura en el diccionario. 3. Metodología El propósito de la investigación es revisar las palabras “ají” y “puru puru” a partir de una perspectiva histórica, lexicográfica y medicinal. Para la selección de esas palabras, se ha fichado el vocabulario de plantas medicinales que corresponden al Perú


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consignadas en la Historia natural de las Indias de Bernabé Cobo. Para el análisis se ha consultado diversas fuentes escritas, como crónicas y estudios de plantas; también, se ha realizado consultas a especialistas sobre plantas en el Perú y en el extranjero. 4. Análisis diacrónico 4.1. La voz “ajì” El ají es una planta que pertenece a las Capsicum spp., Solanum americanum (Brack), con más de treinta variedades. Algunas fueron mencionadas por cronistas como el Inca Garcilaso de la Vega1 (Cusco, 1539-Córdoba, 1616) por sus diferencias morfológicas (tamaño, color y forma). Crece en todo el Perú y el fruto cambia de color y forma de acuerdo a la variedad. La imagen presenta el ají colorado:

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El inca Garcilaso de la Vega menciona algunas especies de ají: “Es el pimiento de tres o cuatro maneras. El común es grueso, algo prolongado y sin punta: llámanle rócot uchu; quiere decir: pimiento grueso, a diferencia del que se sigue; cómenlo azonado o verde, antes que acabe de tomar su color perfecto, que es colorado. Otros hay amarillos y otros morados, aunque en España no he visto más de los colorados. Hay otros pimientos largos, de un jeme, poco más, poco menos, delgados como el dedo meñique o merguerite; éstos tenían


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Se han hallado “restos de capsicum en las cuevas de Guitarrero y Pachamamay (Perú) datados entre 8600 y 8000 a. C.” (Bartolomé, Coleto, Velázquez, 2018). Esta solanácea fue utilizada en la época preínca y se la representó en la cultura nazca (siglo I al VII d. C.), indicio de su importancia; nótese que en la imagen la representación de algunos ajíes es más grande que la del personaje:

Imagen tomada de “El mundo vegetal de los antiguos peruanos”, de Eugenio Yarcovleff y Fortunato Herrera

Colón (Génova 1451-Valladolid 1506) menciona el ají en su diario del primer viaje; y en su segundo viaje (1493) lo lleva a España. Tiene un gran éxito, al igual que en la gastronomía en el virreinato. Se lo representa en la plástica, como en el cuadro de “La última cena” del convento de San Francisco, en Lima, sobre la mesa se observa varios ajíes: por más hidalgos que los pasados, y así se gastaba en la casa real y en toda la parentela; la diferencia de su nombre se me ha ido de la memoria; también le llaman uchu como al pasado, pero el adjetivo es el que me falta. Otro pimiento hay menudo y redondo, ni más ni menos que una guinda, con su pezón o palillo; llámanle chinchi uchu; quema mucho más que los otros, sin comparación; criase en poca cantidad, y por ende es más estimado.” pp. 421-422.


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“La última cena”. Convento de San Francisco de Lima

También en España, hay diversos cuadros en los que se pinta el ají, presentamos como ejemplo solo “Cristo en la casa de Marta y María” de Diego Velásquez por ser un pintor de gran relevancia en su época y actualmente:

Cristo en casa de Marta y María. Autor: Diego Velázquez (1599-1660). Fecha de realización ca. 1618


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Bernabé Cobo (Lopera, 1582-Lima, 1657) precisa que la palabra ají procede de “la isla Española”2 (“Haytí”) y que el apelativo con el que se le conoce en México es “chilli, y en las dos lenguas generales del Perú, uchu, en la quichua, y huayca en la aymará.” (Cobo, 1956 [1653]: 174). Garcilaso de la Vega menciona que procede de Barlovento y que “los españoles [lo] llaman ají y por otro nombre pimiento” (Garcilaso, 1609: 216)3. Páginas más adelante añade que también “en España [lo] llaman pimiento de las Indias” (Garcilaso 1609: 309). Las variantes en la escritura de ‘ají´ son ‘agí’ y ‘axí’: “sembrasen de Algodon y de coca de aquella yerva que ellos comen que es muy preciada entre ellos y el agi” (Borregán, 1565: 81) y “fueron a dar a la ysla de la puna y alli los mataron los yndios y los comieron con axi” (Borregán 1565: 56). Otra palabra que describe la planta es pimiento, la cual se difunde rápidamente en España y Sebastián Covarrubias Orozco, en su Tesoro de la lengua española (1611), la recoge y define como: “Una mata que echa cierta fruta colorada, y esta quema como pimienta, de manera que adereçándola con tostarla en el horno, suple por la pimienta” (Covarrubias 1611: fv. 588). Los españoles aprecian el ají como condimento; además, es más barato que la pimienta de la India. Garcilaso dice: “lo quieren más que las especias de la India Oriental”, a tal punto que lo cultivan en las casas: “es conoscida en toda España, porque no ay jardín, ni huerta, ni maceteros que no la tengan sembrada, por la hermosura del fructo que lleva” (Monardes ,1574: fv. 24). Durante el imperio incaico, el ají fue valorado en la culinaria y en la medicina. Según Garcilaso, “uno de los principales

Garcilaso de la Vega menciona que el nombre ¨ají¨ procede de Barlovento. Garcilaso de la Vega: Primera parte de los comentarios Reales que tratan del origen de los incas, reyes que fueron del Perú, de su idolatría, leyes, gobierno en paz y en guerra: de sus vidas y conquistas, y de todo lo que fue aquel imperio y su república, antes que los españoles pasasen a él. Lisboa, en la Oficina de Pedro Crasbeeck, 1609. p. 216.

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frutos era el uchu” (Garcilaso, 1609, 216). El abstenerse era una mortificación y, según refieren cronistas, como Martín de Morúa (1525 o 1540-Madrid, 1617 o 1618): “quando abía grandísima neçesidad, en que se abía de hazer sacrificio jeneral por todas las quatro partes, en que estaua diuidido este reyno, precedía vn ayuno jeneral, en el qual no comían sal ni aji, que eran las prinsipales cosas y de mayor apetito y gusto que tenían” (Morúa, 1961 [1613]: 110). Respecto de los efectos medicinales, Bernabé Cobo menciona los efectos saludables del ají: “comido con moderación y templanza, ayuda a la digestión. Su polvo, hervido con vino y dello echando unas gotas en el oído, quita el dolor causado de intemperie fría o por ventosidad; y asimismo, hervido el polvo con vinagre, quita el dolor de muelas” (Cobo, 1956 [1653], 173-174). El Inca Garcilaso tan solo presenta un comentario sobre el efecto benéfico de ají, no mencionado por Cobo: “A un español venido de México oí decir que era muy bueno para la vista” (Garcilaso, 1609: 422). El padre José de Acosta (Medina del Campo 1540-Salamanca 1600), antes que Cobo, se refirió al buen efecto del ají en la digestión y a la templanza en su consumo; lo contrario, dice, afecta el organismo y exacerba la voluptuosidad: “comido con moderación ayuda al estómago para la digestión, pero si es demasiado tiene muy ruines efectos […] Por donde el mucho uso de él en mozos es perjudicial a la salud, mayormente del alma, porque provoca a sensualidad” (Acosta 1590: 247). El efecto saludable del ají recibió atención de algunos médicos y desde la segunda mitad del siglo XVII se lo comenta en algunos tratados. El médico Nicolás de Monardes (1508-1588), en su libro Primera, segunda y tercera parte de la historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven en Medicina (1574), coincide con Cobo en los beneficios saludables del ají y menciona que: “Conforta mucho, resuelve ventosidades, son buenos para el pecho, y para los fríos de complexión: calienta


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y conforta corroborando los miembros principales” (Monardes 1574: fr. 25). Pocos años más adelante, el médico Francisco Hernández, que viajó a Nueva España para estudiar las plantas medicinales por encargo del rey, escribió antes de 1578 el libro De materia medica Novae Hispaniae libri quatuor en el que manifiesta, al igual que el padre Acosta, que “excitando a menudo el flato, estimulan la libido”, y entre otros efectos “provocan la orina y la menstruación”; coincide con Monardes en que “refuerzan el estómago débil por frío, facilitan la digestión”; y además menciona que “evacuan los humores pituitosos y de cualquier parte, sobre todo los que se adhieren a la articulación coxal” y “abren admirablemente el apetito” (Hernández mencionado por Moreno, 2015: 58). Otro médico, el sevillano Juan de Cárdenas (1563-1609), afincado desde los doce años en México, en su libro Primera parte de los problemas y secretos maravillosos de las Indias (1591), explica con argumentos científicos el efecto purgante del ají o chili, que Cobo no menciona: “por qué sin ser purgativo el chili, como realmente no lo es, y esto sucede comerle uno de antenoche, y obrar otro día como si hubiera tomado una recia purga” (Cárdenas, 1591: fv. 125). A continuación, presenta una explicación científica: “como el chili es compuesto de agudas y mordicativas partes, estas irritan e incitan a la naturaleza, para que evacúe y despida de sí el humor y esta irritación a veces con tanta violencia, que aun la comida indigesta le provoca echar y expeler del, y en este modo dezimos ser purgativo” (Cárdenas, 1591: fv. 125). Cárdenas explica cómo el chili estimula el apetito: “por dos causas, la primera […] corta y limpia las flemas de la boca del estómago, las cuales tenían como empalagado y empachado el apetito, y la otra porque como el chili tiene propiedad de morder, […] parece que aviva y despierta el sentido de el hambre” (Cárdenas, 1591: fv. 126).


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Dos médicos, Francisco Hernández y Juan de Cárdenas, coinciden en el daño físico que produce el abundante consumo de ají. Según Hernández: “enfrían los riñones e inflaman la sangre y el hígado, provocan nefritis, pleuritis, neumonías, tumores internos, granos y síntomas similares, si se usan abundante y frecuentemente como alimento, como suelen hacer los indios muchísimas veces, o como condimento” (Hernández, mencionado por Moreno 2015: 58). Por su parte, Cárdenas manifiesta: “el chili es de más calor que la pimienta, y así vemos que abrasa las entrañas y llaga las tripas, y aun suele causar cámaras de sangre, e inflamaciones de hígado, que no haze más un calidísimo veneno” (Cárdenas, 1591: fv. 124). Actualmente, se sabe que el excesivo consumo de ají, por reacción metabólica de la capsaicina, compuesto químico del ají, que satura el cuerpo, produce un paro cardiaco, si no hay un elemento tóxico que lo neutralice4. Actualmente, el ají tiene un amplio espectro curativo en la medicina tradicional que ha sido tratado en diversos textos como en Plantas medicinales nativas del Perú (1993), de Julio W. Palacios Vaccaro, o El ají peruano en sus regiones y pueblos (2014), de Humberto Rodríguez Pastor, que trata el empleo medicinal del ají en algunas zonas del Perú como La Libertad, Piura, Arequipa, Ayacucho. Dentro del campo de la medicina, del ají se utiliza la capsaicina, que fue sintetizada en 1930 por Ernst Spath y Stephen F. Darling. Tiene efecto analgésico y alivia el dolor5, reduce el ardor, ayuda con la dermatitis atópica, la artritis, ayuda a

Entrevista a la Dra. Joaquina Albán Castillo, bióloga investigadora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 5 El artículo “La capsaicina” (2013) de Juan Carlos Cedrón en Revista de Química PUCP, 2013, vol. 27, nº 1-2, pp. 7-8, trata sobre el efecto anlgésico del ají. 4


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combatir la obesidad con una sensación de saciedad (Edward Group), aunque esta última consecuencia contradice lo afirmado por el médico Juan de Cárdenas de que estimula el apetito. Se continúan las investigaciones y ediciones de artículos sobre el tema, por ejemplo el libro de Roberto Rey Tratamiento del dolor neuropático. Revisión de las últimas guías y recomendaciones (2013) o artículos como “Capsaicina tópica en el tratamiento del dolor neuropático” (2004), de M. A. Vidal, E. Calderón, D. Román, F. Pérez-Bustamante y L. M. Torres. 4.2. Puru puru El nombre científico es Calceolaria pinnata L. Pennell. La sinonimia científica es Calceolaria hispida Benth y Calceolaria delicatula Kraenzli (Minano, 2009: 14). Este género comprende más de 280 especies y crece desde Argentina y los Andes, donde está la mayor diversidad, hasta México (Puppo, 2012: 275). Segundo Leiva González, Victoria Rimarachín Cayatopa y Eric F. Rodríguez Rodríguez en su investigación “Diversidad del género Calceolaria L. (Calceolariaceae) en el distrito Salpo, provincia Otuzco, región La Libertad, y una nueva especie del norte del Perú” escriben: “En el Perú, crecen 120 especies y 14 subespecies, de ellas 105 son endémicas (Brako & Zarucchi, 1993)” (Leiva, Rimachín, Rodríguez 1918: 369). Según consulta electrónica a Pamela Puppo, en el nombre científico la palabra pinnata se refiere a las hojas de la planta, “que no son enteras sino que se subdividen en foliolos. Se diferencia de las otras Calceolaria por este tipo de hojas y también por la morfología de las anteras, las tecas (sacos de polen) son ambas fértiles y con el conectivo (tejido entre los sacos de polen) ligeramente elongado”6 (explica que otras especies relacionadas solo tienen

Comunicación personal de Pamela Puppo por correo electrónico del 14 de setiembre de 2018. Actualmente está realizando estudios Postdoctoral Fellow, Dept of Biological Sciences, North Dakota State University.

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una teca y el conectivo es mucho más largo). En Lima habita en las provincias de Barranca, Canta, Cañete, Huaral, Huarochirí, Huaura y Lima. Además, en las lomas de la costa entre los 150 a 800 msnm, “aunque también se le encuentra entre los 2600-3500 m. También crece en los departamentos de Amazonas, Áncash, Arequipa, Cajamarca, Lambayeque, La Libertad y Piura” (Puppo 2006: 91) y Junín (Loja 2002: 62). El nombre vulgar de la Carceolaria pinnata en Áncash es “puru puru”, procede del quechua, y es un apelativo que consigna Bernabé Cobo; otro nombre vulgar con el que se conoce esa especie en Junín es “globito”, debido a la forma de la flor. Al parecer, además de la Calceolaria pinnata también otras variedades reciben el nombre vulgar de ‘puru puru’. Pedro Arellano en su El libro verde. Guía de recursos terapéuticos vegetales, menciona la Calceolaria deflexa, cuyos nombres vulgares son ayac zapatilla y “Puru Puro” (Arellano 1992: 49), también presenta los beneficios de esa planta en la salud: “Diurética, edemas cardiacos. Infusión de hojas y flores. Tomar tres veces al día.” (Arellano 1992: 49). La descripción que presenta Cobo es sucinta y se basa fundamentalmente en las características de la flor: “es tanto como decir bolsillas; llaman así los indios a una mata pequeña que todo el aňo está verde y florida; produce una flor amarilla semejante a una bolsilla con sus cerraderos” (Cobo 1956 [1653]: 224). Añadimos que presenta una inflorescencia que lleva pocas flores, y si la planta está poco desarrollada, parecen las flores solitarias. De acuerdo a Bernabé Cobo, el polvo de la flor combinado con el bálsamo cetrino tenía el efecto de una cirugía estética debido a que desaparecían las cicatrices. Cobo dice: “Mezclado el polvo desta flor seca con ungüento cetrino, quita las manchas y paños del rostro y las señales de las heridas” (Cobo 1956 [1653]: 224). El bálsamo cetrino era una pomada de nitrato de mercurio que tiene efectos favorables en la piel. Se elaboraba a base de nitrato


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de mercurio, aceite de oliva, manteca de cerdo y ácido nítrico. Es de color es amarillo cetrino (Chevalier 1854: 220). Existe una gran semejanza entre el puru puru y otras variedades que pertenecen a la Calceolaria pinnata L. Pennell. Gracias a Pamela Puppo, tenemos un dibujo del “puru puru” y hemos podido seleccionar una fotografía de la web que permite identificar la planta:


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5. Conclusiones Es fundamental dar a conocer los resultados de las investigaciones ya realizadas sobre las sustancias que poseen plantas y sus efectos positivos en el ser humano o riesgos que se podrían prevenir. Además, es necesario superar la resistencia a su aceptación por prejuicios sociales o por intereses privados. Se puede mencionar como ejemplo el cuchuchu, raíz que produce vitalidad por su alto contenido de variados nutrientes y su valor medicinal mayor que la maca o la kiwicha. Sin embargo, tiene poca demanda a pesar de haber sido estudiado por investigadores prestigiosos e por instituciones académicas. Podemos señalar que las propiedades curativas o benéficas de las plantas en el ser humano es un campo todavía poco explorado por la investigación científica. Se han realizado numerosas investigaciones sobre sus efectos de en animales, pero faltan estudios en el ser humano. Otro aspecto importante es la necesidad de recuperar la sabiduría tradicional registrada en textos antiguos como la Historia natural


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del Nuevo Mundo y en general en las crónicas, debido a que su empleo obedecía a una sabiduría empírica basada en el proceso ensayo-error, resultado de un saber acumulado a través del tiempo. Referencias bibliográficas Acosta, J. (1590). Historia natural y moral de las Indias, en que se tratan las cosas memorables del cielo, y elementos, metales, plantas y animales de ella, y los ritos, y ceremonias leyes y gobierno y guerras de los indios. Sevilla: Casa de Juan de León. Anónimo (2014 [1586]). Arte y Vocabvlario en la Lengva General del Perv, Lima, Instituto Riva Agüero y Pontificia Universidad Católica del Perú. Arellano Jiménez, Pedro (1992). El libro verde. Guía de recursos vegetales. Lima, Instituto de Medicina Natural. Bartolomé, T.; Coleto, J.; Velázquez, R. (2015). Lhistoria del pimiento. Recuperado de https://www.unex.es/conoce-la-uex/centros/eia/ archivos/iag/2015/2015-14-historias-de-plantas-ii-la-historia-del. pdf Bertonio, Ludovico (1984 [1612]). Vocabvlario de la Lengva Aymara, Cochabamba: Ed. facsimilar de CERES, IFEA, MUSEF. Borregán, A. (1948 [1565]). Crónica de la Conquista del Perú. Ed. Rafael Loredo, Sevilla, CSIC-Escuela de estudios Hispano-americanos. Cárdenas, J. (1591). Primera parte de los problemas y secretos maravillosos de las Indias. México: Casa de Pedro Orchate. Chevallier, M. A. (1854). Diccionario de las alteraciones y falsificaciones de las sustancias alimenticias, medicamentosas y comerciales con indagaciones de los medios para reconocerlas. Traducido por D. Ramón Ruiz Gómez. Madrid, Imprenta de Manuel Álvarez. Cobo, B. (1956). Historia del nuevo Mundo. Madrid: Biblioteca de Autores Españoles. Covarrubias, S. (1611). Tesoro de la lengua española o castellana. Madrid: Luis Sánchez. Real Academia Española (1817). Diccionario de la lengua castellana. Madrid: Imprenta Real.


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RELACIONES SEMÁNTICAS Y RETÓRICAS EN LA POÉTICA DE JORGE EDUARDO EIELSON. ANÁLISIS DE DE MATERIA VERBALIS Janet Díaz Manunta Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas Resumen El lenguaje poético ha utilizado el sonido, la grafía, el sentido común, el significado y el significante como medios de expresión legítimos. En cada etapa de la literatura peruana, se han propuesto posibilidades distintas para ejecutar dichas búsquedas. Durante la generación del 50, Jorge Eduardo Eielson recorre el plano de la expresión para potenciar su significado y lograr el traspaso entre la barrera del significante y el significado. De materia verbalis es claro ejemplo de ello. En el siguiente estudio, se revisarán la organización y el contenido macroestructural y microestructural de este libro, así como los recursos del lenguaje poético vertidos en él. Palabras clave: isotopías, retórica, significación, poética, léxico. 1. Introducción Jorge Eduardo Eielson, durante la generación del 50, recorre particularmente en De materia verbalis el plano de la expresión para potenciar su significado y lograr el traspaso entre la barrera del significante y el significado. De acuerdo con Camilo Fernández en Las Huellas del Aura, la poética de J.E. Eielson (1996, p. 16), el término “poética” posee dos definiciones: “El primero se refiere al conjunto de normas


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o preceptos institucionales que deben ser aceptados por los escritores si desean que sus obras sean clasificadas, por los grupos de poder, como literarias. Pero poética posee otra acepción totalmente diferente. Es sinónimo de teoría de la poesía que no aspira a convertirse en una preceptiva” (1996, p. 16). De estas, se toma la que la presenta como una “teoría artística de la poesía ya que constituye fundamentalmente un ejercicio del conocimiento acerca del hacer poético”.Este entrenamiento es realizado por Eielson para remarcar su necesidad y su impotencia en el plano de la expresión, pues la palabra, recurso para superar la barrera de la significación, no le permite alcanzar su logro. La teoría artística del poeta se complementa con un yo poético frustrado por la carencia de significantes, aquellos que puedan representar todas las emociones que desea trasladar al papel. En esa búsqueda expresiva, el poeta recorre sonidos, haces de semas, frases, oraciones, etc., construye metáforas, aliteraciones, entre otras figuras retóricas. Lo anterior sirve como elemento particular y colectivo para un solo propósito: elaborar un conjunto de recursos expositivos con sentido. El presente trabajo se centra en el análisis del poemario De Materia Verbalis (Roma, 1957-1958), el cual le sucede a Noche Oscura del Cuerpo (Roma, 1955). La propuesta de este libro permite acercamientos diversos; el que se propone, a continuación, aborda la estructura macroestructural y microestructural del texto. En la primera, se analiza la conjunción de elementos que estructuran el libro, tales como el título, el epígrafe, el número de poemas, entre otros; en la segunda, se revisa la poética de las posibilidades que la palabra otorga y, al mismo tiempo, reprime al poeta. Esto último se recalca a través del análisis de las isotopías que se manejan en el poemario, las figuras retóricas y, la relación entre frases y elementos comunes. 2. Recursos del lenguaje poético Un concepto que rodea el hacer de la escritura, sea esta del tipo que sea, es el de la isotopía. Según Greimas y Courtés (1982, p. 232), a través de esta, se pueden proponer constantes semánticas.


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[…] nada impide transponer el concepto de isotopía, elaborado y considerado hasta aquí a nivel del contenido, al plano de la expresión: así, el discurso poético podría ser concebido —desde el punto de vista del significante— como una proyección de las redes fémicas isotopas donde se reconocerían simetrías y alternancias, consonancias y disonancias y, finalmente, transformaciones significativas de conjuntos sonoros.

De acuerdo con lo anterior, el discurso poético se puede valer de diferentes lexemas para construir su sonido propio, tal es el caso de De materia verbalis, de Eielson. Un análisis esquemático de estas estructuras isotópicas es presentado por Pozuelos (1994), en su Teoría del lenguaje literario. Asimismo, como textos de apoyo, se tienen los trabajos de Albaladejo (Retórica, 1989) y Lausberg (Manual de retórica literaria, 1980). Además, se empleará la clasificación de las figuras literarias realizada por el Grupo µ (Retórica general, 1987). Este propone cuatro grupos de ellas a razón de la característica textual que abordan (el sonido y la grafía, la sintaxis y el sentido). El primer rubro es el de los metaplasmos, este se centra en las cuestiones fónicas y gráficas; le siguen las metataxis, retórica relacionada con el sintagma oracional y la sintaxis de cada verso; los contenidos y sus variaciones son abordados en los metasememas; y, la lógica de las ideas vertidas en el poema es vista por los metalogismos. La clasificación mencionada puede ser consultada, también, en Albaladejo (1989, pp. 128-155). Asimismo, el texto posee particularidades macro y microestructurales. En otras palabras, posee una composición general o externa (a nivel del libro como un todo) y otra interna (a nivel de la estructura de cada poema). Lo anterior demarcará el camino de De materia verbalis, el cual se sintetiza en la siguiente frase: la verbalización de la naturaleza como un acto insuficiente.


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3. Metodología Para este ensayo, se utilizaron dos ediciones de la obra poética completa de Jorge Eduardo Eielson: Poesía escrita (1998). Santa Fe de Bogotá: Editorial Norma; Poeta en Roma. Tomo II de Poesía escrita (2015). Lima: Lustra editores & Sur anticuaria. El análisis se ha dividido en dos partes: la primera aborda la estructura macro; la segunda, la estructura micro del texto. 4. Análisis de la macroestructura y microestructura textual 4.1. Particularidades macroestructurales El título del poemario demarca varias posibilidades de interpretación. Para comenzar, se tiene al término “materia”. La definición más clara sobre el mismo la posee el Nuevo diccionario etimológico de Latín-Español, de Segura (2013, p. 450). En este, se detalla que la palabra mencionada alude a la materia de lo que algo está hecho y se mantiene; asimismo, la materia es propuesta como un principio físico, el cual constituye las cosas. Por otro lado, de acuerdo con los estudios de Lausberg (1994, pp. 138139), la “materia” puede ser bruta, como prima. Dentro de esta última designación, se tiene la de “materia, asunto que se modela en obra de arte”. Ello permite, a su vez, dos posibles relaciones colectivas. La primera hace referencia a “los asuntos que pueden ser objeto general en las obras de un arte (retórica, poesía)”; la segunda acota “para los asuntos que pueden ser objeto de un género especial dentro de la retórica”, por ejemplo, materia iudicialis. Otra denominación del término “materia” refiere a la “posibilidad, instrumentum”. “Verbalis” es un adjetivo que significa “de palabra”; en castellano, su traducción directa es verbal. En este punto, tanto Segura (2013, p. 828) como Blánquez (1985, p. 734) coinciden. En síntesis, el título De materia verbalis alude al principio físico de la expresión, al asunto de la retórica de la palabra; aunque, al mismo tiempo, está haciendo referencia a la palabra como posibilidad.


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El epígrafe contrapone la oscuridad de la significación con la indecible claridad o más bien la análoga. En él, se plantea la existencia de un universo oculto para el yo poético. Dicho lugar es la razón del valor fragmentario que adquieren sus palabras. La oscuridad de este poema Es solo un reflejo De la indecible claridad Del universo El poeta autodefine sus poemas como reflejos difusos que no llevan conceptos o premisas, reflejos de lo que no tiene enunciación certera. Ellos se encuentran a lo largo del poemario ubicados bajo una perspectiva de espacio-tiempo, pues cada poema se redacta desde un punto de apoyo del yo poético, producto de un reflejo. A partir de allí, se merodea esta realidad inabordable tanto a nivel objetivo como figurativo; en otras palabras, la posición del poeta frente al universo de la naturaleza es parcial, pues no alcanza a entender cómo puede retratar lo que ve o lo que alcanza a ver. Lo anterior, lo restringe a hablar de paralelos, mas no de totalidad. Lo que quiero decir Es que no tengo nada que decir Que todo lo que digo Lo digo solamente Solamente lo digo Sin decir nada Que mis palabras son fragmentos Balbuceos de una frase oscura Migajas de una vieja historia (poema 1) Con este poema, se apertura el libro. Destaca de él una frase: “mis palabras son fragmentos”. Eielson propone que la palabra es frente a la naturaleza: “un balbuceo”, algo que no llega a ser sonido, que no adquiere connotación, que no es representativa,


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solo es grafía. Pero, por otro lado, Eielson le está otorgando una característica: la de ser un fragmento que parte de la oscuridad. Esa oscuridad del plano de la expresión pasa de ser algo negativo a una cualidad aprovechable para el yo poético. Bajo la misma luz amarilla El mismo miserable torbellino Como el balbuceo de una frase oscura Y sin embargo centelleante Que todo lo dice claramente Sin decir nunca nada (poema 1) Desde el inicio del poemario, se puede apreciar como son remarcados dos conceptos: insuficiencia y oscuridad. Sin embargo, en el quehacer de la poesía es en donde el poeta busca la claridad, el entendimiento, la relación, la pertenencia, esas partes de un todo que es la naturaleza insondable. Eielson, contrario a todos estos conceptos, solo quiere enunciar que dicha precisión no existe, que no hay nada que represente lo otro. Para entender la vida o las cosas de la naturaleza no hay que definirla, pues no se puede y menos con palabras que solo son grafía. Desde el plano del significado, un texto literario es plurisotópico, porque posee distintos niveles de codificación que, al ser integrados, conforman lexemas polisémicos. De acuerdo con Estébanez Calderón (2000, p. 267), la isotopía es un “conjunto de categorías semánticas redundantes que hace posible la lectura uniforme de una historia tal como resulta de las lecturas parciales de los enunciados, después de resolver sus ambigüedades”. En De materia verbalis, se distinguirán dos isotopías: la isotopía de la naturaleza y la isotopía de la palabra. Esta última representa al hombre y su manifestación cultural, pues, para Eielson, este se aleja de su propia naturaleza para adentrarse en la cultura de la expresión. El yo poético, quien es parte de esta naturaleza, se ubica delante de ella como un observador incapaz de adentrarla y que, ante


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este dilema, expresa su incomprensión. Esto queda evidenciado en el siguiente fragmento del tercer poema del libro. Sigo llenando papeles Como si fueran hojas secas Sigo escribiendo del cielo Sin comprender la tierra Y de la tierra Sin comprender el cielo Sigo escribiendo de todo Sin saber nunca nada Un punto resaltante de este libro es que ninguno de sus trece poemas lleva título. La respuesta es muy simple, ¿cómo titular lo indecible? Por el contrario, el haberlo hecho hubiese sido un error, pues, además de lo ya mencionado, los poemas no desarrollan asuntos individualizados, los trece abordan la misma temática. En este artículo, no se ha tomado en cuenta lo relacionado con la nomenclatura del número trece, pues se considera no relevante con la propuesta de este. Aparte de lo ya comentando, el común denominador de asociar este número con algo negativo no posee certeza científica alguna. 4.2. Microestructura poética Los poemas no están divididos en estrofas ni presentan signos de puntuación. Cada verso empieza con letra mayúscula, lo cual busca reparar en la idea de que cada uno es autónomo. Sin embargo, a nivel de sentido, cada verso es tanto ampliado como interrumpido. Por ende, los versos de De materia verbalis se convierten en proposiciones incompletas que esperan conformar, así sueltas, un producto. Por otro lado, al suprimir los signos, se eliminan las pausas dentro de cada verso; a pesar de ello, el siguiente verso empieza con letra mayúscula, lo cual quiebra la libertad inicial de la enunciación. En cuanto al trabajo del lenguaje, este es articulado desde sus elementos base tanto para el caso del significante como del significado. Esto se hace en pro de remarcar las dos isotopías ya


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mencionadas: la de la naturaleza y la de la palabra; para ello, Eielson se vale de ciertas figuras retóricas. 4.2.1. Los metaplasmos Los metaplasmos refierenal dominio de las figuras en los aspectos fónicos o gráficos de las palabras. En De Materia Verbalis, la rima es el metaplasmo principal. Esta varía de poema a poema y entre versos; por ejemplo, se tendrá rima consonante, parcial y, una rima a nivel del último fonema del verso, caso que no tiene una clasificación en los libros de métrica. Este sería un recurso rítmico propio del poemario. En la clasificación de la rima que realiza Quilis (1989, p. 37-45), este caso no se presenta en ningún momento. Para este autor, la rima consonante refiere a la “reiteración de dos o más versos de una identidad acústica en todos los fonemas que se encuentran a partir de la última vocal acentuada; por otro lado, la rima parcial se da cuando dicha identidad solo se presenta en algunos de los fonemas que se encuentran a partir de la última vocal acentuada” (1989, p. 38-39). El autor también indica que las combinaciones comunes en la disposición de la rima son cuatro: rima continua, gemela, abrazada y encadenada. La primera, como bien lo indica su nombre, responde a una consecución de semejanzas (aaaa); la segunda va de la mano con el tipo de estrofa pareado (aa, bb); la tercera alterna combinaciones (abba, cddc); y la cuarta entrelaza las combinaciones (abab, cdcd) (1989, p. 43-45). Para el caso de la rima consonante, esta no presenta una disposición estructurada (la rima suele poseer combinaciones particulares, tales como la rima abrazada o encadenada), por el contrario, Eielson la plasmará con su propio orden. A continuación, se examina un fragmento del poema uno. Que no distingue la arcilla A De la nada y nos sorprende cada día B Amarrados a una cama o a una silla A


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Bajo la misma luz amarilla

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A

Esta rima consonante se dará por fragmentos en cada pieza poética. Lo mismo sucederá con la rima parcial. Como ejemplo se coloca otra parte del primer poema del libro objeto de estudio. De una catástrofe celeste De un insondable estornudo Tan parecido al amor Y hasta a la misma muerte

A A A A

Otro caso, el cual se propone como recurso fónico propiamente dicho y no como tipo de rima, es el uso de un fonema en común al terminar cada verso. Un ejemplo de ello se encuentra en el poema siete. 20 21 22 28 29 31

A ponerme un sombrero de nubes Cuando lloro Una máscara de flores […] Lleno de llamas azules De misteriosos abuelos celestes […] Desde su patria de luces

No hay rima consonante o total, pues no se presenta en la última sílaba tónica. Además, esta característica no se presenta en todos los versos del poema, salta entre ellos. En el fragmento presentado, se pasa del verso 22 al 28. Esto produce que el poema tenga un ritmo constante, pero variado, como un ir y venir. Esto no solo se presenta en cada grupo de versos, sino en cada poema del libro, por lo cual se destaca que De materia verbalis construye el circuito de su propia melodía. En la música, cada canción, desde la introducción, posee un circuito. Este se compone de una alternancia de notas musicales que se darán por momentos, de forma variada y constante. Por otra parte, existirán, también, poemas sin rima alguna.


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Otra figura presente en los textos de Eielson y que aporta a esta construcción sonora es la aliteración (recurrencia repetitiva de fonemas). Aunque no destaque en todo el libro, su presencia es completiva. Un caso de esta es el uso de la fricativa sorda (s), el cual se puede apreciar en el poema uno: “Sin saber que su sonrisa”. 4.2.2.Las metataxis Las metataxis son aquellas figuras que proponen cambios en el orden común de la estructura sintáctica de la oración, lo cual no solo altera la disposición, sino que propone otros sentidos para las mismas palabras y niveles de importancia entre ellas. Dentro de estas metataxis, se encuentran la enumeración y el quiasmo. La enumeración refiere a la multiplicación de aspectos o atributos de uno de sus lexemas. Para el caso del poema uno, el lexema es “palabras”, el cual adquiere particularidades de fragmentos, balbuceos, migajas, años, catástrofe, amor, muerte. Que mis palabras son fragmentos Balbuceos de una frase oscura Migajas de una vieja historia Repleta de personajes De señores y señoras que pasean Bajo grandes cielos mudos […] Millares de años más. Fragmentos De una catástrofe celeste De un insondable estornudo Tan parecido al amor Y hasta a la misma muerte El quiasmo se centra en el entrecruzamiento del orden de las palabras. Como ejemplos de esta figura se tienen estos versos del poema cinco y del poema doce.


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Poema 5 Escribo solamente Solamente escribo Poema doce Sigo soñando que escribo O quizás escribo cuando sueño O sueño mientras escribo 4.2.3.Los metasememas Los metasememas son figuras que buscan la sustitución de un semema por otro. La más común, en De materia verbalis, es la metáfora, con la cual se modifican los contenidos sémicos de una palabra. En el poema siete, se tienen varias metáforas. Por ejemplo, en el verso número veinte se tiene “sombrero de nubes”; aquí se puede apreciar la sustitución de las cualidades en la composición de un sombrero, pues pasa a estar hecho de nubes. Otro ejemplo, en el mismo poema, es el de “máscara de flores” (verso veintidós), ya que el término máscara deja su composición propia para estar conformado de flores. En el verso treinta y cuatro, se tiene “estrella de ceniza”, metáfora que resalta la oposición base del libro claridad/oscuridad. Estas tres metáforas relacionan esa insuficiencia del poeta en el plano expresivo, así como su mirada hacia la naturaleza que lo rodea (nubes, flores, estrella, ceniza). Entorno que se entremezcla con su cultura (sombrero, máscara) para demarcar el binomio de inferioridad y superioridad: palabra/naturaleza. 4.2.4.Los metalogismos Los metalogismos se definen como figuras de pensamiento en la medida que “modifican el valor lógico de la frase” (Grupo µ, 1987, p. 76). En De materia verbalis, el metalogismo central es la reticencia, figura que cambia el raciocinio del discurso poético en ciertos puntos del texto.


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Al final de sus poemas, Eielson cierra con una acotación que se separa de lo que venía presentando, pues siente que no hay más que decir; de esta manera, el poeta se exime de dar una conclusión o de presentar un mensaje, al mismo tiempo, remarca su propuesta inicial: la insuficiencia de la palabra frente a la naturaleza. En el poema cinco, los últimos versos retratan la insuficiencia. ¿Qué puedo yo agregar A tanto silencio Sino silencio Más silencio Solo silencio? En el poema seis, se repara en la inutilidad de la búsqueda que termina por donde empezó el poeta. Semejante a este poema Que apenas logro escribir Y ya no es nada La imprecisión con la que se comenzó en los primeros poemas pasa, poco a poco, a ser vacío, el cual, por momentos, se pierde en devaneos. Poema diez ¿Son el mismo pálido torrente Que a veces brilla a veces duele A veces es tiniebla A veces todo a veces nada? Poema trece Un corazón que tropieza Una mano que escribe Un poema que empieza Otro que se acaba


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5. Conclusiones De Materia Verbalis cuestiona, en cuanto a su capacidad representativa de la naturaleza, a los semas, las relaciones semánticas, los lexemas, las frases, las oraciones y los textos poéticos. Luego de la lectura del poemario, se concluye en que no en todos estos niveles de articulación se logra una especificación totalizante de la realidad. El texto carece de títulos, numeración de poemas, estrofas y signos de puntuación. La estructura a nivel macro de un poemario y micro de un poema es dejada de lado para destacar lo más importante: el valor de la palabra, una grafía, de acuerdo con Eielson, con poca precisión, pero necesaria a pesar de su poca claridad. La no presencia de signos de puntuación y el inicio de cada verso en mayúscula remarcan la dualidad entre la palabra como posibilidad representativa y, al mismo tiempo, como un enunciado que debe ser quebrado, pues está incompleto. Asimismo, los versos que conforman cada poema están unidos por disposición espacial (no hay estrofas), pues todo se concibe como impreciso. Finalmente, se concluye que las isotopías y las figuras retóricas empleadas por Eielson contribuyeron al desarrollo rítmico del texto (tal es el caso de la enumeración, el quiasmo y la rima). Asimismo, fueron de la mano con la propuesta temática del poemario: el destacar a la palabra como un elemento insuficiente dentro del campo de la expresión. El yo poético termina su búsqueda con la aceptación de que él es parte de esta limitación. Referencias bibliográficas Albaladejo, T. (1989). Retórica. Madrid: Editorial Síntesis Blánquez, A. (1985). Diccionario Español-Latino/Latino-Español. Barcelona: Editorial Ramón Sopena. Eielson, J. E. (1998). Poesía escrita. Edición de Martha L. Canfield. Santafé de Bogotá: Editorial Norma. ______________ (2015). Poeta en Roma. Tomo II de Poesía escrita. Edición de Martha Canfield. Lima: Lustra editores & Sur anticuaria.


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LA GRAMATICALIZACIÓN DEL VERBO “DECIR + GERUNDIO” EN EL CASTELLANO ANDINO Jorge Esquivel Villafana Universidad Nacional Mayor de San Marcos Resumen El verbo “decir” es un verbo de empleo corriente en el español general y se lo utiliza como verbo independiente en todas sus formas conjugadas simples. En las formas compuestas y perifrásticas suele adoptar el papel de verbo principal (ha dicho, está diciendo). En la variedad de castellano andino que analizamos (del distrito de La Mar-Ayacucho), lo encontramos, sin embargo, en función de verbo auxiliar de unas construcciones innovadoras perifrásticas conformadas por el verbo “decir” (conjugado) + el verbo “diciendo”: Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. A este fenómeno de conversión del verbo independiente “decir” en verbo auxiliar en favor del verbo en gerundio se le ha dado en llamar proceso de gramaticalización, concepto que se convertirá en el eje temático de la presente exposición. Palabras clave: castellano andino, verbo, perífrasis verbal, gramaticalización, gerundio. 1. Introducción El castellano andino, variedad diatópica de la lengua castellana, presenta una fisonomía particular derivada de su situación de lengua en contacto con las lenguas amerindias. Los procesos de transferencia proyectados desde las lenguas quechua o aimara


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y canalizados en los diferentes niveles de la lengua castellana le confieren un matiz particular cuyos rasgos específicos determinan su variedad dentro de la clasificación del castellano andino general. El presente trabajo, enmarcado dentro del nivel morfosintáctico de la lengua, comprende el área del castellano andino propiamente dicho (Escobar, 1978) hablado por los niños y niñas del distrito de La Mar (Ayacucho). En esta variedad de castellano, encontramos el empleo recurrente de una estructura gramatical conformada por dos formas léxicas del verbo decir, una forma conjugada (dice, dicen, digo, etc.) más otra no conjugada, en gerundio: “Tú solo eres para comer cuando me dice, yo le digo diciendo: ‘Qué, acaso yo soy’”. El problema que se nos plantea es si la estructura, subrayada, es perifrástica o no. A partir de la aplicación de algunos criterios de reconocimiento semántico-sintáctico de la perífrasis verbal, asumimos que sí lo es y que, por tanto, el fenómeno operado en el verbo conjugado de la perífrasis es el de la gramaticalización; esto es, el verbo “digo”, reconocido como verbo principal en el castellano general, en esta variedad funciona como verbo auxiliar y, por tanto, al par que sirve de soporte del verbo principal en gerundio (“diciendo”), aporta con la información de los valores gramaticales de número, persona, tiempo, modo, espacio de esta estructura. Con este propósito, el trabajo se estructura en cuatro partes, la segunda parte tiene que ver con la presentación teórica de los conceptos-eje del presente trabajo referidos a las temáticas de perífrasis verbal y gramaticalización a fin de caracterizarlas. La tercera, detalla la metodología utilizada en la recolección del corpus lingüístico. La cuarta, referida al análisis, describe el fenómeno de la gramaticalización en el contexto del castellano andino de La Mar.


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2. Estructuras perifrásticas y gramaticalización 2.1 La perífrasis verbal Se considera que la perífrasis verbal es el resultado de la unión de dos o más verbos que constituyen el núcleo del predicado. El verbo ubicado a la izquierda, denominado “auxiliar” es un verbo conjugado, portador de la información gramatical de las categorías de persona, número, tiempo, modo y aspecto de la oración. El otro verbo, denominado principal, adopta la forma no personal, infinitivo, gerundio o participio. Es precisamente este último elemento, denominado principal, el que es tomado en cuenta para la clasificación de las construcciones perifrásticas en perífrasis de infinitivo (1a), gerundio (1b) o participio (1c): (1)

a. Debe jugar. b. Está cenando. c. Ha llegado.

La afirmación de que estas formas verbales funcionan como el núcleo del predicado alude al hecho de que ellas forman una unidad estructural donde ninguna puede ser complemento de la otra, ambas constituyen el núcleo de la oración. No es el caso, por ejemplo, de construcciones verbales complementarias, tales como de (2). (2)

a. Deseo fumar. b. Llegó llorando. a. Está despeinado.

Estas estructuras, conformadas también por dos formas verbales, no hacen perífrasis, pues en ellas los verbos en infinitivo, gerundio y participio cumplen funciones complementarias: objeto directo, complemento circunstancial de modo y atributo respectivamente. Es justamente debido a esta propiedad característicamente dual que a estas formas verbales se les denomina verboides; esto es, verbos que, aparte de su función básica, pueden asumir otras funciones sintácticas.


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Para la consideración de perífrasis verbal se ha establecido una serie de condiciones o requisitos formales de carácter más o menos riguroso. Se parte de la asunción de que ambos verbos forman una unidad de carácter monolítico donde el verbo flexionado en función de auxiliar, al par que denota valores gramaticales experimenta una pérdida de contenido lexical, que lo hace incapaz de seleccionar sus argumentos complementarios; este es relegado a una función accesoria, de apoyo, de herramienta indispensable para la realización concreta del otro verbo, en gerundio que, como verbo auxiliado, conserva la función propia de su esencia verbal (Yllera, 1999). 2.2 La gramaticalización Este concepto alude a la pérdida de significado del verbo auxiliar, limitándose a expresar solo nociones de tipo gramatical: persona, tiempo, modo, etc. (Yllera, 1999); esto es, se gramaticaliza en función del otro verbo, el principal, como ocurre con el verbo estar en la oración (3). (3)

José está bailando un vals con su esposa.

En esta oración, el significado básico recae en el verbo principal, bailando, el cual, dado su carácter gerundivo, aporta un valor aspectual, expresa una acción en desarrollo, durativa; sintácticamente, como verbo transitivo, exige la coocurrencia de los argumentos agente, (José) y complementarios, “un vals” (objeto directo); el adjunto “con su esposa” no es un elemento seleccionado por el verbo precisamente, sino un elemento de apoyo que señala el tipo de circunstancia en que se realiza la acción verbal. El verbo “estar” conlleva la información correspondiente a las categorías gramaticales de persona, tiempo, modo, etc., y satisface la concretización de la forma no personal del verbo, el que adopta sin apremios la forma gerundiva. Dentro de esta perspectiva de análisis, se considera, por otro lado, que en el proceso de gramaticalización del verbo auxiliar,


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este nunca pierde por completo su significado, siempre le queda un rasgo de sentido, por lo que el significado de la construcción perifrástica no descansa absolutamente en el verbo principal, sino se considera el aporte aditivo del verbo auxiliar que contribuye al valor aspectual del complejo verbal, véase el ejemplo de Lisyová (2004, p. 332): (4) “Voy trabajando poco a poco estos últimos años” En esta oración, el significado del verbo auxiliar “voy” no alude a desplazamiento alguno de un punto espacial a otro por parte del agente de la acción, sino a una acción durativa, cursiva, la cual puede interpretarse como resto gramaticalizado del verbo ir (RAE, 2010). 3. Metodología El corpus base del presente trabajo lo constituyen 60 horas de grabación magnetofónica de conversación espontánea con niños y niñas de ocho a doce años de edad del distrito de La Mar (Ayacucho), recogidas durante los años 2013 a 2017. Las temáticas de conversación giraron en torno de experiencias personales: paseos, fiestas, viajes, etc., así como también de cuentos y fábulas. Estas fueron transcriptas ortográficamente y luego segmentadas en oraciones para su análisis. Se eligió, para el trabajo, los ejemplos más representativos. 4. Análisis sintáctico y semántico 4.1. La gramaticalización del verbo “decir” en el castellano andino En el español general, el verbo “decir” es considerado un verbo de uso corriente, sintácticamente reconocido como verbo transitivo y semánticamente alude a un término que significa “expresar algo con palabras, asegurar, juzgar; conjunto de habladurías”, “el decir de las gentes, etc.” (Larousse, 2012).


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En el castellano que analizamos, encontramos este verbo en sus diversas presentaciones. Así, por ejemplo, lo encontramos conjugado como “dice”, “dijo”; para la expresión en futuro, se prefiere más bien la forma analítica. (5)

a. Dice había una tortuga comiendo pasto. b. Por ejemplo, dice “Trae agua”, yo le llevo. c. Y el cuy dijo: “Amigo zorro, hola”. d. …Y mi mamá me dijo: “Ya, quédate”.

Por influjo de la lengua quechua, el verbo suele encontrarse con mucha frecuencia en posición pospuesta al objeto directo: (6)

a. ¿Qué me van hacer? A mí no me hacen nada —dice. b. Así igualito no son mis hijos —decía. a. Hay veces duermen los dos en la calle —dijo. b. ¡Tráemelo aquí (el vino)! —dijo.

A propósito de la alta frecuencia de aparición de las formas “dice”, “dicen” en el castellano que analizamos, la presencia de ellas está fuertemente endeudada con una característica gramatical de la lengua quechua. Así, en ella es necesario indicar mediante sufijos el grado de responsabilidad que le compete al hablante el emitir un juicio acerca de algo. Por ejemplo, se utiliza el sufijo -m/-mi para manifestar algo del cual él está seguro, pues le consta directamente: (7)

Arí, karpintirum Pidruja

‘Sí, Pedro es carpintero’.

O, en otros casos, utiliza el sufijo -s/si para indicar “que lo que manifiesta no le consta, sino que él simplemente repite lo que ha escuchado o lo que se comenta” (Soto, 1993, p. 188): (8)

a. Paqarinsi hamunqa ‘dicen que mañana vendrá’ b. Papatas tarpunqaku ‘dicen que sembrarán papas’ c. Paysi nisqa ‘dicen que él dijo’.


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Es también característico de esta variedad, la tendencia hacia las construcciones de forma analítica en desmedro de las sintéticas (“ha salido” por la forma “salió”) (Gaweko, 2001; Miranda, 2011): (9)

a. Mi mamá me ha dicho que no me he portado bien. b. Vamos, hijo, al partido —me ha dicho. c. Dice había un zorro que había dicho… d. Y le ha dicho: “Te voy lavar todos tus platos”.

En el español general, la perífrasis estar + gerundio expresa la acción captada en su desarrollo en un determinado periodo de tiempo que puede resultar, según la forma conjugada del verbo estar, en aspecto imperfectivo o en aspecto perfectivo. En esta variedad, encontramos, a juzgar por el contexto, que las construcciones perifrásticas con el verbo estar conjugado en presente de indicativo cobra un matiz perfectivo, equivalente a la forma simple o sintética “dijo”. (10)

a. El profesor me está diciendo: “Este…”. b. No voy a poder contar —está diciendo. c. Cuando yo estoy hablando, me dice que me calle. d. Dicen el conejo está comiendo su zanahoria.

Con el verbo “estar” conjugado en tiempo futuro se expresa una conjetura, tal como ocurre en el español general: (11) Estarán diciendo: “Padre Miguelín, sí creo va a morir”. Una construcción perifrástica muy difundida en esta variedad de castellano cuya temática es el eje de este trabajo, es aquella conformada por el verbo “decir” como verbo auxiliar, conjugado en distintas personas, + el mismo verbo en gerundio “diciendo”, como verbo principal o auxiliado: (12) a. Tú solo eres para comer cuando me dice, yo le digo diciendo: “Que, acaso yo soy”.


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b. Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. c. Después dijo diciendo: “Me voy a quedarme”. En estas construcciones gerundivas, el verbo “decir”—reconocido como verbo principal en la secuencia perifrástica del español general (está diciendo, va diciendo)— aparece en función de verbo auxiliar de la perífrasis “decir + diciendo”. En el español general, la perífrasis de gerundio expresa la acción en el transcurso de su desarrollo (aspecto cursivo) y suele caracterizarse como “durativa, cursiva, progresiva” (Torrego, 1999, p. 3394): (13)

Juana está cantando.

El verbo “decir” es reconocido como verbo principal, transitivo, en las secuencias perifrásticas está diciendo, va diciendo; sin embargo, en la variedad que analizamos, hallamos una estructura perifrástica particular, inusual en el español general, conformada por la reiteración del verbo decir como forma conjugada y una forma de gerundio (“dice diciendo”), la cual proyecta la imagen verbal de una acción cumplida, concluida, además de su sentido iterativo o reiterativo. Con el orden inverso, alternado, de la construcción perifrástica, se destaca solo el aspecto perfectivo: (14)

a. Jesús, Padre mío, ahí está, yo soy tu hijo —diciendo estaba. b. A quién voy a contar —diciendo estaba. c. Acaso yo voy hablar, —diciendo estaban insultando.

En esta variedad, es también común el empleo de las formas compuestas (“había dicho”) + el verbo “decir” en gerundio, donde se enfatiza el aspecto perfectivo del verbo, como acción concluida, y se mantiene el valor iterativo o reiterativo:


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(15) a. Después había dicho diciendo: “Yo me voy a quedarme en casa, amigo sapo”. b. Por eso ha dicho diciendo: “Yo me voy a jugar con ustedes”. Huelga decir que, para la explicación de esta forma, hay que recordar solo la marcada preferencia por las construcciones analíticas en desmedro de las sintéticas que hay en el castellano andino. 4.2. Laauxiliarización del verbo “decir” A lo largo de este trabajo, hemos asumido a priori el valor perifrástico de la construcción “decir + diciendo”, donde el verbo “decir” funciona como verbo auxiliar. Tal asunción debe responder, si fuera el caso, a los criterios de reconocimiento de orden semántico y sintáctico de las perífrasis verbales en gerundio (Yllera, 1999, p. 3398). Para ello utilizaremos la oración tipo de los casos de auxiliarización del verbo “decir” en las construcciones de “decir + gerundio”. El análisis de ello nos permitirá confirmar o descartar la presunción referida. 4.2.1 Criterio de orden semántico De acuerdo con el criterio semántico utilizado para el reconocimiento de las perífrasis verbales, se alude al fenómeno de vaciamiento de significado del verbo auxiliar de modo que esta unidad léxica, carente de significado, se convierte en mero instrumento de apoyo para la concretización del verbo principal, no personal en gerundio. En la oración (16) Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. el verbo auxiliar “decir” mantiene a medias su significado lexical, pues se entiende que en dicha oración “nos” funciona como el objeto indirecto de “dijo” y el verbo en gerundio adopta la función de verbo principal; el objeto directo es la cláusula “no me voy a quedarme yo en acá”; el carácter transitivo de ambos verbos le permite enlazarse semánticamente con la cláusula


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complementaria. La referida construcción no logra pasar por esta técnica. 4.2.2 Criterios de orden sintáctico a) En las construcciones perifrásticas, es el verbo en gerundio el que elige sus complementos. El análisis de la oración (17a) nos expresa que, por el contrario, es el verbo auxiliar “decir” conjugado (dijo) el que selecciona su sujeto y el objeto directo, mientras el verbo en gerundio se enlaza semánticamente con la cláusula complementaria: “No me voy a quedarme yo en acá”. (17) a. Y a nosotros nos dijo: “No me voy a quedarme yo en acá”. b. Y a nosotros nos está diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. La referida construcción pasa por la mitad de esta técnica. b) Si los verbos auxiliares y gerundio pueden sustituirse por verbos en forma personal, no existe perífrasis: (18) a. Vienen contando las ganancias. b. Vienen y cuentan las ganancias. En la variedad que analizamos, encontramos: Y a nosotros nos dice diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. La aplicación del criterio establecido da como resultado:

(19)

(20)

* Y a nosotros nos dice y nos dicen.

Como se ve, los verbos de la perífrasis no pueden ser sustituidos por otro verbo conjugado (HoŠŠo, 2008); entonces, de acuerdo con los criterios de reconocimiento, la construcción (20) sí es perifrástica, aunque con sentido restrictivo. c) Si por medio del interrogativo “qué” se sustituye el gerundio por “haciendo”, estamos ante una construcción perifrástica; si responde al “cómo”, se trata de una construcción no perifrástica:


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(21) a. Están pintando las paredes. b. ¿Qué están haciendo? La aplicación estricta de este criterio da como resultado una oración agramatical (22)

a. Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. b. * Qué nos dijo haciendo?

La agramaticalidad de (22b) nos dice que la construcción referida no es perifrástica. d) Si el verbo en gerundio puede actuar independientemente del auxiliar, no hace perífrasis. (23)

a. Llegó gritando tu nombre b. Gritando tu nombre llegó. Al aplicar este criterio, obtenemos: (24) a. Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. b. * “No me voy a quedarme yo en acá” nos dijo diciendo. Como se aprecia, la estricta aplicación de este criterio nos da como resultado una oración agramatical, por tanto, sí hace perífrasis. e) La construcción perifrástica puede ser pasivizada (con ser o pasiva refleja); las no perifrásticas no aceptan esta transformación. (25)

a. Su equipo va publicando dos artículos. b. Dos artículos van siendo publicados por su equipo. c. Se van publicando dos nuevos artículos.

La aplicación de este criterio nos dio como resultado: (26) a. Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”.


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b.* “No me voy a quedarme yo en acá” va siendo dicho

por él. c.* Se dice diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”.

La agramaticalidad de (26c) nos dice que la referida construcción tipo no es perifrástica. f) La construcción perifrástica no puede ser conmutada con un adverbio, un complemento circunstancial o un adjetivo. (27)

a. Salió corriendo b. Llegó llorando c. Está cocinando

----- ---

salió de prisa. llegó llorosa. está así.

(28) a. Y a nosotros nos dijo diciendo: “No me voy a quedarme yo en acá”. b. Y a nosotros nos dijo así (de ese modo). La oración (28b) es gramatical; por tanto, la construcción que contiene es perifrástica. 5. Conclusiones A juzgar por lo descrito hasta aquí, la construcción “decir + gerundio” constituye una característica novedosa en el castellano que analizamos. La auxiliaridad de esta construcción puede estar conformada por la forma simple del verbo (dice, dijo): Después dijo diciendo: “Me voy a quedarme” o por la forma compuesta: Por eso ha dicho diciendo: “Yo me voy a jugar con ustedes”. Su consideración como perifrástica y, por tanto, la implicancia del verbo conjugado “decir” como verbo auxiliar, o gramaticalizado, según se ha discutido en el análisis, resultó viable por cuanto ella, para ser considerada perifrástica, no tiene que cumplir con todos los requisitos exigidos en las técnicas de reconocimiento precisamente, sino como afirma Arrizabalaga (2010), esos requisitos no son tales en sentido estricto, sino más bien comportamientos que han de manifestar determinadas


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estructuras en juego. Por otro lado, ha de entenderse el fenómeno perifrástico como “un proceso gradual” (Arrizabalaga, 2010, p. 189) y estos ejemplos pueden ser solo parte de un proceso en su fase inicial. Referencias bibliográficas Arrizabalaga, C. (2010). Gramaticalización del español americano. La perífrasis concomitante norperuana. España: Ediciones Universidad de Navarra, S.A. Gaweko, M. (2001). Sobre la tendencia analítica de algunas lenguas romances: español, italiano y portugués. Revista Española de Lingüística, 31(2), 393-412. Gómez, L. (1999). Los verbos auxiliares. Las perífrasis verbales de infinitivo. En Real Academia Española, Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe S.A., 3323-3390. Hoššo, M. (2008). Perífrasis verbales en la prensa española deportiva. República Checa: Universidad Massaryk. Larousse, (2011). El pequeño Larousse ilustrado. Barcelona-España: Larousse Editorial. Lisyová, O. (2004). El problema de definición de la perífrasis verbal en español (dudas y contradicciones). Estudia Romanica Posnaniencia, VAM, 13. Miranda, L., (2011). El castellano andino. Lima, Perú: Grafimago, SRL. Real Academia Española (1999). Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros. Soto, C. (1993). Quechua. Manual de enseñanza. 2da. Edición. Perú: IEP Ediciones. Yllera, A. (1999). Las perífrasis verbales de gerundio y participio. En Real Academia Española, Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe S.A., 3443-3503.


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POR UNA DEPURACIÓN DE EXPRESIONES ACTUALES: GRAMÁTICA PRESCRIPTIVA Y PRECISIÓN LÉXICA EN EL CASTELLANO PERUANO Ana María Gispert-Sauch Colls Universidad Nacional Mayor de San Marcos Universidad Antonio Ruiz de Montoya Resumen El habla y la escritura correctas no consisten solamente en el empleo adecuado de las palabras. Hace falta que las relaciones que se establecen entre ellas sean las correctas y adecuadas. Formulado de otra manera, si bien es preciso alcanzar un nivel aceptable en ortografía (ortomorfología), también la ortosintaxis debe ser atendida. Este muestrario de errores sintácticos y léxicos en sentido amplio puede ayudarnos a corregirlos. Palabras clave: léxico prescriptivo, defectos en la lengua, ortosintaxis, castellano. 1. Introducción Nuestra sociedad, la limeña, la peruana hispanohablante, ha demostrado cierta deficiencia en cuanto al uso de la lengua escrita y hablada (Hildebrandt, 2000). Ya lo sabíamos, pero, después de hacer el cotejo con otras sociedades, hemos quedado apesadumbrados bajo la carga de una auténtica vergüenza nacional. Arrastramos una gran carencia de conocimientos respecto a potencialidades tan básicas como son el leer, escribir y hablar. Son las herramientas fundamentales para cualquier actividad que deseemos emprender (Gatti y Wiesse,1997).


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En atención a esta grave carencia, juzgamos que resulta de especial interés cuanto hagamos por mejorar el uso de la lengua castellana de las mayorías. El presente trabajo no tiene otra pretensión sino colaborar para que estas destierren definitivamente ciertos defectos básicos de escritura y dicción oral. Muchas palabras son torcidas en el habla cotidiana. Unas, deformadas por el uso; otras, modificadas en su semántica. Así, escuchamos demasiadas veces cónyugue por cónyuge, aperturar por abrir, mencionar por decir, preveer por prever o incluso por prevenir. Pero nuestro propósito, repetimos, no es insistir en lo que ya otros corrigen con acierto. Hay trabajos conocidos, muy útiles, que llaman la atención sobre ciertos errores morfológicos conocidos en nuestro medio. Lo que ahora nos proponemos es presentar un muestrario de otros errores, esta vez sintácticos en sentido amplio. A través de su análisis, induciremos reglas básicas que ayuden a su corrección. El habla y la escritura correctas no consisten solamente en el empleo adecuado de las palabras. Hace falta que esa corrección acompañe también las relaciones que establezcamos entre ellas (Monge, 1995). Dicho de otra manera, si es preciso alcanzar un nivel aceptable en ortografía y ortomorfología, también la ortosintaxisdebe ser atendida. La paradoja es que, en realidad, resulta más fácil atenerse a lo que hemos llamado ortosintaxis que caer en una heterosintaxis, su contraria. A pesar de esto, cierta ignorancia de las pautas que la lengua castellana exige, o bien la simple falta de interés o atención a las mismas, da como consecuencia los lamentables resultados que todos conocemos. La facilidad a la que acabamos de referirnos está fundada en el hecho de que el ordenamiento de las palabras para construir una frase castellana que exprese nuestro pensamiento a cabalidad es, en sí mismo, bastante simple. La sintaxis castellana puede


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requerir en ocasiones cierta complicación, pero no hay por qué complicarla sin necesidad. Basta con construir proposiciones sencillas, cortas, que sigan la estructura conocida: sujeto, verbo, complemento directo, complemento indirecto y complementos circunstanciales. Basta, asimismo, poner un poco de atención a las normas de concordancia básicas (RAE, 1986; RAE y ASALE, 2009). Nos expresamos de una manera extrañamente desordenada y complicada. No es infrecuente que nos acusen de este defecto los forasteros castellanohablantes. ¿Poseemos un espíritu con tendencia a lo barroco? Nuestra tendencia al desorden se manifiesta también, por ejemplo, en el caos reinante en los servicios públicos de movilidad en Lima; un caos, en realidad, fácilmente corregible y extrañamente todavía no corregido. Los turistas lo acusan de inmediato. ¿Nos domina una especie de diablillo libertino (“criollo”...)? Este trabajo tiene por objetivo recomendar que no solo se logre un nivel aceptable en ortografía (ortomorfología), sino también que la ortosintaxis sea atendida. 2. Precisión léxica y sintáctica: descripción y prescripción Conocer nuestra propia lengua es, de alguna manera, conocernos a nosotros mismos. Hay formas tradicionales de decir las cosas que sirven como parámetros convencionales, establecidos históricamente dentro de una comunidad lingüística, constituyéndose, muchas veces en forma no consciente, como modelos discursivos o textuales en la comunicación. Pero, a la vez, observamos a menudo inadecuaciones léxicas, imprecisiones sintácticas, incompatibilidades morfosintácticas que hacen que el discurso o el texto no logre la linealidad o conformidad con las reglas o normas aceptadas por la comunidad y, en consecuencia, crean una tensión en el receptor, oyente o lector, al no poder dilucidar el significado verdadero de lo que se quiso expresar (Araya, 2011).


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La lingüística descriptiva analiza y estudia la lengua en su expresión natural en una comunidad determinada. La lingüística prescriptiva incide en la naturaleza y pautas que rigen el lenguaje de modo que las relaciones entre los elementos del discurso no sufran incompatibilidades y produzcan un relato o texto sin ambigüedades para el receptor. Algunas pautas o reglas pueden variar con el tiempo, sobre todo las referidas al léxico, a la fonética y a la semántica según espacios geográficos y tiempos históricos. En nuestro estudio aludimos principalmente a la articulación de los elementos de una frase o discurso, es decir a una sintaxis que deseamos sea una “ortosintaxis”, es decir, donde la semántica no se vea empañada por ambigüedades o incoherencias en las concordancias de sustantivos/adjetivos, de sujeto/verbo, de conectores etc. Explicaremos en cada ejemplo dónde se halla el punto “crítico” que a nuestro parecer nos parece “no-correcto” en este nuestro momento histórico. “Correcto” proviene del verbo latino regere = regir, con el prefijo co- = cum latino, que indica relación con el conjunto de los elementos de la frase. De ahí que, en cada ejemplo del habla que presentamos, después de analizarlo, señalamos lo que nos parece sería la “expresión correcta”. 3. Metodología Registramos sesenta ejemplos, los cuales son presentados sin un orden establecido. Estos han sido recogidos de entre los diversos quehaceres de la vida cotidiana de los peruanos. Los datos se han ido recopilando en estos últimos años y se han reunido en este estudio. Algunos de ellos pueden ser discutidos, pues sobrepasan el aspecto normativo. Los dos últimos son errores de carácter tipográfico, pero que están entrando con demasiada facilidad en la lengua escrita y es necesario detener cuanto antes su veloz carrera.


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El corpus constituye una pequeña muestra que abre un camino para ser recorrido por quienes tengan la voluntad de aprender, o enseñar a aprender, el útil arte de hablar y escribir con propiedad la lengua castellana. 4. Análisis ortosintáctico 1. Habían cuatro personas. / Han habido sólo cuatro. Haber está aquí usado como impersonal, tanto como lo está en la forma verbal del presente hay. No se nos ocurriría ponerle plural a esta forma, aunque así lo hagan otras lenguas (la inglesa, por ejemplo, hace there were). Hay ocasiones en que el verbo haber es conjugado y, entonces sí, concuerda en número con el sujeto: Ellos han venido. No es aquí el caso. Expresión correcta: Había cuatro personas. Ha habido sólo cuatro. 2. Exactamente trescientos cincuenta y tres mil doscientas quince personas. Si decimos espontáneamente doscientas, pues se trata de personas, ¿por qué no ponemos atención y trastocamos el género diciendo trescientos? Sin duda, por lalejanía existente entre ese adjetivo y el sustantivo que modifica. Expresión correcta: Exactamente trescientas cincuenta y tres mil doscientas personas. 3. Mayormente, eran empleadas domésticas. ¿Qué hemos querido decir con ese falso adverbio mayormente? Tal vez, “por lo general, casi siempre, la mayoría de las veces”. El sufijo -mente debe quedar reservado para acompañar adjetivos que lo acepten: suficiente, agradable, útil… Expresión correcta: Casi todas eran empleadas domésticas. 4. El 8% trabajaban en oficinas. A pesar del contraste entre el singular del artículo el y el plural del verbo trabajaban, tanto más notable cuanto ambas palabras se hallan tan próximas, nos tentamos a pluralizarlo por un motivo


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evidente: la presencia del número 8. Ahora bien, el sujeto no es el numeral cardinal 8, sino un sustantivo singular, el 8%. Expresión correcta: El 8% trabajaba en oficinas. 5. Cada tarde un grupo de estudiantes se reunían. De nuevo, una falta de concordancia en número entre un sujeto y su verbo. Bastaría preguntarse cuál es, en esta oración, el sujeto del verbo reunirse. Expresión correcta: Cada tarde un grupo de estudiantes se reunía. 6. Allí viven multitud de personas ancianas, bien entrados en años. La palabraentrados califica a personas. Otra cosa sería si se dijese “todas ellas, varones bien entrados en años”; pues, entonces, “todas ellas” funcionaría como aposición y habría un verbo “son”, sobreentendido, tácito. Expresión correcta: Allí viven multitud de personas ancianas, bien entradas en años. 7. Se dejó establecidas las bases del proyecto. El verbo dejar no está usado primordialmente como impersonal sino en su forma pasiva (quedaron establecidas), por lo que debe tomar el plural de bases. Lo mismo debe decirse de esos innumerables letreros que abundan en nuestras ciudades: “se vende marcianos”, “se alquila habitaciones” y otros, donde hay una impersonalización por ahora no tan usual al oído: más grato a éste resulta “se venden”. Expresión correcta: Se dejaron establecidas las bases del proyecto. 8. ¿Te quiso pegar? Le voy a reñir. Esta manera de expresarnos, tan común, encierra un error fácilmente identificable. El pronombre personal teha sido cambiado de lugar. El pronombre no es, en efecto, complemento directo del verbo querer, sino del verbo pegar. El mismo error se repite con el pronombre personal le, complemento del verbo reñir, no del verbo ir. Cabe señalar que “Arroz con leche, me


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quiero casar…” contiene el mismo error… Expresión correcta: ¿Quiso pegarte? Voy a reñirle. 9 Es por esto que afirmamos el valor de la democracia. Decir es por esto quees echar mano de un galicismo (c´est pour ça que). Aprovechar un préstamo de otra lengua no presenta problema especial; pero, en este caso, no hay motivo para hacerlo, pues podemos expresar lo mismo en castellano, incluso de una forma más concisa. Expresión correcta: Por esto, afirmamos el valor de la democracia. 10. Lo haría si quisiere hacerlo. Aunque cada vez sea más extraño, el uso del futuro de subjuntivo es correcto: esa forma verbal existe para ser utilizada. Pero hay personas que recurren al futuro de continuo en lugar de utilizar el presente o imperfecto de subjuntivo, como es costumbre entre nosotros. Expresión correcta: Si quisiera hacerlo, lo haría. 11. Más que nada, deseo fijarme ahora en el aspecto ético. El sentido de esta introducción (más que nada), a lo que sigue en el discurso, parece ser “entre todos los aspectos, quiero resaltar el ético”. Si es así, no resulta congruente la expresión. Expresión correcta: De manera especial, deseo fijarme ahora en el aspecto ético. 12. Es así que, estando reunidos todos a la mesa, decidió confesarlo. Es muy difícil precisar qué indica la expresión es así que: ¿una frase hecha?, ¿un modismo vacío de contenido? Uno se siente tentado de decir que, en demasiadas oportunidades, nada significa. Sin embargo, se encuentra una y otra vez en los escritos producidos en nuestro medio. Vale la pena buscarle substituto. Expresión correcta: Por lo tanto, (vistas, pues, las circunstancias,) estando reunidos todos a la mesa, decidió confesarlo. 13. Aquella noche servía para otro tipo de presencias… Los testimonios fueron entonces impresionantes... Cada cual habló


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a su manera… Algunos se ven obligados a intervenir… Al final, el director decide cerrar el acto con el himno, que todos cantaron con entusiasmo como siempre han hecho. Son a todas luces inadmisibles estos cambios de tiempos verbales en una misma narración. Sencillamente, el narrador debe elegir, desde el inicio, un tiempo —sea el presente histórico, el imperfecto, el pretérito perfecto o, especialmente, el indefinido— y mantenerlo a lo largo del relato. Los escritores caen fácilmente en este tipo de error cuando la narración es prolongada. Se produce entonces un comprensible, pero intolerable, olvido del tiempo en el que han comenzado a situar la acción. Expresión correcta: Aquella noche sirvió para otro tipo de presencias… Los testimonios fueron entonces impresionantes… Cada cual habló a su manera… Algunos se vieron obligados a intervenir… Al final, el director decidió cerrar el acto con el himno, que todos cantaron con entusiasmo como siempre lo habían hecho. 14. Le dijo a él todo lo que hasta entonces le había silenciado. Reiteración innecesaria del pronombre personal de tercera persona (ley él), creando así una duplicación del mismo complemento indirecto. Con todo, queda abierta como aceptable esa duplicación para el caso en que se desee remarcar ese complemento por algún motivo. Incluso, cabe hacer uso de signos gráficos, en ese caso, para producir ese efecto: “le dijo —¡a él!— todo lo que…” Expresión correcta: Le dijo todo lo que hasta entonces había silenciado. 15. Quisiera aprovechar esta ocasión. Esta manera de hablar pretende ser humilde, guardar respetos. Pero el hecho es que ya no produce el efecto deseado. El repetido uso meramente formal del imperfecto de subjuntivo ha hecho que suene a formulismo. Por añadidura, entra en contradicción


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con la actitud asertiva tan recomendada en la actualidad. Expresión correcta: Quiero aprovechar la ocasión. Aprovecho la ocasión. 16. Si hubieran estudiado, hubieran aprobado. Juntos los dos verbos, resalta la incorrección. Pero tomemos conciencia de que, con frecuencia, se da la misma incorrección, aunque exista una distancia entre los mismos. De hecho, aun escritores de fama caen en este error. Cualquiera puede comprobar, tanto en el lenguaje escrito como en el oral, cómo se substituye continuamente en nuestro medio el modo potencial por el imperfecto de subjuntivo. Expresión correcta: Si hubieran estudiado, habrían aprobado. 17. Lo logró un promedio de 34 estudiantes. La expresión es acertada, si se trata de proporcionar un dato estadístico. La oración, en cambio, es confusa e inexacta cuando —por desgracia no pocas veces sucede— lo que se pretende expresar con ella es indicar el número de estudiantes que lograron el objetivo en referencia. Expresión correcta: Lo lograron 34 estudiantes. 18. A nivel de política. A nivel de nación. He aquí un giro utilizado, estos últimos años, una y otra vez en reuniones y discursos “cultos”. En rigor, la expresión a nivel de debe emplearse sólo en temas relacionados con la altura. Por más que nadie pueda prohibir que el giro ingrese al ámbito metafórico, su abuso debe invitarnos a restringirlo a la esfera física… al menos por un tiempo. Expresión correcta: Respecto a la política. En el ámbito nacional. 19. Nos tomaría mucho tiempo hablar de todo lo que es el tema empresarial. La circunlocución todo lo que esreclama a todas luces un cambio. En cuanto a tema,es un término últimamente demasiado empleado que no siempre ocupa el lugar adecuado. Es hora de


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acordarse de sus sinónimos (por ejemplo, “asunto”, “cuestión”, “materia”, “problema”). Expresión correcta: Nos tomaría mucho tiempo hablar de los asuntos referentes al empresariado. 20. Habiendo nacido en una aldea, llegó a ser presidente. El gerundio tiene funciones de adverbio, especialmente modal. Es muy común encontrarlo fuera del lugar que le corresponde, debido a intentos inadmisibles de obligarlo a cumplir otras funciones: en el ejemplo, la concesiva. Expresión correcta: Aunque había nacido en una aldea, llegó a ser presidente. 21. El programa está siendo ejecutado en la región. No hay motivo especial para echar mano de esa paráfrasis, ya que se puede decir lo mismo de manera más simplificada sin apelar al gerundio. Expresión correcta: Se está ejecutando el programa en la región. 22. Te vi entrando al teatro. El mal empleo del gerundio torna equívoca la proposición: ¿quién entraba al teatro? ¿Yo o tú? Expresión correcta: Te vi mientras entrabas al teatro. 23. El ómnibus cayó al abismo, muriendo veinte pasajeros. ¿Acaso murieron mientras caía el vehículo? Peor aún: ¿fue ese el modo como caía el ómnibus? Expresión correcta: El ómnibus cayó al abismo, a consecuencia de lo cual murieron veinte pasajeros. 24. Me entregó un escrito conteniendo todo lo hablado. En este caso, se ha intentado por la fuerza que el gerundio substituya una oración de relativo, adjetiva. Expresión correcta: Me entregó un escrito que contenía todo lo hablado.


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25. No había ninguno que ignorara la noticia. Ejemplo de oración torturada, en la que se acumulan las negaciones: no y ninguno; incluso el verbo ignorar entraña otra negación, no saber. La oración, además, acentúa el “defecto” de la lengua castellana, que permite doblar una negación sin destruirla (ejemplo, “nadie dice nada”). La acumulación torna confuso lo que se desea decir. ¿Por qué no convertir la oración a su forma positiva? Expresión correcta: Todos sabían la noticia. 26. El ministro habría dicho que se construiría un puente. Uno se siente tentado a decir que esta imprecisión, la cual afecta la semántica, forma parte del genio nacional, reflejado en frases como “más o menos”, “regular”. En definitiva, ¿cuál es la noticia? Expresión correcta: El ministro (o bien, NN afirmó que el ministro) dijo que construirían un puente. 27. Que no sea la primera vez que nos visitan. Esta expresión puede tomarse por su lado cómico. La registramos, a beneficio de inventario, ya que hay personas que hablan así. Expresión correcta: Que no sea la última vez que nos visitan. 28. La paz todos la buscan. Hay una reiteración del objeto directo, como nombre (la paz) y como pronombre (la). Se puede argüir que, mediante dicha reiteración, se pretende resaltar ese objeto poniéndolo a la cabeza de la oración. Personalmente no la encuentro justificada. Expresión correcta: Todos buscan la paz. 29. Hablemos de Einstein, que su fama llegó a todo el mundo. Sorprenderá esta oración, pero no es raro encontrar construcciones similares en el lenguaje hablado. El pronombre relativo cuyoha caído en desuso para el lenguaje coloquial, pues se considera preciosista (El francés mantiene vivo el uso del utilísimo dont; el inglés, whose, aunque reservado para personas). Este hecho pone en aprietos que pueden derivar en disparates lingüísticos. En el


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lenguaje coloquial es mejor no intentar una oración compuesta; concretamente, es preferible renunciar a la oración subordinada y armar otra principal a continuación. Expresión correcta: Hablemos de Einstein, cuya fama llegó a todo el mundo. (O bien) Hablemos de Einstein. Su fama llegó a todo el mundo. 30. En el evento, que hubo un homenaje a Colón, se recordó también a Américo Vespucio. Hay cierta semejanza con el caso anterior; pero, en éste, el pronombre relativo queusurpa la función de sujeto cuando le corresponde la de un complemento circunstancial. Expresión correcta: En el evento, en el cual hubo un homenaje a Colón, se recordó también a Américo Vespucio. 31. Les aplican a las palabras significados que creen que las palabras tienen. La oración fue formulada, desde el estrado, en una reunión formal de especialistas en lengua castellana. Aplican tiene como sujeto tácito a ellos. El relativo que tiene como antecedente significados y cumple al mismo tiempo la función de objeto directo de tienen. Creen, cuyo sujeto tácito es también ellos, tiene como objeto directo una oración subordinada substantiva. La confusión se origina al utilizar como bisagra el relativo que entre dos oraciones que tienen el mismo sujeto. Por añadidura, hay una duplicación del complemento indirecto (les y estas palabras). Expresión correcta: Aplican a las palabras los significados que, según ellos, tienen. 32. No sólo rompieron los vasos sino también los platos. Aparentemente no hay incorrección alguna en esta información, nadie objetaría su estructura gramatical; pero, si se presta atención, las partes de la oración contrapuestas no son las que aparecen precedidas de los adverbios no sólo,…sino también. No es correcto, en efecto, contraponer un verbo (romper) a un


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nombre (platos). Expresión correcta: Rompieron no sólo los vasos sino también los platos. 33. No hay mayor satisfacción que el deber cumplido. Tampoco en esta oración está bien expresada la contraposición, pues el deber no es una satisfacción grande o pequeña. Si se desea construir una proposición lógica, es inevitable alargarla o, mejor, reconstruirla. Expresión correcta: No hay mayor satisfacción que la que produce el deber cumplido. Nada satisface más que el deber cumplido. 34. Se apersonaron muchos, especialmente las personas sin recursos. Se trata de un ejemplo donde el verbo está mal escogido. Expresión correcta: Acudieron (vinieron, llegaron) muchos (muchas personas), especialmente las personas sin (aquellas que carecían de) recursos. 35. Tuve la suerte de poder trabajar con él. Si se analiza lógicamente, el objeto directo del verbo principal no es podersino trabajar. En efecto, la suerte no consiste en disfrutar de la posibilidad, sino del hecho consumado. Expresión correcta: Tuve la suerte de trabajar con él. 36. Debe(n) haber 5 000 en total. Con la proposición se desea manifestar, tal vez, un imperativo; tal vez, una suposición. Si no se modifica, es ambigua. Expresión correcta: ¡Que sean 5 000 en total! Deben ser 5 000 en total. Debe haber 5 000 en total. (ejemplo de imperativo) Debe de haber 5 000 en total. (ejemplo desuposición). 37. Se debe de haber caído. Esta vez no hay duda: se trata de una suposición. El error consiste en la función asignada al pronombre reflexivo se. En efecto, no modifica al verbo deber sino al verbo caer.


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Expresión correcta: Debe de haberse caído. 38. Un tumulto es cuando un gentío se pone a gritar. El predicado nominal que, con razón, esperamos encontrar tras el verbo esquedó aquí frustrado al adoptar la forma de una oración circunstancial. Se trata de un ejemplo típico de definición defectuosa, por desgracia todavía muy usual entre nosotros. Expresión correcta: Un tumulto es aquel que se forma cuando un gentío se pone a gritar. 39. En ese sentido, habría que decir lo siguiente. Lamentablemente nos hemos acostumbrado a que la frase en ese sentido no tenga un antecedente que la justifique. Si se apremiara a quien la formuló preguntándole “¿en qué sentido?”, quedaría sin respuesta posible y se pondría de manifiesto el vacío de la misma. Expresión correcta: Así pues, habría que decir lo siguiente. 40. En ningún lugar del mundo, en ningún país, nunca se ha visto ese fenómeno. La lógica elemental enseña que una proposición universal negativa debe ser empleada con la máxima cautela: bastaría encontrar un lugar del mundo, un país, un momento de la historia en el que se haya visto el fenómeno cuya existencia ha sido negada para demostrar que la proposición es falsa. Expresión correcta: Rara vez se ha visto ese fenómeno. 41. Vista la potencialidad de sus capacidades y fortalezas, se hace viable el desenvolvimiento de fuerzas capaces de poner en movimiento toda una serie de energías y dinamismos, cuya acción, una vez desencadenada, puede dar lugar a cantidad de proyectos y programas a favor del desarrollo de sociedades que viven en necesidad. La evidente verborrea desplegada en oraciones similares a ésta debe ser desterrada para siempre de nuestro medio. Expresión correcta: Su comprobada capacidad puede traducirse


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en proyectos que favorezcan el desarrollo de las sociedades que lo necesitan. 42. Digo, pienso, considero de que... Con tal que no te eches atrás. Caer en la cuenta que… Mucho se ha criticado el “dequeísmo”, pero persiste en varios de nuestros países. Por el lado opuesto, hay que reclamar el debido empleo de la preposición de con los verbos que lo requieren. Expresión correcta: Digo, pienso, considero que… Con tal de que no te eches atrás. Caer en la cuenta de que… 43. Volviste en sí. La incorrecta afirmación tiene una causa: cuando utilizamos el verbo modal volver en, normalmente limitamos su conjugación a la tercera persona. Expresión correcta: Volviste en ti. 44. Si llovería, nos (mojáramos) mojaríamos. Por más que esta defectuosa construcción de la forma condicional no se cometa en nuestro país tanto como en otros (Argentina, por ejemplo), no deja de presentarse entre nosotros en forma recurrente. Expresión correcta: Si lloviera, nos mojaríamos. 45. Está relacionado a los problemas ecológicos. Con frecuencia, la clave se encuentra en la preposición del verbo en cuestión: esa misma será también la que rige el verbo. Expresión correcta: Está relacionado con los problemas ecológicos. 46. Es un asunto a tratar. Galicismo muy usado en nuestro medio. Expresión correcta: Es un asunto por tratar. 47. En memoria a mi madre. Es común el uso de esta, o parecida, leyenda en muchos vehículos.


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Expresión correcta: En memoria (a la memoria) de mi madre. 48. Lo firmó de acuerdo a los herederos. La expresión de acuerdo rige la preposición con. Expresión correcta: Lo firmó de acuerdo con los herederos. 49. Solicitó comentarios a su ponencia. No se piden comentarios a una ponencia, sino sobre la ponencia, o acerca de ella. Expresión correcta: Solicitó comentarios sobre su ponencia. 50. Consultó a un perito. El verbo consultar significa ‘deliberar con alguien’, y rige la preposición y. Expresión correcta: Consultó con un perito. 51. Heredó a su padre. La herencia no es el padre, el cual no es el objeto directo del verbo. Expresión correcta: Heredó de su padre. 52. Los dos ingresaron a la escuela. El prefijo latino in-está indicando ya la preposición que debe ser utilizada. Expresión correcta: Los dos ingresaron en la escuela. 53. Eso sucedió bajo el gobierno de Odría. La preposición bajosignifica debajo de; por ello no es correcta en este contexto. Expresión correcta: Esto sucedió (en) durante el gobierno de Odría. 54. Se mostraba halagada por las cartas recibidas. En esta frase, “las cartas recibidas” no es el complemento agente, pues no se trata de un verbo en voz pasiva. Expresión correcta: Se mostraba halagada con las cartas recibidas.


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55. Cuando perdió el puesto, fue abandonado de todos. En este caso todossí es el complemento agente y debe usar la preposición “por”. Expresión correcta: Cuando perdió el puesto, fue abandonado por todos. 56. A la noche, toda la familia se sienta en la mesa. Expresar así el hecho resulta claramente defectuoso, pues la familia no utiliza la mesa para sentarse. Expresión correcta: A la noche, toda la familia se sienta a la mesa. 57. ¿Qué es bueno para los zancudos? La preposición paraes indicativa de utilidad y finalidad, por lo que su uso, en este caso, no es pertinente. Expresión correcta: ¿Qué es bueno contra los zancudos? 58. Se aficionó por la Internet en exceso. He aquí un último ejemplo en el que la preposición elegida (por) no está en concordancia con el prefijo del verbo en cuestión (ad latino). Expresión correcta: Se aficionó a la Internet en exceso. 59. Eran 06 hermanos. Sin duda, se trata de una fea intromisión en el lenguaje literario de los estilos propios de los libros de contabilidad. Expresión correcta: Eran seis hermanos. 60. Los adultos(as). Los adult@s. Los adultos y las adultas. Los adultes. Los adultXs. La intención, inclusiva, es loable; pero su realización no logra tener éxito. En realidad, la lengua castellana no cuenta, por ahora, con medios para hacer justicia a la mujer de forma consecuente. Sería ridículo e insoportable escribir —peor aún, leer— “los(as) niños(as) educados(as) son respetuosos(as)”. De momento al menos, no hay sino atenerse a las normas tradicionales establecidas.


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Expresión correcta: Los adultos (varones y mujeres). V. Conclusiones Nuestras deficiencias en el lenguaje oral y escrito, que repercuten en la semántica, son la consecuencia de una ausencia de estudio gramatical. La gramática debe considerarse no solo un medio, sino un fin, pues nos permite movernos en el mundo de las abstracciones y, como nos recordaba Federico Hegel, rector del Gymnasium de Nuremberg (1809) en un acto de clausura escolar: “la gramática contiene las categorías y los conceptos que necesitamos para aprender a pensar; su estudio debe considerarse como una introducción a la filosofía”. Referencias bibliográficas Araya, J. (2011). El comportamiento de las categorías gramaticales y la precisión léxica en textos orales narrativos y explicativos producidos por escolares en Costa Rica. Revista Electrónica ‘Actualidades Investigativas en Educación’, 11, 3, 1-25. Hildebrandt, M. (2000). El habla culta (o lo que debiera serlo). Lima, Peisa. Gatti, C. y Wiesse, Jorge (1997). Técnicas de lectura y redacción. Lenguaje científico y académico. Lima, Universidad del Pacífico. Monge, J. (1995). Expresión escrita. Manual práctico. Barcelona, Larousse Planeta. Real Academia Española (1986). Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Espasa Calpe. Madrid. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2009). Nueva gramática de la lengua española. Morfología y tomo II Sintaxis. Madrid, Espasa.


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CORPOREIZACIÓN EN EL LÉXICO TOPONÍMICO QUECHUA Pedro Luis Manallay Moreno Universidad Nacional Mayor de San Marcos Resumen El presente artículo analiza las formas de construcción toponímica de dos variedades quechua: los dialectos de Llata (Huánuco) y de Huaccana (Apurímac). La producción del léxico toponímico de los quechuahablantes nos deja observar que estos vocablos se generan a partir del proceso denominado corporeización. Bajo este proceso cognitivo (Johnson, 1987), se entiende que las experiencias vividas en los lugares que son referenciados con un nombre en particular son determinantes para la configuración de una estructura conceptual, a partir de la cual se originarán estructuras simbólicas o estructuras semánticas: los topónimos. Entendemos que el señalado proceso de creación léxica está fundamentado en conceptualizaciones hechas a partir de la percepción humana y el cuerpo humano (Evans & Green, 2006), motivo por el cual, es importante conocer las implicancias del fenómeno descrito en la producción del léxico toponímico. En este sentido, nuestro estudio desarrolla una explicación sobre la diferente terminología de la toponimia quechua motivada por el proceso de corporeización. Palabras clave: corporeización, topónimo, experiencia perceptual, conceptualización, unidad simbólica. 1. Introducción Las diferentes investigaciones que se han realizado sobre el proceso de corporeización son de corte teórica, mas no aplicativas


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en alguna lengua especifica. Tales investigaciones señalan que las unidades simbólicas son motivadas por diferentes experiencias perceptuales desarrolladas en el espacio donde se desenvuelven los diferentes hablantes. Así, tenemos los trabajos pioneros de Lakoff y Johnson (1980), Johnson (1987) y el trabajo, más reciente, de Evans y Green (2006). Respecto a la lengua de análisis de este estudio, la bibliografía nos indica que no se han ejecutado pesquisas que traten el proceso de corporeización en las diferentes manifestaciones lingüísticas del quechua. Solo se han indagado sobre los procesos metafóricos y metonímicos que tienen una relación muy cercana al proceso tratado. Entre estos estudios están los de Faller y Cuéllar (2003), quienes tratan específicamente las metáforas del tiempo en quechua; Gálvez y Gálvez (2013), autoras que analizan los procesos metafóricos cotidianos más prototípicos de los quechuahablantes; Gálvez y Domínguez (2015), quienes examinan las conceptualizaciones de los quechuahablantes a partir de metáforas y metonimias en datos toponímicos y, Manallay (2017), quien también realiza un análisis metafórico y metonímico en entradas toponímicas. Por esta razón, nuestro estudio desarrolla una serie de hipótesis sobre el proceso de corporeización observado en léxico toponímico quechua. En este sentido, para darle una lectura a nuestros datos, emplearemos el marco teórico de la lingüística cognitiva, dado que en este paradigma autores como Johnson (1987) y Evans y Green (2006) desarrollan de forma rigurosa los presupuestos teóricos de la corporeización aplicado al análisis lingüístico. La metodología utilizada en los trabajos de campo, para la recolección de datos, fue la denominada el corpus basado en el uso, dado que es la técnica que sugiere el marco teórico empleado. Bajo la perspectiva de la lingüística cognitiva, la señalada metodología permite obtener el fenómeno lingüístico de forma natural u óptima (Kristiansen & Dirven, 2008, p. 7). Esto es, sin ninguna modificación voluntaria del habla y discurso por parte de los colaboradores.


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El corpus toponímico de la presente investigación ha sido recolectado de dos zonas de habla quechua: Llata (Huánuco) y Huaccana (Apurimac). La primera zona se enmarca dentro del denominado quechua I, mientras que la segunda zona se circunscribe dentro del territorio del quechua II (Torero, 2002). La estructura del artículo es la siguiente: primero, desarrollaremos los presupuestos teóricos en la que basamos la lectura de nuestro análisis; segundo, exponemos el análisis y los resultados detallados sobre los datos examinados, por último, presentamos las conclusiones derivadas del análisis. 2. Las unidades simbólicas y la corporeización El marco teórico seguido en la presente pesquisa es la lingüística cognitiva, sobre todo, las hipótesis de la corporeización y la unidad simbólica. A continuación, describiremos estos dos conceptos que guardan una estrecha relación. En términos de Langacker (2008, p. 15), las unidades simbólicas (o estructuras semánticas) están conformadas por dos polos que guardan una relación motivada o simbólica: el fonológico y el semántico. El primer polo le concierne a la forma lingüística y el segundo polo, a las conceptualizan hechas sobre tal forma. Este concepto lo grafica como se observa en la siguiente figura: Unidad simbólica

Por ejemplo, si tenemos un sustantivo como mesa, el polo

PS

PF Figura 1: Estructura de la Unidad Sibólica


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fonológico sería la forma de esta unidad: [mesa] y el polo semántico sería la conceptualización o las conceptualizaciones hechas a partir de tal forma: “mueble compuesto de un tablero horizontal […]” o “terreno elevado y llano, de gran extensión […]” (Drae, 2014). De otro lado, la corporeización, para la lingüística cognitiva, es un proceso que refleja estructuras conceptuales construidas por los hablantes en base a sus experiencias y conocimientos del mundo exterior en donde se desarrollan (Johnson, 1987, Pp. 1516). En palabras de Evans y Green (2006), la corporeización es entendida como una propiedad cognitiva que sirve de esquema para la configuración de estructuras conceptuales (las cuales son desarrolladas en base a las experiencias vividas diariamente en el mundo exterior). A saber, se plantea, sobre todo, que tales estructuras conceptuales se relacionan de forma directa con conceptualizaciones hechas a partir del cuerpo humano o la percepción humana: The idea that experience is embodied entails that we have a species-specific view of the world due to the unique nature of our physical bodies. In other words, our construal of reality is likely to be mediated in large measure by the nature of our bodies. (Evans & Green, 2006, p. 45.)

De otro lado, para Evans y Green (2006) dichas estructuras conceptuales son las causantes de la formación de nuevas estructuras semánticas o unidades simbólicas. Esto se sustenta a partir del siguiente esquema planteado por Evans y Green (2006, p. 177.):


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Corporeización

Estructura conceptual

Estructura semántica

Figura 2:E s quema de l a cor p oreización

Entonces, si tenemos un topónimo quechua como yanacocha ‘laguna negra’que designa a un lugar geográfico en donde se presenta una laguna cuyo color característico de sus aguas es de tono oscura; podemos suponer que la corporeización o las experiencias visuales desarrolladas en tal punto terrestre fundamentan la formación de una estructura conceptual que, a su vez, ha operado como base para la construcción de una estructura semántica o unidad simbólica: yanacocha. 3. Metodología Hemos consultado libros de metodología de investigación en lingüística cognitiva, puesto que este es el marco teórico en el que se basa la investigación, y por tal motivo, la metodología de recolección de datos tiene que obedecer a criterios metódicos y epistemológicos de tal marco de investigación. Según este enfoque, la mejor forma de obtener datos es mediante entrevistas en donde los informantes puedan hablarnos de forma fluida y espontánea, dado que, para los cognitivistas, solo en el uso natural de la lengua se pueden captar de forma sistemática todos los procesos cognitivos asociados o incorporados a las manifestaciones lingüísticas de los hablantes:


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Pedro Luis Manallay Moreno Cognitive Linguistics (y la sociolingüística cognitiva) claims to be fundamentally usage-based, but it is often heavy on theory and surprisingly light on method. As Geeraerts (2005) argues, a usage-based linguistics necessarily involves not only a solid empirical method (because it aims at examining actual, nonelicited language behaviour), but also an investigation of the social variation that naturally manisfests itself in actual language use, as attested in e.g. large textual corpora. (Kristiansen y Dirven, 2008, p. 7)

En este sentido, realizamos diversas entrevistas en nuestras zonas de estudio. En estas siempre fuimos creando contextos espontáneos para que nuestros colaboradores hablen de forma natural, es decir, sin timidez. Siempre empleábamos tres preguntas bases; las cuales fueron elaboradas a partir de las interrogantes que se proponen para la investigación de toponimia en el libro Guía para estudios de toponimia (1983); no obstante, hicimos algunas modificaciones para alcanzar los objetivos afines de la presente investigación: — ¿Conoce ríos, cerros, lagunas, chacras o otros lugares que sean designados en quechua? — ¿Por qué se le ha dado aquel nombre a tal lugar? — ¿Cuánto tiempo tiene dicho lugar geográfico designado con tal nombre? Los topónimos que analizamos, en la presente pesquisa, los hemos ordenado alfabéticamente. El léxico toponímico es el siguiente: Asyag Puquio, Cabra Cancha, Casha Ragra, Chaupi Jirca, Huaccanapampa, Mara Mara, Pachaspampa yTimpuy Huachaq. 4. Análisis toponímico 4.1. Asyag Puquio (manantial) Esta construcción toponímica se materializa bajo el adjetivo asyag ‘hediondo’ y el sustantivo puquio ‘manantial, que opera como núcleo. En este sentido, la traducción para este topónimo sería la frase nominal: ‘el manantial hediondo’. Dicho topónimo


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hace referencia a un manantial que se caracteriza por tener un olor desagradable, razón por la cual, los quechuahablantes han conceptualizado a tal característica como la más importante para asignarle un nombre a dicho ente de la naturaleza. En base a esta explicación, podemos sustentar un claro ejemplo de corporeización, puesto que este léxico toponímico está fundamentado en las diferentes experiencias olfatorias que han desarrollado los pobladores quechuahablantes en la zona de la ubicación del manantial. Esto lo podemos explicar con la siguiente figura:

Experiencia olfatoria

Relevancia de una característica

Asyag Puquio

Figura 3:E s quemat ización de l a mot ivación exp er inci a l del top ónimo Asyag Puquino

Observamos que las diferentes experiencias olfatorias desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la zona del manantial resultan fundamentales para la configuración de una estructura conceptual: la relevancia de una característica, en este caso se focaliza el olor desagradable que emite el manantial. A su vez, esta estructura conceptual sirve como base para la formación de una estructura semántica o unidad simbólica: Asyag Puquio.


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De otro lado, vemos que el modificador Asyag ‘hediondo’ se presenta como el vocablo que guarda la mayor conceptualización semántica de toda la construcción toponímica, dado que precisa la singularidad del ente de la naturaleza referenciado. 4.2. Cabra Cancha (corral) Este léxico toponímico se presenta bajo el sustantivo cabra y el sustantivo cancha ‘corral’, que opera como núcleo de este topónimo. En este sentido, la traducción para este nombre sería la frase nominal: ‘el corral de cabras’. Dicha construcción toponímica hace referencia a un corral de animales que caracteriza por tener un número abundante de cabras, razón por la cual, los quechuahablantes han conceptualizado a tal característica como como el más importante que tienen tal lugar geográfico. En base a esta explicación, se puede sustente un proceso de corporeización, debido a que el topónimo responde a experiencias visuales desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la zona de ubicación del señalado corral. Esta hipótesis la podemos explicar de mejor forma con el siguiente esquema:

Experiencia visual

Relevancia de una característica

Cabra Cancha

Figura 4:Esquematización de la motivación experiencial del topónimo Cabra Cancha


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En una primera etapa, entendemos que el nombre toponímico ha sido motivado por las experiencias visuales desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la zona del corral. La segunda fase es la configuración de una estructura conceptual en base a las experiencias vividas: la relevancia de una característica, en este caso se resalta el número cuantioso de cabras que residen en el corral. En la siguiente fase, esta estructura conceptual sirve como base para la formación de una estructura semántica o unidad simbólica: Cabra Cancha. 4.3. Casha Ragra (quebrada) Esta construcción toponímica es materializada bajo el sustantivo casha ‘espina’ y el sustantivo ragra ‘quebrada’, que opera como núcleo. Por esta razón, la traducción para este topónimo sería la frase nominal: ‘la quebrada de espinas’. Este léxico toponímico designa a una quebrada que se caracteriza por tener en su espacio natural una gran cantidad de espinas, motivo por el cual, los pobladores quechuahablantes han conceptualizado dicho rasgo como el más resaltante que posee tal ente de la naturaleza. En este sentido, se puede advertir un claro proceso de corporeización, puesto que se observa que la asignación de este nombre toponímico, a tal quebrada, está basado en las diferentes experiencias visuales que han desarrollado los pobladores quechuahablantes en dicha zona referenciada. Esto se puede explicar con la siguiente figura:

Experiencia visual

Relevancia de una característica

Cabra Cancha


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La lectura de este esquema es la siguiente: primero, los pobladores quechuahablantes han tenido diversas experiencias visuales en la quebrada caracterizada por poseer muchas espinas; segundo, estas experiencias visuales desarrolladas han servido como base para la formación de una estructura conceptual: la relevancia de una característica, en este caso se resalta a las espinas que forman parte de la quebrada referenciada; tercero, esta estructura conceptual sirve como base para la formación de una estructura semántica o unidad simbólica: Casha Ragra. Por otro lado, no está demás decir que, el modificador casha ‘espina’ se presenta como el concepto que guarda mayor información semántica dentro de esta denominación, ya que define la particularidad del lugar que es referenciado. 4.4. Chaupi Jirca (cerro) Este léxico toponímico se materializa bajo el sustantivo chaupi ‘medio’ y el sustantivo jirca ‘cerro’, que se presenta como el núcleo. Por esta razón, la traducción para este topónimo sería la frase: ‘el cerro del medio’. Esta singular denominación hace referencia a un cerro pequeño que está ubicado en el medio de otros doscerros que, a diferencia del cerro referenciado, son de una mayor longitud. Por tal motivo, sostenemos que la característica conceptualizada como la más resaltante es la ubicación del cerro en cuestión respecto a los otros dos cerros que lo rodean. En base a esta explicación, podemos observar que la imagen esquemática desarrollada por los pobladores quechuahablantes (la de ver a tal cerro situado en medio de otros dos grandes cerros) es la que sirve como fuente para asignarle este nombre a dicho ente de la naturaleza. Esto se puede explicar con el siguiente esquema.


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Experiencia visual

Relevancia de una característica

Chaupi Jirca

Figura 6:Esquematización de la motivación experiencial del topónimoChaupi Jirca

Como se puede notar, en este ejemplo, también son importantes las diferentes experiencias visuales o imágenes esquemáticas que han desarrollado los pobladores quechuahablantes en la zona donde se encuentra ubicado tal cerro, puesto que dichas experiencias sirven como base para la formación de una estructura conceptual: relevancia de una característica, en este caso se resalta la posición del cerro respecto a los otros dos cerros que lo rodean. A su vez, esta estructura conceptual sirve como base para la producción de una nueva estructura semántica o unidad semántica: Chaupi Jirca. 4.5. Huaccanapampa (llanura) Esta conformación toponímica se materializa bajo el verbo huaccay ‘llorar’, al que esta adherido el sufijo nominalizador -na, y el sustantivo pampa ‘llanura’, que opera como núcleo. La traducción sería: ‘la llanura donde se llora’. Este topónimo hace referencia a una llanura ubicada dentro del distrito de Huaccana en la cual los pobladores se despedían con llanto cuando iban a partir hacia Lima. Por esta razón, tales acciones fueron conceptualizadas como las más importantes para asignarle un nombre particular


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a dicho ente de la naturaleza. En este sentido, evidenciamos un proceso de corporeización, ya que las diferentes experiencias visuales de los pobladores quechuahablantes desarrolladas en la ubicación de la llanura han servido como base para etiquetar a este ente de la naturaleza. Esta explicación se puede sustentar con la siguiente figura:

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Relevancia de una característica

Huaccanapampa

Figura 7:Esquematización de la motivación experiencial del topónimo Huaccanapa mpa

La lectura de esta figura es la siguiente: en una primera fase, los pobladores quechuahablantes han tenido diversas experiencias visuales en la llanura caracterizada por ser el punto terrestre habitual de despedidas tristes de los habitantes del distrito; segundo, estas experiencias visuales fundamentan la configuración de una estructura conceptual: la relevancia de una característica, en este caso se resaltan los actos de despedidas que suelen ser muy tristes; tercero, esta estructura conceptual sirve como base para la formación de una estructura semántica o unidad simbólica: Huaccanapampa. En este dato, también vemos que el modificador Huaccay ‘llorar’ se presenta como el concepto más prominente, ya que es por medio de este verbo que se precisa la característica más resaltante del lugar referenciado.


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4.6. Mara Mara (quebrada) Este léxico toponímico se materializa bajo la reduplicación del sustantivo mara ‘piedra lisa para moler’. Por esta razón, la traducción sería: ‘piedras lisas’. Este nombre hace referencia a una quebrada caracterizada por poseer piedras de formas lisas, motivo por el cual, tal rasgo ha sido conceptualizado como el más resaltante del ente referenciado. En base a esta explicación, observamos un proceso de corporeización, puesto que las diferentes experiencias visuales desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la ubicación de la quebrada sirven de base para denominar a este ente de la naturaleza. Esto se puede

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Relevancia de una característica

Mara Mara

Figura 8:Esquematización de la motivación experiencial del topónimo Mara Mara.

explicar con el siguiente esquema: En una primera fase, sostenemos que el nombre toponímico ha sido motivado por las diferentes experiencias visuales desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la zona de la quebrada. En una segunda fase, se configura una estructura conceptual en base a las experiencias cotidianas: la relevancia de una característica, en este caso se focaliza las piedras lisas que posee la quebrada en cuestión. En la siguiente fase, esta


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estructura conceptual sirve como fuente para la formación de una estructura semántica o unidad simbólica: Mara Mara. 4.7. Pachaspampa (pueblo) Esta construcción toponímica se presenta bajo el sustantivo pacha ‘tierra o ropa’, al que está adherido el sufijo -s (este indica rasgos del nombre al que está ligado); y el sustantivo pampa ‘llanura’, que opera como núcleo. Este topónimo hace referencia a un pueblo en donde la gente se caracterizaba por vestir con buena ropa, motivo por el cual, tal rasgo ha sido conceptualizado como el más importante para asignarle un nombre a dicho lugar. En este sentido, la traducción figurativa del léxico toponímico analizado sería la frase: ‘la llanura donde se visten bien’. Por las razones expuestas, sostenemos que se presenta un proceso de corporeización, pues las experiencias visuales desarrolladas en la ubicación del pueblo han fundamentado la producción de tal

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Relevancia de una característica

Pachaspampa Figura 9: Esquematización de la motivación experiencial del topónimo Pachaspampa

nombre. Esto lo podemos observar en la siguiente figura: Este dato muestra, una vez más, la importancia de las diferentes experiencias visuales o imágenes esquemáticas desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la zona donde se encuentra


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ubicado tal punto geográfico, puesto que dichas experiencias sirven como base para la configuración de la estructura conceptual: relevancia de una característica, en este caso se focaliza el buen vestir de los habitantes del pueblo referenciado. A su vez, esta estructura conceptual fundamenta la producción de una nueva estructura semántica o unidad semántica: Pachaspampa. 4.8. Timpuy Huachaq (laguna) Esta composición toponímica se materializa bajo el verbo timpuy ‘hervir’ y el verbo huachay ‘parir’, que opera como núcleo y al que está adherido el sufijo agentivizador -q. Por esta razón, la traducción de este topónimo sería: ‘el que pare agua hervida o caliente’. Dicho nombre hace referencia a una laguna que se caracteriza por poseer aguas calientes, razón por la cual, los pobladores han conceptualizado a tal rasgo como el más prominente que posee el ente referenciado. En este sentido, fundamentamos un proceso de corporeización motivado por las

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Relevancia de una característica

Timpy Huachaw

Figura 0: Esquematización de la motivación experiencial del topónimo Timpuy Hua chaq


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diferentes experiencias táctiles desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en la ubicación de la laguna. Esto lo explicamos a partir del siguiente esquema: La lectura de este esquema es similar al análisis de los otros datos. Observamos que en una primera fase los pobladores quechuahablantes han tenido diversas experiencias táctiles en la laguna caracterizada por poseer agua caliente; segundo, estas experiencias palpables han motivado la configuración de una estructura conceptual: la relevancia de una característica, en este caso se resalta la temperatura caliente de la laguna; tercero, esta estructura conceptual sirve como base para la formación de una estructura semántica o unidad simbólica: Timpuy Huachaq. 5. Conclusiones El léxico toponímico presentado está motivado por el principio de corporeización, puesto que responde a las diferentes experiencias desarrolladas por los pobladores quechuahablantes en las zonas geográficas de los lugares referenciados. Particularmente, todos los topónimos examinados están fundamentados en experiencias desarrolladas a partir del cuerpo o la percepción humana. Las experiencias desarrolladas por los pobladores quechuahablantes sirven de base para la configuración de una estructura conceptual que hemos denominado: la relevancia de una característica, dado que siempre se resalta o focaliza un rasgo del lugar referenciado. Entendemos que dicha estructura conceptual sirve de esquema en la producción de las unidades simbólicas analizadas: los topónimos. El proceso de corporeización puede entenderse como una fase previa a las producciones metafóricas y metonímicas. Una evidencia clara la tenemos en la entrada Mara Mara donde dicha denominación, que responde claramente a un proceso de corporeización, se ha perfilado como un proceso metonímico. O en la entrada Timpuy Huachaq donde se puede analizar un proceso metafórico de animalización.


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Referencias bibliográficas Cerrón-Palomino, Rodolfo. (1983). Guía para estudios de toponimia. Lima: UNMSM. Evans, V. y Green, M. (2006). Cognitive Linguistics. An Introduction. Edinburgh University Press. Faller, M. y M. Cuellar. (2003). Metáforas del tiempo en el quechua. Trabajo presentado en el IV Congreso Nacional de Investigadores Linguistico-Filológicos, Lima. Gálvez, I. y Dominguez, F. (2015). Animicidad y agentivización en las construcciones de la toponimia del quechua de AurahuáChupamarca: un enfoque cognitivo. Escritura y pensamiento, 37, 153-175. Gálvez, I. y Gálvez. J. (2013). Metáforas ontológicas en el quechua ayacuchano: personificación y cosificación. Letras, 84, 237-247. Johnson, M. (1987). The body in the mind. The University of Chicago Press. Kristiansen, G. y Dirven, R. (2008). Introduction Cognitive Sociolinguistics: Rationale, methods and scope. Kristiansen, G. y Dirven, R. (eds.). Cognitive Sociolinguistics: Language Variation, Cultural Models, Social Systems, 1-20. Lakoff, G. y Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. University of Chicago. Langacker, R. (2008). Cognitive Grammar: A Basic Introduction. Oxford University Press. Manallay, P. (2017). Léxico de los topónimos quechuas de Llata. Léxico, ideología y diccionario, 299-314. Real Academia Española (2014). Diccionario de la lengua española. Madrid. Torero, A. (2002). Idiomas de los andes: Lingüística e Histórica. Lima: Horizonte.


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TÉRMINOS GASTRONÓMICOS Y SU INFLUENCIA EN EL ESPAÑOL PERUANO María Isabel Montenegro García Universidad Ricardo Palma Marco Antonio Lovón Cueva Pontificia Universidad Católica del Perú Resumen En este artículo se presentan diversos términos gastronómicos que desempeñan un rol importante: coadyuvan al logro del propósito comunicativo a través de la cercanía y la familiarización entre pares. Ejemplo de ello son las voces “churro” para “simpático”, zanahoria” para “sano”, “chaufa” para “chau o adiós”. El trabajo comprende un corpus léxico del español peruano recogido de conversaciones e interacciones verbales entre peruanos, particularmente de intercambios conversacionales en las redes sociales. La investigación concluye en resaltar la importancia de la utilización del corpus como herramienta comunicacional en la población. Palabras clave: jergas, términos gastronómicos, propósito comunicativo, español peruano, contexto. 1. Introducción Actualmente en la sociedad peruana, se transmiten sentimientos a través del uso del argot. El desarrollo de las habilidades comunicativas es una condición elemental para comprender el entorno en el que vivimos y comprender a los otros con los que


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convivimos. Leer, escribir, hablar y escuchar se han convertido en un vehículo y hasta en una herramienta para expresar nuestras ideas y emociones. El objetivo que se persigue con la comunicación es la concreción eficaz de estas actividades. En el contexto peruano, el uso del léxico depende en gran medida de la esfera social a la que el hablante pertenece y de los sentimientos o estados de ánimo que pueden desprenderse en el momento. Por ejemplo, algunos exaltan la belleza a través de expresiones como: ‘¡Qué churro!’ Ello, en alusión de un joven apuesto. Por otro lado, hay enunciados que se vinculan a la ‘mala suerte’. Por ejemplo: ‘¡Qué piña!’ Así también tenemos expresiones que aluden a un sector político. Por ejemplo, ‘¡Él es un caviar!’ para aludir a un sector de la izquierda. No siempre las mujeres usan las mismas expresiones que los hombres. Ellas suelen usar más la voz churro en contraste que los varones, quienes pueden negar su empleo. Estas expresiones y otras vinculadas de modo especial a la gastronomía ejercen una influencia en el habla popular; lo que las caracteriza y les permiten marcar un estilo en el español peruano. Y no solo porque transmiten el sentir popular; sino que suelen ser muy expresivos, y permiten sentirse a gusto dentro un grupo social con determinadas normas y valores. Uno de los primeros atisbos que se registran en los entornos conversacionales se encuentra en la esfera juvenil, círculo en el que se crean una serie de expresiones que sirven para dinamizar aún más el lenguaje, incluso el lenguaje literario (Lovón, 2012). Por ejemplo, se tiene causa por ‘amigo’, sancochado por ‘enredo’, etcétera. Otra de las finalidades por la cual las personas crean un nuevo léxico responde al ocultamiento de significados que les permite realizar sus actividades de modo furtivo. Este es caso del grupo vinculado a la corrupción o al sexo (Latorre y Lovón, 2008). En estos ámbitos se tienen palabras como tamales para ‘dinero’ o pachamanquear para ‘coito’, por ejemplo, respectivamente. Por tanto, creemos importante realizar un recojo del léxico gastronómico que emplean los hablantes peruanos que les sirve


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para expresar realidades o referentes vinculados con sus estados de emoción. Nuestro cometido es sistematizar y analizar estos datos desde las perspectivas de la lexicología y la lexicografía. 2. El léxico y la comunicación El lenguaje de por sí es una técnica compleja. El hablante no repara ni un momento de esa dificultad que la abriga, si no es hasta que tropiece con algún obstáculo. Por ejemplo, cuando decide aprender un idioma, lo teorizado, lo esquemático, no le serviría en la praxis lingüística. Polo (2000) afirma: “alguien aprende un idioma y luego, cuando se traslada al país, comprueba que lo aprendido no le sirve” (p. 439). Algo similar sucede con el aprendizaje de ese conglomerado de términos gastronómicos que influyen en el léxico peruano: el hablante nunca deja de aprender, porque surgen diversos factores que lo motivan a conocer nuevos aspectos de su cultura (gestos, ademanes) que complementan el significado de una expresión. Plagiaro afirmó que “la lengua tiene un aspecto subjetivo porque destacan la funcionalidad que busca el hablante en un determinado contexto” (citado en Penas, 2005, p. 281). Es el saber lingüístico, hoy denominado competencia lingüística, que va a determinar el significado de la expresión. Dell Hymes sostiene que “la competencia comunicativa implica la necesidad de reglas que permitan transmitir oraciones gramaticalmente bien formadas, pero, implica también, una dimensión pragmática, es decir que esté en sintonía con el contexto en que el hablante realiza sus actos de habla” (citado en Penas, 2005, p.281). Coseriu (1986) señala que “el término lengua presenta muchos empleos específicos como en las expresiones (…). Es el caso de las lenguas especiales que son las hablas características de grupos sociales o profesionales, como también los lenguajes técnicos (por ejemplo, la lengua de los marinos, la lengua de los pescadores, la lengua de los estudiantes, la lengua de los ingenieros, la lengua de los obreros metalúrgicos, etc.)” (p.48).


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Estos se llaman también argots. Además, cabe destacar en palabras de Coseriu (1986) “a cada comunidad corresponde necesariamente un sistema de isoglosas” (p. 69), la misma persona no emplea el mismo lenguaje en su casa, en su escuela, etcétera. Esto nos lleva a afirmar que sucede lo mismo en los diversos estratos sociales. Aquí se emplea un sistema de códigos diferentes a los empleados en otras comunidades. Coseriu (1986) subraya que “en los actos lingüísticos individuales, se da una porción de invención personal pero que la invención no puede superar ciertos límites y debe resultar aceptable al ambiente en que se produce. (p. 71). Pareciera ciertamente dicotómico, pero de la misma forma en que la sociedad ‘impone’ los términos que ha de utilizar el hablante (Saussure,1916)), también le brinda la posibilidad de inventar los suyos o modificar lo establecido como correcto (citado en Coseriu,1986). Gonzáles y Ruiz (1998) menciona que a través del tiempo se han presentado muchos cambios en el uso de la lengua y los estratos sociales no han estado al margen de ello. Pero lo importante es que estos matices lingüísticos se adecúan al entorno social, porque responde, como ya se mencionó, a intereses y necesidades de los hablantes (p. 398). En el español como en cualquier otro idioma se utiliza signos lingüísticos en ambos planos, “el uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados (orales y escritos) (…). Estos enunciados reflejan las ‘condiciones’ específicas y el objeto de cada una de las esferas no solo por su contenido temático y por su estilo verbal, o sea por la selección de los recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales, sino por su estructuración” (Bajtín, 1982, p.248). Cada individuo rescatará las palabras que necesite de acuerdo a su propósito comunicativo Por otro lado, el vocabulario demuestra, pues, la naturaleza de la comunidad. Así el léxico del sector político será diferente al del


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sector juvenil. “El lenguaje político de los gobiernos totalitarios no es el mismo que el de las democracias (…), el vocabulario refleja la naturaleza de la sociedad” (Coseriu, 1986, p. 72). Así, en el sector político se utilizan términos que ‘endulzan’ a ciertas personas haciéndolas caer en tentación. Ejemplo de ello es la palabra ‘mermelero’ para aludir a un sujeto o grupo social adicto a la corrupción o involucrada con ella. En cuanto a la sensualidad tenemos, por ejemplo, palabras referidas a las partes del cuerpo, atractivas por lo exuberante que puedan resultar. Ejemplo de ello tenemos: ‘yucas’ para designar a una mujer de piernas bonitas. También y, de acuerdo al contexto, esta expresión adquiere un significado relacionado con lo complejo que puede resultar una tarea. Ello dependerá del contexto en el que se encuentre la palabra para un significado más completo. Finalmente, el léxico peruano es único, incomparable, enriquecedor; no solo porque aluda a la gastronomía, sino por la expresividad, originalidad y variedad de sus términos jergales. El hablante tiene, además, la posibilidad de ‘jugar’ con las expresiones y combinarlas de acuerdo a sus necesidades e intereses, hábitos y costumbres. Lo más importante es que cuenta con un abanico de posibilidades para expresar sus sentimientos e ideas a través de diversos mecanismos y herramientas que hacen posible su interacción en las esferas sociales; dado que el habla es una condición sine que non del ser humano. 3. Metodología Los datos han sido recogidos de diversas entrevistas realizadas a hablantes peruanos cuyas edades oscilan entre los diecisiete años y cincuenta años, entre mujeres y hombres. Las entrevistas fueron realizadas en la calle, en colegios públicos y privados, en universidades públicas y privadas, y centros de trabajos públicos y privados. Se contó con 100 entrevistas. En los ejemplos de uso no se marca el registro de cada hablante, pues consideramos que los usos responden al habla general de los peruanos.


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4. Clasificación de los términos gastronómicos por el parecido fonético y semántico 4.1. Por analogía fonética Las siguientes voces son usadas por los hablantes peruanos por el parecido fonético que se tiene entre el nombre de la comida o bebida con el nombre de lo que se quiere referir. TÉRMINO SIGNIFICADO EXPRESIÓN RECOGIDA alcachofa (alcahuete) ‘Eres una alcachofa’ anticucho (antecedentes) ‘Tiene su anticucho con esa señora’ bistec (de vista) ‘La conocí de bistec’ caramelo (rostro) ‘Te golpeó en el caramelo’ cazuela (casualidad) ‘Coincidimos de cazuela’ ciruela (sí) ‘Ciruela, acepto’ coca cola (loco) ‘Estás coca cola’ culantro (culo) ‘Tienes un buen culantro’ chaufa (chau, adiós) ‘Chaufa, nos vemos mañana’ fresa (de frente) ‘Ve de fresa y llegarás’ lenteja (lento) ‘Eres lenteja, ella más sabida’ naranjas (nada) ‘¿Tienes dinero? Naranjas’ Pechugas (pechos, senos) ‘Tiene una buena pechuga’ Sillao (con SIDA) ‘Él está con sillao, penita’ Tallarín (talla) ‘Tiene buen tallarín’ Verdura (verdad) ‘Di toda tu verdura, ya’ Zanahoria (sano) ‘Eres muy zanahoria, bro’ 4.2.Por su connotación semántica Las siguientes voces son utilizadas por los hablantes peruanos de acuerdo con la relación existente entre las características de la palabra objeto y el contexto. 4.2.1. Por su alusión a situaciones problema Destaca el vínculo entre lo que es perceptible en la comida: desde cómo fue preparado hasta qué es lo que vemos. Ello es comparado con la situación problema.


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TÉRMINO SIGNIFICADO EXPRESIÓN RECOGIDA Apanado (golpiza) ‘Le hicieron apanado’ arroz (tirar) (desprecio) ‘Me tiró arroz’ arroz chaufa (desorden) ‘Es un arroz chaufa’ arroz con mango (enredo) ‘Esto es un arroz con mango’ Asado (molesto) ‘Estoy asado, recontrasado’ Budín (algo mal hecho) ‘Tu tarea está hecha un budín’ Café (llamada de ‘Cuando llegue a casa me darán un atención) café’ caigua (hasta) (problemática) ‘Estamos hasta las caiguas’ Calentado (relación oculta) ‘Tienes tu calentado’ cau cau (problema, causa, ‘¿Cuál es tu cau cau?, compadre’ razón) Chanfaina (enredo) ‘Este trabajo está hecho una chanfaina’ Chicharrón (problema) ‘Tiene su chicharrón con todos’ ensalada (embrollo, ‘Esto es una ensalada’ confusión) sancochado (confusión, caos) ‘Esto es un sancochado’ torta (voltear) (invertirse las cosas) ‘Se le volteó la torta, pobre’ Yuca (difícil) ‘El examen está yuca’ 4.2.2. Por su alusión a la sensualidad Estas voces son seleccionadas por los hablantes para destacar la asociación entre lo agradable y placentero para los ojos y las características que presenta la comida. TÉRMINO Bombón Churro costillar Mírala’ Lomo Mangos Pechuga picarón platanazo

SIGNIFICADO (guapo) (hombre guapo) (mujer bonita)

EXPRESIÓN RECOGIDA ‘Es un bombón’ “Ese joven es churro’ ‘Esa chica es un costillar.

(mujer exuberante) (busto, senos) (pechos, senos) (coqueto) (hombre alto)

‘Qué buen lomo’ ‘Esa chica tiene buenos mangos’ ‘Esa chica tiene una buena pechuga’ ‘Eres un picarón’ ‘Él es un platanazo’


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yucas

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(de piernas carnosas) ‘Ella tiene buenas yucas’

4.2.3. Por su alusión a la sexualidad Aquí se prioriza la relación entre las características del producto: tamaño, color, densidad, etcétera y las partes del cuerpo humano. TÉRMINO SIGNIFICADO EXPRESIÓN RECOGIDA arroz con pollo (travesti) ‘Este es un arroz con pollo’ berenjena (pene) ‘Es su berenjena’ brócoli (maricón) ‘Es brócoli’ cabrilla (gay) ‘Él es una cabrilla’ cabrito (gay) ‘Es un cabrito’ chifar (tener relación con ‘Ya me la chifé’ otra persona) chizito (pene pequeño) ‘Da risa su chizito’ choncholí (pene) ‘Le vio su choncholí’ chorizo (pene, especialmente ‘Tiene un buen chorizo’ grueso) crema volteada (homosexual) ‘Ese es una crema volteada’ cuáquer (semen) ‘Quería el cuáquer en la cara’ culantro (trasero) ‘Ella tiene un buen culantro’ helado (chorrear)(gay) ‘A Daniel se le chorrea el helado’ huevos (testículos) ‘Le falta huevos’ keke (poto) ‘Ella tiene buen keke’ leche (semen) ‘Carlos tiene mucha leche’ limones (senos pequeños) ‘Ella tiene buenos limones’ maní (miembro masculino pequeño) ‘Es un maní, nada se siente’ melón (senos) ‘Le tocó sus melones’ pachamanquear (tener relaciones sexuales) ‘Se pachamanquean todo el día’ pan con pescado(relación homosexual estrecha, amontonado)‘Esa relación es un pan con pescado’ papaya (vagina) ‘¡Qué rica papaya de la Ana!’ taipá (mujer bien proporcionada) ‘Es una mujer bien taipá’


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toronja torta tortis yuyo

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(senos grandes) ‘De chichis a toronjas’ (relación entre mujeres) ‘Esto es una torta’ (lesbiana) ‘¡Tú tía es tortis!’ (vello púbico) ‘Se nota el yuyo’

4.2.4. Por su alusión a la política El hablante utiliza estas voces como herramienta para intentar un acercamiento entre lo que se desprende del producto gastronómico y el quehacer político. TÉRMINO SIGNIFICADO EXPRESIÓN RECOGIDA aceite, aceitar (corrupción, ‘Hay que aceitarlos’ corromper) caviar (facción izquierdista) ‘Los caviares de la Católica se salieron con su gusto’ mermelada (corrupción) ‘Algunos países caen en la mermelada’ Mermelero (corrupto) ‘Algunos medios son mermeleros’ 4.2.5. Por su alusión a características de las personas. Estas voces son utilizadas para describir las características del producto para asociarlas con el perfil de la persona. TÉRMINO SIGNIFICADO EXPRESIÓN RECOGIDA Bagre (persona sin estilo) ‘Está bagre’ Calabaza (ignorante) ‘Esa chica es una calabacita’ Camarón (sinvergüenza) ‘Este es un camarón’ Chilcano (de cabeza grande) ‘Es un chilcano’ Choclona (mujer de edad ‘Ella está choclona’ avanzada) coca cola (loco) ‘Estás coca cola’ Cuy (persona chiquita) ‘Es un cuy; qué chiquito’ Erizo (persona con cabello ‘Eres un erizo’ lacio) Gallina (cobarde) ‘Eres un gallina; no vas’


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gallina vieja (se sienta y no paga la cuenta) sabido’ Gelatina (con miedo) Hígado (colérico) Huevera (tonto) lechuga (sinvergüenza) lenguado (soplón) lorna (tonto) mantequilla (persona opcional sin experiencia) mondongo (grasa abdominal) mote (acento en la pronunciación) olluco (dedo gordo) pasa (persona vieja con arrugas) pavo (tonto) pollo (embriaguez rápida) tallarín (hombre o mujer flaco) tamal (cuerpo no bien formado) torreja (lerdo)

‘Es una gallina vieja, ‘Estás como gelatina’ ‘Es un higadito’ ‘Es un hueveras’ ‘Ese joven es un lechuga’ ‘Te pasaste de lenguado’ ‘Es un lorna’ ‘A él ponlo de mantequilla en el partido’ ‘Con ese polo se nota todo el mondongo’ ‘Tiene su mote’ ‘Tienes unos ollucos’ ‘Eres una pasita’ ‘Eres un pavo, monse, lorna’ ‘Eres un pollo, no sabes tomar’ ‘Está hecho todo un tallarín’ ‘Pareces un tamal’ ‘Es una torreja, no entiende’

5. Conclusiones El uso de términos gastronómicos ejerce una notable influencia en el léxico peruano, dado que, a través de ellos, los individuos no solo dinamizan el lenguaje, sino que desarrollan con libertad sus habilidades comunicativas respetando las normas y valores que impone cada esfera comunicativa. De esta forma, se identifica la importancia de estos términos como herramienta que permite la expresión de sentimientos de acuerdo con el estado, las necesidades e intereses del grupo social.


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Referencias bibliográficas Bajtín, M. (1999). Estética de la creación verbal. Madrid. Siglo veintiuno editores, p.248 Coseriu, E. (1986a). Introducción a la lingüística. Madrid: Gredos. Gonzáles, R., y Martínez, C. (1998). Competencia lingüística/Competencia comunicativa: Operatividad didáctica de los niveles del lenguaje. ASELE. Centro Virtual Cervantes. Redacción EC. (31 de agosto de 2018). Los Cuellos Blancos: el glosario de la organización criminal. El Comercio. Recuperado de http:// elcomercio.pe/politica/cuellos-blancos Latorre, M. y Lovón, M. (2008). «La sexualidad en el habla peruana. Una aproximación semántico-cognitiva». En Actas del III Congreso Internacional de Lexicología y Lexicografía en Homenaje a Diego de Villegas y Quevedo Saavedra. Lima, Academia Peruana de la Lengua, 317-356. Lovón, M. (2012). Peruanismos en las obras literarias de Mario Vargas Llosa. Boletín de la Academia Peruana de la Lengua, 53,13-28. Penas, M. (2005). Coseriu y los distintos planos de la actividad del hablar y del saber lingüístico en relación con el contenido y las categorías lógicas del juicio. CAUCE, (28), 281. Polo, J. (2000). Estructura del saber lingüístico. AnMal, XXIII(2),2000. Recuperado de http://www.romling.uni-tuebingen.de/coseriu/ publi/coseriu348.pdf


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LA EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DE LA PALABRA “INCONTRASTABLE”: ESTUDIO DE UN CASO PERUANO Cinthya Franci Porta Chuquillanqui Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Resumen Hace casi doscientos años, Huancayo recibió el título de “Ciudad Incontrastable”, denominación con la cual se le conoce hasta hoy. No obstante, podemos apreciar que la palabra “incontrastable” presenta más de una acepción en su entrada en los diccionarios. De esa manera, el objetivo de este trabajo es mostrar la evolución conceptual que ha tenido esa palabra desde que fue recogida por la Real Academia Española en la primera edición de su diccionario hasta la actualidad. Para ello, vamos a emprender un estudio diacrónico que va a consistir en revisar las definiciones lexicográficas que ha tenido este término tanto en el diccionario académico como en diccionarios etimológicos y de uso. No obstante, complementaremos esta investigación con una visión también sincrónica, es decir, con un estudio de caso con hablantes actuales peruanos, específicamente de Huancayo y de Lima, con la finalidad de contrastar sus concepciones con la etimología de la palabra y los procesos semánticos por los que ha atravesado. Palabras clave: “incontrastable”, evolución conceptual, etimología, polisemia, definición lexicográfica. 1. Introducción En el Perú se le llama a Huancayo la “Ciudad Incontrastable”, nombre que más que un apelativo es el título que se le concedió


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en 1822 tras la gesta emancipadora. La denominación que recibió la ciudad se debió a la actitud indoblegable de sus habitantes, lo que llevó a que fuera considerada como inconquistable, tal cual la concepción que se tenía en aquellos años de incontrastable. Sin embargo, luego de casi doscientos años de aquel episodio, vemos que la concepción es distinta tanto en la primera acepción que recoge la Real Academia Española (RAE) en su diccionario como en los hispanohablantes actuales. Por ello, vamos a dividir el trabajo en dos partes para poder observar esta situación. La primera va a ser eminentemente diacrónica, en la cual se van a presentar las definiciones de esta palabra en diferentes ediciones del Diccionario de la lengua española (DLE) para observar su evolución lexicográfica. Posteriormente, se va a proceder a hacer una revisión etimológica y de uso de la palabra con el fin de mostrar su proceso histórico. Asimismo, vamos a indicar las posibles causas semánticas que han llevado a que, a lo largo de los siglos, se hayan incorporado u omitido algunas acepciones. La segunda parte, en tanto, va a ser más bien sincrónica, pues lo que se intenta es mostrar cómo, aun cuando una nueva acepción ha ganado terreno en el DLE, su concepción inicial todavía podría mantenerse en los hablantes. Por eso, en el último apartado, vamos a indicar las concepciones de hablantes actuales tanto de Huancayo como de Lima, como muestra de un caso peruano, para señalar las situaciones en las que este sentido habría perdurado así como en las que habría cambiado, y, de ese modo, complementar el punto anterior. Al ser este un estudio sobre todo diacrónico, básicamente repasamos la evolución de la palabra “incontrastable”, aunque, claro está, con las nociones teóricas de la lexicografía. El estudio sincrónico, por su parte, se ciñe a los mismos fundamentos, de modo que su objetivo es servir de aporte a investigaciones lexicológicas y lexicográficas posteriores que lo amplíen.


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2. Huancayo, la “Ciudad Incontrastable”: Historia de una denominación La historia de esta investigación comienza hace casi doscientos años, cuando en el Perú se estaban produciendo los movimientos de emancipación que vencieron al yugo español a comienzos del siglo XIX. Pero para lograr esa gesta los libertadores y el pueblo peruano tenían que enfrentarse a numerosos ejércitos realistas en varias partes del país. La expedición libertadora del sur llevó a José de San Martín a tierra iqueñas el 7 de setiembre de 1820. Una vez establecido en Paracas, el libertador argentino ordenó a José Antonio Álvarez de Arenales a organizar a los pueblos de la sierra central peruana en favor de la causa emancipadora. Así, Arenales proclamó las independencias de Ica, Huamanga e Izcuchaca para luego dirigirse a Junín. De esa manera, ya en el Valle del Mantaro, el 20 de noviembre de 1820, Arenales proclamó y juró la independencia de Huancayo en la cuadra 5 de la calle Real, en medio del júbilo de la multitud huancaína que presenció dicho acto. Enterado de esta situación, el ejército realista al mando del general Mariano Ricafort marchó del Cusco a Huancayo para castigar a los rebeldes. Ricafort llegó a Huayucachi el 28 de diciembre e incendió el pueblo. Con una fuerza de 1200 hombres, pero muy bien equipados y armados, se dirigieron desde Huancán hasta Azapampa en lo que se convertiría en el enfrentamiento más importante de la historia de Huancayo. Los soldados independentistas liderados por José Félix Aldao sumaban poco más de 5000, pero su equipamiento era muy inferior, con armas improvisadas, como hondas, cuchillos, palos, huaracas y pocas armas de fuego. En esas condiciones, a las tres de la tarde del 29 de diciembre de 1820 se inició la batalla de Azapampa, la cual se transformó en una verdadera carnicería a causa de la desigualdad de armamentos. Más de 500 huancas murieron en combate o ultimados por los soldados realistas y, si bien perdieron la batalla, la resistencia fue tal que no fue nada fácil para los españoles apoderarse del territorio.


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Esta entrega patriótica e indoblegable fue la que llevó a que a Huancayo se le otorgara poco después, luego de declarada la independencia del Perú, el título de “Ciudad Incontrastable”. Durante el gobierno provisional del general José Bernardo de Torre Tagle, se ordenó que la ciudad llevara este nombre por considerarla inconquistable. Así se lee en el decreto publicado en 1822, donde se manifiesta que “difícilmente puede haber un pueblo o un individuo que tenga derecho a decir, que en él llegó a su término la ferocidad española”, y, asimismo, que “se presentan nuevos candidatos a obtener los honores que deben decretarse a los primeros mártires de la patria”. Por ello, “el pueblo de Guancayo [sic] es uno de los que tiene mejores derechos en razón de la cantidad de lágrimas y sangre, que el fierro y el fuego han hecho verter en la época de la revolución, y aun antes de ella” (Tello, 1971, p. 16). Estas condiciones se suman además a la valentía del pueblo huanca: “Él ha venido a ser por su localidad la arena de los combatientes, pero el pecho de sus habitantes es tan firme y varonil, que la lanza enemiga ha podido traspasarlo, mas no apagar en él el fuego santo de la libertad” (Tello, 1971, pp. 16-17). De esa manera, y aun a pesar del resultado final de la batalla de Azapampa, el heroísmo y la constancia fueron premiados. Por ello, el 19 de marzo de 1822, Torre Tagle decretó que “el pueblo de Guancayo [sic] tendrá desde esta fecha el título de CIUDAD con el renombre de INCONTRASTABLE” (Tello, 1971, p. 17). Este título fue ratificado por el gobierno provisorio de José de La Mar el 5 de febrero de 1828. Y así se le conoce hasta hoy. 3. Visión diacrónica de la palabra “incontrastable” 3.1. En el diccionario académico Luego de esta contextualización histórica, vamos a ver cómo la RAE ha definido esta palabra en su diccionario. Para ello, consideraremos aquellas ediciones que fueron publicadas en la época de la titulación de la ciudad de Huancayo, así como las más actuales. Además, vamos a revisar otras ediciones que son también importantes para este estudio.


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De esa manera, hemos consultado las ediciones de 1817 y 1822 (5ta. y 6ta., respectivamente) para observar cómo definía la Academia esta palabra y qué acepciones incluía. Posteriormente, vamos a observar la edición de 1914 (14ta.) para ver cómo cambió la entrada lexicográfica casi cien años después del hecho histórico que estamos comentando. Finalmente, vamos a revisar las últimas cuatro ediciones de 1984, 1992, 2001 y 2014 (20ma., 21ra., 22da. y 23ra.) para identificar el momento en el que el DLE deja de consignar tres acepciones e incluye una más. Todo esto a lo largo de casi dos siglos. Pero, antes de ello, si bien aparecido casi cien años antes, es interesante observar la entrada en el Diccionario de autoridades (1726-1739), el que se convirtió en la primera edición de los diccionarios de la lengua editados por la RAE. Así lo podemos ver (RAE, 1963, p. 245): INCONTRASTABLE. adj. de una term. Invencible y que no ſe puede contraſtar, vencer ò convencer. Lat. Inexpugnabilis. Quod ſubjici nequit. SOLIS, Hiſt. de Nuev. Eſp. lib. 2. cap. 15. Que tenia ſu Corte en una Ciudad incontraſtáble, fundada en el água ſobre grandes Lagúnas. CORN. Chron. tom. 3. lib. 3. cap. 9. Hallaron ſer tan ſólidos y tan incontraſtábles ſus fundamentos, que tomaron la reſolucion de ſacarla al teatro público de las Eſcuélas. Aquí observamos que la palabra “incontrastable” está definida como “invencible y que no se puede contrastar, vencer o convencer” (actualizada a la ortografía moderna). Además, incluye ejemplos que contextualizan el uso de este vocablo. No obstante, vamos a ver cómo se presenta esta entrada en las demás ediciones consultadas. La primera de estas, ya con el rótulo de Diccionario de la lengua castellana, es la de 1817. Observemos su definición lexicográfica y sus acepciones (RAE, 1817, p. 489): INCONTRASTABLE. adj. Lo que no se puede vencer ó conquistar. Inexpugnabilis.


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INCONTRASTABLE. Lo que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. Inexpugnabilis. INCONTRASTABLE. met. El que no se deja reducir ó convencer. Invictus, insuperabilis, tenax. En este caso apreciamos que ya se están consignando tres acepciones, y de manera separada. Todas refieren que se trata de un adjetivo, pero la tercera indica claramente que es una acepción metafórica (“met.”). Asimismo, al igual que en el Diccionario de autoridades, la referencia etimológica permanece (Inexpugnabilis). Ahora bien, en cuanto a las definiciones, vemos que la primera obvia la acepción original de “no se puede contrastar”; más bien continúa la de “no se puede vencer”, aunque ahora se aprecia acompañada de “conquistar”. La segunda acepción guarda mayor en relación con el “no se puede convencer” del siglo XVIII. Vemos pues que ya entrado el siglo XIX las acepciones están separadas, en un claro ejemplo de polisemia del término. Ahora pasemos a revisar la edición de 1822, el mismo año en el que la ciudad de Huancayo fue renombrada como “Incontrastable”, para observar su asociación con la característica de inconquistable que siempre se le ha reconocido (RAE, 1822, p. 455): INCONTRASTABLE. adj. Lo que no se puede vencer ó conquistar. Inexpugnabilis. INCONTRASTABLE. Lo que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. Inexpugnabilis. INCONTRASTABLE. met. El que no se deja reducir ó convencer. Invictus, insuperabilis, tenax. Vemos que esta edición repite exactamente a su predecesora en cuanto a la entrada de “incontrastable”. En ese sentido, lo que se puede precisar es que siempre la primera acepción expresa el sentido de “invencible” o “inconquistable”, aun cuando ya vimos que en la primera edición del diccionario ese sentido no estaba manifestado. Es posible, entonces, que esta nueva acepción sea haya difundido en pleno siglo XIX, tal cual lo registra la historia en el caso de la ciudad de Huancayo.


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Ahora bien, revisemos cómo evolucionó esta entrada en el diccionario académico casi diez décadas después, en 1914, es decir, ya comenzado el siglo XX. La 14ta. edición del Diccionario de la lengua castellana muestra lo siguiente (RAE, 1914, p. 568): Incontrastable. (de in y contrastable.) adj. Que no se puede vencer o conquistar. || 2 Que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. || 3 fig. Que no se deja reducir o convencer. Aquí podemos observar que, aparte de la actualización ortográfica y de la eliminación del artículo neutro “lo”, se ha añadido información etimológica; no obstante, esta se contradice con la que se había consignado en los diccionarios anteriormente revisados, donde se mostraba claramente que la palabra provenía del latín inexpugnabilis. Si bien se indica que la palabra “incontrastable” está formada por el prefijo “in-” unido al lexema “contrastable”, ya en español, es evidente que la raíz etimológica no es la misma que la de inexpugnabilis. En ese sentido, es posible que se haya enmendado un error antiguo, aunque eso lo veremos, desde el punto de vista diacrónico, más adelante. Mientras tanto, podemos avanzar un poco en el tiempo y observar cómo figura esta entrada ya en las últimas ediciones del diccionario académico. En 1984 apareció la 20ma. edición, con la nueva denominación de Diccionario de la lengua española (DLE), nombre con el que se mantiene hasta la actualidad, donde se puede apreciar la entrada consignada de la siguiente manera (RAE, 1984, p. 765): incontrastable. (de in-2 y contrastable.) adj. Que no se puede vencer o conquistar. || 2. Que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. || 3. fig. Que no se deja reducir o convencer. Es decir, setenta años después de la edición 14ta., la entrada aparece casi inalterada, incluso con la marca de registro que


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indica sentido figurativo (“fig.”). Otra cosa relevante es que, más de 160 años después de los hechos sucedidos en Huancayo que le dieron a la ciudad el título de “Incontrastable”, aún se mantiene como primera acepción el sentido de que “no se puede vencer o conquistar”. No obstante, ocho años más tarde, en 1992, vamos a ver cómo la 21ra. edición añadió una nueva acepción, la cual además se va a constituir desde ese momento en la primera (RAE, 1995, p. 1154): incontrastable. adj. Que no se puede contrastar. || 2. Que no se puede vencer o conquistar. || 3. Que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. || 4. fig. Que no se deja reducir o convencer. El primer cambio importante con relación a las ediciones anteriores viene dado, claro está, por la inclusión del sentido “que no se puede contrastar”. Si hacemos un rastreo hasta la primera edición del diccionario académico, observaremos que esta acepción solo aparece en el histórico Diccionario de autoridades de la primera mitad del siglo XVIII. En las siguientes ediciones, que abarcan todo el siglo XIX y casi todas las décadas del siglo XX, vemos que esa acepción nunca fue considerada. Siempre, hasta 1984, la primera acepción remitió a aquello “que no se puede vencer o conquistar”. Asimismo, apreciamos que en la edición de 1992 ya se ha eliminado la información etimológica, quizá ahora ya irrelevante por cuanto la primera acepción hace referencia directa a ese dato. Y es por demás notable que ese sentido sea directamente el primero en consignarse en la entrada cuando antes ni siquiera aparecía. El resto de acepciones se mantienen inalteradas en sus definiciones, pero ahora en un nuevo orden. Es posible, entonces, que la nueva acepción sea desde ese momento la más común en los hablantes del español, razón por la cual los académicos la consignaron en el primer lugar.


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Recordemos, por cierto, lo que dice la “Nueva planta del Diccionario de la Real Academia Española” con relación al orden de las acepciones: “Dentro de cada uno de los apartados correspondientes a una determinada categoría gramatical, las acepciones se ordenarán en bloques definidos por la afinidad semántica que exista entre ellas” (RAE, 1997, p. 54). En el caso de la entrada “incontrastable”, las cuatro acepciones corresponden a la misma categoría gramatical, es decir, son adjetivos. En ese sentido, ¿cuál sería el criterio para ubicar una antes que otras? Así se explica más adelante: “Estos bloques semánticamente definidos se dispondrán sucesivamente dentro del artículo, teniendo en cuenta el criterio de la mayor frecuencia de uso y la mayor libertad de construcción. Tales datos vendrán dados por el CREA y el CORDE” (RAE, 1997, pp. 54-55). Así, pues, vemos que la frecuencia de uso y la mayor libertad de construcción son las condiciones para que el sentido de “que no se puede contrastar” aparezca primero, al menos recién desde 1992. Finalmente, las últimas dos ediciones del diccionario académico, que ya corresponden al siglo XXI, mantienen cierta uniformidad con la última edición del siglo pasado. La 22da. edición, de 2001, define la palabra de la siguiente manera (RAE, 2001, p. 1263): incontrastable. adj. Que no se puede contrastar. || 2. Que no se puede vencer o conquistar. ||   Que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. || 4. Que no se deja reducir o convencer. La única diferencia con relación a la edición de 1992 es que se ha eliminado la marca de registro “fig.” en la cuarta acepción. Más allá de eso, la entrada es la misma con sus nuevas cuatro acepciones. Y lo mismo sucede con la 23ra. edición, de 2014, que repite íntegramente la entrada de 2001 (RAE, 2014): incontrastable. adj. Que no se puede contrastar. || 2. Que no se puede vencer o conquistar. || 3. Que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas. || 4. Que no se deja reducir o convencer.


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Es decir, podemos apreciar que la frecuencia de uso hizo que en un momento determinado se incorporara al diccionario una nueva acepción para la palabra “incontrastable”, y sobre todo como la primera acepción, aun cuando durante muchas ediciones, que abarcaron incluso siglos enteros, esa acepción no estuvo presente. Al menos en el diccionario. Pero mejor será revisar la etimología de esta palabra así como sus contextos de uso a lo largo del tiempo para confirmar estos datos. 3.2. En los diccionarios etimológicos Mucho hemos mencionado el factor etimológico como discutible en la entrada de la palabra “incontrastable” en diferentes ediciones del diccionario académico. Por ello, vamos a hacer una breve revisión etimológica de esta palabra para intentar determinar el origen de su significado así como su evolución conceptual durante estos siglos. Como no es posible, por cuestión de espacio, revisar todos los diccionarios etimológicos de la lengua española, vamos a centrar nuestra atención en solo tres, que nos pueden dar una visión panorámica del tema. El primero de ellos, el conocido Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana, de Joan Corominas, ubica el origen de este término dentro de la entrada “estar” (1954, pp. 420-421):

ESTAR, del lat. STARE ‘estar en pie’, ‘estar firme’, ‘estar inmóvil’. […] Contrastar [Berceo; Apol., 185a]4, de CONTRASTARE ‘oponente’; contrastable; contrastante, contraste […], antiguamente contrasto, o contrasta; incontrastable. De esta manera, observamos que la raíz latina stare es la que aporta el significado a la palabra, con los sentidos de “estar en pie, firme e inmóvil”. La noción de “oponente”, por su parte, también está presente, de modo que vamos indagando la construcción tanto morfológica como semántica de esta palabra.


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Y si la raíz latina es relevante para esta indagación, vamos a ver qué dice el Diccionario etimológico latino-español, de Santiago Segura, sobre el particular (1985, p. 696). stō, āre, stetī, stātum […], intr. I. Estar en pie, estar erguido: stant, non sedent, están de pie, no sentados; […] || [refer. a tropas] mantenerse en su puesto: in acie stare, mantenerse en su puesto de combate […] Aquí podemos apreciar varias cosas. En primer lugar, se trata de una entrada bastante extensa que por obvias razones no hemos puesto completa, pero que sus tres acepciones aluden exactamente a las mostradas en el diccionario de Corominas, es decir, “estar en pie, estar erguido”, “estar inmóvil, quieto” y “estar, mantenerse firme”. Ahora bien, para el tenor de nuestra investigación, la primera parte tiene gran importancia pues, como podemos ver, indica claramente que en latín se utilizaba esta raíz en el sentido de “mantenerse en su puesto de combate”, evidentemente referido a tropas. Este sentido es justamente el que solemos asociar a la denominación que recibió la ciudad de Huancayo en 1822, con un título que hacía mención a un enfrentamiento bélico. Por otro lado, cuando buscamos en el mismo diccionario esta raíz pero antecedida de la preposición contra, observamos el origen de la palabra “contrastar”. Así se aprecia en la entrada indicada (1985, p. 160): contrastō, -āre [contra, stō], intr., oponerse a. ESP. contrastar, 1220-50. DER.: contraste, ‘oposición’, 1490; ‘cambio repentino de un viento en otro contrario’, h. 1750; amer., ‘revés, contrariedad’; incontrastable. Lo destacable de esta entrada son las marcas y las fechas que indican los cambios semánticos por los que ha ido pasando esta palabra desde su origen supuestamente a comienzos del


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siglo XIII. La idea de “oposición” aparece registrada a fines del siglo XV, mientras que el sentido de “revés, contrariedad” lo vemos atestiguado desde mediados del siglo XVIII, con una clara marca de americanismo (“amer.”). Y, claro está, la palabra “incontrastable” ya se registra en asociación con “contrastar”, como una forma usual cuyo origen sería común, a diferencia de las primeras ediciones de los diccionarios académicos, donde se consideraba a inexpugnabilis como si estuviera etimológicamente relacionada. Finalmente, el Breve diccionario etimológico de la lengua española, de Guido Gómez de Silva, publicado en 1985, consigna la siguiente información para la entrada de “contraste” (2004, p. 186): contraste ‘oposición, diferencia notable’: contrastar ‘mostrar notable diferencia cuando se comparan (dos cosas)’, del latín medieval contrastare ‘contrastar, estar o poner frente a frente’, del latín contra- ‘contra, frente’. El aporte de esta definición es que añade el sentido de “mostrar notable diferencia cuando se comparan (dos cosas)”. Es cierto que antes ya habíamos visto que se indicaba el sentido de “oponer”, pero no relacionado con el de “comparar”. Ese sentido es el que en la actualidad solemos considerar como el más usual, cuando hacemos comparaciones o contrastamos cosas o ideas. El hecho de que algo sea incontrastable indicaría entonces que se trata de algo que no admite comparación, aunque también, evidentemente, tiene un sentido que está vinculado a situaciones de enfrentamiento, donde una persona (o una ciudad entera incluso) no se dejaría vencer ni conquistar. 3.3. En los diccionarios de uso Pero, como sabemos, las palabras no solo reciben sus significados por su origen etimológico sino también por su uso. Y, para revisar un diccionario que recoja las voces del español según la actividad de sus usuarios, vamos a consultar lo que dice el Diccionario de uso del español de María Moliner al respecto. Así pues, la entrada


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correspondiente a “incontrastable”, en su última edición, señala lo siguiente (2007, p. 1624): incontrastable 1 adj. Que no se puede contrastar. 2 *Indiscutible o *innegable. 3*Invencible o *inconquistable. 4 Imposible de convencer. * Obstinación. Esta entrada presenta algunas particularidades que es necesario aclarar, pues, por más que vemos que la primera acepción es la misma que la que consigna la RAE en la última edición de su diccionario, la segunda y la tercera han invertido posiciones, y lo más curioso es que el sentido de “invencible o inconquistable” aparece marcado en cursiva. Pero ¿qué indica esa marca? Moliner lo detalla al inicio del diccionario cuando da los lineamientos para consultarlo: “Las definiciones en cursiva corresponden a significados no usuales, por tratarse de acepciones muy restringidas a un ámbito científico o profesional, raras o no documentadas” (2007, p. XXXI). Es decir, mientras que para la RAE esa acepción fue la primera por varias ediciones (y varias décadas), para Moliner se trata de un sentido más bien restringido y poco usual. Al menos eso lo podemos contrastar en la actualidad, cuando la primera acepción se ha vuelto la más empleada por los hablantes. No obstante, habría que constatar también si el sentido de “invencible o inconquistable” aún permanece. Por otro lado, podemos observar que en el Diccionario de sinónimos y antónimos, publicado en 2012, que se elaboró sobre la base de la tercera edición del Diccionario de uso del español de María Moliner, la entrada correspondiente a “incontrastable” aparece de la siguiente manera (2017, p. 567): incontrastable / indiscutible / irrefutable / irrebatible / incontestable / incuestionable ≠ discutible Aquí vemos que los adjetivos considerados como sinónimos de “incontrastable” refieren principalmente a la tercera acepción de


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la última edición del diccionario de la RAE, es decir, “que no puede impugnarse con argumentos ni razones sólidas”. Incluso la primera acepción que, por norma, sería la más usual no está remitida en este diccionario, pues lo más cercano a “que no se puede contrastar” vendría a ser la noción de “incomparable”, que no aparece. Mucho menos, por cierto, están consignados los sentidos que harían referencia a la segunda acepción académica de “que no se puede vencer o conquistar”: ni “invencible” ni “inconquistable” son opciones que se consideran en la actualidad como sinónimas de “incontrastable” en los diccionarios de este tipo. Eso nos lleva a cuestionarnos, entonces, si los sentidos de la palabra “incontrastable” tendrían un mismo origen (es decir, se trataría de un caso de polisemia) o si, por el contrario, corresponderían a orígenes distintos (es decir, se trataría de un caso de homonimia). Por lo visto en la breve revisión etimológica, se puede entender que las acepciones que ahora observamos en el diccionario, como aquellas que se incluyeron en siglos anteriores, muestran un cierto grado de relación unas con otras. Incluso, el caso de la segunda acepción (primera durante muchas ediciones) es interesante por cuanto el origen latino del morfema radical de “incontra-sta-ble” también posee un sentido bélico. En el caso de esta palabra, podemos recordar lo que dice al respecto el lingüista inglés Geoffrey Leech en su Semántica, cuando menciona que “dos significados están relacionados históricamente si se los puede remitir al mismo origen o si uno de ellos puede derivarse del otro; de igual modo, dos significados están psicológicamente relacionados si los usuarios actuales aprecian intuitivamente que así ocurre y, por lo tanto, se inclinan a pensar que son “usos distintos de la misma palabra”“ (1977, p. 254). Así pues, podemos ver que sería más bien la polisemia el proceso semántico que ha sufrido la palabra “incontrastable”, aun cuando hoy por hoy unas acepciones se han generalizado más que otras en comparación con los siglos precedentes.


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Al final son los propios usuarios de la lengua los únicos responsables de que una acepción se generalice, así como de que haya acepciones que se incorporen como otras que entren en desuso e, inclusive, desaparezcan. A la larga, no es tanto el factor etimológico el que impone ese devenir, aun cuando sí es importante corroborar si una palabra mantiene un significado original de su lengua madre (en este caso el latín) o si son otros factores los que proveen los nuevos sentidos léxicos. Otro lingüista que está de acuerdo con tomar en cuenta la concepción de los hablantes para las definiciones lexicográficas es el alemán Reinhold Werner, quien considera que los principales criterios para hacer la distinción entre homonimia y polisemia son “la etimología, la conciencia lingüística de los hablantes y la composición de los contenidos de las palabras” (Haensch et al., 1982, p. 300). De esa manera, el caso de “incontrastable” respondería a una situación de polisemia, pues los hablantes considerarían que son, como decía Leech, “usos distintos de la misma palabra”. En ese sentido, es pertinente que nos aboquemos ahora a observar cómo se expresa esa “conciencia lingüística de los hablantes”. Pero, antes de ello, vamos a revisar las dos bases de datos utilizadas por la Real Academia Española. Recordemos que la “Nueva planta del DRAE” especificaba que los datos para fundamentar las acepciones de las entradas provenían del CREA y el CORDE. Así, el Corpus de referencia del español actual (CREA) y el Corpus diacrónico del español (CORDE) son los encargados de recabar la información del uso de los hispanohablantes, principalmente a nivel escrito, aunque también oral. La diferencia entre uno y otro es que, mientras el CREA contiene la información de los últimos treinta años, el CORDE recoge ejemplos de uso desde el siglo XVI hasta los años setenta del siglo pasado. En ese sentido, vamos a tomar algunos ejemplos de ambas bases de datos para observar los usos que se han registrado de esta palabra tanto en la época de titulación de Huancayo como


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“Ciudad Incontrastable” (mediados del siglo XIX) como en la actualidad (desde los años noventa, cuando la RAE incluye la primera acepción).

Beneficio inmenso, imponderable, con el cual se ha tirado la línea de demarcación que divide los hombres de la mentira y los hombres de la verdad, y alzado la muralla incontrastable en que se estrellen para siempre la impostura, el charlatanismo y las preocupaciones. [1822, Manuel José Quintana, Discurso pronunciado en la Universidad Central el día de su instalación, España]. ¡En cuanto pasara aquel minuto terrible quedaría ungido Inca, por la fuerza incontrastable de los hechos, y podría tratar como traidores a cuantos no lo acatasen!... [1905, Roberto J. Payró, El falso Inca, Argentina]. Así como el pueblo de Vietnam ha aprendido –y enseñado– a convertir el odio hacia los criminales invasores en un poderoso impulso invencible, el pueblo cubano, de esta dura experiencia, extrae recursos insospechados para no perder la presencia incontrastable de Che, para transformar una pérdida irremplazable en acción y conducta, en obra y pensamiento. [1943-1974, Ángel Augier, Prosa varia, Cuba]. Aquí se aprecia que las acepciones que considera la RAE en su diccionario están expresadas en estos ejemplos del CORDE. Los dos primeros casos refieren justamente a los dos primeros sentidos del diccionario hasta su 20ma. edición (1984). Incluso con ejemplos tomados de distintos países, las nociones se mantienen. Por cierto, el tercer ejemplo, que es anterior a los años ochenta, podría muy bien referir a la primera acepción de la actualidad (“que no se puede contrastar”), aunque también podría corresponder a la primera de ese entonces (“que no se puede vencer o conquistar”), y que hoy es la segunda. Por eso, vamos a recurrir al CREA para hacer la comparación con ejemplos más actuales. Y como si aquella incontrastable geología no bastara para sí misma, yo estaba hambriento; tiempo hacía que no tocaba a una mujer. [1986, Gilberto Chávez Jr., El batallador, México].


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Ahí están sus historias, sus anhelos fondeados, a la deriva, yéndose para siempre con la blandura incontrastable de esas cenizas que revolotean en torno al cuerpo del indio Alonso, petrificado despojo de una causa sin más destino que el de la tierra removida y la yesca en la consumición. [1995, Alfredo Montaño Hurtado, Andanzas del indio Vicente Alonso, México]. Cuanto más contrastable, más osada, sea una teoría tanto más interesante será. Habrá teorías bien contrastadas y no teorías contrastadas y no contrastadas. Si una teoría se declara incontrastable, entonces no se está ante una teoría científica. Se está más bien, ante una muestra de metafísica. [2002, Álvaro Carbajal, Revista Comunicación, Costa Rica]. Estos ejemplos nos dan una muestra clara de cómo la primera acepción actual tiene plena existencia en contextos de uso registrados, pues dicha connotación se evidencia en los últimos dos casos, tanto de mediados de los noventa (luego de la 21ra. edición, la primera que incluye esa acepción en el diccionario) como de comienzos de este ciclo (tras la aparición de la 22da. edición). Asimismo, el primer ejemplo remite directamente a la segunda acepción actual, con lo que se aprecia que ese sentido todavía se mantiene si bien el ejemplo data de mediados de los ochenta. Ahora sí, luego de vistas estas muestras de las bases de datos de la RAE, pasemos a analizar un caso actual sobre la conciencia lingüística de los hablantes que nos permitirá definir si las acepciones de la entrada actual de “incontrastable” de la 23ra. edición del diccionario académico se condicen con las repuestas dadas por los entrevistados. 4. Visión sincrónica de la palabra “incontrastable: estudio de un caso peruano Después de haber hecho la revisión teórica e histórica de la palabra “incontrastable”, nos concentramos en un estudio sincrónico realizado en el Perú, específicamente en las


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ciudades de Huancayo y Lima. El motivo para trabajar con ambas ciudades fue, en el primer caso, que la denominación de “Ciudad Incontrastable” se dio en ese lugar, tal como ya hemos visto, mientras que el segundo caso se debe a que hemos considerado la capital de Lima como una ciudad con la que se puede hacer un contraste de las concepciones lingüísticas de los hablantes. Esta diferenciación podría estar dada justamente por la concepción que tienen los huancaínos sobre su propia ciudad y la denominación de “Incontrastable” que esta posee, en comparación con los hablantes limeños que provienen de una ciudad sin esa impronta. El objetivo de este estudio de caso es complementar lo visto en los apartados anteriores, pues aparte de la reconstrucción etimológica de la palabra lo importante, como dice Werner, es también observar la “conciencia lingüística de los hablantes”. En ese sentido, analizamos, a través de un instrumento, si lo considerado en los diccionarios y las bases de datos académicos se vinculan con lo que arrojen las respuestas. 4.1. Metodología El tipo de investigación es exploratoria, de modo que los datos que se presenten van a ser preliminares, pues la idea es poder desarrollar a mayor escala este trabajo de campo en el futuro. Por consiguiente, al ser un trabajo inicial, la muestra es limitada, aun cuando la población estudiada es amplia (más de 500 mil en Huancayo y casi 10 millones en Lima Metropolitana): los hablantes huancaínos suman 148, mientras que los limeños, 144. En cuanto a las variables consideradas, si bien lo principal por ahora es hacer la distinción entre Lima y Huancayo, se manejó la misma proporción entre hombres y mujeres; en el caso de la edad, la diferencia sí fue notoria, pues mientras en Huancayo hubo más hablantes que superaban los 35 años, en Lima la mayoría fue más bien menores de 35. Más adelante, veremos si esas variables también influyeron en los resultados.


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Cuadro 1. Grupos etarios De 18 a 34 años

De 35 a 54 años

De 55 años a más

Huancayo

96 (64,9%)

49 (33,1%)

3 (2%)

Lima

Lima 123 (85,4%)

10 (6,9%)

11 (7,6%)

TOTAL 148 (100%) 144 (100%)

Asimismo, es necesario indicar que previamente se realizó un instrumento provisorio en Huancayo, con el fin de rastrear la concepción de los hablantes tanto sobre la palabra “incontrastable” como sobre su ciudad, de acuerdo con el conocimiento que tenían de la denominación que recibe desde hace casi un par de siglos. Así, se les hizo las siguientes preguntas, las cuales tuvieron respuestas abiertas: 1. ¿Cuántos años tiene? 2. ¿Qué estudia? ¿Dónde estudia? ¿A qué se dedica? 3. ¿Qué entiende usted por “incontrastable”? ¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando le pregunto por algo incontrastable? 4. ¿Qué entiende usted por “ciudad incontrastable”? 5. ¿Sabe que a Huancayo se le conoce como la “Ciudad Incontrastable”? ¿Por qué cree que se le denomina así? 6. ¿Sabe cuándo y por qué se le dio a Huancayo el título de “Ciudad Incontrastable”? Como se trató de una entrevista oral y con respuestas aleatorias, la posibilidad de tabularlas se hizo difícil; no obstante, varias de las respuestas sirvieron para poder diseñar el siguiente instrumento. Vale decir, de todos modos, que la mayoría de entrevistados asoció la palabra “incontrastable” directamente con el hecho de ser ese el título que recibe su ciudad. Por cierto, esta denominación se ha generalizado tanto que en la actualidad hablar de “la Incontrastable” hace referencia directa a Huancayo


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aun sin el sustantivo “ciudad” antecedido. Este proceso de lexicalización podría ser motivo de una investigación posterior, incluso relacionada con otros casos de similar característica. Ahora bien, el instrumento utilizado para recabar la información de los hablantes, ya en ambas ciudades, fue un cuestionario elaborado de la siguiente manera: CUESTIONARIO

Edad: _________ Sexo: F ____ M ____ ¿A qué se dedica? (profesión): ______________________ Ciudad de procedencia: ___________________________ Marque con una X la opción que se acerque más a su uso: 1. ¿Qué entiende usted por “incontrastable”? a. Algo incomparable, que no admite contraste. b. Algo que es invencible o inconquistable. c. Algo que no puede refutarse o contradecirse. d. Alguien que no se deja convencer. e. Otro: _______________________________ 2. ¿Qué entiende usted por “ciudad incontrastable”? a. Ciudad incomparable, que no tiene igual. b. Ciudad inconquistable, invencible. c. Ciudad indomable, rebelde. d. Ciudad hermosa. e. Ciudad histórica. f. Ciudad única. g. Otro: _______________________________ En un inicio, se esperaba tener una muestra de cerca de 200 hablantes en ambas ciudades, pero al no poder ser viable, se manejó una cifra de aproximadamente 150, aunque es cierto que no todos los entrevistados iban a poder cumplir con las exigencias del estudio, de modo que se observa una diferencia entre ambas


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muestras, pues en Huancayo se recabó la información de 148 hablantes, mientras que en Lima fue de 144, ya que algunos salían del rango de edad requerido o la procedencia no era la estipulada inicialmente, de ahí los datos consultados al inicio del cuestionario. Por otro lado, si bien las preguntas son similares a las del primer instrumento de prueba, en este caso se trata de un cuestionario escrito, con opciones para marcar. Al ser un instrumento de respuesta cerrada, la posibilidad de tabularlo se hizo más sencilla. Con relación a las opciones de respuesta, estas fueron elaboradas tomando en cuenta tanto las definiciones actuales de la entrada “incontrastable” en el DLE y diccionarios afines como las respuestas que dieron inicialmente los hablantes huancaínos entrevistados oralmente, sobre todo en la segunda pregunta, referida a “ciudad incontrastable”. 4.2. Análisis de resultados Ahora bien, para hacer la tabulación de los datos se recurrió al programa informático IBM SPSS Statistics, utilizado en ciencias sociales y estudios de mercado, el cual nos arrojó información de los dos ámbitos estudiados y los cruzó con las dos respuestas planteadas en el cuestionario. Los cuadros resultantes fueron los siguientes: Los resultados mostrados en ambos cuadros nos indican la preferencia de los dos grupos con relación a la concepción que tienen tanto de la palabra aislada (“incontrastable”) como de la frase (“ciudad incontrastable”). Así, podemos ver que en Huancayo hubo una mayor tendencia a marcar la opción b en la primera pregunta, de modo que el 52% eligió la alternativa “algo que es invencible o inconquistable”, seguida de la alternativa a. En cambio, los hablantes de Lima optaron en su mayoría por este última respuesta (“algo incomparable, que no admite contraste”), seguida por la opción c.


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En cuanto a la segunda pregunta del cuestionario, los usuarios huancaínos escogieron las alternativas a y b casi con la misma proporción (36,5% y 35,8%), respectivamente. De esa manera, las opciones que aludían a “ciudad incomparable, que no tiene igual” y “ciudad inconquistable, invencible” fueron las predilectas. Por el contrario, los limeños prefirieron en su mayoría la respuesta a, con un 62,5%, bastante alejado de las otras opciones. En tanto, las demás respuestas, si bien fueron elegidas, lo hicieron en porcentajes menores, aunque no dejan de ser interesantes. Se observa, por lo tanto, que hay diferencias en los resultados de ambas muestras. Como mostramos más arriba, una de las causas que podría explicar esta variación es la edad, pues en Huancayo hubo más hablantes de más de 35 en comparación con Lima. Esta situación podría indicar que las generaciones anteriores aún mantienen en su concepción el sentido de “invencible” o “inconquistable” para la palabra “incontrastable”, algo que estaría perdiéndose en los nuevos jóvenes. No obstante, un factor que podría ser aún más determinante es la propia conciencia del hablante, esto es, que los hablantes huancaínos tenderían a asociar aún la palabra “incontrastable” con el sentido de “que no se puede vencer o conquistar”, tal cual era el sentido principal en el siglo XIX, época en la que se le tituló a Huancayo como “Ciudad Incontrastable”. Esta situación, por el contrario, no estaría ligada a la conciencia del hablante limeño, lo cual motivaría las diferencias que se han encontrado. De todos modos, como decíamos, este es un estudio primigenio que aún tendría que seguir desarrollándose, ya de una manera más profunda. 5. Conclusiones Del análisis realizado, podemos concluir lo siguiente. En primer lugar, la denominación que recibió Huancayo de “Ciudad Incontrastable” estuvo motivada por la concepción que en ese momento se le daba a la palabra “incontrastable”, es decir, la primera acepción que aparecía en esa época en el diccionario


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académico, de “que no se puede vencer o conquistar”. Así lo atestiguan las crónicas de la época así como las definiciones que aparecen en las obras lexicográficas y el CORDE. Además, ese sentido se mantuvo como el primero de la entrada “incontrastable” hasta los años noventa, cuando se añade una nueva acepción, que también comienza a ganar terreno en el uso, como lo evidencia el CREA. Por otro lado, las diversas ediciones del diccionario de la RAE han mostrado variaciones en su presentación, desde el Diccionario de autoridades, de mediados del siglo XVIII, hasta la última edición de 2014. Esto se ha debido a la inclusión de ciertos sentidos que originalmente no estaban y que responden al uso de los hablantes. Sin embargo, hay algunas ediciones en las cuales se puede debatir la omisión de alguna acepción o la referencia etimológica. Por ejemplo, si bien se entiende que la forma latina inexpugnabilis está emparentada semánticamente con el sentido de “invencible o inconquistable” de la palabra “incontrastable”, no siempre queda claro cuándo la entrada remite a un étimo o a un concepto vinculado. Las ediciones más actuales han superado esa confusión. Igualmente, la revisión etimológica ha mostrado que la raíz de la palabra “incontrastable” tiene un sentido relacionado con el enfrentamiento bélico, algo que refuerza la idea de que la denominación que recibe la ciudad de Huancayo se debe a este factor. Aun así, vemos que la remisión al uso también puede determinar este sentido, ya sea como “incomparable” o, manteniendo el étimo latino, “inconquistable”. Por último, el estudio realizado en Perú, que contrasta las muestras de Huancayo y de Lima, es interesante por el hecho de mostrar diferencias notables en las concepciones dadas por los hablantes. Esta situación podría marcar una tendencia de la conciencia lingüística de los hablantes, condicionada por la experiencia de vivir en una ciudad cuyo título refiere a un sentido de “inconquistable o invencible”.


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Referencias bibliográficas Corominas, J. (1954). Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana. Madrid: Gredos. Gómez de Silva, G. (2004). Breve diccionario etimológico de la lengua española. México D. F.: El Colegio de México / FCE. Haensch, G. et al. (1982). La lexicografía. De la lingüística teórica a la lexicografía práctica. Madrid: Gredos. Leech, G. (1977). Semántica. Madrid: Alianza. Moliner, M. (2007). Diccionario de uso del español. Madrid: Gredos. Moliner, M. (2017). Diccionario de sinónimos y antónimos. Madrid: Gredos. Real Academia Española (1817). Diccionario de la lengua castellana. Madrid: s/e. Disponible en: https://archive.org/ details/5eddiccionariode00acaduoft/page/n3 ____________________ (1822). Diccionario de la lengua castellana. Madrid: s/e. Disponible en: https://archive.org/details/ diccionariodelal00acaduoft/page/n3 ____________________ (1914). Diccionario de la lengua castellana. Madrid: s/e. Disponible en: https://archive.org/details/ diccionariodelal00realuoft/page/n7 ____________________ (1963). Diccionario de autoridades. Madrid: Gredos. ____________________ (1984). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. ____________________ (1995). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. ____________________ (1997). Nueva planta del Diccionario de la Real Academia Española. Madrid: s/e. ____________________ (2001). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. ____________________ (2014).Diccionario de la lengua española, 23ra. ed. Disponible en: http://dle.rae.es/?w=diccionario ____________________ Corpus diacrónico del español (CORDE). Disponible en: http://corpus.rae.es/cordenet.html ____________________ Corpus de referencia del español actual (CREA). Disponible en: http://corpus.rae.es/creanet.html


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Segura, S. (1985). Diccionario etimológico latino-español. Madrid: Anaya. Tello, R. (1971). Historia de la provincia de Huancayo. Huancayo: Casa de la Cultura de Junín.


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EL GÉNERO DE LOS SUSTANTIVOS DE PERSONA TERMINADOS EN -ISTA Jessica Ramírez García Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo Resumen El presente estudio se ocupa de “los sustantivos de persona que terminan en -ista”; esto es, de uno de los muchos grupos que conforman los sustantivos comunes en cuanto al género. En este trabajo, además de tratar sobre los sustantivos comunes en cuanto al género, de los sustantivos que poseen el sufijo -ista y de las excepciones que presenta este grupo de sustantivos, se hace mención de las nuevas incorporaciones en -ista que recoge la vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española (2014) —también en la versión electrónica 23.1 (2017)—, así como de las nuevas palabras comunes en cuanto al género a partir de usos exclusivamente masculinos hasta la edición anterior del Diccionario académico (2001). Asimismo, se han realizado consultas de los sustantivos de persona acabados en el sufijo -ista que aún se conservan solo como masculinos en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y el buscador Google. Palabras clave: género, sustantivos,género gramatical, morfología, léxico. 1. Introducción Una gran parte de sustantivos que designan personas (o seres animados en general) distinguen a través de las desinencias o terminaciones no solo el género gramatical, sino también el sexo. Así, el masculino se suele marcar con las terminaciones -e


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(sastre), -o (médico) o con la ausencia de marca propia (bedel), y el femenino con la terminación -a (sastra, médica, bedela). Existen, además, otras desinencias para marcar el femenino, que son las terminaciones cultas -esa, -isa, -ina y -triz (lideresa, poetisa, heroína, tutriz). Además de los sustantivos masculinos y femeninos, tenemos los sustantivos comunes en cuanto al género, que son los sustantivos animados que están marcados para los dos géneros, de modo que no permiten distinguir el sexo de las entidades que designan mediante el empleo de desinencias. Esta información se obtiene indirectamente, es decir, a través de la concordancia con adjetivos y determinantes (NGRALE, 2009:§ 2.1g; § 2.4a; § 2.5a). Así, por ejemplo, se tienen los siguientes casos: el apologeta/la apologeta, el doble/la doble, el piloto/la piloto, un gurú/una gurú, el paparazi/la paparazi, el auxiliar/la auxiliar, etc. Ahora bien, dentro de los sustantivos comunes en cuanto al género encontramos un grupo de palabras que terminan en -ista (hay variedad de grupos: los terminados en -a, en -e, en -nte, en -o, en -i (tónica o átona) o en el sonido semivocálico representado por la consonante -y, en vocal tónica, en consonante (-ar, -er, -ir, -or, -ur, -l, -z, en otras consonantes, sustantivos compuestos de verbo + sustantivo), etc.), que se aplican tanto al masculino como al femenino.Por lo que respecta al grupo de sustantivos de persona que terminan en el sufijo -ista, que es el tema de nuestro estudio, se puede observar, por un lado, debido al incremento de este tipo de sustantivos, que la lengua no está estática, que está en constante evolución y que el léxico se renueva constantemente en diversas direcciones y, por otro, que la mujer hoy en día tiene un mayor protagonismo que en épocas pasadas, lo que se refleja en la existencia de este tipo de sustantivos comunes en cuanto al género, así como los que poseen la alternancia en masculino y femenino. 2. Los sustantivos de persona terminados en -ista Los sustantivos formados con el sufijo -ista designan personas y conforman en su mayoría el grupo de los sustantivos comunes


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en cuanto al género. El sufijo procede del latín -ista, que a su vez heredó el griego -istḗs.Este sufijoes sumamente productivo. Buena parte de los derivados en -ista se usan también como adjetivos, o incluso proceden de ellos: el partido socialista ~ los socialistas; un pintor vanguardista ~ un vanguardista; un monasterio budista ~ un budista. Los sustantivos en -ista se crean con gran facilidad a partir de nombres comunes y propios. De hecho, la productividad del sufijo revela la adaptación del sistema morfológico para designar individuos caracterizados por un gran número de actividades (Ramírez, 2014, p. 89). Algunas de las nuevas incorporaciones en -ista, comunes en cuanto al género, de la vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española (DLE, 2014), que designan profesiones, oficios, ocupaciones o actividades, son las siguientes: ambientalista, animalista, antologista, arbitrajista, brigadista, cenetista, cicloturista, cientista, coguionista, convencionalista, crucigramista, cuartofinalista, especista (versión electrónica 23.1, 2017), estatalista, foguista (empleado en Argentina, Paraguay y Uruguay), foralista, fotoperiodista, frigorista, goticista, gruista, historietista, indeterminista, irenista, jazzista, lusista, maratonista, marionetista, mediocampista, mileurista (empleado en España), montañista, neofascista, occidentalista, octavofinalista, optometrista, ortodoncista, pedalista (usado más en América), peñista, rescatista, rugbista (usado en Chile, Uruguay y Venezuela), serigrafista, somocista, tarotista, ugetista (empleado en España), vibrafonista, etc. No obstante, ambientalista, animalista, cenetista, cientista, convencionalista, cuartofinalista, especista, estatalista, goticista, indeterminista, irenista, mileurista, neofascista, occidentalista, octavofinalista, somocista y ugetista, que se registran en el DLE (2014) como adjetivos, se utilizan también como sustantivos, según lo indica la marca morfológica “U. (usado) t. (también) c. (como) s. (sustantivo)” (Gómez, 2007, p. 115). Es necesario precisar que el Diccionario académico actual marca todas estas voces como masculinas y femeninas (m. y f.) a diferencia de la edición anterior


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que las marcaba como comunes en cuanto al género (com.). Resulta interesante el incremento, en los últimos años, de sustantivos comunes en cuanto al género terminados en -ista que se refieren a profesiones, lo que demuestra la productividad del sufijo para designar personas que desempeñan un gran número de actividades. Este incremento se debe también a que las mujeres, con el paso del tiempo, han ido accediendo a ocupaciones preferentemente hasta ahora solo masculinas. Así pues, algunos sustantivos terminados en -ista referidos a profesión, que hasta la edición anterior del DLE (2001) eran únicamente masculinos, desde la vigésima tercera edición del Diccionario académico (2014), en cambio, se consideran comunes en cuanto al género: alborotista (empleado en Nicaragua), alfombrista, alquimista, cabalista, cimbalista, charolista, ferrallista, polvorista, pugilista, rubricista, rubriquista, submarinista, entre otros. Sin embargo, podemos observar que aún se conservan solo como masculinos algunos sustantivos terminados en -ista referidos a profesión: forista, fumista, gasista, plantista, platinista, seminarista, sofista, los cuales, según la Real Academia Española (RAE), son sustantivos que designan profesiones desempeñadas por hombres. Al respecto, consideramos que con la inclusión cada vez mayor de la mujer en al ámbito profesional y laboral, así como con el desempeño progresivo de la mujer en actividades a las que antes no tenía fácil acceso, será posible que muchos de estos sustantivos exclusivamente masculinos se conviertan en poco tiempo en comunes en cuanto al género o en sustantivos de dos terminaciones, dependiendo siempre del uso y de la preferencia de los hablantes. Además, contamos con otra “excepción”, la del sustantivo modista (común en cuanto al género: el/la modista), que generó la forma —anómala morfológicamente, pero ya extendida— modisto (masculino: el modisto). Por tanto, el Diccionario académico incluye una entrada para el sustantivo modista: ‘Persona que se dedica a hacer prendas de vestir o a crear modas o modelos de ropa, principalmente para mujer’, así como


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también una entrada específica para el masculino: modisto: ‘Hombre que se dedica a hacer prendas de vestir o a crear modas o modelos de ropa, principalmente para mujer’. Se trata, pues, del único sustantivo terminado en -ista (modista) que cuenta con un masculino específico con el mismo significado (modisto), es decir, alternan en el uso, para referirse al masculino, el modista (común en cuanto al género) y el modisto (masculino). Cabe señalar que en nuestra lengua no contamos con el sufijo -isto. Así, por ejemplo, para los siguientes sustantivos comunes en cuanto al género: el/la ambientalista, el/la animalista, el/la historietista, el/la mediocampista, un/una rescatista,un/una tarotista,etc., no contamos con un masculino específico, es decir, no existen en nuestra lengua: el ambientalisto, el animalisto, el historietisto, el mediocampisto, un rescatisto, un tarotisto, etc. Respecto de esta “excepción” en -isto, por un lado, Seco (1998, p. 265), además de modisto, menciona los términos cuentisto, telegrafisto y pianisto, mientras que, por otro, Moreno (2003, p. 394) afirma que el lingüista estadounidense Charles Kany menciona los siguientes ejemplos: bromisto, burlisto, cuentisto, pianisto, maquinisto, telegrafisto, aunque Moreno considera que probablemente estos términos se empleen eventualmente con fines humorísticos. No obstante, ninguno de ellos tiene una vigencia plena en la actualidad y la única “excepción” en -isto que recoge la RAE es modisto. Ahora bien, la primera vez que se registra la palabra modista (de moda e -ista) es en 1734, pero lo hace como sustantivo masculino. Posteriormente, se producen cambios continuos en el género de este sustantivo: masculino y femenino (1780), común en cuanto al género (1803) y femenino (1884), pero se consolida como sustantivo común en cuanto al género en la decimocuarta edición, la de 1914. Por su parte, la primera vez que se registra la palabra modisto (de modista) es en el Diccionario manual e ilustrado de la lengua española de 1927, hasta su posterior inclusión en la vigésima edición, la de 1984, con el significado de ‘Persona que hace vestidos de señora’ (Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, NTLLE). Actualmente (DLE, 2014), modisto


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posee el sentido, antes mencionado, de ‘Hombre que se dedica a hacer prendas de vestir o a crear modas o modelos de ropa, principalmente para mujer’. Entran también en este grupo de sustantivos comunes en cuanto al género terminados en el sufijo -ista muchos sustantivos que designan al músico que toca un instrumento; por ejemplo: bajista (al lado de el/la bajo), baterista (al lado de el/la batería), clarinetista (al lado de el/la clarinete), contrabajista (al lado de el/la contrabajo), flautista (al lado de el/la flauta), fagotista (al lado de el/la fagot o fagote), guitarrista (al lado de el/la guitarra), oboísta (al lado de el/la oboe), pianista, saxofonista (al lado de el/la saxo), tamborista (al lado de el/la tambor), trombonista (al lado de el/la trombón), trompetista (al lado de el/la trompeta), violinista (al lado de el/la violín), violonchelista (al lado de el/la violonchelo), etc. Respecto de este grupo de sustantivos, baterista, oboísta, saxofonista, tamborista y trombonista, todos ellos comunes en cuanto al género,se registran por primera vez en la vigesimosegunda edición del DLE (2001). 3. Metodología Para el análisis de los datos, se emplea la vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española (2014) —también en la versión electrónica 23.1 (2017)—, el Diccionario académico (2001), el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y el buscador Google. 4. Análisis de los sustantivos de persona que terminan en el sufijo -ista 4.1. Datos relativos a la preferencia de los hablantes por el uso de el modisto y el modista para referirnos al masculino Sobre la preferencia de los hablantes por el uso de “el modisto”y “el modista”—para referirnos al masculino—, después de consultar en el CREA estos sintagmas,los datos obtenidos (69 frente a 21) confirman que, a pesar de que es posible emplear tanto el modisto como el modista, su uso es, efectivamente,


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mayoritario en masculino: el modisto. Por el contrario, los resultados obtenidos en una búsqueda en Google muestran que es mayoritario el empleo de el modista: 7 530 000 casos, frente a 900 000 casos de el modisto. Ahora bien, queda por determinar cuál es nuestra preferencia para referirnos al masculino: ¿el modisto? o ¿el modista? 4.2. Datos relativos a la muestra de los sustantivos de persona acabados en -ista que aún son masculinos en los corpus académicos (CREA/CORDE) y en el buscador Google En cuanto a los sustantivos de persona acabados en -ista, hemos seleccionado como muestra de estudio el conjunto de sustantivos en -ista que, de momento, son solo masculinos, lo que nos permitirá tener una idea clara de la vitalidad o no vitalidad de estos términos, que puede ser una de las razones por las que aún se mantienen como sustantivos masculinos, a diferencia de la mayor parte de sustantivos en -ista, que son comunes en cuanto al género. Se muestran también algunos ejemplos en contexto, textos reales, que aparecen en la actualidad en los buscadores de Internet. Así pues, al consultar el CREA, el CORDE y en Google , respectivamente,se obtienen los siguientes resultados: a) Fumista:En el CREA: No existen casos para esta consulta. En el CORDE: 7 casos (6 en España y 1 en Chile). En Google: Se registran 17 000 resultados en páginas en español, 6280 en páginas de España y 53 en páginas de Perú: “Entiendo que dependiendo del modelo de estufa de inercia térmica que se quiera, variará la cantidad de ladrillos refractarios y por tanto gran parte del precio final, el resto es lo que el fumista quiera cobrar”(Solarweb.net[Esp.] 15.10.14). b) Gasista:En el CREA: 35 casos (34 en España y 1 en Argentina). En el CORDE: 4 casos (2 en Argentina, 1 en Chile y 1 en Filipinas). En Google: Se registran aproximadamente 992 000 resultados en páginas en español, 163 000 en páginas de España y 3050 en páginas de Perú: “Importante empresa del sector energético selecciona personas para trabajar como fontaneros gasistas,


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debido a su creciente expansión”(https://acciontrabajo.es/ empleo-de-fontanero-gasista-subcontratado-ibiza-balearesoabcb [Esp.] 4.10.18). c) Forista:En el CREA: 21 casos (19 en Uruguay y 2 en México). En el CORDE: 8 casos en España. En Google : Se registran aproximadamente 1 950 000 resultados en páginas en español, 542 000 en páginas de España y 38 100 en páginas de Perú: “Manual del buen forista”(http: //clubdelpra.cluster003. ovh.net/foros/showthread.php?p=66321&langud=1 [Esp.] 15.10.04). d) Plantista:No existen casos para esta consulta ni en el CREA ni en el CORDE. En Google: Se registran aproximadamente 7890 resultados en páginas en español, 1110 en páginas de España y 5 en páginas de Perú: “Precisamos incorporar un plantista en nuestro centro de trabajo de Gata de Gorgos”(https:// www.infojobs.net/gata-de-gorgos/plantista/ofi34cc7c22744ae587e73805c3d3f645 [Esp.] 27.9.18). e) Platinista:No existen casos para esta consulta ni en el CREA ni en el CORDE. En Google: Se registran aproximadamente 5650 resultados en páginas en español, 1110 en páginas de España y 7 en páginas de Perú: “Taller Platinista Adolfo Pérez”(www. platinista.es/es/aviso-legal). f) Seminarista:En el CREA: 113 casos (70 en España y 42 en América). En el CORDE: 174 casos (145 en España y 29 en América). En Google: Se registran 954 000 resultados en páginas en español, 132 000 en páginas de España y 9940 en páginas de Perú: “Queridos hermanos, ser seminarista es haber sido elegido por el Señor desde el seno materno”(https:// adelantelafe.com/que-es-ser-seminarista/ [Esp.] 2.9.16). g) Sofista:En el CREA: 34 casos (18 en España y 16 en América). En el CORDE: 139 casos (116 en España y 23 en América). En Google: Se registran 336 000 resultados en páginas en español, 54 700 resultados en páginas de España y 1950 en páginas de Perú: “¡Eres un sofista!”(http://acracia.org/eres-un-sofista/ [Esp.] 21.12.16). Finalmente, de acuerdo con los resultados obtenidos tanto en


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los corpus académicos (CREA y CORDE) como en Internet (Google), respecto de los sustantivos en -ista que son solo masculinos, podemos destacar lo siguiente: a) No se registran casos ni en el CREA ni en el CORDE para los sustantivos plantista y platinista. b) No se registran casos en el CREA para el sustantivo fumista. c) Los sustantivos que sí cuentan con casos tanto en el CREA como en el CORDE son: forista, gasista, seminarista y sofista. De todos ellos, es seminarista el sustantivo que cuenta con más casos (113 en el CREA y 174 en el CORDE). d) Todos los sustantivos de la muestra cuentan con resultados en el buscador Google, y es el sustantivo forista el que cuenta con el mayor número de resultados frente al sustantivo platinista, que cuenta con el menor número de resultados: (1 950 000 frente a 5650). e) El sustantivo que registra el mayor número de casos en España, según la información obtenida en el buscador Google, es forista (un total de 542 000). f) Los sustantivos que presentan el menor número de casos en España son plantista y platinista: 1110 registros por cada término. g) El sustantivo que registra el mayor número de casos en Perú es forista (un total de 38 100). Por el contrario, plantista solo cuenta con 5 casos. 5. Conclusiones Como conclusiones finales, la realización de este estudio nos permite afirmar, por una parte, que el incremento de los sustantivos de persona que terminan en -ista ha sido importante en la vigésima tercera edición del DLE (2014), pues, por ejemplo, en este estudio se recogen un total de cuarenta y cuatro voces nuevas, todas ellas comunes en cuanto al género. Sin embargo, algunas de estas voces nuevas se registran como adjetivos, pero se utilizan también como sustantivos, ya que incluyen una marca morfológica “U. (usado) t. (también) c. (como) s. (sustantivo)”. Por otra parte, hay doce voces masculinas en -ista, de un total de dieciséis que figuraban en un estudio anterior que se realizó en el


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año 2014 —cuatro de esas voces no forman parte del mencionado estudio: alborotista, alquimista, cabalista y submarinista—, que pasan a ser comunes en cuanto al género en la actual edición del Diccionario académico, lo que significa que la presencia de la mujer se hace presente cada vez más en nuestro medio. En consecuencia, es minoritario el número de sustantivos de persona terminados en -ista que se mantienen aún como masculinos en la presente edición del DLE (2014), en concreto son siete casos. Por su parte, la vigésima tercera edición del Diccionario académico (2014) marca todos los sustantivos comunes en cuanto al género como “m. (nombre masculino) y f. (femenino)”, a diferencia de la anterior, la vigésima segunda (2001), que los marcaba como “comunes en cuanto al género” (com.). Otros aspectos que atañen a este tipo de sustantivos de persona terminados en -ista son: por un lado, la “excepción” que representa el sustantivo modista, común en cuanto al género (el/la modista), que presenta a la vez el masculino específico modisto con el mismo significado, es decir, alternan en el uso el modista y el modisto, para referirse al masculino, pero también podría darse la alternancia -o/a: el modisto (masculino) y la modista (femenino); y, por otro, que forman parte de los sustantivos de persona terminados en -ista muchos sustantivos que designan al músico que toca un instrumento, y alternan en el uso. Así, por ejemplo, el/labaterista (al lado de el/la batería),entre otros. Referencias bibliográficas Gómez, L. (2007). Hablar y escribir correctamente. Gramática normativa del español actual. Madrid: Arco/Libros. Moreno, J. (2003). Suma de minucias del lenguaje. México: Fondo de Cultura Económica. Ramírez, J. (2014). Las profesiones en femenino. Madrid: Editorial Bubok. Real Academia Española (1992). Diccionario de la lengua española, 21.ª ed., Madrid: Espasa. ____________ (2001). Diccionario de la lengua española, 22.ª ed. Madrid: Espasa. http://buscon.rae.es/draeI


El género de los sustantivos de personaterminados en -ista

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____________ (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Madrid, Santillana. http://buscon.rae.es/dpdI ____________ (2009). Nueva gramática de la lengua española, 3 vols. Madrid, Espasa. ____________ (2014). Diccionario de la lengua española, 23.ª ed. Madrid, Espasa. ____________ Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española [cit. como NTLLE; en http://buscon.rae.es/ntlle/ SrvitGUILoginNtlle]. ____________ Corpus de referencia del español Actual [cit. como CREA; en http://corpus.rae.es/creanet.html]. ____________ Corpus diacrónico del español [cit. como CORDE; en http://corpus.rae.es/cordenet.html]. Seco, M. (1998). Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa.


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PROPUESTA DE LA MACROESTRUCTURA Y LA MICROESTRUCTURA DE UN DICCIONARIO DIALECTAL DE AREQUIPA (DDA) Teresa Ramos Quispe Universidad Nacional de San Agustín Resumen Existen muchos diccionarios o repertorios léxicos que han intentado ofrecer un retrato auténtico y completo del vocabulario arequipeño y de su riqueza léxica, y algunos de ellos, con más entusiasmo que técnica, se han acercado al objetivo. No obstante, su falencia más importante ha sido la deficiencia en la correspondiente planta, es decir, la macroestructura y microestructura con que todo lexicón debe contar, sea cual sea su dimensión o tipología. Por ello, este trabajo no solo contribuye a realzar la personalidad cultural de Arequipa en el marco peruano, sino también a proponer una planta ajustada a los principios de la lexicografía para hacer un diccionario monolingüe sincrónico de diseño dinámico y básico, el cual se irá calibrando a medida que se avance en las etapas del proceso. Para este cometido, se ha tomado como corpus la gastronomía arequipeña. Se debe indicar que con la planta que proponemos se va a organizar la información de forma alfabética y orgánica. Palabras clave: macroestructura, microestructura, onomasiológica, semasiológica, planta. 1. Introducción La lexicografía, por años, ha sido una de las ramas de la lingüística


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que más ha sufrido la influencia de factores extralingüísticos, lo que ha llevado a que los diccionarios no reflejasen fielmente la realidad de la lengua. Sin embargo, en los últimos años, este panorama ha ido cambiando, y ahora es posible afirmar que los lexicones han desarrollado con bastante solvencia sus métodos gracias al avance de la lingüística (Haensch y Omeñaca, 2002). Este avance ha llevado a que el diccionario se vea “en su realidad, como un producto lingüístico, como un fenómeno verbal complejo y no solamente como resultado de la puesta en práctica de los métodos lexicográficos» (Lara, 2003, p. 36). El uso de diccionarios asegura que los hablantes utilicen cada vez más información lingüística, y no solo la definición de las palabras, sino también sus rasgos sintácticos, gramaticales, histórico-dialectales, literarios, normativos o estadísticos, esto debido a que los diccionarios forman parte de las teorías de los discursos y estas, a su vez, de una teoría de la significación humana, que forme parte de la teoría del lenguaje. Esta información es propia de cada diccionario y depende de su macroestructura (conjunto de lemas sometidos a una lectura vertical y ordenada alfabéticamente) y microestructura (conjunto de informaciones sometidas a una lectura horizontal referida a cada lema). Por ello, cada diccionario no atiende a todas las necesidades, no existe ni existirá un lexicón total (Alvar, 2009 y Maldonado, 1998), ya que una lengua cambia, se transforma en función de las necesidades de la sociedad. Siguiendo esta lógica este trabajo plantea la macroestructura y microestructura para el Diccionario Dialectal de Arequipa, el cual está orientado a cubrir las exigencias de la forma de hablar de la ciudad de Arequipa. El artículo está estructurado por el marco teórico, en el que se plasman las diferencias entre tipos de diccionarios desde una perspectiva semasiológica y onomasiológica, también una explicación breve de lo que es macroestructura y microestructura. En segundo lugar, se realiza el análisis donde se muestra el diseño y los criterios ejemplificados de la planta para el lexicón dialectal. Finalmente, se presentan las conclusiones seguidas de las referencias.


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2. Diccionario semasiológico y onomasiológico Existen dos tipos de diccionarios: el semasiológico y el onomasiológico. Por un lado, el diccionario semasiológico permite identificar el significado de una palabra, con el fin de que el usuario pueda decodificar el o los mensajes. Este tipo de diccionario es el más conocido, ya que se parte del lema para llegar a su significado, además ayuda a comprobar su ortografía. Entre algunos de los diccionarios semasiológicos más conocidos en el ámbito lexicográfico se encuentran los siguientes: • El diccionario de lengua. Es un producto versátil y variado que sin duda tiene carácter utilitario (Rodríguez, 2003), incluye sufijos y hasta una tabla de formas verbales como información accesoria. Un ejemplo es el Diccionario de la Real Academia Española. • El diccionario de uso. Contiene casos de utilización de las palabras tomadas de ejemplos reales y con marcas de procedencia y antigüedad. El mejor ejemplo es el Diccionario de Uso del Español de María Moliner publicado por la editorial Gredos, considerado después del Diccionario de la Real Academia Española como el segundo moderno en lengua española sobre el que más se ha escrito (Orera, 2009). • El diccionario de dudas. Aclara incertidumbres acerca de palabras o expresiones según el contexto, además realiza aclaraciones de uso regional como ortográfica. Siguiendo a Haensch (1997), este tipo de textos debe tener dos de las cuatro siguientes características: ampliación paradigmática, ampliación sintagmática, frases-ejemplos y selección de vocabulario. • El diccionario bilingüe. Contiene traducciones de palabras en diferentes lenguas. Herramienta necesaria para traductores y estudiantes de traducción así como para profesionales de la lengua abocados a traducir textos de naturaleza y complejidad


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diversa (Sánchez, 2008). • El diccionario temático. Presenta entradas relacionadas a una rama del conocimiento, el cual contiene poca información gramatical. Según Alvar (1998) para elaborar estos diccionarios se abordan dos cuestiones: qué es lengua técnica y qué pertenece a la lengua culta. Por otro lado, el diccionario onomasiológico contiene ideas y sus posibles palabras relacionadas entre sí con el fin de ayudar a construir mensajes. Por otro lado, según Revuelta (2004), los diccionarios onomasiológicos son diferentes a los ideológicos ya que el primero tiene una ordenación sistemática; y el segundo, una ordenación ideológica y analógica. Cabe indicar que este tipo de propuesta inicio con el Thesaurus (1852) de Reoget en Inglaterra y en Francia con el diccionario de Boissière (1862). Las características más significativas, fuera de presentar los materiales léxicos organizando las palabras por ideas afines, ofrecen mayor información y se ubica cada palabra en el tema que le corresponde, estableciendo todas las conexiones posibles. Esto porque muchas veces se conoce la idea, pero no tenemos la voz exacta. Entre algunos de los diccionarios onomasiológicos más conocidos en el ámbito lexicográfico se encuentran los siguientes: • El diccionario ideológico. Ejemplo de ello es el Diccionario Ideológico de la Lengua Española de Julio Casares (1959), quien fue el primero, en España, en establecer el tipo de relación entre palabra y conceptos (Anaya, 2004). Dicho texto no solo busca informar sobre los sentidos que desconoce el usuario, sino llegar a la voz o frase a partir de términos afines. Está dividido en tres partes: sinóptica, analógica y alfabética. Otro ejemplo de este tipo de diccionario es el del Diccionario Ideológico de la Lengua Española coordinado por Manuel Alva Ezquerra (1995), el cual está ordenado en seis grupos, los cuales son los siguientes: relaciones generales, seres vivos,


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materia, el individuo, naturaleza y modos de vida. • REDES. Este diccionario no solo muestra los contextos en los que aparecen las palabras, sino la explicación de relaciones semántica (Bosque, 2004). Este diccionario no define las palabras, sino que muestra los contextos en los que aparecen, las combinaciones y la explicación de dichas relaciones. Dichas combinaciones son de uso cotidiano y con ejemplos; esto con la intención de conocer cómo funciona el léxico en el habla de cada día. Para lograrlo se usó periódicos de prensa española e Hispanoamérica. Tanto los diccionarios semasiológicos como onomasiológicos tienen en cuenta el cuerpo fónico (significante) y el sémico (significado) (Mondéjar, 1999), pero la existencia de los onomasiológicos es un complemento al general o normativo; además, de ser una herramienta útil para las consultas. 3. La macroestructura y la microestructura El análisis metalexicográfico suele ordenarse en torno a estos dos ejes de análisis, pero sobre todo debe construirse teniendo en cuenta el destinatario, pues es quien recibe y se beneficia de la información que contiene. Por ende, el usuario, se presenta “como un aspecto fundamental en la construcción de diccionarios” (Rey, 2017, p. 3). La macroestructura es el conjunto de entradas sometidas a la lectura vertical (Martínez de Sosa, 2009), también recibe el nombre de nomenclatura, el cual podría ser ordenada de forma alfabética o temática que muchas veces es extendido a la introducción, anexos y suplementos. Los usuarios que acuden a un diccionario no siempre los hacen en busca de una definición, sino para informarse sobre la ortografía y en este caso la consulta está referida a la macroestructura (Cechonová, 2013). La microestructura, llamada estructura horizontal, es decir, la informativa del artículo lexicográfico (Martínez de Sousa, 2009), es la unidad mínima autónoma en que se organiza el diccionario


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y está formado por el lema y la información sobre esta palabra. Según Seco (1977) las informaciones son de dos tipos de enunciados. El primero, lleva la información etimológica, límite geográfico, campo de saber y nivel de uso; el segundo, está formado por la misma definición, es decir, sobre la información del contenido. 4. Metodología El presente estudio utiliza el método de análisis documental ya que sigue se revisó plantas de diferentes diccionarios para plantear la propuesta. 5. Criterios en la organización del Diccionario Dialectal de Arequipa (DDA) 5.1. Sobre la macroestructura Unidades lexemáticas. Se han usado lexemas simples como la palabra ‘adobo’ y lexemas complejos como ‘adobo arequipeño’. En el caso del plural, se mantienen aquellos que están lexicalizados. Selección de los lemas.Se han elegido términos que están registrados en las cartas de las picanterías, por lo que su uso es frecuente y vivo. Otro criterio es que no estén definidos en el Diccionario Académico o que tengan una definición diferente del contexto de la ciudad de Arequipa. Tratamiento de las variantes. La variante de mayor frecuencia de uso es la entrada principal, la cual tiene toda la información lexicográfica. La variante que tiene una o dos letras diferentes, está después del lema entre corchetes, pero no han sido consideradas entradas; en cambio, las variantes sinonímicas sí lo han sido. Lematización. Según la muestra de este trabajo, existen lexemas simples que son sobre todo sustantivos; también se tiene lemas complejos (carecen de significado metafórico), estos lemas cuando se encuentran dentro de un lexema simple son sustituidos por una vírgula. El criterio de lematización asumido para este trabajo ha sido la


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transcripción fonémica (ortografía dialectal), mediante la cual se intenta reflejar la pronunciación dialectal recogiendo a la vez variaciones intradialectales. sarsa [sarza, zarza]. f. Ordenamiento de los lemas. Los lemas fueron ordenados alfabéticamente y la parte orgánica por campos semánticos. Tipografía de los lemas. Todos los lemas están en redonda, negrita, tamaño 11, seguidos de punto. 5.2. Sobre lamicroestructura Procedencia. Esta muestra no considera el origen de alguna lengua, pero en el caso de una marca comercial registrada, esta se ha colocado entre paréntesis. anís najar (Anís Najar®). m. Areq. fruta. anisado. Información gramatical. Según la naturaleza de la muestra, solo hay sustantivos, los cuales son representados, en color, por las letras m. (sustantivo masculino) y f. (sustantivo femenino), según corresponda. En el caso de expresiones fijas, se lematizan a partir de la palabra gramatical fuerte. buñuelo. m.Areq. cereal. Postre de forma circular con un espacio en el medio a base de harina, huevos y leche, frita y cubierta con miel. Localización diatópica. Los lemas que han sido definidos son usados en la ciudad de Arequipa, por ello la marca que se usa es “Areq.”, pero esto no significa que el uso sea necesariamente restringido a esta ciudad. Marca técnica. Cada lema tiene una marca del ingrediente más importante del plato que se define. Esta marca está relacionada con los campos conceptuales que se usaron para distribuir los platos. buñuelo. m.Areq. cereal. Las definiciones. La definición proporciona información sobre el


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contenido de la voz. Aquí algunos aspectos: • A pesar de ser nombres de platos, los cuales requieren ingredientes y procedimientos, se ha tratado de que las definiciones sean lingüísticas. • Los lemas son sustantivos; por tanto, las definiciones se formulan con otros sustantivos. • Las definiciones son objetivas y sin valoraciones personales. • Las definiciones mantienen unidad sintáctica. • Las definiciones contienen palabras que no han sido definidas en esa muestra, lo que obliga a una nueva consulta que debe ser fuera de esta. Consecuentemente, se debe usar el Diccionario Académico de Americanismos y el Diccionario de la Real Academia Española. Remisiones. • Aparecen en lemas con mayor frecuencia de uso; van en negritas. • Cuando el lema consta de una acepción, la remisión aparece sola. • Si las marcas gramaticales, diatópicas y técnicas del remitente y del remitido son iguales, no se repiten en el remitido. malaya. f. ~ dorada. malaya frita. Estructura del artículo lexicográfico • Lema: ~ con bistec • Variantes: • Procedencia. • Número de acepciones: • Información gramatical: f. • Localización diatópica: Areq. • Marca técnica: quinua. • Definición: Batido de quinua acompañado con carne de res condimentada y frita. 5.3. Parte orgánica Campos conceptuales Para clasificar las palabras se han utilizado diez campos; uno de ellos es la alimentación el cual se han establecido de acuerdo al


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ingrediente representativo: carne, verduras, cereal, fruta, papa, leche, mariscos, quinua, fruto picante y variado. Marca diatécnica. Los campos conceptuales han sido usados en la parte ortográfica como marca de especialidad. A continuación, se muestran el campo de la alimentación, como ejemplo, y las posibles entradas. Platos a base de carne adobo a lo antaño caldo blanco caucáu chairo Platos a base de verduras ají de calabaza choclo con queso loros Platos a base de cereal buñuelos chicha de guiñapo chicha de jora Platos a base de fruta anís najar anisado Platos a base de papa chuño molido escribano Platos a base de leche cauche de queso queso arrebozado Platos a base de mariscos celador de camarón chupe de camarón civinche de camarón Platos a base de quinua batido de quinua quinua con bisteck Platos a base de ingredientes variados americano


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doble triple Platos a base de frutos picantes llatan ocopa a lo antaño rocoto relleno 6. Conclusiones En primer lugar, sí es factible elaborar un diccionario dialectal sobre gastronomía arequipeña constituido en dos partes. La primera parte, llamada alfabética, propone definiciones y marcas gramaticales, diatópicas y diatécnicas; esta última, teniendo en cuenta los campos conceptuales, ha permitido plantear definiciones homogéneas. La segunda, orgánica, se armó con campos conceptuales, en los ejemplos usados de alimentación, a base de un ingrediente principal, lo cual permite clasificar las palabras teniendo en cuenta un criterio común. En segundo lugar, en nuestro contexto no hay diccionario elaborado con dos criterios como se propone en este trabajo: onomasiológico y semasiológico, siempre se ha tenido en cuenta solo el punto de vista alfabético, por ello la importancia de esta propuesta ya que la parte ideológica ayuda a la uniformidad de la definición tomando en cuenta una característica en común de las lexías a definir, en estos ejemplos un ingrediente. Referencias bibliográficas Alvar, M. (1998). La formación del léxico psiquiátrico en español. Revista de Filología Española,78, 5-25. Alvar, M. (3 de mayo de 2009). Los periodistas son responsables del buen uso de la lengua por la influencia que ejercen [Entrevista en El Día]. Recuperado de http://www.eldia.es/2009-05-03/cultura/cultura4. htm Anaya, I. (2004). La funcionalidad de los diccionarios. Comunicación presentada en el 6º Congreso de Lingüística General. Santiago de Compostela: España. Bosque, I. (2004). Redes. Diccionario combinatorio del español contemporáneo.


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Madrid: SM. Cechonová, Z. (2013). La microestructura de los diccionarios de uso (Tesis de maestría). Brno República Checa: Universidad Masarykova. Haensch, G. y Omeñaca, C. (2002). Los diccionarios del español en el umbral del siglo XXI (2.a ed.). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca. Lara, L. (2003). El diccionario y sus disciplinas. Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana, 1, 35-49. Maldonado, C. (1998). El uso del diccionario en el aula. Madrid: Arco Libros. Martínez de Sousa, J. (2009). Manual básico de lexicografía. Gijón: Ediciones Trea, S. L. Mondéjar, J. (1999). Onomasiologá ictonimia y diccionario de lengua (cuestiones metodológicas y prácticas). Revista Anuario de Estudios Filológicos, 22, 301-318. Orera, L. (2009). María Moliner: bibliotecaria y autora del Diccionario de Uso del Español. Revista Interamericana de Bibliotecología, 32(2), 367-387. Rey, M. (2017). Criterios macroestructurales en los diccionarios monolingües para el aprendizaje del léxico en español como lengua extranjera: entre la teoría y la práctica”. Revista de didáctica español como lengua extranjera, 25, 1-34. Rodríguez, R. (2003). Las marcas de variación lingüística en el Diccionario de la Real Academia Española. Lengua, variación y contexto: Estudios dedicados a Humberto López Morales. Madrid: ArcoLibros. Sánchez, B. (2008). De los diccionarios para traducir lo que no necesita el traductor. Universidad de Granada. Congreso Nacional de Lingüística Aplicada. Murcia: Universidad de Murcia. Seco, M. (2003). Problemas formales de la definición lexicográfica.Estudios de lexicografía española (2ª ed.). Madrid: Gredos.


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ANÁLISIS LEXICOGRÁFICO DE LOS PERFILES DE LOS PRINCIPALES PERSONAJES QUE FUERON NOTICIA EN EL PERÚ (1990-2000) Úrsula Yvonne Velezmoro Contreras Academia Peruana de la Lengua Resumen En este trabajo, se presenta el análisis lexicográfico del corpus obtenido de los libros Ciudadano Fujimori, de Luis Jochamowitz; Tras la huella de Montesinos, de Patricia Poleo; Polvo en el viento/ Vaticano: esplendor y miserias de un narcotraficante, de Hugo Coya; y La cuarta espada/La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso, de Santiago Roncagliolo. La selección de estas publicaciones se realizó debido a la importancia de estos personajes en la historia del Perú. La finalidad de esta investigación se enfoca en mostrar la riqueza del léxico peruano y reconocer el aporte de este tipo de publicaciones —con visión periodística— sobre temas que forman parte de la historia del país. Palabras clave: léxico, corrupción, violencia, narcotráfico, terrorismo. 1. Introducción La reciente historia ha estado protagonizada por personajes que han sido portada en los medios de comunicación. Un presidente, un asesor presidencial, un narcotraficante y hasta un cabecilla terrorista, todos ellos se han convertido en la fuente de inspiración para publicaciones —en la mayoría de los casos— hechas por periodistas. Los datos han sido recopilados de libros que desarrollan los perfiles de Alberto Fujimori Fujimori,


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Vladimiro Montesinos Torres, Demetrio Chávez Peñaherrera y Abimael Guzmán Reynoso. Esta investigación pretende mostrar la riqueza del léxico peruano y reconocer el aporte de este tipo de publicaciones —con visión periodística— sobre estos temas que forman parte del pasado del Perú. De acuerdo con el Diccionario de lingüística, de Theodor Lewandowski (1986: 208), la lexicografía es la “doctrina de la realización de diccionarios, el trabajo de diccionarios como aplicación de los conocimientos lexicológicos y la satisfacción de las exigencias o necesidades teóricas y prácticas; la representación del vocabulario de una lengua (natural), un dialecto, una especialidad”. En este caso, se ha decidido recopilar un vocabulario común de estos cuatro personajes: Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, Demetrio Chávez y Abimael Guzmán, vinculados con la corrupción, violencia, narcotráfico y terrorismo del país. Para Luis Hernán Ramírez, en Estructura y funcionamiento del lenguaje (1996:146), “las lenguas profesionales son especializaciones de la lengua estándar que corresponden a diferentes ramas de la actividad humana. Cada profesional — independientemente de su actividad— llega a poseer su propia nomenclatura con términos y voces y hechos específicos de la profesión cuyos significados resultan confusos y desconocidos para las personas ajenas a la profesión”. Precisamente, la terminología de esa actividad común entre los cuatro personajes es la que se pretende analizar en esta investigación. 2. El discurso en la literatura Las cuatro obras literarias escritas por periodistas emplean un discurso diferente al acostumbrado en sus notas periodísticas; ya que, como sostiene Teun A. Van Dijk, en Estructuras y funciones del discurso (1998: 116), “se puede hablar de tipos de discurso “persuasivos”, “narrativos” y “legales”. Para esto, los autores han empleado la literatura para explayarse


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—como ellos mismos señalan— y difundir toda esa información mediante un formato diferente al habitual, por lo cual emplearon el literario, pues como afirma Van Dijk, en Estructuras y funciones del discurso (1998: 119), “la literatura no es un tipo de discurso estructuralmente homogéneo. Es más bien una familia de tipos de discurso, en la que cada tipo puede tener estructuras textuales muy distintas; la unidad es el resultado de funciones socioculturales similares”. Estos autores buscan mostrar la verdadera historia de estos personajes que formaron parte de un hecho social doloroso que estuvo vinculado a factores ideológicos, políticos y sociales y que se refleja en la lengua, pues como indica Eni Orlandi, en Análisis de discurso/Principios y procedimientos (2012: 23), “partiendo de la idea de que la materialidad específica de la ideología es el discurso y la materialidad específica del discurso es la lengua, trabaja la relación lengua-discurso-ideología. Esa relación se complementa con el hecho de que, como dice M. Pecheux (1975), no hay discurso sin sujeto y no hay sujeto sin ideología: el individuo es interpelado en sujeto por la ideología y es de esa forma que la lengua tiene sentido”. 3. El discurso político y el discurso periodístico Respecto del discurso político y el discurso periodístico, estos discursos se pueden diferenciar. Conforme con Alfredo Ascanio, en Análisis del discurso político (22-23), “el discurso político, según María Teresa Espar, “es aquel que, en términos generales tiene como enunciador a un actante que realiza sus actividades dentro de lo que se conoce comúnmente como la esfera del poder”. También, para José E. Finol, “el discurso político privilegia a la modalidad del poder, no solo porque se trata del discurso del poder, sino porque apunta en su organización profunda a una estructurada dirección y control. El poder es en este caso el político, poder por excelencia, el que permite controlar la sociedad. Este discurso entonces se organizar en la categoría poder vs. no poder”. Mientras que el discurso periodístico, según Ascanio (2014: 128),


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“es una práctica social e institucional muy particular que puede analizarse teóricamente en dos componentes: el textual y el contextual. En el primero se analiza el discurso y en el segundo se analizan las consecuencias sociales de las estructuras textuales y el contexto histórico en que se produce el discurso. De qué manera losfabricantes de las noticias (los emisores) comprenden realmente lo que está pasando y cómo dan forma a los textos después de comprender lo que van a transmitir. E igualmente, con respecto al receptor de la noticia, cómo comprende lo narrado o lo decodificado y qué hace después con ese conocimiento”. 4. Metodología Para esta investigación, las entradas léxicas han sido seleccionadas de los libros Ciudadano Fujimori, del periodista Luis Jochamowitz; Tras la huella de Montesinos, de Patricia Poleo; Polvo en el viento/ Vaticano: esplendor y miserias de un narcotraficante, del periodista Hugo Coya; y La cuarta espada/La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso, del periodista Santiago Roncagliolo. Este corpus se ha cotejado con el Diccionario de la lengua española (DLE), de la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale); el Diccionario de peruanismos (DiPerú), de la Academia Peruana de la Lengua; y el Diccionario de americanismos (DA), de la RAE y Asale. El corpus de este análisis lexicógrafo consiste en las obras biográficas —escritas por periodistas— de cuatro personajes que marcaron la historia del país. En este trabajo, solo se ha preferido considerar los términos que no figuran en los diccionarios previamente seleccionados; pues es evidente que, debido a los años transcurridos, algunos términos se han incorporado a nuestro castellano peruano. Para la interpretación lingüística, se ha tomado a la Nueva gramática de la lengua española (2010),de la RAE y Asale. En esta obra, se indica que la morfología léxica se divide de manera general en las subdisciplinas derivación y composición; así como a las clases sintácticas de palabras, categorías gramaticales o


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simplemente clases de palabras (en el sentido de las series o los repertorios) que estas forman en función de sus propiedades combinatorias fundamentales y de las informaciones morfológicas que aceptan. En relación con las locuciones, esta publicación señala que estos son grupos de palabras lexicalizados (en el sentido de ya formados e incluidos en el diccionario) que constituyen una sola pieza léxica y ejercen la misma función sintáctica que la categoría que les da nombre. 5. Análisis lexicográfico El siguiente análisis lexicográfico —realizado al corpus obtenido de los libros Ciudadano Fujimori, de Luis Jochamowitz; Tras la huella de Montesinos, de Patricia Poleo; Polvo en el viento/ Vaticano: esplendor y miserias de un narcotraficante, de Hugo Coya; y La cuarta espada/La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso, de Santiago Roncagliolo— muestra que la construcción de las palabras y locuciones se produce mediante procesos morfosintácticos. El uso de prefijos soldados a una base univerbal es el que más predomina tanto en nombres (psicosocial), como en verbos (reoxidar); aunque también se consigna un sufijo ligado a una base univerbal (radiograma). Dentro de la composición de las palabras complejas, existe una preferencia por las que están formadas por dos nombres (cazafantasma) y la categoría gramatical que más predomina es el nombre (criador), seguido del adjetivo (antifujista) y el verbo (traquetear). Asimismo, los datos evidencian un predominio de las locuciones nominales formadas por un nombre y adjetivo (probador oficial), seguido de las locuciones verbales compuestas por un verbo y un nombre (dar cría). En las locuciones verbales, se impone la combinación de verbo con nombre (liberar zonas), en comparación con la formada por un verbo y una frase preposicional (pasar a retiro). Además, según el corpus, se manifiesta una predilección por el uso de los extranjerismos crudos (outsider) en comparación con las equivalencias españolas. Observemos todas particularidades en el corpus recogido; para ello, presentamos la información en formato de entrada lexicográfica. En cada artículo, se registra un lema escrito en negrita, con tamaño de letra número 12, que


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presenta la unidad léxica buscada. Estas se escriben en estricto orden alfabético y de acuerdo con la categoría gramatical a la que pertenece: formas simples (m., f., v. y adj.) y formas complejas (loc. n. y loc. v.). Los casos en que se necesite precisar información etimológica aparecerán (Del inglés y la palabra en letra cursiva). Además, cada una de estas entradas cuenta con una marca sociolingüística (col.,pop. y desp.) y una técnica (Perú). Todas las definiciones son lexicográficas y su ejemplo de uso se ha tomado de las obras literarias que son motivo de esta investigación. La información se divide en formas simples y formas complejas. 5.1. Formas simples 5.1.1. Nombres apagón m. col. Perú. Interrupción del suministro de energía eléctrica por acción terrorista. “Sendero dejaba sentir su presencia, sobre todo mediante apagones”. (La cuarta espada, p. 115). cazafantasma m. pop. Perú. Agente del Grupo Especial de Inteligente (GEIN). (La cuarta espada, p. 151). “El trabajo requería paciencia y, por su falta de resultados aparentes, enfrentaba la burla de otras divisiones de la policía, que los llamaban “los cazafantasmas”“. “Sendero dejaba sentir su presencia, sobre todo mediante apagones”. (La cuarta espada, p. 115). criador m. pop. Perú. firma. “Otros criadores, evidentemente, las firmas”. (Polvo en el viento, p. 42). efectivo m. col. Perú. Agente de las Fuerzas Armadas. “El saldo fueron diez efectivos muertos y otros catorce heridos”. (Polvo en el viento, p. 46).


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expreso m. pop. Perú. Avioneta. “Antes de llegar, pedí desde el monte, por radio, un expreso”. (Polvo en el viento, p. 78). fiesta m. pop. Perú. Operativo militar. “Me decían: “Va a haber fiesta. Sal de all픓. (Polvo en el viento, p. 76). firma f. pop. Perú. Organización peruana de tráfico de drogas. “Las firmas estaban subordinadas a los cárteles”. (Polvo en el viento, p. 38). floja f. pop. Perú. Droga de baja calidad. “Algunas veces me pedían que solo les hiciera la floja”. (Polvo en el viento, p. 48). outsider (Del inglés outsider). m. col. Perú. Candidato que incursiona en política con altos índices de aprobación. “Su plataforma política fue la de un outsider”. (Ciudadano Fujimori, p. 306). piscigranja f. pop. Perú. Lugar de procedencia de la droga. “Soy Lucho. Estoy en la universidad. Estudio en la piscigranja”. (Polvo en el viento, p. 42). psicosocial m. col. Perú. Campaña de distorsión sobre algún hecho de la realidad. “En cualquier caso, la historia de mi oficial es así: el Servicio de Inteligencia de Vladimiro Montesinos se ocupó de la puesta en escena de la presentación para convertirla en un operativo


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psicosocial de humillación pública”. (La cuarta espada, p. 191). radiograma m. pop. Perú. Documento donde se indica las zonas que se deben patrullar. “Sostuvo que el general le entregó un radiograma”. (Polvo en el viento, p. 83). superreina f. pop. Perú. Droga de alta calidad. “Así, el Cártel de Cali enviaba a sus probadores oficiales. Ellos decían si era superreina”. (Polvo en el viento, p. 70). traquetero m. pop. Perú. Acopiador hojas de coca y pasta básica. “Estos acopiadores, a su vez, le ordenaban a los traqueteros que se movilizarán hacia los puntos de producción hasta adquirir el total del pedido”. (Polvo en el viento, p. 48). 5.1.2. Verbos reoxidar v. pop. Perú. Mejorar la calidad de la droga. “Si estaba bueno, ¡pac!, pasaba. Y si no, decían “vayan a reoxidarla”“. (Polvo en el viento, p. 70). traquetear tr. pop. Perú. Acopiar de hojas de coca y de pasta básica. “Todos en Campanilla traquetéabamos, reconoce sin asomo de pudor”. (Polvo en el viento, p. 71). 5.1.3. Adjetivos antifujista adj. col. Perú. Contrario a Alberto Fujimori. U. t. c. s. “La universidad de dividió en dos bandos: fujistas y antifujistas”. (Ciudadano Fujimori, p. 269). fujista adj. pop. Perú. Simpatizante de Alberto Fujimori. U. t. c. s. “La universidad de dividió en dos bandos: fujistas y antifujistas”. (Ciudadano Fujimori, p. 269).


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pantallero adj. pop. desp. Perú. Operativo previamente acordado para ser transmitido por televisión. “Yo como intendente de aduanas he removido a ocho funcionarios, y ya no están en las aduanas. He sido más efectivo sin inteligencia, sin recursos ni operativos pantalleros a gran escala”. (Tras la huella de Montesinos, p. 244). 5.2. Formas complejas 5.2.1. Locuciones nominales coche bomba loc. n. pop. Perú. Vehículo provisto de explosivos para perpetrar atentados terroristas. “Un coche bomba hace explosión y mata a veintiséis personas y hiere a ciento cincuenta”. (La cuarta espada, p. 275). elemento del otro lado loc. n. pop. desp. Perú. Autoridad venezolana. “Durante todo este proceso. Las relaciones diplomáticas habían sido el muro de contención de muchas causas que podrían haber desencadenado graves conflictos. Pero yo me había dado cuenta de que Vidal cuidaba más estas relaciones que el gobierno venezolano. Era la primera vez que lo escuchaba hablar despectivamente de “los elementos del otro lado”, es decir, de las autoridades venezolanas”. (Tras la huella de Montesinos, p. 213). probador oficial loc. n. pop. Perú. Persona encargada en comprobar la calidad de la droga. “Escobar llamó a Lucho, su probador oficial”. (Polvo en el viento, p. 52). 5.2.2. Locuciones verbales dar cría loc. v. pop. Perú. Producir droga de alta pureza que pueda ser


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mezclada con otras sustancias sin perder su calidad. “Tiene que dar buena cría, le dijo al todavía aprendiz narcotraficante”. (Polvo en el viento, p. 41). liberar zonas loc. v. pop. Perú. Regular el tráfico de droga y garantizar el precio de la coca a los productores. “A partir de 1987, el PCP-SL empezó a “liberar zonas” expulsando a la policía de sus cuarteles”. (La cuarta espada, p. 142). pasar a retiro loc. v. pop. Perú. Retirar a una persona o pedir el propio retiro de la vida militar. “Ahora, Benedicto es un hombre controvertido. A raíz de la captura de Guzmán, ascendió al rango de comandante, pero recientemente lo pasaron a retiro”. (La cuarta espada, p. 165). 6. Conclusiones Los términos lexicográficos seleccionados para esta investigación de las obras literarias Ciudadano Fujimori, del periodista Luis Jochamowitz; Tras la huella de Montesinos, de Patricia Poleo; Polvo en el viento/Vaticano: esplendor y miserias de un narcotraficante, del periodista Hugo Coya; y La cuarta espada/La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso, del periodista Santiago Roncagliolo, corresponden al léxico popular y coloquial del Perú. Las entradas seleccionadas no se encuentran recopiladas en el Diccionario de la lengua española, el Diccionario de peruanismos y el Diccionario de americanismos; ya que corresponden a una lengua vinculada con una actividad específica. La producción de términos evidencia la preferencia del uso de prefijos soldados a una base univerbal, tanto en nombres como en verbos; mientras que las palabras complejas están formadas por dos nombres. Como en la actualidad, se prefiere el uso de los extranjerismos


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crudos a las equivalencias españolas, lo cual se evidencia con el empleo de las cursivas, como una marca tipográfica que resalta que esos términos no pertenecen al castellano peruano. El aporte de estos cuatro autores no solo consiste en evidenciar la riqueza del léxico del Perú, sino que contribuye con la difusión de hechos que marcaron a la sociedad peruana. Referencias bibliográficas APL (2016). DiPerú/Diccionario de peruanismos. Lima, Perú: Academia Peruana de la Lengua. Asale (2010). Diccionario de americanismos. Perú: Santillana S. L. Ascanio, A. (2014). Análisis del discurso político. México: Trillas. Coya, H. (2011). Polvo en el viento/Vaticano: esplendor y miserias de un narcotraficante. Lima: Aguilar. Jochamowitz, L. (2018). Ciudadano Fujimori. Lima: Planeta. Lewandowski, T. (1986). Diccionarios de lingüística. Madrid: Cátedra Lingüística. Orlandi, E. (2012). Análisis de discurso/Principios y procedimientos. Santiago de Chile: LOM Ediciones/UMCE. Poleo, P. (2001). Tras la huella de Montesinos. Venezuela: Planeta. RAE (2014). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe S. A. --------- (2009). Nueva gramática de la lengua española. Morfología/ Sintaxis I / Sintaxis II. España: Espasa Libros, S. L. U., tomos I y II. --------- (2010). Ortografía de la lengua española. España: Espasa Libros, S. L. U. Ramírez, L. (1996). Estructura y funcionamiento del lenguaje. Perú. M & B Editores Impresores. Roncagliolo, S. (2007). La cuarta espada/La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso. Perú: Debate. Van Dijk, T. (1998). Estructura y funcionamiento del discurso. México: Siglo Veintiuno Editores.


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FITÓNIMOS MEDICINALES EN EL QUECHUA DE CHAUPIHUARANGA (PASCO) Roberto Gerardo Zamudio Campos Universidad Nacional Mayor de San Marcos Resumen Las propiedades medicinales de las plantas siempre son un tema de gran relevancia. Un camino que nos conduce al entendimiento de las mismas es el conocimiento de sus nombres porque nos permite entender las consideraciones de los hablantes al asignarlos. En ese sentido, nuestro estudio presenta un conjunto de fitónimos medicinales, propios del quechua de Chaupihuaranga (Pasco), que muestran la particular visión de los quechuahablantes al respecto. La investigación concluye que, en esta locación andina, los nombres de las plantas revelan la conceptualización de las experiencias del hablante en su entorno cultural cotidiano. Palabras clave: quechua, conceptualización, léxico.

Chaupihuaranga,

fitónimo,

1. Introducción Un tema de gran importancia para los seres humanos son las propiedades medicinales que poseen las plantas. Un camino que nos dirige al entendimiento de estas es el conocimiento de sus nombres dado que nos posibilita comprender las diferentes consideraciones de los hablantes que han tenido para su nominación. De esta manera, nuestro trabajo se centra en el estudio de un conjunto de fitónimos medicinales, propios del


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quechua de Chaupihuaranga (Pasco). El léxico fitonímico de esta variedad de quechua es una clara muestra de creación lingüística de los hablantes respecto de las conceptualizaciones que generan en función de su entorno. Hasta donde hemos observado, esta zona de Pasco no cuenta con estudios profundos de fitonimia. En ese sentido, el trabajo que presentamos es un primer paso en una indagación que pretende ser más profunda en aspectos relacionados con la manera que tienen los pobladores de conceptualizar los nombres de plantas en dicha zona. Seguimos el siguiente orden en este estudio. En primer lugar, damos a conocer la zona donde realizamos el acopio de información. En segundo lugar, explicamos el marco conceptual en el que desarrollamos esta pesquisa y el método de recolección de datos que empleamos. En tercer lugar, presentamos el análisis de la relación de fitónimos que caracterizamos de acuerdo con su significado, su descripción y el uso que tienen. En último lugar, exponemos las conclusiones del estudio. 2. La botánica y la lingüística La botánica y la lingüística pueden atender, en sus distintas ramas, un objeto de estudio común: los nombres relacionados con las plantas (Álvarez, 2006, Arredondo, 2006, Escobar, 2017, Vielva, 2011). Strictosensu, los nombres de plantas especializados son fijados por la nomenclatura, rama de la taxonomía, que es una parte de la botánica. Por otro lado, los fitónimos son estudiados por la fitonomástica, rama de la onomástica, la cual tiene a la lingüística como ciencia matriz. Ambas ciencias atienden los nombres de alguna manera. La botánica fija una referencia basada en el conocimiento especializado de clases y especies, para lo cual recurre a la nomenclatura. La lingüística, por su parte, lo hace mediante la fitonomástica, hurgando en los nombres asignados a las plantas


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por las personas, sobre una manifiesta base cultural. El sistema binomial de nombres refleja la taxonomía científica y permite un entendimiento claro respecto de la especie a la cual pertenece determinada planta. Por otro lado, cada cultura clasifica y denomina de manera singular a las especies según el valor que establecen con su entorno cultural (la forma cómo crecen, el parecido con algún elemento de su medio, sus efectos al emplearlas, etc.). Dado que abordamos los fitónimos sobre la base de un saber cultural, esta investigación se desarrolla, grosso modo, en el terreno de la lingüística, por lo que es menester atender algunos conceptos importantes. La fitonomástica, uno de ellos, es “la rama de la onomástica y, por consiguiente, de la lingüística, que estudia los nombres de las plantas. Su labor consiste en descifrar dónde, cómo y por qué aquel nombre se asigna a una planta. Es decir, la fitonimia es el conjunto de fitónimos o nombres de plantas que son objeto de estudio de la fitonomástica” (López, 2009). Otro concepto importante es el de conceptualización. Conceptualizar, en el sentido que lo empleamos, implica formar conceptos respecto de la realidad observada (RAE, 2014). La aclaración es imperiosa para evitar proyecciones ilusorias respecto del desarrollo de procesos como metáforas o metonimias, implicados en el marco de la lingüística cognitiva. 3. La concepción dualista en la taxonomía andina Debemos indicar que muchas taxonomías populares parten de una concepción dualista y esto porque existen dos caracteres distintos vinculados a la cosmovisión andina y a la práctica médica en particular. Por ejemplo, en la práctica médica tradicional huancaína, es posible hallar una serie de dicotomías establecidas que destaca la prevalencia de la idiosincrasia andina en el tratamiento de las enfermedades (Arredondo, 2006). En un caso particular, las plantas alimenticias en el imaginario


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andino pueden presentar la dualidad orko/ch’ina o macho/ hembra. Las masculinas son delgadas, de tallo duro, con poco follaje y frutos cálidos y provechosos; las femeninas son exuberantes y sus frutos son templados sin dejar de ser benéficos. La relación macho/hembra se da no solo dentro de cada especie, sino en cada variedad (Yauri, 2009). Considerando los fitónimos presentados, esta investigación no destaca íntegramente las dualidades señaladas (macho/ hembra o fresco/cálido). Así, son apreciadas en algunos casos, pero en otros, la información es restringida, debido a que dicho conocimiento resulta ser muy específico o ignorado por los mismos lugareños. 4. Metodología Nuestra indagación se realizó en los meses de enero y agosto del año 2015, en los distritos de Tápuc, Vilcabamba y Yanahuanca, ubicados en la provincia Daniel Carrión, en el departamento de Pasco. Trabajamos con cinco colaboradores quechuahablantes cuyo grupo etario corresponde a personas mayores de 50 años entre hombres y mujeres. La provincia Daniel Carrión está conformada por ocho distritos: Yanahuanca, Chacayán, Goyllarisquizga, Vilcabamba, Tápuc,Santa Ana de Tusi, Páucar y San Pedro de Pillao. El quechua de esta región ha sido incluido en el bloque dialectal Wáywash o QI (Torero, 2002). El quechua de la provincia pasqueña Daniel Carrión ha recibido la denominación de Chaupihuaranga por los dialectólogos del quechua. Antes de efectuar el viaje a Pasco, recogimos un conjunto de fitónimos que, supusimos, podíamos encontrar en la zona. Nuestras fuentes fueron algunos diccionarios de quechua central (Parker y Chávez, 1976, Toliver, 2005)y el testimonio de dos quechuahablantes de la variedad pasqueña. Asumimos que, una vez recogida la muestra, esta se reduciría después de ser filtrada. Luego de instalarnos, procedimos a efectuar las entrevistas con los colaboradores de la zona. Todos ellos fueron conscientes de que la recolección de datos formaba parte de un estudio, por lo que las sesiones fueron llevadas a cabo con normalidad, con las


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formas que esto exige. En cuanto al método de recolección de datos, este consistió en una breve entrevista acerca de los nombres de plantas que ellos conocían y que empleaban diariamente en sus distintas actividades. Las preguntas que formulamos fueron las siguientes: - ¿Qué plantas crecen por esta zona? - ¿Para qué sirven las plantas que cultiva? ¿Qué hace con ellas? - ¿Cómo se llaman las plantas que comen sus animales? Aunque las entrevistas efectuadas intentaban seguir el orden de las preguntas, esto no siempre se lograba debido al desarrollo de las respuestas. En algunos casos, el colaborador se explayaba e incluía las respuestas para las preguntas siguientes o información relevante, por lo que no limitábamos su intervención. Luego de las entrevistas, procedimos al trabajo de gabinete. Transcribimos los nombres recogidos y los contrastamos con nuestra relación original. A continuación procedimos a registrar los fitónimos –precisando las raíces que los conforman, sus significados y la relación que guardaban con la forma de la planta–, su uso y otras particularidades relevantes como el género o la temperatura, además de sus características lingüísticas (morfosintácticas). Fue imprescindible depurar la lista, puesto que no todos los fitónimos eran empleados como medicina por los nativos. En nuestro segundo viaje, nuestro método de trabajo fue el mismo. En este estudio, presentamos una relación de 26 fitónimos que recogimos en la provincia Daniel Carrión. Hemos ordenado el registro desde aquellos nombres con mayor información respecto de su significado, descripción fenotípica y uso, hasta los que ofrecen poca información o claridad y que no permiten caracterizarlos adecuadamente. Cabe señalar que, al ser este un estudio en ciernes, nos enfocamos fundamentalmente en la presentación de los fitónimos quechuas,


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su caracterización fenotípica y su empleo contra las dolencias físicas. Algunas limitaciones de esta investigación son la falta de una evidencia gráfica, como imágenes que permitirían observar la caracterización de nuestro objeto de estudio o la comparación rigurosa con fitónimos de otras regiones. Por último, no logramos establecer un contraste exhaustivo entre la relación de fitónimos que recogimos en Daniel Carrión con la amplia nomenclatura registrada en el Museo de Historia Natural. Ciertamente, ello hubiese permitido saber, con exactitud, cuáles de las plantas presentadas ya han sido estudiadas por la botánica y cuáles no. Así pues, el compromiso de hacerlo es una labor pendiente para nosotros. 5. Análisis fitonímico El registro de fitónimos se ha propuesto de acuerdo con el significado del nombre (sobre la base de sus formantes), la descripción de la planta y el empleo que se le da, esto último en relación con el significado. Los nombres se suceden desde los que ofrecen mayor información hasta aquellos que no la presentan completa. Es menester indicar que las plantas son caracterizadas por su temperatura para ser empleada o por el género que le es asignado (esto último aparece en un caso). Así, tenemos plantas frescas y cálidas. Esto porque, cuando se preparan como medicina, son insumos que requieren una temperatura ad hoc para lograr los efectos esperados. No es lo mismo consumir una infusión fresca o lavar una herida con una solución cálida. Por otro lado, el género de las plantas es asignado de acuerdo con sus características físicas: el presentar una forma redondeada las caracteriza como femeninas; en cambio, la forma alargada las define como masculinas. Entonces, hay relaciones establecidas de acuerdo con el conocimiento de la sexualidad humana. En ese sentido, la muestra que presentamos incluye solo un nombre que


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registra el género que le corresponde. A nivel lingüístico, los fitónimos quechuas de nuestro corpus se caracterizan en su mayoría por presentar distintos patrones morfológicos como resultado, muchas veces, de la combinación de nombres y adjetivos. Además, el patrón específico [N] + [N] se concreta mediante nombres distintos de la misma lengua (quechua), nombres de diferentes lenguas (quechua y castellano) y nombres reduplicados (quechua). Por otro lado, la única frase posesiva presenta flexión de nombre en caso genitivo y marca de posesivo, propio de la tercera persona singular. A continuación, observemos las entradas de los fitónimos. 1. antañawi (de los sustantivos anta ‘cobre’ y ñawi ‘ojo’) Hemos interpretado en castellano este nombre como ‘ojos de color de cobre’. Es una planta cuyas flores son rosadas, de hoja pequeña, negra y verde cuando está madura, y amarilla cuando está seca. Crece en las alturas. Según su fenotipo, puede haber hembras y machos. Sirve para aliviar las contusiones o para curar los cortes de alguna herida, así como para aliviar el malestar estomacal. Es una planta fresca. 2. kuti-kuti (del verbo kuti-y ‘volver’) La equivalencia castellana para esta entrada es ‘volver volver’. Dado que las reduplicaciones en castellano implican muchas veces una intensificación en el significado, podríamos entender este nombre como ‘volver de nuevo’. Es una planta efectiva contra la maldad y se emplea en el baño corporal. Según la creencia, revierte la hechicería y, dicen, sirve para hacer volver a la pareja. Es una planta fresca. 3. awuhaqiwa (de los sustantivos awuha ‘aguja’ y qiwa ‘yerba’) En castellano, entendemos que la expresión equivalente es ‘yerba aguja’ porque, al parecer, su hoja se alarga tanto y es tan delgada que se asemeja a una aguja. Se denomina así porque parece que tuviera agujas. Mide, aproximadamente, 20 centímetros de longitud. Es efectiva para aliviar el cólico y el malestar renal. Además, es empleada como alimento de cuyes y burros. También


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le dicen awha-awha. Es una planta fresca. 4. mula-ishanka (de los sustantivos mula e ishanka ‘ortiga’) Esta expresión equivale en castellano a ‘ortiga mula’. Es una ortiga que crece en las alturas. Es efectiva para aliviar del mal aire. Se mezcla con caña y alcohol y se hierve. Según dicen, la mula no puede comer esta ortiga porque se muere. Es una planta cálida. 5. wira-wira (del sustantivo wira ‘grasa’) En este caso, la expresión muestra un sustantivo reduplicado que se lee ‘grasa grasa’. En esta reduplicación no hay claridad para relacionar el significado original simple de la entrada o la reduplicación misma con el lugar donde crece o el efecto que produce la planta, pero sí con una característica orgánica: la grasa de sus hojas. Es una planta larga cuyas hojas parecen cabellos blancos. Parece piel de conejo. Crece en las alturas y es beneficiosa para el pulmón. Es una planta cálida. 6. kalwa-kalwa (del sustantivo kallwa ‘intrumento para tejer’) No hemos podido determinar otro sentido para este término más que el de ‘instrumento para tejer’ reduplicado. Entendemos que existen sentidos que desconocemos, lo cual bloquea la explicación del significado de la planta en relación con el lugar donde crece o los efectos que produce. Es una planta con hojas verdes y una raíz igual a la de la yuca. Crece en los terrenos baldíos de las alturas y tiene un sabor agrio. Se emplea contra el susto. Es perjudicial para el ganado, pero no es venenosa. Otra aplicación de esta planta se da como emplasto para curar la rotura de huesos. 7. hirkanpuri(q) (de los sustantivos hirka ‘cerro’ ‘montaña’ y puriy ‘caminar’) En este caso, planteamos la expresión ‘el que crece en la altura’. Es una planta con espinas y flores amarillas, no muy alta, que crece sobre las rocas y solo en las alturas. Se bebe en ayunas con el fin de limpiar la sangre, también limpia el hígado y alivia el


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malestar renal. Es una planta cálida. 8. kuya-kuya (del verbo kuya ‘querer’) Podemos observar una reduplicación del nombre que equivale en castellano a ‘querer querer’. Puede ser interpretada en castellano como ‘querer más’. Es una planta empleada para hacer depender a una persona de otra, para amarrarla, como se conoce popularmente en brujería. A estos efectos, debe ser tomada por las dos personas involucradas. 9. hapalanshaakuq (del adjetivo hapallan >hapalan ‘solito’ y el verbo shaaku ‘estar parado’) El significado que proponemos para este nombre es ‘el que está parado solo’. Es una yerba que parece paja y crece sola en la altura. Se emplea contra el susto y también para matar los parásitos intestinales de las personas y de los animales. Es una planta cálida. 10. rima-rima (del verbo rima ‘hablar’) La expresión castellana equivalente a esta reduplicación quechua es ‘hablar hablar’. En este nombre observamos un proceso que incrementa el grado de significación del compuesto, por lo que el significado castellano puede ser ‘hablar más’. Es una planta de longitud considerable que crece en las alturas. Cuando el niño demora en hablar se le golpea en la boca con ella. 11. ankuchuta (del sustantivo anku ‘tendón’ y el verbo chuta ‘jalar’) Este fitónimo puede equivaler a una expresión cuyo significado es ‘el que jala el tendón’. Es una planta que crece cerca de la planta de maíz. Sus hojas son largas. Se emplea para aliviar las dislocaduras. 12. lankawasha (de los sustantivos lanka y washa ‘columna vertebral’, ‘costilla’) Es una planta de ramas rosadas, que crece en las alturas. La parte delantera de la hoja es verde y el revés es blanco. Sirve para


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aliviar los bronquios y el dolor de espalda. Es una planta cálida. 13. uqshaqiwa (de los sustantivos uqsha ‘ichu’ y qiwa ‘yerba’) Es una planta que crece en las alturas. Alivia el malestar corporal mediante su aplicación en un baño como sauna. También es útil para encender la candela. Antes se empleaba para techar las casas. Es una planta cálida. 14. kurpa-kurpa (del sustantivo kurpa ‘terrón’) La forma castellana equivalente a esta reduplicación quechua es ‘terrón terrón’. En este nombre, la repetición refiere una característica de su tallo: la presencia de muchos nudos. Así pues, los hablantes establecen una analogía entre los nudos y los terrones. Es una planta de hojas largas y blancas, cuyo tallo es grasoso y con nudos. Alivia el dolor de espalda y bronquios. 15. mata-mata (del adjetivo mata ‘que tiene dos ramificaciones’) De la misma manera que en otros fitónimos, el nombre mata está reduplicado y equivale en castellano a ‘que tiene dos ramificaciones’. Proponemos el significado castellano intensificado ‘que tiene muchas ramificaciones’. Es una planta carente de hojas, cuyas ramificaciones son grasosas y no se encuentran muy separadas. Crece en algunas partes y se emplea como combustible. 16. matakasha (del adjetivo mata ‘que tiene dos ramificaciones’ y el sustantivo kasha ‘espina’) La equivalencia castellana de matakasha es ‘espina con dos ramificaciones’. Es una planta cuyos frutos tienen espinas y crecen como si estuviesen pegados, como si de un solo punto salieran tres frutos. Se consume para curar algún susto o aliviar el cólico. Esta planta no es consumida por los animales. 17. waqlli-waqlli (del sustantivo waqlliy ‘inclinación, ladeamiento’) El nombre reduplicado de esta planta puede ser entendido en castellano como ‘inclinación pronunciada’ o ‘gran inclinación’.


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Es una planta cuyas hojas son alargadas. La gente la utiliza para pasar la noche en vigilia, despierta. También le dicen weqloweqllo (weqllo se emplea para referirse a lo torcido). 18. yuraqmuña (del adjetivo yuraq ‘blanco’ y el sustantivo muña ‘yerba medicinal’) El significado de esta planta es ‘muña blanca’. Es una planta de tallo blanco y hojas verdes. Se prepara en caldo verde y se utiliza contra el frío, los calambres o la gastritis. Es una planta cálida. 19. yuraqkasha (del adjetivo yuraq ‘blanco’ y el sustantivo kasha ‘espina’, ‘planta espinosa’) El nombre de esta planta significa ‘espina blanca’. Es una planta cuyo tallo es blanco. Se toma para aliviar el susto. 20. ritamapa tuktun hara (de las formas flexionadas nominales ritamapa ‘de la retama’, tuktun ‘su flor’ y el sustantivo hara ‘maíz’) Esta frase se compone de tres palabras, dos de las cuales llevan adjuntas morfemas flexivos. La primera es el término ritama ‘retama’ que presenta el morfema genitivo -pa ‘de…’ y la segunda es la palabra tuktu ‘flor’ con el posesivo de tercera persona ‘su’. Así, la expresión íntegra puede entenderse como ‘maíz su flor de retama’. Es un tipo de maíz que se llama así por su color. Es efectivo contra el susto infantil y complemento de la leña en el fuego. Es una planta cálida. 21. uchu-uchu (del sustantivo uchu ‘ají’) El significado de esta expresión es ‘ají ají’, que podríamos interpretar como ‘ají muy picante’, empero su uso bloquea dicha posibilidad, debido a sus efectos atenuantes. Es una planta pequeña que sirve para refrescar una herida. Es conocida también como ucha-ucha. 22. wamanripa (de los sustantivos waman ‘halcón’ y ripa ‘vaina’) El significado literal de este nombre en castellano es ‘vaina


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halcón’, pero se puede entender como ‘garra del halcón’ por un proceso metafórico dada la similitud entre la vaina de la planta y las garra del halcón. Es una planta con espinas y hojas largas. Crece en las alturas. Se suele chacchar y es efectiva para aliviar el dolor de dientes y la infección. Es una planta cálida. 23. yanachilka (del adjetivo yana ‘negro’ y el nombre chilka ‘arbusto frondoso’) En castellano, el significado es ‘arbusto negro’. Es la chilca negra que sirve para aliviar el resfrío y también el reumatismo. Es una planta cálida. 24. yana-ishanka (del adjetivo yana ‘negro’ y el sustantivo ishanka ‘ortiga’) El significado del término en castellano es ‘ortiga negra’. Es una planta alargada y su tallo es medio morado. Es efectiva contra el mal aire y también se emplea para curar la anemia. 25. yanakasha (del adjetivo yana ‘negro’ y el sustantivokasha ‘espina’) Este nombre quechua significa ‘espina negra’. Es una planta de tallo negro. Se hierve y se toma como infusión para aliviar el susto. 26. yanamuña (del adjetivo yana ‘negro’ y el sustantivo muña ‘yerba medicinal’) El significado de esta planta es ‘muña negra’. Es una planta efectiva para tratar la gastritis. 6. Conclusiones Los fitónimos están determinados por la experiencia de los hablantes de la zona. La conceptualización de los hablantes queda plasmada en los nombres de plantas mediante diversas relaciones entre los elementos de su entorno cultural. Nos queda claro que primero aparecen los significados y después la forma que adquieren las palabras. Pero el vínculo hombre-


Fitónimos medicinales en el quechua...

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cultura determina el significado. A nivel lingüístico, el patrón morfológico que prevalece en los fitónimos de la zona evidencia el compuesto como forma mayoritaria. Debería efectuarse estudios de nombres de plantas de otras regiones para establecer puntos en común y diferencias entre las conceptualizaciones de los hablantes respecto de los fitónimos en el territorio peruano. Ello permitiría implementar más adelante un empleo efectivo de las mismas como medicina complementaria de la medicina científica. Además, se necesita determinar de qué manera ocurre la clasificación vegetal. Por ejemplo, si esta puede plantearse según los efectos de las plantas en el cuerpo (si son beneficiosas o perjudiciales), según la creencia popular en relación con la naturaleza (si hay plantas que, luego de ser empleadas, se relacionan con algún evento natural), según el color de las mismas plantas (si las tonalidades del verde en general permiten identificarlas), etc. Referencias bibliográficas Álvarez, B. (2006). Nombres vulgares de las plantas en la península ibérica e islas baleares. Tesis doctoral. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid. Arredondo, F. (2006). Dualidad simbólica de plantas y animales en la práctica médica del curandero-paciente en Huancayo. Tesis de maestría e Antropología. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. Escobar, E. (2017). El sistema fitonímico de los pueblos de Tupe y Cachuy:un estudio etnolingüístico. Tesis de doctorado en Lingüística. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Huayhua, F. (2016). Fitonimia de la selva de Puno. Escritura y Pensamiento. Año XIX, 38, 155-183. López, P. (2009). Estudio lingüístico de la fitonimia científica de las orquídeas desde una perspectiva multidisciplinaria. Boletín de Lingüística, 21(32), 67-94. Parker, G. y Chávez, A. (1976). Diccionario quechua: Ancash-Huailas. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Real Academia Española (2014). Diccionario de la lengua española. Peisa. Toliver, R. (2005). Palabras útiles: Quechua de Ambo-Pasco/Pasco-Pasco.


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Roberto Gerardo Zamudio Campos

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La publicación se editó y fue reproducida en octubre de 2018, por la

Academia Peruana de la Lengua, Jr. Conde de Superunda N.° 298, Lima.


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