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TECNOLOGÍA PARA EL DESARROLLO
Por Harold Moreno Luna
Edición 715
En la UNI desarrollan herramientas tecnológicas para productores de palta Hass
Aplicaciones, drones e inteligencia artificial para el cultivo de la palta en Perú
C
on esta bonanza agroexportadora en mente, el Instituto Nacional de Investigación y Capacitación de Telecomunicaciones de la Universidad Nacional de Ingeniería (INICTEL - UNI) inició en mayo de 2018 un proyecto para mejorar la producción de palta Hass. Este proyecto se enfocó en el monitoreo de algunas variables que influyen en los cultivos. Una caja blanca, pequeña, colocada en un trípode entre los paltos (los árboles de la palta), recoge toda la información necesaria. "El nodo sensor hace mediciones de la temperatura del aire, temperatura y humedad del suelo o el PH del agua con el que se están regando los cultivos. Este equipo tiene todas estas funciones lo diseñamos y construimos desde cero", explicó a la agencia Andina Samuel Huamán, jefe del proyecto.
Existen en el mercado dispositivos con funciones similares, como la medición del PH. "Pero este sensor requiere menos mantenimiento", apuntó.
La aplicación Appalta La aplicación Appalta permite al productor de palta Hass ver la información recogida por el nodo sensor.
El agricultor puede dejar el sensor trabajando y descargar periódicamente la información a través de wifi a una aplicación para dispositivos con Android, "Appalta". El software muestra cómo han estado los valores a lo largo del día y advierte cuando los umbrales mínimos y máximos, idóneos para el crecimiento de la palta, son superados.
La aplicación tiene una segunda función, y es el análisis de la salud de la planta con inteligencia artificial. El agricultor se limita a tomar una fotografía de una hoja de la planta con un celular. "Ahí se pueden detectar deficiencias de nitrógeno, de hierro, en base al color. Fue todo un desafío y un proceso de levantar información propia y de otras bases de datos", señaló Huamán. Un software con IA puede estimar el estado de un palto analizando una fotografía de una de sus hojas. Construir el algoritmo y hacerlo "aprender" tomó más de un año. El proyecto fue desarrollado en Moquegua, y está orientado no a las grandes empresas, que cuentan con más tecnología y capital, sino para los pequeños y medianos productores. Fue ejecutado con el apoyo de Innóvate
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