33 - El día que Dios preservó la vida de Moisés

ENSEÑANZA BÍBLICA

EL DÍA QUE DIOS PRESERVÓ LA VIDA DE MOISÉS Cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, y vino a ser hijo suyo; y le puso por nombre Moisés, diciendo: Pues lo he sacado de las aguas. Éxodo 2:10

Reflexión para los padres: El Señor ha sido de generación en generación, el refugio del pueblo de Israel. En esta clase, basada en Éxodo 2 y 3, los niños podrán conocer como Dios preserva las vidas de sus hijos, desde su nacimiento, con un propósito divino, como fue el caso de Moisés. Moisés, al igual que Jesucristo, enfrentaría peligros de muerte al nacer. Sin embargo, el Creador honró la fe de sus padres Amram y Jocabed y salvó de forma milagrosa al bebé. Ese niño se convirtió en un hombre que fue usado por el Señor, para libertar al pueblo hebreo, quien por más de 400 años había sido oprimido por los egipcios. No solo eso, sino que dirigido por Dios, él guió a los israelitas por el desierto, con la meta de llegar a la Tierra Prometida. Como padres, pudiéramos vivir desafíos relacionados con nuestros hijos, pero tenemos una esperanza viva en el Señor, que nos reconforta y llena de fe. Sobre todo, Dios será siempre glorificado. Moisés fue rescatado por la hija del Faraón, y una vez más, el Señor demostró su provisión, favor y fidelidad. De igual manera, lo continuará haciendo con sus hijos.

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Temas: • Dios es fiel. • Dios proveerá lo que necesitemos. • Debemos creer en Dios. • Dios nos protege. • Dios hace milagros.

Era un tiempo difícil para el pueblo de Israel. Muchos años después que Jacob y su familia se mudaran a Egipto para ser protegidos de la hambruna por José, otro Faraón llegó al poder. Este gobernante esclavizó a todos los hebreos, siendo obligados a servir a los egipcios. Pasaron 400 años en esclavitud en Egipto. Los israelitas eran maltratados e incluso, para evitar que se revelarán contra los egipcios, el Faraón ordenó matar a los bebés varones que nacían a los hebreos.

Un día, nació un hermoso niño a una familia israelita de los descendientes de Leví, hijo de Jacob. Sus padres, Amram y Jocabed, lo escondieron por tres meses para que no lo mataran. Ellos no tenían temor del decreto del Faraón y su fe estaba puesta en Dios. Intentaban que nadie escuchara al recién nacido llorar y que no lo vieran. Lo protegieron con amor y cuidados, para preservar su vida. 3

Luego de esos meses, el varoncito creció y la familia no pudo ocultarlo más, por lo que tuvieron que buscar otra forma de protegerlo. Así que sus padres tomaron un canasto y lo cubrieron con brea para que flotara en el río Nilo. Con mucha tristeza, lo pusieron ahí. Esa despedida no fue fácil para ellos ni para sus hermanos Aarón y María. Deben haber llorado mucho, pero planificaron esa salida, para que su amado bebé pudiera sobrevivir. Sus padres creían en el Dios de Abraham, Isaac, Jacob y José, por lo que confiaron en que cuando echaran el canasto en el río y aunque fuera peligroso, su hijo estaría a salvo. María, la hermana del bebé, lo siguió de lejos mientras flotaba en el río, para ver qué pasaba. Su familia oraba para que Dios lo protegiera. En ese momento, la hija del Faraón fue a bañarse al Nilo y mientras sus esclavas caminaban por la orilla del río, ella vio el canasto entre los juncos y mandó a su criada para que lo trajera. Luego abrió el canasto y vio al niño que estaba llorando.

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Ella tuvo compasión de él y dijo: —Este es uno de los niños hebreos. María, la hermana del niño, se acercó y le preguntó: —¿Quiere que vaya a buscarle una niñera hebrea para que se encargue del niño? —Ve—respondió la hija del faraón. Entonces la niña fue y trajo a la mamá del bebé. La hija del Faraón le dijo: —Llévate a este niño, cuídalo y yo te pagaré. Entonces Jocabed lo tomó y lo cuidó. ¡Qué alivio para ellos, saber que Dios había preservado la vida de su bebé! Cuando el niño creció lo suficiente, se lo llevó a la hija del Faraón y él se convirtió en nieto de ese gobernante. Es decir, sin ellos imaginarlo jamás, el niño era ahora un príncipe de Egipto. Dios lo había salvado de una forma milagrosa, con un propósito. Entonces, la hija del Faraón le puso de nombre a su hijo adoptivo Moisés y exclamó: —Se llamará Moisés porque lo saqué del agua. 5

Tiempo después, Moisés se fue a vivir a Madián. Allí se casó con Séfora y tuvo su propia familia. Un día, mientras pastoreaba las ovejas de su suegro en el Monte Horeb, el Dios de sus padres y abuelos le habló. Él estaba maravillado, pues el Señor se le apareció a través una gran llama en un arbusto que no se quemaba. Moisés dijo: —¡Qué cosa tan rara! Me detendré a ver porqué el arbusto no se consume. Cuando Dios vio que Moisés se estaba acercando para observar mejor, lo llamó desde el arbusto: —Moisés, Moisés. —Aquí estoy—respondió él.

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Dios le ordenó: —No te acerques más y quítate el calzado porque el suelo que estás pisando es sagrado. Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Moisés se cubrió la cara porque tenía miedo de mirarlo. Pero el Señor dijo: —He visto lo mucho que ha sufrido mi pueblo en Egipto de mano de sus opresores y he escuchado sus lamentos. Estoy consciente de su dolor. Ahora voy a salvar a mi pueblo de los egipcios. Los voy a sacar de allá y los voy a llevar a una tierra buena y espaciosa que rebosa de leche y de miel. Así que tú irás allá porque te voy a enviar ante el Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, el pueblo de Israel. Yo estaré contigo. De esta manera, Moisés fue llamado por Dios para libertar de la esclavitud al pueblo de Israel. Aunque tuvo muchos obstáculos, finalmente el Faraón dejó ir a los hebreos y se dirigieron a una tierra donde serían libres y el Señor estaría con ellos, haciendo grandes milagros con su pueblo.

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Moisés, al igual que Jesús, tuvo muchos peligros de muerte cuando nació. Ambos libertarían al pueblo: Moisés de la esclavitud de Egipto y Jesús, de la muerte por el pecado, restableciendo la relación con Dios Padre. Procuremos ser como Moisés, entregando nuestras vidas por completo a Jesús, pues tenemos una esperanza de vida eterna y muy pronto estaremos con Él. Dios te bendiga. ¡Hasta la próxima clase!

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VOCABULARIO: 1.decretos = mandato o decisión de una persona con autoridad. 2.hebreos = pueblo judío o israelita. 3.Madián = región en el desierto en el área de Arabia. Sus habitantes eran los madianitas. 4.Monte Horeb = el Monte de Dios. Horeb es una ciudad en Israel. 5.niñera = persona que cuida niños. 6.preservar = proteger a alguien de un daño. 7.Río Nilo = río en Egipto.

RECURSOS: 1. Superlibro - ¡Deja ir a mi pueblo! (HD) - Episodio 1-4  https://youtu.be/cSs2NPD8h30 2. MOISÉS | PEQUEÑOS HEROES  https://youtu.be/dib6xNgTMbU

COLOREA EL DÍA QUE DIOS PRESERVÓ LA VIDA DE MOISÉS

EL DÍA QUE DIOS PRESERVÓ LA VIDA DE MOISÉS

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CUENTA LAS CANASTAS EN LA ILUSTRACIÓN Y COLOREA EL RÍO NILO

HAY ____ CANASTAS.

NOVIEMBRE 2020 | PUERTO RICO | #QUÉDATEENCASA #CRISTOTEAMA AUTORES: JUAN M. FRONTERA, ANGÉLICA VARGAS Y RAQUEL ÁLAMO  ILUSTRACIONES: RICK LIPSETT | DISEÑO GRÁFICO: LUIS E. RAMOS

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33 - El día que Dios preservó la vida de Moisés

Published on Nov 7, 2020

MCC-Catacumbas

El Señor ha sido de generación en generación, el refugio del pueblo de Israel. En esta clase, basada en Éxodo 2 y 3, los niños podrán conocer como Dios preserva las vidas de sus hijos, desde su nacimiento, con un propósito divino, como fue el caso de Moisés. Moisés, al igual que Jesucristo, enfrentaría peligros de muerte al nacer. Sin embargo, el Creador honró la fe de sus padres Amram y Jocabed y salvó de forma milagrosa al bebé. Ese niño se convirtió en un hombre que fue usado por el Señor, para libertar al pueblo hebreo, quien por más de 400 años había sido oprimido por los egipcios. No solo eso, sino que dirigido por Dios, él guió a los israelitas por el desierto, con la meta de llegar a la Tierra Prometida. Como padres, pudiéramos vivir desafíos relacionados con nuestros hijos, pero tenemos una esperanza viva en el Señor, que nos reconforta y llena de fe.