Huauchinango el rumor del tiempo
Libertad Mora Coordinadora
Gobierno Municipal de Huauchinango
Primera edición, 2011
Para la publicación de este libro, se contó con el apoyo de la presidencia municipal de Huauchinango, periodo 2011-2014, a cargo del licenciado Omar Martínez Amador.
Coordinación general Ociel Mora Coordinación editorial Libertad Mora Revisión de textos Alejandro Badillo Oscar Ramos Diseño editorial Germán Montalvo César Susano Asistencia Angel Carrasco Las imágenes fotográficas en blanco y negro fueron proporcionadas por la señora Ernestina Olivares Cuevas y Daniel Olivares, hija y nieto de don Fausto Olivares Cordero, el ilustre fotógrafo de Huachinango hacia mediados del siglo pasado. La imagen de la Gran Vía la ofreció El Bigotes, uno de los actuales propietarios de la legendaria cantina. A ellos, gracias. En ambos casos, las gestiones fueron realizadas por el ingeniero Jesús Rodríguez Dávalos.
ISBN: © 2011 Perspectivas Interdisciplinarias en Red, A.C. Prolongación 12 Oriente 4610, Colonia La Providencia Puebla, Pue. C. P. 72340 pired.ac@gmail.com Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Impreso en México
Índice
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El poema de Tlaltecatzin
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Nota fúnebre
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Presentación Ayuntamiento Municipal de Huauchinango 2011-2014
OMAR MARTÍNEZ AMADOR 17
Introducción LIBERTAD MORA
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I. LA PROFANACIÓN DEL MITO
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Huauchinango prehispánico y colonial. Relatos de arqueólogos, cronistas e historiadores CARLOS HEIRAS
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Rafael Cravioto pasado a cuchillo OCIEL MORA
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Huauchinango: los Cravioto y el liberalismo serrano GUY THOMSON
119
Conviviendo con el caciquismo KEITH BREWSTER
131
Reparto agrario posrevolucionario en el municipio de Huauchinango OSCAR RAMOS
155
Cultura e identidad mestiza de la Sierra Norte de Puebla CARLOS BRAVO
179
Necaxa, un pueblo de empresa JAVIER ROMERO
201
II. TENTACIONES DE LA MODERNIDAD
203
Sistemas agrícolas y recursos vegetales en el municipio de Huachinango VIRGINIA EVANGELISTA, MYRNA MENDOZA Y FRANCISCO BASURTO
223
Incorporación, artefactos e interfase: el dispositivo chamánico nahua IVÁN PÉREZ
239
Indumentaria indígena contemporánea de la Sierra Norte de Puebla ROBERT FREUND
255
La Leyenda de los pueblos MARIE NOËLLE CHAMOUX
275
Huauchinango: vida y resignificaciones del pasado LIBERTAD MORA
299
Entre la ley y la costumbre. Justicia comunitaria y dinámicas legales en comunidades nahuas de Huauchinango MARÍA TERESA SIERRA
323
La disputa soterrada entre modernidad y tradición OCIEL MORA
341
Conexiones digitales en una ciudad de la Sierra Norte de Puebla OSCAR RAMOS
361
APÉNDICE
363
Toponimia de las comunidades del municipio de Huauchinango en boca de un hablante de la lengua local LUCIANO HERNÁNDEZ
368
Autores
373
Autoridades municipales Huauchinango 2011-2014
Tlaltecatzin icuic Zan ye ihuan noncuica yehyan, noteuh. In tonaya, tlatoayan, yie xochincacahuatl in pozontimani, a xochioctli.
Aya yece ye nican, tlalla icpac, antetecuita, nopilhuan, a noyol quimati, quihuintia ye noyol. Ah zan ninetlamata, niquitohua: Maca niya ompa ximohuayan. Tlazotli noyol. In nehua, nehua, zan nicuicanitl, teocuitlayo noxochihuacayo. Inniquiyacahua, zan niquitta nochan, xochimamani. ¿Mach huey chalchihuitl, quetzalli patlahuac mach nopatiuh? In zan ninoquixtiz, quenmanian, ca zan niyaz, nipoliuhtiuh. Ninocahua, ¡ah notecu! Ah niquitohua: ma niyauh, ma ninoquimilolo, ni cuicanitli, ma ihui. ¿Ma aca ca cizquia noyol ac? Zan yuh niyaz, xochihuiconticac ye noyolio. Ye quetzal nenelihui, chalchiutli in tlazoli yectla mochiuhtoca. ¡Acan machotica tlalticpac! Zan ihui ya azo, ihuan in ihuiyan.
Nocoya ye, noyol quimati, quihuinti ye noyol, noyol quimati: ¡Zan ca tlauhquechol!, celiya, pozontimani, mocquipacxochiuh. ¡Tinaan! Huelicacihuatl, cacahuaizquixochitl, zan tonnetlahehuilo, ticahualoz, tiyaz, ximaaz. Can tiyehcoc ye nican, imixpan o teteuctin, timahuiztlachihualla, monequetza. Moxiuhcozquetzalpetlapan, tonihcaca. Cacahuaizquixochitl, zan tonnetlanehuilo, ticahualoz, tiyaaz, ximoaz. Ah zan xochicacahuatl in puzontimani, yexochitl in tlamaco. Intla noyol quimati, quihuintia ye noyolia.
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El poema de Tlaltecatzin, señor de Cuauchinanco, siglo En la soledad yo canto a aquel que es mi Dios. En el lugar de la luz y el calor, en el lugar del mando, el florido cacao está espumoso, la bebida que con flores embriaga.
XIV
Cada uno está aquí, Sobre la tierra, vosotros señores, mis príncipes, si mi corazón lo gustara, se embriagaría. Yo sólo me aflijo, digo: Que no vaya yo al lugar de los descarnados. Mi vida es cosa preciosa. Yo sólo soy, yo soy un cantor, de oro son las flores que tengo. Ya tengo que abandonarla, sólo contemplo mi casa, en hilera se quedan las flores. ¿Tal vez grandes jades, extendidos plumajes son acaso mi precio? Solo tendré que marcharme, alguna vez será, yo solo me voy, iré a perderme. A mí mismo me abandono, ¡ah mi Dios! Digo: váyame yo, como los muertos sea envuelto, yo cantor, sea así. ¿Podría alguien acaso adueñarse de mi corazón? Yo solo habré de irme, con flores cubierto mi corazón. Se destruirán los plumajes de quetzal, los jades preciosos que fueron labrados con arte. ¡En ninguna parte está su modelo sobre la tierra! Que sea así, y que sea sin violencia.
Yo tengo anhelo, lo saborea mi corazón, se embriaga mi corazón, en verdad mi corazón lo sabe: ¡Ave roja de cuello de hule!, fresca y ardorosa, luces tu guirnalda de flores. ¡Oh madre! Dulce, sabrosa mujer, preciosa flor de maíz tostado, sólo te prestas, serás abandonada, tendrás que irte, quedarás descarnada. Aquí tú has venido, frente a los príncipes, tú, maravillosa criatura, invitas al placer. Sobre la estera de plumas amarillas y azules, aquí estás erguida. Preciosa flor de maíz tostado, sólo te prestas, serás abandonada, tendrás que irte, quedarás descarnada. El floreciente cacao ya tiene espuma, se repartió la flor del tabaco. Si mi corazón lo gustara, mi vida se embriagaría.
Transcripción y traducción tomadas de Miguel León-Portilla, Quince poetas del mundo náhuatl, Diana, México, 2009 [1994], pp. 76-81. 11
Nota fúnebre
Aquí descansan los restos de los siguientes personajes: General Rafael Cravioto, coronel Simón Cravioto y el coronel Juan Galindo, quienes participaron en las Guerras de Reforma y contra la intervención francesa. Sr. Sandalio Mejía Castelán, profesor Tomás Martínez Barragán, Sr. Ricardo Vaquier Vargas, Sr. Manuel García Garrido que rescataron y registraron la Historia de Huauchinango y el Señor Fausto Olivares Cordero, cronista gráfico de Huauchinango. 1
1
Quien alguna vez haya visitado el panteón municipal de Huauchinango se habrá topado con esta nota sobre una mampara, colocada ex profesamente para toparse con el eventual paseante. Hay otra nota por ahí que dice que el terreno para este panteón fue donado por el Cacique y General Rafael Cravioto; los cronistas locales afirman que la hechura del Palacio municipal es otra de las obras de benevolencia de Rafael Cravioto; eso mismo dicen del primer hospital que conoció el pueblo, ya bien entrada la segunda mitad del siglo XX; y las mayores casonas que visten al Centro Histórico, y las principales calles que la surcan, y la que conduce al mismo panteón, y las escuelas de abolengo, y las obras públicas de relumbre todas, por una razón u otra, todas llevan a la figura omnímoda del Patriarca General y Cacique don Rafael Cravioto. Y el Mausoleo más grande y ostentoso de toda la Sierra Norte, también lleva a Rafael Cravioto. Del que se dice es obra del artista que talló el frontispicio del mismísimo Palacio de Bellas Artes, la obra magna de Porfirio de Díaz que mandó levantar para la celebración del Centenario de la Independencia. ¿Y los prohombres mencionados abajo? Son los mayores benefactores intelectuales de este pueblo que amanece envuelto en sábanas de neblina. Ellos fueron los grandes precursores y artífices de la construcción del Mito. Pues como es sabido, en cuanto Carlota y Maximiliano asomaron por el rumbo de la ciudad de México, el gran Patriarca y General Liberal y Amigo Personal de Juárez y Lerdo de Tejado, Don Rafael Cravioto, vivió grandes momentos de zozobra, hasta que finalmente acabó poniéndose a la cabeza de la fila de los chaqueteros que reconocieron con Honores al Imperio y a los nuevos Amos.
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Presentación LIC. OMAR MARTÍNEZ AMADOR Presidente municipal Constitucional, 2011-2014
S
in pasado no ha y futuro que valga, es una máxima que ha venido retumbando a lo largo del tiempo, y tuvo su máxima expresión en la persona de Octavio Paz. En un memorable ensayo, el premio Nobel pidió para México una modernización fincada en lo mejor de nuestra tradición histórica y los recursos a la mano que ofrece la modernidad. En muchos sentidos, y hay razones sobradas para creerlo, Huauchinango es el orgullo de la Sierra Norte. A finales del siglo XVIII , el Conde de la Cortina, de vista por estas tierras, escribió en uno de sus libros que La Cascada de Huauchinango era superior a las del Niágara. Desde la época prehispánica Huauchinango fue asiento del desarrollo de grandes culturas, primero las precolombinas, que al poco dieron lugar al gran Totonacapan. Durante la dilatada Colonia, fue el principal granero que abasteció a la gran capital del Virreinato, cuando fue azotada por las hambrunas recurrentes de aquella época. Mantuvo esa condición durante los agitados años del México independiente, con lo cual favoreció el establecimiento de nuevas familias en la franja serrana, como los Cravioto. Huauchinango, como puerta de entrada y de salida al Virreinato a través de las costas norteñas de Veracruz, favoreció el fulgor de la temprana industrialización de México a través de la domesticación de las aguas de los ríos de Necaxa. Por eso como presidente municipal no dudé en apoyar la iniciativa de un grupo de académicos de universidades nacionales, extranjeras y de estudiosos serranos, de promover una publicación centrada en Huauchinango. Creo sinceramente que es la primera vez que un ayuntamiento de la Sierra Norte publica un libro con las características de Huauchinango: el rumor del tiempo, por el valor de sus autores y por sus posturas académicas 15
Muchos de ellos con muchos años de trabajo en la Sierra. Como el caso de la francesa Marie-Noëlle Chamoux, quien en los años ochenta publicó el libro Los Nahuas de Huauchinango, en el desaparecido Instituto Nacional Indigenista. O el caso de nuestro paisano y gran promotor de la cultura indígena, el profesor Luciano Hernández Chávez, quien escribe la toponimia de los pueblos de nuestro municipio. Pero también porque la cultura es parte del desarrollo, aunque no sea visible como las obras de infraestructura, y porque es detonadora del desarrollo nacional 1. Y finalmente apoyamos su publicación porque estamos convencidos que sólo el diálogo salvara a este país. Por todo eso, la cultura Vale.
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Según los estudios especializados al respecto, la cultura aporta el 8 por ciento al PIB nacional
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Introducción LIBERTAD MORA
L
as demandas de conocimiento de todo grupo social son proporcionales a su diversidad interna, diversidad en la que siempre tiene alguna incidencia su magnitud demográfica. Al ocupar Huauchinango el sexto lugar a nivel estatal en la lista de municipios más poblados, apenas atrás de algunos municipios industriales y urbanos del valle central y del que tiene por cabecera la ciudad sureña de Tehuacán, el municipio serrano cuna de Tlaltecatzin se antoja, por ese solo hecho de población, como uno que demanda información. Sobre la diversidad interna, baste señalar, por un lado, la conformación multiétnica y plurilingüística municipal, con al menos tres improntas: totonaca, nahua y mestiza, y por otro, la antiquísima y siempre renovada vocación de Huauchinango como punto de confluencia de caminos e importante capital regional, lo que la hace aparecer como sitio de encuentros que son, siempre, encuentros de gente de distinta condición, de origen diverso, con diferentes mundos. Y a mayor diversidad y mayor magnitud, mayor demanda de conocimiento. Las demandas de este tipo en un municipio como Huauchinango son, por supuesto, múltiples. Dentro de ese universo, las del sector letrado no pueden ser menores, y ello no sólo por el hecho de ser poco más del 88% de la población total municipal mayor de quince años la que, según Inegi, era alfabeta en el año 2010, sino, sobre todo, por la vitalidad que exhiben los intelectuales huauchinanguenses, de lo que resulta un signo evidente el hecho de que, a contrapelo de la inercia de los usos y costumbres, la administración 2011-2014 del H. Ayuntamiento Municipal de Huauchinango haya encontrado necesario dirigir una parte de los recursos del erario público a financiar un libro en el que se dieran cita académicos e investigadores de distintas áreas del conocimiento, con el marco territorial municipal como pretexto de convocatoria. En este sentido son de destacar dos puntos. El primero, el hecho de que una administración municipal se haya dado a la tarea de facilitar a la población local el acceso a la información que otras instituciones, 17
lo mismo federales que estatales, han obviado a pesar de estar obligadas a ello por mandato legal. Para tal fin, fue que delegó a Perspectivas Interdisciplinarias en (Pi red a.c.), para coordinar los trabajos conducentes a producir un texto que, aunque seguramente limitado, da cuenta de al menos algunos de los hechos históricos, pasados y contemporáneos, sin cuyo recuento resulta imposible comprender la realidad presente y los retos futuros del municipio. El segundo, el hecho de que con tal fin, Pi red lograra conjuntar, si no todas, sí varias de las voces académicas más destacadas de entre las que han dedicado sus esfuerzos a describir y comprender, desde sus respectivas disciplinas, el lugar de Huauchinango en un escenario regional y nacional, sin el cual no es posible comprender su inclusión en un espacio que siempre ha estado conectado a ámbitos más amplios que los estrictamente locales; ámbitos que tienen, cada vez más y de manera acrecentadamente evidente, alcances globales. En este sentido, es de destacarse el fruto final de tales empeños, pues si bien son muchos los productos editoriales que han dado cuenta de diversas cuestiones sobre la realidad pasada y presente de la Sierra Norte de Puebla, pocas veces éstas han resultado en un objeto dirigido al consumo local. E incluso considerando las muchas producciones dedicadas a espacios locales y municipales en la porción septentrional y serrana del estado de Puebla, es claro que, aunque de indudable valor testimonial, divulgador y generador de conocimiento, éstas siempre han resultado limitadas por tal o cual perspectiva disciplinar o temática, verbi gracia un documento histórico de un determinado lugar, la tradición oral de tal municipio, los dibujos de los niños de tal otro, la tragedia de 1999 en este lugar, el diccionario de la lengua indígena de este otro, la fiesta de mi pueblo, los recuerdos de mi abuelo... Ningún texto ofrece la última palabra ni marca el punto final sobre tema alguno. Y sin embargo, el conjunto aquí reunido ofrece una perspectiva inédita y, sin lugar a dudas, prometedora de lo que la reunión concertada de un grupo de académicos puede ofrecer a la población local, así haya sido un grupo efímero, constituido para la ocasión. Comprometidos con la factura de textos de divulgación pero académicamente rigurosos —lo que seguramente no fue igualmente logrado por todos los autores—, la compilación Huauchinango: el rumor del tiempo ofrece una imagen al día de una parte sustancial del estado del conocimiento que las disciplinas biológica, arqueológica, histórica, antropológica, sociológica y politológica han producido al respecto de Huauchinango. En su conjunto, el libro adolece de varias faltas. Debió ser el recientemente finado Guy Stresser-Péan quien escribiera lo referente a la época prehispánica, mientras que Bernardo García Martínez habría sido el indicado para escribir el capítulo dedicado a la historia colonial temprana de Huauchinango. Acaso debieron ser Virginia Guedea o Michael Ducey quienes escribieran sobre las postrimerías de la Colonia y la guerra de 18
independencia. Indudablemente faltó un especialista que dedicara al menos algunas páginas a los totonacos de Huauchinango que, por omisión, aparecen reiteradamente invisibilizados en la producción bibliográfica dedicada a la etnografía. A falta de algo mejor, aquí habremos de remitir a los lectores a consultar los libros de estos autores: Los lienzos de Acaxochitlán, El Códice de Xicotepec, Los pueblos de la sierra, A nation of villages (Una nación de pueblos), La insurgencia en el Departamento del Norte, El SolDios y Cristo... Pero, de cualquier forma, no es radicalmente distinto lo que toca a los escritores que sí pudieron participar en esta compilación, autores de una vasta obra de la que era imposible dar apretada cuenta en unas cuantas decenas de páginas, de manera que los imprescindibles que sí acudieron a la cita, entre ellos, Guy Thomson, Keith Brewster, Marie Noëlle Chamoux y María Teresa Sierra, ofrecen aquí apenas un aperitivo de lo que el lector interesado en Huauchinango estará obligado a consultar en los libros y sinfín de artículos publicados por estos investigadores señeros. Con todo y estas carencias, varias de ellas inevitables en la medida en que nunca se puede contar todo, el lector tiene en sus manos un libro que valdrá la pena leer. Y ello es así no sólo por lo que toca a un lector ajeno a Huauchinango sino, fundamentalmente, para un lector huauchinanguense. Huauchinango: el rumor del tiempo se compone de dos apartados, “La profanación del mito” y “Tentaciones de la modernidad”. En la primera se realiza un destilado de la carga del pasado que resulta en un brebaje que puede tomarse de un solo trago. Lo que hay que advertir es que puede causar una resaca peculiar porque no se busca darle continuidad a las historias remotas como desearíamos que hubieran ocurrido, sino que se realiza un esfuerzo por dar cuenta de las historias vividas. Esto, por supuesto depende de los recursos a los que echa mano cada autor, sean literarios o de fuentes históricas. Pero sin duda, se trata de un conjunto de acercamientos sumamente importantes que seguramente serán referente obligado para nuestras referencias de y hacia Huauchinango. La segunda parte está enfocada en la vida hoy de los pueblos indígenas y mestizos de Huauchinango en contextos cambiantes. Al igual que en el primer apartado, la óptica por la cual se analizan las dinámicas contemporáneas es crítica y novedosa. En este apartado se dan cita diferentes especialistas en la zona y en diversos temas. El libro inicia con una revisión exhaustiva y bastante completa de los procesos históricos que se experimentaron, desde los tiempos prehispánicos hasta los coloniales. Es, a su vez, una narración de una sola hilada hecha de distintas hebras que nos permite asomarnos a los tiempos difíciles de indígenas e indígenas, y de indígenas con españoles, criollos, mestizos, mulatos, etcétera. El segundo capítulo transcurre por una pluma ágil que nos transporta hacia la política formal e informal del siglo XIX en la Sierra Norte de Puebla y el papel que jugó la falta de arraigos ideológicos y culturales en uno de los personajes más representativos 19
de la historia de Huauchinango. Sin duda, se trata de la profanación del mito. En esa misma línea en el siglo XIX , y en específico al liberalismo serrano de aquella época, se encuentra el tercer capítulo. En éste, se reafirma que los cacicazgos políticos y militares que se distribuían en la Sierra de Puebla estaban constantemente entre “alianzas, rivalidades y conflictos”, en ello tenían en común que cada quien le echaba agua a sus frijoles a partir de las interpretaciones locales del ambiente político porfirista. Hay que subrayar que este texto viene acompañado de una carta en clave dirigida a Porfirio Díaz fechada en el año de 1886. Otro momento relevante en la Sierra de Puebla fue la etapa posrevolucionaria, la cual implicó un despliegue mayor de negociaciones que en los momentos de las luchas revolucionarias, fueron circunstancias distintas, pero muchos de los acomodos políticos y militares se fueron concretando una vez que pasó la intempestiva década de 1910. En ese sentido el capítulo cuarto se encarga de poner en foco las situaciones locales y regionales que le tocó experimentar a la población de la Sierra de Puebla al resguardo y vigilancia de un cacique propicio para las primeras luces de la posrevolución. En el quinto capítulo podemos encontrar algunas características de los poblados a partir de una sutiliza respecto al reparto agrario en el municipio: a pesar de que existió una demanda considerable a tierra, poco logró convenirse al interior de las comunidades para conformar una reivindicación generalizada. Por ello, en el municipio de Huauchinango se puede saber más de la interpretación y reacciones locales de la política agraria posrevolucionaria por lo que no se distribuyó. Ligados los procesos, tanto solicitudes como resoluciones y dotaciones, nos resaltan una población mucho más diversificada de lo que podría pensarse. Ya instalados en el siglo XX , el capítulo sexto es un paseo por los caminos de herradura transitados infinidad de veces por los arrieros, y de las actividades productivas que florecieron de la mano del comercio regional, en este sentido, se muestran representaciones, más bien imágenes, de un pequeño mundo habitado por los huauchinanguenses y los referentes de los que se servían para situarse y distinguirse de los demás. El último capítulo que compone la parte histórica del libro nos recuerda que el territorio del municipio de Huauchinango sufrió modificaciones cuando se conformó el de Juan Galindo, pero no sólo se trato de una incisión física, sino a la par significó la modificación de las relaciones con los nuevos vecinos. En este capítulo pueden encontrarse algunos datos para comprender la vinculación que hay entre Huauchinango y Necaxa. Después de pasar las páginas donde encontraremos distintos momentos del pasado de Huauchinango, se admite que la historia se encuentra en un lugar muy remoto. Pero, siempre podemos hacerle revisiones y retomarla para entender los momentos presentes. 20
La segunda parte del libro, “Tentaciones de la modernidad”, intenta ser un manojo frondoso de los procesos productivos, sociales y culturales que configuran las particularidades actuales del municipio, las localidades y de la ciudad de Huauchinango. Este apartado inicia con un documento que describe las condiciones ambientales y los sistemas productivos de Huauchinango y sus comunidades. Allí se inserta el texto del grupo de etnobotánicos de la UNAM . Los cuales documentan para cada localidad el tipo de cultivos por zona dentro del municipio, así como un enlistado de plantas útiles para la población. Otro de los temas relevantes sobre todo entre los indígenas serranos es el de cosmovisión, de manera que el capítulo noveno del libro está dedicado a los rituales nahuas de Cuacuila y en específico el análisis sobre los chamanes de esa localidad. En esa misma línea sobre elementos culturales de los pueblos indígenas se encuentra el material sobre indumentaria indígena y textiles contemporáneos. Allí el autor hace un esbozo general de los trajes indígenas actuales en la Sierra de Puebla, de manera que en función de ello describe e ilustra el caso serrano y el de Huauchinango. Ya adentrados en los pueblos indígenas, el capítulo onceavo, incluye una leyenda sobre los pueblos indígenas, que si bien se trata de referencias del pasado, la autora lo analiza a partir de la concepción actual de los pobladores de las localidades indígenas. La identificación y caracterización de los grupos indígenas –nahuas, totonacos- y mestizos se presenta en el artículo dedicado a los pueblos de Huauchinango, allí el como se mencionan las alternativas económicas actuales, se hace un breve repaso por elementos culturales vitales de los grupos. Entre la Ley y la costumbre es otra de las aportaciones valiosas del libro. Aquí se da cuenta de procesos poco estudiados en la sierra: cómo se vive la legalidad entre los indígenas, qué papel ocupan los usos y costumbres en la actualidad, cómo se resuelven los conflictos familiares, vecinales y hasta matrimoniales. El documento se acompaña de un testimonio en náhuatl. Y si bien la primera parte se enfoco en el pasado aquel de los Cravioto, de la Revolución, el Porfiriato, entre otros. En esta segunda parte del libro hay un capítulo enfocado a la política actual en el municipio de Huauchinango. Por último, el libro cierra con un documento innovador: las redes sociales y las conexiones digitales entre los y las huauchinanguenses. Enfatizando las transformaciones sociales y los nuevos procesos identitarios de una ciudad inserta en un contexto serrano. Como el lector podrá advertir, es un interesante repaso que va desde la época prehispánica con Tlaltecatzin hasta la era digital con los jóvenes de Huauchinango y pasando por la profanación del mito y las tentaciones de la modernidad. 21