Perfil del Laico El Laico Consolación
es una persona profundamente humana, que acoge y da vida al Carisma de la Consolación en su propio estado y situación de vida desde el círculo más cercano, la propia familia, hasta el más alejado, procurando en todo momento ser consolación para los que están a su alrededor. Es una persona que entiende que su misión es anunciar a Cristo como única y auténtica consolación del hombre y vivir y trabajar en los quehaceres propios de su estado de vida, impregnando del espíritu cristiano las estructuras sociales, contribuyendo así a la transformación de la sociedad y a la edificación de la civilización del amor mediante el testimonio de la propia vida y el ejercicio de las obras de misericordia y consolación. Es miembro activo de una comunidad donde se hace experiencia de vida, de oración, de fe y de compromiso cristiano. Forma parte del Movimiento Consolación para el Mundo cultivando este carisma y siguiendo el ejemplo de Santa María Rosa Molas que lo encarnó en su vida y en sus obras. Es miembro activo de la Iglesia y crece, madura y da frutos. Es especialmente sensible a las situaciones de desconsuelo y se compromete en la lucha por erradicar sus causas. Siente la necesidad de crecer personalmente y adaptarse a las nuevas situaciones y acontecimientos que van surgiendo en su día a día, para lo cual cuida su vida espiritual y se actualiza mediante una formación adecuada.
Etapas 1.Laico Consolación Pertenecen a esta etapa los jóvenes del COM que, tras cumplir 18 años y después de hacer un discernimiento, deciden continuar su formación cristiana dentro de la familia Consolación. También están en esta etapa los adultos que, sin haber pasado por las etapas anteriores del Movimiento, se consideran parte de la Familia Consolación y quieren orientar su vida y compromiso cristiano según este Carisma. Todos ellos deben estar vinculados con un grupo del Movimiento Consolación para el Mundo.
Se compromete a:
- Pertenecer a un grupo del Movimiento. - Estar abierto a las necesidades del Movimiento y participar activamente en las actividades propuestas por éste. - Formarse a nivel cristiano y carismático. - Vivir los sacramentos, hacer vida de oración. - Implicarse activamente en la transformación de la sociedad desde los valores del Evangelio.
Etapas 2.Laicos Consolación Incorporados al MCM Pertenecen a esta etapa los laicos que, tras haber sido formados en etapas anteriores del Movimiento y haber recorrido un período de discernimiento junto al acompañante, deciden formar parte de la Asociación de Fieles Laicos Consolación. Para ello, solicitan por escrito dicha incorporación y realizan el rito públicamente.
Se compromete a: - Aceptar y llevar a la vida los Estatutos del Movimiento, siendo coherentes con el compromiso adquirido. - Formar parte de un grupo o comunidad de laicos. Aquellos Laicos Incorporados que, por sus circunstancias personales les impiden formar parte de un grupo, deben vivir su compromiso personalmente y mantener un contacto frecuente con el Movimiento y/o con la Familia Consolación. - Vivir en su día a día el ser Consolación para todas las personas que les rodean y anunciar a Cristo con su vida como única consolación del ser humano.
Etapas 3.Laicos Ntra. Sra. de la Consolación Pertenecen a esta etapa los laicos que, tras haber pasado un período de discernimiento de, al menos, dos años desde su incorporación a la Asociación de Fieles Laicos y, con el debido acompañamiento, sienten una llamada a ser Consolación en sus vidas, es una vocación. Están dispuestos a estar al servicio del Carisma desde su situación personal y lugar de trabajo, respondiendo a las necesidades que el Movimiento y de la Congregación de Hermanas de la Consolación tenga y él, desde su situación laical pueda llevar a cabo. Así como proponiendo a la Congregación y Movimiento sugerencias de acción concretas a la que puede responder desde su propia persona. Se compromete a: - Formar parte de un grupo o comunidad de laicos del movimiento. - Vincularse a una Comunidad de Hermanas de la Consolación - Ser cauce de consolación y anunciar a Cristo en la realidad cotidiana, siendo fieles a los valores del Evangelio. - Asumir compromisos concretos que el Movimiento o la Congregación de Hermanas de la Consolación. - Ayudar al proceso de formación y discernimiento de otros laicos. - Recibir la formación adecuada para la Etapa, que le ayude a crecer humana y cristianamente así como a estar preparado para responder a las necesidades de la Sociedad, la Iglesia, la Congregación y el Movimiento. - Vivir la oración y los sacramentos como relación directa con Dios y fuente de vida. - Estar a disposición de los demás en su día a día mediante un compromiso social y/o pastoral.
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