¿? Era un día soleado... Pedro oraba dándole gracias a Dios, pues muchas personas habían creído en Jesús. Sin embargo, no pudo seguir orando, pues fue interrumpido por un murmullo y ruido de pasos acercándose a su ventana. Era un grupo de creyentes que venían a contarle a Pedro, sobre una situación que tenían.
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—Muchas mujeres necesitadas vienen a comer de los alimentos que la Iglesia reparte. — le dijeron. —Pero, ¿cuál es el problema? —preguntó Pedro. —Denles de comer.