Aplicaciones en educación de los mapas conceptuales Ms. Ana María Teresa Lucca Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
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9 de Septiembre de 2011
1. Introducción A lo largo de anteriores artículos hemos explorado la potencialidad de los mapas conceptuales, su ubicuidad en muchos ámbitos tan diversos como el campo del conocimiento, hemos identificado los componentes básicos en los mapas, y muchas variantes en función de los intereses y objetivos tras su aplicación. En este artículo centraremos nuestra atención en los diversos usos que pueden darse a los mapas conceptuales dentro del ámbito educativo. 2. Explorando lo que los alumnos saben En el artículo Aprendizaje significativo hemos visto que éste requiere un esfuerzo deliberado por parte de los alumnos en el sentido de relacionar el nuevo conocimiento con los conceptos relevantes que ya poseen. Para facilitar este proceso, tanto el profesor como el alumno deben conocer el “punto de partida conceptual” si quieren avanzar de un modo más eficiente en el aprendizaje significativo. Es el mismo David Ausubel, fundador de las bases del aprendizaje significativo, quien en el epígrafe de su libro Psicología Educacional: Un punto de vista cognitivo afirma:
“Si tuviese que reducir toda la psicología educacional a un solo principio, diría lo siguiente: El factor más importante que influencia el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averigüe esto y enseñe al alumno en consecuencia”.
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Sin embargo, Ausubel no brindó a los docentes instrumentos simples y funcionales que les permitan explorar lo que el alumno ya sabe. Los mapas conceptuales son la solución a este problema, dado que fueron desarrollados específicamente para establecer una comunicación con la estructura cognitiva del alumno y para exteriorizar lo que ya sabe de forma que tanto él como el profesor lo perciban. Esto no significa que los mapas conceptuales sean una representación completa de los conceptos y proposiciones relevantes que el alumno conoce. Sin embargo, constituyen una aproximación maleable que estudiantes y profesores pueden tanto ampliar de manera consciente y/o deliberada a fin de avanzar en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Existe una amplia variedad de estrategias a implementar en el aula que permite a través de los mapas conceptuales conocer lo que los estudiantes saben. En el artículo Iniciando a los estudiantes en la creación de mapas conceptuales hemos brindado algunas pautas para la elaboración de mapas conceptuales. Una vez que los estudiantes han adquirido las capacidades básicas necesarias para ello, se pueden seleccionar seis u ocho conceptos clave que sean fundamentales para comprender un tema que se quiere cubrir y pedirles que elaboren un mapa que relacione tales conceptos, y que agreguen conceptos adicionales relevantes y los enlacen de modo de formar proposiciones que tengan sentido. En el caso de que existan relaciones jerárquicas significativas entre los conceptos que se presentan puede ser útil comenzar por ordenarlos. Esto permitirá ver el estado del arte en el conocimiento del alumno. Otra posible estrategia consiste en ayudar a los estudiantes a identificar tres o cuatro conceptos importantes de una sección o de un capítulo de un libro de texto y utilizarlos para iniciar la construcción de un mapa conceptual. Los estudiantes pueden entonces identificar más fácilmente otros conceptos relevantes y adicionarlos para formar sus propios mapas conceptuales. Muchas veces estudiantes considerados con problemas de aprendizaje son en realidad chicos inteligentes que no tienen habilidades ni motivación para el aprendizaje memorístico, pero que sí son capaces de ser los mejores alumnos del aula cuando se les da la oportunidad de representar sus conocimientos de forma creativa y significativa, y esto puede ser promovido especialmente a través de la utilización de mapas conceptuales. Para conseguir un uso significativo de los mapas conceptuales como instrumentos previos a la instrucción es preciso tener en cuenta las siguientes recomendaciones dadas por Novak y Gowin en el libro Aprendiendo a Aprender:
Elegir cuidadosamente los términos conceptuales clave que servirán de base para el mapa. Ayudar a los estudiantes a ir en busca de conceptos relevantes para sus estructuras cognitivas.
Ayudar a los alumnos a construir proposiciones con los conceptos que se les proporcionan y los conceptos que ellos ya conocen, facilitándoles la elección de palabras de enlace apropiadas
para unir los conceptos, o incluso ayudándolos a reconocer
otros conceptos más generales que encajan en la organización jerárquica. Ms. Ana María Teresa Lucca 2
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Ayudar a los alumnos a distinguir los objetos o conceptos específicos de los conceptos más inclusivos
que esos acontecimientos u objetos representan. El producto final de esta estrategia de elaboración de mapas antes de la enseñanza es un buen punto de referencia conceptual a partir del cual los estudiantes pueden construir significados más ricos y motivadores. Esta tarea tiene además la función de ilustrar el desarrollo conceptual. Después de tres semanas de enseñanza, los estudiantes pueden quedar sorprendidos al verificar cuánto han elaborado, clarificado y cómo han relacionado conceptos en sus propias estructuras cognitivas. No debemos perder de vista que el objetivo último en el uso de mapas conceptuales no es simplemente que los alumnos produzcan buenos mapas; el valor educativo está en reconocer y valorar el cambio en el significado de la experiencia humana. De ahí que el impacto afectivo que resulta de vislumbrar el proceso de construcción de conocimiento a través de los mapas conceptuales constituye una excelente oportunidad para estimular un aprendizaje significativo en el alumno. A lo que deberemos dar atención es a la capacidad que un estudiante tiene para identificar y enriquecer el significado de su experiencia. 3. Diseñando un recorrido de aprendizaje Los mapas conceptuales son de algún modo análogos a los mapas utilizados para representar rutas de carreteras, pues los primeros muestran relaciones entre ideas de la misma forma que los segundos muestran relaciones entre lugares. Los mapas conceptuales pueden ayudar a los alumnos a trazar una ruta que los ayude a lograr el objetivo buscado. De esta manera, los docentes podemos construir un mapa conceptual global que represente las ideas más importantes de un semestre o de un año. A partir de ellos podemos construir mapas más específicos referidos a un período de tres a cuatro semanas. Finalmente podemos dibujar un mapa conceptual detallado para uno o algunos días de clase. Tal como en los mapas de rutas, estos tres niveles de alcance son útiles para ayudar a los alumnos a adquirir y recordar un arreglo rico en impresiones detalladas, en significados e ideas coordinados, e incluso en imágenes y sensaciones vividas. Una rápida consulta al mapa mayor debería ser suficiente para recordar los detalles de todo el recorrido. La tecnología actual nos brinda la ventaja de poder poner a disposición de los alumnos los mapas de los tres niveles señalados – globales, más específicos y detallados – de modo que tanto los alumnos como los profesores puedan ver fácilmente dónde estamos ubicados en un determinado momento del proceso de enseñanza-aprendizaje, dónde estuvimos y hacia dónde vamos. Para que los mapas resulten más interesantes (y, al mismo tiempo, con un mayor valor educativo) se pueden adjuntar a ellos fotografías, videos, dibujos o cualquier otro recurso que resulte representativo de los conceptos clave, son el fin de ilustrar objetos o acontecimientos específicos que hayan sido o que vayan a ser encontrados durante el viaje conceptual y para adjudicar significado a la estructura de regularidades más abstractas representadas por los términos conceptuales.
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3. Extrayendo significados de los libros de texto Aprender a leer eficazmente es todo un dilema: es difícil leer palabras y frases cuando tienen poco o ningún significado y, sin embargo, la lectura es un medio muy útil de aprender significados. Entonces, ¿cómo romper este ciclo vicioso? ¿Cómo adquirir el significado sin leer primero un texto y cómo leer un texto que tiene poco sentido para nosotros? Los mapas conceptuales pueden ayudarnos a resolver la situación. Un mapa conceptual que contenga seis o siete conceptos y proposiciones puede servir de mapa de ruta para la lectura de un pasaje particular y ayudarnos a quebrar el círculo viciosos “poco significado – difícil de leer”. Evidentemente es impracticable construir mapas conceptuales para cada párrafo o página de un libro de texto, pero no es una tarea demasiado ambiciosa trabajar con los estudiantes y elaborar juntos un mapa con las ideas fundamentales de una sección o capítulo. Los 10 o 15 minutos que esto puede demorar no sólo pueden ahorrar tiempo al alumno en posteriores lecturas, sino que también puede servir para aumentar sustancialmente los significados que ellos extraen del texto. Por otro lado, dado que es casi cierto que existen concepciones alternativas sobre el contenido de cualquier capítulo que leamos, la elaboración de un mapa previo puede alertar a los estudiantes para evitarlas. A veces, el mayor obstáculo con que nos encontramos al momento de extraer el significado de un texto es aquello que suponemos ya saber, lo que puede no ser correcto o estar en desacuerdo con el punto de vista que se presenta en el texto. No se pretende aquí que los estudiantes queden con la idea de que los textos impresos son siempre correctos; pero hay que ayudarlos a evaluar críticamente las afirmaciones contenidas en ellos y aquello que creen después de haberlos leído. Los mapas conceptuales, tanto globales como específicos, construidos para la lectura pueden ayudar al estudiante a abordar toda la asignatura de un modo más significativo. El desafío es ayudar a los alumnos a percibir la importancia del mapa de ruta conceptual global antes de leer el texto. En este punto estamos nuevamente ante un ciclo, en tanto los significados conceptuales globales que se desarrollan en el texto constituyen parte de lo que el estudiante necesita para poder leer el texto de una manera significativa. Sólo se consigue romper este ciclo si estamos suficientemente capacitados para elaborar mapas conceptuales globales que organicen las ideas que los alumnos ya tienen y que resulten útiles como apoyo en la lectura. Es aquí que la enseñanza se torna un arte además de ser una ciencia. Los mapas conceptuales pueden ser útiles no sólo para comprender los libros de texto tradicionales sino también para comprender mejor obras literarias tales como romances. Pedir a los alumnos que preparen mapas conceptuales que relaten lecturas literarias significa que ellos no tienen sólo que leer una obra, sino que además deben identificar en ella algún significado conceptual. 5. Extrayendo significados de trabajos de laboratorios de campo y/o de estudio Los estudiantes inician frecuentemente un trabajo de laboratorio, de estudio o de campo preguntando acerca de lo que se supone verán o harán; su confusión es tan grande que pueden no llegar al punto de preguntar qué regularidades deben observar en los acontecimientos u objetos, o qué relaciones entre conceptos son significativas. Como resultado, proceden a registrar datos ciegamente, manipular aparejos o hacer montajes sin fin alguno, obteniendo como resultado un débil enriquecimiento de su comprensión de las relaciones que observan o manipulan. Los mapas conceptuales pueden ser utilizados para ayudar a los estudiantes a Ms. Ana María Teresa Lucca 4
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identificar los conceptos clave y sus relaciones, lo que a su vez los ayudará a interpretar los acontecimientos y objetos que observan. Se puede argumentar que cualquier observación o manipulación de materiales del mundo real es valiosa y, hasta cierto punto, esto es verdadero. El tacto, el gusto, el olfato y la textura de los materiales proporcionan algunas de las percepciones primitivas que son necesarias para construir regularidades, y por ende conceptos. Además, se puede también defender que el conocimiento cognitivo o conceptual tiene poca relación con muchas de las regularidades obtenidas por manipulaciones. Probablemente serían mejores los resultados en casi todas las áreas de la actividad humana si los conceptos relevantes de esas áreas y las funciones que desempeñan fuesen comprendidos y utilizados para interpretar los acontecimientos y/o los objetos. Cualquier habilidad es una acción que puede ser vista de una forma más explícita cuando se identifica el conjunto de conceptos que proporcionan significado a la acción, y si se construye con ellos un mapa conceptual. Son conocidas las posibilidades que encierran las actividades de campo como experiencias educativas enriquecedoras pero, muchas veces, estas actividades consisten en poco más que simples excursiones. El principal problema es que la mayoría de las veces ni los guías ni los participantes saben qué se suponen observan ni cuáles son los significados que deberán ser rescatados de esas observaciones. Los estudiantes deben ir al campo provistos de una red de potenciales significados, de modo de ser capaces de interpretar las observaciones que hacen, y un mapa conceptual puede ser una forma bastante eficaz de construir ese contexto. El mapa conceptual sirve como punto de partida para la lección en el aula, antes de la actividad de campo, y para un debate posterior. Kinigstein (1981) descubrió que al utilizar mapas conceptuales de este modo los estudiantes aumentan su comprensión de los conceptos como consecuencia de sus experiencias en el aula y en el campo, y adquieren actitudes extremadamente positivas en lo que dicen respecto al trabajo de campo. Los mapas conceptuales no sólo contribuyen a que los estudiantes adquieran conocimientos significativos a partir de las experiencias de campo, sino que además los ayudan a tener sensaciones positivas y acciones adecuadas durante y después de la experiencia. 6. Lectura de artículos en periódicos y revistas Los mapas conceptuales pueden ser una buena escenografía para tomar notas sobre artículos de periódicos, revistas o publicaciones especializadas. Después de una rápida lectura de un artículo, es relativamente fácil volver atrás y rodear con un círculo los conceptos o proposiciones claves y construir después con ellos un mapa en el cual los conceptos se presenten ordenados jerárquicamente. La elaboración de un mapa conceptual nos permite identificar los conceptos clave y/o proposiciones y reformular de una manera resumida los principales puntos de un artículo. La organización jerárquica tan característica de los mapas conceptuales modela el significado de las ideas que el artículo contiene de manera que encajen en una estructura que permite recordar fácilmente las ideas esenciales del artículo y rever la información que se presenta en él. Para conseguir que un mapa conceptual realizado a partir de un artículo muestre un conjunto más claro y completo de relaciones entre los conceptos o las proposiciones del artículo, muchas veces es preciso acrecentar algunos conceptos o proposiciones clave. Una de las razones que nos lleva a tener muchas veces dificultades en la lectura de pequeños artículos sobre temas que no nos son familiares es que algunos de los conceptos y proposiciones imporMs. Ana María Teresa Lucca 5
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tantes para captar las ideas principales no se repiten, no están situados en el lugar más adecuado del artículo, o están incluso ausentes. Una persona que conozca la materia va acrecentando de modo inconsciente los conceptos y proposiciones involucrados, y ni siquiera se da cuenta de que el artículo está incompleto desde el punto de vista conceptual. Hay muy pocos autores capaces de escribir un artículo técnico destinado a lectores comunes: la mayor parte de los expertos tiende a omitir descripciones explícitas de conceptos clave o proposiciones que les son muy familiares, tornando sus textos conceptualmente oscuros para los lectores legos en la materia. 7. Preparación de trabajos escritos o de exposiciones orales La mayoría de los estudiantes se asustan al tener que escribir un trabajo; son simplemente incapaces de organizar sus ideas cuando se sientan a escribir: contemplar una hoja en blanco es algo absolutamente intimidatorio. La elaboración de mapas conceptuales es una forma de vencer este obstáculo. Es bastante fácil elaborar una lista con algunos conceptos o proposiciones que queremos o debemos incluir en el trabajo. Después, normalmente en pocos minutos, se puede construir un breve mapa conceptual, no un mapa completo con todas las ideas, sino uno suficientemente completo para servir de orientación en la redacción del primer parágrafo. Por regla general, en un buen primer parágrafo de la mayor parte de los trabajos aparecen, establecidos claramente, los cuatro o cinco conceptos y proposiciones de la parte superior del mapa conceptual. Es difícil elaborar un mapa conceptual completo antes de comenzar a escribir un artículo o un capítulo de un texto. Sin embargo, se puede preparar una primera aproximación, la cual puede después ser rápidamente modificada, aumentada o reconstruida a medida que se continúa la redacción del artículo y que la estructura de las ideas a presentar va ganando forma. Los mensajes orales o escritos son necesariamente secuencias lineales de conceptos y proposiciones. Por el contrario, el conocimiento se arma en nuestra mente en una especie de estructura jerárquica u holográfica. Cada vez que decimos o escribimos algo, tenemos que transformar la información de una estructura jerárquica a una estructura lineal. Inversamente, cuando oímos o leemos un mensaje, tenemos que transformar las secuencias lineales en una estructura jerárquica para poder asimilarla en nuestra mente. Los mapas conceptuales pueden ayudar a llevar esta transformación lingüístico-psicológica. Lo mencionado acerca de la realización de trabajos escritos es válido también para la preparación de posters, folletos, exposiciones o maquetas y, sin lugar a dudas para la construir modelos.
8. Resumen Es indudable que los mapas conceptuales son un recurso que contiene enormes ventajas en todos los ámbitos de la vida, pero particularmente se constituyen en un aliado ideal en el campo educativo. Su utilización recorre distintas perspectivas, permitiendo explorar los conocimientos previos de los estudiantes, mostrándoles sus avances a lo largo del proceso de aprendizaje, guiándolos a lo largo de toda una asignatura y en cada una de las etapas especificas, entrenándolos en la lectura de textos, señalándoles aquellos aspectos en los que deben deMs. Ana María Teresa Lucca 6
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tenerse en una determinada actividad como una salida de campo, y hasta organizándolos al momento de elaborar producciones escritas. No obstante, todas estas oportunidades que se abren a través de los mapas conceptuales son perfectamente transferibles a otros aspectos dentro del ámbito educativo, y pueden ser abordadas no sólo desde el punto de vista del docente o del alumno. Todo lo señalado aquí sirve también para que expertos en áreas de conocimiento e investigadores puedan enriquecer su campo de acción.
Ana María Teresa Lucca
Referencias bibliográficas •
Lucca, Ana María Teresa (2011) Aprendizaje significativo.
•
Lucca, Ana María Teresa (2011) Iniciando a los estudiantes en la creación de mapas conceptuales.
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Lucca, Ana María Teresa (2011) La universalidad y ubicuidad de los mapas conceptuales.
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Lucca, Ana María Teresa (2011) Mapas conceptuales y aprendizaje significativo.
•
Novak, J.; Gowin, D. (1988) Aprendiendo a Aprender. Barcelona.
Bajo el marco del proyecto de investigación: Mapas conceptuales: una herramienta para el aprendizaje significativo en matemática Disp. CyT Nº 020/10 - UNPSJB dirigido por Ms. Ana María Teresa Lucca
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