DEVOCIONAL MES DE NOVIEMBRE 2020 / IGLESIA VISION CRISTIANA - PASTORES RODAS - SAN LUIS

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DOMINGOS 17:30 hORAS A LAS 18 HORAS 17 hORAS asistir con dni y tapabocas

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LA PRIMERA OBRA DEL ESPIRITU SANTO

DOMINGO 01 DE NOVIEMBRE DE 2020

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l profeta Isaías profetiza lo que sucede cuando el Espíritu Santo cae sobre un pueblo. “Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque” (Isaías 32:15). Él está diciendo: “Cuando el Espíritu Santo viene, lo que una vez fue un desierto estéril se convierte en un campo de cosecha. Un trozo de tierra muerta se desborda repentinamente de fruto y ese campo de frutos se convertirá en un bosque; ustedes podrán aprovechar este bosque año tras año y ser continuamente más fructíferos”. Cuando el Espíritu Santo viene, su primera obra es limpiar su iglesia. Eso es lo que sucedió en Pentecostés. Cuando Pedro comenzó a predicar con la unción del Espíritu, el pueblo fue fuertemente convencido de pecado y gritaron: “¿Qué haremos?” (Hechos 2:37). La respuesta de Pedro fue: " Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (Hechos 2:38). Miles vinieron a Cristo ese día porque reconocieron su pecado y querían libertad. Cuando el Espíritu Santo comienza a tratar con asuntos en la iglesia de Jesucristo, él trata amorosamente con cada individuo, trayendo convicción sobre cada ídolo, cada medida del yo que se exalta contra el conocimiento de Dios. Isaías continúa: “Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia” (Isaías 32:16). Isaías no está hablando de un derramamiento del Espíritu, de una sola ocasión, lo que la gente podría considerar como un “avivamiento”. No, él está describiendo algo que trae un cambio duradero. “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo” (32:17-18). El Espíritu Santo es el administrador de la paz de Cristo, él reparte paz, y no puede haber paz sin justicia. Te animo hoy a orar por más del Espíritu Santo en tu vida. Ora para que él agite tu alma y te atraiga a tu lugar secreto de oración. Él te proveerá de un quieto reposo y de la seguridad de que él estará contigo a través de lo que venga.

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TU LUCHA NO ES MAS GRANDE QUE LA GRACIA DE DIOS

LUNES 30 DE NOVIEMBRE DE 2020

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o podemos entender el Evangelio a menos que conozcamos la naturaleza gloriosa de nuestro asombroso Dios. “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis” (Efesios

1:18). El Evangelio no comienza al reconocer que eres un pecador o al darte cuenta de que Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Comienza al comprender la gracia de nuestro glorioso Padre. Estar en la presencia del Señor ilumina nuestro entendimiento y, sin embargo, nuestros corazones están quebrantados delante de nuestro Dios poderoso y asombroso. Pablo está diciendo aquí: “Quiero que sus ojos estén abiertos a la realidad del carácter de este magnífico Dios al que servimos. Él no es pequeño, mezquino, ni insignificante. Él es el único, verdadero Dios, y quiere que tengamos los ojos abiertos a la revelación de su naturaleza”. Moisés tuvo hambre y sed de saber quién era Dios, cómo eran su naturaleza y su carácter, y clamó: “Te ruego que me muestres tu gloria” (Éxodo 33:18). Pero Moisés no pudo ver el rostro de Dios porque él era demasiado glorioso. Más bien, Dios se acercó a él en una simple revelación: “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (34:6-7). Pídele a Dios que Dios abra tus ojos para que puedas saber “cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder” (Efesios 1:18-19). Considera la inmensurable grandeza de Dios. Nunca pienses que tus problemas son más grandes que la capacidad de Dios para resolverlos. Tampoco pienses que tu lucha con la carne es más grande que su poder para vencer. Y al reconocer su grandeza, dale gracias y magnifica el nombre del Señor por todo lo que ha hecho por ti a causa de su gracia maravillosa. IGLESIA iglesia VISION vision CRISTIANA cristiana DEVOCIONAL DEVOCIONALNOVIEMBRE/2020 agosto/2020

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IGNORANTES DEL PODER DEL ESPIRITU SANTO

DOMINGO 29 DE NOVIEMBRE DE 2020

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menudo podemos poseer algo valioso sin apreciar plenamente su valor o importancia. Se cuenta la historia de un granjero que trabajó en su pequeña granja toda su vida, labrando el suelo rocoso año tras año. A su muerte, la granja pasó a su hijo, quien continuó arando el suelo, pero el hijo encontró una pepita con rayas doradas en el suelo. La tierra estaba llena de oro y al instante se convirtió en un hombre rico. Sin embargo, esa riqueza estaba perdida para su padre, aunque estuvo en la tierra toda su vida. Así es con el Espíritu Santo. Muchos de nosotros vivimos en ignorancia de lo que tenemos, del poder que mora en nosotros. Algunos cristianos viven toda su vida pensando que tienen el Espíritu Santo, pero no lo han recibido verdaderamente en plenitud y poder. Él no está logrando en ellos la obra eterna para la cual fue enviado. Algunos creyentes buscan al Espíritu Santo sólo cuando están en problemas y quieren que él manifieste su poder. Ellos esperan que él baje y arrase con sus problemas. Pero Pedro dice que eso no es verdad sobre el Espíritu. Según él, tenemos el tesoro dentro de nosotros: “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” (2 Pedro 1:3). En el río Jordán, Juan el Bautista les dijo a los fariseos: “Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26). Esos líderes religiosos vieron a Jesús en la carne, y lo escucharon hablar, pero no entendían quién era él. Ellos no sabían acerca de su poder y gloria. Del mismo modo, Jesús le preguntó a su propio discípulo, Felipe: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?” (Juan 14:9). ¿Cuánto tiempo has testificado que has sido lleno del Espíritu Santo? ¿Ha estado contigo muchos años y, sin embargo, realmente no lo conoces? Él es el aquél que nos lleva a través de los tiempos difíciles con un testimonio de gozosa resistencia. Nuestro mayor testimonio para el mundo es ser un cristiano que ha echado todas sus cargas sobre el Espíritu Santo.

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ENTRENA TU OIDO PARA ESCUCHAR LA VOZ DE CRISTO

LUNES 02 DE NOVIEMBRE DE 2020

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ios todavía habla a su pueblo hoy. Y habla tan claramente como lo hizo en el Antiguo Testamento, a los apóstoles, o a la iglesia primitiva. Sin embargo, debemos darnos cuenta de una cosa: Dios elige hablar sólo a aquellos que tienen oídos para oír. Marcos nos dice que Cristo “les enseñaba por parábolas muchas cosas” (Marcos 4:2). En este pasaje, Jesús cuenta la parábola del hombre que siembra la semilla en un campo. Sin embargo, cuando terminó el relato, las multitudes se desconcertaron y se preguntaron: “¿Quién es este sembrador que está describiendo? ¿Y qué representa la semilla?” Jesús no se los explicó; en cambio, la Escritura dice: “Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga” (4:9). Sólo los discípulos y algunos otros querían respuestas, por lo que acudieron a Jesús después, preguntando por el significado de la parábola: “Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola” (4:10). Entonces Cristo se tomó el tiempo para responder a todas sus dudas (ver 4:14-20). Veamos lo que estaba pasando aquí. Jesús le había dado a la multitud una verdad revelada, una palabra dada directamente de la boca de Dios, pero ésta los desconcertó. Quizás te preguntes por qué Jesús no explicó la parábola más claramente al principio, pero yo creo que él estaba diciendo: “Si quieren entender mi Palabra, tendrán que buscarme para obtener la respuesta. Vengan a mí con hambre por una verdad que los hará libres y les daré toda la revelación que necesitan”. Puedo imaginar que cuando la mayoría de la multitud, ese día se fue a casa, sus vecinos se reunieron alrededor de ellos, ansiosos por escuchar lo que Jesús había dicho. “Cuéntennos todo lo que aprendieron”, insistieron. Y aunque ellos pudieron haber recitado las parábolas, sus palabras habrían sido muertas, sin vida, sin poder transformador de vida. Fueron los que se quedaron atrás, quienes se quedaron en su presencia, aquellos que recibieron la revelación transformadora de vida de Cristo. ¿Estás dispuesto a esperar en Cristo para recibir sus secretos? Renuncia a tus comodidades para hacer lo que sea necesario para entrenar tu oído para oír su voz. IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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UNA ADVERTENCIA SERIA SOBRE EL EVANGELIO DILUIDO

JUEVES 03 DE SETIEMBRE DE 2020

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a gran preocupación de nuestro Padre celestial es que ningún “otro evangelio” nos aleje de la cruz de Jesucristo. Muchos cristianos han naufragado en la fe porque se les dio una palabra halagadora hace años, tal vez algo como esto: “Vas a tener un gran ministerio y ganarás miles de almas para el Señor”, y ni una sola palabra aconteció. Ahora esas ovejas están totalmente desanimadas, su fe sobre un montón de cenizas. Si vas a recibir una palabra del Señor, deja que sea de las Escrituras. Mejor aún, deja que sea producto de tu precioso tiempo pasado en el cuarto de oración con Jesús. Deja que tus amigos piadosos más cercanos prueben esa palabra contigo para confirmarla; de lo contrario, si permites que algo se interponga en el camino del verdadero evangelio, terminarás en la desesperación. Pablo estaba preocupado por una peligrosa invasión contra la iglesia de Cristo cuando les dijo a los efesios: “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:30). La palabra griega “perverso” aquí, significa persistencia obstinada en promover un error. Pablo estaba advirtiendo: “Algunos de ustedes en autoridad se levantarán y traerán un evangelio distorsionado, introduciendo una corrupción del evangelio puro”. ¿Cómo podría suceder esto entre los líderes de esta iglesia? Nota que Pablo no se refería a los lobos o ladrones de viudas. No, se estaba refiriendo a los ministros que se acobardan y se rehúsan a predicar todo el consejo de Dios, aquellos que presentan un evangelio diluido, un medio evangelio, sólo una parte de la Palabra de Dios. Es responsabilidad de cada creyente asegurarse de estar sentado bajo la enseñanza de un buen pastor, uno que predica toda la Palabra de Dios sin transigencias. Jesús dice: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Esto significa que el ministro de Dios dejará a un lado todo su orgullo y temor del hombre, para alimentar a su rebaño con la Palabra pura de Dios. Asegúrate de no conformarte con nada menos.

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EL HAMBRE PRODUCIDO POR LA FALTA DE PERDON

SABADO 28 DE NOVIEMBRE DE 2020

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erdonar no es sólo un acto de una sola vez, sino un estilo de vida, destinado a llevarnos a toda bendición en Cristo. “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:4445). Según Jesús, el perdón no es una cuestión de escoger o elegir a quiénes debemos perdonar. No podemos decir:“Me has herido demasiado para perdonarte”. Cristo nos dice: “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” (5:46). Sin importar contra quién guardes rencor, si te aferras a ello, te llevará a una amargura que envenenará todos los aspectos de tu vida. La falta de perdón provoca una hambruna espiritual, una debilidad y una pérdida de fe que aflige a todos los que te rodean. El perdón transforma vidas, haciendo que las ventanas del cielo se abran. Llena nuestra copa de bendición espiritual hasta el borde con abundante paz, gozo y reposo en el Espíritu Santo. La enseñanza de Jesús sobre este tema es muy específica; y si quieres moverte en la maravillosa atmósfera de la bendición, entonces presta atención a sus palabras. “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15). ¡No te equivoques! Dios no está haciendo un trato con nosotros aquí, al decir: “Porque has perdonado a otros, yo te perdonaré”. Más bien, Jesús está diciendo: “La confesión completa del pecado requiere que perdones a otros. El verdadero arrepentimiento significa confesar y abandonar todo rencor, crucificando todo rastro de amargura hacia los demás”. “Perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará … porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:37-38). Esto va de la mano con su Bienaventuranza del mismo sermón: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7). Él quiere que perdones a los demás para que puedas avanzar hacia las bendiciones y el gozo de ser hijo.

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ACEPTOS POR EL PADRE

DIOS NOS ALCANZA EN MEDIO DEL CAOS

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21). Creo que la justificación por la fe es la verdad fundamental del cristianismo. No puedes conocer el verdadero descanso y la paz hasta que estés convencido de que nunca podrás ser justo ante los ojos de Dios por tus propias obras. Si no entiendes la justicia perfecta de Cristo que es tuya por la fe, llevarás una vida de trabajo y sudor, tratando de agradar a Dios a través de un intento legalista e inútil de establecer tu propia justicia. Pero la verdad es que nunca podrás llevar justicia alguna al Señor. Un conocido pasaje en Isaías dice que toda nuestra justicia es como trapo de inmundicia a los ojos de Dios (Isaías 64:6). Esto no significa que Dios desprecie nuestras buenas obras, en absoluto. Dios quiere nuestras acciones rectas y debemos hacer todas las buenas obras que podamos. Pero si crees que éstas te harán merecer tu salvación, entonces no son más que trapos de inmundicia. Por supuesto, puedes sentirte bien por las buenas obras que haces. Por ejemplo, probablemente disfrutarás de un momento de victoria y satisfacción cada vez que soportas la tentación. Pero al día siguiente vuelves a caer en un pecado y rápidamente pierdes tu gozo. Crees que el Señor está enojado contigo y piensas: “Nunca lo lograré”. Tal viaje de montaña rusa, de altos y bajos emocionales puede acabar en una vida de sufrimiento. ¿Por qué? ¡Porque estás intentando agradar a Dios en tu carne! Amados, ninguna justicia de la carne podrá alguna vez presentarse delante de Dios. Incluso las mejores personas entre nosotros, los santos más morales y piadosos, todos fallaron miserablemente y no alcanzaron la gloria de Dios. Ninguno de nosotros puede ser acepto ante los ojos del Padre por nuestras propias obras. Pero la buena noticia es que somos totalmente aceptos por él a través de Cristo.

avid fue un hombre de gran fe que se convirtió en un rey piadoso, sabio y amado. "Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él" (1 Samuel 18:14). Él era un hombre de mucha oración, que alababa al Señor como poca gente lo hacía y bendecía el corazón de Dios con sus canciones. Nadie podría haber tenido mayor intimidad con el Señor que David. Nos encanta leer acerca de las muchas proezas de David (matar leones y osos y, finalmente, el poderoso gigante Goliat). El Espíritu de Dios estaba sobre este hombre y el Señor claramente tenía un gran plan para su vida. Pero luego el Rey Saúl fue tras David con ira y David corrió por su vida, escondiéndose en cuevas hasta que simplemente se cansó de la batalla. Estaba cansado y debió pensar: “¡Estoy tan harto de esto! Si soy tan especial para el Señor, elegido para esta hora, En su momento de desesperación, David huyó a un lugar llamado Gat, la misma ciudad natal del gigante Goliat, a quien había matado. David no había consultado al Señor acerca de esto; él sólo huyó impulsivamente. Buscando refugio, David puso su vida en manos del rey Aquis de Gat; y quedó atrapado en su propia insensatez. A pesar de que David fue infiel en ese momento, Dios se mantenía fiel y su plan para David todavía estaba en su lugar. Dios no lo descartó; de hecho, él estaba moviendo todo a su lugar para garantizar la bendición de David. “Yo ungí a David como rey, ¡y él será rey! Él tiene un corazón contrito y mi plan para él todavía está en la agenda”. Quizás, como David, tú has pasado por algún tipo de período sin sentido en tu vida. En medio del caos, has actuado según la carne y has corrido delante de Dios. Si es así, ¡no te desesperes! Es posible que te hayas desviado, pero el plan de Dios todavía está en su lugar. Tu padre permanece fiel

VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2020

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MIERCOLES 04 DE NOVIEMBRE DE 2020

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CONFORMADOS SOLOS A JESUCRISTO

DULCE COMUNION LA QUE GOZO YO...

El corazón del verdadero mensaje de gracia no es un evangelio permisivo sino uno que enseña la santidad!“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:11-13). Según Pablo, no podemos caminar en la gracia hasta habernos liberado de las corrupciones mundanas. Si no nos esforzamos por el poder del Espíritu Santo para llevar vidas piadosas y justas, esperando la venida del Señor en cada momento que estemos despiertos, no conoceremos la gracia de Dios. Demasiados cristianos quieren el perdón, pero eso es todo. No quieren ser liberados de este presente siglo porque lo aman. Están apegados a sus pecados y no quieren renunciar a los placeres de este mundo. Entonces se aferran a una doctrina que dice: “Puedo vivir como me plazca, mientras diga que yo creo”. Lamentablemente, estos cristianos no quieren escuchar acerca de la obediencia, el arrepentimiento o la negación de uno mismo. Ellos preferirían vivir en este mundo sin restricciones. Pablo escribe: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). ¡Debemos romper con este mundo por completo y conformarnos sólo a Cristo! Jesús nos justifica a través de la fe con un propósito: Darnos la valentía y el poder para resistir al diablo y vencer al mundo, en el poder del Espíritu de Dios. Sí, Jesús murió por nosotros para que podamos tener vida eterna, pero también murió para que podamos disfrutar de la liberación ‘en’ y ‘de’ este presente siglo malo. “El cual [Jesucristo] se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:4).

os discípulos le dijeron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar" (Lucas 11:1). Ellos no habrían hecho esa pregunta si no hubieran querido aprender. Creo que a la mayoría de los cristianos les encantaría ser fieles en la oración, pero les falta el entendimiento de cómo orar. No ha habido escasez de instrucción por parte de maestros bien intencionados que comparten fórmulas y estrategias para la oración efectiva; y aunque no estoy condenando nada de esto, creo que el tipo de oración que más agrada a Dios es muy simple. Muchos cristianos oran por un sentido de obligación; otros sólo oran cuando ocurre una tragedia o cuando una crisis les sobreviene. Pero tenemos que comprender la verdad fundamental de que la oración no es sólo para nuestro propio bienestar o alivio sino para el deleite del Señor. Dos elementos básicos deben ir juntos: nuestro beneficio y el deleite de Dios. No debemos meramente interceder por las cosas que necesitamos, sino que debemos pedir las cosas que él desea. Por supuesto, necesitamos despojarnos de la carga de nuestros corazones y buscar una provisión de su fuerza, pero los cristianos pueden ser muy egocéntricos cuando se trata de la oración. Él nos ha dicho que echemos toda nuestra ansiedad sobre él, pero nuestra oración no es completa si no comprendemos también la necesidad de Dios, su deseo de estar cerca de nosotros, en intimidad y comunión. “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (Mateo 6:25). Y de vuelta en 6:8, Jesús dice: “porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. Dios nos está diciendo: “Cuando vengas a mi presencia, centra tu atención en la comunión conmigo, en llegar a conocerme. Yo ya sé tus necesidades; no tienes que pedir una y otra vez. ¡Me ocuparé de todas ellas! Sólo búscame y disfrutemos de una dulce comunión”.

JUEVES 05 DE NOVIEMBRE DE 2020

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JUEVES 26 DE NOVIEMBRE DE 2020

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EL SEÑOR ES EL SALVADOR DE SU PUEBLO

LAS VERDADERAS BENDICIONES ESPIRITUALES DE DIOS

MIERCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2020

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uchos cristianos tienen la noción equivocada de que Dios se deleita sólo en castigarnos y corregirnos. ¡No! La Biblia nos dice que él no se deleita en disciplinar a sus hijos. Por el contrario, Jesús dice: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). Él nos asegura: “¡Te daré todo lo que necesitas porque mi corazón está decidido a bendecir!” En ninguna parte de la Biblia encontramos a Jesús maldiciendo a alguien (lo único que él maldijo fue una higuera). Ningún predicador, apóstol, profeta o pastor en toda la historia ha bendecido a la gente más que Jesús. Considera el Sermón del Monte: “Bienaventurados los pobres en espíritu…Bienaventurados los que lloran…Bienaventurados los mansos… Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia…Bienaventurados los misericordiosos…los de limpio corazón…los pacificadores… los que padecen persecución” (ver Mateo 5:3-10). Por donde Jesús fuera, él bendecía. Él tomaba a los niños en sus brazos y los bendecía (ver Marcos 10:14). Él bendecía a los que celebraban fiestas para los pobres y lisiados.“Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar” (Lucas 14:13-14) Me toca profundamente el corazón que las últimas palabras de Jesús antes de dejar a sus discípulos fueran palabras de bendición. Lucas dice que Cristo “les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (24:45). Y luego: “alzando sus manos, los bendijo” (Lucas 24:50). En este momento, tú puedes estar pensando: “Puedo entender cómo el Señor bendeciría a los niños, a los nuevos convertidos o incluso a los cristianos en los países pobres que necesitan milagros sólo para tener comida. Pero no puedo entender ese tipo de bendiciones para mí. Me siento tan indigno”. Amado, ¡nunca serás digno de las bendiciones de Dios! Nadie lo es, pero él viene a nosotros estrictamente en su misericordia y gracia para bendecirnos con bendiciones espirituales más allá de nuestra comprensión. IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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VIERNES 06 DE NOVIEMBRE DE 2020

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ientras leo el Antiguo Testamento, encuentro mi fe muy alentada por el ejemplo que David dejó. Estoy impresionado por su determinación en escuchar a Dios en medio de sus tiempos peligrosos. Después de una batalla, David y su ejército estaban haciendo un viaje de tres días de vuelta a casa cuando su aldea de repente fue atacada por los amalecitas. Este enemigo feroz secuestró a las familias de David y de sus hombres y quemó toda la ciudad. Imagínense la escena cuando ellos regresaron: “Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos” (1 Samuel 30:3). Me imagino a estos poderosos hombres, caminando atónitos y desconcertados, gritando en agonía: “¿Cómo pudo suceder esto? ¿Por qué lo permitiría Dios?”. “Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar” (30:4, énfasis añadido). Esta escena de la vida de David nos muestra que cuando la calamidad golpea, indudablemente, es tiempo de llorar. Después de todo, este no era un desastre pequeño. No fue sólo la pérdida de hogares, ganado o cultivos, lo que produjo que los poderosos hombres de David lloraran; pronto superarían eso. Más bien, era la amenaza para sus amadas esposas e hijos, la que atravesaba sus almas. Y lo que siguió a esta escena podría haber sido aún más desastroso para David: "Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma" (30:6).Amados, incluso los más piadosos entre nosotros pueden experimentar un temblor de corazón, una repentina oleada de miedo, cuando llega una terrible crisis. En tal momento, no es pecado tener un momento de profunda ansiedad. Pero el Señor quiere que todo corazón cansado y turbado oiga: "¡No temas! ¡Ten animo, porque IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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PAZ CUANDO PARECIERA NO HABER MILAGROS as sanidades que Cristo realizó fueron instantáneas, visibles para los presentes. “(Dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. Entonces él se levantó y se fue a su casa” (Mateo 9:6-7). El hombre lisiado con el cuerpo nudoso que yacía junto al estanque de Betesda repentinamente tuvo un cambio físico externo para poder correr y saltar (ver Juan 5:5-8). Este fue un milagro que tuvo que asombrar y conmover a todos los que lo vieron. ¡Otro milagro instantáneo! Las provisiones de alimento que hizo Cristo fueron progresivas. Él ofreció una simple oración de bendición, luego partió el pan y el pescado seco, sin dar ni una señal ni un sonido de que estaba ocurriendo un milagro. Sin embargo, para alimentar a tanta gente, tuvo que partirse el pan y el pescado miles de veces, durante todo el día. Y cada pedazo de pan y pescado fue parte del milagro. Así es como Jesús realiza muchos de sus milagros en la vida de las personas de hoy. Oramos por maravillas instantáneas y visibles, pero a menudo nuestro Señor está obrando en silencio, haciendo un milagro poco a poco, pieza por pieza. Es posible que no podamos oírlo o tocarlo, pero él está obrando, dándole forma a nuestra liberación más allá de lo que podamos ver. Puede que ahora mismo estés en medio de un milagro y simplemente no lo estés viendo. Estás desanimado porque no ves ninguna evidencia de la obra sobrenatural de Dios a tu favor. David dijo: “En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos” (Salmos 18:6). Piensa en una dificultad que estás enfrentando en este momento, tu mayor necesidad, tu problema más preocupante. Has orado por eso durante tanto tiempo. ¿De verdad crees que el Señor puede resolverlo y lo resolverá de maneras que tú no puedes concebir? Ese tipo de fe ordena al corazón que deje de inquietarse o hacer preguntas. Te dice que descanses en el cuidado del Padre, confiando en que él lo hará todo a su manera y en su tiempo.

NO TEMAS A LAS MENTIRAS DE SATANAS

SABADO 07 DE NOVIEMBRE DE 2020

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MARTES 24 DE NOVIEMBRE DE 2020

Hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto y verdadero delante de Jehová su Dios. En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado” (2 Crónicas 31:20-21). En muchas palabras, las Escrituras dicen que Ezequías fue el rey más grande que Israel haya tenido. Se nos dice que su corazón estaba tan puesto en el Señor que ningún rey antes o después de él fue como él. Luego considera el siguiente versículo: “Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas” (32:1). Nota la frase inicial: “Después de… esta fidelidad…” Esto se refiere a todo el bien que había hecho Ezequías: su andar en la verdad y santidad; su búsqueda de Dios; su adhesión al Señor; su lucha contra el pecado y el transigencia; su profunda oración y confianza; el avivamiento nacional que dirigió. Después de estas bendiciones, dice la Escritura, entonces entró el diablo. Principados y potestades de las tinieblas rodearon al rey justo y al pueblo de Dios, desatándose una guerra total para derribarlos y destruir su fe. Sí, todo esto sucedió después del establecimiento de los muchos ministerios de Ezequías, que eran estables, maduros y bien fundamentados. Satanás no estaba desperdiciando sus poderes en un hijo de Dios débil, inexperto y vacilante; él apuntaba con sus armas más intensas a un gigante espiritual. Este hombre piadoso no vivía en pecado o rebelión; fue uno de los siervos más fieles de Dios. Y sin embargo, prácticamente de la noche a la mañana, Ezequías se encontró en una situación imposible. Y el Señor no explicó por qué le había sobrevenido este terrible asedio. En Ezequías, vemos una clara ilustración del plan del diablo contra todo siervo devoto de Dios. En nuestros propios tiempos de prueba y tentación, Satanás viene a nosotros trayendo mentiras: “Eres un fracaso, de otra manera no estarías pasando por esto. Hay algo mal contigo y Dios está disgustado”. La Biblia nos dice que Dios libró a Ezequías de manera sobrenatural (ver 1 Reyes 19:35). Y desde la cruz de Cristo, el pueblo de Dios ha tenido promesas incluso mejores que las que tuvo Ezequías. Recuerda, ora, incluso en silencio, y rehúsa temer los ataques de Satanás. ¡Dios mismo se ocupará de tu enemigo y trabajará su plan para librarte!

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HABILIDADES SOLO DADAS POR DIOS

ATENTOS A SU PRESENCIA

LUNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2020

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ay muchas palabras hebreas y griegas en las Escrituras que expresan los matices, la profundidad y el significado del compromiso y la “resolución” de Dios hacia nosotros, y de nuestros votos y decisiones delante de él. Una definición del concepto de “resolución” en el Antiguo y Nuevo Testamento es: “Un decreto divino; una esperanza humana; una proclamación de verdadera intención y voluntad firme; un desafío por responder; compromiso de corazón y voluntad; una decisión que creará el momento; una nueva era; el comienzo o el final de un período o conjunto de conductas; una declaración o proclamación pública o personal que refleje un compromiso verdadero y un deseo profundo”. La “fe con resolución” es el encuentro de una decisión humana honesta con el poder divino que nos insta y nos cambia. Es la intervención y transformación del Espíritu Santo en nuestra historia. Es la mano de Dios que sostiene la nuestra. Escucha esta promesa que Pablo les escribió a los tesalonicenses y que Dios mismo te la está escribiendo: “Es por eso que siempre oramos por ustedes para que nuestro Dios pueda cumplir con su poder todos sus planes de bondad y gracia para con ustedes mediante la obra de la fe de ustedes; que por su poder, él les permitirá y los hará capaces de cumplir, dándole vida a la fe de ustedes, por su gracia”. Es de suma importancia que nos demos cuenta de que sólo Dios, por su gracia y Espíritu, puede hacernos capaces de cumplir cualquier resolución. Pablo les recuerda a los filipenses su única fuente de poder: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). Este es un principio espiritual, una ley del reino, ese momento en el que Dios responde en respuesta al corazón que reconoce completamente su insuficiencia y absoluta incapacidad para agradarle por su propia fuerza o voluntad. Es la muerte de la voluntad propia, la determinación propia, la autodependencia y la confianza en uno mismo lo que nos lleva al poder de la resurrección. Es la conexión divina y el momento en el que todo el potencial, la omnipotencia y la capacidad del cielo entran en escena para hacer posible tu resolución humana. Es sólo por su poder que podemos cumplir y lograr la resolución que él escribe en nuestros corazones por su Espíritu. IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE DE 2020

Con todo mi corazón te he buscado… En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti… En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos” (Salmos 119:10-11, 15). Como líder ministerial, ocasionalmente me pregunto a mí mismo y a mis compañeros de trabajo: “¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Cuál es nuestro propósito?” La respuesta superficial corta es que llevamos a cabo un ministerio mundial para edificar el cuerpo de Cristo, alcanzar a los perdidos y ministrar cuidado amoroso a los necesitados. La respuesta real a la pregunta central de por qué estamos aquí es la misma tanto para los discípulos más jóvenes de Cristo como para el líder ministerial más experimentado y sabio. La respuesta es que estamos aquí para ministrar a Jesús. Es imposible ministrar a nuestro Salvador y Señor a menos que comencemos en su presencia. Ningún cristiano se desviará, se equivocará ni se extraviará jamás si comienza en la presencia de Cristo y nunca la abandona. El rey David es un ejemplo de la importancia de esta práctica. Él se enfrentó a ejércitos enemigos que requerían un pensamiento rápido y decidido en medio de situaciones de vida o muerte. Y tenía que gobernar un reino dividido entre Israel y Judá. Entonces, ¿cómo logró David sus propósitos de traer gloria a Dios y terminar como el rey más renombrado de IsraeL. David se movió en victoria porque su corazón era ministrar al Señor en cada situación. La Biblia aclara esto en sus acciones y en todos los salmos de adoración y anhelo que escribió. Ministrar al Señor siempre estuvo al frente mientras David seguía las palabras que Dios puso delante de él. Otro ejemplo es Samuel. Fue conocido como un gran profeta en Israel, pero no por sus relaciones estratégicas con reyes y líderes. Las Escrituras dejan en claro que Samuel tenía un corazón para ministrar al Señor desde muy joven. Incluso cuando era niño, Samuel estaba continuamente en el templo buscando la presencia de Dios, y esa relación, sobre todas las cosas, le dio a Samuel influencia en personas desde el peldaño más bajo de la vida hasta los cargos más altos del país. David y Samuel nos muestran que para lograr las obras de Dios, debemos conocer su presencia. Lo mismo es válido para todos los creyentes de hoy. Seguir al Señor significa enfocarse en Jesús, centrarse en Jesús y tener poder en Jesús. La Biblia llama a Cristo el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todas las cosas; y eso se aplica a nuestras vidas. ¡Él debe ser todo para nosotros!

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EL PODER DEL COMPAÑERISMO

ATORMENTADOS EL “Y SI”

Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito” (2 Corintios 7:6). Pablo hizo un viaje ministerial a Troas, donde se le uniría su hijo espiritual Tito. Él anhelaba ver a su hijo piadoso en Cristo y sabía que su presencia le levantaría el ánimo. Sin embargo, después de que Pablo llegó a Troas, Tito no apareció. Las puertas del ministerio se abrieron para Pablo en Troas, pero el corazón del apóstol se había compungido mientras esperaba la llegada de Tito. Pablo escribió sobre esta experiencia: “Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor, no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito… [así que] partí para Macedonia” (2 Corintios 2:12-13). Pablo hizo algo que nunca había hecho en su vida, algo que era contrario a todo lo que él predicaba; se alejó y se dirigió inquieto a Macedonia. ¡Qué imagen de un soldado herido de la cruz! El gran apóstol estaba abatido en mente, cuerpo y espíritu. ¿Por qué? ¿Qué había llevado a Pablo a tal punto? El mismo apóstol lo explica. “No tuve descanso en mi espíritu, porque no encontré a mi hermano Tito”. Estaba solo y necesitaba desesperadamente compañerismo. Satanás siempre viene a atacarnos cuando estamos cansados de la batalla. Ahí es cuando somos más vulnerables a sus mentiras; y el enemigo podría haber golpeado a Pablo con dos golpes malévolos:“Tito no ha venido porque te ha rechazado” o “Tito no está aquí porque ya no eres efectivo, Pablo. Tu ministerio, simplemente no está dando frutos”. Si has caminado en intimidad con el Señor, sabes muy bien lo que Pablo estaba enfrentando. Satanás es el padre de la mentira y ahora mismo puede estar enviando mentiras similares. “Todos te han rechazado. No tienes lugar en la obra del reino de Dios. Sólo estás ocupando espacio”. Tito llegó a Macedonia y llegó con un espíritu refrescante. El corazón de Pablo se enalteció cuando los dos hombres tuvieron compañerismo y él escribió: “Lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones” (2 Corintios 7:4). ¡Dios usa personas para refrescar personas! Hoy, busca la oportunidad de ser un Tito para alguien abatido de espíritu. Quizás una simple llamada telefónica traerá consuelo y refresco a un hermano o hermana en Cristo y el resultado será la sanidad del espíritu.

Dios le agrada que confiemos en él; y somos contados como justos como Abraham porque escuchamos el llamado de confiar todos nuestros mañanas en sus manos (ver Romanos 4:3). Jesús también nos llama a esta forma de vida. “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:31-33). Jesús luego agrega: “No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (6:34). Jesús no quiere decir que no debamos planificar el futuro. Más bien, simplemente está diciendo: “No estés ansioso ni te preocupes por el mañana”. Cuando pensamos en ello, la mayoría de nuestras ansiedades se refieren a lo que podría suceder mañana. Constantemente nos acosan dos palabritas: ¿Y si? ¿Y si la economía falla y pierdo mi trabajo? ¿Cómo sobrevivirá nuestra familia? ¿Y si pierdo mi seguro médico? ¿Y si mi fe me falla en tiempos difíciles? Todos tenemos muchas ansiedades del tipo “y si”. Jesús interrumpe nuestros “y si” y nos dice: “Tu Padre celestial sabe cómo cuidar de ti. No necesitas preocuparte porque tu Padre sabe que necesitas todas estas cosas y es fiel para alimentarte, vestirte y suplir todas tus necesidades” “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?… Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (Mateo 6:26-29). Con gusto entregamos todos nuestros ayeres al Señor, entregándole nuestros pecados, fracasos, dudas y temores pasados. Entonces, ¿por qué no hacemos lo mismo con nuestros mañanas? Pablo dice: “Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” (Filipenses 3:13). Te animo a que confíes en el Señor todos tus mañanas y dejes que tu prueba presente predique el mensaje de su fidelidad.

LUNES 09 DE NOVIEMBRE DE 2020

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DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2020

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EL CUIDADO INTIMO DEL SEÑOR SOBRE TU VIDA

SABADO 21 DE NOVIEMBRE DE 2020

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urante tiempos de calamidad, podríamos preguntarnos: “¿Dónde está enfocado el ojo del Señor en todo esto?” Podemos estar seguros de que Dios no se centra en los planes descabellados de los líderes trastornados, no importa cuán poderosos sean. “El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana… tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca” (Isaías 40:23-24). Isaías nos dice: “Tan pronto como estas 'semillas' se plantan y echan raíces en la tierra, Dios sopla sobre ellas y se secan. Los malvados gobernantes de la tierra son atrapados en su torbellino y arrastrados como paja. Él los reduce a nada”. Para probarnos esto, Jesús dijo: “No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). Incluso en medio de la gran agitación mundial, el enfoque principal de Dios no está en los tiranos; su atención se centra, durante cada circunstancia, durante cada detalle, en la vida de sus hijos. Cristo dice en el versículo siguiente: ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre” (10:29). En la época de Cristo, los gorriones eran la carne de los pobres y se vendían dos por un centavo. En las calles se podía ver a los cazadores de pájaros cargando cestas llenas de gorriones atrapados. Sin embargo, Jesús dijo: “Ninguna de estas pequeñas criaturas cae al suelo sin que su Padre lo sepa”. Según el comentarista de la Biblia William Barclay, la palabra de Jesús “caer” en el versículo anterior significa más que la muerte del pájaro. El significado arameo es “iluminar el suelo”. En otras palabras, “caer” aquí indica cada pequeño salto herido que hace un pajarillo. Cristo nos está diciendo, en esencia,“El ojo de tu Padre está en el gorrión, no sólo cuando muere, sino incluso cuando está moviéndose sobre el suelo. Dios ve cada pequeña lucha y se preocupa por cada detalle de su vida”.Entonces Jesús dice: “Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (10:31). En pocas palabras, el que hizo y contó todas las estrellas, que mantiene las galaxias en sus órbitas, tiene sus ojos puestos en ti. ¡Así que encuentra reposo y seguridad en él!

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USANDO LO IMPOSIBLE PARA TRAER REDENCION

MARTES 10 DE NOVIEMBRE DE 2020

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acarías 4:6 dice: “Me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Cuando oramos por lo imposible, significa que reconocemos que nada se logrará por nuestras habilidades naturales o nuestros propios mecanismos, sino por el Espíritu de Dios. ¡Los milagros, para el cristiano, no deberían ser algo que simplemente aceptamos, sino que los debemos esperar! Ahora, al decir eso, no significa que Dios arroje sus milagros como artículos que se pueden encontrar en la tienda de un dólar. Los milagros de Dios no son para nuestro deleite o lujo personal. Sí, él puede bendecirnos, pero él no es un genio cósmico que reparte milagros baratos para nuestro propio beneficio egoísta. Dios obra en lo imposible para traer redención y glorificar su nombre. La voluntad de Dios consiste en realizar la obra de Dios en nuestras vidas. Es por eso que algunas personas son sanadas milagrosamente de enfermedades y otras no. ¿Qué producirá más propósito y más gloria a Dios en nuestra situación? Oramos y creemos en el Señor por lo imposible y lo observamos llevar a cabo lo que lo natural no puede hacer. Dios declara a través de las promesas de su Palabra que él te tomará y te convertirá en algo mucho más grande de lo que eres. Es el testimonio visible que Dios da a su iglesia, de que tú y yo somos mucho más de lo que podríamos esperar ser en nuestras propias fuerzas. Cambiamos por el Espíritu de Dios, dice Pablo, de imagen en imagen y de gloria en gloria (ver 2 Corintios 3:18). Las vidas cambiadas de las personas, redimidas por el poder de la cruz, son el mayor testimonio de la verdad del evangelio para nuestro mundo caído y necesitado. Los discípulos se reunieron y oraron al unísono: “Tú eres Dios”. Y ahí es donde nuestra oración debe comenzar: “¡Tú eres Dios! Tú hablaste y el universo fue creado. Tú hablaste y la vida nació. Tú hablaste y los animales fueron creados. Tú miraste el polvo de la tierra, hablaste y soplaste y el hombre se convirtió en un alma viviente. Tú eres Dios, ¡nada es imposible para ti!” IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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EL FAVOR COMPLETO DE LA PRESENCIA DE DIOS

HAY PODER EN LA ORACION

MIERCOLES 11 DE NOVIEMBRE DE 2020

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uchos de nosotros tenemos una idea equivocada de lo que es “estar en la presencia de Dios”. Tendemos a pensar en ello como un sentimiento, una emoción o un momento sobrenatural. Todo esto puede acompañar la presencia de Dios, pero no la definen. La presencia de Dios es simplemente él mismo, su ser. Con el Espíritu Santo residiendo en nosotros, siempre tenemos la presencia de Dios, y eso es algo increíble. Pablo dice: “Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27). En la época del Antiguo Testamento, el Señor daba a conocer su presencia rasgando los cielos o manifestándose a través de una columna de fuego o una nube de humo. Cuando Jesús vino, cambió la forma en que experimentamos la presencia de Dios. A través de Cristo, pudimos ver la presencia de Dios. La vida de Jesús reveló exactamente cómo es Dios: cuán completamente lleno de amor, gracia, misericordia, poder, verdad y justicia él está. El Hijo de Dios vino a la tierra como una representación exacta de la naturaleza del Padre celestial. Aún más increíble es que a través del Espíritu Santo que vive en nosotros, se produce una transformación cuando aceptamos a Jesús: “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” (2 Pedro 1:3-4). Tener la naturaleza de Dios en nosotros significa que no tenemos que tratar de ser santos; somos santos, en virtud de su presencia en nosotros. No tenemos que intentar ser aceptos, él nos hace aceptos. No tenemos que intentar ser buenos; ya somos buenos por su naturaleza divina, que reside en nosotros por su Espíritu. Jesús te compró una vida libre de vergüenza y temor. Puedes vivir con abandono sin obstáculos ni condenación. Es por eso que Pablo exhorta: “Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DE 2020

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stamos viendo calamidades en una escala nunca antes vista: Peste (COVID 19), huracanes, incendios, inundaciones, sequías, disturbios nacionales. El temor y la desesperación abundan por todos lados e incluso los comentaristas más escépticos dicen que ya estamos viendo el comienzo de la Tercera Guerra Mundial.¿Qué puede hacer el pueblo de Dios para mover su corazón en estos tiempos difíciles? De cierto la iglesia no es impotente. El profeta Joel dijo:“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón… convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia” (Joel 2:12-13). Todos los profetas del Antiguo Testamento convocaron al pueblo de Dios a una oración colectiva. Jesús mismo declaró: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada” (Mateo 21:13). El hecho es que la historia del mundo ha sido moldeada por las oraciones de la iglesia de Cristo. El Espíritu Santo fue dado por primera vez en la casa de Dios, en el Aposento Alto. Allí los discípulos “perseveraban unánimes en oración” (Hechos 1:14). Se nos dice que Pedro fue liberado de la prisión por un ángel, mientras que “muchos estaban reunidos orando” (12:12). Se había hecho oración colectiva continuamente por la liberación de Pedro. Claramente, Dios libera mucho poder debido a las oraciones de su iglesia. Por lo tanto, el llamado a tal oración no puede ser subestimado. Sabemos que a la iglesia se le ha encomendado ganar almas, hacer caridad, servir como lugar de reunión para que se predique la Palabra de Dios. Pero, ante todo, la iglesia debe ser una casa de oración; este es su llamado principal. “Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19). Pero el poder de la oración no está reservado sólo para grandes reuniones; lo podemos encontrar en la intimidad de nuestros propios hogares. Jesús practicó y recomendó la oración privada a sus discípulos. “Tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6). Los hogares en la cultura de Jesús tenían una habitación interior que servía como una especie de armario de almacenamiento, un lugar donde podían orar en secreto, por lo que este concepto era fácil de entender para ellos. Jesús dio el ejemplo para la oración privada: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35). “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte… estaba allí solo” (Mateo 14:23).

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PAZ EN LA TORMENTA

JUEVES 19 DE NOVIEMBRE DE 2020

La paz os dejo, mi paz os doy” (Juan 14:27).Sabemos que Cristo era capaz de enojarse y, a veces, se conmovía hasta las lágrimas. Pero sobre todo, llevaba su vida en la tierra como un hombre de paz. Tenía paz con el Padre, paz frente a la tentación, paz en tiempos de rechazo y burla. Incluso tenía paz durante las tormentas en el mar, durmiendo en la cubierta del barco mientras otros temblaban de terror. Los discípulos habían escuchado a hombres llamar diablo a su Señor y los líderes religiosos lo señalaban como un fraude. Algunos grupos incluso conspiraban para matarlo. Sin embargo, a pesar de todo, Jesús nunca perdió la paz. Ningún hombre, ningún sistema religioso, ningún diablo podría robarle su paz. Todo esto debe haber causado discusión entre los discípulos:“¿Cómo podía dormir en una tormenta? ¿Qué clase de paz es esa? ¿Y cómo podía estar tan tranquilo cuando esa multitud estaba a punto de arrojarlo por un acantilado? La gente se burla de él, lo insulta, le escupe, pero él nunca se defiende. Nada le molesta”. Cuando Jesús les prometió a estos hombres la misma paz, los discípulos deben haberse mirado unos a otros con asombro:“¿Quiere decir que vamos a tener la misma paz que él tiene? ¡Esto es increíble!” Jesús les dijo: “No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (14:27). En esta misma escena, Jesús prometió darles a los discípulos el Espíritu Santo. Cristo explicó: “El Espíritu Santo los acompañará a través de lo que van a enfrentar. Él será su amigo y les permitirá experimentar esta paz que les doy”. Jesús acababa de enseñarles a estos hombres: “Si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (14:3). Pero la promesa de Jesús de volver no les levantó el ánimo. Me imagino a Pedro diciendo: “¿Quién necesita un lugar elegante para vivir? Necesito un empleo. Tengo una familia que alimentar” Jesús sabía que los discípulos necesitaban el tipo de paz que los ayudaría a superar todas y cada una de las situaciones. Y él nos está diciendo, tal como les dijo a ellos: “Necesitarán mi paz para soportar lo que se avecina. Consíganla ahora, antes de que las cosas empeoren. Mi Espíritu Santo mora en ustedes, así que pídanle mi paz. Él ha prometido anclar sus almas en cada tormenta”.

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DONDE BUSCAR ESPERANZA EN TIEMPOS DIFICILES

JUEVES 12 DE NOVIEMBRE DE 2020

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cerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:1-

2). Pablo describió a los discípulos lo que sucedería cuando Cristo regresara: “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (4:16-18). Los estoicos antiguos creían que el mundo pasaba por períodos de tiempo fijos. En sus mentes, al final de cada período, el mundo era destruido por un gran incendio. Luego, la tierra era restaurada exactamente como había sido, de modo que las cosas comenzaban de nuevo y se reanudaban tal como lo habían hecho antes. En otras palabras, la historia se repetía una y otra vez. Las mismas estrellas seguían en las mismas órbitas, y se volvían a vivir las mismas vidas, con los mismos amigos, las mismas inquietudes, las mismas vivencias. Todo era restaurado cada vez, no sólo una vez sino a perpetuidad. Los seres humanos estaban atados a un eterno espiral del que no había escapatoria. Las palabras del apóstol Pedro van directamente en contra de este pensamiento cuando dijo que, de acuerdo con la promesa de Dios, los cristianos “esperamos… cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13). Además, dice que, si creemos en la Palabra de Dios, podemos saber que la historia corre hacia el día de la venida del Señor, cuando “los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán” (3:12). Como seguidores de Cristo, no debemos dejarnos consumir por las noticias diarias o los eventos que tienen lugar en nuestras vidas, sino más bien por la venida de nuestro Redentor. Nuestro mundo ciertamente está en una gran confusión, pero Jesús dijo:“Verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:2728). Él estaba hablando de dónde debería estar nuestro enfoque. ¡Jesús viene pronto, así que sigue mirando hacia arriba!

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EL COMPROMISO DE DIOS CON TU VICTORIA

LA VERDADERA PRODUCE AMOR

VIERNES 13 DE NOVIEMBRE DE 2020

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edro predicó un mensaje poderoso al pueblo en Jerusalén y sus corazones se conmovieron cuando escucharon la Palabra de Dios y reconocieron su pecado. Pedro les instruyó: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38) ¿Qué significa arrepentirse? El verdadero arrepentimiento resulta en dolor, remordimiento y pesar por el pecado. Sólo el sacrificio de la sangre de Cristo puede perdonar. Pero el arrepentimiento es la única forma de conocer la verdadera sanidad y el regocijo. No hay otra forma de entrar en la paz y el reposo de Cristo. Pablo escribió a los corintios sobre el fruto del arrepentimiento: “La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor!” (2 Corintios 7:1011). El arrepentimiento y la confianza en la sangre redentora de Cristo resultan en la remisión total del pecado; y eso significa perdón y libertad del poder del pecado. La compasión humana por sí sola no puede convertir el alma de nadie. Ésta llega sólo a la carne, incapaz de tocar las profundidades del alma. Esta verdad está en el centro mismo del evangelio. Verás, el arrepentimiento conduce al perdón; y el perdón debe conducir al reposo y al regocijo. La carga del pecado, los recuerdos y fantasmas de pecados pasados, no debe llevarse más allá de la cruz. Todo el duelo por los pecados pasados, toda la humillación autoimpuesta, debe ser arrojada a la fuente limpiadora de la sangre de Cristo. Finalmente, llega un momento en que todos los que siguen a Jesús deben oírlo decir: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Si estás luchando contra un pecado acosador, una fortaleza de Satanás, considera estas cuatro cosas: Asegúrate de creer que el Señor todavía te ama. Todavía estás bajo su gracia y misericordia. Arrepiéntete, pidiéndole al Señor que produzca en ti una tristeza según Dios. Recibe el amor de Dios y descansa en su promesa de perdonarte. Cree su palabra del Nuevo Pacto para ti: “Seré misericordioso contigo y perdonaré todos tus pecados. Y obraré en tu vida, aquello que más me agrada” Dios te ha enviado el Espíritu Santo, que sabe cómo lidiar con el enemigo y liberarte de toda esclavitud. Él es la voz suave y apacible que te guiará y te dará poder en todas tus batallas.

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MIERCOLES 18 DE NOVIEMBRE DE 2020

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n Lucas 4:18-19 Jesús citó las palabras de Isaías 61:1, diciendo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”. Jesús se paró en la sinagoga, abrió las Escrituras y esencialmente dijo: “El Espíritu de Dios está sobre mí para ti, y para ti, y para ti y para ti…” No había otra razón por la que el Espíritu estaba sobre él excepto para aliviar el sufrimiento humano. y por la redención de la humanidad caída. El deseo de Jesús era llevar al pueblo caído al conocimiento de Dios y, en última instancia, de vuelta a vivir con Dios por toda la eternidad. Siempre he creído que es imposible decir que “Cristo es mío y yo soy de Cristo” y, sin embargo, permanecer absorto en uno mismo. El apóstol Pablo, al escribir en 2 Timoteo, advirtió que vendrían tiempos peligrosos. “Habrá hombres amadores de sí mismos”, escribió (2 Timoteo 3:2). Ese amor propio sería la base de todo lo demás que estaba a punto de escribir. Amarnos a nosotros mismos y darnos la preeminencia en la vida significa automáticamente que nuestras relaciones con los demás son una forma de religión que carece del poder de Dios. Pablo finalmente dice que se aparten de la religión que se sirve a sí misma. Cualquier fe basada en la vida de Jesucristo dentro de nosotros debe vivirse para el beneficio y el bien de otras personas. Podemos conocer en gran medida el corazón de Dios para las personas. Marcos 8: 23-26 registra la historia de Jesús sacando al ciego del pueblo de Betsaida para restaurarle la vista, lo cual a mi parecer, representa alejar a la gente de una cultura que confina e incluso intenta secuestrar el amor de Dios y dar crédito a la humanidad por las cosas que Dios hace. Se trata de mí, de mí mismo y del “yo”, sin dejar espacio para Dios. La vista de este ciego sólo se restauró parcialmente al principio. No fue hasta que Dios lo tocó por segunda vez que vio claramente. Así es como funciona a menudo en nuestro caminar con Dios. Él continúa tocando nuestros ojos y nuestro corazón con tanta frecuencia como sea necesario hasta que veamos con claridad y amemos de buena gana, con sinceridad y de verdad.

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¿QUE SE REQUIERE PARA UN CAMINAR AGRADABLE?

UNA CORONA DE VICTORIA

MARTES 17 DE NOVIEMBRE DE 2020

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l Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (2 Pedro 3:9-10). En este instante, el mundo está en un desorden aterrador. Dios advierte a sus fieles para que cuando el desastre repentino golpee, no se dejen llevar por el temor. El pueblo de Dios debe saber que pase lo que pase, esto no es un accidente o un acto aleatorio. Deben tener la paz de Cristo en sus corazones y saber que Dios todavía es el amo del universo. De esta manera, habrán sido advertidos y no entrarán en pánico cuando el corazón de otros hombres les falle por temor. Muchos cristianos se avergüenzan cuando leen el mensaje que da Pedro, y por dentro pueden preguntarse:“¿Por qué tenemos que recordar esto? Ya hay tantas malas noticias y estrés”. Pedro prosiguió diciendo: “[Vosotros] sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (3:17-18). Pablo también predicó: “Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10). Considerando los mensajes de estos dos apóstoles, ¿cuál podríamos esperar que sea la palabra para una sociedad a punto de ser juzgada en nuestro tiempo? Vemos que esa palabra viene de Pablo y está dirigida a los amados en Cristo: “Mi oración por ti es que busques intimidad, crezcas en entendimiento espiritual y camines digno de Cristo” (Colosenses 1:9-10, paráfrasis). ¿Qué se necesita para un caminar tan agradable? Pablo nos dice: “Como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de un corazón compasivo, bondadoso, humilde, manso y paciente. Sobre todo el que tenga una queja contra el otro, sopórtense y se perdónense unos a otros. Así como el Señor les perdonó, también ustedes deben perdonar” (ver Colosenses 3:12-13). Examinar tu caminar con Cristo significa mirar no tanto lo que estás haciendo sino más bien a lo que te estás convirtiendo. Ambos, Pedro y Pablo están diciendo: “No temas lo que está por delante. Recuerda siempre la Palabra de Dios, a través de todas las cosas. Y mientras tanto, deja que el Espíritu Santo te convierta en una persona diferente y más parecida a Cristo”.

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SABADO 14 DE NOVIEMBRE DE 2020

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n el Salmo 21, David escribió, en esencia: “Señor, tú derramas sobre mí bendiciones y misericordia aun antes de pedir. Y ofreces más de lo que jamás podría concebir pedir”. David se refiere a una obra asombrosa que Dios realizó por él en el ámbito espiritual. Es algo que le dio a David la victoria sobre sus enemigos, respuestas a la oración, poder vencedor y un gozo indescriptible. Y Dios lo hizo todo antes de que David pudiera ir a orar, desahogar su corazón o presentar su pedido. Una vez que David finalmente derramó su corazón, descubrió que Dios ya había hecho provisión para derrotar a sus enemigos. La victoria de David estaba asegurada antes de que pudiera siquiera acercarse al campo de batalla. De hecho, cuando David escribió el Salmo 21, estaba hablando de una batalla literal. Este salmo es un capítulo que acompaña al Salmo 20, ambos se refieren a una batalla descrita en 2 Samuel 10 donde el enemigo de Israel, los amonitas, habían contratado batallones sirios para hacer guerra contra David. El líder militar de David, Joab, y un ejército selecto derrotaron a los sirios en una victoria abrumadora; y el enemigo huyó atemorizado. David se regocijó pensando: “Ese es el fin de los sirios. Nuestro ejército les asestó un golpe mortal”. Él escribió: “Los herí de modo que no se levantasen; cayeron debajo de mis pies” (Salmos 18:38). Sin embargo, el enemigo se reagrupó y comenzó a planear otro ataque (ver 2 Samuel 10:15). Por supuesto, esta historia trata más que los problemas de David con los sirios. También se trata de los seguidores de Cristo hoy y de nuestra batalla con Satanás. Se trata de una batalla que pensamos que habíamos ganado hace mucho tiempo, en un momento en que pensamos: “Finalmente he obtenido la victoria”. Dios nos da la historia de David y los sirios para revelarnos una lección crucial. Cada victoria que ganemos sobre la carne y el diablo será seguida por una tentación y un ataque aún mayores. Satanás simplemente no se rendirá en su guerra contra el pueblo de Dios. Una vez que lo derrotemos, redoblará sus fuerzas y volverá directamente hacia nosotros. David hizo esta declaración de fe justo antes de ir a la guerra: “Corona de oro fino has puesto sobre su [mi] cabeza” (Salmo 21:3). La corona que David menciona aquí es un símbolo de victoria y dominio. David estaba diciendo: “¡Voy a la guerra cabalgando sobre la promesa que Dios me hizo: una corona de victoria!” Recibe hoy la promesa del Señor. Él nos dice: “Esta obra se logra sólo por la fe en la obra terminada de la cruz. Ya lo he logrado, así que acéptalo por fe”.

IGLESIA VISION CRISTIANA DEVOCIONAL NOVIEMBRE/2020

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UN VISTAZO AL CIELO

INCAPACES DE VER NUESTRO PECADO

ónde está el cielo ¿Qué haremos cuando lleguemos? Bueno, no sabemos dónde está el cielo, pero sí sabemos que se acerca un cielo nuevo, así como una tierra nueva. En el cielo, aprenderemos cosas que simplemente no puede contener la mente humana aquí en la tierra. Tendremos acceso a la mente del mismo Cristo, que es ilimitada. E indudablemente nos enseñará sobre todas las cosas eternas. Considera por un momento el aparente infinito que vemos en el espacio. Se dice que nuestro propio sistema solar tiene al menos ocho mil millones de kilómetros de diámetro y, sin embargo, es un mero punto en el universo. Los descubrimientos científicos muestran que hay sistema tras sistema tras sistema, aparentemente sin fin. Es absolutamente asombroso para la mente. Incluso mientras nuestro sistema solar corre a través del espacio, girando alrededor del sol, muchos otros sistemas también se mueven unos sobre otros. Y todo está teniendo lugar de acuerdo con el orden divino del Señor. Es lógico, entonces, que en el cielo vamos a hacer cosas que son incomprensibles para nuestras mentes humanas. Pero lo mejor de todo es que estaremos con Jesús. El apóstol Pablo escribió: “Confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios 5:8). Según Pablo, el cielo, estar en la presencia del Señor por toda la eternidad, es algo que debemos desear con todo nuestro corazón. Jesús describe una gran reunión, cuando los ángeles “juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:31). Millones de hijos glorificados de Dios cantarán hosannas al Señor. ¡Qué sonido de victoria y alabanza será: multitudes de huérfanos clamando: “¡Padre! ¡Padre!” Imagínate el semblante de deleite en el rostro de Jesús: “Porque de ellos es el reino de Dios”, él ha declarado.Luego vienen los mártires, aquellos que una vez clamaron por justicia en la tierra, clamando: “¡Santo, santo, santo!” Entonces surge un gran rugido, un sonido nunca antes oído, a medida que multitudes de todas las naciones y tribus danzan con gozo y cantan: “¡Victoria en Jesús!” Cuando Pablo fue arrebatado al cielo, “oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2 Corintios 12:4). Pablo dijo que estaba perplejo por lo que oyó allí, y yo creo que él estaba escuchando un adelanto del canto y alabanza a Dios por parte de aquellos que se regocijarán en su presencia para siempre.

abemos por las Escrituras que las tormentas y las grandes pruebas llegan a todos los que verdaderamente han entregado todo a Cristo:“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmos 34:19). Además, si tienes hambre del Señor, si estás decidido a buscarlo con todo tu corazón, poniendo tu mente y tu alma en obedecer su Palabra, serás continuamente blanco de la envidia del diablo. La más difícil de todas las batallas espirituales tiene lugar en la mente del creyente. Muchos cristianos luchan contra pensamientos opresivos, atemorizantes, contarios a Cristo. Luchan contra los recuerdos de fracasos pasados y terminan sintiéndose indignos de la comunión o las bendiciones de Dios. No siempre hay respuestas a todas las razones por las que los creyentes sufren, pero una cosa es segura. Satanás siempre está detrás de ello. El diablo quiere robarles a los santos de Dios su reposo, su intimidad, su esperanza del paraíso con el Señor; en resumen, todas las cosas que perdió cuando fue arrojado del cielo. En el momento en que tomaste la decisión de entregarte completamente a Jesús; y las preocupaciones de Dios se convirtieron en tus preocupaciones, te convertiste en el blanco de la ira de Satanás. Aunque tu fe sea débil en este momento, Satanás no te dejará de lado. Él está decidido a no permitir que el Espíritu Santo reavive esa llama en ti. Por esta razón, Pablo nos advierte que no ignoremos las artimañas del diablo: “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11). Si ignoramos las tácticas del enemigo, podríamos permitirle que gane un punto de apoyo o una ventaja sobre nosotros. Pablo escribe: “El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia” (11:14-15). La advertencia de Pablo aquí es muy clara: Satanás usa a personas impías como mensajeros de su ira y envidia. Y, según el apóstol, estas personas se han infiltrado en la iglesia. ¿Alguna vez has conocido a esas personas? El hecho es que todos estaremos en una lucha hasta que muramos o Jesús vuelva a la tierra. Es posible que tengamos temporadas de calma, pero mientras estemos en la tierra, estamos comprometidos en una guerra espiritual. Pero se nos han dado armas poderosas para derribar fortalezas (ver 2 Corintios 10:3-5). Hemos sido equipados con armas que Satanás no puede resistir: oración, ayuno y fe. ¡Aleluya!

DOMINGO 15 DE NOVIEMBRE DE 2020

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LUNES 16 DE NOVIEMBRE DE 2020

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