Congresoabril

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“Jehová había dicho a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Génesis 12:1-3 ¡Qué privilegio ser parte de este Nuevo Tiempo en la historia de nuestras vidas y de nuestra Tierra! En verdad, estamos muy agradecidos al Señor por recibir una vez más a todos nuestros amados congresistas de nuestro XV Congreso Internacional de la Visión Celular en el Modelo de los Doce – “Todas las Familias de la Tierra”. Y no solamente sentimos la alegría de ser anfitriones, más el tremendo reto de ser modelos de esta Visión de Conquista en el Reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El desafío nos ha entregado Él y lo hemos asumido con fe. Tal como lo hizo con Abram, que llegó a ser nuestro padre en la fe, también lo ha hecho con nosotros, entregándonos una misión y una visión estratégica para la expansión de Su Evangelio y el engrandecimiento de Su Nombre. Por lo tanto, somos los herederos del llamado hecho al

padre Abraham y nos levantamos en nuestra generación para derramar sobre ella la bendición del Eterno que cambiará, levantará y restaurará las familias de la Tierra. Este Congreso es parte del Proyecto divino de alcanzar a todas las familias de la Tierra con el mensaje poderoso de salvación a través del Descendiente que tornó posible el cumplimiento de la promesa hecha a Abraham. Es cierto que con Abraham Dios empezaba una nueva historia y un nuevo ciclo en la humanidad. De esta vez, era la formación de un pueblo y de una nación que revolucionaría la historia de la humanidad, pues de ellos vendría el Salvador del mundo (Juan 4:22). Y, justamente en esta semana de nuestro XV Congreso de la Visión Celular, judíos y cristianos en todo el mundo celebran la Pascua – la Fiesta de la Liberación.


¡Qué bendita coincidencia! ¡Qué feliz oportunidad la que nos da el Señor para que protagonicemos el comienzo de una nueva historia para nuestras familias, células, congregaciones y naciones!

3. “Engrandeceré tu nombre” – la compensación por haber dejado a sus parientes para tener su nombre escrito en el cielo. Consideremos el nombre de Abram llevado por millones y respetado por muchos.

Son bienvenidos todos los que acudieron al toque del Shoffar del Espíritu Santo de Dios, congregándonos bajo Su Nube de gloria en estos tres preciosos días. Sabemos que Él nos ministrará amor y fuerza para que sigamos adelante en la implantación del Reino de Cristo y para hacer conocido el Nombre de Jehová de los ejércitos, nuestro Dios.

4. “Serás bendición” – la compensación por dejar a un lado las oportunidades de servicio. No nos olvidemos: Cristo nació de su linaje. Solamente en la fe seremos bendecidos y seremos de bendición.

Nuestra oración en este sentido es que cada uno de nosotros experimentemos las novedades del Eterno y que nos alistemos para anunciar su libertad a los cuatro cantos de nuestros territorios. Hay millares de familias que necesitan ser alcanzadas por la bendición de nuestro Padre Celestial y somos los responsables por anunciarles el poder de las promesas hechas al padre Abraham.

A. DIOS LLAMÓ A ABRAM A UNA VIDA FRUCTÍFERA (Génesis 12:2). Una mirada a estas promesas nos desafiarán aún más en el Reino de Cristo: 1. “Y haré de ti una nación grande…” – la compensación por haber dejado su nación. Hoy los descendientes actuales de Abram están en todas las naciones. 2. Te bendeciré” – la compensación por cualquier gozo terrenal que pudiera recibir. Y sólo la fe puede satisfacer de este modo.

B. ADEMÁS, DIOS LLAMÓ A ABRAM A UNA VIDA DE AMISTAD DIVINA (Génesis 12:3). ¡Sí! Santiago 2:23 nos dice: “Y se cumplió la Escritura que dice: “Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia”, y fue llamado amigo de Dios.” A este amigo suyo, Dios le prometió: “Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré” (Génesis 12:3). Lo que vemos es que ninguna nación ha podido nunca maltratar a los descendientes de Abram y sobrevivir o salirse con las suyas. Es que Dios le había entregado a Su amigo Su Plan: “Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” El Salvador que vino a través del linaje de Abram bendeciría a todas las familias en todas las naciones de la tierra. Somos, pues, los amigos de Dios, encargados de transmitir Su Plan, Su Salvación, Su Amor y Su Poder para TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA (Juan 15:14-15). En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.


Salmos 127: 1 “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.” ¡Si el Señor NO edifica la FAMILIA, en vano trabajan los que la edifican! Pensemos en esto: ¿Cuándo queremos construir un edificio en qué es lo que pensamos? Lógicamente en todos los detalles posibles (que pisos va tener, que materiales se va necesitar, que clases de cimientos se pondrán etc .) Es importante ese pensamiento porque de él dependerá la vida útil de esa construcción. De la misma manera pensamos cuando vamos formar un nuevo hogar. Ciertamente pensamos en la boda, en los invitados, en los muebles, donde vivir y otras cosas más, todo esto es importante. Sin embargo es más importante pensar dónde pondré los cimientos (PRINCIPIOS) de mi nuevo hogar, porque de eso dependerá el éxito de la nueva FAMILIA. Tomando en cuenta que el propósito de Dios es hasta que la muerte nos separe. Por eso quiero compartir algunos PRINCIPIOS BÁSICOS que como PADRE y ESPOSO debo tenerlos en cuenta para que sobre ellos edifique y alcance una Familia de ÉXITO.


1- EL AMOR Es en el hogar donde se siembra la semilla del AMOR, porque si damos AMOR recibiremos AMOR, como describe 1 Corintios 13:4-8,13 “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 2- LA FE Hebreos 11:1 -6 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Fe es confiar y esperar en ÉL. A los padres se nos ha dado la tarea de enseñar la FE a nuestros hijos. Pero ¿cómo lo enseñaremos? Solo con ejemplo y con una FE firme en el Señor. 3- EL PERDÓN Es muy importante enseñar a nuestros hijos a perdonar y perdonarse a ellos mismos. Cuando NO perdonamos crecerán las raíces de amargura y por ende afectarán a los más cercanos. El saber perdonar nos da salud física y espiritual. Mateo 6:14 dice: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;” 4 - LA ADORACIÓN Así como nuestros hijos aprenderán de la FE con el ejemplo también aprenderán acerca de la ADORACIÓN Y EL AMOR a las cosas de Dios. Una manera de ADORAR es amándole. Y por el contrario también pueden aprender el amor a un deporte, a los paseos, a la televisión, a la Internet, etc... Estas cosas NO son malas pero cuando toman el lugar de Dios, llegan a convertirse en malos hábitos. Hay tiempo para todo y el tiempo de Dios es muy importante, NO descuide él área espiritual de sus hijos. 5 - EL RESPETO Es ser atento y considerado. Hoy en día niños y jóvenes han perdido el respeto a las personas. Es necesario enseñar a nuestros hijos la importancia del respeto. Salmos 19:7 dice: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.” Se debe respetar las Leyes de Dios y la de los hombres. 6 - LA EDUCACIÓN La educación se da a los niños desde que nacen, NO se da en la escuela, sino ellos son el reflejo de educación que los padres les damos en casa. Deuteronomio 6:6-9 “Y estas

palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” ¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos? Debemos enseñarles lo que dice la PALABRA de DIOS. ¿Cómo anda nuestro matrimonio? ¿Cómo anda nuestro relacionamiento con nuestros hijos o los hijos con los padres? La FAMILIA es un proyecto de Dios. La FAMILIA existe para la GLORIA de DIOS. La FAMILIA es su mayor Patrimonio. Ninguna riqueza material tiene mayor valor que nuestra FAMILIA, porque si la perdemos estaremos perdiendo nuestro mayor patrimonio, porque nada se compara a nuestra FAMILIA. ESCUCHE : ¿Su casa es ser el mejor LUGAR del mundo para estar? ¿Su casa es un lugar de BENDICION o de MALDICION ? ¿Su casa es un lugar de ALEGRÍA o TRISTEZA? ¿Su casa es un lugar de PAZ o GUERRA ? ¿Su casa es un lugar de VIDA ABUNDANTE ? NO OLVIDE : Nuestra FAMILIA es nuestro mayor patrimonio. Amados hermanos y amigos, DIOS tiene prisa en empezar grandes MILAGROS en muchas casas cuyas familias se están desintegrándose, donde la relación entre cónyuges, padres/hijos están en permanentes conflictos. YO creo en MILAGROS, DIOS puede hacer lo sobrenatural en tu casa. La PALABRA de DIOS dice que si creemos podemos ver la GLORIA de DIOS. Todo es posible al que cree, por eso que como ESPOSO y PADRE de FAMILIA debemos tomar los PRINCIPIOS de Dios para que este su maravilloso proyecto, MI FAMILIA, sea realmente mi mayor TESORO aquí en la tierra y que YO pueda ver edificada en mi casa en una FAMILIA de Éxito. ¡Mi FAMILIA es mi CÉLULA principal! En este congreso la VISIÓN de FAMILIA será ampliada en nombre de Jesús. Por eso usted ESPOSO y PADRE tome en cuenta estos PRINCIPIOS BÁSICOS para su HOGAR. Pida la ayuda y dirección del ESPÍRITU SANTO de DIOS porque ÉL quiere que disfrutemos de una VIDA PLENA y que nuestro hogar sea un lugar donde exista una FAMILIA que verdaderamente GLORIFICA a Dios. Estamos seguros de que este es un tiempo de DIOS para nuestras vidas y FAMILIAS y la GLORIA de EL será derramada sobre nosotros. Shalom y Bendiciones


En este año de la familia tenemos el desafío de ganar a nuestras familias para el Reino de Dios y de ser transformados, en todas las áreas de nuestra vida. Sacando nuestras culturas y costumbres humanistas. Cuando evaluamos los principios de la familia tenemos que pensar en la importancia del orden ya que sin orden, lo que reina en una casa, es el caos y la oscuridad. En Génesis 1:2 la Palabra nos dice: Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Fue por medio de la intervención de Dios que la tierra pasó de ser desordenada a convertirse en un planeta ordenado, mostrándonos la importancia del orden y de las funciones de todo lo que existe. Es hermoso saber que dentro de ese orden establecido fuimos creados con un propósito divino para ser parte de su obra maestra llamada “Familia.” Cada integrante de la familia tiene un rol y cuenta con responsabilidades específicas. Dios no hace las cosas a la ligera ya que tiene todo planeado y pensado de manera exacta y perfecta. Construir y tener éxito con una familia fuera de los principios es andar permanentemente en riesgo. Vivimos tiempos peligrosos en que la esencia de la mujer como esposa y madre cada día se está perdiendo, por eso necesitamos volver al origen. Necesitamos recuperar la esencia de la mujer como esposa y madre dentro de nuestras casas para garantizar nuestras generaciones y para eso: La mujer debe saber que su responsabilidad es cuidar y administrar su hogar. Proverbios 14:14 La mujer sabia edifica su casa… La mujer recibe una unción especial de sabiduría de parte del Señor para la edificación de su familia. El problema es que muchas veces la ignorancia o la desobediencia a los principios llevan las casas a la ruina. Por eso como mujeres debemos saber edificar nuestros hogares sabiendo y teniendo presente algunas cosas que son fundamentales para ser exitosas con nuestra familia y matrimonio. 1.- DIOS DEBE ESTAR EN PRIMER LUGAR. Deuteronomio 6:5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Cuando damos a Dios el lugar que se merece, el mundo espiritual se mueve a nuestro favor, y es ahí cuando somos llevadas a la sanidad, libertad y restauración de nuestras vidas. Dios nos forja, nos enseña y nos da las armas para entrar en esta gran conquista. Lamentablemente, muchas veces en vez de recurrir al Señor dejamos que nuestros sentimientos y emociones se apoderen de nosotros dando lugar a la carne y otras actitudes desagradables poniendo en riesgo la paz de nuestra casa. En el Señor tenemos nuevas fuerzas y sabiduría para poder lidiar con la situación que se esté presentando sea de la magnitud que sea. Más vale una estrategia en el espíritu que un millón de pensamientos y expresiones sentimentales que nos expongan.


2.- SER EQUIPO CON EL ESPOSO Cuando nos casamos nos volvemos uno con nuestro esposo convirtiéndonos en un equipo poderoso. Nuestros maridos no son nuestra competencia ni nuestro peso, ellos son la bendición que Dios preparo para nosotros. Proverbios 18:22 El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová. Nuestra función en el equipo es respetarlos, darles su lugar, guardar nuestro rol en el matrimonio, acompañar sus proyectos y metas, cuidar los desafíos que Dios les entregue, ser compañera y ayuda dentro del equipo. 3.- GUARDAR NUESTRO TESTIMONIO Y EL DE NUESTROS ESPOSOS Proverbios 31:23 Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Como mujeres de Dios debemos tener mucho cuidado con los comentarios que salen de nuestra boca acerca de nuestros esposos, porque muchas veces los exponemos desagradando el corazón de Dios. Eso no quiere decir que si hay cosas inapropiadas que están sucediendo en ellos callaremos. Solo que tenemos que ser sabias para saber a quién buscar y compartir la situación para producir libertad y sanidad y no así vergüenza y murmuración. Proverbios 31:26 Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua. A veces nos preocupamos por lo que van a decir los de afuera cuidando nuestra imagen y comportamiento y nos olvidamos de que tenemos un llamado a ser testimonio dentro de nuestra casa, para que los de adentro tengan un buen concepto y buena opinión de nosotras.

Proverbios 31: Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba 4.- SERVIR AL REINO Cuando atendemos nuestro hogar estamos cumpliendo con el Servicio al Reino. Dios nos enseñó la importancia del servicio a través de Jesús que vino a servir y no ser servido. Por lo tanto debo gozarme cuando sirvo en mi casa, tomando en cuenta todos los detalles porque de mi casa saldrá el modelo de servicio para las futuras familias que se formen. No hay mayor bendición que saber que nuestros esposos e hijos ven a la misma mujer dentro y fuera de la casa. Los afanes de este siglo quieren robarnos la bendición en nuestras casas por eso, como mujeres, debemos retomar o desarrollar el rol que tenemos en el matrimonio de acuerdo a los principios de la Palabra. Dios es un Dios de orden y necesita que tomemos la postura correcta de sierva, esposa y madre. No nos olvidemos que contamos con la unción y las armas espirituales que no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. No tengamos miedo en este desafío aunque se nos declare la guerra, porque tenemos a Jehová de los Ejércitos de nuestro lado y no hay conquista sin guerra. Nuestro hogar nos necesita mujeres esforzadas y valientes pongamos las manos en la obra y luchemos por él, para lograr obtener la familia que Dios soñó para nosotras. Es el tiempo de declarar que nuestra familia será llamada ¡FAMILIA DE BENDICION!.


En este año donde el decreto apostólico enfatiza la restauración familiar, es muy importante establecer las bases de las relaciones entre padres e hijos, porque Malaquías ya nos profetizo que si anhelamos que nuestra tierra sea sanada, es menester que los hijos se vuelvan a los padres y viceversa.

¿Qué dice la Palabra sobre los principios que un hijo debe seguir en su afán de cooperar en la restitución del hogar? En este artículo veremos dos principios bíblicos fundamentales para este propósito. La HONRA y el TEMOR, son las dos actitudes que todo hijo debe subrayar en su relacionamiento con sus padres si desea el éxito y la aprobación de Dios en su vida y familia. La Palabra dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Éxodo 20:12 “Cada uno temerá a su madre y a su padre”. Levítico 19:3


A primera vista podríamos decir que estos dos versículos hablan de la misma cosa, pero una mirada más exhaustiva nos nutrirá de sabiduría en las relaciones familiares. Honra nos habla del termino hebreo Kabéd, que se refiere a toda actitud honorable, ilustre, insigne, jactarse, molestia, noble, renombrado; y el termino hebreo para temor es Yaré, y nos comunica las actitudes de asombro, atemorizar, espantoso, estupendo, formidable, maravilloso, miedo, reverencia. Además debemos observar cómo está construida la oración de cada versículo, esta apreciación nos dicta mucho de lo que Dios desea con respecto a las actitudes que son más naturales en los hijos. Es decir que a los hijos les es más dificil honrar al padre que a la madre, por este motivo Dios mando a través de Moisés que se Honre primero al Padre y después a la Madre. Todos sabemos que existe un cordón emocional perpetuo entre los hijos y la madre, esto es llamado “el apego” en psicología. Es más fácil y natural para los hijos crear una más extraordinaria admiración por la madre que por el padre. Esto es fácil de comprobar en nuestra sociedad, solo basta con recordar y comparar el día de la madre, con sus múltiples festejos, regalos, poesías y canciones, frente al raquítico día del padre. Dios al entender al hombre y su naturaleza ordena dar más honra al padre, porque la honra de la madre es más propicio en los hijos. Por esto recuerde: “Honra (con mas esfuerzo) a tu padre y (naturalmente) a tu madre”. Éxodo 20:12 Ahora en cuanto al Temor, la Palabra nos dice: “Cada uno temerá a su madre y a su padre” Levítico 19:3, es notorio que Dios dice a Moisés que en los hijos menos es el temor hacia la madre que hacia el padre.

Por esto se le ordena a cada hijo que tema más a su madre, porque naturalmente ese temor ya está en ellos con respecto a la relación con su padre. El hecho que el hijo o hija honre o ame más a su madre hacer que le tema menos. Y esto es bueno en cuanto la confianza, pero es pésimo en cuento el respeto. Muchas veces encontramos madres que no saben qué hacer ante hijos que pronto le faltan el respeto, esto se debe a la falta de temor. En el caso de los padres, es natural inspirar temor sano en los hijos, por su voz, fuerza y valentía. Dios desea que los hijos honren y teman, amen y respeten a sus padres. Si los hijos fallan en establecer estos dos principios, entonces ellos fallaran en amar y respetar a sus prójimos y a Dios.

¿Qué podemos hacer los padres en el establecimiento de estos dos principios? La respuesta la tenemos en los mismos versículos. Si para los hijos es natural honrar más a las madres, entonces son las madres que deben enseñar a los hijos a honrar al padre de familia. De la misma manera, si para los hijos es natural respetar o temer al padre, entonces es responsabilidad del padre hacer respetar a la madre en el hogar. Los padres no se equivocan si en vez de implantar estos principios en los hijos, les enseñamos a menospreciar a nuestro cónyuge. Los padres debemos entender que si no colaboramos en insertar estos conceptos de honrar y temer, nuestros hijos no podrán establecerse como hijos de éxito y que vivan largos años de bendición sobre la tierra.


Él es glorificado a través del bienestar de Sus hijos. Todo padre se siente satisfecho del éxito de su descendencia.

Hageo 1:7 nos recuerda: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. El profeta le habla a un pueblo que está pasando por una situación complicada. Les dice que Dios quiere que revisen sus acciones pasadas y presentes. Nuestra vida agitada nos impide detenernos y meditar sobre lo que hemos hecho. Es difícil tener un tiempo de paz para cerrar los ojos y ver nuestra vida en retrospectiva como en una película. Te invito a que lo hagas. Cierra tus ojos y evoca las imágenes de los eventos más importantes que te han sucedido: tu boda, el nacimiento de un hijo, el día que te contrataron, el día que fundaste tu empresa, el momento de este año cuando hiciste tus propósitos. Piense cómo ha sido tu camino hasta el día de hoy. Si te evaluaran, ¿Cuál sería el resultado?, ¿cómo definirías tus caminos hasta este momento?, ¿la balanza se inclinaría hacia una vida exitosa con algunos fracasos, una vida fracasada con algunos éxitos o término medio?


ECHAR EN SACO ROTO Hageo 1:5-6 versión de la Biblia al Día lo dice de esta forma: Así dice ahora el Señor todo poderoso: Reflexionar sobre vuestro proceder, sembráis mucho y recogéis poco, coméis pero no quedáis satisfechos, bebéis pero no a saciaros, os vestís pero no lográs abrigaros, y al jornalero se le va su salario como en un saco roto. Muchas personas sienten que trabajan más y su salario alcanza para menos, también sienten que se esfuerzan pero no prosperan y no obtienen los resultados esperados según el empeño que ha puesto. Algunos le han hablado a Dios y piensas que no les responde, pero realmente no es así, nuestro Señor es bueno y quiere bendecirnos. La cuestión es comprender que hay diferencia entre “esforzarse y no alcanzar” y “esforzarse, alcanzar y no tener”. Hay personas que reciben bendición y provisión pero al final parece que la guardaron en saco roto y no tienen nada. Quizá dicen: “Dios me dio un novio y pero cuando nos casamos me di cuenta que no era lo que buscaba”, o bien: “Dios me dio una empresa, la trabajé y al tiempo no era lo que yo esperaba”. Estas personas buscan pero no encuentran, siembran y no cosechan suficiente, trabajan y no producen lo que esperan.

REEDIFICACIÓN QUE GLORIFICA AL PADRE Hageo 1:8 continúa: Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Subir al monte significa ponernos ante la presencia de Dios, llevando la madera que nos servirá de holocausto para reedificar nuestra casa. La Biblia nos habla de reconstruir porque hay algo destruido. Reedificamos la casa cuando es necesario, tal vez tiene desperfectos o está a punto de caerse. Debemos detenernos y reedificarnos porque somos templo del Espíritu Santo. Cuando llegas delante de Dios, debes buscar Sus bendiciones y además cumplir Su voluntad. Él es glorificado a través del bienestar de Sus hijos. Todo padre se siente satisfecho del éxito de su

descendencia. Glorifican a Dios quienes viven en abundancia. La Biblia nos dice que Jesús bajó a la tierra a empobrecerse para que nosotros fuéramos ricos. Yo trabajé en una multinacional. Estaba convencido que Dios me había puesto allí con un propósito específico y no por casualidad. Entonces le pedí que me enseñara lo que debía hacer. Con el tiempo, me asignaron la tarea de impartir los valores de esa compañía, luego me certificaron para Latinoamérica. En ese momento comprendí la misión que el Señor me tenía reservada. Cada vez que iniciaba una plática, decía un versículo de la Biblia sin mencionar la cita y la gente se interesaba. Luego se acercaban a preguntarme y me di cuenta que esto glorificaba a Dios. Él se mueve en toda nuestra vida, no lo apartes de nada, entrégale tu existencia sin reservas.

TRES PASOS PARA REEDIFICAR Para reedificar tu casa e ir delante de Dios a recibir provisión que sobreabunde, debes seguir tres pasos, pero antes, comprende que sobreabundancia no significa tener una cuenta bancaria de ocho dígitos o un límite de crédito más amplio, sino que se refiere a manejar adecuadamente lo que tienes. El primer paso para reedificar es creer que Dios te habla de forma individual. La fe es la llave que te conduce a una buena relación con tu Padre. La Biblia dice que el que creyere y fuere bautizado será salvo. Convéncete, la fe te da la salvación y va más allá. Marcos 9:23 nos recuerda: Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. La Palabra dice que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Cree en lo que tienes para poder multiplicarlo. Conoce tus talentos y posibilidades para multiplicarlos. Piensa en todo lo que tienes y verás que es más de lo que imaginabas. Sólo tienes que descubrir lo que te pertenece para hacerlo crecer. Quien no se cree templo del Espíritu Santo difícilmente podrá reedificarse delante de Su presencia. Quien duda que el Espíritu Santo habita en su interior, no podrá ir delante de Dios y pedirle que lo reedifique.


Quien se cree pecador o se menosprecia, o el que se cree demasiado para pedirle al Espíritu Santo que camine con él, no podrá reedificar su casa. Eres lo que crees, así que piensa bien sobre ti para lograr cosas grandes en el Señor. El segundo paso es invertir. La Biblia lo llama sembrar. Ninguna casa, templo o edificio se reedifica sin una inversión y para hacerla debemos tener capital, con las bolsas vacías es imposible. Quien da es más bienaventurado que quien recibe, porque dar es sinónimo de tener recursos para compartir. Debemos invertir en nosotros en tres aspectos. Invierte físicamente en tu bienestar e intelecto. Compra buenos libros, disfruta de buenas películas, adquiere sabiduría. Cuida tu cuerpo para vivir mucho tiempo y aprovecharlo adorando a Dios y compartiendo con tu familia. Aliméntate sanamente y ejercítate para sentirte bien y estar a gusto con tu imagen. Invierte en tu alma. Encuentra contentamiento con lo que tiene y con lo que no tiene. La Biblia dice que el gozo del Señor es nuestra fortaleza y eso sí lo podemos tener.

También debes invertir en tu espíritu. En la Iglesia puedes recibir mucho pero hay alimento que solamente encuentras en tu relación directa con Dios. Como en la parábola de las diez vírgenes. Cinco tenían suficiente aceite y cinco no. Las sensatas aconsejaron a las necias que fueran a comprar más. El aceite es la unción que debes buscar y encontrar, tanto en la Iglesia como en el “monte alto” que se encuentra en la soledad de tu habitación y que te servirá para encender la lámpara que iluminará tu vida. Tu inversión espiritual requiere de mucha oración en intimidad. El tercer paso para reedificar es obedecer. Después de creer e invertir, ve con el experto para recibir instrucciones y obedécelas. Recuerde que inteligencia e integridad no es lo mismo que la obediencia. Mantenerte alejado de la tentación del pecado es inteligencia e integridad. Cuidarte de no hacer negocios ilícitos o consumir alcohol y drogas es cuidarte y ser sensato. Obediencia a Dios es dar tu diezmo aunque tenga un presupuesto limitado o ser como Abraham que estuvo dispuesto a sacrificar lo que más amaba por amor a Dios. Obedecer es detener aquel proyecto en el que estás trabajando porque Dios te dice que no conviene, o al contrario, arriesgarte a emprender aquello Dios te motiva a hacer aunque humanamente parezca imposible lograr. Cuando obedecemos se reedifica nuestra casa. Hageo nos instruye para recibir bendición. Nos dice que subamos al monte, o sea que creamos; luego dice que traigamos madera, esto se traduce en el mandato de invertir y finalmente pide que reconstruyamos la casa, lo que significa que obedezcamos. Si cumplimos con este proceso, Dios promete que nos verá con agrado y manifestará Su gloria. Las instrucciones son claras. Es evidente que el Señor desea manifestarse con poder y gloria en tu vida. Así que empieza a caminar en obediencia, viendo únicamente hacia Dios. De esa forma evitarás que tu provisión caiga en saco roto y serás testigo de la sobreabundancia que podrás compartir con otros. Créele a Dios y entrégale tu vida, reconcíliate con Él y decláralo como tu único Señor y proveedor.

Fuente: http://avanzapormas.com/Palabras-de-aliento-2010/provision-para-tu-vision-dionny-baez.html



’ Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.’’. Éxodo 20:12

La honra es un principio que no debe ser descuidado. Y ese principio debe ser establecido dentro de su casa, en base al mandamiento bíblico con promesa. Sabemos que en todo instante Dios está haciendo algo nuevo, porque Él no para nunca y muchas familias no han conocido las novedades de Dios, debido a que no están cumpliendo los principios de la honra. Dios quiere establecer un antes y un después en su vida, en su casa. Dios quiere curar el relacionamiento entre padres e hijos, hijos y padres. En el Año de la Familia, esa bendición alcanzará su hogar, si usted así lo cree. Sepa que los cambios que Dios ya hizo en su vida y en su casa, aún no son nada, comparadas a lo que Él hará.

Cosas Nuevas que vienen de parte de Dios En Apocalipsis 21:5, el Señor dice: “He aquí yo hago nuevas todas las cosas”. Entonces, crea que Dios hará algo nuevo dentro de su casa. Crea que el problema que ha robado su alegría y causado perturbación en su hogar, no afligirá más su corazón, porque Dios entrará en esa historia y hará un milagro en su familia. ¿Cómo podemos hablar de familias sin honra? Cómo podemos buscar cambios en las familias con tantos problemas, si no implantamos antes el principio de la honra? Pero Dios enviará el mensajero de la alianza para que su casa sea el lugar más seguro que usted conoce, y su familia vivirá con la confianza de que tiene un hogar que es un pedacito de Cielo, demostrando paz y seguridad donde todos se aman y se respetan como debe ser en una familia.


¿Quién promueve la guerra en su casa? ¿Quién es el que perturba más? El marido, la esposa o los hijos? Independiente de quien sea, lo importante es decidir cambiar, creer en las cosas nuevas que Dios hará. No conocemos la realidad en la cual muchas familias se encuentran, aun estando en la Iglesia y aparentemente congregándose de forma saludable. Con todo eso, por la boca de Dios como profeta, quiero decirle que Dios cambiará esa situación. Dios va a cambiar el estado de su casa. ¿Usted sabe porque? Porque muchas familias que hacen parte del Reino de Dios son infelices y no viven la vida en abundancia, y el Señor quiere mudar ese historial. Muchos hogares no están viviendo las novedades de Dios porque los padres son líderes de otros, pero no son líderes de su propia familia. Aún están insistiendo en no romper con la alianza, tan solo por Jesús. Y por ese motivo, Jesús entrará y mudará el historial de esos hogares para que la vida en abundancia sea verdadera en las familias. El testimonio es lo más importante en la vida de un líder de éxito. Puede predicar bien en cualquier lugar, pero lo más importante es ser aplaudido en la casa, por aquellos que lo conocen de cerca, recibiendo la honra y viviendo ese principio poderoso. La tristeza con la cual usted es recibido en su casa, por el cónyuge e hijos, será cambiada por la alegría

y las preguntas, los reclamos y el descrédito serán cambiados por certezas, verdades y credibilidad. La respuesta de Dios en la vida en usted transformará todo el contexto de su hogar.

La visión de Honra es volcada hacia la Familia Cuando pienso en la visión de honra, no tengo como no recordar la deshonra que entró en la familia de Elí. Una familia que fue ungida para ejercer el sacerdocio y recibió las promesas del Eterno, pero tuvo una historia con un final triste, por no vivir la honra entre padre e hijos, como la Palabra lo ordena. En I Samuel 2:30 está escrito: “Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mi perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.” Un temor invade mi corazón, porque entiendo que podemos vivir las promesas de Dios o perderlas. Está en nuestras manos la decisión! La familia de Elí recibió la promesa de que él y su casa estarían delante de la presencia de Dios constantemente, pero no vivieron la promesa. Podemos finalizar que un sacerdote no restaura la geografía de la casa de los otros, si la geografía de su casa está con problemas.


“nuestra casa no quedará debajo de la vergüenza si honramos a Dios, la promesa nos acompañará”. “el testimonio es lo más importante en la vida de un líder de éxito. Podemos ministrar bien y en cualquier lugar, pero lo más importante es ser aplaudido en nuestra casa”. Por causa de la deshonra, que significa quiebra de principios, la familia de Elí hizo el camino contrario a la de la honra y perdió la promesa. Y la lección es que necesitamos hacer una ruta diferente. Vamos por el de la familia! No podemos tener una familia mentirosa. Viviremos exactamente las promesas que Dios tiene para nuestras casas. En el Año de la Familia, vamos a vivir más y hablar menos. No somos lo que hablamos, sino lo que vivimos. La manera como vivimos define quienes somos, porque la mejor predicación no es la que hablamos sino la que vivimos.

Llamados para Vivir una Promesa Dios dijo que Elí y sus descendientes vivirían delante del Señor eternamente. El no vio la promesa cumpliéndose por causa de la deshonra. Pero nosotros, que estamos viviendo en este tiempo, veremos la promesa siendo cumplida en nuestras vidas y en la vida de nuestros hijos. Tendremos una familia que camina en los principios y es feliz. Dios estaba hablando con un sacerdote - Cohen – y Dios no cumplió la promesa, porqué Él no tiene la obligación de cumplir su promesa en territorio de deshonra. ¿Cuando usted deshonra a Dios, qué hizo la promesa? Deja de ver el cumplimiento de la promesa, no solamente en su vida, sino también en la vida de sus descendientes. Cuando entra la deshonra, se pierde el derecho de la promesa. Su familia será una de las mejores familias en el territorio de la esperanza. Si usted quiere ver a las Naciones sumergidas en el principio de la Familia, necesita entender que comienza en usted, en su casamiento, en su casa. Vuelva a soñar

con la promesa de envejecer con su cónyuge, porque los hijos merecen vivir en ese ambiente saludable, para cuando crezcan formen familias ajustadas. Si queremos que la Palabra del Eterno se cumpla, tenemos que cumplir por nuestra parte la llamada que Dios nos dio. Nuestra casa no quedará debajo de la vergüenza. Si honramos a Dios, la promesa nos acompañará. Y sea cual fuere el problema de su casa, habrá solución. Sus hijos son herencia sacerdotal, y no se perderán. Desee una familia restaurada y vea su casa convirtiéndose en una luz del Evangelio de la gloria de Cristo. Usted no tendrá hijos como Hofni y Fineas, cuyos nombres representan confusión y luchas. Rechace ese síndrome de contienda dentro de su casa, y no deje que las luchas entren e invadan su hogar. Hoy, entrará un nivel de honra divina en su casa para prosperar su generación. Usted es el líder levantado por Dios para mudar el histórico de su generación y de sus descendientes para hacer que sucedan los cambios. Dios quiere usar su vida como agente de contribución para todos puedan ver a las Naciones zambullidas en el principio de la Familia.

Ap. René Terranova.



El profeta Ezequiel escribió: “No han hecho frente ni han construido muros alrededor de Israel, para que resista el ataque en el día de Yahveh”. (Ezequiel 13,5) Un muro en tiempos bíblicos era una barrera especial o un vallado situado alrededor de los viñedos. Dependiendo de su diseño, estaba situado para evitar que insectos, roedores, ladrones o aves entrasen y robasen la cosecha. Espiritualmente un vallado es un muro de protección de Dios prometido a todos aquellos que creen en El, caminan con El y confían en El. Como cristianos debemos construir muros de protección para nuestra familia, ciudad y nación a través de la oración. Dios nos dio hijos y los puso sobre nuestra responsabilidad y autoridad espiritual, por eso debemos construir muros de protección por nuestros hijos, la Biblia nos dice: “Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos…” Lamentaciones 2:19 Estamos viviendo el año de familia, Dios nos está diciendo “Levántate” para que tengamos muros de protección alrededor de nuestra familia; ¿y cómo levantaremos esos muros de protección? A través de la oración la biblia nos dice: “Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica por todos los santos” Efesios 6:18. Tenemos que orar por nuestra familia en todo tiempo, tenemos que cuidar de nuestra familia, y no hay una mejor manera de cuidar a nuestra familia, que cubriéndolos en oración.


La biblia nos habla de un hombre llamado Job, Job santificaba a su familia, porque él decía: quizá mis hijos han pecado o blasfemado contra Dios. E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificaba, y levantaba se de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Job 1:4-5 Es tan hermoso ver la preocupación de Job por el estado espiritual de sus hijos, “él decía quizá habrán pecado”, y de esta manera hacía todos los días, así tenemos que hacer con nuestra familia, ese muro de protección tiene que ser cuidado a diario. Quiero destacar algunas cosas que Job hacía por su familia, para que podemos tomar como ejemplo para nosotros. 1. Tenía un santo celo de que se conservasen puros y sin manchas en medio de todas sus fiestas. Así debemos comportarnos nosotros, cuidando de nuestros hijos, teniendo cuidado de que ellos permanezcan puros y sin manchas, guardando la fe de nuestra familia. 2. Vemos que Job ejercía funciones sacerdotales en su familia, pues: Tan pronto como pasaban los días de banquete, los mandaba llamar para purificarlos. Les hacía examinar la conciencia y arrepentirse de cuanto hubiesen hecho digno de reprensión. Así conservaba su autoridad sobre ellos para bien, y ellos se sometían de buena gana, a pesar de que ya habían formado su propia familia, y a su altar venían sus hijos, los cuales apreciaban el participar de sus oraciones más que el participar de su hacienda. Es cierto que los padres no puedan dar a sus hijos la gracia ni la salvación (es Dios quien santifica), pero deben fomentar su santificación con oportunos consejos, admoniciones y plegarias. Ofrecía sacrificios por ellos. Job tenía, como

Abraham, un altar para su familia. En tales ocasiones extraordinarias, ofrecía mayor número de sacrificios que de ordinario, conforme al número de todos ellos. “Por este niño oraba, dijo Ana a Elí (I Samuel 1:27). Así también Job oraba por cada hijo en particular, ya que las plegarias, lo mismo que las exhortaciones, han de acomodarse al temperamento y a la condición de cada hijo. Se levantaba de mañana, y madrugaba para ello como quien tiene puesto el corazón en la obra. Así como Job se levantaba en la mañana a orar y hacer sacrificios por sus hijos, así nosotros también tenemos que hacer por nuestra familia, tenemos que establecer una disciplina de oración por nuestra familia, si nosotros no oramos por nuestra familia, no espere que otro lo hará, la responsabilidad de orar por mi familia corresponde a mí, yo tengo que levantar ese muro. 3. De esta manera hacía cada vez. Era perseverante en sus funciones sacerdotales. Los actos de fe y arrepentimiento han de renovarse con mucha frecuencia, puesto que con mucha frecuencia renovamos nuestras transgresiones. Que podamos aprender con Job, que cuidaba de su familia, levantando un muro de protección, que podamos ser perseverantes en oración por nuestra familia, orando todos los días por nuestra familia, orando juntos como familia en nuestra casa, que podamos tener el hábito de orar juntos en familia en nuestras casas. Que venga un tiempo nuevo sobre nuestras familias, que la oración sea un reto de cada uno de nosotros.


“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer ,y serán una sola carne” Génesis 2:24. “…pero yo y mi casa serviremos a Jehová” Josué 24:15 La Palabra de Dios establece que los varones tenemos la gran responsabilidad de guiar nuestra “casa” bajo principios divinos con la finalidad de afianzar a sus integrantes en los caminos del Señor. Nuestro Padre entregó la responsabilidad a los varones de ser los sacerdotes que orienten bajo sus principios a ese pequeño grupo social y por ende hay un importante compromiso de parte de los varones en ser los ejecutores de este plan. El lugar para desarrollar ésta “misión” es el hogar, centro de protección de una familia. Ésta se origina dentro de los planes divinos porque debemos establecer que tiene un origen divino escapándose de lo común y pasando a lo sublime. En el capítulo 1 de Génesis encontramos a Dios creando al hombre y a la mujer, estableciendo el matrimonio como un ordenamiento santo. Aquí percibimos que antes que la sociedad, Iglesia, estado, escuela o cualquier otro grupo social lo primero que se estableció fue el matrimonio inclusive, dándoles responsabilidades dentro de la misma creación Génesis.1:28. Queda claro que antes que la sociedad se estableció la familia y el matrimonio, bajo la jefatura del varón. De ésta forma se originó la sociedad.

CARACTERISTICAS DEL JEFE DE FAMILIA Debemos salir del hogar paterno para establecer nuestro propio rol de sacerdotes y cabezas del hogar. Pero observemos que dice “dejará” a sus padres ,bajo ningún concepto debemos tomarlo como abandono .El lugar de los padres ,ahora le corresponde a los hijos, es decir que existe una responsabilidad en el cuidado de éstos ,pero sin olvidar a los padres ,que pasarían a otro plano . Salmo 24:16 dice: ”En lugar de tus padres serán tus hijos. A quienes harás príncipes en toda la tierra” . Después de Dios, tenemos a nuestra esposa, luego nuestros hijos . Observemos que “casarse” tiene la misma raíz etimológica que “casa”. Al casarse vivimos como familia en la misma casa. Reconocemos a una familia porque viven bajo el mismo techo, reconocen una autoridad y se rigen por reglas. Por eso como varones tenemos una gran responsabilidad y un gran compromiso delante de Dios, de la familia y de la misma sociedad que constituimos, no de considerarnos unos reyezuelos sino el de ser los que guíen a buen término el proyecto familiar . Si queremos levantar una familia bien constituida con buenos fundamentos y valores debemos partir de la siguiente premisa : SI ERES UN BUEN ESPOSO, SERAS UN BUEN PADRE ,Y SI ERES UN BUEN PADRE ES PORQUE ERES UN BUEN ESPOSO Y SI ERES UN BUEN PADRE Y ESPOSO TENDRÁS UNA HERMOSA FAMILIA


Hemos encontrado éstos principios que creemos son fundamentales para el establecimiento de una familia equilibrada:

ASUMAMOS LA RESPONSABILIDAD DE SACERDOTES EN EL HOGAR. El sacerdote en el pueblo de Dios era el responsable de guiar al pueblo ante la presencia divina siendo el conector ante Dios. Pero hay algo más, la responsabilidad de ser el guía político dentro de ese grupo. En Gén.14:18 encontramos a Melquisedec, a quien Abram le entregó el diezmo de todo . Este varón no solo era el Rey de Salem (Jerusalén) ,sino que también era el sacerdote , combinando tanto el poder político como espiritual. Observemos también el caso de Abram, quien asume la conducción de su casa y tiene sobre sus hombros la enorme responsabilidad de no solo ser el jefe de familia sino también ser el guía que oriente la obediencia al Señor. Los varones al ser jefes del hogar asumimos la responsabilidad de llevar adelante la familia tanto en el aspecto espiritual como administrativo .Tenemos la gran responsabilidad de afianzar las familias para que puedan expresar lo dicho por Josué: “…pero yo y mi casa serviremos a Jehová” Josué 24:15. Aplicando a la vida diaria contemporánea como sacerdotes enseñemos la importancia del devocional diario en el hogar ,la fortaleza de la oración ,la asistencia a las reuniones. Hebreos 10:25 “no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre…” Debemos interesarnos por la salvación y el crecimiento espiritual de cada uno de los integrantes de nuestra familia .

SEAMOS GENUINOS, VERACES, NO DEJANDO DUDAS EN LAS ACCIONES, NO SEAMOS AMBIVALENTES. Tenemos que ser “originales” , no pretendamos ser fotocopias de otras personas .Está establecido que no existen dos personas iguales ya que cuando Dios nos creó rompió el molde para que no haya otra copia. Una persona debe pasar por el mundo siendo “exclusivo”, dejando su marca como persona. Esta actitud debe ser expuesta dentro del hogar para establecer una identidad que marque su caminar siendo determinante esto en la relación con la esposa y los hijos, creando un cimiento firme de relación, de formación y de afinidad. Por eso es que tenemos que aprender a tener una buena comunicación, y debemos ser claros y no ambiguos. ”Pero sea vuestro hablar si ,si ; no ,no ,porque lo que es mas de esto, de mal procede.” Mateo 5:37. Hablemos en la familia de proyectos, planes, necesidades, problemas y sueños. Digamos lo que esperamos de cada uno. Las preguntas y las respuestas deben ser claras y no superficiales . A través de la historia del hombre la transmisión de los valores familiares se lo hizo del jefe de familia a sus descendientes, de padres a hijos.

ENCONTREMOS LO POSITIVO EN TODA ACCIÓN. A veces es más fácil encontrar lo negativo que lo positivo en las acciones de nuestras esposas e hijos y criticarlos por eso. Lo mejor es hablar y actuar con afirmación y estímulo. Se aprende con la experiencia basada en el éxito y error. Genere ánimo y no maltrato .Cuando Jesús visitó la casa de

Simón el Fariseo (Lucas 7:36-50) una mujer se acercó enjugando perfumando y besando los pies del maestro. Hay una crítica para ambos pero Jesús encontró lo positivo de la acción de esa mujer. Si Jesús alabó la acción de una mujer que era pecadora, pues mayor razón hay para hacerlo en el ámbito familiar. Según estudios modernos de ésta manera originamos hijos que serán ciudadanos felices, estables, desenvueltos, positivos y muy constructivos; en lo espiritual, amantes y obedientes a Dios.

AMEMOS A NUESTRAS ESPOSAS. En forma natural este sentimiento fluirá a sus vástagos. Efesios 5:25 dice: ,”maridos amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia”. Al amar a nuestras esposas hacemos que ese amor se irradie al resto del grupo familiar. Cuando dice que Cristo amó a la Iglesia está indicando que Cristo ama con el mismo amor a todos los integrantes de la misma. Pero hay que destacar que amar no es solo expresarlo en forma verbal que esto también en bueno .Recordemos que la mejor manera de la expresión del amor es la entrega. De que manera puedo demostrar amor. • Hágalos sentir que ellos valen mucho y son importantes Recuerden Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo que HA DADO a su hijo unigénito para que todo aquel que en El crea no se pierda mas tenga vida eterna. El mejor ejemplo de amor lo dio Dios dando a su propio hijo. Entreguémonos por nuestra familia .Realicemos actividades con ellos, planifiquemos con anticipación un viaje una excursión o una reunión. Interesémonos en sus cosas. Viajemos juntos ,que sientan que su compañía es extremadamente preciosa • Sepamos disciplinar a nuestros hijos de manera apropiada. Debemos entender que disciplina y amor no son opuestos. Hebreos 12:5-8. La disciplina no es tormento, no siempre es castigo pero puede aplicárselo ya que tiene el propósito de corregir. Seamos justo al impartir disciplina. • Acompañemos a nuestros seres queridos en los momentos importantes. Hagámosles sentir que nos sentimos orgullosos con sus logros. Sorprendamos con regalos sorpresa. • Tratemos a nuestras esposas e hijos con mucho respeto .Recuerde que su esposa comparte la responsabilidad del cuidado de sus hijos y éstos son el reflejo de su sacerdocio Mantenga siempre hasta en los peores momentos una relación de amor. • Gánese el respeto en el hogar. Recuerde que el respeto se lo gana no se lo impone ,por eso…gáneselo . Por todo lo indicado la obligación de ser buenos esposos y padres no solo es un compromiso sino es una obligación espiritual del cual cada uno dará cuentas a Dios, ya que fue El quien nos entregó ésta misión. Que Nuestro Padre Dios Todopoderoso nos bendiga y nos ayude a ser mejores esposos y padres... ¡Amén¡


“¿En qué me equivoqué?” Esta pregunta es muy común escuchar. La verdad es que no es fácil ser un buen padre; sin embargo, existen principios básicos de gran utilidad. Muchos hombres han hallado que los sabios consejos de la Biblia los han beneficiado enormemente tanto a ellos como a sus familias. Examinemos algunos consejos.

1. SAQUE TIEMPO PARA SU FAMILIA ¿Cómo les demuestra a sus hijos que son importantes para usted? Seguramente ya hace mucho por ellos a fin de que tengan comida y techo. No haría esos sacrificios si sus hijos no le importaran. Aun así, si no les dedica suficiente tiempo, pueden pensar que usted se preocupa más por otras cosas como el trabajo, los amigos o sus aficiones que por ellos. Principio bíblico: En tiempos bíblicos, los hombres participaban activamente en la educación de sus hijos. Dios los animaba a dedicarles tiempo con regularidad, como lo demuestra el pasaje de Deuteronomio 6:6, 7: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes”.

2. LOS BUENOS PADRES SABEN COMUNICARSE Escuche con calma y no critique. Saber comunicarse con los hijos implica saber escucharlos y aprender a no reaccionar de manera exagerada ante lo que dicen.


4. AME Y RESPETE A SU ESPOSA La forma de tratar un hombre a su esposa tendrá un gran impacto en sus hijos. Una de las mejores cosas que un padre puede hacer por sus hijos es respetar a su esposa. Los padres que se respetan y lo demuestran ante sus hijos les brindan un buen ambiente donde crecer. Si sus hijos temen que usted pierda la paciencia y los critique con severidad, no se sentirán con la libertad de expresar lo que piensan y lo que sienten. Pero si los escucha calmado, les demostrará que se interesa de corazón por ellos y será más probable que se abran con usted. Principio bíblico: Los sabios y prácticos consejos de la Biblia han demostrado ser útiles en diversos campos de la vida diaria. Por ejemplo, Santiago 1:19 dice: “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira”. Cuando los padres aplican este principio, la comunicación con sus hijos mejora.

3. DISCIPLINE A SUS HIJOS CON AMOR Y ELÓGIELOS Cuando discipline a sus hijos debe hacerlo porque los ama y quiere que les vaya bien en la vida, no porque se siente decepcionado o enojado. Disciplinar abarca aconsejar, corregir, educar y castigar cuando sea necesario. Ahora bien, la disciplina surte un mejor efecto cuando el padre tiene la costumbre de elogiar a sus hijos. Un antiguo proverbio dice que “las palabras dichas a su tiempo” son como “manzanas de oro con adornos de plata” (Proverbios 25:11). Los elogios enriquecen el carácter del niño, pues hacen que se sienta importante y valorado. Si busca oportunidades para elogiar a sus hijos, los ayudará a elevar su autoestima y les dará un incentivo para que no dejen de hacer lo que es correcto. Principio bíblico: “Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen” (Colosenses 3:21).

Principio bíblico: “Esposos, continúen amando a sus esposas, que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo” (Efesios 5:25, 33).

5. ENSÉÑELES CON EL EJEMPLO A AMAR A DIOS Los padres que aman sinceramente a Dios pueden dejar a sus hijos un preciosísimo ejemplo de una relación íntima con su Padre celestial. Principio bíblico: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital. Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón” (Deuteronomio 6:5, 6). Es obvio que ser padre va más allá de los cinco puntos aquí tratados y que por más que uno se esfuerce es imposible ser un padre perfecto. No obstante, si aplica estos principios con amor y equilibrio, seguro que podrá ser un buen padre.


Estamos en el año de la Reforma de la Familia y este tiempo será algo nuevo para nuestra Iglesia y nuestra nación. En toda reforma se producen cambios drásticos y por eso debemos estar preparados para enfrentar, todo tipo de situaciones que ya se encontraban asumidas dentro de la familia o situaciones escondidas o pasadas por alto, que debilitaban nuestras finanzas en el seno familiar. Los principios bíblicos financieros en el matrimonio son muy importantes para mantener la salud de las finanzas en la familia, ya que, muchas veces dentro de los caminos del Señor, los ignoramos trayendo inestabilidad e inseguridad en nuestras casas. Lamentablemente, los problemas financieros son una de las razones más comunes de divorcio en la actualidad. Hablar de administración del dinero es hablar de nuestra vida espiritual. Existen demonios específicos que actúan en las finanzas y buscan robar el gozo en los hogares. El dinero no lo es todo pero ayuda a solucionar muchos problemas. Grandes guerras se desatan en las familias por dificultades financieras. La ignorancia o desobediencia a los principios financieros bíblicos en el matrimonio generan: desorden, caos y pobreza. No sé en qué nivel se encuentran sus finanzas, solo sé que el Señor desea que tengamos finanzas saludables. Que tengamos lo necesario y que nos dé para prestar y no para pedir prestado. 2 Corintios 9: 8 – 11 nos dice que Dios es nuestra provisión, pero la desobediencia a los principios pueden anular la lluvia de Dios a nuestras vidas. Una de las causas más común de la pobreza es la idolatría al dinero. I Timoteo 6:10 10 dice: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” ¿Cuándo el dinero es mi ídolo? Cuando me saca del propósito de Dios y el dinero se vuelve mi señor. Cuando el dinero es motivo de problemas permanentes en el hogar es señal de idolatría El dinero llega a ser mi señor cuando soy envidioso, no me alegro de las victorias de los demás, cuando le doy mal uso para ejercer poder sobre los demás, cuando me gobierna, cuando no me controlo con mis gastos, cuando soy tacaño, mezquino y desobedezco el principio del diezmo y la ofrenda. Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” El dinero tiene que ser mi siervo y no mi señor. Él está como un canal de bendición para mi familia y no para que gobierne.


Marcos 3:25 “Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.” Muchas peleas se dan en el matrimonio porque uno quiere diezmar y ofrendar pero el otro no. La falta de comunicación es señal de división en el alma. La falta de intimidad es una señal de separación. La falta de unidad en la administración de las finanzas impide la prosperidad de la casa. No hay bendición si las finanzas están separadas u ocultas en el matrimonio. Hoy en día es común en algunos matrimonios que administren sus finanzas por separado, eso va en contra del principio de la unidad. Casarse con bienes separados va contra el principio de la unidad y eso no genera prosperidad porque en el matrimonio el Señor dejó establecido que serán una sola carne. Proverbios 10:4 “La mano negligente empobrece; Más la mano de los diligentes enriquece.” La negligencia en las finanzas es otro factor que atrae la pobreza. Dios no bendice cuando hay pereza y flojera. 1 Timoteo 5: 7 - 8 “Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles; si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” Ser negligente es no compartir las decisiones económicas a mi esposa porque muchas veces como hombres no vemos lo que ellas puedan percibir. Ellas no necesitan ser estudiadas o capacitadas en el área de finanzas para recibir de Dios las alertas pertinentes, por esta razón todas nuestras decisiones financieras deben ser consultadas. La falta de transparencia y verdad en las finanzas es negligencia. Muchas veces hay en el matrimonio dinero o bienes escondidos, que mi esposo (a) no sabe por diferentes razones. El diablo trabaja en la oscuridad y es el padre de la mentira, esto trae deshonra en el matrimonio.

Ser negligente es cuando no disfruto de lo que gano. La vanidad no es solamente el mostrar lo que no soy sino también no usufructuar del fruto de mi trabajo. Ser negligente es no tener ahorro programado en mis finanzas. Cuando Dios le habló a Faraón a través de sus sueños, José le dijo que él debería prepararse para siete años de bonanzas y siete años de escasez mostrando este principio. Proverbios 11: 15 “Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; Mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.” Ser negligente es contraer deudas esclavizadas. Proverbios 22: 7 “El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta.” Ser negligente es no tener un orden en sus finanzas, no establecer prioridades del uso y el gasto de los ingresos de la familia. Ser negligente es no consultar al Señor en las inversiones que quiero hacer. Ser negligente es no ser equitativo y equilibrado con la familia, creando celos y contiendas. Proverbios 11: 1 “El peso falso es abominación a Jehová; Mas la pesa cabal le agrada.” Ser negligente es agarrar un dinero mal habido ya sea por robo, engaño, malos trabajos, o que viene maldito. Dios quiere que las finanzas de nuestras casas estén en orden y saneadas para vivir reposadamente y cumplir los principios de Dios. ¡¡¡Bienvenidos a este Año de la Reforma en nuestras finanzas!!!


¿Será mi familia saludable o no en sus relaciones interpersonales? Te comparto esta herramienta que adapté del Coaching y que puede ser muy útil para evaluar el estado actual de tu familia. Notarás que cada competencia está respaldada con principios bíblicos, y las diez áreas seleccionadas contemplan las siguientes relaciones: • Relación con Dios • Relación entre esposos • Relación de padres a hijos • Relación de hijos a padres • Relación entre todos los integrantes de la familia En cada una de las competencias debes evaluar tu familia con una nota del 0 al 10, siendo 0 la nota mínima y 10 la nota máxima. Tu evaluación debe ser honesta y justa, que refleje tu situación actual en cada una de las relaciones.


Nota: Para tener el promedio total debes sumar todas las áreas y luego dividir entre 10.

4. PASEMOS A LA ACCIÓN Escribe 3 acciones que vas a realizar (en las siguientes 24 horas, 7 días y 30 días) para poner en práctica el área que has elegido desarrollar para mejorar las relaciones interpersonales en tu familia.

EVALUACIÓN

24 HORAS 1) ____________________________________________

PUNTO DE ELEVACIÓN

2) ____________________________________________

1. ELIGE UNA COMPETENCIA

3) ____________________________________________

¿En qué área de estas 10 competencias crees que colocarías más énfasis para mejorar el mayor número de áreas posibles? (Elije la más significativa en este momento actual.)

7 DÍAS

_______________________________________________

2. ¿QUÉ? ¿Qué te gustaría desenvolver en esa área escogida? (Describe lo más que puedas.) _______________________________________________ _______________________________________________

1) ____________________________________________ 2) ____________________________________________ 3) ____________________________________________ 30 DÍAS 1) ____________________________________________ 2) ____________________________________________ 3) ____________________________________________

3. ¿POR QUÉ? ¿Por qué esa área escogida es importante para ti? R 1. ____________________________________________ R 2. ____________________________________________ R 3. ____________________________________________

Si pones en práctica estas acciones durante un mes, será el inicio de algo grande en tus relaciones interpersonales al interior de tu familia. La clave para una transformación es crear hábitos saludables que demuestren nuestra nueva vida en Cristo Jesús.







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