Aprendizaje significativo y colaborativo Ms. Ana María Teresa Lucca Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
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1. Aprendizaje El aprendizaje se constituye en una actividad individual o colectiva que requiere de un proceso interno, permanente, dinámico y activo, vinculado a cambios de cierto modo permanentes. De este modo, supone concebir al estudiante como procesador activo de información y generador de conocimientos, lo cual requiere entonces de motivaciones y actitudes como variables preponderantes a tener en cuenta al momento del diseño y elaboración de materiales y estrategias de enseñanza. Pero estas no son las únicas variables externas que influyen en el proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes, pues debemos considerar además, entre otros, las actividades, el tiempo de respuesta previsto para las mismas y la interacción entre alumnos. Podemos entonces afirmar que:
Aprendizaje ... ... es un proceso, más que un resultado. ... es significativo, ya que integra la estructura lógica de las disciplinas con la estructura psicológica del alumno, capitalizando sus conocimientos y experiencias previas. ... requiere la resolución de problemas y el estudio de casos como estrategias didácticas. ... construye los conocimientos contextualizadamente desde una interacción entre teoría y práctica. ... involucra a la totalidad del ser humano. ... retroalimenta el proceso para su adecuación a los objetivos. ... se construye a partir de un contexto socialmente determinado y se enriquece en dialogo múltiple. Mónica Gallino (2008)
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Todo proceso de aprendizaje requiere atender doce principios básicos psicológicos:
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Ley de la intensidad: se aprende mejor con una experiencia fuerte y dramática que utilizando una débil.
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Ley del efecto: todo ser humano por lo general repite las conductas satisfactorias y evita las indeseables o desagradables.
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Ley de la prioridad: las primeras impresiones de los hechos tienden a ser más duraderas.
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Ley de la transferencia: cualquier aprendizaje es factible de ser extrapolado a otras situaciones o ampliable a nuevos aprendizajes de carácter similar.
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Ley de la novedad: se aprende mejor un conocimiento o hecho novedoso e insólito que uno rutinario o aburrido.
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Ley de la resistencia al cambio: aquellos aprendizajes que requieren cambios en la propia organización son percibidos como amenazantes, y como tales requieren de estrategias especiales para llegar a consolidarlos.
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Ley de la pluralidad: cuanto más sentidos involucre, un aprendizaje será más consistente, duradero y amplio.
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Ley del ejercicio: arraigar un contenido requiere ineludiblemente de la práctica y la repetición.
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Ley del desuso: aquel aprendizaje que no es evocado o utilizado en mucho tiempo está condenado al olvido.
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La motivación: bajo circunstancias ideales, es el propio sujeto quien establece sus propios objetivos de aprendizaje tendientes a satisfacer sus necesidades. Ms. Ana María Teresa Lucca
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La autoestima: cuanto mayor sea la percepción de nuestras capacidades mayor será la asimilación.
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La participación interna y activa de todos y cada uno: cuanto más nos involucremos en el proceso de aprender más rápida y duradera resultará nuestra asimilación.
El aprendizaje no es una actividad que tenga lugar en época de escolarización sino que, ya sea de manera sistemática o espontánea, nos acompaña durante toda la vida. Toda tarea de aprendizaje implica una clara intención: la de provocar el aprendizaje. Como tal entonces requiere de una clara y estratégica planificación sistemática que brinde coherencia al proceso de enseñanza y de aprendizaje. Por ende, es fundamental recorrer las diferentes concepciones acerca del aprendizaje a lo largo de la historia hasta llegar al contexto actual, en el que la educación se torna ineludiblemente mediatizada por la tecnología. 2. Teorías del conocimiento Filosofía griega Las diferentes teorías del conocimiento tienen sus bases en dos grandes sistemas de la filosofía griega: el platónico y el aristotélico.
Platón
El sistema de Platón, que sienta las bases del idealismo, sostiene que las ideas existen en la mente del individuo desde que nace, concepción conocida como de las ideas innatas. Así, es el propio sujeto quien a partir de sus intereses da sentido y existencia al entorno que lo rodea. En este modelo entonces el sujeto ocupa un papel por demás activo, mientras que el objeto es totalmente pasivo. Estas ideas se vieron posteriormente reflejadas en grandes racionalistas e idealistas: Descartes, Leibniz, Kant, Chomsky, Fodor, etc.
Por otro lado, el sistema de Aristóteles, que sustenta al realismo, considera que los procesos de conocimiento se producen mediante los sentidos. La mente humana desde el nacimiento es como una tabla rasa, que carece de ideas innatas, y todo depende del aprendizaje. El objeto, visto como objeto de cognición, existe independientemente del sujeto, quien tiene un rol meramente pasivo y contemplativo. Producto de este proceso de conocimiento surge un reflejo o copia del objeto, de modo que el conocimiento resulta de la “presión” ejercida por el objeto sobre el sujeto. Fruto de estas concepciones aparecieron más tarde los trabajos de Hobbes, Locke, Hume y Ebbinghaus, entre otros.
Aristóteles
Los enfoques actuales consideran la existencia del mundo independientemente del sujeto, quien adopta un papel activo en el proceso mismo del conocimiento. Ambos, tanto objeto como sujeto, juegan un rol activo y mutuamente condicionante, imposible de separar. Es claro que el sujeto es condicionado por el espacio y tiempo en el cual se desarrolla así como por los intereses del entorno que son inherentes a él. 3
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Teoría conductista
W. Wundt
Los primeros laboratorios científicos de psicología surgieron en 1879 a partir de Wilhem Wundt, considerado el fundador del Estructuralismo, y estaban abocados al estudio de los problemas de la percepción a través del llamado método introspectivo. Éste se basaba en informes subjetivos de las sensaciones e imágenes que fluyen por la mente de los sujetos. En reacción a esta metodología surgió en el siglo XX la primera gran revolución psicológica a través de nombres tales como Thorndike, Iván Pavlov y Vladimir Bechterev, que fueron los iniciadores del conductismo, que tuvo su máxima expresión de la mano de John Watson, quien tomó como eje central de estudio a la conducta, esto es, a aquellos procesos observables. Esta tendencia siguió en vigencia durante gran parte del siglo XX a través de los trabajos de, por ejemplo, Skinner y Mager.
El conductismo, generador de enlaces entre la psicología y la biología, considera como objeto de estudio el comportamiento, concebido éste como aquel evento externo y observable que puede manifestar un ser vivo como resultado de su adaptación al medio en el que se desarrolla. A esta concepción se asocian generalmente términos tales como estímulo, respuesta, organismo y caja negra. No se vislumbra aquí la situación dinámica de transformación y de desarrollo de los seres humanos en relación con su entorno. Bajo esta teoría, el aprendizaje es concebido como un cambio de conducta observable, producto de una relación estímulo-respuesta. Los procesos mentales superiores (internos al sujeto) son considerados irrelevantes en tanto no revisten un carácter observable ni medible de manera directa. Así, si no hay cambio observable no hay aprendizaje. Si bien son conocidas en la actualidad las limitaciones de este enfoque, puede considerarse que su mayor legado radica en el uso de refuerzos como modo de fortalecer conductas apropiadas, y la asignación de calificaciones, recompensas y castigos. Teoría cognitiva A mediados de la mitad del siglo XX, y ante el surgimiento de la cibernética, la lingüística y los avances producidos en el campo de la neurofisiología, surge la necesidad de abrir la caja negra y con ello nacen las llamadas Ciencias Cognitivas que van desde la teoría del procesamiento de la información hasta el constructivismo.
Alan Turing •
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La Teoría Congnitiva presenta una nueva visión del sujeto como procesador de información, reconociendo la importancia al cómo las personas organizan, filtran, categorizan y evalúan la información, y a cómo emplean estas herramientas para acceder e interpretar la realidad. En esta nueva teoría pueden reconocerse tres enfoques claves: la Teoría de la Información, el Flujo de la Información y el Procesamiento de la Información, y se establece una clara analogía entre la mente humana y el ordenador, que puede ver su origen en la máquina teórica de Turing: el autómata de estados finitos. Turing se interesó acerca de si las máquinas podían pensar, y para ello consideraba que debíamos:
concebir a la lógica como una disciplina adecuada para comprender el cerebro y la actividad mental, y Ms. Ana María Teresa Lucca
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ver al cerebro como un órgano que encarna principios lógicos en sus elementos constitutivos o neuronas.
Con estos principios, la cognición puede ser entendida como procesamiento de información, esto es, manipulación de símbolos basada en reglas, que funciona a través de cualquier dispositivo que pueda representar y manipular elementos físicos discretos, es decir, símbolos. De esta manera cambia la relación entre observador y observado presente en las teorías anteriores, en virtud de que el observador introduce un orden en la realidad que observa y por ende co-construye la realidad. Todo el conocimiento de la realidad es ahora concebido como construcción de sus observadores, surgiendo así la noción constructivista del aprendizaje. Bajo este enfoque, la realidad es intersubjetiva, y se basa en la noción de un sujeto social, abriendo paso a una comprensión sistémica del ser humano.
El constructivismo ...
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apunta a construir estructuras de significado, y una vez que las ha construido, a monitorear si esta clase de construcción tiene paralelo en el mundo real;
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asume que nada viene de nada, sino que el aprendizaje se vincula con lo que los estudiantes saben o cómo lo adquieren más que de lo que hacen;
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supone que es el propio sujeto quien construye su conocimiento con los términos y creencias y conocimiento formal de que dispone;
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considera que todo lo generado es producto de una combinación de sentimientos, prejuicios y juicios, procesos inductivos y deductivos, esquemas y asociaciones, representaciones mentales, que se conjugan en la resolución de problemas;
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concibe que tanto el conocimiento como la realidad se construyen en interacción con otros en un contexto compartido;
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considera que el intercambio social ante un determinado conflicto cognitivo permite confrontar esquemas propios con los de otros sujetos, adaptándolos y modificándolos en pos de nuevos conocimientos.
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Es claro entonces que el modelo constructivista se centra en el sujeto. El alumno es el protagonista del proceso, en tanto el docente acompaña y actúa como facilitador, mediador, dejando de lado su anterior papel de transmisor y detentor del conocimiento. El constructivismo considera que la construcción de conocimiento se produce; •
cuando el sujeto interactúa con el objeto de conocimiento (Piaget)
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cuando esto lo realiza en interacción con otros (Vygotski)
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cuando es significativo para el sujeto (Ausubel) Ana María Teresa Lucca
Referencias bibliográficas •
Gallino, Mónica. La enseñanza y el aprendizaje. Curso de posgrado. PROED/CEA. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.
Bajo el marco del proyecto de investigación: Mapas conceptuales: una herramienta para el aprendizaje significativo en matemática Disp. CyT Nº 020/10 - UNPSJB dirigido por Ms. Ana María Teresa Lucca
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